#Si pensé que iban a decirme
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Lord knows I needed this…
not the love actually scene😭 or not the Williams employee cracking up while filming the video
#Si pensé que iban a decirme#“ sorpresa tengo un asiento para 2025!” …#estoy loca.#franco colapinto#formula 1#williams racing#fc43#franco f1#williams f1#argentina#f1#abu dhabi gp 2024#alex albon#james vowles
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* FESTIVAL INTERCULTURAL.
SENTENCE MEMES.
1. "no sé qué hago aquí, ni siquiera estoy en este club de idiomas."
2. "¿crees que sería de mala educación si me voy a mitad de la charla?"
3. "¿eso es todo por hoy? si escucho una charla más, creo que me quedaré dormidx."
4. "me siento un expertx y sobrecalificadx para mi club de idiomas después de esa charla."
5. "¿quieres hacer un tour por los stands de comida conmigo?"
6. "escúchame, si nos organizamos bien, podremos entrar a todas las funciones de cine sin falta."
7. "¿por qué te ves tan pálidx? ¿tienes miedo escénico o algo?"
8. "diez dólares y te recito el haiku que acabo de escribir."
9. "las reglas no sirven de nada."
10. "estos bailes son tan ridículos."
11. "la comida es demasiado picante."
12. "¿quieres bailar conmigo? tienes cara de buen bailarín."
13. "¿crees que me dejen subir a alguno de los escenarios?"
14. "yo creo que esa presentación no estuvo mal."
15. "perdieron el tempo de la canción, ¿no? "
16. "¿quieres recrear la escena de la película que vimos? en la que se besan o en la que huyen de la policía, lo dejo a tu elección."
17. "si escucho a alguien más hablando en latín voy a creer que nos están tratando de hacer un exorcismo."
18. "¿nos podremos llevar la sobra de las comidas a nuestras mansiones?"
19. "pensé que estos días iban a ser de descanso, necesito dormir hasta el próximo lunes."
20. "con que en esto gastan nuestro dinero."
21. "esta universidad siempre sorprende, ¿no?"
22. "como alguien vuelva a decirme que me anime y me divierta, romperé un stand a puñetazos."
23. "que diferente es la vida de la gente rica."
24. "¿crees que algo de todo esto vaya en el próximo examen?"
25. "¿y esto cómo va a hacer que mejore en *idioma que estudia*?"
ACCIONES.
#ACCIÓN: nuestros personajes pelean por un asiento en la proyección de cine español.
#PEKÍN: nuestros personajes se encuentran en la exposición de trajes tradicionales de la ópera de pekín.
#RENACIMIENTO: mi personaje le pintarrajea la ropa al tuyo en la clase de pintura con modelo.
#FIN: nuestros personajes salen de ver una obra de teatro del club de hindí, griego moderno o ruso.
#ZZZ: mi personaje despierta al tuyo, quien se quedó dormido durante una de las charlas.
#ALEATORIO: nuestros personajes se encuentran en alguno de los talleres, actividades o puestos gastronómicos de la universidad.
#CHOQUE: nuestros personajes chocan las cabezas al inclinarse a tomar un bocado del mismo plato de comida.
#DELITO: nuestros personajes intentan robarse algunas piezas de joyería portuguesa.
#SUEÑO: nuestros personajes regresan juntos a las mansiones al finalizar uno de los días.
#ANSIEDAD: nuestros personajes son los primeros en llegar al festival.
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Navi... ¡¿Juntos?!: Capítulo 11-23
Capítulo XI
Bowu.
Debía haberme quedado en la plataforma.
Wirni tenía la mirada fija en el pavimento. El máximo movimiento que hacía era para mirarse los zapatos.
Por mi parte, yo lo miraba solo de reojo. El resto del tiempo me quedaba observando, admito, que con algo de extrañeza ya que algunos humanos me miraban, las tiendas y edificios que me encontraba por ahí, especialmente la propaganda. Yo ya estaba acostumbrado a ver humanos, pero nunca como los protagonistas de comerciales o películas que están sólo en cines.
Otra vez, le dí una miradita a Wirni…
«Y Wirni?», me pregunté de pronto.
Se había ido. ¿A dónde? No lo sabía.
Paré, y miré a mi alrededor, haciendo una circunferencia más de una vez. Una tienda de ropa, una lavandería, un supermercado, un café, un restaurante… ¿Un café?
Efectivamente, Wirni estaba medio escondido bajo una escalera, sentado en una silla roja de una mesa para dos. Se había metido en el café «Margaritas Dulces». Qué nombre más raro.
Quisiera decir que fui corriendo a su lado, pero en verdad en ese momento tuve un corto momento de felicidad. Podría irme a otro café y comer lo que yo quisiera, pero tenía una amenaza: Nessa o madre. Podían videollamar en ese momento, y si me veían comiendo un croissant y tomando un café negro solo me iban a acusar. Además, madre era la causa de mi viaje, y no podía decepcionarla. Entonces, me dí la media vuelta, abrí la puerta blanca del café en el que se encontraba Wirni y entré.
Fue fácil notar cómo el rostro de mi querido hermano perdió emoción al verme sentarme frente a él, pero creo que fue justamente esa cara la que me dio el impulso para pedirle al camarero un batido extra grande de banana y un pastel de chocolate. Fue tonto pedir tal festin, peroWirni tenía la satisfacción de abandonarme yo tendría la de comer un gran postre.
Los minutos pasaron y no quería quedar mal ante las demás personas del café ya que era un lugar bastante tranquilo y si Wrini y yo no nos hablábamos sería algo notable.
—¿Cómo está tu jardín? —se me ocurrió preguntarle. Madre le había ayudado a plantar el jardín en aquella nueva casa, hace muchos años, pero como nunca visité la propiedad no sabía nada de ella.
—Kray es excelente jardinera, y a mí me encantan las plantas, especialmente las papas en la huerta, así que está perfectamente bien.
—Ajá…
—¿Y tu auto nuevo? —él me preguntó, cortando su gran sándwich.
—Ya no es tan nuevo, pero ha fallado. Está bien.
—Aquí tiene su orden —el barista puso la gran fuente sobre la mesa. Al fin, pude comer algo y evitar hablar un poco.
—Qué bueno —respondió Wirni finalmente.
Capítulo XII
Wirni.
—¡¿Cuándo planeabas decirme?!
El tono de voz de mi hermano ahora cambiaba súbitamente. Habíamos estado hablando tranquilamente algunos minutos antes. Entonces yo había salido unos momentos al jardín, Bowu había dicho que me seguiría después de ayudar a Nessa a que prepara la comida del pequeño Tommy. Pero, al aparecerse, supe de inmediato que pasaba algo malo.
Podía ver la rabia en sus ojos, su cara rojiza y sus puños apretados. Así se ponía siempre que venía algo más que una «discusión» de hermanos…
—¿Qué…? —pregunté frunciendo el ceño. Siempre fui bueno escondiéndole cosas a mi hermano, esperaba que esa vez funcionará…
—¡No te hagas el tonto, Wirni! ¡Responde!
«Nadie le dijo que obtuve el puesto, ¿verdad?», pensé.
—¿De qué estás hablando, Bowu?
—¡Eres un sinvergüenza! —me señaló con el dedo índice—. ¡Primero buscas competir conmigo por el trabajo y luego me lo robas sin decirme ni una sola palabra al respecto!
—¡Yo no te robé nada! ¡Fue algo justo! —no me di cuenta de que tontamente había confirmado las acusaciones de mi hermano—. ¡Ambos mostramos nuestros currículum…!
—¡No habrías sabido de este trabajo de no ser por mí, Wirni!
—¡Y te estoy muy agradecido por eso, hermano, pero, ¿por qué razón me habrías contado sobre él si no para postularme?!
—No, no lo hice para eso! ¡Solo te conté porque eres mi hermano, y quería que supieras que estaba pasando con mi vida, como siempre hacemos! ¡No era para que te robaras mi empleo! ¡Nunca me dijiste que también te postularías!
—¡No lo creí necesario!
—¡Sabes que realmente necesitaba el trabajo!
—¡Y yo también, no eres el único de los dos que necesita dinero, Bowu! ¡Voy a casarme en algunos meses y, la boda no se pagará sola!
—¡Y yo tengo a un hijo de diez y uno de dos años que alimentar y una hipoteca retrasada que pagar!
—¡Lo siento, hermano, pero tenía que intentarlo!
Tenía la sensación de que, al final, los dos teníamos algo de razón… O tal vez ninguno la tenía.
—Sabes que no lo habrías logrado sin mí.
—Por eso te agradezco también…
—¡No es verdad, no lo haces! ¡Si fuera así entonces tendrías algo de respeto por mi familia y por mí… y por mamá!
—¡¿Por mamá?! ¡No la metas a ella en esto, Bowu!
—¡Sí lo hago! ¡Tampoco tienes respeto por ella! O, ¡¿acaso le mencionaste algo sobre esto?!
«No te gustaría para nada saberlo, hermano», pensé.
—¡Contesta! —insistió él, y al ver que yo no lo hacía, dictó—: ¡Lo sabía, no-
—¡Sí lo hice! ¡Mamá lo sabía! —lo interrumpí, y esta vez él me miró sorprendido.
—¡Chicos, ¿qué está pasando?! —mamá salió y nos observó rápidamente, pero no parecía enojada como cuando éramos niños y peleábamos. No. Se veía asustada.
Capítulo XIII
Bowu.
—Ahhh —suspiré.
El cielo celeste, las olas suaves cantando en el mar, el sol y la arena blancuzcos. No era tan malo tener unas vacaciones, especialmente cuando Wirni estaba tan lejos que apenas lo veía. Mientras él pasaba la tarde jugando volleyball con muchachos desconocidos yo me podía quedar de lo más tranquilo tomando sol en mi reposera de siempre.
—¡Sandwiches de miga de jamón y queso, primavera, salami, roscas, donas…!
—¡Bowu!
—¡Ah!— exclamé ante la abrupta presencia de Wirni. Estaba tan lejos. ¿Cómo llego hasta aquí tan rápido? Hmm, supongo que está en mejor forma por alguna razón.
—Compremos algo para comer —dijo, dando una miradita a la comida que traía el vendedor que aparentaba tener toda la intención de acercarse a nosotros.
—De ninguna manera.
—Vamos, ¿dónde dejaste el dinero?
—Que no.
—Haz lo que quieras con el tuyo, Pero yo me compraré algo aunque no quieras— refunfuño.
Que insistente.
—El dinero está medio mezclado, además de que la comida es cara y te podría caer mal. Yo no voy a ayudarte si algo asqueroso son las consecuencias.
—Acabo de terminar una partida —suspiró—. ¿En serio no te importa que me muera de hambre? ¿Y si me desmayo antes de llegar al hotel? ¡Tendrás que cargar conmigo!
Agité la mano.
—Olvídalo, iremos a comer algo a algún café o… no sé. Lo primero que nos encontremos y sea decente.
Sonrió un poco ante lograr su objetivo y se fue a recolectar sus cosas, las que yo había estado vigilando la mayoría del tiempo ya que a Wirni había quedado encantadísimo con el mar y apenas me dejó tiempo para entrar a mí.
✶✶✶
A pesar de decir que estaba muerto de hambre, o no sé si fue por desesperación, Wirni terminó entrando al primer local que nos encontramos al salir de la costa. Lo seguí y sin preguntarme, así como si nada, ordenó dos hot dogs y dos chocolates calientes. No sonaba como una gran combinación, ni llenadora, al menos no para mí. Aún así obviamente no iba a causar un drama, de manera que lo dejé ir.
Wirni tomó ruidosamente las últimas gotas de su chocolate. Pensaría que después de tantos años debería haber dejado sus hábitos infantiles. Ugh, ni los grandiosos edificios eran distracción de la incómoda presencia de él. Pobre de mi nuera, Kray, debía ser espantoso lidiar con alguien así.
Flash.
—Eh, ¿qué haces?— le pregunté.
Mirando su celular me respondió:
—Sacando fotos para Kray y los niños, por supuesto.
El edificio era bonito y alto. Sí, valía la pena. Odiaba posar para fotos, especialmente si no está mi familia en ellas, pero aquí iba…
Flash.
¡Que serio me veía! Bah, supongo que era porque estaba solo. Además, era por ellos…
Wirni sonrió al mirar sus fotos, pero cuando sus ojos se encontraron con los míos ya estaba serio de nuevo.
—Lamento decir esto pero…
«¿Ahora qué?».
—Deberemos sacarnos al menos una foto juntos.
—Ah… Sí —asentí.
—Ellas lo esperan.
Ambos resignados, logramos caber con significativa distancia en una selfie, mostrando al atardecer las luces que empezaban a brillar en las calles y armando las sonrisas falsas más genuinas que se nos ocurrieron.
Capítulo XIV
Wirni.
—¡Por fin! —suspiré después de haber cerrado mi última maleta, había sido una larga pelea para conseguirlo.
—¿Te has asegurado de no dejar nada? —preguntó Bowu, alzando una ceja—. Recuerda que no podremos volver por nuestros objetos olvidados hasta nuestro siguiente viaje a la Tierra…
Rodé los ojos y reí con tono burlón.
—Y no estoy planeando volver a hacer un viaje así, mucho menos regresaré por objetos perdidos —agregó él.
—¿No te gustó la Tierra?
—No… no es eso. No es un mal lugar, pero… ¿que t�� no extrañas a tu familia?
—¡Por supuesto que sí!
—¿Entonces?
—¿Sabes? Creo que tenemos que diferenciar extrañar a nuestras familias entre que nos haya gustado el viaje o no. Son cosas diferentes.
»Además, ¡mira toda esta nieve! —apunté hacia la ventana—. ¿No te recuerda nuestro hogar?
Él negó con la cabeza:
—Un poco, pero aún así, no es lo mismo. Lo sabes.
—No dije que lo fuera —me detuve a mirar unos segundos a mi hermano, quien estaba distraído en su celular. Seguramente ni siquiera me había escuchado…
Entonces me fijé en la expresión que tenía en la cara. Podían haber pasado muchos años desde que había dejado de convivir con mi hermano, pero podía recordar a la perfección como fruncía las cejas, pareciendo confundido y a la vez molesto…Y pocas cosas eran las que podían hacer que Bowu se pusiera así…
—¿Bowu… todo está bien? —pregunté.
—Cancelaron nuestro vuelo —me respondió sin más. Ir al grano era algo tan típico de mi hermano, pero por lo menos me ahorraba estar adivinando qué podría estar pasando por su mente… —Lo cancelaron por la nieve.
Lo había sospechado… era demasiada nieve.
—¡Pero no puede ser! —exclamó él—. ¡Se suponía que teníamos que estar en casa para el veintidos, eso iba a darnos suficiente tiempo para todos los preparativos y-!
—¡Hey, tranquilo! —sonreí—. Debe haber algo que podamos hacer… ¿Habrán vuelos para mañana? Al menos podríamos llegar el veintitrés, y todavía tendríamos algo de tiempo para-
—¡No! —me interrumpió bruscamente—. ¡No los hay, y no los habrá hasta después del veintiseis!
—¡¿Qué?! —me di cuenta de que, al igual que mi hermano, comenzaba a alterarme. Decidí que uno de los dos tenía que mantener la cordura, y, por supuesto, ese iba a ser yo. —¿Ya revisaste bien?
—¡Lo hice! ¡Revisé tres veces!
—Debe haber algo que podamos hacer —repetí—. ¿Qué tal si tratamos de hablar con la compañía? También podemos buscar vuelos en otra compañía…
—De acuerdo —resopló Bowu.
Tomé mi celular de la mesita de noche junto a la cama, me senté y empecé a realizar mi investigación, porque simplemente no podía permitirme no estar en casa para navidad.
✶✶✶
—¿Por qué? ¿Por qué a nosotros? —me quejé con un suspiro—. ¿Por qué unos pocos días antes de navidad? ¿Por qué en la primer navidad de Niall?
—Pobre Tomi… le prometí que estaría de vuelta para que juntos preparáramos la cena… Y también le dije a Nessa que estaría justo a tiempo para acompañarla a hacer las compras… ella no podría sola, y estoy seguro que Mika no querrá ayudarla.
—Por lo menos tus hijos son mayores, aún Tomi puede ayudar a Nessa. Kray, en cambio, tiene que cuidar de una niñita de cinco años, un bebé de siete meses, y además tiene que preparar la cena ella sola… Y todavía no puedo creer que voy a perderme la primer navidad de Niall…
Bowu me miró, al principio parecía que iba a hablar, aunque titubeaba. Negó con la cabeza y al final me dijo:
—Lamento eso. Hablo en serio, Wirni.
Sonreí levemente y susurré:
—Gracias —y no tardé mucho en agregar—: Creo que deberíamos llamarlas para decirles, Bowu.
Pero él pareció pensativo un par de segundos.
—¿Sabes qué? —me preguntó, con una última chispa de esperanza, tal vez nuestros esfuerzos no habían sido completamente en vano—. Creo que hay algo que podemos intentar. ¿Te acuerdas de Omar?
—¿Omar? —arrugué la frente, pero no tardé en entender a lo que se estaba refiriendo—. ¡Oh, claro! ¡Sí! ¡Qué buena idea!
—La otra vez el mencionó que trabajaba en algo de una compañía de vuelos fuera de la Tierra. Él podría hacer algo, ¿no crees?
—Absolutamente —asentí—. También dijo que era el jefe de no sé que área, pero si es el jefe de algo debe tener cierta influencia.
Bowu estuvo de acuerdo conmigo, empezó a buscar el contacto de Omar en su celular y un minuto después lo había encontrado.
Llamó.
Capítulo XV
Bowu.
Wirni refunfuñaba, claramente decepcionado de que nuestro amigo de las aerolíneas no pudiera hacer nada en absoluto para remediar nuestra situación. Yo simplemente suspiré al tirarme de espaldas en mi cama.
—¿Y ahora qué? —Wirni se quejó.
—Hay que avisarles.
Wirni tenía aspecto de querer morirse.
—Me perderé mi primera navidad con Niall…
Y yo dejaría a Nessa sola con los niños. Hubiera sido fantástico hacer nuestro clásico y tradicional muñeco de nieve con Tomi, y ver en vivo su rostro cuando abriera su regalo. Me había esforzado mucho por al fin conseguirle algo que él realmente quisiera. Claro que eso no era algo que siempre podía hacer. No después de haber perdido un trabajo tan bueno como el que Wirni me había robado.
—Kray no puede cuidar a los dos sola por tanto tiempo…
Un momento, ¿Wirni estaba a punto de llorar?
—Eh… Emm… Recuerda que madre está allá para ayudar. Sabes lo mucho que ama ayudar con los niños y en la cocina.
Sería muy incómodo tener que ver a Wirni llorar si esa era su intención, y la mía no era ver la escena.
Pestañeó algunas veces.
—Es verdad…
Otra vez, suspiró.
—Pero hay que llamarlas.
Toqué la pantalla de mi teléfono y al presionar algunos botones se activó la llamada.
Wirni me preguntó.
—¿Llamas a las dos?
Asentí.
—¿Hola?
Luego de unos segundos Kray siguió a Nessa.
—¿Hola?
—Hola —ambos les respondimos.
—¿Sucedió algo?
—¿Qué pasó?
—No… No llegaremos para Navidad— dijo Wini en voz dramáticamente rota.
—¡¿Qué?!
—¡¿Cómo?!
—La nieve es demasiada, en tormentas incluso. Es imposible llegar a tiempo así que nos reprogramaron el viaje de vuelta —expliqué.
—Oh…—para ser una reacción tan silenciosa la de Kray, hasta a mí me daba pena.
—¡Debí imaginarlo! ¿Qué haremos ahora? ¡Qué desastre! Pero no te preocupes, querido. Me las arreglaré, y para que Mika y Tomi la pasen lo mejor posible. Cuentas conmigo —el lamento y rápido cambio de planes eran obviamente característicos de la respuesta de mi esposa.
—Pero haremos una llamada —Wirni afirmó y auto-animó también.
—Videollamada —agregué.
—Si es lo que se debe hacer es mejor que nada —dijo Kray.
—Estaremos atentas —respondió Nessa.
—De acuerdo.
—Adiós.
—Adiós.
La llamada terminó.
—¿Ahora solo seremos nosotros?
Casi me ofendí ante tal depresión en el tono de Wirni.
—Bueno…
Ding.
¿Eh?
