#Reino de Asturias
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dreamconsumer · 4 months ago
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Carlos de Austria, Príncipe de Asturias.
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roehenstart · 9 months ago
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Portrait of Princess Maria Antonia of Naples and Sicily (1784-1806), Princess of Asturias, wife of Ferdinand VII of Spain (1784-1833). Nicolas-Françous Dun.
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docpiplup · 2 years ago
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jartita-me-teneis · 7 months ago
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"Los moriscos, musulmanes o magribíes fueron un grupo de habitantes norteafricanos que conquistaron y gobernaron España durante casi 781 años, del 711 al 1492. Entraron en la Península Ibérica, España, después de cruzar el Estrecho de Gibraltar, pasando por Marruecos. Los moros africanos eran conocidos por sus excepcionales habilidades en arquitectura e ingeniería, y construyeron numerosas estructuras impresionantes, como universidades y mezquitas en España, que aún se mantienen en pie hasta el día de hoy. Hicieron importantes contribuciones en diversos campos, incluidas las Matemáticas, la Medicina, la Química, la Filosofía, la Astronomía, la Botánica, la Albañilería y la Historia. Los moros africanos fueron los primeros en introducir en Europa el uso de números arábigos, que todavía se utilizan en la actualidad. También lograron avances significativos en medicina, desarrollaron tratamientos para diversas enfermedades y crearon libros de texto médicos que fueron ampliamente utilizados. Además, los moros africanos eran hábiles astrónomos y desarrollaron técnicas avanzadas para medir el tiempo y determinar la posición de los cuerpos celestes. También hicieron importantes aportaciones a la botánica, introduciendo nuevas plantas en España y creando jardines que fueron admirados por muchos. Los moros africanos también eran conocidos por su experiencia en albañilería y construyeron numerosas estructuras impresionantes, como la Alhambra de Granada, considerada uno de los edificios más bellos e impresionantes del mundo. Finalmente, también escribieron extensamente sobre su historia, creando numerosos textos históricos que aún hoy se estudian." -De la página Lázarotv- Debo matizar: Musulmán es el que profesa la religión del islam, pertenezca a la raza o nacionalidad que sea. Árabe es aquel cuya lengua materna es el árabe, en su origen los habitantes de Arabia. Moro es el habitante del Norte de África, que eran la provincias romanas de Mauritania Tingitania y Mauritania Cesarea. En la actualidad incluye a los árabes de esta región y a los bereberes (amazighen).
El islam llegó a Mauritania ( no sólo el actual estado) y sus habitantes se hicieron musulmanes y se arabizaron, se mezclaron con árabes, pero los que conservaron su lengua materna (y también hablaban árabe) fueron denominados bereberes ( http://xn--arabizacin-obb.de/ bárbaros , sin ninguna connotación despectiva). Del Norte de África pasaron a conquistar la Península Ibérica o Hispania. Iban moros y árabes. Los hispanos les llamaron a todos moros. Su ocupación rápida de Hispania se debió a la masiva conversación voluntaria de los hispanos, al islam, entre ellos los vándalos, y de aquí viene el nombre de Alándalus, un pueblo germano que ocupó la península, pero también los visigodos. A la Hispania musulmana se le denominó Alándalus , y sus habitantes andalusíes. La población andalusí estaba compuesta por mis, en su mayoría, judíos y cristianos ( denominados mozárabes). En cuanto a etnias estaban los árabes, los moros y los muladíes ( cristianos y judíos convertidos al islam). Eran la mayoría. No obstante los cristianos que no aceptaron la dominación musulmana se replegaron al norte de Hispania y formaron el reino.de Asturias. Después fueron conquistándoles territorios a los musulmanes, y formando los distintos reinos cristianos. Los cristianos llamaban a los andalusíes moros., sin ninguna distinción. Está confusión pasó a más confusión : llamar moro a todo musulmán, incluso a los musulmanes de Filipinas , desde el siglo XVIII. Tanto en Alándalus como en los reinos cristianos existían musulmanes , cristianos y judíos. A los musulmanes les llamaban moros los cristianos.
Los musulmanes que vivían en reinos cristianos eran denominados mudéjares. Pero con los Reyes Católicos unificaron todos los reinos, e incluso el Reino de Granada, que era de dominación musulmana, tras la conquista por los Reyes católicos. Estos por orden de la Iglesia, impusieron una sola religión en todos los reinos, o en toda España: el cristianismo. A los judíos les dieron dos opciones: conversación al cristianismo o exilio. A los musulmanes igual ( mirad publicaciones mías al respecto, en mi muro) los obligaron a convertirse al cristianismo o exiliarse, después de haber hecho un tratado en que les respetaban su religión. Los musulmanes que se convirtieron al cristianismo obligados pero practicaban en secreto el islam,ESTOS SON LOS MORISCOS También hay documentos donde ellos los moros o musulmanes,fueron los primeros vaqueros,antes que los charros mexicanos,los españoles los trajeron a Mexico para amansar sus caballos y para qué enseñarán a sus trabajadores indígenas a amansar sus caballos.
Cogido de por ahí, ya ni me acuerdo. Siempre nos han estado conquistando, todos se llevaron y todos nos dejaron, pero el pueblo árabe, nos dejó un legado maravilloso, fue cruel lo que los mal llamados "Reyes Católicos" les hicieron a ellos y a los judíos, metiendonos a todo el país en un bucle negro con la Inquisición, nos cercenaron el progreso por siglos.
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historias-by-xedarix · 1 month ago
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No se si alguien lo estaba esperando, pero al fin está aquí:
El Camino de la Espada.
IV. Zaibach
Aunque Anaís no era una persona que ignoraba su entorno, casi no sabía del país que se encontraba en el norte: el imperio de Zaibach.
Se preguntaba cómo es que Miguel sabía de ese lugar y cuando les dijo a sus compañeros que pensaba seguir sus pasos y probar suerte para entrar en su ejército, el resto decidió hacerlo también.
— Yo fui quien le habló de eso a Miguel — dijo un chico rubio de cabello muy rizado y abultado, como una oveja. — tengo familia en Zaibach y me contaron que hace poco el ejército comenzó un reclutamiento para un escuadrón especial de élite y buscaban jóvenes de entre quince y dieciocho años. Parece que ha sido un proceso largo porque despachan a muchos y son realmente pocos los que quedan. Pero aún así, las condiciones que le dan a los soldados en general es mucho mejor que lo que pasamos nosotros en Asturia.
— ¿Ustedes qué esperaban del escuadrón del comandante Schezar? — comentó Anaís tímidamente.
— bueno, yo también pensé que íbamos a tener cierta instrucción. Mi hermano mayor se fue como recluta y me contó que les enseñaban toda clase de cosas. Cuando supo del escuadrón del comandante Schezar me dijo que probara suerte, si era bajo sus órdenes podría ser una opción mucho mejor que la suya, ya que es alguien renombrado. No imaginé que nos fueran a relegar solo por no tener experiencia en otras áreas y tener problemas solo por llegar queriendo que se nos enseñaran todo...
— creo que todos teníamos esa idea — dijo el chico corpulento — si hubiera querido ser cocinero en la armada eso era fácil, me hubiera presentado en las cocinas directamente, no había necesidad de un examen de habilidad.
Ciertamente todos habían salido desepcionados del fuerte Castelo.
Estaban tan enfrascados en su trabajo que hasta ese momento no había tenido tiempo, a esas alturas, ni siquiera sabía sus nombres del todo.
— Al ser la única chica es posible que mi nombre se les haya quedado más fácil pero, yo no tuve la delicadeza de aprender sus nombres, así que ¿por que no nos presentamos de nuevo? Soy Anaís Rossiter.
— Gilro Reed — dijo el chico corpulento
— Yo soy Guimel. — respondió el chico oveja
— Paul Schult
— Yo me llamo Touji — contestó quien venía dirigiendo la carreta y había sido él quien les dijo como armar el explosivo que dejaron en la cocina. Al final dijo animado — Bueno, pues esperemos que nos vaya mejor en Zaibach, ya estamos muy cerca...
Aunque estaban bajo la sombra de los árboles, de pronto empezó a obscurecerse un poco. Las densas nubes cubrían el cielo y a medida que se acercaban podían sentir el olor del humo en su nariz.
— Había oído rumores, pero ver las fábricas del Imperio es otra cosa. — exclamó Touji animado
— ¿Fábricas?
— Si, de los tres reinos del norte, el Imperio de Zaibach tiene su industria más desarrollada. Si alguien quiere ser un excelente mecánico, tiene que venir aquí, no hay nada más avanzado en Gaea que Zaibach.
— Ya que tu sabes tanto, seguro tu sabes a donde debemos ir, ¿Verdad? — exclamó Gilro
— ¿Por qué te imaginas que yo vengo conduciendo el carro? — todos rieron alegremente.
El corazón de Anaís se sentía un poco más ligero después de todo.
Aunque no eran muy unidos, pero nadie dijo nada mientras ella lloraba, incluso Guimel y el mismo Gilro le habían prestado su hombro para llorar. Guimel fue un poco más allá, consolandola con palabras y acariciando su cabeza.
Después de eso nadie habló del tema.
La gente les miraba extrañada mientras pasaban por las calles con aquella carreta de madera, pero era lo de menos. Eventualmente llegaron a un cuartel, donde había una amplia explanada.
Guiados por Touji, se acercaron a una ventanilla junto a la entrada.
— Buen día, queríamos saber si siguen reclutando para el escuadrón de Los Cazadores de Dragones.
Aunque el sujeto les miró incrédulo por un momento, les dio unas hojas.
— Llenen esta solicitud, deberán presentarse a primera hora la próxima semana. La fecha está en la parte superior de la hoja.
Todos miraron la solicitud con detenimiento. Después de dar las gracias al hombre de la ventanilla, regresaron a su carreta.
— Bueno, en dos días tenemos que presentarnos, ¿qué vamos a hacer? No podemos dormir en la calle... — exclamó Gilro
— hay que buscar una posada...
— no se ustedes pero yo solo tengo dinero de Asturia y no es mucho...
Todos al mismo tiempo rebuscaron en sus bolsillos, sacando unas cuantas monedas. Guimel incluso tenía una bellota entre las tres relucientes monedas, lo que le hizo sonrojarse al ver la cara de risa que sus compañeros tenían.
—¿quizá alguien nos deje dormir en una bodega o granero? Si nos ofrecemos para limpiar o arreglar puede que nos dejen...
— tal vez podemos buscar alguna clase de empleo...
Mientras deliberaban, Anaís miró embelesada hacia arriba. En el cuartel estaba anclado el descomunal fuerte flotante Vione, seguramente había repostado para abastecerse. Para ella la vista era increíble.
— Parecen algo perdidos, amigos. ¿Necesitan una mano?
Al escuchar la voz por un momento se asustaron pero casualmente voltearon a ver al origen de la voz y se les iluminó el rostro con una sonrisa de sorpresa.
— ¡Miguel!
Después de los saludos, Miguel subió a la carreta y la guió hasta donde él había estado viviendo.
Era un edificio cuadrado y austero, en él había otros más en condición similar a la de ellos.
— No logré llegar a tiempo a las pruebas del mes pasado así que tuve que esperar a registrarme en las de este mes. Al final parece que haremos la prueba todos juntos, ¿verdad? Me alegra mucho verlos.
— ¿Como llegaste aquí?
— bueno, resulta que en el camino me encontré a otro chico y él me trajo aquí... Se los presentaré cuando llegue. Ahora quiero saber, ¿cómo salieron de Castelo? Escuché un extraño rumor de que habían secuestrado al comandante durante unas horas, ¿en serio fueron ustedes?
Animosamente le contaron a Miguel cómo lo habían planeado y cómo le había hecho Touji para juntar los instrumentos necesarios para armar una bomba casera y algún detonador algo arcaico.
— Lo más impresionante fue ver a Anaís amagar a ese idiota de Schezar — dijo Guimel — si el otro montón de perdedores hubieran visto como lo venció, se comerían sus propios insultos y dejarían de seguir a ese tarado.
Miguel miró sorprendido a Anaís quien estaba bastante sonrojada por los comentarios de Guimel.
— Desde que vi la pelea en la arena estaba seguro de que ella era mucho mejor que Allen — respondió Miguel sonriendo
— ¿¡Es... Estabas ahí!?
— nosotros también — dijeron Gilro y Paul — lo que nunca entendí es ¿que te dijo para hacer que perdieras?
