#este dolor no es mío
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somos-amor-luz · 2 years ago
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Los traumas tienen una característica bien documentada y que nos resulta familiar a muchos: nos impiden articular lo que nos pasa. No solo nos quedamos sin palabras, sino que, además, nos alteran la memoria. En el transcurso de un incidente traumático, nuestros procesos de pensamiento se pueden dispersar y desorganizar tanto que al final dejamos de reconocer que los recuerdos pertenecen al hecho inicial.
– Mark Wolynn, «Este dolor no es mío. Identifica y resuelve los traumas familiares»
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tantoquedecir · 2 years ago
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"Cuándo intentamos resistirnos a algún sentimiento doloroso, lo que solemos conseguir es prolongar ese mismo dolor que queremos evitar. Esta actitud desemboca en la continuación del sufrimiento."
Este dolor no es mío - Mark Wolynn
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pluma-de-colores · 8 months ago
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My Dear God...
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Querido dios, a quien le debo mi vida, a quien le debo mi muerte... Soy un simple mortal, con una simple coincidencia, ser el ultimo de su especie
...
¿Fui concebido para fallecer ante tu mano? o ¿Victima de tan cruel destino que es cargar la cabezas de tantos como yo?
...
Manteniendo mi cabeza en su lugar, me diste un proposito mas puro que el sacrificio... me diste vida y valor pintado de mi sangre y tu icor, mi Dios, ¿quien podria rechazar tal ofrenda? ¿que Dios otorga un regalo como este?
...
Me asusta... Me asusta el hecho de tener tu propia fe en mis manos, el proposito, la vida y la corona que me otorgaste...
Pero con los años, el susurro del pecado se vuelve mas una extension de mi ser, el miedo se siente tan ajeno, un ardor momentáneo en mi nuca...
Sintiendo esto más mío que tuyo
Pero ¿Como puedo ser un gran dios?, ¿como puedo llegar a igualar su destello mi señor?, ¿como se hace un dios?, ¿Estoy cometiendo sacrilegio?
...
Tu toque es divino, tu elocuencia llega a mis oidos con cada muerte
El dolor de verte de nuevo se siente tan mortal...
Anclando la diferencia entre tu y yo...
...
¿Como se mata al dios de la muerte?...
¿Le entregas tu vida?...
¿Le ofreces una vida?...
... ¿O le traes a la vida?...
...
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las-microfisuras · 1 month ago
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Tumbada boca abajo en una roca lisa y tibia, tengo un brazo colgando para acariciar los bordes pulidos de la piedra calentada por el sol y sentir sus curvas suaves. Despide un calor, una calidez tan intensa y agradable que me parece como si fuera un cuerpo humano. Es un calor muy intenso, que atraviesa la tela del bañador y se propaga por todo mi cuerpo mientras siento el dolor de los pechos contra la piedra dura y lisa. Un viento salino y húmedo sopla desordenándome el pelo, y en su espesor centellean los destellos azules del mar. El sol penetra en cada uno de mis poros y sacia todas mis fibras famélicas con una inmensa paz dorada. Tendida sobre la roca, con el cuerpo tenso al principio, luego relajado, he sentido que el sol me violaba dulcemente sobre aquel altar y que me llenaba del calor del dios impersonal y colosal de la naturaleza. Cálido y perverso era el cuerpo de mi amor debajo del mío, y el tacto de su carne esculpida era incomparable: ni blando, ni mullido, ni sudoroso, sino seco, duro, suave, limpio y puro. Y yo estaba encima, blanca como el marfil, porque había sido bañada por el mar, lavada, bautizada, purificada, y el sol me había secado dejándome limpia y tersa. Como las algas quebradizas, crispadas e impregnadas de un intenso olor, como las piedras erosionadas, pulidas, redondeadas, limpias, como la brisa acre y salina, así era el cuerpo de mi amado. Bastó este sacrificio orgiástico en el altar de la roca y el sol para que yo resurgiera resplandeciente, limpia, de los siglos de amor, saciada del fuego devorador de su deseo despreocupado y eterno.
Diarios Completos, Sylvia Plath.   Alba Editorial, edición por Karen V. Kukil y traducida al español por Elisenda Julibert González1.
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torbellino1 · 2 months ago
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𓁼 𝕆𝕛𝕖𝕣𝕒𝕤 𓁼
3:22 mirándome al espejo, ojeras y mis ojos perdidos veo, es el reflejo de lo que siento cuando los latidos de tu corazón del mío alejo, encerrado entre 4 muros cada vez más pequeños, llenos de los bosquejos del color de tus ojos, el calor de cuerpo y lo dulce de tus besos que aún recuerdo, arrastrado por un espiral complejo, la luz del día cada vez más lejos, un muerto viviente es a lo que más me asemejo, el tiempo pasa y en mi mundo onírico el café con verde de tus ojos encuentro, duermo para verte y abrazarte, vida y muerte, cuando despierto es lo que más detesto, no me equivoqué de amor, solo de vida, ruego por que la muerte venga y me lleve contigo a nuestra próxima vida
Te miro cada que veo el cielo, entre las nubes y mis noches de desvelo, mi mente intenta olvidarte, mi cuerpo intenta buscarte y mi corazón muere batallando entre decidir si odiarte o amarte
Planeo escapar a Marte, lejos de la idea de morir y amarte, tu recuerdo por mi mente sigue dañándome, tu retrato en mis manos lleno de lágrimas atormentándome, te escribo de día a noche deseando que lo leas, sabiendo que ya no estás, tampoco volverás, el bloc de notas me dice que ya no cabe ni un poema más, pero, no dejo de escribir mis ideas, solo para dejar rastro del amor puro que con tu partida te llevas, ¿Cómo borrar las huellas del ayer?, si el fantasma de nuestro amor vuelve aparecer dentro de las botellas que bebo para este dolor desaparecer, me oculto siempre del amanecer para aullarle a la luna cada anochecer
Te miro cada que veo el cielo, entre las nubes y mis noches de desvelo, mi mente intenta olvidarte, mi cuerpo intenta buscarte y mi corazón muere batallando entre decidir si odiarte o amarte
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caostalgia · 1 year ago
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Limbo
Veo a mi madre llorando, a mi padre decepcionado y a mi hermano apagado, veo a mi familia por primera vez junta, abrazándose y dando consuelo.
Por primera vez escucho decir a mis padres que están orgullosos de lo que alguna vez fui, a mi hermano decir que me amaba y que porque lo había dejado solo en este mundo tan cruel y a mi familia preocupada por mi.
