#dejadlo
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ketwolf · 1 year ago
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elrubiusofficial · 3 months ago
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estoy mirando a una niña gatita.
i mean in general. all of this with quackity, with tilin, its too much for 1 person to handle
i'm glad tilin isn't here to see this, really. imagine how hard all of this would be on a little girl
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guardianasdelrpg · 7 months ago
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No sé si alguien necesita escuchar esto, pero si os están acosando por privado, haced capturas, bloquead a quien haya que bloquear, y luego exponeis el problema ante todo el mundo. Y para que quede claro: el problema son ellos, punto.
Callarnos e ignorarlos o responderles también por privado es jugar a su juego, ¿pero sabéis que no les interesa? Que se les vea, por eso atacan mediante privados. Así que golpead donde duele y dejadlos al descubierto, ya veréis que rápido aprenden a cerrar el pico.
Y si son de los genios que se esconden en los anónimos, sé que al menos hace un tiempo si bloqueabas a un anonimo en tumblr luego podías mirar tu lista de anónimos y encontrarlos allí. Pero si no, cerrad la bandeja para que no puedan mandaros mensajes desde anónimos o incluso que solo os puedan mandar mensajes gente a la que seguís.
Protegeos y sed felices. No tenéis por qué aguantar gilipolleces de nadie.
Divertíos, siempre.
Di que si! <3
✶✯╰☆╮ ︻╦̵̵͇̿̿̿̿╤── ☠ ~ JINX ~ ☠
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tomhardymyking · 7 months ago
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What a pretty little face 𝗧𝗼𝗺 has, I won't get tired of saying it 🥰 I want to fill it with kisses 💋 He looks so good 😍💖
I have been reading, unfortunately, many nasty comments about 𝗧𝗼𝗺 since the 𝑩𝒊𝒌𝒆𝒓𝒊𝒅𝒆𝒓𝒔 premiere, and I and more accounts have had to disable comments on posts because of these people... 🤦🏻‍♀️
For some people to shut up: no, 𝗧𝗼𝗺 is not bald, he is just very shaved currently and it's impossible for him to be bald with the hair he had before shaving it 1 month ago, leave him alone 😠!
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Qué carita más bonita tiene 𝗧𝗼𝗺, no me cansaré de decirlo 🥰 Quiero llenarla de besos 💋 Le veo tan bien 😍💖
He estado leyendo, por desgracia, muchos comentarios desagradables sobre 𝗧𝗼𝗺 desde la premiere de 𝑩𝒊𝒌𝒆𝒓𝒊𝒅𝒆𝒓𝒔, y yo y más cuentas hemos tenido que desactivar los comentarios en publicaciones por esta gente... 🤦🏻‍♀️
Para que ciertas personas se callen ya: no, 𝗧𝗼𝗺 no es calvo, solo está muy rapado actualmente e imposible que lo sea con el pelazo que tenía antes de rap��rselo hace 1 mes, ¡dejadlo en paz 😠!
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sicl5 · 8 months ago
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Capítulo 10 (2ª temporada)
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
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Región de Cañón Cosmo: El cielo.
Estábamos en el aire, montados en la avioneta y cada vez faltaba menos para llegar a Cañón Cosmo. Cid seguía pilotando el avión de manera perfecta y al final parecia que habíamos hecho una buena distribución del peso.
— Ugh… Qué va…- Dijo Yuffie.
— ¿Qué?- Preguntó Cid.
— Pensé que en las alturas… no tendría problemargh…- Mencionó Yuffie. 
— ¡Cagüen!- Exclamó Cid.- ¡La pota fuera!
— Oye, Cid.- Dijo Barret.- ¿Qué pasa si Shinra nos pilla volando así por libre?
— ¡Ni que el cielo tuviera dueño!- Exclamó Cid.- ¡Que le den por saco a Shinra!
— ¡Así se habla!- Exclamó Barret. No pude evitar reir.- ¡Tú eres de los míos, macho!
— Parece que nos vamos acercando.- Mencionó Red XIII.
— ¡Sip! ¡Toca descender!- Dijo Cid.
El avión empezó a descender y sacó sus ruedas para aterrizar de la mejor manera posible. Nos levantamos todos rápidamente y salimos del avión. Había sido un agradable paseo aéreo. 
— Tengo que parar aquí.- Mencionó Cid.- No puedo acercaros más, así que tendréis que seguir a pata.
— ¿Cómo contactamos contigo?- Preguntó Barret.
— Hacedme señales de humo.- Respondió Cid.- Iré cagando leches en cuanto las vea. ¡Venga, nos vemooos!
En ese momento Cid se volvió a poner al volante del avión y despegó dejandonos atrás. 
— Seguidme; conozco el camino.- Dijo Red XIII.
Empezamos a seguir a Red XIII. Cañón Cosmo era más desierto, nada parecido a Gongaga de donde veníamos. Se hacía hasta un poco pesado andar por los caminos de arena en dirección al pueblo. Varios monstruos se entrometieron en nuestro camino pero realmente nada que un par de golpes no pudiera solucionar. 
— Oye.- Dijo de golpe Cait Sith.- Prrr continuar donde lo dejamos… ¿Decíais que Sephiroth es el enemigo? Si el supuesto héroe está vivito y coleando… ¿Qué es lo que se trae entre patas? 
— Su objetivo es proteger el planeta.- Respondí.
— Pero eso está la mar de bien, ¿no?- Mencionó Cait Sith.
— El problema es que le traen sin cuidado los seres humanos.- Agregó Cloud. 
— ¡Prrr! Ya lo pillo.- Dijo Cait Sith.- No tiene miaucho sentido un planeta sin gente, ¿no?
— ¿Se os ha olvidado que tenemos más enemigos?- Preguntó Barret.- Y hay uno en concreto que pretende quitarnos de en medio para seguir chupando la sangre al planeta. ¡Shinra!
Poco tiempo después llegamos a un puente donde en el final se podía ver la entrada al pueblo. En ese momento Red XIII se puso super contento y empezó a correr hacia los guardias que protegían la entrada.
— ¡Bueeeenas! ¿Me habéis echado de menos?- Preguntó Red XIII con un tono diferente de voz al que usualmente estabamos acostumbrados.
— ¡Nanaki!- Exclamó el guardia.- ¡Bienvenido, Nanaki! ¡Qué alegría verte! Se te nota lozano. Vamos, ¡a saludar al maestro Bugenhagen! 
Todos mirábamos sin entender absolutamente la escena. Entre la voz, la reacción de Red XIII y "Nanaki", era todo una incógnita. 
— Esta gente me ha ayudado bastante.- Dijo Red XIII refiriéndose a nosotros.- Son unos buenazos. Dejadlos entrar. 
En ese momento Red XIII echó a correr hacia dentro del pueblo.
— ¿Nos hemos perdido algo?- Preguntó Barret.- ¿Cómo que "Nanaki"?
— Me estaba preguntando lo mismo… ¿y su voz?- Pregunté yo sin entender nada. 
— Me parece una monada.- Dijo Aeris con una sonrisa. 
— Disculpad un momento.- Nos dijo el guardia sacando un cartel.- Empezaron a caer del cielo esta mañana… Son los que destrozaron los reactores de Midgar…
Nos miraron fijamente, comparando nuestros físicos con las fotos del cartel.
— Pero veo que no tenéis nada que ver.- Mencionó el guardia de golpe. Nos quedamos sin entender nada.- Además que vais con Nanaki, así que sin problema. 
El hombre nos enseñó el cartel y no pude evitar reir un poco. Los nombres coincidían pero no las caras, habían puesto otras imágenes de otras personas. 
— Uy…- Dijo Yuffie mirando el cartel.
Cait Sith empezó a saltar y se puso las manos en su cadera con una amplia sonrisa.
— Os doy la bienvenida a Cañón Cosmo, la cuna de la astrobiología.- Agregó el guardia. 
Cañón Cosmo: Aldea.
Entramos a la aldea y empezamos a andar más que nada buscando dónde habia ido Red XIII.
— No parecíamos nosotros en los carteles de "Se busca" de AVALANCHA.- Dijo Tifa.
— Qué gracioso, ¿no?- Dije yo con media risa en la boca.
— Algo están tramando.- Mencionó Cloud.
— Me da mala espina…- Añadió Aeris. 
Empezamos a subir las escaleras de la aldea y en una de las plataformas vimos finalmente a Red XIII, contemplando las vistas. No tardó demasiado en vernos.
— Yo nací y crié en este hermoso valle.-Dijo Red XIII.- Se suponía que mi labor era defenderlo, pero Shinra me capturó. Creo que ya he pagado mi deuda. Va siendo hora de dejaros. Gracias por todo lo que habéis hecho por mí. 
— Te echaremos muchísimo de menos.- Dijo Aeris. 
— Calla, calla… Que ya me está costando.- Mencionó Red XIII.- ¡Pero es que tengo que proteger este valle sí o sí! 
— Qué bien engañados nos has tenido todo este tiempo, ¿eh?- Dijo Barret acercándose a él. 
— La gente suele subestimar a los canes.- Respondió Red XIII. 
— ¡Nanakiiii!- Exclamó de golpe una voz desconocida. Miramos hacia arriba y vimos a un abuelo montado encima de una bola.
— ¡Abuuuu!- Exclamó Red XIII. 
Aeris le asintió a Red XIII y él se fue corriendo una vez más. 
— Pues vaya.- Dije yo, cruzándome de brazos.- Cuántas vueltas da la vida.
— ¿Así que esto es un adiós?- Preguntó Tifa.  
— Podemos venir a verle cuando queramos.- Mencionó Barret.- A todo esto, ¿qué hemos venido a hacer aquí? Yo voy a hacer mis pesquisas como astrobiólogo. 
— ¡Materias! ¡Materiaaas!- Exclamó Yuffie. 
— Pues yo…- Dijo Cait Sith corriendo hacia unas escaleras y sentandose.- ¡Miaulehop! Voy a reposar, con vuestro prrrmiso. 
En ese momento solo quedabamos Cloud, Aeris, Tifa y yo.
— ¡Vamos a explorar!- Dijo Aeris.
