#botas de agua
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La marca Hunter es conocida por su producción de botas de agua de alta calidad, pero su historia tiene algunos aspectos curiosos...
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La elección de la editora: Botas Uggs
Hola, Curly, No sé si conoces estas famosas botas australianas que hace años popularizo Pamela Anderson en los vigilantes de la playa allí por 1989. Y que las Kardashian han vuelto a poner de moda, entre los más jóvenes. Y es que, estas botas UGG, están hechas de un cuero de gran calidad. Con un interior de piel y lana de oveja natural. Estos materiales formas la base de las botas. Sus fibras…
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#Australia#botas de invierno#botas de piel natural#botas Uggs#jenifer Lopez#kim kardashian#lana de oveja#Los vigilantes de la playa#Nueva York#Pamela Aderson#resistencia al agua
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FALTA DE COMUNICACIÓN
-Heeeyy, t/n- Me saluda alegre Mapi cuando entra en el vestuario. Solo estamos nosotras dos por ser las primeras en llegar.
-Hey, Mapi- Intento que no se note mi estado de ánimo pero es imposible.
Me mira molesta
-¿Otra vez, t/n?- Se pone las menos en la cadera.
-Supongo- Me encojo de hombros sin ganas de hablar mucho.
-Te juro que le voy a decir 4 cosas a esas dos.
-No Mapi, no- Niego sentándome para ponerme las botas
-¿Cómo que no? Por mucho que Alexia tenga entrevistas y anuncios y cosas de esas no le da derecho a descuidarte y no te digo de Ona... Que lo de ella ni siquiera es por trabajo.
Trago saliva pero no argumento nada.
-¿Hace cuanto no aparecen por casa?- Dice ahora más suavemente sentándose a mi lado.
Me agacho para atarme los cordones
-Pues Ona lleva 3 días y Alexia llevaba 2 días sin aparecer, ayer por la noche sobre las 3 llegó pero ni siquiera la vi y esta mañana cuando me he levantado ya no estaba...
-Alexia se va a enterar, por mucho que sea mi mejor amiga esto no tiene defensa...
-Me voy a fuera hasta que empiece el entreno- Le informo y sin más salgo de ahí. Necesito aire y necesito lo único que ahora mismo me entiende, el fútbol.
En el campo hay varios del personal hablando o preparando el entreno de hoy pero cuando me ven coger una pelota e irme a una portería del fondo me dejan en paz
No se cuanto tiempo me tiro sola con el balón y la portería, parecen horas, pero en algún momento alguien aparece a mi lado con otra pelota y no necesito verla para saber quién es, Alexia.
No digo nada y ella tampoco, simplemente se pasa el tiempo entre chutes y en silencio hasta que nos llama Jona
-Bien, voy a hacer parejas para que hagáis los ejercicios- Dice el entrenador
-T/n con Alexia.
Bufo sonoramente y está me escucha porque está a mi lado.
-No pensé que mi presencia te desagradara tanto- Dice suavemente con culpa.
-No me puede desagradar algo que no tengo desde hace un mes, Putellas.
Me mira tragando saliva y baja la mirada.
-Lo siento, car...- La detengo soltando un risa nasal
-No es el momento, Putellas.
-Realmente está mal la cosa- Susurra para si misma pero la alcanzó a escuchar y aprieto la mandíbula y los puños.
No es el momento de ponerme a discutir con ella, no aquí.
El entreno se basa en incomodidad aunque seguimos teniendo esa conexión con el balón y las palabras justas y necesarias para hacer nuestro trabajo.
Noto la mirada de todas encima nuestra en algún punto del entreno, sabían que algo no iba bien desde hace tiempo.
Notaba también que Ona nos miraba pero cuando la miraba a ella no podía mantenerla ni 5 segundos.
Nada más terminar el entreno me voy de ahí cambiándome en 5 minutos. No tenía ganas de que las chicas que mirarán y de estar en el mismo cuarto que mis parejas si todavía podía llamarlas así.
Al llegar a casa me quité la ropa quedando en ropa interior, puse música con el altavoz y enseguida me tiré a la piscina. Estábamos a mitad de mayo y ya hacia un calor infernal.
Necesitaba relajarme y distraerme.
Después de un rato nadando decidí tomar el sol en la colchoneta con las gafas y así estaba hasta que note movimiento. Abrí los ojos y observé a Alexia sentada en una tumbona mirándome.
Ella no sabía que estaba mirandola por las gafas así que opte por esperar.
A los pocos minutos llegó también Ona y se sentó a su lado después de besarla.
Inconsciente aprieto los labios.
Parece que la única que no está bien en la relación soy yo.
-Somos imbéciles, Ona- Suelta la capitana después de unos 10 minutos en silencio mirándome
-Lo sé- Dice esta con culpabilidad
-Lo sois- Afirmo yo haciéndome notar y levantando las gafas.
-T/n, ¿podemos hablar?- Pregunta la más baja y alzo un ceja
-¿Ahora queréis hablar? ¿Después de un mes ocupadas y haciendo como si yo no estuviera presente?
-Por favor, t/n. Hablemos- Pide la rubia.
Lo considero unos segundos y salgo del agua, al hacer esto se quedan embobadas con mi cuerpo y aunque este enfadada con ellas al menos disfruto sabiendo que el deseo y admiración no lo he perdido.
Me seco y visto rápidamente, no creo que sea una conversación para estar en ropa interior.
Vamos dentro de la casa y me siento en el sofá con Nala encima, ellas están enfrente sentadas.
-Hablar- Digo y ambas se miran.
-Lo sentimos T/n- Empieza Ona- Somos unas subnormales y nos hemos comportado como tal.
-Si, cuando soltaste lo de querer niños nos bloqueamos-Dice la mayor ahora- A mi por lo menos me pillo de improvisto y me abrume y me puse a aceptar entrevistas, fotos y todas estas cosas inconscientemente para alejarme.
-Si, a mi me pasó lo mismo pero saliendo más de la cuenta. Sé que no es excusa ni que tengamos derecho a pedir perdón pero lo sentimos T/n, de verdad.
-Hemos estado hablando de todo esto nosotras y lo sentimos de verdad. Somos idiotas.
-Así que habéis estado hablando entre vosotras. Entonces el problema puede que sea yo y no vosotras- Digo derrotada.
-No, no, cariño- Dice Alexia- Solo que no sabíamos cómo decirte esto sin hacerte daño o desilusionarte.
-Pues me habéis hecho más daño así que si me hubieseis dicho como os sentiais- Suelto una sonrisa triste apartando la mirada.
-Lo sabemos y nos sentimos realmente mal, amor- Dice Ona y ambas se sientan con cautela a mi lado.
-En una relación lo más importante es la comunicación y en una relación de tres más todavía- Digo- No podéis guardaros las cosas cuando os hacen daño. No quiero que lo nuestro sea así
-No volverá a pasar, cariño.
-No- Afirma Ona
Pongo la cabeza en el hombro de Ale y paso una mano por la cintura de Ona para acercarla.
-Si no queréis aumentar la familia no pasa nada, solo era un comentario- Susurro sintiéndome un poco culpable de haber causado el problema.
-Si queremos- Suelta la morena y me separó de ellas mirandolas desconcertada
-¿Qué?
-De eso también estuvimos hablando- Dice Ale- Aumentemos la familia- Afirma
-¿De verdad?- Pregunto sin creerlo todavía
-Si- Dicen las dos a la vez
N/A: Felices fiestas para tod@s los que podáis disfrutarlas y para los que no es así espero que todo mejore y el año que viene sea mejor ❤❤
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Titulo: ¿Quien es la presa?
Sinopsis:Rocma odia el olor a cigarrillo de idate,él usa un perfume para remediarlo.
El resultado es mejor de lo que esperaba.
/rocmate coqueteando mientras están cachondos(o algo asi)/ idate es domado por un pequeño oso polar,rianse/ satanick es un tramposo,pero por eso él y idate son amigos/ rocma es un poco salvaje aqui/¿Obscenidad? Quizás.
________________________________
"Odio el olor a cigarrillo."
Idate lo sabía.
Maldita sea si lo sabía.
La forma adorable en la que rocma fruncía el ceño con desagrado cada que estuvo demasiado cerca fue evidente.
Idate mentiria si dijera que no golpeo un poco su ego el hecho de que ella pensará que olia tan mal.
Después de todo era un hombre aseado que siempre trató de verse presentable.
Demonios...
Presentable Sobretodo frente a ella.
Pero él arreglaría eso,incluso aunque tuviera que hacer tratos con el mismo diablo para gustarle mas.
Que...de hecho fue lo que hizo.
Satanick un conocido cercano le proporcionó una especie de perfume que en sus palabras "Lo haría irresistible frente al sensible olfato de un oso polar".
Idate era algo reacio a usar algún tipo de trucos de magia para llamar su atención
...obviamente él considero ser suficiente sin la necesidad de hacer trampa...
Pero...
Aun así...el frasco de líquido brillante magenta llamó poderosamente su atención.
-"es solo perfume ¿no?"- preguntó idate con algo de sospecha,exhalando un poco del humo del cigarrillo por su nariz.
-"¡asi es! Y de la mejor calidad~"- canturreo el demonio de alto rango de forma amistosa.
-"¿a ella.....realmente le vá a gustar?"- cuestiono la orca con su tono ligeramente esperanzado,pero Aún se mantenía escéptico.
Satanick se rio un poco,encontrando adorable como la desconfianza de su amigo parecía solaparse con su deseo de llamar la atención de su amor platónico.
-" ¡no te preocupes!,Ella va a amarlo.es efectivo con mamíferos terrestres en general...¡Esa mujer oso no será la excepción! "- aseguró él demonio a su amigo orca mientras exponía la botella de perfume de forma triunfante como un lujoso articulo en exhibición.
Idate miro el frasco entre sus dedos,tentado...
solo mejoraría un poco su olor ¿no?
Despues de unos momentos de silencio el depredador pelinegro suspiro-"...¿cuanto quieres por esa cosa? "- finalmente pregunto con su tono resignado,un poco molesto de estar interesado en el articulo sospechoso.
La sonrisa de satanick se elevó de forma jugetona y a idate no le dio muy buena espina pero, por gustarle mas a su shirokuma cualquier cosa parecía un precio justo.
.
.
.
.
La próxima vez que idate salió a caminar en la playa rocosa y helada de la isla,planeo usar su nuevo perfume esa misma fría mañana.
Tal como le instruyo satanick luego de obtener el perfume,se aseguro de echar una cantidad moderada del líquido magenta sobre su piel desnuda debajo de vestimenta usual.
Según su demoniaco amigo,el articulo era más efectivo en una superfie corporal.
También le aviso sobre que el efecto seria nulo debajo del agua, así que tenía que usárlo exclusivamente en la superficie.
La orca siguió sus instruciones un poco incomodo,pues mientras se volvía a poner su traje seguia sin notar ningún cambio real en él.
¿Había realmente mejorado su aroma ahora?
El olfato de idate era casi inexistente pero si te acercabas lo suficiente podía oler el rastro fantasmal de algo.
Pero él seguía sin oler nada.
(Debido a su desconfianza se termino echando un poco más de lo aconsejado, pero al ser solo perfume no debía de ser un gran problema ¿..cierto?)
Idate salió abruptamente de su estado pensativo cuando escuchó los pasos familiares de las botas de rocma detrás de él.
El cigarrillo entre sus dedos cayo olvidado en la superficie helada,y lo piso sobre la nieve con su zapato mientras alisaba su traje y cabello rebelde.
Inclusos si sus encuentros resultaban en violentos combates,idate sintio la necesidad natural de usar esos momentos para demostrarle realmente lo mejor de si como depredador, rival y amante,siempre con la esperanza de que ella fuera seducida por su demostracion de poder y cediera antes sus encantos.
Para idate era el camino seguro si queria tenerla.
Él quería mostrar su valia frente a rocma,demostrar que su poder someteria a cualquiera que lo desafiará(incluso la someteria a ella),al mismo tiempo queria que la osa entendiera que podía protegerla y que si lo aceptaba, él usaría todo lo que estuviese en su mano para complacerla.(en el sentido metafórico y literal)
Por ello incluso si debía lastimarla en el proceso,no dudo en dejarle claro su poder y dominancia en cada enfrentamiento.
Así era el mundo salvaje,siempre ganaban los mas fuertes.
Idate sonrió con humor
en su caso,"fuerte y guapo"
Ahora con su apariencia pulcra de siempre,puso su mejor sonrisa mientras se girába para confrontarla con su galantería de siempre.
Los ojos del depredador se estrecharon con evidente felicidad cuando sólo a unos metros vio su adorable figura acercarse hacia él.
Acercándose con bastante prisa.
Demasiada prisa...
Idate por supuesto,incluso dio un paso en su direcion para acortar las distancias-"wow,Shirokuma-chan♥︎~ !Que agradable sorpresa-"-el coqueto saludo fue interrumpido de un momento a otro cuando la mujer a la que idate se dirigió con tono cálido de pronto se lanzó sobre él como una bestia sobre su presa.
La espalda de idate golpeó contra la firme nieve de la playa mientras él soltó un "oww ".
Los brazos del hombre se mantuvieron a los lados de rocma,como protegiendo su figura de la caída.En un acto inconsciente, idate la había atrapado en sus brazos cuando se lanzó sobre él.
Si esta fuese una cacería seria la presa mas tonta sin duda.
Él se rio de su propia estupidez.
¿Quien diablos recibe a su cazador con los brazos abiertos?
