#Seguiría dejando hijos por todas partes
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idoltoons · 4 months ago
Note
Como que stella intento someter a la fuerza a everett?
Ósea que intento abusar de él, Stella no tenia limites, si se fijaba en alguien, sin importar su edad, especie o sexo, este buscaba hacer su voluntad, sostener relaciones hasta que se aburriera.
Esto antes de que encontrara refugio en el espacio, pero a veces, regresaba a la tierra para visitar a sus hermanos y durante seas visitas tomaba sus viejas costumbres.
En el caso con Everett, Stella lo vio mientras este daba un paseo acompañado de su hermano Bahir. Stella pensó que seria fácil llevárselo y aprovecharse de él, pero no contaba con que Everett le reiniciaría el sistema operativo de un solo golpe.
Normalmente Stella lo intentaría de nuevo, pero el golpe fue suficiente para él/ella, para tener en mente que Everett no seria alguien al que podría obtener ni someter.
Durante esa visita a la tierra, Stella paso toda su estadía recuperándose más que haciendo otra cosa. Sus visitas fueron más escasas después de eso. Hasta que un día simplemente no regreso a la tierra.
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senig-fandom · 4 years ago
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No se si has hablado de esto pero, ¿como se llevan los México con España?
HUUUUUUU... que te digo, son muy diferentes las opiniones entre los tres hacia España.
Empecemos con el fácil, ese esta vez es Sur, Sur le vale verga la vida que tenga su padre España, para Sur, el puede tirarse de un puente y nunca le diría nada, porque para el es ya final, no quiere saber nada mas de su padre, lo trata como trataría a un amigo, y eso es un problema, porque Sur ya no ve a España como un padre, lo ve como una persona cualquiera, o como trataría a los demás. Solamente le dice papa o padre o apa, porque es como un sobrenombre, no tiene un significado para Sur en España.
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El tambien fácil de explicar es Centro, pues lo odia con toda su alma, con cada palabra que sale de su boca y mas si habla de México, centro siempre le remarca los errores, Centro se sabe la historia Española como si fuera la suya propia, solo para dejar en ridículo a España, y España no quiere pelearse con Centro por lo cual evita hacer mención de el, pero a veces se hace el valiente y termina por pelearse ambos a discusiones. 
Por que hay una gran diferencia entre nosotros y Centro, Centro si es un Azteca, y si quiere una disculpa real por parte de España. Imagínense perderlo todo, olvidemos que clasificamos a los Aztecas como asesinos y animales, que no eran gente civilizada. Imagínense por un momento ser Centro, eres un niño, ves a la gente que te rodea, que te quiere, morir y tu no puedes hacer nada, eres un inútil porque eres un niño pequeño que no sabia porque mataban a su familia, solo imaginate escucharlos llorar, suplicar, gritar, y tu no puedes hacer nada, luego imaginate estar encerrado por mucho tiempo, y que luego tu propia gente te diga ´´ Olvidalo, ya te pidió perdón´´ ´´ Que rencoroso es México´´ ´´ Se nota la diferencia entre los verdaderos civilizados que son los Españoles y no como los mexicanos´´ ´´ eres un llorón, no vales para esto´´. 
Y que por años, guardes esa idea del perdón como una idea lejana, Centro no busca su dinero, no busca que lo haga publico, como lo hacen ver los políticos, Centro busca que España se pare frente a el y que con honestidad diga ´´ Perdoname´´ para que el diga ´´ No, tu perdoname a mi´´
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Y este es el mas complicado, la relaciona padre e hija, España amaba a norte, era su querida hija, la quien cuido celosamente y protegió alejándola de la realidad, que el creo en sus colonias. la hermana mayor de todos los demás, la reina de la próxima corona española, la que hubiera tenido todo, si solo callaba y hacia lo que él le pedía.
Pero las señales estaban allí, desde pequeña hasta la ultima parte de su crecimiento. Norte vio el maltrato a los mas débiles, vio como golpeaba a sus hermanos, vio como abandono a sus ciudadanos en la Nueva España, Norte nunca deseo separarse de su padre, pero sus acciones hizo que la ultima gota se llenara en ese baso tan largo. Hubo muchas peleas entre ambos, discusiones, disparos, golpes, gritos. Hasta el final, España solamente se dio media vuelta y dejo todo a manos de su rey, solamente una carta y final. 
Tras la boda de México Norte con USA, hubo mucha mala vibra, Centro prometo no enojarse y la cumplió para satisfacer a su hermana ese día, pero España no podía ver a Inglaterra en pintura y tenerlo allí era una marea. España se iba de la fiesta, Norte o seguiría y este la aparto y le grito, ´´ Tu ya no eres mi hija, no quiero saber nada de ti y de ese...ese imbécil al que llamas esposo, no quiero tener nada que ver contigo y con esta tierra maldita´´ y s fue. Cuando paso lo de la guerra entre USA y México, Norte estaba devastada, perdió a su padre y al hombre que amo, luego se caso de nuevo con Austria, pero se separaron despues de lo sucedido con Maximiliano y la pelea entre ella y sus dos hermanos, Sur era lo único que tenia y tras la revoluciona, lo perdió todo. 
Después de ´´arreglar las cosas con su padre´´ Norte intento volver a ser su hija y España estaba encantado, pero norte se dio cuenta luego de algo horrible, su padre le importaba mas una corona que la vida de ella, pues tras un suceso con secuestro organizado, hizo decidir a España entre ella y su amada corona, tristemente España fue por la corona, y si no fuera por Sur y Perú, Norte hubiera caído a lava hirviendo. España le pidió disculpas y ella solo le sonio normalmente y acepto las disculpas, pero el los tres presentes sabían que no era así, pus despues lluvias y tormentas andaban en el centro y sur de México, dándole la señal a Sur que su hermana no estaba bien, y estaba tan mal que no podía controlar su poder.
Y una vez mas, se realizo lo mismo, pero esta vez, estaban Sur, Argentina y Colombia, junto a España, intentando salvar a Norte y a la corona, Norte protegía la corona con su vida, pues se había descubierto que la corona tenia una esencia mágica, y era el poder que habitaba en España. Y esta vez, España si salvo a Norte, dejando caer la corona, España solo la vio caer y se resigno, subió a Norte y dijo ´´Claro que me importas hija mía, eres lo mas valioso que e tenido en mi vida, eres un ángel, eres un tesoro valioso no solo para mi, si no para tus hermanos, te quiero Maria, te quiero mucho´´ Y norte lloro en sus brazos. Por suerte Sur salvo la corona, aunque España lo aparto bruscamente y besaba la corona con emoción, haciendo que note lo mirara mal y lo golpeara, haciendo que se fuera junto a Argentina mientras que Colombia y Sur se reían de el.
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Al igual que Sur, los hijos de España desarrollaron un desinterés en su padre, lo tratan como si fuera su igual, y no un padre, a excepción de Norte que si le dice padre y le tiene respeto, pero lo demás, se ríen de el y le dicen cosas como su fueran de la misma clase.
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nuncafuetuculpa · 3 years ago
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Cuando un talento se lleva en el corazón y el alma, nada lo puede detener, o eso es lo que pensaba María, cuando escuchaba los vinilos de su abuela.
María era una niña de once años, era la hermana de en medio y por lo tanto muchas veces pasaba desapercibida por su mamá y papá.
Su hermano mayor se llamaba Carlos, estudiaba la preparatoria, era el ejemplo del hijo perfecto, estudiaría el siguiente año en la misma universidad que su padre y seguiría la tradición familiar de ser arquitecto.
Su hermano menor Roberto tenia cinco años y aun tenia el poder de la ternura, que con ella lograba que todos se derritieran al verlo y consentirlo hasta que se hartara.
María no era la mejor en su grupo, para sus profesores era muy inquieta y tenia una gran imaginación, esto la metía en algunos problemas.
La única manera en que María podía estarse quieta era cuando escuchaba música, los discos que tenía eran los que su abuela le había heredado, junto con algunas ropas, libros y su estudio que era el refugio de María.
Ella se imaginaba que era una super estrella viajando por el mundo y que cualquiera que la escuche quedaba hipnotizada con su voz.
Aunque su sueño era convertirse en una super estrella sus padres no estaban muy contentos con esta idea.
La única opción que tenia María para que su voz se escuchara en otros lugares era en el coro de la iglesia a la que asistía todos los domingos.
Su amor por la música era tanta que acepto esta oportunidad, pensaba que no podía ser mala, al contrario imaginaba que un caza talentos la escucharía y le ofrecería un gran contrato y sería la gran estrella que soñaba.
Y para sus padres era una buena opción para que su hija fuera más disciplinada.
Así que tenía una misión, ser aceptada en el coro, no fue difícil ya que solo eran dos personas las que lo formaban y buscaban más voces.
- Hola... me gustaría ser parte del coro.
Volteo a verla Alex un chico alto, con ojos grandes y una gran sonrisa que era muy cálida.
-Hola, claro ensañamos todos los sábados de 11:00 am a 1:00 pm, y los domingos nos vemos a la 9:00am para hacer un ensaño antes de que empiece la misa.
María pensó por un momento que tenía que levantarse muy temprano los fines de semana.
-Si... esta bien... no sabia que otra cosa decir, pero no dejaría pasar una gran oportunidad.
-Que bueno que quieras unirte necesitamos a más personas, solo somos mi hermano Marcos y yo.
Marcos era todo lo contrario a Alex, tenia unos ojos penetrantes, parecía que nunca sonreía y si lo hacia te daba escalofríos, solo vio de reojo a María con una actitud de desaprobación.
Esa mirada intimido a María, pero eso no la iba a detener.
Se despidió de Alex y regreso con su mamá, que la esperaba en la salida, para ir a casa.
Cuando llegaron a casa María subió al estudio de su abuela, puso su disco favorito de Nancy Sinatra, mientras cantaba y bailaba. Pensaba en que se iba a poner para su debut en los escenarios, el como iba a firmar autógrafos, y en los agradecimientos cuando ganará un premio.
Llego el sábado, se levanto temprano se puso su playera favorita de la banda americana Blondie, llevaba el cabello suelto, un pantalón de mezclilla que para ella era su pantalón rebelde, porque tenía un pequeño parche.
Iba con toda la seguridad del mundo, nadie la podía detener, o eso pensaba ella, hasta que llego a la iglesia.
Entro a un salón donde estaba Alex y Marcos, y otra chica que nunca había visto.
-Hola María, bienvenida. Dijo Alex.
-Ho...hola.
-Te presento a Sussan, ella ya había estado con nosotros, tomo clases de música y nos ayudara a perfeccionar nuestras voces.
-Hola Sussan, un gusto conocerte.
Sussan volteo a ver a verla, con un gesto de desagrado que intento disimularla con una sonrisa.
-Hola, por cierto llegas tarde, y para mi la puntualidad es muy importante, no puedo perder el tiempo con alguien tan...
Alex la interrumpió antes de que terminara su comentario.
-Si sabemos que es importante pero es su primer día hagámosla sentir bienvenida.
Sussan no dijo más y se puso frente al piano lista para empezar.
-Vamos a vocalizar, para saber como esta tu voz y empezarla a educar.
-María empezó a hacer los ejercicios de vocalización, nunca había hecho algo así, y al escucharse ella sola sin una canción de fondo no se escuchaba tan angelical como ella pensaba.
Marcos al escucharla no pudo evitar soltar una risa burlona, acompañada de una mirada de frustración e ira de Sussan.
Al ver que se estaban burlando de ella dejo de cantar, se sentó en una silla que tenía cerca.
-Mira niña sino te vas a esforzar no me hagas perder el tiempo. Le dijo Sussan.
María no supo que contestar, se sonrojo, sus ojos estaban a punto de soltar una lagrima.
La emoción con la que había llegado se había esfumado.
-Bueno... creo que es todo por hoy, nos vemos mañana temprano. Dijo Alex.
María salió del salón, espero a su mamá en la acera de enfrente, vio como se iba Sussan y Marcos, detrás de ellos iba Alex, parecía molesto, pero no les dijo nada.
Llego su mamá y estaba muy emocionada por su hija, tanto que le dio la buena noticia a todos en su familia, incluso su tía Aura vendría a verla al día siguiente a escucharla cantar.
Para María esta noticia no era nada buena, sentía mucho miedo de hacer el ridículo y sobre todo no quería regresar, pero como decirle esto a su madre.
Cuando llegó a casa subió a su recámara, se sentó en su cama con las manos temblorosas casi frías.
Su mamá iba de una lado a otro hablando de lo feliz que se sentía pero en ningún momento se detuvo a preguntarle cómo le había ido o si le había gustado.
-Mira lo que he comprado para ti.
Saco de una bolsa un vestido azul cielo con mangas cortas, con muchos olanes, era muy parecido a los vestidos que utilizan las muñecas de porcelana.
-Te verás espectacular mañana. Pruebatelo
Maria se levantó sin protestar, se probó el vestido, hizo una pequeña pasarela para su madre.
-¡Que hermosa eres! Ya eres toda una señorita.
Maria sonrío al escuchar eso, pero aún se veían sus ojos llorosos.
Cayó la noche, como era costumbre la familia cenó junta, todos se veían muy felices, Maria no dijo mucho durante la cena, y en cuanto terminó recogió su plato y subió a su recámara.
Se quedó dormida casi al momento, pensando en que así despertaría de un mal sueño, pero no fue así.
Soñaba que al día siguiente estaba ella sola en una gran escenario, y que al intentar cantar no salía sonido alguno de su boca, de la nada aparecía Sussan y Marcos riéndose de ella, mientras en las butacas las personas se convertían en cámaras que la grababan, y ahora todo el mundo la conocía y se reía de ella.
A lo lejos se escuchaba una alarma y la voz de su papá, que le repetían su nombre una y otra vez.
María... María...
De un golpe se despertó, estaba sudando y respiraba agitadamente.
-Cariño tranquila, estoy aquí.
Era su papá que estaba sentado a su lado.
-Tuviste una pesadilla.
-Si... Soñé que todos se burlaban de mí cuando cantaba.
-¡Oh! Cariño es solo porque estás nerviosa.
Ven vamos a desayunar.
Sin preguntar más bajaron los dos al comedor, María apenas y provo bocado.
Se puso el vestido que le había regalado su mamá.
Su hermano Carlos la llevo a la iglesia, al entrar solo vio a Sussan.
-Bueno te dejo, suerte.
-No me dejes sola.
-¿Sola? Que dices ahí está una chica, supongo que la conoces, además aquí estás segura.
-Si... La conozco pero no me agrada.
-¿Qué dices? Ella es muy linda vela, es más deberías ser su amiga y después me la presentas.
-Tu no sabes cómo es, ayer fue grosera conmigo y se burló de mí.
Al escuchar esto Carlos se quedó pasmado por un momento.
-¿Qué dices? ¿Porque no le dijiste a mi mamá?
-No me preguntó, ni me dejó hablar.
-Ya veo, mamá siempre hace eso. Ven vámonos de aquí.
Carlos tomo de la mano a María, se dirigían a la puerta, en ese momento Alex iba entrando.
-Buenos días, yo... Quería pedirte una disculpa.
-No es necesario que lo hagas, nadie se burla de mi hermana, me sorprende que sean así, siempre tan propios y resulta que son lo peor.
María nunca había visto así así hermano, tan molesto, incluso su voz se escuchó por todos lados.
Sin decir más Carlos tomo de la mano a María y salieron de ahí.
-Nunca dejes que alguien te trate mal, ni que se burle de ti.
-Pero fue mi culpa... Si tan solo cantará bien.
-¿Tu culpa? Pero si se supone que ellos te enseñarían a cantar bien, nadie nace sabiéndolo todo.
Yo te he escuchado cantar, y no lo haces nada mal, incluso he llegado a pensar que si salieran de ese cuarto serás famosa.
-¿Eso crees?
-Claro... Eres única y especial.
-Pero... ¿Y mamá? ¿Se decepcionara de mi?
- Tranquila yo hablaré con ella.
Mientras seguían platicando llegaron a su casa, su mamá iba saliendo y se sorprendió mucho de ver a sus dos hijos de regreso.
-¿Y ahora que hiciste María?
-Ella no hizo nada mamá, los chicos de ese coro la trataron terrible y se burlaron de ella, y no pude permitir que ella tuviera que pasar por eso.
-¿Qué estás diciendo? Si esos chicos son muy buenas personas, y la niña que está con ellos parece un ángel, con esa voz y esa cara tan linda.
-Pero eso no le quita que se haya burlado de mi hermana, si te hubieras tomado la molestia de escuchar a María lo habrías notado.
-Como sea debe aprender a ser fuerte y a recibir críticas. Y ya vamos tarde suban al coche.
-No, no iré de nuevo a ese lugar.
-María que cosas dices, súbete al coche.
-Yo tampoco iré. Ven tomemos nuestras bicis.
Sin decir más los hermanos se fueron dejando a su madre sin habla.
Tomaron sus bicicletas, María se deshizo el peinado que le había hecho su mamá y dejo su cabello castaño libre al viento.
Siguió a su hermano, no sabía a dónde iban pero no le importo, porque por ese momento se sentía libre, feliz y escuchada.
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xx-eliel-xx · 4 years ago
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Escritober: 1. Sueño/Deseo
Wordcount: 500- 1000
Ship: Revalink (Revali x Link. Breath of the wild)
TW: Alusión a la muerte. 
“If you must die, sweetheart. Just know that your life was my life best part”.
-Kaeton Henson. “You”.
 Ambos sentados en el pico de Vah Medah, observando el mundo bajo sus pies con tesón y ahincó. O al menos, el Hyliano lo hacía. Desde su más tierna infancia buscando saber cómo interpretaban los pájaros el mundo a su alrededor, perdiéndose entre las nubes.
Mientras que Revali, cansado de mirar desde arriba dejaba que sus ojos absorbieran todo detalle de la apariencia del rubio- Las trenzas en su cabello, la ropa de abrigo que debía portar en el territorio ori para que su cuerpo, menos preparado para las incongruencias del tiempo, desfalleciera por una hipotermia. Su expresión vacía, pero ojos llenos de color, y de emociones; Cruzándose, bailando, y destellando como las brasas ardiendo en el interior de una hoguera.
“Te odie. La primera vez que nos conocimos no podia soportar mirarte.” expresión sorprendida, link levanto la mirada del mundo que les rodeaba, para perderse en la expresión de su compañero. Siendo la primera vez que podia identificar… ¿Culpa?
 Arrepentimiento.
 Pero el caballero hyliano no le interrumpió en ningun momento. Tan solo mantuvo el silencio para seguir escuchando a donde iba a avanzar esta conversación. Pies balanceándose sobre el vacio, pero sus ojos nunca abandonaron la figura del Orni – ahora cabizbajo. Intentando poner en orden sus pensamientos antes de volver a abrir el pico. “¿Y por qué no iba a odiarte? Toda una vida dándolo todo, intentando ser el mejor. –Convirtiéndome en el mejor.” Ceño fruncido, miradas colisionando como el frio acero de varias armas haciendo contacto en el fragor de una batalla. “Solo para que llegaras tu, y te reconocieran porque sacaste la pajita más corta a la hora de nacer, y por ello una diosa te nombro su elegido”. Link abrió la boca para debatir sus argumentos. Porque sin duda la fama y el reconocimiento era algo que nunca había pasado por su cabeza. Y estaba seguro de que antes tampoco. Pero antes de poder formar ninguna palabra, antes de dejar fluir sus pensamientos como el agua en una cascada… Revali levantó una mano, para simbolizar que no había terminado. “Pase toda mi vida entrenando sin descanso. Para ser el mejor, y nunca pude competir contra ti, por tu derecho de nacimiento.”
 Revali estiro su brazo, su mano deseosa de agarrar la mano del caballero. Pero antes de que pudiera hacer contacto la retiró sin previo aviso. Observando con ceño fruncido dicha extremidad como si por su culpa estuviera sucediendo todos los males en el mundo. “Y entonces te conocí. Y me di cuenta que eres solo un idiota con un palo afilado” Link rio, una pequeña carcajada ante el insulto. Carecía de la ponzoña que solía escupir Revali. Solo sonaba… cansado.
 “Tienes los medios para terminar con el cataclismo y rescatar a tu princesa. ¿Porqué lo retrasas, solo para venir a verme?” Unos segundos de silencio, sus palabras más sinceras de lo que el propio Revali se creía capaz de transmitir. “Admito que cuento con una personalidad atrayente y que es normal que quieras disfrutar de todos mis conocimientos y hazañas. Pero-“
 “Si sello a Ganondorf. Temo pensar que ocurrirá contigo” Link interrumpió las palabras del Orni – Algo que sin duda habría cabreado muchísimo en un pasado al hombre pájaro. Pero su frase era tan pequeña que, pese a estar rodeados de una tranquilidad absoluta tan solo interrumpida por algún que otro graznido, si no hubiera estado prestando atención no habría sido capaz de escuchar.
 “Eres el campeón. El único que queda. Tu lugar está entre los vivos y no preocuparte por que nos pasara a los muertos” Una mano intentando rozar la mejilla del Hyliano, pero traspasando su cuerpo y provocándole un escalofrió. “Tan solo pido a Hylia que nos permita volver a conocernos en la próxima vida. Debo demostrar a todos que soy superior”
 “Revali, yo-“ Pero las palabras murieron en su garganta, dejando atrás tan solo vacio. De repente la figura delante de él había desaparecido. Era demasiado tarde para decir aquellas palabras que pesaban en su interior como un ancla tirando de él hasta el fondo del océano. Aquella frase seguiría siempre en el interior de sus labios, caducadas. Cien años después de que el remitente falleciera.
