#como se van a comer toda la boca así
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losjavis · 2 months ago
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los javis invented making out
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7days · 3 months ago
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💭 choi jongho x lectora femenina.
warning: contenido sexual explícito, sexo en público y felación.
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LIBROS.
jongho suspiró con pesadez mientras mantenía sus manos encima del cabello de la contraria, jadeaba de vez en cuando pero más que nada los ahogaba cubriendo su boca con la mano libre, estaban en una biblioteca y por supuesto no era buena idea emitir algún tipo de ruido, por más que estuviera el lugar vacío y él a cargo. 
— (t/n) por favor detente que alguien puede entrar.— murmuró entrecortado, con la respiración agitada acariciando el cabello de manera suave, justo antes de poder quejarse de nuevo la muchacha engulló absolutamente todo su miembro duro y erecto, provocando que él tuviera un escalofríos por todas espalda, la miró atento, tan maravillado por la vista que le daba. 
ella sonrió coquetea, sacando el falo de su boca, sólo uniendolos un hilo de saliva y es que su mentón también estaba empapado, no quería dejarlo ir, consideraba que su escondite era sin duda lo más disimulado y es que estaba de rodillas bajo el escritorio del muchacho, quién cumplía un desempeñado muy importante en el lugar, como bibliotecario, era su trabajo de miércoles a domingos, los fines de semana era cuando la gente sorpresivamente menos iba, uno que otro antisocial o jóvenes con trabajos atrasados por hacer.en particular ese día domingo, realmente no había nadie en el lugar, así que su novia fue a dejarle algo de comer, pero les fue imposible, no ir más allá si estaba tan necesitados y solos. 
tomó la base del pene de su novio para masturbarlo de arriba abajo con dedicación, tuvo que apretar las piernas sintiendo como sus bragas se mojaban cada vez más ante los sonidos que él soltaba, volvió a agarrar el miembro con su boca, chupó y lamió toda la longitud, en busca de adaptarse siempre al tamaño tan sobresaliente, jadeó en contra de éste y lo miró con los ojos llenas lágrimas, jongho no aguantó mucho, la idea de poder usar la boca de su chica lo mantenía loco y no estaban en situación con para perder tiempo, no cuando escuchó la campanilla sonar. gruñó acercándose al escritorio tapando la escena. 
— amor, quédate en silencio. — susurró soltando un último jadeo, para así mantener la compostura. 
— hola buenas, estaba buscando algún libro de terror y vengo a devolver éste. — dijo el anciano sonriendo un poco para pasarlo. él menor sonrió un poco, muy suave, nervioso y es que sentía su rostro hirviendo que trató de respirar con calma.— muchacho, ¿estás bien?, te ves un poco enfermo. 
“¿enfermo?, sólo estoy caliente” pensó pero sólo negó con la cabeza. 
— en lo absoluto señor, sólo un poco cansado.— rió bajo para colocar el timbre en el libro dejándolo a un costado e indicando al señor dónde estaba el pasillo y una recomendación momentánea, el viejo le agradeció y giró en busca de un nuevo libro en la enorme biblioteca. 
— quítate ahora mismo, nos van a ver, cuando él se vaya continuaremos.— susurró tomándola de la nuca para alejarla con delicadeza acomodándose la ropa enseguida, sin embargo, la escuchó quejarse ligeramente, asintió con la cabeza rindiéndose pero aprovechó de sentarse en el suelo. 
posicionó ambos pies en el suelo, abriendolas, alzó su falda sonriendo, jongho no podía quitar la vista de su ropa interior, (t/n) retiró sus bragas dejándolas a un lado, tocó sus labios vaginales mojados dejando expuesto su clítoris hinchado y sensible, lo tocó teniendo que morder su mejillas, para no emitir ningún ruido que los delatara, introdujo un dedo en su interior lentamente y luego otro, y luego otro, teniendo tres dentro suyo suspiró con pesadez y jongho sólo pudo murmurar un “eres una puta” y ella jadeó, haciendo que él comenzara a fingir que tosía fuertemente. 
el anciano se acercó finalmente con dos libros en la mano sonriendo amplio, se los entregó al chico para poder anotar y registrarlo, no cruzaron muchas palabras y es que el mayor, mencionó lo apurado que estaba, eso sin duda fue tranquilizante para choi, más al verlo salir por la puerta. se levantó de inmediato de su silla, casi tambaleó por la erección bajo su pantalón y fue a cerrar colocando el cartel de “cerrado, estoy almorzando :p, vuelva en hora.
— ¿en qué mierda pensabas? — gruñó al verla aún encima de la alfombra tocando su vulva, presionando su clítoris en círculos rápidos, soltando jadeos y con la piernas temblando. 
volvió a bajar su pantalón despejando algunas cosas de su escritorio, para tomarla del brazo subiendola encima, le abrió las piernas tomando posición en medio de estas, agarró su largo y grueso miembro jugueteando encima de su vulva sensible, sólo para molestarla un poco más sonriendo, burlón y caliente a más no poder. 
—¿esto es lo que querías no? ¿qué te usara? — preguntó tomando sus mejillas con su mano libre, entrando en ella de una sola estocada dura, provocando que incluso se cayera el libro recientemente devuelto. 
comenzó a embestirla, rápido sin control alguno, sintiendo como es que ella metía sus manos debajo de la camiseta del chico enterrando sus uñas en él, rasguñando en el afán de poder aferrarse a su cuerpo desesperada por la excitación, jadeó con fuerza sobre su cuello, gimiendo el nombre de jongho una y otra vez, repitiendo a su vez que quería más. 
y él estaba como un loco moviéndose, provocando sonidos grotescos y miró a la chica sonriendo, los senos de ésta rebotaban cada vez que los cuerpos chocaban y sentía su pelvis húmeda por culpa de la vagina contraria, se inclinó así atrapar sus labios, en un beso desordenado y ardiente que gimieron entremedio. continuó tocando el cuerpo de la mujer, acariciando sus senos con fuerza bajando hasta su vagina para poder  acariciarle por encima masturbandola mientras no dejaba de embestirla con rudeza. 
— mierda, jongho, voy a correrme ahora mismo,— murmuró de forma entrecortada, y el mencionado sonrió burlón, presionando su toque y haciendo que el movimiento de pelvis aumente de ritmo y sea realmente brusco, tanto que volvieron a caerse un par de cosas del escritorio y ella se corrió humedeciendo un poco sus muslos. 
el chico por su parte, depositó todo su semen caliente en la vagina de ella, llenándola por completo, viendo como incluso escurría un poco más, jadeo con fuerza sonriendo y robó un beso en sus labios con delicadeza. 
— me encantas, mi amor.— susurró (t/n) sobre su boca aún aferrándose a él con las pocas fuerzas que tenía.— tengo… tengo que limpiarme, jongho.— rió por lo bajo, en lo que él asentía. 
salió de su interior suspirando por lo bajo, quejándose un poco, agarró un par de toallitas de papel para poder limpiar cualquier rastro de sus fluidos, volvió a besar sus labios mientras se las ingeniaba colocandole las bragas de nuevo. 
— nos iremos a casa ahora, apestamos a sexo, mi amor.— susurró jongho acariciando sus muslos ayudando a levantarse del escritorio. 
— y ¿el trabajo? — preguntó curiosa. 
— nadie más va a venir un domingo, bebé.— respondió riendo.
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caosesmejor · 8 months ago
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Escribo en defensa de los errores. De las proscritas intenciones de mis emociones.
De todo lo que llaman horrorosidades, de aquellas cuestiones de deformidades.
De las entidades que carecen de forma y de esa manera se escurren de la norma.
De todo lo que nombraron como pesadumbre de una entidad que vive no solo por costumbre.
De todo lo que se supone que debo cargar que al final es lo unico que me puede aliviar,
del dolor de tener en el cuerpo una textura, de tragar saliva y comer la amargura
de las mentes que afirman estar seguras de haber inventado un sistema sin dudas.
A eso es a lo que yo le dudo
¿Cual es la distancia entre lo perfecto y un cuerpo desnudo? todo lo que me mantiene respirando se relaciona íntimamente con el monstruo que estoy alimentando.
Esta cosa informe y carente de expresión en un actualidad de pixeles y de bots, donde todo me regala una respuesta aún sin saber qué es lo que mi alma lleva puesta.
Y para pertenecer me arrancan una opinión, me hacen desechar por mi boca la expresión que me afirma en sus manos a pesar de que todo eso me genere desgano. A pesar de tener la cara llena de granos y de alimentar en mi intestino a los gusanos.
En mi abstinencia encuentro la energía para gestar en mi seno la herejía de no ser para este presente la elegida que tiene todo en su mesa servida. En mis deformidades encuentro el contacto que buscaba, el agua que hace rato me fue arrebatada. La humedad que entre mis pliegues nace y que alimenta la fuente de mis secuaces.
Tengo delirantes conversaciones con todas mis infinitas imperfecciones y eso es lo que me separa de un mundo de realidad calculada. Es que el algoritmo tiene mi información, seguramente ahora marque el ritmo de mi ringtone pero no puedo optar con certeza por la relajación de una imagen sin impurezas ni contestación.
Es que yo no tengo margen de error, yo soy la hecatombe de la equivocación, soy el meo fuera del tarro, soy de todo lo perfecto la estría, el desgarro. Soy el pelo que huele a chivo, soy este monstruo con el que convivo. Soy un cuerpo inevitable, que aprende cuanto más ve que las cosas arden. En cada palabra veo la pulcritud de mi actitud de esclavitud, veo como el mundo me pasa tímido porque no se como meter la pata y sentir alivio. No se como enchastrarme hasta la cintura de esta textura que me afloja lo de escultura, estoy dura. No se como sentir dulzura si me separa de lo real esta armadura. Me visto de ropajes muy estilosos para que vean en mi cuerpo algo muy hermoso, para que a sus ojos llegue el mensaje de la droga de lo perfecto de mis trajes, que se relajen, les digo recibo sus halagos, estoy aca hecha a imagen y semejanza de lo deseado.
Pareciera que los que tienen el poder de valoración afirman el bien y mal y el beat de la canción, parece que ya han calculado todos los meos fuera de todos los tarros imaginados, parece que entre su probabilidad contemplaron todo recoveco de posibilidad entonces quizá una app pueda decirme en donde voy a terminar, quizá algún robótica entienda a mi cuerpo en una realidad distópica. Parece que lo que afirman lo hacen porque saben, porque asi es la inteligencia de lo que hacen, porque con su compleja calculadora saben lo que hago a toda hora y no van por la vida al tun tun, el procesador de datos no siente el sucumdum de una noche de verano, no se pierde en boludeces, no piensa en vano.
Después me cruzo con mi reflejo en las aguas, me veo así como soy yo al espejo y me devuelven una maraña de situaciones que no se como ubicar entre mis intenciones. Solo veo algo texturado, algo surrealista, algo inventado, veo una exploradora de tierras lejanas buscando la tierra prometida de la realidad creada. Veo unos ojos algo cansados de ver las pantallas de lo ya calculado, veo todas mis infinitas reproducciones pero muevo las carnes y cambian las ecuaciones.
¿En qué base de datos existo si ante este mundo mi mugre desvisto? Si a la fiesta de halagos no asisto y al que quiera opinar le sugiero amablemente que no se pase de listo. Tengo grasa colgando de mis pliegues, tengo mucho dolor en mis sienes, tengo un mundo que me crea paria y me brota deseo de esta maraña. Tengo en mi corazón algunas sensaciones que retumban a lo lejos como eco en vibraciones. A mi solo me llega un movimiento en las aguas, alguien tiró la primera piedra y soy de su calaña, el deseo de su pestaña y ahora una que es así toda humana tiene que convivir en un mundo de cuestiones estrafalarias, tiene que inventarse un lugar para poder ser erróneamente existente, para convertirse en testimonio viviente de la diferencia entre el algoritmo y la semente. La diferencia está en la información que contiene la calidad de la imperfección; imperfectamente adaptable a la incertidumbre de este mundo transformante, que me pide con un huracán de viento que me amarre y que no deje ningún cabo suelto, que me aferre a lo que siento y deje de buscar en mi garganta el acierto.
Así quizá algún día pueda exponer en crudo mis mejores verdades y ser de una vez por todas este manojo de irregularidades. De poder chorrear desde lo mas intimo de mis cavidades y así encontrar otras de-formas de humedades que se crucen con mis aguas con la contundencia de sus texturadas veleidades e inventemos un mundo donde creamos en los errores como nuestras intimas deidades.
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gomitasbb · 1 year ago
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✨ 5 Tips para vomitar mejor✨
• Tomar mucho líquido mientras comes, yo diría tomar un vaso antes de comer, un vaso durante la comida y un vaso después de comer y esperar como unos 5 minutos y después vomitar.
• Puedes inducir el vómito de dos maneras con los dos dedos índice y corazón empujar la parte de arriba del paladar o con el pulgar hacer lo mismo, las dos maneras funcionan y ya dependen de como te sientas comoda, aquí el punto el hacer presión el la campana que es esa bolsita que se encuentra en la parte de atrás de la boca ya que está es la que índuce al vómito.
• Recuerda tener las uñas cortas de los dedos que vallas a utilizar ya que te puedes lastimar, yo personalmente una vez me lastime y saque sangre por tener las uñas largas asi que no se los recomiendo, también no les recomendaría vomitar con lesiones en la boca ya que pueden empeorar sus heridas, así que si tienen uno de estos casos como las uñas largas o una herida en la boca, lo mejor es que solo mastiquen la comida y la escupan y así se evitan tener que vomitar
• Para saber cuando ya sacaste toda la comida tienes que esperar hasta que el vómito salga como un líquido medio amarillo y amargoso.
• Puedes vomitar como recomendación una vez al día o en situaciones de emergencia, en medida intenta no comer, porque si vomitas muy seguido se te van a poner los dientes amarillos y débiles y te dara gastritis.
Está es la (parte 1) de estos tips, mañana subo la otra parte, estos son cosas que aprendí y utilicé durante 4 años que fuí MIA aún los uso pero en casos de emergencia ya que soy ANA, espero les sirvan
✨Bye✨
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sabines-posts · 8 months ago
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(_2_) Revision
El primer día de clases, el Dr. Noah ya está esperando en la entrada de la Universidad Skyhaven. El profesor que pronto se jubilará está tan erguido como un pino.
"Buenos días, Dr. Noah".
Ante el saludo de Zayne, el Dr. Noah sonríe. Se gira y le da una palmadita en el hombro a Zayne. "Bueno, este año somos solo nosotros dos. Will estaba demasiado ocupado y ahora tú también. Me pregunto quién vendrá conmigo el año que viene".
Su expresión cambia mientras suspira. "Ese chico, Carter... No importa".
"William te envía saludos", dice Zayne. "También te acompañaré todos los años a partir de ahora".