Abrí el mensaje de Omar.
Oigan, ya que no nos vemos hace tiempo y no tienen dónde pasar la Navidad, ¿porque no lo hacemos todos en mi hogar? ¿Reencuentro? ¿Qué dicen?
—¡Wirni, mira!
Acercándose me decía
—¿Y esa cara? No sé qué…
Sus ojos se agrandaron ante el mensaje.
Por primera vez en todo el viaje creo que ambos teníamos los ojos grandes porque pensábamos lo mismo.
Los dos exclamamos:
—¡Vamos!
Capítulo XVI
Wirni.
—¡Oh, al fin llegaron! —exclamó Omar, sonriente y animoso como siempre.
Mi hermano y yo dejamos por un momento nuestro equipaje para acercarnos y saludarlo.
Nos abrazó con la misma calidez de la última vez, cuando nos habíamos reencontrado hacían algunas semanas.
—¡Me alegra tanto que estén aquí! Siendo sincero, temía que se perdieran —rió.
—Estuvimos a punto de perdernos, a decir verdad —bromeó Bowu.
—Y aunque hubiera sido así, no podrías culparnos, ¿ustedes los humanos no se pierden ni una sola vez en su planeta? —pregunté riendo.
—¡Por supuesto! —asintió—. ¿Qué ustedes no se pierden en Serak?
—Diría que no es tan difícil perderse allí —contesté.
—Lo dices porque eres nativo, Wirni. Pero tal vez tengas razón. Aunque hace tiempo que no he visitado Serak, recuerdo que, cuando te acostumbrabas era más fácil llegar a un lugar… No sé porqué.
Me encogí de hombros y mi hermano sonrió.
—¡Pero favor, pasen! ¡Hace frío aquí fuera! ¡Dejen que los ayude con eso!
—Gracias. La verdad es que hace todavía más frío en Serak —comentó Bowu, tomando parte su equipaje.
—Tienes razón, es algo que no recordaba… —sonrió Omar, ahora cargando una maleta hasta la puerta.
—Aunque lo cierto es que la calefacción ha hecho las cosas mucho más sencillas —dije.
—Ah, la calefacción… Es buena, ¿cierto?
—Muy útil —afirmó Bowu.
Subimos cuatro escalones hasta llegar a la puerta de la casa de Omar. Él, quien iba por delante, abrió la puerta, de forma que Bowu entró, después yo y finalmente nuestro amigo.
—¡Sally! ¡Ya llegaron! ¡Ven para que los conozcas! —llamó mientras dejaba la maleta a un lado de un sillón—. Sally debe estar en la cocina preparando la comida —nos dijo—. ¿Saben? Ella es una excelente cocinera, se los prometo. Cocina unos deliciosos roles de canela —hizo una mueca de antojo—. Ya los probarán, son su especialidad, y nunca faltan en las cenas navideñas.
En eso, una mujer bajó las escaleras. En cuanto nos vio, sonrió emocionada:
—¡Hola! ¡Ya están aquí! ¡Bienvenidos!
—Parece que no estaba en la cocina… —nos susurró Omar, divertido.
—¡Omar, ¿por qué no me avisaste que ya habían llegado?!
—Acaban de llegar, querida. ¿No los escuchaste?
—No, lo siento —Sally negó—. Estaba guardando algunas cosas en el ático, así que no escuché ni vi nada, cariño. ¡Pero eso no importa más! ¡Bienvenidos!
—Bueno, chicos, ya se los dije, pero lo haré oficialmente. Ella es Sally, mi esposa. Sally, ellos son Bowu y Wirni, mis viejos amigos. No tengo que contarte sobre ellos, ya lo he hecho antes, sólo que no los conocías en persona.
—Es verdad. Debo decirles que Omar me ha contado historias divertidas de sus viajes a Serak, y en casi todas ustedes son mencionados. También me ha mostrado fotos, tiene álbumes enteros.
—Así que nuestros nombres son familiares por aquí… —sonreí.
—Bastantes, incluso para los niños.
—Desde siempre me ha gustado hablarle a los chicos sobre mis viajes —dijo Omar.
—Y eso ha rendido frutos —añadió Sally—. Benji quiere estudiar para poder ingresar a la NASA.
—Oh… ¡felicidades! —dijo Bowu.
Yo asentí.
—Hablando de los niños… ¿en dónde están ahora, Sally? ¡Realmente tienen que conocerlos, chicos! —nos dijo Omar, sonriente—. ¡Niños, vengan acá! ¡Quiero presentarles a unos viejos amigos! ¡Vengan, dénse prisa!
Capítulo XVII
Wirni.
—Así que, en resumen, esa es nuestra larga historia —sonrió Omar mientras miraba a Sally.
—Ahora nos gustaría escuchar sus historias —dijo Sally.
—Bueno… también son largas, a decir verdad —sonrió nervioso Bowu.
—¡¿Saben qué historia deben escuchar de verdad?!
—Mmm… ¿Cuál? —pregunté curioso.
—¡La de Ava y Mark!
—¡¿Qué?! —preguntamos al mismo tiempo mi hermano y yo.
Omar rió.
—¡Sabía que reaccionarían así! —dijo.
Y siguió riendo, hasta que Sally le dio un codazo, dándose cuenta de nuestras caras confundidas.
—Lo sé —habló cuando se le hubo pasado la risa—, merecen una explicación. Verán, sucede que unos meses después de que regresáramos a casa… Un buen día, mientras tomaba un café con Mark, él me preguntó cómo le pediría a una chica que fuera mi novia. Pensé que se trataba de una pregunta completamente normal y fuera de contexto, así que no me la tomé demasiado en serio y solamente le contesté. Fue cuestión de minutos para que Mark confesara que iba a pedirle eso a Ava. ¡Recuerdo que me quedé con la misma reacción que ustedes tuvieron! —volvió a reír.
—¡¿Ava y Mark se casaron?!
Omar negó con la cabeza.
—No sólo eso, sino que ahora tienen dos hermosos hijos —dijo.
—¡¿Por qué nunca nos enteramos?!
—¿Alguna vez le preguntaron sobre ello?
—Alguna vez yo le escribí a Mark —dije lentamente, recordando—, y le pregunté cómo estaba… Me dijo que bien y me dio la impresión de que estaba casado, aunque no me dijo con quién.
—¿No le preguntaste con quién?
—No soy entrometido —respondí.
Mi hermano rodó los ojos en cuanto me escuchó decir eso.
—La verdad era que me extrañaba que no me hubieran dicho nada al respecto, y entonces sospeché que en realidad era porque no tenían ni idea. Tuvieron que escuchar la maravillosa noticia contada por mí, lo que es algo que lamento porque estoy seguro de que ellos lo harían mejor. Pero tampoco me habría gustado perderme sus reacciones, chicos.
Yo reí, y mi hermano me imitó.
—Ava y Mark… juntos —negué con la cabeza, con una sonrisa en mi rostro—. ¿Quién lo hubiera dicho?
—Es la noticia del año —asintió Bowu—. Ojalá nos hubiéramos enterado un poco antes… Bah, esto me pasa por haber perdido contacto con Mark una vez que renuncié al puesto de embajador.
—Oh… —suspiró Omar algo apenado. Después de eso creo que no supo qué más decir y buscó auxilio mirando a su esposa. Tanto Bowu como yo conocíamos esa mirada, pues también nos habíamos encontrado alguna vez en situaciones complicadas, y habíamos pedido ayuda a nuestras esposas, sin siquiera decirles una palabra.
Pero parecía que a ella ya se le había ocurrido algo…
—¡Deberíamos invitarlos a que cenen con nosotros en Noche Buena! —dijo sonriente Sally.
—¡Eso sería genial! —celebró Omar—. ¡Así podrían reencontrarse con ellos y conocer a sus hijos! ¡Y los niños también podrían convivir! ¡Creo que es una maravillosa idea, ¿qué piensan ustedes?!
Mi hermano y yo nos miramos el uno al otro… sonreímos.
Capítulo XVIII
Bowu.
—De acuerdo —Sally dijo, asintiendo y moviéndose al lado de las estanterías con esferas navideñas.
—Yayyyyy —Omar y Benji susurraron al tomar los montones de cajas repletas de luces de colores.
—Te has salido con la tuya— rió Wirni ante la situación.
—Shhh, no hables más—. Omar nos guiñó un ojo. —No es todos los años que para Navidad se puede formar una gran bandera del mejor equipo de fútbol con luces.
—Entiendo —respondí animosamente. No tenía idea de qué equipo me hablaba; la mezcla de colores que estaban comprando era demasiada y tampoco me había familiarizado con los equipos, pero sabía lo que era una ilusión como esa. Me encantaría si para Navidad pudiera hacer los colores de mi pez favorito, pero no queda bien para la ocasión, en general, o eso piensan el resto.
Wirni me dió una mirada algo extraña, pero también divertida.
—¿Dices por tu obsesión con el pez payaso? —me dijo.
—Noooo.
«¿Cómo lo sabe?», me pregunté.
Benjiy Omar parecieron divertirse ante mi particular interés, ambos con la misma cara. Que parecidos eran. Ojalá Mika o Tomi se parecieran así a mi.
—Podríamos ir al acuario —dijo Benji con astucia.
—Solo si los chicos vuelven el año que viene de visita y hay tiempo —respondió Omar al meter la última caja de color rojo en su canasta y dirigirse a la seción de juguetes.
Mientras Wirni y yo mirábamos apenados los juguetes (no podríamos vivir en carne propia el momento de abrir regalos con nuestros hijos) Benji tenía los ojos grandes con emoción.
—Papi, ¿le dijiste a mamá de comprar el gran puzzle de camiones?
—¿Qué? —se me escapó la pregunta.
Creo que igual de intrigado que yo, Wirni me susurró:
—Me parece que ya sabe…
«¡¿Cómo podía un niño saberlo ya?!», me pregunté.
—No lo sé… —Omar respondió, misterioso.
—Hmmm… —el niño se fue corriendo a otro lado.
Y así como si nada seguimos nuestras compras.
Capítulo XIX
Kray.
—¡Ah —suspiré—, esta ha sido una maravillosa y reconfortante idea, a pesar de todo, ¿no lo creen?
—Desde luego —asintió Nessa—. Casi llegué a creer que esta navidad terminaría completamente arruinada, tengo que admitirlo.
Leanik sonrió.
—¿Quién no? —pregunté algunos segundos después. —¿Qué más nos falta en la lista? Quiero asegurarme de que no tendremos necesidad de ir a comprar por segunda vez. Una vuelta al centro comercial por compras navideñas es más que suficiente como para repetirla.
—Como sea, en caso de que lo necesitemos, puedo enviar a Mika, y Tomy puede acompañarlo. Tardaré un poco en convencerlo, pero con ayuda de Tomy creo que podré conseguirlo —rió.
—Creo que a veces tengo miedo de que Elie y Niall crezcan…
—Oh, Kray, yo también tenía miedo de que lo hicieran… y mírame ahora. Pero, ¿sabes qué? Estoy feliz de haber disfrutado muchos años con Mika y Tomy, así que disfruta los años que tienes aún, y considera que se acabarán, pero tampoco te mortifiques demasiado pensando en eso.
—Nessa tiene razón —afirmó Leanik—. Disfruta estos años, Kray, teniendo en mente que no regresarán. Sin embargo —miró a Niall, a quien tenía en brazos—, después vienen los nietos, y esa es una de las mejores partes.
✶✶✶
—¡Mika, ven, por favor! —lo llamó Nessa—. ¡Ayúdanos a alcanzar esa caja! —rodó los ojos—. ¡Tomy!
—¿Si, mami?
—¡Dile a tu hermano que necesito que venga!
—¡Ya voy!
—Ay, ese chico… A veces no sé qué hacer con él… ¿Bowu era así, Leanik ?
—No, Bowu no —sonrió—. Pero Wirni sí.
—¿De verdad? —pregunté—. Bueno, lo conocí cuando tenía la edad de Mika, y nunca me pareció demasiado…
—¿Gruñón? —preguntó riendo Nessa.
—Sí —asentí, también riendo.
Mika llegó. Tenía los audífonos puestos y la mirada fija en su celular. No era la primera vez que lo notaba: podía desplazarse por cualquier lugar sin mirar demasiado a su alrededor. Y yo no sabía exactamente si eso era algo bueno… No podía imaginar lo que Nessa había expresado hacía unos minutos, pero supuse que en algún momento lo haría con Elie o Niall… o con ambos.
—¡Mika, cariño, por favor baja esa caja de ahí, ¿puedes?!
—¿Qué caja? —preguntó, texteando fugazmente en su teléfono.
—La roja. Es la que tiene las esferas; y tenemos que limpiarlas antes de ponerlas en el árbol.
—¿No dijeron que irían a recoger el árbol? —preguntó él.
—Iremos esta tarde, pero no está por demás ir limpiando los adornos que necesitamos, ¿no te parece?
—Supongo —se encogió de hombros, volviendo la vista a la pantalla.
—Ahora, por favor sube la escalera y baja esa caja, Mika.
Capítulo XX
Omar.
Benji y yo bailábamos «It’s Beginning to Look a Lot Like Christmas» mientras amasamos la masa para los pasteles. Bowu nos miraba con curiosidad mientras salaba la carne, y Wirni sonreía al armar la ensalada de lechuga y tomate. La única que no tenía un interés nuevo, ya que siempre le agradaba vernos así, era Sally que preparaba para meter a la heladera los pósteres que ya estaban casi listos.
—¿Acostumbran hacer pastelería juntos? —Bowu me preguntó desde la otra mesada.
Amplié mi sonrisa.
—Bueno-
Plam.
Contra la ventana se había estrellado una bola de nieve.
—Lo sentimos—Mark se disculpó desde afuera, pero continuó lo más tranquilo vigilando a los demás niños, y eso lo hacía uniéndose a ellos en sus juegos. Claramente, Ava no se quedaba corta y se había ofrecido a cuidar de ellos el resto del día para que nosotros pudiéramos cocinar y helar todo, aunque habíamos estado decorando todos juntos hace unos días.
Bowu me quedó mirando, y recordé responder.
—Ah, sí, claro. Veo por qué te sorprende. No era de cocinar demasiado hace unos años, pero Sally me ofreció…
«Me obligó», corregí para míu mismo.
—Me ofreció enseñarme y al final me agrada bastante. ¿Y qué mejor que enseñarle a mis hijos una habilidad más?
Ante ésto absolutamente todos en la cocina sonrieron.
Wirni y Bowu dijeron:
—Así es.
✶✶✶
Acomodando el mantel rojo, menos mal no blanco en esta ocasión, escuchaba las conversaciones que tenían Wirni y Bowu. El primero estaba sentado en el sillón frente a la TV pero llamando a su familia, mientras que el segundo también llamaba a la suya, aunque lo hacía parado frente a la ventana en el lado opuesto de la habitación y que daba al paisaje nevado.
—No, no pueden comer nieve, Ellie! —Wirni exclamó apenas conteniendo la risa.
—¡Pero sería como helado! —contestó su pequeña.
Los niños siempre tienen divertidas ocurrencias, y más traviesas cuando los padres no estamos, pareciera.
—¡La abuela cocina aún mejor papi!
—¿¡Viste!? ¡Ah! Digo, es casi igual de buena que la de mami sí, sí —Bowu respondió apresuradamente.
Y yo intentaba no reír ante estos diálogos. Claro que no era ser chismoso. ¡Eso no era lo mío!
Terminé de poner los platos con bordes dorados que tanto le encantan a mi querida Sally, los que siempre guarda para invitados y ocasiones especiales… ¿o eran los de porcelana y dibujos? Bah, como sea ella sabrá que lo intenté.
✶✶✶
Desafortunadamente, especialmente para mí porque yo estaba encargado de cocinar la carne y Sally fue la menos contenta, nos atrasamos a cenar. Pero claro, aunque fueran las 23:58 estábamos cenando al fin.
—Papi, ¿puedo salir a ver los fuegos artificiales? ¿Please? —pidió Benji.
Miré a Sally, pero como estaba bastante entretenida poniendo las copas y la botella de sidra aproveché.
—Seguro, pero cuando volvamos terminas tu cena y luego comes dulces.
Su carita brilló, y giró hacia la puerta que recién yo veía estaba siendo abierta por los niños de Mark y Ava.
Ahora iré con ellos, leí en los labios de Mark.
Intercambiamos pequeñas sonrisas. Nos salimos con la nuestra… por ahora.
Ding-dong!
—¡Ah! —Exclamó Sally a mitad de llenar su propia copa—. ¡Feliz navidad chicos!
—Feliz navidad —respondió Ava, sonriente.
Todos repetimos variaciones del mismo mensaje mientras nuestras copas hacían chin-chin al chocar.
Ante la primera exploción, Mark pareció recordar lo que me había dicho y silenciosamente escapó afuera por la puerta trasera.
Capítulo XXI
Bowu.
—¡Es hoy! ¡Es hoy!
Escuché los piececitos de los niños que bajaban las escaleras a toda prisa.
Me di media vuelta para alcanzar mi celular y fijarme en la hora.
6:17
Bueno, no era tan temprano como… aquella vez en la que, todavía siendo buenos tiempos, Mika se emocionaba por la navidad.
Abrí los mensajes, y me sorprendí al encontrarme con que Nessa me había mandado ya más de diez fotos y vídeos. Cosa que, en realidad no debía hacer, pues un día antes me había prometido grabar la reacción de los chicos abriendo sus regalos.
Miré cada una de las fotos y vídeos, mientras me incorporaba en la cama y esbozaba varios bostezos que me hacían preguntarme porqué no me volvía a dormir después de haberle contestado. Después de todo, eran las seis y media de la mañana de navidad, y podía observar por la ventana que nevaba bastante.
Sin embargo, esa idea pronto fue opacada al concentrarme observando los mensajes de Nessa. Las cosas en casa estaban tal y como yo había imaginado, según me dejaban ver los vídeos y las fotos. Tommy era el alma de la fiesta, por supuesto, y el protagonista en casi todo, tanto en fotos y vídeos, aunque habían algunas tomas en las que aparecían los hijos de Wirni, y en las que también, claramente, Nessa había intentado, aunque sin resultados, que Mika se integrara. Lo mejor que había conseguido era una foto borrosa de él sosteniendo su nueva nintendo switch, obviamente, con una cara de disgusto, rodaba los ojos. Volví a ver los vídeos, con la intención de prestar atención lo más que pudiera a Mika, y sonreí ligeramente al encontrarlo bostezando y tallándose los ojos: el pobre habría querido quedarse dormido hasta tarde… como yo.
Tomy, por otro lado sonreía en cada una de las tomas. Cuando quería, de verdad podía madrugar. En las fotos mostraba sus juguetes, y en los vídeos quitaba el papel decorativo con ansias de saber qué habría por descubrir. Cada regalo que abría era igual a una nueva cara de asombro y alegría al mismo tiempo.
En ese momento me di cuenta de que algo de lo que disfrutaba más de la navidad era ver que mi familia disfrutara de ella.
Ah… cuánto iban a hacer falta en esta navidad.
✶✶✶
—¡Sí! ¡Sabía que lo comprarían, papá! —dijo Benji—. ¡Lo sabía!
Le dirigí una mirada curiosa a Omar, quien le contestaba a su hijo con una amplia sonrisa. Pero fue Mark quien se dio cuenta de mi reacción.
Entonces le pregunté:
—¿Sus hijos no creen en Santa?
Él rió.
—No —negó con la cabeza.
—¿No?
—No —repitió, sonriente.
—¿Por qué?
—Simplemente no creemos necesario hacerlo… Santa sigue un ícono de la navidad, pero ya no tanto como antes. Hay muchas familias que deciden simplemente desmentirlo y ya. En parte, se ahorran ciertos berrinches, supongo.
»¿Tus hijos creen en Santa, Bowu?
—Ehhh —me sentí un «papá retrasado»—, sí —balbuceé—. Bueno, sólo Tomy. Mika… tú sabes, ya es demasiado grande como para emocionarse por la navidad.
—¿Se puede ser demasiado grande para eso? —preguntó—. Bueno, quizá. De todas formas, yo recuerdo a un Bowu de dieciocho años que moría de curiosidad por descubrir qué era la navidad —sonrió.
Yo reí.
—Bueno, era mi primera navidad. No tenía idea de lo que era, así que no puedes culparme. En cambio, Mika ha sabido toda su vida lo que es una buena navidad cada año —dije.