Anaís no pudo con la vergüenza y se tapó el rostro.
— Te apuesto a que le dijo algo lindo. Ese descarado de Allen tiene la fama de mujeriego — dijo Touji
Eso no hizo más que empeorar el sonrojo.
— No te avergüences por eso Anaís, seguro a cualquier chica pudo sucederle eso porque el sujeto es alguien atractivo... No te culparía — dijo Miguel dándole palmaditas en el hombro.
— Lo conocí cuando entrenabamos con Vargas...
—¿¡Vargas!? — exclamaron todos a la vez.
— Si, mi padre me llevó a entrenar con él después de haberme enseñado todo lo que sabia. Allen y yo entrenamos juntos por algunos años... Y la verdad es que yo...
— No tienes por qué explicarnos nada, Anaís. — dijo Guimel tomándole la mano — ese sujeto no merece nada de ti. Además, si tu eres capaz de ganarle con la espada dudo mucho que te vuelva a buscar... Más aún después de lo que hicimos. Procura olvidar a ese tipo, pronto comenzaremos una vida nueva aquí en Zaibach, ya verás.
La voz de Guimel fue tan dulce que la sintió como un bálsamo que sanaba la herida de su corazón.
— Lo más importante, cuéntanos como fue entrenar con el grandioso Vargas, debió de ser un gran honor. — exclamó Gilro con mucho ánimo.
Después de un rato de estar charlando un joven de cabello castaño, lacio y largo hasta los hombros llegó con una gran sonrisa.
— ¡Miggles! ¿Otra vez adoptando gatitos de la calle?
— Si, como verás encontré una caja llena...— le contestó Miguel siguiéndole la broma —él es el chico de quien les hablé, se llama Dalet.
— Oh vaya... Veo que entre estos gatos pulgosos encontraste una linda gatita... — ronroneo Dalet ignorando por completo al resto y mirando fijamente hacia Anaís. Cuando se acercó, ella tenía el brazo estirado para que guardara su distancia
— Gata tu abuela, ten más respeto con la gente que no conoces...
Desde luego todos se soltaron a reír
— Déjala en paz, ella puede ponerte en tu lugar y nunca sabrías qué te golpeó — le contestó Miguel parándose al lado de Anaís
— de acuerdo — contestó Dalet indignado — me imagino que van a presentarse, ¿no?
Después de las presentaciones de rigor Dalet comenzó a sacar diversos alimentos de la bolsa que llevaba.
— Hoy conseguí muchas cosas por que le ayudé al bodeguero a cargar unos costales. Incluso me dio un jamón...
— ¡Suena a que tendremos un gran festín de bienvenida! — gritó Paul
— ¡y a mi me suena a manada! Aquí come el que coopera nada más...
— No seas tan duro Dally, acaban de llegar...
— ¿Cómo acabas de llamarme, Lavariel?
— Aguantate, tu me dices Miggles...
Y de nuevo se enfrascaban en una discusión
— No tenemos mucho dinero pero podemos usarlo para comprar más comida, solo necesitamos que nos digan donde comprar y donde podemos hacer más dinero para los demás días antes de la prueba...
Anaís sin duda era demasiado estricta y con poca paciencia, ¿no?
Eso calmó los ánimos y entre Miguel y Dalet les hablaron de como se las habían arreglado todo ese mes.
Una vez que estuvieron de acuerdo Guimel y Gilro se fueron a la cocina junto con Dalet para preparar la cena. Paul y Touji salieron a conseguir vegetales con otro de los chicos del lugar.
Anaís y Miguel se quedaron preparando el espacio donde ellos dormirían.
— Tuvimos algo de suerte. Los dueños de este edificio permiten que los aspirantes puedan quedarse, solo que como han llegado tantos de diferentes partes no pueden localizarlos a todos. Algunos que ya llevamos el mes aquí y vamos por la ciudad buscando chicos perdidos como ustedes. Insisto que fue buena suerte... Si no yo estaría durmiendo bajo un puente ahora...
— Tu amigo no me agradó nada... — Miguel soltó una carcajada
— parece muy frivolo pero es un buen sujeto, le gusta mucho coquetear con chicas lindas, así que toma eso como un halago porque es un idiota exigente.
Anaís se sonrojó enfadada al ver cómo Miguel le guiñaba el ojo.
Al cabo de un par de horas la alegre voz de Guimel anunciaba que la cena estaba lista y todos se agolparon a la sala contigua donde había una mesa. Como no había suficientes asientos todos tomaban su comida y se sentaban en el suelo alrededor. Todos agradecían la comida pero esta vez más de uno externo lo bueno que estaba. Guimel estaba sonrojado pero con una gran sonrisa.
— El chico oveja cocinó todo, nosotros solo le ayudamos a cortar vegetales y a mover la cuchara... — dijo Dalet pero al probar la comida su actitud se suavizó bastante.
Una vez que terminaba alguno se dirigía a un rincón donde había una tarja, cada quien lavaba el plato y los cubiertos que habían utilizado.
Anaís estaba sorprendida de como todos se apoyaban, a diferencia de su experiencia en el escuadrón de Allen.
Todos volvieron a la otra sala y comenzaron a ocupar su lugar en las colchonetas. Guimel y Gilro se quedaron al lado de Anaís, de tal modo que ella quedaba en medio de ellos. Dalet les miró desafiante...
— Protegiendo a la princesa, ¿eh?
— Creenos qué no necesita protección pero no sería caballeroso de nuestra parte dejarla a merced de un tipo como tu.
Dalet bufo y se fue a su lugar. Miguel se acercó a ellos.
— Mañana iremos temprano a buscarles empleo. Espero que tengan energía suficiente para eso...
Muy temprano en la madrugada ya estaban de pie y Miguel les llevó en la carreta a las afueras de la ciudad, donde había algunas granjas.
Había mucho trabajo esperándoles, por lo que de inmediato se pusieron manos a la obra.
Aunque en un principio no querían dejarle a Anaís lo más pesado ella sola de pronto acarreaba más que el resto. Decidieron dejar de intentar al ver que la chica era tan capaz como ellos de hacer el trabajo duro.
La esposa del granjero más tarde les llevo agua y unos refrigerios, agradeciendoles su ayuda.
Una vez terminada la faena cargaron el carro y antes del medio día ya estaban de vuelta en la ciudad, ayudando al granjero a distribuir la mercancía. Cuando acabaron les pagó a cada uno y tomando su carreta volvió a la granja.
Miguel luego les llevó con diferentes comerciantes y les ayudaban en lo que podían.
Al final del día terminaron con algo de dinero e ingredientes para preparar la cena. Tanto el almuerzo como la comida habían sido proporcionados por sus empleadores en el momento, por lo que no hubo necesidad de gastar prácticamente nada.
Touji se había ido con otros tres a una de las fábricas, donde hicieron algunas reparaciones menores y consiguieron algo más de dinero.
Era increíble que hubiera tantas oportunidades de trabajar en Zaibach y que justo eso escaseara en las otras ciudades, pensando que Zaibach tampoco era muy grande.
La diferencia es que la "industria" de Zaibach brindaba un bienestar que en otras ciudades no existía.
Fanelia era pequeño y pacífico (hasta hacía poco) y la mayoría de las personas se dedicaban a comerciar bienes del campo y otras materias primas. Asturia era una ciudad más rica al producir otros productos con aquellas materias primas, la mayoría eran comerciantes y las riquezas de ese país venían de sus acuerdos con otras naciones.
¿Pero Zaibach?
Aunque todos producían Guymelefs, hasta el momento los que tenían mejores capacidades de maniobras eran los que se producían en Zaibach.
Había rumores de la existencia de un guymelef legendario con capacidades impresionantes, pero a la fecha nadie sabía de él más que rumores.
La industria de Zaibach no se enfocaba solo en guymelefs, el aprovechamiento de los minerales ingravidos que ayudaban a naves de todo Gaea a zurcar los cielos, máquinas capaces de ir bajo el agua y una gran cantidad de artículos que hacían la vida de la población de Zaibach un poco más sencilla que la de los campesinos de otras ciudades "prósperas".
Ni siquiera la gran Asturia con sus riquezas igualaba a la comodidad con la que muchos de los obreros vivían en el imperio.
Pero... a la gente sencilla no le parecía atractiva esa clase de cosas. No veían la industria como algo bueno. Creencias suyas, ciertamente.
Y por eso, de pronto en el imperio hacia falta gente para muchas cosas.
Después de que la cena estuvo lista, mientras comían Touji les contó cómo fue estar en una de las grandes fábricas cerca del fuerte. Había aprendido más en un día como ayudante en uno de los talleres menores que en los dos meses que estuvo en el escuadrón del comandante Schezar. El joven casi brillaba de la emoción y deseaba volver al día siguiente.
La efervescencia fue contagiosa, no solo por la experiencia amena de Touji sino porque en un día más iban a presentar sus pruebas para entrar al grandioso escuadrón de los Dragon Slayers.
Cómo si se tratara de la mismísima prueba, al día siguiente todos le pusieron mucho empeño a sus labores por lo que consiguieron suficiente para poder preparar un gran banquete esa noche. Todos ayudaron a preparar los alimentos y se sentaron juntos a cenar, entre risas.
Desde luego esa noche se fueron todos temprano a la cama, porque debían presentarse antes del alba en las puertas del regimiento.
En silencio se fueron levantando al sonido de la campana del velador que cuidaba el edificio y hacia de despertador en aquel barrio.
Recogieron diligentemente las colchonetas mientras Guimel preparaba algo práctico para que todos pudieran desayunar bien y rápido. Habían dejado lo más limpio posible la noche anterior para no darle más quehacer a aquel que les prestó ese espacio. Una vez que todos se asearon y vistieron, el hombre y su esposa los despidieron en la puerta, deseándoles suerte.
Caminando en silencio sobre la obscura y empedrada calle, iban aquellos aspirantes a paso veloz hacia el cuartel donde estaba repostado el fuerte flotante Vione con su imponente vista.
Ya estaba empezando a aclarar el día cuando llegaron ahí. Había mucha gente esperando el acceso para presentar las pruebas. La mayoría eran familias que venían a desear suerte a sus hijos. Un oficial salía a pedirles que se retiraran hacia atrás para que los aspirantes pudieran formarse.
Todos estaban hablando entre ellos pero Anaís estaba ensimismada.
¿Y si pasaba lo mismo que en Asturia?
¿Tendría problemas para entrar al escuadrón por ser mujer?
Al menos notaba un avance, nadie a su alrededor estaba haciendo comentarios idiotas como pasó en Asturia. Eso era un alivio, la verdad.
Guimel se había acercado a un chico flaco, de cabello negro que a su parecer tenía una actitud algo ácida. Él le miró algo sorprendido pero pronto le evadió la mirada, justo en el momento que el oficial gritaba "¡Atención!", y todos miraron al capitán del escuadrón de los Cazadores de Dragones.
Ella se sorprendió al verlo. En contraste con su vestimenta, su cabello era tan blanco y relucía como hilos de plata y sus ojos eran tan rojos como su armadura carmesí.
Les miró a todos con desprecio.
"La gente dice que el capitán Albatou es el mismísimo demonio, y si que lo parece"
"No seas exagerado"
"Como si lograras algo asustandonos así"
"Pero es la verdad... "
"Entonces qué haces aquí, ¿eh?"
Podía escuchar aquellos susurros viniendo de atrás y si ella los escuchaba estaba segura que el imponente capitán lo haría también.
Y si los escuchó no parecía importarle mucho... solo sonrió con malicia.
Una voz respondió a aquello con desdén.
— Pues no sé si será temible, pero se nota que es un engreído...
Un suspiro ahogado se escuchó a la vez que Dilandau se giraba hacia el origen de aquella voz. Era el muchacho al lado de Guimel, Dilandau hizo a un lado a los guardias que mantenían la formación para encarar al chico directamente.
— Yo no sé si eres muy valiente o muy estúpido, pero se nota que te hacen falta unas bofetadas para que se te quite lo insolente — le gritó Dilandau prácticamente en la cara.
El silencio fue sepulcral. No solo le había dado algo de razón al rumor de su terrible carácter sino que también demostraba que el capitán de los Dragon Slayers ponía atención absolutamente a todo.
Anaís pensó que más bien fue porque ese chico habló demasiado fuerte y coincidió con que el capitán Albatou estaba poniéndoles demasiada atención. Todos miraron de manera condescendiente al chico. Hacer enfadar a tu mando desde el principio no era el mejor de los augurios.
