#hasta aquí se huele la envidia
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así es amigues, ha sucedido... han echado a Mikhail del foro :(
#kktoh#oc: mikhail dan vityarik#DISCRIMINACIÓN POR SER DE LAS ISLAS DE LA BRUMA#hasta aquí se huele la envidia#la venganza de mikhail será terrible#(pls solo quiero rolear debo demasiados temas)
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Parte 11
Una vez terminado el pastel, Filomena les contó su historia de cómo se había hecho incontinente y había tenido que comenzar a usar pañal: -Entonces ¿No te gusta usarlos?-. Dijo Valentina sorprendida.
-Ni siquiera llegó a comprender con totalidad que es esto de ABDL-. Dijo avergonzada, pues sentía que traicionaba a aquellas nuevas hermanas.
-Te lo simplifico, son personas que le gusta usar pañal, ya sea porque te relajan, o porque te gustan, o porque te excitan. Todo eso engloba lo ABDL-. Dijo Mafer con suave voz.
-No te preocupes ya explorarás las distintas áreas mientras rodamos películas-. Dijo Natalia.
-Entonces ¿No tiene que ver con coito?-. Dijo sorprendida la protagonista.
-La mitad de nuestros videos no incluyen sexo, y si contiene, es masturbación, pero eso depende de ti, que tipo de ABDL er…-.
Natalia fue interrumpida súbitamente por Carolina, quien exclamó: -Como que alguien huele mal aquí, ya confiese-.
Natalia con su super olfato de madre cuidadora detectó casi que de inmediato de donde provenía el olor. -Vaya, vaya, al parecer la nueva tendrá su primer cambio-. Fernanda avergonzada se tapaba la cara mientras pedía perdón, se le ponía el rostro rojo como una manzana. -No hay porque avergonzarse-. Dijo Molesta. -Aquí todas nos hacemos en nuestro pañal y todas tenemos la obligación de cambiar a la que lo necesite-. Un gran clamor y bullicio se comenzó a oír, eran todas discutiendo para ver quien se llevaba el privilegio de hacerle el primer cambio a la novicia. -¡Silencio!-. Dijo Natalia con voz estentórea. -Yo la fiché así que me lo merezco-.
Sacaron a Fer de la silla alta e hicieron que se suba en una mesa de cambio lo suficientemente grande para ella. -Necesito uno de estos para mi casa-. Dijo ilusionada. Mientras Natalia le rompía los laterales de su pañal tipo braga. -¿No era mejor bajarlos?-.
-Ni hablar, una vez sucios es mejor romper, luego te manchas hasta las piernas y hay riesgo que la caca se llegue a caer-. Dijo Natalia, mientras le alzaba las piernas y le quitaba el pañal sucio. Luego le comenzó a pasar toallas húmedas por sus genitales, provocando cierto escalofrío que por primera vez lo sentía agradable.
-Entonces ¿De verdad no te puedes aguantar las ganas?-. Dijo Mafer, a lo que respondió de manera negativa. -Menuda suerte la tuya, que envidia sana que me has dado-. A dicha reacción solo se dispuso a hacer sus ojos hacia atrás. Luego Natalia le ordenó a Carolina que le pasara un pañal a gusto de la nueva bebé. Esta le colocó uno lo más neutro posible, uno de adultos blanco con rayas moradas, y le espació talco que se sentía como si una fresca brisa mentolada te soplara ahí abajo, se le hacia raro que ahora comenzara a apreciar cosas que antes le repugnaban. Quizá al darse por vencida de regresar a su nueva vida hizo que empezara a disfrutarlo. Se sintió segura ya que cada vez que se ensuciara habría alguien dispuesta a ayudarla.
-Mañana nos vemos, que tengo trabajo que hacer-. Se despidió Mafer. Luego le siguió Carolina. Natalia le aviso que le pasaría el dato para la mesa de cambio de su tamaño para su casa.
Se quedó a solas con Valentina e Ivana, haciéndole preguntas de su vida ABDL, porque, aunque había abierto su mente a esta posibilidad, le costaba creer como había gente que esto les quitara el sueño.
-Mira, a mí me gustó cuando los mojé, me comencé a poner cachonda sintiendo el calorcito entre mis piernas, así que comencé a estimularme y una cosa llevó a la otra y tuve el mejor orgasmo que había tenido. Te recomiendo que hagas lo mismo, explórate así le cogerás más gusto-. Dijo Ivana.
Valentina por el contrario había descrito su primera corazonada cuando sintió la suave textura de un pañal en su mano, y que cuando se lo probó le encanto aquella sensación, queriendo usarlos desde ahí, también contaron la historia de Carolina, ella se topó con un foro que hablaba sobre esto y le produjo curiosidad, mientras que Mafer mojaba la cama hasta casi los catorce, y cuando ya dejó de hacerlo comenzó a extrañarlos. -De Natalia, no sabemos su pasado-.
Horas más tarde, Fernanda llegó a casa y comenzó a explorar en su soledad la cara oculta de uso de aquella prenda absorbente. Llegando a considerarse parte de la comunidad en muy poco tiempo, ya que le bastaron un par de días mas para que dejara de ver los pañales como una maldición que tenia que usar, sino mas bien como un deleite que muy pocos aprecian.
Luego de aquel maravilloso y extraño día, su vida comenzó a mejorar, quizá no alcanzo la fama deseada, pero obtuvo incondicionales compañeras de la comunidad. Luego de que cinco ciclos lunares pasaran y ella volviera a controlar sus esfínteres, no abandonó los pañales, pues estos se habían convertido en algo de gran significancia para ella, no por lo que eran, si no también por lo que representaban, verdadera amistad, y pensaba en que, si los dejaba, volvería a la hipocresía y codicia de su antigua vida.
F.I.N
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Una noche fría
Buenas noches Reflex ¿Cómo estás? ahorita acabo de entrar para contarte un poco acerca de algo que vi. Pero antes de entrar noté que había una notificación en ese rayito que tiene tumblr, parece ser es de notificaciones con respecto a la cuenta... Bueno parece ser que dos bots siguen esta cuenta. La verdad me emocionó saber que había alguien que estaba leyendo lo que escribía. No soy escritora por supuesto pero se sintió bonito que posiblemente alguien había leído mis letras y quizá se identificaba. Si algún día hay alguien que llega a encontrar esta cuenta y bueno... estás leyendo esto muchísimas gracias. Gracias por tomarte el tiempo de leer lo que siento. Creo que escribiendo aquí es en donde puedo ser más original y transparente con todo lo que siento. Me siento emocional. Bastante emocional no es como que traiga algo que precisamente quiera contar o bueno, en realidad sí pero me costará un poco poder desarrollarlo. Primero debo comentar que posiblemente la principal razón del porque me siento emocional en este momento es por el periodo ya voy a volver a sangrar. La verdad es que no me gusta menstruar es muy incómodo, huele feo, duele y además te hace sentir mal. Creo que me pongo más melancólica cuando me toca reglar. ¿Cómo se sentirán las personas con depresión al momento de comenzar a menstruar? de la brga seguramente. Bueno la verdad siento que por la influencia que he estado teniendo útlimamente "Aurora" y una que otra miniatura que llegue a ver. (Btw estoy ligeramente obsesionada con ésta canción:
La conexión con la naturaleza se siente sumamente personal. Una necesidad por encontrar una conexión tan fuerte como hace parecer que siente Aurora. Se ve como una encarnación del amor hacia la vida en general. Iba a escribir que tiene una vibra hermosa. "Vibra" en la escuela siempre me encuentro diciendole a la gente que tienen una vibra bonita. De está forma siento que logro crear una pequeña conversación con ellos. Me cuesta relacionarme con la gente. Me cuesta relacionarme como me gustaría. Leos la otra vez me dijo que me invitaría a un intercambio en su grupito y bueno no me lo volvió a mencionar, mentiría si dijera que no me dolió. De alguna forma sí lo hizo, me mintió me había emocionado poder convivir con ellos. La última vez me propuso juntarme con su grupito ¿Me verá muy sola? ¿Se sentirá con la cualidad de salvador? La verdad no sé porque pero me hace enojar. No me cae precisamente mal ¿Por qué? creo no me cae mal porque ha intentado acercarse a mi y bueno hemos platicado. Me siento bastante fuera de lugar. Siento que a mi edad debería estar haciendo ciertas cosas que los demás de mi edad hacen. La última vez que hable con ese grupito de Leos se iban a ir a tomar y digo no está mal, la verdad nunca he ido a tomar con ellos como para saber que hacen. Me invitaron pero... La verdad yo no le doy a eso y traía muchas cosas. Me da miedo tomar con gente que no conozco. No quiero tomar por tomar con la gente, me gustaría conocerlos más y ver si quizá podríamos ser amigos. No entiendo porque muchas veces me pongo limitaciones para convivir con la gente. Me siento menos, cuando me siento menos trato de evitar a esas personas lo más posible. Creo esta especie de barreras que me hacen sentir que soy aburrida o que no estoy a la altura de las personas de mi edad. Primero tengo que sacar todo lo malo. Por más queme cueste aceptarlo soy una persona voluble con mi amiga, un día la trato cercana y al otro distante. Me cuesta no hacerlo y también hacerlo. Debo ser lo más transparente y humana que pueda en estos escritos. Le tengo envidia, es la verdad le tengo mucha envidia. Hay veces que hasta he llegado a subestimarla (originalmente escribí "menospreciar") pero la verdad es que sabe muchas cosas y es muy buena hablando, me confunde mucho. Por que a veces conmigo se siente como si ella estuviera tan lejana, es muy inteligente pero conmigo a veces dice poco ¿Hablaré tanto que provocaré que diga menos? Los últimos días antes de las vacaciones de diciembre estuvo faltando a clases y salía con su novio. La verdad no sé que hacía en su mayor parte del tiempo la única parte en la que me centraba que me contaba es que se iban a un motel. Siento que soy muy mala amiga escribiendo esto y si es que algún día llegas a leer esto te pido perdón pero es que es algo que siento y debo soltar. Para eso es reflex para soltar todo lo que siento cuando mi cuerpo ya no puede más. La primera vez que me contó la verdad me sentí feliz por ella y a la vez impactada. Me lo contó con tal felicidad de igual forma me contó que su pareja había sido super amable y atento con ella, la verdad se lo merece es un sol de persona.
Junto con ella me siento como la Luna y ella el Sol , se puede mantener mucho tiempo alegre y abierta con todos convivir escuchar a todos. Sonaré muy edgy pero la verdad dudo que sea egoísta como yo. Después que me contó una segunda y una tercera vez el sentimiento se comenzó a volver crudo. Me siento pésima y a la defensiva en este momento escribiendo esto, siento un nudo en la garganta y tengo ganas de llorar AGH Recuerdo aquella vez en la que se sentía triste y comenzó a llorar, se fue lejos por el pasillo. Y yo no la seguí me pareció impactante pero no la seguí ¿Es esto algo personal con ella? La verdad en momentos como este siento que debería alejarme de ella. Dejar de ser su amiga porque no me siento como su amiga. Me siento como una harpía, pero eso es evadir y escapar. Así como hice con P. Aun que no estamos mal del todo (Recién ayer me mandó un videojuego y me sorprendió bastante pasaré a ello después). La mejor solución es que sea mejor amistad, me comporte mejor y todo esto que pienso no lo proyecte y no la trate mal y trate de estar para ella. ¿Por qué me hace feliz de repente tener esas ilusiones de que tengo mejores cosas o significantes cosas/personas que otros? Creo tenerlo y no obstante me siento seca y vacía. Bueno regresando al tema que si no me voy y no lo retomo. Cuando me comenzó a decir que se iban al motel en lugar de entrar a clases un sentimiento agrío recorrió mi cuerpo. Me da enviida, me da envidia, me da envidia, me da envidia, me da envidia, me da envidia, me da envidia, me da muchísima envidia que se salte clases y se vaya con su novio. Yo también quiero ¿Qué quiero? ¿Quiero saltarme clases y vivir una historia de romance? La verdad creo que sí me gustaría poder saltarme clases, me gustaría poder tomar y alocarme, me gustaría poder estar con alguien y danzar toda la noche, me gustaría ir a una fiesta alocarme, conocer a alguien salir y fumar algo, platicar, conectar vivir un romance de una noche. Yo también quiero ser adolescente ¿Sigo siendo adolescente? Ya tengo 17 años casi 18. ¿Qué he hecho de mi vida? Además de lamentarme y de bloquear todo y alejarme de todo, desaparecer. Estoy siendo muy dramática pero es que así soy ... ahí se me va a pasar. Me averguenzo de ser tan victimizadora y dramática. Perdonará usted fiel lector. ¿De verdad está algo mal conmigo? Creo que sí la verdad es que sí algo está mal conmigo, tanta estrés, ira, odio, envidia, lástima, tristeza, soy uan persona triste como dijiste aquél día. Tan solo mírame escuchando a Shiloh para ser capaz de expresar mis sentimientos con mayor fluidez.
Quería ver hace cuanto que llevo escribiendo en este diario virtual. ya han pasado 2 años enteros. Llevo muchísimo tiempo sintiendome de estás formas y bueno no está mal. Acepto mis sentimientos los recibo, pero así como los proceso también los soltó. La ventaja de amanecer otro día es que lo puedo volver a intentar. Quizá este año no fue mi mejor año. Me perdono, me acepto y me amo. Me perdono por no haber sido capaz de retirarme la venda qu eme mantenía tan triste. Aún la tengo y aún me cuesta acepto mis sentimientos pero tengo que comprender que no los puedo tener por siempre y estos tampoco me pueden alejar de la gente. Me perdono todas las veces que me ofendí frente al espejo. Me perdono por las veces que me puse en situaciones o dije cosas que no quería. Me acepto y me amo como soy con todo y mis imperfecciones. Trataré de ser mejor. Ser yo o crear la mejor versión de mi. Hoy saqué algunas cosas que tenía atoradas y está bien, está bien sentirme mal está bien sentirme inmadura, abrazo mis emociones pero las proceso y las suelto.
Bien Reflex conocí a este chico/hombre/ joven que me gusta bastante tiene 22 llevamos rato hablando y la verdad lo quiero , en el sentido de la palabra que verdaderamente lo quiero, me gustaría que fuera mi pareja. Siento que puedo aprender mucho de él y puedo crear muy buenas experiencias para esta nueva etapa que viene. Ahora. Él no puede ser mi todo, no soy su psicóloga ni una persona que le tenga que llenar sus días. Intentaré dar lo mejor de mi para que si se da tengamos una buena relación, memorable y disfrutable. ¿Cuándo sería un buen momento para pedirle que sea mío? Estoy pensando que sea a nuestra 3era salida. Supongamos que salimos en Enero pero de igual forma volvemos a salir en Febrero sería una buena oportunidad dado el significado del mes.
