#Puerto de la Nieves
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Last week I finished my fourth book, An Areito Of Freedom and Survival. Slavery in Puerto Rico.
The book is about the genealogy of descendants of slaves who worked in the hacienda Inuena in Aceituna, Moca. The slaver was Juan Pellot a Frenchman who came to Puerto Rico during 1804.
His two brothers and sister owned Iruena and ended up with 300 slaves forced from their homeland in New Guinea.
Historical records are scarce but I have worked the genealogy of the Pellot to fill in those historical gaps.
If you have been searching for your ancestry that leads back to Africa, then this book is for you.
Also included are slave lists from New Orleans, Louisiana.
The book also contains the genealogy of the Maldonado, Cajigas, Nieves, de la Victoria, Vargas, Alvarez, de Jesus, Legrand and many other surnames.
#author john browne ayes#Puerto Rico#Slavery#Hacienda Iruena#Moca#Aceituna#Pellot#Maldonado#Legrand#Vargas#Cajigas#de la Rosa#history of Slavery#Slave lists New Orleans#Louisiana#de la Victoria#Nieves#Alvarez#de Jesus
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Islas Canarias
Puerto de Las Nieves (Gran Canaria)
El dedo de Dios
Rocher “Le doigt de Dieu”
The rock “The finger of God”
Klippan “Guds finger”
#Islas Canarias#Puerto de Las Nieves#Las Nieves#Gran Canaria#El dedo de Dios#Rocher#Le doigt de Dieu#The rock#The finger of God#Klippan#Guds finger
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EL JEFE: clientelismo político en el 1898, de Nieve de los Ángeles Vázquez
Tengo que confesar de entrada que presentar este libro es una empresa muy compleja. Primero, porque habla de un hombre del que ya se tienen demasiadas ideas preconcebidas y la autora, desde la página uno, con razón o sin ella, viene dispuesta a derrotarlas todas; Segundo, porque nos obliga a creer en el revisionismo histórico como una inagotable fuente de posibilidades y certezas, pero estas certezas están sujetas a una interpretación amplia de los sucesos que discute, que por razón de un profesionalismo intachable y la calidad en su historiar, a Nieve de los Ángeles Vázquez, le sobran las evidencias.
Decía Peter Burke, notable historiador inglés, que la historia NUNCA puede ser objetiva porque está escrita por seres humanos. Pienso yo que a lo más que puede aspirar es a promover la mayor imparcialidad posible en los hechos que narra. Claro, no es tan fácil como decirlo, porque en la vida hay muy pocas instancias en las que se puede ser imparcial, precisamente porque somos humanos.
En este mismo tenor, me obligo a hacer una distinción clara entre las biografías apologéticas, las historicistas y las revisionistas. En nuestro país, las biografías apologéticas son tantas que nadie ha podido llevar cuenta de ellas. Son esas biografías donde al biografiado se le recuerda como un héroe de su tiempo, un mártir que dio su vida por los demás, un ser humano lleno de tantas virtudes y sensibilidades, que lo colocan por encima del resto; un hombre o mujer sin tacha cuyos ideales sobreviven a todo, y prueba de ello es la misma biografía que se lee. Las biografías de Luis Muñoz Rivera, José de Diego, Pedro Albizu Campos, Betances y José Celso Barbosa, encabezan la lista de esa relación infinita de textos que canonizan a sus biografiados, ofreciéndolos como actantes del proceso histórico con una moralidad sin tacha y con un acendrado compromiso con la Nación.