Mi cuarto se siente mío pero yo ya no pertenezco aquí; este lugar fue testigo de todo aquel sufrimiento que alguna vez viví, de mis luchas silenciosas, y de aquellas cicatrices, algunas visibles algunas ocultas y otras que van en el alma.
A lo lejos veo llorar a mi abuela, mi segunda madre, mi bello angel, mi mundo entero, esta destrozada, perdóname pero no tenía otra opción, estaba sufriendo mucho aquí, prometo visitarte con mariposas blancas y sueños hermosos.
Me encuentro entre el cielo y el mismo infierno, atada a quedarme en medio a lo que parece ser para siempre.
Es Cielo, porque ya no sufro, tengo paz y estoy tranquila, lejos de todo y de todos, en silencio sin peleas ni regaños de fondo, sin dolor, sin culpa, sin sufrimiento.
Un Infierno, porque se que destroce a los que me amaban, triste porque estoy condenada a ver como sufren por mi muerte, abandonada porque ya no tengo a lo que más amaba.
Entre aquellos dos paraísos se encuentra el limbo, aquel que me decían que era malo, pero en el cual yo encontré paz y ahora es mi nuevo hogar.
-Hannis.
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leiderprincipe · 6 months ago
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This story is inspired by this image from Twitter or X, you can find the second part on my Wattpad profile, I will leave it here.
En la tranquilidad de su modesta morada en Tatooine, Obi-Wan Kenobi se encontraba compartiendo un momento de paz con el pequeño Luke Skywalker. La luz del sol de los dos soles gemelos se filtraba por las pequeñas ventanas, iluminando el hogar con un cálido resplandor.
Luke, de apenas cinco años, reía alegremente mientras jugaba con burbujas de jabón que Obi-Wan había conjurado para él. Obi-Wan, vestido con su túnica beige, sonreía paternalmente, disfrutando de la inocencia y alegría del niño. El simple acto de crear burbujas se había convertido en un ritual diario que ambos esperaban con ansias. Obi-Wan sentía un profundo cariño por Luke, recordándole tanto a su padre, Anakin Skywalker.
La risa de Luke se detuvo abruptamente cuando un presentimiento oscuro cruzó el rostro de Obi-Wan. Se levantó, dejando la jarra de cerámica en la mesa, y recogió a Luke en sus brazos. El rostro de Obi-Wan estaba tenso, sus sentidos Jedi alertados por una presencia que no había sentido en años. Luke, notando la tensión de su cuidador, se abrazó a su cuello con fuerza.
—Obi-Wan, ¿qué sucede? —preguntó Luke con un tono de inocente preocupación.
Obi-Wan no respondió de inmediato, pero su mirada se dirigió hacia la entrada de la vivienda.
—No te preocupes, pequeño Luke. Todo estará bien —dijo Obi-Wan, intentando calmar al niño, aunque su propia inquietud era palpable.
Justo en ese momento, la puerta se abrió lentamente. La figura oscura y amenazante de Darth Vader llenó el umbral, su respiración mecánica resonando en el silencio. Obi-Wan retrocedió un paso, sosteniendo a Luke con fuerza.
—Kenobi —la voz profunda y distorsionada de Vader rompió el silencio—. Sabía que te encontraría aquí.
Obi-Wan sintió una punzada de tristeza y culpa al ver lo que su antiguo aprendiz, Anakin, se había convertido. Sin embargo, no permitió que esos sentimientos lo distrajeran.
—Anakin —dijo Obi-Wan, utilizando deliberadamente su nombre original—, no permitiré que te lleves a este niño.
Vader dio un paso adelante, sus ojos detrás del casco fijos en Luke.
—El niño es mío por derecho. Es el hijo de Skywalker.
Luke, asustado, se aferró aún más a Obi-Wan.
—No dejaré que lo corrompas como te corrompieron a ti —respondió Obi-Wan, su voz firme.
Obi-Wan sabía que no podía enfrentarse a Vader con Luke en sus brazos. Necesitaba proteger al niño a toda costa. Con una mezcla de determinación y dolor, buscó una salida para Luke mientras se preparaba para enfrentar a su antiguo aprendiz una vez más.
Obi-Wan sabía que no podía enfrentarse a Vader con Luke en sus brazos. Necesitaba proteger al niño a toda costa. Con una mezcla de determinación y dolor, buscó una salida para Luke mientras se preparaba para enfrentar a su antiguo aprendiz una vez más.
—Luke —dijo en un susurro urgente, manteniendo sus ojos en Vader—. Corre a la parte de atrás y escóndete. No salgas hasta que yo te llame, ¿entendido?
Luke, con los ojos llenos de miedo pero confiando en su protector, asintió y corrió hacia la parte trasera de la casa, desapareciendo de la vista.
—Anakin, no hay necesidad de esto —dijo Obi-Wan, enderezándose y encarando a Vader—. Todavía hay esperanza para ti.
—Ese nombre ya no significa nada para mí —replicó Vader con frialdad—. Entrega al niño, Kenobi, y tu sufrimiento terminará.
—Nunca —respondió Obi-Wan, encendiendo su sable de luz con un característico zumbido azul.
Vader, sin perder tiempo, activó su sable rojo, iluminando la habitación con un brillo siniestro. Con un rugido de ira, avanzó hacia Obi-Wan, quien bloqueó el primer ataque con una fuerza que solo años de entrenamiento y experiencia podían proporcionar.
El choque de los sables resonaba por la humilde morada mientras Obi-Wan y Vader se enfrascaban en un feroz duelo. Obi-Wan, aunque mayor y más cansado que en sus días de juventud, todavía era un formidable oponente, utilizando la agilidad y precisión que lo habían caracterizado siempre. Vader, por otro lado, era una fuerza imparable de odio y poder, su estilo agresivo reflejando su rabia interna.
Cada golpe, cada bloqueo, era una danza de recuerdos y arrepentimientos. Obi-Wan intentaba razonar con Vader entre ataques.
—Anakin, puedes volver. Puedes ser redimido.
—¡No soy Anakin! —gritó Vader, arremetiendo con un golpe brutal que casi derriba a Obi-Wan.
La batalla se intensificó, y Obi-Wan sintió la creciente dificultad de mantener a raya a su poderoso adversario. Sabía que tenía que ganar tiempo para que Luke estuviera seguro, pero también era consciente de que la situación se volvía cada vez más desesperada.
En medio del combate, un sonido metálico llamó la atención de ambos. De la penumbra surgió una pequeña figura: Luke, con una expresión decidida, sostenía un viejo blaster que había encontrado en la casa. Apuntó hacia Vader con manos temblorosas pero firmes.