A la chingada wey me rifo a la siguiente salida que sea cuando tenga que ser. Mientras buscaré la semilla de Jacaranda, esa es la forma en la que me le quiero proponer y una carta y quizá algunas cosillas de origami y alguna manualidad. Espero ser mejor el próximo año.
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Supongo que siempre tendré envidia.
Supongo que siempre tendré envidia, de quiénes te tocan mientras que yo no puedo, de quiénes te pueden estrechar en sus brazos al mismo tiempo que yo tacho días, meses y semanas; que es lo que nos falta para vernos.
Nunca llegué a entender muy bien que era eso de extrañar a algo, o alguien; hasta que comenzaron a faltarme los besos de mi abuela, el abrazarme a mi hermano todas las cenas de Navidad desde que tengo memoria y los abrazos y besos de mi primo Eduardo cada vez que nos vemos. Creo que esas fueron las cosas que extrañé por primera vez.
Después de las carencias familiares llegaron más: echaba de menos las risas de las niñas que llamé en algún momento “amigas”, los besos en la frente cuando lloro de una persona a la que alguna vez llegué a llamar muy equivocadamente “mejor amigo”, los entrenamientos y correr detrás del mismo entrenador todos los viernes por la noche.
Llegué a tal punto de carencias que me dolía extrañar. No quise conocer a nadie, no quería encariñarme con nadie porque al final, todo lazo afectivo acarreaba eso: dolor. Antes de darme cuenta, ya me había encerrado en sí misma por el miedo al dolor de extrañar y los pocos amigos que tenía se iban marchando paulatinamente.
Y de repente llegaste, el primero de muchos amigos que vendrían tras de ti, Fuiste la primera persona a la que decidí abrirme por completo después de 5 años de completo silencio, a solas con mi piano y las paredes blancas de mi habitación. En fin, 5 años sola, pero rodeada de gente.
Te conocía y te quería, siempre te he querido y lo que me nacía de lo más hondo de mí en ese instante era escapar, para no dañarte, para no dañarnos. Pero al final, terminamos siendo como tú decías: dos planetas que orbitan uno al lado del otro, de manera que siempre vuelven a coincidir y están juntos.
Hoy te soy sincera, y te digo que me gana la envidia. Que tengo envidia de aquel que huele tu colonia de vez en cuando, de quién ha podido darte uno o dos besos por mera cortesía.
Supongo que esa envidia jamás desaparecerá hasta que pueda tenerte entre mis brazos y pueda susurrarte al oído que no quiero que nos vuelvan a separar. Que quiero sentir tu respiración al dormir además de escucharla, y poder sonreírte cuando vuelvo a despertar porque tú madrugarás más que yo.
No sé por qué, hoy te extraño más de lo normal. Extraño verte, y oírte reír. Extraño tu voz cansada y tu respirar al dormir. Extraño todo lo que eres tú, y no sé por qué tiemblo tanto al escribir estas palabras o por qué siento mis lágrimas en la punta de mis pestañas.
Quiero abrazarte, sentirte aquí, sentir que no te marcharás, que no me marcharé y nunca me vas a faltar. Pensándolo bien, creo que tengo mucho miedo aún a que te marches aunque sé que no lo vayas a hacer. Te echo de menos aún.
Supongo que tengo envidia de quién te tiene y así no te tiene por qué extrañar.
- María I. (La que te extraña)
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Opinión: Capítulo 365
La verdad, siempre he esperado el momento en que She Li y Mo peleen, esto, con la finalidad de ver a un Mo libre, un Mo, capaz de enfrentarse a su peor miedo y trauma por el deseo de ser feliz, es decir, desde siempre sentí que era necesario este momento para ver madurar a Mo, sin embargo, esta posibilidad siempre la he planteado desde el hecho de que He Tian ya no este presente en el mundo de Mo, ¿Por qué?, porque así, He Tian no sería un impedimento para que Mo se enfrente, teniendo que ser este sí o sí el que resuelva el conflicto, cuestión que me parece espectacular, ya que dejaría ver que los nenes son capaces de hacerse valer por sí mismo.
Y es por esto, que me siento preocupada, es decir, aún no sabemos si se pelearán o si He Tian salvará a Mo, pero al menos a mí, me suena a que la situación se tornará de cierta manera similar a las anteriores, y eso, no me gusta, porque bueno, de cierta manera podemos justificar que las veces anteriores se utilizara el elemento She li o peligro, para que Mo y He mejoraran su relación, ya que ellos eran unos extraños y porque esos problemas sobrepasaban las habilidades de Mo, pero, en este momento, me daría pesar que se utilice la técnica de "príncipe y princesa" con los chicos, ya que nos darían a entender que ellos, solo son capaces de resolver sus diferencias cuando tienen problemas, como también, harían ver que su relación es dependiente, teniendo a He, buscando alguien que lo ame, y un Mo, buscando quien lo proteja, y más que nada, me generaría la sensación de que los chicos están viviendo una fantasía, ya que se encontrarían dedicados a tapar los problemas, en lugar de enfrentarlos desde la raíz, lo que provocaría que existan momentos excelentes siempre acompañados del elemento "acción", para así, mantener la unión, y esto, dejaría ver a los personajes como vacíos, ya que siempre estaría presente la inseguridad, dependencia e interés.
Y que esto suceda, no creo que sea el plan de Old Xian, ya que siempre ha demostrado una profunda dedicación a que cada uno de sus personajes tenga esencia y convicción, además de que Mo y He Tian adultos se ven más que conectados entre sí, así que, de corazón espero que lo susodicho no vuelva a ocurrir en esta ocasión; en verdad, deseo ver a un Mo diferente, decidido, cansado y más que nada, motivado a cambiar, o si se usa a He Tian, que esta vez sea como compañero y no como su salvador, los dos apoyándose contra She Li, y que después de lograr terminar con el terror, se pongan a platicar de por qué hacen las cosas, ya a ellos les urge comunicación, no mayores problemas.
Y por parte de She Li, me siento emocionada, espero que de él también se hable, puesto que aún no sabemos el motivo de su obsesión por Mo, ni qué es lo que planea hacerle en este momento.
Bueno, agradezco que el señor no fuera grosero con Mo, porque siento que en múltiples ocasiones hemos visto que los mayores lo tratan como si no valiera nada y el pequeño, no merece eso, es un buen chico con una mala cara. En cambio, ya dándole un enfoque más serio, me gustaría seguir con mi pensamiento anterior, en el que Mo, está deseando encontrarse con He Tian, pero no se siente capaz de hacerlo porque comienzan a pelear, por eso, para Mo, ese pez representa a He Tian, porque de todos, es el único de color obscuro, como también, y si mi vista no me falla, el único herido, así que, ¿quién en este momento tiene un aura extremadamente obscura y maltratada?, sí, efectivamente He Tian, así que siento que el tener al pez, es la manera de Mo de expresar todo el apoyo que quiere brindarle a Tian, como también, la intensa necesidad que siente de estar con él.
Acá, en realidad me sentí traicionada, yo de verdad creía que la señora tenía más que justificación para despedir a Mo, porque a qué jefe le gusta que sus empleados falten, pero ahora, me siento asqueada. La señora, se puso a la defensiva por una simple pregunta realizada por He Tian, lo que nos indica que ella claramente estaba consciente del abuso que le estaba haciendo a Mo, y no solo eso, la señora cínica, en lugar de aceptarlo, lo intentó justificar con un "me dió lástima" y un "nadie más lo contrataría", y pues eso habla de la terrible persona que es en realidad, y de cuál es el verdadero valor de Mo.
¿Qué es el valor de Mo y por qué He Tian cambió su semblante?
Bueno, ¿Recuerdan lo que les dije hace 2 imágenes sobre la actitud del señor?, pues esto, va prácticamente de la mano, la señora aquí presente, le demostró a He Tian el valor que tiene Mo ante la sociedad, y bueno, no sé si ustedes recuerden el trato que recibió Mo por el director cuando se rompieron los cristales de la escuela, pues Mo, prácticamente fue tratado como un fantasma, porque ignoraron su palabra y le atribuyeron la responsabilidad, y pues aquí, la señora hizo prácticamente lo mismo, tratándolo como alguien que no siente ni piensas, es decir, una persona que no vale ni para un pago decente, tomando un mayor sentido, al ser comparado con la situación de la escuela, porque bueno, en la escuela es comprensible y hasta cierto punto justificable que el regaño se le propicie al chico conocido como "problemático" debido a esta misma imagen y conocimiento de Mo, pero aquí, Mo siempre demostró ser una persona tranquila y trabajadora, por lo que no se puede justificar un trato tan denigrante hacia su persona, es decir, que la señora lo trató mal por el simple hecho de ser Mo, cuestión, que He ya fue capaz de identificar, y por esto mismo su semblante cambios, o sea, ¿se imaginan el sentimiento?, ver cómo, a la persona que tanto quieres y cuidas, es tratada como si no valiera nada solo por su apariencia o ideales de la gente, aún y cuando tú sabes lo mucho que se esfuerza por mantener ese trabajo y conseguir el dinero, o sea, prácticamente He se siente igual de ofendido y dolido que yo, al ver que Mo, sin motivo, es calificado como un don nadie, y también, al ver, que este mismo pensamiento reforzado con los años, fue el causante de la creencia que tiene Mo de no merecer las cosas.
Aquí, después de descubrir la ofensa hacia Mo, He Tian vuelve a su postura cohibida y molesta, con los puños cerrados al ser incapaz, o por no querer, expresar más allá de lo notorio. También, yo siento que He es bastante perspicaz, por lo que ya se huele que Mo, en realidad no sólo está huyendo por sus problemas escolares/laborales/familiares, sino que también, está huyendo por algo que le da más miedo; el abrirse, cosa que no creo que He sepa aún, pero si siento que se sospecha, además, el ir a preguntar sobre su paga, me suena que es para saber las necesidades de Mo, cuánto necesita, cuánto le falta de la deuda, o bien, para conseguirle algún trabajo, o sea, cualquier cosa que pueda darle información sobre cómo ayudar a Mo.
En realidad, está escena me generó mucha angustia, porque sé que Mo necesita tiempo para él, para así pensar las cosas, pero no me parece correcto que lo haga en la calle, ya que es tarde, en la tienda marcaba que eran aproximadamente las 11:05 de la noche, y conociendo la suerte de Mo, era obvio que podría pasarme algo malo.
Y sí, dicho y hecho, era mala idea esperar fuera :c se encontró con quien menos quería que se encontrara. La verdad, es que siento que She li es de los pocos personajes a los que no puedo leer, porque, creo entender que su búsqueda de Mo es para ver su sensibilidad y dolor, ya que él es incapaz de sentir, pero, no logro comprender el por qué solo hacia Mo, o sea, ¿Será algún tipo de envidia?, ¿Porque Mo se le reveló?, ¿Por conocerlo de niño? o ¿Por la fuerza de voluntad de Mo?, en realidad, no tengo ni la más mínima idea del por qué solo él, pero si tengo claro que lo único que puedo percibir en She Li es malicia, porque ese comentario hacía el pez, no creo que solo fuera con la intención de ver el futuro del pecesito, sino, que me suena una doble referencia tanto para Mo, como para He, como si She Li le avisara a Mo que de momento a ninguno de los dos les hará algo.
Y aquí, mi parte favorita, de verdad, no saben lo emocionada que me encuentro por ver esta nueva faceta en Mo, porque piénsenlo, al comienzo, Mo le tenía miedo a She Li, tanto así que aconsejo a Jian Yi a no acercarse nunca más a este, para después, tenerle aún más miedo, al punto de que, con tan sólo verlo, ya sentía la inmensa necesidad de correr y evitarlo, para ahora, tenemos a un Mo, capaz de decir NO. Y para muchos, la palabra NO puede significar algo mínimo de hacer, porque respetan y valoran lo que en realidad sienten, pero, para muchos otros que sentimos que no merecemos o que debemos hacer más, un no, puede significar un esfuerzo increíble, así que, Mo, por fin, fue capaz de poner un límite, y no cualquier límite, sino, a aquel causante de todo su sufrimiento.
Arte: Old Xian
La traducción de ninguna imagen me pertenece.
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¿CON QUIÉN ME QUEDÉ?
Lidiar con la muerte es un trabajo que heredas. ¿Te acostumbras? Relativamente. Por más profesional que seas no dejas de ser humano; aunque a veces, por salud mental, te bloqueas, y la gente piensa que te vale madre todo el dolor que hay a tu alrededor.
Es importante que cada funeral sea perfecto. Flores, ataúd, comida y bebida, sillas, mesas, todo, absolutamente todo debe ser impecable; que los únicos problemas sean entre los familiares de la persona fallecida. Si alguna vez diera una conferencia o hiciera stand up solo diría: ¿Qué he visto en mi trabajo? ¡Dispara! Lo típico, ¿Problemas de herencias? Check. ¿Las esposas que no sabían de la existencia una de la otra? Check. ¿La llegada de la pareja gay, de la hija o hijo fallecido, que los papás no sabían que era gay? Check. ¿Batalla campal entre la primera, segunda, tercera, hasta la ene esposa, incluidos hijos, hijas, y demás parientes del difunto? Check. ¿La llegada del novio gay del esposo fallecido? Check. ¿La llegada de la novia lesbiana de la esposa fallecida? Check. ¿Quieres que le sigamos? La verdad no me seduce hablar de todo el vómito que hemos limpiado. Todo sucede aquí, y así como sucede se va, y se olvida; o eso creía.
Nadie pensó que mi madre me dejaría el negocio, pues nunca nos llevamos bien. Mi tío Modesto me dijo que lo hizo porque sé escuchar, y hablar con las personas, claro, a menos que sea mi familia.
Casi tiro el trago cuando mi tío me lo dijo, pero era verdad, a veces eres bueno para hacer cosas que no te emocionan del todo, no es que no te gusten, pero tampoco te fascinan. Soy el Claudio Caniggia de las funerarias.
Desde pequeño veía a los empleados de mi madre, gente buena, alegre, algunos brillantes, no hablo de inteligencia, si no de personalidad; pero cuando había algún rezo o velación, al entrar en las salas se volvían nadie, se volvían silenciosas figuras furtivas que nadie notaba, pero que ahí estaban, controlando y arreglando todo. Comida, bebida, sillas. ¿Una bocina y un micrófono? El diligente empleado parecía adivinar el deseo del deudo; y lo cumplía con celeridad y eficiencia. Y la más furtiva de todos, mi madre, después de checar que todo marchara sobre ruedas, entraba a su oficina, sonreía, y parecía volverse del doble de su tamaño, tras un trabajo bien hecho.