 Varios siglos después de la derrota de la calamidad: Un pequeño orni huye en mitad de una rabieta de la aldea. Maldiciendo a los otros niños del poblado metiéndose con él por su altura. Sus plumas azules erizadas debido al enfado. ¿Riéndose de él porque no tenía la altura suficiente para usar uno de los arcos de los adultos? Algún día les enseñaría que era mejor que todos ellos. Sus patas clavándose en el suelo con más fuerza de las que deberían, sintiendo la fría nieve bajo sus garras.
 Y entonces sus ojos se fijaron en otro niño, ojos azules como el cielo despejado, nublados por las lagrimas que estaban cayendo por sus ojos. Revali lo reconocia, el hijo de aquella familia de Hylianos que se había mudado hace poco para llevar el establo de la zona.
 El tampoco encajaba con el resto.
 “¡No derrames tus lagrimas por esos indeseables! Has conocido al gran Revali, y te dare el honor de disfrutar de mi compañía.” El joven miro hacia arriba, ojos cruzándose con los del hombre pájaro. Verde colisionando con el azul.
 “¿De verdad? ¿No te vas a enfadar como ellos?” pregunto en apenas un susurro, voz temblorosa y quebradiza, sin duda efecto de las lagrimas derramadas hace unos minutos.
 “¿Por quíén me tomas?” Ceño fruncido, arrugando el pico durante unos segundos. “Cuando sea un caballero mi deber es proteger a la gente. No meterme con ellos” Y le tendio la mano.
 “Eres gracioso. ¡Soy link!”  Agarro la mano contraria con una sonrisa.
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Te amo por siempre...
Afuera llovía, con una taza de café en mi mano miré su foto en un cuadro enmarcado sobre la pared y lloré…
Mi alma, mi esencia y todo de mí se han ido con ella, guardo la esperanza de que al abrir sus maletas me recuerde con el mismo amor que me entregaba todos los días, tan puro, tan grande e infinito.   No hay minuto en el que no extrañe su compañía, cálida, divertida y en ocasiones un poco indomable. Tan solo ahora puedo comprender que mi amor no fue suficiente para brindarle la más grande felicidad que esperaba, fracasé una y otra vez, me equivoqué más veces de las que puedo recordar y aún con todo eso nunca se fue, hasta hoy. Cierro mis ojos, y solo puedo imaginarme a su lado, para sentir el amor otra vez.
La lluvia sutilmente me regala una sonata acompañada del repicar de los relámpagos…
Me preparé cada uno de mis días para cuando llegara la despedida no doliera tanto, no puedo describir el dolor inmenso que sentí cuando nos vimos por última vez, llenó sus ojos de lágrimas y me dijo “cuídate mucho, te amo tanto”, y se marchó.
Miro por la ventana , y pienso en lo que la trajo hasta aquí. La vida no es un juego fácil y ella lo sabía de primera mano. Nació dentro de una familia campesina y desde muy pequeña ya conoció el dolor en la piel y en el alma. La rutina diaria comenzaba a las tres de la mañana, despertar para sacar a las vacas, ordeñar, cortar yerba, regresar para ir a la escuela y caminar por 2 horas todos los días. Algunos días no regresaba a casa, la enviaban a lavar platos o hacer limpieza en alguna casa con una de sus profesoras, porque así eran los negocios en esos lugares un saco de granos por servicios domésticos aún, cuando apenas tenía seis años. Extrañaba estar en casa, cerca de mamá, aunque no recibía el mismo amor y en vez de eso muchas veces el amor lastimaba.
Cuando completó el tercer grado escolar, fue retirada, para dedicarse a realizar los servicios domésticos en la hacienda, se requerían de más ayuda y mamá decidió que por ser la primera hija mujer debía ayudar. Al cumplir los 10 años la enviaron a un lugar muy lejos de casa, a otra ciudad con una familia no muy agradable. Las cosas no pintaban bien, terminaba pagando los platos rotos cuando algo no salía bien y los días parecían hacerse cada vez más largos y solitarios. La tristeza comenzó a quitarle el aliento. Un día solo despertó en la cama de un hospital, tan solitaria, con el corazón pidiendo a gritos volver a casa. Se quedó ahí por varios días nadie preguntó por ella y tampoco nadie la visitó. Hasta que por fin la enviaron de vuelta cuando pudo recuperarse un poco. Y los años pasaron, siempre la misma rutina, la misma canción, el mismo invierno.
Al convertirse en una bella adolescente de catorce años conoció a quien pensaba sería su primero y único amor. Se amaron como solo se aman los verdaderos amantes. Muchas veces planearon su vida descubriendo y experimentando nuevos horizontes en lugares lejanos, para lograrlo había que trabajar mucho. A veces el amor suele ser un poco ingrato. No existe un manual, ni estudios científicos que puedan explicar como funciona realmente. Para entender un poco debes sentirlo de una forma muy intensa o tal vez nunca puedas entenderlo. Las personas son felices con tan solo sentirlo y eso está bien porque al final del día es lo único que importa. Tuvieron que separarse por una larga temporada, ella dedicaba una oración a la Pachamama todos los días antes de dormir, para que trajera de vuelta al amor y con él cumplir todo lo que habían planeado. En los siguientes meses la gente comenzaron a rumorar, había encontrado una nueva vida junto a un nuevo amor y no regresaría. Lloró por largas lunas, le guardó un lugar muy especial en su corazón y ahí se quedó para siempre. Pero, solo fueron rumores.
Dicen que “Querer es poder”, pero a veces no es suficiente luchar por lo que se quiere, cuando la vida tiene otros planes para ti y te lleva hacia otro rumbo.
A los diecisiete, era toda una princesa. Con su cabello largo y oscuro, parecía salida de un cuento. Hermosa. Sus ojos eran tan brillantes como una noche estrellada de otoño. Cualquier hombre que la conociera se deslumbraba con su belleza, aun cuando solo escuchaban hablar de ella. Pero en el corazón ya no había espacio para nadie que deseara quedarse. No le interesaba el amor. Aquello se quedó atrás.
Una tarde cuando regresaba del campo, apareció un pretendiente. Hablaron muy poco. Él era uno de esos hombres que dejaban salir su perversión sin recelos, y no era agradable tenerlo cerca. Le propuso matrimonio. Por supuesto ella se negó. Quería guardar un poco de aliento por si algún día su amado regresaba. Bajó su mirada y cuando se disponía a marcharse de ahí, sintió un fuerte agarrón por el brazo derecho. Forcejearon por unos minutos hasta que un fuerte golpe en la nuca la dejo inconsciente. 
Los padres de esa época en situaciones como esta obligaban a casarse a la víctima con su agresor para tapar la vergüenza de que su pequeña ya no era más una niña. Así pasó. El verdugo se convirtió en esposo a quien debía respeto y sobre todo obediencia.
En la noche de bodas un muchacho se le acercó para invitarla a bailar, aunque ella se negó, fue suficiente para despertar al monstruo que tenía ahora se llamaba esposo. Él le propinó una fuerte paliza. Los golpes parecían no tener fin. Estaba cubierta de sangre. Sin nadie quien pudiera salvarla, Mamá y Papá creían que todo lo que sucedía debía ser así y se marcharon dejando a su pequeña en manos de un perverso ser que no conocía de amor ni de sentimientos.
Se la llevó a un lugar donde se suponía sería su nuevo hogar. Lejano y vacío. Como si la vida ahí no hubiera pasado. Se fue por cuatro días a trabajar, o al menos eso fue lo que dijo. Y la dejó ahí con unos cuantos granos tiernos para comer y un poco de yerbas aromáticas. Fueron largas y frías noches sin dormir. Las ratas merodeaban por la casa chillando y haciendo tanto ruido que era imposible descansar. Tenía miedo. Y la desesperación por salir de ahí era cada vez grande. Cuando regresó estaba totalmente borracho  y una vez más apareció el monstruo con golpes y abusos. Regularmente él llegaba con amigos y con alguna de sus esposas, bebían y fumaban por días. Ella tenía el deber de servirles con comida y más bebidas.
Una noche, en una de esas reuniones, hubo un silencio prolongado, salió a ver lo que sucedía y por la ventana de afuera descubrió a su esposo y a una amiga cercana juntos. Entró furiosa, pero antes de reclamar sintió un fuerte golpe en la cara y los dos le dieron una fuerte paliza, más que doler en el cuerpo fue lastimada en el alma. Todo el tiempo fue igual, el mismo cuento, los mismos golpes, y el mismo engaño.
Tiempo después regresaron a casa de los suegros, para ese entonces ya no estaba sola, dos pequeños angelitos habían llegado a brindarle compañia y un poco de amor. Las cosas solo empeoraban ya no eran las ratas sino los demonios que le rondaban como familia, las cuñadas, los suegros todos se creían tener el poder de golpear y humillar cuantas veces podían sin que nadie hiciera nada por ella. El trabajo era en madera, por ello la obligaban a cargar grandes y pesados troncos para venderlos en el mercado de madera, el dinero nunca llegaba a casa, se quedaba en las cantinas, mientras ella debía pedir comida para sus pequeños. No había día en que podía dormir en paz, todos los días llegaba ebrio con sus demonios despiertos. Si alguna vez la amó un poco, lo había olvidado.
En los años que transcurrieron la familia se agrandó, uno de los más pequeños, era muy inteligente, se escabullía en las noches por los alambres de casa para robarse una cobija cuando podían escapar y refugiarse en lo profundo del bosque, una noche cuando los golpes casi le quitan el aliento, prometió a su madre que crecería pronto para construir una casa enorme muy lejos para que papá ya no pudiera golpearlos.
Esa casa gigante y lejana, imagino que se está construyendo. Esta parte me ha dejado con un nudo en la garganta. Recuerdo que cuando me la contó nos habíamos sentado a tomar una taza de café por la tarde como era costumbre, y no pude decir nada tan solo me quedé callada, la nostalgia me quitó el aliento.
Unos días después de aquella noche, salieron a vender madera como era el negocio, hasta que llegó una noticia que terminó derrumbando toda su vida. Su pequeño escurridizo, se había ido. Cuando llegaron a casa lo encontraron dormido sobre una mesa con una mueca como sonrisa, pienso que fue a construir la casa para mamá que tanto había prometido.
Con el corazón herido, encontró una oportunidad para enviar a su pequeño ahora adolescente primer hijo, lejos, a un lugar donde se pueda soñar con una vida mejor y donde nadie volvería jamás a golpearlos. Hizo todo lo que pudo, pidió prestado dinero, vendió muy pocas cosas de las cuales no se daría cuenta que faltarían y dejó que se marchara. Mientras ella seguiría luchando junto a sus otros pequeños. Fue una vida triste, llena de golpes, engaños, muchas veces aquel perverso hombre, intentó matarla, pero ella fue más fuerte y ni una bala perdida pudo derrumbarla.
No fue fácil al comienzo, trabajaba en todo lo que podía lavando ropa ajena, en el campo o como empleada doméstica. Todo lo hizo por amor. Tiempo después se mudaron a esta ciudad y tuvo que dejar ir a dos de sus amores para que buscaran su propio camino. Aquí pude conocerla completamente y amarla. Aunque nuestras diferencias han sido bastante grandes, nos amamos. La historia es mucho más larga, pero creo que con un extracto de ella se puede comprender los designios del amor.
Te amo por siempre mamá…
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you-moveme-kurt · 5 years ago
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Glee «6 days for Christmas»
Diciembre de 2041
-Vaya, y con 350 cosas por hacer, me alegra que tengas tiempo para estar recostado leyendo una revista… —dijo Kurt al tiempo que entraba en la habitación. -Hola… —dijo Blaine de lo más feliz— bienvenido a casa— agregó dejando la revista de deportes sobre la mesa de noche— ¿como te fue?— preguntó incorporándose un poco. -Muy bien, aunque creo… creo y necesito tu cuerpo de manera urgente…. —contestó dejando caer los brazos como si de pronto se hubiera quedado sin baterías -Pues eso lo tienes cuando lo precises… ven… —respondió Blaine abriendo sus brazos, Kurt sonrió y se aproximo a la cama dando pequeños saltos como de duende navideño, se subió a la cama por su lado y se recostó casi encima de su esposo, Blaine sonrió y se acomodo un poco para que ninguna de sus partes importantes  sufriera de aplastamiento— ¿mucho trabajo? -Un poco, bueno... mucho en realidad, pero estoy así por un problema del que no quisiera hablar, si no me pondré furioso de nuevo… —dijo arreglándose más sobre él. -Siento escuchar eso… pero si algo te puso furioso, créeme que te sentirías mejor si me lo cuentas… -No, porque entonces tú también te pondrás furioso porque te pondrás de mi parte, y con uno de los dos que tenga la tensión sanguínea alterada es suficiente…
-¿Dijiste ponerme de tu parte?... Kurt… —dijo moviéndose un poco para mirarlo a la cara— ¿alguien te hizo algo?... -No… —contesto sonriendo complacido ante aquel derroche de proteccionismo varonil— pero sí se pusieron de acuerdo para hacer mi tarde miserable...—dijo volviendo a acomodarse. -¿Que paso? -La gente que no ensaya  las coreografías, es lo único que pido, además de que sean puntuales, es que  lleguen con la rutina aprendida… pero que les puedes decir… -Eres el director, puedes decirles lo que sea… —advirtió Blaine dándole un par de besos en la cabeza. -Lo se… —dijo Kurt soltando un suspiro— pero en vez de reprenderlos, ¿quieres saber lo que hice?... -¿Despedirlos a todos? -No… un momento… —dijo incorporándose— ¡debí despedirlos a todos!... ¿que pasa conmigo?...  —agregó como si se reprendiera en silencio. -Kurt, no puedes despedirlos a todos, tienes funciones agotadas de aquí al próxima primavera… arriesgarías unas cuantas demandas de todo tipo —recordó Blaine riendo. -Es verdad.. ¡uy!... —exclamo empuñando sus manos, luego soltó un resoplido como de gato y se volvió a recostar sobre el pecho de su esposo— te juro y la próxima obra la haré solo con estudiantes de primer año de cualquiera de las escuelas de arte de New York. -¿Por que ellos si son más disciplinados? -No… porque a ellos si que los puedo despedir sin temor a demandas o algo... -Muy cierto… ahora mejor cuéntame lo que hiciste… -Si… lo que hice fue pararme frente a todos y decir… «esto es lo que quiero que hagan» y no me preguntes como pero hice la toda la coreografía de segundo acto, de corrido y sin equivocarme… -No tengo que preguntar «el como», tienes talento para hacer eso y más… —dijo Blaine volviendo a lo de los besos. -¡Me encanta que me alabes tanto!... es como si nunca pudiera estar deprimido a tu lado… -Todo mi ser estará dedicado a que eso no suceda nunca… -Gracias… -Por nada… ¿quieres escuchar lo que hice hoy dia? -Además de estar tirado aquí leyendo sobre… —Kurt se estiró un poco para alcanzar el ejemplar de «Sports Illustrated» que Blaine había dejado sobre la mesa de noche— ¿Joe Barrow?... ¿quien demonios es Joe Borrow?... —pregunto mirando el jugador de «football» que acaparaba toda la portada. -Es el hijo del jugador de Ohio que ganó el «Heisman Trophy» en el 2019… —Kurt levantó una ceja como si aquello le faltara algo para ser interesante— tenía 23 años y con esa edad logró ser transferido a los LSU Tigers… -¿Y es esta persona? -No,  ese es su hijo que se llama igual y que al parecer sigue la misma senda de talento que su Papá… -Vaya… interesante… —dijo Kurt blanqueando los ojos, puso la revista de vuelta  y volvió al lugar placentero donde él estaba segundos antes. -Lo es… -Continua… -Bueno… además de leer sobre Joe Burrows y Joe Burrows Jr., hice 320 de las 350 cosas que dijiste y estaban pendientes antes de nuestro viaje de mañana a Londres… —Kurt se incorporó como en cámara lenta y lo miró entre divertido e incrédulo. -¿Es verdad eso?...  —preguntó mirándolo de medio lado. -Muy verdad porque, le entregue los bonos de navidad al Señor Jenkins, al cartero y a Julianna, envolví los obsequios que faltaba por envolver, hice nuestras maletas, con Noah llevamos a «Mister Stephen Whiskers» al veterinario y, si no se me olvida nada… termine coordinando  con Dylan nuestra llegada a la capital del Reino Unido… —explicó Blaine mientras enumeraba con sus dedos todas las cosas que había hecho a medida que las decía. -¡Vaya mañana que tuvo Señor Anderson-Hummel! —exclamó moviéndose a su lado de la cama— pero no se porque dices que te faltaron cosas por hacer, a mis oídos eso es todo lo que faltaba… —añadió acomodándose en uno de sus lados, apoyó la cabeza en una de las manos y se le quedo viendo con cara de travesura. -Pues lo digo porque no limpie el refrigerador… —explicó Blaine aproximándose a él— se que no quieres que quede nada perescible dentro, pero como hoy llamo Lizzie diciendo que necesita ver un par de libros de los que tenemos aquí para una investigación, pensé que podríamos invitarla a cenar y ocupar en la comida la mayoría de las cosas…—dijo mientras le corregía el peinado a la altura del flequillo de la frente -Muy bien pensado… ¿tú prepararás la cena?... -¿¡Que!?... ¿por qué? —exclamó apartándose. -¡Vamos!... ¡yo estoy cansado!, ya te dije que estoy inmensamente cansado, además con todo el baile que tuve que hacer, me duelen los pies como ni te imaginas… —agregó  sentándose para tocarlos por sobre el calzado que vestía. -Kurt… -Por favor… —insistió haciendo una mueca de niño mimado. -Esta bien… —dijo Blaine como de mala gana— yo haré la cena… —añadió levantándose— y aunque no debería,  te ayudare con ese dolor que sientes… quítate las botas… — pidió entrando al baño. -¿Estas hablando enserio? -Mucho… —respondió saliendo con una botella de loción humectante. -Pero tú también debes  de estar cansado, por algo estabas aquí recostado… junto  a los Burrows... —dijo desprendiéndose de lo que calzaba de todas maneras. -Lo estoy, pero consideralo como un regalo especial por la proximidad de la Navidad… -Pero ya me diste mi regalo correspondiente a  este dia… -Consideralo como uno extra entonces… —dijo subiendo otra vez a la cama, se arrodillo a los pies y se dispuso a quitarle los calcetines. -Seguiría con mis argumentos que te persuadan de no hacerlo, pero sus manos son una bendición Señor Anderson-Hummel… -Lo se… —dijo sonriendo engreído, acto seguido  procedió a quitarle el primer calcetín, lo jalo desde la punta y lo tiró hacia atrás de manera despreocupada. -¡Oigan!... —grito Lizzie con la media en la cabeza. -¡Cariño!... —exclamo Kurt sentándose recto para aparentar normalidad. -Princesa… —agrego Blaine haciendo lo mismo al final de la cama. -¿Interrumpo algo?... —pregunto la chica mirándolos a ambos de manera bien ceñuda. -No interrumpes nada Princesa… ven mejor a saludar a tus padres… —dijo Blaine levantándose y haciéndole una seña para que se acercara, Lizzie los volvió a mirar antes de decidirse a abrazarlos a ambos, Blaine al envolvió en sus brazos y le preguntó cómo  estaba unas cuatro veces, Kurt hizo lo mismo agregando otras tantas de  «que haces aquí» -¡Ay Papá!, le avise al «Papáblen»… ¡hola!... — respondió subiendo a  la cama. -Algo me dijo… ¿que necesitas hacer un reporte o algo?... —pregunto Kurt moviéndose hacia un costado. -Así es… estamos escribiendo sobre el machismo en la televisión, en el cine y en las canciones… así es que necesito consultar libros de música y programas de los años no se cuanto… ¡hola!... -¿Y eso lo encuentras aquí cariño?... —dijo Kurt ofendiéndose de inmediato por aquello de lo de los años -¡Obvio!... ustedes tienen películas y libros sobre Hollywood como para hacer un museo…¿donde esta el «Goblin»?... —preguntó acomodándose más en la cama como si fuera la propia. -Esta en su cuarto Princesa, aparentemente, luego de la visita al veterinario, «Mister Stephen Whiskers» esta nervioso por el viaje a Londres… -¡Ay el «Goblin»!... ¡es tan tierno!… lo extraño mas que a nadie… no se ofendan… —dijo mirando a sus dos padres de manera alternada. -No nos ofendemos cariño… ¿necesitas ver libros entonces?... —pregunto Kurt haciendo ademán de levantarse. -Si… pero yo se donde están… no te preocupes… —respondió la chica haciendo su maniobra acostumbrada para bajarse de la cama. -¿Te quedas a cenar Princesa? -Si me invitan… —dijo Lizzie haciendo gestos como de señorita ultra educada. -Por supuesto que si… ¿tienes todo listo para mañana? -Todo super listo «Papáblen», por eso quiero dejarle toda la información a Lauretta para que ella vea que es lo que sirve… —respondió mientras se miraba en el espejo del vestidor. -¿Lauretta?... —repitió Kurt mirando de reojo a su esposo, Blaine no supo si era porque no la conocía o por lo extraño del nombre de la nueva amiga de su hija. -Si… es una chica de mi clase de «cultura popular», es super extra simpática, aunque un poco rara… —agrego como pensando en aquello— en fin… buscaremos información sobre las ocasiones en que las películas y la música ha sido ofensiva para las mujeres… -Creo que tendrás gran material cariño... -¡Lo se!... el otro día estábamos escuchando la peor canción, se llama «Baby, It's Cold Outside» y... -¿Disculpa?... —dijo Kurt levantando un poco su ceja. -¿Que?... ¿la conoces?... —pregunto de vuelta  apuntándolo. -Un poco… —respondió abandonando la cama— ¿por que dices que es la peor?, ¿que hay con ella? -¡Es super extra sexista!... ¡hola!.. —exclamo Lizzie levantando los brazos, Blaine soltó una risa y Kurt abrió sus ojos como si escuchara lo increíble— ¿que?—repitió al ver la cara que ponía su Papá— es la verdad, la chica de la canción quiere irse y el tipo no la deja, que le toma la mano, que le da de beber, y después la hace sentir culpable diciendo «¿cómo puedes hacerme esto?» o no se que… violación a los derechos de la mujeres… ¡hola! -Princesa… —se adelantó en decir Blaine al notar que su esposo parecía y le estaba dando una embolia o algo parecido— esa canción esta en un contexto…  es un poco simple de tu parte  interpretarla así... -¿Por qué?… ¿no la han escuchado acaso?... -Más que eso en realidad… —dijo Kurt cruzándose de brazos. -Un momento… —dijo Lizzie abriendo sus dos manos— ¿ustedes cantaron esa canción? -Más que eso en realidad… —repitió Blaine sonriendo al recordar lo que aquella pieza musical significaba para él y su esposo. -¡Que demonios! -Lenguaje Lizzie Anderson… —advirtió Kurt apuntando. -¡Ay Papá!... ya soy super adulta… ¡hola!... —dijo Lizzie dando un puntapié en el piso como si en realidad no fuera tan adulta como reclamaba que era. -Tal vez… pero tu hermanito no lo es y no quiero que escuche lo que no debe… -Entonces deberían de prohibirle escuchar esa canción sexista… ¡hola! -Pues fijate que ese tema que te empeñas en criticar ganó un oscar… —dijo Kurt como si eso pusiera fin a la discusión, Lizzie hizo una mueca como si repitiera lo de  «que demonios» pero en silencio.. -Princesa… esa canción fue escrita en 1944, era un momento muy diferente de la historia… si bien puede sonar como sexista como dices, en ese tiempo que una mujer rechazara por todos los medios a quien quería algo con ella era muy bien visto, estaba casi obligada a hacerlo por un asunto de reputación… incluso si ella estaba interesada en su galán  por decirlo de alguna forma… —Lizzie frunció el ceño sin convencerse para nada— piensa que si las mujeres se comportan de una forma en este siglo y esta bien, que lo hicieran de otra en el pasado, también esta bien… -Solo lo dices porque es la primera  canción que cantaste con el Papá y lo recuerdas como lo más preciado o no se que… —Blaine sonrió como avergonzado y Kurt sintió que se derretía allí mismo. -Tienes razón y lo más probable es que mi opinión este sesgada aquí, pero solo promete algo… antes de criticar, infórmate lo mas posible y busca otras opiniones, pero por sobretodo amplia tu mente, porque lo que se ve una forma, con el paso del tiempo puede verse de otra, como ese primer dueto con tu Papá… en aquella ocasión para mí fue solo un ensayo previo a una presentación… pero después, cuando me enamoré de él… se convirtió en uno de los mejores momentos de mi vida… —termino por decir Blaine sonriéndole a su esposo, Kurt volvió a sentir que tendrían que recogerlo con un trapeador y un balde. -¡Bien!... hablaré con mi profesora… y con otras organizaciones feministas… ¡uy!... pero solo lo hago porque la  historia de amor de ustedes es la mas bonita de todas… ahora voy a buscar los libros…—dijo caminando hacia la puerta—  pero primero saludare al «Goblin»… ¡los amo padres! —exclamó saliendo— ¡y recuerden que me invitaron a cenar!... —gritó por el pasillo. -Iré a preparar la cena entonces… tenemos una Princesa muy hambrienta… —dijo Blaine señalando hacia atrás por sobre su hombro. -Espera un segundo… —añadió Kurt acercándose lo miró un instante para después sonreír y sorprenderlo con un buen beso, se aparto luego de un par de segundos que se sintieron  como horas  y sonrió engreído al ver que Blaine se quedaba como en las nubes— ¿estas bien? -¿Quien?... —pregunto soltando un suspiro -Usted Señor Anderson-Hummel… -Muy bien… muy extremadamente bien...—respondió tomando más aire— ¿por qué fue eso? -No se… asumo y es mi manera de decir que aquel momento en que cantamos  «Baby, It's Cold Outside» en Dalton, también es el uno de los mejores de mi vida… -¿Aunque hoy se considere sexista? -Pues para mi no lo será nunca…  —termino por decir sonriendo enamorado.
