#compostura
Explore tagged Tumblr posts
Text
En la época victoriana se enseñaba a los niños a no desplegar sus brazos en la mesa. Se les colocaba un libro debajo de cada brazo. Los brazos los debían mantener pegados al cuerpo para evitar que se cayeran los libros. El objetivo: lograr que no pusieran los codos en la mesa y desplegaran muchos los brazos del cuerpo.
#protipcolo#mesa#victoriana#protocolo#protocoloyetiqueta#etiquetasocial#brazos#saberestar#etiquetayprotocolo#compostura#buenosmodales#consejos#niños
0 notes
Text
Compostura de ropa; descubre como puede ayudar tener el fit perfecto
Cuidar la ropa que tienes es el primer paso para conseguir tener un armario más efectivo, la cuestión que se presenta es reducir la compra de prendas haciendo uso de la compostura de ropa, ¡sacándole el mayor provecho a tu silueta!
Revisa tu armario para identificar prendas a arreglar
Una de las técnicas más efectivas para poder hacer uso de la compostura de ropa es hacer una revisión continua de las prendas con las que ya se cuenta entro del closet. Puede ser que con este proceso puedas reencontrarte con la que fue tu camisa favorita que dejaste de utilizar porque se dañó o incluso dar con un pantalón que nunca te has puesto debido a que no es de tu talla.
Para todas estas situaciones se considera a la compostura de ropa como uno de los métodos más eficaces para saber cuáles son las prendas que deseas conservar y darles una segunda vida útil.
Las mejores preguntas que se pueden hacer en este tipo de casos son las que se refieren a si vale la pena repararla y si aún compartes el estilo que se considera en el concepto de su estilo. Cuando la respuesta a alguna de estas dos preguntas es sí, se debe acudir por un servicio profesional de compostura de ropa.
Además de que revisar el contenido de tu armario, puede ayudarte a resignificar y perfeccionar tu estilo personal, así como hacer inversiones en arreglos que valgan la pena para darle el toque de estilo que le faltaba a los trajes o camisas que ya tenías.
Lo que mejor te queda según tu tipo de cuerpo
Cuando ya se han identificado las prendas que requieren compostura de ropa, es necesario que se acuda a una sastrería que tenga la capacidad de sacarle provecho a tu cuerpo según la silueta que tienes. Así, el trabajo de arreglo se aprovecha por partida doble, para que la puedas usar sin que se encuentre dañada, al mismo tiempo que favorece a tus características particulares.
Dependiendo de la forma que tiene el cuerpo de cada persona, son diferentes las prendas que le quedan bien, aquellas que se adaptan de la mejor manera para resaltar solo lo mejor de cada uno, esto es algo que se puede obtener con el correcto uso de la compostura de ropa.
Pirámide
Esta forma de cuerpo masculino se ve definida por una complexión de hombros más estrechos que la cadera, es una de las figuras que más se deben tener contempladas al momento de mandar a hacer la compostura de ropa. La inclusión de hombreras es uno de los factores que más pueden ayudar para sacarle provecho a este tipo de silueta. En cuanto a los pantalones, ser recomienda que estos se ajusten perfectamente al cuerpo, entre más estrechos sean mejor ayudaran al balance visual de todo el cuerpo.
Rectangular
Como su nombre lo marca, la silueta de este tipo de hombres es simétrica y proporcional, por lo que la compostura de ropa debe enfocarse más en cubrir o arreglar las zonas dañadas de la tela o incluir algunos tejidos para adaptarlas a la modernidad.
Con todo eso en cuenta, nunca está de más el elegir compostura de ropa para lo que ya tienen en el armario, que mejore la apariencia, incluyendo una mayor acolchado en sacos o abrigos, así como evitar que se ajusten mucho las medidas en los pantalones para no generar un desequilibrio con respecto a la parte superior del cuerpo.
Triángulo invertido
Los hombres que cuentan con esta silueta están definidos por el hecho de que sus hombros resultan más anchos con respecto a su cintura. Para cuando asistan por un servicio de compostura de la mano de expertos deberán cambiar el corte de sus pantalones por uno recto y que en las chaquetas se les agreguen algunas pinzas que puedan disimular o suavizar el tamaño de los hombros, todo con la intención de generar un aspecto más simétrico en toda la silueta.
Elipse
Se le llama silueta en elipse cuando el abdomen es la parte más amplia del cuerpo masculino, por lo que le roba atención a los hombros y las piernas. Por ese motivo, cuando este tipo de hombres pretende hacer un ajuste en compostura de ropa para sus prendas, debe cuidar que se enfoquen en realizar solo líneas rectas para darle un aspecto más estrecho al cuerpo. Un gran aliado de estos hombres es la conversión de sus pantalones para que sean un poco más anchos para dar simetría a la silueta.
Trapezoide
Esta es la silueta considerada como el prototipo ideal de la belleza, se distingue por tener una gran proporción corporal en los hombros y el pecho, además de que la cintura es estrecha pero no tanto como para ser considerado como triángulo invertido. Por lo anterior, durante el proceso de compostura de ropa no se debe hacer mucho, de los únicos aspectos que se recomienda cuidar es que las prendas no queden demasiado estrechas, esto es principalmente por el cuidado del buen gusto al vestir. También se puede recurrir a los pliegues para los pantalones con la finalidad de crear un espacio entre las piernas.
Con todos estos consejos acerca de como ejecutar de la mejor manera la compostura de ropa, lo único que queda es identificar la silueta que tiene tu cuerpo para que al momento de acudir con nosotros a Sastrería Macazaga solo debas solicitar el arreglo que te dé una figura de ensueño.
0 notes
Text
✮ lust for life ✮
enzo vogrincic x reader
tw: +18, un poco de exhibicionismo jj
a/n: lo escribí rapidísimo, pero me terminó gustando un montón;) manden requests!!
୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧
tu novio y vos mantenían una relación privada.
era lo más razonable bajo las circunstancias en las que se encontraban; enzo pasó de nada a todo en cuestión de semanas gracias al estreno de su nueva película, y lo mas lógico era esconder a la novia del novio de internet. pero enzo nunca fue una persona privada.
cuando recién comenzaban a salir, no tardaste en notar que él tenía una manía con tenerte cerca cuando salían a la calle, o cuando estaban con amigos, o cuando iban a comer; cuando hacían cualquier cosa que involucrara a un tercero. esto al comienzo se manifestaba a través de el tomando tu mano y no soltándola, colocando sus manos en tu cintura o acariciando tu cuello mientras te encontrabas distraída haciendo algo más.
pero al pasar el tiempo, estas dulces muestras de afecto fueron escalando a sus manos sobre tus muslos, sus dedos rozando por fuera de tu ropa interior, o directamente bajarla por tus piernas para estremecerte.
como cualquier otra persona, te ves rápidamente colorada o exaltada por sus acciones, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras el te respondía con una sonrisa ladeada sin prestarte mucha atención.
hoy no fue distinto.
te encontrabas en un bar, sentada en la esquina de la mesa al lado de tu novio y sus amigos, quienes se encontraban charlando y riendo audiblemente mientras los dedos de enzo rozaban por encima de tu ropa interior. tus ojos reposaban en su perfil, veías sus labios moverse pero tus oídos no registraban ningún sonido al estar todos tus sentidos enfocados en la sensación de sus dedos, y preocupada de no hacer ningún ruido.
miraste sus ojos achinarse justo antes de dedicarte una rápida mirada de reojo, la comisura de sus labios torciéndose hacia arriba al ver brevemente tus ojos suplicantes.
sus dedos se movían lento, rozaban apenas el delgado material de tu ropa interior desesperándote aun mas, y haciéndote mover las caderas hacia adelante de vez en cuando.
no soportabas mirarlo así, pretendiendo como si no estuviese sintiendo lo mojada que estabas al escucharlo charlar tan naturalmente sobre algo que tus oídos no lograban entender.
brevemente, tus ojos brillaron gracias a una idea.
te acomodaste en la silla sin hacer mucho ruido, acercándola más a tu novio, y cerraste tus piernas, haciendo que enzo girara tu cabeza para mirarte sin dejar de hablar. le sonreíste con inocencia, ladeando la cabeza para luego apoyar tu cabeza en su hombro y abrazarte a su brazo como un koala.
escuchaste un pequeño “aw” de alguno de sus amigos gracias a la acción, y reíste al saber tus intenciones detrás.
sin tener idea, enzo siguió siendo partícipe de la conversación mientras tu mano bajaba despacio hacia su bulto, haciéndolo acomodarse en la silla y sintiendo como el agarre que tenia en tu muslo paso de ser delicado, a dejarte la mano marcada.
lentamente, enzo giró la cabeza para mirarte, tenia el ceño fruncido y su respiración se había vuelto irregular y más profunda.
“cuidado, mi amor.” susurró al bajar la cabeza para acercarse a ti.
pestañeaste varias veces, mirándolo con inocencia y confusión. “¿que, en?” dijiste mientras aplicabas más presión en el bulto, ganándote un callado jadeo que te hizo apretar las piernas.
seguiste con el juego unos minutos, hasta que te diste cuenta que ya no tenía el mismo efecto en su hablar ni en sus acciones. charlaba con normalidad, mirándote cada cierto rato y tratando de mantener la compostura frente a sus amigos. pero vos querías hacerlo sentir como el te hacía sentir siempre.
agradecida de que llevara pantalones de fácil acceso, pudiste meter tu mano despacio por entremedio, y comenzaste a frotar y dar palmaditas por encima de su ropa interior, como el acostumbraba a hacer contigo.
sus facciones se endurecieron al darse cuenta de tu acción, bajando la cabeza casi inmediatamente para suspirar y callar los jadeos que amenazaban con salir al mirar tu cara de inocencia mientras lo tocabas por debajo de la mesa.
hacer contacto visual con vos lo estremeció completamente, logrando tu propósito: llevarlo hasta el límite.
“nos van a tener que disculpar, pero tenemos otro compromiso y se nos está haciendo tarde.” dijo enzo con la voz un poco más ronca de lo normal mientras sacaba su billetera del bolsillo, sacando un par de billetes y colocándolos sobre la mesa, haciéndote sonreír y quitar la mano de dentro de su pantalón para acomodarte tu propia ropa. “un gusto verlos a todos.”
abriste la boca para decir algo pero enzo agarró con fuerza tu brazo para hacerte acercar hacia el, caminando hacia la puerta con rapidez mientras saludabas con tu mano en forma de adiós a sus amigos.
caminaron a paso rápido al auto, sin decir ni una sola palabra. “te portás tan mal vos, eh.” dijo apoyándote contra la puerta del auto, acercándose hacia ti lentamente haciendo notar la diferencia de altura entre ambos. “no te puedo llevar a ningún lado.”
habían muy pocas luces en el estacionamiento, la única iluminación presente siendo las luces anaranjadas del cartel del bar que lo hacían parecer de otro mundo con las ojos oscurecidos, el semblante molesto y el cabello desordenado.
“cogeme.” susurraste contra sus labios, ganándote una sonrisa de parte del pelinegro.
“¿así se piden las cosas, chiquita?” negaste con la cabeza. “¿y entonces?”
“por favor.”
“¿por favor qué?”
te quejaste. “por favor cogeme.”
sonrió mirándote a los ojos mientras abría la puerta del auto entrando el primero y corriendo el asiento hacia atrás para luego sentarte a horcajadas encima de él.
apenas cerró la puerta del auto te lanzaste encima, tomándolo por las mejillas para acercarlo más hacia ti mientras el agarraba tu cintura con fuerza. el beso rápidamente se transformó en necesitado, con ambos jadeando mientras movías tu cuerpo de adelante hacia atrás sentada en el bulto entre sus piernas, haciéndolo gruñir mientras gemías en su boca por la sensación.
“sos una hija de puta.” dijo entre besos, haciéndote reír mientras bajabas por su cuello, pasándole la lengua y mordiendo cada parte que tus labios rozaban. “me vas a volver loco algún día de estos.”
“tú empezaste, enzo.” dijiste separándote de su cuello.
“mhm.” asintió con la cabeza mientras corría los tirantes de tu vestido hacia un lado. “no me puedo controlar si te ves así. parecés una muñequita.”
sentiste sus ásperas manos masajearte sin nada de delicadeza y echaste la cabeza hacia atrás; tus caderas no cesaban de moverse contras las de tu novio y tu espalda se arqueaba de placer, hipnotizando al uruguayo completamente con tu figura y los gemidos que salían de tus labios.
“¿te gusta, mi amor?” susurró burlescamente, mirando detalladamente cada movimiento de tu cuerpo y cada facción de tu cara. asentiste atontada, con los ojos cerrados buscando más fricción entre los dos. “decime cuanto.”
lloriqueaste. “mucho, enzo. sabes que mucho.”
“te ves tan bonita frotándote así, mi vida. te comería toda.” gemiste. “ah, eso querés. ¿querés que te coma? ¿querés moverte así, sentada en mi boca, hm?”
“basta, por favor” suplicaste, moviéndote más rápido. “cogeme.”
“¿como, bebé?”
“cogeme. no aguanto más.”
“pedilo bien, hermosa.”
“cogeme, por favor cogeme.”
mientras bajabas tus manos para desabrochar su pantalón, él sumergió la cabeza entre tus tetas, lamiendo y mordiendo todo lo que sus labios tocaran; haciendo mil veces más difícil la tarea de bajar sus pantalones.
mientras el se tomaba su tiempo lamiendo y besando, comenzaste a trazar circulitos en la cabeza de su miembro con lentitud, irregulando aún más su respiración y haciéndolo morderte para ocultar los gruñidos que salían de su boca.
te acomodaste encima de sus piernas, alzándote para poder sentarte encima de su miembro mientras el corría tu ropa interior hacía un lado, metiéndolo dentro por completo de un brinquito. enzo tiró la cabeza hacia atrás, gimiendo gracias a la sensación de estar dentro tuyo que a pesar del tiempo, se seguía sintiendo como la primera vez.
“mirá lo bien que me tomás, chiquita.” dijo mientras comenzabas a moverte de arriba hacia abajo, escondiendo tu cabeza en el hueco de su hombro para ocultar tus gemidos. “te sentís tan bien.” susurró mientras agarraba tu culo con fuerza, ayudándote a moverte más rápido.
enterraste las uñas en su espalda mientras te movías, mordiéndote el labio inferior tratando de no hacer tanto ruido.
“¿ahora te da vergüenza, mi amor? ¿después de todo lo demás?” dijo en un tono burlesco mientras movías tu cuerpo al compás de sus embestidas. “no te calles. deja que todos escuchen como te pongo, como te cojo.”
respondiste con un quejido, sintiendo una sensación conocida en tu cuerpo mientras escuchabas sus jadeos cerca de tu oído, y el uruguayo lo notó al sentirte estremecer y moverte más lento, apresurando sus embestidas y agarrando tu culo con más fuerza.
“te hacés la niña buena, la princesita, y estás por acabar mientras cogemos en un estacionamiento.” sentiste tus mejillas pintarse de color rojo con sus palabras. “sos una cínica.”
“es tu culpa, en.” lloriqueaste en su oído, bajando tu mano entre ambos cuerpos para frotarte. “estoy muy cerca.”
“yo también, chiquita.” dijo entre jadeos. “¿puedo?”
“por favor.”
un par de embestidas más y ambos alcanzaron el mayor punto de placer, acercando sus cuerpos a no más poder y llenando el ambiente de sus gemidos. pasaron unos segundos donde lo único que se escuchaba eran ambas respiraciones agitadas, y levantaste tu cabeza para besarlo con lentitud.
apoyaste tus manos en su pecho mientras se besaban; un beso lento y torpe mientras se acostumbraban a la sensacion y volvían a la normalidad. al separarte de el, lo miraste con dulzura.
“estás todo pintado, amor.” reíste mientras tratabas de limpiar el labial de su boca.
“y vos estás toda rojita. es parecido.” colocaste tus ojos en blanco y lo besaste, acariciando su mejilla.
“llevame a casa.” dijiste mientras el comenzaba a besar tu cuello, indicando que no quería parar. “no podemos hacer tanto acá.”
“pero tenemos que esperar que los vidrios se desempañen.” dijo pasando un dedo por el cristal del auto, haciéndote notar que todo el auto estaba así.
te tapaste la cara riéndote, mirando como era demasiado obvio lo que estaban haciendo. “sos un idiota.”
“a veces.” dijo sonriendo, y dibujó una carita feliz en el cristal.
944 notes
·
View notes
Note
Como os líderes de dormitório reagiriam se a namorada deles chegasse por trás, desse um tapa na bunda deles de chamasse eles de gostoso?
