#fantasmas en la escalera
Explore tagged Tumblr posts
saucysayswhat · 1 year ago
Text
fantasmas en la biblia
Tumblr media
¿Qué dice la Biblia acerca de los fantasmas? Mucha gente hace preguntas como ¿hay fantasmas en la Biblia? ¿Los fantasmas son reales? ¡No! Quiero dejar claro que por fantasmas me refiero al espíritu de una persona muerta. Una persona que ha muerto y su espíritu vive en una casa embrujada o algo así. Esto es solo en las películas, pero hay demonios y espíritus malignos que pueden hacerse pasar por personas fallecidas y familiares fallecidos. Aprendamos más a continuación. "El mundo de los demonios, los ángeles caídos, es muy real, un hecho que necesitamos saber. No puedes hablar con los muertos. Los muertos no pueden volver de entre los muertos. Una vez que una persona muere, o bien van a cielo o el infierno. No tienes la opción de ser un fantasma y acechar la casa de alguien y te mostraré de las Escrituras. 1. Job 7: 9-10 "Como la nube se desvanece y se desvanece, así el que desciende al Seol nunca más se levantará.
2. 2 Corintios 5:8-9 "Confiamos, digo, y deseamos más bien estar ausentes del cuerpo, y estar presentes con el Señor. Siempre escuchamos sobre esas historias que tienen que ver con apariciones. La gente vuelve en busca de venganza para reclamar su casa, pero ¿qué dice la Escritura? Eclesiastés 9:5-6 "Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben; ya no tienen recompensa, y hasta su nombre es olvidado. Otro nombre para Satanás es el engañador. Él busca engañar a tantas personas como puede y, por supuesto, los demonios hacen lo mismo. Es posible que escuche sobre personas que acuden a psíquicos y hablan con miembros de la familia muertos, pero una vez más, esos son solo demonios que se hacen pasar por el difunto y engañan a las personas. Todas las diferentes actividades fantasmales, historias de fantasmas, Las mansiones embrujadas, etc., son todo obra de los demonios. Tenga cuidado con las personas como los cazadores de fantasmas que intentan sacar provecho de esto.
Tumblr media
8. 2 Corintios 2:11 "He hecho esto para que Satanás no se aproveche de nosotros. 9. 2 Corintios 11:14-15 "Y no es maravilla, porque aun Satanás se disfraza como ángel de luz. 10Juan 10:10 "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Hay algunas personas que podrían decir, "¿no habló Saúl con el fantasma de Samuel? Note que la figura no vino del Cielo. Salió de la tierra. Observe que la figura no estaba alegre y observe que el rostro de Saúl estaba inclinado. Las Escrituras enseñan que los muertos no pueden volver. 12. 1 Samuel 28:13-15 "El rey le dijo: 'No temas; pero que ves Y la mujer dijo a Saúl: "Veo un ser divino que sube de la tierra." Él le dijo: "¿Cuál es su forma? Y ella dijo: "Viene un anciano, y está envuelto en una túnica". Y Saúl supo que era Samuel, y se inclinó rostro en tierra e hizo reverencia. Entonces Samuel dijo a Saúl: " ¿Por qué me has molestado criándome? Hay espíritus malignos/ángeles caídos en este mundo. ¿Pueden los fantasmas dañar a los cristianos? No hay que tener miedo porque no pueden hacer daño a los cristianos tenemos el Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros. Pero eso no significa que seamos libres de permitirnos actividades demoníacas como la magia negra. No debemos buscar el mal. Es un pecado y te hará daño. 18. Santiago 4:7 "Sométanse, pues, a Dios. 22. Lucas 24:37-39 "Se sobresaltaron y se asustaron, pensando que veían un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestras mentes? Mirad mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo!
El infrasonido, a veces denominado sonido de baja frecuencia, describe ondas de sonido con una frecuencia por debajo del límite inferior de la audibilidad humana (generalmente 20 Hz, según lo define el estándar ANSI/ASA S1.1-2013). La audición se vuelve gradualmente menos sensible a medida que disminuye la frecuencia, por lo que para que los humanos perciban el infrasonido, la presión del sonido debe ser lo suficientemente alta. El oído es el órgano principal para detectar el sonido bajo, pero a intensidades más altas es posible sentir vibraciones de infrasonido en varias partes del cuerpo. El estudio de tales ondas de sonido a veces se denomina infrasónicos y abarca sonidos por debajo de 20 Hz hasta 0,1 Hz (y rara vez hasta 0,001 Hz). La gente usa este rango de frecuencia para monitorear terremotos y volcanes, trazar formaciones de rocas y petróleo debajo de la tierra, y también en balistocardiografía y sismocardiografía para estudiar la mecánica del corazón. El infrasonido se caracteriza por la capacidad de sortear obstáculos con poca disipación. En música, los métodos de guía de ondas acústicas, como un gran órgano de tubos o, para la reproducción, diseños exóticos de altavoces como línea de transmisión, woofer giratorio o diseños de subwoofer tradicionales pueden producir sonidos de baja frecuencia, incluido el infrasonido cercano.
0 notes
voguedesigns · 1 year ago
Text
Reseña de Fantasma de Tsushima
Tumblr media
Desde que Assassin's Creed comenzó a saltar de la antigua Jerusalén a la Italia renacentista, a la América colonial y más allá, ha existido una picazón de larga data por ver la serie de acción y sigilo de mundo abierto enfrentarse al Japón feudal. Considere esa picazón suficientemente rascada con Ghost of Tsushima. Lo último de Sucker Punch es una aventura absolutamente hermosa a través de uno de los paisajes más sorprendentemente hermosos de la historia, y esa belleza se ve agravada por uno de los mejores sistemas de combate espada a espada que ha visto el género de acción de mundo abierto. Hay algunos tropiezos cuando se trata de sigilo, IA enemiga y algunas frustraciones menores generales, pero casi cada momento en el que Ghost of Tsushima falla, hay muchos más en los que se eleva. Ghost of Tsushima es una historia ficticia contada con personajes ficticios, pero está basada en la invasión muy real de Japón por parte del Imperio mongol en 1274 que comenzó en la isla de Tsushima. Tomas el control de Jin Sakai, hábilmente interpretado por Daisuke Tsuji de The Man in the High Castle, quien comienza como un samurái antes de una desastrosa batalla contra los invasores rápidamente le enseña que tal vez las formas honorables pero restrictivas del código samurai podrían no ser suficientes. para hacer frente a esta nueva y existencial amenaza.
Ghost of Tsushima gira en torno a este conflicto interno a medida que las enseñanzas formativas de Jin se oponen a su necesidad de salvar su tierra natal a toda costa, y aunque lleva un poco de tiempo ponerse realmente en marcha, es una lucha convincente. Incluso si el propio Jin no es el más carismático de los protagonistas, su contraste, Khotun Khan, interpretado por Patrick Gallagher de Glee, tiene carisma a raudales. Es uno de los villanos de juegos más memorables de los últimos tiempos gracias a su suave intensidad que es extrañamente calmante a pesar de sus aterradoras intenciones. Es extremadamente astuto, siempre un paso por delante, y su presencia como el "Gran Malo" es una gran parte de por qué la búsqueda de venganza de 40 a 50 horas de Jin funciona tan bien. Como resultado, si elige jugar con la excelente pista de audio japonesa, que presenta al destacado Kazuya Nakai como Jin, se convierte en un doblaje comparativamente barato con solapas de labios muy desiguales y expresiones faciales que no reflejan la emoción en el voz.
No es un gran problema, ya que aún vale la pena jugarlo en japonés, y tiene la opción de habilitar el hermoso Modo Kurosawa, que coloca un filtro de película en blanco y negro granulado sobre todo para que coincida con el estilo de las películas clásicas de Akira Kurosawa que Ghost of Tsushima tan bien rinde homenaje. No recomendaría jugar toda la campaña en el modo Kurosawa, ya que hay algunas misiones que exigen cierto reconocimiento de colores, pero es un gran efecto visual para activar de vez en cuando. Lo que nunca es un fastidio es la música. La partitura dinámica cambia a la perfección de flautas shakuhachi tranquilas y ambientales durante los momentos sigilosos a tambores taiko estruendosos una vez que las cuchillas comienzan a chocar; los encuentros tensos se hacen aún más palpables gracias a los rasgueos cada vez más rápidos de biwas y shamisens. En general, no importa lo que estés haciendo: la música siempre encaja y sirve para mejorar cualquier emoción que el juego y las cinemáticas intenten evocar.
Tumblr media
El combate de Ghost of Tsushima es como un brebaje de brujas hecho con fragmentos de la serie Batman Arkham, Assassin's Creeds anteriores a Origins, Sekiro: Shadows Die Twice y toda la biblioteca de películas de Kurosawa. Y, como suelen ser los brebajes de las brujas, el resultado es mágico. Como todos los grandes sistemas de combate, es fácil de entender a nivel superficial: hay ataques ligeros para infligir daño rápidamente y superar golpes más lentos, ataques pesados ​​que infligen más daño y pueden atravesar a los guardias enemigos, un botón de bloqueo para protegerse contra ciertos ataques., y un botón de esquivar para evitar los ataques que no se pueden proteger. Probablemente todo eso suene familiar, pero el pegamento que mantiene unido este sistema de combate y le permite seguir siendo interesante todo el tiempo es la adición de las posturas entre las que puede cambiar con solo presionar un botón. A medida que Jin complete ciertas tareas, desbloqueará nuevas posturas de espada que vienen con sus propios conjuntos de movimientos y, lo que es más importante, sus propias fortalezas frente a un tipo particular de arma.
La Postura de piedra inicial es ideal para lidiar con espadachines, ya que un ataque de puñalada cargado puede colarse a través de su guardia y matarlos directamente o infligir un daño masivo. Más adelante aprenderás la Postura del agua, que usa golpes más lentos pero más poderosos que pueden atravesar las defensas de los enemigos que empuñan un escudo. Hay cuatro posturas en total, y una vez que tenga acceso a ellas, todos los combates lo desafiarán no solo a identificar la mayor amenaza en un momento dado, sino también a cambiar a la postura que mejor se adapte a ellos, todo mientras equilibra los mismos. necesidad real de jugar a la defensiva. Cuando está en su mejor momento, el combate en Ghost of Tsushima es rápido, caótico, táctico y es fiel a la fantasía de ser un samurái solitario hiperhabilidad pero superado en número. Los pequeños toques contribuyen en gran medida a la sensación exquisita del combate, además de brindar un poco de espectáculo visual.
0 notes
caostalgia · 6 months ago
Text
Las escaleras que ascendían al cielo, ahora guían hacia la nada, como esqueletos de madera, hacia la ausencia. Los jardines, una vez florecientes, ahora son espinas afiladas que se retuercen sobre cenizas. Y en el silencio, la única compañía que hallo son los fantasmas que engendra la melancolía.
Julsen Bastian
91 notes · View notes
silvertice · 1 month ago
Text
Flicker.
Logan (2017) x female reader.
Tumblr media
Summary: Sumido en la monotonía y el enfado, sentía que ya no vivía, solo existía. Pero un día la vió, y por primera vez en mucho tiempo, encontró algo bonito y esperanzador en su vida. A pesar de sentir que no lo merece, no puede dejar de ignorarlo, actuando como un viejo amargado.
Category: Angst, Slow Burn, Forbidden Love, Emotional Struggle, Healing, Self-Discovery {TW}: Age Gap, Internal Struggle, Self-Doubt, Mentions of Violence, Isolation, Toxic Behavior, Unresolved Trauma
El sol apenas se filtraba por las grietas oxidadas de la persiana, bañando la habitación con un resplandor apagado, como si el mundo también estuviera cansado. Logan se levantó del sillón con un gruñido bajo, sintiendo cómo sus huesos protestaban con cada movimiento. No era nada nuevo. El dolor siempre estaba ahí, constante, un recordatorio de que su cuerpo seguía vivo aunque su espíritu no. Ese día no tenía nada planeado, como siempre. La rutina era una niebla pesada que lo envolvía, y Logan se había rendido a ella hacía mucho tiempo.
Había aprendido a no esperar nada de los días. Era más fácil así. Cada jornada se deslizaba como arena entre los dedos, insignificante, olvidable. Pero ese día fue distinto. Logan lo sintió primero en el aire, en cómo el viento se colaba entre las grietas de la vieja puerta del motel, trayendo consigo un aroma que no reconocía. Levantó la cabeza, frunciendo el ceño. Había algo ahí, algo diferente, como un leve cosquilleo en el borde de su conciencia. Era irritante. Molesto. Y, aun así, no pudo ignorarlo.
El motor de la vieja limusina rugió débilmente cuando Logan giró la llave. Era uno de esos días en los que su paciencia ya estaba agotada antes de siquiera empezar. Salió del motel sin mirar atrás, pero al girar hacia el estrecho estacionamiento, algo captó su atención. Ella apareció como un fantasma entre las sombras del edificio, cerrando la puerta de una habitación apenas iluminada. Llevaba un uniforme de mesera, algo arrugado, como si el día hubiese sido tan largo como el suyo. Su cabello desordenado caía sobre su rostro cansado, pero no ocultaba del todo esa belleza que parecía hecha para destacar incluso en un lugar tan miserable como aquel.
