#encima mi compa��era no sabe hacer nada
Explore tagged Tumblr posts
booknightblaze · 3 years ago
Text
El viajero del tiempo
Hola mi nombre es Cronos, soy un viajero del tiempo, antes sabia de mi verdadero nombre... pero de eso ya hace un siglo. Y no, no soy el dios griego y por si no lo sabíais os lo digo, Dios tiene un buen sentido del humor.
Antes de que pudiera darme cuenta mi reloj se había parado y acto seguido me encargaron la gran misión de una importante empresa que se trata de observar a tu humano destinado.
Ah, perdón jeje, estoy acostumbrado al lenguaje de acá después de ser el favorito de Dios es lo que tiene... Cuando digo que "se me paró el reloj" lo digo literalmente, todos los humanos tienen un reloj digital que señala cuanto tiempo te queda de vida. Y nosotros somos los encargados de revisarlo, al igual que el del pecho, ese sí que es un cabro difícil de leer. Porque no va al compas de tu reloj y no se sabe cuándo va a pararse, haciendo que sin previo aviso tu contador llegue a cero.
Y eso si que es mucho papeleo, después de hacer el informe de lo que ha sido tu vida en la tierra se lo mostramos a dios y el decide que hacer contigo. Os mandara al cielo si sois buenos, a trabajar aquí si os ve eficiente para ello o a tu infierno personal si eres muy malo.
Si hablamos de mi he estado en varios proyectos grandes, como por ejemplo estuve con un marinero que descubrió América, sabiendo que él no me oía recuerdo que refunfuñe: "Solo es un puñado de tierra tampoco te emociones." Después murió de una manera un tanto dolorosa diría yo...
Después hubo otro cliente era un gran asesino en serie de Londres, que no se qué manías tenia con las chicas de compañía. Como fue un poco en mis inicios y al ser el primero de los viajeros del tiempo, a veces me costaba mirar como las dejaba, suerte que muchos de mis compañeros que tengo ahora no tuvieron que ser los seguidores de estas pobres señoritas.
Bueno una de las habilidades que tenemos los viajeros, es la de parar el tiempo... si lo que lees. Esos momentos en los que sientes que el tiempo va más lento y no entiendes porque, somos nosotros revisando y dándote tiempo para actuar. Pero el tiempo que te damos es limitado y dependiendo la situación puedes acabar bastante mal.
Sabes de esos que dicen "cuando estuve a punto de morir, vi la vida pasar ante mis ojos". Si, nosotros nos encargamos de que recuerdes cosas alegres antes de morir, para darte algo de calma, antes de que partas a la siguiente.
Y como todo también tenemos normas, no podemos intervenir con el destino de los humanos ni sus decisiones.
Pero a veces es inevitable no encariñarse con alguno de ellos, aunque esta vez tengo una excepción. El que me ha tocado esta vez, es un asesino en serie, pero este viola y mata brutalmente a sus víctimas. He tenido que sacar a muchos de mis compañeros que atados por las normas no podían hacer nada. Esta vez le toco a una chica, como que tenía unos 15 años, la chica que le toco como acompañante estaba desesperada, quería salvarla. Pero su destino estaba sellado y tanto ella como la humana lloraban. Ella gritaba pero en una sala insonorizada como esa, poco la iban a oír, por no decir nadie. Intente calmar a mi compañera pero fue inútil, le dije que saliera pero no quiso.
- Es mi humana la acompañare hasta el final, pero quiero salvarla, ¿no puede haber alguna manera? -decía entre lagrimas
Suspire molesto, se notaba que era novata, pero digamos que me dio pena y decidí darle una pista.
- Hay una manera, por lo menos es la única en la que no sufrirá, que es lo que le espera de la persona que está encima de nuestras cabezas. - dije serio mirándola a los ojos.
Entonces ella no dudo, se deshizo del aura que la hacía invisible haciéndola visible para ella. Ella grito aterrorizada a lo que mi compañera dijo:
- Sssssh tienes que escucharme, vengo a ayudarte, necesito que te calmes...
La chica no atendió, solo quería que la soltara y ella solo le dijo que no podía interferir si no de esta manera. Ya que hay una norma que permite el asesinato de tu humano, solo si él te ve tienes permiso de matarlo haciendo que el reloj de su pecho se pare. Se lo explico, ella se hecho cada vez más atrás y grito:
- ¡No te acerques!
- ¡Por favor Lara escúchame!
Entonces se oyó los pasos de mi humano hiendo en direcciona la puerta del sótano. Recordáis que fui el primero de los viajeros ¿no? Pues digamos que Dios me dio un añadido que otros no, con solo mirar la puerta la cerré y le puse el pestillo. Mi humano enfureció al recibir la puerta en las narices, la golpeo con violencia pero esta no se abría. Se volvió a ir seguro para encontrar algo para reventar la puerta, mi compañera me miro agradecida por el tiempo extra. Ya que el reloj estuvo a punto de llegar a cero.
- Por favor Lara escúchame-ella acariciando a la pobre chica que no dejaba de llorar- ese hombre no te va a dejar ir y te hará pasar un infierno. Esta es la única manera de salvarte ¿entiendes? No puedo hacer más por ti...
Ella susurro entre lloros: "Mama, Papa"
- Lara quiero ayudarte, déjame hacerlo..., solo te dolerá un poco después nos sentirás nada.
La pobre niña solo asintió, oímos un fuerte golpe, había vuelto, mi compañera se acerco a ella y le puso la mano en el corazón.
- Dile a mis padres que les quiero y... -mi compañera la miro y ella le extendió la mano-¿me puedes coger de la mano?
Sin pensarlo lo hizo y haciendo que viera su mejor recuerdo antes de morir, a lo que su humana solo dijo: Gracias. Y su corazón se paro...
Mi compañera soltó la mano encima del cuerpo agachada no dejo de llorar, se puso invisible para los ojos del monstruo que entro solo para encontrarse a la niña sin vida.
- ¡NOOOOOO!
El comenzó a golpear el cuerpo con el hierro con el que había forzado la puerta. Yo saque a mi compañera afuera para que no viera la brutal escena, le dije que me esperara hasta que todo terminara en la casa del vecino de en frente. Después de un rato corto la policía rodeo la casa del asesino. Este intento huir por la parte de atrás pero lo cazaron, ella no entendía como lo habían pillado si había sido siempre muy cuidadoso. Se acerco a unos policías que miraban serios la situación y con cierta repugnancia al asesino que metían en el coche:
- Me da que se volvió loco del todo - dijo uno de ellos.
- Como se le ocurre dar su propia dirección cuando justo había matado a una víctima, espero que se pudra en la cárcel.
Ella se acerco a la puerta de la casa por donde salía yo con esa misma cara perpleja que os comente. Antes de que dijera nada, le dije:
- Si le vi marcar a la policía fanfarroneando de sus logros ha sido repugnante.
Ella sonrió un poco, pero desapareció al ver como sacaban en una camilla el cuerpo de Lara dentro de una bolsa. Le di palmaditas en la espalda y la abrace fuerte, le dije que todo iría bien.
Y si pensáis que Dios nos castigara por esto, creo que tiene mejores sitios donde pasar el rato en este mundo como para centrarse en ella. Y yo bueno, tendré que rellenar un informe de que no podre seguir informando ya que la vida en prisión es muy repetitiva asique...supongo que ya tendré otro humano.
Para quien está leyendo esto:
Estoy mirando tu reloj y será mejor que aproveches el tiempo que te quede, porque tampoco te queda mucho.
------------------------------------------------------------------------------
*Espero que os haya gustado y comentad con respeto. Un beso.
Tumblr media
2 notes · View notes
enbreveabram · 4 years ago
Text
El arte de besar pies
Tumblr media
- ¡Salió chido, wey! En cuanto lo suba te lo paso para que lo roles a tus compas.
- ¡Simón! Aunque creo que me va a dar pena escucharlo.
Terminé de grabar un episodio del podcast con Benji y otra vez me pasó que la plática se tornó más interesante ya cuando no estaba grabando, lo mismo me ocurrió con Valeria Rubí, la invitada anterior. Todavía existe eso de no querer que la gente sepa cosas más personales de nosotros, parece que ya aceptamos nuestra hipocresía y a vivir rendidos y convertidos en unos malditos cobardes de mierda frente a la sociedad. Qué asco que ni nuestra familia, amig@s, pareja, espos@, etc. sepa quienes somos realmente. 
Benji me contó que dejó de escribir porque estaba exhibiendo cosas muy personales y que gente muy cercana lo había estado leyendo, entonces fue que decidió dejar los relatos y comenzó a hacer reseñas de películas, algo que le apasiona aún más. También me contó del día en que intentó suicidarse y seguimos la conversación acerca de mi miedo a la muerte y de que los dos hemos tenido pensamientos suicidas. Él cree que un día se va a quedar inmovil mentalmente.
El año 2020 para muchos fue una mierda, incluso para mí, pero eso me gusta. Me gusta sentir emociones de cualquier tipo, talvez no lo demuestre, pero en cuanto las siento es una sensación maravillosa similar a la de pasar mi lengua por los labios vaginales de los que esté enamorado en ese momento; besar lentamente los muslos, la órbita vaginal y culminar en el clítoris... A eso exactamente me saben las emociones. Me congelo con solo hablar de eso.
De tiempo acá me he caracterizado por ser una persona que no le apena en lo absoluto expresar lo que siente ni quedarme con las ganas de hacer o probar algo, aunque puede resultar contraproducente, hacerlo muchas veces termina uno por asquearse, como cuando me clavé tanto en el café que hasta me convertí en un coffeejunkie y me provoqué colitis, o la vez que me empeñé tanto en acabarme el Super Mario Bros en las maquinitas y cuando me lo acabé me cagué encima camino a casa, o cuando vendía cerveza clandestina en mi ex-departamento, o peor aún, la etapa en la que amaba tanto cojer y terminó por parecerme algo tan repugnante por un sinfín de cosas asquerosas que llegué a experimentar incluida la vez que un amigo me pidió cojerme a su novia, y pues lo hice, ella estaba de acuerdo; a parte siempre he dicho que la vida se trata de cometer estupideces, el que haga más es el que gana. 
Hace mucho volví a cojer y la neta me la pasé chingón, olvidé el placer que sentía por todas aquellas aberraciones por las que había pasado. Aunque fue por un tiempo muy corto lo disfruté demasiado. Durante el momento tuve regresiones del pasado y me fue difícil mantener una erección prolongada. 
Pienso que en veces hay que ser pausados y cautelosos de vez en cuando. Si amamos en demasía las nuevas sensaciones y las abrumamos mucho, poco a poco nos pueden llegar a disgustar, como en mis anteriores casos, contrario a lo que les contaré a continuación: 
Como ya les comenté, si hay algo que me intriga decir o hacer la mayoría de las veces lo llevo a cabo, es muy raro que me quede cruzado de brazos o que me calle la bocota y cuando  lo hago es por no incomodar a alguien, todo depende de cuanto me importe esa persona. 
Volviendo al tema de mi paulatino neo-acercamiento al sexo tuve que volverme algo mas hábil en otra cosas referidas al tema: mejoré mi romanticismo y mi habilidad para mover la lengua, pero yo sentía que con eso no bastaba. Tenía que buscar algún otro placer digno de todas las mujeres, un elixir que las llevara a otro nivel porque como ya lo saben, las mujeres son el tesoro más preciado que podemos tener y ni siquiera somos merecedores de ellas y no es que yo me haga menos, de hecho la gente que me conoce sabe que tengo el ego super elevado, es solo que mi amor y agradecimiento a las mujeres no tiene límite, son mi non plus ultra. Tardé en darme cuenta de eso y por lo mismo siempre hago énfasis en ello. 
Me gusta que me estiren el cabello en la intimidad y que me digan que soy su perra. Olviden eso, solo quería escribirlo.
Regresando a los que importante que les quería contar… todo comenzó gracias a una foto que publicó uno de mis cantantes favoritos de trap hace un año aproximadamente en donde aparecía feliz de la vida en una alberca dándole tremendo lenguetazo en los pies a su novia. El tipo se veía súper alegre, y seguido le puso una descripción de felicidad a la publicación que no recuerdo muy bien lo que decía, solo me concentré en la imagen, en todo lo que ocurría en la imagen, y me llamó tanto la atención que decidí llevarlo a cabo para experimentar si pudiese llegar a obtener la misma sensación que el. Total… nunca son suficientes porquerías las que he llevado a cabo en mi vida.
Y ahí estaba yo, con una mano en su tobillo sosteniendo la pierna izquierda que yacía en mi hombro derecho y con mi mano izquierda acariciando su pantorrilla derecha, y fue entonces que dije ¡Vas! Y comencé a darle besos esporádicos sobre el empeine y lamer progresivamente la parte interna de su pie izquierdo, y ya cuando noté su sonrisa le di a entender con la mirada que dentro de esas cuatro paredes existía una hermosa princesa y agradeciéndole que me dejara realizar dicho acto. Y aún con los ojos cerrados podía ver todo su cuerpo brillar formando una especie de luminotecnia maravillosa. 
La verdad es que no tengo mas palabras para relatar lo sucedido, pero pasar los labios desde los muslos hasta la punta de los pies de una mujer y culminar en besos en sus plantas es algo que no tiene narrativa, ni tiempo hay de ver los gestos de satisfacción en ella, tienes que activar al máximo tus otros sentidos para darte cuenta de eso. 
Como ya lo mencioné siempre me ha gustado que me traten como su perra en la intimidad, por eso me dejé el cabello largo, a muchos siempre les miento diciendo que es para llegar a donarlo algún día a l@s niñ@s con cáncer. Todos vivimos en una hipocresía como ya lo he mencionado al principio de este texto. Cada quien se engaña con la mentira que más le gusta. En fin… me gusta que me jalen del cabello si así lo desean, si nosotros por mucho tiempo lo hemos hecho ¿Por qué ellas no pueden tener ese derecho? Muchas veces se les martiriza en temas sexuales o de su propio físico, como las vez que la cantante Mon Laferte dejó sus hermosos pechos al descubierto como protesta por algo que sucedía en su país (Chile) y todo mundo burlándose y tirando hate porque sus pechos son pequeños, hasta mujeres mismas lo hacían. Yo siempre he pensado que así como en los pechos las cosas pequeñas tienen la virtud de siempre hacer que quieran volver por más. Amo la fisionomía femenina en muchas presentaciones y con todas sus imperfecciones. Y ahí es donde te das cuenta que la gente que tira odio solo está reflejando sus inseguridades. 
Pasado el tiempo, volví a besar un par de pies y la sensación fue exactamente la misma: es lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo. Si nos ponemos a pensar, yo siento que es en los lugares donde menos hay corteza, ese pedo es como pasar tu boca por una nube. Mucha gente dirá que no todos los pies son iguales, y bla, bla, bla, pero pues uno mete su lengua donde quiere y sin ser obligado, a parte, si nos detenemos a siempre a buscar el lado feo de las cosas, queda lo que somos ahora, unos malditos infelices e hipócritas que ni siquiera podemos decirle al mundo quién somos en realidad. 
Le conté esto a una persona y me dijo que cada quien tenía sus placeres mas oscuros, yo la verdad no le veo nada de oscuro a algo que te hace sentir bien y no hace daño a terceros, al contrario, se la pasan chingón. Cabe mencionar que esto no es una competencia de ver quien lleva a cabo todos sus placeres, es solo una experiencia. 
Hace poco una amiga me recomendó ir a terapia para que me ayudaran con mis traumas sexuales y para superar de una vez por todas a la única novia que he tenido. 
Siempre dije que era una estupidez ir a terapia (y lo sigo diciendo), pero volví a intimar con una morra y pasó exactamente lo que me había pasado en anteriores ocasiones: los traumas se presentaban en pleno coito. Entonces fue que dije al día siguiente que probaría ir a terapia para ver si en algo me podría ayudar. 
