#estamos viviendo el peor de los escenarios ahora mismo
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A votar a Massa entonces
#estamos viviendo el peor de los escenarios ahora mismo#prefiero ser el lacayo de China que un estado fallido fascista
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Critican “tramoya” de la Asamblea Nacional en el proceso electoral
MAS: Venezuela le exige al CNE una fecha justa para la elección presidencial
Caracas 04/03/24. (PS).- Felipe Mujica, secretario general del MAS, reiteró este lunes su llamado al Consejo Nacional Electoral para que a la brevedad posible presente la fecha de la elección presidencial y el cronograma electoral que hay que cumplir, “de tal manera que los venezolanos podamos colocarnos en la disposición de prepararnos para ese proceso, disponernos a participar y utilizar el voto como instrumento de lucha para buscar la solución que el país democráticamente requiere”.
Recordó que tal como está previsto en la Constitución, este año, “deberían realizarse las elecciones para que los venezolanos tengamos la posibilidad de contar con un gobierno diferente, con un presidente de la República que proceda de un campo distinto al sector autoritario que tenemos en este momento y que ese nuevo presidente, pueda orientar al país de manera diferente a como nos encontramos hasta ahora”.
Insistió que en el tema electoral, más allá de la fecha en la que ésta se realizará, lo medular para la tolda naranja tiene que ver con la búsqueda de una solución pacífica, electoral, democrática y constitucional, “al terrible conflicto en el cual estamos viviendo desde hace tiempo y que hoy tiene sus principales manifestaciones en las condiciones de vida que los venezolanos tenemos en cualquier parte del país”.
Recalcó que desde el partido del puño, vienen denunciando que el gobierno pretendería repetir lo que en el pasado le ha resultado una experiencia exitosa, “tratar de dividir a la oposición y crear un clima abstencionista en el campo opositor, por cierto, éxito que ha tenido que ver con los errores que se han cometido en el campo opositor al dejar de concurrir a la ruta electoral”.
Consideró como una gran ventaja del proceso político actual en el país que los sectores democráticos están alineados en el camino electoral, lo que a su juicio, le habría traído inconvenientes al Gobierno al no conseguirse en el mismo escenario del pasado. “Cada respuesta que se le ha dado al Gobierno de parte de los distintos sectores, ha sido siempre: Hagan lo que hagan, vamos a continuar en la ruta electoral”.
Por otra parte, Mujica calificó como una “tramoya” la convocatoria de la Asamblea Nacional a hacer y ejecutar todo el camino electoral y que le compete de forma exclusiva al Consejo Nacional Electoral. “Ellos inicialmente inventaron que harían todo eso, tal como lo dijo Jorge Rodríguez en declaración inicial cuando convocó a todos los factores para hacer el cronograma electoral y que por donde se le mire, es ilegal”.
Precisó que el documento final presentado por Jorge Rodríguez, presidente del Poder legislativo, solo puede ser definido como de “raro consenso” al no estar de acuerdo sobre un tema. “Un consenso donde se presentan veintisiete o veintiocho fechas para la elección presidencial, evidentemente no es un consenso”.
“Tenemos entendido que este lunes 4 de marzo a las 2 p. m. comenzaría una sesión permanente del directorio del CNE, no sabemos si eso es cierto o no. Ojalá comiencen hoy y permita rápidamente concluir en una fecha que sea la más potable que políticamente, legalmente y desde el punto de vista del tiempo se le permita a los venezolanos, para sustituir este desastre del peor gobierno que hemos tenido por una manera diferente de hacer las cosas en nuestro país”, concluyó.
Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad
Twitter: @juanjoseojeda
Instagram: @juanjoseojedadiaz
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Honestamente estaba viendo e teclado sin saber que escribir, y solo se me vino a la mente un flashback de hace casi tres años, cuando esta aventura que sigo viviendo empezó.
Hoy justamente me concentro a miles de kilómetros de la ciudad que vio nacer y que claro está que todo mi ser está dividió, entre querer estar allá y seguir perteneciendo a esta nueva realidad que tengo frente a mi. Claro está que hoy en día, he adquirido mucha más madurez y que todo esto ha llegado a mi vida gracias a todos los cambios que ha conllevado esta nueva travesía. ¿Pero, qué sigue después?
Muchas veces, queremos todo al mismo tiempo y la paciencia no es la mejor aliada ante estas situaciones, la vida es muy mean girl y se sabe, (Risas) porque claro que como seres humanos queremos de todo, a la voz de ya, pero la vida es la que se encarga de decirte lo que un buen slang mexicano diría “Ahorita”, y entonces toca tener que formarse en la fila, con tu boleto, con el número infinito anotado en el.
La verdad es, que no es algo ajeno a los demás, lo que vivo hoy en día, claro está, y mucho menos en la ciudad en la que estoy, porque la verdad he conocido caso que van más allá de lo que yo mismo podría manejar justo ahora, pero que también entiendo desde mi perspectiva, que mi situación podría ser peor, y lo digo en tema emocional, porque considero que en otros aspectos, de verdad que no podría quejarme, pero entonces entiendo, que como seres humanos, nunca estamos conformes, y aunque es un arma de doble filo, vuelto a preguntar ¿Qué sigue después?
Siempre queremos estar ocupados 24/7 para poder tener la menta bien ocupada y no dar cabidas a la ansiedad para que juegue con nuestra mente, por que claro está que nos hace pensar y sobre pensar en otros escenarios que no son para nada cerca de la realidad, y que nos hacen replantear nuestras decisiones.
Hoy por hoy, tengo una casi respuesta a mi misma pregunta ¿Qué sigue después? Bien, pues seguirá lo que dab, será una consecuencia de mis decisiones pasadas y poco de las presentes, porque si bien puedo controlar lo que hago aquí y ahora, será un respuesta al mañana: sin embargo, aún me lo cuestionó porque siempre es bueno no estancarse, pero si ser conscientes de qué hay que tomar un poco de control y no dejarle todo al destino, porque si soltamos todo, el futuro podría ser más incierto, y no solo eso, sino que nos llegará con una sorpresa que podría ser de nuestro agrado o lo contrario.
Solo queda esperar siempre buenos resultados de nuestras acciones, y sé que algún día podré regresar a la ciudad que me vio nacer, o no, pero eso dependerá de todos los factores que pueda controlar y que las oportunidades y condiciones generales determinen para hacerlo realidad, o bien, hagan que la decisión de permanecer aquí y regresar o incluso volver a mudar, sean las las adecuadas para tomar una decisión tranquila, orgánica y fácil. Por ahora, ya veremos que sigue después.
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Al igual que las inundaciones que azotan la ciudad en la que me crié casi todos los inviernos y dejan detrás de sí una marca en todos los lugares que mojaron, día tras día nos vemos en la obligación de hacerle frente a nuestra propia realidad, a tomar cuantas decisiones sean necesarias para llegar al lugar que sea creyendo que desde allí todo va a ser mejor. En el camino nos equivocamos, cometemos errores, añadimos entradas a una interminable lista de arrepentimientos, y de culpas, y las marcas se acumulan, y el barro que acompaña la inundación se vuelve cada vez más difícil de ignorar. Es la suciedad con la que nos toca vivir, es la incomodidad que nos trae la mochila que siempre cargamos y cada vez se vuelve más pesada, es lo que une los ladrillos que forman las paredes contra la que nos estampamos la cara cuando somos pequeños y debemos aceptar que no somos invencibles, que nuestra fuerza no es infinita. Se vuelve cada vez más evidente, y está cada vez más presente, hasta que ya no podemos hacer de cuenta que no está ahí. Porque el asfalto sobre el que circulamos se tiñó de su marrón claro, porque las costras que formó se están secando, se están endureciendo, y se vuelven tan duras y tan filosas como las piedras que de pequeño golpeaba para ver si lograba sacar chispas para terminar con poco más que unas cuantas lastimaduras. Porque es arcilloso, y por lo tanto es moldeable, y con una creciente frecuencia toma la forma de las manos que me agarran en mis peores pesadillas. Porque nos conoce a la perfección, es el fruto de nuestras acciones, sale de hasta nuestros miedos y cómo actuamos en base a él, es lo que te hace creer que tus brazos pueden contra la corriente sólo para terminar en un remolino que por muy poco no acabó en tu muerte. Es la voz que te dió a entender que tu cuerpo podía más, que ibas a ser capaz de volver al muelle del que partiste, sólo para terminar cansado y sin fuerzas cincuenta metros dentro del lago en el que decidiste nadar, y ahora sólo podes observar el negro más oscuro que alguna vez hayas admirado, mientras imaginas qué es lo que las profundidades te deparan.
Nuestros conflictos internos definen quiénes somos, cómo somos. Las voces opuestas que discuten dentro de nuestra cabeza son las que nos indican qué palabras elegir cuando hablamos, o en qué orden vamos a plantear las ideas que deseamos plasmar en un texto, o cuál de los escenarios en los que estamos incurriendo parece ser el menor de dos males, ¿pero cómo se continúa viviendo cuando los gritos que de ellos provienen empiezan a gotear en oídos que no son nuestros? ¿cómo justificamos nuestra propia existencia y la existencia de nuestros malestares cuando empieza a ser perjudicial para otros? ¿realmente somos tan importantes como para creer que merecemos más que cualquier otra persona escapar de nuestros chillidos? ¿hasta qué punto es sano proyectar en quienes nos rodean independientemente de cuánto tengan que ver en la materia el sentimiento de insuficiencia con el que estamos lidiando?
Más de una vez escuché eso de que nuestro pasado no tiene por qué definir nuestro futuro, ¿pero cómo hago para entrar en el mañana con una cara que no sea la que los dolores de ayer todavía no terminaron de tallar? La llevo a todos lados, no me abandona, y tampoco me abandonan sus partes, está en las bolsas grises que adornan los ojos que heredé de mi padre, está en la barba que sólo existe para tapar las marcas que la adolescencia dejó sobre mi piel, está en el pelo que pierdo cada vez más rápido, en mi delgadez, en las cicatrices que relatan sobre mis brazos aquello con lo que no fui capaz de pelear a los catorce, en mis cutículas cada vez más irritadas, en mi aliento, en la postura que lentamente va perdiendo forma, al mismo tiempo que yo pierdo energía, y no encuentro motivación para hacer nada que no consista en estar sentado, o acostado. Es un aura, es una nube densa y oscura que me persigue y tizna poco a poco las paredes que me encierran con el humo del tabaco que hace siete años exhalan mis pulmones, está en todo, está en vos. ¿Realmente puedo ser mejor?
En la soledad de mi trabajo, en el frío de la noche, en el silencio de mis caminatas, de a ratos parece que existe la paz que me hace falta. Aunque sea en el segundo que mi cada vez más lento teléfono tarda en cambiar la canción, todo se detiene, y de algún modo no hay nada que esté fuera de su lugar. Pero no dura para siempre. Cada día dura menos, y aún así, cada vez son más cortos mis descansos. Las madrugadas vuelven a ser opresivas cuando todo se apaga y en mi cama no hay nadie más que yo. Hace tiempo dejé de perseguir el pasado, puedo respirar hondo y saber qué es lo que no me falta, pero aún así me busca, encuentra la forma de que lo recuerde, se mete en cada uno de mis sueños y se manifiesta con las caras de los que ya no están, como burlándose de lo que podría haber tenido y no fue.
Estoy cada vez más perdido, parecería que jamás existió aquel camino que culminara en ese lugar mágico donde el pasto es más verde y todo es mejor. Y entonces, ¿a dónde voy? ¿a dónde voy yo, a dónde vas, dónde termina este texto? ¿voy a algún lado o estoy estancado en este bucle de amores y desamores y nostalgias y superaciones y narcolepsias e insomnios? Estoy cada vez más sólo, cada vez tengo menos amigos, cada vez duran menos los vínculos que me lleva tanto esfuerzo formar. Pero no puedo hacer nada. Estoy condenado. Es la maldición que yo decidí poner sobre mí mismo porque es el molde en el que el barro toma forma de manos y me buscan y me alcanzan y me llevan a mis peores pesadillas, aquellas en las que estás sólo vos, y sólo se escucha tu voz, y lo único que me dice son todas las razones por las que ya no me querés, y por qué jamás me vas a querer. Todo lo que tiempo atrás decidí nombrar como abandonos se ven hoy como claros llamados de parte del instinto de supervivencia de todos los que ya no están, porque no hay otro modo, porque alejo a todos, porque soy dañino, porque soy veneno, soy tóxico, soy una mala persona y lo he sido durante años, y ninguna cantidad de perdones van a resultar en la limpieza que requiere todo el barro que dejé detrás.
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OASIS
(Capítulo 2) para leer el capítulo 1 click acá
— ¡Ah, vos sos un hijo de puta Santiago! —
Escuché gritar a Abril desde la cocina de nuestro departamento. Yo estaba en mi mundo, escuchando el disco de Jeff Buckley, tomando un vinito y disfrutando del cómodo sillón que el papá de Abril nos había regalado. En ese momento me encontraba en el proceso de escribir una especie de texto poético sobre lo que me generaba el “amor/Odio" de los hermanos Gallagher, los líderes de la banda Oasis. Mientras lo escribía, recordaba lo distinta que era mi vida hace algunos años, Cuándo deseaba más que nada ser una estrella de la literatura Moderna. La fantasía del escritor joven, guapo y exitoso era una mentira. Algo que me había inventado para lidiar con mi realidad. A nadie le interesaba un carajo mis textos, El sueño se había ido en picada después del fracaso de mi primera novela “Los cuentos oscuros de Borges“. Honestamente a mi me parecía un título de mierda, pero a la gente de la editorial le pareció “Revolucionario“ o como le decían ellos “Ideal para sorprender a las nuevas generaciones“. Claramente no sorprendió a nadie y eso fue lo más doloroso. Me sentí un fracasado. Un ridículo, que exponía su intimidad hablando de temas que a nadie le interesaban. También de alguna manera fue un fracaso económico para mí y para la editorial, la cual me hizo un contrató mediocre escondido detrás de la ilusión de un joven que soñaba ser el nuevo Julio Cortázar pero que quedó solamente como un simple escritor frustrado. De alguna forma había encontrado la felicidad detrás de todo lo malo, mi vida era diferente a lo que había soñado, pero no era mala. Sin querer, después de mi derrota, entendí que algunas veces encontramos un camino que no es el nuestro, pero no siempre es el camino incorrecto. Muchas veces la vida termina mostrándonos otras zonas de luz en ella, no solo la que buscábamos. Mi presente era eso. Trabajaba de algo que no era mi pasión, pero era lo suficientemente cómodo como para darme tiempo a dedicarme a mi segunda actividad favorita, perder el tiempo. Vendía muebles por Internet, desde mi casa. No tenía jefes, ni ningún pelado imbécil que me diga que no podía llegar tarde. Abríamos las puertas, o mejor dicho me levantaba de la cama a las doce, Trabajamos hasta las dieciséis y después descansaba. Me dedicaba a hablar con amigos, mirar porno y escuchar música. Al terminar volvía, enviaba mails y hacía envíos. A las diecinueve apagaba la computadora y me dedicaba a mí. Todos pensamos que no lograr nuestros sueños es malo, pero la verdad creo que a veces está perfectamente bien fallar. Y si equivocarme me había llevado a encontrarme con el presente, en el que estaba abril, deseaba fallar todos los días de mi vida.
— ¿Por qué Abril? —
— ¡Te comiste todo el helado nene! ¿Por qué siempre sos tan glotón? —
— Perdón, te juro que pensé que no querías más. —
Sospechaba que Abril quería. Pero esas últimas cucharadas eran un pecado que deseaba cometer. Incluso un arriesgo de fumarme los reproches interminables de ella.
— ¡Que suerte que hice panqueques! Me acordé recién. Compré dulce de leche hoy… Quedan solamente dos, mala suerte por vos mi amor. Son para mí. —
Me sentí estafado, como no me iba a dejar sumergirme en esa oscura tentación que eran sus panqueques caseros.
— ¿Cómo dos para vos? Me tenes que dar uno. No podes tener tanta maldad. —
Realmente no podía quejarme. Abril era el tipo de chica que prefería quedarse con hambre, solo para que la persona que amaba coma un poquito más. Ella era eso. Siempre que pedíamos empanadas, eran cuatro de carne picante y dos de pollo para mi. Ella se pedía cuatro de verdura, y dos de carne cortada a cuchillo. Al final, yo terminaba comiéndome las mías a una velocidad increíble y me quedaba mirándola. Se daba cuenta que seguía con hambre y ella me ofrecía las últimas dos. Mi orgullo decía que no, pero con un amor infinito me respondía —se que seguís con hambre, tranqui, no me hace nada, es comida. — en el momento no entendía el enorme gesto que era. Pero más tarde comprendí que ella era capaz de quedarse insatisfecha con tal de que yo quede satisfecho. Detrás de esos actos se escondía la esperanza, esa luz que había perdido cuando estaba con la cabeza en Maite.
— ¡Vos ya comiste helado, perdiste Santi! Aparte, vos no me compartiste ni una cucharada. —
Se acercó y me beso en los labios. Tenía sabor a dulce de leche, crema y amor. Se sentó al lado mío, puso el plato con panqueques entre sus piernas y tomó el control.
— Siempre haces lo mismo. me equivoco y haces cosas ricas para tentarme. Detrás de esa cara de buena se esconde un demonio con planes maquiavélicos y vengativos — le dije.
— ¡Ahora soy maquiavélica y vengativa! Usted señor se come todo, incluso el helado. Pero yo soy la mala. Vos te comiste el helado, yo los Panqueques, estamos mano. —
— No pero…— Me interrumpió.
— No seas chiquilín mi amor, no te enojes. Una déjame pasar, ¿dale? Contame que estas escribiendo. —
Mientras tanto encendía el televisor, y apagaba la música de fondo.
— No me enojo, ¿pero me das un poquito? —
Tomo la cuchara y la llenó de dulce de leche. En un gestó casi maternal la metió en mi boca con delicadeza.
— Listo, Ahora contame, que escribiste. —
— Estoy escribiendo sobre la banda Oasis. —
Yo sabía que era muy difícil que Abril conozca a Oasis, ella era el tipo de chica que tenía en su Playlist un repertorio completo de canciones de Arjona, Reik y Cristian Castro pre platinado rubio.
