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Snowy Forest Junk Journal Papers
This set of digital papers captures the serenity and magic of winter landscapes, with illustrations of snowy forests that evoke the stillness of a winter's day. The soft tones and delicate textures are perfect for adding a touch of elegance and calm to your creative projects. Ideal for junk journals, scrapbooks, cards, tags or any idea that inspires the winter season. 🌨️❄️
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im DEFINITELY not ok.
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LONDON-ART-PAINTINGS-PINTURA-CHERRY TREE WOOD-EAST FINCHLEY-PAINTING-WATERCOLORS-CHRISTMAS-FOTOS-ARTISTA-PINTOR-ERNEST DESCALS por Ernest Descals Por Flickr: LONDON-ART-PAINTINGS-PINTURA-CHERRY TREE WOOD-EAST FINCHLEY-PAINTING-WATERCOLORS-CHRISTMAS-FOTOS-ARTISTA-PINTOR-ERNEST DESCALS- Pintando en el día de Navidad en el PARK CHERRY TREE WOOD en EAST FINCHLEY, mucho frío en el Parque, fotos pintando la caseta de la cafetería, hoy cerrada al público, sentado en una mesita quiero Pintar el paisaje invernal con acuarelas en mi libreta de viaje, recuerdos de días en los que he disfrutado de mi estancia navideña en la ciudad de Londres en el Reino Unido. Documentos fotográficos del artista pintor Ernest Descals.
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ㅤUm rio que transborda rochas pálidas desagua em um banho de paraíso escaldante; são as páginas que dedico a ele.
ㅤEm saltos de derme onde estrelas incendeiam tudo o que encontram pela frente, as aspas que coroam meu sorriso se estendem em um contemplar sereno. Percebo que a passagem do tempo é tão acelerada quanto a tempestade dos olhos dele, quanto as chamas que lambem meu interior de dentro para fora em uma explosão de ansiedade por sentí-lo perto demais. As páginas dedicadas ganham forma, preenchendo folhas outrora vazias com lembranças quais nem mesmo as cores mais esperançosas do meu ser poderiam arquitetar. Há uma percepção fiel de que fotos, desenhos, marcas de sua presença não estão limitadas aos cadernos que protejo tão desesperadamente, mas em cada canto de um solo que culminou no esquecimento de que existe algo para fora da nossa solidão compartilhada, onde dígitos se encaixam e respirações se completam.
ㅤHá um palato amargo em forma de oração ao que quer que seja o responsável pela passagem de tempo onde as curvas têm fim. Posto que não consigo me lembrar de uma passagem onde meu interior já não estivesse coroado pelo paraíso agora conhecido e palpável. Os poemas que desafiam meus lábios em forma de melodia e vibrações sonorosas repetidas não poderiam, nunca, se igualar a prece silenciosa de mantê-lo aqui, protegido pelo manto índigo do nosso lar e páginas alabastrinas onde promessas nunca morrem e o amor que sinto permanecesse tão escancarado quanto a vertigem de nervos ansiosos pelo sopro do próximo beijo.
ㅤHá uma poesia reconfortante na eternidade com que tingimos cada presente; poesia em tê-lo em artes e fotografias nas raras páginas calorosas do meu diário invernal; poesia pelos rastros de sua passagem estarem em cada centímetro do meu quarto...
ㅤE da minha pele.
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1: Ascensor
Pronto subiría por el ascensor. Estaría atrapada en una pequeña cápsula, encerrada por unas grandes puertas de metal. Eran pesadas, frías y grises. Todo en el interior del ascensor tenía un aspecto extraño. Le gustaba. Le resultaba relajante el tono verdoso de la iluminación, el gran espejo y ese dibujo de un pescado a fibrón sobre la pared. Le gustaba que era todo tan silencioso que aunque no tuviese sus auriculares puestos y el volúmen estuviese bajito, podía escuchar su música. El ascensor era su parte favorita de volver a casa luego de la escuela, porque una vez que abría la puerta, todo cambiaba, como si entrase a otra realidad.
Abrió la puerta del ascensor y ni bien puso un pie en él, sintió como su cabeza se vaciaba y quedaba en blanco. No había nada, solo ella, flotando en algún lugar del espacio, protegida por madera y metal.
Podía escuchar el leve sonido del ascensor en una mezcla con la música de sus auriculares que colgaban en su cuello.
Su mente estaba flotando. Se sentía tan ligera. Sin preocupaciones, tristezas, ni pensamiento alguno. Se sentía segura y tranquila, y la inundaba un cosquilleo en todo su cuerpo que la incitaba a dormir. Apenas llegase a su piso, se tiraría en la cama.
Si hubiese podido, dormiría allí mismo. Nunca saldría de ahí. Era todo tan vacío y silencioso que le daba paz, suscitaba un deseo de arte, de naturaleza.
Se olvidó completamente de sus profesores y sus nuevos compañeros, de los exámenes y las tareas. Y quería quedarse allí para siempre, para mo pensar en ello nunca más.
Pero vivía en el segundo piso y el recorrido no duraba más que dos segundos. Cuando abrió la puerta verde, la realidad la golpeó como un frío y violento viento invernal y toda esa paz, silencio y vacío en su mente se volvió a llenar con gritos, angustias, fechas límites y todas las cosas que por alguna razón, cuando no deberían, nos importan.
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Del cuaderno... (VI)
CONTENIDO Y TITULAR
Al natural, la gente siempre parece tener menos años que los que tiene; en foto, es frecuente que ocurra lo contrario, y la veamos más vieja de lo que es. Extraño enigma de las miradas: no de la exterior e interior, sino más bien de la que coexiste y participa y de la que contempla, por decirlo de alguna manera, por la ventana del espacio y del tiempo congelados. Al natural somos nuestro contenido; en foto somos nuestro titular.
[27/01/24]
FLUJO Y PASO
Quédate aquí sentado y deja que todo fluya a través de ti. Con la vida puedes hacer muchas cosas, y tal vez sentirla fluir, y mirarla pasar, sea la más gratificante de todas.