—¿Cuántos años dijiste que tenía?
—Diecisiete.
—Tiene casi tu edad cuando nos conocimos.
Suspiré.
—Así es.
—¿Y dices que no le gusta la navidad?
—No, en absoluto. Y hemos hablado cientos de veces sobre el tema. Pero, siendo sincero, sospecho que es simplemente Mika quiere seguirnos la contraria a todos, pero particularmente a Tomy y a mí.
—¿A Nessa no?
—También, aunque no se compara a como lo hace con nosotros dos. Creo que de entre todos, Mika quiere más a su mamá que a nadie.
—¿Siempre fue así?
—No. Antes también nos quería mucho a Tomy y a mí. Nos divertíamos todos… eran buenos tiempos —bajé la cabeza—. Ahora no podemos estar en familia menos de diez minutos sin una nueva pelea. La convivencia se ha vuelto complicada, y cada navidad significa una terrible pelea con Mika.
—Lamento escuchar eso…
—Todavía recuerdo cuando Mika y Tomy se despertaban juntos a las cinco de la mañana el día de navidad —sonreí levemente.
Mark guardó silencio algunos minutos, observando a los niños con sus nuevos regalos.
—Y… —se afinó la voz—. ¿Has intentado pasar tiempo con él haciendo cosas que le gusten?
—¿Hablas de pasar tiempo con él jugando con su nintendo…?
Mark rió.
—Bueno, si eso es lo que le gusta…
Reflexioné algunos segundos, aunque no necesitaba pensar mucho tiempo en la verdad de las cosas.
—No, la verdad es que no —dije al fin.
—Deberías intentarlo. Encuentra un tiempo para él. Eso ayuda mucho, créeme. A mí me ha ayudado mucho para poder tratar a Matt, y que no se aleje más de lo que los hijos suelen alejarse.
—¿En serio? Si te digo la verdad, Mark, Mika no tiene intenciones de pasar tiempo con su monótono padre.
—Sé que puede aparentar eso, pero por dentro todo lo que quiere es que pases tiempo con él. Y si lo haces, verás que no te arrepentirás. Sólo trata de que él sepa que cuenta contigo, eso es lo importante. Lo demás… se irá dando.
»Pregunta curiosa. Cuando él era niño… ¿solías pasar tiempo con él?
—Oh… bueno… hacía lo que podía. Cuando Mika era niño fue un tiempo complicado para mí… Me quedaba sin trabajo, obtenía un trabajo un par de meses y volvían a despedirme; así que no tenía mucho tiempo para jugar con él, jugar videojuegos, salir al parque o… esa clase de cosas. Todo eso lo hacía más Nessa con él que yo.
Mark miró al suelo y sonrió.
—Creo que ahí tienes la respuesta, amigo.
Capítulo XXII
Wirni.
—¡Mira, papá! —dijo Benji—. ¡Mira, es un muñeco de nieve con piernas!
Su hermano, Adam, rió.
—¿Me compras un chocolate caliente, papá? Muero de frío… —le preguntó Tiffany a Mark.
—Es verdad, tienes la nariz bastante roja —asintió Matt—. Creo que a mí también me vendría bien una bebida caliente…
—Oh, vamos chicos, hay mucho chocolate caliente en casa de Omar. No tienen que comprarlo —dijo Ava.
Seguimos caminando por la calle, la cual tenía una alfombra de nieve fresca. A diferencia de los dos hijos de Mark, yo no tenía frío, en realidad. Sí, el clima estaba fresco pero no era tan frío como en Serak, me parecía.
—¿Escuchan eso? —preguntó Tiffany de repente.
—¿Qué cosa? —preguntó Mark.
—¡Lo escuchó ahora también! —asintió Benji.
—Oh, debe ser un coro —dijo Melanie—. Alguna vez estuve en uno, ¿lo recuerdas, mamá?
—Claro que lo recuerdo —sonrió Sally.
—Oh, sí —asintió Omar haciendo una mueca de alivio.
—¡Vamos, papá, yo no cantaba mal! —exclamó Melanie.
Omar rió mientras decía:
—No, por supuesto que no, pequeña.
—¡Deberíamos llevar a Bowu y Wirni a escuchar el coro! —opinó Mark.
—¡Es verdad, es una tradición navideña que no pueden perder ahora que están de visita! —asintió Omar.
Así, el animoso grupo dobló la esquina y pronto se encontró frente a unas diez niñas que cantaban:
Joy to the world,
The Lord has come.
Ni Bowu ni Wirni tenían grandes nociones musicales, pero nos las necesitaban para reconocer que había sido una buena interpretación de aquella típica canción navideña.
Una vez que terminó la canción, las chicas les hicieron un cumplido al coro, y después de haberles deseado una feliz navidad siguieron caminando por la avenida.
—Creo que ellas lo hicieron muy bien —dijo Melanie—. Pero había una niña en particular, creo que era soprano, y sobresalía de entre todas ellas.
—Sólo tú entiendes lo que quieres decir, hija —sonrió Mark, y Ava le dio un codazo.
Bowu quien noté, había estado particularmente pensativo, preguntó:
—Ellas lo hacen de parte de una institución o algo así, ¿correcto?
Todos parecieron confusos y Sally le preguntó:
—¿Te refieres a si pertenecen a una?
Mi hermano asintió. Yo comenzaba a entender su pregunta, y pronto fue también la mía.
—Sí. Son parte de una iglesia, ¿la notaron? Ese edificio de atrás es una —terminó de contestar Omar.
—¿No tienen iglesias en Serak? —nos preguntó Mark, con una ceja alzada.
—Sabemos qué son por algunos programas de televisión, pero no. No hay iglesias en Serak —respondí.
Capítulo XXIII
Bowu.
El momento en el que me di cuenta de algo que no hay en Serak no me quedó más remedio. Tenía que venir… a pesar de que mi querido hermano se mostrara excepcionalmente renuente.
—¿Por qué estamos aquí?—dijo Wirni con algo de ese temor curioso que yo podía recordar desde las ocasiones en las que le decía que había un animal extraño escondido detrás de casa, cuando le contaba historias paranoicas. Y ahora parecía que le ocurría lo mismo.
Observaba con mucho cuidado el pesebre en la escena que había quedado a exposición luego de la fiesta de los miembros de la iglesia.
—Entonces, ¿realmente celebramos el nacimiento de un rey?
Wirni aún parecía shockeado. Habíamos leído el panel con una pequeña explicación de lo sucedido.
—Luego fue asesinado en esa… se llama… ¿cruz?
Asentí, y mis ojos se tornaron también a la figura de “José” y “María".
—¿No es trágico?
Ante esto, creo que Wirni estaba de acuerdo conmigo.
—No tiene mucho sentido —dijo mi hermano.
—No es la clásica bonita historia de navidad que vemos en todas las películas navideñas, ¿cierto?
—En absoluto. No se parece nada a nuestras películas favoritas de navidad. Home Alone, Red One, Arthur Christmas ni The Grinch.
Negué con la cabeza con una sonrisa acompañada de un toque de nostalgia al recordar esas películas.
El contraste de la hermosa celebración y el espíritu navideño, la despedida del resto del grupo, y el horror de la sombra sobre el nacimiento de un niño que al crecer sería matado en una cruz, (la cual, según sabía, era una forma terrible de morir), aun siendo inocente era… extremo. Ambos nos quedamos en silencio ante este rey.
Trabajo en conjunto con Ana Monroy
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Normalizar situaciones raras
Yo no sé por qué uno normaliza lo que te sucede. ¡Qué triste coincidencia que todo lo que no me gusta la gente se una para hacerlo! Odio el fútbol y la mayoría se fanatiza en todas partes; cortan la calle y hasta salimos antes del trabajo, porque viene la hinchada furiosa, con los palos. También, recuerdo el día que una profesora me mostró el «@» en la palabra «compañer@s» y yo puse cara de asco. En aquel tiempo todavía no existía el lenguaje inclusivo. Ahora, no solo es ley, sino que millones lo defienden. Incluso, de manera inusual, ahora tengo varios alumnos que se autoperciben de otro sexo, cuando antes eso no se veía.
Hoy salí de las clases de coreano y éramos seis en total. Hablamos de eso de la identidad de género y todas se ponían de parte de decirle «chiques» a los que se declaran con género binario. Salimos y todas se fueron juntas. Yo les dije que iba a tomar el colectivo, enfrente, en donde había una plaza. Y todas se fueron tal cual un enjambre de abejas como si se conocieran por años. ¿Cuándo empecé a normalizar estas cosas?
En el sistema educativo yo decía que me gustaba trabajar sola y hasta ese momento en que lo dije, yo trabajaba sola. Después, llegaron los proyectos interareales, la pareja pedagógica y las reuniones de profesores por cargo. Es decir, ya no trabajaba más sola. Ahora dicen que van a quitar eso de trabajar en conjunto, pero que Visuales va a quedar como un taller.
Por otro lado, puse un abogado para presionar al consorcio que me arregle el techo, y el abogado dejó la causa. Me diagnosticaron celiaquia y fui con el certificado de celíaca, para cobrar el subsidio que paga el estado. Y después me dijeron que no era celíaca. Por lo tanto, fui a la doctora y me dijo que se había equivocado, que soy intolerante al gluten. Y el pan y las harinas lo ponen en casi todas las comidas. Incluso, dicen que le agregan más gluten.
En el año 1999, en el mes de diciembre, me convertí al Islam. En aquel tiempo nadie sabía sobre mi religión. En el 2001 caen las torres gemelas y nos tratan a todos de terroristas. Incluso, actualmente, en Alemania cerraron mezquitas y en Palestina masacraron a casi todos los musulmanes.
Cuando estudiaba Bellas Artes en la Belgrano, al año y medio, nos llaman al patio y nos dicen que no nos iban a otorgar el título. Tuvimos que pelear y juntar firmas. Al recibirme, después de haber ganado una batalla, me anoté en la provincia de Buenos Aires, pero no salía en el listado. Sin embargo, un compañero que se había recibido conmigo, sí figuraba. Con el tiempo, años después, una excompañera me dijo que lo que yo tenía era un comprobante provisorio y que el título lo tenían en la Belgrano. Es decir, jamás me llamaron, yo trabajando ahí, para decirme que estaba mi diploma disponible. Y aquel compañero de Bellas Artes jamás me dijo que le dieron el título y que no era el mismo que yo tenía, debido a que se trataba de un comprobante provisorio.
Cuando conocí a una chica de casualidad en un sanatorio, se hizo mi amiga y terminó invitándome a una Iglesia, para ignorarme más tarde. En una palabra, todo aquello que no me gusta, la gente lo hace.
Cuando hablamos de conspiraciones y si es como yo pienso de que es una mayoría, ¿cómo le puedo creer al montón lo que dice? ¿Acaso no será todo lo opuesto?
Cuando hoy cruzaba la calle para tomar el colectivo y veía a todas esas alumnas que estudian coreano que se iban juntas, porque decían de ir a comer a un restaurante, yo pensaba: ¿cuándo fue el día que normalicé todo esto? ¿Cuándo fue el día en que pensé que mi mala suerte es mala suerte y no un producto de una conspiración en mi contra? ¿Cuántos somos los perjudicados?
Ahora estoy en casa, pensando en gente que no vale nada. Y tengo planificado hacer varias actividades. Vamos a ver cómo me irá.
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Reckless Serenade...
Si, bueno... Por donde comenzar... Supongo que salteado como las películas de Nolan (puto mamador Tumblr Versión).
Lo último que hablamos era ya un mensaje cada 72 horas, no tenías tiempo para mí y creo que eso fue una de las cosas que me hizo empezar a alejarme, no tenías tiempo para mí, no de que estuvieras ahí 25/8 pero DAMN, ponerle un horario para mandar mensaje? Ni unos 5 minutos de mandar un mensaje? Eres la primer persona desde 2019 que me dan ganas de hablar y hablar, ponerle una limitante a eso se me hace malo, más sabiendo que podías contestar, pero en estar "centrada" me hacía creer otra cosa, así es... Hablo de inseguridades, despertaba inseguridades.
La otra razón fue que... Sentía que me querías salvar, pero ¿Salvar de que? No necesito ser salvado, solo que estoy en problemas pero eso significa que me tienen que salvar, no quiero ponerme aquí dramático y decir que no tengo salvación, si la tengo, solo que el único que me puede salvar o sacar de tremendo agujero soy yo mismo y esa misión es solo mía, no de externos, aunado a que hablabas mucho de tu religión, no se a mí se me hace una Red Flag eso, sentía que me lo querías imponer, lo siento mucho, agradezco que te interese que ejerza una doctrina religiosa y la tengo pero no me gusta hablar de ello, ya que eso es algo muy mío y debería ser así para todos, las creencias son de uno y ahí se deben de quedar, no me gustaba para nada eso.
Me acuerdo mucho de lo bueno, pero lo malo pesa más, como cuando me cambiaste por un pendejo que te dio un Jarritos de uva, obviamente que te ghosteo pero en ese entonces era por mis malas actitudes, también que extrañaba a mi ex y en mi mente siempre era el "Es que no eres ella" pero entendí el daño cuando me dijiste que llegaste al punto de cuestionarte de que te falta o que necesitas para que yo te quisiera igual que ella, que te hubiera encantado ser ella y eso le rompió más... No quería que fueras ella, quería que fueras tu pero mi mente funciona con la paradoja de esperar algo que nunca va a pasar, me remontó a cuando yo me sentía igual en el temido Mayo de 2018, donde yo me sentía igual y en mi mente sonaba "Want Me Too de Mons Vi", y lo dije una vez, llenas el vacío, pero ese no es el punto, ese vacío lo debía de llenar yo, ya que ese vacío es mío pero fue tanto el tiempo que estuve con el que pensaba que alguien debía cubrirlo, pero cuando se iban ese vacío ahí seguía... Santa madre, ahora entiendo lo de aquella sesión que me dijo la psicóloga aaaaaaaaaaa
Tuve un sueño, uno que me marco y que quería hacer realidad como no tienes una idea... El sueño era donde estábamos en mi cuarto, estábamos en una alfombra, tirados, oyendo en ese entonces el nuevo álbum de Tame Impala, The Slow Rush... Estábamos oyendo Is It True, hablabas sobre como ese álbum te recordaba a mi y que querías quedarte hasta acabar de oír toda la discografía de Kevin, hasta oír Summer Breaking, ya se, ya se es muy mamador mi sueño pero eso fue lo que proyecto mi mente.
Siempre escapo de ti pq no se, siento que me puedes cambiar así de fácil como esa vez en 2020, así como si nada, pero oh shit, regreso y regreso, ghosteo y ghosteo, no está para nada bien, nos hacemos daño con eso y hago daño, algo que pensé que no iba a pasar y aún así lo hago.
Siento ese potencial pero algo me hace frenarlo, está vez fueron esos tópicos antes tocados, nunca lo hablé, cuando siempre he hablado que digamos las cosas y no nos guardemos nada y no se que me pasó esa vez, bueno si se, pensé que no te importaba, por qué mandabas mensaje cada 24 o 36 horas, condicionando un horario, no se... Sentía feo y aún lo siento si soy sincero, pero ohhhhh, siento que es demasiado bueno para ser verdad, que es algún momento vas a hacer o decirme algo horrible, demasiadas inseguridades que aún no sano y estoy plasmando en tremendo post, posiblemente el más largo...
Bueno, la conclusión aquí es que extraño todo eso, más bien, siempre lo extrañe pero el huir de ti por qué se me hace poco real que alguien quiera así de bonito.
Supongo que estoy condenado por mis malos actos en el pasado, mi único camino es la redención por ello, enmendar mis malos actos en el pasado honrando y conmemorando lo bueno que no pude disfrutar por una u otra cosa.
El vacío se está llenando, tengo demasiado que pulir, que instaurar aquí adentro para poder hacer más cosas, no detenerme. Odio hablar de este tipo de cosas, soy más de hacerlo que decirlo, se me hace muy de tibio que hablen y hablen y no hagan, fui de esos, por eso los odio...
Te voy a extrañar siempre, pudo haber funcionado, tal vez en otra vida... Una donde no ocurre el White Night.
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Y estaba sentada en un parque con mis audífonos puestos y la música de fondo que me recuerda a ti y sólo pensé en todo lo bonito que viví a tu lado, abrace todos esos recuerdos y los guarde en un lugar especial de mi corazón. Seguí sentada con lágrimas en los ojos y seguí pensando, pero ya no en lo bonito, si no en lo malo y en las palabras que día a día me iban lastimando; me quería sacar el corazón por sentir esto, quería quitarme la cabeza para ya no pensarte. Me siento en una cárcel por amarte, sólo ya no quiero estar aquí.
Y estaba sentada pensando que mi vida está pasando sin yo vivirla, mientras tú; si disfrutas de la tuya y yo con todo esto, sólo me siento muerta.
Y estaba sentada imaginando que para ti es fácil esto o tal vez a mí me lo haces ver así, pero sólo quiero que me des un poco de esa valentía para dejar de insistir e irme.
Y estaba sentada escribiendo todo mi dolor para no escribirte a ti , no quiero sentirme peor al escucharte decirme que es algo que merezco sentir.
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¿QUE PASO HOY?
EN POCAS PALABRAS ME SIENTO MÁS USADO QUE UNA PUTA O SEA TODO SE FUE A LA MIERDA CREO QUE NI OSSA ME HIZO LLORAR TANTO COMO ESTE MAN XD.
EL MAN HABÍA ESTADO CON UNA ACTITUD DE MIERDA DESDE HACE UNA SEMANA LO CUÁL ME TENÍA CON UN ATAQUE DE ANSIEDAD RE PAILA HASTA HOY CUANDO DECIDÍ “INICIAR CONTACTO CERO” (QUÉ IDIOTA SOY) ESTUVIMOS TODO EL PUTO DÍA JUNTOS POR TEMAS DE LA UNIVERSIDAD Y PUES YO INTENTABA CÓMO IGNORARLO Y DEMÁS PERO CABRON SIMPLEMENTE ME BUSCABA LA CONVERSACIÓN CON COSAS RE TONTAS PERO PUES YO X NO LE VEÍA MAYOR RELEVANCIA HASTA QUE EN LA NOCHE TIPO 7PM YA ME HABLO COMO “TIERNO” Y YO FUI RE ISH “FUNCIONÓ EL CONTACTO CERO” ENTONCES AHÍ HABLAMOS DE COSAS RE TONTAS Y PUES X PERO SABES QUE SOY IDIOTA Y DECIDÍ IR A PREGUNTARLE ¿OYE QUE ES LO QUE ESTA PASANDO ENTRE LOS DOS ESTAS CON UNA ACTITUD SÚPER RARA DESDE HACE UNA SEMANA APROX?
