#de seguro la foto sale con su dedo; ah
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"oh...supongo que no puedo negárselo a abuelita" toma el celular entres sus manos aun con reticencia, no muy acostumbrado a esa clase de favores, su hermana era quien solía encargarse de coleccionar recuerdos "realmente no es necesario, ¿para qué estas los vecinos?" palabras se apresuran en salir, y como desea cambiar de tema, alza el dispositivo frente así, enmarcando la escena "¿estas lista?...quizá podrías moverte un poco más a la izquierda..." .
' ¿me podrías tomar una fotografía? por favor. ' le extiende su celular a persona que se encuentra cerca. ' a mi abuela le encantará esta foto. ' detrás suyo se encuentra carroza que había llamado su atención con algunas flores que era las favoritas de la mayor de su familia. ' te pago los servicios con un jugo. ' bromeó.
#* 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒂𝒍 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 : interración .#c. heejin#hola; raven <3#este cñor ni tomar la foto sabe pero ya esta de director de escena :#esperamos que heejin lo patee#de seguro la foto sale con su dedo; ah
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Con esa pintura no pasó desapercibida en Motorama Madrid, eso está claro. Pero, una vez te ha llamado la atención, te olvidas de su color para admirar la exquisitez con la que está construida. Y lo que no se vé es aún más interesante.
Texto: Patxi Mesa Fotos: Álvaro Cabezas Atienza
Cuando realizas una transformación tienes dos opciones: O haces un trabajo totalmente personal con un toque Frankenstein, que puede resultar fantástico, o hacer algo que parezca salido de fábrica. Estamos ante el segundo caso. Y parece una Honda, pero no lo es del todo. Algo no cuadra… ah claro, ese basculante monobrazo es de una VFR… no, espera ¡Es de una Ducati!
Sólo esa operación implica un trabajo tremendo, pero hay más. Por si el motor 900 original no fuese suficiente, éste lleva pistones Wiseco de alto rendimiento que aumentan su cilindrada hasta los 985c.c. No nos han facilitado la potencia que ahora entrega pero seguro que son tres cifras. Como puedes ver en la ficha técnica, se han utilizado partes de diferentes motos, aunque siempre con la vista puesta en la seguridad. Por eso la horquilla invertida es de una Kawasaki Ninja, con doble freno de disco Brembo de anclaje radial, capaz de pararla en un baldosín.
Como viene siendo costumbre, el chasis siempre sale mutilado de este tipo de operaciones en su parte trasera, ese subchasis que se simplifica y aligera en pos de la estética y las prestaciones. Sobre él descansa el colín de fibra hecho en la casa, como las placas laterales, por Daniel. De la moto original quedan el depósito y parte del chasis y el motor.
Pero una de sus características mas interesantes y menos visibles es su sistema de encendido biométrico. Es decir: si no reconoce tu huella dactilar, no arranca. Y punto. Así que, ese pesado que siempre te pide probar la moto va a tener que cortarte el dedo para poder cogerla… y siempre te quedarán otros cuatro para estampárselos en la cara. Rematada por un asiento obra de Senen, y detalles de goma manufacturados por Pichi, es todo un pepino a medio camino entre un Café Racer y una furiosa Naked actual.
FICHA TÉCNICA
Propietario: Daniel Álvarez
Constructor: Hot Foots Café Racer Bikes
Ciudad: Madrid
GENERALIDADES
Nombre de la moto: CB985R
Tiempo de construcción: 2 años
MOTOR
Año: 1983
Modelo: CB900F
Encendido: Origen
Cilindrada: 985c.c.
Alimentación: Carburación origen
Filtro: K&N
Escape: Speed Pro Cobra SP 01
TRANSMISIÓN
Caja de cambios: Serie
Relaciones: Seis
Embrague: Hidráulico Nissin Oro
Trans. Primaria: Serie
Trans. Secundaria: Cadena
CHASIS
Marca: Honda CB900F Modificado
Tipo: Doble Cuna
Ángulo: Serie
Basculante: Monobrazo Ducati Multistrada
HORQUILLA
Marca: ZX10R
Tipo: Telescópica inertida
Tijas: Racing Vega Custom
RUEDA DELANTERA
Llanta: 17″
Marca: Ducati
Neumático: 120/70ZR17
Frenos: Doble disco Tokiko 310mmm
RUEDA TRASERA
Llanta: 17″
Marca: Ducati
Neumático: 180/55ZR17
Frenos: Disco Brembo 245mm
ACCESORIOS
Manillar: Semi-manillares Racing Vega
Puños: Origen
Retrovisores: Highsider
Guardabarros del.: Custom
Guardabarros tras.: Ducati Multistrada
Faro: LED
Piloto: LED
Mandos: Origen
Depósito: CB900F
Asiento: Senen Leatherworks
PINTURA
Pintor: Coyote Art
Molding: Daniel Álvarez
Hot Foots Cafe Racer Bikes
El Madrid Bike Show, evento afiliado al AMD World Championship of Custom Bike Building, se realizará este año en el Salón de la Moto de Madrid –MotoramaMadrid– durante los días 6, 7 y 8 de Marzo del 2020.
Para más información visita MADRID BIKE SHOW AMD
https://ift.tt/2XenCo8
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La noche que nos conocimos
Pareja: Brock Rumlow X Lectora.
Palabras: 1494 palabras.
Sinopsis: Algo salió mal en la última misión, algo que cambió su vida por completo, Brock no sabe cómo sobreponerse a lo que pasó y continuar.
Advertencias: Referencias de Smut, nada explícito, muerte de un personaje.
N/A: Esta es mi entrada para Jay’s 550 followers writing challenge y Lena’s 300 followers writing challenge con la canción #1 y #5:
“The night we met” de Lord Huron.
También es mi entrada para Gracey’s 5K Challenge con la frase #6:
“Si pudieras sentir lo que siento cuando entras en la habitación, todo sobre ‘nosotros’ cambiaría”.
No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Otros lugares donde publico: Wattpad, Ao3, ffnet.
Si te gusto por favor vota, comenta y rebloguea.
I am not the only traveler Who has not repaid his debt
Brock estaba sentado en el piso, veía la botella frente a él, también estaban las fotos, algunas de las que fueron tomadas en su boda, otras tantas de algunas de sus citas, otras de momentos especiales en su relación.
Sabía que en ese momento no debía emborracharse, tenía otra obligación que lo necesitaba en sus cinco sentidos, pero era muy difícil poder seguir con ese dolor.
Realmente dolía y mucho, no sabía cómo iba a superarlo, no se sentía realmente capaz de continuar, estaba muy enojado porque todo cambió, los planes que ustedes tenían ahora ya no tenían sentido alguno.
Se suponía que iban a envejecer juntos, iban a tener varios hijos y los verían crecer, pero Werner von Strucker llegó a arruinar todos los planes, aunque lo habían capturado, no era suficiente, quería vengarse, necesitaba hacerlo pagar por haber destruido a su familia, pero sus compañeros de equipo no se lo permitieron, afirmaron que iba a pagar, sin embargo ellos no entendían lo que significabas para él, nada sería suficiente para compensar lo que le había quitado.
I've been searching for a trail to follow again Take me back to the night we met
Podía recordar con lujo de detalle cómo se habían conocido, ambos habían entrado como nuevos reclutas para S.H.I.E.L.D.
Tú solías estar apartada del resto de los reclutas, casi siempre sola, parecías muy tímida, él en cambio solía estar siempre conversando con alguno de sus compañeros.
Eso fue precisamente lo que le llamó la atención a Brock de ti, no comprendía los motivos por los que alguien tan hermosa como tú no quisieras llamar la atención.
Se sintió afortunado cuando les tocó en el mismo equipo en la primera práctica.
—T/N T/A —te presentaste extendiendo tu mano.
—Brock Rumlow —respondió tomando tu mano.
Eran un gran equipo, siempre dieron los mejores resultados.
La primera vez que te pidió una cita, nunca antes se había sentido tan nervioso, por un momento creyó que lo ibas a rechazar, entró a la oficina en la que estabas trabajando para invitarte.
— ¿Quieres ir a la feria? —te invitó.
— ¿Contigo? —preguntaste distraída.
—Si…bueno…olvídalo —se retractó.
Parpadeaste un poco, al fin habías comprendido lo que Brock te había preguntado.
—Me encantaría, siempre y cuando solo seamos tú y yo —respondiste.
Sonrió un poco, los nervios habían desaparecido.
—Sólo tú y yo, el sábado a las siete paso por ti a tu casa, ¿te parece? —pregunto.
—Perfecto.
And then I can tell myself What the hell I'm supposed to do
Alzó un poco más la vista, en una silla estaba el primer peluche que te había regalado, la cara que habías puesto hizo que valiera la pena, había sido una primer cita exitosa.
— ¿Quieres algún peluche? —te preguntó cuando pasaron frente a uno de los puestos.
— ¿Sabes jugar? Yo soy muy mala para esos juegos —dijiste.
Se detuvieron frente al puesto y pagó.
— ¿Cuál peluche quieres? —cuestionó.
—Ese perro —señalaste.
Nunca antes se había sentido tan presionado por ganar un premio, jugó y lo ganó, enseguida te lo entregó, parecías una niña pequeña.
—Gracias, eres muy hábil —agradeciste
Le diste un pequeño beso en la boca, apenas le rozaste los labios, pero eso había sido suficiente para él.
And then I can tell myself Not to ride along with you
Tus besos, los iba a extrañar, tu cuerpo, tus caricias, todo de ti.
Él necesitaba saber que eran ustedes para saber cómo comportarse, si solo era una aventura, haría a un lado sus sentimientos.
— ¿Entonces que somos? —te preguntó.
— ¿No somos novios? Yo creí que…
—Es que nunca lo habíamos hablado…
—Entonces debo suponer que no somos nada o podemos ser novios si es lo que quieres —dedujiste.
Te besó.
I had all and then most of you Some and now none of you Take me back to the night we met
Sentía que todo era su culpa, debió insistirte que te quedaras ese día en la base con Wanda, si pudiera regresar el tiempo, evitaría que fueras a la misión.
Estaban acostados en la cama después de haber hecho el amor, tú tenías la cara escondida en el pecho de él, mientras él te abrazaba con un brazo y con la otra mano acariciaba tu cabello.
—Cásate conmigo —dijo de pronto.
— ¿Hmm?
Alzaste la cara, no estabas segura de lo que habías escuchado.
—Sé que no es la forma más romántica, pero quiero pasar el resto de mi vida contigo —continuó.
Tú sonreíste, pasaste un dedo por su pecho.
— ¿Seguro? Puedo ser muy insoportable —respondiste.
—Si pudieras sentir lo que siento cuando entras en la habitación, todo sobre ‘nosotros’ cambiaría.
Te mordiste el labio, sabías que él no soportaba la intriga.
—No te veo muy convencido.
—Lo estoy más que nunca, ¿T/N quieres ser mi esposa? —pidió de nuevo.
—Sí, pero solo si me das mi anillo —respondiste riendo.
—Te compraré el que más te guste —prometió.
Te besó y volvieron a hacer el amor.
I don't know what I'm supposed to do Haunted by the ghost of you Oh, take me back to the night we met
Acarició con un dedo su anillo de matrimonio, ¿qué iba a hacer ahora?
