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#donde ver johnny
nuriaverde · 1 year
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"Johnny": la importancia del mentor
La película polaca “Johnny” causa furor en Netflix. Si eres alérgica a las historias emotivas, no veas este film. Pero si te arrebatan los guiones emocionales, “Johnny” es muy buena opción. El guion está basado en una historia real de Patryk, un exconvicto al que ayuda el sacerdote Jan Kaczkowski. El ex preso, gracias al amor y a la oportunidad de rehabilitarse que le da el padre Jan, cambiará…
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pricesugarwife · 19 days
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No sé. Esto es pura autoindulgencia. Y quizás me estoy proyectando en el triángulo amoroso que tenemos Price, @the-californicationist y yo. Va para ti, bebé. Espero que te guste.
Otra noche calurosa de Texas. Otra ocasión donde el 141 aprovechaba el tiempo de relevo y se reunían, con un poco de resistencia por parte de un críptico Ghost, para hablar sobre cualquier tarea mundana que estuvieran haciendo en su tiempo de inactividad. Otra ronda de cervezas que Soap invitaba, mientras escuchaba las divertidas anécdotas de Cali y su Capitán, intentando adaptarse a la caótica sociedad estadounidense. 
Si alguien le hubiese dicho a John MacTavish hacía unos años atrás que viviría para ver como su Capitán se enamoraba de una dulce mujer texana, establecía su residencia permanente en U.S y los invitaba durante el verano para compartir en su rancho, probablemente se hubiera reído en la cara de esa persona. Pero aquí estaba, tomando un trago de la cerveza artesanal mientras algo parecido a Blake Shelton (si su precario oído musical no le fallaba) sonaba por los altavoces y escuchaba la estridente risa de Cali cuando Price decía otro de sus espantosos chistes de papá. 
Pero oh, todos volteaban la mirada cuando la mujer estampaba sus carnosos labios rojos contra la boca de su capitán y fingían hacer un recorrido rápido por el destartalado bar destinado a albergar vaqueros, o cualquier aficionado a la música country de mediana edad. Solo que, en uno de esos escaneos rápidos a la barra de madera donde el bartender se movía con velocidad para servir a la masa de hombres con camisas de cuadros, sus ojos azules captaron un exuberante culo forrado en unos jeans acampanados, acompañados de una cabellera negra que llegaba a las caderas. 
Embelesado por sus curvas, los jugosos labios pintados de rojo y la forma en cómo su camiseta sin mangas hacía resaltar sus tetas alegres, el sargento consideró en acercarse a coquetear un poco, quizás con la esperanza de llevarse esa dulce cosita a casa para aprovechar al máximo este viaje a norteamérica. Un pensamiento que se podía leer fácilmente en los ojos depredadores del escosés, mientras Ghost amamantaba su whisky con un semblante áspero y enojado detrás de su pasamontañas, pero tanta era el hambre de Johnny que ni siquiera se volteó a mirarlo. 
Cuando la mujer se volteó completamente, vistiendo una divertida camiseta que decía: “I LOVE DILF”, le hizo soltar una risa baja que atrajo la atención de todo el grupo que hasta el momento había ignorado el desarrollo de los acontecimientos. 
“¿Una víctima más, MacTavish?” preguntó Gaz, deteniendo sus ojos chocolates en el atractivo que su compañero había visto primero, unas buenas tetas que se movían cuando la mujer cantaba el coro de la canción. 
“No me digas que esa bonnie no se ve lo suficientemente bueno como para comer” respondió el mencionado, haciendo que Cali rodara los ojos y bufó, acostumbrada a que el escosés hiciera comentarios como esos, pensando que las mujeres son un trozo de carne
“Manténlo en tus pantalones, sargento. O al menos no nos des un espectáculo delante de todos” señaló el Capitán, que hasta ese instante se había mantenido en silencio, sin prestarle mucha atención a lo que estaba sucediendo porque la maldita falda que vestía su mujer lo estaba poniendo duro en sus jeans. 
Sin contestar el comentario hosco de su Capitán, Johnny hizo su movimiento para seducir a la dulce cosita que no dejaba de observarlos mientras remojaba sus labios con lo que parecía ser una sangría. 
“¿Cuánto apuestas a que ella lo manda al diablo?” bromeó Gaz, bebiendo el último trago de su cerveza y miró a Ghost, quien simplemente se encogió de hombros para acto seguido bufar cuando se dio cuenta que Johnny estaba abordando, de una manera tal vez demasiado encantadora. 
Por el lenguaje corporal de la mujer, parecía estar interesada en los avances del escosés, que sonreía como un lobo deseando encajar los dientes en la carne de un delicado corderito. Aunque había una leve espinita que no convencía a John, había algo misterioso en esa mujer que lo mantenía atento a la escena, al igual que Ghost, quien intentaba enfocarse en el juego que transmitían el destartalado televisor en la esquina del bar. 
“Ella no parece estar muy convencida, pero tampoco lo rechaza del todo” respondió Price, hablándole a Kyle que estaba dispuesto a arrancarle unos billetes a cualquiera de sus compañeros para demostrar que sabía en cuánto tiempo podían sacudir a Johnny. 
No transcurrió mucho tiempo para que Soap regresara a la mesa con semblante derrotado,  mientras la mujer sonreía alegremente y le enviaba un saludo al resto del grupo que yacían confundidos al otro lado del establecimiento, porque minutos antes habían visto cómo ella le escribía algo en una servilleta con un lápiz labial, impregnando la marca de sus labios en el mismo papel. Pero antes de que Cali pudiese interrogar a Johnny, todos captaron como la fémina le lanzaba una beso y hacía un gesto con las manos de “llámame”. 
“Parece que no habrá un polvo para mí. Pero ustedes tienen a alguien por si quieren hacer un trío, o tener una relación poliamorosa” les informó el hombre, poniendo la servilleta en la mano delante de su Capitán, quien rápidamente se sonrojó hasta las orejas y el cuello. 
“¿Qué?” cuestionó Cali sin aliento, mirando la servilleta que tenía el número de la mujer. 
“Como lo escuchaste, dijo que está interesada en la rubia caliente de grandes tetas y el hombre barbudo que no ha dejado de manosearla desde que llegaron” Soap insistió, alzando las cejas cuando soltó esa línea de barbaridades que en otro momento de su vida tendrían a Cali agarrando el rosario de su abuela contra su pecho.
“Wow, sí que fue directo al grano” se rió Garrick, conteniéndose para no soltar la carcajada que le había provocado la hilarante situación. 
“No sé si sentirme halagado u ofendido” soltó Price, rascándose la nuca y mirando de reojo a su mujer que no había dejado de sonrojarse desde la primera respuesta de Johnny. 
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nevenkebla · 8 months
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Todo vive
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Secret Wars (Vol. 1) #9
Guionista: Jonathan Hickman Dibujante: Esad Ribić
— Susan Storm: Vuelve a explicármelo. — Valeria Richards: Vale, mamá… ¿Quieres la versión complicada o la supercomplicada? — Susan Storm: Preferiría una que tenga sentido. ¿Crees que puedes hacerlo, cielo? — Valeria Richards: Ay. Lo intentaré… Owen, el de allí, es la clave. Es una especie de receptáculo humano de un poder ilimitado. Y ese poder omnipotente debe dirigirlo —usarlo— un individuo; en este caso, papá. Y aquí es donde la cosa se pone interesante, ya que Franklin es un moldeador universal, un soñador. Así que tiene ideas… — Susan Storm: ¿Para mundos? — Valeria Richards: Para universos, mamá. ¡Universos enteros! Se las da a papá. Y papá, con todo ese poder, les da una realidad propia. Al final, cortan un trocito de Owen para que lo acompañe, como un ancla, y eso también ayuda al hombre molécula, lo completa. Lo cura. — Susan Storm: Vale. — Valeria Richards: Y eso es solo el principio de lo que estamos haciendo. Todo esto debe catalogarse y grabarse. Explorarse.
— Susan Storm: Así que somos como Lewis y Clark, pero con toda la existencia. — Valeria Richards: Pues… claro, mamá… Si Lewis y Clark también hubieran creado los territorios que exploraban. — Dragon Man: Y hubieran sido más listos. — Bentley-23: Y desde luego más atractivos. — Valeria Richards: Vale. Tengo que ir a trabajar. ¿Habéis hablado sobre por dónde deberíamos empezar, Alex? — Alex Power: Sí, y al principio pensé que tendríamos que hacerlo por la física subyacente, pero entonces Onome cayó en que Franklin está trabajando muy rápido y está dejando bastante suelta toda la superestructura. Así que yo creo que… creo que deberíamos empezar con los mitos de la creación, lo cual —por supuesto— lleva a toda una serie de problemas distintos que tienen que ver con…
— Susan Storm: ¡Eh! ¡Reed! — Reed Richards: ¿Sí? — Susan Storm: Tengo que decirte una cosa: esto es grandioso. — Franklin Richards: ¿Puedo hacerte una pregunta, papá? — Reed Richards: Claro. — Franklin Richards: ¿Ya no somos superhéroes?
— Reed Richards: Pues esa es la cuestión, Franklin. Lo que cuenta es hacer el bien, no cómo lo hagas. Y lo que hacemos ahora mismo importa… puede que sea lo más importante de la historia… y lo mejor de todo es que puedo hacerlo con vosotros. Eso no suena tan mal, ¿no? — Franklin Richards: No. Me voy a jugar. — Susan Storm: ¿Sabes? Para no ser un superhéroe, el acto final fue increíble. — Reed Richards: Ya… pero Ben y Johnny… — Susan Storm: No pueden estar con nosotros, no deberían. A su acto aún no le queda mucho por terminar. Pero ha bastado, Reed. La balsa se rompió, y creí que todo había acabado… pero nos salvaste. — Reed Richards: Bueno… tuve ayuda. Y esa ayuda me dio el tiempo suficiente para arreglar muchísimas cosas sobre las que estaba equivocado. Aprendí que la diferencia entre vivir y morir es controlar el miedo. No tener tanto miedo de perder lo que amas que te aferres a ello con demasiada fuerza. Antes creía en la contradicción universal, en la entropía y en el final de todo. He cambiado de opinión. Lo he dejado atrás. Porque ahora creo en la expansión. Creo que perduraremos. ¿No lo ves? Todo vive.
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coolpizzazonkplaid · 2 months
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La heredera del Infierno
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Pesadillas hechas realidad
Un sirviente llamó a la puerta de Adelina anunciando el desayuno. La muchacha sintió que los pies la estaban matando debido a la noche anterior. Se cambió el pijama y optó por jeans negros, una remera con decoraciones doradas del mismo color y zapatillas.
Se reunió con el resto de sus compañeros a un gran salón donde la emperatriz y sus hijas los esperaban para disfrutar un rico desayuno. Comenzaron a ponerse diferentes alimentos en los platos, mientras poco a poco se iban sacando el sueño. Sindel anunció que la finalización del torneo sería pasada la hora del almuerzo. Adelina pudo ver que Raiden estaba nervioso por combatir con la princesa Mileena, pero parecía intentar combatir con esas ansiedades.
Los chicos aprovecharon para poder explorar la capital, Sun Do. La emperatriz ordenó que fueran acompañados por la escolta de la primera oficial, Li Mei y marcharon lentamente. Los vigilaban mientras charlaban entre ellos. Adelina, en varias ocasiones, la invitó a unirse con los luchadores, pero ella se negaba rotundamente.
La vegetación se transformaba en casas y edificios, los habitantes del Mundo Exterior se congregaban en las grandes calles y otros, lo miraban desde sus puestos. Invitaban a los luchadores a sus espacios de comida y los músicos tocaban, dando alegría a las personas.
Adelina comió muchos de los platillos que ofrecían en las calles de Sun Do junto a Mariano y Daniela. Kenshi, Johnny, Kung Lao y Raiden admiraban los bailes que hacían las diferentes civilizaciones del Mundo Exterior. Mariano y Daniela vieron a un grupo de niños y padres jugar con la pelota y los invitaron.
Se acercaron y el muchacho fue el primero en tomar la pelota. Cautivó a los pequeños con acrobacias usando los pies para moverla y luego, con una maniobra, la llevó a su cabeza haciendo equilibro para evitar que callera. Los niños presentes, tanto shokan como centauros, miraron con brillo en los ojos las hazañas de Mariano. Con un cabezazo, le pasó la pelota a Daniela y la rebotó con sus pies varias veces para luego dejarla en el suelo.
Los niños se sorprendieron y quisieron imitarlos. Los adultos miraron sonrientes como intentaban hacer las habilidades de Mariano y Daniela. Ellos propusieron hacer un pequeño partido de futbol, se dividieron los equipos y Adelina hizo de árbitro.
Los infantes mostraron su competitividad y el dúo los calmó incentivándolos a que formaran dos rondas para prepararlos. Adelina estableció la cancha y vio como sus amigos motivaban a los pequeños inseguros por sus aspectos.
–¿Sabés lo que yo veo en esos cuatro brazos que tanto odias? –dijo Mariano, el pequeño shokan negó con la cabeza–. Veo a un gran arquero o defensor, eso es lo que veo.
–Lo que consideras una desventaja, yo lo considero un beneficio –Daniela hablaba con una pequeña centaura–. Tu complexión nos servirá para atacar, eres rápida y eso facilita más el poder meter la pelota en el arco.
Adelina terminó de preparar la cancha y puso la pelota en el medio, mientras los dos equipos se posicionaban y el dúo daba sus últimas indicaciones. La pelinegra gritó un “comiencen” y el partido de futbol de práctica inició. Daniela y Mariano corrigieron pequeños errores durante la jugada y lograron que los niños lo entendieran mejor.
Los dos grupos se posicionaron y Adelina dio comienzo al juego. Los niños corrían de un lado al otro para poder llegar al arco del equipo contrario y pasaban la pelota a los capitanes. La centaura del equipo de Daniela por poco llegó al arco del equipo de Mariano, pero un niño shokan se la arrebató y corrió lo más rápido que pudo al arco contrario. El niño asestó la pelota en el arco, Mariano gritó un fuerte “gol” y los pequeños lo imitaron.
Adelina anotó en papel una raya para mostrar el puntaje y siguió vigilando las jugadas de sus amigos. Mientras, los demás habitantes de la Tierra miraban el partido con curiosidad y reían ante las actitudes de los niños. Mariano y Daniela estaban tan enfocados en el juego que no escuchaban los ánimos de sus compañeros y se concentraron en ayudar a los pequeños.
Por varios minutos, el partido siguió en los que el equipo de Daniela asestó en el arco opuesto y se enorgullecieron tanto, que saltaban de la emoción. Uno de los pequeños del equipo de Mariano pudo propinar un pelotazo tan fuerte que lo pudieron escuchar desde el palacio real y hacer gol.
Adelina siguió anotando los puntos y vio que los guardias y la primera oficial parecían intrigados por el partido. El juego terminó con la victoria del equipo de Mariano con cinco goles a su favor, haciendo que los niños se cansaran y fueran a los brazos de sus padres. El dúo invitó varias veces a los guardias a pasar un rato de diversión, incluso a la propia Li Mei la invitaron y se negó rotundamente a participar. Entonces, el grupo decidió explorar la capital.
El grupo se separó prometiendo reunirse en la calle principal, mientras un guardia los vigilaba. Daniela paseó entre los caminos empedrados y casas. El guardia que la cuidaba estaba detrás de ella y siguió su caminata hasta pasar por lo que le pareció una herbolaria donde vio una maraña de cabello negro y ropa que recordaba. La persona se dio la vuelta y la reconoció. Era Shang Tsung.
La chica lo saludó con la mano y el hombre le dio una media sonrisa. En sus manos, tenía una bolsas con hierbas, líquidos y pociones de diferentes colores.
–Es un placer verla, señorita Daniela.
–Ya te dije que me puedes decir solamente Daniela, Shang Tsung.
–Estoy acostumbrado a las formalidades, lamento molestarla –el hombre se acercó a Daniela con una sonrisa en el rostro.
–No es molestia, es simplemente comodidad.
–¿Qué haces por aquí? –cuestionó el hechicero mientras sostenía aún las bolsas con objetos–. ¿No deberías estar con los tuyos en el palacio?
–Sí, pero nos dejaron salir un rato para explorar la capital –dijo Daniela y volteó la cabeza mientras señalaba al guardia detrás suyo–. Además, no estoy tan sola. Un soldado de la primera oficial me escolta.
–¿Por qué tienes toda la cara roja y sudando?
–Oh, hicimos con Mariano un partido de futbol para los niños –Daniela rio y sintió sus mejillas se volvían más rojas–. Mi amigo acabó ganando. Ahora, la primera oficial, Li Mei, nos dejó estar a los alrededores de la capital, pero siendo escoltados.
–Parece un combate interesante.
La chica se rio y el rostro de Shang Tsung mostró su confusión. Comenzó a avanzar y la chica lo siguió.
–Es un juego que hacemos en varios países y es una pasión en el mío –explicó la chica mientras se quitaba el sudor de la frente y se abanicaba las mejillas rojas– Déjame que te ayude con las bolsas.
–No, gracias. Son elementos delicados –dijo Shang Tsung.
–¿Seguro?
–Sí, son elementos que necesitan un cuidado especial –explicó el hechicero mientras ordenaba cuidadosamente los objetos de las bolsas–. Debo usarlas para revisar antídotos y hacer otras pociones.
–Ah, está bien ¿Vas a estar presente en la última fase del torneo? –preguntó Daniela.
–No podré. Mi trabajo me agobia.
Daniela y Shang Tsung siguieron hablando hasta llegar al mercado de la capital. Los diversos puestos se apelotonaron en la gran calle y las personas se mezclaban en ellos. Los mercaderes ofrecían desde ropas hasta artilugios para muebles y la chica se sintió cautivada por cada elemento que aparecían a sus ojos.
Daniela vio un puesto de libros y se metió sin dudar, con Shang Tsung detrás y observaron las obras literarias. La chica miró cada portada sintiéndose atrapada y sus pequeños símbolos desconocidos a sus ojos.
–Ese libro lo tengo –habló Shang Tsung señalando el libro que Daniela tenía en sus manos–. Es bastante informativo.
–¿De enserio? ¿De qué habla?
–Una parte de la historia del Mundo Exterior –se acercó a la muchacha y abrió las hojas. Estaban ilustradas con varios acontecimientos y retratos de personajes históricos–. La etapa de los kahnes.
–¿Fue oscura esa etapa?
–Lo fue para muchos.
La chica siguió hojeando el libro y lo dejó en su sitio. Avanzó entre los puestos y llegó a uno de joyas. Todas eran desconocidas a ojos de Daniela. Había averiguado los tipos de piedras preciosas después de hacer una nota periodística sobre un robo de joyas. Cuarzo, rubí, jade, malaquita, alejandrita, entre otros. Fueron tantas joyas y piedras preciosas robadas que Daniela pudo haber hecho una exposición oral de cada una.
Las joyas pasaban de collares a brazaletes de tantos metales extraños que cautivaron a Daniela. Hubo un bello collar y anillo que le hizo recordar los que el Viejo Mario le había regalado a ella y Adelina. A Mariano le había obsequiado un reloj con un avión en el centro de las manecillas. Lo que recordaba era que parecía un niño con el mejor juguete del mundo.
–Son muy bellas –soltó la chica.
–Las mejores joyas se comercian en la capital –explicó Shang Tsung–. Las extraen de minas sumamente peligrosas, los mejores herreros las confeccionan y las llevan aquí para vender.
–Son maravillosas. Nunca vi estas piedras en mi vida.
Shang Tsung eligió un bello anillo con una joya de color rosa claro y detalles blancos alrededor. El comerciante la envolvió cuidadosamente en regalo y el hechicero le dio una bolsa con monedas. Siguieron caminando un poco más hasta casi llegar a la calle principal y vio a sus compañeros dirigirse a la dirección del palacio.
–Ahí están mis amigos. Debo irme –la chica se fue separando del hechicero y se puso de espaldas a la calle principal–. Suerte con tus antídotos y el anillo para tu novia, Shang Tsung.