Olha, por mais que eu que adore um casos, que isso ocorra em particular, creio que com alguns fazer isso em público resultaria em morte
Super concordo akakakak vamos manter no particular. Me diverti com essa ideia.
Riddle Rosehearts
Riddle vira tão rápido que você quase se arrepende da brincadeira. Ele está vermelho como uma rosa, olhando para você com os olhos arregalados de indignação.
— MAIS O QUE?! — ele praticamente grita, a voz mais alta do que o necessário. — Isso é completamente impróprio! Que tipo de comportamento é esse?!
Ele começa a gesticular, lançando uma enxurrada de palavras sobre decoro e respeito, enquanto você tenta segurar o riso. Apesar do discurso indignado, dá pra perceber que ele está mais embaraçado do que realmente bravo. O rosto dele está tão vermelho que parece que vai explodir, e as palavras começam a sair de forma atropelada.
No fundo, ele fica dividido: uma parte quer te dar uma bronca formal, mas a outra está escondendo o quanto gostou do seu atrevimento. E, talvez, só talvez, no fundo ele esteja se perguntando como você conseguiu fazê-lo corar assim.
Leona Kingscholar
Leona só solta um som baixo, algo entre uma risada e um grunhido. Ele não se incomoda nem um pouco — na verdade, parece gostar da sua ousadia.
— Hah, gostoso, é? Ainda bem que você sabe. — ele responde com aquele típico tom preguiçoso e convencido, enquanto lança um olhar cheio de malícia pra você por cima do ombro.
Dependendo do humor dele, pode até revidar, puxando você pela cintura e devolvendo o tapa só pra ver sua reação. Você nunca sabe o que pode vir.
Azul Ashengrotto
O pobre literalmente trava. Ele fica completamente congelado por alguns segundos, porque nunca esperou algo assim vindo de você. Quando finalmente reage, ele se vira lentamente, as bochechas já ficando vermelhas.
— Isso foi... altamente impróprio — ele diz, tentando soar mortalmente sério, mas a voz falha no final e ele falha miseravelmente.
Azul tenta recuperar a compostura ajustando os óculos, mas é impossível não notar o sorriso de canto e o brilho nos olhos dele. Ele vai negar até a morte, mas adorou. Foi um tapa na auto estima.
Kalim Al-Asim
Kalim dá uma risada alta e genuína. (Um grande querido) Ele vira pra você com aquele sorriso brilhante que só ele tem, os olhos cheios de diversão.
— Gostoso, é? Awn, você é tão fofa!
Ele provavelmente dá risada de novo e retribui o gesto com um tapa brincalhão no seu braço ou um beijinho na sua bochecha. Pra ele, é só mais uma demonstração de carinho, mas você consegue sentir que ele ficou muito feliz com o elogio.
Vil Schoenheit
Vil (gostoso mesmo) para tudo o que está fazendo e lentamente se vira pra encarar você, uma sobrancelha arqueada.
— Gostoso? — ele repete, o tom carregado de sarcasmo, mas você nota um pequeno sorriso se formando e não evita de rir.
Ele dá um passo em sua direção, levantando o queixo com aquela pose impecável.
— Hm, pelo menos tem bom gosto.
Apesar do comentário, dá pra perceber que ele está se divertindo. Ele pode até retribuir com um elogio inesperado, só pra deixar você sem graça.
Idia Shroud
Idia literalmente dá um pulo de susto e vai de F (coitado, não faça isso com ele). Ele vira pra você com os cabelos brilhando em um tom completamente cor de rosa de tão envergonhado, as mãos agitadas como se não soubesse o que fazer com elas.
— O-o que você tá fazendo?! Gostoso? E-eu?! — ele gagueja, as palavras saindo aos tropeços com a voz meio estridente.
Idia provavelmente vai querer se enterrar no chão de tanta vergonha, mas, no fundo, ele está explodindo de felicidade porque você o chamou de gostoso, ele se sente praticamente como uma card SSR por isso. Ele só não sabe lidar bem.
Malleus Draconia
Malleus não reage de imediato. Ele para por um momento, como se estivesse processando o que acabou de acontecer, e então se vira devagar, os olhos brilhando de curiosidade.
— Hm... Gostoso? — ele pergunta, com um pequeno sorriso no rosto.
Ele inclina a cabeça, claramente achando graça da situação.
— Não sabia que era assim que os humanos expressam afeto. Mas devo admitir, é... interessante.
Ele provavelmente retribui o gesto com algo inesperado, como um beijo na testa, só pra deixar você desconcertada (um fofo. Pena que não gosto)
#twisted wonderland#pt br users#disney#twst imagines#twst#disney twisted wonderland#headcanons#riddle rosehearts x reader#leona kingscholar x reader#azul ashengrotto x reader#kalim x reader#vil shoenheit x reader#idia shroud x reader#malleus draconia x reader
63 notes
·
View notes
Text
n/a: hoshifighting escrevendo em português porque lee seokmin me tirou do eixo essa semana. pq o combo homem engraçadinho + homem gostoso me deixa bilu-teteia
WARNINGS: sugestivo, its a portuguese hard hour, sorry 🙏, fingering (não vou escrever DEDADA pq me deu vergonha)
você mal consegue respirar de tanto rir. seokmin, esse cretino, está contando uma piada totalmente sem graça, mas o jeito que ele conta, com aquele sorriso bobo, te faz achar o mundo uma comédia. ele não precisa nem tentar. só de estar ali, já está fazendo você se sentir à vontade, rindo das coisas mais ridículas como se fosse a primeira vez que ouviu. “pode parar, nem foi tão engraçado assim ___!!” ele diz, rindo da sua reação exagerada, enquanto se joga ao seu lado na cama. o som da risada dele é quente e cativante, a mesma risada que agora te deixa com a sensação de que o tempo está se arrastando, e você não se importa nem um pouco.
a conversa começa a ir por outro caminho. de repente, a risada some, mas ele ainda está ali, com aquela energia toda. você sente o olhar dele sobre você, como se ele estivesse te vendo de uma forma que se demorasse mais um unico segundo, ele iria te devorar. ele passa a mão na sua coxa, como se fosse algo super natural, e você, que estava apenas tentando entender como se acostumar com o toque dele, não consegue desviar o olhar.
“você é uma loucura, sabia?” ele arrasta, a voz grave agora com um toque de malícia. você ri um pouco, porque, claro, ele estava só brincando… certo? mas os dedos dele descem um pouquinho mais e, foda-se, você não consegue mais pensar em outra coisa além dele, sua bucetinha escorre descaradamente, melando toda a calcinha.
“só você mesmo…” você sussurra, com aquele sorriso que não quer mais ir embora. a resposta dele? só um sorriso mais torto e mais quente, que não faz mais sentido algum.
seokmin é o tipo de cara que transforma qualquer situação normal em algo que voce definitivamente não havia planejado, sem nem tentar. a piada, o toque, o jeito que ele te olha, tudo vai ficando cada vez mais pesado. e quando você se dá conta, tá lá, pelada na cama dele, com a respiração pesada e o peito subindo e descendo como se o tempo tivesse se esticado só pra esse momento.
“quer que eu te faça rir agora ou a gente vai direto pro que interessa?” ele provoca, e você ri—de novo. adora o fato de ele não ter vergonha nenhuma de fazer você se sentir tão… exposta, sem ser de um jeito desconfortável. ele te aprecia, te faz rir até você esquecer onde está, e quando a piada finalmente morre, o que sobra é só ele e você.
“sabe,” ele começa, “eu não sou só bom em fazer piada... me deixa te mostrar."
você não consegue se lembrar mais do que estava pensando antes, nem do que estava sentindo.
"não adianta tentar fugir agora," ele murmura, e é o suficiente pra fazer seus olhos se fecharem enquanto você se entrega. ele puxa o lençol, a cama estremece um pouco, você solta um gemido baixinho enquanto ele começa a traçar o clitóris encharcadinho, e você não se importa de perder a compostura, deixando ele deslizar mais pra baixo e adentrar o buraquinho sedento.
“porra... que delicia amor...” ele ri baixinho quando voce aperta os dedos dele, a voz dele agora te faz querer arrancar aquele sorriso do rosto bonito, fazer ele ver o quanto você quer mais.
#hoshifighting em português#seokmin smut#seokmin imagine#seokmin x reader#seokmin fic#seokmin imagines#seventeen x reader
103 notes
·
View notes
Text
Smut boyfriend! Harry vibes...🧡🥵
Edição Halloween 👻 🎃
NotaAutora: Bem, como todo ano eu faço imagines de Harryween, espero que gostem! Não se esqueçam de deixar uma ask para mim depois 🥹 cada comentário me ajuda incentivando a continuar postando coisas assim por aqui💗
Avisos: +18, sexo explícito, conversa suja, palavrões, Harry não é muito gentil.
31 de outubro de 2024
No quarto, você se arrumava para mais uma festa de Halloween.
Quantos anos você e Harry mantinham essa pequena tradição? Já nem lembrava mais. A única coisa que importava era a fantasia, um toque de ousadia e as noites sempre inesquecíveis que vinham depois.
Em frente ao espelho, você ajustava o laço preto no cabelo, o vestido curto inspirado em Alice destacava cada curva com um ar provocante, com certeza parecia a Alice, mas uma versão bem mais safada dela.
Sem perceber, você estava sendo observada. Do lado de fora da porta entreaberta, uma figura sombria se escondia. Harry, agora com a icônica máscara de Ghostface do filme Pânico, não emitia nenhum som enquanto a encarava. O olhar por trás da máscara seguia cada movimento seu, esperando o momento certo.
Você terminou de ajustar o laço e alisou o vestido, sorrindo ao imaginar a reação dele ao vê-la.
— Prontinha, amor... Vamos? – disse ainda distraída.
Mas, ao virar, o sorriso no seu rosto desapareceu. A silhueta de uma figura de preto preenchia a entrada da porta, imóvel, a máscara branca de Ghostface a encarando em completo silêncio.
— Harry? – sua voz saiu vacilante, o coração acelerando.
Ele deu um passo à frente, depois outro, a cada movimento se aproximando mais, sem emitir uma palavra. Uma tensão elétrica crescia no ar, uma parte de você sabia que era ele, mas outra… uma dúvida se misturava com o medo.
— Ghostface? Sério? – tentou brincar, mantendo a compostura.
Ele permaneceu quieto, apenas inclinando a cabeça lentamente para o lado, sem reação.
Sem resposta.
O coração martelava em seu peito, mas você avançou, tentando ver o rosto por trás da máscara. Quando estava perto o suficiente, ele estendeu a mão, segurando sua cintura com firmeza e puxando você para si. Em um movimento lento, ele ergueu a máscara, revelando o sorriso travesso e irresistível de Harry.
— Gostou? – ele murmurou, o tom de voz rouco e sedutor.
Você suspirou, aliviada.
— Muito, talvez você ganhe pontos pela atuação. – sorriu, subindo as mãos até seu peito.
— Só talvez? — Ele inclinou-se, a boca próxima demais do seu ouvido. — Espero provar que você está errada antes da noite acabar. — Deu sorriso de lado. — Você está deslumbrante...
— Obrigada. — Você respondeu com um sorriso, aproximando-se e pousando as mãos no peito dele antes de dar-lhe um selinho. — A propósito... estou sem calcinha.
— Sem calcinha, com esse vestido tão curto? Caramba! Posso começar agora mesmo? — Ele arregalou os olhos, percorrendo-a de cima a baixo.
— Nem pensar! — Respondeu com um riso leve e um olhar provocador.
— Ah, qual é... — Ele fez um biquinho, fingindo desapontamento.
— Nada disso! Vamos, a festa já deve estar começando.
A festa desse ano foi organizada por ninguém mesmo que James Corden, ele literalmente alugou uma mansão mal assombrada só para isso. A mansão era localizada no meio de uma floresta sombria, as árvores ao redor balançavam suavemente, sussurrando com o vento, o caminho até a entrada era iluminado apenas por lanternas de abóbora e velas trêmulas, criando o clima perfeito para uma noite assustadora.
Ao entrar, você sentiu a música pulsar em seu peito, cada batida ecoando pelas paredes decoradas com teias de aranha falsas, esqueletos pendurados e uma iluminação em tons de vermelho e roxo, a festa estava lotada de pessoas em fantasias criativas e assustadoras, lobisomens, vampiros, fantasmas e, claro, vários convidados com a máscara icônica de Ghostface do filme Pânico.
Você segurava firme o braço de harry, que a guiava entre a multidão enquanto ela observava tudo ao redor com um sorriso encantado.
— Ok, essa é oficialmente a festa mais incrível que já fomos! — Seus olhos brilhavam de empolgação. — Essa fantasia está em todo lugar! Como vou conseguir não te perder aqui, hein? — brincou, apertando a mão dele.
Harry sorriu por baixo da máscara, dando de ombros de maneira despreocupada.
— Talvez eu queira que você me procure um pouquinho...
Vocês continuaram andando, até encontrarem seus amigos no salão principal, Mitch e Sarah, vestidos como Frankenstein e a Noiva de Frankenstein, dançavam no centro do salão, enquanto Brad, fantasiado de zumbi, dançava com uma estranha vestida de coelhinha e Jeff e Glan, estavam como Bonnie e Clyde.
— Olha só quem finalmente apareceu! Ghostface e sua Alice? — Brad lançou um olhar intenso para a sua fantasia provocante. — A Alice mais atraente que já vi.
— Muito obrigada, parceiro, mas foca na sua coelhinha ai. — Harry disse um pouco incomodo.
James, o anfitrião, apareceu com sua esposa, ambos vestidos como Gomez e Morticia da Família Addams.
— Cara, se isso aqui não virar uma letra de música de Halloween, vou ficar decepcionado. — Ele deu uma piscadela para você. — S/n tem que fazer essa noite ser inesquecível para nosso astro do pop!
— Não é todo dia que eu tenho a Alice mais linda me acompanhando… — Harry colocou o braço ao redor da sua cintura, puxando-a para perto. — Com certeza a noite vai ser mágica.
— Bora! Aproveitar a festa gente. — Jeff ergueu seu copo trazendo animação a todos.
Realmente James não mediu esforços para tornar aquela noite incrível, havia vários garçons circulando com muitos drinks e comidas temáticas, vocês passaram um longo tempo dançando e bebendo juntos, perdendo a noção do tempo conforme a música os envolvia. Você sentia o corpo leve, aproveitando cada segundo ao lado de Harry, que a segurava firme enquanto dançavam.
— Você sabe que está me matando com essa fantasia, não é? — Os olhos brilhavam de forma provocativa.
— Não mais do que você com essa máscara tenho um fraco por homens misteriosos. — Você sorriu, mordendo levemente o lábio enquanto o olhava.
— Bom saber... Porque quero muito foder você bem gostoso hoje, com ela.
— Eu vou adorar isso.
— Vamos tirar uma foto, você está incrível.— Harry puxou
Vocês posaram juntos, o brilho das luzes da festa refletia nas lentes, capturando seu sorriso radiante.
— Preciso ir ao banheiro, já volto. — Comentou sentindo o peso em sua bexiga.
— Não demore, viu? — Pediu ele, segurando a sua mão por um segundo antes de soltar.
— Prometo voltar rápido. — Falou antes de sumir na multidão.
Quando saiu do banheiro, notou que o corredor estava mais vazio do que antes, o barulho da festa estava abafado, o silêncio do lugar parecia sinistro, um pouco hesitante decidiu volta para a pista de dança, mas no fim do corredor, uma figura encapuzada vestida de Ghostface estava parada a encarando com uma faca na mão.
Seu estômago deu um nó.
— Harry? — Chamou acreditando ser ele brincando de novo. — Onde encontrou essa faca?
Mas o Ghostface não respondeu.
— Se for você de novo, eu juro que vou te matar. — A figura continuava imóvel, observando-a atentamente. — Harry, estou falando sério, para com isso! — Seu coração começou a acelerar, você sabia que Harry gostava de pregar peças, mas algo naquele momento a fez hesitar. — Amor, pare com isso, já entendi a piada.
O Ghostface não respondeu, em vez disso, começou a andar lentamente em sua direção, você olhou pra trás vendo só outro corredor longo atrás de si, não havia como voltar para a festa agora sem passar por ele. O desconforto em seu estômago aumentou, então decidiu lentamente se afastar para trás sem deixar de olhar para ele, mas enquanto se afastava, os passos dele ficaram rápidos, o pânico tomou conta de você, que começou a correr, seu coração batendo forte enquanto as sombras do corredor pareciam engolir tudo ao redor, o Ghostface continuava a segui-la de perto, desesperada para escapar, tentava abrir qualquer porta que aparecia em seu caminho, mas por ironia do destino todas pareciam magicamente trancadas, até finalmente uma abrir a dar para a parte externa da casa.