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mysteryweb · 5 years ago
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AU!Soulmates + Egipto 👨‍❤️‍👨
Atención: No tengo idea alguna de cómo era la cultura egipcia en esa época. Escribí esto después de haber leído este post.
“Jnumhotep llegó tarde a la plegaria matutina al dios Ra. Su pequeño hijo no lo dejó dormir en toda la noche porque quería jugar con su padre. ¿Y quién era él para negarle algo a su amado retoño?
Pudo entrar a hurtadillas al templo, pero un mal paso lo hizo tropezar. Estuvo por caer al suelo, pero una mano ajena lo agarró del brazo y lo ayudó a arrodillarse.
—¿Te encuentras bien? —le dijo. Un hombre vestido como él, pero a quien jamás había visto.
—Lo siento. Gracias.
La plegaria continuó. El sacerdote que la encabezaba no se dio cuenta de lo sucedido.
Jnumhotep esperaba que el feroz latido de su corazón no se oyera más allá de las paredes de su cuerpo. Su brazo y su cintura, que habían sido tocadas por aquel sujeto ardían como si hubieran sido marcadas a fuego.
Las plegarias finalizaron y los sacerdotes comenzaron a dispersarse en pequeños grupos. Jnumhotep buscó con la mirada a quien lo había auxiliado, pero no lo encontró. Al menos, no después de unos instantes en que él se le acercó y llamó su atención.
—Disculpa —su voz hizo que el grupo despidiera a Jnumhotep y lo dejara solo con el recién llegado—. Quería saber si estabas bien.
—Sí. Gracias.
—Deberías dejar de agradecerme tanto —le pidió el hombre de brillante sonrisa.
—Realmente lo siento —resopló el aludido—. No he pegado un ojo en toda la noche y llegué corriendo.
—¿Has desayunado?
—No he podido.
—¿Te parece que comamos algo antes de ir ante el faraón?
—¿Trabajarás en el palacio? Nos encontraremos ahí entonces.
—¿Trabajas en el palacio? ¡Vaya casualidad! ¿Qué ocupación tienes?
—Me encargo del cuidado de las manos de los ocupantes del palacio —ambos estaban descendiendo por las escalinatas del templo, pero el hombre se detuvo y lo miró. Jnumhotep sintió perderse en el cielo que era su mirada—. ¿Qué sucede?
—Me han convocado para ser embellecer las manos de la esposa de mi faraón.
—Eso quiere decir que van a despedirme... O peor...
La expresión de terror de Jnumhotep hizo sonreír al hombre frente suyo.
—A propósito, mi nombre es Nianjjnum. Encantado de conocerte, rival.
Jnumhotep se sonrió por el título obtenido.
—Jnumhotep. Mi nombre es Jnumhotep.
Contrario a todos los malos pensamientos que habían atravesado la mente de Jnumhotep, el recién llegado fue asignado al mismo puesto que él, sin preferencia alguna por parte del faraón, que sabía de la ocupación paralela como padre de quien cuidaba de sus manos, y por nada del mundo quería que flaqueara en sus tareas. No podía demostrarlo, pero a Nyuserra Ini le agradaba el muchacho de cabellos revueltos. Debido a su ocupación y al constante contacto con el otro, en poco tiempo las dudas y miedos de Jnumhotep y Nianjjnum se despejaron. Fue en un festival en honor a Ra que ambos se escabulleron a las aguas del río que serpenteaba cerca del templo y fueron honestos el uno con el otro.
—El agua parece estar teñida de color dorado —dijo Jnumhotep dejando que una de sus manos moviera las aguas. Nianjjnum atrapó su mano y entrelazó sus dedos a ella. Jnumhotep cerró los ojos. Su interior estaba siendo preso por una sensación inexplicable. El hombre a su lado le tomó del mentón con ternura y lo hizo girar su cabeza hacia él para apoyar su nariz sobre la suya. Era un contacto tan íntimo y personal que hacía que a ambos le doliera el pecho—. Quiero que nos quedemos aquí. Así. Para toda la eternidad.
—Vamos a pedírselo a Ra. Él oirá nuestras plegarias.
El tiempo fue benévolo con ambos. Sus familias nunca pasaron hambre y llegado el momento de su muerte sólo pidieron estar juntos.
Ra le concedió a los amantes su pedido. En las paredes de su tumba fue dejado a la posteridad sus figuras abrazadas y con las manos entrelazadas, y sus narices tocando la del otro.
Peter estaba llegando tarde a clase. Su despertador no había sonado y May se había ido temprano a trabajar. Maldijo haberse quedado toda la noche viendo documentales sobre la quinta dinastía egipcia. Llegó agitado y sin hacer ruido entró a la clase. Si lograba llegar a su asiento sin llamar la atención seguiría teniendo el buen trato del profesor de Historia Egipcia. Un mal paso lo hizo tratabillar, pero una mano ajena evitó que cayera rodando escalones abajo.
—¿Te encuentras bien?
El muchacho que lo salvó le enseñó unos dientes brillantes a través de sus sonrisa y una mirada azul cielo.
—Sí, lo siento —titubeó Peter.
—Siéntate aquí —le dijo el muchacho, haciéndose a su lado para que el recién llegado ocupara su lugar. Sosteniendo la correa de su mochila, Peter asintió y se sintió a su lado. ¿Era imaginación suya o estaba oyendo los latidos de su corazón en su oído? Miró de reojo al muchacho. Debajo de una ventana abierta en su laptop, divisó una imagen que había visto la noche anterior y que pareció atraparlo por completo hasta el punto de lo haberlo dejado dormir.
—Eso es...
Susurró Peter, señalando lo que se asomaba debajo de la ventana a la que su compañero parecía ya no estar prestando atención.
—Es un dibujo en la tumba de-
—Nianjjnum y Jnumhotep.
El aludido volvió a sonreír.
—Sí. Tengo como una especie de obsesión con ese par. ¿Sabes que existe la posibilidad de que hayan sido amantes? Mira —el muchacho minimizó la ventana y apuntó el fondo de pantalla con el lápiz que tenía en la mano—. ¿Puedes apreciar que sus narices parecen estar tocándose?
—Es una muestra de afecto demasiado íntima entre dos personas durante esa época.
—Exacto —la mirada del muchacho parecía brillar ante las palabras de Peter—. Demonios... Pensé que era el único que estaría interesado en este par...
—¿Señor Beck? —llamó su atención el profesor, ocasionando que el muchacho sentado al lado de Peter se volviera hacia él—. ¿Puede comentar con el resto de la clase qué es eso tan importante que está murmurando?
El muchacho se puso de pie y se rascó la nuca.
—¿Recuerda que le dije que haría solo ese ensayo sobre dos personas que vivieron durante el reinado de Nyuserra Ini?
—Sí, Nianjjnum y Jnumhotep. Pero le dije que sería un tema polémico de abordar con la dirección que usted quiere darle...
—Bueno, he encontrado a mi compañero.
La sonrisa que le enseñó a Peter en ese momento hizo que su corazón diera un respingo.
—A propósito, mi nombre es Quentin Beck —le dijo una vez tomó asiento—. Encantado de conocerte, compañero de investigación.
Peter se sonrió por el título obtenido.
—Peter. Mi nombre es Peter Parker.
Quentin volvió su vista a Peter y lo escudriñó.
—Disculpa que pregunte algo tan extraño como esto, pero, ¿nos conocemos de algún otro sitio? Estoy seguro de haberte visto en algún otro lugar.
—Seguramente por los pasillos. Estamos en la misma carrera después de todo, ¿no?
—Claro. Tienes toda la razón. Nos debimos haber cruzado en alguna otra clase. Pero —Quentin se quedó mirando a Peter—... Olvídalo. Tuve como una especie de déjà-vú. ¿Tú crees en esas cosas?
—Nunca he experimentado algo así.
—No lo sé. Esa mirada que parece oro... Estoy seguro de haberla visto en algún otro sitio.
Ante sus palabras, Peter desvió la vista. Sacó todo lo necesario de su mochila e intentó de prestar atención a la clase que seguía ajena a lo que estaba sucediendo.
—¿Vidas pasadas, quizás? —dijo de repente.
—¿Perdón?
—Dije que quizás nos habremos conocido en alguna vida pasada.
—Es probable. Es casi un hecho que esté seguro de ello.
Sus miradas volvieron a cruzarse, cómplices, ambos jóvenes sonrieron.
Ra le concedió a los amantes su pedido. Sin importar las vidas que pasaran reencarnando, en su destino estaba marcado enamorarse perdidamente el uno del otro. No importaba el nombre. El corazón siempre sabría donde estaba su alma gemela. Y los designios del destino siempre entretejerían sus complejas tramas para que los amantes se encontraran, sin importar la distancia, el tiempo o el lugar.”
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scyllua · 6 years ago
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(Esta es una entrada originalmente escrita en mi blog y publicada aquí con este formato... porque el dashboard de Tumblr no muestra toda la codificación HTML.)
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Como bien lo ha hecho ver RavenTears, el cap.200 de Golden Kamuy nos dejó literales viñetas de Tsurumi para el recuerdo... y varias preguntas para el fandom. Aunque nunca he considerado en detalle las razones de Koito para admirar a Tsurumi -la carisma de éste como líder ya es suficiente para inspirar a sus hombres-, sí me he preguntado por los motivos que podría tener Koito Heiji para cooperar con aquél. El ataque a Abashiri en los vol.13-14 y el que luego Heiji pidiese explícitamente que Koito fuese a Karafuto me hacen pensar que tiene un nivel de complicidad más profundo con Tsurumi, ya que no parece que haya participado de una masacre en una prisión porque casualmente estaba dispersando una plaga de langostas en la zona (la versión oficial), o que haya enviado a su hijo a conocer una agreste región del hemisferio norte como un trabajo de campo. Tomando en cuenta que Heiji es un hombre comprometido con su deber como militar, no me era muy viable la posibilidad de que cooperara con Tsurumi porque compartiese sus intenciones golpistas... hasta que los cap.197-200 me hicieron ver la relación de los Koito con Tsurumi bajo otra luz. Después de todo, ¿cómo podría negarse Heiji a ayudar al hombre al que le debe la vida de su hijo?
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Antes de los cap.197-200, hubiese dicho que para que Koito dejase a Tsurumi se necesitaría de una situación tan contundente como el que el joven encontrase a su ídolo con la pistola humeante de pie frente a los cadáveres de su padre y de Tsukishima, o un ejemplo así de metafórico, definitivo y traumático. El arco más reciente del manga no nos ha dado una situación ni remotamente tan extrema, pero sí especulo que quizás, QUIZÁS, sirva para crear las primeras resquebrajaduras en la imagen de Tsurumi que Koito tiene de él. Baso parte de mis especulaciones en el que los eventos del manga parecen estar convenientemente alineándose. Está, para empezar, la presentación de Kikuta y Ariko, quienes tendrían -al menos el primero- una conexión más profunda con la trama, a diferencia de otros personajes episódicos o secundarios. Dado que Noda los ha incluido relativamente tarde en la historia -a pesar de que el manga revela que Kikuta ha sido una persona de confianza de Tsurumi desde hace años-, especulaba que podrían servir como refuerzos de Tsurumi, puesto que éste no cuenta actualmente con su figurativa mano derecha ni su espadachín de Satsuma, y el manga nos daba pistas sobre un futuro enfrentamiento entre la 7ma División y Hijikata.
Aunque los capítulos pasados sí nos dieron un enfrentamiento contra parte de la banda de Hijikata, aún espero la reaparición del samurai en la trama. Pero mientras pensaba en esta posibilidad, me salieron al paso otros tantos puntos que considerar una vez llegado al significativo -en términos de publicación- capítulo 200. Algunos de los puntos que RavenTears y yo compilamos serían:
1. Un meteorito podría caer sobre Karafuto o Hokkaido y borrar del mapa a las islas. Aunque si bien éste es nuestro escenario por omisión para decir que algo inesperado y finiquitante podría ocurrir en la trama, lo cierto es que dada la ubicación geográfica de ambas islas, sí es posible que un meteorito impacte allí. Después de todo, el incidente de Tunguska tuvo lugar en Siberia en 1908, en la época en la que se desarrolla el manga. En fin -y mientras pensamos en otro recurso narrativo para usar como ejemplo-, la idea es que en GK siempre tendremos presente la posibilidad de que algo realmente inesperado ocurra. 2. Dado que los eventos recientes del manga nos muestran a parte de la 7ma División al sur de Hokkaido y Sugimoto & co. se encontrarían en el norte de Karafuto, sería un largo viaje hasta que ambos grupos se reencuentren. Después de todo, al manga le tomó siete volúmenes el llegar a ese punto, tanto geográfica como narrativamente. Este punto nos hizo considerar una posibilidad. Debido a el manga está narrado cronológicamente, con eventos anteriores contados a través de flashbacks, he asumido que los eventos recientes han estado teniendo lugar en simultáneo. Ie. mientras que Kikuta y Ariko se ganaban la distinción de ser los primeros personajes de este manga que son presentados ya desnudos en Noboribetsu -puesto que lo común es que el cast pierda la ropa mientras se desarrolla el nudo argumental-, Sugimoto & co. se encontraban en una situación tensa en un hospital en Karafuto. Pero dado que Noda no suele dar fechas ni ubicar la trama en una línea temporal, quedaría la posibilidad de que los eventos recientes no hayan tenido lugar cronológicamente. Habría lugar para un posible escenario en el que Kikuta esté dejando su habitación en el hospedaje en Noboribetsu sólo para cruzarse en el pasillo con un hombre con el rostro cruzado de cicatrices, tres soldados de la 7ma División, una chica Ainu y un convicto fugado al que, afortunadamente para él, ya no buscan de forma activa... los mismos que discuten sobre cómo es que el viaje de regreso a Hokkaido no fue nada fácil, sobre todo después de que perdieran al séptimo miembro del grupo allá en Karafuto tres meses atrás y cómo vuela el tiempo, ¿no?[1] Lo descrito líneas arriba es mi escenario quasimeteorito, es decir, el que pienso que es posible, pero que probablemente no ocurra tal cual. Si Noda no introduce más subtramas y sólo se centra en hacer que el grupo de Sugimoto regrese a Hokkaido, bien podría hacer uso de una narración "compactada", contando sólo lo esencial para hacernos partícipe del viaje de retorno... o podría apresurar las cosas con una elipsis narrativa bien colocada. 3. Un obstáculo literal para que el grupo de Sugimoto se pusiese de marcha y volviese a Hokkaido era cierto personaje, por lo que yo había especulado que Noda tendría que quitarlo de la trama activa de manera temporal -haciendo que se quedara atrás/escapara/fuese abandonado, etc.- o definitiva. Pues bien, nuestro elusivo francotirador ya salió de la trama, pero como confiamos en que su regreso se dará en un futuro quizás no tan lejano, quizás no tan cercano, desde ya esperamos su vuelta. Recuperado, reequipado y ahora usando su ojo y mano izquierdos para disparar ya que, si nunca mencionó que hablaba ruso, pues también está la posibilidad de que hubiese olvidado contar que era ambidiestro. En cualquier caso, creo que podemos tener la certeza de que incluso con el ojo izquierdo cerrado seguiría teniendo mejor puntería que Sugimoto.
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Y con la certeza de que veremos al gato más adelante (quizás pronto, quizás no tanto), paso a escribir acerca de las especulaciones que tenemos para capítulos venideros.
El primer tema a discutir que nos dejó el arco argumental más reciente tiene que ver con las intenciones de Tsurumi. El manga no revela explícitamente que fuese él quien estuvo detrás de toda la farsa del secuestro de Koito, pero deja suficientes pistas que -en base a la que yo creo que es la premisa de GK: nada pasa sin una razón- serían bastante concluyentes. Así es como RavenTears y yo pensamos que Tsurumi armó la farsa con el único propósito de ganarse la confianza de Koito Heiji: qué vínculo más cercano que el deberle gratitud al hombre que salvó a tu hijo. En la historia de Tsukishima -que es otro flashback que también deja que el lector saque sus conclusiones- se nos muestra que Tsurumi se tomó bastante molestias y armó un plan complicado para hacer que lo perdonaran y fuese liberado: tiene sentido pues que haya montado una farsa -bastante histriónica- con sus hombres para ganarse a un oficial de la Marina con dinero, poder y conexiones (recuérdese era un conocido cercano de Hanazawa Koujirou, el padre de Ogata, quien tenía el segundo rango más alto del ejército). Siendo Tsurumi, siempre quedará la posibilidad del quasimeteorito, por un lado, y el que el secuestro de Koito haya tenido otras intenciones ocultas que quizás se nos revelen más tarde, por el otro. Mientras tanto, RavenTears y yo seguiremos pensando en que Tsurumi no se anda con medias tintas si se trata de reclutar ayuda, cómplices, aliados y seguidores, llegando a ejecutar planes tan complicados, que incluyen hasta determinar cuál será su mejor lado cuando entre a rescatar, cual héroe del día, al adolescente en peligro.
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Pues aquí, chillin' y siendo nada conspicuos soldados incapaces de, digamos, secuestrar adolescentes.