Logan se detuvo sin darse cuenta. Ella alzó la vista, y por un instante, sus miradas se encontraron. Había algo en sus ojos, una intensidad que lo atravesó. No supo si era curiosidad, desafío, o simplemente un rayo de humanidad en el lugar más inesperado. Entonces, ella sonrió, apenas un gesto, pero lo suficiente para hacer que él apartara la mirada y apretara el volante con más fuerza de la necesaria.
El plan inicial de Logan era quedarse solo unos días, lo suficiente para cumplir con los encargos de su jefe y seguir adelante. Pero las semanas comenzaron a alargarse, y la limusina se convirtió en su excusa perfecta para no pensar demasiado en el próximo paso. Aquella noche, regresó al motel tarde, cansado y con las manos aún oliendo a cuero y cigarrillos viejos. El estacionamiento estaba casi vacío, y el aire frío lo envolvió mientras se dirigía a su habitación.
Fue entonces cuando la vio de nuevo. Subía las escaleras con una bandeja en las manos, equilibrando cuidadosamente un par de platos cubiertos. Su cabello, ahora recogido, dejaba ver el cansancio en su rostro, pero también ese brillo natural que Logan había notado antes. La observó desaparecer en una de las puertas del pasillo, y algo en su interior, algo que llevaba años apagado, se agitó débilmente.
Se encerró en su habitación y dejó caer el cuerpo sobre la cama. El silencio era pesado, roto solo por el zumbido del ventilador. Sus ojos se clavaron en el teléfono de la mesita. Podría llamar a recepción, pedir algo, lo que fuera. No tenía hambre, pero quería verla otra vez, aunque fuera por unos segundos. Se frotó el rostro con las manos, sintiéndose ridículo. "Eres un viejo imbécil", murmuró para sí mismo, pero sus dedos ya estaban marcando el número.
El teléfono sonó un par de veces antes de que alguien atendiera. Logan pidió algo simple, casi al azar, solo para llenar el silencio. "Un café. Negro." Su voz salió más áspera de lo usual, como si hasta eso lo delatara. Colgó antes de arrepentirse, mirando su reflejo en el espejo del baño. Su cabello estaba enmarañado, las canas en su barba más prominentes que nunca. Soltó un bufido. "Ridículo..."
Abrió el grifo y se echó agua fría en el rostro, dejando que las gotas recorrieran su piel cansada. El frío lo despertó un poco, pero no lo suficiente para sacarlo de ese extraño nerviosismo que se había instalado en su pecho. Tomó la vieja afeitadora de su neceser, pensando que al menos podía intentar domar el caos en su barba.
Estaba terminando de arreglarse cuando un golpe seco en la puerta lo sobresaltó. Su mano tembló apenas un segundo, pero fue suficiente para que la cuchilla rozara su piel. "Mierda", murmuró entre dientes, viendo la fina línea de sangre que empezaba a formarse en su mejilla. Otro golpe, más insistente, lo hizo apresurarse. Se enjuagó rápidamente, ignorando el ardor, y salió del baño con una toalla en la mano, listo para abrir.
Logan abrió la puerta sin mucha ceremonia, todavía secándose la cara con la toalla. Ahí estaba ella, sosteniendo la bandeja con el café que había pedido, su expresión entre neutra y amable, aunque había un leve brillo de curiosidad en sus ojos al verlo. Su mirada bajó un segundo al pequeño corte en su mejilla, y luego volvió a encontrarse con la de él.
—Aquí está su café. —dijo, su voz calmada pero con un toque de cansancio que no lograba opacar lo natural de su tono.
Logan asintió, tomando la bandeja de sus manos con una torpeza que lo irritó consigo mismo. Había pasado mucho tiempo desde que alguien lo había hecho sentir así, tan expuesto.
—Gracias —murmuró, su voz más baja de lo habitual. Se detuvo un momento, buscando algo más que decir, pero las palabras no llegaban. Ella, sin embargo, no parecía apresurada por irse.
—¿Se cortó? —preguntó, señalando con un leve gesto su mejilla.
Logan llevó los dedos al corte, sintiendo el escozor. Bufó, una mezcla de vergüenza y frustración.
—Nada grave —respondió, encogiéndose de hombros.
Ella esbozó una sonrisa, una de esas que parecían a la vez ligeras y sinceras. Había algo en esa expresión que hizo que Logan desviara la mirada, incómodo con la intensidad que crecía entre ambos en ese pequeño espacio de tiempo.
—Bueno, espero que disfrute su café —añadió ella antes de dar un paso atrás, como si esperara su permiso para irse.
Pero Logan, por primera vez en años, sintió que no quería que se marchara tan pronto.
Por un momento, ninguno de los dos dijo nada. Logan seguía sosteniendo la puerta abierta, sus ojos oscuros fijos en ella, intentando descifrar qué era lo que lo tenía tan inquieto. La chica se quedó inmóvil, como si estuviera esperando algo, y luego su mirada se posó nuevamente en su mejilla. La sangre comenzaba a deslizarse lentamente hacia su mandíbula, un contraste llamativo contra su piel curtida.
Sin pensarlo demasiado, ella dio un paso adelante. —Si me deja, puedo curarlo. Podría infectarse. —Su tono era suave, pero había algo decidido en sus palabras.
Logan frunció el ceño. —No es necesario. —Su voz salió más brusca de lo que pretendía, casi un gruñido. Al instante notó cómo ella se tensaba, su incomodidad evidente en el ligero cambio de postura. Logan apretó los dientes, odiándose por su reacción.
—Perdón —murmuró, su tono más relajado ahora—. Si quieres, adelante. Pero no voy a pagarte por eso.
Ella soltó una pequeña risa, que sonó más sincera de lo que él esperaba. —No se preocupe, no voy a cobrarle. Será rápido.
Antes de que pudiera decir algo más, ella dejó la bandeja a un lado y sacó de su bolsillo un pequeño botiquín, una de esas cosas que probablemente llevaba consigo por costumbre. Logan observó cómo lo abría con movimientos precisos, y por un segundo, el silencio que se creó entre ellos no se sintió incómodo, sino extraño... casi íntimo.
Logan se sentó en el borde de la cama, sintiendo el colchón ceder bajo su peso. Ella se colocó frente a él, sacando un pequeño frasco de desinfectante y un algodón. La cercanía le resultaba extraña, incómoda y, al mismo tiempo, imposible de ignorar. Cuando el algodón presionó suavemente sobre el corte, un leve ardor lo hizo fruncir el ceño.
—¿Cómo sabes hacer esto? —preguntó, su voz ronca y algo cortante, aunque más por costumbre que por intención real.
—Estudié enfermería un par de años —respondió ella sin levantar la vista, concentrada en limpiar la herida. Sus movimientos eran meticulosos, casi profesionales, como si el tiempo no hubiera desgastado lo que había aprendido.
Logan soltó un leve bufido, más para sí mismo que para ella. — Es solo un rasguño. Ni siquiera deberías molestarte.
Ella levantó la mirada un momento, con una expresión entre curiosa y divertida. — Bueno si me molestara no te hubiera dicho de hacerlo.
El comentario lo golpeó con una especie de dulzura y ternura, y algo en su interior se revolvió.  Mientras ella volvía a concentrarse en su trabajo, Logan dejó que su mirada vagara por su figura. El uniforme de mesera, a pesar de su simplicidad, se ajustaba perfectamente a su cuerpo, realzando curvas que no había notado antes.
Trató de apartar la vista, de distraerse, pero sus ojos volvían a ella casi por voluntad propia. Se maldijo en silencio por mirarla de esa manera. No era correcto, no debería hacerlo, pero había algo en ella que lo atrapaba. Una belleza natural, casi etérea, que contrastaba con el cansancio reflejado en su rostro.
Logan apretó los dientes, buscando controlar sus pensamientos. Ella no merecía ser objeto de su mirada, mucho menos de los pensamientos que empezaban a rondar en su mente.
Cuando ella terminó de limpiar y desinfectar la herida, guardó el algodón y el desinfectante con calma, sin prisa. Alzó la mirada nuevamente y, por primera vez, se permitió observarlo de cerca. La distancia entre ambos era mínima, apenas unos pasos, y eso le dio la oportunidad de notar cosas que antes no había percibido.
Las facciones de Logan hablaban de su historia. La edad era evidente en las arrugas que surcaban su frente y el contorno de sus ojos, pero había algo en esa imperfección que no resultaba desagradable. Era un rostro descuidado, sí, marcado por el tiempo, pero eso le daba un atractivo particular, casi crudo, como si llevara consigo la esencia de alguien que había vivido más de lo que deseaba.
Y luego estaban sus ojos. De un tono verdoso ya casi cafés, pero profundamente expresivos, como un reflejo de todo aquello que no se atrevía a decir. Era fácil perderse en ellos, y por un instante, ella lo hizo. Se dio cuenta de que estaba mirándolo más de la cuenta y sonrió, un gesto pequeño, casi tímido, como si intentara disimular su distracción.
Logan, que había estado evitando fijar la mirada en ella, notó el cambio. Ese pequeño gesto, esa sonrisa, lo dejó inquieto. No sabía qué significaba, pero podía sentir cómo el ambiente entre ellos se volvía más pesado, más difícil de ignorar.
—Listo —dijo ella, su voz suave, como si no quisiera romper del todo el momento—. Eso debería bastar, pero si siente que molesta más tarde, avíseme.
Sin darse cuenta, su mirada volvió a encontrarse con la de él, y ambos quedaron atrapados en ese intercambio silencioso, donde las palabras no eran necesarias.
Ella se giró hacia el pequeño cesto de basura junto a la cama para tirar los restos del algodón y el envoltorio del desinfectante. Al inclinarse un poco, algo captó su atención: una placa metálica sobresalía entre los desperdicios. Estaba sucia y algo desgastada, pero claramente visible. Al mirarla con más detalle, pudo leer un nombre grabado en ella: Logan.
Se enderezó lentamente, sosteniendo la placa entre sus dedos. Había algo en ese objeto, en su peso y en la frialdad del metal, que parecía contar una historia. Giró hacia él, levantándola apenas para que la viera.
—¿Es suya? —preguntó con curiosidad, sus ojos fijos en los de él.
Logan la miró, y algo en su expresión cambió. No era exactamente enojo, pero había una dureza en su rostro, como si esa pequeña placa desenterrara algo que prefería mantener enterrado. Se puso de pie, acercándose para tomarla de su mano con cuidado, casi con reverencia.
—Sí —respondió después de un momento, su voz baja y áspera. Guardó la placa en el bolsillo de su chaqueta sin añadir nada más, como si eso bastara para cerrar el tema.
Ella lo observó en silencio, notando cómo apretaba los labios, claramente incómodo con la situación. No quería insistir, pero la curiosidad seguía latiendo en su interior. Había algo en él, algo más allá de lo que dejaba ver.
—Es un bonito nombre —dijo finalmente, rompiendo el silencio.
Logan dejó escapar un leve bufido, más una reacción automática que algo genuino. —Bonito, tal vez. Pero eso no significa nada.
El peso de sus palabras cayó entre ellos como una barrera, pero ella no retrocedió. En cambio, volvió a esbozar esa pequeña sonrisa que, por alguna razón, comenzaba a desarmarlo.
Ella observó la taza de café sobre la mesita de noche, ahora casi fría, con una ligera mueca de desaprobación. Se acercó a la mesa y la señaló suavemente.
—Seguro ya se enfrió, pero... cuando quiera, puedo traerle otro. —El tono de su voz, aunque casual, llevaba algo más. Un leve matiz que parecía sugerir que, tal vez, habría un segundo reencuentro, algo más que una simple visita ocasional.
Logan la miró en silencio, sin saber si debía responder o simplemente dejar que esas palabras se quedaran en el aire. Pero antes de que pudiera decidir qué hacer, ella ya estaba de pie, recogiendo sus cosas con movimientos tranquilos.
—Bueno, ya me voy. —Su voz, ahora más suave, apenas un susurro, se despidió con una ligera sonrisa antes de dar un paso atrás, dejando el espacio entre ellos aún más palpable.
Logan la observó irse, el sonido de sus pasos desapareciendo en el pasillo, pero algo en la atmósfera había cambiado. Él se quedó allí, sentado en la cama, con la mente revuelta por esa última frase, por la insinuación que ella había dejado flotando entre ellos.
No estaba seguro de lo que realmente había querido decir, pero algo en su interior le decía que no era algo que pudiera ignorar tan fácilmente.
Con un suspiro, miró la taza de café y luego, sin darse cuenta, pasó su mano por su barba canosa, reflexionando en silencio sobre todo lo que había sucedido.
Los días transcurrieron lentamente para Logan. A veces, mientras caminaba hacia su trabajo o cuando estaba de regreso en el motel, veía a la chica pasar. Él la reconocía al instante, por su paso ligero, por esa sonrisa que le dirigía cada vez que sus miradas se cruzaban, una sonrisa que él no sabía si correspondía a un simple gesto o a algo más. A veces, cuando la veía, se debatía con la idea de llamarla de nuevo, de romper el silencio que se había interpuesto entre ellos después de su última conversación. Pero siempre, al final, se mantenía firme, alejándose del impulso.