Dilandau entró de nuevo al edificio y se les dio la orden a todos de entrar en formación.
Después de un rápido registro, que consistió en recibirles el documento que se les dio al solicitar la prueba y en el cual se recaudaban todos los datos necesarios, los pasaron a una sala enorme llena de pupitres donde fueron acomodando a cada uno de los aspirantes.
Anaís buscó a Miguel con la mirada y éste le sonrió, levantando el pulgar, deseándole suerte en silencio.
Ella estaba bastante impresionada. Al ingresar nadie le había mirado raro y definitivamente nadie le había hecho ningún comentario sobre si debía estar ahí o no. Ni de otros participantes ni de los oficiales. Allí ella era una más.
Buscaba con la mirada si habría más mujeres pero no alcanzo a distinguir a nadie más.
Un oficial le entregaba un librillo grueso.
— ¡Atención! En este momento les están entregando su examen teórico. Tienen tres horas para resolverlo. Conforme vayan terminando pueden salir y esperar afuera a que el tiempo termine. Si alguien hace trampa será retirado de inmediato, buena suerte.
Anaís se dispuso a hacer el examen.
En Fanelia, a la gente de la milicia y sus familias se les daba cierta instrucción necesaria. En su sociedad ellos eran uno de los pilares del reino por lo que ellos debían tener esos conocimientos, aunque dedicaran su vida a blandir la espada. Y eso no era la excepción con las hijas de aquellos valientes hombres.
A Anaís le quedó muy claro que en Asturia no lo veían así, ya que tuvo más peso la prueba de habilidad que la de conocimientos. Y ni así, ella fue aceptada.
Ahí estaba el caso de Touji, qué aunque tenía conocimientos técnicos, éstos no le dieron el nivel suficiente ni para la forja ni para ser un mecánico a cargo de guymelefs. Y como no supieron que hacer con él, lo mandaron a la cocina.
Pero bastaba ver la destreza con la que armó los explosivos con un puñado de fertilizante e hizo un detonador a distancia de un modo que Anaís no comprendió del todo, para alguien de a pie eso pasaba por brujería, él dijo que era "ciencia básica". Nada más.
Pensó en él porque el examen tenía un área completa de cálculo y mecánica básica. Pero eso para Anaís era como otro idioma. Se preguntaba si podía saltarse esa parte, por lo que decidió resolver el resto del examen e intentar contestarlo después.
Al final, solo se limitó a resolver esa parte como pudo. Por desgracia, su padre murió antes de que le enseñara a manejar un guymelef y Vargas solo le enseñó esgrima. Así que no tenía ni la más remota idea de nada acerca de esas enormes y sofisticadas maquinas.
Algo preocupada por haber respondido mal esa parte, decidió revisar el resto del examen, para tener la tranquilidad de que el resto estaba al menos completo.
Esperó un poco a que alguien más pasara al frente a dejar sus librillos.
Touji y el tipo delgado que hizo enojar al capitán fueron los primeros. Anaís decidió que era el momento y ella junto a un chico pelirrojo de cabello algo alborotado entregaron sus exámenes y salieron.
Al salir vio a Touji recargado en una jardinera, al verla le hizo un ademán con la mano para que se acercara.
— ¿Qué tal, Anaís, cómo te fue?
— pues salvo el apartado de mecánica, creo que bien.
— lo imaginé. Estaba bastante completo, yo también tuve algunos problemas para resolverlo.
Si Touji tuvo problemas con eso, ¿qué le esperaba a ella?
— no creo que debamos preocuparnos mucho por eso. — le tranquilizó con una sonrisa confiada — es un examen de aptitudes. Buscan saber los puntos fuertes y débiles de cada aspirante. Sé que la instrucción aquí es integral, así que en algún momento todo lo que vimos en esta prueba, lo aprenderemos...
— Si entramos...
— Bueno, escuché que el capitán Dilandau le da mucho más peso a las pruebas físicas, sobre todo a las de esgrima. Así que no creo que eso deba preocuparte mucho, señorita Yo-vencí-al-idiota-de-Allen-Schezar...
—¡Touji!
El chico se rió con tanta naturalidad que a Anaís no le dio tiempo siquiera de enfadarse al respecto.
— Nos irá bien. Te apuesto lo que quieras, Anaís — dijo giñandole el ojo
— No tengo nada que apostar...
— ¿Qué tal un almuerzo?, si nos quedamos, te invitaré a almorzar...
Anaís miró aquella sonrisa de Touji con algo de desconfianza pero al final estrecho la mano que el chico le ofrecía.
— Trato hecho...
Miguel llegaba con ellos en ese momento.
— Si estás invitando almuerzos, yo también quiero uno, tengo hambre.
Se rieron por esto y Touji le explicó la apuesta que acababa de hacer con Anaís.
— Yo tampoco creo que nos vaya mal, pero es verdad, tenemos que hacer las pruebas físicas a la perfección.
De un momento a otro, ya estaban rodeados de más y más personas a medida que terminaban las pruebas. Sus amigos fueron acercándose poco a poco.
Una vez que todos estaban afuera, les hicieron formarse para ir al gimnasio y dar las pruebas físicas.
Anaís estaba bastante emocionada por eso, aunque pronto eso se convirtió en ansiedad, recordando lo que le había pasado antes en situaciones similares.
— No te contengas con nadie Anaís. Solo tendremos esta oportunidad. Demuestra lo que vales.
Le dijo Miguel al oído al verla retorciendo su blusa por los nervios.
Ella le miró sorprendida y sonrojada, mientras Miguel le regalaba una sonrisa que jamás iba a olvidar.
Y para su desgracia, al estar juntos, el oficial los asignó como pareja de duelo.
— No me hagas repetirlo, Anaís.
Los duelos se desarrollaron con fluidez frente a ellos ante el escrutinio del Capitán Dilandau, el señor Folken y el General Adelphos.
Pronto fue su turno. El rostro de Miguel cambió del chico amable a una expresión fiera y determinada, sus ojos ardían al mirarle.
— Con nadie, Anaís. Menos conmigo, porque no te voy a tener consideraciones... — Anaís no dijo más. Si Miguel pelearía en serio, ella honraria ese esfuerzo.
Un suspiro ahogado resono cuando el choque metálico de las espadas resono con inesperada fuerza.
Miguel se había lanzado sobre Anaís como una fiera salvaje, ataque que bloqueó con mucha habilidad. El intercambio de ataques era rápido y fluido, tanto que era como si danzaran sobre la duela del gimnasio.
Los ojos de Dilandau chispearon de emoción aunque su rostro no se vio perturbado. Preguntó al oficial sus nombres para después hacer unas anotaciones en su tabla.
El duelo ya había durado más que el promedio de los anteriores aspirantes, el referee nervioso miraba a los mandos y a los duelistas alternadamente para saber que hacer. Estaba muy reñido y nadie cedía. Tampoco nadie los estaba deteniendo. Los mandos querían ver hasta donde llegaba.
Ambos terminaron haciendo un movimiento casi idéntico que les hizo girar solo para detener la hoja de su espada en el cuello de su contrincante. Ambos se miraron sorprendidos y nadie se movió por un momento.
El referee marcó un empate y luego de un sepulcral silencio, una lluvia de aplausos les despidió.
Sonrojados de vergüenza, Miguel y Anaís dejaron el área de duelo con una reverencia. Se sentaron de vuelta en las gradas.
— Ahora entiendo por qué me dijiste que no me contuviera por nadie. Si lo hubiera hecho, me hubieras acabado.
— No imaginé que nos tocara juntos, pero me alegra que al menos pude aguantarte un duelo decente, Anaís. Gracias. La verdad es que no pensé que podía aguantar tanto tiempo luchando contra ti.
— Bromeas, ¿verdad? Me costaste mas trabajo que Allen...
Soltaron una risilla por lo bajo, estaban susurrando porque las pruebas continuaron después de ellos y algunas miradas aún estaban en su dirección.
Touji fue el siguiente, junto al chico enclenque de antes.
La verdad, después de iniciado el duelo, sintieron pena por aquel chico, Touji era un espadachín implacable y aunque le aguantó un par de embates, terminó por desarmarlo y el chico cayó al suelo. Touji fue lo bastante amable para ayudarle a levantarse. Luego le hizo una reverencia y diciendo "buen duelo". El chico, apenado volvió a su lugar.
Dalet por su parte, tenía una técnica muy elegante y veloz, lo que también le valió alguno que otro aplauso. A Guimel le costó algo de trabajo pero aguantó bien el tiempo mínimo que establecieron por duelo.
Todos habían hecho un gran esfuerzo en esa prueba aunque no todos eran buenos en la esgrima.
Luego fue la prueba con los Guymelefs. Todos, aunque nunca habían subido a uno, tenían idea de cómo funcionaban y no fue necesario ninguna explicación.
Anaís se sintió profundamente emocionada al estar tan en lo alto en semejante aparato.
Sentir como sus extremidades se habían extendido y ahora tenía veinte veces más fuerza de la que poseía. La maniobrabilidad de los Alseides era impresionante, al grado que no se sentía dentro de una maquina.
Les pidieron hacer algunas maniobras básicas y con eso concluía la prueba.
Al final les pusieron en fila de nuevo y les informaron que, de ser seleccionados, recibirían una carta en siete días, a la dirección que habían dado en sus fichas de registro.
Cuando salieron del cuartel ya era de noche, no era de sorprenderse que se sintieran agotados en ese momento, pero el grupo salió feliz y con el anhelo de ser seleccionado en el mejor escuadrón de Zaibach.
Algunos les miraban yéndose juntos, calle arriba hacia su hogar temporal.
La semana transcurrió igual que los dos días anteriores. Iban a hacer algún trabajo, conseguían víveres y compartían la cena juntos. Los dueños del lugar procuraban estar pendientes a la llegada del mensajero para poder recoger las cartas de los muchachos en cuanto llegaran.
Estaban tan concentrados que casi se olvidaban de las cartas de selección.
Al fin llegó el día esperado y mientras cenaba la pareja que les prestaba el lugar llegó con las cartas en la mano y comenzó a llamarles por su nombre. Una efervescencia llenó la habitación mientras los chicos abrían sus cartas.
Pronto algunas caras tristes se dibujaban en algunos de ellos, mientras que Dalet, uno de los elegidos, saltó de gustó al leer que fue seleccionado. Todos se alegraron cuando de pronto Miguel también se emocionó junto a Guimel. Gilro fue más discreto, pero sonrió y eso le delató.
Anaís miraba el sobre, preocupada. Touji, quien se acercó al verla dudar, le tocó el hombro.
— Yo creo que lo lograste. Recuerda que hay un almuerzo en juego, Rossiter. — Touji le sonrió. — ¿Y si la abrimos juntos?
Ella le devolvió la sonrisa y al mismo tiempo, rasgaron el borde del sobre y sacaron la carta.
Ambos decían en letras grandes y rojas "ACEPTADO".
Sin pensar Anaís se lanzó a los brazos de Touji, desbordado de alegría. Los otros se acercaron.
— ¡Me aceptaron, me aceptaron en los Dragon Slayers!
Gritaba Anaís mientras los demás se acercaban a felicitarla. También abrazo a Miguel, quién le dijo "Sabía que lo ibas a lograr".
Los que no habían sido seleccionados tenían adjunta una carta de reclutamiento, lo que les daba la oportunidad de ingresar al ejército, aunque sería en un escuadrón regular.
Para la mañana del recibimiento, los dueños les habían preparado un gran desayuno. Ellos habían recogido todo, como cualquier día, pero en esta ocasión llevaban sus pertenencias consigo.
El resto les despidió con una sonrisa. Y así, temprano de madrugada, poco antes del alba, los seis muchachos caminaron por la obscura calle hacia el cuartel.
Llevaban una chispeante emoción. Todos estaban muy contentos, olvidando que eran solo unos jovencitos queriendo ser soldados.
En ese momento, no había tantas guerras, pero por algo había nacido el escuadrón de los Dragon Slayers, ¿cierto?
Anaís perdió a su padre en la guerra. Pero nunca había estado ahí y no dimensionaba qué era eso.
Esos pensamientos no les invadieron en ese momento, ellos solo estaban felices de pertenecer a un escuadrón con lo mejor y gracias a eso podrían aprender lo que siempre soñaron.
