#azogues
Explore tagged Tumblr posts
Text
Azogues, Ecuador
Jonathan MONCK-MASON
0 notes
Text
Cuento corto: Dama con perico/Cristina Pacheco.
El Día de las Madres era también el de su cumpleaños y, por eso, en broma, mi mamá siempre nos decía: No se les vaya a olvidar traerme dos regalitos. Durante alguna temporada, aunque llevara tiempo de haber fallecido, mi hermana Sara y yo procuramos reunirnos cada l0 de mayo para seguir festejando su aniversario de la única manera ya posible: recordándola, hablando de su fe absoluta en los poderes del cobre y del azogue, repitiendo las historias que inventaba para divertirnos cuando éramos niñas.
Eran siempre tan animados sus relatos, que al escuchar su versión de nuestras aventuras infantiles volvíamos a sentir el nerviosismo que habíamos experimentado –muchos años atrás– al saltar de una azotea a otra o al subirnos a las ramas más altas de un árbol –y todo para demostrarles a los niños del barrio que éramos dignas de ser incluidas en sus juegos.
Aquellas que entonces veíamos como experiencias maravillosas eran motivo de una que otra reprimenda y causantes de raspones en codos y rodillas. Con expresión concentrada, mi madre nos curaba las heridas aplicándonos fomentos de agua tibia con sal: suficiente para evitar todo peligro de infección y de que nos quedaran cicatrices.
II
En las reuniones conmemorativas, que casi siempre llevábamos a cabo en la casa de mi hermana, dedicábamos un buen rato a hojear el álbum en donde guardamos las fotografías de mi madre. En muchas de las últimas se le ve posando junto al perico que llegó a convertirse en su compañero inseparable y, tal vez, en su confidente. “Mamá con Carmelo el domingo 10 de mayo en que se lo llevamos de regalo”. (“¿Te acuerdas que, al verlo, dijo: ‘Y yo qué hago con esto?’”) “Mamá, en la cocina, dándole de comer a Carmelo una granada” (Creo que le tenía más paciencia de la que tuvo con nosotras). “Mamá con Carmelo en la ventana”. (¡De milagro no se le escapó!) “Mamá espulgando a Carmelo”. Mamá, mamá...
Conservo la jaula de Carmelo. Al verla desierta prefiero imaginarme que el perico dormita aferrado a los barrotes o en el trapecio desde donde se ponía a gritar la única frase que mi madre pudo enseñarle a decir: Nina: estoy aquí. Ese logro fue consecuencia de muchas sesiones de trabajo y también de que, según nos reveló mamá, antes de empezar los ejercicios de vocalización le frotaba el pico con una moneda de cobre para soltarle la lengua.
III
La primera vez que mi hermana y yo nos juntamos para celebrar a mi madre en ausencia, la reunión fue muy difícil y triste. Parece que nos veo sentadas en la sala, cohibidas, mirándonos y sin saber qué argumentar ante una situación tan extraña como puede ser sentir la fuerte presencia de alguien inalcanzable para siempre.
Qué experiencia tan horrible estar juntas, sin ella, y ver a Carmelo cabizbajo y quieto en su jaula, de seguro extrañándola, porque después de todo habían vivido juntos mucho tiempo, desde que ella era una viuda que aún no había cumplido 60 años y él acababa de escaparse de una triste condición: ser tan sólo un ave más en el área de animales en venta del mercado.
Aunque varias veces le ofrecimos que se fuera a vivir con alguna de nosotras, mi madre prefirió mantener su independencia. La visitábamos una o dos veces al mes, según nos lo permitían nuestras obligaciones familiares y de trabajo. Ella nunca quiso pedirnos más ni se quejó de su soledad, pero a través de algunos de sus comentarios nos dimos cuenta de que empezaba a lastimarla. Entonces Sara y yo llegamos a la conclusión de que podía mejorar sus circunstancias la convivencia con un animalito de compañía.
