#de fuego cercada
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Servando Rocha: «Medio Madrid está literalmente levantado sobre cementerios» · Entrevista
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1921 07 17 Igueriben - Ferrer Dalmau
Durante el avance del general Fernández Silvestre, comandante general de Melilla en la primavera de 1921, la posición de la colina de Igueriben protegía, junto con la de Talilit e Intermedias A y B, los alrededores de Annual, campamento base español. Fue establecida el 7 de junio y componían su guarnición 316 hombres, pertenecientes al Regimiento de Infantería de Ceriñola. Estaban apoyados por la 1.ª Batería del Mixto de Artillería con cuatro piezas Schneider, cuatro máquinas Hotchkiss de la compañía de ametralladoras de posición y varios soldados de la compañía de telégrafos de campaña, junto a un puñado de policías indígenas. A primeros de julio quedó al mando de la guarnición el comandante malagueño Julio Benítez Benítez.En el lienzo de Ferrer-Dalmau puede verse lo más característicos de la posición, tal y como la dibujó el único oficial superviviente de su defensa, el teniente Luis Casado, que años después escribiría un libro sobre lo sucedido: Un parapeto, que se inició con piedras de la propia colina a primeros de junio y que fue perfeccionado posteriormente por tropas de Ingenieros. Tenía, aproximadamente, la altura de un hombre, estaba aspillerado, coronado por sacos terreros y rodeado por una alambrada clavada sobre estacas de madera. En el centro del recinto se hallaban las clásicas tiendas cónicas, con funciones de puesto de mando, enfermería y dormitorio. A ambos lados de la entrada se situaban las ametralladoras, mientras que las piezas de artillería se emplazaron en la parte opuesta de la posición.Desde la primera semana de julio de 1921 se produjo en la zona, inesperadamente, la irrupción de un verdadero ejército de cabileños hostiles, liderados por Abd-el-Krim. Igueriben quedó cercada y hostigada por el fuego enemigo. El problema más grave para los defensores sería la falta de los víveres y el agua, que eran proporcionados periódicamente desde Annual y que el certero fuego de los rifeños obligó a interrumpir. Los de Igueriben fueron agotando los suministros, a la par que aumentaba el número de heridos. Ante la gravedad de la situación, se organizaron varios convoyes de auxilio, que, para ascender por aquellas serpenteantes sendas, tuvieron que marchar fuertemente escoltados. Hubo que desarrollar verdaderas operaciones de combate bajo un intensísimo tiroteo enemigo para conseguir alcanzar la posición.Nuestro artista ha representado en su obra la llegada del convoy de Igueriben del día 17 de julio de 1921. Iba compuesto por hombres del Parque Móvil de Artillería al mando del teniente Ernesto Nougués Barrera y de la 1.ª compañía de Intendencia del alférez Enrique Ruiz Osuna. Como escolta contaban con el escuadrón de Caballería de Regulares n.º 2 del capitán Joaquín Cebollino Von Lindeman. Las mulas transportaban, sobre todo, barricas con agua y algunas municiones para los cañones y las armas ligeras.La marcha del convoy resultó una auténtica odisea, en la que los Regulares fueron relevándose en un avance escalonado, ocupando una tras otra sucesivas alturas, bajo un intenso fuego de los harqueños que les produjo numerosas bajas de soldados y oficiales. Las proximidades de la posición estaban batidas eficazmente por un enemigo que disparaba agazapado y protegido desde la cercana Loma de los Árboles. Los últimos metros del avance fueron liderados personalmente por el capitán Cebollino. La columna consiguió alcanzar Igueriben gracias al fuego de apoyo y el sacrificio de los Regulares, pero también -y eso es lo que quería realzar en su composición nuestro pintor-, a la abnegación de los soldados de reemplazo.En el lienzo vemos a los defensores tras el parapeto, liderados por Benítez, que, como relata Casado, sin descanso dirigió la defensa, atendiendo a todos los frentes y elevando la moral de las tropas
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“Mi vuelo de Pájaro”
- Cabalgando por las Sendas de Tafí del Valle -
(Segundo episodio)
Siguiendo con mi bilocación permanente volando por el mundo con personajes que transformaron el planeta me siento como Saturno con mis sueños hechos anillos orbitando siempre y viviendo en un eterno solsticio. Soy como un satélite girando al rededor desde todos los ángulos y perspectivas en un desfile de soles, lunas y estrellas con sus luces y sombras. Siempre orbitando en busca de la paz y el amor. Ese amor es mi Nido y Mi madre la estrella radiante que nunca se apagará. Y estoy de nuevo en mi Tafí del Valle, que no es del pasado ni del futuro sino que es perenne, que es eterno y que se mantiene vivo. Valle fértil rodeada por los imponentes picos del Aconquija, me ha concedido una vez más el milagro de volar y cabalgar con mi Madre. Lo primero que vi al despertarme en mi visión astral, fue un pedazo de cielo azul entre las mechas del techo de la casa en donde dormía mi madre en su primera parada en la Mula Muerta cerca de la Ollada. El grupo se despierta bajo el manto azulado de un cielo teñido por pequeñas nubecillas que hacían presagiar un viaje despejado. Una alegría afectiva y profunda domina al grupo que se mueve excitante ante la posibilidad de seguir adelante. Mi madre a viva voz grita hacia el silencio ¡El viaje está salvado! con su emoción a flor de piel de volver por esa senda mojada y lograr la cumbre su objetivo. El grupo sigue en esa casa de alta montaña, donde pasaron la noche con una precariedad notable pero en un avanzado confort humano. Tenían un solo baño; un excusado limpio y adecuado a las circunstancias. Desayunan con notable apetito pese al asadito de la noche anterior a su llegada. Preparan los caballos juntados y traído por los muchachos de la casa. Finalmente salen rumbo a Piedras Blancas a las diez de la mañana con el sol recién salido porque a las seis de la mañana todavía lloviznaba. Toman la senda que parte de una loma verde donde hay unos perfectos, redondos carapuncos, los últimos de la región. Bajan y suben por laderas muy sombrías, algunas resguardadas por altísimos árboles, en su mayoría alisos. La futura bióloga hacía notar que las arboledas crecen sobre todo en las laderas que dan al sur y al este. Cruzan las sonoras corrientes de los arroyos que corren por las quebradas, entre dos montañas. Pedregosos, ruidosos, con señas de haber traído hace poco tiempo gran correntada, a juzgar por los árboles caídos junto a su cauce. Acomodan varias veces las monturas en ese bajar y subir. Por tramos, los caballos se enterraban bastante en el barro, y hacían ese ruido como de ventosa, que es el sonido de un placer inigualable que siempre tenía mi madre a todo cambio de la naturaleza. Desde su caballo, saluda, al pasar, a su querida y vieja queñua, con la que se fotografiara ya en una subida anterior y plantó un retoño de la misma en su casa de Tafí. Antes de partir a Piedras Blancas, se acaba la arboleda. Estaba despejado con una visión completa del Cabra Horco, de Chaquivil, San José, y todo el lado oriental del Mala Mala. Allí no hay casi pastos, solo piedras, blancas, casi transparentes, con incrustaciones negras en su interior. Se apean y almuerzan, no muy cómodos en los asientos de piedra, disfrutando a pleno de la maravilla del paisaje, no por conocido menos admirable. Cuando salen del pico, bajan a San José sobre piedras chicas y filosas. De tanto en tanto, un hilo de agua serpenteaba montaña abajo, hacia el naciente. Siempre fresca y cantarina. Al bajar, reconozco que cambia otra vez el paisaje y el verde que se ensancha en sus distintos matices con algunos grupos de árboles conforman un cuadro majestuoso que enciende el alma. Pasan frente a algunas casas, prolijas limpias, que parecían no estar habitadas más que por los perros que aprovechaban su paso para despabilarse y mostrar sus habilidades. Llegan a la casa de doña Adelina, en San José. Es una señora mayor, con edad indefinida, como suele ser esta gente. Doña Adela, vive con su yerno Daniel Rasgido y los tres hijos de éste. El hombre estaba en el patio, cargando leña en una mula. Los chicos se divertían contemplando la escena. La casa está bien cercada, con postes y alambres. Construida con piedra y adobe, ostentaba en su parte superior un prolijo trabajo artesanal que el grupo se detuvo atónito a contemplarlo. Mi madre toma nota de la casa y de sus moradores para después contar minuciosamente los detalles. En la subida escabrosa al llegar a un descampado desmontan un rato y toman mate con bollo. Descansan un poco. También los caballos. Noto que como gentileza propia de la gente de la zona un baquiano con alpargatas y una honda en su cintura acompaña al grupo un largo trecho para indicarle el camino. Se llamaba Walter. Bajan por altos matorrales, y por sendas flanqueadas por piedras monumentales de increíbles porte como los milenarios menhires. En lo alto de una loma, se alza una casa almacén, con palenque en el patio, al que estaban atados varios caballos de parroquianos. En una pequeña galería delantera, colgaban, como ristras de colores, las lanas, que después de teñidas son puestas a secar. Una casa distinta, de varios cuerpos, con aspecto de pertenecer a gente más acomodada. Había flores en el patio, eso sí, siempre cercadas por murallas de cañas, para protegerlas de las cabras y de las ovejas. Dos chicas jóvenes, de negro pelo largo trajinaban en un dormitorio. El grupo se da el lujo de tomar una naranjada en el almacén. Es cuando uno se pregunta - aún en estado de turbación astral - cómo se aprovisiona un almacén a esa altura y me acuerdo de inmediato la historia de los turcos trashumantes que con sus paquetes al hombro recorrían todos nuestros cerros. Los de hoy, por lo menos, tienen mulas cargueras. El sol de la tarde ponía su oro sobre las laderas iluminando la cumbre del Cabra Horco. A esa hora mágica en la que se esfuman las aristas y todo parece de terciopelo, baja, el tropel con mi madre a la cabeza rumbo a Chaquivil. Río abajo, sobresale la casona. Dan un gran rodeo, por pastizales, apremiados por el crepúsculo, que enfriaba rápidamente el ambiente, y convertía a las montañas, en enormes moles azules. Cruzan el río que da en ese lugar una amplia curva alrededor de la morada, y entran al patio por una tranquera de grandes troncos, pasados por el ojal del poste que la protege. Es una antigua y hermosa edificación, la Sala de San José, de Chaquivil. Pertenece, desde hace muchos años, a Catáneo Wilde, quien se aventura, junto a su familia, año tras año, siete horas a caballo, desde Raco para disfrutar del verano allí. Al grupo lo recibe don Bustos, un albañil de Yerba Buena que está viviendo en la casa mientras hace arreglos en la misma. La casa-sala en sí, son dos cuerpos enfrentados, con sendas galerías. La cocina cierra el espacio hacia un lado. El comedor, y dos cuartos, que serían living y dormitorio están hacia el oeste. La posada está en obra. En el comedor, existe una enorme abertura sin ventana. Platos, jarros, y cacerolas guardados prolijamente para ser usada por el huésped de tránsito. El cuarto del lado oeste con chimenea, era más acogedor. Observo al grupo deleitarse al ver apiladas, como esperándolos una docena de camas, con sus colchones y frazadas de gran colorido. Encienden la chimenea. Por el ventanal, diviso como enormes rocas poderosas, temibles, parecían custodiar o amenazar la casa. En el bloque de enfrente estaban dos baños instalados. Había que traer el agua desde el río que corre y zigzaguea cerca. Para cortar camino, es característico subirse a una gran piedra que se asemeja a un tobogán enjabonado y una vez que se cruza la misma se desmonta en una cerca de palos rústicos junto a la construcción. Vacas, ovejas y caballos salvajes desde la orilla, contemplan mansamente la operación. Ya de noche, sacan las camas y las alinean con la cabecera para el lado de la chimenea. Calientan sopa de sobre y la toman con queso. Abren unas latas que acompañan con pan. A la luz de la vela el grupo charla un rato. Arrullados por el rio se van a dormir. Puedo ver como desde la ventana, mi madre semidormida contempla las rocas del jardín que con el resplandor de la luna parecían agigantarse. Por la mañana, un amanecer radiante de sol, avivan el fuego y desayunan un exquisito mate cocido. Se lavan con agua helada del río y preparan el programa. La futura Bióloga debía hacer su trabajo sobre los alisos. Para eso la veo medir y estudiar no menos de ochenta de ellos. Con todos los elementos en sus manos montadas en su caballo con sus bártulos, portadora de varias cajas de plástico guarda sus tesoros. Nuevamente rumbean hacia el norte por una verde cañada donde se sumaban como vagones de tren varias casas, todas de parientes entre sí. Se bajan a saludar a Basilio Velárdez, a su mujer, Daniela Pistan, y a sus hijas Juana y Romelia. El hombre, joven y fuerte, lindo muchacho, ella, una criollita de facciones suaves que me hizo acordar a Benito Linch y al Inglés de los Huesos. Rodeados de un ambiente de pobreza que sobrecoge. Tenían flores bien cercadas. El factor común de esos chicos del cerro es la agricultura primitiva. Uno piensa si realmente tendrán tanto que hacer que no puedan sembrar una huerta. Es una vida tan natural y sencilla que asusta; sobre todo porque han perdido las antiguas habilidades del telar y la rueca, sin conseguir nada a cambio. Basilio, dueño de casa le propone al grupo una visita a la casa de don Pedro Olivares, ahí cerquita nomás, y parten. Él montaba un caballo a medio domar, que todavía no usaba freno o " bocado" de metal. En el camino, los flanqueaban, el negrito, el cerro bayo, y el alto de las minas. Pasan por la cuchilla de las águilas a la cuchilla de los duraznos, laderas totalmente cubiertas de alisos. Trepan esquivando ramas y rodeados de montes, con la caricantina al aire que los libraba de ásperos chicotazos y filosas espinas. La cuesta se empina aún más, haciéndose peligrosa. Cruzan por sendas arropadas por las raíces de los grandes árboles, que formaban como escalones de barro. Llegan por fin a la cima. La meta de mi Madre. La casa del herrero don Pedro Olivares y de su mujer doña Berta. Después de apearse o desmontar en una ancha franja de roca lisa, ascienden a la casa. Prolija, con un telar de herrería bastante completo, cosa no común en estas regiones donde la habilidad de los hombres se termina generalmente en el trenzado y el picapedrero. Les sirvieron uvas y se sientan al sol, junto a la casa. Desde esa atalaya, en la cima de los cerros, como en una nube mirando al frente, se contempla la ciudad de Tucumán en todo su esplendor, con la sombra gigante del Cabra Horco se elevan los Planchones, cerca de la ciudad de Raco. Mi vuelo encendido por la compañía de mi madre empieza a apagarse. La trasformación mística regresa hacia mi cuerpo físico. El grupo se aleja dejando una huella de cielo. Mi Madre me saluda y seguramente la volveré a reencontrar en otro episodio.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Argentina #Tucumán #España
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QUEMAR HOJAS
No lejos de la casa y el establo el labrador está quemando hojas muertas. No es que se esfuman voluntariamente hay que empujarlas un poquito como el granjero que cada año azuza las hojas hasta que largan olor a humo. Y por una hora más o menos, están muy animadas, y arden como algo vivo. Cuando el humo se va, la casa está segura. Una mujer está en el fondo doblando ropa seca para un cesto de mimbre. Termina, así, hasta el año próximo, la muerte haciendo lugar para la vida, todo el lugar posible, pero quemar la casa sería demasiado. Atardecer. Al otro lado del camino, el labrador está barriendo la ceniza fría. En ocasiones algunas escapan, vuelan inofensivas en el viento. Después el aire vuelve a estar quieto. Donde hubo fuego, queda tierra desnuda cercada por rocas. Sin nada entre la tierra y la oscuridad
-Louise Glück
https://hablardepoesia.com.ar/2020/10/08/contra-la-sinceridad-cinco-poemas/
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Regalo inesperado.
Hola, soy Watashiwauridesu y les dejo la primer entrega del fic del mundo de Shingeki no Kyojin. Gracias por leer y si deseas leer los capítulos en este formato búscalo por los # #watashiwauridesu #urifics #regaloinesperado.