"Es bueno escuchar eso, pero nada es más importante que los pacientes", dice el Dr. Noah. Los dos ingresan a la Universidad Skyhaven.
y dirígete al auditorio. Muchos estudiantes van por el mismo camino. Aún con la inocente emoción de ser recién admitidos, sus pasos son más ligeros y rápidos que los del Dr. Noah y Zayne. Muy pronto, se adelantan a la multitud y desaparecen.
Los dos abren la puerta principal del auditorio y encuentran a varias personas mayores preparando el lugar. Una pancarta que dice "47ª Ceremonia de juramento de estudiantes de medicina de primer año" cuelga sobre el escenario. Al ver acercarse al Dr. Noah y Zayne, un joven sonriente con una insignia de personal alrededor del cuello salta de la escalera, corre hacia ellos y hace una reverencia. "¡Hola, Dr. Noah! Soy nuevo. Escuché de mis mayores que usted también estará aquí para el juramento".
"Estoy aquí para recordar", responde el Dr. Noah, luego
Se vuelve hacia Zayne. "Este es tu mayor, Zayne."
El joven parece sorprendido. "¡Eres el legendario dios académico número 35 al que todos rezamos antes de los exámenes! Y ahora finalmente puedo verte en persona... Um, muchos de nosotros te admiramos como un modelo a seguir, incluido yo. ¿Puedo tomarte?" ¿Una foto contigo más tarde?"
Zayne queda desconcertado por la petición pero, finalmente, asiente.
Mientras hablan, una música suave pero solemne comienza a sonar en el auditorio. Un gran número de estudiantes de primer año ingresan al salón de manera ordenada, de pie y esperando que comience la ceremonia. El joven vuelve a inclinarse ante ellos y regresa al escenario para ajustar el micrófono. El Dr. Noah da un paso atrás, dejando paso a algunos estudiantes
por.
"...Tendré la mayor reverencia por la vida humana. Mantendré un sentido del deber y la dignidad al practicar la medicina y cumpliré con los buenos estándares médicos..."
Comienza el juramento. Los estudiantes de medicina recién admitidos miran con determinación. Sus ojos brillan bajo la luz de la mañana.
El Dr. Noah mira a Zayne y recuerda cuántos años atrás vio a este hombre participar en la misma ceremonia.
Como estudiante de primer año, Zayne era más joven que los demás. Sólo su presencia lo hacía destacar. Cuando levantó la mano para prestar juramento, su comportamiento sereno y firme hizo que el Dr. Noah se preguntara hasta qué punto esto
El joven podría dedicarse al campo de la medicina.
Finaliza la ceremonia de juramento. Los estudiantes, imbuidos de la responsabilidad y el honor de prestar juramento, se van uno a uno. El Dr. Noah lleva a Zayne a la cafetería a través de la multitud emocionada.
"William y Carter también eran así". El Dr. Noah no puede evitar quedar atrapado en el momento. Sacude la cabeza y cambia de tema. "No importa. Escuché que la cafetería tiene costillas agridulces hoy. ¿Quieres comer algo?"
Zayne sonríe. "Está bien."
Cerca del final de la cafetería se encuentra el imponente edificio de investigación. Tres estudiantes se limpian la boca, pasan corriendo junto a ellos y murmuran sobre
sus bacterias están muertas. Los gorriones asustados vuelan sobre sus cabezas desde las copas de los árboles. Dr.
Noah mira hacia el edificio, perdido en sus pensamientos. "Zayne, ¿has oído hablar del rumor? ¿El fantasma en la oficina?"
Zayne frunce el ceño, un poco exasperado. "Este tipo de rumores poco científicos están por todas partes en la Facultad de Medicina".
"Efectivamente", dice el Dr. Noah. Su mirada se detiene en Zayne por un momento antes de reírse. "Me pregunto quién empezó".
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liarist · 1 year ago
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Comedy
Capítulo 2: The new work Sin advertencias
Me recosté boca abajo y miré mi teléfono, Cleo estaba escribiéndome, me mandó más imágenes de Hannah y me contó sus teorías. Luego Thomas volvió a escribirme, no se veía una persona muy conversadora, o por lo menos no de los que inician conversaciones. Me dio detalles de cuando el hacker, Jake, contactó con ellos. Me reenvió el audio que les había mandado él, no pude evitar levantarme e ir donde estaba Jake
—¿No se te ocurrió usar un sintetizador más turbio que ese? —le dije
—¿Disculpa?
—Les mandaste a los pobres un audio con voz de ultratumba, de seguro eso les dejó pesadillas —comenté
—Ah, te lo han dicho
—Thomas me envío el audio —expliqué
—Tiene una razón de ser, lo juro —dijo él —. Si fuera de otra forma podrían limpiar el audio con facilidad y reconocer mi voz
—Ya entiendo, eso explica mucho
—¿Te crees capaz de analizar la nube de Hannah? —preguntó Jake
—El hacker aquí no soy yo —dije
—Te daré acceso a su nube, es simplemente buscar algo que nos pueda servir mientras yo monitoreo lo demás.
—Bueno, si me das el acceso puedo hacerlo —accedí
—Perfecto, en tu teléfono debería aparecer ahora la nueva función
 Mi teléfono empieza a sonar, era Dylan
—Tengo un trabajo para ti —dijo D —. Más bien una lista con propuestas de trabajos, los he filtrado según tu interés.
—Por esa razón te adoro, D, pero lamento decirte que no estoy aceptando trabajos hasta nuevo aviso —le respondo —. El último trabajo me dejó un poco complicada, por lo que estoy tratando de mantener un perfil bajo, cuando esté de nuevo en circulación te notificaré.
—¿Está todo en orden, R? ¿Necesitas ayuda con algo? —preguntó D
—No te preocupes, no es nada grave, es solo que fue muy vistoso el último encargo, por lo que me tuve que mover mucho. Aprovecharé este tiempo para relajarme y tomar unas vacaciones.
—Pues te lo mereces, avísame si necesitas algo, sé que tienes tus contactos en casos de requerir algo, pero no solo soy tu socio, soy tu amigo y estoy aquí para ti —dijo él
—Gracias, D —finalicé la llamada
Envié un par de mensajes extras a unas personas y volví a centrarme a lo demás.
Revisé la nube de Hannah hasta que di con una foto, me acerqué a Jake y se la mostré.
—Mira, encontré esto —le dije extendiéndole mi teléfono, él toma y empieza a revisar la fotografía
—¿La encontraste en la nube de Hannah? —preguntó Jake
—No, estaba junto a mis fotos semidesnudas —contesté —. Claramente, la encontré en la nube de Hannah
—No tienes fotos semidesnudas en tu móvil —afirma a lo que abro la boca con indignación
—¿Así que ya exploraste mi galería de fotos? —él abre y cierra la boca repetidas veces mientras niega con la cabeza
—No vi nada, es que… supuse… bueno… —Lo veo tomar aire para luego soltarlo lentamente. —. Lo que quiero decir es que no creo que seas una persona que guarde ese tipo de fotos en una galería del móvil, pareces ser más astuta y aprensiva con ese tipo de cosas, más sabiendo el escaso listado de contactos que tiene y lo cuidadosa que eres con tu apariencia para que no te descubran.
—¿Aparte de hacker eres psicólogo? —pregunté —. Cualquiera diría que me conoces de toda la vida y tampoco es que sea un libro abierto.
—¿Quieres que sea tu psicólogo? —alza una ceja
—Si te van ese tipo de juego de roles, yo me apunto —se sonroja completamente y centra su mirada en la pantalla del ordenador —. Creo que tengo un nuevo pasatiempo.
—¿Ah sí?
—Sí, he descubierto que me encanta hacer que te pongas nervioso y rojo.
—¿Sabes que es peligroso?
—¿Qué quieres decir? —pregunté
—Relacionarte conmigo es peligroso, te recuerdo que me persigue el gobierno —responde
—Mi mundo igual es peligroso y he estado sola mucho tiempo, solo me permito estar cerca de mis contactos y ni siquiera es que pueda estar cerca de ellos como tal. No me molestaría tener un compañero para escapar del mundo —le sonreí 
Salí del lugar para ir por cosas para comer, al volver nos serví la cena a Jake y a mí, y mientras comía me puse a ver los mensajes
Thomas: Ey, ¿molesto?
Rebekah: No ¿Qué hay?
Thomas: Estaba pensando. Que ahora ya perteneces al grupillo. Y pensé que te dará algunas fotos más de Hannah Quiero que la conozcas. Todo lo que sea posible bajo las circunstancias actuales. Cuando pensé ante en ello, sonaba igual de idiota que ahora…
La forma de escribir de Thomas me daba a entender lo nervioso que estaba, de seguro toda esta situación debe de tenerle mal
Rebekah: Pásame las fotos
Thomas: Ahora ya me arrepiento. Que te lo haya ofrecido Estaba pensando. A lo mejor te ayuda a recordar. La imagen que viste de Hannah realmente no era la mejor. Y aparte de eso, tengo tu número de ella. Hay mucha gente que no se acuerda de los nombres
Rebekah: Sí. A mí me pasa
Thomas: Con más razón te las tengo que pasar Así que Te las subo a mi perfil
Fui a su perfil y vi las fotos, en definitiva, era la misma Hannah que había conocido en el bosque
—Jake ¿debería decir que vi a Hannah en el bosque? ¿O me lo guardo? —le pregunté
—Igual lo mejor es no decir nada aún, no queremos que sospechen de ti cuando eres inocente, sería una pérdida de tiempo —asentí ante sus palabras.
Seguí viendo mi teléfono y encontré una foto que me llamó la atención 
—Encontré otra foto, te la mando por mensaje —le dije
—Bien, terminando aquí la veo
Otro mensaje llega
Jessy: Hola Rebekah Soy Jessy
Rebekah: Es un placer, Jessy
Jessy: Pensaba que pensabas mal de mí porque me fui del chat. Necesitaba reflexionar, sabes Es una situación muy rara. Pero ahora he cambiado de opinión y quiero conocerte
Rebekah: ¿Puedo preguntar por qué has cambiado de opinión?
Jessy: Pienso que es porque ya perteneces de alguna forma a nuestro grupillo Curiosidad Sí, así se podría definir Justo tengo un poco de tiempo libre para chatear Pero te aviso: estoy en el curro Y si llega Richy tengo que colgar
Rebekah: ¿Hablamos del Richy de antes?
Jessy: Sí, Es mi jefe Lleva el taller de sus padres, se llama “Rogers Garage” Bueno, todo el mundo lo llama “el cementerio de coches” Mi ocupo de la “oficina” (el teléfono, los emails, las facturas…) Todo lo que no sabe hacer Richy
Eso último me hizo reír, Jessy me parecía agradable
Rebekah: El trabajo ideal
Jessy: ¿Tú crees? A mí me parece aburrido Es que ahora no tengo nada que hacer Pero mejor que Richy ni me vea con el móvil
Rebekah: Puedes estar tranquila, que no le diré nada
Jessy: Bueno, ahora sabes más cosas de mí. Te toca
Rebekah: mmm ¿Por dónde debería empezar? ¿Te hago una lista como el típico video de “50 cosas sobre mí”?
Jessy: ¡Sería genial! Así después te digo cosas iguales del mismo ámbito
Rebekah: Venga, voy. Me gusta el invierno, no tolero mucho el calor, me suelo marear, por lo que en verano lo paso muy mal. He viajado mucho y soy de Chile
Jessy: Yo soy más de verano y también me encanta viajar, primero estuve en Paris Ay… Richy está en camino Me tengo que ir.
Empecé a leer una conversación entre Cleo y Thomas, fruncí el ceño y le hablé a Jake
—¿Me vi muy impaciente cuando le pregunté a Thomas sobre si podía mandarme las fotos de Hannah, cuando fue él quien se ofreció a mandarlas?
—Creo que Thomas no está en la mejor situación para hablar de como luce la gente
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elbiotipo · 2 years ago
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Memorias En El Humo
50.000 Gacus. Ese champagne cometario de Fomalhaut resultó buena inversión, al final.
Para un sedentario en un planeta cualquiera, 50 lucas sería suficiente para invertir en remodelar la casa, comprar un virteatro de primera, o capaz unas merecidas vacaciones en algún paraíso orbital. Y sí, incluso para mis estándares caprichosos, tengo que reconocer que fue una buena ganancia.
Pero todos sabemos como es… la Mastropiero se merecía un buen servicio y reparación… el condensador andaba quejandosé con un ruidazo que hasta a Suisni le asustaba. Ahí se me fueron 9 mil gacus. Después, por supuesto, combustible. Ya para asegurarme, tanque lleno, por lo menos para cinco o seis saltos. Ahí le dije chau a 4 mil más. Y no olvidemos que las naves no se manejan solas. 4 mil para Suisni, mi queridísimo y cactáceo ingeniero -Armstrong sabrá en que lo gasta- y 2 mil y algo para los "gastos personales" de Ragua, que técnicamente no tenía un puesto de tripulante pero me costaba plata igual. Por supuesto que había que pagar también el préstamo y las cuotas de la nave, y ni hablemos de como suben los intereses con la inflación. Usada me salía más barato, me dijeron, pero igual ahí se van 8 mil gacus, más o menos, todos los meses… Después la cuota de la Liga Astronáutica, impuestos, la patente, gastos varios, chicha, chicharrón y demases…
Me quedé con 5000 gacus, como mucho. La vida del astronauta será muchas cosas, pero lujosa no es.
Igual, un gustito hay que darse de vez en cuando. Y por más dolores de cabeza que me traiga, quería que Ragua me acompañe esta vez.
Todos los mundos con un espaciopuerto tienen la Calle Del Astronauta. Casi nunca se llama así tal cual (en aquel mundo se llamaba Avenue Gagarin), pero es la misma en todos los planetas. La calle que da directamente a la salida del espaciopuerto, la primera calle que ven los astronautas (y por lo general, la única), el lugar en donde por fin estirás las patas después de días remandolá en el éter.
La Calle Del Astronauta, sea donde sea, se llame como se llame, casi invariablemente es una desfile de bares, tiendas de repuestos, comida callejera, vendedores de naves usadas, hoteles, moteles y hospedajes de bajo presupuesto, bares, comedores, cafés, restaurantes, boliches, arcades, casinos, loterías, bares, tiendas de empeño, bares, masajistas, personas de compañía y otros eufemismos similares, bares, turbias bocas de lobos, bares, y por supuesto, tavernas, pulperías, cantinas, bodegones, osterías, pubs, clubs, y bares.
De todas formas, esas no son las partes realmente peligrosas. No, las partes peligrosas son las calles paralelas a la Calle Del Astronauta. Los Callejones. Si te metés ahí, es porque o no sabés lo que estás buscando, o lo sabés muy bien y estás dispuesto a arriesgarte.