Al llegar no había mucha gente. Era lógico ya que no muchos iban a poder ingresar. Junto a ellos estaba un pelirrojo de cabello alborotado y el enclenque que había hecho enojar al capitán Dilandau. Guimel, al ser quien cruzó palabra con él cuando hicieron las pruebas, se acercó a saludarle
— ¡Qué sorpresa verte nuevamente, Nathan! — le dijo sonriendo de modo afable
—¿Qué tiene de sorprendente?— le respondió Nathan secamente
— Nada... sólo que pensé que con el comentario que hiciste ese...
— Eso no tiene nada que ver.
Touji, quien estaba al lado de Guimel, se acercó al ver que le alzaba la voz
— ¡Hey, tranquilo! Guimel solo está siendo amable, no tienes que ser grosero. — Guimel le empujó suavemente lejos del chico, ya que Touji tenía la pinta de irse sobre el muchacho si éste decía algo más. Guimel se giró y le dijo a Nathan
—No creo que dures mucho con esa actitud... — Nathan suavizo un poco su expresión.
— ¿Saben a qué hora es el recibimiento?
— En un par de minutos...
Al cabo de ese tiempo, un oficial salió para indicarles que entraran en formación.
Pasaron a unos pequeños módulos donde debían mostrar su identificación y anotar sus nombres, a la vez que les entregaban una caja mediana y sobre ella una identificación y una llave numerada.
Les indicaron subir al transbordador que les llevaría al fuerte Vione. El oficial les informó que al llegar serían guiados al área de las barracas, donde debían buscar la que les correspondía para que se pusieran el uniforme y luego se les mostrarían las áreas donde serían las clases y el entrenamiento.
Cada uno tenía una pieza asignada con un pequeño baño con todo lo esencial para el aseo, una cama, un escritorio y un closet.
Dentro de la caja estaba un sobre con un sello de cera y el uniforme del escuadrón de los Dragon Slayers.
Anaís tocó el peto de aquel traje de cuero y sonrió alegremente. Aquello por lo que había entrenado tan duro se hacía realidad. Servir a otros con la espada.
Ahora era parte de los Dragon Slayers del imperio de Zaibach.
Poco entendía aquella chica de lo que eso realmente significaba.
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¿Qué les pareció? Ya viene lo emocionante.
Cuando escribí esta parte originalmente si mezcle mucho el capítulo de Boys Don't Cry y decidí dejarlo así para poder integrar a Nathan. Incluso en el siguiente capítulo todavía habrá alguna que otra parte así.
Al principio no quería hacerlo, por que quería pedirle permiso a Hotaru (a quién aún no he podido localizar). Pero es que mucho de la esencia de la historia de Anaís fue justamente las notas donde convivía con Nathan. Recuerden que esto fue escrito originalmente cuando yo recién leí Boys Don't Cry (hace como veinte años 🤣👵🏻) y lo escribí de ese modo. Amé cada párrafo de esa historia y por eso quise hacerlo.
Tampoco es que me la esté plagiando, las cosas que le suceden a Anaís no tienen nada que ver con las de Nathan hasta muy al final donde se vuelven a unir las cosas, ahora mismo solo quiero integrar al personaje y por eso me estoy apegando mucho a su texto original. De todos modos, si aparece Hotaru para decirme que no lo acepta borraré el capítulo y subiré uno donde no esté su OC. No es para nada mi intención robarle el crédito :b. Es más, vayan y leanlo y denle mucho amor porque es de verdad una JOYA.
Más adelante todo se va a ir al diablo, así que disfruten estos capítulos tranquilos y casi cómicos, porque cuando la guerra empiece... Todos vamos a sufrir. Recuerden que esta no va a ser una historia feliz, contiene la amargura de una adolescente ignorada.
También les recuerdo que la historia tiene algunas libertades y no siempre corresponde al canon de Escaflowne.
A esto, debo aclarar que aunque Anaís ve a Folken no lo reconoce, y ya que nadie menciona su nombre en su presencia, es como si fuera otra persona para ella.
Y así, empieza la aventura de Anaís como miembro de los Dragon Slayers.
Por si llegaste aquí por mero accidente, te gustó y quieres leer los primeros capítulos:
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
¡Eso es todo por hoy, terrícolas! 🚀
Nos leemos pronto.
¡Paz! 😘✨
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luinfanel · 3 months ago
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¿Folken/Eries es fanon?
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Acabo de verlo por ahí por parte del fandom de Escaflowne en inglés y ahora creo que necesito dar una breve explicación.
Para quienes no estén muy familiarizados con Tenkuu no Escaflowne, entre todas las parejas, triángulos y otros polígonos amorosos entre los personajes, es bien sabido que Allen Schezar, uno de los caballeros caelli de Asturia y co personajes bastante importante a lo largo de la historia, ha estado metido en más de una figura geométrica romántica (Y tal vez por eso nunca fue muy de mi agrado)
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A lo largo de toda la historia lo vemos coquetear con nuestra protagonista, Hitomi, lo cual termina por generarle celos a Van, el otro protagonista, quien no parece darse cuenta de sus sentimientos sino hasta MUY avanzada la historia (Aún así, te amo, Van ❤️)
Pero ese no es el único triángulo amoroso en el que este hombre ha estado inmerso, noup.
Allen Schezar, varios años antes de que inicie la serie, tiene un romance con Marlene Aston, la mayor de las tres princesas de Asturia... Ellos incluso tienen un hijo al que luego hacen pasar por hijo del Duque de Freid, marido de la princesa Marlene... Pero esa es otra historia.
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A su vez, casi en cuanto nos presentan a la más joven de las hermanas, Millerna, se pone de manifiesto que ella está enamorada de Allen e incluso nos dejan entrever que la relación que ambos tienen es más que de amistad. Ni siquiera se puede decir que Allen haya formado una relación de escolta con ella porque tiene años que lo enviaron a una fortaleza en la frontera con Fanelia (principal razón de que acabé enredado en el viaje de Van y Hitomi).
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La cosa es que, según parece, el tipo tuvo también algo que ver con Eries, la hermana de en medio que se niega a casarse y que en uno de los capítulos incluso le pide a Allen que no juegue con su hermanita ni le cause problemas cómo hizo con Marlene.
La relación entre estos dos no se muestra mucho en pantalla, pero la actitud de Eries con respecto a Allen habla de alguna historia en el pasado que lleva a esta princesa a preocuparse por proteger a su hermana más pequeña de alguien a quien deberían considerar, sino un aliado, un guardia más para el reino.
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La cosa ahora es... ¿Es posible que Eries desarrollará algún tipo de relación con Folken o es solo algo que algunas fans nos hemos sacado de la cabeza?
Si has llegado hasta aquí, deberías de saber quién es Folken Fanel, y si no, bueno. Folken es el hermano mayor de Van Fanel. Es el príncipe al que se dió por muerto diez años atrás, cuando lo enviaron a cazar un dragón para cumplir con el rito de coronación y del cual solo encontraron un brazo. Para bien o para mal, Folken no solo no estaba muerto, sino que se descubre que forma parte de los altos mandos de Zaibach, la nación que ha destruido Fanelia, atacado a Freid y que está amenazando a otras naciones, lo que convierte a Folken en uno de los villanos.
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Pero volvamos a la incógnita... ¿Pudieron Folken y Eries haberse conocido y tenido alguna relación alguna vez?
Yo pienso que sí. Hace más de diez años.
¿Qué pasó diez años previos a que inicie la historia? ¿Por qué la idea de que fue en aquel entonces y no en el presente?
Porque cuando Van, Allen y Hitomi llegan a Asturia, Millerna, quien los recibe en el puerto, comenta haber visitado Fanelia cuando era solo una niña pequeña, así que recuerda a Van de pequeño jugando con su hermano mayor, Folken, quien debería estar por cumplir los quince años.
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¿Pero por qué viajaría Millerna a Fanelia siendo tan pequeña? (Ella, Van y Hitomi son de la misma edad) ¿Qué podría llevar a una niña de entre 4 y 5 años a viajar por varios días hasta un reino rural?
Posiblemente, un compromiso.
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Dado que Millerna nunca estuvo comprometida con Van, pero su hermana Marlene era de la edad de Folken, tengo la teoría de que, al no haber un rey en Fanelia, la reina Varie tuvo que haberle buscado un compromiso a su hijo para que fuera apoyado por algún país del exterior al iniciar su reinado a los quince años de edad. ¿Pero por qué con Marlene?
Por un lado, ambos tenían más o menos la misma edad, por otro, el Rey de Asturia parece estar sumamente interesado en uno de los mayores tesoros de toda Gaea. Escaflowne.
El guymelef de hispano no solo cuenta con un diseño único sino que está envuelto en todo tipo de leyendas. Es una reliquia, un tesoro que ninguno de los reyes de Fanelia podría vender y por el cual el rey de Asturia muestra muchísimo interés en la serie. Por si fuera poco, el Escaflowne solo puede ser piloteado por un Fanel, así que, estoy bastante segura de que casar a Marlene con Folken habría ayudado, cómo mínimo, para poder pasear el Escaflowne por Asturia alguna vez, incluso para presumir de que los nietos de la corona de Asturia tendrían el honor de pilotearlo en algún momento.
De ser éste el caso, que las tres princesas visitaran Fanelia antes de la trágica desaparición de Folken explica varias cosas:
1. La visita a la que Millerna hace mención.
2. La depresión de Marlene. Hay una parte de la historia donde se nos dice que Marlene entró en una depresión tan profunda durante su adolescencia que se encierra en su habitación por un año, saliendo solo para ver una justa en la que quedaría prendada del nuevo caballero caelli más joven, Allen, luego de lo cual la mandarían a Freid a casarse sin siquiera darle el lujo de conocer a su futuro esposo con antelación.
3. Eso significa que Eries conocía a Folken.
Dentro de mi teoría, sospecho que Marlene estaba de verdad entusiasmada, o enamorada de Folken hasta cierto punto y dado el carácter del mismo Folken en los recuerdos de infancia de Van, es posible que Eries pudiera desarrollar algún tipo de afecto por él también, después de todo, Eries debería haber entrado en la pubertad cuando ese viaje.
Ahora la pregunta del millón... ¿Eries y Folken llegaron a encontrarse en el presente?
Yo creo que sí, solo que no en cámara porque eso no iba a ayudar a la historia a la cual el estudio estuvo cortando presupuesto, reduciendo los capitulos de los 40 contemplados en un inicio a solo 26. Tuvieron que haber sacado muchas de las cosas que tuvieran planeadas para poder avanzar, incluyendo, quizás, escenas entre Eries y Folken.
¿Por qué lo creo?
Eries estuvo en Asturia durante todo el presente de la serie y Asturia mantuvo relaciones diplomáticas con Zaibach hasta ser atacados durante la boda de Millerna, lo que es más, hay un capítulo donde se nos muestra a Folken hablando con el rey y saliendo del castillo.
Si no fuera posible que se reencontrarán ahí, entonces habría que recordar a quien dió la familia Aston asilo político a cambio de información y tecnología para protegerse de Zaibach y contra atacar. Así es: a Folken Lacour Fanel.
¿Cuánto tiempo pasó Folken ahí antes de morir de verdad? El hombre empezó a vivir en el castillo, lo vemos hablando con Hitomi en los jardines, mostrándole el laboratorio que ha montado dentro de los terrenos del castillo con los escombros de su antigua base flotante, así que, incluso se Eries y Folken no se encuentran cuando Folken está en su rol de ministro de Zaibach, deben haberse cruzado en el castillo más de una vez... Y ella debería, no solo de recordarlo, sino de saber quién es él.
Tras leer algunos fanfics de esa pareja, quiero pensar que a las hermanas Aston no solo fueron atraídas por los encantos caballerescos de Allen, sino que las dos mayores sucumbieron también ante el aire de erudito emanando de Folken. Porque a fin de cuentas, eso me pareció siempre. Un estudioso fascinado por el conocimiento contenido en los libros. Es tanta mi fascinación con esta inusual teoría que incluso escribí dos historias que pueden encontrar en Fanfiction net y en Ao3.
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10siglosdehistoria · 7 months ago
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Iglesia de Santa Cristina de Lena
(English / Español / Italiano)
This is one of the most outstanding works of pre-Romanesque art in Asturias, and its erection is part of the so-called Ramirense period, during which, under the reign of Ramiro I (842-850) and his son and successor Ordoño I (850-866), the architecture of the Kingdom of Asturias reached its most brilliant phase thanks to works such as Santa Cristina de Lena itself. It was declared a World Heritage Site by UNESCO in 1985.
