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Ray Charles and Quincy Jones
(English / Español / Italiano)
‘Shortly after arriving in Seattle, I heard about a blind man who had shown up one night at the Elks Club on Madison Street and had blown up the place away with his playing and singing. Rumour had it that he had appeared in Seattle out of nowhere and was amazing, so I snuck in one night to hear him. He was a lanky, dark-skinned guy, and he was throwing himself around like a madman. He played piano and sang like Nat King Cole and Charles Brown, and he also played be bop on alto sax like Charlie Parker. There was even something of Bud Powell in his piano playing. I attended a whole set and then introduced myself. He told me his name was Ray Charles and it was love at first sight for both of us. I was fourteen when I met him and he was sixteen, and what I liked about him and his music was that he was independent. At sixteen, Ray Charles was already a man. […] I admired the way he did the shopping, the way he cooked, the way he did the laundry. I'd watch him cross the street without a cane or a dog, avoid traffic, do the shopping, figure out the rest, shuffle across the pavement, never missing a step, and I'd say to myself, ‘Hell, if he can do it, I can do it. [Ray was my role model at a time when I had few role models. He understood the world as I was incapable of understanding it. He told me, ‘All music has soul, Quincy. No matter what style, you have to be true to it. He refused to set limits for himself.
("Q: The Autobiography of Quincy Jones", Three Rivers Press, 2002)
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«Poco después de llegar a Seattle, oí hablar de un chico ciego que se había presentado una noche en el Elks Club de Madison Street y había hecho estallar el local tocando y cantando. Se rumoreaba que había aparecido en Seattle de la nada y que era increíble, así que me colé allí una noche para escucharle. Era un tipo delgaducho, de piel morena, y se lanzaba como un loco. Tocaba el piano y cantaba como Nat King Cole y Charles Brown, y también tocaba be bop con el saxo alto como Charlie Parker. Incluso había algo de Bud Powell en su estilo al piano. Asistí a un set entero y luego me presenté. Me dijo que se llamaba Ray Charles y fue amor a primera vista para los dos. Yo tenía catorce años cuando le conocí y él dieciséis, y lo que me gustaba de él y de su música era que era independiente. A los dieciséis años, Ray Charles ya era un hombre. […] Admiraba cómo hacía la compra, cómo cocinaba y cómo lavaba la ropa. Le veía cruzar la calle sin bastón ni perro, evitar el tráfico, hacer la compra, calcular el resto, arrastrar los zapatos al pisar la acera, sin perder nunca un paso, y me decía: «Joder, si él puede hacerlo, yo también». […] Ray fue mi modelo a seguir en una época en la que tenía pocos modelos a seguir. Entendía el mundo como yo era incapaz de entenderlo. Me dijo: «Toda la música tiene alma, Quincy. No importa el estilo, tienes que ser fiel a él». Se negaba a ponerse límites».
("Q: The Autobiography of Quincy Jones", Three Rivers Press, 2002)
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«Poco dopo essere arrivato a Seattle, sentii parlare di un tizio cieco che una sera si era presentato all'Elks Club di Madison Street e aveva buttato giù il locale suonando e cantando. Si diceva che fosse comparso a Seattle dal nulla e che fosse incredibile, perciò una sera mi intrufolai lì dentro per ascoltarlo. Era un ragazzo magro, dalla pelle bruna, e ci dava dentro come un matto. Suonava il pianoforte e cantava come Nat King Cole e Charles Brown, e suonava anche il be bop sul sax alto come Charlie Parker. C'era anche un po' di Bud Powell nel suo stile al pianoforte. Assistetti a un intero set e poi mi presentai. Mi disse che si chiamava Ray Charles e fu amore a prima vista per entrambi. Avevo quattordici anni quando lo incontrai per la prima volta, e lui ne aveva sedici, e ciò che mi piacque, sia di lui che della sua musica, è che era indipendente. A sedici anni, Ray Charles era un uomo. […] Ammiravo il modo in cui faceva la spesa da solo, cucinava da solo e si lavava i panni. Lo guardavo attraversare la strada senza un bastone né un cane, evitare il traffico, fare gli acquisti, calcolare il resto, strascicare le scarpe mentre saliva sul marciapiedi, senza mai mancare un passo, e mi dicevo: “Accidenti, se lo può fare lui, posso farlo anch'io”. […] Ray era il mio modello, in un momento in cui di modelli ne avevo pochi. Capiva il mondo come io non ero capace di capirlo. Diceva: “Ogni musica ha la sua anima, Quincy. Non importa in che stile sia, devi esserle fedele”. Rifiutava di porsi dei limiti»
("Q: The Autobiography of Quincy Jones", Three Rivers Press, 2002)
Source: jazzit.it
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* MISION #011: Every breath you take, they'll be watching you...
LOCACIÓN: Cayo Castaway. FECHA: 29 de junio al 3 de agosto de 2024. ¿tienes alguna duda? VISITA EL CALENDARIO (ON ROL).
Después de una semana navegando por las aguas cristalinas del Mediterráneo, el crucero de Disney finalmente ancla en un paraíso mediterráneo: Cayo Castaway. El sol brilla intensamente, reflejándose en las aguas turquesas que rodean la isla privada, creando destellos de luz que parecen bailar sobre las olas. A tu alrededor, los demás estudiantes de la academia, vestidos con ropa ligera y cómoda, se preparan para desembarcar, emocionados algunos días donde no haya trabajo y misiones en las cuales pensar.
El aire está impregnado del aroma salado del mar y el sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla se mezcla con el bullicio de los pájaros exóticos que habitan la isla. Las palmeras se mecen lentamente bajo la suave brisa, ofreciendo una bienvenida cálida. A medida que alcanzas la playa, descubres un grupo de profesores esperándote para darte la bienvenida. Crystal, Seoyeon, Samuel y Piers, están reunidos bajo una pérgola de madera adornada con flores.
—Bienvenidos a Cayo Castaway, aspirantes —exclama Crystal, sin rodeos, con su habitual seriedad y enfoque directo.—. Por los próximos cinco días, esta isla será el escenario de las próximas pruebas de habilidades físicas y mentales.
Seoyeon, siempre meticulosa y cuidadosa al hablar, toma la palabra a continuación. Sus ojos brillan mientras mira a los estudiantes.
—Para esta ocasión, nos dividiremos en dos únicos grupos. Las mujeres, serán coordinadas por la profesora Somsri y yo,—explica con delicadeza—. Mientras que los hombres, se encontrarán en las manos de los profesores Jeong y Campbell. Aunque los detalles se les brindará a lo largo del día, les prometemos que habrán evaluaciones para todes, independientemente de sus fortalezas.
—Es por eso que consideramos que este entrenamiento no sólo es una prueba de sus habilidades, sino también una oportunidad aprender cómo poner en práctica nuestras fortalezas para beneficiar a nuestros grupos,—dice Samuel, con su voz grave y poco seria—. En otras palabras: trabajo en equipo.
Finalmente, Piers, con una sonrisa sarcástica, cierra la bienvenida con su estilo jocoso.
—Disfruten de la belleza de este lugar y de la compañía de sus compañeros —dice con un guiño—. Sabemos que están aquí porque tienen el potencial para ser grandes detectives. Como diría mi estimado Samuel, un buen detective debe estar preparado para todo… menos para el movimiento del barco, claro, —con una carcajada franca se aparta algunos pasos de Samuel, quien muestra una sonrisa tensa y agotada.
No era secreto para nadie que el viaje en crucero le había obligado a ausentarse algunos días, se rumoreaba que a causa de mareos recurrentes.
—Como decíamos, —retoma Crystal, carraspeando con fuerza, mientras Seoyeon niega suavemente con la cabeza a su lado.— Acompáñennos. Todavía es temprano y no podemos desperdiciar tiempo.
Sin más les dio la espalda, esperando ser acompañada por todes, y desplazándose hacia un camino surcado por vegetación y palmeras altas. Desafortunadamente para algunos, todo aparentaba que no podían bajar la guardia todavía... Pero estaban en todo un paraíso en tierra, ¿qué tan fuertes podían ser las evaluaciones en un lugar así?
OOC.
¡Bienvenides sean a Cayo Castaway!
Antes de la última parada del crucero, fueron invitades a subirse a un barco más pequeño, y que también podría aumentar un poco el mareo de les aspirantes y profesores, para comenzar su camino al nuevo punto de la misión.
En la isla, se alojarán en el prestigioso Cayo Castaway Resort, que se divide en dos grandes áreas gemelas: la este y la oeste. Mientras que los chicos se alojarán en el este, las chicas utilizarán el área oeste. ¿Por qué esta separación? Nuevamente nos enfrentaremos a la guerra de géneros.
Los profesores quieren su revancha, están molestos después de los últimos resultados en Finlandia. Por lo tanto, también por fines tácticos, no se pueden sorprender hombres en el área de las mujeres ni viceversa, sólo podrán encontrarse en espacios comunes, que precisaremos en las locaciones para rolear.
Además, no sólo deberán hacerse cargo de armar una estrategia de ataque, también deberán aprender a subsistir, incluso en medio del lujo. ¡Estas no son vacaciones! Actualmente, el resort está completamente vacío, por temporada los trabajadores se encuentran de vacaciones. Así que deberán hacerse cargo de la limpieza y la cocina como equipo, ¡esperamos que sepan repartirse estas tareas! Habilitaremos dos grupos de Discord, uno para chicos y otro para chicas, donde podrán organizarse para enfrentar la dinámica.
La misión esta vez constará de dos partes: una de lógica/estratégica y otra física. Durante los siguientes días, daremos una narración del campo de batalla, 10 personas por equipo deberán responder un formulario referente a la información que les entregaremos. El promedio que obtengan, constará del 50% de la nota final.
Por otra parte, la dinámica física será a través de dados por Discord, donde 10 aspirantes deberán usar sus habilidades motrices para enfrentarse en una guerra de pintura (Paintball). El puntaje que obtengan corresponderá al 50% restante del puntaje total.
Por esta vez, y debido a su desempeño, absolutamente todes tienen las mismas comodidades respecto a sus habitaciones. Una habitación amplia individual con vista a la piscina del Resort.
Podrán ambientar sus interacciones en alguna de las siguientes localidades.
Piscina: Pueden relajarse en una de las reposeras del Resort, también compartir algún trago del bar libre habilitado (¡qué no te descubran los profesores pasade de copas!). Podrán nadar, descansar, compartir alguna comida en una zona común lejos del bullicio que son las habitaciones. Cuidado con el sol, dicen que está pegando más fuerte que nunca últimamente, ¡a echarse protector antes de sumergirse en el hermoso paisaje! Es bueno, en ocasiones, mezclar un poco de trabajo con placer.
Laguna artificial: Durante la mañana, la tarde o la noche, dicen que las caminatas por la laguna artificial son simplemente maravillosas. Se escuchan los pájaros nativos cantar a todo pulmón, el sonido del viento contra las palmeras y el correr del agua entre las rocas y las dos cascadas artificiales que armaron a los costados. La naturaleza también puede ser imitada, esta laguna logró hacerlo a la perfección.
Playa: ¡No hay nada como la arena y las cálidas aguas! ¿No es así? Tendrán a su disposición algunos artículos con los que podrán disfrutar de su estadía, una heladería de la que pueden sacar lo que se les plazca, ¡no olviden dejar nuevamente todo en su lugar! Si prefieren relajarse con una vista maravillosa, hay reposeras repartidas por todos lados, pero no olviden echarse bloqueador.
Multi canchas: Hay cuatro multi canchas habilitadas para su uso, una de baloncesto, una de tenis y dos de fútbol (una abierta y otra cerrada). La cancha de fútbol abierta será utilizada para probar los instrumentos de Paintball, así pueden ir soltando la mano antes del enfrentamiento final. A su disposición tendrán todo lo que necesitan para jugar algún partido amistoso (de fútbol, tenis o baloncesto) o para practicar un poco su puntería. No olviden avisarle a los profesores cuando se acaben las bolas de pintura.
Mirador: Sólo deberán caminar algunos kilómetros para encontrarse con un mirador insertado en medio de la naturaleza. Al otro lado de la isla, donde quizás les toque enfrentarse entre equipos, podrán ver cómo las olas rompen contra algún roquerío o el mar avanza sobre la arena a sus pies. Pueden bajar a tocarla, mirarla desde lo alto o continuar su paseo.
Zona de deportes acuáticos: A un lado del mirador, se encuentra la zona de deportes acuáticos, donde podrán sacar motos acuáticas para disfrutar de un paseo por el mar. Pueden rodear la isla si lo quieren, hasta llegar a la zona de residencia, no olviden regresarla al día siguiente a su lugar. ¿Qué mejor para conocer el campo de batalla que mirándolo con tus propios ojos? Aunque sea desde fuera.
TIPO DE STARTERS: Starters abiertos. CÓDIGO DE VESTIMENTA: Ropa veraniega. DURACIÓN DE LA ACTIVIDAD: 10 días, finalización 5 de agosto.
Durante esta actividad tendrán la posibilidad de abrir dos (2) starters privados, para hacerlo deben tener al menos seis threads activos. Además, podrán rolear dos (2) flashback de quererlo.
¡Les invitamos a compartir Las vestimentas de sus personajes y todas las ediciones que deseen! Además, recuerden mantener sus asks con los anónimos desactivados, para evitar situaciones desagradables.
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el funeral de mi espalda
e estado dibujando por horas eugh mi espalda
nueva wea- esto a sido por meses pero no estaba seguro si hacerlo medio oficial en mis gijinkas o no- pero- kirby es un vampiro ahora
hice un dibujo de kirby chiquita y hice otro de shadow pero ese no me gusto- y tambien quiero hacer de otras gijinkas que tengo, solo porque es divertido imaginar como serian de pequeños a mayores- hice otro de kirby mayor peeeerrrrroooo uh, me dio pereza acabarlo y estaba sufriendo son las 3 de la mañana gente
sus alas son como las de void termina
eso (aunque por [ANGST] el kirby ya no tiene las alas)
mi kirby lleva lentillas, gente han sido engañadosssss, pero de mas, tengo que hacerle ficha de personaje pero de mientras les digo un par de detalles ya de paso no se, uh, kirby no tiene marca porque no fue convertida, si no es vampiro de nacimiento y medio humana porque equisde (meta tambien pero meta es 100% vampiro). la oreja que tiene el pendiente se ve normal, pero la otra esta escondida detras del pelo y es un poco mas puntiaguda, pero no del todo. y si tiene reflejo
tambien los vampiros aca tenen cola porque se me hace lindo, pero kirby no le a crecido todavia, a shadow si mas o menos, y shadow si tiene alas, pero pereza dibujar, no enserio necesito hacer las fichas de referencia porque hay mil detalles que se me olvidan. weno- la mancha es sangre solo porque kirby es algo desordenada al comer y se mancha, pd, sangre 100% etica, creo, el punto es no humanos fueron dañados en eso
literalmente desde ese dibujo lo unico en lo que pensaba era tumbarme estaba harto de dibujar pero no podia parar
dato epico, asi dibujo en m laptop, ese es mi setup, cama, piernas, tablet y laptop encima, normal que me duela la espalda
yyyyyyyyyyyyyyyyy
la razon por la que hice los otros dibujos para mostrar lo de kirby vampiro
Keeby....pense que seria chistoso que como kirby es vampiro, keeby sea hombre lobo, pero keeby no es de nacimiento
una noche oscura, Keeby iba a por su kebap semanal de la esquina, cuando derrepente de los arbustos....BAM- mordido y ahora hombre lobo lol
tube muchos problemas porque no me decidia en la ropa y colores y blah blah blah, y also la cara no me gusto, mas bien la boca, pero eso a lo mejor le cambio varias cosas la proxima vez que la dibuje o a lo mejor este diseño se adentra a mi corazon y me acaba gustando
kirby chiquita
bleh uh, gente si agarrara un ship normal y lo convirtiera en toxic yuri me odiarian? no exactamente se si seria toxico pero la characterizazion que les di a esos personajes (no tiene nada que ver con este post pd) se aleja mucho del canon creo yo y creo tambien de como los ve la gente entonces no se creo que ya saben que tengo miedo de que la gente me odie
adieu
ah si se me olvido mencionar pero muy probable que vean este estilo mucho porque es mas rapido que el que use con bandee, ese me sigue gustando pero creo que lo usare para dibujos mas elaborados, no para cosas asi
#la wea del diurno#kirby#kirby fanart#kirby gijinka#kirby series#gikabi#genderbend#fase experimental diurnica: 02 simplesombria#vampire#vampire kirby#werewolf keeby#kirby kid#kirby as a kid#look at em#the little guy#i love them#doodle#my shitty art#keeby#keeby gijinka#kirby au
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Mi compañero de piso
Primera parte
El día de la mudanza llegó con el sol brillando intensamente sobre la ciudad. Había decidido buscar un compañero de piso para ayudarme a pagar la hipoteca, ya que mi sueldo en la tienda de ropa no daba para mucho. La idea de compartir mi espacio con alguien nuevo me llenaba de cierta inquietud, pero también de expectativa.