Se decía a sí mismo que ya estaba demasiado grande para estos juegos, para las complicaciones emocionales que una chica como ella podría traer. Se sentía como si estuviera demasiado lejos de ese mundo, como si los años que había vivido lo hubieran colocado en un sitio donde las cosas simples, las sonrisas y los reencuentros, ya no tenían cabida. Y, sin embargo, había algo en ella que lo llamaba, algo que le hacía dudar, que lo hacía sentirse vulnerable de una manera que no quería aceptar.
Cada vez que ella le sonreía desde lejos, él desviaba la mirada y apretaba los dientes, como si esa pequeña muestra de amabilidad fuera una tentación demasiado peligrosa. La idea de acercarse a ella lo incomodaba, pero la atracción que sentía hacia ella seguía ahí, oculta bajo capas de indiferencia y autocompasión.
Logan suspiraba, sintiendo el peso de su indecisión. Si bien su mente le decía que lo mejor era seguir ignorándola, algo dentro de él comenzaba a desear lo contrario. Pero esa lucha interna no parecía tener fin.
Una noche, después de un largo día de trabajo al volante, Logan decidió entrar al pequeño restaurante del motel. No era su primera opción para cenar, pero el hambre y el cansancio lo convencieron de que no había tiempo para buscar algo mejor. El lugar era modesto, con mesas de madera gastada y una iluminación cálida, pero tenue. Apenas cruzó la puerta, sus ojos la encontraron.
Allí estaba ella, moviéndose con soltura entre las mesas, una bandeja en equilibrio sobre una mano mientras entregaba pedidos con una sonrisa tan natural como desarmante. Llevaba el mismo uniforme de mesera que había notado días atrás, ceñido a su figura de manera sencilla pero que lograba llamar su atención sin esfuerzo.
Logan pensó en girarse y salir, pero antes de que pudiera reaccionar, ella lo vio. Su mirada se encontró con la de él, y esa sonrisa que tanto intentaba ignorar apareció de nuevo, iluminando su rostro.
—¡Bienvenido, Log! —dijo con una entonación juguetona y carismática, haciendo que su nombre sonara más familiar de lo que a él le gustaría.
Logan arqueó una ceja, cruzando los brazos mientras ella pasaba a su lado con la bandeja en alto. Esa informalidad lo tomó por sorpresa, pero algo en su tono, en la forma despreocupada en que lo dijo, lo desarmó más de lo que quería admitir.
—¿Así me llaman ahora? —respondió, su voz más áspera de lo que pretendía, aunque con un leve atisbo de humor.
Ella se detuvo por un momento, girándose hacia él con una sonrisa aún más amplia. —¿Prefiere que le diga "señor Logan"? —preguntó, inclinando la cabeza con un toque de ironía.
Él negó con la cabeza, soltando un suspiro y acercándose a una mesa vacía. —No me llames nada, solo haz tu trabajo.
—Como diga, señor. —Guiñó un ojo antes de girarse y seguir con su camino, dejando a Logan allí, sintiendo que algo en su interior se revolvía.
Logan comió en silencio, intentando ignorar las miradas furtivas que ella le lanzaba entre mesas mientras seguía atendiendo. El restaurante se fue vaciando poco a poco, y para cuando terminó su plato, el ambiente se había vuelto más tranquilo, casi íntimo. Se levantó de su asiento, llevando consigo el plato vacío hacia el mostrador, donde ella estaba ocupada anotando algo en una libreta.
—¿Todo bien con la comida? —preguntó ella, mirándolo con una sonrisa amable.
—Sí, estuvo bien. —Logan dejó el plato en la barra y sacó la billetera para pagar.
—¿Algo más para esta noche? —su voz tenía ese tono que empezaba a reconocer: ligero, despreocupado, pero con un trasfondo que lo hacía sentir bajo un reflector.
Logan titubeó un momento antes de decir: —Un café.
Ella asintió, girándose para prepararlo. —¿Lo quiere aquí o... prefiero llevárselo a su habitación? —El guiño que acompañó la pregunta era sutil, pero lo suficientemente evidente como para que él lo notara.
Se aclaró la garganta, desviando la mirada mientras sacaba un billete del bolsillo. —A la habitación, por favor.
—Como diga. —Ella tomó el dinero y se lo guardó con rapidez, mientras llenaba una taza humeante con café recién hecho. —Estará allí en un minuto.
Logan asintió y se dirigió hacia la salida del restaurante, sintiendo cómo su presencia lo seguía como una sombra cálida. Cada vez que interactuaban, la barrera que había intentado construir entre ellos parecía desmoronarse un poco más, y no estaba seguro de si debía resistirse o simplemente dejarse llevar.
Unos minutos después, el sonido de un golpe suave en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Logan se levantó de la cama, ajustándose la camisa por puro reflejo antes de abrir. Allí estaba ella, con su sonrisa inconfundible y, para su sorpresa, sosteniendo no una, sino dos tazas de café en una pequeña bandeja.
—¿Dos cafés? —preguntó él, arqueando una ceja mientras sus ojos pasaban de las tazas a su rostro.
Ella le devolvió una mirada despreocupada, como si su elección fuera lo más natural del mundo. —Pensé que tal vez le vendría bien algo de compañía. —Levantó un poco la bandeja con una sonrisa ladeada.
Logan suspiró, cruzando los brazos mientras evaluaba la situación. No estaba acostumbrado a que alguien tomara ese tipo de iniciativas con él, y mucho menos de esa manera tan directa.
—¿Así de simple, eh? —murmuró, aunque no pudo evitar que un leve tono de curiosidad se filtrara en su voz.
—Así de simple. —Ella dio un paso al frente, dejando la bandeja sobre la mesita junto a la puerta, y luego se giró hacia él. —Pero si prefiere estar solo, puedo irme.
Logan negó lentamente con la cabeza, cerrando la puerta detrás de ella. —No es eso... Solo no estoy acostumbrado.
—Bueno, entonces será una experiencia nueva. —Le tendió una de las tazas antes de tomar la suya propia y darle un sorbo, manteniendo sus ojos en él con una mezcla de desafío y calidez.
El silencio que siguió no fue incómodo, sino denso, lleno de esa tensión inexplicable que parecía surgir cada vez que estaban cerca. Logan tomó su taza, sin apartar la mirada de ella, sintiendo que algo en su interior cedía poco a poco.
Tomó un sorbo de su café, dejando que el calor recorriera su garganta antes de fijar su mirada en ella. Había algo en su actitud, en su forma de moverse con tanta naturalidad, que lo descolocaba. Y esa sonrisa, siempre ahí, como si supiera algo que él no.
—¿No te molesta? —preguntó de pronto, rompiendo el silencio.
Ella frunció ligeramente el ceño, confundida. —¿Qué cosa?
Logan apoyó la taza en la mesita, cruzando los brazos mientras sus ojos vagaban por el suelo, buscando las palabras. —La diferencia de edad.
Ella lo miró, sus labios curvándose en una sonrisa suave. Se recargó en el marco de la ventana, sosteniendo su taza entre las manos.
—¿Por qué debería molestarme? —respondió con un tono despreocupado.
—No sé… —Logan se encogió de hombros, su voz grave cargada de una mezcla de inseguridad y escepticismo. —Podrías pensar que es raro. Que no tiene sentido.
Ella dejó la taza sobre el alféizar y lo miró directamente, con una intensidad que lo hizo sentir expuesto. —Creo que lo único raro sería que tú te lo creyeras.
Logan se quedó en silencio, sin saber qué responder. Había esperado una respuesta diferente, quizás algo más superficial o distante, pero sus palabras lo golpearon con una fuerza inesperada.
—Además —añadió ella, con un toque de diversión en su voz—, no es como si yo estuviera aquí preocupándome por lo que piensen los demás.
Él soltó una risa baja, seca, mientras sacudía la cabeza. —Tienes una manera de simplificar las cosas.
—A veces la vida es más simple de lo que queremos admitir, Log. —Su voz se suavizó al decir esto, y esa familiaridad al usar su nombre volvió a desarmarlo.
El silencio volvió a llenar la habitación, pero esta vez no era incómodo. Era como si cada palabra dicha antes hubiera dejado una marca en el aire. Ella dio un paso hacia él, su mirada clavada en la de Logan, llena de algo que él no supo interpretar del todo: curiosidad, ternura, quizá incluso desafío.
Sin pensarlo demasiado, ella levantó una mano y la posó suavemente sobre su mejilla. Sus dedos rozaron la barba áspera, canosa, deteniéndose apenas para sentir la textura.
—¿Siempre has sido tan terco? —preguntó, su voz apenas un susurro mientras lo miraba, como si quisiera desentrañar lo que se escondía detrás de esos ojos.
Logan no se movió al principio, su cuerpo rígido como una roca bajo el toque de ella. Su mirada bajó hacia la de ella, capturando cada detalle de su rostro: la curva de sus labios, el brillo en sus ojos, la calidez en su expresión. Algo dentro de él pareció tambalearse.
Pero entonces, con un leve movimiento, Logan se apartó. No fue brusco, pero sí lo suficiente para marcar una distancia.
—No deberías hacer eso. —Su voz sonó más dura de lo que había planeado, aunque el peso de sus propias palabras le cayó encima como una losa.
Ella bajó la mano lentamente, sin dejar de mirarlo. Había algo en su mirada, una mezcla de decepción y comprensión, que lo hizo sentirse peor.
—¿Por qué no? —preguntó, sin reproche, solo curiosidad genuina.
Logan negó con la cabeza, llevándose una mano a la nuca mientras se giraba ligeramente hacia la ventana. —Porque no soy alguien con quien debas involucrarte.
Ella dejó escapar una risa suave, como si esa respuesta no fuera suficiente para disuadirla. —Tal vez no me corresponde a ti decidir eso.
Él no respondió, permaneciendo con la mirada fija en la ventana. Había algo en su postura que parecía cargado de peso, como si llevara años arrastrando una batalla interna que no podía ganar.
—Bueno... —dijo ella después de un momento, retomando su tono ligero. — si necesitas algo más, ya sabes dónde encontrarme.
Cuando ella se giró para dirigirse hacia la puerta, Logan sintió un impulso que no pudo controlar. Dio un paso adelante y, con una mano firme pero cuidadosa, sujetó su brazo, deteniéndola en seco. Ella lo miró sorprendida, con los ojos amplios y curiosos.
—Espera. —Su voz sonó grave, cargada de algo que ni él mismo podía identificar del todo. Se quedó mirándola por un momento, como si buscara algo en su rostro, algo que pudiera explicar lo que estaba ocurriendo. — No lo entiendo, ¿si? ¿Qué ves en un viejo molesto y amargado como yo?
Ella parpadeó, el asombro suavizándose en una expresión de ternura que él no pudo entender. No había burla, ni lástima, ni duda en su mirada, solo una calidez que lo desarmaba por completo.
—Veo mucho más que eso, Logan. —Su voz era baja, sincera, cada palabra parecía elegida con cuidado.
Logan frunció el ceño, sin apartar los ojos de ella. —No entiendo.
Ella sonrió, ladeando la cabeza ligeramente mientras lo estudiaba. —Eso es porque tú mismo te has convencido de que no hay nada más en ti. Pero yo veo a alguien que, a pesar de todo, sigue adelante. Alguien que ha vivido más de lo que probablemente quiera admitir, y que, aunque intente esconderlo, todavía tiene algo bueno ahí dentro.
Logan se quedó callado, sus dedos aún aferrados a su brazo, aunque sin apretar. Sus palabras lo atravesaron como un golpe, porque no estaba acostumbrado a que alguien lo mirara de esa manera. Para él, su reflejo siempre había mostrado a alguien cansado, roto, un cascarón del hombre que alguna vez fue.
Ella, en cambio, lo miraba como si hubiera algo más, algo que él mismo había olvidado hacía tiempo.
—No soy ese tipo de hombre. —Su voz salió más suave, casi un susurro, como si estuviera admitiendo una derrota que llevaba tiempo evitando.
—Tal vez no lo eres para ti, pero eso no significa que no puedas serlo para alguien más. —Ella se inclinó un poco hacia él, sus ojos buscando los suyos con una determinación dulce y firme.
Por un segundo eterno, Logan no supo qué decir ni cómo moverse. Entonces, soltó su brazo lentamente, sus dedos dejando su piel con un cuidado que no se correspondía con la fuerza que él creía tener.
—Debería irme. —Ella rompió el momento con una sonrisa ligera, y aunque parecía que quería quedarse, dio un paso atrás hacia la puerta. Logan sintió una urgencia desconocida que lo hizo actuar antes de pensarlo.
—No. —La palabra salió de sus labios en un susurro áspero, como si cargara más peso del que él mismo entendía.
Ella se giró a mirarlo, sus ojos reflejando sorpresa y curiosidad, pero no tuvo tiempo de responder. Logan dejó que su mano se deslizara de su brazo hacia su cintura, con una firmeza que no era brusca, pero sí lo suficientemente decidida como para dejar claro que no quería que se fuera.
El contacto hizo que ella contuviera el aliento, no porque fuera incómodo, sino porque la diferencia en sus cuerpos era innegable. Su mano era grande y áspera, contrastando con su figura más delicada, y la manera en que la acercó hacia él la dejó momentáneamente sin palabras.