Con respecto a Koito, el manga ha sido cuidadoso en no mostrarnos su reacción ante los eventos actuales, refiriéndonos específicamente a que si acaso logró conectar a Ogata con su secuestro de adolescente. Tal y como ocurre con Tsurumi y su rol como el autor intelectual detrás del secuestro, tampoco se nos dice específicamente que Ogata haya estado involucrado... pero, vamos, sacar en claro su identidad a partir de las pistas que ha dejado el manga es todavía más fácil. Personalmente, pienso que el propósito -o al menos uno de ellos- de este arco ha sido el que Koito conecte los puntos necesarios para vincular primero a Ogata con su secuestro y quizás, LUEGO, a su secuestro con Tsurumi. Y si bien la única pista para identificar a Tsukishima como el otro secuestrador -el Sombrero Negro- es que habla ruso (puesto que todavía no conocemos de las capacidades lingüísticas de Kikuta), se me hace bastante notorio -y sospechoso- también el que no haya participado de los eventos recientes. Debido a su estado físico, Tsukishima es el único al que aparentemente dejan atrás cuando el grupo lleva a Ogata al hospital en el pueblo, otro evento que se alínea de manera conveniente con el resto. En términos argumentales, pienso que no estuvo presente durante la fuga de Ogata para evitar que interactuara con éste; a pesar de que ambos no han vuelto a cruzar palabra desde el lejano vol.8, siempre quedaba la posibilidad de que el gato montés, además de mostrar su típica condescendencia con Koito, también deslizara alguna que otra frase con Tsukishima presente que dejara ver que ambos ya estuvieron involucrados con el joven en el pasado.
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RavenTears hizo varias observaciones que me parecieron importantes al respecto, así que las transcribo aquí. ¿Por qué Ogata no mató a Koito en el hospital? Si me preguntasen, yo diría que por el imperativo narrativo: Noda se ha mostrado bastante reacio a matar a sus personajes principales, y además poco favor le hubiese hecho al manga, en mi opinión, el que quitara de la trama a Koito en este punto (aunque admitiré que por un momento llegué a temerlo). RavenTears hace un análisis más profundo de la trama desde la trama y opina que Ogata no disparó para evitar alertar al resto de su presencia todavía en el hospital -y por ello mismo indica al doctor y la enfermera mantenerse en silencio-: un tiro y hubiese tenido que vérselas con cuatro a la vez, asumiendo que Koito pasaba a la ofensiva y Shiraishi se mantenía al margen junto a Asirpa (y si las matemáticas se descuadran un poco aquí, es porque RavenTears sostiene que Tanigaki siempre contará por dos en un combate mano a mano).
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Tanto RavenTears como yo pensamos que el t��rmino con el que Ogata se refiere a Koito (ボンボン, bonbon, literalmente "un hijito de papá", ie. el hijo joven y engreído de una familia acomodada) sería la pista que revelaría su identidad como uno de los secuestradores, y de hecho RT hasta le dio a la escena en todo y la descripción. ...al respecto, RavenTears también mencionó que siempre consideró que el término sería un detalle de importancia en la trama ya que incluso Koito se lo saca en cara a Ogata la primera vez que éstos se ven el manga (cap.99. vol.10). Aunque anoto que Koito sólo le grita que él siempre supo que Ogata lo llamaba bonbon a sus espaldas en el anime, en donde hasta se nos ofrecen subtítulos: en el manga, sus gritos -en dialecto de Satsuma- siempre son initelingibles, de modo que salvo la primera parte (en la que está gritándole al gato francotirador por haberse vuelto contra Tsurumi), el resto no puede leerse. Ello no quita que el término haya tenido importancia, al menos para los lectores: nos haría falta ver en capítulos futuros si Koito también ha caído en la misma cuenta.
RavenTears hace una interpretación bastante interesante de porqué, más allá del sentido común, la lógica y la precaución, Ogata no le disparó a Koito antes de huir: qué mejor manera de j*derle la vida a Koito que hacerle ver que pudo haberlo matado, pero no lo hizo; que tanto así como pudo haberlo matado cuando era un chico, podría haberlo ahora y podrá hacerlo en el futuro si así lo quiere. La cito textualmente: el saber que las personas que más admiras son unas **erdas sería más doloroso que cualquier tiro en la cabeza. ...por cierto que este arco me ha hecho pensar que tanto Koito como Ogata podían ser vistos como personajes contrarios por sus personalidades y sus historias, siendo opuestos hasta en las relaciones que tenían con sus respectivos hermanos. Curiosamente, y como nos muestra el cap.200, ambos han tenido más que suficiente tiempo para conocerse e interactuar en la 7ma División fuera de escena, pero en el manga en sí y antes de este arco sólo han cruzado caminos una vez (en el mencionado cap.99). ¿Veremos más interacción entre ellos en el futuro? Espero que sí, especialmente por las preguntas que me están dejando estos capítulos.
Por último, RavenTears señaló el detalle de los ojos verdes de Tsukishima. La única referencia canónica que recuerdo al respecto es la portada del vol.15, ya que en una ilustración incluida en el mismo volumen -y en todo el anime-, los ojos de Tsukishima son coloreados con un negro sólido. No podría decir si en verdad ningún personaje ha hecho comentario al respecto en el mismo manga a sus ojos (no lo recuerdo)... pero asumiendo que la portada del vol.15 sea reflejo el diseño de personaje definitivo de Tsukishima, sus ojos verdes podrían ser otro detalle de importancia para la trama. Los ojos azules de Asirpa (y Nopperabou) han resultado cruciales a lo largo de la historia, por lo que RavenTears no cree que los ojos de Tsukishima sean un detalle dejado al azar. Específicamente, ella piensa que podrían servir para que Koito vincule la identidad de su segundo secuestrador con su dedicado sargento. Mi especulación también va por ese lado: de hecho, pienso que se nos mostró más de cerca al segundo secuestrador -el Sombrero Negro- para mantener el suspenso (...aunque todos los fans que he leído al respecto creemos que se trataba definitivamente de Tsukishima...) y evitar dar más pistas a los lectores antes de tiempo.
...pero aquí tengo que hacer hincapié en la palabra especulación, ya que sin mayor información o siquiera pistas en la trama, sólo tengo teorías. Estoy a la espera de los siguientes capítulos no sólo para conocer la reacción de Sugimoto y el resto ante el caso del gato fugado (que volverá... eventualmente), sino también para ver cuál será la narrativa que usará Noda para resolver el asunto de la separación geográfica de las tramas. ¿Sugimoto & co. tendrán que vérselas con más problemas en Karafuto, o emprenderán de una vez el regreso a Hokkaido? ¿Veremos a Tsurumi de regreso en la trama y fuera de un flashback después de medio centenar de capítulos?
De momento, mi escenario ideal (y sin meteoritos de por medio) sería el siguiente:
- Koito comienza a unir cabos y hacer conexiones, y saca en claro la identidad de uno de sus secuestradores. ¿Del segundo? Pues, dado que el grupo tiene un largo viaje de regreso a Hokkaido por delante (aunque gracias a la magia de la elipsis narrativa, se resolverá en unos cuantos capítulos y no otros siete volúmenes), aprovechará para encarar a Tsukishima y obtener la información que necesita para conectar los últimos puntos que le faltan. - En ocasiones, la verdad no es bienvenida; en otras, ésta puede llegar a caer muy mal. Digamos que Koito la recibe en un punto intermedio: se niega a pensar que Tsurumi estuvo involucrado, pero como basta una sola resquebrajadura para crear todo un abismo, y necesita reencontrarse con su ídolo para sacar en claro... muchas cosas más. - Hokkaido ve al fin un enfrentamiento a mayor escala entre La Banda del Samurai y la 7ma División (ya que la primera tuvo lugar allá por el vol.8 y no fue tan climática ni prolongada debido a que se les venía la casa en llamas encima), ocasión para la cual Tsurumi debió llamar especialmente a Kikuta y Ariko para suplir los lugares de... otro sargento y un personaje perteneciente a otro grupo étnico de piel oscura. - El gato reaparece. Siendo el personaje ficticio con mayor movilidad social que he visto en historia alguna (al haber conseguido ser parte de cada una de las facciones involucradas en esta historia, y hasta en más de una facción al mismo tiempo), y dado que nadie en la misma mencionada historia parece darle mucha importancia al asunto de la traición y la posibilidad de otro eventual tiro a la cabeza, siempre puede terminar uniéndose a algún grupo que ya traicionó... otra vez ( o sea, un grupo que ya traicionó una vez y un grupo al que se va a unir otra vez). A estas alturas de la trama se me ocurre que sólo el samurai lo aceptaría de buenas a primeras por ser el único que todavía no ha sido blanco específico de un balazo suyo a alguna parte vital del cuerpo... pero por las razones anteriormente mencionadas, cualquier facción podría recibirlo con los brazos abiertos y un metafórico blanco de tiro pintado en la nuca.
Hasta el momento, en la única de las predicciones que recuerdo haber hecho sobre GK y en la que estuve más o menos en lo correcto fue que Ogata debía dejar la trama -específicamente, fugarse de ella... o morir, aunque ésta resultaba una resolución bastante anticlimática en este punto- para permitir que éste avanzara. Mientras se publicaban los capítulos que serán compilados en el vol.19 (cap.181-190), escribí los escenarios que pensé que serían posibles... y aunque no le di a ninguno en aquella ocasión, el literal spam vía mensajes de WhatsApp que le hice en aquel tiempo a RavenTears me dieron la idea de usar mi blog para esos fines. De modo que dejo cuenta de mis especulaciones aquí, aunque sospecho que el escenario del meteorito es más probable que los que he descrito arriba.
[1]Mis disculpas con Cikapasi y Ryuu por haberlos olvidado como parte del grupo de Sugimoto. No conté a Enonoka y su abuelo porque he de asumir que ellos permanecerán en Karafuto... ¿pero qué pasará con el niño Ainu y su perro acompañante? Pienso que sería triste tanto como el que Tanigaki tenga que dejarlo en Karafuto junto a Enonoka y su abuelo, como que Cikapasi -y Ryuu, por extensión- regresen a Hokkaido y dejen atrás a Enonoka. Siendo parte del grupo de Sugimoto -y de los personajes de soporte que nos han acompañado desde los inicios del manga-, me inclinaría a pensar que también volverá a Hokkaido... cuando el grupo se ponga en marcha, por supuesto. Habría que ver los siguientes capítulos para determinar qué tan pronto -o no- comenzarán el viaje de retorno.
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eldoqmentalista · 6 years ago
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Melquisedec, El Sacerdote De Dios, Documental end times bible study cath...
Melquisedec, El Sacerdote De Dios
Se dice de un hombre cuya existencia data más allá de nuestros tiempos, se cuenta que fue un sacerdote de Dios, El altísimo, pero también se dice que fue un rey justo, rey de un lugar llamado Salem, por sí esto fuera poco, éste hombre, no tenía ancestros y tampoco tuvo descendencia, el era una especie de elegido, y aunque sus apariciones en los textos sagrados son pocas, aún así, su mera existencia le valió para que incluso, hoy en día, exista una ordenación sacerdotal con su nombre, estoy hablando de del Rey justo de Salem, cuyos conocimientos y habilidades quizás, eran iguales a las de Jesús.
Nadie sabe que pasó con el, a dónde fue, de dónde vino, simplemente se esfumó dejando grandes lagunas para quienes estudiamos su caso, pero sopresivamente y de acuerdo a los textos sagrados, éste hombre, aún en nuestros días, debería estar vivo.
Yo Soy, El DoQmentalista y esyo es: Melquisedec, El Sacerdote De Dios
En los textos sagrados, el nombre "Melquisedec" se menciona sólo 11 veces, Una vez en Génesis, luego en Salmos y las otras 9 en el Libro de Hebreos.
La primera fue cuando Abraham regresó de rescatar a Lot, su sobrino, esto lo podemos ver en Génesis 14:18-20.
El segundo fue un mensaje profético acerca de un rey sacerdote ungido que seguiría el ejemplo de Melquisedec descrito en Salmos 110:1-7.
El caso único es que, aunque Melquisedec nunca ha sido mencionado en otra parte de la Biblia hebrea o el antiguo testamento, parece ser una figura de suma importancia tanto en el judaísmo como en el cristianismo, y se ha convertido en objeto de muchas especulaciones y temas.
Hay quienes afirman que Melquisedec fue en realidad el espíritu de Jesús mucho antes de lo que nosotros conocemos como el nacimeinto de del hijo de Dios.
La palabra hebrea Melchi significa "el Rey de", y la palabra Zedek significa "justicia", y por último la palabra Salem normalmente significa "paz".
Así, la expresión Melquisedec, el rey de Salem, también puede entenderse como "el Rey de la Justicia y de la Paz". Pero ciudado, en la biblia también se menciona que él era un sacerdote del Dios Altísimo.
De esta forma podemos entender que éste hombre, llamado Melquisedec era un rey sacerdotal fuera de lo común, porque no se trataba de un sacerdote cualquiera, sino que era uno, que fue aprobado por Dios.
¿pero porque Dios nombraria a éste hombre su sacerdote y al mismo tiempo Rey de Salem?, ¿dónde es Salem?
Pues bien, algunos podrían decir que la antigua ciudad de Jerusalém era en realidad el Reino de Salem. Pero este no es el caso. veran, antes de que Jerusalem fuera tomada por los antiguos israelitas y se convirtiera en su capital, Jerusalém era una ciudad que pertenecía a los jebusitas; es decir, era una ciudad malvada inhibida por gente maldita.
Los jebusitas adoraban a los dioses paganos, pero no a Jehová/Yahvé, el Dios Altísimo. Posteriormente Dios vio que lo que hacían estos hombres era muy malo y decretó entonces que los israelitas destruyeran completamente a todos los cananeos debido a su actitud pecaminosa, y tal destrucción incluía la antigua ciudad de los Jebusitas.
De esta forma, sería ilógico asumir que Melquisedec, que era un rey sacerdotal justo, gobernara una antigua ciudad pecaminosa llena de gente como los jebusitas.
Melquisedec quizás sí fue el rey sacerdotal de Salem, pero definitivamente no de la antigua Jerusalém.
Desafortunadamente no tenemos en la actualidad datos que nos lleven a descubrir cuál era exactamente éste reino de Salem, un Reino de paz cuyos habitantes serían personas pacíficas dirigidas por un rey pacífico aprobado por Dios. En Salem, todos vivirían pacíficamente para Dios y entre ellos, seguirían a su rey sacerdotal con la siguiente instrucción:
Mateo 22:37-40 El dijo: "'Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente'.
Este es el mayor y primer mandamiento.
Y un segundo es semejante: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'.
No hay, en toda la biblia e inclusive textos apócrifos, un reino llamado Salem, en dónde todos sus habitantes y rey sacerdotal, cumplan con estás características. A través de la historia de los antiguos israelitas, tampoco hubo un rey que fuera además sumo sacerdote. Estos dos oficios (rey y sacerdocio) siempre fueron ocupados por dos personas diferentes.
Melquisedec sólo habló una vez en toda la Biblia, en Génesis 14:18 dónde dice:
Entonces Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino. Era sacerdote del Dios Altísimo, de 19 años, y bendijo a Abram, diciendo: "Bendito sea Abram por el Dios Altísimo Creador del cielo y de la tierra. Y alabado sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tu mano".
Otro dato interesante es que Melquisedec no experimentó la muerte física: Se une a Enoc y Elías como la tercera persona que no experimenta la muerte. Hebreos 7:3 dice: "Sin padre ni madre, sin genealogía, sin principio de días ni fin de vida, semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre".
La expresión semejante al hijo de Dios debe llamar mucho la atención, el es comparado con Jesús, e inclusive muchos afirman que se trata del mismo jesús en un tiempo anterior al siglo I de nuestra era, es decir, que Jesús ya había estado en la tierra desde antes de lo que pensabamos, pero eso son sólo especulaciones.
"todo lo que sabemos sobre éste hombre es que no tenía padre ni madre ni árbol genealógico." No nació como los seres humanos. Melquisedec no tenía genealogía. por lo tanto no debe haber sido un mortal ordinario. No tenía ascendencia ni legado de otro, pero era autoexistente. "No teniendo ni principio de días, ni fin de vida" (Hebreos 7:3). Por lo tanto, Él siempre ha existido desde la eternidad! Ni siquiera fue creado, como los ángeles. Pero ahora Él es eternamente auto-existente. Y eso es verdad sólo para la deidad de DIOS, no para la humanidad!
¿podría melquisedec haber sido otro hijo de Dios?, ¿melquisedec era similar a jesus?, ¿eran hermanos?...
No obstante, me atrevo a decir que la inmortalidad de melquisedec no se debe al hombre, independientemente de sí sigue vivo o no, sino a su legado, El, o La Orden De Melquisedec. pero esa es otra historia.
Yo Soy, El DoQmentalista y esto fue: Melquisedec, El Sacerdote De Dios
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jesus-el-verbo-encarnado · 6 years ago
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.JESÚS DE NAZARET (6)
Jesús miró directamente a los ojos de su madre, quien estaba parada unos pasos debajo de él. "¡Se me ha dado ver la casa de Dios entre los hombres!", Respondió él, todavía completamente sorprendido por lo que acababa de experimentar.
Sus padres no lo entendían, pero la expresión de su rostro mostraba que no había hecho nada malo, como los vecinos malintencionados habían querido hacerles creer. Por el momento, estaban satisfechos. Se apresuraron a unirse a la procesión, y cuando llegaron, José mantuvo a su hijo a su lado.
Jesús fue liberado de la infortunada obligación de hablar con los niños y de soportar su burla. Y su alma revivió los acontecimientos de los últimos días. ¿Por qué le parecía tan familiar el Lugar Santísimo? Sentía que ya lo había visto. ¡Pero eso era imposible!
La vida cotidiana se había reanudado. Trabajamos duro en la casa, pero sobre todo en el taller. Muchas cosas quedaron sin resolver porque faltaba la opinión del maestro. Tenía que ponerse al día. Así, el recuerdo de los días pasados ​​en Jerusalén se desvaneció en otros, sobre todo porque estaba mezclado con todo tipo de cosas profanas.
Pero Jesús, que había vivido solo en el Templo, llevaba en su joven alma un tesoro de conocimiento y conocimiento que seguía creciendo a medida que lo pensaba.
Los síntomas de la vieja enfermedad de José reaparecieron. Esta vez parecía que su cuerpo ya no podía defenderse. José tuvo que sentarse y pronto se dio cuenta de que no volvería a levantarse.
Como la primera vez que trató de hablar con María , pero ella era tan irrazonable en su dolor egoísta que tuvo que dejarlo. Jesús, por otro lado, con la calma y la comprensión de un adulto, habló de todo lo que concernía a su padre. Estos pocos días de enfermedad les mostraron a ambos lo cerca que estaban el uno del otro.
En la última noche, cuando José llevó la mano de Jesús a su corazón porque le dio calma y fortaleza, Jesús de repente dijo:
"Padre, te agradezco todo lo que representas para mí. Sé que no eres mi padre con respecto a mi cuerpo, pero fuiste el padre de mi mente. Él nunca se dirigió a usted en vano. Te lo agradezco.
Los ojos de José se ensancharon. ¡Jesús sabía que él no era su padre, y había estado tan lejos! ¡Qué grandeza de alma! Ah! ¡Como Jesús fue infinitamente grande en todo! ¿Los hombres sabrían cómo reconocerlo? ¿O sería su camino lleno de zarzas y piedras como resultado de la incomprensión humana?
"Jesús", dijo con voz temblorosa, "¡me parece que viví sólo para ti!
Poco después, murió sin tener que luchar, apoyado cariñosamente por las manos de su hijo.
A Jesús le costó mucho decidir informar a su madre de la muerte de José. ¡Todas estas cosas horribles volverían a empezar!
Después de una oración silenciosa, que le dio fuerzas, fue a María.
Su infancia había terminado, la vida reclamaba sus derechos.
José fue enterrado. Los lamentos mortales eran silenciosos y la vida cotidiana se había reanudado. En casa, apenas se sentía la ausencia del padre. Se había ocupado tranquilamente de sus asuntos, dejando que María hiciera todos los arreglos necesarios. En este punto, nada había cambiado.
Pálido y silencioso, Jesús estaba trabajando en la mesa de trabajo del padre. El hijo no quería confiar en otras manos la tarea de terminar solo una de las habitaciones que el padre había comenzado. Mientras completaba su trabajo, conversó en silencio con el difunto. Pareció escucharlo responder a sus preguntas y darle instrucciones cuando no pudo terminar inmediatamente una u otra habitación.
Compañeros y aprendices respetaban a "el joven maestro" como llamaban a Jesús. No se escucharon palabras groseras en su presencia, ni bromas de mal gusto que a José tampoco le gustaron, pero que nunca había logrado prohibir por completo. Ahora estaban en silencio por su cuenta.
Un compañero, que por el resto había estado trabajando allí por poco tiempo, consideraba esta restricción insostenible. Gruñendo, se quejó con Lebbee y dijo que un taller no era la habitación de un niño. Luego, el primer compañero lo rechazó con algunas palabras duras:
"Si no estás bien aquí, ¡ve y gana tu pan en otra parte!" Y el descontento se fue.
En el taller, donde todos trabajaban según el espíritu del viejo maestro, Jesús no tuvo dificultad en mantener el orden y la disciplina en el mismo sentido que José. Pero en casa, muchas cosas, que probablemente podrían atribuirse a la influencia imperceptible de José, comenzaron a relajarse.
Un día, cuando sus hermanos y hermanas empezaron ruidosamente a la mesa y comenzaron a servir, Jesús dijo suavemente:
Ella pensó que él quería señalarle que los pequeños no habían respetado su derecho de nacimiento y lo habían usado antes que él. Molesta, ella le dijo:
"¡No te creas tan importante, podrías arrepentirte de ello algún día!" Se le había escapado, y ella se arrepintió amargamente de inmediato.
Pero Jesús no entendió el significado de sus palabras; Sólo después lo entendió. En ese momento, dijo tan gentilmente como antes: "¡La oración!"