–Hasta la próxima, Daniela. El anillo es para alguien más.
El sol apuntó el mediodía y la primera oficial anunció que los habitantes de la Tierra debían volver al palacio para la última fase del torneo. Caminaron lenta y tranquilamente, alejándose del bullicio de Sun Do y convertirse en las sofisticadas obras de la realeza y los colores violetas y lilas.
El grupo se encontró con Liu Kang cerca de sus aposentos y fueron al basto jardín del día anterior donde los nobles estaban detrás de los tronos reales. Raiden se posicionó frente a los asientos esperando la llegada de la emperatriz. Su postura era relajada, pero Adelina vio que el rostro del chico mostraba nervios y a veces, tocaba el medallón que Liu Kang le regaló.
Las trompetas sonaron anunciando a la emperatriz y todos dejaron de murmurar para escucharla:
–No dejas de sorprenderme, Raiden –enderezó la espalda y puso sus manos en sus piernas–. Entre otros, derrotaste a Kotal, Motaro y Sheeva. Solo quedan dos peleas. ¿Estas listo, habitante de la Tierra?
–Sí, majestad.
–Entonces, enfrentarás a mi hija… Kitana.
De entre los caminos de piedra, invadidos por pasto y árboles a los costados de diferentes formas y colores, apareció la princesa. Sus tacones repiqueteaban, su postura era recta y llevaba un par de abanicos en sus manos. Una parte de su rostro estaba cubierta por una máscara azul, igual que su ropa y sus ojos destilaban determinación y seguridad.
Adelina y los demás se miraron entre ellos sorprendidos por el brusco cambio de combatiente y Liu Kang dio unos pasos hacia la emperatriz.
–Majestad, esto no tiene precedentes –el dios intentó conservar la calma y elegir bien sus palabras al hablar–. El próximo oponente de Raiden debería ser tu heredera.
–Mileena tuvo que irse… –la mirada de la emperatriz se volvió seria y un poco hostil– a atender unos asuntos imperiales urgentes.
–Eso, es una mentira más grande que una casa –susurró Mariano y las chicas lo callaron mientras seguían mirando el pequeño conflicto.
–Pero no lo preparé para enfrentar a Kitana.
–Ya demostró una gran habilidad –Sindel puso una cara de inocencia e ingeniudad–. ¿No puede improvisar?
Liu Kang parecía contenerse de lo que iba a decir, pero Raiden habló con calma:
–Descuida, puedo hacerlo.
–Muy bien.
Liu Kang se fue hacia donde estaban el resto de los luchadores de la Tierra, mientras que Raiden y Kitana se posicionaban.
–Soy un rival tan fuerte como mi hermana, habitante de la Tierra –dijo la princesa caminando en su posición.
–No me hago falsas esperanzas, alteza.
–Ganaré esta pelea. –Kitana agarró con más fuerza los abanicos para luego desplegarlos, revelando sus cuchillas–. Por ella, mi emperatriz y todo el Mundo Exterior.
Se quedaron un minuto en silencio, Kitana atacó usando sus abanicos elevando el cuerpo de Raiden haciendo que gritara y luego, el segundo abanico lo rasguñó ocasionando que cayera al suelo. Rápidamente, la princesa soltó una de sus armas y giró hacia Raiden para poder darle otro rasguño más profundo, pero lo bloqueó usando una bola de rayo para desviarlo. El campeón se acercó lo más que pudo a la princesa asestándole un golpe con rayos cerca de los pies y en sus manos emergieron chispas haciendo que Kitana se alejara.
Adelina sonrió por los buenos movimientos de Raiden y como logró mantener el control de su ansiedad sobre el cambio brusco. Kitana contratacó lanzando uno de sus abanicos como proyectil y arremetió con el otro como si fuera una puñalada cerca del estómago de Raiden. Lo elevó nuevamente para hacer un combo de golpes en el aire, pero Raiden esquivó los golpes con una patada aérea con rayos en sus piernas y Kitana cayó al suelo. No pudo levantarse a tiempo antes de que Raiden se abalanzara a ella como una bola eléctrica y Kitana volvió a caer, dando por terminado el combate. El granjero se recompuso y habló:
–Luchaste bien, princesa.
–Al igual que tú, habitante de la Tierra –Kitana se puso de pie con dificultad y sus respiraciones eran aceleradas–. Para mi sorpresa.
–Espero que nos veamos en circunstancias distintas.
Ambos se miraron y la sonrisa de Raiden se ensanchó. Adelina pudo notar un leve sonrojo en los dos, a pesar de que Kitana llevara su máscara, sus ojos mostraban admiración.
–Es hora del duelo final. Las victorias logradas son un fiel testimonio de tus capacidades, pero ahora debes enfrentar al general Shao –espetó Sindel cortando el pequeño momento entre los dos luchadores. Kitana aprovechó la situación para ir a su asiento real. Por los ojos de la princesa, Adelina pudo notar el alivio que tenía por el acalorado combate y la situación incómoda con Raiden–. El vencedor de la Guerra de Tervaria, conquistador de las llanuras de Kuatan y defensor de la costa de Navala. El general Shao nos defiende con fervor y tenacidad, como lo hizo su familia durante generaciones. Todos en el Mundo Exterior agradecemos su servicio.
El general caminó con orgullo usando una máscara de calavera para cubrir la parte superior de su rostro. Llevaba un hacha y echaba el pecho con orgullo y superioridad hacia Raiden. Adelina vio a Mariano y Daniela y se sorprendieron por lo que tenían que enfrentar. Los tres combatientes del día anterior eran una piedra pequeña comparado con lo que se iba a enfrentar Raiden.
–Teníamos razón –dijo Mariano entre susurros–. Le van a meter los dedos en el orto.
Las chicas asintieron lentamente, mientras seguían mirando al general Shao ubicándose frente al campeón de la Tierra.
–Qué fabulosa lista de logros, general –dijo Raiden alegremente y Adelina no supo si su compañero era inocente o estúpido.
–Apenas es una parte de ellos –contestó con brusquedad el general– Recitar todo llevaría días.
El general Shao atacó con un hachazo haciendo que Raiden cayera al suelo. Se puso de pie rápidamente y el general volvió atacar con el hacha, pero esta vez desprendía un aura rojo fuego y negro. Raiden lo esquivó, asestó un proyectil en forma de bola de rayos y el enemigo bajó las defensas. Ante ese momento, Raiden hizo una voltereta con rayos, haciendo que su contrincante cayera. El general se levantó, hizo un salto y cayó con los antebrazos para golpear de cerca. Shao le dio un puñetazo, lo pateó en el pecho y usó su hacha para revolearlo en el aire y Raiden cayó al suelo abruptamente.
Raiden se reincorporó y se defendió con su medallón de las auras rojo fuego y negras del hacha del general. Luego, usó el medallón que su enemigo se electrocutara en el aire y Raiden le asestó un golpe de electricidad en el pecho. Antes de que cayera, el granjero le dio al general una patada en el aire con rayos. Se transportó de espalda al general y volvió a electrocutarlo para después abalanzarse con rayos. El general cayó al suelo y con eso el combate terminó.
–Se acabó –la sonrisa de Raiden se hizo más grande conforme pasaban los segundos–. ¡Lo logré!
–Felicitaciones, Raiden. La Tierra ganó –el rostro de la emperatriz mostró decepción y derrota, pero aun así logró apartarlo.
Se puso de pie y luego siguió su ejemplo Kitana. Adelina volvió a mirar al general Shao que gruñía y trataba de ponerse de pie por el duro combate. Al ver esto, Raiden caminó hacia el general y le tendió la mano amablemente.
–¿Quieres que te ayude?
–No te me acerques, habitante de la Tierra –el general apartó la mano de Raiden bruscamente y se asustó por el gesto hostil.
–Bien hecho –dijo Liu Kang acercándose al campeón–. Superaste mis mayores expectativas.
–Gracias, Lord Liu Kang.
–Gracias a ti, quienes buscan perturbar la paz del Mundo Exterior volverán a ser apaciguados –el dios se posicionó al lado de Raiden y puso su mano en su hombro– Ya. Despidámonos de nuestros anfitriones y regresemos a la Tierra.
Todos unieron su puño se inclinaron en respeto al campeón de la Tierra. Daniela y Mariano se acercaron y fueron los más entusiastas en celebrar, seguidos de Kung Lao, Johnny, Kenshi y Adelina. Estaban sumamente felices y ansiaban volver a la Tierra. Adelina esperó que con lo poco que pudo encontrar sobre Hela pudiera avanzar en su investigación. Volvería lo más pronto posible a Buenos Aires para dirigirse a las costas de España y Francia.
Daniela era la última en salir de sus aposentos con sus pertenencias. Sus compañeros se adelantaron y la esperaban en las afueras. Empacó sus pertenecías y meditó sobre la pequeña experiencia antes de regresar a su vida normal. Su mente recordó a Shang Tsung, le había agradado hablar con él y las conversaciones que tuvieron.
Al salir, los ojos chocolate de Shang Tsung la recibieron junto a su media sonrisa cálida. La puerta se cerró con un ruido sordo y Daniela acomodó mejor sus pertenencias.
–Hola, Shang Tsung –la muchacha se puso su bolso entre sus piernas–. Fue lindo conocerte y gracias por la entrevista.
–Fue un placer ayudarte, Daniela –Shang Tsung sonrió y Daniela vio que tenía en sus manos una pequeña bolsa dorada con decoraciones–. Espero verte en otra visita.
–También lo deseo.
Quedó entre ambos un silencio incómodo. Daniela sintió que sus mejillas se volvían calientes y se apartó un rulo rojizo de sus ojos cafés. Shang Tsung tenía una mano detrás de su espalda y la extendió mostrando una bolsa de regalo.
–Es un regalo para ti, Daniela. Espero que lo disfrutes –la chica tomó la bolsa y la abrió revelando el anillo de joya rosa. Sacó el objeto delicado y lo observó por unos segundos, maravillada por lo sofisticada que era de cerca–. Hechicé el anillo para poder comunicarnos.
El hechicero sacó un pequeño papel y escribió rápidamente. Después, la hoja se volvió cenizas hasta desaparecer y Daniela se dio cuenta de que la joya rosa titilaba. El papel renació entre las llamas y pudo leer lo que rezaba: “Me encanta tu cabello”.
–Es fantástico ¿cómo lo hiciste? –la chica se quedó boquiabierta por el pequeño espectáculo–. Gracias por el halago.
–Es verdad tienes un cabello realmente hermoso. Es como una pequeña llama que sigue en una tormenta.
La chica se sonrojó y rio ante sus coqueteos. Guardó el regalo en su bolso y volvió a mirar al hechicero. El cruce de miradas fue interrumpido por los gritos de Adelina llamándola y volteó hacia la voz.
–Tengo que volver a la Tierra, Shang Tsung.
–Espero poder verte pronto, Daniela.
La joven aminó velozmente por los pasillos pérdida en sus pensamientos, volteó la cabeza para darle una última mirada al hechicero, pero este se había esfumado. Llegó hacia donde estaban sus compañeros y Liu Kang los guio a la salida del palacio, mientras esperaban los carruajes. Cuando llegaron, se subieron y pasaron por la bulliciosa Sun Do.
–¿Qué pensas Dani? –la voz de Adelina despertó de su ensoñación y la sonrisa de su amiga se acrecentó–. ¿Feliz de que volveremos a casa?
–No es eso –dijo Mariano mirándola analíticamente, como lo hacía tratando de usar sus pocos conocimientos en psicología tras abandonar la universidad–. Está pensando en otra persona.
Las mejillas de Daniela se volvieron tan rojas como su cabello.
–No.
–¿Estás pensando en ese hechicero que entrevistaste? –preguntó Mariano–. Quedaste muy encantada con él. Se notaba en tu cara y tu tono de voz durante el banquete.
–No. Nos conocimos por poco tiempo –la chica escondió su rostro en sus manos–. Bueno… quizás sí le agradé, pero no sé.
–Cuando volvamos, sería lindo conocerlo y ver si es digno de ti –bromeó Adelina–. Hasta Raiden quedó encantado aquí. Se notaba en su cara que le gustaba la princesa Kitana.
–No sé si era comparable con las caras de Mariano cuando ve a una chica bonita –dijo Daniela sonriendo–. Habría que ponerlos a los dos en un experimento a ver si es verdad la teoría.
–¡Eso duele! –las chicas rieron más por el tono gracioso de Mariano.
La emperatriz y la princesa los acompañaron hacia el portal que desprendía oleajes lilas y violetas. Con una última reverencia, se despidieron del Mundo Exterior y Liu Kang pasó el portal. Daniela sintió esos cosquilleos extraños y los oleajes violetas se transformaron en naranjas y azules. Los edificios orientales de la Academia Wu Shi recibieron los ojos de Daniela y los monjes Shaolin los esperaban expectantes. Liu Kang anunció la victoria de Raiden en el torneo y los monjes comenzaron los preparativos para la gran celebración.
Daniela se unió a Mariano y Adelina en hacer comida. En la cocina, pusieron música y comenzaron a preparar fuego para hacer un asado y los monjes hacían sus platillos. El fuego comenzó a tener fuerza y echaron carbón que poco a poco se iba tornando más rojo. Adelina preparaba las ensaladas, Mariano cortaba la carne para ponerla al fuego y Daniela hacía una enorme picada para todos. Los monjes corrían de un lado al otro preparando fideos, salsas y carnes para el banquete.
Mariano puso la carne al fuego y las chicas pusieron la picada y ensaladas en las mesas. Todos los monjes y luchadores empezaron a comer. Celebraron al trío por sus bastas habilidades y Mariano siguió enfocado en el asado. La música siguió, cantaron al ritmo de la música y bailaron. Kung Lao se les unió seguido de Johnny, mientras los demás observaban la escena.
Pasaron los minutos, Mariano sacó las primeras tiras de asado y empezó a darles los platos repletos de carne. Los monjes entregaron tazones de fideos y carnes, y fueron celebrados. Liu Kang hizo un brindis celebrando a Raiden y el resto de luchadores victorearon.
El banquete siguió hasta altas horas de la noche y solo quedaron las charlas y risas. Después de comer, levantaron los platos y limpiaron todo el salón. Kung Lao, Mariano y Daniela se dedicaron a comer lo que quedaba de los platos, parecía que su apetito era un gran agujero negro. Johnny y Raiden recogieron los platos restantes y Kenshi y Adelina empezaron a llevarlos para que los monjes los lavaran.
Una vez limpio el salón, el grupo marchó para asearse e irse a las camas. Daniela y Adelina fueron a su área para poder desnudarse. Daniela se mojó el cabello rojizo y se pasó jabón por todo el cuerpo. Adelina fue la primera en terminar en bañarse e irse a su cuarto.
Liu Kang dijo que dentro de poco los enviaría a sus respectivos hogares, pero si querían seguir entrenando no iba a tener problema en su estadía en la academia. Daniela terminó de bañarse y se dirigió a su habitación. Se acostó y miró el anillo que tenía en su dedo índice, sus mejillas se tiñeron de rojo por pensar en Shang Tsung. Esperó poder escribirle pronto o que él lo hiciera, su estómago hizo un cosquilleo y cerró los ojos, pensando en sus hermosos ojos chocolate y su cabello negro y sedoso como la brea.
Adelina vio a una mujer cantando una canción de cuna a un bebé. Estaba sentada en la habitación del pequeño y pudo ver los detalles del lugar. Una cuna de madera antigua decorada con púas en las cuatro cimas y enredaderas pintadas en los barrotes, el asiento donde estaba la mujer parecía estar hecho de hueso y las paredes del cuarto eran de color ladrillo.
Hela tenía su corona de púas en el cabello oscuro y su lado derecho del cuerpo no estaba tatuado. Adelina se acercó para hablarle, pero al tocarla su mano traspasó el cuerpo. Alejó la mano y siguió mirando a la diosa. Su rostro mostraba alegría viendo al bebé y volteó la mirada hacia Adelina, pero esta sintió la figura de un hombre desconocido atravesando su cuerpo. El extraño le besó la frente y miró al bebé.
“Hela tuvo un hijo” pensó Adelina y siguió mirando ese recuerdo extraño. Hela continuó cantando y el bebé se durmió. Lo colocó en su cuna y salieron en silencio para dejarlo descansar. El rostro de la diosa no era macabro ni expresaba ese pánico que en otras pesadillas hacían que tuvo Adelina. Era una mujer calmada y mostraba alegría a pesar de estar en un reino sumamente horrible.
–El pequeño Kolbein está dormido –dijo Hela juntando su mano–. Heredó la energía de su padre.
–Pero tiene el poder de su madre –contrarrestó con una leve sonrisa y luego se desvaneció–. ¿Lo estará desarrollando?
–No lo sé, Alarik –Hela miró hacia la puerta entreabierta–. No sé si es su crecimiento o por el despertar de su poder. Me duele verlo llorar.
–Lo veremos durante el transcurso de la noche y si empeora lo solucionaremos.
El recuerdo cambió a otro donde Hela cuidaba a su hijo junto a su marido a las afueras de su gran palacio. El bebé creció hasta ser un niño de no más de 5 o 6 años. La madre lo alentaba a que siguiera explorando los alrededores y se posicionó a su altura.
–¿Qué es eso, mamá? –preguntó el pequeño.
–Es un pequeño obsequio para ti, Kolbein –Hela abrió la bolsa y Adelina acercó la cabeza para ver el contenido–. Te ayudarán a cuidar y amplificar tu poder en situaciones peligrosas.
–¿De enserio, mamá?
–Sí, pero tendrás que ser responsable con estas runas, Kolbein, ¿entiendes? –el niño asintió rápidamente y siguió observando la bolsita–. Cuando creces, cuantas más libertades tengas más responsabilidades obtienes. Te enseñaré a controlar tus poderes, Kolbein. Será un proceso lento, pero generará frutos.
–Está bien, mamá.
El recuerdo cambió nuevamente. Esta vez, Hela estaba batallando contra unos demonios y estos lograron retenerla. Ella gritó con todas sus fuerzas, mientras era encadenada y golpeada por los demonios. A lo lejos, Adelina vio al hombre cargando al pequeño en sus brazos y quiso seguirlos, pero el recuerdo siguió enfocado en Hela.
Vio como intentó usar su poder en vano, mientras los demonios y una figura desconocida la ataba y amordazaba para retener sus gritos. Su lado derecho mostraba tatuajes de la anatomía del esqueleto. Los otros demonios la miraban y se burlaban, pero ella se mantuvo impasible ante los actos.
–¡Vamos, su excelencia! ¿No tiene agallas ante nosotros? –cuestionó uno de los demonios y le lanzó un pedazo de carne–. Descubrimos una forma de encadenarte y ¿así es como te comportas con los que te van a dar una linda lección?
Hela siguió tranquila, su lado tatuado se pudrió e intentó usar su poder, pero en su rostro se reflejó dolor. Mantuvo su compostura y mirada hostil a sus secuestradores.
–Ya basta, ustedes –dijo el desconocido y los demonios pararon–. Hela, este cambio, nos ayudará a todos. Tus juicios aquí no funcionan y el Infierno necesita una mejora. Déjenla hablar.
Los demonios sacaron la mordaza y Hela le gritó.
–Lo que estás haciendo no es un cambio. Es una condena –su mirada se volvió de odio e intentó ponerse de pie, pero los demonios la retuvieron–. Traerás caos y una guerra sin final. El Infierno tiene otro propósito.
–Cada vez que escucho esa respuesta, me convenzo más de que es una buena decisión –la figura apenas volteó la cabeza para mirarla y los demonios volvieron a callar a Hela–. Además, me encargaré de tu esposo y el bastardo de tu hijo.
Ante la mención de ellos, Hela cambió su tranquilidad a ira sin control. Forcejeó para desatarse y los demonios rieron ante los intentos de la diosa. Uno de ellos la agarró por el cuello e hizo que se sentara. La llevaron hacia una caverna pérdida, la diosa seguía forcejeando con las cadenas y los demonios la sometían.