Asentimos y empezamos a explorar la aldea. Era una aldea muy rústica, antigua, hecha totalmente de madera pero eso le daba un buen toque y más teniendo en cuenta la zona geográfica en la que nos encontrábamos. Nos metimos en un ascensor y subimos para llegar a una de las zonas más altas de la aldea. Delante de lo que parecía una especie de casa se encontraba Red XIII con el viejo encima de una bola.
— ¡Abu! ¡Aquí están!- Exclamó Red XIII.
— Os agradezco que hayáis cuidado de Nanaki todo este tiempo.- Nos dijo el viejo.- Soy Bugenhagen. Enseño astrobiología aquí en Cañón Cosmo. Bueno, lo poco que sé. 
— ¡Anda ya!- Dijo Red XIII.- Pero si eres una enciclopedia con patas. 
— Desde luego, más que tú sí que sé, jovencito.- Dijo Bugenhagen mirando a Red XIII. 
— ¿"Jovencito"?- Preguntó Red XIII.- ¡Ya tengo cuarenta y ocho años!
— ¿Cóóómo?- Exclamó Tifa. Los cuatro parecíamos muy sorprendidos.
— Veréis, el linaje de Nanaki es muy logevo.- Explicó Bugenhagen.- La edad que tiene ahora mismo equivale a unos quince o dieciséis años humanos. 
— ¡Ya soy adulto! Puedo defender el valle y a todos yo solito.- Dijo Red XIII.- No haré como mi padre. 
— A todo esto, habrás saludado a la gente del valle, ¿no?- Preguntó Bugenhagen. 
— Aún no. Ahora voy.- Después de eso Red XIII se fue.
— Perdonadme. Si os parece bien, puedo mostraros las instalaciones.- Nos dijo Bugenhagen. 
Observatorio de Cañón Cosmo.
Aeris y Tifa parecían muy emocionadas. Yo también tenía ganas de saber que nos iba a enseñar y contar el señor Bugenhagen. Le seguimos, entrando en la casa, dándonos cuenta que no es una casa cualquiera sinó un observatorio. Todo era impresionante, estaba repleto de libros y de artilugios que no había visto en la vida. 
Me acerqué a una gran maqueta de lo que parecía un planeta, era impresionante.
— Esto es una maqueta del planeta en el cosmos.- Me explicó Bugenhagen.- El polvo que se acumula sobre su faz podría representar a la humanidad. 
— Vaya…- Expresé yo.
Subí a la segunda planta y allí se encontraba un holograma de Red XIII. Me acerqué a este a mirarlo fijamente. 
— Ese es Nanaki de cachorrito.- Mencionó Bugenhagen.- Ni te imaginas lo traviesillo que era… 
— Aw que monada.- Dije yo.
Aeris estaba mirando fijamente una máquina y de golpe se escuchó un sonido grave salir de esta.
— A ver qué pasa…- Dijo Bugenhagen acercándose. 
El sonido volvió a sonar, pero esta vez más fuerte y claro. Aeris se tapó las orejas y Tifa miró fijamente del cacharro de donde provenía.
— Esa llamada…- Dijo Tifa mirándome a mi. 
— Son los lamentos del planeta.- Explicó Bugenhagen.- Una triste melodía que últimamente se escucha mucho. Nos llegan desde las profundidades de la tierra, a través de tubos acústicos. 
— Se equivoca.- Me crucé de brazos mirando fijamente a Bugenhagen.- No son lamentos del planeta. Son de las Armas que lo protegen. 
— Luces con seguridad mientras lo dices.- Me dijo Bugenhagen.
— Es que las hemos visto.- Mencionó Tifa.- En los reactores de Gongaga y de Corel. Son enormes… 
— Qué historia más interesante.- Dijo Bugenhagen.- Inhalar mako tiene una ristra de efectos secundarios. Yo no me fiaría de lo que creíste ver allí.
Mi cara en ese segundo cambió y lo miré fijamente. No estábamos mintiendo.
— Pero…- Dijo Tifa. 
— Claro que… es evidente que nunca habéis profundizado en la astrobiología.- Mencionó Bugenhagen.- Pero estáis en el lugar adecuado. Seguidme.
Lo seguimos a otra sala del observatorio. Allí Bugenhagen se puso a tocar una máquina. 
— Aquí tenéis el planetario.- Dijo Bugenhagen.- Shinra tiene uno mucho más avanzado, pero este es el original que construí yo mismo. Bueno, comencemos. 
En ese momento la máquina de enmedio empezó a girar y la plataforma en la que estábamos se elevó llegando a una parte superior toda oscura. De golpe se iluminó, enseñándonos el cosmo con los planetas y su espacio estrellado. Era increíble de ver. 
— Qué bonito…- Dijo Aeris con una sonrisa. 
— Aún no has visto nada, joven.- Dijo Bugenhagen. 
Los planetas se empezaron a mover alrededor del sol del cosmo. Parecía una especie de proyección pero todo era mecánico.
— Nuestro planeta y el cosmos: formas de vida y misterios.- Dijo Bugenhagen.- La astrobiología se basa en el conocimiento del ciclo de la vida en Gaia. Este planeta, nuestro hogar tan lleno de vida, es la cuna de la humanidad. El ser humano nace y, al cabo de cierto tiempo, muere. Pero ¿qué sucede después de la muerte? El cuerpo se descompone y vuelve al planeta. ¿Y qué ocurre con la conciencia, el alma, el espíritu? Este también vuelve al planeta. Pasa a formar parte de él; fluye como sangre por sus venas. Este fenómeno se conoce como la corriente vital, cuyo caudal acoge nuevas almas y las reparte. La corriente vital, es dicho de otro modo, energía espiritual en perpetuo flujo. Y es indispensable para que continúe la existencia del planeta tal y como lo conocemos. Si dicha energía se agotase… 
En ese momento nuestro planeta se destruyó y Aeris lo miró conmocionada. Cloud y Tifa la miraban mientras yo estaba ocupada intentando entender el porqué todo lo que el señor Bugenhagen contaba me sonaba tan extraño. La plataforma bajó y con eso la explicación finalizó. 
— Estos son los fundamentos de la astrobiología.- Dijo Bugenhagen.
— Entonces, ¿el uso industrial del mako drena la energía espiritual?- Preguntó Cloud. 
— Así es.- Mencionó Bugenhagen.- Una vez extraída y procesada, dicha energía ya no puede cumplir su función original. Se consume como combustible y se pierde para siempre. 
— ¿Para siempre…?- Preguntó Tifa.
— No creo que sea para siempre.- Mencioné yo.- ¿No cree que se transforma y vuelve a la corriente vital?
— Hm.- Murmulló Bugenhagen.- ¿Cómo se te ocurren estas teorías? 
— Ella… sabe mucho más de lo que puede parecer.- Mencionó Tifa mirándome fijamente. Yo la miré, si sabía cosas pero no sabía exactamente el porqué y parecía que la respuesta había sido encontrada por Tifa en la corriente vital, cuando caímos.
— Interesante…- Dijo Bugenhagen.- ¿Qué tal si participáis las dos en uno de nuestros seminarios?
En ese instante Bugenhagen aplaudió y la puerta se abrió inmediatamente.
— ¿Nos necesita, señor?- Preguntó uno de sus ayudantes. 
— Acompañad a las señoritas a la sala de conferencias.- Mencionó Bugenhagen. 
— Seguidnos, por favor.- Dijo el ayudante. 
— De acuerdo.- Dijo Tifa. 
— ¿Os puedo acompañar?- Preguntó Aeris.
Bugenhagen asintió y nos dio la orden de seguir a sus ayudantes. Ya empezaba a caer la noche en Cañón Cosmo y aunque todo era muy agradable de mirar yo no podia parar de pensar en lo que acababan de explicarnos. ¿Por qué una ciencia llamada "astrobiología" respalda sus explicaciones en la espiritualidad? No podia quitarmelo de la cabeza. No tenia lógica ninguna. 
Nos sentaron alrededor de una hoguera, varios poblareños también acudían a la sesión. Un moderador daba paso a la sesión y la gestionaba. Todo el mundo escuchaba las historias de los demás pero yo casi que no escuchaba a nadie. Seguía sucumbida en mis pensamientos. 
En vez de ciencia… parece una religión. 
— Joven.- Dijo el moderador mirando a Tifa.- Adelante, nos gustaría escuchar tu historia. 
— Sí, vale…
En ese momento conecté y miré a Tifa quien me miró antes de empezar. Parecía que buscaba mi aprobación para contarlo y yo asentí. Necesitaba saber que había pasado.
— Yo… bueno… Estuve atrapada en la corriente vital. Aquello irradiaba una belleza indescriptible. Además… no estava sola. Pero la única que parecía atrapada era yo… Tuve suerte, la chica que estaba a mi lado parecía saber exactamente dónde nos encontrábamos y como salir de allí…- Las palabras de Tifa solo hacían que mis ojos se abrieran cada vez más. ¿Hablaba de mi?- Para poder avanzar… tenían que asaltarme mis recuerdos. Lo vimos las dos, esa chica y yo. Me sentí rodeada de ternura y recobré momentos que había olvidado. El regazo del planeta es muy acogedor. Pero… no todo era tan bonito. Ese hogar, el hogar de la chica, no era simplemente su hogar. Alguien más lo custodiaba. Una aura maligna y el planeta junto con la chica luchaban contra ese enemigo. Yo… Nosotros… no podemos vivir sin el planeta. Por eso, tenemos que apoyar al planeta en su lucha contra esta amenaza. Creo que… la clave de esa protección del planeta puede ser aquella chica… pero no sé nada más… Pensé que aquí encontraría respuestas, pero no ha sido así. No me malinterpreten. No estoy criticando la astrobiología ni pretendo asustarles. Es que… Lo siento, no logro explicarme bien… 
El moderador empezó a aplaudir y todos los oyentes no tardaron en hacerlo también. Yo también aplaudí, mirándola. 
— No te preocupes.- Dijo el moderador.- Siempre nos encontrarás aquí, dispuestos a escucharte. Sigue reflexionando y un día encontrarás en tu interior la respuesta que buscas. De acuerdo. Ya casi es la hora de la confluencia de las almas. Las Candelas nos esperan. 
Todos se levantaron y Tifa y Aeris no tardaron demasiado en hacerlo también. Yo sin embargo, no podia moverme. No cabía en mi cabeza algo así, eso que había pasado.