A partir de ese momento, en una especie de conciliábulo telefónico nocturno, empezamos a analizar cuál podía ser la mascota ideal para nuestra madre. Rápido coincidimos en que un perro, un cachorro que ella pudiera educar a su gusto. Terminamos por excluir esa posibilidad al darnos cuenta de que esos animales necesitan salir dos veces al día, tarea que mi madre, afectada de várices, estaba imposibilitada de realizar sin padecer molestias.
Otra opción era regalarle un gato. La alternativa fue eliminada porque le hice ver a Sara que, con todo y ser animales fascinantes, no eran adecuados para nuestros propósitos, ya que son poco explícitos, muy silenciosos, tan dormilones y esquivos que en ocasiones parecen ausentes.
Eso nos devolvió a la experiencia que habíamos tenido, muchos años atrás, con la tortuguita que mi madre nos compró un domingo en Xochimilco y a la que le pusimos el nombre de Lindita. Estábamos tan fascinadas que no queríamos separarnos de ella ni un momento. Para evitar pleitos hicimos un trato: Sara podía llevársela a la escuela, oculta en su mochila; y yo, dormir con ella poniéndola debajo de mi almohada.
Una mañana la tortuga se esfumó. Era tan pequeñita que sospechamos que se había metido en mi oreja. Mi madre dijo que olvidáramos esas bobadas y nos pusiéramos a buscar a Lindita. En eso pasamos muchos días y como no obtuvimos resultados, acabamos por desistir. Al cabo de algunos meses, cuando ya casi la teníamos olvidada, nuestra Lindita reapareció, llegada de quién sabe dónde, despaciosa, bamboleante, tan diminuta como antes y libre de toda culpa.
Después de varias conversaciones telefónicas y algunas dudas, pensé en la posibilidad de que le regaláramos a nuestra madre un perico. Son animales caseros, ruidosos sin llegar a ser molestos, simpáticos y no requieren demasiado espacio ni atención. Bajo esos argumentos convencí a mi hermana, y al siguiente l0 de mayo mi madre recibió, como regalo por su cumpleaños y por el Día de la Madre, una jaula preciosa con un perico dentro. ¡Foto, foto! (“Mamá con Carmelo el día que llegó a la casa...”)
IV
Carmelo sobrevivió muy poco a mi madre, apenas dos semanas. Por tenerlo alojado en mi casa fui testigo de su progresivo decaimiento. Me duele recordarlo en sus últimos días silencioso, inapetente, de espaldas a la puerta de su jaula, dormitando en su columpio. Un día le acerqué el radio en donde estaban transmitiendo un concierto de piano. Enseguida reaccionó y se puso a repetir, aunque en tono muy bajo, las únicas palabras aprendidas gracias a la paciencia de mi madre y a los mágicos poderes del cobre: Nina: estoy aquí.
8 notes
·
View notes
Text
Las murallas de Urueña (Valladolid)
Una torre del castillo que forma parte de la muralla. A la derecha, la Puerta del Azogue. / A castle tower that is part of the wall. On the right, the Puerta del Azogue. Hoy vamos a ver unas murallas muy especiales: se trata del pueblo con más libros por habitante de España… según me dijeron cuando fui. / Today we are going to see some very special walls: it is the town with the most books per…
View On WordPress
#Arquitectura#Arquitectura Militar#Edad Media#En Español#España#In English#Murallas#Siglo XII#Siglo XIII#Urueña
2 notes
·
View notes
Text
Por favor, el artículo de la wikipedia de Ciencia ficción en España es un viaje en sí mismo. Los niveles de fliponio de este país no conocen límites @goldenliartrash (sí, voy a fusilar la wikipedia con esto):
Emparentada con la mera fantasía y cercana al mundo de la leyenda está la Crónica sarrazina o Crónica del rey don Rodrigo con la destruyción de España de Pedro de Corral, escrita en 1443 y publicada en 1499, en realidad la primera novela caballeresca de la literatura española, que incluye algunos elementos fantásticos como una especie de televisión de azogue que encuentra el protagonista en la Cueva de Hércules que le anticipa el futuro. De entre las utopías, el ejemplo más nombrado es el Libro del eloquentíssimo Emperador Marco Aurelio con El Relox de príncipes (1527) de Antonio de Guevara. En esta utopía se describen las costumbres y leyes de los «garamantes», un pueblo sencillo y pacífico que no empuña las armas y que solo posee siete leyes, pero que se muestra inflexible en su aplicación.