—Déjalo en paz —dijo Luke con valentía, aunque su voz temblaba.
Vader se volvió hacia el niño, y en ese momento de distracción, Obi-Wan aprovechó la oportunidad para desviar el sable de luz de su enemigo, apartándolo de Luke.
—¡Corre, Luke! ¡Corre ahora! —gritó Obi-Wan.
Luke, comprendiendo la gravedad de la situación, salió corriendo hacia el desierto, perdiéndose en la luz del atardecer de Tatooine.
Obi-Wan, exhausto pero determinado, miró a Vader con una mezcla de tristeza y resolución.
—Esta batalla no terminará hoy, Anakin.
Vader, enfurecido por la pérdida de su presa, lanzó un último ataque. Obi-Wan, utilizando la Fuerza, logró escapar en el último momento, dejando a un Vader furioso y derrotado en la entrada de la casa.
Obi-Wan sabía que tenía que encontrar a Luke y asegurarse de que estuviera a salvo. Con una última mirada hacia su antiguo aprendiz, desapareció en la vasta extensión del desierto, dispuesto a proteger a Luke cueste lo que cueste.
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historiasbodyswaps · 10 months ago
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UN NUEVO COMIENZO (Historia male possession)
Yo era un hombre retirado, tenía años que no sentía ninguna motivación pero recientemente limpiándolo el sótano de la casa de mis padres encontré un extraño baúl en el cual habían muchos libros de ocultismo y brujería, me interesó bastante uno donde explicaba un embrujo que permitía poseer un cuerpo permanente, empecé a leer más sobre el tema ya que estaba aburrido de esta vida monótona y solitaria
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Me miré al espejo y me odiaba realmente quería un cambio de vida, así que empecé a leer cada vez más los libros que había encontrado en casa de mis padres, cuando eran aproximadamente las 9 de la noche decidí tomar un descanso y encender el televisor para ver las noticias y ver que ocurría en la ciudad, ahí fue cuando lo vi, dios no puedo describir lo que realmente sentí en ese momento.
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Eran el presentador de noticias locales Mario, era realmente guapo así que puse mis ojos en el, decidí en ese momento que él era el tipo de persona que quería ser, por lo que esa misma noche puse mi plan en marcha no podía perder más tiempo, era ahora o nunca.
Después de tanto leer enconte un buen conjuro el cual decía que si quería transportar mi alma a otro cuerpo recipiente primero tendría que tomar un líquido que claramente preparé, cuando termine de tomarlo sentí como si algo se desprenderá de mi, no le tome importancia y me decepcionó esto no funcionó, o eso creía, me dirigí a mi habitación solitaria y fría, rendido me acosté listo para despertar al día siguiente y afrontar otro miserable día en mi cuerpo.
Aproximadamente a las 5 de la madrugada desperté y me empecé a estremecer esto era doloroso pero a la vez excitante no podía describir lo que sentía todo mi cuerpo se desprendía de mi, hasta que todo paro por qué de un momento a otro estaba afuera de mi, viendo mi cuerpo solitario en la cama sin nadie dentro, cuando cerré los ojos y creía que era un sueño volví a la realidad y de pronto estaba en un camerino, de una televisora, cuando abrieron la puerta, lo vi era el, Mario estaba solo y no me podía ver, aquí fue la oportunidad
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Cuando se sentó en una silla de ahí a ver los mensajes de su teléfono decidí aprovechar y me convertí en una especie de alma y me introduci por su boca, él empezó a gemir del dolor que sentía al yo entrar en su cuerpo, esto era insoportable para el, gemía demasiado en ese ajustado traje gris , cuando por fin todo terminó, abrí los ojos y Dios todo había funcionado era Mario, por fin era el no lo podía creer.
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Me quite el traje no soportaba esa presión, encendí su teléfono para verme y aquí está el, ese reflejo era mío, su cuerpo se estremeció y de pronto sentí un bulto en la entrepierna, el estaba realmente dotado y sabía que no lo iba a desaprovechar esto era increíble, pero tuve que controlarme ya que ahora era el y tenía que presentar el noticiero por lo que me puse mi traje y salí a el foro de noticias, esto fue una experiencia muy excitante.
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Ahí estaba yo sentado listo para presentar el noticiero y para ser mi primera vez haciendo esto no lo hice nada mal, parece que mi suerte esta cambiando, no me arrepiento en haber hecho esto.
Cuando mi trabajo terminó me dirigí al departamento de Mario, esta noche me esperaba algo maravilloso.
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Me cambié de ropa a algo más casual, su departamento era cálido y muy lujoso, nada comparado a la horrible vivienda en la que vivía, yo siempre fui gay pero no lo admití asi que Mario serás una estrella en el bar gay al que iremos en Ciudad de México, no puedo esperar las nuevas experiencias que vivirás. Este cuerpo es precioso no paro de mirar mi entrepierna y ese maravilloso bulto que ahora es mío.
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Aquí estoy viviendo mi vida al máximo como Mario, el poseer su cuerpo fue la mejor decisión que tome en mi vida,cada día en el es mejor que el pasado
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No paro de masturbarme por las noches cuando salgo de trabajar con ese traje y esos calcetines de seda que me pongo, jamás creía que esto se hubiera hecho realidad así que ahora creo más que nunca en que los milagros si existen, si no quien más que ese libro me hubiera dado la clave de la felicidad.
Eso fue todo se me hace tarde y tengo un encuentro gay por la aplicación de grindr.......
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stjaen24 · 5 months ago
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- De saberlo habría detenido el tiempo.
- ¿De saber qué?
- Que aquello iba a terminar. Justo cuando empezábamos a despegar, justo cuando la conexión, ese vínculo parecía tan fuerte.
- A veces las cosas no son como parecen.
- Lo sé, ahora lo sé. Sé que por más que me haya "esforzado" por no arruinarlo, de alguna forma se arruinó.
- No arruinaste nada, no es tu culpa.
- También lo sé, pero ¿Sabes? Duele, duele tanto que algo que parecía tan cercano, tan próximo (Ella) se haya esfumado así, sin más.
- Pero fue bueno mientras duró, no? Deberías apreciarlo más.
- Ahora solo quiero dormir, para evitar pensar en ella, para evitar todo este dolor que no es mío, no lo reconozco, no me pertenece.
- Está bien.
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antologiadecajon · 7 months ago
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La tristeza.
Encontré esta mañana triste sin saber por qué. La sentí gris, vacía e irremediablemente amarga. No encontré una explicación válida mas que la de tu ausencia, tu displicencia, tu infinita indiferencia.
