#chaquetas para damas
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hola dios soy yo de nuevo kskddkkg (siempre paso por aquí antes de dormir, ni puta idea por qué) peeero vi que estabas aceptando regalos de cumple, le interesa a usted bella dama, alguito sobre cunty f1 driver!kuku? me quedé con toda la inspo del último ask que te mandé
y quería saber si tenías alguna otra opinión sobre eso antes de que empezara a llenar el google docs de mierda
¿Por qué son tan dulces conmigo? ¿Qué hice para merecerlas? 😭
Y respondiendo a tu pregunta... ¿Possessive!Driver!Kuku y su novia usando sólo la chaqueta de su equipo (las vintage del campeonato Schumacher-Ferrari en 2001, Dios mío, qué hermosas) actual? Amaría leer algo así, no sé si me recuperaría por lo maravilloso que resultaría tal escenario pero !!!
¿La que está usando Danny acá? Maravillosa, pero como ya no hincho por RedBull...
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“Pues bien, aquí estoy ..esperándote”
(Basado en el primer encuentro de Armand y Lestat, del libro Lestat el Vampiro –Crónicas Vampíricas de Anne Rice. Pagina 242)
Lo estuve observando por alrededor de dos horas. Bailaba como un idiota experto , encerrando con su mano la cintura de las damas casadas de aquel Paris aristócrata que develaba unos escotes y unos aromas que jamás el mundo podría volver a recordar.
11: 00 pm.
Mis ojos pardos entrecerrados eran lo único que de mi cuerpo se movía. No estaba acostumbrado a estas ropas, pero no era algo que me perturbe, no tanto como la mano del blasfemo que recorría a lenta letanía la espalda desnuda de la doncella hija del banquero principal de Paris. Desvié la mirada de todo el universo mismo solo para enfocarme sin expresión en su sonrisa torcida y en los ojos altaneros con los que atraía al resto que lo juzgaban y se enamoraban de sus gallardos pasos. Era un corcel dorado envuelto en chaqueta azul y zapatos de cuero relucientes. La melena dorada sostenida en una coleta varonil y las cejas que odiaba cuando formaban un acto despectivo o la mentira de prestarte atención cuando solo se burla de lo que le venera.
Suficiente.
Asfixiado por su contacto hacia otras hembras y su seductora palabra hacia los varones hermosos de Paris de madrugada, mi inexpresivo rostro buscó refugio en las sombras del pasadizo lejano al salón mientras paseaba por los jardines sin dejar de invocarlo con fuerza, repitiendo su nombre a propósito voraz, llamándolo sin palabras y sin que me haya notado. Al llegar al pasadizo ancho del vestíbulo que conecta con el salón de baile, el piano cambió de sonido y se volvió eufórico. Pero sentí su presencia detrás de mi espalda, al otro lado del umbral: de su mano una preciosa mujer de 17 años , de cabellos oscuros y ojos cafés, en un vestido demasiado provocador para la sociedad puritana pero adecuado para la hipocrecia de las noches. Una mujer tan bella que hubiera sido una delicia destrozarla a bebida lenta, y sin importancia me giré quedando de espaldas a ambos, cubierto por la penumbra cerca a ellos. Un maldito espejo delante mío me develaba todo lo que estaba sucediendo, aunque hubiera podido oir y ver incluso desde el otro lado del globo si asi lo quisiera: el la seducía con voracidad, y aquello me excitó. Pero sentí de pronto una incomodidad , un aguijón debajo del tórax inerte, un ácido que ascendía por mi garganta y que hacía que mi rostro se tense y el rubor incendie mi rostro, gracias a la sangre reciente que había bebido.
Imposible.
En 200 años no había sentido algo igual y menos por aquella situación.
Imposible. Reprimí una carcajada por mi propio error y por la ingenuidad que aun quedaba en mi mismo por mi mismo. De pronto mis ojos ascendieron y la estúpida sonrisa se me borró del rostro.
La estaba besando.
Sentí el impulso de apartarla con furia de él y busqué razones para no hacerlo y encontré una que me apaciguó rápidamente : “Armand, no seas ridículo”
Concentré mi fuerza en desviar la atención de ella hacia otra cosa y lo logré con fuerza de hechizo sórdido: La voz de la madre buscándola entre los pasadizos y el espejismo del padre que la amenazaba si no aparecía. Mi sonrisa curva se acentuó triunfal mientras me daba vuelta justo cuando él se detenía antes de cruzar el pasadizo.
“Aquí estoy, pues bien.. llevo esperándote toda la noche”
Exageré. Llevaba apenas 2 horas, y no me imagino ofrecerle mas horas de seguimiento a nadie. Idiota y pobre neófito que se acercaba a mí con su altanería que disfraz era de su desconcierto. Le hice una seña para que me siguiera y caminamos juntos hacia el salón solitario de la biblioteca de aquella mansión. Recorrí con la mirada su atuendo y me quedé prendido de su mentón perfectamente esculpido, de su tórax cuadrado… sonreí apenas con el desprecio mutuo de ambos. Nos odiábamos, pero había un fuego tierno en mi rostro que disimulaba aquella superioridad propia de mi.
Si , soy mayor y superior a ti , lo sabes.
Se acercó sin mejor culpa ni conciencia de mi llamado, mi cuerpo se volvió un imán sin que yo mismo lo supiera y mis brazos lo rodearon mientras mis labios entreabiertos ya estaban siendo traicionados por el aroma de ese idiota al que despreciaba y debía disciplinar.
“No, querido , solo paz en tus brazos”
Oyó mi susurro y el rayo de mi poderosa voluntad le atravesó la columna, cediendo a nuestro abrazo lleno de aferro y del grito de ALEJATE que era mutuo. ¿Alejarme? Estaba perfectamente encajado en su cuerpo , en aquella necesidad de hundir mi rostro en su cuello. ¿Qué haces Armand? Apenas soportaba la lentitud de víbora que tenía su lentitud devota, la manera en que se hundía mi boca en la espesa rivera de su melena dorada, en la curva abismal de su cuello, y maldita sea cerré los ojos para esnifarlo.. por ultima vez. Claro, ultima vez… ultima vez… una ultima vez… una vez más… y más….. quiero más… y más del aliento fresco del recién nacido, y más de mi boca rodando con necesidad contra la suya, entreabriéndose con voluntad propia y desatada de mis cadenas y el ardor que iba creciendo y la posesividad que era enredadera contra mi cuello. Nos besamos por 17 minutos largos y certeros, y perdí la noción de lo que estaba yo haciendo ahí, de la misión del objetivo, y mi voluntad se volvió una ramera enredada a su lengua, sucumbiendo YO un poderoso Lider a su caricia en la espalda , que buscaba no se que debajo de mi chaqueta.
Basta…..bueno, una ultima vez. Diez minutos mas y mi abrazo se aferró con la lujuria de una necesidad desmedida, de una monstruosa manera de besar que nos estaba haciendo jadear. Espera.. ¿Qué hacía yo aquí?
Ah,si , asesinarte.
Y a la muerte la busqué desesperado entre besos hacia su cuello, sometiendo aquel abismo y despejándolo con destreza de su selva dorada. A ojos cerrados ambos temblábamos mientras mi lengua preparaba el terreno de la conquista. : ¿aquí te ha besado Magnus? ¿Aquí te ha tomado la vida? Pobre neófito estúpido que vibra en los brazos del monstruo que …que…. Que de celos herido…….espera, deja que termine lo que debo.
Nunca nadie m��s lo habría mordido como yo. Y nunca mas nadie se dejó morder así , con esa resistencia indomable, y nadie mas que YO habría vibrado tanto mientras le succionaba la sangre hundiéndome entre el vaivén de nuestros cuerpos, deformando un asesinato y volviéndolo una sesión tan perturbadora que creí ser yo el que desfallecía. Caímos de rodillas sobre el suelo de roble, rendidos a nuestra inútil batalla, observados por las miradas de los libros de los autores clásicos alrededor, del rayo de luna que nos señalaba con el dedo, y mi maldito abrazo se volvió caricia y no cárcel. Y mi succión que le quebraría el cuello me quebró a mi en dos el alma, y mi diestra manera de beber antes de detener el corazón se volvió un reclamo posesivo, una súplica.. “ no te separes de mi boca…”. Él era la crueldad hecha de vidrio, el reflejo hecho espectro luminoso, estaba siendo herido por la misma herida con la que nos apuñalábamos y nadie jamás supo que mi propósito de destruirlo se volvió obsesión y la obsesión amor. Y que al empujarme por miedo a que lo asesine, él desbarató toda idea de arrojar su cuerpo a la hoguera después de muerto. E incluso luego de la golpiza que me dio en el jardín, la que permití con gusto con tal de sentir su piel y el delicioso dolor sangriento de su aliento sobre el mio, nunca hubo hoguera mas feroz en mi cuerpo que el suyo.
Dolor.
Mi cuerpo molido antes de abrir los ojos en aquella torre a donde él me había llevado. La mirada de Gabrielle a lo lejos y los ojos preocupados del neófito, atentos, siempre fijos.
Y yo, odiándole totalmente excitado
Durante 3 malditos siglos.
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EL RUIDO DEL RELOJ -Hobie Brown x Reader
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CAPÍTULO 11: Incidentes menores
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CAPÍTULOS: PRÓLOGO, CAP1, CAP2, CAP3, CAP4, CAP5, CAP6, CAP7, CAP8, CAP9, CAP10
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Verano del 2023, 12 de Agosto
EN ALGÚN LUGAR DE LA CIUDAD
Hora: 23:45
La luna estaba detrás de las nubes cuando ambos salieron del edificio. No quedaba tanta gente en la calle como cuando era hora de trabajar o estar fuera. Si bien el gobierno había dejado claro que ciertas personas no salieran a altas horas de la noche por su seguridad en zonas conflictivas, ellos se estaban saltando las normas desde el momento que Hobie abrió la ventana y Khristina lo amenazó con empujarlo si pensaba que iba a volver a llevársela de esa forma.
Reticente, Hobie había conseguido hacer el esfuerzo de su vida y cogerla de la mano cuando salieron por la puerta. Era mejor que pensasen que estaban juntos e iban a la casa del otro que dos personas cualquieras. Por suerte, no se encontraron ni a la vecina del quinto ni a la vecina cotilla de la planta de abajo. Se habían encontrado con unos niños subiendo las escaleras, no sabía de qué planta, pero no se les habían hecho más caso que algunos comentarios jocosos por la forma en la que la sujetaba. Hobie les había dicho algo en su jerga que ni se molestó en entender, pero por la reacción de los niños, ellos debieron entender algo.
Ni siquiera cuando la arrastró por toda la calle, aún cogidos de la mano y teniendo cuidado de no encontrarse con alguna persona que pudiera meterlos en problema, Khristina no le preguntó sobre lo que estaban haciendo fuera de casa. La diferencia de altura entre ellos era suficiente para marcar un ritmo en el camino entre ellos dispar el uno del otro. Hobie solo necesitaba un paso y ya estaba la mitad del camino hecho, y ella varios.
No fue hasta que llegaron al edificio en el que los niños y los ancianos del barrio iban a hacer deporte que se detuvieron. Era un viejo recinto rehabilitado después de la insistencia de las comunidades de vecinos de todo el barrio en convertirlo en un espacio público para la juventud, implantado zonas de actividades deportivas y una biblioteca, y para los ancianos. Khristina había ido alguna vez a la biblioteca a estudiar, pero nunca le había dado por investigar el resto del edificio. Muchos de sus amigos del instituto habían pertenecido al club de natación de la primera planta, pero sus padres nunca habían podido permitírselo por el absurdo precio de la matrícula, el mantenimiento y las competiciones.
Khristina miró la fachada del edificio. Eran cristaleras grandes que rodeaban todo el recinto, a excepción de la base de cemento y ladrillo que rodeaba la zona de la piscina cubierta y que soportaba el peso de la estructura.
-¿Qué es esto?
Pero Hobie no le respondió, y se concentró en jugar con el candado entre sus manos. Estaban delante de la puerta que dividía el exterior del interior. Estuvo apunto de hacerle una broma, pero se sorprendió al ver la expresión sosegada que llevaba en el rostro.
-¿Necesitas ayuda?
-¿La dama quiere ayudar?
-La dama tiene sus estrategias -Khristina rebuscó en los bolsillos de la chaqueta, que había podido ponerse antes de salir de casa. Sacó de los bolsillos un par de horquillas pequeñas con las que se sujetaba el pelo cuando trabajaba-. Hazte a un lado.
Para su sorpresa, Hobie le hizo caso. Lo único que hizo mientras ella trabajaba en el candado, muy a su pesar y al estar en desacuerdo con lo que estaban haciendo, lo sujetó y lo giraba cuando ella necesitaba un nuevo punto de vista.
Nunca lo diría en voz alta, pero agradecía a su padre el haberla enseñado a hacerlo mientras su madre trabajaba. Solo se trataba de buscar en ángulo y la posición concreta hasta que el cierre del candado fuera saboteado por una "llave", una falsa llave. Nada difícil de entender, pero sí de ejecutar. No todos podían hacerlo, pero cuando le cogías la práctica (no significaba que Khris lo hiciera todos los días, pero sí que servía de mucho) podías hacer muchas cosas.