Los recuerdos se fueron, Hela estaba frente Adelina y detrás de ella estaban Daniela y Mariano. Pero no eran ellos, eran versiones cadavéricas y los verdaderos tirados al suelo. Adelina se acercó alarmadamente para ayudarlos y las lágrimas brotaron de ella por lo real que era. Intentó reanimarlos, pero sus ojos seguían abiertos y sin vida.
–¿Por qué me haces esto? –gritó Adelina con el cuerpo de sus amigos en brazos–. Si es por la daga te la devuelvo. Si quieres mi vida por importunarte, tómala. Solo, déjame en paz.
–Mi balance fue alterado. Son usadas para corromper mi orden –Hela seguía sin escucharla–. Usarán mi poder para fines oscuros. No para el propósito justo que cree.
Adelina seguía sin entender lo que decía y volvió a enfocarse en ayudar a sus amigos. Las versiones muertas de ellos, se acercaron a Adelina rápidamente y la retuvieron. Le estrellaron la cabeza contra el suelo de aguas negras y se vio a ella misma siendo encadenada y amordazada. Sus lágrimas bañaban sus mejillas rojas de la ira o la impotencia, no sabían cuál era la peor de las emociones.
Los gritos se combinaron y empezó a escuchar su propio nombre, mientras otros muertos la atacaban y tocaban sin cesar: ¡Adelina! ¡Adelina!
–¡Desperta Adelina! –una voz la llamaba e intentó zafarse–. Vamos despertate.
La chica abrió los ojos y vio a Daniela y Mariano frente suyo. Recordó sus versiones cadavéricas. Creyó que los estaba viéndolos otra vez y se apartó rápidamente de ellos. Enfocó mejor su visión y Kenshi, Kung Lao y Johnny estaban detrás suyo. Se alejó, creyendo ver sus versiones muertas y sintió la escarcha en el suelo al arrastrarse hacia la pared.
Escarcha.
Observó con detenimiento su habitación y todo lo que rodeaba su futón era escarcha y algunas pequeñas púas de hielo. El frío le invadió todo el cuerpo y de su boca salía vaho, desapareciendo en el aire.
–¿Qué pasó? –preguntó Adelina y notó su voz rasposa.
–Estabas hablando dormida –dijo Mariano con tranquilidad–. Luego, te escuchamos gritar y al entrar tu estabas transformando todo tu cuarto en un cubo de hielo.
Adelina volvió a mirar todo lo que generó.
–No te preocupes. Raiden llamó a Liu Kang para que te ayudara con lo que te está pasando –tranquilizó Kenshi.
Adelina asintió vagamente, aunque sabía lo que ocurría. Hela la estaba torturando. Quería castigarla porque se llevó su daga de su sitio o por tocarla cuando no tuvo que hacerlo. Su respiración se volvió agitada y Mariano convenció a los demás para que la dejaran con él y Daniela.
–Bien, respira hondo y luego, exhala –dijo el chico cuando todos se fueron de la habitación. Se acercó a Adelina para que pudiera calmar sus nervios–. Respira y exhala.
La chica repitió la acción varias veces hasta conseguir relajarse un poco. Sus amigos ya no tenían sus rostros descompuestos ni verdosos, sino que estaban bien.
–¿Qué soñaste Adelina?
–Con Hela.
–¿Otra vez?
–Ya me pasó –soltó la chica y sus amigos miraron con duda. Sus ojos pedían más explicaciones–. Antes de ir al Mundo Exterior soñé con ella y le pregunté a Sindel.
–¿Qué te dijo? –cuestionó Mariano.
–Ella creó el Bosque Viviente –explicó Adelina sus ojos se enfocaron en las tablas y se quedó pérdida en los recuerdos–. También me contó sobre los lobos de Armenia. Eran su guardia personal. Nada más.
Miró toda la habitación y su estado. Hela la estaba persiguiendo y quiere que su balance sea reestablecido, quizás su cuchillo está enojado por eso u otra cosa. Adelina estaba paralizada para seguir procesando sus pensamientos. Inmediatamente, retiró la almohada para ver si el mapa y la daga les había ocurrido algo. La daga no mostraba signos de daños ni el mapa se había congelado.
–Pero, Adelina, esta escarcha no apareció de otra parte –explicó Daniela y su tono era tranquilo–. Salió de tus manos. De ambas.
–Es Hela, no yo –dijo Adelina mientras sus brazos se dirigían a sus hombros para darse calor–. Quiere que pague porque saqué el cuchillo de Arctika. Necesito encontrar una forma de que estas visiones de pesadilla se acaben.
–¿Pero y si son dos cosas diferentes? –preguntó Mariano–. ¿No será que el sueño activó tu don de hielo?
Adelina no se paró a pensar esa posibilidad. Le era remotamente improbable y casi demencial. Si tuviera un don lo hubiera desarrollado de pequeña, no ahora. ¿Y si era una señal para poder enfrentarse a la diosa y conseguir su vida normal? ¿Serían los primeros pasos para algo peor que sus alucinaciones?
–Concéntrate en hacer algo de hielo. Solo un poco y veamos si es un don o quizás otra cosa peor.
Pensó en hacer una púa, pero al cerrar sus ojos, la mirada de sus amigos muertos se hizo presente, llorando y lamentando. Una figura los tenía como si fueran perros y casi toma a Adelina de no ser porque ella se alejó paranoica. En su escapada, púas de hielo trazaron un camino haciendo que Daniela y Mariano se separaran y la miraron sorprendidos.
Adelina estaba boquiabierta por unos minutos y siguió temblando como una hoja. Unos pasos se escucharon y la voz de Raiden. Guardó los dos objetos antiguos rápidamente y la puerta se abrió, revelando el rostro de Liu Kang y analizó con detalle la escena.
–¿Qué ocurrió aquí, Adelina Acosta?
La chica miró a sus amigos con cierta duda y luego su mirada se dirigió al dios. Ocultó como pudo su pesadilla sobre Hela, habló sobre cómo sus amigos la despertaron y creó hielo tras volver a recordar el mal sueño. Liu Kang escuchó cada detalle del relato y cuando Adelina terminó de contarlo, el dios preguntó:
–¿Tu familia se dedicó a la criomancia?
–No lo sé, murieron cuando era pequeña –contestó Adelina a secas. Se cubrió con las colchas para tener algo de calor–. No sé mucho de ellos.
–Está bien, Adelina Acosta –el dios parecía juzgarla con esos ojos blancuzcos y ayudó a que Adelina se pusiera de pie–. Sal de tus aposentos. Hay que dejar que se descongele y me comunicaré con los Lin Kuei lo más rápido posible.
Adelina se congeló ante la mención de ellos.
–¿Los Lin Kuei?
–Sí, Bi Han podrá ayudarte a perfeccionar tu don –explicó el dios a las afueras de las alcobas de estudiantes. Adelina pudo notar que Kenshi, Johnny, Kung Lao y Raiden estaban charlando y observando la situación. Mariano y Daniela estaban cerca de ellos–. Su clan posee varios conocimientos de criomancia y te ayudará controlarlos.
–Creo que puedo hacerlo sola, Liu Kang –dijo Adelina con una sonrisa poco convincente. No tenía intenciones de volver a Arctika, con el lugar que fue el disparador de su situación actual–. No usaré este don y no me sirve. Estoy cómoda usando armas, no creo que sea necesario.
–Debes controlarlo, Adelina Acosta –espetó el dios tranquilamente. Su mirada fue indescifrable–. En una situación peligrosa o hasta incluso con un mísero sueño, puede acabar con resultados pocos favorables. Es mejor que vayas con los Lin Kuei.
Adelina no pudo contradecir sus palabras y aceptó que tenía que ir allí. Aunque sea para descartar la posibilidad de que no es una obra de los castigos de Hela y, por otro lado, podría conseguir más investigación sobre ella. Lo único que esperaba sería conseguir controlar su poder rápidamente para seguir con su investigación.
–Está bien.
El dios se dio la vuelta y continuó su camino. Detrás suyo, los demás luchadores se acercaron a Adelina y Raiden preguntó:
–¿Qué te dijo Liu Kang, Adelina?
–Tengo que ir con los Lin Kuei.
–¿Los Lin Kuei? –preguntó Johnny y su sonrisa se esfumó–. Tendrás que soportar al Gran Maestro Gruñón.
–No digas eso de Sub Zero –espetó Kung Lao.
–¿Qué te pasó, Adelina? –preguntó Raiden tranquilamente–. Si quieres hablar podremos escuchar.
–Simplemente un mal sueño ocasionó que mi poder despertara –dijo Adelina y puso su mejor sonrisa falsa.
Por educación, ninguno volvió a preguntarle. El día transcurrió pacíficamente y al atardecer, Liu Kang le informó que iría a Arctika en dos días y Adelina asintió con miedo a lo que iba a ocurrir en adelante.
Cuando la noche cayó, Adelina estuvo despierta hasta altas horas de la madrugada con miedo de cerrar los ojos y tener otros ataques. Ver a Mariano y Daniela convertidos en muertos le hacían querer vomitar y llorar al mismo tiempo. En un momento, sus párpados comenzaron a pesarle y pudo al fin cerrarlos. Esta vez, no tuvo pesadillas.
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puduwu · 2 months
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@somos-deseos @khalem @nourween @sufffocation @ultimas @silenth @la-colibri y algunas otras chicas cuyos blogs usan el hashtag seguen quienes dieron gran parte de su tiempo para escribir mal contra Johnny González en @nomasacosadores-en-tumbler y luego contra Rosa en su entonces blog, todas y cualquiera de ellas, han sido, y siguen siendo, las más folladoras de todos los tiempos en la historia de este sitio tan mágico, en otras palabras, todas son madres de puta. Esas niñas son todas un fracaso, mal educadas y mal aprendidas de cualquier cosa en solo escuelas primarias de las zonas más desfavorecidas donde ni siquiera saben para qué sirven las sandalias, porque esas niñas están descalzas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para enseñar los pies para ganarse la vida. en transmisiones en vivo, sin importar mostrar otras partes de sus cuerpos para recibir propinas. Entonces, quien escuche a esas chicas debería pedir ver sus transmisiones también.
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Miren, un cubone sin su cráneo maternal uwu
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cinemaslife · 2 months
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#136 Los 4 Fantásticos (2015)
Como parte de las precuelas lanzadas por Marvel de la mano de FOX, tenemos unos protagonistas más jóvenes explicando la historia que ya explicaron Chris Evans, Jessica Alba, etc. Es una pena porque el elenco de la anterior a esta era una maravilla, solo que las películas se quedaron muy sosas (y que nadie perdona que tintaran a Jessica Alba de rubio platino).
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La torpeza con la que pretenden representar este reparto, donde son personajes muy inteligentes, pero muy jóvenes que cometen error tras error en sus actos y que no saben controlar sus nuevos poderes, lo hace creíble y a la vez pesado. Pero era necesario ver esta versión para esperar la nueva entrega con el nuevo reparto.
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El Victor Doom de esta es un poco sieso y sin personalidad, pero es que en la anterior teníamos a un Doom mucho más carismático interpretado por Julian McMahon (Embrujadas), un Dr. Muerte noventero y algo retro, con unos poderes menos espectaculares, pero mejor presencia.
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Y nada que decir sobre Chris Evans, siendo Johnny Storm en Deadpool y Lobezno, el mejor capital América, pero el Johnny más gracioso.
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Solo queda esperar a la nueva entrega para juzgar con perspectiva las tres anteriores, al menos, espero un elenco más carismático.
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sicl5 · 4 months
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Capítulo 12 (2ª temporada)
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
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Océano Medigaiano.
Seguiamos tirados en medio del mar. Yo seguía mirando al cielo pero la voz de Cid diciéndonos que ya estaba arreglado nos desconcertó a todos. Entramos en el avión y nos sentamos en los mismos sitios.
— ¡Listo! Debería servir.- Dijo Cid arrancando.- ¡Música para mis oídos!
— Pero las alas están rotas.- Dijo Tifa.
— ¿No os lo dije?- Preguntó Cid.- Cid Highwind domina tierra, mar y cielo. ¡Soy todoterreno! Que no se os olvide. 
— ¿Cuál es el plan?- Preguntó Cloud. 
— Soy vuestro capitán a partir de ya.- Dijo Cid tocándose las gafas.- Y este buque está a punto de zarpar, así que sujetaos bien. 
— La mar de bien.- Dijeron Tifa y Aeris.
— ¡Vamos que nos vamos!- Exclamé yo.
— ¡A surcar los mares!- Exclamó Cid.- Las aguas de Costa del Sol quedan pasado el monte Corel. Y a partir de ahí… 
— ¡Vamos a patita!- Mencionó Cait Sith. 
— ¡Pues ánimo! Que el mar nos espera.- Dijo Barret. 
— ¡Capitán! ¡A Costa del Sol, por favor!- Exclamó Aeris.
— Oído cocina. ¡A toda vela!- Dijo Cid.
— Cait, háblanos de la piedra angular.- Mencionó Cloud. 
— Prrr supuesto.- Dijo Cait Sith.- Hace unos veinte años, un aficionado a las antigüedades convenció a la emprrrsa para construir un miauseo: el Jardín de las Reliquias. Según los registros, ahí es donde custodiaban la piedra angular. 
— Pero, ¿no era en el Gold Saucer?- Preguntó Yuffie. 
— Dejad que acabe, prrr favor.- Expresó Cait Sith.- El miauseo fue una boñiga bien gordota. Cerró al poco de abrir. Y con tanto jaleo, la piedra despareció. 
— ¡Pues lo dicho!- Exclamó Yuffie. 
— Puede que el exdirector conozca su paradero.- Dijo Cait Sith.
— Dio, entonces.- Mencionó Vincent. 
— Muy listo.- Dije yo con una risita.
— ¿Y tú cómo sabes tanto, colega?- Preguntó Cid. 
— Mi historia con Shira se remonta a tiempo ha.- Respondió Vincent.
— Dio creó el Gold Saucer para consolarse tras prrrder su puesto de director.- Dijo Cait Sith.- Renació de sus cenizas. ¡Los sueños se hacen realidad en Shinra! 
— Eh, Cid.- Mencionó Barret.- Antes trabajabas para Shinra, ¿no?
— Y ahora también. Son buenos clientes, si sabes cómo tratar con ellos.- Añadió Cid.
— No sé yo.- Dijo Barret.- Que sepas que nosotros nos oponemos a Shinra.
— A ver, yo lo que detesto es la autoridad.- Mencionó Cid.- A mí nadie me habla con condescendencia. ¡Es que la lío! Por eso me flipa el cielo: ¡allí soy el rey! ¡Que me griten todo lo que quieran desde abajo, que allí no llega! Ojalá tuviese alas… 
— Esperemos que Johnny esté mejor.- Dijo Tifa de golpe. 
— Ojalá le vaya bien con el Vistamar.- Mencionó Aeris. 
— No sé yo…- Respondió Barret.- Seguro que lo de la estafa lo tiene llorando por los rincones. 
— Nah, no creo.- Mencioné yo.- Si no se entera de nada. 
Costa del Sol: Puerto de Costa del Sol.
Finalmente llegamos, Cid paró el barco nuevo y todos salimos de este. No pude evitar salir con una sonrisa.
— ¡Les agradecemos que hayan depositado su confianza en Cruceros Potrillo!- Exclamó Cid. 
— Uy, ¿has cambiado el nombre?- Preguntó Tifa.
— De aerolínea ya tiene poco.- Mencionó Red XIII.
— Cid, no sabes cuánto te lo agradecemos.- Dijo Aeris. 
— En realidad, me gustaría darme una vueltecilla por el Gold Saucer, ya que estoy.- Explicó Cid.- ¿Puedo unirme? 
— ¡Claro que sí!- Exclamó Aeris. 
— Mira que eres buena gente, Aeris.- Exclamó Cid.- Pues nada, vámonos. 
— Un segundo. ¿Y Vincent?- Preguntó Tifa.
— Allí.- Dijo Red XIII mirando como Vincent ya se iba.
— Es un lobo solitario.- Dije yo.
— No sé por qué, pero me recuerda a alguien…- Mencionó Barret mirando a Cloud. 
— Sí, yo pasaría de él.- Dijo Cloud.- Espera… ¿Me tengo que dar por aludido?
Nos reímos todos un poco y empezamos nuestro camino al Gold Saucer. Nos teníamos que cruzar casi el mismo camino que hicimos anteriormente. Alquilamos unos chocobos y empezamos a ir tranquilamente hacia allí llegando ya casi de noche. 
Gold Saucer: Zona de bienvenida.
Todos mirábamos la zona con una amplia sonrisa. Al final nos emocionaba estar aquí de nuevo.
— Separémonos para encontrar a Dio.- Dijo Cloud.
— ¡De acuerdo!- Exclamó Yuffie.
— ¡Nada de irse de picos pardos, ¿eh?!- Exclamó Barret.
— Uy…- Dijo Yuffie echándose a correr. 
Nos separamos todos y yo decidí que lo que iba a hacer era irme al hotel a descansar. Ya se encargarían los demás de encontrar a Dio. Había vivido muchísimas emociones en el dia de hoy y necesitaba tumbarme en una cama y cerrar los ojos aunque fuera por media hora. 
Rápidamente me fui a plaza Fantasma y pedí habitaciones para todos en recepción. Subí las escaleras me dirigí al ascensor y finalmente llegué a la habitación. Dejé todas mis armas en el suelo y me estiré en la cama cerrando mis ojos y por tanto quedándome dormida inmediatamente.  
En un mundo paralelo… (Zack POV)
Seguía en casa de Aeris, haciendo todo lo posible para ayudar a Elmyra en lo que me pidiese. 
— Toma.- Me dijo Elmyra acercándome un bol con agua y un trapo.- Cuando acabes con Cloud, yo me encargo de Aeris. 
— Entendido.- Respondí.
Subí lentamente a la habitación de Aeris con el barreño de agua y lo dejé en el mueble. Dejé la espada en la pared y allí estaba Marlene quien miraba fijamente a Aeris.
— Aeris está dormida como un tronco, ¿eh?- Dije. 
— Está bien que siga así.- Dijo Marlene. 
— ¿Y eso?- Le pregunté. 
— Porque Cloud sigue malo… y Sil… ¿dónde está…?- Preguntó Marlene.- Por favor Zack, cura pronto a Cloud y encuentra a Sil… 
— Si por mí fuera, claro…- Dije yo, algo sorprendido por las palabras de Marlene.- Pero ¿por qué crees que debo de curar a Cloud y encontrar a Sil antes de que Aeris despierte? 
— Porque si se despierta ahora… se va a morir.- Respondió Marlene. 
— Perdona, Marlene… No entiendo nada.- Le respondí. 
— ¿Sabes guardar un secreto?- Marlene me miró directamente a los ojos. Asentí y me senté. Marlene tenía una expresión de preocupación.- Un hombre muy malo va a matar a Aeris. Cloud va a intentar evitarlo… Pero no va a llegar a tiempo. Y Sil… se va a meter enmedio, antes de que suceda… Pero no servirá de nada… Casi casi… Pero no van a poder salvarla. Aunque Aeris se va a alegrar de que lo intenten de todos modos, les quiere mucho… Siempre ha querido lo mejor para ellos dos… Pero aun así… se va a morir. Por eso tienes que curar pronto a Cloud y encontrar a Sil. ¡Para que puedan defenderla! Son los únicos que pueden…
— Marlene… ¿Eso es un sueño que has tenido?- Le pregunté, muy confundido. 
— No.- Dijo ella negando super rápido con su cabeza.- No es un sueño. 
— Ya…- Mencioné. No me cabía en la cabeza.
— ¡Es todo verdad!- Exclamó Marlene. 
— Tranquila, lo sé. Tal y como está el mundo, ya me creo cualquier cosa.- Dije.
— Vale…- Me respondió Marlene un poco más calmada. 
— Pero, Marlene, tengo una pregunta.- Expresé con calma.- Ese hombre tan malo ¿quién eso? ¿Qué aspecto tiene? 