¡Gracias por leer!
Capítulo 1: La despedida.
Año 862 según calendario del reino de las murallas
(En un universo sin titanes).
Faltaban pocos meses para la celebración de mi décimo noveno cumpleaños. Para la alegría de mi madre, la fecha coincidía con el aniversario de la llegada de los habitantes desde el reino de Marley a estas tierras conocidas actualmente como el Reino de las Murallas. Orgullo que nunca dejaba que olvidase al relacionar cada año la temática de cada fiesta con algo relacionado a la casa real Fritz. Mi distinguida madre, quien fuese prácticamente vendida a un hombre veinte años mayor; era una adoradora del culto de las murallas y fiel seguidora de todo lo que sucediese en la monarquía. Regalándome banderas con el símbolo de la casa real, libros acerca de los últimos triunfos de la familia Fritz; y hasta obsequiándome imitaciones de la vestimenta de la esposa real y amantes del primogénito del actual rey. Regalos totalmente diferentes a los recibidos por el hombre que más he admirado en mi vida, y quien ha sido mi héroe desde que tengo capacidad de recordar.
A diferencia de la mujer que me trajo a este mundo, mi padre no era una persona nacida en cuna de oro. Todo lo contrario, obtuvo todos sus bienes con base a su inteligencia y esfuerzo. Cerebro tal útil para el reino de tal manera que los mismos nobles, los terratenientes y hasta los eruditos; respetaban su forma de pensar, pidiéndole en más de una ocasión consejería para sus negocios y decisiones políticas. Conocimientos que lo convertía en una persona valiosa para ésta, y otras sociedades de la época, así como lo volvía en alguien temido por aquellos sectores que no estaban para nada de acuerdo con sus libros; y opiniones expresadas en los auditorios universitarios de Sina. Miedos convertidos en amenazas que comenzaban a molestar a mi padre, quien temía por mi vida y por mi seguridad al frecuentar la universidad que por el momento era casi exclusiva para varones.
-No hagas que lo repita de nuevo, Han -gruñía, metiendo un par de vestidos en mi maleta favorita -. Es mejor que no te encuentres en la casa por un tiempo, mientras las cosas se calmen en el reino.
-Padre -interrumpí, posando mi mano sobre las suyas -, si alguien desea matarme; huir para otro lugar no es una salida muy realista. ¿No existen ya las armas de fuego? -pregunté más para mí misma que para su persona.
-No bromees con ello, mocosa -rumió nuevamente, tirando uno de los vestidos de mala gana dentro de la maleta.
Observando con detenimiento el rostro serio de mi padre, suspiré. Esperaba que al sacar algo de aire de mis pulmones, pudiese al menos tener tiempo para pensar en qué decir y poder así; retomar esa conversación estresante. Sabía que mi padre me estaba protegiendo, eso lo comprendía a la perfección; mas no entendía por qué pensaba que enviarme a otra casa sería la solución a nuestros problemas.
-¿Dónde piensas mandarme? -pregunté en un tono calmado, sentándose sobre mi cama en espera de su respuesta.
-Irás a la familia más cercana de los Fritz -Respondió en un tono serio -. Ellos te protegerán, y no permitirán que te pase nada.
-Espera… -dije, rascando mi mejilla al comprender el plan de mi padre -. Ya veo, piensas enviarme donde los Ackerman...
-No tenemos otra opción, Han -. Indicó casi de inmediato.
Conocía muy bien la historia de la familia donde deseaba llevarme. Casi todos la sabían. Eran nada más y nada menos que los Ackerman, extranjeros que no llegaron al mismo tiempo que la familia real; y quienes se convertirían rápidamente en la mano derecha de los Fritz. Miembros de la nobleza, quienes, según los rumores del mercado, habían sido desterrados de la nación más poderosa actualmente de nombre Marley; quienes, al verse rechazados por todos los demás países, no tuvieron más opción que pedir asilo político en nuestras tierras. A cambio de la estadía, ofrecieron sus servicios como guardaespaldas de la casa real como lo hicieron muchos años atrás en su tierra natal. Fama bien conocida a nivel mundial por haber cuidado de los miembros de la familia real de la ciudad de Libero de la nación vecina.
-Padre -, dije; tratando de desconcentrarme de mis pensamientos acerca de esa familia -, no creo que ni los mismos Ackerman puedan salvarme. ¿No es su único deber cuidar al rey? No tengo sangre real, y no tenemos dinero para contratar sus servicios como suelen hacerlo en ciertas ocasiones los nobles adinerados.
No sólo eran la familia más cercada a la casa real, los guardaespaldas del rey; y hasta cierto punto una unidad de seguridad privada si tenías las monedas para costearlo. Los Ackerman, también eran los mayores productores del grano más necesario en nuestra tierra: el arroz.
-Hanji, los Ackerman son nobles y por el momento no lo eres, es verdad… Por el momento… -dijo a manera de cuchicheo, cerrando la maleta con fuerza al hacerse difícil calzar la ropa mal doblada en esa pequeña valija.
Pude sentir como una gota de sudor atravesaba toda mi parte trasera, terminando en esa zona entre la espalda y el inicio de las pompas al escucharlo decir esas últimas palabras.
-Me vendiste… -le reclamé en voz baja al no poder creer que había sido intercambiada como una vaca -. Poniéndome rápidamente en pie -. ¿¡Cómo pudiste!?
-Tuve que hacerlo… -. Respondió avergonzado, tapando su rostro con ambas manos para que yo no pudiese verle.
-¡Padre! -grité desesperada -.¿¡No pudiste decírmelo con tiempo para poder prepararme mentalmente!? -le pregunté, creyendo por unos segundos que si alguien me hubiese dicho que debía de abandonar mis estudios y mis sueños para ser una esposa, hubiese sido menor el golpe -. ¿¡Crees que vendiéndome a ellos vas a salvar mi vida!? -pregunté nuevamente, quedándome sin aire ante mis gritos.
-No -, me respondió algo deprimido y en un tono casi imperceptible -. La verdad es que nada me asegura que puedas vivir si te entrego a la que consideran la casa más segura de todo Sina. Tan segura que hasta el rey se ha refugiado en varias ocasiones cuando fue amenazado de muerte por rebeldes varios años atrás.
-Pa… -susurré, tratando de aguantar las ganas de huir de ese cuarto para no ser encontrada por esa familia ricachona -. Papá…
Quería llorar de la rabia al ser tratada como una persona indefensa sólo por ser mujer. Quería decirle que el matrimonio con gente de sangre real no era la solución a nuestros problemas, quería decirle que puedo defenderme de aquellos que deseen atentar contra mi vida. Quería decir eso, y mucho más. Pero no lo hice.
-Las cosas serían más sencillas si fuese un varón. Tener pene es un privilegio en esta sociedad de porquería… -le reclamé, pensando en cómo mi figura masculina no había sido de gran ayuda en esas murallas adoradoras de mujeres de contextura semejante a la mía; donde tenían la idea absurda de que, a mayor cuerpo grueso, mayor fertilidad y mejor resistencia en los partos en comparación con una chica considerada como delicada.
-Por las murallas, Han. Todos saben que eres mujer. Lo gritamos a los cuatro vientos cuando te convertiste en adulta el año pasado. Y quizá, no fue tan malo después de todo… -me dijo a manera de consuelo, tratando de sonreír para aminorar el asunto.
Acercándose lentamente hacia donde estaba, mi padre tomó mis manos con suavidad como solía hacerlo cuando quería hablar seriamente conmigo:
-“Ya eres mayor de edad, una mujer y no es bueno que estés soltera.” -indicó, repitiendo unas de las palabras dichas por el rey en uno de sus discursos hacia las mujeres en el día de cumpleaños de su nieta –. Eso es lo que piensa la sociedad, ¿recuerdas? Si estuviese en mis manos, nunca te vendería por apariencias; mi Han. Pero, te tienes que casar. Y no es sólo para que te protejan, sino porque tener a los Ackerman de nuestro lado es lo mejor que te puede suceder. Créeme, lo mejor que puede pasar es que caigas en sus manos…
-Te desconozco, padre -exclamé, queriendo soltar las manos de mi progenitor.
Sintiendo como sus dedos apretaban los míos, mi padre endureció su mirada:
-Quisiera pensar que todo lo que digo es verdad, mas puedo equivocarme. Pero de algo sí estoy seguro, Han. Y eso es que, el que no se adapta, no sobrevive. ¡Y eso harás! Adáptate a las circunstancias, y esas son que el hijo mayor de los Ackerman aún es soltero, y su bisabuelo está a punto de morir; y no quiere hacerlo hasta que él no esté con una mujer a su lado.
Las murallas eran como una jaula. Vivíamos protegidos de los males de afuera, teniendo a cambio cero libertad. Un lugar donde el rey nos indicaba lo que se debía hacer y cómo. Hombre, que al parecer tenía una fijación por crear leyes absurdas, entre las que se encontraba el ser obediente a sus palabras, dando la mejor impresión para no causar problemas. Aquella familia desobediente, era eliminada públicamente. Los Arlelt son un claro ejemplo de ello.
-Creí que era un plan para salvarme, no para salvar la reputación de un joven que no ha podido conseguir novia al ser asocial -indiqué confundida, recordando que, a pesar de la fama, los Ackerman y sus miembros, rara vez eran vistos en público, escuchándose cero rumores acerca de sus amoríos en los periódicos; teniéndose como resultado ningún escándalo acerca de ellos en la mesa de los ciudadanos del reino.
-No recuerdo haberte presentado al joven Kenny… -murmuró, soltando mis manos.
-Kenny es el hermano de la hija menor del señor Ackerman, padre. Es un viejo, no un joven.
El rostro de mi padre lucía confundido:
-Explícate Han.
-¿¡Mi madre no te habló de nada!? -le pregunté a manera de gritos al ver que el escenario empeoraba. Sentándome nuevamente sobre mi cama para hablar con mayor comodidad, tomé una bocanada de aire antes de hablar -. Padre, por favor; siéntese – indiqué, señalándole con mi mano la silla en la que deseaba que posara sus pompas para conversar -. Hablamos de los Ackerman, y hay dos herederos en sí, ¿no?
-Han, confundes las cosas -dijo -. Kenny es tu prometido y nadie más. El varón de los Ackerman es el primer hijo varón de los ahora difuntos Jacob y su esposa, nieto del señor Joshua que está muriendo; lastimosamente -mencionó algo triste al ser gran amigo del anciano -. Hablamos de la línea principal de los Ackerman, Han. De los de sangre real y pura, y quienes tienen la obligación de tener herederos puros, y no bastardos lo más pronto posible.
Detesté la idea de darle un hijo a ese hombre.
-Kenny es un viejo de unos cincuenta y cinco años, si mi memoria no falla; padre -le mencioné en un tono nada amigable, recordando lo mucho que me fastidiaba su cara después de que él mismo me tomara por el brazo cuando era una chica de quince años, arrastrándome por todo el suelo al creer que era un chico que lo estaba mirando de mala gana. Y es que lo estaba haciendo, mas no era porque quisiera pelea; sino porque el idiota había pateado a mi perro… ¡Y eso sí que no se lo perdonaba!
-Hanji, hija querida... -expresó en ese tono amoroso que solía hacer cuando iba a darme una mala noticia -. Creo que ha habido una confusión, y una muy grave.
Por unos instantes consideré que la vida me estaba castigando por todas esas veces en la que me escapé de las clases de etiqueta que mi madre y sus amigas solían darme desde mis cinco años.
-Padre, mamá ya dio mi mano al joven heredero. Al menos así solía presentarlo la carta -. Le mencioné, recordando la manera en la que se había presentado. Curiosamente, llevando un traje negro y su rostro cubierto con una tela casi transparente que no permitía observar su cara con claridad.
-No puede ser… -susurró mi padre, tragando con fuerza una vez dijo sus palabras -. ¿¡Quieres decir que te dimos dos veces a la misma familia!?
-Ese es el problema de vender a tu hija, padre -reclamé, tomando con una mano mi coleta para luego jalarla con fuerza y así poder soltar mi cabellera con el fin de poder sentir la brisa y gozar del movimiento de mis cabellos al ritmo del viento -. De todas maneras, no es como que haya problema, el asocial no quiso casarse… - dije algo aliviada -. Al inicio creí que venía a pedirme mi mano, y mi madre también, por ello hasta me sacó de clases, ¿puedes creerlo? Pero no vino para eso, simplemente dijo que lamentaba no poder casarse y que no tenía planes de hacerlo por el momento -continué, recordando lo desahogada que estaba de haber sido rechazada en ese instante -. Ni siquiera dijo su nombre… -murmuré, mordiendo una de mis uñas al estar recordando lo torpe que había sido ese encuentro.
-Espera… ¿El joven no lo deseó? -preguntó confundido, tratando de entender la historia - ¿¡Y Kenny!?
-Ni idea. Espero que me rechace. ¿Olvidas lo que le hizo a Sonny? -le pregunté, cruzándome de brazos ante la molestia.
Una ceja levantada y una cara de mayor confusión rodeaba el rostro de mi padre:
-Por las murallas, al menos el joven Levi dijo que no... Eso hubiese sido una catástrofe.
Era la primera vez que escuchaba ese nombre.
-Con que el nombre del niño es Levi… -murmuré, sintiendo absolutamente nada de emoción al conocer cómo se llamaba quien había solicitado mi mano y la había rechazado por primera vez en un mismo día.
-¡Respeta! -gritó mi padre -Ese hombre al que llamas chico, es mayor que tú y no sólo eso… Posiblemente no mostró su rostro porque… ¡No puede ser! El joven heredero es de la guardia secreta ahora…
-Ah, con que los Ackerman vendieron al joven heredero para servicios del rey. Al menos no soy la única vendida en esta historia…
Poniéndose en pie para pensar, mi padre comenzó a moverse de un lado para otro, murmurando palabras que mi oído no podían comprender con facilidad ante la velocidad y bajo volumen que eran pronunciadas.
-Vaya… -susurré, pateando mi maleta para tener mayor comodidad en mi cama -. Que bodrio…
-Han, deja de dormir -mencionó en un tono serio y apresurado -. Necesito que termines de alistarte, te vas dentro de unos minutos y…. ¡Compórtate y no causes problemas en casa de tu marido!
Quería gritarle que de nada servía casarme, mas sabía que desobedecer podría ser causa de mandato de muerte para mis padres. La familia Ackerman no sólo eran los favoritos del rey, sino los más ricos de las murallas según las malas lenguas, y con el poder suficiente para hacernos desaparecer con solo desearlo.
-Entendido… -dije a regañadientes, estirándome como solía hacerlo mi gato Bean cada mañana al despertarme para alimentarlo al no deseas salir de mi cama -. Pienso llevarme a mi gato. Te lo anuncio antes de que me lo reclames o lo haga mi amado -dije de manera sarcástica. Riendo un poco de la forma como pensaba llamar a ese odioso ahora que me convertiría en su esposa.
“Pienso hacerle la vida imposible” pensé por unos segundos, riendo de forma malvada al maquinar las bromas que le gastaría al llegar a nuestro lecho de amor.
-Dudo que tu esposo reclame eso -. Dijo de forma apresurada, saliendo rápidamente de mi habitación.
Esperando a que mi padre cerrara la puerta para poder hablar como era de costumbre conmigo misma, esperé. Por alguna razón extraña, mi cuerpo parecía no querer separarse de lo que había sido por más de diez años mi cama y de ese cuarto desordenado que para muchos, era sólo un lugar lleno de cuadernos, instrumentos raros; y de herramientas inservibles. Para ellos, era una bodega con una cama. Para mí, era el mejor lugar del mundo y el preferido por sobre toda la faz de la tierra.
-Con que ese viejo idiota será mi marido -murmuré, apretando con la mayor fuerza posible mi almohada -. Qué asco...