Vio la foto de su boda, fue uno de los días más felices de su vida, cuando comenzó a pensar en que debería de hacer las cosas bien.
Alzó la foto, para él, tú habías sido la novia más hermosa del mundo con ese vestido.
A veces solían bailar la canción que había sido la de su vals en la boda.
Tenían cuatro meses de casados, cuando decidió decirte la verdad.
—Tengo algo que confesarte —dijo de la nada.
Lo miraste con duda, aunque seguiste embarrando la mermelada en el pan que estabas desayunando.
— ¿Sales con alguien más? —cuestionaste tratando de mantener la calma.
— ¿Qué? ¡No! No podría hacerte algo así.
—Ah…entonces no puede ser peor —respondiste más tranquila.
—Soy HYDRA —dijo finalmente.
Dejaste caer el pan de tu mano.
— ¿Qué? Oh...Brock…
¿Qué se suponía que ibas a hacer?, nunca sospechaste que él fuera el enemigo.
—Si tú me lo pides voy a confesarle todo a Fury, no quiero perderte, primero escúchame, hay una buena razón para esto…
Lo habías escuchado y apoyado, al final tal y como te lo prometió le confesó todo a Fury e incluso ayudó a desmantelar la organización enemigos, sin embargo se habían ganado muchos enemigos.
When the night was full of terrors And your eyes were filled with tears
Cuando le anunciaste que estabas embarazada, él de inmediato le impidió que fuera a más misiones, no pensaba arriesgarte, al fin estaba teniendo la familia que siempre había deseado
Una noche te levantaste al escuchar ruidos, provenían de la que sería la habitación del bebé, al entrar viste a Brock abriendo unas cajas con los muebles que estarían en la habitación.
—Brock, ¿no es muy rápido aún?, digo apenas tengo tres meses —preguntaste.
Él volteó a verte, no creía que estuviera haciendo tanto ruido.
—Todo debe estar listo para cuando llegue —respondió.
Y cuando nació la pequeña, no le importó que lo vieran lloran, se había prometido que iba a proteger a su hija de cualquier peligro.
Las lágrimas volvieron a caer cuando recordó la noticia de que habías muerto.
When you had not touched me yet Oh, take me back to the night we met
—Brock…
Te dolía mucho, él se agachó para revisar tus heridas.
—T/N…aguanta… ya viene la ayuda en camino —aseguró.
—No creo que…
—Shh… todo estará bien, ya vienen en camino —repitió.
Él trataba de detener la pérdida de sangre, pero ya habías perdido demasiada.
—Te amo, dile a nuestra hija que la amo también, cuídala por favor, perdón…
Trató de hacer que no siguieras hablando para evitar que te quedaras sin energías.
La espera en el hospital se le había hecho eterna, en cuanto vio al médico de inmediato se levantó.
—Lo siento, no lo lograron —le informaron.
— ¿Lograron? —preguntó.
La noticia fue como un balde de agua fría.
I had all and then most of you Some and now none of you Take me back to the night we met
Estabas embarazada de tres semanas, no podía dejar de preguntarse porque no le habías dicho aún, lo que él no sabía era que tú le ibas a decir en la noche que volvieran de la misión.
Se limpió las lágrimas cuando escucho que la puerta se abría.
— ¿Papi? —entró la pequeña a su habitación.
—Hey princesa —respondió abriendo sus brazos para que se acercara.
La niña corrió a abrazarlo.
—Lo siento se me escapó —se disculpó Wanda entrando.
Brock le hizo una seña de que estaba bien.
— ¿Mami ya no me quiere? —preguntó de pronto la pequeña.
— ¿Qué? ¿Por qué dices eso? —cuestionó Brock.
Él había pedido que aún no le dijeran nada de lo que había pasado, quería explicárselo él mismo.
—Ya no regresó —respondió.
—Tu mami te ama, ¿recuerdas a Lucky?
— ¿El perro de mamá? Si, le gustaba que le diera de mis dulces.
—Mamá y Lucky están juntos —explicó Brock.
— ¿En el cielo?
—Sí, desde ahí nos van a cuidar —continuó.
— ¿Por qué no dijo adiós? ¿Ya no iremos al parque el sábado? —preguntó la niña angustiada.
Brock suspiró, era más difícil de lo que había pensado, le habían prometido que irían el fin de semana los tres.
—En un rato iremos a despedimos de tu mami, no te preocupes, tú y yo iremos al parque —le dijo.
Se levantó y la cargó, era hora de ir a tu funeral, iba a ser muy difícil, seguía sintiendo que su mundo se derrumbada, daría todo por volver al día que te conoció y evitar cometer todos los errores, sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de que estuvieras viva.
Sin embargo no podía dejarse vencer, su hija lo necesitaba.
. I don't know what I'm supposed to do Haunted by the ghost of you Take me back to the night we met
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BTS Reacciona a: Fangirleando por otro Idol.
JIN:
Estáis los dos juntos, aunque cada uno haciendo sus cosas: él practicando una canción cualquiera en la guitarra y tú viendo videos random, cuando de repente te sale un anuncio del último grupo de k-pop que ha hecho su comeback. Tras tener flechazo momentáneo con uno de los miembros, decides buscar más información acerca de él.
En un momento que Jin se levanta a por agua, mira lo que está en tu pantalla del ordenador. Tras observar por unos segundos, no le da importancia y se vuelve a sentar mientras tararea la canción que antes tocaba.
Al ver que ha pasado totalmente de ti se te ocurre la idea de ponerle un “poquete” celoso… Así que lo llamas:
“Jin, ¿puedes venir un momento” dijiste mientras retenías una risita.
“Claro, jagiyah, ¿qué pasa?” dice mientras deja la guitarra aparcada. Cuando llega hasta ti, se agacha un poco apoyando la mano derecha en la mesa del ordenador y la otra en el respaldo de tu silla, de esta manera quedas rodeada por él.
“Creo que este corte de pelo te quedaría bien, aunque a él le queda mejor, claro” dices mientras señalas la foto del guapísimo muchachín que se encontraba en tu pantalla.
“Claro, a esta cara -” dijo señalandose con el dedo índice “-todo le queda bien”
“Además…”- continuó- “a ese tampoco le queda tan bien”.
“Bueno, al menos está más lejos de la muerte que tú, vejestorio”
Jin en silencio giró la cabeza en tu dirección y empezó a mirarte fijamente a los ojos, actuando ofendido.
“¿Es esto un ataque personal?”- bromeó. Te empezaste a reír a carcajadas y él, sin poder seguir aguantando la cara seria, se empezó a reír contigo. “Que sepas que te perdono por ser tú”- te dió un beso en la frente.
“Entonces ¿Qué piensas?”- le preguntaste.
“Una cara bastante normal, muy común. Yo soy mucho más guapo”
“Tss, ¡¡Me refiero al corte de pelo!!”.
SUGA:
Es un día fuera de lo común, ya que después de haberlo pensado y discutido mucho, habéis decidido salir a dar un paseo por vuestro vecindario, debido a que Yoongi es demasiado perezoso como para salir a la calle en un día libre.
Mientras paseáis tranquilamente, tú estás enganchada como un koala a su brazo, feliz por poder salir un día juntos; por otro lado, él camina pasivamente tomándose un café para tratar de despertarse.
Al estar tan emocionada, no paras de hablar de cualquier cosa que se te va ocurriendo, y Yoongi solo se limita a asentir a todo lo que tú dices dando cortos sorbos a su café.
Tú no te das cuenta de que Yoongi está ausente, así que cuando pasáis por delante de un póster de un guapo y popular actor coreano, te paras de golpe para admirar su bella cara.
“¡Oh! ¡Me encanta este actor! ¡Qué guapo! ¿Has visto qué ojos, qué sonrisa, qué todo?”- dices fangirleando extremamente.
“Mmm la verdad es que sí”- dice Yoongi para tu sorpresa- “Tiene unos ojos super monos. Taehyung es amigo de él, ¿debería pedirle el número?”
“Ains qué tonto eres. Era broma. Yo sólo tengo ojos para ti”- le dices dándole una palmada en el hombro.
“¿A qué te refieres?”- pregunta confuso.
“No hace falta que le pidas el número, no lo quiero”- le dices acercando tu cara a su hombro, tímidamente.
“El número es para mí, tonta”- dice con una risilla tímida.
Tú te quedas en shock, con la boca abierta.
Sabías que había rumores de fans que decían que Yoongi era bisexual, ¿Acaso era esto una confirmación?
“¿Qué dices?”- le preguntas un poco confusa.
“Ahora que lo miro mejor… te pareces a él. No te lo he dicho antes, pero en realidad salgo contigo porque pareces un hombre” dice él, aunque te das cuenta que está intentando no reírse, así que decides atacar por el mismo costado.
“Yo también tengo algo que decirte… soy bisexual. Salgo contigo porque te pareces a mi primer amor, que era una mujer. Te maquillas igual que ella.”- Dices nostálgicamente.
Esta vez es él quien se queda en shock, pero tú continúas:
“Ah, por cierto, esta mañana he cogido un poco de tu base de maquillaje, que la mía se ha gastado… ya que estamos, podríamos pasar ahora por la tienda de cosméticos...”
“Definitivamente tengo que pedirle el número a Taehyung… ese chico me haría más feliz que tú, seguro”. Dice riéndose mientras comienza a andar nuevamente, dejándote atrás.
“Tienes razón, haríais buena pareja” gritas sin poder seguir conteniendo la risa, y corres hasta alcanzarlo, enganchándote a su brazo como un koala nuevamente y, seguidamente, él te da un beso en la mejilla.
J-HOPE:
Es el día de los dance practices de los chicos y Hoseok te dijo que cuando terminaras de trabajar te pasases por ahí para así poder iros juntos a casa.
Cuando llegas, todos los chicos te dan la bienvenida. Hoseok te da un abrazo saltando y te dice que le esperes, ya que todavía les queda practicar una última vez, por lo que te sientas en una esquina a esperar.
Mientras bailan no puedes quitar tus ojos de Hoseok, quien a tu parecer es el que mejor baila, y agradeces que en esta nueva coreografía tenga más tiempo al frente. Sin embargo, también te quedas prendada en cómo baila Jungkook. Ese muchacho se mueve demasiado bien…
En un momento que Hoseok te mira para lanzarte un guiño, te pilla mirando embobada a Jungkook con una sonrisita tonta en tu cara y él parece quedarse un poco confundido. Cuando al fin todos han terminado ya es tarde, por lo que rápidamente recogéis vuestras cosas y os vais al coche para poneros camino a casa.
El camino a casa es largo, así que, para combatir el aburrimiento, se te ocurre intentar poner celoso a Hoseok, ya que nunca en realidad le has visto de esa manera, primero de todo porque tú no eres del tipo de chica que da motivos para eso.
“Oye, Hobi” dices mientras giras tu cabeza para mirarlo.
“¿Mmm?” Hoseok está concentrado en conducir, por lo que no te hace mucho caso.
“En el dance practice de hoy… me he dado cuenta que tienes mucho tiempo al frente de la coreo”.
“Ajam” Hoseok continúa concentrado.
“También Jungkook tiene mucho tiempo al frente.”