Contacté a una psicóloga y le dije que no quería sus consejos ni su ayuda, solo quería que me escuchara. Muchas veces con solo sacarlo puedes liberar muchas tensiones, a parte no quería su opinión en lo absoluto sentí que iba a salir pura basura de su boca. 
Le pedí que nos viéramos en algún bar porque me da mucho miedo pisar una sala de consulta y como extra le pedí de favor que me dejara llegar ya con unas cervezas encima para que se me aflojara la lengua. 
Llegué al lugar un poco tarde y me quedé en mi camioneta dentro del estacionamiento, no aguantaba las ganas de orinar debido a las cervezas que me había tomado, pero no quería bajarme, ni siquiera sabía qué decir. Por fin me amarré los huevos y decidí entrar…
- ¡Hola! Bienvenido.
- Ya me esperan. Gracias. 
- ¡Abraham! 
. Voy al baño. Ya regreso.
Terminé de orinar y me eché agua en la cara. Me sentía pedísimo.
- Mucho gusto, Abraham ¿Cómo estás?
- Tengo problemas con el sexo, traumas, mas bien. Y gracias a eso si estoy con una morra que me gusta y la quiero, batallo para cojer, si estoy con alguien que no me importa en lo absoluto quiero tener sexo por todos los orificios posibles toda la noche y demás porquerías, pero tampoco puedo. 
Sin tón ni són escupí toda la mierda que pude desde la primera frase. Seguido empecé a contarle todo lo que me atormentaba noche tras noche sin dejarme dormir. Fue una plática muy amena. La disfruté mucho y me gustó que respetara lo acordado: no quería sus consejos, solo deseaba platicarle a algún desconocido mis traumas sexuales y los pedos que tengo con mi ex-novia. 
Pasado tiempo vino una amiga a mi casa, tomamos cerveza, prendimos algunos cigarros, y bailamos canciones de los Kumbia Kings. La pasé muy bien. Ambos sabíamos que eso iba a terminar en sexo casual por lo que pensé que era hora de saber si haber ido con la psicologa me iba a ayudar en algo. 
Nos comenzamos a besar y seguido me dispuse a realizar mi mejor ritual y el cual me llena de bastante placer: lamerle lo pies. Esa sensación de estar ahí quitándole las calcetas y saber que no viajarán a ninguna otra parte que no sea la ciudad del placer. Di pie a meter mi lengua entre cada uno de sus dedos y a besar sus plantas cuidadosamente y cerrando los ojos. Un momento realmente sagrado. 
Tenía muchísimo tiempo sin cojer durante un tiempo prolongado y placentero. Creo que haber platicado muchas cosas que llevaba bien escondidas me ayudó algo, o talvez necesitaba descubrir el  goce de lamer pies para despertar mi líbido. No lo sé, solo pienso que si alguien te quiere contar algo que le atormente tú solo escuchal@, muy seguramente no quiere escuchar tus consejos de mierda, hay quienes solo queremos platicarlo, 
Ya para terminar, solo quería llegar a ese punto de que por alguna u otra razón siempre escondemos quién somos en el fondo. Entiendo que muchas veces se vuelve una especie de dicotomía por hacerle un bien a los demás o simplemente para no incomodar a la gente que nos rodea. Mi persona per se prefiere ser un sincericida la mayor parte del tiempo a ocultar lo que soy.
Siempre hay que ser cuidadosos y cautelosos para obtener un buen desenlace, si no hay un buen pre no esperes un buen post, y besarla a los pies es un buen argumento para un mejor final dándole asilo en tu regazo aunque sea por una noche, bien se dice que el amor no necesita ser eterno para ser real. Suena mejor una noche de integridad a una vida de penumbra, por más doloroso que pueda ser el abandono y que la piel poco a poco se nos vuelva desconocida. Prefiero limpiarme la sangre lamiendo mis propias heridas. Total, si volvemos a tener frío buscamos candela en otr@ pasajer@ hasta olvidar el viaje anterior y así sucesivamente, y no está mal, recuerda que venimos aquí para usar y ser usados, es parte de lo bonito de la vida, te patearan el trasero, te romperán el corazón en mil pedazos, etc. pero vale la pena experimentarlo, de eso se trata vivir . Bien se dice que una vida sin experimentar no merece ser vivida,  pero siempre asegúrate de que el café que compartas sea para quitarle el sueño de por vida. 
Este texto terminó muy romántico como la mayoría de las veces que escribo y no me culpen, mi traje favorito es el amor.
Sal y háblale a tu morra, a tu amiga o a tu vecina y pregúntale si está cansada, ya sea por el estrés del trabajo o lo que fuese para que la relajes dándole un masaje de pies con las manos y la boca. Esos pequeños detalles son los que marcan el minuto y el espacio. Después te lo agradecerá y lo más importante de todo… TÚ TE LO AGRADECERÁS. 
Besos en los pies, morras. 
6 notes · View notes
nvsrin · 4 years ago
Text
Tumblr media
hola como van people?? espero que esten teniendo un bonito domingo y buen inicio de semana. como verán caí en la tentación y traje otro personaje, por ahora el último (creo...) para no tener el descontrol kajjad. les voy a dejar unos datitos de mi nueva hija para que conozcan un poco, pero también les puedo agregar información en IM para que hagamos hcs más elaborados si gustan. SI QUIEREN CONEXIONES CON ELLA, LES DEJO LA LISTITA POR ACÁ y pueden dejar like a esta publicación, en la tarde me dedico a esto :’) 
OTRA COSA: hice las cosas bien por fin y áctualicé las listas de mis otros personajes, creo que no me faltó nada y si me faltó, es porque quiero acordar el nombre de la conexion con el/la user. me quedan acordar algunas conexiones con ellos así que si gustan les ofrezco un 3x1 en esta oportunidad ♥ y vamos armandolas, quedaron lugarcitos vacíos y me gustaría meterlos por todos los rincones de nueva orleans ahre. @7mconexiones​
CONEXIONES DE VALENTINE.
CONEXIONES DE ZACHARY.
Tumblr media
nesrin arsenault, 24 años, pertenece al aquelarre ursuline desde hace cuatro años. en su vida mundana es azafata y trabaja como modelo para ropa en algunas ocasiones, so seguro aparece en alguna revista por ahí. de las habilidades principales tiene transmutación y descendum, de las habilidades secundarias tiene herbolaria, inuisibilitas, trabajo con sueños, además de que practican vampiria dentro del aquelarre.
viene de francia, toda su vida fue la clase de chica con estatus social muy alto, sin falta de nada, su madre es (y en ese momento tambien) una mujer exitosa en los negocios, so se la pasaba de viajes y lujos porque no tenía problemas para adquirirlos. :/ lit bajó a tierra ahora que se consiguió un trabajo para ella y se preocupa mas por las cositas en silencio. su padre desapareció dos veces: la primera fue cuando era niña, pues les aplicó una especie de concilium a ambas para decirles que nunca lo conocieron yy que el padre de ella tuvo un accidente. la razón que tuvo para esto fue porque era infiel, like, nes nació de su aventura con la mamá y el tipo quiso conservar a la otra mujer. la segunda desaparición del padre fue una vez que se le presentó en sueños a nes, le contó absolutamente todo sobre el aquelarre y la vida que tenía, so, después no apareció nunca más. con el correr de los meses ella fue adquiriendo habilidades y :)) ahí la tienen ahora en el aquelarre. al principio era de las ????? no creo nada compas, pero fue desarrollando sus habilidades y dijo ah caray. 
su personalidad embeces llega a ser un dolor de cabeza. siempre está pensando que está por encima de los demás, haciendo comentarios, incluso haciendo cositas de persona heartless, pero si le caes bien puede llegar a ser lo contrario, siempre manteniendo su tonito y personalidad?? nada de abrazos gigantes y comentarios hermosos porque le da algo y un golpe.............. 
ugh tengo un hc de que lastimó a alguien sentimientalmente like, una pareja. las razones pueden ser varias, ella es muy bitch así que pudo haberle roto el corazón  :)) también creo que fue a una chica. dejó de confiar en las relaciones amorosas desde que a ella le rompieron el corazón hace unos años :) así que ahora ve todo eso como una mierda y le gusta hacer lo mismo or no tomarle la seriedad que merece.
es bisexual. tiende a tener un patrón bastante repetitivo con los gustos, pero kien sabe?? acá hay mucha belleza por todos lados :/ 
siempre anda preocupandose de como se ve, lo que lleva, so, es muy feliz yendo de compras y cosas así. 
tiene un gato y no se como la soporta?? pero es a proud mom. 
11 notes · View notes
adrianeleuteri · 5 years ago
Text
EL PRINCIPIO DE LA GRAVEDAD (Parte II. Del principio)
Tumblr media
Hace unos días un economista yucateco fue despedido de Televisa porque dejó de serle útil al régimen. A cambio de elogios a los amos del poder y de montajes y chingadazos –vamos a ser sinceros: asestados en su mayoría en maquinazos– en contra de opositores, los múltiples jefes desbordaron obscenamente su cuenta bancaria. Como es natural, su credibilidad se fue pudriendo a lo largo de los años y, al ser él ya a todas luces un producto caduco, dado que sus excesos, mentiras y pifias lo exhibieron de forma irremediable como sicario editorial, sus patrones hoy simplemente lo han desechado.
Ah, pero, carajo, ahí estaba yo, ayer y hoy, y todos estos días, escuchando una y otra vez Loret de Mola, Loret de Mola y casi me dan ganas de ir por una engrapadora o una aguja y coserme los malditos labios. De hecho, lo consulté con varios amigos para ver si a ellos les pasaba igual. Hice algunas llamadas telefónicas y las respuestas obtenidas provinieron esencialmente de un cuento de José Emilio Pacheco (a.k.a. Josemilio Pacheco) inscrito en el libro El principio del placer.
Apenas un par de tonos y contestan. No saludo, no hago otra cosa mas que decir:
  —¡Loret de Mola!
Tras unos segundos, con un tedio insoportable, la voz de mi interlocutor conecta:
  —Qué. Ese pendejo qué.
  Y yo digo:
  —¿No lo recuerdas? En las marchas de 2012, en el Cerco a Televisa, cuando gritamos Loret de Mola y el policía gritó: Pícate la cola.
Mi amigo dice, un tanto asombrado, un tanto incrédulo:
—No, güey… no me acuerdo.
Y remata:
—O sea, sí me acuerdo de las protestas y de que salió el pinche Loret a burlarse y a escupirnos, pero no me acuerdo de lo del policía.
Me decepciono y digo:
—Esta bien, güey, gracias.
Me despido, pero mi amigo dice:
—Eh, güey, ¿por qué o qué?
—No, nada… -digo disgustado, aprisiono como puedo los segundos hasta que vuelve a estallar mi incredulidad-. O sea, Loret de Mola… pícate la cola… el policía que desmadró su casco contra el suelo… y luego ya todos andaban por ahí diciendo: eh, Loret de Mola, pícate la cola. ¡Pícate la cola! Y en las siguientes marchas también. ¡Y en todas!
—Güey, tranquilízate, no te encabrones, cálmate, lo más seguro es que estés…
  Le colgué. Y le marqué a otros amigos. Nadie lo recordaba. Nadie recordaba nuestro escatológico grito de guerra.  
Entré en Pánico. Luego a internet. No había nada.
Caminé de aquí a allá durante varios minutos a lo largo de mi habitación, moviendo las manos, tratando de recordar mejor, intentando anclar al presente algún detalle que me llevara a otra cosa, a algo cercano. Todo fue estéril. Luego decidí que saldría a las calles a espetarle a las personas: “eh, tú, chaval, chavala, venid a por mí y escuchad mi solemne declaración” Entonces ellos dirían: “¿Es… es a nosotros, Señor?” Y yo diría: “Que sí, qué sí, venid”, y a continuación los sondearía: “Si yo digo Loret de Mola, ¿ustedes dicen…?” A lo que los chavales, mirándome muy serios, responderían: “Jolines, Señor, ¿de verdad… de verdad nos está preguntando eso?, ¿es esa una pregunta…” Y yo los interrumpiría y declararía: “Joder, chavales, ¡que me fumo un pitillo como me fumo cinco!, y esa respuesta… esa respuesta yo no me la llevé al río, pero sí que tiene marío, joder, sí que lo tiene”. Y enseguida, con el puño en alto y actitud enérgica vociferaría: “Si yo digo Loret de Mola, ¿ustedes dicen…? ¡¿ustedes dicen…?!” En ese punto los chavales se mirarían a los ojos, cómplices o preocupados, luego voltearían a verme y uno de ellos, quizá el chaval, hablaría ante mí por ambos: “Vaya, Señor, es una pregunta de múltiples respuestas, pero si usted insiste, si… si usted me para en seco y dice, así, de la nada: Loret de Mola, entonces, mi señor, yo me fajo los pantalones y, ante Dios, ante la patria y ante mi dama, respondo solemnemente…: pícate la cola. ¡Loret de Mola, pícate la cola! ¡Listo, ya está!, ¿era lo que quería escuchar, no?, pues mire ya.” Y yo respondería, con lágrimas en los ojos: “Que sí, que sí, joder, que sí, chaval, chavala, pues eso, que gracias, alguien… alguien lo recuerda. Y nada: ¡que las cañitas las invito yo! ¡Venga esos cinco, colega!”
Y justo en el momento en que nuestras palmas chocaron, esa chaqueta mental, muy a la española, muy dedicada a la Madre Patria, se desvaneció con el caliente estruendo del manotazo del chaval. ¡Clap! ¡Splac! Yo qué sé… Enseguida bajé corriendo las escaleras, abrí la puerta, vi a una señora y la detuve en seco. Era la oportunidad perfecta. Le dije: “Señora, si yo digo Loret de Mola, ¿usted dice…? La respuesta de la noble anciana fue contundente, incluso movió la cabeza y la cadera un poquito para acomodarse y declarar casi cantando: “¡Chayotero!” Y yo dije: “No, no, no, no, no. Bueno sí. Es decir: no es la respuesta que busco. Haga memoria, señora, por favor, a lo mejor usted lo sabe, si yo digo Loret de Mola, ¿usted dice…?” Y la señora, dueña total de sí, respondió con encomiable aplomo muy lentamente: “Quítame. Las manos. De encima. Cabrón.” Era cierto, mis manos estaban aferradas a sus hombros y en el reflejo de sus lentes pude ver mis venosas pupilas de loco. Quité las manos al instante como quien quema sus yemas en una plancha. Esto ha llegado demasiado lejos, pensé. Quise disculparme, pero la señora habló de nuevo. Dijo: “Viejita, pero…”, e hizo una pausa mientras torcía cuatro de sus dedos frente a mi cara, luego dijo, así de lindo como se oye, así de bello como suena: “hashtag: empoderada”. Yo pensé “Ah, la verga, compa”, pero dije: “Sí, sí, señito, ahí usted dispense.” En eso sacó su celular y dijo que lo iba a tuitear y yo le dije que me siguiera, que mi arroba era adrianeleuteri. Y la señora dijo, vacilando, refunfuñando, como quien no puede creer el tamaño del absurdo: “Loret de Mola…” A lo cual yo, educado como un perro, respondí en mi mente y al instante “pícate la cola”, pero no me atreví a decírselo en voz alta a una joven señora de la tercera edad que tuitea y usa hashtags y, quien sabe, a lo mejor envía lo que los millenials nacidos después del ´89 denominan pack. Ahí me puse a divagar y en mi mente mi voz tenía acento de doblaje venezolano para canal de TV de paga: “Diablos, viejo, ¿qué sucede con estos sujetos?, es decir: ¿no pueden decir tetas?, ¿no pueden, ya sabes, decir…  decir chichis, viejo? ¿O chiches, como se decía antes? ¿Antes de esta era estúpida? Cielos, es decir… es decir: ¿cómo no esperan que nos confundamos, viejo? Estos… estos jodidos millenials nacidos después de los noventa lo cambian todo, viejo, usan sus… sus palabras en inglés para sustituir las del español, viejo. Es decir… es decir: nuestro jodido Pac en los noventa tenía un 2 antes de la P, viejo, y sí que era un chico malo, viejo, era… era el mejor maldito rapero de la Costa Oeste, viejo, ¿cómo… cómo no esperan que no nos confundamos esos… esos malditos millenials malnacidos hijos de perra, viejo?” Pido disculpas, pero hasta ese momento no había desayunado y mi mente se perdía y se alejaba más y más y más… hasta que la señora dijo que ya me había bloqueado de todas sus redes y que, en vez de chayoteros, mejor siguiera a Julio Astillero o “ya de perdis”, así lo dijo, a El Chapucero. Me encogí de hombros y caminé a mi casa pensando que esa señora rimaba muy bonito las palabras. Ah, El Chapucero. "Nacho" tiene personalidad, pero juegan en su contra las excesivas loas al presidente. Toda su información y análisis, aunque muy buenos, son una adecuación para ensalzar a López Obrador. Mauricio, por el contrario, es contundente, posee un mejor análisis, además de una interesante capacidad de síntesis. Buen binomio al fin de cuentas. Entré a casa y enseguida fui al refrigerador para zamparme, en poco más de un santiamén, mi raquítica y dañina reserva semanal. Pero no pude. Apenas empezaba cuando, de reojo, advertí el desplome de una nube pesada sobre la escalera. Ahí caí en la cuenta. En efecto, es lo que piensan. Y estaba a punto de ocurrir, o al menos eso creí: de las baldosas descenderían torpemente un par de zapatos, qué digo zapatos: ¡chulada de zapatos!, y ante mí se presentaría nada más y nada menos que el mismísimo Carlos Langerhouse de Mola. Si he de decir la verdad: temí, temí con todas mis fuerzas que ante mis tacos al pastor sin piña y yo ese hombre entacuchado se dispusiera a hacer efectiva la consigna del policía dicha por primera vez la noche aquella de Chapultepec 28.