Erik llegó temprano, vestido con un chándal grande y cómodo. Era un morenazo de 25 años, recién independizado y que teletrabajaba como informático. En contraste con mi atuendo habitual de traje y corbata para trabajar, su estilo relajado me llamó la atención de inmediato.
—Hola, Frank —dijo Erik con una sonrisa amplia, extendiendo su mano.
—Hola, Erik. Te ayudo con las cajas —respondí, estrechándole la mano.
Desde el primer encuentro, cuando vino a ver el piso, nos caímos bien. Y mientras Erik desempaquetaba sus cosas y las acomodaba en su nueva habitación, no podía evitar observarlo. Había algo en su presencia que me atraía.
Después de unas horas de trabajo, terminamos de acomodarlo todo. Erik se dejó caer en el sofá, sudando ligeramente por el esfuerzo, y me di cuenta de que su ropa, aunque grande, no lograba ocultar completamente una ligera redondez en ciertas zonas de su figura. Fue entonces cuando entendí por qué había traído consigo tal cantidad de comida. La nevera, que solía estar medio vacía con mis fruta y verdura, ahora estaba repleta de paquetes de comida preparada, quesos, leche entera y varios tipos de salsas. Los armarios se llenaron de pasta, arroz, bolsas de patatas, galletas y otros snacks.
—Vaya, parece que tienes buen apetito —comenté, tratando de sonar casual mientras observaba sus provisiones.
Erik rió.
—Sí, me gusta comer.
No podía negar que todo aquello me sorprendía, pero decidí no darle más vueltas y simplemente acepté que mi nuevo compañero de piso tenía un estilo de vida diferente al mío.
Una noche, semanas más tarde, llegué a casa tras una mala cita. Me sentía decepcionado y frustrado. Para mi sorpresa, encontré a Erik sentado en el sofá con dos cajas vacías de pizza a su lado.
—Hola, Frank. ¿Qué tal la cita? —me preguntó con una sonrisa despreocupada.
—No hubo chispa —dije encogiéndome de hombros.
Erik me observó con interés.
—Igual no era tu tipo —dijo con una mirada comprensiva—. A veces cuesta encontrar a alguien que realmente encaje con nosotros.
Me dejé caer en el sillón frente a él, sintiéndome un poco mejor al escuchar sus palabras. Siempre tenía una manera de hacerme sentir comprendido y menos solo.
—Puede que tengas razón —admití dejando escapar un suspiro.
Mientras hablábamos, noté algo diferente en Erik. El chándal ya no le quedaba tan holgado como cuando se había mudado. De hecho, la sudadera parecía esconder una panza creciente. Era evidente que estaba disfrutando de la comida y su cuerpo lo reflejaba. Se levantó y caminó hacia la cocina. Los pantalones de chándal se ajustaban a su trasero redondo de una manera que no había visto antes. Abrió uno de los armarios y sacó un bote enorme de proteína en polvo, lo cual me sorprendió.
—¿Has ido al gimnasio? —le pregunté, intentando comprender por qué necesitaba un batido de proteínas después de dos pizzas.
Erik rió y negó con la cabeza.
—No, no voy al gimnasio —dijo como si la idea le resultara divertida.
—Ah. Bueno, creo que es hora de irme a la cama.
—Buenas noches, Frank.
Tal vez tenía razón. Tal vez el chico delgado con el que había salido simplemente no era mi tipo. Siempre me había fijado más en hombres corpulentos, en osos.
Una noche calurosa de finales de primavera, me desperté sediento. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para beber un vaso de agua. Al llegar a la puerta, me detuve en seco. La escena ante mis ojos me dejó paralizado. Erik estaba de pie, iluminado únicamente por la luz de la nevera abierta. Llevaba puestos solo unos slips que se le clavaban en la piel, marcando sus curvas y dejando al descubierto la creciente redondez de su cuerpo. Su barriga se derramaba ligeramente sobre la goma elástica y sus muslos se veían más gruesos, pero lo que más llamaba la atención era su trasero. Aquel culazo redondo y prominente llenaba completamente los calzoncillos, haciendo que la tela se tensara al máximo. Erik tenía una caja de donuts sobre la encimera y comía uno tras otro con una voracidad insaciable usando la mano izquierda. La mano derecha estaba metida en sus slips, moviéndose rítmicamente mientras se masturbaba. El placer en su rostro era innegable. No pude evitar quedarme allí, observando en silencio. La visión de Erik dándose placer de esa manera, disfrutando de la comida y de su propio cuerpo, era hipnótica. Sentí mi erección crecer rápidamente.
Me alejé de la puerta con cuidado de no hacer ruido y regresé a mi habitación. La imagen de Erik seguía en mi mente: su cuerpo cada vez más relleno, sus manos ocupadas con los donuts y su polla, la expresión en su cara. Sabía que algo había cambiado dentro de mí y que mi atracción por Erik había crecido de una manera que no podía ignorar.
Segunda parte
Con la llegada del verano, el calor se hizo insoportable en nuestro apartamento. Erik empezó a pasearse por casa solo en calzoncillos y cada vez que lo veía, mi corazón latía con más fuerza. Su físico había cambiado notablemente. Su barriga había crecido más y sobresalía con orgullo. Y su culo se había vuelto todavía más grande y redondo. Los slips apenas podían contener sus nalgas. La integridad de la tela se ponía a prueba con cada movimiento. Erik parecía estar cómodo con su cuerpo. Verlo así, tan natural y despreocupado, me volvía loco.
Una tarde, sentados en el sofá viendo la televisión, no fui capaz de contener mi curiosidad. Lo miré fijamente y le pregunté:
—Erik, ¿estás... engordando a propósito?
Erik permaneció en silencio por un momento y luego una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
—Sí, Frank, lo estoy haciendo a propósito.
—¿Por qué?
—Siempre me ha excitado la idea de engordar, de sentir mi cuerpo crecer, mi barriga expandiéndose y mi culo volviéndose más grande. Y me encanta ver cómo la ropa me queda cada vez más ajustada.
Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba oyendo y al mismo tiempo me sentía increíblemente excitado. Su confesión solo había intensificado mi deseo.
A la mañana siguiente, al dirigirme a la cocina para hacerme un café, noté que la puerta del baño estaba entreabierta. A través de la rendija de la puerta podía ver a Erik en la ducha. El agua caía sobre su cuerpo desnudo, resaltando cada curva, cada pliegue de su piel. Ver cómo sus manos recorrían su barriga gorda con movimientos deliberados, su pecho y sus enormes nalgas me fascinaba. Me aferré a la puerta. Mi erección crecía dolorosamente. Sin darme cuenta, una mancha húmeda empezó a formarse en mis calzoncillos, signo de mi excitación extrema. Erik me descubrió. No dijo nada, pero su sonrisa y la forma en que sus ojos brillaban lo decían todo. Abrió la cortina de la ducha e hizo un gesto para que me uniera a él. Sin pensarlo dos veces, entré en el cuarto de baño. Me quité los calzoncillos rápidamente, dejando que cayeran al suelo, y me acerqué. Se giró, ofreciéndome su espalda. Mi mirada se fijó en su trasero redondo y firme, un espectáculo que no podía resistir. Comencé a acariciarlo. Erik se estremecía bajo mis caricias. No podía esperar más, mi polla palpitante buscaba su objetivo. Alineé mi cuerpo con el suyo y con un movimiento lento y deliberado, lo penetré. La sensación era increíble. Un gemido escapó de mis labios. Erik se arqueó hacia atrás, apoyando las manos en la pared de la ducha mientras yo comenzaba a moverme dentro de él. Mis manos agarraron sus flancos y aumenté el ritmo. Las embestidas se volvieron más fuertes, más desesperadas, y Erik respondía a cada una de ellas con gemidos de placer. Sentía cómo su respiración se entrecortaba a medida que nos acercábamos al clímax. Finalmente, con un grito ahogado, me corrí dentro de él. Erik se estremeció y gritó también, su propio orgasmo siguiendo al mío. Nos quedamos así, unidos y jadeantes, mientras el agua seguía cayendo, lavando el sudor y la pasión que habíamos compartido.
Esa noche, después de un largo día en el trabajo, no podía dejar de pensar en la experiencia de la mañana. Al llegar a casa, me encontré con Erik en la sala, relajado sobre el sofá. Me acerqué a él y me senté a su lado.
—Erik, hay algo que tengo que decirte —comencé, tratando de mantener mi voz firme—. Me encanta lo gordo que te estás poniendo. Especialmente tu culo. Me vuelve loco. Y quiero verte engordar aún más.
Erik sonrió, su cara redondeada llena de satisfacción.
—Me gusta lo que oigo, Frank.
Me levanté y fui a la cocina, donde saqué una tarrina de dos litros de helado del congelador. Regresé al sofá y la coloqué frente a Erik, que ya había cenado dos platos enormes de pasta. Su mirada se iluminó al ver el helado. Me senté a su lado y empecé a darle de comer. El helado se derretía en su boca. Sus labios se movían con deleite tragando cada cucharada. Mi mano se deslizó por su vientre, sintiendo la plenitud y la calidez de su carne bajo mis dedos.
—Eso es, Erik —le susurré al oído, acercándome para besar su cuello—. Quiero que te lo comas todo. Quiero verte crecer.
Después de lo que parecieron horas, Erik terminó el helado. Se recostó en el sofá, su respiración pesada y su mirada fija en la mía.
—Gracias, Frank —murmuró con gratitud y deseo.
—Esto es solo el comienzo.
Me arrodillé ante él y deslicé mis manos por sus muslos gruesos. Luego mis dedos acariciaron sus pezones y jugué con ellos suavemente, a la vez que besaba su barriga. Erik jadeaba mientras mi boca bajaba por su cuerpo. Mordisqueé su polla a través de los slips, sintiendo su dureza contra mis dientes. Con un movimiento rápido, deslicé la prenda hacia abajo, y liberé su erección. Mi lengua recorrió su longitud, saboreando cada centímetro antes de tomarlo en mi boca. Mis manos seguían explorando, acariciando sus muslos y sus huevos. Erik gemía y se retorcía. Y con un grito de placer, se corrió en mi boca. Sus chorros de semen caliente llenaron mi garganta.
Tercera parte
Habían pasado unos meses y Erik estaba gordísimo. Me desperté una mañana y lo primero que vi fue su culo enorme, redondo y lleno de grasa gelatinosa descansando en la cama junto a mí. Admiré su tamaño. La celulitis de sus muslos y las estrías en sus flancos también me encantaban. Me acerqué a él, aún adormilado, y coloqué mis manos sobre sus nalgas, meneándolas suavemente. La carne se balanceaba. Una imagen que me excitaba como nada en el mundo. Bajé la tela de sus nuevos calzoncillos XXL y mis labios besaron sus nalgas con devoción.
—Has engordado tanto, Erik —murmuré contra su piel—. Y me pone tan cachondo verte así.
Erik gimió en respuesta y mis caricias se volvieron más atrevidas. Apreté y amasé sus nalgas, sintiendo la grasa bajo mis palmas, mientras mi lengua exploraba cada rincón también.
—Me encantas así, tan grande, tan sexy —le susurré.
Erik se retorció de placer.
—Frank, tráeme el desayuno a la cama —pidió, su tono cargado de necesidad—. Quiero empezar el día bien alimentado.
Me levanté rápidamente, mi erección pulsando con anticipación dirigiéndome a la cocina. Preparé una bandeja con todo lo que sabía que a Erik le gustaba: muchas tostadas con mantequilla, una tortilla francesa con queso derretido, dos cruasanes enormes rellenos de chocolate y... un batido de proteínas gigante hecho con leche y nata a partes iguales.
Cuando regresé a la habitación, Erik me esperaba, recostado en la cama con una sonrisa satisfecha en su rostro. Coloqué la bandeja delante de él y observé cómo sus ojos se iluminaban al ver la comida.
—Perfecto —dijo Erik.
Me senté junto a él. Empezó a comer con entusiasmo. La manera en que disfrutaba de cada bocado, la alegría en su rostro mientras se alimentaba, llenaba mi corazón de una satisfacción profunda. Pensé en lo increíble que era ver su cuerpo expandirse, cada vez más lleno de grasa, cada vez más hermoso. Y sabía que Erik también lo disfrutaba, cada bocado, cada caricia, cada mirada de deseo.
Cuando terminó el desayuno, me quedé en la cama observándolo levantarse y caminar hacia el baño. Su cuerpo había cambiado tanto en los últimos meses que era un espectáculo embriagador.
—Eres un cerdo gordo, Erik —le dije deslizando mi mano por mi propio cuerpo—. Mira cómo se mueve toda esa grasa. Joder, estás tan obeso.
Erik se detuvo y se volvió hacia mí, sus ojos brillando de excitación. Sabía que le encantaba cuando le hablaba así. Empecé a pajearme observando cada movimiento de su cuerpo.
—¿Te gusta estar así de gordo, verdad? —continué, mi voz ronca.
Erik gimió suavemente, sus manos acariciando su barriga hinchada, sus dedos recorriendo las estrías que la adornaban.
—Sí, Frank. Dímelo —pidió con deseo—. Dime lo gordo que estoy, lo mucho más que me vas a engordar.
—Eres insaciable —le dije, mis palabras un susurro lleno de lujuria—. Voy a seguir alimentándote. Quiero que seas el gordo más grande que jamás haya visto.
Mis manos se movían con más urgencia, mis ojos fijos en el cuerpo de Erik.
—Estás tan sexy lleno de comida —le dije sintiendo mi propia excitación llegar a su punto máximo—. No hay nada que me guste más que ver cómo te conviertes en un cerdo obeso y satisfecho.
Erik se mordió el labio y vi cómo su propia erección crecía bajo la piel de su barriga.
—Sí, Frank, hazme más gordo —respondió—. No puedo esperar a ver cuántos kilos más voy a engordar para ti.
Con esas últimas palabras me corrí, mi semen disparándose por toda la habitación.
Parte final
Era sábado y decidí que teníamos que ir a comer a un bufet. Erik estaba sentado en el sofá en sus ahora extremadamente pequeños calzoncillos XXL, su enorme barriga descansando sobre sus muslos. Lo observé por un momento antes de decirle:
—Hoy vamos a un bufet y quiero que te pongas algo ajustado. Quiero que todo el mundo vea lo grande que te has puesto.
Erik asintió con una chispa de emoción en sus ojos. Se fue a su cuarto y lo seguí, sabiendo que escogería la ropa más ajustada que tenía. Optó por una camiseta que se pegaba a su barriga, resaltando cada lorza, y unos pantalones que apretaban sus muslos y su enorme culo. Me sentí instantáneamente excitado al verlo así.
Llegamos al bufet, un paraíso de comida grasienta y abundante, y tomamos asiento.
—Quiero que comas sin parar. ¿De acuerdo? No te detengas hasta que te lo diga.