Al decir esto, Hoseok sí que se gira un segundo rápido para mirarte, al acordarse que te había pillado mirándolo embobada, pero enseguida vuelve a poner los ojos en la carretera. Tú continúas:
“Hay que ver qué bien que baila”- dices sin pensarlo- “Ojalá yo pudiera bailar tan bien como él”
Sin decir nada, Hoseok te mira con una mueca de incredulidad, no sabe exáctamente qué tratas de decir, y le está molestando un poco.
“¿Yo no bailo bien?”- dice un poco molesto.
“No, no. Tú bailas mejor”- Dices un poco a la defensiva. No pensabas que esa tontería le pudiera sentar mal. Hoseok es un chico muy sensible y siempre intentas tener cuidado con todo lo que dices respecto a su trabajo.
Sin darte cuenta ya habíais llegado al garaje de casa, y Hoseok sigue sin haberte respondido. Estás un poco preocupada.
Hoseok baja del coche un poco rápido y tú le sigues.
“Oye Hobi, ¿Estás bien? No quería decir es-”
“¿Por qué no lo voy a estar? Me has dicho que bailo mejor que Jungkook”- dice girándose hacia ti con una sonrisilla. “¿Puede Jungkook acaso hacer esto?”- dice Hoseok dejando la bolsa que llevaba en el suelo y empezando a bailar, por lo que empiezas a reír.
“No, no puede” - le dices a Hoseok mientras él hace el moonwalk de camino al ascensor del garaje, y tú lo sigues riéndote con un poco de vergüenza.
Entráis al ascensor.
“¿Sabes otra cosa que Jungkook no puede hacer?”- te pregunta mirándote a los ojos con una sonrisa.
“¿Qué?”
“Esto”- dice momentos antes de sucumbirte en un apasionado beso.
RAPMON:
Es sábado noche, y Namjoon y tú estáis viendo Friends. Aunque habéis visto la serie ya mil veces a él no le aburre, pero tu estás ya hasta el chichi, así que decides sacar tu móvil y mirar las redes sociales para pasar el rato. Cuando él se da cuenta, decide preguntarte:
“¿Qué haces?”
“Estoy mirando un poco Twitter”- tomas un respiro- “Oye, el Jackson este es amigo tuyo, ¿no?”
“¿Qué Jackson?”- dijo sin despegar sus ojos de la tele.
“El chico este del grupo Got7”
“Sí”- te responde rápidamente sin darle importancia, lo cual te molesta un poco, así que decides continuar con el pique.
“Mmm… pues podrías presentármelo, se ve bastante agradable”
Acabas de conseguir que Nam se gire para mirarte incrédulamente.
“¿Que-e te lo presente?- dice algo nervioso.
“¡Sí!. Es como tú: rapero, habla inglés… Lo único que os diferencia es que tú eres el líder y bueno, él es… guapo.
Has dicho esto sin pensar y cuando te das cuenta algo en tu conciencia te dice que no has hecho bien en decir eso. Nam para nada te parece feo, pero debida a su baja autoestima tienes miedo de poder haberle herido sus sentimientos.
Cuando ves su carita antes de volver su mirada al televisor, te levantas corriendo para ponerte a horcajadas encima de su regazo, riendo nerviosa.
“¡Es borma, paboyah!”- dices sujetando su cara entre tus manos, para luego depositar un corto beso en sus labios. “Tú para mí eres el chico más guapo del mundo, ¿qué digo del mundo? De toda la galaxia. Dudo que unos aliens puedan superar esta carita con hoyuelos tan mona”- dices sonriéndole. “Sí me hicieras caso no tendría que inventarme este tipo de estrategias para llamar tu atención…”
“Bueno, hay otras maneras de llamar mi atención”- dice con una mirada pícara posando sus manos en tus caderas.
“Pervertido”- dices mientras te levantas de encima de él y, mientras lo miras mal, te sitúas cómodamente en el sofá, en la misma posición que al principio.
JIMIN:
Era el último concierto de Wings Tour en Seoul, y después de una larga y exhausta gira, los chicos podrían descansar unas semanas y tú pasar tiempo con tu Jimin.
Para celebrar el final de la gira, Jimin te había dado unos pases para el backstage, y para no ir sola, decidiste llevarte a una amiga con la que tenías mucha confianza.
Estabáis disfrutando del concierto cuando de repente un chico alto y delgado se puso a vuestro lado.
“Oye __, ¿No es ese Taemin de Shinee?”- dijo tu amiga un poco sorprendida y nerviosa.
“Sí, es muy amigo de Jimin”- dijiste mientras lo observabas de arriba a abajo- “¿Quieres que vayamos a decirle algo? Yo le conozco”.
“¡Vale!”- Dijo tu amiga sin poder contener la emoción, y seguidamente os acercásteis.
Después de haber estado hablando con él casi toda la primera parte del concierto, en el descanso, Jimin vino a saludarte.
“Oh, Hyung, ¿Qué haces aquí? Pensaba que estarías en la otra parte con los demás hyungs”- dijo Jimin extrañado.
“Estoy aquí hablando con ___ y su amiga. Por cierto, hoy estás deslumbrante.- dijo ahora dirigiéndose a ti, guiñándote el ojo.
Jimin sonreía forzadamente a su amigo, conteniendo algún comentario que seguramente no iba a ser agradable.
Veías a Jimin un poco incómodo con esta situación, por lo que le preguntaste:
“Oye, Jimin, ¿Estás bien? Te veo un poco incómodo”- le dijiste un poco preocupada.
“Mmm no, estoy bien, luego hablamos... ¿Te lo estás pasando bien?”- te preguntó con cara de perrete.
“La verdad es que sí, estamos bien acompañadas”- le contestaste sonriente. A pesar de que ese comentario no le agradó mucho, te sonrió de vuelta, pero esa sonrisa se evaporó al ver cómo Taemin te puso un brazo por encima del hombro (a tu amiga también, pero Jimin solo se fijaba en ti).
“Tranquilo, yo las cuidaré bien hasta que termines”- Dijo Taemin cariñosamente.
Jimin no dijo nada, y comenzó a andar hacia la salida mirando hacia atrás un par de veces con un semblante confundido.
Durante la segunda parte del concierto los tres ya no hablásteis tanto, sino que os dedicásteis a cantar las canciones al unísono con los de Bangtan y el resto de las fans. Todo iba bien hasta que, como otras muchas veces, Jimin se levantó la camiseta enseñando sus abs haciendo a todas sus fans gritar como locas.
Él sabía que a ti te molestaba, aunque nunca se lo decías, he incluso una vez llegó a prometerte que no lo volvería a hacer… hasta ese momento, claro. ¿Acaso le pasaba algo?
El concierto llegó a su fin y en un abrir y cerrar de ojos te encontrabas en el 4x4 de Jimin de vuelta a casa.
“Oye, no sabía que tu amigo Taemin era tan agradable. Dudo que existan Idols tan majos y cercanos como él”
“Sí”- te respondió Jimin muy serio, fijando la vista en la carretera.
“¿Tiene novia?”
“¿Para qué lo quieres saber?”- Dijo Jimin muy molesto.
“Simple curiosidad”- respondiste muy calmada- “Quien sabe, a lo mejor para mi amig-”
“Querrás decir para tí, ¿no?” dijo para él, pero tú lo escuchaste.
“¿Perdona?”
“No, nada”- Jimin deseó no haber dicho eso.
“¿Estás celoso?”- preguntaste con una sonrisilla.
“Un poco... No me gusta que tontees con otros chicos”
“No estaba tonteando. Simplemente estaba bromeando con él. Además la mayoría del tiempo hemos estado hablando de ti”.
“¿Cómo que de mí?”- preguntó sorprendido.
“Sí, de lo bien que bailabas, de lo bien que cantabas, etc”- dijiste- “Me ha dicho: ‘___, tienes mucha suerte teniendo a Jimin a tu lado’ y yo le he respondido: ‘ya lo sé”- dijiste con una sonrisa de satisfacción.
“No lo sabía...”
“Por cierto, Jimin ¿Entonces estabas molesto porque he estado hablando con Taemin, pero yo tengo que soportar como tú te has quitado la camiseta delante de 60000 personas?”
“Ahh, sobre eso… si quieres lo hago para tí sola cuando lleguemos a casa” dijo mirándote de reojo.
“Jimin, no cambies de tema”
“Pero si lo estás deseando… ah, vale ¿quieres que lo haga ahora?”- Dijo mientras te lanzaba una mirada pervertida.
“Jimin, ¿qué te has tomado?” Lo miraste y viste que tenía una mano en el filo de su camisa y hacia el amago de ir levantándola poco a poco.
“¿Es esto lo que querías?” - suelta una risilla mientras continúa jugando con su camisa- “Bueno, no te voy a adelantar mucho. Vamos a dejar lo mejor para casa”- dijo guiñándote un ojo.
V:
Ahí te encontrabas tú, de vuelta a casa tras la entrevista con el nuevo grupo que se estaba gestando en la industria del K-Pop. Tu amiga te necesitaba como traductora y tú accediste.
Ya sabías lo que te esperaba cuando nada más entrar por la puerta viste a Taehyung esperándote con semblante serio:
“¿Te lo has pasado bien?”
“Bastante. Unos chicos muy majos” dijiste mientras dejabas tus cosas encima de la mesa.
Él se quedó en silencio. No soportaba cuando te ponías irónica.
“¿Y tú qué?”
“Ahora mismo no quiero hablar contigo”
“Pues no entiendo porqué, no te he dado motivos”- le dijiste fríamente con cara seria.
“¿Ah no? ¿Y esto qué es?
En ese instante reproduce en su dispositivo móvil un video en el que salen tu amiga, uno de los integrantes del grupo y tú en la entrevista precedente.
Efectivamente se os veía a él y a ti bastante cómplices: riéndoos de vuestros chistes mutuamente, haciendo abundante contacto visual y, sobretodo, lo inapropiadamente que él te estaba mirando.
Nada más terminar el video él te dice:
“¿Estos no son motivos?”
Te quedaste reflexionando un momento, y te diste cuenta que en realidad Tae tenía un poco de razón. Viéndolo desde fuera cualquiera podría malinterpretarlo, sobretodo las miradas de él…
Pero antes de darle la razón, ya que estaba muy mono celoso, decidiste seguir un poco.
“A ver... no tengo culpa de ser tan guapa” - bromeaste, aún manteniendo un semblante serio.
“Pero sólo yo puedo admirar esa belleza”- dijo levantándose de golpe y acercándose a ti lentamente.
“¿Perdona? ¿Acaso me has comprado y eres mi dueño?- dijiste un poco irritada tras ese comentario cargado de posesividad.
“No es eso… ___, no me vengas con tus charlas feministas”
“Perdona, no son charlas feministas, son charlas de integridad humana y sentido común”
Se quedó unos segundos sin saber qué decir hasta que acabó haciendo un mohín. Se volvió a sentar con los brazos cruzados en el sofá.
“Vale, quizá me he pasado un poco, mianhe...”- dijo lamentado.
“Tranquilo, yo estoy aquí para educarte sobre cómo tratar verdaderamente a una mujer”
Te sentaste a su lado y le diste un beso sonoro en la mejilla, como si fuera un bebé.