Pestañeé una, pestañeé dos, pestañeé tres veces y la alucinación desapareció. Esto no puede ser así, debo detenerlo, me dije, debo ir al origen y comprobar la existencia remota de la infame sentencia. Necesitaba una explicación. En ese momento la respuesta cayó frente a mí. “Oh, vamos, cariño”, dije, todavía con ese estúpido acento de infomercial efectivo en ningún lado, “sabes que no puedes comer esto, cariño, te faltan dientes y ya no eres la de hace… oh, basta, cielos, basta, está bien, está bien, nena, si tu insistes…” Es ella la razón de mi pensar en Schrödinger. Micaela, la majestuosa dama persa de ojos azules que un día llegó a casa y ya nunca se marchó. Me dije: “Si no existe la respuesta, la respuesta existe al mismo tiempo, ¡diablos, diablos, diablos, eso es!”. Tomé mi casco, subí a mi motocicleta y arranqué a toda velocidad con rumbo a la Hemeroteca Nacional de México. Mientras tanto, por mi mente vibraban toda clase de imágenes, sonidos y recuerdos: el metro Balderas, las pancartas, los estudiantes, la prensa extranjera, las chamarras deportivas de universidades públicas y privadas, las personas, los transeúntes, los cláxones, la noche fría, las botellas de agua, Chapultepec, y cuando llegué a Televisa válgame Dios, la poesía, la protesta, los 132 planetas, el cerco, el cerco al cerco, la prostitución informativa, Adela Micha, Gómez Leyva, Marín, López-Dóriga, Loret, Loret de Mola (me aguanto, muerdo mi legua, ¡con un demonio!, me contengo, no puedo, perdonen, no puedo con Loret de Mola, mierda, aquí viene… sí, aquí viene: ¡pícate la cola!), en la tribuna el camarada acaba de citar a Brecht: hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un año y son mejores, hay hombres que luchan muchos años y son muy buenos, pero los hay quienes luchan todos los domingos, esos-son-los-chidos… Pero con uno y mil carajos, La Botella, Botellita de Jerez está en mi mente, los guitarrazos de El adicto retumban en mi casco con la misma intensidad que ronca una tormenta, Armando Vega-Gil ha muerto, laralairalaba, cantaba y se colgó de un árbol, pasaron años, Peña Nieto se escondió en el baño, El Comandante Borolas dejó entrar a la CIA, el fraude, la sangre, el alipús, las manos embarradas de caca, las cabezas, la granada, los cuerpos desmembrados, el 3 de enero, la gorrita cinco estrellas, la casaca militar como una sábana, guanga e innoble como un paracaídas abierto hasta que llegó a las piedras, lo espurio, lo ilegítimo, Borolas, El Comandante Borolas, el Borolato, el Borolato maquilló su fama narca con textoservidores y prostitutos editoriales de renta cara como la de Carlos Loret de Mola (pícate [hago un esfuerzo]… pícate [no, no, no lo digas]… ¡pícate la rechingada cola!), el lujo y la revista Hola!, las cabañas, Afganistán, la primer puesta en escena, el tanque soviético, abandonado, el prepago, la simulación, la huida, las limusinas, las medallas de ficción, las conferencias internacionales de corresponsalía, la sucia conciencia, la impoluta indumentaria, la AFI, el grueso calibre de la cuenta bancaria, una alucinación chaqueta a la española, un montaje torpe a la francesa, Israel Vallarta, Israel Vallarta grita, Israel Vallarta y su familia torturados, “¿qué le pasó, señor?”, exclama el pequeñito Reinah, “los señores me golpearon”, dice Vallarta, “¡Ahhh!”,  «¿quién lo golpeó, señor?», Carlos Vallarta mira, los mira a todos, mira a un agente, mira a los otros, al correveidile mediático lo mira, se aprieta (o le aprietan) un huevo y dice “nada”, “no me pasó nada”, bim badabom bim bom, Popocatépetl (¡Chin-ga-tu-ma-dre!), chulada (en sus marcaslistosfuera), chulada -verdá de Dios que sí- de puesta criminal en vivo, la aniquilación de los testigos, la emancipación de los bastardos, los cárteles, el Borolato, el Borolato y su ambiciosa meretriz mediática, y en el nuevo ciclo de las cruces sobre el ácido, la sangre y la materia fecal inasible, todos ellos necesitaban un amo nuevo, menos difícil, menos acomplejado, menos sangriento,  más sonso, pero nosotros fuimos a gritar ¡no más!, flores para el uniformado y el policía estrelló su casco contra el suelo, esa noche, la noche de Chapunktepec 28, la noche de las ratas escondidas, la noche en que Rockdrigo nos dio su bendición en el andén de la estación Balderas, la noche de los ciento treinta y dos planetas, la noche en la que Brecht nos erizó la piel, la noche en que los estudiantes universitarios clamamos al unísono: ¡Loret de Mola! y la noche en que ese policía gritó con imponente voz rabiosa: ¡pícate la cola! Sí, sí, eso, sin más, Loret: pícate la cola. Por 18 años este sujeto picó los ojos de las audiencias y en la fría noche del ser el policía desgañitó sus cuerdas vocales y dejó abierta la ventana del alma, de la que escaparon sencillísimas palabras y nosotros nos reímos y nosotros nos reímos mucho y las hicimos la consigna definitoria de la protesta y también, sin duda, el punto final de nuestro pliego petitorio. No obstante, esta mañana al clausurar seis telefonemas y al no encontrar nada en internet, me he preocupado, la consigna existió, yo sé que existe, quizá pase horas buscando en cien periódicos, tal vez ahí, en un párrafo perdido, esté escrita la línea que reporte nuestro canto circunstancial, nuestra demanda furibunda y tragicómica,  las tres palabras que suceden a las de la deshonra mil veces, porque no se van, siguen ahí, se buscan unas a otras, y no se marchan, quedan, son polución magnética, radicales libres, no se van, siguen ahí, se buscan unas a otras, y no se marchan, quedan, son polución magnética, radicales libres, no se van, siguen ahí, se buscan unas a otras, y no se marchan, quedan, son polución magnética, radicales libres, se repiten ad infinitum, y no tienen remedio, suenan, quieren ser dichas hasta la saciedad, hasta el hartazgo, se buscan unas a otras, se necesitan, gimen, babean, tiemblan, cogen ganas, carajo, que se callen, que se callen, ¡ya no chillen, putas!
Quemo llanta involuntariamente, derrapo, me detengo, me quito el casco apresurado y, buscando no una respuesta sino la respuesta en alguien más, grito hasta asfixiar las células alveolares de mi pulmón izquierdo:
—¡Loret de Mola!
  Y quedo seco, mis iris son un par de puntos flacos que apuntan a la nada, el calambre de un latido le recuerda a mi cuerpo que está vivo. Y de pronto, sin esperarlo, sin anhelarlo, un chisguetazo interno recorre mis ventrículos, los ramilletes básicos, la vena cava… y al fin llega la inacabable y prepotente bocanada que me mantiene todavía vibrando en este mundo. Dejo de oír mi corazón para escuchar la nada. La no respuesta. Quizá estoy loco. Quizá lo inventé todo. Sí. Es eso. Quizá lo inventé todo.
Bajo de mi máquina. Serena, tontamente camino hacia una esquina, las yemas de mis dedos presionan suaves la acolchada membrana sintética del guante que a su vez mantiene presionado al casco sobre mi pelvis. Me detengo, separo un poco más mis botas, clavo talones. Ante mí un quisco. Fijo mi vista en la portada de un periódico. De la nada una voz brota a mi costado y lanza una declaración y una pregunta. Empero, ni la declaración ni la pregunta son para mí: “Ah, que lo mandaron a la verga, ¿si supiste?, ¿si supiste lo del Loret…?”. Y mientras continúa su interrogante yo volteó a mirarlo lentamente, deformando la calidad de sus palabras hasta escucharlas monstruosas, graves, lánguidas: “¿…lo del Loret de Mola?”
El cielo truena y yo pelo los ojos, suena la Ópera del Apocalipsis, la Ópera brutal de la consumación, abro la boca, inhalo el aire amargo, Pávlov se pitorrea en su tumba, una descarga eléctrica reforma la curvatura de mi espalda y poco a poco y hasta el desquicio comienzo a reírme como el más pinche de los pinches locos porque de pronto me doy cuenta de que no importa, de que no son necesarias las palabras posteriores porque el chiste, damas y caballeros, no me dejarán mentir, se cuenta solo.
2 notes · View notes
bestodictadora · 5 years ago
Text
Resumen del mes [Agosto].
Muy bien. El asunto con mi ánimo está superado, y como no puedo estar neutra y paso del superdesánimo a la euforia, ahora soy una criatura feliz que quiere parlotear de todo lo que la hace feliz. Por tanto, aprovechando que no me puedo dormir, voy a hacer el resumen del mes que me dijo Lau que haga, porque Lau es sabia y da buenos consejos (??).
Y suena diver man. No he estado en muchos roles en agosto, creo (sólo dos, JAJAJAJAJA), y estuve como una semana y media desaparecida por mi maldito bajón emocional (y por tanto, bloqueo) pero pos nada. A ver qué procede.
Es muy chistosín que yo estaba convencidísima de que acá entraba Danza y resulta que terminó EL 31 DE JULIO MAN. ASÍ, BIEN JUSTO PARA NO ENTRAR, la sadness. Igual ya he fangirleado mucho por ese rol so todo oka. 
Glitch: NOT.
LO AMO MAN.
Lo cierto es que ando enganchadísima con este rol aunque vaya medio lento porque igual siento que todo avanza a su tiempo y tal (creo Lau dijo que sería un rol corto y tranqui), porque como que hay un misterio rondando en todo lo que le pasa a los personajes y QUIERO SABER. Además de que le agarré cariño a mi coso desde los primeros posts, y eso ayuda mucho a amar un rol.
Onda, al principio estaba muy AAAAHHHHH, KESTAPAZANDAAAAA, y ahora, a cuatro días de que termine, sigo estando AAAAHHHHH, KESTAPAZANDAAAAA. Pero ahora con más hype y teorías encima. Que creo que a eso también aporta mucho el personaje.
¿Les pasa eso de que piensan alguna teoría así bien tranqui y luego cuando narran al personaje él sale con muchísimo más? A mí me sucede muchísimo con Stan. Que es pendejo pero piensa mucho, pues. Demasiado, ese es su gran defecto (?), pero pues eso. Piensa tantas posibilidades que ME CONTAGIA A MÍ LA PARANOIA EXTREMA, PINCHE PUTITO.
Además shippeo cosos y eso también me da amor al rol. Confieso que no leo a Adán y Eva pese a que dije que los leería, PERO SÍ LEÍ A VASTA Y HARVEY Y LOS SHIPPEÉ POTENTE PESE A QUE NO SE HARÁ REAL PORQUE DEAD SE FUE. DEAD, WHY. ME DUELE LA VIDA. Y también shippeo así bien potente a Disa y Aurora, o Disa y Chanclo. Quiero un trío de bbs. Y CLARO, TAMBIÉN SHIPPEO A JAZZ Y STAN PERO ESO ES CULPA DE LAU Y CHI. Bueno, no, PERO SÍ, pero no. Era inevitable la dvd. PERO NOC, LOS SHIPPEO, y no tienen futuro porque Stan se está por morir, lo presiento.
ESO TAMBIÉN ES COMO QUE AAAAAAAAHHHHHHHHH, SIEMPRE SIENTO EL PELIGRO Y LA INFO Y ENTONCES CADA INDI ES UN CHILLIDO MÁXIMO. 
Probablemente en circunstancias normales tendría una teoría clara sobre lo que pasa. Pero como puse a Stan, ahora estoy confundida y aterrada (?).
Calma, cautela, tranquilidad y buenos alimentos, wuuu.
Reckless: Phoenix Heart.
El hype que tenía durante el casting de este rol no era normal. Onda, puse cuatro personajes, creí eso sólo lo haría en Agito but HERE I AM. Y es que tuve muchas ideas así bien caóticas y todo lo que causa desastre es maravilloso y debe ser explotado. NO ESPERABA QUE QUEDARA TAZA, LA DVD, y es gracioso que esté con tres personajes acá cuando en un principio no planeaba reservar por la PUTA VERGÜENZA QUE ME DA NUNCA TERMINAR LOS ROLES DE ISA, AAAAAAAAAHHHHHH. Pero acá estamos, todavía posteando ;D Que sí, me desaparecí semana y media, pero no avanzaron mucho en esa semana y media así que todo oka. *Le pegan*
Y PUES A VER QUÉ PASA MAN. Ahora mismo tengo muchísimo hype con Taza y Finn, aparte de que como estoy usando a Griff, me es súper isi narrar a estos dos ahora mismo. Tienen encima cosas así bien fua y cuando leo las indis es muy AAAAAHHHH QUIERO POSTEAAAAR, y entonces lo hago, wuuu. 
Con Griff nada más es por el desmadre. Es súper divertido rolearlo cagándola cuando los otros reckless intentan ser diplomáticos, y casi que sentí que fue doloroso para sus compas que yo reviviera y diera post con él (?). Y ESO ES LO QUE ME DIVIERTE. QUE ESTÁN EN LA MIERDA Y TENGO UNA HERRAMIENTA PARA METERLOS MÁS EN LA MIERDA, y en general es diver, creo es posible que ahora se desate una superbatalla ultraviolenta y es lo que mi body necesita. Aparte lo shippeo con todo lo que le habla :c nomás porque pasa del “Odio a esta persona, le voy a pegar” al “oye, me cae chido, qué agradable persona” EN UN SEGUNDO. Aparte me encanta cambiarles los nombres a todos en cada post.