Pero como la cabeza, mi madre era la encargada de escuchar a la gente, sus odios, sus penas, sus buenos y malos recuerdos, sabía decirles lo que debían oír, y luego, por salud mental, olvidarlo todo. Eso requiere inteligencia, además de una cierta dosis de egoísmo. Y de repente, eres tan parecido a esa persona con la que te llevabas tan mal.
Aunque no lo crean, en este rubro de negocios hay convenciones, y como en todas las convenciones, me imagino que hasta en las de sacerdotes, hay una noche de alcohol y putas, con after incluido en la suite o casa de alguien. En el after de una de tantas convenciones, un colega yucateco decía, hablando como Cucho, el de Don Gato:
—“Bochito, por muy vergas que seas, por muchos años o putas generaciones que tu familia lleve en el negocio, todos nos quedamos con un muerto, y ahí lo vas a tener, en tu pinche cabeza, para siempre”.
No sé si mi madre se quedó con algún muerto. Si tuviera que apostar supongo que sería mi padre. Fue una tortura verla tan profesional en la sala de velación, y quebrarse en mil pedazos en la oficina, o en la cocina, al lado de su personal, y pasar de un estado a otro a cada rato, que chinga. ¿Y yo? Impecable, de traje, cumpliendo mi papel quieto y en silencio, haciendo, siendo, pero, sobre todo, contestando lo que se me indicó.
No sé si por miedo a quebrarse en público, mi madre evadía hablar con la gente, así que fui yo el receptor de los pésames, comentarios, y hasta chistes; mi padre era un hombre sumamente alegre. Y aunque en vida de mi madre nunca trabaje con ella, y/o para ella, supongo que ese día me gané mi herencia. Mis hermanos eran muy chicos para no estar jugando en el patio con los demás niños pequeños.
Siempre tuve dudas acerca de si ese chistoso yucateco tenía razón, si la tenía solo habría que darle tiempo al tiempo, aunque el desapego que me había formado no creía que fuera a pasar.
Un día llegó una chica, seria, alta, pelo muy negro, muy lacio, muy largo, en resumen, guapísima. Sus gafas, su forma de hablar, su rostro, todo decía seriedad y educación. Pero su vestimenta era confusa, para mí. Su delgado y bonito cuerpo estaba enfundado en un muy entallado vestido negro que casi llegaba al suelo, de manga larga, como los que usan las mujeres de ciertos grupos cristianos, pero sus tatuajes, en el cuello y las manos, un chaleco de mezclilla negra, con las mangas más arrancadas que cortadas, con parches, picos y estoperoles, un chaleco obviamente punk; todo eso me decía que de cristiana no tenía nada esta guapa Morticia con aire intelectual.
Muy seria y escueta pidió un servicio en la sala de velación grande. Sin flores, sin imágenes religiosas. Por eso no me sorprendió tanto lo que horas después presencié durante el servicio. Pidió comida para doscientas personas, y antes de que le dijera que el salón solo podía albergar ciento cincuenta, me indicó que los asistentes serían poco más de cien. Sus indicaciones incluían que hubiera hielos, y muchos, realmente muchos vasos desechables, y que tuviéramos espacio disponible en nuestros refrigeradores. Pensé, nada del otro mundo, no es mi primer rodeo. Ya sabía lo que era hacer servicios para mariachis, drags Queens, nuevos ricos de barrio, líderes sindicales, líderes estudiantiles, bueno, pensé que ya lo había visto todo, que nada me podría sorprender; que gran error.
— Procure que el estacionamiento este totalmente despejado.
— ¿Traerán muchos vehículos?
— Mis padres son…, bueno, mi padre, era biker.
— Ho.
Lo único que pensé es que debía estar preparado. Íbamos a recibir mucha gente, gente ebria y ruidosa, nada que no hubiéramos afrontado antes.
En México, no son frecuentes los servicios con ataúd abierto. Hay veces que ni veo al difunto, dicen que mi madre hasta platicaba con ellos. Yo solo dejo que la gente haga su trabajo, no soy ese gran hermano que era mi madre, siempre presente, aunque no estuviera ahí; pero si las cosas no se hacen como debe ser, todo mundo sabe que van a recordar hijo de quien es este servidor.
La sala de preparación es más blanca que la conciencia de los niños de Fátima, y huele a hospital, no huele, ni recuerdo que alguna vez oliera a formol, a muerte. Eso se debía a don Benito; esa fue una de sus últimas preparaciones. Poco tiempo después heredaría el puesto a su, igual de eficiente y discreto, sobrino. El padre de mi clienta parecía dormir. Con mi traje negro, eso sí, de corte muy moderno, y mis manos, siempre agarradas al frente, sobre mi regazo, suspiré y sonreí con profunda satisfacción.
— Como siempre, se lució usted, don Benito.
— Gracias patrón.
El hombre de gran barba parecía dormir, dormir y sonreír como una Mona Lisa. Sin camisa, con un chaleco de un, debo reconocerlo, cuero precioso, de ese cuero que sabes que no es nuevo, pero que ha sido cuidado, mimado. A la izquierda un parche de Motorhead, a la derecha un parche de Judas Priest, algunos estoperoles, me pareció muy sobrio para lo que había visto en esta clase de personas.
— Dijo la clienta que era el chaleco preferido del señor.
— No lo dudo.
Habían escogido un ataúd de madera de cerezo, con barniz oscuro, sin motivos religiosos. Todo era como debía ser.
Al otro día seria la ceremonia. Un buen jefe sabe delegar, me gusta que todo marche sobre ruedas, y aunque ya dije que nunca he sido un gran hermano omnipresente, como mi madre. Aun así, no podía evitar, de vez en cuando, aparecerme aunque, teóricamente, mi presencia no fuera necesaria.
Después del gym fui a mi casa a ponerme el traje, uno muy parecido al que uso para trabajar, solo cambio la corbata negra por una con un diseño de moda, y la camisa blanca por una de color rosa pálido, daría una vuelta por el negocio antes de salir.
Cuando llegué, había un verdadero caos, “Breaking the Law” se oía hasta la calle, el estacionamiento estaba lleno de motos de gran cilindrada; otras más hacían fila en el exterior. Además de la música, se oían gritos, cristales que se quebraban, alcohólicas carcajadas y porras para el difunto.
¡El presidente, el presidente, ra ra ra!
Rápidamente me precipité hacia mi oficina, estaba preocupado pero, como siempre, impávido. No llegué, en la cocina encontré a Roberto, mi mano derecha, quien instalado en plan de jefe dirigía el ir y venir del personal, como hormigas obreras iban de aquí para allá con botes y bolsas de basura, hieleras, vasos, botellas, cubetas, escobas, trapeadores, etcétera.
— ¿Todo en orden Roberto?
— Hasta ahora si, patrón. ¿Pero si siguen tomando así, quién sabe?
— Sigue, voy a checar este caos, a ver que dios dice.
Sali de la oficina; en un extremo del estacionamiento habían puesto unas bocinas, un grupo de bikers barbones, casi todos, con paliacates en la cabeza y chalecos de cuero, bebían directamente de las botellas de alcohol o de grandes botellas de cerveza. Caminé hacia la sala de velación, el ruido y los olores eran dignos de un bar de mala muerte, atiborrado, típico sábado por la noche. A pesar de los anuncios de “prohibido fumar”, el olor a cigarro era intenso, la alfombra estaba llena de charcos que no tenía la menor intención de saber su origen, y basura, basura como si se tratara de un clásico en el estadio azteca. Sillas, mesas, hieleras, tiradas por todos lados, el olor de algunas macetas me decía que definitivamente habían sido utilizadas como urinales, y varios cuadros estaban en cualquier otro sitio menos en el que debían estar. Comenzaba a preocuparme cuando vi a un tipo musculoso, obviamente afrodescendiente, de mínimo un metro noventa, enfundado en la típica vestimenta biker, pero además, con unas chaparreras, que serían la envidia de cualquier campeón charro o vaquero. Cuando lo vi pensé que los Hell’s Angels no dudarían en reclutarlo. Caminaba hacia a mí con paso lento e intimidante, sentí un nido en la garganta, si, un nido, no un nudo. Mientras trataba de recordar mis clases de krav magá, y pensaba en como controlaría esa situación, el tipo se paró frente a mí, y casi traspasando la solapa de mi traje con su dedo, preguntó:
— ¿Eres quién manda aquí?
— Así es caballero. — Contesté con un control y seriedad que mi madre hubiera aplaudido, momento; ¿A quién quiero engañar? Mi madre no me aplaudiría ni aunque algún día subiera a un escenario a recibir un Oscar.
— Mira compa, la banda es loca, y queremos despedir al hijo de perra del presidente como ese cabrón hubiera querido. — Llevó su mano hacia el interior de su chaleco. ¿La despedida incluía fuegos artificiales aderezados con mis sesos?
— Espero que con esto ya no halla pedo de lo que se pueda haber roto o halla que limpiar. — Y me entregó un sucio y grasoso sobre, con olor a humedad, pero bastante abultado. El interior del sobre estaba lleno de billetes de cincuenta dólares y de quinientos y mil pesos, casi me hacen sonreír y poner ojos de ánime.
— Están en su casa caballeros. — Contesté, calmado y serio, mientras me guardaba esa pequeña fortuna en el interior de mi saco. Esto, seguramente, si pondría orgullosa a mi madre.
— Cualquier pedo preguntas por el vicepresidente — me dijo el gigante, y se alejó con el mismo paso perdonavidas con el que se acercó.
Cuando era adolescente hubo un servicio muy peculiar. El protagonista fue el coach del equipo de futbol americano del politécnico del estado, vaya que esa gente bebía y gritaba, aunque nunca al grado de lo que presenciaba, en ese momento, con los bikers. Cuando las cosas empezaban a salirse de control, mi madre se encerró en la oficina con la viuda y su hijo, el capitán del equipo, y dos profesores del staff del difunto coach, cinco minutos después salieron, mi madre hablo con el papá de Roberto, su mano derecha, y escuché como decía:
— Prepárate, esto va para largo, y mientras paguen me importa una chingada la basura o lo que tengamos que limpiar, aunque sean condones usados en los lavabos de los baños.
— Si patrona.
Pensaba en ir a la caja fuerte, pero vi, en el otro extremo de la sala de velación, a la hija del difunto. Al parecer, solo algunas sillas del frente seguían en donde debían; en una de ellas estaba la guapa chica, en una escena que parecía fuera de lugar. Con las manos en actitud piadosa sostenía un rosario, rezaba, y cuando estuve cerca, vi lágrimas rodar por su mejilla. Se levantó, caminó hacia el féretro, puso el rosario en manos de su padre, y con semblante y postura de profunda postración se dirigió a la salida de la sala.
— Mi sensible, religiosa y estudiosa hija, siempre le dije a mi hombre que algo habíamos hecho muy mal con ella… o nos la cambiaron en el hospital el día que nació.
Volteé y vi a una de las mujeres que más profunda impresión han dejado en mi vida.
Una mujer muy alta y algo gorda de unos sesenta años, botas de hombre, jeans, chaleco de cuero café, una playera negra con un par de manos en actitud de oración. Mas desparramada que sentada, la pierna cruzada, una botella de Jack Daniel’s en la mano derecha. Su larga cabellera café oscura, entrecana, por momentos, me hacía recordar a la de su hija. Su mirada era fuerte, directa, profunda, de lejos podría parecer despreocupada, pero si la veías de cerca no era nada diferente a esas viudas fuertes y dignas, a esas que estaban incólumes, estoicas, como si nada pasara, pero que a solas habían llorado hasta quebrarse por completo. Sus ojos y su sonrisa de, ya valió, la delataban. Estoy seguro que su rostro, en algún momento, fue realmente hermoso, una verdadera y sexy chica mala extraída de “Nacidos para perder”.
— Así que tú eres el gerente guapito y medio mamón. Ven, siéntate conmigo. — Busqué una silla y lo hice. — soy una perra pero no muerdo… como lo hacía antes. — Dio un gran trago a la botella que tenía en la mano — Parece que este día nadie se acuerda de mí. Siempre te ven como la que está detrás de su hombre, pero no, o no, puta madre, siempre estuve a su lado, nunca detrás de él. Tu eres mi perra, y yo soy tu perro. Mi Harley y mi perra, no necesito nada más.
— Seguramente fueron muy felices.
— Ahórrate los discursos pendejos que tienes que echarles a las viudas de alta suciedad. Mejor tómate un trago conmigo — así lo hice, tomé esa botella y le di un trago como no lo había hecho desde la universidad. — Ni un solo gesto, lo delicado y mamón solo lo traes por fuera chamaco. Te contaré algo, Hace más de veinte años apuñalaron a mi hombre en una pelea, casi muere, y cuando íbamos al hospital en la batea de una pick up, me dijo. “Mónica, eres la mejor perra de todas, naciste para ser quién eres hasta el último día de tu vida, si muero, seis meses de luto. ¿Me oíste? Seis meses, y después buscas un perro igual o más chingón que yo. Vive siendo quién eres hasta el último día de tu vida”.
— Gran historia.
— Así es señorito. A los viejos solo nos quedan buenas historias. ¿Sabes algo, bonito? — Nunca había dejado de mirar el ataúd, pero en ese momento giró la cabeza y me vio fijamente, con una sonrisa entre seductora y sardónica, y después de unos segundos de silencio empezó a hablar — Después de ver lo que acabo de ver en tus ojos, si tuviera veinte años menos, regresaría en seis meses, nos montaríamos en una Harley rodaríamos como dos verdaderos perros. Y luego te montaría como nunca nadie te ha montado en toda tu maldita vida. — empezaron a rodar lagrimas por su mejilla — Y oiría a mi hombre gritarme desde la tumba: “Enséñale a ese niño bonito quien es “la perra”. Conviértelo en un perro, tú puedes”.
Tomé un enorme trago y vi los ojos de esa mujer, había mucha tristeza pero también mucha paz, para muchos suena extraño pero no para los que estamos en este negocio. Esa mujer de sesenta y tantos realmente había amado su vida y como la vivió.
La hija del difunto apareció por la puerta de la sala de velación y se dirigió hacia nosotros,
— Madre, madre, debes descansar. — Su tono era casi maternal y mandón, claro, hay momentos en que los padres y los hijos intercambian papeles. La madre dio la mano a la hija y ésta la ayudó a levantarse, lentamente. Una vez de pie le dio un ultimo trago a la botella, me entregó el resto.