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Se trata de una de las obras más señeras del arte prerrománico asturiano, encuadrándose su erección dentro de la llamada etapa ramirense, en la cual, bajo el reinado de Ramiro I (842-850) y de su hijo y sucesor Ordoño I (850-866), la arquitectura del Reino de Asturias alcanzó su fase de mayor brillantez gracias a obras como la propia Santa Cristina de Lena. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
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Si tratta di una delle opere più importanti dell'arte preromanica delle Asturie, la sua costruzione fa parte del cosiddetto periodo Ramirense, durante il quale, sotto il regno di Ramiro I (842-850) e di suo figlio e successore Ordoño I (850-866), l'architettura del Regno delle Asturie raggiunse la sua fase più brillante grazie a opere come la stessa Santa Cristina de Lena. È stata dichiarata Patrimonio dell'Umanità dall'UNESCO nel 1985.
Fuente: Arteguias.com
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missannetropic · 7 months ago
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Oviedo
Después de Lugo, con un pasajero menos, dejamos finalmente Galicia y partimos rumbo a Asturias, precisamente, a Oviedo. El viaje fue largo, o al menos así se sintió, quizás por la recién adquirida ausencia de Harshil. La llegada a la ciudad fue fácil, al igual que encontrar un parking cercano al alojamiento. Llegamos, dejamos el equipaje y enfilamos hacia el parque, donde nos esperaba el guía del free tour que reservamos sobre historias misteriosas de la ciudad.
Las historias que nos contó fueron variadas, y en líneas generales estuvo muy bueno. Mi parte favorita fue la de la breve historia sobre mitología asturiana. Según comentó el guía, la región asturiana forma parte del denominado arco atlántico europeo, área donde se pueden encontrar rasgos fuertes de la cultura celta. Este dato probablemente bien sabido por usted, querido lector, fue bastante novedoso para mí, nieta de un hijo de Andalucía, tierra esencialmente unificada y española; y alumna de un colegio que orientaba la enseñanza a partir de la historia del imperio romano "el que se extendió hasta bretaña y cayó ante los bárbaros" (sin mucho más detalle) y me llevó a saltar de occidente a oriente en el 346, para después volver, cuando cae este último, a retomar un proceso consolidado de más de mil años. En este contexto, nada aprendí sobre la cultura del norte de España, los pueblos que habitaron la Galia, ni mucho menos sobre la cultura celta. Por eso en mi marco teórico celta era sinónimo de tres cosas: irlandeses, gaitas y el equipo de Larry Bird. Jamás lo había relacionado con España, tierra de romanos, de moros y cristianos y de conquistadores. Pero claro, después uno recuerda a Julio César y la Galia, de ahí salta a Gales, un paso más allá se encuentra con Galicia y de repente todo empieza a cobrar sentido. Lo que se dice atar cabos, vamos. Lo cierto es que esta obviedad para muchos me generó una gran sorpresa, porque la España católica, heredera del imperio, defensora de una de las más potentes lenguas romances, nemesis de los moros, inquisidora e imperialista, se transformó en un reino multicultural, con dialectos complejos, druidas, desembarcos vikingos y celebraciones paganas. Y así fue como comprendí que el recorte del plan de estudios de mi educación secundaria me generó menudo bache y yo ni enterada jaja (un bache, además, bastante funcional a la visión franquista de la historia española). En fin, más vale aprender tarde que nunca.
Entre los aspectos más relevantes de los rasgos celtas presentes en Asturias, el guía nombró la antigua adoración de dioses como Taranu (Thor), Beleno y Ñuberu; la celebración de festividades paganas, como el Samaín, un antecedente del actual Halloween; la creencia en simbología y talismanes de protección; y la música tradicional con gaitas y violines. Un mundo nuevo que me gustaría investigar más adelante.
Cerca de la una de la madrugada terminamos el recorrido y quisimos ir a comer porque estábamos famélicas, además yo estaba obsesionada con tomar sidra escanciada en una sidreria, así que arrancamos para el polo gastronómico del centro del casco antiguo. Tamaña decepción cuando nos rebotaron barcito tras barcito a la voz de "está cerrada la cocina". Cansadas, hambrientas y, en mi caso por consiguiente un poco chinchuda, decidimos insistir en una hamburguesería antes de rajar para McDonalds, con el mismo resultado. Sin embargo, un grupo de chicas mayoritariamente colombianas nos escuchó implorando referencias de un lugar para comer y se apiadó de nosotras. Nos dijeron que en Tierra Astur la cocina cerraba a la 1.30, por lo que podíamos probar suerte allí. Tras un par de intentos fallidos de indicarnos como llegar, decidieron acompañarnos. Estaban vestidas para salir y se notaba que tenían mas giras que los rolling stones, fiel a sus raices paisa. Al llegar al lugar, nos acompañaron a hablar con el personal de la entrada y haciendo uso de sus contactos nocturnos nos consiguieron una mesa sin reserva. Les agradecimos con el corazón y el estómago y nos sentamos rapidito en la última mesa disponible para comer a esa hora. Los mozos tendieron la mesa de mal humor y nos tomaron el pedido más rápido que inmediatamente. A los cinco minutos cayeron con la sidra y nos la escaciaron; a los siete trayeron la comida y por poco nos la cortan y nos la dan de comer en la boca para que terminaramos rápido. A los treinta, ya habíamos terminado todo. Del 1 al 10, comimos un 6,50...7. Nada del otro mundo, los sabores demasiado fuertes, en fin, para nuestro gusto, Asturias salió perdiendo por goleada la batalla gastronómica con Galicia.
Agotadísimas volvimos al hostel y nos acostamos a dormir. Al día siguiente desayunamos en un cafecito divino y exquisito frente al parque, llamado Santagloria, y partimos hacia Santillana del Mar.
Mañana les cuento cómo siguió la jodita.
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armatofu · 7 months ago
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Urraca la Asturiana: Una Figura Histórica de Poder y Rebelión
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Urraca Alfonso, conocida como Urraca la Asturiana, fue una figura histórica de la península ibérica que vivió durante el siglo XII. Nacida en 1133 en Soto, Aller, Asturias, Urraca fue la hija ilegítima del rey Alfonso VII de León y Gontrodo Pérez. A pesar de su nacimiento fuera del matrimonio real, Urraca tuvo una vida notable y dejó una huella indeleble en la historia de España.
Desde su nacimiento, Urraca estuvo rodeada de la nobleza asturiana y fue educada por su tía paterna, la infanta Sancha Raimúndez. Su padre, Alfonso VII, le concedió el título de reina, un honor que mantuvo a lo largo de su vida. En 1144, Urraca se casó con el rey García Ramírez de Pamplona, convirtiéndose en reina consorte de Pamplona.
El matrimonio de Urraca con García Ramírez fue un evento significativo que buscaba asegurar la paz entre el reino de Pamplona y el de su padre. Sin embargo, tras la muerte de su esposo en 1150, Urraca regresó a Asturias, donde su padre le permitió conservar su título y le encargó la administración local de la región.
Urraca no solo fue una figura política, sino también una benefactora de la iglesia y las artes. Favoreció al monasterio de San Vicente, al monasterio de San Pelayo, y a la catedral de Oviedo, demostrando su devoción y su influencia en la vida religiosa y cultural de su tiempo.
La vida de Urraca tomó un giro dramático cuando, junto con su segundo esposo Álvaro Rodríguez de Castro, se sublevó contra su medio hermano, el rey Fernando II, en un intento de independencia de Asturias. Aunque este intento de secesión no tuvo éxito, refleja la complejidad de las relaciones de poder y la lucha por la autonomía en la España medieval.
Urraca falleció alrededor de 1179 y fue sepultada en la Capilla del Sagrario de la catedral de Palencia. Su vida es un testimonio de la influencia y el poder que una mujer podía ejercer en una época dominada por figuras masculinas. Urraca la Asturiana sigue siendo una figura fascinante para los historiadores y un símbolo de la rica historia de Asturias y de España en su conjunto.
La historia de Urraca la Asturiana es un recordatorio de que, incluso en tiempos de restricciones sociales y políticas, las figuras femeninas han jugado roles cruciales en la configuración de la historia. Su legado perdura, inspirando a generaciones a recordar y valorar las contribuciones de las mujeres en la construcción de la sociedad.
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gonzalo-obes · 8 months ago
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL DIA 22 DE MAYO DE 2024
Día Internacional de la Diversidad Biológica, Día Internacional del Síndrome 22q11, Día Mundial del Pac-Man, Día Mundial del Gótico, Semana Internacional de la Educación Artística, Año Internacional de los Camélidos.
Santa Quiteria, Santa Rosana, San Aitor, Santa Humiliana, Santa Rita de Casia y Santa Doménica.
Tal día como hoy en el año 2020
Se estrella justo antes de aterrizar el Vuelo 8303 de Pakistan International Airlines, un Airbus A320. Mueren 98 personas (1 en tierra), y sobreviven 2 pasajeros.
2017
Se produce un atentado al terminar un concierto de Ariana Grande en Mánchester (Reino Unido), reivindicado por el Estado Islámico (ISIS), que causa 22 muertos y 59 heridos.
2004
Se celebra la boda real del Príncipe de Asturias Felipe de Borbón y Grecia, hoy Rey de España, con Doña Letizia Ortiz Rocasolano, en Madrid (España).