"Tienes razón", respondió la madre. "¿Cuál es esta manera de tomar alimentos como animales, sin agradecer al Señor por sus dones? ¡Repárelo de inmediato! "Y ella comenzó a decir la oración apresuradamente, ignorando el hecho de que los niños no estaban siendo recogidos.
Después de la comida, Lebbee habló con la anfitriona. Compañeros y aprendices tomaron parte en la comida. No era apropiado que, en su presencia, Jesús fuera puesto en su lugar por su madre tan despectivamente. ¿Qué pensarían de ello? ¡Además, Jesús estaba en su derecho!
María sintió la rectitud de estas palabras, pero estaba irritada. Siempre fue Jesús quien le estaba causando problemas. Ya era lo mismo en el tiempo de José; ¿Seguiría siendo así?
Ella secó a Lebbee, pero no se atrevió a ser demasiado frágil. Sin el primer compañero, era imposible hacer funcionar el taller, ella lo sabía bien. Mientras los cuatro niños fueran tan pequeños,
Santiago, el mayor de los hijos de José, tenía solo doce años. Es cierto que a esta edad Jesús ya estaba ayudando en el taller, pero Santiago era de otra naturaleza. Se sintió más atraído por el ganado y los campos. Él sin duda se encargaría de la propiedad algún día.
Maria pensó que era así. De esta manera, el taller seguiría siendo el bien indiscutible del anciano. ¿No había adquirido el derecho? Además, José había deseado que Jesús disfrutara de todos los privilegios relacionados con el derecho de nacimiento. Sin embargo, ella no quería alentarlo de esta manera, tenía que permanecer modesto y evitar cualquier pretensión.
Los tres chicos robustos ocuparon completamente su tiempo y su fuerza. Todavía era más difícil de lo que había pensado criar a los niños sin su padre. Otras mujeres de su edad no estaban obligadas a alejarse tanto del marido. ¡Vio una vez más lo raro que era casarse con un hombre mucho mayor que ella! A decir verdad, José no se había ocupado de la educación de los niños y, sin embargo, los pequeños eran mucho más difíciles de criar que antes.
Cuando no podía reñir sola a los niños, llamaba a Jesús para que los castigara, pero él nunca lo hacía. Les habló amablemente y les mostró lo que era estúpido y feo en su conducta. La mayoría de las veces, logró que los pequeños culpables se arrepintieran. Pero a veces tropezaron; Fue especialmente Santiago quien se opuso a la autoridad del anciano. En tales circunstancias, una vez le dijo a ella:
"No imagines que tienes derecho a decirme algo. Yo soy el mayor ¡Sólo eres tolerado! "
Blanco como un paño, Jesús salió de la habitación y fue al taller. Miriam, que había escuchado estas feas palabras, rompió a llorar y corrió a la casa de su madre para acusar a Santiago.
María se asustó. ¿Cómo aprendió el niño esto? Sin duda uno de los criados había hablado de ello. Era serio porque la paz en casa ya había terminado. Santiago tenía razón! Fue sin duda el mayor. ¿O fue la voluntad de José suficiente para darle a Jesús el primer lugar?
Incapaz de encontrar una solución, ella fue a buscar al sacerdote. Solo había estado allí recientemente y no sabía nada acerca de estas "viejas historias". Escuchó las palabras de la viuda con la mayor atención.
"La mejor solución sería volver a casarse, María.Habría un hombre en casa otra vez. Podrías enviar a Jesús a la escuela del templo en Jerusalén. La paz ya no estaría comprometida. ¿Te gustaría llevar a Lebbee por marido? "
No, esta solución no le conviene a María. Si se volviera a casar, y quién podría decir que eso no sucedería, por joven y bonita que fuera, se casaría con un hombre joven y alerta, de una familia noble, pero no con un carpintero empleado por el trabajo, y que hasta entonces había sido su subordinado.
Ella lo dice claramente al sacerdote. Él la miró con una sonrisa. Él la había juzgado exactamente como se mostraba allí.
"De todos modos, puedes enviar a Jesús a Jerusalén", aconsejó. "Dicen que es tan inteligente". Ella inclinó la cabeza.
"No tengo el derecho de ordenarle a Jesús lo que él no quiere hacer", dijo ella con un suspiro. "José dejó en claro que Jesús debe ser el único que decide su vida; A nadie se le permite interferir en sus decisiones. El taller de carpintería y todo lo relacionado con lo que aporta le pertenece. Ni siquiera tiene que proveer para nosotros. Si quiere cambiar de profesión, tendré que comprarle el taller y la clientela, como si fuera un extraño. "
" Dado que esto es así ", dijo el sacerdote con cautela". No entiendo por qué has venido, María. Aunque todo está claro. ¡Vive en buenos términos con tu mayor para que un día no te rechace su apoyo! ", Concluyó con una sonrisa.
Pero María no lo hace. No quería reír. Indignada, le preguntó:
"En resumen, ¿tenía José el derecho de hacer tales arreglos?"
"No puedo decirle por el momento, María", respondió el sacerdote, quien estaba empezando a sentirse molesto por la conversación. Aprenderé cómo José adoptó a Jesús. Todo depende de eso. Vuelve mañana. "
María volvió, tan preocupada como antes. Al día siguiente se reunió temprano con el sacerdote. "Tu esposo fue magnánimo, María", dijo, dándole la bienvenida. "José tomó su culpa de él y le dijo al Consejo de Ancianos que había abusado de usted. Como resultado, Jesús es su hijo mayor con todos los derechos que se le atribuyen. No puedes hacer nada más que mirar a tu segundo hijo y mantenerte en buenos términos con Jesús ".
¡Así que José, el piadoso José, había mentido! ¡Menti! María no podía creerlo, y estaba profundamente indignada. ¡Él, que rechazó la mentira dondequiera que lo encontró, había mentido! Pero por qué ? ¡Por amor a ella! Para protegerla, ella estaba tan débil!
Una inmensa vergüenza invadió a María . En los últimos años, había vivido al lado de su marido casi en indiferencia; ahora solo ella reconocía el tesoro de amor y solicitud que había poseído. Y una voz dijo en ella:
"¡Cuídate, María, no hagas lo mismo con Jesús!"
Se fue a casa, sumida en sus pensamientos. Entonces ella llamó a Santiago. Tenía que confesar quién le había dicho estas malas palabras acerca de Jesús."Eso no es cierto, Santiago, ¿me oyes?", Dijo enojada. "Esto no es cierto ! "
" ¿En serio? ", Respondió el muchacho con una sonrisa descarada.
Las mejillas de María se sonrojaron. Ella reprendió al niño en un ataque de ira hasta que, desconcertado, le prometió que nunca más repetiría esas palabras. Ella pensó que había resuelto este doloroso asunto.
Pero Jesús vino a buscarla esa misma noche.
"¿Por qué le dijiste a Santiago que lo que él sabe no es verdad?", Le preguntó su hijo con cansancio. "Vino a mí llorando, y no supe qué decirle. No podía culpar a mi madre por mentir ".
"Solo de esta manera pude silenciar a este niño impertinente que nos hubiera expuesto a los chismes", dice la madre para justificarse. Y ella le contó a su hijo lo que José había hecho por ella antes.
Siempre más clara, la imagen de José irradiaba en el alma de Jesús.
"No volveremos a este tema", concluye María , feliz de haber terminado. "Usted es el mayor de acuerdo con la voluntad de José y, gracias al sacrificio de José, será así". Pasaron algunos meses en la mayor calma. Los hermanos y hermanas más jóvenes, que solo habían sido entrenados por Santiago, ahora obedecían, ya que su hermano mayor se había calmado. Pero esta agradable situación duró poco. Santiago era de una naturaleza demasiado diferente para que todo en Jesús no dejara de irritarlo. Al verlo ayudar a su madre una vez que terminó el trabajo y naturalmente realizar los pequeños servicios que el padre había hecho en el pasado, Santiago se rió de él:
"Jesús, debes vestir ropa de mujer. Tu no eres un hombre ¡Eres la hija mayor de nuestra madre!Y felizmente, el coro de los hermanos más jóvenes. Jesús les sonríe amablemente.
"Nuestra madre necesitaría dos niñas", dice, "Miriam todavía es muy pequeña y tú ayudas muy poco". En otra ocasión, Santiago volvió a casa de la escuela del templo, furioso.
"No me gusta en absoluto que uno siempre me cite a Jesús como ejemplo. Primero, no tengo placer en estudiar. Además, tal hijo sabio en casa es suficiente. Jesús es inteligente para todos nosotros. "
" Aprenderemos juntos con nosotros, Santiago, "propuso Jesús. "Te explicaré todo lo que no entendiste en la escuela y estarás muy contento de saber leer por ti mismo un día" Santiago se dio la vuelta con impaciencia.
"Maestro de escuela !"
Jesús pronto se dio cuenta de que los niños siempre eran mucho más difíciles de dirigir cuando él estaba con ellos. Y sin embargo, él tenía sólo las mejores intenciones hacia ellos. Buscó en vano lo que podría cambiar para no perturbar la paz. Parecía que su sola presencia era suficiente para revelar todo lo que estaba mal con los niños. Incluso la madre lo notó y le reprochó a su mayor.
Un día, después de una desafortunada escena de este tipo, Miriam siguió en secreto al hermano mayor al que estaba apasionadamente atada, y al ver que se le llenaban los ojos de lágrimas, ella le dijo:
"No debemos llorar, Jesús; Estos chicos malos no valen la pena. Son tan diferentes de ti; Lo sienten ellos mismos, y eso no les agrada.
Mientras Jesús la miraba asombrado, ella continuó con ardor:
"Sí, es así, ¡puedes creerme! Están celosos de tu bondad de corazón, de tu paseo pacífico, de la nobleza de tu apoyo y ... y ... "Ella no pudo encontrar nada que decir por el momento, y Jesús intervino con una sonrisa:
" Pero, pequeña si están celosos de mi bondad de corazón, como usted dice, ¿qué les impide ser buenos también? ¡Es tan fácil! "
"Sí, para ti es fácil, querido", dijo Miriam con afecto. "Pero los otros tres, especialmente Santiago, no pueden ser buenos sin hacer un esfuerzo, y no quieren hacer ese esfuerzo". Se imaginan que obtienes todo sin dificultad, y les gustaría que fuera igual para ellos. Y es porque no pueden hacer que se burlen de ti y que sean malos. "
La hermana pequeña había reconocido y explicado con bastante precisión el estado mental de sus hermanos. Después de reflexionar, Jesús tuvo que admitir que ella tenía razón. Decidió ayudar a sus hermanos de otra manera. Por la noche, los reunió a su alrededor y les contó historias. Repitió lo que había leído en las Santas Escrituras, habló de los patriarcas y su actividad, así como de los macabeos.
También vislumbró pequeñas anécdotas dictadas por las circunstancias. Estos eran los que todos preferían. Apenas notaron que alguna lección estaba relacionada con eso. Estas eran historias que nunca habíamos escuchado y en las que eran seres humanos como ellos, lo que les dio un gran encanto. María también estaba dispuesta a sentarse con los niños en su trabajo cuando Jesús le estaba diciendo.
Durante estas noches, el que solía ser tan silencioso podía volverse muy elocuente. A veces sucedió que reaparece la alegría inherente a su naturaleza profunda. Sabía cómo reírse como cualquiera de los otros niños, y su risa sonaba tan cristalina y ligera que María se sorprendió. ¿Por qué no fue Jesús siempre así? Olvidó que los eventos que habían tenido lugar en la casa habían suprimido la alegría de su amigo mayor y que ella había sofocado esa risa.
Jesús también habló de su padre a los pequeños y trató de mantener viva su memoria en sus almas. La madre escuchó con asombro: ¡como Jesús, que ni siquiera era el hijo de José, entendió al padre! Como él explicó perfectamente su manera de ser.
El que Jesús describió no era el hombre pesado que había visto más a menudo en José. Era un judio creyente, sincero y piadoso, que se pasaba sin contar por sí mismo. Si ella lo hubiera visto de esta manera, ¡cuántos dolores se habrían ahorrado a ambos!
Seguirá…..
http://andrio.pagesperso-orange.fr
       "La  traducción del idioma francés al español puede restar fuerza y luz
        a las palabras en idioma alemán original ...pido disculpas por ello"
https://mensaje-del-grial.org
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fans-book-forever · 7 years ago
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Capítulo 10 > NO TE ESPERABA - WIGETTA
Hoy se cumplía el cuarto mes de embarazo. El otoño ya había pasado a invierno y eso solo significaba que su hermosa ropa de abrigo, que claramente era ajustada, seria la mayor vocera de su embarazo. Esa mañana estaba especialmente fría para su sensible piel. Para su sorpresa, el uniforme que debía usar era bastante similar al que llevan las enfermeras para niños. El estampado de flores mal pintadas le hacía verse como una bola mas grande de lo que ya era. Con dificultad se puso el abrigo con corte princesa y se volvió a mirar al espejo. ‘Parezco todo un chico embarazado’ Para los omega el embarazo no era tan fácil como la sociedad lo hacía parecer. La idiosincrasia quisquillosa, propia de su raza, les mantenía en una línea muy frágil en cuento a su cuerpo. Los cumplidos por parte de su pareja siempre serán importantes para no bajar la autoestima del omega. Guillermo no se sentía especialmente bien ese día. La noche anterior le había escrito a su mejor amigo para que se quedase a dormir en su casa pero solo recibió el visto. Su madre no había llegado a dormir por estar en temporada alta, lo que significa que intenta ganar bonos extra. Sus exageradas nauseas no le dejaron desayunar y ahora se siente fatal mientras camina al hospital. -Buenos días Guillermo, hoy tendrás un cambio. - la enfermera en jefe caminaba imponente a su lado.- Una de las recepcionistas de obstetricia se resfrió y no podemos permitir que contagie a las futuras mamás. Hasta que ella mejore, ambos cambiaran de puesto. *** Guillermo no sabia si la maternidad hacía a la gente menos inteligente o su ignorancia era innata. “Lo siento señor, no recuerdo el nombre de mi doctor” “¿está seguro de que aquí no es pediatría? El guardia me envió hacia acá” “señora le repito que su hora esta agendada para la próxima semana” “señora no puedo apresurar al doctor. Por favor tome asiento y espere” “señora yo no soy médico, pero estoy seguro que con 5 meses no son contracciones. Tome asiento y espere” ¿Así era él? Él no quería ser así. -Buenas tardes señor… señor Díaz. Necesitamos una hora para revisión o ecografía o desnudo artístico. -Disculpe señor, ¿hay algo en que pueda ayudarlo? ¿necesita orientación en su consulta?.- Guillermo metió una mano a la parte oculta del escritorio y comenzó a estrujar la pelota anti estrés que había dejado la chica anterior. -Pues vera usted, mi omega y yo estamos en un lio. En el último celo pasaron cosa que no debían pasar y ahora estamos aquí. Queremos asegurarnos de que… de que ahí hay un mini humano. ¿Me entiende? -Necesito los datos de su omega para poder ingresar su hora al sistema. Lo pasare a una consulta de revisión y conforme a eso, el medico los derivará a lo que estime conveniente. -Claro señor.- el beta arrastró un gastado DNI por el mesón y se quedó en su lugar sonriendo.- Disculpe a mi omega. Esta en el baño… teniendo un ataque de pánico. -Le recomiendo que vaya a verle y cuando vuelva le tendré a su omega ingresado en el sistema. -El beta asintió rápido y corrió desorientado en dirección a los baños. Guillermo volvió a estrujar la pelotita anti estrés en su mano y miró el DNI confundido. Busco con la mirada al energética beta y lo encontró a lo lejos, cerca de los baños abrazando a un pequeño omega inundado en lágrimas, el dueño del DNI. ‘Maldicion. Maldición. Maldición’ Guillermo jamás había visto a su amigo llorando y mucho menos abrazando a alguien con cariño. Ingresó los datos rápido a su computadora y le rogó a su compañera que lo cubriese mientras iba al baño. El omega caminó a pasos rápidos hasta el baño de empleados y se apoyó en la puerta mirando hacia la recepción. El animado beta llevaba de la mano a Alex, que aun se secaba las lagrimas con la sudadera. La recepcionista le devolvió el DNI mientras le deba las instrucciones para llegar a su consulta. *** De camino a casa, Guillermo estaba tan cansado que simplemente decidio tomar el tren. Correr por todo el hospital siguiendo a Alex era más agotador de lo que creía. En su mente se imaginaba las posibles razones de su llegada al hospital y como última estaría el embarazo. ‘Seguramente ese es el chico de las fotos que tanto odia y se infiltraron para tomar fotos como una pareja. Si. ¡Eso es Guillermo! Por eso estaba llorando, para darle más realismo’ Incluso las escaleras para salir del tren le quitaron en exceso el aliento. ¿Estaría comiendo demasiado? Entró con sigilo a su casa y fue directo a su habitación. Aunque no hubiese nadie, tenia la necesidad de pretender que sí, para no sentirse tan solo en ese momento. Tan solo, tan usado y tan gastado. Tomó su móvil de la mesita de noche y llamó a su mejor amigo, con la esperanza de que si sabia su secreto, ya no seguiría dejando solo. -Guille ya te dije que no tengo tiem… -Ya se tu secreto. Yo… claro que no voy a juzgarte ni nada.- tironeó de su ropa de trabajo incomodo.- Solo no quiero que te alejes de mí. Por favor… al menos ven a casa hoy a ver películas y comer algo. -No me siento muy bien Guille. -Y..yo puedo ayudarte si tienes nauseas o te puedo pasar de mi ropa. -Guille de verdad no me siento del todo bien. -Por favor necesito que vengas. Ya no puedo pasar otra noche solo…- la voz del omega se quebraba a medida que su brazo le rodeaba más el vientre.- Por favor Alex. -Estaré ahí en un rato. Encarga pizza de pepperoni o me regresare a mi casa. *** -Entonces, ¿estas eufórico o en un colapso?.- Samuel miraba compasivamente a su amigo en el sofá. -Un bebe es más importante de lo que crees. Ese bebe se convertirá en un adulto que puede decidir tu futuro y esas cosas.- Frank intentaba, con todas sus fuerzas, mantener su pantalón quieto a medida que retocaba las fotos en su laptop. -Hasta hace un par de semanas pensabas que los bebes eran medios para sacar pensión a los padres. -Es que yo tendré un bebe con alguien que quiero y tú con alguien que ni te considera. Nosotros tenemos algo así como una conexión especial. -¿Me estás diciendo que encontraste a tu omega? -Claro que si. - el beta miró a su amigo sobre la laptop sonriendo.- Estamos diseñados para estar juntos. -Siempre haces berrinches cuando yo hablaba de encontrar al omega ideal… -Hay muchas diferencias entre tu y yo. Nuestra relación va bien, mientras que la tuya sigue en el punto de inicio. Lo nuestro está funcionando fantastico. -Entonces déjame resumir las cosas. Hicieron una sesión porno de fotos, el omega entra en celo, ustedes follan, el omega se embaraza porque alguien no sabe ponerse condón y ¿ahora son novios? -No somos novios.- rodó los ojos.- ¿Qué tipo de persona crees que soy? -Una que no sabe ponerse condón y ahora tendrá un hijo. -Nosotros nos conoceremos y luego veremos a que llega. Cuando me enteré de que… uff tío cuando me enteré quería salir corriendo. Fuimos a su casa y hablamos como serían las cosas a partir de ese momento. Y luego nos besamos en la cama -Quizá debería decirle a Guillermo la verdad y podríamos besarnos en la cama. -¡Oh! Eso me recuerda que en el hospital trabaja tu omega embarazado. Ya se le ve la pancita y eso.- el beta sacó su móvil y rebusco en la galería, mostrándole a Samuel una foto de su omega mientras iba al baño.- Creo que el uniforme le sienta bien. -Ya esta muy grande Frank. ¿Cuánto más crees que deba esperar para decirle? -Su omega olía como a… como a un omega triste. Creo que, si no te das prisa, ambos estarán en peligro y te arrepentirás el resto de tu vida. *** La sexualidad de Alex siempre fue un misterio, hasta para él. Hace un año se comenzó a correr el rumor de que se había metido a la cama de un maestro. Ni Guillermo podría desmentir algo así. Ellos nunca hablaron de lo que sucedía en la intimidad. Durante un tiempo Guillermo se dedicó a tomar el tiempo que tardaban los celos de su amigo en llegar y los días que faltaba al instituto cuando se le presentaban. El simplemente concluyó que era irregular y se lo debía a que era hijo de betas. -Ya pensaba que no vendrías .- Alex pasó cabizbajo y abrazó a Guillermo ocultándose en su pecho. El pequeño bulto en su abdomen ya hacia molestia, pero eso poco les importaba cuando se estaban transmitiendo tanto en un gesto tan simple. -Lo siento, se me paso la hora con un trabajo.- el pequeño omega se separo y gateo por sobre la cama hasta sentarse junto a la caja de pizza. Guillermo asintió y se sentó junto a Alex en un silencio incómodo. Abrió la boca un par de veces para intentar formar una oración coherente, pero termino con la mirada baja. -Supongo que debía decirte que ahora estoy… que pronto estaré tan gordo como tu pero.- sus miradas se conectaron y sintieron que, por un segundo, todo estaba bien.- No esperaba que esto me ocurriese a mí. -¿Ese chico que estaba contigo es el padre del bebe?.- Guillermo susurro, como si lo acabase de decir fuese un pecado capital. -También es el chico con el que hago el trabajo de fotografía. Es muy adorable a pesar de la situación.- sus pequeños dedos trazaban los diseños del cobertor.- Él dijo que se iba a hacer cargo aunque le costase 4 trabajos al mismo tiempo. Me dijo que me quiere fotografiar durante todo el embarazo y que, a pesar de todo, esta muy feliz con ser padre. -Al menos tu historia suena perfecta. La mía cada vez se vuelve más porquería. -Creo que ya deberías dar el siguiente paso en tu plan “yo puedo con el problema solo porque soy super Guillermo” -Mis pasos ya se acabaron. El plan terminó cuando conseguí el trabajo. -Al menos tenemos que averiguar si el bebe es de… bueno… de quien sospechamos.- su mano recorrió la caja y tomó el segundo trozo.- sería bueno saber si es el o no. -No creo que sea tan necesario… Lo primero que se escuchó de la bomba Díaz fue el portazo inicial. Lo siguiente fue seguramente su maleta cayendo al suelo y luego el tap tap de sus tacones contra la escalera. Su cara enmascaraba una mueca que solo se ocultaba por el papel que tendía frente de si con su mano echa puño. -¿Guillermo me puedes explicar esto? ¿Qué esperas que les diga a los maestros cuando cientos de estos cubren tu instituto? Alex se levanto de la cama y tomó el papel para volver a su posición junto al omega. Era un simple folleto mal impreso con una foto del mismo día de Guillermo. Llevaba el abrigo abierto y con una mano se sujetaba del pasamano del tren, haciendo que el uniforme se le ajustara al vientre pareciendo un embarazado con más tiempo del que tenía. Debajo de la imagen estaba la simple frase “Que alguien le dé el asiento a la zorrita del insti”. Ahora sí que estaba jodido.