Pero ahí está la mejor comida, también.
Aunque la verdad, de todos los lugares en los que nos habíamos metido, este era uno de los menos riesgosos, el escepticismo de Ragua era entendible. Su escualena cola se movía agitadamente, y sus ojos color noche, siempre alerta, observaban furtivamente las calles llenas de astronautas en varios estados de embriaguez.
-¿A donde me lleva, Capitán? - Me preguntó con ese tonito irónico que siempre le daba a mi rango.
-A comer, ya te dije. Te voy a mostrar lo que es carne de verdad.
-¿…perdón?
-Una parrilla. La mejor de esta constelación. - Presumí, pero con razón. -Estoy seguro que vos también estás podrida de las raciones de la nave.
-Bueno, creo que eso es su responsabilidad, Capitán. Usted es quién las compra. - Me contestó con su filosa sonrisa, aún tratandomé de "Usted, el Capitán". -De todas formas no voy a decir que no, si me invitan. ¿Y por qué no invitó a Suisni?
-Porque él no come. Hace fotosíntesis y nada más. Se pasa todos los aterrizajes en algún asoleadero.
-Suena bastante práctico, no tener que decidir que comer…
-No sé, él vive quejandosé de los espectros y esas cosas…. Pero vos… vos sí comés carne, ¿no? - Le pregunté. Como si esa dentadura suya hubiese evolucionado para abrir cocos.
-Así es. Soy una predadora confirmada. - Me sonrió, y casi me corto de solo ver sus dientes.
-Bien, muy bien. Por fin alguien que puede disfruta de un buen asado. - Suspiré, con una ilusión genuina. -Vení, es por acá. - La princesita me siguió, con entusiasmo. Y yo finalmente feliz de que por fin no iba a comer un asadito solo…
La verdad decir que todos los espaciopuertos son iguales es una sonzera mía, de querer hacerme el que se la sabe todas y vio todo. Pero no es así. Hay un mundo para cada estrella, o así dicen los refranes, y ninguno es igual al otro. Fraternité es un planeta en su mayoría tropical, cubierto de manglares que se funden con el mar, creando puentes naturales sobre los largos ríos dorados que serpentean sus continentes. Un astronauta nunca se apega a un planeta, por supuesto, pero este sí me recordaba a casa. El sol naranja, como en Aerolito, los atardeceres casi eternos, y esas nubes de tormentas en el horizonte que vienen y van, meciendo las palmeras de las avenidas a la costa del río.
Si tuviera que sentar cabeza, dejar atrás la vida del astronauta errante y quedarme bajo un mismo cielo… no sería este, pero sería uno muy parecido.
Los antiquísimos edificios de ladrillo cubiertos de helechos (después de todo, las colonias espaciales tienen que empezar desde cero, y el ladrillo siempre es buen material para empezar) eran solamente reconocibles si levantabas la mirada. Los manglares crecían en toda la ciudad como enredaderas, atajando con sus hojas al anaranjado sol tropical, sin duda cuidadosamente mantenidos por el municipio con ese propósito. Las calles estaban abarrotadas de puestos y mantas con comerciantes. Ropa y textiles de todo tipo y color, comida callejera de mil mundos, trajes espaciales en maniquíes posando heroicamente, diversos aparatos y electro-chucherías, sombreros y lentes para el calor y hasta trajes refrescadores automáticos para ciertas especies, artesanías, recuerditos y chiches "locales" (que la verdad, me di cuenta que son sospechosamente parecidos en todos los mundos, pero eso te permite encontrar lo verdaderamente auténtico más fácil). Acá en Fraternité, la especialidad eran las esculturas realizadas con las raíces de los manglares, retorcidas en formas que a mi no me interesaban, pero que Ragua miraba fascinada. Me pregunté si ella, en años pasados, también habrá visto esculturas como esas, capaz en algún mar muy lejano.
La pequeña -no en edad, sin duda, pero más petisa que yo- princesa de los mil mares parecía más interesada en todo el alboroto de una Calle Del Astronauta, no intimidada, pero sí más bien furtiva, curiosa. Como si nunca hubiese visto algo como esto. A mi parecer, un tanto agrandado por tanto viaje, eso era extraño. Leer de historia me había hecho pensar que calles como estas son eternas, no solamente en espacio sino en tiempo. Habrá habido puertos así cuando los trirremes surcaban el Mediterráneo, cuando los galeones navegaban el Caribe, y cuando los cohetes saltaban de asteroide en asteroide, y no solamente en la historia de la humanidad, sino en la historia de cientos de otras especies. Era inevitable. Si había viajeros, había un puerto, y había una calle como esta.
Pero Ragua venía de una época diferente, por supuesto. ¿Como habrán sido los espléndidos espaciopuertos de los Precursores, que recibían a esos navíos con velas solares doradas cargados de las riquezas del éter? Me costaba creer que no tenían, por lo menos, un puestito de choripanes.
Sea como sea, parecía que para ella era una experiencia nueva. Y sí. Vivió su vida encerrada entre simuladores y juegos, conociendo la galaxia de los antiguos por lo que le contaban por el intergaláctico. No había muchos años luz en su marcador.
¿Condescendiente de mi parte? Sí, capaz. Pero yo también estaba aprendiendo muchas cosas de ella. Por algo me agarró nostalgia por tiempos que nunca viví.
En la esquina de Gagarin y Montgolfier, con aquella réplica de la Torre Eiffel elevándose humilde y sucia por el hollín, se veía de lejos el humo de las parrillas. Distintas especies y sus infinitas culturas han interpretado el concepto de "asar comida" de incontables maneras. Los frutos azucarados de Beta Cancri parecían haber nacido para ser caramelizados, como golosinas que los betacancrianos no apreciaban, pero otros compraban como caramelos, recuerdo tan delicioso de mi niñez. También había un tanque de esos amonites (el nombre verdadero me es impronunciable) de Gamma Hydrae, que se tenían que reventar vivos y cocinar en el acto para que tuvieran el gusto correcto. A mí siempre me dieron cosa. Ragua los miraba fascinada, y hambrienta sin duda.
Siendo un mundo poblado por humanos, acá, sin embargo, nos destacábamos nosotros, de cierta manera. Puestos de medialunas (la especialidad de la zona), de kebab, de tacos, de hot dogs (todo el mundo me regañaba cuando les decía 'panchos'). Pero mi vista estaba fija en uno. Aquella parrilla humeante a un paso de la torre, sin ningún otro establecimiento más que sillas y mesas hechas de tanques de combustible rescatados y un holograma caricaturesco, bien nostálgico, de una vaca mordiendo un girasol. Y, por supuesto, una bandera rioplatense.
Ahí, ahí es.
-¡Fua, mirá! ¡Pero si es el Capitán Beto! - Genaro me saludó. Viejo de miércoles, grandote, con una tonadita francesa y una risa que se escuchaba a diez calles, pálido como astronauta jubilado, y por supuesto, con ropa sudada de tanto asar. Siempre tenía carne barata. Armstrong sabrá de donde la sacaba, o cuantas veces la bromatología de Fraternité le hizo controles (quiero creer que le hicieron uno o dos por lo menos). Pero era carne buena en fin, eso no había duda. ¡Y como desaprovechar un asadito a 100 gacus!. Siempre que aterrizaba acá, era una parada obligada.
-Genaro, chamigo. Menos mal que todavía no te cerraron. -Le cargué. -¿Hay mesa para dos?
-¡Más sí, Capitán! ¿Y quien le acompaña?
-Ragua. Un gusto. - Se presentó en esa voz tan elegante que me daba una cosquilla interna, conociendolá como era todos los días.
-Es una compañera de trabajo. - Aclaré. Los rumores entre los rioplatenses corren más rápidos que la luz, y no tenía ganas de andar explicando.
-Ah, 'tá bien. ¿De donde es usted, señorita? - Genaro la miró de cola a cabeza. Sin duda tratando de reconocer su especie. Había más o menos cuatro mil y algo especies inteligentes en el espacio conocido, así que conocer a una nueva no era sorpresa. Pero sí generaba curiosidad.
-De la constelación de Hydrus. - Ragua dio su respuesta ambigua y genérica, sin mencionar una estrella, mucho menos un planeta o similar.
-…Ah, ya veo. ¿Bueno, que les traigo? - Genaro sonrió amablemente y no hubo más preguntas.
No pareciera, pero era un tipo discreto. Cuando vivís cerca de un espaciopuerto, tenés que saber si algún viajero está escondiendo algo, y cuando no hay que preguntar de más. Para mi suerte, Genaro sabía de esas cosas. Seguro algún rumor iba a dar vueltas, pero detalles no, y eso era lo que me importaba.
No, la verdad lo que me importaba era lo que había en la parrilla.
-Traenos una bandeja, ¿Puede ser? Una tira, por supuesto. Algo de faldita, tripa… un par de chinchulines… ah, ¡un pedacito de riñón! ¡Hace mil que no como riñón!
Ragua me miró inclinando la cabeza, como si estuviese listando un montón de palabras inventadas. En fin, ¿que palabras no son inventadas?. Bueno… "riñón", esperaba que esa entendiera al menos.
-Perfecto, caballero. ¿Y para tomar? - Me preguntó Genaro. Acá no había menú ni nada. Era hablar directo con el parrillero. Mejor imposible.
-Un tinto, por supuesto. ¿Que tenés?
-¿Le traigo uno en caja, capitán? - Me probó. Viejo jodón…
-¡Pero, hombre! - Protesté con una sonrisa. - ¿No ve que me acompaña una dama? Traéme una buena botella. Un Malbec, ese el "Rigel", si lo tenés…
-¡Ajá, es una ocasión especial! ¿No quiere que le traiga uno de Mendoza, directo de la Madre Tierra?
-¡'jate de joder! ¡Mirá que soy de River, pero no soy millonario! - Me reí con él. Pero en serio: uno de esos vinos, acá en la Frontera, valía más que toda la hipoteca de la Mastropiero.
-Como usted diga, Capitán. Ya le traigo su pedido. - Genaro se despidió con una sonrisa, y se fue a atender a otros clientes. Que ganas de hacerme pasar vergüenza. Me senté a calcular, no la cuenta (eso me iba a salir barato), sino hasta donde iban a llegar los rumores de "el Capitán Beto anda con una alienígena media rara"…
Ragua, por supuesto, estaba entretenida con toda la situación.
-Tus conocidos son raros…
-Y sí, si te conozco a vos.
Parpadeó un par de veces con una sonrisa pícara. La cuestioné con los ojos.
-Te olvidaste de que no tomo alcohol…
Miré para arriba, con frustración exagerada.
-Será posible…
-No me molesta igual. Puedo pedir otra cosa. De todas formas, hoy no pago…
-No te hagás la viva…
Los dos nos reímos.
De fondo, bastante fuerte, sonaba un chamamé viejísimo, capaz milenario, de Taragüí, que no alcancé a reconocer. El virteatro pasaba un partido de las ligas zodiacales, mucho no me interesaba. Genaro seguía ocupado con otros clientes, muchos ya pasados de copas, así que esperamos nuestro turno con paciencia. Y el humo, el humo estaba en todos lados. Nada que ver con uno de esos restaurantes elegantes en las ecumenópolis de las capitales galácticas.
Miré a Ragua. "Furtiva", siempre describí así su mirada. ¿Porque me recordaba a un depredador de los mares? Millones de años de evolución paralela (sin duda, con algún toque extraño aquí y allá) hacían de nuestras mentes y nuestras expresiones bastantes similares. Al mismo tiempo, sabía bien de nuestras diferencias. La intriga de estar separados por milenios. Si los primeros viajeros casi enloquecieron al conocer almas separadas por el espacio, que quedaba para los pocos que conocíamos aquellas separadas por el tiempo, además…
-¿Y? ¿Que te parece? - Le pregunté. -Puede parecer un lugar barato, pero te juro, mejor carne no hay.
-Asumo que te refieres a carne, o sea… carne. Al menos que "faldita" y "chinchulines" sean código para otra cosa.
-Siempre asumiendo lo peor de mí. Filosa que sos. - Ahí iba mi otro adjetivo. Filosa. Tenía que desprenderme de ellos, pensé.
Pero a ella no parecía molestarle demasiado. Miró a su alrededor. El olor a carne asada nos envolvía, y el calor del verano (o mejor dicho, la estación seca) hacía sudar la camisa de algodón que reservaba para estas ocasiones.
-Esa torre… la vi en una película… - Me dijo, con curiosidad. Me pregunté cual de todas. Ragua vivía mirando películas antiguas.
-Ah. Es la Torre Eiffel. - Contesté. -Es una torre antigua, muy famosa. Bueno, esta es una réplica. La original está en la Tierra, en París.
-¿Es un lugar importante?
-¿París? Dicen qué.
-¿Lo conoces?
-No.
-Me dijiste que estuviste en la Tierra.
-Un par de veces, pero no llegué a ver todo. No porque sea humano sé todo sobre la Tierra.
-Bueno, tú asumes eso de mí. - Me sonrió, cortante.
"Precursores". La palabra acaparó mi mente. El nombre que le dábamos a aquella especie que alguna vez construyó las resplandecientes esferas dyson que hoy eran silenciosas ruinas orbitales, aquellos anónimos arquitectos que quizás, muy posiblemente, hayan tocado los genes de mis ancestros y de tantas otras especies. Leyendas, pero que sabíamos que alguna vez fueron. Ahora ya no existían más, los Precursores. Nadie sabía por qué, pero estaban todos extintos.
Y ahí estaba, una de ellos, en frente mío, a punto de comer un asadito.
Y en mi cabeza, memorias, capaz mías, capaz no, de los mares azules de la Tierra, sus verdes selvas y nubes algodonadas, las calles antiguas de Buenos Aires…
-En… en tu época… ¿Alguna vez visitaste algún mundo como la Tierra? - Le pregunté.
-Ves, lo estás haciendo de vuelta. - Me reprochó, y con toda la razón del mundo.
-Perdón, perdón.
Su mirada pícara se volvió plácida y nostálgica.
Me di cuenta que esos ojos habrán visto muchísimo más de lo que yo podré ver en una vida.
-Es posible. - Finalmente me contestó. -Pero no sabría decirte. No recuerdo mucho. Pasé tantos años dormida. - Su suspiro duró medio segundo, pero lo recuerdo hasta ahora. -¡Hey, no me explicaste! ¿Que son los chinchulines?
Me di cuenta lo rápido que cambió el tema. No fue para nada sutil.
Pero decidí no insistir. Después de todo, ¿Vos confiarías en contarle toda la historia de tu vida, no, de tu cultura y tu civilización, a alguien que conocés hace apenas 2 minutos? Si la memoria de aquellas eras doradas era suya, no se la iba a dar a cualquiera. Y, por más que me doliera, yo era un cualquiera.
