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Rebelde x You
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⤷ ❝DEVILISH❞ — jjk (s.m)
⤷ Especial de Halloween 🎃 | Devilish Tráiler 🎃
➤ Pareja: jungkook!demonio x lectora!fem
➤ Recuento de palabras: 10.6k
➤ Género: smut y obscenidad!
➤ Resumen: Al demonio Jeon Jungkook le encantaba arruinar cosas demasiado inocentes, así que andaba vagando por la tierra en busca de la inocencia pura para corromperla, que casualidad que esa inocencia la haya encontrado en ti.
➤ Advertencias: 20+ | lenguaje maduro y explícito | Jungkook es un íncubo de demonio | deseo de corromper la inocencia | temas religiosos | mucha manipulación por parte de Jungkook | la lectora es demasiado tímida en cuanto a su placer | charla sucia | masturbación | palabras ofensivas | halagos y bromas durante el sexo | sexo oral (r. lectora/Jungkook) | juego y estimulación del clítoris | mucha sobreestimulación | lágrimas | nalgadas | jalar del cabello | sexo duro | sexo sin protección | mención de cantidades obscenas de semen | Jungkook es un demonio y tiene un gran pene!
➤ Si no eres mayor de 18 años, POR FAVOR, no leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad, ten en cuenta las advertencias.
➤ Devilish Tráiler
♥︎ softpxachy's
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❛Ella era una santa, y aún así, había un poco de perversidad en sus ojos de ángel.❜
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Jungkook siempre había tenido cierta preferencia por los inocentes.
No era algo que él hubiera cultivado a propósito, no, simplemente comenzó a mostrarse un patrón extraño y repetitivo que Jungkook no podía definir del todo.
Todo lo que sabía era que la inocencia era especialmente divertida de romper, de manchar con su toque perverso, de ver cómo se desmoronaba en un caparazón vacío de lo que alguna vez fue.
Y la estuvo buscando por tanto tiempo, esa inexperiencia, esa confusión angelical, con un hambre atronadora, sólo para terminar hundiendo los dientes en su presa con un deleite inigualable una vez que la encontraba.
Paradójicamente, a Jungkook no le gustaban tanto las vírgenes. Extraño, lo sabía. Pero las vírgenes le daban demasiado trabajo, lo que al final no era tan fructífero como a él le gustaba; se dió cuenta de que la mayoría de los humanos no estaban muy interesados en perder su virginidad con un demonio y, bueno, no era porque alguien que fuera virgen significaba que también era inocente, eso lo sabía.
Y esa siempre fue su prioridad, al final de todo.
La verdadera inocencia era difícil de encontrar, y esa era la parte más frustrante de toda la ecuación. A lo largo de todos sus años vagando por la tierra en busca de almas para corromper, Jungkook pensó que podía haber encontrado esa marca especial de pureza solo un puñado de veces. Sin embargo, era tan inmaculado, tan embriagador, que era todo en lo que podía pensar.
Entonces, cuando finalmente te encontró, pensó que estaba a punto de volverse loco.
De vez en cuando, el universo cambiaba de tal manera que todo encajaba en su lugar. Cómo ser inmortal, Jungkook vió que eso sucedía una y otra vez: imperios que se elevaban y caían, almas gemelas que se encontraban por casualidad, y que la cura de una enfermedad horrible se descubría por accidente. Y fue esa misma energía incidental, probablemente catalizada por su voraz deseo, la que lo llevó directamente a tu casa.
Bueno, quizás no había sido tan poético. Pero decir que los adolescentes rebeldes que tenían una fiesta de pijamas en el piso de arriba lo habían invocado por error a tu complejo de apartamentos no tendría exactamente el mismo impacto.
Pero a pesar de eso Jungkook nunca fue alguien que mordiera la mano que lo alimentaba; como una criatura de las sombras, tenía que existir como un alimentador inferior, recibiendo lo que el universo había dado y convirtiéndolo en algo que pudiera usar con gusto.
Incluso si se había sentido frustrado por todo el fiasco de la ouija; encender y apagar las luces y levitar vasos de agua no eran precisamente sus pasatiempos favoritos que digamos, prácticamente tardó unos dos segundos en detectar el dulce y afrodisíaco aroma de un alma inmaculada que lo llamaba. Y estaba cerca. Muy cerca.
En pocas palabras, los adolescentes terminaron teniendo una conversación espiritual muy decepcionante con una entidad tramposa que Jungkook puso como remplazo antes de ser llevado directamente hasta su comida favorita. Y esa había sido una completa victoria en su libro.
El demonio quería tenerte desde el primer segundo en que te vio. Jungkook se hundió instantáneamente en tu alma como si se tratara de un horno calentando la totalidad de su cuerpo; un hermoso resplandor blanco, el color dorado que emanaba de tu piel y el adorable brillo de ingenuidad en tus ojos lo tentaban a alimentarse tanto de ti como si se tratara de una sirena llamando a un marinero solitario.
No tenía ninguna duda de que finalmente había encontrado lo que tanto había estado buscando todo este tiempo, alguien tan delicado y puro que adoraría ver derrumbarse por completo a él, y Jungkook realmente quería arruinar esa bonita alma tuya.
Y qué alma tan bonita tenías. Jungkook se quedó ahí contigo sólo para descubrir que sus primeras impresiones de ti, independientemente de lo fascinantes que ya habían sido desde el primer segundo, eran solo la punta del iceberg: el demonio te veía convertirte en todo un desastre abrumado y jadeante cada vez que uno de tus amigos comenzaba a hablar sobre sexo; le sorprendió bastante descubrir que luchabas mentalmente con tus impulsos de deseo y que te acostabas frustrada todas las noches porque pensabas que era algo demasiado sucio masturbarte porque simplemente te sentías avergonzada, e incluso abrumada, ante la simple idea de tu propio placer.
Ese solo pensamiento lo hizo salivar.
Jungkook sabía que no eras virgen, eran imposibles de pasar por alto, y por eso no podía entender el por qué de tu vacilación y vergüenza cuando se trataban de esos temas. No había notado ning��n rastro de culpa religiosa o algo por el estilo, no creía que tus padres fueran especialmente sobreprotectores.
Era solo que eras tan... tímida.
Y eventualmente se dió cuenta de que eras un hallazgo exquisito, el más grande de todos, una cosita perfecta creada sólo para que él la destruyera; un humano tan tímido con moral pura y deseos reprimidos. Eras demasiado buena para ser verdad. Hecha a mano única y exclusivamente para él.
Y por eso Jungkook decidió esperar. Se contuvo durante mucho tiempo, observándote de cerca, aprendiendo todo lo que podía de ti y pensando en cómo procedería con sus diabólicos planes antes de, finalmente, decidir que era hora de presentarse ante ti. La parte más desagradable de todo este proceso, independientemente de la persona con la que estuviera tratando, dar una buena primera impresión siendo un demonio a menudo no iba tan bien como cualquiera esperaría.
Sí, gritaste, maldijiste y lloraste desde el primer momento en que estuvo frente a ti en su forma natural. Sí, te arrodillaste en una esquina y rezaste durante dos horas seguidas con el rosario de tu abuela en manos. Sí, incluso trajiste a un sacerdote para exorcizar todo el lugar, sólo logrando que el demonio sintiera un poco de náuseas durante unos tres días, pero Jungkook realmente pensó que todo el calvario fue lo suficientemente bien a lo que esperaba. Él había tenido peores experiencias en el pasado y sabía que después de un tiempo, eventualmente te adaptarías a su presencia. Y tal como esperaba, fuiste lo suficientemente pura como para intentar verle algún tipo de salvación. Fue casi lindo.
Parecía como si de alguna forma pensaras que Jungkook era una especie de prueba religiosa, tal vez un alma perdida en busca de orientación. Fuera lo que fuera, le abrió una puerta para que se instalara dentro de tu casa en una base de cautelosa confianza en la que podía pararse sin peligro alguno.
Para ser justos, él tuvo la culpa de eso ya que instigó un poco ese proceso. Jungkook a lo largo de todos los siglos que llevaba habitando en la tierra había aprendido que a veces una ofrenda de paz era suficiente para hacer que alguien creyera en él, y no dudó en aprovechar eso contigo. Él sabía que sólo necesitabas un pequeño empujón.
— Me iré si es lo que quieres, cariño.
Te había dicho durante una noche particularmente tormentosa, apoyado contra la encimera de la cocina con total indiferencia. Un vaso de vidrio se había esparcido por todas las baldosas de madera después de que él te sorprendiera con su materialización aleatoria, y estabas demasiado asustada para pasar por encima del vidrio roto y correr a encerrarte en tu habitación.
— Pero hablemos un rato. Soy un demonio, pero no soy malvado. No estoy aquí para robarte el alma o algo así.
Lo cual era completamente falso, sobretodo lo de la parte del alma, esa no era su especialidad, pero dudaba que siquiera te importara ya que a los humanos les encantaba escuchar bonitas mentiras para poder consolarse con ellas. Querías ver algo de bondad en él, eso era todo lo que necesitabas para poder encontrarle sentido a toda la situación y al por qué estaba ahí contigo, y una solicitud de tu consentimiento parecía ser suficiente.
Además, Jungkook no era un tonto cuando se trataba de sus ventajas demoníacas: sabía lo que era, sabía que su imagen cambiaba constantemente, reflejando a la pareja ideal de uno. No sabía qué rostro veías ni la voz que oías, pero sabía perfectamente que era tentador, demasiado, sabía que te enamorarías de él y de su imagen. Después de todo, él fue creado para eso, para ser moldeado según los deseos más íntimos de las personas, y vaya que le funcionaba bastante bien.
Así que no se sorprendió cuando aceptaste unirte a él en un diálogo inofensivo, una pequeña charla tonta no podría ser un problema, ¿verdad? No era como si fueras a vender tu alma por un saco de papas fritas por error o algo así, ¿verdad?
Y de hecho, la pequeña plática había estado bien. Bueno, más o menos.
Incluso si todavía desconfiabas de Jungkook y sus travesuras demoníacas, porque como si hubiera sido por arte de magia; te habías olvidado de ese pequeño detalle tan importante e inhumano, gradualmente le permitías entrar en tu vida cada vez más, abriendo la brecha en tu mente y dándole paso libre a que comenzara a hacer lo que quisiera contigo.
Llegó un punto en el que básicamente estaba conviviendo contigo, apareciendo en el momento más aleatorio del día para molestarte durante una reunión de trabajo o soltando burlones comentarios sobre los horribles chicos que veías todos los sábados por la noche. Jungkook se fue convirtiendo en una agradable conversación durante el desayuno y una sesión de chismes a altas horas de la noche después de haber pasado todo el día espiando a tus ruidosos vecinos. Fue divertido. Él era amable. Parecía que le importaba, como si estuviera tratando de hacer su presencia mucho mejor a como fue al principio.
Gran error; empezaste a confiar en él y a quererlo allí contigo. Y eso le permitió moverse hacia las partes más… interesantes de su plan.
Los sueños eróticos y las fantasías sexuales que Jungkook ponía en tu mente muy a menudo eran demasiado, te despertaban con una gran mancha de humedad en tus bragas y un dolor insoportable entre las piernas.
Gimoteaste mientras dormías y buscaste a tientas en la cama algo con lo que calmar tu calor hasta que finalmente te despertabas sin aliento, tirando de las sábanas mientras tratabas de ignorar esos impulsos carnales. Las imágenes eran tan vívidas, los toques aún perduraban en tu piel y el placer de los actos con los que habías soñado aún florecía dentro de tu abdomen y era increíblemente difícil dejarlo ir. La idea de hundir tu mano debajo de tu ropa interior y lidiar con esa frustración acumulada se volvió cada vez más tentadora cada noche.
Pero no. No podías permitirte hacerlo. No sabiendo que era Jungkook el único causante de todo esto.
Durante los primeros días te las arreglaste para ignorarlo y seguir adelante con tu rutina y tratar de eliminar todas esas sensaciones e imágenes en los rincones más oscuros de tu mente para no tener que pensar más en ellas. Sin embargo, se hizo cada vez más difícil dejarlos ir y, en contra de todas las fibras de tu moral, eventualmente todas las noches te encontrabas con ganas de querer quedarte dormida solo para poder experimentar ese placer abrumador de nuevo, aunque solo fuera en tus sueños.
Lo dejaste a un lado todo lo que pudiste, hasta que simplemente fue demasiado. El deseo te consumió por completo hasta que no quedaba nada para mantenerlo unido. Y finalmente cediste.
Fue algo magnífico, ver cómo esas primeras grietas en tu inocencia se iban formando. La vergüenza que impregnó tus rasgos cuando finalmente te diste cuenta de que estabas demasiado caliente para pensar correctamente, el aleteo de tus pestañas cuando dejaste que tus dedos jugaran con tu clítoris como si estuvieras descubriendo tu placer por primera vez.
Noche tras noche, Jungkook se escondía en las sombras de tu habitación y te veía llorar y gemir mientras te masturbabas de una forma tan hermosa que nunca antes había visto, con tu mano viajando hacia tu boca cada vez que te atrevías a hacer un sonido fuerte; era como si temieras que alguno de tus vecinos pudiera escucharte jugando contigo misma, como si no quisieras que la gente supiera que estabas haciendo algo tan sucio. Casi parecías culpable, Jungkook notó como tu entrecejo estaba fruncido y tus bonitos ojos estaban cubiertos por un fino velo de lágrimas, y le encantó, quería llevar esa imagen tuya en tu punto de placer por toda la eternidad.
Tu agonizante autocomplacencia hizo que cada jodido segundo que había esperado valiera la pena.
Pero en el momento en que bajabas de tu euforia, incluso a veces después de que te permitias tu segundo o tercer orgasmo consecutivo, todo se había ido, y él siempre se quedaba con un hambre aún más fuerte por tenerte.
Sin embargo, Jungkook fue paciente.
Quería verte romperte por completo antes de poder probar tu sabor; quería que le suplicaras que te tocara en lugar de que él te pidiera permiso. Así que siguió adelante con su pequeño juego: si todo salía como debía, serías tú quien suplicaría más al final, hundiéndote en tu propia perdición sin siquiera darte cuenta del lío que estabas creando.
Y por supuesto que todo sucedió como él quería.
Te tomó algunas semanas más reunir el valor para enfrentarte a él, pero llegaste a un punto en el que simplemente no pudiste reprimirlo más.
— Sé lo que estás haciendo.— Le dijiste con severidad, entrando en la sala de estar con los brazos cruzados sobre tu pecho y con la respiración acelerada.
Era una brillante mañana de verano y los pájaros cantaban afuera, la dorada luz del sol se detuvo repentinamente cuando encontraste la figura oscura y melancólica en tu apartamento. Entonces, solo estaban las sombras de su presencia y el nefasto brillo anaranjado en sus ojos. Siempre se veía así, como si estuviera viviendo en una dimensión propia, eligiendo ser afectado por (o afectar) el mundo material o no. Jungkook realmente era un ser de otro mundo, tan peligrosamente cerca de un ángel pero tan lejos de serlo.
El demonio sólo tarareó ante tus palabras, tirado en tu sofá como si se lo debiera. Llevaba una bata de satén roja esa mañana, abierta hasta por encima de su abdomen; dejando a la vista la piel caramelo de su pecho musculoso, y juraste que tu mente se quedó en blanco por un segundo.
— ¿Haciendo qué, cariño? — Jungkook respondió con los ojos enfocados en el libro que tenía en la mano acerca de una extraña teoría humana sobre la sexualidad que le pareció increíblemente divertida.— Tienes que ser más específica, hago muchas cosas en mi tiempo libre.
Suspiraste profundamente, claramente molesta y Jungkook pensó que olías particularmente delicioso ésta mañana, notó rastros de tu humedad aún adheridos a tu ropa interior, y tuvo que reprimir un gruñido de su garganta; actuar sin ser afectado a veces le era realmente difícil.
— Sabes de lo que estoy hablando.— Dijiste sin titubeos, Jungkook adoraba lo directa que te habías vuelto, evitando esas oraciones tartamudeantes que solías lanzar en su camino. Después de todo, estabas acostumbrada a él. Había hecho un gran trabajo derribando tus defensas.— Estás poniendo estos... pensamientos en mi cabeza. Y haciéndome soñar cosas…
Directo, pensó, pero todavía eras incapaz de hablar abiertamente sobre temas tan lascivos. Después de todo, todo lo que había logrado había sido un proceso gradual.
Jungkook enarcó una ceja, pero no apartó la mirada de la página del libro; ese hombre, Freud, era muy gracioso.— ¿Qué pensamientos, cariño?
Pusiste los ojos en blanco ante su actitud, pero el calor en tus mejillas delataba tu vergüenza. Jungkook sabía que no lo dirías, solo quería verte luchar con la simple idea de hacerlo.
— Ya sabes cuáles, Jungkook.— Otra respiración pesada te dejó y de repente estabas perdiendo la calma.— Lo estás haciendo a propósito.
— A lo mejor sí lo estoy haciendo.— Jungkook levantó la mirada del libro y te miró fijamente, tus hombros cayeron y todo el vigor abandonó tu cuerpo una vez que lo miraste a los ojos.
Era su apariencia, su aura, la chispa amenazante en su mirada crepuscular: todo te golpeó de una vez, en una solicitud silenciosa para que fueras un buen humano y revisaras tu postura a su alrededor.
— O tal vez es sólo tu asquerosa mente actuando, bebé. No puedes culparme por lo que tu cuerpo quiere.
Y, cuando su mirada volvió al libro, te diste cuenta de que la conversación, por muy breve que haya sido, ya había terminado.
Lo curioso de toda la situación en la que estabas envuelta fue que nunca le pediste a Jungkook que se detuviera. Y te diste cuenta de que era porque una parte retorcida dentro de ti en realidad lo estaba disfrutando; todas esas bromas, esos sueños vulgares, la frustración sexual que te inundaba cuando bajabas del orgasmo.
Cuanto más jugabas contigo misma, más llegabas a admitir que no era suficiente; siempre te sentías vacía, agitada, tratando de encontrar algo que no podías alcanzar sola.
Nunca era suficiente. Era como si estuvieras en un borde infernal y perpetuo que te empujaba hacia las paredes de lo impuro.
Y para empeorar las cosas, sabías a ciencia cierta que podías expulsar a Jungkook en cualquier momento y poner fin a toda esta tortura, lo habías investigado y el mismo Jungkook lo había confirmado. Los demonios no podían quedarse por mucho tiempo si el humano no consentía su presencia, pero había algo en ti que realmente lo quería allí.
Querías que su calidez te rodeara, querías que su voz melosa y profunda te dijera todo lo que querías escuchar. Era una presencia embriagadora, un suave zumbido en el fondo de tu mente, sentías el deseo de que te abrazara, de que te tocara, de que te hiciera suya aún si eso estaba moralmente mal.
Jungkook te había arruinado de tal manera que, incluso si le pedías que se fuera, sabías que la mancha que había dejado se quedaría por mucho más tiempo dentro de ti.
Era aterrador ver a un demonio como pareja sexual, pero, ¿cómo no verlo así? Jungkook era la criatura más atractiva que alguna vez pudiste llegar a imaginar, todo lo que hacía, cada pequeño movimiento o parpadeo de su mirada, era tan sexual que casi te hacía jadear ante su sola presencia.