El candado sonó al mover un poco más las horquillas. Los dedos de Hobie se tensaron, pero Khristina no apartó la mirada. Tensó un poco más la presión sobre los mecanismos del interior del candado, resultando en un chasqueo desde dentro que inició un regocijo en su estómago. A Khristina se le formó una sonrisa de victoria.
-Ten una mujer siempre a tu lado.
-También podría haberlo hecho yo -dijo intentando quitarle importancia. Se inclinó para quitar el candado de la puerta, enfurruñado.
La sonrisa de Khristina perduró.
-Las arañas tendrán ocho patas y ojos, pero ni pueden saltar ni ver tanto.
Esta vez fue el turno de Hobie de sonreír.
-Las arañas no son ciegas.
-¿Cómo que no? Lo leí en un libro de Biología.
Hobie empuja con el brazo la puerta de rejilla. Los anillos de sus dedos tocan con el material, haciendo eco en el espacio y sacando un escalofrío de Khristina. Khristina pone los ojos al ver su sonrisa burlona. Aún sujetaba el candado, pero Hobie se lo arrebató de nuevo y puso sobre un mueble del que no se había percatado antes.
-No te creas tantas cosas de esas. Créeme en mí.
-Permite que lo dude -se atreve a desafiarlo. La puerta vuelve a chirriar cuando Hobie la abre del todo. Un pasillo meramente iluminado por la luz de emergencia se extiende a lo largo.
-¿Aquí quién es la araña, tú o yo? Toda esa mierda es propaganda para que te lo creas.
Empezaron a caminar por dentro del edificio. Los pasillos oscuros estaban iluminados por las luces de emergencia cada ciertos tramos.
-El gobierno no gana nada engañando sobre el comportamiento de los animales. Y nunca he visto a una araña saltar -balbuceó, pero no lo pensó muy bien-. Lo que sí es delito es lo que estamos haciendo. ¿No podías esperar a que abriera?
Hobie hizo un gesto despreocupado con los hombros, guardando las manos en los bolsillos traseros del pantalón. Aún así, continuaron caminando por la recepción de la entrada. Él parecía moverse bien para lo oscuro que estaba y lo grande que era el sitio. La luz de emergencia no ayudaba mucho, y menos cuando sabía que en algún momento se iban a encontrar las escaleras tanto de subida como de bajada.
-Nunca te fíes de una persona con traje. Son los más mentirosos gruñe, y casi pudo verlo hacer el gesto de siempre cuando hablaba de un político. Tenía su forma de expresarse y de moverse en la cabeza; como una coreografía-. Te prometen algo y hacen lo contrario.
-Seguro que tú eres muy fiel.
-No creas en la fidelidad. Te amarran y no se deshacen de ti.
Un ruido, una especie de chasquido en el aire, sonó a lo lejos. Khristina tomó del brazo de Hobie y se acercó a él por acto reflejo. No volvió a sonar nada, y los latidos de su corazón acelerado se relajaron a cada respiración. El cuerpo cálido de Hobie a su lado no estaba tenso ni nada por el estilo.
-Justo como tú estás haciendo.
Khristina lo soltó, pero no se separó tanto. Prefería tenerlo lejos por si volvía a repetirse ese escenario o alguien los pillaba. Era imposible que nadie se diera cuenta de que dos personas habían entrado ahí ilegalmente después de quitarle el candado a las dos puertas de entrada. Lo único que hizo Hobie fue ponerle la mano en la parte baja de la espalda y animarla a seguir avanzando. Sintió un cosquilleo en la zona que, en contra del impulso de querer alejarse más, le permitió seguir tocándola en esa zona tan privada.
A medida que avanzaban, sin bajar o subir de la plata en la que estaban, Khristina recordó el comentario de Hobie entre muchas otras cosas. Entre pasillos que apenas se distinguían, paredes y el ruido de los zapatos de ambos, la cabeza le daba vueltas. Los ojos empezaban a dolerle de tenerlos en tensión.
En el sueño, Wanda había dicho que no confiase en los hombre vestidos de negro. ¿No tenía que confiar en los políticos? Era una tontería. Nadie se fiaba de ellos, pero a alguien tenían que votar. Y la gente rica no se acercaba a Queens sin querer sacar algo de provecho. Quizás en vez de un sueño o una aparición, era un recordatorio a lo que no tenía que hacer esas elecciones. Las cuales, por cierto, estaban cerca. Normal que el presidente estuviera desesperado haciendo campaña y los partidos políticos aparecieran cada vez más en las noticias y en la televisión.
En cierto momento, le dio por levantar la vista a lo que tenía delante. Hobie y ella se habían detenido delante de una puerta doble azul y de un material a primera vista parecido al plástico, el picaporte del mismo material per en metálico. Cuando él alejó la mano de la zona en la que había estado hacía escasos segundos, ella sintió frío y tuvo que tirar de la prenda hacia abajo.
Pudo sentir su mirada encima.
-¿Quieres seguir? Este no es tu mundo.
-Después de traerme hasta aquí es gracioso que me digas eso -le respondió, aún con orgullo-. Y ahora tengo curiosidad a saber a dónde me has traído.
Hobs abrió una de las puertas y la dejó pasar primero, cosa que hico obedientemente.
Khristina tomó una respiración profunda. Lo que tenía delante...era tan irreal para ser la realidad. Una larga y ancha piscina llena de agua se extendía delante de ellos, no a nivel olímpico, pero sí lo suficientemente grande como para tener una competición de tres personas decente y otra parte dedicada a la diversión.
Por la cristaleras a lo lejos que daban a una parte natural inaccesible para los civiles entraba la luz del exterior, una luz plateada que pasaba a través de la vidriera azul y reflejaba en la superficie del agua creando reflejos de olas en las paredes. Era un espectáculo, algo que de haber podido no habría sido de esa forma... Y se hubiera, tal vez, arruinado.
-¿Alguna vez habías entrado?
-Los pijos lo tienen todo cerrado y oculto para los que no trabajamos. Estoy seguro de que tú tampoco, ¿eh?
Khristina vio lo bien cuidadas que estaban las cosas. Incluso había una cesta metálica enorme con todos los flotadores y divisores de espacios blancos recogidos. No se comparaba para nada con las descripciones de algunos chicos de su instituto.
-Mis padres no podrían pagarlo ni teniendo dos trabajos. Es eso, o no comemos en meses.
-Entonces tenemos más de un motivo para estar aquí - -. Está al mismo nivel que privatizar la sanidad y los servicios públicos. No podemos quedarnos de brazos cruzados.
-¿Tenemos? No estarás pensando en nada raro.
Hobie se inclinó, sugerente, hacia ella. Khristina dio un paso hacia atrás al ver la sonrisa de labios cerrados y mirada soñadora que el chico que tenía al lado estaba poniendo.
-Define "raro".
Y como si fuera magia, le tendió dos pequeños tubos con una especie de tapa en la punta. Eran dos rotuladores, uno aparentemente de otro tono pero misma tonalidad que el otro. Khristina los miró, y le lanzó una mirada a Hobie.
-¿Qué vas a hacer?
-Vamos a hacer una revuelta. Si tienen tanto dinero para pagar este sitio mejor poner lo que la opinión pública opina de ellos.
Khristina abrió la boca.
-No podemos hacer eso. ¿Y si hay cámaras?
-No las hay. Y ya nos habrían visto -le explicó, llevándola hacia una de las paredes desnudas que tenían más cerca. Khristina tragó saliva-. Dicen que las tienen, pero no funcionan. Conozco a un tipo que trabaja en la seguridad y me lo contó fumado.
-Esto ya lo tenías planeado...
No hubo respuesta.
Hobie ya estaba ocupado trazando las primeras. Empezó a escribir lo primero que se le ocurrió, con la mano en parte temblando. Podrían tacharla de simple, pero al menos ya era algo. Y seguramente fuera menos intenso a lo que él estuviera escribiendo. Se alejó unos centímetros. En el color que había elegido, no muy diferente al de la persona que tenía al lado, las letras grandes sobre las baldosas blancas impolutas deslumbraban.
"LADRONES Y CLASISTAS"
Khristina se rió. Era la primera vez que hacía algo como eso, escribir en una pared con fines político. Se sorprendió a sí misma pensando que la próxima vez que lo hiciera ya lo tendría en mente o se le ocurriría algo mejor. Miró a lo que estaba haciendo Hobie por su cuenta. Seguro que tenía que ser mucho mejor.
-No creo que sepan jerga británica.
-Qué aprendan -respondió-. Ellos son los que tienen más estudios ¿no? Por coger un libro más no se les van a caer las manos.
Para hacer énfasis en eso, Hobie se dibujó a sí mismo con la máscara y los pinchos incluidos seguido de una barra a modo de firma. Khristina se rió, y la risa rebotó en el espacio.
-¡Hobie! -exclamó entre risas.
-Seguramente piensen que Spiderman está de su lado y que esto es una gamberrada más.
-Los gamberros no ponen en su firma al héroe de la ciudad.
-No soy un héroe -giró la cabeza hacia ella, la melena bailando a su alrededor-. Si dices eso me lo acabaré creyendo y tendremos problemas.
Khristina inspiró hondo, aferrándose al rotulador entre manos y mirando la obra de arte en silencio. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo había acabado de esa manera y colándose en un edificio cerrado? Ese, por obvios motivos, no era su vida. No era su estilo de vida. Debería de estar durmiendo en su casa o viendo una película de miedo en el sofá. No allí, colándose en un recinto privado y escribiendo esa clase de cosas que sus padres le habrían desaprobado de conocerlo.
Pero por otro lado, jamás habría sabido lo que ocultaban aquellas puertas. Jamás habría cruzado la puerta porque antes la habrían detenido al verla, solo con darle una mirada a su forma de vestir y la ropa barata con la que se vestía. Khristina y sus padres solo podían ir a la piscina pública, y aún así no iban porque les quedaba más lejos que aquella, que quedaba a la vuelta de la esquina de su edificio. No estaban haciendo algo tal malo, ¿no? Solo era una gamberrada, como estaban diciendo. Hobie y ella habían sido menos invasores que muchos niños del barrio que se colaban en propiedades privadas y destruían todo a su paso. Lo suyo, al lado de eso, era nada. Solo unos insultos que bien podían ignorarse y luego desaparecer de la pared con un buen lavado.
El chapoteo del agua sonando a sus espaldas le llamó la atención. A su lado, Hobie había desaparecido y ahora estaba al lado del borde de la piscina y lanzaba patadas con el pie cubierto por sus botas de siempre desde donde estaba. Cuando la descubrió mirándolo, le lanzó uno de esos golpes. Khristina se apartó evitando el agua, lanzando un grito agudo.
-¿Un baño?
-¿Aquí? El agua no debe de estar ni caliente -señaló-. Y el agua estará depurándose.
-Puedes meter un pie. No va a aparecer nada que te chupe para dentro.
Khristina se empezó a acercar, dudando mientras avanzaba.
-En algunos sitios eso es una perversión.
-No me ponen los pies. Hay cosas más bonitas que unos dedos y unos tobillos que ya vas ensañando -Khristina suspiró con profundidad, nerviosa por el rumbo de la conversación-. Tus muñecas también son muy bonitas. ¿Me las enseñas?
-Oh, por favor. Qué pervertido -exclamó, y su voz volvió a revotar en las paredes de azulejo de aquel espacio.
Lo escuchó reírse detrás de esa falsa fachada de persona compleja y con secretos. Incluso desde esa perspectiva, el corazón de Khris volvió a acelerarse. No se había dado cuenta de que su risa sonaba natural cuando hacía bromas que sonaban peor en voz alta; la primera vez que lo hizo fue el día que estaban en su cocina y le pidió un vaso de leche (al parecer, todo lo que tuviera alguna índole sexual le hacía gracia, pero solo de cuando salía de su boca) de la nevera. Era una voz gruesa pero con cierto timbre que, cuando abría la boca y empezaba a hablar con ese acento británico, la hacía atractiva y exótica.
Khristina fue a darse la vuelta, incapaz de mirarle a los ojos de la forma en la que él lo estaba haciendo, pero ya en el momento supo que algo iba mal. Un dolor del mismo calibre al de una puñalada le recorrió desde el centro de la cabeza hasta la parte frontal de su cráneo. De haberlo tenido en otro sitio podría haberlo ignorado, pero estando al borde de la piscina, caminando por un camino de fuego y con el olor a cloro más fuerte en donde estaba... El cuerpo de Khristina simplemente perdió el equilibrio y el mundo se vio patas arriba.
Khristina se tropezó y estuvo a punto de caerse. Hobie intentó agarrarla, pero fue demasiado tarde. Para ambos. Tan pronto estaban bromeando ahí fuera y lanzándose indirectas, acabaron dentro de la piscina. El peso de su cuerpo hundiéndose y el de Hobie fue como una pesa para hundirlos aún más. Ni siquiera pudo explicar cómo su cuerpo pudo ascender sin llegar al fondo y aún teniendo el brazo de alrededor del brazo; lo de abrir los ojos bajo el agua le daba miedo.
-Pareces una rata -fue lo primero que escuchó. Khristina bufó apartándose el pelo de la cara, una misión imposible para lo corto que era su pelo. Él no estaba mucho mejor con todo el pelo que tenía pegado a la cara.