Entonces tuve una idea y nos pensé en otra dimensión. En una realidad paralela en la que somos felices, en la que somos plenos, completos y llenos; tú de mí y yo de ti.
A veces te sueño. Sueño que estás a mi lado, sueño que te tengo y que eres feliz sabiéndote mío. Sueño que tú eres lo que yo busco y que yo soy a quien tu necesitas. Sueño a plena luz del día, y las veces que te he soñado son semejantes a las estrellas de todos tus cielos, las veces que ella te ha erizado la piel o a todos los suspiros de tus amores ya pasados.
¿Sabes? Me irrita despertar en esta realidad, tan cruda y tosca. Y de pronto siento en el fondo del estómago lo terrible que es este mundo, lo cruel que puede llegar a ser y el sin sentido con el que nos dejamos llevar en esta vida.
El dolor me gana y no encuentro las palabras, el cansancio me abruma y no encuentro un refugio, la desilusión me inunda y siento desfallecer. Voy sintiendo como poco a poco voy cediendo a la desdicha. No veo la luz al final del túnel, ya no está. Tal vez nunca existió. Entonces me pregunto, ¿A dónde iré? ¿Quién estará a la espera cuando llegue el final? No lo sé. No tengo una respuesta, tampoco veo la salida. Y siento que estoy a punto de perder la batalla cuando de repente, sin sospecha ni miramiento de ningún tipo vienes a mí en forma de viento, de luna, de luciérnaga, y vuelvo verte. Cierro los ojos, colmados de lágrimas, y veo los tuyos. Si, ¡Eres tú! Veo tu figura, estoica, erguida frente a mi. Y entonces me doy cuanta cuanto me complace tenerte en mis recuerdos, haberte conocido, incluso haberte sufrido. Y cual flor moribunda, oprimida por la crudeza del invierno, se ve sorprendida por el rescate inesperado de una primavera que parece eterna. Y aún adolorida,
Vuelvo a vivir.
Fatalmente herida,
Vuelvo a sentir.
Brutalmente confundida,
Vuelvo a soñar.
Irremediablemente entumecida,
Vuelvo a despertar.
Probablemente no exista nadie al final de esta carrera, lo sé.
Posiblemente no vuelva a ser la misma después de tantas guerras, lo sospecho.
Seguramente no vuelva a sonreír igual, pero todo habrá valido la pena con la sola idea de ti. Haber sonreído en el momento justo, haber sorprendido tus ojos hurgando sobre mi. Haber sentido la emoción de volver a encontrarte, haberte esperado. Haberte encontrado.
Y estás ahí, en mis recuerdos.
Y estás allí, en mi mente.
Estás aquí, en mi corazón.
Y eso, habrá valido todo.
habrá sido todo.
Y eso, es vivir.
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sinnremitente · 9 months ago
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El dolor por tu ausencia,
El dolor de no verte,
El dolor en el pecho que se reproduce solo al pensarte, al recordarte.
El dolor que se multiplica y con pequeños sismos invade todo mi cuerpo.
El cataclismo que se crea en mi interior al buscar tu olor en cualquier cama.
Tu cama que se me antoja inmensa, como el mismo Sahara, y aún más intensa.
Intensa como este puto sentimiento, y el resentimiento que viene acompañado de la necesidad de escucharte, de verte sonreír, de escuchar tu risa, que sentí tan mía.
Tan míos tus ojos, esos ojos que me volvieron completamente loco.
Ojos que me mintieron tanto, pero que me dieron por un instante; paz, tranquilidad, felicidad.
Felicidad que no se ve cercana en estás noches tan frías, donde tu recuerdo me cala los huesos y se mete por cualquier espacio donde se filtre un poco de esperanza.
Esperanza que se terminó el día que decidiste dejarme.
El día que olvidaste que estarías "siempre".
O es que ya el alcohol en tu cuerpo no es suficiente para reclamarme tuyo,
para que exista un
“nosotros”.
-Edd
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entre-el-cielo-y-la-tierra · 8 months ago
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Una cita junto al mar.
Me preguntaba si iba a venir. ¡Qué ilusa era! De seguro ni se acuerda de mí y mucho menos de esta cita en el mar que habíamos concertado hacía ya cinco años. Y, sin embargo, había una parte de mí que quería creer que todavía me recordaba, que no había olvidado todo lo que habíamos vivido y sido el uno para el otro.
Era aquí, precisamente, donde nos habíamos conocido hace siete años. Yo era una arquitecta recién divorciada, después de un largo pero muy infeliz matrimonio, y él era un joven estudiante de pos-grado. Ambos fuimos llevados al mar por diferentes cuestiones. Yo al buscar paz y consuelo, y el que sólo encontraba al mirar las olas mientras sentía la brisa acariciarme el rostro y peinar mis cabellos, y él al encontrar un espacio para reflexionar y pensar sobre su futuro. Recuerdo la primera vez que lo vi. Estaba descalzo sobre la arena, las olas llenando sus pies de espuma para luego retroceder y dejar un espacio entre la arena mojada y ellos. Yo miraba hacia el horizonte, a ese ocaso precioso que se dibujaba. Los ocasos en el mar me eran de un sabor diferente, le daban a mi alma un sentido más precioso por ser tan apacible y maravillosos a la mirada. Llevaba puesto un vestido amarillo de algodón con tirantes que dejaban al descubierto a mis brazos, un sombrero de playa ancho y blanco. Tenía los brazos cruzados y me abrazaba a mí misma, mientras lloraba en cuclillas viendo el horizonte. Hoy se había finalizado mi divorcio después de dos años de litigio arreglando la división de bienes y la custodia de nuestras hijas. Había luchado tanto por ese matrimonio que se había despedazado. A los treinta y cinco años me sentía hueca, como si hubieran arrancado de tajo todas mis ilusiones. Cinco años es todo lo que había tomado, sólo eso. Los últimos tres ya habían sido necedad de mi parte por tratar de salvar lo insalvable. Luis ya no disimulaba su flagrante infidelidad y su excesivo derroche de dinero que yo misma ganaba. No sabía cómo había podido escoger tan mal, sólo podía achacarlo a la locura del primer amor y a todas esas fantasías románticas que, leer tantos libros de romance, me habían metido en la cabeza. Diez años después yo era una mujer cambiada, más realista y menos idealista, con heridas en el alma que todavía sangraban. Me sentía aliviada, pero a la vez destrozada. Había venido aquí porque no quería llorar frente a mis hijas, pero necesitaba desahogarme. El mar siempre me traía consuelo y sosiego. Podía pasarme horas perdida, contemplándolo, aunque sólo alcanzaba a verlo borroso, siendo difuminado por mis lágrimas. La brisa soplaba fuerte. No podía evitar pensar que, ojalá así como se llevaba mis lágrimas, se llevará también todo lo que guardaba en el corazón: mis sueños hechos pedazos, el dolor del desamor de Luis y la desilusión por mi hogar roto.
