#Tsuna es el Jefe
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Katekyou Hitman Reborn!
Hola a todos hoy los invito a leer este articulo de este anime que espero les guste
Sinopsis
La historia trata de un joven llamado Tsunayoshi Sawada es algo torpe, no tiene talento. Por eso en la escuela le dicen Tsuna el perdedor. De repente un día conoce al misterioso asesinó llamado Reborn este tiene la apariencia de un bebe. El es enviando por una familia de la mafia llamado Vongola para preparar Tsuna para que este se convierta en décimo jefe de la familia Vongola.
Información del anime
Fecha de emisión: Se emitió del 7 octubre 2006 al 25 septiembre 2010
Capítulos: Tiene 203 capítulos
Estudio de animación: El estudio a cargo de la animación es Studio Artland
Información del manga
Fecha de publicación: Se publico del 24 de mayo de 2004 al 12 de noviembre de 2012
Volúmenes: Cuenta con 42 volúmenes
Capítulos: Tiene 411 capítulos
Autor: El mangaka a cargo del dibujo y la historia es Amano, Akira
Información de los personajes
Sawada, Tsunayoshi: es un joven de 14 años que vive en Namimori, Japón. El es descendiente de Giotto, el primer jefe de la familia Vongola. Tsuna es un personaje amable y tímido.
Reborn: Es el bebé Tutor del Hogar de Tsunayoshi Sawada. Este lleva un sombrero de fieltro negro con una franja naranja que cruza los lados del cono. Tiene los ojos negros y viste un traje negro con botas negras y una camisa de vestir morada debajo.
Gokudera, Hayato: Es un joven malhumorado y rebelde que viaja a Japón para localizar a Tsunayoshi Sawada después de haber oído que sería el próximo jefe de la mafia
Yamamoto, Takeshi: Es un joven alegre de la clase de Tsuna cuyo sueño es convertirse en jugador profesional de béisbol. Pasa la mayor parte del tiempo practicando o ayudando en el restaurante de sushi de su padre
Sasagawa, Ryouhei: Es un joven apasionado y enérgico que está obsesionado con el boxeo y rara vez pierde la oportunidad de compartir su entusiasmo en asuntos relacionados con el boxeo.
Rokudou, Mukuro: Es un joven de 15 años de edad se introduce a la mafia criminal, el es líder del Grupo Kokuyo, que consta de desalmados criminales que han escapado recientemente de la cárcel.
Hibari, Kyouya: El es líder del Comité de Disciplina,que resultan ser un grupo de delincuentes leales a Hibari. Al igual que sus subordinados, él también es un delincuente violento que utiliza su posición para acosar a otros estudiantes.
Lambo: Es un asesino a sueldo de la familia Bovino de Italia. También es el rival autoproclamado de Reborn. Lambo viste un traje de vaca con cola y tiene un enorme afro con cuernos a los lados de la cabeza, lo que le da la apariencia de un bisonte. Tiene una buena resistencia a los rayos.
OPENING
dailymotion
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No desconfiaba de su familia, todos y cada uno habían sido adiestrados con defensa personal y un poco en batallas las chicas, para que pudieran escapar en la más mínima oportunidad en situaciones peligrosas.
Como esta.
Y entre ellas estaba uno de sus guardianes de la niebla, además de ello también estaba I - pin quien era fuerte y había sido entrenada por Fon, un arcobaleno.
Estarían bien hasta que llegara a ellas.
No tenía de qué preocuparse.
Ellas estaban bien.
Pero..
- Boom -
Un disparo.
Freno con todo su cuerpo cargado en ira y abrió la puerta del auto aportándole muy poco si estaba en medio de la calle y lo dejaba abierto.
El teléfono había quedado en algún sitio poco importante, ya que lo había arrojado al azar en cuanto salió del vehículo.
Avanzando a paso furioso a medida que una llama se prendía en su frente y aumentaba en intensidad conforme avanzaba cada tramo.
*+%-%+*
Le habían disparado en una pierna a Haru, dejando al frente de ellas a I - pin para que las cubriera, ya que era la más fuerte de ellas en esos momentos de desventaja.
Rezando porque apareciera Tsuna e hiciera algo.
Cerca de veintisiete hombres las acorralaban del frente, mientras que un número incierto de francotiradores desde el otro lado la mantenían vigiladas.
Estaban asustadas.
- Entonces ¿Aparece en el momento crítico, el Décimo Vongola? - Ello las desconcertó. - Son puras patrañas.
Pronto Chrome sintió que lo que sea que le haya estado impidiendo utilizar sus ilusiones se esfumaba, lo cual la hizo sonreír.
- Si, realmente lo son. - Dijo ella en voz baja, recibiendo miradas extrañadas de personas ajenas a su familia.
Su jefe había llegado a salvarlas.
Una persona cayó justo delante de la fémina aprendiz de un arcobaleno, dándole la espalda a los atacantes, a la cual le palmeó suavemente su cabeza sonriendo hacia ella un momento de forma amena, tranquilizado a la niña y provocando que retrocediera para que estuviera junto a las demás.
Realmente sorprendió a los atacantes aquella entrada imprevista.
Mientras que el castaño se acercaba a las mujeres que se encontraban en el suelo rodeando a la que estaba lastimada.
Lo cual hizo fruncir el rostro del siempre amable y tranquilo Cielo que todo el tiempo estaba armonizado.
Se quitó su capa y le arrancó una parte para vendar la herida de Haru, recibiendo una mueca de dolor de su parte.
- Lo siento tanto, tendría que haberme quedado con ustedes. - El rostro del castaño se torció en una mueca de decepción y odio, hacia sí mismo. - Iremos a casa para curarte - Término de vendarla y le sonrío apacible. - Ya todo está bien, Haru.
Colocó la capa en los hombros de la chica, dando otra sonrisa tranquilizadora, esta vez para todas, y se colocó de pie nuevamente.
Pegando media vuelta para mirar al grupo de hombres de la mafia con su rostro serio, hyper will mode.
El cual le hizo retroceder un paso a cada espectador.
No por sólo irradiar ira y odio, no, sino que por esa llama que se movía rabiosa y descontrolada en su frente.
- Lo diré una vez. - La voz de ese niño, no era ni medio normal.
- ¿¡T-tu quien eres!? - No era el líder quien lo había preguntado, pero fue el único que pudo quitar la parálisis de su cuerpo por aquella mirada.
El ambiente pareció cambiar completa y repentinamente de pesado y asfixiante, a sediento de sangre.
- El Décimo Vongola. - Muchos parecieron tragar duro o saltar en sus lugares. - Y lamentará haberse metido con mi familia.
Y ya no era advertencia.
Ni siquiera amenaza.
Ya era un hecho.
______________
Parte 4 y final.
Lamento los personajes muy Oc, pero la idea está escrita hace años y ahora la vi y le molesto que siguiera allí.
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Sobre cielo y niebla.
Pequeños shorts que me dio por escribir pues a veces tienes que hacer el contenido que quieres ver.
—----Flustered.
Tu sabes, para ser el guardián más alto, Mukuro es en realidad bastante fácil de cargar; Tsuna casi diría que más que la Kyoko adulta, y si eso no dice suficiente al respecto…
—Vongola… —Sawada pasa su mirada hacia arriba, sólo para bajarla un segundo después. Mirar a Rokudo a veces prueba ser difícil de vez en cuando.
—Hmm, ¿Estás avergonzado? Probablemente lo estés, cargando a tu guardián como princesa… —Sin respuesta, a menos que el pequeño sonrojo cuente de algo.
—¿Nada Tsunayoshi-kun, acaso no soy lo suficientemente bonito para ello? —El tono ligeramente más suave sólo consigue que voltee un poco más al lado, aparte del comentario.
Unos segundos pasan.
—Tomaré eso como un no entonces…
—Ah… no es como que no lo seas… Mukuro. —Bueno, al menos ahora sabía algo nuevo del castaño. Es bonito para él.
—¿Sabes? Para alguien tan cortés con la mayoría, tú normalmente me llamas por mi nombre sin honorífico alguno.
—Uhhmm —pequeña pausa en su andar, solo para continuar su caminata. En momentos así Mukuro agradece la falta de otras precensias ruidosas; sino no podría avergonzar al adolescente de manera tan cómoda. —No es como que aquello tenga gran significado, sólo pasó, aparte no creí que te importaría, siendo que eres italiano y tal, p-pero si te molesta puedo parar.
Mukuro casi se ve tentado de decirle que le baje al suelo sólo para ver su cara apropiadamente, pero decide que usar la energía no vale la pena y simplemente se acomoda un poco más hacia el hombro del castaño.
—Bueno, cierto es que un nombre es más que nada una forma de diferenciar individuos unos de otros. Total, no es como que el honorífico haga mayor diferencia en tu trato, sino en la forma en que otros persiven tu opinión de mí.
—¿Eso significa que está bien?
—No lo sé, ¿Está bien la imagen que aquello da para ti, Tsunayoshi?
Silencio de nuevo. Oh bueno, no es como si el vongola de repente se vaya a transformar en un gran conversador, aunque Rokudo quiere contar eso como encanto ¿Cuántos días puedes molestar a un futuro jefe de mafia que se avergüenza de las más simples implicaciones?
—Mukuro… —Eso suena como una pequeña prueba, y una pequeña decisión.
—¿Sí Tsunayoshi-kun?
—La próxima vez por favor avisa cuando vayas a hacer cosas tan peligrosas.
Ho, bueno, si esa no es una reacción interesante.
—¿Y se podría saber que razón tendría para ello? ¿Acaso planeas cargarme cada vez que me vea en una situación como la de hoy?
—... —Parece que de hecho lo está pensando seriamente, hmm, tan confiado como siempre en las cosas más tontas. —No sé si tú algunas vez me dejarías hacerlo de nuevo, pero, al menos me gustaría saber que hay alguien más al tanto de tu paradero, Chrome en algunos casos te pierde de vista y sé que no siempre le cuentas tus movimientos, así que… me gustaría poder saber de ti y los peligros que encuentras más seguido. No planeo pararte, sé que eso es algo que no voy a poder parar, pero quisiera poder llegar a tiempo si algo llega a suceder. No quiero repetir errores.
Tan emotivo como siempre, Mukuro no puede más que suspirar, ¿Quién le dijo al Sawada que era buena idea encariñarse con alguien que le intentó asesinar?
—Tan descuidado como siempre Vongola, al paso que vas no me costar�� nada conquistar la mafia y quemarla hasta el infierno. Pero pensaré al respecto, tener un testigo ante las consecuencias de aquellos que no conocen su lugar sería una buena lección para ti, y el resto del bajo mundo. Más vale que tengas los ojos abiertos a tiempo.
Si el cielo entiende su puesto, bueno, eso es responsabilidad suya.
—Cuenta con ello Mukuro.
…
—-Bien por ti Dame-Tsuna, tienes una cita.
—¿Ci-cita?
—¿Acaso no fue eso lo que le pediste a Rokudo Mukuro?
—----Fluttering.
"Flap, flap, flap" un par de alas dan conocimiento de su presencia, oh bueno, de su forma si somos más exactos; y si Tsuna fuera menos descuidado al estar en casa tal vez se preocuparía más, aunque en su defensa, su habitación es su supuesta zona de descanso (y también su sala de tortura mental, pero eso es culpa de Reborn).
Un momento después siente algo en su pecho, un par de patas de ave así como el roce de plumas. El cielo abre sus ojos para ver al búho blanco de espaldas, parece estar acomodando su cuerpo y justo unos momentos después deja caer su cuerpo por completo, si Tsuna pensara en su persona como alguien pesado tal vez habría reaccionado. Al ver qué el búho no pinta de tener intención alguna en comunicarse Sawada cierra sus ojos de nuevo y con ello cae silencio.
Tras lo que podría ser el tiempo de la siesta el castaño decide hablar.
—¿Avisaste a alguien que venías?
—"Hmm, ¿Y por qué habría de hacer eso?"
—Chrome y el resto de Kokuyo se preocupan bastante cuando desapareces sin aviso alguno y tú bien sabes eso Mukuro.
—"Oh, me preguntó cuándo aprenderìas tal cosa, Tsunayoshi-kun".
—... Tal vez yo me pregunté lo mismo.
—"¿Acaso dijiste algo?"
—N-nada, no es… nada.
Si el búho pudiera suspirar Tsuna está seguro de que lo haría, después de todo Rokudo contesta: —"Chrome está consciente de que estoy por la zona, después de todo no me estoy ocultando de ella" —y por ende el resto puede enterarse de mi paradero, no termina.
—Ah- Entiendo.
—-"Eso es bueno Tsunayoshi-kun".
Ante su nombre Tsuna frunce un poco su ceño, Mukuro sólo sonríe internamente y acomoda el cuerpo del búho de manera que recoge sus alas contra su cuerpo.
—¿Cómodo?
—"Tal vez un poco".
—Hunh, bueno eso también es bueno de saber.
Mukuro casi quiere rodar sus ojos ante el comentario, el cielo a veces es tan simple en cuanto a prioridades, si él es el intruso es otro asunto.
…
Tras lo que debería ser una eternidad para su persona (pero por razón alguna no es), Tsuna intenta levantarse de su cama, palabra clave "intenta", pues este recibe un piquete como queja.
—No me mires así Mukuro, tengo cosas que hacer.
El búho no desiste en su mirar, ¿Quién rayos le dio la habilidad de lucir genuinamente irritado? (Mukuro, ¿Quién más?)
—Bien, bien. Pero sólo diez minutos más.
Y diez minutos fueron dos horas. Tsuna sólo pudo lidiar con los "regaños" de Reborn gracias a que estaba más dormido que despierto para la hora.
Una pena no haberse despedido de la niebla, pero al menos la sonrisa que le dio Chrome al día siguiente fue más que respuesta suficiente para sus dudas.
—----Lion and owl.
—Vongola. —Mukuro alza una ceja sin mayor impresión alguna, o al menos eso pensaría si no fuera por el tono tanto de pregunta cómo curiosidad, un: "¿Qué es esto?" indirecto.
—Ah, aha, ha… —-Un rubor empieza a aparecer en su rostro, el hecho de que unos pocos guardianes también se hayan dado cuenta no ayuda (y Gokudera está a unos segundos de hacerlo).
Lo que pasa es que Natsu tiene a un Mukurowl en su hocico mientras lo trae a los pies de tanto Sawada como Rokudo. Para cuando lo deja en el suelo el felino muestra una expresión de orgullo, un: "Mira lo que hice, ¿No es genial?" (No, no lo es Natsu, ahora es un momento incómodo).
—Bueno, ¿Acaso hay algo vergonzoso que aún no hayas admitido en voz alta, Tsunayoshi-kun? —El tono de voz no le da tranquilidad a Tsuna.
—Esa es una buena pregunta, Tsuna, ¿Qué se supone que significa esto? —pregunta Reborn, y eso sella su destino, Tsunayoshi pierde toda esperanza de salir de esta.
—Ah, bueno, es sólo que… yo, puede que-
El castaño se ve interrumpido por una patada de su tutor en la cabeza. —¡Habla bien Dame-Tsuna!
—¡Ah, Juudaime! —Gokudera piensa en acercarse pero cesa al ver a Reborn lanzar una mirada, no es secreto que el Arcobaleno no se encuentra en los mejores términos con la visión de la niebla (tal vez es por ello que el resto aún no dice nada).
Al final es la niebla menor la que decide acercarse.
—Boss, ¿Puede explicar la actitud de Natsu? Mukuro-sama está curioso de la respuesta. —Rokudo le da una mirada de sorpresa ¿Acaso su otra mitad le está traicionando?
Tsuna se levanta adolorido, una patada después de una larga batalla no es bueno para su espalda.
—Enmm, ¿se podría decir que Natsu sólo está actuando de manera instintiva? Sí, eso y nada más. —La respuesta no es convincente, y eso es claro.
—¿Y de qué instinto estaríamos hablando Tsuna? —El sol no se hace esperar.
—... —Tsuna se mira culpable, y un poco como un tomate.