UNA TELEVISIÓN DE AZOGUE. Tengo que encontrar esa novela.
Muy fan también de los xenoantropólogos decimonónicos con títulos como "Viajes a un mundo desconocido, su historia, leyes y costumbres (1838), de un D. F. de M. no identificado con certeza; Lunigrafía: o sea, noticias curiosas sobre las producciones, lengua, religion, leyes, usos y costumbres de los lunícolas (1855-1858), de Miguel Estorch y Siqués"
Pero eso no se queda aquí, que el siglo XIX estaba lleno de novedades científicas de todo tipo: "La novela de Amalio Gimeno, luego traducida al francés, Un habitante de la sangre (1873), narra las aventuras de un glóbulo rojo dotado de conciencia y personalidad, no es sino LA PRIMERA DE UNA SERIE DE ALEGORÍAS MÉDICAS HISPÁNICAS posteriores: las de Juan Giné y Partagás Un viaje a Cerebrópolis (1884), La familia de los onkos (1888) y Misterios de la locura (1890; se tradujo al italiano)"
CEREBRÓPOLIS (lo siento mucho, Dimension20, pero claramente Mentópolis no va a ningún sitio como nombre)
Y además "Mariano Martín Rodríguez señala que «las zarzuelas protofictocientíficas no eran, de hecho, inusitadas en la España de esa época»". ZARZUELAS. Una de ellas es "Madrid en el año 2000".
Y con esto, te dejo descubrir la wikipedia por tu cuenta porque creo que mi lista de lectura para este año va a salir íntegra de este artículo.
#ciencia ficción#o debería llamarse “ficción científica”?#(es una pregunta retórica: la respuesta es SÍ pero que una mala traducción no rompa el rollo de un género entero)#Incluso fantasía científica como dicen en ruso
6 notes
·
View notes
Text
ESTHER FERRER & GUADALUPE GRANDE
Azogue
Vivimos de costado pasamos de puntillas Gracias a dios nadie quedará para recordar en nombre de quién habrá de dirimirse la venganza
Cuando el tiempo se escapa sin rostro de las manos dejando un polvo amarillo en el azogue es menester estar atentos. Cuando los días huyen a hurtadillas despreciando nuestro estupor (mientras se pudre el grano en el almiar) es menester ser precavidos. Cuando la vida se oculta en los rincones y no hay perro de caza que pueda hallar su rastro solícitos acudimos a las puertas del miedo.
El bosque de certezas ardió hace tres noches. Y yo he venido a pregonar la escarcha de la duda.
