#crine e castigo
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90% dos estrangeiros devem agradecer em suas orações, o fato de não ter nascido no Brasil.
Há quem diga que é uma nação de cármicos e condenados.
Seja como for, o CORAÇÃO DO MUNDO E PÁTRIA DO EVANGELHO, é um país condenado...
Tudo começou com essa cara, o maior traidor de toda história do país 👆
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Empiezo un canto relativo a Posidón, gran dios, que sacude la tierra y el mar estéril, deidad marina que posee el Helicón y la anchurosa Egas. Una doble honra te asignaron los dioses, oh tú que bates la tierra: ser domador de caballos y salvador de naves.
Salve, Posidón, que ciñes la tierra y llevas cerúlea cabellera: oh bienaventurado, socorre a los navegantes con corazón benévolo... - Himno Homérico a Poseidón
Poseidón o Posidón, Agitador de la tierra y del mar estéril
Zeus tuvo dos hermanos, Poseídon y Hades, que ejercieron el poder supremo dentro de sus propios territorios. Estos hijos de Cronos y Rea dominaron el cielo, la tierra, el mar y el infierno. Cuando los tres hermanos, después de destronar a su padre Crono, echaron suertes en un yelmo para ver quién se quedaba con el señorío del cielo, el mar y el lóbrego mundo subterráneo, dejando la tierra como propiedad de los tres, a Zeus le tocó el cielo, a Hades el mundo subterráneo y a Posidón el mar.
Según algunos, el nombre de Poseidón significa “Esposo de la tierra”. Se trata de una divinidad griega muy antigua, cuyo nombre aparece en las tablillas micénicas de Pilos y Cnosos. De hecho, en Pilos era un dios principal, incluso más importante que Zeus. Sus relatos en la tradición literaria siguen el modelo establecido por Homero, que lo retrata como el monarca majestuoso e intimidatorio del mar; del dominio asignado del que constantemente surge, en el que se sumerge o por el que viaja y en el que agita sus aguas para hacer naufragar a sus enemigos. En en el arte es una figura alta, madura e imponente, no muy diferente a Zeus en aspecto, pero distinguido por su emblema, el tridente, y por su apariencia más desenmarañada y tosca, característica que queda enfatizada especialmente en el período helenístico.
Poseidón, al enterarse del dominio que le correspondía, se puso inmediatamente a construir su palacio dorado submarino frente a Ege en Eubea, no lejos de Samotracia. En sus espaciosos establos tenía caballos de tiro blancos con cascos de bronce y crines de oro y también un carro de oro; cuando este carro se acercaba las tormentas cesaban instantáneamente y los monstruos marinos saltaban a su alrededor. Cuando marchaba por el mar, le atendían las ninfas marítimas, así como las bestias y mosntruos de las profundidades. En los períodos romano y helenístico, su paso por el mar y su procesión nupcial se convirtieron en tema favorito para los artistas, a los que les gustaba representarlo en compañía de titones, delfines e hipocamos. Estos últimos tiraban algunas veces del carro de Poseídon o incluso lo llevan sobre sus lomos.
Su principal atributo era el tridente de mango y dientes largos, que le servía a la vez de cetro y de arma. Lo que en origen se trataba de un simple arpón de pescador, en sus manos se convirtió en un implemento temible. Lo usaba para remover las aguas y calmarlas de nuevo; para partir rocas, como cuando provocó que Áyax el menor fuera lanzado al mar; para reorganizar la topografía de la tierra, como cuando creó el valle del Tempe en Tesalia.
Anfítrite y descendencia
Como necesitaba una esposa que se sintiera a gusto en las profundidades del amrt, cortejó a la nereida Tetis, pero cuando Temis le profetizó que cualquier hijo nacido de Tetis sería más importante que su padre, desistió y le permitió que se casara con el mortal Peleo. Anfítrite, otra nereida, a la que se acercó a continuación, recibió sus requerimientos amorosos con repugnancia y huyó al monte Atlas para eludirlo, pero él mandó mensajeros tras ella; entre ellos se hallaba Delfino, quien defendió la causa de Poseidón tan bien que ella cedió y le pidió que arreglara el casamiento. Poseidón, agradecido, puso la imagen del mensajero entre las estrellas como una constelación, el Delfín.