Reborn decide disparar al lado del zapato del décimo, el castaño responde con el crispar de su cuerpo. —¿Y bien?
—Ahhh, Natsu puede que se sienta protectivo del resto de cajas, después de todo no es raro que las observe de vez en cuando en batalla y no es raro que se acerque al resto para jugar. —Puede o no que el discurso haya estado algo acelerado.
—¿Oh? ¿Y eso es razón para arrastrar a mi búho hacia nosotros entonces, Tsunayoshi-kun? —Aunque arrastrar es una palabra un poco fea, Natsu más bien cargó al búho con sus fauces, pero Sawada corta el pensamiento.
Tsuna en lugar de contestar cierra su boca y voltea hacia otro lado tras aquello.
—¡Urgh! ¡Niebla desagradecida, Juudaime sólo se está preocupando por nosotros y eso se refleja en su caja!
—Ya, ya Gokudera, Mukuro sólo tiene curiosidad ante algo inusual y eso es todo.
Gokudera pasa directamente a pelear con la lluvia, y gracias a ello la conversación se ve olvidada, o por lo menos, si el suspiro de Reborn significa algo, esta no será continuada por el momento.
—Kufufu, no creas que aún estás libre de cuestionamientos. —Y con ello la niebla se retira, Chrome le acompaña tras una mirada y un pequeño: "bye bye, boss" hacia el cielo.
Tsuna suspira para sí y va hacia el resto de guardianes, Yamamoto y Gokudera ahora están peleando (o más bien Hayato y Takeshi sólo le acompaña en su derroche de energía) sobre la personalidad de sus cajas arma.
…
—Bueno, bueno, ¿Ya te vas a dignar con las explicaciones Tsunayoshi-kun? No voy a aceptar respuestas vacías.
Rokudo de manera natural aprovecha la primera oportunidad que se le aparece para sacar el tema, cosa que se traduce a Natsu hace de las suyas de nuevo.
—Ah, no es como que haya mentido sobre lo otro Mukuro.
—Mentiras no serían, pero hay algo más que no admites Vongola. —El hecho de que la niebla se acerque como factor de intimidación no ayuda a Tsuna.
Sawada suspira y decide ser un poco más honesto.
—Es sólo que me preocupa tu cuerpo.
—Bueno, eso es algo bastante inesperado de decir, ¿Debería de pensar en cosas equivocadas?
—¡Ahh-h! ¡No es eso y lo sabes! Es sólo que no puedo evitar recordar… cosas.
—Hmm. Así que tú problema son lo que tú consideras errores, ¿Es eso lo que pasa?
—Tal vez —Tsuna murmura, no sabe que tomar de la respuesta de su niebla.
—Realmente eres la persona más descuidada de esta tierra Tsunayoshi-kun.
Tsuna no sabe si verse satisfecho ante su respuesta o irritado por la exasperación en la misma. Termina dejando las cosas ser, total, es su niebla de quién están hablando.
—¿No quieres que devuelva a Natsu a su caja?
—Hmm ¿Por qué deberías? Ambos se ven bastante cómodos tomando su siesta.
—Claro…
Sawada supone que tras la conversación el tema será dejado debido a la aceptación del asunto que Rokudo aparenta tener, que se arrepienta de no pensar más en el hecho la siguiente vez que el chico hace un comentario al respecto es su culpa, ¿Quién diría que a la niebla le gustaría molestar a la tormenta con el hecho tan seguido?
—----Indirect.
Tsuna baja su mirada al suelo, un sentimiento de culpa y frustración haciendo nudos en su estómago, al paso que iba tal vez terminaría con un agujero de angustia. Y Mukuro que está viendo esto no sabe si sorprenderse, suspirar o simplemente rodar sus ojos (tal vez las tres serían adecuadas).
—Vongola, no hay necesidad de destrozar el suelo con tu mirada, no sería buena idea tener que hacer que la querida Chrome tenga que cubrir algo así ¿No?
Ante sus palabras Sawada sale de su trance sólo para ver su rostro, fruncir el ceño y hacer una expresión infeliz con su boca, algo así como un niño pequeño que ve a su peluche roto y pensando en cómo no pueden abrazarlo en miedo de empeorar las cosas. (Cosa que es tanto específica como rara si de comparaciones hablamos.)
—Es sólo que no me gusta ver esto.
—¿Qué cosa? ¿Hospital, un cuarto blanco y frío, o mi persona?
—Tú sabes que no es ninguna de esas.
—-¿Tus errores, frustraciones o situaciones fuera de control entonces?
—... —Tsuna no está contento con su humor. Pero él no se verá culpable luego de ser traído al hospital en primer lugar.
—Sólo quiero no tener que volver aquí de nuevo contigo, no es… no me hace gracia, en lo más mínimo.
—Bueno, entonces no me traigas al hospital de nuevo y listo.
El castaño vuelve a fruncir el ceño con más fuerza, "ups" error suyo supone.
—Ya ya, Tsunayoshi-kun, no tienes que arruinar tu cara por un simple comentario.
—Y tú no deberías arruinar tu salud por simple impaciencia Mukuro.
Al final Rokudo suspira de verdad, que desesperante puede ser la cursilería de su cielo, no es sorpresa la fidelidad dada por el trío Tormenta-lluvia-sol escuchando sus palabras, aunque él debería admitir de caer en la indulgencia de vez en cuando. (Y tal vez es eso lo gracioso en esta situación.)
Mukuro extiende sus manos y Tsunayoshi le mira algo extraño, así que las extiende un poco más y abre un poco más las palmas, el castaño capta y toma al par con las propias.
—Mira, estoy vivo, ¿No es eso lo importante? Mis manos en estos momentos son perfectamente reales Sawada Tsunayoshi, y considero que aquello es un logro por sí solo, ¿No es eso prueba suficiente para tus preocupaciones?
—B-bueno, tal vez eso sea verdad ¡pero-
La niebla le impide continuar.
—Nada de peros, estás manos van a existir por un largo tiempo y yo de eso me voy a encargar, no hay necesidad de dudas Tsunayoshi-kun. Pasarán si es necesario cien años, pero estas manos seguirán tangibles, sólo necesitas comprobarlo por tu cuenta si te atreves, por lo cual deshaz el ceño fruncido, aún hay muchos años para ti sólo para comprobar mi presencia. Mis objetivos aún no han sido completados, Tsunayoshi-kun, y yo no planeo cesar en cuanto a planes.
Tsuna sólo puede abrir los ojos en grande, hay demasiadas cosas que él puede sacar de tal… ¿Promesa? ¿Juramento? ¿Voto? ¿Convicción?
Pero el cielo decide sólo apretar las manos de Rokudo en silencio, poco a poco digiriendo sus afirmaciones y poco a poco transformando su expresión.
La respuesta final de su pequeño discurso es una gran sonrisa con un pequeño rubor, sea cual sea la conclusión de lo que dijo para Tsuna, no es más que un momentáneo misterio. Mukuro sabe que obtendrá algo más concreto llegado el tiempo correcto, después de todo hay un límite para cuanto se quiere evitar decir y él ya ha dicho que hay bastante tiempo por delante (el significado de la resolución en la mirada de Sawada tendrá que ser respondida adecuadamente tarde o temprano).
—Bueno, ahora que nos hemos calmado, creo que sería buen momento de que me hagas un pequeño favor. —Su cielo se ve algo confundido ante el cambio repentino de atmósfera.
—¿Un favor… ? No dirás lo que creo que dirás ¿verdad?
La sonrisa de Mukuro es respuesta suficiente, Tsuna comprende que está por volver a memorizar una nueva ruta para recados. (¿Pero quién dijo que era buena idea el ser tan débil ante los pedidos de su niebla cuando de estar en el hospital se trata? Nadie obviamente.)
—Kufufufu~
#khr#sawada tsunayoshi#rokudo mukuro#2769#6927#fanfic#algo ooc no voy a mentir#hecho por mera necesidad de sacar las ideas de mi cabeza#puede o no que estén conectados
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Nana es una heredera fugada au: Nana no siempre se llamó Nana, su anterior nombre era el deseo de sus padres para ella, “ser una señorita perfecta”. Tal vez por eso cuando conoció a Iemitsu dejó pasar todo lo extraño que notó, porque él la veía a ella (y ella quería ser cualquier cosa menos lo que sus padres querían). Ahora las consecuencias de su despido está ante ella, la torpeza repentina de su bebé no era normal, nadie que tuviera tal gracia al caminar como su bebé cambiaría tan repentinamente después de una ligera fiebre; sin mencionar la rapidez con la que Iemitsu era Iemitsu no esposo y su jefe se fueron después de pasar sólo un momento a solas con Tsuna (y entregarselo dormido). Su ceguera voluntaria le había pasado factura a su bebé (sus padres la habrían mirado tan decepcionados).
Era hora de unas llamadas.
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Katekyo hitman Reborn: Parejas hetero (on Wattpad) https://my.w.tt/clhnUmf5HL Colección de fotos de parejas heterosexuales de Katekyo hitman Reborn tanto del anime como el manga Argumento del anime: Tsunayoshi Sawada , llamado perdedor Tsuna, es un chico normal hasta que su pariente Timoteo (el 9º Jefe de la familia Vongola, la mas conocida dentro de la mafia italiana) le comunica que él va a ser su sucesor. Para que Tsuna este preparado para el momento en el que el sea el 10º Jefe, manda a su casa a un tutor personal llamado Reborn que le ayudara a ser un buen Jefe gracias a un arma especial de la familia Vongola, y que en ciertas ocasiones le ayudara a continuar su vida normal de una sola pieza. Luego aparecieran más personajes que le harán la vida más difícil y a la vez más divertida a Tsuna.
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Sus ojos
La reunión convocaba a todos los aliados de Vongola, entre los cuales obviamente incluía a los guardianes de la décima generación y a su adorado jefe.
Allí también se encontraba Varía, Shimon y el grupo de ex Arcobalenos.
El castaño con apariencia de adolescente, pero con más de veinte años, se encontraba algo adormilado gracias a sus guardianes.
Quizás más que de costumbre en esa ocasión.
Pero allí estaba, presentable y sonriendo feliz a sus guardianes e invitados.
Porque debía comportarse como un jefe de la Mafia y no mortificar a su familia o amigos.
- ¡Bienvenidos! - Recibía con sonrisas algo cansadas y abrazos cargados de felicidad, porque el poco descanso en su sistema no podía lograr quitarle el que estará contento por ver de nuevo a quienes eran parte de su gran y extraña familia.
#$&¤&$#
Más luego del desayuno, el cual todos tuvieron que comer ya que los que vivían en la mansión aún no habían tenido el debido tiempo.
Pudieron llevar a cabo la reunión por la que todos se encontraban ese día en el mismo sitio.
Algo que sólo significaba desgracia y mucho papeleo para los jefes o jefe, y generalmente dueño de la mansión.
Tsuna encabezaba la mesa mientras observaba a los guardianes de su primo, Varía y a los suyos, pelear e insultarse verbalmente entre ellos y apunto de lanzarse las sillas a la cabeza.
La sala estaba llena de gritos y maldiciones y una que otra mala palabrota pero ¿Qué más podía esperar de todos ellos juntos?
¿En el mismo día?
¿En la misma sala?
La vena en su frente estaba a punto de explotar y sus dientes chirriaban de lo mucho que los apretaba.
Observaba a Xanxus con su ceño fruncido el cual le devolvió la mirada sin demoras.
Dentro de todo Enma no debía de preocuparse por sus guardianes, siquiera Dino debía de preocuparse por sus subordinados.
Sólo parecían ser Varía y Vongola.
Xanxus y él debían de tener alguna mala suerte encima para que eso sucediera en cada reunión.
- ¡YA CIERREN SUS ESTÚPIDAS BOCAS, BASURAS! - Finalmente explotó su primo, adelantándose como siempre.
- ¡VOOOOOOY!, ¡CIERRA TU LA BOCA, ESTÚPIDO JEFE! - Lo peor de todo era que si se sacan de lugar ellos, les responden de vuelta de alguna forma.
Squalo se había puesto de pie y apuntaba con su espada a Xanxus quien sacó una de sus pistolas de su chaqueta y le apuntó a la cabeza.
- Te verías mejor con un agujero en la frente, bastardo. - Arrastró entre dientes sonriendo macabro.
Todos parecían haber usado aquel acto para comenzar las demás peleas, ya fueran entre sus guardianes o con los otros.
Dentro de todo Shimon y Cavallone se mantenían al margen de todo.
Y Tsuna, bueno, él tenía sueño y nada de eso le causaba gracia.
Su humor se disparaba últimamente y no podía controlarse debidamente, por lo que terminaba explotando muy feo.
Hasta él mismo lo admitía.
Aunque en ese momento estaba en total silencio con las manos cruzadas entre sí apoyando los codos sobre la mesa y la cabeza sobre sus manos.
¿Debería de congelarlos a todos?
¿O perdonarles por esta vez?
...
Al diablo con la paciencia.
- ¡Quiero que-
Más sus palabras fueron cortadas en un segundo, mientras algo de aire se escuchaba siendo liberado y todos los presentes voltearon a ver al Cielo.
Sorprendidos y otros asustados observaron la nube de humo de color lila en el lugar donde debía de estar su Cielo.
- ¿Tsunayoshi?
Más la respuesta no llegó.
Fue en ese momento en que a algunos se le volvió la mala experiencia de la bazuca descompuesta, en la que Tsuna desaparecía y ninguna versión suya del futuro aparecía.
¿Esta no era una de ellas.. O Si?
#$&%&$#
Tsuna suspiro y espero a que sucediera lo que debía de suceder.
Una nube de humo violeta que apareció de la nada a su alrededor tenía explicación.
Había una santa explicación.
Y realmente estaba agradecido con quien le hubiera disparado la bazuca en el pasado porque sino sus guardianes lo hubieran pasado muy mal.
Cerró sus ojos con dolor al pensar que sólo serían cinco minutos, Dios como le gustaría que fueran más.
Necesitaba dormir, no se podía tolerar ni él mismo desde hacía ya unas cuantas semanas.
Estaba tan cansado.
- ¿Tsuna?
Escucho su nombre y abrió sus ojos con cansancio, sin realmente prestar atención a quién le llamaba.
¿Qué?
Por más que lo hubieran llamado por error o por alguna pregunta él estaba en todo su derecho de seguir cansado.
- ¿Qué está sucediendo..? - Terminó su pregunta apenas, porque sus ojos perdieron todo cansancio cuando no entendió lo que estaba observando.
Sus ojos se encuentra con rostros que comparten muchas similitudes con quienes forman su gran familia.
Rostros sorprendidos y desorientados le devolvía la vista.
- ¿Tsuna..? - Hasta que una voz salió de uno de ellos, quien le había llamado le robó la atención y casi podría sonarle a..
- ¿Yamamoto..? - Parecía él realmente, pero tenía la voz ligeramente diferente.
Su rostro parecía el mismo, aunque se veía diferente.
Y parece que acerté, porque su expresión cambió un poco más.
- ¿Décima?
Definitivamente le iba a dar un paro.
#$%&^&%$#
Bien, estaba bien.
Tenía sueño y estaba muy intolerable.
Seguramente se había dormido en medio de la cena.. Aunque eso seguramente fue muy descortés de su parte.
Apretó un poco su cabeza entre sus manos intentando despertarse de todo ese loquero.
Pero no lograba nada más que sentir todo el picante e incómodo silencio que mantenía con quienes, él mismo asumió, eran las versiones del sexo contrario de su familia.
¿Qué clase de cosa comió para tener un sueño así?
- Eh.. ¿Décimo..? - Levantó su mirada de entre sus manos y observó alrededor prestando toda su atención, su intuición le daba el pésame. No era un sueño.
- Tsuna, creo que te volviste hombre. - Yamamoto habló tras el.. La que yo asumí era Gokudera.
Sonreí un poco ya resignado, necesito silencio y abrazar a Kyoya.