Suspiré.
De todas formas, tenía ganas de explicar.
-A ver como te explico. Un chinchulín sería algo como…
Siempre fui carnívoro, no por obligación sino por gusto. La carne siempre ha sido una de las cosas más caras de conseguir en la vida del astronauta. Criar un animal para fanearlo es, por lo demás, una inversión grande de recursos, y mucho más si es una vaca, que necesitaba las extensas pampas que solo pocos mundos podían ofrecer. Y después transportar la carne a donde sea… eso sí era lujo. No por nada muchos astronautas eran vegetarianos. Pero yo no, no podía. Capaz por malcriado; en Aerolito, las tropas de ganado se podían ver desde órbita, pastando en los esteros bajo la suave luz de los anillos. Un asado los domingos no era tal lujo.
Pero otras especies eran carnívoras obligadas. Esas sí que la tenían difícil. Hacer sustitutos para los viajes espaciales era sencillo, pero todas las personas de esas especies con las que hablé estaban de acuerdo en una cosa: no era lo mismo. Los chistes de comida de perro, mejor dejarlos de lado.
Por eso capaz, asumiendo, como siempre, esperaba que Ragua lo esté disfrutando como yo.
Estaba comiendo, sin duda. Pero su mirada parecía distraída. Por lo menos estaba disfrutando del trago de agua salada con ron. Todo un éxito. Gracias, Genaro.
Finalmente me animé a preguntar.
-¿Te gusta?
-¿Que cosa?
-La comida.
-Está rica…
La pausa me dio para pensar.
-…Nunca había probado carne de… ¿como se llama? - Me preguntó.
-Vaca.
-Vaca, sí. No sé como decirlo. Me pareció un poco… ¿como se dice? …grasosa.
Mi orgullo rioplatense me hizo fruncir mi ceño un poco.
Ragua lo notó, sin duda.
-¡No es lo que tu piensas! La comida marina no tiene tanta grasa, es eso.
-Supongo que depende de que mares venga. - Contesté. Recordé una especie de bacalao aceitoso, que comí en una luna donde todos hablaban bengalí.
-No de los míos. En realidad… no es tanto eso. Es que la comida en mi época no era así.
-¿Así como?
-Así, ¿Cocinada? Era más bien… automática. Le decías a los Servidores que querías, y te lo preparaban.
Aquellos Servidores, autómatas enjoyados, eran una constante en las historias de Ragua. Pero yo nunca los vi en persona, ni ningún arqueólogo los mencionaba. A todos nos parecía raro.
-¿Pero, como sabías que era rico o no? - Le pregunté.
-No entiendo.
-Digo, si no sabías como cocinar… ¿Como sabías que te gustaba? - Por alguna razón, el concepto me parecía extraño. ¿Como podría vivir sin las empanadas de champiñones de mi Vieja, o los asados del Abuelo? De ellos aprendí lo que era rico.
-Bueno, es cierto que no sé cocinar… - Ella me dijo con un poquito de verguenza en la voz, quizás. Hice una nota mental de enseñarle a cocinar uno de estos días. No vaya a hacer que nos quedemos varados en algún mundo perdido. A Suisni no le confío con una fogata. - Pero, ¡oye! No hace falta que lo sepa. O sea… Ahora que lo recuerdo… Bueno, había esas personas conocidas en todas las estrellas, con escamas brillantes y esas sonrisas eh… ¿como te gusta decirlo? ¡Sonrisas de campeón, sí!, que promocionaban productos, tú me dijiste que aquí se llaman…
-Influencers…
-Sí, esas. Y ellas te contaban cuales eran las combinaciones más ricas.
Por mi cara, Ragua se dio cuenta que era un poco escéptico de ese sistema. Bueno, yo también, me crié comiendo asado tras asado en las bailantas asteroidales. Le decía a ella "princesita", pero capaz el malcriado era yo.
-¿Eran buenas? -Pregunté.
-¿Las comidas, o las influencers?
-Vos sabés de que estoy hablando. - Le reproché su sonrisa pícara.
-Sí que lo eran. Había unos bocaditos de un… - Me di cuenta que le costaba recordar la palabra exacta. - Creo que lo llamarías camarones… -Su tono de voz cambió de repente, como si estuviese esquivando chocar con algo... -…pero, la verdad… esto está muy rico. En serio... Y, tengo que admitir que esta parte me gusta…
Como demostración, tomó una costillita, ya pelada de carne. Con su típica sonrisa, la puso en su boca y la partió en dos con los dientes, triturandolá sin esfuerzo, para luego comerla con satisfacción.
No sabía bien si era para intimidarme, para impresionarme, o solamente porque así comía siempre. Posiblemente las tres. Pero lo interpreté como buena señal. Y como un recordatorio que, pese a su tamaño, podría hacerme pedazos cuando quiera.
Siempre es bueno recordar eso. Te mantiene humilde, viste. Los humanos a veces nos olvidamos que no estamos al tope de la cadena alimentaria.
-Mmmhmm. - Ragua murmuró con satisfacción, saboreando los pedacitos de hueso.
Le interrogué con la mirada.
-La verdad es que tiene un gusto… a algo, no lo sé… - Me dijo.
-¿Algo como qué? - Le pregunté.
-A humo…
-¿Me estás llamando vende humo? - Sonreí. Siempre amé el ida y vuelta.
Ragua saltó a defenderse.
-No, ¡no dije que sea algo malo! - Ella ya estaba acostumbrada a la jerga de los mercantes. Decirle vende-humo a alguien, sin amistad de por medio, es tremendo insulto entre nosotros -Es un gusto interesante. La verdad, creo que nunca he probado algo así.
-Supongo que sería difícil tener una parrilla bajo el mar.
-Shh. - Me mandó a callar la princesa, a mí, adelantado ignorante. -Deberías saber que no somos marinos, somos anfibios. Conocemos el fuego.
Luego de esa aclaración, vi que su cara se llenó de una melancolía como cuando la vida se pone en pausa y te da un respiro para recordar. Las branquias al costado de su pecho se mecían de una manera tranquila, como buscando aliento.
-Hace mucho que no comía nada cocinado al fuego. - Murmuró.
Dejó de mirarme, y sus ojos se perdieron en las brasas de la parrilla. Muy parecidos eran los dos.
Sabía que 'hace mucho' significaba 'hace milenios'.
Sabía que cuando decía 'no somos' significaba 'no soy'.
Hasta donde sabíamos, ella era la única, la última, de toda una civilización.
El piso tembló un poco mientras comíamos, interrumpiendo nuestro silencio. Otra nave despegando, uno de esos inmensos transgalácticos llenos de turistas, haciéndose un hilo plateado en el cielo.
-Espero que te haya gustado de todas formas. No te invité solamente para presumir la comida. Quería que la pases bien, además. - Le dije, bien sincero, como me enseñaron mis viejos.
Ragua sonrió.
-Por supuesto que la pasé bien. En verdad… gracias por invitarme. Sé que estás ocupado trabajando, y comer carne no es barato…
-Nah, ni te preocupes. Justamente vinimos acá porque es barato.
-Tacaño.
-Shh.
Nos reímos un poco.
-¿Acaso no eres tú el que siempre dice "cada minuto que la nave no vuela mi plata sí"? - La señorita me cuestionó.
Era cierto.
-Es cierto. Pero… 'cuchame. Esto es mi trabajo, pero… ¿Vos pensás que valdría la pena sí no parara a disfrutar los mundos que visito? Es lo más lindo de todo. Disfrutar la comida, los paisajes, hacer amigos, como el boludo de Genaro… - lo dije amistosamente, pero Ragua igual sonrió. -…eso es lo que vale la pena de todo este laburo.
La chica quedó en silencio un momento, creo yo, complacida.
-¿Siempre quisiste trabajar de esto?
Lo pensé.
-No sé. Desde chico que lo hago… es como que… es lo único que sé hacer. Pero… sí, lo disfruto. Yo creo que muchos le han perdido el gusto a viajar por el espacio. Es un trabajo más para ellos. Pero yo todavía lo veo un poco como cuando era chico y leía sobre los primeros astronautas. Es como que estoy haciendo el trabajo que siempre quise de chico. El capitán en su traje espacial, en la cabina, partiendo a descubrir nuevos mundos…
Ragua sonrió, seguramente encontrándolo tan infantil como la forma que lo dije. Sí. Me gusta ser "capitán", ¿y qué?
-Les tienes mucho aprecio, ¿No?
-No sé si aprecio, pero son nombres dignos de recordar. Gagarin, Armstrong, Xia, Hachimaki… Bueno, también está Laika…
-Ah, ¡a ella la conozco! - Nos reímos. Debe haber millones de perritas llamadas Laika a lo largo y ancho de la galaxia.
-Era tan linda. Y bueno, nosotros los rioplatenses lo tenemos a Martínez…
-¿El de la estampita en la cabina?
-Sí, pero no es un santo oficial. Le rezamos igual…
-Todavía no entiendo eso.
-No te preocupes. Pero… - Mi curiosidad no pudo más… -¿Ustedes no recuerdan a los suyos? ¿A sus primeros astronautas?
Ragua no se podía sonrojar en verdad, pero con el tiempo, aprendí a asociar ciertas caras de ellas con eso. Esta era una ocasión.
-Sí. O sea, sí, creo que aprendí de ellos cuando era pequeña. Creo. Pero… Nunca presté atención. - Hizo una pausa. - No… me acuerdo mucho de ellos.
Una melancolía indescriptible.
-Ojalá recordara.
Los borrachines en la parrilla gritaron un gol, que nosotros ignoramos. Quise decir algo, pero ella me interrumpió.
-Que tristeza, ¿No? Tú siempre me cuentas historias. Sabes tanto, has visto de todo, y… ¡te da tanto orgullo contarlas!. Y cuando es mi turno… no te puedo contar nada. No, no sé los nombres de los primeros astronautas… la verdad no me acuerdo. No me acuerdo nada de historia, de astrografía, de ciencia… Bueno, mejor lo dejo ahí…
-Pero sabés muchas otras cosas…
-Lore de videojuegos, supongo.
Bueno, sí.
-Bueno, sí, pero también otras cosas. Todo lo que sabés es importante. No sé si te das cuenta. Pero sos la última d-
-Sí. Me doy cuenta. - me interrumpió con una firmeza en su voz. -Por eso me gustaría recordar más.
Me miró con ojos amargos. Yo miré para otro lado, no pude aguantar.
Ragua tenía que cargar con todo eso sola.
Cuando contaba mis historias, hacía algún chiste, tarareaba una canción, en el mero acto de hablar mi idioma, estaba compartiendo algo que compartía con los millones de rioplatenses descendientes de la nave-civilización Esperanza que partió de la Madre Tierra hace siglos; pero no solo con ellos, sino también portaba dentro de mi alma milenios de historia humana, y ya no solamente humana, sino de las miles de especies que formaban la civilización galáctica actual.
Ragua estaba totalmente sola, desarraigada en una campo de estrellas irreconocibles. De quien sabe cuantos miles de millones de Precursores, de maravillosas y complejas civilizaciones y especies, ella era la última. Detrás de ella, ruinas y silencio.
-Sabés mucho más de lo que pensás. Viste cosas que yo ni imagino, conociste la galaxia en su esplendor. - Le dije.
-Digamos que sí.
-Pero lo que me contás es siempre impresionante. Hasta los pequeños detalles. Las canciones, las tramas de tus series, la ropa, todo, todo…
-No las siento así. Pero… gracias. - Dijo, con la boca casi cerrada.
Suspiré.
-Todo lo que sabes importa. A mí me interesa escucharlo. En serio. Y… no hace falta que me cuentes todo. Pero… aprecio que lo hagas.
Ragua asintió lentamente con la cabeza, como agradecimiento y miró al cielo, capaz tratando de encontrar el transgaláctico que ya se había perdido, dejando una estela plateada en la noche.
La capital de Fraternité no era muy grande, pero incluso en una ciudad así, con sus luces era difícil ver las estrellas. Tan solo algunas, las más brillantes, en constelaciones que no reconocía, se animaban a presentarse entre los faroles y anuncios de neón.
Creo que Ragua se dio cuenta que estaba mirándolas también.
-Una vez, Mamá me llevó a la casa de mis abuelos, cerca de un arrecife en medio de la nada. - Empezó a hablarme, su cola agitándose a medida que recordaba. - Ahí si se veían todas las estrellas, no como aquí. Y mis abuelos, bueno, ellos no tenían Servidores. No los soportaban. Ellos hacían todo… ¿como lo dirías?
-¿...Casero?
-Casero. - Sonrío. -Bonita palabra. Yo me aburría mucho en la casa de mis abuelos. No tenían ni conexión al intergaláctico. Pero… Había unas cositas redondas. Eran… sé que te puede parecer raro, pero pequeños huevos de coral. Había unos… camarones. Ellos tomaban esos huevitos y los escondían en una esponja, para alimentar a sus... ¿larvas, creo que es la palabra?. Y mis abuelos tenían un jardín de esas esponjas en su casa…
Me costaba imaginar lo que Ragua me estaba contando. Pero me di cuenta que a ella también le estaba costando encontrar las palabras en rioplatense.
-…Bueno. Mis abuelos cuidaban de esos camarones. Hasta le ponían nombres. Nunca supe el nombre de todos, porque eran demasiados. Pero cada uno tenía un color diferente, y hacían cosas distintas. Algo así como… ¿Como se llama eso? ¿Cuando hay criaturas que hacen cosas diferentes? -Me dijo de una forma vaga, pero sorprendentemente comprensible.
-Colmena…
-¡Colmena, sí! Pero no los comíamos. Comíamos los huevos que recolectaban. El abuelo me decía que mientras más felices eran, más huevos recolectaban para nosotros.
-¿Y como lo cocinabas?
-¡No, no los cocinaban! Los ponían en una especie de frasco, y los mezclaban con unas plantas que no recuerdo. Y los dejaban que.. ¿Como se dice?
-¿Fermenten? ¿Como el vino?
-Sí, supongo que sí. - Me dijo, más entusiasmada, como que ahora entendía lo que estaba hablando. -Y quedaba una cosa… rica. ¡Bien rica! ¿Y sabes lo que es lo más loco?
-¿Qué? - Le pregunté, entusiasmado.
-No tenía gusto salado.
Mi boca se abrió en sorpresa. Exagerada, capaz, pero con razón.
-O sea, ¡Todo en el mar tiene gusto salado! ¡Pero esto no! Es…-
Ragua pausó, su cola dejó de moverse, mientras pensaba.
-Una vez quisiste describirme lo que era dulce… - Me dijo, con brillo en sus ojos.
-…Pero me dijiste que no podías sentir ese gusto.
