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OLGA-CASA-ESCENAS-INTIMAS-ARTE-PINTURA-EXPRESION-PLASTICA-MODELOS-MUJERES-MOVIMIENTO-PINTOR-ERNEST DESCALS por Ernest Descals Por Flickr: OLGA-CASA-ESCENAS-INTIMAS-ARTE-PINTURA-EXPRESION-PLASTICA-MODELOS-MUJERES-MOVIMIENTO-PINTOR-ERNEST DESCALS- Escenas intimas en las que prima la naturalidad de la modelo Olga en el interior de su casa, manchas sugerentes que logran registros artísticos a base de observar la luz en los interiores de una habitación. Pintar a las mujeres en la diversidad del movimiento generado por un cuerpo femenino en su tranquila intimidad, Pintura del artista pintor Ernest Descals sobre papel de 50 x 70 centímetros, pintando estas situaciones caseras con la mujer como protagonista me proporcionan millones de posibilidades.
#ESCENAS INTIMAS#NATURALIDAD#MOVIMIENTO#MOVEMENT#MODELO#OLGA#MODELOS#CASA#HOME#HABITACION#ROOM#CUERPO#MUJER#MUJERES#MODEL#MODELS#WOMAN#WOMEN#GIRLS#LUZ#LIGHT#LIGHTNINIG#MANCHAS#SUGERENTES#MOBILIARIO#PINTAR#PINTANDO#FEMENINO#FEMALE#INTIMATE SCENES
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Hoy he leído un microrrelato curioso, un tanto extraño:
— Se lee un primer mensaje:
"Voy a comprar una cuerda.".
— El siguiente mensaje:
"He comprado una cuerda.".
— Y ya no hubo más mensajes.
#frases#pensamientos#citas#filosofía#vida#personas#reflexiones#textos#sociedad#literatura#mensajes#curioso#extraño#raro#macabro#oscuro#inquietante#sugerente#perturbador
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Una modela para reconocer en nuestro mundo de #televisión, por su versatilidad actoral: Eiza González ha demostrado su versatilidad al interpretar una amplia gama de personajes en cine y televisión. Desde roles dramáticos hasta comedias, ha sabido adaptarse a diferentes géneros con gran talento. Con una belleza incomparable y elegancia como modelo, Eiza González ha cautivado al público con su belleza y elegancia. Su presencia en la pantalla y en las pasarelas ha dejado una impresión duradera
¿Quien es Eiza Gonzales?
#mexico#eiza#gonzales#permisos#autorizaciones#grupo interdac#interdac#sugerente#promotora#modelo#belleza#elegancia#acapulco#cautivado
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Surgery Scheduling Services
Handling different software, and managing data manually during business hours, specifically, when patients are rushing into the clinic is quite a challenging task for the staff to do. We have a team of experts skilled in different surgery scheduling and interpretation of data.
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Ya está todo preparado para el día... por cierto, hay un pequeño avance que tal vez les guste en el pre-estreno... por si quieren verlo.... , espero disfruten de Vannydosa de Renita Reeds este domingo 23.
#youtube#vanny#fandub#proyecto flower#vannydosa#william afton#FNAF#Springtrap#doblaje#español#comedia#latino#five nights at freddy's#security breach#sugerente#comic#estreno
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Celos
Prompt: cómo reaccionarían si la protagonista se queda mirando demasiado a otro hombre que no sea ellos (el por qué se lo quedó mirando demás lo dejo a la libre interpretación de cada una).
Bueno, la idea principal de mi regalo era utilizar este mismo concepto (celos) para hacer respuestas cortitas y sugerentes involucrando a varios de los chicos del cast. Pero pasaron cosas y por ejemplo, sin darme cuenta, había escrito una respuesta demasiado larga para uno o para otro me había recontra desubicado en la parte que se suponía que solamente iba a ser sugerente. Así que decidí reducir la cantidad de personas (a los que supuse que a vos gustaban más) y hacer respuestas más largas y más explícitas. Resumiendo: ganó el quality over quantity.
Quise que los escenarios fueran lo más diversos posible incluyendo varias temáticas diferentes para que no quedaran respuestas parecidas. Serían demasiadas tags si las empiezo a enumerar una por una, así que lo voy a resumir todo con un bonito “+18” (no hay nada dark que necesite su propia advertencia).
En fin.
Espero que te guste mi regalo para vos como agradecimiento por todo lo que escribiste para nosotras a lo largo del año 🖤.
También espero que te quedes por un ratito más en el fandom y sigas subiendo tu maravilloso contenido.
¡Felices fiestas!
⋆⁺。˚⋆˙‧₊☽ ◯ ☾₊‧˙⋆˚。⁺⋆
Enzo Vogrincic: volteás para preguntarle algo y lo encontrás observándote con las cejas alzadas, el ‘¿es en serio?’ escrito por todos lados en su mirada incrédula. Le preguntás qué le pasa pero él no te responde, sólo se limita a hacer una mueca de ‘mirá vos’ y a dirigir su vista hacia adelante sin dejar de caminar con tu mano en la suya. Lo llamás una, dos, tres veces, apretás su mano para que te mire, tirás de su brazo para evitar que siga caminando, siendo arrastrada por él en el proceso. Nada funciona. La única manera que lográs de que deje de caminar y enfoque toda su atención en vos es colocándote literalmente en su camino. Cuando finalmente sus ojos oscuros se posan sobre los tuyos enredás su cuello con tus brazos para asegurarte de que no pueda huir de vos. “¿Qué hice?” preguntás en voz baja haciendo un pequeño puchero. Te mira poco impresionado ante tu intento de parecer inocente, aunque sabés que tus acciones tienen algo de efecto en él por la forma en que visiblemente aprieta su mandíbula y un pequeño, casi imperceptible, tic aparece en su labio superior. “¿Te gusta mirar a otros tipos mientras estás conmigo? ¿O sólo te comportás como una putita porque querés mi atención?”. Las preguntas te toman totalmente por sorpresa, principalmente porque no tenés idea de dónde vienen esas acusaciones. Abrís la boca para responderle pero él no te da tiempo y empieza a caminar nuevamente, tirando de tu mano para que lo sigas. “¿Pero y la obra?” interrogás confundida. No recibís respuesta alguna. Marcha en dirección al establecimiento más cercano, el cual termina siendo un pequeño café rústico de dos pisos con sus pocos clientes situados en la planta baja. Aprovecha el hecho de que el segundo piso está prácticamente vacío y te mete en uno de los cubículos del baño para darte tu castigo. Una vez que se asegura de haber marcado tu interior con su semilla -y de observarte tratar de arreglar los restos de tu maquillaje arruinado- te obliga a permanecer a su lado en el mostrador mientras él pide dos cafés para llevar. Te negás a despegar tu vista del suelo. Tu cara arde debido a lo sucedido apenas unos pocos minutos atrás y te removés inquieta cuando sentís como su semen empieza a deslizarse lentamente por el interior de tus muslos escondidos debajo de tu vestido. Es mucho, pensás, siempre es mucho con él. Cuando regresan a su casa te vuelve a castigar, pero esta vez por haber provocado que se perdieran la obra. Cruzan el umbral de la puerta y no espera a llegar a su habitación. Te coge ahí mismo contra la pared del pasillo, sosteniendo tu cuerpo con un brazo y su mano libre apoyada contra la superficie plana detrás tuyo mientras vos te aferrás a su cuerpo. Sus movimientos son frenéticos y bruscos -todavía visiblemente molesto por los sucesos de aquella tarde-, concentrándose únicamente en su propio placer. Su rostro se esconde en tu cuello. El aire caliente de sus jadeos choca contra tu piel transpirada hasta que muerde dicha zona con fuerza, aumentando la velocidad de sus movimientos. Sus gruñidos son amortiguados por tu piel. La intensidad con la que utiliza tu cuerpo no te deja más opción que agarrarte de sus hombros con más fuerza, gimiendo su nombre como un mantra y una súplica al mismo tiempo. Cuando está apunto de correrse, te niega la satisfacción de sentir su semen manchando tus paredes por segunda vez en el día y sale de tu interior con un rápido movimiento. Te obliga a arrodillarte frente a él. No podés decidir qué es más doloroso, si el orgasmo que te acaba de arrebatar a último momento o el impacto de tus rodillas cuando chocan contra el suelo. Envuelve su erección con su mano y solamente tiene que acariciarse un par de veces más para que el líquido blanquecino empiece a salir. No sabés cuánto tiempo permaneciste de rodillas mientras él disfruta de su orgasmo hasta que, luego de lo que te pareció una eternidad, suelta un gruñido ronco cuando la última gota de semen cae en tu rostro. Aún con su respiración algo agitada, agarra tu mentón con sus dedos y te obliga a mirarlo directo a los ojos. “La próxima vez va a ser al revés, te voy a acabar en la cara primero y no voy a dejar que te limpies.” amenaza.
Esteban Kukuriczka: es el peor momento, pensás aferrándote a sus hombros mientras terminás de sentarte sobre su erección, ambos soltando gemidos de satisfacción, pero aún así los eventos de esa misma tarde insisten en cruzar tu mente. ’“¿Está buena la vista?” lo escuchaste preguntar de la nada. Volteaste para verlo con el ceño fruncido, confundida ante sus palabras pero él sólo te miró con sus ojos brillando con travesura y una de sus comisuras levemente elevada. “¿De qué me hablás?” preguntaste desconcertada. “La forma en que te quedaste mirando al tipo ese.” explicó señalando con la cabeza en dirección detrás tuyo. Pasaste de estar confundida a estar ofendida ante su acusación en cuestión de segundos. Definitivamente no estabas haciendo un puchero. “No estaba mirando a nadie, no sé de qué me hablás.” te quejaste y tu bronca aumentó cuando él sólo se rió de tus palabras, claramente encontraba divertida la situación. “No pasa nada, bebé, no soy un hombre celoso.” te prometió dándote un pequeño beso en la frente. Su respuesta te dejó perpleja. Lo miraste mal. “Te dije que no estaba mirando a nad-” te interrumpió con otro beso, esta vez en tus labios. Querías seguir renegándole, pero la forma en que sus labios se tomaban su tiempo en acariciar los tuyos terminó por desconfigurarte por completo. Hiciste una nota mental de que tenías que seguir quejándote… Pero más tarde… No se volvió a mencionar una palabra del asunto durante la cita. Pasearon tomados de la mano mientras observaban los diversos puestos de la feria artesanal y detenían de vez en cuando su recorrido para escuchar a diferentes artistas que tocaban en las calles. No podías evitar notar de vez en cuando que ese brillo pícaro en su mirada y el fantasma de una sonrisa burlona todavía persistían en su labios, y ni siquiera podías estar segura si lo hacía a propósito para obtener una reacción de tu parte o no. Aún así lograba ponerte de mal humor.’ El considerable tamaño de su miembro estirando tus paredes al máximo te obliga a tomarte unos minutos para poder acostumbrarte. Tratás de distraerte contando las múltiples pecas en sus hombros, acariciando con suavidad aquellas manchitas marrones con tus dedos. La fricción de tus pezones erectos contra su pecho es el único alivio que encontrás para lidiar con el ardor entre tus piernas. Empezás con movimientos cautelosos y no medís la fuerza con la que mordés la carne blanda de su hombro para soportar el ligero dolor. Él no emite queja alguna. Se encarga de plantar delicados besos en toda tu piel que tenga a su alcance y sus manos acarician tu figura con cariño mientras tu cuerpo termina de acostumbrarse al suyo. Tus labios se parten ligeramente cuando finalmente el dolor se dispersa y es reemplazado por el placer. Empezás a montarlo con más vigor. Tus uñas se entierran en la delicada piel de su espalda y la forma en que sus manos manipulan el movimiento de tus caderas -más rápido, más profundo- te tiene arañando su espalda sin piedad. El gruñido ronco producto del dolor y del placer que suelta en tu oído provoca que tus paredes se contraigan alrededor de su miembro. “No estaba mirando a otro tipo, basta.” te quejás de la mismísima nada con la voz entrecortada por el esfuerzo que requiere tus movimientos. No sabés si es tu terquedad o el momento inoportuno que elegís para seguir peleando con él, pero suelta una risa incrédula contra tu cuello, su aliento caliente provocándote cosquillas. “Lo que vos digas…” murmura con soltura y vos gruñís sintiéndote frustrada. “Te odio.” te quejás, pero ambos saben que es mentira. “¿Sí?” se separa ligeramente de tu cuerpo para envolver tu cuello con su mano, obligándote a mirarlo. Hay arrogancia y burla en sus ojos. “No se siente como si me odiaras…” comenta casualmente dándote una estocada particularmente fuerte que te obliga a aferrarte con desesperación a su cuerpo. Ahora es tu turno de esconder tu rostro en su cuello para intentar aplacar tus gemidos.