O ar fresco da noite a envolveu assim que você passou pela porta da mansão. O som abafado da música e das risadas ainda ecoava atrás de você, mas ao olhar ao redor, percebeu que estava sozinha na vastidão escura da floresta que cercava a mansão. As árvores eram altas e densas, formando sombras fantasmagóricas sob a fraca iluminação da casa, a sensação incômoda de estar sendo observada não desapareceu, um arrepio subiu por sua espinha, você olhou para trás, tentando convencer a si mesma de que tudo não passava de paranoia, mas a figura mascarada surgiu atrás de você, avançando em sua direção com passos decididos.
O coração disparou, e, sem pensar duas vezes, você começou a correr em direção à floresta. O salto alto afundava no solo úmido, dificultando cada passo. Galhos e arbustos arranhavam suas pernas, mas o medo a impulsionava para a frente. Tentando aumentar a velocidade, tropeçou em uma raiz saliente, caindo de joelhos, a meia-calça se rasgou, e uma dor aguda percorreu seu corpo, o sangue quente escorrendo por seu joelho, quando tentou se levantar, sentiu um par de mãos fortes a envolver pela cintura, puxando-a contra um peito sólido.
— Acha que pode fugir de mim? — a voz saiu abafada pela máscara, mas carregada de um tom ameaçador.
Você gritou, se debatendo, tentando escapar do aperto dele, num movimento rápido, ele levantou a faca a pressionou suavemente contra o seu pescoço, aproximando os lábios mascarados de seu ouvido.
—Você pode gritar o quanto quiser. — Ele sussurrou com a voz abafada pela máscara, mantendo a faca em seu pescoço. — Ninguém vai te ouvir daqui.
O coração disparado e a respiração entrecortada pela adrenalina tornaram tudo ainda mais intenso, mas então algo naquela voz a fez hesitar. O tom, a maneira como ele falou, era familiar demais para ser coincidência.
— Harry? — Você arriscou, quase sem acreditar.
O mascarado soltou um riso baixo antes de finalmente responder
— E se não fosse? Ainda brincaria comigo?
— Isso não tem graça... — você murmurou, a voz fraca.
— Só quero me divertir com você... — Ele ainda brincava com a faca em seu pescoço.
— Harry... — Sua voz mal saiu.
O homem não respondeu, em vez disso, jogou a faca no chão, em um movimento rápido, segurou seus pulsos e a jogou sobre o ombro, ignorando suas tentativas de se soltar. O toque firme de suas mãos percorreu suas pernas, subindo até dar um leve tapa em sua bunda, que fez seu corpo estremecer, mesmo que tentasse resistir.
— Pra onde você está me levando? — resmungou, enquanto ele avançava ainda mais para dentro da floresta, com os passos determinados.
— Para longe de qualquer um que possa me interromper.
Ele caminhou até uma pequena clareira, onde a luz da lua mal atravessava as copas das árvores, criando um jogo de sombras sobre seu rosto e corpo. Ele te colocou no chão com um cuidado, suas mãos mantinham um toque firme deixado claro que você não teria escapatória. Seus dedos deslizaram até a borda da máscara, ele começou a levantá-la, revelando, aos poucos, um par de olhos verde-escuros que brilhavam cheios de uma intensidade perturbadora, um sorriso sádico se desenhando em seus lábios.
— Ficou com medo, amorzinho? — Você engoliu em seco, sentindo o coração ainda disparado, sem saber como responder. — Eu queria te ouvir gritar de medo… — Ele sussurrou em seu ouvido com uma voz rouca. — Mas agora, só quero ouvir você gritar o meu nome... até não restar mais nada de você. — Deixou uma leve mordida na pele sensível do seu pescoço, que fez seu corpo inteiro reagir.— E não vou parar... Até que você implore.
O sorriso malicioso que ele lançou antes de deixar um beijo firme e provocador no canto da sua boca fez seu coração disparar, a tensão entre vocês crescia a cada segundo, com um movimento ágil ele a virou de forma que suas costas se encontrassem com o tronco da árvore, enquanto o corpo dele se moldava ao seu, quente e firme, tirando seu fôlego.
— Você não vai escapar de mim agora…
Ele se afastou por um breve momento apenas para te observar, o olhar devorador como se quisesse gravar cada reação sua e então ele te ergueu, segurando firme em suas coxas para te apoiar contra a árvore, sentindo-se completamente à mercê dele, você enlaçou suas pernas ao redor da cintura dele, enquanto ele pressionava o corpo contra o seu.Harry levou a boca ao seu pescoço, beijando e mordiscando a pele sensível, enquanto suas mãos exploravam cada curva do seu corpo, sem pressa, apenas aproveitando o momento para te fazer perder qualquer resquício de autocontrole.
— Você gosta disso, não é? — Sua voz baixa e cheia de um sarcasmo provocador. — A maneira como eu te prendo aqui...
— Sim... — Choramingou em seus lábios.
Ele riu ao perceber o efeito que causava em você, a boca dele novamente encontrou a sua, quente e decidida, em um beijo que não deixava espaço para dúvidas que essa seria uma das melhores fodas de sua vida.
Harry deixou seus dedos deslizarem lentamente pela sua pele, subindo por debaixo do vestido até alcançar o calor entre suas pernas, com um toque suave, quase superficial, um sorriso carregado de malícia surgiu em seus lábios ao sentir o quanto você já estava molhada.
Você estava tão excitada, você provavelmente não deveria estar, não depois do que ele fez.
—Isso vai ser divertido.— Os dedos dele apenas roçaram em seu clitóris, de forma torturante. — Vou foder essa buceta e você vai estar pingando cheia da minha porra quando eu terminar com você.
Você suspirou, tentando empurrar o corpo contra a mão dele, buscando mais, mas Harry segurou firme em sua cintura, prendendo você contra o tronco da árvore e mantendo seu controle absoluto sobre o momento.
— O que foi? Quer mais? — Ele perguntou, com um tom de sarcasmo, inclinando o rosto até sua boca. — Então pede.
— Harry, por favor... — Você mal tinha fôlego.
— Não. — Ele riu ao ver sua expressão, claramente se deliciando com o efeito que estava causando. — Vai ter que esperar até eu decidir que você merece. — Ele bruscamente a colocou no chão, ouvindo seus gemidos de frustração. — Agora ajoelha.
— Mas, Harry... minha perna. — Reclamou ainda sentindo a ardência do corte.
— Não perguntei! Eu mandei ajoelhar. — Ele rosnou segurando sua garganta entre os dedos. — Eu vou foder sua boquinha até você ficar uma bagunça e quando eu termina vai me agradecer por isso, entendeu? — O apertou dele ficou um pouco mais forte tirando seu fôlego. — Responda!
— Sim...
Ele continuou a enforca-la forçando a deslizar para baixo, até que seus joelhos batessem na terra dura, você sibilou de dor, mas no final das contas não se importava porque desse ângulo ele estava tão sexy, ele colocou a máscara novamente, você não conseguiu evitar deslizando suas mãos até o topo da cintura dele e acariciar sua ereção por cima da calça, você queria agradá-lo agora, ser uma boa menina para ele, afim de ele finalmente deixar você ter um pouco de prazer, a máscara olhando para você tornava as coisas mais quentes.
Harry puxou para baixo as calças, junto com a cueca, seu pau bateu contra seu estômago antes de ficar ereto, alinhado com seu rosto, ele agarrou a base de seu pau e bateu em seus lábios vermelhos algumas vezes antes de empurrar contra sua boca. Ele não foi gentil, nem ao menos deixou você se acostumar com seu tamanho antes que seus movimentos começarem a acelerar, sua mão acariciou seu cabelo antes de pegar um belo punhado e puxa-lo para si, para que cada vez entrasse mais fundo, quando a ponta tocou sua garganta ele deslizou o pau para fora da sua boca e enfiou novamente, fazendo isso repetidamente, logo seus quadris tinham vida própria, movendo-se em um ritmo insanamente rápido, até você estar engasgando em seu pênis, olhos lacrimejando, seu batom borrado por todo o comprimento dele.
— Está indo muito melhor do que eu imaginava. — Ele murmurou, assim que tirou seu pau deixando você respirar um pouco.
— Pode tirar sua máscara? — Ousou perguntar. — Preciso tanto ver você, Harry.... — Choramingou com os olhos de cachorrinho que certamente o convenceram.
Em um ato de bondade, Harry tirou-a jogando no chão.
— Satisfeita?! Agora volte ao trabalho.
Você obedeceu, passando a língua por toda a cabeça de seu pau, depois engolindo até onde conseguia, o aperto da mão dele em seu cabelo a insentivavam ir ainda mais fundo, uma de suas mãos segurava firme a coxa dele, outra massageava suas bolas dando ainda mais prazer a ele.Os gemidos de Harry eram tão altos, roucos e tão deliciosos, deixando você ainda mais louca de tesão, era muito bom sentir ele tão duro na sua boca, pulsando, sua boceta estava encharcada, seu corpo tremendo, olhado para cima você tinha a bela visão de seu rosto perfeito com a cara de safado que só ele fazia.
— Não faz assim caralho....Porra, eu vou gozar logo se continuar a me olhando assim. — Choramingou, fazendo você sorrir mordendo os lábios.
Ele perdeu o controle, soltando seus cabelos, te puxando para cima sem muita paciência, te empurrou contra a árvore, até que suas bochechas estivessem colada nos galhos úmidos. Ele abriu suas pernas com o joelho,sua bunda ficando incrível nessa posição, suas pernas estavam abertas, completamente incapazes de esconder sua boceta molhada dos olhos famintos de Harry.
— Tô louco querendo essa buceta a noite toda. — Ele se encaixou e meteu fundo sem nenhum aviso, um grito de prazer escapou de seus lábios inchados, ele estava sendo cruel demais hoje e você estava gostando desse lado dele. — Sua buceta tá uma delícia, toda meladinha pra mim. — Harry estava ofegando contra a parte de trás do seu pescoço.
— Porra... — Soltou um gemido patético enquanto o ritmo dele só acelerava. — Mais, Harry...
Você se apoiava na árvore, sentindo as mãos firmes dele explorarem suas curvas, enquanto ele se movia em um ritmo profundo e implacável, cada investida arrancando gemidos mais altos dos seus lábios.
— Gosta assim, não gosta? — ele sussurrou, a voz baixa e carregada de prazer. — Toda submissa, gemendo pra mim… Eu vou continuar te fodendo desse jeito, até você não conseguir mais segurar.
— Harry... Hmmm, tá tão bom... — você gritava, empurrando seus quadris contra ele, o som da sua pele encontrando a pélvis dele estalando. — Quero... Quero gozar.
— Já quer gozar? Pensei que aguentasse mais do que isso.
Ele continuou socando em você, suas unhas cravaram no tronco, buscando algum tipo de suporte, Harry segurava sua cintura com força, os dedos se afundando em sua pele, guiando você para trás a cada movimento, deixando claro o quanto ele desejava manter o controle, você não conseguia acreditar que ainda estava de pé
— Ah! devagar, Harry. — você gritou contraindo suas pernas, com certeza estaria dolorida pela manhã.
— Desculpe, meu amor, não posso, essa porra de boceta é muito boa. — Deixou uma mordida que com certeza ficaria marcada em seu ombro. — E se fechar as pernas vai ser pior.
Uma de suas mãos foi em direção à bagunça escorregadia que era seu clitóris, os dedos dele começaram a fazer círculos que fizeram seus olhos reviravam enquanto tentava desesperadamente alcançar seu ápice, aquele prazer incendiando em seus estômago, mas toda vez que estava tão perto, quase lá, seu corpo tremendo e sua boceta latejando por mais, Harry parava e voltada a te foder com mais vontade, você só conseguia lamentar, som escapando de seus lábios incontrolavelmente enquanto o prazer avassalador ia consumindo você, a cada estocada te empurrando para mais perto do limite, até seu corpo não aguentar mais.
— Caralho.... Você está ainda mais apertada, vai gozar? — Os dedos agis dele esfregavam círculos ainda mais rápidos no seu clitóris
— Eu vou.... Eu...Hmmm... — Você gritou, assim que aquela sensação que tanto queria pareceu explodir dentro de você, o prazer formigando cada pedacinho de seu corpo.
Você estava rendida ao prazer, suas pernas já estavam trêmulas, mal conseguindo se sustentar enquanto ele ainda metia fundo em você.
— Adoro sentir você quando goza. — Mordiscou sua orelha. — Me de mais um.
— O que?
— Goze de novo no meu pau.
— Harry.... Eu não consigo fazer isso!— Sua voz falhou enquanto ele te segurava firmemente no lugar.
— Ah! Mas você vai. — Ele riu. — Você não tem escolha.
Ele continuou metendo em você até ficar uma bagunça sem palavras, às lágrimas escorrendo pelo seu rosto pelo imenso prazer e superestimulação, o segundo orgasmo te atingiu ainda mais forte, o prazer entorpecente fazendo com que você não conseguisse se concentrar em nada além do pau dele te penetrando.Seus movimentos continuaram tão fortes e rápidos, que você mal conseguia aguentar, um gemido longo e choroso saiu dos lábios de Harry quando o corpo inteiro dele tremeu de prazer e te encheu de porra, diminuindo seu ritmo, até que ele finalmente se acalmou em um grunhido suave.
— Que bagunça você fez em mim. — Ele zombou, finalmente se afastando.
— Como se você também não tivesse feito o mesmo. — Você ainda estava trêmula, o esperma dele escorrendo por suas pernas.
Ele olhou para você com um sorriso satisfeito enquanto você tentava arrumar o vestido e tirar folhas do cabelo.
— Não adianta, não vai conseguir disfarçar.— Ele comentou, rindo e começando a tirar galhos do seu cabelo.
— Claro, porque alguém achou divertido me arrastar pela floresta, né? — Resmungou, esfregando o joelho machucado. — Me ajuda a ajeitar logo isso, antes que alguém ache que a gente…
— Que a gente o quê? — Ele te interrompeu. — Fudeu no meio da floresta? — Ele piscou, um sorriso provocador nos lábios.
— É, exatamente isso! — Tentou se manter séria, mas ele estava se divertindo demais. — E aposto que você quer que todos saibam disso, né?
Harry deu uma risadinha e passou os dedos pelo seu cabelo, tirando outra folha.
— Não vou negar que é divertido que eles saibam que só eu posso te deixar assim.
Depois de um tempo tentando ajeitar a roupa e limpar as folhas e galhos do cabelo, você e Harry voltaram à festa. Ele ainda ria, satisfeito com a própria brincadeira, enquanto você tentava disfarçar a raiva e o susto. Ao se aproximar da entrada, as luzes da mansão revelaram o estado em que você estava: meia-calça rasgada, joelho machucado e o vestido todo amassado e sujo de terra.
Quando vocês entraram, várias cabeças se voltaram. Alguém quase derrubou o drink ao te ver e alguns amigos lançaram olhares curiosos, alguns até sorrindo maliciosamente.
— O que aconteceu com você, garota? — Sarah exclamou, visivelmente chocada.
— Ah, eu acabei caindo, sabe... Na floresta.
— Na floresta? O que você estava fazendo na floresta?
— Andando... — Não havia muito explicação para isso.
— Sei… pelo jeito a desse ano foi divertida em, vocês dois e essas ideias malucas, não sei mais o que pode acontecer. — Disse fazemos todos rirem.
Você realmente não sabia o que mais poderia acontecer, mas mal podia esperar para o próximo Halloween só para descobrir.
Obrigado por ler até aqui, deixe uma ask se gostou ❤️
#harryween#harryween imagine#styles#one direction#1d imagines#imagineshot onedirection#imagines one direction#harry#harry styles#imagine harry styles#harry styles dirty fanfiction#senhora styles#harry styles series#harry styles smut#harry styles dirty imagine#harry styles dirty one shot#harry styles daddy kink#daddy harry styles#harry styles drabble#harry styles boyfriend#harry styles and reader#harry styles and y/n#harry styles fic#harry styles fanfic#harry styles fanfiction#harry styles one shot#onedirection#OneDirection imagine#harry styles girlfriend#harry styles writing
67 notes
·
View notes
Text
AMORZINHO?