— Tiene el pelo laaaargo.- Explicó Marlene.- y plateado… 
Rápidamente me vino a la cabeza Sephiroth. No entendía como la pequeña Marlene podía saber eso pero cuando dijo ese nombre inmediatamente me la creí. 
— Lo que me faltaba…- Mencioné.
— Por favor, tienes que encontrar primero a Sil… ¿Cómo se sentiría Cloud si se despierta y ve que no está a su lado…? No sé si tendría las fuerzas para salvar a Aeris…- Mencionó Marlene. Me sorprendí mucho por sus palabras.
— ¿Qué relación tienen Sil y Cloud?- Pregunté.
— Se aman.- Contestó Marlene.- Muchísimo. 
Poco rato después salí afuera de casa de Elmyra. Se hacía de noche y la brecha en el cielo era mucho más notoria, no podía evitar mirarla y pensar. ¿Qué le había pasado al mundo? Habían tantas cosas sin sentido hablando del tiempo. Sil y Cloud nunca se llegaron a conocer… ¿Cómo es que se aman?
— Zack, mira.- Me dijo Elmyra detrás de mí y agachándose.- Han salido flores. 
— ¡Es verdad!- Exclamé al verlas. 
— A Aeris le encantan estas flores.- Dijo Elmyra.- Quizá sea una señal de que se va a despertar.
— Sí, ojalá.- Mencioné yo, con el corazón en un puño.- Voy a salir un rato. Tengo que buscar a alguien… y también preguntarle a un conocido cómo curar a Cloud. 
— ¿A quién tienes qué buscar? Y… ¿De quién se trata?- Preguntó Elmyra.- ¿Es médico? 
— Pues… buscar… Tengo que encontrar a Sil… Y respecto a la cura… Si podríamos decir que más o menos.- Respondí, tenía a Hojo en la cabeza pero es que no se me ocurría nadie más, tenía que actuar.
— No vuelvas muy tarde.- Mencionó Elmyra.- Ya nos hemos acostumbrado a tenerte en casa. Si tardas mucho, me voy a preocupar. 
— Tranquila. Voy en moto y así llego antes.- Respondí.- Vigílame a esos dos mientras tanto, por favor. Aunque se despierten, no les dejes que vayan a ninguna parte. 
— Haré lo que pueda.- Dijo Elmyra.- Cuando Aeris se empeña en salir no hay quien la tenga en casa.
— Pase lo que pase, no la dejes salir.- Reafirmé. 
— Ya.- Dijo Elmyra asintiendo. 
Salí corriendo del jardín de Aeris y agarré la moto que habia justo a la salida. Allí había una nota y la agarré para leerla.
— "He estado pensando en lo que me dijiste. No paro de darle vueltas… He sobrevivido para cargar con nuestros sueños y esperanzas. Por fin lo entiendo. AVALANCHA soy yo. El tiempo se acaba. La misión tendrá lugar esta noche. Por favor, no te acerques al sector 6 ni de lejos. Me alegro de haberte conocido. - Biggs"- Terminé de leer y quedé impactado por la nota.- ¡No quería decir eso! ¡No fastidies!  
Volví corriendo hacia casa de Aeris. Tenía que contarle a Elmyra lo que acababa de leer. 
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Mundo original (Sil POV)
Hotel Embrujado. (Dos horas después)
Había tenido un sueño un poco extraño, por suerte unos golpes en la puerta de la habitación me despertaron. Me levanté de la cama, agarrando mis pertenencias y me dirigí a la puerta. Al abrir la puerta me encontré con Cloud, los colores me subieron rápidamente a las mejillas.
— Hola.- Me dijo mirándome fijamente.
— Hey.- Respondí.- Perdona por haberme ido a dormir. Necesitaba descansar. ¿Alguna novedad?
— Sí. Dio tiene la llave del templo. Nos la dará si ganamos mañana en su torneo contra Don Corneo.- Me explicó Cloud.
— Vaya, ¿otra vez?- Me reí un poco.- Por lo menos será fácil. 
— Pues sí.- En ese momento Cloud hizo una pausa y desvió la mirada hacia otro lado.- Yo… he conseguido dos entradas para una obra de teatro llamada Loveless. Sé que te gusta la actuación y… bueno si quieres venir, vamos. Si no…
— ¿En serio?- Sonreí mucho.- ¡Me encantaría! 
— Entonces…- Cloud me ofreció la mano y me sonrojé aceptandosela. Estaba nerviosa. 
Empezamos a andar agarrados de la mano por el Gold Saucer hasta llegar a la Plaza de Eventos, donde se iba a celebrar la obra. Pasamos por un pasillo lleno de carteles de obras y me paré delante de el cartel de Loveless mirando a la chica que protagonizaba el cartel
— Espera…- Dije yo.- Esa no es… ¿Jessie?
— Sí..- Dijo Cloud mirando fijamente el cartel. 
— Jessie…- Mencioné bajando mi mirada.- Me hubiera gustado que estuviera con nosotros… 
— Seguro que nos observa desde el planeta.- Dijo Cloud.- Y estaría feliz de ver lo que hacemos…
— Estoy segura de que sí.- Mencioné yo.
Teatro Dorado.
Seguimos agarrados de las manos, canjeamos nuestras entradas y entramos al salón. Nos sentamos en nuestros asientos reservados y nos miramos un momento antes de ponernos nuestras gafas de realidad virtual que habían en el asiento. 
— Atención. Tenemos un mensaje para una espectadora.- Se escuchaba desde la megafonía del teatro.- Llamando a… Flora de la Guardia… Flora de la Guardia… Si está entre el público, por favor, avise al personal del teatro. Atención tenemos un mensaje para una espectadora… 
De golpe en las gafas empezó la retransmisión. Entramos en el mundo de Loveless de lleno, la representación en danza contemporánea. Los bailarines bailaban con toda la sutileza del mundo mientras un cantante de ópera sonaba de fondo, explicando la historia de Loveless. 
"Al fin del mundo, la diosa bajó desde el firmamento para otorgar con su aliento la dicha al más valedero."
Del cielo bajó la diosa, interpretada por Jessie. El corazón se me encogió. Verla actuar, sabiendo que era de las cosas que más disfrutaba hacer… Me hacia migas. 
"Para ganar tal sacramento emprendieron tres guerreros una odisea azarosa…"
Tres chicos vestidos de caballeros salieron en escena, haciendo una interpretación de baile con espadas. Me estaba encantando. 
"Y en aquellos derroteros a dos los llevó la muerte, y preso cayó el tercero"
Uno de los guerreros cayó al suelo y la diosa fue rápidamente a abrazarlo.
"Este, orgulloso y fuerte, al caer perdió sus alas, más ganó el amor de su diosa, que lo proclamó un héroe"
El guerrero levantó a la diosa por los aires, todo acompañado de una danza muy sútil, muy bonita. Bailaron juntos hasta el final.  
"Mas en este mundo cruento, que nos odia y odia la suerte, ¿adónde irá nuestro héroe..?"
Finalizaron la danza con uno de los abrazos más cálidos que había visto en la vida. Mi corazón se había removido. La danza terminó y la pantalla de las gafas se apagó. Me quité las gafas y las lágrimas salían de mi, silenciosamente. Me había conmovido muchísimo. 
— Jessie… Estaba hecha toda una estrella.- Dije agarrandome del reposabrazos.- Tenía todo lo necesario para brillar.
Cloud me miró y puso su mano encima de mi mano. Me sentí acogida, mi corazón se sentía protegido, se sentía bien. 
Las gafas se iluminaron de nuevo y nos las volvimos a colocar rápidamente, la siguiente función se acercaba.
— Bienvenidos a esta representación interactiva.- Dijo la megafonía del teatro.- Escogeremos a varios actores y actrices de entre el público y tendrán la oportunidad de convertirse en los protagonistas de esta obra derrotando al Rey Dragón y jurando amor eterno a la princesa.
El telón se abrió y allí se encontraba Cait Sith quien hacía de Trovador para la historia.
— Guardia: ciudad de máquinas alzada en cimientos de sangre y de hollín.- Exclamó el trovador.- Cual bestia voraz, fijó su mirada… en tierras vecinas, rico botín que devoró por engordar su hacienda. Mas nació del seno de aquella guerra un joven dispuesto a blandir la espada. 
El decorado cambió de una ciudad llena de relojes y máquinas a un calabozo. Dentro del calabozo se encontraba Cloud quien representaba Alfredo, el noble de la espada.
— De nombre Alfredo.- Seguía contando el trovador.- Vino de otra tierra buscando el don de una diosa amada. Quiso ser un héroe, mas fracasó y preso se halla tras la contienda. 
— Es la hora de romper las cadenas y alzar el vuelo.- Dijo Alfred, seguro de sí mismo.- ¡Soltadme! Mi espada clama venganza. 
De golpe en escena aparecí yo, corriendo hacia la celda de Alfred, interpretando a Rosa, la diosa. 
— Alfredo.- Exclamé.- ¿Os han lastimado…? 
Abrí la puerta de la celda dejando libre así a Alfredo.
— ¡Rosa! ¿¡Qué hacéis aquí!?- Exclamó Alfredo.
— Salvaros; pues alcancé a oír vuestra pena de estar apresado.- Respondí, mirando a Alfredo a los ojos. 
Un rayo cayó en la celda y el escenario volvió a cambiar. Nos encontrábamos dentro del castillo, en su plaza central. Aparecieron en escena dos personajes más, Varvados, interpretado por Barret y quien hacía de villano principal y Garm, interpretado por Red XIII, el perro fiel de Varvados.
— ¿Adónde creéis que vais, alteza?- Exclamó Varvados.
— ¡Varvados!- Exclamé.
— ¿Adónde va el preso con tal presteza?- Preguntó Varvados.
— ¡Adonde quiera mi diosa habré de ir!- Exclamó Alfredo desenvainando su espada.- Y, por su voluntad, antes de partir os daré muertos a ambos, desgraciados. 
— ¡En tus carnes sentirás mis infernales colmillos!- Exclamó Garm. 
Alfredo empezó una lucha a sangre contra Garm, el perro fiel. No era moco de pavo ya que Garm contaba con poderes mágicos que eran una gran desventaja para nuestro noble pero aún así no fue un rival para él y lo derrotó. 
— ¡Viva el héroe Alfredo!- Exclamó el trovador.- Que esta lid tan pavorosa ha librado con denuedo. ¿Será su fe en su diosa lo que impulsa su destreza? ¡No se hablará de otra cosa que de su afán y nobleza! Prosigamos.. Don Alfredo, ¡mucho gusto! Os concedo un gran favor: ¡además de trovador, soy adivino! Revelaré, en vuestro honor, un secreto del destino.
— ¿Qué me depara el futuro junto a Rosa?- Preguntó Alfredo.
— El futuro es una senda que se bifurca al andar…- Explicó el trovador.- sin que el andante entienda lo que un lado u otro lado le podrían deparar. Mas un "hola" en el camino siempre lleva al mismo sino: un "adiós" asegurado. Bien, no hablemos más en abstracto. ¡Pasemos sin dilación al siguiente acto!
Varvados empezó a disparar en dirección a Alfredo y yo junté mis dos manos, en mi papel, estando totalmente preocupada por la seguridad de Alfredo.
— ¡Temblad ante la fúria del dragón!- Exclamó Varvados. 
Alfredo se enfrentó al malvado de Varvados a golpe de espada, esquivando todos los balonazos de fuego que Varvados le tiraba y así creando un vals. 
— Tal destreza enamora a todo el que la presencia.- Explicó el trovador.- El héroe, que estuvo preso, abre sus alas ahora… sin cejar su resistencia ante el rey y su sabueso. A otra cosa, mariposa… Queridos espectadores. La historia de Alfredo y Rosa y la magnánima diosa toca a su acto final. Y, aunque me sepa mal, mi papel acaba igual…  Mas todas las despedidas traen un "hola" de la mano. Lo vivido no es en vano, si nunca jamás lo olvidas. ¡Queridos espectadores! ¿Estáis listos para cantar victoria y abandonar los temores? ¡Excelente! Loveless es nuestra historia… Es hora de redimir este mundo desalmado. El vil dragón a un lado, que del amor quiere huir. Y al otro lado, va Alfredo a demostrarle su error. ¡Elige, Alfredo, a tu amor y dale un beso, sin miedo! Allá va Alfredo, corazón en mano. 
— Mi amor.- Dijo Alfredo arrodillándose ante mí y tendiendome su mano. 
— Alfredo…- Dije yo, mirándolo, más enamorada de lo que podían explicar los papeles. 
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Le acepté la mano y él se levantó, dándome una vuelta y agarrándome de la cintura. Poco a poco se iba acercando a mi, a mis labios, mi corazón daba mil vueltas. Cerré los ojos, esperando el momento. 
— ¡Qué burrada, qué esperpento! ¡El amor no es más que un cuento!- Exclamó Varvados. 
Alfredo y yo nos pusimos juntos. Él desenvainó la espada y yo agarré mi oráculo. Estábamos preparados para luchar.
— Venga a mi mano la espada, el don de mi diosa amada.- Dijo Alfredo levantando su espada. 
La batalla empezó, esta vez luchabamos juntos. La magia y la espada nos acompañaban durante el vals y la sincronización también. Nos enfrentamos a máxima fuerza contra Varvados y contra Garm en este último acto. Posamos los dos cuando vimos a los enemigos en el suelo, derrotados.  
— Cortado he las alas al rey rapaz.- Exclamó Alfredo.- Caed al averno, y yaced en paz. 
— Así lucha un héroe verdadero.- Dije, con una sonrisa.- ¿No os parece formidable el don del amor sincero? 
— Llegado al cabo de tan ardua senda ¿os consumirán el odio y el miedo o seréis un héroe de leyenda?- Preguntó Varvados.- Aun sin saber vuestro sino, Alfredo, por siempre a su son habréis de bailar… hasta cortarse, fatídico, el hilo que a esta vida os osa amarrar. 
La escena cambió y esta vez solo estábamos Alfredo y yo en escena, delante de la ciudad, en llamas.
— ¡Mirad, Alfredo!- Exclamé viendo como el reloj se caía.- ¿De veras debéis marcharos?
— Mi gente, ansiosa, me espera.- Me respondió Alfredo. 
— ¿Por eso os vais de mi vera?- Pregunté, triste. Puse mi mano en la mejilla de Alfredo, mirándole fijamente a los ojos.- Cuidaos, pues, de la muerte. 
— Aun me abandone la suerte, sola no habré de dejaros.- Expresó Alfredo.- Creed en mí; si vos me esperáis aquí, regresaré a reencontraros. 
En ese momento Alfred me acercó a él y me abrazó muy fuerte. Sus manos rodeaban mi cuerpo hasta la cintura e incluso me acercó más a él. La obra concluyó aquí, los dos, abrazados. 
El telón se cerró y nos pusimos en la parte de atrás de las cortinas para ver la siguiente obra. En escena apareció Aeris con un vestido blanco precioso, le quedaba super bien. La mirábamos fijamente, sin tener ni idea del número que iba a interpretar ella. Aeris nos miró y yo le dediqué una sonrisa, se notaba que estaba nerviosa pero parecía que mis ánimos la habían ayudado a calmarse un poco. Miro hacia adelante y Aeris empezó a cantar una canción bellísima, como su voz. 
♫ Caminar por las calles de la ciudad con adoquines desgastados
Escuchar a la gente pasar corriendo con ritmos propios
La vida me pasa sin pensar como han volado los años
Hasta que te conocí
No diré que fue el destino
No diré que fue el destino
Pero si no, ¿qué podría ser?
¿Eso te atrajo hacia mí?
¿Será casualidad?
Hasta el día en que nos volvamos a encontrar
Dónde o cuándo desearía poder decir
Pero cree, sé que me encontrarás
Promesas que cumplir, nunca las necesitaremos
Si tan sólo nunca hubiera sabido
Todas las cargas para las que nací
Vivió una vida sin preocupaciones
En el mundo salvo para ti, pero eso no servirá
Hasta el día en que nos volvamos a encontrar
En nuestra calle quiero creer
En la oportunidad de que compartamos una mirada.
Promesas que cumplir, nunca las necesitaremos
Hasta el día en que nos volvamos a encontrar
En nuestra casa, sólo déjame creer
En la posibilidad de que vengas
Toma mi mano y nunca me dejes ir
Toma mi mano
Y cree
Podemos ser
Juntos para siempre
Caminar por las calles de la ciudad con adoquines desgastados
Luchando contra las multitudes y encontrándonos solos
El destino y el destino no son garantía
Aún así, espero que algún día vengas a encontrarme.
Aún así, sé que algún día vendrás a buscarme. ♫
La canción terminó y el telón se empezó a cerrar. Rápidamente fui hacia ella y la miré, con la lágrima en el ojo y le asentí. Ella me miró con una sonrisa y le agarré la mano para que viera que estaba con ella. La noté mucho más tranquila justo cuando abrieron el telón. Todo el mundo nos aplaudía tanto por la obra de teatro como por la actuación final de Aeris. Se sentia tan bien. Hicimos varias reverencias hacia todos lados y yo empuje a Aeris hacia adelante: era la estrella, tenía que brillar. Miró al público, encantada y sonrió como nunca la había visto sonreír antes.
Finalmente las obras terminaron y nos retiramos las gafas de realidad aumentada. Cloud y yo nos miramos y salimos del teatro, agarraditos de las manos. Me sentía con el corazón a mil, llena de emociones. 
— Ha estado bien, ¿verdad?- Le dije a Cloud mirándole, con una sonrisa.- Aeris canta de maravilla… Me ha sorprendido tanto su espectáculo.
— Tu también has estado increible.- Mencionó Cloud. No pude evitar ponerme roja.
— Si han asistido a la obra de teatro Loveless tienen una vuelta gratis en noria si van en pareja.- Dijo un auxiliar.- Si piensan canjear su entrada del teatro, rogamos que lo hagan cuanto antes. 
— Vamos.- Dijo Cloud.- La última vez… te quedaste con las ganas de subir. 
— ¿De verdad?- Sonreí, parecía boba de tanto sonreír.
— Si.- Respondió Cloud.
— ¡A qué esperamos entonces!- Exclamé.
Fuimos rápidamente hasta la plaza de la noria y hoy no había fila para subir. Canjeamos el tiquet y empecé a ponerme nerviosa mientras la cabina llegaba. Había llegado el momento.
Ahora si… si que puedo decir que estoy locamente enamorada de Cloud.
La cabina llegó y Cloud entró en esta ofreciéndome la mano para subir. Puse un pie en esta y la puerta se cerró. Nos sentamos en el sofá de la cabina, los nervios iban in crescendo. 
— ¿Y este volante?- Pregunté mirando lo del medio.
— Giralo, a ver que pasa.- Me dijo Cloud.  
Giré el volante y la cabina se empezó a girar. Sonreí, fascinada. 
— Que pasada.- Exclamé.- Es todo tan bonito desde aquí…
Varios hologramas de los diferentes juegos del Gold Saucer aparecieron a nuestro alrededor, decorando el cielo. Cloud no me quitaba la vista de encima, en un momento nuestras miradas se cruzaron y me puse nerviosa, agarrándome mis propias manos. 
— Tengo algo que decirte…- Dije de golpe, mi voz temblaba un poco.
— Yo también.- Mencionó Cloud, se le notaba nervioso también.- Pero dime…
El ambiente respiraba amor, mariposas lo adornaban y nuestros corazones eran la banda sonora del momento. 
— Hemos vivido muchas cosas juntos ultimamente.- Miré por la ventana fijamente.- Y compartimos tantas cosas… pero tantas. ¿No te parece curioso…?
— Puede.- Dijo Cloud mirándome a mí fijamente.- Pero, está bien… ¿no? 
— Pareciera que el destino… quiere que tú y yo…- Me sonrojé mucho al decir esas palabras y bajé mi mirada.- Es decir…
Cloud se acercó a mí y me agarró la mano, fuerte. No pude evitar subir la mirada quedando justamente a la altura de sus ojos, bastante cerca.
