#costosa
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TOUR EIFFEL
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Chi è andata a passare un paio d'ore in libreria a svoltare un lunedì e a cercare regali? E chi si è innamorata di altri millemila libri? Santa pazienza *_*
Alla fine ne ho presi 4, oltre a quelli che ho già da parte, e tutti gli altri li ho salvati nel cuore (e nella memoria del telefono con le foto u_u) quello della cucina indiana mi sa che lo prenderò per una mia amica, se le piace c'è anche la versione della cucina cinese e thailandese mi pare.
Invece La fioraia di Sarajevo e Io parlo come un fiume, che ho preso per un'altra amica, sono della stessa casa editrice, la Orecchio Acerbo, che voglio tenere d'occhio in futuro perché mi sembra molto nelle mie corde ^_^
Noi siamo tempesta l'ho già preso e letto e amato molto, ma ho voluto metterlo nel gruppo per ricordarmi le alternative per i vari destinatari. A mio nipote, dopo il Diario da distruggere e Noi inarrestabili, ho preso Io dico No - Storie di eroica disobbedienza, perché da zia mi sento in dovere di fomentare la vena ribelle delle giovani generazioni u_u
Invece per le mie nipotine alcune scelte sarebbero troppo in anticipo e altre troppo in ritardo, quindi sono ancora indecisa... dovrò fare il grandissimo sacrificio di passare altre ore in libreria, mi sa, eh già già che sofferenza...
#books#regali di natale#per tutte le età#*_*#cose mie#note to self#quello di Tullet in realtà è una specie di biografia artistografia gigante ma non troppo costosa#prima o poi....
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Las 15 obras de ARTE más costosas del MUNDO
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"La traición costosa de Biden"
Apaciguar el mal ha demostrado ser históricamente costoso. La presidencia de Biden, o mejor expresado, el régimen Biden-Obama, ha superado a cualquier administración estadounidense anterior en el avance de las ideologías radicales y sus movimientos y en hacer del mundo un lugar más peligroso y menos libre. Enamorados del islamismo chií y de las propuestas de extrema izquierda, primero Barack…
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La Costosa Industria de la Moda - EP 1 | ESPAÑOL La Costosa Industria de la Moda - Episodio 1 - La industria mundial de la moda vende más de 100.000 millones de prendas al año, pero ¿a qué coste para nuestro planeta? Imran Amed, experto en moda, se embarca en un viaje para descubrir cómo la industria se está recalibrando para equilibrar beneficios y objetivos. En esta serie, conoce a las personas que están forjando el futuro de la moda a través de la revolución de la reventa, el metaverso y mucho más.
#YouTube#La Costosa Industria de la Moda - EP 1 | ESPAÑOL#LaCostosaIndustriaDeLaModa#ModaSostenible#ImranAmed#ImpactoAmbiental#EconomíaCircular#Reventa#Metaverso#ModaFuturista#DocumentalDeModa#ModaYPlaneta#ModaResponsable#ImranAmedModa#ContaminaciónTextil#ReducirReutilizarReciclar#ReventaDeRopa#MetaversoDeModa#ModaInnovadora#DocumentalSostenible#ModaYMedioAmbiente#ModaÉtica#ImranAmedDocumental#IndustriaTextil
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Il risiko geopolitico della costosa energia nucleare
Più costosa delle rinnovabili, l'energia nucleare offre ormai solo un vantaggio geopolitico. Sedici impianti sono in costruzione nel mondo e la Cina mira a diventare il primo produttore entro il 2030
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Pedro Friedeberg (Italian-Mexican,b. 1936)
Costosa pero inútil remodelación….., 2022
Mixed media on museum board
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Prima di morire a 40 anni di cancro allo stomaco, la designer e autrice di fama mondiale "Crisda Rodríguez" ha scritto:
1. Avevo l'auto più costosa del mondo nel mio garage, ma ora devo usare la sedia a rotelle.
2. Nella mia casa ci sono vestiti di ogni tipo di marca, scarpe e oggetti di valore, ma ora il mio corpo è avvolto in un piccolo panno fornito dall'ospedale.
3. ho un sacco di soldi in banca ma ora non ne sto traendo vantaggio.
4. La mia casa era come un castello, ma ora dormo su due letti in ospedale.
5. Dall'hotel a cinque stelle ad ora trascorrere il tempo in ospedale passando da clinica a clinica
6. Ho fatto autografi a centinaia di persone ma questa volta le cartelle mediche sono la mia firma.
7. Sono stato da sette barbieri per farmi i capelli, ma ora - non ho un capello in testa.
8. Con un jet privato posso volare ovunque, ma ora ho bisogno di due assistenti per arrivare al cancello dell'ospedale.
9. Anche se ci sono molti cibi, ora la mia dieta è di due compresse al giorno e qualche goccia di acqua salata la sera.
10. Questa casa, questa macchina, quest'aereo, questi mobili, questa banca, la fama e la gloria, nessuno di questi mi è utile. Niente di tutto questo mi rilassa. "Non c'è niente di reale tranne la morte. "
In fin dei conti la cosa più importante è la salute
Sii felice di quanto poco o tanto hai mentre sei in salute, avere un piatto da mangiare, un posto dove dormire è avere tutto.
NON TI MANCA NIENTE.
Vincent Giocoliere
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El cumpleaños de Blas, parte 1
(Resucitando lentamente de mi letargo creativo)
Hoooola mis queridas, aquí os traigo algo diferente que se me ocurrió una febril noche. Espero os guste mucho y poder continuarla cuanto antes: como siempre, se admiten ideas.
El conejito hoy se divierte 🐇
💕SoftDom!Blas Polidori x female reader
❤️🔥+18 sexo explícito, dominación, deshumanización, sumisión, juegos con comida, intercambio de roles...
El cumpleaños de Blas
El primer cumpleaños que uno pasa con su pareja siempre viene acompañado de una sensación especial en la que uno quiere demostrarle todo el amor que es capaz de dar. Quieres que todo salga perfecto e incluso, impresionar.
Le habías comprado la remera de fútbol que tantas veces le habías visto ojear en su celular, sin animarse a añadirla al carrito.