Las historicistas por su parte, rara vez suplen la condición humana. Es más, dentro del historicismo se ha llegado a proponer que el historiador ni hable ni cuente. Que exponga los hechos tan fríamente como sea posible, y ya. Para ello, nos ofrece los datos y documentos -sin análisis en ocasiones- para que entendamos la historia como un continuo devenir, como un acto secuencial sin más justificación que su propia naturaleza de ser historia. Evento tras evento, como causa y efecto, nos obliga a imponer nuestro juicio condicionado de la historia sin fomentar la necesaria confrontación que hace crecer las ideas. La mejor biografía que he leído en esta tendencia es la de Ramón Méndez Quiñones, escrita por la erudita Socorro Girón, quien en un derroche del conocer histórico, nos ofrece contextos, documentación y datos para conocer a uno de los más grandes traidores de nuestra patria. Pero ella nunca dirá que es un traidor. Por otro lado, dentro de esta corriente historicista, pero con notables señas apologéticas, están los trabajos de Carmelo Rosario Natal sobre Luis Muñoz Marín y las varias biografías de Santiago Iglesias.
Las revisionistas, sin embargo, son escasas; las que hay ponen en evidencia los extensos vacíos de información sobre nuestros más importantes personajes históricos. Esta tendencia de la biografía revisionista surge, probablemente, desde la década del 60 como una reacción a las historicistas de Don Lidio Cruz Monclova, las apologéticas mencionadas y en favor del despertar de la nueva historiografía con los trabajos de Fernando Picó, el Grupo CEREP, y otros. Y este tipo de biografía confronta a un pueblo crédulo y busca despertar las comunidades tanto sociales como políticas, que creyeron lo primero que leyeron sin cuestionárselo.
La historia se cuestiona, se afirma o se desmiente porque es un ente cambiante y vivo. La labor del historiador es desmontar la apología, y llenar con su interpretación de los datos, aquel vacío que el desconocimiento impone, bien sea por la ausencia de fuentes documentales o porque aun estando presentes y disponibles, la gente se niega a usarlas porque temen encontrar asuntos que contradigan su fe en su “héroe”.
Agarrados de nuestras preferencias ideológicas o sociales, resulta azaroso y provocador el retarlas con nuevas evidencias. Chomsky nos dice continuamente que hemos llegado a un punto social en que la evidencia inexpugnable ya no tiene ninguna importancia. Al mundo ya no le interesa la verdad. Yo no sé qué realmente le interesa al mundo a parte de sus placeres individualistas, y qué intereses persiguen los que dominan ese mundo que niega la verdad, pero ciertamente, Chomsky ha diagnosticado nuestra crónica enfermedad de la negación. Ya nos acostumbramos a negar lo que no nos complace, aunque sea la verdad. Porque el poder ha criminalizado la verdad. Ha castigado la sensibilidad del asombro, y mata de hambre de conocimiento a los que la exigen.
La misma sociedad humana y sus poderes terminan por negarnos lo humano para privilegiar los mitos. Y nos ha enseñado también a defender el mito como si se tratara de nuestra propia razón de vida. Esto lo hemos visto recién con las biografías revisionistas de Yeshua Ben Josef, mejor conocido por Jesús de Nazaret. Un amplio cuerpo biográfico ha sido publicado en los últimos 30 años, donde se demuestra con evidencias arqueológicas, antropológicas y documentales, que el hombre llamado Yeshua Ben Josef dista mucho de la imagen creada por las religiones del llamado Jesucristo. Ya sabemos de sus relaciones con varias mujeres, sus viajes a la India, a Grecia, a Roma y otros lugares, su vinculación con el budismo, sabemos de la naturaleza socialista y revolucionaria de su prédica y de su liderato en ciertos clanes de zelotes que luchaban clandestinamente contra la segunda invasión romana a Palestina y tenemos bastante claras las verdaderas razones para su crucifixión. Es decir, que aquellos que aún creen que Jesús pasó toda su vida haciendo mesas y sillas con su padre, tienen otros datos que deberían considerar. A eso le llamamos revisionismo: un acto disidente de nuestra inteligencia, una actitud responsable e imparcial ante las evidencias nuevas y por cierto, una manera agresivamente provocadora de historiar.
