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hagan un ensayo
#CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS MULTIMEDIA El guión El guión#a veces también llamado storyboard#es el elemento básico de desarrollo de aplicaciones multimedia#que puede cumplir una función informativa#comunicativa o de aprendizaje. Es una secuencia de gráficos que representa visualmente un proyecto a realizar. En la preparación de una apl#el guión o storyboard está siempre visualmente ilustrado. Se describe a continuación un proceso para desarrollar guiones visuales para mult#es un plan de acción que implica un método para representar información basada en formato hipermedia#lo cual significa que estará formada por objetos multimedia navegables#reusables#que se comunican entre sí y pueden residir en un equipo o en un kiosco de información o más usualmente en la web#para ser distribuidos a través de múltiples dispositivos#como com- putadoras de escritorio y portables#tablets y celulares#atendiendo a las particularidades técnicas de los dispositivos#tanto de hardware como de software. La preparación de un guión multimedia es un proceso de pensamiento visual o visualización. El axioma es#al que podría agregársele otro#igual de fuerte como idea rectora de un buen producto: “piensa en red”. Para pensar visualmente#es necesario crear un diseño conceptual general del proyecto multimedia que se planea realizar. Esto implica la creación de mapas conceptua#correctamente contextualizados. Sin embargo#texto e imagen deben representarse para mostrar claramente los objetos que componen el proyecto#pero también establecer con claridad las relaciones o vínculos entre ellos. Definir cada objeto multimedia#como ya se explicó en el ítem “La información y sus formatos: textual#verbal#sonoro y visual” del presente capítulo#atiende a la necesidad de respetar el umbral de pertinencia de la multimedia a la medida justa tanto de la complejidad como de la relación#desarrollado en el ítem mencionado#brinda un paso a paso del cómo elegir si un objeto multimedia será un texto#un hipertexto#una imagen#una hiperimagen
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| Tara |
Otro cuento chino
Juan Lo Carmine Gammel1
Santiago Peidro2
I. Intro
En 해신당 공원, un hombre dejó a su amada, aún virgen, sentada sobre una roca en el mar para que lo esperara hasta que terminara de trabajar.
Se desató un tormenta. Quiso ir a buscarla. Ya era tarde. El mar se la había tragado.
A partir de ese día, los pescadores del pueblo intentaron seguir pescando. Pero ningún pez mordía el anzuelo. La pequeña villa marina se empobrecía. Nadie podía obtener frutos de su trabajo. Una mañana, mientras sostenía en vano su caña, un pescador hastiado orinó en el mar desde una roca.
Inmediatamente después, los aldeanos pudieron atraer peces. Cuenta la leyenda que la difunta virgen había visto con muy buenos ojos los genitales de aquel pescador y que entonces los pobladores erigieron un altar con un pene en la colina del pueblo para satisfacerla, así como muchos objetos con formas peneanas que, aún hoy, se reparten por de todo lugar.
El Parque del Pene, también llamado Haesindang Park, en honor a la amada ahogada en el Mar de Japón, se ubica en un pequeño pueblo en el extremo este de Corea del Sur.
II. Ruido
Algo suena demasiado bien: “la salud es la capacidad de amar y trabajar”.
Más que un constante tintineo indescifrable, parece un campanazo. No cierra. Freud nunca pudo haber dicho esas palabras, porque en alemán, ellas no existen. Al menos, no más que por su traducción. Y ya sabemos que esto nunca se puede hacer del todo bien. La cuestión de la traducción concierne al psicoanálisis en varios aspectos.
El pasaje de la obra freudiana a otras lenguas no fue una simple operación de transposición idiomática con el fin de que la misma pudiera ser difundida en otras latitudes. Paradójicamente, hoy el texto freudiano tiene más presencia en contextos hispanoparlantes que germánicos. Es decir, se viralizó más la traducción que el original. Si uno camina hoy por Viena y le pregunta a cualquier transeúnte dónde queda la casa (devenida hoy museo) de Sigmund Freud, lo más probable es que no lo sepa. Es difícil cruzarse con algún vienés que conozca quién fue este personaje, aunque se encontrara, curiosamente, a pocos metros del lugar donde éste vivió y escribió casi toda su obra.