Pero la verdad es que no lo sentías como suficiente. Blas te había insistido, semanas antes, cuando tú habías tratado de sonsacarle qué es lo que quería, en que realmente no deseaba nada, que ya lo tenía todo estando a tu lado, tan lindo él.
Los días previos, después de la frustración y nervios, decidiste que ibas a desistir en conseguirle más regalos comprados y optarías por esforzarte en que su día fuera lo más grato posible.
Arrancaste el día previo yendo al mercado para conseguir los ingredientes necesarios para su plato favorito: pasta con pesto casero. También habías comprado unasfresas bastante costosas que bañarías en crema batidacomo postre.
Esa mañana despertaste antes que él, y no podías esperar a que él lo hiciera para poder felicitarle y mimarle.
Comenzaste a plantar una serie de suaves besos en su cuerpo, primero por su hombro, encontrando cada peca y lunar de su piel cálida, después por su cuello surcado por algunas venas y donde se movía, provocándote, su nuez de Adán al tragar.
Cuando empezaste a jugar con sus rizos y el pendiente de su oreja, Blas por fin comenzó a despertar y, desperezándose se giró hacia ti.
-Qué fue, mimosa?
-Feliz cumpleaños, mi amor…
A tu novio le costó un par de segundos procesar esa frase, no había recordado aún qué día era. Cuando lo hizo, te sonrió aún con los ojos cerrados.
Te abrazó y te acercó a él, como una criatura somnolienta. Siempre te sorprendió la elevada temperatura corporal que su piel emanaba, especialmente cuando dormía.
-Te doy el regalo que te compré luego, pero mientras tanto quiero que me pidas lo que quieras para que este día sea perfecto…-dijiste acariciando su mejilla.
-Café? – preguntó abriendo los ojos para después frotarlos con sus dedos.
-Ponémelo más difícil, amor…
Tu novio se rio y colocó sus manos a los lados de tu cara para besarte.
Lo que al principio era un simple beso cariñoso de “buenos días” no tardó en transformarse en una violenta y apasionada invasión de tu boca. No demoró tampoco en alcanzar uno de tus pechos para estrujar tu pezón entre sus dedos.
-Pero cielo… - suspiraste.
Él te mira pensativo, con una media sonrisa que no puede significar nada bueno.
Miedo me da, pensaste.
-Entonces… ¿puedo pedir lo que quiera?
-Sí…
-¿Lo que quiera, lo que quiera?
- Ya te dije que sí, dentro de los limites de la cordura y de la legalidad vigente sí – reíste mientras él besaba tu hombro- ¿qué es lo que quieres?
Blas guardó silencio unos segundos mientras estudiaba tus ojos, quizá intentando averiguar si lo que decías iba en serio. Al fin soltó lo que pensaba:
-Quiero tener acceso libre a tu cuerpo durante todo el día -dijo simplemente.
-Pero…si ya lo tienes siempre, no entiendo…
-No, no. Quiero poder usar tu cuerpo siempre que me venga en gana, sin restricciones, todas las veces que quiera.
Pudiste notar como el calor había subido a tus mejillas, aunque no sólo ahí. La humedad entre tus piernas comenzaba a manchar tu ropa interior; no sabías qué decir, simplemente le mirabas a los ojos, y jurabas que tu temperatura tenía que ser visible.
-Claro está, si es lo que quieres, no te estoy pidiendo abusar de ti por un día, amor -quiso aclarar tu novio- pienso que puede ser una experiencia… excitante para ambos.
-Dale…-aceptaste casi suspirando- la idea te había calentado sobremanera.
-Sí? – abrió un poco los ojos con sorpresa – bien, pues sólo queda trazar… un par de normas…-intercalaba sus palabras con besos y lamidas en tu cuello- ¿bien?
Tú le mirabas expectante, dispuesta a acatar casi cualquier orden que te quisiera imponer. Al fin y al cabo, normalmente eras tú la que dominaba las situaciones, decías cuando sí y cuando no, especialmente por el temperamento de Blas al que debías poner límites. El hecho de poder invertir roles, de alguna manera, era algo que ni siquiera se te había cruzado por la cabeza, pero que comenzaba a tomar una forma deliciosa en tu cabeza.
-Debes decírmelo si te encuentras mal o no quieres que haga algo con nuestra palabra de seguridad que es la misma de siempre.
-Okay…
-Y no puedes llevar ropa interior. De hecho, quiero que lleves ese vestido suelto que te pones por casa. Tampoco quiero que me cuestiones ni que te quejes de qué, cuándo ni cómo hago lo que quiera, salvo situaciones en las que necesites usar la palabra de seguridad, claro.
-Me parece correcto – no sabías qué te pasaba, pero te sentías increíblemente dócil.
Después de una ducha juntos en la que hubo caricias y besos, pero nada más, preparaste un desayuno sencillo, no querías que Blas perdiese el apetito antes del almuerzo. A pesar del vestido, te sentías casi completamente desnuda por no llevar ropa interior.
Él se sentó a la mesa con el torso desnudo, luciendo su piercing en el pezón. Llevaba sus habituales pantalones cortos deportivos con rayas a los lados, y, muy presumiblemente, nada más debajo.
Mientras tomaba su café, tú estabas untando una pequeña tostadita con una mermelada casera de fresa que habías elaborado hace unos días. Te sobresaltó la mano de Blas metiéndose en tu escote para abarcar completamente tu pecho izquierdo y comenzar a amasarlo y jugar con él caprichosamente. Ni siquiera te estaba mirando, simplemente ojeaba su móvil, probablemente leyendo las novedades deportivas.
Entendiste que no era un farol: iba a utilizar tu cuerpo como si de una muñeca con vida se tratase; le pintó tener tu teta en la mano y así lo hizo, simplemente.
Tú comenzaste a suspirar y dejaste el trozo de pan sobre el plato, el placer estaba nublando tus pensamientos. Sin embargo, Blas paró para volver a coger su taza y beber de ella. No retomó el contacto, y eso te decepcionó un poco, pero recordaste la directriz que te había dado: nada de quejarse ni cuestionar.