Se burló de ti: te susurró al oído y te abrazó por la espalda; acarició tu rostro y recorrió con sus ojos oscuros todo tu cuerpo, y solo podías pensar en lo deslumbrante y encantador que era; querías sentir sus suaves y bonitos labios sobre los tuyos, querías sentir sus grandes manos sobre tu piel, apretando tu cuerpo contra él y jugando contigo, querías tenerlo dentro de ti; llenándote hasta el fondo, querías recostarte y dejar que él hiciera todo lo que quisiera contigo.
La idea de hacer todo eso con un demonio, independientemente de lo amable que fuera contigo, era absolutamente una locura, lo sabías, pero simplemente no estabas pensando con claridad a este punto.
Sólo podías pensar en él — Jungkook, Jungkook, Jungkook — y sabías que tus propios deseos no fueron plantados por él. El demonio simplemente había instigado algo que ya existía dentro de ti, una pequeña llama a la que él le arrojó gasolina, y ahora estabas mirando cómo incendiaba toda tu mente.
Lo querías. Y tenías que tenerlo.
Así que lo hiciste.
Esas noches vívidas y de pensamientos lujuriosos alcanzaron un nivel de incomodidad que; después de despertarte de otro sueño húmedo, llamaste a Jungkook como si fuera tu segunda naturaleza, rogándole que hiciera algo, cualquier cosa para liberarte de este deseo que te estaba inundando el cuerpo. Y para tu deleite, el demonio apareció con la misma rapidez, dejándote ver un hermoso y diabólico destello de lujuria brillando en el fondo de su mirada y a través de su sonrisita burlona.
— Cosita bonita…— Se había murmurado para sí mismo, de pie junto a tu cama. Estabas sentada en el borde, mirándolo como si fuera tu propia versión de la salvación, pero en ese momento, ya no te importaba lo que era ni la intención oculta que pudiera tener. Todo lo que sabías era que te volverías loca si él no te ayudaba a lidiar con el deseo que había instigado en ti.— ¿Te pusiste caliente y ahora necesitas mi ayuda con eso?
— Sí…— Dijiste con el pecho agitado. Las escenas de tu sueño indecente aún estaban vivas en tu mente, el fantasma de tu placer aún seguía nadando dentro de tu piel. Había una sensación húmeda y pegajosa entre tus piernas que odiabas y adorabas al mismo tiempo haciéndote pedazos junto al hormigueo de la anticipación llenando tu núcleo.— No sé lo que me estás haciendo, pero... ya no me importa. Ayúdame, Jungkook, por favor…
Él sonrió y su cabello negro cayó sobre sus ojos, haciéndolo lucir mucho más encantador, el calor de su palma se encontró con tu muslo desnudo haciéndote temblar, todo se intensificaba cuando Jungkook estaba contigo, cada toque era el cielo y el infierno al mismo tiempo.
— Qué humana tan sucia…— Murmuró por lo bajo comenzando a deslizar su mano hacia arriba por todo lo largo de tu pierna; mimando tu piel con calma y acercándose peligrosamente a tu entrepierna solo para comenzar a frotar su dedo índice por la mitad de tu entrada; ejerciendo una presión especial sobre tu clítoris vestido haciéndote ahogar un gemido, y como era de esperarse, sus dedos se sentían mucho mejor que los tuyos.— ¿Quieres que juegue con tu coño, cariño? ¿Quieres que te haga sentir bien?
No podías asentir con la cabeza lo suficientemente rápido, todas las inhibiciones que alguna vez llegaste a sentir antes de que Jungkook apareciera en tu vida se hicieron a un lado sin pudor alguno.
Te sentiste extraña haciéndolo; nunca habías estado tan desesperada sexualmente en tu vida, y no sabías dónde terminaba su influencia y dónde comenzaban tus propios impulsos. Quizás eras tan culpable como él, tan incapaz de luchar contra tus propias tentaciones.
— Necesito oírte decirlo.— Jungkook murmuró apartando el encaje de tus pantalones cortos de pijama lentamente, disfrutando con el sonido de tu laboriosa respiración. Podía oler tu excitación explotando a su alrededor e inundando toda la habitación; era ese olor dulce y tan adictivo que lo estaba haciendo perder la cabeza, y ya podía sentir su miembro endureciéndose dentro de sus pantalones de una forma tan dolorosa.— No puedo hacer nada a menos que me lo digas.
Tragaste saliva, ahogándote con sus propias palabras por un segundo. No podías creer que estuvieras a punto de pedirle eso, y la simple idea hacía que tus mejillas ardieran.
— Quiero... quiero que juegues con mi coño…— Las palabras salieron en un lío tembloroso de tu boca, cayendo una encima de la otra de una forma arrítmica. Si era por lujuria o vergüenza, no se podría decir.— Quiero que hagas que me corra, por favor. No puedo soportarlo más, no puedo hacerlo yo sola….
Pensaste que tal vez si él te ayudaba, tal vez todo se detendría, esas intensas oleadas de hambre, ese deseo insaciable dentro de tu pecho. Quizás eso era todo lo que necesitaba de ti. Y luego todo volvería a la normalidad.
Incluso si no estabas segura de que realmente querías que eso sucediera.
Jungkook era consciente del hecho de que nunca antes te habían practicado un buen sexo oral (cortesía de tu única y terrible pareja sexual en el pasado), así que uso eso a su favor, como todo lo que había hecho para que terminaras en esta situación, rogando por él.
Fue realmente una tortura ver la forma en la que Jungkook se estaba tomando todo el tiempo del mundo antes de darte lo que tanto querías, era como si estuviera disfrutando con tu desesperación e impaciencia, y cuando por fin lo viste hacerse espacio entre tus piernas y a su aliento caliente acariciar la piel tan sensible de tu entrepierna dejaste escapar un suspiro tembloroso mientras tus caderas se elevaban en busca de él haciéndolo reír. Hubo un momento de silencio que fue cortado por un agudo gemido que brotó de tus labios en cuando sentiste a Jungkook deslizar su lengua por tus húmedos pliegues, comenzando a lamer y chupar todo de ti.
Internamente agradecías el hecho de fuera Jungkook el primero que te estuviera dando este tipo de placer, porque joder que lo hacía tan bien, Jungkook se sentía tan bien, sus labios devorándote por completo se sentían tan bien, su lengua tan caliente y pecaminosa deslizándose y recogiendo todo de tu sabor para probarlo y degustarse con él se sentía tan bien, y los audibles y guturales gruñidos que dejaba escapar contra tu piel sensible se sentían mucho mejor, era como si todo en él gritara lujuria y placer, y cuando menos te diste cuenta, tus manos ya se encontraban enredándose en su cabello negro para aferrarlo más contra ti mientras tus caderas se elevaban contra su boca, rogándole más, mucho más, y esa acción pareció encantarle, ya que un gruñido dejó su boca antes de que su lengua volviera a jugar con tu clítoris, dándole toda la atención que se merecía; haciéndote gemir y temblar entre sus manos.
Tal vez había sido todo el deseo acumulado que había dentro de ti por tanto tiempo, o tal vez fueron los bonitos labios y la caliente lengua de Jungkook trabajando sobre ti, pero fue increíblemente vergonzoso lo rápido que llegaste a tu orgasmo, fue como si tu clímax te hubiera destruido por completo y el placer duplicado que inundó tu cuerpo fue tan grande que te hizo olvidar quién eras por un momento, con el cuerpo temblando y tus manos aún hundidas en su cabello como si estuvieras a punto de morir mientras te corrías sobre su lengua; como si estuvieras hecha para eso, tan bonita y avergonzada que Jungkook pensó que se iba a olvidar de su autocontrol.
— Que humana tan perfecta...— Te felicitó mientras bajabas de tu orgasmo tratando de regular tu errática respiración, su vista estaba clavada en tu entrepierna; demasiado perdido en la forma en la que tu humedad se escurría entre tus muslos antes de que dos de sus dedos se presionaran contra tu entrada al mismo tiempo que se relamía los labios, su cabello revuelto le daban el toque final de erotismo a toda su aura, sus ojos entrecerrados te miraban como si fueras la cosa más sexista que jamás hubiera visto antes de volver a murmurar.— Hecha para ser jodida por mi.
— ¡J-Jungkook! — Gritaste cuando sus dedos entraron en ti comenzado a estirar tu interior de a poco, el ardor hizo que pequeñas lágrimas se acumularan en las comisuras de tus ojos, y cuando menos te diste cuenta; su boca ya estaba de vuelta en tu clítoris sensible e hinchado antes de que pudieras protestar, haciendo que tu espalda se arqueara fuera de la cama.— Es demasiado…
Pero él no respondió, solo te miró fijamente con esos penetrantes ojos negros mientras su lengua se deslizaba por todo lo largo de tu coño chupando con la fuerza necesaria tu clítoris; desafiándote silenciosamente a que te corrieras una vez más para él. Después de todo, tú lo habías pedido, así que él se complació en dártelo.
Y cuando no trataste de alejarlo, supo que te había conquistado.
No pasó mucho tiempo hasta que Jungkook te estaba complaciendo en cada oportunidad que tenía. Estaba enterrándose entre tus muslos y prácticamente rasgando tus bragas mientras contestabas alguna llamada en tu teléfono; lamiéndote y tocándote hasta que te corrías para él.
Hizo que llegaras a tu orgasmo con solo montar su muslo, te hizo tocarte y bordear tu coño hasta que estabas pidiendo desesperadamente alivio. Prácticamente te había convertido en su pequeña zorra codiciosa más rápido de lo que pudieras entender, podía hacer que le abrieras las piernas con sólo un chasquido de sus dedos y le encantaba mirarte mientras le suplicabas que te tocara más fuerte, más profundo, tal como a él le gustaba.
Una y otra vez, te pedía permiso y, cada vez, tú le decías que sí, un acuerdo nervioso y avergonzado que hacía que su polla palpitara de deseo. Pero justo cuando te hacia correrte y estabas pidiendo más de él, queriendo sentirlo dentro de ti con su polla abriéndote como sabías que lo haría, él se iba, dejándote incluso más frustrada que antes.
A Jungkook le gustaba jugar con su comida, y esa era la razón por la que se estaba tomando su tiempo antes de follarte como es debido. Estaba bromeando, por supuesto. Y estaba funcionando, por supuesto.
Estabas tan cerca de tu punto de ruptura y pasabas tus días casi completamente consumido por el pensamiento de él: su abrumadora belleza, sus caricias, la forma en que se zambullía en tu coño con tanta hambre que parecía que lo disfrutaba incluso más que tú. Incluso cuando te ibas a dormir, estabas plagado de sueños sobre él, algunos tan vívidos que estabas segura de que eran reales; soñando con Jungkook gimiendo contra tu oído y casi pudiendo sentir como la punta de su pene se presionaba contra tus pliegues empapados, con sus dedos frotando tu clítoris sólo como él sabía hacerlo y a su boca chupando tus pezones endurecidos hasta que la necesidad de liberarte te despertaba.
Y sin embargo, incluso en tus sueños, nunca te folló. Era realmente cruel cuando quería serlo, y eso te estaba volviendo loca.
— Jungkook…— Llamaste su nombre una tarde, cuando ese pensamiento te estaba atormentando una vez más, y él apareció justo después, envuelto en un traje oscuro y con el cabello recogido en una pequeña coleta. Realmente era el pecado encarnado.— ¿Puedo preguntarte algo?
— Lo que sea, cariño.— Respondió acercándose a ti para darte un beso en los labios, e instantáneamente te derretiste.— ¿Qué ocurre?
Tragaste en seco, la chispa inicial de tu coraje se desvaneció. No podías mantener tu postura por mucho tiempo cuando estabas bajo su mirada de esa manera, sus seductores iris negros mirando lujuriosamente tus labios te desconcentraban de tu propósito.
— Yo mmh, quería saber por qué nunca... me acompañas hasta el final cuando te lo pido.
Y Jungkook sonrió diabólicamente ante tus palabras.
— Cariño, no creo que estés lista para que yo haga eso todavía.— Respondió y su pulgar rozó tu labio inferior, el familiar estremecimiento recorrió todo tu cuerpo ante ese simple y sutil toque.— Sin embargo, apuesto a que ésta bonita boca se sentiría increíble alrededor de mi polla. Si quieres hacer eso.
Cada vez, sin falta, tus mejillas se calentaban y tus ojos se ensanchaban ante el sonido de sus palabras obscenas. Jungkook las usaba con tanta facilidad, como si las hubiera creado él mismo, y no podías acostumbrarte a lo tentadoras que sonaban cuando salían de su hermosa boca. Pero sólo había un problema con lo que te ofreció.
— Yo... no sé cómo hacer eso.— Admitiste completamente avergonzada y tratando de evitar su lujuriosa mirada de ti.— Yo nunca... simplemente no hubo…
Y Jungkook sintió su respiración atascarse en su garganta, podría haberse corrido justo en ese mismo momento: abrumado por la inexperiencia dulce e inmaculada que nunca te había abandonado por completo. Fue tan entrañable, pensó, la forma en que le rogaste que te follara al mismo tiempo que admitías que no sabías cómo hacer un oral. Realmente fuiste impecable. Y él mejor que nadie sabía que nunca volvería a encontrarse con nadie como tú.
— Me dijiste que no eras virgen.— Jungkook dijo, por supuesto, él lo sabía con certeza, eso era algo que los de su clase nunca se perderían. Sólo quería escucharte decirlo.
— No lo soy.— Tus ojos se dispararon para encontrarse con los suyos. Jungkook todavía tenía deseo nadando dentro de su mirada, sus dientes mordisqueando su labio inferior como si estuviera considerando qué hacer contigo.— Tuve… sexo antes. Una vez. Simplemente no tuve la oportunidad de... ya sabes.
— ¿Chupar una polla? — Completó, disfrutando cada gramo de tu timidez. Incluso después de todo lo que había pasado, seguías siendo tan pura, tan incómoda para explorar tu propia sexualidad. Y Jungkook quería derribar esos muros.— No hay razón para preocuparse, querida. Te puedo enseñar si quieres.
— ¿Tú puedes?
Jungkook sonrió, colocando un mechón de tu cabello detrás tu oreja. Su simple toque te mareaba por completo y su voz ronca te envolvía como una cálida manta tu alma ansiosa.
— Haré lo que quieras que haga.— Ronroneó con su voz melosa y cubierta de deseo.— Todo lo que tienes que hacer es pedirlo, cariño.
La primera vez que viste su pene, jadeaste tan fuerte de la sorpresa que Jungkook se echó a reír.
Habría estado mintiendo si hubiera dicho que no le encantó tu reacción, disfrutó demasiado con el asombro en tu mirada mientras observabas su tamaño y todos los detalles sobre él: la punta de su pene enrojecida y goteando para ti, la vena que se erguía hermosamente contra su piel lo hacía ver incluso mucho más imponente de lo que ya era.
Jungkook tenía longitud y grosor, una combinación peligrosa que te dejaba en algún lugar entre la emoción y la preocupación cuando pensabas en llevarlo dentro de ti.
— Vamos, cariño, no seas tímida.— Jungkook te animó elevando una de sus manos y llevándola a la parte posterior de tu cabeza; sujetando los mechones de tu cabello y el tirón que te dio no fue fuerte de ninguna manera, pero sí lo suficiente para que tu boca se acercara a su miembro erguido en lo alto.— Dale una lamida, quiero sentir tu lengua alrededor.
Tragaste saliva ligeramente nerviosa, tus dedos se envolvieron alrededor de la base de su pene para darle apoyo, y te sorprendiste aún más con la forma en la que tu mano lucía absurdamente pequeña contra su gorda polla. Pero aún así, hiciste lo que te pidió; tu lengua salió suave y plana contra su punta, comenzando a trazar pequeños círculos de saliva en su glande.
— Buena chica…— Jungkook elogió con un profundo suspiro, relajando su posición sobre la cama.— ¿Puedes llevártelo a la boca, bebé?
—No lo sé…— Murmuraste contra la punta húmeda.— Es tan grande…
Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras, su mano bajando por tu rostro para poder acariciar tu mejilla.— Empecemos despacio, ¿de acuerdo? Puedes parar cuando quieras.
Y tú asentiste con la cabeza sintiendo como el calor se extendía por tus mejillas. A Jungkook le gustaba demasiado la vista que tenía de tus bonitos labios tomando todo de su grosor; siguiendo tus movimientos incómodos mientras agarrabas su base con más fuerza y te inclinabas sobre él antes de que tu boca se envolviera en la punta para darle una ligera succión.
Jungkook suspiró de nuevo ante la sensación, pero estaba más entretenido viéndote luchar con su tamaño mientras tu mandíbula se movía para acomodar su grosor dentro de tu boca. Era un espectáculo tan pecaminoso y estaba empezando a perderse en tu expresión concentrada cuando decidiste hundirlo un poco más y chuparlo más fuerte.
— Muévete hacia arriba y hacia abajo para mí.— Te ordenó e hiciste lo que dijo, luchando contra el ardor en tu boca mientras lo llevabas más profundo gradualmente, sólo un poco más cada vez que bajabas la cabeza.— Usa tu mano también, bebé, hazme sentir bien…
Gimoteaste alrededor de su polla cuando tu mano comenzó a acariciar su base, cubriendo las partes de él que tu boca no podía alcanzar, moviendo tu cabeza hacia arriba hasta que sólo la punta estaba en tu boca antes de volver a tomar todo de él, con los bombeos de tu mano a la par de cada nueva succión. Jungkook te enseñó lo fuerte que tenías que chuparlo, lo rápido que le gustaba y lo mucho que amaba cuando gemías alrededor de su dura longitud. La pegajosa humedad entre tus piernas era cada vez más insoportable y solo aumentaba entre cada gutural gemido que brotaba de sus labios combinados con algunas maldiciones en nombre del placer que estaba sintiendo.
— ¿Puedo follarme tu boquita, bebé? — Preguntó y tú lo miraste desde abajo, la vista de Jungkook estaba enfocada en ti, mirando tus ojitos llorosos mientras asentías sumisamente a su alrededor y sonrió diabólicamente.— Buena niña.
Hace unos meses, ni siquiera hubieras aceptado la simple idea. Pero ahora, Jungkook te había convertido por completo en un desastre caliente y débil a sus encantos, en alguien que haría cualquier cosa que él te pidiera, y amabas cada segundo de esto.
Jungkook estaba orgulloso de su trabajo. Había sido uno de los mejores.
— Quiero que relajes tu garganta, bebé…— Te dijo mientras sus manos se movían hacia la parte de atrás de tu cabeza, dándole un tirón fuerte y experimental a tu cabello que te gustó más de lo que esperabas e hiciste todo lo posible por hacer lo que te pidió, colocando las palmas de tus manos contra sus fuertes y gruesos muslos para intentar prepararte. Nadie te había hecho esto antes y no sabías qué esperar.— Tu boca se ve tan bonita llena de mi polla. No puedo esperar para llenarla con mi semen.