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dhirsx · 4 years ago
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— Me iré — pronunció la adolescente hacia su padre quien tras su escritorio continuaban leyendo algunos documentos, levanto la vista al oírle.
— Claro, pero regresa temprano — musitó indiferente, restandole importancia al verdadero significado de sus palabras, y con ello volvió su vista a los documentos.
Dakota mordió su labio inferior con fuerza, apretó sus manos en puños, fue consciente que las lágrimas atacarían en cualquier. ¿Cómo era posible que quien se denominaba sus padre no le importara de que iría su futuro?, pensó.
Hace tan solo un par de semanas atrás se había graduado antes que sus compañeros de la escuela, las universidades cayeron sobre ella con aceptaciones, aun así Dakota solo esperaba que al menos su padre le pidiera que no se fuera, que era muy joven para viajar sola, que a penas tenia catorce años y él se preocuparia por su única hija. Pero no obtuvo palabra alguna ese día, solo una felicitación por su graduación.
— No lo dije de esa forma, papá — murmuró bajo, jugando con sus dedos.
— ¿Por varios días? Bien, sabes de donde sacar el dinero.
— ¿Seras así toda la vida? — Cuestiono superada, la vida posiblemente se le estaba derrumbando también y no era capaz de darse cuenta. — Yo también estoy mal por la muerte de mamá, todos estamos mal por su muerte. ¿No lo ves? ¡No solo para ti ella era tu mundo! — terminó gritando, las lagrimas se habían hecho paso luego de tanto tiempo.
— Dakota…
— ¡Ni una mierda! Estoy cansada de tu maldita indiferencia, sigo esperando que me des un abrazo y me dejes llorar, ¡yo presencie al igual que tú toda la jodida escena! — Vocifero en interrupción.
— Dakota yo… — comenzó a hablar Alejandro de nuevo siendo interrumpido.
— ¿Tú qué? ¡Dime! ¡¿Tú qué?! ¿Nos quieres? ¿Estas al tanto de lo que necesitamos? ¿No eres indiferente a nuestros problemas económicos o las necesidades físicas? ¿Eso dirás? Ya me sé el libreto que le das a Aaron. — escupió con ironía. — ¿Al menos estas al tanto de que paso hace una semana? Sí, me gradué, tengo un montón de universidades esperando por mi, ¿pero sabes que quiero yo? Qué quien se supone es mi padre o lo que sea me diga que me quede aquí, incluso me pregunte que quiero hacer con mi vida porque ni yo lo sé. — Soltó con voz rota y entre sollozos.
Se dejó caer de rodillas, sosteniendo su peso en los talones, sin poder contenerse sollozó y gimió durante un rato. Los recuerdos le invadían, veía a Giselle sonreír, también la vio limpiarme las lágrimas e incluso volvió a recordar el accidente.
Reprimio sis sentimientos por tantos años y no sabia como había soportado no mirar el rostro de Alejandro, vivir sin el calor de su madre a costa de los esfuerzos que hacia Aarón por cuidar de ambos pequeños y con una Nana ya medio ciega que intentaba calmar los llantos de tres niños.
Tampoco sabía que hacía en la oficina de su padre, si su decisión estaba tomada, se iría a Noruega, lejos de los H. Tal vez, solo esperaba que Alejandro la detuviera, la agarrara de los hombros y besara su frente, como lo hacían los demás padres con sus hijos, Dakota quiso ilusionarse con un padre que ya, desde hace ocho años atrás, había dejado de existir.
— ¿Por qué no puedes darte cuenta? Hemos estado solos, Aaron se ha ido, Ethan no tiene ni la mitad de tu atención y a mi solo me hablas cuando era necesario ir a la escuela a firmar — murmuró entre sollozos — ella no hubiera deseado todo esto, ella seguramente estaría llorado aún de la tristeza porque tengo que irme lejos, incluso me hubiese quedado aquí en Oxford solo porque tú me lo pides. — Le recriminó, enterrando sus uñas en la alfombra.
— ¿Qué estas diciendo justo ahora, Dakota Hirs? — murmuró incrédulo — Si quieres irte, vete. No es importante, no pidas que sea igual a tu madre, incluso no me recrimines como lo llevo, no sabes ni la mínima parte de que paso yo o que tanto trabajo para darles todo. Ahora, sal de mi estudio, no tengo tiempo para desperdiciar en un lloriqueo infantil.
Lloriqueo infantil, repitió su mente se tragó sus sollozos, nada había salido como lo planeado y con la poca dignidad que le quedaba asintió, levantándose del suelo y dirigirigiendose a la puerta con las piernas temblando, lanzo una ultima mirada a su padre, su corazón se estrujo al verlo revolver su cabello y regresar al escritorio. Después de todo ya no quedaba ni un poco del hombre que años atrás sonreía con cariño.
Así mismo pasaría con ella. Dejo de sonreír con sinceridad, aunque sus estudios fueron primordiales, se dedico a buscar brazos en los cuales sentir algo de cariño, besos que le entregaran calor, durante seis años, incluso creyó encontrar el amor en Noruega, con un tipo de ojos bonitos que le ofreció el cielo.
Terminó su carrera en medicina e hizo una especialización en neurocirugía, siguiendo los ideales de Gisellle, al fin y al cabo, quería usar su inteligencia en algo que fuera benéfico para los demás, la ciencia era pan comido, no le costó mucho crearse una nueva vida, hasta que volviera a ser pisoteada y decidiera huir de Noruega, justo como lo había hecho años atrás.
. . .
— Lady Hirs — Escuchó a su secretaria llamar, giro rápidamente la vista hacia esta esperando a que terminara de hablar dejando de teclear la carta sobre un tema del hospital — es hora de irnos, tiene una reunión con el ministerio.
Asintió rápidamente, luego seguiría con su trabajo, dejo sus lentes dentro de una de las gavetas del escritorio. Tomó su abrigo y caminó hacia la mujer antes de dar una ultima mirada a la oficina, el cristal con su nombre incrustado y debajo de este la palabra 'director' le hizo suspirar, cuando quisiera compartir sus logros con quienes alguna vez les llamo familia.
Luego de salir y dejar encargados, se dirigió rápidamente al auto que les esperaba, echando una ojeada al cielo azul, al menos mientras recordara que el cielo existia podía seguir brillando.
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clariceainsworth · 5 years ago
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The Noble and Most Ancient House of Black
12, Grimmauld Place.
Londres, Inglaterra. 
Clarice sabía reconocer la riqueza y el poder cuando los veía. Los Black tenían ambas cosas. El salón no se encontraba a rebosar pero aún así había suficientes personas para calificarlo como ‘lleno’. Sus padres no parecían tan consternados como ella, que intentaba disimular con estricto cuidado las emociones en su rostro. No había pasado mucho tiempo desde que habían llegado y ya se encontraba hastiada. Le molestaba que las personas, al presentarse, mencionaran primero su apellido y luego su nombre. Había conocido muchas clases de criaturas en lo que llevaba existiendo, ninguna tan irritante como un mago sangre pura.
Cuando su padre terminó de saludar a aquellos que conocía, ambos se dirigieron a un rincón un poco más alejados del resto. Su madre, Elizabeth, se había quedado varios saludos atrás hablando con un grupo de mujeres. Un suave y agudo carraspeo llamó la atención de padre e hija y ambos agacharon la vista. Una criatura pequeña y delgaducha se encontraba con la cabeza gacha y una bandeja temblorosa entre sus manos, ofreciendo lo que parecían ser bocadillos. Ambos aceptaron con una sonrisa pequeña que alegró visiblemente al elfo mientras se alejaba. 
—Hija, acércate —pidió su padre con vos baja a lo que ella obedeció con disimulo—. ¿Ves aquellas personas junto a la puerta? —preguntó con el mismo tono de voz. La castaña esperó unos segundos antes de voltear hacia donde su padre se dirigía con la mirada antes de asentir—. Licorus y Phoebe Black, evitarlos será una de tus prioridades si alguna vez los cruzas sin estar conmigo presente.
Licorus era un hombre muy parecido a Thomas. Ambos eran altos, de espalda ancha y brazos fuertes. Muy apuestos con su cabello negro rizado, piel blanca y sonrisa encantadora. Clarice encontró rápidamente dos cosas que los diferenciaba: las intenciones que escondían sus sonrisas y el color de sus ojos. La mayoría de los Black solían caracterizarse por el cabello negro y los ojos grises, Licorus no era la excepción. A su lado estaba Phoebe, una mujer muy parecida a su hermano en rasgos generales aunque con la expresión más formal y desdeñosa a la vez.
Odiosa a simple vista.
—Licorus tuvo tres hijos, aquellos que ves allí —continuó señalando de manera casi imperceptible con la cabeza hacia unos niños que estaban sentados en un sillón de terciopelo negro—. Misapinoa es la más grande, está en el último año en el colegio Hogwarts; Cygnus le sigue con catorce años y ya ha comenzado su cuarto año el semestre que pasó —hubo una breve pausa antes de seguir hablando—. Arcturus es el de la punta, el más pequeño. Los Black están algo preocupados porque hasta ahora no ha mostrado ningún indicio mágico y temen que sea un squib como…
—Eduardus —finalizó la chica con expresión triste.
Ambos observaron la esquina contraria en la que estaban los hermanos. La primera vez que oyó de Eduardus era un niño que estaba entrando en la adolescencia, ahora, según los cálculos de Clarice, tenía dieciséis años y era el primer Black que no poseía magia. Su padre le había contado la historia de forma breve y concisa: su hermana mayor, Alexia, tenía en su poder cuidar de Eduardus hasta que él cumpliera la mayoría de edad y hasta entonces, seguiría formando parte de la familia. Sin embargo, cuando el chico cumpliera diecisiete años de edad, la familia borraría toda conexión con él ya que un squib en la familia significaba ser repudiados en la élite, algo que no podían permitirse.
Un grupo de hombres con bastones y pajaritas exclamaron el nombre de James a lo que su padre se disculpó con ella con una exagerada expresión de cansancio antes de unirse a ellos. Clarice lo observó marcharse con una pequeña risa antes de volver nuevamente su vista a Eduardus. Terminó el bocadillo que aún tenía en su mano y se dirigió hacia donde estaba el adolescente. No se detuvo allí. Sabía que si los veían hablando en público ella quedaría con una mala reputación y las consecuencias de ello recaerían en sus padres. No era un opción. En su lugar, observó fijamente los ojos grises del joven en todo el trayecto que duró desde su posición hasta la puerta que llevaba a la habitación continua, junto a él. 
La habitación no era tan grande como el resto de las habitaciones en aquella imperial casa. Notó también, por el color desgastado y el olor a encierro y polvo, que la habitación estaba algo abandonada. Podía sentir la suciedad abriéndose paso por sus fosas nasales y lastimando su nariz y garganta al respirar. La puerta se abrió y cerró rápidamente detrás de ella. Al dar media vuelta, se encontró con la figura de Eduardus. La expresión en el rostro del chico, cuando ambas miradas se conectaron, denotaban confusión y una gran lucha interna, como si el estar ahí hubiera sido un impulso. 
Clarice sonrió.
—Disculpe —menciona Eduardus, haciendo una pequeña reverencia.
La mayor se apresura a detenerlo cuando ve que intenta marcharse nuevamente.
—Espera —le pide en un susurro—. Quiero ayudarte.
Eduardus quita la mano del pomo de la puerta pero luego de eso no realiza ningún movimiento o sonido más que el de su respiración. La castaña toma eso como una señal para continuar.
—Mi padre me ha hablado de ti —comienza con calma—, eres un squib —puede sentir la tensión del cuerpo bajo su mano y al segundo de darse cuenta de sus palabras quiere reprenderse a sí misma por la falta de tacto—. Quiero… Queremos ayudarte —miente dejando caer su mano del hombro de él.
Eduardus la mira con una clara expresión de incredulidad e ironía que no causa ningún efecto sobre ella. No podía dejar que su mentira se notara, aunque después de todo, sólo era una mentira a medias. En realidad su padre no había dicho nada sobre ayudar a nadie, mucho menos su madre, pero sabía que ninguno se negarían a ayudarla a ella. Convencer a sus padres no sería un gran problema, el conflicto parecía encontrarse en el joven que parecía batallar con él mismo. No lo culpaba. En una sociedad donde el estatus lo era todo, que una persona se acercara a ayudar a un repudiado por su propia familia… ¿Por qué habría de ser confiable?
—El día de tu cumpleaños mi familia y yo viajaremos a Constantinopla y nos quedaremos allí una temporada, puedo enseñarte el idioma y podrás conocer más personas como tú —lo instó con una sonrisa dulce y tono emocionado antes de pasar a la amenaza—. Además, ¿a qué otro lugar irías? Puedes quedarte en algún lugar medianamente habitable hasta que se acabe el dinero que has ahorrado los últimos meses y, ¿luego qué? Tu familia te detesta y los amigos que tenías te han dado la espalda.
Los labios del chico se fruncieron en una fina línea de enfado, las manos se cerraron en fuertes puños que marcaban los nudillos y aún así ambos sabían que ella tenía razón. La sonrisa de suficiencia que Clarice le dio dejó el asunto casi concluido.
—¿Por qué quieres ayudarme?
—Estabas tardando en realizar la pregunta —se mofó a su vez como respuesta—. Existen más personas como tú, personas que han sido repudiadas, exiliadas, despojadas de sus pertenencias y de todo lo que eran —intentó explicarle con expresión un poco más seria—. En cuanto cumplas la mayoría de edad ni siquiera tu hermana podrá salvarte de convertirte en Nadie, a menos que decidas viajar con nosotros.
Tras las palabras dichas la habitación quedó en silencio unos minutos. Él realmente parecía estar pensándolo esta vez aunque aún surgía un poco de duda en sus rasgos. Sabía que debía probarle de alguna manera que podía ayudarlo. Un suspiro cansino salió de los labios de ella antes de que entraran en escena sus dizque dones. 
—Lo primero que necesitas saber antes de ver lo siguiente es que no podrás realizar esto de un día a otro, requiere mucha práctica lograrlo.
Extendió la palma abierta de su mano derecha entre ambos cuerpos y al instante una pequeña llama amarilla y roja surgió de ella. Con la mano tiesa, Clarice se movió hasta colocarse junto a él y acto seguido subió su mano a la altura del rostro y sopló. Llamas de un tamaño diez veces más grandes que la que había en su mano viajaron hasta la pared que había frente ellas. En un segundo se creó un muro de llamas rojiza que casi lastimaban la vista. La castaña giró su rostro lo suficiente para ver la expresión alucinada del chico antes de dar por finalizado su pequeño truco.
Al cerrar la mano el fuego cesó hasta extinguirse completamente en cuestión de segundos. Clarice se acercó a la pared y apoyo ambas palmas allí. Podía sentirse la calidez emanando de allí pero al tacto estaban muy lejos de quemar. Volteó la cabeza sin despegarse de la pared e hizo un gesto a Eduardus para que lo comprobara él mismo, quien se acercó vacilante al comprender la seña. Al hacer contacto con el cálido muro de piedra el pelinegro soltó una risa emocionada y sorprendida al notar que no se quemaba. Luego volvió a reinar el silencio durante largos minutos.
—¿Realmente puedo aprender a hacer eso? —le preguntó finalmente.
—Con tiempo y práctica —le recordó con una sonrisa consoladora—, pero sí.
—Entonces iré contigo, con tu padre o con quién sea —respondió emocionado—, ya no tengo nada que perder.
Unos golpes conocidos para la castaña sonaron en la puerta con un sonido seco. La ojiazul sonrió a la madera grisácea mientras caminaba hacia ella. Cuando volteó para despedirse Eduardus aún se hallaba con el cuerpo y las palmas pegadas a la pared, y la mirada asombrada.
—Lo que has visto aquí no puedes decírselo a nadie excepto a tu hermana, Alexia, ella te ayudará —le aconsejó amablemente—. Tu elfo ya ha perdido su lealtad hacia ti, sin embargo le sigue siendo fiel a tu hermana, puedes confiar en ambos —abrió la puerta y al salir asomó la cabeza por la abertura antes de cerrarla por completo—. Recuerda esperar cinco minutos antes de salir. Y recuerda también que ya no estás solo Eduardus Black.
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Tempus Rerum Imperator
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La luz gris de la tienda siempre resultaba tan tremendamente aburrida. Solamente esperando a que llegara algún cliente que quisiera cambiar sus diamantes o demás bienes de valor por dinero; un trabajo cuanto menos aburrido y lejos de lo que quería. Aún recordaba aquellos días que soñaba con crear nuevas figuras...Jooheon y él siempre habían compartido el placer que era la alfarería. A veces iban a la playa a recoger los vidríos erosionados por el mar y con éstos creaban nuevas obras. Sus dos padres eran socios de su casa de empeños, el cual aguardaban que sus hijos siguieran. No es que fueran estrictos, pero su barrio era uno de esos donde uno fácilmente acababa robando, traficando con alucinógenos o seguramente en la cárcel por alguna amplia variedad de actividades delictivas. Por ello siempre les enseñaron la importancia que tenía obtener su negocio, legal y con una vida regular. Pero ninguno de ellos quería dedicarse a aquel trabajo tan tremendamente aburrido; sobretodo después de que la abuela de Jooheon les mostrase como hacía vídrio al soplado.
Todos aquellos veranos, puentes y fines de semana que habían pasado en la tradicional casa coreana a orillas del mar les había inspirado a dedicarse a hacer arte con vidrio y cristales. Muy a menudo habían discutido con sus familiares por querer dedicarse a la artesanía, por no decir las burlas hacia ambos en la adolescencia. Pero todo eso daba igual.
Jooheon tenía a Kihyun y Kihyuun a Jooheon. Hombro con hombro para apoyarse el uno al otro. Por las diferencias que tuvieran, daba igual, eran como dos piezas de una cadena inseparable.
Dos cadenas; ese iba a ser el nombre de su tienda. Bueno en inglés porque quedaba mejor, pero para ellos aquellas dos palabras significaban mucho para los jóvenes que una vez fueron...bueno...para el que fue Kihyun...
Yoo se recostó sobre la mesa, exhalando un largo suspiro lleno de sueños frustrados.
Si tan solo hubiera podido hacer algo. Si tan solo ese día le hubiese acompañado...¿Por qué tuvo que ir él?¿Por qué le pidió aquel favor?¿Cuán asustado se habría sentido al morir solo y sin nadie que le sostuviera la mano hasta el final?
Eso era lo peor, no haber podido despedirse ni pronunciar unas últimas palabras de despedida al que era su hermano de alma.
Tan amenudo se sumergía en aquellos pensamientos inundados demelancolíaa que en ocasiones sin darse cuenta era la hora de cierre. Y así pasaba los días. Algunos culpándose, otros planteándose miles de escenas en las cuales evitaba aquella situación, en ocasiones sentía odio hacia las demás personas que seguían su día a día sin detenerse en la pérdida de Lee Jooheon; y muy amenudo era simplemente recordando con la mayor pena del mundo aquellos momentos que jamás volverían a repetirse. Muchos le habían dicho que después de dos años debería haberlo superado ¿Pero cómo podría hacerlo si era su mayor amigo? Ninguna persona podía llenar ese vacío, ninguna pareja, familiar u otro individuo. A causa de aquello acabó quedándose cada vez más solo, más amargado, más triste y sobretodo preguntándose si merecía vivir un día más.
Un suave golpe sobre el mostrador le sonsacó de sus cavilaciones, haciendo que observase el peculiar reloj que había dejado un elegante hombre trajeado sin decir nada.
— ¡Oiga! — Llamó a la misteriosa figura que abandonaba su establecimiento en silencio mientras Kihyun sostenía el objeto entre sus manos.— Tsk ¿Qué diablos le pasa a ese? — Soltó en su ya habitual tono molesto.
Entonces se paró a ver el reloj, el cual le llamó enseguida la atención ¿Qué reloj tendría puesto el año tan grande y las horas tan pequeñas? Era un sin sentido, cualquier gilipollas sabe en qué año vive. En el borde tenía grabado una frase en latín que decía "tempora mutantur et nos mutamur in illis" y en la parte trasera otra "tempus rerum imperator". Movido por la curiosidad fue a buscar su significado, la primera citaba tal cual "Los tiempos están cambiando y nosotros cambiamos con éste", y la segunda decía "El tiempo, comandante de todas las cosas". Cuanto menos eran palabras curiosas en un reloj... En ese momento su alarma sonó. Era un jueves a las cinco y catorce. Una hora que tal vez a nadie le importaba, pero para él había sido el último momento en él que fue feliz, cuando Jooheon le sonrió mientras se despedía desde el coche.