- Eh, sí… No soy de aquí, podrán entender, soy de otro universo, no sé qué pasó con.. - Pensé en que me llamaron "Tsuna" pero eso no implicaba que necesariamente mi contraparte de este universo fuera mujer, ese apodo no me ayuda. - Su 'Tsuna'. - Hasta le sabía extraño hablar en tercera persona.
- A sí, eso explicaría bastante. - Gokudera llevo una de sus manos a su rostro y me observó fijamente un momento, casi podría decir que era muy diferente de mi Tormenta. - Pero sigue siendo adorable, no importa que versión.
No, retiro lo dicho, ¡Es igual!
Me termine avergonzado y escondiendo mi rostro entre mis manos de nuevo.
Escuche la risa despreocupada de Yamamoto mujer y muy seguido los gritos de Gokudera mujer.
Hay diablos, quiero de vuelta mi caos normal.
Una mano se posó en mi espalda y dio un par de caricias consoladores.
- Jef..e..
Levanté la vista de nuevo al escuchar una voz más profunda que las de Gokudera y Yamamoto.
- ¿Chrome..?
- Eh, sí Jefe..
Suspire sin poder evitarlo, la versión hombre de Chrome era muy apuesta.
- Te ves muy bien. - Le sonreí antes de dejar que mi cabeza caiga de lado sobre la mesa.
- Usted también se ve muy bien décimo. - Gokudera saltó de inmediato tras escucharme a lo que sólo pude sonreír, son muy similares a mis elementos pero son más tranquilos.
Una puerta se azotó no muy lejos de la mesa, hay.. Era demasiado bueno para ser verdad.
- ¡Tsunaaaaaaaa! - Levanté la vista ante la familiar energía, y me encontré con una mujer que llevaba una camisa amarillenta apretada y algo.. bastante abierta en la parte superior. Me miro extraña por un momento antes de acercarse. - Te queda bien el corte Tsuna.. Perooo.. No es tan extremo como antes.
Ah, sí, Ryohei.
- ¿¡Qué acaso no ves que no es la Décima, torpe!? - Hay no, no otra vez.
- ¿A sí? - Se me acercó demasiado para mi propio bienestar de las últimas semanas y me observó frunciendo la mirada. - Pero sigue siendo tan bonita.
Qué vergüenza, maldita sea.
- Yyyy ¿Cómo te llamas, Tsuna no Tsuna? - Ryohei sin pena continuó observandome de cerca y me pregunto sin miramientos.
- Tsunayoshi. - Respondí y observé su rostro más relajado.
- Ah, no es muy diferente de Tsunami. - A Tsuna casi le pareció cómico, casi.
- ¿Tiene hambre Décimo? - Gokudera se acercó y me sonrió encantadora, ¿Sus nombres también serán parecidos a sus versiones de mi dimensión?
- Eh, no, acabe de desayunar, gracias. - Ya no sé si quiero irme o no, ¿Prefiero que toquen mi últimamente caótico carácter o que me averguiencen con cualquier pequeño comentario?
- ¿De casualidad la bazuca está funcionando mal? - Chrome llamó mi atención nuevamente por lo que volví a observarlo.
- Si soy sincero, - Suspire ante los cuatro pares de ojos que ahora me observaban un poco más interesados, ¿Querían que me fuera? - No creo que haya sido la bazuca.
La puerta de antes pareció cerrarse porque ahora volvía con el gran ruido a abrirse.
Por Dios ¿Qué sucede con las entradas dramáticas?
- ¡Tsuna - Neeeeee!
Esa persona era definitivamente un Lambo mujer, vestida con una poco indiscreta camisa de estampado de vaca.
Corrió toda la habitación sin parar por nada y se lanzó sobre mí en un abrazo que casi nos tira al suelo con silla y todo, le devolví el abrazo a la pequeña Lambo de, creó, quince años.
Pero bueno, no está tan mal.
- Ehh.. ¿Hayame? - Levanté mi mirada ante el comentario extraño de la Yamamoto, quien miraba a Gokudera y acababa de decirle Hayame. ¿Ese era su nombre? - Tsunami.. ¿No debería preocuparnos? - Vi a Gokudera palidecer.
¿Acaso mi versión 'Mujer' según la forma de Lambo de llamarme, estaría muy asustada por ver la versión hombre de sus elementos?
¿Lloraría demasiado?
Ahora recuerdo que no sólo estaban mis guardianes sino que también estaban los Arcobalenos adultos, lo cual a lo mejor aquí aún no pasó, la familia Cavallone, la familia de Enma, los Varia y prácticamente su Nube que era una bomba de tiempo.
Si, no la culparia si se desmayara por ahí.
Volví a la realidad y pedí un pésame por Tsunami.
Justo cuando vi a Gokudera mujer voltear lentamente a verme.
Parecía un poco demasiado alterada aunque aún no esté gritando.
- ¿Tus guardianes tienen seguro de vida, Décimo..?
Apenas apreté mis ojos de la sorpresa.
¿Qué..?
#KHR#katekyo hitman reborn#Tsunayoshi#Tsuna#1827#Mpreg si quieres#Fem1827#Tsuna mujer da miedo#Idea de fanfic#Las imagen no es mía#Feliciten al aut@r si lo encuentran#Y avisen
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KHR x FNAF
Tsuna es empujado al fondo del traje robótico, y a pesar del miedo por la obligación bajo intimidación, sabía que pronto se terminaría, siempre terminaba luego de pasar por cosas feas, sabía el proceso. (Esta vez no fue así)
Pero... cuando las manos grandes de los otros niños colocaron las piezas por completo algo no estaba bien.
En su cabeza comenzaron a sonar alarmas fuertes y escalofriantes advirtiendo de algo muy malo, y esas mismas campanas se detuvieron y lloraron de alguna forma en su cabeza.
No terminó nada bien.
Veinte minutos después los abusadores estaban corriendo por la noche hacia sus propias casas en busca de refugio, ellos no estaban allí, ellos no estuvieron allí.
¡Ellos no mataron a Dame - Tsuna!
El traje estaba en el depósito por una razón, demasiado usado, demasiado viejo, demasiado antiguo.
Los cables, engranajes y fierros fuera de su antiguo lugar buscaron hacerse un hogar y pertenecer al cuerpo de un niño que apenas acariciaba la adolescencia.
__________
Hay un aterrador prefecto que mordió hasta la muerte a un grupo de adolescentes que fueron los últimos en ver a cierto animalito de su territorio.
El animalito no apareció por el resto de la última semana.
(Él ya estaba aterrado por lo que pudiera haberle pasado a su animalito)
____________
Estás perdido en este lugar.
¡Y sigues vivo!
No puedes escapar de esto.
¿Eres amigo o enemigo? Eso no lo sabemos.
(Depende de quien esté preguntando)
¡Quieres salir! (No vas a poder)
Estás atrapado.
Entre libertinaje mecánico y desprecio total, no puedo ni contar hasta diez.
¿Cuándo era mi cumpleaños? No puedo recordarlo cuando sólo eran recuerdos de muerte arrastrándose por mis brazos, bueno antes eran brazos.
Pero estas infestado por una máquina de tortura.
¿Te conozco de antes? (¡HIBARI!)
____________
Hibari lo lleva a su casa, allí lo mantendrá seguro, van a averiguar qué sucedió y qué pueden hacer por su animalito con poca memoria.
Parecía aferrarse desesperadamente a él, su recuerdo más fresco. (No le molestaba específicamente)
Todo iba tan bien como se podría decir, excepto que no comía a pesar de poder respirar (Y quería) y parecía no querer perderlo de vista.
El problema vino en la noche. (La primera noche)
Siempre fue de sueño ligero, así que el más mínimo cambio en su territorio podría despertarlo, imagínate pasos pesados y golpes en puertas bastante delgadas.
Se salió del futón, acortó la distancia y abrió la puerta en un parpadeo, sus ojos se aguaron como se secaron en un instante, un Tsunayoshi petrificado y terroríficamente despellejado dentro del traje robótico lo enfrentaba justo fuera de su puerta corredisa, a través de la mandíbula.
¿Qué puedes decirle?
(No puedo dormir)
_______________
No recuerdo quienes fueron, ¿En quién puedo confiar? (Sólo tú, sólo tú, eso dice) La intuición))
____________
- Me gustarían las luces encendidas, por favor.
Hibari le permite con un asentimiento mirándolo a los anaranjados puntos brillantes que lo miran hacia abajo desde una altura un poco mayor que la propia suya.
________________
Un traje de conejo anaranjado rayando el óxido, un trabajo en proceso y casi terminado.
(Muy certero, ¿No crees?)
________________
Sigo todas tus reglas.
Pero cuando oigo un golpe que yo no hice miró hacia afuera y está lloviendo.
Ya no es lo mismo, ya no puedo sentirlo.
Ni el calor del sol.
Los rayos ahora me dan miedo, pero las tormentas ya no.
¿Por qué siento que ya no soy el mismo?
____________
(Intentan atacar la residencia Hibari cuando el Jefe no está, pasan a los guardianes de traje que son muy pocos.
Pero no cuentan con los adolescentes, los subestiman por ser aún "niños".
Lástima que estos niños están liderados por la mano derecha del jefe, quien es la segunda y otra única persona (Aparte de Hibari) en saber de la existencia de cierto niño inútil.
Los ataques grandes de la Yakuza, la Mafia, y demás terroristas eficientes suelen suceder de noche, con algunas pequeñas excepciones.
El mecanismo de defensa en la casa Hibari es apagar las luces.
Tsunayoshi, por favor.)
____________
(Iemitsu)
Reborn llega a la casa Sawada por la tarde, una mujer, que debía ser sin duda la mujer del tonto bakamitsu, abrío la puerta y sonrió amablemente, una de sus manos en su mejilla.
- ¿Te has perdido querido? - Él sonrió igualmente.
- Soy un tutor de casa que puede convertir a tu hijo en el líder de la siguiente generación. - Ella pareció emocionada y no preguntó nada, hizo un gesto y lo invitó a pasar.
- Tendrás que disculpar, pero Tsu-kun está en la casa de un amigo por un tiempo estudiando duro por los exámenes. - Reborn tembló un dedo, aún no era época de exámenes. - A Tsu-kun le cuesta un poco la escuela y últimamente se hizo un amigo, así que estudian juntos ahora, aunque no me parece malo que también tuviera un tutor. - Planto su mirada en ella y aún así no vio rastros de mentira en sus gestos, eso le levanto una bandera, el estúpido jefe del Cedef apenas le había dado una hoja con los nombres y un par de palabras tratando de describir a cada uno. Se suponía que el niño no tenía amigos. - Aún no sé cuándo volverá, Tsu-kun.
- Está bien, puedo esperarlo. - Peino una de sus patillas pensando, la mujer aplaudió y sonrió más hasta casi partir su rostro.
- Puedes quedarte en la habitación de Tsu-kun, ¡iré a hacer el almuerzo!
La perdió de vista en el pasillo que llevaba a lo que parecía el comedor, mientras él pensaba.
¿Qué amigo?
___________
Canciones pensadas:
(Fnaf song - you can't hide. / Look at me now. / Gonna pretend. / I got not time. / Save me. / Run boy run.)
#KHR#Katekio Hitman Reborn#FNAF#five nights at freddy's#Crossover#Idea de fanfic#1827#Sad#Abuso#Intimidación#Negligencia de padres#Reborn#Guardianes de la décima generación
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Fight fell [KHR]
(Escenas escritas para una parte 2 de una historia de wattpad que había escrito y se llama: Nuestro adorado cielo)
Cuidar de este chico no va a traer buenos resultados.
Ése había sido el pensamiento del Hitman, ex arcobaleno del sol.
Antes de que todo esto comenzará.
Antes de que todo este problema comenzará.
^#&*&#^
Le extrañaba verlo con esa apariencia o bueno no tanto si pensabas que estuvo encerrado en un frasco por unos años.
Aún así, según él, era irresponsable dejarle para cuidar a ellos a ese monstruo.
Pasara el tiempo que pasará.
Tuvo que apretar su puño para alargar esa poca tolerancia que tenía, para asombro de muchos.
Tenía que dar el "magnífico aviso" de su nuevo huésped, y aquellos incompetentes niños de jardín no podían quedarse quietos y en silencio por unos miseros minutos cuando estaban en una misma habitación.
Respiro profundo y observó por un segundo a su estudiante que estaba observando a sus propios guardianes con algo de pánico.
Si bien ese chico era el único candidato que pudo aparecer no se había comparado con el gran Cielo que habían...
Entrecerró sus ojos al pensar aquello.
Eso no importaba.
Carraspeo su garganta, sabiendo de antemano que aquello no llamaría la atención de aquellos incompetentes.
De un movimiento veloz de los que se conocía al Hitman número uno del mundo, tomó su arma y apuntó al techo disparando una sola bala lo cual provocó que el sonido retumbaba en toda la habitación.
Logró que todos voltean a observar en segundos con esa desfigurada expresión de temor palpada en sus rostros junto con la palidez apoderarse de sus cuerpos.
E incluso Mukuro y Hibari..
La expresión misma del terror.
Una de la que lastimamente no podría ser causante.
Y eso daba terror.
En ese instante se volteó sobre sí mismo apuntando a lo que antes le había estado dando la espalda como ignorante, palideciendo al instante como si hubiera visto un fantasma.
- Ya despertaste, ¿Te sientes bien? - Yurikiri habló entre medio de todo el silencio con el recién llegado, ignorando olímpicamente el hecho de que sus guardianes palidecieron de un segundo a otro y no pudieron reaccionar adecuadamente.
Ante aquella persona aún desconocida para él.
Un convicto de Vindice.
Aquello era lo único que sabía de él.
Una pálida mano era lo único que servía como apoyo a un flojo, delgado y a simple vista frágil cuerpo de lo que parecería ser un muerto en vida.
Vestido solo con una camisa a la cual le faltaban los primeros dos botones con manchas rojas transparentes que se mezclaban con el tono gris de la propia prenda, y unos pantalones negros que se notaba a leguas que estaban muy desgastados por el uso que le dieron.
Descalzo y con una mirada perdida en algún sitio lejano.
- ¿T-Tsuna?..
- Tsunayoshi...
Unos ojos perdidos que no parecían querer volver.
-*~*-
Los guardianes sólo reaccionaron a sacar sus armas en cuanto esa presencia aterradora había salido de la habitación en compañía del jefe de Vongola.
No pudiendo entender lo que sucedía.
- ¿E-ese... era... Juudaime?
Incluso las palabras parecían borrarse del sistema.
- Se encontraba... en Vindice...
- Esto es temporal.
Todas las miradas cayeron sobre el Hitman al escuchar su voz tan seria.
Aún así ninguno tuvo el tiempo de realizar alguna pregunta a ello.
- El lugar en que lo mantenían encerrado ya no está en condiciones, - Observó a cada uno endureciendo su rostro al recordar la poca información que le habían brindado. - por lo tanto se quedará con nosotros, a más tardar un mes, hasta que resuelvan el problema.
No se oía ninguna protesta por el hecho de que aún la noticia estaba siendo digerida.
¿En verdad... él era Tsuna?
#*$/^\$*#
Había tomado del brazo derecho pálido, frío, casi inerte de aquella persona quién aún no conocía.
No sabía quién lo había guiado desde la enfermería de la mansión hasta donde ellos estaban.
Porque el lugar era verdaderamente grande.
Incluso él se perdía aunque fuera su casa, a palabras de su tutor.
Ahora lo llevaba hacia el comedor del lugar porque esa palidez y delgadez decían todo.
Más el contrario la pregunta que le había hecho antes al verlo despierto no había sido respondida, incluso ni le dirigía la mirada.
Era como si lo ignorara.
Pero no se negaba a que lo ayudará a caminar o que lo guiará a algún sitio que desconocía.
Simplemente se dejaba jalar caminando con pasos torpes que no se le enredaban entre sí o eran arrastrados.
Era triste verlo de aquella forma.
No quería ni pensar en qué clase de lugar había estado viviendo.
Lo único que sabía de él era que "Es un convicto de Vindice" fuera lo que fuera eso y que se llamaba "Tsunayoshi", según había escuchado decir a Mukuro.