[27/01/24]
THE SOUND OF SILENCE
El silencio en el barrio es tan profundo esta tarde que casi hay que ascender desde sus simas para encontrar la respiración. Es un silencio que ejerce el mismo hechizo que ciertas obras de arte: deja sin aliento. Tras alcanzar de nuevo la boca del pozo de su ser, uno vuelve a beber el aire con ávida fruición, exhalándolo a continuación en ensimismado éxtasis sereno. Esta es la experiencia de lo sublime, de la que hablaban los románticos, solo que un tanto modificada, pues se ha hecho mucho más íntima y personal, verificándose como una ola interior que nace muy adentro y va extendiéndose hacia fuera, anegando la piel misma de la psique. Todo se ha parado; en los tímpanos y en las sienes siente uno que le late y que le bate, con suave pulso acompasado, el corazón.
[27/01/24]
Sounds of Silence · Madrid, 28 de enero de 2024
LECTURAS COMPARADAS
El pasado día 17 de enero reproduje en este cuaderno una versión de un poema de Sylvia Plath: “Sheep in the Fog”. La pieza de Plath me recordaba y me recuerda, extrañamente o no tanto, el primer poema «serio» de mi carrera, que es el que abre mi ópera prima en verso, el delgado volumen Diecisiete poemas, aparecido en los talleres malagueños de Ángel Caffarena en el lejano año de 1986. Lo que la pieza de Plath y la mía tienen en común, además del hecho de ser muy «pictóricas» las dos, es la ambientación, y concretamente la interiorización emocional del paisaje invernal de Inglaterra. En mi poema —que se titula “Edenbridge”, el nombre de una población rural inglesa cercana al lugar en que nací— hay un par de versos que rezan: «El cielo es palidez, entre cornisas, / hacia el tenue infinito de los campos». En su texto, Sylvia Plath insinúa primero la imagen, profundamente patética, de una oveja solitaria en la agreste y gris inmensidad, náufraga en la bruma de los páramos que atraviesa el tren («lento caballo del color de la herrumbre»), para hablar después de la «lejanía de los campos», con la que su alma o corazón se funde, sugiriéndonos al final del poema, con una muda sensación de ontológica desolación, la propia orfandad de quien escribe. Los versos de Plath quedan temblando en la retina de la sensibilidad como el eco mudo de una campana fúnebre que ha redoblado en la página y luego persiste, desasosegante, en la memoria inmediata. Yo creo que mi poema es más dulce, y en ese sentido menos perturbador. Mi añoranza es más literaria, y por decirlo de algún modo más «melódica» —si lo expresamos en términos musicales—; el desamparo de Sylvia Plath es metafísico y desgarrador: exiliada en un limbo «sin estrellas y sin padre», no contempla la posibilidad de aferrarse a nada; no halla remedio, ni parece tenerlo; no encuentra consuelo ni perdón.
EDENBRIDGE
Es este un pueblecillo shakespeareano que te recuerda a Welles, y esas campanas de medianoche. Llovizna. La lluvia deslíe lentamente de la bruma
olor de hierba descompuesta, y leve barro que va tiñendo el empedrado. El cielo es palidez, entre cornisas, hacia el tenue infinito de los campos.
Quizá pensando en Falstaff te sorprendas (en los labios alguna tonadilla) vencido por lo triste de las cosas,
y busques el calor de los bolsillos, mientras arrecia en los tejados yertos el repicar monótono del agua.
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Ese mismo día 17 bosquejé yo una tentativa de poema que no fue más allá del borrador. Lo reproduzco aquí, aunque solo sea mero apunte, pues no me resigno a desechar el boceto. Quién sabe si más adelante lograré darle satisfactoria forma.
Hoy, al rayar el alba, llovía en el barrio. Despierto en la penumbra, yo esperaba —como espero cada día— que cantara el mirlo; pero solo la lluvia se oía en el silencio, puntuado su rumor —de cuando en cuando— por el crujir de la persiana acomodándose en su marco. A eso de las ocho y media ha comenzado el sordo estrépito intermitente de la obra de enfrente de mi casa. En la cama todavía, me he arropado contra el frío y seguido con Balzac: Las ilusiones perdidas.
[28-29/01/24]
ANGST
Los ataques de angustia llegan de noche —durante la noche, estando uno en la cama, no antes de acostarse— y a primera hora de la mañana, poco después de haberse uno levantado. Eso es al menos lo que a mí me ocurre. Es como si el alma estuviera desprotegida y desnuda, postrada en un lastimoso y lastimero estado de inerme vulnerabilidad completa; abierta de par a par a todos los peligros, a todos los temores, a todas las aprensiones.
De noche y a primera hora de la mañana soy heideggeriano: vivo en el Angst de la supuesta autenticidad existencial de la que hablaba el pensador teutón. A veces pienso que una vida interior algo menos intensa, pero más dulcemente despreocupada, sería preferible a la dudosa «autenticidad» con que forjan el espíritu estos crónicos episodios de turbulencia y tenebrosidad. ¡Sino místico, el mío! ¡Ah! Ça va; lo acepto. Abracemos nietzscheanamente las caras y las cruces de todas las cosas.
[31/01/24]
Primera página de una antigua traducción inglesa de Physiologie du mariage, de Balzac
CONOCERSE Y SER CONOCIDO
I
Se nos dice en una biografía de Balzac (el modesto volumen de Albert Keim y Louis Lumet) que cuando el gran escritor francés oía decir algo que le resultaba ofensivo su expresión se tornaba indiferente, neutra o altiva. Y que sufría cuando era felicitado por sus cuentos y relatos, pues con orgullo justificado deseaba ser apreciado como poeta, filósofo y pensador. No se ha reconocido lo suficiente —continúan los autores— hasta qué punto comprendía Balzac la esencia de su propio genio, cuyos primeros frutos narrativos son creaciones de corte filosófico, que van desde las más elevadas especulaciones acerca de la inteligencia humana hasta los pormenores de la organización social, material y moral de un municipio.
Balzac era sin duda un filósofo, y más que filósofo, psicólogo, de agudísima perspicacia y percepción y de brillante intelecto, al estilo de un Nietzsche en Humano, demasiado humano; y sus poderes de penetración y visión moral son verdaderamente pasmosos, al igual que su capacidad de análisis, su conocimiento de los recovecos y las simas del alma de las mujeres y los hombres y su asombrosa —y genuina— empatía. Ahora bien: donde todo ello resplandece es precisamente en sus novelas, que son en realidad ensayos históricos y psicosociales novelados, no tan remotos —salvando todas las distancias, y a pesar de la extrañeza que semejante afirmación puede en un primer momento provocar— del «ensayo narrativo» en que consiste toda la obra de Proust (del que conviene recordar, en este sentido, la admiración que sentía por Balzac).