Mientras abrazaba mi suave almohada rellena de lana, pensaba en las posibilidades de escape una vez entrase a esa casa. Sabía que, si me escapaba, mis padres podrían morir al ser acusados por mi supuesta traición, siendo entonces esa opción descartada casi de inmediato. Pensando luego, en la posibilidad de matarme, mas no me agradaba la idea de asesinarme por culpa de un ser que ni valía la pena; dejando esa idea en el olvido también.
-Morir, o vivir en una cárcel… Vaya, con que las posibilidades apestan… -susurré, escuchando como la puerta volvía a abrirse.
-Levántate que vivieron por ti -dijo de mala gana mi madre, fulminándome con su mirada.
-Mírale el lado positivo -exclamé algo dolida, viendo el rostro de la mujer que me trato al mundo -, finalmente te has desecho de mí; madre.
Levantándome de la cama sin mirar el rostro de mi progenitora, tomé la maleta que mi padre había hecho para mí de muy mala gana. Iniciando mi caminata, al inicio opté por no decir nada, abandonando esa opción casi de inmediato al pensar que no hay mejor salida que decir algo antes de partir a mi nuevo hogar:
-Supongo que podré venir por lo demás luego -. Colocándome frente a ella.
-No es necesario -me explicó, girando su cuerpo de tal manera que pudiese darme la espalda -. Tu esposo puede comparte todo y más, así que no es necesario que regreses.
Sus palabras fueron más dolorosas que el sentir el agua extremadamente fría en la madrugada cuando me dormía, y la empleada decidía no calentarla nuevamente para mí.
-Como quieras, madre -, dije molesta, queriendo irme por primera vez de mi cuarto.
Quedándome quieta ahí dentro de mi habitación y con mi madre dándome la espalda, recordé la única vez que realmente deseé ser adoptada del orfanato. Tenía apenas unos diez años, y mi madre había decido que leer y aprender cosas interesantes era un campo exclusivo para varones, haciéndome enfurecer como nunca; generando que pasase un día en el árbol cerca de casa, hasta que mi padre logró bajarme.
-Permaneciste como un gato en esa rama -dijo en un tono suave, como si supiera que mis pensamientos estuviesen en ese día precisamente.
Paralizándome como piedra al escuchar decirle eso, me sentí pésima por mis malos pensamientos hacia ella.
-Siempre has sido rebelde, Han… -susurró -. Siempre… -comenzando su caminar en dirección al primer piso sin esperar alguna respuesta de mi parte.
No pude decir ni una palabra ni contestar con rapidez como solía hacerlo cuando ella me hacía un comentario ofensivo. Mis labios parecían sellados ante las palabras de mi madre, mi cuerpo se sentía pesado como si alguien hubiese amarrado un saco con muchas papas a mi cintura.
Era una sensación horrible.
-Mierda… -susurré, corriendo lo más rápido posible para poder abrazarle como solía hacerlo cuando era un infante, y aún no me había decepcionado de ella. Apretando lo más fuerte que pude, hablé entre susurros -. Ma… - soltando un par de lágrimas.
-Sé fuerte Han, que lo estamos haciendo para protegerte. No seré la persona más inteligente de esta tierra, mas sabes que haría lo que está en mis manos para cuidar de ti; aunque siempre lo dudes… – me dijo con una voz temblorosa, apretando los puños al estarse resistiendo de expresar todo aquello que parecía sentir.
Soltando mis manos de su cuerpo para caminar en dirección a la primera planta, pude ver su espalda y vestido moverse al compás de su caminar al alejarse de mí, con esa elegancia que no heredé; y con esa seguridad que solía mostrar cuando estábamos en visita en alguna casa de algún ricachón.
-Ma… -susurré nuevamente para mí, limpiando con mis mangas las lágrimas que no paraban de salir de mis ojos.
Sabía que mi madre era una mujer decidida, alguien de pocas emociones en comparación a mi padre; mas nunca había entendido hasta ese momento, lo mucho que había estado en las sombras para salvarme la vida. Porque ella mejor que nadie, sabía que el día de mañana quizá alguien podría acabar con su vida o la de mi amado padre gracias a los actuales conflictos políticos que enfrentaba el reino desde que se había anunciado la enfermedad del rey actual tres días atrás.
Nos vemos por el mismo canal…
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Tipos de volcanes
Pompeya es una antigua ciudad romana cerca de Nápoles, en la región de Campania, enterrada bajo una capa de cenizas volcánicas como resultado de la erupción del Vesubio en el año 79 DC. En la actualidad es un gran museo al aire libre, y patrimonio de la humanidad.
Pompeya, fue fundada por los oscos en el siglo VI a.C. aunque sus orígenes son todavía a día de hoy, discutidos. Su nombre probablemente se remonta a los Oscos, un pueblo de Italia central. Se cree que la fundación de la ciudad se dió como resultado de la fusión de cinco asentamientos. La división en 5 circunscripciones permaneció en la época romana. Según otra versión, el nombre proviene del griego pompe (procesión triunfal): según la leyenda sobre la fundación de las ciudades de Pompeya y Herculano; Heracles, después de derrotar al gigante Gerión, marchó solemnemente por la ciudad, y de esta gesta proviene el nombre.
La historia temprana de la ciudad es poco conocida. Fuentes sobrevivientes a la devastación provocada por el volcán Etna, hablan de enfrentamientos entre griegos y etruscos. Durante algún tiempo, Pompeya perteneció a los Kumas. Desde finales del siglo VI a.C. fueron influenciados por los etruscos y formaron parte de una unión de ciudades lideradas por Capua. Además, en 525 a.C. se construyó un templo dórico en honor de los dioses griegos. Después de la derrota de los etruscos en Keith, Siracusa en 474 a.C., los griegos volvieron a dominar la región. En los 20 años del siglo V a.C. junto con otras ciudades, las campañas fueron conquistadas por los samnitas. Durante la Segunda Guerra Samnita, los Samnitas fueron derrotados por la República Romana.Alrededor del 310 a. C. Pompeya se convirtió en aliada de Roma.
La ciudad participó en el levantamiento de las ciudades aliadas italianas de 90–88 a. C. durante el cual en 89 a.C. fue tomada por Suya, después de lo cual fué limitada en autogobierno y formó la colonia romana Colonia Cornelia Veneria Pompeianorum. Pompeya ocupó un lugar importante en la ruta comercial “Via Appia”, que conectaba Roma y el sur de Italia. En Pompeya, muchos romanos nobles tenían villas. Hay pruebas de que unos 2.000 veteranos romanos estaban afincados en una gran área cercada en la parte sureste de la ciudad con sus familias. No se sabe si estas partes de la ciudad fueron confiscadas a sus propietarios para este propósito.
El presagio de la erupción volcánica que acabó con la ciudad fue un fuerte terremoto que ocurrió el 5 de febrero del año 62 d.C. y se describe, en particular, en los Anales de Tácito. El desastre causó un gran daño a la ciudad, casi todos los edificios fueron dañados en un grado u otro. La mayoría de los edificios fueron reparados, pero algunos conservaron daños hasta la muerte de la ciudad.
La erupción del Vesubio comenzó en la tarde del 24 de agosto (según otras fuentes, 24 de octubre) del año 79, y duró aproximadamente un día, como lo demuestran algunos manuscritos sobrevivientes de "Cartas" de Plinio el Joven. Condujo a la muerte de tres ciudades: Pompeya, Herculano y Stabia y varias pequeñas aldeas y villas. Durante la excavación, resultó que en las ciudades todo se conservaba como estaba antes de la erupción. Bajo la ceniza de varios metros de espesor, se encontraron calles, casas con muebles completos, y restos de personas y animales que no tuvieron tiempo de escapar. La erupción fue tal que sus cenizas llegaron incluso a Egipto y Siria.
De los 20,000 habitantes de Pompeya, alrededor de 2,000 personas murieron en edificios y en las calles. La mayoría de los residentes abandonaron la ciudad antes del desastre, pero también se encuentran restos de muertos fuera de la ciudad. Por lo tanto, no se puede estimar el número exacto de muertes.
Entre las víctimas de la erupción se encontraba Plinio el Viejo, por interés científico y por el deseo de ayudar a las personas que sufrieron la erupción, tratando de acercarse al Vesubio en un barco y encontrarse en uno de los centros del desastre, en Stabia.
Para comprender el poder de destrucción del Vesubio hay que tener presente que los volcanes son formaciones geológicas en la superficie de la corteza terrestre u otro planeta, donde el magma sale a la superficie, lanzando lava, gases volcánicos y piedras (bombas volcánicas y flujos piroclásticos ). Las erupciones volcánicas son, en definitiva, una letal combinación de diversos materiales procedentes del centro de la tierra. La palabra "volcán" proviene del nombre del antiguo dios romano del fuego Vulcano. El Vesubio es a día de hoy un volcán activo , y está incluido en el sistema montañoso de los Apeninos, con una altura de 1281 m.
El Vesubio es uno de los tres volcanes activos en Italia, además del Monte Etna en la isla de Sicilia y Stromboli, en las Islas Eolias. Además, el Vesubio es el único volcán activo en Europa continental y es considerado uno de los volcanes más peligrosos.
Las fuentes históricas contienen información sobre más de 80 erupciones significativas, la más famosa es la que ya hemos comentado, que convirtió Pompeya en un auténtico museo y ofrece grandes oportunidades de estudio a los historiadores. Este acontecimiento fue descrito por antiguos autores romanos (incluido Plinio el Joven) y durante mucho tiempo se consideró un evento legendario, hasta que se confirmó que sí había tenido lugar, como resultado de excavaciones arqueológicas. Fuertes erupciones también ocurrieron en 1631, 1794, 1822, 1872 y 1906. La erupción de 1631 fue 10 veces más débil que la de 79, pero la mayor densidad de población en las áreas circundantes causó una gran cantidad de víctimas, alrededor de 4,000 personas. La última erupción histórica del Vesubio ocurrió en 1944. Uno de los flujos de lava destruyó las ciudades de San Sebastiano y Massa . Durante la erupción, 27 personas murieron. La altura de la fuente de lava desde el cráter central alcanzó los 800 m, y la columna eruptiva se elevó sobre el volcán a una altura de 9000 m. Después de esta erupción, se observa una débil actividad de fumarolas en el Vesubio .
La actividad volcánica ha sido rastreada desde 1841, inicialmente por un observatorio volcánico construido en la ladera del Vesubio, y ahora por el centro Osservatorio Vesuviano en Nápoles.
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Bungou Stray Dogs. Examen de Entrada de Dazai | Traducción |
** Anotación **
Este será el primer proyecto de traducción de parte de Bungou no Fansub. Y como un aporte especial para una seguidora del blog y como ella, seguramente muchos que vengan a parar a este blog deseen encontrar las novelas traducidas de Bungou Stray Dogs.
Son en total 6 novelas ligeras, sin embargo, por el momento solo traduciremos la primera obra: Examen de Entrada de Dazai. Una vez completa, procederemos con la entrega de Dazai Osamu y la Era Oscura.
Se publicara un capítulo o dos por día. Y aprovechando la conmoción (?) por favor, esperemos que nos sigan en nuestra página de facebook. https://www.facebook.com/文豪-の-fansub-2152051628207892
Bungou Stray Dogs.
Libro 1. -Examen de entrada de Dazai Osamu-
Autor: Asagiri Kafka.
Ilustrador: Harukawa35.
Traducción de inglés a español:文豪のfansub (Bungou no fansub)
“Después de todo, no importa cuanto lo desees, no puedes vivir de los ideales”
-Kunikida, Doppo. Carne y Patatas, 1901.
Prologo.
“Entonces ¿qué es un ideal?”
Hay incontables respuestas para esta pregunta. Basado en pretexto; basado en ideología, hay numerosos origines para definir esta palabra.
Pero si me lo preguntas, la respuesta es clara: Es una palabra escrita en la portada de mi libreta.
Mi libreta es omnipotente.
Me guía como un principio, como un maestro, como un profeta. Con el tiempo, se convierte en un arma y también en una llave.
Ideal.
En esta libreta, todo sobre mi esta escrito. La libreta que llevo conmigo a todos lados, toma todo mi futuro.
Desde el menú para el almuerzo de mañana hasta mis planes de moverme de residencia dentro de cinco años.
Desde los asuntos de negocios de mañana hasta el rábano más barato en la zona.
Pendientes, planes, objetivos y metas. Escribo todo en ella para luego implementarlo.
De una forma exagerada, estos “ideales” escritos son mis profetas. Mis ideales se encuentran en estas profecias.
Todo esta bien si solo lo sigo.
Mientras obedezco la libreta, puedo controlar mi futuro.
Controlando el futuro.
Que maravillosa frase.
Pero...
No importa cuan maravillosa sea esa realización, si no puedes ver la imagen más grande en el camino, esa brillantez es lo mismo que una imitación. El “idealismo” es lo mismo que los disparates.
Sin embargo, si abres en la primera página de esta libreta, el conocimiento al atajo del idealismo está escrito allí.
“Haz las cosas, debes hacerlo”.
Mi nombre es Kunikida Doppo.
Como un idealista de las verdades, soy un defensor de la persecución después de los ideales.
Yo, que deseo la implementación de mis ideales, junto con cierto nuevo empleado, quien desde que nació los ha puesto fuera de orden, seguramente esta es una circunstancia salvaje.
Hojeo mi cuaderno y paso los siguientes dos o tres días.
En ese periodo de tiempo, las cosas que tienen que ver conmigo se describen a continuación:
-Takekoshi-kun se acerca, compartimos un paseo bajo la luna.
-Recibo una llamada del pirata informático, Taguchi, sobre el buque de guerra del extranjero.
-Comí una pera, era demasiado dulce.
No se me permite encontrar las cosas triviales molestas.
De esa forma, no caeré en caminos falsos. ¡Ay! ¿Qué he deseado aparte de esto?
“¡Espera!”
Perseguí al delincuente, corriendo por las calles de Yokohama.
La multitud en la calle comercial era demasiada como siempre. Las voces animadas de los puestos que llaman a los transeúntes, los ruidos de la gente que camina por la calle, los clientes que regatean por un precio más bajo y el sonido de los coches, incapaces de pasar de izquierda a derecha. Incluso si una pelea estallara en el lado derecho, no hay duda que de los que están al otro lado, no se darán cuenta.
Me abrí paso a través del ajetreo y el bullicio de la multitud, persiguiendo al criminal.
El hombre era un pequeño ladrón. Creó un alboroto en una joyería, robando y luego corriendo. No es nada grande, pero ya había sucedido tres veces y cuando los dueños de las tiendas de la calle comercial no pudieron ignorarlo más, la solicitud para capturar al ladrón llegó.
Perseguimos al pequeño ladrón después de que se escapó de la cuarta escena del crimen. El oponente tiene pies ligeros y su velocidad no bajó en lo absoluto. Al final de la calle comercial, se encontró con una estrecha pared.
El callejón y yo lo perdimos de vista. Dejé de perseguirlo en la confusión y el alboroto.
“¡No seas tan lento, muchacho!” Le grite al colega que venía corriendo detrás de mi.
“Por favor, espera un momento Kunikida-kun. Mis agujetas se desataron”
“¡No me importa, date prisa y ven!”
Él me persigue torpemente por detrás, es un colega mío. Un nuevo empleado, que se ha unido recientemente hace unos días.
Su nombre es Dazai Osamu.
Que se puede esperar de su nombre...
“Aa. Estoy muy cansado. Kunikida-kun corré demasiado rápido. Descansemos un momento. Esto es malo para tu salud, lo sabes”
“¡Ya lo tengo, así que corre perezoso! ¡Es tu culpa que mi estómago este falto de salud!”
“¡Felicidades!”
“¡Cállate!”
Este hombre llamado Dazai, su competencia no está clara, su pasado tampoco está claro y tiene cero motivación. Siempre está haciendo las cosas a su manera y a su propio ritmo, y destruye mi agenda en pedazos.
Para empeorar las cosas, el pasatiempo de esta persona es...
“Por aquí, Kunikda-kun. El ladrón corrió por allá”
Mi recuerdo fue interrumpido por la voz de Dazai y cuando giré hacia el frente, el fugitivo había tirado las verduras del puesto de comida y empezaba a girar a la izquierda, desapareciendo por la calle.