❝Era um namoro escondido dos seus amigos, mas uma gafe em um jantar revela o segredo❞
Jaemin x Reader
Gênero: Fluffy, comédia romântica
W.C: 1.9K
ᏪNotas: Acho que essa foi a coisa mais sessão da tarde que já escrevi! Bem, espero que gostem meus amores, me diverti escrevendo esse pedido, boa leitura ♡
Ps: Pq a cada pedido da Mika que passa, eu não propositalmente acabo fazendo uma estética mais fofa que a outra? 😭 Eu amo, confesso
Na casa antiga onde passou a infância, a atmosfera era sempre repleta de fantasia. Sua mãe lia histórias antes de dormir, e seu pai recitava versos ao pôr do sol, como um ritual sagrado. Cresceu cercada de romances, impressos nas paredes e guardados nas estantes empoeiradas daquele casal muquirana de literatura. Mas o que você jamais imaginou era que a primeira vez em que viveria algo digno dessas histórias seria com alguém tão próximo, alguém de seu círculo íntimo de amigos.
Enquanto se preparava para sair, seu celular vibrou com uma sequência de mensagens de Jaemin.
[01/08, 19:06] Gatinho ♡: Amor, tem certeza de que não quer que eu vá te buscar?
[01/09, 19:06] Gatinho ♡: Podemos andar juntos até a esquina do restaurante e depois nos separamos.
[01/09, 19:07] Gatinho ♡: Nossa, se separar na esquina é meio suspeito, né?
[01/09, 19:07] Gatinho ♡: Então depois da esquina.
As mensagens dele sempre a faziam sorrir. Olhou para a tela e, segurando o riso, respondeu. Estavam sendo cuidadosos, pois ainda não tinham revelado seu relacionamento para o restante do grupo de amigos — aqueles que agora iam encontrar para um jantar, num domingo gélido. Não que eles fossem brigar ou se opor, mas havia algo estranho em simplesmente chegar e dizer: "Ei, estamos juntos agora!". A ideia de se tornarem o "casal chaveirinho" do grupo era o suficiente para hesitar. Afinal, quem gosta do casalzinho do grupo?
Logo você chegou à fachada do restaurante. As luzes quentes das lâmpadas iluminavam os rostos familiares de Johnny, Jeno, e Nara, que acenaram entusiasmados, mesmo à distância. Esse hábito de cumprimentar exageradamente sempre causava estranheza em quem passava no meio e se questionava se o aceno era para a pessoa ou não.
Abraçou os amigos, beliscando Johnny, que nunca perdia uma chance de provocá-la. E então tentou ao máximo conter o impulso de correr para os braços de Jaemin, que também se aproximava. Foi estranho cumprimentá-lo sem um beijo, especialmente ao ver as madeixas recém-pintadas de azul balançando ao vento, combinando perfeitamente com a estética do restaurante, quase como uma cena de filme.
— Meu Deus, você nem contou que ia pintar o cabelo! — Nara exclamou, admirando o novo visual do amigo. Você, instintivamente, puxou a manga do casaco um pouco mais para baixo, escondendo os pequenos respingos de tinta azul que ainda estavam ali, um segredo silencioso de que você era a responsável por aquela transformação.
— Queria fazer surpresa — Jaemin respondeu, girando para mostrar o cabelo. — Curtiram?
— Tá um gatinho! — Você e Jeno elogiaram ao mesmo tempo, trocando olhares cúmplices logo depois.
— Que isso, elogiando meu homem? — Jeno brincou, fingindo indignação.
— Calma, calma, tem Jaemin pros quatro — O próprio entrou na brincadeira, se colocando entre você e Jeno, passando os braços pelos ombros de ambos enquanto começavam a entrar no restaurante.
Vocês riram, fingindo brigar, e logo Johnny e Nara se juntaram à confusão. Quando estavam juntos, era como invocar um furacão que bagunçava tudo, envolto de piadas e flertes. Agora, com Jaemin, essa dinâmica ficava ainda mais engraçada, pois ninguém ali imaginava que os elogios trocados entre vocês dois eram mais do que brincadeira.
Ao serem recebidos por um garçom, tentaram manter a compostura por miseros cinco segundos, seguindo-o até uma mesa próxima à grande janela de vidro. Sentaram-se confortavelmente nos estofados cinzas; Johnny e Jaemin de um lado, você, Nara e Jeno do outro. O restaurante era aconchegante, com paredes de madeira antiga, plantas penduradas e o cheiro irresistível da comida local. O ambiente envolvido com copos tilintando em brindes e risadas se espalhando pelas mesas ao redor.
A conversa fluía facilmente enquanto esperavam pelos pedidos. Discutiram o cotidiano da vida adulta, repetiram mil vezes a promessa de se encontrarem mais, falaram sobre novos interesses amorosos, até que um assunto, para seu desconforto, ganhou destaque assim que as refeições chegaram.
— E você, hein, Jae? — Johnny perguntou, passando o braço pelos ombros do amigo. — Nunca mais fofocou sobre nenhum lance, e olha que você era um verdadeiro garanhão!
Jaemin quase engasgou com a cerveja, forçando um riso.
— É verdade! Devíamos arranjar uma namoradinha pra ele. — Nara entrou na conversa, e você imediatamente a encarou. — Ele é o que tá há mais tempo na seca.
— Não, gente, que isso — Jaemin desconversou. — Tô muito bem com minha vida, tipo, muito bem. Amo minha vida. — Ele enfatizou, como um marido com culpa no cartório.
— Ah, qual é, logo você? — Jeno provocou. — E aquela boate? Aposto que você quer ir de novo.
Seu sorriso se esvaiu ao ouvir aquilo. Lenta e discretamente, você colocou seu copo na mesa, ergueu uma sobrancelha e, olhando diretamente para seu namorado secreto, perguntou:
— Boate?
— Ah! — Jaemin exclamou, rindo nervoso e batendo na mesa. — Qual foi, Jeno? A gente foi lá há tanto tempo atrás, tipo, muito tempo mesmo.
— Ué, mas não faz tanto tempo assim — Johnny retrucou.
— U-ué, óbvio que faz — Jaemin tentava manter o controle, embora o nervosismo estivesse claro. Não que você fosse uma namorada controladora, mas era insegura, e aquela conversa estava começando a incomodá-la. — Foi antes do parque de diversões, né?
Afinal, foi no parque de diversões que o romance de vocês começou.
— Ah, isso foi — Jeno finalmente concordou, mastigando um pedaço de frango frito.
— E você ainda tem o contato daquela garota? — Jhonny perguntou, com um tom casual.
— Uhhh, garota? — Nara segurou seu braço, animada com a fofoca. Você fingiu empolgação, mas seus olhos estavam fixos nas íris de Jaemin.
— O quê? Óbvio que não! — Jaemin negou rapidamente.
— Sério? Mas ela era tão a sua cara — Johnny lamentou.
— Nada a ver — Desconversou, desconfortável. — Nem salvei o contato dela. Não estava na vibe, até falei isso pra ela! Ela super entendeu.
— Nossa, do nada virou um cara decente? — Nara brincou, tentando abrir um sachê de maionese.
— Sempre fui — Jaemin respondeu, voltando a beber.
O foco no rapaz finalmente pareceu se dissolver, e outras vítimas do bullying amigável apareceram, sobrando para Nara e seus relacionamentos sempre conturbados. A garota lhe estendeu silenciosamente o maldito sachê, lhe pedindo com aqueles olhinhos brilhantes para que abrisse para ela. Você riu, um pouco mais tranquila com a história de Jaemin e voltando a achar graça daquilo tudo, era estranho não poder simplesmente dizer um "mas ele ta comigo agora" para as pessoas. Era estranho como sentia tanta vontade de reafirmar aquilo.
Talvez estivesse com medo de tudo. Jaemin parecia ter saído de uma das histórias que sua família tanto amava, poderia sumir de sua vista como um príncipe encantado a qualquer momento.
— Ai! — Você reclamou, distraída em seus pensamentos, quando acabou se machucando com o sachê de maionese.
— Meu Deus! — Jaemin exclamou, se levantando e inclinando o corpo para frente, segurando sua mão. Ele observou a pequena gota de sangue que se formou em seu polegar. — Tá tudo bem, amorzinho? — Perguntou, preocupado, uma das qualidades que a fez se apaixonar por ele. Quem não sonha com um homem tão atencioso?
— Estou bem — Você riu de si mesma. — Como consegui me machucar com isso?
— Já tá bêbada, é? — Jaemin brincou, ainda segurando sua mão. — Tem que tomar mais cuidado e...
Você parou de ouvir as palavras dele quando percebeu os olhares de seus amigos fixos em vocês, boquiabertos de surpresa.
— Amo... Jaemin — Você chamou, tentando trazê-lo de volta à realidade. — Jaemin — chamou de novo, apontando com a cabeça para a mesa.
— Oh — Ele murmurou, soltando suas mãos rapidamente e voltando a se sentar.
— Amorzinho? — Os três amigos perguntaram em coro.
Você respirou fundo, preparando-se para inventar uma desculpa, mas Jaemin a interrompeu.
— Sim — Ele confessou, olhando para você. — Chega, não tem por que mentir. — Suspirou. — Nós estamos juntos. — Ele estendeu a mão, buscando o seu toque novamente.
Você a segurou com um pouco de apreensão, temendo a reação do grupo.
— Ahhhh — Jeno foi o primeiro a falar, levantando o polegar. — Por isso você estava agindo como um homem casado com cinco filhos quando mencionamos a boate.
Nara e Johnny riram, começando a especular sobre vocês com o garoto.
— A gente só não queria contar por... — Jaemin começou, procurando as palavras certas, mas você completou:
— Por medo de como isso poderia mudar as coisas no grupo. — Sua voz saiu baixa, como um desabafo. — Vocês sabem como é... A gente não queria que ficasse estranho. Afinal...
— Ninguém gosta do casal do grupo — Todos disseram em uníssono.
— Vocês a gente pode suportar — Nara tranquilizou, erguendo as mãos e juntando os dedos em um quadrado, semelhante à uma câmera — Formam um casal bonitinho de ver.
Você e Jaemin trocaram olhares, um pouco surpresos. Talvez não tivessem sido tão discretos quanto pensavam. E um sorriso finalmente brotou em seu rosto, aliviando a tensão que sentia no peito.
— Mas não pensem que vão escapar de contar como isso aconteceu. Queremos todos os detalhes! — Nara completou.
— Tipo, todos — Johnny reforçou, erguendo uma sobrancelha de forma exagerada, arrancando risadas de todos na mesa.
Jaemin riu, relaxando na cadeira.
— Certo, certo. Vamos contar, mas... — ele começou a dizer, desviando o olhar para você. — Que tal começarmos pela parte em que eu derrubei tinta azul no cabelo dela?
As risadas ecoaram pela mesa, enquanto você corava ligeiramente, lembrando-se da bagunça que foi aquela noite. Agora, com os amigos ao redor, parecia muito mais fácil compartilhar esses momentos.
— Espera... foi você quem pintou o cabelo dele? — Nara perguntou, surpresa.
— Era pra ser um segredo... — Você respondeu, rindo.
— Eu sabia que só você teria coragem de deixar ele com esse visual todo "cool" — Jeno provocou, enquanto Jaemin fazia um gesto de agradecimento exagerado, como se estivesse sendo elogiado por sua performance em um grande filme.
Entre risadas e comentários descontraídos, o clima ficou ainda mais leve. A conversa fluía, e vocês finalmente puderam relaxar. Sentia-se aliviada, como se um peso tivesse sido tirado de seus ombros. Olhando para os amigos, percebeu o quanto eles significavam para você. Aquele grupo era sua família escolhida, e agora, com Jaemin ao seu lado, tudo parecia ainda mais completo.
Porém, Johnny, sempre dramático, resolveu roubar a cena.
— Só vamos colocar um limite de quantos "amorzinhos" podem ser soltos no dia, se não eu vou — ele ponderou por um segundo, e com uma expressão exagerada de tristeza, afundou o rosto na mesa, fingindo um choro sofrido. — Chorar, meu Deus, como eu sou sozinho!
As risadas ecoaram novamente, mas havia uma ponta de verdade na brincadeira no rapaz de luzes. Jeno, sempre o amigo solidário, esticou-se para bater no ombro do mesmo, dizendo:
— Calma, Johnnyzinho, eu namoro com você, agora que essa baranga roubou meu namorado.
Mais uma vez, todos caíram na gargalhada. O alívio que sentiu ao ver que seus amigos estavam não só aceitando, mas também celebrando seu relacionamento com Jaemin, foi imenso. A partir daquele momento, a noite seguiu com ainda mais leveza, brincadeiras e histórias, cada um dos amigos fazendo questão de garantir que aquele jantar fosse memorável.
Você mais uma vez segurou a mão de Jaemin sobre a mesa, e ele a apertou de volta, sorrindo para você com aquele brilho nos olhos que fez seu coração acelerar.
Se sentiu assim, como em um dos romances que jurava não existir na realidade, mas lá estava você, com o amor de sua vida e seus amigos, em um sorriso de orelha a orelha. Haveria noite mais clichê do que essa?
#jaemin x reader#fanfic#kpop fanfic#kpop#oneshot#nct#nct 127#jaemin#jaemin imagines#jaemin fluff#jaemin nct#nct x reader#na jaemin#nct imagines#fluff#fluffy#jaemin oneshot#nct oneshot#one shot#nct u#x reader#johnny#jeno#nct johnny#jeno nct#lost Masterlist <3
141 notes
·
View notes
Text
FOE TO FLAME
Logan Howlett/Wolverine x mutant f! reader
Summary Logan y tú, dos rivales en la casa de los X-Men, deciden fingir una relación para hacer sentir celosos a Scott y Jean, quienes ocultan su romance. Sin embargo, la farsa se vuelve más complicada cuando sus propios sentimientos comienzan a entrelazarse.
Category: Enemies to Lovers, Fake Relationship!Reader x Grumpy!Logan trope {TW: Tension, Tension sexual, Jealousy, Mild Aggression, Flirting}
— ᳁ —
Mientras tanto Xavier's school for gifted youngsters
La casa de los X-Men era un lugar lleno de energía y complicidad. Después de un largo día de entrenamiento, el ambiente se llenaba de risas y conversaciones animadas. Mientras la mayoría se relajaba en la sala de estar, tú te sentabas en un rincón, observando a tus compañeros. Era tu primera semana en la mansión, y aunque te sentías un poco fuera de lugar, había una energía especial que te atraía.
Mientras tanto, Logan, con su actitud ruda y su mirada intensa, también se encontraba en un rincón, a un lado de Scott y Jean. Cada vez que mirabas hacia ellos, podías ver cómo Logan dirigía furtivas miradas hacia Jean, su interés evidente. Pero a ti te preocupaba más tu propia situación: estabas secretamente enamorada de Scott, y la tensión entre los tres creaba un ambiente incómodo.
Un día, tras una intensa sesión de entrenamiento, te acercaste a Logan, buscando desahogar tus frustraciones. “No puedo creer que Scott ni siquiera me mire”, dijiste, cruzando los brazos en señal de descontento.
Logan te lanzó una mirada burlona. “¿Tú? ¿Con el chico más perfecto de la mansión? No sé si te has dado cuenta, pero él no se fija en ti. Siempre está mirando a Jean”, respondió con un tono sarcástico.
“Oh, ¿y tú qué sabes de eso? Solo eres un tipo con un mal humor y un peinado raro”, retaste, tratando de mantener la compostura.
Logan sonrió de manera desafiante. “Quizás deberíamos hacer algo al respecto”, sugirió. “¿Qué tal si fingimos que estamos saliendo? Así los hacemos sentir celosos”.
La idea te pareció absurda, pero al mismo tiempo, una chispa de emoción recorrió tu cuerpo. “¿En serio crees que eso funcionará?” preguntaste, intrigada.
“¿Por qué no? Un poco de drama siempre es divertido”, dijo él, encogiéndose de hombros.
Así comenzó el acuerdo entre tú y Logan. Cada vez que estaban juntos, se lanzaban miradas coquetas y bromas, mientras la tensión en el aire crecía. Se volvía cada vez más difícil distinguir si los sentimientos que comenzaban a surgir eran parte del juego o si había algo más.
Con el acuerdo en marcha, cada vez que te encontrabas con Logan, era como si una chispa invisible iluminara el ambiente. Cada encuentro estaba lleno de bromas mordaces y miradas que parecían durar demasiado tiempo. La farsa se había convertido en un juego, y aunque ambos intentaban no involucrarse emocionalmente, había algo inevitablemente electrizante en la interacción.
Una tarde, mientras todos estaban reunidos en la sala de estar, decidiste sentarte junto a Logan. Te inclinas hacia él, sonriendo, y lanzas un comentario despreocupado. “¿Sabes? Creo que deberíamos empezar a hacer más ruido con esta ‘relación’”, dices, haciendo referencia a la atención que Scott y Jean parecen prestarte cada vez que estás cerca de Logan.