“Por cierto, por el idol no te preocupes...” -de repente se te ocurrió hacer aegyo para animarle un poco y hacerle reír.- “¡Tu eres el único para mí, taetae! ¡Aigoo!”- le dijiste con aegyo, mientras le cogías la cara con las dos manos y le dabas besitos.
JUNGKOOK:
Os encontráis en el apartamento de Jungkook. Habíais pedido pizza a domicilio, y ahora la comíais mientras veíais una película cualquiera que pasan por la televisión. Durante la publicidad aparece de repente un anuncio del drama de Hwarang, en el cual aparece Taehyung.
“¿Es ese Taehyung?”- le preguntas mientras engulles la pizza.
“Sí” -responde él engullendo también su trozo.
“Que bien que le queda el pelo largo, ¿no? A ese chico creo que le queda todo bien”.
Jungkook no dice nada, simplemente se limita a mirar serio la pantalla del televisor.
“Creo que me voy a ver ese drama, tiene buena pinta”
“Su personaje muere” dice de golpe.
“¡IAAAA! ¿Y ese pedazo de spoiler a qué viene?” dices mientras te giras para mirarlo, con mala cara.
“Ay, estoy lleno. Me voy a duchar” se levanta sin hacerte caso.
“¿Ahora? Sí acabas de duch-” te quedas mirándolo mientras se mete al baño. “Espera… no te habrás puesto celoso ¿no?” no recibes respuesta, así que te levantas y lo sigues hasta el baño. “¡Ay! ¡Qué bebé!”
“No digas tonterías, ___” dice mientras sigue a lo suyo, sacando una toalla del armario.
“A ver, mírame” -él no te mira, así que lo coges por los hombros y te pones delante de él, mirándolo fijamente, aunque él esquiva tu mirada- “¡Te has puesto celosete, qué mono!”
“No me he puesto celoso”- dice molesto- “Bueno, vete, no me interrumpas… a no ser que te quieras duchar conmigo”
Jungkook se quita la camisa de repente y esta vez no esquiva tu mirada, sino que te mira fijamente a los ojos.
“Espera… ¿tratas de seducirme?”
“No sé, ¿eres seducible?
“Bueno, depende de quien me intente seducir”- dijiste siguiéndole el rollo.
Jungkook sonrió apartando la mirada.
“Estás muy mono cuando te pones celoso”
“Estoy “así” porque estoy enamorado de ti”- te besó.
-Admin P y Admin R
¡FINN! Esperamos que os haya gustado esta reacción. Si os ha gustado dadle a like y si queréis ver más como estas sólo tenéis que pedírnoslo. Un besii muy fuerte.
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Diabolik lovers Lost Eden: Kino (dark prólogo) ~traducción~
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[Prólogo principal] [Dark prólogo] [Dark 1] [Video]
*Niebla*
Yui: ... ...Mm Yui: (Donde... estoy...? ...---Wo!) Yui: *Tose*...! cof, cof! Yui: (Qué demonios es este olor...? Es como si algo se estuviera pudriendo, es horrible...) Yui: (De todos modos, primero que todo tengo que salir de aquí...) Yui: Oh...? Yui: (Hay un niño... en un lugar como este?) Chico: ... ... ... ... Yui: (Parece que esta mirando el cielo...) Yui: (Será un niño de por aquí? Intentaré hablar un poco con él)
*Yui se acerca al chico*
Yui: Hola, buenas tardes. Vives aquí? Chico: ... ... ... ... Yui: Qué estás haciendo? Donde están tus padres? Chico: ...Ah Yui: Eh?
*Ambos miran al cielo*
-Monólogo-
De repente, el niño señala el cielo con su dedo. Al mirar hacia arriba, se pudo observar como una estrella fugaz cayó.
La estrella, haciendo un largo, largo camino con su cola, va desapareciendo en la noche.
Y entonces, el niño murmura.
-Fin-
Chico: ...Es papá. Yui: ...Papá? Yui: (Qué significa eso...?)
*desvanece*
Yui: Um... Ug...N...?
*Yui abre los ojos*
Lugar: Habitación de Kino.
YuI: (Oh, qué me pasó...?) Yui: (Es verdad... ...yo estaba con Ayato y entonces... ...) Kino: Ahh, al fin despiertas. Yui: !... ...Kino-kun... Kino: Como te sientes? Aunque parece que has estado durmiendo bastante bien Yui: ... ... Yui: (Más que dormir...) (ME GOLPEASTE PARA QUE ME DESMAYARA) Kino: Bien, y ahora qué es lo haré~... ... Kino: Ya que al fin has llegado aquí, así que tendrías que hacerlo más agradable para mí YuI: ¿Agradable...? Kino: Así es. Tú estuviste todo el tiempo viviendo en aquella mansión, no es así? (Sakamaki's mansion :v) Kino: Debes saber mu~y bien de lo que estoy hablando, no es así? (Sangre verdad? Uno más no le hace nada, vení) Kino: ...Vamos, tú también intenta decirlo. Qué cosas fueron las que los Sakamakis te hicieron...? Yui: !...Por qué preguntas eso... (Bueno, para empezar Ayato agarró sus tetas en tu ruta*giño**giño*) Kino: Hee, no accederás a lo que te estoy diciendo~? Kino: No se puede evitar si no me escuchas. Simplemente puedes quedarte en esta habitación hasta que cambies de parecer Yui: ... ... ... ...Por qué estas haciendo esto!? Qué le pasó a Ayato-kun!? Kino: Fufu, ahora es un interrogatorio, eh... Kino: Pero eso ahora da igual, verdad? Más importante, tengo sed (Entonces tomate un redbull, qué le pasó a mi Husbando!?) Kino: Yuuri! No podrías traer un jugo de guayaba ahora mismo? Yuuri: Como ordene Kino: ...Quieres uno? (ME? Ay, que amor) Yui: No... Yui: (No es el momento de estar bebiendo un juego de guayaba...!)
*Desvanece*
Kino: ---...Mm. Haa... como lo pensé, el jugo de guayaba es delicioso Yui: ...Oye, Kino-kin. No evadas la pregunta y respondeme... Kino: Fufu, no esto evadiendo tu pregunta. Aunque no te lo responda ya lo sabes, no es así? Kino: ...La razón por la que te deseo, es una sola. Y definitivamente, estoy hablando de esto!
*La empuja*
Yui: Kya...! Kino: Ah~ah. El jugo se cayó
*Kino se acerca*
Kino: Pero bueno, ya que. *La muerde* Haa... Nn... Yui: *Se sonroja* Mm...! D-detente... Kino: Fufu. No quiero~. Te lo dije, no es así? ''Tengo sed'' Kino: *Sonrojo* Nn... Mm... mm... (no se nota PERO ESTA SONROJADO) Yui: (Mm... la fuerza esta dejando mi cuerpo... ...) Kino: Haa... Tu sangre es buena... Hasta podría volverme adicto Kino: Aunque es una pena que aquellos tipos la hayan probado primero... ... Yui: Ya detente... sueltame!! Kino: Realmente eres mala para entender las cosas... aún no sabes tu posición? Kino: Ya date cuenta. Porque tú ahora mismo eres como una mascota para mí... verdad! *la empuja* Yui: Kya...! Yui: (Voy a caerme!)
*Yui cae*
Yui: Ugh...
*CG*
Kino: Haha... qué buen aspecto. Mirandome desde el suelo justo de esta forma... realmente te queda bien. (Es la cuarta persona que se lo dice) Yui: ... ... Kino: Vamos, disculpate conmigo justo ahora. Ya que has tumbado el jugo de guayaba, verdad? Yui: ...Por qué yo tendría que hacerlo...! Kino: Dirás que no fue tu culpa? Humm~... ... Kino: Parece que... no aprenderás con sólo una vez... fufu... Yui: ... ... Yui: (Sus ojos no están riendo...) Yui: (''No sé que es lo que podría llegar a hacert si me haces enojar''... ... eso dicen sus ojos...) Yui: ... ... ... ... Kino: ...Hee, parece que al fin te dieron ganar de cooperar? Yui: ...Lo... siento... Kino: Obviamente que eso solo no es suficiente, verdad? Arrodillate ante mis pies, y baja más tu cabeza Kino: Pero sólo si de verdad piensas que fue tu culpa, okay...?
*Se acerca a sus pies*
Yui: Ugh... lo siento... Kino: Fufu... HAHAHAHAHAHA! Lo mejor... esto es lo mejor! Yui: ...para hacerme hacer algo como esto, qué clase de persona eres...? Kino: ...Un momento, quien demonios dijo que te detuvieras? No digas cosas innecesarias y sigue
*CGcambia* (Yui se baja su cabeza y Kino saca su celular)
Yui: ...Lo siento... Kino: ...Esto es bueno. Deberiamos grabarlo para después... Kino: Bueno, no se puede evitar. Por ahora me conformo con una foto. *Saca foto* Yui: (Una... una foto!?) Kino: Oh? Ya es esta horaa? Bien... yo iré yendome. Kino: Me divertí bastante gracias a ti. Sin embargo, recuerda que esto es el principio. Kino: Sólo deberías tener miedo. Y ten cuidado de lo que dices para que esto no vuelva a pasar? Yui: ...Eres lo peor... Kino: Haha, di lo que quieras
*Fin de la cg*
*Kino se va*
Yui: ... ... ... Yui: (Al fin se fue... ...) Yui: (Pero parece que cerró la puerta con llave, así que no podré salir de esta habitación... ...) Yui: (Qué le habrá sucedido a Ayato-kun...?) Yui: (Ya que Kino tiene esa personalidad... Ayato-kun me preocupa...)
*Desvanece*
*Carcel*
Ayato: Ugh... Sácame de este lugar! Maldición!
*Ayato intenta golpear la reja con sus poderes pero su magia rebota*
Ayato: ...¿!Qué!? Ayato: Uwaa!!
*Después de que la magia rebota Ayato sale despedido hasta la pared*
Ayato: Ow... ugh...
*Pasos*
???: Haa... que inquieto. Qué tal si ya te quedas quieto? Ayato: ... ...! Kino: No importa cuanto lo intentes es inútil. Esta celda esta envuelta a una mágia especial. Kino: Bueno, pero aunque seas un idiota creo que ya te diste cuenta de ello, no es así? Ayato: No me jodas! Te mataré! Kino: Que boquita. Esas son formas de hablarle a tu hermano mayor? Ayato: AAh!? Quien demonios es mi hermano! Kino: Quien dices... yo, que no es obvio? Ya te lo había dicho antes, sin embargo Ayato: Si crees que puedes confundirme diciendo esas cosas sin sentido, quiero decirte que estás equivocado... ...--- Kino: No es broma. Pero bueno, no puedo hacer nada si no me crees. Ayato: Ch... eres un tipo al cual no puedo tragar. De todas formas sacame ahora mismo de aquí! Kino: Haa... ojalá fuera una broma tener que escuchar a este hermanito tan molesto. No se puede evitar. Kino: Si no escuchas lo que yo te digo, no sé que podría pasarle a esta chica... esta bien para ti?
*Kino saca SU SMARTHPHOTNE450*
Ayato: Un smartphone...? Kino: Se agradecido, ya que te estoy mostrando mis preciadas fotos. Fufu...