Anfítrite le dio tres hijos a Poseidón: Tritón, Rodé y Bentesicime, pero él le causó casi tantos celos como Zeus a Hera con sus amoríos con diosas, ninfas y mortales. Le disgustó especialmente su apasionamiento por Escila, hija de Forcis, a la que transformó en un monstruo ladrador con seis cabezas y doce pies.
Después de Zeus, padre de un número incontable de hijos tenidos con madres mortales, Poseidón es el dios al que se le atribuye un mayor número de hijos no divinos. Como dios salvaje e impredecible, Poseidón fue considerado un padre adecuado para héroes o gigantes de naturaleza violenta o tosca, pero como gran dios que es únicamente superado por Zeus en la jerarquía divina, fue incluido en genealogías heroicas por casi las mismas razones que su hermano: bien como fundados divino de linajes reales locales, o bien como padre divino de héroes destacados pero cuya actitud dejaba bastante desear.
Su hijo más importante en este último grupo fue Teseo. Se puede mencionar también a Pelias y Neleo y Belo y Agénor, los fundadores de las dos ramas pricipales de la familia de los Ináquidas. También se encuentran las figuras pintorescas e infames de Pilifemo, el cíclope, el gigante cazador Orión, los Alóadas, Ámico, Halirrotio y muchos rufianes que enfrentaron a Heracles.
Poseidón Asphaleios y el dominio del Ática
Las principales actividades de Poseidón se resumen en el pequeño Himno Homérico a Poseidón. Tras referirse a él como el rey dios de las profundidades, “agitador de la tierra y del mar estéril”, el poema continúa diciendo que los dioses le han asignado un encargo ambivalente. Tal como esto indicaría, el poder de Poseidón, tanto para proteger como para destruir, se manifestaba sobre todo en el dominio que ejercía sobre las fuerzas elementales de la naturaleza. En su esfera principal como dios del mar, se revelaba más como un dios de las aguas en la tormenta que del mar en calma. En tierra, era el dios del terremoto, como la épica homérica ya reconoce al referirse a él como “el que agita la tierra”. Cualquier tormenta violenta en el mar podría ser atribuida a su obra.
Cuando Esparta, que era especialmente propensa a terremotos, fue sacudida por un grave terremoto en 464 a.C., los esperartanos interpretaron esto como el castigo de Poseidón por un sacrilegio que habían cometido no mucho antes, al expulsar y matar a algunos ilotas (siervos) que habían buscado refugio en un templo de Poseidón. Podía ser apaciguado si se le ofrecían sacrificios bajo la invocación de Poseidón Asphaleios con la esperanza de que mantuviera firme la tierra (asphalos) o se le dirigían himnos. Como divinidad cnótica, también llevaba a cabo una función más amable y últil al hacer que surgieran manantiales de la tierra. A veces se le presenta creando fuentes y arroyos a golpe de tridente, como en el caso de la fuente de la Acrópolis ateniense.
En una ocasión, Poseidón pretendió la posesión del Ática clavando su tridente en la Acrópilos de Atenas, donde inmediatamente brotó un pozo de agua marina que todavía se puede ver; cuando sopla el viento del sur se puede oír el sonido del oleaje muy abajo. Más tarde, durante el reinado de Cécrope, Atenea fue a tomar posesión del Ática de una manera más apacible, plantando el primer olivo junto al pozo. Poseidón, furioso, la desafió a un combate singular, y Atenea habría aceptado si no se hubiera interpuesto Zeus, quien les ordenó que sometieran la disputa a arbitraje. En consecuencia, al poco tiempo se presentaron ante un tribunal divino compuesto por sus compañeros los dioses celestiales, quienes apelaron a Cécrope para que diera testimonio. El propio Zeus no expuso opinión alguna, pero mientras todos los dioses apoyaron a Poseidón, todas las diosas apoyaron a Atenea. En consecuencia, por mayoría de voto, el tribunal decidió que Atenea tenía más derecho al país, porque le había dado el mejor don.