— Esto de los sentimientos no es lo mio pero…- Me dijo Cloud.- Durante este tiempo que hemos estado juntos he comprendido una cosa… y la tengo muy clara.
Hubo una pausa por parte de él en ese momento, mientras me miraba fijamente a los ojos. Sus pupilas se dilataban y su iris temblaba un poco. Estaba nerviosa. Las mariposas empezaron a revolotear cada vez más fuerte.
— Quiero pasar el resto de mi vida contigo.- Dijo Cloud.
Mi corazón se congeló en ese momento, sus palabras me hicieron sentir tan bien en ese momento. Cloud puso una mano en mi mejilla y se acercó a mí, juntando nuestros labios en el beso más dulce y más bonito que nos habíamos dado hasta ahora. El más sincero, todos nuestros sentimientos en un solo beso. Cloud se separó unos milímetros, no demasiado.
— Te quiero con mi vida, Sil.
Cloud se me quedó mirando, me abracé fuerte a él sin pensarlo ni un segundo y lo volví a besar de la misma manera. 
— Te quiero mucho, Cloud…- Dije al separarme de nuevo de él.- Estoy… totalmente enamorada de ti.
Nos abrazamos muy fuerte y nuestras bocas se volvieron a encontrar. Los fuegos artificiales empezaron a sonar, iluminando la cabina, iluminando nuestro amor. Cloud se levantó y me agarró de la ropa, llevándome con él. Se sentó en el volante del centro de la cabina y yo me subí encima de él. No tardamos ni un segundo más en volver a juntar nuestros labios, en otro beso ya no tan dulce, mucho más pasional. 
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Habíamos estado tanto tiempo esperando este momento, el momento de expresarlo todo, de dejarlo ir, que todo estaba saliendo como una explosión, como los mismos fuegos artificiales que nos decoraban. Habíamos estado actuando como dos personas que se tenían mucha atracción física, nos habíamos complacido de esa manera pero ninguno había dado el paso de confesar nuestros sentimientos y me hacia muy feliz que por fin habíamos dado el paso. 
Cloud siguió besándome, el amor se complementó a su vera de la pasión. No podía parar de encontrarme con su boca, con su lengua. La temperatura corporal de los dos subía, se notaba perfectamente. Ahora más que nunca nos necesitábamos. 
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Cuando terminamos miramos fijamente nuestro alrededor y vimos que a la noria le quedaba nada y menos para terminar. Rápidamente me levanté de encima suyo y me puse la ropa interior y el vestido bien. Él hizo exactamente lo mismo y nos miramos a los ojos, antes de bajar, volviendo a juntar nuestros labios en un apasionado beso.
Bajamos de la noria y fuimos rumbo al hotel de la mano, sin soltarnos ni un segundo. Me sentía ansiosa de él. Quería estar toda la noche junto con él. 
Finalmente llegamos a la habitación y al entrar y cerrar la puerta detrás nuestra Cloud se acercó a mí, besándome intensamente. Me agarré fuerte a él, a su ropa mientras nuestras bocas jugaban entre ellas. Había pasión pero también muchísimo amor en nuestros besos. 
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Agarré un papel y me limpié rápidamente, cansada. Ya no me notaba el cuerpo. Cloud se estiró a mi lado y me abrazó a él, mirándome a los ojos. Había sido la mejor noche de mi vida. Juntamos nuestros labios una vez más pero dándonos todo el amor del mundo en ese beso. Cuando nos separamos no pude evitar sonrojarme un poco por lo vivido pero me hacía muy feliz.
— Te quiero, Sil.- Me dijo Cloud. Mi corazón iba a explotar.
— Yo también te quiero, Cloud.- Respondí
Estuvimos un buen rato besándonos, sin parar hasta que nos quedamos dormidos. Por fin estábamos juntos, por fin de verdad.  
Te amo, Cloud.
Hotel Embrujado (dia siguiente)
Nos despertamos a la mañana del día siguiente más o menos a la vez. Normalmente si hubiera sido una noche de pasión como las que ya habiamos tenido anteriormente nos hablariamos casi como si nada hubiera pasado pero esta vez no era así.  
— Buenos días, Sil.- Dijo Cloud.
Me acercó a él y me besó. Era un beso de buenos días lleno de amor y de cariño. Las mariposas custodiaron mi estómago una vez más.
— Buenos días, Cloud…- Respondí abrazándolo fuerte.
En la habitación solo había amor en el aire. Me hacía feliz estar así con él, era todo tan bonito. 
— Deberíamos ir tirando hacia el torneo.- Mencioné mirando a Cloud a los ojos. 
— Sí.- Respondió él levantandose.
Cloud agarró toda mi ropa del suelo de la habitación y se acercó a mí, dándomela. Se lo agradecí con la mirada y me vestí, agarrando todas mis pertenencias. Él no tardó en vestirse y rápidamente salimos de la habitación dirigiéndonos a la Plaza de Combate. El Musculiseo. 
Llegamos de la mano y nos dirigimos a la puerta de la plaza donde se encontraban los demás esperándonos. Aeris se fijó en que veníamos con las manos agarradas y sonrío.
— ¡Por fin!- Exclamó Aeris.- ¿Ya os habéis dicho lo que sentís por cada uno? 
Asentí, con una sonrisa, mirando fijamente a Cloud.
— Me alegro muchísimo por vosotros, chicos.- Dijo Tifa con una sonrisa, parecia feliz por nosotros.- De verdad.
— Lo aprecio mucho, Tifa…- Respondí, feliz.
— ¡Me dan nauseas solo de veros!- Exclamó Yuffie.- Pero me alegro, eh. Ya era hora que un poco más y se acaba el mundo antes.
— Me alegro por vosotros o lo que sea.- Dijo Barret.- ¡Pero que esto no retrase la misión, eh!
— Tienes nuestra palabra de que no.- Dije con una sonrisa.
— ¡Miauchas felicidades!- Exclamó Cait Sith con una sonrisa.
— Bueno.- Dijo Cloud, algo avergonzado por la situación.- ¿Vamos tirando?
— Sí, tenemos faena.- Mencionó Red XIII. 
Avisamos al mostrador de que ya habíamos llegado y nos dirigieron a la parte de dentro del musculiseo a esperar nuestra salida. 
— Tengo el orgullo de darles la bienvenida al salón de la fuerza del Gold Saucer: ¡el Musculiseo!- Exclamó Dio, dando la entrada al versus.- Hoy tendrá lugar un encuentro especial entre las tropas de Don Corneo y servidor para disputarnos cómo se llamará este paraíso. Verán, tiempo atrás, cuando empecé a perseguir el sueño del Gold Saucer… 
En la parte superior del musculiseo apareció Don Coreno haciendo de DJ con sus dos presentadores, los mismos que presentaron en la Copa Don Corneo en el Mercado Muro. 
— ¿¡Estás senil, viejales!?- Exclamó uno de los presentadores.- ¡Déjate de cháchara! 
— Aquí nadie ha venido a oír batallitas, ¿a que no?- Dijo el otro presentador.- Anda, deja paso a la chavalada. 
— Scotch y Kotch se quedan al frente de este tinglado.- Mencionó el primer presentador.- ¡Y con toda esta peña! 
— ¡A partir de ya, el nombre del parque está en juego!- Exclamó Kotch. 
— ¿Qué es eso del Gol Soso? ¡Ese nombre es de coña! ¡Hoy mismo lo tiramos a la basura!- Exclamó Scotch.- Si ganamos, ¡esto pasará a llamarse "Corenolandia"! Tranquis, monadas. ¡Ya queda poco para las pruebas de chica de compañía de Don Corneo! 
— ¡A tope! ¡Vamos a darle caña!- Exclamó Kotch.- Sin compasión, ¡solo riesgo y convulsión! ¡Esos puños, a verlos arriba! ¡Y ese ánimo, que yo lo perciba! 
— ¡Venga, que os quiero dándolo todo!- Exclamó Scotch.
En ese momento salimos desde la plataforma a la arena de juego, todo el grupo. Miramos fijamente la situación. 
— ¡A tope! ¡Empecemos!- Exclamó Scotch.- ¡Divertíos hasta desfallecer, gritad hasta enroquecer! 
— Ya está bien de rimas y pantomimas.- Exclamó Kotch.
— ¡A calentar motores!- Dijo Scotch.- ¡Comienza el combate por el nombre! ¡Primera ronda!
Un montón de bandidos salieron por todas las puertas. 
— ¿¡De dónde salen tantos!?- Exclamó Yuffie. 
— Bah, esto está chupado.- Estaba de muy buen humor.
Empezamos todos a pelear contra los bandidos de Don Corneo y como quien dice fueron un paseo. Cada uno que mataba, cada uno que me daba más energía. Terminamos con todos en menos que canta un gallo.
— ¡Estas monadas son auténticas tigresas! La tropa de Dio no se anda con tonterías.- Dijo Kotch. 
— Pero ¡el clan Corneo no está aquí para perder!- Mencionó Scotch. 
— Ya está bien de calentamientos. ¡Ahora empieza el fiestón de verdad!- Exclamó Kotch. 
— ¡De tierras áridas viene cactilio, nuestro bufón favorito!- Exclamó Scotch. 
— De tanto que los hemos regado, ¡ahora es parte de la familia!- Exclamó Kotch. 
— Señoras y señores, ojito con esas espinas. Ahora, ¡paso a la segunda ronda!- Exclamó Scotch. 
Nos enfrentamos a tres Cactuars que tenían una gran agilidad para moverse. Pero no eran nada difícil para nosotros. Llegó un punto que quisieron huir. Cait Sith se montó a lomos de Red XIII y empezó a correr contra los escapistas. 
— ¡Al galopeee!- Exclamó Red XIII.
— ¡Tomiau yaaaa!- Exclamó Cait Sith. 
Fueron a toda velocidad hacia los cacutars y rápidamente los dejaron sin vida, haciendo una especie de pleno con ellos tres.
— ¡Lo están dando todo en un ataque coordinado interspecie!- Exclamó Kotch.- ¡El clan Corneo lo tiene crudísimo! 
— ¡Esto sí que son adversarios! Si titubeas, estás muerto.- Dijo Corch.
Todos miramos a Red XIII y a Cait Sith felicitandoles por tremenda jugada. 
— ¡Sujetaos, porque ahora llega la flor y nata de nuestro clan!- Exclamó Kotch. 
— ¡Hala! ¡Aquí están los hijos predilectos de Don Corneo!- Exclamó Scotch. 
— ¿Quién será la pobre víctima del rencor del clan Corneo?- Preguntó Kotch.
Tres tomberries aparecieron delante nuestro. Estos bichos tenian un ataque mortal: Cuchillazo. Era mejor mantener distancias. 
— Vamos con la última ronda. ¡Que gane el mejor, y con la mejor ovación!- Exclamó Scotch. 
— Y para el perdedor… ¡la peor humillación!- Exclamó Kotch.- ¡Sigamos con el combate por el nombre! ¡A darle caña a esa tercera ronda!
Nos pusimos en guardia y preparé mis materias con una sonrisa. Empezamos a luchar con todas nuestras fuerzas. Decidí decantarme por el ataque desde lejos para evitar su ataque especial y rápidamente terminamos con ellos.
— ¡Ni uno en pie!- Exclamó Yuffie. 
— ¡Aún queda Don Coreno!- Dijo Cloud.
— Fácil.- Sonreí. 
De detrás nuestro salió Don Corneo con su monstruo, el de las alcantarillas, montado en él. Salimos corriendo al ver que nos quería aplastar. 
— A ver con quién me quedo…- Dijo Don Corneo mirándonos fijamente.- ¡Decidido!
— ¡Tifa! ¡Ten cuidado!- Exclamó Aeris.
— ¡Se me hace la boca aguaaaa!- Dijo Don Corneo. 
Tifa echó a correr y se propulsó con la pared para dar una voltereta hacia atrás y salvándose de Don Corneo y haciendo que su queridísimo monstruo se estampe contra la pared de la arena. 
— ¡Hala!- Gritó Scotch.- ¡El ataque furtivo de Don Corneo ha acabado siendo un chasco! 
— Señoras y señores, eso está que arde.- Dijo Kotch.- ¡Nuestro Don Corneo sale a la cancha! 
Don Corneo nos hizo un repaso con la mirada a Tifa, a Aeris, a Yuffie y a mi.
— ¡Qué guapas! ¡Qué bien!- Exclamó Don Corneo. 
— Con vuestro permiso me voy a vomitar.- Dije yo.
— ¡Das una grima que te cagas!- Exclamó Yuffie. 
— ¡Que no os distraiga!- Dijo Cloud. 
— Va siendo hora de un buen repaso, gatitas…- Mencionó Don Corneo.
— ¡Estamos ante un giro inesperado!- Mencionó Scotch.- ¡Empiezan las pruebas de selección de chica de compañía de Don Corneo! 
Empezamos a cargar contra él pero sobre todo contra su monstruo Aps. Me había dado un total asco lo que decía, como no. No era la primera vez que lo veía en modo baboso y daba una repulsión. Con más ganas de derrotarlo me había dejado. Llegó un punto en el que Aps no pudo aguantar más y tiró por los aires a Don Corneo.
— Ay, ayyyy…- Dijo Don Corneo en el suelo. 
Cloud rápidamente se acercó a él y lo amenazó con su espada, clavandola casi cerca de sus partes bajas. 
— Como vuelvas a mirar con tus ojos babosos a mi novia o a mis amigas, te los corto.- Exclamó Cloud. 
Las cuatro miramos fijamente a Don Corneo y Aeris le dio una buena patada. 
— ¿Qué tal si se los arrancamos?- Preguntó Aeris. 
— Mejor se los aplastamos, ¿no?- Preguntó Tifa. 
— ¿Qué tal si se los quemo?- Saqué mi materia PIRO y lo miré fijamente. 
Don Corneo intentó escabullirse gateando pero Barret se puso en medio. 
— ¿Se los vuelo de un disparo?- Preguntó Barret apuntando. 
— Yo se los puedo arrancar de un mordisco.- Dijo Red XIII. 
Don Corneo tiró rápidamente hacia atrás y miró fijamente a Aps para empezar a hacer un berrinche.
— ¡Ya vale, ya vale!- Exclamó Don Corneo.- Cuánta crueldad… ¡Acercaos, guapas! ¡Que puedo con todas! ¡Pero…! Por hoy… ¡me las piro!
Don Corneo se montó en Aps y le dió la orden de marchar corriendo de la arena. 
— ¡Hala! ¡Este combate por el nombre me ha hecho sudar!- Exclamó Scotch.- ¡La tropa de Dio se alza con la victoria! 
— ¡Chupaos esa!- Exclamó Barret. 
— ¡Vivaaa!- Exclamó Yuffie.
Tifa y Aeris se acercaron donde estábamos y chocamos los cinco las tres y luego con Cloud. 
— Ha estado chupado, somos el mejor equipo.- Exclamé.
— No me lo creo.- Dijo Tifa.
Justo en ese momento entró Dio y fue directamente hacia nosotros, con una sonrisa.
— El Gold Saucer conservará su nombre gracias a vosotros.- Nos dijo Dio.- ¡Venid que os dé un buen abrazo para agradecéroslo! 
— No hemos luchado por ti.- Dijo Cloud.
— Danos la piedra angular y estamos en paz.- Mencionó Aeris. 
— Claro, por supuesto.- Dijo Dio con una sonrisa.- Al fin y al cabo, le toca estar con su legítima dueña. Aquí tienes. 
De golpe se apagaron parte de las luces del musculiseo y todos miramos a nuestro alrededor sin entender nada. 
— ¿Qué pasa?- Preguntó Barret.
En ese momento vimos entrar corriendo a Elena, de los Turcos agarrando la piedra angular, con una sonrisa.
— No jodas.- Exclamé.
— ¿¡Los Turcos!?- Preguntó Tifa.
— ¡Devuelve eso, canalla!- Exclamó Barret yendo rápidamente hacia ella. 
Elena rápidamente lanzó la bola hacia el otro lado y al girarnos allí estaba Rude quien la agarró sin problema.
— ¡Vamos, no jodas Rude!- Exclamé.
— Gajes del oficio.- Respondió él esquivando a Yuffie y lanzando la bola a Elena. 
Red XIII fue corriendo hacia ella intentando agarrarla, sin éxito. Elena se la volvió a tirar a Rude. 
— ¿Ahora sois ladrones?- Preguntó Aeris. 
— Esto ya era nuestro.- Respondió Rude. 
— No te lo crees ni tú, ladrón.- Mencionó Cloud. 
— ¡Señor Rude!- Dijo Cait Sith de golpe.
 Rude asintió y le pasó la bola a Cait Sith. En ese momento el gato salió corriendo. No podía creer lo que acababan de ver mis ojos. 
— Pero… ¿¡qué cojones!?- Exclamó Barret.
— ¡Se ha dado el piro!- Exclamó Yuffie. 
— ¡Mierda! Yuffie, Nanaki: ¡tras él!- Exclamó Barret.
Barret se fue corriendo también junto a ellos abandonando el musculiseo. Elena y Rude se miraron y se juntaron mirándonos a nosotros. 
— ¡La venganza se sirve fría!- Exclamó Elena. 
Los cuatro nos pusimos en guardia, esta vez no iba a quedarme de brazos cruzados. 
— ¡Muy bien! Veo que aún queda otro enfrentamiento en el tintero.- Dijo Dio poniéndose en medio.- Primero una pausa y luego reanudaremos cuando ambas partes estén listas. 
Mientras Tifa, Aeris y Cloud se preparaban aproveché para ir donde estaban Rude y Elena.
— ¿Pero qué hacéis?- Pregunté, sin entender nada.
— Pues seguir ordenes.- Respondió Elena.- Es una pena que estes en el equipo contrario como quien dice, pero es lo que toca. 
— ¿Y Cait Sith?- Pregunté mirando a Rude.
— Necesitábamos ayuda de alguna manera.- Me respondió él.- Lo siento, Sil. Sabes que no es nada personal, para nada. 
— Joder, Rude…- Exclamé.- Estoy en un pedazo de compromiso ahora.
— Lucha contra nosotros.- Dijo Elena.- No te cortes.
— No lo haré.- Respondí.- Que gane el mejor.
Le di la mano a Rude y él me la devolvió con una pequeña sonrisa. No pude evitar sonreír un poco. Aunque nos hubieran robado en nuestras narices le tenia mucho aprecio, no me lo podía tomar tan en serio.
— ¿Todo listo?- Preguntó Dio.
— Sí.- Dijo Cloud.
— ¡Bravo! ¿Empezamos?- Preguntó de nuevo Dio. 
De golpe volvieron a aparecer Kotch y Scotch, los presentadores, en escena.
— ¡Aquí están los elegidos! ¡Dejadlo en manos de Scotch y Kotch!- Exclamaron los dos a la vez.
— Ni parpadeéis. ¿¡Listos para darle caña, colegas!?- Exclamó Kotch.
— ¿¡Queréis bronca, colegas!?- Preguntaron los dos a la vez. 
— ¡Vamos con la ronda especial!- Mencionó Scotch. 
— ¡Al lío!- Exclamaron los dos. 
Nos pusimos los cuatro en guardia y empezó la pelea. Esta vez luché de verdad contra ellos, no me corté ni un pelo. Me enfrenté directamente contra Elena, posiblemente porque era a la que no tenía cariño de los Turcos y no me iba a saber tan mal. Empezamos a pegarnos, sin parar. Parecía un uno versus uno. Imbuí mi espada en PIRO y empecé a reventarla con el calor. Llegó un punto que ella se tuvo que tirar hacia atrás, bastante dolida. Miré a mi lado y los demás habían cargado bien contra Rude. 
— ¡Hala! ¿¡Ya está el pescao vendido!?- Preguntó Scotch. 
— ¡Ni de coña! ¿Eh, Rude?- Exclamó Elena. 
— Sí.- Esto solo acaba de empezar.- Dijo Rude. 
Las luces de musculiseo se volvieron a apagar y yo dejé ir un suspiro. 
— ¿Qué pasa ahora?- Pregunté.