O tal vez no era su nombre y sólo lo llamaban así.
Fuera como fuera debería preguntárselo a él para saber, parecía haber una historia detrás.
Pero por el momento lo llevaría a probar alimento.
Llegaron finalmente a las escaleras.
Por lo que rodeó la espalda ajena con su brazo izquierdo y llevó a sus propios hombros el brazo derecho del otro, ayudándole poco a poco a bajar las escaleras.
No podía cargarlo en su espalda porque por más que fuera delgado él mismo podía apenas con su cuerpo.
A la mitad de las escaleras unos sirvientes de la casa lo vieron y subieron las escaleras para ayudarle hasta que le vieron el rostro al chico pálido.
Quedaron petrificados e incluso algunos se apartaron temerosos.
Era muy extraño por lo que cuando iba a preguntar salieron disparados hacia algún lugar.
Dejando que terminara la tarea que comencé sólo.
Llegando al final de las escaleras y caminando hacia el comedor.
¥₩%¤%₩¥
Todas las actitudes eran extrañas.
Las de sus guardianes, la de su tutor, la de los trabajadores de la mansión, todo era extraño.
De algo no estaba enterado.
Había ayudado al castaño pálido a sentarse al lado de él en una de las sillas de los costados de la enorme mesa.
Y las cocineras habían preparado el almuerzo y lo habían servido a lo largo de la mesa.
Sus guardianes y su tutor comían, pero con un comportamiento extraño ante sus ojos.
Él intentaba comer, pero apenas girando su rostro notaba que el muchacho pálido no comía y sólo observaba el suelo evitando las luces y la iluminación que entraba de afuera a través de las ventanas.
No comía y eso me preocupaba.
- Oye, ¿Cómo te llamas? - Intenté preguntarle sintiendo los saltos de sorpresa de algunos de mis guardianes en la mesa por romper el silencio incómodo que intentaban mantener.
Pero sólo recibí silencio de su parte.
- Yo me llamo Omoga Yurikiri. - Intenté presentarme al no tener ninguna reacción del contrario y continuar hablando con voz tranquila.
Pero sólo recibí la misma respuesta.
El silencio.
Mordi la piel dentro de mi mejilla sintiendo remordimiento por ello mientras observaba mi propia comida.
Ya ni siquiera tenía ganas de comer.
Mordí más fuerte la piel y apreté mis puños debajo de la mesa, no sabía porque pero me sentía inútil.
En un segundo me asuste al sentir una fría mano posada en la mejilla que mordía con fuerza.
Me precipité a voltear hacia mi izquierda, hacia el chico que era dueño de la fría mano el cual me observaba sin expresión, y con sus ojos perdidos.
La otra mano de él se movió lenta y de forma extraña hasta una de mis manos que apretaba con furia y la acarició de forma torpe y lenta.
Parecía perdido, ausente pero aún así ¿Sentía el dolor ajeno?
Voltee a ver a quienes son mis familia ahora encontrándome con que todos habían alzado sus armas hacia el chico a mi lado.
Observando alarmados sus movimientos.
En cambio volviendo a ver al castaño, esté simplemente los ignoraba dando caricias en donde yo ejercía dolor físico.
Era un muchacho extraño.
Afloje mi agarre cediendo a aquellas cálidas caricias.
¤~%¥%~¤
Era extraño pero terminé dando de comer al muchacho, que creo es más chico que yo.
En su comportamiento entendí que ya no sabía manejar sus manos y recordando las escaleras, tampoco sus pies.
Por lo que opté por tomar una cuchara y darle el puré de papas como si fuera un niño.
Y sorprendiéndome a pesar de mostrarse fuera de la realidad, del contorno, perdido, se dejaba hacer, se dejaba alimentar incluso más cooperativo que cualquier niño.
No decía una sola palabra, no se quejaba y no pedía más, simplemente esperaba en silencio a que le llevará alguna otra cosa para ingerir.
Incluso llegó a pensar con terror que si le diera una cucharada de clavos el contrario se la tragaría.
Fue horrible pensar aquéllo.
Pero estaba creyendo que el otro, por la forma de obedecer sin rechistar y en silencio, era capaz de dejarse mutilar.
#$&*&$#
Me.. ahogó..
Me.. ahogó..
El aire.. es muy liviano.. no puedo... respirar bien...
¿Qué.. sucede?
¿Dónde.. ésta el agua?
¿Qué es.. esto?
£¥₩¤₩¥£
- Tienes que permanecer acostado y comer suficiente para recuperarte. - Habló el peli negro terminando de tapar al castaño con las mantas en aquélla cama.
El contrario simplemente observaba el vacío llegando a sorprender al jefe al de repente extender un poco su mano de la cama casi queriendo alzarla hacia el techo.
- Gao. - Un ruidito provocó que el de pelo negro perdiera su concentración del techo, creyendo que allí es hacia donde el contrario quería llegar, para que observara nuevamente la cama pegando un sobresalto al distinguir un animal de fuego justo al lado del castaño.
- ¡Wua! - Y cayendo al suelo de trasero sorprendido.
- Gao. - El pequeño y sorprendente animal de fuego se pegaba a las mejillas del castaño dando mimos y ronroneos a aquél rostro inexpresivo sin llegar a dar incentivos de estarse quemando. - Gao.
Un portazo repentino provocó otro sobresalto y un pequeño paro cardíaco en el peli negro.
- ¡Yurikiri!
- ¡Jefe!
- ¡Yuri!
Provocado por sus guardianes y tutor quienes entraban a la habitación armados y listos para atacar cualquier objetivo y amenaza contra su jefe.
Sólo observando un pequeño león de fuego parado frente a la cama en la que estaba el castaño observando el techo mostrando los dientes al sentir tanta amenaza hacia su dueño.
Advirtiendo que no se acerquen o los atacara.
- ¿Qué sucedió aquí? - Preguntó furioso el se sombrero apuntando con su arma hacia el animal hostil.
Atento a cualquier movimiento en falso de aquella criatura enlazada con una bestia incontrolable cuya cantidad de poder es desconocida.
¥₩%¤%₩¥
Se habían ido de la habitación luego de cerrarla con llave, de parte del patilludo, hacia la oficina del peli negro.
Quien estaba enfadado y extrañado de todo aquéllo.
Incapaz de saber porque no querían contarle todo lo que sucedía.
Al menos alrededor del chico pálido.
Si bien sólo era un niño quien había vivido una vida normal y de la nada era una persona importante del bajo mundo.
Porque un anillo brilló en sus manos.
No lograba entender nada.
Y a pesar del miedo no quería ser una persona ignorante sobre todo lo que sucedía, por lo que se hartó de estar en silencio.
- Reborn. - Preguntó ya cansado y decidido en preguntar, llamando la atención del Hitman el cual estaba perdido con la mente en algún lado al igual que los otros guardianes presentes. - Soy el único que no entiende del todo lo que sucede.
El mayor simplemente lo observó serio, al muchacho no debería importarle que le suceda a aquella cosa.
No lo conocía y tampoco tenía nada que ver con él.
No afectaría en nada el que conviva por quizás menos de un mes con el castaño.
Claramente si esté no lo ataca.
Ya que una vez vuelva a Vindice no lo volvería a ver o a tratar con él.
Era muy simple.
Y era verdad si quería hacerlo un buen mafioso, un buen jefe de la mafia debía informar de todas las cosas oscuras que atraía la mafia y de las cuales no podría huir.
Y él siempre pensaba que había que estar preparado.
El niño debía de estar preparado.
- Bien, te contaré todo.
Y con eso la historia debía seguir continuando.
__________________
- ¿Quién es exactamente?, - Alzó una ceja el patilludo, casi con rabia, al preguntar al aire, o quizá a sí mismo, aquélla pregunta. - El Décimo Vongola. - Contestó casi queriendo apurarse e irse, fundido en recuerdos, quizá.
El más pequeño de la sala, el que no tenía idea, de nada más que el lugar desconocido del que venía el castaño, sintió en ese instante, que el pecho se le cerraba, del impacto de la no tan delicada respuesta dada.
- ¿Qué..? - Fue la sorpresa soltada que pudo formar con el aire que se le escapaba.
¥₩¤$&*&$¤₩¥
Me.. ahogó.
Me pica.. mi cuerpo.
¿Qué.. es esto..?
Muevo mi mano.. y logro sentir algo suave bajo ella, no puedo tomarlo, pero está frío.
- Gao.
Escucho ese sonido y se me hace tan conocido.
No logro ver bien, mis ojos no quieren enfocar, sólo me dejan ver todo borroso, sólo esta todo blanco.
Hasta que algo se planta sobre mi cuerpo.
Y se acerca hasta mi rostro, dejándome sentir una suavidad y calor reconfortante, lo suficiente hasta que puedo enfocar y ver unos ojitos y un cuerpecito pequeño.
Ah.. es el perrito..
- ¡Gao, Gao!
Puedo sentir su áspera y pequeña lengua pasar por mi nariz y mis mejillas.
Parece que sí nos volvimos a ver.
- ¡Gao, Gao! - Parecías contestarme, casi sonriente.
Que lindo eres.
- ¡Gao!
Sólo digo la verdad.
Friega su pequeña cabecita contra mi mejilla.
Es tan cálido.
Dime pequeño, ¿qué es.. estó?
- ¡Gaao! - Saltó desde mi pecho hacia mi izquierda, no dejándome ver hacia dónde fue a parar desde donde estoy.
No puedo verte.
- Gao
¿Qué es lo que quieres?
- Gao.
Moví mis brazos y los apoyé sobre la cosa suave y fría bajo mi cuerpo.
Y comencé a ejercer fuerza para sentarme.
¿Qué era.. está superficie suave?
Y estas telas, ¿Están envolviendome...para qué?
Observé sentado hacia todos lados viendo borroso.
¿Ahora qué?
- Gao.
Lo escuché pero no pude verle, por la mala visión en todo esté blanco.
Pero pronto lo sentí sobre mi cuerpo de nuevo, al perro, justo sobre mis piernas.
¿A dónde vamos a ir?
- Gao
Pero no creo que funcionen.
El perrito brillante sólo observó hacia abajo, inspeccionando mis piernas.
- Gao. - Mencionó volviendo a verme.
Hace tiempo que no las uso pero si tanto quieres que lo haga...
Lo vi saltar de nuevo hacia mi izquierda saliendo de mi perímetro de visión.
Teniendo el momento para arrastrar mis piernas fuera de todas las telas frías y de la superficie suave.
Poniendo ambos pies en el suelo y dando un impulso para colocarme de pie.
Bien.. ¿Ahora.. qué?
- ¡Gaaaooo!
Bien, te seguiré.
- ¡Gao!
¥₩¤~¤%¤~¤₩¥
Yamamoto.
Gokudera.
Sasagawa.
Bovino.
Ni siquiera Rokudo.
Ninguno quiso mirarme.
Pero, ¿quien los culparía?
Yo no, ya que me acababa de enterar de que el chico pálido con el cual todos los de la mansión mantienen todas las distancias que pueden, era literalmente su Jefe.
No le hablaban y salían corriendo.
Excepto mis guardianes.
Ellos sólo lo observaban atónitos al principio y ahora lo mantienen vigilado.
Si ese chico es el Décimo Vongola.. ¿Por qué yo también lo soy?
¿Si ya lo tenían para qué me buscaron?
- Es un asesino muy peligroso. - Había dicho mi tutor, casi como si estuviera respondiendo mis pensamientos. - Y estará con nosotros temporalmente en lo que Vindice logra reparar el estanque en el que lo mantuvieron.
Era el único que mencionaba palabras, los cinco guardianes presentes sólo se mantenían al margen observando hacia cualquier lado menos a él, o incluso perdidos en sus pensamientos.
¿Estanque?
Es la Mafia más peligrosa del mundo, claro que... aunque me da miedo pensarlo, el jefe debe ser un asesino a sangre fría.
¿Para ellos, porque eso estaba mal?
Si todos ellos.. asesinaban también, es así... lamentablemente.
- ¿Por qué es diferente con él?
No pude evitar obviar mi duda, escuchando las exhalaciones precipitadas de aire, sorprendidas.
Reborn sólo me observó sin ninguna emoción y se quedó en silencio.
- Tú no lo conocías antes.
Fueron las únicas palabras que le soltó el Hitman.
- Sawada Tsunayoshi. - Mencionó el mayor, sonando frío y quizás sólo un poco asqueado, provocando el temblor de varios en la sala. - Luego de estar inconsciente un tiempo por una herida casi mortal en una misión, - Se encaminó hacia los sillones de la oficina mientras los otros estaban simplemente de pie observando el suelo, a excepción de la Niebla que estaba apoyado en una pared y el Trueno que estaba recargado en el escritorio, los otros tres estaban de pie. - Despertó un día cualquiera y atacó a su familia. - Dijo claramente, algo demasiado simple de decir pero bastante complejo, el pelinegro hablaba como si fuera el acto a manos de una escoria, hablando con voz gruesa y apretando los dientes con furia, que no se daba el gusto de ocultar. - Los heridos no se despertaron hasta casi una semana después desde el ataque, si no fuera porque aún se sentían latidos en ellos ya los hubiéramos dado de baja. - Aclaró, observando hacia otro lado.
Y pensar que sus guardianes eran muy fuertes, que los hubiera vencido un muchacho pálido y en estado de muerto era imposible de imaginar.
No quiso preguntar pero a pesar de que el mayor tenía un aura que daba miedo él expuso sus dudas inocentes.
- Y.. ¿No pudieron ayudarlos los que lo mantuvieron encerrado hasta ahora?, ¿Los Vindice?
El contrario guardó silencio por un momento y por ello puedo hasta escuchar los latidos de las personas que estaban en ese lugar en un silencio doloroso.
- Vindice estuvo allí. - Reveló el Hitman, rompiendo el silencio del lugar y provocando la sorpresa en el menor, que no tomaba muy grave lo del castaño aún. - Como lo estuvieron los Arcobalenos, el grupo independiente de Varía, La familia Millefiore, La familia Shimon, La familia Cavallone, todos y cada uno de los aliados de Vongola fueron atacados por el que fue el Décimo Vongola.
Algo que realmente no se esperaba escuchar.
No podía escucharse más herido aquél hombre.
Y eso era.. muy extraño.
¥£¤~%~¤£¥
¿A dónde es...que me estás llevando?
- Gao Gao.
¿Una oficina? Pero sigo sin saber bien en donde nos encontramos.
- Gao. - Dijo, sin voltear a verme y sin detenerse en su camino por el pasillo que no parece tener final.
¿Una Mansión?, ¿A quien veremos, es al dueño?
- Gaaoo.
¿Alguien importante?
-Gao.
¿No?, Bueno..
Pero.. ¿Para qué venimos entonces?
No me contestó pero se detuvo frente a una puerta casi de inmediato y me volteó a ver.
Golpeó su cabecita en la puerta frente a la que se había detenido.
Me hacía señas con su cabecita de que me acercará.
- Gao.. - Pronunció bajito, llevando sus ojos de mi hacia la puerta.
Di unos pasos y me acerque a la madera de la entrada hasta poder tocarla con las llemas de mis dedos, estaba fría, muy fría, y la puerta no se sentía como la madera.
¿Cuánto avanzó todo en lo que estuve dormido?
¿Una puerta de hierro?
¿Qué más ha avanzado?
La empuje con algo de dificultad y antes de que hubiera un espacio en el que pudiera caber, el perrito paso por el pequeño espacio que puede abrir.
Observando el suelo aún seguí empujando un poco más la pesada puerta hasta lograr un espacio en el que pudiera caber.
Pero antes de que pudiera entrar algo fue lanzado hacia mi dirección, por lo que agarré mi cabeza con ambas manos y me agache.
¿A alguien se le descontrolo algo?
Eso podría haber dañado a alguien.
Observé hacia atrás buscando con mi mirada cansada y borrosa qué había sido lanzado, diferenciando un jarrón quizá estrellado en el suelo.
Alguien podría haber salido muy mal de ese golpe.