-"umh,shirokuma-chan,si tanto querias un abrazo solo bastaba con pedirlo...."- musito la orca con algo de perplejidad,mientras miraba con atención como la osa recostada sobre su torso depronto se incorporaba encima de él.
Rocma no respondió,solo lo miro,y aunque su rostro seguía igual de frío hermoso,idate detectó que ella parecía estar en conflicto por algo.
"Sus ojos ..... " penso la orca con asombro,encontrando las pupilas blanca dilatadas de los ojos de la osa muy encantadoras pero inusuales.
-"...ah,hoy pareces mas cariñosa de lo usual,¿quiere que juguemos algo distinto?"- propuso él de forma sugestiva y ebozando una sonrisa maliciosa.
En vez de responder ella enterro su cara contra su hombro para su desconcierto.
El extraño ataque sorpresa lo dejó lo suficiente aturdido como para que su velocidad de reacción se redujera significativamente.
Lo estaba poniendo nervioso.
Rocma no era precisamente alguien actuara de forma 'impredecible' ,idate como su mas ferviente admirador en la isla estudio pacientemente su comportamiento y rutinas con una atención enfermiza.
Para empezar,Incluso aunque él odiara admitirlo,rocma sólo tenía motivos ir a ese sitio cuando sus patéticos amigos estaban jugando con él.
El hombre no recordó haber comido ningún bocadillo esa mañana(Tampoco jugeteo con ninguno de sus pequeños sacos de boxeo de la isla)
¿Entonces a que se debía su extraño ataque? ,Idate no supo de inmediato, pero se mantuvo alerta con sus manos sujetándola por los hombros en caso de necesitar empujarla lejos si se volvía violenta.
Al mismo tiempo....
La orca estaba demasiado encantado al tenerla encima de él como para simplemente alejarla de inmediato.
incluso si esa íntima distancia entre ellos podía resultar en heridas mortales,prefirio correr el riesgo si eso le dejaba saborear esa cálida felicidad que solo ella le proveía con su cercania.
Aun con ese pensamiento idate no pudo evitar tensarse debajo de ella cuando la nariz de la osa se movió por encima de la chaqueta de su traje como si estuviera olfateando algo.
La orca sintió cada resoplido y aspirada caliente contra la tela de su ropa con maravillosa perplejidad.
Incluso si no entendió lo que sucedió al momento, había algo morbosamente excitante en la idea de que ella estuviera aspirando tan profundamente su esencia.
Idate gimió entre dientes-"querida,¿estas intentando seducirme o comerme?,francamente no se si deberia resistirme en esta situación..."-él admitio con su tono burlon temblando un poco por la tension acumulada.
por primera vez se sintio perdido,aunque tampoco era fácil pensar correctamente mientras sentía el cuerpo femenino de la chica que amaba tan pegado de él.
Cada roce sumado a la escasa distancia entre ellos comenzó a general un calor que comenzó volver el ambiente insoportablemente cálido pese a estar ante la fría intempérie del ártico.
también estaba el hecho de que ella se estaba poniendo mas entusiastas con sus toques...
Pronto los movimiento de rocma se volvieron casi frenéticos mientras trataba de encontrar el origen del delicioso aroma que levantó la brisa de esa mañana.
casi con desespero,la osa usa sus garras sobre la camisa gris de idate.
Los botones negros junto con los restos de su camisa caen destruídos en el suelo al lado del cuerpo de la orca.
Y antes de siquiera asimilarlo, pronto su pecho estuvo expuesto a ella.
Está situación estaba lejos de lo que había pensando que seria...
El cofre de idate sube y baja a un ritmo acelerado junto con cada bocanada de aire caliente.
Si rocma no hubiese estado tan encima de él cubriéndolo con su calidez, tal vez la brisa hubiese enfriado las gotas de sudor que corria sobre su abdomen.
Esos ojos agudos lo miraron con atención desvergonzada,como si estuviera buscando algo intangible en su torso desnudo.
Idate se sintio profundamente complacido por la repentina atención,pero Aún asi se puso rígido cuando sintió la nariz fria de femina artica deslizarse sobre la piel blanda de su cuello.casi por instinto hizo el amago de mover sus brazos debajo de ella para empujarla lejos,ya que por mucho que disfrutara sentir su cuerpo presionarse contra él,su intuición le advirtió de lo mortal que serían esos dientes si hicieran contacto con su garganta.
Casi como si sintiera la inquietud de su presa y su intención de resistirse, las zarpas de oso se movieron implacables para contener los brazos de idate contra la nieve y al lado de su cuerpo.
-"ah...shirokuma-chan ¿q-que piensas hacer-?"- idate se atraganto con sus palabras cuando sintió la lengua húmeda de rocma deslizarse un poco sobre su cuello.
Ella lo lamio.
Su shirokuma-chan...
Debajo de su lamida,el pulso de idate se aceleró fruto del rápido palpitar de su corazón.
La sangre tiño el rostro del depredador sin poder evitarlo.
Si fue miedo o emoción lo que la orca sintió ahogarlo en ese momento,no lo supo diferenciar al instante.Su mente se quedó en blanco tan pronto sintio nuevamente el roce húmedo de la lengua de la mujer está vez más cerca de su mandíbula.
Estaba tan muerto
Un mordisco y era su final.
Quizás si su mano no estuviese apretada entre los dedos del oso polar se habría resistido mas al mordaz agarre.
Pero no lo hizo.
Estaba mas interesado en observar como esa bella mujer que tanto había deseado estaba saboreandolo lenta y dolorosamente.
Idate trago pesado,su garganta se sentía tan apretada que cualquier palabra que amenazaban con salir de ahí se convertia en un gemido ronco.
Por mucho que su cerebro lo alertó de su peligrosa situación,el hombre se sentía adormecido debajo de ella.
Los muslos cálidos que se separan al sentarse sobre sus caderas se sentía demasiado cómodo como para removerse.
Mas bien queria frotarse contra ellos y el cálido centro debajo del pomposo vestido beige.
Idate soltó un quejido grave cuando finalmente sintió el pinchazo filoso de la hilera de dientes contra la piel delicada de su garganta.
Sorprendentemente en vez del frio que se debería sentir trás perder litros de sangre, lo que sintió mas fue el calor espeso de su excitacion bombear con mas fuerza a su zonas inferiores.
Fue un pequeño mordisco.
Ni siquiera tan profundo como para sacar su sangre.
Rocma lo había marcado,donde pudo acabar con su vida, ella solo dejo una marca amorosa sobre él.
El rostro de idate ardió con fuerza,y su cola se agito detras de él fruto de la emoción del pequeño mordisco.
"Te amo tanto..." Quiso confesar en ese momento pero sus palabras murieron en un gemido cuando la sintió moverse de su cuello
Pronto su rostro estuvo frente a él
Detrás de las largas pestañas pudo ver sus ojos nublados con frustración y lujuria,sus pupilas blanca dilatadas hicieron sentir a idate como un hombre favorecido por la luna llena.
-"tu...¿por que hoy hueles tan bien?"- ella le preguntó de forma tensa,idate le devolvió la mirada a la par que sus dedos enguantados se entrecruzaban con los de ella.
Los ojos del depredador se estrecharon con afecto,una mirada astuta que rocma conocía bien -"....no tengo idea~" -aseguró de forma fervientemente en un murmullo ronco y juguetón que fallo en transmitir algún tipo de inocencia.
Ella gruño con desaprobación,insatisfecha con la respuesta.
Si su nariz no la engañaba,el dulce aroma definitivamente emanaba de su piel.
Pero¿por que?...
Rocma trató de ser racional,pero sintió que algo primitivo se movió dentro de ella con una hambre desconocída.
Su parte mas furiosa queria rebuscar y cabar entre sus costillas en busca de la embriagadora escencia.
Sin embargo su instinto crudo y descontrolado parecía mas interesado en descubrir si el sudor que corria de su clavícula enrojecida sabía tan dulce como olía.
Entonces ella lo hizo,arrastro su lengua por la piel de su clavícula de forma lenta,ignorando el jadeo que soltó su presa cautiva.
La manzana de adan de idate se movió cuando trago con dificultad.
-".argh...joder.."-Idate trató de mantener la cordura pero la tensión se acúmulo en sus músculos con cada pequeño roce de sus labios sobre su piel desnuda.
Su corazón se agitaba con su estuviese teniendo un paro cardíaco y ella nisiquiera parecía interesado como tal en él.
Era ese estúpido aroma.
Eso le irritaba ,pero no había forma humana de que la orca se quejara mientras la lengua húmeda del oso polar se deslizaba sobre su pecho.
El perdió el aliento cuando sintió los dientes incarse en el músculo flexible y lamer la sangre que se desbordan.
Rocma hizo un ruido de desaprobatorio. Murmurando maldiciones porque "el origen del olor tampoco era su sangre"
Ella libero sus manos,aparentemente mas centrada en ocuparlas al sujetar el torso fornido del depredador mientras seguía obsesionada por el misterioso aroma.
Idate inmediatamente quiso apoyar sus manos sobre los muslos pálidos que se cernían sobre su pelvis.
La osa emitio un gruñido pero no se resistió,Estaba mas interesada probando suerte mientras deslizaba su toque por su costados hasta su espalda.
La orca gimo de felicidad,ella lo sujeto como si lo estuviera abrazando mientras sus garras filosas rasparon su espalda, dejando un rastro punzante y sangriento que tiño la nieve debajo en un rojo cobrizo.
Mientras ella parecia querer enterrarse mas en ese aroma,Idate por otro lado quiere enterrarse en ella.
Por lo que ya impaciente entre el calor del momento,se movió un poco contra el centro de sus piernas debajo de su pomposo vestido beige.
Una provocación que solo los hizo gemir ambos de frustración
Aunque,de entre los dos idate parecía quien más se estaba divirtiendo con la situación.
-"No hagas eso..."- Le advirtió ella en un gruñido,el depredador se estremeció en un poco al sentir cada oración contra su piel desnuda.
-"¿hnm~? ¿...hacer que?"-exhalo idate fingiendo inocencia- "¿Esto?"- se él movió de nuevo,esta vez presionando su erección de forma significativa entre sus muslos.
Rocma gimió,profundamente enojada,pero era un tipo de ira inusual para ella,idate la estaba molestando pero su cuerpo no sentía que quería alejarlo.
¿Mas bien empujarlo dentro?
Para la osa era absurdo,pero su mente al igual que su vista se sintió nublada por la escencia dulce que percibió su nariz.
Lo que sea que idate estaba haciendo con su olor la estaba volviendo loca.
"Su olor..." La mujer oso sintió un tirón de su cordura cuando su lado animal pareció protestar denuevo.
Los ojos de idate se abrieron sintió a rocma retirarse un poco de encima de él,sus dedos aun se apretaban en sus muslos pálidos para mantenerla en el sitio.
La orca penso en rogar por un encuentro mas intimo,¡maldita sea! Incluso estaba dispuesto aceder a algún trató injusto con tal de hacer que se quedara un rato mas.
Sin embargo se quedo mudo cuando en vez de levantarse y irse como temio,rocma simplemente se movió hacia atrás sobre sus muslos.
Ella baja su mirada hacia su pantalon donde la dureza su excitacion se hace más evidente.
Naturalmente los ojos de idate se dirigieron al rostro de rocma,como queriendo captar su reacion.
-"ah~..que atrevida shirokuma-chan,no es necesario que te conformes solo con mirar ¿sabes?" -comento burlonamente la orca apoyandose sobre sus codos y levantando un poco su torso de la nieve.
Ella solo gruño un-"callate"- en señal de réplica.
Oh,Idate daría cualquier cosa por saber lo que estaba pasando por su mente en ese momento.
Al juzgar por su semblante frustrado,Ella parecía estar mirando algún punto de su pantalon en busca de algo.
Al mismo tiempo quizás y solo quizás realmente estaba pensando en tomarlo en ese mismo instante sobre la fría nieve y a plena luz del día.
(Él no estaba en contra de ese escenario y de hecho estaba emociónado ante ese evento)
Hasta ahora la experiencia lo dejó espectante y deseoso de saber cuál sería su próximo movimiento
Aunque eso no evito que lo sorprendiera cuando sintió las manos de rocma deslizarse sobre la tela de su pantalon por los costados de su cadera hasta su trasero.
No había un motivo real por el que idate se sintiera tímido en ese momento,era más bien lo extraño que fue para él estar en un rol tan pasivo y simplemente dejar al otro tomar la iniciativa.
El hecho de que fuera su shirokuma quien lo estuviese manejando con tanta rudeza lo hizo sentir como un pez fuera del agua a la Merced de algún depredador.
Si no estuviese tan enamorado de la situación quizás habría echo mucho mas para escapar.
En cambio solo se inclino más cerca de ella,usando sus manos para acunar su rostro y besarla como siempre quiso hacerlo.
Ella hizo un ruido disconforme contra sus labios y pareció querer resistirse al beso,idate coloco una de sus manos en la nuca de la femina artica y la empujo con rudeza para unir sus bocas.
Mientras la intensidad de su beso aumentaba con cada toque descuidado y hambriento de sus lenguas,las manos de rocma siguieron tanteando el trasero de idate para su deleite.
La orca no estaba acostumbrado a que lo tocaran con tanto atrevimiento,de hecho la ultima vez que alguien intento tal cosa idate simplemente lo encontró desagradable y incomodo.
Él era quien tocaba a sus jugetes así,no alrevez,su natureza dominante no toleraba que lo manosearan como una especie de puta barata.
Estrañamente entre las manos de rocma no tenía problemas en actuar como una,Quizás por eso todos sus toques toscos lo emocionaban tanto.