En una ráfaga de viento, mi sombrero de paja salió volando. No me moví, no me importaba en lo más mínimo. Seguí sollozando cuando, de repente, sentí que una sombra me tapaba el sol. Volteé y lo primero que divisé fueron unos pies descalzos. Eran pies delgados, largos, algo huesudos, unos pies masculinos, pero bien cuidados, los cuales yacían parcialmente enterrados en la arena. Entonces, una profunda e igualmente masculina voz, llena de una gentileza inconfundible, me preguntó...
“Disculpe, ¿esto es suyo?”
Fue entonces que mis ojos recorrieron el camino desde los pies hasta la fuente de esa voz tan llena de ternura que había penetrado mi desdicha. Tenía los ojos más azules que jamás había visto. Eso fue lo primero que pensé. Era un hombre joven, bronceado, de cabello castaño y ondulado que no podría tener más de veinticinco años. Me despejé la garganta y, apresuradamente, me limpié las lágrimas del rostro para incorporarme. Era un hombre muy alto, yo no le llegaba ni al hombro.
“Si, es mío. Gracias”.
Acepté el sombrero de la mano del hombre y agaché el rostro. Había algo en este hombre me hacía sentir vulnerable.
“Disculpe mi atrevimiento, pero la he observado desde hace rato, mas no quise inmiscuirme. Creo que su sombrero fue la señal que necesitaba para acercarme. No la conozco ni sé por qué llora tan desconsoladamente, pero si algo he aprendido en esta vida es que, a veces, tener con quien hablar, hace un poco más llevaderas las penas. Quiero ofrecerle eso. Un par de oídos que la escuchen atentamente y que no la juzgarán. Permítame invitarle un café. Me llamó Rodrigo”.
Había algo en su semblante, una gran gentileza, una suavidad en su mirada, un sincero deseo de ayudar que terminó por convencerme. Esa tarde me llevó a un café a la orilla de la playa. Allí conversamos por horas. Yo le conté mi historia. De cómo había conocido a Luis mientras estudiaba en la universidad y todo lo que había sucedido desde entonces. Él me escuchó con cuidado sin interrumpir. Cuando ya había purgado todo lo que me volvía pesado el corazón, él empezó a contarme de su vida.
Creo que quería tranquilizarme y ponerme más cómoda al ponernos en igual condición de vulnerabilidad. Me contó que él recién había llegado a la ciudad a estudiar una maestría en Finanzas, también que extrañaba a su madre y a su hermana, pero que, por el deseo de superarse para poder sacarlas adelante, había decidido seguir con su educación, aunque lejos de casa. Me confesó que por eso había venido al mar. Estaba reconsiderando su decisión de seguir estudiando tan lejos de casa. Su madre era viuda y él, su único hijo varón, se sentía sumamente responsable por ella y por su hermana menor, pero entendía también que el programa de maestría le abriría puertas y podría proveer para ellas un mejor futuro. Había trabajado mucho para ganarse la beca que le permitiría seguir con sus estudios, pero a veces desfallecía en su determinación. Estaba solo y no tenía amigos, además de extrañar mucho su hogar. Así pasamos toda esa tarde, la cual se volvió noche, platicando. Ambos nos sentíamos muy bien. Al despedirnos, intercambiamos números de teléfono y prometimos seguir en contacto.
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Al día siguiente recibí un mensaje de texto de Rodrigo.
"¿Cómo sigues? ¿Te sientes mejor?"
Así empezamos a platicar, regularmente, vía texto. Nos fuimos conociendo cada día más. A veces hablábamos por teléfono, cuando necesitábamos escuchar una voz amiga. Pasaron varias semanas así, hasta que Rodrigo me invitó a tomarme un café. Ese día caminamos por la playa, platicamos y nos tomamos un café en la cafetería a la orilla de la playa, aquella en donde nos habíamos conocido. Había pasado por Rodrigo a su universidad y, ya entrada la noche, lo fui a dejar a su modesto apartamento cerca del campus. Al estacionarme enfrente de su edificio, procedí a despedirme de él con un beso en la mejilla, así como se despiden los buenos amigos; lo consideraba precisamente eso. Pero, al momento de acercarme a su mejilla, él volteó su rostro y capturó mis labios con los suyos. La sorpresa me hizo abrir la boca, a lo cual aprovechó para poner su mano sobre mi cuello y profundizar el beso. Dios, había pasado tanto tiempo desde que un hombre me había besado así. El deseo floreció en mi vientre, recordándome que, a pesar de todo lo que me decía, constantemente, era una mujer de carne y hueso. Me besaba con un hambre que me hizo gemir en su boca. Me hacía sentirme deseada, sexy y tan mujer. Sí, no la madre ni la galardonada profesional, sino simplemente mujer, tan mujer. Me bebió el aliento e hizo de mi boca una extensión de la suya. Cuando tuvimos que respirar, soltó mis labios y, sosteniéndome el rostro con ambas manos, me miró directamente a los ojos.
“Laura, quédate, por favor”.
Ese fin de semana, mis hijas estaban en la casa de su padre, así que nadie me esperaba en casa y Rodrigo lo sabía. Lo vi a los ojos. Podía ver la sinceridad en ellos, la misma que relucía en los míos. Esa noche me dejé llevar y la pasamos juntos. Por un instante se nos olvidó todo: el mundo, nuestras familias, nuestras responsabilidades y planes, las diferencias de edad y posición. Éramos sólo Rodrigo y Laura, un hombre y una mujer.
Así comenzó nuestro idilio. Aún ahora, después de tantos años, me hacía suspirar. Fueron tantas memorias y vivencias las que pasamos juntos. Él me devolvió la fe, el gozo de vivir, la confianza en mí misma y la seguridad de que aún había hombres buenos. Nos ayudábamos mutuamente, nos escuchábamos y ofrecíamos apoyo en lo que podíamos. Éramos amigos, confidentes y amantes. Yo me volví su hogar lejos de casa y él mi refugio anhelado. Nos amábamos mucho y a pesar de todo. Aunque Rodrigo era menor que yo, él era muy maduro y respetuoso, además de ser el más apasionado de los amantes, también era el más tierno y cariñoso de los hombres. Vivimos dos años maravillosos, llenos de felicidad, pero llegó el día que habíamos previsto desde el comienzo de nuestra relación. Rodrigo terminó su maestría y era hora de regresar a casa. Quizás por eso nunca quisimos hacernos promesas. Vivíamos día a día. Ese último día lo pasamos juntos y amanecimos en la playa, viendo el amanecer y prometimos volvernos a encontrar, pasara lo que pasara.