Sin pensarlo, chasquee la lengua.
Recuerdo el mapa de la zona dentro de mis recuerdos. La zona hacia la que había corrido esa persona no es más que una zona residencial cercada. Hay muchos lugares ocultos y casas en las que puede refugiarse.
“¡Mira Dazai, es porqué estabas perdiendo el tiempo que logró esconderse en un lugar tan problemático!”
“¿No es genial? Es tal como está planeado. Más importante, acabo de descubrir algo increíble hace tiempo. ¿Quieres saber?”
“¡Guárdalo para después!”
“A decir verdad, hay un libro llamado “El Manual Completo del Suicidio” que es realmente raro. Lo he estado buscando todo este tiempo, y lo encontré frente a una librería antigua. Ah, tenemos que volver pronto o, de lo contrario, lo comprarán”
Sin escucharme, el continuó hablando.
“Sí quieres morir tan mal, ¿debería dispararte?” Le grité y él sonrió avergonzado.
“¿Eh? ¿Está bien? Gracias”
Ni siquiera es algo por lo que detenerse.
Este tipo ni siquiera toma su trabajo en serio, y si está despierto o dormido, en todo lo que piensa es en el suicidio. Para mí, es un mundo inalcanzable, pero no importa cuán fácil o barata sea la solución, día y noche, todo lo que hace es buscar formas de que lo maten. En otras palabras, es un maníaco suicida.
Maníaco suicida.
Que palabra tan repulsiva.
Pero, no importa cuán loca sea la afición de esta persona, o no importa cuánto tenga que hacerlo funcionar, esas no son razones para fallar en esta misión de detención.
Porque las palabras “fallar una solicitud”, no están escritas en ningún lugar en mi libreta.
Continué persiguiendo al culpable, doblando una esquina.
El camino al cual me dirigía, es un camino oscuro y estrecho. Un callejón trasero tan estrecho que solo una persona a la vez puede pasar a través de él. Ambos lados están cubiertos con cercas y se pueden ver los patios y los pozos de agua de las casas antiguas. En frente de sus casas, la ropa se agita en el viento.
Con el teléfono inteligente a mano, saqué un mapa de los alrededores. En la pantalla, hay un marcador que nos dice dónde estamos, junto con los edificios y callejones que nos rodean. El callejón se extiende a lo largo del área residencial, y lo que es más, si el culpable sigue recto, terminará en un área de fábrica con muchos almacenes alineados. Si logra correr tan lejos, sería imposible encontrarlo con todos los lugares en los que puede esconderse.
Al final del otro lado de la carretera, se puede ver la pequeña silueta del fugitivo. ¿Es su destino realmente el área de almacén?
“¡Mierda!”
El lenguaje grosero salió. A esta distancia, va a ser difícil alcanzarlo. Si no lo capturamos aquí, él continuará con sus actos criminales. ¿Qué debo hacer?
“Bueno, entonces, terminemos esto rápidamente y vayamos a comprar ese libro. Si solo interferimos en su escape, eso será bueno, ¿verdad?”
Dazai se rió con ganas.
Respiró hondo y con la voz en alto...
“¡Fuego!” Gritó.
Frente a la ruta de escape del criminal, los residentes en pánico salieron corriendo a la calle. Una ama de casa que lleva la tapa de una olla, un joven medio dormido, un anciano que lleva una tabla de Shougi. Residentes sorprendidos salieron corriendo uno tras otro, llenando la pequeña calle.
El criminal ahora está nervioso.
“¿Cómo es...?”
"¡Estúpido! ¡El enemigo ciertamente se detuvo, pero tampoco podemos avanzar!”
"No te preocupes, después de todo, ¿no está el detective competente, Kunikida Doppo, aquí con nosotros? Por esa razón, creé el clímax de la obra especialmente para ti, así que por favor, vuélvete loco”
Coseré su boca más tarde.
Abrí mi cuaderno y escribí con agilidad los caracteres.
Escribí “pistola de alambre” en la página y la arranque, y le dije “¡Poesía Doppo!”
Habilidad. ¿Cómo se puede llevar a cabo tal cosa? Es imposible explicar esto lógicamente. Aparte de "Es tal como es", no hay otra manera de explicarlo.
¿Por qué tiene que ser una página de un cuaderno? ¿Por qué es posible desafiar a la física y cambiar su forma a otra cosa? No hay nadie que pueda ponerle una teoría.
El rasgado y hablado en un trozo de papel, transformado en un arma de alambre siguiendo las palabras escritas en él.
Salté la cerca y apunte mi arma de alambre al criminal.
Desde mi perspectiva, con el fin de amenazar a las personas para que dejen de bloquear su ruta de escape, él está en medio de sacar una pistola del bolsillo de su pecho.
En un distrito tan deteriorado, incluso un pequeño ladrón posee una pistola. El mundo realmente se debe estar terminando.
En cualquier caso, ¡no puedo dejar que dispare el arma en un lugar tan lleno de gente!
Apunté y apreté el gatillo.
Un gancho salió volando de la pistola, apuntando hacia el objetivo, el cable de acero se tensó.
La pistola que estaba a punto de sacar fue enviada volando con el gancho de mi pistola de alambre. Y luego pasó por la manga de la camisa del criminal antes de perforar la pared detrás de él.
“Jackpot” *
Dazai soltó un leve silbido con la boca.
Devuelvo el cable al arma mientras pataleo la cerca. Luego pateé un seto* para avanzar, volando sobre las cabezas de los residentes y aterrizando frente a los ojos del criminal.
Levanté la cabeza al mismo que el criminal sacaba un cuchillo de su bolsillo.
Desde este punto en blanco, mueve el cuchillo hacia abajo.
Tal movimiento de un aficionado, no me dañara.
Volví ligeramente la cabeza hacia un lado y esquivo la cuchilla. Después de eso, presiono suavemente el codo y la muñeca del criminal hacia abajo. Luego, girándolo y usando la fuerza de su swing* hacia abajo, golpeo su codo hacia el otro lado.
Él voló en el aire.
El criminal dibujó un arco en el aire y cayó boca abajo antes de que su cuerpo se estrellara contra la pared. Parecía que no entendía lo que acababa de pasar y, después de caer, se desmayó.
Lanzar al oponente mientras se usa la fuerza de su cuerpo: esta es la técnica de tiro arriba y abajo.
Los residentes estupefactos y sin palabras miraban entre nosotros y el criminal. Dazai, quien finalmente logró ponerse al día, llamó a los residentes.
"¡Hola a todos! Lo siento, he creado un alboroto, todo está bien ahora. El fuego fue solo una falsa alarma”
"¿Quién... quiénes en el mundo son ustedes?" Preguntó un residente.
Saqué de mi bolsillo mi licencia de detective y para asegurarme de que todos la vean, la levanto. Entonces dije: "No hay que preocuparse. Somos de la Agencia de Detectives Armados"
Hasta aquí termina el prologo. Si se dan cuenta, es bastante extenso.
Espero que les haya gustado, queda aclarar, que está primer novela en el anime fue adaptada de manera diferente. Muy pronto (para quienes no la han podido leer) se darán cuenta en que es diferente lo que se relata aquí a lo que se relata en el anime, cabe destacar que también “El examen de entrada de Dazai Osamu” no cuenta con un apartado en manga como ocurre con Dead Apple.
En lo que respecta, la historia es cien por ciento canonica. Todo esto ocurre después de que Dazai deja la Port Mafia y aunque realmente no importa cual novela se lea primero (El examen de entrada de Dazai Osamu o Dazai Osamu y la era obscura) todo concuerda perfectamente con el giro original del manga.
Esperen la traducción del Capítulo 1.
¡Gracias por leer!
-Equipo de 文豪のfansub (Bungou no fansub)
*Jackpot: En juegos de azar (como lotería) es lo que conocemos como “El premio mayor”.
*Seto: Es una cerca hecha a base de palos o de las mismas plantas para formar una barrera.
*Swing: Es un golpe realizado en el boxeo a base de tomar del brazo al oponente, moviendolo de forma semicircular de abajo hacia arriba. También es un paso de jazz, aunque dudo que Kunika se haya puesto a bailar con el criminal ¿o si? (?) De hecho, él explica que se refiere a la técnica que Fukuzawa le enseño.
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Turismo Monterrey Nuevo Leon
Monterrey, la metrópoli más importante del estado otra vez León, es una de las localidades mayores de México y es famosa como un nuevo centro industrial y tecnológico. Hay muchas cosas que hacer aquí, a partir de explorar los museos y plazas de la ciudad hasta ir a sus monumentales parques y monumentos, además de hallar el encantador barrio antiguo.
Monterrey está cercada de montañas por todos lados, y las excursiones de un día a la Sierra Mamá circundante ofrecen una pluralidad de vivencias para los amantes de la naturaleza y la travesía.
Por tanto, para hacer Turismo Monterrey Nuevo Leon debes conocer los siguientes lugares turísticos:
Paseo Santa Lucía
Aunque es un flujo de agua artificial, el Recorrido Santa Lucía solo realza la belleza natural que circunda a Monterrey. El agua verde azulado y los senderos blancos descansan cómodamente contra el cielo azul y las montañas verdes en la distancia. Este recorrido fluvial es de forma sencilla uno de los sitios más tranquilos de la localidad, serpenteando 2 millas (3 km) a partir del Parque Fundidora hasta la Macroplaza.
Considéralo una vía de simple ingreso a medida que paseas por Monterrey, empero no deambules bastante veloz: los cafés, las instalaciones de arte y los espacios verdes te tentarán a sentarte en serenidad y quedarte un momento.
Parque Ecologico Chipinique
El parque ecológico Chipinique está a solo 20 min del centro de la urbe en coche, sin embargo sentirás que has conducido horas lejos de la metrópoli en el instante en que ingreses a esta reserva natural. Pertenece a los preferidos de los lugareños para ejecutar senderismo, ciclismo y jogging, y el motivo es notable en el increíble paisaje. La vida silvestre es exuberante, a partir de aves originarias hasta el maravilloso coatí parecido a un mapache.
Traiga una mochila con bocadillos y bebidas para recompensarse con un picnic luego de la caminata, debido a que vale la pena pasar una tarde completa en el parque. Si tiene un transporte, puede conducir de manera directa hasta lo alto del monte y empezar su caminata a partir de ahí para una caminata menos extenuante.
Cabalga hasta la cima del Horno3
El Museo del Acero Horno3 es un museo interactivo que muestra el pasado industrial de Monterrey. Los aficionados a la historia, los ingenieros y los intelectualmente curiosos adorarán aprender sobre el proceso de construcción del acero.
El elevado horno Horno3 de 230 pies (70 m) da un show de fuego cada noche anterior a permitir a los visitantes la posibilidad de subir a una plataforma de observación para ver vistas sensacionales de Monterrey. Los objetivos de semana, la composición de acero se convierte en un gimnasio en la jungla con recorridos en tirolesa y rapel accesibles.
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Cuerpos tirados en las calles y guerrilla urbana: una trampa mortal en Kiev
Cuerpos tirados en las calles y guerrilla urbana: una trampa mortal en Kiev
Ya hay cuerpos tirados en la calle, cadáveres, charcos de sangre a tan solo una cuadra del hotel de esta enviada, que queda a pocos metros de la orilla izquierda del río Dnipro, que atraviesa Kiev, ciudad cercada y aun bajo fuego, pero que resiste. Las calles siguen totalmente vacías, con todo el mundo escondido en los subsuelos. El silencio es el de los cementerios, roto ya no sólo por el ulular…
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«Este es un libro sobre desapariciones. Prácticamente todo lo que aparecerá (edificios, lugares, personas) ya no está, pero sin embargo sigue ahí», escribe Rocha al principio de este libro inclasificable, a medio camino entre la crónica personal, la guía insólita y psicogeográfica y el cuaderno de bitácora. Un diario de viaje hasta los confines de Madrid siguiendo los «caminos del deseo», aquellos que crea espontáneamente el paso de las personas o los animales. Con este paseo, en un solo día, se intenta resolver la desaparición de José Ribalta Camós, un oftalmólogo que en 1916 decidió caminar en línea recta hacia el norte desde la Puerta del Sol. El resultado es una historia de historias, un viaje al final de la ciudad que por momentos recuerda a W.G. Sebald, Iain Sinclair o a un Trapiello infinitamente más intrincado y oscuro.
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Hourle El mercenario capitulo 1: Un mal día
<En ese mismo momento muchos kilómetros de ahí en una llanura cercana algunas colinas la cual estaba cercada por un inmenso bosque > un hombre enmascarado con una larga capucha gritaba ordenes a un grupo de soldados sin insignias en sus uniformes , el sonido de los disparos retumbaba tapando la voz de aquel hombre pero entre lo poco que se podía escuchar estaban las palabras <mantengan la formación , no los dejen avanzar , que esa lagartija se mantenga alejada> esa ultima frase iba dirigida a los artilleros de un antiaéreo móvil el cual era remolcado por un camión enorme de y señalando al cielo.
Hombre enmascarado: Hey ya llega derrivenlo <señalado al cielo donde una figura enorme de un dragón rojo alado se acercaba sus escamas brillaban con un tono carmesí que recordaba a la sangre y exhalaba pequeñas llamaradas desde su boca>
El artillero principal volteo la torreta a toda velocidad y descargo una ráfaga rápida de la munición de alto calibre las cuales rosaron al dragón haciendo abortar su embestida. <Las flechas imbuidas en fuego golpeaban el suelo seguidas de bolas de fuego y otros hechizos de fuego menores> el hombre estaba distraído y esto dejo que una de las flechas golpeara su mascara para a continuación golpear el suelo y explotar manándole a volar el se levanta rápidamente , su capa esta en llamas y su mascara se desmorona se quita la capa y deja al descubierto una espada y un rifle cuya mira esta rota por la explosión el lleva puesto un chaleco antibalas con múltiples cuchillos y una bolsa de munición en el cinto atada por una correa negra y un pantalón negro estilo militar su piel era trigueña y clara ala ves .
<un soldado se acerca y grita: capitán Okami esta bien> El no respondió miraba hacia el lugar de donde la flecha vino veía con ira a los draconian una pequeña expedición de novatos del sacro imperio draconian contra los que se enfrentaban sin tregua , su aspecto era humanoide cara y mayor parte del cuerpo humanos a exceptuando las escamas que cubrían casi la mayoría de su cuerpo y sus alas escamosas ; ellos estaban atrincherados en un pasaje encima de unas colinas y los escuderos bloqueaban la única entrada las balas no hacían daño al metal de los escudos y ellos llevaban un cota de malla y un cascos cerrados con aspecto de dragón; la única manera de matarlos era dando un disparo limpio en la partes del cuello o en los huecos de los ojos y con el antiaéreo pero este se centraba en alejar al dragón enrome que estaba sobrevolado el área <ellos sabían que el antiaéreo era lo único que tenían que le podía hacer daño pues un dragón había atacado su base cuando> ellos habían iniciado una serie de campañas de expansión y habían saqueado las aldeas de los medios zorros y lobos ( así se refiere a los medio humanos zorros y lobos de manera general) generalmente el dragón incineraba todo con un soplido de su aliento y a los que sobrevivían se los llevaban como esclavos los draconian sus soldados que eran todos de ambas razas miraban con desprecio a estos.
Okami se dirigió al soldado: No vamos a durar mucho si esto sigue así <el solo alcanzo a asentir con la cabeza> Okami continuo si esa cosa llega a escupir fuego sobre nosotros se acabo <decía mientras retiraba la mira rota del rifle y apuntaba a los arqueros y magos> las balas silbaban en el aire y los arqueros caían muertos por los precisos disparos <las flechas mataban a sus soldados y ellos respondían con disparos de sus armas de fuego> algunos draconian intentaron alzar vuelo pero fueron abatidos por dos ametralladoras calibre 50 que usaban munición explosiva cayendo abatidos <El dragon no se acercaba por el antiaéreo que le daba chance de acercarse y esto lo tenia visiblemente molesto> los disparos no cesaban y las flechas y hechizos de fuego tampoco.