Muy ofendido, Poseidón envió olas gigantes para que inundaran la llanura trisiana, donde se hallaba Arene, la ciudad de Atenea, y en consecuencia la diosa fijó su residencia en Atenas, a la que también dio su nombre. Sin embargo, para aplacar la ira de Poseidón, se prohibió a las mujeres de Atenas el voto y a los hombres que llevaran los nombres de sus madres como había sucedido hasta entonces.
Poseidón Hippios
Otra característica de Poseidón por la que se le menciona en el himno homérico citado anteriormente es su función como dios de los caballos. Aunque también estaba asociado en cierta medida con los toros, que recibía en sacrificio.
Su conexión con los caballos era apropiada por varias razones; el caballo representaba una de las más poderosas fuerzas de la naturaleza que los humanos podían dominar y estaban asociados con lo cnótico, o porque se les atribuía la creación de los manantiales en el folclore griego.
La conexión de Poseidón con los caballos era probablemente muy antigua, quizá más antigua que su asociación con el mar. Fue ampliamente venerado como Poseidón Hippios (Señor de los caballos) y los caballos desempeñaban un papel principal en su culto e incluso la leyenda lo presentaba como el padre del primer caballo. Una vez Poseidón se quedó dormino al nordeste de Tesalia, donde era venerado bajo el título de Petraios, y había esperacido su semen sobre la tierra rocosa, fertilizándola y provocando la creación del primer caballo, Escifio. En versiones secundarias fertiliza la tierra de Colono, población a las afueras de Atenas, para dar lugar al primer caballo, aquí llamado Escironite.
En sus santuarios se criaban caballos y se sacrificaban en su honor; en algunas de sus destividades había carreras de caballos, y los aurigas invocaban su ayuda antes de una carrera, igual que los marineros en el mar. El Himno Homérico a Apolo hace referencia a un curioso rito de Onquesto en el que los aurigas abandonan sus carros tras azuzar los caballos con el lático y, si el carro quedaba destrozado al llegar a un bosquecillo cercano consagrado al dios, pedían la protección de Poseidón paera el futuro.
Se dice que la diosa Démeter, cansada y desalentada por la búsqueda de su hija Perséfone, raptada por Hades, se transformó en una yegua y comenzó a pacer con el ganado de un tal Onco, un hijo de Apolo que reinaba en Onceo, Arcadia. Sin embargo, no logró engañar a Poseidón, quien se transformó en un caballo semental y la cubrió; de esa unión escandalosa nacieron la ninfa Despeina y el caballo salvaje Arión. La ira de Démeter fue tan grande que todavía se le rinde culto como “Démeter la furia”.
La Ilíada
Poseidón desempeña un papel principal en la Ilíada, que lo describe como un violento partidario de los griegos y enemigo de los troyanos. Tiene suficientes razones para ser hostil respecto a Troya, puesto que Laomedonte, el padre de Príamo, lo contrató junto a Apolo para construir los muros de la ciudad, pero luego los insultó y se negó a pagarlos una vez finalizada la tarea. En un primer momento, cuando los griegos construyeron un muro para proteger sus barcos, se queja en la asamblea de los dioses, aduciendo que la fama de este nuevo muro puede ensombrecer la del que construyeron él y Apolo, pero luego interviene para reorganizar a los griegos cuando los troyanos abren paso y atacan sus barcos, ayudando a cambiar el sentido de la batalla hasta que Zeus le ordena que desista.