— Me gusta la relación amor/Odio de los hermanos Gallagher. Ellos eran una de las mejores bandas de la historia, pero se llevaban tan mal que se separaron y no volvieron a hablar. Imagínate el odio que se tienen… —
— Rencorosos los chicos….. —
— Encima podes creer que se hicieron solistas. —
— ¿Como los Jonas brothers? Que se separaron, e hicieron carreras solistas. —
— ¡No los podes comparar! — No puedo creer que me comparaba, Oasis con los Jonas Brothers.
— No los comparo, pero ellos también se separaron. —
— Lo que quiero decir es: que estos hermanos se odiaban. Pero musicalmente, juntos eran la voz de una generación. Sus canciones son hermosas. Claro, no puedo negar lo tóxica que era su relación. Liam era la magia, pero Noel era la mente detrás de la banda. —
— Mira vos, mejor que se separaron…—
— Abril la separación de Oasis es una de las peores cosas que le paso a la humanidad.—
— Pero me decís que se amaban y odiaban. ¿Para que seguir, no? Si el vínculo no es sano, mejor alejarse, tomar un aire y hacer cosas solos.—
— Si, eran tóxicos ¡pero no importa! en el escenario funcionaban muy bien. Se llevaban pésimo en la vida, pero eso era parte de su arte. —
— Pero se odiaban Santi. De nada sirve que funcionen bien en un aspecto. Tienen que funcionar bien en todos, sino claramente tienen que seguir caminos diferentes. Es como en las relaciones… —
No le alcanzo con comparar Oasis con los Jonas Brothers que ahora los compara con las relaciones.
— Estas hablando de relaciones. Ellos eran una banda de rock, era su forma de vivir su música. Sexo, drogas, alcohol y peleas. El sueño de dos simples chicos de Manchester. —
— Lo que digo, también se aplica para una bandita de rock. — No podía creer lo que escuchaba. —
— ¿Como una “Bandita de rock “? —
— Bueno amor, una banda de rock. —
Me hizo la señal de cuernitos típica del rock y saco la lengua. Se veía hermosa. Estaba despeinada, con un buzo gris tejido y una calza negra. Tenía los pies manchados por la suciedad del piso y aún con la poca luz del Living se veía como un ángel. Como mi ángel de la guarda.
— Soy tu rockerita, fan de tu banda — Me dijo sonriendo.
Me acerque lentamente a ella. Saqué el plato de sus piernas y lo puse en la mesa.
— Se dice groupie mí amor. — Le dije.
— Bueno soy tu groupie. —
Me beso otra vez, y subió sobre mi cuerpo. Comenzamos a besarnos arriba del sillón.
— Vos sos mi wonderwall — agregué.
Seguramente sospechaba que le había dicho algo lindo, pero dudaba que supiera realmente que era wonderwall. Una palabra inventada, a la que yo le puse un significado especial y único. Un significado que solo tenía el valor necesario dicho por mí para Abril.
— Si, soy lo que vos quieras que sea. — Ella ya era lo que yo quería. Era más de lo que yo había pedido al universo.
La volví a besar con intensidad, tocaba su cuerpo por debajo de la ropa, la textura de su piel era increíblemente suave y delicada. Ella me sacó la remera, me empezó a besar el pecho y el cuello. Sentía sus labios en mi piel y eso me exitaba de una manera increíble. Se saco el buzo gris y pude ver su cuerpo. A diferencia de mis otros amores del pasado tenia un cuerpo perfectamente imperfecto. Era natural, su cuerpo no fingía ni pretendía ser amado por nadie más que por ella. Eso me hacía amarlo más a mí. Era delgada, con pechos firmes, un lunar en el abdomen y un tatuaje de una frase en las costillas. Mientras hacíamos el amor pensaba en todo lo que sentía por ella. Por primera vez en mi vida entendía qué era realmente hacer el amor, muchas veces en el pasado lo había intentando y no lo había disfrutado. Nunca me había gustado ese tipo de sexo, me gustaba lo salvaje de coger. El sentido frenético de explorar otro cuerpo. Tener una hembra en celo arriba mío y ver como toda esa inmensidad quemaba solo por mi. Hacer el amor era eso para mí. Con abril pude descubrir que el sexo y el amor están más relacionados de lo que creía. Deseaba a la persona que amaba, y deseaba el amor que ella me daba. A diferencia de otras personas con las que estuve, yo no quería estar con nadie más. No tenía una Maite viviendo en mi cabeza.
Terminamos de hacer el amor. Y nos quedamos felices y satisfechos. Sentimos frío y fui a la habitación a buscar una sabana para abrigarnos. Nos acostamos desnudos en el sillón y por un momento pensé en que si hubiera realizado mi sueño de ser escritor jamás hubiera vivido eso, ese hermoso momento. Y si algún dios místico me daba la oportunidad de vivir ese “Éxito literario” y borrar este presente, mi presente ¿lo haría?. La mire a ella, y entendí que estaba en el lugar correcto. Me alegré de fallar, pero más me alegré de decidir y de arriesgarme a volver a amar.
— ¿Vemos la peli al final? ¿hago zapping o metemos una película de Netflix? —
Entre los muchos dones que tenia Abril, se encontraba el de tener suerte. Encontraba películas increíblemente buenas, sin buscarlas. Recuerdo que una vez encontramos Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan. De las primeras películas de Marlon Brando, con un Marlon diferente. Joven, apuesto y sin tanto odio por la sociedad y más precisamente por Hollywood. Lo primero que me dijo cuando terminó la película fue que Marlon era excelente, pero que no podía creerle el papel de malo. Que un hombre tan oscuro, no podía ser interpretado por un chico con una mirada tan dulce. Pocas veces en la vida, logré coincidir en la mirada de Marlon con alguien. Él era una de las personas que más admiraba en la vida, no tanto por sus películas, sino por su historia y su personalidad fuera de las cámaras. Para la prensa americana Marlon era un Playboy, que no le pedía permiso a nadie. Podía acostarse con la mujer que el deseará, podía llegar a cualquier lugar solamente por el poder que tenía. Una mentira. Marlon era una persona totalmente intimo, estaba muy lejos de los rumores que hablaban mierda de él. Yo me había criado observando al detalle su personalidad. Con los años formé la opinión más cercana a lo que realmente creía que el fue. Un pobre chico que nunca pudo superar la mierda de su infancia. Un pibe que cuando creció no pudo formar nada, por las inseguridades y miedos de su pasado. Marlon era la persona más cercana a mí, pero yo estaba muy lejos de querer ser él. Yo no quería volver a sentirme así.
Abril continuaba taladrando el control.
— ¿Santi, ¿mañana no tenemos el cumpleaños del bebé de Gomez? —
Realmente no recordaba y no quería pensar en el bebé en ese momento.
— ¿Podes ir más lento? No puedo ver. —
— La atención que me prestas… — Me susurro. Preferí volver a ignorarlo.
— ¿Qué estás buscando? Deja algo Abril. —
— No, quiero que mi intuición me diga : ¡Abril Shur Alto!
— Dale amor elegí, me duermo. —
— Bueno a ver…. —
El zapping se detuvo, y casi como una cachetada inesperada a mis recuerdos, volvió aparecer una película que me llevaba a un lugar que yo no quería volver. Recuerdos que venían acompañados con un personaje que había sido muy importante para mí.
— ¿Cuál es? Se me hace conocida. —
— Es, si tuviera 30 —
— Este el actor es….. El que aparece en la película de los vengadores. —
— Mark Ruffalo y la otra es Jennifer Garner —
Con el paso de los años aprendí que la actriz que hacía el rol protagonista, no era Julia Roberts, sino Jennifer Garner. Eso también era crecer.
— ¡Para, si la vi! Me encanta! La vamos a ver! —
— No me gusta mucho… ¿podemos ver otra? —
— No. La vamos a ver. Siempre elegís vos, ahora me toca. No seas egoísta, Santi. —
— No quiero. Me trae malos recuerdos. —
— ¿Acaso te recuerda a tu ex? — Me dijo, con una mirada pícara. —
— No, de momentos feos. Bueno, vamos a verla. —
— Viste, por eso te amo… —Me beso y volvió a mirar la película.
Hacia algunos años que no sabia nada de Maite. Un día toda esa relación que habíamos tenido durante tantos años terminó muriendo. O mejor dicho, Maite la mato.
En los meses que le siguieron al distanciamiento de ella, miraba Si tuviera 30 tres veces por semana, ese era el vínculo por el cual yo me volvía a encontrar con ella. Con lo bueno y lo malo. Un día en la vida de Maite apareció un tal, Francisco. El tema es que el tipo apareció y le voló la cabeza. El era ingeniero, unos años mayor que ella y tenía “Todo lo que yo no tenía” más que nada plata. Algo que para ser honesto, en ese momento no tenía. Ahora tampoco igual, pero por lo menos tengo una estabilidad laborar. Más mental que económica. Un día ella apareció por mensaje después de meses sin saber nada y me dijo que me iba a borrar de todos lados. Que no la busque y tampoco trate de contactarme con ella. Se limitó a decirme — Fran no quiere que siga teniendo contacto con vos — y — Lo que vivimos fue hermoso pero solamente quiero estar viviendo el presente, necesito borrar mi pasado para ser mejor, para ser ideal para él — así como si yo fuese menos que nada, ella me descartó. No pude hacer más que despedirme y pedirle que se cuide. Me dijo gracias y desapareció. Unos años me enteré por conocidos en común, que Maite se había casado con Francisco, se habían ido a vivir a un country por Canning , y tenían hijos. Llevaban una aparente vida feliz. Por un lado me puso contento que Maite siguió como si yo fuera un mal recuerdo de su pasado. A diferencia de ella, a mi me costó. Al año después de muchas amantes (Entre ellas belén) conocí a Mariana, creo que ella era un ruido en el vacío que Maite me había dejado en mi cabeza. Me obligue a sentir amor, intenté llevar una relación feliz y todo salió mal. A los meses, mi falso romance se fue desarmando en pequeñas partes. Ella Me termino engañando con quien fuera su mejor amigo. Realmente no me Importó, con el paso de los meses la vida me fue poniendo otras personas, mujeres que de alguna manera fueron las responsables de alejarme de ese vacío existencial. Estuve soltero algunos años, vagando de cama en cama, buscando paz. Hasta que un día cuando menos lo esperaba esa paz apareció. Y apareció en forma de Abril.
— Boludo, no puedo más… — Abril lloraba, sobre mi hombro.
— Es muy hermosa esta película, por qué lo va a dejar casarse si ella lo ama! — Me dijo.
— Porque no en todas las historias de amor terminan juntos, mi amor — Le dije acariciando su cabeza.
— Es verdad. Pero eso es lo lindo, quedarse con los recuerdos de algo que fue hermoso. Incluso con sus partes negativas. Aprender, volverte una persona mejor. Creo que la vida nos da segundas oportunidades, siempre. — Esa era la principal diferencia entre ellas. Maite es el tipo de chica que la vida te pone para entender que cruel puede ser estar vivo, y Abril era el tipo de chica que la vida te pone para darte cuenta que el mundo no es tan malo como parece.
Aún sabiendo eso decidí sumergirme en mi dolor. Escarbé en mis recuerdos para desenterrar un cofre. Uno que había enterrado definitivamente la noche en la que Abril había llegado a mi vida. Un cofre pesado que había jurado que no iba a volver a ver la luz del sol. Adentro de él contenía todo lo que había sido mis interminables noches de insomnio. Estaba mal, no era el camino correcto, pero quien puede detener la curiosidad, quien puede decirle que no a la imaginación y quien tiene el valor de matar definitivamente lo que un gran amor fue para uno, simplemente que pudo haber pasado entre nosotros. Como cerrar una historia que nunca tuvo un punto final. Yo merecía eso, una despedida, un último adiós al fantasma de Maite. Abril era el presente que había decidido vivir, yo era feliz con ella y por primera vez en mi vida estaba seguro del amor que sentía por alguien, ella era mi casa. Pero algo tan simple como una comedia romántica había despertado en mí un hilo de preguntas interminables sobre qué había sido de la vida de Maite. Si esos datos que me habían dado esas amistades era reales o no, si ella era tan feliz como decía ser y peor aún, si Maite me pensaba y extrañaba de la forma en la que yo algunas noches cada varios meses volvía a abrazarme a su recuerdo al mirar la luna. Abril se levantó del sillón y fue a bañarse. Antes de eso puso la canción Stop Crying your heart out de Oasis. Era energía pura. Sentía como la voz de Liam Gallagher me conducía al desastre. Tomé mi celular y busqué entre mis contactos el viejo número de Maite, para ver si todavía estaba guardado. Efectivamente estaba y simplemente le escribí — Hola, tanto tiempo Maite ¿Cómo estás? — Dejé el celular sobre la mesa y comencé a cantar Stop crying your heart out.
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Juan Ciapessoni
Es un empresario multidisciplinario que siendo fiel a su espíritu inquieto creó hace casi 20 años The Electric Factory. Se autodefine como idea entrepreneur. Vive en Montevideo, tiene 41 años y tiene un hijo, en su tiempo libre le gusta salir a caminar, cantar y viajar.
Comenzó estudiando arquitectura a sus 18 años, carrera que abandono para crear una compañía de internet de un ISP (proveedor de servicios de internet) desde el garage de su casa.
Monto una empresa de servicios de algo que no existía, arrancando en el año 1999 para dos años después dejar la misma y crear su actual empresa The Electric Factory en el año 2002.
En sus inicios fue una productora digital la cual hoy en día se expandió para convertirse en un holding de empresas especializadas en estrategia, creatividad e innovación con gran renombre internacional.
Juan, con tan solo 20 años tuvo que tirarse al agua y apostar por algo desconocido para la gran mayoría de las personas en su momento, dominar la incertidumbre y creer en si mismo más que nunca, sin dejarse afectar por las opiniones negativas. Ya que en el camino siempre te cruzas con personas en las que te van a pinchar el sueño y otras en las que van a creer en ti, ambas son necesarias como motor para avanzar y demostrar de lo que somos capaces.
Juan: "Vivir la incertidumbre del momento siendo el dueño de tu propio destino”
Crear hoy en día esta cada vez más al alcance de nuestras manos, “if there is a will, there is a way”.
Las trabas que creemos tener que nos imposibilitan de cumplir nuestros sueños, son tan solo excusas que no nos van a llevar a ningún lado.
The Electric Factory nace en 2002 en plena crisis mundial, y Juan asegura que para arrancar un emprendimiento/negocio/carrera “el peor escenario es siempre el mejor” ya que tus expectativas van a tender a 0 y cualquier mínimo avance es un éxito. Te genera una sensación de avance,y te motiva a seguir.
Juan cuenta que la sensación de crear desde cero, cuando todo esta mal nos da la chance de resurgir de las cenizas y que los momentos de crisis están alineados a las decisiones más rupturistas y donde más disrupción sucede ya que hay mucho por ganar y poco por perder.
"Estamos viviendo un momento de mucha incertidumbre pero mucha oportunidad.”
Juan aclara que para poder avanzar hay que pararnos en el hoy y el ahora. Y que debemos ser ciudadanos del mundo, saber sobre todos los campos más que pasar toda una vida especializándonos en un solo. Ya que esta será la manera de resaltar frente al resto.
Juan cree que el ser humano promedio no innova, solo espera que algo ocurra, y que como diseñadores tenemos que expandir nuestros horizontes e ir más allá de nuestra especialización o rubro, ir más allá de nuestros sueños y ocuparnos de nuestro propio destino, tomando nuestros cambios y desafíos como nuestra zona de confort.
Hoy en día, a pesar de la situación en la que nos encontramos estamos atravesando un momento en el que todo es posible, en el que tenemos todas las herramientas al alcance de nuestras manos, infinitas oportunidades y plataformas para crear, excusas y oportunidades sobran, falte gente que las ejecute. Los límites los pone nuestra mente y hoy en día todo es posible estando en cualquier parte del mundo incluso en Uruguay. “Hagan desde Uruguay pero conquisten el mundo"
Comenta, que hay que perder el miedo al rechazo, y meternos de lleno en nuestros proyectos animándonos a presentar nuestras ideas.
Juan, también aclara que hoy en día no nos debemos olvidar de nuestro al rededor. Pensar fuera de la caja, para poder ser conscientes de todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance y crear proyectos que sigan las tendencias y ayuden a mejorar el mundo en el que vivimos hoy para tener éxito.
Con ganas, perseverancia, y logrando cambiar nuestra manera de pensar adelantándonos en las necesidades de nuestros consumidores, todo se puede.
https://www.theelectricfactory.com/
https://www.elpais.com.uy/el-empresario/futuro-definicion.html
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José Gregorio Díaz Mirabal está por cumplir dos años a cargo de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Pero quizá han sido los dos últimos meses los más complicados de su gestión, pues la pandemia del coronavirus se ha instalado en la mayoría de los países de la Amazonía. Hasta el momento, más de 600 indígenas han perdido la vida por el COVID-19, una cifra que solo se conoce por el esfuerzo de las organizaciones indígenas de registrar el avance del virus en las comunidades nativas de la selva Sudamericana. Desde el inicio de la emergencia por la pandemia, Coica y la Red Eclesial Panamazónica unieron esfuerzos para realizar un monitoreo de los casos de COVID-19 en los pueblos indígenas de los nueve países amazónicos.
Díaz Mirabal es enérgico al cuestionar a los gobiernos por su falta de reacción ante el avance del coronavirus en territorios indígenas, aunque le cambia la voz cuando habla de su pueblo, Wakuenai Kurripaco, una etnia amazónica de la triple frontera entre Venezuela, Brasil y Colombia. “Mi pueblo es transfronterizo”, dice, aunque recuerda que, antes de que llegaran los españoles, no había fronteras.
En esta conversación con Mongabay Latam habla de la situación que atraviesan las comunidades nativas por la presencia del COVID-19 en sus territorios, la reacción de los gobiernos y la resistencia de los pueblos indígenas.
¿Cuál es la situación de los pueblos indígenas ante el avance del COVID-19?