Okami: Esto no tiene fin <decía mientras dispara el rifle> <maldita sea pensó para sus adentros espero que el antiaéreo aguante un poco mas>
El antiaéreo termino de disparar y la recarga no duro mucho pero antes de que pudiera disparar de nuevo se encasquillo dio una primera ráfaga y se detuvo súbitamente
Okami: Esto es malo <dijo al notar la ausencia del ruido de la artillería> maldición esto no puede estar pasando no ahora por favor <dijo en un tono desesperado>
el dragón no perdió el tiempo al ver que la lluvia de disparos dejo de mantenerlo a raya embistió contra la maquina exhalando fuego ; Por otro lado el artillero principal corrió abandonado la maquina e internándose en el bosque junto a otros de sus compañeros solo un muchacho se quedo el rápidamente golpeo el alimentador del cañón y desatasco el arma disparando una ráfaga que acertó de lleno en el pecho de la bestia ala par que esta incineraba al joven y al antiaéreo, hubo una gran explosión y el joven y el arma desaparecieron entre las llamas < A esto se le suma que las municiones de la misma también se destruyeron como resultado del ataque poco después se sumo el camión que estallo dispersando piezas chamuscadas del mismo > el dragón callo al suelo dejando pequeño cráter donde aterrizo levantándose con algo de dificultad < las escamas de su pecho se desplomaban dejando al descubierto un pequeño fragmento de piel rosada.
Okami: Retirada al bosque corran < grito a todo pulmón mientras que sus aliados retrocedían de hacia el lentamente mientras disparaban hacia sus enemigos < para su sorpresa los draconian gritaron por donde el bosque estaba una gran cantidad de ellos salían desde las profundidades del espeso bosque portando lanzas y escudos>
Okami: haaa estamos rodeados lo que faltaba <estaba reteniendo las tropas del frente cuando una segunda flecha golpea de lleno su pecho y explota mandando le a volar hacia atrás>
Soldados: Okamiiii¡ < gritaban viendo con horror como golpeaba el suelo>
Okami : ahhh <quejándose del dolor mientas se quitaba la flecha del pecho >no griten tanto eso no basta para matarme tontos
Los draconian no podían creer lo que veían ese humano se levantaba <tenia la piel del pecho negra por las quemaduras que habían carbonizado la piel el chaleco antibalas esta atravesado pero la explosión solo había hecho un pequeño agujero en el> sus ojos al verlos notaron que eran rojos un rojo sangre intenso casi con brillo propio
Draconian: Entonces no es humano <a lo que los demás miraron con miedo y se pusieron en guardia> ellos abansaron hasta rodear por los dos lados a los soldados y a Okami
Okami: que les pasa chicos < dijo torciendo mientras miraba su rifle ahora arruinado por la explosión> <tomo aire antes de gritar> Soldados por nuestras vidas no se rindan hasta la muerte o la victoria mercenarios de Yera hasta el final <desenfundando la espada de su cinto> ala cargaaaaa <grito mientras cargaba contra la tropas que les rodeaban>
los escuderos se pusieron en posiciones de defensa con las lazas apuntado hacia a los soldados mientas avanzaban cerrando los de a poco mientras que los soldados <Mercenarios> disparaban sin dañar el metal de los escudos al
se escucharon gritos y para sorpresa de todos Okami había asesinado a un grupo de soldados con su espada <Los draconian no podían creer lo que veían un un humano no seria tan fuerte como para hacer eso en tampoco tiempo no es mas no seria capas ni de matar a uno> ahora si estaban asustados este humano era distinto de todo lo que habían visto antes
Okami no espero ni un segundo y ataco de nuevo a un grupo de escuderos a su izquierda esquivando ágil-mente las estocadas de las lanzas y impulsándose con el escudo para aterrizar detrás de ellos y dar un corte horizontal hacia el cuello del primero al segundo lo mato lanzado un chillo a su garganta y el tercero que intento voltear fue atravesado desde la parte inferior de la espalda cayendo antes de poder reaccionar , la batalla era intensa sus soldados peleaban por sus vidas inspirados por Okami, el por su parte estaba combatiendo solo contra los que se acercaran al el para vengar a sus compañeros la mañana avanzo y el sol estaba en lo alto en ese momento el dragón que se había limitado a ver hasta ahora grito
Dragón: Vasta no podemos arriesgarnos a perder mas soldados retrocedan voy a hacerlo <Dijo mientras abría la boca lentamente para tomar aire>
los soldados retrocedieron rápidamente formando una barrera con los escudos y los magos pronunciaron un hechizo para protegerse.
Okami: ohhh mierda no me digas que <dijo mientras miraba con miedo al dragón> Busquen cobertura <Grito el mientras corría a buscar cobertura el estaba cerca a camión en llamas > vio cerca de el una puerta la titanio reforzado con tungsteno del camión la tomo justo para ver como las llamas se acercaban se puso de rodillas y se cubrió con ella escucho gritos que se perdieron en le mar de fuego el metal se calentaba cada vez mas hasta el punto que Okami no pudo sostenerlo mas justo antes de tirarlo el fuego seso y el dio un grito: aaahhhhhhhhhhhhhaa <su brazo izquierdo con el que había sostenido la puerta estaba calcinado y la carne se caía a pedazos <hubo Un gran estruendo mientras el suelo se caía para dejar ver unas ruinas bajo el campo de batalla estas terminaban a unos pasos de Okami> <Okami miro y solo vio cadáveres calcinados nada reconocible estaba molesto y triste a la vez > pero el se paro y dio un golpe rápido con su cuchillo al draconian que se acercaba a el para re matarlo el cuchillo se partió al golpear la armadura y el recibió un golpe que le mando al suelo el se levanto y salto poniendo su mano en su cara y lanzo un rayo de electricidad a que golpeo de lleno al draconian en le rostro < el cual cayo fulminado> las yemas de su mano quedaron quemadas luego de eso el no podia<Okami se puso de rodillas mirando hacia las profundidades de el abismo de las ruinas jadeando de dolor> otro draconian
Capitán de los Draconian: sinceramente me sorprende de que un humano sea capas de esto eres mas fuerte de lo que pareces creo que valdría la pena llevárnoslo <dijo volteando a sus compañeros> encadenen lo. <se acerco un draconian para llevar a cabo la tarea y justo antes de poner la cadena fue golpeado en la rodilla por el pie de Okami> Acto seguido la mano derecha de Okami le enredo la cadena en el cuello y se lanzo al abismo sin pensarlo dos veces mientras los dos <frente a la vista incrédula de los demás draconian > mientras caían por el abismo Okami enrollo cadena a su el brazo del el draconian y afianzo su agarre con la única mano que podía usar ,el draconian intento volar pero Okami tiro de la cadena haciendo que el siquiera cayendo Okami vio que se acercaban al suelo y justo antes de llegar uso al draconian para impulsarse y llegar a una cornisa y se agarro antes de caer el draconian no tuvo suerte el murió al golpear el suelo Okami no pudo mantener se sostenido y se soltó la caída aunque no fue de mas de un metro a su dañado cuerpo le dolió callo cerca del cadáver que no había sufrido mucho daño a pesar de la gran caída se acerco al cadáver y tomo de su cinto un cuchillo el cual uso para abrir su pecho y acto seguido introdujo su mano en el , unos apéndices rojos absorbiendo sus órganos <Okami estaba tranquilo su cuerpo se recuperaba de manera rápida o mas bien se regeneraba> estaba exhausto pero sabia que después de eso los draconian no lo dejarían escapar o al menos no tan fácilmente su brazo estaba bien de nuevo lo movió un poco y apretó el puño para asegurase reviso un poco mas su cuerpo y al ver que no tenia mas heridas tomo el cuchillo y se interno en las profundidades de las ruinas <Por su mente paso las malas experiencias que tuvo con monstruos en las ruinas cuando hacia trabajos de rastreo para el Yera que era el comandante del grupo mercenario al que el pertenecía>
Okami: se suponía me que era un trabajo de búsqueda y rescate no se suponía que pasara esto <Golpeo con fuerza una pared cercana mientras se lamentaba no haber podido proteger a su escuadrón> maldición no se merecían esto.
sus ojos rojos brillaban con intensidad entre la oscuridad mientras caminaba por un pasillo buscando una forma de subir hacia la superficie tenia la daga en una mano y la otra la usaba para agarrase de la pared sus ojos le dejaban ver perfectamente en la oscuridad el solo <camino por un largo rato por los pasillos, salones y largos corredores de piedra el camino era como un laberinto interminable ocasionalmente encontró esqueletos y algunas muy espadas oxidadas y en mal estado algunas se rompieron con solo agarrarlas> había pasado un buen rato sin nada solo caminar por pasillos hasta que escucho sonido de una batalla arriba de el
Okami: que esta pasando no me digas que ellos despertaron a los monstruos de este lugar , por eso no me encontré con nada por acá <Comenzó a correr hasta encontrar un agujero en le techo por el cual se introdujo>
Había salido en un coliseo techado a excepción de un pequeño agujero en la parte central, los draconian no lo vieron en un principio estaban ocupados peleando contra unas arañas gigantes sus tamaños eran variados de 5 a 15 metros de ancho las cuales les superaban en numero a los draconian no los cuales estaban atrapados defendiéndose como podían lejos de la acción Okami vio una espada en un pedestal una espada de doble filo que tenia un filo de color azul turquesa que brillaba atraves de la oscuridad captando la mirada de Okami en el acto el no podía despegar su mirada de ella <sintiendo un impulso corrió atravesando las arañas para llegar hasta el pedestal las cuales no pudieron notarlo hasta que estuvo cerca de la tenue luz azulada de la hoja de la espada al igual que los draconian que lo vieron aparecer de entre las sombras como si estas evitasen dejarle al descubierto mientras estuviese entre las mismas , <Okami puso sus manos sobre la espada y esta resplandeció enérgicamente con ese tono azul turquesa característico puso un poco de fuerza y la espada salio con mucha facilidad> las arañas no esperaron ni un segundo a que el contemplara la espada y saltaron sobre el para intentar morderlo solo llevo un segundo se vio una luz tenue moverse y las arañas cayeron cortadas en horizontal Okami se movió corriendo entre las arañas sin hacer ningún ruido dando cortes a todo lo que se pusiera frente a el hasta llegar enfrente a los draconian
Okami: Malditos sean los arrastrare al infierno malditas lagartijas superdesarrolladas <gritaba con ira y preparando una estocada con la espada sus ojos rojos brillaban con una luz propia>
Capitán draconian: Deténganlo hasta que Mirth llegue a ayudarnos
De repente una enorme sacudida hizo que Okami y los draconian se olvidaran de lo que estaban haciendo para mirar hacia donde estaba el pedestal <por una puerta enorme de mas de 10 metros emergió una araña aun mas grande de aproximadamente 20 o mas metros de alto su cuerpo paresia hecho de algún tipo de piedra ella chillaba las demás arañas se escondían de ella los draconian y Okami corrieron al ver el tamaño de la monstruosa criatura que estaba frente a ellos ; La gigantesca araña dio un salto aterrizando en medio del grupo lanzando a todos hacia atrás Okami se reincorporo rápidamente atacando a la araña con la espada contando superficialmente la pata de esta , ella raciono lanzando un liquido marón que descompuso el suelo que toco Okami no lo esquivo el no lo necesitaba el ácido callo sobre su cuerpo y se resbalo como agua el aprovecho que la araña no hizo otro ataque para corre hacia su espalda y dar un golpe certero en la espada para posterior mente arrastrar la espada hasta la cabeza de la araña la cual cayo con enrome pesadez al suelo saco la espada cubierta de sangre verde y salto de la espalda de esta cayendo parado al suelo pero antes de poder hacer algo mas la araña se paro de nuevo y ataco Okami fue lazado por los aires a causa de una pisada de las duras patas de esta <En ese momento y sin pensarlo genero energía para lanzar nuevamente el rayo pero antes de despegar las manos de su espada y emergiendo del filo de la misma un rayo turquesa salio disparado dando a la cabeza de la araña cayendo muerta de manera rápida> ; Okami se volteo para mirar a los estupefactos draconian que respondieron con una mirada preocupada miro a sus manos que no estaban quemadas para luego levantar la espada sobre sus hombros el estaba listo para terminar con ellos cuando sin aviso de las entrañas de las ruinas salio un grito que le heló la sangre todos voltearon para ver a una criatura enorme cuadrupeda caminar lentamente hacia ellos desde la oscuridad , la primera impresión de Okami fue peligro <Dando un gran salto hacia atrás y golpeando con fuerza el suelo al aterrizar por primera vez los draconian lo veían así con un terror absoluto que emanaba de sus ojos rojos > las arañas escondidas por su parte chillaron y comenzaron a escapar por la única fuente de de luz por el techo hubo una mirada entre los dos lideres
Okami: ¿Hey Lagartija no tenias a un dragón de tu parte? seria buen momento para que aparezca
Capitán draconian: Mi nombre es Fael y es una dragona su nombre es Mirth y no puede entrar en este lugar por su tamaño
<Okami retorció la cara un poco y respondió>
Okami: Genial ahora las cosas van de mal en peor
Fael: ¿Bueno esta sera nuestra tumba o que?
Okami: Me niego a morir junto ustedes <Apuntando con el dedo a ellos mientras seguía con los ojos fijos en la criatura que se movía con cuidado>
Fael: Bueno algo en lo que estamos de acuerdo < dijo mientras desenfundaba su espada >
Okami: Váyanse, ¿Pueden volar no? usen el agujero del techo yo distraeré a esta cosa
Fael: Bromeas no creo que la puedas retener ademas ¿por que te debería creer?