Balzac era un poeta, un filósofo y un pensador del más alto calibre, es indiscutible; pero lo era siendo a la vez novelista nato (o lo que llaman «novelista de raza», el rótulo que tantas veces se le aplica a su homólogo español, Pío Baroja). Honoré de Balzac se conocía a sí mismo, desde luego; pero su público —sus más selectos lectores, como el propio Proust, o como el siempre entusiasta Óscar Wilde— lo conocían, de algún modo, todavía mejor.
II
Entre la idea que tiene uno mismo de sí y la idea que de uno tienen los demás existe un punto de equilibrio tan sutil como el que sirve de sujeción a un cabello que flota en el fulcro del aire, o el que hace posible enhebrar un hilo en el cuasi imposible ojo de la aguja más fina que quepa imaginar. El genio es aquel que sabe hallar ese punto, darse por enterado, y asumirlo para provecho propio y deleite de su audiencia.
[03/02/24]
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Olha! Dessa ainda não degustei! Eu comprei ano passado aquele que a embalagem é metálica. São açucaradas e deliciosas, com um fundo de sabor de cinnamon! Perfectly balanced taste! Assim que eu lembrar do nome, eu te conto.
Vou ser bem honesto contigo acerca de leite… eu adoro o leite comum. Mas leite de amêndoas e outros tipos de leite me deixam de estômago virado. Até consigo encarar adicionado ao chá, mas puro ou misturado ao achocolatado… permita-me usar um emoji moderno em nossas cartas, apenas para expressar como eu fico involuntariamente. 🤢😵💫
Verdade, Alice é servida de chá, apesar de gostar da temática de Alice, nem me lembrava dis eventos do conto. Sobre a música da querida Avril, tive que pesquisar, pois apesar de uma cantora brilhante, não compõe muitas canções em minha playlist. Agora essa também já faz parte do repertório.
Sobre a lembrança, você também toca algum instrumento musical? Afinal, parece-me uma artista, mas ainda desconheço a arte que estas mãos, de luvas e protegidas do frio invernal, fazem.
Eu ia perguntar-te mais uma coisa, mas acabei esquecendo… se me lembrar, em breve retorno à sua carta!
Eu sou tão desligada, ao ponto de ter tirado uma foto de meu saca-rolhas automático e as pilhas para mostrar lhe, e acabar por cair em esquecimento…
Mas, sabes se es intolerante a lactose?
Eu toco violão. Me interessei em aprender a tocar, quando a Avril entrou em minha vida. Logo, ao perceber o meu amor pela música, fui presenteada com esse instrumento pela minha saudosa e tão adorada avó, quando tinha apenas 11 anos de idade. Possuo também uma flauta, a qual sei tocar o básico.
A Avril Lavigne, é uma artista canadense completa. Canta, toca, compõe , atua, tem uma grife de roupas, filantropa,… Deveria ter mais musicas dela adicionadas à sua playlist.
E então , já recordastes o que chegou a desejar me questionar??? E já recordastes também o nome das bolachas do País de Gales degustadas por si?
Como foi o seu dia? Fora hoje ao supermercado? E ao descansar, seu descanso será regado de vinho ou chá?
Um aperto de mãos com luvas, nobre cavalheiro.
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Te amo mucho oficial art invernal de Free! ♡(> ਊ <)♡❄️
Especialmente porque la bufanda que tiene Haru aquí es parecida a una que tengo yo lskflskdks, y es más especial aún porque esa bufanda es roja con azúl, rojo + azúl= rinharu, así que sí, básicamente mi bufanda favorita ❤️💙
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Mírame
Nota: Escrito a solicitud de Aquarius no Kari en 2007.
Apenas ayer, los primeros botones de pálido sonrosado han brotado de los antes marchitos árboles; desde mi ventana puedo admirar el cambio casi imperceptible que se opera en el paisaje. Los primeros retoños sobresalen en los secos troncos; los áureos rayos del disco solar comienzan a despertar de su letargo invernal a natura, quien prodiga con suave esmeralda los campos antes cubiertos por una lámina escarchada. Los susurros de la fresca brisa primaveral poco a poco toman el lugar de los vientos polares.
Los delicados folios de pálido albor, poco apoco intensifican sus tonalidades rosáceas, dando lugar a preciosos y llamativos rosas que colorean los botones del magnífico cerezo que da a mi ventana. EL viento juega suavemente con los delicados pétalos, convidándoles a un baile de caprichosos pasos, danzan con languidez por el aire, dejándose llevar hasta caer sobre el esmeralda del pasto, en un límpido espejo de un lago; o quizás en la cabeza de quien descansa a los pies del árbol, fascinado con el espectáculo.
El pequeño Shun abre sus orbes, enormes; antes de ponerse de pie y regresar al interior de la mansión apresurado. Recargo mi mentón en el marco de la ventana, observando con cierta indiferencia la llegada de la primavera; escuchando el arrullo de los pájaros que como por arte de magia han reaparecido tras su ausencia invernal. Mis oídos no tardan en traerme el sonido de unos suaves golpes es mi puerta.
—Adelante.
Comento con voz parca mientras observo como gira la perilla de la puerta, ésta última le cede el paso a la esbelta figura de cierto chico de grandes ojos verdes, cuya mirada alegre me saluda. Sin cerrar la puerta se aproxima hasta mí, mostrándome con esa candidez tan propia de él la flor en sus manos. Inclina su rostro mientras prosigue su estudio.
—Hyoga ¿has visto ya? Los cerezos ya han florecido, se acerca el festival [1].
Las palabras de Shun son dichas con entusiasmo, antes de acortar la distancia entre ambos. Emito una sonrisa, no muy convincente por la expresión condescendiente en el rostro de mi amigo. Me encojo de hombros, sonriendo culpable, provocando la risa de Shun, algo que buscaba, lo admito.
—Hyoga ¿qué te parecería salir al parque? Un día de campo, ya sabes…
Su mirada suplicante me hace imposible rechazar su oferta, y quizás sea una muestra de egocentrismo mío, pero algo me hace pensar que lo hace para levantarme el ánimo, como casi todo lo que ha organizado desde Navidad.
—De acuerdo Shun, aunque no estoy seguro de que los demás quieran ir…
—No te preocupes por eso, déjalo todo en mis manos.