— Termínala a mi salud, bonito.
Ambas mujeres dieron la vuelta y caminaron hacia la puerta de la sala, erguidas, dignas, dos mujeres fuertes y dignas. Pocos metros después de la puerta, la viuda choco el puño con un biker que se acercó, de una manera tan respetuosa, que me pareció rara para gente como ellos. A la botella le quedaban tres o cuatro tragos, sin miramientos los volví dos. Tiré la botella hacia atrás, se hizo añicos, un biker volteo hacia mí, solo hizo un gesto de “salud” y siguió en lo suyo.
Sali de la sala y me topé con Roberto.
— Me voy.
— Si patrón.
Guarde el sobre en la caja fuerte, solo tome unos billetes, sin fijarme en su denominación; tome el celular y marqué.
— Se cancela la salida, lo siento.
Solo colgué, apagué el celular y lo guardé en un cajón de mi escritorio.
Sali a la calle y tomé un taxi.
— Lléveme por favor al Juanito´s.
— Va usted muy elegante para ese tugurio, jefe, lo van a asaltar.
— Sé muy bien a donde voy.
— Usted manda.
Una vez que llegamos a dicho lugar atravesé la puerta, el lugar estaba lleno de punks, góticos y demás fauna por el estilo. En una esquina había varios punks, uno de ellos, que hacia ver pequeños, pero sobre todo flacos, a los demás, me miró, me barrió con curiosidad, caminó hacia a mí, luciendo como pavorreal, su mohicano y su chaleco lleno de parches, estoperoles y picos que resultaban peligrosos hasta para el mismo usuario.
— ¡Méndigo enterrador de mierda, cuantos putos años sin verte!
— ¿Nos vamos a chingar unas caguamas o quieres echar novio pinche maricón?
Me puse una borrachera como no lo había hecho en años.
Cuarenta y ocho horas después todo volvió a la supuesta normalidad, y no, nunca pensé comprarme una Harley, pero hoy se cumplieron seis meses del velorio del biker, y decidí comprarme una Les Paul de doble pastilla humbucker.
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Riyo se quedó aturdida. Miró ausente a los dos hombres que recogían las cosas de Yoshio. En el estante vio las dos bolsas de té que éste le había comprado. Una estaba por la mitad, con el borde doblado.
—¿Lo conocía usted, señora?
—Sí, un poco.
—Era un buen hombre. No tenía por qué haber ido a Omiya. Alguien se lo pidió y salieron después de mediodía. Es para volverse loco: sobrevivió a la guerra y cuando vuelve, esto...
El otro, un muchacho fornido, quitó la postal de Yamada Isuzu de la pared de la alcoba y le sopló el polvo. Riyo tenía la mente en blanco. La pequeña estufa, el hervidor, las botas... todo seguía donde antes. La pizarra llamó su atención; había un mensaje burdamente escrito con tiza roja: «Riyo, esperé hasta las dos».
Riyo cogió a Tomekichi de la mano y cargando su pesado macuto a la espalda salió orillando la alta valla de madera. Súbitamente empezaron a correr ardientes lágrimas por sus mejillas y un abotargamiento, hormigueando desde dentro, le agarrotó la cara.
—¿Ha muerto el tío Yoshio?
—Ajá.
—¿Dónde?
—Dicen que se cayó al río.
Riyo lloraba al par que caminaba. Las lágrimas fluían. Lloró hasta que le dolieron los ojos.
Llegaron a Asakusa sobre las dos de la tarde. Cuando avistaron el puente de Komagata siguieron caminando junto al río hasta el de Shirahige. Riyo miraba el río mientras caminaban, era de un azul prusia casi negro, como el mar, y supuso que debía de ser el famoso Sumida.
La mañana que se separaron, Riyo le había dicho a Yoshio que sería una calamidad si salía embarazada, y Yoshio respondió que él asumía toda responsabilidad, que no se preocupara. Le dijo que le gustaría ocuparse de ella; le podía dar unos dos mil yenes al mes. Chupando la punta de su lápiz había anotado en su cuadernito la dirección de Riyo en Inari-chō. Antes de separarse Yoshio le había comprado a Tomekichi una gorra de béisbol bordada con el nombre de un equipo en una tienda de confección de Tawaramachi. Finalmente dieron con una lechería en la avenida —que estaba hecha un barrizal— y pidieron una botella cada uno.
Mientras paseaba de cara al viento que se levantaba del río, Riyo pensaba en lo ocurrido. Una banda de aves acuáticas levantaron el vuelo allá por Shirahige, apenas visibles. Chalanas y gabarras surcaban la corriente azul oscuro. En su mente la imagen de Yoshio era vívida, más nítida que la de su marido.
—Mamá, cómprame un tebeo.
—Luego.
—Pero acabamos de pasar por un puesto lleno.
—¿Ah, si?
—¿No lo viste?
Riyo dio la vuelta. No sabía adónde ir. Le parecía que jamás volvería a toparse con un hombre como Yoshio.
—Mamá, vamos a comer algo.
Riyó perdió de pronto la paciencia con Tomekichi, que no hacía más que pedirle esto y aquello. Estaba lindo con aquella gorra blanca con el nombre bordado en rojo. Caminaron sin rumbo. Mirando las chapuceras casuchas de la ribera sintió envidia de los que tenían siquiera un hogar. Una casa con ropa de cama oreándose en la ventana del primero le llamó la atención y corrió la puerta de celosía.
—Traigo té de Shizuoka, que huele a gloria —pregonó con un deje encantador—. ¿Quieren comprar?
Nadie respondió, así que volvió llamar. Del piso de arriba llegó una voz áspera de mujer joven: —¡No queremos!
Seguidamente Riyo abrió la puerta de cristales de la casa contigua: «Traigo té de Shizuoka». «Pues mira qué bien; pero no hace falta», respondió una voz masculina desde dentro. Riyo llamó porfiadamente en una casa tras otra, pero nadie la invitó a descansar su macuto. Tomekichi remoloneaba detrás, protestando. A Riyo le gustaba plantarse ante las puertas de las casas, aunque no le compraran nada, porque la quitaba de pensar en su desgracia. Mejor que mendigar, pensaba. El pesado macuto le agarrotaba los hombros, así que se puso una toalla baja cada correa, donde se le clavaban.
Al día siguiente dejó a Tomekichi en casa y salió sola hacia Yotsugi. Sola, podía pensar libremente en Yoshio todo lo que quisiera. Rodeó la valla de la obra y vio con sorpresa que había fuego crepitando dentro de la caseta. Acomodándose la carga, se acercó a la puerta de cristal; el pensamiento se le iba con nostalgia a aquel primer día. Un viejo con un tabardo estaba echando leña en la estufilla. Por el respiradero de la ventanita salían vedijas de humo de la candela.
—¿Quién es? —preguntó el viejo entre toses, dándose la vuelta.
—Solía venir por aquí a vender té.
—Ah, no necesito, todavía me queda mucho de uno de primera.
Riyo soltó la puerta de cristal y se fue de allí toda prisa. Qué iba a ganar entrando. Aunque no le faltaban ganas de preguntarle al viejo dónde vivía la hermana mayor de Yoshio, para ir allá y por lo menos prender incienso por él; pero decidió dejarlo estar, eso también. Era para nada. Todo le daba ya igual. Sentía que si por azar estaba embarazada de Yoshio no podría seguir viviendo, aunque no sabía cómo había llegado a esa conclusión. En algún momento su marido volvería de Siberia; con todo y con eso había determinado que si algo se torcía no le quedaba otra salida que la muerte.
Sin embargo el sol brillaba inusitadamente claro, envolviéndola toda, y las verdes hierbas en ambas márgenes del cauce seco del río se le grababan a fuego en los ojos. Su conciencia estaba incólume, lo que no dejaba de sorprenderla. No sentía la menor culpa ni contrición por haber estado con Yoshio. Riyo había ido a Tokio con la intención de ver cómo se daba la venta y volver a Shimizu si le iba mal; pero Tokio le gustaba y ahora, para bien o para mal, pensaba quedarse, aunque acabara muerta en la calle.
Riyo se sentó en la hierba verde del terraplén. Abajo, junto a unos bloques de hormigón yacía abandonado el cuerpo de un gatito, dándole la espalda. Se levantó sin demora, cargó el macuto al hombro y echó a andar hacia la estación. Sin pensar, dobló por una calleja angosta y llamó ante la celosía y la puerta de cristales de una casa ruinosa reparada con tablones disparejos.
—¿Querrán té de Shizuoka?
—Vamos a ver ¿cómo sale? ¿está caro?
Cuando Riyo corrió la puerta varias mujeres se volvieron a mirarla. Estaban cosiendo la entretela a calcetines tabi, por lo visto trabajaban a destajo.
—Espérese usted un momento —dijo una mujer menudita desapareciendo en la habitación contigua—. Voy a por una lata.
Allí estaban aquellas mujeres atareadas cosiéndoles suelas a los tabi ¿acaso era ella distinta? De vez en cuando destellaba una aguja.
Hayashi Fumiko
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¡Feliz Día Mundial del Libro!
Desviándonos un poco del propósito primordial de este blog, que es hablar de cine, el día de hoy comparto con ustedes cuatro libros excelentes, cortos, y reflexivos para distraernos durante estos días de cuarentena, son perfectos para leer en el curso de unos cuantos días, pero que causan un impacto tan profundo que son difíciles de olvidar, y duran mucho tiempo rodando en la mente.
La Tragedia del Rey Ricardo II, de William Shakespeare: Un drama histórico de Shakespeare suena como algo difícil para taclear, ya que son ciertamente distintos a sus obras más conocidas (como Romeo y Julieta, o el Sueño de una noche de verano), pero la sencillez y la humildad narrativa de Shakespeare llevan al lector de la mano en esta historia en la que, un rey joven, Ricardo II, es malaconsejado, lo que lo lleva a desterrar a miembros de la corte que, cuando él mira a otro lado, regresarán al reino para quitarle todo lo que le pertenece por derecho divino: el poder, la soberanía y el contacto con Dios mismo desde que lo hizo rey. Una obra que explora la debilidad humana comparada con la titánica creencia de la divinidad del rey, y cómo esta última casi siempre resulta ser un arma de doble filo, pues “nada podemos llamar nuestro sino la muerte y esa parte pequeña de tierra estéril que cubrirá nuestros huesos”.
El Señor de las Moscas, de William Golding: Recomendada por mi novia desde hace mucho tiempo, terminé recogiéndolo del librero para darle una oportunidad, y debo decir que es uno de los libros que más me ha impactado en un tiempo. Su condición de novela filosófica o alegórica es bien conocida, pero sugiero leerlo como lo que es: una historia, y tras ello indagar en las implicaciones que plantea, que son tan antiguas y eternas como el ser humano: el origen de la maldad, de dónde procede el rencor y la envidia, y cuál es el verdadero enemigo de los hombres, ¿el exterior indomable, o nosotros mismos? La historia va de un grupo de niños de entre seis y trece años que están siendo evacuados en medio de una guerra no especificada, y tras un bombardeo, su avión cae en medio de una isla desierta en el Pacífico, rápidamente se dan cuenta de que no hay adultos con vida, solo están ellos. Inmediatamente Ralph, el protagonista, descubre una concha y sopla en ella, y al escuchar el ruido los niños se reúnen y organizan sus prioridades. Nadie se conoce entre sí, todo indica que eran de diferentes escuelas y los únicos que tienen relación son los miembros de un coro, liderado por un niño pelirrojo llamado Jack. Son las tensiones entre los protagonistas, las relaciones de poder que se entretejen entre los niños, y la internalización de opiniones y sentimientos lo que hace que el orden establecido comience a irse por la borda, y es ahí donde Golding nos revela la verdad del ser humano: “la pérdida de la inocencia y las tinieblas que envuelven el corazón del hombre”.
Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor: Esta novela mexicana de gran éxito se ha posicionado como uno de los mejores trabajos de la literatura mexicana moderna, escrita en bloques titánicos de una prosa popular e hipnotizante, la historia de Melchor nos presenta a personajes casi conocidos, en un ambiente tan familiar que se siente como si, en lugar de leerlo, nos lo arrojara directo en la cara y nos hiciera vivirlo. Basada en reportes policiacos y notas periodísticas, esta novela es la historia de un pequeño rancho en el Estado de Veracruz, La Matosa, en el que vive una bruja que le hace los trabajos al pueblo bajo el manto de la noche y en total secreto, escondida de la idéntidad catoliquísima que la gente adopta con la luz del día. Un día la Bruja es encontrada muerta entre un carrizal, y poco a poco, a la luz de las investigaciones, las denuncias generadas por el odio y la envidia, y los chivos expiatorios que la policía toma, comienza a descubrirse la verdadera identidad de su asesinato, pintando el cuadro de todo el pueblo, un sitio tan similar a todo México, donde la vida secreta, la vida pública, el humo, espejos, verdad y apariencias se unen para revelarnos el verdadero corazón mexicano.
Pequeño País, de Gaël Faye: Ganadora del Goncourt des Lycéens 2016, esta hermosa novela es la primera del músico franco-burundés. Escrita desde una perspectiva muy particular: la de un niño franco-africano descendiente del mestizaje y el colonialismo. Es un tema que, aunque apartado en la historia de América, México en particular, sigue siendo muy sensible, y tal vez es esta la razón por la que conecté con él: trata el problema de la identidad racial y nacional, la eterna pregunta de si somos de aquí o de allá, y lo aborda con un cuidado extraordinario, el cuidado que solo puede imprimirle una persona que vivió en carne propia los eventos traumáticos que narra este libro. Trata de Gabriel, un niño pequeño que vive en Buyumbura (capital de Burundi en África Central), con su padre francés, su madre ruandesa, y su hermana. Tiene una infancia cómoda, son adinerados, más que nada por la condición de su padre, sin embargo, inmediatamente, Gabriel se da cuenta de las diferencias que existen entre él y los demás niños, él es mitad blanco, acomodado, y con lujos (como una bicicleta) que no poseen los demás. Vive en un barrio de europeos retirados, y se junta con más niños mestizos. Roba mangos con sus amigos, se meten a escondidas a la piscina de la Escuela Internacional, y tiene una infancia feliz, hasta que, el año en que sus padres se separan, comienza la guerra civil burundesa, en la que el ejército toma el control de las instituciones francófilas, lo cual los pone en una situación comprometedora, las balas se escuchan toda la noche, huele a humo y a llantas quemadas, ya no van a la escuela, y poco a poco, los amigos de Gabriel regresan con sus padres a Francia o Bélgica o Grecia o de donde sean, dejándolo solo. Poco después noticias horribles llegan de la frontera norte: ha iniciado la matanza de un grupo racial por un hecho tan simple como la forma de su rostro, el gobierno ruanés inicia una limpieza racial que involucra la eliminación de los tutsis. Cuando Gabriel se lo cuestiona a su padre (que se resiste a creer que corren peligro), este le explica que no es una guerra por religión, territorio, lengua o costumbres: hutus y tutsis comparten todo esto. “Entonces… ¿por qué están en guerra?”, pregunta Gabriel. "Porque no tienen la misma nariz", responde su padre. Es la guerra vista desde los ojos de un niño lo que vuelve particularmente desgarradora a esta novela, presenciar a través de sus ojos la destrucción del status quo, de todo lo que conoce desde su nacimiento, y ver cómo todo se le va como agua entre las manos. También es una lucha personal, Gabriel es demasiado blanco para Burundi, demasiado negro para Francia, y se encunetra habitando territorio ambivlente, ¿quién soy yo?, ¿qué soy yo? “[…] Mi vida parece una larga divagación. Todo me interesa, nada me apasiona. Me falta la sal de las obsesiones. Soy de la estirpe de los indolentes, pertenezco a esa media perezosa”.