—¿Qué haces? —preguntó ella en un susurro, su voz quebrándose apenas al sentir la proximidad.
—No lo sé. —La sinceridad en su respuesta la desarmó, y durante un segundo largo se quedaron así, mirándose tan cerca que cada respiración parecía compartida.
Ella no intentó alejarse, aunque su mente le decía que tal vez debería. Algo en la intensidad de sus ojos, en la vulnerabilidad que escondían, la mantuvo allí, atrapada en ese instante que parecía detener el tiempo.
Logan se inclinó un poco más, su mirada vagando entre sus ojos y sus labios, pero antes de que pudiera hacer algo más, una chispa de razón lo golpeó. Se apartó con un movimiento torpe, liberándola de su agarre y girándose hacia el costado, frotándose la nuca con una mezcla de frustración y autodesprecio.
—Lo siento. No debí... —murmuró, su voz más baja, como si hablara consigo mismo.
Ella se quedó quieta, su corazón latiendo con fuerza mientras lo miraba. Logan levantó la vista hacia ella, confundido por su dulzura, pero no dijo nada. Ella esbozó una pequeña sonrisa, inclinándose hacia la puerta para abrirla, aunque esta vez lo hizo con lentitud, como si le diera una última oportunidad de decir algo más.
Ella ya había dado un paso hacia la puerta, pero algo en su interior la hizo detenerse. Giró lentamente, y esta vez fue ella quien tomó la iniciativa. Con una suavidad inesperada, deslizó su mano sobre la de Logan, que aún estaba cerca, y la guió de nuevo hacia su cintura.
Él no se resistió, sorprendido por su gesto, y dejó que su mano descansara allí, sintiendo el calor de su cuerpo a través de la tela del uniforme. Ella se acercó un poco más, sus ojos clavados en los suyos con una intensidad que desarmaba cualquier argumento que Logan pudiera haber tenido para detener aquello.
—No pienses tanto. —Su voz fue apenas un susurro, casi una súplica, mientras mantenía su mirada fija en él.
Logan respiró hondo, luchando contra todas las barreras que había construido durante años, pero cuando ella se inclinó levemente hacia él, algo en su interior se rompió. No había nada más que aquel momento, y por primera vez en mucho tiempo, decidió ceder.
Se inclinó hacia ella, su rostro acercándose lentamente mientras su mano en su cintura la acercaba aún más. Cuando sus labios finalmente se encontraron, fue un roce suave al principio, una prueba tímida, como si ambos estuvieran descubriendo algo que no sabían que necesitaban.
Pero la presión aumentó, y el beso se volvió más decidido, más cargado de emociones que ninguno de los dos podía verbalizar. Las manos de ella subieron instintivamente hacia su rostro, acariciando su barba con ternura, mientras él la sostenía con firmeza, como si temiera que ella pudiera desvanecerse si la soltaba.
Cuando finalmente se separaron, sus respiraciones estaban entrecortadas, pero ninguno se apartó del todo. Sus frentes se apoyaron, sus miradas entrelazadas en el silencio que seguía cargado de significado.
Logan la observó en silencio durante un segundo eterno, como si estuviera buscando algo en sus ojos que le diera el permiso que, en realidad, ya le había dado. Finalmente, sin decir nada más, se inclinó de nuevo hacia ella, esta vez con más firmeza, dejando que sus manos descansaran completamente en su cintura, afianzando el contacto.
El beso llegó con una intensidad distinta, más segura pero aún contenida, como si estuviera tratando de equilibrar lo que sentía con lo que creía que debía hacer. Sus labios encontraron los de ella en un choque suave pero decidido, explorando con más tiempo, con más necesidad.
Ella correspondió al instante, sus manos subiendo otra vez hacia su rostro, acariciándolo mientras se entregaba al momento. Logan la sostuvo más cerca, sus dedos presionando ligeramente en su cintura, como si quisiera memorizar el tacto de su piel bajo sus manos.
Fue entonces cuando dejó que su lengua se deslizara, probando con cuidado, esperando alguna señal. Ella la dio al instante, abriéndose a él con la misma disposición, y el beso se volvió más profundo, más cargado de emociones que ambos habían intentado ignorar hasta ahora.
Su sabor era un contraste perfecto con la aspereza de la barba que rozaba sus labios, una mezcla que la hizo suspirar contra su boca, enviando una corriente por el cuerpo de Logan que lo llevó a intensificar el beso, pero sin dejar que se volviera apresurado o desesperado.
Sus manos en su cintura parecían anclarla, y cada movimiento de sus labios y su lengua era una mezcla perfecta de control y pasión. Cuando se separaron, fue apenas por segundos, solo para tomar aire antes de que sus frentes volvieran a juntarse.
Logan cerró los ojos, todavía sosteniéndola cerca, mientras su respiración entrecortada hablaba de todo lo que no se atrevía a decir en palabras. Ella sonrió suavemente, acariciando su mejilla con el pulgar, permitiéndose disfrutar de aquel momento que parecía suspendido fuera del tiempo.
—Esto no estaba en mis planes. —Su voz ronca rompió el silencio, pero no se alejó ni un centímetro de ella.
—A veces, lo mejor no necesita estarlo. —Ella respondió con una dulzura que él apenas podía comprender, dejando que sus palabras calaran profundo.
Ella lo miró con una mezcla de decisión y ternura, dejando que sus manos se apoyaran suavemente en su pecho. Luego, sin romper el contacto visual, lo empujó con suavidad hacia el borde de la cama. Logan, sorprendido, dejó que lo guiara hasta sentarse, el colchón cediendo bajo su peso mientras su mirada permanecía fija en ella, tratando de descifrar sus intenciones.
Antes de que pudiera procesarlo del todo, ella se colocó en su regazo con una confianza que lo desarmó, sus piernas descansando a ambos lados de las suyas. La cercanía lo envolvió por completo, y el calor de su cuerpo hizo que olvidara cualquier excusa que podría haber intentado plantear.
Logan tragó con dificultad, sus manos temblando por un momento antes de apoyarse en sus caderas, como si necesitara asegurarse de que aquello era real. Ella sonrió, una expresión suave que contrastaba con la intensidad del momento, y sus dedos encontraron su lugar nuevamente en su rostro, acariciando su barba con una dulzura que él no estaba acostumbrado a recibir.
—No pensé que te dejarías llevar tan fácil, viejo gruñón. —Su voz tenía un deje juguetón, pero también una calidez que lo hizo sentir algo más que vulnerable.
Logan soltó un resoplido, medio riéndose, medio intentando mantener su fachada de dureza, pero sus ojos delataban la tormenta de emociones que ella había desatado en él.
—Y yo no pensé que fueras tan atrevida. —Su voz era grave, más baja de lo habitual, mientras sus manos apretaban ligeramente sus caderas, explorando el peso de ella sobre él con una mezcla de necesidad y autocontrol.
Ella inclinó la cabeza, sus labios a apenas centímetros de los suyos, y el silencio que los envolvía era denso, cargado de una tensión que ninguno parecía dispuesto a romper.
—Tal vez solo necesitabas a alguien que te recordara cómo es vivir un poco. —La respuesta salió de sus labios con una suavidad que lo desarmó por completo, y antes de que pudiera responder, ella se inclinó para reclamar sus labios en un beso que esta vez fue lento pero profundamente apasionado.
Logan correspondió sin dudar, sus manos afianzándose en su cintura mientras la sostenía más cerca, como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento. La intensidad del beso creció, sus movimientos coordinados en un vaivén que parecía borrar cualquier barrera entre ellos.
El aire se volvió pesado, cargado de emociones y deseos reprimidos durante demasiado tiempo. Y mientras sus bocas exploraban, Logan se dio cuenta de algo que lo asustó y lo reconfortó al mismo tiempo: hacía años que no sentía algo así.
Mientras sus cuerpos se movían al unísono, ella no pudo evitar moverse con un leve vaivén, un movimiento que se hizo más pronunciado sin que siquiera lo notara. Logan, al sentirlo, no pudo evitar dejarse llevar, sus manos deslizándose suavemente por su espalda, explorando la figura de ella con una delicadeza inesperada. El roce de sus dedos sobre su ropa era casi como una caricia, como si estuviera temeroso de hacer cualquier cosa que pudiera romper la atmósfera que se había creado entre ellos.
Logan comenzó a recorrer la línea de su cintura, siguiendo el contorno de su figura con cuidado, sintiendo la suavidad de su piel debajo de las telas. Cada movimiento de ella hacía que el deseo creciera, pero también que se diera cuenta de la vulnerabilidad en él, una que no quería reconocer, pero que estaba allí, palpable en el aire.
El contacto de sus manos era firme pero no posesivo, como si quisiera que ella entendiera que, aunque la atracción entre ellos fuera innegable, aún había algo más: respeto, paciencia. Cada vez que sus dedos pasaban cerca de su piel, él casi podía escuchar su respiración entrecortada, y eso solo lo impulsaba a ser más suave, más consciente de su cuerpo sobre el suyo.
Ella cerró los ojos por un momento, disfrutando de la suavidad con que él la tocaba, pero también de la extraña mezcla de sensaciones que provocaba en ella. No podía dejar de pensar que aquello era tan real, tan auténtico, y no importaba cuánto tratara de resistirse, se sentía completamente conectada a él.
Logan se detuvo por un segundo, sus dedos rozando el costado de ella, casi como si estuviera preguntando si podía continuar, pero en lugar de palabras, fue el gesto de ella, una pequeña inclinación hacia él, lo que lo hizo seguir.
El roce de su mano subió por su espalda, a la base de su cuello, donde sus dedos se enredaron suavemente en algunos cabellos sueltos. Los ojos de Logan se encontraron con los de ella, y por un instante, todo lo que podían sentir era la conexión pura entre ambos. Sin decir una palabra, él la sostuvo un poco más fuerte, mientras sus labios se acercaban nuevamente, buscando el contacto que ambos sabían que no podían evitar más.
La sensación de sus cuerpos tan cerca, el calor de sus pieles y la suavidad de sus movimientos era todo lo que existía, todo lo que necesitaban. Y por fin, cuando sus labios se encontraron de nuevo, fue un beso que selló algo mucho más profundo que solo deseo: una conexión que, de alguna manera, ambos sabían que podría cambiar todo lo que habían conocido hasta ese momento.
19 notes · View notes
bitacoradeunadialover · 9 months ago
Text
The bride who survived || Laito Sakamaki
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Era la primera vez que se sentía cazado. Realmente perseguido. Ahora caminaba apresurado por una calle vacía en medio de la madrugada, paranoico e inquieto. No dejaba de mirar hacia los lados, hacia arriba, entre las copas de los árboles.
Ella debía estar muerta. Y de alguna manera se las había arreglado para regresar a arruinarle la vida.
Todo inicio en el momento en que los familiares de Laito comenzaron a aparecer degollados y con el pecho abierto. Uno por uno, aquellos familiares fueron asesinados por alguien astuto y escurridizo. Pensó en crear más familiares pese a lo complicado que era, pero incluso éstos aparecían muertos pocos días después. Tal fue la magnitud del asunto que el vampiro terminó quedándose sin familiares.
Se quejó con sus hermanos y éstos le dijeron que probablemente había hecho enfadar a alguna mujer del Makai y que ahora ella se estaba desquitando con él. Pero luego comenzó a verla en todas partes… aquella novia que había sido tan insignificante para él, ahora aparecía a donde fuera que estuviera: siempre en el rabillo del ojo, siempre quieta y mirándolo sin vida alguna.
Apenas podía sentir su presencia.
Ella era claramente un vampiro mestizo y débil, pero mierda, era increíblemente astuta. Se escondía entre las sombras, aparecía atrás de él en cada reflejo, en cada esquina o escondida detrás de muebles y árboles.
Fue molesto. El vampiro incluso llegó a intentar atacarla, pero ella parecía tener la habilidad de un jodido fantasma, y desaparecía tan repentinamente como había aparecido.
Y luego, les siguieron las muertes.
Mujer en la que Laito ponía los ojos, mujer que moría. El tipo ni siquiera podía hacer nada, era como si ya no pudiese mirar a nadie porque resultaba de por sí una sentencia de muerte. Las chicas con las que Laito coqueteaba en la academia tenían accidentes misteriosos: caían por las escaleras y se rompían el cuello, aparecían en los baños con heridas en las muñecas como si fuera un suicidio, se caían de la terraza de la escuela…
Y él no podía hacer nada. Porque aquella zorra era una maldita genia. No cometía sus crímenes cuando Laito se los esperaba, los cometía cuando estaba con la guardia baja.
Por eso dejó de coquetear con estudiantes y buscó alivio en mujeres desconocidas de bares y clubes. Y funcionó un tiempo hasta que el patrón volvió a repetirse: sus intereses de una noche aparecían muertas en los baños como si hubieran sido atacadas, o simplemente desaparecían.
Y cuando ella cometía esos crímenes, hacía acto de presencia ente los ojos asustados de Laito, agazapada entre la gente que ni siquiera podía verla… solamente él sabía lo que ella hacía y el por qué lo hacía.