Sin más, sale de mi habitación, tal y como entrara. No puedo evitar que un suspiro se me escape; llevo ambas manos hasta mis labios; girando mi rostro en negación. Ha pasado casi un año, y sigo sin poder olvidarlo; y conforme pasa el tiempo, más me resigno a no olvidarle nunca. Es como un fantasma que nunca dejará de atormentarme. Y quizás, uno que no deseo olvidar por muy doloroso que sea su recuerdo.
Ha llegado el domingo, me levanto con pocos ánimos; pero le he prometido a Shun que iría al parque con ellos. Me doy un duchazo, esperando que el agua despabile un poco a mi apática persona, pero eso no impide que me dé el lujo de vestirme con toda la calma del mundo. Bajo las escaleras hasta la cocina, misma en la que me encuentro con más gente de la que me esperara.
Ahí está Miho, ayudando a Shun a terminar de guardar las cosas necesarias para el almuerzo. June, quien lleva una semana en la mansión de visita conversa con Shun, y una sonrisa cruza mis labios; ¿quién sabe? Hoy podría ser el día. Solamente Shiryu carece de su media naranja; pero es imposible que Sunrei venga desde China para un simple almuerzo en el parque. Imagino que Shiryu muere de ganas por regresar a los Cinco Picos. Y bueno, yo no me cuento. Realmente en estos momentos dudo haber dejado de estar solo en el pasado. Ni siquiera estoy seguro de lo que sentíamos el uno por el otro. Pero eso ya no importa, y como han notado mi presencia ya, decido hacer como que no lo recuerdo, como si su persona nunca se hubiese cruzado en mi camino.
Después de unos cuantos incidentes, logramos salir; yo llevo la canasta en mis manos, mientras los demás conversan. Voy inmerso es mis propias meditaciones, aunque de vez en cuando alguno de mis amigos se acerca, me ofrecen ayuda con la canasta, y hasta conversan un rato conmigo. No los rechazo, por más que deteste la sensación de incómoda compasión; pero sus intenciones son buenas, y es por ello que no les aparto como lo haría en otras circunstancias.
Llegamos al parque y debido a mi falta de humor, escojo un árbol de abundante follaje para recostarme debajo de éste. Shun pretende que me incorpore a los juegos, pero una mirada basta para que comprenda que prefiero estar así, apartado. Les veo conversar animadamente, de vez en cuando alguna de las chicas se las arregla para provocar que las mejillas de alguno de ellos se enciendan.
De cuando en cuando percibo cierta incomodidad por parte de Shiryu, y no puedo evitar sentirme culpable por el hecho de que le he dejado morir solo. Cierro mis ojos momentáneamente, permitiendo que la placentera oscuridad me lleve hasta la semi—conciencia, pero un ruido, o más bien, la ausencia de éste, provoca que mis párpados nuevamente me den la vista del pasto cubierto por pétalos sonrosados.
Y ahí está, de pie, observando con una de esas discretas sonrisas que tanto he añorado; viendo al menor de nosotros, quien se pone de pie para correr y alcanzar a su hermano mayor. Se funden en un abrazo, y no puedo evitar que se me escape el aire. Sí, desearía ser quien le abrazara, o quizás no. Todo este tiempo pensé que le extrañaba demasiado y que estaría contento cuando lo viera. Pero la verdad es que al verle, tan fresco ahí de pie, siento como el color sube por mi rostro, y no es precisamente alegría o un pudor fuera de lugar, es molestia, enojo lo que hace que mi pulso se acelere.
Mi ceño se frunce, mientras mi puño se crispa, no puedo soportar ver su descaro, por lo que sin importarme lo mucho que mis amigos se lamenten, o le posible espectáculo, me giro y me alejo de ahí a grandes zancadas. Puedo escuchar que Seiya me llama, pero no le hago caso, sigo mi camino, tratando de no atropellar a ningún niño en mi camino, puesto que no estoy como para disculparme ni consolar a nadie.
Antes de que me percate de mi rumbo, me veo frente a ese bar, el lugar donde todo comenzó. Cómo olvidar que esa noche le propuse salir a Ikki, estábamos cansados, sí, él seguía deprimido, pensado en Esmeralda aunque no lo aceptara. Duro como siempre, y yo… deseaba olvidarme de mi madre, de Camus, y de todas las personas a las que he herido en toda mi vida. Primero una cerveza y luego otra, y hacia las botellas se fueron formando y nuestras lenguas se soltaron, como suele pasar con el alcohol.
Me llamó niña el muy desgraciado, y pues no tardamos en hacernos de palabras. Eso sí, nada de golpes, no daríamos un espectáculo a los demás ebrios del lugar. Y sin saber cómo fue, estábamos en la calle, caminando con dificultad para poder llegar a la mansión. El imbécil se cayó, en definitiva estaba más bebido que yo, le quise ayudar, pero no calculé bien la fuerza de mi impulso, y terminó ganándome el peso de Ikki, así que lo siguiente que supe es que sus labios besaban los míos, con desinhibición, hasta que me sentía morir, ahogándome debido a la falta del aire. Por fortuna el beso había terminado, y torpemente trataba de ponernos de pie para proseguir.
Llegamos media hora más tarde de lo que hubiésemos tardado de no haber sido por las continuas provocaciones de mi amigo. Sus brazos buscando soporte y de cuando en cuando sus manos se paseaban por mi espalda, causándome escalofríos. Comenzó a decir una sarta de tonterías, que si yo era el que más le agradaba, que si era el menos ingenuo, que de no ser por mis problemas no superados con mi madre sería un caballero impecable. Ahí fue cuando perdí el control le hablé de su insistencia por parecer duro, por querer ser el malo de nosotros. Cuando en realidad no puede superar que Shun no lo necesite. Y eso era todo, atravesamos la puerta enredados en el otro, comiéndonos a besos.
Nunca imaginé terminar así con un chico, mucho menos con Ikki, pero las sensaciones simplemente eran tan excitantes, todo se sentía repentinamente tan bien. No importaba si era simple calentura de ambos, o si de repente la soledad había pesado de más, éramos él y yo, juntos, su piel ardiente sobre la mía, sus besos de fuego consumiendo los míos. Fue una noche inolvidable, o al menos para mí, me sentía extraño por la mañana, me levanté antes que él e hice como si nada hubiese pasado, pese al dolor entre mis piernas. El jodido de Ikki me había tomado desprevenido, y cuando me di cuenta, ya era un poco tarde.