Cuando el desayuno acabó, tu novio se encargó de lavar los platos y tazas, y también algún traste de la noche anterior, mientras tú doblabas ropa que habías quitado del tendedero.
Miraste la hora en la pantalla de tu móvil: 12:30.
Más vale que me ponga cuanto antes con el almuerzo, pensaste.
Cuando llegaste a la cocina, Blas ya se había ido, probablemente estaría jugando a sus emuladores de juegos antiguos en la televisión. Había dejado todo reluciente, sin embargo, decidiste limpiar un poco más concienzudamente la mesada, ya que ahí ibas a amasar la pasta fresca.
Aunque era una receta que conocías de memoria, tu inseguridad siempre te obligaba a mirar las cantidades, sólo por si acaso.
Con las manos ya enharinadas, comenzaste a trabajar la masa, que estaba bastante húmeda por la yema de huevo y el aceite de oliva que le habías agregado.
Intentabas bajar la pantalla para comprobar por decimoquinta vez un detalle de la elaboración, pero la harina en tus dedos impedía que la pantalla de tu móvil reaccionase. Justo antes de que pudieras limpiar tus manos con un paño húmedo, Blas apareció por detrás de ti, cubriéndote con su figura, y, con un gesto sutil, pero claro en sus intenciones colocó una mano en tu abdomen y presionó, dándote a entender que quería que te inclinases ligeramente sobre la encimera, separando tu cuerpo del mueble. Sin previo aviso ni mediar palabra, se colocó detrás de ti, haciendo que tu culo quedase apoyado en sus caderas; lo que implicaba que él flexionase las rodillas para poder estar a tu altura. Era vergonzoso cómo no hizo falta ningún tipo de lubricante – ni siquiera su saliva – para que pudiese penetrarte sin preámbulos. Estabas totalmente húmeda y caliente.
No pudiste evitar soltar un gemido mientas te agarrabas a la masa de harina como si tu vida dependiera de ello, apretándola y deformándola para no gritar. Estabais junto a la ventana abierta de vuestra pequeña cocina y tus vecinos podrían escuchar todo. A Blas no pareció importarle cuando embistió con todas sus fuerzas dentro de ti, llevando un ritmo rápido e inusual. Estaba preocupándose sólo por su propio placer, dando estocadas más cortas, menos profundas a ratos, y otras más lentas, casi inmóviles, en las que movía su miembro haciéndolo palpitar, volviéndote completamente loca.
Muy pronto, sus manos afianzaron su agarre en tus caderas, casi provocándote dolor, y notaste un movimiento inconfundible en tu interior. Blas se corrió en lo más profundo de ti, muy quieto, soltando gemidos roncos. Una vez lo hizo, salió de ti lentamente y te dio un beso en la mejilla.
-Gracias, nena. – dijo simplemente, lo cual a ti te pareció casi cómico dado lo que acaba de suceder.
Tal como vino se fue, sin mediar más palabra y regresó a lo que estuviera haciendo en la sala, dejándote a ti con las piernas temblorosas, aún agarrada a la masa de harina. Pequeñas gotas gotearon desde tu centro hasta el suelo- pues todavía tenías las piernas bien abiertas- como si se te hubiera derramado parte de la nata que aún no habías batido.
Con una sensación de incredulidad, cogiste un pedazo de papel de cocina y te limpiaste entre las piernas, y después el suelo.
¿Así iba a ser todo el día?
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Te costó concentrarte más de lo que te gustaría reconocer, pero por fin, hiciste los ravioles rellenos de setas y preparaste el pesto casero con algunas hojas de la única planta de albahaca que te había sobrevivido en tu vida.
También montaste la nata con unas varillas eléctricas y lavaste las fresas en anticipación.
Cuando comenzasteis a comer, Blas te felicitó por el excelente trabajo que habías hecho cocinando la pasta fresca en su punto justo y lo delicioso que estaba el pesto genovés.
Era extraña la sensación de orgullo y validación que te estaban provocando sus palabras. Blas te solía halagar, pero en el rol que habías adoptado hoy, sus cumplidos sabían de otra manera.
Al pasar al postre, serviste las fresas en un bowl y la nata en otro.
Blas te indicó que te sentaras en su regazo para comer.
No tuviste que recordar la directriz de no objetar, te sentaste automáticamente en su muslo. Él rodeó tu cintura con un brazo y tomó una de las fresas entre sus dedos; después mojó la punta con bastante nata, cuidando que no se derramara en el mantel. Te la ofreció colocándola delante de tus labios, pero antes de que pudieras morder dijo:
-Chupá.
Tú obedeciste; sin abrir mucho la boca, sacaste la lengua y comenzaste a lamer la nata poco a poco de la superficie de la fresa.
En un acto de rebeldía, le diste una pequeña lamida a su dedo pulgar, que sostenía la fruta.
-Querés más? -dijo con una voz algo más profunda
Tú asentiste. Cuando volvió a recoger la crema con la pequeña fruta, tú adelantaste un poco tu cabeza para evitar que ésta cayese, ya que, al estar menos fría, iba perdiendo firmeza. Succionaste con avidez la dulce nata, sin poder evitarlo, un poco de saliva humectando la comisura de tus labios y los dedos de tu novio.
Blas se removió en su asiento y alineó su erección con el centro de tu humedad, que parecía querer tentarlo. Cualquiera diría que te había cogido brutalmente hacía escasos cuarenta minutos. Querías más. Pero hoy no se trataba de ti, y tenías la sensación de que a lo largo del día ibas a tener más en tu plato de lo que podrías comer, así que decidiste no iniciar.
-Vamos a cambiar – te sacó de tus pensamientos repentinamente.
-Eh?
-Sentáte en mi silla – indicó levantándose. Después arrastró otra para sentarse él enfrentado a ti. Con esos pantalones de deporte había poco que se dejara a la imaginación. La longitud del miembro de Blas siempre te sorprendía, la vieras una o mil veces, por no hablar de su grosor.
Tú lo mirabas expectante, pero cuando acercó su silla para encajarte entre sus piernas y tomó el bol de nata, no tuviste mucha duda de lo que pretendía hacer.