Jungkook gruñó y tus piernas se debilitaron con sus palabras, un pequeño gemido vibró alrededor de su polla cuando elevó sus caderas hacia ti, llevándose más profundamente dentro de tu boca; tus ojos se cerraron ante la sensación de su punta rozando con dureza tu lengua. Jungkook no tardó ni dudó en establecer un ritmo; empujando hacia arriba dentro de tu boca mientras luchabas por mantenerte abierta para él, tu mandíbula dolía con la posición en la que estabas y no fue hasta que lo sentiste golpeando la parte posterior de tu garganta que te ahogaste con su tamaño y tus ojos se llenaron de lágrimas mientras lo escuchabas gemir sobre ti.
— Mierda…— Maldijo, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás. Jungkook era una imagen de perdición en la que fácilmente podías perderte, la forma en que se mordió el labio mientras te follaba la boca haciendo que tu coño se mojara aún más de pura necesidad. Te encantaba la sensación de que él te estaba utilizando, como si fueras una simple herramienta para su propio placer.— Ah, sabía que lo podías tomar. Nunca me decepcionaste.
Tu frágil sollozo salió amortiguado alrededor de su miembro, las vibraciones de tu voz hicieron que Jungkook te follara la boca más rápido y más fuerte. Cada vez que golpeaba la parte posterior de tu garganta, te ahogabas y tus uñas se clavaban en sus muslos, pudiendo sentir como tu coño se apretaba alrededor de la nada, imaginando cómo se sentiría tenerlo dentro de ti. También sabías que él podía sentir lo caliente y necesitada que estabas, podía oler tu excitación a millas de distancia, y la idea te hacía gemir.
— Eres una humana tan sucia…— Jungkook habló viendo como una lágrima corría por tu mejilla; le encantaba lo desordenada que te veías, tan desesperada con su polla metida en tu boca.— Eras tan inocente cuando te conocí, y ahora…— Agregó en medio de un audible gruñido.— Ahora mírate; llorando alrededor de mi polla, como una buena puta.
Cerró los ojos de golpe y gimió, con su cuerpo completamente dominado por la lujuria y por la sensación de la calidez y humedad de tu boca cubriéndolo por completo. El dolor en tu mandíbula ya no te molestaba; de hecho, te gustaba que Jungkook superara tus límites, haciéndote olvidar de tu propia incomodidad para poder darle más placer.
— Me voy a correr…— Advirtió y su voz salió ronca y firme, enviando escalofríos por tu columna vertebral, sintiendo su pene palpitar dentro de tu boca; llenando tus papilas gustativas con el gusto salado del líquido preseminal.— Y serás una buena niña y te tragarás todo.
No necesitó pedirlo dos veces porque no pensaste que hubiera algo más que quisieras hacer. Jungkook te folló la boca por unos segundos más con sus embestidas volviéndose erráticas, antes de que la punta hinchada chocara contra la parte posterior de tu garganta y se corriera con una fuerte maldición brotando de sus bonitos labios acompañada de un tirón en tu cabello que hizo que tu cuero cabelludo picara.
Gimoteaste mientras hacías todo lo posible por tragar las espesas olas de semen con su mano manteniéndote firmemente en su lugar mientras lo hacías. Jungkook no pudo maravillarse más con la sensación de tu garganta apretándose a su alrededor mientras tu lengua se movía para poder limpiarle la polla.
— Eso es…— Siseó un poco moviendo su pelvis de forma lenta.— Trágatelo todo.
Jungkook llegó en una cantidad sorprendente y, sin embargo, te las arreglaste para tomar todo de él, y cuando estuvo satisfecho soltó tu cabello y jadeaste por aire mientras te movías hacia arriba separándote de a poco de su pene aún duro y un visible hilo de saliva colgó de tus labios; conectando tu boca con su punta.
— Tan jodidamente bonita…— Dijo con ternura acariciando tu cabello, y no pudiste descifrar su expresión, pero de todos modos te emborrachaste con sus elogios.— Hiciste un gran trabajo. Ahora ven aquí.
Hiciste lo que te pidió, arrastrándote más cerca de él hasta subir a la cama y recostarte a su lado, rápidamente Jungkook se colocó encima de ti y su mano viajó por tu cuerpo hasta encontrarse con tu cuello; atrayéndote en un beso tan caliente y sensual que te dejó buscando aire; en medio de ese beso sentiste como su rodilla se movía entre tus piernas separándolas y abriéndote para él.
Su otra mano se movió hacia abajo para envolver tu coño y el demonio tarareó de placer una vez que sus dedos se encontraron con tus pliegues empapados, y sin querer perder mucho tiempo; dos de sus dedos se sumergieron dentro de tu calor, comenzando a estirar tu interior de a poco, tu espalda se arqueó ante la sensación y un gemido necesitado salió de tus labios mientras él comenzaba a bombear dentro y fuera de ti, llenando el dormitorio con los sonidos de tu humedad mezclados con tus suaves gemidos.
Jungkook se rió entre dientes cuando se apartó, sus rosados labios estaban hinchados y se inclinó para volver a atacar los tuyos.— Mírate…— Murmuró estableciendo un ritmo deliciosamente lento dentro y fuera de tu coño.— ¿Te mojaste así con solo chuparme la polla, bebé?
Tu asentiste con la cabeza ante su pregunta.— Me gusta hacer que te sientas bien.
Y Jungkook no pudo evitar sonreír ante tus palabras tan dóciles.
— Que linda.— Se inclinó y te dió un húmedo y casto beso en los labios, el movimiento fue extrañamente suave en comparación con la forma en que se cernía sobre ti, con su presencia casi amenazante cuando se encontraba con tu mirada.— ¿Quieres tener mi polla de nuevo, bebé? Las niñas buenas merecen recompensas.
Casi no podías creer sus palabras, una mezcla de euforia y lujuria se apoderó de ti al escucharlo. Tenerlo dentro de ti era todo lo que deseabas, y no podías aceptar lo suficientemente rápido.
— Sí, por favor…— Te quejaste, casi ahogándote con tus propias palabras mientras él agregaba un tercer dedo; abriéndote y preparándote para él, tu abdomen se apretó ante la idea de su gran polla entrando y saliendo de ti, con la idea de su semen llenándote mientras seguía follándote a través de su orgasmo. Nunca habías necesitado tanto a alguien.— Por favor, úsame. Quiero tanto sentirte…
Y la expresión entretenida en su rostro no vaciló, depositó otro nuevo beso en tus labios y te quitó los dedos.— Siempre tan educada.— Murmuró por lo bajo empujando tu espalda contra el colchón y atrapando tus muñecas con su mano, entrelazándolas justo encima de tu cabeza.— Me encanta cuando me ruegas.
— Pero nunca me das lo que quiero…— Hablaste en medio de un puchero y con las mejillas ardiendo.
— Esta noche lo haré.— Jungkook se rió entre dientes ante tus palabras mientras su otra mano se movía hacia abajo para bombear su pene. Estaba tan duro como antes, pero por supuesto, no esperabas que su cuerpo inmortal funcionara igual que cualquier otro humano, y la vista te hizo agua la boca.— ¿Quieres que te folle, bebé? — Preguntó con su voz ronca y arqueó las cejas, viendo como tragabas saliva y asentías desesperadamente, sus manos eran tan grandes, pero incluso parecían pequeñas al envolver su miembro, su pulgar llegaba a acariciar la punta rosada; cubriéndose con su humedad y los restos de tu saliva por todo lo largo.— Quiero que lo digas.
— Lo necesito tanto…— Dijiste, encontrando su mirada divertida puesta sobre ti.— Necesito tu polla dentro de mí, por favor Jungkook…
Los ojos de Jungkook brillaron con hambre y deseo mientras se relamía los labios. Te estabas volviendo una personita tan sucia, pensó, y aún así, seguías siendo tímida como antes.
— ¿Lo necesitas? — Repitió tus palabras inclinándose más cerca de ti y buscando alinearse correctamente con tu goteante entrada, y cuando habló de nuevo; sus palabras fueron una nube de calor contra tus labios entreabiertos.— ¿Me necesitas follando tu pequeño coño como una buena puta?
Jadeaste ante sus palabras tan sucias; buscando a tientas algún tipo de agarre en tus muñecas.— Sí, por favor, Jungkook, yo…
Tu oración se atascó en tu garganta cuando lo sentiste presionando la punta caliente de su pene contra tu entrada; provocándote lo suficiente como para que tus ojos se cerraran y que tu cuerpo se tensara con expectativa.
Sin embargo, a Jungkook le gustaba bromear.
— Relájate, bebé…— Murmuró alejándose un poco hacia atrás para apoyar su pene contra tu coño, comenzando a rodar sus caderas; haciéndote jadear cuando rozó intencionalmente tu clítoris y todo tu cuerpo se concentró en lo pesado y grueso que se sentía presionando contra ti.— Estás tan tensa.
Gemías con cada lento y provocativo movimiento de sus caderas contra ti, los sucios sonidos de su polla arrastrándose entre tus húmedos pliegues llenaban tus oídos y te hacían suspirar de pura frustración.— Por favor, mételo…— Suplicaste patéticamente y con los ojos nublados por el deseo.— No puedo soportarlo más…
Jungkook se rió entre dientes.— ¿Estás segura, bebé?
Y tu asentiste con la cabeza, más que necesitada y ansiosa por tenerlo dentro de ti.— Sí, joder, eso es todo lo que quiero…
— Todo lo que mi linda humana quiera…— Jungkook habló antes de tomar su pene por la base y alinear su punta contra tu entrada una vez más. Los dedos de tus pies se curvaron cuando él comenzó a deslizarse, el ardor que sentiste de su miembro grande y grueso abriendo tu interior gradualmente envió oleadas de dolor y placer al mismo tiempo.
Cerraste los ojos y tu cabeza cayó hacia atrás contra la almohada ante la deliciosa sensación.— Oh, joder, Jungkook…
— Shhh... eso es, despacio, bebé.— Jungkook susurró deslizándose lánguidamente dentro de ti, tomándose su dulce tiempo, disfrutando de la sensación de tu coño apretándose de forma imponente a su alrededor mientras entraba en tu interior y amando como se apretaba más a medida que avanzaba.— Sé que puedes tomarlo.
Intentaste apartar las manos de su agarre de nuevo, pero era en vano, Jungkook te sostenía con demasiada fuerza y prácticamente estabas a su merced.— Es mucho, Jungkook…— Te quejaste debajo de él sintiendo que todo tu cuerpo estaba en llamas. Nunca antes te habías sentido algo así, nunca pensaste que estarías tan llena.— Es demasiado grande…
— ¿Lo es, bebé? — Preguntó mientras se inclinaba sobre ti para darte un pequeño beso en los labios, suave, tranquilo. Todas las cosas que no era.— ¿Quieres que pare?
— No, por favor, no te detengas…— No dudaste, nunca lo hiciste con él.
Jungkook sonrió diabólicamente ante tu rápida respuesta. Realmente te había entrenado bien, te había convertido en su pequeña y obediente muñequita. Joder, el escucharte así hizo que su polla palpitara, dándose cuenta de que acababa de enseñarte cómo darle una buena mamada porque eras tan inocente que ni siquiera sabías cómo hacerlo y ahora te retorcías debajo de él, tratando de darle sentido a la sensación de su gran polla llenándote. Era demasiado perfecto.
— Mi linda bebé necesita tanto mi polla, ¿no es así? — Murmuró con su voz ronca empujando dentro de ti con tanta fuerza que te quedaste sin aliento, deteniéndose justo después para poder escuchar tus gemidos quejumbrosos saliendo de tus bonitos labios.— Mírate. Fuiste hecha para ser follada por mí.
— Es tan grande…— Balbuceaste sin sentido antes soltar un patético gemido cuando Jungkook comenzó a dar profundas embestidas dentro y fuera de ti, lentamente al principio; comenzando a establecer un ritmo conforme avanzaba. No pensaste que alguna vez serías capaz de experimentar este sentimiento con nadie más.— Se siente tan bien…
— Te encanta, ¿no es así? — Habló y se inclinó sobre ti; presionando su frente contra la tuya, su mano todavía sostenía con fuerza tus muñecas comenzando a perderse en el delicioso placer que sus cuerpos creaban, tus senos rebotaban cada vez que empujaba su polla dentro de ti con fuerza, haciendo que la vista de todo fuera aún más placentero.— Mi linda mortal fue hecha para tomar mi polla.
— S-Sí, por favor, no pares…— Gemiste de pura felicidad mientras las lágrimas corrían por tu rostro con la fuerza de sus embestidas. Ni siquiera podías pensar con claridad, tu mente era un desastre, demasiado intoxicada con la sensación de su miembro golpeando tu coño. Todas esas noches frustrantes, todos esos sueños eróticos que tuviste con Jungkook, nada podría compararse, y realmente pensaste que estabas arruinada para siempre.— Es tan bueno…
A Jungkook le encantaba verte llorar mientras estabas tan llena de su polla, esas lágrimas etéreas corriendo por tu rostro mientras sus embestidas se volvían más fuertes y duras dentro de ti. También le encantaba cómo se volvían tus gemidos cuando llegabas a ese punto: tan agudos y rotos, con tu cerebro incapaz de formar una sola oración comprensible.
— Qué linda humana.— Elogió elevando su mano para acunar tu rostro y limpiar una lágrima de tu mejilla.— Eres tan bonita cuando lloras…
— Es... es tan grande.— Gimoteaste dócilmente una vez más, parecía como si eso fuera todo lo que pudieras decir, ese único pensamiento repitiéndose como un disco rayado dentro de tu aturdida mente.
Tus ojos estaban tan borrosos que casi te perdiste la sonrisita diabólica que apareció en sus labios.
— ¿No puedes soportarlo, bebé? — Jungkook bromeó moviendo sus caderas de una manera que hizo que tu coño se apretara a su alrededor haciéndote gemir su nombre y arquear tu espalda hacia él; ofreciéndole en bandeja de oro tus senos para que él los atacara con su caliente lengua, lamiendo tus pezones antes de regalarles una mordidita por igual, y otra lágrima se deslizó por tu rostro con un deleite sin fin.— ¿Me molestas durante semanas, suplicando que te llene con mi polla, y luego empiezas a llorar porque no puedes soportarlo? Deberías ser más consciente de lo que pides.
— N-No, no es eso…— Tragaste saliva sintiendo como las palabras se atascaban en tu garganta ante sus duras embestidas.— Y-yo p-puedo tomarlo, lo juro…
Jungkook tarareó y se echó hacia atrás para poder mirar el lío que estaba haciendo entre tus piernas. Gimió en aprobación cuando vió su gruesa polla hundirse con fuerza entre tus empapados pliegues, casi hasta el borde.— Lo estás tomando muy bien princesa… – Él te miró con sus ojos de obsidiana brillando con malicia.— Qué buena puta eres. Harás todo lo que te pido, ¿no?
Asentiste desesperada con la cabeza sin entender realmente lo que dijo. Sentías como si el mundo se cerrara a tu alrededor, asfixiándote. Jungkook era demasiado grande, demasiado grueso, la forma en que te estiraba no era más que deliciosa y placentera.
— ¿Todo? — Preguntó inclinándose más cerca y soltando tus muñecas, con su boca a centímetros de tu oreja. Su aliento era caliente y pesado, cubierto de hambre.— Si quisiera seguir follándote una y otra vez, hasta que esté satisfecho, ¿me dejarías?
— Sí...— Gemiste en aprobación, eso era todo lo que querías.
Jungkook curvó sus manos debajo de tus rodillas y tiró de tus piernas hacia arriba, más cerca de tu pecho. El nuevo ángulo fue un descubrimiento tan delicioso, un gemido particularmente fuerte explotó en tu garganta mientras seguía follándote con fuerza.
— ¿Incluso si te corres tanto que ni siquiera puedas hacerlo más? — Preguntó una vez más; sus embestidas se volvieron más duras, golpeando increíblemente profundo dentro de ti de una manera que te hacía gemir su nombre una y otra vez.— ¿Me dejarías usar tu coño y llenarte con mi semen hasta que estés goteando? ¿Hum? ¿Hasta que no puedas soportarlo más y aún así no me detendré?
— Joder, sí... — Tus ojos se cerraron revoloteando en puro placer, y con tus muslos temblando con cada nueva colisión de sus caderas contra las tuyas. Dejarías que Jungkook hiciera lo que quisiera contigo, estabas más allá del punto de cuestionar cualquier cosa.— Por favor, Jungkook, yo solo… oh, joder…
— Estás tan jodidamente apretada…— Jungkook maldijo en medio de un gruñido, sus manos enterrándose en la piel de tus caderas.— Qué buen coño, tan húmedo y apretado para mi polla.
— Jungkook estoy tan cerca…— Gemiste desesperada sintiendo como todo el placer que te estaba dando comenzaba a golpear tu cuerpo.— Por favor, no te detengas.
— No puedo parar, cariño.— Jungkook siseó echando su cabeza hacia atrás en un nuevo y gutural gruñido, su cabello era un desastre sudoroso sobre sus ojos, su pecho palpitaba con el placer que lo estaba invadiendo, podía sentir todo: tu euforia, tu lujuria, la desesperación que emanaba de tu alma. Todo era tan lascivo, tan manchado; podría perderse en él. Casi podía saborear la corrupción que impregnaba tu alma.— No cuando te sientes tan jodidamente bien…
Otro agudo gemido brotó de tus labios sonando peligrosamente cerca de su nombre, sintiendo cómo tu interior apretaba su polla un poco más, Jungkook gruñó y maldijo ante la sensación de tus paredes palpitando a su alrededor con tu orgasmo llamándolo a follarte más fuerte y rápido, amando esas hermosas lágrimas que manchaban tu rostro y viendo como empezabas a retroceder por la sensibilidad extra a través de los espasmos de tu clímax.
— J-Jungkook, es demasiado…— Te quejaste por lo bajo buscando apoyo en sus fuertes brazos.
— Me dijiste que me dejarías usar este coño, bebé.— Jungkook te recordó con su voz rota por un gemido entrecortado. Se notaba que estaba cerca, sus embestidas eran demasiado descuidadas y desesperadas.— Hasta que esté satisfecho.
— S-sí...— Jadeaste sabiendo que no habías cambiado de opinión.
— ¿Vas a dejar que te llene con mi semen? — Preguntó de nuevo, sonriendo ante el pequeño y débil "sí" que le diste.— No voy a parar después de que me corra, bebé. Voy a follarte hasta que no puedas hacerlo más.
Abriste la boca para decir algo, qué, exactamente, no tenías idea, pero pronto sentiste su semen caliente derramándose dentro de ti y tu mente se quedó completamente en blanco. No sabías si era por lo que era Jungkook, pero todo lo que hizo fue extremadamente fácil para excitarte, y su semen dentro de ti no fue la excepción. Un gemido salió de tu garganta antes de que pudieras detenerte y todo tu cuerpo se apoderó de un nivel de deseo que ni siquiera podías comprender.
Hubo un momento de confusión interna cuando el demonio se detuvo para recuperar aliento en el que realmente pensaste que había terminado, que Jungkook se iba a ir y te dejaría con ese deseo construyéndose dentro de ti. Pero el aura animal que lo rodeaba no te dejaría descansar.
Después de unos cuantos segundos Jungkook encontró tus ojos a través de la cortina de su cabello oscuro, el brillo de malicia que viste en ellos te emocionó el doble antes de escucharlo hablar en medio de un gruñido.
— Más.