Logan te mira de reojo, su expresión seria desafiada por una ligera sonrisa. “¿Qué sugieres? ¿Un beso en público? Porque eso haría que Scott se sintiera como un perdedor. Aunque ya lo es, así que no es gran cosa”, responde, dejando escapar una risa burlona.
Eres un idiota, logan. "una sonrisa se asomó en mi rostro y golpee suavemente su hombre juguetonamente ante su comentario infantil"
A medida que los días pasaban, la tensión entre ambos crecía, especialmente durante las sesiones de entrenamiento. Mientras los demás se dispersaban, tú y Logan permanecían en el gimnasio, ambos respirando con dificultad tras el esfuerzo.
“¿Te crees tan genial por empujarme al suelo?” preguntaste, intentando mantener el tono sarcástico, pero no pudiste evitar que una sonrisa se asomara en tus labios.
Logan se encogió de hombros, su expresión desinteresada. “Es solo un recordatorio de que siempre hay alguien mejor. No me malinterpretes, me gusta que lo intentes, pero a veces deberías saber cuándo es el momento de rendirse”.
“¿Rendirme? Nunca. Tal vez solo necesites que alguien te muestre que no siempre puedes ganar”, le respondías, pero la chispa en sus ojos te hizo dudar. Había algo en esa rivalidad que estaba comenzando a sentirse más como una conexión.
En un instante de desafío, decidiste lanzarte de nuevo hacia él, pero esta vez no con furia, sino con un giro inesperado. Lo esquivaste, usando su propia fuerza en su contra para hacer que tropezara ligeramente. La sorpresa en su rostro era suficiente para hacerte reír. “¿Ves? No soy tan fácil de desestimar”.
Logan se recompuso rápidamente, su mirada fija en ti. “Impresionante, realmente. Quizás no seas tan inútil como pensé”, dijo, aunque el tono burlón aún estaba presente.
Te acercaste, disfrutando de la pequeña victoria, pero en el fondo, esa satisfacción era solo una fachada para ocultar lo que realmente sentías. “No soy inútil, Logan. Solo estoy aprendiendo a jugar con las reglas. Quizás tú deberías hacer lo mismo”.
“A veces las reglas son lo que nos mantienen en línea, cariño" comentó desde el suelo mirándome con aquellos orbes claros.
"Tal vez deberías despejarte de tu zona de confort”, dijiste, sabiendo que esas palabras podrían ser más que una simple provocación.
En ese instante, Logan se acercó un poco más cerca, y sentí su presencia dominante envolviéndome. “No te preocupes por mi zona de confort. Me gusta donde estoy”, respondió con una voz baja, y aunque había una desafiante certeza en sus palabras, algo en su mirada te hizo cuestionar si realmente lo creía.
“¿De verdad?” desafiaste, manteniendo la mirada. “Porque parece que te aterra la idea de salir de esa burbuja. ¿Qué pasaría si un día decides arriesgarte?”
La sonrisa que apareció en su rostro fue inesperada y genuina, un momento raro en su comportamiento normalmente cínico. “¿Arriesgarme? No sé. Pero quizás, solo quizás, podría considerarlo. Aunque te advierto, no soy fácil de manejar”, dijo, su tono de burla regresando, pero esta vez había un matiz diferente.
Ambos sabían que la línea entre la rivalidad y algo más se estaba desdibujando. A medida que continuaban intercambiando miradas y palabras cargadas, la tensión se volvió casi insoportable.
De repente la atmósfera se vio interrumpida por dos figuras entrando al gimnasio, ambos desviamos nuestras miradas encontrándonos a nuestros objetivos.
“¿Viste cómo le di un golpe a ese tipo? No pueden imaginar su cara”, exclamó Scott, su risa resonando en la habitación.
Jean se unió a la risa, y su mirada brillaba al ver a Scott en acción. Era un momento perfecto, y mientras los veías interactuar, sentí cómo una punzada de tristeza se alojaba en mi pecho. Habías estado intentando ignorar tus propios sentimientos hacia Scott, pero verlo tan cercano a Jean te hacía cuestionar tu propio papel en todo esto.
Logan, que había estado concentrado en el combate, notó el cambio en tu expresión. La forma en que te encogiste un poco, como si te doliera ver a Scott y Jean tan felices juntos, no pasó desapercibida para él. Su mirada se volvió intensa, estudiándote con una curiosidad que parecía ir más allá de la rivalidad habitual.
Sin pensarlo, y en un impulso repentino, Logan se acercó a ti, aún en posición de combate. “¿Te molesta verlos juntos?” preguntó, su tono entre sarcástico y serio.
“No es eso”, intentaste responder, pero la tensión en tu voz era evidente. Te estabas perdiendo en tus propios pensamientos, y cuando Logan giró su cuerpo para enfrentarte, sus ojos estaban tan cerca de los tuyos que sentías que la respiración se te cortaba.
En un movimiento inesperado, Logan te giró hacia él, atrayéndote hacia su cuerpo. Antes de que pudieras reaccionar, lo sentiste acercarse y, en un instante, sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado y sorpresivo. Era un gesto que hacía visible todo lo que había estado oculto bajo la superficie de su rivalidad.
El mundo a tu alrededor se desvaneció. Era como si el aire se hubiera encendido, y por un breve momento, todo lo que importaba era la conexión entre ustedes. La sorpresa en tu rostro se transformó en aceptación, y te dejaste llevar por la intensidad del momento.
“¿Qué…?” Scott comenzó, su voz una mezcla de incredulidad y confusión.
Logan y tú os separasteis lentamente, ambos respirando pesadamente mientras realizabais lo que acababa de suceder. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y la realidad comenzara a establecerse. La relación que habían fingido había pasado a ser algo real y visible para todos.
“Esto... esto no es lo que parece”, intentaste balbucear, sintiendo una mezcla de vergüenza y emoción.
“¿Entonces, qué es?” preguntó Jean, su tono sereno pero cargado de sorpresa. “Porque parecía que te estaba besando”.
Logan miró a Scott, su expresión era desafiante, pero había un destello de vulnerabilidad en sus ojos. “Es exactamente lo que parece. Y sí, hay algo más que solo rivalidad entre nosotros”.
La confusión y la sorpresa inundaron la habitación, y mientras Scott procesaba la información. Había pasado de ser un juego a una nueva realidad, y las emociones que habían estado reprimidas ahora estallaban como un volcán.
...
Días después de aquel inesperado beso en el entrenamiento, la situación en la casa de los X-Men se había vuelto aún más tensa. Scott y Jean estaban más cercanos que nunca, y la verdad sobre su relación había quedado al descubierto. No podías dejar de pensar en la forma en que habían estado ocultándolo, cómo habían jugado con tus sentimientos sin que lo supiera.
Esa noche, a la medianoche, decidiste que necesitabas un respiro. Te levantaste de la cama y te dirigiste a la cocina, con la esperanza de encontrar algo de tranquilidad en la oscuridad. Sin embargo, al entrar, la vista que te recibió te sorprendió: Logan estaba allí, recargado contra la encimera con una cerveza en la mano, la luz de la nevera iluminando su figura robusta.
Te detuviste en la puerta, sintiendo una mezcla de emociones. No habías tenido la oportunidad de hablar con él desde aquel día en el entrenamiento, y ahora el simple hecho de verlo te hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Pero a la vez, la confusión y la frustración volvían a ti.
“¿Buscando algo?”, preguntó Logan, levantando la vista hacia ti. Su tono era despreocupado, pero había algo en su mirada que delataba que sabía que no estabas bien.
“No, solo… necesitaba aire”, admitiste, sintiéndote un poco vulnerable. Te acercaste, apoyándote contra la encimera opuesta a la de él.
“¿Por Scott y Jean?” preguntó, su voz grave pero suave. No necesitabas responder, la expresión en tu rostro lo decía todo. Logan dejó escapar un suspiro. “Eran un par de tontos por no decírtelo. Pero eso no cambia lo que pasó entre nosotros”.
Aquel recordatorio de su beso resonó en tu mente, pero la realidad de la situación te golpeó con fuerza. “No puedo creer que me hayan engañado así. Pensé que éramos amigos. ¿Por qué no me lo dijeron?”.
Logan se encogió de hombros, su mirada intensa fija en ti. “Porque a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen. No siempre se puede jugar limpio.
“Lo sé”, murmuraste, sintiendo que las lágrimas comenzaban a asomarse. “Me duele pensar que he estado tan ciega, confiando en ellos”
"shh" dejó la cerveza en la encimera con un golpe seco y dio un paso hacia mí, sus ojos prendidos bajando hacia mis labios.
Antes de que pudiera reaccionar, Logan cruzó la distan cia entre nosotros en un solo paso, y sus manos grandes me atraparon por la cintura, apretándome contra su cuerpo. Mi respiración se cortó de golpe cuando nuestras miradas chocaron. La intensidad en sus ojos me quemaba, pero no retrocedí. Algo en su mirada me desafiaba, y yo estaba dispuesta a enfrentarlo.
"No eres ciega", dijo, su voz más baja ahora, sus labios rozando apenas los míos. "Sabes perfectamente lo que es esto".
El aire se volvió denso. Su agarre en mi cintura se intensificó, y sentí el calor de su cuerpo irradiando contra el mío, nuestros pechos rozándose en cada respiración contenida. Era una batalla, y ambos lo sabíamos. Pero esta vez, no había armas ni palabras afiladas. Solo deseo reprimido.
Sin más advertencia, Logan inclinó su cabeza y me besó. No fue un beso suave, ni dulce. Fue desesperado, como si ambos estuviéramos buscando algo en el otro que habíamos negado por demasiado tiempo. Mi cuerpo respondió antes de que mi mente pudiera alcanzarlo, mis manos se aferraron a sus hombros mientras su boca reclamaba la mía con una intensidad que me dejó sin aliento.
Sus manos recorrieron mi espalda, bajando por mi cintura hasta apretarme más contra él. Un gemido bajo escapó de mis labios, y me odié por lo mucho que lo deseaba en ese momento. Pero no podía detenerlo. El beso se profundizó, cada movimiento más urgente, más hambriento, hasta que me faltó el aire y tuve que separarme.
Logan me miró con sus ojos entrecerrados, su respiración pesada, y una sonrisa ladeada asomó en sus labios. "Te lo dije, no era un juego".
No pude responder. Mis pensamientos estaban nublados por el deseo, por la necesidad que todavía vibraba entre nosotros. Logan no me dio tiempo a procesarlo. Tomó mi mano con firmeza, entrelazando sus dedos con los míos, y tiró suavemente de mí, llevándome hacia la puerta de la cocina.
"¿A dónde vamos?" pregunté, mi voz apenas un susurro mientras lo seguía sin resistencia.
"A despejarte de todo eso. Te lo dije, fuera de tu zona de confort", respondió sin mirar atrás, su tono decidido, pero con ese matiz juguetón que lograba desarmarme.
Y así, me dejé llevar por él, sabiendo que lo que había comenzado como una mentira para darle celos a Scott, ahora se había convertido en algo real. Algo que ya no podía ignorar, aunque quisiera.
#wolverine x reader#logan howlett x reader#wolverine fanfiction#logan howlett smut#logan howlett x you#wolverine smut#logan howlett x f!reader#logan howlett x fem!reader#the wolverine#wolverine#logan howlett#hugh#hugh jackman#deadpool and wolverine#james howlett#marvel x reader#marvel#lobezno#xmen movies#jean grey#scott summers#relacion#xmen
49 notes
·
View notes
Text
Uma & Ada | Enzo Vogrincic
Para: los amantes de gatitos!
~
Pasaste toda la noche estudiando para tu examen de medicina y olvidaste por completo que dejaste la puerta del balcón abierta. Te quedaste dormido en el escritorio de tu apartamento y, honestamente, nada te importaba, ya que estabas sumamente cansado.
Al día siguiente, te despiertas y encuentras tu apartamento hecho un desastre. Los sillones están rayados y rasgados, tus cojines están rotos, las plantas están destruidas y el piso está lleno de tierra. Además, parece que hay excrementos.
Estás al borde de un ataque de nervios, gritando por la ansiedad y el horror de tu apartamento. Despeinada, con pijama y tus pantuflas de tortuga, te das cuenta de algo increíble: ¡descubres huellas de gatos que parecen haber organizado una fiesta de destrucción en tu hogar! Parece que tus cojines han sido sus juguetes y tus plantas, sus campos de batalla.
Decides seguir las huellas caóticas que te llevan directo al baño. A medida que te acercas, escuchas un estruendoso "miau", o más bien, varios "miaus" en un coro afinado de caos felino. Al abrir la puerta del baño, te encuentras con la escena surrealista de dos gatos relajándose en la bañera como si fuera su propio spa exclusivo. Parece que la fiesta de destrucción ha alcanzado su clímax acuático. ¡Estos felinos saben cómo disfrutar de la vida en tu ausencia!
Después de recoger a los dos gatos de la bañera, escuchas un insistente golpeteo en la puerta de tu apartamento. Ahí estás, en pijama, con pantuflas de tortugas, sosteniendo a los gatos como si fueran tu nueva adquisición. Te acercas a la puerta y, sin abrirla, gritas: "¡¿Qué quieres?! ¡Estoy sumamente ocupada, lo siento, nada de sermones hoy!"
Pero la situación se complica cuando escuchas la voz de un hombre diciendo: "No encuentro a mis bebés, Uma y Ada." Sin entender del todo, le respondes de manera un tanto brusca: "Pues, amor, ve a la policía, no a mí." Sin embargo, él insiste: "Ellas son peluditas y chiquitas." Con un suspiro, abres la puerta para escuchar mejor y, en un instante, el hombre exclama emocionado: "¡Uma! ¡Ada!"
Pero cuando lo ves, te quedas en blanco. Ese hombre es sorprendentemente atractivo, con su tez de canela, ojos que podrían derretir chocolate, cabello despeinado con encanto, y una nariz extravagante.
Después del impactante encuentro, te quedas paralizada por un momento, sin saber cómo reaccionar frente a la repentina aparición de este hombre increíblemente atractivo. Él te mira con sorpresa y una sonrisa amigable, sin dejar de buscar a sus gatos peluditos.
Tú, aún en pijama y con tus pantuflas de tortugas, intentas recuperar la compostura y le dices con un tono desconcertado: "Ehm, ¿estás buscando a estos dos traviesos?" Levantas a Uma y Ada para mostrárselos, tratando de no perder de vista al hombre tan guapo que de alguna manera ha entrado en tu vida.
Él, con una mezcla de alivio y agradecimiento, te mira directamente a los ojos y dice: "¡Oh, gracias a Dios los encontré! No sabes cuánto significan para mí." Mientras tanto, su expresión cambia de preocupación a una especie de aprecio, como si estuviera notando algo más allá de la situación de los gatos.
Entre risas nerviosas, le devuelves la sonrisa y comentas: "Bueno, me alegra que los hayas encontrado. Aunque debo decir que tu búsqueda ha sido más emocionante de lo que esperaba para un martes por la mañana". Ambos se ríen, y él te mira con una chispa de interés, como si la situación hubiera llevado a un encuentro que ninguno de los dos esperaba.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#uruguay#latina#fanfic#my writing#spanish#gatoslindos#gatos#enzo vogrincic fic
240 notes
·
View notes
Text
NO THOUGHTS, JUST SMURFING(?
1. Me gusta mucho pensar en un Papá Pitufo que se aloque y emocione mucho haciendo sus experimentos, tipo cuando los haga pierda esa compostura formal y parezca científico loco cuando hay resultados y se ría y aja, cuando ningún pitufo está cerca.
Alch sería cul verle actuando así sjshsksbsksnsk
Lo kiero mucho(?
2. ESO SMOOGLE ALM SMOOGLEEEE
#smurfs#paps arty#my art#the smurfs#doodle#(great smurfs!)#papa smurf#Smoogle#brainy smurf#hefty smurf#clumsy smurf
162 notes
·
View notes
Text
Trabalho em Dupla | Park Sunghoon
★ Sinopse: S/n sempre odiou Sunghoon por ele ser muito grudento, mas, sempre o guardou em um local especial no coração. Após o professor juntá-los para um trabalho em dupla, na casa de Sunghoon, tudo acontece.
★ Avisos: Conteúdo adulto, sexo explícito, Oral | S/n recebe, hit, palavrões, hot thoughts | Sunghoon, smut, pet names. Não recomendado para menores de 18 anos.
★ A/n: Gostei muito desse capítulo, e ele bombou no Wattpad, por isso resolvi trazê-lo para cá. Espero que gostem!! ah! e deixe seu feedback para saber se preciso melhorar, ou me mande uma question, para pedidos. Fiquem com o capítulo.