_
Esther Ferrer Autorretrato estilo marxista, 1989 Fotografía intervenida 30 x 36 cm Archivo Esther Ferrer © Esther Ferrer, VEGAP, Bilbao, 2018
5 notes
·
View notes
Text
Capítulo 74 - El Numero Cinco (5)
El Número 5 es la Pentalfa, la Estrella de 5 puntas. Le corresponde el planeta Mercurio y la quinta constelación que es la de Leo. El Plexo Solar corresponde al Número 5 y entre los metales el Azogue (Mercurio). La nota musical es Sol. Esta relacionado con la Bilis, esotéricamente le corresponde el planeta Marte. El Número 5 en Kábala es el Hierofante, el Rigor, la Ley. Se dice que tiene 72…
View On WordPress
#Acuario#alquimia#Conciencia#Despertar#Despierta#Gnosis#Gnosis houston#Gnosticos#Meditación#Samael Aun Weor
4 notes
·
View notes
Text
José Luis Flecha, un azogueño más
José Luis Flecha, jugador profesional de futbol, oriundo de San Estanislao de Kostka, también conocido como Santaní de Paraguay; a los 22 años de edad en el año 2011 arribó a la capital de la provincia del Cañar para jugar en el Deportivo Azogues, formó una familia y se radicó en la ciudad de Azogues. “Yo jugaba en la selección de mi provincia, luego jugué en el Club Fernando de la Mora, de ahí retorné a mi ciudad a jugar a un equipo de la Serie B y en ese entonces, llegó la posibilidad de probarme en Ecuador y el equipo era Grecia de Chone, pero no arreglamos; de ahí llegué a prueba al Deportivo Azogues y logramos quedarnos en el equipo”, narró Flecha. Agregó que, desde un inicio le gustó la capital cañari, porque era una ciudad tranquila, muy acogedora y podía salir con tranquilidad a caminar por sus calles y conversar con su gente. Contrajo matrimonio con Tatiana Cabrera y tienen dos hijos, José Emilio y Ana Sofía. Pasó por varios equipos como Deportivo Azogues (2011, 2013), River Plate Ecuador (hoy Guayaquil City), Manta Futbol Club, Deportivo Quevedo, San Francisco, Fuerza Amarilla, Aviced y Atlético Azogues. También, participó del torneo de indor Barrabás en Azogues. “Con el Deportivo Azogues me identifiqué mucho, le tengo mucho cariño porque fue el club que me permitió mostrarme en el país, el año que descendió me dolió bastante”, relató el futbolista. En el año 2015, sufrió una lesión que lo obligó a retirarse por un tiempo del futbol, esto lo llevó a emprender con una cafetería en Azogues durante un año, recibió el apoyo de los azogueños, algunos incluso se sorprendían al ver que él mismo atendía el negocio, pero desde muy niño ha sido inclinado a la cocina, porque sus padres tienen un restaurante en Paraguay. En el año 2017, se vinculó al GAD Municipal de Azogues con el proyecto de las escuelas de futbol, participando en torneos locales y del Austro. A finales del año 2019 con otro jugador que decidió quedarse en Azogues, el argentino Agustín Goñi decidieron emprender con una escuela de futbol, en el año 2020 nació la “Academia de Futbol Internacional”, la pandemia les afectó con la cantidad de alumnos que tenían; sin embargo, desde el año 2021 cuando los índices de contagio disminuyeron, el número de alumnos creció hasta actualmente, tener más de 200 niños, niñas y jóvenes. “Hay materia en Azogues, hay mucho talento, pero les ha faltado la oportunidad para llegar a un equipo de primera, ahora hay muchas escuelas de futbol y eso es bueno para que haya futbolistas profesionales azogueños (…) yo les puedo decir que, la clave es la dedicación y la constancia, los sueños sí se cumplen”. Con Goñi, durante este año emprendieron un nuevo proyecto deportivo, esta vez con la intención de devolverle el futbol profesional a la ciudad, formaron el Club Atlético Azogues donde se brinda la oportunidad a jóvenes azogueños. “Es una ciudad que me abrió las puertas para trabajar, tengo a mi familia aquí y nos han dado muchas oportunidades, de Azogues no voy a salir”, finalizó Flecha González. Read the full article
2 notes
·
View notes
Text
LA MUERTE DE LOS AMANTES
Olores leves colmarán los lechos, habrá divanes hondos como tumbas, y sobre las repisas raras flores sus ojos abrirán bajo otros cielos.
Agotando a porfía su rescoldo serán los corazones dos antorchas reflejando su doble resplandor en el gemelo azogue de las almas.
Una tarde de azul místico y rosa, trocaremos un único relámpago, como largo sollozo de adiós grave,
y al punto un ángel, entornando puertas, vendrá a reavivar, leal y alegre, deslucidos azogues, muertas teas.
*
LA MORT DES AMANTS
Nous aurons des lits pleins d’odeurs légères, Des divans profonds comme des tombeaux, Et d’étranges fleurs sur des étagères, Écloses pour nous sous des cieux plus beaux.