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Discusión | The Owl House T1 | Capitulo 18 y 19
En este blog discutiré un poco los puntos importantes e interesantes de los últimos dos capítulos de The Owl House y de cómo me parecieron.
Capítulo 18:
Este capítulo sí que fue muy intenso.
Lilith intentando capturar otra vez sin éxito a Eda, esta vez con más gente [Que no sirvieron ni para dar pelea]
Por otro lado, Luz quiere ayudar a Eda con su maldición, ya que cada vez se ponía peor, por lo que aprovecha la excursión al Castillo del Emperador para robar una especie de sombrero que según dicen cura maldiciones, pero al contrario de sus intenciones al final termina siendo la causa por la que Eda fue condenada.
[Ya me lo esperaba cuando vi que Eda y King se esforzaban en hacerle una celebración a Luz, incluso Eda le estaba tejiendo una capa mágica, ya presentía que esto iba a terminar muy mal 😢]
Una cosa interesante que Kikimora explica en el tour es que el emperador puede hablar con el titan, y que este sería como especie de dios [desde acá ya me huele a una clase de secta peligrosa, simplemente porque es obvio que el emperador utiliza esto a su favor para controlar a todos los demás, en otras palabras, se pone como gobernador y abusa de ese sistema]
Cuando se muestra el salón donde se encuentra Belos, se llega a ver un corazón gigante, que supongo es del titan y esto podría significar mucho para más adelante.
Luz junto a sus amigos son interceptados por Lilith que termina capturando a Luz para atraer a Eda [Una cosa interesante de ahí es cuando se escucha una voz, que supongo es de Belos, revelando que puede ver todo lo que ocurre en su castillo y nose si más]
Eda obviamente va a su rescate, pero Lilith utiliza a Luz como escudo para acorralar a Eda [Tramposa].
Vemos el enfrentamiento entre ellas dos, que estuvo muy bueno [No se metan con la aprendiz de la Dama Búho XD] y con esos increíbles movimientos en la animación. [Además de que Eda sí que se lució y eso que no estaba en su mejor forma como ella dice]
En medio de eso, en un impulso Lilith revela ser la responsable de maldecir a Eda [Que realmente fue una sorpresa para mí, aunque ahora si me pongo a penar tiene sentido, por algo ella se empeñó tanto en meterla en el aquelarre del emperador para que este pueda deshacer su maldición. Dicho de otro modo, quiere deshacer el error que cometió], Con la pelea que tuvieron puedo suponer que, en su momento, sentía envidia de su hermana ya que era más poderosa que ella y en un impulso termino por maldecirla [Esto se confirma a más detalle en el siguiente]
Luz no ayudo mucho, incluso después de liberarse de la burbuja de Lilith termino por caerse del puente obligando a Eda utilizar la poca magia que le quedaba para salvarla. Donde se muestra una de las escenas más tristes donde Eda se despide de Luz antes de que Eda termine siendo convertida en buho y capturada.
En este capítulo ya se mostró el aprecio que le llego a tener Eda a Luz hasta el punto de considerarla como parte de su familia.
Capítulo 19:
Este capítulo empieza justo donde termino el anterior.
Luz se siente culpable porque capturaron a Eda por su culpa por lo que se dispone a salvarla [Estrenando su nueva capa], acompañada de King.
En el castillo, Belos le exige a Eda el portal al reino humano [Y aca me pregunte por primera vez ¿cómo fue que Eda termino dando con el portal? ¿No es algo que se conseguía fácilmente?], lo cual esta obviamente rechaza.
Belos le dice a Lilith que no va a curar a su hermana [Ja, no me sorprende] sino que la va a manda a petrificar, ya que según él es por voluntad del titán [Si, sí, claro 😒😒 utiliza al titan como excusa para que cumplan tus caprichos]
En tanto Luz se dirige al Conformatorium, lugar donde condenarán a Eda [Esto termina donde empezó todo, el Conformatorium 😯] la podemos ver que muestra mucho su resentimiento y también que ya se ha vuelto muy hábil con la magia, incluso peleó de forma espléndida varias veces [No entiendo porque no lo hizo antes].
Hallan a Eda [Segunda despedida triste 😢] y esta le entrega el portal.
Luz tiene un enfrentamiento con Lilith, donde por error terminan cruzando el portal. Aquí vemos que Luz no puede usar magia en su mundo, pero Lilith sí, creo que tal vez esa sea una de las diferencias entre las limitaciones que tiene la magia antigua y la actual.
Nos muestran un flashback, y si, era más o menos como presentía. Como Eda era más poderosa, Lilith hizo trampa para vencerla.
Ese recuerdo me hizo sentir, en vez de compasión por ella, me dio más tristeza por Eda, ella siendo una buena hermana y dándole el puesto y la otra maldiciéndole.
En el mismo también se llegan a ver a los padres de Amity [Me entere después que salían]
Cuando caen en la trampa de Belos y este saca a Lilith y King del camino [Pobre King, además de vigilar la entrada, cosa que fallo, no le dieron ningún otro papel importante].
Belos y Luz tienen una especie de enfrentamiento [Si es que se le puede llamar así] donde Luz logra romperle algo de su armadura [A él, al que llamaban el invencible 😎]
Al final la acorrala y Luz termina por darle el portal, aunque no la llave, pero en el siguiente momento LO DESTRUYE [😢 "Lo siento mamá" 😢]
Llega a tiempo para salvar a Eda y los cuatro terminan por escapar.
Lilith comparte la mitad de la maldición de Eda para retrasar su proceso, aun así, ambas terminan por perder su magia [Lilith creo que solo se debilito por el momento, en cambio Eda si lo termino perdiendo].
Ya al final se muestra a Belos reconstruyendo el portal y haciéndolo más grande [Acá me huele a Grabity Fall, ok no]
Con eso llegamos al final de esta primera temporada. Estos dos capítulos me parecieron simplemente increíbles, estuvieron muy intensos y emocionantes.
Cerro varias de las preguntas que teníamos, pero abrió muchas otras. Ahora me dejo con ganas para la segunda temporada de ver:
¿Sera el Emperador Belos un humano? Ya que su bastón mágico era un tanto tecnológico. ¿O el mismísimo Titan o el que lo derroto?
¿Luz encontrara otra forma de ir a casa? Ya me imagino un capítulo donde van en busca de otra supuesta puerta, pero sin éxito
¿Cómo fue que Eda dio con el portal en primer lugar?
Ahora Eda tendrá que aprender junto a Luz a usar magia antigua. Que, aunque si sería algo interesante de ver siento que no será lo mismo.
Los padres de Amity [Obvio]
Mas profundidad al personaje de King, ¿Es realmente el rey de los demonios y cómo fue que conoció a Eda?
Mas del pasado de Eda.
Y lo mismo, ¿podrán romper la maldición? ya que sabemos quién la origino tal vez podrán sacar alguna información, como ¿Dónde compro Lilith el pergamino y a quién?
Eso y muchas otras cosas más XD
Pero bueno por ahora solo nos queda esperar la segunda temporada con paciencia [Si pude con Steven Universe puedo con esto 😰].
#La Casa Buho#the owl house#the owl house spoilers#the owl house finale#the owl house agony of a witch#serie disney#Disney
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Confidentes
I
Voces, conversaciones. El ruido tenue de los pasillos provocado por decenas de suelas y tacones. Puertas abriéndose y cerrándose. Un edificio de tres pisos; salones en cada uno de ellos. La universidad. Fin de clases.
Estantes, vitrinas. Aroma de alimentos y café. Un último almuerzo: -Apenas y logramos salir vivos. -Ni que lo digas. Juro que no haré mas que estar en cama durmiendo los próximos días. Así celebraré. -No es para tanto. Si de verdad quieres celebrar, la mejor manera es irnos a divertir en viernes por la noche. -¿Realmente me estás proponiendo eso? -¿Realmente me estás creyendo? -ironía en la mirada, recibe la misma respuesta-. -Te extrañaré. Es una pena que nos veamos hasta el siguiente año. -Es una “pena” -alza las manos y utiliza sus dedos para expresar las comillas-, porque así lo prefieres. Sabes perfectamente que nos podemos reunir en vacaciones, o mejor aún, que puedes pasar Navidad conmigo y mi familia. -Tengo que estar en el otro trabajo. Las cosas no han mejorado, y, además, debo administrar los gastos que se harán a lo largo del siguiente curso en la facultad -le contesta con el ímpetu más discreto que le es posible interpretar para evitar fracturarse-. -¿Sabes? Me sorprende tu increíble capacidad interactiva. Y no lo digo porque realmente sea increíble, ya sabes, en el sentido emotivo de la palabra. -Y aquí vamos. No te pudiste hacerte esperar, ¿verdad? -y vuelve a entrar al juego-. -Lo digo un tanto en serio esta vez. Por un momento te abres y me dices que me extrañarás, pero inmediatamente construyes una muralla alrededor cuando te hago una cálida invitación... -Disculpa -le interrumpe-, no quise... -No, no. -también le interrumpe-. Lo que quiero decir es que desde que te conozco, prácticamente desde que estamos en la universidad, nunca he logrado descifrar esa parte tuya. No es que me la pase día y noche intentando resolver el misterio, pero de alguna forma has logrado que eso me intrigue.
Con cierta vergüenza, busca esconderse tras un sorbo de café. Su compañía imita el gesto. Una ventana se abre y una ligera brisa helada entra por la abertura.Siente escalofríos. Lo deja pasar y cierra los ojos al dar un breve suspiro: -Honestamente nunca he cuestionado tu manera de ser, pero es inevitable observar que sólo has convivido conmigo hasta la fecha, aún cuando muestras gentileza y respeto hacia los demás -se limpia el azúcar que quedó en sus labios tras una mordida a su rosquilla. Sólo escucha. No piensa, no hace nada. Sólo escucha y se ríe en silencio. -Por un lado es un privilegio la existencia de nuestra relación pero, por otro lado, a veces me invade el temor de tu desaparición. Aún sabiendo que estarás bien, dentro de lo que cabe. -Por favor, no nos volvamos nostálgicos. El día aún es largo como para que lo arruinemos con algo tan gris. -Insisto en que nada de lo que estoy comentando apunta a algo como eso. -¿Entonces? -respira y agacha la mirada antes de contestar. Busca la manera más clara y menos dolorosa de decirle su temprana agonía. Traga saliva. Sus labios no responden: -Tengo que irme, olvidé que tenía que buscar a mamá. Yo invito. -Muchas gracias. -Cuídate, ¿está bien? Y, por cierto, mi invitación sigue en pie. -Gracias, prometo hablarte para ello -se va sabiendo que escuchó una mentira. Ve cómo se aleja, pero no sabe que es el inicio del fin.
II
Una radio vieja sonando. El televisor encendido, pero en silencio. Imágenes en blanco y negro. Fotografías enmarcadas. Muebles de madera. Sillones y cojines viejos. La estufa encendida. Está esperando en el comedor. Le ofrecen de desayunar:
-Te los preparé tal y como siempre te han gustado. Gracias por venir a visitarme. -Gracias, huele delicioso. También me da gusto verte, aunque sabes que vengo cada fin de semana. -Lo sé, lo sé. Pero no importa, siempre me da gusto tenerte y verte. -¿Y papá dónde está? Me extraña que no esté aquí. -Dijo que tenía que ir al mecánico. Ya sabes que no le gusta que su cacharro ande fallando. Y pues, aproveché para mandarlo por unas cosas al mercado. No ha de tardar. -Si no lo veo hoy, por favor dale mis saludos. Espero verlo la semana entrante. -Claro que sí, no te preocupes. A tu viejo sabes que le da gusto que vengas a vernos -lo dice sonriendo-. -¿Y Lucía? ¿Qué sabes de ella? -Me habló el miércoles. Dice que anda en Argentina. Gozando de una pampa o de la pampa. No le entendí bien. Pero dice que regresa en dos semanas.
Un bocado masticado demasiado lento. Un sutil suspiro. Un breve pero extenso silencio. Recuerdos en cascada. Gritos en la cabeza. Ceño fruncido. Envidia. Responde: -Qué bueno que me avisas. Así podré organizar mejor mis visitas. -Ya reconcíliate con ella. -No empieces, no quiero hablar de eso. -Ya pasó tiempo desde que sucedió lo de aquel día. Es absurdo que sigan así. -No sabes lo que sucedió. Así que por favor, no te metas. -¡¿Que no me meta?! -da un fuerte manotazo en la mesa y alza estrepitosamente la voz, indignada-. ¡Por el amor de Dios! ¡Son mis hijos! ¡¿Cómo carajos no me voy a meter?! -Ya no somos unos niños como para que nos digas cómo nos comportemos o cómo nos tratemos el uno al otro -contestó mientras revolvía su platillo con el tenedor; mantiene la calma-. -¡No me importa! ¡Mientras siga viva, ustedes no se tratarán de esa manera! ¡Son lo único que tendrán cuando nos vayamos tu padre y yo! -gritó mientras se levantaba de la mesa y caminaba alrededor del comedor-. -Ya cálmate y por favor siéntate -lo dijo mientras contenía su furia para no perder el control; su mano derecha apretando el cubierto decía lo contrario-. -Qué bueno que no está tu padre. Ese canalla siempre los consintió y jamás intervino en lo que él llama “dramas innecesarios”. No creo que lo haga ahora. Estoy harta... -bebe un sorbo de té en su taza de porcelana, creyendo que eso la aliviará-. Sigue comiendo. Otro silencio aparece. Es distinto, pero no incómodo. Abraza, pero no acobija. Sólo vuelve nítida la nueva brisa helada que entró por otra ventana que acaba de abrirse. Siente escalofríos. No mueve un músculo. Sigue masticando. Escucha una fractura. El pánico se avecina. -En la mesa te dejé algunos billetes. No es mucho. Espero te sirvan. -Gracias, aunque no es necesario. Tú has de necesitar más ese dinero. -Insisto. -Está bien. -Tengo que irme, muchas gracias por el almuerzo. Por favor me saludas a papá y si se les ofrece algo, no duden en llamarme. -Claro que sí, muchas gracias. Pero antes de que te vayas, déjame decirte algo. -Mamá...-le interrumpe-. -Espera -retoma la palabra-. Simplemente no dejes que el tiempo decida otras cosas.