 — Tifa.- Dije sin desviar la mirada del suelo.- Esa chica… ¿era yo?
— Sil…- Me dijo Tifa ayudandome a levantarme.- Sí…
— ¿Quién soy en verdad? ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi misión?- Un montón de preguntas empezaron a perforar mi cabeza. 
— Tu misión…- Me dijo Aeris, con la mirada preocupada.- creo que lo sabremos más adelante. 
— Lo descubriremos, Sil.- Mencionó Tifa.- Estoy segura de ello.
Asentí. Las tres juntas pasamos por al lado de Cloud, quien había estado allí escuchando toda la sesión. Lo miré a los ojos por un momento y parecía preocupado pero no me sentía nada bien. Le medio sonreí como pude y nos fuimos hacia la parte de abajo de Cañón Cosmo, para poder empezar con el ritual de Candelas. 
Candelas. Ritual de la confluencia de las almas.
Llegamos al ritual. Una fogata enorme estaba en el centro y la gente se reunía a su alrededor. Agradecí a Tifa y a Aeris con la mirada y me senté en el suelo a mirar el fuego. Los demás del grupo se encontraban allí también, todos esperábamos a que empezara. 
— Sil.- Escuché la voz de Cloud detrás de mí y me levanté en ese momento para mirarlo.- ¿Estás bien?
—  Podría estar mejor.- Dije yo.- Cada dia me entero de cosas más turbias sobre mi y me da miedo saber quien soy en realidad.
— Parece que tienes un papel importante en este viaje… No tienes por que tener miedo.- Me respondió Cloud.
— Lo intento, de verdad.- Mencioné.
En ese momento le sonreí a Cloud. Estar con él me hacía sentir bien, se paraban los problemas. Era todo lo que necesitaba.
Quizás… si siento algo por él. 
El ritual no tardó en empezar. Aeris agarró una antorcha y la encendió con la llama de la hoguera así quemando la madera muerta que rodeaba la fogata, creando más fuego. La gente se empezó a acercar un poco más y miraban fijamente a Aeris.
— Soy una Anciana, descendiente de los Cetra, los primeros habitantes del planeta.- Explicó Aeris.- Y soy la última de su linaje. Debido a mis orígenes… pasé mi infancia encerrada, y me han vigilado toda la vida. Me han tratado con miedo o, a veces, como si no existiera. Mi linaje no me ha traído nada bueno. Incluso cuando me lo estoy pasando bien, si pienso en quién soy, me invaden los malos pensamientos. Es como la pescadilla que se muerde la cola. Aunque sé que nunca podré vivir una vida normal, no paro de desearla… y de desesperar.
Cloud me agarró fuerte la mano mientras Aeris explicaba todo y se soltaba. Yo también se la apreté. 
— A pesar de todo, ser quien soy me ha llevado a conocer a personas increíbles.- Dijo Aeris.- Así que todo ha merecido la pena. Hice bien en ser paciente. 
Aeris le dio la antorcha a una local y estos se preparaban con unas linternas que iban a lanzar al aire. 
— Seguiré dando lo mejor de mí para tenerlas siempre a mi lado…- Mencionó Aeris. Una pequeña lágrima salió de mi.- aunque no pueda tener una vida normal. 
Aeris hizo una reverencia y todo el mundo empezó a aplaudir. No me quedé atrás y aplaudí con todas mis fuerzas, sus palabras me habían conmovido muchísimo. Todo el mundo agarró una de las lámparas y las dejaron ir, llenándose el cielo de conos luminosos. 
— Woah…- Exclamé mirando a mi alrededor.- Que bonito…
— Ahora… Que crucen el valle.- Dijo una astrobióloga. 
Cloud me acercó a él, poniendo su brazo en mi hombro, abrazándome y miramos fijamente las luces, irse por el cielo y así, cerrando un ciclo.
Cuando terminó nos reunimos de nuevo todo el grupo, incluido Red XIII. Nos había llenado el corazón a todos.
— Conque aquí estabas, Nanaki.- Dijo Bugenhagen acercándose a nosotros y mirando a Red XIII.
— ¿Abu?- Preguntó Red XIII. 
— Debo hablar contigo de una cosa. Venid vosotros también.- Mencionó Bugenhagen antes de emprender marcha. Empezamos a seguirlo.- ¿Qué tal la confluencia de las almas? Es curioso, pero cada vez vienen más personas solo para verla. Suelen describirla como algo bellísimo, conmovedor, grandioso, emocionante… Nueve de cada diez usan palabras por el estilo. Me parece precioso que el ritual sea capaz de conmover los corazones de tanta gente. Sin embargo, luego nadie se atreve a dar el paso de estudiar astrobiología… Perros, gatos, pájaros, peces, flores…Todo el mundo sabe que son seres sintientes. Cuando nace un bebé, cuando brota una flor… sentimos cómo emerge la vida. Ocurre lo mismo con el planeta. Disculpadme, no hay quien me pare cuando empiezo a hablar. Los viejos siempre con nuestras batallitas. 
Puerta del sello.
Nadie respondió, nadie dijo nada. Simplemente le seguíamos hasta que llegamos a una extraña puerta, enorme. 
— De acuerdo, podemos proceder.- Dijo Bugenhagen.
— Pero esta puerta…- Mencionó Red XIII. 
— La sellé para que nadie pudiese entrar.- Explicó Bugenhagen.- Aunque ha llegado el momento de demostrar tu valía. 
— ¿Eh?- Preguntó Red XIII. 
— Debes superar una prueba si quieres convertirte en guerrero y defender este valle.- Mencionó Bugenhagen.- ¿Te ves preparado? 
— Sí.- Respondió Red XIII.
— Necesitaré vuestra ayuda para la prueba.- Dijo Bugenhagen mirándonos a todos.- Requiere adentrarse en un lugar harto peligroso. Avisadme cuando estéis listos. 
— Lo estamos.- Dijo Cloud.
— Adelante, pues.-Bugenhagen abrió la puerta viéndose la entrada a una gran cueva.- Hay que adentrarse en las profundidades de esta cueva. 
Cueva de los Gi: Senda del retorno.
Empezamos a bajar las escaleras que conducían a la cueva e incluso tuvimos que subirnos a un ascensor para bajar más.
— ¿Os ha contado Nanaki algo sobre sus padres?- Preguntó Bugenhagen. 
— Qué va.- Respondió Cloud. 
— Eran los guerreros encargados de proteger el valle.- Explicó Red XIII.- Cuando nos invadieron, mi madre no dudó en lanzarse contra el enemigo. Murió defendiéndonos. En cambio mi padre fue un cobarde… Huyó con el rabo entre las patas. 
— Pobre Seto.- Dijo Bugenhagen.- Nunca le perdonarás, ¿verdad? 
— Jamás.- Exclamó Red XIII. 
Sala del engaño.
— A partir de aquí, solo puede continuar el participante, acompañado de un testigo.- Mencionó Bugenhagen.
— ¿Quién?- Preguntó Red XIII. 
— Voy yo.- Dijo Cloud. 
— No eres el más indicado para este cometido.- Dijo Bugenhagen mirando a Cloud.- A ver…-Bugenhagen nos hizo una repasada a todos con sus ojos pero se pararon en Barret.- Debes acompañarle tú. 
— ¿Yo?- Exclamó Barret. 
— Venga ya…- Expresó Red XIII. 
— Yo también te quiero, ¿eh?- Exclamó Barret. 
— Preparaos bien.- Dijo Bugenhagen. 
— Vale…- Respondió Red XIII.
Bugenhagen, Red XIII y Barret se fueron cueva abajo y los demás del grupo nos quedamos al lado del ascensor por órdenes de los ayudantes de Bugenhagen. Me apoyé en la pared y cerré mis ojos. Estaba cansada de todo lo que llevaba viviendo estos días y necesitaba un segundo de pausa. 
Pasado un rato los ayudantes de Bugenhagen nos hicieron una señal para que fuéramos con ellos y nos bajaron hasta incluso más abajo en ascensor. Salimos de este y nos indicaron de subir una pequeña cuesta. Allí se encontraba Red XIII junto con Barret y Bugenhagen. Parecía que lo habían logrado. El camino estaba lleno de antorchas que iluminaban y al final de este una estatua de un perro, parecido a Red XIII, custodiaba el pico más alto de la cueva. 
— Es el guerrero que luchó él solo para defender el valle.- Dijo Bugenhagen.- Sigue protegiéndonos desde aquí. 
— Abu, ¿no será…?- Dijo Red XIII.- ¿Seto? Mi… ¿padre?
— Aunque las flechas envenenadas lo convirtieron en piedra, su coraje salió indemne.- Explicó Bugenhagen. 
— Y mamá… ¿Mi madre lo sabía?- Preguntó Red XIII.
— Así es.- Dijo Bugenhagen.- Fueron ellos dos quienes me pidieron sellar la cueva. 
— ¿Por qué…?- Preguntó Red XIII.- ¿¡Por qué no me he enterado hasta ahora!?
— Porque te habrías adentrado en este lugar tú solo sin pensarlo dos veces.- Explicó Bugenhagen.- Lo que más ansiaban proteger tus padres… no era otra cosa que a ti, Nanaki.
— ¿Por qué era pequeño y debilucho?- Preguntó Red XIII.
— Hasta los cachorritos pequeños y debiluchos pueden convertirse en espléndidos guerreros.- Mencionó Bugenhagen.- Por eso te he traído aquí, Nanaki. Tu viaje debe continuar. 
— ¡Yo soy el guerrero del valle!- Exclamó Red XIII.- Y debo defenderlo como hizo papá…
— Escúchame, Nanki.- Saltó Bugenhagen.- Hice oídos sordos a las historias que contaron tus amigos. Me sonaban a las palabrerías que se cuentan en los seminarios. Teniendo ocasión de ver y oír cosas nuevas, pasé de largo como si fueran pamplinas. 
Todos observábamos serios la situación y escuchábamos con atención las palabras de Bugenhagen.
— Soy consciente de que he desdeñado grandes saberes por no querer poner a prueba mis creencias.- Mencionó Bugenhagen.
— Abu…- Dijo Red XIII.