Y supo muy bien que no se detendría hasta hacerlo perder la cabeza, tal como Sakamaki Laito lo había hecho con ella.
Lo haría sentir inquieto. Lo haría sentir asustado. Perseguido y, finalmente, cazado.
No, por supuesto que ella no pararía. Porque había aprendido del mejor cómo torturar a alguien psicológicamente hasta el punto del quiebre. Y él sería su primera y única víctima.
53 notes · View notes
jartita-me-teneis · 5 months ago
Text
Tumblr media
18 hechos sobre París:
1. El Metro de París tiene varias "estaciones fantasmas" que ya no están en uso. Uno de los más famosos es el Arsenal, que fue cerrado en 1939.
2. El apartamento de Gustave Eiffel en la parte superior de la Torre Eiffel todavía existe. Ahora es un museo, mostrando cómo se veía cuando vivía allí.
3. Montmartre, conocido por su historia artística, tiene un viñedo oculto llamado Clos Montmartre que todavía produce vino.
4. La Ópera del Palais Garnier tiene un apartamento oculto diseñado para el arquitecto del edificio, Charles Garnier.
5. La casa más antigua de París se encuentra en la calle de Montmorency 51 y data de 1407. Perteneció al alquimista Nicolas Flamel.
6. La calle más corta de París, Rue des Degrés, tiene sólo 5,75 metros de largo y consiste únicamente en una escalera.
7. La Opera Garnier tiene un lago subterráneo, originalmente una fuente de agua natural que se convirtió en parte de su infraestructura.
8. Durante la liberación de París en 1944, la contraseña secreta era "Tante Sally. "
9. La Rue des Morts en el 5.o distrito fue una vez una calle donde personas con rostros desfigurados debido a lesiones de la Primera Guerra Mundial vivían y recibieron tratamiento.
10. La Campagne à París en el distrito 20 es un pequeño pueblo escondido dentro de la ciudad, con casas y jardines pintorescos.
11. El Tour Jean-sans-Peur, una torre medieval construida a principios del siglo XV, está escondida en el 2.o distrito.
12. Candelaria, un bar estilo bar clandestino, está escondido detrás de una tienda de tacos en Le Marais.
13. Le Procope, fundado en 1686, es el café más antiguo de París y fue frecuentado por Voltaire, Rousseau y Benjamin Franklin.
14. El Canal Saint-Martin estaba cubierto parcialmente a mediados del siglo XIX, y hoy en día, partes del mismo corren bajo tierra.
15. En el Arco del Triunfo hay un ascensor escondido dentro de uno de los pilares para los que no pueden o no quieren subir las escaleras.
16. El Pont des Arts fue usado una vez como un puente de peaje, donde los artistas montaban sus caballetes y pintaban las vistas del río.
17. Place de la Concorde, ahora una famosa plaza, fue una vez el lugar de muchas ejecuciones públicas durante la Revolución Francesa.
18. El río Bièvre, una vez una vía fluvial prominente en París, ahora fluye completamente bajo tierra a través de la ciudad.
17 notes · View notes
Text
Maldita zorra: Elvira Sastre
Estaba loca:
su tristeza no era de este mundo,
a veces estallaba a reír cuando me lloraba sus penas
y solía enredarse el pelo cuando le iba bien.
Se pintaba los labios antes de dormir:
«quiero estar guapa para mis sueños», me decía.
Luego se levantaba con el rímel corriéndose en sus ojeras,
como en mis mejores fantasías,
y me preguntaba la diferencia entre una nube y una ola.
Yo la observaba en silencio
—un silencio consciente,
pues ella era una de esas mujeres
que te hacen saberte derrotado antes de intentarlo—,
como si tratara de vencerla sin palabras,
como si esa fuera la única forma.
Ilusa.
En ocasiones
todo lo que hay más allá de alguien es superfluo
y todo lo que hay dentro de uno es redundante.
No lo sé,
le hubiera repetido un millón de veces por segundo
que era más guapa que un pájaro sobrevolando el mar
y que sabía más dulce que la caricia de un padre,
pero ella estaba loca,
loca como un silencio en medio de una escala,
y solo me besaba cuando me callaba.
Maldita zorra.
Solía decir que los peces eran gaviotas sin alas
y era imposible tocarla sin que gritara.
Yo lo disfrutaba: era un instrumento delicioso.
Cuando le decía que amaba su libertad
se desnudaba y subía las escaleras del portal sin ropa
mientras me decía que echaba de menos a su madre.
Cuando tenía miedo
se ponía el abrigo y se miraba al espejo,
entonces se reía de mí y se le pasaba.
Cuando tenía hambre
me acariciaba el pelo y me leía un libro
hasta que me quedaba dormida.
No sé qué hacía ella después,
pero cuando me levantaba ella seguía ahí
y mi pelo estaba lleno de flores.
Un día se fue diciendo algo que no entendí,
supongo que por eso empecé a escribir.
Me dijo: no me estoy yendo,
solo soy un fantasma de todo lo que nunca tendrás.
Maldita zorra. Maldita zorra loca.
Estaba loca, joder,  estaba loca.
Tenía en su cabeza una locura preciosa.
¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella?
15 notes · View notes
tinta-y-cometas · 7 months ago
Text
Las escaleras que ascendían al cielo, ahora guían hacia la nada, como esqueletos de madera, hacia la ausencia. Los jardines, una vez florecientes, ahora son espinas afiladas que se retuercen sobre cenizas. Y en el silencio, la única compañía que hallo son los fantasmas que engendra la melancolía.
Julsen Bastian
15 notes · View notes
apocarus · 5 months ago
Text
El egoísmo me lleva a tu puerta, el amor no regresa, aunque le suplicamos, ya hemos cumplido su condena, mis lágrimas han secado el fuego, tu ignorancia ha llenado la biblioteca, estaremos bien. Mis pies están en tu alfombra, el silencio viene de la tumba, quiero decir lo que mis palabras atragantan, pero, alargamos los segundos, tan cambiados, extranjeros en las tierras de cada uno, la piel ha mutado. No veo mis labios en tus venas, tú no encuentras tus huellas en mis parpados, Dios, el tiempo nos ha mutilado, el té saca el calor de nuestras almas, hay un reloj, en la demencia, sonando los minutos, la partida está cerca, esto, fue una medianoche. El cansancio me llevo a buscar tu balcón, tuve que trepar las escaleras, no recordaba los escalones, no sabemos bien que nos trajo aquí, nuestros cuerpos imanes descompuestos, tus labios secos, mis brazos fríos, esto no es el baile conocido. Esperas sin paciencia, me callo sin silencio, está el cuerpo temblando, la jeringa sería más cómodo que esto, quieres preguntar, la respuesta la tienes, la pregunta la dejaste al entrar. Estamos en el pasillo, tu sentado en la mesa, yo apoyada en la silla, recuerdas la manera de la luz del televisor en mis ojos, tengo el sabor de tu cabeza reposada en mis hombros, esta, todo instante de la habitación, los fantasmas al borde de nosotros. El amor se nos retiró en primera escena, sin embargo, llegamos a tres actos, estamos acá luego de cortinas, las reverencias quebró nuestras espaldas, no decimos a que venimos, las rosas muertas entre nuestros puños. Nuestras miradas aún no se cruzan, aún atestiguamos cada pasado que nos roza, me hablas, distante, voz de una mentira, te escuchó, oídos tapados de un culpable, estamos buscando una charla, que sucedió antes de nosotros. Te ríes, gimo, esto está doliendo en alegría, te tapas en la mano, la que sostuve en pena, muerdo los labios los que rozaste en ira, esto, no tiene una gran manera de ser. Estamos en la ventana, tus piernas se balancean en la caída, mis manos sostienen todo, menos tu cintura, no nos miramos, la puerta está abierta. Jamás nosotros, el amor nos abandonó a primera hora, tu nombre no sabe el mío, mi apellido no acosa el tuyo, estamos, detenidos, contenidos, si retenemos, la obra no termina. Pero, pero, el final se aproxima, el punto nos acosa, y, miramos el atardecer, mis pasos dan tres atrás, los tuyos dan cinco atrás. Batalla de amanecer a la reversa, las pistolas bajas, la despedida perdida, nos miramos al reflejo, te ves joven, ligero, bello, no mío, me ves libre, feliz, suelta, no tuya. La puerta se cierra detrás de mí.
7 notes · View notes
byaguscortes · 15 days ago
Text
Capítulo 5 — Las reglas de la Casa
Tumblr media
Lars entró a una sala, por llamarla así. Era más bien un espacio cavernoso ubicado en los sótanos del edificio. Eso le daba igual al chico, que se sentía feliz de haber conseguido un puesto en la Casa. El espacio estaba iluminado por bombillas desnudas que colgaban del techo. Las sombras se acumulaban en los rincones, dando la impresión de que la oscuridad estaba viva. Los trabajadores, con sus uniformes grises manchados, se movían como fantasmas entre las mesas y estanterías repletas de herramientas oxidadas. Qué más daba, pensó Lars, lo había logrado. 
Llegó cuando algunos estaban comiendo, en una gran mesa. El grupo estaba constituido, en su mayor parte, por gente de mediana edad de rostros como tallados con un cuchillo. Caras con personalidad. A Lars no le costaba nada comprender que eran personas que, como él mismo, habían renunciado a puestos mejor pagados por alguna razón. Y esa razón, importante, claro está, e incluso con casi toda seguridad una razón vital, gravitaba alrededor de cada uno de ellos, dando a esa gente un halo de misterio poco común.
—¿Svante? —preguntó a uno. Era el nombre que le habían dado arriba como su responsable, al que se tenía que presentar. La persona a la que preguntó movió la cabeza en una dirección, indicándole, sin dejar de masticar su comida. 
Señalaba a un trabajador bastante anciano pero, por su aspecto, todavía lo bastante vigoroso como para dedicarse a ese tipo de trabajo tan exigente físicamente. Destacaba en este entorno. A pesar de su edad, sus ojos brillaban con una vivacidad que despuntaba. Su cabello, blanco y desordenado, formaba un halo luminoso alrededor de su cabeza, como si fuera inmune a la oscuridad circundante.
—¿Svante? —repitió. 
El viejo lo miró, valorándolo, y levantó la mano para indicarle que se acercara. Dijo algo al que estaba a su lado que Lars no oyó, pero la respuesta del otro, sí. 
—¿Una visita especial con el nuevo? Mira a ver que no te vuelvas a meter en líos, hombre —le dijo. 
Lars se presentó al momento y Svante le hizo un par de preguntas banales.
—Pues empezamos. Me acompañas a un trabajo y así comienzas a aprender cosas. Deja todo, no hace falta que lleves nada.  
Se acercó a un armario con varias herramientas dispuestas de forma rigurosa y ordenada. 
—Coge esa maza. Y… una pregunta: ¿no llevas venda? —Lars negó con la cabeza, un poco harto—. No importa. A veces, es útil llevarla. De acuerdo, sígueme. Yo camino rápido, no te quedes atrás. El orientarse en la Casa puede ser algo complicado. Por alguna razón, a veces olvidamos sus dimensiones y nos confiamos. El resultado si no te orientas con minuciosidad es acabar muy lejos de tu destino, donde no querrías.
Salieron del cuarto y atravesaron un par de pasillos. La maza pesaba bastante y hacía que para Lars la marcha fuera un poco penosa. Accedieron a unas escaleras por las que subieron varios pisos hasta detenerse en un rellano. Svante parecía estar pensando en algo y le dijo de pronto:
—¿Por qué estás aquí?
—¿Cómo que por qué? Necesito el trabajo, necesito el dinero.
—Si necesitases el dinero, no estarías aquí, muchacho. Estarías en las plantas superiores, caminando con una venda por los pasillos —dijo mientras reía.
—Pues eso no va conmigo.
—Pues tendrás que explicarte mejor.
Svante esperaba una aclaración o que se extendiese un poco más en la respuesta, aunque Lars no hizo esfuerzo alguno para ello. Eso le molestó.
Puso la mano en el picaporte de la puerta y se giró hacia el chico:
—No creo que por aquí nadie nos pueda ver, pero si alguien te dice algo por no llevar venda, echa a correr. Nadie nos conoce, así que si te escapas, es posible que no haya reprimendas y puedas continuar con tu trabajo aquí.
Lars no entendía. ¿Qué iban a hacer?
—Vamos a pasar por el lugar más transitado y menos visto de la Casa. Es un espectáculo que pocos ven, porque verlo implica un despido inmediato. ¿Tú te atreves?
Antes de que Lars pudiese decir nada más, Svante le echó una mirada torva, abrió la puerta y cruzó al otro lado.
Se encontraron entonces en medio de un amplísimo pasillo, un cañón de mármol blanco que se extendía más allá de donde alcanzaba la vista. El espacio estaba abarrotado de cuerpos en movimiento, una marea humana que ondulaba como un organismo vivo. La mayoría no llevaba venda, pero sus miradas denotaban la imposibilidad de ver: eran ciegos. Caminaban guiándose por sus manos, que acariciaban las muros en busca de orientación, cosa que lograban gracias a toda clase de textos escritos en braille que se encontraban por todas partes en las paredes, si bien, al ser estas de un ininterrumpido blanco, eran difíciles de apreciar para la vista.