Todo ese día transcurrió normal, no le había visto y estaba mejor así, no podía evitar sentir que nos habíamos usado y ya, quizás quiso ver en mi cabello rubio al de Esmeralda, quizás deseaba pensar que mientras me embestía, era una niña a la que tenía entre sus brazos, no lo sabía y tampoco quería asegurarme de nada. Sólo deseaba que el maldito escozor entre mis piernas me dejase en paz.
Por la noche estaba solo en la cocina cuando sentí su abrazo, sus brazos no me dejaban mover, intenté quitármelo de encima, el muy maldito era demasiado fuerte, y un ataque con mi polvo de diamantes me pareció exagerado. Fue así que compartimos otra noche, y esta vez no fue silenciosa, de hecho temía que todos se dieran cuenta, pero cómo no iban a hacerlo, si la situación se extendió por dos semanas. Casi no hablábamos, algunas miradas suyas me confundían, repentinos ataques agresivos acompañados de besos hambrientos. Era demasiado confuso para mí, y estaba dispuesto a discutirlo con Ikki, aunque tuviese que congelarlo para evitar que sus labios me obnubilaran. Pero no fue necesario, el cabrón desapareció ese día. Me dejó ahí a la mitad de abril solo. Sin explicaciones, sin un adiós o hasta pronto… nada.
Desde ese momento su sombra me ha asechado, me he sentido un objeto y eso me molesta, lo maldije, y aún más cuando vi los rostros dolorosos de los demás, sus ganas de consolarme, cuando yo no necesitaba consuelos, sólo deseaba una explicación, una explicación de él. Paso el tiempo, me vino una depresión en invierno y ahora simplemente estaba de malas, furioso si es ello posible y en este bar, sentándome en la barra mientras pido un vaso bien servido de vodka.
Abren la puerta y para mi poca sorpresa, eres tú quien entra, te miro con indiferencia, que no me cuesta fingir, después de todo Camus ha sido mi maestro.
Tomas asiento a mi lado, pero te sigo ignorando así de molesto como estoy. Te ves como ese día, pareciera que el tiempo se ha congelado para ti, y me pregunto cómo me verás, si es que te parezco el mismo, porque no lo soy Ikki y más vale que te des cuenta antes de que no lo soporte más y te rompa la cara. Pides lo mismo que yo, vaya con tu originalidad.
De repente te aproximas hasta mi oído y susurras con suavidad ciertas palabras que me hacen molestarme aún más, puesto que me has hecho sufrir un escalofrío.
—Te estaba buscando.
Sí cómo no, pues puedes seguir buscando, porque no pienso contestarte para nada pedazo de imbécil. Me tienes preocupado todo este tiempo y luego vuelves tan tranquilo pensando que todo sigue igual.
—Hyoga ¿dejarás de portarte como el niño de mami de siempre y me harás caso?
—Ah, pero mira quién lo dice, yo no soy el que salió corriendo.
Me recrimino, yo no te iba a contestar, y mira, ya me sacaste las primeras palabras, siempre tiene que hacerse lo que quieres ¿no es así?
—Hyoga, tenía que irme, no comprendes, eso no podía seguir así.
—Desde luego que no, pero en vez de discutirlo como toda persona normal, tenías que hacer algo tan…tan como tú…huir, y dejarme aquí sin saber ni siquiera qué demonios pasó.
—Vamos Hyoga, ya eres bastante grandecito para saber qué pasó ¿Quieres que te lo explique con flores y abejitas?
Tu tono de sorna me saca de quicio, provocando que mis manos se cierren en tu cuello, puedo ver como se te dificulta respirar y es que así te deseaba ver, con un rostro que no sea el de expresión irónica.
—Vete al demonio—, susurro peligrosamente cerca de tus labios, aun sabiendo que el dueño del lugar nos observa alarmado.
Te saco del lugar, jalándote por la playera hasta cierto rincón de la calle que está vacío para conveniencia mía. Te estampo contra la pared, viéndote a los ojos, azul contra azul.
—Mímame Ikki, y dime qué ves, dime que queda del arrogante Hyoga de siempre…
No contestas, me miras pero no contestas.
—Porque yo por las mañanas frente al espejo, no me reconozco a veces, me veo molesto, incompleto, insatisfecho y todo es tu jodida culpa.
Me quedo casi sin aliento mientras te grito esto en la cara, y tú maravillosamente inmóvil, curveas tus labios, y deseo borrar esa sonrisa de ellos.
—¿Quieres que te diga que veo? Veo lo mismo que me da los buenos días cada mañana, a alguien confundido, molesto, tal y como lo he estado todo este tiempo. Sigues tan arrogante como siempre, no te preocupes por eso Hyoga. Pero admítelo, tú también lo sientes….
—¿Sentir qué Ikki? ¿Desprecio por ti? Enojo, molestia, siento todo eso Ikki así que no te hagas el misterioso, que no te queda, y dime lo que piensas. Antes de que tomes tus cosas otra vez y te largues a quién sabe dónde a hacer dios sabe qué.
—No es como piensas, necesitaba tenerte lejos, ¿no has notado que estando cerca de ti no puedo ser el mismo de siempre?
—No me vengas con esas frases baratas Ikki, yo no tengo nada que ver con tu síndrome de escapista. Siempre que se trata de hacer algo distinto a pelear sales huyendo a esa Isla ¿no es así? A la tumba de ella.
—¿O me dirás que no te quedaste porque soy una adicción Ikki?
Espeto con desprecio en su rostro, que se desvía hacia un costado y no, esta vez no dejaré que se quede todo lo que debemos aclarar.
—Anda dime, ¿qué fuimos, o mejor aún, qué somos? Porque yo ya no sé. Esa noche pudo pasar, y hubiese estado bien, un polvo y nada más. No hay problema. Pero las demás noches…no me digas que fueron un vil accidente Ikki, porque fueron más que premeditadas ¿o lo niegas acaso?
—Mira cómo estás, tan silencioso. Creí que si me buscabas era para hablar o no…ya sé ¿es esto lo que quieres?