Tras escuchar, le sostiene la mirada unos segundos y después se da la vuelta. Abre la puerta y dice adiós con la mano. Dubitativo, sólo siente un hueco en el pecho. Posa sus manos sobre su frente como diciendo “maldita sea”. Enciende un cigarrillo. Aspira y expulsa una espantosa bocanada. Empieza a caminar y se aleja de su hogar. Aún no sabe que el fin lo está esperando.
III
Olor a tabaco. Una luz amarillenta brotando de un foco viejo. Cortinas entreabiertas. Nocturnidad. Ecos de neumáticos recorriendo el asfalto. Sábanas revolcadas. Ropa dispersada. Siluetas desnudas: -Lamento que se saliera de la rutina el encuentro de hoy. -No lamentes nada mi amor. Digamos que tuviste suerte de que estuviese libre. -De todas maneras, no volverá a suceder. -Ay, mi amor. ¿Por qué exageras? Sabes que me fascina estar abierta para ti. Eres mi favorito -un seco silencio surge después de estas palabras. Apaga su marlboro en el cenizero. Jadeante, se levanta y recuesta en la cabecera. Cierra los ojos y se acaricia las ideas; su ruido. Le interrumpen: -Hoy estuviste diferente. Me gustó, pero fue diferente. -Fue lo mismo de siempre, no sé a qué te refieres -se sigue acariciando. -Apenas y me saludaste. No me desvestiste como acostumbras, sabiendo que te encanta hacerlo. Te moviste diferente. Dominaste...¿Qué carajos?...no me viste a los ojos, no quisiste mis labios...¿Por qué de repente me parece despreciable su compañía?...ni siquiera dejaste que te pusiera el preservativo...¡Ya cállate y termina tu cigarro, que quiero continuar con lo que venimos a hacer!...Oye, ¿estás bien? -¿Perdón? -abre los ojos y le mira. No sabe a dónde fue. -Hoy estás diferente, eso pasa -enciende otro cigarrillo, ya había acabado el anterior. -No pasa nada. De pronto tuve tiempo libre y quise verte. Así de simple. -Tranquilo. Sólo intento decir que me excitó conocer esa parte de ti -otra vez silencio. Le hace un gesto con la mano para pedirle que comparta de lo que fuma con él. Responde: -¿Y si nos vamos de aquí? -¿Tan pronto? Vaya que me estás sorprendiendo, ¿me alcanzas el sostén? -No me refiero a irnos de la habitación, sino de la ciudad. Del país incluso. Tal vez Panamá o Costa Rica. -Definitivamente no, estás loco. ¿Desde cuándo piensas en esto? -Piénsalo. Sólo seríamos tú y yo. Un nuevo comienzo. -A ver -interviene en seco. -Una cosa es el exquisito juego que tenemos, otra es ser cómplice de ti. Sí he pensado irme de aquí, pero no ahora y mucho menos contigo. Eres el mejor amante que he tenido y probablemente tu gentileza exista fuera de estas paredes. Pero sólo estoy dispuesta a entregarme a ti en este espacio, no más. -Podría trabajar de pescador, no nos faltaría nunca de comer... -¡Basta! ¿Acaso escuchaste lo que dije? No iré contigo a ningún lado. Vete y vuelve sólo si dejarás este teatrito -se levanta, le avienta la ropa y le apresura a vestirse. Apenas ve que termina de colocarse los zapatos e inmediatamente le empuja hacia la puerta. Ya no quiere estar con él.
-No me vuelvas a hablar hasta que esto desaparezca -le azota la puerta. El estruendo lo despierta. No recuerda cómo llegó ahí. Se ve vestido pero sabe que ya había estado con Amelia. Frunce el ceño. Intuye que tiene que irse, pero está congelado. Quieto. Busca su cajetilla. Está adentro. Se desespera. Latidos acelerados. Se quiebra. El final ha llegado. IV
Silbidos. Grillos violinistas. Alas de cuervo revoloteando. Una gota infinita cayendo en el lavabo. El viento columpiándose. Maullidos. Ladridos. Niños corriendo. Cadenas arrastrándose. Todo y nada: -(Carcajada). -¿Qué es gracioso? -(Persiste la carcajada). -¡¿Qué es gracioso?! -Para empezar, el cómo te molestas -sigue muriendo de risa. -Vete al carajo. ¿En dónde estoy? -Hey, tranquilo. No hay prisa. No hay a dónde ir de todos modos. -Tengo que regresar a casa, necesito descansar. -Tonto, pero si ya estás en ella. No me sorprende que no te des cuenta. -¿Y por qué todo está cambiando? -No te fijes en eso, sólo relájate y déjame narrarte una historia. Había una vez... -¡No quiero oír nada! -Bueno, bueno. ¿Qué te parece una pequeña fábula? Se llamará... -¿Acaso no fui claro? -Qué aburrido eres. Aunque, sé lo que querrás ver. Un recuerdo. -No estoy de humor para recordar. Ya te dije que quiero descansar y eso significa dormir y olvidar -intenta cerrar los ojos, pero no se percata aún que no los tiene-. -Pues a mí no me importa si estás de humor o no. Si digo que será un recuerdo lo será -le paraliza, apaga su voluntad-. Shhh, ¿escuchas esos gritos? Ven, acércate un poco. Estoy contigo, siempre lo he estado. -¿A dónde me llevas? -Al momento donde nacimos. Mira, ¿reconoces esa casa? -Ahí nací. -¡Exacto! Ahora entremos -entran y ven dos figuras gritándose-. -Quiero irme de aquí. -Espera, espera. Aún no sucede nada -una de las figuras golpea a la otra con una botella. Sangre salpicada en las paredes. Va tras la niña escondida debajo de la mesa. La calla con el puño. La desviste-. -¡Basta! ¡Basta! -sigue paralizado, no responde nadie y sigue observando cómo esa figura desviste a quien golpeó primero. Les ata manos y pies. Amordaza sus bocas. Se retuercen entre la inconsciencia, el pánico y el dolor-. ¡Por favor! -Jajajaja, ¡pero si viene lo mejor! ¡Ya casi nacemos! -la imagen se aclara, el pasado regresó. Es su padre-. -¿Papá? -tiembla de terror, se ha transportado-. ¿Qué pasa? -Lo que pasará a continuación es el exquisito final -Lo ve de rodillas y se abalanza sobre él. También lo desviste. También lo ata de pies y manos. También le amordaza-. ¿Creíste que esto se quedaría enterrado para siempre? Yo me encargué de que no fuese así. -¡Dije basta! -regresa y detiene todo. Por un momento cree no tener el control, pero siente que puede recuperarlo. Comienza a darse cuenta que no está en su casa o en algún lugar familiar. Sigue sin saber en dónde está. Retoma la conversación con la oscuridad: -¿Quién eres?, ¿qué me estás haciendo? -Ohh vaya, casi comienzas a hacer las preguntas adecuadas. Pero temo que no hemos terminado aún por si eso creíste. Falta relatarte el acto final y no creo que seas lo suficientemente valiente como para decírmelo. Incluso negarás lo sucedido. Sé que harás eso. -¿Y cómo sabes lo que haré? No me conoces -escucha la explosión de otra carcajada-. -Me fascina tu inocencia, no hay nada como ella. No tienes idea del cómo me divierte. -¡¿Qué quieres de mí?! -Que reconozcas el cómo tu padre los violó esa noche y que fue ahí el comienzo de todo; de las mentiras, de los disfraces. Que reconozcas que una vez bastó para que sus vidas cambiaran. Para que tu madre se convirtiera en una sumisa, atreviéndose pocas veces a rebelarse o liberarse. Para que tu hermana buscara traicionarte gracias al odio que germinó por el hecho de que no pudiste hacer nada aquella vez. Para que tu padre se convirtiera en un monstruo dominante. -¿Cómo puedes decir eso? ¡Ni siquiera estabas ahí! ¡No sé lo que eres! ¡Muéstrate! -todo se apaga. No hay ruido ni forma alguna. No hay nada. Sólo se escucha una voz diciendo: -Claro que estuve ahí. ¿Recuerdas lo que hiciste justo en ese momento para protegerte? Me diste vida. Me dijiste “ayúdame”. -No sé de lo que hablas. -No quieres darte cuenta. No quieres reconocerme, pero tranquilo. Ya me estoy encargando. Al recitar esas palabras lo que hice fue crearte un espacio donde estuvieses protegido, donde no sintieras ni vieras nada, mientras tu cuerpo era violentado. Una vez que acabó, me empeciné en hacerte creer que enterraste ese momento para siempre. Y así dio inicio mi crecimiento y maduración aprendiendo contigo y de ti, observando todo lo que decías y hacías, conservando todo. -Entonces, ¿quieres decir que...? -Exactamente. No lo digas. Al fin nos conocemos. -¡No! ¡No puede ser! ¡No puedo permitir que existas! -abre los ojos, está al borde de la azotea. No sabe cómo llegó ahí-. -Tus secretos están a salvo y siempre lo estarán. Pero, es tu decisión.
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IDOLiSH7 La Danse Macabre capítulo 14 traducción
El suelo. Fuga: … Arme: Fuga, lo siento. Fuga: … Arme: Fuga, lo siento. Fuga: … Arme: Fuga, lo sien--- Fuga: Ahh! ¡Callate! ¡¿Qué quieres?! Arme: ¡Lo siento! ¡Por haberte enojado! Fuga: Hah… Lo que sea. Bien. Estaba… de mal humor también Arme: ¡Lo siento por haber monopolizado a Libel! Fuga: Huh? Huuuh!? ¡¿Qué dices?! Arme: Probablemente piense que tiene que protegerme y por eso siempre está conmigo. Entonces, si aprendo a defenderme por mí mismo, Libel seguramente tendrá tiempo para estar contigo. Fuga: T-tú, qué --- ¿P-pensaste que estaba celoso o algo ...? Arme: ¡Ya sé! ¡Solo tienes que enseñarme a pelear! ¡Solo necesitas convertirte en mi maestro! Fuga: Huh? ¡Alguien como tú no puede sobrevivir aquí con solo un poco de práctica! Arme: Pero es mejor que no hacer nada, ¿verdad? Y tal vez porque no sé absolutamente nada, podría ser muy bueno absorbiendo todo lo que me enseñas. Fuga: …ha. Qué diablos es eso ... Eres increíble. Arme: Si. Soy increíble. Bien, ¿qué debo hacer primero? Fuga: Hm… Ya sé. ¿Qué tal dar un golpe? Como un puño o algo directo Arme: Ohh… ¡Puño y algo directo! Cura: ...Bocchan de seguro es un buen chico, huh? Libel: Así es. Arme envidia a la gente de la tierra, sin embargo, lleva algo que nosotros no. Encuentro eso muy entrañable. Cura: Haha, lo entiendo. Libel: Además, Arme tiene el poder de hacer sonreír a los demás de forma natural. Cura: Tienes razón. Siempre que hablo con él, empiezo a sonreír antes de darme cuenta. Me pregunto si ese es el poder de Tenshi. Libel: Yo también Cura: Bueno. Dicho esto, no tomaremos más desvíos. Después de pasar por la ciudad del 2º distrito y abastecernos de suministros, subiremos el ritmo y nos dirigiremos al escondite. Libel: ... sí, está bien. Una vez que regresemos, me pondré en contacto con Ark de inmediato. Estoy seguro ... El tiempo que pasé con Arme no fue en vano. Cura: Hey, mira… Fuga: La ciudad del segundo distrito ... parece un poco extraño. No siento la presencia de nadie. Libel: ... hay un leve olor a sangre en el aire. Fuga: ¿De verdad? Libel-san, tu olfato es demasiado bueno. Cura: Sospechoso. …De cualquier manera, reabastecerse aquí es indispensable. No podemos pasar sin detenernos. Libel: Iré a explorar primero. Te escondes y esperas aquí. Fuga: Libel-san, yo también iré. Libel: … Sí, ven conmigo. Cuento contigo, Fuga. Fuga: …! Sí!! Arme: ¡C-cuídense, Libel y Fuga! Fuga: Hmph, ¿con quién crees que estás hablando? ¡Quédate quieto y escóndete! Arme: Hahaha! Cura: Seguro se hicieron más cercano, huh. Fuga: Ahora es peor. … ¿Fueron atacados por bandidos? Incluso yo puedo decirlo desde esta distancia. Huele a sangre. Libel: … Mira el agujero de bala en la pared. Fuga: ¿Eh? ... eso se ve horrible. ¿Qué calibre es ese? Libel: Sí, esto no es equipo del suelo. Mucho menos algo que posean los bandidos. Fuga: Entonces… Qual: Así que finalmente nos encontramos. Bichos del mundo inferior. Fuga: !? Leiden: Oh, pensar que realmente los encontramos aquí. No estaba seguro de si la información era precisa. Libel: Unity Order… Fuga: Así que descendiste ... Libel: … ¿Qué pasó con estas personas? Qual: Me ocupé de ellos hasta que no quedó nadie. Ellos resistieron. ¿Te atrajo la sangre que te gusta? Fuga: Qué---!! Leiden: Oh, ¿conocías a alguien de esta ciudad? Si quieres buscarlos, te invito. Están amontonados allí. Fuga: ¡¡¡Maldito… !!! Libel: … Cálmate, Fuga. No te apresures ... Qual: No me importa nada de eso. ¿Dónde está nuestro Tenshi-sama? Será mejor que lo devuelvas ya. Libel: Hmph… Parece que no quiere volver a casa todavía. Qual: ……D ¡¡Deja de fastidiarme!!! ¡¡Como si estuviera dejando que Tenshi-sama esté en este suelo corrupto incluso un segundo más de lo necesario !! Libel: …Ya veo. Arme tiene una perspectiva completamente diferente a la de ustedes. Aún más razón para no devolverlo ahora mismo. Qual: A-Arme…!? Maldito… Pronunciando el nombre de Tenshi-sama… ¡No actúes así de familia! Libel: Hmph! Qual: Ohhhhhh!! Libel: …ugh!