-Vestido fuera – ordenó simplemente. En realidad, si el vestido iba fuera, toda tu ropa iba fuera, porque no llevabas nada más. Obedeciste.
Con la pequeña cucharita que habías traído, aún sin usar, comenzó a dejar pequeñas cantidades de la crema batida sobre tus pechos y sobre tu cuello. Tu temperatura corporal estaba causando que ésta se derritiese y formase largas y sinuosas carreras blancas a lo largo de tu piel, que él fue lamiendo.
Se concentró, obviamente, en tus pezones mientras masajeaba el resto del seno.
Fijación oral, pensaste, como tantas otras veces en las que le habías molestado con eso.
Estabas perdida en el placer que la lengua lenta y caliente de Blas te estaba proporcionando. Habías echado la cabeza hacia atrás y cerrado los ojos hace rato; tus manos, aferradas a los bordes de tu asiento para resistir.
Cuando volviste un poco en ti y miraste hacia abajo, pudiste ver como tu novio había sacado su pija de sus pantalones cortos y se masturbaba despreocupadamente; de hecho, parecería más bien que se la estaba masajeando.
Unas cuantas gotas de la crema habían ido escurriéndose hasta tu centro, pero no eran suficientes. Blas, en un estado totalmente hedonista, cogió un poco del dulce y lo pasó por el exterior de tus labios, acariciando deliciosamente tu clítoris. No esperabas que fuera a introducir sus largos dedos tan manchados, pero lo hizo, haciéndote gritar y apretarlos con tu interior. Blas comenzó a lamer el delicioso postre que tenías entre las piernas con el hambre de un condenado. Tus piernas, lo más abiertas posible.
No pudiste evitar tener uno de los orgasmos más intensos de tu vida.
Le voy a arrancar los dedos, atinaste a pensar. Las oleadas de placer en forma de contracciones no parecían terminarse, provocándote gritar desesperada y abrir los ojos con incredulidad.
Esto debió ser una visión celestial para tu chico, que con un gruñido profundo y casi animal se incorporó y, mientras seguía bombeando su miembro en su derecha, se posicionó ante ti. Con el índice y el pulgar de su otra mano presionó en tus mejillas para que abrieras la boca.
No te lo pidió, pero también sacaste la lengua.
-Más nata, gatita -jadeó desesperado por llegar – tomá, tomá….
Fue entonces cuando empezó a disparar todo su semen en tu boquita que aún sabía un poco a nata. Tragaste todo mirándole a los ojos, volviéndolo, si cabe, aún más loco.
Con un pulgar, limpió la comisura de tus labios enrojecidos la mezcla de saliva, crema y su excitación.
-Pinta otra ducha, ¿no?
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Las ilusiones son ciertamente placeres costosos; pero la destrucción de las ilusiones es aún más costosa.
(Nietzsche)
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RUBARE IL FUTURO ALL'UMANITA' PRIVANDOLA DI ACCIAIO ED ENERGIA ELETTRICA
L'industria siderurgica è stata una pietra miliare dello sviluppo industriale e la sua evoluzione è una testimonianza dell'ingegno umano e del progresso tecnologico.
Nel corso dei decenni, i continui miglioramenti nella tecnologia degli altiforni, nel controllo dei processi e nel recupero di energia hanno portato a significativi guadagni in termini di produttività ed efficienza energetica.
La Cina continua a dominare la capacità produttiva e le esportazioni, con giganti del settore come Baowu Group in prima linea. Altri importanti produttori di acciaio includono la giapponese Nippon Steel & Sumitomo Metal Corp., l'indiana Tata Steel, la sudcoreana POSCO e l'europea ArcelorMittal.
Le acciaierie integrate di oggi sono meraviglie dell'ingegneria, in grado di produrre milioni di tonnellate all'anno con notevole efficienza. Gli altiforni più performanti possono raggiungere efficienze energetiche fino al 70%, valori che sembravano irraggiungibili solo pochi decenni fa.
L'acciaio è essenziale nella società moderna, in quanto ci fornisce la materia prima essenziale per ogni attività svolta dall'uomo; dalle industrie e relative macchine, fino alle infrastrutture strategiche, tutto è acciaio. Dal 2001, la produzione globale di acciaio grezzo è raddoppiata e la domanda continuerà ad aumentare nei prossimi decenni.
E come l'energia elettrica, anche l'acciaio entra nel mirino degli ambientalisti e della loro pretesa di "decarbonizzare" il settore attraverso l'utilizzo dell'idrogeno in luogo del carbone di cokeria.
Il carbone è essenziale, perché permette di ottenere il duplice vantaggio di procedere all'ossidoriduzione della materia prima (con formazione di CO e CO2, entrambe utilizzate per produrre energia termica ed elettrica utile ai processi di produzione dell'acciaio grezzo), ma anche per produrre acciai di elevata qualità da sottoporre a processi termochimici atti a migliorarne/esaltarne specifiche qualità meccaniche/termiche/chimiche.
La pretesa ambientalista di produrre l'acciaio dalla materia prima attraverso l'utilizzo dell'idrogeno espone il mercato ad un duplice pericolo. Il primo, l'eccessivo uso di energia elettrica, sia per trattare il minerale, sia per produrre idrogeno; i costi della materia sarebbero esposti ad un incremento esponenziale.
Il secondo pericolo, non meno grave, è la nota fragilità dell'acciaio in presenza di idrogeno incluso nella matrice cristallina, che ne altera in modo irrimediabile le caratteristiche chimiche e meccaniche. Note come "fiocchi di idrogeno" costituiscono discontinuità del reticolo, con maggiore fragilità e minore resistenza meccanica all'invecchiamento.
Il passaggio alla produzione di acciaio a idrogeno rischia di vanificare un secolo di progressi nella produzione efficiente. I costi elevati, le sfide tecnologiche e la limitata scalabilità dei processi basati sull'idrogeno sono garantiti per renderlo meno redditizio rispetto alla produzione di acciaio basata sul carbone.