- Hey, - Una voz habló, suave quizás, abriéndose paso en el silencio. - Deberías estar en cama. - Pronunció sin levantarse de su asiento.
Giré mi cabeza hacia mi espalda y observé sobre mi hombro el interior de la puerta que había movido.
Que extraño.
¿No se parecen... a algunas personas que he visto..?
¥£₩¤₩£¥
Las miradas de asombro y desconcierto, además de miedo mal disimulado, eran las que observaban al intruso recién llegado.
Era extraño observar allí.. de pie..
Con una piel ya no tan pálida como cuando llegó, pero aún así sin tener el color que debería.
Unos ojos aún llorosos y aún sin ese brillo con el cual los habían conocido y el cual no iban a tener jamás.
Y con aquél cachorro de león que los observaba expectante y amenazante, frente al recién llegado, ahora que ese Hitman había lanzado el florero.
Se habían quedado mudos.
¿Pues que iban a decir?
Pero..
Un paso fue dado.
Alertando a todos los presentes, obligándoles a colocarse de pie en segundos, quienes sacaron y aparecieron sus armas a la par, apuntando hacia ese hombre de ojos muertos que los enfrentaba.
Sin notar que el movimiento no fue de él, sino de..
- ¡No lo ataquen!
Ese grito los alertó, provocando que un par de armas fueron disparadas, una ilusión fuera creada y un rayo fuera lanzado.
Alertando a un animal furioso que se encontraba repensando sus actos.
No había sido buena idea llevarlo allí.
No lo querían allí.
Lo habían dejado sólo.
La furia lo dominó en segundos, provocando que el animal creciera, triplicando su tamaño, para recibir los impactos.
Él podía sentir que el ser detrás suyo estaba perdido, confundido y desolado, pero.. no sabía porqué.
Pero ahora podía hacerse a la idea de que su Cielo estaba en peligro.
Por ello mostrando los dientes y su potente figura, no pensaba moverse de en frente de Su Cielo.
No iba a dejar que le tocarán y lo hirieran, no de nuevo.
#*$&^&$*#
Los ataques golpearon un objetivo y lo mantuvieron apresado.
He allí que cada uno estuviera alerta a cualquier movimiento siguiente.
No podían darse el lujo de asumir que ya había terminado.
El entrenamiento de los años los habían fortalecido para poder recibir a otro Cielo.
Intentando mantenerse erguidos en la espera.
Hasta qué hace medio año lo habían encontrado.
Y como no habían podido lograrlo ahora debían protegerlo.
De todas las potentes amenazas.
Incluso ésa.
Las miradas afiladas no se apartaban del objetivo que se encontraba detrás del humo.
Tampoco aquélla que observaba preocupada, aterrada y confundida al mismo tiempo en esa dirección.
Hasta que inevitablemente se disipó el estorbo, dejándo observar.
Esa mirada... aún apagada..
Con una llama en su frente.
Eso no era bueno.
Y un león repleto de fuego que ya había perdido su forma y mostraba los dientes relucientes aún.
Daba miedo.
El aire se hacía difícil de respirar, tanto para asustados como para sorprendidos.
El miedo latente corría por las venas de todos los presentes.
¿Qué estaba sucediendo?
¿Eso era medianamente normal?
- Oye, tranquilo, todo está bien. - Una voz rompió el silencio suavemente alzando ambas manos en son de paz. - Tranquilo, tranquilo.
El león repleto de llamas observó a quien se acercaba, mostrándole los dientes y retrocediendo unos pasos para rodear a la persona detrás de él.
Demostrando sus intenciones.
Proteger.
- Bajen sus armas - Pidió amablemente el muchacho, ahora hacia sus guardianes y tutor, los cuales le observaba sorprendido.
¿Qué acaso estaba loco?
¡Ese sujeto era un asesino!
- Yurikiri, ya te dije lo que hizo, mantente atrás. - Habló firme el de sombrero, volviendo su vista al frente. - Sabemos de lo que es capaz.
El más pequeño, de edad, observó de nuevo al muchacho detrás del león furioso.
Debe ser doloroso que tu familia te odie, ¿No es así?
Notaba que aquel no hacía nada, simplemente se mantenía parado detrás del animal, observando perdidamente hacia un lado.
El silencio del lugar dejaba saber que no podría hacer nada para ser escuchado.
Más en ese momento observó que aquel castaño hizo un movimiento que lo sorprendió.
Movió su rostro hasta su posición, como si lo estuviera observando y lo hubiera sentido.
Y en ese instante, se desplomó contra el suelo rápidamente y comenzó a llorar en silencio.
Podía notar las lágrimas caer de sus ojos mientras estos ahora observaban a la nada.
Él estaba sufriendo.
Y sólo él lo sabía, ya que el león no lo observaba.
Y sus guardianes sólo apuntaban, listos para atacar.
¿Por qué estaba sucediendo todo eso?
¿Por qué el mundo la tenía contra esa persona?
Uno en silencio siempre sufre solo.
No podría ser peor.
Estaban todos sentados en una mesa, incluido ese cachorro de león sobre las piernas del castaño con los ojos muertos.
No podía tornarse más incómodo u aterrador.
¿O si?
Nadie quería mediar palabra, porque sabían que tarde o temprano terminarían hablando del peculiar caso.
Y era como intentar evitar el tema que estaba de moda.
Algo prácticamente imposible.
El león parecía un simple gato con el castaño.
No se animaba a intentar acariciarlo por temor a que lo viera como una amenaza y lo atacara.
Mientras el castaño de piel blanquecina no hacía ningún movimiento.
Le parecía un poco preocupante pero no le molestaba alimentarlo si era necesario, llegaba a verlo como si tuviera un pequeño hermano, lo cual le agradaba teniendo en cuenta que es hijo único.
Pero como un chorro de agua fría le vuelve a la mente la charla que habían tenido hacía una hora atrás sobre que ese muchacho, ese que tenía a su derecha era mayor que él.
Pero no aparentaba más de quince años ¿Cuántos tendría sino?
#*&$&*#
Había niebla en su mente, una que no quería disolverse por ninguna razón.
Eso solo lo dejaba con un actuar irregular en todo ese show.
No tenía un papel que seguir, ni un personaje que interpretar.
Estaba perdido y nadie sabía darle indicaciones.
Le dolía todo y no podía recordar qué era lo que lo tenía con un vacío en el pecho.
Sentía odio hacia sí mismo, no entendía muy bien si era completamente de su propia parte.
O si venía de afuera.
Quería volver.
Volver a estar sólo, a no pensar en nada.
Volver.. A ignorar todo..
La sensación de asfixia había aumentado y un dolor infundido sin explicación había comenzado a crecer desde que estaba en ese lugar.
Esas personas que sentía que conocía, podía ver, sentía, que le repudiaban.
Era algo malo para ellos y no podía recordar el qué o el porqué.
A pesar de las muchas personas que creía conocer de algún lugar, también había un niño.
Un niño inocente, amable, sin intenciones hostiles, siquiera hacia él.
Era muy extraño y algo reconfortante.
Sentía al perrito brillante sobre mis piernas, calmado, cálido y muy pequeño.
Volví mi vista de donde fuera que la tuviera fija, hacia el frente, recibiendo el rostro sorprendido y luego fruncido de un hombre con cabello plateado.
Él me miraba de forma hostil y sentía en él un remolino de otras sensaciones.
Como si me chocara una tormenta de agua.
Confusión, tristeza, miedo, odio, incomodidad.
Podía pensar que eran dirigidas hacia mi, pero no lo tenía muy claro en mi mente.
Apenas moví mi rostro unos centímetros más a mi izquierda, observando ahora a un hombre de cabellos negros muy corto.
Esté también me observaba frunciendo su ceño hacia mí
Lo había detectado porque el primero y ese se habían tomado repentinamente de las manos debajo de la mesa.
Confort, apoyo, amor, tranquilidad, comprensión.
Parecían tranquilizarse porque de un momento a otro las sensaciones que recibía de ellos eran completamente distintas.
De punzantes y amenazantes a cálidas y reconfortantes.
#KHR#Katekyo Hitman Reborn#Mal final#Bad ending#Idea de fanfic#Vongola decimo#Vindice#Guardianes de la décima generación#Tsuna en Vindice#Reborn#Otro heredero#Wattpad#Nuestro adorado cielo
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Khr AU
Entonces, Tsuna es asesinado en su presente teniendo tan sólo dieciséis años.
Vongola está revuelta por la muerte de su confirmado Décimo. Y se sabe que Xanxus tomará el puesto de nuevo jefe Vongola.
Xanxus no está muy contento. (Esta furioso, no esta feliz de que le quitaran a su primo - hermano)
Los elementos del fallecido Cielo de Vongola están pasando por la dolorosa abstinencia de la pérdida de su Cielo, y no es fácil, casi nadie sobrevive a tal dolor, aunque no ha sucedido a décadas.
¿Alguien podría llega a pensar en sí el Cielo tenía pareja? Que horrible la debería de estar pasando.
Hibari entiende esa parte, no sólo su elemento sino que su pareja también, no lo culpen si desaparece.
Imagínate cuando le disparan en medio de su Cielo nublado mental mientras está perdido, y cuando la niebla rosa se dispersa tiene un pequeño Cielo frente a él.
Su Cielo nuevamente.
Su pequeño Cielo.
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BNHA X KHR Crossover - Escritos
- ¡Despierta Dame-Tsuna! Un Reborn de apariencia ya adulta, entró a la habitación del pequeño castaño, azotando la puerta y saltando con dirección a la cama, para caerle encima con una patada al ahora oficialmente Décimo Vongola. Pero le extrañó al caer el no hallar a nadie sobre ésta. Giró su cabeza hacia el lado derecho de la ahora enorme cama y observó que en ese lugar se encontraba el Cielo el cual parece haber aterrizado con brazos y piernas flexionados como un gato. Tsuna giró la cabeza demostrando unas ojeras y unos ojos saltones hacia arriba observando con algo de miedo a su aún tutor encontrando que esté estaba formando una sonrisa, demasiado fuera de la zona en la que él calificaba como tranquila. Con su intuición gritándole "peligro" se levantó del suelo rápidamente esquivando justo una bala que impactó en su antiguo lugar en el suelo y corriendo hacia el baño de su ya hacía bastante tiempo habitación el cual estaba conectado a ésta. De esa forma se refugio para prepararse no pudiendo ser una de esas personas contadas y recontadas cabe recalcar que pudieron ver la sonrisa de orgullo del Hitman por los progresos acelerados del castaño. -*-+-*- Estaba bien, muy bien, no le importaba completar papeleo apenas se levantaba. Lagrimeaba al llegar a su oficina y ser recibido sólo por las montañas nuevas de papeleo diario acopladas recientemente por su amable tutor nada más hacían unos quince minutos. Se adentro en la habitación cerrando la puerta con seguro luego de ingresar para que nadie le molestara, además de que no tenía ninguna otra tarea además del papeleo durante lo que le quedaba de la semana. Soltó un suspiro profundo. Pero fuera de ello no se quejaba pues estaba acostumbrado. Habían sido cinco años desde que terminó su quizá no tan tranquila vida de secundaria y cuatro más de que estaba en posición de Décimo Vongola. Desde que había entrado en ello su vida se basaba en completar papeleo mayormente provocado por sus guardianes, detener peleas entre sus alocados guardianes y muy pocas veces hasta el momento pelear contra otras familias que no eran aliadas. Definitivamente gracias al castaño muchas cosas habían cambiado en Vongola. Pero agradece que al menos los últimos meses habían sido tranquilos. Ah, le parecía mentira esa paz. Pero sabía que todo eso tarde o temprano se terminaría como también sabía que sus guardianes no podrían tener un desayuno en paz. Por lo que en cualquier momento- Toc Toc - Décimo - Sama, sus guardianes de nuevo. Su cabeza cayó ligeramente sobre su hombro izquierdo al escuchar la suave voz de una las sirvientas de la mansión que se había encargado de avisarle lo que sucedía todos los días y que él debía de parar. - ¡Voy! Con lo recién dicho escuchó a la muchacha marcharse, por lo tanto se colocó de pie luego de suspirar por sexta vez en la mañana en lo que llevaba despierto y rodeando su escritorio se encaminó hacia la puerta quitando el seguro de la misma. Ah, su hiper intuición le decía que sería un día muy largo y con un par de sorpresas de por medio. +*+*+ Se había asomado apenas por el marco de la puerta y de inmediato tuvo que agacharse para esquivar una silla que impactó contra la pared del pasillo. Se enderezo y abrió sus ojos observando el lugar. Ah, si bien no tenía peleas con ninguna familia lo cual agradece, ese desastre y zona de guerra creada por sus guardianes lo reemplaza. La habitación estaba casi irreconocible y ello realmente lo ponía de mal humor. Una pequeña vena se asomo en su frente. Y tras ello se hizo notar sin ver a quien considera un padre asomarse por detrás de él. - Basta Oh, esa simple palabra bastó para que el ensordecedor ruido de explosiones y armas chocando se detuviera. ¿Quién pensaría que tan pequeño ser impondría tanto respeto? Esbozó una sonrisa que todos sabían expresaba todo menos alegría. - Recojan y terminen de desayunar, no le generen más problemas al personal. Tras ello todos se pusieron de inmediato a recoger las sillas y el resto de los utensilios que habían tirado por sus peleas, incluidos Niebla y Nube. No por nada su Cielo era hijo del hitman número uno del mundo quien en esos momentos esbozaba una sonrisa orgullosa por los logros de quien años atrás llamaba Dame por ser torpe y ahora era solo por molestarlo, ese niño cuando se enfadaba era peor que el mismo diablo. - ¡Yoshi! Oh, su intuición no lo engañaba. - ¡Xanxus! Qué bueno verte bien. El castaño ahora se encontraba sonriendo hacia afuera del comedor, se había girado recibiendo con una enorme sonrisa a sus invitados. Inesperados. - ¡Pequeño príncipe! Lussuria, madre de Varia se había lanzado sobre el pequeño Cielo interrumpiendo el casi próximo saludo con el jefe de los recién llegados, con sus brazos abiertos para estrujarlo en un abrazo con el cariño que solo una madre podría darle. Belphegor sonreía recién cruzando el pasillo llegando de la sala que conectaba con la puerta de entrada. - Yoshi. Fue lo que soltó el príncipe rubio en forma de saludo. Levi solo entró en el lugar en silencio realizando un gesto con sus manos en señal de saludo hacia el castaño. Viper se asomó casi flotando desde detrás del que había entrado antes y con una pequeña sonrisa y un asentimiento de cabeza saludo al querido Cielo Vongola. Un adolescente de cabello verde y un sombrero de rana se asomó con un rostro algo cansado acercándose hasta el ahora libre Tsunayoshi para abrazarse a él y recargarse para descansar siendo sujetado por el contrario con una sonrisa amable y cariñosa. Y por último, antes de que el castaño amable se preocupara apareció desde la puerta una espada volando rápidamente dirigida al Décimo, la cual fue esquivada y apartada de posibles víctimas por el mismo en cuestión de segundos para que no dañara a nadie. El adorado Yoshi conocía bien al portador de la misma, caso por el cual los recién llegados habían sacado sus armas y los guardianes quienes minutos antes se encontraban desayunando habían aparecido por la puerta apuntando igualmente a la entrada rodeando en un círculo al castaño como si fueran perros protectores. - ¡Voooooooooos! ¡Príncipe! Tiempo sin vernos. - ¡Squalo! Takeshi se le adelantó al Cielo yendo a recibir con un cariñoso abrazo al asesino quien solo le devolvió reproches sobre su manejo de la espada. Olvidando el falso ataque hacia el castaño. Dejando volver, por muy raro que sonase, a la tranquilidad inicial. - ¡Oh, cierto! ¡Los regalos! - Grito de repente con emoción la madre de Varia antes de salir por la misma puerta por la que había ingresado momentos antes. *+*+* - ¿¡Qué tú quieres qué yo qué!? Oh, lo único que molesto siempre al pequeño Cielo fue su propia apariencia. Porque aún con sus veinticinco años aparentaba aún ser un adolescente y en muchas ocasiones lo confunden con una chica. Sólo le faltaba el pelo largo y ya. En muchas reuniones o no le tomaban en serio como jefe de Vongola, lo cual era arreglado por sus guardianes incontestablemente celosos o se le insinuaban con un matrimonio en plan de una alianza lo cual era tratado personalmente por su padre. Y lo que Reborn le estaba diciendo que llevaría a cabo venía de la mano con ese asunto. Su apariencia. Ugh. - Dame - Tsuna, no tienes elección en ésto ya está todo aclarado y tu agenda ya tiene un espacio arreglado para que puedas asistir. Hay Dios, se estaba por morir de un ataque nervioso. ¿Por qué no se lo tragaba la tierra? Se había tardado muy poco tiempo en entender lo que Reborn le estaba mostrando. ¿Una academia para héroes