Matías Recalt: te mira fijo con esa cara de orto esperando que reconozcas en voz alta tu error y te disculpes, pero vos solamente los mirás confundida sin entender a qué se debe su repentino semblante serio. Cuando no decís nada empieza la primera parte de tu castigo, la cual es hacerte pasar vergüenza en público. “¿Terminaste de fichar a ese tipo o necesitás unos minutos más?” pregunta tranquilamente aunque podés reconocer un ligero deje de irritación en su voz. “¿Eh? ¿Qué decís? Yo no lo estaba-” “¡Eu, flaco! ¿Podés venir un segundo? Así mi novia termina de relojearte el bulto.” grita sin pudor alguno atrayendo miradas curiosas de las demás personas que se encuentran en el parque. “¡Matías!”. Pasan la tarde tomando mate mientras charlan tranquilos al aire libre, aunque por la forma en que su cuerpo permanece ligeramente tenso sabés que sigue molesto. Te rehusás a reconocer sus acusaciones o a disculparte por algo que no hiciste. Es recién cuando llegan a su casa que él decide hablar sobre el asunto. “¿Me vas a pedir perdón por quedarte mirando a otro chabón como una pajera o te voy a tener que dar motivación para que te disculpes?” pregunta y vos resoplás mientras te sentás en el sillón. “No me voy a disculpar por algo que no hice.” renegás. No escuchás sus pasos acercarse, solamente sos consciente de su presencia detrás tuyo cuando enreda una mano en tu pelo y tira. Sus ojos oscuros te miran desde arriba con una intensidad abrasadora, provocando que te remuevas inquieta en tu lugar. Antes de que puedas articular alguna palabra, suelta su agarre en tu pelo y rodea el sillón, toma asiento en este y de un ágil pero brusco movimiento te coloca boca abajo sobre su regazo. Gritás su nombre pero él te ignora. Sin perder el tiempo, jala hacia abajo tus leggings y tu ropa interior hasta la mitad de tus muslos, dejándote expuesta ante su hambrienta mirada. Cruzás tus brazos sobre el sillón y escondés tu rostro en ellos, sabiendo que mientras más te resistas peor va a ser tu castigo. Las primeras cinco nalgadas te hacen saltar ligeramente, pero no son un problema. ¿Las diez que le siguen? Las soportás aunque tus músculos comienzan a protestar. Cuando está por llegar a las veinte es cuando tu cuerpo empieza a traicionarte. “¿Me querés decir algo?” inquiere con tono de burla cuando te escucha murmurar algo contra la suave superficie del sillón. Te concentrás en tomar bocanadas de aire de manera profunda un par de veces para poder contestarle. “Perdonáme…” decís con voz entrecortada. “¿Y por qué me estás pidiendo perdón?” acaricia la zona enrojecida con delicadeza y hasta te atreverías a decir con algo de cariño. “Perdonáme pero no es mi culpa que flashees cosas que no son, yo-” siseás por el dolor cuando sus uñas se entierran sin piedad en tu piel enrojecida. “Pendeja desubicada.” gruñe. Gritás cuando su mano vuelve a golpear tu cuerpo -cinco veces en el glúteo izquierdo y otras cinco en el derecho- más rápido que antes. Te retorcés y tratás de escapar de su mano cuando sus dedos recogen la prueba de tu excitación entre tus piernas, pero se asegura de que no puedas huir de él cuando pone sus dígitos húmedos justo enfrente de tu rostro. “Mirá lo mojada que estás.” te ordena, pero vos apretás tus párpados con fuerza y girás la cabeza en dirección opuesta a su mano. Querés reclamarle que estás en este estado por culpa de la erección que sentís contra tu estómago, pero ya casi no te queda energía para protestar. Perdés la cuenta de cuántos golpes lleva o hace cuánto tiempo llevás inmovilizada sobre su regazo. Lo único de lo que sos consciente es del sonido de tu propia respiración irregular y del sonido de su mano colisionando contra tu piel. Es solamente cuando registrás su amenaza de cogerte con vos sentada en el borde de la mesa de la cocina, cuya dura y áspera superficie de madera -considerando tu estado actual- te va a provocar más dolor que cualquier placer que él te pueda provocar, que te disculpás entre sollozos.
Santiago Vaca Narvaja: su primer instinto cuando te ve observando a otro tipo con demasiada atención es dejar que su rostro refleje la irritación que siente, pero sabe que existe una gran posibilidad de que su pobre comportamiento sólo le consiga un castigo. Tiene que manejar la situación de una manera más inteligente. Así que, en cambio, te pone sus mejores ojos de cachorrito triste cuando lo mirás. “¿Qué pasa?” le preguntás preocupada cuando ves su semblante decaído. “Estás en una cita conmigo y te ponés a ver a otros hombres…” te recrimina con voz chiquita mientras baja su mirada al suelo. Sabe que te tiene exactamente donde quiere cuando lo mirás entre sorprendida y ligeramente alarmada y le asegurás que no tenés idea a qué se refiere. Sigue pretendiendo estar lastimado por tus acciones mientras que por dentro se regodea cuando le hacés constantes mimitos con el objetivo de convencerlo de que interpretó mal la situación. La cita, que en un principio había consistido en visitar la inauguración de una nueva biblioteca en su barrio, se transformó en una merienda donde vos le invitás cualquier cosa que le tiente. Se sientan en una mesa apartada en el fondo del café. Los rayos crepusculares entran por los enormes ventanales y cubren al rubio con tonos cálidos. Contemplás cómo disfruta de su porción de lemmon pie junto con una gran taza de té. “¿Está rico?” le preguntás luego de darle un sorbo a tu café y él suelta un pequeño sonido de placer como respuesta, claramente disfrutando de su postre. Le sonreís con cariño. Al contrario de lo que el cordobés pueda llegar a creer, a estas alturas de su relación lo conocés lo suficientemente bien como para distinguir cuándo está actuando y cuándo está mostrando sentimientos genuinos. También sos consciente de que hay ocasiones en donde pensamientos intrusivos lo hacen sentirse inseguro sobre muchos aspectos de su vida -incluyendo su relación con vos-, así que de vez en cuando no te molesta pretender que te creés su acto y lo consentís un poco. Un pequeño recordatorio de que no hay nadie más importante para vos que él. ¿Pero este pobre intento de manipulación? No se lo vas a dejar pasar tan fácilmente. Recordás la última vez que te viste obligada a castigarlo, apenas unas semanas atrás. Lo habías sentado en una silla y le habías atado sus muñecas juntas detrás del respaldo. Con tus labios y tus manos te encargaste de estimularlo hasta despojarlo de cualquier pensamiento que no fuera el de correrse, y cuando menos se lo esperó, le colocaste un anillo de silicona en la base de su erección. La mirada horrorizada que te dirigió provocó que la temperatura de tu cuerpo aumentara. Te habías tomado tu tiempo en utilizar su cuerpo para tu propia satisfacción, disfrutando de tus orgasmos con su frente apoyada en tu hombro mientras él sollozaba a causa del dolor. Mientras más disfrutabas, más sufría él. Lo observás llevarse el último pedazo del postre a su boca y relamerse con pereza las migajas de la comisura de sus labios con la punta de su lengua. Múltiples escenarios cruzan tu cabeza, pero hay uno que te tienta más que el resto; el rubio en tu cama boca abajo, aferrándose a los bordes del colchón para poder lidiar con la intensidad de tus embestidas mientras te asegurás de darle en su punto más sensible con la punta de su juguete favorito. Los músculos de su espalda contrayéndose tentadoramente bajo tu mirada hambrienta cuando mueve su cuerpo para encontrarse a mitad de camino con tus caderas, gimiendo con voz ronca y gastada por haber estado pidiéndote perdón casi a los gritos por la escenita que hizo durante su cita. La pálida piel de sus hombros y de su espalda cubierta por marcas -tus marcas- de uñas y dientes, las cuales hacen juego con los pequeños mordiscos de amor que dejaste en ambos lados de su cuello. Tu pulso se acelera. “¿Vamos yendo?” proponés y él asiente, así que ambos se levantan de sus asientos y abandonan el establecimiento tomados de la mano.
Fernando Contigiani: te sujeta de los cachetes con fuerza y te obliga a mirarlo. La sonrisa amable que te regala no combina para nada con su dura mirada. “¿Qué mirás?” te pregunta con un tono apacible. Sabés que la pregunta es retórica por la forma en que sus dedos aprietan tus cachetes, impidiéndote responder. Parpadeás un par de veces y levantás las cejas ligeramente para darle a entender tu desconcierto. Bufa divertido ante el gesto. La mano con la que sostiene tus cachetes libera su agarre y se desliza lentamente hasta colocarse alrededor de tu cuello, mientras que su otro brazo se enreda alrededor de tu cintura y te acerca hacia él. No aprieta tu cuello, sólo te sostiene en el lugar. Una advertencia. “¿Qué tanto mirabas?” te vuelve a interrogar. Mordés tu labio inferior y lo mirás por debajo de tus pestañas. “No sé de qué me hablás, amor.” respondés, tus propios dedos jugando con la cadenita que cuelga de su cuello. Tu cuerpo se tensa cuando sus dígitos aprietan tu cuello levemente. “No me mientas.” exige. “No te miento.” insistís. Se miran directo a los ojos, ambos negándose a ser el primer en romper el contacto visual. Lo observás tensa, esperando su próxima acción, mientras él busca en tus ojos algún indicio que delate que no estás siendo completamente honesta. No sabés qué encontró en tu mirada, pero unos segundos después te arrastra a su auto, el cual se encuentra en un estacionamiento a pocas cuadras. Querés quejarte de que se van a perder la reserva que tanto les costó conseguir en el restaurante que eligieron, pero él no te lo permite. Abre la puerta trasera de su auto y prácticamente te arroja sobre los asientos mientras él se arrodilla en el suelo. Sin darte ningún tipo de advertencia mete sus manos por debajo de tu falda para deshacerse de tu ropa interior -la cual guarda en el bolsillo de su campera de cuero-, y con un movimiento brusco coloca tus piernas por encima de sus hombros. No se molesta en provocarte con toques ligeros y empieza a comerte con impaciencia. Se encarga de llevarte al borde del orgasmo con su lengua en cuestión de pocos minutos, pero cuando estás apunto de correrte se aparta de vos para mirarte con sus ojos oscuros. “¿Vas a volver a mirar a otros tipos como si no estuviera parado al lado tuyo?” pregunta con voz ronca relamiéndose los labios. No tenés idea de qué habla y se lo hacés saber. Te sonríe con crueldad para luego retomar su trabajo entre tus piernas, sus manos asegurándose de mantener tus piernas lo más abiertas posibles en el reducido espacio mientras que sus dedos aprietan sin piedad la tierna carne de tus muslos. Son casi segundos los que pasan para que nuevamente sientas que estás a punto de correrte pero él se vuelve a apartar justo antes de que alcances el orgasmo. “No, basta.” suplicás, tus piernas intentan cerrarse para buscar un poco de fricción pero sus manos te lo impiden. La imagen de su boca brillando por tu excitación hace que la molestia entre tus piernas se intensifique. “¿Vas a volver a mirar a otros tipos como si no estuviera parado al lado tuyo?” te vuelve a preguntar, esta vez con un deje de enojo en su voz. Tratás de controlar tu respiración irregular para responderle de que no estabas mirando a ningún otro hombre que no fuera él, pero parece que no es la respuesta que busca, por lo que vuelve a enterrar su rostro entre tus piernas. Perdés la cuenta de cuántas veces más te llevó al borde sólo para arrebatarte el orgasmo, exigiendo una respuesta a una pregunta que, según vos, ni siquiera debería estar haciendo. Pero todo tiene su límite, incluyéndote. “Tengo toda la tarde, linda.” advierte dibujando lentamente círculos sobre tu clítoris con la punta de su lengua. Muy dentro tuyo sabés que no miente. Sentís toda la parte inferior de tu cuerpo entumecida, la zona entre tus piernas duele por tanta estimulación, todo tu cuerpo está cubierto por una ligera capa de sudor que hace que se pegue a los asientos de cuero del auto y sólo un pensamiento ocupa tu cabeza. Necesitás correrte. Entre lloriqueos, y con tu orgullo olvidado, le decís exactamente lo que quiere oír. Cuando finalmente permite que te corras la sensación es más dolorosa que satisfactoria, provocando que más lágrimas rueden por tus mejillas. No sos conciente de cuando se mete al auto, cierra la puerta detrás de él y maniobra tu cuerpo para sentarte en su regazo, sus brazos envolviendo tu temblorosa figura.