Con Taza mi hype es todo obra de Isa que le dio una ruta tan WAAAAAAA. Y que es mi self, vaya, toda la surprais(?), así que está sencillito escribirla y meter tropocientas referencias a la argentinidad, wuuu. La interacción con Caleb fue divertida y me gusta mucho su misión bc pega con ella y se la puede explotar copado. Y si la caga sufre, y entonces también es diver. NO HAY PIERDE MAN. 
Lyanna me tiene emocionada a un nivel medio (??). Al menos de momento. Como con Fumi, sé que le debe esperar algo muy fua, pero por ahora andamos en la etapa tranqui de las cosas así que no tengo tanto para decir. Pero igual Lyanna me emociona más que Fumi, PORQUE ES, NO SÉ, BELLO. Tiene un toque muy shonen narrarla y su situación es misteriosa y wao. Me preocupa que se estanque en un punto en que no le quedan pistas y no sabe qué hacer y por tanto yo no sepa qué postear, pero de momento no pasa así que es todo bello. Y LA SHIPPEO CON ROHIN PERO NO LE TENGO ESPERANZA, BAI.
¿Y Fumi? Qué agradable sujeto (?). Esperemos a ver qué pasa con ella, de momento todo es calma e intro.
Express: Tratado de la Fábula.
Me duele una banda que coincidiera con mi bajón emocional porque le tenía tremendas ganas a este express y NO PUDE FINALIZARLO, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. KILL ME PLS. Buenono. Perosí. 
En todo caso, ignorando ese pequeño gran detalle, lo amé. Precisamente porque lo venía esperando tanto Y ES AGITO, Y ARTHUR SIEMPRE ES FÁCIL DE NARRAR, estaba súper emocionada con este express porque como que concluía el epílogo del Arthurito. Y man, yo quería salvar a Andoria aunque todos sabíamos que eso no iba a pasar porque para salvar no existe el canibalito que acá no es canibalito.
Fue un gran wooo. 
Porque de alguna manera tuvo un salto bastante potente de desarrollo de personaje con las palabras de Andoria. Onda, pasó de ser una marioneta a un rey. Uno que está planeando meterse en guerra con todo el mundo, sí, pero rey al fin y al cabo, y eso es mucho más de lo que esperaba para el Arthurito. MAN, YO ESPERABA QUE SÓLO LE AGARRARA LA LOQUERA UNA VEZ FUERA CORONADO E HICIERA A LOS DRAGONES EXTERMINAR A LOS HUMANOS O ALGO ASÍ, PERO NO. REALMENTE SE VA A VOLVER UN MONARCA Y LUCHAR POR CONCORDIA, AAAAAAAAAHHHHHHHHHH.
Quiero Agito man. QUIERO AGITO AQUÍ Y AHORA.
Mi sueño en la vida es que progrese lo suficiente como para cuestionar las figuras que idealizaba, aka los cristales y eso. Pero igual no me imagino que pase. PERO ESO. Me gusta que cuando pongo un personaje normal, se mete muy en la mierda. Y cuando pongo uno que está en la mierda, va evolucionando. Arthur suele ser ese que se va sumergiendo en la mierda (?) pero acá lo veo evolucionar so está más interesante todo <3
1 note · View note
graciasbalan · 3 years ago
Text
Eh we, ¿puedes pasar por mí?
Pieza teatral para transporte público.
Personajes
Samuel (veintitantos años)
Fernando (entre 13 y 16)
  Esta pieza es pensada para ser interpretada en un camión, o quizá en un tren, o donde se les de la gana, ultimadamente a mí qué me importa. De preferencia por dos hermanos que tengan que hacer un trayecto de unos veinte o treinta minutos en camión y que sean lo suficientemente tetos para aprenderse este texto.
Fernando sube primero, pero es Samuel el que se detiene a pagar los pasajes. Fernando va pachequísimo, se le quieren cerrar los ojos, de esas veces que ya nomás te estás esforzando por mantenerte en este plano dimensional. Recomiendo que los ojos irritados, la piel pálida, el sudor frío y el olor a mota sean truqueados con algo, yo que sé, pero igual si ustedes quieren poner bien marihuano a un morrito pues muy su pedo, yo no les voy a decir cómo hacer su trabajo, no soy actor. Ni tampoco dramaturgo, para qué me hago pendejo, nomás estoy escribiendo por escribir. Bueno, prosigo: Fernando se apoya de lo que encuentre, mientras espera a que su hermano mayor termine de pagar los boletos. Si encuentra asientos amarillos vacíos, que le valga verga y se siente ahí, los marihuanos tenemos también el derecho de sentarnos cuando nos estamos paleteando. De haberse sentado en los asientos amarillos, si hay lugar más atrás, Samuel lo levantar�� con brusquedad y lo llevará a sentar a otro lado. De no haber asientos disponibles mas que los amarillos, Samuel se quedará parado junto a Fernando. Y si no hay asientos disponibles en absoluto, pues Fernando hará lo que crea conveniente para sobrellevar la tremenda pálida que trae encima. Pero eso sí, en cuanto un lugar se desocupe, Samuel deberá agandallarlo a cualquier costo, para que se siente su hermano.
En fin.
SAMUEL: Ira nomás cómo vienes, Fernando.
El otro no dice nada.
SAMUEL:  Hasta para fumar eres pendejo, de veras. ¿Y sabes a quién va a cagotear mi amá? A mí, cabrón.
FERNANDO: (levantando la cabeza) Yo no te pedí que vinieras por mí.
SAMUEL: Me llamaste hace una hora y me dijiste “Güey, estoy muy marihuano y creo que me voy a morir” y colgaste.
Fernando se ríe.
A Samuel esa risa lo irrita profundamente y le mete un sopapo bien duro en la nuca a su hermano. Si existe algún resentimiento entre los actores, este sería el momento perfecto para sacarlo. En respuesta al golpe, Fernando intenta meterle un putazo a Samuel, pero lo falla.
SAMUEL: Íralo, todo pendejito, primero abre bien los ojos y después intentas verguiarme, morro.
FERNANDO: Creo que me voy a paletear.
SAMUEL: Te estás paleteando, pendejo.
FERNANDO: ¿Está ocupado el baño?
SAMUEL: Nomás que te vomites encima y te voy a poner la putiza de tu vida, Fernando.
El otro sólo esconde la cara entre las manos, completamente mareado.
SAMUEL: ¿Fumaste o comiste?
FERNANDO: ¿Qué?
SAMUEL: La mota, ¿la fumaste o la comiste?
Fernando está demasiado concentrado en mantener el vomito dentro de su estómago. ¿O que lo que hay en su estómago no se convierta en vómito? ¿el vómito se convierte en vómito cuando lo vomitas, o ya es vómito desde antes? Yo que sé, no soy médico y soy demasiado huevón para buscarlo en google, ahí háganlo ustedes.
SAMUEL: Luego, como no sabía dónde estabas ni nada, estuve marcándote, yo creo te marqué unas seis veces antes de que me contestara una morra, amiga tuya, supongo, no sé, no la ubico. Y ya me dice que te andas paleteando y que están en casa de un güey que tampoco ubico.
Fernando deberá buscar estar cerca de alguna ventana, si tiene oportunidad de intentar abrir una, que lo intente.
SAMUEL: ¿Y sabes qué pensé? Pensé, ay, mi hermanito, su primera vez fumando mota. Pero cuando venía en el camión para acá, me di cuenta: probablemente no es tu primera vez fumando mota, sí tu primera pálida no tú tu primera vez fumando. Y entonces me emputé contigo.
Fernando, para este punto, debe estar intentando respirar profundo. Ya debe notársele algo desesperado. Samuel lo verá durante unos momentos, antes de sacar una botella de agua de su mochila y entregársela.
SAMUEL: Ten, toma más agua.
FERNANDO: (con la voz temblorosa) Me voy a vomitar.
SAMUEL: No te vas a vomitar, tómale.
Fernando le da un tragote al agua y le regresa la botella.
SAMUEL: Yo estaba seguro de que ibas a fumar mota por primera vez conmigo. No sé por qué, era algo que parecía natural para mí. Soy tu hermano mayor, es lo que un hermano mayor hace, le enseñas a tu hermanito a andar en bicicleta, le pones películas de terror, y lo guías cuando vaya a meterse chingaderas. Es el ciclo natural de la vida.
Fernando le vuelve a arrebatar el agua a Samuel y la da otro trago.
SAMUEL: Yo sabía incluso cuál era la historia que iba a contar antes. Te iba a decir “no we, la primera vez que me puse pacheco…” e iba a exagerar algunos detalles, muchos detalles. Iba a ser una historia casi completamente inventada. En donde mis compas y yo nos fumábamos un blunt entre los tres y luego nos quedábamos dormidos y compartíamos el mismo sueño, y que después lo volvimos a intentar pero que nunca nos volvió a resultar así de fuerte y así de natural. Y tú me hubieras creído, porque estás bien pendejo y me crees cualquier mamada que te cuento, y luego, ya después de unos meses, o unos años, ya que te hubiera dado tu primera pálida, hubieras tenido visuales, hubieras ido a alguna fiesta con tus compas, hubieras besado a alguien teniendo hartas ganas de llorar, entonces recordarías la historia que te conté de mi pachequera y te darías cuenta de que fue todo mentira, y te cagarías de risa y me llamarías y me dirías eh we, vamos a caguamear y me cuentas la verdadera historia de esa vez.
Fernando ya se mira más repuesto, tiene los ojos cerrados y se concentra mucho en respirar.
FERNANDO: (con la voz todavía temblorosa) ¿Y cómo fue en realidad?
SAMUEL: Estaba en casa de Cardona. Íbamos a ver una película y ahí andaba también Nestor y Diana. Y Nestor nos dice que traía un porro y que si queríamos. (se ríe) Yo me puse muy nervioso, we. Quería escaparme de ahí, la verdad es que me daba culo. Mucho culo.
Fernando se ríe
SAMUEL: Le fumé y no sentía nada, estuvimos cotorreando un ratote, y luego, no me di cuenta cuándo, estábamos callados, acostados en el piso del cuarto de Cardona. Se había detenido la playlist y nadie le ponía para que volviera a empezar. Todos estábamos callados, y a mí me dio risa, pero no me reí, y me quedé pensando y pensando, y pensando y ya que vimos la hora, vimos que habían pasado cuarenta y ocho minutos de puro silencio, y nos empezamos a cagar de risa.
FERNANDO: Nunca supe por qué dejaste de hablar con Cardona. Ella me caía bien.
SAMUEL: Sí, yo tampoco estoy seguro.
FERNANDO: Porque luego iba a la casa y no pedía permiso ni nada y se tragaba lo que encontrara en el refri (suelta una carcajadota) y a mamá eso le encabronaba tanto (la risa es estridente) una vez sacó todas las sobras del refri y se hizo un lonche de (la risa no lo deja continuar)
Samuel le pone una mano en la frente.
SAMUEL: Tranquilo, we.
Fernando sigue riéndose, pero la risa se va calmando. Vuelve a quedar en silencio, mirando por la ventana.
SAMUEL: ¿Y tú we? ¿Cómo fue tu primera pachequera?
Fernando parece querer decir algo, pero vuelve a mirar por la ventana.
SAMUEL: Sí, mejor en otro momento. Todavía estoy emputado, eh. Pensé que tardarías más en crecer y es muy pendejo, pero no quiero perder otro amigo. Después de lo de Cardona y luego de mi… Estoy completamente atorado, Fernando.
Hay silencio.
SAMUEL: Cuando lleguemos a la casa, te vas directo a acostar y no te acerques a mamá. Yo te llevo un vaso de leche.
Más silencio.
SAMUEL: Lo sorprendente de esa vez que nos quedamos en silencio, fue que yo nunca me quedo en silencio. Siempre hablo y hablo y hablo y nomás no me para el hocico y… fue reconfortante. Este silencio también. Gracias, Fer.
Ambos dejan de hablar durante el resto del camino. Cuando tengan que bajar, bajarán en completo silencio.
 Notas para la obra:
1-      No agradezcan ni se anuncien ni pidan dinero al final, solamente hagan esto si están muy aburridos y son unos tetos. O igual y sí pidan dinero al final, si tienen mucha hambre, o si están pendejos. Es más, hagan lo que quieran, a mí que me importa, ni que pudiera hacer algo para evitarlo, ni siquiera existo fuera del concepto de la voz que lee esto en sus cabezas, escribí esta pendejada bastante rato antes de que ustedes la leyeran, seguro ahorita ando pensando en otras mamadas.
2-      Queda prohibido que esta obra sea interpretada por gente cuyo sueño sea viajar a Europa, estudiantes de letras, panistas, y personas que tengan una rutina de cuidado de piel por las noches.
3-      Chinguen todxs a su padre, ¿por qué siguieron leyendo hasta acá? ¿no tienen nada mejor que hacer? Pónganse a trabajar o algo.
0 notes
dialectomty-blog · 4 years ago
Text
El arte de besar pies
Tumblr media
- ¡Salió chido, wey! En cuanto lo suba te lo paso para que lo roles a tus compas.
- ¡Simón! Aunque creo que me va a dar pena escucharlo.
Terminé de grabar un episodio del podcast con Benji y otra vez me pasó que la plática se tornó más interesante ya cuando no estaba grabando, lo mismo me ocurrió con Valeria Rubí, la invitada anterior. Todavía existe eso de no querer que la gente sepa cosas más personales de nosotros, parece que ya aceptamos nuestra hipocresía y a vivir rendidos y convertidos en unos malditos cobardes de mierda frente a la sociedad. Qué asco que ni nuestra familia, amig@s, pareja, espos@, etc. sepa quienes somos realmente. 
Benji me contó que dejó de escribir porque estaba exhibiendo cosas muy personales y que gente muy cercana lo había estado leyendo, entonces fue que decidió dejar los relatos y comenzó a hacer reseñas de películas, algo que le apasiona aún más. También me contó del día en que intentó suicidarse y seguimos la conversación acerca de mi miedo a la muerte y de que los dos hemos tenido pensamientos suicidas. Él cree que un día se va a quedar inmovil mentalmente.
El año 2020 para muchos fue una mierda, incluso para mí, pero eso me gusta. Me gusta sentir emociones de cualquier tipo, talvez no lo demuestre, pero en cuanto las siento es una sensación maravillosa similar a la de pasar mi lengua por los labios vaginales de los que esté enamorado en ese momento; besar lentamente los muslos, la órbita vaginal y culminar en el clítoris... A eso exactamente me saben las emociones. Me congelo con solo hablar de eso.
De tiempo acá me he caracterizado por ser una persona que no le apena en lo absoluto expresar lo que siente ni quedarme con las ganas de hacer o probar algo, aunque puede resultar contraproducente, hacerlo muchas veces termina uno por asquearse, como cuando me clavé tanto en el café que hasta me convertí en un coffeejunkie y me provoqué colitis, o la vez que me empeñé tanto en acabarme el Super Mario Bros en las maquinitas y cuando me lo acabé me cagué encima camino a casa, o cuando vendía cerveza clandestina en mi ex-departamento, o peor aún, la etapa en la que amaba tanto cojer y terminó por parecerme algo tan repugnante por un sinfín de cosas asquerosas que llegué a experimentar incluida la vez que un amigo me pidió cojerme a su novia, y pues lo hice, ella estaba de acuerdo; a parte siempre he dicho que la vida se trata de cometer estupideces, el que haga más es el que gana. 
Hace mucho volví a cojer y la neta me la pasé chingón, olvidé el placer que sentía por todas aquellas aberraciones por las que había pasado. Aunque fue por un tiempo muy corto lo disfruté demasiado. Durante el momento tuve regresiones del pasado y me fue difícil mantener una erección prolongada. 