En Puerto Rico, las biografías revisionistas han captado el interés de los lectores y de una nueva generación de historiadores; pienso por ejemplo en la biografía de Segundo Ruiz Belvis de Mario Cancel, los trabajos –a veces un tanto apologéticos de Félix Ojeda Reyes y Paul Estrade sobre Betances, los trabajos de Ernesto Álvarez y Haydeé de Jesús Colón, el revisionista libro de Luis Ferrao sobre Albizu y todos los trabajos de mi colega y amigo Néstor Dupréy, que son muchos y que tienen en sí mismos un espíritu revisionista de tono aleccionador. Puedo decir que mis biografías, la de Alejandro Tapia y Rivera, Román Baldorioty de Castro y mi biografía dramática de José de Diego y Clara Lair, son extensamente revisionistas.
Cuando enfrenté mi biografía sobre Baldorioty mi primer planteamiento fue el cómo yo, que soy un independentista sin partido, afiliado por simpatías familiares al nacionalismo albizuista y por consideraciones intelectuales a un socialismo democrático, me iba a sentar a escribir una biografía sobre el apóstol y mártir de la autonomía. Pues bien, lo primero era deshacerme de todos los adjetivos prejuiciosos. Enfocarme en la humanidad -defectos y virtudes- de mi biografiado, a mirarlo en su momento, no en el mío, en su moralidad, no en la mía, en su sentido común, no en el mío, con sus tribulaciones, sus conflictos entre sus deseos y sus carencias, sus luchas y sus miedos. No podía antagonizarlo de entrada, porque se trata de un ser humano del que si bien me separan años, no nos separan los orígenes. Tampoco nos separa la piel, ni las miserias. Verlo accionar en medio de un océano de privaciones que yo no padezco, ser perseguido y acostarse todas las noches esperando que un pelotón de la Guardia Civil le tumbe su puerta a gritos salvajes… me dicen que esos contextos modifican mi manera de mirarlo. Me aclaran las decisiones tomadas y en ese interés por su humanidad, descubrir sus flaquezas y sus virtudes, como por ejemplo; yo jamás sospeché, -puesto que crecí con la mitología de que Baldorioty era un entregado autonomista y punto- jamás sospeché que Baldorioty conspiró con Hostos y Betances para una tercera expedición revolucionaria armada a Puerto Rico en 1874. ¡Ni los populares autonomistas de hoy se sospecharon tal cosa! El revisionismo vino al rescate y amplió la significación de sus actos.
A este revisionismo histórico le place lucir varias tendencias. La primera, tendenciosa y predispuesta -valga la redundancia- nos dice desde su título cuál será él rasero que el historiador utilizará al enfrentar los hechos que revisa. La razón por la que revisa salta siempre de los textos como un código de sentido común y moralidad. A la biografía tendenciosa se opone la clarificadora, que si bien pretende cuestionar al biografiado, conversa con él, tratar de entender la razón de sus acciones, sean estas altamente condenables o por el contrario, paradigmas de sabia redención, o lo que llaman los novelistas, “las vidas de redención”, o la vida como una novela de final abierto.
Aplicar ese sentido común y esa moralidad a un personaje que careció de ellas, como nos estalla esta biografía de LUIS MUÑOZ RIVERA propone una confrontación enriquecedora. El sentido común y la lógica de sus acciones, en este caso políticas, deben tener un origen, deben haber sido aprendidas, adaptadas y ejercidas en conjunto con OTROS intereses -evidentes en la mayoría de los casos.
Quien necesita de la corrupción para sus intereses, siempre va a defenderse diciendo que él será el primer vigilante contra toda corrupción. Le sabrá echar la culpa a los demás de las infamias que comete, y procurará acercarse a un público y acumular una clientela que crea ciegamente en él, incluso por encima de la moral, que se haga ciega a los actos más descarados. La razón es simple, él pagará por esa lealtad. Y en un país explotado de hambre, contra dinero no hay moralidad.
“El Jefe” Muñoz Rivera, tiene una larga historia de glorias, homenajes y laureles en cada periódico o libro de su época, y sus semblanzas a su muerte casi lo colocan al lado del cristo martirizado. La Dra. Nieve de los Ángeles Vázquez labora con una sólida caja de herramientas para desmontar esta apología. Podríamos afirmar que poco más de cien años atrás, este libro le hubiera costado la vida. Pero en nuestro contexto, la extensa argumentación que Vázquez realiza sobre los dos pecados mortales de Luis Muñoz Rivera durante su vida, nos deja el deseo de saber más y la conciencia llena de preguntas.