Usant à l’envi leurs chaleurs dernières, Nos deux cœurs seront deux vastes flambeaux, Qui réfléchiront leurs doubles lumières Dans nos deux esprits, ces miroirs jumeaux.
Un soir plein de rose et de bleu mystique, Nous échangerons un éclair unique, Comme un long sanglot, tout chargé d’adieux ;
Et bientôt un Ange entr’ouvrant les portes, Viendra ranimer, fidèle et joyeux, Les miroirs ternis et les flammes mortes.
Charles Baudelaire
di-versión©ochoislas
#Charles Baudelaire#literatura francesa#poesía simbolista#retorno#visión#muerte#revitalización#di-versiones©ochoislas
3 notes
·
View notes
Text
Toques de cinabrio y carmín
A España siempre me lo he imaginado con ropas de color rojo.
En cada dibujo que he hecho del personaje, ya fuese en la época que fuese, he intentado añadir alguna prenda roja. Ya sea una túnica en la época romana, un jubón de un tono brillante en el siglo XVI, en la solapa del abrigo blanco que se ve en las ilustraciones de la época de Carlos III o incluso de la Guerra de Independencia.
(Además de una camisa de cuadros en tiempos modernos).
Incluso si es algo lógico, puesto que es color predominante en la bandera, ha habido momentos en los que me he preguntado si aquello era históricamente correcto.
Y la relación que he encontrado entre España y el color rojo es bastante sorprendente.
[Os juro que esta es la última vez que hablo de tintes históricos, ¿vale?].
El bermellón o cinabrio es un color de origen mineral. Incluso si se ha podido encontrar en múltiples minas alrededor del mundo, es considerada una de las mayores riquezas mineras del país, puesto que además de ser el origen de un pigmento de rojo muy potente, también tiene un alto porcentaje de mercurio en su composición.
[Uy, qué novedad; un pigmento que resulta venenoso. No estamos ahora para eso.]
Se extrajo durante más de 2000 años de la mina de Almadén (Ciudad Real), aunque hay pinturas rupestres en las inmediaciones —como las descubiertas por el abate Henri Breuil—, que nos indican que ya había captado la fascinación de los nativos desde antes.
Aun así, la primera referencia a la actividad minera en la zona se encuentran en la Geografía del griego Estrabón en el siglo I a.C. y en la Historia Natural de Plinio el Viejo.
Muy valorado por los romanos, que tuvieron incluso que fijar su precio, tras su extracción de las minas se exportaba a Roma en recipientes precintados para la elaboración del bermellón. Su uso estaba reservado a las élites y el emperador.
[Y, por supuesto, al niño España.]
Después, fue explotada por los árabes, como relata el historiador Al-Isidri en su Descripción de España, del siglo XII, y, tras la recuperación de la zona, pasó por diferentes propietarios, algo olvidada, hasta 1554, en el que volvió a recobrar importancia.
Ese mismo año, Bartolomé de Medina le propuso al Virrey de Nueva España una nueva técnica para la extracción de una mayor proporción de plata del mineral que la brindada por los procedimientos indígenas; una amalgama con mercurio o azogue, como se le llamaba en ese momento.
Los barcos que se dirigían hacia América iban cargados de mercurio contenido en toneles de madera reforzados con hierro, que se extraía de las minas de Almadén. Durante los tres siglos hubo extracción de este mineral, hasta 1799, en la que se suprimió la pena de minas —trabajos forzados de presos para la extracción de los minerales.
(Volvió a ser empleada para la extracción de mercurio para el pago de la deuda de Franco con Alemania, hasta 1944. Se cerró oficialmente en 2003).
Mineral del que se extraía el tinte. Se caracterizaba por el tono entre rojo y violáceo de los cristales.
En América también se encontró otro pigmento, el carmín cochinilla, que los españoles reconocieron en objetos y telas de culturas prehispánicas. En Europa existía ya un tinte carmesí, denominado de quermes, que había sido empleado en Grecia y Egipto durante la Antigüedad y que tenía gran popularidad, por lo que se podía intuir más o menos su origen.