El beso entre ambos se rompió,rocma jadeo con dificultad,para nada acostumbrada al ritmo prolongado del contacto.
Idate parecía demasiado entusiasmado con besarla de nuevo como para darle más tiempo para recuperar el aliento.
Él tampoco pudo dejar sus manos quietas y comenzó a quitar la bufanda del cuello de rocma para seguido probar suerte desabrochando la fila de botones grises sobre sus escote pronunciado.
Sin embargo el calor asfixiante se convirtió en frío cuando depronto rocma uso sus manos para empujarlo lejos.
Idate parpadeó aturdido,aun sonrojado en rojo y desaliñado¿ahora por que fue eso? ¿se había equivocado en algo?
Tenía muchas dudas pero tan pronto como vio a rocma ponerse se pie;con un frasco de liquido magenta brillante entre sus zarpas, tuvo un mal presentimiento.
Rocma miró con obsesiva atención el frasco en su palma derecha antes de lanzar una mirada furtiva al depredador que se encontraba sentando en la nieve mirandola con nerviosismo.
La osa tuvo la sospecha de que él origen del aroma debía ser un objeto en alguno de los bolsillos traseros de su pantalón.
Cuando finalmente dio con el articulo, presintio que el líquido de aspecto exuberante debía de ser la causante de las reacciones que estaba teniendo su cuerpo ante aquel dulce olor.
-"¿que esta cosa?"- interrogo rocma de mal humor,sus pupilas hostiles contrayendose sobre él con peligrosa desconfianza.
-"¿a-ah?...eso es..."- musito Idate de forma apagada,como pensando una buena escusa mientras hacia el amago de levantarse del suelo y fallando cuando rocma levanto su pierna izquierda y apoyo su bota en su torso desnudo para mantenerlo sentado en el suelo.
-"¿que es?"- presionó ella con impaciencia.
La frialdad en su mirada hizo a idate estremecer más que la brisa que azotó su piel desnuda.
La orca se encogió de hombros,suspirando con resignacion -"es solo...ya sabes..eh.. perfume?...un amigo me lo vendio y lo estaba probando..."- explico él vagamente mientras pasaba su mano por su rebelde cabello negro con nerviosismo.
rocma arqueo la ceja-"¿Por que?"- Le cuestiono.
La orca la mira desde abajo con una especie de adoración brillando en sus ojos antes de responder -"tú...dijiste que no te gustaba el olor a cigarrillos"- argumento idate como si fuese lo mas obvio.
Rocma apretó los labios en una línea fija,sin saber como debería reaccionar a eso,¿por que haría algo así por ella?
Idate miro las cejas de rocma fruncirse con consternación,el la encontró encantadora desde su posición en el suelo.
La bota beige seguía presionando su pecho desnudo y él aprovecho para deslizar su mano enguantada sobre su pierna extendida debajo de la tela de su falda.
Sus dedos acariciaron la tela de sus medias largas en su rodilla -"....Por lo que veo ese aroma te gusta más que yo ¿no~?"- comentó la orca en tono coqueto y con algo de pesar,estrechando sus ojos de forma astuta.-"¿debería usarlo mas seguido~?"-
Rocma gruño,sin apreciar la lujura y descaro con la que se atrevia a coquetearle en ese momento.
Ella en reproche deslizo su pisada en su pecho hacia abajo por su estómago descubierto.
Hasta allí abajo.
Idate de inmediato saco sus dedos de debajo de su vestido con nerviosismo y uso sus manos para sujetar su bota,como para impedir que pisara su entrepierna.
-"¡Todo menos eso!"- exclamó él depredador de forma ansiosa,mirando con desespero a la femina artica como para convencerla de no hacerlo.
Rocma hizo una mueca con su bota aun pisando algún punto sobre su ombligo.
Ella tampoco es que quisiera pisar esa cosa que sobresalía de su pantalon si era sincera consigo misma.
Además tenía otra cosa entre manos que le interesaba más que castigar a la estúpida orca por manipularla con su aroma.
Rocma chasqueo la léngua y su mirada fue atraída de nuevo por el perfume en su mano.
Definitivamente ese olor dulce se originaba de dentro de ese frasco.
A rocma le perturbó lo mucho que queria frotarse contra ese aroma,Algo así no debía tener cabída en su isla y menos en manos de su infame enemigo.
Decidida,hecho una mirada furtiva a su alrededor, y ya que estaban en la zona rocosa de la playa de la isla,rocma inmediatamente lanzó el frasco con fuerza a unas rocas de hielo que flotaban tranquilamente en el oceano.
La pequeña botella se rompio con un chasquido tosco,y Tan pronto como el contenido del frasco comenzó a diluirse en el mar,rocma sintió una especie alivio al estar lejos del asfixiante y dulce olor.
Por supuesto aun quedaban rastro de aquel aroma sobre el bastardo orca pero entre su sudor,la sangre y la saliva parecía estar desapareciendo de apoco.
Aunque no lo suficientemente rápido.
Rocma retrocedio,quitando su pie de encima de idate.
El hombre soltó un suspiro aliviado y la osa sintió que se le revolvió el estómago al ver la apariencia desaliñada de la orca en ese momento.
Todo su cuello,pecho y abdomen estaban ruborizados de lo mucho que ella misma había maltratado la piel tersa del hombre.
Su camisa estaba destrosada su lado y habían marcas de mordiscos,rasguños y moretones que rocma no recordaba haber hecho y se avergonzaba de ver.
(Era indiscutíble que eran marcas echas por ella)
Había requerido mucha fuerza de voluntad para resistirse a...
Rocma nego con la cabeza,como tratando de disipar esa idea y enterrarla en el fondo de su mente.
Esa orca tenía uno o dos trucos espeluznantes debajo de la manga,ella no quiso descubrir que más podia hacer.
La osa dio un par de pasos atras,recogio su bufanda y se giro con intención de irse,aprovechando su momento de cordura para alejarse de los restos de ese aroma lo más pronto posible.
Idate pareció entrar en panico cuando la vio darse la vuelta -"no,no,no. ¡Espera un maldito momento!"- protesto la orca extendiendo inútilmente su mano hacia la femina artica que se alejaba-"¡al menos termina lo que empezaste!"- se quejo idate con gravedad,sintiendo sus piernas demasiado débiles como para perseguirla.
(Aparte de que temía que si lo hacía ella no dudaría en patearle la entrepierna)
Ella lo ignoró y idate solo pudo ver como su figura desaparecía en la lejanía.
El brazo de idate que se extendía hacia ella cayó rendido,al igual que su espalda cuando él decidió recostarse en el suelo frio de la costa helada.
Llevo una de sus manos a su rostro con frustración y se quedo ahí recostado semidesnudo,excitado y muy confundido.
Pero sobre todo.
Excitado y sediento de venganza.
¿como se atrevia dejarlo así luego tocarlo de esa forma?
¡estaban llegando a la mejor parte!
Idate estaba molesto,se sentía humillado,usado y desechado como basura(pero extrañamente nada de eso era lo que lo hacia sentir tan indignado).
Lo que verdaderamente le molesto es que ella no hubiera terminado lo que empezo.
Momentos antes de alejarlo, idate realmente estába casi ronroneando de satisfacion al sentir su toque tosco sobre él.
Definitivamente la hubiera perdonado cuantas veces fuera necesario si lo hubiera tomado en ese momento.
Pero no lo hizo,y ahora idate esta molesto,caliente y decidido a hacerla terminar lo que empezo.
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Fin.(?
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Si te gusta como escribo aqui estan el resto de mis fanfic rocmate.
👇👇👇👇👇👇😔👌
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PROTECCION ⚠️ PIDO MÁXIMA DIFUSIÓN ⚠️ 😷 Malas noticias han dado positivo el análisis del fango en cuanto proliferación bacteriana •Mucho cuidado y seguid las instrucciones de protección:
Doble guante
mascarillas
botas de agua
uñas de mano y pies bien cortas
tapar heridas Video publicado por 𝘤𝘢𝘳𝘭𝘢 𝄢 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒓𝒎𝒂𝒄é𝒖𝒕𝒊𝒄𝒂 @bOtasdelakiki
#proteccion#guantes#mascarilla#botasdeagua#fango#barro#bacterias#dana#valencia#madrid#carabanchel#salud#sanidad
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Para altamar! arrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
les veo- las pequeñas manchitas por sus brazos y piernas era porque queria intentar dar la apariencia de que sus manos son rusgosas, algunas son manchas y una o dos heridas porque me gusta imaginar que sailor entreno con el ancla para poder ser considerado parte de los meta-knights oficialmente.
lo que esta en su palma de la mano al lado del pelo y en sus piernas, esas si que son heridas, pero mayoritariamente curadas.
sailor tambien tiene mascara pero no la suele llevar y es de cara completa.
le gusta mucho la halberd- y odia a kirby por destruirla tantas veces (es costoso repararla), y aparte de lo que mencione, tambien aprendio a atacar con ancla para poder ir a pegarle tremenda paliza al kirby
me gusta ponerle a los waddle dees marcas y maquillaje en la carita, aunque mas o menos solo son los que tipo, pertenecen a facciones- no se como explicar pero las de sailor la parte blanca es como la mascara de meta, las lineas azules pos al mar, y las del cuello como branquias de peces.
y si, su coleta esta basada en un cangrejo, y quiero hacer que su mascara tambien lo este.
los pantalones es porque me puse a ver uniformes marinos y tienen pantalones blancos pero a la vez queria falda y no me pude decidir asi que BOOM! los dos. las botas son como las de agua- se me olvidan los nombres de las cosas- botas de lluvia, botas impermeables, saben de lo que estoy hablando.
este es un intento de estilo mas simplificado (que queria para animaciones sobretodo), aunque tiene la textura de papel y sombras porque no le queria dejar al pobre de sailor sin sombras ni nada
momento mas headcanon pa sailor- (me robe un poco de lore de las novelas de kirby)
-viene de una familia de pescadores y marineros
-le gusta mucho las aventuras y el mar
-no le gusta el capitan vul por haber abandonado la halberd el primero- segun sailor "Un capitan se hunde con su barco" y tambien porque vul es tremendo hijo de pu-
-habla como pirata a veces
-le gusta el tridente de trident knight
-a veces imita a mace knight cuando usa su ancla
-se lleva el mejor con axe knight
-solia ser parte de los waddle dees de dedede, pero no encajaba y se le daba de mierda asi que despedido- vio la halberd en el cielo e inmediatamente fue a por ello- y acabo con los meta knights (mas o menos se me da de mierda esplicar lo dije 50 veces ya deberian saber que no se hablar o escribir en este caso)
-le quiere pegar tremenda hostia a vul
-matar vul.
-suele apostar con bandee
-quiere pescar al bling blipper (el pez dorado gordito de tierra olvidada)
y no se adieu
#la wea del diurno#kirby#kirby fanart#kirby gijinka#kirby series#gikabi#fase experimental diurnica: 02 simplesombria#sailor waddle dee#sailor dee#sailor waddle dee gijinka#sailor dee gijinka#gijinka
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LÁGRIMAS DE MADRE (1/2)
Pairing: Sihtric Kjartansson x fem!reader
Sinopsis: el hijo de ambos se pone enfermo en el peor momento que podría ser para ellos.
Warning: abuso verbal, niño enfermo, relación complicada, angst, infidelidad.
La noche que Sihtric se marchó de casa se sintió como una de las peores tormentas que en sus años hubo vivido. Que en la pequeña aldea de Coochkam se hubiera pasado y arrasado... El agua caía del cielo como la Biblia narraba el Diluvio que Noe y sus seguidores sobrevivieron, encarchando los suelos desnudos en barro y obligando a los habitantes de la aldea a refugiarse en sus hogares. Ni siquiera recordaba lo que estaba haciendo con su esposo, que momento antes la había despedido teniendo que atender unos asuntos con sus amigos en la muralla de madera y sobre cómo repararla, apareció goteando agua y con el barro en las botas. Los dos estaban en la diminuta cocina haciendo la cena, con velas encendidas por toda la casa. Su hijo, de cinco años, jugaba con una de las espadas de juguete en la zona más alejada, simulando que se enfrentaba a un oponente, cuando Sihtric entró en la casa colando el frío en la casa.
Como siempre, Sigbjörn iba a saludar a su padre y le preguntaba si al día siguiente irían a pescar al río que guiaba el camino a la entrada de la aldea. Eso siempre le hacia levantar una sonrisa porque conocía las intenciones que llevaba con eso. Pasar tiempo juntos. Aunque fuera solo un niño. Pero ese día Sihtric simplemente le dio un golpecito en la cabeza a modo de saludo y le mandó que fuera a guardar sus juguetes.
-Tenemos que hablar -le dijo, en voz baja, con cierto cuidado antes que alterar la presencia de Sigbjörn.
-Dime entonces.
Incluso había dejado la cocina haciéndose para hablar. Lo demás... No recordaba más que reproches y gritos, maldiciones lanzadas al aire y algo rompiéndose que la había hecho apartarse. Pareciera que la tormenta había entrado por las ventanas aseguradas. Luego, él salió de nuevo a la tormenta sin perder el tiempo, gritando una última maldición. Sigbjörn salió del dormitorio corriendo y preguntando por qué habían gritado y su padre marchado. Los dedos de ella solo pudieron acariciarle la cabeza, la revuelta melena pelirroja que herederaba de ella sin ninguna duda, y besado su cabeza asegurándole que regresaría. No mencionó nada de lo ocurrido por su temprana edad y entendimiento. Un niño no tendría que soportar los actos de los adultos. Así comieron, los dos juntos, y a la hora de marcharse a la cama, el amor de una madre lo arropó.