Un par de toses después, el escozor de los pulmones se fue esfumando. Hobie empezó a moverse para quitarse el pelo de la cara, en tanto que ella miraba por donde se podía salir. Vale, estaban dentro de la piscina. "Perfecto", pensó analizando la situación. Ahora, encontrar las escaleras era la misión principal. Pero entre tanta oscuridad no se podía ver, y no ayudaba que la persona que tenía al lado se estuviera moviendo tanto.
-Mierda, joder, ¿sabes lo que tardo en desenredarme el pelo?
-Concentrate en salir. Ahora estamos empapados.
-Me pesa la cabeza -decía-. Tu pelo de blanca es mejor que el mio. Todo lo que tienes de liso lo tengo yo de rizado.
Khristina lo ignoró.
-La verdadera pregunta es cómo lo metes en la máscara y nunca te lo pregunto.
Hobie dio un cabezazo más, el pelo empapado yéndose detrás de la cabeza. Parecía otra persona con el pelo de esa manera. La cara se le hacía más afilada y sus rasgos se volvían más agudos... Le recordaba a los rasgos de las películas del Señor de los Anillos, cuando aparecía un elfo. Khristina no pudo contener la risotada que se almacenaba en el fondo de su estómago, deseosa de salir. La forma de pensar que Hobie era un elfo de esa saga y casualmente tuviera la misma agilidad y reflejos que uno le resultaba igual de gracioso como de curioso.
Hobie la miró como si estuviera loca. Los anillos plateados de su cara deslumbraban en un rostro rejuvenecido de repente. Si ya era joven, ahora parecía un adolescente. El pelo le llegaba más abajo de los hombros, notoriamente más largo que el suyo.
-Nunca te había visto así de enfadado -dijo, tomando una respiración profunda con los pulmones, jugando con el agua-. Es muy divertido.
-No estoy enfadado.
Khris se recogió el pelo detrás de las orejas. Le pensaba la corta melena, pero era soportable. Las gotas le caían por la cara. El rostro de Hobie estaba enfadado, pero sabía que no era todo por eso. Algunos de los anillos de su cara se habían enredado con mechones alisados que le caían por la cara, en especial con los de las cejas. Hobie batallaba su propia lucha contra los enredos.
Con un poco de agilidad y esfuerzo, Khristina se acercó a él sin necesidad de apoyar las piernas en el suelo de la piscina. Primero de todo, porque no llevaba; y segundo, el cuerpo de Khristina siempre había sido mejor en el agua que fuera, haciéndola muy torpe para desenvolverse en su propio terreno. Pero cuando extendió la mano hacia su cara y le tocó la piel tersa de la cara, el mundo pareció darse la vuelta. Los ojos marrones de él se encontraron con os suyos, y su cuerpo pareció detenerse en el mismo momento en el que sus dedos entraron en contacto con él.
-Díselo a alguien que se lo crea -le retó, moviendo el mechón con cuidado desde su labio hasta el nacimiento de piel de su oreja.
-¿No me crees? -susurró, en un cántico suave y que se quedó flotando entre ambos. Khris dejó la mano caer, pero se demoró un poco más.
Una pequeña pausa.
-No creo en nadie -se empezó a alejar hacia el bordillo de la piscina, donde podría al menos tomar un impulso para salir.
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#across the spiderverse#hobie brown x you#hobie brown x y/n#hobie brown x reader#atsv hobie#hobie brown
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La blusa puente transparente y otras modas inteligentes Revisión pictórica de julio de 1925
2715-Blusa Jumper para Damas y Señoritas. Diseñado para 34 a 48 busto, y 14 a 18 años. 2578-Vestido de damas y señoritas. Diseñado para 34 a 44 busto, y 16 a 20 años. Ancho en el borde inferior de aproximadamente 19 pulgadas. Este disfraz en talla 36 requiere 23% yardas de gasa de 40 pulgadas para la blusa, 3% de yardas de seda estampada de 40 pulgadas para el vestido, ½ yarda de seda lisa de 40 pulgadas para el cuello y los puños. Una innovación de verano es la blusa transparente montada sobre un vestido de seda.
2731-Blusa de señora. Diseñado para busto 34 a 44. 1608-Falda de corpiño con trenzas laterales para mujer. Diseñado para busto 34 a 50. Ancho en el borde inferior alrededor de 2½ yardas. Este disfraz en talla 36 requiere 24 yardas de crespón Georgette de 40 pulgadas, 2 yardas de crespón de China de 40 pulgadas para la falda, 1 yarda de seda de 40 pulgadas para el forro y encaje de 18 pulgadas para el cuello. Las líneas extendidas de los hombros forman mangas cortas. Los pliegues se colocan debajo de la línea de la cintura a cada lado. Se utiliza el diseño de aplicación No. 13005. 2653-Vestido Jersey. Diseñado para 34 a 48 busto, y 16 a 20 años. Ancho en el borde inferior de aproximadamente 44 pulgadas. La talla 36 requiere 3 yardas de gasa de 40 pulgadas y 1% de yarda de 40 pulgadas para la blusa. Lo práctico y lo trendy se plasman en un levita jersey de raso y blusa de material lavable para los cálidos días de verano. El modo saltador sigue siendo considerado como uno de los estilos inteligentes y juveniles. El monograma No. 558 se selecciona para decorar el bolsillo insertado. La nueva chaqueta sin mangas 2771 Falda 2768 Blusa 1668 Monograma $40 Nuevo Jersey Transparente Blusa 2715 Vestido 2578 Blusa Túnica 2731 Falda Corpiño 1608 Aplique 13005
T Vestido 2656 Aplique 12992 Vestido Jersey 2653 Monograma 558 El vestido de dos piezas 2753 con vuelo delantero
2771-Chaqueta sin mangas para damas y señoritas. Diseñado para 34 a 48 busto, y 14 a 18 años.
2768- Falda de señora y señorita. Diseñado para 34 a 44 busto, y 14 a 18 años. Ancho en el borde inferior alrededor del 1% de yarda.
1668- Blusa de mujer. Diseñado para 34 a 46 busto. Este disfraz en talla 36 requiere 2% yardas de franela de 54 pulgadas para la chaqueta y la falda, 13% de yardas de crepé Georgette de 40 pulgadas para la blusa. El monograma No. 540 se usa en un bolsillo. Este es un traje de mañana ideal para la montaña y la playa. Chaqueta 2754 Corpiño Falda 2602
Los patrones se pueden comprar a cualquier Agente de revisión pictórica en los Estados Unidos y Canadá o por correo, franqueo prepago, si se dirige a la Compañía, 222 West 39th Street, New York City.
LAS DESCRIPCIONES CONTINÚAN EN LA PÁGINA 85
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Capítulo 5 – Trazando la ruta
Su cabello le hacía cosquillas, su sonrisa acompañada de esas pecas y su mirada feroz, el sonido de su voz susurrándole en el oído...
“No te contengas... sabes que puedes hacerlo”
Las manos de la pelirroja deslizándose lentamente por sus costados, su rostro cada vez más cerca.
“Quiero que tu seas el primero”
Sus labios prácticamente rozando los suyos. Sus pechos contra el suyo y su mano subiendo por la espalda a su nuca en un abrazo suplicante.
“Eres muy especial para mí... Te quiero Pete”
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Kowalski despertó con el rostro caliente y una clara incomodidad en su cuerpo. Al terminar de despertar, vio a Jimmy recostado en su pecho, moviendo su cabeza y bostezando suavemente. La pelirroja sonrió suavemente y se sentó correctamente para estirarse.
- Buenos días, perdón por dormir sobre ti Pete, estaba exhausto.
Su voz suave y adormecida hacía eco en el castaño, es como la visión de hace rato.
- No te preocupes, estoy bien.
Jimmy se sacó el sweater de Pete que tenía en su espalda, arrojándolo con una suave sonrisa sobre su regazo.
- ¿Algún sueño interesante?
Kowalski sintió un escalofrio y miró hacia abajo, levanto el sweater y vio la carpa en sus pantalones. Se sonrojó y tapó nuevamente su entrepierna desviando la mirada. Pronto se escucharon los suaves quejidos de Johnny, el bostezo de Russell y los murmullos de Peanut. Jimmy apreció que el Greaser y Earnest durmieron de espaldas en la cama, Peanut durmió en el piso sobre una manta llena de agujeros al lado de su amigo, mientras Russell durmió en una de esas incomodas sillas metálicas cerca de los baños.
- Buen día Jimmy.
- Hola Johnny, ¿Te sientes bien?
- No, mi vientre duele...
- Oh, claro.
- ¿Crees que... podrías prestarme al enano?
Jimmy le dedicó un gesto de disgusto, odiaba que aun siendo el Líder de los Prefectos siguieran sin tenerle algo de respeto a su amigo como para al menos recordar su nombre.
- Su nombre es Pete.
- Voy por mi mochila.
El castaño se levantó incómodo del sillón, con la mochila frente al él se adentró primero al baño de damas (El único que estaba en condiciones de usarse) Johnny se levantó lentamente del colchón, avanzó despacio, pero tuvo que detenerse a la mitad, inclinándose lentamente a la mitad. Peanut se levantó rápidamente, posando sus manos en el hombro y brazo del castaño le ayudó a reponerse.
- ¿Necesitas algo jefe?
- Creo... que necesitaré un cambio de ropa.
- Considéralo hecho.
Rápidamente el Greaser arregló su chaqueta, peinó su copete y salió por la puerta a cumplir su recado. Jimmy se acercó al closet, buscando una chaqueta gruesa y un pantalón. Russell se puso de pie y golpeó el costado de la máquina expendedora sacando una Beam Soda.
- Iré por algo de comida, tu vienes conmigo Russ.
- Russell ayuda a traer las hamburguesas.
- Así se habla.
Pete salió del baño con el rostro mojado y más tranquilo, sin embargo, de nada le sirvió. Al ver la espalda desnuda de Jimmy y sus pantalones deslizándose por sus piernas su cuerpo reaccionó de nuevo. Earnest se levantó y soltó un comentario que ayudó a Pete a regresar a la realidad antes de verse como un depravado.
- Mira nada más, que belleza.
Jimmy se puso una polera blanca y le dedicó una sonrisa pícara.
- Lo sé, que puedo decir, tuve suerte con lo que me tocó.
Hopkins terminó de vestirse mientras Pete se escurría tras la barra, acomodando su ropa. Russell botó la lata vacía y se fue con Jimmy por el desayuno. Cuando estaban solos (relativamente) Earnest se levantó y fue directo a su maletín marrón.
Sacó un pañuelo con el que limpió sus lentes mientras escuchaba los suaves quejidos de Pete.
- Estás perdiendo el tiempo Kowalski.
- ¿ De que hablas?
- Ni convertido en una sensual chica de cabello de fuego, Hopkins te hará caso.
- No se de que hablas, es mi amigo.
- Claro, la pistola en tus pantalones indica lo contrario.
Pete que ya acomodó su miembro salió del bar y encendió la televisión dispuesto a sentarse en el sofá.
- Es una reacción natural, mi cuerpo habría reaccionado igual con otra chica.
- Hmm ¿Lo dices en serio?
Jones impulsado por la intriga y claras ganas de molestar al castaño, acomodó sus gafas y caminó hasta quedar en medio de Pete y la televisión, interrumpiendo su cometido.
- ¿Qué haces?
- Nada, solo comprobar tú hipótesis.
Con los ojos entrecerrados comenzó a desabotonar su camisa y acercarse con cuidado, Pete no tardó en removerse con incomodidad y cerrar los ojos cuando divisó demasiada piel clara.
- Abre los ojos Pete, si es verdad lo que dijiste, esto debería surtir efecto ¿no es así?
Con algo de miedo, su mirada recorrió el pecho y rostro del Nerd. Sus pechos aunque no tan pronunciados lucían bellos, su delgado cuello y su ahora definido y femenino rostro con esos lentes que daban un Aura intelectual, sin duda eran buenísimos…
Pero no lo suficientemente bueno para Pete Kowalski.
- Lo supuse.
Earnest soltó un ruidito de victoria y se acomodó la ropa nuevamente. Caminó de vuelta a la cama en busca de una liga que se sacó anoche.
- Es una verdadera lástima… sabes que jamás tendrás una oportunidad. Sería bueno que intentaras buscar a… otra persona a quien engancharte.
Pete solo suspiró con amargura e intentó concentrarse en el programa con demasiada estática en la televisión. Johnny por su parte estaba de espaldas en la puerta con una toalla cubriendo su cuerpo. Escuchó todo, claro también unió puntos. Consigo mismo, Pete tampoco había mostrado signos de gusto o morbo alguno, es más, tule trató con mucho respeto y a pesar de verle desnudo no atinó a mantener la mirada fija más tiempo. El y… todo Bullworth tenían la teoría que Kowalski era más gay que cualquiera, reprimido y de closet. Esta revelación cambiaba la perspectiva, pero sin duda era deprimente.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos, abrió lentamente para terminar encontrándose con Peanut y una bolsa.
- Espero que sea de su talla jefe.
- Gracias Peanut.