Ambos se obtenían de las hembras de cochinillas de diferentes especies, que se recolectaban, se desecaban al sol, consiguiendo una especie de semilla denominada grana que después se pulverizaba.
Aunque, desde la introducción del proveniente de especies americanas en la primera mitad del siglo XVI, se optó por el segundo porque se consideraba más bonito, permanente y rendía mejor.
Fue una de las mayores riquezas novohispanas; era considerado el material con más valor después del oro y la plata. Tal como ocurrió con el cinabrio, el pigmento pronto se volvió típico de las clases altas, especialmente popular entre los eclesiásticos y los pintores de la época, como Rembrandt.
Y, a pesar de las dificultades por mantener la mayoría de secretos en esta época y los esfuerzos de ingleses y franceses por conseguir la fórmula, el carmín cochinilla permaneció como un material monopolizado por la Corona hispánica y comercializado entre la península y Nueva España hasta su posterior independencia.
(Aunque he encontrado fuentes en las que se dice que el intercambio comercial duró 450 años.)
Para terminar, cuando hice la publicación sobre el azul de Prusia y el verde de Scheele (Conviviendo con la muerte), mencioné que Heinrich Diesbach estaba intentando crear un tinte rojo, precisamente para conseguir arrebatarle el monopolio.
Como ya se sabe, no lo consiguió.
Grana que se emplea en la actualidad como colorante alimenticio.
#aph spain#hws spain#aph rome#hws rome#historical hetalia#historia#history#venenos#(por tener todos los tintes en la misma etiqueta)
3 notes
·
View notes
Text
Somos teclear de lluvia. Agonía de lagartos. Manos de carbón. caracoles de azogue. La partida de un niño, un perro doloroso, una hoja muerta Somos hombres sin sílaba sin sombra sin lápiz. Árbol sin viento y sin ancla que devoraste nuestras palabras nuestros limoneros Camino de algas y mariposas que truncaste el silbido del hombre crucificado. Somos aceras mojadas, plegarias de surcos, ternura.
~ Ternura, Miyó Vestrini
5 notes
·
View notes
Text
Lo único que puedo decirles es que hay miles de millones de mujeres en este mundo, ¿verdad?
Algunas están bien.
La mayoría están bastante bien.
Pero de vez en cuando la naturaleza produce un fenómeno salvaje, hace una mujer especial, una mujer increíble.
Quiero decir que la miras y no puedes creértelo. Todo en ella es un movimiento ondulante perfecto, azogue, es como una serpiente, le miras un tobillo, le miras un codo, le miras el pecho, le miras la rodilla y todo se funde en un ser impresionante, provocador, con unos ojos bellísimos que sonríen, la boca un poco hacia abajo, los labios como si estuvieran a punto de soltar una carcajada ante tu indefensión.
Y saben cómo vestirse y su pelo largo incendia el aire.
¡Demasiado! ¡Maldita sea, demasiado!
#charles bukowski#buko#poema#escritos#novelas#pulp#extracto#charles#bukowski#reads#novel#1994#postmodernism#absurdist fiction#detective fiction#thoughts
5 notes
·
View notes
Text
31.08.24
Medito sobre un reflejo
no sé si lo imagino o lo recuerdo.
Jadeante,
me sacio de la savia
que sorbo de la hoja rota
de un cristal, una lata, un charco
o alguna degradación del azogue
el líquido se agita en mí
y soy de pronto el efecto de las olas,
la burbujeante estela blanquecina
que sucede el impacto.
La espuma es al mar
lo que la ceniza al fuego
lo que la memoria al tacto
lo que el signo al espectro
lo que el ave al canto.
Medito sobre un reflejo
y los escaparate que te vieron
me prodigan dos obsequios:
la intuición de tu presencia
y dagas que hieren mi cuello
que sangra imágenes
sombras
colmenas.