-Creo que esto sería lo más parecido. Arcorur. - Me dijo, finalmente en su lenguaje, un poco como un rugido, no con una 'r' humana, sino más gutural. -Lo ponías en otra comida, ¡y era como que… se pegaba al gusto de todo lo demás!
-Como la miel…
-¡Exacto! ¡Me recuerda a eso!
Ragua me siguió describiendo como pudo, mezclando el rioplatense con el estándar y con su propia lengua, un montón de comidas con arcorur. Y por un momento, por un ratito, en esa parrilla, entre el humo y el aire tropical de un mundo distante, su civilización revivió, y sus abuelos estaban comiendo acá con nosotros.
Sonreí.
Quería saber más.
Quería que me cuente como sentía vivir en su tiempo. Que me explique lo inexplicable.
Pero inevitablemente…
-Me gustaría poder contarte más. - Ragua cortó la conversación. - Pero… No hay forma de que los puedas probar. - Me dijo, cortando la conversación.
Comí otro pedazo de costilla, pensando en que responder.
-No necesariamente. Hay millones de mares entre las estrellas. Esos camarones pueden estar en alguno de ellos.
Ragua asintió con un suspiro. Como diciendo, "Sí, pero mis abuelos no."
Miré para otro lado.
-Hay muchas comidas para probar. -Traté de seguir la conversación. Creo que ella lo notó, y regresó su sonrisa.
-Sí vos pagás, por mí espectacular. - Ragua me contestó en un rioplatense perfecto.
-No. - Contesté con una seriedad exagerada.
Ragua se rió. Sus dientes brillaron bajo las guirnaldas de focos y las brasas de la parrilla.
-Bueno. Al fin tengo una compañera para los asados. Así que sí, capaz podemos darnos un gustito de vez en cuando… -Admití, siguiendo ese ida y vuelta que tanto me encantaba.
-No me convence demasiado. -Replicó.
-Todo depende de como salga el siguiente negocio.
-No empieces.
Por una vez, ese tambor que retumbaba constantemente en mi cabeza, de números en rojo y en negro, decidió obedecer y callarse. Hoy no, no iba a empezar. Hoy, por lo menos.
-Bueno, comé tranquila. Hoy festejamos. Mañana despegamos.
-¿Y esa coplita de donde la sacaste? - Me ironizó.
Me di cuenta, con una sonrisa, que poco a poco, se le iba pegando mi tonada.
Lo que no me daba cuenta en ese momento es que algo de ella también se me estaba pegando.
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davidsoto666 · 2 years ago
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EGGUN
Espíritus de los muertos. Están bajo el poder de su rey: Oddúa. El concepto de eggun comprende a los espíritus de los antepasados, de los parientes, de los difuntos que fueron iniciados por el mismo padrino que tiene el creyente vivo, así como por otros que puedan acompañarlo para brindarle su consejo o auxilio. Algunos espíritus o egguns de gente
malvada o insana pueden ser manipulados mágicamente para hacer el mal.Su culto, propiamente dicho, no se ha establecido en Cuba, pero se tiene muy en cuenta para cualquier rito. Gracias a ellos se preserva entre nosotros la tradición de «respeto a los mayores 'africanos». Son ellos,
como se sabe, y no ningún contemporáneo, los depositarios de los secretos del conocimiento.
En todas las casas de santos las primeras ceremonias van dirigidas a los egguns de esa casa. «Ikú lobi ocha: el muerto parió el santo.» Al inicio de cualquier plegaria se nombran los egguns o antepasados africanos, y luego a ¡os criollos. Se les ofrenda gallo y carnera; también se les pone florescascarilla, coco (picado en nueve trozos), pan con mantequilla, café con
leche, agua con azúcar, agua, cigarros, tabacos, aguardiente, arroz amarillo, la cabeza de puerco incluida en el ajiaco y otras comidas, así como dulces. En general se les ofrenda todo lo que se come y, en especial,
lo que se sabe que les gustaba comer cuando estaban encarnados.
La Consulta con los egguns puede hacerse a través de! caracol de Elegguá aunque sólo se les pregunta «sí» o «no»; también mediante una misa espiritual y la asistencia de un medium. Igualmente se puede emplear el oráculo del coco para consultarlos antes de iniciar un sacrificio a los
orishas. Ahora bien, los sacrificios propios de los egguns se hacen en caños y vertederos. Entre los atributos de los egguns hay muñecas y muñequitos, fotografías, un palo de monte con nueve rayas rojas y blancas, y bastones.
Existen distintas formas de exorcizar la influencia malévola de los egguns. Puede hacerse mediante un ebbó, a través de un medium, con misas, con baños de depuración, o acudiendo a un orisha que haya poseído
a un ser humano y que efectuó los exorcismos convenientes. Se usa el cójate (o colonia) junto a la albahaca y al rom-pesaragüey para alejar a los egguns mortificantes.
En los funerales de los grandes personajes de la santería se utiliza el págugu (o palo consagrado a Eggun). En los cantos y bailes ceremoniales a Eggun se danza con el págugu en la mano derecha y golpeando verticalmente el suelo al ritmo de los tambores bata, que tocan a muerto. El págugu es un bastón o cuje de más de un metro de largo. En ocasiones se
coloca una pequeña cabeza labrada y pintada de negro en el extremo superior del palo que representa a Eggun. Sus ojos y boca están representados por cauris, pero en vez de tener hacia afuera la abertura del univalvo, la tiene hacia dentro porque «esos ojos no ven y esa boca no habla».
A través del Eggun del págugu se le pueden enviar recados a los difuntos. Es necesario honrarlos y darles agua, tabaco, aguardiente y comida (preferentemente la que el difunto solía preferir y que se coloca en platos rotos, «platos muertos»). Al págugu o Igui-Eggun se le consulta con los procedimientos adivinatorios tradicionales. La personificación del
espíritu de un muerto en un palo se encuentra muy extendida en África y ha pasado a los ritos ¡afrocu-banos. El págugu se coloca habitualmente en un rincón, casi siempre en el cuarto excusado, junto a la letrina o al vertedero
de las basuras. Cuando un santero es reclamado por I¡á, conserva su pagagu
Tumblr media Tumblr media
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broken-heart-213 · 20 days ago
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4 de julio 2024
No voy a poder terminar el texto pero esto es un pequeño fragmento de mil hojas.
Primero que nada se perfectamente que todas las personas sufren y se perfectamente que quieren ayudar y que cualquier acto lo hicieron con fines de poder ayudarme, con la hermosa intención de que este bien.
Desde que salí del anexo quede con un miedo donde te dicen que no digas nada de lo que te hicieron, con el simple hecho de decirte esto: una chava intento escapar la colgaron 3 días boca abajo sin comer sin orinar pero antes de eso todas las chavas incluyéndome tuvimos que golpearla con un bate si no hacíamos nos tocaría lo mismo que ella. Creo que con eso te podrás imaginar todo lo que me hicieron a mi y a todas las chavas de ahí.
Cuando salí del anexo mantuve una actitud positiva porque les tengo miedo a ustedes más a mi abuela de lo que es capas de hacer, siendo su nieta me pudo meter a un lugar tan asqueroso y repugnante.
No aguante llevar una actitud positiva fingiendo que hasta tu diego me dijiste que parecía que hubo un cambio en mi que ahora sonrió, no tengo a nadie de quien contarle toda la mierda que me hicieron ahí, y todo el puto odio que traigo lo único que quiero hacer es fingir y fingir que estoy de maravilla, seguir una estupida carrera llena de corrupción porque es el único trabajo fijo que tengo, donde lo más seguro no voy a durar ni el año ahí adentro porque me van a correr, seguir y darle el titulo a mi abuela porque se merece algo bonito ella. A pesar de todo el daño que me hace aunque no lo haga intencional la quiero mucho pero en el fondo la odio, y odio a todos.
Simplemente no quiero ayuda solo me quiero quedar me así toda mi puta existencia que me quede, me quiero seguir pudriendo porque eso es lo que merezco.
Aveces solo quiero esperar a la muerte de mi abuela para poder matarme y nadie más me salve como ella lo ha hecho.
Ya se que no he sufrido nada pero para mi es mucho yo no agunto estar existiendo.
NO PUEDO LLORAR NO PUEDO CARAJO SOLO ME DUELE INTERNAMENTE Y DUELE MAS.
No quiero ayuda solo quiero que alguien me lea.
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isabelgarden · 9 months ago
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Cronicas de una pastelera.
No trabajo con fondant.
Hace tiempo que el fondant empezó a ser tendencia en la industria pastelera con sus inumerables diseños, colores y el dinamismo moderno con el que muchos pasteleros y reposteros adquirieron, tomando esta forma de trabajar como algo artístico y nuevo.
Cada vez que yo veía una pieza hecha con fondant y sus diseños tan atractivos por así decirlo y costosos (por qué eh de recalcar que a simple vista se ve un trabajo de escultura y moldeado bastante complejo, siempre y cuando lo haga alguien que si tenga los conocimientos de escultura y moldeado de fondant) al probar la pieza me resultaba tan insípido y común; un bizcocho avainillado en la mayoría de los casos a veces de chocolate con un relleno soez casi molesto, terminaba por separar el fondant y solo terminar el pan, por qué no hago ni haré jamás la grosería de dejar de comer una pieza de pan, aunque no sea tan disfrutable, a mi parecer, el sabor y la textura de un bizcocho seco nunca se te olvida, así como la textura de un bizcocho jugoso y esponjoso. 
Por qué para poder cubrir la pieza con fondant, ésta debe estar lo más firme posible y solo así podrá soportar el peso del las esculturas y demás adornos que lleve el diseño.
Más allá de las tendencias en fiestas, reuniones o tal vez solo por sorprender a los demás con las habilidades pasteleras y esculturescas que tú pastelero de confianza puede tener, yo veía las piezas tan vacías tan superficiales literalmente como una escultura de cartón, valla, cubierta por una horrible capa de fondant que más que fondant parece playdoh de un niño de kinder garden. Aunado a esto de los kilos y kilos de fondant que tienen las piezas, agrégale; colorante, chocolates, grenetina, glucosa, brillos y quién sabe que más usen para hacer la escultura toda deforme de los personajes de Toy Story, ¡Si¡ El forky, para la fiesta de tu mocoso malcriado, se ven horripilantes.
El fondant es carísimo, agrégale tu, que además de caro tienes que elegir a un pastelero que SI sepa trabajarlo, por qué déjame te digo, no cualquiera, y menos si se lo encargas a tu prima la que tomó cursos ahí en la casa comunitaria del gobierno. 
Ya recalque mi desprecio por el fondant, por su complejidad y además por su horrible sabor, tiene la desventaja también de ser bastante dañino, es meramente azúcar, o sea cubres un bizcocho que ya de por sí es pan y azúcar, añadiendo el relleno; más azúcar y lo cubres con más azúcar bueno pues mejor haz una cita de una vez con tu Dr. General para que te recete una buena dosis de insulina. Por qué seguro te cortan el pie después de comer ese pastel.
Y es que la necesidad de cubrir pasteles ya tiene años, de hecho la idea del fondant deviene de una masa hecha de harina de almendra y agua y azúcar glass, tradicionalmente conocida como mazapán de almendra, riquísimo por cierto. A mi parecer la mejor opción para un buen pastel y que aunque con el mazapán de almendra no se puede hacer la figura del  “Stich” todo feo que le encanta a tu niña  berrinchuda, si se pueden lograr algunas figuras, aunque aquí lo que importa es solo la cubierta, por qué como buen pastelero el relleno y el bizcocho deben ser los protagonistas de todo el embalaje de pastel. 
Conservemos la pastelería tradicional, el merengue de nata, merengue suizo e italiano, ganache de chocolate, jaleas de frutas e infinidad de técnicas antiguas ya perdidas y olvidadas solo y únicamente por qué, quieres estar a la moda y pagar $3400 por un Micky mouse de azúcar que a nadie le va gustar y lo van acabar olvidando. 
Quiero que permanezca el amor por la cocina antigua, por esos sabores que nos hacían recordar ese pastel que probaste por primera vez en la boda de tu prima cuando eras niño, por qué antes si dejaban entrar niños a las bodas, ese pastel tres leches que se desacia en tu boca, el tiramisú de la pasteleria donde ahora hay un Oxxo, quiero que esas tradiciones no se olviden y de hecho trasiendan, se conserven y duren muchos años más. 
Es por eso y por razones infinitas que, NO TRABAJO CON FONDANT. 
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festindecadente · 1 year ago
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de la libretita, 4
Como si estuvieran apuntando el cañón de un arma directo a su cabeza, una amenaza fatídica y esperada, Nao da vuelta el envoltorio del chocolate para leer los ingredientes. No espera a registrar en su mente la lista cuando ya está empujándose el bombón entre los labios. La sensación que queda a su paso es un poco viscosa en realidad, provoca que levante la mirada del paquete a sus dedos manchados de marrón, y de estos al espejo que descansa acorralado contra algún rincón extraño de su pequeña pieza. Bajo la escasa luz cálida de su veladora, encuentra en el reflejo que sus labios están igual de sucios.
Y luego, de regreso al paquete. Nao escanea nombre de ingrediente por nombre de ingrediente, piensa que con el tema de las alergias debería haber hecho esto antes de comer, pero prefiere este orden de las cosas. Un poquito tentando a la muerte, un poquito no. Un poquito no importa, un poquito sí. Un poq–
Nao mastica y la cobertura suave del dulce se parte, llenando el interior caliente de su boca del fuerte sabor a licor. Mirá vos, bombón con licor. Tendría haberlo imaginado, considerando que fue regalo de una fan de la banda que, además, le propuso comerlos juntos en la comodidad de su casa, más tarde al finalizar la fiesta de cierre del evento.
Fiesta en la que Nao debería estar ahora mismo.
Tiene sonando una playlist cualquiera en aleatorio que le regala la voz de Montell Fish por algunos minutos más, y en esta parte del mundo se hizo tarde ya, nadie va a llamarlo, nadie va a caer de sorpresa a tocar su timbre, nadie va a bombardear su celular con mensajes que requieran su presencia. Nadie va a insistir. Y en esta parte del mundo, Nao no tiene que elegir qué ropa va a llevar, ni cómo se va a arreglar el cabello. Acá, la boca se le llena de licor espeso que traga con gusto, el chocolate denso se escabulle por las comisuras de sus labios, y en sus dedos la mezcla se derrite otro poco más así que se los trae más cerca de la cara para examinarlos.