Sihtric no regresó esa noche ni a la mañana siguiente.
Sigbjörn jugaba con los demás niños de la aldea en la plaza, o en lo que tendría que ser. Con el gobierno de Uthred como hombre de confianza del rey, aquella aldea había pasado de ser cristiana a una residencia para ambas religiones enemigas. Se había levantado una iglesia de piedra con la abadesa Hild de representante de la cristiandad. Mentiría si aun estando casada con un danés buscaba consuelo en los brazos de Dios. Al lado, la residencia del gobernador de la ciudad, ahora Uthred, se levantaba en madera y era el centro de la aldea. Los niños adoraban jugar ahí porque el terreno de delante era espacioso y nunca estaba lleno de obstáculos ni gente pasando con los animales de un lado a otro.
Ese día Hild estaba fuera aconsejado a unas monjas que entraban y salían a comprar. Ambas habían hablado sobre los adornos de la festividad que se acercaba y los problemas que podrían suponer en caso de que hubiese mucho alcohol y fuego de por medio.
-Cierto es que a Siggy le hace ilusión asistir. Me ha pedido que le haga una corona.
-Un buen muchacho, entonces -corroboró. Había sido ella la que atendió el parto cuando la comadrona poco podía hacer con la escasa ayuda-. No pide más de lo que un niño querría.
Milly asintió.
De repente, la pesadez se instauró en su pecho. Hild torció la cabeza, en señal de curiosidad por lo que le pasaba por la cabeza, y le puso la mano en el brazo con suavidad.
-¿Ocurre algo?
-Sihtric no ha dormido en casa.
-Ayer tuvieron que arreglar la muralla en medio de la tormenta. Se entretendrían para ponerla recta -dijo ella-. Podríais haber dormido en la iglesia con nosotros si lo pasasteis mal.
Milly cabeceó recordando la discusión. Los insultos y maldiciones. Lo que él le recriminaba haber hecho sin pruebas. Lo poco que había dormido había sido por culpa de esas palabras y al recordar su rostro furioso. Como no había dormido en casa, pensaba que habría regresado a la muralla o dormido en la casa de Osferth dado que era el único que no le molestaría. Pero cuando se lo había encontrado y dicho lo contrario acabó de darle otro sentido a lo que su mente maquinaba y, al mismo tiempo, amenazaba en crear escenarios.
-No ha vuelto esta mañana. Siggy me ha preguntado por él y piensa que se ha marchado de alguna aventura con los demás.
-Pero no lo ha hecho. Ingrith y Finan están aquí. Hoy han entrado a rezar unas horas.
-Explícale eso a un niño -respondió, acariciándose el estómago que comenzaba a revolverse-. Pienso... Qué tal vez la tormenta fuera a peor.
Hild respiró con fuerza, como si buscase inspiración en sus pensamientos. Ojalá ella pudiera hacer lo mismo.
-La iglesia siempre estará abierta para vosotros. Y estoy segura de que ese hombre tuyo puede ser...diferente a otros hombres.
Y tanto que lo era. Pagano, por mucho que intentase engañar a su mente. Pero ella también era diferente, siendo cristiana y todavía practicando mucho de sus ritos con algunas de las personas de su misma religión de la aldea. Ciertamente podría haber optado a otra persona llegado el momento, para establecer una alianza que beneficiase a su padre y consolidara el poder de la casa real a ka que pertenecía con un matrimonio beneficioso. Pero tras las consecuencias del asedio a Wessex por los daneses, su padre había declarado que su presencia bajo la protección de Lady Aethelflaed dentro de Mercia con los hombres de confianza de Uthred había sido más un lastre que una ventaja para los britanos de Gales. Su virtud puesta en duda, y un matrimonio arreglado con el hombre que había aceptado como su esposo y antes un amante. Lo cierto era que su historia se remontaba sin conocerse a cuando era una niña sin darse cuenta. Pero era un matrimonio mejor que vivir en un castillo encerrada pariendo y rodeada de infidelidades y criados.
Milly apretó suavemente la mano de Hild. Sus labios se elevaron en una sonrisa triste, pero no perdió la esperanza. Todavía podía ser que aquella discusión fuweaa producto de un estado de embriaguez, que tampoco sería extraño dada la facilidad para celebrar que los hombres tenían cuando conseguían una pequeña victoria.
-No quiero que Siggy piense que su padre desaparece siempre que puede. No es... No es como antes.
Porque ahora había paz. Una tregua entre daneses y cristianos. Una que se mantenía fuerte y resistía. Tampoco había amenaza alguna. Hild sonrió con cierta burla, pero tampoco fue mala.
-Parece que no conoces a esos muchachos, niña. Pero mantengo mi palabra. Si tienes duda alguna, preguntale a Uthred.
Ella asintió con razón. Lo cierta era que podía hacerlo, preguntarle si estaba ahí. O dónde podía estar. Quizás lo hiciese.
-Gracias, Hild.
-Que dios vaya contigo.
Sigbjörn regresó corriendo de su juego. Tenía barro en los pantalones y su cara estaba igual de roja que la de una hoja en otoño. Sus cortos brazos rodearon su cintura como pudo, sonriendo y con el pelo pegado en la frente. La suave llovizna lo hacía parecer un perro mojado, pero no oler como tal. Milly le dio la mano con efecto, mirándolo.
-¿Ya tienes hambre?
-Madre, tengo calor.
Hild se inclinó hacia él, el rostro blanco y sonrojado. Sus ojos claros lo miraron atentamente como si examinara uno de los tomos que llegaban a la iglesia todos los días.
-Parece acalorado.
-Qué voy a hacer yo con este niño. ¿Te encuentras mal?
El niño negó con la cabeza.
-¿Padre va a enseñarme a pescar?
-Preocupate más porque terminemos hoy de comprar lo necesario para la comida. Si te portas bien puede que te enseñe.
La promesa no fue en vano. Sihtric era un padre cariñoso, prometiendo al nacimiento de Siggy que sería mejor hombre que el hombre que lo había criado como su hijo bastardo -ni siquiera lo llamaba padre, algo que jamás se había considerado- y educarlo con el respeto y honor de un guerrero danés. Ella esperaba educarlo en valores cristianos sin presionarlo, algo que ambos habían prometido hacer para no forzarlo a elegir... Pero a él le hacia ilusión enseñarle el valor de los daneses, de su cultura y costumbres, para educarlo como un buen guerrero llegado el momento. Las noches en vela contando sus aventuras antes de conocerlos no faltaba, con los tres tirados en la cama de matrimonio y Sigbjörn quedándose dormido con ellas. Así desde que había sido un recién nacido, frágil y dependiente de su madre.
El resto del día hicieron la compra en el mercado de la plaza, comprando verduras y carne recién trabajada del exterior. Lo que sobrase serviría para la cena y tal vez para la comida del día siguiente. Sigbjörn se quejaba a cada puesto que caminaban, sujetando su mano y cargando la cesta de la verdura más ligera. Aún era un niño, pensaba viendo sus ojos claros, piel suave y regordeta en las mejillas, un bebé a sus ojos, pero dentro de unos años tendría que prepararse para la batalla en caso de que llegase. Cuando cumpliese la edad suficiente. Le habría instigado a aprender el estilo de combate de sus parientes en Gales, pero dada la lejanía de la aldea con el reino vecino del oeste... Era casi un milagro que casi se conocieran abuelo y nieto. El día llegaría, y ella tendría que separarse de su niño, su bebé, el niño enfermizo que había salido de ella y reclamado su atención los primeros meses.
Hicieron la comida y comieron, nuevamente solos. A la hora de recoger, Sigbjörn volvió a salir tras recoger sus cosas y se fue a la casa de la mujer de al lado reclamando que era hora de volver a jugar. Milly sonrió a través del cristal de la ventana al verlo hablar con uno de los niños, sonrojados ambos por el frío de fuera. Se le encogió el corazón de felicidad. Era un niño que adoraba estar con gente. Con el niño fuera, recogió lo que quedaba por ordenar de la cocina y se sentó en una silla al lado del dormitorio, sacando de una cesta de paja la tela blanca en la que llevaba trabajando meses. La costura no era una de sus pasiones, pero era cierto que sus bordados eran de los mejores y Siggy necesitaba ropa de invierno adecuada para lo que se avecinaba. Le había pedido a Ingrith lana a cambio de unas telas que sobraban de la última costura para forrar el chaleco interior. Lo que sobrase de la lana podía ir a parar al forro interior de alguno de sus vestidos.
Al poco de empezar, la puerta se abrió y entró una persona. Milly dejó de tararear y de trabajar alzando la cabeza. Sihtric estaba ahí parado, con el pelo rizado por los hombros y la barba incipiente de los últimos días. La aguja se detuvo a mitad del trayecto, cuando ella contuvo la respiración.
-Tienes la comida en la mesa, si no has comido fuera...
Sihtric pasó por su lado, haciendo un esfuerzo por no mirarla, rápidamente. De un momento a otro, ya estaba entrando y saliendo del dormitorio.
-¿Y Sigbjörn?
Casi nunca llamaba por su nombre completo a Siggy. Solo cuando se portaba mal o era algo serio. Vio la primera alarma.
-En la casa de la vecina. Iban a buscar piedras cerca del río... -no acabó la oración, puesto que él había regresado al dormitorio y ya se escuchaba la madera sonar.
Milly se levantó y lo siguió. Dentro, la escena era decadente. No venía a descansar como Hild habría aconsejado de una larga noche y día trabajando en la muralla... Estaba recogiendo algo de ropa y metiéndola en una bolsa de cuero. Todo muy rápido.
-¿Uthred os ha llamado para iros? Habría llevado las armas al herrero.
No hubo respuesta. Su corazón se apretó, y tiró de las mangas de su vestido. Milly dio un paso al frente.
-Aunque para eso tiene que ser de repente. Puede que el rey lo necesite, no sé -murmuró, tragándose el manojo de nervios que aumentaba en su pecho a medida que él sacaba más ropa del baúl. Sihtric no se atrevía a mirarla, concentrado en su trabajo-. ¿Para cuándo volverás? Siggy quiere que le enseñes a pescar.
Sihtric se levantó, entonces, echándose la bolsa de cuero al hombro una vez cerrada. Parecía pesada, pero conociendo su fuerza dudaba que eso lo echase para atrás. No llevaba ningún armas. Aquello solo significaba una cosa: no iba a marcharse de misión con Uthred, Finan y Osferth. Pero sí que se marchaba, y por toda la ropa que se llevaba... Iba para largo. Entonces, Sihtric se quedó en pie quieto.
-No voy a enseñarle a pescar -dijo, firme y seco, sin dar más explicaciones-. Iba enserio.
-No puedes decirlo enserio -habló, entonces, cerca de alzar la voz por tremenda ofensa. Se refería a la discusión de la noche de antes, de lo que había escuchado antes de regresar a casa y el motivo por el que no había dormido con ellos. Milly apretó los labios, al ver que los ojos de Sihtric no se atrevían a posarse sobre ella. Como si fuera la vergüenza lo que le negase esa fuerza de voluntad, no la timidez-. Que te creas esa...farsa de borrachos a medianoche.
-Sería traición si lo hubiese dicho estando borracho.
Milly apartó la cabeza.
-¿De verdad lo crees, que te he sido infiel y Siggy no es tu hijo? Míralo a los ojos, sois idénticos. No te he engañado, eres el único hombre con el que he estado.
Encima de verdad.
-Es muy pelirrojo.
Pelirrojo. Esa era su escusa.
-¿Te tengo que explicar que toda mi familia es pelirroja aunque solo uno de mis padres lo sea? Pareces un necio por creerte esa mentira.
Por un momento, vio la tensión que se acumulaba en la base de su cuello, en la fuerza de voluntad que estaba haciendo en mantener esa conversación con ella. A Milly fue lo que más le dolió, que no confiase en ella después de cinco años juntos y con un hijo al que había cuidado ahora con falsas promesas. Un mentiroso. Era un mentiroso que se apoyaba en sus propios miedos por lo que le había pasado con su anterior esposa. Aquella mujer con la que había estado varios años, antes de conocerse, y de la que había descubierto que le era infiel cada vez que se marchaba de casa. A Sihtric le había dolido, sobre todo el enterarse que los dos hijos a los que había visto crecer y criado en el poco tiempo que pasaba por cada no era realmente suyos, sino de sus antiguos clientes al haber sido prostituta.
Milly nunca había hablado de ella porque era un tema delicado que todavía le hacía daño, el haberse enterado de la peor manera y en un momento poco idóneo. Y ahora le estaba haciendo lo mismo a ella, culpándola de una posible infidelidad e intentando llamar al hijo de ambos como bastardo. El miedo que siempre le había rodeado a él por el tipo de infancia y adolescencia que tuvo. Se mordió el labio, sabiendo que era imposible demostrarle más allá de los hechos ocurridos hace cinco años si era realmente su hijo o el hijo de un hombre cualquiera. Así pensaba de ella. Una embustera con falsas promesas de fidelidad y lealtad hacia su matrimonio.
-No te he sido infiel.
No hubo respuesta. Como era de esperarse. Sihtric pasó por su lado, evitando tocar su hombro cubierto por la tela gruesa del vestido. Su olor lo acompañó hasta la puerta, el olor de la nieve, el cuero y el bosque. Los rizos a sus espaldas chorreaban como si acabara de bañarse.
-Al menos ten la decencia de decírselo tú a Siggy, ¿no?