III. Algo
Traducir una palabra de una lengua a otra es siempre complicado. El término del que se parte nunca es exactamente igual a aquél al que se llega. Algo queda perdido. Cuando alguien accede al término traducido sin conocer la lengua de origen, desconoce el resto de esa operación y supone tener ante sí, un término equivalente.
He allí el meollo de la cuestión. Hay que saber que no se puede evitar ser engañado, un poco.
Sin embargo, las limitaciones idiomáticas pueden enriquecer ambas lenguas. La clave está en el resto. Así que, guiados sobre todo por nuestra intuición y el conocimiento de la lengua alemana, para saber algo de ese resto, hicimos la siguiente operación:
Traducción - Original = Algo
Para decir mejor: Algo de ese Algo, no todo. Más claro aún, hay que tomar la palabra en español, restarle su traducción en alemán y ver el saldo.
Sigamos entonces con la referencia freudiana popularizada durante los últimos ochenta años: una persona saludable es aquella que cuenta con capacidad de amar y trabajar.
¿Qué habrá querido decir Freud con esto?
En primer lugar, los términos en español no sólo no reflejan los sentidos y la enormidad de connotaciones que se desprenden de lieben und arbeiten, sino que incluso conducen a caminos muy distintos. Analicemos, en esta ocasión, el caso de los términos arbeiten y su pretendido par español, trabajar. A pesar de tener el primero un origen distinto del segundo, sus etimologías guardan cierta relación. Arbeiten proviene del indoeuropeo y significaba “niño huérfano”. Evolucionó a través de un término del antiguo germano que significaba ser niño huérfano obligado a pesada actividad física (GRIMM y GRIMM 1971). Algo similar sucede con la palabra trabajo, encontramos su base en tripalium, un elemento de tortura que constaba de tres palos (SOCA 2016). El diccionario de Corominas (1973) define trabajar como sufrir y esforzarse.
Pero ¿qué relación guarda una etimología con el vocablo que se usa en determinada época? La manera en que un significante va adquiriendo diversos sentidos, y las connotaciones que de ahí se desprenden, depende de procesos complejos a través de la historia. Tal vez la etimología nos aporte algo. Pero ese supuesto origen no explica por sí mismo un sentido ni los usos a lo largo del tiempo. Al menos, no del todo. Podría también pensarse lo que evoca el sonido de la palabra en un momento, y la posible asociación homófona con otros sentidos. No podemos negar que la palabra trabajo nos dice también “traba” y “abajo”, mal que nos pese. En ese caso, el origen de la palabra y aquello que invoca, parecen correlacionados.
Algo distinto sucede con la connotación de la palabra arbeiten, que “a partir de Martín Lutero, fue adquiriendo un carácter más positivo y ético, perdiendo el aspecto peyorativo de actividad degradante y humillante (…) En nuevo alto alemán designa actividad dirigida y útil, y actividad profesional” (HANNS 1996, 203). El Protestantismo produjo, sobre todo en las culturas germánicas de las que partió, un cambio importante respecto del sentido del trabajo, alejándolo de la tortura, y acercándolo a algo virtuoso que enaltece el espíritu. Existe también, en alemán, la palabra werken para referirse a algo similar al trabajo. Puede advertirse fácilmente su parentesco con la palabra inglesa work, derivada de la misma familia germánica. En alemán puede utilizarse para referirse a una obra, como es el caso de las Gesammelte Werke3 de Freud. Es decir que, por varios caminos, llegamos a la idea de arbeiten y work como aquello que requiere gustosa dedicación, la obra de una vida, el trabajo sobre uno mismo, etc.