Y luego, quién sabe. Capaz es cosa de la manía que uno desarrolla por auto torturarse. Algunos autores deciden entrenarse en el arte de la tristeza para comprender lo que van a escribir. Nada más maravilloso que la carne chamuscada al descubierto para que uno la vea y diga, ah, se ve igual que la mía. No es que no haya algo encantador en la fantasía, en la falta de experiencia, pero…
Nao se hunde los dedos en la boca. Los empuja despacio, con toda la calma del mundo, balbuceando la letra de la canción con la mirada fija, o algo así, en Nana. La gata bonita está como echada cerca de la pequeña montañita de chocolates y cartas que le ofrecieron. Nao debería haber dicho que no al show de esa noche, y debería también haber usado la plata para comprar algo rico para comer. Está acá, igual, con las malas decisiones sobre los hombros y los chocolates llenando su panza. Que seguro mañana va a despertar con todas las tripas dadas vuelta, pero nada parece detener el tren decadente en esta noche calurosa y húmeda de San Valentín. Ni la amenaza de un malestar estomacal, ni la falta de lógica porque en este rincón del mundo estas boludeces no se festejan tanto pero ahí están, sin embargo, las groupies: listas para instaurar nuevas celebraciones.
La sensación no es nueva, tampoco, la de los dedos en la boca. Nao ha vivido muchas instancias parecidas. Ha cargado con los dedos de otra gente en su interior, y los suyos propios en más ocasiones de las que le gustaría admitir. Por eso hay una especie de sabiduría experienciada en cómo recibe el par. ��ndice y mayor. No tan largos, no tan cortos, no tan anchos, no tan delgados. Y callosos. Con nudillos prominentes que chocan delicadamente con su paladar. Nana olisquea una de las bolsitas cerradas y el licor hace un pegote desastroso en la piel de su mano, con el modo ese en que está bajando por entre sus labios hacia su muñeca.​
Cierra los ojos con pesadez, el chasquido empapado de su lengua y sus labios al cerrarse y abrirse de nuevo a su propio alrededor, el pulsar codicioso en la boca del estómago. La voz de Montell, celestial.
Nao se hunde los dedos hasta la garganta. No para ni cuando las arcadas llegan, ni con el escozor en los ojos para. Los dedos ponen todo a temblar, todo, y cuando no lo soporta más, los extrae como científico loco de su cuerpo de un solo tirón, tosiendo de manera tan ruidosa que espanta a Nana. La gatita sale corriendo tan lejos como el diminuto espacio se lo permite, Nao la pierde de vista, aunque de todos modos ni le importa. Su cuerpo trastabilla al frente, las palmas abiertas deteniendo el impacto al azotarse contra el suelo antes que su cara. Tose, y tose, y tiene un par de arcadas más, y por un momento se acuerda de aquella tipa que conoció alguna vez… ¿cuál era su nombre? ¿Lucila? Que le mencionó que no tenía ningún gag reflex, y de paso intentó enseñarle las técnicas, y en el proceso le hizo vomitar. ¿Cuántos años tenía entonces? ¿Dieciocho?
Nao parpadea las lágrimas fuera de sus ojos, un par caen livianas cerquita del pequeño charco de saliva y chocolate que él acaba de dejar en el suelo. Es una capa borrosa y cargada de lo que debería estar bajando al estómago ya. Qué puto asco.
Cuando la sensación dolorosa pasa, eso sí, Nao tiene como un momento de lucidez que le lleva a escupir los restos acumulados al mismo charco. Con la mano que tiene limpia, se tironea del pelo para atrás para despejarse la cara y mirarse a los ojos en el reflejo de nuevo. Hay un segundo de duda y confusión, como si estuviera preguntándose “¿qué mierda te pasa por la cabeza?” Ahí Nana aparece de nuevo, caminando lentamente, curiosamente, hacia la escena del crimen. Nao se endereza en su lugar en el suelo de nuevo, se mira con repulsión la mano, y luego los chocolates.
Y luego, la hora en la pantalla de su celular.
La canción cambia a algo igual de lento, cree reconocer la voz de SZA. ¿Sería diferente la experiencia del retorcijón en el pecho y el fondo de la garganta, de haber estado con la piba que quiso ir a la intimidad de la casa? La manía de la auto tortura persiste, Nao piensa, por un retorcido instante, y seguro bajo los efectos del alcohol que estuvo tomándose antes de volver, que podría volver a hacer esto alguna vez más. Mira a la gatita, recibe un maullido sombrío de su parte, y se apunta en una notita adhesiva que tiene el estómago medio-vacío. A ver si a la mañana siguiente se acuerda de llenarlo.
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lecturasdiarias · 1 year ago
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Lecturas del Domingo 15º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
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Lecturas del día Domingo 16 de Julio de 2023
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 55,10-11
Esto dice el Señor: “Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 65 (64), 10.11.12-13.14
R./ Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias. R./ Señor, danos siempre de tu agua.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los terrones, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R./ Señor, danos siempre de tu agua.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia, están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas. R./ Señor, danos siempre de tu agua.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan. Todo aclama al Señor. Todo le canta. R./ Señor, danos siempre de tu agua.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 8,18-23
Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 13,1-23
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del Señor
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crecimiento-espiritual · 2 years ago
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FECHA
5/1/2023 12:00:00 a. m.
ANDAR EN AMOR (PARTE 1)
ORACIÓN INICIAL
Padre me has demostrado tu amor y lo has derramado en mí por tu Espíritu Santo y, aunque ha sido puesto de manera abundante en mi vida, yo no lo estoy reflejando a los demás como se debe; enséñame a través de tu palabra cómo andar en amor, así como sé que tu Hijo Jesucristo lo hizo, pues Él es mi modelo a seguir, amén.
LEE LA PALABRA DE DIOS
"Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve." 1 Corintios 13:1-3
REFLEXIÓN
Es increíble que la palabra de Dios nos exhorte sobre la importancia del amor en nuestras vidas, pues fue por amor que Dios envió a su Hijo Unigénito para que por medio de su sacrificio fuera salva la humanidad (Juan 3:16); fue por amor que se extendió a nosotros su misericordia desde la eternidad hasta la eternidad (Jeremías 31:3); fue por amor que Él cubrió la multitud de nuestros pecados (1 Pedro 4:8) y fue todo hecho por amor, pues Dios en esencia es amor (1 Juan 4:8b). No es casualidad que su palabra nos inste a que todo lo que hagamos lo hagamos con amor (1 Corintios 16:14), pues ejemplo nos ha dado.
Y meditando en este pasaje me preguntaba: ¿estoy honrando o faltando al amor de Dios?, hoy te invito a que te hagas esta misma pregunta, pues sin duda alguna la respuesta la encontraremos en lo que manifiesten nuestros actos. Reflexiona en tus palabras, tus pensamientos, tu forma de actuar, y allí hallarás si, al igual que Dios, tus acciones están impregnadas de amor o por el contrario encontrarás que carecen de él.
Meditando en esta pregunta encontré que en algunos momentos de mi vida he fallado a ese amor, pues en medio de una discusión, por ejemplo, normalmente no salen palabras edificantes, sino aquellas que se lanzan como flecha y van con la intención de lastimar a los demás (Salmos 64:3); pero del amor de Dios he aprendido que: "El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios" (Proverbios 16:23); entonces me cuestioné: ¿qué hacer?, y la respuesta la encontré en Jesús, en su vida de ejemplo, pues su vida es la definición de cómo andar en amor.
En el devocional de mañana estudiaremos cómo, de manera práctica, podemos seguir las pisadas de Jesús para así andar en amor.
ALABANZA
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lyon-amore · 2 years ago
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Sr. y Srta. Mentirosos Capítulo 18
Capítulo 17 ------------------------------------------------------------------------------------- *MC POV*  Abro despacio los ojos, encontrándome en mi cama. Creo que Jake me debió de traer anoche. Que amable. Un aroma dulce sube hasta el cuarto. Sonrío al saber que son tortitas. De un salto, salgo de la cama, bajando a toda prisa. En el salón Jake coloca el desayuno y la boca se me hace agua.    — ¿Y esto? ¿Qué celebramos? —Pregunto, sentándome lista para desayunar.    —Recordé que te gusta y quería prepararlo —se sienta tras servir el café y se sienta también en la silla—. Puede que me haya pasado un poco con la sal, hace mucho que no hago tortitas.    —No te preocupes, mañana podrás hacerlo mejor.    —No te acostumbres a estos desayunos —me sonríe con cariño y empieza a comer.     Sí que es cierto que está un poco salado, pero no hay nada que la nata, el chocolate y el caramelo lo arreglen. Hacía muchísimo que no desayunaba tortitas. Como Phil y yo solemos estar ocupados por las mañanas, no nos da tiempo hacer estos desayunos.    — ¿Puedo preguntarte algo? —la voz de Jake suena demasiado lenta, casi como si estuviera dudando de su pregunta.    —Clafo —contesto, tapándome la boca llena de tortitas.    —Anoche… Tú…    — ¿Yo…?     Traga saliva, nervioso. Sus ojos me miran con intensidad.    —Anoche dijiste algo en sueños.    — ¿Yo?    — ¿Recuerdas qué era?    Cierro los ojos intentando recordarlo. La verdad es que no estoy segura qué he soñado, no lo recuerdo.    — ¿Dije algo malo? —Pregunto preocupada— Ahora mismo no lo recuerdo.     Suspira tranquilo, y comienza a desayunar.    —No, no dijiste nada malo…    — ¿Pero qué dije? Ahora tengo curiosidad ¿Fue alguna tontería?    —Dijiste- —se detiene jugando con el tenedor en sus manos. Parece dudar en lo que quiere decir— Dijiste “Te quiero Phil”.     <<Miente, lo sé…>>    — ¿Y por qué quieres saber de qué iba mi sueño? —pregunto, fingiendo estar molesta— Si era un sueño de Phil y mío, no te lo diría por nada del mundo.     —Tienes razón, perdona, a lo mejor incluso oí mal y dijiste otra cosa.     Jake, si antes no podías mentirme por mensajes porque lo adivinaba, mucho menos ahora mirándome a la cara.  Sólo espero que no me estés ocultando algo grave de nuevo.    — ¿Te gustaría… —levanto la vista de mi plato, esperando a que terminase su pregunta— ¿Te gustaría ir al lugar donde trabajaba antes?    Parpadeo sorprendida ¿De verdad me lo estaba pidiendo? Él, que nunca me había dicho que había contado de su antiguo trabajo ¿Ahora quería que fuera a visitarlo?     — ¿Y este cambio? —le pregunto, dejando los cubiertos en el plato— ¿Hay algún motivo para querer llevarme allí?    —Me gustaría que conocieras a alguien, un amigo.     Más sorpresas más.    — ¿Es uno de esos amigos que te van a matar por no haber ido a verle? —me río, recordando lo de anoche.    —Sí, es… ¿Cómo denominarlo? Es como mi hermano pequeño y siempre quiso conocerte-    — ¿En serio? — ¿Por qué nunca me lo dijo?— ¿También él corría peligro con el gobierno?    —No, él trabajaba en cierto modo con ellos de seguridad.     Me enfado por dentro. De haberlo sabido antes, me hubiera puesto en contacto con él y buscar una ayuda para Jake.  En fin… Parece ser que Jake intenta mostrarme un poco más de su mundo. Tarde, pero lo cumple.    —Vale, podemos ir en cuanto entregue la petición —contesto finalmente, limpiándome con una servilleta.    — ¿Vas a entregarlo a mano?    —No tenemos tiempo de hacerlo por correo y quiero que llegue directamente a Jan —respondo con dureza—. Y así que se lo comunique rápidamente con su abogado, para buscar su permiso —clavo mis ojos en los suyos—. Necesito saber la verdad.    —Está bien —Jake asiente, cogiéndome la mano—, si es por tiempo, entonces lo haremos. Cada vez estamos más cerca de saberlo, de tener más pruebas.     —Gracias…     Estoy demasiado acostumbrada a que Jake y yo nos tratemos de esta forma. No me molestan sus gestos de cariño. Creo que si nos llevamos bien, no pasará nada malo. Es agradable tener a un amigo trabajando conmigo.    <<Amigo…>> Jake me ha traído a la prisión, para que entregue la petición a mano. No sólo me he arreglado para ir a ver a los antiguos compañeros de trabajo de Jake, sino también para convencer a la policía de que le den la petición lo más rápido posible. A veces, es mejor usar tus armas de mujer.    — ¿Vas a ligar o a hacer una entrega, Jovencita? —me pregunta Jake, apoyándose en el volante.    — ¿Eres mi padre, Jake? —me quito el cinturón, arreglándome la ropa.    —El que tiene que asegurarse de que no huyas con otro hombre.     Suelto una risa por su broma. Y salgo del coche cogiendo la hoja y mi bolso.  Los guardias de la entrada me saludan diciendo mi nombre. Cuando dije que tenía que hacer una petición en persona, se pusieron rápidamente en contacto con la persona de recepción y me dejaron pasar. Sonrío de manera encantadora al hombre, dejando el papel en el mostrador.    —Vengo expresamente a entregar está petición de visita —deslizo el papel despacio, sin apartar la mirada con el policía.    — ¿Jan Parker? —Arquea una ceja, con curiosidad— Creo que este hombre nunca ha recibido visita.    — ¿En serio? —apoyo mi barbilla en la palma de mi mano, poniendo una expresión de curiosidad con morritos— ¿Y eso por qué?    —Parece ser que no dejan que la gente le visite —me devuelve la hoja, con un suspiro—. Lo siento mucho, MC.    — ¿Y no puedes hacer una excepción por mí? —Intento poner la mejor expresión de lástima, para convencerle— Es un trabajo importante que tengo que hacer, mi jefe me lo pidió.    El policía suspira, cogiendo la hoja y levantándose de su silla.    —Lo intentaré, pero no prometo que vaya a salir bien.    — ¡Muchísimas gracias!     Me acabo despidiendo y salgo del lugar cruzando los dedos esperanzada. Regreso al coche y Jake me mira con ganas de preguntar.    — ¿Y bien?     —Parece ser que es un preso que no puede recibir visitas.—No quieren que hable o si no, no tendrían que prohibirlo —Jake se pone modo pensativo, analizando la situación—. Si no conseguimos hablar con él, no podremos obtener la información que necesitamos para demostrar que Manfred está detrás de todo esto.    —Su testimonio es importante —suspiro, un poco desesperada—. No puedo dejar que me rechace.    —Vamos, tranquila —apoya una mano en el hombro, intentando calmarme—. Confío en que querrá hablar contigo.    —Espero que así sea —le miro a los ojos, intentando relajarme—. Bueno… ¿Nos vamos ya a ese lugar “secreto”?    —Antes tengo que taparte los ojos para que no sepas el camino.    — ¡¿Qué?!     —Tan sólo bromeó —frunzo el ceño mirando cómo se ríe de mí. Ya pensaba en algo peligroso—. En realidad, tengo que aparcar lejos y después ir andando.    —Dime que no es mucho, que llevo tacones…    —No, tranquila, será corto.     Asiento y sonrío. Me hace mucha ilusión este viaje tan interesante. *Jake POV*  No sólo quería ir para presentarles a mis antiguos compañeros, necesitaba un poco de ayuda para la protección de MC. Le cuento durante el viaje en coche quienes son las personas más importantes en mi antiguo trabajo: Malcolm y Henry. Padre e hijo, que para mí son mi familia. Henry es como mi hermano pequeño. Le encontré cuando era pequeño en la calle y Malcolm decidió adoptarlo. MC casi llora al escuchar la historia. Supongo que cuando lo pierdes todo de tan joven, al final las personas que tenía a mí alrededor, las consideraban como mi familia. Ahora que Malcolm y su equipo protegían a víctimas, quería añadirla en su lista por si algo sucedía. Estoy seguro de que si se lo decía, se negaría por sobreprotegerla. Tendré que dejarla con Henry para hablarlo con Malcolm. Estoy seguro que los dos tienen muchas preguntas para ambos y por separado.    — ¿Estoy bien? ¿Demasiado arreglada? ¿Quizás tendría que haber venido menos elegante? —MC pregunta deprisa, como si estuviera nerviosa.    —Estás bien, no te preocupes —me río porque nunca la había visto tan nerviosa. Normalmente suele ser tranquila con conocer a otras personas—. No tienes que estar nerviosa.    —Me has contado que son como tú padre y tu hermano ¿Cómo no quieres que esté nerviosa? —veo cómo se arregla el cabello de nuevo y la detengo, cogiendo sus manos.    —MC, tranquila—intento hablar con calma, para relajarla—, vamos a ver a unos amigos, no a mí familia de verdad.     —Cierto, no tengo que ponerme nerviosa de este modo —inspira y espira, comenzando a relajarse—. Tengo que pensar que voy a ver a los amigos de un amigo, no a su familia ni que tengo que caerles bien por obligación, sólo ser yo misma.    —Exacto. Nos acercamos a la fábrica abandonada y MC mira de arriba abajo la estructura, con una mirada curiosa.    — ¿Aquí hay gente trabajando? —Pregunta mientras vamos entrando— Pero si aquí no hay nadie —se gira a mirarme y se cruza de brazos— Jake, ¿me vas a secuestrar? Puedes ser sincero conmigo, aunque intentase huir, me atraparías rápidamente, corres más que yo.    —Me has pillado, esa era mi intención desde el principio — doy tres golpes largos y cuatro cortos a uno de los tanques.     MC arquea una ceja, como si yo estuviera loco. Pero sabe que no miento, se debe de estar preguntando el cómo en este lugar podía haber algo con lo que trabajar. Abren la puerta y el guardia del lugar, un hombre más grande que yo, me abraza con fuerza.    — ¡J, delincuente! —Me saluda aplastándome las costillas— ¡¿Cómo te atreves a no pasarte por aquí tras ser libre?! ¿Con tu lujosa vida ya no vienes por aquí?    —Lo siento, aún estaba instalándome —contesto con falta de aire.    —Espera un momento —me suelta y se fija en MC, que está con una sonrisa de oreja a oreja observando nuestro saludo— ¿Es quien creo que es? —la señala, emocionándose.    —Sí, Tank, es ella —contesto, un poco avergonzado.    La última vez que estuve aquí, le conté a Henry sobre MC. El problema es que fue contándolo después a las personas cercanas a él, implicando su padre y Tank. Quién sabe cuántos más sabían de ella.    —Hola, soy MC, mucho gusto en conocerle —MC extiende la mano de forma educada.      Se me escapa una sonrisa al verla interactuar tan cuidadosamente. Tendr��a que haberla traído aquí hace años, a lo mejor con ellos hubiera podido buscarme rápidamente. Pero por aquél entonces, mi preocupación por su seguridad de que la encontrasen conmigo era lo más importante.    —Soy Tank, amigo de Jake —acepta el saludo y veo cómo cambia su expresión mirando su mano—. ¡Oooojojojojo! ¡Ahora entiendo por qué tardabas en venir! Enhora-    —Tank, no es eso —le detengo en seco—. MC y yo sólo somos amigos, está comprometida con otro hombre.    —Oh… ¿Y quién es el afortunado?    —Él —MC saca su móvil y muestra su pantalla—. Phil Hawkins, es dueño de un bar en Duskwood.    —Mmmm… —Tank se lleva una mano a la barbilla, mirando de manera intensa—. Sí, yo también me hubiera comprometido con él ¡Vaya hombre, chica! ¡Mis felicitaciones!    Pongo los ojos en blanco, cruzándome de brazos esperando a que terminasen de cotillear. Estaba claro que lo estaba disfrutando a mi costa.    — ¡Gracias Tank! —MC guarda el móvil y continúa hablando con Tank. Parecía más amigo de ella que mío.    —Vale, muy bien —detengo la conversación y me pongo en medio, colocando mis manos en los hombros de MC—. Dog ya sabe que estoy aquí, no hace falta que le avises.    —Entonces no os entretengo más —se echa a un lado, dejándonos pasar—. Vas a quedarte boquiabierta al ver el interior, MC.    —Ya tengo ganas de verlo —MC me mira y me hace una señal— ¿Vamos?    —Sí, vamos.     Tank me detiene, dejando que MC caminase sola por el pasillo.    —Eres un idiota si la pierdes J, además —le echa un vistazo a MC y luego a mí— nunca es tarde para reconquistarla.    —Se casa en cuatro meses… —contesto, un poco desanimado.    —Bueno, muchas películas románticas en el último momento la boda puede arruinarse porque el hombre se planta en el altar para buscar a la mujer de su vida.    —Tank, deja de ver esas películas, eso nunca pasa en la vida real.    —Yo sólo doy una idea —me guiña el ojo junto con una palmada en el hombro—. Ves con ella antes de que se desmaye al ver el lugar.    —Sí, hasta luego.    —No dejes que hable mucho con Henry.     Niego con la cabeza. Yo creo que ya debió aprender después de seis años. MC estaba esperando a mitad del pasillo, un poco más relajada.    — ¿De qué estabais hablando? —Me pregunta, curiosa.    —Tan sólo me decía que me echaba de menos.    —Mientes.    —Lo sé, pero no te voy a contar la verdad —hago el gesto de ‘silencio’ y pone los ojos en blanco, sonriendo.    —Los secretos de Jake nunca cambiarán —noto su tono de sarcasmo. Me alegra alejarla un poco de todo el estrés de su caso, deseaba algo como esto—. Vaya…     Cuando entramos en la gran sala, MC mira sorprendida a todas las mesas llenas de ordenadores y a todas las personas trabajando.    —Esto casi parece una película de ¿Hackers? —bromea, mirándome con los ojos brillando.    —Muy graciosa.    —Ahora en serio ¿Cómo es posible que trabajen aquí? ¿Por qué?    —Antes nos encargábamos de la seguridad de varios altos cargos del gobierno, de manera muy estricta —Dog aparece a nuestro lado y nos sorprendemos—. En cuanto Jake expuso a los culpables y sus crímenes, nos encargamos de cambiar de bando y proteger a las víctimas de nuestros jefes.    —Usted debe de ser Malcolm —MC le analiza observándolo detenidamente. Espero que no lo note Dog—, Jake me ha hablado mucho de usted, me ha dicho que es como su padre.    Dog me mira arqueando una ceja. Me rasco la nuca algo incómodo y sonríe.    —Y tú debes de ser MC —le tiende la mano y ella acepta, con firmeza—. Me alegra conocer a la mujer que tanto había protegido.     Pensé que iba a ser una buena idea venir aquí, pero esto lo está empeorando.    — ¿De verdad? —pregunta con sorpresa MC.    —Sí, se arriesgó a venir aquí para crear un programa de protección.    —Ajá… —MC me mira y pronuncia con sus labios un ‘Gracias’.     Pensé que iba a decirle el caso de cuando la CIA me rescató. Que le pedí que no supieran nada de ella.    —Y tenemos a Nymos de vuelta a “casa” —Henry aparece detrás de Malcolm y le ofrece la mano a MC—. Yo soy Henry, amigo y hermano pequeño de Jake. Aunque no de sangre, claro.    —Me alegro conocerte por fin Henry —MC acepta el saludo, que a diferencia de Malcolm, a Henry le saluda con energía.    —Puedes llamarme Comet, aquí todos usamos nombres en clave.    —Y Nymos es el nombre clave de Jake —MC me sonríe, cada vez más curiosa—. Siempre allí…    —Por supuesto — contesto ocultando mi orgullo—. MC ¿Por qué no vas con Henry? Tengo que hablar con Malcolm de un pequeño trabajo, luego me reúno con vosotros.    —Vamos MC, te voy a enseñar mi paraíso.    —Ey, cuidado, que tiene novio —digo regañándolo.    —Tranquilo, no te voy a robar a tu chica.     MC se ríe siguiéndole. Espero que Henry le diga nada que pueda incomodarnos. Miro a Dog y este me hace una señal para que le siga.    —Tengo que avisarte de que Mathilde está en mi despacho —Malcolm me echa un rápido vistazo.     Genial, reencuentro con mi jefa en mis vacaciones.    — ¿Y qué hace aquí si no te soporta? —pregunto sorprendido.    —No lo sé ¿Por qué no me lo dices tú? —Se para en la puerta, cruzándose de brazos— ¿Por qué Mathilde vendría aquí?     —No lo sé-    —Jake, que tienes treinta y seis años, ya no debes ir mintiéndome como cuando eras un crío —mantengo la mirada ante sus palabras, demostrando que no puede intimidarme—. No me lo digas: Todo esto tiene que ver con tu novia.    —Necesito que la metas en el programa de protección-    —Por Dios, Jake, no de nuevo.    —La quisieron culpar de un crimen, Malcolm —respondo con enfado. No quiero que me niegue está petición— y no es una muerte cualquiera, es de un policía.    — ¿No me digas? —abre la puerta y me encuentro cara a cara con Mathilde, que está apoyada en el escritorio.    — ¿Puedes explicarme por qué mis cámaras de seguridad te han detectado en una comisaría y con un hombre que apareció muerto en su piso horas más tarde, señor Miller? —Mathilde me mira como si estuviera mirando a un hijo que ha suspendido todos los exámenes de final de curso— ¿Y quién es la chica que te acompaña? ¿Vuelves a meterte en problemas?    —No estaba haciendo nada —contesto, mirando a los dos, al mismo tiempo que Dog cierra la puerta—. Tan sólo he acompañado a una amiga que es periodista a investigar, es casualidad que justamente ese hombre después se quitase la vida.    —Recuerda para quién estás trabajando ahora Jake —Mathilde se aproxima a mí. Sí, por su tono de voz, parece que esté hablando con un hijo en vez de su empleado—, si te metes en problemas de nuevo, esta vez no vamos a poder ayudarte. Te verás solo sin nadie quien te ayude.    Tengo que ir con más cuidado a partir de ahora. Menos mal que estoy aquí para que a MC no le ocurriese lo mismo que a mí. Mathilde ha hecho bien en avisarme con antelación. Debo mantener a MC alejada de Mathilde, si la investigan, creo que será peor para ella.    —Lo sé, pero esta vez no estoy haciendo nada que pueda perjudicarme —respondo mintiendo. Sé en lo que estoy metido y volvería a aceptar toda petición de ayuda de MC.    —Admiro mucho tu valentía Jake —Mathilde tuerce una sonrisa sarcástica, dirigiéndose a la puerta, pero añade algo más— ¿O quizás es tu estupidez por estar enamorado? Que tenga cuidado también esa chica.    Evito contestarla bajo esa amenaza. No debe notar mis sentimientos por ella o los utilizaría.    —Malcolm, recuerda lo que hemos hablado —se dirige ahora a Dog, con una mirada más dura.    —No lo olvidaré —le contesta, sin apartar la vista.     Ambos parecen tener una batalla mental. A veces incluso se puede notar la tensión entre ellos, lo que hace que me incomode.    —No la soporto… —Malcolm se acerca a su mesa y se sienta, cansado.    — ¿Habéis hablado de mí? —pregunto curioso.    —Se cree que sé todo lo que haces —se masajea las sienes, para después mirarme como Mathilde—. Bien, el tema de MC, explícamelo todo y sin dejarte nada. Necesito toda la información para evaluar si debería o no estar en el programa de protegidos.    —Está bien, empezaré desde el principio. *MC POV*  El lugar de trabajo de Henry está lleno de monitores, no sé por qué, pero para mí esto le queda mejor a Jake que a este chico. Sin ofender, pero estoy segura de que a Jake esto le gustaría tenerlo.    —Toma —Henry me pasa un vaso de café—, justo como has pedido.    —Gracias —cojo el vaso con cuidado de no quemarme los dedos y le sonrío— ¿Y tú también te dedicas a proteger a las víctimas de los detenidos?    —No, yo me dedico a de los no detenidos —bromea, ofreciéndome su silla—. Por suerte no todo el mundo es un criminal.    —Cierto, en eso hemos tenido mucha suerte.     Miro las pantallas, curiosa. Por un momento, me imagino a Jake aquí sentado, trabajando. Ojalá pudiera dejar el trabajo en el que está y volver aquí, seguramente sería más feliz.    —Estoy muy emocionado —Henry se sienta en la mesa de su gran escritorio, sonriéndome— ¡Siempre quise conocerte! Desde que Jake vino aquí para crear el programa para protegerte.    — ¿Te refieres a Nymos?    —Sí, aunque luego me dijo que no fue demasiado perfecto por un pequeño fallo —suspira rascándose la mejilla nervioso—, lo creó demasiado rápido porque estaba preocupado por ti.    —Qué amable...    —Sí —noto que Henry es un chico que sonríe mucho y, creo que debe rondar los veinticinco o veintisiete años, no es muy mayor—. Nunca antes había visto preocuparse tanto por una novia- Bueno, quiero decir, nunca conocí a su exnovia, pero nunca le tan dedicado con alguien.    —Oh, yo no… —Veo la ilusión de los ojos de Henry al creer que soy su novia. Parece ser que las noticias no le han llegado. Lo que igualmente, no me molesta si es él— No puedo ni imaginarme lo preocupado que debía de estar.    —Demasiado, hasta se enfrentó a mi padre para poder hacer el programa —Henry se cruza de brazos, recordando—. Fingí que no me enteraba de la situación, para no discutir con los dos.     Jake… Que te enfrentaras al hombre al que considerabas como tu padre por alguien a quien no conocías de nada... Debo de agradecérselo demasiado bien por protegerme tanto.    —Seguro que te alegraste cuando volviste a verle —me sonríe, con amabilidad.    —En realidad… Mis sentimientos estaban confusos… —confieso, con un largo suspiro— Estoy comprometida con otro hombre, Henry, estuve demasiado tiempo pensando que Jake me abandonó porque no quería que huyéramos juntos y que en realidad, me abandonó para que me fuera más fácil olvidarme de él-    — ¡NO! ¡Eso jamás lo haría Jake! —Henry salta de la mesa y me sorprendo, con un pequeño salto en la silla— ¡Él me confesó que quería estar contigo para siempre! ¡¿Sabes lo que eso significa?! ¡Es increíble que no te lo haya dicho!      Las palabras de Henry parecen dichas por un fan de una serie o película. Mi corazón se acelera al saber que Jake con esas palabras se debía referirse a casarnos en secreto. Compartir algo más que huir juntos.Y de la nada, empiezo a llorar, recordando lo mucho que esperé por él y que no supe que estaba en peligro. Bueno, ya no puedo volver atrás y todo ha cambiado desde aquel día.    —Oh, no, no llores, no quiero que Jake me mate por hacerte llorar.     Me río ante su frase, secándome las lágrimas.    —Gracias por contármelo Henry —le sonrío, intentando recomponerme—, no le contaré a Jake lo que me has dicho, será nuestro secreto.    —Sí por favor, no se lo digas, no quiero que se enfade también por contártelo.     Lo mejor será hacer como si esta conversación jamás hubiera existido. Si es que seré capaz de mirarlo a la cara después de esto. Salimos por fin del cuarto tras charlar un poco más de nuestras vidas. Me felicitó por mi futura boda, aunque a regañadientes, Nos dirigimos al despacho de su padre, para saber si ya han terminado de hablar. Henry llama a la puerta y Malcolm nos invita a pasar. Cuando entramos, Jake está de pie cruzado de brazos, detrás de Malcolm como si estuviera pendiente de lo que está haciendo en su ordenador.    — ¿Todo bien? —pregunto preocupada.    —Sí, perfecto —contesta Jake, rápidamente—, estábamos comprobando una cosa.    —Mhm… —asiento, aun sabiendo que miente— Nosotros ya hemos hablado lo suficiente.    —Espero que no mal de mí.    —Puede que un poco —me mira Henry, cómplice.     Jake pone los ojos en blanco sin creérselo demasiado.     Mi móvil suena y veo que me llaman desde la cárcel. Me disculpo un momento y salgo del despacho, dejándoles solos. *Jake POV*  MC nos deja y miro a Henry, con curiosidad de la conversación que han podido tener ¿Le habrá contado algo que no debía? A Henry siempre le gustó hablar demasiado.    —Estarás feliz de haberla conocido por fin.    —Sí, y ya era hora —Henry frunce el ceño, enfadado— ¡Tío! ��¿Cómo se te ocurre haberla perdido?! ¡Te daría un puñetazo por no habernos pedido ayuda cuando debiste!    — ¡¿Podéis parar de decirme todo lo mismo?! ¡No quería poner en peligro a nadie!    — ¡Pero ella es tu novia!    — ¡Era!    — ¡Los dos, basta ya! —Dog nos grita poniéndose de pie, mirándonos a los dos— Esto no es un patio de recreo para ir gritando estas cosas —se arregla la corbata y respira hondo—. Bien Jake, lo que me has pedido ya está, espero que todo esté en orden.    —Sí, gracias.     Henry nos mira a los dos, confuso. Me mira buscando una explicación.    —MC está en problemas, así que he decidido que la mantengáis vigilada.    —Pero sabes que necesita algo más que estar en la lista, ¿verdad?    —Sí, pero eso me encargaré de instalarlo yo desde mi ordenador.    —Vuelves a tu viejo método… —dice con enfado.    —Se lo contaré cuando esté listo, te lo prometo.    Me detendría si se lo contase ahora. Cuando me dijo que no la tratase como una niña, me preocupó que algo hubiera desencadenado algún recuerdo. Tenía que prepararme para la conversación.    — ¡Jake! ¡Lo hemos conseguido! —MC entra en el despacho con una sonrisa— ¡Tenemos permiso para hablar con él!    — ¡Sabía que lo conseguirías! —me acerco a ella contagiado con su emoción.  Supongo que es por verla tan feliz.    — ¿Por qué todo el mundo continúa gritando en este despacho? —oímos a Dog decir, con voz cansada.    —Discúlpeme, es que es un trabajo importante —se disculpa MC, guardando el móvil.    —Está bien, que no vuelva a suceder.    —Dog, MC no trabaja para ti —le recuerdo, para que no sea demasiado duro con ella—. Creo que ya deberíamos irnos, tiene que prepararse para el reportaje.     Nos mira con algo de escepticismo. Tras haberle contado toda la historia, debe de estar preguntándose por qué miento. Por supuesto, nadie debía de saber en lo que MC estaba metida. Pero confiaba en Malcolm para esto, él nunca desvelaría algo a no ser que fuera necesario.    —Espero que nos veamos pronto entonces —Malcolm se acerca y nos tiende la mano para despedirnos, después mira a MC con una sonrisa—. No deje que su amigo se meta en más líos, que no siempre estaré allí para protegerlo.    —Evitaremos todos que no vuelva a pasar —bromea MC, con una pequeña sonrisa.    —Como si no estuviera aquí —digo, sonriendo.    —Y felicidades de nuevo por la boda —Henry le coge la mano, a modo de despedida—. Espero que nos veamos antes de que te cases, me gustaría conocer a tu prometido.    —Claro, habrá una cena unos días antes de la boda, puedo invitarte a conocerlos a todos —MC me mira y sonríe—, seguro que Hannah y Lilly estarán felices de conocer al hermano pequeño de Jake.    No puedo negárselo, es su boda y su decisión. Aunque quizás con eso significaría que tendría que ir a la cena por mis hermanas y no dejar a Henry sólo para que no pueda decir cosas de mí.    —Yo también lo creo —le da la razón Henry.    —Vámonos MC —cojo su mano, despidiéndome con la otra—. Nos vemos pronto.     Salimos del despacho, directos a la salida. Despedimos a Tank y salimos al exterior. Escucho la risa de MC y la miro.    — ¿Qué ocurre? —pregunto confuso.    —Ya puedes soltarme la mano, Jake, no creo que ya vaya a perderme.     Suelto su mano despacio, notando el calor de su piel todavía.    — ¿Jake? —me agarra del brazo para detenerme.     — ¿Sí?    —Gracias por traerme —afloja su mano, soltando poco a poco—, para mí ha sido importante.     Su sonrisa hace que mi corazón se me acelere. Pasó su cabello detrás de su oreja, respondiendo a su sonrisa con otra. Odio que todos tengan razón.    —De nada —rozo mi mano en su mejilla, manteniendo la mirada—. Sólo espero que no te haya contado nada vergonzoso de mí.    —Nada de lo que debas preocuparte.     Si no fuera por las circunstancias, las besaría. Me atrevo a aproximarme a su cara, ella no se mueve ni un milímetro, ni me aparta. Cierra los ojos y suspira. Su móvil vuelve a sonar. Interrumpiéndonos.    — ¿Por qué... ¿Por qué no vas a por el coche? —Se separa de mí, tambaleándose— Voy a contestar la llamada.    —Por supuesto —me alejo de ella, despacio.     ¿Podría el universo dejar de interrumpirnos durante cinco minutos? Capítulo 19 
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zainc · 1 year ago
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' ah, ahora rechazas el malvavisco que con tanta dedicación preparé. ya veo como son las cosas... ' se hace la dramática solo porque tiene tiempo para perder, solo para terminar sonriendo y llevándose la nube tostada a la boca. demonios, es el mejor que ha dorado hasta ahora, no hay manera que pueda replicar este nivel de sabor en otro bombón. ' bueno, yo soy la experta aquí, claro que te enseño. ' se echa flores falsas solo para no quedar como una tonta frente a asahi. ' si, puedes poner varios en la misma varita. así, mira. ' con cuidado se pone a empalar tres nubecitas blancas, dejando la de la punta atravesada un poco menos de la mitad para que al momento de comer no salgan dientes lastimados. ' después acercamos el palito al fuego pero no tanto porque sino se van a quemar. ' hace la demostración de nuevo, esperando que su compañero siga sus pasos de cerca. ' a que soy toda una máster en esto, ¿no? te dejé sin palabras, obvio. ' ríe, pasando la mirada de sus malvaviscos a él y de regreso.
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por un momento y casi procede a disculparse por su atrevimiento-- pero el que sea zaina quien se adelante para entregarle su propio malvavisco frena cualquier comentario. pestañea, estirando la mano para no rechazar como primera respuesta, mas lo piensa dos veces y retrae los dedos. ' no, no, espera, ese es tuyo. podemos asar otro, ¿te parece? ' enarca las cejas. ' es más, podrías enseñarme. ' asegura con un sentimiento corto. y no es que quisiera negar el ofrecimiento como tal, simplemente no deseaba sentir como si estuviera aprovechándose para quitarle su comida. ' ¿son estos? ¿van aquí? ' encuentra la bolsa con algodoncitos blancos, de la cual toma uno para encajarlo en una de las varitas que consigue en la misma zona.
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piensoenversos · 3 years ago
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Para esos días del carajo
Qué difícil es descubrir esas cosas sobre la vida, esas que te te das cuenta de que a veces amar también es renunciar, que a veces es más doloroso descubrir a la persona que surge cuando nos encontramos haciendo cosas que nos acorralan; no tengas miedo de tus fallas, todos nos equivocamos, no es tu obligación tener todas las respuestas y no debes sentirte culpable jamás por lo que los demás hacen con eso.
Tal vez nunca te hayas dado cuenta, pero has notado que cuando entras a un lugar, ¿todos saben que estás ahí? ¿Por qué? Yo intuyo que es el magnetismo de la gente rota que ha cubierto sus lesiones con oro. A tu manera, te has escondido una y otra vez de aquellas cosas que te vuelven a hacer creer que algo en ti está mal y que es mejor no estar cerca de nadie porque piensas que eres tú quien con tantos sentimientos dentro, van a colapsar y vas a lastimar con cada una de tus partes rotas. Por lo que sé, recuerda que no es bueno que estés solo, y no me refiero a esa soledad voluntaria que buscamos por ratos y que disfrutamos porque el silencio es a veces tan disfrutable como la buena compañía. Te recuerdo que eres invencible cuando disfrutas los espacios naturales, te gusta salir, tanto como estar en casa. No lo sabías, pero amas la calidez de un hogar, eso se vuelve en un abrazo al corazón. Tienes amigos, gente que te ha apoyado, por años, y que te entregan toda su compañía, en cada momento difícil, están ahí, sólo que a veces somos demasiado orgullosos para reconocernos frágiles y sentir ese mínimo sentimiento de dependencia. Has logrado plantarle la cara a uno que otro miedo, y viste que hay monstruos más temibles que el de debajo de la cama. Es agradable sonreír cuando algo gracioso e inesperado sucede, eso significa que disfrutas de las cosas, significa que aún queda vida dentro de ti. No te has dado cuenta de lo fuerte y de lo valiente que eres...¿No lo crees? ¡Mírate! Estás lejos de cada persona que abusó de ti o te dañó, con toda la fuerza de voluntad que ha requerido alejarte de quienes amas pero te laceran. te esfuerzas por ser buena persona, has tomado las decisiones correctas e incorrectas, y ambas requieren valentía para saber manejar las consecuencias. Has hecho y te has hecho el bien, sin lugar a dudas.
Estoy orgullosa de ti. Siento atracción por las personas que hacen lo que quieren por encima de lo que los demás esperan que hagan.
Pero también hay días como el de ayer, en que quisieras tirarte por las escaleras, tal vez ayer fue uno de esos días en que te tientas a enterrarte el tenedor en las piernas, donde intentando pelar un pepino deseabas que el cuchillo te atravesara a ti y terminaste mutilándolo y reduciéndolo a una verdura inexistente. Hoy es uno de esos días donde no hubo ensalada. Donde los músculos de tus manos no podían sostener la comida y llevarla a tu boca, así que quedó allí, intacta. Uno de esos días donde tomar un bus de vuelta a la casa a perseguir tus sueños una vez más parece imposible, hay días cercanos a que el año acabe y solo quieres ver “El extraño caso de Benjamin Button” y llorar y comer y escuchar una canción melancólica y llorar, y volver a llorar. Ni las palabras te salen lindas, o poéticas, todas las palabras que te brotan son palabras flojas, son aburridas, podría escribirlas hasta el ser más desaliñado y poco literato de la vida. Son palabras, mediocres, son palabras de uno de esos días.
Sí, no puedo negarte que todavía existen esos días, y no dejarán de existir.
En estos días, como ayer, a mí también me han dado ganas de querer hacer cosas locas, autodestructivas, fuera de la línea. Me pasa mucho: hoy es un mal día... o quizás solo es uno de esos días donde la yo pequeña se siente insatisfecha y quiere más, quiere más, quiere triturar más. Suena enfermizo. Pero he escrito cosas no tan poéticas, cosas que deseo, pero que no son nada de lo cual sentirse orgulloso. Pero no las hago. No las hago, nunca las hago; nunca hago esas cosas, aún me ata el temor de que si lo hago, eso es la única cosa que no tiene reversa. Ya fue suficiente, ya las hice mucho tiempo antes, antes cuando era adicta a odiarme, a hacerme daño, a que me hicieran daño, a que me laceraran y ahora solo es uno de esos días donde lucho contra todo eso. Mi terapeuta dice que las adicciones no se curan, uno solo aprende a vivir con ellas. Entonces pareciera que es el momento oportuno para agarrar un nuevo vicio y entregarse a esa compulsión de hacer actos autodestructivos sería la salida fácil.
Pero no me gusta lo fácil.
Es difícil encontrar la estabilidad, es verdad. Cuando te encuentres en días así, esfuérzate por voltear a ver lo que sí tienes y es vida. Sí, y mientras la tengas cuentas con una oportunidad para mejorar y arreglar lo que está en tus manos. Y aceptar con humildad y valentía aquello que no salió como esperabas. Hoy también es uno de esos días en que todo me rebasa y me viene a golpear en la cara que no soy tan fuerte, es esa vida tan hdp que me sigue tirando situaciones que me llevan al límite, pero que en mí está responder: “¡Anda, dale!¡Pegas como niña! ¡Je! Me hago la valiente, pero creo que en realidad quisiera ser un animal y accionar ese modo instintivo de supervivencia, quisiera disfrutar la felicidad, el bien, sin la necesidad asquerosa de tirarlo todo por la borda, de masacrarme, de permitirme estar mal.
Hoy es uno de esos días.
Pero mañana es otro día.
Da igual, da igual, da igual, voy a estar bien. Siempre estoy bien.
A veces es bueno considerar que puede existir alguien con quien se hace buen equipo en eso de ponerle la cara a esa niña sádica que a veces es la vida… Si lo encuentras, no lo dudes, invítale a acompañarse, siempre será más sencillo entre dos.
@piensoenversos
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