Era así que aquí estaba, parada en esa playa, esperando por él, cumpliendo mi promesa, aunque ya había esperado más de una hora. Seguramente, Rodrigo ya me había olvidado; eso pensaba. Miré el mar, una última vez, y me presté a regresar a mi auto. Fue entonces que lo vi. No había cambiado nada y, al mismo tiempo, había cambiado mucho. Mi corazón se volvió loco en mi pecho. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, pero no podía despegarle la vista. Se aproximó hasta estar frente a mí. Veía las lágrimas también en sus ojos. Tomó mis manos en las suyas y, por un momento, fuimos otra vez sólo Laura y Rodrigo, nada más. Me abrazó y estuvimos así por largos minutos, después me llevó a ese café en la playa que era tan nuestro.
Me contó que había regresado a su ciudad y que su hermana y madre habían estado tan contentas de volverlo a ver. Había conseguido un buen trabajo en una compañía transnacional, lo cual le permitió comprarse una casa. Su madre vivía con él, aunque su hermana no, ya que se había casado con un muy buen hombre que la hacía feliz. El también se había casado con una compañera del trabajo y estaban esperando su primer hijo en unos meses. Lo oí platicar sobre su vida. Se le notaba la felicidad y eso me llenó de alegría. Yo le conté de cómo mis hijas habían crecido y estaban en la secundaria ya. Le conté de mi éxito en el trabajo y del proyecto que actualmente ocupaba mi tiempo. Le conté de Armando, un doctor divorciado con quien estaba saliendo desde hace un tiempo, cómo era tan especial conmigo al cuidarme y al hacerme reír. Le conté, también, cómo Armando me había propuesto matrimonio, pero yo insistía en esperar hasta que mis hijas se graduaran de la secundaria. Así estuvimos varias horas platicando. Alegrándonos de las alegrías y simpatizando con las penas y dificultades que el otro había experimentado durante estos cinco años.
Llegó la noche y la hora de despedirnos.
“Te ves más hermosa que nunca. Cuídate mucho, Laura. Recuerda tu valor y sigue persiguiendo tus sueños. Eres una mujer asombrosa. Siempre daré gracias por el tiempo que te tuve en mi vida. Fuiste la forma que el Universo utilizó para hacerme crecer, para cobrar aliento. Aprendí tantas cosas valiosas a tu lado, todo ese amor que me brindaste, tan desinteresadamente, me dio la fuerza que necesitaba para seguir y el valor para afrontar lo que vendría después. Te llevo siempre en el corazón con gratitud y mucho cariño. Te deseo lo mejor”.
“ Yo también te agradezco, Rodrigo, por todo lo que me brindaste; un hombro donde llorar, unos brazos siempre listos para abrazarme, un compañero y un amigo que me dio su compañía y escucha en el que fue el tramo más difícil de mi vida. Me alegra sobremanera que hayas logrado lo que te propusiste y que, tú y tu familia, sean tan felices. Siempre te recuerdo, doy gracias por ti y pido por tu bienestar. Mi cariño y respeto los tienes siempre. Yo también te deseo lo mejor”.
Así nos despedimos y volvimos a renovar nuestra cita en el mar. Nos volveríamos a encontrar, después de cinco años más, y veríamos dónde la vida nos tendría, pero mi corazón agradecía que, lo que ya habíamos vivido, nada ni nadie podría arrancárnoslo del alma.
E.V.E
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softaikiria · 8 months ago
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Esta es una carta a Dios Padre.
Como esperas que me mantenga tranquila en una Semana Santa, te he sido devota por largos años y en tus manos he dejado mi fe ciega, acurruco mi corazón y penas en tus brazos invisibles que me arrullan cálidamente sin que nadie lo vea. Padre, como esperas que no quiera mantenerme ilusa de estos días dónde yaciste sobre una cruz cuando hace ya largos años una pequeña yo agonizaba de dolor en aquello que obligadamente llamaba hogar.
He persuadido este día todo el día, pero la noche llega y con ella las voces de la agonía. Es recordar mi cuerpo de niña moribundo tumbado en el suelo con el alma herida pidiendo socorro cuando afuera la calle se inundaba bajo una fuerte tormenta y los truenos silenciaban mis lamentos. No puedo llamarlo hogar, no puedo mirar a los ojos a esta persona que con su fuerza mundana rompe mi piel a golpes y destroza lo que para mí yo adulta será la fe en el hombre. Dios, tu muerte no ha sido en vano y por nosotros has luchado y podrá sonar hasta pecaminoso este comparo, pero he de verme atrevida ahora mismo: mientras vos, hace unos años, morías para aparecer al tercer día una niña frágil era sacudida con violencia para destrozar su cuerpo contra el suelo y ya nunca más volver a creer. He pedido a gritos por tu nombre y que por favor infartes a mi abusador, pero nada de eso ha sucedido y yo hoy recuerdo mis penas con sumo dolor. Dios mío, donde has estado cuando más te he necesitado. Dios mío, por favor, no vuelvas a permitir que un ser terrenal dañe a mi pobre cuerpo de carne humana.
La puerta de la sala se abre y veo la calle, intento escapar, pero fui azotada contra la maldad. No hay escapatoria, las flores son arrancadas cruelmente de los jardines para luego ser tiradas en la calle, marchitas dentro de un libro o pérdidas con el tiempo, yo similar a ellas he sido abandonada y descuidada y con el tiempo como las que yacen entre algunas hojas escritas perdí mi color hasta desaparecer.
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haznos-estupidos · 2 months ago
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Carta a un amor que no quieres arrancarte del alma pero que te consume.
¿Cómo controlar este dolor que me recorre el alma, el corazón & la mente?, como pedirle a mi mente que se calle & me deje de recordar cada momento que eh pasado contigo,
cómo olvidarte si tú sudor & el olor de tú cuerpo se quedo impregando en mi piel,
Cómo olvidarte si aún cuando cierro los ojos te escucho gemir sobre mi oído.
Ahora explicame como dejo de amarte, como dejo de recordar como se siente sentir tu mano sobre la mía al caminar,
Cómo olvidar tu voz & tu perfume,
Cómo superar cada beso que nos dimos en cada uno de esos salones vacíos,
Cómo olvidar el sabor de tus senos sobre mi boca, cómo dejar de que me existe el como se calentaba tú piel al tocarte, al tocarme, al fundirnos en uno solo.