— ¡Muy buenas, damas y caballeros! Les pido que dirijan su mirada al centro del coliseo.- Dijo Dio.- Tenemos un invitado sorpresa que hará las delicias de este encuentro. Un fuerte aplauso para… ¡el nuevo presidente de la compañía Shinra! ¡Rufus Shinra! 
De la plataforma del centro salió Rufus Shinra dirigiendo su mirada hacia nosotros.
— ¡Inauditoooo!- Exclamó Kotch.- ¡Esto no tiene precedentes! 
— ¡El presidente de Shinra nos honra con su presencia!- Exclamó Scotch. 
Escuché el perro de Rufus desde arriba, desde las gradas y al mirar hacia arriba vi a Tseng. No pude evitar ponerme un poco nerviosa. Cruzamos miradas y noté su sonrisa. 
— ¿Qué pretende, señor?- Preguntó Elena. 
Rufus calló a Elena con la mano y se dirigió a Cloud. 
— Oficialmente, sigues siendo miembro de Shinra.- Dijo Rufus.- He venido a despedirte en persona. 
— Pero bueno…- Dijo Elena. 
— Reuníos con Tseng.- Indicó Rufus a Elena y a Rude. 
Cloud nos hizo un gesto a Aeris, Tifa y a mi para que nos mantuviéramos al margen y eso hicimos. 
— ¿Estás cachondeándote de mí?- Preguntó Cloud. 
— Te hace falta disciplina.- Mencionó Rufus apuntando a Cloud.
— ¿¡Qué ocurrirá ahora!?- Preguntó Scotch. 
— ¡Un encuentro histórico, para el recuerdo!- Exclamó Kotch.- ¡Señoras y señores! Mucho ojo con las heroicidades del presidente Rufus. 
Cloud y Rufus empezaron una pelea bastante igualada. Parecía que ninguno de los dos se iba a hacer con la victoria hasta que por un error de Rufus, Cloud agarró la delantera, jugando con varios combos. Pero en ese momento el perro infernal de Rufus fue corriendo hacia la arena, llegando justo a tiempo para salvar a su dueño.
— Aquí viene el perro militar del presidente… ¡Tiniebla!- Exclamó Kotch. 
— ¡Ha venido al galope cuando su amo más le necesitaba!- Exclamó Scotch. 
— La obediencia es una virtud.- Dijo Rufus. 
— Veo que mueves la colita de maravilla ante tu amo.- Mencionó Cloud. 
— Y tú necesitas que te metan en vereda.- Añadió Rufus.- Te voy a meter en vereda. 
— Aquí te espero.- Dijo Cloud.
— Perro ladrador, poco mordedor.- Mencionó Rufus.
No le quitaba el ojo a Cloud. Se me hacía tan atractivo verlo de esta manera. Se me hacía la boca agua. 
Cloud empezó a pelear contra Rufus con todas sus fuerzas sobretodo para terminar lo antes posible. Rufus cayó hacia atrás y tuvo que agarrarse del suelo.
— Soy ex-Soldado. ¿Qué esperabas?- Preguntó Cloud. 
— Tanto espectáculo es agotador.- Dijo Rufus sacando una moneda de las suyas y tirándola al aire para llenar todo de humo y largarse.
— Vaya presidente, ¿es que no tiene mejores cosas que hacer?- Pregunté.
— Se ha largado.- Dijo Tifa.
— Es mejor así.- Mencionó Cloud.- Hay cosas más importantes…
— Como Cait, ¿no?- Preguntó Aeris. 
— Eso es.- Dijo Cloud. 
Salimos corriendo del musculiseo corriendo y miramos la zona para ver si encontrábamos donde estaba Cait. Nos separamos y empezamos a dar vueltas por la plaza de Combates. Estaba segura de que no había podido ir demasiado lejos tampoco y además los demás lo habían visto con anterioridad. De golpe vi como Cloud lo había visto y Cait Sith pasó por encima de él saliendo corriendo.
— ¡Eh!- Exclamó Cloud.- ¡Para! 
— ¿Eh?- Dijo Aeris al verlo delante suyo y lo intentó agarrar pero ese gato es muy escurridizo.
— Se siente.- Dijo Cait Sith yéndose.
— ¡Jopetas!- Exclamó Aeris
— ¡Vamos! No hay tiempo que perder.- Dije. 
Gold Saucer: Plaza principal.
Salimos corriendo detrás de él llegando al principio del parque. De golpe lo vimos correr hacia la zona de empleados del Gold Saucer y ya todo el grupo volvíamos a estar juntos yendo detrás de él. Nos metimos por la puerta trasera y cuando salimos vimos el helicóptero de Shinra. Rufus, Elena y Rude ya se encontraban dentro del helicóptero y Tseng estaba fuera junto con Cait Sith. 
— Señor Tseng…- Dijo Cait Sith dándole la piedra angular. 
— ¿En serio?- Exclamé, mirando fijamente a Tseng, desde lejos. 
— Cuidate, Sil.- Tseng me miró con una pequeña sonrisa.- Te quiero.
En ese momento se subió al helicóptero y se fueron todos, dejando a Cait Sith allí. No pude evitar suspirar. Me sentía tan traicionada y no por los Turcos porque al final es su trabajo, me sentía traicionada por Cait Sith. 
— Te voy a despellejar vivo.- Exclamó Barret.
— Prrrdoncito…- Dijo Cait Sith. 
— Tonto de mí que confié en ti, aunque fueras de Shinra.- Mencionó Barret apuntando a Cait Sith.- Me dejé engañar cuando nos conocimos. ¡Nos la has jugado! 
— ¡Barret, no lo hagas!- Exclamó Tifa. 
— Tienes razón.- Dijo Barret.- No se merece ni mis balas. 
— ¿Cómo has podido traicionarnos?- Preguntó Red XIII. 
— ¡Eres lo peor!- Exclamó Yuffie.- ¡Esto nos pasa por confiar en Shinra! 
Aeris se intentó acercar a Cait Sith pero Cloud lo paró.
— No pienso acoger a un traidor en nuestras filas.- Dijo Cloud. 
— ¡Cloud…!- Dijo Cait Sith, con las orejas bajas.- ¿Sil…?
— Puedes jugar a dos lados, pero siempre has de ser fiel a quienes te lo son. Eso lo he aprendido yo con el tiempo.- Le dije antes de girarme y avanzar con mis compañeros. 
— Esto iba a pasar de una miaunera u otra…- Dijo Cait Sith.
Nos alejabamos de donde se encontraba Cait Sith. Había quedado expulsado del grupo.
— ¡Estoy mosqueadísima con Cait!- Exclamó Yuffie. 
— Seguro que le darán un ascenso y todo.- Respondió Barret.
— Se estaba quedando con nosotros desde el principio.- Mencionó Yuffie, enfadada.- ¡Jolín! ¡Me hierve la sangre solo de pensarlo! 
— Aeris… ¿Te pasa algo?- Preguntó Tifa. 
— Es que siempre he pensado que se me daba bien calar a los demás.- Dijo Aeris. 
— No le demos más vueltas.- Mencionó Cloud. 
— ¿Y qué propones? ¡Shinra va a birlar la materia negra!- Exclamó Yuffie.- ¡No hay tiempo que perder! 
— Pero ¿adónde vamos ahora?- Preguntó Barret.
— Solo Cait sabe dónde está el templo… ¿no?- Preguntó Red XIII. 
— Que yo sepa si…- Dije cruzandome de brazos. 
— Podríamos rastrear el helicóptero de los Turcos.- Dijo Vincent. 
— ¿¡En serio!?- Preguntó Aeris. 
— Conozco su frecuencia de onda.- Mencionó Vincent.- Así que los localizaremos si utilizan la radio. 
— Pues el Potrillo tiene una.- Dijo Cid con una sonrisa. 
— ¡De lujo!- Exclamó Barret.
— Ea. ¡Voy a ponerlo todo en marcha, colegas!- Dijo Cid. 
— Nos las apañaremos como sea.- Mencionó Cloud.- Encontraremos el templo. 
— Y en cuanto a la materia negra…- Dije con una sonrisa.- será nuestra. 
Costa del Sol: Puerto.
En el Gold Saucer había un helicóptero que se dirigía a Costa del Sol así que decidimos cogerlo para llegar lo más rápido posible al Potrillo. Nos montamos todos y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos en el puerto de Costa del Sol.
— ¡Muy buenas!- Dijo Cid. 
— Voy a usar la radio.- Mencionó Vincent. 
— A ver si funciona; es viejísima.- Agregó Cid.
— Pues mucho mejor.- Dijo Vincent. 
Nos subimos todos al Potrillo y nos sentamos como de costumbre. Me quedé mirando la ventana, con las emociones al máximo. No me esperaba la traición de Cait Sith, no a estos niveles de magnitud y me sentía muy decepcionada pero al mismo tiempo había tenido la mejor noche de mi vida en el Gold Saucer junto con mi nueva pareja, Cloud.
Ahora sí, empieza un nuevo comienzo en mi vida.
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Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
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screaming--agony · 1 year
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Soy tu seguidora desde hace mucho tiempo. Habiendo visto sus publicaciones recientes y en conjunto con otras publicaciones de otros blogs, permítame decir algunas palabras sobre toda esta confusión. Se trataba de @somos-deseos y ese señor que se llamaba Johnny al principio. Después vino una chica @sufffocation que hizo muchas publicaciones en su blog escribiendo todo tipo de cosas sobre ese hombre. Hasta donde puedo ver, @sufffocation ha estado haciendo publicidad de sí misma al permanecer en la corriente principal en lugar de ayudar a resolver nada en absoluto.
I had to translate but I’m not sure how to respond. Thank you for following my blog
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barbie-kang · 11 months
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Soy tu seguidora desde hace mucho tiempo. Habiendo visto sus publicaciones recientes y en conjunto con otras publicaciones de otros blogs, permítame decir algunas palabras sobre toda esta confusión. Se trataba de @somos-deseos y ese señor que se llamaba Johnny al principio. Después vino una chica @sufffocation que hizo muchas publicaciones en su blog escribiendo todo tipo de cosas sobre ese hombre. Hasta donde puedo ver, @sufffocation ha estado haciendo publicidad de sí misma al permanecer en la corriente principal en lugar de ayudar a resolver nada en absoluto.
Está bien
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lobato-estepario · 1 year
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Soy tu seguidora desde hace mucho tiempo. Habiendo visto sus publicaciones recientes y en conjunto con otras publicaciones de otros blogs, permítame decir algunas palabras sobre toda esta confusión. Se trataba de @somos-deseos y ese señor que se llamaba Johnny al principio. Después vino una chica @sufffocation que hizo muchas publicaciones en su blog escribiendo todo tipo de cosas sobre ese hombre. Hasta donde puedo ver, @sufffocation ha estado haciendo publicidad de sí misma al permanecer en la corriente principal en lugar de ayudar a resolver nada en absoluto.
Hola, no entiendo muy bien el problema con este señor, pero entiendo menos qué relación podría tener conmigo. ¿Podrías explicarme un poco más sobre el asunto?
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lachicadeallado · 1 year
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Soy tu seguidora desde hace mucho tiempo. Habiendo visto sus publicaciones recientes y en conjunto con otras publicaciones de otros blogs, permítame decir algunas palabras sobre toda esta confusión. Se trataba de @somos-deseos y ese señor que se llamaba Johnny al principio. Después vino una chica @sufffocation que hizo muchas publicaciones en su blog escribiendo todo tipo de cosas sobre ese hombre. Hasta donde puedo ver, @sufffocation ha estado haciendo publicidad de sí misma al permanecer en la corriente principal en lugar de ayudar a resolver nada en absoluto.
Gracias por seguirme desde hace tiempo y sobre todo gracias por toda esta información eres un amor de personita anónima ❤️❤️❤️
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zeiashtar · 1 year
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Track 02: ALIEN ¿SUPERSTAR?
¿A cuántos balls ha asistido Beyoncé? ¿Cuáles son las bases sobre las cuales Beyoncé puede hacer un disco y una gira inspirada en la cultura ball sin ser considerada una multimillonaria apropiadora cultural? ¿Basta con ser negra? ¿Es porque es famosa o simplemente porque es Beyoncé puede hacer lo que quiera? Estas preguntas rondaron mi cabeza cuando Beyoncé sacó Renaissance el año pasado y se revitalizaron en estas semanas que comenzamos a trabajar en el Club Summer Renaissance Kiki Ball. 
Después de investigar y buscar declaraciones de las personalidades del ballroom que ubico, mi conclusión tiene dos partes. Efectivamente, Beyoncé puede hacer lo que quiera sólo por ser Beyoncé; pero, por otro lado, Beyoncé estudió profundamente la cultura ball cuando hizo Renaissance inspirado en ella. La señora es una perfeccionista y nos tiene acostumbradxs a hacerlo todo bien. El verdadero Virgo’s Groove, supongo.
Uno de mis músicos favortios es Cakes da Killa, un rapero queer negro que incorpora mucho el houseen sus grabaciones; en 2020 sacó un EP glorioso junto con Proper Villains llamado Muvaland EP que todo el mundo debería escuchar. El año pasado, cuando sacó su álbum más reciente –Svengali—declaró lo siguiente en una entrevista:
No culpo a los artistas mainstream por obtener su inspiración de la cultura alternativa porque ellos necesitan cosas interesantes de qué hablar. […] Siento que como artistas negros, es importante que haya alguien en el nivel de Beyoncé que eleve lo que la gente describe como subcultura —porque para mi no es una subcultura, es mi cultura. Solo quisiera que los consumidores hicieran su investigación acerca de los pioneros y las personas que lo han estado haciendo desde antes. El ballroom y el drag no son términos de moda ni tendencias, son realmente estilos de vida y la gente debe respetarlos como corresponde.
Me parece que la declaración de Cakes captura ambas partes de la situación. Por un lado, Beyoncé en tanto artista mainstream no sólo reconoce la cultura alternativa, sino que la amplifica, exponiendo a sus escuchas a sampleos de canciones icónicas del ballroom (Cunty, Miss Honey, etc.) Muchxs nos conmovimos al ver en redes sociales la reacción de Kevin Aviance durante su asistencia al Club Renaissance Tour —espero que Beyoncé al menos le haya pichado el boleto, por cierto—. Por otro lado, Beyoncé claramente hizo su investigación y se acercó a personas que tienen mucho tiempo trabajando en la escena ball, como el productor MikeQ, a quien invitó a colaborar en la producción de varias pistas del álbum. Kevin Aviance también declaró en una entrevista que era evidente que “Beyoncé hizo su tarea”.
Hablar de investigaciones y de hacer la tarea dan la impresión de que el acercamiento de Beyoncé al ballroom es principalmente intelectual. Sin embargo, esto podría no ser el caso. Es bien sabido que el Uncle Johnny que le hizo el vestido de spandex barato en HEATED y a quien el álbum está dedicado era un familar muy cercano a Beyoncé, un hombre gay que lucho contra el VIH/SIDA y quien la introdujo a la música house. En una entrevista de 2006, Beyoncé declaró lo siguiente:
[Beyoncé] piensa en su personalidad del escenario como una mujer llamada Sasha, y me dice lo mucho que se ha inspirado en todo el circuito drag-house en los Estados Unidos, una parte poco discutida de la cultura afroamericana donde hombres gay de la clase trabajadora canalizan el ultraglamour en shows de pasarelas. “Todavía tengo eso en mí […] pero hay un lugar y un momento apropiados para las cosas”.
Podemos imaginar, quizás, que el Tío Juanito introdujo a Beyoncé al ballroom. Tal parece que este acercamiento de Beyoncé a la cultura ball tiene una profunda conexión emocional. Qué afortunadxs nosotrxs de que el momento y lugar apropiados sean aquí y ahora.
***
Recurrí a esta breve investigación documental porque yo mismo cuestiono mi participación la escena local y lo que significa para mí acercarme nuevamente al ballroom tanto a nivel político como personal. En este proceso ha sido inevitable revisar mi primer encuentro con la escena por allá en el lejano año 2008.
Mi encuentro con la cultura ball fue uno principalmente intelectual, resultado de mi actividad académica juvenil. Al estudiar Letras Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM descubrí la crítica feminista, los estudios poscoloniales y la teoría queer; desde entonces pienso ese proceso como el redescubrimiento de mi brújula moral. Al explorar estos temas, llegué inevitablemente a Judith Butler, a la teoría de la performatividad del género y a Bodies That Matter, uno de sus dos libros más importantes para establecer el paradigma del género como acto performativo y la distinción entre sexo y género en las ciencias sociales. En Bodies That Matter, Butler dedica un capítulo completo llamado “Gender is burning” al documental de 1990 Paris is Burning y al texto de bell hooks (una importante pensadora afroamericana) sobre el mismo documental titulado “Is Paris Burning?”. Ambos textos son fantásticos, pero lo importante en este caso es que el documental se encontraba en el centro de las discusiones teóricas que estaba estudiando, así que decidí explorarlo.
Paris is Burning (1990) es un documental hecho por una cineasta lesbiana blanca llamada Jennie Livingstone que se enfoca en la cultura ballroom en Nueva York de finales de los 1980. El documental muestra casas vogueras y legendarias personalidades del como House of Xtravaganza, House of LaBeija y al mismísimo Willi Ninja de la House of Ninja. Ver este documental me abrió los ojos a un conjunto de realidades que en 2008, a mis 22 años, como un muchacho cis gay de la clase media de la CDMX hasta entonces desconocía, entre ellas, a la escena ball. La película me pareció triste, en realidad, y perturbadora. En retrospectiva, concuerdo con la crítica de bell hooks en “Is Paris Burning?” cuando señala que, como mujer queer negra, la película le resulta un poco perniciosa en la medida en que retrata las comunidades queer negras y latinas de clase baja como un espectáculo para las clases media y alta desde la perspectiva de una lesbiana blanca que no forma parte de la comunidad.
Aquí doy un salto cuántico al año 2014 (¿quizás 2013?). Mi entonces muy querido amigo y sensei Omar Feliciano ALIAS Franka Polari me pregunta por Facebook Messenger si sé qué es el vogueing. “Claro, un estilo de baile típico de las comunidades urbanas queer negras y latinas de clase trabajadora que Madonna se apropió en los 1990”, le respondo, “Sí vi Paris is Burning”. Me responde que todavía hay una escena ballroom, que quiere que la escena suceda en México; que tiene varixs conocidxs con interés en formar casas y que quiere fundar una casa multidisciplinaria de la cual yo sería parte: House of Apocalipstick. Recuerdo un primer evento en un bar en Gribaldi, esa noche conocí a La Mendoza. Después comenzaron las prácticas, dos veces a la semana, a las cuales nunca pude ir por mis horarios de trabajo. Después un ball en un bar en la colonia Roma. Omar me cuenta que planea una exhibición de vogueing en un museo de la CDMX; le comparto mis reservas, que no me agrada la idea de exhibir a la comunidad como pieza de museo para el consumo blanco heterocis. Después vino nuestro desencuentro por cuestiones personales que no vale la pena registrar y mi subsecuente expulsión de Apocalipstick. La parte más dolorosa fue perder a un buen amigo; la más traumática fue ver la cara más desagradable de alguien a quien por muchos años admiré y a quién consideré mi mentor.
Otro salto cuántico. Esta vez a febrero de 2020. Con la pandemia de COVID-19 vino también su muerte, y con ellas las acusaciones de acoso y abuso sexual, de las cuales yo —al igual que muchas otras personas cercanas a ella— nunca supimos nada anteriormente. De Franka aprendí muchísimas cosas, pero su enseñanza más importante fue que no quiero ser cómo ella. Saludos afectuosos hasta el inferno, mi Tipi. Si me vieras ahora, serías el primero en cancelarme por andar involucrado en la organización de kikis. Mi Franka Polari, que en Gloria Estefan y en pants espante.