A sala de aula parecia mais sufocante do que o normal quando o professor anunciou os pares para um trabalho de geografia. Eu mantinha os olhos no caderno, fingindo que nada poderia me abalar, até que ouvi meu nome seguido do dele.
— Dupla número 5: S/n e Sunghoon.
Minha caneta escorregou dos dedos e caiu no chão. Um murmúrio de surpresa percorreu a sala, — provavelmente por conta do meu "ódio" por ele. Mas o som que realmente chamou minha atenção foi a risada baixa e familiar de Sunghoon. Quando ergui o olhar, ele estava virado para mim, com aquele sorriso torto e irritante que parecia brincar com minha paciência.
O motivo de toda essa raiva, é o estilo de homem que Park Sunghoon é, ou seja, totalmente irritante, grudento e chato.
Ele vive fazendo cantadas sem graça, me perturbando e me fazendo de palhaça.
Mas... para cair na real, suas cantadas antigas e super sem graças, me fizeram ganhar um amor por ele, que basicamente era igual, e na verdade, eu tinha uma pitada de medo de confessar meus sentimentos para o mesmo, por conta do seu ego alto.
Voltei para a realidade já no horário de saída, estava a sós com Sunghoon na classe, apenas arrumando minha mochila, até sentir o seu olhar me rodeando.
— O que foi? — me virei, reparando o quão bonito ele estava.
— Parece que o destino gosta de mim, não é mesmo? — ele murmurou, mal disfarçando o tom de provocação.
Revirei os olhos, já cansada, tentando ignorar a onda de calor que subiu pelo meu rosto.
— Para com isso. É só um trabalho, não se empolgue.
Ele se aproximou um pouco mais, jogando a mochila sobre o ombro.
— Onde será? Na minha casa ou na sua? — perguntou, inclinando-se levemente para o meu lado.
Engoli em seco, tentando manter a compostura.
— Prefiro na sua. Assim, quando você começar a me irritar, posso simplesmente ir embora.
Ele sorriu ainda mais, como se tivesse vencido alguma disputa.
— Tá bom. Vamos, então.
O caminho até a casa dele foi um silêncio total, mas minha mente estava tudo, menos calma. A cada passo que dava, minha mente retornava aos momentos em que nós aproximávamos até demais.
Parecia que eu não ligava, mas era totalmente o contrário, eu me importava, muito com ele.
Ao chegar, ele abriu a porta com um gesto exagerado, como se estivesse recebendo uma convidada especial.
— Seja bem-vinda ao palácio, princesa.
— Já acabou com o teatrinho? — rebati, entrando sem olhar para ele, mas vizualizando a sala.
A sala era organizada, mas havia um toque pessoal que o fazia parecer mais aconchegante do que eu esperava. Sentamos no chão, espalhando cadernos e livros entre nós. Por um tempo, consegui me concentrar. Escrever, ler, revisar. Mas, como sempre, Sunghoon não demorou a ser... bom, ele mesmo.
— Pelo o que o professor explicou, temos que revisar as últimas páginas que ele passou, e...
— Vem cá, você é sempre tão determinada assim? — ele perguntou de repente, interrompendo minha fala.
— Determinada a passar de ano sem escutar suas bobagens, acho que sim.
Ele riu, e o som era tão genuíno que me fez querer sorrir, mas me controlei.
— Não é só isso. Você é... intrigante, S/n. Sempre tão séria, tão difícil de ler.
— Provavelmente porque eu não queira que você me leia, não é mesmo?
Sunghoon se inclinou para mais perto, e meu coração disparou.
— Sabe... eu sempre soube que você tenta me evitar porque tem medo de gostar de mim.
Arregalei os olhos.
— O-O quê? Nossa, você é tão... — As palavras fugiram da minha boca quando ele aproximou o rosto, o olhar fixo nos meus lábios.
— Irritante? — Ele completou, o sorriso diminuindo enquanto a expressão dele ficava mais séria. — Talvez eu seja, mas acho que você gosta disso.
Quando ele se aproximou ainda mais, meu corpo congelou, mas ainda hesitante, afastei meu rosto do seu.
— Sunghoon... temos que fazer esse trabalho.
— O trabalho pode esperar, nós temos que começar outra coisa... — ele sussurrou antes de segurar minha mandíbula seguido de um beijo.
O toque dos lábios dele foi inesperado, suave, mas firme. Meu primeiro instinto foi recuar, empurrá-lo e dizer que ele estava louco. Mas, ao invés disso, fiquei parada, sentindo a forma como ele parecia tão seguro enquanto eu era consumida pelo caos interno.
— Sunghoon... — tentei protestar, a voz saindo trêmula, mas ele não recuou.
— Por favor, Princesa, só dessa vez, por favor. Não fuja de mim.
As palavras dele fizeram algo em mim ceder. Soltei um suspiro frustrado e, antes que pudesse me impedir, agarrei a camisa dele, puxando-o para mais perto. Sunghoon sorriu contra os meus lábios antes de aprofundar o beijo, as mãos firmes segurando minha cintura. O calor que subia por mim era inegável, e cada toque parecia incendiar algo novo.
Ele me pegou no colo e me levou para o seu quarto, minha mente estava em um completo caos. Ele me deitou na cama com cuidado, apoiando-se sobre mim enquanto os olhos dele me percorriam com intensidade.
— Você é perfeita, — ele disse, a voz rouca e cheia de emoção. — Sempre foi. Eu só nunca tive coragem de dizer.
Senti meu coração acelerar ainda mais, mas dessa vez não recuei. Em vez disso, passei as mãos pelos cabelos dele, puxando-o para mais um beijo. Aquele momento não era sobre lógica ou trabalho. Era sobre nós dois.
Seu braço deslizou para minha saia, do uniforme escolar, roçando seus dedos pela minha intimidade, ainda coberta pela fina camada de tecido que havia ali, sentido a peça íntima encharcada.
Ele se afastou por um momento e perguntou:
— Posso? — seus olhos foram de encontro com os meus. Logo assenti, permitindo senti-lo em minhas paredes.
Ele apenas afastou o tecido e logo retornou para meus lábios, sugando-os fortemente, como se esperasse por aquele momento há séculos, e realmente, ambos esperamos por aquilo.
Senti seus dedos entrarem em minha intimidade de forma suave, porém com uma pequena brutalidade, deixando-me perdida nos meus próprios gemidos, abafados pelos lábios macios e quentes de Sunghoon.
O calor entre nós parecia dominar cada canto do quarto, tornando impossível pensar em qualquer outra coisa além de Sunghoon e da forma como ele me tocava. Cada movimento era como um choque elétrico que percorria meu corpo, fazendo minha respiração ficar cada vez mais irregular.
Ele afastou os lábios dos meus, deixando um rastro de beijos pelo meu pescoço. Meu corpo reagia de forma automática, arqueando-se levemente ao toque. Sunghoon parecia estar completamente focado em mim, em cada reação que eu dava.
— Você não sabe o quanto esperei por isso... — ele sussurrou contra minha pele, a voz baixa e carregada de desejo.
— C-cala a boca, porra... — o vi pela última vez sorrindo ladino, antes de esconder seu rosto por dentro da minha saia.
Tudo o que consegui fazer, foi agarrar os seus fios negros, buscando algum tipo de apoio enquanto ele explorava cada pedaço de mim. Sua língua se movia em um ritmo que me fazia perder o controle, alternando entre lentidão torturante e movimentos mais intensos.
— Hoon... — murmurei, minha voz quase inaudível.
Ele ergueu o rosto para me olhar, seus olhos escurecidos pelo desejo. Mas, ao mesmo tempo, havia algo mais ali — um carinho que fez meu coração disparar de um jeito diferente.
— Você está bem? — ele perguntou, parando seus movimentos por um instante, como se quisesse garantir que eu realmente quisesse continuar.
Respirei fundo, tentando recuperar algum controle sobre mim mesma.
— Aham... estou, só... continua, por favor.
Ele se abaixou, seus movimentos ágeis voltando a cada segundo mais rápido. Gemi alto, incapaz de conter o prazer que ele me proporcionava. Seus dedos se juntaram à sua língua, trabalhando em perfeita harmonia para me levar ao limite.
Minhas pernas tremiam de excitação, minha respiração era descontrolada e minha boca salivava pelo prazer gigante que o garoto que eu mais odiava, me fazia.
Senti ele se afastar novamente, deixando aquilo que já estava preenchido esvaziar mais uma vez.
Levantei-me, ainda ofegante, olhando-o mais uma vez.
— O que houve agora?
— Quem diria, hum, a menina que eu mais desejava e que me odiava, agora está assim bem na minha frente. — falou enquanto estava sentado na cama, desafivelando seu cinto e logo retirando sua camisa, seguido de sua calça, me fazendo levantar de vez e alinhar-me em seu colo.
— Sabe qual é o seu único problema? — questionei
— Hum? — respondeu mordendo os seus lábios, olhando para os meus outra vez.
Desabotoei meu uniforme, ficando só com sutiã.
— É que você fala demais.
Ele abriu a boca para responder, mas antes que qualquer palavra escapasse, afundei meus lábios nos dele, calando-o por um momento, enquanto me alinhei e senti seu membro dentro de mim.
Minhas paredes estavam sensíveis, mas macias e não conseguia mais aguentar.
Quicava bruscamente contra seu pau, e ela pulsava dentro de mim, minhas unhas cravaram em sua nuca, e minha cabeça foi para trás, indicando o que já estava por vir.
Enquanto continuávamos, o quarto parecia se fechar ao nosso redor, como se o mundo inteiro se resumisse àquele momento. Cada movimento era um jogo entre nós, um misto de desejo e provocação que nos fazia perder a noção de tempo.
Suas mãos exploravam meu corpo com precisão, como se soubesse exatamente onde tocar, e meus próprios movimentos tornavam-se cada vez mais urgentes. Nossos corpos se encaixavam como se fossem feitos um para o outro, uma dança que era ao mesmo tempo feroz e íntima.
Eu gemi contra seu pescoço, sentindo-o segurar minha cintura com mais força enquanto suas próprias respirações se tornavam erráticas. O calor entre nós era quase sufocante, mas de um jeito que eu não queria que terminasse.
E então, como se estivéssemos conectados de uma forma ainda mais profunda, chegamos juntos ao ápice. Meu corpo tremeu, os últimos movimentos intensos levando-me a um estado de puro êxtase. Ele sussurrou meu nome em um tom rouco, sua testa colando-se à minha enquanto ambos tentávamos recuperar o fôlego.
Por alguns minutos, tudo o que ouvimos foi o som de nossas respirações e dos corações acelerados. Eu o encarei, ainda sentada em seu colo, e ele me deu um sorriso satisfeito, seus dedos traçando círculos preguiçosos em minhas costas.
— Acho que, agora, você não tem mais nenhum motivo para me odiar — ele disse com um tom de brincadeira, embora seu olhar fosse suave, quase carinhoso.
— Não se ache demais — rebati, mas não pude conter um pequeno sorriso enquanto me inclinava para dar um beijo suave em seus lábios.
Ele riu baixinho, apertando-me contra si.
© Todos os direitos reservados à m4ryszz
#m4ryszz#enhypen#enha smut#enhypen smut#sunghoon#sunghoon hard thoughts#sunghoon hard hours#smut#sunghoon smut#so hot and sexy#sunghoon x reader
22 notes
·
View notes
Text
youtube
Compostura de ropa, la clave de la renovación
Cuando haces uso de los servicios de compostura de ropa estás dando una renovación a tu guardarropa pero sin invertir tanto.
La compostura de ropa es el futuro sostenible de toda la empresa de la moda, una respuesta sustentable que no deja atrás el estilo.
Si se rompió una de tus prendas o simplemente quieres darle una nueva imagen, la compostura de ropa es la opción ideal para ti.
Extender la vida útil de tus prendas no solo aporta beneficios para ti, sino que también para el medio ambiente.
En Sastrería Macazaga contamos con el servicio de compostura de ropa, ya que somos especialistas en todo tipo de prendas para dama y caballero así como cualquier tela, podemos lograr que luzcas espectacular.
0 notes
Text
A veces, por variar, retengo largo rato el aliento. Un ejercicio más, e incluso, como en cierta ocasión me dijo un médico, beneficioso para la salud. O bien escribo. O cierro los ojos, aunque no estén cansados, para no ver nada. Los ojos transmiten ideas, por eso los cierro de vez en cuando, a fin de no verme obligado a pensar. Permaneciendo así, en total inactividad, uno siente de pronto cuán penosa puede ser la existencia. No hacer nada y, sin embargo, guardar la compostura, es algo que exige energía; el que hace cosas lo tiene, en comparación, muy fácil.
—Robert Walser, Jakob von Gunten. Traducción de Juan José del Solar.
27 notes
·
View notes
Text
(back)stage Pt. 1
Introducción: Satoru Gojo, uno de los actores más importantes y reconocidos de la industria del entretenimiento, cuya apariencia y personalidad se roban el corazón de miles de personas alrededor del mundo, no es el dulce y lindo chico que todos creen. A puerta cerrada, se trata de alguien egoísta e inseguro, que sabe como manejar su entorno para su beneficio personal, arruinando vidas a diestra y siniestra sin una pizca de remordimiento; su pareja, una chica común y corriente empujada al centro de la fama sin previo aviso, siendo la más perjudicada por sus acciones una vez que las cosas se empiezan a complicar para Satoru, obligandolo a tomar medidas drásticas para mantener el control.
Aclaraciones: Opté por darle una identidad propia a la protagonista, nombrandola Emi Ito para evitar poner "___" o "(t/n)", ya que siento que arruina la fluídez de la historia.
NO se busca romantizar ninguna de las actitudes y comportamientos tóxicos en esta historia, todo lo contrario, cualquiera de estos pensamientos y acciones son condenados rotundamente. Por favor, si no eres capaz de separar la realidad de la ficción, no sigas leyendo.
Contenido/TW: Relación toxica, manipulación, autodestrucción, gaslighting, abuso de poder, humillación, burlas, violencia psicologica, celos, infidelidad, narcisismo, egocentrismo, egoísmo, satoru actor au, toxic satoru gojo.
4.2k words.
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆
Llevaban alrededor de diez minutos esperándolo, pero parecía que nunca iba a terminar. No cuando fan tras fan llegaba a unirse a el grupo de personas que rodeaban a Satoru rogando por un autógrafo o fotografía con él, como si jamás se acabaran.
"Satoru," Ya era la quinta vez que le hablaba, pero seguía ignorándola. "¡Satoru!"
Finalmente terminó volteando cuando una de las chicas tocó su hombro y señaló detrás de él, innecesariamente colocando su mano detrás de la cabeza de ella para acercarla y poder escuchar mejor lo que tenía para decirle una vez que captó su atención.
"Ya estoy por terminar, cariño." Sin embargo, ambos sabían que eso era una mentira.
Cansada, decidió adelantarse. Le señaló a un personal de seguridad para que la siguiera, ayudándola con su maleta. Sí Satoru no pensaba en acabar pronto con su lindo momento de atención, ella no tendría por qué estar esperándolo como tonta, parada detrás de él, mientras veía como chica tras chica se le insinuaba y coqueteaba descaradamente, a pesar de que su novia estuviera literalmente al lado suyo. Podía jurar que, si no fuera por sus lentes, vería como sus ojos se clavaban en los escotes que tenía frente a él.
Ni siquiera quiso voltear a verlo cuando al fin se dignó en entrar a la camioneta en la que ella estaba esperando, fue hasta que avanzaron y dejo de despedirse de sus fans que se disculpó.
"Lo siento," Pero su sonrisa decía lo contrario. "Ya sabes cómo es, tengo que mantenerlas contentas."
"¿Siendo tan cariñoso?"
Satoru giró los ojos, irritándose por saber hacia dónde iba aquel comentario. Suspiró y se llevó una mano a la frente, tratando de mantener la compostura. "Ya hemos hablado de eso."
"Y sin embargo, lo sigues haciendo."
"Mira, realmente estoy cansado hoy, ¿sí? Ese vuelo de doce horas créeme que fue agotador. A diferencia de tí, yo no pude dormir por estar aprendiéndome el libreto para el rodaje de mañana. Sólo tengo que portarme bien y ser amable con ellas para que me sigan apoyando, de lo contrario me terminarán odiando. Parece que te encanta volver todo más difícil de lo que ya es."
Eso fue suficiente para hacerla callar. Era cierto. Lograba entender hasta cierto punto los sacrificios que tenía que hacer para mantener su carrera a flote y no pasar desapercibido, claro que lo hacía. Pero, tal vez no era el mejor momento para echarle en cara algo que ya le había asegurado que no tendría por qué preocuparse. Estaba siendo una pesada.