La primera que yo me hice: ¿Quién y desde cuando nuestros políticos aprendieron a ser corruptos? Es obvio que desde que los conquistadores pisaron nuestras arenas, pero debe haber habido una estilización de las estrategias de pillaje que aprendimos a latigazos. ¿Quién nos la enseñó y cuándo? Nosotros no nacimos así. Y nuestras culturas precolombinas jamás practicaron, que se sepa, la corrupción como un vicio social heredable.
En mis investigaciones sobre el siglo XIX, siempre me topo con el tiránico Gobierno de la Pezuela. Que los hubo peores, por supuesto, pero el de La Pezuela en 1847 fue tan descarado como para permitir que él fuera a la oficina de pagos de la Hacienda Pública y decirle al funcionario que abriera la caja del dinero del fisco y él meterse y sacar más de $3,000 pesos fuertes con los que pagó a los soldados de su guardia personal por encima de su salario, sin firmar un solo papel, sin que nadie le preguntara, y ante la vista idiota del funcionario que guardaba los dineros. Aparte torturas y asesinatos y persecuciones, esta acción de Pezuela está entre las inmoralidades y corruptelas más asqueantes que he leído en mis años de historiador.
Si lo aprendimos de los españoles, es porque también nos lo fomentaron practicándolo impunemente en nuestras narices. Si es verdad que todos los gobiernos son corruptos, el sistema de Turno entre republicanos y monárquicos en las Cortes de España y sus conveniencias alternadas debe haber sido una de nuestras últimas lecciones.
¿Y el nepotismo institucionalizado? ¿De quién lo aprendimos? ¿Quién lo trajo aquí? Esa manera desfachatada de imponer a una persona por la sangre y no por los méritos. Esa que tanto se práctica aquí en todas las agencias y en todos los lugares de empleo desde el kiosko de la esquina hasta la Fortaleza como si fuera ya condición del alma puertorriqueña. Si eres jefe tienes que darle trabajo a los tuyos. Ya nadie se cuestiona si esto es moral o inmoral.
No quiero caer en la falacia de que nuestras corruptelas se justifican porque los españoles lo hacían peor, solo quiero dejar claro, que la corrupción no estaba en nuestra naturaleza. Fue un quehacer aprendido que rendía frutos y se podía hacer sin castigo. Y esos actos crearon una amplia red de relaciones que la alimentaron y terminaron por institucionalizarla al punto de que, si no eres corrupto, entonces eres un traidor. Vaya paradoja moral.
En todo negocio político, yo te doy y tú me das. A Luis Muñoz Rivera deben haberle dado algo para lograr lo que logró. Le dieron mucho poder. Y los españoles no eran gente que diera algo por nada. Pero ¿lo pidió él, o él simplemente se prestó para formar parte de un engranaje de corrupción mayor que se gestó en las calenturientas cabezas gachupinas que nos tiranizaron por 4 siglos? Porque si era un juego de estrategias, no creemos que Muñoz Rivera fuera una doliente víctima, sino un aprovechado discípulo que, para muchos, estaba ejerciendo esas acciones en beneficio del país.
Estemos claros, y en eso podría disentir de los severos juicios de la Dra. Vázquez sobre este punto, los españoles no nos dieron la autonomía porque fueran condescendientes o porque Muñoz Rivera les haya convencido de que era lo correcto. El Pacto Sagastino, con todo lo que a Barbosa le hubiese parecido inmoral, fue la única manera que Puerto Rico tenía para reclamar la autonomía. Aquí no había espacio ni condiciones para la moralidad y la dignidad de la lucha armada, ni para la estulticia del falso orgullo de Barbosa de que la autonomía nos la tenían que dar porque era un deber. No, el Pacto Sagastino, que nos concedió un brevísimo periodo de autonomía, se obtuvo mediante una negociación compleja, pero inevitable, encabezada por un hombre de muchos dobleces como Muñoz Rivera, pero que a pesar de esos dobleces y sus costos, encontró una solución política que se nos había negado por cuatro siglos. Si esto ameritase juicio, el mío sería favor de Muñoz Rivera y yo no lo llamaría errado o malintencionado, sino sencillamente oportuno y hasta consecuente.