Y dejo que mis labios se estampen en los suyos, abriendo con violencia el camino hasta su cálido interior, mientras mi brazo le empuja por el cuello a permanecer en la pared, y me hace temblar el sólo contacto de sus labios, no debí hacerlo, pero ya es tarde, finalizo el beso con rudeza para mirarle con sorna.
—Hyoga yo…—, finalmente logras deshacerte de mi agarre, y no es porque lo quisieras, es porque yo he decidido dejarte en paz.
—No era mi intención, todo esto se salió de control. Éramos camaradas y si me preguntas que somos, pues no lo sé, no sé nada. Sólo sé que aún en esa isla como la llamas, no importaba qué tanto entrenara. Ahí estabas atormentándome. Las noches eran largas y aquí me tienes, dime qué es lo que quieres.
—Vete Ikki, lárgate y déjame en paz, no quiero saber de ti, eres más problemático de lo que crees, no fuiste el único que la pasó mal, no eres víctima, y yo tampoco. Nos conocemos y lo que pasó fue culpa de los dos, así que cada quien por su lado, esto por mi parte se ha terminado.
Siento de nuevo tus brazos alrededor de mí, y me detengo, no lo deseo, o quizás sí, el caso es que siempre me confundiste Ikki, nunca te he entendido y eso no cambia, y me hace mal; nos hace daño más bien.
—Aléjate si sabes lo que es bueno para ti, porque te aseguro que si sigues abrazándome Ikki, sólo nos haremos más daño, porque no me importará si eres feliz o no, te voy a atar a mí, y no te permitiré que vuelvas a abandonarme como lo hiciste, ya me has dejado en un estado lamentable. Te destruiré antes de permitir que me quites lo que soy.
—¿Nunca te he dicho Hyoga cómo me gusta lo rudo y arrogante de tu persona? Además soy un hombre de retos, y tú eres mi mayor reto.
—Pues buena suerte Ikki, sigue intentando.
Y me alejo de nuevo, dejándole ahí solo en la calle, mirándome completamente extrañado, mis labios esbozan una sonrisa.
—¿Te piensas quedar ahí parado idiota? ¿O me vas a mostrar que tan bueno eres para superar los retos señor modestia?
Y caminamos en silencio hacia la mansión, no te he perdonado, pero no lo sé, quizás algún día, en algún momento. Uno nunca sabe… pero mírame bien Ikki, porque puedo ser tu paraíso, o tu más cruel infierno.
Nota:
[1] Sanno—matsuri de primavera, cuando los cerezos florecen Este festival celebra la primavera y las familias preparan un picnic debajo de los árboles de cerezo florecidos. Los niños celebran volando cometas muy coloridos y decorados.
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Título completo: La Pointe de la Hève, Sainte-Adresse
Artista: Claude Monet
Fechas de artistas: 1840 - 1926
Fecha de realización: 1864
Medio y soporte: Óleo sobre lienzo
Dimensiones: 41 × 73 cm
Resumen de inscripción Firmado; Con fecha de
crédito de adquisición: Comprado, 1996
Monet tenía poco más de veinte años cuando pintó esta vista a través de los rompeolas hasta el promontorio de La Hève, cerca de Sainte-Adresse, en la costa de Normandía. Conocía bien la zona, ya que había pasado su infancia en la cercana Le Havre. La imagen probablemente se hizo en el lugar como estudio para una pintura de estudio más grande, La Pointe de la Hève at Low Tide (Museo de Arte Kimbell, Fort Worth) que mostró en el Salón de París en 1865.
La playa vacía de guijarros tiene un aire invernal y desolado. Tres figuras en un bote que rema hacia nosotros están abrigadas contra el frío y sale humo de la chimenea de la cabaña en el acantilado. En la distancia, los barcos de vela corren a lo largo del horizonte, sus velas oscuras contrastan con el brillo del sol debajo del banco de nubes grises. Los toques nítidos de pintura que sugieren guijarros en la playa y las pinceladas amplias y planas que rodean el barco insinúan la dirección futura del arte de Monet.
Información e imagen de la web de la National Gallery de Londres.
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For a tide-you-over until these superior versions are done:
While it has been so long since I read it that I can't remember it well enough to vouch for the quality, Fred Saberhagen wrote a few books related to the idea of Dracula being attached to human descendants of people he was attached to way back when. And one of them WAS the Holmes family.
(I was going to put up the old cover art that I have but the new one is awesome so here's the current cover instead)
1887, London, Victoria’s Jubilee -- criminals threaten to release thousands of plague infested rats on the day of celebration. The extraordinary powers of the Count and sharp mind of the Master Detective team up to avert a catastrophic public disaster. (And, the reader discovers more than a deerstalker hat and an Invernes Cape in Holmes’ family closet.)
The Holmes-Dracula file is considered the second book in the series, the sequel to The Dracula Tapes, which I know I read but have very little memory of... except maybe Dracula complaining about how he got depicted in Dracula because of doing all this hard work that the foreigners were too ignorant to understand XD. And I vaguely remember quite liking book 3, An Old Friend of the Family, which I think I actually read first and set a lot of ways I tend to (incorrectly) think about Dracula et al.
Sadly, I don't remember Holmes ever coming back into the series. But it has been long enough that there are more books in the series than I read so maybe I've forgotten or there is now.
I know there was also a Holmes book that, although Holmes wasn't a vampire, he did keep coming around because he was Lama or something, and part of the proof of his reincarnation was choosing the correct pipe and magnifying glass that he used to own or something like that anyway. Which could also maybe fulfill some of the some desire. But I really can't remember that one.
Though, I will reiterate, these should be written. I'm offering this as a tide-over not a replacement. These ideas are good. And frankly, I think there's a dearth of Holmes fiction that is FUN as well as a good mystery / suspense / thriller / puzzle / character study or whatever. I miss fun.
Sherlock Holmes modern adaptation but the main characters (Sherlock, Watson, Mrs. Hudson, Irene Adler, and maybe even Lestrade) are all vampires and they’ve just been doing their thing since the time period of the original books
Irene gets to be from New Jersey like she is in canon and she’ll occasionally show up and help Sherlock with a case but they don’t ever date or hook up or anything
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Vintage Winter Photo Ephemera Cards
Immerse yourself in the magic of winter with my ‘Vintage Winter Photo Ephemera Cards’. This digital set captures all the nostalgia and elegance of snowy landscapes and retro portraits. Ideal for junk journals, scrapbooking, collages and much more. 🌨️📜
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Descubra o Inverno Curitibano Roteiros para Aproveitar o Frio
O inverno curitibano tem um charme especial, com suas baixas temperaturas e a mistura de tradição e modernidade que tornam a cidade ainda mais encantadora durante essa estação. Se você está planejando uma viagem a Curitiba durante o inverno, há uma série de atividades e roteiros que tornam a temporada fria um momento perfeito para explorar a cidade. Entre passeios culturais, gastronomia acolhedora e atrações naturais, Curitiba oferece diversas experiências para quem deseja aproveitar o clima gelado de forma única.