Pienso que en veces hay que ser pausados y cautelosos de vez en cuando. Si amamos en demasía las nuevas sensaciones y las abrumamos mucho, poco a poco nos pueden llegar a disgustar, como en mis anteriores casos, contrario a lo que les contaré a continuación: 
Como ya les comenté, si hay algo que me intriga decir o hacer la mayoría de las veces lo llevo a cabo, es muy raro que me quede cruzado de brazos o que me calle la bocota y cuando  lo hago es por no incomodar a alguien, todo depende de cuanto me importe esa persona. 
Volviendo al tema de mi paulatino neo-acercamiento al sexo tuve que volverme algo mas hábil en otra cosas referidas al tema: mejoré mi romanticismo y mi habilidad para mover la lengua, pero yo sentía que con eso no bastaba. Tenía que buscar algún otro placer digno de todas las mujeres, un elixir que las llevara a otro nivel porque como ya lo saben, las mujeres son el tesoro más preciado que podemos tener y ni siquiera somos merecedores de ellas y no es que yo me haga menos, de hecho la gente que me conoce sabe que tengo el ego super elevado, es solo que mi amor y agradecimiento a las mujeres no tiene límite, son mi non plus ultra. Tardé en darme cuenta de eso y por lo mismo siempre hago énfasis en ello. 
Me gusta que me estiren el cabello en la intimidad y que me digan que soy su perra. Olviden eso, solo quería escribirlo.
Regresando a los que importante que les quería contar… todo comenzó gracias a una foto que publicó uno de mis cantantes favoritos de trap hace un año aproximadamente en donde aparecía feliz de la vida en una alberca dándole tremendo lenguetazo en los pies a su novia. El tipo se veía súper alegre, y seguido le puso una descripción de felicidad a la publicación que no recuerdo muy bien lo que decía, solo me concentré en la imagen, en todo lo que ocurría en la imagen, y me llamó tanto la atención que decidí llevarlo a cabo para experimentar si pudiese llegar a obtener la misma sensación que el. Total… nunca son suficientes porquerías las que he llevado a cabo en mi vida.
Y ahí estaba yo, con una mano en su tobillo sosteniendo la pierna izquierda que yacía en mi hombro derecho y con mi mano izquierda acariciando su pantorrilla derecha, y fue entonces que dije ¡Vas! Y comencé a darle besos esporádicos sobre el empeine y lamer progresivamente la parte interna de su pie izquierdo, y ya cuando noté su sonrisa le di a entender con la mirada que dentro de esas cuatro paredes existía una hermosa princesa y agradeciéndole que me dejara realizar dicho acto. Y aún con los ojos cerrados podía ver todo su cuerpo brillar formando una especie de luminotecnia maravillosa. 
La verdad es que no tengo mas palabras para relatar lo sucedido, pero pasar los labios desde los muslos hasta la punta de los pies de una mujer y culminar en besos en sus plantas es algo que no tiene narrativa, ni tiempo hay de ver los gestos de satisfacción en ella, tienes que activar al máximo tus otros sentidos para darte cuenta de eso. 
Como ya lo mencioné siempre me ha gustado que me traten como su perra en la intimidad, por eso me dejé el cabello largo, a muchos siempre les miento diciendo que es para llegar a donarlo algún día a l@s niñ@s con cáncer. Todos vivimos en una hipocresía como ya lo he mencionado al principio de este texto. Cada quien se engaña con la mentira que más le gusta. En fin… me gusta que me jalen del cabello si así lo desean, si nosotros por mucho tiempo lo hemos hecho ¿Por qué ellas no pueden tener ese derecho? Muchas veces se les martiriza en temas sexuales o de su propio físico, como las vez que la cantante Mon Laferte dejó sus hermosos pechos al descubierto como protesta por algo que sucedía en su país (Chile) y todo mundo burlándose y tirando hate porque sus pechos son pequeños, hasta mujeres mismas lo hacían. Yo siempre he pensado que así como en los pechos las cosas pequeñas tienen la virtud de siempre hacer que quieran volver por más. Amo la fisionomía femenina en muchas presentaciones y con todas sus imperfecciones. Y ahí es donde te das cuenta que la gente que tira odio solo está reflejando sus inseguridades. 
Pasado el tiempo, volví a besar un par de pies y la sensación fue exactamente la misma: es lo mejor que me ha pasado en muchísimo tiempo. Si nos ponemos a pensar, yo siento que es en los lugares donde menos hay corteza, ese pedo es como pasar tu boca por una nube. Mucha gente dirá que no todos los pies son iguales, y bla, bla, bla, pero pues uno mete su lengua donde quiere y sin ser obligado, a parte, si nos detenemos a siempre a buscar el lado feo de las cosas, queda lo que somos ahora, unos malditos infelices e hipócritas que ni siquiera podemos decirle al mundo quién somos en realidad. 
Le conté esto a una persona y me dijo que cada quien tenía sus placeres mas oscuros, yo la verdad no le veo nada de oscuro a algo que te hace sentir bien y no hace daño a terceros, al contrario, se la pasan chingón. Cabe mencionar que esto no es una competencia de ver quien lleva a cabo todos sus placeres, es solo una experiencia. 
Hace poco una amiga me recomendó ir a terapia para que me ayudaran con mis traumas sexuales y para superar de una vez por todas a la única novia que he tenido. 
Siempre dije que era una estupidez ir a terapia (y lo sigo diciendo), pero volví a intimar con una morra y pasó exactamente lo que me había pasado en anteriores ocasiones: los traumas se presentaban en pleno coito. Entonces fue que dije al día siguiente que probaría ir a terapia para ver si en algo me podría ayudar. 
Contacté a una psicóloga y le dije que no quería sus consejos ni su ayuda, solo quería que me escuchara. Muchas veces con solo sacarlo puedes liberar muchas tensiones, a parte no quería su opinión en lo absoluto sentí que iba a salir pura basura de su boca. 
Le pedí que nos viéramos en algún bar porque me da mucho miedo pisar una sala de consulta y como extra le pedí de favor que me dejara llegar ya con unas cervezas encima para que se me aflojara la lengua. 
Llegué al lugar un poco tarde y me quedé en mi camioneta dentro del estacionamiento, no aguantaba las ganas de orinar debido a las cervezas que me había tomado, pero no quería bajarme, ni siquiera sabía qué decir. Por fin me amarré los huevos y decidí entrar…
- ¡Hola! Bienvenido.
- Ya me esperan. Gracias. 
- ¡Abraham! 
Voy al baño. Ya regreso.
Terminé de orinar y me eché agua en la cara. Me sentía pedísimo. 
- Mucho gusto, Abraham ¿Cómo estás?
- Tengo problemas con el sexo, traumas, mas bien. Y gracias a eso si estoy con una morra que me gusta y la quiero, batallo para cojer, si estoy con alguien que no me importa en lo absoluto quiero tener sexo por todos los orificios posibles toda la noche y demás porquerías, pero tampoco puedo. 
Sin tón ni són escupí toda la mierda que pude desde la primera frase. Seguido empecé a contarle todo lo que me atormentaba noche tras noche sin dejarme dormir. Fue una plática muy amena. La disfruté mucho y me gustó que respetara lo acordado: no quería sus consejos, solo deseaba platicarle a algún desconocido mis traumas sexuales y los pedos que tengo con mi ex-novia. 
Pasado tiempo vino una amiga a mi casa, tomamos cerveza, prendimos algunos cigarros, y bailamos canciones de los Kumbia Kings. La pasé muy bien. Ambos sabíamos que eso iba a terminar en sexo casual por lo que pensé que era hora de saber si haber ido con la psicologa me iba a ayudar en algo. 
Nos comenzamos a besar y seguido me dispuse a realizar mi mejor ritual y el cual me llena de bastante placer: lamerle lo pies. Esa sensación de estar ahí quitándole las calcetas y saber que no viajarán a ninguna otra parte que no sea la ciudad del placer. Di pie a meter mi lengua entre cada uno de sus dedos y a besar sus plantas cuidadosamente y cerrando los ojos. Un momento realmente sagrado. 
Tenía muchísimo tiempo sin cojer durante un tiempo prolongado y placentero. Creo que haber platicado muchas cosas que llevaba bien escondidas me ayudó algo, o talvez necesitaba descubrir el  goce de lamer pies para despertar mi líbido. No lo sé, solo pienso que si alguien te quiere contar algo que le atormente tú solo escuchal@, muy seguramente no quiere escuchar tus consejos de mierda, hay quienes solo queremos platicarlo, 
Ya para terminar, solo quería llegar a ese punto de que por alguna u otra razón siempre escondemos quién somos en el fondo. Entiendo que muchas veces se vuelve una especie de dicotomía por hacerle un bien a los demás o simplemente para no incomodar a la gente que nos rodea. Mi persona per se prefiere ser un sincericida la mayor parte del tiempo a ocultar lo que soy.
Siempre hay que ser cuidadosos y cautelosos para obtener un buen desenlace, si no hay un buen pre no esperes un buen post, y besarla a los pies es un buen argumento para un mejor final dándole asilo en tu regazo aunque sea por una noche, bien se dice que el amor no necesita ser eterno para ser real. Suena mejor una noche de integridad a una vida de penumbra, por más doloroso que pueda ser el abandono y que la piel poco a poco se nos vuelva desconocida. Prefiero limpiarme la sangre lamiendo mis propias heridas. Total, si volvemos a tener frío buscamos candela en otr@ pasajer@ hasta olvidar el viaje anterior y así sucesivamente, y no está mal, recuerda que venimos aquí para usar y ser usados, es parte de lo bonito de la vida, te patearan el trasero, te romperán el corazón en mil pedazos, etc. pero vale la pena experimentarlo, de eso se trata vivir . Bien se dice que una vida sin experimentar no merece ser vivida,  pero siempre asegúrate de que el café que compartas sea para quitarle el sueño de por vida. 
Este texto terminó muy romántico como la mayoría de las veces que escribo y no me culpen, mi traje favorito es el amor.
Sal y háblale a tu morra, a tu amiga o a tu vecina y pregúntale si está cansada, ya sea por el estrés del trabajo o lo que fuese para que la relajes dándole un masaje de pies con las manos y la boca. Esos pequeños detalles son los que marcan el minuto y el espacio. Después te lo agradecerá y lo más importante de todo… TÚ TE LO AGRADECERÁS. 
Besos en los pies, morras. 
0 notes
groczon · 6 years ago
Text
Una caja llena de sorpresas.
Este no es un texto de frases profundas aleatoriamente colocadas con palabras espontáneas por doquier. Este texto es más bien una simple historia, así que no esperes más.
Carne fresca, recién graduado, bien pendejo... Ya saben, saliendo de la preparatoria pues. 
Por alguna extraña razón decidí salir de mi hermoso Puerto de Veracruz. El calor es infernal allí, sí; pero créanme que no existe nada mejor que ver todas las putas mañanas el amanecer morado que ofrece el horizonte del mar. Jamás lo aprecié realmente hasta que llegué al corral de bolillos. Lo siento, casa.
Llegué con el optimismo al 100, el cuero en alto y las pantuflas bien puestas. No niego que con una que otra tosida también a causa del PUTO smog; está bien culero ese pedo, la neta.
Recuerdo perfectamente que arribé en este puerto para provincianos un 3 de junio de 2017, y a los tres días ya estaba yendo a mi primer concierto; ¡tuve demasiada suerte ese día! Una chica me regaló un boleto, me pichó la chela, cotorreamos, conocí gente “famosa”, etc.; un buen día pues. Esto fue lo que provocó decirme: “Creo que estás en el lugar correcto, Norris”.
El primer día de clases fue curioso. Una chica me mentó la madre porque pensaba que yo me había equivocado de baño, cuando fue ella la que se confundió realmente. Luego de la vergüenza comenzamos a platicar y en el transcurso del día se nos unieron otras dos personas: una de Ecatepunk y otro de Toluquish, así le dice el pendejo. Hoy en día solamente sigo siendo cercano con el cabrón que come chorizo.
Todo iba perfecto, adrede y fluido: me sentía bien. Y como todo buen primersemestriano, iba con tooooooodo ¡a la verga, compa! Estaba soltero, ¿qué es lo peor que podía pasar?
Ya saben cómo funciona este pedo y no se me vayan a hacer pendejos:  1.- Primero visualizas a las presas. 2.- Convives con elles. 3.- Clasificas en tres categorías: me la rifo y me cae chido; me la rifo, pero no me cae chido; y que Dios me agarre confesado. 4.- ATACAR. Bueno, yo estaba tranquilamente cursando por la fase tres cuando de repente ¡pum! Llegó la cabrona.
¿Por qué nunca nos sentimos completos?
¿Por qué siempre buscamos todo en el vacío?
Y ¿por qué verga intentamos construir encima de una pantalla?
Tal vez sea miedo o tal vez sea estupidez, vale verga. Lo que yo pienso es que toda esa mierda es la que vuelve divertido todo esto, tu simple día a día.
No quiero tener todo a la mano, ¡quiero saltar por las cosas que deseo!
No quiero estar cerca de todo, ¡quiero viajar a mi destino!
No quiero que alguien me ame desde un principio, ¡quiero que alguien me permita amarle y su instinto sea la reciprocidad!
Tal vez simplemente seamos una especie estúpida que busca complicarse la vida o tal vez que la vida se complique es un requisito obligatorio en este viaje... ¿Quién sabe? Deme dos boletos por favor.
Recuerdo que la vi y verga... “se me volaron las ideas, chaval”, diría el Cortés.
Pena, angustia, nervios, sentía de todo en ese momento. Instantáneamente me pregunté a mí mismo: “¿No que de cacería, perro?”... Pues por lo que estaba viendo, parece que iba a ser una temporada de patos demasiado corta.
Agarré valor para hablarle a la semana de haberla visto. Comencé la plática preguntándole si conocía a Dromedarios Mágicos, un artista de Pop Folk, a lo que ella me contestó con un frío y seco “nelparingas”. “¡No sueltes la cuerda, pendejo!”, me dije. Entonces procedí a explicarle quién era este men y que la chingada. Yo sólo veía su mirada desinteresada hacía mí... ¡carajo! ¡Ese no podía ser el fin del Hombre Araña!
Seguí platicándole de música y de mi banda (también tenía que ensalzarme), y ¡ella mantenía esa jodida mirada!... Hasta que por fin logré hacer click mencionando a una banda llamada Kasabian.
Le conté que de ir a un concierto, el más probable al que asistiera era el de ellos; sin embargo, ella me interrumpió diciendo que también tenía planeado ir a ese mismo concierto. Yo estaba a punto de decirle que esa banda no me latía tanto como para pagar uno de sus boletos; peeeeero ella dijo que iría, así que me chingué.
Le dije que ya tenía boleto y que si quería ir conmigo. Ella dijo que sí y yo sonreí, me sentí feliz. El problema yacía en que no tenía boleto y ME QUEDABAN $200 PARA LAS SIGUIENTES DOS SEMANAS NO MAMEN. Mas este pedo se trata de solucionar problemas, ¿no? Así que después de exhaustivo análisis de opciones con mis roomies de aquellos días, opté por la única opción viable que habíamos vislumbrado: ir al casino.
Era la primera vez que pisaba un casino e iba con mis tenis rotos, una playera de animales moneados, el pantalón que más me apretaba y una cara de emoción para atraer toda la suerte del mundo a mi lado.
Escogí la ruleta porque me gustó cómo giraba, tenía muchos colores. 18 negro porque tenía 18 años en ese entonces y entre el rojo y el negro pues... el negro obviamente.
Giró la que no es rusa y gané. Grité, salté, abracé de la puta emoción. Primera ruleta y me llevé una muy buena ganancia. ¡Ahora ya tenía para el boleto y además para comer bien durante las dos siguientes semanas! Esto mismo no sucedió la segunda vez que fui, pero esa es otra historia. Lo único que no podía sacar de mi cabeza en ese momento era que tal vez todo está sucediendo por algo, ¿no? Me agrada pensar eso.