Stime prudenti suggeriscono che la produzione di acciaio a base di idrogeno potrebbe essere del 20-30% più costosa rispetto ai metodi tradizionali. Questo differenziale di costo non è banale in un settore con margini ristretti e un'intensa concorrenza globale.
L'aumento dei costi si ripercuoterebbe sull'economia, colpendo l'edilizia, la produzione automobilistica e innumerevoli altri settori che si affidano all'acciaio a prezzi accessibili.
Rystad Energy afferma che l'acciaio "verde" può essere reso competitivo solo imponendo pesanti tasse sull'acciaio a base di carbone o assegnando enormi sussidi ai produttori di acciaio.
Inoltre, l'idrogeno prodotto attraverso l'elettrolisi è ad alta intensità energetica. Produrre abbastanza per soddisfare le esigenze dell'industria siderurgica richiederebbe una massiccia espansione della capacità di energia rinnovabile, ben oltre le attuali proiezioni.
Sebbene esistano progetti pilota di idrogeno verde, non è stato dimostrato su scala industriale. Al contrario, uno dei vantaggi più significativi della produzione di acciaio a base di carbone è la sua capacità di operare su larga scala.
I moderni altiforni possono produrre fino a 400 tonnellate di acciaio all'ora, funzionando ininterrottamente per anni tra i periodi di manutenzione più importanti. Questa scala di produzione è fondamentale per soddisfare la domanda globale di acciaio, che nel 2021 si è attestata a 1,95 miliardi di tonnellate e si prevede che crescerà, al netto delle considerazioni sulla qualità finale del prodotto. Un diverso modo di rubare il futuro all'umanità dopo averlo fatto privandola dell'accesso all'energia elettrica a basso costo ed affidabile.
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Commission by shining.cat_art on Instagram-!
¿Un anillo a juego? Esas cosas son costosas, mejor una pulsera juego para ambos. <3
#blue eye samurai#bes mizu#bes#mizu blue eye samurai#oc blue eye samurai#oc art#blue eye samurai netflix#blue eye samurai character#self ship community#self shipping#concept art#original character#the blue eyed samurai#blue eye samurai x reader#mizu bes#mizu x reader#mizu x oc#blue eye samurai commission#blue eye samurai au#fujimizu
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high infidelity (Enzo Vogrincic x fem reader)
Capítulo 21.
—¡Sorpresa!—exclamó Alana en cuanto la puerta se abrió en su cara, tal vez era el café tan cargado que se tomó en el aeropuerto apenas pisó su país natal, tal vez era ver nuevamente el rostro de la persona que más apreciaba en el mundo, pero de pronto toda la fatiga que había sentido en su largo viaje, se esfumó por completo apenas la vio.
—¿Alana? ¿Qué chingados haces aquí?—preguntó Anna como si estuviera viendo a un fantasma.
—No actúes tan emocionada—respondió sarcásticamente.
—¿Cuándo llegaste a México?—preguntó su hermana mayor jalándola del cuerpo y aplastándola en esa clase de abrazo que sólo ella sabía dar.
—Acabo de llegar—respondió con tono de culpabilidad, como si de pronto volvieran a tener 9 y 15 años.
—¿Mamá y papá saben qué estás aquí?—preguntó Anna tomándola de los hombros e inspeccionándola de arriba a abajo, como cerciorarse que fuera la Alana real y no un producto de su imaginación.
Anna no sólo era su hermana mayor, también era su mejor amiga, eran polos opuestos, mientras que a Alana siempre se le había dado la literatura, a Anna se le daban los números, Anna tenía una vida básicamente ya resuelta: Estaba casada con otro arquitecto desde hace 6 años, tenían un departamento en la zona más costosa de la ciudad y dos hermosas mellizas. La vida perfecta.
—No, no realmente—respondió con una mueca.
Todo había sucedido muy rápido, una noche estaba llorando en el sillón de Enzo debido al asunto de la editorial y a la mañana siguiente ya se encontraba arriba de un avión, volando de vuelta México.
—Te van a matar cuando se enteren—dijo Anna cruzando los brazos.
—¿Debería regresar a España?—preguntó con gracia, como si se tratase de la tienda de la esquina—. Sólo serán un par de días.
—Ojalá fueran más—respondió su hermana, hablando por primera vez con afecto—. Pasa, ¿esa es tu única maleta?—preguntó apuntando la mochila que llevaba en sus hombros, por primera vez, Alana no había sobrecargado su equipaje, todo gracias a Enzo, él mismo le había empacado la mochila con lo que según él, era lo necesario para sobrevivir durante 4 días.
—Ehh, no—dijo apartándose del marco de la puerta, si a Anna aún no le daba un infarto por la tan inesperada sorpresa, el momento había llegado.
—¿Te trajiste a tu gata?—gritó horrorizada.
—Su nombre es Zola—le recordó tomando la transportadora y al fin ingresando al departamento, soltó un chiflido cuando lo vio, no recordaba lo espacioso y elegante que era, tal vez eran cosas de arquitectos, o tal vez era que simplemente tenían un trabajo fijo, Alana sintió una punzada en el estómago, últimamente los temas de trabajo y dinero le resultaban bastante sensibles.
Alana desabrochó la transportadora, Zola salió de ella de inmediato y si no estuviera tan ocupada tomando del plato de agua que Alana acababa de servirle, seguramente inspeccionaría todo el lugar.
—Por favor dime que tiene todas sus vacunas—dijo horrorizada, Anna era una maniaca de la limpieza, le temía a todo lo que no fuera desinfectante y cloro, de cierta manera, le recordaba un poco a Enzo.
—Claro que sí, ¿qué clase de madre crees que soy?—preguntó ofendida.
—Vi las noticias, casi se les ahoga la vez que tú y Enzo se fueron a la playa, ¿cómo está él, por cierto?
—Está bien—dijo sonriendo—. Trabajando hasta el tope, se encuentra grabando las últimas tomas de la peli que lleva tanto tiempo filmando.
—Aún me parece extraño el hecho de que seas su novia.
—¿Tan fea soy?—preguntó Alana sentándose en el esponjoso sillón, Zola dejó de beber y se fue a caminar por ahí, Anna la miró no muy contenta, pero se guardó los comentarios que seguramente estaba pensando y se sentó enfrente de Alana.