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Innanzi tutto, i generi degli uomini erano tre, e non due come ora, ossia maschio e femmina, ma c’era anche un terzo che accomunava i due precedenti, di cui ora è rimasto il nome, mentre esso è scomparso. L’androgino era, allora, una unità per figura e per nome, costituito dalla natura maschile e da quella femminile accomunate insieme, e nella forma e nel nome, mentre ora non ne resta che il nome, usato in senso spregiativo. Inoltre, la figura di ciascun uomo era tutt’intera rotonda, con il dorso e i fianchi a forma di cerchio, aveva quattro mani e tante gambe quante mani, e due volti su un collo arrotondato del tutto uguali. E aveva un’unica testa per ambedue i visi rivolti in senso opposto, e quattro orecchi e due organi genitali. E tutte le altre parti ciascuno se le può immaginare da queste cose che ho detto.
Camminava anche diritto, come ora, in quella direzione che volesse. E quando si metteva a correre velocemente, come i saltimbanchi che volteggiano in cerchio a gambe levate, appoggiandosi sulle membra che allora erano otto, si spostava rapidamente ruotando in cerchio.
Perciò i generi erano tre e di queste nature, in quanto il maschio aveva tratto la sua origine dal sole, la femmina dalla terra e il terzo sesso che partecipa della natura maschile e di quella femminile, dalla luna, la quale partecipa della natura del sole e della terra. E le loro figure erano rotonde e così il loro modo di procedere, perché assomigliavano ai loro genitori. Erano terribili per forza e per vigore e avevano grande superbia, tanto che cercarono di attaccare gli dèi. E quello che Omero narra di Efialte e di Oto, si dice anche di loro, ossia che tentarono di scalare il cielo per assalire gli dèi.
Zeus e gli altri dèi, allora, tennero consiglio per decidere sul da fare e rimasero nel dubbio: infatti, non potevano ucciderli, e, fulminandoli come fecero con i Giganti, annientarne la razza, perché sarebbero scomparsi anche gli onori e i sacrifici che provenivano loro dagli uomini; e d’altra parte non potevano permettere quelle insolenze. Dopo aver a lungo meditato, Zeus disse: ‘Mi pare di aver a disposizione un mezzo che permetterebbe che gli uomini possano continuare ad esistere, e, divenuti più deboli, cessino di essere così sfrenati. Infatti ora – continuò – io li taglierò ciascuno in due, cosicché da un canto, essi saranno più deboli, e, d’altro canto, saranno più utili a noi, perché diventeranno maggiori di numero. E cammineranno diritti su due gambe. Ma se riterranno ancora di comportarsi in modo insolente e non vorranno starsene tranquilli, ancora una volta – disse – io li taglierò in due, in modo che saranno costretti a camminare saltando su una gamba sola’. Dopo aver detto questo, tagliò gli uomini in due, come quelli che tagliano le sorbe per farle essiccare, o come quelli che tagliano le uova con un crine. E per ciascuno di quelli che tagliava, dava incarico ad Apollo di rivoltare la faccia e la metà del collo verso la parte del taglio, in modo che l’uomo, vedendo questo suo taglio, diventasse più mansueto, e gli dava anche ordine di risanare tutte le altre parti. E Apollo rivoltava la faccia, e, tirando da ogni parte la pelle su quello che oggi vien chiamato ventre, come si fa con le borse che si contraggono, la legava nel mezzo del ventre, facendo una specie di bocca, il che ora si chiama ombelico. E spianava le molte altre pieghe e modellava i petti, servendosi di uno strumento come quello che i calzolai usano per spianare sulle forme delle scarpe le pieghe del cuoio. Ma ne lasciò qualcuna intorno al ventre medesimo e intorno all’ombelico, in modo che restasse un ricordo dell’antico castigo.