El mero día le confesé entre carcajadas todo lo que tuve que hacer para poder ir al concierto con ella. La criatura bien linda me dice que no había pedo, que pudimos haber salido otro día... ¡Mamadas! Le dije que todos los hombres bien sabemos que ese era mi único tiro, ¡no podía desaprovecharlo! Aparte, realmente quería salir con ella. Se lo dije, se chiveó y seguimos fumando. El Hombre Araña seguía en acción.
Le escribí una canción. Tal vez no la que yo hubiese querido, pero la canción ya está escrita.
A esas alturas ya no estábamos bien. Me gusta pelear por una relación. Siento que realmente todo se puede trabajar a tal grado que se llega a un equilibrio con lo que sea que estés haciendo. Realmente me esforcé, lo juro... pero ese instinto no era recíproco. 
He pensado también que tal vez mi cinismo lo cagó todo. También he pensado que sus reacciones tan negativas hacia algunas de mi acciones, aunque yo las viera benévolas, fue el culpable. También he llegado a pensar que tal vez mis reacciones fueron las detonadoras del declive... a estas alturas ya no me importa. Si no me viene nada específico a la cabeza, o soy muy idiota o nunca sabremos realmente qué nos enojó tanto.
La canción se llama “Me hablas como si estuvieras llorando / Exilio”.
La invité a salir y esa caminata se extendió hasta la madrugada. La cabrona casi me gana en billar y eso que le estaba enseñando a jugar. Terminamos en un parque hablando de cada uno hasta como por las 3:00 am. Le pregunté si tenía hambre, aceptó y le ofrecí unos deliciosos tacos de espagueti insípido con tortillas embarradas de mayonesa. No saben cómo me latió el corazón cuando aceptó comer esa reverenda mierda.
Vimos las cuatro primeras películas de la saga del Juego del Miedo y nos fuimos a dormir. Bien linda estaba haciendo su camita (porque esta morra sí que está enana) con las sillas de la sala para dormirse allí. Yo sólo me reí, le dije que se dejara de pendejadas y que se viniera a la cama, la de verdad. 
Hasta la fecha ella no admitiría que ella fue la que me besó primero... pero ella fue. Literalmente dejó caer su cabeza sobre la mía. Fue un putazo con beso, un puteso.
Ya no me sabe igual.
Evito los lugares que frecuentábamos. Probablemente con el tiempo vuelva; pero ya no será el mismo paisaje.
Me gusta decir que mis recetas culinarias están “hechas a la azafrián”; es una combinación de nuestros nombres. Siendo honesto, sí suena vergas ahora que lo pienso.
¿Perdí mi sazón o ese café realmente estaba caliente? Espero sean las papilas gustativas quemadas porque me esforcé realmente por conseguir ese sazón: ella merecía comer rico.
Volvimos una tradición ir a cada “martes de mezcal” en Caradura sin importarnos qué bandas fuesen. Ya saben, apoyando la escena ¡wooh!
La tradición comenzó cuando vi que Niños Héroes iba a tocar allí en un martes de mezcal. ¡Me mama esa banda! No me la podía perder, así que no tuvimos otra elección; mas que ir.
Estuvo de huevos: nos traían el mezcal a la mesa, nos tocaron asientos amueblados, buena visión al escenario y un mesero que se merecía la propina. La noche transcurría normal hasta que ella utilizó la Táctica Sagrada de la Aldea Oculta en la Panocha: el “¿qué somos?”. A lo que yo bien vergudo respondí: “¿Qué quieres ser?¿Nos la rifamos?”. Entonces ella volteó la carta trampa “¿tú quieres?”; y yo lancé la pokebola “yo sí, ¿y tú?”; y ella contraatacó escribiendo en la Deathnote: “Sí”. Básicamente jamás le pedí concretamente que fuera mi novia; pero yo creo que sí se dio a entender la idea.
Fue el comienzo de algo que yo describiría como hermoso, sin importar el final que haya tenido porque ¿quién se fija en el final si hay una gran historia detrás?
La semana que terminamos fui a trabajar en cosas de Marsupia, mi banda, a Puebla (y a empedar también, no les miento) el fin de semana. Por azares del destino, un amigo está ahorita trabajando con el vocalista de Niños Héroes, algo que está bien chingón. Le platiqué lo que había sucedido y pues obviamente tuvimos que ir por unas bien frías. Terminando de contarle todo lo que pasó le pregunto que qué tranza con su vida. Me cuenta que ya tiene proyectos importantes en camino, todo normal en su vida amorosa y que NIÑOS HÉROES SE ESTABA SEPARANDO. 
Este bloque no tiene nada profundo, solamente quería contarles esta pinche casualidad mórbida del destino.
Viajamos juntos, vivimos juntos, dormimos juntos, nos bañamos juntos, nesfliseamos juntos: lo normal y bello de una relación.
“Todo siempre debe terminar”. A mí me hervía la sangre siempre que ella decía eso ¡y vaya que lo decía!
¿Por qué nos casamos con esa pendeja idea del “final inevitable”? ¡El único final seguro que uno debe tener en cuenta es la misma muerte y nada más! De ahí en fuera tú escoges qué es lo que quieres terminar, qué es lo que quieres mantener, qué es lo que quieres trabajar; así de sencillo.
No puedes excusarte diciendo que era el modo, la forma en que tenían que ser las cosas. Al igual que tus acciones, también decides tus reacciones; así que no seas cobarde y toma siempre una decisión al respecto. No dejes que los demás escojan que va a ser de tu historia.
Vaya caja de sorpresas que es esa chica; pero más sorpresa tuve yo al descubrir que el hecho de que estuviéramos tanto tiempo juntos, no implicaba que íbamos a pensar igual. Reacción: sigamos trabajando.
Más sorpresa tuvo ella al darse cuenta que su paciencia era más limitada de lo que ella juraba. Reacción: respétala.
Más sorpresa tuve yo al ver que todo de lo que me había enamorado, y espero que sea viceversa, era justo lo que estaba destruyendo nuestra relación. Reacción: aún se puede.
Ella aplicaba la de terminarme y volver al instante. Supongo que le gusta esa adrenalina. Y en algunas ocasiones me confesó que lo que más la motivaba a seguir era justo mi motivación por arreglar las cosas siempre, sin excepción.
Yo quería estar con ella. Punto.
Sin embargo, la sorpresa más grande la tuvimos los dos el día en que yo decidí dejar de pelear...
Vaya caja de sorpresas fuimos los dos, agente. Procuremos de hoy en adelante ni siquiera tener la más mínima sorpresa para uno mismo, ¿va?
Acción: seguir adelante.
0 notes
nathan-d-jaeger-blog · 7 years ago
Photo
Tumblr media
Suzune Horikita 〔░❝ Entitled❞░ 〕             •┊ ‎ ‎Suzune Horikita‎    •┊ Género: Escolar ↪ Iniciado por: 「 Horikita」 —Ayanokōji-kun, te preguntarás que hago nuevamente aquí.           Sí, había regresado después del pequeño "incidente" que había provocado su inesperada desaparición por unas pocas horas. No obstante, ella siempre regresaba, pese a quién le pese.           —Si mi memoria no me falla, mi intención principal era hacerte ver que estabas volviéndote un poco más... ¿sociable? con los demás miembros de la clase, en especial con las chicas. ¿Las persuadiste o algo así para llamar su atención? Me parece irrazonable que les cumplas cualquier favor sin dudarlo. Algo debe ser. —quedó analizando poco a poco la situación que se había planteado mentalmente, queriendo llegar a una conclusión lógica, algo que encajara con el nuevo ambiente que se había formado dentro del aula perteneciente a la clase D, causada aparentemente, por su compa-... causada por Ayanokōji-kun.           —¿Y bien...? ¿No hay algo que quieras compartir conmigo? ¿O necesito ser Kushida-san para que me lo digas?           No, no estaba molesta, no del todo. Simplemente quería estar enterada de lo que pasaba en su entorno. 意志   “— No realmente.— ” Articuló para sí la respuesta a su primer interrogante. Evitaba decirlo en voz alta a sabiendas de que hacerla enojar significaba acabar mal parado, situación por la que no muchos querrían pasar.    — ¿Dónde habías ido?— Bueno, no será la gran cosa, sin embargo; hoy en día podría estar orgulloso de aceptar que transcurrido todo este tiempo compartido, entendía los puntos vitales y necesarios para sostener una plática exenta de inconvenientes. — Ah, sí, dijiste algo sobre eso. — Tratándose de su última charla, no requería hacer memoria con tal de seguirle el ritmo. Descendió los párpados, exhalando un suave suspiro. — Pero no tramo nada en especial. Simplemente pensé que no estaría mal ayudar un poco, y sería menos problemático si evito insistencias. — Diferente al primer favor del año, cuando actuó sintiendo curiosidad por ver el desenlace de engañar a la azabache invitándole un café. Oh, aprovechando que lo recordó... — De casualidad, ¿sigues molesta por lo de Kushida?— ‎Suzune Horikita‎ No lograba convencerse del todo con aquella respuesta; sabía que indagar todavía más sería lo mismo que meterse en la boca del lobo, además de que, tampoco sabría interpretar los pensamientos de aquel chico, jamás podría deducir completamente cuáles son sus intenciones, sus propósitos, absolutamente nada. También, algo que le sorprendió, fue la "curiosidad" que tuvo al cuestionarle la razón de su corta ausencia. ¿Acaso fue tan notorio? No... seguro quiere llevar una conversación normal, como lo suelen hacer las personas civilizadas. Entendía que pasaran la mayor parte del tiempo "juntos", tratando de alguna manera, hacer que la clase no se derrumbe completamente antes de tiempo.No obstante, se limitó siquiera a mostrar alguna impresión en sus gélidas facciones; prefería guardarse sus emociones para sí misma por mero orgullo.           —Bueno, verás... no fue nada importante, me tomé la molestia de resolver unos cuantos inconvenientes fuera del salón de clases, algo totalmente normal, ¿no crees? —mantuvo su comportamiento neutro, queriéndole restar importancia al asunto, peo inconscientemente, lo hacía.           —Y... respondiendo a tu pregunta. No lo estoy, no del todo. Ella quería llevarse bien con todo el grupo, y yo le dejé en claro que no pretendía considerarla una compañera. Así que, sería lógico que acudiera a ti por ayuda, puesto que hemos conversado, al igual que tú y ella. —concluyó con el notable plan que habían hecho a sus espaldas, únicamente para causarle distracciones. ¿Compañeros? Es algo que no ha tenido, y no lo veía posible. 意志    —No me digas que... ¿Tuviste problemas con alumnos de otras clases? — Se arrepintió de haberlo dicho tan a la ligera. Luego de reconciderarlo, alcanzó la conclusión de que esa orgullosa chica no mostraría facetas tan vulgares. Asimismo, refiriendonos a una pelea verbal... No le imagina perdiendo. Decir "olvídalo" y pasar al otro tema, estaría bien para él. Su razón de no querer hacerlo, fue porque las palabras ajenas generaban intriga en él; por muy pequeña que sea, sentía la curiosidad de saberlo. Bien ella podría aclararlo tras notar su error, o hacer la vista gorda sin preocuparse.   Como sea, el hecho de andar con las persianas oculares bajas no cambió. De esta forma es imposible ver qué expresiones tendrá la zagal en cara conforme hablaba, pero extrañamente mantenía una corazonada: entonaba fría, materializando esa gélida capa que restringía el acceso de otros. Mas no de él, o al menos eso creía. Puede que ella haya intentado lo mismo antes, también puede que no. Según su sentido común, algo deteriorado pero vigente, por mucha hostilidad que demostrará con sus palabras nunca alcanzó a sentirse incómodo al lado suyo. ¿Es extraño?   — Horikita, ¿no crees que sería bueno? Tener compañeros.— Hah, en este momento sería correcto mirarle ¿verdad? Entonces lo hará. Situaciones como estas es donde se presentan con mayor frecuencia oportunidades de entenderla mejor, datos importantes que harán las cosas más sencillas a futuro. —Incluso cuando aspiras a la clase A, existe un limite para las cosas que podrás hacer sola. Aunque dije que te ayudaría, si así lo quisieras, aún estás a tiempo de amistarte con todos.— Hablando objetivamente, sería lo ideal. — Si te unes a la clase, como Hirata, no hay duda de que los demás confiarían en tí. — Más de lo actual. Es decir, ella ya acarreaba méritos cedidos por él que mejoraban su reputación. Suzune Horikita‎ —Oh, no. No soy de relacionarme con los otros estudiantes de las demás clases. Claro, seguro sabrán quién soy gracias a la posición de mi hermano mayor en ésta escuela, pero ese no es el punto. —quería evadir todo tema que involucrara a la relación que ella tenía con el presidente del Consejo Estudiantil; le causaba pena y algo de pudor, todo por no considerarse lo suficientemente buena para poder estar a tal nivel que él poseía. Se avergonzaba de flaquear por temas minúsculos, pero era uno de sus puntos débiles.         No pensaba en darle vueltas a sus asuntos personales, no lo consideraba algo que tuviera influencia en la conversación actual. Así que, ¿por qué tenía que nublarse su juicio en momentos tan fugaces cómo éste? No podía darle menos importancia a cosas tan extras.         Mas su semblante algo aturdido por su contestación anterior al más alto, por fin logró transformarse en uno lleno de... ¿sorpresa? Sí, esa era la palabra. Ella, había quedado anonadada por la nada razonable propuesta del oji-ámbar. ¿Qué seguía? ¿La volvería a invitar para salir sin otras intenciones ocultas? No sabría que hacer en una situación así; ¿Comenzar a depender de otras personas que no sea ella? Tendría que tener algún beneficio muy bueno para ella y que eso suceda, ya que, por voluntad propia, sería algo caso imposible. Podía notar el semblante de él; tranquilo, como si lo que le acaba de decir fuera algo sencillo de hacer. Puede que para alguien más que vive rodeado de gente todo el tiempo no sea algo extraño, pero para ella lo era, sabiendo que ha vivido aislada de todo lo demás por mucha tiempo, prácticamente toda su vida.         —Creo que será lo más acertado que me podrás decir ahora que puedes notar que me sigo resistiendo a convivir con los demás. Y, me parece algo demasiado vulgar que me termines poniendo en el lugar de alguien más, él por su parte, cuenta con un carisma que hace sentir confortables a los demás, tomando su papel cómo representante del grupo y sintiendo toda la confianza de los demás cayendo sobre sus hombros. Es increíble ver gente que puede manejar tantas emociones, deseos, y ambiciones juntas, es como hacer una mezcla demasiado engorrosa y dulce en un mismo recipiente.         ...Por lo tanto, ¿sigues creyendo que una persona tan hostil a los ojos de los demás necesita de compañía? Me he propuesto a conseguir mis metas, sin necesitar la ayuda de alguien más. Aunque... me temo que, eso ha ido cambiando un p-poco...—aquella última frase la formuló casi en un susurro. Era demasiado penoso lo que tenía que decir, desde hace varios días que lo había pensado y no podía sacarlo de sus pensamientos. Era una idea que la estaba consumiendo poco a poco, y conforme más intensa se volvía, más fastidiosa le resultaba. ¿En qué momento cambiaron algunas cosas? ¿Será la etapa de la adolescencia o... la necesidad de sentirse en compañía por algunos momentos? Eran muchas las dudas que adornaban su consciencia, y no encontraba una manera fija de desecharlas. 意志 — Ya veo. — El golpe emocional impropio se sentía casi tangible. Está enterado que la debilidad femenina era también su deseo más grande: igualar al presidente estudiantil. Ni siquiera superarlo, simplemente igualarlo. Costaba entender cómo fue que alguien de semejante carácter idolatrara tanto a otro, negando incluso su arrogancia y superioridad latente al punto de inferiorizarse. Ella, tan pulcra y firme, y a su vez débil y emocional. Nunca ocultaba nada, por más que siempre haya escapado de todos.   En verdad son como dos polos totalmente opuestos. Sin embargo, congeniaban. — ¿Y bien? ¿Cuál fue el problema?