*Ayato tiembla*
Ayato: ... ...!! Chichinashi...! Kino: Fufu... !ahahaha! ¿Qué tal? ¿Acaso no es lo mejor? Ayato: Bastardo... no me jodas...! Kino: Fufu, no importa cuanto me ladres, tú no puedes hacer nada al respecto. Kino: Ahora lo entendiste? No hay nada que no me desobedesca... Ayato: Ugh... maldito... qué demonios es lo que quieres...? Kino: Lo que deseo, eh... Kino: Bueno, lo diré en palabras que lo puedas entender ya que eres un idiota: quiero que me ayudes. Kino: Que me ayudes a destruir todo... Ayato: Destruir... todo...? Kino: Sip, así es. ¿Qué tal? Es interesante, no es así? Ayato: Ha, claro que no! Quien te ayudaría a ti... me dan ganas de vomitar! Ayato: No ayudaría a un tipo que se junta con algo como ghouls y dice que es mi hermano... Kino: ...''Algo como ghouls'', eh... Kino: Oye, Ayato. Quiero que jures algo. Kino: Jura que jamás volverás a insultar a los ghouls... Ayato: Ahh!? Por qué El Gran Yo tendría que obedecer tus ordenes! Kino: ...Ya veo. Entonces no me queda de otra Kino: Es mi obligación castigar a mi hermanito desobediente...
*Rejilla*
Ayato: ...Qué demonios estás haciendo!? Kino: Eh? Qué no es obvio? Estoy calentando esto hasta que quede completamente caliente y rojo... ... Kino: Voy a hacer esto
*Quema a Ayato*
Ayato: Tc... UGAAAAH! Kino: ...fufu... AHAHAHAHA! Qué no es genial la marca? Kino: Te queda bastante bien. Se agradecido Kino: Es el escudo de los pájaros negros... es nuestra marca Ayato: UGh... ug... aahhg... maldito... cuando te ponga las manos encima...! Kino: Voy a esperar tu cooperación la próxima vez. Nos vemos~ Ayato: Mierda... mierda...!!
*desvaence*
Lugar: Living.
Yuuri: Bienvenido, Kino. Kino: Ahh, Yuuri. Has regresado, eh. Yuuri: Si, hace un momento. Podría ser que estabas en el calabozo? Kino: Si, así es. Como era de esperarse, es un hermanito desobediente. Me agotó Yuuri: Y entonces? Cómo esta Ayato-san? Kino: Quien sabe? Le di un castigo pero seguro justo ahora debe estar intentando huir otra vez? Kino: Bueno, hasta que sea obediente tendré que seguir castigandolo. Prepara mi (es cosa con la que hace marcas) si? Yuuri: Entendido. Kino: Pero aún así... la magia que envuelve la celda... el sello mágico que el grupo de la iglesia hizo es realmente increible. Kino: Parece que Ayato no puede competir con esa magia Kino: Bueno, aunque también hay que tener en cuenta que este es el Mundo de los demonios... Kino: ... ... ... ... Kino: (Ayato... recibió la fuerza de padre- de Karlheinz...) Kino: (Pero tal vez no era una fuerza tan importante como yo lo creia...) Yuuri: ... ... ... ...Quiere que traiga un té? Kino: Ahh, si. Te lo encargo.
~The end~
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Bajo Siete Llaves (1/?) | Latin Hetalia
a/n: Omegaverse. Martín es futbolista.
I. A cada santo le llega su día
Papá, ¿quién es mi mamá? Le pregunta Ema y la frase sale de sus labios ingenuamente, mientras está acariciando a su cachorro en el sofá o cuando se acuesta en el piso para jugar con todas sus muñecas. No lo mira, pero Martín sabe que está esperando una respuesta, aunque su cabecita cubierta de motas de rizos rubios no se levanta ni siquiera cuando él deja escapar de sus labios un suspiro cortito y cansado. Martín le dice su nombre y entonces ella siempre lo mira a los ojos y está ahí, el enfrentamiento dulcísimo, sus ojos verdes contra los ojos verdes de Ema que siempre fueron más claritos, más espesos. Entonces le responde siempre con la misma frase, que de tanto decirla parece que ya se ha gastado: No importa quién es tu mamá, está de viaje. Lo único importante es que papá te cuida y te quiere. Y Ema vuelve a bajar la mirada y vuelve a pasar sus dedos y sus manitas regordetas por el pelaje de colores de Alan o a tomar a su Barbie y a hacer como que es una mamá. Martín la observa solo unos segundos, los suficientes como para recordar todo.
Él sabía que era una pregunta que ineludiblemente tendría que contestar alguna vez, cuando Ema se diera cuenta de cómo eran las cosas para los demás niños del preescolar. Y había inventado esa excusa con la esperanza de que su hija lo creyera. Cuando Ema era chica, todo era más fácil, porque ella creía cualquier cosa que saliera de sus labios, pero con el tiempo, Martín se fue cuestionando cuánto duraría este viaje de la persona que dio a luz a Ema. Iba a contarle, seguramente iba a hacerlo. Cuando fuera un poquito más grande, quizás a los diez, o a los once, o a una edad en la que ella fuera capaz de entenderlo y de no reprocharle nada, no criticarle nada. Martín sabía que en el fondo ella iba a entender y a creer que lo que él hizo fue lo correcto.
Martín pagó mucho dinero para evitarlo. Pagó por cada boca cerrada que podía ser un disturbio en la vida que él pensaba formar junto a la niña que había aparecido de pronto sin que él pudiera desearlo, sin que él pudiera hacer algo, cualquier cosa. Le pagó a sus amigos para que se mordieran la lengua cuando los periodistas les preguntaran y le pagó a él, para que se olvidara de que había parido una niña para el resto de la eternidad. Martín no estaba seguro de si Ema algún día debería saber que pagó por ella, para que solo fuera de él, pero sí estaba seguro que todo había valido la pena y cada día lo creía un poco más, cuando Ema correteaba por la casa o se atrevía a golpear una pelota y después se reía, con esa risa contagiosa y Martín la adoraba más que a nada, porque era su vivo retrato.
A excepción de su mamá, nadie sabe el secreto. El mundo da sus propuestas y habla acerca de que podría ser esto pero también aquello pero Martín nunca se encarga de comprobarlo, de decir "sí, esto fue lo que pasó". Algunos rumores corren por aquí y por allá, algunos más cercanos a la realidad, otros más lejanos, pero Martín se había asegurado de que cualquier chisme se mantuviera siendo eso, un chisme. Un par de palabrerías frívolas que nunca llegaran a los oídos de su hija. Un par de palabrerías frívolas que lo golpearan a él, pero a Ema, jamás.
Martín lo recuerda, ahora más que nunca. Estos años con Ema a su lado le han servido para ir de a poquito recreando todo en su memoria, creando paisajes y escenarios y volviendo a poner a corriente todas las cosas que sucedieron. El año es insustancial, Martín solo se mete en la cabeza que Ema nació el 2013 y que eso es todo lo que necesita saber, recordar, siempre. Así que, sin sacar cálculos, él está seguro que conoció al omega que parió a su hija por allá por 2012. Porque iba a empezar el mundial en un mes más y él había ido a jugar un amistoso en Santiago y había ido con sus compañeros a tomar un trago, para celebrar la victoria.
Francis Bonnefoy, su representante, le había adelantado hace poco una buena noticia: en cualquier momento se haría oficial que el Madrid pagaría la suma más alta que cualquier otro equipo había dado por él, solo para tenerlo entre sus filas. Era parte de la nómina de la selección para el Mundial de Francia y las cosas estaban saliendo bien, la vida parecía de pronto en verdad amable, en verdad digna de ser vivida. Y el camarero que los atendía a él y a sus amigos esa noche no lo desmeritaba. Era chileno, probablemente, aunque Martín no se hubiera interesado en saber eso nunca. No hablaba mucho y parecía llevarles los tragos sin alardear, sin ni una intención de hacerse notar, parejito y discreto. No era el tipo de omega al que Martín se había ido acostumbrando, no era empalagoso, no atinó a nada más que a dejarles los vasos sobre la mesa con una sonrisa cortés. Parecía indiferente. Por la manera en que lo miraba a veces, incluso parecía no saber quién era él.
La carrera de Martín había empezado a dar tantas alzas, tantos saltos de repente y tantos giros, que a él también le costaba dimensionar quién era realmente, qué era ahora que se había convertido en un futbolista habilidoso, la clase de futbolista que llama la atención de los clubes grandes. Pero con ello había venido todo, los omegas y los betas (y hasta los alfas) y las fiestas y la plata y todo, todo lo que hace a un futbolista, lo que constituye a un futbolista de elite. Entre tanto coqueteo sin escrúpulos, Martín había perdido la costumbre de practicar algún ritual de conquista cuando de pronto alguien captaba su mirada. Él era directo, franco y siempre sincero.
Así que le dijo, a ese omega de pelo marrón, de ojos que se veían más claros por las luces del recinto y de delantal negro en la cintura, con ese cuerpo al que Martín desvirgó con la vista, que se acostara con él. Era como si el rey hubiese elegido al cortesano y a ese pobre muchacho no le quedara otra que aceptar porque él era Martín Hernández y estaba convirtiéndose, con más rapidez de la que podía manejar, en una estrella del fútbol mundial.
Pero él se negó. Sacudió la cabeza y se fue de vuelta a la barra, y Martín observó cómo el resto de los camareros lo llenaban de preguntas, lo atosigaban por cualquier indicio de lo que estaba pasando allí. Uno de sus compañeros pidió otra cerveza y Martín pidió que el muchacho al que se había insinuado les trajera el pedido. Lo único que Martín oyó salir de los labios del camarero fue su nombre, cuando él se lo preguntó. Manuel. Y en realidad, no era un nombre que él recordaría durante los días siguientes. Cuando Manuel apareció de nuevo, a Martín no le quedó otra que desempolvar la olvidada ternura. Le sonrió al chico, se acercó a él y le susurró muy despacio, para que nadie más escuchara: Quiero besarte.
Martín nunca supo bien la razón por la que Manuel se acostó con él, pero supuso que se trataba de la misma razón por la que el resto de las y los muchachos lo hacían, porque un alfa como él era difícil de encontrar y al menos tendrían una historia que contar algún día, aunque nadie les creyera: "Yo me acosté con Martín Hernández". Y las cosas sucedieron. Y Martín no volvió a ver a este Manuel nunca más; se fue cuando estaba dormido, en esa habitación miserable de un motel santiaguino cualquiera.
Pasaron los meses y Argentina estaba a horas de debutar en el mundial de Francia contra Italia cuando recibió una llamada de Francis. Martín recuerda que Francis sonaba cabreado, harto, como si fuera un padre (el padre que él no tenía) que había descubierto una maldad de su chiquillo. Lo primero que Francis le preguntó fue ¿te acuerdas de Manuel? Y él respondió que no, porque, ¿quién carajos era Manuel? Manuel, el chico con que te acostaste en Chile, en el amistoso. Martín abrió la boca. ¡Ah, Manuel! Pero de inmediato su sonrisa se desvaneció porque ¿cómo ese chico se había conseguido el número de su representante? ¿Por qué? Francis le cuenta que Manuel, desesperado y aproblemado, le ha dicho que está esperando un hijo y que el padre no puede ser nadie más que él. Martín se echa a reír, nervioso. "Lo vi desnudo una vez" trata de excusarse, pero no sirve para nada.