La segunda lección aprendida de España fue, entre otras, el autonominarse imprescindible, el descarado populismo, la construcción de una red de conexiones, estrategias todas largamente meditadas en espera del momento propicio. Pero me pregunto, ¿adjudicar esto presupone un carácter ambicioso, frío, deshumanizado, un animal político que solo se alimenta del poder, a quien no le importa la vida humana sino satisfacer sus carencias, abogar por la libertad y meter opositores a la cárcel porque no le gustaba la libertad de los demás? ¿Eso fue Luis Muñoz Rivera? ¿Ese animal político que describe la Dra. Vázquez, sin sensibilidad, sin ningún trazo de verdadero compromiso con el país, sin virtudes o deslices de humanismo, ese atroz codicioso, cruel y desfachatado cuya misión en la vida era el ejercicio del poder por el poder? ¿Ese fue Luis Muñoz Rivera? ¿No tiene nada que lo redima? Para la Dra. Vázquez no y la sensación que nos deja el libro EL JEFE es abrumadora y contundente sobre ese juicio.
Nos queda una pregunta de muchas:
¿Creía él, de verdad, que todas esas empresas estadounidenses que con las que él pactó, y “chanchulló”, traerían un beneficio al país? Ya sabemos que era un anti obrero, y que desde los mismos obreros de su periódico La Democracia a quienes explotaba, pasando por su declarado racismo, hasta su aversión por los representados por Santiago Iglesias, es claro que a Muñoz Rivera le apestaban los obreros; pero sin obreros no habría gringos de la Sugar Cane, de la American Tobacco y de las tantísimas empresas que llegaron a expoliarnos a raíz de la invasión. No hay duda alguna de que muchas de estas acciones de Muñoz y de José de Diego para favorecer el emporio industrial gringo, obedecen a su personal ambición tanto de poder como la de Muñoz, o como la codicia económica de José de Diego. Pero el poder colonial gachupín y el gringo ya había abocado al país a la inercia entre la miseria o a la explotación. ¿Qué hacer? ¿Cómo promover un desarrollo económico, aún a sabiendas de que serían los gringos -y él mismo- los que se enriquecerían? ¿Es mejor tener una mala economía, llena de corruptelas, de animales políticos matándose a tiros en las calles, a no tener ninguna y dejar que el país sucumbiera de hambre y sed? Decisiones complicadas para las que hay que tomar en seria consideración la condición humana y su contexto. Sobre todo el CONTEXTO de esas decisiones. Juzgarlas de inmorales más de cien años después es una de las provocaciones de este libro.
Por otra parte, ¿acaso el nepotismo que la Dra. Vázquez nos describe en detalles y juzga moralmente asqueante, no fue una defensa en contra de la herencia nepotista de los españoles? Este pueblo llegó al borde infrahumano de la miseria, aquí no había dinero para nada en la segunda mitad del siglo XIX, los españoles fueron unos salvajes que abusaron como les dio gusto y gana a nuestro país; los incondicionales asesinaron lo mejor de nuestra intelectualidad, le impidieron ocupar importantes puestos en el gobierno, los maestros puertorriqueños fueron desplazados por maestros españoles, y hasta tuvieron la osadía de prohibirnos “usar palabras”. Puerto Rico estuvo demasiado cerca de ser el paradigma del colonialismo más asesino de toda la historia de España. Los españoles asesinaron nuestro país.