EL COBRONETE COGE Y ME DICE PARCE ES QUE ALGO SE FRACTURÓ ENTRE NOSOTROS DESDE EL DÍA QUE HABLAMOS DEL TEMA (El día que te mande el audio)
LE DIJE A VER SE SUPONE QUE HABÍAMOS QUEDADO DE SER PANAS SIN LÍO SOMOS PERSONAS MADURAS, A LO CUÁL EL ME DICE SI PERO…
-PARCE USTED Y YO NUNCA FUIMOS AMIGOS INTENTAMOS CREAR UNA AMISTAD PERO YO EMPECÉ A SENTIR COSAS POR USTED QUE NUNCA LOGRE DESCIFRAR PERO FUERON COSAS QUE ME HICIERON SENTIR EXTRAÑO COSAS QUE NO HABÍA SENTIDO ANTES POR ALGUIEN QUE NO ERA MI AMIGO PERO DESPUÉS PENSÉ EN ESAS COSAS Y ME DI CUENTA QUE ERA UNA CONFUSIÓN SOLO QUERÍA PROBAR
ENTONCES YO PROCEDO A DECIRLE ENTONCES VAS A MANDAR TODO A LA MIERDA O SEA ESTO QUE AHORA NO SE QUE ES LO QUE HABÍAMOS INTENTADO CONSTRUIR SEGÚN YO UNA AMISTAD LO MANDAS A LA MIERDA SOLO XQ TE CONFUNDISTE Y QUISISTE EXPERIMENTAR. ENTONCES XQ PUTAS DESDE EL COMIENZO NO ME DECÍAS SOLO QUIERO PROBAR O VER QUÉ PASA Y LISTO PERO
1. NO ME ILUSIONES CON SEÑALES QUE A LA FINAL NO IBAN AL CASO 2. NO ME DIGAS QUE VAMOS A SER AMIGOS Y QUE VAS A ESTAR PARA MI Y QUE ESPERABAS QUE YO ESTUVIESE PARA TI CUANDO PUTA MEN TÚ YA HABÍAS TOMADO LA DECISIÓN POR LO DOS DE IRTE Y DEJAR LAS MIERDAS ASÍ 3. TEN LAS HUEVAS DE DECIRME CÓMO PARCE NO QUIERO NADA NISIQUIERA UNA AMISTAD Y NO DE SIMPLEMENTE HACER MALA JETA Y PONER LAS COSAS INCOMODAS PARA TODO EL MUNDO
ENTONCES SI POR ESA RAZÓN ME SIENTO USADO XQ POR LO MENOS CON OSSA SABIA QUE EL SOLO QUERÍA PENDEJEAR Y YO FUI EL QUE CONFUNDIÓ LAS COSAS POR X O Y MOTIVO PERO SIEMPRE TENÍA CLARO ESO DE EL QUE SOLO ERA PROBAR Y QUE ERA “LIMITADO” LO QUE PASABA PERO CON ESTE MAN FUE DIFERENTE Y A PESAR DE QUE NO HUBO CONTACTO FISICO SI EXISTIERON MOMENTOS MUY DENSOS Y GONORREAS COMO DE FEELING QUE SIENTO QUE DUELEN MÁS QUE CUALQUIER MIL POLVOS QUE HUBIESE PODIDO TENER CON EL MAN O SEA PARCE ES QUE FUE CASI 1 AÑO HABLANDO EN LA TÓNICA DE COMO QUE SI COMO QUE NO
QUE MIERDA O SEA SERÁ QUE DEBERDAD SOY TAN MIERDA COMO PARA QUE ME PASEN ESTÁN COSAS O SIEMPLEMENTE SOY MUY ESTUPIDO Y PENDEJO
SABES QUE ES LO PEOR O LO MEJOR NO SE ES QUE YO POR CASI 4 MESES ME MATE LA CABEZA PENSANDO EN SI DECIRLE O NO LO QUE SENTÍA Y TOLERÉ MUCHAS COSAS POR PARTE DE EL QUE QUZAS NO DEBÍ PERMITIR PERO SOLO LO HACIA XQ NO QUERÍA PERDERLO Y NO ME REFIERO A PERDER UNA POSIBLE RELACIÓN QUE SE PUDIESE DAR SI NO QUE ME REFIERO A PERDER ESA PUTA AMISTAD QUE HABÍA CONSTRUIDO CON EL ESE PUTO APOYO QUE SENTÍA TENER ESTANDO CON EL PERO A LA FINAL MI MAYOR MIEDO ERA QUE SE FUERA AHORA QUE YA SE FUE Y ME DIJO BÁSICAMENTE QUE NUNCA FUI SU AMIGO SI NO SU CENTRO DE EXPERIMENTOS SIENTO QUE ES UNA LECCIÓN APRENDIDA Y UN RECORDATORIO DEL PORQUE ES BUENO SER UNA MIERDA DE PERSONA CON TODO EL MUNDO
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Sabía que pasaría, lo notaba en tus acciones, comportamiento, tu falta de interés me carcomía los pensamientos y tus actos no iban junto con tus palabras.
Sabía que pasaría, que tarde o temprano me dejarías, aunque yo actuara como si nada y te pidiera un mínimo interés, era demasiado claro que no me querías en tu vida, pero yo tenía un poco de esperanza.
Sabía que pasaría, que no serías capaz de dejarme en la cara y que lo harías por un mensaje...
Lo que no sabía y lo que no esperaba, es que no fueras capaz de tener el valor y franqueza de ser sincero conmigo y decirme que simplemente te aburriste y te deje de gustar. No pensé que inventarías excusas y que esperarías que yo me rindiera frente a tu indiferencia...
En fin, da igual, estoy acostumbrada.
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🌾 ❛❛🐺💘🌚La loba miró la sonrisa que le dedicó Tahirah e instintivamente sonrió aunque no debería hacerlo pero, no se enfrasco en ello, preferia pensar que estaba siendo amable con ella. Kiki se emocionó—Eres increíble, Kendybear—Exclamó con admiración. Parpadeo con sorpresa.—Ah. Eso explica tanto, pensé que estaba dando una fiebre de raparse—Analizó y se soltó a abrazar a Kendall.—Eres peligrosa Kendybear—Rodó su nariz con la de ella. —No, no jugó conmigo—Explicó acariciando su mejilla para aliviar su enfado.—Tal vez no me he explicado y dramatice demasiado. Sucede que me dijo que fue lindo el tiempo que pasamos juntas pero, que no pensó que mis sentimientos por ella fueran más allá de admiración, dice que no está acostumbrada a que se le acerquen desinteresadamente y que por ello no pensó que mis sentimientos fueran más allá, y también que haberse ido no tuvo nada que ver conmigo sino con ella. Además dijo que no era nuestro momento aunque no logrè entender a que se referìa con ello—Se encogió de hombros.—No te molestes con ella. Debe ser feo vivir tanto tiempo sin confiar en que la gente se acerque a ti sin ningún tipo de intensiòn oculta—Trato de que la perspectiva de Kendall no fuera negativa hacia Tahirah.—Ademàs te tengo un secreto. Me dijo que Danette habla mucho y muy bien de ti, y por eso ella tiene mucha curiosidad en conocerte y hasta te conseguí nuevos contactos más poderosos—Le compartiò con una pequeña sonrisa. —Sobre eso, me contò la historia dice que en mi aldea se crecía con una leyenda: la mitad de nuestros corazones. Nacemos con la mitad, y es nuestro destino encontrar la parte restante en otro individuo. Al hallarle, nuestra alma se encuentra completa. De ese modo esa persona se convierte en tu alma gemela. Puede presentarse como tu mejor amiga o tu amada; si tenías aún más suerte, en ambas—Repitiò las palabras de Tahira—Y me dijo que Danette es la suya—Soltò un suspiro pesado. —No hubiera estado mal ¿verdad?—Sonrió pensándose en aquella universidad. Luego guardó unos segundos silencio.—Sí, le creo. Por más que intente estar enojada con ella no puedo, es que técnicamente no me engaño, ella no me prometio nada, más que poderle pedir cualquier cosa, algo que aún tengo pendiente—Le compartió. Entonces miró a Kendall celosa y la llenó de besos. También entendió su aversión de Kendall pero esperaba que fuera momentánea—Hey. No lo estés, yo le dije que tú eres mi alma gemela. De acuerdo, ya sé que es por mi pero también por Danette, no te preocupes, te prometo que Tahirah no es mala persona—Sonrió abrazando a Kendall. Luego cuando se alejo de ella le dio su espacio, aunque hubiera preferido seguirle abrazando. De cualquier forma la escuchó con atención podía ver la desilusión y lo herida que Kendall estaba, eso le hizo enojar más con esa vampira. —Presumida, pretenciosa—Espetó cuando culmino.—¿Qué clase fan haría todo lo que tú hiciste por ella? Necesitaría estar ciega—Se indignó. Dándole vueltas el hecho de que Danette pudiera sentir algo por Kendall. Más le valía que no la lastimara, aunque Tahirah le hubiese dado su palabra. —Pues, no lo sé me resulta raro que venga con bandera de sentir algo por ti cuando te apartó de ella, los mensajes o las cartas no te iban a matar—Se quejó. Con lo último vaciló—Bueno, en cuanto a Serik la entiendo, es que es increíble, yo tengo celos de él, pero que bueno que ella también, es más lo deberíamos de invitar a cenar, a lo mejor así Danette tenga más celos y se le quite por haberte apartado así. Ja, ahora si viene a llorar porque ya no te siente tan de ella ¿Yo le doy celos? pues que se espere a ver—Rodó los ojos. Se acercó hacia Kendall y la abrazo por la espalda. Sabía que estaba siendo irónica por como se sentía. —La voy a morder, la voy a incomodar y la voy a molestar por hacerte sentir así—Le dijo soltando un gruñido. —Pero, dime ¿tú como te sientes respecto a ella? puedes decirme—Le dijo dejando un beso en su cuello.
🌾 ❛❛ 🧛🏻♂️❤️👑A Danette le gusto escuchar y que fuera reafirmado.—Bueno, espero que sea cierto—Replicó aún celosa pero, medio sonriendo por haberlo escuchado de la bruja. Luego asintió.—Ya averiguaré—Anunció. Danette no se detendría hasta cobrarle a los ancestros los pendientes, aunque si se detendría por Kendall. —Te entiendo. Pero, ya luego podremos hablar de ello—Se ofreció pensando que incluso podría poner a Kendall de regente. Claro, luego de sopesar riesgos y consecuencias. La verdad le molestó escuchar respecto de Nicholette, eso sería lo difícil.—No te preocupes, yo me encargo de ella—Sonrió de forma pretenciosa. Seguro que Tahirah se ocupaba de ella.
La vampira miró discretamente el gesto de Tahirah hacia la loba pretendiendo que no, eso le daba muchas respuestas. —Lo oíste, es demasiado terca y orgullosa, pero, también lo soy—Sonrió soltando un suspiro sentándose en el taburete. Mirando a su alma mientras tocaba su cabello, eso le relajo un poco —¿En verdad crees que solo sea orgullo? No lo sé, me inquieta que su afecto lo haya perdido, no actuó conmigo como particularmente lo hacia, ni siquiera porque le dije que sentía algo por ella—Reconoció—¿Sabes que la loba no es mi único problema sino también un vampiro? el cual por cierto tengo que averiguar quien es, porque sonrió como adolescente enamorada cuando lo mencionó y a mi en ningun momento me sonrió de esa forma, incluso le llamo "mi vampiro" prometió que no tendría vampiros favoritos y sale con eso, aunque me dijo que yo era su favorita, sí claro, no quiero saber como hubiera sido si no lo fuera—Bufo poniendo los ojos en blanco mientras le daba un sorbo a su bebida. Escuchó a Tahirah y comprendió que no le era indiferente la chica.—Ya veo, entonces si te interesa Nicholette como para estar preocupada de haberla herido e incluso "linda"—Le miró de soslayo, sí también sintió celos pero, al mismo tiempo le interesaba que Tahirah expresara sus sentimientos porque sabía que se los guardaba para ella. —Más le vale que no te lastime o me va a conocer molesta.—Determinó.—Entonces tendré que averiguar si es digna de ti ¿cierto?—Sonrió mirando a su amada.—¿Que piensas hacer con ella?—Preguntó con interés estirando su mano para acariciar su cabello. En eso puso atención, haciendo incluso un esfuerzo para ver si percibía el mínimo sonido, dándose cuenta que fue en vano.—Lo es, esa bruja astuta. Deben estar hablando de nosotras—Sonrió orgullosa de Kendall, no esperaba menos de ella. —Está celosa porque cree que eres perfecta y lo eres, pero siento que no me cree que eso no tenga nada que ver con lo que siento por ella y por ti, no se da cuenta que también es perfecta a su modo para mi—Dijo.—No te preocupes, se que te gustan los retos—Agregó dejando un beso en su mejilla.
🧑🏼🎤💖🎵. A pesar de todo le alegraba hablar con Kiki. Darle a entender que alejarse no fue debido a ella. Esperaba que lo comprendiera. No fue su intención hacerle daño. Le dedicó una sonrisa cuando se alejó de ella para continuar con su andar hasta la cocina con su amada. —Parece que Kendall no te la puso fácil ¿verdad? — Acomodó sus cabellos con cariño, para luego servir otro whisky—. Al menos ahora sabes porqué está enfada contigo; aunque a mi parecer, no es más que orgullo — exclamó. Solo la había escuchado, pero intuía que su orgullo no le permitía lanzarse a los brazos de Danette—. Bueno, definitivamente dejé una herida al marcharme sin despedida; pero más que nada, desarrolló sentimientos por mí, al parecer reales y sinceros. Tengo que serte honesta, pensé que no lo eran — admitió, bebiendo de su propio whisky. Nicholette se había ilusionado con ella verdaderamente. Lamentaba haberla lastimado—. Y no, claro que no, es demasiado linda. Tal como la recordaba. — Sonrió. Acto seguido intentó escucharlas, pero todo se quedó vacío—. Vaya, Kendall no sólo es guapa, también es inteligente. Acaba de silenciarse — sonrió—. Es una lástima que me tenga en tan mala estima. — Para Tahirah era nuevo saberse desagradable para alguien, pero al mismo tiempo lo encontraba interesante.
💖🧙♀️✨. Al menos Danette no insistió con el tema de los ancestros. Kendall no pensaba cambiar de opinión. No podía. Les debía todo. A diferencia de la contraria, ella vivía debido a ellos.
A pesar de lo que implicaba, le gustó esa sonrisa arrogante. No temía por Serik, podía cuidarse. — Siempre has sido especial �� Incluso en su etapa de bruja. Danette era maravillosa, pero le alegraba saber que ahora estaba feliz con su identidad—. No se si sea posible, pero tú eres inteligente. — No podía animarla a destruir su aquelarre, pero si había una forma de hacerles pagar, lo descubriría la contraria—. No lo hago, pero admito que me enfada que mi aquelarre sea visto de esa manera — era un sentimiento extraño—. De acuerdo. — Se emocionó al saber que la contraria le contaria de Los Hermanos, le ayudaría bastante para saber cómo amedrentarlos—. Eso depende de Kiki — exclamó, con toda intención de causar celos en Danette.
Asintió con la cabeza y esperó a quedarse sola con Kiki. — No pueden escuchar nada — no le gustaba que indagaran en lo que tenían que decir—. ¿La primera vez? Deberías poner más atención a las personas que he dejado calvas — giró los ojos, como a Galiana cuando se marcharon. Se giró a Kiki y la abrazó, más siguió escuchando lo que decía—. No me parece que jugará contigo mientras estuviera con Danette — refunfuño. Arqueo una ceja y se preguntó si debería darle una lección. Que fuese una super vampira no significaba que podía ir por ahí jugando con la gente—. Espera, ¿a qué se refiere con su «alma gemela»? — inquirió. Deseaba saber si tenía un trasfondo profundo o era simplemente romántico. Danette no había dicho esas palabras de Tahirah. Pero si la consideraba como tal, era evidente que su amor era demasiado fuerte—. Si quería remediar algo debió enviarte Juilliard — ironizó. Nada contenta con las acciones de esa vampira—. ¿Le crees? — Preguntó. Estaba juzgandola duramente, pero a su parecer, se lo merecía—. Mmmm — no dijo nada de momento. Era evidente que estaba celosa—. Si confías en ella, está bien, pero yo no... Simplemente no, hay algo que me hace desconfiar. Y no quiero que te lastime otra vez — arqueo una ceja—. Yo estoy más confundida que antes. O más confundida que nunca — suspiro, alejándose un poco de Kiki para mirar los objetos—. Resulta que siempre pensó que yo era su fan #1, y no su amiga enamorada — río sarcástica—, incluso cuando ella llegó a sentir lo mismo — agregó, girando los ojos—. Se alejó de mi para protegerme, incluyendo no responder llamadas ni mensajes. Y al parecer, aunque quiere a Tahirah, puede que sienta algo por mí — continuó, aun irónica—. Vaya, ¡hasta se mostró celosa de ti y de Serik! Como si yo tuviese una pareja en cada esquina y la hubiera cambiado por ellos. Todo, mientras ella sale con la vampiresa más guapa y espectacular. ¿No es irónico? — Kendall prefería mostrarse irónica y sarcástica, aunque honesta. Kiki la conocía bien, podía ser terriblemente humorística cuando se hallaba herida.
#ya aclaramos no se enojen con Tah xD jajajajaja#✨- tahirah wayne#✨- kendall ahearn#✨-danette bane#✨-nicholette nardell
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26/09/2023
10:18am
Hace muchos años te portabas de una forma muy especial conmigo y luego no, tu dijiste que fue producto de la pandemia hasta que llegué a un punto donde me tocó cerrarme y aceptar porque estaba mal yo. Actualmente decidimos inicia nuevamente, volver a conocer las "verdaderas" formas de ser del otro y nuevamente, al inicio todo era muy bueno, no diré perfecto porque teníamos nuestras discusiones, pero nada fuera de lo normal, lo llevábamos muy bien y luego de un día para otro yo existía unos días y otros apenas existía, te excusaste con que era por estar ocupado, pero yo me pregunto... ¿antes no estabas ocupado? en todo ese tiempo lindo que pasamos ESTANDO EN LA UNIVERSIDAD, ¿nunca estuviste ocupado?, ¿no será más bien que ya se acabó la versión premium? ¿la versión de enganchar, la versión que no eres pero que siempre usas al inicio llevado por la emoción para agradar o ser aceptado o en este caso enganchar? No me cabe en la cabeza como antes eras tan atento, buscabas pasar todo el tiempo posible conmigo y si no era posible hablábamos, tú sacabas tiempo o ibas donde estaba yo para saludar y ahora absolutamente nada, sólo cuanto tienes tiempo de sobra y se supone que yo tengo que aceptar nuevamente así como si nada?
Tu mejor respuesta es "tú sabes que yo soy así" ¿de verdad volvimos a lo mismo?
Necesitaba escribir acá porque siento muchísima frustración, por muchísimas cosas, por tus cambios constantes de actitud conmigo, por tu decisión de querer tomar distancia, pero si yo lo hago ahí sí está mal, de cada vez que me dices que comunique pero cuando lo hago me recibes con piedras en ambas manos, de verdad no sé para qué quieres que comunique si siempre lo vas a tomar a mal, de la última vez que fuiste grosero conmigo justamente por querer comunicar como me sentía, de la necesidad de sacar excusas para las cosas, de tu excusa de estar así por ser tu semana de parciales, sabiendo que has estado así desde mucho antes, de querer hacerte el inocente por darme el tiempo que te sobra porque ya no eres capaz de sacarme ni 10 minutos en el día porque NO se te da la gana y está bien, si no quieres, ¿quién soy yo para exigir? pero si yo entonces tampoco me tomo el tiempo ahora de sacarte tiempo porque me aburrí, entonces no me ataques como si fueras la víctima.
Estoy frustrada por las criticas que hiciste hacia mi por no estar en tu presentación, la verdad lo veía venir pero no creí que pasar. Fueron 2 años los que siempre estuve ahí, ping pong, música, premios lo que fuera yo estaba ahí apoyándote, yo era la única que iba allá sólo para verte a ti, siempre estuve ahí presumiéndote, orgullosa de ti, pero siempre me sentí invisible, porque yo iba y era como si yo no existiera para la única persona a la que iba a ver, veía como algunas novias en esos tiempos también iban a ver a sus parejas y ellos compartían su momento con ellas, las abrazaban, celebraban con ellas, hablaban con ellas, las volteaban a ver cuando les salía bien el juego o cosas así y en cambio yo...
Comenzaste a voltearme a ver cuando te comencé a pelear por ello, a veces me veías, he llegado al punto donde me siento triste escribiendo eso, me enfoqué tanto en la herida que me dejaste por la otra china que no me di cuenta de todo lo que había ignorado por querer estar ahí contigo.
Ayer estaba en la presentación, quería ver a los de baile y sinceramente no me inmuté en querer estar para ti, porque ni siquiera pensé que notarías mi ausencia, ni siquiera te tomaste la molestia de decirme que querías que estuviera, a veces dar por hecho algunas situaciones no es muy buena idea, ¿sabes?. Para alguien que estuvo ahí y nunca se sintió valorada por estar ahí, ¿de verdad aspirabas a que siguiera siendo lo mismo?
Yo ya no soy el objeto que tenías de adorno, con el que salías para desaburrirte o cuando no tenías nada más que hacer, tampoco soy tu distracción sexual, no soy tu asistente y no soy tu seguidora que acepta TODO como tu lo digas en el momento que digas y a la forma que digas, soy tu amiga, yo también siento, yo también merezco respeto, merezco esfuerzos, merezco lindos actos y no sólo cuando estás absolutamente desocupado, merezco momentos de calidad, merezco que no me ignoren y que quieran saber de mí.