Toda esa gente abarrotaba el espacio junto a las paredes dejando libre la zona central del pasillo, que aparecía despejada. Lars y Svante estaban parados de pie en esa parte precisamente; eran los únicos allí y destacaban como una anomalía. Lars miró para ambos lados; el pasillo se extendía hasta donde alcanzaba la vista.
—Es la hora de la cena —aclaró Svante.
Lars estaba fascinado por el espectáculo. Había una actividad febril, como de colmena. Vio ese aluvión de personas de todo tipo y condición, todas ellas ciegas. Y sus manos. Sus manos flotando por la pared mientras caminaban. Las manos como un río que iba encontrando el camino a lo largo de las paredes. Haciendo ondulaciones, pequeños rizos; avanzando siempre. La visión mareaba y, finalmente, solo veías esas corrientes de manos, ese universo de manos que avanzaban sin destino y sin tregua, como una estampida de pequeños animales, libres al fin de algún yugo ancestral.
Sintió un tirón en la ropa y vio cómo Svante abría una puerta y entraba a otro cuarto. Era una sala de herramientas, pero también contenía una escalera que el viejo usó para subir a otro piso. Se movía con una habilidad envidiable. Svante estaba cada vez más alerta. Lars sudaba porque portaba el enorme martillo.
El viaje a través de los pisos superiores fue una experiencia surrealista. Los pasillos, de un blanco cegador, estaban llenos de huéspedes ciegos que se movían como una corriente constante. Sus manos, pálidas y de dedos largos, se deslizaban por las paredes dejando rastros invisibles. ¿Cómo era posible que hubiese tantos?
Al cabo de subir un par de pisos más, Svante hizo algo extraño: se puso la venda sobre los ojos. Se giró a Lars y le dijo:
—Sígueme. Si te llaman la atención, corre. Hacia cualquier dirección. Recuerda: si huyes, hazlo bajando siempre.
Entonces comenzó a moverse a toda velocidad por los pasillos como el resto de los transeúntes. Ponía la mano en la pared y caminaba con la palma pegada a ella, descifrando inscripciones o indicaciones que, al parecer, encontraba en el muro. Lars lo seguía, pero no podía dejar de mirar el extraño espectáculo que resultaba de todo aquello. Svante empezó a correr de pronto.
Lars tenía enormes dificultades para seguirlo, y el otro no miraba atrás. No parecía preocuparle si se perdía. De hecho, a los pocos minutos, el chico comenzó a pensar que buscaba precisamente eso: dejarlo tirado.
Tras unos minutos de esa carrera que se había convertido en persecución, llegó hasta la puerta que Svante había cruzado apenas algunos segundos antes, la abrió y entró. Lars se encontró en ese pequeño cuarto sin aliento. En él había otras tres personas con su misma ropa de empleado. Eran robustas y de rostros agresivos.
—Pero ¡qué ha pasado, hombre! —gritó Lars a Svante.
El otro respiraba pesadamente y lo miraba con frialdad.
—Si yo te pregunto, tú me contestas.
Hizo un leve gesto con la cabeza y las tres personas inmovilizaron a Lars con rapidez. Una le rodeó el cuello con un brazo y las otras dos le sujetaban los brazos. Esto volvió loco al chico, que se removió violentamente pero no pudo soltarse. Svante le dio un puñetazo que lo dejó sin aliento. 
—¿Qué puñetero problema tienes con la venda? —espetó Svante.
—No me gusta —siseó Lars, que todavía luchaba por respirar con regularidad.
—Ni a mí madrugar. Pero aquí estoy.
—¡Soltadme!
Volvió a forcejear.
—¿Y eso que eres amiguito del Maestro?
—¡No es cierto! ¿Qué estás diciendo?
—¿Eres su espía?
Siguieron forcejeando mientras Svante volvía a preguntarlo un par de veces. Pero Lars no escuchaba porque luchaba por liberar uno de sus brazos. Solo necesitaba eso y podría tumbar a aquellos memos.
Svante iba a preguntarle una última vez cuando lo paralizó un grito terrible. Lars había girado la cabeza a la derecha y se había encontrado con que el tipo que lo sujetaba por detrás había inclinado la suya de forma que su oreja estaba a su alcance. No había dudado y le había dado un terrible mordisco con todas sus fuerzas. El otro aulló de dolor y lo soltó, llevándose las manos a la oreja herida, que comenzó a sangrar profusamente.
Los otros dos que sujetaban sus brazos dudaron durante un instante. Uno de ellos más de la cuenta. Lars dio un tirón con su brazo derecho y lo liberó también. Sin perder un segundo, continuó la trayectoria del movimiento, su mano convertida en una garra. Sus dos dedos, como lanzas de carne y hueso, se dirigieron con precisión hacia los ojos del que aún lo sujetaba. El impacto provocó un estallido de dolor. 
Dio un puñetazo al tercero, pero no consiguió tumbarlo y este le devolvió el golpe. Lars sacudió un poco la cabeza para despejarse y enseguida se abalanzó sobre él. Le asestó un cabezazo en el puente de la nariz que lo dejó finalmente inconsciente.
Lars tenía el rostro ensangrentado. Presentaba un aspecto lastimoso, el de haber perdido la pelea, pero no era así. Sabía que a veces pasaba. Cuando levantó la cabeza, comprobó que Svante lo miraba atónito. Se quedaron inmóviles un segundo hasta que el hombre se giró y salió del cuarto. Lars lo siguió al otro lado.
Continuaron la persecución por un pasillo y hasta el piso superior, que estaba vacío. Nadie caminaba por él. Lars alcanzó a Svante lo suficiente como para darle un empujón que le hizo desequilibrarse. El chico lo sostuvo para que no cayese a plomo y ambos se derrumbaron por el suelo.
—¡Estáis locos! ¡Estáis todos locos por aquí! —gritó Lars.
—Creo que estamos en la zona de los Justos. Eso no es bueno.
—¿Cómo?
Se quedaron jadeando durante un minuto. Svante estaba escuchando algo, muy tenso.
—¡No podemos quedarnos aquí!
Se levantaron con dificultad y avanzaron por el pasillo hasta una puerta. Svante no parecía seguro, pero la abrió y entraron. Una sala de trastos para el servicio con escalera para acceder. Estarían a salvo.
Se sentaron a recuperarse. Sus respiraciones se fueron serenando hasta que llegaron a un ritmo normal.
—Estáis todos locos por aquí —repitió Lars.
—Me tienes que contestar, no te queda otra.
Lars le contó la historia de cómo había conocido al Maestro y su despido de la tienda de Gustav. Cómo lo había encontrado de casualidad y la forma tan extraña de dirigirse a él que había tenido en sus primeras horas en la Casa. Durante ese rato, Svante lo miraba con intensidad. A veces escéptico y a veces divertido. Al final, cerró los ojos y estuvo un rato así, como reflexionando. Cuando los abrió, su mirada era seria.
—Lo cabreaste mucho al hablarle de esa forma. Probablemente, el despido le supo a poco como castigo. Cuando supo que estabas en la Casa, pensó que podía acabar la faena. Al tratarte así, se encargó de marcarte para que pudiese ocurrir algo como lo que ha pasado.
—¿Hablas en serio? Parecía muy amistoso.
—Si no tienes poder, no lo va a ser contigo de ninguna manera… —y luego añadió—: No sé si esto ha acabado, tengo que serte sincero. Quizá tengas más problemas.
Lars calló. Se sentía frustrado: nada era lo que parecía ser, y todo tenía un doble sentido que hacía que las personas y las situaciones resultasen imposibles de valorar.
Svante le lanzó su venda.
—Límpiate la sangre, chaval. Estás horrible.
Intentó adecentarse la cara, pero la sangre ya estaba seca y no hubo mucho que hacer.
—Es por mi padre —comentó de repente Lars.
—¿Perdona?
—Lo de la venda, es por mi padre.
—¿Cómo es eso? 
—Mi padre trabajó aquí —explicó—, también la odiaba. Pero se la ponía, aunque decía que no era cierto que los débiles buscan debilitar a los fuertes por rencor y deseo de dominio, como dicen a veces. No, los fuertes buscan debilitar a los ya de por sí débiles, y así su dominio resulta incontestable. 
Svante lo escuchaba con atención.
—Era pintor. Tuvo que renunciar a la vista por el capricho de un loco. Yo no quiero que eso me pase… No voy a renunciar a ver por trabajar para un demente.
—Yo puedo respetar eso. No creo que seas un espía, ¿sabes? Por si esto te tranquiliza.
Volvieron a un paso apresurado pero no corriendo, Svante se encargaba de que fuese así. A Lars la caminata le pareció más larga y no paraba de mirar a todos lados, esperando un elemento de alerta.
Finalmente, llegaron al cuarto de donde habían partido hacía siglos, según le parecía al chico. Svante se desplomó en un banco mientras se secaba el sudor con la venda.
—El primer día en la Casa es algo que habitualmente no se olvida. Provoca una impresión duradera y de por vida. Bienvenido —le dijo el hombre sonriendo con sorna—. Veremos cómo te va en los trabajos duros. Quizá cambies de opinión sobre la venda cuando estés cansado, hambriento y cubierto de polvo —añadió con una sonrisa cruel—. A ver cuánto duras, chico. Ahora, vete a descansar.
En ese momento, Lars no sabía si había conseguido un amigo o un nuevo enemigo.
2 notes · View notes
saucysayswhat · 1 year ago
Text
Caza de fantasmas y desarrollo espiritual
Tumblr media
¿Alguna vez te has preguntado por qué tu casa cruje? ¿Alguna vez has notado que cruje más por la noche que durante el día? ¿Crees que podrían ser fantasmas? Muchos investigadores paranormales (cazadores de fantasmas) estarían de acuerdo rápidamente con tal sugerencia. Hay un experimento que podría hacer que pruebes para probar mi punto, pero deberías estar de acuerdo con los fantasmas porque su presencia aumentará bastante después. Mi página básicamente solo te asegura que no hay nada que temer sino el miedo mismo. Tener miedo le dará motivos para temer e incluso puede atraer entidades malas. estás haciendo antes de cazar fantasmas. Dicho esto, aquí está su experimento: escuche activamente los sonidos extraños en su casa durante las próximas noches.
Tumblr media
Si haces que sea obvio que los estás escuchando, harán ruido por ti y la cantidad que harán aumentará día a día. ¡Cuanto más haces esto, más estás atrayendo fantasmas! Diría que los busques también, pero no saldrán por un tiempo porque no quieren asustarte. Para no entrar en pánico, aparte de los conceptos erróneos comunes, ¡los fantasmas suelen ser buenos espíritus! El término 'fantasmas' suena espeluznante, oscuro y 'pegajoso', lo sé. Pero en realidad no hay nada que temer excepto el miedo mismo. Sí, incluso cuando se trata de 'fantasmas', al menos en mi opinión, que se deriva de más de 12 años de experiencia directa investigando, contactando y comunicándome con fantasmas. Además de mi apasionado interés por los fantasmas, también soy un estudiante de justicia penal 4.0 que se graduó (licenciatura) en octubre de 2012. Lo menciono para dejar en claro que soy educado, en lugar de un bicho raro. Preguntas qué es un fantasma.? La mayoría de las entidades paranormales (fantasmas) detectadas en la tercera dimensión (plano físico-'Tierra') son simplemente el fantasma (espíritu) de un ser humano que aún no ha cruzado completamente a su nuevo reino.
Los fantasmas todavía tienen los mismos estándares morales que tenían cuando estaban vivos, y esos fantasmas que eran malas personas y todavía están presentes como espíritus a menudo tienen miedo de cruzar debido a ser juzgados. Por lo tanto, algunos fantasmas están tratando de reconciliarse. Recuerde, los fantasmas aún no se han cruzado, por lo que muchos fantasmas están contemplando cómo será el juicio. Sin embargo, es importante saber cómo saber si hay un espíritu oscuro o una entidad peor, pero eso es extremadamente raro, dependiendo de dónde se encuentre. Una antigua cárcel o asilo tendría algunos espíritus territoriales allí y puede que no sean tan agradables, por supuesto. Pero, ¿no sería genial si pudiéramos comunicarnos con el otro 99% de los espíritus, que son agradables? Las cantidades masivas de información que podríamos obtener serían magníficas. Tal vez el fantasma solo está tratando de enviar un mensaje de "Te amo y estoy bien" a su esposa antes de cruzar.
La satisfacción de entregar tal mensaje está más allá de las palabras. Nota importante, puedes empezar sin comprar ningún equipo. De hecho, recomiendo enfáticamente el enfoque libre al comenzar. Estoy seguro de que hay muchos grupos profesionales de investigación paranormal en su área a los que les encantaría que los acompañara. Tendrán todo el equipo necesario a mano y podrán mantenerte a salvo (evitar que corras asustado contra una pared, etc.). Yo mismo comencé sin ningún equipo de caza de fantasmas. Sin embargo, actualmente poseo una gran cantidad de equipos disponibles para pruebas científicas (o respaldo). Además, el equipo facilita el proceso de comunicación de los espíritus (fantasmas). He estado cazando fantasmas durante 14 años y es, con mucho, el pasatiempo más genial que he tenido, así como el único pasatiempo que he mantenido. Además, desde muy joven siempre fui mucho más intuitivo que la persona promedio y desde entonces he estado trabajando constantemente para mejorar esas habilidades a través de varios métodos que incluyen investigación y práctica en las áreas de meditación, proyección astral, aura y psíquica. desarrollo, limpieza/equilibrio de chakras, aumento de kudalini, caza de fantasmas, manifestación (ley de atracción), etc. ¡Visite mi página, haga clic aquí y aprenda a convertirse en un cazador de fantasmas psíquico altamente espiritual, que manifiesta la realidad y se proyecta astralmente! ¡Y recuerda siempre que no hay nada que temer sino el miedo mismo!