Y esa fue toda la advertencia que te dió, cuando menos te diste cuenta, Jungkook te dió la vuelta como si fueras una muñeca de trapo y presionó tu cara y tu cuerpo contra el colchón. Gimoteaste al sentir un duro azote golpear contra una de las mejillas de su trasero antes de que tomara con fuerza tus caderas, tirando de tu cuerpo hacia arriba hasta que tus rodillas te sostuvieron sobre la cama y apenas tuviste tiempo para reaccionar antes de que su polla se hundiera dentro de ti una vez más.
— Oh, Dios…— Jadeaste con fuerza y tus manos apretaron las sábanas mientras Jungkook continuaba golpeando dentro de ti, haciendo que la mezcla de su semen y tu humedad goteara por tus piernas. Su resistencia era una locura, como esperabas que fuera, pero la dureza de su polla te estaba haciendo perder la cabeza.— Joder, Jungkook…
— Tienes un coño tan perfecto, no puedo tener suficiente de ti…— Jungkook gruñó antes de tirar con fuerza de tu cabello mientras continuaba perforando dentro de tu coño, haciendo que tu cuerpo temblara con cada duro impacto. Tus ojos se cerraron ante la deliciosa sensación y tus paredes se apretaron alrededor de él mientras te llenaba hasta el borde.— Estás jodidamente goteando sobre mi polla. Qué puta tan sucia.
El placer dentro de ti era innegable, aumentando tan rápido que apenas y podías seguirlo. Acababas de alcanzar tu punto máximo y ya sentías que estabas a punto de hacerlo todo de nuevo.— J-Jungkook, yo…— Las palabras luchaban por salir de tu lengua con tu mente empañada por el erotismo de sus acciones.— Se siente tan bien, joder, no te detengas…
Hubo un ligero escozor en tu cuero cabelludo cuando apretó el agarre en tu cabello, haciéndote inclinar tu cabeza hacia atrás y que tu trasero se presionara contra su pelvis.— ¿Vas a correrte de nuevo, bebé? — Jungkook preguntó sin aliento antes de sonreír cuando asentiste con la cabeza, con tus ojitos llorosos mirándolo por encima de tu hombro.— Eres una pequeña mortal tan hambrienta. Acabas de llegar y estás a punto de correrte en mi polla de nuevo, ¿eh?
Gemiste una vez más igual de fuerte mientras lo sentías tirar de tu cabello, haciendo que tu espalda se arqueara y tu coño se apretara a su alrededor.— Sí, joder…— Admitiste en medio de un jadeo, la habitación estaba tan caliente que apenas y podías respirar, sentías como si todo el lugar estuviera dando vueltas a tu alrededor. Estabas tan, tan cerca de tu orgasmo que casi podías tocarlo.— Voy a correrme de nuevo…
Jungkook se humedeció los labios, bajando su atención al movimiento de su polla dentro y fuera de ti y gimió al ver tus pliegues envolviéndose alrededor de su grosor, tragándolo ansiosamente mientras tu humedad goteaba por tus muslos, ensuciándolo por completo. Era la cosa más hermosa que había presenciado en su vida, quería tener eso para siempre.— Sabía que serías tan perfecta después de que te preparé para esto, sabía que te encantaría ser una puta para mí.
No podías decir que te sorprendió su confesión; no eras tonta, sabías que había una sola cosa que un demonio quisiera contigo y, después de los sueños sexuales, no fue difícil sumarlo todo. Y, sin embargo, aceptaste sus avances en cada paso del camino, permitiste que te hiciera pedazos y te enseñara cómo ser tan sucia para él. Y tenía razón: te había encantado cada segundo.
— Voy a correrme.— Le advertiste, cerrando los ojos mientras todo el placer se arrastraba por toda tu piel justo hasta tu centro.— Joder, tu polla es tan grande, voy a…
Tu orgasmo te fue arrebatado cuando Jungkook se apartó abruptamente de tu coño. Lloriqueaste por lo bajo y sollozaste ante la pérdida de su pene dentro de ti, los sonidos lascivos se convirtieron en un jadeo de sorpresa y sin aliento cuando te separó de él.
Jungkook fácilmente te dio la vuelta y tiró de tus piernas hacia arriba, presionándolas contra tu pecho cuando se inclinó.— Quiero ver tu bonita cara cuando te llene con mi semen.
Y eso fue todo lo que dijo antes de irrumpir dentro nuevamente en una deliciosa penetración, todo tu cuerpo se estremeció ante la sensación y ante el repentino estiramiento que te empujó al borde del placer y te hizo correrte alrededor de su polla por segunda vez esa noche.
— Que humana tan dulce…— Jungkook gimió demasiado perdido en su propio placer, tus paredes se habían vuelto increíblemente apretadas a su alrededor, latiendo con cada bombeo de su longitud dentro de ti.— Me encanta arruinarte. Eres tan perfecta para mí. Hecha para esto…— Sus frases eran sólo algunos pensamientos conectados por fuertes gemidos, sus cejas bajaban a medida que se acercaba su propio orgasmo.— Me encanta verte así, te ves tan linda, toda llena de mi polla.
Jungkook murmuró con su voz aireada antes de derramarse de nuevo dentro de ti con un fuerte y entrecortado gemido y unas pocas palabras de elogio que salieron de sus labios: de lo bien, lo húmeda y lo apretada que estabas para él. Al igual que la primera vez, la sensación de que él te llenaba era embriagadora y te hacía perder la cabeza una vez más.
Intentaste quejarte un poco pero tus palabras fueron silenciadas con el choque de sus labios contra los tuyos, un gemido gutural lo dejó mientras derramaba las últimas gotas, su polla palpitó un par de veces más mientras seguía bombeándose a sí mismo través de su orgasmo; asegurándose de que cada gota de su semen estuviera profundamente dentro de ti.
Se notaba que estaba lejos de estar satisfecho cuando te besó con fervor, tarareando ante el sabor de tu lengua mientras sus manos sostenían con fuerza tus caderas impidiendo moverte. El pene de Jungkook todavía estaba duro dentro de ti, enterrado profundamente, incluso si había detenido sus movimientos, y te encantaba lo lleno que te hacía sentir, y sabías que estabas más allá del punto de la salvación.
Jungkook suspiró profundamente contra tus labios y se inclinó hacia atrás, sus ojos se encontraron con la unión de sus cuerpos mientras se alejaba, viendo como su semen se derramaba fuera de ti lentamente, haciendo un desastre sobre las sábanas y marcándote como suya, completamente suya.
— Perfecta…— Murmuró y debió haber sido la centésima vez que dijo eso en la noche, pero no podía tener suficiente de ti.— Hecha para mí.
Hubo un peso en tu pecho cuando lo miraste, observando la forma tan hermosa en la que su piel brillaba bajo la luz de la luna. Quizás fue la culpa, pensaste, o la comprensión de que acababas de manchar tu alma en nombre de la lujuria. Sin embargo, ya no te importaba.
Respiró pesadamente cuando se acostó a tu lado sobre la cama, y te giraste de lado para poder mirarlo; Jungkook era tan guapo, tan perfecto; y la mirada que te dio fue nada menos que pecaminosa.
— ¿Estuve bien? — Preguntaste por lo bajo con tu voz temblorosa debido a tu estado nebuloso y cansado antes de formar una pequeña sonrisita.
El demonio asintió, encontrando esa pregunta bastante adorable.— Sí, cariño. Aprendes rápido.
Tu sonrisa satisfecha se ensanchó en tu rostro y te acercaste a él, colocando tu cabeza contra su pecho, donde no podías escuchar ningún latido. Ese momento fue lo suficientemente extraño como lo fue, pero no estabas pensando con claridad; además, abrazar a un demonio no podía ser peor que todo lo que había sucedido antes.
Si Jungkook pensó que eso era extraño, no lo mencionó. Simplemente apartó unos mechones de cabello de tu frente, mirándote.— ¿Cansada, querida? — Preguntó.
— Sí…— Respondiste por lo bajo y parpadeaste pesadamente.
El tarareó colocando su palma contra tu mejilla.— Puedes descansar un poco.— Habló casi con suavidad al principio antes de que su voz volviera al tono profundo y áspero de antes.— Pero aún no he terminado contigo.
Después de todo, le permitiste usarte hasta que estuviera satisfecho. Y Jungkook estaba lejos de estarlo. No era que estuvieras quejando después de todo.
Y antes de que el sueño y el cansancio hiciera efecto por completo en tu cuerpo, escuchaste a Jungkook murmurar por lo bajo contra tu oído:
— Espera a que ellos te conozcan, cariño.
N/A: Por finn después de mucho tiempo y de que me lo pidieran demasiado por fin está disponible de nuevo 'Devilish' como especial de halloween 🎃
Espero por fin poder publicar la segunda parte de este oneshot, que realmente es una serie👀
So espero que lo disfruten igual o más que la primera vez🌚 gracias por todo su apoyo ♡
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00. hey there! all star 𝄞 [masterlist]
rockstar! ellie x singer! reader x rockstar! abby
synopsis: At All Star University deviance isn’t tolerated. When the band room is up in flames with 3 music students to blame, community service at a band camp in the summer is in order.
warnings: 18+, MDNI, smoking, drinking, arson, fighting, will get sexual in further chapters, platonic between r! and abby, partying, slightly dark but may get darker, kissing, touching, angst, crushing, mutual pinning, swearing, rock band references, music college AU,
━━☆ heavily inspired by rebelde and camp rock and SOUR
01. all stars repent
02. the pink pen
03. brutal . . . queued
⬭ 𓈒ㅤ updated with each new chapter
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Writing one shots and preferences/scenarios/headcanons
WHEN REQUESTING INCLUDE: READER GENDER/PRONOUNCE, PLOT, HOW LONG THE FIC SHOULD BE, AND WHAT TYPE OF FIC (⬆️)
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SHAMELESS
TEEN WOLF
THE WALKING DEAD (SHOW)
THE BOYS
YELLOWJACKETS
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Get Thee Behind Me, Assbutts (Traducción)
Capítulo 1: Maze/Maize
Historia de @ladyknightskye
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Si alguien le dijera a Sam Winchester que regresaría al laberinto de maíz para encontrar a su hermano mayor pasando voluntariamente el rato con dos ángeles rebeldes, y lo que sea que técnicamente era Gabriel, habría asumido que ese alguien estaba completamente borracho.
Sin embargo, de hecho, estaba mirando directamente a Sam, y le sonreía a Cas, mientras Lucifer y Gabriel -joder, joder, joder- estaban ocupados demoliendo un plato de donas de sidra de manzana. Abrió y cerró la boca varias veces antes de que los dos Arcángeles lo notaran con sonrisas terriblemente idénticas. ¿Cómo diablos se las arreglaron para parecer que estaban emparentados mientras estaban en dos recipientes muy diferentes?
—¿Joder? —Finalmente salió.
Los cuatro hombres -un hombre, tres ángeles, qué carajo- se giraron hacia él.
—Hola, Sammy —dijo Dean con un tono jovial.
—¡Sambo! —Gabriel chilló—. Deany Baby dijo que aparecerías.
Dean arqueó una ceja con escepticismo ante el apodo, pero no dijo nada, para sorpresa de Sam.
—Hola Sam —dijo por fin Cas—, ¿Descubriste algo en el ayuntamiento?
—Sí —dijo Sam, sin apartar los ojos de los dos arcángeles que actualmente se parecían a las ardillas listadas—, no es nuestro tipo de- ¿por qué están aquí?
Dean estaba ocupado masticando, pero Cas respondió después de darle un delicado mordisco a su dona solitaria.
—Gabriel escuchó a Dean. Se puso en contacto con Lucifer.
—Esta bieeeeeeen —dijo Sam. ¿Como si algo de eso explicara algo?
—Lucifer decidió dejar de ser un imbécil —dijo Dean alrededor de otro bocado de pastel—. Ahora tenemos que descubrir cómo quitarnos a Michael de encima.
Sam parpadeó. Y parpadeó de nuevo. Continuó parpadeando. Si uno pudiera imaginarse la mente de Winchester en este momento, estaría mejor representada por el torbellino amortiguador de la perdición.
—¿De nuevo?
—He decidido no destruir el mundo —dijo Lucifer después de terminar de masticar—. Los humanos siguen siendo gusanos, pero me agradas bastante. Y Dean es entretenido.
—Esto es- estás jugando conmigo, ¿verdad? —preguntó Sam.
Lucifer parecía ofendido.
—Te lo dije, no te mentiré.
Sam se volvió hacia Gabriel.
—Este eres tú, ¿no es así?
—Bueno sí. —Gabriel agarró otra dona—. Quiero decir, fui a buscarlo. Y hable con él. Vamos a buscar a papá. Vinimos a ver a Cas.
—No te daré el amuleto —murmuró Cas.
—Entonces, supongo que estás atrapado con nosotros —Lucifer sonrió, lo cual fue un poco aterrador.
Cas suspiró con todo su ser.
—Gabriel. Por favor. Si encuentro a Padre, serás el primero en saberlo.
—¿Y qué tipo de hermanos mayores seríamos si no estuviéramos atentos a ti? Quiero decir, tú también estás huyendo del cielo —dijo Gabriel con un guiño astuto.
Dean tosió una carcajada detrás de su mano ante la mirada en el rostro de Castiel.
—Solías arrojarme a los cuásares mientras Balthazar y Kokobiel se reían.
—Solo porque nunca aprendiste a no confiar en mí cuando te pregunté si querías ver un truco de magia —comenzó Gabriel indignado.
—Sam, siéntate —dijo Lucifer, deslizándose hacia abajo para que Sam tuviera un lugar en la mesa de pícnic. Gabriel gruñó, pero permitió que su hermano mayor lo deslizara por la madera—, Dean, ve y tráenos más donas.
Dean se levantó para hacer lo que dijo el Diablo.
—En realidad, iré contigo—dijo Sam con fuerza.
Una vez estuvieron más o menos fuera del alcance del oído de los -santo maldito infierno- tres ángeles, Sam se volvió hacia Dean.
—¿Qué demonios? —preguntó en un grito casi estrangulado.
—¡Lo sé! —Dean gritó, mostrando que gran parte de su indiferencia aparentemente era una fachada— ¡Quiero decir, santo infierno!
—Dean, ¿qué pasó mientras yo no estaba? —espetó Sam.
—Está bien, entonces convencí a Cas para que entrara al laberinto de maíz conmigo…
Dean sonrió cuando él y Cas pasaron junto a otra familia que disfrutaba del laberinto. Realmente nunca había estado en uno, y bueno, tenía una oportunidad antes de que el mundo terminara, así que iba a aprovecharla. Resolver el laberinto en sí mismo no fue particularmente entretenido, pero ver a Castiel evaluar cada giro con una mirada entrecerrada sí lo fue. Estaban en el centro del laberinto cuando una voz desconocida habló.
—Castiel, ¿verdad?
Se giraron, Castiel palideció -y vaya, ya estaba lo suficientemente pálido, así que era una hazaña en sí misma- y Dean controló el impulso de sacar un arma. Allí había otra familia, una mamá y un papá y dos niños pequeños riéndose y tomándose una foto. Detrás de ellos estaba un chico rubio de la misma altura que Dean con las manos en los bolsillos y una pequeña sonrisa en su rostro.
—¿Quién eres?
—Relájate, Dean-o —dijo una voz que era más familiar. Desafortunadamente.
Dean gimió.
—¿Qué deseas?
Gabriel se quitó la ventosa de la boca con un sonoro golpe cuando rodeó al otro hombre.
—Lucy y yo queríamos ver a Cas. No estamos aquí para pelear.
Castiel los miraba con desconfianza, pero Dean también podía ver el leve miedo en sus ojos.
—¿Qué necesitas?
—Estás buscando a nuestro Padre, ¿no es así?
El otro ángel- ¿Lucy? Espera-
—¡¿Lucifer?! —preguntó Dean con incredulidad.
El Arcángel asintió.
—¿Sí? —Su voz seguía siendo muy suave y agradable.
Dean abrió la boca. Él esperaba a alguien… Más. No este tipo, él sonaba como un maestro de jardín de infantes con buenos modales que vestía como Dean.
—Dean —siseó Castiel nerviosamente.
—Lo siento, yo, eh- —Dean negó con la cabeza, y luego sintió crecer la ira. ¡Era el maldito diablo!— Acércate a Sammy y yo...
—No tengo intención de hacerle nada a Sam —respondió Lucifer de manera uniforme—, a menos que él me lo pida.
Antes de que Dean pudiera dar un paso agresivo hacia adelante, el brazo de Cas salió disparado.
—No.
Gabriel había visto todo esto con una expresión aburrida.
—Mira, Dean, no estamos aquí por el Apocalipsis. Ya no. Lucy y yo hemos tenido una larga y agradable conversación. Queremos encontrar a nuestro Padre.
—Pensé que creías que la tarea era imposible —gruñó Castiel. Entonces, Dean tuvo la sensación de que Gabriel era un juego justo, mientras que Lucifer era de temer.
—Lo hice, pero tienes una baratija para ayudarte, ¿no? —preguntó Gabriel, señalando el pecho de la gabardina.
—No puedes tenerlo —respondió Cas con severidad.
Gabriel puso los ojos en blanco.
—Lo recuperarás para dárselo a tu novio, no te preocupes.
Dean frunció el ceño, pero no se perdió el pequeño rubor en las mejillas de Cas. Lucifer ladeó la cabeza.
—Espera, ¿Castiel?
El ángel se congeló.
—Castiel… El Castiel de Gabriel. —El rostro de Lucifer se transformó en una sonrisa casi salvaje.
—Solo hay un Castiel —dijo Gabriel con una sonrisa.
—¿Cas? —susurró Dean.
Castiel parecía perseguido. En realidad, se estaba encogiendo un poco. Si no estuvieran enfrentando una amenaza existencial y a un imbécil, Dean probablemente se estaría riendo en este momento.
—¿El Castiel que disparó un cometa en el culo de Raphael, Castiel? —Lucifer dijo con una risa que comenzaba a brotar debajo de las palabras.
Dean miró a Cas con asombro.
—No es de extrañar que Raphael te odie.
—Fue un accidente —murmuró Castiel.
En este punto, Lucifer estaba aullando de risa.
—¡Raphael se quejó de eso con Michael durante años! —Él cantó.
—¡Fue un accidente! —Castiel dijo aún más fuerte, sus ojos se agrandaron con la misma mirada que había usado hace semanas en un burdel en Maine— ¡No fue mi intención! ¡Tú me pusiste a hacerlo, Gabriel!
Dean realmente no tenía la intención de hacerlo, pero se encontró apoyándose en Lucifer, riendo a carcajadas ante la mirada en el rostro de Cas.
Sam parpadeó a su hermano.
—Te uniste a Satanás por ser hermanos mayores molestos.
Dean abrió la boca para discutir, pero luego se encogió de hombros.
—Sí. Supongo.
Sam puso su cabeza entre sus manos.
—Eh, ¿señores?
Se dieron la vuelta y Dean pidió rápidamente otras tres docenas de donuts. Sam seguía tratando de asimilar la idea de que “Lucifer estaba aplazando el Apocalipsis” -no iba a tocar el evidente coqueteo de Lucifer ni con un palo de tres metros-, pero cuando volvieron a la sala de estar, la visión que los recibió lo dejó estupefacto.