— Viró la mirada, denotando cuan desolado andaba aquel pasillo. Demoró poco rato viéndolo, pues su adversa retomaría el habla. Vaya que se esmeró, ha sido una negatoria definitiva. — Tienes razón, lo siento, quizás aún sea imposible para tí.— Pronto, ¿quién sabe? Las cosas podrían ir tomando forma solas. Lo irrefutable era, que la clase requería de alguien similar para avanzar. Prefiere evitar hacer de menos a sus compañeros, pero, siendo directo, en tema de ambiciones Horikita realmente era increíble. Se hallaba 100 escalones por encima del resto. — ¿Entonces? ¿Nos la seguiremos ingeniando como hasta ahora? No me opongo, solo me preguntaba cuánto duraríamos así. — O sea, dentro de poco la guerra entre clases daría comienzo, sin dudas. No por nada la clase D literalmente impuso su batalla de ascenso con el discurso de ella en la piscina, y con la posterior victoria durante el examen de campamento. Desde este momento, los engranajes empezarían a moverse. Suzune Horikita Un escalofrío aterrador recorría de punta a punta por su espinal dorsal, haciéndola sentir inquieta. Y solamente pasaba cuando él la incluía en sus planes, los cuales se formaban de acuerdo a la situaciones en las que, por lo general se ven involucrados. ¿Es la sensación que se siente cuando alguien te toma en cuenta? Jamás había experimentado ese tipo de reacciones, por lo que era una inexperta en el tema.           Lo dejaría en que posiblemente trate de un futuro resfriado, debe ser eso.           —Desde mi punto de vista, creo que seguirá siendo igual. Nos las seguiremos ingeniando, tal cómo dices. Me pregunto si ya estás demasiado acostumbrado a colaborar con personas que no encajan para nada con tu personalidad, ¿siempre fuiste tan perspicaz en tomar decisiones? Oh, cierto. Creo que sólo eres así cuando una chica que recién acabas de conocer te lo pide, pero, creo que fui la excepción.           Y... hablando del problema; puedes dejarlo en el olvido, no es nada importante.—y ahí estaba nuevamente, tratando de evitar que sus comentarios vayan más allá de lo planeado, y termine dejando su orgullo de lado, por una simple tontería. —Creo... que no estará mal seguir así, pero, no habrá necesidad que pasemos tanto tiempo juntos, se ha vuelto una costumbre engorrosa para mi tranquilidad y estabilidad mental. —aclaró brevemente, recordando el día en que la mayoría de la clase asistió a la piscina mientras se encontraban de vacaciones, mientras que en los vestidores exclusivos para las chicas, la multitud femenina comenzó a insinuarle sobre el hecho de que debería preocuparse un poco sobre el asunto que Ayanokōji-kun cada vez se volvía más cercano con a las chicas, no únicamente de la clase, cabe aclarar. ¿Por qué debería preocuparse por ese tipo de cosas? No es asunto suyo que él quiera tener ciertas distracciones en su vida. 意志 — Huh... Realmente sigues enojada por eso.— Anexó con matices vagos, a un pelo de ser inaudibles. Si no le molestaba, queda suponer que zanjaría el asunto en vez de andar echándoselo a la cara siempre que había opotunidad. — Trataba de proteger mi pacífica vida estudiantil, ¿sabes?— Llevaba sus razones para no haber querido cooperar desde el principio. La primera era obvia, en primer instancia dudaba que Horikita sirviera como conector de la clase. Segundo, era problemático reclutar a los tres chicos, y tercero y último; prefería evitar relacionarse bajo la creencia de que terminará perjudicado de alguna forma. Todas válidas, empero flaquearon penosamente ante la pretenciosa mujer. — Mientras iré avisándote si hay alteraciones en la clase. — Le encaró de manera despreocupada, denotando sus imperturbables y tranquilas facciones. — No es como si me haya acostumbrado a trabajar, es sólo que no me dejaste otra opción. — «Una vez a bordo, ya no puedes bajar» dicta el viejo refrán. ¿Hasta ahí llegaría este intercambio de palabras? Era de conocimiento mutuo su degradada interacción, misma que no subió demasiados niveles para alcanzar el de un adolescente normal aún en estos dos largos meses. ¿Debería irse? Um, veamos, no sabría cómo reaccionaría su compañera de clases si repentinamente decide marcharse, dejándola ahí. (Aunque la susodicha suele hacerlo a menudo.) Por otro lado, carecía de temas para avivar la conversación. Ni mirando alrededor sacaría algo, siendo éste monótono al igual que cualquier pasillo vacío. Menudo problema... Nuevamente empezó a delirar por temas básicos e insignificantes, nuevos a los ojos de alguien que vivió encerrado durante la mayor parte de su vida. Alguien como él. Suzune Horikita Molestia. Alteramiento en el comportamiento humano de manera agresiva y renuente. Ella no estaba molesta, simplemente indignada por la visible preferencia. Bien, entendía que algunas veces (siempre) solía ser una persona de dudar; una que no aparentaba ser del todo confiable, pero en realidad lo era. Puede que le haya molestado el hecho que ella le haya pedido un favor antes que nadie, pero podía soportarlo.          —¿Ah? Para nada. Sigue soñando con eso, no soy tan superficial como para molestarme por asuntos de la vida social estudiantil. Puedes tener todas las compañeros que quieras, siendo chicos o chicas, no importa. —sonaba como si le estuviera dando una orden, lo cual le causaba algo de gracia y satisfacción. Podría sacar a relucir el tema del compañerismo femenino con más frecuencia, le parecía entretenido.          Le sorprendió que aceptara sin vacilación el hecho de seguir ayudándola a conseguir escalar a la clase A, y también, a mantenerse informada de cualquier anomalía. Sonaba como un espía encubierto, o solamente trataría de ser discreto. Se limitó a asentir con su cabeza en señal de afirmación, haciéndole saber que el plan seguía en pie.          Ahora... estaban lidiando con un silencio demasiado atormentador. ¿Debería echarle en cara alguna otra cosa? A su parecer, ya no sería tan apropiado hacerlo. ¿Qué se supone de deba decirle? Parecía la escena cliché de una película con desenlace en la que ambos protagonistas estaban a punto de confesarse.          ...Sí, el mundo estudiantil le comenzaba a llenar la cabeza de ideas innecesarias. Bufó angustiada, comenzaba a perder la cabeza entre el silencio de aquel corredor tan vacío. ¿No había más alumnos en las aulas? Perfecto.          —Ayanokōji-kun, yo... quería decirte algo, espero que no lo vayas a tomar como una posibilidad de volvernos más unidos, o esas cosas que hacen los compañeros, pero... Gracias. —lo había dicho, finalmente. Es lo único que pudo formular dentro de sus pensamientos tan nublados por el momento. Ahora, podría esperar un comentario restándole interés a su comentario, o quizás una inofensiva burla sobre su posible reacción al haber articulado tal frase. Deseaba que no hubiera nadie por los alrededores, o no volvería a salir de su habitación nunca. 意志 Escuchó con paciencia su respuesta a la afirmativa dada, percibiéndolo cual fea apuñalada. Agradecía que hoy no poseía compás en mano, un arma formidable dependiendo de quién lo utilice. — Diciendolo así, suena a que necesitara tu permiso.— ¿Cómo será nuestra vida, de no existir ninguna queja? Posiblemente Suzune gobernaría ése mundo hipotético. — ¿Hm?— Emitió desde lo más profundo de su gargante, saliendo del estado delirante en que inevitablemente se autosumió. No lo aparentaba, no obstante, ápice sorpresivos lograron alcanzarlo. Vivió para encontrarla agradecida dos veces, digamos que marcó un «logro legendario» en idioma gamer. ❝ 『𝐅𝐞𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬, 𝐇𝐨𝐫𝐢𝐤𝐢𝐭𝐚. 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐚𝐥, 𝐞𝐬𝐭á𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧𝐝𝐨.』 ❞ Valdría decirlo y esperar a que la conversación adoptara nuevos tintes, o simplemente intentar sacar algo decente de ése pésimo sentido del humor suyo. A las personas le gustan esas cosas, ¿cierto? —... No deja de sorprenderme ver que incluso tú puedes comportarte delicadamente. — Dio salida a semejante oración, omitiendo las futuras consecuencias. ¿Lo tomaría de buena forma, o en su defecto provocaría a la muchacha? Suzune Horikita —De ninguna manera, como dije, eres libre de relacionarte con las personas que quieras. —se excusó, tratando de no sonar demandante sobre el asunto. Inclusive, de verse en la necesidad de "prohibirle" ciertas amistades, no tendría derecho para reclamar sobre nada.          Sintió su rostro arder levemente. ¿Delicadamente? Según su perspectiva de ver las cosas, nunca se había tomado nada de una manera delicada, ¿era una muestra de que se estaba dejando llevar por aquel ambiente tan... bochornoso? Atinó a desviar la mirada del frente, sintiéndose indefensa y sorprendida, nuevamente. Quién iba a imaginar que dos ocasiones consecutivas había formulado la palabra "Gracias" a la misma persona, en un ambiente parecido, solamente ellos dos. Se preguntaba si se trataba de una mala coincidencia, o era un aviso con anticipación que su actitud autoritaria se estaba viendo dañada poco a poco.          —...A mí me impresiona que haya algo que te tome asombre. ¡P-Pero tampoco soy de piedra! Sólo que... es nuevo para mí expresarme tan abiertamente. —admitió algo apenada. Era obvio que no estaba familiarizada en convivir con tanta confianza, ni siquiera mantener una conversación de más de dos minutos con alguien, pero, esa situación fue cambiando desde que había conocido Ayanokōji-kun; a pesar de su antipatía hacia todo lo que pasara a su alrededor, terminó por mostrarle ciertas cosas que para ella, nunca le resultaron fundamentales para ser feliz y estar bien consigo misma.          —Creo que... empiezo a comprender un poco a las chicas con las que te relacionas, o algo así. —terminó con un nudo en la garganta, puesto que se había puesto en el lugar de otras personas, tratando de crearse una idea sobre la razón por la cual había terminado relacionándose con alguien como él. Volvió a encararlo, tranquilizándose nuevamente, sin dejar de sentir el nerviosismo por cada parte de su cuerpo. 意志 No hubo tiempo para destacar su atípica actitud, pues sus próximas acotaciones dieron a entender que estaba consciente de relucir una faceta alejada de lo normal. Bueno, mientras ella lo sepa no hay reparo. Pese a que, por desgracia, suponer la razón del cambio adverso era similar a observar el oscuro vacío en busca de alguna luz, apoyará la siguiente teoría: Horikita seguía siendo muy solitaria, y conforme los exámenes escolares demostraron ocultar pruebas que varían de lo académico... Quizás sentó cabeza. El trabajo en equipo es también motivo de evaluación. Esta escuela les pondrán miles de pruebas infernales, demasiado para atenderlo sola. Lo comprendía, pero... ¿Saben? Tenía fé en ella. — ¿Sientes la necesidad de abrirte sentimentalmente?— Interrogó, hurgando más en su accesible estado. Pregúntenle a él y dirá que resulta incómodo. Ni molestia ni extrañeza; pura incomodidad. Se le dificultaba tratarla como acostumbraba mientras denote tal comportamiento, hacía a uno sentir que debía corresponderle de la misma forma. — Eso está bien. Cuando superes tu defecto completamente, no me cabe duda de que serás perfecta. — ¿Dijo algo extraño? Err... Lo único que hizo fue exhibir su visión analítica de esa persona que no poseé doble cara; pública y privada. Esa que siempre es sincera consigo misma y con los demás. Esa persona delante suyo, cuya antigua mentalidad errónea de menospreciar a sujetos «inferiores» la volvían imperfecta. Pestañeando, decidió su nuevo movimiento. Nuestro protagonista tampoco planeaba ganarse nuevos ojos frente a ella, para eludirlo, aminoraría la plática recalcando lo siguiente. — Antes dijiste que era vulgar ponerte en la posición de alguien más. ¿Y qué quisiste decir con que las entiendes? Suzune Horikita No sabría como responder aquello. No encontraba una buena razón para, justamente, comenzar a abrirse sentimentalmente ante alguien que no llevaba mucho de conocer, mucho con alguien que seguía siendo un misterio para ella. ¿Debería comenzar a formar su vida desde cero?... Pero, ¿qué hay de sus ambiciones? ¿Seguirán intactas...? Jamás pensó que tuviera una batalla interna sobre sus emociones nunca expuestas. Le molestaba, sí. Le molestaba que justamente, él sea la persona que la vea así, tan vulnerable a la realidad.         —No todavía, es demasiado pronto para eso. —tranquilizó su semblante, por unos cortos segundos. Pues lo que escuchó después, fue el detonante de su estabilidad emocional. —¿Perfecta dices...? No sé de donde sacaste esa conclusión. Nadie logra ser completamente perfecto. —contradijo lo anteriormente dicho por su... ¿compañero? Supone que ahora será un buen comienzo para llamarlo de aquella manera.         —Sé lo que dije, y lo mantengo, pero ese no es el punto. Me refería a que, ellas confían ciegamente en ti, a pesar de haberte conocido en un lapso de tiempo muy corto. Ellas, se sienten cómodas contigo, cómo un héroe. —hizo una ligera pausa, mientras se mentalizaba para lo que estaba por admitir. —Lo que quiero decir es que... con todo lo que ha pasado, creo que comienzo a sentirme de la misma manera, una agradable calidez... —reprimió su respiración por unos momentos, intentando no sentirse agobiada. —Seguro... tendrás experiencia tratando con mujeres, ¿no es así? No es lo mismo cuando intento hablar con mi hermano, o con cualquiera de la clase... es diferente. —esperaba que alguien llegara de imprevisto y deshiciera la extraña atmósfera que ella había formado. ¿Era ella la que estaba diciendo ese tipo de cosas? ¿Podría siquiera acostumbrarse a eso? ...Ella, muy dentro, quería cambiar, pero no sabía si era la manera correcta. 意志 A Ajanokōji se le atribuía un carácter más frío de lo aparentado. Un hombe que primero suele juzgar a sus impares, liderando un camino fácil para examinarlos, comprenderlos y finalmente elegir si confiar o no en esa persona. ¿En qué momento adquirió este desagradable hábito? Otra incógnita misteriosa. Pero, reconsideandolo, nunca intentó fervientemente aquel método con Horikita. Desde principio a fin, procuraba emplear su pobre conocimiento mundano de relaciones; seguirle el juego, presentaciones, hasta esforzarse por sustentar un ida y vuelta de vocablos. No sabría si nombrarlo un caso especial o si ha sido el subconsciente tan agudo como para concluir que nada lograría sacando una primera impresión. — «Perfección» es un término muy subjetivo. Los seres humanos creamos nuestro propio sentido de la percepción en base a lo que vemos. Para mí, Horikita, careces de muchas imperfecciones aparte de la mencionada. Das lo mismo que recibes. — Obviamente aplica en singularidades como la debilidad experimentada ante el presidente estudiantil. Su hermano le generaba esa misma infravaloración que ella fomentaba a quienes pretendían rodearla. Héroes. Denominados como entes que ayudan desinteresadamente a las personas perjudicadas, y sobreponían el bienestar ajeno por encima del suyo aventurándose en sus elogiables hazañas. Desgraciadamente, él no posee tremendas cualidades. — No soy alguien tan noble.