Hemos hecho un llamado de urgencia desde la desesperación porque la situación sigue igual. En el caso de Colombia, en Leticia [en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil] lo que hicieron fue militarizar la frontera y eso no resuelve nada, los hospitales están colapsados, no hay médicos, muchos han muerto y no hay medicamentos. Y del lado de Brasil, Tabatinga y Manaos, son casos graves. Por el lado de la frontera entre Colombia, Ecuador y Perú, esa es la zona roja y lo que estamos viendo es que nuestros ríos se han convertido en rutas de contagio.
Mencionó como zona roja la frontera entre Colombia, Perú y Ecuador ¿Qué otras zonas rojas hay en la Amazonía?
El año pasado, el presidente Bolsonaro de Brasil, el presidente Duque de Colombia, también Lenin Moreno de Ecuador estuvieron en Leticia y firmaron un pacto. Se sacaron fotos, lanzaron su discurso político e hicieron promesas de que iban a salvar la Amazonía, pero se olvidaron de ir a los hospitales, de ver cómo estaban las escuelas, de bajar al río donde está la triple frontera y ver el movimiento que hay en esa frontera: hay narcotráfico, tráfico de combustible, trabajo informal que se mueve por los tres países, no hay control de nada ni Fuerzas Armadas ni Ministerio de Salud que valga, y no evaluaron eso. Si lo hubieran hecho, estaríamos en mejores condiciones de enfrentar esta pandemia. En estos momentos uno de los ejes principales de la pandemia es la minería ilegal de Brasil, Colombia, Perú y Ecuador y los mineros cruzan las fronteras, entonces mucha gente ha llevado el virus por los ríos, por las avionetas. Hay mucha gente foránea en la triple frontera y ahí están las comunidades indígenas, por supuesto que se tienen que infectar. El panorama de lo que pasa en Leticia se repite en otras fronteras. Ahora lo estamos viviendo en la frontera de Brasil con Venezuela y Guyanas, donde ya hay muertos indígenas pero no están contabilizados. Solamente falta la triple frontera entre Brasil, Colombia y Venezuela. Entonces se completaría el cuadro de emergencia terrible en rojo de todas las triples fronteras amazónicas donde hay pueblos indígenas.
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica cuenta con información sobre el avance del COVID-19 en la Amazonía. ¿Cómo surge esta base de datos?
En coordinación con la REPAM [Red Eclesial Panamazónica] hicimos una base de datos. Lamentablemente, ningún ministerio de salud ni gobierno tiene datos específicos sobre el COVID-19 en los pueblos indígenas, solo hay subregistros. La misma población de los países de la Cuenca Amazónica desconfía de los datos que publican los gobiernos porque no aparece nada de los pueblos indígenas. En la Amazonía somos 3 millones de indígenas, de los más de 40 millones de habitantes. Tenemos una red en los nueve países amazónicos y unimos esfuerzos después del 11 de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia mundial, al no ver ningún esfuerzo de los gobiernos. Desde las comunidades indígenas nos llegaron alertas de que no había médico ni mensajes de prevención en ningún idioma, entonces declaramos emergencia en la Cuenca Amazónica y decidimos tomar cartas en el asunto.
¿Qué información tienen hasta el momento?
El 2 de abril no había ningún caso indígena, ningún fallecido ni contagiado indígena. En la Amazonía en general había 819 casos y 19 fallecidos. Ahora aparecen los números nuestros, de cero contagios hace 60 días, ahora tenemos más de 6000 contagiados y estamos superando los 600 fallecidos. Se están contagiando más de diez indígenas por día. Hay pueblos con solo 40 personas y si ellos mueren, desaparece su cultura, muere un idioma, muere toda la presencia ancestral en la Amazonía vía un etnocidio.
Cuestiona indiferencia de los gobiernos
¿Cuál ha sido la respuesta de los gobiernos?
Los gobiernos deciden la cuarentena, el estado de excepción, la militarización pero esas medidas violan los derechos de los pueblos indígenas en las fronteras. La primera violación es el derecho a la salud, porque no reconocen los protocolos sanitarios indígenas ni la guardia indígena ni la medicina tradicional. Los pueblos indígenas estamos resistiendo en todos los países de la Cuenca Amazónica con nuestros propios protocolos que no han sido reconocidos por los gobiernos. La segunda violación es el derecho a la vida, si no hay prevención, si no hay asistencia se está violando el derecho a la vida. Y también se están violando los derechos a los niños, a su educación, porque en estos momentos solamente están recibiendo clases los niños de las ciudades que tiene Internet, pero nuestros niños van más de 60 días sin clases. Esta pandemia está desnudando la crisis estructural sistémica de nuestros gobiernos. Debieron hacer una consulta de cómo atacar la pandemia conjuntamente con los pueblos indígenas, con sus protocolos, con sus autoridades.
¿Qué países les preocupan más?
El peor escenario es la triple frontera de Perú, Brasil y Colombia y un segundo escenario es el de la frontera entre Brasil, Venezuela y Guyana, donde aún no hay fallecidos. Pero la crisis de Tabatinga, Leticia y Santa Rosa se puede trasladar hacia esa otra frontera, ese es un riesgo. Por eso hemos hecho un llamado a un plan de contingencia articulado con los gobiernos, pues queremos salvar todas las vidas posibles y destinar todos los recursos humanos, espirituales económicos y realizar las acciones necesarias para parar esta pandemia en la Amazonía. Si los estados no lo hacen, entonces estamos solicitando a la ONU [Organización de las Naciones Unidas] que se declare la Amazonía como zona de desastre sanitario para que pueda entrar ayuda humanitaria internacional.
¿Por qué cree que no reaccionan los gobiernos?
El gobierno de Colombia decidió militarizar la frontera, pero eso no resuelve nada. El gobierno de Perú emitió un decreto para atender la emergencia que incluye a los pueblos indígenas pero no están incluidas las organizaciones. Son los dos únicos gobiernos que han respondido y en ningún momento toman en cuenta la petición y las propuestas de las organizaciones indígenas. Por otro lado, tanto el gobierno de China como el de Estados Unidos prácticamente tienen comprada la Amazonía, hay compromisos de explotación de petróleo y de minas de oro que se han firmado con estos países. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de China han desembolsado fondos para asistir sobre todo a Colombia, a Perú, a Ecuador, a Bolivia, y el caso de Venezuela con los chinos. Prácticamente la Amazonía está vendida, no importan los pueblos indígenas. Están llegando recursos para atender la crisis de las ciudades, comprometiendo los recursos naturales de la Amazonía. En Ecuador se aprobaron leyes durante esta pandemia para despido de trabajadores, recortes de presupuestos, pago de deudas y lo que viene es una crisis social muy fuerte, desempleo, hambre, y el panorama para los pueblos indígenas es mucho peor.
Estamos perdiendo la Amazonía y a toda su población…
Perú tiene deudas con China y Estados Unidos; en Ecuador es igual; Colombia, lo mismo y en los demás países es igual. Nuestros países están sumamente endeudados con Estados Unidos, con China y con Rusia también, y esas deudas se van a pagar con petróleo y con recursos naturales. ¿Y dónde están? Bueno, en la Amazonía. Pero los pueblos se están organizando para defenderse, porque no vamos a permitir que se destruya la Amazonía. Vamos a luchar por la vida que es lo único que nos queda. Pero nosotros seguimos insistiendo en un plan de contingencia articulado con los gobiernos, todavía estamos a tiempo de sentarnos, hablar y coordinar.
Así como ha descrito la situación en la Amazonía por el avance del coronavirus ¿Qué acciones se deberían tomar?
Los gobiernos tienen capacidad de trasladar los recursos por vía fluvial y por vía aérea. También apostamos por la ayuda humanitaria internacional que traería médicos de varios países, pruebas para el COVID-19 y otros insumos porque también hay casos de malaria y de sarampión y se necesita medicamentos para todas estas enfermedades. Y no hemos hablado de que en Colombia y Brasil se han disparado los asesinatos por las invasiones de territorios indígenas y la criminalización por la disputa de los recursos naturales, además que no ha parado la minería ilegal ni la deforestación.
Usted acaba de mencionar las actividades ilegales que no han descansado durante la pandemia. ¿Cuáles son los países más afectados por estas actividades ilegales?
En cada triple frontera hay grandes minas de oro. Colombia, Brasil, Venezuela, Perú, Ecuador, grandes dragas en los ríos es lo más visible. Y eso que no estamos hablando de los madereros ilegales. Entonces, las preguntas son: ¿tenemos fuerzas armadas que no están haciendo su trabajo? ¿están controlando los sitios más inaccesibles donde están los pueblos en aislamiento voluntario?
¿Cuál es la situación de los pueblos en aislamiento voluntario y contacto inicial?
Se ha reportado el caso de una persona fallecida del pueblo indígena en contacto inicial de los waoranis, en Ecuador. Pero no hay más registros. Son los más vulnerables y son culturas transfronterizas porque están cruzando las fronteras de Bolivia con Brasil, entre Ecuador y Perú, entre Colombia y Perú. En estos momentos, quienes tienen más información son los mineros ilegales, los madereros que andan destruyendo la selva y quienes se dedican a los cultivos ilícitos.
La Amazonía en riesgo
Usted ha dicho que hay pueblos muy pequeños, de 40 personas, que podrían desaparecer si llega este virus ¿Cuáles son estos pueblos?
Son alrededor de 40 pueblos en esta situación, con poblaciones pequeñas de 40, 80, 100 y 200 personas.
¿Cómo ve el futuro de los pueblos indígenas?
Tenemos esperanza de que esta situación mejore para los pueblos indígenas. Nunca vamos a perder la esperanza ante tanto dolor y tanta pérdida. Nosotros siempre hemos resistido. La primera pandemia la vivimos con la invasión de la colonia española, luego vinieron los estados nacionales y nos dividieron. Éramos más de 80 millones de indígenas y ahora somos tres millones, pero hemos resistido más de 11 000 años, hemos sido casi exterminados, pero todavía estamos aquí, seguimos en la Amazonía y eso no va a cambiar, vamos a seguir resistiendo porque convivimos con la naturaleza y sabemos conservar nuestros territorios. La gente quiere vivir en las ciudades y nosotros estamos donde nadie quiere vivir, pero ahora quieren nuestros recursos naturales y los han venido sacando desde hace más de 50 años. El día que desaparezcan los pueblos indígenas también desaparecerá la Amazonía y la humanidad.
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Segundo escape de Kripton
Germán ha cumplido el ejercicio de la Hibris, la consigna 3, a través de un personaje enajenado de la realidad, que se cree capaz de superar cualquier límite y decidido a salvar a su familia a cualquier precio, en una historia conmovedora.
SEGUNDO ESCAPE DE KRIPTON
La tierra es redonda
y azul como una naranja
JE Eielson
Cuando terminé el colegio, a pesar de haber sido el mejor de mi clase, no pude matricularme en la Universidad. Me hubiera gustado estudiar Ingeniería Aeronáutica o postular a la N.A.S.A, pero la realidad para mí fue distinta, y con el fin del quinto año, aprendí que no había tiempo para soñar.
Interesado en aportar para los gastos del hogar, comencé a trabajar primero como ayudante de construcción. Al inicio no me pagaban. Decían que primero era necesario olvidar todo lo aprendido en los libros, hasta transformarse en una bestia de carga, las manos duras como si fueran piedras, y la espalda siempre recta como si fuera de metal. Algunos años después, me hice maestro de obra y fueron mis recomendaciones las que otros a mi mando, siguieron para remodelar casas, edificios e inclusive la estructura de esta construcción que atraviesa la cuadra 8 de la Avenida Grau.
A diario, cientos de seres, cabizbajos, vestidos con overoles azules, ingresábamos por las puertas de la Emergencia, para construir torres de consultorios y remodelar los pisos de hospitalización.
Pero hoy el destino me ha traído de vuelta. He buscado al médico a cargo del caso, atreviéndome a esperar inclusive al Jefe del Servicio en la búsqueda de una opinión alternativa.
Por desgracia todos me han dicho lo mismo: la quimioterapia no ha funcionado y lamentablemente, los nuevos medicamentos no están disponibles en el hospital. Les he explicado que no podemos comprarlos, recordándoles que fueron mis manos quienes construyeron los pisos por los que ahora deambulan. No me han entendido. Peor aún, me han dicho que morirá pronto y como yo los he llamado traficantes de mentiras, han conseguido que los vigilantes -quienes parecían no haberme reconocido-me saquen a patadas de ese lugar.
-o-
Toma tu jarabe, le digo. Es el sol que ahora nos molesta porque estamos atravesando una constelación nueva.
¿Sientes calor en tu cuerpo?. Será temporal. Pronto viajaremos a planetas más fríos-comento, sosteniendo el timón en forma de libro que dirige nuestra nave espacial.
¿Ves?. Ya está pasando. Ahora vienen los temblores que nos señalan el camino de regreso. Estamos atravesando la atmósfera de este planeta que no conocemos.
Te quiero mucho, repito, mientras acaricio sus cabellos. Estamos a punto de aterrizar.
Descendamos de la nave. Ahora, toma por favor la sopa que papá te ha preparado. Verás que con ella te volverás fuerte y recuperarás tu peso, eliminando esa palidez que ahora decora tu cuerpo.
¿Te duele la barriga? A mí también, corazón. Debe ser por la diferencia de gravedad en el espacio.
Mira. Mamá se nos ha adelantado. Está dormida.
No dejes nada en el plato. Te juro que este viaje será el último.
Este debe ser nuestro espacio perfecto. Te prometo que viviremos felices y sin dolor, en este mundo que tanto hemos buscado y que merecemos.
-o-
-Le volveré a contar todo lo que vi, Coronel.
-Señora, todo está claro. Puede irse, responde.
-La niña lloraba todas las noches. Mis vecinos eran. La madre lloraba también. El gritaba. Al inicio gritaba. ¿Sabe?
Muñoz se pierde en el verde-oscuro de las paredes, sentado frente a la mesa de madera, intentando terminar el informe con la vieja máquina de escribir (aquella a la que le hace falta la “eñe” y la “o”). Su mirada, sin embargo, atraviesa al hombre extraño, quien no deja de observar el techo del calabozo donde ahora se encuentra.
Llevaba tres días ahí y no había dicho ni una sola palabra excepto cuando lo trajimos esposado, recuerda. “Me llamo Jor-El. Yo planifiqué nuestro viaje”-había relatado.
-¿Sabe cómo la encontramos?. La voz gruesa de la mujer interrumpe la estructura de sus pensamientos.
Era un cuerpo esquelético, pálido y lleno de moretones. La mujer quien debía ser la madre, gritaba y botaba espuma por la boca. A pesar de que todos los vecinos corrimos a ayudarla, nada pudimos hacer.
El estaba como dormido. Drogado seguro.
Sólo un enfermo se atrevería a matar a su familia. ¿Acaso va a dudar de lo que vimos?. Sucedió aquí mismo, a unas cuantas cuadras.
Muñoz lee las hojas en las que sobresalen las palabras reconstruídas con el corrector y con la ayuda de un lapicero de tinta negra. ¿Será verdad que la maldad existe?-vuelve a distraerse.
Durante su trabajo como policía, ha entendido el significado de la miseria de los hombres y el dolor. Como si se tratara de un reflejo, introduce la mano derecha por debajo de su camisa.
Ahí está la cicatriz que la bala dejó cuando un desconocido montado en una bicicleta decidió dispararle en la puerta de su casa, el día de Navidad..
Entonces, el hombre del calabozo quien no muestra sentimientos de culpa o de dolor, será condenado por homicidio múltiple y merece ir a prisión por el resto de sus días. No hay dudas. El confesó ser el autor cuando lo encontramos en el escenario donde todo ocurrió.
Ese latido en la cicatriz ha sido la señal que necesitaba para completar algunas descripciones en su informe.
Al terminarlo, observa a la mujer morena, de carnes abundantes atrapadas en un hábito morado, agradeciéndole con un saludo y la más falsa de sus sonrisas.
-o-
Sentado bajo este inmenso sol, comienzo mis lecturas preferidas. No son novelas. Tampoco son libros de relatos cortos. Son historietas de Superman.
Me gusta Superman porque no es humano y se esfuerza por vivir entre nosotros. Además, no es inmortal y tiene un punto débil.
Sin embargo, leo y releo el capítulo en el cual su padre, Jor-El, enterado de la inminente destrucción de Kriptón, conversa con su esposa y acuerdan enviarlo por el espacio. Han asumido el dolor de su ausencia, con el único propósito de permitirle seguir viviendo si la nave espacial que lo transportara, fuera capaz de llevarlo a un planeta vivo.
Me hubiera gustado construir naves espaciales pero en mi escuela el profesor eligió enseñarnos ejercicios repetidos de aritmética y álgebra-recuerda.
A pesar de estas limitaciones intelectuales, y de que mi trabajo consiste en colocar ordenadamente ladrillos, varillas y mezclas, sigo soñando con que algún día podré transportarme fuera de este mundo, en el hipotético caso en que éste comenzara a destruirse.
Mis amigos que no saben nada ni de los planetas de la vía Láctea, ni mucho menos de otras constelaciones, se burlan de mí y de mis soliloquios, En silencio diseño algunas formas de escape, que jamás les compartiré porque sus vidas se encuentran excesivamente aferradas a la tierra.
AUTOR: German Valenzuela
Derechos resevados.
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Venezuela: El fenómeno de estar “bien” en un país que está muy mal
Al levantarme, lo primero que leí fue un tuit del escritor venezolano Héctor Torres donde hacía alusión a Viktor Frankl, un psiquiatra y neurólogo austriaco que sobrevivió a los campos de concentración nazi.
“Los más aptos para la supervivencia eran aquellos que sabían que les esperaba una tarea por realizar”, era la cita tuitera de Torres.De inmediato, me trasladé a los días de oscuridad que viven los venezolanos en Venezuela y los venezolanos fuera de sus tierras, donde todos tratan de protegerse mutuamente omitiendo situaciones y verdades.
Salvando los momentos de un chat en WhatsApp con un “estoy bien” aunque se esté muy mal.
En casa:
—No tenemos luz, pero estamos bien.
—No ha llegado el agua, pero estamos bien.