"Escucha, linda." Su mano cubrió la de ella. "Lo discutiremos ya que lleguemos a casa, ¿está bien? Solo déjame descansar un poco antes del evento."
No pudo decirle que no, por lo que solo se limitó a dirigir su atención al paisaje que tenía frente a ella a través de la ventana del auto. El día era tan soleado que incluso la luz reflejada en el suelo la encandilaba, por lo que luego de unos minutos, miró hacia su lado de nuevo, observando el pacífico rostro del chico al lado de ella, durmiendo tranquilamente. A veces la sacaba de quicio, la enloquecía. Pero aun así lo amaba.
De eso se trataba el amor. Aceptar a la otra persona con sus cosas buenas y malas. Y él, aunque podría tener cosas bastante cuestionables, las buenas ganaban por montón. No podía durar mucho tiempo molesta. No cuando sabía a lo que se metía cuando aceptó ser su pareja.
El peliblanco pareció notar su mirada; no estaba tan dormido después del todo. Con la mano le indicó que se acercara, y ella obedeció, poniendo su cabeza en el regazo del contrario mientras este volvía a cerrar los ojos y comenzaba a acariciar su cabello. Le encantaban los cariños que él le daba, y lo sabía. Silenciosamente trataba de contentarla, lo que le pareció tierno. Ella debía de ser la que le diera cariños al otro para ayudarlo a conciliar el sueño, no él. Sin embargo, no dijo nada y cerró los ojos.
Si, no podía durar mucho tiempo molesta.
Cuando entraron a la casa, Satoru se dejó caer en el sillón de la sala de estar mientras que la pelirroja se acercaba a la mesa del comedor, donde yacían sobres y cartas para el actor. Como de costumbre, las tomó y comenzó a leer los destinatarios.
Gojo, Gojo, Gojo, Gojo... ¿Emi?
Alzó una ceja. No era algo de todos los días recibir una carta como esas. A pesar de que era conocida por ser la novia de uno de los actores más importantes del mundo de la actuación hoy en día, jamás había recibido una carta en los últimos dos años desde que se filtró la residencia en la que vivián.
La abrió, cuidando de no romperla, y la leyó. Sus ojos brillaron y una sonrisa fue mas que evidente en su rostro.
Era de una niña, Akima. A juzgar por la letra y gramática, probablemente seguía en primaria. Hablaba de lo linda que era y cómo era su ejemplo a seguir. Quería ser como ella y encontrar un hombre tan guapo como el que tenía de pareja. Le contaba sobre los posters que tenía en su habitación, de ambos, y que había hecho sus propias photocards con impresiones y cinta adhesiva ya que no vendían productos de Emi como lo hacían de Satoru. Incluso anotó la cuenta de TikTok que había creado para subir edits de ella.
Luego de haber terminado de leer la carta y separar el dibujo que venía junto con ella -donde mostraba lo que parecía ser Emi y Satoru al lado de una niña con cabello rojo también-, para colgarlo en su espejo, tomó su celular e ingresó a TikTok. Sintió como su corazón se estrujaba de ternura al ver los videos de su cuenta. No tenía idea de que era un edit como lo mencionaba en la carta, por lo que fue toda una sorpresa para ella ver los distintos clips y fotos -que ni siquiera sabía de donde se podían haber sacado- con canciones de fondo. Era algo nuevo para ella, y le encantaba. Le dio like a cada uno de ellos y siguió la cuenta.
"¿Qué haces?" La voz de Satoru se escuchó desde el sofá, levantándose y caminando hacia ella.
Sin mover la mirada de su celular, le contestó con una sonrisa, pacientemente esperando cuando él la alcanzara para mostrarle lo que estaba viendo. "Una niña me ha hecho una cuenta de... ¿edits?... Creo que así se le dicen. Mira."
Sin duda el entusiasmo no era el mismo, pero sonrió. ¿O se burló? No sabría decir con exactitud.
"Que tierno. Pero ¿no te parece que están mal hechos? Casi puedo jurar que es a propósito." Le quitó el celular de las manos, deslizando hacia abajo para seguir viendo los videos que se habían publicado. Solo uno o dos tenían algo que ver con él, Emi siendo el foco de atención en todos.
"Pues, no están hechos por una profesional si es a lo que te refieres. Pero es mucho mejor de lo que yo podría hacer, así que me parece estupendo."
"Cualquier cosa te sorprende."
En eso tenía razón. No era buena para la tecnología en lo absoluto así que cualquier imagen con un filtro básico era una obra de arte a sus ojos. Por eso mismo era que alguien más llevaba el control de sus redes sociales ahora que podía estar en el ojo público mucho más fácil, y por ende, arruinar sus reputaciones con algún error que cometa.
"No creo que tengan tan buenas intenciones. Deberías reportar la cuenta."
"¿Qué? ¿Por qué?"
"Así es como lo hacen ahora. El punto es que tu creas que ese apoyo es genuino, usando videos, comentarios y publicaciones que rozan en lo ridículo sin que lo sepas para que lo agradezcas y puedan burlarse de ti por creértelo. Se le dice consumo irónico."
"Eso no tiene sentido."
"¿Sabes lo qué es el bait?"
"No."
"Exacto." En un par de segundos ya le estaba mostrando edits de él, con una mucha mejor calidad y edición que los de ella. "Esto es apoyo real. Lo otro era mediocridad." Estaba en shock. ¿Cómo era posible que la gente pudiera hacer tan buenos videos con solo unas imágenes? "Confía en mi, amor. A veces eres muy ingenua e inocente. Te lo digo para protegerte, es por tu bien."
Y así fue como Satoru bloqueó y reportó la cuenta para después tomar todas las cartas y sobres de la mesa y llevárselas a otro lado, incluyendo el dibujo que la pequeña le había hecho. No la dejó conservarlo, diciendo que probablemente era una burla también por lo feo que era.
Eso le dolió, pero suponía que él sabía mejor. Después de tantos años en la farándula empiezas a notar cosas que los demás no, preocuparte por cosas que los demás no se molestarían en pensar si quiera. Así que solo se quedó parada, viendo la ahora foto de perfil en gris de la cuenta de la pequeña, sintiéndose mal por ella, a pesar de que podría ser cualquiera fingiendo ser una niña como Satoru le había dicho.
"Tus padres llamaron. Preguntaron cuando podríamos ir a verlos."
"¿En serio?" No le resultó raro que le hablaran a Satoru en lugar de a ella. Rara vez se daba cuenta de cuando alguien le marcaba, por lo que muchas veces terminaba devolviendo llamadas horas después de que la gente dejara un buzón de voz.
"Sí. Les dije que lo hablaría contigo. Pero no creo que pueda pronto por el evento, el estreno, la sesión de fotos, la entrevista..."
Ya habían pasado semanas desde la última vez que había visto a sus padres. No habían podido visitarlos debido a la apretada agenda de su novio, llevándola consigo a la mayoría de actividades que debía hacer, y porque procuraban ir juntos a visitarlos desde que le dijeron a Emi que lo llevara más seguido.
"Por eso pensé en que podrías ir tú. No pasa nada si no me acompañas hoy. Es mejor que por lo menos tú los veas ahora que puedes."
Lo pensó un poco. De verdad que quería acompañarlo. Llevaba semanas pensando en el vestido que usaría, junto con el peinado y maquillaje que le pediría a su estilista; esperando el momento que se reencontrara con algunas artistas con las que se llevaba bien pero solo podía ver cuando asistía a reuniones de ese tipo. Sin embargo, la familia era la familia, y no había nada que la hiciera más feliz que verlos antes de que la mitad de ella se mude a otra ciudad.
"¿Estás seguro?"
"Sí. Paso por ti en cuanto termine el evento, para que vayamos a la sesión de mañana juntos, ¿te parece?"
"Pero va a ser muy tarde para que estés manejando. Mejor me quedo hasta la mañana siguiente, ¿no?"
"No te preocupes por eso. Paso por tí en unas horas. Tú solo arréglate y listo."
La chica le sonrió y subió a la habitación para cambiarse. Afortunadamente, sus asistentes ya habían acomodado toda la ropa de sus maletas en los closets, así que no tardó mucho en encontrar un conjunto que le agradara para esa noche. Un simple pero lindo vestido blanco holgado y de tirantes fue lo que decidió usar. Con suerte incluso podría toparse con sus primos que solían visitar la casa de sus padres los fines de semana.
En menos de quince minutos, ella ya estaba lista, siguiéndolo hacia el garaje y tomando el asiento de copiloto. El camino fue largo como de costumbre; apenas llegando a las cinco de la tarde cuando habían salido de Tokio a las tres. Luego de despedirse del peliblanco con un beso, pidiéndole que no condujera rápido de regreso, este le dijo que se disculpara con sus papás por no haber podido bajar a saludarlos debido al tiempo, desapareciendo en cuanto el coche dio la vuelta en la esquina. Frunció el ceño al escuchar el motor del auto acelerando más de lo debido.
"¡Emi!" Sintió unos pequeños brazos abrazando sus piernas, y rápidamente identificó de quien se trataba.
"¡Kiro!" Imitó su voz, cargándolo y entrando a la casa de su familia junto con él.
Sonrió cuando vio que tuvo suerte. Sus primos e incluso tíos estaban ahí, jugando un juego de mesa mientras esperaban que la lasaña se terminara de cocinar, el familiar olor siendo como un shot de dopamina para Emi. Los más pequeños estaban afuera, fue por eso que Kiro la vio cuando llegó.
En un par de minutos, ya había saludado a todos y se encontraba sentada en la alfombra, tratando de adivinar lo que sea que su papá quería recrear con mímica. Realmente era malo para ese juego; podría jurar que la acababa de insultar de doce maneras distintas en lengua de señas.
"¿Y Gojo?" Una de sus primas más cercanas, Yume, preguntó, sentándose al lado de ella en la alfombra.
"No pudo venir, tiene un evento en unas horas. Pero les manda saludos a todos."
"Tan lindo como siempre." Su madre intervino en la conversación, ofreciéndole unas papas fritas que tenían como botana en un tazón. "¿Le diste las gracias?"
Negó las papas y la miró confundida. "¿Gracias? ¿Por qué?" Claro que había muchas cosas por las que agradecerle, pero no sabía bien a que se refería exactamente en ese momento.
"Por organizar la reunión. Si no fuera por él, nadie hubiera venido."
"Ah... ¿En serio?"
"Sí. Llevaba unas dos semanas insistiendo."
"¿Dos semanas?"
Sintió alegría y confusión al mismo tiempo. ¿Ya sabía que no la llevaría al evento de esta noche, pero aun así dejó que se ilusionara por ir? Quiero decir, nada le emociona más que estar con su familia, pero... No lo sé. Le sentaba mal.
"¿Por qué esa cara?" Yume preguntó, algo preocupada por ella. Le parecía rara la reacción que tuvo.
"No, por nada. Es sólo que..." No sabía cómo explicarlo sin sonar mal. "Me pudo haber avisado, es todo."
"¿Eso es lo que te preocupa?" Su madre giró los ojos. A veces de verdad que era difícil entender a su hija. "Te está dando una sorpresa, ¿y tu piensas en eso? Deberías de estar agradecida porque se preocupa por ti y busca la manera de darte lo que quieres. No seas tan quisquillosa, Emi. Qué más quisiera yo que tu padre me diera una sorpresa de esas."
Miró hacia otro lado, avergonzada. Tal vez si estaba siendo muy exigente. Tal vez no debería de pensar más allá y agradecer por el gesto que había tenido sin que se lo pidiera. Tal vez...
"¡Karate Kid!"
"¡Sí!"
Al fin alguien había adivinado lo que su papá trataba de imitar y terminó la primera ronda del juego.
"¿Ahí te vas a quedar?"
Emi miró a su mamá, ya con pijamas y apagando las luces de la casa, dejando encendida la lampara de la sala donde su hija estaba sentada. Había pasado una hora desde que todos se habían ido y ella seguía sentada, luchando por no quedarse dormida mientras esperaba a Satoru.
"No debe de tardar mucho, a las 10 terminaba el evento."
Sabía que no podía discutir con su hija, por lo que luego de desearle las buenas noches, subió las escaleras. Le había ofrecido un pijama para que estuviera más cómoda en lo que esperaba por él, pero no lo veía necesario. Pasaron dos horas desde que Satoru se había desocupado; solo tenía que esperar unos minutos más.
Sin embargo, esos minutos se convirtieron en media hora, y esa media hora en una hora, y esa hora en horas. Realmente pensó que iría por ella esa noche, pero fue hasta que su mamá la despertó en el sillón que se dio cuenta que no.
"Hija, ya llegaron por ti."
Miró a su alrededor, notando que se veía un brillo alrededor de las cortinas, y que la luz que iluminaba la casa no era artificial. Gimió leve, estirándose después de haber estado por horas en, al parecer, la posición más incomoda que había encontrado. Solo se despidió de su mamá, pues su papá ya estaba en su trabajo, y salió de la casa.
Una vez que entró al coche, vio porque su madre no la siguió para saludar a Satoru como siempre lo hacía.
"Buenos días, señorita Ito."
"Buenos días, señor Ren. ¿Y Satoru?"
"El señor Gojo me mandó a que pasara por usted porque hubieron ciertos imprevistos el día de ayer. Dijo que no podría acompañarlo a la sesión de hoy tampoco. Para compensárselo me indicó que podríamos ir a su cafetería favorita, pero que, de todas maneras, luego hablaría con usted. ¿Le parece bien?"
Emi desvió su mirada del chofer para ver la hora que marcaba en la pantalla del auto. 10:30. No podía creer que se había quedado dormida hasta tan tarde, podría jurar que puso una alarma para esta mañana.
Quiso encender su celular para verificarlo, pero se percató que no pudo. Estaba descargado. A lo mejor por eso no se había enterado tampoco que Satoru -o más bien su chofer- no podría pasar por ella sino hasta el día siguiente.
"Por cierto, también me pidió que me diera su celular para llevarlo a arreglar."
"¿Arreglar? ¿Por qué? Funciona muy bien."
"Disculpe, mala elección de palabras. Quise decir para darle el mantenimiento anual. El de él también lo llevaré con el ingeniero para que se asegure que todo esté bien."
Sin pensarlo mucho, se lo entregó. No era como que no pudiera vivir sin el después de todo. Rara vez lo usaba para algo más que no fueran alarmas o llamar a sus amigos de vez en cuando. Así que no le fue gran cosa.
Luego de unos minutos de silencio, este fue interrumpido por el hombre al lado de ella.
"¿Y cómo se la pasó, señorita?"
Ella le sonrió. Amable y agradable como de costumbre. "¡Muy bien! Vinieron Yume y mis primos de Kanazawa, incluso trajeron a sus niños y nos divertimos mucho."
"Es muy bueno escuchar eso. ¿Aún piensan en mudarse?"
"Sí. Les parece mucho mejor Sapporo, así que no hay mucho que se pueda hacer."
"Es una lástima. Pero verá que, cuando menos lo piense, los estará visitando."
"Eso espero. Pero, como sea. Escuché que se tomó un descanso hace unos días, ¿qué tal todo allá? ¿su esposa ya está mejor?"
Sonrió. Una genuina sonrisa. "¡Si! Ya está mucho mejor, gracias por preocuparse, señorita. Mi niña se acaba de graduar de la universidad por lo que fui a celebrar junto con la familia. Y mi hijo, del que le conté que estaba buscando trabajo, pues ya encontró, y uno bastante bueno. Incluso está pensando en casarse con su chica."
"¡Wow! ¡Muchas felicidades! Espero que nos invite a su boda. Es lo mínimo que le podemos pedir." Él se rio por el chiste, y ella hizo lo mismo.
"Oh, señorita. Su lugar está apartado desde antes que siquiera mi hijo pensara en casarse, por eso no se preocupe. Primera fila, solo para usted."
"Ya no se puede retractar, ¿me escuchó?"
"Si, sí. Por su puesto."
Siguieron la autopista por unos minutos más, justo cruzando la señal que indicaba que estaban saliendo de la ciudad para adentrarse a la carretera internacional.
"¿Usted cree que me pida matrimonio?"
Silencio.
Silencio fue lo que se escuchó al mismo tiempo que Ren ajustaba su agarre del volante. Él había visto toda su historia de amor. Desde que se conocieron, hasta cuando los llevó al restaurante donde Satoru le habría preguntado si quería ser su novia. Aún mejor, llevaba trabajando para la familia Gojo desde que el peliblanco apenas iba iniciando a actuar a los cinco años. Si había alguien que podría conocer mejor a Satoru de lo que Emi lo hacía, era él.