— Hablaría al par que soltaba su aliento, perdiendo volumen suficiente para oírse distanciado. Diferente, eh. ¿Debe sentirse feliz por recibir ese comentario? No, espera, lo dejará para más tarde que aún no enfocaba el verdadero punto: — Justo ahora dijiste algo irracional. Hace dos meses atrás comprobaste que mis habilidades comunicativa no son óptimas. Pero aunque se me dé mal hablar con mujeres y no traiga experiencia como Hirata, admito que al mentalizar mi vida estudiantil me imaginé siendo amigo de algunas. Suzune Horikita Definitivamente, aquel chico no dejaba de sorprenderla con cada cosa que decía. Según él, ella no tenía imperfecciones, además de su "especial" carácter, pero no pensaba lo mismo. Jamás se enfocó en las apariencias, no le interesaba, por lo tanto, no se hubiera hecho la idea que a pesar de ello, existiera alguien que la usara a ella como ejemplo de perfección.         —Si lo dices de esa manera, harás que me lo crea completamente. —no pretendía aceptar aquello, no lo merecía. Siempre dejó al criterio de los demás el concepto que tuvieran sobre su persona, así que, ésta vez tampoco sería la excepción. —Creo que yo no tendría la misma facilidad para decir ese tipo de cosas sin retractarme segundos después. ...Que digo, ni siquiera tendría la intención de decirlo. —comentó con gracia, con imaginarse en una escena donde tendría que admitir los puntos buenos de una persona, no lo asimilaba.         Ah... las fantasías de todo hombre con verse conversando con alguna chica linda, hablando trivialidades sobre cómo había estado su día, o lo que planeaba hacer en un futuro. Le daba curiosidad cómo sería llevar una plática tan relajada, sin reclamos, sin la necesidad de chocar el uno con el otro en ciertos puntos de vista, y tampoco sentirse avergonzada. —Entiendo lo que dije, pero llenaste mi conciencia de duda. Es decir, sin que te dieras cuenta, más de una comenzó a entablar conversación contigo, a confiarte lo que les da miedo, y les hiciste ver lo que era lo correcto para resolver sus conflictos, aunque tú no lo hayas tomado con tanta importancia, ellas sí lo hicieron. Pudieron tener una conversación normal contigo, cosas que nosotros no solemos hacer, hasta ahora... o algo así. —no quería llegar nada con eso, pero no solía guardarse cosas cómo esas, le inquietaban. —Espero podamos tenerlas más frecuentemente, de ahora en adelante. 意志 La zagal normalmente cortaría el flujo de su charla tan pronto se creyera en aprietos, opuesto a hoy que hablaba como si hubiera olvidado cómo contenerse; admitiendo cosas que Kiyotaka no creía llegar a escuchar ni en sueños. El lado de Suzune jamás visto... Muchos quedarían anonados al vislumbrarla de ése modo, sin siquiera advertir mueca desaprobatoria. — No te imagino diciéndolas. — Atina a recalcar, cediéndole la razón. Ella destaca por ser bastante orgullosa, puesto que no importa cuánto guste de atacar al defecto ajeno, jamás pensaría hacer lo contrario. De hecho, sería irreal verla cual mujer de cumplidos. Había amagado con poner sus ojos a descansar, pero las últimas oraciones articuladas lo detuvieron. Oraciones que silenciaron al castaño mediante contados segundos, anulando la salida de algún comentario descuidado. Es posible que no lo perdonara si acabara arruinándolo. Adelantando dos pasos desde su posición anterior, ocasionó que la distancia entre ambos fuera estrechada a escasos centímetros. — Tú... — Prolongaría, evocando un eterno silencio mientras inclinaba el rostro hacia delante. Entonces, con cero pudor, encimo su mencionada extremidad contra la frente impropia después de apartar aquellas puntas oscuras del flequillo. — ... No parece que tengas fiebre de nuevo.— Finalizó de forma inesperada, regresándole el espacio personal a su compañía. — También te contradices algunas veces.— Haciendo referencia, claro está, a que lo recién declarado por boca ajena generaba una enorme fuerza opositora al primer ambiente donde le agradeció: el elegante crucero escolar. Según recuerda, ella quería mantener cierto trato profesional. Pidió que no se le acercara en la escuela a menos que trate de algo urgente, y, además, persistía en marcar una distancia prudente; diferente del escenario actual. — Podemos tenerlas, pero seguirán viéndonos juntos. ¿Estás bien con eso? Suzune Horikita —Sería una completa estup-... —no alcanzó a terminar de hablar, pues su espacio personal se había visto invadido sin su consentimiento. Pudo observarlo más de cerca, mejor de lo que podía hacerlo estando a centímetros más alejada de él; pero la idea se vio interrumpida por su comentario, acerca de que no tenía fiebre, como aquella vez en esa prueba infernal, organizada por la escuela, dentro de una isla de la cual fueron partícipes y ella no se encontraba en las mejores condiciones. —N-No, ésta vez no la tengo, es más... creo que nunca me había sentido tan cuerda posible. —retornó a tomar su actitud despreocupada, dejando pasar aquel atrevimiento. Tendría que comenzar a hacer un conteo sobre las veces que ha ocurrido lo mismo; van dos. Se hará la idea de que no habrá una tercera, tendría que recurrir a la violencia, y es algo que no quería hacer dentro de las instalaciones de la escuela.           —Supongo que seguirán haciéndose ideas erróneas sobre la relación que tenemos, quiero decir, el pacto que formamos cuando prometiste ayudarme. —hizo memoria sobre la ocasión que terminó llena de barro, mientras que los demás esperaban una reacción de Ayanokōji-kun, habiéndose visto cercanos durante esos días, lo cual no fue así; tuvo que tomar justicia por su propia cuenta y retirarse. —Después de todo lo que ha sucedido, ya no será necesario prestarle atención a la opinión de los demás en cuanto a nuestro compañerismo. Puedo llegar a la conclusión de que... acabo de contradecir todo lo que decía a principios del año escolar. —posiblemente estaba a nada de padecer otra fiebre, o seguía con el bochorno que le acaban de hacer pasar con aquel "chequeo" improvisado de su salud. 意志 Efectivamente no tenía fiebre, mas no quiere decir que esté cuerda como ella cree. Desde su punto de vista y experiencia vivida, sabe dos cosas: Para empezar, estaba tratando con la clase de chica capaz de inclusive recurrir a la hostilidad cuando algo no le agrada. Dudaba que acciones como limitar su espacio personal carezca de su desagrado, por ende... ¿no sería lógico apartarlo? Segundo, son contadas las ocasiones en las que no haría tal cosa. Aún mostrándose orgullosa y arrogante, se digna a oír las demás teorías al no convencerle su razonamiento. Él hasta la frenaría a plena marcha o huida, como deseen ponerle, acotando que requerirían la mayor cantidad de personal posible con tal de alcanzar a la división A; y será satisfactoriamente tomado en cuenta. Horikita ha sido asertiva al llamarlo "pacto". Un contrato con el diablo, firmado tras deleitar un impecable almuerzo especial, no en buena voluntad sino en pos de utilizarlo a futuro; la más inteligente fuente de extorsión. Bueno, siempre dijeron que los hombres caen derrotados frente al manjar preparado por mujeres. Puede que la azabache no haya cocinado, e igual dicha cita ejerció poder allí. De verlo posible, preferiría escapar de la misión de ascenso. Dando una mirada al pasado, en el momento de realizar el examen de ingreso, empleó su astucia para obtener notas promedios. Es sentido común adivinar que provocaba su relegación a la clase D por gusto. Luego, lamentablemente, Chiyabashira-sensei le obliga a actuar para mantener su libertad... Ah. Agradece haberse ganado el apoyo de Horikita, de ahora en adelante resultará sencillo utilizarla y contribuir en su ayuda a la vez; usándola como pantalla de sus hazañas. — Entiendo. — Asintió aprobatoriamente, extendiendo la palma abierta. Supuso que no estaría mal cerrar este nuevo avance estrechándose las manos. ¿No lo hacían así quienes se consideran "personas cercanas"? Suzune Horikita Observó con detenimiento la mano ajena, dudando por unos momentos. No creyó que él hiciera las cosas así de sencillas, más cuando ella, acabar de liberar una parte demasiado considerable de sus "pensamientos", cosa que en su diario vivir, no planeaba hacerlo.           —Bien, es un hecho. —alzó su diestra a la misma altura que la opuesta, para finalmente uniendo ambas manos dejando en claro algo; habían dado por iniciada su unión, ahora estaba en sus manos las situaciones que perjudicaran a la clase D, al igual que su ascenso a la clase A. Tenía que aceptar el hecho de que, después de tantos años, había podido hablar lo que nunca puso expresar abiertamente, a no ser por medio de la violencia y el desprecio.           No esperaba que su cambio de actitud fuera tan radical para llegar al punto de aliarse con alguien que recién conocía. Claro, no del todo. Ayanokōji-kun seguía siendo un misterio para ella; recordó la ocasión que le cuestionó sobre el tema, por lo que terminó con una respuesta gélida de él, tan gélida como las gotas de lluvia que caían sin cesar aquella noche. Pensaba averiguarlo en el transcurso de su estadía dentro del salón de clases, así que, debería acercarse más a él, discretamente.           —Me pregunto si esto, a los ojos de los demás, se vería demasiado extraño. 意志 — Sí.— Completado su enlace de manos, pasaría a estrujarla transmitiendo una fuerza mínima. ¿Quién mentalizaría que, nuevamente, fuera a parar en esta situación? Al recordar lo forzado del anterior trato, hacía sentir irreal el actual. Direccionó sus pupilas a la unión establecida, esperando señales de aflojar aquel agarre. No obstante, terminó distrayéndose luego de oírle mencionar algo en tonalidad dudosa, destinado a juzgar ese “cierre” amistoso. Ayanokōji había abierto su boca en reacción, aunque las palabras enmudecidas al fondo de su garganta todavía no salían. — ¿Extraño? Sólo nos damos la mano.— Diría como si fuera lo más normal del mundo, y, de hecho, lo era; no debería haber perjuicio alguno para un simple estrechamiento de manos. — Bueno... No estoy seguro. Compartimos una etapa en la que imaginamos muchas cosas. — Ninguno de los presentes era tan fantasioso hasta donde abarca su entendimiento, pero, visto a través de terceros, esto podría sumar puntos y rumores sobre la relación amorosa latente entre los dos, según piensa el grupo de clases viéndolos pasar demasiado tiempo juntos. Especialmente, atribuido por culpa del comportamiento distante adverso para con sus compañeros, y no con él. Suzune Horikita —Claro que desde nuestra perspectiva, no es nada raro. Pero... están esos rumores, que cada vez se hacen más frecuentes. —hizo memoria en las incontables insinuaciones que ha recibido por su aparentemente cercano compañerismo con Ayanokōji-kun. Le causaba gracia, sí. No tanto por dicho rumor, sino por quiénes eran exactamente las que sacaban a relucir el tema. Kushida-san, notorio apegamiento hacia él, interés más allá del compañerismo es lo que podía percibir, y sin mencionar, que la odiaba. ¿La razón? Estaría de más decir que era a causa del mencionado, pero era demasiado obvio para ella.         —Espero que esto no moleste a tu grupo de admiradoras. —finalizó, deshaciendo su agarre de la extremidad opuesta. —No es por fastidiar pero... espero no recibir mensajes anónimos en los siguientes días, amenazándome con difamarme por alguna tontería inventada por ellas. —se quejó por la posible situación en la que podría terminar, en un futuro no muy lejano.         —De verdad... ¿no era menos complicado conseguir chicas que no sean... doble cara? Creo que se sienten atraídas por chicos antipáticos como tú.         Le intrigaba el tema que especialmente él, haya tenido mucha más suerte que cualquier otro de la clase, además de Hirata-kun. 意志 — La academia nos protege del acoso y la extorsión. — Explicó algo innecesario. Es cierto que no puede asegurar nada, menos viniendo de Kushida, pero no les veía tomando medidas extremas. Digo, ni siquiera era necesario. Esas chicas no tenían motivos fuertes -desde su perspectiva- y no había nada, en absoluto, que insitara tal comportamiento. Aunque la ojirojo lo volvía un tema de elevada importancia expresando sus comentarios ¿graciosos? — Empiezas a hacerlo sonar como si realmente hubiera algo más entre nosotr... - No, no dije nada. — Acató el dicho “soldado que huye, sirve para otra guerra”. Prefería que este encuentro amistoso continuara un flujo ameno, por ende evitaba atentar contra el inusual buen humor femenino. Regresó sus manos a los bolsillos del pantalón, escapando con su mirada fija en la ventana más cercana. — Quiere decir, Horikita... — Casi como un inadvertido susurro, camuflaba aquella ocurrencia que atravesó su mente cual estrella fugaz. — ¿A ti también te siguen ese tipo de personas? — Vamos, sería imposible pasar inadvertido que en lo que respecta a apatía, ambos iban tomados de la mano; y sí, por fuerza mayor fue imposible no recrear la imagen mental del pelirrojo: Sudo. Un hombre apasionado, agresivo, cuya psicología está basada en arreglar problemas a golpes limpios. Sin embargo, era simpático, optimista e inocente. Soñador como gran parte de las personas de su edad. Sumado a que, para cerrar con broche de oro, últimamente le percibió un interés romántico notable hacia la mencionada zagal. No será "doble cara" como tal, pero se acercaba a alguien de versalites facetas. Suzune Horikita —Con el asunto de la extorsión, no lo creo. —hizo conciencia en las diferentes maneras que la clase C hizo hasta lo imposible para sabotear la prueba de supervivencia, en conjunto con la clase A. La academia claramente fingía que no sucedía nada, prefería no involucrarse en los asuntos internos de los estudiantes, los directivos no perderían nada, y tampoco ganarían nada con meterse en problemas de simples adolescentes.         —No pretendo hacerme la idea de ello, simplemente me puse a pensar en esas chicas, y en la desilusión que podrían sentir. —prefería ser objetiva, e ir directo al punto del asunto. Le hacía gracia imaginarse al chico rodeado por un grupo de chicas, mientras portaba su semblante despreocupado, como todos los días.         —...No sé de qué hablas. —y no lo sabía, en lo absoluto. ¿A quién podría referirse, sabiendo que no ha tenido un trato tan cercano como lo tenían ellos? —Te informo, que si es tu manera "graciosa" de echarme en cara que no me relaciono con nadie además de ti, déjame decirte que no es nada divertido, en lo absoluto. —se había olvidado de las miradas nerviosas y comportamiento idéntico al de una niña; justo ahora, ansiaba poder algo más puntiagudo que un compás, con la idea de dejarlo inconsciente de nuevo e ir a dejarlo a su respectiva habitación, olvidando el tema. Pero no, no era así de sencillo, ahora... él estaba obligado a responder, y ella a escucharlo. 
意志 ¿Desilusión? En definitiva, estaba diciendo un montón de razones que él siquiera habrá mentalizado alguna vez. Vamos, sabe las obvias intenciones dejadas a la vista por Kushida. Sin embargo, no lo veía como interés hacia su persona. Al final de cuentas, ella se obligaba a mantener un ojo pegado en quien descubrió su secreto. ¿No es obvio que esté fingiendo aquel apego para vigilarlo?... Ah, con esta forma de pensar haría obvio que intentaba cuidarse lo mejor posible de la castaña. Pero bueno, hablando sobre las demás chicas, es difícil creer que sea visto distinto de un amigo más. — Estás dándole muchas vueltas.— Era un tema medio extraño, carente de sentido, que sorprendía al zagal por cómo ella parece extenderlo mientras porta un semblante serio y lejos de parecerse a la vergüenza pasada. — No fue mi intención. — Se escudó, soltando otro suspiro en lo que formulada una disculpa mental para cierta persona. Ojalá muera aquí, y sus delirios no alcanzacen oídos ajenos, salvo el de su impetuosa ‹compañera›. — ... Ah, bueno. Solo pensaba, ¿qué harías si le interesaras a ese tipo de persona? Por ejemplo, Sudo.
0 notes