1. Aconchego nas Cafeterias e Bistrôs da Cidade
Durante o inverno, nada melhor do que se aquecer em uma das charmosas cafeterias ou bistrôs de Curitiba. A cidade tem uma cena gastronômica que inclui opções deliciosas de cafés quentinhos, chocolate quente e fondue, tudo perfeito para saborear enquanto observa o frio lá fora. Locais como o Café do Viajante, Lanchonete da Marilda e o famoso Bistrô Pinhão são ótimos para curtir uma refeição acolhedora e aproveitar o clima invernal de Curitiba.
Esses bistrôs e cafeterias são ideais para quem quer relaxar, desfrutar de um ambiente aconchegante e se aquecer com uma bebida quentinha enquanto observa a cidade.
2. Passeios pelos Parques e Jardins no Frio
Mesmo com o inverno gelado, Curitiba é uma cidade com muitos parques e jardins que se tornam ainda mais encantadores durante essa estação. A cidade conta com diversos espaços ao ar livre, que são perfeitos para passeios tranquilos e caminhadas, aproveitando as baixas temperaturas de forma agradável. O Jardim Botânico, o Parque Barigui e o Parque Tanguá são opções ideais para quem deseja respirar ar puro e aproveitar a beleza natural de Curitiba, mesmo durante os dias frios.
No Jardim Botânico, a icônica estufa de vidro oferece uma vista maravilhosa, e a caminhada ao redor dos jardins é sempre uma experiência revigorante, mesmo quando as temperaturas estão baixas. Aproveite para tirar fotos deslumbrantes das paisagens e apreciar a tranquilidade desses espaços verdes.
3. Roteiro Cultural e Museus
Curitiba é rica em cultura e, durante o inverno, nada melhor do que aproveitar a programação cultural da cidade. Os museus de Curitiba são uma excelente opção para quem deseja explorar o lado artístico e histórico da cidade enquanto se aquece. O Museu Oscar Niemeyer, conhecido como MON, é uma parada obrigatória para quem aprecia arte contemporânea e arquitetura. Outro local imperdível é o Museu Paranaense, que oferece exposições sobre a história e a cultura do estado.
Além disso, durante o inverno, diversos teatros de Curitiba entram em cena com apresentações e peças teatrais que encantam os visitantes. O Teatro Guaíra, um dos mais tradicionais da cidade, recebe uma programação diversificada, com espetáculos de dança, teatro e música.
4. Gastronomia Típica e Fondue para Aquecer o Corpo
Não há como falar de inverno sem mencionar a gastronomia curitibana. A cidade é famosa por seus pratos típicos, e durante o inverno, as opções mais quentes e reconfortantes são as mais procuradas. Experimente o tradicional barreado, prato típico do litoral paranaense, que é uma verdadeira iguaria que combina carne de boi cozida com temperos, servida com arroz e farofa. Outra opção imperdível é o fondue, que ganha destaque em muitos restaurantes da cidade durante o inverno, com queijos e chocolates preparados para aquecer qualquer coração.
A cidade tem uma ótima oferta de restaurantes especializados nessa culinária, como o La Varenne e o Chalet Suisse, onde você pode saborear fondues de queijo, carne e chocolate enquanto se aquece do frio curitibano.
5. Aconchego no Centro Histórico de Curitiba
O centro histórico de Curitiba também tem um clima único durante o inverno. Suas ruas de pedras e o charme das construções antigas ficam ainda mais encantadores com o friozinho. Explore o Centro Histórico a pé, passe por pontos como a Rua XV de Novembro, a Praça Tiradentes e a Catedral de Curitiba, que ficam ainda mais charmosas com o clima ameno da estação. Aproveite para conhecer as lojinhas de artesanato e as pequenas galerias que revelam o lado mais artístico da cidade.
A Feira do Largo da Ordem, que acontece aos domingos, também é uma ótima opção para quem quer aproveitar o frio e conhecer o melhor do artesanato local, além de provar comidas típicas e quentinhas.
6. Hospedagem Aconchegante para o Inverno
Para quem deseja explorar o inverno curitibano com muito conforto, o Hotel Nacional Inn Curitiba é uma excelente opção de hospedagem. Com uma localização central, o hotel oferece quartos aconchegantes, perfeitos para se aquecer após um dia de passeios pela cidade. Além disso, o hotel conta com Wi-Fi gratuito, café da manhã incluso e acomodações de luxo, garantindo uma experiência completa para quem visita Curitiba durante o inverno.
Mais informações sobre hospedagem: https://www.nacionalinn.com.br/hoteis/hotel-nacional-inn-curitiba
Para mais dicas sobre o inverno em Curitiba, acesse o blog: https://blog.nacionalinn.com.br/
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LONDON-ART-PAINTINGS-PINTURA-LONDRES-PARK CHERRY TREE WOOD-EAST FINCHLEY-WINTER-WATERCOLORS-ACUARELAS-COFFE SHOP-TREES-ERNEST DESCALS-ARTIST-PAINTER- por Ernest Descals Por Flickr: LONDON-ART-PAINTINGS-PINTURA-LONDRES-PARK CHERRY TREE WOOD-EAST FINCHLEY-WINTER-WATERCOLORS-ACUARELAS-COFFE SHOP-TREES-ERNEST DESCALS-ARTIST-PAINTER- En la mañana del dia de Navidad quise Pintar la escena de la Cafetería en el PARK CHERRY TREE WOOD, el parque que se encuentra delante del edificio de la estación del Metro de EAST FINCHLEY en Londres, una jornada con mucho f´rio y pocas personas paseando, los árboles son los protagonistas junto a la cafetería cerrada al público en estas fiestas navideñas, escenas bucólicas en invierno. Con las acuarelas me dispongo a Pintar el paisaje en mi libreta de viaje. Luz blanquecina típica del tiempo invernal en la ciudad de London, UK. Pintura del artista pintor Ernest Descals con la acuarela que siempre resulta capaz de producir las emociones mágicas.