—No sabemos cuándo acabará esto, pero estamos bien.
Afuera:
—No estoy trabajando, pero estoy bien.
—Quizá no me alcance para pagar este mes el alquiler, pero estoy bien.
—Los extraño y a veces siento que no podré, pero estoy bien.
Miles de mensajes como estos se repiten a manera de loop entre quienes se quedaron ‘aguantando la pela’ y quienes decidieron jugársela afuera con el temerario ‘comenzar de cero’. El “estoy bien” se convirtió en nuestra propia herramienta de supervivencia.
Fui a leer a Frankl, para tratar de entender este fenómeno que se prolifera en las circunstancias peores, en días de oscurana y de incertidumbre mala sangre inyectada por los agentes sádicos del poder.
Aunque distintos de manera significativa y prominente, estos escenarios caóticos me engullen la cabeza de curiosidad absoluta, de cómo el psiquiatra logró salir con vida de aquello y cómo nosotros luchamos a diario para lograr contarlo mañana.
Frankl en su libro “El hombre en busca del sentido” relata su experiencia como un prisionero común en los campos de concentración y cómo lo que denominó como logoterapia le ayudó a ver luz en todas las situaciones de dolor.
Contó que el valor humano era reducido a un simple número; él era el 119.104. La recompensa por cavar un túnel como superhumano, le valía cupones para cigarros, y los cigarros eran canjeables por sopa, que le resultaba “un verdadero respiro frente a la inanición durante dos semanas”. También describe las funciones de los “capos”, unos esclavos, muchas veces de pocos escrúpulos, que se fusionaban con los de la SS.
En Auschwitz se produjo la fase del shock. Detalló que allí eran trasladados en vagones atiborrados unas 1100 personas, donde apenas podían avistar el amanecer por una hendija. Todos pensaban que irían a una fábrica de municiones, hasta que alguien gritó el nombre de aquel horroroso lugar dispuesto de cámaras de gas, crematorios y matanzas en banda.
El terror se apoderó de Frankl, pero se sopesaba con la “costumbre al horror inmenso” de esos días. Me sorprendió la similitud en unas de sus líneas con la realidad intermitente criolla.
Cuando las portezuelas del vagón se abrieron en Auschwitz, un grupo prisioneros ataviados de uniformes rayados entró alborotando. Describió que tenían la cabeza afeitada, pero parecían bien alimentados.
“Hablaban en todas las lenguas europeas imaginables y todos parecían conservar cierto humor, que bajo tales circunstancias sonaba grotesco. Como el hombre que se ahoga y se agarra a una paja, mi innato optimismo (que tantas veces me había ayudado a controlar mis sentimientos aun en las situaciones más desesperadas) se aferró a este pensamiento: los prisioneros tienen buen aspecto, parecen estar de buen humor, incluso se ríen, ¿quién sabe? Tal vez consiga compartir su favorable posición”, relató el psiquiatra.
Mientras más leía más se me parecía a las manifestaciones de fe supeditadas a la gravedad de la penuria que están transcurriendo y a discursos demagogos que nos sirven de Tachipirín dos o tres veces por semana.
Definió algo llamado en psiquiatría “ilusión del indulto”, según el cual el condenado a muerte, en el instante antes de su ejecución, concibe la ilusión de que le indultarán en el último segundo. “También nosotros nos agarrábamos a los jirones de esperanza y hasta el último momento creímos que no todo sería tan malo”.
Contó que noventa por ciento de ese grupo fue enviado a los crematorios, donde les entregaban un jabón haciéndoles creer que eran baños. Él estuvo en el grupo reducido directo al trabajo forzoso. Previamente los desinfectaron y se encontraban con oficiales de las SS con comportamientos “casi encantadores”.
Y así me traslado a convenios donde nosotros no ganábamos nada, pero los agentes de poder maquillaban nuestra deuda infinita con almidonadas palabras o cuando nos aferramos a la cuerda de rescate invisible de los norteamericanos, o cuando creemos que un buen día se cansaran de hacernos daño y se irán por cuenta propia. “Vuelven a aparecer focos de esperanza cuando por el pensamiento de ese pequeño grupo desfilaba la idea de que los desalmados les quitarían sus pertenencias para devolverlas a posteriori “¿Por qué no habíamos de dar nuestro reloj a aquellas personas relativamente agradables? Tal vez algún día nos lo devolverían con creces”, refleja parte del texto del psiquiatra.
Aunque existen muchos libros, películas y testimonios de lo que pasó en aquellos tiempos de crueldad, que todavía existen, incluso peores, en algunas latitudes olvidadas y perdidas entre las noticias internacionales, no puedo evitar el desencanto por el humano inhumano y leer con la garganta seca de tragos salivados que me genera este texto.
“Las ilusiones que algunos de nosotros conservábamos todavía las fuimos perdiendo una a una; entonces, casi inesperadamente, muchos de nosotros nos sentimos embargados por un humor macabro. Supimos que nada teníamos que perder como no fueran nuestras vidas tan ridículamente desnudas. Cuando las duchas empezaron a correr, hicimos de tripas corazón e intentamos bromear sobre nosotros mismos y entre nosotros. ¡Después de todo sobre nuestras espaldas caía agua de verdad!”
Resulta increíble que todavía hay entre nosotros espacio para la risa. Burlarnos de los brutos poderosos, de sus artimañas y torpezas. A veces la rabia se nos convierte en indiferencia. Mi hermano estuvo de cumpleaños en medio del apagón en Venezuela. Cuando por fin llegó un poco de señal, obtuve su respuesta a mi preocupación: “Mami te envía la bendición. Nosotros somos unos guerreros. Los mensajes se tardan, porque no es que a veces se nos va la luz, es que a veces nos llega. Igual ando activo para todo y hoy me tomo una botella”.
Frankl dice que además de ese raro humor la curiosidad fue otra cosa que se apoderó de los prisioneros. Era la curiosidad de saber si saldrían con vida de Auschwitz.
“Al llegar a este punto, cultivábamos este estado de ánimo como medida de protección. Estábamos ansiosos por saber lo que sucedería a continuación y qué consecuencias nos traería, por ejemplo, estar de pie a la intemperie, en el frío de finales de otoño, completamente desnudos y todavía mojados por el agua de la ducha. A los pocos días nuestra curiosidad se tornó en sorpresa, la sorpresa de ver que no nos habíamos resfriado”, relató.
Continuó asegurando que todo lo que dicen los textos sobre las capacidades del cuerpo humano quedaron en evidencia. Eran puras mentiras. “Yo había vivido convencido de que existían unas cuantas cosas que sencillamente no podía hacer: no podía dormir sin esto, o no podía vivir sin aquello. La primera noche en Auschwitz dormimos en literas de tres pisos. En cada litera (que medía aproximadamente 2 X 2,5 m) dormían nueve hombres, directamente sobre los tablones. Para cada nueve había dos mantas. Claro está que sólo podíamos tendernos de costado, apretujados y amontonados los unos contra los otros, lo que tenía ciertas ventajas a causa del frío que penetraba hasta los huesos”.
Guardando siempre las distancias, también nosotros nos dimos cuenta que sí sobrevivimos sin internet, sin luz, sin agua potable, dormir en las aceras para combatir el calor, pasar horas de pie en busca de alimentos. ¿Por cuánto tiempo más? No lo sabemos. Algunos se quedaron en esta carrera. Hospitales andando a punta de linternas, el bocado de comida o la medicina que nunca llegó mató a un grupo de nosotros.
Viktor Frankl reafirma la teoría de Dostoyevski que asegura terminantemente que el hombre es un ser que puede ser utilizado para cualquier cosa, “pero no nos preguntéis cómo”.
“En la primera fase del shock, el prisionero de Auschwitz no temía la muerte. Pasados los primeros días, incluso las cámaras de gas perdían para él todo su horror; al fin y al cabo, le ahorraban el acto de suicidarse”, explicó.
Tras superar esa primera fase llegaba la etapa de la apatía que describe como “muerte emocional”. Habló de que los prisioneros “amortiguaban” las emociones que comenzaban con “la añoranza sin límites de su casa y de su familia. A veces era tan aguda que simplemente se consumía de nostalgia. Seguía después la repugnancia que le producía toda la fealdad que le rodeaba, incluso en las formas externas más simples”.
Ahora, esa añoranza no solo transcurre en la mente de los que se fueron, sino en los que continúan viviendo en primer plano la desgracia socialista corrupta. También se extraña el país dentro del país, la familia, hasta lo que antes resultaba cotidiano y banal. Todo es una extrañeza y un “antes…” mezclado con arrechera que no deduce tiempos.
En esta fase los que sufrían, los enfermos, los agonizantes y los muertos “eran cosas tan comunes para él tras unas pocas semanas en el campo que no le conmovían en absoluto”. Como para nosotros la delincuencia, la delgadez obligada y la ausencia de luz nos la hicieron cotidiana.
Fresca en mi cabeza aquella escena donde una mujer cargaba a su hija de 19 años y 10 kilos ya muerta hasta la morgue en Carabobo. Ya no lloraba, solo caminaba con la mirada perdida y el cuerpo esquelético en brazos. Se le habían acabado las lágrimas.
“Estuve algún tiempo en un barracón cuidando a los enfermos de tifus; los delirios eran frecuentes, pues casi todos los pacientes estaban agonizando. Apenas acababa de morir uno de ellos y yo contemplaba sin ningún sobresalto emocional la siguiente escena, que se repetía una y otra vez con cada fallecimiento. Uno por uno, los prisioneros se acercaban al cuerpo todavía caliente de su compañero. Uno agarraba los restos de las hediondas patatas de la comida del mediodía, otro decidía que los zapatos de madera del cadáver eran mejores que los suyos y se los cambiaba. Otro hacía lo mismo con el abrigo del muerto y otro se contentaba con agenciarse —¡imagínense qué cosa!— un trozo de cuerda auténtica. Y todo esto yo lo veía impertérrito, sin conmoverme lo más mínimo”.
Este párrafo me pareció un interesante símil como cuando comenzaron a organizarse los saqueos. Juraría haber visto a una mujer embarazada, a niños y hombres con los ojos llenos de nada y hasta sonrisas robando aquello. Aquí no se trataba de supervivencia, eran unos zapatos de marca, incluso bisutería extraídos de un mall. También me traslado a la llegada para la cobertura de un suceso y el hampa, antes que la policía, había desvalijado ropas, celulares y partes del carro con los cuerpos ensangrentados adentro.
Cuando leo a diario las publicaciones de los venezolanos, no de medios, de los venezolanos que ahora pueden expresarse a través de sus propios medios, puedo notar que los cambios en el estado de ánimo, incluyendo el mío, coinciden. Van de la burla a la rabia, de la rabia al desánimo, del desánimo a la esperanza; y la cosa de vuelve cíclica, dependiendo de las últimas acciones patéticas de los rojos. Esto se llama, según el neurólogo, “la agonía mental causada por la injusticia y lo irracional”.
Dentro de un careo ligero con un capataz, Frankl pudo soltarle argumentos sobre por qué no podían ser lo suficientemente eficientes en los trabajos a los que eran sometidos: “Ningún trabajador normal y corriente vivía con 300 g de pan (teóricamente, pero en la práctica recibíamos menos) y 1 litro de sopa aguada al día; que un obrero normal no vivía bajo la presión mental a la que nos veíamos sometidos, sin noticias de nuestros familiares que, o bien habían sido enviados a otro campo o habían muerto en las cámaras de gas; que un trabajador normal no vivía amenazado de muerte continuamente, todos los días y a todas horas”.
De esto último, no nos queda ninguna duda. Lloramos encerrados en algún baño, esperamos la hora del almuerzo para estancar nuestros ojos en el teléfono, la impotencia de poder hacer poco o nada desde la distancia. Para los que están adentro, su tiempo solo se consume en “resolver” más que vivir.
El texto reseña algunos de los sueños más comunes de los prisioneros. Casi siempre eran de cosas que carecían: pan, pasteles, cigarrillos y baños de agua templada. Debo decir que mi sueño más recurrente tiene como escenario la casa de mi madre. Y así, cada uno sueña con aquello que no tiene.
“Observemos a la mayoría de los prisioneros que trabajan uno junto a otro y a quienes, por una vez, no vigilan de cerca. Inmediatamente empiezan a hablar sobre la comida. Un prisionero le pregunta al que trabaja junto a él en la zanja cuál es su plato preferido. Intercambiarán recetas y planearán un menú para el día en que se reúnan: el día de un futuro distante en que sean liberados y regresen a casa (…) Hasta que de pronto una advertencia se irá transmitiendo, normalmente en forma de consigna o número de contraseña: “el guardia se acerca”. Siempre consideré las charlas sobre comida muy peligrosas. ¿Acaso no es una equivocación provocar al organismo con aquellas descripciones tan detalladas y delicadas cuando ya ha conseguido adaptarse de algún modo a las ínfimas raciones y a las escasas calorías?!” Ciertamente lo es. Acostumbrarnos a la miseria y delirar con algo distinto ya ha cobrado vidas.
Se me arruga el estómago imaginando esta escena que bien puede estar sucediendo justo ahora (2019) en cualquier parte de Venezuela: “Cuando desaparecieron por completo las últimas capas de grasa subcutánea y parecíamos esqueletos disfrazados con pellejos y andrajos, comenzamos a observar cómo nuestros cuerpos se devoraban a sí mismos. El organismo digería sus propias proteínas y los músculos desaparecían; al cuerpo no le quedaba ningún poder de resistencia. Uno tras otro, los miembros de nuestra pequeña comunidad del barracón morían”.
Tan cierto es el fragmento donde explicó que quienes “no hayan pasado por una experiencia similar difícilmente pueden concebir el conflicto mental destructor del alma ni los conflictos de la fuerza de voluntad que experimenta un hombre hambriento”.
Asimismo, contempló que hasta “el más fuerte de nosotros soñara con un futuro en el que tendría buenos alimentos y en cantidad, no por el hecho de la comida en sí, sino por el gusto de saber que la existencia infrahumana que nos hacía incapaces de pensar en otra cosa que no fuera comida se acabaría por fin de una vez”.
Frankl habló de la ausencia, casi nula, de pensamientos sexuales, así como la de sentimentalismo, pues, solo había cabida para concentrarse en “salvar su pellejo”. También resume que la política y religión eran temas frecuentes, sobre todo la política con “rumores contradictorios” de acciones militares. “Una y otra vez se desvanecían las esperanzas de que la guerra acabara con celeridad, esperanzas avivadas por rumores optimistas. Algunos hombres perdían toda esperanza, pero siempre había optimistas incorregibles que eran los compañeros más irritantes”, refirió.
Detalló sobre el arte en los campos de concentración como medida para despejarse temporalmente de esa catástrofe de maldad con una especie de “cabaret”, se cantaba, se recitaban poemas y se hacían chistes satíricos referentes al campo.
“Nunca olvidaré que en la segunda noche que pasé en Auschwitz fue la música lo que me despertó de un sueño profundo. El guardia encargado del barracón celebraba una especie de fiestecilla en su habitación, que estaba próxima a la entrada de nuestra puerta. Voces achispadas se desgañitaban cantando tonadas gastadas. De pronto se hizo el silencio y en medio de la noche se oyó un violín que tocaba desesperadamente un tango triste, una melodía poco conocida y poco desgastada por la continua repetición. El violín lloraba y una parte de mí lloraba con él, pues aquel día alguien cumplía 24 años, alguien que yacía en alguna otra parte de Auschwitz, quizás alejada sólo unos cientos o miles de metros y, sin embargo, fuera de mi alcance. Ese alguien era mi mujer”.
Pese a estos episodios desoladores, el psiquiatra aseguró que el humor representó una herramienta importante de supervivencia. “Le sugería que debíamos hacernos la solemne promesa de que cada día inventaríamos una historia divertida sobre algún incidente que pudiera suceder al día siguiente de nuestra liberación. Se trataba de un cirujano que había pertenecido al equipo de un gran hospital, así que una vez intenté arrancarle una sonrisa insistiendo en que cuando se incorporara a su antiguo trabajo le iba a resultar muy difícil olvidar los hábitos que había aprendido en el campo de concentración. Al pie de la obra que construíamos (y en especial cuando el supervisor hacía su ronda de inspección) el capataz nos estimulaba a trabajar más de prisa gritando: “¡Acción! ¡Acción!” Así que dije a mi amigo: “Un día regresarás al quirófano para operar a un paciente aquejado de peritonitis. De pronto, un ordenanza entrará a toda prisa y anunciará la llegada del jefe del equipo de operaciones gritando: “¡Acción! ¡Acción! ¡Que viene el jefe!”
Cuando volvamos a ser medianamente libres, quizás me vuelva al teclado para comparar lo que nos ocurra con las fases que Frankl escribió sobre estas etapas posliberación. Mientras más leí, más similitudes encontré. Todos soñamos con el día del regreso o en el ser comité de bienvenida. Con el reencuentro contando a nuestros amigos aquella experiencia como mesera, jardinero o bien cómo aprendimos a comer yuca en todas sus formas. Con volver a ver a la abuela, con ser la confidente especial de alguna sobrina, de un domingo de parrilla.
A menudo hago diálogos mentales sobre cómo contaré esta experiencia. Justo ahora me río y lloro a la vez. Volver, siempre el obstinado sueño de volver.
La pregunta por el sentido de la vida
“Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y* después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida y, en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiriera continua e incesantemente. Nuestra contestación tiene que estar hecha no de palabras ni tampoco de meditación, sino de una conducta y una actuación rectas. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.
De todo lo expuesto debemos sacar la consecuencia de que hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: la “raza” de los hombres decentes y la raza de los indecentes. Ambas se encuentran en todas partes y en todas las capas sociales. Ningún grupo se compone de hombres decentes o de hombres indecentes, así sin más ni más. En este sentido, ningún grupo es de “pura raza” y, por ello, a veces se podía encontrar, entre los guardias, a alguna persona decente”.
@ManualDel Grillo
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Algunas ideas sobre éxito, felicidad y sentido vivido
Prof. Sebastián Rueda Matus
Algunas veces, hallazgos en la investigación sobre el bienestar parecen un poco obvios: cultivar la gratitud te hará más feliz, la meditación reduce tu estrés, se siente bien ser bondadoso (valga la redundancia)...