Mordiéndose el labio, Martín le pregunta a Francis qué hacer. Francis suena ronco pero le contesta que se haga el examen de paternidad cuando el niño nazca y que si resulta que Manuel es uno de estos omegas que buscan sus quince minutos de fama, pues de la demanda no lo va a salvar nadie. Martín asiente, aunque nadie lo ve, solo en el baño del recinto en el que están concentrados.
Ese día, en la cancha Martín luce errático, sin potencia ni alegría. Su cabeza está en otra parte. Argentina ese año no tiene ningún lugar en el podio mundialero pero Martín, aconsejado por su madre, a la que le ha contado todo en cuanto ha vuelto a casa, le hace llegar a Manuel, a través de Francis, el dinero necesario para llevar su embarazo a término y le paga incluso la cesárea en una clínica buena. Francis lo llama un día, mientras está entrenando y le dice que Manuel ha parido una niña. Martín siente que su corazón se va a salir de su pecho.
Un día después, su mamá, Agustina, parte a Santiago y conoce a la bebé, rosada entera, rubia entera. Le manda una foto por WhatsApp y Martín la recibe entremedio del ir y venir de sus compañeros en los camarines.
Entonces sucede.
Nunca creyó en el amor a primera vista, pero en ese momento ocurrió.
Se enamoró de la niña que vio en la pantalla de su celular.
Desde ese momento, Martín tuvo un único capricho: deshacerse de la madre de su hija. Le ofrece a Manuel diez millones de dólares para que renuncie para siempre a la criatura. Sin visitas, sin saludos, sin nada. Como si nunca hubiese estado dentro de vos, como si nunca te hubieran sacado nada del vientre. Agustina y Francis repiten exactamente las palabras de Martín para Manuel y Manuel, solo, confundido y carcomido por la realidad potente que significa tener un hijo, conservar un hijo, mantener un hijo, firma el contrato que lo alejará para siempre de la niña que no ha visto ni un segundo desde que se la quitaron de la guata. Firma el contrato que es claro y decidor: nunca más volverá a ver al fruto de sus entrañas.
Martín había sufrido un montón cuando era un niño, viendo a su papá borracho después del trabajo y por las noches y estaba seguro de que una familia constituida por ambos padres jamás había sido garantía de una buena crianza. Además estaba su novia, María, la obsesiva María, la siempre celosa María, la que llegó a decirle a las revistas que se sintió mal cuando Martín trajo a la niña a la casa pero que al fin y al cabo se había acostumbrado y que era "imposible no amar a esa bebita". María fue buena mientras estuvo ahí, pero nunca lo sería tanto como Agustina, y Martín corrió a su madre una noche con la niña en brazos, de su boca salían las palabras que le dijeron a él mismo que todo esto que estaba sucediendo iba en serio: Quiero que me ayudes a educarla, a darle amor como vos lo hiciste conmigo y con Victoria. Nadie nunca va a saber quién parió a Ema. Desde ahí, Martín casi no supo qué era dar leche a media noche ni cambiar pañales porque Agustina siempre estaba a su lado, encargándose de todo.
La prensa empezó a especular. Quién era la mamá de la niña. Dijeron que había pagado por un vientre de alquiler, y entonces vinieron encima todas las burlas, el cuestionamiento a Martín en tanto su capacidad de alfa. Su jefe de prensa no tardó en sacar un comunicado que publicaron directamente en Facebook, en Twitter y en Instagram y que los periodistas reprodujeron por todos lados: "con gran alegría y emoción afirmo que recientemente he sido padre de una niña. La madre de la bebé y yo hemos acordado, ya que la madre prefiere que su identidad se mantenga confidencial, que mi hija se quede bajo mi exclusiva tutela. No se dará más información sobre este asunto y pido a todo el mundo que respete completamente mi derecho a la privacidad (y la de la niña), al menos en temas tan personales como estos".
Manuel nunca apareció otra vez, ni trató de contactarlo, ni de saber cómo estaba Ema, ni nada.
Cuando Martín la mira, hay algo que se extiende en todo su cuerpo. Y cuando la oye reír o la oye decir cualquier palabra o ve sus dibujos, o escucha atentamente como Ema le dice ¡sos el mejor del mundo!, sabe que hizo lo correcto. Que nadie iba a poder amarla como él la amaba y que algún día, cuando Ema se entere de la verdad, no habría nada de que estar asustado, porque el que nada hace, nada teme.
Y Martín trata cada día de complacerla en todo: juguetes, viajes, fiestas con sus compañeritos del preescolar. En lo único que por ahora no puede darle en el gusto es en revelarle el nombre de su mamá, así todos los días Ema se levante y le pregunte: Papá, ¿quién es mi mamá? Porque eso no tiene importancia. Porque su padre es él, Martín Hernández, triunfador y adulado y los dioses no comparten el amor.
notas: a que no adivinan en qué futbolista famoso está inspirada esta historia!
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Open Your Eyes
Supe que la voz provenía de Matías, seguí el sonido y esta me llevó por detrás de la casa. Lo encontré arrodillado frente a Linda, ella estaba parada arriba de un banquillo de piedra y escuchaba que Matías le cantaba.
(Escuchar Nadie Más - Gastón Soffritti en la playlist)
Estaba muy triste. No podía creer lo que veía, así que salí corriendo, sin mirar atrás. Llegué hasta una plaza y vi un banco, me senté ahí. Comencé a llorar fuerte. Alcé mi vista al cielo, para sentir la lluvia correr por mi cara y mezclarse con mis lágrimas. Sentí que alguien me tocaba el hombro y al girarme no podía creer lo que mis ojos veían.
Narra Joe:
Estaba caminando por el parque, sintiendo como la lluvia borraba cada momento y sentimientos que mi corazón y cabeza sentían o recordaban, era como sentirme más vivo. Ayer tuvimos el concierto en Buenos Aires y me di cuenta de que el único amor que existe de verdad es el de mis chicas, porque sé que ellas nunca me usarían por fama ni menos por publicidad, sé que ellas son lo más leal que existe. Hace unos meses me entere de que Camilla, me estuvo engañando todo este tiempo, y yo creí que lo nuestro iba más enserio, sentía muchas cosas por ella, y me duele que haya hecho esto, siento como si mi corazón se hubiera congelado, como si ya no sintiera nada, tal vez esto me enseñe a no volver a confiar en nadie más.
En un instante fui arrancado de mis pensamientos por alguien que lloraba y me llamó la atención, al parecer no soy él único triste esta noche. me aproxime un poco, vi que a una chica. sentada en un banco, me acerqué y le toqué el hombro para saber si estaba bien, con este tiempo no debería estar en la calle y menos sola.
Me arrepentí de haberme acercado, ya que cuando me vio se levantó y noté que estaba por gritar. De un rápido movimiento le tape la boca.
No grites, por favor, solo tranquila - dije con desesperación.
— Está bien... Yo... Me calmo - dijo algo, pero no lograba entenderla — ¿Sabes hablar inglés? — pregunté haciendo señas que parecieron darle gracia.
— Si, eh aprendido algo de los juegos — me contestó con una media sonrisa, no pude evitar sentirme triste al ver sus ojos hinchados de tanto llorar.
¿Por que lloras? — le pregunte, mi corazón se encogió más cuando ella me miro a los ojos.
— Porque me dejó para estar con ella, y encima no lo quiere en realidad, solo juega con él. Pero, él prometió jamás lastimarme y lo hizo — Contesta triste mirando sus dedos.
Me tomó un poco de sorpresa que me lo contara, pero, me hizo bien saber que confía en mi - Entonces no te ama, siento ser muy sincero, pero si él juega con vos, no te ama - Suspiro y de a poco para de llover, miro el cielo - te lo digo porque, a mi me paso, y no es lindo.
¿Como alguien puede lastimarte? - Me pregunta con un poco de inocencia y yo me rió mirando hacia los arboles que bailan con el viento, cambio mi vista a ella, y la observo pestañear esperando una respuesta, me encojo de hombros — en el mundo hay personas malas — la miro y ella asiente — ay, soy un tonto, no te pregunte tu nombre, yo soy Joe, aunque creo que eso ya lo sabias — La miro con picardia, ella se sonroja y tapa su cara, no puedo evitar reírme.
Mi nombre es Dolores, pero, dime Lola — deja ver su rostro un poco y creo ver una pequeña sonrisa.
— Bien Lola, bonito nombre - La miro unos segundo - ¿Cuantos años tenes? - Pregunto extraño la observo, no debe tener más de 11 o 12, espero que sus padres no estén preocupados.
Narra Lola:
Tengo 17 años — mentí, no se porque, yo no suelo mentir.
— Ah bueno — dijo arqueando una ceja serio, como si lo hubiera notado.
Creo que me tengo que ir, sino mis hermanos me van a matar — dije preocupada, Gastón es capaz de llamar hasta a la fuerza aérea porque me escapé.
— Si quieres te acompaño — dijo algo distante, mientras se paraba del banco.
— Lo miro sin creerlo aun, me quedo prendida en su rostro, escucho que me habla pero no escuche ni media palabra de lo que dijo — bueno dale - asentí sin saber lo que contestaba.
Caminamos hasta casa, miraba a Joe sin poder creer que hace unos minutos le conté mis problemas, no había imaginado estas cosas, ni en mis sueños más locos, ¿Saben que es lo más increíble? ME PRESTÓ SU CAMPERA, si hubiera estado sola en mi casa, en estos momentos, estaría gritando y saltando por todos lados.
— Es aquí - le señalo la puerta, Joe se detiene un poco serio, ¿que le pasará? No me atrevo a preguntarle, ¿por que soy tan tonta? Seguro que si fuera como Taylor Swift, me atrevería a preguntarle, pero Lola lo único que hace es callarse. Suspiro dolida cuando mi estúpida cabeza me recuerda como llegue a esta situación, me niego a llorar por un chico, el único por quien eh llorado, es mi padre, miro el suelo y veo como las gotas empezaron a caer de nuevo.
Él se acerca a mi y con sus dedos debajo de mi mentón, me hace mirarlo a los ojos, puedo sentir como su mirada atraviesa la mía, sus ojos son profundos eh intensos, me quedo hipnotizada ante sus ojos avellanas intensos — Nunca bajes la cabeza, aun eres muy joven para sufrir por amor — me dijo en un susurro. — Siempre se tu misma, no deberías cambiar por nada, ni por nadie - me aconseja, estúpido Joseph Adam Jonas deja de ser tan, tan, tan Joseph.
- Gracias Joe - agradezco y lo miro una vez más antes de entrar a casa.
Gracias a vos, por cruzarte en mi camino — se acerca a mi y me da un beso en la mejilla, sin pasar menos de un minuto, siento como mis mejillas arden, Joe me ve y se ríe. Es algo que se puede notar a distancia.