Las lenguas germánicas se fueron desarrollando durante miles de años, perdurando hoy a través de distintos dialectos regionales, así como de sus dos exponentes más conocidos: el inglés moderno y el alemán estandarizado. Una de las características presentes más llamativas en el alemán actual es la facilidad para componer palabras complejas a partir de pequeñas partes encastrables, como si fuera una gran ciudad que se va armando con piezas de Lego, una a una. Se pueden formar combinaciones con cualquier palabra, llegando a alcanzar longitudes inimaginables en español. Por ejemplo, existe la palabra Rindfleischetikettierungsüberwachungsaufgabenübertragungsgesetz, que significa “ley para la transparencia de tareas de supervisión en el etiquetado de la carne vacuna”. Un germano-parlante puede leer esta palabra compuesta por diez partes, separando cada una automáticamente en la mente y ordenándola a su vez, retroactivamente, ya que el sustantivo más importante de toda esta palabra, “Gesetz” (ley), la que determinará el sentido, es la última que aparece. Debe retenerse toda la información hasta que la palabra finalice. Las partes que la componen pueden, a su vez, relacionarse con muchas otras, estableciendo una red de significados y connotaciones infinita. Con tan solo un concepto puede nombrarse y explicarse algo muy específico, para lo que en otros idiomas serían necesarias largas explicaciones con términos diversos, unidos por preposiciones, etc.
Siguiendo esta línea, podemos inferir que en alemán no sólo pueden inventarse las más singulares y variadas palabras, sino que además, los interlocutores pueden entenderlas automáticamente y con facilidad. Tal como sugiere Luiz Hanns (1996), Freud tendió a utilizar términos germánicos de uso cotidiano y coloquial por sobre los griegos o latinos, que suenan demasiado eruditos en alemán. En otras palabras, cualquier germanoparlante, tanto hoy como en el siglo XIX, podría acceder fácilmente a la terminología freudiana, algo que no ocurre con facilidad en español. Lo afirmamos en condicional, ya que las lenguas tienen muchas capas y no siempre se está advertido de todas ellas. Sin embargo, allí están. Tal fue el descubrimiento freudiano.
El psicoanálisis que conocemos se inventó en alemán. Freud realiza una operación intencionada sobre la lengua, utilizando su mecánica y estructura para producir nuevas combinaciones de estilo poético, que pueden ser inteligibles para cualquier lector. Freud no escatima en el uso de las posibilidades ya presentes en su lengua, llevándola aún más allá de los confines de la ilusión del entendimiento cotidiano.
En alemán, además de poder crearse nuevas palabras combinando varias entre sí, pueden agregarse prefijos y sufijos a diversos lexemas, haciendo surgir así, nuevos términos. La diferencia entre el alemán y las otras lenguas indoeuropeas radica principalmente en que en el primero, la relación entre las partes es de menor fijeza. Es decir, hay mayor libertad. En español, por ejemplo, las combinaciones son limitadas y no es fácil crear nuevas (i.e. satisfecho/insatisfecho; empleo/desempleo). Pero en la lengua alemana, una misma raíz puede ramificarse en distintos sentidos, conservando algo de sí. Por ejemplo, al verbo arbeiten puede agregársele el prefijo ver- (verarbeiten) dando la idea de proceso interno, como digerir, asimilar. También el prefijo mit- (mitarbeiten) colaborar, cooperar; be- (bearbeiten) elaborar con dedicación; y una lista de innumerables etcéteras. Estas son sólo algunas de las muchas combinaciones utilizadas por Freud a lo largo de su obra a partir de arbeiten, aunque existen, por supuesto, otras posibles.4 Este verbo, arbeiten, enriquecido por el cuantioso aporte semántico de sus asociaciones, da la idea de un proceso que requiere un esfuerzo subjetivo, laborioso, una tarea que involucra dedicación y cuidado.