Erik asintió, se levantó y se dirigió a las mesas del bufet. Volvió con algo para mí y con un plato lleno de pizza, patatas fritas y pollo frito para él.
Lo observé comer, disfrutando de cada bocado que tomaba. Cuando terminó, le dije:
—Ve por más.
Erik se levantó y fue a buscar otro plato. Esta vez volvió con hamburguesas, aros de cebolla y más patatas fritas. El placer evidente en su rostro mientras llenaba su cuerpo con más y más comida aceitosa.
—Eres un cerdo obeso —le susurré habiendo acabado—. Come más, quiero ver cómo te pones aún más grande.
Erik obedeció sin cuestionar, levantándose nuevamente para buscar más comida. Lo observé caminar, su culo redondo y enorme balanceándose con cada paso. Regresó con un plato de macarrones con queso y costillas. La barriga ya le asomaba por debajo de la camiseta.
—Más, Erik. No pares —le ordené con el último bocado.
Obedeció de nuevo, levantándose con dificultad, su ropa ajustada marcando cada centímetro de su grasa. Volvió con varios trozos de tarta.
Volvimos a casa horas después. Entramos y Erik se dejó caer pesadamente en el sofá. Me acerqué a él, mi excitación palpable.
—Eres puro sebo, Erik —le susurré comenzando a desvestirlo.
Primero le quité la camiseta, dejando al descubierto su pecho amplio y sus pezones ensanchados. Mis dedos los acariciaron. Erik gimió.
—Mírate, con estas tetas enormes y esa barriga tan redonda. Estás hecho un glotón.
Le quité los pantalones con dificultad. La tela se aferraba a sus muslos gruesos y a su culo que parecía dos balones de playa. Se quedó solo en calzoncillos, los cuales bajé lentamente, revelando su miembro erecto pero medio enterrado en la grasa de su pubis.
—Me encanta lo enorme que te has puesto.
Mis manos recorrieron su cuerpo, manoseando su carne blanda. Acaricié su barriga hinchada, sintiendo su calidez y su suave textura. Luego dirigí una mano hacia su polla y empecé a masturbarlo. Cada movimiento hacía que todo rebotara, especialmente sus pezones, que se balanceaban con cada vaivén.
—Eres tan sexy, tan obeso. Mañana volveremos al bufet —murmuré, aumentando el ritmo de mis movimientos.
Erik gimió más fuerte y llegó al clímax, su semen caliente brotando en mis manos. Se lo di para que se lo tragara. Luego lo besé sintiendo una profunda satisfacción al saber que había ayudado a que se convirtiera en el hombre que tanto deseaba ser.
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Avance mucho OP (aunque apenas ando en el arco de Whole Cake Island), y no sé, revivieron mis ganas de crear OCs. Entonces sí, a continuación mi OC para One Piece, Hope Bennett.
Acá cómo se ve en la primera parte de OP. Vestuario usado cuando el clima es más fresco. Tarde me di cuenta de que tengo que pensar también en su traje para el clima más caluroso (*ríe para no llorar)*.
Hope + Luffy. Él le habla sobre la carne y ella le presta mucha atención, mientras compara a Luffy con el sol. Boceto rápido para tratar de dibujar a Luffy y practicar pintar en blanco y negro.
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Sobre Hope para quien le interese leer:
1. En personalidad, es directa y no tiene vergüenza. Es muy calmada y por su modo de crianza, solo sabes cómo se siente por sus ojos, ya que las expresiones de su rostro se mantienen en su mayoría sin ningún cambio. Su usual cara seria puede ser intimidante para aquellos quienes apenas la conocen.
2. Su fruta del diablo la llamé: Fruta Beso Beso. Sí, en español porque no sé japonés. Su poder es básicamente curar a las personas con besos, en futuros escritos voy a explorar más los límites y contras de su fruta. Quise darle una del tipo curativo, porque en OP hay pocas así.
3. Hope choca con Ace mientras éste junto a Sabo y Luffy andaban por Gray Terminal, y así se hacen amigos.
4. Su estilo de ropa de niña y adulta es muy diferente debido a su padre. Cuando Hope nace, su madre muere, su padre siempre le tuvo resentimiento por eso, para él hubiera sido mejor que su esposa viviera. Como Hope se parece a su madre, el padre de ella la vistió como niño y trató de obligarla a vivir como hombre. Con el tiempo y más independencia, Hope deja atrás a su padre y empieza a vestirse y ser como ella quiere.
5. Mi crush con Ace influyó mucho en su creación. Entonces sí, sutilmente emparejo a mi OC con Ace. Todo el mundo sabe que le gusta Ace y ella lo admite sin más, vive tranquila con sus sentimientos y en general no actúa para ser pareja de él, ya que ser solo amigos le parece genial.
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 1: El Pub
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Capítulos: PRÓLOGO
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Verano del 2023, 5 de Julio. Hora: 22:43
La vida de Khristina se resumía en estudiar, ir a la cafetería a trabajar y volver a casa para estar sola durante los meses lectivos. Cuando era verano, desde hacía recientemente poco, era ir a trabajar y encontrar la casa vacía.
Vivía con sus padres, sí, pero estos nunca estaban. O estaban trabajando o se iban a manifestaciones pacifistas contra los sistemas opresores y consumidores del país. Antes de tenerla, sus padres habían vivido en una comuna hippie. De hecho, se habían conocido en ella. Cuando su madre se quedó embarazada, decidieron salir de ese mundo de paz e igualdad de condiciones para darle una vida mejor de acuerdo al sistema; pero, claro estaba, pudiendo ella elegir su destino cuando tuviera la suficiente edad. A veces se preguntaba si echaban de menos era vida relajada y sin preocupaciones. O si estaban ansiosos de que su respuesta fuera volver a esa vida y pudieran estar los tres juntos... Khristina no tenía nada que opinar al respecto. Por lo menos, por ahora.
Se estaba terminando de desenredar el pelo cuando le llegó un mensaje por encima de la música, parándola unos segundos y volviendo a seguir con el ritmo. Khris dejó el peine sobre el lavabo y atendió a su amiga. Preguntaba si iba a tardar mucho en arreglarse. Como si ella no fuera de las que más tardaban.
Habían quedado a las 22:55 para ir a un concierto. Uno en un local que se había abierto hacia dos años pero que estaba muy camuflado. Según su amiga, Alexia, era donde todos los chicos malos se iban a reunir y a escuchar a algunas bandas nuevas de la calle.
La elección de ropa era muy sencilla al no haber un código de vestimenta o algo parecido. Había elegido recogerse el pelo en una media coleta, alisado por debajo, y un top negro sin mangas y unos vaqueros. Los zapatos, por supuesto, eran las mismas viejas botas que utilizaba para salir por la noche a la calle y en las que nadie se fijaría en ese sitio. Muy de los 2000 se atrevería a decir, y del mismo estilo que Alexia le había recomendado vestirse.
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Hora: 23:30
El pub estaba alejado del centro, más cerca de los distritos de alrededor de Central Park pero sin esa clase de lujos que solía haber. Era un barrio simple sin nada destacable más que unas aceras limpias y zonas iluminadas. Y eso ya era decir.
Dentro, había lo que cabía esperarse de ese tipo de sitios. Música indie sonando por una banda no tan conocida en un escenario que es una plataforma rodeado de mesas, luz tenue y dispersos grupos de personas hablando y con sus bebidas. Un pub más de Nueva York. Se accedía bajando unas escaleras.
-Voy a pedir algo -le dijo Alexia al oído. Casi no se la escuchaba-. ¿Quieres algo?
-Saber qué estoy haciendo aquí.
-Eso no se sirve.
Vio a Alexia irse moviendo las caderas. Khristina buscó una mesa en la que sentarse. No había muchas ocupadas, así que fue fácil conseguir una al lado del escenario para tener mejores vistas. Dejó el bolso sobre la silla para indicar que estaba reservada. Sin embargo, su móvil se fue a los bolsillos traseros.
Alexia apareció en cuestión de minutos.
-Hoy toca la banda de siempre, hemos tenido suerte. Es la que da más beneficios.
-¿Pagan por esto?
-Hombre, claro. Para qué iban a tocar sino.
Se encogió de hombros, dándole una bebida a la cerveza que acababa de dejar sobre la mesa. Alexia le dio uno a la suya.
-¿Desde cuándo te gusta esta música?
-¿Esto? -negó-. Esto no se compara con el otro grupo. Estos deben de ser un grupo nuevo que intenta despegar.
Khristina miró al escenario. La verdad era que no tenían nada destacable que pudiese decir "anda, qué llamativos son" y que un productor invirtiera en ellos. Si esa era su intención...algunos debían de cambiar su aspecto o comportamiento. El cantante era muy tímido.
-Ah.
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Hora: 01:12
Alexia consiguió llamar la atención de un chico.
Siempre pasaba cuando salían, pero le sorprendió la manera en la que se fue con él de primeras. No estaba drogada y dudaba que le hubieran puesto algo en la bebida en un lugar como aquel, pero siempre había motivos para sospechar.
La había dejado sola cuando el pub empezaba a llenarse. Todavía no estaba lleno, pero podía decirse que a comparación con el momento en el que ellas habían llegado, había una clara diferencia. Muchas de las mesas antes vacías estaban ocupadas por grandes grupos de personas, cada cual más llamativa que la primera. Un chico llevaba el pelo corto en punta, con las raíces rubias y las puntas verde chillón. Tal vez Alexia tuviera razón y el próximo grupo fuera el que más bolsa hiciera de entre todos los conciertos. Con toda esa gente, la caja registradora debía de estar llena.
Khristina se levantó para dejar a un grupo de chicas sentarse. Tampoco es que le importara estar de pie o apoyada en la pared, pero que no pareciera que estaba desesperada por no quedarse sola. En una de esas, pensó en ir a por Alexia, pero sabía que estaría interrumpiéndola... En lo que fuese que estuviera haciendo con su nuevo ligue.
Encontró la puerta de emergencia al lado del camino a los baños, y decidió ir a por ello. Alexia se lo estaba pasando en grande, mientras que ella...se comportaba como haría siempre. Huyendo de todo y sin hacer lo que cualquier chica de su edad haría. ¿Qué era lo típico? Si hubiese una definición clara, ella saldría como un antónimo. Khris vio el cartel de advertencia de "SALIDA DE EMERGENCIA" en letras grandes, pero lo ignoró siguiendo su camino. La puerta era pesada...demasiada.
Khris se dio la vuelta para cerrar la puerta, y cuando volvió la mirada al frente después de hacerlo pegó un bote en el sitio. Había una persona delante suya. Una alta y que la miraba con los ojos abiertos. Se fijó en lo que tenía entre los dedos. Era un cigarrillo.
Era el tipo de la cafetería. El que se había sentado al lado de la chica pelirroja y mirado durante unos segundos. No sabía su nombre, y era normal que no lo conociera. Pero el gesto tranquilo, por un lado, la tranquilizaba. Iba con una chaqueta vaquera desgastada y sin mangas, una camiseta con agujeros en las costuras y unos tejanos ajustados. Y unas botas similares a las de ellas pero que sabía lucirlas. Lo hacía más alto de lo que ya debía ser. Todo él rezumbaba rebeldía.
-Hey -la saludó hacia un gesto raro con la mano, dos dedos sobre su frente y un movimiento en su dirección.
-Hey -repitió ella.
Volvió a darle una calada al cigarro, atendiendo a sus asuntos. No sabía qué asuntos debía de estar resolviendo en ese callejón y solo, pero no se metió. Sacó el móvil del bolsillo trasero de los vaqueros y buscó el contacto de su padre. Por las horas, debían de haber llegado ya a casa.
Era muy raro no recibir ninguna llamada de ellos. Ni ningún mensaje. Eran los primeros en preguntarle dónde estaba cuando se quedaba hasta las tantas fuera y los autobuses ya no pasaban. Decidió intentar llamar a su madre, aunque estuvieran en casa ya durmiendo y se les hubiese pasado decirle que acababan de llegar...
Hasta que recibió el mensaje que confirmaba que ya estaban en casa. A las 23:59. Ya hacía un rato de esa hora. Ahí dentro no debía de haber cobertura y no pensaba darse el caso.
Khris fue hacia la puerta de nuevo. No se molestó ni en despedirse del chico, que seguía en su mundo y mirando la pantalla del móvil. Tiró... Y la puerta no se movió. Frunció el ceño. ¿Estaba de broma? ¿Se había quedado fuera por no poner un freno? Debía de ser una broma. Una mala. Khris apretó con más fuerza la puerta y tiró, pero siguió sin moverse.
-Apártate -dijeron a sus espaldas. Khristina hizo caso y dejó que el chico se pusiera a su altura-. Suele atrancarse todo el rato y nunca la arreglan.
-Vaya mierda.
-Se llama "¿no puedes entrar? Vuelve a la fila y pagas el doble". Se les jodería el negocio.
Khristina lo vio como algo lógico, pero muy injusto.
-No deberían hacer eso.
-Si les da dinero, pueden hacerlo las veces que quieran -masculló. El piercing del labio inferior se tensó cuando apretó ambos labios. Para su sorpresa, el tirón que dio a la puerta funcionó, pues consiguió abrirla. Las bisagras chirriaron al arrastrarla-. Voilá.
Lo miró impresionada. No parecía una puerta ligera exactamente. Debía de pesar muchísimo...y ser más difícil aún de abrir.
-Gracias.
Iba a preguntarle cómo se llamaba para al menos tener educación, pero se sorprendió cuando en vez de decirle nada más volvió el cuerpo lejos de ella y entró en el local. Khristina se quedó sorprendida unos segundos, pero cuando se recuperó hizo lo mismo. Había desaparecido.
Resulta que su amiga, Alexia, se había encerrado en el cuarto de baño como si fuera una trinchera. Había una pequeña fila empezando a formarse para entrar, alguna que otra chica llamando de una forma no amistosa a la puerta. Khristina consiguió entrar sin saber bien cómo. Alexia estaba de rodillas al lado del váter y pálida como un folio.
-Te juro que estoy bien.
-Díselo a las chicas de ahí fuera.
Puso los ojos en blanco.
-Que les den. Solo quieren hacerse las interesantes para llamar la atención de algún tío de la banda. Son unas guarras.
Khristina la ayudó a limpiarse la cara, negando con la cabeza pero sin decirle en alto su opinión. No iba a debatir con una borracha sobre lo que estaba mal en ese comentario.
-Llamaré a un taxi.
-No...
-Sí -dijo, con fuerza. Alexia no se lo debatió.
Le pasó el brazo por la cintura para ayudarla a levantarse y salir del baño. La primera chica de la cola entró corriendo al baño y casi las arrolla fuera en el acto. Khristina estuvo a punto de hacerle lo mismo que cuando estaba Alexia vomitando y en su peor momento.
"Vaya salida. Y yo que pensaba que al menos sería divertido", pensó. Lo único decente que había conseguido de haber salido ese día era que un chico la hubiese ayudado con una puerta y haber escuchado música medianamente decente. No su estilo, pero sí dentro de sus categorías de buena música.
En el escenario había una banda diferente a la primera, sin embargo. Ya no estaba la música indie que habían escuchado al principio, no. Ahora estaba su oponente. Una música que de haber estado en la mesa donde se habían sentado antes la habría dejado sorda. A ella, y a todo el pub. Sintió la vibración del tímpano y el escalofrío correspondiente a ese cambio de vibraciones. Khristina se quedó boquiabierta al cruzar la esquina que correspondía con la zona pública. Una masa de personas levantadas estaban delante del escenario bailando, con los brazos en alto y siguiendo el ritmo de la música. Un concierto en toda regla. Uno de verdad.