¿Podemos catalogar de inmoral o de corrupto el que le hayamos devuelto algo de lo que nos hicieron? ¿No fue el nepotismo practicado por Muñoz Rivera una excelente venganza? Yo creo que sí. Y digo más, me parece un acto realmente revolucionario, una apropiación de nuestro derecho a mandarnos. ¿A quién le iban a dejar los asientos públicos? ¿A los españoles, otra vez por aquello de ser democrático? ¿Que los gachupines más barbáricos que tuvimos que soportar, se quedaran en sus sillas mandando y explotándonos para que no se nos acusara de nepotistas? Y luego con los gringos, ¿por qué dejar en manos gringas lo que nos corresponde como Nación reclamar? ¿Acaso los gringos no bien llegaron, impusieron la censura, la marginación y sustitución de nuestros empleados, la disolución y criminalización de nuestro pasado, el tratamiento de “negros ignorantes” con que nos obsequiaron? También a ellos había que aplicarles estrategias de inserción en sus hegemonías sanguinarias. Poco les hicimos para todo lo que nos hicieron españoles y gringos. Creo, y puedo equivocarme, que el nepotismo, en aquel contexto -no hoy por supuesto- fue una defensa, no una corrupción. El juicio de la Dra. Vázquez sobre este punto debe ser materia de amplia discusión.
Para finalizar, tengo que agradecer a la Dra. Vázquez por una investigación realmente sólida, y aunque algunas de sus interpretaciones no nos complazcan, la investigación es profunda, detallada, seria y comprometida con la verdad. El no estar de acuerdo con ella en muchas cosas no tiene la menor importancia. La Dra. Vázquez es una de las intelectuales e historiadoras más prestigiosas de nuestro país y tiene muy bien ganados todos los méritos que le atribuimos los que conocemos su trabajo.
Yo me siento sumamente satisfecho porque este libro exista. Yo soy un revisionista. En todo lo que escribo y hago, siempre considero mis cuestionamientos de la verdad sabida como la perfecta forma de la disidencia intelectual. Y todo intelectual tiene por obligación que ser un disidente. Si no se disiente no se piensa. Y el que no piensa… ya sabemos lo demás.
Por: Roberto Ramos-Perea
Fuente: 80grados.net
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Pequeño drabble en venganza honor a la necesidad que @deepinsideyourbeing nos ha provocado a todas de darle nuestro primogénito a Enzo. Te adoro 💕
🐻 ProtectiveDaddy!Enzo x reader 🍧Fluff
Qué maravilloso era poder pasear a la tarde ahora que ya hacía un tiempo más agradable. El calor sofocante con el que habías pasado el último tramo del embarazo se iba disipando con la llegada de septiembre. Ya no era necesario que Enzo te llevase del brazo y caminase lentamente contigo, ya te encontrabas más fuerte, pero sin embargo seguías agarrada a él, por gusto.
Podías sentir los pechos pesados, pero la bebé se hallaba tan calmada en la mochilita donde Enzo la portaba que no querías despertarla, probablemente lo haría ella sin ayuda.
Decidisteis sentaros en una terraza de una cafetería del puerto, con vistas al mar en ese pequeño pueblo costero donde al menos la gente no paraba a tu novio constantemente por la calle.
El mesero tardaba en llegar, así que Enzo dejó a la pequeña con cuidado en su carro y fue dentro a buscar al menos un vaso de agua, para ayudarte a amamantar; tu novio había estado muy presente en todos los cursos de paternidad a los que habías asistido y eso siempre te daba un plus de orgullo y felicidad.
La nena estaba ya haciendo algún gesto en sueños que indicaba que pronto se despertaría, y, como si estuviese medido, comenzó a llorar en cuanto su papi llegó con el vaso de agua en la mano.
-Te pedí también un zumo de naranja natural, amor- dijo con calma mientras se aproximaba al carrito - ¿pero qué le pasa a mi princesita, eh?
No pudiste evitar sonreír ante la ternura inaguantable que suponía ver a los dos amores de tu vida juntos. Aún no te acostumbrabas a la imagen.
-Bebe un poco de agua, cielo -te pidió. Sabía que no eras de esas personas demasiado responsables de su propia hidratación, y te lo tenía que recordar a cada rato, especialmente ahora para poder producir leche sin problema.