jóvenes? Le pareció un poco extraño al principio pero luego pensó un poco en su familia y terminó aceptando para sí que ya había visto de todo. Pero luego su padre le dijo algo que para él no encajaba, tiene veinticinco años, amigos y familia en la mafia que cuidar ¿Para que quería que él entrara a esa academia? Además, cuando quiso oponerse le salió con el "Tu apariencia es la carta bajo la manga". Quedó blanco como papel luego de escuchar el "Nos vamos a Japón mañana, estate despierto temprano". Además, tenía que ir a Japón para asistir. ¿Qué acaso estaba maldecido o algo? Iba a entrar en pánico, pero luego ya no supo qué hacer cuando se enteró de que sus guardianes venían con el. - "Los guardianes siempre siguen a su jefe". Y el asunto iba a peor, pensando en lo deformadas que estaban después de varios años las actitudes de sus guardianes. - Ah, quiero llorar. - ¡No llore Décimo! ¡Yo lo protegeré de todo mal! Mire a Gokudera, el cual sonreía deslumbrante, pero no supe si enterrarme aquí en Italia o pedirle a Byakuran que me pasara a otra dimensión. Aunque, aquello enfadaría a mi padre, sacando su aterrador y espartano carácter y no quiero, ni tengo los ánimos para soportar ahora. Dios, si estás ahí arriba, por favor reza por mi. Estoy condenado. +#%&*&%#+ - No puedo decepcionarlos. Tengo que seguir trabajando duro para no decepcionar a All Might, a mi madre, ni sus expectativas que tienen sobre mi. Por ello ¡Lo daré todo en el examen de admisión! ¡Demostrare que puedo ser bueno si lo intentó! ¡Demostrare que sus esperanzas no fueron en vano! ¡Sí!, ¡Definitivamente me convertiré en el mejor héroe! Ya que soñar siempre fue de héroes. _&_&_&_ Quisiera saber la verdadera razón detrás de todo esto, por la que tengo que estar aquí. Pero, ni siquiera Reborn quiere decirme. Antes de tomar el vuelo a Japón, obviamente que el privado a orden de mi padre, Xanxus me explico la razón de su llegar inesperado a la mansión. No era de extrañar que llegan sin avisar y cuando se les cantara, sino que el que tuvieran un motivo. - "El viejo me ordenó, que cuidara tu mansión mientras no estabas, me resistí pero ya sabes, Yoshi, él es terco." Habíamos ido a mi despacho, ya que él solo actuaba tranquilo cuando estábamos en la tan esperada por ambos, paz y tranquilidad. Sin papeleos y sin griteríos de por medio. No me molestaba ese hecho, el que se quedarán mientras yo me iba, me preocupan ellos, no la mansión. Somos constantemente atacados, con ello lo resumo todo. Aunque creo que le gusto ese simple hecho más que molestarlo, por lo que supongo que está bien con ello. Pero no puedo evitar estar preocupado. *+#+* Doce horas y algo de viaje de Italia a Japón. Me alegra que luego de unas palabras mis guardianes se hayan comportado en el viaje. Otro detalle interesante era que ellos tampoco aparentan sus edades, pero aún así se ven de varios años por sobre mi. Por ello es que es una academia a donde debemos ir, una secundaria. De eso solamente consto la explicación de Reborn, de que "aún parezco un niño". Me duele la espalda, no me gusta viajar en avión. *&+&* Dios, ya que nadie lo hará, por favor reza por mi. El examen escrito, a pesar de que respondí todas las preguntas cuyas respuestas Reborn me hizo aprender en el tiempo que duró el vuelo para llegar, me había sacado un nerviosismo. Que se manifestó aún más al observar el lugar donde sería y me explicaron, el examen práctico. Jesús, mis entrañas se quieren morir. Y yo me quiero ir. No es como si no hubiera estado ya en muchas batallas. Lo que sucede es que todos los participantes dan miedo. Me recuerdan a cuando estuve en la secundaria. Rodeado de matones y profesores que me llamaban "Dame - Tsuna" y me humillaban fácilmente. Y mis guardianes están en otro bloque o algo así me había dicho Reborn. Estoy solo y asustado. Aunque, no es como si no lo hubiera estado nunca. Aún así.. No quiero estar en este lugar. Incluso antes de entrar Reborn me advirtió, amenazó, que si me llegaba a quitar mis guantes y se llegaba a ver el anillo de Vongola, ya no sabría ni mi nombre de la paliza que me daría. Tengo miedo. No quiero estar en este lugar. Tengo veinticinco años, no tengo porque estar en una academia. No quiero morir a manos de mi padre, pero tampoco quiero estar en este sitio. Giré a punto de llorar hacia la enorme puerta, a la cual le estaba dando la espalda, notando de inmediato que está ya se encontraba abierta y ya no había nadie además de mi delante de ella. - ¡Vamos Héroe, apresúrate! Un hombre a lo alto me gritó al parecer emocionado, incitando a que corriera hacia la prueba. Por ello comencé a trotar para adentrarme en la prueba que daría inicio de mi infierno. Mamá, sálvame. #$&*&$# ¿Esta es la forma en que miden quién puede ser apto para ser un héroe? Esto es demasiada destrucción para que sean acciones de héroes. Observé todo mi alrededor denotando ante mis ojos la destrucción que me rodea. ¿Es alrededor del mundo que hay Héroes que se educan en este lugar? Todo esto es demasiado infantil para los adultos. Y mucha responsabilidad para unos niños de tan sólo unos quince años. No puedo simplemente quedarme quieto observando esta clase de situaciones mientras unos niños están en posibles problemas. No me importa si alguien me odia luego pero no puedo aún creer que unos "Héroes profesionales" preparen todo esto para unos niños. No lo puedo aceptar, mucho menos al recordar a ese enorme robot que mencionaron al terminar el examen escrito, no vale ningún punto y.. Es muy peligroso. Ajuste mis guantes contra la manga de mi buzo y proseguí a buscar en el bolsillo de mi pantalón la pequeña botellita que siempre llevo conmigo y que contiene mis píldoras. Aún estoy entrenando para dejar de necesitarlas, aunque Reborn me dijo que aquello sería imposible. Dejé una sobre mi mano derecha y guarde nuevamente el frasco en mi bolsillo. Comencé a caminar a la par en que la tomaba. No permitiré que unos niños terminan mal por culpa de unos infantiles adultos. En mi frente se iluminó una fuerte llamarada anaranjada. Mis ojos se fijaron y mis guantes cambiaron se iluminaron a la vez. Mis palmas apuntaron hacia el suelo y me eleve rápidamente en el aire. Hora de buscar una solución. #$&^&$# Destrozos, destrozos y más destrozos. Los niños eran máquinas de destrucción, aunque sabía que si alguno de ellos llegaba a estar en peligro el resto lo ayudaría. Eso es lo que pasaría. ..¿Verdad? - Point Break Space Juntó sus manos en un pequeño y silencioso rezó desde el aire, desde el cual comenzó a congelar todo a su alrededor a una velocidad abrumadora, cubriendo de inmediato al enorme robot que se encontraba frente a él y había intentado aplastar a un grupo numeroso de los adolescentes que estaban en entrenamiento. Todo aquello con un ataque que había perfeccionado y mejorado con sus, y desde sus primeros, años de jefe. Su "profesión" lo mantenía atado a los deberes y los papeles, y el mejorar en el combate de armas a los cuales no les llevaba mucho el apunte que digamos, porque era mejor en los enfrentamientos a manos desnudas, el mejor podría decirse. El robot quedó congelado en el tiempo como una escultura en exposición y la cual en el menor gesto o brisa comenzó a caer de espaldas a las frías y despobladas calles. Generando un enorme alboroto a su paso. Al cual el castaño no tuvo y no le dio tiempo de importancia puesto que descendió del aire rápidamente y fue preso de la preocupación a ver a los estudiantes petrificados, para asegurarse de que no tuvieran ninguna herida, por más pequeña que fuera. Demasiado abrumador. #$*^*$# En alguno de los otros puntos del enorme campus, en donde más adolescentes que se quieren volver héroes están tomando el examen práctico. En uno de todos esos bloques de exámenes, pero alejado del primero en donde se encuentra el camuflado jefe de Vongola, la escena no es muy bonita que digamos. Un niño asustado y shockeado, mientras el resto corre despavoridos como una manada de animales asustados, ésta observando la gran amenaza que simboliza aquella cosa. Estaba asustado, aterrado y se quedaba corto con esas palabras. Repasaba por su mente todas las cosas que lo habían impulsado a llegar allí. Su madre, su héroe, sus sueños. Quedaba poco decir que seguía aterrado al estar frente a aquella abominable bestia. Por ello fue que recordó justo en ese momento lo que habían dicho en el examen escrito. "- No es necesario combatirlo, no vale ningún punto" Y como una luz le llegó a la mente que no tenía ningún punto ganado. Por lo tanto rápidamente se armó de valor y emprendió media vuelta hasta que escuchó un quejido cercano. Observó sólo un poco por sobre su hombro. Observando a una conocida castaña que había sido amable con él. Elevó un nivel más sus ojos admirando a aquella máquina que estaba por dar un paso más. Para aplastar a aquella pobre persona. Por lo que su mente no pensó más. Ni en los puntos, ni en el miedo, ni en huir. Tomó impulso con sus piernas partiendo el aire y esforzó su brazo sólo pensando en salvar a aquella persona. Porque esa era la esencia de un héroe. El que su cuerpo se moviera inconscientemente al ver a las personas en peligro. - SMASH - #*&$^$&*# El tiempo se había terminado. Lo sabía por aquella bocina y aquel grito que anunciaba el final del examen. No había encontrado para su alivio a ningún herido y eso lo dejaba estar relajado. Suspiro observando hacia todas direcciones, detectando de inmediato muchas de esas miradas extrañas sobre su persona. Sintió un frío recorrerlo repentinamente, lo cual lo estremeció de pies a cabeza. Esa no era buena señal. Aún con sus llamas prendidas realizó un movimiento extraño para los ojos curiosos y sorprendidos de los alumnos. Se elevó en el aire esquivando algún objeto pequeño y rápido que pasó por donde antes estaba el castaño, realizando un ruido que partió el aire y de paso sus tímpanos. La gran mayoría tapó sus oídos ante el ensordecedor y doloroso sonido. Menos el que se encontraba en el aire siendo sostenido por las llamas de sus guantes, el cual en segundos enfureció su mirada tranquila hacia el sitio del que había salido el objeto. Ya sabiendo de parte de quién era. Reborn. Volvió al suelo de un golpe seco aterrizando sobre ambos pies con perfecto equilibrio y sin más tomó marcha hacia donde era la salida del examen y en donde el de patillas se encontraba. El seño del Cielo se endureció al localizar a una gran cantidad de metros a su tutor. ¿¡Qué acaso era un inepto o qué!? ¿¡Cómo se le ocurría atacarle con tantos niños alrededor!? ¡Podría haber herido a alguno! ¡Engreído y tonto Hitman! ¥₩%¤%₩£ - ¿¡Que acaso no te das cuenta de lo que pudo haber pasado!? - El castaño reclamaba a un peli negro que se encontraba en un sillón limitándose a "escucharlo" y tomar su expreso. Enfureciendo a un muy peligroso Cielo. Pero, pasando de ese hecho, simplemente pensó en su propio enfado ocasionado por su propia poca paciencia. Sintiendo estallar aquella vena en su frente. Pero al elevar su mirada furiosa con su hijo, muy en el fondo se arrepintió. El castaño se encontraba de brazos cruzados con los ojos cerrados y una sonrisa que no era de felicidad. Incluso Natsu se encontraba transformado por el peligro que sentía. El rostro del castaño no estaba fruncido, sino que se le veía bastante apacible, claramente para quien no lo conociera. O no conociera esa expresión. Tenía a León entre los dedos de su mano derecha, y tragando disimuladamente, ocultando su rostro con su sombrero utilizando su otra mano. - No tienes porque preocuparte - Soltó con voz normal y relajada. - Nadie salió herido y por mi parte no creo que vuelva a suceder. León se disparó sólo, lo sintió en su mano, pero al elevar su rostro se encontró con que el pequeño frente a él tenía en su mano derecha la bala disparada. Esté observó unos momentos el objeto en su mano con indiferencia y pasó a observarlo a él. - Eso espero. Fueron las cortas palabras sentenciadas como advertencia. Antes de pegar media vuelta y salir de la enorme habitación, dejando suspirar a un peli negro. Te he entrenado bien, pero eso es exagerar. #*₩~₩*# Ahora, sólo hacía falta esperar. Debía esperar para saber si quedaría en esa academia o no. Era demasiado tonto todo ese asunto. Él está allí, atrasando planes y papeleo, por lo que era un simple capricho del Hitman. Porque y aunque sonara loco prefería estar haciendo papeleo en su oficina, en lugar de estar en ese sitio, un hotel cabe aclarar, esperando una respuesta para esa sarta de hechos irracionales. Era la Mafia ¡Por dios! ¿Eh intentaban meterse entre heroes? Su padre estaba chiflado por querer planear todo aquéllo. Y él mismo estaba frito. Sus guardianes ya se habían retirado a sus habitaciones, luego por supuesto de contarle que tal les había ido. Con algunas risas, chistes, gritos, Extremos, Kufufufus y Kamikorosus, por todos lados, hasta que lo escucharon bostezar y se largaron sin miramientos y sin nada más que decir. Ahora, muerto de sueño esperaba una postal, quizás. Si tutor estaba dormido y él sólo sufría la espera. Hasta que.. Tocaron la puerta y dejaron un paquete. Hora de la verdad. _&_&_&_&_ ' -..Estimamos a Sawada Tsunayoshi, que fue aceptado en Yuuei, al haber aprobado ambos exámenes..-' Y ya no pudo leer más porque indiferentemente de la edad que tuviera se había desmayado tras leer la carta. ¥₩¤~¤₩¥ - ¡Izu-Izu-Izuku! La mujer mayor corrió hacia su hijo a tropezones con una carta en manos y los nervios a punto de comerla viva en la entrada de la casa. El mencionado tomó la carta y corrió a esconderse en la privacidad de su habitación. Con su madre esperando en el pasillo de la parte de afuera de su habitación, respiró profundo luego de haber estado contemplando un rato la carta en su escritorio, rompiendo el papel de una buena vez. Era hora de enfrentar su destino. Así esté fuera capaz de condenarlo. #*₩%~%₩*# - ¡Cómo se esperaba del Juudaime! - Su mano derecha gritaba a los cuatro vientos, y observando con ojos brillantes, por el hecho de que había sido aceptado en esa Academia De Héroes. - ¡Ningún inepto siquiera podría rechazar la grandeza del Juudaime! Quería huir de allí, pero estaban todos sus guardianes, incluso su Niebla Mayor que se encontraba cerca pero que nadie además que él y su Niebla Menor lo sentían, ya que había dicho que se marchaba porque aquello le parecía aburrido y nadie dejaría que se escapará a esas alturas. - ¿Qué es lo que sigue en el plan, Sawada? - Habló sonriente Ryohei, manteniéndose calmado desde que nos habíamos reunido para comunicar los resultados de los exámenes. Maldito Reborn, se había quedado a dormir en el hotel como el demonio que es, pasando a obligarnos a asistir a las clases de héroes. Observé a mi energético Sol y no pude evitar suspirar rendido, que fuera lo que Reborn quisiera. - Mezclarse con los demás chicos de la Academia. - Explique cansado y sintiendo un poco de enojo al recordar el examen apretando el puente de mi nariz, y a los niños peleando con los robots. - Deberemos mantener la guardia alta y no llamar mucho la atención. - Continué, teniendo la atención de todos mis Elementos sobre mi. - No se para que Reborn nos trajo y tampoco porque quiere que nos mezclemos con héroes pero manténganse alerta y tengan cuidado, no creo que simplemente sea para divertirse. Advertí serio, recibiendo asentimientos de que estaban de acuerdo de parte de todos los presentes. Sólo quedaba el pequeño inconveniente de que sus guardianes no entraban en los uniformes escolares, excepto su Pequeña Niebla y desgraciadamente él mismo. Habían tenido, todos ellos, que vestir las camisas y pantalones negros de los trajes que diariamente suelen usar para las misiones, hasta que les consiguiera uniformes a la medida. Así que sólo Chrome y él llevaban los uniformes de estudiante. No sabía qué demonios había hecho su padre para que vieran a sus guardianes ¡como adolescentes! Los que los aceptaron o estaban ciegos o eran tontos. Porque se les veía la madurez, hasta en sus auras. Eran demasiado grandes y a comparación de él, ellos sí se veían de sus edades, incluso su Niebla Menor se veía como toda una mujer. Él parecía un simple niño entre adultos. Era deprimente saberlo. Pero tenía que ir dejando aquéllo de lado. Era hora de enfrentar las primeras