Lucifer y Gabriel le estaban dando a Castiel un abrazo combinado de cuerpo completo. Lucifer incluso tenía la cara enterrada en el cuello de Cas, y la de Gabriel estaba debajo de su mandíbula del otro lado, con una cara cómicamente dichosa. Castiel se veía como si fuera un gato que sufría mucho siendo maltratado por niños pequeños.
—Ayúdame —ordenó.
Dean le dedicó una sonrisa pícara con la lengua fuera.
—Sam, sujeta las donas.
Sam no podía hacer nada más que tomar la comida y ver a Dean sacar una foto de todo con su teléfono.
Esta es una traducción autorizada. Recuerden apoyar la historia original.
Divisores de cafekitsune
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Contrato de confidencialidade
Imagine: Imagina que és deixada sozinha numa festa e conheces um rapaz, mas desconheces que ele é o teu novo patrão.
Avisos: Nenhum.
Famosos Masterlist
Por vezes é difícil uma pessoa de uma cidade pequena conseguir uma posição elevada numa empresa e por vezes é preciso começar por baixo... E só Deus sabe o quão baixo eu comecei quando entrei para a empresa de publicidade mais cobiçada do país. Agora vou começar como planeadora logo após o Natal.
Hoje é a festa de Natal da empresa e eu estou acompanhada por umas amigas, mas pouco tempo depois acabam por me abandonarem. Já sozinha dirijo-me para o bar onde peço uma bebida para me acalmar os nervos e fazer-me ganhar coragem.
- Estás sozinha? – Uma voz musculina fala nas minhas costas.
- Parece que sim. – Respondo virando-me para encarar o sujeito.
Ele é lindo, com traços masculinos bem definidos, um cabelo castanho rebelde que caí ligeiramente sobre uns olhos castanhos que deixam qualquer uma louca de amor. O seu sorriso é amável e faz me sonhar. Sem me aperceber acabo por encará-lo por muito tempo e o sorriso cresce quando percebe o meu olhar fazendo-me corar profundamente desviando a cara.
- Ficas bastante fofa ao desviares a cara toda corada. – Com essas palavras coro ainda mais fazendo-o dar uma risada. – Queres ir dançar?! Dás-me essa honra? – Ele pergunta esticando a mão na minha direção quando a música começa.
Eu aceito a sua mão e ele leva-me para o meio da pista de dança movendo-se ao ritmo do slow, levando-me a sonhar por alguns minutos até a dança acabar. O resto da noite foi passada com ele conversando e conhecendo-nos melhor, mas tal como todos os sonhos a noite chegou ao fim. Trocamos números de telemóvel e despedimo-nos, certa de que não teríamos novos encontros.
***
Passou-se três dias desde aquela memorável festa de Natal e estou aproveitando os dias de folga para organizar as minhas prateleiras de livros quando o meu telemóvel começa a tocar. É o homem que havia conhecido na festa e cujo nome aprendi ser Tom.
- Estou?!
- Olá (T/N), estás ocupada?
- Nem por isso. Porquê?
- Hum.. Eu queria convidar-te para um encontro. O que é que me dizes?!
- Claro que sim. Onde nos encontramos?
- Eu posso ir buscar-te. Manda-me a tua morada e estou aí dentro de uma hora.
- Combinado. - Desligo a chamada e envio-lhe a minha morada antes de ir me arranjar. Ele levou a um belo parque onde demos um passeio, comemos gelado e falamos sobre diversas coisas.
Durante toda a semana tivemos encontros maravilhosos onde ele me levava a lugares românticos e quando demos por isso tínhamos uma potencial relação.
***
Hoje começo no meu novo posto de trabalho e está tudo indo conforme o requerido até que uma comoção no escritório chama a minha atenção.
- Hey Clara, sabes do que se trata esta confusão?!
- Não sabes? Onde estavas com a cabeça na festa. O concelho anunciou que a empresa tem um novo CEO, provavelmente é ele que aí vem.
- Ótimo. O meu primeiro dia e já tenho o chefe à perna. - Eu volto a concentrar-me no trabalho que havia sobre a secretária, mas alguns minutos depois o gerente da secção parou junto à minha bancada.
- Esta é a (T/N). A contratação mais recente deste departamento e temos grandes expectativas para ela. - Antes de poder formar contacto visual a sua voz familiar atraiu-me e quando os nossos olhos se encontraram fiquei congelada.
- Prazer em conhecer-te. – Ele cumprimenta-me como se fosse a primeira vez e uma dor acertou diretamente no meu coração.
- P-prazer é meu, espero não ser um peso.
- (T/N), o CEO quer conhecer o departamento melhor, portanto ele vai passar trabalhar contigo.
- Sim, espero não ser eu um peso e peço que me digas se tiver a atrapalhar.
- Com certeza que não. – Feitas as apresentações começamos todos a trabalhar e alguns minutos Tom arranjou maneira de nos encontrarmos a sós.
Ele puxa-me para um pequeno escritório que ainda não tinha dono após o anterior se ter reformado para poder falar sem ser interrompido. Sinceramente falar com ele é a última coisa que me apetece, mas pouco posso fazer, afinal ele é o meu chefe.
- Desculpa, mas eu não quero arranjar-te problemas. Não é minha primeira vez neste ramo e eu sei como funcionam as coisas, só não quero que tenhas de lidar com os rumores.
- Hum. – Mesmo que já o tenha perdoado ainda tinha algum receio de estar a ser manipulada.
- Por favor (T/N) eu não posso ficar assim contigo.
- Porque que diriam alguma coisa sobre nós, se nem nos conhecemos na empresa?
- Conhecemo-nos na festa de Natal da empresa onde foi anunciado que eu seria o novo CEO.
- Estou a ver?! Mesmo assim a facilidade com que o fizeste magoou-me, por que razão deveria perdoar-te?
- Porque… - Ele pensa durante algum tempo. – É melhor mostrar. – O Tom puxa-me de repente e cola os seus lábios aos meus.
Tento lutar contra, mas ele é mais forte e acaba por me dominar. Ao fim de alguns segundos sem responder ele começou a afastar-se, mas nessa altura as minhas resistências tinham desaparecido e volto a puxá-lo para o beijo rodeando o seu pescoço com os braços.
Todo o nosso amor foi posto naquele beijo que acaba por levar o ar dos pulmões fazendo-nos separar antes do desejado. Encarámo-nos nos olhos, ambos a sorrir enquanto acabávamos de processar o que havia acontecido ainda agora.
- Eu amo-te (T/N). – O Tom é o primeiro a falar fazendo-me sorrir mais ainda.
- Eu também te amo Tom.
A partir desse dia começamos uma relação, mas tivemos que mantê-la em segredo para que não tivéssemos problemas na empresa. Fizemos as coisas ao nosso ritmo, em segredo, e então sempre que ficávamos sozinhos e fora de olhos alheios aproveitávamos para roubar alguns beijos e carinhos sem que ninguém se apercebesse.
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Masterlist organizada do imagine mais antigo para o mais novo ✨
Aqueles marcados com ** são imagines hot!
Liam Payne (Aquele em que s\n tem uma doença terminal)
Preference (Aquele em que ele te protege no Twitter)
Harry Styles (Aquele em que ele se dá mal) Parte 1. Parte 2.
Harry Styles (Aquele em que ele volta de surpresa) Parte 1. Parte 2**
Zayn Malik (Aquele em que ele vai á sua despedida de solteira)
Louis Tomlinson (Aquele em que seus pais se casam)
Niall Horan (Aquele em que ele volta de turnê e mata a saudade)**
Niall Horan (Aquele em que ela ainda não está pronta)
Harry Styles (Aquele em que ela é modelo e ele ciumento)
Preference (Primeira foto no insta dele)
Zayn Malik (Teenage Dirtbag)
Niall Horan (Aquele em que ele é o preferido da banda)
Preference (Aquele em que dão limão para o bebê)
Zayn Malik (Aquele em que ela é a amante)**
Preference (Aquele em que ele broxa)
Harry Styles (Aquele em que eles namoram por contrato)
Preference (Coisas de mulher)
Zayn Malik (I Will be)
Zayn Malik (Aquele em que ela tem reação alérgica)
Zayn Malik (Aquele em que ela dá a última chance)
Preference (Escrevendo uma música)
Niall Horan (Aquele em que ela perde uma prova)
Harry Styles (Aquele em que eles tem uma recaída)
Niall Horan (Story of my Life)
Louis Tomlinson (Little things)
Zayn Malik (Aquele em que Zayn é o amante)
Jensen Ackes (Aquele em que ela é a maquiadora)
Harry Styles (Aquele em que ela é assistiente da rainha)
Liam Payne (NERD) Parte 1. Parte 2.
Niall Horan (Aquele em que seus pais conhecem a neta)
Harry Styles (Aquele em que eles são atores de filme adulto)**
Zayn Malik (Aquele em que eles não podem ficar juntos)
Harry Styles (Strong)
Harry Styles (Aquele em que eles tem uma filha rebelde)
Zayn Malik (Aquele em que ele pede desculpas)
Harry Styles (Aquele em que ele volta da turnê)
Harry Styles (Aquele em que ele é ciumento)
Louis Tomlinson (Smile)
Niall Horan (Aquele em que ele a ajuda) Parte 2.
Liam Payne (Aquele em que ele tem um segredo)
Harry Styles (Aquele em que ele tenta se redimir) Parte 1. Parte 2
Liam Payne (Aquele em que ele está de aniversário)
Louis Tomlinson (Aquele em que ele se veste de mulher)
Liam Payne (Aquele em que ela é uma princesa)
Harry Styles (Aquele em que ele é fisioterapeuta)
Harry Styles (Aquele em que ele está longe)
Harry Styles (Aquele em que ele está diferente)
Harry Styles (Aquele em que eles são descobertos)
Liam Payne (Aquele em que ele conhece a família dela)
Zayn Malik (Aquele em que ele está de aniversário)**
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REBELDE MASTERLIST
Guide:
🔥 - SMUT
💙 - MALE READER
💚 - GN READER
🌺 - FLUFF
🌧️ - ANGST
ALL
HEADCANONS 🔥💙
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rebelde masterlist
rating: 🍋 (angst), 🍍 (lil angst & lil fluff), 🍓 (fluff), 🍏 (just there), 🥤 (drabble), 🍒 (headcanon)
andi agosti
drummer girl - 🍓
the perfect duet - 🍓
please don’t leave - 🍍
dixon alvarez
total opposites - 🍍
<- back
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It's 2022 and I think I need to do a ship masterlist with beautiful gifs just because I love and miss them all
Caryl - Carol Peletier + Daryl Dixon - The Walking Dead (the main reason why this blog exists and why 2022 will be a awesome year because caryl is endgame)
Whouffle/Whouffaldi - Clara Oswald + 11th Doctor/ Clara + 12th Doctor - Doctor Who (time and space soulmates, destroyed the entire universe and my heart too in the process)
Dramione - Draco Malfoy + Hermione Granger - Harry Potter (the very first one, and yes, the gif is Feltson, but Draco would totally be this kind of boyfriend if we could eliminate all the trauma yk)
DyR/Vondy - Diego Bustamante + Roberta Pardo, and the real life actors/singers Dulce Maria + Christopher Von Uckerman - Rebelde/RBD (my latin beloveds)
Snowing - Mary Margaret/Snow White + David/Prince Charming - Once Upon A Time (they made me cry like every fucking episode)
Sasusaku - Uchiha Sasuke + Haruno Sakura - Naruto (I just can't believe they are finally together and happy, they deserve every minute of their domestic bliss)
Canon or fanon, I hope all my ships find happiness together on 2022 and beyond!
#caryl#the walking dead#whouffle#whouffaldi#doctor who#dramione#harry potter#dyr#vondy#rebelde#rbd#snowing#the charmings#once upon a time#ouat#sasusaku#naruto#masterlist#all my ships#all my otps
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Dating Emilia but Mj Having a crush on you - @bumblesimagines
Emilia x Andi - @palizinhas
Andi Agosti
Drummer girl - @cactiem
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Memories - Capitulo 21
Nota da autora: Obrigada pelos comentários, peço desculpas pela minha ausência e feliz ano novo à todos!
avisos: menção a conteúdo sexual. os gifs não são meus.
capítulos anteriores | masterlist | fale comigo
Inferno!
Courtney estava mais magra desde que me lembro. Seu cabelo continuava loiro com um brilho e aspecto sedoso.
Ela usava um vestido solto com botas e em seu colo, um garotinho que estava com a cabeça deitada em seu ombro e que me encarava fixamente.
Seus olhos eram azuis como de Courtney, ele tinha alguns fios rebeldes que encaracolavam e longos cílios pretos.
— Pelo jeito, você não se tornou um retardado com fraldas aos 30 anos. Está mais bonito do que nunca.
É claro, depois de passar uma noite fazendo amor com S/n, eu não poderia estar diferente.
É claro, depois de passar uma noite fazendo amor com S/n, eu não poderia estar diferente.
Segurei o pacote da cafeteria mais firme contra mim e sentia o suporte dos copos bambear entre meus dedos.
— Tchau. – Virei minhas costas e rumei para porta de saída. Eu não precisava de qualquer contato com ela.
— Espere, Harry! – Ouvi a loira me chamando e não sei porque, minhas pernas pararam na calçada.
Ela colocou o garotinho no chão que ficou brincando com a floreira da cafeteria.
— O quê é? Eu não tenho dinheiro. – Cuspi antes dela falar algo.
— Eu não preciso mais do seu dinheiro.
— Bom pra nós. – Eu já estava com raiva e querendo voltar pra S/n o mais rápido possível.
— Desculpa o comentário. Fico feliz em ver que está bem.
— Não graças a você!
— Imagino que S/n tenha feito esse trabalho… Querido, cuidado! – Ela tomou atenção ao garotinho e o pegou no colo.
Alternei meu olhar entre os dois em silêncio.
— Ele não é seu. – lendo meus pensamentos, ela respondeu – Estou feliz e casada hoje.
— Parabéns.
— Se uma hora quiser conversar sobre tudo que aconteceu no passado, eu venho aqui todos os dias. – Courtney parecia estar sendo sincera, mas eu não confiava.
— Conversar sobre o quê? Eu quase morri naquele hospital e você falou merda com a S/n. Não temos nada pra tratar!
— Eu falhei assim como você, Harry e quero arrumar as coisas. Ou não se lembra do que fez? – ela ponderou – Inclusive, S/n já soube daquela aposta ridícula?
— Já. – saiu em um miado – Já sim e me perdoou. Inclusive, nosso café está esfriando. Adeus.
— Adeus.
Meus pensamentos continuavam em Courtney quando tirei o casaco e joguei sobre o sofá de S/n.
Aquele sofá tinha algo especial pra mim agora.
Lavei as mãos e coloquei os bolinhos numa bandeja e o café de S/n. Caminhei até o quarto e entrei.
Ela tinha vestido uma blusa de moletom e uma calcinha cinza, ambos dando a sensação de conforto. Ela ressoava tranquilamente.
Deixei a bandeja na cômoda e sentei na cama, passando os dedos pelo rosto dela e dando beijos bem suaves.
— Lovie… acorda… – Passei meu nariz no dela, dizendo em um tom baixo – Vamos tomar café?
S/n foi abrindo os olhos devagar e sorriu brevemente. Eu queria deitar ali com ela pelo resto do dia, se tivesse direito, eu não negaria uma segunda rodada.
— Bom dia, lovie. – ela falou baixinho e rouca – Demorou…
— É que você dormiu bastante, tem essa impressão. – Fiz um carinho com o dedão em sua bochecha, ela não precisava saber daquela mulher – Trouxe bolinhos!
S/n sorriu e suas mãos passaram pelo meu rosto e me puxaram para um beijo matinal.
Eu me acostumaria com isso facilmente.
2 dias depois...
Naquele mesmo dia, S/n e eu cozinhamos juntos, assistimos filmes e claro, nos amamos novamente.
A cada gemido que ela soltava, a cada tremor que seu corpo dava quando ela chegava no seu máximo, me fazia ver como eu a queria cada vez mais e pra sempre. Eu queria ser o único a ver sua respiração acelerar, seus dedos puxarem o lençol da cama e sua cabeça ser jogada pra trás cada vez que eu dava prazer a ela. E posso dizer que eu estava estragado pra qualquer mulher, porque o modo como ela cuidava de mim, me chupando, me deixando louco pra experimenta-la a cada segundo, deixava isso claro.
Mas ainda tinha uma coisa que me deixava preocupado. Uma não, duas, aliás.
A primeira com certeza era sobre a aposta. Eu estou sendo um tremendo covarde? Sim. Estou morrendo de medo de perde-la por decisão idiota de anos atrás? Também!
Tudo estava planejado para aquela noite e agora eu nem sabia mais por onde começar.
A segunda coisa com certeza é Courtney.
"O demônio sempre tem notícias quando quer atormentar uma alma perturbada" Louis estava certo de novo. Agora que Courtney sabe que estou bem e são, é capaz que queria fazer algo por mais que esteja casada e com um garotinho.
O garotinho… Se S/n visse com certeza ficaria aos pedaços. A mulher que a humilhou com um filho e S/n sem nada.
Eu precisava afastar S/n de Courteney. Afastar não, fazer de tudo pra que ela não cruzassem o caminho uma da outra.
— Contou pra ela? – Eu estava novamente no apartamento de Louis.
Estávamos sentados frente a frente com a mesa entre nós, bebiamos um café já que estava frio.
S/n tinha ido para uma viagem de três dias a trabalho, esse era o tempo de refazer meus passos e montar uma boa forma de como sobre os dois assuntos.
Neguei com a cabeça.
— Porra, cara! - Louis bateu sobre a mesa – O que aconteceu?
Meu rosto esquentou.
— S/n veio pra cima de mim.
O rosto do meu amigo se revirou num careta e ele franziu as sobrancelhas.
— Porque ela te bateria? O que você fez?
Encarei Louis e o olhei sugestivamente. Ele balançou a cabeça em confusão e segundos depois ele abriu a boca e seus olhos se arregalaram.
— Vocês…
— Sim. – respondi envergonhado – Nós fizemos amor.
Louis envergou a cabeça e gargalhou. Sua mão foi pra sua barriga como se eu tivesse dito a piada mais engraçada do mundo.
— Como você é boiola, Harold! – Revirei os olhos e cruzei os braços. — Desculpe, bro. É novidade você falar assim quando se trata da S/n.
Ele soltou mais alguns risos e seu sorriso se tornou malicioso.
— E como foi, uh? - Louis arqueou a sobrancelha direita ainda mantendo o sorriso malicioso.
— Não interessa, cara! Mas que pergunta…
— Pergunto se foi tão bom como era, Harold. Porque se eu fico mais de três dias sem Claire já ficou louco, nem imagino como você ficou dois anos sem a S/n.
— É, por mais que eu tivesse Courtney, não era a mesma coisa se bem me lembro.
— Com certeza não, é muito melhor quando a gente ama a pessoa e essa pessoa ama de volta. – Louis sorriu, agora sem a malicia ou sacanagem, era simples.
— Realmente. - Suspirei e me ajeitei na cadeira – Foi incrível, há muito tempo eu não me sentia daquela forma.