0 notes
voguedesigns · 1 year ago
Text
Historia de las historias de fantasmas
Tumblr media
¿Qué es un fantasma? Desde la antigüedad, las historias de fantasmas (cuentos de espíritus que regresan de entre los muertos para frecuentar los lugares que dejaron atrás) han ocupado un lugar destacado en el folclore de muchas culturas de todo el mundo. Un rico subconjunto de estos cuentos involucra figuras históricas que van desde reinas y políticos hasta escritores y gánsteres, muchos de los cuales murieron temprano, de forma violenta o misteriosa. ¿Qué es un fantasma? El concepto de fantasma, también conocido como espectro, se basa en la antigua idea de que el espíritu de una persona existe por separado de su cuerpo y puede continuar existiendo después de que esa persona muere. Debido a esta idea, muchas sociedades comenzaron a utilizar los rituales funerarios como una forma de asegurarse de que el espíritu de la persona muerta no volviera a "perseguir" a los vivos. ¿Sabías? Según los informes, el notorio mafioso Al Capone se apareció a los visitantes irrespetuosos en su parcela funeraria en un cementerio de Illinois. Supuestamente se ha escuchado música espectral de banjo proveniente del interior de la antigua celda de Capone en Alcatraz, donde fue uno de los primeros reclusos.
Por lo general, se cree que los lugares embrujados están asociados con algún acontecimiento o emoción en el pasado del fantasma; a menudo son una antigua casa o el lugar donde murió. Aparte de las apariciones fantasmales reales, los signos tradicionales de fantasmas van desde ruidos extraños, luces, olores o brisas hasta el desplazamiento de objetos, campanas que suenan espontáneamente o instrumentos musicales que parecen tocar solos. En el siglo I d. C., el gran autor y estadista romano Plinio el Joven registró una de las primeras historias notables de fantasmas en sus cartas, que se hicieron famosas por su vívido relato de la vida durante el apogeo del Imperio Romano. Plinio informó que el espectro de un anciano con una larga barba, haciendo sonar cadenas, acechaba su casa en Atenas. El escritor griego Luciano y el compañero romano Plauto de Plinio también escribieron memorables historias de fantasmas. Siglos más tarde, en el año 856 d. C., el primer poltergeist, un fantasma que causa perturbaciones físicas como ruidos fuertes u objetos que caen o son arrojados, fue reportado en una granja en Alemania.
El poltergeist atormentaba a la familia que vivía allí tirando piedras y provocando incendios, entre otras cosas. Uno de los avistamientos de fantasmas más frecuentes en Inglaterra se remonta al siglo XVI. Ana Bolena, la segunda esposa del rey Enrique VIII y madre de la reina Isabel I, fue ejecutada en la Torre de Londres en mayo de 1536 tras ser acusada de brujería, traición, incesto y adulterio. Se han informado avistamientos del fantasma de Bolena en la torre, así como en varios otros lugares, incluida la casa de su infancia, el castillo de Hever, en Kent. La rica tradición estadounidense de fantasmas históricos comienza con uno de sus padres fundadores más ilustres: Benjamin Franklin. A partir de fines del siglo XIX, el fantasma de Franklin fue visto cerca de la biblioteca de la Sociedad Filosófica Estadounidense en Filadelfia, Pensilvania; algunos informes sostienen que la estatua de Franklin frente a la sociedad cobra vida y baila en las calles.
Aunque se han informado muchos avistamientos de fantasmas en la Casa Blanca en Washington, DC, a lo largo de los años, tal vez ninguna figura política haya aparecido con tanta frecuencia en el más allá como Abraham Lincoln, el 16º presidente de la nación, quien fue asesinado por una bala asesina en Abril de 1865. Se dice que Lincoln, ex abogado y congresista de Illinois, fue visto deambulando cerca del antiguo edificio del capitolio de Springfield, así como de sus oficinas de abogados cercanas. En la Casa Blanca, todos, desde primeras damas hasta reinas y primeros ministros, informaron haber visto el fantasma o sentir la presencia de Honest Abe, particularmente durante la administración de Franklin D. Roosevelt, otro presidente que guió al país durante una época de gran agitación y guerra. Algunos lugares simplemente parecen prestarse a apariciones, tal vez debido a los eventos dramáticos o espeluznantes que ocurrieron allí en el pasado. A lo largo de los siglos, se han informado avistamientos de ejércitos espectrales en famosos campos de batalla de todo el mundo, incluidos importantes sitios de batalla de la Guerra Civil Inglesa en el siglo XVII, el sangriento campo de batalla de la Guerra Civil de Gettsyburg y los sitios de la Primera Guerra Mundial de Gallipoli (cerca de Turquía). ) y el Somme (norte de Francia).
Otro centro particularmente activo de actividad paranormal es el HMS Queen Mary, un crucero construido en 1936 para la Cunard-White Star Line. Después de servir en la Marina Real Británica en la Segunda Guerra Mundial, el barco de 81.000 toneladas se retiró en Long Beach, California en 1967; el plan era convertirlo en un hotel y resort flotante de lujo. Desde entonces, el Queen Mary se ha hecho famoso por sus presencias espectrales, con más de 50 fantasmas reportados a lo largo de los años. El último jefe de máquinas del barco, John Smith, informó que escuchó sonidos y voces inexplicables del área cerca de la proa del barco, casi en el mismo lugar donde un crucero de aviones británico condenado, el Coracoa, había perforado un agujero cuando se hundió después de un accidente de guerra accidental. que mató a más de 300 marineros a bordo. Smith también afirmó haberse encontrado con el fantasma de Winston Churchill, o al menos con su espectral humo de cigarro, en el antiguo camarote del primer ministro a bordo del barco.
1 note · View note
nocivo-coctel · 1 month ago
Text
Reaccionando desde mi posición de niña, desde ese ojo asomándose entre el hueco de las escaleras o escuchando desde la puerta del dormitorio intentando que no se dieran cuenta que vigilaba la situación… de la misma forma está palpitando mi corazón desde el momento en que escucho que él está llegando y que trae tragos encima y que ella sale de la alcoba fingiendo silencio aunque el sonido de la manija retumbe en cada esquina de la casa fría y blanca.
Aunque sé que no puedo hacer nada, y nunca pude hacer nada más que lagrimar silenciosamente, aunque sé que me lastima más escuchar que ella ya está llorando y que a él le vale la situación con una copa más en la mano, me mantengo a la espera de que las cosas no empeoren, mi cabeza no deja de dar vueltas y pensar en las peores situaciones totalmente imaginadas por mi psique…
Que si él se cae de las escaleras porque no puede caminar del todo bien y se mata.
Que si él se vuelve loco y le clava a ella un cuchillo (pues la discusión se da en la cocina).
Que si la golpea o la ahorca por no poder mantener el control y la frustración que ella día a día le alimenta desde su tristeza.
Puras tonterías, ¿de donde llegan todas estas imágenes arrastrando tanto mi miedo, mi soledad, mi posición de nada en ese cuarto?.
Decido entonces quitar la música nocturna que estaba decidiendo escuchar por amenidad, y quedarme rodeada de los fantasmas de sus voces discutiendo y gritando que no se aguantan más y que no saben por qué están juntos. Y de nuevo ya me estoy durmiendo tarde cuando la noche iba tan adecuada, y de nuevo ya me estoy sintiendo aturdida de una discusión que aunque no es mía, parece tomar posición en mi existencia desde la cautela de existir, desde ese ser espectador, ese ser tercero en esa habitación.
2 notes · View notes
vierss18 · 2 months ago
Text
Entrada #1 [29/10/2024] [23:26]-[00:57]
Cuando me sugirieron crear una cuenta de Tumblr lo primero que pensé fue "¿qué tengo para contar?". Quiero decir, dispongo de muchas historias ficticias en la cabeza, pero apenas he vivido situaciones interesantes en mi vida. Esta quizás sea una de ellas.
Hace unos tres o cuatro días empecé a escuchar golpes en el portal del piso donde resido durante mis estudios universitarios, pero antes de pasar con eso, quiero agregar una pizca de contexto.
Este es mi segundo año en el apartamento y, aunque algunos vecinos me resultan un tanto excéntricos, nunca he notado nada demasiado fuera de lo común en ellos. El bloque de pisos es pequeño; sólo cuenta con seis domicilios, dos debajo del mío, uno en frente y otros dos encima. En esos dos últimos me centraré hoy, pues en el domicilio de la segunda planta a la derecha, justo encima del mío, habita un anciano solitario que no parece preocuparse por el aspecto de su vivienda. El primer día que llegué aquí me di cuenta por la propia fachada del edificio: su casa era un desastre. No tenía cristales en las ventanas y llevaba tiempo sin pasar una mano de pintura. Sin embargo me he cruzado en ciertas ocasiones con él por las escaleras, y nos hemos saludado normalmente. Uno de mis primeros días aquí me enteré de que a ese hombre le asistía su vecina de enfrente (segundo izquierda): una mujer que no sé si he visto alguna vez. Le hacía la comida y le ayudaba con algunas tareas rutinarias del hogar. Durante todo mi primer año aquí jamás advertí nada extraño. De vez en cuando se escuchaba algún golpe; una mesa moviéndose, un armario, algo que se caía al suelo, etc..., pero los golpes que empecé a escuchar hace escasos días eran muy distintos. Eran golpes fuertes, repetidos, como un martillo atizando algo sólido. El ruido se extendía por todo el bloque. Se detenía y volvía cada pocos minutos, hasta que por fin remitió. Al día siguiente lo volví a escuchar, después el silencio y, por último, algunas voces alteradas. Yo estaba a lo mío, sin prestar demasiada atención, al menos hasta que fui a la cocina y vi a varias personas reunidas hablando con la policía frente al edificio, señalando hacia alguna de las ventanas. Supuse que había ocurrido algo grave, pero me mantuve al margen, intentando descifrar lo ocurrido. Ese mismo día, por la noche, mi compañero de piso (algo más chismoso que yo) me contó que la vecina de arriba había muerto, y que el hermano de la mujer había estado forzando la puerta para entrar porque ella no respondía a sus llamadas. Al entrar en la vivienda la hallaron sin vida. Al parecer llevaba muerta ya dos o tres días.
Me costó recordar las cosas que había estado haciendo durante ese tiempo. Se me hizo una sensación extrañísima pensar que, mientras yo había estado tranquilamente jugando, leyendo, escribiendo, durmiendo..., a tan poca distancia se descomponía ignorado el cadáver de una persona. Sentí una especie de culpabilidad por no haber hecho nada, e impotencia por no haberlo sabido. Las causas de la muerte las desconozco. Ni siquiera sé si era una mujer muy mayor, aunque, según mi compañero de piso, el fallecimiento se había dado por el consumo de drogas (no sé de dónde sacó esa información).
Y a pesar de todo esta historia no termina aquí, pues esa misma noche, sobre las 00:15/00:30, sonó el timbre de nuestro piso. Ni mi compañero ni yo esperábamos visitas a semejantes horas, y él me dijo muy alterado (seguramente por lo sucedido horas antes) que no le abriese la puerta a nadie, pero la verdad es que no tenía pensado hacerlo de todas formas. Agradezco que mis pensamientos suelan ser racionales durante este tipo de situaciones. No creí que fuese un fantasma o algo así, lo cual me sorprendió para bien. Tal vez esté madurando. Lo más seguro es que fuese alguien que se hubiese confundido de puerta, y cuando digo "alguien" me refiero a una persona de carne y hueso. Las casualidades existen. Aun así era evidente que no le iba a abrir la puerta a un completo desconocido, sobre todo por la madrugada.
Esa noche dormí bien. No tuve pesadillas ni me sentí especialmente incómodo. Miré decenas de veces la ventana de mi habitación por si había algún espectro observándome, pero no imaginé nada siniestro. ¿Me estaré volviendo más fuerte? Estoy seguro de que una experiencia así me hubiese aterrado hace unos años, me hubiese puesto paranoico perdido.
A la mañana siguiente me preparé para ir a la universidad, salí de mi apartamento y decidí asomarme al segundo piso. La puerta de la vecina fallecida estaba cerrada y precintada, y creo que continúa igual. Me quedé mirando unos segundos y me marché en silencio. Ya no había casi nadie en los alrededores, sólo una pareja de policías en la calle. Hice un esfuerzo por recordar el rostro de la mujer, pero no fui capaz. Como ya dije no sé si la he visto alguna vez.