Pero ojo, eso no significa que la investigación científica del bienestar sea una pérdida de fondos y recursos para comprobar lo que todos ya sabían. La ciencia opera como separador de la paja y el trigo, una herramienta para la intuición, esa fuerza superior que a veces se nos puede ir de las manos, porque para intuir hay que confiar, si intuyes es porque algo dentro tuyo está vibrando, algo tuyo se conectó con un lugar más allá de tu individualidad, comunicándote cosas que a veces pueden exceder al alcance de la observación a través de tus sentidos.
Sin embargo esta intuición no debemos entenderla como situada en una jerarquía asimétrica de saberes, estando ésta sobre otros conocimientos, como aquel conocimiento obtenido por medio de la observación del mundo físico. No, eso sería organizar los saberes de un modo en el que no se aprovecha la potencialidad de conectar distintas perspectivas. En efecto, más bien debiésemos entender la intuición como nutrida por la ciencia, una miel sustentada en un consenso a través de la buena fe que provee el pensamiento lógico, demostrable y falsable.
Y esto es porque muchos hallazgos empíricos pueden ser muchas veces contraintuitivos, pudiendo reorientar la atención de la intuición hacia lugares más apropiados, la intuición puede conectarse de forma nutricia con el saber científico a través de la idea de "Ciencia Estética", una integración entre la investigación científica entendiéndose como viva siempre y cuando se encuentre en una relación con la experiencia vivida, en el fenómeno, el aquí y ahora. Una integración, no un solapamiento. Un equipo y no partes separadas. El agregado que emerge producto de la combinación de las dos nociones sería el corpus teórico de la Ciencia Estética, algo nuevo que surge de la nada,
Y volvemos así con este entendimiento a una idea muy antigua que ya viene de los tiempos de Protágoras, quien planteó que "aisthesis es episteme" (http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-43602015000100011). Nuestra forma de aproximación al conocimiento es estética, acontece en la experiencia del sentir. Siento, luego soy.
Cuando notas que sucede el fenómeno de la ciencia estética aumenta tu conciencia, te das cuenta que de repente la nueva verdad parece tan armónicamente bella. Aunque hubiese sido contraintuitiva a priori. Y eso pasa en la situación de aquellas conclusiones arrojadas por la investigación científica, lo que nos permite seguir creciendo, no bajo el modo positivista de secuencialidad y organización jerárquica de saberes, sino más bien como un viaje que ocurre durante la experiencia vivida, una armonía en clave fractal, de partes que constituyen un continuo que es mayor que su suma.
Para clarificar lo anterior, partamos revisando algunos hallazgos acerca del constructo denominado "éxito". En el pasado, investigadores se enfocaron en el estudio de la influencia y la información que los empleados gestionaban en sus organizaciones. Este modelo pertenecía a una visión del mundo donde influencia e información se veían limitadas a lo disponible, bajo la idea de un "juego de suma cero" donde el que acumula más de estos elementos le sitúa en una jerarquía mayor que a los otros. Se visualizaban complejas redes de interconexiones donde los empleados más influenciadores y conocedores de su entorno se ubicaban al centro de esos universos. Actualmente, un profesor de la Universidad de Michigan llamado Kim Cameron intentó probar un nuevo mapeo de las organizaciones, basado en su "energía relacional", que se enfocaría en qué tanto de tus conversaciones motiva, envalentona y energiza a otros, en vez de cansarlos y chuparles la energía para así tú como líder acumular más energía.
El resultado del mapeo propuesto por Kim Cameron fue que esta red de energía relacional predijo el desempeño de los empleados 4 veces mejor (https://www.researchgate.net/publication/279066497_Relational_Energy_at_Work_Implications_for_Job_Engagement_and_Job_Performance) que las redes basadas en la acumulación de influencia e información. En otras palabras, tener un impacto positivo y energizante en otros parece ser mucho más importante que cuánto logras escalar en una empresa y así tener subordinados, o acumular secretos para ti solo. Y cuando un líder es más positivo y energizante los compañeros se desempeñan mejor, están más satisfechos y comprometidos con sus trabajos, y tienen también un mayor bienestar en su vida personal.
La investigación de Cameron ha encontrado que los líderes positivos energizadores tienden a ser dignos de la confianza de los demás, agradecidos de lo que les ha tocado vivir, humildes y sencillos, auténticos y capaces de perdonar; también son solucionadores de problemas utilizando altos estándares de desempeño. Estas características no son algo propio del carisma, porque el carisma es una forma de encanto que se manifiesta independiente de las cualidades cultivadas por el líder, siendo el carisma una especie de encanto natural. La energía relacional no depende del carisma porque no es algo natural ni dado previamente: la energía relacional sucede en la experiencia, sólo existe si es cultivada por el líder; eso garantiza su condición viva.
La otra realidad contraintuitiva es que lo que creemos sobre nosotros, nuestra mentalidad, nuestra actitud, tiene efectos físicos sobre nuestros cuerpos. Sí, se puede decir que esto se ha sabido desde siempre, pero ¿Por qué en la actualidad nos estamos enfrentando a las tasas de depresión más altas en la historia humana? Y especialmente en los adolescentes, los post-millenials que les dicen, que en su uso permanente de dispositivos tecnológicos desde pequeños se han visto expuestos a fenómenos imprevistos por las sociedades (https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2017/09/has-the-smartphone-destroyed-a-generation/534198/?utm_source=twb) Si fuese intuitivo el hecho de que lo que piensas incide en tu cuerpo y su condición (como el funcionamiento del sistema inmune y del sistema endocrino), entonces no estaríamos ante tamaña epidemia en la que se ha convertido la depresión, y seguro estaríamos viviendo bajo otro modelo de sociedad que entregue más bienestar. Es en ese sentido contraintuitivo, porque si fuese tan intuitivo, los gobiernos ya estarían invirtiendo en salud mental con la prioridad que deberían.
En torno a este último punto, la profesora de la Universidad de Stanford Alia Crum sostiene esta conclusión de la influencia de nuestra disposición mental y actitud sobre nuestro cuerpo en base a una serie de estudios en los que colaboró, donde se confirmaba el enlace entre estrés y una peor respuesta del cuerpo a las enfermedades cuando creemos que el estrés es malo para nosotros (http://mbl.stanford.edu/sites/default/files/crumetal_roleofstressmindset_0.pdf). Otro estudio arrojó que cuando se piensa sobre los niveles de ejercicio que uno realiza, comparándose con otros, afecta nuestro riesgo de morir si en una rutina de ejercicio vamos más allá de nuestro nivel de actividad (https://mbl.stanford.edu/sites/default/files/zahrt-crum2017_healthpsychology.pdf); otro estudio concluye que una misma bebida afecta nuestras hormonas del hambre (Grelina) diferentemente, dependiendo sobre si creemos que esa bebida es saludable o si no lo es (https://mbl.stanford.edu/sites/default/files/crum_mindovermilkshakes_healthpsych2011.pdf); y también, otro estudio observó que el peso y la presión sanguínea de unas mucamas de un hotel aumentaban si se les decía y asumían una actitud y creencia de que su trabajo era hacer gimnasia y ejercicio físico (https://mbl.stanford.edu/sites/default/files/crum_exerciseplacebo_psychsci2007.pdf).
De este modo, también cobra sentido la teoría de la indefensión aprendida de Martin Seligman (1967), ya que comunicarle consistentemente a otra persona que su estilo de vida no es saludable provocaría una profecía en la otra persona que la orientará hacia el cumplimiento de ese mensaje comunicado. Profecía autocumplida. Y la alternativa a esto sería que, en vez de enfocarse en el comportamiento no deseado, tiene mejores efectos en el bienestar enfocarse en enfatizar la conducta que apunta hacia el logro deseado, cultivar una actitud positiva así entonces llevaría a una mayor posibilidad de logro de los objetivos planteados por la persona.
El sistema nervioso interpreta con más fluidez los mensajes afirmativos, porque el cerebro necesita primero entender lo que tú te estás diciendo para luego negarlo (https://www.psychologicalscience.org/news/releases/true-or-false-how-our-brain-processes-negative-statements.html), por lo tanto es más efectivo y provechoso decirle a alguien que “va a hacer bien” algo, en vez de decirle que “no va a hacerlo mal”. Ante una catástrofe vital es mejor para nuestro organismo considerarnos “sobrevivientes” de la catástrofe (desastre natural, quiebre de pareja, guerra, muerte de un ser querido, etc.) que considerarse una “víctima”. ¿Se nota la diferencia? Sin negar el hecho vivido, el uso de las palabras permite la construcción de nuevos escenarios, nuevas narrativas sobre uno mismo, considerando el “sí-mismo” como lo planteó Varela en El organismo: una trama de identidades sin centro, contenido en su libro “El Fenómeno de la Vida” (2000).
En vez de asustar a la gente con problematizaciones y estadísticas de lo mal que está la situación en el mundo y/o en un tema específico, podríamos hacer mejor las cosas poniendo énfasis en lo placentero que puede ser una experiencia, la felicidad que te puede reportar el fluir en una actividad específica que esté al alcance de la persona, y así. Porque en realidad el sentido de la vida puede estar muy cerca de nosotros, en el aquí y ahora.
Es lo que ha encontrado la académica de la Universidad de Missouri Laura King, que hace referencia a que sí son las pequeñas cosas las que más sentido dan a la vida, más que los grandes relatos, sujetos a permanente transformación. Por ejemplo, ver imágenes de árboles que representan el paso de las estaciones, o ser recordado de palabras relacionadas con las mañanas (amanecer, pan con palta, tecito en la cama) durante la mañana, o cultivar más hábitos y pequeños ritos en el día a día (http://www.mentorcoach.com/king/(A)_HeintzelmanTrentKingPSC_(3).pdf).
En el reverso de la moneda, King encontró que nuestro sentido de buscar significado vital es bastante resiliente a la adversidad. Por ejemplo, menciona que hay verdadero significado cuando éste perdura más allá de las derrotas, y que éstas incluso ayudan a reforzar el sentido de significado de los que perdieron, aunque sí el mismo hecho de perder crea otros sentimientos negativos. La idea es que estos sentimientos negativos que da provoca la adversidad no son suficientes para destrozar el significado. De cierto sentido, en el significado está el temple, el ancla que se necesita para llevar a cabo una vida satisfactoria, haciendo el enlace con los planteamientos de PuntoFractal sobre el Temple (Baeza y Sotomayor, 2017).
De este modo, vivir en constante crisis no significa que haya una crisis de significado, crisis de sentido. Son cosas distintas al plantearse que el significado y el sentido de la vida y de las cosas no está reservado solo para hitos especiales y trascendentes, sino que el sentido es algo que se va viviendo en el momento mismo, en la emergencia del fenómeno, volviéndose este sentido-significado parte íntegra, condición sine qua non, de nuestras vidas, sólo si somos capaces de abrir los ojos, de hacernos conscientes, de darnos cuenta de ello.
La conciencia solo ocurre en la vivencia, y el concepto de vivencia viene del concepto alemán de Erlebnis, que surgió en el ámbito artístico y filosófico desde los trabajos de Dilthey, que la refiere a un "dato fundamental, la unidad básica de conocimiento en las llamadas ciencias del espíritu" (Viñas, 2007, p. 383), que se contrapone al estudio de un simple conjunto de hechos considerados como objetivos, puntuales, finitos y estáticos. La vivencia es experiencia, una experiencia de vida o experiencia personal (das Erlebte) que tiene un motivo que emerge en el momento acontecido, que deja huella, transforma, modifica al sujeto, tiene efecto de significado además de intensidad y duración. Implica la inmediata comprensión de un algo. Esta vivencia se vive personal, pero no es meramente subjetiva: además de recuerdos y sentimientos, también son componentes de la vivencia categorizaciones socialmente construidas, como el contexto socio-histórico, el tiempo y el espacio, todo imbricado, intersubjetivamente.
Este concepto de Erlebnis puede ir más allá de lo particular, episódico y secuencial, para configurarse en un entramado de vivencias que se asemeja a lo que Husserl denomina Lebenswelt o "Mundo de la Vida", que es constituido por vivencias en constante fluir, vivencias anteriores a toda teoría, a toda descripción, porque están inscritas en el espacio-tiempo, pertenecen a él, y vivir en el Lebenswelt implica el "vivir-allí natural en tanto que <<ahí>> lisa y llanamente conforme a la percepción (o al recuerdo)" (1954/1991, p. 230), un mundo de la vida originaria, unitaria y homogénea, la fuente y raíz del sentido, que no puede no asociarse a lo vivido y las condiciones personales, sociales e históricas en el cual acontece.
Más allá de la lógica de la razón instrumental que ha sido hegemónico en el discurso moderno occidental y que hace pensar desde el sentido común la idea de sentido vital como objetivos logrados bajo una actitud de mirada hacia lo externo, de lograr conseguir algo que está ahí afuera, se ha podido demostrar incluso desde la actual evidencia científica, que la gente no necesita saber cómo hacer sus vidas más significativas, sino que necesitan saber que sus vidas ya son significativas, independiente de lo que haya sucedido o no. Lo banal como lo más profundo, pero ¿Acaso esto no nos inmovilizaría a todos, porque quizás bajo un sentido común todos necesitamos metas para luchar por un mejor vivir, lograr un objetivo para que se abran las puertas del cielo para nosotros?
En efecto, cuando creemos que nuestras vidas no tienen sentido intrínseco, porque en el presente estamos luchando por algo que está ahí afuera, ocurre que estamos asumiendo esta creencia, y efectivamente esta creencia contribuye a bloquear los beneficios de sentimientos más positivos y con ello bloqueamos nuestra capacidad de experimentar mejores relaciones.
Creer no es mentir, Creer es Crear una nueva realidad hacia adelante, y si creamos una nueva realidad Creer es crear porque tampoco existe eso de lo real, lo objetivo, lo racional-instrumental; nuestro cerebro capta virtualidades, construye virtualidades porque no puede escapar del lenguaje y por ello el cerebro mismo opera desde una virtualidad y construye una virtualidad de lo que denominamos real en sentido lato; la realidad es virtual (Varela, 2000; Zizek, 2003) y a través de ese modo el organismo humano ha resuelto las adversidades de la evolución creando una virtualidad que es el lenguaje, con el que nos movemos y que no encontramos ahí afuera en lo que denominamos naturaleza. La realidad se inscribe en el lenguaje y los juegos de lenguaje, refiriendo al concepto Wittgensteiniano, pero la virtualidad al ser el modo de operar en el Lebenswelt debe entenderse como un espacio diverso: hay diferentes creencias, y el tema de fondo radica en ejercer la voluntad para apropiarse de la creencia, y el modo de apropiación es vivir la creencia en la experiencia.
Quizás la vida de uno ya tiene un sentido, ya tiene una estructura, quizás nuestro destino ya se pueda predecir, en la medida que CREAMOS en la actitud que desplegamos en las vivencias, siendo auténticos VIVIENDO nuestras creencias, encarnándolas. Pensar en ellas desde la otredad, desde lo que se carece y se desea obtener, reduce nuestra energía disponible para experimentar lo que creemos. Y aquí no se habla de vivir una realidad de unicornios, como reacción en oposición a dejar de esclavizarnos a la dictadura de la racionalidad instrumental y las estadísticas. Es algo nuevo, es algo integrador, que resalta la responsabilidad del sujeto de encontrar espacios de resistencia en el acto de constante adversidad que es la vida.
La palabra es la cosa y no es la cosa simultáneamente. La cosa es lo vivido. La cosa “es” en cuanto vivido. La palabra es la virtualidad de la cosa y de lo vivido. La palabra, al ser virtualidad, es creación. La palabra puede crear narrativas sobre lo vivido, lo que puede predisponernos a vivir nuevas cosas. No podemos concebir lo vivido y la cosa sin lo virtual. Como organismos necesitamos lo virtual para vivir. Somos seres en permanente estado de creación y flujo, y cuando nos volvemos conscientes de “eso”, algo nuevo comienza.
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¿BUSH 2.0? *POR FRANCESCA MASSONE
Durante las últimas semanas, todos hemos podido ser testigos gracias a las noticias, de los ataques sin piedad que ha ordenado a diversos países el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Yemen, Siria y Afganistán han sido los escenarios de las ofensivas realizadas por el mandatario, que ha pesar de haber advertido a su país y al mundo entero sobre sus posibles actos antes de salir presidente, ha llegado a dejar atónitos hasta a los menos involucrados, pero ¿por qué?, ¿acaso las advertencias para nosotros no son más que eso, hasta que se cumplen? Millones de estadounidenses y hasta extranjeros con residencia en EE.UU, votaron por este gobernante, quien no hizo más que dar opiniones xenofóbicas y alardear sobre como podría mejorar como potencia a su querida parte de América del Norte. ¿No es un poco raro? Es entendible que los mismo inmigrantes que votaron por él, lo hicieron solo por un tema de competencia laboral y de beneficios egoístas para sí mismos, pero ¿qué pasó con las advertencias de ataques a otros países?, ¿se tomaron solo como promesas?,¿de verdad se creyó que no iban a suceder?,o peor aún, ¿de verdad estaban dispuestos a volver a un sistema más violento?. Creo que nada de esto es una sorpresa.
Si retrocedemos al año 2011, cuando el presidente de ese entonces era nada más y nada menos que George W. Bush, podemos entender perfectamente el modelo político que quiere imponer el actual presidente y que hasta el momento lo ha conseguido. Terror, todo es terror. Guerras interminables con países árabes a los que los mismos estadounidenses alguna vez les facilitaron armas, demostraciones de “superioridad” ante otros países solo por el hecho de tener armamento y otros avances tecnológicos mejores que su enemigo de toda la vida, Rusia, e incluso imponer sus ideologías a Sudamérica con el fin de tener un aliado. El periodo nombrado fue totalmente una muestra de un EE.UU que si es que llegaba a un acuerdo con algún país rival, era gracias al haber ganado una guerra. No existía el dialogo, solo la violencia, por la que muchas veces los países afectados llegaron a tener problemas económicos y a perder millones de vidas. “Nadie puede discutir que esta guerra haya tenido un elevado costo en vidas y en dinero, pero esos costos son necesarios si consideramos el costo de una victoria estratégica de nuestros enemigos” dijo el ex presidente al referirse a la guerra de Irak.