Allora, dopo che l’originaria natura umana fu divisa in due, ciascuna metà, desiderando fortemente l’altra metà che era sua, tendeva a raggiungerla. E gettandosi attorno le braccia e stringendosi forte l’una all’altra, desiderando fortemente di fondersi insieme, morivano di fame e di inattività, perché ciascuna delle parti non voleva fare nulla separata dall’altra. E quando una metà moriva e l’altra rimaneva in vita, quella rimasta cercava un’altra metà e si intrecciava con questa, sia che si imbattesse nella metà di una donna per intero, quella che ora chiamiamo senz’altro donna, sia che si imbattesse nella metà di un uomo. E in questo modo morivano. Allora Zeus, preso da compassione, ricorse ad un altro espediente. Trasportò gli organi del sesso sul davanti, perché fino ad allora gli uomini avevano anche questi nella parte esterna e concepivano e generavano non già fra di loro, ma in terra come fanno le cicale. Dunque, trasportò in tale modo questi organi sul davanti e fece sì che la generazione avesse luogo mediante l’uso reciproco di questi organi, per opera del maschio e della femmina. E lo fece per questo scopo, ossia affinché, se nell’amplesso si trovassero insieme un uomo e una donna, procreassero e riproducessero la stirpe. Se invece si incontrassero maschio con maschio venisse loro sazietà di quell’unione, e così cessassero e si rivolgessero al loro lavoro e si occupassero delle altre faccende della vita.
Dunque, da così tanto tempo è connaturato negli uomini il reciproco amore degli uni per gli altri che ci riporta all’antica natura e cerca di fare di due uno e di risanare l’umana natura.
Platone, Simposio.
Art Igor Rutter
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[oneshot]Cuéntame tu historia (preludio de La Guerra en las Sombras)
(Este prólogo ocurre aproximadamente 32 años antes del inicio de La Guerra en las Sombras). -Pasa, Midnight Shield, y cuéntame tu historia.
En la penumbra del lugar, un anciano batpony se sentaba tras una mesa alfombrada de papeles, libros y enseres de escritura. Se trataba de una sala construida en piedra, como todo el castillo, en la que unas pocas velas combatían la completa oscuridad, siendo su luz lo justo y necesario para cumplir con su cometido sin incomodar las sensibles pupilas de los batponies.
Se escuchó el ligerísimo sonido de unos cascos al caminar sobre la piedra y una yegua se adentró en la sala. Se trataba, curiosamente, de una pegaso. Su pelaje, azul marino, destacaba con sus azul cielo que, aunque menos que los de los batponies, también parecían refulgir en la oscuridad. Sus crines eran violetas y algo largas, cayendo laciamente en torno a su rostro.
-No sé por qué quieren que te cuente mi historia. Umbra la conoce completamente, él mismo debe habértela explicado. -No es para mi que te pido esto, sino para las generaciones futuras. Para los Cazadores que puedan seguirnos. -No entiendo para qué.
El anciano, con infinita paciencia, dejó la pluma que llevaba en los labios y miró directamente a Midnight Shield. Aunque mirar era un término... relativo, al observar las blancas pupilas del mismo. Era ciego, pero era fácil ver que se orientaba usando los ultrasonidos natos de los batponies. El cómo conseguía escribir en papel o pergamino con una caligrafía tan impecable era un misterio para todos.
-Todos nosotros tenemos un pasado que no podemos olvidar. Todos hemos sido monstruos, asesinos, y hemos cometido pecados que jamás podremos pagar ni perdonarnos. Y esto seguirá siendo así en el futuro; nuestras historias ayudarán a las siguientes generaciones a comprender que no fueron los únicos en tan terrible situación. Ahora, siéntate y cuéntame tu historia, desde el principio.
Midnight sintió el deseo de darse la vuelta y marcharse... pero sabía que lo que el anciano decía era cierto. Demonios, a ella misma le había ayudado conocer la historia de otros batponies, ver que no estaba sola en la oscuridad. Las dudas que exponía no eran más que su reticencia a contar hechos que, desde hacía unos pocos meses... la entristecían y avergonzaban enormemente.
Finalmente se sentó sobre una alfombra gruesa para tal fin.