Cuando mencionaba en el Track 01 que involucrarme en la escena ball de Yucatán significaba hacer las paces con el pasado me refería a esto. Por muchos años miré con sospecha la escena porque veía en varias vogueras en redes sociales replicar y reflejar las actitudes y acciones menos bondadosas de mi Franka Polari. Si bien no puedo simplemente sacarme el ojo crítico, si debo reconocer que mi acercamiento al ballroom Yuca y las amistades que he hecho que forman parte de la comunidad me han mostrado también otra faceta: el ball como un espacio gozoso, un espacio donde las disidencias sexo-genéricas y las personas racializadas pueden existir y manifestarse, redescubrir y reapropiarse de su identidades, de sus cuerpos y expresiones, un espacio donde pueden sanar y ser felices, una comunidad que se apoya y que resiste. Es en esta medida que entiendo que el ballroom es un espacio que debe ser resguardado.
***
“Alien” es una palabra curiosa. Sí, se refiere a seres de otro planeta; en el contexto de Renaissance alude a Beyoncé y las disidencias sexo-genéricas que son únicas, con demasiada clase para ser de este mundo; pero también se refiere a lo extranjero, a las personas que cruzan fronteras para llegar a país que no es el suyo, quizás incluso a un espacio que no les corresponde. ¿Qué haces organizando una bola?
Honestamente, no sé qué responderme. Sé que mi afiliación política está con las disidencias sexo-genéricas (de las cuales me considero parte) y en contra de cualquier posición y acción culera que pretenda deshumanizar a las personas y tratarlas de manera injusta y desigual; sé que admiro a muchxs personas racializadas y sus contribuciones al pensamiento, a la música, al arte y a la cultura en general; sé que cada vez es más necesario tener espacios para disentir, para explorarnos, para gozarnos, para crecer y aprender;  sé que quiero mucho a mis amigxs voguerxs y que quiero contribuir en la medida de lo posible a que logren lo que quieren y a su bienestar y felicidad; sé también que me gusta la música electrónica, bailar y el despapaye. 
Son raros los aliens, también. En el cine suelen son seres más bien perturbadores, que buscan invadir, que se introducen para destruir, como los migrantes según los grupos conservadores en países del primer mundo, o como los huaches en Yucatán. No siempre pensamos en los seres vulnerables que necesitan ayuda y protección como E.T. , o en los que buscan ser aliados como los de Arrival; esos también son aliens. ¿Han visto Doctor Who? Si tuviera que escoger un alien, me gustaría ser un eterno enamorado de las maravillas del universo y la diversidad interestelar como el Doctor: un alien que ama a los aliens, quizás.
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nevenkebla · 9 months
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Todos tenemos problemas
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Autores: Stan Lee y Jack Kirby Publicación original: Fantastic Four (Vol. 1) #89
— Johnny Storm: ¡Reed y Sue ya han hecho lo suyo! ¡Pero somos un equipo! Siempre hemos sido un equipo… ¡Y siempre lo seremos! Nadie vence a los 4 Fantásticos… no mientras uno de nosotros siga con vida… ¡No mientras uno de nosotros pueda seguir luchando! — Ben Grimm: ¡Dale duro, nene! Hazlo por el viejo estirado… ¡Y por Susie! — Mole Man: ¡No! ¡Ahora no puedes detenerme! ¡No puedes volver a vencerme! He esperado tanto… ¡Lo he planeado tan bien! No… ¡Mi bastón! Lo… ¡Lo estás fundiendo! ¡Alto! Las fuerzas que contiene… si se exponen al fuego… ¡Se inflamarán! No deben explotar… ¡No deben…! Lo has… ¡Estropeado! Has estropeado… ¡El plan! ¡Solo mis subterráneos pueden salvarme ya! — Johnny Storm: ¡De eso nada! Nadie… ¡Nada va a salvarte ya! ¡Tienes demasiadas cosas por las que responder! ¡Quédate donde estás! ¡Se terminó el ir arrastrándote por ahí como una rata! — Mole Man: ¡No! ¡No! ¡No tienes derecho a enfadarte así! Yo solo quería… ¡Justicia! Justicia para mí… ¡Y para mis leales legiones! Fue la humanidad la que me exilió bajo la superficie… la humanidad la que me temió… ¡La que me hizo un paria! ¡Yo solo quería volver a caminar por la superficie… ver el amanecer… sentir la calidez del sol…! ¡No podéis… condenarme… por eso! — Johnny Storm: ¡Ahora sí he visto todo! El hombre está ahí, quieto… ¡Llorando! — Mole Man: ¡Nadie lo entiende! ¡A nadie le importa…! — Crystal: ¡Rápido, Johnny! ¡Esta es la ocasión de rodearle con un muro de fuego! — Johnny Storm: ¡Olvídale, Crys! ¡Sería como matar a un mosquito a cañonazos! — Susan Storm: ¡Johnny tiene razón! ¡El hombre topo ya no puede hacernos daño! — Johnny Storm: ¡Así que tenías problemas! ¿No se te ha ocurrido pensar que todos tenemos problemas? ¡Nadie te exilió en subterránea! Fuiste allí por voluntad propia… ¡Porque no supiste enfrentarte a tus problemas! ¡Escogiste la que creíste la salida más fácil! Pues tengo noticias para ti, amigo… Ben Grimm tenía un problema… ¡Mucho mayor que el tuyo! ¡Pero lo afrontó como un hombre! Incluso Alicia… una chica no tan afortunada como tú… porque es totalmente ciega… ¡Cogió al toro por los cuernos y salió victoriosa! Pero tú vives en el odio… ¡Culpando a los demás de tus desgracias! Si buscas compasión… ¡Aquí no la encontrarás!
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estefanyailen · 2 years
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CARICATURAS DE ANTES
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No puede ser, vivo cantando esa canción jajajajajaja, hay más humanos como yo que la recuerdan.
Bueno ahora solo faltan estas:
- Jay, Jay el avioncito soooy yooo ♪
- Dragon Tales, Dragon Tales, es hora ya de Dragon Tales ♪
- EN LA TIERRA, EN EL AIRE Y BAJO EL MAAR, SOMOS SAVE UMPS PARA LUCHAR ♪
- Es Rolie Polie Olie vivaracho y singular ♪
- Vamos a viajar en una nave espacial, por el cielo azul, mini Einsteins ♪
- Si señores Positones es Pinki Dinki Du.
- Bob construye podrán hacerlo?, booob construye, si podemos!
- Tu y yo y Zaboo mafoo ♪
- Los cubitos dubi du, los cubitos dubido, nos encanta ser cubitos ♪
- El mejor amigo que puedas tener, y el grandioso, su nombre es Cliford ♪
- Solo un niño soy y yo creciendo voy, exploro todo, soy Caaaillouuuu ♪
- Amiiigoooos tuyooos Backyardigans
- El es Franklin, siempre viene a jugar ♪
- Llama, grita, si me necesitas y al instante llegare ♪
- Es taaan Raveen. ♪
- Aunque quisieran siempre ser amigos, pensaras que ellos son enemigos Brandy y Señor Bigotes ♪
- Luchara, combatira con todsos sus poderes, sus dientes, su cola y el fuego quenos lanza, Dragon accidentaaaaal. ♪
- A la escuela el va a ir y va a aprender lo que hay ahí. K - u - z- c - o ♪
- Con un dolar 90 que elloS mandan llega mamá espía junto aun temerario papá, son SUSTITUTOOOS.
- En la caaasaaaa blancaaa Cory estaaaaa ♪
- Vamos todos a encontrar el fantástico lugaaar plaza sesaaaamoooo
- Que precioso el día de hoy para jugar y aprender y juntos ser muy felices ♪ ]
- When there's trouble, you know who to call, Teen Titans! From their tower, they can see it all Teen Titans! ♪
- En patineta, en plena convicción estamos en una misión,Rocket Power. ♪
- Mamá me dice pollito, mamá me dice vaca, cuando papá nos adoptó mamá se desmallo.
- Jaimito es la esrtrella del Show... soy la comadreja ♪
- knd los chicos del barrio.
- Son pinky y cerebro, bro, bro, bro, bro ♪
- Roooockooos modern liifeee ♪
- Tengo un papá, una mamá y una hermana, ese es Dony lo encontramos y ese es Darwin, nos encontró, se mueve porque viajamos al rededor del mundo. - Los Thornberrys
- Catdoooog, caaaatdooog, solito en el mundo vive el pobre catdog. ♪
- Estupido perro me hiciste ver mal.
- Edd, ed, y eddy *silbidos*.
- Los castores cascarrabias.
- Billy y Mandie.
- "Los amigos justicieros"
- Con ustedes Mike, lu y og... andie sabe donde la isla está, a esta isla nadie llegará ♪
- Time squad
- Es mi robot gigante, nuestro robot gigante, es el robot gigante... mga xlr.
- Mansión Fosters para amigos imagnarios.
- Blingli bong en el espacio esta su hogar, de cosmos herores sonm y cada día hay acción. - Pequeños planetas.
- El lagartijo creció y en estatura lo superó... el lagatijo de ned ♪
- Solo un día más de algún niño normaaal, Johnny Test.
- Escooby doo where are you? ♪
- Samurai Jack, samurai jack .... ♪
- Son Ozzy Drix detectives, van defendiendo a los nervios corriendo, tiene valor, no tienen temor ♪
- Esto ya es insoportable, ya se volvió inimaginable, tan raro soy si mi padre es una estrella de rock?, Mi padre el rockero.
- Duelo Xiaolin.
- Robot Jones.
- Robotboy.
- Evil con carne.
- Hantarooo te divertirás ♪
- Mi compañeros es un mono ♪
- Mucha lucha ♪
- Nos hicimos de un amigo que se llama Lazlo ♪
- Cuando las música nos unio empezamos a tocar, como tocamos muy buen rock empezamos a brillar. hi, hi Puffy, Ami, Yumy show.
- No tengo tiempo que perder, yo nací para el espacio vencer, Betty Atomica guerrera soy ♪
- Juiniper lee.
- Los loquisimos autos locos.
- Rosita Fresita.
- Los ositos cariñositos.
- Los supersonicos.
- Es Dave el Barbaro, fuerte y miedoso hermano de Fan y Candy, la princesa y su mono (que no soy mono) ♪
- Estoy en la banda ♥.
- Ruddy y su tiza en la zona tiza ♪
- Las pistas de Blue.
- Dora la exploradora.
- El laboratorio de Dexter.
- Danny Phantom.
- Asterix y Obelix.
- Bananas en pijamas.
- Locos Dieciséis
- Drama total.
- Carl al cuadrado.
- Aaaaaah real monsters.
- Jenny la robot adolescente.
- Grojband.
- Rugrats.
- Kick Buttowski.
- Campamento Lakebottom.
- Yin Yang Yo!
- Doug Narinas.
- Ruby Gloom
- Los padrinos magicos.
- Kit vs. Kat
- Los Grafitos
- Creepie
- Mona Vampiro
- La mosca Maggie
- Las chicas super poderosas.
- Chowder.
- Ben 10.
- Phineas y Ferb.
- Las maravillosas desventuras de Flapjack.
- Hora de aventura.
- Un show más.
- Invasor Zim.
- El increíble mundo de Gumball.
- The Loud House.
- Star vs. las fuerzas del mal.
- Rick and Morty.
- Gravity Falls.
- Los Simpson.
- Daria.
- Padre de familia.
- Futurama.
- South Park.
- (Des)encanto.
- BoJack Horseman.
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biak-kei · 2 years
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Fandom: JoJo's Bizarre Adventure
Relationships: Giorno Giovanna/Jolyne Kujo, Diego & Johnny como los niños de la pareja. Aparición estelar de otros personajes.
Palabras: 4000+
Advertencias: Un poco de surrealismo. Niveles de violencia típicos del canon.
Contexto: Giorno y Jolyne son una pareja divorciada. Este es un extracto que puede leerse de forma independiente del capítulo 4 de mi fanfiction Una sombra en mi corazón. No es necesario leer la historia completa para comprender.
Disclaimer: JJBA no me pertenece, es de Hirohiko Araki. Hago esto por mera diversión.
[...]
xox
Giorno abrió los ojos con la llegada del sol en su rostro. Como era de esperar, no encontró a Jolyne a su lado en la cama. Los cerró después con pesadez. Era lógico que ella no vendría de regreso a él. Lo sabía. Estaba acostumbrado a esa realidad, por lo que pronto se hizo a la idea de alistarse para el día y practicar su mascarada ante el espejo.
Salió de su recámara a la espera de encontrarse con Jolyne en el comedor tarde o temprano. Sin embargo, a medida que bajaba las escaleras, comenzó a oír pequeñas voces conocidas discutir desde la planta de abajo, sonidos que por supuesto no esperaba escuchar hoy.
—¡Mamá! ¡Está tocándome! —se quejó Johnny.
—No es cierto, estás mintiendo —lo acusó Diego.
—¡Mentiroso tú, comepiedras! —berreó.
—¡Tú…! —Diego dio un golpe a la mesa con los puños a punto de lanzarle cereal en forma de dinosaurios desde la caja a su hermano.
—Ey, ustedes dos, paren. —dijo la voz de Jolyne desde la encimera, bastante ocupada por lo visto para lidiar con los dramas de sus hijos—. Denme un jodido respiro. Estoy preparando el desayuno en el fuego y como los escuche pelear una vez más, se cancela el viaje familiar a Disneylandia.
—¡Pero mamá! —protestaron en coro.
—Sin “peros”, ahora coman su desayuno o se les hará tarde para la escuela.
—Va vene —se resignaron los pequeños, otra vez al unísono.
Giorno se quedó en el umbral de entrada, intentando encajar los que estaba sucediendo: Diego y Jonny desayunaban wafles, cereal y leche, en tanto Jolyne les daba la espalda mientras usaba la cafetera y la sartén con ayuda de Stone Free.
Al verlo quieto sin hacer nada, Johnny llamó a su mamá para avisarle.
—Má, pá ya bajó.
Giorno se mantuvo alerta por instinto.
—Ya era hora, GioGio-Pie —dijo ella, entre la burla y el encanto.
Al darse la vuelta para saludarlo, Giorno pudo apreciar el enorme vientre de Jolyne, el que no se notaba en absoluto de espalda, y que por supuesto no estaba ahí el día anterior. En general, nada se hallaba como se suponía debía estar hoy.
Al ver la expresión defensiva en el rostro del padre de sus hijos, Jolyne se apresuró a decir con voz coqueta:
—Oye, te prometo que todavía no estoy en la fecha de nacimiento. Y, aunque llegara a dar a luz hoy o mañana, daré mi mejor esfuerzo para mantener a este pequeño dentro mientras estás de cirugía, al menos hasta que puedan llamarte para estar presente en el parto.
«¿De cirugía? ¿Qué...?» Giorno no acababa de cuadrar esa secuencia, aunque algo en el fondo de su cabeza le dijera que todo era correcto, en efecto.
Tras ver que él seguía con los ojos bien abiertos, la sonrisa de su mujer empezó a desaparecer, para acercarse hasta donde estaba y hablar en voz baja, de manera tal que los niños no los escucharan por mucho que estuvieran muy ocupados comiendo.
—Giorno Giovanna, no me digas que te ha entrado el pánico de ser padre por segunda vez.
No, no era eso. Nunca fue bueno expresando sus sentimientos, pero ahora en particular no sabía ni qué decir ni cómo actuar. Algo ahí no encajaba. Más de un solo factor, en realidad. Su rostro se ensombreció de pronto.
Por fin, abrió la boca para decir:
—Creí que ya no querías tener más hijos —expresó, una vez estuvo seguro de hilar una razón que sonara correcta para su asombro—. Es todo —mintió.
Jolyne suavizó su expresión y lo vio con ternura en los ojos, avanzando hacia él para hacer a continuación la segunda cosa que lo sorprendería más esa mañana: darle un beso de buenos días en los labios frente a sus hijos.
Diego y Johnny hicieron gestos de asco y Jolyne detuvo el beso, riendo:
—Vamos, como si nunca hubieran visto a mamá y papá besarse.
Jolyne volvió a reír, señalando lo dramáticos que eran sus niños. Su sonrisa fue tan contagiosa que Giorno también sonrió.
Ella se volvió hacia él, incluso más hermosa de lo que recordaba:
—Bueno, estos dos van a cumplir diez años pronto, después será la secundaria, y en cosa de nada se irán a la universidad… —le explicó ella, con ternura en su voz mientras miraba a sus hijos, a quienes quería por encima de todo, luego acarició su vientre por el nuevo hijo que crecía dentro de ella—. Esta casa va a sentirse tan sola cuando ellos se vayan, así que esto pasara fue lo mejor —le dijo, viéndolo con un amor en sus ojos que Giorno creyó nunca volver a ver en ella.
—Nosotros dos… —empezó a decir él, mientras las memorias se agolpaban en su mente.
—Vamos a ser padres otra vez, sí.
Las dudas se esfumaron con esa afirmación. Él, Giorno Giovanna, era médico cirujano en jefe del hospital de la ciudad, también un usuario de stand, al igual que su esposa, a quien conoció en la universidad durante su postgrado, y como sus hijos, cuyo bajo control del poder de sus stands los mantenía viviendo a las afueras de la zona urbana, en un hogar cálido e idóneo.
Hace muchos años, él tuvo un sueño: el sueño de ir a los Estados Unidos para estudiar medicina y ayudar a la gente. Y pudo lograrlo gracias al incondicional apoyo de su madre y de su padrastro, que lo amaba como a un hijo propio. Los dos lo alentaron toda su vida a seguir la meta que se autoimpuso.
Ambos le entregaron valores y confianza en sí mismo y lo convirtieron en el hombre de bien que era hoy.
Giorno acarició el rostro de su esposa y se detuvo a contemplarlo con ojos compasivos.
—Te amo —confesó. No sabía por qué le dolía tanto decirlo ahora, si acostumbraba a hacerlo.
Jolyne le sonrió:
—Yo también te amo, GioGio-Pie —contestó, antes de darle un rápido beso en los labios—. Ahora siéntate a desayunar, que así vas a llegar tarde.
Él le sonrió y se dirigió a la mesa para sentarse contiguo a sus hijos, acostumbrados a desayunar al lado de su padre. Junto a él, Johnny estuvo observándolo por mucho tiempo, hasta que su madre los interrumpió al poner delante de su esposo su cappuccino.
—¿No tienes que decirle algo a tu papá, Johnny?
El pequeño comenzó a juguetear con sus dedos y agachar la cabeza con vergüenza:
—Tengo que hacer un modelo de las capas de la piel y yo… umh… me preguntaba si podrías ayudarme, porque no soy bueno en biología como Diego o tú.
—Yo podría enseñarte, claro, si me lo pides rogando —se apresuró a decir Diego con exagerados manierismos en sus manos y torso.  
—¡Que no! ¡No te soporto! —expresó Johnny con las mejillas sonrojadas.
Antes de que se pusieran a pelear de nuevo en la mesa, Giorno carraspeó, sus dos hijos se calmaron y pronto regresaron a desayunar tranquilos. Por alguna razón eso le sorprendió, aunque no debería.
Regresó la mirada hacia su segundo hijo:
—Claro, vamos a trabajar juntos en ese modelo.
Los ojos de Johnny se iluminaron:
—¿De veras, pá?
Él le dedicó una sonrisa genuina.
—Por supuesto, no te estoy mintiendo.
Johnny habló en voz baja:
—Sé que estás siempre muy ocupado, pero Diego me molesta mucho cuando descubre que es más listo que yo en todo y…
—No tienes que explicarme nada. Me haría muy feliz compartir tiempo de calidad juntos.
Los ojos azules de su hijo brillaron.
—¡M-muchas gracias, pá!
Giorno les dedicó una sonrisa genuina a sus hijos. Su esposa se sentó al lado de él para su desayuno y meter prisa a los niños. Afuera, los ladridos de Danny Jr. dieron la pincelada final a la escena de la familia feliz.
Giorno se sintió contento y en paz como no recordaba haberse sentido antes, aunque este momento fuera del todo cotidiano.
Esta era vida que con la que soñó. No podía pensar en nada más mientras contemplaba a su familia compartir el desayuno, tan felices como eran y siempre debieron ser.