Y ahí estaba él. El chico de la cafetería y que había entrado, por un buen motivo que ahora comprendía, casi corriendo al local después de estar con ella. Estaba tocando la guitarra, al lado de una chica, ¡la chica pelirroja!, que tocaba el piano entre dos columnas arquitectónicas. No sonreía como los demás integrantes del grupo, pero tampoco estaba serio del todo. Simplemente...tocaba la guitarra eléctrica como una parte más de su cuerpo. En ese momento supo que debía de conocer cada melodía, cada cuerda del instrumento y cada interacción con ella como a una persona.
En el cambio de frecuencia, le tocó abrir los ojos y salir de su pequeño momento para concentrarse en lo que debía de ser el estribillo.
Con un movimiento feroz que atravesó las cuerdas de la guitarra, pudiendo haberlas partido de quererlo así, el chico pegó la barbilla contra su pecho y siguió tocando. Khris lo miraba alucinando. ¿Cómo podía verse tan bien y lucir de esa manera tan...salvaje? Entre tanto, Alexia estaba murmurando algo apoyando la cabeza su hombro, empezando a cabecear. Khristina la sujetó contra ella, viéndose obligada a tirar de la banda alrededor de sus pechos antes de que se cayera.
Entonces, él hizo un movimiento.
Acabando de tocar lo que debía de ser su parte y antes de volver a la normalidad, alzó la cabeza -el pelo grueso bailando hacia atrás y descubriendo un rostro empapado en sudor- y volvió a mirarla. Los anillos de su cara deslumbraban con todas aquellas luces. Envolviendo algo entre los dedos y apretándolos, se dio la vuelta para coger el vaso que estaba sobre el piano. Su amiga pelirroja lo miró enfadada, pero no dejó de tocar.
Él se dio la vuelta hacia ella echando el brazo hacia atrás. Y...simplemente lo dejó ir. Estaba apuntando hacia ella, ¿no? No es que estuviese alucinando.
Khristina levantó el brazo al reflejo y atrapó el diminuto objeto entre sus manos. Se rió por la situación, dándose cuenta de que una chica a su lado la miraba con los ojos muy abiertos y con las mejillas rojas. Supo que hubiese querido ser ella. Le dio una mirada de disculpa antes de volver a coger a Alexia.
¿Dónde diablos la había llevado?
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Hora: 02:03
Estaban en el taxi. Alexia se había quedado dormida sobre su hombro, roncando suavemente, mientras el hombre de media edad que las había recogido conducía en silencio y con la radio puesta.
No se había atrevido a abrirlas por miedo o alguien la empujase y se perdiera. La verdad era que tenía bastante curiosidad al respecto. Khristina abrió las manos, lentamente, torturándose a saber lo que había entre ellas. Fuera lo que fuese, era sólido y pequeño. No más grande que la tapa de un bolígrafo...
Era una púa. Una púa negra con el dibujo de una telaraña en blanco. Al darle la vuelta, descubrió unas letras.
Hobie.
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Angel Dust🕸️
Araña mafiosa y actor famoso de p⭐rn0 del infierno
Angel nació de una familia Mafiosa pero el prefería una vida llena de adicciones , fue manipulado y engañado por Valentino para trabajar para el , busca el Hazbin solo para despejarse de Valentino aunque al final del día tiene que simpre regresar a ese escenario...
Nació en 1917 y falleció en 1947
Si ropa está basada en una mescla entre ropa masculina y femenina de los '40
Ama el maquillaje y la ropa femenina
Le gusta Husk aún que ama más molestarlo y jugar con el
Lo que párese dientes negros son Quelíceros dónde almacena su veneno
Angel es capas de generar veneno que es capas de paralisar
Su color favorito es el rosa
Apesar que sea hombre no tiene los colores ( negro y rojo ) de los machos de su familia sino el color de las hembras (rosa y blanco ) posiblemente por que se identifica más o le gustaba verse como mujer
Estilo de la serie =
#hazbinhotelrealhellau#hazbin hotel redesign#universo alternativo#au#angel dust#gay#angel dust redesign
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Ahora navegas de nuevo
En memoria de José María Sánchez Pardo
“El que sabe caminar bien, no lucha.
El que sabe luchar bien, no se irrita.
El que sabe vencer bien no combate.
El que sabe ser fuerte se mantiene abajo.”
Proverbio del estilo Hung Gar de Kungfu.
Sucedió ya hace semanas y he tratado de dejar el asunto en salmuera, porque no era capaz de escribir dos palabras a derechas sin que se me cayeran las lágrimas. Pensé en dejar pasar un tiempo. Y a trompicones, a ratos sueltos, de mala manera, mientras pasaban las vacaciones e iba escribiendo algunos cuentos, he ido pudiendo terminar éste texto.
José María Sánchez Pardo, miembro histórico de la Tertulia Madrileña de Literatura Fantástica (TERMA), camarada de tantos, y uno de los mejores amigos que tendré jamás, falleció el pasado 5 de agosto mientras dormía la siesta.
Falleció tranquilo, no se despertó, una muerte que todo el mundo firmaría, si no fuera porque se fue demasiado pronto.
Me tuve que volver desde la sierra, roto, cuando me enteré por wathsapp. No podía ni vestirme, no podía encontrar la ropa, sujetar nada con las manos, no podía mantenerme en pie, no podía creerlo.
Dicen que cuando una persona ha cumplido su plan de alma, sencillamente se marcha.
Y no me cabe duda de que Pepe cumplió su plan e hizo lo que había venido a hacer a este mundo.
Estamos ante otro Maestro del Buen Vivir.
El hombre de abril. El Maestro de la risa estruendosa, del saber estar y del aplomo.
Una de las lecciones que aprendí de él fue la de vivir con entereza.
Suceda lo que suceda, no pierdas la dignidad. He tratado de seguir ésta enseñanza. Digno y entero, aunque a veces te estés cayendo a pedazos. Ya habrá tiempo de dolerse, pero ahora toca vivir, "Adelante con los faroles", una de sus frases habituales.
Pepe era un relámpago de vida en un mundo de personas apagadas. No he conocido a un tipo con mayor capacidad de dar y de darse a los demás, de sostener a sus semejantes en momentos de zozobra.
Siempre estaba ahí, cuando tu mismo no podías sostenerte.
Y alguna vez yo no pude, y él estuvo.
Pepe era un mago de la generosidad y la entereza. Encajaba los desaires, los desplantes y rechazos de la gente vulgar, con una elegancia olímpica.
Se mantenía firme, se mantenía digno y en pie.
Era un hombre de corazón inmenso, intenso, emocional y expansivo.
A veces muy caústico. A veces letal con las palabras.
Era y Es (y digo es, porque el alma inmortal se resiste a la idea de la finitud y estoy convencido de que volveré a verle) un gigante en zapatos de hombre mortal e imperfecto.
Tuvimos algunos desencuentros. Unos años duros en los que se me complicó la vida estuvimos alejados. Y tiempo después volvimos a ser los viejos amigos de siempre, como si nada hubiera sucedido.
Otra cosa que aprendí de él fue a tratar de vivir una vida digna de ser vivida. Porque con menos que eso, no debemos conformarnos. Hemos venido al mundo a hacer que el tiempo vivido merezca la pena.
Pepe me enseñó también entereza, valentía y generosidad.
Me enseñó a no victimizarme (un mal tan común en nuestros días) a encajar el daño sin pestañear, a vivir siempre con autorrespeto, aunque la vida fuera injusta o las circunstancias no fueran las mejores.
Estaba con él, en la cocina de un chalet en Piedralabes, de vacaciones con su familia ( Merche su mujer y su hijo Ignacio) , cuando el último rayo de luz de uno de sus ojos, se cerró para siempre. Se le cayó la taza del desayuno en la encimera. Se quedó lívido. Su ceguera (porque Pepe era ciego), que había ido siendo degenerativa durante décadas, era ya definitiva. “He perdido la Luz", me dijo.
"No has perdido la Luz, tu qué cojones vas a perder la luz", pensé, sin atreverme a hablar, sin saber que decirle. "La Luz la llevas dentro. De hecho, Pepe, llevas más luz que la mayoría de personas que he conocido, joder."
Pepe no nació ciego, pero en pocas décadas, se quedó a oscuras para siempre. Su mujer, médico psiquiatra, tenía que pincharle en las córneas para retrasar la enfermedad. Pero la oscuridad fue inevitable.
A Pepe le gustaba navegar de joven. Y nos contaba a Pablo Magarzo (compañero suyo de colegio y compañero mío de tiro con arco) y a mi, que muchas veces soñaba que navegaba de nuevo. Sus sueños eran vividos, luminosos. El recuerdo de una claridad perdida. Cuando Pepe, Peporro para los de su colegio, soñaba, era libre.
Pepe también era psicoanalista lacaniano y psicólogo de la Dirección General de Tráfico.
Sus pacientes decían de él que tenía un “oído clínico" muy bueno.
Era certero, lúcido, vital. Un buen profesional.
En la ONCE le tenían por un invidente de vanguardia, autónomo y probador de las nuevas tecnologías que se incorporaban para ayudar a la gente con limitaciones visuales.
Se sacó el cinturón negro de judo.
Escuchaba libros a todas horas.
Caminaba como un sherpa, comía como un vikingo, reía como un mongol.
Compañero de largas caminatas, se apuntaba siempre a un bombardeo. No había plan al que dijera que no.
Siempre en expansión, abierto a la vida, fue miembro de clubes de lectura, articulista en prensa y revistas, era uno de los miembros e impulsores de la web Total Noir, referente mundial en literatura policial y de género negro.
También era lector voraz y uno de los mayores expertos en novela negra que he conocido.
Y no iba de nada especial, ni de experto, ni de gurú, ni de entendido.
Pero lo era.
Tuvo tres perros guía magníficos, Urbión, Rusty y Milk. A los tres los quise (a Rusty no me dió casi tiempo) y los quiero como le quise a él. Grandes animales, grandes seres.
Y ahora solo nos queda recoger los pedazos de este naufragio y seguir viviendo, porque la vida es una carrera de fondo y con los años vamos perdiendo gente, cada vez más gente en ésta masacre, que decía Bukowski.
Masacre por entregas, añado yo.
¿Que vamos a hacer los que nos quedamos aquí sin el ahora?
Camelot ha perdido a su Arturo, un Arturo que jamás fue de jefe, ni de Arturo, ni de rey ni de nada... y que precisamente por eso quizá era uno de los que más se merecía la corona.
Era siempre uno más, allá donde iba, y sin embargo, era muy grande, era único.
La Mesa Redonda ya nunca volverá a ser lo mismo sin él.
La vida debe continuar tras la Batalla de Camlann.
El mundo tiene menos luz desde que un buen hombre, sin colores en los ojos, ha partido hacia una tierra mejor.
Adiós Pepe. Hasta luego amigo mío.
Que tu bastón guía nos ayude a encontrar el camino en la noche oscura del alma, cuando perdamos el rumbo, cuando no podamos más, o no sepamos hallar el camino.
Y ahora si, tocan las lágrimas.
Nota:
Todos los 5 de agosto los miembros de la Terma (Tertulia Madrileña de Literatura Fantástica) celebramos el "Pepe Day" en su memoria.
Y esperamos poder seguirlo haciendo muchos muchos años.
Foto 1: Si alguna vez os preguntáis donde está Pepe ahora, ya lo sabéis. Recorre al fin los océanos libre.
Foto 2: Pepe y yo (sin barba y con pelo) en la Fiesta de la espuma en Piedralabes. La cara de uno de los lugareños que nos mira es un poema. Foto tomada por Merche, su mujer.
Foto 3: tomada prestada y editada, con todo el respeto y cariño, de la excelente web Total Noir. Es una de las más recientes que se tienen de nuestro amigo.
#guasinton post#marco eugenio sánchez arrate#José María Sánchez Pardo#Tertulia Madrileña de Literatura Fantástica#Total Noir#ONCE
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TWST: Historia principal – Episodio 7-140 (traducción español)
Libro 7 - El Líder del Abismo (Diasomnia)
Episodio 7-140 ¡Búsqueda abrasadora!
[ ♪ ]
PASILLO DE LOS SUEÑOS
ORTHO: El seguimiento de señales espectrales ha sido completado. Ha llegado a las coordenadas seleccionadas.
VIL: ¡AAAAAAAAAAY!
¡Nadie me avisó de esto, que se acabe ya! *se aferra a Silver*
SILVER: ¡Vil senpai… ya hemos aterrizado!
VIL: ¡Por favor! ¡AAAAAAY! ¿Eh, ya está?
SILVER: Vil senpai me ha agarrado tan fuerte de repente que no podía mover ni un pelo.
Me ha recordado a las llaves de judo que me hacía señor padre…
Yo solo no habría podido realizar el aterrizaje, ha sido gracias a las instrucciones de Ortho.
SEBEK: Qué capacidad pulmonar y qué potencia vocal tendrá que tener para pasarse todo el viaje chillando.
¡Pensé que me iba a quedar sin tímpanos!
ORTHO: Creo que tú tampoco eres quien para hablar de potencia vocal.
VIL: Seguro que esto es lo que siente un arándano congelado en una batidora.
SILVER: Siento no haber podido darte un viaje ligero.
VIL: ¡Ejem! No te equivoques, no te culpo a ti.
Tan sólo me he asustado un poco y he perdido la compostura. ¿... Qué maúllas tú, Grim?
¡Oye, Yuu! ¿Sabías desde el principio que cruzar sueños era así de brusco?
YUU: Sí… / Sí. ¡Pero me pareció divertido ocultarlo!
VIL: ¡Si lo sabías, habérmelo dicho!
GRIM: Nosotros tampoco lo sabíamos la primera vez y lo pasamos fatal.
Sería injusto que sólo tú estuvieses preparado mentalmente.
VIL: Hay que ver, todos los alumnos de esta escuela son iguales. ¡Aay jo, mi pelo, maquillaje y ropa están hechos un desastre!
IDIA: ¡JUAJUAJAJA!
¡Nunca imaginé que oiría esos grititos tan patéticos saliendo de Vil!
Tienes suerte de no haber hecho el ridículo delante de los de tu mismo dormitorio.
VIL: Cállate, Idia. ¿Te destrozo esa pantallita?
IDIA: ¡Jujiji! Adelante, por mucho que rompas la pantalla, a mí no me harás daño.
Esto es el mundo de la imaginación, tengo vidas infinitas~
ORTHO: ¡Muy bieeeen, ya basta de pelear!
GRIM: Bien dicho, Ortho. Esta gente no tiene ni una pizca de consideración.
VIL: Que me lo diga Grim es el pico de la humillación… Pero tiene razón.
Vamos de una vez a buscar al dueño de este sueño y despertarlo.
SILVER: Sí. Este sitio… No creo que esté en la escuela.
VIL: Si no estamos en la escuela, los uniformes de dormitorio serán demasiado llamativos. Tenemos que cambiarnos al uniforme de clase.
TODOS: ¡Dream Form Change!
SEBEK: Bien. Sin más dilación, busquemos al dueño de este sueño.
*chsss… chss…*
GRIM: ¿Qué es ese edificio de ahí? Con ese techo en forma de cebolla, se parece a Scarabia.
*chss… chssss…*
ORTHO: Es el estilo arquitectónico del País de la Arena Ardiente. Está tan reluciente que parece nuevo.
*chsss… chsss…*
VIL: Hace tanto sol que siento que me va a atravesar la piel. Por cierto…
TODOS: ¡QUÉ CALORAZO!
SEBEK: ¡Uugh, estoy sudando sin hacer nada!
IDIA: M-mierda…
¡Si sube la temperatura interna de la tablet se va a apagar!
¡Me pasa por ser demasiado realista imaginando dispositivos…!
GRIM: ¡Fuaaaag! El suelo está tan caliente que siento pinchazos en las patitas, ¡no aguanto más!
¡Me voy a dar un bañito en esa fuente de ahí, ta’luego!
SEBEK: ¡Grim, que estamos en propiedad pública!
*¡plas!*
GRIM: Fuaa~ Qué fresquitas se me han quedado las patas.
VIL: Hay que ver, la fuente no es una piscina. ¡Sal ahora mismo de ahí!