— S/n te deu um chá e você simplesmente esqueceu do propósito do jantar? Ela ta de parabéns! – Disse Louis, impressionado.
— Olha como fala, Louis! – Murmurei bravo – Eu tentei dizer a ela, mas ela disse que era pra fazer ali e agora, eu não podia e nem queria deixar a deriva depois de tanto tempo.
Louis maneou com a cabeça e começou a sacudir a perna.
— É, tem razão. Eu faria o mesmo devido às circunstâncias. – ele cruzou os braços sobre o próprio peito – Qual o plano agora? Quer dizer, você tem um plano, certo?
Respirei fundo e acenei positivamente.
— Eu tenho dois pontos. – Ergui o dedo médio e o indicador – É contar isso e me livrar de Courtney.
— Courtney? – A voz de Louis quase sumiu, suas sobrancelhas voltaram a ficar franzidas – O que tem essa mulher?
Contei para Louis sobre o breve encontro na cafeteria.
— Eu disse pra você que ela iria sentir seu cheiro e viria atrás para te atormentar.
— Foi coincidência, cara. – Passei a mão pela mesa, descontraído – Mas o que importa é que conversamos por um minuto e eu fui embora.
— É, pode ser. Você disse a S/n sobre isso? Sabe, é bom vocês começarem a verdade, pra variar.
Neguei com a cabeça.
— Não tem porque ela se preocupar. Não foi nada que tivemos e está tudo bem agora, já me basta ter falar com ela sobre aquela maldita aposta.
— Hm… realmente é uma merda, mas acho bom você contar antes do happy hour da próxima sexta. - Franzi as sobrancelhas.
— Que happy hour?
— É, S/n convidou todos do squad, inclusive o Niall. – Louis desbloqueou o próprio smartphone e abriu o grupo de mensagens.
S/n não tinha falado nada mais sobre isso pra mim… Ta certo que eu não mando no que ela fez e nem em quem ela convida pra casa dela, mas eu gostaria de ser convidado e saber que meu antigo melhor amigo que estava com ela até semanas atrás, também vai estar presente. Eu precisava me preparar psicologicamente.
“Hey babe, como você está?” ouvi a voz de S/n pela chamada de video, ela estava deitada e eu podia ver o quarto do hotel em que ela estava hospedada ao fundo.
— Bem.
Eu estava bravo e chateado por ela não ter me contado do happy hour que ela faria.
"Tem certeza?" Ela aproximou o rosto da camera do notebook.
Acenei positivamente, olhando para todos os lugares e evitando o olhar dela.
"Eu tenho a impressa-"
— Porque não me contou do happy hour? - Desabafei.
S/n recuou e franziu o cenho.
"Te disse aquele dia, lovie." Ela respondeu "E você..." Ela pegou o smartphone nas mãos e seu rosto se transformou em surpresa "...Pensei que você estava no grupo!".
Bati na mesinha que havia no meu quarto. Mamãe e Gemma estavam fazendo compras, então eu estava sozinho.
"Desculpe, lovie! Realmente pensei que estava no grupo."
— Minha questão é você não ter dito pessoalmente a data...
"Ah amor, você está sempre em casa, então eu meio que pensei que não precisa enfatizar um convite, você sabe, mi casa es su casa!" Ela riu e eu sorri, ela me dobrava tão fácil.
— Ok, mas você acha uma boa ideia convidar Niall?
Ela pareceu ponderar um pouco.
"Somos adultos, Harry. Niall me disse que queria conversar algo com todos presentes, resolvi dar essa oportunidade a ele."
Um friozinho passou pelo meu estomago.
— Conversar sobre o quê?
"Ele disse que é algo da época da faculdade, relembrar os bons tempos, eu acho."
Porra!
Boatos que a casa vai cair, o que acham?
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Get Thee Behind Me, Assbutts (Traducción)
Capítulo 5: A Perfect Disaster
Historia de @ladyknightskye
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Cuando Castiel volvió y se rebeló, perdió muchas cosas. Descubrió, sin embargo, que lo que más le molestaba era lo solo que se sentía. Ya no estaba conectado a la "radio ángel", como la llamaba Dean, y la falta de ella a veces se sentía como si le faltara una extremidad. Había existido durante tanto tiempo con una conexión con los otros ángeles que no tener el suave y confuso sentimiento de los demás en el fondo de su mente era una sensación extraña y solitaria. Por eso aprovechó la oportunidad de conectarse con Gabriel y Lucifer, ambos arcángeles pudieron mantener su propia frecuencia y, como consecuencia de su acuerdo, habían formado su propia pequeña red.
Por supuesto, ser parte de su red era muy diferente a lo que estaba acostumbrado. Castiel estaba acostumbrado a sentir a los arcángeles como figuras distantes y tibias que se mantenían alejadas de los rangos inferiores. En esta pequeña charla grupal rebelde, Lucifer y Gabriel brillaban como dos estrellas justo afuera de la ventana de Castiel. Sus pensamientos a veces eran abrumadores y tenían que trabajar en la modulación de sus voces mentales para Cas. Bueno, sobre todo Gabriel lo era. Lucifer estaba tan callado en el chat grupal como lo estaba en el ámbito físico. Castiel también tenía que trabajar en cómo separar sus pensamientos y no dejar que se desviaran hacia la red compartida. Antes, cuando era un vástago leal del cielo, era bueno bloqueando, pero aparentemente había perdido la habilidad una vez que lo cortaron.
O tal vez, estaba bien con Lucifer y Gabriel sabiendo cuánto estaba enamorado de Dean Winchester.
Todavía condujo al desastre perfecto que fue su primera noche visitando a Bobby Singer y los Harvelle, pero más tarde, Castiel no podía estar demasiado enojado con sus hermanos al respecto.
Tenía otras cosas por las que estar enojado.
Castiel se sentó con sus hermanos, observando a los hermanos Winchester luchar con un par de mantas grandes y sacos de dormir abiertos. Para los humanos, estaban observando en silencio, bebiendo de una botella comunal de alcohol. Castiel, por desgracia, estaba completamente al tanto de la conversación que se desarrollaba en la red grupal.
—Me gusta Sam.
—Él es tu recipiente, por supuesto que te gusta.
—¿A Michael le gusta Dean?
—Dean es todo lo contrario de Michael en todos los sentidos. —Castiel se encontró diciendo.
Gabriel y Lucifer volvieron la cabeza hacia él. Castiel ocultó su vergüenza tomando un largo trago de alcohol. Ya había consumido bastante tequila y vodka, pero descubrieron que los ángeles tenían una tolerancia ridículamente alta para las bebidas alcohólicas.
—¿Oh, de verdad? —murmuró Lucifer.
—Creo que ese es el enamoramiento hablando —agregó Gabriel—. Por lo que escuché, Dean-o era el buen soldadito de papá.
—¿Y con quién estabas hablando? —Castiel empujó.
—Tengo mis fuentes —Gabriel respondió.
—Bobby —dijo Lucifer.
—¡Callate!
Lucifer permitió que su risa burbujeara hasta su garganta. Gabriel sacó la botella de las manos de Castiel y tomó su propia calada.
—De todos modos, Dean se parece mucho a Michael. No puedes negar eso.
—Quizás, pero no seguirá ciegamente las órdenes de su padre en detrimento del resto de la humanidad —Castiel respondió obstinadamente—. Él es un buen hombre.
—Nadie está discutiendo eso —Lucifer dijo suavemente mientras tomaba la botella de Gabriel—. Dime, Castiel, ¿por qué no lo cortejas?
—¿Cortejando? ¿Esa es la palabra que vas a usar? —Gabriel se rió.
—¿Y qué palabra usarías? —Lucifer preguntó mientras le devolvía la botella a Castiel.
—Cógetelo. —Castiel se atragantó con el whisky— Haciendo el tango horizontal. Montándolo como un caballo. Haciendo la bestia con dos espaldas-
—Gabriel —dijo Lucifer suavemente en voz alta—, suficiente. —Dentro del espacio donde existía su pequeño grupo de chat, Castiel podía sentir a Lucifer extendiendo un ala reconfortante. Castiel podría haber ronroneado. Habían pasado eones desde que sintió que uno de sus hermanos mayores se acercaba así y lo abrazaba—. Mis disculpas, pequeño. Nuestro hermano obviamente ha olvidado lo reprimidos que estamos los demás…
—Buenas noches. —Dean les arrastró las palabras desde el suelo.
—Buenas noches, Dean —dijo Castiel en voz baja.
—Buenas noches, Dean-o. —Coronó Gabriel.
—Dulces sueños —agregó Lucifer.
Los tres ángeles vieron a los dos jóvenes humanos alejarse.
—Deberías acurrucarte con Dean —dijo Lucifer.
Castiel le lanzó una mirada sucia.
—No.
—¡Aw, vamos!¡Acurruquémonos todos con nuestro Winchester favorito!
Lucifer ladeó la cabeza.
—Vamos
—¡No, no deberíamos! —Castiel estaba oficialmente entrando en pánico ahora. Una cosa había sido que sus hermanos mayores hablarán de sus sentimientos por Dean, y otra cosa era que lo incitaran a él y a los demás para que actuaran en consecuencia.
Ambos ángeles mayores miraron a Castiel.
—¡Vamos, Cassie! ¡No seas tímido!
Exteriormente, Castiel parecía completamente en blanco. Por dentro, hervía de indecisión y pánico. Observó a sus hermanos arrastrarse alrededor del jergón de los hermanos Winchester.
—Quiero abrazar a Sam —dijo gabriel
—Él es mi recipiente.
—¿Y? Él ya te dijo que no.
Los dos arcángeles se miraron largamente.
—Bien, pero la próxima vez que recibo abrazos de cuerpo completo.
Gabriel se quejó. Castiel no pudo evitar ladear la cabeza hacia ellos en la forma en que tanto él como Lucifer tenían. No estaba del todo seguro de cómo se sentía alguno de los arcángeles acerca de Sam, si albergaban sentimientos románticos como él o simplemente disfrutaban jugando con el joven Winchester. Castiel no se sentía particularmente protector con Sam -era un niño grande, como diría Dean-, pero se preguntaba cuál era su juego.
Lucifer se deslizó al lado de Sam, pero en realidad no tocó al joven. Gabriel se acostó a su lado y envolvió sus brazos alrededor de su hermano mayor.
—¡Vamos Cassie! No tienes que tocarlo realmente. Solo haz lo que estamos haciendo.
Castiel estuvo tentado. Oh, estuvo tentado. Pero no era sólo su mojigatería por invitarse a sí mismo a la cama de Dean, a falta de un término mejor. Él tenía miedo. Miedo de que Dean se enfadara con él por estar tan cerca. Cada vez que había estado tan cerca de Dean en el pasado, el cazador lo había apartado. Castiel todavía se estaba acostumbrando a sentir y actuar según sus propias emociones sin un superior angelical en quien pensar, pero aún no podía evitar sentirse horrible cada vez que Dean lo dejaba fuera.
—No creo que sea una buena idea.
—Castiel. Ven a entrar en letargo con nosotros entonces —Lucifer engatusó.
Castiel lo consideró. Los ángeles no requerían dormir, pero podían entrar en un estado cercano a él. ¿Quizás podría deslizarse entre Sam y Lucifer? No quería examinar demasiado de cerca por qué se sentía más cómodo deslizándose y permitiendo que Lucifer, el Caído, el Adversario, le mostrará afecto físico.
Sus esperanzas se desvanecieron cuando Sam se dio la vuelta en sueños y pasó un brazo alrededor del cuello de Lucifer. El arcángel cerró los ojos con dicha, mientras Gabriel sonreía.
—Si no bajas aquí y abrazas a Dean-o, llamaré a dibs —Gabriel cantó a través del chat grupal.
Oh, diablos, no.
Castiel se levantó y se quitó la gabardina, la corbata y la chaqueta. Esto iba a ser un desastre, lo sabía, pero estaría condenado antes de dejar que Gabriel pusiera sus manos errantes sobre lo de Castiel-
Poner sus manos encima de Dean.
Quien no era nada de Castiel.
No.
Se sentó al lado de Dean, el otro hombre recostado sobre su espalda con un brazo sobre sus ojos. Castiel se acostó de lado, frente a Dean. Después de un momento, vio el brazo de Lucifer moverse debajo de la cabeza de Dean, y luego el de Castiel. Cálidos dedos se enroscaron alrededor de su cuello, y Castiel también pudo sentir la Gracia de Lucifer enroscándose alrededor de él. Fue reconfortante, y Castiel se encontró relajándose en el abrazo de su hermano. Hace mucho, mucho tiempo, antes de la humanidad, antes de que los ángeles se convirtieran en más guerreros que niños, los más jóvenes como él, Uriel, Anna y Balthazar habían disfrutado mezclando su Gracia entre ellos y con los arcángeles mayores. Gabriel había sido el hermano preferido de Castiel, a veces en detrimento suyo, pero descubrió que Lucifer se sentía tan bien como Gabriel, si no mejor. Su Gracia estaba andrajoso y desgastado en algunos lugares, y Castiel casi podía sentir las quemaduras y heridas a lo largo de sus alas. Inconscientemente, la parte de Castiel que todavía estaba conectada a los planos etéreos comenzó a acicalarse y arreglarse, queriendo curar las alas de su hermano, incluso si no era lo suficientemente poderoso para hacerlo. Sintió que Gabriel se unía a él, y la mente de Lucifer ronroneó en el chat grupal cuando comenzó a caer en letargo.
—¿Cas?
Castiel se puso rígido de nuevo, su mente dando vueltas mientras se alejaba de acicalar a su hermano. Aquí estaba, el momento de la verdad. Dean parpadeaba con ojos desenfocados hacia él, frunciendo el ceño. Le diría a Castiel que se vaya, que se levante de la cama, que deje de ser espeluznante o que respete su espacio personal-
Dean no dijo nada. Simplemente se giró y se acurrucó en los brazos de Castiel. Su nariz encontró su camino hacia la unión del hombro y el cuello, y un cálido aliento descendió por el cuello abierto de Castiel hasta su pecho. Castiel también permitió que sus brazos descansaran ligeramente alrededor de Dean, su corazón hinchado de felicidad. Permitió que se derramara en el chat grupal, y sintió la diversión y el orgullo soñolientos de Gabriel y Lucifer respondiendo.
—Entra en letargo, Castiel —murmuró Lucifer— Descansemos con los que valoramos.
Castiel no tenía dudas de que cuando despertaran por la mañana, Dean reaccionaría mal. Siempre parecía reaccionar mal cuando Castiel se acercaba demasiado. Esto iba a terminar siendo un desastre, pero no pudo evitar pensar que era perfecto.
Él había tenido una erección.
Castiel tomó un sorbo del café que Gabriel le había puesto en la mano -afortunadamente antes de que el arcángel dorado pudiera endulzarlo-, y observó a Dean. No se equivocaba, Dean se había despertado con el pene erecto. Ahora, lógicamente, sabía que eso no significaba nada. Los machos humanos experimentaron una respuesta fisiológica que hizo que sus penes se hincharan al despertar.
No impidió que Castiel estuviera emocionado de haberlo sentido contra su pierna.
Dean tampoco parecía molesto de la misma manera que Sam. Sam todavía se quejaba de que Jo le tomara una foto y los arcángeles se aprovechaban, pero a Dean no parecía importarle. En cambio, miró su segunda taza de café como si tuviera los secretos del universo. Finalmente levantó la vista y se encontró con los ojos de Castiel. Dean le dio una pequeña sonrisa, y Castiel sintió que se le oprimía el pecho.
Tal vez esto no había sido un desastre después de todo.
Esta es una traducción autorizada. Recuerden apoyar la historia original.
Divisores de cafekitsune
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Blue & Grey. Capítulo 33
Warnings/Advertencias: canon divergence, violencia típica del canon, heridas, enojo, lágrimas
Pareja: Obi-Wan Kenobi x jedi! fem!reader
Word count: 2.8 K
Simbología: ⎯ ⁘✦⁘⎯ (espacio temporal largo), ⎯ ✦ ⎯ (espacio temporal corto), "abcd..." (visión de la fuerza), "abcd..." (pensamientos), “abcd…” (pensamientos enviados a través de la fuerza), <<abcd…>> (mensajes datapad), °abcd...° (recuerdos).
Nota autor: perdonen que me tome más tiempo actualizar, estoy tomando un curso de diseño web y me tiene completamente perdida en el espacio. Este es un poquito más largo, espero lo disfruten.
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Masterlist Blue & Grey
◞────────⊰·•·⊱────────◟
Viorica colocó el último libro sobre la repisa en su lugar. Al voltearse se encontró con un hombre bastante guapo y casi se atraganta.
-Hola, jovencita… debes ser el padawan de Y/N.
- ¿Quién es usted? – pregunta temerosa intentando sujetar su sable discretamente
-No asustes a la jovencita, Oryn.
-Claro que no, tía… Sólo preguntaba por curiosidad.
-Lo soy, pero ¿Quién es usted?
-Oryn, sobrino de la reina Nafré y nuevo senador de Lubah.
-Mucho gusto, señor Oryn.
La carcajada que inundó la habitación sacó a la jovencita de la sorpresa, notó la expresión de pánico del hombre, la de diversión de la reina y claramente la risa tuya con una expresión de completa diversión.
- ¿Es más joven que usted, maestra?
-Un año menor – respondes divertida
- ¿Dije algo malo?
-No, pero es él quien no acepta los títulos y mucho menos la edad – admite la reina y negó divertida -. Espero los libros hayan sido de su agradado.
-Lo fueron, tienen una historia muy rica y me agrada que no cubrieron los sucesos.
-Me alegra. Sé que me dijiste que no podías por el código jedi, pero igual mantengo mi oferta en pie. Podrías desposar a mi hijo cuando cumplas tu mayoría de edad.
Oryn rodó los ojos y tú volviste a negar al mismo tiempo que Viorica le agradecía, pero negando la oferta, ya que todavía se mantenía segura de mantenerse en la orden jedi.
-Vamos a descansar Viorica, mañana tenemos bastante trabajo que hacer.
Nafré las despidió y un par de sirvientes las guiaron a una habitación compartida donde se dispusieron a dormir.
Realmente, al finalizar el día de mañana, todo podría salir bastante mal para ti, así que estabas más nerviosa de lo que acostumbrabas.
⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ ⁘ ✦ ⁘ ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯
Sorprendentemente todo había salido bien. La firma del acuerdo de paz fue transmitida por todos los canales del planeta. En cuestión de un par de minutos estuvieron recibiendo noticias de los distintos frentes de batalla indicando que los rebeldes se estaban rindiendo.
Luego de un almuerzo bastante suntuoso y elegante con todos los consejeros, miembros de la familia real y sus familias, Nafré te ofreció la casa de playa sin que tuvieses que llegar a solicitarle nada. Eso te ayudo mucho y Viorica se sorprendió un poco, siendo sinceros fue bastante, al escuchar que aceptaste a quedarte en Lubah un par de días extras cuando siempre presionabas por no tener atraso alguno en los reportes del consejo.