"Por su puesto." Forzó una sonrisa. Tratando de engañarse a sí mismo, diciendo que mentirle era lo mejor para todos. "Él la ama."
Fue suficiente para ella. La sonrisa y alivio que se veía en el rostro de la chica sirvió para que el peso de la culpa fuera casi tan palpable como para hacerle sentir la necesidad de enderezar su espalda y hombros.
"Pero, si me permite." Tragó en seco antes de seguir. "Usted, señorita Ito. Es una mujer muy hermosa e inteligente, con todo un futuro brillante por delante. No deje que un matrimonio defina su felicidad. Siempre hay otras opciones y caminos para tomar en la vida. No se aferre a solo uno."
Ella le sonrió. "Muchas gracias. Por eso es mi señor Ren favorito, ¿sabe?"
En unas tres horas más, Emi ya estaba de vuelta en casa, con un café en mano y la envoltura de lo que solía contener un rol de canela en la otra. Ren ya se había ido, yendo al lugar donde era la sesión de fotos de Satoru sin antes recordarle que ese día, regresaría a casa más tarde de lo normal. Lo primero que hizo fue cambiarse de ropa y desmaquillarse. Los tacones ya le estaban siendo muy molestos y prefería estar cómoda ahora que estaba en casa, usando solo calcetines para andar.
El silencio no le parecía incomodo. Al contrario, le fascinaba. Caminaba por los pasillos de la casa, admirando los alrededores que ya se había aprendido de memoria después de tanto tiempo. Decoraciones refinadas y caras por doquier, el buen estilo de Satoru destacando en cada esquina a la que volteara. En uno de esos momentos que mantenía su mirada fija en las altas paredes del lugar, observando los perfectos y cuidadosos acabados de ellas, se percató de un reloj de pared. Ahora que no tenía su celular, no podría saber qué hora era con tan solo mirar hacia abajo, por lo que usar su reloj le pareció buena idea.
Se dirigió a su habitación para buscar el reloj que Satoru le había regalado en una de las muchas veces que habían ido juntos a comprar ropa, buscando entre los cajones de su mesa de noche, de la de él, en el closet, la cocina, sala, baño... Pero no lo encontraba.
No era mucho de usar relojes, así que no vio raro el hecho de que no lo encontrara tan fácilmente, pero si considerando que el día anterior lo tenía con ella.
"Ah, el auto."
Cuando recordó que el último momento en el que lo llevaba puesto había sido cuando se subió en el coche antes de ir a casa de sus papás, se acordó de que se lo había quitado y dejado en la puerta del copiloto porque sentía que desentonaba con el vestido y accesorios que llevaba en ese momento. Bajó al garaje y agradeció que ese día Satoru decidiera llevarse otro auto cuando vio el cofre rojo a lo lejos.
Le encantaba lucirse, eso era obvio. Comprando coches lujosos cuando no era necesario, llenando el garaje de camionetas y carros deportivos. Más de uno con colores chillones para darse a notar cuando paseara con ellos. Nunca entendió ese afán, pero tampoco lo juzgó.
Abrió la puerta del copiloto y rápidamente vio su reloj brillando. Lo tomó, pero otra cosa más llamó su atención; algo rojo debajo del asiento. Al inicio pensó que era parte de la decoración del interior del coche, ya que eran de un color bastante similar, pero refutó esa idea cuando vio que se trataba más bien de una tela. Metió su mano debajo del asiento, alcanzando lo desconocido y acercándolo para ver de qué se trataba.
Sintió un hoyo gigantesco en su estómago expandirse cuando se dio cuenta de que era.
"¿Qué mierda?"
Ropa interior.
Pero no de ella, no. Esa era más grande de la que ella usaba.
Entró al auto, buscando más indicios de lo que pensaba que había pasado, sin encontrar nada, hasta que recordó la cámara. Una vez, Satoru la había regañado por manchar su auto, cosa que no tuvo ni idea como se enteró si él en ese momento estaba comprando unas cosas en una farmacia y se había encargado de limpiar antes de que llegara, hasta que le dijo que el coche tenía alrededor de cuatro cámaras grabando cuando estas detectaran movimiento. En esos momentos no sabía si tomarlo como una bendición o maldición, pero ahora, solo lo veía como algo positivo. Luego de haber corrido hacia la repisa donde Satoru colgaba las llaves, y tomar la de aquel auto, encendió el coche, y, con él, la pantalla inteligente del auto.
Aplicaciones, usb, radio, conexiones, bluetooth...
Frunció el ceño tratando de adivinar cual de esas la llevarían a las cámaras, si es que si quiera podría. Su mano temblaba, picándole a cada una de las secciones sin encontrar nada relevante hasta que entró a seguridad. Ahí vio una opción que decía algo sobre las cámaras, por lo que entró ahí. Luego de desactivarlas, cambiarles el ángulo, volverlas a activar y cambiar de una cámara a otra un par de veces, llegó a la del retrovisor.
Se mordió el labio al ver que habían grabaciones entre las doce de la noche y las dos de la mañana, suponiendo que ahí estaría lo que buscaba.
No había ninguna parte de ella que quisiera acertar con sus sospechas, rogando con ojos vidriosos y labios temblorosos que, en realidad, no se acordaba que esa ropa interior era de ella, o que nunca se había fijado lo grande que era. Pero, en cuanto entró a la grabación, se dio cuenta que, efectivamente, esa tela no le pertenecía.
©niniiux — (back)stage Parte 2
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆
A/C: Holii, es mi primera historia en tumblr jej. Likes, reposts y comentarios se agredecerían mucho si es que les gustó!! Sientanse libres de dar críticas constructivas y recomendaciones para futuros proyectos. Chaoo <3
#©niniiux#(back)stage by niniiux#satoru gojo#gojo satoru#gojo#jjk#jjk gojo#satoru#satoru x reader#gojo x reader#toxic relationship
18 notes
·
View notes
Text
12 de marzo (discurso)
cena de cumpleaños, madrid, sábado 16 de marzo.
hace veintiséis años, nació, una bebé, niña, adolescente y ahora mujer que a lo largo del tiempo, vivió, sufrió y amo como muy pocos.
que se volvió más fuerte de lo que cualquier persona creería. una niña con una hiperactividad marcada, actriz innata, con el don de encantar y necesidad de atención que corría por sus venas.
una niña increíblemente destacada por su inteligencia, buenas notas, que a la vez, tenía una voz prodigiosa, un talento con los instrumentos y una empatía, sentimientos, dignos de admirar.
una mujer que a pesar de todo, mantuvo la compostura y aprendió a perdonar cosas imperdonables, una casi mujer herida, sangrante que aprendió a convivir en la coherencia y dura realidad de estar sin su padre, el amor de su vida.
veintiséis años que me hicieron finalmente, mujer.
veintiséis años llenos de tristeza, desgracia, soledad pero también, felicidad, éxitos, paciencia y sobre todo: aprendizaje, bendito sea el aprendizaje y el bien entendimiento.
veintiséis años, llena de abnegación, amor de sobra, resiliencia y ganas de cumplir los sueños de mi niña.
y así..
voy cumpliendo sueños con una playlist que me caracteriza, comenzando con una canción tan infantil pero que me ayuda a levantarme como “alas” y que termina con “yo no me doy por vencido”
veintiséis años, mirando lo positivo a la situación más catastrófica, veintiséis años sabiendo que mi historia tendrá un buen final y mis hijos, nietos y sobrinos, se sentirán orgullosos de tenerme en sus vidas y después de esta.
veintiséis años, donde veintidos de estos finales, estuve acompañada del mejor padre del mundo que sé que está abrazando este texto y a mi.
pero..
alegrarse por mi,
tuve un detox de vida en estos meses, social, emocional y físico, funcionó..
alegrarse por mi..
porque cumplo veintiséis años, sabiendo poner límites, sigo sanándome después de tantas y tantas heridas, finalmente, voy por el camino correcto.
gracias valerita, valeria sonrisa, almendra, valerie, papitas y aji, la desbarrancada y valeria.
gracias por aguantar, dar, recibir pero sobre todo seguir aquí con vida.
gracias a ustedes porque si están aquí, deben saber que mi cumpleaños es el evento más importante para mi, porque significa mi madurez materializada, así que..
quiero mantenerlos a aquí a mi lado, mis amigos, hermanas, mi familia, en mi vida, que estén en mi tan anhelado título universitario español en el que porfin, estoy en camino, futuro matrimonio, también en mi baby shower y el nacimiento del amor de mi vida, ya que saben que es de mis mayores sueños.
luego de estos veintiséis, lo que no está aquí y ahora, se queda en el pasado, y sí…finalmente existe esa fuerza en mi que me permite decir que eso se viene trabajando hace unos meses..
sin nada más que decir..
gracias por acompañarme hoy, en esta cena tan especial, escuchándome, dándome amor del bueno, espero que disfruten mucho.
y
felices veintiséis a mi, y que vengan más, porque.. finalmente estoy lista.
#madrid#poesía#poeta#frases#discurso#cumpleaños#cosas que pienso#cumpleañera#feliz cumpleanos#relatos#felicidad#amigos#crecimientopersonal#crecimiento espiritual#crecimientointerior#para papá#te extraño papá#carta a papá
83 notes
·
View notes
Text
NotaAutora: Amore seu pedido me inspirou a fazer uma mini série, espero que goste 💗
Frases: "Bem, me desculpe por ter me apaixonado por você, ok? Mas aconteceu e eu não posso fazer nada sobre isso.” “Você não entende? Você sempre foi apenas entretenimento para mim.” / Não me ame, por favor! Não faça isso. "
Sinopse: Uma cantora em ascensão embarca na maior oportunidade de sua vida: abrir os shows da nova turnê de Harry Styles. Três meses intensos, entre palcos e bastidores, prometem ser inesquecíveis, mas também carregam surpresas que podem mudar tudo.
MASTERLIST
90 dias em turnê...
Parte 1
O calor era sufocante, você podia sentir as gotas de suor se acumulando na base da sua nuca, mesmo antes de entrar no palco, o som da multidão fazia seu estômago revirar, não era a primeira vez que você se apresentava para uma plateia, mas nunca para um público tão grande.
Se alguém tivesse te dito anos atrás que você estaria prestes a abrir o primeiro show de Harry Styles em sua nova turnê pelos Estados Unidos você teria gargalhado só de imaginar, pareceria algo distante demais, quase absurdo.
Você se lembrava vividamente das noites em que cantava para meia dúzia de pessoas em bares pequenos, questionando se algum dia seu talento realmente seria reconhecido, mas no fim tudo seu esforço estava valendo a pena, o convite chegou de forma inesperada cinco semanas antes, virando sua rotina de cabeça para baixo, até agora você não sabia exatamente como o seu nome havia chegado até a equipe dele, talvez fosse uma recomendação ou apenas sorte, mas isso não importava, a oportunidade estava diante de você e sabia que precisava aproveitá-la.
O produtor havia dito que Harry queria conhecê-la antes do show, a ideia de encontrá-lo era surreal, mas você precisava manter o foco.
Se fazer ser reconhecida.
— S/n, é por aqui. — Chamou um assistente, gesticulando para que você o seguisse.
Você caminhou pelo corredor, quando a porta do camarim se abriu você o viu sentado com a postura relaxada, os olhos fixos em algo no celular, a camisa desabotoada revelava suas tatuagens, imagens que você já tinha visto inúmeras vezes em fotos, mas ao vivo era completamente diferente.
Tudo nele parecia diferente.
— Então você é a S/n? — Ele levantou os olhos, um sorriso surgindo em seu rosto.
— Sim, é um prazer conhecê-lo. — Você tentou manter a compostura.
— O prazer é meu. — Ele se levantou, estendendo a mão em sua direção. — Ouvi falar muito de você, estou curioso para ouvir sua apresentação.
— Espero que goste. — Você respondeu, lutando contra o nervosismo que ameaçava transparecer.
— Tenho certeza de que vou gostar.
Você queria poder ter mais tempo para conversar, talvez entender o porquê dele ter a escolhido, mas foi interrompida pelo assistente que avisava que o show estava prestes a começar.
— Boa sorte, S/n — Harry disse antes que você saísse.
A maneira como ele disse seu nome, com uma naturalidade estranha ficou ecoando na sua mente enquanto você se preparava para subir no palco.
As luzes diminuíram, o rugido da multidão aumentou, assim que os primeiros acordes da sua música começaram a ecoar pelo espaço você sentiu uma energia diferente tomar conta de você.
Nada mais importava além daquele momento.
Era quase impossível ignorar o peso da situação, Harry estava em algum lugar assistindo, mas você se recusou a deixar isso interferir, essa era a sua chance de provar que merecia estar ali.
Enquanto cantava, seu olhar deslizou uma vez para a lateral do palco, Styles estava com os braços cruzados e um pequeno sorriso no rosto, uma expressão de alguém que estava genuinamente interessado, foi apenas um segundo, mas o suficiente para fazer seu coração acelerar.
Quando terminou, os aplausos tomaram conta do espaço, tão altos que parecia que o próprio chão vibrava, era o som mais bonito que você já tinha ouvido, quase como se confirmasse que todo o seu esforço foi para aquele pequeno momento, a confirmação de que ali era exatamente o seu lugar.
Enquanto saía do palco seu coração ainda batia acelerado com toda a adrenalina, você mal teve tempo de processar tudo antes de ouvir o anúncio de que Harry estava prestes a subir.
O público reagiu com um entusiasmo, era impossível ignorar a forma como ele dominava o palco, como ele conectava com o público mesmo cantando para milhares de pessoas parecia que cada um ali sentia como se fosse o único na plateia.
Você ficou nos bastidores, observando como ele parecia completamente à vontade, não podia evitar se perguntar se algum dia conseguiria fazer aquilo com a mesma naturalidade.
Nos bastidores, a festa depois do show estava animada, todo mundo parecia relaxado e cheio de energia, comemorando o sucesso da primeira noite. Você acabou mantendo um pouco mais afastada segurando um copo e observando tudo de longe, não era o tipo de ambiente em que estava acostumada.
— Tá aproveitando a festa? — A voz grave surgiu ao seu lado, te tirando de seus pensamentos.
Você se virou, quase derrubando o copo ao perceber quem era.
Harry estava ali, a poucos centímetros de distância.
— Sim...
— Pareceu pouco convincente.
— É um diferente do que estou acostumada. — Confessou, tentando soar casual.
— Diferente como? — Ele sorriu, inclinando-se um pouco mais perto.
— Eu não esperava ver tanta gente assi, normalmente depois de um show só vou tomar uma cerveja com meus amigos. — Você deu de ombros, brincando com o copo em sua mão.
— Logo você acostuma com tudo isso — Afirmou, inclinando-se levemente para mais perto. - Com seu talento, você vai longe. — Você sentiu o coração acelerar com o elogio inesperado. — Você foi incrível hoje.
— Você sempre diz isso para os artistas que abrem seus shows?
Ele inclinou a cabeça, soltando um "Hmmm"
— Só quando é verdade. — O sorriso que ele deu em seguida fez você entender por que milhões de pessoas eram obcecadas por ele.
— Obrigada. — Por fim, conseguiu sussurrar, sentindo uma estranha empolgação, mas logo tratou de afastar esses pensamentos lembrando a si mesma que não estava ali para isso.
Você poderia até estar gostando da atenção dele, mas nada poderia tirar o foco de sua carreira nem mesmo um sorriso bonito.
— Eu tenho que ir, mas nos vemos amanhã, S/n.
— Até amanhã.
Enquanto você ficava ali, tentando processar tudo o que tinha acontecido em seu dia, seu celular vibrou em sua mão.
Era uma mensagem de um número desconhecido:
"Espero que você esteja pronta para os próximos três meses, acho que vamos nos divertir. - H."
Você soltou uma risada baixa, balançando a cabeça.
Divertir?
Ele não fazia ideia do quanto você estava focada em apenas trabalhar e provar seu valor.
Nada além disso.
Obrigado por ler até aqui 💗 O feedback através de um comentário é muito apreciado!
#styles#one direction#senhora styles#1d imagines#imagineshot onedirection#imagines one direction#harry#harry styles#imagine harry styles#harry styles and reader#harry styles angst#harry styles masterlist#harry styles series#harry styles soft#harry styles sad#harry styles smut#harry styles dirty imagine#harry styles dirty fanfiction#harry styles daddy kink#harry styles dirty one shot#daddy harry styles#harry styles comfort#harry styles fic#harry styles fanfic#harry styles fanfiction#harry styles fluff#harry styles girlfriend#harry styles imagines#harry styles imagine
31 notes
·
View notes