SILVER: ¿Hm? Hay una estatua dorada en el centro de la fuente a la que se ha tirado Grim.
SILVER: Tengo la impresión de haber visto antes a ese abuelo.
¿¿¿???: Ese abuelo es el benevolente gobernante del Oasis Legendario.
¿¿¿???: Era un hombre tan sincero que, ante cualquier preocupación, te aconsejaba sin tapujos…
… y te ayudaba a buscar una solución.
Y se dice que con el paso de las generaciones, fue cambiando las leyes de forma proactiva.
¿A que es genial?
¿¿¿???: En la Academia del Sultanato Qasr ¹ admiramos el espíritu altruista del benevolente gobernante del oasis.
GRIM: Pero si eres…
TODOS: ¡Kalim!
[ ☆ ]
¹ Al parecer qasr (قصر) significa castillo o palacio en árabe y “saltanat” sultanato (سلطنة). Juntos harían “Castillo del Sultanato”.
Siguiente → Episodio 7-141 ¡Lluvia bendita!
↪ Lista de capítulos
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⚠ Por favor, no resubas mis traducciones sin permiso. Puedes usarlas si me das créditos ⚠
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“Seguro que esto es lo que siente un arándano congelado en una batidora”.
– Vil Schoenheit
Poesía pura, si me preguntan.
Me encantan los gritos de Vil, si podéis, id a escucharlos en el juego, jajaja. Son literalmente “KYAAAA”.
Aquí está Kalim, estoy deseando ver cómo es su sueño y qué dilema se le presenta 👀 (Como alguien le haga pasarlo mal me m*to).
Un dato curioso sobre el pie de nota en el que explico que qasr significa castillo en árabe, es que la palabra “alcázar” viene de al-qasr, y que a su vez viene del latín castrum. Por tanto, en español decimos castillo por el latín (en este caso adaptado de castellum, diminutivo de castrum) y alcázar por el árabe y a su vez por el latín otra vez. Me ha parecido curioso que qasr suene un poco parecido a castillo y he hecho bien en investigarlo con un par de búsquedas en Google, la etimología siempre me sorprende :)
¡Espero que os haya gustado y podéis sugerirme correcciones en los comentarios!
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Siendo hermana menor de Lars Douglas
Resumen: Eres la hermana de Lars
Tipo:Platonic,Headcanons
Fandom: Criminal Case
Advertencia:Ninguna
‧̍̊·̊‧̥°̩̥˚̩̩̥͙°̩̥‧̥·̊‧̍̊ ♡ °̩̥˚̩̩̥͙°̩̥ ·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙·̩̩̥͙*̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ °̩̥˚̩̩̥͙°̩̥ ♡ ‧̍̊·̊‧̥°̩̥˚̩̩̥͙°̩̥‧̥·̊‧̍̊‧̍̊·̊‧̥°̩̥˚̩̩̥͙°̩̥‧̥·̊‧̍̊ ♡ °̩̥˚̩̩̥͙°̩̥ ·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙·̩̩̥͙*̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ °̩̥˚̩̩̥͙°̩̥ ♡ ‧̍̊·̊‧̥°̩̥˚̩̩̥͙°̩̥‧̥·̊‧̍̊
Lars sería un hermano cariñoso y protector.
TE ENSEÑA A TOCAR LA GUITARRA
Aunque es conocido por su personalidad bromista y su tendencia a distraerse, cuando se trata de su familia, Lars se toma su papel de hermano muy en serio.
Nose pero puede que uses lentes como el,pero si no te "burlas"cariñosamente de el
Tiendes a sacarle la ropa,como robarle y ponerte la si su permiso
No te deja entrar a su laboratorio por seguridad
LOS HERMANOS DOUGLAS...nombre de su banda*susurro*
Lo ayudaste a confesarse a Angela
Lars estaría siempre ahí para sus hermanos, brindándoles apoyo emocional y alentando en sus metas y sueños.
Te deja peinar su pelo con la trillizas
PAPA COOL Y TIA COOL
Es muy bueno escuchando y un gran hombro para llorar
A pesar de su personalidad relajada, Lars se aseguraría de que sus hermanos estén a salvo. Él estaría dispuesto a enfrentarse a cualquier amenaza o problema que pudieran enfrentar, y haría todo lo posible para protegerlos.
Apuesto que comparten gustos musicales
Te deja pintarle las uñas
Como hermano mayor, Lars probablemente tendría un gran sentido del humor y sería el responsable de hacer reír a sus hermanos.
Ves a Ángela como una madre
También las dos curan o limpian a Lars
Él sería el tipo de hermano que siempre encuentra la manera de sacar una sonrisa en los momentos difíciles.
Lars tiene experiencia como científico y forense, es probable que también actúe como mentor para sus hermanos en áreas de interés común.
Siento que a veces lo intentas copiar,como su estilo
HERMANO MAYOR MEJOR AMIGO PARA SIEMPRE
Cuando Lars está ocupado,tu cuidas a las trillizas
Sos su niñera favorita
Él estaría dispuesto a compartir su conocimiento y ayudarles a desarrollar sus propias habilidades y talentos.
Lars es un hombre de casa y muy doméstico aunque flojo a veces pero te prepararía el desayuno y el almuerzo
#x reader#scenarios#headcanon#criminal case x reader#criminal case#lars douglas x reader#lars douglas#criminal case headcanon#español
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Gym Daddy
El día de piernas tiene que ser el peor, precisamente por el dolor que le sigue en los próximos días que te hace odiar el mundo entero, y bajar una escalera de 3 peldaños podrían ser fácilmente subir 20 pisos. Lo bueno que, como ya lo había hecho costumbre, a pesar del sufrimiento, los resultados se hacían notorios y el dolor tenía su recompensa: piernas gruesas, pantorrillas hinchadas y el culo grande y duro, tanto que me calentaba conmigo mismo cuando me miraba en el espejo. Por lo mismo me había puesto más atrevido en el vestuario al hacer esta rutina, cambié los shorts que me llegaban a la pantorrilla por unos que sólo cubrían la mitad de mi muslo, con la costura abierta a los lados de estilo setentero, y abajo, a fin de enviar vibras a los machos de mi gimnasio, un jockstrap para que cuando hiciera sentadillas, la tela se metiera entre mis cachetotes. Sin embargo, ya habían pasado meses y las vibras no le habían llegado a nadie más que a la niña de recepción que me piropeaba en modo de ¡YAS QUEEN! Todos los machos del gimnasio parecían más preocupados de tomarse fotos, flectar sus músculos frente al espejo o coquetear con twinkies y musculocas, en vez de mirar al gordito peludo que terminaba todo sudado, rojo y destruido. Supongo que sólo yo veía mi atractivo y nadie más.
Luego de terminar la rutina que me dejaría lisiado por tres o cuatro días, me fui a las duchas. Había escogido el horario de la noche porque va menos gente y tengo las máquinas y pesas a mi disposición. Considerando que esta sucursal contaba además con piscina, suele tener una atendencia que puede volverse desagradable y claustrofóbica. Ya se acercaba la hora de cerrar, por lo que había sólo un puñado de nosotros ahí y los sonidos de agua chapoteando se habían calmado.
Mientras secaba el sudor que corría por frente y cuello, caminé al camarín y vi a un hombre, con la impronta de un dios griego entrando antes que yo. Empecé a apurar el paso para poder verlo un poco más cuando se cruzó otro hombre que iba camino a la piscina, era mayor, como cincuentón e iba solamente en speedos y sandalias, un verdadero daddy: canoso completo del cabello, barba, pecho en pelo y hombros, todo blanco como la nieve, robusto y grueso sin ser de muscularuta definida, en comparación con el dios griego al cual estaba stalkeando. Pasó sin mirarme y se perdió en el acceso con aroma a cloro.
Cuando entre al camarín no había nadie más que el dios griego: cuerpo esculpido, musculoso, ligeramente peludo en pecho, ojos claros y pelo negro. Estaba en ropa interior Calvin Klein blanca, completamente mojada de su sudor, al igual que sus abdominales, por los que caían gotas de su transpiración; bajo él slip se veía su verga traslucida en la tela, grande y cargada hacia un lado como si le fuera a dar vuelta la cintura. Tuve que controlarme para no abrir la boca y sacar la lengua, porque así me imaginaba, bebiendo cada gota que adornaba sus pectorales cuadrados e hinchados y su six-pack en el que se podía rallar queso. Sin embargo, él ni siquiera notó mi presencia, puso su toalla sobre uno de sus hombros redondos como melones y enfiló a las regaderas. Me desvestí rápido y tomé mi toalla, shampoo y sandalias, apresurado, pero tratando que mis pasos no sonaran ansiosos en el piso del baño. Ocupé la ducha a su lado, escuchando como él ya estaba bañándose, y dejé la puerta abierta, esperando que lo notara, que saliera de su casilla y entrara a la mía, pero nada, seguía sintiendo como sus manos enjabonadas recorrían su cuerpo como yo quería hacerlo. La situación se había hecho bastante calentona, a pesar de que seguía sólo en mi ducha, por el morbo de pensar que podía entrar y porque sentía mi cuerpo hinchado, mis piernas duras, mi culo firme mientras esparcía la espuma del jabón. Empecé a masturbarme ligeramente, prendido al haber estado haciendo ejercicio entre hombres deliciosos e inalcanzables, con las hormonas revolucionadas por la actividad física. Me metí un dedo en el culo, estaba duro, corriéndome lento, pero intenso, disfrutando de mi cuerpo, había olvidado que la puerta estaba abierta cuando me doy vuelta y veo pasar al daddy de la piscina, él miró hacia mi ducha y siguió caminando hasta el final del pasillo. Me quedé congelado un segundo pensando si se habría dado cuenta de mi acto de onanismo. Me asomé y estaba quitándose el speedo muy lentamente, como si quisiera que lo vieran. Se irguió y pude ver su verga flácida, no circuncidada y carnosa, giró su cara hacía mí, mirándome fijo sin sonreír y entró a la ducha sin quitarme la vista y sin cerrar la puerta. Tomé todas mis cosas y me fui rápido a la ducha del fondo frente al daddy. Él estaba de espalda esparciendo espuma sobre su piel bronceada y cubierta en pelaje plateado, mojado y apegado a su robusto cuerpo de hombre maduro. Se dio vuelta hacia mí, tenía el pene agarrado con una mano, flectando el bíceps y el pecho por el que rebotaba el agua caliente. Crucé el pasillo, entré y cerré la puerta, empezamos a besarnos. Sus labios carnosos y suaves me devoraban la boca, apretaba mis tetillas y presionaba su verga dura contra mi pelvis. Con una mano abierta me tomó un pecho y lo empezó a comer como si estuviera amamantando, mientras que con la otra me metía un dedo en el culo. Yo le tocaba los hombros carnosos, musculosos y suaves, pasaba mis manos por su espalda y levantaba una pierna para que pudiera sentir lo gruesos de mis muslos y pudiera agarrarme las nalgas. Nos seguíamos besando, yo seguía erecto, mojado, apretado contra una bestia que quería destrozarme, encendidos por el morbo de que alguien podría descubrirnos. Con ambas manos me giró hacia la pared, abrió mi culo y empezó a follarme. ¡Yo no lo podía creer! Una de mis fantasías sexuales más grandes estaba ocurriendo con un daddy exquisito que mientras me penetraba, me agarraba los pechos a manos llena y pasaba su lengua por mi oreja, haciendo que los vellos de mi cuerpo se erizaran a pesar de que estábamos empapados. Sentía el agua corriendo por mi espalda mientras me embestía, presionando su cadera contra la mía, introduciendo su carne cruda dentro de la mía. Yo seguía erecto, sintiendo como me salía juguito preseminal y se mezclaba con el agua de la ducha. Quería gritar de placer, gemir por la manera que me tenía dilatado y los orgasmos que me estremecían al violentar mi próstata.
Los embistes del daddy se hicieron más fuertes, haciendo eco en las paredes de la sala de duchas, salpicando agua que se disparaba por todos lados cuando chocaba su cuerpo contra el mío, me detuve y le hice el gesto de que había que guardar silencio. Se despegó de mí, sentía como mi ano quedó caliente y dilatado, provocando un escalofrío en mi cuerpo entero. Me di vuelta y me agaché para chuparle su verga que seguía durísima. Él se masturbaba rápido, flectando los músculos de su torso y brazos. La perspectiva desde donde estaba era maravillosa: su cabello y barbas blancas mojadas, por las que corrían hilos de agua, su boca abierta y sus labios hinchados, su mirada fija en mí, el pelo blanco de su pecho pegado a su cuerpo fuerte y carnoso, su firme musculatura, su piel morena bronceada, por al menos cinco décadas, reluciente bajo el chorro de la ducha. Su respiración se hizo más profunda, me puse de pie y moví los labios sin hablar pero diciéndole “préñame”, me di cuenta y le puse mi culo, abierto con una mano, mientras me masturbaba con la otra, y de un sentón lo metió hasta el fondo y se fue dentro mío. Yo sentía su leche entrar mientras tenía estertores mudos con su cabeza pegada a mi espalda, enterrando sus dedos en mi cintura y mi hombro, presionando más y más fuerte en mí culo hacia él, sintiéndolo aún en contacto con mi próstata, hasta que yo mismo acabé, enmudecido, pero queriendo gritar. Un chorro de semen chocó con la pared y él murmuró un “ufff” en mi oído, de a poco detuve la presión que tenía en él, haciendo contracciones y soltando el ano para exprimirle hasta la última gota. Su respiración se calmó y sin salirse me abrazó, acariciando suavemente mis tetillas. Sacó su carne chorrando leche de mí, sintiendo como si yo fuese una abeja y me quitaron la lanceta desde las entrañas, ahogando un gemido y mordiendo mi brazo. Me volví hacia él y nos besamos muy suave y tierno, habiendo ya ahogado nuestra pasión y morbo. Él salió primero, asegurándose de que no había nadie. Esperé unos segundos, estiré mi brazo para tomar la toalla, cubrí mi cintura y mientras iba saliendo hacia los camarines, el dios griego salió de su ducha, con su verga gigante y flácida, pasé por su lado, sonrió coquetamente y me mostró una pocita de leche en su palma. Abrí mis ojos de sorpresa pensando en que seguro lo escuchó todo.
Ya en los vestidores, terminaba de secarme y estaba solo, ni el daddy ni el dios griego aparecían. Quedé desnudo tratando de subirme el pantalón, cuando aparece el daddy de los urinarios, tomó su bolso y, mirándome, guiña un ojo y me tira un ligero beso, para desaparecer por la salida. En ese momento un poco de su leche escurrió de mi culo. Procuré no pisarla y terminé de vestirme. El gym ya estaba cerrando, la mayoría de las luces estaban apagadas y en la puerta, la chicha de la recepción no me quitaba la mirada o la sonrisa mientras me acercaba a la puerta.
Espero que hayas disfrutado tu ejercicio, bebé – sonreía casi aguantando la risa.
¡No sabes cuánto! – le respondí con un dejo de alivio y felicidad.
Creo que me puedo hacer una idea ¡nos vamos mañana bombón!
Salí del gym con una sensación de satisfacción impresionante y si me hubiesen pillado y cancelado mi suscripción ¡habría valido tanto la pena!
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Sal is a proud Heart Thief! (´꒳`)♡ / Sal es un ladrón de corazones orgulloso! (´꒳`)♡
I saw this post and absolutely loved the fit and the pose!! I imagined it as Sal and Serena's first date after she recovers her vision, so they tried to look their best! (Plus she cut her hair just to impress him, keke) / Vi éste post y amé la ropa y la pose!! Me imaginé que ésta sería la primera cita que Sal y Serena tendrían después de que ella recupera la vista, así que intentan verse lo mejor posible! (Además ella se corta el pelo para impresionarle, keke)
Also, a little sneak peek to their sprites! I decided I would be making one for Sal too, just to mess around/ dress him with different things/ match the style and etc, it also helped me settle the way I draw men! / También, aquí hay un pequeño vistazo a sus sprites! Decidí que haría uno para sal también sólo para jugar con él/ vestirlo con diferentes cosas/ igualar el estilo y etc, también me ayudó a establecer la forma en la que dibujo hombres!