Juan Ignacio Caruso: “Entonces me di cuenta que el problema estaba en el cable del micrófono y no en-” volteás alarmada para mirarlo cuando abruptamente interrumpe su anécdota al gritar tu nombre con un exagerado tono de horror en su voz. “¿Qué pasó?” le preguntás confundida. “¿Cómo que ‘qué pasó’? ¡Te estoy contando algo que me sucedió el otro día que me hizo pasar por un momento horrible y vos te ponés a fichar a otros tipos mientras te hablo!” te recrimina escandalizado, sus orbes claros brillando con diversión e indignación. Ahora es tu momento de mirarlo horrorizada. “¿De qué me hablás? Si yo no estab-” empezás a decir pero él te interrumpe. “Ah no, no sé, que él te lleve al cine ahora…” decide soltando tu mano y empezando a caminar en dirección opuesta a donde se encuentra el cine. Haciendo oídos sordos a tus palabras continúa con su pequeño acto, fingiendo estar ofendido y tratando de no reírse de la situación en general o de la forma en que lo abrazás por detrás para evitar que siga alejándose de vos. Luego de varios minutos de vos prometiéndole que no estabas viendo a otro hombre decide dejar de fingir que está molesto. O eso es lo que te hace pensar. Una vez que se encuentran envueltos por la oscuridad de la sala del cine, coloca una mano sobre tu pierna de manera casual y comienza a acariciar tu piel con las puntas de sus dedos. No es inusual que compartan este tipo de toque cuando ven una película juntos, así que no reaccionás ante su mimos. Sí reaccionás, sin embargo, cuando sus dedos cesan sus inocentes caricias para viajar en dirección hacía tu entrepierna. Rápidamente agarrás su muñeca para evitar que llegue a dicha zona y lo mirás con una advertencia en tus ojos, pero los suyos siguen fijos en la pantalla grande. Su sonrisa lo delata. Agradecés que están en los asientos ubicados en el fondo de la sala y que hay pocas personas aparte de ustedes dos porque conocés esa sonrisa y lo que esta implica. Sin desviar su mirada de la pantalla, libera su mano de tu agarre y con agilidad deshace el botón y la cremallera de tus shorts para meter su mano y empezar a acariciarte por encima de tu ropa interior. Su sonrisa se vuelve arrogante cuando siente la tela húmeda producto de sus caricias previas. Estás a punto de pedirle que pare, pero cuando sus dedos entran en contacto directo con tu clítoris te ves obligada a apretar tu mandíbula para evitar que cualquier sonido indecente brote de tus labios. Sabés que es una batalla perdida. Te acaricia levemente y se asegura de que sus dedos estén lo suficientemente mojados con tu excitación antes de meter un dedo dentro tuyo. Recién cuando nota que tus paredes se acostumbraron a su dígito, se atreve a meter otro. Unos minutos de sus dedos atacando tu punto más sensible cada vez que entran y salen de tu interior te tienen agarrando los apoyabrazos de tu asiento con desesperación y echando la cabeza hacia atrás, tu respiración agitada provoca que tu pecho suba y baje rápidamente. Estás a nada de alcanzar el orgasmo y tus labios se parten. Rezás que el alto volumen de la película sea suficiente para opacar cualquier sonido que se te llegue a escapar, pero él decide ser el que contesta tus plegarias. Acerca tu rostro al suyo con una mano detrás de tu cabeza y cubre tu boca con la suya en el preciso momento en que tus paredes se empiezan a contraer alrededor de sus dedos. Aprovechás para gemir con fuerza contra sus labios cuando tu orgasmo te golpea sin piedad, una de tus manos agarrando las raíces de sus rulos para tirar con firmeza y la otra clavando tus uñas en tu asiento. Cuando tus paredes aprietan sus dígitos por última vez, se separan con un suspiro pesado y tratás de fulminarlo con la mirada. Sabés que el fuego en tus ojos no tiene efecto alguno cuando levanta sus dedos cubiertos con tu excitación -la luz de la pantalla grande haciéndolos brillar aún más en la oscura sala- y, sin dejar de sonreír, los empieza a limpiar con su lengua.
Felipe Otaño: no te reclama ni te hace ningún comentario sobre el tema, pero su humor instantáneamente decae a partir de ese momento y su mal genio perdura durante el resto de la tarde. Te das cuenta que algo le sucede por la forma en que tiene el ceño fruncido y sus cejas se juntan levemente. “¿Te pasa algo?” preguntás tirando del brazo que sostiene tu mano para poder llamar su atención. Grandes banderas rojas, blancas y negras se agitan sobre sus cabezas a medida que los hinchas marchan junto a ustedes en dirección a la salida del estadio. “No.” es lo único que dice. La manera cortante en la que te responde provoca que alces una ceja, intrigada. Dejás de caminar abruptamente y volvés a tirar de su brazo, esta vez para obligarlo a que te mire. “Felipe.” su nombre sale de tus labios en forma de advertencia. Sabés que tiene la mala costumbre de cerrarse en vez de hablar sobre el problema y tratar de arreglarlo cuando algo le molesta. Pero también sos consciente de que es algo que tiene integrado desde hace mucho tiempo, mucho antes de que empezaran a salir, y que también es un aspecto de él que se esfuerza en mejorar día a día. Diferentes emociones cruzan por sus ojos claros para finalmente mirarte con inseguridad y con algo de tristeza. “¿Te gusta estar conmigo?” pregunta en un murmuro. Su pregunta te toma por sorpresa. “¿Cómo me vas a preguntar eso? Obvio que me encanta.” prometés acariciando su mejilla con tus dedos y tu corazón se encoge un poquito al ver como él inclina la cabeza queriendo más de tu toque. Tu cuerpo reacciona antes que tu cabeza. Sin pensarlo, tomás su mano y empezás a caminar en dirección de vuelta al estadio, con él dejándose arrastrar pero al mismo tiempo haciéndote preguntas acerca de tus acciones. Lo ignorás. No te toma mucho tiempo encontrar los baños y para tu satisfacción, no hay nadie dentro. Antes de que se dé cuenta, se encuentra sentado sobre la tapa de uno de los inodoros y con vos encima de su regazo, la puerta detrás tuyo cerrada con el seguro puesto. Él no dice nada, por supuesto, solamente permite que hagas con él lo que quieras. No es difícil ponerlo en el humor que querés -su cuerpo siempre está dispuesto a complacerte-, un pequeño detalle que te encanta recordarle de vez en cuando sólo para ver cómo sus mejillas adquieren un bonito tono rosado, provocando que sus pecas se noten con más claridad en contraste con la enrojecida piel de su rostro. Sonreís cuando luego de apenas unos besos y unas caricias suaves de tus manos por debajo de su camiseta sentís el inconfundible contorno de su miembro duro contra tu muslo. Te asegurás de pegar tu torso al suyo para que pueda sentir tus pezones erectos bajo la fina tela de tu corpiño y de tu camiseta. Sin dejar de besarlo, te deshacés de tu cinturón para desabotonar sus jeans y bajar la cremallera. Metés tu mano dentro de su pantalón y lo sujetás. Empezás a mover tu mano lentamente de arriba a abajo, rozando la punta con tu pulgar para recoger las gotas de presemen y volver a acariciar la longitud de su miembro. Jadea sorprendido ante tu toque y se separa para mirarte escandalizado, gesto que te provoca ternura y algo de gracia, teniendo en cuenta que esta no es la primera -ni la última- vez que hacen algo de esta índole en público. “¿Cómo no me vas a gustar? Mirá lo lindo que sos.” admirás su figura con mirada hambrienta. Sus mejillas adquieren aún más color y su respiración se vuelve irregular. Niega con la cabeza, mordiéndose el labio cuando aumentás el ritmo de tus caricias. “Sí, sos lindo y me encantás. Mucho.” afirmás acariciando su mejilla caliente con el pulgar de tu mano libre. Un gemido de sorpresa escapa de sus labios, el sonido retumbando de manera obscena en las paredes del baño. Esconde su rostro ardiente en tu cuello mientras continuás acariciándolo. Sabés que está a punto de correrse por la forma en que su miembro palpita en tu mano y sus brazos abrazan tu cuerpo con desesperación, así que acercás tu rostro a su oído para susurrarle más palabras dulces. Se corre con tu nombre en forma de un gemido roto. Ambos permanecen en la misma posición por unos minutos más, con vos acariciándole el pelo cariñosamente y besando la piel afiebrada de su frente mientras él se recupera de la intensidad de su clímax, pensando en cómo devolverte el orgasmo y en qué posición.
Agustín Della Corte: volvés a la realidad cuando chocás contra una superficie dura pero contradictoriamente suave al mismo tiempo. Tenés que mirar para arriba para encontrar sus ojos oscuros, los cuales te observan con diversión. Sin decir una sola palabra, envuelve tu figura con sus grandes brazos y te sorprende la fuerza con la que aprieta tu cuerpo contra el suyo. “Se te van los ojos, pajera.” reclama con una risa, entretenido por haberte agarrado desprevenida. Cuando le decís que no tenés ni idea de qué habla, se muerde el labio inferior para contener una sonrisa burlona. Pretende no creerte ni una sola palabra. “Hmm, si vos decís…”. Rodás los ojos ante su actitud infantil. Sabés que están llegando tarde al concierto, por lo que decidís no darle el gusto de seguirle el juego y dejar que el tema muera ahí. A partir de ese incidente, la cita transcurre como cualquier otra excepto por el hecho de que él no se despega de tu figura en ningún momento. Su cuerpo permanece constantemente en contacto con el tuyo, ya sea con un brazo rodeando tu cintura o tus hombros, siempre manteniéndote cerca suyo. Es de los que demuestran su cariño a través del tacto, pero esta vez su agarre en tu cuerpo se siente más posesivo que protector o afectuoso. Decidís guardarte esta pequeña observación para más tarde. No es hasta que ambos se encuentran en su cama, con vos en tus manos y rodillas y con él embistiendo tu cuerpo, que volvés a tocar el tema. Sus movimientos son bruscos, prácticamente tenes que aferrarte al colchón para no terminar con tu rostro enterrado en la almohada. La punta de su miembro acaricia ligeramente tu cérvix, haciendo que la línea entre lo placentero y doloroso se desdibuje cada vez más con cada estocada. Aún así querés más. “Amor, ¿seguís molesto por lo de hoy?” preguntás de forma inocente, como si sus embestidas no estuvieran dificultando tu capacidad para respirar -o pensar- con normalidad. Agachás un poco la cabeza para esconder tu sonrisa complacida cuando sus manos aprietan tu cintura con más fuerza. “Ah, o sea que estás admitiendo que te quedaste babeando por el flaco ese.” afirma y la forma en que su voz -generalmente suave- suena unos tonos más graves te empuja un poquito más cerca a tu orgasmo. “No estaba mirando a nadie, pero vos sos el que se pone celoso sin razón alguna y después quedás con mal humor por el resto del día.” te quejás. Jadeás sorprendida cuando sentís sus manos abandonar tu cintura para pasar por debajo de tus brazos y tirar tu cuerpo hasta que tu espalda choca con la piel ardiente de su pecho. Sin interrumpir el ritmo acelerado de sus caderas abraza tu estómago con un brazo y tu cuello con el otro, inmovilizando tu figura y dejándote a su merced. Tus manos vuelan instintivamente hacia el brazo alrededor de tu cuello para sostenerte. Apoya su cabeza contra la tuya y su respiración errática golpea tu oreja. “Te gusta ponerme celoso, ¿no?” le da una pequeña mordida a tu oreja para luego darte una más fuerte en tu cuello. Se toma su tiempo en succionar suavemente la delicada piel con la intención de dejarte otra marca y te preguntás si su misión personal es cubrir cada rincón libre de tu cuerpo con la evidencia de su lujuria. “Si me volvés a provocar te voy a atar a la cama y te voy a sacar esa actitud de putita que tenés, no me importa cuántas veces ni cómo te tenga que coger, ¿me escuchaste?“ te amenaza directo en tu oído con esa sonrisa tan encantadora que te vuelve loca pintada en su rostro. Volteás tu cabeza para mirarlo y te relamés los labios preparándote mentalmente para las palabras que estás a punto de soltar. “¿Premio o castigo?” tu pregunta se quiebra en la última palabra cuando su brazo empieza a apretar con más fuerza tu cuello, robándote la respiración por unos segundos, para luego aflojar ligeramente su agarre. Tomás una gran bocanada de aire y sonreís complacida cuando escuchás que suelta una carcajada ante tus desvergonzadas palabras. Cerrás los ojos y dejás caer tu cabeza sobre su hombro, tu sonrisa desvaneciéndose para soltar un gemido agudo y roto. Sus caderas empiezan a embestir ahora con menos velocidad pero con movimientos más precisos, como si estuviera tratando de llegar a lo más profundo de tu ser. Sabés que para cuando finalmente se canse de utilizar tu cuerpo, la mayoría de tus músculos van a protestar adoloridos por un buen rato.