2 notes · View notes
phieral · 6 months ago
Text
﹙ 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝑂: 𝐽𝐴𝑁𝐸 𝐵𝑂𝑂𝐿𝐼𝑇𝑇𝐿𝐸 ﹚𝄒ㅤ ㅤⓘㅤ 🪽
Diario de Jane Boolittle [BJF62] signature lanzada en 2013. Hasta abajo podrás encontrar la versión gráfica.
TAGS: Diario, Jane Boolittle, Monster High.
CR: Mattel.
La traducción fue hecha por mí, NO ES OFICIAL. ♱⎯⎯ 𝑀𝐴𝑆𝑇𝐸𝑅𝐼𝐿𝑆𝑇𝑆 𝑀𝐻: 𝐺𝐸𝑁𝐸𝑅𝐴𝐿 | 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝑂𝑆 | 𝐶𝑂́𝑀𝐼𝐶𝑆
Tumblr media
07.10 Papá quiere enviarme a una escuela llamada Monster High. Para ello tendría que salir de la selva. No me hace ninguna gracia. Papá cree que necesito socializar con otros monstruos de mi edad. Dice que pasar el rato en la estación de investigación con un montón de viejos científicos locos y monstruos no me enseña a vivir en el mundo real y que debería tener la oportunidad de relacionarme con monstruos de mi edad. Pffffttttt ... socializar es para los pájaros. Se los he preguntado.
07.15 A pesar de mis argumentos en contra, aún no me he librado de tener que ir a Monster High. Sé que no debería oponerme tanto a ir, es sólo que llevo viviendo en esa estación desde que papá y el Dr. Moreau me encontraron corriendo salvaje por la selva hace diez años y me adoptaron. Es mi hogar y sé que lo echaría mucho de menos, así como a mi padre. Él fue el primer fantasma, en realidad, el primer monstruo no cuadrúpedo de cualquier tipo que recuerdo haber visto, y entendía el lenguaje de los animales tan bien como yo. Bueno, casi, se le va un poco el acento cuando habla Jaguar pero son demasiado educados para decírselo. En cualquier caso, alegué que si abandonaba la estación perderían a una traductor de criaturas, que los científicos locos necesitan para sus expediciones de investigación. Papá es sólo un fantasma y no puede estar en todas partes a la vez. Me pareció un argumento bastante bueno hasta que papá y el doctor Moreau me recordaron que las expediciones siempre se programan para la estación seca, que coincide con las vacaciones de verano. También dijeron que a la larga sería más beneficioso para la estación de investigación que yo aprendiera a interactuar mejor con otros monstruos, sobre todo porque querían poner en marcha excursiones ecológicas para ayudar a la investigación de la estación y querían que yo fuera el guía principal. El Dr. M. dijo: —No nos servirá de nada que corras a esconderte cada vez que te encuentres con un monstruo nuevo—. Les dije que me lo pensaría.
07.25 Esta mañana he vuelto de una carrera/escalada por la selva y me he encontrado con un visitante en la casa del árbol, o mejor dicho, dos visitantes. La primera era una nightmare pastando en nuestro jardín. Nunca había visto una, al menos despierta, y levantó la cabeza y resopló: —¿Quién está ahí?— antes de que yo saliera de la selva. Debió de olerme, porque casi no hago ruido al andar. Le contesté: —Me llamo Jane y soy una amiga—. La nightmare dio un paso atrás por un momento y giró sus orejas en mi dirección. Relinchó suavemente: —Casi parece que entiendes lo que he dicho... qué raro—. Le aseguré que sí entendía lo que decía y ella caminó hacia mí, bajó la cabeza y sacudió su melena. —Pues bien, tengo un picor detrás de la oreja izquierda que me encantaría rascar y como mi jinete está ocupado en otro sitio ¿serías tan amable de rascármelo?—. Lo hice con mucho gusto para su alivio y disfrute. —Dime, jovencita—, me preguntó, —¿cómo es que entiendes lo que digo?—. Le dije que no lo sabía, pero que siempre recordaba haber sido capaz de entender y hablar con criaturas y animales. —Ahh—, respondió, —entonces eres tú a quien mi jinete ha venido a ver. Creo que te está esperando en tu establo, err... casa—. Lo primero que pensé al oír eso fue volver a la selva. Prefiero trepar al árbol más alto, con el viento más fuerte, en la noche más oscura, durante el mayor aguacero que encontrarme con un nuevo monstruo. Me he topado con dragones que no me asustaban tanto, pero me armé de valor y subí lentamente las escaleras. Podía oír a mi padre contándole a nuestro visitante cómo un ocelote les había hablado a él y al Dr. M de una joven ghoul que vivía sola en la selva. A mi padre le dio la curiosidad, así que se dispusieron a buscarme. Tardaron mucho porque yo no quería que me encontraran. Al final me encontraron a mí y a mi perezoso vudú Needles, que vivíamos en una cueva lejos de la civilización. Les costó mucha paciencia y amabilidad, pero al final nos convencieron para que volviéramos con ellos. Cuando llegué a lo alto de las escaleras pude ver que papá y el Dr. M. estaban tomando el té con una monstruo muy bien vestida que mantenía una conversación a pesar de que su cabeza estaba sola en el asiento de al lado. Cuando me vio, sus manos se acercaron, le levantaron la cabeza, se la volvieron a colocar sobre los hombros y se levantó. —Jane, quiero presentarte a la directora Decapitada Buenasangre. Se quedará con nosotros unos días y tiene una proposición para ti—. Me sonrió y dijo: —Hola, Jane, he oído que estás interesada en ser alumna de Monster High—. Sabía que debería haber huido cuando tuve la oportunidad.
07.26 La directora Buenasangre es una monstruo muy interesante. Es amable, educada y, como he descubierto hoy, más dura de lo que parece. Me pidió que la llevara a recorrer la selva y parecía muy interesada en el lugar donde el Dr. M y papá me encontraron. Dudaba de que pudiera seguirme el ritmo, porque había que caminar mucho para llegar hasta allí y los senderos eran demasiado estrechos y cubiertos de maleza para su Nightmare. Tendría que ir a pie. Ella pareció percibir mis dudas y me aseguró que no nos retrasaría. Dejé atrás a Needles y le dije que no nos siguiera, a lo que abrió un ojo, me sacó la lengua y volvió a dormirse. La directora Buenasangre fue fiel a su palabra y siguió conmigo, incluso cuando el camino se volvió fangoso y empinado. Nunca se quejó ni preguntó: "¿Cuánto falta?". Me preguntó por mi capacidad para hablar con los animales y le dije que sí, que podía hablar y entender su lenguaje, pero que eso no significaba que pudiera controlarlos. Los animales tienen mentes y agendas propias y no siempre harán lo que les pidas sólo porque hables su idioma. —No es muy distinto a dirigir un instituto lleno de monstruos adolescentes—, respondió riendo la directora. Por fin llegamos a mi "antiguo hogar" y, aunque la selva casi lo había reclamado, la vieja cabaña seguía allí. Paseamos y hablamos un poco más sobre mi pasado, que no recuerdo, y mi futuro, al que tengo que enfrentarme. Me agradó mucho, así que quizá le dé una oportunidad a Monster High.
08.02 No sé cuánto tiempo viví sola en la selva antes de que papá y el Dr. M. me encontraran. Las criaturas de la selva no registran el tiempo del mismo modo que los monstruos que viven en la civilización. Nosotros... Quiero decir ellos, marcan el tiempo por las estaciones secas y lluviosas, o por eventos que están fuera de lo ordinario como terremotos y volcanes o años donde hay mucho de un tipo de comida y no mucho de otra. Así que no estoy segura de cuántos años tengo en realidad. Ni siquiera sé exactamente qué clase de monstruo soy. Como científico loco, papá tiene libros sobre todo tipo de criaturas y monstruos, pero yo no parezco estar en ninguno de ellos. No yo específicamente, por supuesto, eso sería extraño, sino cualquier monstruo como yo. Papá dice que la selva es tan vasta que es posible que haya tipos de monstruos que aún no han sido descubiertos. Las únicas pistas que tengo son Needles y mi bastón; nunca salgo de excursión sin él, siento que me conecta con mi misterioso pasado. Le he preguntado a Needles, pero me dice lo mismo que el bastón. Creo que sabe algo, pero no me lo dice. Oh, bueno, tal vez lo descubra y tal vez no. Ahora mismo tengo una vida estupenda, así que no me voy a quejar.
08.15 Me he decidido a asistir a Monster High aunque creo que será una transición estresante y aterradora. No es que piense ser el alma de la fiesta o algo así; la sola idea de estar en una habitación con más de tres monstruos a la vez me hace querer encontrar un árbol al que trepar o un agujero en el que esconderme; pero sé que no puedo hacerlo para siempre, así que lo aprovecharé al máximo y espero poder hacerlo; si no logro domar mi lado tímido, al menos quiero llevarme bien con otros monstruos.
SOBRE MÍ Nombre: Jane Boolittle Edad: 15 o 16 Padres Monstruos: Doctor Boolittle Estilo Matador: Supongo que podría decirse que mi estilo es de jungla: adoro la piel sintética, los estampados de animales y las plumas. También tengo un bastón que me encanta y sin el que no puedo estar. Monstruosa Imperfección: Enfrentar mis miedos en una isla selvática con la única compañía de animales no me preparó para interactuar con otros monstruos en grupo. Cuando me encuentro en esa situación se me acelera el pulso, respiro muy rápido y empiezo a buscar lugares donde esconderme. Mascota: Needles es mi perezoso vudú. Lo amo mucho, pero siempre se queda atascado, así que tengo que decirle constantemente que tenga cuidado. Actividad Favorita: Una buena caminata. No hay nada tan tranquilo y estimulante como explorar la naturaleza y conocer a las criaturas que la habitan. Espantoso Fastidio: Cuando los monstruos quieren que escuche a escondidas las conversaciones entre sus criaturas de compañía y otros animales. Sinceramente, es igual de grosero a que yo estuviera escuchando la conversación de un monstruo con uno de sus amigos. Clase Favorita: ¡Muerdología es colmitástica! Todavía no he ido a clase, pero tengo los libros y estoy aprendiendo mucho. Clase Menos Favorita: Recetas Caseras. Soy buena consiguiendo los ingredientes pero si tengo que ponerlas en una receta... Color Favorito: Azul y Negro Comida Favorita: Mangos. Cuando no puedo conseguirlas frescas, como las secas, deliciosas. BFF's: Soy amiga de todos los animales en necesidad.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
ㅤ 𔘓 ﹙ 𝔓HI⎯⎯ 𝐸𝑅𝐴𝐿 ﹚ 🪦 ̸̷ׅ ׄ ㅤ “𝑚𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖” 9 de julio de 2024
6 notes · View notes
jartita-me-teneis · 2 months ago
Text
Tumblr media
18 hechos sobre París:
1. El Metro de París tiene varias "estaciones fantasmas" que ya no están en uso. Uno de los más famosos es el Arsenal, que fue cerrado en 1939.
2. El apartamento de Gustave Eiffel en la parte superior de la Torre Eiffel todavía existe. Ahora es un museo, mostrando cómo se veía cuando vivía allí.
3. Montmartre, conocido por su historia artística, tiene un viñedo oculto llamado Clos Montmartre que todavía produce vino.
4. La Ópera del Palais Garnier tiene un apartamento oculto diseñado para el arquitecto del edificio, Charles Garnier.
5. La casa más antigua de París se encuentra en la calle de Montmorency 51 y data de 1407. Perteneció al alquimista Nicolas Flamel.
6. La calle más corta de París, Rue des Degrés, tiene sólo 5,75 metros de largo y consiste únicamente en una escalera.
7. La Opera Garnier tiene un lago subterráneo, originalmente una fuente de agua natural que se convirtió en parte de su infraestructura.
8. Durante la liberación de París en 1944, la contraseña secreta era "Tante Sally. "
9. La Rue des Morts en el 5.o distrito fue una vez una calle donde personas con rostros desfigurados debido a lesiones de la Primera Guerra Mundial vivían y recibieron tratamiento.
10. La Campagne à París en el distrito 20 es un pequeño pueblo escondido dentro de la ciudad, con casas y jardines pintorescos.
11. El Tour Jean-sans-Peur, una torre medieval construida a principios del siglo XV, está escondida en el 2.o distrito.
12. Candelaria, un bar estilo bar clandestino, está escondido detrás de una tienda de tacos en Le Marais.
13. Le Procope, fundado en 1686, es el café más antiguo de París y fue frecuentado por Voltaire, Rousseau y Benjamin Franklin.
14. El Canal Saint-Martin estaba cubierto parcialmente a mediados del siglo XIX, y hoy en día, partes del mismo corren bajo tierra.
15. En el Arco del Triunfo hay un ascensor escondido dentro de uno de los pilares para los que no pueden o no quieren subir las escaleras.
16. El Pont des Arts fue usado una vez como un puente de peaje, donde los artistas montaban sus caballetes y pintaban las vistas del río.
17. Place de la Concorde, ahora una famosa plaza, fue una vez el lugar de muchas ejecuciones públicas durante la Revolución Francesa.
18. El río Bièvre, una vez una vía fluvial prominente en París, ahora fluye completamente bajo tierra a través de la ciudad.
4 notes · View notes