Reference: @chimchiri (This post)
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La promesa 🤝 Namor x Fem Reader
Notas: Aquí va otro fanfic Namor x Fem reader en español... Afortunadamente, he tenido inspiración para escribirlo. Jajaja.
No tiene escenas fuertes o explícitas... Tal vez algo de masoquismo (pero no en un sentido sexual). Texto largo.
Resumen: En un momento de vida o muerte, lo que menos esperas es encontrarte con un ser desconocido, de otro mundo. ¿Cómo enfrentarás esta situación? ¿Lograrás liberarte?
Gif: wiha-jun
El aire se va poco a poco, mis pulmones no aguantan más... Siento como mis músculos se van agotando y no tengo fuerza para seguir luchando.
Lo último que veo es el oscuro e infinito abismo del mar. La muerte viene abrazarme, lo presiento. Si así voy a marcharme de este mundo, al menos lo hice en el lugar que más me cautivó.
La ropa me pesa y lentamente voy...Voy... Cerrando los ojos. Es el beso de la muerte, lo siento.
A...
...
...
...
⭐⭐
Empiezo a toser... Tanto como si la peor de las gripas me hubiera afectado, salvo que esta vez, escupo agua... Bocanadas del agua salada.
El sabor es repugnante.
Estoy viva.
Tan pronto recupero mi respiración, me percato que estoy en un lugar totalmente desconocido.
Es una cueva.
Dudo que la corriente del mar me haya arrastrado hasta aquí.
-¿Hay alguien aquí? - Trato de gritar, pero mis esfuerzos resultan en un susurro inaudible.
Solo se escucha el sonido del agua en movimiento. El lugar es bello, tranquilo. Las estalagmitas decoran el lugar, pero no hay nadie.
Siento pánico, cansancio, el cuerpo me pesa mucho, el vestido que llevo no ayuda mucho, pues escurre mucha agua.
Quiero regresar a casa, pero no sé si lo logre, no tengo la capacidad para regresar a tierra firme.
El miedo es muy fuerte. Alguien tuvo que haberme traído hasta aquí... ¿Quién? ¿Por qué?
-¡Hola! - Sigo intentando encontrar respuestas a mis preguntas. - La voz me tiembla...
Intento levantarme, pero cada esfuerzo es nulo. Cada parte de mi cuerpo está con mucho dolor.
Siento frío... Tirito.
Con cada segundo que pasa, la incertidumbre se apodera de mí. Pero el cansancio y la debilidad impiden que logre moverme, encontrar una salida.
No sé si pueda sobrevivir.
Tirito mucho, la ropa mojada no ayuda. No tengo a dónde ir, no puedo moverme como normalmente lo haría.
La situación parece no mejorar. Entre más corren los minutos, siento que todo parece más confuso y que no encontraré la manera de salir de aquí.
Me acomodo en posición fetal, buscando calentarme. El estómago me gruñe.
Quisiera comerme un barco completo si pudiera.
Los párpados me pesan mucho. Quiero dormir.
¡No! ¡No! ¡No lo hagas! ¡Mantente despierta! - Es lo que me repito mentalmente.
Dormir no es una opción. No quiero terminar en una situación peor.
Las chances de que despierte mañana pueden ser más altas que bajas, no lo sé.
El sueño es fuerte cada vez más... Sigo batallando contra mi propio cuerpo.
¡No te duermas! ¡No te duermas!
...
...
...
Un hombre... Es lo único que logro distinguir entre dormida.
...
...
...
⭐⭐⭐
Los rayos del sol caen sobre mis ojos, mi mano se posa sobre ellos, cubriéndolos. La sensación es incómoda.
Cuando despierto, estoy en otro lugar... Estoy dentro de una hamaca...
¿Una hamaca?
¿Qué está pasando?
Cuando me levanto, no encuentro rastro de la persona que vi ayer.
Sí, estoy segura que vi una persona. Era un hombre.
¡Carajo!
Toco cada parte de mi cuerpo, en medio del dolor de los movimientos, todo parece estar intacto.
Afortunadamente, solo estoy cansada por el intento de nadar a la superficie, mientras el agua me arrastraba.
Torpemente, me pongo de pie y vuelvo a revisarme.
Nada que no hubiera querido que me pasara, sucedió. Estoy intacta, incluso con la ropa que llevaba puesta ayer.
Cuando me percato de que, en la medida de lo posible, estoy bien, observo el sitio... Tiene una arquitectura y adornos particulares.
Los he visto en documentales y libros de historia. No es un estilo "actual"... Parece algo más prehispánico.
Es como si el tiempo en esta cueva nunca hubiera pasado.
A pesar de lo fascinante que pueda ser este sitio, necesito salir de aquí. Quiero irme a casa, abrazar a mi perro, decirle a mi familia que estoy bien.
¡Mi familia!
¡Ellos deben pensar que...!!!
¡Pero no estoy muerta! ¡Estoy viva!
¡Cansada! ¡Muy cansada... Pero viva!
Siento un vacío en el pecho de solo pensar que ellos deben creer lo peor.
Con afán observo cada rincón de la cueva, intentando encontrar la salida y terminar con esto pero no encuentro nada.
Arriba, por donde llega el sol, solo hay una grieta pequeña y es bastante alto. Escalar hacia ese punto no es opción.
-¡Hola! ¡Auxilio! ¡Auxilio! - Grito con todas mis fuerzas.
No hay respuesta. Solo escucho el eco de mi fallido intento de comunicarme con alguien.
-¡Auxilio! ¡Auxilio!
Nada...
...
...
-¡Ahhh! ¡Miren quien despertó!
Mi corazón se acelera, mis piernas empiezan a flaquear... ¡Es la voz de un hombre!
Cuando me doy la vuelta para verlo...
No, no es un hombre... ¿O sí?
Sí, es un hombre... Viste con accesorios muy elaborados, usa un short...¿Tiene alas en sus pies?
- Los humanos no aprenden... A ustedes les gusta sufrir, pero no podía esperar menos. La superficie es un lugar infeliz, hostil.
Quedo impactada por su apariencia... Es un humano, pero al mismo tiempo no parece serlo.
Trato de responder...
-¿Quién eres? ¿Qué eres? - Exclamo.
- ¡Aquí quien hace las preguntas soy yo!
Siento como la sangre me baja de la cabeza a los pies. El corazón y la respiración se me aceleran y corro... No sé a dónde pero corro.
- Ahhh... No tienes lugar donde esconderte. Solo yo puedo enseñarte la salida que con tanto afán intentas buscar. - Una sonrisa cínica se dibuja en su rostro.
-¡Déjame ir! Nunca volveré. Prometo no volver. No me importa quien seas, solo quiero irme a casa.
- A pesar de tu fascinación por la muerte, debo admitir que es divertido tenerte aquí.
No es gracioso, imbécil.
-¿Qué tanto te divierte de mí? ¡Casi me muero!
-Tú misma acabas de responder tu pregunta.
-¡Imbécil!
-Te hace falta más respeto y ser agradecida con tu servidor. ¡Yo te salvé!
-No pedí ser salvada...
-La manera en que te arrastraba el agua me decía lo contrario.
-¿Qué eres? ... ¿Quién eres?
- Tengo varios nombres...- Hace una pausa. - Mi pueblo me llama K'uk'ulkan, pero mis enemigos me dicen Namor.
Ese nombre se me hace familiar... Recuerdo haber oído historias sobre K'uk'ulkan hace unos años atrás.
- Pues... Como sea que te llames... Solo pido...¡No!...¡Exijo! ¡Exijo que me dejes ir!
-Aquí tú no exijes nada. Aquí mando yo.
-¿Cuánto tiempo estaré aquí? Mi familia, probablemente, piensa que estoy muerta.
- Déjame pensarlo... Porque, enserio, nunca me había divertido tanto con un humano... Digo, humana.
-¡Por...! - Inhalo.- ¡Por favor, déjame ir! Ni siquiera sé dónde estoy... Prometo que no mencionaré esto.
- ¡Por fin! Pensaba que no tenías ni una pequeña muestra de respeto por otras personas.
-¡Basta! ¡Por favor, muéstrame cómo salir de aquí y ya!
El hombre... Namor, sí, Namor... Camina hacia mí.
Parece un tipo arrogante, camina con tanto orgullo, mostrando un poder que no sé si realmente tenga aquí.
-Siempre he tratado de ahuyentar a los humanos de mi reino, de mi pueblo...pero... ¿Qué pasa? Ellos siguen llegando, los veo con sus embarcaciones, nadando, fastidiando a los animales. Llegan con sus ruidosas fiestas, su basura... ¡Tengo que defender lo que es mío! ¿Y cómo tengo que hacerlo? Lamentablemente, muchos no sobreviven y encuentran sus cuerpos en la playa... Y a veces, aunque no quiera... Debo admitir que mi madre, de alguna manera, intercede por ustedes, y me pide que los salve...
Sus gritos resuenan en toda la cueva.
Se siente su furia, también su tristeza, su melancolía y nostalgia.
-¿Dónde estamos? ¿Qué tiene que ver tu madre con esto?
-¿Dónde estamos? Eso no importa... Y... Y mi madre... Ella es el único recuerdo bueno que tengo. Por alguna razón, ella sigue viendo bondad en ustedes.
Estoy más confundida que antes.
- Así que, por tu propio bien y el de tu especie... No vuelvas.
-¿Qué?
-¿Sigues sin entender?
-El que no entiende eres tú... Todo lo que pasó fue un accidente... Un mald*to accidente...
- Te daré la salida y podrás marcharte...Pero hasta que lo decida.
- ¿Qué?
Se marcha.
El vacío, la impotencia y la ira se apoderan de mí.
Sigo buscando la manera de largarme pero es imposible.
Unos minutos después, Namor regresa.
-Ponte esto y podrás volver a casa.
Esta vez su tono parece más conciliador.
Es un traje de ...¿Buceo? No... Es un traje para nadar bajo el agua, pero no es igual a los que se usan para bucear.
Cuando entro en el traje, nos sumergimos. Es bastante profundo.
Él es un hombre ágil bajo el agua...
La fauna marina es fascinante, nunca había estado tan cerca de los peces como lo estoy ahora.
Más tarde, nos detenemos y subimos a otra cueva.
Él me ayuda a ponerme de pie y a salir del traje.
Por más que quiera evitar el contacto físico, es imposible.
Sus manos son ásperas, su piel es morena, el agua cae de su cuerpo casi que en perfecta armonía... Todo de él sigue siendo un misterio.
-Puedes seguir nadando hasta llegar a tierra firme.
-¿Por qué me ayudaste?
-Ya te lo dije... Mi madre te ayudó, yo no hice nada.
- No creo. No te creo.
- No tengo que darte explicaciones, humana. Solo vete.
- No puedo nadar... No tengo la fuerza para hacerlo. El cuerpo me duele. Al menos, sin ese traje, no puedo nadar con facilidad.
- Ese ya es tu problema.
- Bien, entonces creo que moriré de hipotermia... O tal vez de inanición... Las fuerzas me darán para nadar un par de metros y ya.
- Pero querías irte... Quieres irte.
- Sí, pero pensé que tu ayuda iba ser mejor que esto... No podré nadar por mi cuenta.
- No puedo hacer más nada por ti... No puedo hacer que los humanos me vean.
- Faltan unas horas para que oscurezca, podrías ayudarme cuando caiga la noche, tu estarás bien y yo podré irme a descansar. Solo pido esto, por favor.
- ¿Qué tengo a cambio de esto?
- Mi silencio y mi ayuda. Ayudaré a que nadie se acerque a tu hogar. Tienes mi palabra.
- ¿Por qué confiaría en ti?
- Porque en este momento solo te tengo a ti... Ni siquiera mi cuerpo me funciona en este momento, mi mente, mis huesos y músculos están cansados.
- El cansancio físico no es razón para que confíe en ti.
- ¿No eres capaz de ver? Me tienes casi que a tu merced. Si hubieras querido que yo muriera, no estaríamos aquí, teniendo esta conversación. Solo quiero descansar y terminar con esto.
Por primera vez, él no replica. Parece que aún hay algo de sensibilidad y empatía en su acuático cerebro.
Me siento a la orilla, contemplando el paisaje. Tratando de pensar en otra cosa mientras intento despejar mi mente.
Una brisa suave y fresca empieza a correr.
Inhalo y exhalo... Inhalo y exhalo... Se siente una paz inexplicable.
Solo el agua puede hacer que me sienta así.
- Mi madre contaba historias hermosas del mundo de arriba, de la tierra. Es un lugar hermoso, con un aire pristino.
¿Me está hablando?
¿Qué se le metió en la cabeza?
No estoy segura si quiero conversar. Al principio parecía un hombre sin intenciones de ser amistoso.
...
...
¿Debería decir algo?
...
...
- Muchas veces he venido aquí, he caminado por tu mundo... Recordándola a ella... Buscando su voz y sus respuestas a mis preguntas.
...
...
...
- ¿El tiburón te comió la lengua?
- No. Solo que hace unas horas no querías dejarme libre. Y ahora, como si nada hubiera pasado, me hablas de tu mamá, dices cosas que no pensé que podrían salir de tu boca.
- Al parecer, no todos los humanos son egoístas.
- ¿Por qué lo dices?
- Por la manera que hablabas de tu familia. Ellos te importan.
- Sí... ¿Y a quién no? Ellos deben estar pensando lo más trágico, deben estar llorándome. No merecen pasar por ese dolor mientras tú y yo nos sentamos como si fuéramos los mejores amigos.
- Nadie merece llorar una pérdida... Pero eso también hace parte de la vida, de su ciclo. Incluso, de esas pérdidas se aprende algo.
- ¿Aprendiste a sentir resentimiento por los humanos?
- No es resentimiento, es la necesidad de proteger lo que quiero de la avaricia y la perdición de los humanos. Es preservar lo que mis antepasados hicieron.
- No todos los humanos somos avaros o malos. Tu cultura, tu mundo, sé que vienes de un linaie de muchos siglos atrás... Es interesante. Es como si la historia recobrara vida.
- Para mí es más que historia, es lo que soy.
- Lo comprendo... Lo que soy está aquí... Bueno, no aquí, aquí... Sino allá, en la ciudad.
- Y para mí está en estas aguas.
- Creo que tenemos una que otra en común... - Sonrío.
- No pensé que lo diría, pero... Sí.
¡Se está abriendo! Veo un lado sensible en él... Sensible y dulce.
Es un gobernante con principios tan rígidos cómo su postura, pero también tiene una delicadeza por lo que le importa... Ya no sé qué pensar.
Después de horas, esperando que llegue la noche, por fin avanzamos.
La luna está a brillando, el cielo está despejado.
Siento alegría y tranquilidad al volver a tierra firme.
Por fortuna, la playa está sola. Así que él está seguro.
- Bien... Aquí me quedo yo. - Susurro.
- Ve y abraza a tus seres queridos. Ya estás en casa.
- Gracias.
Los rayos de la luna caen sobre su piel mojada. Es atractivo. Sus ojos son oscuros, transmiten misterio, furia pero también ternura.
Sí, él es un misterio.
Sin decir más, ambos nos separamos, siguiendo nuestros propios caminos hacia nuestros hogares.
⭐⭐⭐⭐
Unos meses han pasado desde aquel extraño encuentro y, por más que intente sacar a Namor de mi cabeza, hay algo que me impide hacerlo.
Siento como el mar me llama y aunque he evitado regresar, esta vez no puedo contenerme.
Quiero verlo.
Trato de irme más preparada, con un equipo de buceo... Es una tarde soleada, perfecta para nadar.
Aunque mi familia se opuso, sé qué quiero regresar.
Preparo una embarcación con mi equipaje y tomo rumbo hacia el mismo punto donde caí aquella vez.