0 notes
Text
𝑺𝒂𝒍𝒅𝒐𝒔
𝑨 𝒍𝒂 𝑪𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅 𝒅𝒆 𝑴𝒆́𝒙𝒊𝒄𝒐.
que eres tú.
hay algo en tus ojos de tranvía, pero ya no existen los tranvías y tienes un sindicato de palomas que se nos salieron de la mano. Pensábamos que no eran corruptas, blancas palomitas; pero las nuestras bailan con un bastón y develaron una estatua de su propia ala por ahí, en la sede de la ctm o algo así leí.
Hay ojos en las tazas y en el azogue que escupió el fantasma de Carlota sobre el espejo de los baños del peñón. No recuerdo qué acostumbrado día también escupió mercurio sobre nuestros ojos: se hicieron chiquitos y ya no diviso en qué cazahuate colgaba yo las patas. Las santísimas patas con mi mugre de 20,000 colores. Hay un pueblito de hongos que habita entre sus dedos. La música que invocan huele a sudor de luciérnaga herida. Llevan siempre sus audifonos en el metro. También tienen ojos, y se ven al espejo.
Hoy nos encontramos en esos bosques de suavitel que afloran debajo del extra de la noche triste, y éramos nosotros dos y todos los exconvictos que sueñan con tierra mojada y bailan en las alcantarillas de viaducto. Esta vez no te miré los ojos, me vi las patas. Quieren dar el rol, pero regreso a tus mejillas gruesas, a tu lengua de edificio rendido, a nuestro sepulcro y
recuerdo que ya no existen los tranvías
0 notes
Text
Crepúsculos de la ciudad (Fragmentos) I Devora el sol restos ya inciertos; el cielo roto, hendido, es una fosa; la luz se atarda en la pared ruinosa; polvo y salitre soplan sus desiertos. Se yerguen más los fresnos, más despiertos, y anochecen la plaza silenciosa, tan a ciegas palpada y tan esposa como herida de bordes siempre abiertos. Calles en que la nada desemboca, calles sin fin andadas, desvarío sin fin del pensamiento desvelado. Todo lo que me nombra o que me evoca yace, ciudad, en ti, yace vacío, en tu pecho de piedra sepultado. III A la orilla, de mí ya desprendido, toco la destrucción que en mí se atreve, palpo ceniza y nada, lo que llueve el cielo en su caer oscurecido. Anegado en mi sombra-espejo mido la deserción del soplo que me mueve: huyen, fantasma ejército de nieve, tacto y color, perfume y sed, ruido. El cielo se desangra en el cobalto de un duro mar de espumas minerales; yazgo a mis pies, me miro en el acero de la piedra gastada y del asfalto: pisan opacos muertos maquinales, no mi sombra, mi cuerpo verdadero. IV (Cielo) Frío metal, cuchillo indiferente, páramo solitario y sin lucero, llanura sin fronteras, toda acero, cielo sin llanto, pozo, ciega fuente. Infranqueable, inmóvil, persistente, muro total, sin puertas ni asidero, entre la sed que da tu reverbero y el otro cielo prometido, ausente. Sabe la lengua a vidrio entumecido, a silencio erizado por el viento, a corazón insomne, remordido. Nada te mueve, cielo, ni te habita. Quema el alma raíz y nacimiento y en sí misma se ahonda y precipita. V Fluye el tiempo inmortal y en su latido sólo palpita estéril insistencia, sorda avidez de nada, indiferencia, pulso de arena, azogue sin sentido. Hechos ya tiempo muerto y exprimido yacen la edad, el sueño y la inocencia, puñado de aridez en mi conciencia, vana cifra del hombre y su gemido. Vuelvo el rostro: no soy sino la estela de mí mismo, la ausencia que deserto, el eco del silencio de mi grito. Todo se desmorona o se congela: del hombre sólo queda su desierto, monumento de yel, llanto, delito. VI Las horas, su intangible pesadumbre, su peso que no pesa, su vacío, abigarrado horror, la sed que expío frente al espejo y su glacial vislumbre, mi ser, que multiplica en muchedumbre y luego niega en un reflejo impío, todo, se arrastra, inexorable río, hacia la nada, sola certidumbre. Hacia mí mismo voy; hacia las mudas, solitarias fronteras sin salida: duras aguas, opacas y desnudas, horadan lentamente mi conciencia y van abriendo en mí secreta herida, que mana sólo, estéril, impaciencia.