Pero él ya se había marchado.
Y a ella dejado sola, en las sombras que la luz no llegaba a tocar en una casa pequeña de madera que necesitaba la presencia de un hombre.
Pasaron dos días en los que Sihtric no volvió a casa ni supo nada de él. Ni siquiera un susurro en la aldea. Esos días, había pasado el tiempo hablando con Hild en la iglesia, las veces que dejaba a Siggy al cargo de Ingrith que encantada lo dejaba entrar a ayudarla a trabajar la lana, y buscaba consuelo en la casa de Dios como se le había aconsejado. Puede que encontrase algo de paz en sentarse de rodillas y rezar oraciones en silencio, a la vieja usanza cuando era una princesa britana y muy religiosa. Hild la acompañaba, y la abrazaba cuando se le escapaba alguna lágrima recordando lo que le tocaba vivir ahora con un esposo que la repudiaba. Y que no estaba por la aldea.
También pasaba tiempo con las mujeres del pueblo, ayudándolas en los recados y en lo necesario para la festividad que se acercaba. Tantos días pasaron que estaban a las puertas de darle la bienvenida a esa festividad pagana. A Siggy le hacía más ilusión que a cualquiera, correteando de un lado a otro y preguntándole si estaba lista su ropa. Se refería a la ropa que necesitaba un arreglo, de la más formal para ese tipo de festividades.
-Mami -escuchó un día desde el dormitorio. Ella estaba trabajando lo que quedaba de carne para la comida de mañana, habiéndolo acostado hacía rato creyendo que ya se habría dormido.
Milly fue corriendo al dormitorio, extrañada de que estuviera despierto y la llamase. Normalmente se levantaba e iba él, a no ser que estuviera muy cansado de jugar. Cuando lo vio tumbado en la cama, arropado tal y y como lo había dejado, pero con la frente empapada de sudor, el estómago de Milly se revolvió recordando los días en los que había estado enfermo de más pequeño.
-Me duele la tripa -sollozaba, apretando los ojos, o incapaz de abrirlos. Milly se acercó con una vela a la cama, posando la mano sobre su frente empapada el sudor...caliente. Estaba ardiendo-. Mami, me duele mucho.
Hizo lo que pudo la primera hora. Mojó varios paños en el agua de la palangana que usaban para lavarse las manos, y se la ponía en la frente para bajarle la temperatura y limpiarle el sudor. Apartó la pieles de la cama, haciendo a un lado las más gruesas y dejando una de las más finas que lo protegiera contra el frío. Los deditos de Siggy buscaron los suyos en cierto momento, solo para descubrir que también ardían y toda su mano estaba roja. A Milly se le cayó el corazón al suelo, al ver que la temperatura no le bajaba y la luna estaba en lo más alto. Volvía a llover, pero no con la misma rabia que la última vez, ahora solo unas cuantas gotas de seguido. Había gente pasando por delante de la ventana de la cocina, por lo que no todos estaban en la cama. Seguro que algunos estarían en la la taberna disfrutando de la noche antes de acostarse.
Para Milly eso era otra realidad. En otra ocasión significaría tener que esperar a que Sihtric llegase o ir a buscarlo directamente para avisarlo de lo que sucedía. Pero esta vez estaba sola, con un hijo enfermo que iba empeorando. Solo le quedaban unas opciones. Milly maldijo, pero se apretó los lazos del vestido antes de asegurarse las botas y caminar nuevamente hacia la cama. Ahí, agarró algunas de las pieles más ligeras y cogió en brazos a Siggy, cubriéndolo antes de salir de la casa en busca de ayuda. Había una curandera además de Eadith, que ahora residía cerca de la casa del gobernador de la aldea por petición de Uthred. Pero quedaba más lejos que la mujer que había ayudado a su hijo a nacer hacía cinco años, cuando el parto se complicó y la fiebre del recién nacido subía en sus primeros días. Siggy sollozaba en su cuello, ocultando el rostro ahí, con una respiración entrecortada que solo hacía que le pesase más el corazón cada vez. El sudor no tardó en mojarle el hombro, o la lluvia sobre sus cabezas, o ambas cosas.
La cabaña de madera, con un pequeño patio donde habían plantadas unas flores medicinales, seguramente, estaba a unas pocas de la suya. La vieja madera estaba oscura, pero además de eso estaba bien cuidada. La curandera era una chica que había enviudado al poco de casarse, sin hijos, su esposo víctima de la enfermedad que asoló Mercia y se desplazó hacia el norte al mismo tiempo que el rey merciano fallecía. A Milly siempre se le ponían los pelos de punta cuando cruzaba la casi caída cerca, puesto que recordaba los aullidos de dolor que la mujer había dado
-Señora, es muy tarde -anunció. Tenía el pelo revuelto, y debajo de una vieja manta un camisón blanco que se esforzaba por ocultar-. ¿Qué ocurre?
-Es Siggy -le acarició la espalda debajo de la manta, atenuando sus llantos-. Tiene fiebre y se quejaba del estómago. Creo...creo que tiene algo.
-Siempre ha sido un niño enfermizo -apuntó sin maldad alguna, y asomó la cabeza para verlo...de lejos. Las mejillas de la mujer se pusieron rojas-. Me temo que no puedo atenderlo ahora. Tal vez Eadith pueda, estaba despierta cuando Lord Uthred ha regresado.
Milly apretó los brazos abrazando a Siggy. El niño se revolvió, temblando e intentando esconderse con más profundidad en su cuello delgado.
-Oh -balanceó a Siggy como si lo meciera, intentando dormirlo aunque el dolor y la fiebre se lo impidieran.
En la cama había una persona, un hombre. No le daba la cara, solo podía verse su espalda bien formada y ancha, probablemente un hombre de su edad o cercano a su edad. Iba sin camisa, y estaba tapado de cintura para abajo por unas pieles que lo protegían. Milly apartó la vista de esa imagen. Hasta que vio los rizos que dejaban al descubierto un tatuaje oscuro que recorría su cuello y ascendía por la curva del centro de los hombros hasta la nuca de nuevo a la cabeza. Intrincados patrones que reconocía a simple vista.
Milly lo reconocía. Lo reconocía por haber pasado los dedos por él, por haber trazado su forma siempre que podía. La sombra de un significado clavado en la piel blanca de un hombre. Cuando hacía sus trenzas, cuando le cortaba el pelo que acababa por molestarle en la cara y se hartaba de las trenzas o las coletas. Fue a tragar saliva, pero se encontró en que su cuerpo no respondía. Peor hubiese sido montar un escenario cuando su hijo estaba más que enfermo. La curandera tuvo que darse cuenta de lo que ella había alcanzado a ver, y acercó más la puerta en un intento de ocultarlo. Su rostro no mostraba emoción alguna más que con la que había abierto.
-Puedo intentar algo, pero no... -extendió la mano para retirarle el pelo de la frente, pero ella fue más rápida al esquivarla. La mano se quedó en el aire, la sombra de un buen acto intentando ocultar un pecado.
-No, eh, No. No lo toques.
A Milly no le importó que la falda se le manchase de barro y lluvia, ni que las botas se le apretaran en los dedos con la fuerza con la que los apretó. Lo que más le importaba era salir de ahí, olvidar esa imagen y poner a salvo a su hijo. Sin dejarla acabar, se dirigió al segundo lugar seguro que podía refugiarlos a ella y su pequeño niño, y caminó hacia él con el rostro empapado de lluvia y sal.
Cuando la puerta de madera oscura de la casa de Ingrith se abrió, el rostro de Milly estaba igual de rojo que el de Siggy temblando en sus brazos por la fiebre.
La fiebre de Siggy no disminuyó aunque se pasase las horas rezando mientras Ingrith y Eadith hacían todo lo posible para bajarle la fiebre . El dolor de vientre al menos disminuyó tomando unas hierbas purgatorio, que lo ayudarían si las continuaba tomando cada ciertas horas. Hild apareció al escuchar la noticia de labios de Finan, que obedecía a todo lo que Eadith le pedía de ayuda e incluso había ido a despertar a Osferth para que moviera el culo y ayudase, según dijo cuando apareció con el pelo pegado a la frente y ojeras bajo los ojos.
Ella solo podía rezar. Y mirar cómo el niño que había salido de ella sufría y lloraba cuando se despertaba alucinando por la gravedad de la fiebre. No... No estaba preparada para eso, para verlo sufrir. Si fuera por ella, tomaría todo su dolor y se lo pondría encima siempre y cuando su pequeño estuviera libre de todo mal. Si el padre Beocca siguiera vivo, le hubiese pedido unas oraciones y consejo. Pero estaba Hild, que había sido aconsejada tantas veces por él que se la podía considerar un segundo padre Beocca.
-¿Qué le ocurre, Eadith?
-Seguramente sea un resfriado. Si es un niño enfermizo es probable que siempre sea lo mismo.
-¿Enfermizo? El condenado tiene mejor salud que todos nosotros y muerde como un perro -ladrón Finan desde el otro lado, ganándose un golpe de su mujer.
Osferth dejó de cortar con una cuchilla los tallos de una raíz para pasar por su lado. Milly acarició suavemente los rizos por el sudor que se formaban tras las orejas de su hijo, con tanta delicadeza que temía que el hacerlo más fuerte lo rompería en pedacitos.
-Decía que le dolía la tripa.
-Y ya hemos solucionado eso, pero la fiebre... Eso es lo que me preocupa ahora.
Solo era un niño, se dijo en sus pensamientos conteniendo las lágrimas. Las que no había derramado ni en el peor momento de su familia y que contenía con tanta fuerza que le pesaba la cabeza. Un niño alegre y enérgico capaz de hacerse amigo hasta de su peor enemigo, y sólo con cinco años. Había dejado de ser el niño enfermizo cuando superó los dos años, como si Dios hubiese escuchado sus plegarias para volverlo un jovencito fuerte para el mundo en el que vivían.
Milly y Finan se quedaron solos. Los demas fueron a buscar cada uno por su cuenta; Ingrith al río a por agua, Osferth acompañado a Eadith a por mas hierbas de su casa. Sin embargo, ninguno dijo nada. Se quedaron en silencio, con la suave respiración de Siggy de fondo. Por la ventana entraban los primeros rayos de sol, del amanecer. Se pasó la lengua por los labios. Llevaban toda la noche despiertos cuidando de él y no mejoraba, solo habiendo conseguido solucionar uno de los pocos problemas
-¿Y el condenado de su padre?
-Por ahi -respondió secamente, acariciando la mejilla regordete de Siggy.
Ni lo sabía ni quería hacerlo. Aunque conociéndolo continuaría en la cama de aquella mujer mientras su hijo luchaba contra la muerte. Su falso hijo, ahora. Él lo llamaría así para olvidarse el compromiso que tenía con ellos, la promesa de protección que les había dado desde el primer momento que supieron que estaba en camino.
-Le traeré de los pelos como lo encuentre -lo escuchó bufar-. Su hijo aquí...
-Dijo que no lo consideraba su hijo por ser muy pelirrojo -escupió, tensando loa lavios por la brusquedad con las que salieron sus palabras-. Si él lo considera así, entonces no quiero volver qaverlo, Finan.
Vio la sorpresa cruzarle el rostro, que en algún momento habría sido joven y disfrutado de la buena vida por las arrugas que comenzaban a formarse en las comisuras de sus ojos y en la frente. La sorpresa se convirtió en enojo, y el enojo en rabia que apareció en la forma con la que agarraba la empuñadura de la daga y la fogata en sus ojos.
-Comadreja. Ahora como lo pille te prometo que le castraré. Hablarle así a su esposa, a su hijo pequeño, sabandija. Cuando lo vea...
-Gracias. Pero ahora prefiero asegurarme de que Siggy esté bien. Es lo más importante.
-Deberías descansar -aconsejó Eadith de buena gana-. Siggy está en buenas manos, señora.
Señora. Era un apelativo que no escuchaba en mucho tiempo y que se refería a su antiguo estatus. Descansaba esentada en frente de una mesa con comida que Ingrith amablemente le había dado. Ahora, casada con un pegano, lo habría perdido a ojos de cualquier cristiano. Y más en Wessex. Aunque continuaba teniendo la sangre de Hywel, del rey más querido de Gales. Y ahora que probablemente Sihtric la repudiaba como su esposa, buscando otra que realmente le compensara todo el daño recibido de las anteriores, podría regresar a... No, eso no podría ser.
-Siggy quería ir a la fiesta. Le dije que se lavara los días de antes, para tener buen aspecto... ¿Es mi culpa que esté enfermo? ¿Por qué ha cogido frío al salir del agua? Los niños son muy delicados.
-Él es fuerte. Nunca se habría resfriado por eso teniendo una salud tan fuerte... -Eadith sonrió como pudo, sin mucha fuerza pero tampoco como si le diera pena que una madre derramara penas y se echara la culpa del estado de su hijo-. A veces los niños se ponen enfermos. Eso que dijo Finan de que era duro es cierto, señora. Lucha como un guerrero.
Lo sabía. Lo sabía demasiado bien. En lo profundo de su corazón conocía los comportamientos de los enfermos, de los curanderos cuando sabían que se acercaba el final de la vida. Y que Dios los tuviera en su gloria después de eso.