Como superar las risas, los abrazos, los llantos,
¡Mierda, ¿Cómo carajos puedo odiarte si te amo?!
Como olvidar tus ojos llenos de lágrimas cada vez que te hacia llorar por un mal entendido, como olvidar tu nombre, tú ropa, tus anillos, tú sonrisa, tus brazos cuando molesta los cruzas sobre ti misma,
¿Cómo no amarte si estas hecha para mí?
¿Cómo no amarte si estoy hecho para tí?
Como soltarte, ¡dime como carajos te suelto!
¿Cómo te puedo odiar si apesar de las veces en las que me hiciste sentir tan humillado & mal, eh tratado de entenderte?
Deos mío, te quedaste con todo de mí, mi mente, mi amor, mis caricias, mis brazos, mi tiempo...
¿Qué más te puedo dar si ya te di todo lo que tengo?
Me dueles, pero te amo tanto,
Solamente quiero un poco de calma en mi vida, así que, sí no es mucho pedir, dame paz o dejame en paz.
Hoy & siempre, Haznos Estúpidos.
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rubywolffxxx · 22 days ago
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Jinetes Bastardos (Jace x lectora)
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Masterlist de mi autoría
Sinopsis: jace odiaba a los nuevos jinetes de su madre. Le recordaban lo inestable que era su reclamo del trono. No quería tenerlos cerca, pero cierta joven curandera no se rendiría hasta poder ablandar su corazón.
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—Explícate bien.—Rhaenyra miraba a aquella joven en las costas de Dragonstone, sin terminar de creerse lo que estaba escuchando.
—Ya le dije, majestad. Fui al monte, en Vale... Soy curandera, bueno, estoy aprendiendo... Pero soy bastante buena y-
—Simplifica, niña.—un guardia la apuró.
—Juntaba flores, cuando un dragón apareció de la nada.—miró hacia el cielo, donde la dragona de tonos suaves volaba junto a Vermax—. Me asusté y le estampé un ramo de lavanda en el hocico, y parece que le gustó porque no se ha separado de mi... vine de inmediato, Aegon no era una opción válida para mi.—
—¿De qué casa eres, ____?—Rhaenyra la miró ansiosa—. ¿Descendiente de alguna casa importante?—
—Madre curandera. Padre... Inexistente, supongo.—levantó su ondulado cabello azabache, y Rhaenyra vio los suaves destellos blanquecinos ocultos entre el negro—. Pensé que tenía canas prematuras, pero ahora creo que no lo son.—
—... Pues felicidades entonces, eres una jinete ahora.—____ sonrió emocionada.
—¿Sunflower puede quedarse conmigo?—
—¿girasol? ¿Es en serio?—Rhaenyra la miró divertida.
—El mayor regalo que la naturaleza puede ofrecerle al ser humano, majestad... La flor más noble, hermosa y resistente.—
—Bueno, es un buen nombre, supongo.—
—Pero le digo Sunny para resumir.—la dragona rugió al escuchar su nombre.
Desde que ____ se presentó en Dragonstone, otro jinete más se unió. Y entonces Rhaenyra entendió que las semillas de dragón eran la solución. Aquello no le gustó nada a Jace, y por desgracia ese malhumor terminaba depositado en la joven curandera.
—Disculpe, mi príncipe.—Jace rodó los ojos al ver a aquella chica acercarse—. Me dijo la reina que se lastimó la mano entrenando... ¿Le molesta si le doy un vistazo?—
—No quiero tu ayuda.—
—Querer y necesitar... La fina brecha antes del desastre.—____ se acercó de todas formas, dejando una canastita sobre la mesa central del lugar—. ¿El orgullo le impide dejar que una pobre niña de Vale toque su mano?—Jace no dijo nada—. ¿O el hecho de que sea una bastarda lo hace?—
El príncipe se alejó enseguida, sentándose en el escritorio cubierto de pergaminos. ____ lo siguió de forma disimulada.
—Ustedes no deberían ser capaces de reclamar un dragón ¿Cómo... Qué imagen de la casa le damos al mundo?—la miró con frustración, y ____ entendió que el joven tenía mucho más dolor que el de una mano lesionada—. Incluso tú tienes algo de cabello blanco y yo...—
—Tú tienes un cabello genial ¿Cómo mantienes esos rizos perfectos?—Jace resopló apenas, y ____ con cuidado miró su mano para evaluar la herida.
—Tengo el cabello del guardia de mi madre... sin sangre real.—
—Tienes la misma sangre que los príncipes Lucerys y Joffrey ¿Me equivoco?—Jace no dijo nada—. Eso solo significa que tu madre apreciaba a este hombre... Él se mantuvo a su lado por años.—
—... Supongo.—
—¿Y sir Laenor? ¿Él te quiso?—sacó algunas vendas de su canasta.
—Como si fuera su hijo real...—
—Genial, entonces... Tuviste dos padres presentes más que yo.—Jace la miró, y solo entonces notó que su mano ya estaba vendada. Eso lo sorprendió—. Juré lealtad a tu madre, y nunca pondré en duda tu legitimidad, sin importar tu sangre.—se inclinó un poquito hacia él—. Si ante el mundo eres un bastardo... ¿Qué mejor forma de cerrarles la boca que con un ejército de ellos? Será un honor seguirlo a donde sea que nos guie.—
—... ¿Ejército bastardo? ¿En serio?—la vio sonreír.
—A veces me gusta pensar que Aemond tuvo que robar un dragón viejito... Y a mi, una simple bastarda, me eligió un dragón... Ah... Y tengo los dos ojos post selección.—
—Su dragón es el más grande vivo.—
—Si, bueno. Pero el mío no está senil.—Jace rió bajito, y ____ tomó eso como un alivio para el joven. No solo por la mano. Juntó sus cosas y se dirigió a la puerta—. No se rasque la mano y no moje las vendas... Mañana lo revisaremos ¿Si?—lo vio asentir—. Que descanse bien, príncipe heredero de magnífica cabellera.—hizo una leve reverencia antes de marcharse.
Esa noche, Rhaenyra se extrañó por no recibir a Jace con sus reclamos de siempre.
—¿Otra vez volvió a ganar?—Addam miró a Ulf, quien se acercó frustrado a él en la costa.
—... el mío es más grande.—
—Ah, que frase tan de pene corto.—____ se acercó risueña—. Pobre Silvy, le tocó un jinete patético.—
—¡Oye! Más respeto que soy mayor.—
—Si, claro. Lloriquear no te hará romper mi racha.—se quitó los guantes, para luego amarrar su cabello algo desordenado.