Johnny tomó la bolsa y cerró la puerta para cambiarse. No tomó mucho tiempo para que Johnny saliera con pantalones de algodón negro ajustados, unos zapatos bajos tipo ballerina y un sostén desabrochado.
- Ena… haa Pete. ¿Podrías ayudarme?
- Claro.
Pete se levantó con rapidez del colchón pero cuando Vincent mostró su espalda, Peanut se adelantó y puso el broche sin problemas.
- Aquí estoy jefe, Kowalski ya ayudó suficiente.
- Cálmate, él sabe de esto.
- También yo.
- Por favor Peanut, no empieces con uno de tus reclamos.
- SOY TU MANO DERECHA JOHNNY
- LO SÉ… pero esto es… nuevo para mi y ese chico, tiene como un sexto sentido con estas cosas.
- Descuiden… - Pete interrumpió tomando su mochila y encaminándose a la salida. - Mantendré mi distancia por ahora.
- Kowalski espera ¿Qué le decimos a-
- Dile que fui a cumplirle un favor enorme.
Con una última mirada y la afirmación de Earnest, Pete salió y cogió su bicicleta pedaleando con todas sus fuerzas a la Academia, se le hacía tarde para sus clases… y Crabblesnitch tendría muchos papeles que leer.
.-.-.-.-.-.-.-.
Luego de una larguísima jornada escolar Pete estaba camino al faro, su mochila pesaba más que de costumbre y unos ruidos de molestia se oían a lo largo del campus. Qué rápido corren los rumores… bueno, así fue cuando llegó la primera vez.
Al llegar dejó la bicicleta y entró, por suerte estaba vacío. Con algo de tiempo, se encargó de algunos detalles extra, aprovechó de sacar diferentes cosas del closet de Jimmy antes de llegar, aunque claro dudaba terminar su obra antes de mañana. Con algo avanzado guardo las cosas de vuelta en su mochila y sacó una bolsa para ponerla en el colchón.
- Pete.
Se sobresaltó al oír la voz de Jimmy a sus espaldas, ni siquiera sintió la puerta. El pelirrojo caminaba hacia el castaño con su típico ceño fruncido.
- Hola Jimmy.
- No sabía dónde estabas, los demás dijeron qu-
- Entras en Bullworth mañana.
Jimmy detuvo su andar, su mirada vagó en el piso por unos segundos.
- … es muy pronto.
- Lo sé… y conseguí lo necesario para ti. Está todo listo, el ingreso con tu “madre” es a las 10.
- De acuerdo…
- Oh y… el ingreso de Gary es a las 11.
Un largo silencio se posó sobre los dos, Pete estaba claramente incómodo hasta que Jimmy le abrazó con fuerza.
- No se como lo haces Pete, en serio… lo siento.
El castaño con un profundo calor en sus mejillas levantó los brazos lentamente respondiendo al gesto.
- ¿Por qué te disculpas?
- Por causarte tantas molestias.
El gesto se afianzó un poco más, Pete podía sentir el olor que desprendía su cabello y la calidez de su cuerpo, el sonido de su voz haciendo eco en sus oídos. Apretó sus ojos inconsciente y solo respiró profundamente antes de cortar su contacto.
- No es nada, por ti puedo hacer lo que sea.
La sonrisa de Hopkins le embelesaba, sin embargo las palabras de Jones le creaban un hueco en el pecho.
Es una lástima… sabes que jamás tendrás una oportunidad.
- Por cierto, te traje algo, en verdad espero que te quede.
Jimmy abrió la bolsa, el uniforme que usaba Angie con unos zapatos negros y set de ropa interior color crema, más unas ligas negras que sin dudas no usaría.
- Pete Kowalski, lo veo y no lo creo. Tu… Jefe de los Prefectos ¿Robaste esto de la residencia femenina?
El castaño soltó una risita incómoda y se sentó en el borde del colchón.
- En parte… tuve que rebuscar en la lavandería también, resulta que muchas chicas no tienen… lo que tú tienes. Así que tuve que rebuscar y crear algunas distracciones.
- Peter Kowalsi… tu pequeño genio. Estoy tan orgulloso.
Jimmy frotó su puño en la cabeza del castaño, ambos riendo bobamente. Pete se dejó hacer hasta que fue liberado y Hopkins volvió a analizar la ropa.
- Haz el favor de probártelo, si no te queda, esta noche será la última vez que entres escondidas a ese horrible lugar. Sus gritos ensordecen a cualquiera.
- Bien, aunque confío en tu juicio.
El pelirrojo botó su chaqueta al piso y comenzó a levantar su polera cuando Pete cayó en cuenta y se giró dándole la espalda. Jimmy se extrañó y posó su mano en el hombro de su amigo.
- Hey Pete ¿Estas bien?
- S-Si, tu tranquilo.
- No te voltees, necesito tu ayuda con esto.
- ¿Cómo?
- Pete, es ropa de chica.
El castaño no quería, temía verse en una situación vergonzosa con su mejor amigo Justo enfrente.
- Por favor, te necesito conmigo.
Mierda, así de simple la vergüenza y orgullo se fueron al diablo, no podía negarse a una solicitud así, con ese toque, esa voz y esos ojos. La sonrisa de Jimmy era una clara señal de que había conseguido lo que quería.
Pete se levantó y se puso junto a Jimmy, su polera fue arrojada y sus pantalones se deslizaban lentamente por sus gruesas piernas. Pete tragó saliva mientras sus ojos recorrían sus curvas, sacudió su cabeza al notar que estaba mirando demasiado. Con su cuerpo completamente desnudo, Jimmy comenzó con las pantis y el sostén y, al igual que Johnny, quedó trabado en este paso.
- Emm.
- Un segundo, recoge tu cabello por favor.
Jimmy deslizó la melena larga a la derecha dejando su cuello y espalda al desnudo para el deleite secreto de Pete. Con un temblor sutil en sus manos, Pete respiró profundo y juntó el broche, pero una risita del pelirrojo hizo que sus miradas se toparan.
- ¿Qué pasó?
- Me dio cosquillas.
- Oh disculpa.
- Hmmmm… aaah esto se siente… hm… incómodo aquí delante.
Jimmy se giró, la vista de Jimmy en ropa interior no estaba ayudando mucho.
- T- Tienes que aj- ajustar tus… ejem. Mira, solo tómalas desde adentro y levántalas un poco para llenar bien la copa.
- ¿Así?
Jimmy cumplió con la tarea, soltando un sonido de alivio. Pete solo asintió.
- Bien, ahora pruébate el uniforme y yo te ayudaré con el broche de la falda.
Jimmy teeminó con la camisa, calcetines y zapatos negros en un parpadeo. Pete se acercó para subir el zíper y botón de la parte trasera, dio un paso atrás y observó asombrado. Jimmy terminaba de acomodar la corbata, a pesar de estar algo apretado, el uniforme le sentaba.
Pete pensaba que, era algo así como l chica perfecta, olvidando el claro detalle de que en realidad era su mejor amigo encerrado en un cuerpo curvilíneo. Aunque reflexionando un poco…
- ¿Y bien? Yo creo que es suficiente con esto.
- Claro, lo importante es que tú te sientas cómodo con el.
Con una sonrisa satisfecha, Jimmy terminó de cambiarse (solo esta vez) y por la hora decidió que es hora de dormir. Pete volvió a poner la ropa en la bolsa y tomó su mochila.
- Espera.
- Dime.
- Ven, es casi la 1:30, es mejor que te quedes aquí.
- ¿Estas seguro?
- Claro, ven aquí, el colchón puede soportarnos a los dos.
Su mochila cayó por inercia, caminó cautelosamente hasta el borde del conchón donde se acostaron espalda contra espalda. Pete se sentía inquieto pero tranquilo a la vez, estaban cerca el uno del otro, pero no lo suficiente.
O eso creyó, ya que antes de seder al sueño, el pelirrojo se giró abrazándole dormido.
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🌾 ❛❛🐺💘🌚—Lo haré, así les seré de más ayuda. —Lo había analizado pensando que así era más rápido e incluso imponente. Aunque temía por sus novios porque no tendría 100% su conciencia, confiaba en reconocerlos y la euforia le ganará. —Por supuesto, será mi sueño hecho realidad—Replicó disfrutando de aquel beso. Cuando Daeron se les unió le puso toda la atención al plan, admiró a sus novios porque eran demasiado inteligente como para armar un plan de esa magnitud y que estuvieran dispuestos a defenderlos hasta de esa forma. —Ok entendí. De cualquier forma yo les cubro la espalda—Prometió. —Oh, Magnus, ven—Abrazo al vampiro y olfateo su aroma antes de dejar un beso en su cuello. Estaba seguro que con el aroma de ambos impregnado en él, le sería más fácil distinguirlos y no atacarlos. De Tarik no hizo falta, lo sentía dentro de él y su aroma incluso ya le era demasiado familiar; esperaba que con ello basta pues pensaba que si lograba verlos como sus alfas no los atacaría, fue una deducción que saco a raíz de lo que una vez Hayley le dijo respecto a que su manada era un poco más racional y consiente en su forma lobuna a diferencia del resto de los licántropos. Pero, eso no quitó que lo abrazara y le deja un beso. —Acaben con ellos—Lo ánimo dejándolos ir, para esperar su momento para entrar en acción. Nick miró en silencio la entrada de sus novios, buscaba a Tarik pero primero encontró a Magnus, no iba a mentir Daeron parecía otro cuando se trataba de luchar pero, se dio cuenta que le gustaba como se miraba y en especial la facilidad con la que luchaba a pesar de ser un vampiro joven. Siguiendo con su recorrido logró identificar al brujo del que hablo Daeron y también ver como era que se manejaban esos vampiros controlados por los brujos, eran como marionetas.
🌾 ❛❛ 🧛🏻♂️❤️👑Daeron estaba ansioso por acabar con todos ellos, claramente deberían haber pensado 2 veces antes de meterse con Kellan. —Entendido, alma mía. Serán nuestra prioridad—Afirmó pensando que aunque el movimiento del clan mágico había sido innovador, también sería su punto débil. Kellan había hecho una muy buena investigación después de todo. Lo felicitaria más adelante, esperaba que se mantuviera entretenido mientras ellos se encargaban de limpiar ese lugar. —Gracias, alma mía —Sonrió con malicia, ya podía saborear cuando disfrutaría de hacer sufrir a ese desgraciado.—Entonces hagámoslo—Determinó y antes de poderse mover atendió la petición de Nick, acercándose a él, sin esperar lo que hizo pero, abrazandolo de vuelta porque el gesto le gusto.—Con cuidado—Le dijo separándose de él, mirando qué hacía lo mismo con Tarik. Estaba seguro que Nick lo haría bien, pero no podía pensar en que corriera peligro. —Vamos—Miró a Tarik y se movió para iniciar con ello. —Buenas noches, damas y caballeros—Entró aquel sitio partiéndole el cuello a uno de los brujos, lo que atrajo la atención de los más cercanos—Recuerdo haber prohibido las reuniones clandestinas ¡este es mi territorio y yo mando aquí!—Exclamó, sacando una pistola con balas de madera y disparo a lo que era un par de brujos por simple placer, para después disparar a unos vampiros que se acercaron a él. Entre el embrollo que comenzaba miró al brujo de la chaqueta de cuero dar una orden y en ese momento el resto de los vampiros controlados por el clan se dejó venir, fue entonces que Daeron desenvaino el arma que escondìa en su bastòn y empezó a pelear con los vampiros que intentaban atacarlo. En ese instante busco a Tarik con la mirada.
🧑🏼🎤💖🎵. Escuchar a Nick era importante. Sabía que no se echaría para atrás, pero quería que fuese consciente de lo que les esperaba. —Está bien, cariño. Tú decides si quieres transformarte —le dejó elegir. Sabía que su consciencia no se hallaba al 100% cuando se convertía en lobo, aunque sus habilidades serían otras si se transformaba por completo. Sin embargo, no quería que temiera por herirlos—. Prometiste no asustarte —bromeó, depositando un beso en sus labios, para volver hacia Daeron. Escuchó con atención el plan, mientras colocaba el objeto mágico, preparado por Kellan, en el centro—. Estoy de acuerdo —repuso—. Recuerden que es el clan mágico quien controla a los vampiros, son el objetivo principal. Si logran llegar a uno, pueden acabar con mayor facilidad con ellos... Pero estos son rabiosos, atacarán sin consciencia —les repitió, para que midieran sus habilidades—. Será tuyo, corazón —exclamó. No era un decir, Daeron en verdad lo haría—. Te vemos adentro, amor mío —volteó a ver a Nick.
#ssiiii queremos violencia!!!! *w*#acaben con ellos niños!!#✨-daeron magnus#✨-nick de wayne ruthermond ahearn nardell#✨-the things we do for love
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🚑 Prólogo: 🩺
Con: 5.500 palabras en total. Índice: || Siguiente: Todo parecía ir bien, el único día que todo puede ser perfecto y a un paso más de su boda, todo cambia en la vida de Dina Boden.
© Todos los derechos reservados.
«— Todo parecía ir normal aquel día, solo sería ir al trabajo y salvar vidas, aunque nadie podía negar que era algo estresante dado en algunas circunstancias, puesto que hace dos semanas atrás la estación 51 se vio envuelta en grandes problemas y sin olvidar los dramas del personal que se generaron durante esos días, ¿Podía ocurrir algo así mientras trabajaron de cerrar la estación?, La respuesta es un sí, también significaría que todo el personal debería buscar trabajo en otras estaciones, lo cual no sería una tarea fácil.