Me despido de Joe y entró a la casa, Matías y Linda estaban anunciando su noviazgo a todos, a veces me sentía invisible, yo no existo para los demás. ignore por completo la escena, porque nadie arruinaría mi momento más inesperado de la noche, un momento del que siempre guardaría en mi corazón y que tal vez no vuelva a pasar jamas, . Entró a mi habitación con calma y tranquilidad, cuando me toco el hombro, me doy cuenta que aun tenia la campera de Joe, - ¡Soy una idiota! ¿y ahora que hago? ¿¡y si llaman a la policía!? ¡va a creer que me la robe! ¿estoy exagerando?, si lo estoy - ¿esperen? TENGO SU CAMPERA, TENGO LA CAMPERA DE JOE JONAS, no puedo creerlo, siento su perfume, el perfume a Joe, ¿como voy a devolvérsela? Pongo música para que nadie escuchara mis gritos de euforia, podría decir que agradezco a Matías y a Linda por declararse amor en el patio de casa, si no fuera por eso no hubiera salido corriendo, ni tampoco, hubiera conocido, al mejor chico del universo. Me tiro en la cama con su campera con una sonrisa, un suspiro sale de mi, al recordar, a Joe, huelo su campera y cierro los ojos. Miro hacia el respaldo de mi cama, y observo un póster de Joe pegado justo en el medio, donde da el respaldo de mi cama, me acercó a él, y le doy un beso. -... ¡¿QUE?! ¿Acaso nunca estuvieron obsesionados con un ídolo/a?!-
Unos minutos más tarde salgo de mi cuarto, escondí la campera en un huequito donde guardo cosas de emergencia, no se lo he contado a nadie, seguro ni me van a creer, siempre piensan que invento cosas o no me toman muy enserio. Entró al baño, canto Gotta Find You, salgo con mi pijama de gatitos, no me juzguen. Camino hasta el comedor con una sonrisa de oreja a oreja, algunos chicos me miran extraño, ¿Acaso creen que me voy a poner a llorar después de encontrarme con mi amor de toda la vida? nada podrá arruinar mi gran momento.
¿Y esa sonrisa? — me mira Gastón, sorprendido.
Solo estoy feliz — me siento a su lado en el sillón y mi hermano estira su brazo para que lo abracé.
Me alegra saberlo, es lo que más me importa - me da un beso en la cabeza, Gastón es él más serio de mis hermanos, y es él más estrictos, siempre está dándome órdenes o retándome. Federico es con el que más eh pasado tiempo, siempre jugamos a los jueguitos en la compu, el otro día me mostró el GTA Vice City, me reí un montón. Aunque a veces me molesta, es un tonto, pero lo quiero. También tengo otro hermano, él del medio, Marcos, mi favorito de los tres, es bueno conmigo, y me entiende, aunque lo veo poco por la camarita web, él vive en Estados Unidos, porque estudia medicina, creo que vive en Los Ángeles, y me dijo que es un lugar precioso, me ha mandado postales, y fotos de él en ese lugar, es preciso, me prometió que un día me llevaría. Lo extraño mucho, con él me siento protegida y no tengo miedo.
****
Pasaron las semanas desde que me encontré a Joe en la plaza, aun sigo feliz por ese día, aunque, no tanto, porque paso algo extraño con Matías, no se que le agarro pero, cuando me pregunto por que estaba feliz, no le quise decir, es mi secreto y siempre lo sera, y entonces me agarro fuerte de las muñecas, y no me quería soltar, no se porque hizo eso, me dio mucho miedo, jamás había visto a Matías actuar conmigo de esa manera, solo una vez cuando estaba en la casa de mi amigo Guille por el cumple años, y Matías me empujó porque creyó que me gustaba; Él nunca fue celoso, por eso me llamó la atención que lo hiciera.
Con los chicos salíamos a caminar a todos lados, estábamos algo deprimidos, porque en dos meses teníamos que empezar el colegio otra vez ¡QUE TRISTE!
Estaba con Fer y Anto afuera, caminando tranquilas por los hermosos Bosques de Palermo*. Es una tarde muy hermosa de verano, hoy hay un ambiente distinto, como si todo fuera distinto, como si algo fuera a pasar, como la canción de Los Auténticos Decadentes que dice "Todo es tan tranquilo, que el silencio anuncia el ruido de la calma que antecede al huracán". Mi paz y tranquilidad fue arrancada de un golpe seco, por la voz insoportable de Lucía, mi casi prima, es la típica chica a la que todo hombre caería a sus pies con solo mirarla, Su cara es perfecta, sus ojos son perfectos, todo en ella es perfecto, no hay nada que le quede mal, a comparación de quien les habla, ojalá pudiera ser como ella, siempre pensé que a Lucia la sacaron de una revista de modelos de ropa, Matías esta enamorado de ella desde que se la presente, y se le nota, por como la mira, ademas de que ella se le resiste mucho a Matias porque ella busca otro tipo de hombres, según ella, Matias es muy poco para ella, Lucia es muy decidida y siempre sabe lo que quiere, con esta chica lo poco que tengo de autoestima, se borra por completo, es todo lo que yo desearía tener.
- ¿Chicas, cómo están? - Dice Lucia con su voz siempre alardeando con una sonrisa.
Las tres la ignoramos.
¡¡¿¿QUÉ NO SON LOS JONAS BROTHERS??!! — Gritó Fer, señalando hacia donde ellos estaban y era cierto, creo que podría reconocerlos aun así se pusieran en modo incógnito, como exactamente estaban vestidos, con ropa deportiva, gorras y lentes de sol, mirando para todos lados, con las maletas al lado.
No, chicas. Hay que demostrarnos serias y normales, porque si no, los vamos a asustar — explico colocando mi dedo indice encima de mi boca, mientra caminaba con mi estomago revuelto.
— Es verdad — se ríe.
Nos acercamos a ellos, "disimuladamente" para no asustarlos y que salgan corriendo, ese momento se detuvo en mi vida como si fuera la única en el planeta, todo a mi alrededor había desaparecido, solo estábamos ellos y yo. Mi timidez empezó a nacer, cuando nos encontramos frente a frente, Las chicas sin pudor saludaron a los tres, con un beso en la mejilla, me aproxime a saludar a Nick y Kevin, pero, cuando me acerque a Joe.
Hasta ahí, me falto colocar el glosario xD, no olvide de comentar o darme un voto, me conformo con un emoji.
#jonas brothers#joe jonas#nick jonas#kevin jonas#lucy hale#Lola Castillo#wattpad latino#wattpad#Argentina#jonatiks#jonatic#teamjonas
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“HAY UNA SOPA EN MI MOSCA” Género literario: Comedia.
TELÓN O APAGÓN HAY UNA SOPA EN MI MOSCA ACTO ÚNICO PERSONAJES:
MOZO 1, MOZO 2, MOZO 3, ENCARGADO Y COCINERO.
LOS COMENSALES: ANÍBAL, ROSITA, JULIÁN, HUGO Y DOROTEA. -ENFERMERO 1, -ENFERMERO 2,-ENFERMERO 3.
(La escena transcurre en un restaurante. Como es una comedia de situaciones que no tienen relación entre sí, en tres niveles diferentes hay tres mesas y sus sillas, en donde cada mozo atiende a los comensales. En el centro del escenario hay una puerta vaivén que da a la cocina, como las de los restaurantes, por donde aparecen y desaparecen los mozos. Además, hay un mostrador, donde está el Encargado. Los comensales están ubicados en sus respectivas mesas, conversando y esperando que los atiendan o sirvan la comida. Los mozos también atienden a otros que no están en escena, para lo cual salen por los laterales como si estuvieran en otra parte del mismo restaurante.)
MOZO 1: (Con la bandeja en las manos, pasa delante del encargado.) ¡Sale una especial de muzzarella y aceitunas! (La lleva a Aníbal, que está sentado solo a su mesa.)
ENCARGADO: (Detrás del mostrador.) Si sale, que lleve abrigo, afuera hace un frío terrible. (El mozo 1 le deja la pizza a Aníbal sobre la mesa.)
ANÍBAL: (Exigente.) ¡Le pedí con vino y vino sin el vino!
MOZO 1: ¿Quién no vino?
ANÍBAL: Usted vino sin el vino.
MOZO 1: Pero vine… (Duda mirando hacia la cocina.) ¿O acaso no vine?
ANÍBAL: Usted vino, pero…
MOZO 1: Ufff, me quedo más tranquilo, pensé que no había venido y todavía estaba en la cocina sacándome la mugrecita de las uñas. (Vuelve a la cocina.)
ROSITA: (Acompañada en la mesa por Julián, le pide al mozo 2.) Mozo, tráiganos dos tecitos con azúcar.
MOZO 2: (Con el anotador en la mano.) No tenemos té, pero le puedo traer el azúcar.
JULIÁN: (Ofuscado.) Mejor, que sean dos cafés con leche… ¿Tiene leche, no?
MOZO 2: (Apunta.) Es lo que sobra aquí. (Vuelve a la cocina.)
COCINERO: (Desesperado, sale de la cocina.) Señor Encargado, se pudrió todo: los ratones tomaron la cocina.
ENCARGADO: ¿No habíamos traído un gato?
COCINERO: Si, pero recuerde que el minino se hizo adicto a la leche y tuvimos que traer un perro para que lo espantara de la heladera…
ENCARGADO: ¿Y el perro, dónde está?
MOZO 1: (Con la bandeja en las manos, pasa delante del encargado.) ¡Salen dos pastas con albóndigas! (Sale de escena, como llevando la comida a otros comensales.)
COCINERO: Ahí va, en esos platos, acompañando los espaguetis. Ojalá no ladre cuando lo pinchen con los tenedores. (Vuelve a la cocina.)
HUGO: (Al mozo 3.) ¿Sopa con qué tiene?
MOZO 3: Hay con fideos y arroz…
DOROTEA: Pidámoslas con fideos, así no se nos llena la boca de granos.
MOZO 3: (Vuelve a la cocina.) ¡Marchen dos sopas con fideos!
ENCARGADO: ¡Si marchan, sacáles una foto, que seguro nos hacemos millonarios!
ANÍBAL: (Mira asqueado la pizza.) ¡Mozo! (Cuando tiene adelante al mozo 1.) Yo le pedí una especial de muzzarella y aceitunas negras. Mire, el queso brilla por su ausencia y las aceitunas están caminando por la pizza. ¿Qué hacemos?
MOZO 1: No se preocupe, en un instante se lo soluciono. (Vuelve a la cocina.)
HUGO: (Mientras espera, conversa con Dorotea.) ¿Y cómo van tus estudios de piano?
DOROTEA: Bárbaro, si hasta me han pagado una beca para terminarlos en una universidad de Alemania.
HUGO: ¿Quién, el gobierno?
DOROTEA: No, los vecinos (Al ver la sopa que el mozo 3 le acaba de servir.) Mozo, ¿se dio cuenta de que traía el dedo metido en la sopa?
MOZO 3: Sí, pero no se preocupe, no está caliente.
HUGO: (Va a meter la cuchara, pero se detiene porque se dio cuenta de algo.) ¿Qué hace esta mosca en mi sopa?
MOZO 3: (Mira el plato.) Yo diría que nada estilo pecho, señor
DOROTEA: (También mira su sopa.) Y en la mía hay una mosca muerta.
MOZO 3: Sí, es que no todas nadan tan bien como la de la sopa de su amigo.