Todas las ideas de intentar convencer a su maestra de regresar cuanto antes se esfumaron de su mente al ver la mansión de playa que tenían a su disposición entera durante dos días y tres noches. Parecía un palacio; techos altos, varios balcones, una piscina enorme al frente, un acceso privado a una porción de la playa que asumía estaba reservada para los dueños de esa casa, lo que parecía ser un bosque al final de la enorme construcción. Definitivamente, podría ignorar la actitud extraña que tomaste al quedarte un par de días en el planeta.
Viorica había notado que su maestra estaba completamente ensimismada con la casa de playa tanto como ella misma, tal vez un poco menos. Para la jovencita todo era belleza y admiración de la opulencia con que se había construido esa casa para vacacionar, hasta que sintió una presencia desconocida rondando el jardín interno donde, casualmente, se encontraban ambas disfrutando del frescor que ofrecían los árboles. Además de notar la cantidad increíble de tiempo y esfuerzo que invertían al cuidado del jardín que delimitaba con el linde del bosque.
Viorica tomó su sable de luz con velocidad y se volteó al mismo tiempo que extendía su sable hacia el frente dejando la hoja de plasma a escasos centímetros de un hombre mayor. Él aparentaba tener unos sesenta años, un rosto ovalado, ojos de un tono verde hoja, cabello básicamente blanco, pero todavía notaban varios mechones de un tono negro.
Ante la amenaza de la hoja de plasma levantó sus manos hacia arriba en señal de rendición, Viorica bajó su mirada y se encontró con un sable de luz colgando de su cadera lo que provocó que sujetara con mayor firmeza el sable de luz entre sus manos, preparada para dar una estocada. Sin embargo, la mano de su maestra se colocó sobre el agarre que tenía en el mango del sable de luz y tiraste de sus manos hacia atrás para alejar la hoja de plasma del rostro del hombre.
-Maestra, pero presiento que es…
-Tranquila Viorica – murmuras extendiendo tu marca hacia ella intentando tranquilizarla. No fue la mejor manera de que conociera a quien querías presentarle, te recordaste. Eso sólo indicaba que habían empezado mal.
-Perdona que te asustara, pequeña – la voz del hombre mayor la llenó de cierta tranquilidad, permitiendo que se relajara un poco. Hasta que recordó la mancha oscura en su marca, lo cual la alertó nuevamente.
-Pero, maestra…
-Tranquila, no es ningún Sith, de eso puedes estar segura. Ahora, apaga el sable, por favor – Ella desactivó la hoja y lo colocó en el broche del cinturón con cierto recelo.
Justo en el momento en que el peligro de la hoja de plasma estuvo fuera de escena dejaste que una sonrisa se colara en tu rostro antes de dar un par de pasos hacia el visitante con el fin de abrazar al hombre con mucha fuerza, como si de eso dependiera tu vida.
-Mi pequeña estrella, me alegro tanto de verte. Por fin puedo ver que lo mucho que has crecido – murmura con un tono cargado de tantas emociones que casi provocan que los ojos de Viorica se llenaran de lágrimas, porque la emoción que predominaba era la de amor.
Un amor tan grande y puro que casi la deja sin aliento, era una clase de amor del que nunca había sido testigo y mucho menos, había sido ella quien recibía tal sentimiento. Era como si se tratara de la existencia misma encarnada en amor. Un amor del que había escuchado a muchas mujeres mayores hablar, el amor de un padre hacia su hijo. Incluso si lo comparaba con la hermana de la senadora Amidala hacia las dos pequeñas que tenía, ese amor que sentía era más grande, tanto que podría decir que era completamente entregado y ciego.
Luego de un par de minutos donde no se separaron. Cuando su maestra lo hizo, Viorica fue capaz de notar que estabas limpiando lágrimas de las esquinas de tus ojos mientras la sonrisa de felicidad se mantenía inalterable en tu rostro.
-Creo que sería bueno que nos presentaras, hija mía.
-Claro que sí… Padre, ella es Viorica, es mi aprendiz.
- ¿Aprendiz? ¿Acaso no dijiste que…?
-He cambiado de parecer, creo que es momento…
Viorica dio un par de pasos hacia atrás sujetando su sable de luz – ¿Momento de qué? ¿De corromperme para que caiga al lado oscuro?
-No, Viorica. Nosotros no somos Sith – respondes intentando mantener la tranquilidad. Debías tener paciencia porque todavía desconfiaba mucho en ti.
-Ese sith tenía razón, no me has dicho absolutamente nada, ¿qué me estás ocultando?, ¿cómo es que conoces a tu padre?
-Viorica, por favor, sólo… Sólo intento explicarte, es momento de dejar los secretos atrás; pero necesito que nos permitas hacerlo.
-Tienen media hora – responde dejando libre su sable, pero por su tono de voz sabías que no iba a darte ni un segundo más.
Observaste a tu padre un poco nerviosa y él asintió intentando transmitirte confianza. Ambos se sentaron a la mesa del jardín antes de que él decidiera comenzar con la explicación de cómo te había rescatado de los sith, cómo creciste en el planeta de As’Jelka, que era el centro de la Orden Gris con tus otros hermanos, cómo luchaste por encontrarte a ti misma en medio de todo y al lograrlo, a la tierna edad de dieciséis años lograste pasar las pruebas sólo para ser enviada a una misión casi suicida en la que todavía estabas trabajando. Luego le contaste todo lo demás, cómo habías planeado no aceptar ningún padawan por el mismo temor de que tu pasado regresara a intentar lastimarte, como al final de cuentas esos mismos temores se habían vuelto realidad y se habían vuelto más tangibles con el ataque que Lorcan había realizado, también le contaste el suceso de Scarif y cómo habías supuesto que iba a morir de las heridas, pero aparentemente no fue así y ahora ella había terminado lastimada por su descuido.
Viorica se mantuvo en silencio todo el tiempo, escuchando con atención cada una de las palabras que salía de la boca de ambos. Cuando terminaron de contar todo lo que podían confiarle, por el momento, se puso de pie con una expresión seria que le hubiese helado la sangre a cualquiera.
-Viorica, de verdad nunca…
-No quiero escuchar ni una sola palabra, Starlight – responde cortante y esa oración fue suficiente para dejarte estática en la silla como si te hubiese abofeteado –. Dado que sé que tiene una misión que es por el bien de la galaxia no diré nada, pero mi confianza llegó hasta aquí. Cuando regresemos a Coursant pediré un traslado de maestro.
-Viorica, por favor nieta mía, da un poco…
- ¡Silencio! No soy su nieta – responde con un veneno terrible que te hizo morderte los labios con fuerza.
¿Por qué te dolía tanto su reacción? ¿Realmente habías sido tan ilusa de haber pensado que iba a reaccionar diferente? ¿En qué cuento de niños creías que vivías? Obviamente iba a reaccionar así, o peor; realmente podría haber reaccionado peor. Por lo menos en ese aspecto podrías estar más tranquila.
-Está bien, haremos lo que tú quieras, Viorica. Nunca fue mi intención…
-Si nunca fue su intención tuvo que haber rogado con más fuerza al maestro Yoda porque no me pusiera a su cuidado.
-No podía dejarte caer al lado oscuro, Viorica – respondes poniéndote de pie un poco desesperada. Lo único que querías era que comprendiera tu posición, pero parecía sólo estabas logrando lo contrario.
La pequeña risa cargada de amargura que dejó escapar volvió a dejarte congelada en tu lugar – A estas alturas, con todo lo que ha sucedido y en lo que me he visto envuelta. Creo que mejor lo hubiese hecho; sería mejor para todos.
-No digas eso, Obi-Wan y yo…
- ¡No se atreva a mencionar al maestro Kenobi! – se volteó y te señaló de forma acusatoria con el dedo índice al mismo tiempo que te mantenía la mirada con furia contenida – Todos y cada uno de nosotros somos meros peones en su misión. No puedo creer lo imbéciles que fuimos al pensar que de verdad se preocupaba por todos nosotros.
-No, eso no es lo que parece Viorica, yo no…
-Por más que intente explicar algo, ya no le voy a creer, Starlight… Fue suficiente, llegó demasiado lejos con las mentiras, los engaños y las manipulaciones con tal de mantener su fachada de jedi perfecto – dejó escapar un bufido –. Y pensar que de verdad estuve pensando en usted como una madre, me siento el ser más estúpido de esta galaxia.
Al finalizar de decir últimas palabras dio media vuelta y se alejó del jardín con rumbo al interior de la casa. Algo húmedo se deslizó por tu rostro y los limpiaste exasperada, hasta que más hilos de humedad recorrieron tu rostro dejando en claro algo. No era agua ambiental, eran lágrimas que provenían de tus ojos.
-Tal vez, el ser más estúpido de esta galaxia soy yo, Viorica – murmuraste por lo bajo volviendo a sentarte en la silla.
-Hija, dale tiempo, es demasiado que procesar en un par de segundos – escuchaste la voz cargada de amabilidad y al mismo tiempo una certeza que deseabas tener.
-No lo creo, no la conoces tanto como yo. Además, la confianza es de las cosas más fáciles de perder, pero la más difícil de ganar.
-Y todavía me siento maravillado al escuchar la sabiduría con la que cargas a pesar de estar destrozada – comenta un poco divertido a lo que respondiste con una pequeña sonrisa.
-Supongo que viene de ti – dejaste escapar un suspiro agotado –. Realmente quisiera creer lo que me dices, padre, pero no creo que ella pueda confiar en mí nunca más.
-Dale más tiempo, estoy seguro de que notará que nunca intentaste hacerle daño. Ni a ella, ni a los demás, en especial a ese Obi-Wan.
La pequeña sonrisa que se colocó en tu rostro le hizo reír, lo que sacó un sonrojo nacido de la más profunda pena al ver que te habían descubierto. Tus sentimientos completamente expuestos, aunque agradecías que fuesen tus sentimientos y no la pequeña relación que tenías o no dejarías de escuchar palabras sobre ese asunto por meses.
-Lo he sabido desde antes, si te soy sincero – esa confesión te hizo levantar la mirada sorprendida –. Por esa razón te enviaron cinco años lejos del templo jedi en misiones constantes, para que intentaras olvidar esos sentimientos que estaban naciendo. Bueno, esa fue la intención del consejo, pero puedo notar que no sirvió de nada.
-Supongo que no, definitivamente no sirvió de nada.
El silencio entre ambos fue cómodo, tranquilizante y un poco sanador. Realmente, como decían muchos, no había nada como el amor de un padre y sus palabras para intentar aliviar los corazones de sus hijos.
- ¿Has pensado en el asunto de Lorcan?
-No he tenido muchas oportunidades de hacerlo, pero me preocupa de todas maneras.
-De seguro lo averiguaremos pronto, hija… Ahora, porqué no regresamos dentro y cocinamos algo delicioso para intentar distraer esa mente tuya. Casi puedo escuchar girar todos los engranajes.
Él se colocó frente a ti extendiendo sus manos, las cuales tomaste con cierto nerviosismo y una pequeña risita escapando de tus labios. Realmente, cocinar con Ahrlo era un atentado contra cualquier ser vivo, por eso los mayores habían aprendido a cocinar con el fin de no morir de inanición por las atrocidades que tendía a cocinar; aunque lo único que le salía de maravilla era un pastel de chocolate.
Te ayudó a ponerte de pie, se colocó dándole la espalda a la densa flora del jardín mientras te sonreía de la manera en que estabas acostumbrada a ver cuándo estabas plagada de preocupaciones durante tu niñez, infancia y adolescencia. Con esa sonrisa tendía a arreglar todos los problemas menos grandes que tendían a plagar la mente de los otros doce, era como magia y todavía se mantenía igual para ti.
Entonces, algo no se sintió bien. El sentimiento que cargabas en el pecho desde meses atrás te estrujó el pecho con fuerza espantosa, por lo que dejaste ir sus manos para sujetarte el pecho intentando recuperar el aire. En medio del silencio del jardín escuchaste un sonido que te heló la sangre. Levantaste la mirada hacia el frente para encontrarte con una escena que te perseguiría por años. La expresión de sorpresa que adornaba el rostro de Ahrlo junto a la punta de la hoja de plasma de un sable de luz que cargaba un cristal de color rojo que sobresalía de su pecho.
-Corre – susurró él después de haber superado la sorpresa.
Diste un par de pasos hacia atrás, entonces, sentiste como si te hubiesen lanzado a una celda donde ningún sonido podía entrar y los sonidos que provocabas no llegaban a tus propios oídos.
Gritaste, lo sabías por la manera en que tu garganta dolió, también la oleada de emociones turbias que te recorrieron de pies a cabeza, como si hubieses sido un río que fue presa de la liberación de una represa que terminó por inundar todo a su paso.
Tu sable de luz acudió a tu mano con rapidez y no dudaste en lanzarte a enfrentar al atacante. Uno que en esos momentos sólo querías hacer pagar por lo que sabías sucedería en cuestión de minutos, porque sentías la marca de la fuerza de tu adorado padre adoptivo, mentor y confidente, desvanecerse poco a poco.
Una de las cosas que no fuiste capaz de notar fue cómo la onda de energía que dejaste escapar llegó hasta la jovencita de quince años que estaba saliendo de la casa de playa. El flujo incontrolable de emociones que llegó a ella la alertaron. A pesar de lo traicionada que se sentía no podía negar que no podía dejar de pensar en la sinceridad que sintió de tus palabras en todo momento y que no la dejaba en paz. Sentía que debía de apoyarte, de intentar aceptarlo y comprender, pero se sentía un poco traicionada por la falta de confianza que tenías en ella al no contarle nada. Tal vez no todo lo de la Orden Gris, pero por lo menos sobre su pasado, sobre Scarif, o sobre Ryvel.
Al regresar corriendo hacia el jardín seguía notando las emociones más grandes, las que resaltaban entre el montón más que habías liberado. Sentía tu dolor, enojo y también la sed de venganza; junto a la sensación de que la marca de tu padre adoptivo se estaba desvaneciendo poco a poco.
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Note
eu AMO a sua escrita sério pqp perfeitaaaa
Faz um imagine com Harry onde eles são namorados e ele chegou de uma turne e vão para um almoço na casa da família dele,chegando lá tem uns amigos de infância e uma amg de infância dele que resolveram fazer uma surpresa e ele simples esquece de S/N,aí por isso eles brigam mas dps ele reconhece o erro dele é pede desculpas. bem detalhado
Espero que goste! :)
Aproximadamente 2500 palavras.
Masterlist.
Fit in.
Eram duas da tarde quando S/N e Harry deixaram o apartamento da moça. Eles namoravam a pouco menos de dois ano, – e apesar de S/N já ter se encontrado com Anne e Gemma várias vezes, todas essas ocasiões foram em Londres – aquela seria a primeira vez que visitaria o vilarejo onde Harry cresceu e passou a maior parte de sua infância, Holmes Chapel.
Harry havia chegado de Los Angeles há alguns dias e não parava de falar sobre o quão ansioso estava para encontrar com sua mãe e irmã e rever alguns de seus familiares no jantar de boas-vindas de Gemma, que tinha acabado de voltar um intercâmbio de 1 ano e 6 meses na China.
A viagem até lá – que estimativamente deveria durar 3 horas e 30 minutos – foi extremamente agradável. A paisagem deslumbrante do caminho e a música animada que viajava por todo o carro contrastavam da forma mais engraçada possível. O clima era frio, mas não o suficiente para impedi-los de abaixar as janelas do carro e sentir a brisa gelada tocando seus rostos e cabelos.
Quando Kiwi começou a tocar S/N desviou rapidamente sua atenção da estrada para pôr o volume de seu carro no máximo. Harry grunhiu ao ouvir sua própria voz e encostou a cabeça no apoio de seu assento, mas não conseguiu esconder o sorriso quando olhou para a namorada e a encontrou gritando desafinadamente as letras de sua música. Ela estava linda. Seus cabelos antes ondulados foram desgrenhados pelo vento; seu nariz, bochechas e lábios estavam avermelhados graças a brisa fria; ela vestia jeans, botas e o cardigan que ele mais gostava; ela não usava muita maquiagem e, sinceramente, para Harry, ela não poderia estar mais linda. Harry estava apaixonado.
Assim que chegaram à casa de Anne, os dois foram recebidos por seus abraços calorosos – a última vez que a mais velha os encontrou fora há quase 2 meses atrás quando foi visitar o filho – Gemma foi a próxima a cumprimenta-los, com abraços ainda mais apertados e cheio de saudades.
“Hazz, você não vai acreditar em quem ‘tá aqui.” Ela disse subitamente puxando o irmão pelo braço para a parte de trás da casa em que cresceu. “S/N, vem também, você precisa conhecê-los." S/N apenas sorriu para Anne e seguiu os dois irmãos que não paravam de rir e tropeçar nos móveis que viam pela frente – não conseguia deixar de imaginar o quão gratificantes e, provavelmente desesperadores, devem ter sido os dias de Anne com os dois correndo pela casa quando pequenos.
“WOW.” Harry disse e parou por um momento. “Thomas, Noah, Vicky, Lucy... Meu Deus, até o Nathan ‘tá aqui.” Exclamou e correu para abraçá-los. S/N conseguiu reconhecer os nomes da maioria das pessoas de algumas histórias que Harry costumava contar de suas aventuras na infância e adolescência. Era nítido que ele ama o que faz, e que é grato pelo caminho que sua vida tomou, mas também era óbvio o quanto ele apreciava e, de certa forma, sentia falta da vida simples e sem grandes preocupações que viveu ali, com aquelas mesmas pessoas. “Vicky!” Harry disse abraçando a moça, o que inconscientemente fez S/N ficar tensa. Ela sabia quem Vicky era, e sabia que apesar de rápida e cheia de ‘baixos’ Harry e a moça tiveram uma história quando mais novos; conhecimento que não serviu de nada para confortá-la. “O que você ‘tá fazendo aqui?” Ele perguntou ainda surpreso com a presença de todos ali, particularmente dela.
“Ué, Hazza. É um jantar na casa de um dos meus melhores amigos de infância e, não podia perder a chance de ver vocês depois de tanto tempo.” Ela sorriu e ajeitou uma mechinha de cabelo que insistia em cair na testa de Harry, o pequeno gesto fez S/N se sentir ainda mais desconfortável. “Senti sua falta.” Vicky completou e o abraçou mais uma vez. “Eu nem consigo lembrar quando foi a última vez que nos vimos.”
S/N limpou a garganta de forma sutil enquanto esperava ser apresentada às pessoas à sua frente. “Oh, lovie!” Ele disse assim que notou a namorada, e logo tratou de apresentá-la. “Esses são alguns dos meus amigos de infância, tenho certeza que eu já contei várias histórias sobre eles pra você.”
“Espero que só as boas.” Nathan disse, e riu.
“Pode ter certeza que não.” Harry brincou. “Essa é a minha namorada S/N.” Completou um pouco mais sério deixando um beijinho na bochecha da namorada.
“Agora você namora, Styles?” Vicky perguntou sorrindo de canto e Harry apenas deu de ombros, o que fez S/N chegar a um nível desconhecido por ela, de desconforto.
A conversa logo mudou de foco e em minutos o grupo de amigos que não se viam há anos e precisavam correr atrás do tempo perdido estava sentado em uma das mesas dispostas pelo jardim. Apesar do clima animado e descontraído da mesa, S/N não conseguia deixar de notar os olhares e comentários cheios de malícia que Vicky lançava sobre Harry e resolveu se afastar.