Gracias al cielo, esto jamás va a pasar y que se pudo solucionar a tiempo, muchas personas de la comunidad firmaron para que la 51 nunca cerrara sus puertas y pudieran atrapar a Gail McLeod , una consultora de finanzas o más bien una embaucadora que cerraba las estaciones por gusto, con la excusa que no había presupuesto suficiente para seguir manteniendo una estación, y que solo causaba problemas a los demás distritos, Por suerte su comunidad le cubría las espaldas, después de todo ellos también son considerados su familia.
El ser bombero y paramédico tiene muchos riesgos y lastimosamente se pierden personas que son muy queridas, compañeros que se han ganado el cariño de muchos y es difícil superar esas pérdidas, algunos prefieren mantenerse unidos, tratar de recordar los buenos momentos que pasaron con aquellos que ya no se encuentran con ellos, pero otros prefieren alejarse, culparse a sí mismos por no llegar a tiempo para salvarlos, sin embargo, a veces llega a ser difícil sacarlos de ese agujero negro.
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Nadie dijo que este trabajo seria fácil.
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Incluso con eso, la vida de Dina Boden nunca fue sencilla, vivir con una madre abusiva, cuidar de su hermana menor y hacer el rol de madre para ella, y luego ser adoptadas por el mejor hombre, el cual se podía decir que si es un gran padre y también fue un buen cambio para ambos.
Era una mañana cálida en Chicago, Dina una vez que termino de alistarse, con un ligero maquillaje y dándose unos retoques a su uniforme, sintió unos brazos pequeños que rodeaban su cintura y luego unos labios viajando hasta su mejilla, haciendo que ella riera ante tal acto amoroso.
— Buenos días, mi hermosa prometida — saludo Sheldon Jin a su futura esposa, sonriéndole y mirándola directamente a los ojos, puesto que se puso frente a ella, por lo que ella correspondió a esa sonrisa que tanto amaba.
— Aún no puedo creer que dentro de dos semanas estaremos oficialmente casados — dijo Dina emocionada, de hecho, ambos estaban emocionados por el día de su boda, por fin, su fecha estaba a la vuelta de la esquina.
— Créeme, mamá está emocionada de poder llamarte hija — dijo Jin sin separarse de ella, trató de estar calmado, pero también trató de sentirla entre sus brazos lo más posible, incluso se pudo decir que quería protegerla de cualquier cosa que le pudiera hacer daño — Pero, no para mandarme fotografías de trajes, quiere ver a su hijo elegante para la ocasión. —
— Oye está emocionada, después de todo, eres su único hijo — dijo ella acomodando la chaqueta de su prometido — Además, ¿Crees que eres el único que no paran de enviarle mensajes?, Gaby, Shay y mi hermana no paran de mensajear sobre sus vestidos de damas de honor, cuando les dije que pudieran elegir el color que quisieran y, sin olvidar que mi padre esta tan emocionado por llevarme al altar. —
Jin rió ante lo que había escuchado, pero antes de que Dina siguiera hablando, no pudo evitar acercarse más hacia sus labios y comenzar a besarla, a lo que ella correspondió sin duda, aunque fue un beso que duro solo unos 7 segundos, puesto que Dina tuvo que separarse rápidamente.
— Muy bien Romeo, sé lo que tratas de hacer y es algo tierno, sobre todo sexy, pero amor debo irme al trabajo — explico Dina tomando la mano de Jin y salió de la habitación.
— Creí que como capitana paramédico de la ambulancia 61, podía llegar a la hora que quisiera — se burló él mientras la seguía hasta llegar a la sala.
— Que gracioso, me gustaría llegar al menos 5 minutos tarde, pero, debo mantener una buena reputación si quiero conservar mi puesto como capitana — explico ella siguiéndole el juego a su prometido — Incluyéndote, ¿No tenías la reunión con Hank a las 9? — pregunto soltando la mano de Jin y agarrar su bolso y llaves.
Por un momento, él se había olvidado de aquella supuesta “reunión” con su jefe, cuando la realidad era otra, se iba a reunir con un detective que estaba usándolo para su beneficio, una larga historia en la cual Jin no iba a exponer a la mujer que ama, mucho menos ahora que los estaban vigilando con mucho sigilo, sin contar que también estaban vigilando a su padre, debido a las apuestas que siempre hacía, no importaba lo que hizo, más problemas aparecieron en el camino y lo único que buscaba era protegerla de cualquier peligro.
— ¿Jin? — pregunto Dina sacando al mencionado de sus pensamientos.
— Sí, lo siento amor, estaba pensando en varias cosas a la vez — dijo Jin rascándose la nuca — De hecho, debo entregar papeleo y chequear algunos vídeos de vigilancia, ya sabes, la misma rutina — tratados de no parecer raro, aunque Dina empezaba a sospechar de aquel comportamiento tan extraño desde hace ya 2 meses.
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Sin embargo, quería confiar en la palabra de su prometido.
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— Bien, pero que no se te olvide que hoy iremos a cenar con mis padres y hermana — dijo Dina acercándose a él y besar su mejilla.
— Sí, lo sé — Jin desde lo más profundo de su interior, sabía que nada bueno saldría este día, solo quería pasar este pequeño momento con ella.
Anoche, cuando ambos regresaron a casa, prepararon la cena juntos, noche de películas en pareja y terminaron la noche de forma más apasionada, básicamente ambos ya hacían el papel de casados hace más de 3 años cuando comenzaron su relación formalmente. Son aquellos momentos los cuales él quiere recordar y tratar de estar siempre para Dina, incluso si no está en este mundo físicamente.
— Bueno — dijo Dina chocando las manos, y así sacar a Jin de sus pensamientos — Debemos irnos, se nos va hacer tarde. —
— Cierto, déjame llevarte a la estación primero — dijo él tomando el bolso de su prometida para llevarla y abrir la puerta, a lo que Dina mostró una pequeña sonrisa y salió del apartamento — Linda — al aquel escuchar apodo, ella se detuvo y se volteó para verlo — Te amo mucho, Dina Boden. —
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Nadie creería que esa iba a ser la última vez que estarían juntos.
Y diría esas dos palabras tan dulces.
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— Yo también te amo Sheldon Jin — ella sonrió y le dio un último beso en los labios a su futuro esposo, pero, comenzó a caminar rápido al igual que Jin, para llegar al estacionamiento.
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Solo sería otro día normal, en su vida personal y en el trabajo.
Al menos eso es lo que muchos pensaban.
«— La estación 51 siempre estaba muy activa, los de escuadrón 3 estaban en su mesa, aunque solo estaban charlando y bromeando, las paramédicos organizaban todos los equipos necesarios para cualquier emergencia con los pacientes, en cuanto a los del camión 81, pues solo molestaban y bromeaban con el nuevo recluta.
Dina no podía evitar sonreír al ver a cada uno de sus compañeros y también de verdaderos amigos, aunque tendrían sus momentos malos, pero aun así eso no los detiene a ser un buen equipo, y como prometió Jin trajo a su prometida al trabajo, ambos tomados de la mano y fueron recibidos por Christopher Herrmann.
— Hey, aquí están los futuros esposos — dijo Herrmann acercándose hasta ellos y así abrazar a su sobrina, de hecho, es una historia larga algo larga del porque la llama de esa manera — Solo dos semanas más y al fin poder casarse, ¿Cómo se siente? —
— Algo estresados — dijo Dina correspondiendo al abrazo y sonriéndole a su tío favorito.
— Pero, estamos emocionados — Jin deseaba de todo corazón no mentir tanto, sin embargo, quería mantener la calma por ella.
— Es algo normal, se los digo por experiencia — dijo Herrmann sonriéndoles a los dos — Sin olvidar, que algún día vendrán los hijos sin que se den cuenta — ese comentario los apareció bastante, haciendo que Dina se sonroje un poco.
— Oye Dina, deja ya a tu prometido y ven ayudarnos — llamo Leslie quien estaba cargando una caja con gasas, pero, ella y Gaby se estaban riendo por lo que la mencionada solo negó con la cabeza, puesto que ambas estaban castigadas por hacerle una broma a su capitana con el resto del personal de la 51 — Hola detective sexy — saludo ella haciendo que él le sonriera y la saludara, luego abrazo a con fuerza y esta correspondió el gesto de la misma forma.
— Te amo linda, nos vemos está noche — se despidió Jin besando la frente de Dina y luego beso sus labios, se despidió de Herman y luego se alejó de ella, para así llegar a su auto y con un poco de prisa.
Por una última vez miro a su prometida, tratando de recordar cada detalle antes de dejarla, una vez que salió de su trance, encendió el motor del auto y se marchó de la estación, dejando a Herman confundido, mientras que Dina estaba algo preocupada por el comportamiento de su prometido.
— ¿Se encuentra bien? — Pregunto Herman al ver el rostro de su sobrina — Normalmente es un poco más conversador, al menos así lo veo. —
— La verdad no tengo idea Herman, desde esta mañana ha estado actuado de manera extraña — explico Dina aun preocupada y también estaba confundida por ese cambio de actitud tan drástico de parte de Jin — Bueno, veré a mi padre antes de que el deber llamar — Herman solo asintió con la cabeza, la abrazo rápidamente y luego le dio el paso a su sobrina.
— Déjame avisarte de ante mano, que tu hermana también está con él — aviso él, por lo que Dina asintió con la cabeza y seguir con su camino.
Para nadie era un secreto que Dina es la más positiva de la estación, manteniendo siempre la compostura y la calma, pero si la haces enojar, mejor reza para que jamás la veas de esa manera, aun así, ella cuida de su familia de bomberos y paramédicos. Una vez que se graduó de la universidad como médico profesional, todo se le vino abajo al buscar trabajo y esto debido a su expediente familiar, jamás puso encontrar un trabajo estable en algún hospital, incluso la mayoría de sus compañeros de clases la miraban de manera diferente y con la búsqueda de trabajo fue una experiencia horrible.
Claro que Dina estaba muy acostumbrada a esas miradas desde pequeña, sobre todo si uno de los detalles en ese expediente es que su madre era una adicta y alcohol, sin olvidar que era una maltratadora.
Antes de que el edificio donde vivía antes con su hermana menor se incendiara, Dina no solo fue una buena hermana mayor, sino que tuvo que tomar el rol de madre a una edad temprana, Carol nunca tuvo ese afecto amoroso o incluso la ausencia de su madre, solo fue Dina la que estuvo con ella, brindándole ese cariño que su madre no pudo brindarle a su hermana, lastimosamente pasó la mayor parte de su niñez con moretones realmente feos.
Nadie se esperaba que aquel edificio donde pasó ese horrible infierno estuviera en llama, las personas estaban asustadas al ver las llamas por el pasillo y el humo entrando en las ventilaciones de cada piso, los niños lloraban y gritaban por el miedo, incluyendo a Dina y a carol — Por suerte los bomberos llegaron a tiempo y una vez que lograron apagar las llamas, el edificio estaba totalmente en ruinas, de hecho, los bomberos y la policía concluyeron que no fue un incendio accidental, sino que alguien lo había provocado, pero nadie supo quién fue exactamente.
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Al menos salió de aquel infierno y por suerte...
Con vida.
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— Tierra llamando a Dina — fue en ese momento que la mencionó salió de sus pequeños recuerdos al escuchar la voz de su padre, quien estaba de pie frente a sus hijas, mientras que ellas estaban sentadas en las sillas que estaban frente al escritorio del hombre — ¿Qué te ocurre cielo?, Te quedaste mirando fijamente el suelo por unos 5 minutos. —
— ¿Te sientes bien? — pregunto su hermana menor, preocupada al ver aquel arrepentido cambio de Dina, puesto que ya sabía en que estaba pensando, o mejor dicho... En lo que estaba recordando.
— Sí, sí estoy bien, no tienen que estaba ambos preocupando tanto por mí — dijo Dina calmándolos, sabía lo mucho que se preocupaban por ella, en especial Carol, y se podría decir que era algo entendible, muy pensativa por el comportamiento de Jin en estos últimos días.
— Bueno, no solo las reuní aquí a las dos para hablar del trabajo, sino que también hablaremos de temas más emocionantes — dijo Wallace sonriéndoles a sus hijas — Aún no puedo creer que ya empiecen con esta nueva etapa en su vida, por un lado , Dina — dirigió su mirada a su hija mayor — Te vas a casar dentro de muy poco y en cuanto a ti Carol, solo te faltan 2 meses para que te cases, sin olvidar que su nuevo hermano menor nacerá dentro de unas semanas también. —
— Aunque, yo sigo sin poder creer que Jin y Dina serán esposos de manera oficial — comenzó Carol bromeando, haciendo que Dina y su padre rieran — Después de todo, ambos ya hacen ese rol desde hace un largo tiempo atrás. —
— Bueno, ¿Qué te puedo decir hermanita?, ambos nos entendemos muy bien — dijo ella siguiendo la broma a Carol — Pero la puede creer que te vas a casar soy yo, casi te aguanto las locuras que se te vienen a la mente, ¿Mi cuñado no se habrá golpeado duro la cabeza? — era la pregunta que se hacía Dina cada día, haciendo que su hermana se molestara un poco.