— La juventud no debería sentirse anclada a un solo lugar.- Añadió Bugenhagen.- ¡Vamos, Nanaki! No dejes que este valle te vea envejecer. Mi vista y mis oídos ya no son lo que eran. ¡Así que explora mundo por este anciano! Cuidad de él, ¿de acuerdo?
— Por supuesto.- Respondió Cloud. 
— ¡No has pasado la prueba!- Exclamó de golpe Bugenhagen mirando a Red XIII.- Vuelve cuando hayas entrenado más. Seguro que puedes, ¿a que sí? 
— No lo dudes.- Respondió Red XIII. En ese momento él echó a correr y se situó en una parte alta de la cueva, mirando la estatua de su padre.- Después de todo, soy Nanaki de Cañón Cosmo. ¡Hijo de Seto el guerrero! ¡Auuuu!
De la estatua de Seto lágrimas salían de su ojo petrificado y Red XIII miraba fijamente la situación, aullando. Barret se puso sus gafas, también le había conmovido. Pero no tardamos demasiado en descolocarnos de la situación al ver un aura roja salir del suelo y dar vueltas en un punto. De golpe, una especie de monstruo con apariencia cadavérica se apareció delante nuestro. 
— Hijo del guerrero…- Dijo el monstruo.- Mi nombre es Gi Nattak. Hete aquí, Seto, audaz guerrero… Pues a tu clan le confiamos una vez más nuestras plegarias. Te agradecemos tamaña compasión. 
Gi Nattak miró directamente a Aeris y ella se asustó un poco.
— Guerrero Nanaki y… dama de los Cetra. Acompañadme.- Mencionó Gi Nattak. 
En ese momento desapareció por donde teníamos que seguir, señalizandonos el camino. 
— ¡Abu!- Exclamó Red XIII.
— Esto se pone interesante.- Dijo Bugenhagen. 
— Te acompañamos por 2000, ¿eh?- Dijo Barret acercándose a Red XIII con una sonrisa. 
Me reí un poco por el comentario de Barret y miré un momento a Cloud quien parecía mirar con miedo hacia adelante. Me giré, viendo su punto y allí estaba: Sephiroth. Nos sonrió a los dos para luego marchar, hacia donde teníamos que ir.
— No, esta es gratis. Vamos.- Dijo Cloud. 
Empezamos a avanzar rápidamente por el camino marcado. Cloud parecía muy decidido y eso era porque Sephiroth había aparecido delante de nuestras narices una vez más. 
Golfo de exilio.
— ¿Alguien me explica de qué va todo esto?- Preguntó Yuffie.- Es que no sé que hago aquí, la verdad, si mi misión es reunir materias y luchar por Wutai. 
— Prrr, deja de maullar.- Dijo Cait Sith.- ¿Y cómo es que no tienes los bigotes como escarpias? 
— ¿Qué te pasa?- Exclamó Yuffie.- Si el Gi ese es muy educado. 
— Esos son los peores. No bajes la guardia ni un segundo.- Dijo Barret.
Había un lago enorme de lo que parecía ser mako y un pequeño puerto con una barca. Allí se encontraba Gi Nattak, que nos esperaba montado en ella. 
— Os mostraré dónde vivimos.- Dijo Gi Nattak.- Subid. 
— ¿Qué nos das por subir? ¿Tenéis materias para regalar?- Exclamó Yuffie. 
— Da la casualidad de que nosotros también vamos en pos de cierta materia.- Mencionó Gi Nattak. 
Yuffie super convencida después de esas palabras se montó contenta en la barca.
— ¡Venga, para dentro!- Exclamó Yuffie. 
Todos bajamos a la barca como pudimos y nos sentamos, apañándonos. Gi Nattak empezó a navegar por el mako. Todo esto me daba una extraña sensación en el cuerpo. ¿Dónde nos estábamos metiendo?
— Ya tengo náuseas…- Dijo Yuffie. 
— Balancéate al compás de la barca.- Dijo Red XIII. 
— Qué fácil decirlo, ¿eh?- Mencionó Yuffie. 
— Si te has subido a la barca encantada…- Dijo Tifa mirando a Yuffie. 
— Me ha podido el ansia de materias.- Expresó Yuffie. 
— Silencio.- Dijo Gi Nattak.- El planeta nos escucha. 
— ¿Y eso es malo?- Preguntó Barret. 
— Lo será si llega a oídos del planeta. Y llegará, por vía de la joven Cetra.- Explicó Gi Nattak.
— ¿Tanto miedo le tienes?- Pregunté sin pudor.
— Su pueblo no destaca por su espíritu misericordioso.- Respondió Gi Nattak. 
— Yo solo soy su descendiente.- Dijo Aeris levantando la mano. 
— Quizá solo hayas heredado su sangre.- Mencionó Gi Nattak mirando fijamente a Aeris.- Has olvidado su historia. 
— ¿Eso crees?- Preguntó Aeris. 
— El sino de los Cetra es el sufrimiento.- Dijo Gi Nattak.- Cuanto menos sepas, más tiempo disfrutarás de tu vida. 
En un mundo paralelo (Zack POV)
Me encontraba junto con Biggs en la casa abandonada de la barriada del sector 5. Llegamos y Biggs me empezó a contar su historia, lo que le había pasado. 
— Entonces… sentí como si estuviera sangrando por todos los poros.- Explicó Biggs.- El cuerpo no me respondía… Estaba seguro de que iba a palmarla. Pero aquí estoy. Sentí como si se levantara un viento muy fuerte… y me arrancara el alma del cuerpo… Cuando desperté, estaba en una cama del orfanato. Nadie sabe quién me encontró y me llevó allí. 
— A mí me pasó algo parecido.- Expliqué yo.- Tenía medio ejército rodeándome… Era de coña. Me dolía todo. Y sentí soplar esa corriente que dices. Cuando, de repente, me di cuenta de que seguía en pie, casi no podía creerlo. 
— No cabe en la cabeza, ¿eh?- Dijo Biggs.- Sobrevivimos de chiripa, solo para ver el fin del mundo. Y lo peor de todo… es que me haya tocado sobrevivir justo a mí. 
— ¿Qué quieres decir?- Le pregunté. 
— No paro de darle vueltas.- Me contestó él.- De todos los que éramos, ¿por qué tuve que ser yo el único que se librara? Si los demás siguieran conmigo, ¿qué esperarían de mí? 
— No pienses esas cosas.- Respondí.
— Ven conmigo.- Me dijo Biggs dirigiéndose a la puerta.- Te cuento en el camino.
Agarr�� mi espada y me la puse en la espalda. Salí de la casa junto con Biggs y empezamos a andar por la barriada.
— ¿Qué tal está Cloud?- Me preguntó Biggs. 
— El envenenamiento por mako es mal asunto.- Respondí.- No creo que se recupere de hoy para mañana. Pero yo haré lo que pueda por ayudarle. 
— Vaya. Cuando se recupere, seguro que lo cuenta como si hubiera sido un catarro.- Dijo Biggs.- Haciéndose el duro, como si esto no fuera nada del otro jueves. 
— ¿Esa es la impresión que tienes de él?- Le pregunté confundido. 
— Se comporta como si necesitara demostrar su valía a los demás.- Me respondió.- Y eso que con nosotros no tiene por qué. Sabemos de sobra que es un máquina. Además, se complementaba muy bien con Sil, los dos eran buenísimos en lo suyo.
— Espera… ¿Sil?- Exclamé.- ¿Conoces a Sil?
— ¿Eh? Sí.- Me dijo él.- Se unió a AVALANCHA no mucho antes de que me pasara lo que te he contado. No olvidaré las lágrimas que derramó encima mío cuando estaba apunto de morirme. Me gustaría verla y decirle que sigo vivo, para que se quede tranquila.
— ¿En serio?- No podía creer sus palabras.
— ¿Tú también la conoces?- Me preguntó Biggs.
— Sí…- Expresé.- No sabrás nada de su paradero entonces, ¿no?
— Ni idea… Lo único que se me ocurre es que Shinra la haya atrapado.- Respondió Biggs. 
— Dijeron en las noticias que no…- Suspiré, estaba muy preocupado por ella. 
Llegamos a un sitio con un tablón de anuncios. Biggs se paró enfrente de inmediato.
— Lee esto.- Me dijo Biggs señalándome uno de los carteles.
— A ver…- Dije yo acercándome.- "La destrucción del sector 7 fue obra de Shinra. No podemos permitir que se laven las manos de tanta sangre. ¡Uníos a AVALANCHA! ¡Hagamos que se enteren de que Midgar ni olvida ni perdona! Nos reuniremos en el descampado". Qué locura. 
— ¿Verdad?- Mencionó Biggs. 
— Se están tendiendo una trampa ellos mismos.- Dije yo.- Así juntitos será más fácil arrestarlos a todos. 
— No creo que se molesten en arrestarlos.- Dijo Biggs.- Llegarán, les dispararán a todos, y problema solucionado. 
— Pues mejor me lo pones.- Respondí. 
— Pero AVALANCHA.- Agregó Biggs.- necesita gente que esté dispuesta a hacer locuras. 
— ¡Eh!- Exclamé al ver que Biggs se iba.- No estarás pensando en ir a esto. ¡Venga, hombre! 
Fui hacia Biggs, decidí que lo iba a acompañar y que iba a acudir a la reunión. Solo para no dejarlo solo.
— ¿Tú alguna vez te has planteado qué quieres hacer con tu vida o qué sentido tiene?- Me preguntó Biggs. 
— Sí, supongo. Claro que sí, lo pienso a menudo.- Respondí.
— No se te nota.- Mencionó Biggs. 
— Es que desde que empecé a trabajar para Shinra, me ha pasado de todo. Ni te imaginas.- Dije. 
— Yo no paro de planteármelo desde que desperté en el orfanato. No quiero malgastar ni un solo día.- Me comentó Biggs.
— Oye, Biggs…- Dije.- ¿Hay alguien que se dedique a ser mercenario por aquí?
— Pues Cloud, claro está. ¿Seguro que sois amigos?- Me preguntó Biggs. 
— ¿Desde cuándo os conocéis?- Le pregunté. No me cuadraba nada. 