—Sabes a lo que me refiero, idiota—exclamó.
—¿Cómo están las niñas y David?—preguntó inspeccionando el lugar con la cabeza, no había rastro de su cuñado y sobrinas.
—Se fueron al parque un poco antes de que llegaras, debiste avisar que vendrías, te hubiéramos organizado una bienvenida y limpiado el lugar.
—¿Estás jodiéndome? Este lugar está más limpio que un hospital—rió—. Perdón por no avisar, todo fue muy rápido, en realidad no tenía planeado venir.
—Lo supuse, no venías a México desde que te fuiste, a veces pienso que te quedarás para siempre allá.
Alana apretó los labios al escucharla.
—Dios no lo mande—exclamó, Anna la miró con lástima, ella, junto a Enzo, era la única que sabía que Alana no terminaba de encajar en España, no se podía tomar la libertad de decirle lo mismo a sus padres, principalmente porque los abandonó para seguir a Sebastián, cosa que hasta el día de hoy, aún no se lo perdonaban.
Si tan sólo los hubiera escuchado mejor…
—¿Cómo te fue en lo de la entrevista?
Alana tomó una gran bocanada de aire y le contó la odisea por la cual había estado pasando las últimas semanas, todas las puertas que había tocado, como su última opción era la editorial Moore y la manera en la que Hector la estaba persuadiendo para escribir historias de terror, como esa era la razón por la cual tuvo que huir de España y regresar a México por unos días.
—Tu jodido novio literalmente te compró un boleto de avión para que vinieras a México a pensar cosas—dijo con incredulidad cuando Alana terminó de hablar.
—Si lo dices así suena algo tonto—dijo riendo—. Pero sí, supongo, es la clase de persona que hace eso—dijo con cariño, no llevaba ni un día lejos de él y ya sentía que lo extrañaba.
—Alana, si te soy honesta, cuando me enteré que rompiste con Sebastián, pensé que lo primero que harías sería volver a México—dijo su hermana—. Incluso David y yo te habíamos hecho un espacio aquí, para que pudieras quedarte.
—Tengo mi propia habitación en la casa de mis papás.
—Ambas sabemos que volver con ellos no es exactamente una opción, siguen enojados porque te fuiste a vivir a España con Sebastián, ya sabes cómo son.
—A papá nunca le terminó de agradar Sebastián, debí de escucharlo mejor cuando me lo dijo.
—No sólo era por Sebastián, siguen teniendo una mentalidad muy a la antigua, a mí no me dejaron salir de casa hasta que me casé con David, y que tú te hayas mudado a otro continente sin estar casada fue una…
—Decepción, ya lo sé, Anna, me lo has estado repitiendo por más de dos años—la interrumpió.
—Ellos sólo quieren lo mejor para ti, yo también lo quiero.
—Y se los agradezco, pero sé cuidarme sola—replicó, Anna no respondió, seguramente pensando en cómo habían terminado las cosas con Sebastián, pero por el bien de ambas, no dijo nada—. ¿No piensas volver a México? La idea sigue de pie, puedes quedarte aquí hasta que encuentres otro sitio.
—Claro que planeo volver aquí eventualmente, pero…
—Ya sé, las cosas son diferentes ahora, o más bien, alguien las hizo diferentes—dijo Anna alzando las cejas, Alana rodó los ojos al sentirse sonrojar.
—Muero por que lo conozcas, en verdad—dijo entusiasmada.
—Valeria y Valentina están obsesionadas con él—dijo Anna riendo, refiriéndose a sus hijas de 4 años, como si las hubiera invocado, las niñas entraron por la puerta junto a David.
—¡Zola!—gritaron al mismo tiempo y corrieron a atrapar la gata que acababa de subirse al piano de cola de la sala, sus sobrinas la habían conocido a través de FaceTime.
—Divertido que ellas si recuerden el nombre de mi gata y tú no—dijo Alana.
—Divertido que estén más emocionadas por verla a ella que a ti—dijo Anna.
—Alana, ¿qué chingados haces aquí?—preguntó David.
—¿Hay alguien que realmente se sienta feliz de verme?—preguntó Alana burlonamente, David negó con la cabeza, pero se acercó a abrazarla.
—Niñas, vengan a saludar a su tía—gritó Anna.
Minutos más tarde, David y ella se encontraban en el suelo jugando con las niñas y Zola mientras Anna se refugiaba en la cocina a preparar la cena.
—¿Cómo estuvo el vuelo?—preguntó David.
—Largo, no recordaba lo lejos que estoy de acá—dijo.
—¿Podemos irnos contigo a España?—preguntó Valeria mientras peinaba a Zola con un peine de muñecas.
—Uy, me encantaría—exclamó Alana—. Podrían quedarse conmigo todo el día en casa y peinar a Zola.
—No las emociones, tienen que ir a la escuela.
—¿Qué tan importantes pueden ser las clases para unas niñas de 4 años?—preguntó, David la miró con cara de pocos amigos, Valeria soltó una risa al escucharla, dando a entender que pensaba lo mismo.
—Ayer aprendimos los días de la semana—dijo Valentina con tono de superioridad.
—Retiro lo dicho, entonces, no pueden faltar—respondió Alana.
Valentina comenzó a hablar sobre otras cosas que aprendió en el colegio, como figuras y colores, cuando escucharon el timbre.
—Esos deben ser tus padres—exclamó David yendo hacia la puerta, Alana giró la cabeza fuertemente hacia Anna.
—¡Lo lamento! Tenía que decirles que estabas aquí.
—¡Anna!—dijo parándose y pasándose los dedos por el cabello, seguramente lucía como un desastre.
—No puedes esconderte de tus padres, creí que los extrañabas.
—¡Lo hago! Pero quería un poco de tiempo para prepararme, hace mucho tiempo que no nos lo veo—habló rápidamente, mucho había pasado desde la última vez que sus papás la visitaron a España, todo el asunto de Sebastián, la editorial, el mundo entero enterándose que le había sido infiel con el actor del momento…
—¿Nos esconderemos de la abuela?—preguntó Valentina emocionada.