No pienso volver a remar nunca en un bote que es hecho para dos y donde están dos, que ¿a veces toque turnarse? perfectamente entendible, pero si eso se coge de costumbre, ya sea porque te cansaste de poner de tu parte y quieres volver a lo de antes en plena tranquilidad y descanso pss es perfectamente entendible, si eso es lo que quieres yo lo acepto pero no lo tomo, porque yo estoy dispuesta siempre a ser buena amiga y a dar lo mejor de mí, sé lo valiosa que soy y no voy a permitir que se aprovechen de mi otra vez.
Aquella vez que fuiste a la biblioteca y no te agradecí, te sentiste poco valorado, imagínate, siempre te agradezco, ese día no lo hice porque estaba de mal ánimo, tenía estrés y te pusiste demasiado bravo, imagínate como estuve yo siendo desvalorada por casi 3 años :,) imagínate cómo me siento ahora que ni siquiera me invitaron a apoyar, no hicieron ningún énfasis en que querían que fuera pero luego me reclaman por no estar, cuando desde hace rato no he estado porque no se ha querido sacar un momento para mí que no sea el sobrante, volví a estar en lo invisible.
Entiendo que tienes tus problemas y ocupaciones, si tu también logras pensar y darte cuenta, he estado ahí sin protestar a pesar de tus actitudes, es más, ayer también estuve sin protestar porque ambos decidimos tomar distancia y pss eso andaba haciendo, centrada en mis cosas al igual como tu te centras en tus cosas, decidí hablar no más porque me preguntaste de buena forma y listo yo dije está bien, comuniquemos como para informar y no para reclamar y pues ya sabes cómo terminó.
Hoy es un día diferente a todos los anteriores, el orgullo ha ganado entre nosotros o bueno, no sé si decirle orgullo, por mi lado no quiero hablarte por ese hecho, de verdad no quiero, quiero espacio, estoy frustrada y no quiero tener que hablar en este momento, no niego que me haces falta, siempre hablo contigo, obviamente te extraño, pero nuevamente me siento tranquila cuando no estás, no hay estrés, no hay ansiedad, sólo somos Dios y yo luchando por pasar el semestre jajaja, me gusta estar así.
Sólo Dios y yo.
-Vikku
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Cuando el chofer del bondi, nos salva de un secuestro
Ingrid V. es una asidua usuaria del transporte público. Como miles de vecinas del conurbano sur, ella usa el colectivo para ir y venir de su trabajo. Al igual que las demás mujeres, ella sabe que no está segura en la calle pero nunca había sentido el miedo tan palpable como el último viernes en que un chofer del 178, quizás, le haya salvado la vida. Así lo contaba la misma Ingrid V. en su perfil de Facebook “Buenas ahora que puedo, me tomo un tiempito para contarles lo que me sucedió el día viernes (31/3) a la salida del trabajo... Llego a la parada de Bustamante y Madariaga, a la cual voy todos los días a la misma hora: 17:15. Ese día, se encontraba un solo hombre en la parada. Al viajar todos los días, una ya sabe cuál colectivo es el que para y cuál sigue de largo debido a la cantidad de pasajeros que trae. Como todos los días, viene un 178 a las 17:15, el cual -por costumbre- intento pararlo pero venía lleno. Atrás, más o menos 2 cuadras venía el 373 rojo -el que siempre suele parar-. Como el semáforo se pone en rojo, quedan estacionados una camioneta, un auto y el 178. Los que venían en el auto, empiezan a llamarme, a decirme cosas, a hacer juegos de luces y a tocar bocina. Los miro y no eran conocidos. Se pusieron muy insistentes en que me acerque a ellos -lo cual obviamente no hice-. Cuando el semáforo cambia, baja un hombre del auto todo encapuchado y bloquea al señor que estaba en la parada, mientras el que manejaba pone el auto en la vereda casi encima de mí. No tenía para donde correr y es ahí cuando escucho el abrir de las puertas del 178. Me subí al instante. El colectivo estaba lleno, entré a duras penas... Pero el colectivero se había dado cuenta de la situación, de lo que esos hombres tenían pensado hacer. Me preguntó si los conocía. Le dije que no. Me dijo “en que estará pensando el hombre que estaba en la parada que no vio que el hombre del auto bajó a bloquearlo” con intenciones de hacerme algo. Le dije que lo mismo que pensaba yo y que pensé que él no iba a parar porque solemos tomar el colectivo que viene atrás. A lo cual me contestó “si yo no paraba, vos no llegabas a subirte al otro colectivo”. El auto no tenía patente era color gris y modelo viejo. Lamento no poder dar más datos pero es lo único que pude ver. Los que iban en el auto pensaron, al igual que yo, que el chófer no iba a parar. Hoy gracias a Dios lo puedo contar. Chicas tengan mucho cuidado en la calle, hay mucha maldad. No sé qué intenciones tenían, obviamente nada bueno... Mil gracias al chofer que se preocupó por mi todo el viaje, preguntándome cómo estaba y si tenía quien valla a buscarme a la parada cuando llegara, muchas pero muchas gracias” Read the full article
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Carta para mi abuelita:
El día que partiste de esta vida, esa noche que me hablaron para decirme que no podías respirar y que iban a llevar al hospital, tenía la esperanza de llegar y me dijeran que solo fue un susto que estabas bien... pero no fue así! vi a mi mi hermana afuera llorando no me pudo decir nada, corri hacia urgencias vi a mi mamá llorando y fue ahí donde supe que habías partido; no sabes lo mucho que me dolió escuchar eso solo abrace a mi mamá, sabia que tenia que ser fuerte porque tenia que ayudar a arreglar la papelería, fue una noche larga a espera de tu cuerpo, a espera de que te llevarán a donde te velariamos, nunca pensé ayudar a escoger tu ataúd, tu ropa para que te vistieran ese lindo vestido verdoso que te gustaba sabia que ese tenia que llevarte, se dieron las 5 am y apenas ibamos llegando a casa para dormir aunque sea un poco pero no pude... a las 8 empezaba tu velorio, ni idea de lo que me pondría y aun no aceptaba que te habias ido, agarre lo que tenia negro, llegamos mi mamá y yo a donde estabas y no podía creerlo seguía sin aceptarlo se que estabas ahí pero no tenia el valor de irte a ver porque era aceptar que ya no ibas a estar físicamente. Después de un largo tiempo lo hice te vi! te maquillaron como a ti te gustaba, tu vestido preferido y tu cabello hacia atrás esponjado. Tan bella como siempre abuelita.
Pero ahí fue donde ya no pude más ser fuerte, me derrumbe lo entendí que ya no estarías más con nosotras, que la casa iba a estar sola sin ti, que nadie me hablaría para pedirme cosas, que nadie me daría consejos como lo hacías tú, que no iba poder agarrar más tus manos jugar con ellas, que al llegar a casa ya no tendría a quien decirle "ya llegue abuelita", aquien hacerle de comer, y más que nada ya no escucharía nunca más tu voz. Ya no me puedes decir que parezco chachalaca al reírme, aveces yo misma me digo cuando me río así... pero tu voz era mi motor día a día!
Después de tu partida cambiaron muchas cosas aquí, tu ausencia se siente en casa, tu segunda visnieta nació, fanny se mudo, a mi mamá la operaron, y yo empecé mi servicio, me hiciste falta en mi cumpleaños, ya viene navidad y año nuevo y es que la idea de saber que empezamos el año juntas y terminarlo sin ti me llena de lagrimas...
Abuelita no es fácil vivir sin ti, pero se que desde arriba me estas viendo y me sigues cuidando como siempre lo hiciste, no sabes lo mucho que me haces falta, te extraño más que ayer, y aun siento un vacío adentro. Te amo más cada día de mi vida y te seguiré recordando con mucho amor, no prometo dejar de llorar al recordarte pero si prometo que algún día estaremos juntas comiendo fideo y pan de elote 💕
Te amo con todo mi corazón abuelita de mi alma, te mando muchos besos hasta el cielo!
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Capítulo 14
El frío de la mañana se presionaba contra la parte exterior del auto mientras nos dirigíamos a casa, riendo y cantando canciones de Imagine Dragons, hasta que me quedé observando el perfil de Bucky, que se iluminaba por las luces del tablero y contorneaba con los últimos minutos de oscuridad antes de que saliera el sol.
Lo que hicimos en el hotel fue sucio, catártico, emocionante y romántico, todo a la vez. Aunque aún estaba consciente de los problemas que enfrentaba, estaba seguro de algo.
Quería que Bucky fuera mío.
Lo quería conmigo para siempre.
El pensamiento vino con la claridad del frío acero, electrizante y verdadero y ya no fue por algo que sentí solo al momento del sexo, sino algo que sentí sobrio y tranquilo. Amaba a Bucky. Y quería estar unido a él de todas las formas posibles.
Y cuando pensé en eso finalmente entendí lo que Dios trató de decirme durante los últimos meses. ¿Por qué lo sentí como una elección entre Bucky y Dios? Nunca fue así, nunca fue uno o el otro, porque Dios estaba en todas partes. En el sexo, en el celibato, en la parroquia y fuera de ella.
¿Por qué me convencí de que la única forma en que un hombre podía ser útil a Dios era en el clero?
Bucky cantaba el coro de Whatever it takes ahora, un sonido que se levantaba sobre el rugido del auto en la carretera. Cerré los ojos y me dejé llevar por su voz mientras reflexionaba.
¿Es ésta tu voluntad para mí? ¿Estoy cediendo a la lujuria? ¿O me estoy dando cuenta de que este es tu plan para mi vida?
Mantuve mi mente tranquila y me cuerpo todavía más, a la espera de que la culpabilidad apareciera o el vozarrón del cielo me dijera que estaba condenado. Pero no hubo más que silencio. No el silencio vacío que sentí antes de todo esto, como si Dios me hubiera abandonado, sino un silencio pacífico, libre de culpa y vergüenza, la tranquilidad que uno tenía cuando estaba en paz con Dios. Era la sensación que tuve delante del tabernáculo, en el Santuario con Bucky y en el altar cuando finalmente me tomó.
No le dije a Bucky lo que había pensado. En su lugar, me despedí de él con un largo beso y abrazo y fui a prepararme para la misa. Entonces, esa seguridad seguía allí, brillando clara y sin peso en mi pecho, y tomé mi decisión.
Esta misa sería la última misa que dijera.
***
─Si tu mano te hace pecar, córtala; mejor es entrar a la vida mutilado, que tener dos manos e ir al infierno… y si tu ojo te hace caer, sácalo; es mejor para ti entrar al Reino de Dios con un ojo, que tener dos ojos y ser echado al infierno…
Miré a mi congregación de pie delante de mí, en el santuario que se hallaba lleno debido a mí, por los años de trabajo incesante y laboral. Miré hacia el leccionario y continué leyendo la sección del Evangelio de hoy.
─Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo se puede resazonar? Tened sal en vosotros y tened paz los unos con los otros ─Tomé una respiración─. El evangelio del Señor.
─Alabado seas, Señor Jesucristo ─recitó la congregación y luego se sentó. Vi a Bucky en la última fila, ya con su uniforme de trabajo, muy cerca de Steve y Tony. El sol entraba por las ventanas enmarcándolo perfectamente, como si Dios me estuviera recordando mi decisión, de por qué hacía esto.
Me permití mirar un poco más a Bucky entre aquellos brillantes mosaicos de luz, y luego me incliné para besar el texto que acababa de leer, murmurando la oración silenciosa que tenía que orar en este punto y luego otra pidiendo coraje.
Cerré el leccionario suavemente, sacando mi teléfono con mis notas de la homilía. De mala gana escribí el tipo de homilía que se esperaba con esta lectura del Evangelio, sobre la naturaleza de sacrificarnos para evitar el pecado, sobre la importancia de la abnegación y disciplina. Sobre mantenernos santos para la obra del Señor.
La hipocresía me obsesionó mientras escribía cada palabra, la hipocresía y la vergüenza, y mientras miraba las notas ahora, apenas podía recordar la agonía que había pasado, dividido entre dos opciones que eran en última instancia, falsas. El camino a seguir ahora era claro. Todo lo que tenía que hacer era dar el primer paso.
Pasé mi teléfono de manera que la pantalla estuviera hacia abajo y levanté los ojos a las personas que confiaban en mí, que se preocupan por mí, las personas que componían el cuerpo vivo de Cristo.
─Pasé la semana escribiendo una homilía sobre este pasaje. Y luego, esta mañana, decidí tirar todo a la basura ─Hice una pausa. Suspiré─. Hablando en sentido figurado, claro. Ya que está en mi teléfono, e incluso yo no soy lo suficientemente santo para renunciar a mi iPhone.
La gente se rio entre dientes, y el sonido me llenó de coraje.
─Este pasaje ha sido utilizado por muchos clérigos como plataforma para condenación, la declaración definitiva por Jesús de que debemos abandonar todas las tentaciones para que no perdamos nuestra oportunidad de salvación. Y mi vieja homilía no se hallaba muy lejos de esta idea. Que la abnegación y la constante huida de la tentación es el camino al cielo.
Bajé la mirada a mis manos, descansando en la parte superior del atril, en el leccionario frente a mí.
─Pero luego me di cuenta de que el peligro de predicar esto es que posiblemente salieran de este edificio hoy con una imagen de Dios como un pequeño y cerrado Dios. Un Dios tan pequeño y cerrado como esa puerta. Me di cuenta de que podían salir de aquí y creer que, si fallan una vez, si tienen un desliz y actúan como el desordenado e imperfecto humano que son, Dios no los querrá.
La congregación se quedó en silencio. Me encontraba pisando fuera del territorio católico normal aquí y lo sabía, pero no tenía miedo. De hecho, me sentía más en paz de lo que jamás estuve en una homilía.
─El Jesús del Evangelio de Marcos es un dios extraño. Es lacónico, enigmático, inescrutable. Sus enseñanzas son austeras y exigentes. Habla de cosas que consideraríamos milagrosas o locas, hablando en lenguas, manipulando serpientes, bebiendo veneno. Y, sin embargo, también es el mismo Dios que encontramos en Mateo 22, que nos dice que los mandamientos más grandes, las únicas reglas que debemos respetar, son amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
─Así que ¿Jesús tiene razón? ¿Qué rúbrica debemos utilizar cuando enfrentamos desafíos y cambios? ¿Nos centramos en quitar todo el mal, o nos centramos en hacer crecer el amor?
Salí detrás del atril, necesitando moverme mientras hablaba.
─Creo que la respuesta es que seguimos esta llamada de Marcos a vivir rectamente, pero la advertencia es que tenemos que redefinir justicia por nosotros mismos. ¿Qué es una vida justa? Es una vida en la que amas a Dios y amas al prójimo. Jesús nos dice: “no hay mayor amor que el dar tu vida por tus amigos”. Y Jesús nos enseñó el amor cuando sacrificó su propia vida. Por nosotros.
Levanté la mirada y me encontré con los ojos de Bucky, y no pude evitar la pequeña sonrisa que levantó mi boca. Era perfecto, incluso ahora que su frente se hallaba arrugada y se mordía el labio con lo que parecía preocupación.
─Dios es más grande que nuestros pecados. Dios los quiere como son: tropezando, pecadores, confundidos. Todo lo que Él pide de nosotros es amor, por Él, por los demás y por nosotros mismos. Nos pide que sacrifiquemos nuestras vidas, no para vivir como ermitaños, desprovistos de cualquier placer o alegría, sino para darle a Él nuestras vidas, aumentando nuestra alegría y amor.
Me quedé viendo sus rostros elevados, leyendo sus caras, que iban desde pensativas a inspiradas e incluso dudosas.
Eso estaba bien. Iba a modelar este sermón para ellos. Esta tarde, iba a llamar al Obispo y sacrificaría mi propia vida. Renunciaría al clero. Y luego iba a encontrar a Bucky y le diría que quería estar a su lado para siempre, sin ataduras.
Viviría mi vida inundada de amor, como Dios había destinado.
─Esto no será fácil para nosotros los católicos. En cierto modo, es más fácil hacer hincapié en el pecado y la culpa que hacer hincapié en el amor y el perdón, sobre todo el amor y perdón por ustedes mismos. Pero eso es lo que nos han prometido, y por mi parte, no me negaré la promesa de una vida llena de amor de Dios.
Di un paso atrás del atril, exhalando con alivio. Dije lo que tenía que decir.
Y ahora era el momento de dar mi vida.
***
No pude encontrar a Bucky después de la misa, pero eso estaba bien. Quería llamar al Obispo de inmediato, mientras estaba seguro. Quería seguir adelante, quería continuar con mi vida, y quería hacerlo ahora mismo.
No fue hasta que en realidad marqué el número del Obispo que el miedo apareció en mí.
Estaría dejando la congregación tambaleándose, necesitarían sacerdotes visitantes hasta que pudieran encontrar uno definitivo. No haría más trabajo en paneles y convenciones, de cruzada contra los abusos en el clero. No más grupos de jóvenes y grupos de hombres, no más desayunos benéficos.
¿Me encontraba realmente dispuesto a dejar todo eso por una vida con Bucky?
Y por primera vez, la respuesta fue un definitivo sí. Porque realmente no estaría renunciando a eso. Estaría encontrando nuevas maneras de servir sin ser Sacerdote. Haría la obra de Dios en otras formas y otros lugares.
El Obispo no respondió, todavía era temprano, y él podría estar entretenido con su congregación después de la misa. Parte de mí sabía que debía esperar, debía hablar con él personalmente en vez de dejarle un mensaje, pero no podía ni quería esperar. Al menos quería dejar iniciado el proceso antes de ir a hablar con Bucky. Quería ir a él como un hombre libre, capaz de ofrecer mi corazón por completo y sin reservas.
Tan pronto oí el tono de mensaje, empecé a hablar. Traté de mantener mi mensaje breve y directo, porque era imposible explicar todo claramente sin ahondar en mis pecados y votos rotos, y eso por lo menos, prefería hablarlo en persona.
Después de dejar mi renuncia de treinta segundos, colgué y me quedé mirando la pared de mi habitación por un minuto. Lo hice. Realmente sucedió.
Dejé de ser un Sacerdote.
***
Comencé a caminar con nerviosismo a casa de Bucky. ¿Qué iba a decir? ¿Cómo podría decírselo? Sabía que me amaba, que quería un futuro conmigo, pero ¿qué si me movía demasiado rápido? ¿Y si en vez de alegrarse se asustaba?
Tomé una respiración profunda y pensé que eso debían sentir los hombres cuando se preparaban para pedir matrimonio. Era solo que yo nunca pensé que algo así estaría en mi futuro, al menos no durante los últimos años, por lo que ni siquiera consideré cómo iba a hacerlo o qué diría.
Por favor, que elija quedarse conmigo, oré. Por favor, por favor.
Y entonces negué con la cabeza y sonreí. Este era el hombre con el que estuve la noche anterior, en la cama, con Dios a nuestro alrededor. Este era el hombre que fue mi propia comunión personal en el altar de la iglesia. El hombre que Dios hizo para mí… ¿por qué tenía dudas? Me amaba y yo lo amaba, y por supuesto aceptaría un futuro conmigo.
Me di cuenta demasiado tarde de que todavía llevaba mi alzacuello, algo a lo que ya oficialmente (más o menos) había renunciado, pero ya estaba a medio camino a través del parque y no quería volver atrás por nada. En realidad, la ironía me hizo sonreír un poco. Un sacerdote que acude a entregarse a otro hombre con su collar. Sonaba como una mala broma.
Bucky pensaría que era divertido también, me podía imaginar su risa y sus hoyuelos, sus ojos azules brillantes. Mierda, Bucky era tan atractivo… sobre todo cuando reía. Se reía de la manera en que siempre pensé que los príncipes reían cuando era niño: cálidamente, despreocupadamente.
Abrí la puerta de su jardín, con mi estómago moviéndose nerviosamente hacia los lados, mis mejillas adoloridas de sonreír tanto. Caminé a través de las plantas, subí el porche, recitando palabras que quizá le diría más tarde.
Has cautivado mi corazón. Has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos…
La puerta no se encontraba cerrada con llave, y di un paso dentro de su casa, oliendo su perfume, pero sin verlo en la cocina o sala. Debía estar en su habitación, aunque también había la posibilidad de que se hubiera ido al trabajo.
Esperaba que no, esperaba que tuviera tiempo para dejarme quitarle el uniforme, para dejarme exponer centímetros y centímetros de su piel mientras me murmuraba una y otra vez que quería un futuro conmigo. Quería que pateara mi ropa lejos de mis pies mientras me tomaba en sus brazos y finalmente me hacía el amor, como dos hombres libres.