clases, en su primer día. Hay Dios, si estás ahí apiadate de mi alma. ¥₩£~£₩¥ Al parecer había dos clases del departamento de héroes, luego sólo habían una o dos en el resto de las especialidades. Porque seguramente no todos aprobaban el examen de admisión, por lo que terminaban entrando en cualquiera de los otros departamentos. Por algo era una escuela tan grande. Se escuchaba mucho barullo y noticias por todos lados de que era el primer año que se veía obligado a tener tres clases en el heroico. Era impropio de UA. Pero era sorprendente que hubieran tantos aprobados en el examen de admisión. Cuando la mayoría de veces eran menos de lo esperado los que eran aceptados. ₩¤%~|~%¤₩ Primero 1 - L Tercera y recientemente agregada clase del departamento de héroes. Por culpa de ellos. Eso lo desanimaba un poco, sería raro que no llamarán la atención por provocar que la escuela incluyera una nueva clase. Allí la clase no era muy extensa en cuanto a los alumnos ya que sólo eran siete. Eso era extraño. ¿Agregar una clase más sólo para siete alumnos? Pero bueno en UA no se podía esperar menos, no con su flexibilidad hacia los alumnos. Esa mañana había sido bastante revoltosa el verse obligados sus guardianes a convivir en un departamento algo pequeño, pero no permanente. Si ya de por sí peleaban en la mansión. Ya que su revoltoso Sol, a pesar de ser un adulto, seguía lleno de energías al despertar. Y su Nube no solía tener la maña de querer escuchar gritos apenas saliera el sol. Menos mal y su Niebla mayor no estaba allí. Por ello tuvo que intervenir y además apurarlos para distraerse con que llegaron tarde. Había sido una buena excusa. Nuestro castaño y sus elementos a penas llegaron a la entrada no pudieron evitar el tener el primer pensamiento grupal acerca de la Academia el cual era que el lugar era muy colorido y llamativo, además de grande. - Tsuna - Nii. - La voz repentina de Lambo me hizo voltear, encontrandolo a unos cuantos pasos detrás de mí, mientras los demás estaban ya delante de nosotros pero se detuvieron a esperarnos. Me volví en mis pasos y me coloqué frente a él. - ¿Qué sucede, Lambo? - Fue mi suave pregunta junto con una sonrisa, intentando que dejara de temblar acariciando lentamente uno de sus brazos ya que me sobrepasaba en altura desde hacía un tiempo y no llegaba a su cabeza. - No quiero.. Entrar.. - Fueron sus palabras en tono bajo mientras enredaba sus dedos nervioso y se encogía de hombros. - Tengo miedo.. No sé en qué pensaba Reborn al mandarnos aquí.. Pero no me gusta.. - No pude evitar sonreír enternecido, por qué mi ya no tan pequeño Rayo seguía siendo algo tímido, pequeñas lágrimas se asomaban en sus ojos y no se animaba a observar otro lugar más que sus manos. - Tranquilo, estamos todos juntos en esto. - Le ofrecí señalando a los demás de los cuales sólo Hibari y Gokudera no sonreían. - Todo saldrá bien, pequeño Lambo. - Si, escucha las palabras del Juudaime ya que tiene razón. - Gritó histérico la Tormenta a la distancia, antes de medio amenazarla. - ¡Así que ya deja de llorar, vaca estúpida! - ¿¡A quién llamas vaca estúpida, Bacadera!? - Devolvió el insulto, luego de secarse las lágrimas y comenzar a acercarse al resto del grupo de forma enérgica. - ¡Pues a ti, vaca estúpida!, ¿¡Y a quién diablos llamas Bacadera!? - Grito de vuelta el peliplata que tenía el cabello algo largo atado en una coleta. - ¡Ya compórtense!, O los morderé hasta la muerte. - Hibari habló fuerte a punto de sacar sus tonfas. Y fue ese momento en el que entendí que debía intervenir o algo malo pasaría. - Ya chicos, ¡Chicos! ¤$&^*^&$¤ Bien, se encontraban frente a una enorme puerta. Y cuando digo que es enorme.. - ¿¡Para qué diablos es tan grande!? - ¡Yo creo que es extrema! - Ma, ma, tranquilos, tranquilos. Si no fuera por el enorme 1L, que se leía en la puerta me hubiera devuelto por donde vine. Necesito tranquilidad y mucha, mucha suerte. #&^$^ Sentados en sus lugares, optando por simplemente ocupar los primeros tres bancos de las dos hileras que estaban junto a las ventanas, esperaban a quien sería su tutor de curso, suponía Tsuna. Todos se mantenían sentados de forma recta y en silencio. Habían trabajado para la mafia, para su Jefe allí presente. Sabían cómo comportarse. Luego de esperar unos minutos la puerta del salón fue abierta de forma brusca y un grito se abrió paso desde ella. Lo cual descolocó al castaño, provocó gracia en el pelinegro que portaba una cicatriz en su rostro, enojo a un peliplata y a un demonio de la disciplina, avergonzó a una mujer, emocionó a un boxeador y sorprendió a un adolescente de cabellos alborotados. - ¡Hello, everyone!, ¡I'm a Present Mic!, - El sujeto hablaba en inglés y parecía un completo descontrol andante, tal parecía que era el que había estado en el examen escrito y al único que le parecía agradable del todo su entusiasmo parecía ser a Ryohei. - ¡Seré su Tutor de curso, así que cualquier pregunta o consulta pueden ser respondidas for me! Tal parecía que si podía hablar en español. Una pequeña gota cruzó el rostro del castaño. - ¡Me agrada señor Mic, al extremo! - Mi Sol no pudo evitar saltar de su asiento y ponerse de pie alzando uno de sus brazos al cielo con el puño apretado, emocionado. - ¡Ese es el espíritu, Kid! - Sí, sin dudas el Cielo supo que desde ese momento las cosas tomarían rumbos extraños. Muy extraños. - ¿Hay algún salón de disciplina? - El castaño no pudo evitar suspirar cansado. Su Nube se había tardado un poco en preguntar aquello. - ¡No lo necesitamos, My friend!, ¡Ya que la Academia es muy estricta en cuanto a la entrada de los alumnos y su disciplina! - El pelinegro sólo suspiró y volvió a guardar silencio, aún de brazos cruzados. - ¿Y no hay clubs de deportes? - No pudo evitar preguntar la Lluvia sin dejar de sonreír al levantar la mano. - ¡No los hay, ya que las clases y los entrenamientos de dobles turnos no dejan espacio para ello! - Siguió aclarando sin dejar de mantener un tono fuerte y constante de voz. - Que pena. - Volvió a su lugar el pelinegro estirando sus brazos hasta detrás de su cabeza sin dejar su sonrisa relajada. - ¿Alguna otra pregunta? - Todos en el lugar mantuvieron silencio sin dejar de observar. - Bien, ¡Si más adelante tienen dudas, ya saben a quién preguntar! - Y sin más tomó un rumbo de clase, sólo un poco más normal, comenzando por tomar la asistencia, notando que un alumno faltaba. ¤#$^*^$#¤ Las cosas tomaron un rumbo algo más extraño. Nos dio unas planillas de horarios con cada una de las materias que tendríamos. Unas cuantas referencias de la institución, nos recomendó su programa de radio y nos llevó pasada una hora a un 'entrenamiento', en palabras suyas. Todo sucedía tan rápido que no podía evitar marearse. En los vestidores, donde tenían que cambiarse a unas ropas de gimnasia que proporcionaba la Academia, antes de ir al campo de deportes, no pudo evitar recargarse contra el que sería su casillero a partir de ahora, cuando apenas había logrado quitarse su ropa superior. Se sentía mareado y algo enojado aún por los recuerdos frescos del examen físico de admisión de hacía ya una semana. No se sentía completamente bien. - Tsunayoshi. - Una brazo fue apoyado en su espalda, terminando por rodear su abdomen sujetándolo, impidiendo que se desparramaba sobre el suelo. Volteó fatigado su cabeza y observo a quien se le había acercado. - ¿Te sientes mal, Tsunayoshi? - Preguntó el de cabellos negros, observando con sus negros y petrificantes ojos y usando un tono cifrado en el que denotaba preocupación hacia él. Apenas le sonrió tratando de calmarlo usando de apoyo los casilleros fríos aún frente a él. Estaba acostumbrado a tener bajones cuando estaba trabajando y creía firmemente que ese no era diferente. Sólo debía descansar un poco una vez llegará a casa. - Estoy bien, Kyoya. - Pronunció suave, no convenciendo del todo el otro quien de igual forma deshizo su agarre de manera lenta no queriendo soltarlo realmente y que volviera a caerse.. El más alto se alejó luego de ello para terminar de cambiarse, pero dando una que otra mirada de preocupación al castaño quien había vuelto a emprender la tarea de desvestirse y terminar de colocarse el traje de entrenamiento en su lugar. Para que luego de ambos estar ya preparados reunirse con el resto, quienes ya estaban listos y no habían presenciado tal acto, e ir todos juntos hacia el lugar de entrenamiento con toda tranquilidad. #*&$^$&*# Mientras tanto otro grupo se dirigía a los vestidores arrastrando los pies y respirando aliviados luego de tal presión, tanto física como mental de parte de su tutor. Quien para motivarlos en las pruebas había dicho que el peor calificado sería expulsado. Sí, definitivamente Izuku tenía suficiente de ello por ese día. Necesitaba descansar un día entero luego de eso. #¤^&*&^¤# - ¡Very good!, ¡Somos el último grupo, así que siéntase libres de liberar sus Quirks en las pruebas! - Todos estábamos en completo silencio, simplemente escuchando y manteniendolo igualmente luego de que terminará. - ¿Qué esperan?, ¡Que pase el primero! No nos había explicado que debíamos hacer exactamente, pero mi Sol comenzó a avanzar sin importarle la poca información. Era muy precavido pero seguía manteniendo algo de su espíritu competitivo. Solía competir algunas veces con él, tan sólo para verlo sonreír. - ¡Muy bien, Sasagawa!, ¡Lanza la bola con todo tu poder! - Y allí comenzó todo un espectáculo lanzando por mis Elementos. No podía evitar sentirme más cansado cada vez. _&_&_&_&_ No podía evitar apretar sus dedos de los nervios cada vez que uno de sus guardianes lanzaba. En especial cuando habían llegado los turnos de Hibari y Yamamoto, los últimos en hacerlo. Ellos dos por poco y le dan un infarto. Pero bueno al menos ya podía esperarse de antemano lo que pasaría. Hacía años que vivían y trabajaban en la misma casa, que no lo era, y trabajaban en el mismo trabajo, trabajaban para él. Recordaba cada uno de los tiros, ya que por el bien de las instalaciones y cualquier persona que podría estar dando vueltas a esas horas por el perímetro, los estaba persiguiendo con la mirada, atento a cualquier cosa fuera de la zona tranquila. A pesar de que su tutor les había dicho de que eran el último grupo allí. Su Sol lo había lanzado con su fuerza y emoción contenida y liberada al tope, creando una pequeña sacudida en el suelo. Provocando una grieta bajo suyo y que mis pies se tambalean, pero dentro de todo aquello pasaba desapercibido, cualquiera podría pensar que tenía superfuerza o algo parecido. Su Tormenta le siguió, haciendo explotar el tiro con una de sus dinamitas como si no fuera nada. Acaparando sorpresas en la expresión cambiante del profesor. Con ello pude soltar un suspiro, Gokudera sabía esconder el momento en que usaba sus explosivos, es un adulto sabe cómo expresarse. Su Rayo lo había lanzado con dos de sus dedos formando una especie de catapulta, utilizando un movimiento que se había inventado hacía un par de años y que generalmente utilizaba para pelear con Hayato, no era muy dañino y solo liberaba una pequeña carga eléctrica. Su Lluvia, ya que aún mantenía su amor por el deporte y tenía un muy buen brazo para tirar una bola, no utilizo nada más que sus manos y fijación en su mirada. Los recuerdos del pasado casi me tumban al suelo al verle tan sonriente luego de lanzar, al igual que en la secundaria. Luego su Nube que no mostró mucho interés, impregnó la bola con sus llamas de la Nube y la lanzó dando media vuelta sin mirar a donde iba, dejando que hiciera lo que quisiera. Y al final una de sus Nieblas quien tenía algo de vergüenza por el extraño uniforme pero lo ocultaba sin dificultad, sólo que yo aún podía notarlo. Sólo lanzó con su brazo la bola, no fue muy lejos pero paso unos cuantos metros, tenía buen brazo porque también entrenó su cuerpo con los años, pero no iría tan exageradamente lejos. Dejando los seis destrozado todo el medidor de tiros y si no tuviera al poder de gritar creo que también la garganta del profesor llegando muy lejos. Y tras todos ellos llegaba mi turno, no me sentía bien, y aunque sí me sintiera bien no querría hacerlo. Me tambaleaba y me temblaban las piernas, quería irme, y a pesar de eso no sabía porque. Hasta que habíamos llegado a la Academia me sentía bien, luego.. Todo empezó a distorsionarse un poco. Igualmente me hicieron pasar al frente tratando de disimular mi estado, dejándolo marcado como simplemente los nervios. Tome la bola que me ofrecieron y me concentré para intentar prender las llamas sin necesidad de tomar mis pastillas. Estuve unos minutos en silencio y con los ojos cerrados, sentía que estaba allí, potente, fuerte y furiosa como siempre, pero apenas y sentí la chispa que no encendió. Terminé por rendirme y tomar una de las píldoras del frasco de mi bolsillo, ante la mirada fija de mis guardianes y nuevo tutor, el cual no dijo nada. Sintiendo un poco flojo mi equilibrio lleve mi brazo hacia atrás tomando algo de aire y lanzando sin esperar más tiempo. No sé qué pasó luego porque sentí el golpe del suelo al recibirme y la oscuridad absoluta. #¤&*&¤# Abrí mis ojos con algo de esfuerzo, puesto que me sentía muy cansado y ese sueño no me había caído nada mal. Aunque me hubiera gustado seguir durmiendo no recordaba haberme ido a la cama, por ello no podía relajarme. Pude abrir mis ojos luego de forzarme a despegar los residuos que quedaban del cansancio de mi cuerpo y observar alrededor, el techo blanco fue lo primero que pude distinguir luego una ventana a mi izquierda y una cortina a mi derecha. No parecía nada fuera de una sala de enfermería normal, en una escuela. Pude suspirar tranquilo un momento. Hasta que a mi consciencia volvieron recuerdos de escenas no tan gratas del pasado. Quizás no tan pasado. Unas que me robaron la serenidad en mis facciones. Sólo pude apretar mis puños a cada lado de mi cuerpo y entrecerrar mis ojos. ¿Por qué ahora? Cuando mi mente estaba tan tranquila. Estoy cansado. #$&¤&$# Camine por los pasillos siguiendo mi intuición para encontrar los vestidores de hombres y las duchas. Luego de estar un rato en la que ya entendía era la enfermería decidí salir al ya no sentir dolor y al ver que nadie llegaba o algo parecido. Y ya me sentía mejor, ya no sentía la sensación extraña en mi cuerpo por lo que estaba bien simplemente irme, ¿Verdad? Aún mantenía sueño en mi sistema pero no era algo diferente de lo que estaba acostumbrado a lidiar. Camine descalzo por los pasillos al no encontrar nada para colocar en mis pies, siquiera mis zapatillas de entrenamiento. Pero bueno daba lo mismo, aún tenía las ropas de entrenamiento de las que nos proporcionaba la Academia, por lo que tenía inevitablemente el sudor del entrenamiento bailando entre el traje y su piel. Era realmente incómodo. Quería darse una ducha y está vez no era sólo para relajar su cuerpo. #$¤*¤$# El sol estaba terminando por esconderse y la escuela estaba algo silenciosa e iluminada con las luces, al igual que los vacíos pasillos. Mis queridos guardianes y familia no estaban a la vista, siquiera en los vestidores o el patio de entrenamiento. Por ello simplemente seguí con mi trayecto hacia las duchas en silencio. Eran adultos, no importaba que tanto sucediera ellos eran muy fuertes, al igual que sobreprotectores. No debía alarmarse, aún. En verdad necesitaba un alto para todos mis pensamientos. En los vestidores busque en mi casillero mi uniforme de la Academia, mis zapatillas, junto con una toalla y me encamine a las duchas luego de cerrar despacio el casillero. Mis pasos descalzos eran silenciosos, tanto que me preocupaba verdaderamente no estar allí. ¿Los demás ya deberían de haber regresado al departamento? Apenas sonreí apenado. Son muy tercos para dejarme sólo. Cruce la puerta que separaba los vestidores de las duchas y me encamine a las bancas para dejar mi ropa sobre ella y comencé a quitarme mis prendas. Se sentían pegajosas y algo rasposas contra mi piel, pero qué más daba. Enrolle la toalla a mi cintura y suspire. Debía dejar de pensar tanto por un momento. Pero.. Si dejaba todo de lado siquiera por un mínimo segundo todo podría terminar de una u otra forma mal. Me acerqué a los banquillos frente a las regaderas y me encogí de hombros al sentarme. ¿Qué estás planeando Reborn?