— Desde el día anterior a la misión, así que…- Mencionó Biggs.- Y el día de la misión conocí a Sil. ¿Cuánto hace de eso? No sé… He perdido un poco la noción del tiempo. 
— Yo también.- Respondí.- ¿Por qué será…?
— Ni idea.- Dijo Biggs.- ¿Sabes que? 
— ¿Qué?- Pregunté.
— Más que mandar, prefiero ser la mano derecha de otro. Va más conmigo.- Me dijo Biggs. 
— ¿Sí?- Ya casi que no sabía como responder. 
— Se me da mejor plantear cómo hacer algo que decidir si hay que hacerlo.- Explicó Biggs.
— No hay nada malo en eso.- Añadí. 
— Pero entonces, ¿por qué me han dejado solo a mí? Siempre vuelvo a lo mismo.- Expresó Biggs. 
— Seguro que alguien necesita tu apoyo.- Dije. 
— ¿Y quién crees que es?- Preguntó Biggs. 
— ¿Quienquiera que levantara aquel vendaval?- Respondí, algo inseguro de la respuesta. 
— ¿Quién sería capaz de algo así?- Preguntó Biggs.
— ¿Cómo voy a saberlo?- Pregunté de nuevo. 
Antes de que nos diéramos cuenta, entre la conversación, llegamos al descampado donde se iba a hacer la reunión de AVALANCHA. Como imaginé, no habia nadie.
— No hay nadie.- Mencioné.
— Ni un alma.- Dijo Biggs.
— Por suerte, los de Shinra tampoco…- Añadí. En ese momento escuchamos un ruido.- ¿¡Quién anda ahí!?
En ese instante una chica de pelo negro salió de detras de unas cajas. Era la chica a la cual le había dado a Cloud cuando fui a rescatar a Aeris.
— ¿Has venido a alistarte?- Pregunté, sorprendido.
— ¡Ja!- Exclamó la chica dirigiéndose a la salida del descampado.- ¡Ya solo me faltaba eso! Solo he venido a ver qué clase de pringaos hacían caso a los carteles. Pero me habeis aguado la diversión. Bueno, me voy. 
En ese momento la chica se fue.
— Está claro que liderar una organización no es lo mío.- Dijo Biggs.- No sobreviví por ningún motivo especial. El destino no me ha elegido. Perdona que te haya traído para nada. 
Biggs estaba por irse, cabizbajo. Lo vi destrozado después de ese suceso y no pude evitar recordar a Elmyra y a la pequeña Marlene. Todo el mundo estaba tan triste.
— ¡Biggs!- Exclamé.- ¿No hay nada que podamos hacer? ¿Quién dice que se vaya a acabar el mundo? ¿¡Y no te parece muy raro que la gente lo haya aceptado así porque sí!? ¡Yo no estoy dispuesto a rendirme! Tenemos que dar con algo. La cuestión es qué, claro… Ahora no se me ocurre nada, pero, podría ser un sueño, o un deseo.. ¡Algo a lo que merezca la pena aferrarse muy muy fuerte!
— ¿Dos muys?- Me preguntó Biggs.  
— ¡Sí, o incluso tres!- Respondí.
— Eres buena gente.- Me dijo Biggs.- Intentaré pensar en algo. Bueno, me voy. Cuando pueda pasaré a ver cómo está Cloud.
— ¡Va!- Exclamé.- ¡Piensa lo que te he dicho! 
Biggs me dijo adiós con la mano y yo me quedé pensativo por un momento. No sabia hasta que punto lo que acababa de hacer era lo correcto o no. Pero no tenia mucho más a lo que recurrir.
Ah, Sil, dónde te has metido cuando más te necesito.
Volví rápidamente a casa de Aeris y allí en el comedor se encontraban Elmyra y Marlene.
— ¡He vuelto!- Dije al llegar.
— Bienvenido a casa.- Me dijo Elmyra. 
— Bienvenido.- Me dijo Marlene. 
— He visto a Biggs, ¿sabes?- Mencioné con una gran sonrisa. 
— ¿En serio?- Preguntó Marlene yendo hacia mi.
— Va a venir a visitarnos cuando pueda.- Le dije. 
— ¡Bieeen!- Exclamó Marlene.- ¿Y te ha contado algo de mi papá y de Tifa? ¿O de Sil?
— No, perdona…- Respondí.- No ha salido la conversación.
— Jolines…- Dijo Marlene sacándome la lengua. 
— Zack.- Dijo Elmyra.- ¿puedes subir a la habitación de Aeris? 
— Claro.- Respondí. 
— Seguro que los ves pronto, cielo.- Mencionó Elmyra.- Al final, todos acabamos en el mismo sitio. 
— ¿Cuándo es pronto?- Preguntó Marlene. 
— Más pronto de lo que crees.- Le respondió Elmyra. 
Subí a la habitación donde Aeris y Cloud yacían dormidos, aún sin despertar. Me acerqué a Aeris un poco y la miré.
— He vuelto.- Dije.- Aeris, tú levantaste ese vendaval, ¿verdad? ¿Me oyes..?
Le agarré la mano suavemente y cerré mis ojos.
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Mundo original (Sil POV)
Aldea de los Gi. 
Poco tiempo después de estar subidos en la barca llegamos a lo que parecía una aldea, todo esto daba un poco de mal rollo y estaba con la tensión por las nubes. Parecíamos todos un poco igual, algo nos olía raro. Bajamos del barco y Yuffie caminaba como si estuviera borrachisima.
— Aguanta, Yuffie…- Se dijo Yuffie a si misma. 
— ¡Ah!- Exclamó Tifa al mirar hacia atrás. 
Gi Nattak se retiraba con la barca, dejándonos sin rumbo hacia atrás.
— Bienvenidos a la aldea de los Gi.- Dijo Gi Nattak, desapareciendo. 
— Uf, esto… me da muy mala espina.- Dije encogiéndome. 
Yuffie salió pitando hacia arriba de la montaña, se notaba la emoción que se traia respecto a lo de la materia. En una situación normal, yo también estaria saltando de alegría pero todo me tiraba hacia atrás. Subimos la montaña, siguiendo a Yuffie y de golpe escuchamos la voz de un Gi.
— Bienvenidos, hijos del planeta.- Nos dijo la voz. Solo se podía escuchar. 
— ¿Quién ha dicho eso?- Preguntó Barret. 
— Las almas de los Gi permanecen aquí aún tras perecer nuestros cuerpos.- Dijo Gi Nattak apareciendo delante nuestro.- Somos seres del más allá, rechazados por el planeta. 
— Tiene que ser muy duro…- Dijo Barret.
— Estas estatuas nos acogen al llegar nuestro ocaso.- Mencionó Gi Nattak- Os ruego escuchéis sus voces. Largo tiempo ha que sus palabras se las lleve el viento… 
Gi Nattak volvió a desaparecer. Sentía que mientras hablaba me miraba a mi fijamente, me sentía tan intimidada.
— Así que los Gi no pueden volver al planeta…- Dijo Aeris. 
— No pueden unirse a la corriente vital…- Mencioné cruzando mis brazos. 
— Entonces, ¿eso es que no se mueren nunca? ¿Viven eternamente?- Preguntó Yuffie. 
— He visto sardinas asadas con más salero que estos pobres.- Mencionó Cait Sith.- Vagar como almas en pena prrr el limbo es miaucho peor que la muerte. 
— ¿Y tú qué sabrás, si nunca te has muerto?- Preguntó Yuffie vacilandole.- Ahora que lo pienso, ¿estás vivo?
— Yo también tengo una patita en el limbo, miau.- Dijo Cait Sith.
— Los Gi vagamos en pos de una materia.- Dijo la voz de un Gi. 
— ¡Anda, como yo!- Exclamó Yuffie. 
Seguimos avanzando un poco más y se nos pusieron en medio varios espectros Gi que nos empezaron a atacar. Rápidamente carrileamos contra ellos, algo sorprendidos por el ataque.
— Para nosotros, no existen ni la vida ni la muerte.- Dijo un espectro.- Solo existe la eternidad. Los Gi anhelamos nuestra materia. 
Los destrozamos y seguimos subiendo, esta vez con más cuidado al paso. 
— Expulsados del regazo del planeta, anhelamos una panacea que nos brinde sosiego.- Dijo una voz de un Gi.
— ¿Y hay una materia para eso?- Preguntó Yuffie. 
— Una materia que brinda el alivio.- Explicó el Gi.
Poco a poco llegábamos al final de donde nos estaban dirigiendo. 
— Los Cetra nos abandonaron.- Dijo un Gi.- Los Cetra nos traicionaron. Los Gi anhelamos la salvación.
— Pero… ¿qué dicen estos?- Pregunté, no entendía nada.
— Llegará una materia de poder supremo que alivie nuestros males…- Dijo otro Gi.
— ¿¡La materia suprema!?- Exclamó Yuffie.- ¿Y dónde está?
— Al final de nuestra ardua búsqueda…- Dijo el Gi.- El alivio absoluto… El vacío. Ansiamos retornar a la nada. 
— ¿Cómo va a ser eso un alivio?- Preguntó Yuffie.
— Nuestros corazones anhelan la materia inmaculada…- Mencionó una vez más el Gi.
Finalmente llegamos a lo que parecía ser el final, todos andábamos lentamente.
— Se me está poniendo mal cuerpo…- Dijo Barret.
— No eres el único.- Expresé.
— Este sitio no es lo que se dice acogedor.- Agregó Barret. 
— Los Gi creen que el vacío trae la salvación.- Dijo Cait Sith.- Quieren borrarse del planeta… prrr tanto, ¿borrar el prrrpio planeta?
— ¡Qué miedo!- Exclamó Yuffie. 
— Sí.- Dijo Red XIII.
— Creo que una materia tan peligrosa debería vigilarla una chica prudente como yo.- Mencionó Yuffie con una sonrisilla.
— Casi miaujor no meter los bigotes en este tema.- Añadió Cait Sith.
— Ya es un poco tarde para eso.- Dijo Cloud mirando a un punto fijamente. Cuando los demás miramos allí estaba Gi Nattak, mirándonos.
— ¿Qué querrán de nosotros…?- Preguntó Red XIII. 
— La desesperación de los Gi tiñó de negro la materia inmaculada.- Dijo un Gi.