-Yo... es difícil empezar. -Empieza por el principio y las palabras fluirán por si mismas. Habla sin miedo ni vergüenza, pues créeme, Midnight, que mis propios crímenes son con toda probabilidad más imperdonables que los tuyos. -Je, qué más quisieras... -murmuró la yegua, mirando a su lado-. Por el principio... de acuerdo. Nací en Isaura, fruto de una relación no permitida entre esclavos. Mi padre fue ejecutado antes de mi nacimiento, y a mi madre la dejaron vivir el tiempo suficiente para amamantarme hasta que ya no fue necesaria para mi supervivencia.
Habría esperado algún tipo de reacción por parte del anciano, algún gesto de sorpresa u horror... pero este simplemente bajó la vista y empezó a escribir rápidamente todo lo que ella iba diciendo.
-A duras penas puedo recordarla... Las esclavas jóvenes son muy codiciadas en Isaura. Hice todo tipo de trabajos mientras era una potra: en las cocinas, limpiando letrinas, asistiendo a las hijas de mi... primer amo -dijo esas dos palabras como quien muerde una manzana podrida-. En ese tiempo... me castigaban con cualquier razón. Errores típicos de una potra haciendo trabajos que desconocía. Castigos físicos, días enteros en los que se me prohibió comer, trabajos extenuantes hasta caer inconsciente...
Midnight hizo una pausa, dejando tiempo a que el batpony terminara de copiar sus palabras. Pero siendo sincera consigo misma, intentaba alargar el momento de explicar lo que siguió a esa época de su vida.
-Cuando tenía once años me... vendieron en una feria de esclavos. Ahí había otras tantas potras de mi edad, algunas más jóvenes, todas exhibidas como meras mercancías.
En esta ocasión fue el anciano batpony quien alzó las orejas para estudiar con sus ultrasonidos a la yegua. Habría esperado oírla gritar, quizá llorar o exclamar algo inapropiado. Sin embargo, lo que percibió en ella fue un odio tan profundo que estaba mucho más allá de la mera violencia, las palabras hirientes o los gritos. Un odio visceral y oscuro como pocas veces había sentido.
-Te puedes imaginar qué atributos resaltaban de nosotras... -Por favor, explícalo. -¿Que lo explique? Ah, demonios... -bufó la yegua-.. "Observad las caderas de esta unicornio, imaginadla dentro de unos años, ¡una belleza!", "su anterior amo dijo que nunca la probó completa, pero que su boca es una delicia", "¡Dicen que las pegasos son increíbles si son domesticadas correctamente! Ustedes me entienden". ¿Crees que los lectores tendrán bastantes detalles con esto? -Sí, será suficiente. Por favor, continua.
Midnight se tomó un instante en plantear cómo seguir.
-El poni que me compró era grande, gordo y... Joder, luego se atrevían a decir que yo era el monstruo. No esperó un instante: nada más comprarme me llevó a su mansión y me metió en su habitación. Sus palabras, eso no se olvida nunca: "Ahora eres mi esclava, eres mi posesión, no lo olvides jamás". >>Esa fue la primera vez que fui violada.
Por primera vez aquella noche, el anciano captó una reacción mínimamente emocional en Midnight Shield. La yegua tomó un vaso de agua que había cerca y bebió un trago. Cuando volvió a hablar lo hizo con la voz muy baja.
-Eso es lo peor de todo: Saber que no eres una persona, que eres menos que una cucaracha, eres una cosa, un mero objeto. Un objeto sin derechos, sin voz ni voto sobre su propia vida... Podría haber superado un millón de abusos en un mundo en el que reconocieran que me había pasado algo malo. Pero en Isaura, incluso entre los propios esclavos, era "lo normal". Palmadita en el lomo y ya se te pasará. >>Fue entonces cuando... empecé a sentirla con más fuerza que nunca. -¿A qué te refieres? -Al deseo de matar... lo que vosotros llamáis La Sed, al menos algo parecido, creo. -¿Hiciste algo entonces? -No. No me... atrevía, y no por miedo a lo que pudiera pasarme. Era por el miedo a mis propios pensamientos, a lo que estaba deseando hacer. Así que la reprimí, intenté buscar otras formas de sobrellevar mi vida. Intenté escapar, pero me capturaron muy pronto y fui... castigada. -¿Qué ocurrió? -¡¿Es que vas a querer saber todos los detalles morbosos?!