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my first request is me not being an anon 🤭 anyway i saw ur quackity post about treating his s/o like a princess and i was like “AAWWWW QUE LINDOOOO” SO maybe u can do some headcanons of that? or lo que tu quieras 🤷♀️
(also i love the fact u do spanish and english content 🫶🏻 spanish is my first language so seeing content in my mother tongue is very warming 🫶🏻)
🍒: Mucha graciaaaaas!!! Creeme que yo también buscaba contenido en español y es súper limitado, y dije "no me voy a quedar esperando a que alguien más lo haga y voy hacerlo yo". Te lo voy a poner en ambos idiomas porque Quackity internacional. Gracias por tu apoyo, espero que mi blog sea un lugar seguro<333
Princess Treat Headcanon's ~ Quackity
Story g: Sfw / Soft
Language: English / Español
⚠️: None/Ninguno
CC's: Quackity, ElQuackity (bc both languages lol)
Reader g: Female / Femenino
📝: All the content is fictitious and an attempt is made to adapt the PUBLIC personality of the cc's, that is, the personality that is shown in front of cameras, I do not know the true personality and any resemblance to reality is mere coincidence.
🍒: Hello, writing requests are always open, if you want something in particular, ask without fear. I clarify that English is not my main language, I apologize for any error and accept corrections to improve the quality of the content
Master List
»Español;
•Tiene su grado de caballerosidad siempre independientemente de quién sea la otra mujer, amigas, hermana, mamá, alguna familiar tuya
•Mientras te pretende, él siempre va a ser caballeroso
•Siendo novios esa caballerosidad es exclusiva, este trato no lo va a tener nadie más que tu
•Comenzando por lo básico, él siempre abrirá la puerta para ti, restaurante, casa o cualquier lugar. Quackity siempre abrirá la puerta para que tú puedas pasar primero sin tener que hacer el esfuerzo de empujar la puerta por tu propia cuenta
•Quackity también abre la puerta de su carro para ti, pero en este caso, una vez abierta la puerta él extiende su mano para que puedas tomarla y apoyarte en él para salir del asiento del copiloto
•Él nunca, nunca, va a llamarte con un insulto, ni por más pequeño que sea el insulto como "tonta" o cualquier otro
•Nunca va a faltarte el respeto haciendo comentarios sugerentes en momentos no indicados
•E incluso en momentos indicados, él siempre va hablarte o dirigirse hacia ti sin obsenidades
•Carga en su carro algunas sandalias o crocs cómodos por si en alguna cita tus zapatos empiezan a lastimar tus pies
•Quackity es un hombre proveedor
•Tus comidas siempre las paga él sin ninguna condición o esperar algo a cambio
•Siempre hay un pequeño detalle en tu cuerpo, como alguna cadena, pulcera o anillo que lo representen a él como tú novio
•Sin la necesidad de marcarte posesivamente
•"Está joya es un regalo de mi novio" y con eso él está presente en tu vida
»English;
•He always has his degree of chivalry regardless of who the other woman is, friends, sister, mother, any relative of yours.
•While you are dating, he's always going to be chivalrous.
•Being a couple that chivalry is exclusive, this deal will not have anyone else but you
•Starting with the basics, he will always open the door for you, restaurant, home or anywhere. Quackity will always open the door so you can go through first without having to push the door yourself.
•Quackity also opens his car door for you, but in this case, once the door is open he extends his hand so you can take it and lean on him to get out of the passenger seat
•He will never, never, call you an insult, no matter how small the insult is like "stupid" or any other
•He will never disrespect you by making suggestive comments at inappropriate times.
•And even at the right times, he will always talk to you or address you without obscenity
•Carry some comfortable sandals or crocs in his car in case your shoes start to hurt your feet on a date
•Quackity is a provider man
•Your meals are always paid for by him without any conditions or expecting something in return
•There is always a small detail on your body, like a chain, bracelet or ring that represents him as your boyfriend.
•Without the need to mark you possessively
•"This jewel is a gift from my boyfriend" and with that he is present in your life
#qsmp quackity#quackity#quackity fluff#quackity smp#dsmp quackity#mcytblr#mcyt#qsmp#fem reader#female#gn reader#quackity x you#quackity x y/n#quackity x reader#Quackity soft#sfw blog#sfw littlespace#fluff#mcyt x y/n
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Titulo:Cola👇🤨
Sinopsis: rocma pone a prueba el consejo de la cuñada de idate.
/un poco sugerente/rocma toca lascivamente a idate sin saberlo/idate esta igual de confundido/
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...Entonces idate sintio algo deslizarse desde la punta de su aleta caudal hasta rozar la base que la unía a la parte baja de su espalda.
La orca se desplomó de rodillas en el proceso,aturdido en rojo porque por alguna razón sus piernas se sintieron como gelatina cuando la almohadillas suave de los dedos de rocma rozaron un punto demasiado sensible cerca de la base de su cola.
Cuando idate trató de componerse y mirar hacia atrás para ver que demonios estaba ocurriendo, se sorprendió gratamente al ver a la depredadora ártica detrás de él cerniendose con autoridad sobre su cola de orca.
Una de sus zarpas sostenía la base superior, mientras la otra permanecía debajo tocando de manera superficial.
Ella miro la extraña respuesta fisica con interés.
Evaluando sus reacciones...
Aparentemente asimilando que acaba de hacerlo poner de rodillas solo con el roce descuidado de sus manos sobre la protuberancia alargada.
Idate trató de pronunciar su nombre o cuestionar sobre sus intenciones ,sin embargo se sorprendió al fallar en formar alguna palabra coherente.
Su garganta se sentía apretada y tensa.
Sentia la misma presión en su pantalon,pero eso ya era algo mas común cuando se trataba de la shirokuma-chan.
Lo que no fue tan normal,fue el escalofrío que lo azotó cuando los dedos de rocma se deslizaron de nuevo sobre la parte baja de su péndulo caudal.
Y ni hablar del ruido que salió de su garganta cuando sintió su toque nuevamente en el punto sensible de su piel.
Idate casi se tapó la boca por el ruido que emitio desde lo profundo de su pecho,Sorprendido al igual que escandalizado por haber gemido de esa forma.
No le extrañó sentir la mirada gélida de rocma sobre su nuca.
Acaba de estremecerse y maullar como una puta con solo el toque descuidado de sus dedos.
Idate comenzó a sentir el sudor resbalar por su cuello mientras su garganta se secaba.
No tenía idea de lo que estaba estaba sucediendo y aunque quisiera no se atrevía a moverse bruscamente entre sus manos.
Sus cola hiba a recibir heridas letales y con lo sensible que era,idate prefirio no correr el riesgo.
Otra cosa fue…Que extrañamente,no se sentía con voluntad de resistirse a su toque.
Cada pequeño roce de la almohadillas de dedos de rocma hizo temblar sus piernas y envió placentero escalofrío por su columna vertebral.
La cabeza de idate se sentía tan pesada que recostó su frente contra la fría nieve.
Los pinchazos helado se sintieron tan refrescante contra su rostro febril.
Ojalá hubiera podido sentir la misma frescura y alívio en el resto de su cuerpo que quemaba y se retorcía de frustración por tener 'algo mas.'
Rocma retrocedió en su toque y volvió a aquel punto cerca de la base de su cola.
Él volvió a gemir.
Desesperado y suplicante por algo que ni él mismo entendía.
El nudo en el estómago de idate se volvió mas tenso conforme su respiración se volvia inestable,la vista de la orca comenzo a nublarse en los bordes cuando ella volvió a raspar el punto placentero con más fuerza.
¿...Fue una tortura?
¿Humillación?
¿...Estaba él en el cielo o el infierno?
Si la cabeza de idate no estuviese tan enterrada en la nieve quizás hubiera visto la usualmente expresión fría de rocma elevar la comisura de sus labios con humor.
El hombre escucho algo parecido a un bufido de parte de ella,y en su mente delirante pensó que se estaría burlando de él.
con dificultad,idate trató de mirar hacia atrás para ver el rostro frío de su amor plat��nico sonreír almenos una vez en su vida,Pero apenas se incorporo sobre sus codos otra corriente de electricidad volvió a atravesarlo con una fuerza que lo hizo desplomar su cabeza contra la nieve denuevo.
Está vez no pudo contener su boca -" aaah-Ah!~ …. aaah!de-detente!!"- diferente de sus roncas suplicas, sus caderas se empujaron de forma inconciente contra la figura de rocma detrás de él,Casi buscando como por instinto más de ese toque intoxicantemente tosco sobre su piel sensible.
Rocma había comenzado una ronda rápida de caricias en esa parte en concreto,como animada por las pateticas suplicas de idate.
Ella tuvo intervalos donde raspo con más fuerzas haciendo que al hombre se le empañaran los ojos por la intensidad.
Está vez los ruidos no cesaron incluso cuando los gemidos y jadeos fueron amortiguados contra la nieve.
Idate exhalo por la nariz,sus puños estaban raspando sobre el suelo y amontonando la nieve debajo de sus dedos enguantados en un intento torpe de sujetarse de algo.
Se sentía tan antinatural ese placer.
Pero no quería que se detuviera.
Idate no supo expresar el sentimiento o porque estaba tan debilitado por el.
En el pasado había regañado a nagi por tantear en la parte inferior de su cola de esa forma descuidada,Sin embargo el toque inocente de aquella vez sólo envió un escalofrío incómodo por todo su cuerpo y simplemente decidió que era una sensación que no le gustaria repetir.
Pero por algún motivo que desconoció, el extraño y incomodo sentimiento de aquella vez parecía transformarse en algo más..Desgarradoramente Placentero y frustrante cuando fue el toque tosco pero suave de las manos de su amor platónico.
La orca movió su rostro contra la nieve,ya enloqueciendo por el roce rápido que amenazaba con romper una especie de tensión en la parte inferior de su estómago.
La cola de idate comenzó a tener pequeños espasmos involuntarios,pero rocma la mantuvo firme y erguida con su agarre.