Un dolor intenso golpeo mi cabeza en ese momento y me apoyé donde pude. Mis ojos no sabían dónde mirar.
— ¿Esto va de una materia negra?- Preguntó Barret.
Delante mío volvió a aparecer Sephiroth, con una gran sonrisa. No aguantaba más el dolor.
— Uno de los grandes momentos se acerca.- Me dijo.
No tardó en desaparecer y Aeris se acercó a mí para comprobar que estuviera bien. Le asentí y le medio sonreí, intentando recomponerme.
— Están obsesionados con esa materia.- Dijo Cloud.- No vamos a hacer lo que ellos quieren. Pero hay que seguirles la corriente, para que crean que sí.
— El planeta que nos vio crecer se debilitó con el paso del tiempo.- Dijo Gi Nattak.- Pareció, y lo absorbió el vuestro. El cielo se desmoronó; la tierra se agrietó; los mares se secaron; hasta el tiempo perdió su sentido… Los pocos Gi que sobrevivimos al cataclismo nos instalamos en vuestro planeta. Pero Gaia nos rechaza, como a extraños… incluso tras nuestra muerte. Nos niega el descanso eterno en su seno; no nos arrastra a su corriente vital. Se contenta con aislarnos aquí, desterrados. Condenados a una vida que no es vida, que no tiene fin, sufriendo por toda la eternidad… Lo único que queremos es liberarnos de este tormento. 
Finalmente tuvimos a Gi Nattak en frente nuestro, quien abrió sus ojos y nos miró fijamente, juzgandonos. 
— Obtuvimos una materia nacida del seno del planeta y encerramos en ella nuestro deseo.- Dijo Gi Nattak.- Al cabo de largo tiempo… la materia atendió a nuestros ruegos, y se tornó en un orbe capaz de aliviar nuestro sufrimiento. Llegado al fin el anhelado día, a punto de cumplirse nuestro deseo… los abominables Cetra invadieron nuestro hogar y nos arrebataron el orbe. Era nuestro tesoro, aquel orbe azabache… Lo llamamos la materia negra. Os ruego que la halléis y nos la devolváis. Ese es nuestro mayor deseo, que os confío en nuestro nombre. Si una hija de los Cetra prestara su ayuda a esta causa, podría descansar también nuestro odio a ellos. 
— ¿Sabéis dónde puede estar?- Pregunté.
— Hemos oído que se ocultó en un templo de los Cetra.- Me respondió Gi Nattak.
— Un templo de los Ancianos…- Dijo Cait Sith.
— ¿Te suena?- Preguntó Barret.
— Estoooo… Creo que sí.- Exclamó Cait Sith. 
— Vástago del vacío, ¿podemos confiar en ti?- Preguntó Gi Nattak. 
— ¡Holitas!- Dijo Cait Sith.- ¿Qué tal si te leo la patita? A ver ese prrrvenir felinástico… 
Barret agarró a Cait Sith por el pescuezo y se lo llevó.
— Si dice que sabe algo, será verdad.- Dijo Cloud.- Podéis confiar en él.
— Nuestros enemigos nos acechan.- Mencionó Gi Nattak.- Hijos del planeta, valerosos guerreros… ¡por favor, recuperad la materia negra!
Cueva de Gi (A la mañana siguiente)
De golpe todo se volvió blanco por un humo extraño y cuando volvimos a abrir los ojos nos encontrábamos delante de la estatua del padre de Red XIII. 
— ¿Eh?- Preguntó Aeris.- ¿Hemos vuelto? 
— Vaya…- Expresé, mirando a mi alrededor.- Así que la materia negra, eh…
— Vamos a salir de aquí.- Dijo Cloud.
— ¡A la orden!- Exclamó Yuffie.
— Espero que me estés viendo, papá.- Dijo Red XIII, mirando a la estatua antes de marchar. 
Cuando empezábamos a irnos de allí uno de los ayudantes de Bugenhagen nos paró.
— Bienvenidos de vuelta.- Nos dijo.- El maestro Bugenhagen les aguarda. Síganme.
Empezamos a seguirlo, él conocía el camino más rápido hacia la superficie, es decir, el ascensor.  
— Se han tragado el numerito.- Dijo Yuffie feliz.- Se piensan que vamos a entregar esa materia a un montón de fantasmas.  
— Han dicho que les traería el "alivio"...- Mencionó Barret.- pero a mí eso me suena a que es una materia con un poder espantoso. No podemos devolvérsela ni en broma. 
— Tenemos que encontrarla antes que él.- Dijo Cloud. 
— ¿Que quién?- Preguntó Tifa. 
— Sephiroth.- Respondí.- Ha estado con nosotros, habrá escuchado la conversación.
— ¿En serio?- Preguntó Aeris. 
— Sí.- Mencionó Cloud.
— Vosotros tenéis un sexto sentido para intuir a Sephiroth. Si decis que estaba, os creo.- Exclamó Barret. 
— Entonces, ¿Sephiroth también quiere la materia negra?- Preguntó Yuffie. 
— Sí.- Dijo Cloud.- Esa es la conclusión más obvia. 
— ¡Qué mal! No podemos permitírselo. ¡La materia negra tiene que ser para mí!- Exclamó Yuffie. 
— Oye, Cait… ¿Qué sabes tú del Templo de los Cetra?- Preguntó Aeris. 
— Uy… pues… es que…- Dijo Cait Sith, algo nervioso.- Miaucha idea no tengo. Bueno, más o menos… 
— ¿Ein?- Preguntó Yuffie. 
— Algo leí en unos papeles de la emprrrsa. ¡A ver si averiguamos más en un terminal de Shinra!- Dijo Cait Sith. 
— ¿También hay terminales en Cañón Cosmo?- Preguntó Cloud. 
— Creo que sí.- Respondió Cait Sith.- Miaujor será prrrguntarle a Bugen. 
Finalmente salimos a la superficie. La luz solar nos cegaba mientras regresabamos por fin a donde perteneciamos. 
— ¡Me alegra que hayáis vuelto sanos y salvos! Menos mal.- Dijo Bugenhagen al vernos, estaba esperándonos afuera.
— No tenías que haberte preocupado, abu.- Dijo Red XIII.- ¡Soy el hijo del gran guerrero Seto! 
— Bugen.- Dijo Cait Sith.- En alguna parrrte de este valle tendría que haber un terminal de Shinra. ¿Te imprrrta decirnos dónde? 
— Ah, ¿un terminal, dices?- Preguntó Bugenhagen.- Sí que había uno, sí, pero.. Tenía tanto interés por sus componentes… que lo desmonté para darle mejor uso. Como generador para el cañón, nos ha venido de lujo. 
— ¡Nooo!- Exclamó Cait Sith. 
— ¿Y sabes dónde hay un templo de los Cetra?- Preguntó Red XIII. 
— ¿Cómo que un templo?- Preguntó Bugenhagen.- Los Cetra no tenían más religión que el planeta. No creo que construyeran templos. 
— Vaya…- Dijo Aeris.
— Aunque quizá exista un refugio que los humanos denominaran así.- Mencionó Bugenhagen.- Hay una leyenda escrita en numerosas fuentes que habla de una guarida Cetra oculta en algún lugar. 
— ¡Cuánto sabes, abu!- Exclamó Red XIII.
— Por desgracia, su ubicación no está clara.- Explicó Bugenhagen.- Recordad que los Cetra vivieron a la sombra del infortunio. Aun suponiendo que hallarais su refugio, estará muy bien defendido. Tened muchísimo cuidado. Lo que allí observéis, escuchéis y toquéis es un tesoro que no se halla en ningún libro. Volved de una pieza y contádmelo todo. 
— ¡Maestro!- Exclamó de golpe un guardia que venía en nuestra dirección. 
— ¿A qué viene tanto revuelo?- Preguntó Bugenhagen. 
— Han vuelto los hombres de las túnicas negras. ¿Qué hacemos?- Dijo el guardia. Cloud de golpe se sobresaltó.
— ¿Son conocidos vuestros?- Mencionó Bugenhagen mirándonos. 
— ¿Dónde están ahora?- Preguntó Cloud. 
— Ah… En la entrada al valle.- Explicó el guardia. 
— Vamos, Cloud.- Dijo Red XIII. 
— Sí.- Respondió él. 
Fuimos rápidamente a la entrada del valle, de la manera más rápida posible para encontrarnos un hombre de la túnica en el suelo y el guardia intentaba levantarlo. 
— ¡Nanaki!- Exclamó el guardia. 
— ¿Está bien este hombre?- Preguntó Red XIII. 
— Sí, solo está un poco débil.- Dijo el guardia.- Últimamente, se ven muchos así. Hay quien dice que es envenenamiento por mako, pero sus síntomas.. 
— Nibel… heim…- Dijo de repente el hombre de la túnica.- Nibel… heim… 
Cloud y Tifa se miraron muy sorprendidos por las palabras de aquel hombre.
— ¿Nibelheim no es…?- Preguntó Barret.
— Donde crecimos Tifa y yo.- Dijo Cloud. 
— ¡Nibelheim!- Exclamó Cait Sith.- ¡Me apuesto el rabito a que allí encontraremos un terminal! 
— No sé si seguirá…- Mencionó Tifa algo preocupada. 
— Pero Cloud… Antes dijiste que se podía confiar en estos bigotes, ¿nooo?- Mencionó Cait Sith con una gran sonrisa.- ¿O era mentira cochina? Bueno, te voy a demiaustrar que tenías razón.
— Pero es que…- Dijo Cloud, dudoso. 
— No tenemos nada que perder.- Dije yo cruzando mis brazos. 
— Habrá que comprobarlo, entonces.- Añadió Tifa. 
— Entonces… ¿vais a Nibelheim?- Preguntó el guardia.- Siento deciros que a pie es imposible llegar desde aquí. 
— Pues habrá que ir…- Dijo Barret.
— ¡Cid!- Exclamé yo.- ¡Volvamos al aeródromo! 
— ¡Toca hacer señales!- Exclamó Aeris. 
— ¡Venga, tirando!- Dijo Cait Sith. 
Salimos de Cañón Cosmo y nos dirigimos lo más rápido que podían nuestras piernas al aeródromo de Cañón Cosmo, donde habiamos aterrizado anteriormente. Allí Cloud se puso a hacer una fogata y por tanto Cid no tardó en aparecer con su avión. Bajo de este y se acercó a nosotros con una sonrisa.