1990
Tras 150 años de separación de hecho se unen los dos Yemen (del Norte y del Sur) formando la República de Yemen. Poco después, la inestabilidad económica situará al nuevo país al borde del colapso y en 1994 una guerra civil disolverá temporalmente la unión. Las elecciones libres volverán al país en 1997. (Hace 34 años)
1972
Llega a Moscú Richard M. Nixon para realizar la primera visita de un presidente de EE.UU. a la Unión Soviética. (Hace 52 años)
1969
En sus ensayos para la misión del Apolo XI que alunizará en julio, la NASA lanzó el pasado 18 de mayo la misión del Apolo X con el fin de continuar con las pruebas preliminares. Por eso, en este día, Thomas Stafford y Eugene Cernan, que orbitan nuestro satélite entran en el Módulo Lunar y lo separan del Módulo de Mando, en el que se queda John W. Young, para colocarlo en órbita lunar elíptica de baja altura, cuyo punto de aproximación máxima se situa a tan sólo 8,9 kilómetros de la superficie de nuestro satélite, siendo los primeros seres humanos que se acercan tanto a él. Se toman multitud de fotos de las posibles zonas de alunizaje. Todos los sistemas del Módulo Lunar se prueban durante la separación: comunicaciones, propulsión, control de balanceo, cabeceo, radar, etc. El Módulo Lunar y Módulo de Mando se volverán a reencontrar 8 horas después de la separación, ya el 23 de mayo. Todo funcionará a la perfección y se darán treinta y una órbitas lunares. La misión concluirá con el amerizaje en el Oceáno Pacífico de la cápsula el día 26 de mayo, tras 192 horas, 3 minutos y 23 segundos de vuelo. (Hace 55 años)
1960
En la cercanías de Valdivia, Chile, tiene lugar el terremoto más poderoso jamás registrado con una magnitud de 9,5 en la escala de Richter, dejando un balance de más de 2.000 personas muertas, 3.000 heridos y unos 2 millones de personas sin hogar. El poderoso tsunami resultante causará enormes daños y cerca de 200 muertes a miles de kilómetros de distancia, en Hawai, Japón y la costa oeste de EE.UU. (Hace 64 años)
1939
En Berlín (Alemania), los ministros de relaciones exteriores de Italia y Alemania firman el Pacto de Acero, una alianza política y militar entre ambos países de ideología fascista. (Hace 85 años)
1629
El rey Cristian IV de Dinamarca, para poder continuar manteniendo el control en su país, se ve obligado a firmar la paz de Lubeck con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Fernando II, poniendo fin al apoyo otorgado a los protestantes alemanes y a la participación danesa en la Guerra de los Treinta Años. (Hace 395 años)
1455
En Hertfordshire, Inglaterra, tiene lugar la primera batalla de San Albano, cuando Ricardo, duque de York, junto a su aliado, Ricardo Neville, conde de Warwick, derrotan a las tropas de la casa de Lancaster, dirigidas por Edmundo Beaufort, duque de Somerset, que muere durante la batalla. Al finalizar el combate, Ricardo de York captura al rey Enrique VI, haciéndose nombrar Lord Protector del Reino de Inglaterra. Con esta batalla se da inicio a las Guerras de las "Dos Rosas", guerra intestina entre las dos ramas de la dinastía Plantagenet (Lancaster y York) por la sucesión al trono de Inglaterra, tras ser expulsados los ingleses de Francia. Esta guerra civil fraticida se prolongará hasta 1485 y su nombre viene de los respectivos emblemas heráldicos: la rosa blanca de la casa de York y la rosa roja de la casa de Lancaster. (Hace 569 años)
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tinyshe · 1 year ago
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Classical Music that Goes HARD Tracklist: 0:00:00 Vivaldi - The Four Seasons, Concerto No. 2 "Summer": III. Presto * 0:02:40 Jenkins - Concerto Grosso for Strings "Palladio": I. Allegretto Metamorphose String Orchestra, Pavel Lyubomudrov * Violin: Yuliya Lebedenko 0:05:13 Wagner - The Valkyrie: Ride of the Valkyries Brahms - 21 Hungarian Dances, WoO 1: 0:10:12 No. 5 in G Minor, Allegro 0:13:23 No. 1 in G minor, Allegro molto Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Pejtsik 0:16:54 Litvinovsky - Pinocchio: X. In fuga dai briganti * 0:18:26 Litvinovsky - Pelléas and Mélisande: III. Galliard. Navire dans la tempête (Galliard. Ship in a storm) 0:21:05 Haydn - Die Worte des Erlösers am Kreuze: IX. Il Terremoto 0:22:51 Litvinovsky - Le Grand Cahier: X. L'Incendie Brahms (arr. Naughtin) - 21 Hungarian Dances, WoO 1: 0:25:10 No. 2 in D Minor, Allegro non assai 0:28:17 No. 21 in E Minor, Vivace 0:29:36 No. 11 in D Minor, Poco andante 0:32:33 Händel - Suite No. 11 in D Minor: III. Sarabande 0:35:22 Händel - Suite No. 7 in G Minor: VI. Passacaglia 0:43:06 Albéniz (arr. Naughtin) - Suite Española No. 1: V. Asturias - Leyenda 0:50:07 Schubert - Erlkönig (The Elf King), D. 328 0:53:45 Bizet - L'Arlésienne Suite No. 2: IV. Farandole Metamorphose String Orchestra, Pavel Lyubomudrov * Mandolin: Anna Ignatova 0:56:52 Mozart - The Marriage of Figaro, K. 492: Overture Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Pejtsik 1:01:37 Rossini - William Tell: Overture Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Illenyi 1:14:45 Offenbach - Orphée aux enfers: Galop Infernal (Can Can) 1:17:06 Verdi - Aida: Marcia Trionfale (Triumphal March) 1:23:29 Elgar - Pomp and Circumstance March No. 1, Op. 39 No. 1 Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Pejtsik 1:29:52 Rossini - La Gazza Ladra: Overture Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Illenyi 1:41:20 Strauss - Radetzky March, Op. 228 1:44:03 Rossini - Il Barbiere di Siviglia: Overture 1:51:55 Beethoven - Symphony No. 5 in C minor, Op. 67: I. Allegro con brio 1:59:03 Mozart - Symphony No. 40 in G Minor, K. 550: I. Molto Allegro 2:05:23 Grieg - Peer Gynt Suite No. 1, Op. 46: In the Hall of the Mountain King 2:07:49 Mozart - Requiem, K. 626: III. Dies Irae 2:09:56 Verdi - Requiem: II. Dies Irae Budapest Scoring Symphonic Orchestra, Peter Pejtsik 2:12:29 Dvořák - Symphony No. 9 "From the New World": IV. Allegro con fuoco (Live) Orquesta Reino de Aragón, Ricardo Casero
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dreamconsumer · 7 months ago
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Don Fernando de Austria (1571-1578). By Bartolomé González.
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chemaspain · 2 years ago
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Puente románico sobre el río Sella en Cangas de Onís (Asturias). Cangas de Onís fue la capital del Reino de Asturias al inicio de la Reconquista, cuando Don Pelayo y sus huestes -lo que quedaba del ejército visigodo de Don Rodrigo- consiguió derrotar y rechazar el avance de los invasores moros sobre la Península Ibérica, antigua Hispania romana y visigoda.
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tsasocial · 1 month ago
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ISAK ANDIC founder and non-executive Chairman of Mango
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Isak Andic Ermay (1953 – 2024) was the founder and Non-executive Chairman of Mango, one of largest international fashion groups. Born in 1953 in Istanbul, he moved to Barcelona with his family when he was fourteen. After entering the fashion sector in the wholesale and retail sectors, in 1984 he founded Mango, today one of the leading companies in the fashion industry.
Throughout his career, Andic held positions such as member of the International Advisory Board of the IESE (IAB) Business School, Vice-Chairman of Banc Sabadell and member of the International Advisory Board of the Generalitat de Catalunya, the Investment Advisory Council for Turkey and the Friends of the Prado Museum Foundation. In addition, he was Chairman of Family Business Institute, from 2010 until April 2012, and patron of the MACBA Foundation, the Princess of Asturias Foundation, the Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), and the Elena Barraquer Foundation.
Mango currently has over 15,500 employees and is present in more than 120 markets in all five continents with a network of 2,800 stores and a major online activity.
Awards
PREMIO REINO DE ESPAÑA A LA TRAYECTORIA EMPRESARIAL, 2024
CHEVALIER DE L’ORDRE DE LA LÉGION D’HONNEUR DE FRANCIA, 2018
AWARD FROM THE OFFICIAL CHAMBER OF COMMERCE AND INDUSTRY OF HISPANO-TURKISH, 2015
HONORARY AMBASSADOR OF THE MARCA ESPAÑA, 2013
MEDAL TO THE WORKING PRESIDENT MACIÀ, 2010
CIESC AWARD FOR PROFESSIONAL CAREER, 2010
ACTUALIDAD ECONÓMICA, BEST BUSINESSMAN IN CATALONIA, 2009
CREU DE SANT JORDI, GENERALITAT DE CATALUÑA, 2009
PROFESSIONAL OF THE YEAR BY THE ASSOCIATION OF MARKETING PROFESSIONALS, 2007
ESADE AWARD 12TH ANNUAL ESADE ALUMNI CONFERENCE, 2006
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revista · 2 months ago
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Pese a su leyenda posterior como héroe de Castilla o cruzado en favor de la Reconquista, a lo largo de su vida se puso a las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes, luchando realmente como su propio amo y por su propio beneficio, por lo que el retrato que de él hacen algunos autores es similar al de un mercenario, un soldado profesional, que presta sus servicios a cambio de una paga.
Se trata de una figura histórica y legendaria de la Reconquista, cuya vida inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura española, el Cantar de mio Cid. Ha pasado a la posteridad como «el Campeador» (‘experto en batallas campales’) o «el Cid» (del árabe dialectal سيد sīdi, ‘señor’).
Se denomina Reconquista al período de la historia de la península ibérica de aproximadamente 780 años entre la conquista omeya de Hispania en 711 y la caída del reino nazarí de Granada en 1492 ante los reinos cristianos en expansión: esta conquista de Granada marca el final del período
La historiografía tradicional utiliza el término «Reconquista» a partir del siglo xix como concepto nacionalista español.[4]​Previamente se conocía como «restauración» de los reinos cristianos visigodos, entendida como la conquista de nuevos terrenos por unas nuevas monarquías cristianas que pretendían legitimar el orden político y religioso de dichas monarquías vinculandolas con el antiguo reino visigodo.[5]​[6]​
El comienzo de la Reconquista se marca con la batalla de Covadonga (718 o 722), la primera victoria conocida de las fuerzas militares cristianas en la península ibérica desde la intervención militar de las fuerzas combinadas árabe-bereber de 711. En esa pequeña batalla, un grupo liderado por el noble Pelayo derrotó a una patrulla musulmana en las montañas de la cordillera cantábrica y estableció el reino cristiano independiente de Asturias. La Reconquista terminó con la conquista del emirato de Granada, el último estado musulmán en la península, en 1492, la conquista y caída fue precedida por las Capitulaciones de Granada o Tratado de Granada (1491).
Después de 1492 toda la península fue controlada por gobernantes cristianos. La Reconquista fue seguida por el Edicto de Granada (1492) que expulsó a los judíos de Castilla y Aragón que no se convirtieron al cristianismo, y una serie de edictos (1499-1526) que forzaron las conversiones de los musulmanes en España, y en 1609-1610, su destierro. Desde mediados del siglo xix, la idea de una «reconquista» se arraigó en España asociada a su creciente nacionalismo y colonialismo
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historias-by-xedarix · 6 months ago
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Después de algo de ausencia volvemos con...
El Camino de la Espada
III. Las decepciones te obligan a madurar.
Después de ver al hombre que le gritó desde el palco, Anaís ya no pudo articular palabra.
Cuando terminó de gritar a todo pulmón que él pelearía con ella desapareció por un momento. El silencio en el aquel coliseo era tan abrumador que un alfiler cayendo podía haber provocado un sonido atronador.
No esperó mucho para ver a Allen salir por las puertas de la arena.
Había cambiado muchísimo desde la última vez que lo vio. Ya no parecía aquel chico rebelde, se veía mucho más maduro a diferencia de ella, aunque él le llevaba pocos años. Algo en aquellos ojos azules era distinto ahora...
— Anaís, ¿qué haces aquí?
— mi padre murió y mi madre decidió venir a Asturia a vivir con nuestra familia. Así que pensé que sería buena idea prestar mis servicios como espadachín aquí en el reino de Asturia, igual que tu lo hiciste. Te había escrito una carta, ¿no la recibiste?
La sonrisa de Anaís era tan radiante que Allen por un momento vaciló en decirle cómo estaban las cosas. Además, él acababa de llegar al reino y aún no había podido recoger la correspondencia que pudiera tener, no tenía idea de nada.
— Bueno, tengamos un duelo o no van a dejarte en paz... En guardia.
No había terminado de decir eso cuando el filo del sable de Allen iba hacia ella, haciéndola saltar hacia atrás para ganar distancia y desenvainar, justo a tiempo para cubrirse de su siguiente ataque.
La arena se llenó de vítores hacia Allen, muchos ya veían a la chica derrotada, llorando humillada y pidiendo clemencia pero eso no sucedió.
Entre más arremetía Allen contra ella, con más fiereza le respondía los ataques. Pronto empezó a poner en aprietos a Allen, le empezaba a costar trabajo esquivarla.
La gente estaba algo perpleja. Para ese momento, Allen ya era uno de los mejores espadachines de Asturia, poca gente podía ganarle en duelo con la espada y ni se diga con el Guymelef y ver como una mujer estaba por darle una paliza era algo que pocos se habían imaginado.
Como se dio cuenta que por la fuerza no le iba a poder ganar fácil y tenía que proteger su reputación, se le ocurrió que podría usar otro recurso para ganar ese duelo.
Al quedar cara a cara, Allen sonrió y le dijo en voz baja
— Estoy impresionado, no solo eres hábil, también te convertiste en una hermosa chica, Anaís.
Sin querer Anaís se sonrojó furiosamente y su fuerza cedió por un instante, el cual Allen aprovechó para desarmarla de un movimiento rápido, haciéndola caer de espaldas.
Ella de inmediato quiso levantarse y contraatacar pero Allen se lo impidió, poniendo el filo de su espada cerca de su cuello.
— El duelo terminó, señorita Rossiter. A pesar de sus grandes habilidades, el ejército de Asturia no admite mujeres en sus filas, lo siento mucho.
El rostro de Anaís se transformó en una máscara de furia.
— ¡Eso es una estupidez! Yo...
— Las reglas son muy claras. Sin embargo, puedo ofrecerte un puesto en mi escuadrón, si así lo quieres. Tu habilidad me sirve, venga, vamos a discutirlo...
Allen guardó su espada y le ofreció la mano. Anaís a regañadientes la tomó y luego guardó su espada. Juntos salieron de la arena.
— ¡Maravilloso, el capitán Schezar la puso en su lugar, como debe ser!
Escuchaba los gritos de los hombres afuera.
Si supieran con qué truco tan barato la venció... Anaís se sentía enojada y avergonzada de si misma por caer en ese truco tan ruin.
— Lo siento. Si perdía contra ti sería un gran escándalo... Y ya no me puedo dar el lujo de estar en el ojo del huracán otra vez.