-"..E-esper-Aah~!"- las palabras de idate fallaron y resonaron como gemido duro cuando sintió las garras de rocma rasparlo superficialmente- "..kuh… uhhh!!"-emitió la orca casi como si lloriqueara, nuevamente abrumado debajo del filo de sus mimos.
Él movió su mano sobre su espalda con dificultad,buscando desesperadamente disminuir el ritmo de los toques de rocma-"des..despacio..ah-Aah~…no..-puedo.. yo…shirokuma-chaan~….. "- suplico torpemente entre profundos jadeos mientras con su mano temblorosa sujeto la muñeca de rocma como con desesperación, ya abrumado por la sensación persistente de estimulación.
Ella pareció apiadarse de él porque su ritmo se detuvo abruptamente,idate suspiro aliviado,finalmente estabilizando su respiración errática,pero cayendo flacido en suelo.
¿Una derrota humillante?
Fue vergonzoso sin duda,pero se sentía tan estrañamente feliz y adormecido.
Finalmente se reincorporo un poco y Cuando miro hacia atras se encontró con la mirada fria de aquella mujer oso que tanto le gustaba.
Ella estaba estudiandolo otra vez.
Eso le gustó,esa mirada filosa sobre él.
"eso fue… tan…" La mente adormecida de idate trató de asimilar la experiencia lo mejor que pudo.
Rocma parecio concluir su línea de pensamiento cuando escupio un - "asqueroso…"- mientras arrugaba su nariz hacia él-" ¿algo así te llevo al límite?..ugh..¿ Eres alguna especie de degenerado?"- lo reprendió ella estrechando su mirada en él con repulsion.
Ella solto su agarre sobre su cola con asco,restregando sus manos contra la falda de su vestido como si hubiera tocado algo sucio.
Idate parpadeó confundido por el significado de sus palabras, pero tan pronto como miro entre sus propias piernas entendió a que se refirió con "ser llevado al limite".
En su defensa, no sabia que podía pasar eso.
En retrospectiva,ella acababa de descubrir un punto debil suyo espeluznante.
Pero parecía más decepcionada que otra cosa-"tch…que perdida de tiempo"- la escucho maldecir por lo bajo mientras chasqueaba la lengua.
La vio alejarse con la misma calma con la que se acercó,Él realmente quiso perseguirla para obligarla a explicar qué demonios había sido todo eso.
Pero.. al mismo tiempo se sentía tan … tan ……
¿Felizmente ultrajado?
¿Placenteramente humillado?
Y pues…. En el fondo temió que si la perseguía terminaría rogándole que lo hiciera de nuevo.
Y idate sabía que aún no estaba mentalmente listo para pasar por eso otra vez, por mucho que su cuerpo doliera con la ausencia de su toque.
él no estuvo listo....Por ahora.
.
.
.
fin 💀
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cogieron el batman y el pingüino? 😏
por qué esa cara es tan sugerente tengo miedo
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𝘾𝙊𝙉𝙑𝙀𝙍𝙎𝘼𝘾𝙄𝙊𝙉𝙀𝙎 𝙍𝘼𝙉𝘿𝙊𝙈 𝘾𝙊𝙉 𝙏𝙐 𝙉𝙊𝙑𝙄𝙊 𝙑𝘼𝙈𝙋𝙄𝙍𝙊 [𝘾𝙃𝘼𝙉]
ᴘᴀʀᴇᴊᴀ: Vampiro!Chan x Humana!Lectora. ɢᴇɴᴇʀᴏ: Fluff, algo de angst. ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀꜱ: Menciones a sangre y a morder, menciones a comida, sugerente en muchos aspectos. Chan es un tipo de vampiro NACIDO como tal, no convertido.
ʙᴀɴɢᴄʜᴀɴ | ʟᴇᴇ ᴋɴᴏ�� | ᴄʜᴀɴɢʙɪɴ | ʜʏᴜɴᴊɪɴ | ʜᴀɴ | ꜰᴇʟɪx | ꜱᴇᴜɴɢᴍɪɴ | ᴊᴇᴏɴɢɪɴ
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
#stray kids#skz#stray kids x reader#bangchan#bang chan#chan fake texts#skz fake texts#stray kids fake texts#stray kids imagines#stray kids bangchan#fanfic#kinktober#vampire chan
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LEVANTALA MUY ALTO
Después de más de 20 horas de vuelos junto a dos de mis compañeras inseparables de profesión, Sandra y Mayca, finalmente llegamos a Auckland para reportar el Mundial Femenino
-¿Ahora qué?- Pregunto cuando tenemos nuestras maletas
- Pues hay que ir a buscar el coche- Dice Sandra- Luego iremos al hotel a que nos den las llaves
-Que aburridas sois- Les saco la lengua- Vámonos de fiesta.
-Que va, tia. Son las 9 de la noche y mañana hay que levantarse a las 8 para ir al entreno- Dice ahora Mayca- Además, tú no tienes Jetlag?
-Pfff ¿qué es eso?-Me encojo de hombros- Vaya panda de sosas
Me meto con ellas y se ríen haciéndome caras.
-Tenemos muchos días por delante.
-Si tú lo dices
Cogemos el coche y nos dirigimos hacia el hotel.
Al entrar me dirijo a recepción para hacer la entrada.
-Lo sentimos, ha habido un incidente y no podemos hospedarlas en este hotel.
-¿Entonces ahora que pasa?- Pregunto con la ceja alzada.
-Hemos hablado con un hotel de la misma compañia y nos han dejado un par de habitaciones para ustedes.
Bufo pero no me queda más remedio que aceptar. No creo que quieran dormir en la calle.
-¿Qué hotel será?
-El Copthorne en Palmerston North- Dice y la cara de mala ostia se me quita enseguida.
Ahí es donde está la selección española y por ende, mi mujer.
Asiento
-Es un hotel con una estrella más y las habitaciones son más grandes- Informa la chica- Perdón por las molestias, señorita
-No pasa nada- Le doy una sonrisa amigable y me voy hacia las chicas- Vamos
-¿Qué? ¿A dónde? - Pregunta la andaluza.
-Nos vamos al hotel Copthorne. Han tenido unos problemas aquí- Informo una vez en el coche.
-¿Ahí no es donde están...?
No la dejo terminar
-Sí, la selección española- Afirmo y empiezo a conducir.
-Pues mira eh- Levanta las cejas sugerente Sandra- Ni pintado.
Me río con ellas y les saco la lengua.
Por fin en el hotel conseguimos nuestras habitaciones y por un fallo del sistema teníamos cada una una habitación con cama matrimonial.
Después de dejar las maletas bajo y salgo a la entrada del hotel pero me escondo un poco para que no pueda ser vista con facilidad y decido enviarle un mensaje a Alexia
"Bebé"
"¿Estás despierta?"
Con la tonteria ya eran casi las 11 de la noche.
A los 15 minutos responde.
"Por poco tiempo 😴😴"
"¿Pasa algo, amor?"
"¿Puedes salir fuera del hotel?"
"Tengo que hablarte de algo importante"
"¿Qué? ¿Estás bien?"
"Ahora mismo salgo"
"Tú solo sal y llamame"
En ese momento pongo en silencio el móvil para que no me descubra.
A los diez minutos sale con una gorra negra y un chandal de la selección.
Me la quedo mirando mientras se apoyó contra una pared y mueve la pierna nerviosamente con el teléfono en la oreja.
Cuando ve que no contesto se le arruga más la frente y no puedo evitar sonreír enormemente.
Es preciosa.
No puedo creer la suerte que tuve de conocerla y que haya decidido quererme.
Me acerco silenciosamente por detrás y pongo mis manos sobre sus ojos.
-¿Qué hace la Barbie futbolista fuera sola?- Susurro sobre su cuello y noto como se le erizan sus pelitos.
Consigo darle un suave beso ahí antes de que se de la vuelta y me abrace con fuerza.
-¿Qué haces aquí, amor? Me dijiste que vendrías mañana- Dice cuando nos separamos
-Una pequeña mentira- Susurro después de besarla profundamente
-Me habías preocupado idiota- Me da un golpe en el brazo y me rio- Pensaba que te había pasado algo y luego cuando no cogias...
-Solo quería observante unos minutos- Le doy una sonrisa ladeada- Estás preciosa
-Basta- Se sonroja- Estoy con un chándal solo
-Ohh, mi amor, no sabes tu el poder que tienes con los chandals y esa gorra- Me muerdo el labio inferior- Incluso con una bolsa de basura te verías espectacular.
-Idiota- Se ríe dándome un beso que intento alargar.
-¿Con quien duermes?
-Con Jenni
-¿Qué tal si vamos a mi habitación? Te he echado de menos
-No puedo salir del hotel, amor
-Ohhh- Me rio- Eso no va a ser un problema
La arrastro hasta el ascensor
-¿También me has mentido en esto?- Levanta la ceja.
-Mmh no, en el otro hotel tuvieron problemas y nos han mandado a este y como iba yo- Me señalo para dar más énfasis- decir que no?
-Para mi mejor y estoy segura que las chicas se alegrarán de verte- Me sonrie dándome otro beso- Pero a Vilda no le hará mucha gracias- Hace una mueca
Me encojo de hombros
-Yo me lo voy a pasar bomba- Le aseguro
Niega con la cabeza y entramos en el ascensor.
-Pero ahora... Dejemos de hablar
Dicho esto último empezamos a besarnos y terminamos haciendo el amor en el cuarto.
Me despierto cuando escucho un ruido de una alarma y movimiento debajo mio.
-Mmmh quieres apagar eso- Gruño en un susurro mientras me escondo más en el cuello de Alexia
En ese momento se apaga y siento caricias en mi espalda baja y mi culo, si, tiene una obsesión con este último pero yo también con el suyo.
-Es hora de levantarse, amor- Susurra dándome besos
-¿Porque coño sois tan madrugadoras? Si no fuera por vosotras podría quedarme más tiempo durmiendo.
-Venga, no te quejes tanto- Se ríe y me da un apretón en el culo.
-5 minutos más, mami- Digo con los ojos cerrados a punto de dormirme otra vez.
No dice nada más así que sonrío aún sin moverme.
-¿Eres mi cama favorita sabes?- Le digo
-Creo que me había dado cuenta- Bromea aún haciéndome caricias
-Pero no me gusta que la cama se tenga que levantar temprano- Hago un puchero y lo besa.
-Me encantaría estar así más contigo pero tu tienes entrevistas que hacer y yo balones que chutar.
Bufo y hace el intento de levantarse pero no la dejo subiéndome a horcajadas.
-T/n- Se queja divertida y le sonrío.
-Piensas irte de aquí sin darme un beso en condiciones? - Digo indignada y me acerco rozando nuestras narices.
Estamos unos minutos besandonos en condiciones hasta que la dejo salir de la cama. Me tumbo en ella con las manos debajo de la cabeza mirando a mi mujer caminando por la habitación desnuda.
Le silbo y me mira negando la cabeza, yo le sonrío inocentemente.
Estoy por decirle algo pero tocan la puerta
-¿Quién es?- Grito aún en la cama
-Levantate ya T/n- Dice Sandra
-Estoy levantada- Le miento
-Mentirosa, venga, que van a cerrar el comedor y te vas a quedar sin comer- Me dice
Al escuchar eso me levanto enseguida tropezándome con un zapato de Alexia.
-Ya está levantada, Sandra- Grita ahora Alexia divertida mientras termina de ponerse la ropa.
-YA VOY, YA. Con la comida no se juega-Digo con voz normal esto último ya terminada de vestirme.
-Mira que rápido te levantas- Se burla Ale
Me acerco a ella por detrás y pongo mi boca en su oído.
-Si me hubieras dicho de ir al baño, me hubiera levantado más rápido.
Dejó un beso en su cuello y la miro a través del espejo
-Otro día- Promete ella
Le doy un mordisco y luego un beso en esa zona sensible y me separo de ella con mucha fuerza de voluntad.
-Bien, ahora vete, sino no saldremos en todo el día de aquí
Me da un pico y se dirige a la puerta, en ese momento veo algo en el suelo.
-Amor- La llamo y me mira- Espera- Me acerco y le pongo la gorra negra bien- Ahora sí.
