Con nuestros propios esfuerzos
VV.AA.
Verde Olivo
301 pág.
Cuba, 1992
Español
La trinxera, puede ser una de esas colecciones extrañas, que empiezan así mismo, de un modo raro y puramente intuitivo. Esta colección recupera y conserva objetos de la vida cotidiana utilizados en la guerra civil. Lejos de la grandilocuencia bélica, se trata en muchas ocasiones de objetos que han sido modificados y transformados de forma rudimentaria e improvisada para adaptarse a nuevas necesidades. En ocasión de su visita al centro dentro del curso de la Universidad Popular El Arte de ser amateur. Prácticas artísticas no expertas, creadores outsiders y artefactos populares en la biblioteca hemos querido recuperar de nuestro catálogo el libro Con nuestros propios esfuerzos en el que nos parece oír ecos de esta iniciativa.
En la contraportada de la publicación Con nuestros propios esfuerzos está indicado el año de publicación como “Diciembre de 1992; año 34 de la revolución”. Este ha sido uno de los libros que la editorial del gobierno cubano Verde Olivo editó en lo que se llamó el Periodo Especial en tiempo de paz junto con El libro para la familia. Con una reducción del 36% del PIB, el Periodo Especial se trataba de una profunda crisis iniciada en 1991 como resultado del colapso de la Unión Soviética, que se sumó a la fuga de ingenieros cubanos a Estados Unidos en los años sesenta.
Con nuestros propios esfuerzos funciona como un compendio de iniciativas y creaciones anónimas desarrolladas en Cuba para enfrentar este periodo, abarcando varias esferas de trabajo que aparecen agrupadas en capítulos. La publicación se propone desde la editorial como “un aporte a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, para buscar y aplicar soluciones y desarrollar iniciativas que permitan resistir y convertir el periodo especial en un símbolo y bandera para los pueblos del mundo”.
De este modo se institucionaliza la invención y la improvisación como método de resolución de las necesidades cotidianas. La publicación recoge un sin fin de detalles sobre la adulteración de artículos domésticos o del medio rural para transformarlos en otros adaptados a la necesidad del momento. Desde un compresor de aire hecho con una bicicleta a recetas de pastel de cartón, el libro deja patente que la necesidad agudiza el ingenio. Ese principio de precariedad sumado a la innovación y la apropiación de las tecnologías que sirve de guía en la cultura Maker, se percibe distinto cuando explota en una dinámica colectiva e incentivada por el gobierno de racionalización de recursos y a la que se ve empujada la sociedad en su totalidad.
Lo bello de la publicación sin embargo, reside en la manera en que constantemente se sobrepasan las lógicas con las que habitualmente nos relacionamos con el objeto, como algo concluido, cerrado, y con una utilidad y un ciclo de vida determinado. Así mismo es pertinente subrayar como dicha revisión se practica desde procesos artesanales y operaciones manuales. Los cubanos han diseccionado la cultura industrial, han abierto un cuerpo y lo han alterado sin dejarse intimidar por su escala o complejidad. Es el proceso que el artista cubano Ernesto Oroza ha estado investigando en relación con esta publicación y ha descrito como “desobediencia tecnológica”.
En los últimos años podemos observar una recuperación y puesta en valor de estas creaciones anónimas y de trabajos que investigan a cerca de la reutilización y reinvención de recursos. Cabe destacar así la investigación del año 1990 de Elinor Ostrom El gobierno de los bienes comunes, siendo la primera mujer premiada con el Premio Nobel de economía en 2009 cuando la crisis económica azotaba Europa. Por otro lado, todos aquellos manuales de espíritu post-punk con una tendencia anti-capitalista que buscaban soluciones alternativas al consumo a base de la reutilización y la invención como son A steampunk’s guide to the apocalypse o How to make it without IKEA.
Estas publicaciones, así como el proyecto de La trinxera recogen lo que son sin duda manifestaciones en momentos de urgencia, pero que nos dejan un capital creativo y político que pone en valor el desafío a los sistemas de producción, la equidad de inteligencias, así como la capacidad de potencial simbólico de estas creaciones anónimas.
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“Don’t Stand So Close to Me”
hans ostrom
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Chocolate
1.
After the moon has set but before sunrise,
sweet breezes issue from dark brown corridors
of a warm, fronded forest. This is the hour of
chocolate, when the mind is weary of merely
thinking and wants to dance with ancient
instincts, to self-induce a swoon by
indulging in lore from forbidden precincts.
2.
Inside cacao beans lies a secret
that survives translations of growth
and harvest, roast and grind, concoction
and confectionery concatenation. After
tasting chocolate, tongues transmit
the news by nerve-line, enzyme,
and bloodstream to mahogany-lined private
clubs in the brain. There receptors
luxuriate on divans and thrill
at the arrival of tropical gossip.
After the messages from chocolate
arrive, brown damask draperies vibrate,
and pleased devotees purr pleasurably.
3.
My darling, I wouldn't choose
between chocolates and flowers,
so I brought both. Let me put
the latter in a vase as you open
and taste the former. Yes, I agree:
chocolate is film noir watched
by taste buds in the mouth's
art-house theater. Barbarously
suave, chocolate is an unabashedly
debauched foodstuff-cad and coquette
of cacao. Darling, you're making
those noises you make when you eat
chocolate-the secret language of
satisfaction, the patter of pleasure,
your mumbled homage to this,
the moment of chocolate.
Hans Ostrom
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Message from a Bookmark
If I am in your book, then thanks. Between
The pages, most of me's kept warm. The part
Of me revealed greets you: where have you been?
This book and I perform our silent art.
--Hans Ostrom
allpoetry.com
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Message From a Bookmark
If I am in your book, then thanks. Between
The pages, most of me's kept warm. The part
Of me revealed greets you: where have you been?
This book and I perform our silent art.
--Hans Ostrom
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A Calder Mobile at the Tate
A Calder mobile conjures
insect antennae, schoolroom
solar systems, and a preying
praying mantis. The mobile
speaks in silent echoes about
the place of space, of empty
intervals, in arts of every kind.
Seeing the mobile quieted my mind.
by Hans Ostrom
Alexander Calder: 1898-1976
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