Leiden: Qual tomó al más fuerte, ¿eh? Bien… En cambio, me divertiré contigo, chico. Fuga: Sí ... los personajes secundarios deberían luchar entre sí. ¡¡He estado realmente enojado con ustedes durante mucho tiempo !! Leiden: Whoops. Un pistolero. Fuga: …! ¿¡Esquivó a esta distancia !? Leiden: Muy buena velocidad la que tienes. Probablemente el mejor desde que vine aquí. Pero ... tenemos a alguien que puede disparar mucho más rápido. Fuga: ¿¡Qué !? Rápido…! Leiden: No mueras de un tiro, ¿sí? Ha!!! Fuga: Ugh…!! Cough… cough…!! Leiden: …Qué insignificante. Debiste haber entrenado más tu estómago, humano inferior Fuga: Hah… hah…! No… me jodas!! Leiden: Oh… se siente bien. Fuga: Cough, cough…! ¿¡Cómo es... tan estúpidamente fuerte !? Fuga: ¡Tengo que ... tengo que ampliar nuestra distancia ...! Si recibo un golpe más ... ¡perderé el conocimiento ...! Leiden: Buena reacción. Si no hubieras nacido aquí, te hubiera querido como subordinado. Fuga: ¡Quién lo haría…! Leiden: Bueno, tienes razón. ¡Vamos, aquí va otro! Fuga: !? Saltó---! Fuga: …!? Leiden: Todavía estás consciente. Bien hecho, bien hecho. Fuga: ... ah, qué mal ... voy a morir ... Leiden: Haha, ¿qué estás diciendo, chico? Nos enseñaste los colmillos. No te dejaré pasar tan fácilmente. Fuga: Ayuda… Fuga: Ayuda...me------ Fuga: A... Libel…san… Qual: Hah… hah…! Libel: … Qual: Es fuerte… Libel: Qué mal. Si eres tan fuerte, podrías mirar un poco mejor al suelo Qual: Idiota. ¿¡Por qué tendría que hacer eso !? Libel: ¿No somos todos humanos? Podríamos buscar una manera de convivir. Qual: …huh? Ya veo. Tenemos una diferencia fundamental en nuestra conciencia. ¡Nunca pensé en los sinvergüenza del mundo inferior como humanos! Libel: … Qual: Simplemente sucede que hablamos las mismas palabras y tenemos el mismo aspecto. ¡Viven en un lugar insoportablemente contaminado y nos miran con los ojos húmedos! ... No puedo comprender lo que están pensando. ¡Es demasiado extraño, no puedo evitarlo! ¡Son una existencia desagradable! Libel: … Lo entiendo. Tienes miedo. De nosotros. Qual: Qué…!? Libel: Me pregunto si eventualmente te devolveremos el favor. Me pregunto si nuestras posiciones se revertirán eventualmente. Estás asustado. Miedo del poder que poseen los que has estado oprimiendo. Qual: ¡Quién temería a gente como tú ...! ¡¡¡Deja de bromear… conoce tu lugar… alimaña… !!! Libel: No tengas miedo, tranquilo. Déjamelo a mí. No estoy pensando en vengarme. ¡Te lo mostraré, haré que todos sean iguales Qual: ¡¡¡Cierra la boca!!! Qual: Mierda…!! Libel: …Estás lleno de espacio. Qual: !! Leiden: ¡Para! Libel: … Qual: …Leiden-san. Leiden: Si no quieres que este chico muera, detente. Todavía está vivo por ahora. Libel: Fuga! Fuga: …Libel…sa--- Libel: Está bien, no hables. No te fuerces. Unity Order Soldier: Qual-sama, Leiden-sama. ¡Hemos encontrado y detenido a Tenshi-sama! Arme: …! ¡Lo siento, Libel! Unity Order Soldier: También arrestamos a Cura de Rebellion. Hemos confiscado sus materiales explosivos. Cura: ¡Dejame ir! ¡¡Mierda!! Libel: Arme… Cura… Leiden: Lo logramos. Caballeros de Rebellion. Qual: Ahh… menos mal estás a salvo. Disculpa nuestra llegada tardía. Arme: …Qual. Qual: Hemos venido a recuperarte, Tenshi-sama.
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Happy Day B-day Boy
Por si en algún momento de tu vida llegas hasta aquí y lees esto…
Sinceramente había imaginado esto de forma muy diferente, si imagínate llegué al punto de imaginar y esperar tu cumpleaños, y la verdad no era en medio de una pandemia, mucho menos sin hablarnos, ¿sabes? Cuando cumplo años me da un poco de miedo, siento que la vida sigue escapando de mis manos, pero creo que las veces que hemos estado juntos todo pasaba tan rápido y ni cuenta me daba, la pasaba muy bien contigo, me sentía tan cómoda, y me encanta quedarme con esos recuerdos.
Leí que cada persona que pasa por nuestras vidas es única y deja algo de sí y también se lleva un poco de nosotros, gracias por ayudarme tanto a crecer en cada aspecto, también gracias por ser el mejor ex partner de estudios, espero haberte dejado algo bueno, quiero creer que sí .
Espero de todo todo corazón que a pesar de todo la pases lindo, que sea un día especial para ti, en la medida de lo posible obvio, y que estés con tu mamá y tu abuelita, porque te lo mereces, Dios te mereces todo, eres en serio una de las personas más increíbles que conocí en la maldita universidad de mierda esa, en merito que cumples los tan ansiados 20, voy a poner veinte razones por las que me pareces increíblemente cool, y la verdad lo más probable es que me olvide algunas porque mi cerebro es estúpido, tú sabes:
1. Tu humor, a veces es cruel y eso lo hace genial.
2. Amo,amo,amo el estilo que tienes al vestirte, si midiéramos lo mismo te pediría prestada tu ropa.
3. Hueles muy bien, aunque te parezca súper raro, aprendí a reconocer tu perfume.
4. Cantas muy lindo, aunque te hagas el modesto diciendo que no.
5. Tocas la guitarra.
6. Eres muy inteligente, y estoy segura se puede hablar de cualquier cosa contigo.
7. Eres ordenado, para alguien como yo que es el desorden andante eso es digno de admirarse.
8. Escribes cosas muy sinceras y bonitas.
9. Tienes excelentes gustos en música
10. No podemos olvidar que te gustaban los 1Dead y ahora Harry, esto te da un punto más.
11. Tu cabello es muy suaveeeee.
12. Tus abrazos son cálidos.
13. Amo que quieras y cuides tanto a tu perrito… por cierto he tenido esta duda ya hace bastante, ¿cómo se llama? Si debes habérmelo dicho obvio, pero te juro no me acuerdo y siempre le dices mi perrito, entonces yo también empecé a decirle tu “perrito”…
14. Me encanta que prepares panqueques.
15. El negro se te ve tan perfecto.
16. Me encanta verte usar poleras aunque estemos a 30º grados, no sé la razón, pero creo que se te ven muy bien.
17. Me hacías reír, muchas gracias por eso, habían días en que lo necesitaba mucho.
18. Duermes muy tierno, los segundos que pude verte así me pareció adorable, claro que eres un raro y duermes con lentes.
19. Tu gusto en películas, excelente, lamento nunca haber tenido opiniones tan profundas como tú.
20. TÚ, todo tú eres extraordinario, tu sonrisa, tu voz, tus pestañas (también es envidia la verdad), tus manos, el collar que usas siempre…
Existen muchísimas cosas más, pero como te dije soy muy inútil para recordar y escribir también, pero te juro que me encantan tantos detalles y cositas de ti que se haría una lista larga.
Escribiendo esto vi unas fotos tuyas que tenía por ahí guardadas, y escuchando la canción que me recuerda a ti, aunque me hayas dicho que ya la habías escuchado bien drogado, y en serio quisiera tanto abrazarte, he recordado las primeras veces que nos vimos, desearía mucho haber hecho las cosas diferentes y no cagarla tanto y tantas veces, pero lastimosamente el tiempo no retrocede, simplemente Feliz cumpleaños y un adiós de lejitos... te admiro mucho, que los 20 te sienten de maravilla y tus ojos se achinen más de lo mucho que vas a reír…
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PEDRO LUIS DE GÁLVEZ: MALVADO O SÍMBOLO BOHEMIO
SU ESPOSA TERESA ESPILDORA Y SUS DOS HIJOS
FOTO MOSTRADA EN EL JUICIO PARA SEÑALAR QUE ERA UN PADRE CRISTIANO
Durante el último tercio del siglo XIX y el primero del siglo XX los bohemios llenaron con su presencia la literatura española. Sufrieron a los 4 jinetes de su apocalipsis: alcoholismo, s��filis, tuberculosis y suicidio, que acabaron con muchos de ellos a temprana edad. En definitiva, sufrieron una miseria inmisericorde en muchos de los casos. Si a la cabeza de todos los bohemios – literariamente hablando – podemos situar a Valle Inclán, es cierto que Andalucía aportó dos figuras señeras de este movimiento artístico/social decadente: el sevillano Alejandro Sawa y el malagueño Pedro Luís de Gálvez (aunque no me puedo olvidar de un paisano mío, el lucentino Federico Canalejas). A Alejandro Sawa lo podemos etiquetar de protobohemio y su figura dio lugar a un personaje de ficción, Max Estrella, en la obra de Valle-Inclán. El caso de Pedro Luís de Gálvez es de un barroquismo social y personal cuando menos curioso. Dediquémosle unas líneas.
Pedro Luís de Gálvez nació en Málaga en 1882 y desde muy temprano, fruto de una hiperconservadora y represiva educación familiar su vida fue la de un heterodoxo social: fuga del seminario, expulsión de la Academia de Bellas Artes, paso por un correccional, varios años de cárcel en la penitenciaria de Ocaña por motivos políticos, etc. Pronto comenzó a destacar por sus obras literarias, esencialmente sus sonetos y por auténticos libelos de crítica política. Gana el Concurso Nacional de Cuentos y se hace conocido ante la bohemia madrileña. Comienzan entonces una serie de episodios que finalizarán con su muerte en 1940. Se podría decir que Gálvez realizó en Madrid un master sobre el modelo de personaje bohemio. La noche, el alcoholismo, la miseria y el hambre definen su trayectoria en los años 20 y 30 del pasado siglo, con episodios como sus buenas relaciones con la intelectualidad de la época (Picasso, Juan Gris, Marinetti, Apollinaire, Gómez de la Serna, Cansinos-Asséns) para quienes fue un autor muy reconocido, publicación de algunas obras de interés como Negro y Azul o su obra cumbre: nada menos que El sable, donde exponía todas las artes para engañar y vivir a costa de los demás.
Pero algunas de las anécdotas con él relacionadas traspasan la frontera de la moralidad, según varios coetáneos, Baroja entre ellos. Para González Ruano era un bandido que vendió a su mujer por 2.000 pesetas (aunque conociendo la catadura moral del citado periodista lo pongo en duda). Parece más cierta esta otra historia: tuvo un recién nacido muerto de la relación con una madrileña y Gálvez se paseó varios días por los cafés de la bohemia madrileña con el cadáver del niño pidiendo dinero para su entierro…
Pero donde la realidad y la ficción se confunden hasta el punto de costarle la vida fue durante la guerra civil de 1936. Gálvez fue acusado por varios de ser inductor de muchos de los asesinatos de Paracuellos del Jarama e incluso de la muerte de Muñoz Seca a quien lo visitó en la cárcel donde advirtió a los milicianos “…a este solo lo mato yo” logrando una respuesta antológica por parte del autor de La venganza de don Mendo: “Es un honor, Pedrito. Es un honor”. Otros opinan que su fama de brutalidad era solo una fachada para estar a salvo de los milicianos y además le permitía poner a salvo a varios conspicuos derechistas a los que les libró de una muerte casi segura. No hay ninguna duda de que alojó en su casa al escritor Rafael de León, que protegió a Emilio Carrere o a Pedro Mata y que salvó la vida del famosísimo guardameta Ricardo Zamora (un curioso caso de perseguido por las dos Españas). Durante su exilio Ramón Gómez de la Serna contó la siguiente historia: Gálvez apareció un día en la cárcel Modelo de Madrid y dirigiéndose con enorme teatralidad a los milicianos dijo: “He aquí a Ricardo Zamora, el gran jugador internacional de fútbol. Es mi amigo y muchas veces me dio de comer. Está preso aquí y esto es una injusticia. Que nadie le toque un pelo de la ropa. Yo lo prohíbo”, después besó y abrazó al portero gritando: “¡Zamora, Zamora!”.
Cuando finalizó la guerra Gálvez fue detenido y sometido a juicio sumarísimo y condenado a muerte, siendo ejecutado en 1940. Lamentablemente algunos a los que salvó la vida, como Rafael de León, no se presentaron en el juicio para testificar en su defensa…
La aportación de Pedro Luís de Gálvez a la literatura española no es nada banal. Para Borges era uno de los mejores sonetistas de la lengua castellana. Para finalizar esta breve semblanza algunos ejemplos de su obra poética:
FUENTE CLARA No hay libertad posible sin cultura: primero, el pan; más luego la cartilla: Si no aventas al surco la semilla, no llevarás al grano la moltura. Ni paz al hombre ni ración segura, que es la ignorancia lo que al hombre humilla: No pruebes en ti mismo tu cuchilla ni te caves la propia sepultura… Tienen los libros resplandor de aurora, son caricia y orgullo de la frente: La lectura ennoblece y enamora: nos cierra el corazón al sufrimiento, y es generosa, cristalina fuente donde apaga su sed el pensamiento.
A MARIÁ PUJOL
Personaje nacido de sí mismo, es el creador y, a un tiempo, la criatura; mente que ha enloquecido la cordura, lumbre de amor en cárcel de sí mismo. Su viejo corazón es un abismo, del Quijote fraternal hondura: sufren los dos de idéntica locura: se le seca en el seso el egoísmo. No envidia ni desea, no atesora. La cárdena noche de la guerra vierte su pluma nácares de aurora… Alto, enjuta la piel, solo, sin nido: es su patria el pedazo de la tierra donde puede acorrer a un oprimido
EPITAFIO A JULIO ANTONIO (Fragmento)
Era hermoso. Las mujeres lo destrozaron. Tanto lo amaron que se volvió tuberculoso. Nació para el Amor y la Gloria. ¡Es su historia toda dolor! Fue un poeta del barro. (Poco dinero, mucha hambre, siempre arrojando sangre y siempre con catarro.) Todas las rosas del placer se le ofrendaron en las alcobas silenciosas. Él dio las tristes rosas que de su boca se derramaron […]”.