— En primer lugar, John ya sabía en lo que se estaba metiendo cuando comenzó a salir conmigo, y, en segundo lugar, soy yo la que lleva los pantalones en nuestra relación — explico Carol con drama ya su vez con una sonrisa adornando sus labios , pero ambos no paraban de reírse — No se rían, aunque volviendo al tema de John y yo, pues ambos ya rentamos un apartamento y eso significa que tachamos una cosa menos de nuestra lista. —
— Hablando de eso, ¿Cuál es una lista de dichos dichos de la que no me quieres contar? — Pregunto Dina confundida, mientras miraba a su hermana — Y ¿Cuáles son las demás cosas de esa lista misteriosa? —
— No me preguntes a mí, John es quien se encarga de ella — explico Carol también mirándola — Según él, es una gran supuesta sorpresa para el departamento, me dijo que lo puedo ver una vez que nos casemos, aunque diciéndolo así, me gana aun mas mi curiosidad y quiero descubrir que es. —
— Vaya, no solo es un buen abogado para el departamento de bomberos de Chicago, sino que también es un buen hombre, lo mismo digo de Jin — dijo Wallace sonriéndoles a ambas — Recuerden que está noche es nuestra cena familiar, asistencia obligatoria para sus prometidos — recordó él con autoridad, pero solo estaba bromeando con sus hijas, a lo que Dina y Carol asintieron con la cabeza.
Una vez terminada la conversación, la alarma sonó — Ambulancia 61, emergencia en la avenida Míchigan, hombre de 63 años, posible infarto. —
— Bueno, el deber llama — dijo Dina señalando la puerta, y ambas hermanas salieron rápidamente de la oficina de su padre, dirigiéndose a la ambulancia y sus otras dos compañeras se estaban preparando — Shay, tú conducirás el día de hoy. —
— Como diga Capitana — dijo Leslie entrando al volante, Dina entro como copiloto, Gaby y Carol iban en la parte trasera de la ambulancia preparando las cosas que necesitarían si se trataran de un infarto. —
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Un día realmente ocupado en el trabajo.
Así era cada día, cada vez que sonaba la alarma.
Básicamente, esto era muy normal para la estación 51.
«— Era un lugar muy desolado, los únicos autos y personas que se encontraron ahí eran Jin y el detective de asuntos internos... Edwin Stillwell, de hecho, se notaba a leguas que nadie pasaba por ese sitio.
— Me fuiste de muy buena ayuda — dijo Stillwell apuntándole a Jin con un arma, pero antes de abrir fuego, saco algo del bolsillo de su chaqueta y eran dos fotos, una donde estaban Jin y Dina abrazados y la otra donde estaba ella sola, sentado en una banca del parque y mostrando una sonrisa — Vaya, tu querida prometida es muy hermosa, tuviste muy buena elección al elegirla. —
Al mostrar la foto, Jin estaba impactado por lo que estaba viendo, se suponía que esas fotos estaban enmarcadas en su oficina y, ya se le hacía muy extraño al no verlas en su escritorio cuando salió rápidamente de dicha oficina, pero, ¿En qué momento entro y tomo las fotos?
— No le hagas nada, a ella o a mi padre, ya hice todo lo que me ha pedido, déjelos fuera de esto — dijo Jin asustado, y no era por él mismo... Si no por Dina y su padre, quienes están en gran peligro e incluso bajo amenaza de muerte.
— Te recuerdo que no me diste las suficientes pruebas que necesitabas, para así atrapar a Hank Voight — el detective se atacó más a Jin y dio el primer disparo en su pierna izquierda, haciendo que él cayera al suelo con el dolor que literalmente, lo estaba quemando — Que patético eres y que lastima por tu querida prometida. —
— No se atreva a tocarla, yo mismo ya firmé mi propia sentencia de muerte cuando comencé a trabajar para usted, pero, ella no tiene que estar involucrada en este asunto — dijo Jin con enojo y mirando al detective, aunque estuviera en el suelo y con su pierna sangrando.
Stillwell solo se puso detrás de Jin y así recargar una vez más aquella arma, y apuntarle a la nuca — Te daré una última oportunidad y así podrás apreciar el resto de tu vida, casado con tu chica, ¿Cómo puedo atrapar a Hank Voight? ¿Cuál es tu secreto? —
—Perdóname Dina, no podré ir a cenar— Pensó Jin antes de dejar escapar las lágrimas — Vete al infierno, él mismo y el equipo te atraparán y lo sabes, no tienes oportunidad. —
Esa fue la última gota que derramó el vaso para el detective de asuntos internos, pero también y lastimosamente, esas fueron las últimas palabras del detective Sheldon Jin.
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A partir de ese momento, todo cambió.
La vida de Sheldon Jin fue arrebatada de una manera injusta.
Todo porque alguien quería una sola cosa, y eso era el poder.
«— Los cuatro paramédicos llegaron a tiempo a la dirección de la emergencia, salieron rápidamente de la ambulancia y sacaron las cosas que necesitaban. Con Dina al frente por supuesto, vio a una adolescente muy angustiada y que lloraba desconsoladamente.
— Gracias al cielo que llegó, no sé qué ocurrió, mi abuelo y yo estábamos viendo la tele, se levantó para buscar algo y luego colapsó — la joven estaba muy histérica, lloraba y si no fuera poco estaba muy asustada, como si en cualquier se fuera a desmayar.
— Muy bien linda, necesito que calmes primero, ¿Cuál es tu nombre?, y dinos ¿Cómo se llama tu abuelo? — pregunto Dina tratando de calmarla.
— Me llamo Jenny y mi abuelo se llama Elián, por favor ayúdenlo — suplicó una vez más la joven.
— Y lo haremos Jenny, pero debes mantener la calma y guiarnos hacía él — intervino Leslie acercándose a la joven, mientras que Gaby y Carol sujetaba la camilla.
Jenny asintió con la cabeza y las guía hasta Elián, estaban en la sala y la tele seguían encendida, el hombre estaba en el suelo inconsciente, Shay, Gaby y Dina se acercaron hasta él, mientras que Carol se quedó con Jenny tratando de calmarla.
— Muy bien Jenny, quiero que me mires solo a mí ¿Sí?, mis compañeras van ayudar a tu abuelo, pero necesito que mantengas calmada — dijo Carol haciendo unos ejercicios de respiración para que la joven lo hiciera — Inhala y exhala poco a poco , te prometo que él estará bien — la joven mostrará sus ojos cerrados y haciendo los ejercicios que le ocultó la paramédico, por lo que ella aprovechó en ver a su hermana y compañeras trabajar en salvarle la vida al hombre.
Dina revisó las pupilas del paciente y rápidamente coloco una intravenosa para la primera inyección de epinefrina, le dio una señal a Gaby para comenzar a hacer RCP, Shay preparó el desfibrilador externo, y mostró un confuso ritmo cardíaco.
— Bien Dawson, detén las compresiones y Shay, va ser tu turno, así que prepárate — explico Dina mirando a su compañera, una vez que Gaby se detuviera, la capitana dio la autorización a Shay y con un “despejen chicas” y las tresse separaron, una vez que el desfibrilador envió la primera descarga, el hombre aún no reaccionó y mostró una línea plana, asustando aún más a la adolescente — Dawson sigue las compresiones, Shay vamos de nuevo, carga a 200 y espera mi señal — ordeno Dina nuevamente, mientras preparaba la segunda dosis de epinefrina y la aplicó.
— ¿Dónde están tus padres cielo? — pregunto Carol mirando a Jenny otra vez.
— Están en la reunión de padres de mi hermano, les dejé mensajes y trate de llamarlos innumerables veces, pero me mandan al buzón — explico Jenny un más calmada y Carol la abrazo, para darle la señal a su hermana de que ayudara al abuelo de la joven
Dina asintió y al hombre — Hoy no es su día Elián — susurro y miro a sus compañeras y les dio la señal, Dawson detuvo las compresiones y Shay envió la nueva descarga, no sin antes alejarse otra vez.
— Despejen — Leslie desagradable enviando la nueva descarga.
Gracias a eso, el hombre reaccionó y pudo respirar nuevamente, pero estaba respirando agitadamente — Señor, necesitamos que respire con calma — dijo Gaby colocando su mano en el hombro del paciente.
— Iré por la camilla — dijo la peli rubia levantándose, puesto que la habían dejado en la entrada una vez que entraron a la casa, por lo que Dina asintió aún estando aún estando arrodillada para ayudar a Elián a sentarse con cuidado, también con la ayuda de Gaby por supuesto — Carol ven, necesitaré tu ayuda. —
Amabas se fueron a buscar la camilla y Jenny sintieron que su alma regresaba a su cuerpo, debido a la angustia que sintieron al ver a su abuelo en el suelo agonizando.
— ¿Estoy en el cielo? — pregunto Elián al ver a las dos mujeres, a lo que ambas se rieron.
— Abuelito — Jenny corrió hasta su abuelo y lo abrazo, aunque el gesto fue algo suave por parte de la joven, esto debido a lo que acaba de pasar.
— Ay pequeña, todo va a estar bien — dijo Elián correspondiendo al abrazo de su nieta, Dina al ver esto no pudo evitar sentir algo de nostalgia al recordar el día que fue rescatada, sus pensamientos fueron interrumpidos al ver a su amiga y hermana entrando nuevamente a la sala para ayudar al paciente — Muchas gracias. —
— No tiene nada que agradecer, su nieta fue muy valiente al llamar al 911 — dijo Dina sonriendo.
— Al menos, ¿Podría saber el nombre de los jóvenes que salvaron mi vida? — pregunto Elián, mirando a los cuatro paramédicos.
— Claro que sí, soy la capitana de la ambulancia 61 Dina Boden, y mis compañeras son mi hermana menor Dina Boden, junto con mis amigas Gabriela Dawson y Leslie Shay — presentó Dina con orgullo a su equipo de paramédicas — No importa la situación o el lugar, nosotras siempre vamos a estar disponibles, al servicio para la cuidad de Chicago. —
— Me alegro saber eso — dijo Elián aún sin separarse del abrazo de su nieta, puesto que ella seguía llorando.
— Lamento interrumpir este hermoso momento familiar, pero debemos necesitar al hospital Lakeshore para que un doctor lo revise — explicó Leslie sonriendo.
— Bueno, ¿Qué estamos esperando?, no hay nada que perder — dijo el hombre separándose del abrazo de Jenny.
Las cuatro paramédicos ayudaron a Elián a levantarse, poco a poco lo llevaron a la camilla para que se recostara y lo llevaran hasta la ambulancia, con mucho cuidado entraron en ella.
— ¿Puedo ir con él? — pregunto Jenny secándose el resto de lágrimas que descendían por sus mejillas, sus ojos estaban muy rojos a causa de esas gotas saladas.
— Claro que puedes, avisaremos a tus padres una vez que llegamos al hospital — dijo Dina mirando a la joven, mientras que Jenny entro sin dudarlo.
— No se preocupen por eso, tratare de llamarlos nuevamente — dijo Jenny mostrando su celular.
Dina asintió con la cabeza y luego miro a su equipo — Muy bien, haremos esto, Gaby y Carol, ustedes dos estarán con el paciente en caso tal de que algo pase, monitoreen sus signos vitales, y mantengan a Jenny calmada. —
— Sabes que somos buenas en eso — dijo Gaby sonriendo, a lo que las cuatro empezaran a reírse.
— Bien, eso me mantiene tranquila, ahora Shay, conducirás de nuevo, no perdamos más tiempo equipo señoritas — dijo la capitana con entusiasmo.
Leslie entro al volante y puso en marcha la ambulancia con su capitana a su lado, mientras que Gaby y Carol revisaban a Elián como lo ordenó Dina, también Jenny mandaba mensajes nuevos a sus padres, esta vez y con mucha suerte pudieron contestarle a la adolescente, confirmándole que ya iban de camino al hospital con su hermano.
— Hiciste un buen trabajo allá, ¿Has pensado en volver a trabajar en algún hospital? — pregunto Leslie concentrándose en el camino, pero esto hizo que Dina se desanimara.
— La verdad lo he pensado mucho, pero, nadie acepta a una persona cuyo pasado fue una mierda — explicó Dina, para ella es una triste realidad, puesto que nadie acepta criminales o hijos de adictos, incluso si ellos son inocentes.
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Sin olvidar que las miradas dicen más de mil palabras.
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— Bueno, sonará muy cursi lo que te diré, pero eso no debería detenerte, tú amas tu trabajo como paramédico y como capitana de la ambulancia 61 — comenzó Leslie tomando la mano de su amiga.
Dina solo sonrió y apretó un poco la mano de la rubia — ¿Qué hice para merecer a unas buenas amigas como ustedes? — se pregunto haciendo que Leslie se riera.
— Como ya lo había dicho, tú eres nuestra capitana y amiga, nuestro trabajo es patearte el trasero cuando te decaigas, sin embargo, te cubrimos las espaldas y te queremos mucho por cuidarnos — esas fueron sus palabras y señalando cada una de ellas, y sí no estuviera conduciendo en ese momento, pues le habría dado un fuerte abrazo sin dudarlo 2, también incluyendo a Gaby y a Carol.