Desde entonces había desarrollado la " estúpida" manía de poner una alarma para que así el resto de su vida jamás olvidase a su amigo y de esa forma mantenerle vivo. Sin pensarlo cambió el año de aquel reloj, mostrando justo aquella maldita fecha. La verdad es que así se veía mucho mejor que en su simple reloj, podía ponerlo de decoración y pararlo. Algunos lo llamarían masoquismo, pero a sus ojos era una forma de simbolizar qué el jamás dejaría a su compañero, pasara el tiempo que pasase o por mucho dolor que le infligiese.
— Veamos el botón de detener tiene que ser...— Kihyun observó detenidamente el reloj de aparentemente poco valor con sus diferented botones.— ¿Quién coño hace un reloj con botones tan grandes? Es como una noche loca de de un cronómetro y un reloj que ninguno de ellos quiere recordar...— Procrastinó en soledad el hombre.— Digo yo que será esto... — Dio un clic a aquel botón y de golpe se encontraba de pie en medio de una carretera vacía a excepción que parecía estar arreglando algún estropicio.—¿ Pero qué....?¿Cómo...
Su cabeza no podía formular ni siquiera la exclamación exacta, y en su mente no paraban de surgir preguntas ¿Dónde estaba?¿Cómo había llegado ahí? ¿Acaso eran un sueño?¿O se había muerto de alguna forma inexplicable? Miró al reloj frustrado ¿Qué demonios había pasado?
El agudo sonido de unas ruedas deslizándose con fuerza y rapidez contra el asfalto volvió en sí al confundido hombre.
Mientras Kihyun corría a echarse a un lado vio como el vehículo volcaba, dando varias vueltas...Una vista cuanto menos espeluznante. El coche se detuvo, dejando un rastro de piezas y cristales rotos. Kihyun corrió a ver si podía ayudar a cualquier individuo que estuviese ahí dentro. Mas al acercarse se congelo...aquella matricula...26 고8019 ...Esa era la...no. No podía ser.
Corriendo aún más rápido se arrodillo junto a la ventana del conductor, sin importar los pequeños cristales que se le clavaron en las rodillas; pues el dolor de más grande era el de comprobar que en efecto era el cadáver de Jooheon el que estaba observando.
— Esto no puede estar pasando, es un sueño, una pesadilla. — Dijo Kihyun con voz estrangulada. — Jooheon...— Llamó con un hilo en su voz a su amigo, esperando a que se girase a mirarle, a decirle que estaba bien y sonreír con esos hoyuelos tan característicos de él. Mas no hubo otro sonido que el del silencio.— ¡JOOHEON! — Grito desde lo más profundo de su ser, tanto que su garganta le dolía, mientras que su vista se nublaba por las lágrimas que acudían a sus ojos. — MÍRAME JOOHEON!HÁBLAME! ¡JOOHEON JODER! — Bramó al cuerpo sin vida del rubio. — Jooheon...Jooheon Jooheon. — repetía su nombre una y otra vez, queriendo que le escuchase, temblando pues por mucho que su corazón quisiera negarse y gritase su nombre; él sabía que su alma gemela ya se había ido. Para siempre. — ¡¿POR QUÉ JOOHEON?! — Exclamó con voz rota golpeando con la mano que sostenía el reloj sobre el asfalto,dando de nuevo al botón que le había llevado ahí. Kihyun no podía estar más confuso ¿Qué acababa de pasar?¿Si era un sueño por qué no volvía a su dichosa tienda de empeños? ¿Y si era real por qué sus heridas se habían esfumado? No obstante no tenía tiempo para pensar, pues de nuevo observó el coche de su amigo. No dudándolo corrió hacia este, agitando sus brazos para llamar su atención. — ¡Detente Jooheon!
Mientras tanto Jooheon había estado mentalizándose desde que había dejado solo a Kihyun en la casa de su difunta abuela sobre lo que diría a su padre. Tras años de sumisión, Kihyun finalmente había dejado claro a su padre que no seguiría sus pasos, y no teniendo otro lugar al que ir, Jooheon le llevó a su sitio favorito en el mundo. Habían estado hablando toda la noche y esa mañana sobre como empezarían de una vez su proyecto de Two Chains. Claro que el chico se había dejado algunas cosas en casa, dado a su rápida escapada a hurtadillas, y siendo el amigo que Lee Jooheon era, había decidido ir él a por sus cosas. Después de todo habían prometido ayudarse y protegerse bajo cualquier circunstancia. Por eso mismo cuando vio a Kihyun, gritándole ahí, y aunque él lo hubiera dejado hace poco más de cinco minutos solo, no podía haberle alcanzado, sobretodo con sus cortas piernas. Tan sorprendido estaba que ni observó a la carretera que se dio cuenta de que estaba apunto de atropellarle, realizando un rápido movimiento que le llevó a chocarse con una farola.
Maldiciendo todo lo existente, Kihyun se acercó para intentar salvarle, pero de nuevo al ver su cuerpo inmóvil, pateó una de las ruedas.
Mirando hacia el suelo soltó un grito lleno de frustración, para luego mirar al reloj que seguía sosteniendo...era una locura, pero podía ser que esa locura salvase la vida de Jooheon; y eso era algo por lo que sí merecía arriesgarse. Dando al botón otra vez se encontró de nuevo en el mismo lugar al que ya le había situado dos veces. Por primera vez Kihyun esbozó una pequeña sonrisa ¡Tenía otra oportunidad para salvar a Jooheon! No queriendo detenerse en estúpidas celebraciones que no harían más que quitarle aquellos preciados minutos, corrió hacia el camión con los conos de seguridad, poniéndolos en medio de la carretera antes de que Jooheon pudiera llegar. Si podía detenerle habría una posibilidad de salvarle.
De nuevo el vehículo se aproximaba, y Kihyun estaba expectante de ver como se paraba de forma tranquila y sin ninguna catástrofe. Sin embargo el coche parecía no detenerse, arremetiendo contra los conos y así chocando contra el camión, que por suerte los pasajeros no estaban dentro, y trágicamente acabando como antes. Frustrado, le volvió a dar a su reloj. Algo tenía que hacer, daba igual cuantas veces tuviera que correr, los planes que tuviese que idear o lo mucho que le doliese el pulgar de presionar a aquel botón que le llevaba de nuevo a ese punto de partida, cada vez más agobiado.
Sería la decimoséptima vez que estaba reviviendo aquel momento cuando el misterioso hombre trajeado que la había otorgado aquel milagroso reloj pasó a su lado mientras él se encontraba en otra carrera en contra del tiempo para salvar a su amigo. Parándose en seco se giró hacia aquel individuo, el cual solamente ladeo la cabeza con una expresión seria pero sus ojos mostraban una mezcla de entretenimiento y fascinación mientras mantenía sus manos metidas en los bolsillos de su soberbio traje de alta costura.
— ¡Tú! – Exclamó Kihyun en una mezcla de sorpresa y enfado, este último causado por la frustración de sus múltiples intentos fallidos de salvar a Jooheon. – ¿Cómo has llegado aquí? No espera ¿Qué...
— ¿No deberías estar intentando salvar a tu amigo? – Preguntó con toda la calma del mundo mientras sacaba su reloj para comprobar la hora. – Apenas le queda un minuto de vida...Da igual cuantas variaciones haya del escenario, el acaba muriendo a las cinco y veintidós. Fascinante.
— ¿¡Cómo puedes hablar así de una vida una humana, cabrón?! – Gruñó el otro, molesto por su tranquilidad cuando podría estar ayudandole.
— Prefiero que me llamen señor Chae o Chae a secas. – No despeinándose ni un pelo le comentó con soltura el otro.
—¿Te estás quedando conmigo mamón? – Sin dudarlo corrió hacia él, dispuesto a reventar su cara, cuando de nuevo escuchó el odioso sonido del coche estrellarse; provocando que acabase arrodillado... – Otra oportunidad desperdiciada... – Sonaba tan derrotado, tan cansado. Estaba harto de ver a Jooheon morir una y otra vez sin poder evitarlo. No obstante no podía rendirse. Daba igual lo muy cansado que estuviera o lo mucho que le doliese revivir aquel momento, debía de encontrar una forma de evitar su muerto. Levantando su pulgar se dispuso a volver a darle al botón.
— No habrá efecto alguno. – Declaró sin emoción alguna en la voz Chae mientras anotaba en su nota sin mirarle.
— ¿Por qué no? ¡¿Acaso no me lo diste para eso?! ¿¡O estás jugando conmigo!?
— Ni lo uno ni lo otro. Bueno no en esa preferencia. – Respondió cerrando su libreta para finalmente mirar al frustrado individuo. – Realmente quería probar mi experiencia; verás en mis tiempos los viajes en el tiempo son posibles gracias a mis inventos, el que tú tienes es el tercer ejemplar que he hecho, siéntete honrado. – Anotó señalizando el reloj que tenía entre sus manos. – Que por cierto, deberías de cuidar más de los objetos que la gente te regala.
—¿Entonces todo esto es real?¿No es un sueño?¿Realmente hay una posibilidad para evitar que Jooheon muera? – La mirada del chico brilló con una nueva esperanza que había renacido de las cenizas de sus frustraciones, al igual que un fénix.
— En principio pensaba que eso pudiese ocurrir, después de todo es una de las varias razones por la que comencé a crear estos relojes: salvar vidas inocentes, poder presenciar momentos claves de la humanidad, revivir los momentos más importantes de la vida de uno, recuperar tesoros perdidos e infinitas posibilidades más. – Por un momento su impasible semblante se vio sonriente pensando en todos los ideales que habían echo que decidiera seguir con su investigación. Pero cuando su mirada se paró en Kihyun suspiró. – Sin embargo parece que no se puede evitar el destino, por mucho que se cambie el patrón... Esto será algo que tendré que aplicar y a aprender a prever para evitar otro caso como el de ahora. Agradezco tu ayuda en mi investigación; si ahora bien procederé a llevarte de vuelta a tu tiempo.
— ¡¿Cómo?! ¿Vienes con todas esas charlas de megacientífico para luego decir que no puedo salvar la vida de Jooheon por “destino”? ¡Qué clase de gilipollez es esta!
— Grita y patalea lo que quieras, pero es la verdad. Puede que la palabra destino parezca cosa de adivinas y charadas; pero en verdad la magia no es más que ciencia que aún no ha sido analizada y estudiada, lo mismo se podría decir de los viajes en el tiempo ¿Verdad? – Puntualizó chasqueando la lengua mientras se paraba a observar el coche destrozado. – Después de tu séptimo viaje en el tiempo comencé a comprender que da igual si yo u otro intenta cambiar algunos eventos, hay cosas que deben de suceder sí o sí...como el que en un punto vosotros tendríais que separaros. Te guste o no...
— ¿¡Me guste o no?! – Esta vez aunque estuviese gritando realmente no se estaba dejando llevar por la furia, sino por su corazón roto mientras las lágrimas acudían a su rostro. – ¿Crees que me importa el destino?¿O lo que me digas? ¡No hay forma alguna de que algo me detenga en intentar salvarlo! ¿Entiendes?
— Bonitas palabras. – Soltó con acidez Chae volviendo a meter sus manos en sus bolsillos. – Puedes decir lo que sea, pero no hay forma en la que puedas salvárle. Es una lástima, pero así son las cosas; el siete de noviembre de dos mil quince a las cinco y catorce vuestros caminos se parten y no hay forma de que vuelvan a unirse. – El relojero del tiempo comenzó a darse la vuelta, sacando un reloj mucho mejor elaborado y elegante para cambiar su rumbo. – Es vuestro dramarama... – Estaba apunto de desaparecer cuando sintió una mano aferrándose a la tela de su pantalón, haciendo que observase a Kihyun en posición de plegaria, con la cabeza baja ocultando las lágrimas que caían como la lluvia en una tormenta de primavera sobre el asfalto.
— No te conozco, ni sé por qué de entre todos las desgracias del mundo has elegido la mía. Puede que el hombre ¡Qué digo! ¡Apenas tiene veintiún años!¡Es un jodido chaval! ¡Y a muerto! Una persona con sueños, aspiraciones; alguien de buen corazón y que ayuda a los demás de forma desinteresada con un enorme talento...alguien así no merece morir. No es justo...Jooheon...Jooheon es la persona más importante de mi vida. Te lo suplico, haz lo que tengas que hacer...pero... – Kihyun tuvo que detenerse, demasiado cohibido por el dolor y las lágrimas que no paraban de surgir, respirando profundamente para así poder continuar. – Salvale. Me da igual como...Solamente... – Y muy a su pesar, el chico se postró totalmente ante el hombre trajeado. – No dejas que mi amigo muera.
En todos sus años de viajes por el tiempo, de todas las épocas que había visto, jamás en su vida había visto a alguien tan desesperado por conseguir la salvación de otra persona que no fuese el propio individuo. Chae Hyungwon, el gran inventor y denominado “Time Lord”, se encontraba totalmente conmovido. Deseaba poder ayudarle, después de todo era una de las razones por las que creo los viajes en el tiempo; aparte de todos los beneficios que le habían dado. Pero realmente no había nada que...A menos que...
— ¿Realmente dices que harías cualquier cosa para salvárle, Yoo Kihyun? – A lo que el otro solo se limitó a asentir. Hyungwon volvió a mirar al reloj que el otro sostenía, para luego mirar al de su muñeca. – ¿Incluso si eso significa que tendrás que sacrificarte a ti mismo? –
A decir verdad no debería de ofrecerle aquel trato. Si hacía eso podría meterse en problemas con la ITTP (International Time Traveler Police), pues era la corporación encargada de que la gente no hiciera grandes cambios que pudiesen afectar al presente, como en este caso viajar al pasado para matar a una persona que en un futuro estaba vivo. Lo gracioso era que ese cuerpo de inteligencia lo había creado él mismo para evitar desgracias; pero con el tiempo estaba cogiendo mucha fuerza y estaban a la espera de hacerle a un lado y sacarle de un medio o otro la patente de sus relojes. Hyungwon era muy consciente de aquello, pero por suerte era un hombre que calculaba bien todo lo que hacía y con un gran poder al ser el único que conocía el secreto tras los viajes en el tiempo. Y aún así... no podía no hacer nada.
Negando reiteradas veces comenzó a ajustar el tiempo, preparándose para tomar cartas en el asunto.
— Me vas a traer muchos problemas, así que dime ¿Eres capaz de dar tu vida por la de tu amigo?
— Totalmente. – No había ni un ápice de duda en las palabras de Kihyun, sorprendiendo al otro.
—¿Ni si quiera te lo vas a pensar?¿Tan poco apego le tienes a la vida?
— ¿A lo mío lo llamas vida? Tsk...Llevo dos años soportando estar sin la persona que mejor me entiende en el mundo, trabajando en algo que odio, rodeado de personas que no me comprenden y solamente me juzgan, cualquier motivación se fue con ese hombre. Puedes preguntármelo cuantas veces haga falta, mirarme raro, pero no dudaré en dar mi vida por Jooheon, porque sé que él haría mismo por mi. – Dijo secándose las lágrimas para mostrar una sonrisa llena de melancolía recordando todos los momentos con Jooheon. – Solo fíjate en este día, Jooheon podría vivir su vida y alejarse de toda la mierda que hay, pero se quedó cerca por mí, no pudiendo ir a la escuela de artes. No tardó ni cinco minutos en ir a por mi cuando le dije que había huido de casa, me llevó a cenar y por la mañana me llevo a la playa; mi lugar favorito en el mundo. Estuvo tan empeñado en hacerme sonreír... – Una suave risa se le escapó al pensar en todas las payasadas que Jooheon había hecho para animarle. – No hay nada que ese idiota no hubiera hecho por mi...yo debería haber estado en ese coche, o ni siquiera debería de haberme puesto a hablar de las cosas que me había dejado. Debería de haberle dicho que me daba igual perder mis pertenencias...Hay muchas cosas que debería haberle dicho... – En ese momento se puso en pie, mirando a los ojos a Chae. – Eso sí...
— ¿Qué?¿Un último deseo antes de morir?
— Algo así...¿Puedes prestarme una hoja y un papel?
2017
El silencio de la tienda se veía irrumpido de vez en cuando por el sonido de las sirenas de la policía, probablemente persiguiendo a otro criminal más de los tantos que había en su barrio. Jooheon se rascó la cabeza mientras tomaba asiento en la silla que daba al mostrador con barras para proteger a quien atendiese de ladrones o sujetos agresivos. A decir verdad odiaba aquella tienda, pero también tenía muchos recuerdos de cuando había conocido a Kihyun de niño, o los dos jugando ahí. Realmente le echaba de menos...Muchos no pensaban que el payaso de clase y el chico que era conocido por el apodo de “Satan” pudieran llevarse también. Pero siempre se habían complementado. El rubio rebuscó en sus bolsillos la carta que siempre llevaba consigo; Jooheon podría olvidarse de la cartera, las llaves o el móvil, pero jamás de aquel trozo de papel. Después de todo era lo último que tenía de Kihyun. Desdoblando la hoja con cuidado, comenzó a leer aquellas palabras que ya había leído tantas veces, las cuales estaban grabadas a fuego en su mente y jamás llegaría a olvídarlas.
“Sé que va a parecer algo raro que te deje esta carta, pero quería que la tuvieras porque estoy seguro de que en cuanto llegue a casa tendré la bronca de mi vida; aunque no quiero que te enfades con mi padre. Ni que te preocupes. Vaya a donde vaya, por muy oscuro o problemático que vaya a ser sé que estaré contigo, de alguna u otro forma. Sabes que nunca he sido una persona que se apega a los demás fácilmente, pero tú eres mi hermano de alma y eso no nos lo podrá quitar nada; ya sean otras personas, la distancia o incluso el tiempo.
No sé como agradecerte lo que has hecho por mi, no solamente haberme acogido hoy y cuidarme, sino todas las pequeñas cosas que haces; ya se incluso hacer tonterías o tener charlas hasta las cuatro de la mañana con cerveza barata. Te escribo esto porque quiero que te quede claro que eres la mejor persona que he conocido, y que estoy seguro que lo que te depara el futuro será tan increíble como tú. Por eso no quiero que jamás mires atrás ni vivas arrepentido. Quiero que vivas, de verdad, disfruta cada minuto y cada instante. No te prives de hacer las cosas que te gustan; porque te juro que como eso ocurra volveré de donde sea para patearte el culo.
Lo que quiero decir con todas estas palabras es que te quiero; sin “no homos” o tonterías así. Te quiero porque eres la persona más importante de mi vida, has hecho que cada segundo de ésta mereciera la vida y no me arrepiento de nada porque todas las decisiones que he hecho me han llevado hasta estar a tu lado. Y aunque en un futuro no vayamos a estar juntos por cualquier cosa, seguiremos siendo dos cadenas entrelazadas. Gracias por todo lo que has hecho por mi Jooheon, por estar ahí, por escucharme y sobretodo por haberle dado un significado a mi vida.”
¿Por qué escribiría Kihyun algo así? Daba la impresión de que sabía que iba a ocurrir, pero eso no tenía sentido, y en todo caso ¿Cuándo escribió la carta? Claro que eso no eran las cosas en las que más a menudo pensaba. Sino en cómo añoraba a Kihyun. Y no solamente él, realmente Yoo Kihyun había sido querido y admirado por los que le conocían, por mucho que se empeñase en que no era de ese modo. Cuando aquel siete de noviembre tuvo que ir a identificar el cadáver a Jooheon se le cayó el alma ¿Por qué él? No era justo, y sobretodo ¿Por qué estaba sonriendo al morir?¿Qué podría haberle hecho tan feliz de experimentar aquel terrible accidente que había acabado con su vida?
Muchas noches aquella sonrisa le había perseguido en sus sueños, atormentándole ¿Por qué no habría insistido en ir con él?¿O en ir en su lugar? Algo en su interior le decía que él debería haber muerto, que no merecía seguir vivo ¿Pero por qué? Tantas preguntas, tantos lamentos...pero al final Jooheon solamente podía apoyarse contra la mesa del mostrador que odiaba, en la vida que no deseaba, lamentando cada día que no pasaba junto a Kihyun. Por el resto de su vida.
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finfinito · 7 years ago
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El dragón y el lobo pasan el día con el león y el Night King
Total, que después de que Jon y Daenerys se dejaran “pa’ luego”, desembarcan en Roca Dragón donde está Tyrion comenzando una partida de ajedrez de los Siete Reinos con Lord Varys. Tyrion llevaba las piezas azules representando a los caminantes blancos y su ejército, mientras que Varys tenía piezas rojas que no eran otros que el ejército de Khaleesi. El caso es que Tyrion comenzó fuerte la partida y movió la pieza del Night King que podía atacar a distancia y se cargó un dragón de Daenerys, pero no pudieron seguir jugando más porque se acercaba la jefa y no querían que los sorprendieran en tales circunstancias. Cuando Daenerys les cuenta lo ocurrido, Tyrion y Varys cruzaron miradas de complicidad y dirigieron la conversación hacia el soldado del ejército del Night King que habían secuestrado.
Colgaron aquel cadáver de una lámpara en la sala del trono de Roca Dragón a modo de piñata, ya que era el cumpleaños de Daenerys y no habían tenido tiempo de buscar regalos. Así que, como ella no había visto al muerto, le taparon los ojos y el dieron una espada sin filo. Todos hicieron un corro alrededor de ella y le indicaron hacia donde se balanceaba aquel souvenir que habían conseguido en su expedición suicida. Cuando por fin consiguió acertar un golpe, se llenó el traje blanco de la sangre restante de aquella criatura, pero bueno, se comió un corazón de caballo en la primera temporada así que nada nuevo.