Midnight se levantó de golpe para encarar al anciano, el cual no se inmutó.
-¡Estuve un mes encerrada! ¡Torturada hasta la muerte, pero me curaban para continuar! ¡Siendo el juguete de todos los visitantes del amo! ¡Un mes creyendo cada día que por fin me iban a matar, y no lo hacían! ¡Me cortaron parte de las alas para que no pudiera volver a volar! ¡Tenía once años! ¡¿Contento?! -Sí. -¡¿Cómo que sí?! ¡Eres un...! -No te atrevas a insultarme, Mignight Shield. Cuando te calmes continúa con tu historia.
Con una exclamación, Midnight se echó hacia atrás y caminó en círculos por la habitación. Finalmente, tras unos minutos, volvió a hablar, pero esta vez sin sentarse.
-Después de eso, durante tres años, fui la esclava sexual perfecta. Hacía todo lo que me dijeran, me sometía a todo tipo de prácticas que quisieran, aunque por dentro me asqueaba de mi misma. Pero cuando cumplí los catorce años no pude más, me planteé el suicidio, y decidí que si iba a morir, al menos lo haría intentando escapar. Robé un cuchillo y huí en medio de la noche; pretendía cortarme el cuello si volvían a atraparme. >>Dos días después, cuando buscaba colarme en un barco para escapar hacia Equestria unos guardias me encontraron. Por supuesto, antes de entregarme querían divertirse conmigo. Pero no usé el cuchillo para suicidarme.
La yegua se detuvo, mirando hacia el infinito con gesto soñador.
-Jamás me había sentido tan viva. Todavía recuerdo la cara del guardia cuando le clavé el cuchillo en el cuello, su sangre caliente manchándome el pelaje, el shock en sus compañeros... Esa fue la primera vez en mi vida que peleé a muerte, y jamás había disfrutado tanto. -Los mataste en defensa propia. -Oh, al principio sí -respondió ella con una sonrisa en la que mostró todos los dientes-, pero no fue todo. Podría haberlos matado rápido, una simple estocada precisa y ya, pero no lo hice. Me regodeé con sus muertes, los dejé malheridos y los maté poco a poco. Y no era venganza, no era odio, era... satisfacción. El oscuro deseo que siempre había albergado satisfecho al fin. Ese día obtuve mi Marca.
La yegua se giró para mostrar su flanco como una forma de subrayar sus palabras. Su Marca de Belleza era una cuchilla de casco.
-Vi que... ese era mi destino: los mataría a todos, me vengaría por todos los años de sufrimiento. Lo primero que hice fue volver a la casa de mi antiguo amo y, aquella noche... lo hice. -¿Lo mataste? -¿Sólo a él? No. A él, a su esposa, a sus hijos e hijas... y a todos los esclavos que no lograron huir a tiempo. -¿Por qué a los esclavos? -No lo sé. Sólo sé que una vez empecé... ya no podía parar. Y a cada muerte, me sentía mejor; cuando superaba en combate a los guardias de la mansión, me sentía más viva que nunca... Había descubierto mi pasión, anciano, aquello para lo que había nacido. -¿Te detuviste ahí? -No -dijo ella y, aunque al principio sonreía, su semblante no tardó en volverse sombrío-. Viajé casa por casa, ciudad por ciudad, repitiendo lo mismo, sin otro objetivo que... saciarme. Ya no mataba por venganza, ni por odio, lo hacía por placer. >>Pero en Isaura se extendió la noticia: una potra, una esclava, se había rebelado y estaba asesinando a familias esclavistas. Pronto una rebelión de esclavos se alzó en todo el reino, y el caos llegó.