Octavio Paz, Libertad bajo palabra
1 note
·
View note
Text
ESTHER FERRER & GUADALUPE GRANDE
Centro comercial
Tienda de los desamparados quién te ha visto y quién te ve.
Me asomo al escaparate como si me asomara a la infancia de mi madre, y se me quedan los dedos ardidos en la vidriera, cegados frente a esa desolación con que se mueven las saetas cuando no queda otra mercancía que empeñar más que las horas.
Tienda de los desamparados, vengo a comprar un terraplén.
Abro la puerta despacio. Empujo la puerta con una mano ciega, con una mano que aún no ha aprendido a ver, que no se quiere caer. Pero empujo la puerta y cuando me quito los guantes veo en el mostrador las trenzas de mi madre: ahí están, mutiladas y brillantes como dos leontinas en las que se mecen las estaciones, dos leontinas que entrelazan los sucesivos andenes que me han traído hasta aquí. Dos leontinas de las que cuelga un tiempo de estupor y ceniza. (Y ahora es cuando debo aclarar que yo he aprendido a deletrear el mundo en las trenzas de mi madre, en este nudo de historia que yace, desde 1942, en el mostrador).
Tienda de los desamparados, nada se recuerda como fue.
Y yo, que no sé cómo mirar, he aprendido a recordar. Y ahora recuerdo una voz que no he oído, una voz que empujaba a la frontera: Pasen y vean: comerciamos con mercancía de la mejor calidad y guardamos para nuestros más fieles clientes milagros de tiempo y soledad. Es una verdad tan grande que en ella cabe París. Y mientras saco algunos francos del bolsillo veo las trenzas de mi madre flotando sobre el Sena y corro a lo largo del quai para no perder el barco, para no perder la memoria, para no perder para siempre el barco que ella no pudo tomar. Las trenzas de mi madre, que nunca vieron París, las trenzas sin lazos de las que ahora cuelgan mis gafas y la Torre Eiffel. Pongo unos francos sobre el mostrador y compro París en medio de su desolación.
Tienda de los desamparados, se vive lo que se recuerda y lo que se ve.
He venido a comprar unas trenzas y un balcón. He venido a comprar ceniza para mis ojos. He venido a comprar la maleta en la que mi abuelo guardó sus pinturas para siempre. He venido a comprar el barco en que debieron embarcar para continuar mirando el mundo y que terminó encallado en esta casa. Esta casa en la que mi madre se asomó a esta ciudad con los ojos heridos de estupor, heridos de esa edad más vieja que el tiempo, esa edad que sufren las trenzas cuando las peina la espuma de la muerte. He venido a comprar este balcón y este pasillo y esta habitación: esta casa sin azogue, esta ciudad sin palabras; mi infancia asomada a aquellas trenzas, mi infancia encallada en esta calle sin barcos, en esta pizarra en la que ahora dibujo el quai. He venido a comprar ceniza para mis ojos, ceniza con la que aprender a ver.
Tienda de los desamparados, para mirar hay que saber arder.
Tienda de los desamparados, vivir para ver.
_ Guadalupe Grande
_ Esther Ferrer. Proyectos espaciales #8. Hacia 1975. Lápiz e hilo sobre cartón. 60 x 40 cm. Fundación MACBA.
3 notes
·
View notes
Text
Piñas en el Ajedrez Nacional con Diego Jaramillo
Diego Misael Jaramillo representará a nuestro cantón en el Campeonato Nacional Oficial de Ajedrez Sub 11 y Sub 17, que se llevará a cabo en Azogues del 24 al 28 de abril! Su dedicación y habilidad en el tablero son un verdadero orgullo para nuestra comunidad. Queremos desearle a Diego y a todos los deportistas de nuestra provincia de El Oro el mayor de los éxitos en este importante torneo. Su…
View On WordPress
0 notes