— eso también es una estupidez. Vargas estaría bastante avergonzado por esto...
— lo sé. Pero esto es Asturia, no Fanelia y las cosas son muy diferentes aquí...
— puedo darme cuenta... Francamente imaginé que la gente de Asturia era más civilizada...
Así llegaron a uno de los patios de entrenamiento en donde Allen se sentó en una banca, a la sombra de un árbol.
— De algún modo, creo que puedo darte la razón, Anaís... Fueron descorteses contigo y me disculpo por eso.
La voz de Allen le parecía melodiosa, cada palabra dicha con cuidado... Definitivamente había algo de celestial en él.
— Lo que te dije es verdad, mejoraste mucho tu técnica... Y también te convertiste en una chica atractiva. Muchos hombres aquí no toman en serio a las mujeres... por eso, quiero darte una opción, ya que no podrás entrar de ninguna otra manera al ejército de Asturia, ellos no te lo van a permitir aunque rebanes a todos en tu camino.
— ¿entonces qué mérito tendría? Yo solo quería que me aconsejaras para poder entrar, no que tu me hagas el favor, Allen. No se vería bien para ninguno de los dos.
— Tu no eres una chica del montón, ¿verdad Anaís?
Su sonrisa le revolvió todas las ideas a Anaís, también al escuchar su nombre pronunciado por aquella voz suave y varonil... Muy distinta a la voz de aquel chico con el que entrenó.
Pensó que ahora se fijaba en Allen gracias a la imagen que tuvo de él hace años, pero ahora su corazón no dejaba de latir con fuerza, como si siempre hubiera sentido eso por él.
— Me han dado la facultad de armar mi escuadrón con las personas que me parezcan convenientes, sean del ejército o no. Así que puedo hacerte parte de él sin problemas. ¿Qué dices? Aunque no quieras ahora, puedo recibirte cuando quieras. Piénsalo, voy a acompañarte a la salida...
Anaís se quedó callada de puros nervios. Allen se había dado cuenta. Él tenía ese efecto casi en cualquier chica que tuviera cerca...
Así en silencio se despidieron y Anaís se encontró con Dai afuera del recinto.
Volvieron a casa en un incómodo silencio. Dai estaba avergonzado por no haberla detenido antes de pasar por aquella humillación, pero era tarde para disculpas y Anaís estaba en una silenciosa cavilación que de ser interrumpida, las consecuencias podían ser dolorosas.
Unos días después, Allen llegó a la tienda, buscando a Anaís.
Aunque se apresuró a su encuentro, ella estaba muy seria a pesar de la sonrisa que Allen le obsequiara al verla.
Salieron a la plaza principal y se sentaron a la sombra de un árbol en una de las tantas bancas.
— Y bien, ¿ya lo pensaste?
— Solo quiero saber por qué no puedo pertenecer a los Caeli como tu...
— La orden de los caballeros Caeli solo admite doce miembros y actualmente no hay ninguna vacante... Aún si hubieras sido admitida en el ejército, no era posible ser miembro de la orden hasta que alguien dejara el puesto.
— Ya...
Anaís quería estar cerca de Allen y servir del único modo en que ella se sentía útil. Pero el recibir su ayuda se sentía mal y ella no buscaba aprovecharse.
— ¿Cómo fue que entraste tu?
— Había una vacante y se organizó un torneo. Me enfrenté con cientos de otros aspirantes y logré vencerlos a todos. Eran grandes guerreros de todas partes del reino.
— Bueno, tu eres un muy buen espadachín y te entrenó uno de los grandes maestros de la espada, no es de sorprenderse.
— La competencia fue muy dura, Anaís, pero agradezco sinceramente tu voto de confianza.
Después de algo de silencio entre ambos, Allen preguntó de nuevo.
— Entonces, ¿Quieres ser parte de mi escuadrón, Anaís?
— Si... Yo creo que si, Allen.
Después de contarle los pormenores y detalles para su admisión, la regresó a su casa y él se fue de vuelta al palacio.
Aunque no se notaba mucho en su rostro, todo el proceso de prepararse para el día en que se enrolara en el regimiento de Allen fue de una palpable efervescencia.
Viendo que ni sacando a Anaís de Fanelia lograron evitar que siguiera los pasos de su padre, decidieron apoyarla en esto y se alegraron de saber que estaría bajo el mando de uno de los mejores capitanes del reino.
Cuando llegó el día del recibimiento, ella era la única chica entre un mar de jóvenes que se reunieron a la entrada del regimiento.
Hubo desde miradas lascivas, sorprendidas y burlonas, pero Anaís no se amedrentó para nada. No faltaban los comentarios desagradables, pero ella decidió hacer oídos sordos.
Cuando salieron los oficiales a llamar a los seleccionados, muchos le miraron con sorpresa.
— ¿Con quién se acostó esa chica para que la aceptaran?
— ¿Será cierto lo que dicen del comandante Schezar? De que es un verdadero mujeriego...
Anaís iba a girarse para golpear a ese sujeto cuando un chico que avanzaba junto a ella, dijo
— Cierra la boca, ¿quieres?, seguramente a ti te rechazarían por andar de bocazas diciendo estupideces... — le contesto ácidamente un muchacho de cabellos castaños y porte varonil.
Él otro sujeto se quedó perplejo y nadie se atrevió a decir nada más.
— Gracias. Aunque yo podía encargarme de él.
— no te fijes, yo detesto a la gente que habla pestes de otros y no podía quedarme callado. No luces como una mujer indecente por lo que me enfadó escuchar esas habladurías.
— Me llamo Anaís Rossiter. Gracias por tu ayuda...
— Yo soy Miguel Lavariel.
Ambos cruzaron el umbral antes de que cerraran las puertas.
Una vez ahí les llevaron a unas aulas para hacer una prueba de conocimientos.
Ni ella ni Miguel se habían separado desde ese momento y se sentaron en bancas contiguas. Al fin las papeletas comenzaron a circular.
Al finalizar el examen, todos esperaban los resultados en la pequeña explanada. Miguel se acercó a Anaís.
—¿qué tal? ¿Crees poder pasar ese examen?
— supongo que si, no soy tonta...
— no lo decía por eso. Son exámenes muy complejos y de los que estamos aquí solo unos pocos lo vamos a pasar.
Ella ya no le dijo nada. Quién sabe que iba a pasar a partir de ahí...
Luego de al menos una hora empezaron a llamar a algunas personas. Anaís casi salta de gusto al oír su nombre y se apresuró a acercarse a donde les llamaban. Y entre todos también iba Miguel.
Les hicieron pasar a una sala donde Allen estaba con otras personas y les explicaron lo que harían en el regimiento y dependiendo de sus aptitudes serían colocados en sus actividades diarias.
De momento les pidieron que volvieran a casa y que al día siguiente los verían a primera hora de la mañana para encuartelarse en el Fuerte Castelo, en las afueras de Asturia.
Aunque a su familia no le hizo mucha gracia, aceptaron las condiciones.
— Hija, si las cosas se ponen feas en el lugar, exigeles que te separen de los hombres... En Fanelia esto no...
— no mamá. Allen lo dijo muy claro, aquí es Asturia y las cosas no son iguales que allá. Estaré bien, puedo arreglarmelas sola...
Al día siguiente y ya con sus pertenencias listas, subieron al crucero y volaron hasta el Fuerte Castelo.
Contrario a lo que Anaís pensó al principio, a partir de ese momento solo pudo ver a Allen de lejos. No podía acercarse mucho a él, ni siquiera hablarle. Él estaba ocupado todo el tiempo, dando órdenes y verificando todos los detalles del viaje.
Unas horas después llegaban al fuerte Castelo.
Los bajaron del crucero y los llevaron a los barracones. Era una larga habitación con dos hileras de camas a cada lado. Como su familia le advirtió, iba a tener que compartir el espacio con otros hombres.
Muchos comenzaron a mirarla como si fuera un pedazo de carne. Ella se fue hasta el fondo, ocupando la última de las camas de esa hilera sin siquiera voltear a verlos.
— ¿Qué pasó, mujercita? No me digas que te da miedo compartir el cuarto con nosotros.
— Para que querías unirte entonces, no pensaras que porque eres mujer vas a tener privilegios aquí eh...
— quizás ella esperaba quedarse en la recámara individual del comandante...
— Ustedes no saben cuando cerrar la boca, ¿verdad?
Pensando que era Miguel el que entraba a defender a la chica como la última vez, el sujeto se volteó listo para golpearlo, pero se encontró con el azul celeste del uniforme de los Caballeros del Cielo.
El resto de inmediato se cuadró.
— ustedes tres, tomen sus cosas, van a pasar la noche en el calabozo y cuando vuelva el crucero los regresaremos a la ciudad, quedan fuera. No quiero faltas de respeto en mi escuadrón, necesitamos trabajo en equipo y si ella hizo los exámenes y pruebas de manera impecable tiene tanto derecho de estar aquí como el que tienen ustedes. Ella no ganó su entrada aquí por las razones que piensan y se darán cuenta de ello en los entrenamientos. Y como veo que ustedes son unos bárbaros que no saben respetar ni comportarse, me vi en la necesidad de conseguirle algo a la señorita Rossiter para protegerla de sus malos modos. — dos hombres entraron con un enorme biombo que colocaron al lado de la cama que Anaís había elegido. — si supiera que no van a faltarle al respeto, no habría necesidad de esto, pero veo que ustedes son una panda de zafios. Ya se corregirán con el entrenamiento adecuado, pero de seguir así, el castigo será ejemplar para el que vuelva a faltarle al respeto a sus compañeros o a su comandante. Por ahora, llévense a estos tres y el resto hagan el favor de cooperar. Alistense para que les demos sus indicaciones para comenzar a trabajar.
— ¡si señor! — contestaron todos a coro.
Miguel se quedo en la cama que estaba al frente de la de Anaís.
— ¡qué bueno que fue el capitán quien se encargó de eso...!
— yo no quería este tipo de trato...
— a lo mejor no por diferenciar pero una falta de respeto, a quien sea, no debe ser permitido para nadie en ningún lado.
Después de colocar sus cosas en su sitio fueron de vuelta al patio. Los fueron separando llamándolos por nombre y haciendo tres grupos.
— Bien. El grupo uno se va al taller mecánico. El grupo dos va a encargarse del cuarto de armas. El último grupo tendrá tareas mixtas. Por ahora, vayan a la cocina. Los entrenamientos físicos iniciarán por la tarde, hasta entonces, esfuercense y recuerden que todos están a prueba ahora mismo y en cualquier momento les podemos mandar de vuelta.
Anaís y Miguel se miraron, habían quedado en el grupo tres junto a otros quienes fueron a la cocina algo confundidos.
Como era de esperarse, estar en la cocina iba a tratarse de apoyar con las tareas de ésta: lavar vegetales, trastos y cazuelas, cortar vegetales, limpiar carne... Todo excepto claro cocinar, ya que los cocineros eran los únicos que podían elaborar y supervisar los alimentos, ellos solo estaban como ayudantes.
Después de estar ahí toda la mañana, les ordenaron preparar los comedores para el almuerzo. Tenían que llevar los platos y cubiertos para el servicio, preparar las mesas y acarrear las jarras con agua y los vasos a los lugares correspondientes.
Ellos iban a sentarse también pero se les ordenó que después de comer recogieran y lavaran todo.
Anaís estaba algo desconcertada por el grupo que les había tocado. ¿Por qué no los habían colocado en el taller o en la armería? ¿Quizá después los rotarian?
Tuvieron su entrenamiento junto a los otros, pero lo sintieron muy pesado y deseaban no tener que volver a la cocina.
Las cosas fueron iguales con las siguientes comidas hasta que por la noche, después de la cena tenían que dejar la cocina completamente limpia.
Después de limpiar y acarrear sobrantes a los cuartos fríos y alacenas, el grupo tres volvió a los barracones mucho después que sus demás compañeros.
Al día siguiente les tocó asistir en las cuadras, el siguiente en las bodegas y a acarrear las cargas al crucero...
Mientras los otros dos grupos se enfocaban en aprender mecánica y la forja.
Su grupo fue haciéndose pequeño al pasar las semanas, lógicamente no era lo que ellos imaginaban que harían en un escuadrón de renombre. Anaís aún no entendía que hacían ahi pero ella lo sintió como una especie de "prueba de coraje" y seguía obedeciendo sin chistar.
Los que se habían ido lo habian hecho porque sentían que su grupo era como si fueran "los sirvientes de los demás". En un principio pensó que los rotarían, pero eso no ocurrió.