Tomé una respiración profunda cuando doblé la esquina del pasillo, a punto de anunciar mi presencia, y luego algo me hizo congelar ─el instinto o tal vez, Dios mismo─. Fuera lo que fuera dudé, mi aliento atrapado en mi garganta, y ahí fue cuando lo escuché.
Era su voz. Hablaba por teléfono.
─No es necesario que vengas y armes un escándalo. Ya te dije que el tipo no me importa en lo absoluto. Dime dónde puedo verte y ahí estaré.
Mi corazón se aceleró, sin saber cómo interpretar esas palabras.
─Ya te lo dije. Helmut Zemo fue solo un juego. Si me dejas explicarte podrás entender todo ─Hubo silencio por un largo minuto─. No te preocupes, te veré ahí a esa hora y haré que te olvides de toda esta mierda.
Salí de su casa sin mirar atrás, sin querer detenerme, aunque no fue necesario porque ni siquiera reparó en mi presencia. No recuerdo cómo llegué a casa, si fui ruidoso cuando salí de la suya, si alguien más notó mi presencia, si mi alma en realidad sangraba fuera de mi pecho o si solo me sentía de esa manera.
Lo que si recordaba era que empezó a llover de nuevo, y solo fui capaz de recordar esto porque estaba húmedo y frío cuando volví en mí, de pie, aturdido en mi tenue cocina.
Debería haber estado furioso en ese momento. Debería haber estado devastado. He leído novelas, he visto películas, y este es el momento en el que la cámara podría acercarse a mi expresión torturada, donde un montaje de dos minutos habría representado los meses de angustia. Pero no sentí nada. Absolutamente nada, excepto humedad y frío.
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MI SECRETO NO TAN SECRETO (2 PARTE)
Gar y Rachel se pusieron manos a la obra y entraron a una base de datos para buscar la identidad de la chica misteriosa no encontraron nada ni en la base de datos del FBI ni de otra base de datos de gobierno ya se están rindiendo cuándo Rachel dijo
Rachel: busquemos en la base de datos civil
Garf : está segura
Rachel: es nuestra única oportunidad
Y así le hicieron buscaron rasgos faciales de la chica en la base datos y sorpresa estaba ai un archivo completo de esa chica misteriosa y decía así
nombre:persephone Jackson
Edad:17
Trabajo: enseña griego antiguo y es maestra de mitología
Antecedentes: fue acusado de terrorismo pero no se mostró ninguna prueba en su contra en su por destruir el arco Gateway caso secuestro a la edad de 12 años hasta hoy el caso está cerrado fue acusado de terrorismo pero no se mostró ninguna prueba en su contra en su por destruir el arco Gateway caso secuestro a la edad de 12 años hasta hoy el caso está cerrado
Rachel y Garf es es todo lo que pudieron encontrar de información acerca de esta chica empezar a sospechar dick es muy inteligente cómo para relacionarse con criminales pero en el archivo dice qué no encontraron pruebas así que pensaron en investigar más encontraron cosas de su vida por ejemplo qué tiene un padrastro y una hermana entre otras cosas iban a investigar más a fondo lo raro de sus archivos es que hay como punto en blanco algo no concordaba pero cuando hiban a investigar mas es cuándo detrás de ellos se escuchó una puerta abrirse
Dick: chicos han visto mi telé- se cortó cuando se dió cuenta de lo que estaban asiendo
Rachel: no es lo que parece
Dick: tienen 5 minutos para decirme que está pasando - dijo enojado el-
Garf : ella me obligó
Rachel: claro que no
Rachel: solo estamos preocupados por ti
Dick: por qué porque estaban preocupados por mí - confundido
Fraser empezó explicar que había notado el comportamiento extraño de él desde que andaba en las nubes hasta que veía su teléfono con la cara enamorado y que ella empezó a sospechar que estaba con alguien pero tenía miedo de que ese alguien fuera malo así que idearon un plan para quitar el cel de él y encontraron la foto de esa chica solo querían comprobar sí era buena persona
Díck: bueno no sé si enojarme con ustedes o reírme al respecto -dijo divertido
garf: entonces quién es esa chica- pregunto curioso
Dick: su nombre es persephone y llevamos dos años y medio de ser novios así que no se preocupen no es una criminal ni nada por el estilo
Rachel: entonces por qué no hablaste de ella porque no la hemos conocido
Dick: en realidad yo decidí mantener nuestra relación en secreto porque sabía que estas cosas iban a pasar
Rachel: lo siento dick
Garf:yo igual lo siento
No podía enojarse sabía que ellos estaban preocupados por su seguridad así que se le ocurrió una idea qué tal vez se iba a arrepentir en un futuro
Dick: tengo una idea para que la próxima vez no estén haciendo este tipo de cosas
Así que dick agarro su teléfono de las manos de Rachel y marcó a un número cuándo entró la llamada la puso en altavoz
??: Hola Dick cambiaste de opinión acerca de lo que hablamos
Dick: hey percy tengo que decirte algo parece que nos descubrieron
Percy : espera que - dijo sorprendía
La sala se quedó en silencio por un momento hasta que escucharon una carcajada saliendo del teléfono
Percy: no es por burlarme de ti Dick pero te lo dije riendo
Percy: me debes $5
Rachel: espera apostaron para saber quién de nosotros iba a descubrirlos - dijo impactada
Dick: sí bueno ella sospechaba yo no tanto pensé que era muy discreto
Percy: en serio dick pensé que habías aprendido algo de Bruce
Dick: bueno es tu culpa por ser tan hermosa
En eso Rachel hace una tos falsa para interrumpir ese momento romántico
Percy::bueno porque no los invitamos a nuestra casa y platicamos de esto
Dick: está bien te veo allá - colgó
En el departamento de Dick y percy
Ya estando en la puerta del departamento dick toca la puerta no pasan ni 5 minutos cuándo abren la puerta y se presenta una mujer muy hermosa de cabello negro y ojos azules
Rachel estaba impactada la mujer era más hermosa en persona que en las fotos no pensó que tuviera este secreto tan oculto porque siempre se veía muy reservado al respecto de su vida privada pero nunca conocí la fase de este hombre que conocía como un padre y tutor
Percy : creo que debo presentarme un gusto Soy perséfone pero todo el mundo me llama Percy y soy la novia de de este hombre que está parado enfrente de mí - dijo riendo
Dick se sonrojo rápidamente
Dick: enserio percy
Percy: saben nunca lo he visto tan avergonzado en toda su vida hasta ahora
Todos rieron desde ese momento sólo dos Titanes han conocido la identidad de Percy hasta una semana después todos los titanes incluyendo a kory conocieron a la dueña del corazón de Dick Grayson
el final es un hecho pero voy a seguir subiendo más contenido como este mañana subiré un bárbara vs percy
#batfamily#percy jackson#dc comics#jason todd#richard grayson#fem percy#dick grayson x female!reader#Dick grayson x fem percy
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Clases de Seducción, parte 17: Nuevas Clases
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15, Parte 16
Rubén se quedó de pie frente a la casa de Sebastian por varios segundos, sin saber qué hacer, o cómo sentirse.
El pecho le dolía, como si tuviera tantas emociones contenidas en su corazón que no sabía cómo definirlas, y mucho menos cómo expresarlas para dejarlas salir. Estaban ahí, acumulándose dentro suyo, doliéndole tanto que no sabía qué hacer.
Comenzó a caminar hacia su casa, y se sintió débil, como si el tener tantas emociones dentro suyo le hubiese consumido toda la energía de su cuerpo.
Le costó encajar la llave en la cerradura de la puerta de entrada, producto del temblor leve que tenía en sus manos.
Saludó a su hermano, que veía TV sentado en el sillón, y pasó directo a la cocina a servirse un vaso de jugo, de esos que son más azúcar que sabor a fruta, y comenzó a sentirse levemente mejor.
—¿Y tú?, ¿acaso viste un fantasma? —le preguntó su hermano desde el living.
—No —respondió Rubén, soltando una risita nerviosa—, es que tengo hambre. ¿Y el papá? —preguntó, para cambiar de tema, intentando sonar casual.
—Llamó hace un rato, recién venía saliendo del taller —respondió Darío, poniéndose de pie y dirigiéndose a la cocina a ver directamente a su hermano—. ¿Para dónde te fuiste? —le preguntó, con tono intrusivo.
—Fuimos con mis compañeros a un pub —respondió Rubén, avergonzado.
—¡Bueena hermanito! —Darío se rió con orgullo—. ¿Y cómo te dejaron entrar si eres menor de edad?
—Pedía bebidas nomas —respondió sucintamente, sin mencionar la parte en que le cambiaba la bebida a Rafael por su bebida alcohólica.
—A mi no me engañas enano. Estuviste tomando —Darío se apoyó de brazos cruzados en el marco de la puerta, sonriendo con curiosidad.
—Puede que haya tomado un poco —aceptó finalmente Rubén, logrando que Darío soltara una risotada.
—Estás aprendiendo enano, estoy orgulloso —se acercó y le dio un coscorrón a Rubén en el cabello—. Mañana me voy a Santiago a cerrar el semestre, pero cuando vuelva te voy a contar todo lo que tienes que saber de la universidad y cómo triunfar en popularidad.
—Gracias, Darío —dijo con sarcasmo Rubén. A pesar de que sabía que su hermano lo haría de buena voluntad, no creía que fuera a servirle de mucha ayuda, porque tenía cierta resistencia a involucrarse en situaciones sociales de carrete y esas cosas.
Al rato llegó el padre de los muchachos y tomaron té los tres juntos, mientras Rubén les contaba los pormenores de su postulación a las universidades.
—¿Y por qué preferiste postular primero acá y no en alguna universidad en Santiago? —quiso saber su padre.
—Porque así te significo menos gastos —respondió Rubén—, y así no te quedas solo.
El padre de Rubén sonrió agradecido, y le dio una palmadita en el hombro.
Rubén amaba a su padre más que a nada en el mundo, pero no por eso pretendía quedarse para siempre viviendo con él. Lo que le preocupaba en ese momento con respecto a su padre, era que sentía que aún no superaba la muerte de su esposa, y si él se iba, no le gustaba la idea de que de repente quedara completamente solo.
Después de comer, Rubén se fue a acostar de inmediato, cansado emocionalmente por los últimos momentos en que estuvo con Sebastian. Sus últimas palabras dieron unnumerables vueltas en su cabeza, hasta que por fin se quedó dormido.
A la mañana siguiente, cuando Rubén se levantó a desayunar, Darío se despidió de él ya que iba saliendo rumbo al aeropuerto.
—Cuídate, enano —le dijo Darío, dándole un abrazo y dándole fuertes palmadas en la espalda—, nos vemos a fin de mes.
—Cuídate también, Darío —Rubén apenas pudo articular las palabras por los golpes en la espalda.
—Ojalá para cuando vuelva ya tengas polola —le dijo a modo de broma, aunque Rubén se sintió incómodo.
Su padre fue a dejar a Darío al aeropuerto, mientras Rubén se quedó desayunando a solas. Luego se duchó y se alistó para salir rumbo hacia el cementerio a visitar la tumba de su madre.
Cuando llegó al lugar, notó que sobre la placa de mármol que indicaba el nombre de su madre, había una fotografía con una enmarcación dorada. Rubén se arrodilló delante de la placa, tomó la imagen en sus manos y la observó emocionado.
En la fotografía aparecía él junto a su hermano y su madre, en el Parque Croata cuando eran pequeños. Calculó que él tenía unos cuatro años, mientras que su hermano debía haber tenido siete. Los tres estaban sentados en el pasto, la madre le acariciaba el cabello a Darío, mientras éste abrazaba por el cuello con ganas a Rubén, que estaba sentado al medio, y se veía incómodo por el abrazo de su hermano, pero sonreía feliz. El cabello negro de su madre caía en ondas hasta sus hombros, y ella sonreía plácidamente, como si disfrutara plenamente el momento. A pesar de que no se veía en la fotografía, Rubén sabía que su padre era quien estaba detrás de la cámara.
Una lágrima cayó por el rostro de Ruben al recordar con nostalgia cuando estaba la familia completa unida. Viva.
Notó que Darío había puesto un nuevo ramo de claveles en el florero, y que había cambiado el agua. De todas maneras, tomó un pañuelo de su mochila y limpió la placa de la tierra que pudo haber caído durante la noche.
—Ayer vino el Darío y trajo esta foto —comenzó a decir Rubén, dirigiéndose a su madre—. Había olvidado que la teníamos. Te ves hermosa. Siempre lo fuiste —las lágrimas cayendo por su rostro desencadenaron en un llanto completo—. Desearía haberme dado cuenta, mamá, haberte ayudado a buscar ayuda, aunque a esa edad dudo haber podido hacer algo. Te extraño tanto —dijo después de un largo suspiro para calmar el llanto—. Te necesito tanto.
Rubén se quedó en silencio por unos segundos, escuchando el viento soplar con suavidad.
—Perdón por no haber venido hace tanto tiempo —continuó, más calmado—. Han pasado muchas cosas desde la última vez que vine a verte. Lo más importante, ayer postulé a la universidad; la próxima semana me avisarán en qué universidad quedaré para matricularme. Postulé a Ingeniería Civil en Minas, en la UCN; creo que es una buena carrera, no sé si qué tan bien me vaya, así que estoy un poco nervioso por eso, pero mi papá me dice que haga lo que haga me irá bien, porque soy muy inteligente, pero es mi papá y obviamente va a decirme eso porque me quiere —soltó una risita al recordar lo bueno que era su padre siempre con él—. En la PSU me fue bien, no saqué un puntaje extraordinario, pero creo que me alcanzará para entrar a mi primera opción. Al Seba le fue pésimo, eso sí —agregó con cierta tristeza—, no sé por qué le fue tan mal, considerando que estudiamos mucho antes de la prueba. Ahora su papá lo obligará a hacer el servicio, para castigarlo por no haber tenido buenas notas en el liceo. Es un mal padre, ¿cierto?, un pésimo padre —Rubén sintió que estaba comenzando a sentir la ira en su interior—. Si estás de acuerdo conmigo, haz que los pajaritos canten —agregó a modo de broma, para calmar sus emociones negativas.
En ese momento Rubén se quedó en silencio y escuchó a las aves cantar. Sonrió, por la respuesta a su pregunta, pero sabiendo que hizo trampa, porque los pájaros cantaban todo el tiempo en ese lugar.
—A propósito del Seba, ¿te acuerdas que la última vez que vine te dije que estaba confundido? —se quedó en silencio unos segundos, como esperando una respuesta—. Bueno, después de eso, con el Seba comenzamos a desarrollar una especie de… ¿cercanía? —no sabía cómo definir exactamente lo que había tenido con Sebastian durante ese tiempo—. No fue una relación amorosa, creo. Nos dábamos besos —se sonrojó al decirlo—, nos acostábamos abrazados cuando nos tomábamos un descansito del estudio. Era algo lindo —recordó—, y me ilusioné mucho, hasta que el Seba lo cortó de raíz. Se asustó.
Rubén recordó con tristeza la vez que Sebastian le había dicho que no podían ser más que amigos, aquella tarde cuando iban caminando por la línea del tren de vuelta a sus casas, y lo mucho que le habían dolido sus palabras. A pesar de que después su amigo le aclaró por qué lo había hecho, el dolor que había sentido no se lo podía quitar.
—Después de eso, comencé a conocer a un chico, del liceo —continuó, volviendo a sonreir—. Es súper seguro de sí mismo, pero no en una forma arrogante, sino que sabe quién es, y no le da miedo asumirlo. Eso me gusta de él. Me gusta él, y él dice que yo también le gusto —se ruborizó—, así que quizás en mi próxima visita esté pololeando —bromeó.
Pensó por unos segundos en si hablar sobre lo que había pasado en el paseo de curso, pero al final decidió no hacerlo. Sintió que eran cosas muy fuertes como para contárselo, aunque pensaba que su madre lo observaba en todo momento desde arriba.
—Las últimas semanas han sido difíciles —admitió—. No te diré por qué, aunque supongo que deberías saberlo ya, prefiero pensar que así es. Desearía que estuvieras acá, aunque si estuvieras, tampoco creo que te lo contaría, pero con abrazarte sería suficiente. Lo que sí te contaría sería todo lo demás, lo del Seba, lo del Felipe (así se llama el niño del liceo) —agregó, sonriendo—; o al menos eso creo. Me gustaría poder hablar de estas cosas con mi papá, pero me da miedo contarle que soy gay; al Darío dudo que le cuente, capaz que me atropelle con el Aska del papá —bromeó.
Rubén se quedó en silencio unos segundos al ver pasar una familia con cuatro niños pequeños que caminaban haciendo mucho ruido. A pesar del bullicio, Rubén sonrió. Al menos se veían felices.
—¡Se me olvidaba contarte de nuestra navidad! —exclamó de repente Rubén, después de que la familia había desaparecido de su campo visual—. Estuvo bonita, tranquila. Fue sencilla, sin regalos. Solo los tres juntos, como siempre —continuó—. Después de cenar me senté en el sillón, mirando el arbolito, y por un momento pensé que podías entrar por la puerta, como si vinieras atrasada por el tráfico o algo así —recordó Rubén, melancólico. Se quedó unos segundos en silencio, apreciando el sonido del viento y el cantar de las aves—. Bueno, en un par de semanas volveré para contarte dónde estudiaré finalmente —dijo, a modo de despedida—. Nos vemos entonces, a pesar de que sé que estás siempre conmigo. Te amo.
Rubén besó sus dedos índice, medio y anular de su mano izquierda, y luego los apoyó sobre la placa de mármol donde salía el nombre de su madre. Se puso de pie, y comenzó a caminar hacia la salida del cementerio, con una sonrisa en el rostro.
Siempre que iba a visitar a su madre se sentía aliviado de alguna forma, como si efectivamente ella lo escuchaba y lo aconsejara.
Tomó la micro con dirección al centro de la ciudad para encontrarse con Catalina, con quien había acordado juntarse para almorzar.
—¡No puedo creer que haya hecho eso! —exclamó Catalina tapándose la boca, después de que Rubén le contara sobre lo que había ocurrido en el paseo a Iquique—. ¿te rompió algún diente?, ¿te fracturó la mandíbula?, ¿algo? Rube, tienes que denunciarlo, esto no puede quedar así.
Rubén negó con la cabeza, mientras bebía un sorbo de bebida. La pareja de amigos estaba sentada almorzando en la terraza de un local de pollos en el centro de la ciudad.
—¿Y con qué plata quieres que lo denuncie? —le preguntó Rubén, riendo—, me quedó dolorido por un día, pero ya no me duele. Aparte después quedó humillado.
—Pero Rubén, en serio, es muy feo lo que hizo —Catalina estaba muy enojada.
—Ya pasó —la tranquilizó—. Lo importante es que no lo voy a volver a ver.
Rubén en verdad no tenía ganas de seguir ahondando en el tema de Marcelo. A pesar de que intentaba bajarle el perfil, realmente no le gustaba hablar de él porque le recordaba todo el miedo que lo hizo sentir.
—Bueno, si tú lo dices —aceptó a regañadientes Catalina, dando un suspiro—. Entonces hablemos ahora de por qué te metiste con el Seba —lo miró con reprobación—. Pensé que estabas de maravillas con Felipe, y que el Seba te había dicho prácticamente que no estaba ni ahí contigo.
—Si, bueno, mira —Rubén intentó ordenar las ideas en su cabeza—. Con el Felipe nunca formalizamos nada, de hecho, antes de irme de viaje, solo nos vimos una vez, y ni siquiera nos besamos ni nada. Y bueno, con el Seba esa noche estábamos borrachos, y los dos sentimos que queríamos hacerlo —Rubén se sonrojó.
—¿Entonces ahora estás con el Seba?
—No, tampoco. Al día siguiente hablamos. Se me declaró —Rubén recordó cuando estaba con Sebastian en la sala de clases de la escuela de Humberstone, y sonrió—, y le dije que estaba conociendo al Felipe, y que por eso no podía aceptar estar con él.
Catalina sonrió al escuchar las últimas palabras de Rubén.
—¿Entonces ahora estás con Felipe? —se alegró mucho su amiga.
—Si, algo —se rió Rubén, tímido—. Algo me dice que prefieres que esté con Felipe.
Catalina rió.