Lo que había dicho Shay era cierto, esto ya Dina lo pensaba diariamente para trabajar en el hospital, brindando más atención a las personas, salvar muchas más vidas de lo que ya hace y como se lo había prometido así misma desde que era una niña, sin embargo, era algo que debía pensarlo muy bien si en algún momento trabajaría en un hospital, puesto que no podía ser capitana de la ambulancia 61 y doctora al mismo tiempo o al menos eso es lo que piensa.
Una vez que llegaron al hospital, la familia estaba muy unida, Jenny abrazaba a su padre para calmarse nuevamente y este le brindaba ese consuelo, su hermano menor también abrazaba a su hermana mayor y a su padre, en cuanto a la madre, pues ella abrazaba a Elián, sin contar la variedad de preguntas y regañándolo por no tener sus pastillas a la mano.
La escena daba risa con solo verla y la enfermera trataba de de calmar a la madre, pero eso no quitaba el hecho de que la escena era conmovedora.
— El paciente esta estable, tendremos que monitorearlo un poco más, pero estará bien — explico el doctor con su tableta a la mano y luego miro a las cuatro paramédicos a la vez — ¿Quién de ustedes fue la que evitó su muerte? —
Las tres señalaron a su capitana, por lo que ella se sorprendió y negó de inmediato — No, esperen un minuto, fuimos todas nosotras, mi equipo ayudó a Elián y a Jenny doc, yo solo di las ordenes — explico Dina nerviosa.
— Pues lo hizo muy bien, la verdad, debió ser doctora — dijo el docto y se retiro del lugar, haciendo que las tres abrazaran a Dina, pero ella aun seguía sorprendida por lo que acaba de escuchar, eso no quito que que correspondiera al abrazo de su equipo y su sonrisa por aquellas palabras.
— ¿Qué te dije? — pregunto Shay sonriéndole sin separarse del abrazo — Eres buena como paramédico, Pero también serías una buena doctora, que ese maldito expediente no te detenga en lo que te propongas. —
Gaby y Carol asintieron y se separaron del abrazo segundos después, las tres se alejaron un poco y Dina se quedo un poco más para ver solo por un segundo más para ver a la familia, fue en ese momento que su teléfono comenzó a sonar, su equipo la miraron y la capitana seguía en el mismo sitio observando el número que la estaba llamando, un número que no estaba registrado en su teléfono, lo más sencillo sería colgar y seguir a su equipo, el problema estaba que no podía hacerlo ya que podría tratarse de una emergencia de alguno de los pacientes que ella misma le había dado su tarjeta.
— ¿Hola? — contesto Dina con total desconfianza.
— ¿Es Dina Boden? — era la voz de una mujer, pero también se escuchaba varias voces, sirenas y ladridos de perros.
— Sí soy yo, ¿Quién habla? — para la joven todo se había detenido, también tenía esa extraña sensación de que algo malo estaba pasando.
— Es sobre el oficial Sheldon Jin, tengo entendido que usted es su prometida — dijo la mujer, aunque se escuchaba triste — Señorita, lo lamento mucho, pero encontraron el cuerpo del oficial Jin... lo asesinaron, en verdad lamento mucho su perdida. —
Aquellas palabras lo cambiaron todo, las lágrimas no tardaron en caer, su teléfono resbaló de sus manos impactando en el suelo, las chicas al ver a Dina aun parada en el mismo sitio, sin poder moverse y con lágrimas resbalando por sus mejillas, no dudaron acercarse y por más que intentaban llamarla para saber que estaba sucediendo con el repentino cambio de humor, ella no podía reaccionar, le costaba respirar y esperaba que todo fuera una maldita broma de mal gusto.
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Es aquí donde todo cambia, el mundo empieza a tornarse gris, ver todo a su alrededor dar un giro inesperado.
¿Qué es lo que sigue ahora?
Solo el tiempo lo dirá.
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"vale, vale, lo pillo." no pudo evitar morderse la lengua y reír un poco por lo bajo. a pesar de todo lo que había pasado, en esos paseos con eryn encontraba una paz que había desconocido hasta la primera vez que se acostaron juntas. al escuchar esa risa nasal, una tierna sonrisa se le dibujó en los labios ya que se le hacía de lo más adorable y le parecía un sonido precioso. al ver el rubor en sus mejillas, a ella también le salió y se sintió como una adolescente de las pelis esas de hollywood. miraron justo a la vez sus manos y es que el roce había sido de lo más agradable, pero entendía que eryn no estuviese lista para eso, así que también guardó las propias en los bolsillos de su chaqueta. "eh, no, está bien, avanza todo lo normal que puede ser un embarazo, pero va bien. creo que casi de diecisiete semanas." en realidad se hacía un lío con eso de medir el embarazo en semanas y no lo entendía muy bien, pero su madre estaba sana, su hermane también y su adre igual, así que era lo que le importaba. "por cierto, dice que si quieres puedes dormir en nuestra casa." comentó, pues por ahora habían estado haciendo turnos. "aunque yo creo que es mejor que te vayas a la de leo..." les veía jugar al ajedrez, las damas y demás en el porche trasero y parecía que leo solo se estaba relacionando con ella, nat y anja, pues las cosas con carol se veían raras y parecían muy distanciadas. "quiero decir, os haréis buena compañía, no lo digo porque no quiero que vengas a casa..."
había hecho daño a leo. tal vez no de forma directa, pero claramente confesar aquello había conllevado a que la situación en la finca fuese todavía más conflictiva y que leo fuese la verdadera afectada en aquel conflicto. por mucho que emil, avra, ingrid o el resto de las personas que parecían estar a favor le hiciesen saber que no era culpa suya, se sentía directamente responsable y culpable de provocar aquellas situaciones y aquel dolor a las personas a las que valoraba y le daban una oportunidad. lo había hecho con la hermandad, se lo había hecho a emil y ahora se lo había a hecho a leo. “y no he dicho lo contrario.” comentó alzando una ceja con suavidad. “solo he dicho que el rubio te quedaba mejor.” explicó mientras una pequeña risa nasal escapaba de sus labios. ante aquella mirada, eryn tan solo pudo apartarla un tanto nerviosa y es que no sabía explicar lo que le sucedía en su interior cada vez que le miraba de aquella manera. aquellas palabras hicieron que un ligero rubor inundase sus mejillas y tratase de ocultarlo mirando al otro lado para que no lo viese. sin embargo, el roce de sus manos y la calidez de su piel hicieron que ladease su mirada a estas por un segundo y que terminase por guardar sus manos en los bolsillos de su chaqueta. “em… ¿cómo está ingrid? ha vuelto a crecerle la tripa de repente?”
#* / emil – if you live like that you live with ghosts.#*/ emil & eryn – what would you do if they never found us out?
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CRLOEX - 29
Episodio 29 - Mi suegra... Pero eso fue puramente su ilusión. Helen encontró a Ciel parado detrás de ella y lo saludó cortésmente con una expresión indiferente. “No sabía que estaba aquí.” (Helen) “No, acabo de llegar. Hm, es un buen día.” “¿Es eso así? Parece especialmente caluroso hoy...” (Helen) Ciel habló cortésmente, sintiéndose un poco avergonzado por la respuesta de Helen. “Ojalá pudiéramos tomar el té juntos un momento...” “¿Té conmigo?” (Helen) Helen, quien mostró brevemente una expresión de sorpresa como si hubiera escuchado algo inesperado, habló con el sirviente que esperaba sus instrucciones. “Por favor, coloca el fertilizante en el lugar de siempre.” (Helen) “Sí, señora.” (Sirviente) Después de que los sirvientes se fueron, Helen le respondió a Ciel. “Mi doncella lo guiará. Si espera un momento, prepararé el carrito de té y lo llevaré.” (Helen) “De acuerdo.” Ciel dejó atrás a la Baronesa y siguió a la doncella al interior de la mansión y fue guiado al salón. No pasó mucho tiempo antes de que Helen se cambiara de ropa y entrara con otra doncella. Ciel, que estaba viendo cómo se servía el fragante té en una taza de té, esperó a que la Baronesa despidiera a la criada antes de abrir la boca. “Huele muy bien.” “Gracias. Es un té de hierbas elaborado con hierbas que nosotros mismos secamos.” (Helen) “¿Sí?” Ciel se sorprendió al escuchar que lo hicieron ellos mismos. Por lo general, sólo oía hablar de hojas de té de alta calidad, pero nunca había oído hablar de secar sus propias hojas de té. Helen, que sostenía una taza de té junto a él, que estaba puramente sorprendido, añadió de manera insinuante. “Como él Duque habrá notado, no lo hago como hobby. Nuestra familia no puede permitirse el lujo de comprar té de alta calidad, así que creamos esto como contramedida.” (Helen) Ciel, que estaba saboreando el sabor ligero pero sabroso, casi se atraganta. De hecho, se sintió repentinamente avergonzado por la gente de esta familia de apariencia aristocrática, pero no noble. “Mmm... Por eso admiro su frugalidad.” “Gracias por sus amables palabras, pero siento plenamente que es diferente de los nobles promedio.” (Helen) Ciel, que nunca había dilatado sus palabras antes, jadeo sintiendo su espalda cubierta de sudor cuando volvió al sentir una sensación de déjà vu. Helen continuó hablando mientras dejaba la taza de té con un gesto elegante. “Tengo entendido que mi marido lo visitó. ¿No es por eso por lo que vino aquí?” (Helen) “...Así es. Vine a pedirle un favor a la Baronesa.” Ciel agregó mientras sacaba de dentro de su chaqueta la bolsa que había preparado y la colocaba sobre la mesa. “Mi negocio en Closhe no ha terminado aún. Desearía que fuera generosa y nos permitiera a mi hermano menor y a mí quedarnos un poco más aquí...” “¿Qué es esto?” (Helen) Antes incluso de que terminara de hablar, Helen preguntó bruscamente. Ciel respondió en un tono indiferente. “Sólo 50 monedas de oro.” Por lo general, incluso si va a otra zona, hay una casa separada del Ducado, por lo que casi no tiene necesidad de depender de otras familias, pero muy ocasionalmente, si va a una zona sin casa separada, pedirá hospitalidad por unos días y pagará una cierta cantidad antes de partir. Debido a que era un Duque, había una diferencia entre si devolvería o no la bienvenida que recibió. Por ejemplo, a un Vizconde que había visitado con anterioridad, la esposa del Vizconde le expresó su deseo en un tono sutil... Sin embargo, al ver la inusual expresión de la Baronesa, Ciel comenzó a enderezar su espalda con tensión. Desde la primera vez que la vio pensó que no era una dama común y corriente, pero ahora estaba nervioso por una razón diferente. Para él, que pensaba que lady Closhe era su esposa, la Baronesa era como su suegra. Fue un pensamiento fugaz, pero penetró perfectamente en su mente. ‘Mi suegra...’ Ciel no sabía por qué sólo pensó en eso ahora, pero era una palabra tan correcta que se sintió estúpido. La Baronesa era su suegra. En coreano había una expresión que decía: que el amor de un yerno es el de una suegra, pero ¿por qué ella lo mira con ojos tan penetrantes? Helen abrió lentamente la boca con el rostro lleno de disgusto. “Pido disculpas por no poder atenderlo más debido a la situación financiera de nuestra familia. Pero nunca he deseado algo así.” (Helen) “...Simplemente no quiero ser una carga para la Baronesa.” “No es que no conozca los sentimientos del Duque, pero me siento bastante incómoda cuando hace esto.” (Helen) “...” Ciel no sabía cómo reaccionar frente a la fuerte actitud de Helen. Sería más exacto decir que estaba avergonzado porque nunca había visto a un noble al que no le gustara que le entregaran monedas de oro. Aunque trató de ser humilde y vio que no estaba guardando la bolsa en su bolsillo interior, no sabía si debía tomar las monedas de oro u ofrecérselas una vez más. Entonces, en ese momento como una mano salvadora, se escuchó un golpe en la puerta del salón. “Mamá, ¿estás allí?” (Irene) Esa también era una salvación muy bienvenida... * * * * Hoy no sentí la extraña mirada que se había estado aferrada a mí con persistencia recientemente. No sé quién fue la fuente, pero no quería fingir que lo sabía. Mientras bajaba las escaleras con la intención de salir a caminar como de costumbre, encontré a Aiden saliendo solo de la mansión. Aunque su apariencia era idéntica a la de Ciel, el aura que desprendía era completamente opuesta. Puede ser porque tiene ojos rojos, de un color diferente a los de Ciel, pero Aiden, que es delgado y alto, tiene un aura sensible y nerviosa. Vi a Aiden caminar con las manos tapándose ambas orejas de una manera extrañamente irritada y lo seguí con atención. Parecía como si estuviera murmurando algo, pero no era un tono lo suficientemente alto como para ser escuchado. Se adentró en el jardín e inmediatamente se agachó en un rincón. Incliné la cabeza hacia un lado porque me parecía una posición familiar. Un pequeño Duque no se sentaría en esa postura por razones de etiqueta o dignidad, pero era irónico que incluso me resultara familiar. Así que tenía curiosidad, pero no quería involucrarme con el hermano menor de Ciel, así que traté de retirarme