< La criatura esta cada vez mas cerca podía verse desde las sombras una mandíbula de la cual goteaba saliva >
Okami: Tengo una idead mejor < Dijo señalando hacia los pilares de las paredes>
Fael: Ya veo tendrás que cortarlas todas para enterarlo podría funcionar te cubriremos
Okami: Una vez que se comience a caer el lugar vuelen y escapen yo me las arreglare para escapar
Dicho esto corrió hacia la criatura y lanzo una piedra para llamar su atención la criatura respondió embistiendo a toda vellosidad rumbo a Okami el cual esquivo al ultimo segundo impulsándose desde una pared haciendo chocar a la bestia contra la pared destruyendo en el proceso varias columnas , el concentro su energía atraves de la hoja de la espada volviendo la de un tono azul firme < hizo una voltereta para lanzar otro rayo de luz que golpearía a la bestia en la espalda pero no le haria mas que un rasguño el corrió nuevamente golpeando las columnas a su alrededor con la espada las piedras
Fael: Ahora usen magia de fuego destruyan las columnas y mantengan a esa cosa lejos
Dijo mientras una pequeña luvia de proyectiles de fuego golpeaban a la bestia mientras que otra golpeaba las paredes rompiendo estas , Okami corría de un lado al otro con espada en mano golpeando la unión de las columnas haciendo que se desmoronasen <Habían destruido casi todas en un movimiento > El lugar parecía apunto de colapsar habían fuertes sacudidas cuando las las columnas se rompían , los draconian volaban cerca de la salida lanzando bolas de fuego y una que otra flecha de fuego Okami se acerco al lugar donde estaba la salida y con un ultimo disparo el cual paso cerca de la cara de la bestia destruyo la ultima columna
Los draconian volaban hacia la salida que se hizo mas grande mientras se derrumbaba todo Okami por su parte se vio en problemas pues no podía trepar mientras los temblores continuaran <El suelo y el techo se desmoronaban lo que le dio una idea a Okami> tomo carrera para impulsarse desde una columna cercana y usando los escombros comenzó a subir hacia la salida de esa trampa mortal llamada ruinas cuando estuvo a la altura suficiente el salto hacia las paredes y se impulso hacia arriba con todas sus fuerzas mientras los draconian salían volando sin problemas <Cuando su cuerpo salio de las ruinas lo primero que noto fue que era de noche > sus pues tocaron la parte de arriba de la cúpula viendo que esta este una espesa vegetación el el techo el salto <Solo espero a que sus pies tocaran el piso para tomar impulso una segunda ves y dar un salto enorme> mientras caía a una una pequeña meseta de tierra noto que el ultimo draconian salio para acto seguido ver como se colapsaba la estructura dejando a la bestia enterrada Okami se recuperaba de la caída cuando noto que estaba en una meseta un poco mas arriba de donde había estado pelando contra los draconian, Fael se acerco rápidamente a el volando
Okami: No puedo creer que eso funcionara <dijo algo incrédulo de lo que había echo>
Fael: Bueno ha sido divertido pero has de pagar por las vidas de mis compañeros <dijo mientras desenfundaba lentamente su espada >
Okami: Que gracioso iba decir lo mismo < tomando con fuerza su espada>
Hubo un estruendo y la bestia presuntamente enterrada viva salio volando desde las profundidades de los escombros aterrizo sobre el medio del campo de batalla carbonizado <la luz de la luna dejaba ver una criatura su piel era de un tono gris azulado y sus ojos amarillos brillaban con malicia su boca llena de dientes puntiagudos una lengua morada larga con una longitud a considerar su tamaño no era menor que la araña enrome de hacia un rato y tenia varios tentáculos que tenían dientes saliendo de su espalda>
Okami: Ohh mierda esto tiene que ser una broma <Dijo mientras la bestia se abalanzaba hacia ellos>
Fael salio volando esquivando el golpe ,Okami por su lado esquivo con una voltereta pero recibió un golpe directo de una roca mandándolo al centro del campo de batalla la bestia se centro en el corriendo hacia el mientras los draconian observaban a lo lejos <Okami se recompuso rápidamente mientras la bestia se lanzo con una mordida hacia el > Okami salto inmediatamente y esquivo por poco el letal ataque , mientras tanto Fael se alejo de la pelea y se reunió con sus compañeros
Okami estaba en mala situación , la bestia por su lado se abalanzo nuevamente sobre Okami <Okami uso su espada para golpear la boca , la bestia se retorció de dolor y retrocedió para sin perder el tiempo Okami lanzo un rayo de la espada > La bestia a pesar del evidente dolor que sentía volvió a atacar esta vez con los tentáculos de su espalda siendo repelida con un corte que dividió los tentáculos sin embargo estos volverían a crecer
Okami: ¿Regeneración ? maravilloso esto no podría ser peor <dijo mientras esquivaba ataques de los tentáculos y embestidas de la criatura>
A lo lejos en una colina se podía observar a los draconian junto a un enorme dragón rojo mirando Okami volteo para ver un segundo y luego centrarse de nuevo en la batalla
Okami: Tengo una idea <dijo para si mismo> si esta espada canaliza la electricidad lo suficiente sin dispararla puede que la hoja sea lo suficiente mente filosa para cortar a esta cosa
Y tomando su espada vertió cada onza de energía eléctrica que le quedaba a su cuerpo la hoja de la espada comenzó a zumbar y chisporrotear una luz azul,<Al hacer esto su cuerpo cambio de apariencia le crecieron orejas que recordaban a las de un lobo , una cola y garras retractables en las manos>
Okami: Supongo que no puedo evitar usar esto por mas tiempo
La criatura se puso alerta durante esta transformación lo que le dio a Okami una oportunidad de respirar hondo y ponerse en posición para su plan , las antenas miradas de los draconian al batalla que llegaba a su clímax la bestia ataco primero seguida de Okami que salto hacia la enorme bestia delate de el y de un fino corte rebano sus patas delanteras haciendo caer a la criatura , sin previo aviso los tentáculos le atraparon un pie y comenzaron a morderlo mientras lo elevaban Okami reacciono y de un corte libero su pierna rebanado al tentáculo <Callo sobre la espalda de la Bestia que se había comenzado a regenerar las patas Okami salto con rapidez ignorando el dolor de su pierna atravesando la cabeza> esta grito mientras se movía compulsiva-mente mientras Okami aferraba su agarre y enterraba mas su espada <La luz de la luna se vio interrumpida por el paso de una nube delante ella> solo se escuchaban los aullidos de dolor de la bestia y los furiosos gritos de Okami en la oscuridad.
La luz de la luna regreso y tras un minuto de intenso forcejeo Okami estaba parado sobre el cuerpo de la bestia que ahora se movía muy poco
Okami: ah ah ah funciono no puedo créelo tengo que cortar la espina dorsal para que no se regenere <dijo mientras jadeaba>
Okami uso la espada para abrir la espala y con sus garras extraer un hueso de la espina luego para asegurar se de que no se levantaría corto el cuello separando la cabeza del cuerpo <La enrome bestia se paro y comenzó a dar golpes al azar > Okami decidió acabe con eso de una vez por todas y tomando la espada dio un corte mientras liberaba toda la energía acumulada en la espada <Una onda de energía azul golpeo en medio ala enrome criatura cayendo esta de inmediato> dejando un enrome corte que derritió parte de los al rededores ,los draconian por consejo de su dragona se espesaban a retirar las miradas de Okami y la dragona se cursaron para luego ver como esta ultima alzaba vuelo y desaparecía en la lejanía de los cielos junto a los suyos
Okami: A si que al fin termino todo < Dijo mirando el cadáver de la criatura y el daño que había hecho con ese ultimo ataque> Sin esta espada no la habría contado <dijo mientras observara la espada de metal grisáceo con azul en los bordes y con runas que brillaban en azul tenue en el mango de la misma >
Okami: Supongo que es hora de irse <Dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia el bosque detrás de el> Estoy cansado <se topo con el cadáver de uno sus compañeros que tenia algo en la mano era una pequeña placa de metal con un nombre en ella> Ah supongo que al menos tu seras reconocido los demás no podrán ser identificados <Dijo con una obvia tristeza en su vos>
Camino por un para de horas hasta ver en el cielo luces de bengalas de color rojo y tomando una pistola chamuscada de su cinto disparo una bengala verde al cielo
Okami: Al fin llegaron <dijo mientras se desplomaba al suelo por el cansancio> este ha sido un mal día me alegra que terminara
A lo lejos se oía gente corriendo gritando su nombre el sabia que pronto lo encontrarían y llevarían al cuartel.
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“Cabalgando en los cerros de Tafí”
En este mi Tafí del Valle, que no es del pasado ni del futuro, sino que es perenne, que es eterno y que se mantiene vivo. Que separa las elevadas cordilleras de la Sierra del Aconquija al sur y las Cumbres Calchaquíes al norte. Este valle que es el más importante paso con la gran Llanura Chacopampeana al este, me ha regalado la posibilidad, él milagro y la quimera de volar, soñar y cabalgar otra vez con mi Madre gracias a mis facultades de bilocación. Es que, como centinela y custodio de un gran tesoro, vengo revoloteando y batiendo mis alas aurígeras por las sendas del Aconquija acompañando a mi estrella radiante y estandarte inmortal. Emocionado y conmovido por el paseo imborrable con mi abogada jineta, suplique a Tata Dios que me diera la posibilidad de observarla nuevamente desde mi experiencia extracorporal. Mi Progenitora “Maisú” Aragón que en su magnanimidad, espíritu y fortaleza dejó a toda su descendencia el estigma de que “nunca es tarde para realizar un esfuerzo”, de nuevo estaba para mí en otro plano. Lo primero que vi al despertarme en mi visión astral, fue un pedazo de cielo azul por entre las mechas del techo de la casa en donde dormía en su primera parada en la Mula Muerta cerca de la Ollada. Distingo que el grupo se despierta bajo el manto azulado de un cielo teñido por pequeñas nubecillas que hacían presagiar un viaje despejado. Percibo una alegría afectiva y profunda que domina al grupo que se mueve excitante ante la posibilidad de seguir adelante. Observo a mi madre gritar a viva voz ¡El viaje está salvado! Presiento al verla con su emoción a flor de piel que lo que más temía era volver por esa senda mojada sin lograr su cumbre y su objetivo. El grupo sigue en esa casa de alta montaña, donde pasaron la noche con una precariedad notable, pero en un avanzado confort humano. Tenían un solo baño; un excusado limpio y adecuado a las circunstancias. Observo que desayunan con notable apetito pese al asadito de la noche anterior a su llegada. Preparan los caballos juntados y traído por los muchachos de la casa. Finalmente salen rumbo a Piedras Blancas a las diez de la mañana con el sol recién salido porque a las seis de la mañana todavía lloviznaba. Toman la senda que parte de una loma verde donde hay unos perfectos, redondos carapuncos, los últimos de la región. Bajan y suben por laderas muy sombrías, algunas resguardadas por altísimos árboles, en su mayoría alisos. Cruzan las sonoras corrientes de los arroyos que corren por las quebradas, entre dos montañas. Pedregosos, ruidosos, con señas de haber traído hace poco tiempo gran correntada, a juzgar por los árboles caídos junto a su cauce. Acomodan varias veces las monturas en ese bajar y subir. Por tramos, oteo que los caballos se enterraban bastante en el barro, y hacían ese ruido como de ventosa, que es el sonido de un placer inigualable que siempre tenía mi madre a todo cambio de la naturaleza. Entreveo cómo desde su caballo, saluda, al pasar, a su querida y vieja queñua, con la que se fotografiara ya en una subida anterior y plantó un retoño de la misma en su casa de Tafí. Antes de salir, a las Piedras Blancas, se acaba la arboleda. Estaba despejado. Desde esa zona elegida por la mano del Altísimo tuvieron la visión completa del Cabra Horco, de Chaquivil, de San José, y de todo el lado oriental del Mala Mala. No hay casi pastos, solo piedras, blancas, casi transparentes, con incrustaciones negras en su interior. Se apean y almuerzan, no muy cómodos en los asientos de piedra, pero eso sí, disfrutando a pleno de la maravilla del paisaje, no por conocido menos admirable. Cuando salen del pico, bajan a San José sobre piedras chicas y filosas. Un hilo de agua serpenteaba montaña abajo, hacia el naciente. Siempre fresca y cantarina. El verde en sus distintos matices con algunos grupos de árboles conforma un cuadro natural. Pasan frente a algunas casas, prolijas limpias, que parecían no estar habitadas más que por los perros que aprovechaban su paso para despabilarse y mostrar sus habilidades. Llegan a la casa de doña Adelina, en San José. Es una señora mayor, con edad indefinida, como suele ser esta gente. Doña Adela, vive con su yerno Daniel Rasgido y los tres hijos de éste. El hombre estaba en el patio, cargando leña en una mula. Los chicos se divertían contemplando la escena. La casa está bien cercada, con postes y alambres. Construida con piedra y adobe, ostentaba en su parte superior tan prolijo trabajo artesanal que el grupo se detuvo atónito a contemplarlo. Mi madre toma nota de la casa y de sus moradores para después contar minuciosamente los detalles. Intuyo que tiempo atrás en un viaje anterior fueron sus huéspedes. Contemplo que en la subida en un descampado desmontan un rato y toman mate con bollo. Descansan un poco. También los caballos. La gentileza propia de la gente de la zona se hace notar. El nieto mayor de la familia anfitriona los acompaña un largo trecho para indicarle el camino. Se llamaba Walter. Bajan por altos matorrales, y por sendas flanqueadas por piedras monumentales, increíbles. En lo alto de una loma, se alza una casa almacén, con palenque en el patio, al que estaban atados varios caballos de parroquianos. En una pequeña galería delantera, colgaban, como ristras de colores, las lanas, que después de teñidas son puestas a secar. Una casa distinta, de varios cuerpos, con aspecto de pertenecer a gente más acomodada. Había flores en el patio, eso sí, siempre cercadas por murallas de cañas, para protegerlas de las cabras y de las ovejas. Dos chicas jóvenes, de negro pelo largo trajinaban en un dormitorio. Percibo que el grupo se da el lujo de tomar una naranjada en el almacén. Es que cuando uno se pregunta - aún en estado de turbación astral - cómo se aprovisiona ese cobertizo, se recuerda de inmediato a los turcos trashumantes que con sus paquetes al hombro recorrían todos nuestros cerros. Los de hoy, por lo menos, tienen mulas cargueras. El sol de la tarde ponía su oro sobre las laderas, e iluminaba la cumbre del Cabra Horco. A esa hora mágica en la que se esfuman las aristas y todo parece de terciopelo, baja, el grupo con mi madre a la cabeza rumbo a Chaquivil. Divisan, río abajo, la casa. Dan un gran rodeo, por pastizales, apremiados por el crepúsculo, que enfriaba rápidamente el ambiente, y convertía a las montañas, en enormes moles azules. Cruzan el río que da en ese lugar una amplia curva alrededor de la morada, y entran al patio por una tranquera de grandes troncos, pasados por el ojal del poste que la protege. Es una antigua y hermosa edificación, la Sala de San José, de Chaquivil. Pertenece, desde hace muchos años, a Catáneo Wilde, quien se aventura, junto a su familia, año tras año, siete horas a caballo, desde Raco para disfrutar del verano allí. Al grupo lo recibe don Bustos, un albañil de Yerba Buena que está viviendo en la casa mientras hace arreglos en la misma. Distingo en él al hombre que tiempo atrás trajo a la casera que cuida mi casa de veraneo. La casa-sala en sí, son dos cuerpos enfrentados, con sendas galerías. La cocina cierra el espacio hacia un lado. El comedor, y dos cuartos, que serían living y dormitorio están hacia el oeste. La posada está en obra. En el comedor, existe una enorme abertura sin ventana. Veo a cada uno proveerse de jarros, platos y cacerolas la que estaban prolijamente guardados para ser usada por el huésped de tránsito. El cuarto del lado oeste con chimenea era más acogedor. Observo al grupo deleitarse al ver apiladas, como esperándolos una docena de camas, con sus colchones y frazadas de gran colorido. Encienden la chimenea. Por el ventanal, diviso como enormes rocas poderosas, temibles, parecían custodiar o amenazar la casa. En el bloque de enfrente estaban dos baños instalados. No obstante percibo que había que traer el agua desde el río que corre y zigzaguea cerca. Para cortar camino, es característico subirse a una gran piedra que se asemeja a un tobogán enjabonado y una vez que se cruza la misma se desmonta en una cerca de palos rústicos junto a la construcción. Las vacas, desde la orilla, contemplan mansamente la operación. Aprecio que entre todos hacen el arreglo para la noche. Sacan las camas y las alinean con la cabecera para el lado de la chimenea. Calientan sopa de sobre y la toman con queso. Abren unas latas que acompañan con pan. No estaban como para hacer mucha sobremesa. A la luz de la vela el grupo charla un rato y arrullados por el rio se fueron a dormir. Desde la ventana, mi madre semidormida contempla las rocas del jardín que con el resplandor de la luna parecían agigantarse. Por la mañana, un amanecer radiante de sol aviva el fuego y un exquisito mate cocido con bollo casero es repartido. Se lavan con agua helada del río y preparan el programa. La futura Bióloga integrante del grupo debía hacer su trabajo sobre los alisos. La veo medir y estudiar no menos de ochenta de ellos. Con todos los elementos en sus manos la contemplo montada en su caballo con sus bártulos, portadora de varias cajas de plástico para guardar los excéntricos tesoros que encontraría en su excursión. Distingo a los demás, entre ella mi madre rumbear hacia el norte por una verde cañada donde se sumaban como vagones de tren varias casas, todas de parientes entre sí. Se bajan gustosos a saludar a Basilio Velárdez, hombre, joven y fuerte, lindo muchacho, a su mujer, Daniela Pistan, y a sus hijas Juana y Romelia, criollitas de facciones suaves que me hizo acordar a Benito Linch y al Inglés de los Huesos. Rodeados de un ambiente de pobreza que sobrecoge. Tenían flores bien cercadas. Es que el factor común de esos chicos del cerro es su desgreñamiento. Uno piensa si realmente tendrán tanto que hacer que no puedan sembrar una huerta Es una vida tan primitiva que asusta; sobre todo porque han perdido las antiguas habilidades del telar y la rueca, sin conseguir nada a cambio. Basilio le propuso al grupo una visita a la casa de don Pedro Olivares, ahí cerquita nomás, y parten. Él montaba un caballo a medio domar, que todavía no usaba freno o " bocado" de metal. los flanqueaban, hacia el oeste el Negrito, el cerro Bayo, el alto de las Minas. Se dirigen hacia Anca July y empiezan a subir un cerro cubierto de matorrales, de sendas bastante empinadas. Pasan por la cuchilla de las águilas a la cuchilla de los duraznos, laderas totalmente cubiertas de alisos. Desde lo alto, se ve culebrear el río. Trepan enredados y rodeados por el monte. Para esquivar las ramas tenían que bajar la cabeza y bajar la copa y las alas del sombrero. La caricantina los libraba de los chicotazos y de las espinas. La cuesta se empina aún más, haciéndose peligrosa. Cruzan por sendas nervadas por las raíces de los grandes árboles, que formaban como escalones de barro. Llegan por fin a la cima. Es la casa del herrero don Pedro Olivares y de su mujer doña Berta. Después de apearse o desmontar en una ancha franja de roca lisa, ascienden a la casa. Prolijísima y con un telar de herrería bastante completo, cosa no común en estas regiones donde la habilidad de los hombres se termina generalmente en el trenzado y el picapedrero. Sirvieron uvas y se sientan al sol, junto a la casa. Desde esa atalaya, mirando al frente, se divisa lo lejos como una escotadura, la cima de los cerros y hacia el naciente, majestuoso se levanta el Cabra Horco a lo lejos se vislumbra como pequeñas luciérnagas las luces de los planchones, cerca de Raco. En este viaje existe una historia milenaria que en mi vuelo ha tomado forma y espera que sea capaz de desentrañarla. Es que he sentido con reverente veneración la memoria de los primeros abuelos, que hallaron forma a través de la piedra, y que también están presentes en el agua, en el canto del viento en los aybales y en la gota de rocío amanecida sobre los pétalos del amancay. De pronto exaltado por la compañía de mi madre se me nublan los ojos y empiezo con la trasformación mística hacia mi cuerpo físico. El grupo se me aleja como si fuera una jungla indefinida y elevo mi mirada hacía el cielo agradeciendo el milagro de sentir y de vivir.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Tucumán #Argentina #España
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día 5
llegamos tarde, la casa desordenada y sucia (alguien dice: el aire del mar come como un bicho) en vez de limpiar, nos sentamos en el sillón abrimos botellas bebemos en silencio largamente noche adentro.