—Es que Rubén, hacen muy linda pareja. Yo los veía esa vez que fueron al cine y se veían muy lindos juntos —Rubén se ruborizó—. Aparte me cargó eso que te hizo tu amigo el Seba, de decirte que quería tener sexo con una de tus compañeras en la fiesta de gala, ¿y ahora sale con que le gustas? Muy chueco tu amiguito.
—Bueno, él me explicó que todo lo que hizo, lo hizo por miedo, y de hecho estaba súper arrepentido, y ni siquiera insistió en que dejara al Felipe, como que ya tenía asumido que me había perdido. —Rubén recordó las últimas veces que había hablado con Sebastián, y le dio pena darse cuenta que últimamente estaba apagado, que ya no era el mismo.
—¿Qué pasó? —le preguntó Catalina, dándose cuenta del cambio de expresión de Rubén.
—Nada —respondió Rubén, sin saber si contarle realmente lo que estaba pensando o no. Finalmente decidió hacerlo—. Lo que pasa, es que el Seba ha estado muy distinto desde entonces, como apagado. Antes era súper alegre, pero ya no.
—¿Y piensas que está así porque lo rechazaste?
—No, no sé. El Seba va a hacer el servicio este año, por obligación de su viejo —le contó, para contextualizar—, y ayer me acompañó a postular en la UCN, y después nos encontramos con otros compañeros en un pub. Se le anduvieron pasando los tragos, y al final lo noté muy triste —se tomó unos segundos para ordenar sus ideas en la cabeza—. Cuando nos fuimos, nos quedamos un rato afuera de su casa, y se quedó mucho rato mirándome, sin decir nada. Pensé que me iba a besar, pero al final me abrazó nomas y me dijo “te amo” —Rubén bajó la voz al decir las últimas dos palabras, como si le diera vergüenza que alguien sintiera eso por él.
—¿Y le dijiste algo tu?, ¿lo habrías dejado que te besara? —preguntó ella, sorprendida.
—No —respondió rápidamente Rubén—. No sé —contestó después de pensarlo mejor, mirando fijamente la mesa.
—Rubén —le dijo Catalina, estirando su mano sobre la mesa para tomar la de su amigo—, creo que es momento de que decidas con quién quieres estar realmente.
—Pero si yo quiero estar con el Felipe —le dijo mirándola a los ojos.
—¿Y qué sentiste cuando el Seba te dijo que te amaba?
—Nada —mintió—. Creo que es bonito que te lo diga alguien por primera vez —supuso, en realidad, Sebastian era el único que se lo había dicho, aparte de sus padres, y efectivamente cuando se lo dijo por primera vez, su corazón se derritió—, pero yo ya sé que el Seba me ama, y yo lo amo a él. Somos como hermanos.
Rubén notó que Catalina sonrió levemente, exhalando por la nariz.
—Mi último pololo me decía que me amaba todo el tiempo, y cada vez que lo hacía me emocionaba, me sentía como la niña más feliz del mundo —recordó Catalina, insinuándole a Rubén que sabía que mentía.
Y ella tenía razón. Rubén se estremeció de la misma manera que cuando Sebastian le dijo que lo amaba por primera vez, a pesar de creer sentirse en un momento de madurez personal mayor.
Le dio muchas vueltas en su cabeza a ese pensamiento: el decir “te amo”, o que te lo digan, en realidad. Él realmente sentía que eran palabras muy importantes, pero no quería malinterpretar las palabras de su amigo, sobretodo porque las había dicho en un estado vulnerable emocionalmente.
—¿Tu último pololo? —le preguntó Rubén, después de varios segundos, dándose cuenta de las palabras utilizadas por Catalina, y se sintió aún más inexperto—, ¿cuántos has tenido?
—Dos —respondió ella con soltura.
—¿Y de cuándo? —quiso saber Rubén, y aprovechó la oportunidad de cambiar el foco de la conversación.
—El primero cuando entré al liceo, y el segundo el año pasado. Antepasado, en tercero —se corrigió—. No es la gran cosa, Rubén —repuso, notando en el rostro de Rubén que había expresado su decepción consigo mismo al no haber experimentado el pololeo como un adolescente normal—. Cada uno a su tiempo.
Los dos siguieron conversando por varios minutos más, hasta que consideraron que era suficiente tiempo de sobremesa, pagaron la cuenta y salieron a caminar.
Rubén aprovechó la caminata para contarle a su amiga todo lo relacionado a Felipe, lo que había pasado en año nuevo, cuando fueron al balneario, y la promesa de recibir clases de defensa personal de su parte, lo que le provocó mucha alegría a Catalina.
Cuando Rubén se despidió de Catalina y tomó la micro, se fue pensando en todo lo que habían conversado, y en lo mucho que necesitaba conversar con Sebastian y aclarar realmente lo que sentía.
Coincidentemente, cuando se bajó de la micro, Sebastian iba de vuelta a su casa desde el almacén, cargando una bolsa con el pan para la once. Al notar que Rubén lo miraba, Sebastian sonrió de inmediato y le hizo una seña, mientras se quedó de pie esperándolo.
Rubén caminó hacia él con una sonrisa y le dio un abrazo al llegar a su lado.
—¿De dónde vienes? —le preguntó Sebastian, a la vez que volvía a caminar rumbo a su casa.
—Salí con la Cata —respondió sucintamente Rubén.
—¿Tu amiga de la PSU?, ¿la rubia linda?
—Si, ella —respondió Rubén, un tanto incomodado por la forma en que se refirió a Catalina.
—Buena. Todavía no me la presentas —comentó Sebastian.
—¿Te gusta acaso? —le preguntó con ironía.
—No la conozco, así que no me puede gustar —respondió Sebastian, buscando la mirada de Rubén—. De hecho deberías presentarla. Tengo que evaluar si es digna de tu preciosa amistad —bromeó.
Rubén notó ciertos rastros de la antigua confianza de Sebastian.
—Cuando tú me digas. Necesito saber cuál es tu veredicto —le siguió el juego a su amigo—. ¿Quieres venir a jugar FIFA? —le ofreció, cambiando el tema.
Sebastian se tomó un par de segundos para responder una pregunta que hace unos meses habría recibido un “sí” instantáneo.
—Ya po —respondió finalmente—. Déjame pasar a mi casa a dejar el pan, y de ahí me voy a la tuya. Prende el play por mientras.
Rubén asintió con una sonrisa, y se dirigió a su casa contento por el panorama que le esperaba junto a su amigo.
Al cabo de unos minutos llegó Sebastian a su casa, y se encerraron en la habitación de Rubén a jugar con la consola el videojuego que Sebastian le había regalado para navidad.
Disfrutaron el final de la tarde jugando y riendo como cada vez que lo hacían, como los viejos tiempos. Cuando se tomaron un descanso para preparar la once, Rubén aprovechó que aún no llegaba su padre a la casa para preguntarle a Sebastian sobre la noche anterior, sabiendo que era ahora o nunca.
—¿Seba? —Rubén intentó sonar casual, pero no lo logró.
Sebastian se aclaró la garganta, y levantó las cejas para indicarle a Rubén que lo escuchaba, mientras pinchaba unas vienesas en el sartén.
—Lo que dijiste ayer, ¿lo decías en serio? —a Rubén le tembló levemente la voz al terminar la pregunta.
Sebastian se quedó mirando el sartén por un par de segundos, antes de mirar a los ojos a Rubén con su mejor sonrisa.
—¿Qué cosa?, no me acuerdo —Rubén sintió que se estaba haciendo el tonto.
—Eso de que quizás en el Servicio ibas a encontrar a alguien que te haga olvidarme.
—Ah, eso —se rió, y Rubén notó cierto alivio—. Era una broma, Rube —dijo, bajándole el perfil.
—¿Y cuando me dijiste que me amabas? —preguntó nuevamente Rubén, pero lo hizo tan rápido que temió haber sonado desesperado.
Sebastian se sonrojó levemente, y Rubén notó su nerviosismo, pero rápidamente se recompuso.
—Pero Rube, tu sabes que te amo. Si somos hermanos —respondió Sebastian, sonriendo con sus labios, pero no con su mirada.
—Si sé, pero…
—Sé que te dije en algún momento que me gustabas, pero creo que me confundí, o algo —argumentó Sebastian—. Ten por seguro que yo te amo, pero no así.
Rubén no sabía cómo sentirse. Tenía una mezcla de emociones tan amplia que no sabía cuál era la que predominaba.
—Bueno —aceptó finalmente Rubén, con una sonrisa, tan genuina como la de su amigo.
—Aparte, no podría vivir conmigo mismo sabiendo que arruiné tu oportunidad de estar con Felipe. Porque de haber tenido que elegir, me habrías elegido a mí porque soy un partidazo irresistible —bromeó, con una arrogancia muy forzada, incluso para él.
—Me alegra ver que está de regreso el viejo Seba —comentó Rubén, con sutil ironía.
Rubén por una parte sintió pena por su amigo, al ver que estaba negando sus sentimientos hacia él. No por un ego propio, o porque quisiera que Sebastian lo amara de forma romántica, sino porque pensaba que estaba negando su propia identidad, sus verdaderos sentimientos.
Por otra parte, también sentía cierto alivio. Él quería darse una oportunidad de estar con Felipe, y quizás no habría podido hacerlo realmente con el “te amo” de Sebastian rondando su cabeza aún. Pero ahora podía por fin pasar la página.
Justo en ese momento llegó el padre de Rubén a la casa y saludó a los muchachos.
Tomaron té los tres juntos, y al cabo de una hora, cuando terminaron, Sebastian se fue a su casa.
Antes de acostarse a dormir, Rubén inició sesión en MSN y le habló a Felipe.
—¿Mañana? —le dijo, sin siquiera decir “hola” primero.
—A las tres —respondió Felipe, después de varios minutos. Una sonrisa se dibujó automáticamente en el rostro de Rubén al leer el mensaje.
Continuaron conversando por esa vía hasta pasada la medianoche, cuando ambos sintieron que era hora de ir a dormir.
—¿Vamos a acostarnos? —le preguntó Felipe, indicando que tenía sueño, pero Rubén lo interpretó de inmediato como una propuesta con doble intención.
—¿Juntos? —respondió, con una carita avergonzada.
—Sólo si tú quieres —Felipe envió el mismo emoticón, seguido de un “xd”.
Finalmente, Rubén se durmió con una sonrisa en su rostro, ansioso por los planes acordados para el día siguiente.
Rubén se despertó tarde y evaluó si valía la pena desayunar o preparar el almuerzo.
Finalmente decidió desayunar algo abundante, esperando que la comida le sirviera de combustible para superar la clase de defensa personal de Felipe.
Cuando ya eran las dos de la tarde se duchó y buscó la ropa adecuada para ir a la casa de Roberto. Nada le parecía lo suficientemente casual y deportivo. Se sentía disfrazado, porque, siendo honesto, Rubén nunca se había vestido para una tarde de entrenamiento.
Finalmente se puso una vieja polera y un short de baño, y esperó que no fuera incómodo, ya que no tenía otros shorts deportivos, y sentía mucho calor como para usar buzos.
Cuando llegó a la casa de Roberto, Felipe le abrió la puerta y lo recibió con una sonrisa.
—Te ves bien bien, Rubén —le dijo Felipe, que usaba una musculosa celeste y un short blanco. Usaba su gorra roja con la visera hacia atrás.
—Tú también —respondió Rubén, sonrojado por el cumplido, y apreciando los brazos desnudos de Felipe.
Felipe lo hizo pasar y le ofreció algo para comer o beber, pero Rubén solo pidió agua.
Rubén se sentó en el sillón del living mientras Felipe iba a la cocina a buscar un vaso de agua. Al cabo de unos segundos, Felipe volvió a la sala de estar y se sentó junto a Rubén.
Le entregó el vaso con agua, y lo miró mientras bebía. Rubén notó que no sonreía, pero su mirada le expresaba mucha alegría.
—¿Estás solo? —le preguntó Rubén, un tanto nervioso por la posibilidad de que hubiera alguien más que lo pudiera ver hacer el ridículo mientras entrenaba.
—Si, el Roberto salió con el Marco, y sus papás están trabajando —respondió Felipe—¿Almorzaste? —le preguntó, cambiando de tema.
—Si —mintió Rubén.
—¿Hace mucho?
—Como a la una y media —mintió nuevamente, aunque no estaba seguro a qué venían todas esas preguntas—, ¿por qué?
—Porque no podemos entrenar si comiste hace poco, pero está bien la hora —explicó Felipe—. Cuando tú me digas.
—Vamos —dijo Rubén cuando terminó de tomar agua, y de inmediato ambos se pusieron de pie.
Felipe lo guió hacia el patio donde tenía todo organizado para una tarde de entrenamiento: un par de colchonetas, mancuernas y un saco de boxeo.
En primer lugar, Felipe le indicó cómo hacer estiramientos antes de empezar con el entrenamiento, y Rubén se sintió tonto haciéndolo, al igual como se sentía en cualquier clase de educación física.
—Ya, ahora veamos tu técnica —le dijo Felipe cuando terminaron de estirar, tomando un par de guantes de boxeo que estaban sobre una mesita de terraza—. Golpea el saco —le indicó, poniendo sus puños frente a su rostro y dándole dos golpes al saco, a modo de demostración.
A Rubén le llamó mucho la atención la forma en que se le marcaban los músculos del brazo a Felipe.
—Ahora tu —le indicó nuevamente Felipe, y Rubén lo imitó.
Puso sus puños frente al rostro y le dio un golpe al saco, que apenas se movió, y le hizo doler los nudillos.
—Nada mal, Rubén —le dijo Felipe, aunque Rubén sabía que mentía.
Felipe le enseñó a corregir su postura y a dar un buen golpe, además de lanzar patadas al saco de boxeo con fuerza, o al menos con la fuerza que su menudo cuerpo le permitía.
—Aprendes rápido —continuó elogiándolo—. Ahora, ¿qué harías si alguien te hace esto? —Felipe se paró detrás suyo y puso su brazo alrededor del cuello de Rubén.
—No sé —respondió Rubén, nervioso, un poco por no saber qué hacer, pero también por tener a Felipe detrás suyo, pegado a su cuerpo.
—Que rico tu perfume —le dijo Felipe, soltando su cuello, y poniéndose esta vez frente a Rubén.
Felipe se aseguró que las colchonetas estuvieran bien dispuestas en el suelo, y le indicó a Rubén que hiciera lo mismo que él había hecho segundos atrás. Rubén obedeció.
—Cuando te hagan esto, lo único que tienes que hacer, es esto —acto seguido, Rubén no se dio ni cuenta, cuando estaba cayendo de espaldas sobre la colchoneta.
A Rubén le costó un par de segundos recuperarse de la sorpresa de haber caído sobre la colchoneta.
—Auch —exclamó con debilidad, y comenzó a reírse.
Felipe se inclinó encima suyo buscando su mirada.
—¿Estás bien? —le preguntó, expresando toda su preocupación en su mirada.
—Si, estoy bien —respondió, dando un suspiro de alivio.
Felipe se recostó a su lado, mirándolo.
—Eso es lo que tienes que hacer —le dijo, mientras su mirada se enfocaba alternadamente en los ojos y los labios de Rubén.
Rubén sintió unas ganas irresistibles de besar a Felipe, así que simplemente se enderezó y lo hizo.
Felipe rápidamente se acomodó para que Rubén se mantuviera recostado, y él se inclinó sobre Rubén. Extendió su mano para tomar la de Rubén, entrelazando sus dedos, y luego la llevó hasta su pecho.
Rubén comenzó a sentir el calor de Felipe, como si a través de sus labios se lo transmitiera a todo su cuerpo. Soltó la mano de Felipe y la deslizó por debajo de su polera, tocando la húmeda piel de su espalda baja.
Felipe, por su parte, con su mano ahora libre acarició el rostro de Rubén.
—¿Quieres ir adentro? —le preguntó Felipe después de un par de minutos, y Rubén asintió mirándolo a los ojos.
Felipe se puso de pie y le extendió la mano a Rubén para ayudarlo a pararse, y sin soltarlo, lo guió hacia el interior de la casa.
Subieron al segundo piso, a la habitación de Felipe, y tras cerrar la puerta con pestillo, Felipe abrazó con fuerza a Rubén y comenzó a besarlo, desatando toda su pasión contenida.
Rubén le siguió el ritmo con gusto, y casi al mismo tiempo se sacaron mutuamente la polera.
Rubén temblaba de emoción. Admiró el torso desnudo de Felipe y se sintió disminuido por su tonificado cuerpo.
—Eres hermoso, Rubén —le dijo Felipe, como si hubiese leído sus inseguros pensamientos.
Las palabras de Felipe le dieron un empujón de confianza, y mientras Felipe tenía sus manos en sus caderas, Rubén con las suyas le bajaba el short a Felipe.
Automáticamente Rubén comenzó a bajar besando su torso, y levantó la mirada por unos segundos para ver la cara de agradable sorpresa de Felipe.
Besó con delicadeza el abdomen de Felipe hasta quedar de rodillas frente a él. Bajó su ropa interior, dejando a la vista su miembro erecto.
No podía creer que por fin lo iba a hacer. Lo tomó en sus manos, cerró los ojos, dio un profundo respiro, y lo metió a su boca.
Le gustaba su sabor y cómo se sentía en su boca. Lo hizo lentamente, hasta que sintió la mano de Felipe acariciando su cabello, en un inicio, y luego presionando con cierta fuerza.
Rubén se aterró. La presión en su cabeza le hizo recordar la noche en que Marcelo le dio un rodillazo en la mandíbula, estando en la misma posición, afuera de la discoteca en Iquique.
Con sus manos se apoyó en las piernas de Felipe para darse el impulso para alejarse de él, quedando sentado en el piso, con la espalda apoyada en la pata de la cama de Felipe. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro y Felipe lo miraba asustado.
—¿Qué… que hice, Ruben? —le preguntó Felipe, preocupado.
Rubén tuvo un huracán de sentimientos en su interior, pero por sobre todo sentía vergüenza y asco de sí mismo. Se puso de pie lo más rápido que pudo y salió de la habitación.
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💀💀💀Fictober 2021: Dia 3💀💀💀
Un payaso tenebroso asecha en una fiesta infantil.
Antes de conocer a Levi tuve muchos otros empleos pero esta historia que voy a contarles es sobre mi primer empleo como auxiliar en un Show infantil, trabajé ahí por casi un verano entero y a decir verdad casi muero ahí. Además la experiencia que viví ahí me dejo una terrible repulsión a la carne molida que me llevo años superar.
Todo comenzó cuando mi deseo de adquirir un auto propio invadió mi cabeza, no pensaba en nada más que en ir a un lote de autos y salir conduciendo mi primer auto.
Si se lo preguntan ya sabía conducir, pues mi padre me pago las clases pero no me había comprado un auto por lo que ahora pasaba horas enteras buscando en internet autos a buen precio. Aunque pronto me di cuenta que por más económico que fuera el auto no tenía dinero suficiente para pagarlo.
Fue entonces cuando busque un trabajo. Pensé que sería algo fácil pues había muchas vacantes publicadas, pero conforme asistía a cada entrevista me daba cuenta que no era tan fácil conseguir empleo.
Pues en todos querían contratar a alguien con experiencia y yo no tenía ninguna experiencia, así que por la tarde me encontraba ya desanimado pues veía mi sueño de comprar un auto cada vez más lejano.
Era hora de regresar a casa y aceptar que no me iban a contratar en ningún lado y que mis empleos de verano serían los de siempre: podar el césped, ayudar a algún vecino y demás actividades que realmente no me darían dinero suficiente para comprar un auto pero en mi camino me encontré con un volante que estaba por despegarse de una caseta de teléfono. Así que solo tome el anuncio y le di un vistazo, se trataba de un show infantil y que estaban solicitando un auxiliar, pero ya en casa lo leería con calma y así lo hice una vez en mi habitación volví a leer aquel volante y comprobé que no especificaba las labores que tenía que realizar por lo que decidí llamar ya que no estaba dispuesto a usar un disfraz o una botarga y dejar que los niños me jalaran, manosearan y hasta golpearan.
Una voz muy amable fue la que respondió mi llamada y me explico que las labores de auxiliar consistían en guardar los disfraces y botargas, ayudar a instalar el show en los diferentes lugares y repartir la comida pues daban un servicio integral en fiestas infantiles y eventos sociales. Y cuando no hubiera evento debía trabajar en las oficinas acomodando y ayudando en diferentes labores según requirieran.