-Él... Se puso enfermo al poco de nacer. Ingrith lo cuidaba mientras yo me recuperaba del parto, pero aun así sabía que podía morir. Era tan pequeño, tan delicado... -su voz perdió fuerza, con el recuerdo de las incontables noches sin dormir y su lento proceso de recuperación. Cuántas veces se había despertado con los llantos de su hijo recién nacido, de la ayuda que Ingrith le había brindado y de las recomendaciones del curandero cuando creían que iba a morir. El cómo ya desde pequeño habría tenido que trabajar en la manta de la sepultura... y cómo se había recuperado y recobrado las fuerzas-. Las madres lloramos la muerte de nuestros hijos antes de tiempo.
Recordó la tela blanca en la que llevaba semanas trabajando, en cómo decorarla y en qué podrían usarla más que en una manta para decorar la cama. Entonces se le vino a la cabeza que podría ser parte de un anticipo a lo que ocurriría, en lo que decoraría a Siggy y estaría con él en la otra vida. Ojalá lo hubiese bautizado, pues ahora se arriesgaba a dejar el alma de su pequeño hijo vagando por la eternidad. Nunca volverían a estar juntos, ni en la otra vida ni en ningún lado. Si Siggy moría...entonces ella moriría de pena. Estaba sola, estaría sola sin marido y sin hijo.
-Me hubiese dado cuenta antes. Siempre estoy con él, pero ahora... Los dos estamos solos en un mundo de crueldades, Eadith. Tu lo sabes más que nadie, me temo.
-Así es.
Y si le había molestado decirlo tan airadamente, no replicó con nada y solo se sentó con ella al lado de la cama donde el niño respiraba con dificultad. Como si su propio cuerpo estuviera en una lucha contra él mismo. Tenía las mejillas sonrojadas, casi rojas, y sabía con solo verlo que estaba sufriendo. Milly titubeó al principio, pero al final se inclinó sobre la cama y agarró la mano sudorosa de su pequeño hijo, sintiendo la suave presión de su carne y deditos cuando notó su presencia. Casi la hizo sonreír, el ver que su hijo era el doble de fuerte por ambos.
Entonces, retiró la mano a regañadientes, torciendo el gesto mientras se apartaba las lágrimas que amenazaban por derramarse. Eadith se levantó para dejarle espacio al salir del pequeño dormitorio.
Tenía que escribir una carta.
-Asegúrate de que llegue pronto, por favor.
El hombre cabeceó una respuesta, confirmando que se daría la mayor prisa posible desde el primer momento. A Milly no le quedó otra que confiar en él, y en el peso que llevaba en sus manos. Eadith se marchó para recoger unas cosas más que pudieran aplacar la fiebre en crecimiento de Siggy, así que la dejó marchar. Y fue en ese momento en el que se dio cuenta de que estaba sola con su hijo después de varios días
Entonces, en ese momento privada de compañía, Milly se permitió un lujo. Un pequeño lujo que solo una madre en ese momento, ese pequeño momento que tenía para ella, se permitió reconocer. Su corazón se oprimió con tanta fuerza al dejar las lágrimas salir
Vio el anillo. El dichoso y hermoso anillo que todavía significaba algo para ella y para la institución que ofició su boda. Un matrimonio. Una lealtad. Una promesa. Algo que en esos momentos ya no existía y a la que maldecía internamente como el responsable de todo lo que ambos estaban sufriendo. Porque en esos días había aprendido una cosa: los hombres solo se preocupaban por ellos mismo, y por confirmar sus sospechas. Sihtric había tomado su decisión, así que era el momento de que ella tomase la suya. Sin más preámbulos, Milly se sacó el anillo que decoraba su dedo anular, el dedo de las promesa ahora convertidas en cenizas, y lo aplastó de un golpe en la mesa. El anillo brilló, un objeto muy valioso ahora convertido en un tormento que le pesaba en el alma.
El de una atadura que la consumía. Que maldecia sus acciones.
-Sabía que estaríais solos -escuchó la puerta abrirse, el sonido de las bisagras crujiendo. Ahí estaba Ingrith, con una cesta seguramente con más comida. ¿Cuánto había pasado? No dormía ni comía, no desde que su hijo estaba enfermo. Él tampoco, y lo poco que comía era cuando despertaba-. He visto a Eadith salir al bosque a por plantas.
-Hola.
Ingrith dirigió su atención al anillo que ahora estaba al otro lado de la mesa, con una mirada intrigada, pero no dijo nada y se acercó a ella. Si también vio el rastro de lágrimas secas en su cara, tampoco lo comentó. Ella entró y cerró al puerta tras de sí. Dejó una cesta
-Te vendría bien comer algo.
-Ya he comido. Antes, pero a Siggy le ha vuelto a subir y...
-Por eso más que nunca deberías hacerlo.
Hubo un silencio entre ellas que podría cortarse con un cuchillo, pero no de tensión. Escuchó un suspiro escapar de los labios de la mujer rubia.
-Finan me ha dicho que Sihtric no ha estado con vosotros y...me he hecho una idea de lo que ocurría. De lo que podía pasar. Lo lamento mucho, que él resulte ser u desgraciado.
-Él se fue y no ha vuelto -quiso dejar clara su posición, y lo que ella consideraba adecuado-. Ha dejado claro que ya no le importamos, así que soy la única que se preocupa por Siggy.
Ingrith se alisó la falda sentándose a su lado. La silla crujió por el peso, pero más parecía por la pesadez de los recuerdos de aquella casa que en algún momento hubo sido un hogar feliz.
-Antes he visto que le dabas una carta a uno de los guardias.
-Ah, sí -dijo ella-. Le he pedido que lleve la carta a la capital, directamente a Aldelmo, que él sabría qué hacer con ella. Confío en Eadith y en sus remedios, pero mi hijo... Si sobrevive no quiero seguir viviendo aquí, arriesgándome a que se pueda volver a poner enfermo y estemos solos. No, no podría.
El peso en su pecho no se aligeró ni cuando lo dijo, lo que había escrito en la carta que llegaría directamente a Aldelmo, y a partir de ahí directamente a la fortaleza de su hermano cerca de la frontera con los mercianos. Él sabría que hacer, al ser el primero que quería sacar a su hermana de ese territorio impío gobernado por paganos y que el rey se lo permitía. Él ayudaría. Confiaba en ello.
-Y de todas formas, quiero que Siggy sea bautizado. Me niego a verlo morir sabiendo que su alma vagará sin rumbo sin poder ir al Cielo, a no verlo nunca más -tras decirlo, sus dedos pasaron por la ropa que todavía quedaba por arreglar de Siggy. La que hubiese llevado... Su amiga cabeceó un asentimiento, sabiendo a que lo que se refería con ello. También era cristiana, aunque dejase de lado muchas veces su religión y se lo tomase a la ligera.
-Sihtric se enfadará -respondió Ingrith, suavemente, pero dándole la mano en un gesto de apoyo.
Le dieron ganas de burlarse, pero el decoro se lo impidió.
-Para cuando nos marchemos ya no importará. Me dijo tantas cosas esa noche, y al día siguiente no pudo ni mirarme a los ojos para preguntarme si Siggy era realmente su hijo. ¿Y sabes cuál fue su excusa? Que se parecía demasiado a mí. Es la primera vez que lo he odiado. Pero ahora me temo que lo desprecio y lamento.
Ingrith se mordió el labio inferior, como si intentase no preguntar lo obvio. El resultado de la discusión. Le dio una mirada más al anillo. Juró que de poder hacerlo, lo hubiese fundido en ese momento.
-Estaba en la cama con otra persona antes de que llamase a vuestra puerta -agachó la cabeza avergonzada, de los actos de él y de lo que estaba siendo soportar tantas cosas al mismo tiempo. No sé atrevió a mirarla, aunque supiera que el corazón de Ingrith era amable y abogaba por la paz y el bienestar. Los ojos volvieron a picarle-. Pero yo soy la infiel, la que ha parido a un bastardo.
Los ojos de Ingrith volvieron a posarse en el anillo, y luego en ella. En ellos vio la duda, la confusión, el misterio que todavía quedaba en el aire y los motivos por los que Sihtric había tenido la lengua suelta de insultarle de aquella manera.
-Tal vez hablarlo sea bueno. Él también ha sido parte de la vida de Siggy.
-Siggy no sabe lo que ha pasado. No ha tenido el valor de hablar con él -su voz flanqueada. En algún momento su corazón tuvo que romperse y su resistencia con ella, porque se había echado a llorar-. Y ahora mi niño se muere y no soy capaz de hacer nada mas que pedirle ayuda a mis hermanos.
Ingrith se marchó tras asegurarse de que comiera y estuviera bien. Le prometió que estaría la noche en vela cuidando de Siggy mientras ella intentaba descansar, pero una vez se fue Milly hizo otra cosa. No podía estar con su hijo, así que lo único que podía hacer por él era trabajar por su cuenta en algo para él. Recogió sus juguetes del suelo, intentando no echarse a llorar cada vez que encontraba uno que todavía guardase su olor. Su ropita, pequeña, aún tenía su olor. Rebuscando en el armario encontró la manta que lo había tapado cuando era solo un bebé recién nacido, en la que había trabajado durante los meses de embarazo para envolverlo nada más naciera. La miró unos minutos, inspirando cerca de ella el olor que todavía guardaba de cuando solo era un bebé, su olor natural y la leche.
Encontró alguno de sus antiguos juguetes también. Los animales de madera tallados por su padre antes de nacer, un regalo que quería que tuviera al estilo de los niños daneses. Algunos llevaban talladas runas, que en su momento le habían disgustado pero con el tiempo acostumbrado como simples decoraciones a su parecer. Tocó una, maldición el momento en el que había dejado que se hijo se mezclara con la otra parte de su herencia. Sin un bautizo, estaba perdido. Pero ya no se le podía sumergir, era demasiado grande y estaba demasiado enfermo como para ponerlo en el seno de Dios. Peor aunque quisiera culpar a su padre... no podía hacerlo, en parte porque ella se lo había permitido. Miró a los caballos de madera, a los animales de caza, y al que se suponía que era un hombrecillo cazando con una espada en la mano diestra. Luego, a la mantita de recién nacido y su pequeña ropa doblada en el baúl. Todavía quedaban algunas prendas de Sihtric, pero a esas no les hizo caso. Si eso ya las quemaría para hacer el fuego.
Al final, se levantó recogiendose las faldas y cogió su kit de costura. Todavía le quedaban hilo y lana, las agujas estaban afiladas y sobraba tela de sus trabajos anteriores. Se sentó en la silla al lado del dormitorio, bajo la luz de una vela encendida, y comenzó a trabajar en la tela de la mantita descosiendo algunos puntos mal dados y corrigiendolos con otros más correctos.
Entonces, en el momento de mayor concentración, la puerta de la casa se abrió y entró una persona. No la había cerrado, tal vez tendría que haberlo hecho, pero incluso en eso había fallado. De haber estado Siggy y ella solos...
-Pensaba que no habría nadie -fue lo primero que dijo, lo primero que escuchó en días en los que añoraba su voz aunque fuera a gritos. Estaba como la última vez, con el pelo trenzado había atrás, los mechones de en medio liberados, y la barba incipiente ahí. Se la habría cuidado donde estuvo... O lo que fuera que hubiese hecho con esa mujer. Ya no importaba.
-Pensaste mal -respondió, y tras unos segundos volvió a trabajar en la tela. Falló en una de las puntadas y tuvo que volver al punto donde había errado.
No era como la noche de la tormenta pero podría haber sido igual de haber estado la casa caliente y hubiese ruido de fondo, la voz de su hijo y el sonido de los cuchillos de la cocina. Ahora solo estaban los dos, tan diferentes entre ellos, y una manta.
-Quería ver si estabais bien.
-Ni siquiera tendrías que estar aquí -respondió ella conteniéndose a discutir. La mala mirada hacia la manta no faltó, por supuesto-. Estamos...bien.
-Eres mi mujer -le dijo-. Y él mi hijo.
-Ahora es tu hijo -se burló, apartandose. Cogió otra vez la tela blanca poniéndola en su regazo, volviendo a trabajar en ella. No quería verle.
Lo escuchó caminar. No hacía ella, sino hacia el dormitorio. Como la última vez, entró y salió en cuestión de segundos. Le había dado tiempo a pasar la aguja con el hilo rojo a través de la suave tela.
-¿Y Siggy?
Sus dedos acariciaron la tela de la superficie, apretando en la zona que correspondía con lo que quería crear. Una flor, como las que crecían en las murallas del castillo de su padre, donde le hubiese gustado llevar a Siggy algún día para que conociera la historia de sus antepasados. Al menos en la otra vida podría tenerlas cerca, arropado por el cariño incondicional de su madre. Pasó la aguja, dos veces más, siguiendo las puntadas con cuidado por la parte de debajo.
Más pasos. Esta vez hacia donde estaba ella sentada.
-¿Dónde está el niño?
-No debería ni decírtelo.
-Eres cruel, mujer.
-Y tu patético. Al menos espero que tengas la decencia de llevarte el resto de tus cosas.
Tranquilamente, Milly se levantó con la tela que trabajaba y se acercó a la mesa donde la extendió. Los pétalos comenzaban a tomar forma, el rojo inundando la tela y el marrón siguiendo lo que en algún momento será el emblema de la familia a la que Siggy pertenecía por su lado, la monarquía britana de Gales. Su herencia. Un miembro activo que merecía ser enterrado con sus símbolos. Dado que nunca había podido conocer a ninguno de ellos. Acarició una de las florituras del borde, la primera que había hecho para la mantita y que significaba cariño incondicional.
-¿Y tu anillo?
-Debería venderlo para pagar a Eadith. Tal vez lo haga.
Acarició los pétalos, bajando los dedos hacia la mayúscula inicial del nombre de su hijo. Tendría que bordar todo su nombre, el completo, en vez del apodo para que se reconociera en la otra vida. Pensaba hacerlo en medio del emblema y de las flores.