—Tengo el lugar perfecto para eso—dijo Valeria guiñando un ojo.
—La última vez que las vi no sabían hablar—dijo Alana cayendo en realización.
—Por eso sus clases son importantes—dijo Anna rodando los ojos.
—¿Cómo nos escuchó?—preguntó Alana en un susurro.
—Tiene superpoderes—respondió Valentina en el mismo tono.
—¡Alana!—gritó su mamá emocionada al verla, al menos alguien se sentía feliz, corrió abrazar a su mamá.
—Hola, papá—lo saludó aún sin escapar de los brazos de su madre.
—Hola, hija.
—¿Qué opinan de Alana viniendo a México sin avisar?—preguntó David riendo.
—Bueno, es bienvenida—dijo su madre.
—Es el tipo de cosas que ella hace, no me sorprende—exclamó su padre sacudiéndole el cabello, Alana arrugó la nariz.
—¿Te quedarás ya en casa?—preguntó su madre mientras pasaban todos a sentarse a la gran mesa del comedor.
—No, sólo estoy acá por unos días—respondió, sus padres fruncieron el ceño.
—Alana me estaba contando que Enzo le compró el boleto de avión de un momento a otro porque Alana no se había estado sintiendo muy bien, ¿cierto?—preguntó Anna queriéndola salvar de la incómoda situación.
—¿El tío Enzo es rico?—preguntó Valentina jugando con un tenedor.
—En ese caso nos cae mejor que el tío Sebastián—añadió Valeria.
—¡Niñas!—las regañó David horrorizado, el padre de Alana se apretó el puente de la nariz y su madre bajó la vista a su plato vacío.
—Bueno, yo creo que es muy gentil de su parte—carraspeó David.
—¿Y por qué no vino?—preguntó Javier, su papá.
—Um, está filmando—respondió.
—¿Has visto a Sebastián últimamente?—preguntó Laura, su madre, estirando su mano para tomar la de Alana, como muestra de apoyo, ella se movió incómoda en el asiento.
—Es preferible que no toquemos ese tema aquí—exclamó Anna abriendo los ojos ampliamente y dándoles una mirada rápida a las niñas, claramente ellas no tenían idea de que Sebastián había agredido a Alana.
—El tío Sebastián se volvió gay y por eso ahora Alana es novia del millonario Enzo Vog…Vog…—dijo Valeria, Alana se ahogó con su propia saliva.
—Vogrincic, cariño—la ayudó David bastante nervioso, Alana entrecerró los ojos, claramente él era el culpable de aquella excusa.
—¿Gay? ¿En serio?
—¡No se me ocurrió otra cosa!—gesticuló David sin soltar ni un sólo sonido.
—No hablemos más de hombres en la mesa—sentenció Anna.
—Amén—dijeron las gemelas, Alana soltó una carcajada, en definitiva había extrañado a su familia.
—Traeré la cena—dijo David huyendo de la mesa, minutos después, la mesa estaba repleta de toda la comida que Anna había conseguido preparar en menos de una hora.
—¿No te vas a servir pollo?—preguntó Laura con curiosidad al notar el plato de Alana repleto de puré de papá y vegetales.
—Deberías servirte, son como 10 horas de Sevilla hasta acá, debes estar hambrienta—exclamó Javier.
—En realidad son 15—aclaró David elevando el índice, Anna le dio un codazo.
—No tengo muchas ganas, gracias—respondió.
Todo se veía delicioso, incluyendo el pollo, pero desde que conocía a Enzo, había adaptado su dieta a una vegana, no lo había hecho a propósito, nunca se le había pasado por la mente dejar de comer productos de origen animal antes, pero después de tanto tiempo conviviendo con él, y después de la mudanza, simplemente sucedió, ahora la idea de comer carne le asqueaba un poco, sabía que era algo bastante común entre las personas que cambiaban de dieta.
—El tío Enzo es vegetariano—dijo Valentina.
—En realidad, es vegano—dijo David volviendo a levantar el dedo índice, Anna bufó.
—¿Por eso no estás comiendo carne?—preguntó Javier horrorizado—. Con razón te ves tan flaca, es una tontería—exclamó colocando una pierna de pollo en su plato, Alana de inmediato sintió que la bilis se le subía por la garganta.
—Papá, no la fuerces, parece que se va a vomitar.
—¿Estás embarazada, tía Alana?
—Genial, más pollo para mí—dijo David quitándole la pierna de pollo.
—¡No estoy embarazada!—dijo horrorizada.
—¿Enzo te hizo vegana?—preguntó su madre.
—¡No! No fue a propósito, simplemente no consumo tanta carne como antes, una disculpa si los ofendí por ello.
—No digas tonterías—dijo Laura, pero le arrebató la pierna de pollo a David, dejándolo con la boca abierta para después dejar caer el pollo sobre el plato de Alana.
—¡No tiene ganas, mamá!—exclamó Anna quitándole nuevamente la pierna y dejándola nuevamente en la mano de David.
—Creo que ya no se me antoja mucho, cariño—dijo asqueado.
—¡Ahora te la comes!—gritó Anna, David asintió y le dio una mordida.
—Bienvenida a casa—dijo Javier sarcásticamente.
—Enzo me contó el otro día que estabas apunto de terminar tu libro—mencionó David minutos después, una vez que dejaron de pelearse por el pollo.
—¿Desde cuándo pláticas con él?—preguntó Alana riendo.
—Cuando hablábamos por FaceTime a veces dejabas el celular solo y yo también, Enzo y David conversaban en esos ratos—explicó Anna riendo.
—No tenía idea—dijo Alana divertida.
—¿Qué podrían tener en común tú y Enzo?—preguntó Javier.
—Bueno, conectamos bastante bien con el mundo del cine, resulta que tenemos un gusto bastante peculiar y similar, no creo que lo entiendas, con todo respeto, Javier—dijo David con el mismo tono de superioridad de Valentina.
—Es decir, la película favorita de ambos es Toy Story 2—aclaró Anna.