silenciosamente. “¡Ah!” (Aiden) No tuve más remedio que dar la vuelta ya que el grito fue tan aterrador que tuve miedo de dar un paso atrás. Si algo malo le sucede al pequeño Duque dentro de la mansión, sólo nuestra familia estará en problemas. Aiden se levantó de un salto en estado de shock, como si un insecto hubiera caído de un árbol y se hubiera metido en su ropa. Hice contacto visual con él mientras se levantaba temblando. “¡Mi Lady!” (Aiden) “¿Qué está sucediendo? ¿Le entró algún insecto?” Originalmente, sentí pena porque su cara normalmente blanca parecía haberse vuelto más pálida. Viendo un oruga pegada a su hombro, me acerqué a él. “Un, no... Más bien, señorita, lo qué paso…” (Aiden) Haciendo caso omiso de las palabras del pequeño Duque, agarré la lombriz y lo arrojé al césped. Solo entonces él me preguntó con expresión de sorpresa al no encontrar el insecto. “Señorita, ¿puede sostener algo tan repugnante con sus manos?” (Aiden) “Repugnante.” “¿No es asqueroso?” (Aiden) Ante mis palabras, el Pequeño Duque abrió mucho sus ojos rojos y preguntó. Aunque era más alto que yo, se comportaba como un hermano menor y no pude evitar reírme. “No hay nada más repugnante que los monstruos. Estas orugas en realidad tienen un bonito color y son adorables. Y no causan ningún daño a los humanos.” “Bueno, sin ambargo... ¿Alguna vez la señorita ha visto un monstruo en persona?” (Aiden) “Mmm...” Los he visto muchas veces en el pasado, pero no los he visto desde que transmigré, así que fue difícil saber qué decir. “Mi hermano me lo explicó con gran detalle, así que sólo tengo una idea aproximada.” “Ah, claro. Mi hermano nunca me ha hablado de eso...” (Aiden) Dije prestándole atención a Aiden, que me miraba con ojos curiosos y llenos de lágrimas y que rápidamente se desmoralizaba cada vez que hablaba de Ciel. “¿Qué tal si le preguntas primero? Yo suelo molestar a mi hermano mayor. Aunque está cansado después de matar monstruos, me siento feliz porque puedo sentir el afecto de mi hermano cuando responde mis preguntas.” “Si le pregunto, ¿me lo dirá?” (Aiden) “Por supuesto. Escuché que la razón por la que vinieron a nuestro territorio fue para ampliar los horizontes del Pequeño Duque. ¿Acaso el Duque no tomó esa decisión pensando en el bienestar del Pequeño Duque?” “Bueno...” (Aiden) Aiden sonrió torpemente ante mi pregunta. Me miró con ojos brillantes, como si estuviera mirando una criatura extraña. “¿Por qué la joven siempre lleva guantes?” (Aiden) Preguntó, mirando mis manos. Había una larga cicatriz que llegaba hasta mi muñeca debido a un incendio que no podía recordar. Cada vez que la veían, las expresiones de mi familia se derrumbaban, así que en algún momento comencé a cubrirla. Además, tenía grabados patrones extraños en el dorso de mi mano, lo que hacía aún más difícil mostrarlas. “¿No tienes calor?” (Aiden) Aiden preguntó de nuevo, como instándome a seguir cuando no respondí. Después de organizar mis pensamientos, respondí lentamente. “No tengo calor. Cuando era joven, casi me meto en un gran problema debido a un incendio. Siempre uso guantes para tapar las marcas de quemaduras que quedan.” “Ah...” (Aiden) Aiden me miró con expresión impotente. Le dije con una pequeña sonrisa. “Estás bien. No necesita preocuparse. De hecho, me encanta esta cicatriz.” ‘A veces tengo un pensamiento. Si no hubiera poseído este cuerpo, ¿habría sobrevivido la Irene original?’ Existe una alta posibilidad de que no hubiera podido hacerlo. Además, desafortunadamente, estaba en un ataúd cuando desperté, así que no estoy segura. Entonces, para mí, esta cicatriz era un rastro de la vida original de Irene. Viviendo con esta cicatriz, sólo yo podía recordarla. Por lo tanto, era una cicatriz preciosa para mí en muchos sentidos. “...Señorita, ¿puede tomar mi mano?” (Aiden) Aiden me tendió la mano. Al ver que le temblaban las yemas de los dedos, parecía muy sorprendido por la oruga. Así que tomé su mano con fuerza. “Gracias.” (Aiden) “De nada. Oh, no hay mucho que ver en nuestro jardín, pero puedes ver la finca si va a la montaña de atrás. ¿Le gustaría ir?” “¿Sí?” (Aiden) Aiden respondió a mi sugerencia con una brillante sonrisa. Lo llevé a la montaña detrás de la mansión. Habría sido más fácil subir a caballo, pero como era una montaña pequeña como una colina, por lo que no hubo problema para llegar a la cima. No hay edificios altos en nuestro territorio, por lo que, si subimos un poco, se puede ver maravillosamente el cielo abierto y el amplio territorio. Aiden, que todavía sostenía mi mano con fuerza, parecía más relajado que antes y expresó su admiración por el paisaje debajo de la montaña. Anterior Novelas Menú Siguiente Read the full article
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" más como un stand comedy" le molestó. " y bueno, esos son los desafíos de las personas bajitas en nuestra sociedad. no alcanzan nada" ahí se echó a reír por lo bajo, cruzándose de brazos. " tranquila, tampoco planeaba echarte una mano. no quiero que me acuses de intentar sabotear tu concepto" y el acento inglés que empleó le causó gracia, más porque él mismo no se veía capaz de pronunciarlo. " pues sí, te ves bien" no le importaba reconocerlo, " el vestido te sienta. luces como una dama de la alta sociedad inglesa, elegante y cautivadora, de esas que los caballeros se pelean por invitar a una pieza de baile " ahí, se aproximó un poco más para contemplar los detalles. inclinándose, le habló en un tono más bajo, sin borrar esa sonrisa socarrona. " nadie que te viese pensaría que eres una agresiva piraña del amazonas " luego le dejó un toque en la frente con su índice, antes de alejarse. " ¿soy neo?" no recordaba muchos detalles de la película, " ¿vivo en una mentira y recién comencé a darme cuenta de que todo lo que conozco es falso?" la forma en que la idea se sintió más cercana de lo planeado hizo que su semblante se ensombreciese, incluso si mantuvo la sonrisa en sus labios. "tiene sentido" acomodándose la chaqueta, introdujo las manos a los bolsillos. " ¿seguirás con tus enfrentamientos? para sentarme a mirar mientras me fumo un cigarrillo "
' ¿porque soy la reencarnación de inbee park? todavía está viva pero su carrera murió en el 2022 ' habla casualmente de la carrera de la surcoreana, quién era de las mejores jugadores de golf de país natal. estaba en todas partes en la televisión cuando los campeonatos estaban sucediendo. ' no llego, tengo brazos cortos ' se excusa, llevando brazos hasta su espalda, girándose para hacerle ver que brazos no llegaban hasta el nudo de corset en su torso. ' querido caballero, por más que anhele un respiro, declinaré su gentil oferta. he pasado por mucho para ceñirme a este corsé. ' utiliza un terrible acento inglés, entrando en personaje como si fuese un switch de luz. le dedica una leve reverencia, expulsando un poco de aire por presión en abdomen. ' ¿es tu forma de decir que te gusta mi disfraz? ' alza su ceja, observándolo de arriba a abajo. ' tú... pareces matrix si fuese grabada en el 2010. es positivo, antes de que pienses que no me gusta. '
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Piensas que los que buscan razones para rechazarme, manipularme,chantajearme, calumniarme, arruinarme una buenas sesión donde apagó la música, no hay ruido...paz y amor se llena mi hogar y procedo a hacer mi ritual para amarme, hacerme el amor...regalarme un orgasmo, con la fantasía de mi gusto, con la chica de mi elección...o chicas...y zaz!!! Las vecinas con sus dulces voces, las de alado... luego los de arriba tienen manos de mantequilla... porque todo se les cae...como si a estos payasos de circo les pagan precisamente para eso ...robar, no solo la paz...si no las ganas de ser yo y amarme por lo que soy...y luego me ves haciendo mi arte para no odiarte tanto vecinita chingamimadresupersayayina...pitufa...y es que, yo nunca me había preguntado esto: qué haría si el dinero no fuera una meta o la razón para alimentar el miedo de escasez...yo vería porno...me masturbaria...porque mi novia me dejó porque quería wawis mientras yo miraba porno y empezó que le dolía el cuello, que se cansaba, que me amaba...y obviamente la mandé a la chingada...y ya no volvió y fue cuando lloré por mucho tiempo...si, como un niño sin su mamita que le quita la chichi...y yo a todas les digo mamá...a las niñas les digo mamá...y pues ahora pura chaquetas... por me reputación se vió afectada...ya sabes cómo pasan a fregar las damas...cuando te chingas o mandas a la fregada a una ...son bien pinché montoneras ...y así no puedo ...mi fuerza bruta no puede con esa sutileza que les caracteriza... divinas...netas divinas...
...mira, desde niños nos siembran el miedo, usan la tortura psicólogica de decir que me voy a quemar en el infierno si le digo a mi mami que se vaya mucho a la versh... porque está ruca...de lejos... porque es la mejor manera de amarla...desearle un eterno descanso con quién?? Con diosito obviamente... porque el miedo nos provoca a hacer cosas por las razones equivocadas...y esto yo lo entiendo como el estado de pecado... cuando sabes que no estás en gracia ni con Dios, ni contigo mismo...aguantando escuchar las irrevendas mentiras y mamadas...las traiciones y apuñaladas...para luego ser la mártir...y la mujer biónica, porque la tecnología existe...una madre que ya no es biodegradable...y va estar carbrón para enterrarla...va a venir a jalarme los pies o hablar mal de mi con todas las de su camada... así no puedo yo vivir en gracia ... así ta cabrón...
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Ro Rox Chaqueta Ajustada de Desfile Militar Punk en Negro para Damas
Precio: (as of – Detalles) Valoración media de los compradores: 4/5 Estrellas Chaquetas de desfile militar para damas. Inspiradas en grandes artistas como Jimi Hendrix, Michael Jackson, The Beatles y Gerard Way de My Chemical Romance. La chaqueta está hecha 100% de algodón, tiene detalles dorados y botones a lo largo de la parte frontal y los hombros. También es ligera y genial para todo el ano,…
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frunce los labios de manera sutil, buscando en su mente alguna forma que pudiera explicarse. “no estamos del todo muertos ¿o es que te sientes muerto, Isaac?” le consulta intentando despojarse del foco de atención. sorbe por su nariz mientras con el puño de su chaqueta intenta eliminar cualquier rastro de emoción desmedida que aún no descifra. reconoce sus emociones, las recuerda, siempre las tuvo muy cerca de su pecho que le cuesta comprender los espacios en los que debería aclimatarse en inmortalidad. no había perdido nunca a nadie en esa forma, recuerda cuando casi pensó que podría perder a ryota y aquello le brota en molestia. la sonrisa del japonés en la imagen, recuerda el día, no fue tan lejano. había siempre sentido un vínculo especial con él ¿cómo podía existir ese vacío que no concebía entender? inhala por inercia “no tiene que ser sólo de manera religiosa, puede ser simbólico” comenta, recuerda que a su hermano le había hecho un entierro simbólico ya que su cuerpo no se le había entregado ¡y no! si muerto por completo no estaba, más si para la vida humana. “¿me ayudarías?” consulta elevando la mirada que resguardaba brillo salado, semblante suave en su pedido “no quiero hacerlo sola” admite con sonrisa que enjuga sus ojos, hacer otro sola seria repetir un recuerdo que no quiere tener tan presente. “esperaba a mi sire, ha quedado en verme por aquí, pero debe estar enojado con los nuevos guardaespaldas” bromea entretenida y apaga la pantalla del móvil antes de guardarlo en el bolsillo de chaqueta de cuero junto a sus manos “¿y tu? ¿en busca de tu dama en apuros?” eleva un hombro mientras busca tintar de divino encanto sus palabras, como si pudiera barrer el azul previo con simpleza @embrson
su mirada fue hacia el móvil en manos de la ravnos y luego barrió el entorno que los rodeaba, un vago intento por comprender la situación que duró apenas segundos. fueron instintivas las ansias por desentenderse de la angustia que percibía en el ambiente, porque estaba lejos de ser un especialista a la hora de superar una pérdida. como atrapado entre quien era y quién debía, se obligó a responder. ' los funerales son para los vivos. ' ataduras a su humanidad escaparon de su inconsciencia, no se excluía del tipo de seres que vivían en el planeta. ' si crees que necesitas organizar uno, hazlo. ' enterradas bajo capas de amargura, guardaba la creencia de que cada uno transitaba las pérdidas como podía. pero también sabía que había algunos, como él, que evadían el proceso, que hacían trampa y se movían en quinta velocidad a otro carril, algunos que apenas estuvieron presentes en la despedida de la persona que había sido su mundo, porque ya estaban transitando en una vía distinta, motivada por el odio, la obsesión y los objetivos que prometían ( y solo prometían ) un alivio. ' ¿qué haces aquí? ' / @eunyuin
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