Comenzaste a beber lentamente del agua fría que te había traído, y observabas como Enzo intentaba calmar a su hija en brazos, pero tanto tú como él sabíais que lo que le pasaba era que tenía hambre.
-¿Llora mi nena de hambre? Ahora mamá te da tetita, no te preocupés, te vas a quedar llenita ... - Enzo le susurraba mientras le secaba las lágrimas con el pequeño babero de tela estampado de ositos.
Tu corazón se derretía cuando le escuchabas hablar así.
El camarero trajo un zumo de naranja para ti y un café solo ( y probablemente doble) para Enzo. El pobre debía estar muriendo de sueño después de la noche que habían tenido con la pequeñaja.
Comenzasteis a beber y Enzo depositó a la bebé con máxima delicadeza en tus brazos.
Esta vez no llevabas una camiseta o una blusa, si no un vestido de verano, así que en lugar de levantar la prenda y colocar la cabecita de tu hija debajo, no te quedó otra opción que bajar el tirante del vestido y descubrir por completo uno de tus pechos, el cual la nena se llevó a la boca con voracidad.
-Sí tenía hambre ¿eh? - comentaste al notar su succión apresurada. Sujetabas el pezón en su boca con dos dedos en forma de V. Cuando estabais en casa Enzo solía hacer que te recostases sobre él para masajear tus pechos y estimular el flujo de leche, lo cual te ayudaba mucho.
-Sí, pobrecita -dijo Enzo sonriendo con ternura.
Fue un momento de relax con la brisa del mar peinando vuestro cabello, poco ruido, una deliciosa bebida para reponer líquidos...
- Y sí, amor, he pensado que podemos comprarle aquel gorrito de lana para cuando crezca un poco y haga frío podemos ir a Bariloche a que vea la nieve y... -Enzo te hablaba emocionado de la prenda que había visto en una tiendecita hacía unos días. Sin embargo tú no estabas escuchando lo que te decía. Tu instinto se había despertado y estaba vigilando con el rabillo del ojo a un desgraciado que no te había quitado la mirada de encima desde que te habías sentado en aquella terraza. El muy cabrón estaba aprovechando que Enzo se encontraba de espaldas a él para poder mirarte a gusto. Intuía que ibas a bajar la mirada y no ibas a hacer nada, dando impunidad a sus actos. Te estaba comiendo con los ojos, atento a cualquier movimiento de la niña que le permitiese ver un centímetro de piel más. Todo esto, obviamente te estaba desconcentrando y tu pareja no tardó en darse cuenta de que no le estabas prestando atención y te encontrabas tensa.
-¿Amor? ¿Qué pasa, te hace daño?
Negaste con la cabeza.
-¿Y entonces, cielo? ¿Que pensás?
Tu mirada permanecía fija en el sujeto que te observaba, lo cual guio la suya hacía el problema.
El tipo se encontraba concentrando toda su atención en ti mientras además fumaba. No reparó en que Enzo se había dado la vuelta en su silla.
-Qué, te gusta el espectáculo? - inquirió con ira contenida. Proyectó la voz para que sonase grave y fuerte pero no como para llamar la atención de toda la cafetería, que, en realidad estaba bastante vacía.
-Cómo? - dijo el desgraciado mientras apartaba la mirada disimulando.
-Que parés de mirar a mi mujer- le advirtió.
-Enzo... -le dijiste en bajo tratando de calmarle, aunque por dentro también hirvieses de rabia.
-Y bueno flaco, que no se saque las tetas en público - murmuró el tipo mientras apuraba su copa.
-¡¿Que decís?! Enzo se levantó y camino hacia él apartando la silla de forma brusca. Por suerte vuestra hija se hallaba ajena a toda la situación y se encontraba a aún mamando tranquila contigo.
Esta claro que el otro se sorprendió. El aspecto y la calma de Enzo podía llevar a equívoco, pero subestimar su capacidad de protección con su familia suponía cometer un grave error. El tipo levantó las manos con la intención de calmar a Enzo que se aproximaba como un toro hacia él.