—Nos estamos desviando del tema—intervino Laura—. ¿Qué hay del libro, cariño? Hace mucho que no escribías.
—Um, era sólo una historia tonta que estuve escribiendo durante los últimos meses.
—Es fantástica—aclaró David—. Bueno, por lo que En me ha contado.
—¿En? ¿En serio?
—No en de en serio, en de Enzo.
—¡Se a lo que te refieres!
—Juro que entre Enzo, David y Alana, comparten una neurona en total—dijo Anna.
—¿Qué es una neurona, mamá?—preguntó Valeria.
—¿Y qué pasa con la historia?—preguntó Javier—. ¿Ya tienes editorial?
—En eso estoy, papá.
—Pero publicarás esa, ¿cierto? En dice que le podría ir mejor que arco de sangre—dijo David.
—Creo que empezaré a escribir una historia de horror—dijo Alana, todos en la mesa, incluyendo las gemelas, la miraron como si le hubiera crecido otra cabeza de su cuello.
—Lo siento, estoy fuera, no pienso leer algo de terror—dijo Valeria cruzando los brazos.
—Eso es porque no sabes leer—dijo Valentina.
—Tú tampoco.
—¿Horror? ¿Qué mierda estás diciendo?—exclamó Anna.
—Lenguaje—la regañó Javier.
—Mamá, tendrás que poner dinero en el bote de palabrotas.
—En un momento, cariño.
—¿Por qué escribirías una historia de horror cuando ya tienes una de fantasía?—preguntó Javier.
—Es una larga historia—dijo jugando con su comida.
—Bueno, tomaste un jodido viaje largo, lo mejor será que te expliques a ti misma—dijo su madre, David carraspeó.
—¡Ahorita pongo el maldito dinero, David!
—Genial, la abuela pondrá el doble.
—Técnicamente, maldito no es una palabrota—le dijo a su sobrina.
—Niñas, ¿por qué no van a mostrarle su habitación a Zola?—sugirió Anna.
—¿Trajiste a tu gata?—preguntó Laura, como si Zola la hubiera escuchado, maulló desde el sillón.
—¡Gata mala! ¡Baja de ahí!—gritó David,
—La editorial con la que quiero firmar sólo me acepta si escribo horror—explicó una vez las niñas abandonaron el comedor.
—Con todo respeto, Alana, pero eso no tiene sentido—dijo David—. Escribiste la saga en español más leída de los últimos años, ¿por qué te pedirían eso?
—No es lo mismo estar en España que aquí, el público es diferente—dijo cansada de tener que explicar la situación por milésima vez.
—¿O sea, en España no te quieren?—preguntó Javier.
—¡Papá!—interfirió Anna.
—Eso no hubiera pasado si nunca hubiera ido a España.
—Creo que venir acá pensando que me sentiría mejor fue un error—dijo Alana aventando su servilleta en la mesa.
—Perdón, no quería decirlo de esa forma, Alana, estoy preocupado por ti, no has escrito nada en siglos.
—Bueno, ya lo dijo David, ¿no?—dijo apuntándolo—. Escribí una historia, que no vaya a publicarla es otra cosa.
—Sólo queremos lo mejor para ti—dijo Laura.
—Todos dicen eso y ninguno se ha tomado la molestía de preguntarme cómo estoy realmente, si quieren lo mejor para mí, entenderían que necesito trabajar y si tengo que escribir un jodido libro de horror, lo haré, fin de la historia.
—¿Qué piensa Enzo de eso?—preguntó Anna.
—¿Qué?
—Enzo, ¿qué piensa de eso?
Alana se mordió el interior de la mejilla.
—Por tu silencio asumo que él también sabe que no es algo que te gustaría—dijo Javier.
—Papá, necesito trabajar de algo, necesito estar con una editorial o estaré acabada.
—Entonces vuelve a México, hay miles de editoriales que daría lo que fuera por tenerte aquí—dijo Anna.
—Te fuiste del país por un hombre y ahora no quieres volver al país por otro hombre—dijo Laura, lo cual se sintió como un golpe.
—Laura—dijo David horrorizado.
—No es así mamá, él es diferente—dijo Alana, wow, no llevaba ni dos horas en México y ya estaba llorando—. Me ha ayudado con todo el asunto de Sebastián, incluso antes de ello, él fue la razón por la que volví a escribir.
—Sólo espero que estés tomando la decisión correcta, Alana, y que no te arrepientas nuevamente.
Todo era un jodido desastre.
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Porque no soy "tan bonita"
Veo a las otras chicas de estatus privilegiado, y cara ovalada, ondas suaves en pelo, color rubio castaño, ojos color miel, labios rosita y pestañas risaditas. Nariz perfecta, piel sin acné, de tes clara…
Pienso no sólo en su cara "bonita" si no también en sus cuerpos bonitos, con cinturas pequeñas y abdomen plano, piernas delgadas con muslo miel, y brazos que fácilmente podrían cerrar con sus manos…
No sólo pienso en eso, pienso en su ropa bonita, de marca costosa, y tela fina, con joyería impecable y bolsos y zapatos con un valor exorbitante…
No sólo pienso en eso, pienso en el carro lindo de su papá o de sus lindas vacaciones fuera del país, de su hermosa cada y habitación con miles de luces y espejos…
Y ahí pienso, porque no soy "tan" bonita como ellas, porque a pesar que lo intento, y trato de asemejarme a ellas, no llegó a ser "tan" bonita…
Sigo un cronograma, levantarme y bañarme, usar cremas con las mil propiedades, me maquillo, me arreglo el pelo, y me pongo lo más bonito que encuentro en mi closed, pero no me veo como ellas…
Es como si ellas nacieran con algo fuera de este mundo, o sólo sea simple suerte en los genes, y al final retumba en mi cabeza.. "aunque la mona se vista de seda, mona queda"…
Será que no tengo el nivel, no estoy a la altura, preguntó y pregunto, porque no nací como ellas… Y no consigo respuesta…
Al final si llego o aspiro a ser como ellas, sabré que ser "tan" bonita, no es "tan" bonito…..
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Medicinas más caras del mundo 🌎💊💉
Contexto aquí:
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