Uno de los motivos principales por los que Bush fue elegido, no fue por sus propuestas de mejora, fue por su conducta discriminadora al prohibir el matrimonio homosexual en Estados Unidos, solo por el hecho de no considerarlo “políticamente correcto” a lo que en ese entonces fue bien recibido e incluso aclamado, sin saber que más tarde la sociedad exigiría igualdad, exigiría derechos, exigiría vivir en paz.
Otra de las características del estadounidense fueron sus grandes maniobras con respecto al uso de la prensa, el como lograron usarla a su favor para masificar sus ideales y llegar a millones de personas para recibir su apoyo o solo para causar temor.
Volviendo a la actualidad, podemos ver que lo que estamos viviendo ahora no es más que una vil copia del pasado, pero que esta vez se nos fue advertido. Se nos ha vuelto a mostrar un modelo político en donde el gobierno de Estados Unidos quiere el poder absoluto, quiere ser el ejemplo ante todos solo por el hecho de demostrar que puede poner el pie encima y no solo eso, nos muestra que con una maniobra que parece ser tan pequeña que es el dar un punto de vista, una opinión o una perspectiva que parece ser benigna, puede hipnotizar completamente a una sociedad sin darse cuenta del daño que puede causar. Los ataques recientes no son más que una muestra de que seguimos cayendo en los juegos de un país el cual nos tiene dominados como peones y que además cree que nada vale más que la superioridad que demuestra tener al vencer, pero que solo es la muestra de que seguimos atrapados, de que la sociedad no avanza y que el destrozar vidas aún parece ser un juego para ellos, pero un juego mejorado o 2.0. *Estudiante, 21 años, Estación Central
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Sobre el confinamiento.
Un viernes 13 de marzo tomé una de esas decisiones que no tienen mucha cabeza y me aventuré a ir al concierto de Hombres G. Me habían regalado los boletos y yo amablemente los había rechazado porque, por un lado, veía la crisis del Coronavirus muy cercana y, por el otro, ya me había hecho a la idea de que no iría. Pero al final no pude resistirme, invité a Esaú y asistimos a la presentación de mis españoles favoritos.
Hombres G es de esas bandas que me trasladan en automático a mi adolescencia. Más o menos por esa época me hice fan gracias al descubrimiento de Lo Noto. Tendría yo unos 13 años cuando se realizó el lanzamiento y en mi repertorio de canciones de esta banda española solo figuraban las más famosas: Te quiero, obviamente y Un minuto nada más. Después de adquirir y chutarme completito el disco de Peligrosamente Juntos, no hubo marcha atrás, me habían conquistado y mi amorío con ellos continuaría por muchos años más. Verlos en vivo suponía un deleite musical y emocional, y fue esa la razón que me motivó en 2016 a ir al Machaca, un concierto organizado en Monterrey donde ellos serían uno de los 35 estelares. La realidad es que recuerdo muy poco de ese concierto, porque tras dos días parada, en un clima bochornoso y arriba de los 35 grados, no tuve otra opción más que embriagarme para mitigar la sed, el calor y el cansancio. Para cuando salió Hombres G el alcohol en mi sangre era bastante y la cordura en mi cabeza era nula. Hay videos que evidencian que la estaba pasando bastante bien, pero los recuerdos en mi mente eran pocos. Así que la visita de Hombres G a Torreón representaba una segunda oportunidad, donde podría construir recuerdos a lado de estos seres que tantos años habían alimentado mi alma, mis cursilerías y mi dramatismo con sus canciones. Llegué tarde al concierto, pero eso no evitó que Indiana Jones y Temblando llenaran el huequito que el concierto anterior había dejado. Y sí, pasé grandes momentos a lado de Esaú y de otras 4 mil personas que esa noche se dieron cita en el Coliseo...
Y pues... ¡qué bueno que decidí ir! Y qué bueno que no rechacé los boletos. Y qué bueno que me aventé a disfrutar de estos españoles... Porque dos días después se dio por anunciado el confinamiento. Bajo la frase “Quédate en casa” nos vimos orillados a resguardarnos del Coronavirus. Yo ni siquiera pude volver a la oficina, porque el martes que se supone asistiríamos todos, nos pidieron a quienes habíamos ido a eventos masivos que no acudiéramos. Me mandaron mis cosas en unas bolsas negras de basura y así comenzó este aislamiento obligado en el que ya tenemos 28 días.
Aún recuerdo el mensaje de mi jefe, un 16 de marzo, avisándome que no fuera a la oficina, que empezaríamos a trabajar desde casa y que no me preocupara, que todo iba a estar bien, que me marcaría temprano para afinar detalles. Yo, como todos, no sabía qué esperar de esta nueva dinámica de trabajo, así que como pude me alisté para trabajar desde la sala de mi casa. El primer día fue realmente agotador, y es que nadie te prepara para un caso así y no hay un manual de “trabajo desde casa”, porque nadie dimensionó los alcances de la llegada de un nuevo virus. Eran las tres y decidí acostarme y llorar. Llorar por lo que tal vez no hice, llorar porque no sabía cuando volvería a ver a mis compañeros de trabajo, llorar por la incertidumbre y llorar por la frustración. Más tarde, cambié el chip y me di cuenta de que realmente trabajar desde casa es el mejor de los escenarios dentro de un panorama apocalíptico. Quedarse en casa es la menos dañina de las peticiones cuando doctores y enfermeras tendrían que trasladarse a hospitales para tratar con miles de enfermos, poniendo en riesgo su vida.
No, el aislamiento no era tan malo. Tan solo por una cosa, una leve, casi minúscula situación en la que yo tenía envuelta más de 20 años: Mi querida, adorada y bien alimentada personalidad limítrofe. Y es que en situaciones como esta, el peor de tus enemigos es la mente. Y en mi caso, mi querido enemigo había declarado la peor de las guerras desde hace dos años que me sumergió en una depresión sin antecedentes. Sabía que no sería sencillo, pero no sabía hasta qué grado. Sabía que me enfrentaría a mis miedos hechos realidad, pero desconocía el alcance de sus repercusiones. Vergas. Sabía que necesitaría estar mucho más atenta a mis abruptos cambios de humor, porque mis picos bajos podrían llevarme a extremos peligrosos y que pondrían en riesgo mi relación conmigo misma, mi relación con mis amigos, con mi novio, con mi roomie.
Y bueno, idee un plan para combatir la ansiedad y la gran cantidad de pensamientos que ya se acomodaban de golpe, empujándose en mi cabeza, exigiendo salir. Cada detalle catastrófico que mi mente imaginaba estaba solicitando atención personalizada, y hubo un punto en el que les di rienda suelta: Ya, sí, a ver, pensemos en todo lo malo que puede ocurrir, a detalle, sin dejar lugar a dudas, lo más descriptivo posible. Imaginemos no solo situaciones sino también los sentimientos que provocarán cada una de ellas, hagámonos daño de esa manera, pensando en que perdemos a nuestros padres, que colapsa la economía, que morimos de coronavirus, que el mundo se acaba como lo conocemos, el desabasto, el hambre, los motines, la delincuencia. Me sumergí uno o dos días en explotar mi imaginación con toda la parte negativa: el virus evolucionando, el cuerpo humano siendo incapaz de combatirlo, una segunda etapa de la enfermedad donde todos los que la vivieron ahora mueren súbitamente... Me agoté a mí misma creando escenarios donde el sufrimiento era el protagonista y mis reservas de energía se fueron acabando poco a poco, lentamente... Hasta que se transformaron en lágrimas.
Dos días estuve llorando, tarde, noche, día. Entre comidas, mientras veía series, al trabajar. Paraba un poco con la visita de Esaú, pero apenas se iba y mi llanto regresaba, con una tristeza a la que no le veía origen. Mi tratamiento psicológico me ha orientado a que debo ver más allá, a identificar que mis emociones están provocadas por temas más profundos, y que en sí el confinamiento no era la causa de mi tristeza. Pero no lograba ver cuál era. Mi psicólogo me movió la sesión de esa semana y yo sentía cómo todo se derrumbaba dentro de mí. Me vi, como pocas veces me he visto: hecha bolita en un rincón de la casa, abrazando mis piernas como último recurso para sentir algo diferente a la tristeza, con un llanto imparable y la desoladora idea en la cabeza de que tal vez solo la muerte podría frenar ese absurdo sentimiento que ni forma tenía. Tuve miedo de mí misma y le llamé a mi mejor amiga, quien me ha acompañado siempre, en cada colapso mental, en cada ataque de ansiedad. Me contó que se sentía igual y eso me trajo un poco a la realidad: Lo que estamos viviendo, lo estamos viviendo todos juntos.Ya con un poco más de claridad en mis pensamientos me levanté por ahí del día 17 con ganas de hacer las cosas diferente: hice un calendario de actividades para poder enfocarme en algo cada día (armar un rompecabezas, hacer sudokus, jugar plantas vs zombies, etc) adapté un espacio en una zona de mi casa para que fuera mi oficina y así no tuviera que verme obligada a permanecer mucho tiempo en el mismo lugar y hasta me uní a un círculo de lectura virtual.
La realidad es que todo eso ayudó, pero no fue suficiente. Las noches seguían siendo interminables, las mañanas luchaba contra mil demonios para poderme despertar y no había poder humano o no humano que me motivara a entregar lo mejor de mí. Todo, absolutamente TODO me molestaba: el sonido fuerte de los pájaros, la gente en la calle, las publicaciones banales en redes sociales, mis compañeros laborales, la carga de trabajo, el cielo nublado, Esaú tardándose años en contestar... Puta, qué labor tan pesada era mantenerme despierta. Porque sí, empecé a dormir más en el día mientras que en la noche me carcomía el insomnio. Y fue cuando me di cuenta de que estaba en riesgo de un regreso súbito de mi depresión.
Mi siguiente cita con el psicólogo no me motivaba porque no tenía ganas de hablar de este encierro. Así que fui así, sin expectativas, dispuesta a hablar de cualquier otra cosa que no fuera la pandemia. Pero supongo que por algo estudias una carrera y por algo estás capacitado para atender gente, porque el psicólogo supo exactamente por donde llevarme para que, número uno, identificara qué era lo que realmente me estaba molestando de toda esta situación, para que así pudiera enfrentarlo; y dos, para que me diera cuenta de que ya estoy familiarizada con este tipo de infiernos, y por ende, ya sé por dónde está la salida, solo que tenía que pensarlo fríamente para poder verlo.
Desde esa última cita me he sentido diferente. Solo por hoy. Porque sé, la experiencia en esto me lo dice, que el camino no es en línea recta. Que hoy estoy bien, y estoy agradecida por eso, pero mañana tal vez mis hormonas y la mente me quieran hacer una nueva jugada, y tal vez me cueste más trabajo despertarme que otros días. Pero al menos ya podré recordar la conversación con mi psicólogo y aferrarme a un sentimiento de fe, a uno que me haga recordar que soy como un cubo rubik y en apariencia luzco complicada, pero mames, se resuelven en siete pasos. Y tal vez yo también.
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WorldEnd Syndrome es un slice of life envuelto en una trama de suspense y adornado con toques echii. Quienes vengan hasta este juego buscando un thriller, que sigan investigando, que dicho elemento no es el centro narrativo de la historia. No, aquí se viene a ver cómo los personajes viven su día a día y se relacionan entre ellos. Al tratarse de una novela visual japonesa, como no podía ser de otra forma, tiene como protagonistas a personas que van al instituto y está orientado a un público con una franja de edad entre 15 y 17 años, la misma edad que la mayoría de personajes principales del juego.
La trama gira en torno al pueblo donde nuestro protagonista, a quien podemos ponerle el nombre y el apellido por el que queramos que se le dirijan durante nuestra aventura, se acaba de mudar, Mihate Town. Sin embargo, no es un pueblo normal y corriente, dado que sufre una terrible maldición, y es que los Yomibitos regresan de entre los muertos para deambular entre los vivos hasta que pierden el control y acaban por cometer crímenes entre la población. ¡Bienvenidos al análisis de WorldEnd Syndrome!
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Si lo sé, no vengo
WorldEnd Syndrome toca palos previamente aporreados. Somos un chico que se va a vivir a una ciudad nueva. ¿Dónde vamos a vivir? En una mansión. ¿Sorprendente? Más bien conocido. ¿Estamos solos en nuestra nueva residencia? En absoluto, dado que una prima nuestra vive con nosotros y nos tiene como amo de casa. ¿Original? No lo creo. ¿Se unen más personas de nuestro sexo opuesto a vivir con nosotros? Muy rápido tenemos otra boca que alimentar. ¿Inesperado? Para nada. Y ahí no acaban los elementos más comunes dentro de su género. Si nos paramos a echar un vistazo a los personajes, encontramos los tropos una y otra vez utilizados. La chica orgullosa y mandona, la compañera rica y engreída, o el colega que te pilla por banda en cuanto llegas a clase y que te dan ganas de golpearle en la cabeza con un remo no se calla y resulta cargante e incómodo la mayor parte del tiempo. Si sois fans del género os vais a sentir como en vuestra propia casa, no vais a tener apenas margen para ninguna sorpresa ni nada que intente asomar los pies del tiesto.
Los personajes han sido diseñados por Yuki Kato, artista principal de la saga BlazBlue, quien a pesar de dejar su sello personal, no logra dotar de gran carisma a los personajes. Sin embargo, dichos diseños junto a unos escenarios detallados logran dotar al juego de una elegancia y una belleza que le sientan muy bien. La música acompaña bien, pero salvo dos temas, y uno de ellos es el que podéis escuchar en el tráiler que os hemos dejado arriba, es muy olvidable y pasa desapercibida la mayor parte del tiempo. Acabamos por prestar más atención a los efectos de sonido, como las pisadas de los alumnos del instituto o el vaivén de las olas del mar, antes que a su banda sonora. Por último, hay que remarcar que nos llega únicamente con voces en japonés y textos en japonés e inglés.
Y dad gracias que no nos piden hasta el DNI
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WorldEnd Syndrome – You’re dead
WorldEnd Syndrome es una novela visual que ni se plantea salir de su zona de confort ni del estereotipo en ningún momento, que se conforma con contar lo mismo que otros muchos han dicho antes que ellos y que se acaba en un suspiro, lo que tardan en matarnos.
Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga de WorldEnd Syndrome para Nintendo Switch proporcionado por Pqube. Versión analizada: 1.0.1
No todo es lo que parece
¡Esperad! ¡Hay más! Resulta que lo visto hasta ahora se trataba del prólogo del juego. Entonces la cosa cambia, no se puede valorar un producto solamente en base de una de sus partes. Hagamos un borrón parcial y cuenta nueva, ¿os parece? La característica que diferencia a esta novela visual de la competencia es el mapa. La trama del título se desarrolla durante las vacaciones de verano de nuestro protagonista, más concretamente durante el mes de agosto. ¿Qué nos decían y a algunos seguirán diciendo cuando llegaba el último día de clase? Que podríamos hacer lo que quisiéramos durante el verano.
Y en este título así es. En el mapa tenemos señaladas varias localizaciones donde podemos ir casi siempre que gustemos, ya que, por ejemplo, el colegio está cerrado por las noches y a veces hay eventos que no podemos evitar (dichoso Kensuke). Según qué localización elijamos, a qué hora y en qué día, junto con las típicas elecciones que bifurcan el camino, vamos desbloqueando uno u otro final de entre los cinco disponibles, uno centrado en cada una de nuestras compañeras de nuestro club, así que ya sabéis cómo acceder a cada uno de ellos. Por supuesto, tras completar estos cinco finales podemos acceder al final secreto, que termina de dar un final conjunto a la obra.
Sin duda, el atractivo de la obra reside en nuestras interacciones con nuestras compañeras, en ver cómo vamos construyendo nuestra relación con ellas y cómo evoluciona la trama amorosa que se va desarrollando entre nuestra elegida y nuestro personaje. A pesar de contar con las típicas ilustraciones que nos muestran un primer plano sugerente de una escena en cuestión, y que en la gran mayoría de las ocasiones están protagonizadas por nuestras compañeras, los personajes, a excepción de Kensuke Asagi, muestran una madurez y un tacto que les hacen despuntar entre tanto tópico, algo que se ve acompañado de un desarrollo de personajes que, si bien no ofrece nada no visto anteriormente, es satisfactorio en la mayoría de los casos. En cuanto al apartado técnico no tengo más que añadir, sigo manteniendo lo dicho unos párrafos atrás.
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WorldEnd Syndrome – El verano de mi vida
WorldEnd Syndrome es un slice of life que te deja un buen sabor de boca. No innova ni lo pretende. Su apuesta viene por engancharnos con una trama sólida que evoluciona según nuestra relación con nuestras compañeras, y que tiene como hilo conductor la trama principal relacionada con los Yomibitos. Si te gusta el género, aquí tienes un videojuego que puedes y tienes que rejugar bastantes veces para conseguir ver todos los finales que te propone.
Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga de WorldEnd Syndrome para Nintendo Switch proporcionado por Pqube. Versión analizada: 1.0.1
No estás viviendo, solo huyes hacia atrás
Recuerdo que una vez en el colegio nos pusieron una película donde el protagonista podía volver atrás en el tiempo hasta el momento de su nacimiento. Solo tenía un problema, que luego no podía avanzar a través del tiempo, tenía que volver a vivir todo lo que había retrocedido. Cuando tenía ante sí dos opciones y la elección que había hecho no le gustaba retrocedía y elegía hacer lo contrario. También podía repetir los momentos de su vida que más le gustase las veces que quisiera. Me acuerdo que de pequeño conoció a tres hermanas, trillizas, quienes se llevaban bien con él. Gracias a su poder, pudo decidir llevar una vida con cada una de ellas. Casarse, tener hijos. Todo con sus buenos momentos y sus malos momentos. Siempre tenía que tener claro una cosa, él y solamente él era el único que se acordaba de todas las vidas que había vivido, por lo que sabía muchas de las cosas que iban a pasar, de un modo u otro. Haciendo una pequeña elipsis en el análisis diré que no me acuerdo del título de dicha película así que si lo sabéis agradecería que lo dejaseis en los comentarios. Volviendo al tema que nos ocupa, ¿por qué os cuento esto? Porque en WorldEnd Syndrome nosotros somos ese chico, revivimos una y otra vez el mismo mes hasta que logramos alcanzar el final que queremos.