Midnight Shield hizo una pausa, dando tiempo al anciano a escribirlo todo.
-Me acabaron capturando, pero antes de matarme alguien se interesó en mi. Al principio pensé que sería otro esclavista, pero no lo era: Se trataba de un criminal. El líder de una gran mafia dedicada a todo tipo de actividades criminales, pero curiosamente no al tráfico de esclavos. >>Me ofreció unirme a ellos como una agente de campo, una asesina a sueldo. -¿Aceptaste? -¿Cómo no hacerlo? La otra opción era morir en la horca. Además, uniéndome a sus hombres podía... saciar mis ansias de muerte y sangre, sabiendo que tendría alguien protegiéndome la espalda. Y serví con él durante casi seis años. -¿Fue entonces cuando conociste a Umbra? -Sí.
La cara de la yegua se mostró, súbitamente, arrepentida. Quizá recordando las lecciones que aprendió, y reconociendo los errores de su pasado.
-Él fue enviado a matar a mi jefe, y yo le hice frente. Me venció pero... no me mató. Me dijo que reconoció en mi la misma Sed que embarga a los Cazadores, y que deseaba enseñarme a controlarla si estaba dispuesta a escuchar. Y me mostró las historias de muchos Cazadores. >>Y eso me hizo recordar... un tiempo mejor. El poco tiempo feliz que tuve, cuando mi madre aún vivía, y cuánto... lamentaba haberlo perdido. Y me hizo pensar que, quizá, podría ayudar a que otros no sufrieran lo que yo había tenido que sufrir. Y acepté ser entrenada por Umbra. De eso hace ya cuatro años.
El anciano asintió y terminó de escribir con el ruido de la pluma subrayando algo. La dejó sobre el tintero y se dirigió a Midnight.
-Muchas gracias, Midnight Shield. Te mostraré el escrito tan pronto como lo termine. -¿Cómo vas a titularlo? -"La Cazadora con alas de pegaso". -Je... habría esperado que señalaras que no tengo colmillos. -Deja la prosa en mis cascos, Midnight -señaló el anciano con una sonrisa-. Por cierto, ¿cómo vas a llamarlo?
La pegaso se quedó petrificada ante la cuestión.
-¿Qué? -Que cómo vas a llamarlo. Estás embarazada -no era una pregunta-. ¿Qué nombre le pondrás? -Eres el... primero que se da cuenta. Royal Destiny todavía no lo sabe. -El ser ciego vuelve tus orejas mucho más perceptivas, joven cazadora.
La aludida no pudo evitar sonreir.
-Sea yegua o semental, lo llamaré "Dawn Hope". -Esperanza del Ocaso -tradujo el batpony-. Un nombre con mucho significado en tu vida. Haber pasado del odio ciego y la Sed sin control a encontrar el amor y formar una familia... Umbra estuvo en lo cierto al entrenarte. Eres la primera no-Batpony en unirse a los Cazadores.
La pegaso negó con la cabeza, mirando ligeramente a un lado.
-Siento que... no lo merezco. Quiero ser feliz con mi familia, pero he hecho... mucho daño. Hay mucha sangre en mis cascos, demasiada. -Ningún Cazador Batpony podrá, jamás, alcanzar la redención. Nuestros crímenes nos seguirán hasta el día de nuestras muertes, solo podemos intentar hacer el mundo un poco mejor antes de ese momento. -¿Y qué pasará si... muero? Ya sabes que Royal Destiny es un cazador de demonios, ¿qué será de nuestro potro si...? -Los cazadores cuidamos de los nuestros... y de sus familias. Ve con la tuya, Midnight Shield, y dale a tu marido las buenas noticias.
La pegaso asintió, y, haciendo una reverencia al anciano, se despidió antes de marcharse.
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