#PARK CHERRY TREE WOOD#EAST FINCHLEY#LONDON#LONDRES#PARQUE#PARQUES#LONDINENSES#UK#INGLATERRA#REINO UNIDO#WINTER#INVIERNO#NAVIDAD#ESCENA#SCENE#LANDSCAPE#LANDSCAPING#PAISAJE#PAISAJES#FRIO#COLD#LIBRETA DE VIAJE#CAFETERIA#ARBOLES#TREES#COFFE SHOP#CASETA#ACUARELAS#ACUARELA#ACUARELISTA
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Descubra o Inverno Curitibano Roteiros para Aproveitar o Frio
O inverno curitibano tem um charme especial, com suas baixas temperaturas e a mistura de tradição e modernidade que tornam a cidade ainda mais encantadora durante essa estação. Se você está planejando uma viagem a Curitiba durante o inverno, há uma série de atividades e roteiros que tornam a temporada fria um momento perfeito para explorar a cidade. Entre passeios culturais, gastronomia acolhedora e atrações naturais, Curitiba oferece diversas experiências para quem deseja aproveitar o clima gelado de forma única.
1. Aconchego nas Cafeterias e Bistrôs da Cidade
Durante o inverno, nada melhor do que se aquecer em uma das charmosas cafeterias ou bistrôs de Curitiba. A cidade tem uma cena gastronômica que inclui opções deliciosas de cafés quentinhos, chocolate quente e fondue, tudo perfeito para saborear enquanto observa o frio lá fora. Locais como o Café do Viajante, Lanchonete da Marilda e o famoso Bistrô Pinhão são ótimos para curtir uma refeição acolhedora e aproveitar o clima invernal de Curitiba.
Esses bistrôs e cafeterias são ideais para quem quer relaxar, desfrutar de um ambiente aconchegante e se aquecer com uma bebida quentinha enquanto observa a cidade.
2. Passeios pelos Parques e Jardins no Frio
Mesmo com o inverno gelado, Curitiba é uma cidade com muitos parques e jardins que se tornam ainda mais encantadores durante essa estação. A cidade conta com diversos espaços ao ar livre, que são perfeitos para passeios tranquilos e caminhadas, aproveitando as baixas temperaturas de forma agradável. O Jardim Botânico, o Parque Barigui e o Parque Tanguá são opções ideais para quem deseja respirar ar puro e aproveitar a beleza natural de Curitiba, mesmo durante os dias frios.
No Jardim Botânico, a icônica estufa de vidro oferece uma vista maravilhosa, e a caminhada ao redor dos jardins é sempre uma experiência revigorante, mesmo quando as temperaturas estão baixas. Aproveite para tirar fotos deslumbrantes das paisagens e apreciar a tranquilidade desses espaços verdes.
3. Roteiro Cultural e Museus
Curitiba é rica em cultura e, durante o inverno, nada melhor do que aproveitar a programação cultural da cidade. Os museus de Curitiba são uma excelente opção para quem deseja explorar o lado artístico e histórico da cidade enquanto se aquece. O Museu Oscar Niemeyer, conhecido como MON, é uma parada obrigatória para quem aprecia arte contemporânea e arquitetura. Outro local imperdível é o Museu Paranaense, que oferece exposições sobre a história e a cultura do estado.
Além disso, durante o inverno, diversos teatros de Curitiba entram em cena com apresentações e peças teatrais que encantam os visitantes. O Teatro Guaíra, um dos mais tradicionais da cidade, recebe uma programação diversificada, com espetáculos de dança, teatro e música.
4. Gastronomia Típica e Fondue para Aquecer o Corpo
Não há como falar de inverno sem mencionar a gastronomia curitibana. A cidade é famosa por seus pratos típicos, e durante o inverno, as opções mais quentes e reconfortantes são as mais procuradas. Experimente o tradicional barreado, prato típico do litoral paranaense, que é uma verdadeira iguaria que combina carne de boi cozida com temperos, servida com arroz e farofa. Outra opção imperdível é o fondue, que ganha destaque em muitos restaurantes da cidade durante o inverno, com queijos e chocolates preparados para aquecer qualquer coração.
A cidade tem uma ótima oferta de restaurantes especializados nessa culinária, como o La Varenne e o Chalet Suisse, onde você pode saborear fondues de queijo, carne e chocolate enquanto se aquece do frio curitibano.
5. Aconchego no Centro Histórico de Curitiba
O centro histórico de Curitiba também tem um clima único durante o inverno. Suas ruas de pedras e o charme das construções antigas ficam ainda mais encantadores com o friozinho. Explore o Centro Histórico a pé, passe por pontos como a Rua XV de Novembro, a Praça Tiradentes e a Catedral de Curitiba, que ficam ainda mais charmosas com o clima ameno da estação. Aproveite para conhecer as lojinhas de artesanato e as pequenas galerias que revelam o lado mais artístico da cidade.
A Feira do Largo da Ordem, que acontece aos domingos, também é uma ótima opção para quem quer aproveitar o frio e conhecer o melhor do artesanato local, além de provar comidas típicas e quentinhas.
6. Hospedagem Aconchegante para o Inverno
Para quem deseja explorar o inverno curitibano com muito conforto, o Hotel Nacional Inn Curitiba é uma excelente opção de hospedagem. Com uma localização central, o hotel oferece quartos aconchegantes, perfeitos para se aquecer após um dia de passeios pela cidade. Além disso, o hotel conta com Wi-Fi gratuito, café da manhã incluso e acomodações de luxo, garantindo uma experiência completa para quem visita Curitiba durante o inverno.
Mais informações sobre hospedagem: https://www.nacionalinn.com.br/hoteis/hotel-nacional-inn-curitiba
Para mais dicas sobre o inverno em Curitiba, acesse o blog: https://blog.nacionalinn.com.br/
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⛄ Un gigante de nieve en China 🌨️ En Harbin, construyeron un impresionante muñeco de nieve de 18 metros de altura. Para dar vida a este coloso con sombrero rojo y bufanda, se utilizaron 2,000 m³ de nieve. ¡Ya es el ícono invernal de la región! ❄️ #InviernoMágico #Harbin #Arte #Navidad #China
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