— ¡Muchas gracias por volar con Aerolíneas Potrillo!- Nos dijo Cid con una sonrisa.
— Cid, prrr favor, ¿nos puedes acercar a Nibelheim?- Preguntó Cait Sith.
— A Nibelheim, ¿eh?- Mencionó Cid.- Va, venga, por qué no. ¡Con el Potrillo, la distancia no es problema!
Pagamos el costo del billete y nos subimos al avión de Cid una vez más, usando la misma combinación para mantener correctamente el peso. Al sentarme en la silla, cerré los ojos. Estaba un poco cansada, no habíamos dormido y la misión avanzaba. Eso no me iba a parar pero tenía que aprovechar el viaje para descansar un poco. 
La materia negra…
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Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
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vizafrases · 9 months ago
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Pero cariño! Dejadlo al tiempo.
Que es justiciero y vengador...🌙✍️
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armandoskytrosky · 3 months ago
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Mateo 27:9-10  Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.  En Mateo 27:9-10 se menciona una supuesta profecía relacionada con la traición de Judas por treinta piezas de plata y la compra del campo del alfarero. Sin embargo, se atribuye esta profecía a Jeremías en lugar de Zacarías, lo que genera una razonable incredulidad.  Zacarías 11:12-13  Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.  El pasaje de Zacarías 11:12-13 menciona la suma de treinta piezas de plata, que es arrojada al alfarero en la casa del Señor, lo que parece coincidir con el evento que describe Mateo. Sin embargo, el problema es que Mateo atribuye esta profecía a Jeremías, y no hay un pasaje similar en los escritos de Jeremías que hable explícitamente de treinta piezas de plata o un alfarero.  Algunas posibles explicaciones para este desajuste incluyen:  1. Error de Copista: Otros sugieren que podría haber sido un error de un copista en el texto, que inadvertidamente escribió Jeremías en lugar de Zacarías. Por Navaja de Ockham, para mí es la opción más probable. Las otras parecen más bien gimnasia mental para intentar defender lo indefendible.  2. Fusión de Profecías: El redactor de este fragmento de Mateo podría estar combinando elementos de Jeremías (como en Jeremías 19, donde se habla de un alfarero y un campo) y Zacarías (donde se menciona el monto de las treinta piezas de plata), citando solo a Jeremías, quizás porque era considerado más prominente o por el contexto de las referencias al alfarero.  3. Uso simbólico: El redactor puede estar usando el nombre de Jeremías de manera simbólica para referirse a un conjunto de escritos proféticos que incluyen elementos de ambos profetas.  No sé ustedes, pero para mí está claro. Este tipo de discrepancias muestra claramente que los textos supuestamente inspirados por el supuesto Espíritu Santo no son tan perfectos como los cristianos suelen afirmar.
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ochoislas · 3 months ago
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LA AGONIA DE GLORIANA
Nadie me contradiga. Yaceré en el suelo. Hasta aquí desde el trono, montura, o balcón, miré debajo a cuantos en alto miraban. Esa arena corrió. Ya la ampolleta invierto, y ordeno en adelante una abatida honra, dócil e inadvertida como hojas de otoño, que acolche el desvelado estudio al que me obligo, cual es considerar mi reino desde abajo. ¡Qué altos son mis siervos! Como casta de árboles sobre mí cabecean, suspiran, rumoran; remotos astros lucen sus celosos ojos. Aún a los hermosos de buen cuerpo aprecio: no hay reina con mejores mástiles medrando en sus bosques, ni cuyos súbditos envainen en su lealtad más fieras y tercas almas. Ni hubo virgen mejor servida que fui yo. ¡Déjame estar, mujer! Que no he de consentir verme rendida a un lecho. ¿Suponéis quizá que quien bajo intemperies cabalgó, danzó cargada con caudal de alhajas, toleró sentada en dura piedra discursos y prédicas, por dormir en el suelo sufrirá algún mal? No que duerma. Si en eso tuviera mi mente, bien bastara una cama. Pero estoy aquí para un profundo examen y contemplación, y así cómo Perséfone, y la roja zorra, buscan bajo la tierra agudeza de ingenio, descendí de mi estrado para ver si aprendo nueva traza entre vuestros pies, y, como el indio yace con todo el cuerpo atento sobre tierra, así yazgo esperando la repercusión de cuanto es por venir o inminente peligro. ¿Rezando está el obispo? Dejadlo que siga. Sus cansadas rodillas la fe las alivie. ¡El ruin aflige al Cielo con noticias mías! Sí… deposuit superbos. ¿Mas que mano fue la que me ha derribado aquí si no la mía…? Ni flaqueza del ánimo ni de los miembros, ni dislate o temor, vejez ni perlesía, me han quebrado. Si aquí yazgo, es por mi arbitrio, por la curiosidad de una reina sólo. Puedo afirmar que en toda Inglaterra no se halla quien más íntimo yazga que yo de la tierra. No de cierto el traidor cautivo en su prisión, donde la escasa paja esquiva el fatal peso de sus cadenas; ni el zagalejo encogido de frío que debajo del majuelo duerme; ni el campesino mozo que yace estirado, socarrando su libro ante las muertas brasas.
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GLORIANA DYING
None shall gainsay me. I will lie on the floor. Hitherto from horseback, throne, balcony, I have looked down upon your looking up. Those sands are run. Now I reverse the glass And bid henceforth your homage downward, falling Obedient and unheeded as leaves in autumn To quilt the wakeful study I must make Examining my kingdom from below. How tall my people are! Like a race of trees They sway, sigh, nod heads, rustle above me, And their attentive eyes are distant as starshine. I have still cherished the handsome and well-made: No queen has better masts within her forests Growing, nor prouder and more restive minds Scabbarded in the loyalty of subjects; No virgin has had better worship than I. No, no! Leave me alone, woman! I will not Be put into a bed. Do you suppose That I who’ve ridden through all weathers, danced Under a treasury’s weight of jewels, sat Myself to stone through sermons and addresses, Shall come to harm by sleeping on a floor? Not that I sleep. A bed were good enough If that were in my mind. But I am here For a deep study and contemplation, And as Persephone, and the red vixen, Go underground to sharpen their wits, I have left my dais to learn a new policy Through watching of your feet, and as the Indian Lays all his listening body along the earth I lie in wait for the reverberation Of things to come and dangers threatening. Is that the Bishop praying? Let him pray on. If his knees tire his faith can cushion them. How the poor man grieves Heaven with news of me! Deposuit superbos. But no hand Other than my own has put me down — Not feebleness enforced on brain or limb, Not fear, misgiving, fantasy, age, palsy, Has felled me. I lie here by my own will, And by the curiosity of a queen I dare say there is not in all England One who lies closer to the ground than I. Not the traitor in the condemned hold Whose few straws edge away from under his weight Of ironed fatality; not the shepherd Huddled for cold under the hawthorn bush, Nor the long, dreaming country lad who lies Scorching his book before the dying brand.
Sylvia Townsend Warner
di-versión©ochoislas
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rolmaniacos · 3 months ago
Note
Yo creo que esta es X"... en resumen, una "investigación" señalando que ciertos personajes son ciertas personas porque... no sé, se ríen haciendo "JAJAJAJA" / Joder es que hay gente con complejo de detective que jura es uno por otro incluso si ni tiene pruebas pero claro que se lo curró en su jodida cabeza y ala listo. Ojala los descubran porque esta gente no va a rolear, nada más a soltar sus fallitos mentales. Dejadlos que hociqueen en la mierda, esos son los primeros en ladrar si les dan ban. // Parece que tienen miedo de que las descubran nmms en que les afecta? jajajajaj
Habrá que esperar para ver. B⊕REDOM
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77jose-ricardo77 · 6 months ago
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SÁBADO DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Leccionario
Primera lectura
Jer 7, 1-11
“¿Creéis que es una cueva de bandidos el templo dedicado a mi nombre?”
Lectura del libro de Jeremías.
Palabra que el Señor dirigió a Jeremías: «Ponte a la puerta del templo y proclama allí lo siguiente: ¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: “Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: ‘Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor’. Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en este templo, dedicado a mi nombre, y os decís: ‘Estamos salvos’, para seguir cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo dedicado a mi nombre? Atención, que yo lo he visto”» —oráculo del Señor—.  
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 (R.: 2)
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor del universo, Rey mío y Dios mío.
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichoso el que encuentra en ti su fuerza. Caminan de baluarte en baluarte.
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
Aleluya
Sant 1, 21bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Acoged con docilidad la palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Evangelio
Mt 13, 24-30
“Dejadlos crecer juntos hasta la siega”
+Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”. Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho”. Los criados le preguntan: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?”. Pero él les respondió: “No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero”».
Palabra del Señor.
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lecturasdiarias · 6 months ago
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Lecturas del Sábado de la 16ª semana del Tiempo Ordinario
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Lecturas del día 27 de Julio de 2024
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 7,1-11 Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Ponte a la puerta del templo, y grita allí esta palabra: "¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar. No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada. ¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal, seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí en este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos salvos', para seguir cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."» Oráculo del Señor. Palabra de Dios
Salmo
Sal 83,3.4.5-6a.8a.11 R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela  los atrios del Señor, mi corazón  y mi carne retozan por el Dios vivo.R/.  Hasta el gorrión ha encontrado una casa;  y la golondrina, un nido  donde colocar sus polluelos:  tus altares, Señor de los ejércitos,  Rey mío y Dios mío.R/.  Dichosos los que viven en tu casa,  alabándote siempre.  Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;  caminan de baluarte en baluarte.R/.  Vale más un día en tus atrios  que mil en mi casa, y prefiero  el umbral de la casa de Dios  a vivir con los malvados.R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 13,24-30 En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.» Palabra del Señor
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marco-roman · 9 months ago
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Daniel: «16 Entonces Daniel, por sobrenombre Beltsassar, quedó un instante aturdido y turbado en sus pensamientos. El rey tomó la palabra y dijo: "Beltsassar, no te turbe este sueño y su interpretación". Respondió Beltsassar: "¡ Oh mi señor, sea este sueño para tus enemigos y su interpretación para tus adversarios! // 17 Ese árbol que has visto, que se hizo grande y corpulento, cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra, // 18 que tenía hermoso ramaje y abundante fruto, en el que había alimento para todos, bajo el cual se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban los pájaros del cielo, // 19 eres tú, oh rey, que te has hecho grande y poderoso, cuya grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y cuyo dominio se extiende hasta los confines de la tierra. // 20 En cuanto a lo que ha visto el rey: un vigilante, un santo que bajaba del cielo y decía: "Abatid el árbol, destruidlo, pero el tocón y sus raíces dejadlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, y sea bañado del rocío del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos", // 21 ésta es su interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo que ha tocado a mi señor el rey: // 22 "Serás arrojado de entre los hombres y con las bestias del campo morarás; hierba, como los bueyes, tendrás por comida, y serás bañado del rocío del cielo; siete tiempos pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place". // 23 Y la orden de dejar el tocón y las raíces del árbol, significa que tu reino se te conservará hasta que hayas reconocido que todo poder viene del Cielo. // 24 Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga» (s/a: 9 y 10).