Una tarde en la cocina, mientras se relajaban un poco después de la comida los cinco que quedaban en el grupo se pusieron a conversar al respecto.
— No entiendo en qué se basaron para ponernos en este grupo. Somos buenos con la espada, así que no entiendo qué pasó.
— pienso que tiene que ver con nuestra preparación. Mi primo que está en el grupo uno sabe de mecánica
— ¿Ustedes recuerdan que había una cláusula en las papeletas de ingreso? — dijo Miguel — era un recuadro donde debíamos escribir nuestras habilidades.
— Si, pues yo solo le puse esgrima... — dijo Anaís
— Yo tengo experiencia en cuidar caballos... y también puse cocina...
— es probable que nos trajeran aquí porque no tenemos aptitudes para mecánica o herrería...
— eso parece obvio ahora...
— honestamente yo no quiero ser el siervo del resto... ¡Tenía la intención de aprender, de ser un soldado y servir al reino!
— Ciertamente, esto no es lo que tenia en mente tampoco — dijo Miguel
— y si tiramos la toalla no estaremos en el escuadrón del comandante Schezar — exclamó Anaís
— pues no es que a mi me importe mucho éso, si me voy de recluta a la ciudad puede que sea mejor que estar aquí. Esto es un fuerte en medio de la nada... Yo también voy a salir de aquí...
De los cinco, dos decidieron renunciar esa misma tarde. Miguel iba a seguirlos, pero pensó que sería muy imprudente y algo injusto hacerlo en ese momento.
— creo que no nos conviene quedarnos aquí, Anaís... Al menos no si queremos superarnos.
— pero yo...
— ¿en serio hay algún motivo para que te quieras quedar haciendo de sirvienta para el resto del escuadrón? Eres muy buena con la espada, eso sería un desperdicio, Anaís... Además, aunque hayas vencido a todos en duelo se siguen regodeando con el hecho de que tu estés en la cocina...
— Aunque es cierto que yo pasé las pruebas y todo, el comandante me dio la oportunidad. Él y yo entrenamos juntos y al ver que no se me permitió ingresar al ejército de manera regular él me pidió que viniera aquí... No me gustaría defraudarlo pero... Tienes razón, no me hace sentir bien el que estemos al servicio del resto sin aprender nada. Quizá...
En ese momento la idea llegó a la cabeza de Anaís, ¿y si hablaba con Allen?
Ese día, en vez de dirigirse a las cuadras, fue directo al edificio principal del Fuerte, donde Allen y el resto del escuadrón habitaban.
Desde luego, en la entrada le negaron el paso.
— Los reclutas nuevos no deben salir del área asignada.
— lo sé pero necesito hablar con el comandante Schezar.
— ¿Hablar con él? ¿De qué hablaría con él alguien como tu?
— Necesito saber algo, así que por favor, al menos dígale que debo discutir un asunto...
— Oye... Lo único que el jefe haría con alguien como tu sería llevarte a la ca...
— ¿Hay algún problema?
Allen había aparecido detrás, casi como si le hubiera invocado de alguna manera.
— Esta muchacha salió del área de reclutas, dice que quiere discutir un asunto con usted.
— Si eso hizo, es porque se trata de algo importante, a la siguiente si cualquier otro recluta lo hace, déjenlo pasar...
— ¡S... si, si señor! — dijeron ambos guardias.
— Y haz que te releven, Cho, te vas al calabozo por faltarle al respeto a la señorita y a mi.
Sorprendido, el hombre solo asintió y se fue.
Allen le hizo pasar a una oficina.
— Si viniste hasta aquí quiere decir que algo no anda bien, ¿verdad? Dime cuál es el problema.
— Bueno, mi grupo y yo hemos hecho todo lo que nos han pedido pero... Muchos se han ido porque pensaron que aquí tendríamos alguna clase de instrucción y sin embargo, nos la pasamos haciendo tareas domésticas y muchos teníamos el deseo de aprender más y servir de manera más útil.
— Bueno, ustedes están haciendo algo útil. Todos deben ocuparse de las tarea de acuerdo a sus aptitudes, eso no se puede cambiar.
— Pero muchos deseamos aprender algo más. Solo quisiéramos que se nos tome en cuenta para otras tareas además de las de servicio. Nos gustaría aprender mecánica o a dar mantenimiento a las armas, aprender más cosas...
— ¿Eso es lo que te tiene inquieta?
—Bueno, pues si. Sé que estamos a prueba pero... En verdad que nosotros queremos aprender y servir, señor... No solo en la cocina si no en cada aspecto.
— El asunto es que eso está fuera de mi control, aquí existe un protocolo que no puede ser cambiado y a todos se les puso en el lugar donde podían ser más útiles.
— Allen... ¿Tu crees que por ser mujer yo debería estar en la cocina? Sabes perfectamente que no solo puedo usar una espada y mucho mejor que varios de aquí.
— aunque estoy a cargo no puedo hacer mucho. No se te envió ahí por ser mujer... Lo que ustedes hacen lo tiene que hacer alguien más y es necesario. Veré que les permitan entrar a algunas clases de instrucción general, pero deberán seguir adelante con el proceso. Llegarán algunos más a apoyarles mañana, sé que se han ido varios y entre ustedes se ha hecho más pesado al ser menos. Es lo más que puedo hacer...
Anaís suspiró y decidió creer en las palabras de Allen.
Al volver fue con Miguel para hablar de eso.
— Debiste decirme que irías, espero que nadie piense mal por lo que hiciste...
— solo hablé con él, si ustedes tienen la mente tan sucia para imaginar otra cosa no es problema mio.
Miguel quedo avergonzado por eso y se disculpó.
Al día siguiente llegaron siete personas más a su grupo y se fueron integrando. Al paso de los días, Anaís esperaba que se les llamara a las clases pero eso nunca sucedió. De nuevo, empezaban a desertar sus compañeros nuevos de a poco.
Al ver que nada había cambiado, Miguel finalmente decidió que tenía suficiente.
— Lo siento, Anaís, voy a irme ya...
— pero, él dijo que lo haría... Yo creo que...
— Si quieres quedarte no es problema mio, pero si en algún momento quieres alcanzarme, iré a Zaibach, dicen que ahí hay un escuadrón que acepta a cualquier persona apta y se le da la mejor instrucción posible porque es un grupo de élite, probaré suerte ahí... Yo creo que aquí jamás pasaré de ser un ayudante de cocina o un simple escudero, sé que puedo ser alguien si voy alla. Te deseo suerte, Anaís. Ojalá pronto quieras abrir los ojos.
Las palabras de Miguel se habían quedado grabadas en su mente.
¿Quizá él tenía razón...?
Decidió hacer un intento más de hablar con Allen, pero esta vez, él no pudo recibirla, o al menos eso le dijeron en ese momento.
En vez de las clases, de pronto les mandaron a apoyar en la lavandería y eso a Anaís le pareció el colmo.
Después de varios intentos infructuosos de hablar con el comandante, Anaís decidió tomar las riendas de las cosas.
Decidió con sus otros cinco compañeros que no harían nada hasta que sus peticiones fueran escuchadas.
Los cocineros intentaron hacerles entrar en razón y cuando intentaron obligarlos a la mala, ellos terminaron amarrando a los tres robustos cocineros en uno de los pilares de la despensa, encerrandolos ahí.
Cerraron con llave los comedores y se atrincheraron en la cocina.
Evidentemente a la hora del desayuno más de uno empezó a golpear la puerta con violencia, pronto, llegaba todo mundo a ver por qué el comedor estaba cerrado. No fue hasta que llegaron a la cocina qué se dieron cuenta de lo que pasaba.
— ¡Exigimos ver al comandante Schezar ahora! — gritó uno de los seis que era muy corpulento.
— y para qué quieren hablar con él unos simples ayudantes de cocina.
— justo por eso, no venimos a este escuadrón a hacer labores domésticas, él nos prometió instrucción práctica y lo que hizo fue darnos más trabajo doméstico, o lo traen para aclarar esto o nadie come hoy, ¡tenemos a los cocineros como rehenes y suficientes cuchillos para cada uno de ustedes si nadie nos escucha!
Después de semejante amenaza, fueron corriendo a traer al comandante.
Allen estaba de hecho, algo desesperado porque no había llegado la comida al edificio principal. Cuando le dijeron lo que pasaba, de inmediato supo quién incitó todo eso...
Desde luego, al llegar vio a los cinco muchachos y en el medio estaba Anaís, visiblemente molesta y de brazos cruzados.
Ella no dijo ni una sola palabra, aunque era verdad que fue su idea, sus compañeros decidieron ser los que hablarían, al darse cuenta que a ella no le harían caso jamás.
— ¿Entonces están haciendo esto porque no les hemos dado "la instrucción" qué según ustedes creen que merecen?
— ¿creer? Venimos aquí con la promesa de pertenecer a un prestigioso escuadrón y resulta que no estamos aprendiendo absolutamente nada. De saber que haríamos tareas domésticas, nos hubiéramos quedado en el campo.
— Renunciaremos...
—¡¿qué?!
Todos respondieron al unísono a la clara voz de Anaís después de aquella tajante decisión.
— los que desertaron tenían razón, hay otros lugares que nos van a brindar mejores oportunidades. Renunciemos y vamos a probar suerte a otro lado...
— Rossiter tiene razón — dijo el chico corpulento
— ¡Si, vámonos!
Anaís salió de la cocina y confrontó a Allen.
— nosotros desertamos. Dejaremos despejada la cocina y una vez que hayamos salido del fuerte, podrán liberar a los cocineros.
— ¿y qué clase de garantía es esa? Puedo arrestarlos en cuanto salgan, no, ahora mismo puedo...
— no. Programamos unas cargas de dinamita y vamos a volar la cocina si nos hacen algo. Yo tengo el detonador... Se lo entregaré junto con las llaves en cuanto todos salgamos de aquí.
— No si yo te lo impido...
Allen intentó sujetar a Anaís, pero de un certero movimiento, ella tenía a Allen fuertemente amagado. Furioso intentaba librarse sin éxito.
— ¿y bien?, si se acercan puedo herirlo sin ningún remordimiento... — amenazó la chica a Allen con una daga en el cuello, todos se quedaron perplejos —Nosotros nos vamos y dejare libre al comandante una vez que estemos a salvo, lejos de aquí.
Les dejaron el paso libre, salieron de la cocina, tomaron una carreta de provisiones y salieron del fuerte Castelo.
Ya a cierta distancia, Anaís soltó a Allen y le entregó el detonador y las llaves.
— espero que haya aprendido la lección. Jamás le mienta de nuevo a una chica...
Allen le miró con enojo y antes de que subiera de nuevo a la carreta le jaló del brazo
— ¿Por qué hiciste esto?
— me mentiste, Allen. Si lo que querías era darme una estúpida lección sobre roles de género, te salió muy mal. Agradezco la oportunidad pero esto no era lo que quería para mi.
Él desenvaino su espada y ella le bloqueó el ataque. Después de una reñida pelea, Anaís desarmaba a Allen.
— y yo siempre he sido mejor que tu, aunque te dejaba ganar. Pero ya no más. Ojalá los demás supieran como me ganaste el duelo anterior, sería muy vergonzoso para ti, ¿verdad? Lástima, en verdad pensé que eras alguien diferente "Allen Schezar"...
Así subió a la carreta y siguieron su camino, dejando atrás a un Allen humillado. Los que vieron aquello se quedaron perplejos. Allen era quizá el mejor espadachín de Asturia y esa muchachita acababa de vencerlo sin sudar.
Ya a cierta distancia, se disculpó con el resto, se cubrió la cabeza y comenzó a llorar.
Nadie dijo nada más.
ᕁ᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮ᕁᕁ᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮ᕁᕁ᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮ᕁᕁ᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮᙮ᕁᕽᕽᕁ᙮ᕁ
Esto viene acompañado de una raya fea XD
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Miguel parece cantante de k-pop XD
¡Pero al fin tenemos un boceto de Anaís! Ella es algo pálida y con el cabello muy negro. Quizá haga otro dibujo a color a la siguiente.
Espero que este dramático capítulo les haya gustado. En cuanto tenga otro boceto decente subo el siguiente capítulo :b
Por si acaso, dejo los anteriores aquí:
Capítulo I
Capítulo II
Nos leemos pronto, terrícolas 🚀
Paz! 😘
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