Me sumerjo...
Nado unos metros...
Solo veo peces, sigue siendo igual de hermoso como hace varios meses.
No hay nadie.
Cuando el oxígeno de mi tanque empieza a bajar, nado hacia la superficie.
La frustración es innegable.
Subo a mi embarcación con el corazón arrugado.
Sí... El corazón...
¿Podrá ser qué?
...
¡Oh no! Lo que menos deseo es estar enamorada de un sujeto que la mayor parte del tiempo solo muestra su odio por mi especie.
Me devuelvo al muelle pensando en lo que acabo de darme cuenta.
Tratando de seguir buscando alguna explicación para esto, me quedo toda la tarde, ilusionándome con poderlo ver.
Pero no, no aparece. No hay señales de nada ni de nadie. Solo las olas siguiendo su curso.
Paso por la playa donde nos vimos por última vez...
...
...
Una figura emerge de las aguas... Su cuerpo luce en perfecta armonía mientras las gotas caen con ritmo.
No puedo evitar sonreír... Es él...
- ¡Rompiste tu promesa! - Exclama.
- Lo sé y lo siento.
- ¿Cómo hago que entiendas que no debes volver?
- No lo sé. Creo que tú sabes que llevaba mucho tiempo sin bucear, sin estar bajo el mar.
- Pero eso no justifica que hayas roto tu promesa.
- Ya dije que lo sentía.
- Los humanos son muy obstinados...
- No lo voy a discutir.
- ¿Por qué regresaste?
- También te lo dije... Llevaba mucho tiempo sin tocar el agua.
...
...
Hay un silencio incómodo entre los dos.
- Eh... Creo que nunca te dije mi nombre... ¿Verdad? - Es lo único que se me ocurre.
- No, nunca.
Le digo mi nombre, mientras estrechamos nuestras manos. Siento como una oleada de calor se sube a mi cabeza, si pudiera ver mi reflejo, no dudaría que mis mejillas se enrojecieron.
- Bien, pues es un placer poder conocer tu nombre. - Y lo repite tantas veces que parece un CD rayado.
Al escucharlo, siento que el corazón se me acelera... Pero esta vez es por la atracción que siento hacia él.
¿Seré una masoquista?
Después de caminar como por una hora, nos despedimos.
- ¿Volveremos a vernos? - Pregunto.
- Es una promesa. Y yo sí cumplo lo que prometo. - Dice él mientras sonríe.
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Capítulo I: La llegada de Seth
Cuando Seth salió del Brezal, la posada del pueblo, la brisa gélida de Morthal le golpeó en el rostro. Se arrebujó en su elegante capa negra mientras miraba con detenimiento a su alrededor. Suspiró con resignación antes de echar a andar por una de las tantas pasarelas elevadas de madera que conectaban las pocas casas del pueblo. Cuando Lord Harkon lo había destinado a aquel lugar había imaginado algo más que construcciones de madera vieja y tejados de paja. Pero incluso el Salón de la Luna Alta, su siguiente parada y sede del gobierno local, no era más que un amasijo superpuesto de estos materiales que apenas superaba en tamaño a los demás edificios. Nada comparable a las impresionantes estructuras talladas en piedra de Markarth, la ciudad en la que se había criado.
Había llegado a Morthal hacía apenas una hora y, desde entonces, lo acompañaba una sensación opresiva en el pecho. La había sentido tan pronto había visto por primera vez el pueblo y se había acrecentado durante su parada en la posada, donde las miradas inquisidoras y los cuchicheos de los pueblerinos habían agriado su almuerzo, sin que nadie se dirigiera a él directamente. Lo cierto era que no le importaba demasiado ser el centro de las miradas. A sus dieciséis años, Seth ya estaba acostumbrado a acaparar la atención allá donde iba: era atractivo, y por si acaso alguien no lo veía así, se esforzaba por reforzar dicha imagen con elegantes prendas que complementaban su carisma natural. Lo que le molestaba era que en aquel sitio las miradas eran indiscretas y estaban cargadas de sospecha. Carecían de la reverencia a la que estaba acostumbrado, y ponían de manifiesto que su plan de infiltrarse entre los aldeanos iba a costarle más tiempo y esfuerzo del que había planeado. Era esa idea la que lo hacía sentirse ansioso: su padre no era la clase de hombre que toleraba el fracaso.
Llegó a las puertas del Salón de la Luna Alta unos minutos después. El paseo, aunque breve, bastó para embarrar sus botas. El adoquinado del pueblo se había raído con el tiempo y ahora solo algunas agrupaciones de piedra daban fe de que la calle había sido pavimentada en algún momento pasado. Seth limpió los laterales de sus botas contra un matojo antes de subir las escaleras y la madera húmeda crujió bajo sus pies, igual que lo hizo la puerta cuando la empujó firmemente. Ni siquiera era una puerta doble.
El interior era tan austero como había esperado. Una sala larga de madera y piedra, con escaleras y un par de puertas a cada lado, y sin más decoración que un puñado de trofeos de caza repartidos por las paredes. Al fondo de la sala se alzaba una plataforma de piedra de apenas dos escalones de altura cuya acotada área no admitía más que el trono. Su estilo, cómo no, también era sobrio. Le dio la sensación de que las sillas de su anterior casa debían de valer más septims que aquel mueble viejo sobre el cual había esperado ver sentada a la jarl. Dos hombres custodiaban el trono y, por la manera en la que lo miraban, Seth supuso que los susurros que intercambiaban iban sobre él.
Finalmente el que parecía mayor se acercó, bordeando el hogar cuyas brasas calentaban la sala. Seth ni se esforzó en dedicarle una sonrisa agradable, deduciendo por sus ropas que debía tratarse de alguno de los criados de la jarl.
—Soy…
—Seth Athan, sí. Hemos recibido tu carta —lo cortó el hombre con un tono áspero y una mirada suspicaz—. Mi esposa te recibirá pronto. No te muevas de aquí.
El hombre se alejó y subió por las escaleras del ala oeste, dejando a Seth agraviado y desconcertado, emociones que ocultó bajo una máscara de indiferencia aristocrática. Al parecer, allí hasta los nobles se vestían como pobres. Todo en aquel pueblo parecía ser muy distinto a la realidad a la que estaba acostumbrado.
Conforme los minutos pasaban, sus nervios se empezaron a agitar bajo la insistente mirada del fornido nórdico que debía ser el edecán de la familia. El ambiente le resultaba tan inhóspito que las preguntas que había estado evitando empezaron a invadirlo. Pensó en su madre y en sus hermanos. En la seguridad del hogar que había dejado atrás. Pero la presión de verse solo por primera vez ante una misión tan importante para los planes del clan seguía ahí desde que había emprendido el viaje, como un nudo en el pecho.
La puerta crujió a sus espaldas, sacándolo de su ensimismamiento. Un guardia rojo entró; su túnica morada era la propia de un maestro en conjuración y el anillo en su mano lo reveló como el mago de la corte. Seth agradeció la distracción y se giró hacia el hombre.
—Usted debe ser el mago de la corte —saludó, tendiéndole la mano.
Falion se plantó ante el chico y lo estudió con una expresión indescifrable. El silencio se prolongó sin que el mago se molestara en corresponder su gesto. Seth retiró la mano, incómodo.
—Y tú debes de ser Seth Athan —replicó finalmente. Su voz era monótona y su hablar pausado— Falion. —Se presentó.
El nombre cruzó su mente como un relámpago, desencadenando un gesto de reconocimiento. Ya había escuchado ese nombre antes. Según los rumores, el brujo había sido proscrito del Colegio de Magos cuando descubrieron sus experimentos, por los cuales también se granjeó un buen número de enemigos. No en vano, según se decía, Falion era el único hombre en todo Tamriel capaz de curar el vampirismo en un estado avanzado. Seth trató de disimular su sorpresa, pero ya era tarde. Las cejas del guardia rojo se habían contraído de forma sutil.
—He oído hablar de ti. De tus logros en conjuración —confesó.
El brujo lo analizó con parsimonia. Parecía buscar algún doble sentido en sus palabras, o al menos eso dedujo basándose en el matiz de recelo que había adquirido su mirada.
—¿Y qué sabes tú de conjuración? —preguntó Falion.
—No todo lo que me gustaría, pero todo lo que la Doctrina de Hibernalia ofrece—replicó confiado, forzando un matiz de admiración en la mirada.
Sus palabras parecieron sorprender a Falion quien, sin embargo, todavía parecía algo tenso.
—Son palabras osadas para alguien de tu edad— cuestionó.
Seth empezaba a intuir por qué no había despertado demasiadas simpatías entre los magos del colegio.
El sonido de una puerta seguido de voces y pasos en el piso superior cortó la conversación. Ambos dirigieron su atención hacia el tumulto. A través de la escasa baranda de madera pudo ver cómo una mujer mayor, a la que identificó como a la jarl Idgrod Cuervo Viejo, tomaba el rostro de una joven, su hija, y le dedicaba unas palabras que no supo descifrar. Lo que más le llamó la atención fue la expresión preocupada y confundida de la adolescente.
—Quizá podamos retomar la conversación en otro momento— propuso Seth con interés genuino a modo de despedida.
Tras pensarlo, Falion asintió.
—No se presentan muchas oportunidades de discutir sobre el noble arte de la conjuración aquí, en Morthal —concedió el brujo.
Dejando atrás a Falion, Seth se acercó al fondo de la sala, donde recibió a la familia de la legisladora inclinando la cabeza con respeto antes de presentarse. La jarl ocupó su lugar en el trono y sus hijos se hicieron a un lado, junto a su padre. En lugar de un vestido caro, como era costumbre entre las gobernantes de otras comarcas, Idgrod Cuervo Viejo vestía un manto ribeteado con pieles, cómodo aunque elegante. Su hija parecía imitar su estilo. La mujer tenía un aura regia que le hizo recordar a su madre por segunda vez aquel día.
—Joven Athan. Así que has decidido mudarte a Morthal. —La voz de la jarl, segura y pausada, imponía tanto respeto como su presencia.
Seth asintió.
—Como os comuniqué por carta, es mi intención instalarme en el Cerro Pedregoso.
La jarl arqueó una ceja.
—Supuse que cambiarías de opinión en cuanto estuvieras aquí. ¿Lo has visto ya?
—Todavía no, pero me hago a la idea de cómo está. Planeo restaurarlo y, con suerte, aprender sobre la gestión de las minas. Es lo que mi padre habría querido… —su voz se cortó y desvió la mirada, en un ademán tan afligido como requería el guión.
De acuerdo con la tapadera que había ideado, su presencia en Morthal se justificaba por la necesidad que tenía su familia de que, tras el asesinato de su padre, alguno de sus herederos fuera capaz de tomar las riendas de las distintas minas que tenían repartidas por Skyrim.
La jarl lo miró con comprensión. Aunque agradeció que no le dedicara la misma mirada de lástima que solía recibir cada vez que mencionaba lo ocurrido en Markarth, también echó de menos esa expresión. Definitivamente Idgrod no era una mujer fácil de manipular mediante las emociones.
—Lo que le ocurrió a tu padre fue algo atroz —murmuró la jarl con desagrado—. Confío en que encuentres en Morthal tu nuevo hogar. Además, puede que la colaboración entre nuestras familias traiga una época de prosperidad al pueblo—anunció, y en ese momento miró de reojo a su joven heredera. Debía tener la misma edad que él.
Seth sonrió. Por la noticia, porque se necesitaba la aprobación del gobernante local para instalarse en sus dominios. Pero también lo hizo al percatarse de aquella mirada. Seducir a la hija de la jarl podría suponer un avance muy rápido en sus planes. Sin borrar la sonrisa, inclinó nuevamente la cabeza, ahora con agradecimiento.
—Yo también lo espero, jarl Idgrod.
Idgrod Cuervo Viejo se sujetó el mentón con una mirada de intriga.
—No obstante, es un lugar bastante aislado—observó. —Cabría esperar que alguien tan joven quisiera estar más cerca de la vida en el pueblo.
—Lo cierto es que valoro la tranquilidad. Me ayuda a concentrarme en mis estudios—dijo pagado de sí mismo.
Era consciente de que su conocimiento de la historia y la literatura solía causar una buena impresión. Contuvo una sonrisa al percibir el asentimiento de aprobación de la jarl, pero la mirada de la mujer adquirió un matiz cínico que no logró comprender en el momento.
—Espero que vuestros vasallos os la concedan.
El desconcierto se hizo visible en su rostro, sin saber a qué se refería exactamente.
—¿Se refiere a Sorli y a Pactur? ¿Ocurre algo con ellos?
Seth vio de nuevo esa expresión cínica en la cara de la jarl, ahora coronada por una sonrisa.
—Y a Jesper, Sirgar, Gestur, Galdur, Swanhvir, Brirvid, Avujof y Jofka.
El recital de nombres hizo caer su mandíbula. No haber visitado a sus vasallos antes de presentarse en Morthal había sido un error.
—¿Cómo?—preguntó, incrédulo ante la lista de nombres.
La jarl Idgrod rio. Apreció que era una risa amable.
—Lo sé. A este ritmo, el Cerro Pedregoso tendrá más población que Morthal. Como sea, si no te encuentras cómodo allí y te replanteas vivir más cerca del pueblo, podemos negociar la venta de algún terreno. Nos vendría bien recuperar algunos de los edificios que la magia y la naturaleza nos han arrebatado.
Seth asintió y la conversación siguió en un tono cortés. Una vez cerraron un acuerdo que complació a ambas partes sobre su instalación en el municipio, solo quedó hacer las debidas presentaciones.
—Bien, entonces tenemos un acuerdo. Bienvenido a Morthal, joven Athan. Estos son Idgrod y Joric, mis hijos. Harán lo posible para que te sientas como en casa, ¿verdad?
Ambos asintieron y se acercaron.
—Bienvenido a nuestra villa —saludó la joven Idgrod con una sonrisa amable pero reservada. Aunque lo disimulaba bien, Seth apreció que la preocupación aún brillaba en sus ojos marrón oscuro.
—Soy Joric, el futuro jefe de la guardia. Un placer.
La presentación de Joric lo sacó de sus pensamientos y asintió, estrechándole la mano. Lo estudió brevemente y le bastó para determinar que era una persona sencilla, no muy difícil de leer.
—Idgrod, hija —exclamó de pronto la jarl, llamando la atención de los tres jóvenes. Su mirada y su tono tenían un deje insinuante, más amable. —Tal vez podrías mostrarle a Seth el pueblo.
Aunque Idgrod parecía incómoda por la propuesta, asintió.
—Por supuesto, madre. ¿Vamos, Seth?
Asintió también, pero antes de seguirla miró una última vez a la jarl y a su familia.
—Ha sido un placer. Muchas gracias por acogerme en vuestro pueblo.
Idgrod y Aslfur sonrieron educadamente, mientras que el Edecán permaneció ahí quieto, mirándolo como lo llevaba haciendo toda la visita. Joric, por su parte, parecía querer decirle algo. Seth lo miró, dándole pie a hablar.
—La semana que viene es el Festival de la Bruma, la mayor fiesta de Morthal. Deberías venir, te podemos presentar a nuestros amigos y a los vecinos del pueblo.
—Gracias Joric —contestó, después de pensarlo unos segundos—. De todas formas no creo que pueda venir. La mudanza va a tenerme bastante ocupado hasta a saber cuándo —declinó. Le pareció que el chico parecía aliviado al escuchar eso.
—Oh, vaya. Qué pena. Igual para el año siguiente.
Seth asintió y giró sobre sí, viendo que Idgrod ya lo esperaba junto a la puerta. Volvió una vez más la cabeza como despedida y salió de allí junto a ella.
—Tu hermano pareció alegrarse por mi negativa —comentó desinteresadamente, sin más objetivo que conocer un poco mejor a su acompañante. Idgrod rio y eso le desconcertó. —¿Qué pasa?