—Volemos entonces.—El trio de jinetes volteó hacia Jace, quien se acercaba a paso tranquilo.
Addam miró de inmediato a sus compañeros, extrañándose de que el príncipe finalmente se acercaba sin una cara de odio absoluto.
—Ah, me temo que las carreras bastardas solo están limitadas a bastardos plebeyos.—____ se cruzó de brazos expectante.
—Bueno, cumplo uno de los requisitos ¿Vuelas o no?—Jace la vio sonreír, y no pudo evitar hacerlo también.
—Bien... Pero dame un momento, Sunny esta cansada de destrozar el trasero de estos bastardos.—
—Que... Bastarda.—Ulf la miró indignado, y Addam rió con aquello.
—Dejen de decir la palabra con B tan a la ligera...—
Comenzaba a anochecer cuando el par de jóvenes se acomodó en la cima montañosa de Dragonstone.
—Hacia el norte hay una pequeña isla. Debemos ir hasta alli.—____ miró a Jace, quien terminaba de acomodarse en el lomo de Vermax—. Volvemos aquí, te bajas y el primero que toma su copa y se sirve un poco de vino gana... Bueno, yo me sirvo jugo de naranja porque no me gusta el vino.—
—Por los dioses...—Jace negó divertido.
—¿Listo, ricitos?—
—Romperé tu racha.—
—Si, si. Ulf dijo lo mismo.—
El par de jóvenes alzó vuelo y la carrera empezó. Eran veloces, muy veloces.
Tal vez estaban algo lejos, pero Jace escuchaba la lejana pero firme voz de ____ ordenando a su dragón. Su valyrio, a pesar de ser aún verde de aprendizaje, sonaba maravilloso.
La tarde atareada de Sunflower le pasó factura, por lo que bajó su velocidad y Jace tomó ventaja de eso. Aterrizó apresurado en la montaña, y quiso tomar la copa en cuanto vio a la chica comenzando a descender. Su emoción por la victoria lo hizo olvidarse de la herida en su mano, la cual le dio un punzante y traicionero dolor que le hizo tirar la copa de repente. Se partió en mil pedazos.
____ se acercó enseguida, y a pesar de que Jace creía que tomaría la copa restante y serviría su victoria, ella se acercó a él preocupada y tomó su mano.
—¿¡Duele mucho!? Diablos... debí darle más capas. Lo lamento ¿Te parece si le volvemos a poner medicina?—Jace entonces se enfocó en la mujer, ignorando el punzante dolor de su mano.
Era hermosa...
—Solo para que conste, no ganaste. Sunny esta cansada.—____ ignoraba la pesada atención que estaba recibiendo mientras ajustaba las vendas—. Volemos mañana, o mejor pasado. No quiero exigirle mucho a mi niña... ¿Competencia de fonética valyria? Ahí si te gano, eres un asco.—____ levantó la mirada hacia el chico, dispuesta a volver a molestarlo. Pero en su lugar recibió un beso. Sintió que su corazón se agitaba con aquello
—... ¿y si el mundo se entera de que el príncipe bastardo esta interesado en la jinete bastarda de su ejército bastardo?—la miró con cierta expectativa, rogando no haberse pasado de confianza.
—Nunca pensé oírte decir tantas veces la palabra bastarda... ¿Superaste el trauma?—
—Mi sangre paterna no me define.—
—Bendito sea Strong por legarte tan lindo cabello... y otras cosas lindas.—Jace sonrió—. ¿Revisamos esa mano?—
—Solo si sostienes la otra.—
____ agradecía que ya estaba anocheciendo, pues así no sería tan evidente el rubor en su rostro en cuanto Jace tomó su mano.
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solxs · 2 years ago
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Carta Para Mi Más Grande Amor
Querida y amada, mujer:
Te escribo esta carta desde lo mas profundo de mi corazón, con toda mi honestidad, sinceridad y con todo mi amor.
Hoy al igual que estas últimas semanadas te extraño. Te extraño tanto que no he conseguido cesar mi dolor y sufrimiento. No consigo cesar mi llanto por las mañanas y noches; mañanas en las que despertaba a tu lado; noches que pasábamos juntos.
Mentiría si te dijera que no puedo vivir sin ti, pues ya vivía mucho antes de conocerte, de cruzar una mirada, de intercambiar una palabra y tener algo especial.
Sabes perfectamente que mentir no es lo mío. Las mentiras nunca nos gustaron a los dos. Y como no me gusta mentir y a ti no te gusta que te mientan, permíteme decirte la verdad. Permíteme decirte todo lo que intente, trate y procure por no perderte:
Durante todo el tiempo que tuve la dicha y fortuna de compartir mi vida contigo, intente y procure cuidar de ti. Eras, eres y serás por un largo tiempo lo más bonito, hermoso y valioso que la vida me ha dado.
Intenté dar, ser y demostrar todo lo que era capaz de hacer por ti, todo lo que merecías e incluso hice más de lo que pudieras imaginar. Duda de ello no te quedo, hice de todo por verte feliz a mi lado. Contigo lo tenía todo, no me hacia falta nada en la vida. Yo te quería y amaba mucho. ¡Y todavía lo hago!.
Ese mismo intento, sin darme cuenta me orillo a demostrar mis miedos e incertidumbres. Miedos que, estúpidamente salieron y pudieron más que yo.
Mi mayor miedo no es la soledad. Mi mayor miedo era perder a la persona que más quiero y amo en esta vida; miedo a perderte.
Te pido infinitas disculpas si en algún momento mis miedos te incomodaron, te hicieron dudar, te frustraron o aburrieron de mí, que al final, fue el declive de nuestra separación.
Me es muy atroz el saber que todas mis inseguridades y miedos alejaron al amor de mi vida. Pero me es aún más atroz el saber que ya no existe y existirá un “nosotros”.
Hoy, con todo el dolor de mi alma y corazón he de aceptar que nada es para siempre. Mi mayor miedo salió y obtuvo lo que quiso, lo consigo.
Hoy, con todo el dolor de mi alma y corazón he de aceptar y aprender a vivir sin tu compañía, sin tu presencia, sin tu amor y sin ti.
Te deseo lo mejor hoy y siempre, espero tu vida siempre este llena de alegrías, felicidad, bendiciones y amor.
Te deseo siempre lo mejor, amor. Incluso si conmigo no lo es.
Te llevare toda la vida conmigo, como lo mejor que he vivido; pues más que un recuerdo es nuestra historia.
- Axel
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