S/N nunca foi do tipo ciumenta. Sempre soube que a confiança é a base de qualquer relacionamento e a ideia de que ‘se seu parceiro não é honesto o suficiente para se manter fiel em uma relação, ele nunca foi a pessoa certa para estar ao seu lado’ sempre a confortou. Ela confia cegamente em Harry, ele nunca deu nenhum motivo para o contrário, mas alguma coisa naquela Vicky fazia seu estômago dar cambalhotas em sua barriga, e não era de uma forma boa.
Depois de alguns momentos ela conseguiu se distrair conversando com alguns dos primos e primas de Harry – que surpreendentemente conseguiram fazê-la esquecer por alguns minutos do que estava fugindo. Foi Gemma quem a tirou de sua conversa com Jack – um dos primos mais velhos deles, que contava sobre a viagem que fez pela Ásia há alguns meses atrás e sobre as experiências extremamente diferentes e sensacionais que teve por lá.
“Por que você não ‘tá com o Harry?” Ela perguntou. Suas bochechas estavam coradas pelo álcool que já havia ingerido mas ela ainda estava sóbria.
“Ele ‘tá conversando com os amigos. Não quis interromper.”
“Como assim interromper?”
“Faz tempo que eles não se veem, eles tem muito o que conversar... e... eu não faço parte dessa parte da vida dele.” S/N explicou olhando para o copo em suas mãos, nenhuma de suas palavras passavam confiança.
“S/N, não é assim que um relacionamento funciona. No momento que você aceitou ser a namorada do meu irmão você passou a fazer parte de tudo na vida dele.”
“Pelo visto não dessa parte.” S/N disse quando viu Vicky por uma de suas mãos no braço de Harry enquanto ria de alguma coisa.
//
O jantar estava prestes a ser servido quando S/N resolveu ir procurar o namorado. Haviam chegado há algumas horas e Harry mal tinha conversado com ela; sua atenção parecia estar completamente voltada ao seu grupo de amigos e a Vicky. Ele não fez muito esforço para incluí-la e ela já estava começando a se arrepender por ter ido ao jantar.
Quando ela o encontrou teve certeza que não deveria estar ali; Vicky novamente ajeitava a mechinha rebelde dos cabelos de Harry – cabelos esses que S/N adorava acariciar enquanto estavam agarradinhos assistindo a algum programa aleatório na TV – o gesto, que da primeira vez a deixou desconfortável, agora fez sangue subir para sua cabeça e seus olhos arderem. Eles obviamente ainda tinham um relacionamento muito bom, e além disso o fato dela se encaixar tão perfeitamente na família dele fez todas as inseguranças da moça ressurgirem em sua cabeça.
S/N era uma imigrante que havia se mudado para Londres para estudar, e mesmo depois de conhecer Harry, sempre tentou viver sua vida da forma mais anônima possível. Mas, mesmo não dependendo financeiramente de Harry nem um pouco, e de claramente não fazer questão da fama que o namorado pode proporcionar ela consegue notar alguns dos amigos e até familiares a menosprezando por sua origem e, tinha certeza, que alguns ainda acham que ela só está com ele por seu dinheiro e sucesso.
Talvez o melhor para Harry seja que ele encontre alguém famoso, ou que pelo menos tenha feito parte de sua vida quando ela ainda não tinha se transformado em uma completa loucura. Talvez o julgamento seja menor, talvez faça mais sentido.
S/N só percebeu o que estava fazendo quando se assustou com a voz de Gemma.
“O que você ‘tá fazendo?”
“Oh! Desculpa, Gemma. Mas eu preciso ir.” Respondeu pegando sua bolsa e chaves penduradas em um dos ganchinhos ao lado da porta de entrada.
“O que? Por que? Por causa da Vicky?” Gemma perguntou chateada que o que ela havia fito a S/N mais cedo não tinha adiantado de muita coisa.
“Eu acho que ela se encaixa muito melhor na vida dele.” S/N suspirou. “Melhor do que eu pelo menos.” Ela abraçou Gemma e saiu em direção ao seu carro.
S/N estava dando partida no veículo quando Harry abriu a porta de entrada e correu em direção a ela.
“Lovie, onde você vai?” S/N suspirou e olhou para suas mãos no volante, queria chorar mas não na frente dele. “Lovie, fala comi-...” Ele tentou continuar mas foi interrompido pela voz que S/N já estava cansada de ouvir.
“Harry? Volta aqui, Thómas disse que vai se jogar na piscina.” Vicky gritou da porta.
“Vem comigo, vai ser engraçado.” Disse tentando abrir a porta do carro.
“Não, você pode ir.”
“Lovie, por favor.” Ele pediu mais uma vez.
“Harry! Vem logo.” Vicky gritou mais uma vez.
“Harry, vai. A Vicky precisa de você.” S/N disse irônica – sabia que estava agindo de forma infantil e odiaria se os papéis fossem trocados mas não conseguia evitar, só queria ir embora.
“Babe, por favor, conversa comigo.”
“Eu não quero conversar, Harry.” S/N disse já começando a acelerar, mas Harry logo percebeu e se pôs a frente do carro fazendo a namorada parar. Ele foi rápido ao entrar no mesmo.
“HARRY! Onde você vai?” Vicky gritou quando viu que ele havia entrado no carro.
“Harry, saí do meu carro.” S/N mandou ainda olhando para frente.
“Não até você me explicar o que ‘tá acontecendo.” Harry suspirou assim que ouviu seu nome ser chamado mais uma vez e entendeu de fato o que estava acontecendo. Apesar de nunca terem conversado especificamente sobre isso, ele sabia das inseguranças da moça, e se colocar no lugar dela por alguns segundos foi o suficiente para que ele entendesse tudo que ela estava sentindo. “Lovie. É você quem eu amo.” Colocou uma de suas mãos no rosto da moça fazendo-a o encarar. “Não ela.”
“É Mesmo? Não parece.”
“Babe, não faz assim...” Ele pediu.
“É só que... ela se encaixa perfeitamente na sua família e amigos, Harry.” Lágrimas escapavam de seus olhos. “Ela se encaixa em você...”
“Não, lovie.” Ele foi rápido em negar. “É claro que não.”
“Ah, é? Então por que você passou a maior parte do tempo que estávamos aqui com ela? Por que você deixou ela acariciar os seus cabelos e te chamar de apelidos que eu nem sequer sabia que você tinha.” S/N perguntou exasperada, estava com ciúmes e insegura e, sinceramente, instável. Amava Harry demais, e não queria perdê-lo.
“Não baby, você entendeu tudo errado.”
“Harry!” Ele ouviu seu nome ser chamado pelo que parecia ser a milésima vez e, naquele momento, mais do que nunca ele percebeu o quanto sua namorada tinha razão em estar tão chateada. Se ele estivesse no lugar dela, e algum cara estivesse em cima dela como Vicky estava em cima dele, ele provavelmente já teria dito coisas não tão legais para o dito cujo.
“Harry, por favor, vai. Eu quero ir pra casa.” S/N pediu.
“Não!” Ele disse acionando o freio de mão e mantendo a mão ali para impedi-la de sair. “Você não vai embora assim. Você não vai me deixar aqui. Eu te amo, lovie.” Ele suspirou. “Ela não se encaixa mais na minha vida, ela é só uma memória do passado.”
“Mas ela foi o seu primeiro amor, Harry. Sua primeira vez..,”
“Ela não foi o meu primeiro amor, lovie. O que eu senti por ela não se compara ao que eu sinto por você. E sim, ela foi a minha primeira vez, e eu sempre vou pensar nela com carinho por isso, mas ela nunca vai ser mais importante do que você na minha vida. Nunca. Não importa o quanto ela flerta comigo ou tente trazer à tona histórias do passado.”
“Harry-...” S/N começou mas logo foi interrompida
“Lovie, minha mãe te ama desde a primeira vez que vocês se viram por FaceTime. E a essa altura do campeonato Gemma já prefere você a mim, ela quase me agrediu quando foi me avisar que você estava indo embora.” Ele disse fazendo a namorada rir – ela sabia que Gemma conseguia ser bem agressiva quando queria. “E só em você ter ouvido as histórias do Jake sem reclamar, com certeza 80% da minha família gostar ainda mais de você” Ele disse provando que mesmo sem ela perceber, prestava atenção em tudo que envolvia ela. “E você se encaixa tão perfeitamente na minha vida, apesar do caos e da minha agenda louca eu sei que, no final do dia, só em ouvir sua voz ou ler uma mensagem sua, meu coração acelera. Lovie, desculpa se eu fiz você duvidar disso hoje, mas você precisa saber que você é uma das três pessoas mais importantes da minha vida. Eu te amo.” Harry a beijou.
“Eu também.” S/N disse entre o beijo.
“Amor... Assim não...” Harry reclamou enquanto deixava selinhos nos lábios dela – odiava quando ela respondia assim, ele sempre queria ouvir a sentença inteira, sempre queria ouvir que ela o amava com todas as letras, principalmente em situações como essa.
“Eu também te amo.” Ela disse rindo.
“Voltar comigo?” Perguntou se referindo ao jantar.
“Ok.” Ela disse deixando um último beijo nos lábios dele e saindo do carro depois de secar suas lágrimas e consertar sua maquiagem. Harry agarrou a mão da moça enquanto caminhavam de volta para a casa da mãe e fez questão de deixar um beijinho em cada um de seus dedos. Assim que entraram foram recebidos por Vicky, que pelo que parece estava esperando pelo rapaz.
“Ei, o que aconteceu?” Ela perguntou encarando Harry, sem sequer olhar para a garota em seus braços.
“Só estava conversando com a minha namorada.” Ele disse simples e beijou S/N nos lábios mais uma vez; o beijo foi delicado e intenso e apenas foi interrompido pelo pigarrear de Vicky, que murmurou alguma coisa e voltou para seu grupo de amigos.
“Isso foi mesmo necessário?” S/N perguntou sorrindo com as bochechas coradas, é uma pessoa muito carinhosa, mas esse tipo de afeto em público sempre a deixa tímida e Harry sabe – mas adora o jeito que ela reage, e sempre tenta fazê-la corar.
“Sim, foi.” Harry disse deixando mais um beijinho em seus lábios. “Agora ela sabe que eu sou só seu.”
“Meu.” S/N o surpreendeu o beijando mais uma vez; o beijo tão intenso quanto o primeiro. “Eu te amo.”
“Eu te amo mais.”
Eles ainda tinham muito o que conversar, mas por agora o momento se bastava. Estavam felizes, e seguros nos sentimentos que tinham um pelo outro. Um futuro lindo os esperava e eles estavam prontos para vivê-lo, juntos.
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All the love. x
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Be a Good Guest & Pheonix Collab! Part 3
the amazing Walter and Gabriel belong to @jordanstrophe !!!
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Jordan's Masterlist / My Masterlist
CW: drowning / beating / belt whipping / parental whumper / creepy whumper and as Jordan says, *takes a deep breath* parental, overprotective, possessive and intimated whumpers
“So,” Mateo said, running his hand through his grey hair and blowing air out of his cheeks, “Let me get this straight; you two decided to run off and have your little ‘fun’. And please correct me if I'm wrong here!” Pheonix gulped, and closed his eyes, “I told him t-to come, he.... He didn't want to, but I made him I-” He was quickly cut off when Walter backhanded him harshly across his face. Pheonix looked up at him, holding his hand up to his red cheek. His mouth was open from shock. Gabriel let out a whimper.
“Bullshit!” Walter grabbed Pheonix’s collar of his shirt and yanked his head closer to his, “Let me tell you something young man, I can tell when someone lies, and boy can I see bright flashing warning lights coming from you!” Noah grinned a he stood in the hall, back against the corridor wall, arms crossed. He could relax now since Mateo could step in to save Pheonix.
Mateo cleared his throat, “Alright, that's it, Pheonix I don't know what the fuck has gotten into you. Get the fuck into our room.” Pheonix glared at Walter but was interrupted when Mateo grabbed him by the ear and dragged him to their room, calling behind him, “I do apologise, Walter, I’ll make sure my boy is punished. Noah, make sure you get everything my dear amigo wants while Pheonix and I are gone.”
“Si jefe por supuesto.”
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Pheonix flinched as the hotel room door slammed shut. He took levelled breaths. He had only gotten threats from Mateo. He has seen Mateo mad, oh boy, he had. But never at him. His shirt was yanked and he was dragged into the bathroom. “Kneel,” Mateo ordered. Pheonix, knowing better, knelt, feeling the cold, stone tiles through his baggy tracksuit bottoms.
His heartbeat started racing as he watched Mateo turn on the shower and bath tap. Cold water ran into the bathtub and Pheonix squirmed uneasily on his knees. Mateo turned to Pheonix and put on a fake sympathetic smile, “Now now, don't look at me like that. I'll be honest, you did well, mi amor. I mean, I thought you would break your ‘buen chico’ phase.”
Pheonix looked down at the grey tiles, studying the perfectly aligned squares, “ ‘m sorry.” Mateo scoffed, “Mmhmm, oh you will be.”
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Walter looked at Gabriel, “Oh Gabriel, whatever will I do with you? I thought I strictly instructed you to stay in our room.” Gabriel gulped, “Please, I'm sorry, I didn't mean to-” Walter held up his hand, silencing him, “Ah-bah-bah-bah, I don't want to hear it, now, let's not waste time, go into our room.” Gabriel looked up at him, “But-”
“-Room, now.”
Walter slowly closed the room’s door, letting out a sigh. Gabriel shifted awkwardly between his two feet. He looked up at Walter with tears in his eyes. Walter tilted his head and cupped Gabriel’s tear-stained face, “Now, now, don’t look at me like that. You know that I’m doing this for your own good. So, what were you think when you decided to try to run off?”
Gabriel gulped, fidgeting with his hands behind his back, Pheonix had taken the blame, if Gabriel told a different story and both of their stories didn't match, Pheonix would get into so much more trouble than he already is in.
He sighed, “I told him to-” He was backhanded. “And now you're lying as well! Jesus Christ! I have done so much for you! I brought you into my house after your car accident I- I took care of you and gave you a roof over your head! And you repay me with this?” Gabriel opened his mouth but didn't dare say a word.
“I wanted to do one thing, one thing for myself, and you had to go and be selfish. Anyway, that's not what’s important. What's important is that you understand that you need to stay with me all the time. I mean, can you imagine what would happen if you were left all by yourself out there all by yourself?”
Gabriel looked at him, “Wh-what?”
Walter shrugged, “I mean, all those mean people out there, and then the manipulators! You shouldn't trust Pheonix, you know?” Gabriel’s eyebrows furrowed, “But-”
“Ah-ah-ah, you don't know him as much as I do.”
No, this couldn't be right, Pheonix had seemed so nice earlier! Walter circled him slowly, arms folded, “But, those stories can wait for later. I mean, as much as I hate doing this, I will have to punish you. I mean, could imagine if I didn't? You would probably try and run away again and again!” Gabriel sighed. He was still so confused about Pheonix, it was all too much for him.
“Kneel for me and put out your hands.”
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Pheonix thrashed as his head was once again is head was shoved underwater. He had inhaled gallons of water at this point. He could feel as if his lungs were filling up with water. When Pheonix tried to push his head up, Mateo shoved it hard, back into the water, making him bang his head hard off of the bottom of the bath.
Finally, Marco lifted Pheonix’s head up by his hair which hadn't been cut since his capturing. Pheonix coughed and spluttered, heaving for air. “Okay mi amor, feel like talking now?” Pheonix gasped for air, “I-I told him t-” His head was back under the water before he could finish his sentence.
His hands were tied behind his back from earlier when he had hit Mateo by accident from struggling. Just when Mateo felt Pheonix starting to go limp, he lifted his head back up and threw him back on the tiles. Pheonix’s head hit the tiles again, ouch.
“Okay rebelde, I don't want you passing out on me, but I’m not finished either. Pheonix groaned on the floor. He was too tired. Too tired for all of this! Just as he was drifting off, an almost burning sensation lit fire to his skin. He let out a yell and snapped open his eyes.
There was a knife plunged into his arm. “AGH! WHAT THE FUCK!” His voice was hoarse from all of the water. Mateo chuckled, “Calma, calma. Don't mind me, I’m just simply… doodling!” He dragged the knife further down his arm, almost… snake-like. Oh fuck.
---
Gabriel knelt, back facing Walter who stood behind him. His hands were tied to one of the bed’s legs with a zip tie and his shirt had been ripped off. His breath was uneven as the unknown lurked and haunted him. He heard the sound of a belt being unbuckled and he gulped.
“Now remember, I am getting no enjoyment whatsoever firm this. I just hope you learn your lesson so this won’t have to continue.” Before Gabriel could say anything back, the belt was brought down hard against his back. He let out a torn scream as his back lit up with pain.
“Shh, shhh, don't get upset, this is just so you learn.” *crack*
How was this so sore?!
*crack*
This was going to be hell.
---
Pheonix sat on the edge of the hotel’s bathtub as Mateo wrapped a bandage tight around his wound. Pheonix was shivering from the cold water which was still soaked into his shirt, hair and face.
He yelped when Mateo tightened the bandage too tight. Mateo mumbled a, “Lo siento.” But it was more of a grunt. He was still angry at Pheonix. Mateo tucked the end of the fresh bandage and sighed, “I’ll let you sleep on our bed if you just tell me what happened.” Pheonix hung his head, “I told Gabriel to leave his room.”
“Jesús, dame fuerza. Forget it, you sleep in here tonight. Now, I might leave but you’ll be staying in here until tomorrow morning. We’ll see how Gabriel holds up. I bet he has told Walter the truth. No worries though, I'll tell Aurora all about it once we get back home!”
Pheonix gulped and nodded, “I’m- I'm sorry, I just saw how sad Gabriel was and I wanted to see him smile. We-we weren't going to try and run away, I promise! Just when he finished playing the piano. That was his escape from reality and when he stopped, his face just looked so… -empty.”
Mateo chuckled, “Alright, keep it in your pants puta. That's sweet actually, but it still doesn't make up for leaving when I didn't know. You don't understand what Walter is like with Gabriel, he doesn't want him out of his sight! So you better be careful around Walter, I’d say he’ll take any chance he has to punish you,” Mateo chuckled.
Pheonix took a few deep breaths, great, now two people had a strong hating for him.
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After ten minutes, Gabriel was curled in on himself, sobbing and whimpering. His back felt torn and shredded. The pain was immense. He flinched at the cold hand on his shoulder. “Hey now, shh shh shh. It's alright, it's over. Have you learned your lesson?” Gabriel nodded quickly, taking a few shuddered breaths, “Y-yes! I- I’m so sorry! I won't leave again!”
Walter smiled to himself, “Good boy, and do you understand why I did it?” Gabriel gulped, trying to get rid of the lump in his throat, “Be-because you are trying to protect me.” Walter grinned, “Exactly! Look at you! Now, sleep well tonight, you had a big adventure and it’s late. Can I trust you without tying you to the bed?” Gabriel nodded quickly and Walter smiled, running his hand through Gabriel’s hair, “Good boy.”
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That night, Phoenix laid on the bathroom tiles. Mateo had taken all of the towels, leaving Pheonix soaking wet, shivering and very very uncomfortable. All that was running through his head was what the fuck was going to happen tomorrow?
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