IV. Arbeit
En el ámbito del psicoanálisis, arbeiten aparece ligado a varias ideas y conceptos complejos. Mayormente, su aparición en la obra freudiana circunda la idea de trabajo analítico. Es notable que en alemán, a diferencia del español, la diversidad de sentidos posibles alrededor de ese trabajo es muy rica, pudiéndose describir acepciones del mismo con mucha sutileza y especificidad. A partir del verbo de base, arbeiten, las ramificaciones de sentido que se van desarrollando, conforme se agregan partículas, van describiendo diferentes ideas de modo muy poético y preciso. Son verdaderos conceptos en sí mismos que orientan sobre pautas teóricas y prácticas. Esto se pierde en español. Además, luego de la traducción de dichos conceptos, se arriba en español a palabras que inevitablemente se alejan del significante “trabajo”, mientras que en alemán prevalece fija la raíz arbeiten. Es decir que el sentido está más fijado a su base y se puede jugar más libremente con sus derivados sin perderse. Un ejemplo que permite ilustrar este desajuste es bearbeiten, que si bien es traducido en psicoanálisis como “elaboración”, no tiene traducción directa en español y significa algo así como “aplicar cierta labor sobre un objeto”. Evoca una acción inespecífica. Pero al traducirse por “elaboración”, la acción se aleja del objeto. Pierde su conexión con él. Queda, incluso, asociada a crear un objeto inexistente previamente. Se aleja de ese objeto que está aludido al principio. Nótese que en alemán la presencia del objeto permanece vigente. Para que sea más claro: bearbeiten implica que el objeto ya estaba y prevalece. Elaborar, en cambio, supone crear un objeto nuevo. Así, Freud utiliza el concepto sekundäre Bearbeitung para referirse a un objeto desde el que se puede hacer otra cosa, una segunda cosa. Nótese el desvío en la traducción por “elaboración secundaria”. En cuanto analytische Bearbeitung, que aparece como “trabajo analítico” (FREUD 1900: VII; FREUD 1910, 165), o “cura” (FREUD 1914, 155), hay que agregar que Freud no hace alusión a algo relacionado con “curar”.
El término verarbeiten también es poco afortunado, al ser traducido, otra vez, como “elaborar”. El prefijo ver- (que deriva de la raíz indoeuropea per), también presente en conocidos conceptos psicoanalíticos, como Verwerfung (¿forclusión?) o su forma verbal verwerfen, conserva algo de su significado original: “conducir hacia afuera pasando sobre”. Remite a la idea deshacer al hacer o “hacer” bien hecho hasta que no queda nada. Es decir, queda perdida o extinguida la forma anterior al proceso. Por ejemplo, un conocido intendente porteño tuvo una vez la idea de verwerfen las villas de emergencia de la ciudad: entrar y salir con topadoras, llevándose todo puesto. En el ámbito industrial, por tomar otro ejemplo, si una pieza fundida está fallada, se puede verwerfen y volverse a fundir. Es decir que se aborta o descarta algo que aún no está fijado, acabado, o que no pasó aún por algún hito que cambie su cualidad. Es algo que todavía está en etapa de “borrador”, algo potencial. Combinado con arbeiten implica, por ejemplo, enfrentarse emocionalmente a una situación ineludible, tramitar, transformar, asimilar, digerir. Evoca algo visceral. Se trata de un proceso arduo y largo.5 Prácticamente nada de estos sentidos y connotaciones sobreviven luego de la traducción por “elaborar”. Es más, podríamos decir que verarbeiten es lo contrario de “elaborar”, puesto que el término en alemán apunta a deshacer el sentido hasta que no quede nada.
La distancia que existe entre arbeiten y trabajar, es inconmensurable, y sería apresurado y sesgado arribar a conclusiones de lo que Freud pudo haber querido decir (en la referencia mencionada) partiendo de un término ya traducido, con sus propias resonancias en el idioma español.
V. Bonus Track
La mayoría de las fuentes que hacen alusión a esta referencia, indica que en el verano de 1939, un periodista le había preguntado a Freud qué era para él una persona sana, madura e integrada en la sociedad. Fue entonces que el inventor del psicoanálisis le habría respondido: “cualquier persona con la capacidad de amar y trabajar”. Según refieren muchas de las fuentes, la respuesta fue dada en alemán: lieben und arbeiten, aunque hay quienes sostienen que dado que el periodista pertenecía a la BBC, y Freud estaba en Londres en aquel entonces, la respuesta habría sido en inglés: To love and to work.
La cantidad de trabajos académicos y ensayos que parafrasean esta idea es cuantiosa. Con solo ingresar en Google esos términos, encontraremos cientos de entradas al respecto. La cita a la que hacemos referencia abunda sobre todo en el psicoanálisis norteamericano, donde comúnmente se la utiliza para brindar argumentos a favor de la adaptabilidad del individuo a un sistema socio-económico determinado. Para no ser menos, en los países hispanoparlantes, la cita en español no sólo se reduce al ámbito psicoanalítico, sino que se la puede escuchar en campos de los más variados. Diversas versiones de esta frase pueden encontrarse incluso en comerciales de empresas de salud y material de divulgación de lo más variopinto.