Los ladridos del perro se acentuaron. Jolyne frunció el ceño.
—¿Le sucede algo a Danny?
El sol dio la vuelta completa y trajo lugar a la noche, que a su vez procuró paso de nuevo al día. La familia entera se levantó de la mesa en estado de alerta.
—El tiempo… ¡está acelerándose! —observó su esposa con el terror desfigurado su rostro.
Los niños abrazaron a su madre con ojos de llanto y llamaron a su padre, al mismo tiempo en que los días y las noches se hacían más cortos.
¿Qué significaba esto?
—¡Gold Experience Requiem!
Golden Experience apareció tras él, pero no en su forma Requiem. Su stand estaba tan sorprendido como él cuando se miraron.
No, esto podía estar pasando. Sin el poder del Requiem, él era incapaz de proteger su familia y salvarlos del destino que les esperaba.
—¡Giorno! —lo llamó Jolyne, a la vez que un torbellino en el cielo amenazaba con llevársela a ella y sus hijos, sujetos a su madre con las cuerdas de Stone Free, que apareció para ayudar.
No había nada que Tusk o Scary Monsters pudieran hacer, a pesar de que aparecieron junto a sus usuarios para protegerlos. Enseguida, tanto ellos como los niños fueron devorados por el torbellino.
Giorno tomó la mano de su esposa tan pronto alcanzó a llegar hasta ella en contra de las ráfagas de viento. Pero sus hilos apenas pudieron sostenerla junto a él un momento antes de que sus hijos salieran del alcance de su vista y ella decidiera ir a alcanzarlos.
Todo lo que quedó entonces de su esposa fue la mano que él sujetaba y ella dejaba atrás, intentando en vano salvar a sus hijos.
—¡¿Por qué no puedo salvar a mi familia?! —aulló en agonía—. ¡¿Por qué?!
—Porque decidiste vivir una vida tranquila y feliz, en lugar de hacerte cargo de tu destino y liberar todo tu potencial —Pucci apareció ante él en medio del caos, justo antes de hacerle un agujero en el pecho y arrancarle el corazón que aún latía. Giorno escupió sangre y se desplomó en el suelo, mientras el Padre hablaba—. Tardé más tiempo del que hubiera deseado esperando a que tomaras el sitio que te correspondía, pero ahora sé que no merecías ser el heredero de DIO.
Esto no podía estar ocurriendo.
En sus manos aún enlazadas, los escasos hilos que quedaban de la mano de Jolyne y le daban la forma de una lo sostuvieron en su último aliento, mientras él aullaba un grito de dolor y traición que se oyó desde el inicio de la creación.
¿Este era el fin de todo?
—¡Cariño! —lo llamó la voz Jolyne.
Giorno regresó en sí con la boca abierta en un grito silencioso. Después de que sus ojos dejaron de estar en blanco, parpadeó un par de veces a fin de ajustar su vista sobre la larga y elegante mesa del comedor de la mansión Giovanna en Italia. Su esposa se encontraba a su lado sosteniéndole del brazo, viéndolo con preocupación. Al lado de él, estaban sus dos hijos también en la cena, observándolo con la vista bien abierta, llenos de susto y curiosidad.
—Lo siento… —intentó decir, buscando una explicación a lo que acababa de ocurrir.
Jolyne masajeó su codo por sobre la mesa, calmándolo.
—Tranquilo, amore: has estado bajo mucho estrés estos días.
Algo no encajaba otra vez para Giorno. Mientras más se esforzaba por recordar la razón de su grito, los recuerdos parecían alejarse más de su memoria, como si nunca hubieran ocurrido.
—Papá, ¿estás bien? —preguntó Diego, su hijo mayor. Al menos podía recordar eso.
Todo lo demás era borroso, aunque estaba seguro de que Diego y Johnny eran sus hijos y Jolyne, su esposa. El resto seguía revoloteando en su cabeza hasta ajustarse cual piezas de un puzzle. Sin embargo, no le diría nada a su familia para no preocuparlos. Ellos ya habían visto demasiado.
Sonrió a su primogénito:
—Lo estoy.
Ni Diego ni Johnny parecían convencidos cuando intercambiaron esas cómplices miradas de gemelos. Jolyne, en cambio, le sonrió como si nada malo ocurriera.
—Termina tu cena, GioGio-Pie —su esposa besó sus labios y tomó su mano en la suya, dándole un beso en los nudillos también.
Giorno se impresionó por alguna razón. Al ver que sus hijos no se inmutaban, se percató de que tal vez ellos estuvieran acostumbrados a las muestras de afecto de sus padres.
¿Por qué tenía esa sensación?
El sol estaba por ponerse. Los claroscuros del ocaso perfilaban los rostros de su familia mientras cenaban en la larga mesa. Él era el único que no había vuelto a probar su comida. Cortó el filete. Pestañeó solo un segundo. El trozo que no recordó llevar a su boca ya no se encontraba en el plato. Ni en su tenedor. Tampoco pudo habérselo comido. Lo recordaría.
Algo se derramó cerca de él. Gotas de ese algo golpearon el suelo. Líquido color rojo manchando bajo la mesa. Sangre. Las ventanas estaban llenas de agujeros con los vidrios en el piso y sobre lo cuerpos inertes de los sirvientes el piso.
En la mesa, sórdidamente dispuestos a su cena, los cuerpos llenos de balas de su esposa e hijos pintaron la escena de sus pesadillas.
—No…
Su brazo tembló y soltó el tenedor. Tuvo que usar la otra mano para detener el estremecimiento que se extendió por todo su cuerpo. Se llevó la mano a la boca ante el reflejo vomitivo que la vista causaba en su estómago.
Giorno se apresuró a inspeccionar los cuerpos, que no habían perdido del todo la calidez con la que minutos atrás charlaron con él, e intentó tratar cada una de las heridas, bala por bala, apartando cualquier lógica que le decía lo inútil de sus esfuerzos, que ellos ya estaban muertos y lo seguirían estando después de toda esa sangre en el suelo.
No, no, no. Esto no era real. No podía serlo.
—Esto… no puede estar pasando.
Al final, todo lo que tenía delante de él eran los cuerpos vacíos de toda su familia.
—¡Golden Experience Requiem!
El stand se presentó delante de él y lo observó a los ojos desde las alturas. Ojos rojos, inyectados de sangres. Ojos no benevolentes, despiadados.
—¡¿Por qué no los salvaste?! —lo increpó.
—Mi único deber es protegerte a ti, maestro —dijo, en calma, sin un ápice de culpa.
Giorno golpeó su propio pecho.
—¡La vida de ellos era mucho más valiosa que la mía! —le aclaró—. ¡Mi vida, mis sueños, absolutamente nada importa si ellos no están aquí!
Tomó del suelo un fragmento de vidrio del piso y procedió a cortarse la yugular.
Golden Experience Requiem no lo dejó morir e hizo que la sangre regresara a la herida abierta y se cerrara por si sola, como si él nunca hubiera tratado de matarse. Giorno llevó su mano a su cuello, sin ningún daño.
—¿Por qué? —insistió bajo el impacto, con el dolor de la pérdida atrapado en la garganta que intentó cortarse—. ¡¿Por qué no me dejaste morir también!?
Golden Experiencie Requiem no le dio una respuesta.
Giorno volvió a oír ciertas voces al otro extremo de la sala, tal si no hubieran trascurrido décadas desde la última vez que las escuchó. La esquina a oscuras se iluminó para esa sola mesa:
—Mocoso, ¿de verdad creíste que merecías ser más feliz que cualquiera de nosotros? —le preguntó Abbacchio sentado en la mesa de Libeccio, junto a Buccellati y Narancia—. ¿En serio pensaste que tus sueños eran más importantes que los nuestros?
—Abbacchio…  —Giorno se puso de pie y avanzó hacia él—. Yo…
Otra vez tenía quince años y estaba en Libeccio como en aquel año dos mil. De nuevo era ese adolescente sostenido por su sueño, pero su corazón aún llevaba toda la carga de una vida completa de sostener el mundo sobre su espalda.
—Iba a volver a la escuela y buscar a Fugo para convencerlo de regresar a nuestro lado, ¿recuerdas? —dijo Narancia, dejando de jugar con la Carbonara en su tenedor, la misma cena que los tres comían en sus platos—. Le pediría a Trish salir por una Margherita cuando termináramos la misión.
—Na-narancia…
—¿Por qué tu sueño se hizo realidad y no los nuestros, Giorno? ¿Por qué? —insistió el más noble de sus demonios.
No sabía qué responder. El don Giovanna llevaba una vida completa preguntándose lo mismo.
—¿Creíste que merecías un final feliz a diferencia de nosotros, insolente? —insistió Abbacchio.
Otra vez esa pregunta. Giorno se había hecho la misma interrogante desde hace más de veinte años, sin encontrar una respuesta que calmara su alma y justificara su sueño por encima del de cualquiera ellos.
Lo que más le dolía de todo era que Buccellati estaba ahí y ni siquiera le dirigía la palabra. Con una copa de vino tinto en la mano y la mirada pensativa, quien alguna vez fue el capo al que obedeció, el hermano mayor que nunca tuvo, era incapaz de mirarlo.
Giorno Giovanna era consciente del porqué sin necesidad de que se lo dijera. En sus años como don de Passione, consiguió mantener la venta de las dogas lejos de los niños, aunque no podía evitar que de una forma u otra llegaran a manos de ellos. Tampoco que las armas cobraran la vida de algún inocente de vez en cuando. “Daños colaterales” solía llamarlos Fugo, pero él sabía que no estaban haciendo suficiente.
Nunca era suficiente.
—Yo… lo siento tanto.
—No lo sientas. Giorno —dijo Bruno, luego regresó a mirarlo, regio—. ¿Nadie te dijo nunca que el precio a pagar por un sueño como el tuyo era la soledad?
«Los sueños pueden volverse pesadillas». Giorno tuvo que aprenderlo de la manera más cruel.
 —Cuando quieras proteger a alguien, a veces lo mejor es sacrificarse uno mismo —la voz del Dr. Kujo resonó en su memoria.
Giorno volvió a ser el don Giovanna adulto. La vida no sería tan amable para alguien que dejó de ser un niño hace mucho tiempo.
El mundo precisaba de él. Su familia también lo necesitaba. Renunciar a su posición como don no era una opción en nombre de los compañeros que perecieron para que él llegara hasta donde estaba, ni de toda la gente que trabajaba día a día para que su sueño se hiciera realidad. Nápoles, Italia y el globo entero requerían de su presencia entre sus líderes.
La paz de este mundo demandaba de su poder. La familia que formó con Jolyne le exigía que él fuera lo suficiente poderoso para mantener aparte el aciago destino que esperaba a todo Joestar, pero también debía ser capaz de dar un paso al lado de la narrativa de sus vidas y mantenerse lejos de ellos, a fin de que la peligrosa vida que había escogido no los alcanzara.
Lo mejor era mantener a las personas que amaba lejos de él para continuar con su sueño. Aunque doliera. Su agonía sería el precio que pagar por la seguridad de sus seres queridos.
Hacia el fondo de su cabeza apareció un recuerdo de él al teléfono la noche en que recuperaron a Jolyne y la bofetada de realidad que lo golpeó al verla herida, solo porque algún infeliz la usó para llegar hasta él:
—Dr. Kujo, sé que no estoy en posición de pedir nada, pero necesito que me escuche: acabo de firmar los papeles del divorcio. Jolyne es libre —dijo a través del teléfono. Desde el otro lado, solo escuchó un profundo silencio. No esperaba ninguna respuesta, tampoco—. Por favor, le pido que venga a Italia y la ayude a mudarse con los niños de regreso a los Estados Unidos. Ella debe salir de aquí. Cuanto antes mejor.
Sin su farfalla, él solo era una rosa condenada a marchitar en silencio, pero eso era mejor que verla muerta por su culpa.
El único acto de cobardía del que jamás se arrepentiría sería el haber esquivado las súplicas de Jolyne para no firmar el divorcio, sin darle explicaciones. Era débil ante ella. Cada vez que la miraba a los ojos, crecía la esperanza de que todavía existía un futuro para ellos dos. Hasta que eso casi acaba costándole la vida de la mujer que amaba.
—Tienes mis respetos, Giovanna —respondió la voz del Dr. Kujo—. Hiciste lo correcto. Nunca simpaticé contigo, pero ahora veo que no eres el bastardo que creí que eras. Recuerda esto en los días más oscuros: cualquier dolor es soportable si tu familia está a salvo, lejos de ti y el mundo que te rodea. Eso es lo único que importa.
«Eso es lo único que importa», repitió para sí mismo cerrando los ojos. Al abrirlo, ni Buccellati, Abbacchio o Narancia estaban ahí. Ni siquiera el Doctor Kujo.
Giorno de nuevo estaba en el umbral con vistas a la cocina, mientras sus hijos tomaban su desayuno. Ya no estaban en su casa sino en la de Jolyne. Su propia vivienda siempre había buscado parecerse al de su esposa para evocar la calidez del hogar al que ya no pertenecía.
Todas piezas idénticas dispuestas en un escenario distinto.
—¡Mamá! ¡Está tocándome! —se quejó Johnny.
—No es cierto, estás mintiendo —lo acusó Diego.
—¡Mentiroso tú, comepiedras! —berreó.
—¡Tú…! —Diego dio un golpe a la mesa con los puños a punto de lanzarle cereal en forma de dinosaurios desde la caja a su hermano.
—Ey, ustedes dos, paren. —dijo la voz de Jolyne desde la encimera, bastante ocupada por lo visto para lidiar con los dramas de sus hijos—. Denme un jodido respiro. Estoy preparando el desayuno en el fuego y como los escuche pelear una vez más, se cancela el viaje familiar a Disneylandia.
—¡Pero mamá! —protestaron en coro.
—Sin “peros”, ahora coman su desayuno o se les hará tarde para la escuela.
—Va vene —se resignaron los pequeños, otra vez al unísono.
Todo era tal cual lo recordaba. Jolyne se dio la vuelta sin ningún vientre abultado. Y no lo vio.
Ella pasó por su lado como si él no existiera.
—Umh, Diego, me estaba preguntando si podrías ayudarme con el modelo de las capas de la piel. Umh, ya sabes: eres bueno en biología… —dijo. Era obvio que se tragaba el orgullo para pedirle ese favor a su hermano.
—Si me lo pides rogando… —insinuó él. Jolyne le dedicó una mirada de advertencia. Diego parecía saber muy bien lo que eso significaba. Suspiró—. De acuerdo: te ayudaré.
Su madre sonrió, satisfecha con la respuesta:
—Ustedes dos son hermanos: deben apoyarse el uno al otro, ¿de acuerdo?
El don Giovanna no pudo evitar hacer una sonrisa. Así que ellos estaban bien. Si se tenían el uno al otro, era posible que vencieran el destino legado a todo Joestar.
—Dense prisa o llegarán tarde —les recordó su madre.
—Va bene —respondieron apresurando la marcha.
Su exesposa se preparó un café y ahora miraba con cierto orgullo a sus hijos. A pesar de que él también estaba ahí, de pie en la distancia que separaba a sus dos hijos, ella no lo veía. Sonreía a sus hijos con una ternura en el rostro que recordaba ya no era para él.
Ella amaba a sus hijos tanto como él lo hacía. Y eso estaba bien, porque su falta de amor por él en nada mermaba el amor que cualquiera de los dos tenía por ellos.
Giorno colocó una mano en cada una de las cabecitas de sus niños. Como era de esperar, ellos no sintieron ese gesto. Se arrodilló buscando mirarlos mejor, viendo cuánto habían crecido en su ausencia.  porque él no estaba en realidad presente con ellos, ni en sus vidas.
Así debía ser. Aunque doliera como el infierno
Apretó los dientes y evitó mirarlos a los ojos, con impotencia.
—¡Vayan a lavarse las manos, tomen sus mochilas y suban al auto! —anunció su madre, bebiendo rápido el resto de café que le quedaba.
—¡Ok! —respondieron los pequeños, dando un brinco en las sillas para bajarse.
Giorno se incorporó del piso y los vio marcharse por el corredor. Se dio la vuelta, ahora a solas con su exmujer. Al principio, no supo qué hacer mientras ella se apresuraba a lavar los platos. Dudó en acercarse, pero dado que ella no podía verlo de todas formas, se quedó quieto observándola.
Era probable que ella todavía lo odiara. Aun así, su instinto natural fue apartar el fleco que a ella le molestaba delante de la cara y que no podía correr por sí misma hacia atrás. Fue inútil. De alguna forma, su mano solo acarició su mejilla.
Ella reaccionó.
—¿Eh? ¿Hay alguien ahí?
Giorno abrió los ojos con sorpresa y la esperanza de a poco iluminó sus ojos. Apretó los puños y se obligó a mantenerse sereno y dar un paso atrás en todos los sentidos.
Podría hablar y decirle que él estaba ahí, que siempre ha estado y estaría junto a ella, pero eso no estaría bien. No era lo que se suponía debía hacer. Ese ya no era su lugar.
—Sé feliz, Jolyne Kujo —murmuró con sinceridad, con el fuerte anhelo albergando ese deseo en su corazón.
Giorno dio la vuelta y se marchó como un alma en pena condenada a vagar para siempre sobre la faz de la tierra.
xox
[...]
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Hablando de FAITH NO MORE [NO MAS FE..NO MAS VATICANO..NO MAS FALSA RELIGION=APOCALIPSIS]..los iba haber visto en un Festival en la plaza de TOROS de MADRID en julio 1995 cuando presentaban cd "King for a Day... Fool for a Lifetime"..como teloneros de REM [presentaban cd MONSTER] junto a OASIS [solo habían lanzado el cd DEFINITELY MAYBE aunque estaban apunto de lanzar (WHAT'S THE STORY) MORNING GLORY? pues ya habían lanzado el single SOME MIGHT SAY con cara b ACQUIESCE] y BELLY que presentaban cd KING tras debutar con cd STAR y no publicando nada en 23 años o hasta que en 2018 publicaron cd DOVE..pero a ULTIMA HORA se dio de baja REM [iba solo por ellos ] y los sustituyeron por THE CURE..cosa que me pareció como en vez de ir a FOLLAR [REM en MONSTER incluye STAR 69 y TONGUE sobre CUNNILINGUS]..ir a un ENTIERRO ..así que devolví la entrada y tarde 13 años más en ver a REM en su último concierto que fue en auditorio nazional de MEXICO [18_11_08] presentando cd ACCELERATE [tras cd REVEAL +cd AROUND THE SUN y antes del último COLLAPSE INTO NOW].. encontrándome la escultura del libro del APOCALIPSIS 1.3 dos días después y otros 2 días después vi la gira del cd PAPITO [donde STIPE de REM canta LO QUE HAY ES LO QUE VES del cd BAJO EL SIGNO DE CAIN de BOSE] de Miguel BOSE en el FORO SOL ..y 10 días después o día de mi 37 cumple [28_11_08] vi a OASIS [Antes THE RAIN] en el VICENTE FERNANDEZ ARENA de GUADALAJARA [MEXICO] al suspender uno de los dos en MEXICO DF o al que iba a ir como suspendió el día de mi cumple DURAN DURAN que presentaba cd MASACRE EN LA ALFOMBRA ROJA
Por cierto..la gira del cd MONSTER [incluye LET ME IN dedicada al suicidado COBAIN de nIrVANa y BANG AND BLAME dedicada a la muerte por cocktail de drogas y alcohol de RIVER PHOENIX a las puertas del VIPER ROOM de Johnny DEPP donde casi muere Jason DONOVAN o 1er novio de KYLIE MINOGUE cuando su 2do novio HUTCHENCE cantaba G.L.O.R.I.A. de George IVAN MORRISON alias VAN MORRISON ..ruptura por la que cayó en las Drogas que le buscaba HUTCHENCE al venir la POLICIA pero iba a drogarse a un hotel cercano continuamente..y en BANG AND BLAME hace los coros RAIN PHOENIX o la hermana de RIVER]..empieza con I TOOK YOUR NAME
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