-Tienes un serio problema eh
-Y tú con mi culo y no te digo nada
-Touché pero es recíproco- Me besa y antes de irse me da un golpe en este.
A los pocos minutos bajo y me encuentro de camino a Sandra y Mayca.
-Hombreeeee por fin de levantas- Dice Mayca
-¿Me podeis culpar?- Le pregunto.
-No, la verdad que no- Responden
En el comedor saludo a todas las chicas y con más confianza a las del barça ya que estoy mucho tiempo con ellas y aunque nos insisten en que nos quedemos con ellas decidimos no hacerlo para preparar las preguntas y los próximos días.
Cuando entra Vilda al comedor y nos ve y se cambia la cara pero se queda demasiado tiempo mirándome a mí.
Él y yo tenemos una buena relación, notar el sarcasmo.
He sido una de las pocas periodistas que ha ido a muerte a por él y no pienso parar no después de que mis amigas se hayan tenido que perder este mundial por su culpa y la de la federación y otras que lo estén pero en pésimas condiciones.
Los días pasan y con ello las primeras entrevistas a diversas jugadoras, ruedas de prensa y partidos.
Alexia había decidido estar un poco fuera de los medios y ¿quien podía culparla? Ya no era capitana y no tenía la obligación ni la necesidad de contentar a los medios
Habían saltado las alarmas de que había tenido una pequeña recaída y más cuando los primeros días pero había calmado a todo el mundo con un post de Instagram.
Hoy habían jugado contra Zambia y Alexia tuvo unos buenos 45 minutos y una asistencia cosa que no estaba nada mal y tenía a casi todos contentos, menos a uno, Vilda.
Estaba caminando por los pasillos del hotel y me frene cuando escuche gritos conocidos.
Me pare detrás de la puerta a escuchar.
-Eres una inútil, Putellas. Te lesionaste tontamente y ahora que estas recuperada en teoría no puedes jugar, no sirves para nada, ni para jugar 45 minutos contra un equipo mediocre y encima solo un gol en lo que llevamos de concentración. ¿Y tú eres la mejor jugadora del mundo? - Se ríe despectivamente- Ya no sirves para nada. Esa lesión a sido tu tumba
-¿Cuándo piensas mandar a que miren a Athenea?- Ignora lo que le dice y yo me muerdo las mejillas para no entrar dentro y matarlo.
-Esa niñata no tiene nada, solo se queja para llamar la atención. Es otra inútil que no sabe correr detrás de un balón.
Puedo imaginar a Alexia a punto de estallar pero se que no lo hará.
Escucho como alguien se acerca a la puerta y me escondo detrás de una esquina, la puerta se abre.
-Ah, antes de que se me olvide- Es Alexia -Yo que tu reflexionaría con la almohada quien es el inútil dentro del equipo si tu o nosotras- Suelta una risa nasal- Porque para ti no serviremos como jugadoras pero es que tu no sirves ni para persona.
Con eso dicho se va y deja al estúpido de Vilda dentro.
Voy en busca de Alexia y me la encuentro en la puerta de mi habitación.
-¿Dónde estabas?- Me pregunta enseguida cuando me ve y me abraza demasiado fuerte.
-Buscandote
Entramos en el cuarto sin separarnos y nos tumbamos en la cama.
-¿Qué pasa, mi amor?- Pregunto.
-Vilda- Le doy un beso en el pelo
-Lo sé, escuche una parte de la discusión- Confieso.
-¿Crees que voy a volver a ser la de antes?- Susurra y aunque no la veo puedo sentir que está a punto de llorar.
-No, no lo creo- Le respondo y levanta la cabeza mirándome- Estoy segura de que volverás a la misma condición que estabas antes de la LCA pero confío, creo y sé que serás mejor que antes y será tu mejor punto de tu carrera.
-Dice que soy una inútil y que no hago nada bueno cuando tengo minutos.
-Ohhh por favor, ese gilipollas me va a escuchar- Refunfuño- Mi amor, el gol que metiste contra Panamá con ese sombrerito que te marcaste y hoy con la asistencia de Jenni te veo genial y encima hoy solo has jugado media parte y has estado en todos lados ayudando y defendiendo, tu presencia se nota dentro del campo.
-Pero no es lo que puedo dar, puedo hacerlo mucho mejor-Dice machacandose a ella misma
-Alexia, escuchame muy bien- Diga con tono firme y alzando la ceja- Te has recuperado de esa lesión de mierda en 299 días, marcaste un gol a tu quinto partido después de redebutar que no fuiste consciente ni disfrutaste porque perdiste, pero eso tiene mucho mérito, has estado haciendo la diferencia en el juego tanto dentro como fuera del campo y si, no puedes jugar 90 minutos todavía, pero lo harás- Le aseguro- Más pronto que tarde ya estarás jugando todo el partido y el año que viene volverás a conseguir ese balón de oro otra vez- Pauso- ¿Y sabes porqué, amor?
-¿Porqué?
-Porque lo que no has podido dar esta temporada lo vas a hacer en la siguiente y de manera doble o triple con las ganas que tienes- Le aseguro y me regala una sonrisa.
-Tengo un montón de suerte de tenerte- Dice emocionada y yo niego con la cabeza.
-La afortunada soy yo, eres el ser humano más bueno, gentil, amable y cariñoso que he conocido- Digo mirandola con adoración- Y encima eres una sexy futbolista cañón blaugrana y que tiene un cuerpo de infarto ¿que más puedo pedir?- Le guiño un ojo
-Si no fuera del barça ni me habrias mirado- Bromea ella picandome la costilla.
-Puedes estar segura de ello- Le sigo la broma- ¿Para que querría yo un mujer futbolista que no sea culé?
-Mmmmh no lo sé, no le veo el sentido- Se sienta encima mia y juntamos nuestros labios.
Me separo un momento
-Si te vuelves a sentir así quiero que me lo cuentes y no te machaques tanto, porfavor- Le pido
-Lo sé- Sigue besándome
Estamos acariciándonos por encima de la ropa pero al final terminamos con esta fuera.
Hicimos el amor muy lentamente y sin prisa, sintiendo el cuerpo de la otra con amor y ternura.
Alexia cuando terminamos se durmió enseguida pero yo no pude, estuve varias horas con ella en la cama pero cuando no pude más me levante con cuidado de no despertarla, me vesti con su camiseta y cogí el portátil y me senté afuera en la terraza.
Grabé lo que escuche de discusión entre Alexia y Vilda y he decidido hacer un artículo o por lo menos intentarlo.
No sabía lo que llevaba liada con el artículo hasta que alguien me rodeo con sus brazos por la espalda y medio cerré la pantalla del ordenador
-¿Qué haces despierta, amor?- Me susurra y veo el reloj en su muñeca y son las 6 de la mañana
-Escribir algo, bebé- Le contesto de vuelta y pongo mis manos encima de las suyas acariciándolas.
-¿Has dormido algo?- Pregunta preocupada
-No
-¿Puedo ver lo que estabas escribiendo?
Normalmente le enseñaba mis articulos sin preguntarme o cuando ella lo hacía pero me gire dudosa
-Bebé, te escuché ayer cuando discutiste con Vilda- Empiezo dudosa
-Me lo dijiste- Asiente con la cabeza
-Y grabé lo que escuché- Hago una pausa- Quiero que leas el artículo y me digas que piensas, si no estás de acuerdo también quiero que me lo digas- La miro- Cualquier cosa.
Le paso el ordenador con el artículo recién acabo y se toma su tiempo leyendo y de mientras yo me fijo en su cara. Me muerdo las uñas y muevo un pie nerviosa
Cuando termina levanta la cabeza hacia a mi y me mira fijamente.
-No voy a publicarlo sin tu consentimiento, solo- Me encojo de hombros- Quería escribir...
-Es muy bueno, amor
-¿Si?- Pregunto insegura.
-Si
-Después de todos estos meses, lo mal que lo habéis pasado y ahora encima lo de ayer quería hacer algo para ayudar en algo o por lo menos que sepan la verdad de todo.
Me hace levantarme y me abraza dándome un beso en el pelo
-Sí, si eso sale podría hacer daño
-Lo sé, les comenté a Mayca y Sandra lo que iba a escribir y me dijeron lo mismo pero que me lo pensara.
-Hay gente que se pondrá en tu contra como periodista- Dice ella
-Joder, lo sé pero es surrealista, yo soy la mala por publicar la verdad pero él... - Me muerdo el labio de la impotencia- Solo quiero ayudaros a vosotras, que salgais ganando por una vez. Me importa una mierda la fama, el dinero, los comentarios o si sale mal el desprestigio.
-Publicalo- Suelta después de unos minutos en silencio- Después de lo de "las 15" y lo de Mapi, Patri y Pina puede ayudar mucho.
-¿Estás segura? Puedes recibir mierda tu también y no quiero eso bajo ningún concepto.
-¿Qué más da eso? Estoy acostumbrada a las críticas y yo ya he intentado mediar en toda esta situación. Es hora de atacar y no de defender.
-Te amo, lo sabes ¿no?- Digo orgullosa de ella.
-Yo más- Me besa.
Le cojo la mano para mirar la hora y son las 6:30 de la mañana
-Es una buena hora para ver el mundo arder ¿no cres?
-Dale caña- Dice y en 3 minutos esta publicado- Ahora volvamos a la cama que quedan 2 horas para levantarse.
Suelto un bostezo
-Por favor
Me tumbo encima suya y me acaricia la espalda por debajo de la camiseta
En los 10 minutos que estamos así escuchamos ambos móviles arder
-Apaga eso porfa- Le pido con los ojos medio cerrados
Me quedo dormida en cuestión de segundos.
-Nena, despierta- Me susurran en el oído.-Hay que levantarse
-Nooo, ¿porqué en el cielo también hay que madrugar?- Pregunto- Se supone que el mundo a ardido y estoy muerta.
Balbuceo agarrándome más a ella y su pecho sube y baja de la risa.
-Venga, mi amor, hay que ir a desayunar- Levanto la cabeza y gimo
-Aguafiestas- Hago un puchero y me besa- ¿Has dormido más?
-No, prefería ver a mi preciosa mujer dormir y ver cómo se le caía la baba
La fulmino con la mirada
-Yo no babeo
-Lo que tu digas, mi amor- Besa mi frente y se levanta de la cama, antes de que pueda alejarse le doy una palmada en el culo.
Cojo el móvil y veo cuentos de notificaciones
-¿A ti también te ha estallado el móvil? - Pregunto mirándola
-Si
-¿Has visto algo?
-No, quería hacerlo contigo- Responde ya vestida y se echa otra vez en la cama pero esta vez a mi lado.
Enciendo el móvil y me meto primero en Twitter.
"Wow, como puede ese espécimen decirle eso a la mejor jugadora del mundo?"
"Menuda periodista... ¿Cómo puede grabar una conversación privada y luego encima publicarlo?"
"#VildaOut"
"Enamorada de esta periodista. Necesitamos más periodistas reales que se involucren y no que miren su propio beneficio"
"Hay que hacerle una estatua a T/n en Barcelona"
"#VildaOut ojalá y te pudras cabrón"
Y así miles de comentarios positivos y negativos.
-Hay muchos comentarios positivos y defendiéndonos- Comenta Ale también mirando con su móvil
-Es que como se pongan a defender a ese...
"T/n es la ostia, me encanta como periodista y persona. Tiene valores y los defiende y encima está con Alexia y hacen una pareja súper bonita 😍. #VildaOut"
-Estoy totalmente de acuerdo con esta chica- Dice Ale después de leer el comentario.
"La FIFA ha abierto un expediente contra el seleccionador español Jorge Vilda por los insultos y menosprecios hacia sus jugadoras"
Leo en voz alta el comunicado oficial de la FIFA y miro a mi mujer con esperanza.
-Hemos conseguido algo- Dice sonriendo
-Llegaremos a más- Le aseguro y me levanto de la cama para empezar a prepararme.
-Ojalá tengas razón
-¿Cuándo no la tengo?- Le guiño un ojo
Los próximos días fueron un caos, las malas miradas, malas palabras, la agresividad que tenía el técnico hacia las jugadoras en los entrenos y las entrevistas.