COCINERO: (Se acerca.) ¿Hay algún problema con la sopa?
HUGO: (Asqueado.) ¡Su sopa tiene una mosca muerta y la mía aún patalea!
COCINERO: (Desesperado.) ¡Llame a un salvavidas! Mientras, tirémosle un grisín a ver si así se mantiene a flote.
HUGO: (Fastidiado.) Ah, ¿son pillos? (Los empieza a seguir para golpearlos y así salen por un lateral.) (El mozo 1 vuelve a la mesa de Aníbal llevando un tubo de insecticida y rocía la pizza.)
ANÍBAL: ¡¿Qué hace?!
MOZO 1: Mato las cucarachas y de paso le doy el toque que le falta a la pizza: este insecticida tiene sabor y aroma a muzzarella.
ANÍBAL: ¿Y el vino?
MOZO 1: No sé, creo que no vino (Se va a la cocina.)
JULIÁN: (Le comenta a Rosita.) Me regalaron un reloj, pero no me gusta llevarlo por la calle.
ROSITA: Tenés miedo de que te lo roben.
JULIÁN: No, porque es de pared. (Al ver que el mozo 2 mete la corbata en su taza.) Mozo, está metiendo su corbata en mi café con leche.
MOZO 2: No se alarme, señor, esta tela no encoge. (Les sirve los cafés con leche a ambos.)
ROSITA: (Descubre algo en la taza y se levanta espantada.) ¡Encima, hay una laucha!
MOZO 2: Yo sabía que había oído mal: era con leche, no con laucha. Pero no se preocupe, no tomará mucho.
JULIÁN: (Mientras apantalla a Rosita que se ha desmayado sobre su silla.) Pero, dígame, ¿qué hace esa laucha en el café con leche?
MOZO: ¡¿Qué sé yo?! Soy mozo, no adivino.
JULIÁN: Encargado, Encargado… Venga por favor.
ENCARGADO: Sí, ya oí todo. (Al mozo 2.) ¿Te parece bonito? Además, ese café con leche está helado
MOZO 2: ¿Cómo sabe? Si ni lo probó.
ENCARGADO: Porque la pobre laucha está tiritando de frío
JULIÁN: (Enojadísimo.) Yo los mato. (Comienza a pelear con el encargado y el mozo 2 intenta separarlos.)
ANÍBAL: (Al mozo 1.) Mozo, quiero que venga el encargado y vea a estas cucarachas pizzeras.
MOZO 1: (Que ha ido a atenderlo.) Eso no va a poder ser. El encargado les tiene un asco terrible a las cucarachas.
ANÍBAL: (Se le tira encima y lo quiere ahorcar.) ¿¡Me estás gastando!? ¡Te mato, pedazo de infeliz!
MOZO 3 Y COCINERO: (Entran seguidos por Hugo y Dorotea.) ¡La policía, llamen a la policía! ¡Nos matan y aún soy joven para morir! (Se confunden en la trifulca general.) Los enfermeros entran súbitamente y, tras ver la pelea, se abalanzan sobre los mozos, el cocinero y el encargado, a quienes les ponen una camisa de fuerza.)
ENFERMERO 1: Finalmente los pudimos atrapar.
ENFERMERO 2: Hace una semana que estos cinco locos se escaparon del manicomio y pusieron este restaurante.
ANÍBAL: (Que, como los demás, está muy sorprendido por la situación) ¿Y son peligrosos?
ENFERMERO 3: No, pero estaban a cargo de la cocina del hospital y desde que se escaparon tenemos que pedir comida por tel��fono. Ahora, vamos que los están esperando para que preparen la cena.
ENCARGADO: ¿Pero no podemos irnos sin antes cobrarles a los clientes?
COMENSALES: (Molestos.) ¡Yo no pienso pagar! ¡Pero si casi nos envenenan! ¡Lo único que falta, que nos cobren!
MOZO 1: Bueno, si no quieren pagar, no paguen. Pero, al menos, déjennos unas buenas propinas.
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61
Corro a toda velocidad por los pasillos de la terminal. Pinche gente. Va con unas calmas. Parece que salió a pasear por el parque un domingo por la tarde. Serán esos los baños que me dijo el hombre este. No, no creo. De dónde saldrán tantos turistas. Oye, oye, a ti sí te ponía una buena arrastrada, mi amor. De dónde serás. Quítese, señor, qué no ve que tengo una verga que encontrar y un vuelo que tomar en menos de 20 minutos. Puerta 61, dijo el tipo este. Me encanta estar alejándome cada vez más de mi puerta de embarque. Creo que, después, me va a tocar correr en la dirección opuesta para llegar al otro lado de la terminal. Pero, bueno, qué le vamos a hacer. Una buena verga vale eso y más.
Creo que es aquí. Puerta 61. Que va de remera azul cielo, dice. Será argentino. En la sala no veo a nadie así. Ya no me acuerdo de qué foto de cara me enseñó, pero tenía buena verga. En fin, el baño está ahí al lado. Entremos.
A la derecha, una fila de lavabos. Un hombre mayor, canoso y algo encorvado, en uniforme gris, limpia lentamente los espejos y arrastra su cubeta con todos los utensilios de limpieza. Tiene cara de cansancio. Me mira con ojos sonrientes y me saluda. Buenos días, joven. Buenos días, señor. Me paso al siguiente pasillo paralelo a la fila de lavabos. Ahí están los mingitorios opuestos a las cabinas de WC. Chingada madre. No veo a este wey. Le dije que tenía unos minutos nada más. Me la saco. Sirve que meo. Me sacudo el pito. Espero un momento. Me la pondré dura mientras. Así, cuando llegue, vemos qué se arma.
Pasan dos minutos y yo estoy como pendejo esperando con el pene duro. Ni hablar. Me dispongo a guardármela y correr a mi puerta de embarque cuando entran cuatro hombres negros fuera de este mundo. Van de pants y camisa polo de algún equipo de fútbol juvenil. Tendrán máximo veinte años. Se dicen algo en español. Colombianos, tal vez. Uno de ellos me mira de reojo y se recarga contra el muro. Los demás empujan la puerta de las cabinas para ver cuáles están libres. Él les dice que los espera ahí. Tres de ellos se meten a sus cubículos. Se cierran las puertas. Inmediatamente, el que se queda fuera viene y se saca la verga en el mingitorio de al lado. Me mira directo a los ojos. Me inclino hacia él para esquivar la pantalla divisoria y verle el pito. Tubo de escape. Neto.
Con un movimiento de cabeza, le digo que nos metamos al único cubículo libre que queda. Al fondo del pasillo, el señor de la limpieza está trapeando. Esto tendrá que ser rápido y discreto. Con la mirada, me dice que espere un momento. Va y toca la puerta a sus compañeros. Les dice que va a entrar al baño también y que, cuando salgan, los ve en la puerta de embarque. Le gritan desde dentro que todo bien. El señor de la limpieza termina de limpiar el suelo, recoge su cubeta y se pasa al área de lavabos, fuera de nuestra vista. El chavo me guiña el ojo y se mete a la cabina libre. Espero. Camino lentamente hacia la cabina donde se acaba de meter. Miro de reojo hacia los mingitorios y noto que un hombre me mira fijo y me enseña la verga. De dónde me suenas tú, vergón. Déjame pensar, déjame pensar. Ah, chingá. Eres el de la remera azul cielo. Cabrón, qué horas son estas de llegar. Si tampoco tengo tu tiempo, no mames. Además, este wey está más rico que tú. Bye.
Siguen llegando hombres a mear. Entre uno y otro que pasa, empujo la puerta entreabierta y entro. Pongo el seguro. Me espera con los pantalones abajo, pero con los calzones blancos todavía puestos. Lo observo mientras dejo mi mochila por un lado. Labios gruesos. Mínimo un metro noventa de estatura. Culo duro. Etcétera. No hace falta describir nada porque cualquier cosa que escriba palidecería junto a lo que ven mis ojos. La verga se le va parando y la punta se asoma por debajo del calzón a medida que incrementa su tamaño. No creo que mida menos de veintidós centímetros. No creo que pueda metérmela entera. No creo que me importe un carajo si pierdo mi vuelo.
Lo beso. Quiero comerme sus labios a mordidas. Lamo sus pezones. Lamo sus huevos y su pene. Huele a recién bañado. Culazo de piedra. Piel de chocolate. Barba inmaculada. Deslizo mi dedo firme desde su espalda baja a lo largo de su columna hasta su cuello. Lo muerdo. Se inclina y me la come. Me muerde el pecho y me besa otra vez. Nos acariciamos un minuto o dos. Me pregunta si quiero darle mi leche. Le digo que sí. Se la doy sobre su pito. Me la da sobre mis huevos. Lo beso. Me besa el cuello. Le muerdo la oreja. Me dice que se tiene que ir. Coge sus cosas. Sale de la cabina.
Me incendio. Sonrío mientras me limpio los huevos y la entrepierna de su semen todavía tibio. Lo huelo. Huele un poco a cloro. Es espeso y abundante. Qué buena manera de empezar un viaje de traba… Verga. Qué hora es. No mamar.
Corro por la terminal. Corro como nunca. Sujeto mi mochila para que no rebote y salgan mis cosas volando. Corro buscando los huecos por dónde esquivar a las hordas de pasajeros torpes que inundan los pasillos. Llego a mi puerta. Está vacía. El vuelo cerró. Me va a dar algo. Ya sé que dije que no creía que me importara un carajo perder el vuelo, pero cómo le voy a decir a mi cliente que no llego puntual al evento por culpa de una verga de veintidós centímetros.
Sí, caballero, como le comento, el vuelo cerró hace tres minutos. Híjole, no me diga eso, por favor (tratando de esconder el éxtasis en que me encuentro y mi cuerpo aún vibrante de placer). Señorita, lo que pasa es que me entretuve un poco en seguridad, el tráfico, etcétera. Entiendo, joven. Pero sí tendría que pasar al mostrador de atención a clientes para que le emitan ahora sí que lo que viene siendo una nueva reservación con sus respectivos costos. Pongo cara de mortificación y miro a mi alrededor como si me sintiera perdido. Qué rica deslechada, pienso. Suena el radio de la empleada mientras la veo intentar comunicarse con alguien. Pshh, pshh. Sí, tengo aquí un pasajero, Jorgito. Lo pueden dejar abordar todavía o ya no. Pshh, pshh. Psh, pshh, afirmativo, pero que corra, pshh. Corra, joven. Señorita, me ha salvado. Se lo juro.
Corro por mi vida a lo largo de esa rampa que parece interminable. Oigo mis pasos y el eco que generan en la estructura de metal. Me falta el aire. Se me sale el corazón. Altitud que estrangula. Entro. Bienvenido, señor. Llego a mi asiento. Todos los pasajeros están sentados. Cierran puertas, rodamos a pista y el avión despega con suavidad. Miro debajo la inmensidad de concreto y asfalto que se pierde en el horizonte. Estoy relajado, a pesar de la agitación; incrédulo, como si acabase de despertar de un sueño ardiente. Miro los rayos del sol cortar como navajas las montañas en tonos pastel. Cierro los ojos. Suspiro. La ciudad se esfuma debajo de las nubes. Desaparezco en las alturas, extático.
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