Idgrod encabezaba el paso y lo guiaba por un nuevo grupo de pasarelas de madera que rodeaban el río Hjaal. Paró frente a un edificio y aprovechó para mirarlo.
—Seguro que es por el baile. Joric se ha esforzado mucho este año para impresionar a la chica que le gusta y tú, bueno… —la joven dejó que una mirada cómplice zanjara la frase.
Sonrió pagado de sí al comprender a qué se refería.
—Entiendo. Viniendo de alguien como tú, es todo un cumplido —comentó como si nada, antes de dedicarle una sonrisa encantadora.
Seth sabía el efecto que esto solía tener en las chicas de su edad, estaba acostumbrado a utilizar su encanto natural para debilitar las barreras de la gente, pero para su frustración Idgrod frunció el ceño y le dio la espalda. Siguió el camino, indicando dónde estaban los edificios más importantes del pueblo, como la casa de la guardia, la taberna y algunas tiendas. Finalmente se detuvo frente a un edificio, la tienda de bienes generales, dedujo por el cartel. En la puerta una nota advertía de que el negocio estaba cerrado y la expresión de preocupación volvió a la cara de Idgrod.
—¿Pasa algo?
Idgrod suspiró.
—Puede que Morthal parezca tranquilo, pero incluso aquí llegan los cambios. Lalette regentaba esta tienda hasta que nos dejó no hace demasiado, dicen que para unirse a los Capas de la Tormenta, ¿sabes lo que son?
Seth asintió. Conocía de buena mano la historia de Lalette; ella había sido la primera víctima de su plan. Las palabras de Idgrod confirmaron que al menos ese frente había marchado tal y como había planeado con Lord Harkon.
—Sí, los seguidores de Ulfric. En Markarth se hablaba bastante de ello. A los hombres nunca les hizo demasiada gracia la idea de que los elfos se inmiscuyan en sus creencias.
Idgrod asintió. Mientras charlaban, seguían caminando por el pueblo. Intercambiaron comentarios sobre la política de la región mientras Idgrod le siguió enseñando el pueblo, y también le habló de algunos de los vecinos más notables, de quienes le contó lo básico para que pudiera desenvolverse en sus primeros días en el pueblo.
Finalmente cruzaron el puente, llegando al último grupo de casas situado en la zona norte de Morthal. Idgrod se dirigió primero al aserradero.
—Y este es el aserradero del pueblo —explicó—. Si alguna vez me necesitas, suelo pasar las tardes aquí, detrás del edificio.
—Regentado por ¿Hroggar? —Idgrod lo miró complacida al ver que Seth había prestado atención a sus explicaciones—. ¿Y a él le parece bien? Quiero decir, en Markarth no teníamos permitido rondar ninguno de los negocios cuando estos ya habían echado el cierre.
Idgrod se encogió de hombros.
—Supongo que es por remordimientos. Hroggar adquirió el negocio cuando Jorgen desapareció hace unos seis años. Se rumorea que abandonó a su familia. Hroggar aprovechó la necesidad de la familia para comprar barato el aserradero, pero a Alicent le sigue gustando ir a ese sitio. Imagino que a él le cuesta negarse.
—Parece que Morthal tiene un problema serio de emigración —comentó Seth, quitándole hierro al asunto. Sin embargo, la mirada de Idgrod se ensombreció.
—No es tan sencillo. Esta desaparición aún sigue envuelta en misterio. Pese a los rumores, Alicent siempre habla de él con cariño. No parece el tipo de hombre que abandonaría a su familia sin más.
—¿Y quién es Alicent? —preguntó.
Había percibido la sonrisa de Idgrod cada vez que la había mencionado y ahora, ante la pregunta, pudo apreciar el cariño que le tenía por la expresión que apareció en su rostro.
—Mi mejor amiga. Es la hija de Lami, la alquimista. Joric, mi hermano, está locamente enamorado de ella. Vive justo ahí, en la Cabaña del Taumaturgo.
Seth giró sobre su propio cuerpo para contemplar el edificio que Idgrod señalaba. El último en su recorrido por Morthal. Era una cabaña de dos pisos rodeada de un jardín lleno de plantas exóticas. Asintió con reconocimiento al escuchar el nombre. Había oído hablar de aquel lugar, era conocido en toda Skyrim por la calidad de sus pociones.
—He oído hablar de la tienda. De hecho, estaba pensando en pasarme por ahí antes de partir hacia el Cerro Pedregoso —compartió.
—Por supuesto, vas a necesitar unas cuantas pociones de resistencia al frío hasta que te acostumbres al clima de la zona —sonrió—. Bueno, espero haberte ayudado a orientarte. Si necesitas algo más, sabes dónde encontrarme.
Llegaba el momento de despedirse. Seth le dedicó una mirada penetrante, acompañada de la misma sonrisa encantadora que le había dedicado hacía un rato.
—Muchas gracias, Idgrod. Te tomaré la palabra —aseguró, al tiempo que tomó la mano de la joven con la intención de besarla.
Idgrod carraspeó y soltó su mano. Seth frunció el ceño, mirándola claramente descolocado. Era la segunda vez que se le resistía, y eso era algo nuevo.
—Seth, sin ánimo de ofenderte, no estoy interesada en algo más que amistad—explicó ella, con honestidad—. Aunque mi madre tenga otras ideas en mente, espero que podamos ser buenos amigos.
Su ceño se fue relajando conforme Idgrod se explicaba. Ah, así que es eso, pensó. Le dedicó un gesto de comprensión, una sonrisa cómplice.
—Ya veo, ¿puedo preguntar quién es el afortunado?
La sorpresa asaltó el rostro de Idgrod.
—¿Cómo sabes…?
Él sonrió desenfadadamente, encogiéndose de hombros.
—Es el único motivo que se me ocurre para que seas tan tajante.
Idgrod desvió la mirada. Ahora parecía incómoda. Seth supo que había descubierto un secreto en cuanto volvió a mirarlo y anticipó la petición de complicidad en sus ojos.
—No es… nadie de Morthal. Y te agradecería que guardases el secreto.
Seth asintió, fingiendo no darle importancia.
—Quedará entre tú y yo —prometió—. Ha sido un placer conocerte, Idgrod. Espero que volvamos a vernos pronto.
—Gracias, Seth —respondió ella, con una sonrisa más relajada tras escuchar sus palabras. —Yo también lo espero.
Él asintió otra vez, aunque cuando Idgrod ya se había girado para irse, volvió a llamarla.
—¡Idgrod! Quizá no sea asunto mío, pero…, en el Salón de la Luna Alta, cuando bajasteis, parecías consternada. ¿Puedo preguntar por qué?
Idgrod giró sobre sí y suspiró. Tras vacilar, lo miró a los ojos directamente.
—Quizá sea mejor que te enteres por mí antes que por nadie más. Nací siendo psíquica —confesó, haciendo que Seth se tensara de los pies a la cabeza.
Algo así no estaba en sus planes y podría complicar mucho las cosas. Se decía que los psíquicos nacían bajo el don de Hermaeus Mora, lo que les permitía entrever el destino. Seth se forzó a relajarse, viendo el gesto de preocupación y arrepentimiento de la chica, que todavía lo miraba.
—Disculpa la sorpresa. Es la primera vez que conozco a alguien así —se justificó.
Idgrod pareció relajarse.
—Gracias. A las gentes de por aquí no les gusta demasiado la magia. Así que puedes imaginar…
Seth la miró con comprensión. Idgrod dejó el final en el aire, imaginó que tras entender que él había captado el punto que pretendía explicar.
—Esta tarde tuviste una.
El gesto de Idgrod se lo confirmó.
—¿Puedo preguntar…?
Ella negó sin dejarlo terminar y Seth se limitó a encogerse de hombros, sin querer ahondar de más. No le convenía despertar sospechas innecesarias.
—Espero que no fuera nada —dijo, sincero—. Ya no te molesto más. Hasta otra, Idgrod —se despidió.
Ahora sí, puso rumbo a la tienda de alquimia con una sensación de triunfo en el pecho. Aunque su intento de conquistar a la hija de la jarl se había frustrado, la información obtenida era valiosa. Cada detalle, cada rumor y cada relación que había descubierto sobre aquel sitio eran nuevas piezas en el juego de poder y estrategia que le había sido encomendado. Y esta partida acababa de comenzar.
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Me enamore. Y todo gracias a un número equivocado.
Como verán en el título, me enamore. Va desde Diciembre, pero me declaré en Marzo y actualmente vamos a 7 meses. La verdad es que no me arrepiento de nada y la estoy pasandola tan bien que me alegro haber tenido la paciencia suficiente para que pase.
Aunque la verdad es que esperaba que nos conocieramos mejor y yo le declaraba el 31 de octubre del 2024. Pero tengo un defecto: No sé mentir. Muchas veces la gente se da cuenta cuando miento y leen facilmente mis intenciones con solo mirarme a los ojos. Realmente mis ojos son como una ventana: lo que ves, es lo que en verdad hay. Sin cortinas ni nada por el estilo.
Pero bueno, nos vamos conociendo cada vez más mejor (si, es hombre). Si sale todo bien, oficializamos ese 31 de octubre del 2024 (aunque él se esta arrepintiendo y quiere oficializar todo. Por mí no hay problema jajaja..).
¿Como nos conocimos? Tal vez no les interese, pero les contaré igual (Advertencia: MUCHO texto). Esto es taan original que de seguro esto no le paso ni siquiera a ningun bisabuelo... bueno, aquí va...
Todo comenzo a finales del 2020. Cuando al querido Alberto se le ocurrio la brillante idea de levantar de a poco el confinamiento. Yo aproveche para salir a pasear y ver tiendas de ropa (pegue el estiron y necesitaba remodelar el armario. Spoiler: hay crisis economico y no pude remodelar nada). En eso, voy a la queridísima "Bond Street" y me reencuentro con una amiga. Allá me abraza y nos emocionamos. De paso, me presenta a sus amigos. Uno de ellos (llamemosle "N"), me dice de agregarme a un grupo de Whatsapp. No lo acepte al principio porque no soy bueno socializando (y la última vez que acepte estar en un grupo, me metieron a un grupo de Orgia. No es broma. Por suerte, me fui antes de tiempo). Al final, me metio igual. Fui conociendo gente... todo bien.
Un día, conozco a una chica trans (llamemosle "Kuromi") y empezamos a charlar y a decir cualquier huevada. Pero el tema es que ella estaba pasada en Maria Juana. Y habia un neonazi en el grupo que tenia un "humor pesado". En un momento, Kuromi estaba de re viaje y al Neonazi no se le ocurrio mejor idea que pegarle porque supuestamente ella lo estaba seduciendo. Pobre, ella empezo a llorar y la tuvimos que contener porque era una bola de nervios absoluto. Amenace al grupo que si no hacian algo al respecto, iba a sacar mi gas pimienta y lo iba a hacerlo boleta.
Despues de todo lo ocurrido y ya en casa, me dispuse a buscar el número de Kuromi. Voy al grupo y me doy cuenta que casi todos escondian sus nombres. Así que tuve que adivinar (claro: debí preguntar. Pero la tímidez me jugo en contra) quien era. Buscaba una persona que estuviese loca (en el buen sentido de la palabra), divertida, flexible (hasta en el outfit), agradable y amable. Ví un "nombre" en particular y una foto de perfil que coincidia con una persona loca. No recuerdo si le hable en privado o fue en el grupo. La cosa es que cada tanto hablabamos.
¿Porque quise hablarle a Kuromi? Porque me preocupaba su bienestar. Yo sé que muchas veces las personas trans tiene días dificiles y tiene el autoestima bajo por sujetos como el neonazi. Y como buena persona, queria subirle los ánimos aunque no sea bueno en ese tema.
¿Pero era ella? NO ¡Todo ese tiempo estuve hablandole al número equivocado! ¿Como me dí cuenta? cuando mando por primera vez un audio al grupo de amigos. Yo, al principio, trate de justificarme que estaba sordo o habia un mal entendido. Tras investigar, si... me dí cuenta tarde que estuve hablando con este ser, en vez de Kuromi. Quise confesarle la verdad y terminar con nuestras charlas. Pero tuve miedo de que se lo contara a todos y me volviera el blanco de la burla del grupo. Así que tuve que fingir que nada paso y seguir con mi vida. Me decepcione un poco, pero me dí cuenta que me gane un amigo. Así que creí que, a pesar de todo, valio la pena.
Ya en Mayo del 2021 (si mal no recuerdo), el confinamiento estaba 100% levantado. Por lo que toco seguir con la vida. Así que mi amiga (llamemosle "A"), me dijo de celebrar su cumple. Obvio que le dije que si. Me prepare y todo eso. Ella me llama y me advierte que viene "T". Me quede en estado de confusion y le pregunte quien era. ella me responde "Twiggy, Boludo!" (Si, a mi pareja le digo "Twiggy". no hagan preguntas). Me puse nervioso, no esperaba conocerlo en persona algún día. No por maldad, es solo que me relaciono más fácil con las personas en el mundo virtual que en la vida real.
La cuestion es que nos conocemos. Al principio fue incomodo porque era una persona "Pegajosa". Al parecer, leyo mi pensamiento y me dio distancia ¡Me dejo ser! La pasamos tan lindo y bailamos juntos. Despúes, me acompaño a la parada del colectivo aunque le dije que no porque conocía el lugar. Fue tan amable conmigo.
Pero el tema es que mi tímidez no me dejaba volver a verlo. Pero si charlabamos cada vez más, incluso dentro del grupo.
pasaron tantas cosas. Nos encontrabamos poco, pero algo era algo. Y en diciembre del 2022 empece a sentir cosas bonitas por él. Como si una parte de mi alma me pidiera estar con él porque se sentia tan seguro, tan calidad, tan... todo. No lo acepte en un momento porque sentí que solo era un amigo casi virtual y nunca lograría nada con él. Pero mi cerebro no paraba de pensar cosas bonitas. Incluso fui a su cumpleaños y la pase tan genial (y era un cuadruple cumpleaños. 4 capricornianos de festejo jajaja...).
Y en Marzo ocurrio la magia. Digo "Magia" porque fue en nuestro boliche de metal donde pasaron la cancion "Dance Macabre" (GHOST). Ambos nos prometimos bailar ese tema algun dia ¡Y cumplimos! (Todo porque le conte que soñe eso). de pronto, sentí como mi corazon latia y el tiempo se volvio cada vez más lento. Yo llevaba un barbijo esqueletico (no por Covid, sino porque amaba el diseño del barbijo que era una calavera). Leímos nuestras intenciones. Me pregunto: "¿Puedo?". Yo le dije que "Si". Él me bajo el barbijo y nos besamos ¡Nuestro primer beso juntos! La música, el grito y el pogo seguia, pero nosotros besandonos.
Y esa noche (19 de marzo del 2023), le conte la verdad de lo que yo sentía por él. Le pedí que no se asustara, dado a que somos más conocidos en el mundo virtual que en otro lado. Le asegure que no me enojaría si me rechazaba. Yo no le iba a prohibir nada (Ni que fuera su madre/padre). Le explique que teniamos hasta el 31 de octubre del 2024 para conocernos ¡Todo el tiempo del mundo! y si todo salia bien, oficializabamos en esa fecha o fingiamos demencia y dejabamos todo atrás. Él acepto ¡Y me gane 3 veces sus dulces besos! (Nada que ver, pero en medio de la charla nuestros amigos salieron porque toco volver a casa. el patovica me advirtio que si salia, despues no podia entrar. fui a por mi mochila y le rete a mis amigos por olvidarme. Twiggy los tuvo que defender jajaja...).
Y acá estamos. Bien locos, bien enamorados. Tenemos dias buenos y malos. Nos contenemos del uno al otro. estamos bien y peleamos por estar bien. No importa a quien le recemos, solo queremos lo mejor para nosotros.
Así que no me arrepiento de nada. Bendita sea mi tímidez por no preguntar nada y hablar todo el tiempo con el número equivocado.
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