Alexia por fin dió su primera entrevista en el Mundial y me quedé con 2 frases.
"Quisimos hacerlo por las buenas, dialogando y negociando, pero no nos hicieron caso y nos tacharon de niñatas inmaduras, ha salido a la luz la verdad, que van a hacer ahora ¿seguir ignorandonos? ¿Seguir diciendo que somos unas niñatas inmaduras?"
"Siempre hemos estado solas, luchamos solas y nos caemos solas y si ganamos lo haremos solas de momento si las cosas no cambian"
Lo único bueno que ha salido de todo esto de momento es que las jugadoras se unieron más que nunca, todas "las 15" que no estaban viajaron a Nueva Zelanda para apoyar la causa
El partido contra Japón fue la gota que colmó el vaso. La contundente derrota contra una selección importante y competitiva fue lo que terminó con Jorge Vilda
Horas después estaba fuera y a las 2 días la nueva entrenadora llegó al país, Natalia Arroyo.
"Las 15" que no fueron convocadas ahora lo estaban y ya se podía decir que España jugaba con sus mejores jugadoras, que tenía un nuevo líder y que ya estaban los cambios esperados. No podían fallar ahora o quedarían realmente mal.
Natalia solo tuvo 3 días para preparar el partido contra Suiza con un equipo totalmente nuevo y desconocido pero lo hizo estupendamente y eso se reflejó en el resultado 4-0 doblete de Alexia, uno de Jenni y otro de Mapi.
-Alexia- Estamos en zona mixta- ¿Cuáles son tus sensaciones de este partido?
-Pues estoy muy contenta, individualmente tengo muy buenas sensaciones con la pierna y creo que ha sido mi mejor partido hasta el momento y espero seguir sumando más y más minutos- Sonrie sinceramente y yo no puedo evitar hacerlo orgullosa de ella y eso se capta en la cámara, si no estuviera esta última encendida ya me hubiera abalanzado encima de ella- Y colectivamente creo que hemos estado bien defensivamente y ofensivamente, obviamente hay cosas que mejorar pero aún trabajando con una nueva entrenadora nos estamos entendiendo muy bien y estamos muy satisfechas con eso.
-Cuéntame Alexia, ¿cómo es trabajar con una entrenadora nueva? Y no sólo eso, adaptarse rápido porque estais en un mundial y cada fallo se nota.- Le pongo el micrófono en la boca y doy un pasito disimuladamente hacia ella, rozandonos levemente.
-Bueno, es una muy buena entrenadora, algo a lo que no estábamos acostumbradas en España. He tenido el placer de jugar contra su equipo con el Barça y realmente sabe lo que hace- Mientras dice esto disimuladamente acaricia la parte baja de un lateral de ni cintura.
Sabe lo que anhelo el contacto fisico ahora mismo.
-Y ha puesto muy fácil el que nos adaptemos. Creo que hablo en nombre de todo el equipo que estamos muy contentas con ella- Finaliza ella
-Ahora la última-Vuelvo a ponerme el micrófono en la boca- Todos hemos visto esa asistencia de Patri con el primer gol, como habeis jugado de memoria y te la a colocado a la perfección para ti- Antes de que pueda formular la pregunta empieza a hablar así que rápido le doy el micro.
-¿Qué te puedo decir de Patri? MVP de la final de la Champions, marcando esos dos goles que nos volvían a meter dentro del partido, llevamos muchos años, demasiados- Se rie- jugando juntas, nos conocemos a la perfección y jugar con ella es un regalo. He extrañado mucho este año jugar con ella y con las demas- Admite- Es una buena amiga, una buena compañera y una muy buena jugadora, solo que está infravalorada.
-Muchas gracias, Alexia- La despido
-Gracias a ti, T/n
Cuando se que han cortado el directo me abalanzo sobre ella y agarra mis piernas para que no me caiga.
-Estoy tan orgullosa de ti, bebé- Le doy besos por toda la cara.
La sonrisa de la capitana desde que ha terminado el partido no se le ha ido pero ahora la tiene más grande
-Gracias, amor- Me besa lentamente- El primero es para tí
-A sido wowww- Me pongo fan loca- Esa conexión que teneis y ese pasecito... Me enamorado 100 veces más como fan y como mujer- Estoy fuera de si.
Suelta una risa nasal y me da un beso en la nariz.
-Relájate, nena, te va a dar un paro cardíaco
-Pues lo que me causais cada vez que os veo jugar
Niega divertida.
Lo que no sabíamos es que Sandra estaba grabando ese momento y horas después estaba en redes. A ninguna le importó, no era que escondieramos nuestra relación y había quedado demasiado bonito conmigo como mujer fan loca.
Y eso se vio en los miles de comentarios que tenía aunque siempre tiene que haber comentarios feos.
España jugó contra Holanda en cuartos y contra Inglaterra en semis quedando 1-0 y 2-1 respectivamente.
Vencer a las inglesas fue un golpe sobre la mesa con respecto al Europeo pasado y haciendo historia, era la primera vez que España llevaba tan lejos en un mundial con la absoluta.
Todos estabamos eufóricos fanáticos, jugadoras, prensa, familiares... Y no era para menos, habían cambiado la historia de España y les estaban dando un futuro a las próximas generaciones para que sólo se tengan que preocupar por jugar.
Y aquí estaba, peleándome con otros periodistas de otras editoriales para poder entrevistar a Alexia la primera
Todos estaban como locos por entrevistar a la mejor jugadora del mundo y la que dió la victoria 2-0 a España contra Estados Unidos.
-Ahora con nosotros tenemos a Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo, la MVP de este partido y la que ha dado la victoria a España en esta final contra Estados Unidos- Presento mientras la veo caminando hacia mi ignorando a todos los otros periodistas, casi casi corriendo.
Cuando llega y entra en el plano de la camara se puede captar su mirada cristalina, su sonrisa enorme y su respiración un poco agitada.
Vino justo después de finalizar el partido asi que todavía no había levantado la Copa.
-Alexia, dime como s... - No me deja seguir.
Se abalanza besándome con las manos en mi cintura, sorprendida la correspondo pero enseguida enredo mis manos en su cuello acercandola más.
Se separa y su sonrisa increíblemente es más grande que con la que ha llegado y me da otro beso antes de hablar a la cámara.
-Estoy eufórica, como ya se podrá ver- Se rie y me mira fijamente- Estoy muy muy feliz, después de un año tan complicado para mi y para mí familia con la lesión, todos los momentos malos que hemos tenido... - Para al ver cómo se me cae una lágrima y me la quita suavemente- Todo esto es para ellas, para mi, para mis compañeras, para el equipo y por supuesto para la afición y sobre todo para esa gente que nunca a dejado de apoyarnos
-Has dado los dos goles de la victoria, ¿que tienes que decir?
-Yo he metido esos goles si, pero esto es en equipo. Todas hemos echo nuestro trabajo y hemos recogido el fruto
-Muchas gracias, Alexia- Digo- Ahora ves a recoger esa medalla y esa copa y a celebrar la victoria.
-Gracias a vosotras, T/n- Dice- Ahora si me lo permitis me voy a llevar a mi mujer.
Coge mi mano y despidiéndose con la mano de la cámara me lleva con ella.
-Te amo- Le digo besandola
-Yo más
-Ahora ves a recoger esa copa y levantala muy alto- Le ordeno y le doy una palmada en el culo- Campeona del mundo
Me guiña un ojo antes de irse corriendo con las chicas.
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Derritiendo los glaciares de su corazón | Simon Riley x Reader
¡Mi segundo escrito aquí! Estoy intentando descubrir como funciona la plataforma, sigo estando nerviosa y pronto tendré que hacer una publicación fijada con mis pequeños retazos.
Simon "Ghost" Riley x Reader
Please, listen "Say yes to Heaven" of Lana del Rey mientras lee esto para una mejor experiencia.
Los créditos se mostraban en la pantalla mientras quitabas la manta acolchada que te cubría, hacía unos minutos que la película había finalizado y como un gato perezoso, te estiraste en la cómoda cama en la que reposaba tu cuerpo, aun tratando de espabilar después del dulce sueño y las caricias compartidas por el hombre rubio del que no había rastro en la habitación.. Hacía frío, no era para menos el invierno los había arropado con una espesa capa de nieve y escarcha visible desde la ventana, donde se vislumbra el paisaje blanquecino pero ciertamente inspirador para una artista como tú.
Aunque, nunca fuiste buena pintando o esculpiendo en arcilla, tus dedos se hallaban demasiado ocupados trazando formas en el cristal de este, tarareando de manera vaga la melodía de fondo, disfrutando de la brisa congelada que refresca tus mejillas sonrojadas; porque los recuerdos de la noche anterior transitaban por tu conciencia, los besos apasionados, las mordidas traviesas, palabras sugerentes y el delicioso vaivén de caderas que impuso Simon cuando descubrió los espacios más íntimos de tu cuerpo, trazando cual cartógrafo la geografía en antiguos pergaminos, proclamándose noble conquistador de las tierras vírgenes entre tus piernas.
Cada suspiro robado en la boca de Simon se repetía en bucle en tu imaginación, dejándote embriagar por el terroso aroma a almizcle, avellanas y madera, había algo en la entereza de su ser que te hacía sentir en casa. Quizás tanto tiempo en soledad, viviendo en la monotonía de los días con las mismas palabras vacías y la rutina hueca te había hecho sentir extranjera en tu propio cuerpo, en tu propia vida, hasta que conociste al hombre de ojos cafés tormentosos.
Era una ocasión especial, llevabas un vestido fluido por insistencia de tu madre que te había convencido de salir al último festival organizado en la ciudad y lucir bonita para “pescar un buen hombre, porque el tiempo pasaba y no te hacías más joven”, sin embargo, la amargura en tu paladar al pensar en el amor y tus anteriores experiencias (aunque escasas, muy decepcionantes y terribles) se vieron empañadas en cuanto observaste a semejante semental que se encontraba sentado en un rincón oscuro del bar en el que estabas con tu hermana.
Ella, como era de costumbre, no se callaba y continuaba parloteando sobre el militar con el que estaba saliendo desde hacía semanas. Pero espabilaste en cuanto saliste de la ensoñación, dándote cuenta que su parloteo se había detenido hacía segundos y se levantaba repentinamente de la silla, corriendo como el huracán que era hacia la figura voluminosa de un hombre que llamó “John” con un tono tan enfermizamente dulce que en otro momento te hubiese provocado arcadas.
Al final conociste al misterioso hombre del que estaba enamorada tu hermana y también conociste a Simon Riley, a pesar de que al inicio se presentó con su indicativo “Ghost” con un tono seco y plano, anticipándote que no participaría mucho en la conversación. Sin embargo, al final de la noche lograste estar más cerca de ese cautivador espécimen que solía hacer bromas de papá, bebía cortos tragos de bourbon y te robaba el corazón con cada palabra que salía decorada por ese acento de Manchester.
Regresando al presente, te sentías flotando en una danza encantadora y delicada como las de antaño, donde el caballero sujetaba a una distancia prudencial tu anatomía al compás de la orquesta que entonaba el ritmo de la pieza. Como un violinista que conoce las cuerdas de su instrumento, el rubio había aprendido a tocar en los sitios indicados para conseguir ese dulce sonido de tus labios pintados de bermellón.
Aquel suceso permanece escrito en las páginas de tu memoria, garabateando corazones junto a sus nombres y anhelando esas varoniles manos sobre ti una vez más, generando una adicción a sus incandescentes sentimientos desmedidos, desprovistos de cualquier enajenación. Giraste sobre tus pies, dando vueltas como una ninfa de rostro soñador, la delgada camisa blanca de Simon cubría tu desnudez sin inmutarse por la baja temperatura hasta que percibiste esa fragancia casi afrodisíaca.
—Pensé que no querrías salir de la cama —murmuró el de orbes azules, sonaba divertido y maravillado por tu delicado semblante, aún cuando había pervertido tu mente con su excitación desenfrenada y te había devastado en su cama hacía unas cuantas horas.