-¿El crío está con Eadith?
Milly torció la cabeza hacia él, solo para encontrarse con la confusión en unos ojos que en algún otro momento la habrían atraído a su juego. Solo que aquello no era un juego, nunca lo había sido. Y cuando vio la confusión, sorpresa y rabia que pasaba por sus ojos verdes oscuros... Supo que Sihtric no se estaba quedando con ella ni estaba siendo cruel. Estaba preguntando de verdad dónde estaba Siggy, preocupándose por él y sorprendido de que estuviera con la curandera con la que no había pasado la noche. Milly vio todo eso, e instantáneamente la tristeza y el miedo que la habían inundado todos esos días salió a flote a modo de la rabia pura de una madre.
-¿Tanto tiempo has pasado en casa de otra persona que no sabes lo que ha pasado? Y te haces llamar padre.
-Yo no...
Intentó acercarse a ella, pero la rabia corría por sus venas en el momento que le empujó el brazo lejos de ella y golpeó el pecho. No fue suficiente para moverlo, pero tuvo su impacto.
-¡Basta ya, mujer! Dime por qué Eadith está con Sigbjörn.
-¡Eres un puto bastardo, nuestro hijo muriéndose y tu tirándote a la primera que ves por el pueblo!
Algo en su mirada bailó, aunque mantuviera el gesto duro e intentase detener los golpes que ella le daba en el pecho. Milly sintió que iba a echarse a llorar de nuevo en ese mismo momento, a medida que aumentaba la fuerza de sus golpes.
-¡Se muere! Mi niño se muere y tu mientras tanto fuera perdiendo el tiempo en tus propias interpretaciones. ¿Dónde estabas? ¿Dónde se supone que estabas, eh? Te vi, maldito bastardo. Te vi tumbado en esa cama el mismo día que Siggy se puso enfermo.
Sihtric apretó los labios, lo vio, pero no se atrevió a decir nada cuando ella le recriminaba lo ocurrido. Porque efectivamente era su culpa el no saberlo. Su culpa el no interesarse. Su culpa el haberlos dejado en esa situación y que ella sufriera el doble que una familia normal. El rey Alfredo había abogado y defendido la paz entre ambos pueblos, aunque fueran enemigos, y ella en su momento había confiado en esa promesa del futuro. De una tierra unida. Su padre, incluso, tan devoto como era, pensaba que la unidad era lo más importante. Ella, sin embargo, empezaba a detestar esa visión, ese concepto, ese futuro.
Y todo porque su marido era incapaz de mantener la polla dentro de los pantalones. De confiar en las palabras de un desconocido sobre la herencia del hijo de ambos, a quien llevaba criando con el mismo cariño que un lobo a su cachorro. Cachorro. Así lo había llamado varias veces cuando estaba en su vientre creciendo. ¿Y para qué? Para abandonarlos en el momento más importante. Y ahora hacerse el inocente, la víctima... Lo odiaba. A sus ojos ya no era el valiente guerrero danés que los había salvado a Aelfwynn, Aethelstan y ella de los hombres cuando el rey de Mercia falleció.
-¿Dónde has estado mientras él preguntaba por ti y esperaba a que llegases? En casa de otra pasando el rato. Escuchándote a ti mismo con que estaba bien, que era lo justo, porque yo habría hecho lo mismo.
Milly le dio un último empujón, que lo hizo golpear la pared en un ruido seco. No hizo gesto alguno de que le hubiese dolido, pero tampoco se contentó con aquello. Ella solo pensaba en una cosa, por otro lado, lo más cruel que se le podía ocurrir y escapar tan a la ligera.
-No eres tan distinto haciendo esto que tu padre, Sihtric.
-Yo no soy ese hombre -dijo él, claramente dolido-. No hables de él tan a la ligera.
Pensó en Siggy, y en las miles de conversaciones que habían tenido sobre el hombre que había sido el padre de Sihtric cuando estaba vivo. El tipo que en teoría era el abuelo de su hijo y el peso que tendría que llevar. Sintió que su estómago iba a darle un vuelco, que iba a vomitar todo lo poco que había comido. Sihtric había hablado de él lo justo para dejarle claro que todavía era un tema delicado, algo con lo que tendría que lidiar incluso en un próximo futuro. Aunque hubiesen pasado varios años. Los rumores sobre Kjartan el Cruel eran abundantes y la presencia de su hijo legítimo también, con el daño que habían dejado en la vida de los hombres más recientes, tanto sajones como ingleses. No era como si Sihtric fuera gritando su parentesco, pero Siggy... Él decía que había algo en su mirada que le recordaba a él, que incluso lo asustaba.
-No lo digo por hacerte daño. Sabes lo que es ser un bastardo, y aún así piensas que Siggy lo es y yo te he sido infiel. ¿Cuándo? Sigue pensando en ello. Estoy...cansada de pensar en ti mientras nuestro hijo se muere -dijo, y suspiró con pesadez al final. El pecho se le apretó, pero de alguna manera se sintió más ligero que antes.
Le dio una última mirada. Una con cuidado. Y otra a la mantita que arreglaba. Sus dedos pasaron una última vez por el patrón de las flores, antes de recoger el trozo de tela y abrazarlo contra su pecho.
-No puedo pensar en lo nuestro mientras pasa esto. No puedo. Si quieres el divorcio o lo que sea hazlo, romperemos nuestros votos. Pero Siggy y yo nos iremos de aquí de rosas maneras.
Caminó hacia la puerta ignorando los pares de ojos que la taladraban desde detrás. Hacia frío a través de la madera. El corazón le dolió, de verdad, frente a la impotencia que su cuerpo sentía. Rompía algo para arreglar lo otro, aunque me costase todo.
-Siggy es más importante ahora mismo. Y eso lo entiendes si has venido a buscarlo.
Incluso su matrimonio.
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| Richarlyson y Pepito.
—¡Nito! —Pepito gritó para llamar la atención de su hermano mayor.
Richarlyson que estaba plantando en el jardín de su pai Cellbit, alzó la cabeza y levantó un poco su sombrero que lo cubría del radiante sol de la mañana.
Dejó la espátula enterrada en el hueco que estaba haciendo y se irguió para ir al encuentro de su hermano. Sacudió sus manos, quitándose el exceso de tierra y observó al niño que venía en su dirección, bajó la vista a sus pies. Su hermanito Pepito corría con un gorro que le quedaba enorme y botas grandes para la lluvia, el día anterior había llovido, por lo tanto se divisaban charcos de lodo alrededor.
—Pepito, ten cui… —Se encogió de hombros y cerró un ojo al ver que Pepito se había tropezado con la tierra húmeda—, dado —suspiró bajando los hombros y abriendo el ojo otra vez.
Pepito se ensució la ropa por delante, se manchó las mejillas y en un pedazo de lente quedó embarrado de lodo. En vez de levantarse rápidamente, el cuerpo del pequeño se paralizó de la vergüenza y no se movió en absoluto.
Richarlyson arqueó una ceja y se acercó para levantarlo por debajo de las axilas.
—¿Por qué te quedas quieto? —murmuró.
—Me vi como un pendejo. —Se mantuvo cabizbajo ya levantado.
—Não entendo. —Colocó las manos en su cintura—. Ya eres un pendejo.
Con ese comentario, Pepito elevó la cabeza como un flash y miró a su hermano con el ceño fruncido, haciendo un puchero sobresalido.
—¡Nito!
Richarlyson se rió y revolvió el cabello castaño de su hermano.
—Bora, pendejo, hay que limpiarte esos lentes.
—Puedo hacerlo con la camisa, mira.
—¡No! —advirtió. Deteniendo la mano de Pepito antes de que se quitara los lentes—. No seas otário, vas a empeorar la suciedad.
—Bom —obedeció rápidamente a su sabio hermano, extendió la manita para que lo guiara.
Richas la agarró y lo llevó al interior de la mansión.
—¿Te falta mucho para preparar los huecos? —preguntó curioso cuando pasaron a un lado por el proyecto de su hermano.
Richarlyson chasqueó la lengua e hizo una mueca.
—Sólo me faltan dos. ¿Encontraste lo que te pedí?
Se detuvieron justo en un rincón donde tenían el agua para lavar cosas, era improvisado porque el castillo seguía en obras.
Cuando le fue a quitar los lentes, Pepito asintió eufóricamente en respuesta, una sonrisa enorme adornó su cara.
—¡Pepito halló las flores! ¡Por eso vine corriendo! —exclamó orgullosamente porque había cumplido su misión.
Richas sonrió por el entusiasmo de su hermano, en lo que limpiaba la lente con un pañito húmedo, lo cuestionó:
—¿Sí? A ver, nombra las que encontraste.
—Encontré a la Acedera, la Zinnia y la Campanilla de invierno —nombró con tres dedos levantados.
Richarlyson asintió muy orgulloso de su hermano y posó los lentes ya limpios en un muro. Ahora giró para encarar a Pepito, debía por los menos asear su rostro.
—¡Buen trabajo! Ahora podemos plantarlos.
—¡Sí~! —chilló con emoción y dio pequeños saltitos.
Richas sonrió y rodó los ojos, la verdad, le encantaba la energía de Pepito.
—Quédate quieto, tonto. —Presionó sus hombros para mantenerlo a raya.
—Okey —obedeció.
Entonces hubo silencio, uno muy tranquilo en lo que Richarlyson pasaba la toalla húmeda por las mejillas manchadas de Pepito. Y Pepito al estar inmóvil, sus ojos ahora eran los inquietos, miró alrededor como pudo con su vista limitada, y entonces la sonrisa que tenía en los labios comenzó a desaparecer.
—Nito…
—¿Mmm…? —Ya iba por la mitad.
—La mansión… es muy silencioso —susurró con pesadumbre.
Richas dejó de mover la toalla, y observó los verdosos ojos de su hermano, en ellos vio tristeza. Comprendió al instante su comentario.
—Sí, ha estado callado por aquí… —reanudó la limpieza.
Pepito mordió su labio inferior y su mano se convirtió en un puño apretado, lo llevó a su pecho porque quería decir muchas cosas, pero se contenía por miedo a ser molesto.
Sin embargo, no pudo reprimir la pregunta de siempre.
—¿Crees que van a volver? Los extraño mucho.
Por fin el rostro de Pepito estaba limpio, pero se dio cuenta que sus ojos brillaban por estar conteniendo las lágrimas.
Le dolía mucho verlo así, aunque no podía consolarlo por completo, ya que él también cargaba con una profunda tristeza.
—Lo sé, pero ten la seguridad de que volverán. Sólo hay que ser pacientes, ¿sí? Por eso estamos haciendo el jardín.
Aún así, Richarlyson siempre hacía el esfuerzo de consolar a su pequeño hermano, prefería llevar las cargas pesadas y las preocupaciones que verlo triste.
Pepito parpadeó y unas lágrimas se deslizaron, por más que decía sobre aguantar, al final continuaba siendo un chiquillo con las emociones a flor de piel.
Richas entonces también quiso llorar, las emociones enterradas hasta el fondo de su corazón quisieron explotar, las lágrimas se amontonaron en sus lagrimales, pero ninguna cayó.
Se tomó el tiempo de limpiar las lágrimas de Pepito con sus dedos.
—¿Qué tal si continuamos con el jardín? —sugirió en tono bajo.
Pepito asintió y dio un paso hacia adelante para agarrar los lentes y ponérselos. Sin esperar a su hermano, trotó hasta la salida por su cuenta y salió al exterior otra vez.
Richas suspiró pesadamente y elevó la mano para restregarse la cara. Inhaló y exhaló varias veces, con ese ejercicio de respiración volvió a la normalidad.
Era inevitable que ambos hermanos se pusieran sentimentales al entrar a la mansión, porque desde hace un tiempo la vida en ese lugar se había apagado, al menos en el sentido de que el dueño desapareció, no siendo la única estructura abandonada, una torre solitaria se llenaba de telaraña no muy lejos de allí.
Richas y Pepito estaban viviendo una vida solitaria juntos.
Sus padres habían desaparecido poco a poco.
En realidad, los niños de la isla vivían sin sus padres.
En el transcurso de una semana, los padres de cada uno comenzaron a desaparecer sin razón alguna, y lo peor era que ninguno dejó rastro.
Así que todos decidieron vivir juntos en lo que esperaban su regreso. De vez en cuando iban a sus hogares originales para mantenerlos limpios o verificar si algún adulto regresó.
Llevaban aproximadamente un mes viviendo de esa manera.
Richarlyson salió de nuevo al jardín, encontrándose con la escena de su hermano materializando macetas con las flores que pidió.
Pepito lo vio y sonrió con una expresión más tranquila, lo cual alivió a Richas.
—Nito, ¿me vuelves a explicar sus significados?
Richarlyson suavizó su expresión y se terminó acercando. Se agachó en un hueco y agarró una maceta con la flor que plantaría.
La primera que iba a plantar sería la campanilla de invierno. Era de tallo largo, donde su flor era blanca y se veía cabizbaja, se asemejaba a las campanillas tal como su nombre lo indicaba.
—Toda esta hilera se llenará de estas flores, porque representarán nuestra esperanza de que un día nuestros padres volverán, además de darnos consuelo porque cada vez que la miremos recordaremos nuestra fe de que así será —explicó con voz calmada en lo que enterraba la flor con sus raíces.
Pepito se agachó como un sapo. Su mirada expresaba admiración por el trabajo que hacía su hermano. Estaba inmerso en las palabras que decía.