UNA CALLE
Calle mal empedrada, sucia, estrecha y torcida. Los perros y las viejas, calentándose al sol. Una posada equívoca se ofrece en un farol. La taberna. El barbero. Huele a cosa podrida. Los renegridos muros, llenos de cicatrices. En algunas ventanas, puesta a secar la ropa: cuelga una falda negra que parece una hopa. Albergue de ladrones, vagos y meretrices. Los chiquillos, desnudos, se arrastran por el lodo: "El Bengala", "El Pasmao"... Todos tienen apodo. Un coche de tercera, negro y trágico, pasa, con la cruz en lo alto, los "pitejos" y el muerto: los baches y las piedras le hacen andar incierto, como borracho alegre que no encuentra su casa.
27/6/2019
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I <3 Jimmy Pop
A veces creo que es necesario enamorarse de algún famoso. De alguien inalcanzable, idealizado, que nos encante absolutamente y que sólo tenga cosas buenas y que le oigamos reír o veamos un gesto suyo en un videoclip y nos haga mordernos el labio y poner media sonrisa y suspirar, todo muy adolescente gilipollas.
Es importante tener un motivo por el que escuchar una música o ver un vídeo o una película, y pensar,,, jo, qué persona más perfecta, y soñar despierto y despertarse con esa música de fondo o tener un plan para ir a un concierto.
Es importante tener más idealizada a una persona inalcanzable que a una persona real. Porque cuando una persona real es tan perfecta, y puedes tocarla, y puedes hablar con ella y no dejas de ver que sólo tiene virtudes, que sus fallos son encantadores, que sus asquerosidades son desternillantes,,, puede que esa persona en verdad acabe siendo inalcanzable a plena vista. Y eso te mata. Últimamente estoy conociendo demasiados casos de esos,,, por qué tal no me hace caso, por qué cual me ha dejado, por qué éste me quiere pero le da miedo quererme y por qué todos se van.
Y entonces duele. Duele porque piensas que no eres suficiente, y te comparas con personas REALES que te da la sensación que son mejores que tú porque a esa otra persona les vale pero contigo no. Los famosos no hacen eso, Brangelina duele pero les perdonas, a los dos, porque puto Brad qué mujer que tiene, pero bueno. Qué tiernos. Y Angelina también tiene suerte, Brad parece buen tío, y si luego terminan acaban hasta de cuento. Estos famosos,,,
No envidio a la persona que haya encontrado en la tierra a su persona idílica entre los mortales comunes de a pié. Porque es una persona que está condenada a sufrir TANTO porque va a ser incapaz de ver que esa persona tiene fallos y es HUMANO y huele cuando suda y tiene prejuicios y costumbres feas y sangra si le cortan. Pero en tu cerebro no sangra, en tu cerebro es invencible y motivo de suspiros y de noches de insomnio y de llorar hasta no poder más.
DIOS. Plantéate esto,,, y si TÚ eres esa persona idílica para alguien? Y si alguien se acuesta cada noche después de mirar tu última hora de conexión en whatsapp porque no se atreve a escribirte, y si pasa por enfrente de tu casa o de tu trabajo para sentir como se le acelera el corazón por el mero hecho de que TÚ existas? Piensa que TRISTE es que no tenga el valor suficiente para decírtelo. O que quizá ya lo haya hecho y tú le hayas rechazado. Piensa lo triste que es que alguien te ame tanto que le duela y que tu sientas lo mismo por otra persona que siente lo mismo por otra. Pero aquí no coincide nadie, y ‘la vida es una puta y luego te mueres’, y todos queremos locamente pero a mí no me quiere nadie porque no te basta la persona que te quiere. Y tú no eres lo suficientemente bueno para quien necesitas serlo.
Hay gente que si coincidirá, digo yo, yo no conozco a nadie así, pero los habrá, gente que haya alcanzado la felicidad y el Nirvana y que sean perfectos e increíbles, serán gente que los veas por la calle y te den náuseas de la pura envidia, y vivan ellos. Porque han tenido el VALOR de aceptar que sus fallos son compatibles y esas cosas. No sé, espero que exista alguien así, porque pensar que nadie es feliz en el mundo me da un poco de pena.
Yo AMO a bastante gente famosa e inalcanzable. Por rachas, dependiendo de mi humor y de cómo se me aparezcan en la vida. Porque puedes estar enamorada total de un famoso y que luego la cague, y entonces ya que horror. Pero también es divertido, te buscas otro. Querer a gente ficticia es genial. Querer a gente real duele.
Si quieres a alguien real, por lo menos, que te merezca la pena ese sufrimiento. A veces también soy masoquista, y quiero mucho a alguien real que no me quiere de vuelta. Decido sufrir, sí. Y sé que soy tonta. Pero oye, igual que querer a un famoso te da felicidad, querer a alguien de tu misma dimensión a veces le da un sabor agridulce a la vida que no está mal.
Qué adolescente todo. Ole yo.
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Historia
Era muy pequeña para entender los planes que la vida me tenía preparados. Yo entonces, sólo me sentaba en el regazo de mi abuelo mientras él me contaba, lo que para mis ojos eran, hazañas épicas que había vivido, sin olvidar aquellos cuentos y mitos (los cuales contó también a sus hijos). Tenía esa dulce tendencia a quedarme con las cosas buenas de sus relatos interminables: las aventuras, los noviazgos y las celebraciones. Pero cuando fui madurando, estos recuerdos de sabor añejo se fueron haciendo poco a poco más amargos, al igual que la personalidad de mi abuelo Stefano. Me enteré que cada vez que salía con sus amigos, su padre, le daba palizas por no estar trabajando, que el pan se conseguía con sudor, y a veces sangre, y que muy pronto tendría que renunciar a la juventud y asentar la cabeza. Los siguientes recuerdos no son tan cálidos. Le veo a él, sentado en aquella vieja silla de madera, tan anciana como mi abuelo; mientras sujetaba su bastón, hecha por las mismas manos que lo sostenían y miraba por la ventana a los pájaros que volaban. Ahora veo que sentía envidia. En algún punto mi abuelo dejó de recordar, su memoria se hizo añicos, pero mi abuela se mantuvo firme cuando sólo podía aquel pobre anciano balbucear y llorar. Ella se quedó con aquella fuerza tan característica, incluso cuando lo único que quedaba era ese bastón, la silla y un montón de lecciones de las que me siento orgullosa de haber aprendido.
Se casó con mi abuela, Orlena, mi familia me dice que me parezco a ella. Es una mujer con carácter, impasible y acogedora. Sus padres no vieron con buenos ojos el matrimonio, pues provenía de una familia de alta cuna, pero de dinero sucio. Sin embargo, mis bisabuelos no pusieron pega alguna, sólo que se arrepentiría y a día de hoy no lo ha hecho. Sigo visitando de vez en cuando aquella casa que hoy huele a monotonía. A veces, la encuentro viendo la telenovela y al enfadarse tira su zapatilla contra la pantalla. Siempre me alegrará saber que no ha perdido el sentido del humor y siempre me alegrará ver como a mi padre le da todas las collejas que con el paso de los meses se guarda, por demorar poco a poco los ansiados encuentros familiares. Por otro lado, a pesar del transcurso del tiempo, hay algo que se ha mantenido igual y es el brillo en sus ojos cuando mira las fotos de su esposo.
De este matrimonio fruto del amor y no del beneficio, nació mi padre Gian. Cuando conoció a mis bisabuelos le introdujeron en el negocio. La mafia. Lo hicieron porque no querían que a mi familia le faltase nada, pero esto acabó teniendo un precio: la ausencia de una figura paterna. Siempre he visto a aquel hombre como a un extraño envuelto en un traje, con una risa muy alta y una conducta un poco temperamental. Cada vez que llegaba a casa, mi madre y yo lo sabíamos, pues solía volver cabreado, golpeando los muebles, e incluso a veces, arrasando con todo. Todos sufrimos las consecuencias de aquel trabajo que parecía tan distante del hogar.
Se casó con mi madre, Lucia. En mi infancia siempre ha sido la mujer que portaba la sonrisa más brillante, la que te seguía las bromas y hacía las comidas más deliciosas para llenar nuestros estómagos. Ella siempre conseguía que a la casa no le faltara música, cariño, luz. Cuando llegué a la adolescencia, todo lo que llenaba la casa se fue convirtiendo en vacío. Su hobby principal pasó a ser beber vino y llorar. Yo nunca me metí por medio, porque nunca pude entender cómo una mujer con tal vitalidad pudiera acabar así. Hasta que un día, vi cómo la pegaba. Hablé con ella, grité con ella y la exigí. Y al final, la animé a irse. Compramos juntas el billete, lejos de aquí, a Australia, intentando que así, él no fuera tras ella. Mientras que él trabajaba, cogimos sus maletas y nos fuimos al aeropuerto. Fue una despedida amarga. No me importaba quedarme a solas y enfrentarme a él, hasta que comenzó a descargar su ira en mí.
Pocas semanas después, sin embargo, volvió mi madre con el rabo entre las piernas, borracha. Personalmente, pensaba que era por mí, para no dejarme sola. Pero en realidad él era el motivo, su amor y dependencia tóxica a un hombre que un día le trae bombones, le dice cuatro palabras bonitas y le hace el amor; y al día siguiente, la deja inconsciente.
En este punto de la historia, decidí irme de casa.
Supongo que desde entonces no soy aquella niña que se escondía entre los escombros a ver si sus demonios acababan por desaparecer. Cuando tomé la iniciativa de irme, no me paré para preocuparme por mis pertenencias o de saber dónde estaban aquellos demonios. Sólo me llevé conmigo el móvil con sus cascos y su cargador junto a mi monedero. Recuerdo coger el bus, la risa histérica al ver el caos en que mi vida se había convertido y luego las lágrimas. Pero algo tenía claro: no iba a volver a derramar una lágrima por un padre inepto y una madre adicta al vino y al maltrato. La convivencia con mis padres suponía un riesgo constante. Sin embargo, no desearía haber tenido una familia corriente porque para mí esto era lo más parecido a la normalidad.
Llegué a Praga al día siguiente, pues oí que mi prima Octavia se mudó unos meses antes. Ella me acogió al escuchar mi historia, también en parte porque compartimos un montón de momentos juntas. Mi historia no acababa ahí, de hecho, como todo buen libro diría, acababa de empezar. Le conté a Octavia una locura que se me había ocurrido debido al aburrimiento causado en el transcurso de aquel viaje. Meterme en la mafia, hacerme con todo: dinero, control, poder. No sólo quería estar dentro, sino también, ser líder de la mafia, líder de todo lo que me rodeaba e incluso aquello que mis ojos no alcanzaban a ver. ¿El motivo? Detonar el sistema. Me haría con hoteles, bares, gasolineras, comercios, con la única intención de acabar con los monopolios, dar trabajos y sueldos mejores a aquellos que no tenían para llegar a fin de mes y expandir la idea del pequeño comercio como algo fundamental en la sociedad. Octavia, ante todo esto, sólo me respondió “está bien, te pasaré unos contactos”.
Aquí comenzó mi “doble vida”. Todavía no sé en qué punto de la historia dejé de ser una multiempleada que estudiaba publicidad y marketing, a un pez gordo, jodidamente gordo. Mis propósitos se fueron cumpliendo poco a poco, y ahora mismo, tengo el mismo reconocimiento que enemigos. Pero no me importaba lo que me pudiera pasar, al menos no hasta que pudiera satisfacer mi sed por ver como cae el sistema, aunque sabía que al final acabar con el sistema significaría acabar conmigo.
Considero importante hacer una mención a Octavia, ya que, sin ella, no llegaría a haber sido quién soy de ningún modo. Era ella la persona con la que escuchaba los mitos del abuelo, aunque luego dejaron de visitarle porque se fueron a Nueva York. Esto no fue motivo para que nos separáramos, pues ella me escribía cartas todos los días con los mitos que su madre le seguía contando, aunque yo ignoraba totalmente sus historias para preguntar por su hermanastro, quien fue, mi primer amor. Ella volvía todos los veranos, nos íbamos al muelle a tirarnos con la típica cuerda vieja imaginando ser aventureras. Otros días, íbamos a un establo que tenía el abuelo a jugar a indios y a vaqueros, Octavia amaba aquellos caballos.
Cuando teníamos 17 años nos fumamos el primer porro, creo que Octavia hacía tiempo que no se reía. Desde niñas ya, nos hemos sacado la una a la otra de los malos momentos, así como nos sacábamos las sonrisas, y hasta a veces, nos teníamos manía de lo cercanas que éramos, como verdaderas hermanas. Ahora todos, Zeus, Chopin, Octavia y yo, formamos una verdadera familia, de la que espero no separarme nunca.
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Bali, Indonesia. 27 de octubre de 2018
El paraíso huele a perro
Ayer comimos en uno de los mejores restaurantes de Yogyakarta, la capital cultural de Indonesia. 5 euros. No por persona sino los cuatro. A bulto en Barcelona nos hubiera salido por diez veces más. Traducidlo vosotros mismos: trabajáis un año aquí y alli os tocáis las orejas diez años. Visto así en 3 años os podéis jubilar.
Y puestos a elegir, que le den a la cultura y TV2, y os venís a Bali, que viene a ser lo mismo en cuestión de precios pero dará más envidia a vuestros amigos. Nosotros ya estamos instalados en un casoplón de unos jubiletas australianos.
El primer día, después de bañarnos en su infinity pool y desayunar viendo los arrozales, pensamos que nos tendrían que sacar a golpe de boomerang. Una semana después salimos por piernas. El tráfico en el paraíso es un infierno, las playas son oceánicas y no se baña ni el Curro, y tengo el culo aburrido de tanta hamaca.
La pareja de aussies está igual de aburrida o más así que coleccionan perros. Y claro, como ahora todos somos naturalistas, nadie se atreve a decirles que la piscina sólo es para los homo plastiqus. Así olemos, que hasta las gallinas se vuelven locas cuando nos acercamos…
A veces pienso en las cartas que Lucifer les enviaba a sus colegas los arcángeles desde la tierra donde le desterró Dios (Letters from the Earth, Mark Twain). “Ya os regalo el paraíso del viejo con su coñazo de arpas, todos con túnicas hasta los tobillos” y añado yo, bebiendo agua de coco todo el día. No hay nada como una buena fiesta y pecar hasta el amanecer. Bienvenidos a Saigón.
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