Menuda sorpresa nos llevamos persiguiendo el rastro de la cita en cuestión. No hay registros que den cuenta de esa entrevista. Tampoco hay artículo o ensayo alguno de Freud donde pueda ubicarse esa definición. Tal como sostiene Alan Elms, el estatus que cobra esta cita “freudiana” es problemático por dos motivos. En primer lugar, si la cita no es auténtica transmite falsas impresiones de una importante figura cultural. Segundo, incluso si Freud hubiera dicho algo similar a las supuestas declaraciones que hoy tenemos ante nosotros, “la ausencia de contexto en la propia escritura de Freud permite una distorsión incontrolada de su significado original” (ELMS 2001, 2. La traducción es nuestra). Dicha distorsión es problemática tanto cuando se apela a la cita para criticar a Freud, como cuando es utilizada por sus simpatizantes.
El origen del malentendido se remonta a 1950, y especialmente al famoso libro de Erik Erikson, titulado Childhood and Society. Fue ahí que, por primera vez, este autor indicó que había llegado a él la respuesta más breve que Freud hubiera dado alguna vez sobre algo (curiosamente, él mismo está diciendo que hay algo no freudiano en esa respuesta. Una excepción):
Freud was once asked what he thought a normal person should be able to
do well. The questioner probably expected a complicated answer. But
Freud, in the curt way of his old days, is reported to have said:
`lieben und arbeiten´ (to love and to work). (1963, 264-265)6
Por un lado, la referencia que brinda Erikson no incluye ninguna indicación respecto de la “integración a la sociedad” ni de la “madurez”. Aparentemente, estos dos elementos fueron agregados en alguna de las traducciones al español. Por otra parte, Erikson es bien claro al dejar asentado que él no está en condiciones de confirmar que la respuesta haya sido dada por Freud. Él mismo indica que Freud “is reported to be said” (se dice que dijo), por ende su referencia está basada en rumores. El hecho de que Erikson no indique ninguna cita es precisamente porque no existe. No hay ningún lugar donde esté plasmada esa supuesta entrevista. Es más, los escritos publicados por Freud en la traducción al inglés, que indexa la aparición de cada palabra sustantiva que Freud utilizó (GUTTMAN, JONES Y OTROS 1980), no ubica ningún pasaje en toda la obra freudiana en los que "amar" y "trabajar" aparezcan juntos en una oración o incluso en la misma página. Elm refiere haberle preguntado a Erikson en 1982 por el origen de esta referencia e indica que este le respondió: “Oh, I simply don't know. I heard it in Vienna and it impressed me. I've never seen it in print. And some people now have said I made it up. If I did, I'm proud.”7 (ELM 2001, 13).
Por último, aún fijando el “original” en Erikson, es notable cómo el término “normal” fue desplazado a “saludable” en español.
V. Por venir
A pesar de que no existe evidencia alguna de que Freud haya enunciado que la capacidad de amar y trabajar responda a una persona sana, nos interesan los efectos producidos en su repetición. Partimos de la idea de que la obra freudiana pasó a lo largo de la historia por tres etapas que podrían definirse de la siguiente manera:
1- la escritura de la obra original
2- sus traducciones a otras lenguas
3- el uso de esas traducciones con fines de transmisión, investigación, de índole clínico, etc.
Ante los problemas que se suscitan a partir de la última de estas tres etapas, proponemos volver a centrarnos en la interacción entre las primeras dos. Los debates actuales en torno a la implicación y significación de los conceptos freudianos no deberían desconocer el impasse que existe entre el original y sus traducciones. El uso y desgaste de los conceptos a lo largo del tiempo genera un riesgo del que hay que advertirse: se puede hacer decir impunemente a una teoría lo contrario de lo que dice. Esta suerte de falsedad ideológica no sólo desorienta, sino que socava el espíritu y la integridad con la que las ideas nacieron.
Es cuestión de ir a la letra.
VI. Bibliografía
1- COROMINAS, J. (1973). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (Vol. 3). Madrid: Gredos.
2- ELMS, A. (2001) “Apocryphal Freud: Sigmund Freud’s Most Famous `Quotations and Their Actual Sources”. En Annual of Psychoanalysis, v. XXIX, pp. 83-104.