#KHR x BNHA#khr#BNHA#crossover#Tsuna con problemas#Leve 1827#cicatrices#cansancio#Décima generación adulta
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- ¡Les quedan muy bien! - Alzó ambos pulgares. - Incluso muchas personas, no les quitaban las miradas de encima en toda la mañana, imagínense ahora.
Y justo en ese momento salió Haru.
- ¿Qué tal le queda a Haru?
Eso era lo bueno de la familia Vongola, que a pesar de los años que transcurrieron ninguno perdiera su característica actitud.
Ella vestía un vestido largo hasta arriba de sus pies, de mangas tres cuarto, color rosado claro y con botones desde el cuello hasta el final en el lado derecho.
- Te queda muy bien Haru. - Le sonreí en afirmación.
- Es verdad, te hace resaltar tus curvas. - Kyoko levantó ambos pulgares con una sonrisa.
- A ustedes tampoco les queda mal, les resaltan sus atributos.
Por Jesús, eso me hizo avergonzar, cuando hablaban entre mujeres ¿se decían tales cosas siempre? Que barbaridad.
- ¿Y Chrome?
Justo en ese momento la mencionada salía del vestidor con el vestido colgando de su brazo izquierdo.
- Ah, no es justo, yo quería ver como te quedaba. - I - pin se quejo.
- Si, Haru también.
Y tras ello mi guardiana de la niebla volvió avergonzada al vestidor al igual que las demás.
-%_%-
Eran cerca de la una de la tarde cuando decidieron que eran suficientes compras para ellas, por lo que decidió dejarlas en un restaurante e ir a dejar las compras de las féminas en el auto de su uso personal, que casi nunca usaba pero que tenía porque su hermano Dino le había literalmente obligado a aceptarlo en su cumpleaños el año anterior.
Era algo llamativo, pero por más que estaba avergonzado, colorado y muy apenado nadie lo apoyó y técnicamente entre todos lo amenazaron para que lo aceptara por las buenas.
Lo había usado un par de veces y por ello lo había elegido para ese día, era cómodo, tenía un motor especial que no hacia el más mínimo ruido y en él entraban hasta siete personas, casi que no parecía un auto.
Era muy elegante y le gustaba, pero aún seguía avergonzado al recordar cómo lo obtuvo.
Agh, ojala y Dios se apiade de su alma.
Dejo todas las bolsas que habían aumentado y ahora eran treinta, bien acomodadas en el baúl del auto color escarlata.
Cerró el baúl y suspiro cerrando sus ojos.
Todo estaba yendo demasiado tranquilo para variar.
Se sentía extraño pero no intranquilo, sólo.. extraño.
Pero bueno tenía que dejar de ajetrear su mente con pequeñeces.
Abrió nuevamente sus ojos y se encaminó otra vez hacia el lugar del conductor para montarse en el.
Agh, le avergonzaba ver que las puertas se abrían hacia arriba.
Puso en marcha el motor y por el silencio que dejaba esté, aún prendido, escuchó su teléfono en el tono de llamada.
Lo tomo de la cajuela del copiloto y atendió rápidamente al ver que era Kyoko.
- ¿Tsuna?
- Sí, ¿Qué necesitan? - Se la escuchaba de todo menos tranquila.
- Hay unos sujetos al otro lado del restaurante y no dejan de mirar en nuestra dirección. - Su intuición comenzó a gritar, por lo que tomó el volante con su mano libre y piso al acelerador, pronto escucharon un chillido ahogado de I - pin en la bocina del aparato. - Ahora vienen hacia nosotras y no se si tienen algún arma con ellos. Tsuna.. tenemos miedo.
El Cielo doblo con fuerza en una esquina, sin quitar el teléfono de su oído y sin dejar de apretar el volante con fuerza contraída.
- Escucha, Kyoko. - Apaciguó su voz para tratar de tranquilizarla, lo cual pareció lograr. - Dile a Chrome que los pierda para que puedan salir del restaurante.
Algo no le cuadraba del todo y mucho menos al sentir arder su intuición dentro de sí.
Se concentró en el camino, que pareció alargarse a pesar de que no había estado a más de veinte cuadras del restaurante cuando había dejado estacionado el auto en la mañana.
Algo.. parecía y estaba mal.
- Tsuna.. - Frunció su rostro, ya sabía lo que le iba a decir la chica al otro lado de la comunicación. - No funcionan las ilusiones de Chrome, no funcionan.
Escucho eso en el momento en que atravesó una frontera de ilusión para luego acelerar aún más.
Paso de largo el restaurante en cuanto lo vio por el vidrio retrovisor.
#KHR AU#Tsuna es el Jefe#The Boss parte 3#Idea de fanfic#Lamentó la redacción ya que la idea hace años que acumula polvo
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Estaba de más decir que todo lo planeado, junto con los regalos que querían darle, apenaba mucho a Chrome.
Ah eso si, no se acercaba en nada, ni un pelo, a cuando era a su jefe a quien le daban los regalos.
Un tomate podría decirse que era el castaño en esos momentos.
El Cielo en estos momentos cargaba, luego de ofrecerse, las compras que las féminas realizaban en cada lugar visitado.
No le molestaba en lo absoluto, su fuerza aumentada con los años no era poca, y su pensamiento siempre era y sigue siendo que será el que estará siempre para servir a su familia.
En las mañanas de esas fechas solía hacer frío por lo que todas habían recogido un abrigo para llevar puesto y él no era la excepción, el único inconveniente para él era que el abrigo que había agarrado a las apuradas y por instinto de supervivencia, por culpa de Reborn, había sido nada más ni nada menos que su capa de Décimo.
Se sentía avergonzado, por Dios.
Pero gracias a todo lo bueno en el mundo nadie parecía notarlo a él, su presencia era nula en el universo y aumentó aún más al tener a quienes considera parte de su preciada familia, vestidas de forma muy llamativa.
Podría decirse que ello era bueno y algo malo en partes iguales, por el momento.
Pero igualmente hacía un esfuerzo en tratar de ignorar las malas versiones para no arruinar el lindo día de una de sus guardianas y sus amigas.
Lo que le hacía recordar que aunque trabajarán tan arduamente y se merecían descansos prolongados, desde su punto de vista claro.
Pero ellas siempre lo rechazaban cuando les decía que tomarán algunos días de descanso, el mismo no podía por ser el cabecilla pero eso no era relevante.
Por lo que cuando se los pidieron no dudo ningún segundo en aceptar.
Estaba de más que se lo pidieran a él ya que simplemente podrían dejar de trabajar el tiempo que quisieran y él no les diría nada, todo era por la comodidad de su preciada familia.
Siempre iban con él a consultar todo tipo de situaciones y problemas, lo cual lo alegraba en gran medida ya que lograba aliviarles el estrés y la presión que conllevaba pertenecer a la Mafia.
Y no tenía problema con eso.
+%+#+%+
Ahora finalmente se encontraba en una banca, en una tienda de ropa, esperando y descansando.
Caminar de un lado para otro cansaba, lo admitía pero no en voz alta, pero no significaba que no le gustara ayudarles.
Tenía unas quince bolsas de ropa a su derecha en el suelo y esperaba pacientemente observando a la nada a que las chicas se probarán todas las prendas que quisieran y eligieran cuales llevar.
Incluso Chrome se había agarrado a aquélla idea, lo cual lo hacía feliz.
Reiteraba por milésima vez que no tenía problemas con ello es más lo hacía feliz todo aquello.
- J-jefe..
Atendió inmediatamente el bajo llamado hacia su guardiana que había resultado ser la primera en salir.
Vistiendo un vestido púrpura largo hasta sus pies y suelto, sin ningún adorno ni nada parecido, muy sencillo y elegante.
- ¡Se te ve muy bien Chrome! - Le sonreía alegre, cálido, demostrando la verdad en sus palabras.
Y no podía haber respuesta más honesta que esa.
Si, encajaba a la perfección con el aura que ella emanaba.
- G-gracias, jefe.. - La muchacha se sintió avergonzada y halagada en partes iguales.- Entonces, iré a cambiarme.. - Y con ello volvió por donde vino.
Pareciera que la muchacha siempre pensaba a futuro, porque en unos cuantos días se daría una especie de baile en la mansión de una persona que quería ser aliada de Vongola y bueno, ese vestido le quedaba muy bien si quería usarlo para esa ocasión.
Las siguientes en salir fueron Kyoko e I-pin.
La adolescente con un vestido chino de color azul, largo hasta sus tobillos, con un bordado de flores y cortado en ambos lados.
Y la de cabello castaño claro, llevaba uno alargado y con varias capas de color plateado sin ningún bordado más que una flor dorada enganchada al cuello.
- Y ¿Qué tal, Tsuna?
Parecía que todas se habían puesto de acuerdo con elegir vestimentas sencillas pero elegantes.
#KHR AU#Tsuna es el Jefe#The Boss parte 2#Idea de fanfic#Dios los acompañe#Tsuna no puede negar nada a su familia
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Tsuna puede aun ser un niño torpe y algo miedoso.
Puede ser una persona que detecta la violencia y el maltrato.
Pero él puede cambiar todo lo suyo para volverse el Jefe.
Porque él, es el Jefe.
_________
La mayoría podría decirse que no conocen a quien comanda a Vongola.
La identidad del Décimo capo más poderoso de la mafia es desconocida.
Pero se oían constantemente rumores que iban y venían sobre esa persona.
Mayormente al principio se solía escuchar que esa persona solo aparecía en situaciones críticas.
Pero nadie podría confirmarlo al cien por ciento, porque eso se creía que eran.. solo rumores.
También se solía escuchar que el Décimo Vongola era muy poderoso. Capaz de detener un enfrentamiento mortal con solo su presencia.
Además de poseer bajo su control al peligroso Hitman número uno del mundo.
Incluso como uno de sus guardianes al prisionero más peligroso de Vindice.
Y bajo su mano al grupo independiente de Varia.
Y con ello algunas cosas más que fueron haciéndolo famoso con el corto tiempo de unos pocos meses.
Daba terror el solo hecho de pensar en la apariencia de esa persona, no que va, un demonio, un monstruo entre simples humanos mortales. Se rumoreaba que era la encarnación de Primo mismo, y no sabían de qué forma era peor imaginarlo; Primo era aterrador.
Era mucho mejor no pensar en provocar la ira de aquella persona desconocida. Pero, siempre están esas excepciones. Esos grupos, los cuales no tienen siquiera la más mínima creencia en los rumores.
Consiguen que otras familias más se unan a ellos y dan forman a un plan detallado.
Así como siempre fue pensado el "Hacer caer a Vongola".
*+++*
Hoy día es el cumpleaños de Chrome.
Haru, Kyoko e I-Pin planearon sacarla junto con ellas de compras, y a recorrer ciertos sitios especiales de Italia que no tuvieron la oportunidad ni el debido tiempo para visitar, aún.
Para ello pudieron contar con quien desde hacía ya un buen tiempo llamaban jefe.
Claro que esté accedió, incapaz de negar nada a su familia.
Por ello de igual forma aprovecharon y le pidieron que las acompañara en la salida a la ciudad, con la excusa de que eran cuatro chicas que podrían ser acosadas en cualquier momento, a pesar de que ellas sabían muy bien defenderse.
Y el Cielo bondadoso y preocupado accedió aún más rápido que al primer favor que le habían pedido.
Por ello él dejo sin que nadie se enterara todo el papeleo acumulado de unas semanas para otro momento.
Asegurando que se ganaría unas semanas más de insomnio, pero lo valía.
La salida de su familia era más importante en ese momento.
*+~+*
Eran cerca de las seis y cuarto de la mañana y el grupo formado por el momento por cuatro mujeres, se encontraba esperando en la entrada de la mansión a cierto castaño.
El cual en ese momento estaba bajando rápidamente las escaleras, con el peligro de romperse el cuello, con su billetera en mano y tratando de no despertar a nadie.
Logrando llegar en pocos minutos después donde se encontraban las mujeres que vestían ropas atractivas y atrayentes en ellas.
Para apenas llegar al encuentro tomar rumbo a la ciudad para realizar el paseo en nombre del festejo de la muchacha de cabellos largos de color lila.
-+-+-
Tres mujeres adultas y una adolescente, muy atractivas y muy hermosas junto con un muchacho que aparentaba ser un ojeroso estudiante de secundaria.
Definitivamente las féminas llamaban mucho la atención.
En cambio el muchacho pasaba a ser ignorado en segundo plano, algo bueno según él.
Siendo tan temprano algunas tiendas se encontraban abiertas para quienes tenían los horarios de trabajo cerca de esas horas.
Pero algunas otras no lo estaban, ello los empujó a ir primeramente a una cafetería para desayunar y luego ir a por tiendas mayormente pensadas de ropa. Ah, vaya día le esperaba al adorable Cielo Vongola.
#%&=&%#
Básicamente el supuesto adolescente ante la vista de desconocidos pagaba de buena gana las cosas en las tiendas que visitaban.
Al Cielo poco le importaba aquello, si en un principio se había ofrecido de todos modos a pagar por ellas todo lo que quisieran llevar.
#KHR AU#Tsuna es el Jefe#The Boss parte 1#Idea de fanfic#Teman al adorable Tsuna#Porque por la familia se vuelve peor que Hibari#Y Dios los ayude después
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