Esto no tiene por qué ser malo per se. A pesar de revivir el mismo mes una y otra y otra vez, al elegir revivirlo con un compañero de viaje distinto podría llegar a ser una experiencia completamente distinta, incluso sabiendo que las localizaciones serán las mismas. Sin embargo, esto no es así. De hecho, es todo lo contrario. La estructura narrativa es exactamente la misma para cada uno de los cinco finales normales posibles. Por si esto no fuera poco, cada ruta nos viene a contar más o menos lo mismo, quedando como elemento diferenciador la poca información nueva relacionada con los Yomibitos que nos vayan desvelando, así como las particularidades de cada compañera, por lo que el aparente punto fuerte que era la rejugabilidad del título se torna en uno de sus peores vicios al volver el juego repetitivo y monótono con suma facilidad.
¿Crees que mi personaje tiene cara de Indi?
Para rematar la faena, nos queda la forma de conseguir alcanzar del todo cada final. Aquí el problema viene porque iniciar una ruta determinada no te lleva necesariamente a su final correspondiente. Existe la posibilidad de ver de nuevo el peor final. Incluso hay un final malo, con el mismo resultado para nosotros que el peor final. Por ello, si no contamos con una guía a la que poder mirar, nos vemos repitiendo la misma ruta constantemente hasta alcanzar el final deseado, uno de los muchos posibles. Este aumento artificial de la duración se debe a que muchas veces no somos capaces de saber a dónde nos debemos dirigir en el mapa para continuar por el sendero correcto de la ruta, y hay otras veces en las que lo que tenemos que hacer choca frontalmente con la decisión que tomaríamos nosotros. Por poner un ejemplo, en un momento dado nos despedimos de una compañera nuestra y cada uno decimos que nos vamos a nuestras respectivas casas. ¿A dónde hay que ir después de esto? A su casa, que está en la dirección opuesta a la nuestra desde el lugar en el que nos separamos. A veces, las decisiones que hay que tomar son de casquero, incomprensibles para según qué formas de pensar y actuar.
Todo esto se ve aderezado con el hecho de que de los cinco finales buenos disponibles inicialmente, hay que pasarlos por orden si queremos llegar al final verdadero. Si vamos siguiendo la disposición que quiere seguir el juego vamos viendo cómo cada vez descubrimos más cosas sobre el misterio del pueblo, que no tendrían el mismo sentido si lo conociéramos en distinto orden. Y esto no nos lo dice nadie dentro del juego. Respecto al final verdadero, hay que decir que a pesar de haber llegado a ello con el interés por la trama de los Yomibito bajo mínimos, consigue reavivar el interés por la trama y darle un final realmente satisfactorio; no sin antes cometer el agujero de guión más bestia que recuerde en muchísimo tiempo.
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WorldEnd Syndrome – En ocasiones, veo Yomibitos
Ahora sí que si: vamos con las conclusiones. WorldEnd Syndrome no es un mal juego. Tiene sus vicios, como cualquier otro juego; sin embargo, que no arriesgue demasiado en su guión y se centre demasiado en los temas amorosos, sumado al número excesivo de veces que vamos a ver según qué partes del juego, hace que lo malo acabe pesando demasiado en el cómputo global. El final verdadero consigue levantar el nivel que iba cayendo en picado por la monotonía que domina las partidas tras haber completado dos rutas satisfactoriamente, pero no quita la sensación de que han perdido una gran oportunidad. Quién sabe, tal vez corrijan sus problemas en una posible secuela. A pesar de todo, si te gusta el género te dejará con un buen sabor de boca. Si finalmente decides confiar en este título, te recomendamos hacerte con la edición física de Meridiem Games. No solo te costará algunos euros menos según el establecimiento donde lo compres, sino que viene con un libro de ilustraciones exclusivo. Sin duda, es la forma de que WorldEnd Syndrome te ofrezca más por menos.
Hemos analizado WorldEnd Syndrome gracias a un código digital cedido por PQube. Versión analizada: 1.0.1
Análisis de WorldEnd Syndrome – Nintendo Switch. El año del Yomibito WorldEnd Syndrome es un slice of life envuelto en una trama de suspense y adornado con toques…
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De los cuatro tiempos del blues al dembow del reggaeton
"Muchachas y muchachos,
Sobre mi participación con Bad Bunny
Hace unas semanas me llegó esta invitación por parte del canal MTV, la cual me hizo mucha gracia y de inmediato les comuniqué a mis hijos. Hace un tiempo ellos me mostraron la música de BB, pues gustan de ella (al igual que de mucha otra música; si algo creo haber hecho bien como padre, es haberles dado una variada y saludable dieta musical, así que escuchan desde música clásica, regional y del mundo, jazz, electrónica, rock, hasta Trap y Reggeaton).
Una de las primeras canciones que me mostraron es aquella que dice “... yo soy pa’ti, yo soy tuyo desde que te lo metí...’ WTF?!!!...eso hizo que me detuviera a escuchar la lírica de esa música, de la que mis hijos son entusiastas, y que sin quererlo, me hacía mover el piecito y me contagio sin remedio.
Mi conclusión fue, como ya lo dijo Billy Joel en prehistóricos tiempos (es decir, del milenio pasado), ‘Still rock & roll to me’... recordé cómo generaciones roqueras anteriores a la mía se enfrentaron a una sociedad que los criticaba por esa expresión artística insulsa, superficial, inmoral; puros gritos y contoneos.
Y así nació la música que a mí, junto a muchos de mis amigos y a muchísima gente más, nos acompaño a lo largo de la vida y nos dio una base musical. Crecimos escuchando alguna vertiente de rocanrol. Así como nació, esta música también creció y evolucionó, y es hoy sin duda, una expresión que ha permeado la vida de tantas personas alrededor del mundo, brindando momentos de belleza, transformación, de gozo y emoción.
El rock dejó de ser filoso, y fue aceptado por la sociedad. Pero ha tenido sus aportes.
Volviendo al primer momento en que puse atención en la música de BB, me di cuenta que aquella canción, como muchas otras, es la misma canción romántica que tantas veces se ha cantado, que incluso dice cosas tiernas y bellas, pero que utiliza esa frase XXX, quizás como ardid publicitario, quizá como genuina expresión de una juventud hipersexualizada. Y pienso: ¿cómo negar esa expresión genuina, si somos los adultos los que hemos heredado a los jóvenes este mundo lleno de pornografía de niveles muy superiores a lo que puede uno ver en los videos y escuchar en las letras de este tipo de artistas?
Siento que caería en lo mismo en lo que cayeron los abuelos cuando desacreditaban a Elvis Presley por el movimiento de sus caderas. Creo que debo ir más allá, e intentar comprender. Y gozar, por que son mis hijos, y no romperé la relación con esa generación que perrea y gustan del twerk, por mi cerrazón y mi moral. Con respecto a la música, tanto el Reggeaton como el Trap y el HipHop, tienen sus bases en la música Negra, y allí, ya no hay mucho más que decir, para solo dejarse llevar por sus ritmos sensuales, hipnóticos e irresistibles. La música negra ha hecho bailar al mundo entero siempre: desde el son, a la samba y el jazz, y seguimos con el blues, el rocanrol, el bossa-nova, la salsa, y así, un largo etc...
Todas expresiones transgresoras, sexosas y que han salido del ghetto para inundar las calles con alegría, desmadre y rebelión.
Otras eran las épocas cuando el punk fue lo más espinoso y rebelde, y había una conciencia social; o yéndonos más atrás los Hippies, Jipitecas en nuestro país, que quisieron cambiar al mundo con su libertad, paz y amor.
La rebeldía de hoy día, no la entiendo, pero en el corazón de mis hijos, la siento. Hijo de Ocelote, pintito, y de Coyote, aullido. Sé que al igual que en nuestra juventud, muchos de ellos quieren cambiar al mundo, y será a su forma. No a la de los abuelos, ni de los padres.
Mis razones para aceptar dicha invitación fueron, primero: divertirme con mis hijos quienes querían conocer a BB, y de pasada (al saber que esto causaría polémica), abrir el espacio a la discusión sobre muchos temas que nos incumben a todos:
Discursos misóginos, hipersexualidad, drogas y música.
No se trata de normalizar un discurso machista, misógino.
El patriarcado y el machismo nos han hecho daño a todos; pero somos los hombres quienes gozamos de privilegios gracias a él mientras que las mujeres son discriminadas, creando un sistema de inequidad.
Aunque el patriarcado nos haga pensar lo contrario, los hombres debemos tratar con respeto a nuestras mujeres, madres, novias, esposas, hijas, compañeras de escuela o trabajo; todos valemos por igual y debemos trabajar de manera consciente hacia la equidad.
Si perrean y gozan del twerk se les llama putas, si no, son santas: esas dicotomías no nos sirven y debemos respetarlas simple y sencillamente por ser mujeres, tal y como deseen ser.
Ahora aquí lo decimos:
No está bien la violencia contra las mujeres, como tampoco contra los hermanos indígenas, los miembros de la comunidad LGBTTQIA+,los migrantes, los animales, ni el entorno. No está bien la violencia, punto. Comprendo que el mundo que hemos heredado es un mundo hiperviolento, y que en el puesto de periódicos lo menos pornográfico que se ve por allí, son nalgas y senos, siendo lo peor cabezas cortadas, y noticias sobre feminicidios y guerras por los mal llamados recursos naturales.
En todo caso, no debe normalizarse pues es involutivo todo ello.
Fui yo quien impulsó dejar de tocar la canción Ingrata, uno de los más grandes éxitos de la banda a la que pertenezco, por estos mismos motivos, y al contrario de lo que se pueda pensar, no estoy contradiciéndome al aceptar participar con BB; sigo en la misma línea, en este caso de forma amorosa y divertida, me acerco a mis hijos, BB y los creadores y seguidores de esas músicas, hijos míos también, para decirles que respeto su proceso y visión, que los admiro como aristas de una nueva generación, pues creo que hay mucho talento, y que está evolucionando para convertirse en una expresión realmente importante no solo por su popularidad, sino por que en algo aportará a este momento de profundos cambios en la humanidad; pero que también respeto y admiro la lucha feminista, pues es puerta a una gran transformación humana, nos incumbe y nos ocupa a todos, pues es lo que viene, parte de esta evolución que estamos viviendo todos.
Sobre la hipersexualidad: me cae bien que estas expresiones en algo nos ayudan a quitarnos de 500 años de cultura basura religiosa, (recuerden que no es lo mismo espiritualidad que religión), culpas sobre el sexo, como si éste en sí mismo fuera algo pecaminoso; los reggeatoneros, al igual que lo hicieron los del mambo y los rocanroleros, nos hacen mover las caderas y desbloquear esas áreas que el catolicismo nos ha reprimido: una evolución desde el chacra base. Pura libertad a través del baile.[MOU1]
Peligroso el reto creativo que se han echado a las espaldas, pues allí están los intereses corporativos, premiando con bling bling a sus mansos colaboradores y haciendo de la medicina (el bendito sexo, el baile y la música), droga, distracción y confusión. Pero aquí estamos para conversarlo y para comentar: el sexo es precioso, puerta a sensaciones y reflexiones, camino de crecimiento personal y espiritual, conexión cósmica, portal creativo; pero, como todo en esta vida, convertible en droga y toxicidad. Elección personal.
Al igual que muchas sustancias que la sociedad y los grupos de poder llenos de intereses, convierten en y llaman drogas.
Dejémoslo claro: hay sustancias y plantas medicinales, plantas de conocimiento y poder; y hay sustancias químicas y de laboratorio. No es lo mismo. Nuevamente recordar, de todo podemos hacer droga: de una planta medicinal como lo es la mariguana; o de la cocaína, que es un producto elaborado por un laboratorio, o de la televisión, el celular, una bebida azucarada, el trabajo y el mismo sexo.
Se está abriendo la sociedad al consumo aceptado de la mariguana (por cierto mucho más inocua que la droga legal del sistema, el alcohol), y aprovechamos para decir: Los grupos de poder ahora ven la oportunidad de hacer negocio y aprovecharse de esta posibilidad, y por ello ahora ya la ven con buenos ojos. Por eso digo: ‘Pachecos del mundo: si antes, había que procurar el autocultivo para no ser parte del narcotráfico, su violencia e ignorancia, ahora con más razón, pues las megacorporaciones se quieren adueñar del cultivo, distribución y venta de una medicina natural, sagrada y ancestral, y eso está peor aún. La llenarán de químicos, aditivos y sustancias adictivas, y su motivación son las ganancias y el control.
Si vas a fumar, cultiva tu propia hierba, si vas a comer carne, cría tus propios animales y tu mátalos.
Sobre mi disfraz: quise que la forma de participar fuera absolutamente lúdica. Pues ¿de qué otra forma podría ser? ¿Puedo competir en vestuario con BB? Claro que no, ni me interesa. No tengo ni una sola prenda marca Balenciana o Fucci, para mi significando puro consumismo y cultura competitiva y aspiracionista de la espuma social. Mejor divertirme con mi outfit:
Quise convertirme en una conejita; imaginé que yo era la parte femenina de BB, a quien se ha hablado a sí mismo de puta, maltratándose, muchas veces por despecho. Su conejita interna hipersexualizada, pero que le recuerda que allí está, con su pañuelo verde apoyando los derechos de las mujeres. Y fumándose un megacaño, de autocultivo sin violencia.
Deseo que la vea y la escuche.
Creo que eventualmente lo hará.
Arriba del escenario, escuchaba la dulce voz de mijo BB, vi sus ojos brillantes, llenos de vida y energía, de gozo y ansias. Y si, amo a mis hijos, hagan lo que hagan los voy a amar, pero si les tengo que decir: muchacho eso no está tan chido, la evolución humana continúa, y el camino es el del amor, del respeto, de la armonía. Rompe con todo lo que en esta sociedad te impida ser de verdad tú, no quien te han dicho ser. Sigue con tu valentía, tu rebeldía, este mundo de adultos es un cagadero, mea culpa; crea un mundo mejor con tu propia visión. Por el brillo en tus ojos y tu arte, sé que lo vas a hacer.
Hijos míos, doy gracias a la vida por su presencia y su arte, ¡los amo!
No son ustedes quienes están mal, es el mundo que los adultos les hemos heredado el que está podrido, y ahora que lo hemos hablado, ¡juntos podemos transformarlo!
¡¡¡Sigamos bailando!!!"
Así se posiciona Rubén Albarran sobre su presentación en unos premios junto con la estrella de reggaeton puertorriqueña Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, todo esto tres días después tal vez impulsado por las críticas de gran parte de su fandom base que está compuesto de gente que vivió el rockotitlan y fueron al primer vive latino entre sus quince y veinte años de edad o chicos prepubertos que descalifican el reggaeton con argumentos de ser super misoginos pero maman a John Lennon, con críticas como que es un vendido o cosas por el estilo.
Si bien refutar esto bastaría con un link de un artículo de vice en la que enlista letras que le siguen a lo misoginas desde Robert Johnson (segundo golpeador de mujeres mencionado) hasta la horrible canción de La Planta que gran parte de este fandom que refuta de Rubén por sus actos del viernes adoran cantar en bares de covers.
Está de más decir que más allá de que "denigre a la mujer" este odio que se tiene al reggaeton por parte de este grupo de gente parte de una razón clasista en el que tachan a todos estos ritmos latinos como de menor riqueza cultural todo esto por la idea de que lo hecho por el hombre blanco es mejor.
No trato de explayarme ni defender algo que hace 10 años estaba tachando de lo mismo, solo quiero recordar que el reggaeton es más nuestro que el rock que tanto maman.
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La primera ministra británica, Theresa May, presentó ayer en la Cámara de los Comunes su plan alternativo para lograr que los parlamentarios británicos acepten el acuerdo pactado con la Unión Europea para que Reino Unido abandone la Unión Europea (UE) de forma ordenada y manteniendo alianzas en diversos asuntos.
La premier planea volver a abordar con Bruselas la controvertida salvaguarda diseñada para evitar una frontera en Irlanda del Norte, que es el principal escollo de la negociación, pero rechaza la posibilidad de convocar un segundo referéndum sobre el brexit porque, en su opinión, dañaría la “cohesión social” en el Reino Unido.
En Directo al Paladar
El Brexit puede poner en riesgo la seguridad alimentaria del Reino Unido
Aunque la oposición laborista insiste en rechazar la posibilidad de un brexit no negociado –lo que, aseguran, comparte una mayoría del Parlamento del Reino Unido–, quedan solo ocho días para el 29 de marzo, cuando está planeada la salida de la unión. Hasta entonces puede pasar de todo, incluida la temida escisión sin acuerdo.
Los productos alimentarios tienen aranceles mayores y están sometidos a mayor regulación
El conocido como brexit duro es un escenario muy complicado para todas las empresas españolas que operan en Reino Unido, pero como explica el profesor de la San Telmo Business School Horacio González-Alemán, será especialmente complejo para la industria alimentaria, pues sus productos tienen aranceles mayores, están sometidos a mayor regulación y, en algunos casos, como el de las bebidas alcohólicas, cuentan además con una fiscalidad especial.
Como explica a Directo al Paladar este reputado experto en el sector agroalimentario, si el Parlamento británico se niega a aceptar un acuerdo con la Unión Europea, a partir del 30 de marzo “habrá de entrada un bloqueo, un parón, y luego un caos, porque nadie sabe qué hacer. Puede ser una auténtica debacle”.
Luis Planas, durante su intervención en los desayunos de Europa Press.
La pesca en el punto de mira
El sector pesquero será quizás el más afectado. El propio ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, reconoció la pasada semana en un desayuno de prensa que la pesca puede sufrir graves consecuencias con un brexit no amistoso.