El trabajo y la paga me parecieron excelentes, así que acorde ir al día siguiente a las oficinas. Y así lo hice fui y me dieron el trabajo, sin pedirme casi ningún requisito cosa que me alegro bastante pues estaba cansado de que me pidieran tantas cosas para al final decirme que no me iban a contratar.
Debo decir que las oficinas eran bastante elegantes, ubicadas en una buena zona de la ciudad. Incluso me sentí afortunado por trabajar en ese lugar siendo apenas mi primer empleo. Firme mi contrato completamente feliz, me dieron una mochila con un uniforme completo que consistía en un polo rojo, unos jeans negros, una red para el cabello y una gorra roja con visera negra. Todo esto tenía bordado el escudo de la empresa. Y en la bolsa había 2 uniformes más de repuesto.
Fui al baño y me cambie la ropa pues desde ese momento comenzaría a trabajar y mi primera labor fue ayudar a prensar la carne para las hamburguesas, era una actividad sencilla y repetitiva, que realice sin problema alguno. Debía poner cada ruedita ya prensada entre 2 cuadritos de papel encerado y de ahí en bloques de 6 para después meterlos en bolsas y finalmente a las hieleras para llevarlas a la fiesta.
Cuando termine con las hamburguesas me toco ayudar a subir las cajas con la comida y los disfraces al camión de la empresa en el que iríamos al lugar de la fiesta. A mí me toco viajar en el camión como copiloto y después de recorrer algunos kilómetros llegamos al salón jardín de fiestas infantiles. Ya en el lugar me toco ayudar a mis compañeros a ponerse los disfraces y botargas, también ayude a servir las bebidas y repartí la comida. Incluso ayude a Lucy a montar el escenario para su show de magia y después ayude a Philip a recoger y limpiar la parrilla donde había preparado la hamburguesas con la esperanza de poder comer una, pero no pude hacerlo ya que se terminaron.
Al final de la fiesta me encargue de guardar las cosas y subirlas nuevamente al camión. Pensé que me llevarían de regreso a las oficinas pero no fue así. Ya que Lucy me dio mi paga y me dijo que podía irme a casa y que al día siguiente debía presentarme a las 10 am en las oficinas.
Decidí que regresaría caminando a casa, pues aunque estaba lejos no quería gastar nada pues para mi cada moneda contaba y me hacía sentir un poco más cerca de mi meta.
La lluvia comenzó pero ni siquiera esto me logro persuadir de tomar el autobús o pedir un taxi, solo debía esperar a que la lluvia parara para iniciar mi camino, por lo que para evitar mojarme me refugie en el pequeño saliente que tenía el techo de la entrada al salón.
Donde me quede solo únicamente alumbrado por la luz de seguridad del lugar, entonces me puse a realizar cuentas mentales para saber cuánto me faltaba para poder comprar el auto más económico que había encontrado a la venta. Pero de pronto vi a un payaso en la esquina de la calle, el mismo que anduvo merodeando por todo el jardín en la fiesta. Y gracias a todas las películas de terror que había visto sobre payasos se me vino a la mente e incluso pensé en pedir un taxi para salir de aquel lugar y evitar que ese payaso se acercara a mí.
Pero todo mi miedo se dispersó cuando el payaso entro en un auto. Incluso me sentí un poco bobo al haber pensado que se trataba de un ser sobrenatural con habilidades y demás cosas.
Cuando la lluvia paro regrese caminando a casa. Al día siguiente me presente a mi trabajo a la hora acordada y de nueva cuenta me toco prensar la carne, pero esta vez la guarde en un congelador ya que ese día no había evento. No negare que pensé en llevarme un poco de carne para comer una hamburguesa en casa pues al ser tantas no creía que se dieran cuenta si faltaban 2. Pero desistí de la idea ya que tendría que guardarlas entre mi ropa.
Enseguida me pidieron que acomodara y preparara los disfraces y botargas que se usarían al día siguiente, así que tuve que ir al cuarto del vestuario. Descubrí que ahí tenían los monitores de las cámaras de seguridad los cuales eran supervisados por un vigilante al cual salude y agradecí el no haberme llevado la carne, pues sin duda alguna me habrían visto guardar entre mis ropas la carne, y tal vez eso me habría costado el trabajo.
Prepare las botargas revisando que estuvieran completas y sin manchas para luego meterlas en cajas. Confieso que en esta labor me tarde más tiempo del necesario pues estaba cansado de la larga caminata del día anterior por lo que me senté en una de las cajas y fingí cepillar el pelaje de una botarga. Hasta que en uno de los monitores alcance a ver al mismo payaso del día anterior, esta vez merodeando las oficinas.
Quise preguntarle al vigilante por el payaso pero no sabía cómo, pues me daba miedo que pensara que yo tenía miedo a los payasos, así que solo seguí observando el monitor esperando que el payaso se fuera o entrara a las oficinas, tal vez buscando empleo como parte del show. Pero nada de esto ocurrió y yo no pude seguir observando el monitor, pues me había llegado al celular un mensaje de Lucy pidiéndome que fuera a ayudarle a bajar de un estante unas cajas con dulces pues tenía que preparar las cosas para el candy bar de mañana.
Así continuo mi jornada, hasta que mi hora de salida llego y aunque estaba ansioso por irme, también estaba temeroso por encontrarme con el payaso, pero por suerte hoy no tendría que regresar a casa caminando ya que mi amigo Armin pasaría por mí en su auto.
Espere en la puerta de la oficina por dentro a que Armin llegara y si me llegaba a preguntar el por qué no estaba afuera diría que hacia demasiado calor, pues no pensaba hablarle del payaso.
Cuando por fin Armin llego, salí rápidamente y subí a su auto sin mirar atrás que era donde estaba el payaso según las cámaras.
Pero a pesar de mis esfuerzos por olvidar al payaso, este se hizo presente en nuestra platica, pues Armin me pregunto que si el payaso que estaba atrás era compañero mío. Yo inmediatamente le respondí que en mi trabajo no había ningún payaso.
—Tal vez vino a repartir volantes de alguna otra compañía, tú sabes un poco de competencia— comento antes de que la luz verde nos permitiera avanzar y poner una mayor distancia de aquel payaso.
Por esa tarde no volví a mencionar a aquel payaso, aunque en mi mente seguía presente, ya que no era muy común que un payaso se estuviera apareciendo por todos lados, pero haciendo un poco de esfuerzo logre concentrarme en el videojuego que jugaba con Armin. Así que al final pude pasar una buena tarde con mi amigo y por la noche regrese a mi casa la cual estaba al lado de la suya.
Mis padres habían salido, esto lo supe por una nota que me dejaron junto con algo de dinero para que pudiera pedirme algo de comida a domicilio pero no tenía hambre pues en la casa de Armin había comido pizza y pasta, pues el padre de Armin nos dio a probar las nuevas versiones de pizza, pasta y postres que tendría en su restaurante. Por lo que decidí que el dinero que me habían dejado mis padres se añadiría a mis ahorros para el auto.
El día siguiente transcurrió con normalidad, me presente a trabajar y después de un rato en las oficinas afinando los últimos detalles fuimos al evento, pero antes de subir al camión que llevaba las cosas, lo vi de nuevo, aquel payaso de nuevo se hacía presente. No se acercaba, ni hacia nada más que observar.
Ya en el evento me dedique a cumplir con mi trabajo, repartiendo comida, ayudando con las botargas y finalmente volviendo a empacar todo.
Pero mientras subía las cajas al camión vi de nuevo al payaso, ahora estaba parado en la acera de enfrente y como siempre no hacia más que observar.
Su presencia comenzaba a incomodarme pero al parecer solo me incomodaba a mí, pues en el tiempo que llevaba trabajando no había escuchado ningún comentario sobre el payaso. Aunque yo tampoco había hablado de aquel payaso con mis compañeros. Ahora que lo pienso casi no hablaba con mis compañeros, es mas no sabía sus nombres. Con la única que había hablado un poco más era con Lucy, entonces decidí preguntarle a ella mientras ayudaba a empacar las botargas, y solo me dijo que si había visto al payaso, pero que no sabía de quien se trataba pues solo los observaba desde lejos y cuando alguien se quería acercar a él este huía a toda velocidad.
-Supongo que solo es un loco, pues no importa el día siempre esta vestido y maquillado de la misma manera-
Eso fue lo único que me dijo, entonces comprobé que mis compañeros se habían dado cuenta de la presencia del payaso pero no les importaba. En los días que siguieron intente hacer lo mismo, ignorarlo, y solo concentrarme en el trabajo. Pero por alguna razón no podía hacerlo, incluso cuando mi trabajo aumento a causa de que un chico que se encargaba de reparar y lavar las pelucas dejo de ir, por lo que yo tuve que realizar sus actividades a cambio de un pago extra por algunos días, aunque rápidamente la empresa contrato a otro chico para reemplazarlo.
Con forme pasaban las semanas me di cuenta que muchos de mis compañeros simplemente dejaban de ir a trabajar, al parecer sin ninguna razón, aunque como jamás hable con ellos no conocía bien su situación y pensé que al tratarse de adolescentes como yo, seguramente habían decidido dejar el trabajo y disfrutar de sus vacaciones saliendo con amigos y durmiendo hasta tarde, también era posible que sus padres los llevaran de vacaciones y por eso dejaban de ir.
Aunque en mi caso nada de eso pasaría, yo trabajaría todo el verano y más tiempo si era necesario para poder comprarme el auto que quería.
Cuando ya íbamos a la mitad del verano note que mis ahorros ya eran bastantes pero no los suficientes, así que cuando Lucy me propuso acompañarla a una feria en un poblado cercano con todos los gastos pagados, la misma semana en la que mis padres se irían de viaje solos, me pareció que la suerte me estaba sonriendo a mas no poder pues podría juntar aún más dinero.
Sabía bien que mis padres no me dejarían ir a aquella feria, pero como no estarían no pensaba decirles, ni siquiera a Armin, y así podría ahorrar el dinero que mis padres me dejarían para la comida más lo que me pagarían en la feria.
Así como el buen hijo que era le pedí a Armin que nos llevara a mí y a mis padres al aeropuerto pues mi padre preferiría pagar taxi a dejar que yo manejara su precioso auto sin su supervisión. Pero esta vez no le dije nada no tenía que hacerlo pues ya en poco tiempo tendría mi propio auto.
Por fin el día de su vuelo llego y Armin nos llevó a todos al aeropuerto, despedí a mis padres efusivamente deseándoles que se divirtieran y se relajaran, después regrese con Armin quien me invito a jugar videojuegos a su casa donde también comí ese día, en algunos momentos pensaba en contarle lo que haría pero seguramente él se lo contaría a su padre y su padre a los míos y terminaría teniendo problemas así que decidí no hacerlo y solo enviarle mensajes diciéndole que me quedaría a trabajar hasta tarde por el gran número de eventos que teníamos y así no preocuparlo.
Ya en la noche regrese a mi casa y prepare mi mochila con los uniformes para que al día siguiente no tardara en salir.
A las 5am Lucy paso por mí y al subir al auto me ofreció un vaso de café pues decía que era de mala suerte que el copiloto se fuera durmiendo en un viaje. Bebí el café pero en lugar de sentirme más despierto sentía más sueño a cada momento hasta el punto de quedarme dormido. Cuando desperté me di cuenta que no estábamos de camino a ningún lado, pues me encontraba atado a una silla en lo que parecía ser alguna especie de bodega por lo que observaba a mi alrededor, pues el espacio era grande y no había nada más. Solo al fondo del lugar se alcanzaba a ver una especie de oficina y fuera de esta una mesa larga con un molino de carne encima, varias tablas de picar y un centenar de cuchillos diferentes.
Me sentí aterrado a grado tal que podía escuchar claramente mi corazón acelerado entonces note que también junto a la mesa se encontraba un congelador donde supuse guardaban la ¿carne?
No había pensado en Lucy hasta el momento en el que escuche su voz.
-Lo siento Eren, de verdad me agradas, pero ya no hay carne y los otros chicos que están trabajando ahora están muy vigilados por sus padres así que no me quedo más opción, espero que me perdones- dijo agachándose a mi altura.
-Cuántas veces debo decirte que no hables con la carne- Era la voz de Philip quien llevaba puesto un delantal de vinilo blanco manchado de sangre fresca y seca.
-Philip, es que Eren en verdad me cae bien es muy trabajador lo voy a extrañar y más el ver esos hermosos ojos verdes-
-Lucy parece que te enamoraste del chico, pero cuantas veces debo decirte que no hagas amistades con la carne, no te preocupes sabes bien que el chico no sufrirá, pues si lo hace le dejaría un sabor horrible a la carne y eso es lo último que quiero-
Philip fue rápidamente a la oficina y regreso con una jeringa llena de un extraño líquido. Yo intentaba zafarme de las ataduras pero no podía. Entonces una llamada retraso a Philip pero antes de que contestara Lucy me amordazo evitando que pudiera gritar pidiendo ayuda.
Alcance a escuchar que la llamada era para pedir un presupuesto y como siempre ocurría Philip no era capaz de dar un presupuesto él solo, siempre necesitaba la ayuda de Lucy.
Intente aprovechar ese momento para zafarme pero no lograba hacerlo las cuerdas estaban muy ajustadas, estaba llorando, no quería ser carne molida.
La llamada termino y sentía que me iba a desmayar del puro terror de ver como Philip volvía a caminar hacia mí con la jeringa en la mano, hasta que Lucy lo detuvo para decirle que cada día le era más difícil conseguir “piezas” y que debía usar menos carne humana en su mezcla para hamburguesas. A lo que Philip le respondía que no podía cambiar la mezcla pues entonces el sabor cambiaría y si eso ocurría la gente ya no encontraría las hamburguesas tan deliciosas.
-Acaso crees que el éxito de la empresa es gracias a tu show, lo que la gente busca son mis hamburguesas por eso que la gente nos contrata, no has escuchado los comentarios de la gente alabando lo suave y deliciosa que es la carne, algunos dicen que después de probar mis hamburguesas no han querido comer ninguna otra-
Philip se escuchaba molesto y esta vez avanzó más rápidamente hacia mí. Sentía mi corazón a punto de salir de mi pecho y un frío inexplicable se apodero de mí, pero cuando aquella aguja se acercaba a mi cuello algo salto desde detrás mío cayendo sobre Philip. Enseguida distinguí que se trataba de aquel payaso, pero su salto no había sido el de una persona normal sino más bien sacado de un documental naturalista pues solo ahí había visto ese tipo de saltos. Como los que daban los tigres para caer sobre el lomo de sus presas.
El payaso peleaba con Philip de una manera inusual para un humano, Philip trataba de encajarle la jeringa pero le fue imposible pues el Payaso rompió su brazo de forma tal que pude ver el hueso roto saliendo de la tela de su camisa manchada de sangre. Philip comenzó a gritar con todas sus fuerzas pidiendo auxilio pero sus gritos no duraron demasiado pues el payaso rápidamente desgarro su cuello terminando con su vida y enseguida fue en busca de Lucy. Pero mi atención se desvió del payaso al escuchar la voz de Armin detrás de mí.
-No hagas ruido voy a liberarte-
Armin no tardo en desatar o cortar mis ataduras y enseguida me tomo de la mano jalándome para llevarme hacia una de las paredes del lugar donde un hombre muy pálido vestido de negro estaba de pie.
-¿quién es ese sujeto?-
-Es, alguien que me ayudo a rescatarte- respondió Armin
-Gracias por la sombrilla y los lentes de sol chico, ahora estamos a mano-
Dijo el sujeto mientras que movía la mano abriendo una especie de portal por el cual salimos. Armin no se detuvo ni por un instante y siguió tirando de mi mano hasta llegar a su auto donde con manos temblorosas abrió la puerta del pasajero, donde me metió de un fuerte empujón mientras él corría al lado contrario, una vez arriba del auto lo arranco y pisando el acelerador a fondo nos alejamos de aquel lugar.
Pero después de un rato Armin estaciono bruscamente el auto frente a un mini súper y salió corriendo completamente pálido, intuí lo que le pasaba y yo me encargué de cerrar el auto y entre al mini súper, revise mis bolsillos y por suerte conservaba lo importante mi dinero y celular. Así que compre 2 botellas de agua mineral y una caja de pastillas para las náuseas pues yo también comenzaba a sentirme mal. Pague todo esto mientras esperaba a Armin.
Después ambos regresamos al auto y al subir ambos colocamos los seguros de nuestras puertas, enseguida le entregue una de las botellas de agua mineral junto con una pastilla y yo tome la otra botella junto con la pastilla, y después de tomar aquel medicamento y algunos sorbos más de agua nos abrazamos y comenzamos a llorar desconsolados.
Poco a poco nos fuimos calmando hasta que nuestras lágrimas cesaron, entonces unos golpes en el cofre nos hicieron separarnos.
-Chicos el estacionamiento no es para esas muestras de afecto-
Era el empleado del mini súper, decidimos no responderle nada y solo nos fuimos del lugar. Semáforos más adelante cuando me encontraba un poco más tranquilo me surgió una duda,
¿Cómo fue que Armin pudo llegar a donde me tenían capturado?
Pero antes de que hiciera en voz alta la pregunta Armin comenzó a hablar
-Sé que debes estarte preguntando como fue que llegue a tu rescate y ahora te lo contare, en la mañana cuando ese auto llegaba por ti yo apenas me iba a ir a dormir pues había estado ayudando a mi padre con un pedido de galletas que tenía, así que pase la noche trabajando y cuando iba de camino a mi recamara note que te subías a ese auto, se me hizo muy raro que no me dijeras que ibas a salir de viaje y decidí seguirte, tan solo tome las llaves de mi coche mi celular y algo de dinero.
No me costó trabajo seguir el auto en el que ibas y le envié a mi padre un mensaje en una luz roja para que no se preocupara. Aunque el que realmente se preocupó fui yo cuando vi como aquel par te bajaban como si fueras un fardo.
No sabía que hacer me acerque con el auto en punto muerto para no hacer ruido y me estacione, intente llamar a la policía pero como casi siempre pasa jamás me respondieron. Entonces el hombre que abrió el portal en la pared se acercó, toco en mi ventanilla y aunque me asuste un poco decidí bajarla para hablar con él.
—Hola, tú debes ser amigo del chico que llevaban ese par, verdad, pues si no lo rescatas lo volverán hamburguesas. La verdad yo no suelo hacer esto pero el sol está lastimando mi piel y mis ojos así que si me regalas esa sombrilla y esos lentes de sol te ayudare a rescatar a tu amigo-
Enseguida le entregue lo que me pedía. Aunque nisiqiera entendía como era que el me ayudaría a rescatarte.
Baje del auto y lo seguí, el payaso ya se encontraba frente a la pared como esperando a que el sujeto la derribara o hiciera algo para poder entrar.
Eso me permitió observar mejor a aquel payaso, no usaba maquillaje alguno esos eran los colores de su piel blanca con partes de colores. Mis ojos no podían parar de verlo recorriendo con asombro cada centímetro hasta que el payaso me miro de vuelta enseñándome esos enormes y afilados dientes.
-Te pediré que no lo observes tanto, no le gusta, y si te lo preguntas, no, el ya no es humano me vendió su alma a cambio de poder vengar a su hermano, ambos trabajaban como payasos en el mismo lugar que tu amigo y pues a su hermano lo hicieron hamburguesas, tu sabes, lo normal que hacen esos 2.
Este sujeto busco a su hermano por mucho tiempo, investigo noche y día sin descanso. Consiguió pruebas, y demás requisitos que la ley le pedía, pero nunca fueron suficientes para la policía, por lo que finalmente cerraron el caso de la desaparición de su hermano. Así que termino por recurrir a mí pero jamás pensé que su venganza la llevaría a cabo en un día tan pero tan soleado, por favor me estoy derritiendo, los demonios no estamos hechos para resistir tanto sol, es por eso chico que decidí ayudarte a cambio de una simple sombrilla y unos lentes de sol en lugar de tu alma, pero como sea ya lo hice ahora corre ve a desatar a tu amigo y vete dé aquí-
Eso fue lo que me dijo aquel extraño sujeto antes de abrir un portal en la pared, que fue por donde entre a rescatarte y lo demás pues ya lo sabes.
Así Armin termino con su historia y decidimos no contarle nada a su padre o a los míos y tan solo enterrar aquella experiencia en el pasado.
Se preguntaran si me pude comprar el auto y la verdad es que no apenas y pude juntar la mitad del dinero que necesitaba.
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