día 7
me despierto bien temprano para ver los peces que van muriendo plateados sin gritar imagino cosas que ni las redes capturan a la noche, acostada en la playa veo fuegos artificiales quemándose sobre el mar.
día 8, mañana
un gato atraviesa el patio decido que no te amo más nunca quedan bien las fotos del mar.
día 9, tarde
cursiva en el libro en una frase sobre peces voladores ese libro nunca termina cocino batatas, duermo la tarde entera no te amo más.
día 10, mañana
las casas cercadas bordean la playa huertas imposibles esconden pájaros roncos de cualquier manera, no hay nada en esas casas para apaciguar el miedo son tristes estos jardincitos de arena.
día 11, tarde
espero que todos se vayan para vivir al fin en la casa vacía.
día 13, mañana
todo el mundo se enoja cuando digo que de nuevo no voy a la playa F. en especial les presto la máquina a los niños y les pido fotos del mar.
día 14, mañana
leyendo en el balcón varios caballos pasaron en frente de la casa caballos negros, sólidos, rápidos a ellos les preguntaría qué hacer con mi deseo.
día 17, noche
cigarrillos & cigarras por un momento recuerdo cómo era simple y alegre amarte todavía es tarde en las fotos.
día 18
hoy es la lluvia la que lava los platos.
día 19
pasé casi todo el día mirándome las manos las puse al Sol para que se quemaran con una luz limpia todo lo que toqué no fue feliz deseo de lastimarme, de cargar cosas pesadas.
día 20, mañana
en la playa vos encontrás una estrella de las redondas se la voy a mostrar a los niños para probarles que el mundo es extraño nos sentamos lado a lado y de repente nos estamos riendo entregados de nuevo al hábito feliz de las palabras.
día 21
nadie todavía reparó en que no te amo más caminamos toda la tarde el gran mar desenfocado por detrás.
Diário (VERÃO DE 2007) - Ana Martins Marques
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Capítulo 1: La despedida.
Año 862 según calendario del reino de las murallas
(En un universo sin titanes).
Faltaban pocos meses para la celebración de mi décimo noveno cumpleaños. Para la alegría de mi madre, la fecha coincidía con el aniversario de la llegada de los habitantes desde el reino de Marley a estas tierras conocidas actualmente como el Reino de las Murallas. Orgullo que nunca dejaba que olvidase al relacionar cada año la temática de cada fiesta con algo relacionado a la casa real Fritz. Mi distinguida madre, quien fuese prácticamente vendida a un hombre veinte años mayor; era una adoradora del culto de las murallas y fiel seguidora de todo lo que sucediese en la monarquía. Regalándome banderas con el símbolo de la casa real, libros acerca de los últimos triunfos de la familia Fritz; y hasta obsequiándome imitaciones de la vestimenta de la esposa real y amantes del primogénito del actual rey. Regalos totalmente diferentes a los recibidos por el hombre que más he admirado en mi vida, y quien ha sido mi héroe desde que tengo capacidad de recordar.
A diferencia de la mujer que me trajo a este mundo, mi padre no era una persona nacida en cuna de oro. Todo lo contrario, obtuvo todos sus bienes con base a su inteligencia y esfuerzo. Cerebro tal útil para el reino de tal manera que los mismos nobles, los terratenientes y hasta los eruditos; respetaban su forma de pensar, pidiéndole en más de una ocasión consejería para sus negocios y decisiones políticas. Conocimientos que lo convertía en una persona valiosa para ésta, y otras sociedades de la época, así como lo volvía en alguien temido por aquellos sectores que no estaban para nada de acuerdo con sus libros; y opiniones expresadas en los auditorios universitarios de Sina. Miedos convertidos en amenazas que comenzaban a molestar a mi padre, quien temía por mi vida y por mi seguridad al frecuentar la universidad que por el momento era casi exclusiva para varones.
-No hagas que lo repita de nuevo, Han -gruñía, metiendo un par de vestidos en mi maleta favorita -. Es mejor que no te encuentres en la casa por un tiempo, mientras las cosas se calmen en el reino.
-Padre -interrumpí, posando mi mano sobre las suyas -, si alguien desea matarme; huir para otro lugar no es una salida muy realista. ¿No existen ya las armas de fuego? -pregunté más para mí misma que para su persona.
-No bromees con ello, mocosa -rumió nuevamente, tirando uno de los vestidos de mala gana dentro de la maleta.
Observando con detenimiento el rostro serio de mi padre, suspiré. Esperaba que al sacar algo de aire de mis pulmones, pudiese al menos tener tiempo para pensar en qué decir y poder así; retomar esa conversación estresante. Sabía que mi padre me estaba protegiendo, eso lo comprendía a la perfección; mas no entendía por qué pensaba que enviarme a otra casa sería la solución a nuestros problemas.
-¿Dónde piensas mandarme? -pregunté en un tono calmado, sentándose sobre mi cama en espera de su respuesta.
-Irás a la familia más cercana de los Fritz -Respondió en un tono serio -. Ellos te protegerán, y no permitirán que te pase nada.
-Espera… -dije, rascando mi mejilla al comprender el plan de mi padre -. Ya veo, piensas enviarme donde los Ackerman...
-No tenemos otra opción, Han -. Indicó casi de inmediato.
Conocía muy bien la historia de la familia donde deseaba llevarme. Casi todos la sabían. Eran nada más y nada menos que los Ackerman, extranjeros que no llegaron al mismo tiempo que la familia real; y quienes se convertirían rápidamente en la mano derecha de los Fritz. Miembros de la nobleza, quienes, según los rumores del mercado, habían sido desterrados de la nación más poderosa actualmente de nombre Marley; quienes, al verse rechazados por todos los demás países, no tuvieron más opción que pedir asilo político en nuestras tierras. A cambio de la estadía, ofrecieron sus servicios como guardaespaldas de la casa real como lo hicieron muchos años atrás en su tierra natal. Fama bien conocida a nivel mundial por haber cuidado de los miembros de la familia real de la ciudad de Libero de la nación vecina.
-Padre -, dije; tratando de desconcentrarme de mis pensamientos acerca de esa familia -, no creo que ni los mismos Ackerman puedan salvarme. ¿No es su único deber cuidar al rey? No tengo sangre real, y no tenemos dinero para contratar sus servicios como suelen hacerlo en ciertas ocasiones los nobles adinerados.
No sólo eran la familia más cercada a la casa real, los guardaespaldas del rey; y hasta cierto punto una unidad de seguridad privada si tenías las monedas para costearlo. Los Ackerman, también eran los mayores productores del grano más necesario en nuestra tierra: el arroz.
-Hanji, los Ackerman son nobles y por el momento no lo eres, es verdad… Por el momento… -dijo a manera de cuchicheo, cerrando la maleta con fuerza al hacerse difícil calzar la ropa mal doblada en esa pequeña valija.
Pude sentir como una gota de sudor atravesaba toda mi parte trasera, terminando en esa zona entre la espalda y el inicio de las pompas al escucharlo decir esas últimas palabras.
-Me vendiste… -le reclamé en voz baja al no poder creer que había sido intercambiada como una vaca -. Poniéndome rápidamente en pie -. ¿¡Cómo pudiste!?
-Tuve que hacerlo… -. Respondió avergonzado, tapando su rostro con ambas manos para que yo no pudiese verle.
-¡Padre! -grité desesperada -.¿¡No pudiste decírmelo con tiempo para poder prepararme mentalmente!? -le pregunté, creyendo por unos segundos que si alguien me hubiese dicho que debía de abandonar mis estudios y mis sueños para ser una esposa, hubiese sido menor el golpe -. ¿¡Crees que vendiéndome a ellos vas a salvar mi vida!? -pregunté nuevamente, quedándome sin aire ante mis gritos.
-No -, me respondió algo deprimido y en un tono casi imperceptible -. La verdad es que nada me asegura que puedas vivir si te entrego a la que consideran la casa más segura de todo Sina. Tan segura que hasta el rey se ha refugiado en varias ocasiones cuando fue amenazado de muerte por rebeldes varios años atrás.
-Pa… -susurré, tratando de aguantar las ganas de huir de ese cuarto para no ser encontrada por esa familia ricachona -. Papá…
Quería llorar de la rabia al ser tratada como una persona indefensa sólo por ser mujer. Quería decirle que el matrimonio con gente de sangre real no era la solución a nuestros problemas, quería decirle que puedo defenderme de aquellos que deseen atentar contra mi vida. Quería decir eso, y mucho más. Pero no lo hice.
-Las cosas serían más sencillas si fuese un varón. Tener pene es un privilegio en esta sociedad de porquería… -le reclamé, pensando en cómo mi figura masculina no había sido de gran ayuda en esas murallas adoradoras de mujeres de contextura semejante a la mía; donde tenían la idea absurda de que, a mayor cuerpo grueso, mayor fertilidad y mejor resistencia en los partos en comparación con una chica considerada como delicada.
-Por las murallas, Han. Todos saben que eres mujer. Lo gritamos a los cuatro vientos cuando te convertiste en adulta el año pasado. Y quizá, no fue tan malo después de todo… -me dijo a manera de consuelo, tratando de sonreír para aminorar el asunto.
Acercándose lentamente hacia donde estaba, mi padre tomó mis manos con suavidad como solía hacerlo cuando quería hablar seriamente conmigo:
-“Ya eres mayor de edad, una mujer y no es bueno que estés soltera.” -indicó, repitiendo unas de las palabras dichas por el rey en uno de sus discursos hacia las mujeres en el día de cumpleaños de su nieta –. Eso es lo que piensa la sociedad, ¿recuerdas? Si estuviese en mis manos, nunca te vendería por apariencias; mi Han. Pero, te tienes que casar. Y no es sólo para que te protejan, sino porque tener a los Ackerman de nuestro lado es lo mejor que te puede suceder. Créeme, lo mejor que puede pasar es que caigas en sus manos…
-Te desconozco, padre -exclamé, queriendo soltar las manos de mi progenitor.
Sintiendo como sus dedos apretaban los míos, mi padre endureció su mirada:
-Quisiera pensar que todo lo que digo es verdad, mas puedo equivocarme. Pero de algo sí estoy seguro, Han. Y eso es que, el que no se adapta, no sobrevive. ¡Y eso harás! Adáptate a las circunstancias, y esas son que el hijo mayor de los Ackerman aún es soltero, y su bisabuelo está a punto de morir; y no quiere hacerlo hasta que él no esté con una mujer a su lado.
Las murallas eran como una jaula. Vivíamos protegidos de los males de afuera, teniendo a cambio cero libertad. Un lugar donde el rey nos indicaba lo que se debía hacer y cómo. Hombre, que al parecer tenía una fijación por crear leyes absurdas, entre las que se encontraba el ser obediente a sus palabras, dando la mejor impresión para no causar problemas. Aquella familia desobediente, era eliminada públicamente. Los Arlelt son un claro ejemplo de ello.
-Creí que era un plan para salvarme, no para salvar la reputación de un joven que no ha podido conseguir novia al ser asocial -indiqué confundida, recordando que, a pesar de la fama, los Ackerman y sus miembros, rara vez eran vistos en público, escuchándose cero rumores acerca de sus amoríos en los periódicos; teniéndose como resultado ningún escándalo acerca de ellos en la mesa de los ciudadanos del reino.
-No recuerdo haberte presentado al joven Kenny… -murmuró, soltando mis manos.
-Kenny es el hermano de la hija menor del señor Ackerman, padre. Es un viejo, no un joven.
El rostro de mi padre lucía confundido:
-Explícate Han.
-¿¡Mi madre no te habló de nada!? -le pregunté a manera de gritos al ver que el escenario empeoraba. Sentándome nuevamente sobre mi cama para hablar con mayor comodidad, tomé una bocanada de aire antes de hablar -. Padre, por favor; siéntese – indiqué, señalándole con mi mano la silla en la que deseaba que posara sus pompas para conversar -. Hablamos de los Ackerman, y hay dos herederos en sí, ¿no?
-Han, confundes las cosas -dijo -. Kenny es tu prometido y nadie más. El varón de los Ackerman es el primer hijo varón de los ahora difuntos Jacob y su esposa, nieto del señor Joshua que está muriendo; lastimosamente -mencionó algo triste al ser gran amigo del anciano -. Hablamos de la línea principal de los Ackerman, Han. De los de sangre real y pura, y quienes tienen la obligación de tener herederos puros, y no bastardos lo más pronto posible.
Detesté la idea de darle un hijo a ese hombre.
-Kenny es un viejo de unos cincuenta y cinco años, si mi memoria no falla; padre -le mencioné en un tono nada amigable, recordando lo mucho que me fastidiaba su cara después de que él mismo me tomara por el brazo cuando era una chica de quince años, arrastrándome por todo el suelo al creer que era un chico que lo estaba mirando de mala gana. Y es que lo estaba haciendo, mas no era porque quisiera pelea; sino porque el idiota había pateado a mi perro… ¡Y eso sí que no se lo perdonaba!
-Hanji, hija querida... -expresó en ese tono amoroso que solía hacer cuando iba a darme una mala noticia -. Creo que ha habido una confusión, y una muy grave.
Por unos instantes consideré que la vida me estaba castigando por todas esas veces en la que me escapé de las clases de etiqueta que mi madre y sus amigas solían darme desde mis cinco años.
-Padre, mamá ya dio mi mano al joven heredero. Al menos así solía presentarlo la carta -. Le mencioné, recordando la manera en la que se había presentado. Curiosamente, llevando un traje negro y su rostro cubierto con una tela casi transparente que no permitía observar su cara con claridad.
-No puede ser… -susurró mi padre, tragando con fuerza una vez dijo sus palabras -. ¿¡Quieres decir que te dimos dos veces a la misma familia!?