La situación no podía ir a peor. Missandei la maldecía por lo que le tocaría fregar más tarde, pero, como ya había amanecido, decidieron que era hora de acudir a la reunión que Tyrion había concertado con su hermana la Reina en Desembarco del Rey, así que se fueron a la parada y tomaron la primera línea de teletransportes, que no salió hasta las 8:00.
Ya en las puertas de la ciudad, siguiendo a Tyrion que iba en cabeza; los portones se abrían uno tras otro dejando paso a lo que había visto en su día a día hasta que su familia creyó que era oportuno cargarle el muerto. Ascendieron hasta las puertas de la Fortaleza Roja donde aguardaba su hermano, donde no se le ocurrió otra cosa que extender su brazo para darle la mano a Jaime, el manco, quien, tras hacer un amago, pudo ver a Tyrion desternillándose junto con toda su compañía de aquel intencionado incidente.
Pudieron habérselos cargado en ese momento, de hecho, debieron, pero entonces Cersei seguiría en la parra y se los habrían fundido los caminantes blancos cuando llegaran al sur. No obstante, no fue así. Jaime los acompañó al patio donde los estaba esperando Cersei junto con los inmaculados y los hijos de hierro con Euron, quienes habían hecho las paces. Yara también estaba presente, todavía como prisionera de Euron. La Montaña y Qyburn se situaban a ambos lados de la reina.
Daenerys y Jon se pusieron al paso de Tyrion cuando entraron a aquella zona. Debían estar al nivel de aquella reunión. A Yara le entró un dolor de estómago increíble cuando vio a su hermano allí. A diferencia de esta, Missandei sonrió como nunca había hecho al ver allí a Gusano Gris. Ser Davos avanzaba tras Jon y Lord Varys seguía a Daenerys. Sam también estaba presente junto con Gilly y el niño, ya que había hablado previamente por telecuervo con Jon y pues se reunirían en dicho lugar.
Drogon y Rhaegal descendieron del cielo bruscamente, pero no se acercaron a su madre, sino que se quedaron tras los Dothrakis. Cersei, atónita por ver solo dos de los dragones, se levantó y berreó algo en valyrio inventado. Daenerys pronto le dijo que hablara español (ja’ puta) y que había perdido un dragón cuando fue a recoger a los suicidas que dejó de la mano de los Siete Dioses anteriormente, mientras ella daba vueltas en Roca Dragón. Aun así, le echó la culpa de ello a Jon Nieve, quien dio un paso adelante y dijo “Lo siento, pero necesitaba hacerme el macho alfa en ese preciso momento en el que me podía haber subido a Drogon, Daenerys hubiera dado la orden de volar y nos hubiéramos ido por los cielos con los tres dragones vivos, pero es que si no me marco la escenita reviento. Claro que también estoy muy dolido porque mi tío Benjen me tuvo que salvar del fregao, pero Daenerys más que perdió a Viserion por mi culpa”
Cersei pensó que quizá pudiera ser una trampa; en algún momento, el dragón cremado podría descendería de los cielos y reducirlos a todos a cenizas, devolviendo a los Targaryen al trono. Sin embargo, notaba que decía la verdad por las lágrimas que derramaron cuando contaron su historia (en realidad, las lágrimas fueron por alergia al polen, pero bueno).
Ser Jorah acarreó al muerto viviente hasta el centro de la misma, donde la reina le ordenó que le destapara la cabeza.
—¡Anda, pero si yo tengo otro igual que ese! —exclamó Cersei. Ordenó a la Montaña que se quitara el yelmo, exponiendo de manera incómoda para sus acompañantes su rostro podrido. Este se adelantó hasta donde se localizaba la criatura, que estaba atado de pies a cabeza y se inclinó para chocar su puño contra lo que le restaba de la mano. Pronto se hicieron amigos y los ojos de Cersei comenzaron a brillar.
—¿Qué te parece el regalito, hermanita? ¿Quieres más? —apuntó Tyrion. —El feo este se lo quitamos al Night King. Pronto atravesará el Muro y entonces, estará pisando terreno de los Siete Reinos, y no creo que le complazca a su alteza que unos domingueros hagan lo que les plazca en territorio de su reino, ¿o sí? —
—Si pongo a la Montaña de comandante de un ejército de “hechos peazos” como este, no tengo que mendigarle más al Banco de Hierro. –reflexionó la Reina.
—¿Quién quiere hacerse con el plantel? —tarareó Tyrion.
—¡La puta ama del cuartel!
—¿Alguna idea de cómo vencerlos?
—Pues… podríamos usar fuego valyrio de ese que tenía el Gran Maestre Pycelle… ah, no, que  lo usamos para cargarnos a los gorriones—dijo a carcajadas mientras los demás se cuestionaban con cara de resentimiento si era más pirómana la reina de los dragones o la del fuego verde.
Mientras tanto en Invernalia, Arya seguía amenazando a Sansa, siguiendo los deseos de Meñique. Claro que todo aquello no era más que una treta. Arya seguía la actuación pues, aunque su rostro siguiese siendo el de Arya Stark de Invernalia, ya no actuaba como tal y nunca más lo haría. Su plan se fue al garete cuando el Perro puso un pie en aquellas tierras, buscando a Brienne. Para su sorpresa, tuvo un reencuentro emotivo con Arya, quien le hace saber cuáles son sus intenciones. Este buscó al canoso manipulador por la ciudad y, cuando lo encontró, se lo llevó al centro de la misma. Una vez allí, le reventó la cabeza contra el suelo, por liante. Arya no se enfadó, pero le dio coraje puesto que era ella quien quería darle un golpe maestro para que su hermana la viera.
Cuando Jon Nieve llegó ya a Invernalia, tuvo un rencuentro placentero con Arya y a Bran le preguntó por su camello, a lo que este le respondió con “No te preocupes primo, que yo controlo”. Había traído consigo a los Lannister, la tropa de la conquistadora y carromatos llenos de vidriagón para forjar espadas y hachas.
Una vez estuvieron listos, pusieron rumbo hacia el Muro, donde reunirían a unos cuantos hermanos jurados de la Guardia de la noche para rellenar las tropas de la alianza de los vivos. Estos les advirtieron que comenzaban a vislumbrar el mar de cadáveres en el horizonte desde la cima del Muro.
Se acercaba el momento, las puertas del Muro comenzaron a abrirse mientras las hordas dothrakis pasaban a través de ellas animando al resto de ejércitos de poniente a seguirlos. Ser Jorah dirigiría a los primeros, Jon, cabalgando Rhaegal, a los abanderados de la casa Stark y la Guardia de la noche, Jaime a los mercenarios que habían comprado con el oro de los Tyrell, Tormund a los salvajes que restaban, Daenerys, desde Drogon, a los inmaculados. A esta batalla se uniría Arya, el Perro, Beric Dondarrion, Gendry Baratheon, la Montaña, Brienne, Theon, Yara y Euron. Por otro lado, en la retaguardia restarían Sansa, Bran, Cersei, Varys, Missandei, Davos y Tyrion, quien informaría de los cambios en la estrategia de combate por telecuervo.
La batalla comenzó con un sangriento choque entre ambos frentes. Pronto, la fría llanura inodora se tiñó de rojo con tenues aromas de putrefacción. Los dragones descendieron para repartir dracaryses (plural en valyrio antiguo) guardando las distancias con la ubicación del Night King. La danza de espadas continuó por largo tiempo, evitando los acorralamientos y manteniendo el frente. Ya se habían mezclado todos los ejércitos, no se podían distinguir los soldados de unas casas de otras, tan solo los vivos de los muertos. Empezaban a caer, de un bando, de otro, pero, en realidad, da igual porque esa gente no tiene más guion aquí que el de batallar y morir. Y morían, y aparecían más; y volvían a morir, y volvían a aparecer; y así hasta que la batalla no llegó a ningún lado. Los dragones escupían fuego, los caballeros mataban muertos andantes inútilmente y los caminantes blancos solo observaban.
Fue entonces cuando Tyrion, tras susurrarle una orden a Bran para darle algo de guion, llamó por telecuervo al Night King. Este estaba de acuerdo con el enano en que aquella situación no llegaba a ninguna parte y que debían resolver sus diferencias de otra manera. Daenerys acudió volando al Muro, montó a Tyrion en su dragón y descendieron hasta el centro de la batalla donde estaba el Night King. Tras un dracarys al cielo, la pelea cesó. Después que Tyrion acordara la metodología de la nueva batalla, dio comienzo a lo que serían una serie de duelos entre los caminantes blancos y los ponientis más ilustres tales como Cersei, Jaime, Dany, Jon, Jorah, Tormund, los hermanos Clegane, Beric, Sansa y Gendry, entre otros.
Así pues, asumiendo Tyrion el papel de árbitro y estando de acuerdo con ello ambas partes, nuestros entusiastas protagonistas dieron paso a jugar con el futuro del trono. Comenzaron con la petanca, le siguió el póker, después seis horas de monopoly, un escondite, un pilla-pilla, un pollito inglés en el que jugaron los dragones, unos dardos, un billar, unos bolos… no cesaban de traer juegos improvisados a aquellos fríos páramos del Muro. La cosa estaba muy igualada y no lograban alcanzar diferencias significativas entre un bando y otro. Decidieron jugársela a todo o nada en un torneo de “FIFA 18 Seven Kingdoms Edition”, pero incluso en tales circunstancias, los caminantes blancos estaban a la altura de los vivos. Messi Lannister no pudo superar a Night King Ronaldo, como había hecho en ediciones anteriores en las que jugaba codo con codo con Neymar Tyrell, pero ya no.
Al final, en un acto de desesperación, Tyrion reunió a absolutamente todas las criaturas allí presentes alrededor de sí mismo. El silencio se hizo. El enano anunció que esta sería la última ronda y la definitiva.
—¡A la de una… a la de dos… a la de tres, el último que toque el suelo es tonto y pierde!
El anunciante, por su tamaño y por anunciante, fue el primero en tocar el suelo. Le siguieron Daenerys y Jon que tampoco iban muy sobrados en estatura. Casi a la vez descendieron Cersei, Jaime, Sansa, Jorah y los que restan. Los caminantes blancos también descendieron al suelo, a excepción de uno. Bran, que ya estaba tumbado desde el inicio del juego, ojos en blanco siguió las instrucciones que Tyrion le había dado de algo que él mismo no podía haber pensado antes: “¿y si controlas al Night King cuando yo toque el suelo, majo?”
Y claro, cuando Bran le devolvió el control de sí mismo a su enemigo, quien observó que todos estaban sentados a menos él, supo que había perdido el juego de tronos. Conforme todos comenzaron a levantarse del suelo, el Night King se echó a llorar en el pecho de un caminante blanco compañero suyo.
—No te preocupes, ya pasó todo. —fue lo último que le dijo la voz que salía de aquel compañero después de clavarle una daga de vidriagon en la espalda a su amigo desconsolado. Se quitó la máscara mostrando el rostro de una niña, no una cualquiera, una norteña. —Los Stark os mandan recuerdos.
Aquel cuerpo se descompuso en infinitos trozos de hielos y granizos, seguidos de los otros caminantes blancos y el infinito y ya no rellenable ejército de los muertos. Cersei gritó tanto como pudo, pero Jaime la consoló recordándole el agradable domingo que habían pasado en familia con los juegos de mesa y no tan de mesa. En otra ocasión sabría que sería imposible que todo el mundo se mostrase tan participativo como aquel día.
Bien pues resulta que después de la batalla desaparece el invierno, el Muro empieza a descongelarse y el viento seco de agosto comienza a invadir la zona. Aparecen Melissandre, que había vuelto de buscar cerillas en Pentos para seguir escuchando al Señor de la Luz y Bron, el cuñao de poniente, cargados hasta arriba de helados de diferentes sabores. Había acabado la verdadera guerra y debían recompensar a todos los que no han movido un dedo, a los protagonistas que han sobrevivido y a todos los ejércitos de relleno. Bron les dio a Cersei, Jaime y Tyrion un polo de limón, amargo como el castillo que le debían. A Daenerys le dio un polo de fresa, pero lo cambió por uno de chocolate porque el otro no le gustaba. A Jon le dio una bolsa de fantamikos, acorde a su papel en la trama. A Missandei, Gusano gris y el resto de los inmaculados les ofrecieron un frigopié. A los Dothrakis les tomaron el pelo cuando les dijeron que les darían Khaleesis para todos en lugar de Kalises. Una tarrina de vainilla para cada soldado de los abanderados del norte. Para la guardia de la noche, helados de Drácula. Para los dragones, unas tarrinas de crema de leche. Un calipo para los mercenarios de los Lannister, que eso que les descuentan de su sueldo. Los maxibon para los salvajes que tienen menos para comer. Para Bran, un helado de plátano que tiene potasio y tiene que pensar mucho. Melissandre se tomó la libertad de darle a Varys un helado de lacasitos. A Yara le ofreció un twister mientras que a Euron y a Theon un mikolápiz.
Una vez se hubieron acabado los helados “dignamente”, hicieron un nuevo trono con las paletas de los mismos, como ya indicaba la tradición al final de las grandes batallas. No obstante, Cersei se puso de parto. Todo fue bien. Cuando la reina miro a su bebé a los ojos, ya sabía qué nombre debía ponerle a su cachorrito, rememorando el destino de sus hermanos predecesores. “¡Te llamarás Mufasa!” le susurró con una tenebrosa sonrisa.
Como nadie quería hacer el paripé de expresar su falsa felicidad ante la Reina, todos decidieron que era hora de partir. Jon le comentó a Daenerys que conocía una cueva al norte del Muro, donde se había dejado algo y quería que ella lo acompañara. A esta le convenció el hecho de que hubiera aparcamiento para los dragones… y otras cosas, claro. Los Greyjoy zarparon al mar a buscar a un tal Rey de los piratas, seguro sería menos desilusorio que la Reina de poniente. Los Stark volvieron a Invernalia a hacer cosas de Stark. Brienne metió en la friendzone a Tormund y se fue con los Stark. Tyrion y Varys decidieron que era buen momento para retomar la partida de ajedrez que habían dejado a medias. La Guardia de la noche acudió a la oficina de empleo, acompañado de los mercenarios Lannister y los señores de Arryn, que ya no tenían líder. Melissandre montó un puesto de feria y se puso a leerle el futuro a todos los inmaculados. Gusano Gris y Missandei andarán por ahí.
Cersei y Jaime fueron ignorados por todos los allí presentes, por lo que decidieron volver a casa, a Desembarco del Rey, donde le esperaría su trono. Cierto que, en esta ocasión, estaba ocupado por un hombretón barbudo que les era familiar: ¡Robert Baratheon!
—Valar Morgulis jaja yo en verdad no me había muerto. Vuelvo a ejercer como Rey. —declaraba mientras se reía abundantemente al ver el rostro sumamente decepcionado de sus queridos Lannister.
Tan solo un hombre sabía quién podía lograr hacer tal milagro de la resurrección. Nadie sabía qué es lo que había ocurrido… bueno, no solo nadie, también Arya Stark de Invernalia.
Finfinito
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doubleinfinityvlutzwin · 6 years ago
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Two funerals, one soul.
Junio, 2016. República de Cuba.
La verdad consumía por dentro cómo una llama de combustión quemando todo a su paso sin detenerse ni un misero segundo en observar la vorágine creada alrededor. La sencilla verdad crearía mayor destrucción antes que cualquier mentira bien planeada. Ninguna sospecha sería bien recibida, tampoco sospecharían de la misma familia en luto. Y de nuevo, estaba cansada y dolorida, portando un corto vestido negro, modesto, sencillo pero el más elegante de todo su vestuario. Odiaba tener que llevarlo, odiaba estar frente a una lápida y mucho más odiaba la idea de haber sido la culpable, nuevamente la culpa residiría sobre sus hombros, lidiando con las consecuencias de sus propias acciones. Alexander Cross falleció siendo un héroe, un hombre sin amor propio pero con un inmenso corazón dispuesto ayudar a todo ser necesitado de ayuda. Alexander Cross entregó su propia vida como moneda de pago por la libertad ajena, comprendiendo el sacrificio sin dudar se adentraba en las fosas del lobo, y ahora allí estaba, bajo tierra. Y nadie más que ella misma sabrían la liberadora verdad. Cross fue hallado muerto en su residencia en la República Cubana, allanamiento de morada. Toda su muerte fue escenificada lo mejor posible sin pasar por alto ningún detalle, todo debía parecer real evitando levantar sospechas innecesarias. 
En ningún momento del entierro Ivy encontró valor en retirar la mirada de la húmeda tierra, llovía, las nubes cada vez se hacían más espesas, oscuras casi negras. Presenciarían una tormenta en los primeros días de Junio, el clima entero estaba contra de tal ceremonia fúnebre. En momentos similares la mente recrea los últimos momentos vividos en compañía del actualmente fallecido, asechando con las dudas de “¿Y si…?” ¿Y si estando menos cegada por la ansía de liberación habría tomado otro camino? Cross seguiría con vida y ella no llevaría el corazón en luto. ¿Y si quedándose en tierras italianas encontraría otro método menos radical a sus problemas? ¿Y si aceptase la propuesta de Cross? Quizás le mantendría con vida. Cuántas más personas morirían en una guerra personal por algo inexistente. Liberación, paz, balance emocional, nada de aquello iba perdurar en al eternidad, pero si la perseguiría el remordimiento similar a miles de pequeñas agujas clavadas en su corazón. Contando con la deseada libertad seguía sintiéndose esclava de sus temores. 
Algún día con la llegada de la calma el mundo entero sería conocedor del gran secreto guardado, uno de ellos al menos, algún día el nombre de Alexander Cross se recordaría más allá de haber sido el director de un banco cubano. Encontraría el modo de personificar un héroe en su nombre. Se lo debía, le debía su libertad al difunto. 
— Algún día nos encontraremos de nuevo, en esta vida o en otra, nos encontraremos. —Comentó débilmente para sus adentros dejando caer una rosa escarlata sobre la ataúd. 
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[Trece horas antes en Volterra]
Estaba allí frente a unas veinte personas observando con tristeza pronunciada en las miradas. Todos lamentaban la muerte del hombre, todos y cada uno de los presentes compadecían el dolor de la familia Lutzwin, menos la mujer que en pocos minutos oraría unas cuantas palabras en nombre del patriarca de la familia. Cuantas mentirás se grabaron con tinta en esa transparente hoja de papel, toda palabra pronunciada terminaría siendo parte de una nueva mentira familiar. Si en algún momento del entierro el dolor ante la perdida daba a saber de si era a través de las falsas lagrimas. Nadie podía ver las muestras de alegría en público, no comprenderían tal muestra de felicidad en Ivy si estaba presenciando el entierro de su padre. Su plan maestro consistía en mantener engañados a los presentes al igual a su propia madre. Dolor, sufrimiento, comprensión y sobre todo amor debían ser las únicas emociones mostradas en público. De haber sido por voluntad propia jamás pisaría de nuevo la morada de los muertos, pero  allí estaba arrinconando los temores ocultos del alma, disponiéndose pronunciar la mayor farsa de su vida. Su madre Norah  se encontraba consumida por la pérdida de su marido, ya de por si se mantenía en pie con ayuda ajena como para dedicar unas últimas palabras al difunto. ¿Perdonaría algún día a su descendiente por acabar de tal modo con su matrimonio?¿La odiaría por ocultar la verdad? ¿Encontraría consuelo si supiese de la retención del alma de su difunto marido? Multitud de preguntas sin respuestas. Demasiadas consecuencias imprevistas en una guerra innecesaria. 
Armándose de valor el telón se abrió frente a una nueva actuación. 
— La muerte no significa el final de una historia tan sólo es el principio de una nueva vida. Conrad Edward Lutzwin permanecerá siendo ante todo un hombre de familia, cada día demostraba amor puro frente a su familia, su amada esposa e hijos. No existía hombre más modesto en el mundo que él, ofrecía su cariño sin pedir nada a cambio. Contábamos con su apoyo en cualquier situación y creo hablar en nombre de mis hermanos diciendo que fue el mejor padre del mundo para nosotros. Resulta complicado estar aquí comprendiendo que jamás volveremos oír la risa de nuestro padre. De seguro su alma está en un lugar mejor, pero su muerte no llevará al olvido. Fue un gran político y buen empresario, todo por cuento luchó en esta vida será rememorado ninguno de sus logros serán olvidados. Como familia es nuestro deber cuidar de su legado. 
Su recuerdo siempre permanecerá en nuestros corazones.
Una nueva oleada llena de tristeza invadía el rostro femenino, sintiendo la pesadez sobre sus finos parpados todavía ligeramente húmedos, pequeñas gotas saladas descendían de entre los pómulos, perdiéndose entre los labios a la vez que hablaba. Ese salado sabor rememoraba el precio de la victoria. El precio de la libertad. 
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— Encuentra la paz allí donde estés papá. 
Él jamás encontrará paz. No mientras su alma permaneciese atrapada en el perfecto medallón colgando de una fina pulsera plateada, la misma pieza de joya que decoraba ahora el esbelto cuello de su ahijada, Ivy Lutzwin.  Con cada respiro realizado se hacía difícil portar tanta culpabilidad en tan refinado cuerpo. Echándose atrás traería mayor tragedia de la cuál difícilmente escaparía con vida: la única opción seguía siendo mantenerlo encerrado, alejado de sus vidas con la espera de jamás encontrarse. 
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“Freedom isn't free at all, that it comes with the highest of costs. The cost of blood.”
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