Richarlyson al terminar, se dirigió a la segunda maceta. Más que una flor como las comunes, su tallo era bastante recto y largo, en la punta se llenaba de pequeñas flores, pero al ser abundantes y amontonadas, se percibían fácilmente con un color rosado.
—Luego de recordar nuestra esperanza, la Acedera nos dará el amable recordatorio de tener paciencia. Paciencia de que todos nuestros padres regresarán…
En lo que Richarlyson plantaba la flor, a Pepito se le cristalizaron los ojos otra vez con cada explicación, no podía evitar querer llorar porque recordaba el motivo de plantar esas flores.
Extrañaba horrores a su familia, la necesitaba completa.
Richas se dirigió a la maceta que contenía a la última flor con diferente significado, ya que luego de sentar las bases, tendrían que rellenar todas las demás hileras con esas tres flores.
Su tallo es medianamente delgado con algunas hojas ovadas a sus lados y podían ser muy grandes, en la parte superior era adornada con muchos pétalos unidos que podrían formar una esfera o no, por lo general se le confundían con las dalias.
—Esta es Zinnia, para que podamos dar con su significado necesitamos hacer una mezcla en sus colores, individualmente tienen diferentes significado, pero nosotros buscamos el recuerdo de los amigos ausentes.
—¿Amigos ausentes? —intervino con mucha curiosidad Pepito.
—Sí, aunque tengamos esperanza y paciencia, actualmente ellos no se encuentran con nosotros, sé que es triste, duele, pero no todo puede ser malo, nosotros podemos… recordar con cariño. —Sonrió ladinamente—. Y aunque sean nuestros padres, me pareció apropiado amigos, ellos son nuestros mejores amigos, Pepito.
Pepito asintió.
—Soy el mejor amigo de apa Roier.
—Somos —enfatizó la palabra—, los mejores amigos de apa Roier.
—Somos —enfatizó también—, los mejores amigos de apa Cellbit.
Arqueó una ceja.
—Ah, ahí te pasaste de la raya, Pepito, tú no puedes de pai Cellbit —bromeó.
Siempre le gustaba ser dramático y celoso con sus padres, pero internamente estaba bien con ello. Él podía compartirlos si eran familia.
Pepito hizo un puchero.
—No es justo.
Richas se rió y terminó de plantar la Zennia. Se levantó y pasó el antebrazo por su frente llena de sudor.
—Basta de hablar, tenemos trabajo que hacer.
Pepito se levantó también y antes de que Richas pudiera moverse, el pequeño lo rodeó con los brazos.
—Gracias, Nito, por hacer esto, por estar conmigo, por convertirte en mi hermano, eres mi favorito.
Richarlyson se quedó paralizado por un momento, pero luego reaccionó y abrazó rodeando la cabeza de Pepito.
—No debes agradecer, tonto. Eres mi hermanito, por supuesto que estaría contigo.
Pepito sonrió con el rostro oculto en su estómago, él no sabía lo que haría si un día le faltaba su hermano. Aunque se llevaba muy bien con los otros niños, tenía a la tía, su hermana, no era lo mismo que la conexión que hizo con Richarlyson.
Era por eso que no le aterraba el mañana. Era por eso que podía aguantar esa vida solitaria sin las voces de sus amados padres.
Richas y Pepito ahora eran el punto seguro del otro, sabían que estando juntos podían afrontar los misterios del mañana, la soledad y la tristeza.
Eran los hermanitos contra el mundo mientras esperaban un día el regreso de sus padres.
Y esto es todo, lo escribí en una noche, así que quizás no está bonito. Sin embargo, se me antojó algo triste, espero les haya gustado.
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a diamante azul sofre varios golpes no casamento de rubi e safira quando ela cai e se ajoelha da para um formato de pernas. A bi color cherry e moon o vestido seria semelhente de andar da mesma forma da aqua quando bota agua entre suas pernas?
Exatamente
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Cuchillo, Charles Simic
1
Padre-confesor de la gallina gorda sobre el altar rojo de su garganta,
Una lengua, tan sola, brinda la oscuridad de una boca ya perdida.
El ojo único y brillante de un loco– si hay una lágrima en él, ¿por quién es?
2
Es una vela es también un rastro de torcidas letras; los escritos misteriosos del cuchillo.
Descendemos una escalera interior. Caminamos bajo la tierra. El cuchillo alumbra el camino.
Atravesamos huesos de animales, agua, la barba de un cerdo salvaje– vamos entre piedras, brasas, después somos un aroma.
3
Demasiada oscuridad en todas partes. Estamos en una bolsa colgada sobre los hombros de alguien.
Escuchas el sonido de botas marchando. Escuchas a la tierra respondiendo con un ruido sordo y hueco.
Si lo que quieres es un poema, toma un cuchillo;
Una estrella de soledad, ascenderá y se posará en tu mano.
Versión al español: Brianda Pineda Melgarejo
Incluido en New and selected poems 1962-2012, Houghton Mifflin Harcourt, págs. 12-14
Knife CHARLES SIMIC
1
Father-confessor of the fat hen on the red altar of its throat,
A tongue, all alone, bringing the darkness of a mouth now lost.
A single shining eye of a madman– if there’s a tear in it, whom is it for?
2
It is a candle it is also a track of crooked letters; the knife’s mysterious writings.
We go down an inner staircase. We walk under the earth. The knife lights the way.
Through bones of animals, water, beard of a wild boar– w ego through stones, embers, we are after a scent.
3
So much darkness everywhere. We are in a bag slung over someone’s shoulders.
You hear the sound of marching boots. You hear the earth answering with a hollow thud.
If it’s a poem you want, take a knife;
A star of solitude, it will rise and set in your hand.
Incluido en New and selected poems 1962-2012, Houghton Mifflin Harcourt, págs. 12-14
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Películas de Terror (ESP Ver.)
Propmts por @raven-cincaide-words
Los niños habían decidido hacer un maratón de películas de Halloween, nada demasiado tenebroso porque después Philza y Missa sabían que terminarían con los dos niños aterrorizados en su cuarto y cama. Gracias a Anabelle y a Eso, Philza había sido empujado de su propia cama, de al lado calentito de su novio, por sus dos mocosos.
Así que ahora estaban viendo, “Los locos Adams” por petición de Tallulah, quien había afirmado y reafirmado, que ellos eran muy parecidos a la familia de góticos maniáticos.
“Hey, puede que seamos góticos, pero no creo que seamos maniáticos,” se había tratado de defender el rubio, pero luego lo pensó un poco, su novio era literalmente la parca, a él le dec��an el Ángel de la muerte y bueno, los mocosos son hijos suyos… “Me retracto Princess, tienes razón.”
Missa soltó una risita, “Hey, por lo menos somos una familia de góticos maniáticos unidos” dijo, abrazando a su novio para acercarlo más a su cuerpo.
Los cuatro estaban acurrucados en el sillón, Chayanne estaba sentado en las piernas de su papá Missa, medio desparramado sobre uno de los brazos del sillón, Tallulah estaba apoyada contra Phil, con un gran bol de palomitas en su regazo.
En la película, Merlina Adams estaba electrocutando a su hermano Pericles. Tallulah estaba aplaudiendo silenciosamente, claramente emocionada por las travesuras de los hermanos Adams.
Chayanne se rio un poco al ver a su hermana tan emocionada por la película, “Espero que no estés sacando ideas, Lulah.” Bromeó, aunque de alguna forma podías escuchar el nerviosismo en su voz.
Missa le revolvió el cabello a su hijo, “No te preocupes, Chay. No tenemos sillas eléctricas en la casa”
“Aunque tenemos un generador.” Dijo Philza, más para sí mismo que para los demás.
Missa le dio el codazo, “No le des ideas, mi amor”
“No necesito ideas,” dijo Tallulah con sus señas, “Puedo buscar mis propias ideas de asesinato.”
Eso hizo que Chayanne abriera los ojos de terror, porque puede que Chayanne sea un guerrero fulminante, pero su hermanita era algo que lo hacía temblar en sus botas de agua.
No habían llegado ni a la mitad de la película cuando los dos niños se habían quedado dormidos, aunque ninguno de los dos adultos se dieron cuenta, bastante interesados en la película.
Cuando los créditos rodaron Missa le iba a preguntar a Chayanne que película quería ver ahora que era su turno de elegir, pero el niño estaba babeando el brazo del sillón. Fue a decirle a Tallulah que podía elegir otra película, pero la niña estaba en un estado similar al de su hermano, aún sostenía el bol de palomitas, aunque ya estaba vacío, su gorro morado estaba a punto de caerse de su cabeza.
“Creo que se durmieron.” Dijo Philza con una risa.
Missa se rio, “No pienso moverlos, si tengo que lidiar con dos niños que actúan como bebés cuando tienen sueños ahora probablemente lloraré.”
Philza resoplo, “¿Quieres ver otra película?”
Missa asintió, reacomodando a Chayanne para que su cuello no le doliera en la mañana. “¿Quieres ver Crepúsculo?”
“¿Pero Crepúsculo no es de terror?” Dijo Phil confundido.
“Si lo piensas de la perspectiva de Charlie sí,” dijo Missa, “Imagina que Tallulah crece, y un día nos dice, papás me voy a casar con el rarito millonario del pueblo, me voy a embarazar y voy a dejar que me convierta en un vampiro.”
“No… Crepúsculo no” Chayanne hablando los sobresalto a ambos.
Ambos se rieron sabiendo el desagrado de su hijo mayor por la película de vampiros brillantes y drama romántico adolescente.
“¿Pensé que estabas dormido?” Respondió Missa, riéndose.
Lo único que recibió fue un sonido cansado de Chayanne que sin duda los hizo reír.
“Lo voy a llevar a la cama,” dijo Missa, levantándose con el niño en brazos, “dame a Tallulah.”
Philza se trago una carcajada, “Lo siento, love, pero no creo que puedas con los dos, yo no puedo con los dos.”
Missa jadeo ofendido, “¿Estás queriendo decir que soy débil?”
“Sí”
Missa estaba desconcertado y francamente ofendido, “Philza, soy la Santa Muerte, creo que puedo con 2 niños.”
“Sí, pero estas en tu cuerpo mortal, darling, y los dos son peso muerto.” Dijo Philza resignándose a que su obstinado novio decidiera llevar a los dos niños en brazos, “se te van a caer, y no va a ser bonito.”
Missa miró a Philza con determinación, “Observa y aprende, mi amor” dijo, inclinándose para recoger a Tallulah, balanceando a Chayanne en un brazo y levantando a la niña con cuidado.
“De verdad no creo que sea una buena idea…” se quejó Philza, pero ya no podía quejarse mucho porque Missa había equilibrado a los dos niños casi perfectamente, sosteniéndolos en su cadera, los niños casi por un reflejo habían envuelto sus brazos en el cuello de Missa.
“Vez, te dije que podía,” dijo Missa, aunque claramente estaba luchando para que los niños se le cayeran.
Philza soltó un resoplido sarcástico, “Voy a tomar a Tallulah antes de que se te caiga.”
Missa rodó los ojos, pero dejo que su novio maniobrará a la niña fuera de sus brazos, ambos subieron las escaleras con cuidado y acomodaron a los niños en sus camas. Chayanne inmediatamente empezó a buscar su peluche de Techno, abrazándolo en cuanto lo encontró. Missa se aseguro de colgar el sombrero de Tallulah en uno de los postes de la cama, y poner sus audífonos en su estación de cargados.
Ambos salieron de la habitación en puntitas y en silencio, suspirando al ver que los niños no se habían despertado.
“¿Aún quieres ver la película?” Pregunto el rubio, cansado luego de batallar para ponerle la pijama a su hijo
“El único pecho brillante que quiero ver en estos momentos es el tuyo, y planeo acostarme sobre él.” Dijo Missa jalando al británico a su habitación, listo para dormir toda la noche.
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Spanish Vocabulary Practice!!
As a writer who is learning another language, one thing I like to do with the words I've taken from another text is to make a super short story or scene with the vocabulary. A lot of these turn really dramatic (especially since the last book I read in Spanish was a Goosebumps one lol).
I just thought I’d share it here :)
My grammar and everything isn't going to be great because... Well I don't actually have anyone to grade these but myself, since I’m mainly teaching myself through a bunch of different resources. So the only way I can grade it is by putting it through Google Translate... But since this is my writeblr, I figure I might as well share my Spanish writing practice here, too!
Anyway... Vocab words are highlighted... Let's gooo!
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Debajo del barco, en un cuarto oscuro, un hombre sentó en silencio. Él era en silencio pero el barco no. Arriba, él podía oir los ruidos de botas y gritos. A veces había ruidos de armas.
De repente, el hombre cayó. Una fuerte resquebraja ensordecedor lleno el aire. Una pequeña pero terrible brecha apareció en la madera sobre su cabeza. El agua de arriba empezó a gotear en la habitación.
Alguien arriba quería destruir, quería devorar el barco.
Los ruidos procedente arriba se hicieron más fuertes. Anduvo a gatas, el hombre empezó a palpar la brecha en la madera, una abertura potencial, esperando escapar este horror...
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If you read this and have any thoughts about this scene and it's grammar, let me know! Like I said, I am basically teaching myself to write in Spanish and I’m sure I have a lot to learn still.
One thing I have trouble with is my past and present tenses getting mixed up. But I literally have this same issue writing in English, too, so I think that's just a me problem lol
Also, if you’re a Hispanic writer, feel free to use this idea as a writing prompt or inspiration lol. I'm most likely not gonna do anything with it anytime soon.
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