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armatofu · 1 year ago
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Gobolino, el gato del caballero
Gobolino descansaba al borde de un camino cuando oyó el eco de los cascos de un caballo que se acercaba.
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Un hermoso caballo venía a galope. El caballero que lo montaba estaba pálido y triste. Al ver a Gobolino, el caballo se encabritó y poco faltó para que tirara al caballero.
-¡Buenos días, gatito! -dijo el caballero-. ¿Qué estás haciendo en el camino real? Eres un gato muy bonito. ¿Por qué no saltas sobre mi caballo y me acompañas?
Mientras cabalgaban, el caballero explicó a Gobolino por qué estaba tan triste. Le contó que se había enamorado de la bella dama Alicia, a quien su padre había encerrado en una torre hasta que decidiera con cuál de sus dos pretendientes debía casarse. Uno de ellos era el propio caballero, y el otro era el barón negro que vivía en un castillo cercano.
Ambos pretendientes iban a visitarla a diario y le traían magníficos regalos. Alicia, para hacer feliz a su padre, había prometido casarse con aquel cuyo regalo no fuera adivinado por su rival. Cada día el barón negro tenía que adivinar con qué regalo la había obsequiado el caballero triste. Cada día, también, el caballero triste tenía que acertar el regalo que le había llevado el barón negro.
La torre se alzaba en medio del bosque, y un enorme dragón la custodiaba. Era viejo y perezoso, pero , Gobolino, que nunca en su vida había visto un dragón, se asustó mucho cuando contempló el gran cuerpo verde del monstruo enroscado al pie de la torre. El caballero, con Gobolino en brazos, llamó valientemente a la puerta. El dragón perezoso abrió un ojo y los miró, pero ni se movió.
Rosabel, la doncella de Alicia, bajó rápidamente la escalera y abrió la puerta.
-¿Está sola mi dama?
Peguntó el caballero.
-Sí, señor. El barón se marchó hace media hora. ¡Y trajo un juego precioso de bolas de marfil!
Gobolino comprendió por qué cada pretendiente adivinaba con facilidad en qué consistían los regalos del otro.
El caballero y Gobolino subieron por la escalera detrás de Rosabel. Arriba estaba la bella Alicia sentada delante de su rueca.
-¡Oh, qué gatito más lindo! -exclamó-. Dejadlo sentarse en mi regazo.
Gobolino saltó sobre sus rodillas y se acomodó allí, ronroneando.
-Quédate conmigo para siempre, gatito -musitó Alicia- Estoy tan sola aquí en la torre... No tengo con quién hablar. ¡Tú eres el mejor regalo que he recibido hasta ahora!
Sentado a los pies de la linda Alicia, Gobolino pensó que nunca en su vida se había sentido tan contento.
A la mañana siguiente, Alicia llamó a su doncella.
-¡Ya veo al barón que se acerca!
Hazlo entrar, Rosabel, pero no le digas qué regalo me trajo ayer el caballero.
Gobolino, que estaba convencido de que Rosabel iba a decírselo al barón, se deslizó tras ella fuera del cuarto y le susurró al oído:
-Si se lo dices al barón, te convertiré en pan de higo y el dragón te comerá.
El barón negro golpeó con los nudillos la puerta de la torre y Rosabel le abrió. Pero no dijo ni una palabra de cuál era el regalo del caballero. De modo que el barón subió la escalera de muy mal humor, pues hasta aquel día Rosabel nunca le había fallado.
-¿No será un par de palomas lo que os trajo el caballero? -preguntó a la preciosa dama.
-¡Oh, cielos, no! ¡Y si no lo adivináis en dos días me casaré con él y no con vos!
Cuando se hizo de noche, Alicia se puso a tocar el arpa. La música sonaba cada vez más triste, hasta que se fundió con el llanto de la encantadora arpista.
-¡Oh, Gobolino! ¿Qué va ser de mí? Ahora tendré que casarme con el caballero, y no quiero casarme con ninguno de los dos. Estoy enamorada de un joven noble. Pero se fue a la guerra, y mi padre quiere que me case con uno de esos dos hombres estúpidos. ¿Qué voy a hacer?
A la mañana siguiente, el barón ofreció a Rosabel cinco piezas de oro para que le revelase cuál había sido el regalo del caballero. Pero ella se resistía a decírselo.
-¡Oh, no! -sollozaba- ¡No puedo! El regalo me convertiría en pan de higo y me arañaría con sus zarpas.
-¡Es un gato! -exclamó el barón-¡Un gato embrujado!
En aquel instante, el caballero apareció en la puerta. Ambos pretendientes subieron por la escalera.
-¡Es un gato embrujado! -gritó el barón.
-¡Rosabel se lo dijo! -protestó el caballero.
-Nos lanzará un maleficio a todos -exclamó el barón al llegar arriba.
-Solicito vuestra mano, dama Alicia -dijo el caballero.
Pero antes de que ella pudiera contestar, el barón desenvainó la espada e inició un duelo terrible con el otro pretendiente.
En aquel momento resono en el bosque el toque de una trompa: un caballo con su jinete se acercaba a galope tendido hacia la torre.
¡Ah! ¡Es mi amado! -exclamó Alicia, al tiempo que se precipitaba escaleras abajo.
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Rosabel la siguió y, sollozando, se fue a su casa.
Alicia, llena de felicidad, corrió al encuentro de su enamorado, el cual la alzó sobre su caballo y, unidos, se adentraron en el bosque. En la torre, el caballero y el barón seguían luchando. Y hacían tanto ruido que el dragón se despertó.
Conforme se desperezaba iba desenroscándose y la torre empezó a temblar. Tras un bostezo tremendo, el monstruo rugió con fuerza.
Gobolino apenas tuvo tiempo de dar un gran salto antes de que la torre se derrumbara en torno al barón y al caballero que seguían luchando entre las ruinas. Corrió y corrió hasta el límite de sus fuerzas. Luego se paró a descansar. Pensaba...
"Acabo de ser el gato de un caballero. Lo más divertido era ser gato faldero; me gustaría volver a probarlo.'
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thedreamsoficarus · 18 days ago
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No iba a mentirse a sí mismo, no le gustaba esa distancia con Thorin y le hubiera gustado hacer algo al respecto, pero el enano le evitaba continuamente y no era tonto, se daba perfecta cuenta de que su presencia no era bienvenida, las pocas veces que había tratado de acercarse a él había visto como claramente Thorin le eludía de cualquier forma posible. Era doloroso, había creído que algo estaba naciendo entre ambos, aunque fuera una mera amistad, pero ahora el enano había cerrado la puerta a toda posibilidad. Echaba de menos los pequeños momentos con él, pero no iba a forzar nada si Thorin realmente no lo quería.
Era la segunda vez que estaba a punto de despearse en ese viaje, la primera vez ya fue muy mala, pero en esta ocasión fue incluso peor porque Kili se puso en peligro por su culpa y evidentemente a Thorin eso no le sentó nada bien. No había querido que nadie se arriesgara por su culpa de nuevo, menos aún el más joven de ellos, aun colgando de la montaña se sentía culpable y la persona más torpe de la Tierra Media. -¡No, dejadlo, no os arriesguéis por mí!- gritó, si alguien moría por su culpa no se lo perdonaría jamás a sí mismo.
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beatrixalc · 2 years ago
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¡FELIZ DÍA MUNDIAL DEL TEATRO!!! 🎭 Que mejor que celebrar este día en esta ciudad que me ha abierto los brazos y me trata con cariño y me esta enseñando cosas hermosas; por supuesto recordando siempre mi Perú, que me puso en este camino y me dio maestros generosos que me acompañaron y me motivaron siempre a seguir en este camino. Me quedo con este extracto del mensaje que este año nos regala Samiha Ayoub actriz egipcia ganadora del Premio Nilo en las Artes… 🎭💝❤️‍🔥🇵🇪🇪🇸🥳🎉🎂🥰😍😘 “Hoy me dirijo a ustedes, no sólo para hablar, ni siquiera para celebrar al padre de todas las artes, el teatro. Más bien, les invito a permanecer juntos, mano a mano y hombro con hombro, a gritar con todas nuestras fuerzas, como estamos acostumbrados a hacer en los escenarios, y a que nuestras palabras despierten la conciencia del mundo entero para buscar en su interior la esencia perdida de la humanidad. La libre, tolerante, amorosa, simpática, amable y tolerante humanidad. Y para que rechacéis esta vil imagen de brutalidad, racismo, conflictos sangrientos, pensamiento unilateral y extremismo. Los seres humanos han caminado sobre esta tierra y bajo este cielo durante miles de años, y seguirán caminando. Así que saca tus pies del fango de las guerras y los conflictos sangrientos y dejadlos en la puerta del escenario (...)” #diamundialdelteatro #teatro #actrizdeteatro #actrizperuana #dandolotodo (en Barcelona, Cataluña, España) https://www.instagram.com/p/CqTMk7WtkjD/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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chapin68 · 2 years ago
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Lectura del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45): Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?» Le contestaron: «Señor, ven a verlo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: «Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.» Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.» El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.» Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Palabra del Señor. #ciudadredonda https://www.instagram.com/p/CqQotJWPuF-/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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