-Ese es el problema de vender a tu hija, padre -reclamé, tomando con una mano mi coleta para luego jalarla con fuerza y así poder soltar mi cabellera con el fin de poder sentir la brisa y gozar del movimiento de mis cabellos al ritmo del viento -. De todas maneras, no es como que haya problema, el asocial no quiso casarse… - dije algo aliviada -. Al inicio creí que venía a pedirme mi mano, y mi madre también, por ello hasta me sacó de clases, ¿puedes creerlo? Pero no vino para eso, simplemente dijo que lamentaba no poder casarse y que no tenía planes de hacerlo por el momento -continué, recordando lo desahogada que estaba de haber sido rechazada en ese instante -. Ni siquiera dijo su nombre… -murmuré, mordiendo una de mis uñas al estar recordando lo torpe que había sido ese encuentro.
-Espera… ¿El joven no lo deseó? -preguntó confundido, tratando de entender la historia - ¿¡Y Kenny!?
-Ni idea. Espero que me rechace. ¿Olvidas lo que le hizo a Sonny? -le pregunté, cruzándome de brazos ante la molestia.
Una ceja levantada y una cara de mayor confusión rodeaba el rostro de mi padre:
-Por las murallas, al menos el joven Levi dijo que no... Eso hubiese sido una catástrofe.
Era la primera vez que escuchaba ese nombre.
-Con que el nombre del niño es Levi… -murmuré, sintiendo absolutamente nada de emoción al conocer cómo se llamaba quien había solicitado mi mano y la había rechazado por primera vez en un mismo día.
-¡Respeta! -gritó mi padre -Ese hombre al que llamas chico, es mayor que tú y no sólo eso… Posiblemente no mostró su rostro porque… ¡No puede ser! El joven heredero es de la guardia secreta ahora…
-Ah, con que los Ackerman vendieron al joven heredero para servicios del rey. Al menos no soy la única vendida en esta historia…
Poniéndose en pie para pensar, mi padre comenzó a moverse de un lado para otro, murmurando palabras que mi oído no podían comprender con facilidad ante la velocidad y bajo volumen que eran pronunciadas.
-Vaya… -susurré, pateando mi maleta para tener mayor comodidad en mi cama -. Que bodrio…
-Han, deja de dormir -mencionó en un tono serio y apresurado -. Necesito que termines de alistarte, te vas dentro de unos minutos y…. ¡Compórtate y no causes problemas en casa de tu marido!
Quería gritarle que de nada servía casarme, mas sabía que desobedecer podría ser causa de mandato de muerte para mis padres. La familia Ackerman no sólo eran los favoritos del rey, sino los más ricos de las murallas según las malas lenguas, y con el poder suficiente para hacernos desaparecer con solo desearlo.
-Entendido… -dije a regañadientes, estirándome como solía hacerlo mi gato Bean cada mañana al despertarme para alimentarlo al no deseas salir de mi cama -. Pienso llevarme a mi gato. Te lo anuncio antes de que me lo reclames o lo haga mi amado -dije de manera sarcástica. Riendo un poco de la forma como pensaba llamar a ese odioso ahora que me convertiría en su esposa.
“Pienso hacerle la vida imposible” pensé por unos segundos, riendo de forma malvada al maquinar las bromas que le gastaría al llegar a nuestro lecho de amor.
-Dudo que tu esposo reclame eso -. Dijo de forma apresurada, saliendo rápidamente de mi habitación.
Esperando a que mi padre cerrara la puerta para poder hablar como era de costumbre conmigo misma, esperé. Por alguna razón extraña, mi cuerpo parecía no querer separarse de lo que había sido por más de diez años mi cama y de ese cuarto desordenado que para muchos, era sólo un lugar lleno de cuadernos, instrumentos raros; y de herramientas inservibles. Para ellos, era una bodega con una cama. Para mí, era el mejor lugar del mundo y el preferido por sobre toda la faz de la tierra.
-Con que ese viejo idiota será mi marido -murmuré, apretando con la mayor fuerza posible mi almohada -. Qué asco...
Mientras abrazaba mi suave almohada rellena de lana, pensaba en las posibilidades de escape una vez entrase a esa casa. Sabía que, si me escapaba, mis padres podrían morir al ser acusados por mi supuesta traición, siendo entonces esa opción descartada casi de inmediato. Pensando luego, en la posibilidad de matarme, mas no me agradaba la idea de asesinarme por culpa de un ser que ni valía la pena; dejando esa idea en el olvido también.
-Morir, o vivir en una cárcel… Vaya, con que las posibilidades apestan… -susurré, escuchando como la puerta volvía a abrirse.
-Levántate que vivieron por ti -dijo de mala gana mi madre, fulminándome con su mirada.
-Mírale el lado positivo -exclamé algo dolida, viendo el rostro de la mujer que me trato al mundo -, finalmente te has desecho de mí; madre.
Levantándome de la cama sin mirar el rostro de mi progenitora, tomé la maleta que mi padre había hecho para mí de muy mala gana. Iniciando mi caminata, al inicio opté por no decir nada, abandonando esa opción casi de inmediato al pensar que no hay mejor salida que decir algo antes de partir a mi nuevo hogar:
-Supongo que podré venir por lo demás luego -. Colocándome frente a ella.
-No es necesario -me explicó, girando su cuerpo de tal manera que pudiese darme la espalda -. Tu esposo puede comparte todo y más, así que no es necesario que regreses.
Sus palabras fueron más dolorosas que el sentir el agua extremadamente fría en la madrugada cuando me dormía, y la empleada decidía no calentarla nuevamente para mí.
-Como quieras, madre -, dije molesta, queriendo irme por primera vez de mi cuarto.
Quedándome quieta ahí dentro de mi habitación y con mi madre dándome la espalda, recordé la única vez que realmente deseé ser adoptada del orfanato. Tenía apenas unos diez años, y mi madre había decido que leer y aprender cosas interesantes era un campo exclusivo para varones, haciéndome enfurecer como nunca; generando que pasase un día en el árbol cerca de casa, hasta que mi padre logró bajarme.
-Permaneciste como un gato en esa rama -dijo en un tono suave, como si supiera que mis pensamientos estuviesen en ese día precisamente.
Paralizándome como piedra al escuchar decirle eso, me sentí pésima por mis malos pensamientos hacia ella.
-Siempre has sido rebelde, Han… -susurró -. Siempre… -comenzando su caminar en dirección al primer piso sin esperar alguna respuesta de mi parte.
No pude decir ni una palabra ni contestar con rapidez como solía hacerlo cuando ella me hacía un comentario ofensivo. Mis labios parecían sellados ante las palabras de mi madre, mi cuerpo se sentía pesado como si alguien hubiese amarrado un saco con muchas papas a mi cintura.
Era una sensación horrible.
-Mierda… -susurré, corriendo lo más rápido posible para poder abrazarle como solía hacerlo cuando era un infante, y aún no me había decepcionado de ella. Apretando lo más fuerte que pude, hablé entre susurros -. Ma… - soltando un par de lágrimas.
-Sé fuerte Han, que lo estamos haciendo para protegerte. No seré la persona más inteligente de esta tierra, mas sabes que haría lo que está en mis manos para cuidar de ti; aunque siempre lo dudes… – me dijo con una voz temblorosa, apretando los puños al estarse resistiendo de expresar todo aquello que parecía sentir.
Soltando mis manos de su cuerpo para caminar en dirección a la primera planta, pude ver su espalda y vestido moverse al compás de su caminar al alejarse de mí, con esa elegancia que no heredé; y con esa seguridad que solía mostrar cuando estábamos en visita en alguna casa de algún ricachón.
-Ma… -susurré nuevamente para mí, limpiando con mis mangas las lágrimas que no paraban de salir de mis ojos.
Sabía que mi madre era una mujer decidida, alguien de pocas emociones en comparación a mi padre; mas nunca había entendido hasta ese momento, lo mucho que había estado en las sombras para salvarme la vida. Porque ella mejor que nadie, sabía que el día de mañana quizá alguien podría acabar con su vida o la de mi amado padre gracias a los actuales conflictos políticos que enfrentaba el reino desde que se había anunciado la enfermedad del rey actual tres días atrás.
Nos vemos por el mismo canal…
*La imagen no me pertenece. Sus derechos pertenecen a su creadora.
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-Hefesto forja el escudo de Aquiles El dios puso al fuego duro bronce, estaño, oro precioso y plata; colocó en el tajo el gran yunque, y cogió con una mano el pesado martillo y con la otra las tenazas. Hizo lo primero de todo un escudo grande y fuerte, de variada labor, con triple cenefa brillante y reluciente, provisto de una abrazadera de plata. Cinco capas tenía el escudo, y en la superior grabó el dios muchas artísticas figuras, con sabia inteligencia. Allí puso la tierra, el cielo, el mar, el sol infatigable y la luna llena; allí, las estrellas que el cielo coronan, las Pléyades, las Híades, el robusto Orión y la Osa, llamada por sobrenombre el Carro, la cual gira siempre en el mismo sitio, mira a Orión y es la única que deja de bañarse en el Océano. Allí representó también dos ciudades de hombres dotados de palabra. En la una se celebraban bodas y festines: las novias salían de sus habitaciones y eran acompañadas por la ciudad a la luz de antorchas encendidas, oíanse repetidos cantos de himeneo, jóvenes danzantes formaban ruedos, dentro de los cuales sonaban flautas y cítaras, y las matronas admiraban el espectáculo desde los vestíbulos de las casas.—Los hombres estaban reunidos en el foro, pues se había suscitado una contienda entre dos varones acerca de la multa que debía pagarse por un homicidio: el uno, declarando ante el pueblo, afirmaba que ya la tenía satisfecha; el otro negaba haberla recibido, y ambos deseaban terminar el pleito presentando testigos. El pueblo se hallaba dividido en dos bandos que aplaudían sucesivamente a cada litigante; los heraldos aquietaban a la muchedumbre, y los ancianos, sentados sobre pulimentadas piedras en sagrado círculo, tenían en las manos los cetros de los heraldos, de voz potente, y levantándose uno tras otro publicaban el juicio que habían formado. En el centro estaban los dos talentos de oro que debían darse al que mejor demostrara la justicia de su causa. La otra ciudad aparecía cercada por dos ejércitos cuyos individuos, revestidos de lucientes armaduras, no estaban acordes: los del primero deseaban arruinar la plaza, y los otros querían dividir en dos partes cuantas riquezas encerraba la hermosa población. Pero los ciudadanos aún no se rendían, y preparaban secretamente una emboscada. Mujeres, niños y ancianos, subidos en la muralla, la defendían. Los sitiados marchaban, llevando al frente á Marte y a Palas Minerva, ambos de oro y con áureas vestiduras, hermosos, grandes, armados y distinguidos, como dioses; pues los hombres eran de estatura menor. Luego, en el lugar escogido para la emboscada, que era a orillas de un río y cerca de un abrevadero que utilizaba todo el ganado, sentábanse, cubiertos de reluciente bronce, y ponían dos centinelas avanzados para que les avisaran la llegada de las ovejas y de los bueyes de retorcidos cuernos. Pronto se presentaban los rebaños con dos pastores que se recreaban tocando la zampoña, sin presentir la asechanza. Cuando los emboscados los veían venir, corrían a su encuentro, se apoderaban de los rebaños de bueyes y de los magníficos hatos de blancas ovejas y mataban a los guardianes. Los sitiadores, que se hallaban reunidos en junta, oían el vocerío que se alzaba en torno de los bueyes, y montando ágiles corceles, acudían presurosos. Pronto se trababa a orillas del río una batalla en la cual heríanse unos a otros con broncíneas lanzas. Allí se agitaban la Discordia, el Tumulto y la funesta Parca, que a un tiempo cogía a un guerrero con vida aún, pero recientemente herido, dejaba ileso a otro y arrastraba, asiéndolo de los pies, por el campo de la batalla a un tercero que la muerte recibiera; y el ropaje que cubría su espalda estaba teñido de sangre humana. Movíanse todos como hombres vivos, peleaban y retiraban los muertos. Representó también una blanda tierra noval, un campo fértil y vasto que se labraba por tercera vez: acá y allá muchos labradores guiaban las yuntas, y al llegar al confín del campo, un hombre les salía al encuentro y les daba una copa de dulce vino; y ellos volvían atrás, abriendo nuevos surcos, y deseaban llegar al otro extremo del noval profundo. Y la tierra que dejaban a su espalda negreaba y parecía labrada, siendo toda de oro; lo cual constituía una singular maravilla. Grabó asimismo un campo de crecidas mieses que los jóvenes segaban con hoces afiladas: muchos manojos caían al suelo a lo largo del surco, y con ellos formaban gavillas los atadores. Tres eran éstos, y unos rapaces cogían los manojos y se los llevaban á brazados. En medio, de pie en un surco, estaba el rey sin desplegar los labios, con el corazón alegre y el cetro en la mano. Debajo de una encina, los heraldos preparaban para el banquete un corpulento buey que habían matado. Y las mujeres aparejaban la comida de los trabajadores, haciendo abundantes puches de blanca harina. También entalló una hermosa viña de oro cuyas cepas, cargadas de negros racimos, estaban sostenidas por rodrigones de plata. Rodeábanla un foso de negruzco acero y un seto de estaño, y conducía a ella un solo camino por donde pasaban los acarreadores ocupados en la vendimia. Doncellas y mancebos, pensando en cosas tiernas, llevaban el dulce fruto en cestos de mimbre; un muchacho tañía suavemente la harmoniosa cítara y entonaba con tenue voz un hermoso lino, y todos le acompañaban cantando, profiriendo voces de júbilo y golpeando con los pies el suelo. Representó luego un rebaño de vacas de erguida cornamenta: los animales eran de oro y estaño, y salían del establo, mugiendo, para pastar a orillas de un sonoro río, junto a un flexible cañaveral. Cuatro pastores de oro guiaban a las vacas y nueve canes de pies ligeros los seguían. Entre las primeras vacas, dos terribles leones habían sujetado y conducían a un toro que daba fuertes mugidos. Perseguíanlos mancebos y perros. Pero los leones lograban desgarrar la piel del animal y tragaban los intestinos y la negra sangre; mientras los pastores intentaban, aunque inútilmente, estorbarlo, y azuzaban a los ágiles canes: éstos se apartaban de los leones sin morderlos, ladraban desde cerca y rehuían el encuentro de las fieras. Hizo también el ilustre cojo de ambos pies un gran prado en hermoso valle, donde pacían las cándidas ovejas, con establos, chozas techadas y apriscos. El ilustre cojo de ambos pies puso luego una danza como la que Dédalo concertó en la vasta Cnoso en obsequio de Ariadna, la de lindas trenzas. Mancebos y doncellas hermosas, cogidos de las manos, se divertían bailando: éstas llevaban vestidos de sutil lino y bonitas guirnaldas, y aquéllos, túnicas bien tejidas y algo lustrosas, como frotadas con aceite, y sables de oro suspendidos de argénteos tahalíes. Unas veces, moviendo los diestros pies, daban vueltas a la redonda con la misma facilidad con que el alfarero aplica su mano al torno y lo prueba para ver si corre, y en otras ocasiones se colocaban por hileras y bailaban separadamente. Gentío inmenso rodeaba el baile y se holgaba en contemplarlo. Un divino aedo cantaba, acompañándose con la cítara; y en cuanto se oía el preludio, dos saltadores hacían cabriolas en medio de la muchedumbre. En la orla del sólido escudo representó la poderosa corriente del río Océano.
Homero, La Ilíada
XVIII, 476-608
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Otro ejecutado en Omealca
Otro ejecutado en Omealca
Omealca, Veracruz a 08 de marzo de 2021.- El cuerpo de un hombre fue hallado está mañana ejecutado en la congregación de Palma Sola en Omealca. El cadáver presentó varios impactos de arma de fuego, ya que en el lugar se encontraron más de cinco casquillos percutidos calibre 9 milímetros. Elementos de la Policía Municipal y agentes de la Policía Ministerial Investigadora mantiene cercada la zona,…
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