En caso de que se Reino Unido abandone la UE sin acuerdo, los barcos pesqueros españoles que faenan en aguas de Reino Unido deberán abandonarlas de forma inmediata. Hablamos de más de 200 barcos participados por socios españoles que faenan en aguas británicas bajo diferentes banderas.
En Directo al Paladar
La pesca en el Atlántico podría reducirse hasta en un 60% debido al cambio climático
El ministerio trabaja en un escenario en el que incluso en el caso de un brexit duro, en un primer momento, las relaciones comerciales entre ambos países seguirían regidas por la misma normativa que hasta ahora, al menos por un período transitorio.
A partir de ahí habrá que negociar nuevos acuerdos. Y no será sencillo. “Es una espina que han tenido siempre clavada, porque tenemos una industria pesquera fuerte e inteligente y lo han hecho muy bien en las negociaciones”, explica González-Alemán. “Ellos le han puesto un énfasis nacionalista a este tema y va a ser una negociación compleja cuando se lleve a cabo, porque España tiene muchos intereses allí”.
Cuatro consecuencias inmediatas
Según datos del ministerio, Reino Unido concentra el 8 % de las exportaciones agroalimentarias españolas –con frutas y hortalizas, aceite de oliva, vino y porcino como sectores protagonistas– y de ese país proceden el 3 % de las importaciones de este sector –sobre todo espirituosos y pescado–. Nuestras ventas en ese mercado son de 3.819 millones de euros, tres veces más que las compras, que ascienden a 1.311 millones.
Serán los sectores que más exportan e importan cpn el Reino Unido los más afectados por un brexit duro, que como explica González-Alemán tendrá cuatro consecuencias inmediatas:
1. Más aranceles
Si Reino Unido abandona la UE sin acuerdo, a partir del 30 de marzo se aplicarán los aranceles estándar de la Organización Mundial del Comercio, que son más altos en el sector agroalimentario que en cualquier otro sector.
2. Más costes administrativos
“En este país nos hemos olvidado de las aduanas con Reino Unido desde 1992 y ahora se reestablecen”, explica González-Alemán. Esto encarecerá los envíos, pues además de ser menos rápidos debido a los controles documentales y físicos, requerirán más papeleo y, por tanto, más personal.
También se encarecerá la compensación de impuestos: el IVA y los impuestos especiales, como el de las bebidas alcohólicas, se tendrán que tramitar de otra forma, como si fuera un país tercero.
3. Distinta regulación
Con un brexit duro las normas comunitarias dejarían de aplicarse en Reino Unido de forma inmediata. “Esto significa que te pueden rechazar la mercancía porque, aunque cumplas la legislación comunitaria, puedes no cumplir la legislación británica: habrá que tener certificado de límites máximos de residuos, de fitosanitarios…”, apunta el experto. “Eso no sabemos que validez va a tener. Ellos salen de la unión y habrá que cambiarlo todo. Más molestias, más costes, incertidumbre … Lo peor para cualquier negocio”.
4. Más competencia
La salida de Reino Unido del mercado común europeo hará que productos de terceros países sean más atractivos para sus ciudadanos de lo que eran hasta ahora, pues empezarán competir en igualdad de condiciones respecto a los de la Unión Europea.
“Si los ingleses se van a lo bestia no sé qué tratamiento arancelario van a tener [los productos de terceros países], pero si entran mejor que los nuestros ya estamos perdiendo mercado”, explica González-Alemán.
Esto tiene otra derivada, lo que se conoce como “diversión del comercio”, y es que los productos que dejen de venderse en Reino Unido se intentarán colocar en el resto de la unión, lo que aumentará la competencia intracomunitaria. Esto, explica el experto, puede afectar especialmente a los productos lácteos, que ya están viviendo una situación compleja. “Si no los vendes ahí lo tienes que meter en otro sitio”, sentencia, con la consiguiente bajada de precio en todos los países.
Es peor para ellos
Si el brexit es malo para todos, aún lo es más para los británicos. “Imagínate el efecto que va a tener en el IPC en un país en el que se importan el 70 % de alimentos”, explica González-Alemán. “Hablar de la libra sería una especulación, pero desde luego no va a salir bien parada. No te puedes ni imaginar lo malo que será para ellos, y en nuestro sector más. No es lo mismo quedarse sin tornillos, que sin comida”.
En Magnet
Siete consecuencias negativas que el Brexit ya está teniendo en el Reino Unido
Este análisis, en el que coinciden la mayoría de expertos, es lo que hace que no se haya perdido la esperanza sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo in extremis.
“Los británicos son unos grandísimos negociadores, y eso lo estamos viendo”, concluye González-Alemán. “Son muy persistentes, pero también son realistas, y cuando se choquen con un muro, como están haciendo ahora mismo, no les quedará más remedio que darse la vuelta. No sería aceptable por ninguno de los dos lados”.
Imágenes | iStock/Pixabay/Pexels
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El Brexit puede poner en riesgo la seguridad alimentaria del Reino Unido
– La noticia
Las cuatro consecuencias que tendría un ‘brexit’ duro en el sector agroalimentario (que sería una debacle)
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por Miguel Ayuso
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“El arte de actuar” Entrevista a Nacha Guevara
El año pasado, en Octubre de 2017, participé del Congreso Internacional de Óperas Rock y Musicales en Buenos Aires. Fueron los 4 días más motivadores e inspiradores de mi vida.
Durante las cuatro jornadas completas del Congreso, tuve el privilegio de participar en clases intensivas de las distintas disciplinas que me apasionan como danza, canto, actuación, integración, (y más), dictadas por exponentes internacionales del Teatro Musical como Chet Walker, Luis Salgado, Rene Pfister (Berklee), Pepe Cibrián, Alejandro Paker, entre muchísimos más.
En la jornada de cierre de dicho Congreso, la gran Nacha Guevara me sacó todo prejuicio iluminándome en una entrevista que grabé y transcribí, y a la cual recurro constantemente porque me enseñó qué significa ser un artista.
Que para denominarse artista, hay que ser valiente, hay que ser humilde, hay que ser generoso y hay que estar disponible.
Acá va la redacción que hice de la entrevista de Nacha. Me tomé la libertad de omitir las preguntas del entrevistador. Espero que les sirva tanto como a mí.
“Un artista vence la barrera del tiempo. Un artista vence la barrera de las generaciones. Un artista verdadero es capaz de comunicarse con todas las generaciones al mismo tiempo. Porque el arte sucede, cuando sucede, en un lugar que está fuera del tiempo y del espacio. En otro lugar. Ese es el don de algunos artistas. Sobre todo hablo del escenario en este caso. Son capaces de crear un mundo donde todos están incluidos, el público y el artista. Y en ese mundo, el tiempo y el espacio no son como afuera de ese mundo. Ese mundo es eterno.”
“Por eso un artista puede perdurar en el tiempo, por eso podemos ver a Chaplin hoy y reírnos como nos reíamos cuando éramos niños. Y un niño de 4 años puede ver a Chaplin y reírse también.”
“No se dejen llevar por lo que está de moda. Un artista no se pone de moda. Un artista trabaja, sigue su sueño. No importa lo que pase alrededor, sigue con su sueño. A veces tiene éxito, a veces no lo tiene. Pero el mayor éxito que una persona puede tener es ser feliz. Ese es el éxito. No son las tapas de las revistas, no son los reportajes en televisión. El mayor éxito es que sean felices haciendo lo que hacen, no importa lo que sea”
“El “no” en las audiciones es muy difícil, porque estamos de algún modo vendiéndonos. Cuando una persona vende una aspiradora, por ejemplo, y no se la compran, bueno, es la aspiradora que no quieren. Cuando te dicen que no a vos mismo es más complejo. Porque ahí no hay otro objeto. Te dicen que no a vos. Ese es un entrenamiento, el entrenamiento del “no”. Si ustedes confunden la persona con el personaje, la van a pasar mal. La persona va a estar siempre, los personajes van a cambiar, así que hay que apoyarse en lo que uno es verdaderamente. Y ese rol quizás no era para uno, hay millones de posibilidades de que no nos den el rol. Pero eso no significa que no sirvamos. Eso significa que ese rol en ese momento no era para nosotros. Nada más que eso.”
“Aprendan a no tomar las cosas personalmente. Yo cuando trabajo con actores me cuesta mucho, todo lo toman personal. No es personal, es más allá de lo personal. Y otra cosa que les aconsejo es: Estén disponibles. Ya sea en una audición o con un director, lo que me piden lo tengo que hacer. Sin ofrecer resistencia. Un director no es un maestro. Aunque un buen director, después de haber pasado la experiencia, habrá sido un maestro. Pero no está allí para enseñarnos cómo actuar. Eso lo tenemos que hacer ahora (refiriéndose al congreso), antes. Hay que formarse, hay que prepararse. Ese tiempo es fundamental antes de salir al escenario. Porque después, suponiendo que tengan éxito, eso se tambalea inmediatamente, no hay “con qué”. Hay que tener “con qué”. Y esa es la formación.”
“Yo he visto mucha gente de mucho talento que no llegó a ningún lado y he visto gente con menos talento pero que tenía una enorme voluntad y además, ganas de aprender, y que estudiaba, y llegó mucho más lejos. Lo de la voluntad es esto: cuando me piden algo, lo hago. No lo cuestiono, no lo resisto, no lo critico, no pido que me compadezcan, no soy una víctima…”
“Ustedes tienen que estar listos para la acción porque eso es lo que se les va a pedir: actúen! Accionen!”
“Y yo noto que las generaciones jóvenes hay mucha falta de disponibilidad, mucha excusa. No pongan excusas. Levántense y háganlo. Con la excusa no van a aprender.Sólo se aprende con la experiencia. Hay mucha queja y mucha justificación. “No me sale porque...” a nadie le interesa por qué no le sale. La verdad, a nadie le interesa. Hay que hacerlo.”
“Yo recuerdo una vez que estaba haciendo El Graduado y tenía que salir desnuda (había aceptado hacerlo, no es que me pusieron un revólver en la cabeza). Y llegó el momento de ensayar esa escena. Y si bien estaba enormemente cuidada, protegida, etcétera. Yo estaba detrás de una puerta, tenía que abrirla y salir desnuda. Y llegó el momento de hacerlo. Y cuando llegó el momento yo estaba sentada detrás de esa puerta y tenía que entrar y no entraba, no entraba y no entré. Entonces el director, que era una persona excelente, un hermoso director, cuando vio que no salía entendió que estaba pasando algo, vino de la platea, dio toda la vuelta, me vio ahí sentada como una tonta, chiquitita dentro de la silla y yo pensé: me va a consolar, me va a decir “te comprendo, lo que hacés es muy difícil, yo sabía que esto iba a pasar, pero te va a salir divino”. Yo esperé todo eso pero él me miró fijo y me dijo: “Hay que hacerlo” y esa fue una gran enseñanza.”
“Un actor-actor es un actor, llamémoslo “correcto”. Es el actor que cumple, es el actor que no arriesga mucho, el que no cuestiona, que no se cuestiona siquiera a sí mismo. El que para los empresarios es mucho más conveniente. Y después está el actor-creativo. Es el actor que es más valiente, que explora más, que tiene sus ideas propias pero que no son caprichos, son cosas que puede hablar con el director desde un lugar de conocimiento de lo que se está haciendo. Son más imaginativos, más originales, menos convencionales. No siguen tendencias, crean sus propias tendencias.”
“A quién le va mejor? Es difícil de contestar eso, pero diría que en un medio generalmente mediocre como el que estamos viviendo, le va mejor al actor-actor. Es más cómodo. Ustedes tienen que decidir quién quieren ser. Si me preguntan a mí, yo les diría sean los actores creativos, sean los artistas, pero esa es una decisión personal de cada uno. Yo creo que es más feliz el actor artista aunque a veces no pueda pagar el alquiler. Pero tiene unas satisfacciones tan enormes, y está cumpliendo con su destino, con lo que eligió. Sugiere más dificultades, más incomprensión, más críticas. Pero esos son los artistas que perduran.”
“La disponibilidad es una manera de salir de la zona de confort. Porque uno no sale de su zona de confort por miedo, siempre. Entonces resiste, y se siente peor, y la relación con el director y los compañeros se tensa… El área de comodidad es como si fuera un círculo. Y nosotros sabemos que es un círculo. Nos asomamos, nos da miedo, y volvemos al centro del círculo. Una vez que miramos afuera sabemos que hay más. Y el ser humano es curioso, entonces, o se vuelve y se queda en el centro, o se anima, va, y da el salto a otra área, a un mundo desconocido. Salir del área de comodidad es saltar a lo desconocido. A lo desconocido por un tiempo, porque esa área nueva, con el tiempo se vuelve conocida, se vuelve cómoda, se vuelve aburrida, y debemos hacer el mismo ciclo de asomarnos y saltar.”
“Porque la vida es expansión así que siempre iremos saltando de un círculo en otro, para expandirnos. Eso es inevitable.”
“Yo vivo saltando desde áreas de comodidad. Ahora estoy preparando un espectáculo nuevo y estoy tomando clases de clown, que no había tomado nunca. Y en general lo que he visto es que las técnicas teatrales son buenas, están muy bien, pero las técnicas del payaso te obligan a ser espontáneo. No hay manera de hacerlo pensando. No hay que pensar. Y la mente, en muchos casos es la enemiga del actor.”
“Entonces el trabajo de clown es pura acción sin pensamiento. Da pánico, sí, pero después nos damos cuenta que en realidad tenemos más recursos de los que creíamos tener.”
“Cuando estás obligado a hacer algo, porque no te dan tiempo, te dicen “ya” y vamos, no hay tiempo de elaborar nada: hay que hacerlo. Y uno se da cuenta que tiene más recursos de los que creía tener, y empieza a sacar partes de uno que ni siquiera sabía que tenía, y a confiar en uno. Es una gran escuela de confianza.”
“Confiando te das cuenta de que podés ser mucho más cómica de lo que creías, que podés perder inhibiciones, que podés hacer el ridículo. Hagan el ridículo. Estén siempre cerca del ridículo. Si no se animan a hacer el ridículo, siempre van a estar “correctos”.”
“La línea entre el ridículo y lo sublime es más delgada que un pelo.”
“Y si no nos animamos a llegar ahí, nunca llegaremos a grandes cosas. Y por favor, cáguense en la opinión ajena. En la opinión ajena con respecto a mi trabajo, en la opinión ajena con respecto a cómo me visto, con respecto a cómo enfrento mi carrera, a lo que quiero estudiar, a lo que quiero ser. Escuchen a quien tienen que escuchar, pero de toda la gente que habla, y opina, en las redes, y en la televisión, etc., eso, no les sirve para nada.”
“No se crean ni los “likes” ni los “dislikes”, porque cambian a cada segundo. Fíjense en otra cosa. Que no les importe lo que los demás digan de lo que ustedes hacen. Porque nadie ha vivido la vida que han vivido ustedes, y las elecciones que ustedes hacen es por la vida que han vivido. Así que sigan su camino, no escuchen boludeces.”
“La única manera de transformar algo es a través de la aceptación. Un lindo ejercicio para que hagan: mírense profundamente a los ojos en el espejo y vean la mirada de esa persona que ustedes son. Aprendan a mirarse a los ojos en el espejo y a reconciliarse con ustedes. Y a gustarse. Y no hablo del ego, nada más lejos. Hablo de una relación superior, la relación con ustedes mismos.
“Nunca podrán ser artistas si no se conocen a ustedes mismos. El actor que está en el escenario no tiene instrumento, el es el instrumento.”
“¿Podría haber un pianista que no sepa que es un piano? Qué se parara ahí sentado y dijera: ¿y ésto para qué sirve? Nosotros somos el piano. Tenemos que saber qué tecla hay que oprimir para lograr lo que queremos lograr.”
“Es muy complicado ser un artista, ser un actor. Hay que tener un rango de emociones enorme y saber cual hay que convocar en cada momento, hasta que después se hace mecánico (primero hay que aprender, luego se hace mecánico).”
“Antoine Artaud dio la definición del actor más maravillosa que yo conozco. Él decía: Un actor es un atleta del corazón. Alguien que ha entrenado sus emociones de tal manera que puede convocarlas a voluntad. Esto implica una generosidad enorme. Otra virtud del artista. La valentía, la generosidad, y la humildad.”
“Hay cosas que son difíciles para el actor: Una, la del ego, es no tomarlo como un enemigo. Todos tenemos ego y lo necesitamos. El ego es nuestra personalidad, es cómo nos relacionamos, no es un enemigo. Pero cuando se interpone en la tarea creativa, la limita. Es ahí donde caemos al lugar común: siempre vamos a ser nosotros mismos en el escenario, o en la película. Uno aspira cuando quiere hacer esto, a vivir muchas vidas en una. Esa es la oportunidad que da esto. A conocer cómo funciona el alma de los demás también, no solo la propia.”
“Y otra cosa que les aconsejo si quieren ser artistas interesantes: vivan vidas interesantes. Porque lo que sale aquí (en el escenario) cuando alguien se para, es lo que ha vivido. No en vano los grandes actores todos tienen unas infancias tremendas. Han vivido, han sufrido, han aprendido, se han arriesgado, se han divertido. El instrumento tiene que ser muy amplio, no puede tener sólo una octava (Está bien, para telenovela por ahí les sirve). Y sólo se amplía ese registro, esa octava, con experiencias de vida interesantes... Arriesgadas, que pueden dar miedo, que pueden ser reprobadas por el entorno. Pero sigan la voz interior. Porque la voz interior siempre les va a decir: Sean libres.”
“El teatro es la representación más pura, más profunda, de lo que es la vida humana Y estar en contacto con eso, valientemente, generosamente, ayuda a aprender cómo es uno, y al mismo tiempo, cómo son los demás. Yo creo que estudiar teatro debería ser para todo el mundo, aunque no vayan a ser actores nunca. Porque las mismas leyes que rigen el teatro, son las leyes que rigen la vida. Y cuando un actor verdaderamente se entrega al arte de actuar, cuando vuelve a su vida cotidiana vuelve completamente enriquecido y transformado. Actuar es un arte. A veces cuesta creerlo cuando vemos ciertas cosas que tenemos que ver todos los días. Pero no se olviden: actuar es un arte. Y aprender a ser un artista puede llevar toda la vida.”
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