3- ERIKSON, E. H. (1963) Childhood and Society. New York: Norton.
4- FREUD, S. (1900) La interpretación de los sueños, Obras Completas v. IV, Buenos Aires: Amorrortu, 1995.
5- FREUD, S. (1910) Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre, Obras Completas v. XII, Buenos Aires: Amorrortu, 1979
6- FREUD, S. (1914) Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, II), Obras Completas v. XII, Buenos Aires: Amorrortu, 1991
7- HANNS, Luiz A. (1996) Diccionario de términos alemanes de Freud, Buenos Aires: Lohlé-Lumen, 2001.
8- GRIMM, J y GRIMM, W. (1971) Deutsches Wörterbuch. 16 Bde. in 32 Teilbänden. 1854-1961. Lepizig: Quellenverzeichnis Leipzig
9- GUTTMAN, S. A., JONES, R. L., y otros (1980) Concordance to the Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, v. 1, Boston: G. K. Hall.
10- SOCA, R. (2016) El origen de las palabras: diccionario etimológico ilustrado, Buenos Aires: Del nuevo extremo.
__________________________________
3 Obras completas.
4 A quién le interese este asunto, próximamente se estará publicando un artículo donde nos explayamos sobre este tema.
5 Sobre estos asuntos también nos explayamos en el artículo de nuestra autoría, próximo a publicarse.
6 Una vez se le preguntó a Freud qué pensaba que una persona normal debería ser capaz de hacer bien. El interlocutor probablemente esperaba una respuesta complicada. Pero se dice que Freud, en la última etapa de su vida dijo: "Lieben und arbeiten" (amar y trabajar) (La traducción es nuestra).
7 Oh, simplemente no lo sé. Lo escuché en Viena y me impresionó. Nunca lo vi escrito en ningún lado. Y ahora algunas personas dicen que yo lo inventé. Si es así estoy orgulloso (La traducción es nuestra).
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CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS MULTIMEDIA El guión El guión, a veces también llamado storyboard, es el elemento básico de desarrollo de aplicaciones multimedia, que puede cumplir una función informativa, comunicativa o de aprendizaje. Es una secuencia de gráficos que representa visualmente un proyecto a realizar. En la preparación de una aplicación de multimedia interactiva, el guión o storyboard está siempre visualmente ilustrado. Se describe a continuación un proceso para desarrollar guiones visuales para multimedia. En la práctica, es un plan de acción que implica un método para representar información basada en formato hipermedia, lo cual significa que estará formada por objetos multimedia navegables, reusables, que se comunican entre sí y pueden residir en un equipo o en un kiosco de información o más usualmente en la web, para ser distribuidos a través de múltiples dispositivos, como com- putadoras de escritorio y portables, tablets y celulares, atendiendo a las particularidades técnicas de los dispositivos, tanto de hardware como de software. La preparación de un guión multimedia es un proceso de pensamiento visual o visualización. El axioma es “piensa visualmente”, al que podría agregársele otro, igual de fuerte como idea rectora de un buen producto: “piensa en red”. Para pensar visualmente, es necesario crear un diseño conceptual general del proyecto multimedia que se planea realizar. Esto implica la creación de mapas conceptuales del contenido, correctamente contextualizados. Sin embargo, texto e imagen deben representarse para mostrar claramente los objetos que componen el proyecto, pero también establecer con claridad las relaciones o vínculos entre ellos. Definir cada objeto multimedia, como ya se explicó en el ítem “La información y sus formatos: textual, verbal, sonoro y visual” del presente capítulo, atiende a la necesidad de respetar el umbral de pertinencia de la multimedia a la medida justa tanto de la complejidad como de la relación espacio-tiempo que esa complejidad representa. El ejemplo del pez torpedo, desarrollado en el ítem mencionado, brinda un paso a paso del cómo elegir si un objeto multimedia será un texto, un hipertexto, una imagen, una hiperimagen, una animación o un video. El proceso de visualización se representa mediante la creación y edición de imágenes en una se- cuencia significativa. En realidad, se necesita mucha práctica para que los proyectos se desarrollen exitosamente.
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