—Está nevando y es precioso, quería ver la nieve caer —señalaste, sentándote sobre tus tobillos en el esponjoso colchón invitándole a que se acercara hacia donde estabas.
—Quizás, sigue sin ser más precioso que tú.
Antes de que pudieras contestar, te sujetó por la cintura y te subió a su regazo, reposando tu cuerpo en sus gruesos muslos, acariciando tramos de piel que iba revelando al subir la poca tela que lo separaba de tu cálido centro.
—Anhelo llenarte de los halagos que mereces... quiero devolverte esa alegría que provocas en mí —confesó, peinando los mechones sueltos que enmarcan tu rostro. Los mismos dedos que te habían llevado a las estrellas delineaban con delicadeza tus mejillas, hasta que el dedo pulgar reposó encima de tus labios, fascinado admirando la forma de tu arco de cupido.
—Creo que alguien ha estado leyendo a Jane Austen —dijiste más para ti misma, sin percatarse que Simon empezaba a desabrochar los pocos botones que cubrían tu modestia.
Nunca desvió sus profundos ojos marrones de tus reacciones, motivado por como mordiste tu labio inferior al observar los músculos cincelados y esos pectorales esculpidos por Miguel Ángel. Lo hacía con el objetivo de empujar tu deleite en ese armonioso espectáculo íntimo, develando la parte más sensual que poseía como individuo masculino.
En cuanto te apoyó en la cama, posicionándose sobre ti, apreciaste en silencio como iba enseñándote el sendero feliz cubierto por una delgada capa de vello y jadeaste en silencio, sintiendo el agradable calor de tu humedad cuando Simon se quitó el jogger gris que llevaba y sus torneadas piernas tocaron el colchón para subir hacia donde tus brazos lo llamaban. En cuanto estuvo más cerca, sentiste la dureza de su miembro contra la parte interna de tus muslos, mordiéndote el labio y moviendo las caderas para que pudiera sentir lo lista que estabas para recibirle.
Simon hizo descender sus dedos hacia tu centro resbaladizo, cubriendo sus dedos con la humedad acumulada en medio de tus muslos y llevándolos a su boca para probarlo mientras te miraba atentamente, provocando un gemido desesperado de tu parte. Para ese instante, el frío no era un inconveniente, puesto que apretaste los muslos al sentir como esa humedad crecía y descendía cálida, acción que no pasó desapercibida—. ¿Exaltada, mi dulce princesa?
—¿Qué crees? —dijiste, recostando tu fisionomía en la suavidad de las sábanas de tu amante. Querías repetir esa pecaminosa danza que se prolongó en la madrugada.
—¿No fue suficiente con lo de anoche? —cuestionó, una de sus cejas gruesas arqueadas y sus labios tirando de una sonrisa que prometía los placeres carnales.
Pero no te cohibiste como antes, la sumisión que habías mantenido se dispersó cuando lo besaste con todo el fuego que residía en tu pecho, presionando tus senos desnudos contra su pecho torneado y duro. Porque más allá de un derroche pasional y efímero, sus almas se conectaban en un plano espiritual que escribía con pluma dorada la leyenda de un amor inconmensurable, que por fin sería netamente feliz y perpetuo.
—Quiero que me hagas tuya, Simon.
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En mayo de 2007 aparece en "snooker"
Con un vestido blanco, corto, con los hombros al aire, y una inquietante cremallera central. Su entorno es los juegos de billar, y lo hace todo más sugerente porque podrías un día coincidir con ella en un local así.
En la misma sala de billar se presentó antes Nadine Jansen, con un cuerpo similar a Milena, delgada con pechos exagerados para su cuerpo.
Cuando una mujer con pechos tan grandes tratan de jugar al billar, sus pechos son un problema, al caer y comprometer la mirada, pero su belleza se multiplica.
Lo mismo le sucede a Milena, con la diferencia que su cuerpo, curvas y perfil es mucho más llamativo e interesante que Nadine.
La silueta de Nadine era muy diferente previo a sus embarazos, en especial, por su delgadez y su cintura marcada. Más joven que Milena y un estilo más casual y desdenfadado que ella.
Milena, a pesar de haber pasado un embarazo, mantiene una silueta más equilibrada, y la forma de los pechos es diferente. Nadine sus senos no son tan grandes, y la caida en Milena es más plena, más redondeados y mejoran el conjunto.
Con los años, Nadine tiene imagenes increíbles alternado con episodios de sobrepeso y embarazos que modifican su cuerpo.
Pocas mujeres tienen los pechos de Milena, y menos que los muestren embutidos en un vestido blanco con una cremallera central. Debajo nada lleva, pues se tranparenta la aureola, y deja los senos caidos y con su forma natural, anchos y redondos.
En otra ocasión, Nadine también volvió a los mismos billares, pero con otro atuendo.
Lo más llamativo son sus botas blancas, altas, con botones, rematado con una falda de cuero y una camisola amplia.
Y Nadine también tiene un pecho y cuerpo admirable, exagerados senos, preciosa cintura, y caderas contorneadas. No lleva como Milena sujetador, siendo evidente el pezón y la aureola.
El vestido blanco en Milena es como una segunda piel, dibujando todas sus curvas, e incluso la mejora, dando mas juego a la sensualidad.
El pecho se intuye como cae, se intuye su base y como se despega del vientre, con la deliciosa sombra de la aureola. Sus piernas siempre son brillantes, junto a sus delgados brazos.
Pero sus pechos en este juego puede ser un problema, al ser tan grandes y sin sujetador, caen sobre el tapete.
Si en una obra de teatro sale una pistola en el primer acto, sabes que se disparará en el segundo acto. Ante una cremallera, era evidente que se bajaría más pronto o más tarde.
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Es el eco sugerente de tus formas el que me pervierte el corazón y, si por su razón me eximo el deseo de adorarte, dejaré en tus manos el absurdo anhelo de olvidarme, y es que llevas nimbos de amapola en las sienes, como sueños que vagan y fantasías que trascienden, que me eres imposible de ignorar.
It is the suggestive echo of your forms that perverts my heart and, if for its reason I exempt myself from the desire to adore you, I will leave in your hands the absurd longing to forget me, and it is that you carry poppy nimbuses on your temples, like dreams that wander and fantasies that transcend, that you are impossible for me to ignore.
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☆ ducha gentil | choi beomgyu
beomgyu x gn!lector
୨୧ word count: 0.8k ୨୧ genre: romance, drama, relación establecida, algo sugerente? ୨୧ summary: solo un poco de tierna intimidad en la bañera con un dulce y divertido beomgyu.
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Soltaste todo el aire de tus pulmones e intentaste relajarte. Tus manos temblaron un poco cuando se dirigieron a la espalda de Beomgyu, causando que este se estremeciera y soltara un risita nerviosa.
El agua tibia cubría tu cuerpo hasta el inicio de tu pecho, queriendo tomarte el tiempo de disfrutar el ambiente acogedor, recargaste tu espalda en la tina de baño y olfateaste el aroma de los ingredientes añadidos al agua. Entre tus piernas aguardaba un curioso Beomgyu, con sus manos dándole palmadas al agua para causar salpicaduras y sus piernas flexionadas de tal forma que casi tocaban su pecho.
—Eres muy grande para mi tina de baño —murmuraste mientras lo mirabas hacer sus travesuras con una sonrisa.
—Oh, te sorprenderías. Creo que puedo hacer algo de espacio. —Beomgyu río y se inclinó hacia atrás, haciendo que su espalda y tu pecho se tocaran—. ¿Mejor así? —dijo cuando inclinó su cabeza hacia tu hombro para mirarte.
Asentiste y retiraste un mechón de pelo que caía sobre su frente. Beomgyu sonrió por el gesto, tomó tu mano con suavidad y la dirigió a sus labios, depositando un dulce beso y haciendo caricias con sus dedos. Por un momento te quedaste perdida en la sensación que se deslizó por tu cuerpo mientras lo mirabas, encontrando en él profunda conexión y paz.
—Déjame lavar tu pelo —pediste de pronto. Él fingió pensar un momento, con sus ojos posados en el techo y una sonrisa en la que se pudo apreciar alguna de las cosas que le pasaron por la cabeza.
—Espera un momento.
Beomgyu cerró los ojos y uso sus piernas para empujarse más contra ti. Pasaste tus brazos por encima de sus hombros y posaste tu barbilla sobre su cabeza, dejado que pegara su rostro a tu pecho y restregara su mejilla en él.
—¿Que estás haciendo? —cuestionaste cuando sentiste sus músculos vibrar contra los tuyos,.
—Estoy ronroneando —respondió mientras simulaba el sonido característico de los mininos y tú soltaste un risita baja.
—Raro.
Beomgyu continuó con la acción hasta que tuvo suficiente. Luego de unos minutos se enderezó, asintió en silencio y tomó el grifo de la tina de baño.
—También quiero lavar tu pelo —anunció al tenderte el grifo. Por la forma en la que parpadeó lentamente supiste que empezaba a tener sueño.
—Ya veremos —dijiste y el soltó un quejido.
Luego de humedecer su cabello, colocaste el shampoo y empezaste a esparcirlo con movimientos gentiles. Sabías que le gustaba que jugaras con su pelo, y pareció más que feliz cuando empezaste a masajear su cabeza. Después de unos segundos, retiraste una mano y la colocaste sobre su hombro, dejando que tu pulgar dibujara círculos sobre su piel.
Por la forma en la que cerró sus ojos y soltó un suspiro, te dio la impresión que la estaba pasando bien.
—Se siente bien —susurro con una sonrisa—. Te llevaré conmigo cada vez que me duche de ahora en adelante.
—No me quejaré. —Acercaste el rostro al sitio donde tu mano acariciaba su espalda y rozaste su piel con tu nariz, olfateando su aroma y dejando un suave beso sobre su piel.
Beomgyu se estremeció y pudiste verlo sonriendo para sí mismo, era una sonrisa genuina y casi pudiste ver y sentir la felicidad que había en ella.
—Esto se siente mejor... —dijo antes de respirar hondo, con las puntas de sus orejas tornándose rojas.
No pudiste detenerlo cuando se lanzó para rodearte entre sus brazos, causando que el agua se derramara de la tina de baño y mojara el piso. Estabas por reñirlo, pero Beomgyu selló tus labios con los suyos antes de que pudieras decir algo.
Ni siquiera con consideraste resistirte. Te recargaste de nuevo contra la bañera y dejaste que tu cuerpo se inclinara al tacto de Beomgyu cuando se acomodó entre tus piernas. Al principio, sus labios recorrieron los tuyos con movimientos pausados, lambiendo y succionando lenta y atrevidamente hasta que estuvieron igual de humedecidos que sus cuerpos. De manera automática pasaste tus brazos al rededor de su cuello, lo que le permitió pegar más su cuerpo al tuyo.
Sentiste la electricidad en el aire mientras lo sostenías cerca y, su aliento y el tuyo, se volvían uno solo. Pudiste sentirlo todo, era tan real, tan amable y refrescante. En cierto momento, lo escuchaste soltar un gemido y te sorprendiste, pensando por un momento que la gentil cercanía de sus cuerpos empezaría a ir a más allá esa noche; sin embargo, cuando Beomgyu repitió el sonido no percibiste solamente deseo, sino también dolor.
—Ay, me ha entrado shampoo al ojo —lloriqueó, pero a pesar de todo, continuó besándote.
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Note
Yo creo que Enzo normalmente sí es un snob en cuanto a música como vos decís (tiene toda la pinta, perdón), pero cuando anda en sus días fértiles un poquito inquieto pone cualquier música con letra subida de tono en sus historias/fotos sugerentes, ya sea de un género musical que él escucha o no
GRACIAS REINA POR CONCORDAR CONMIGO.
Sabía que no podía ser la única que ve la realidad detrás de esa carita de "Soy súper tolerante y no me cierro a nada". Seguro hay canciones que busca con palabras clave (a.k.a Lick It n Split ese día que estaba ovulando) y cuando no se le ocurre nada elige cualquiera de entre las sugerencias.
Me encanta porque ya subió dos historias con la misma canción/obra. Debe estar repitiéndola en loop hace quién sabe cuánto. Bless him.
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