-Si vos estás enfermo y ves que mi mujer te está provocando por alimentar a nuestra hija, igual te tengo que enseñar un par de cosas.
-No flaco, yo no...
-Ni se te ocurra volver a mirar a mi mujer ni a mi hija o te arranco los ojos de pelotudo que tenés. Y apagá ese cigarro a la de ya, entendiste? -Enzo apoyó sus manos en la mesa del tipo.
-Ta, flaco, no quería molestar -apagó el cigarro en el cenicero manteniendo la otra mano en alto.
-No se te olvide.
Enzo volvió a la mesa aún con el gesto fruncido y la respiración agitada por la rabia más que por el enfrentamiento. El tipo dejó un billete encima de su mesa y no tardó en irse evitando cualquier contacto visual contigo o con tu novio.
-¿No querés cambiar ya de pecho, mi vida? Preguntó cómo si nada hubiese pasado, mientras acariciaba la mejilla de vuestra niña.
Nunca cesaba de sorprenderte con qué facilidad Enzo cambiaba de tono cuando se dirigía a ti, siempre tan dulce. Asentiste aún conmovida por lo que acababa de pasar: Enzo llamándote "mi mujer", defendiéndote de una manera tan brava, usando una voz que nunca habías oído salir de su garganta... Seguramente tus mejillas se habían teñido de un tono rosado que esperabas poder disimular con el calor.
Cambiaste de pecho a tu pequeña ya tranquila por no ser observada por ningún desgraciado. Enzo, siempre tan atento limpió tu otro pezón de restos de leche y de saliva con un círculo de algodón y te acomodó el tirante del vestido, dándote un beso en la mejilla después.
No sabías si eran las hormonas que tenías totalmente revolucionadas, si era la falta de sexo por motivos evidentes o que simple y llanamente la forma en la que Enzo te había protegido te habían vuelto loca, pero una ardiente sensación te estaba invadiendo de dentro hacia fuera como si de una repentina fiebre se tratase.
-Amor? -dijiste suavemente
-Sí, nena -levantó la vista hacia ti mientras acariciaba a vuestra hija, que seguía comiendo.
-Cuando lleguemos a casa y la niña se duerma, ¿me podés hacer el amor?
No tenías claro de donde salía semejante honestidad y desde cuando eras así de directa. Quizás la gente tenía razón y la maternidad te cambiaba hasta niveles insospechados.
-Y sí, por supuesto -contestó él sin titubear, sin sonrojarse, y como si le hubieras pedido cualquier otra cosa- no veo la hora, mi niña.
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Como Casandra yo escuché tu paso en las baldosas de la galería. Como ella, adivinaba yo en los días y en la voz recurrente del ocaso lo que ocultabas y conozco tanto. Ciega, sola, atenta penetré en tu velado reino y consagré bajo sus plantas, al rencor, mi espanto. Transformabas el mundo en un desierto. Como a Casandra no quisiste oírme. Pensando junto al río sólo en irme, en la noche incesante busqué el puerto. Al ver los astros, con aristas, rojos, sabía que el infierno era mirarte y volver a tu lado y no olvidarte. ¡Ah, por qué no quemé más bien mis ojos! ¡Vanas son las mentiras y las guerras! Nuestros ojos traicionan nuestra cara; la vuelven transparente, fría y clara como el agua en la orilla de las tierras. No me perdonarás de haber llorado: no me lo perdonabas, yo tampoco. Tus noches y tus días los evoco. ¡Por qué con tanto amor me has engañado! Símbolos tiene la desesperanza, propiedades antiguas y suntuosas, A veces tiene cosas muy preciosas. Como la muerte, siempre nos alcanza. Con el rostro de piedra, de la ira, por tu amor me acerqué a sus pabellones. Ah, fue triste en los pérfidos frontones de sus oscuras torres tu mentira. Vi que en su primavera con glicinas, la languidez secreta de las ramas, las canciones del mirlo, las retamas, la vegetal constancia que germina, urden una ávida y común tortura a ejemplo de esos ramos en la muerte que simbolizan con un lujo inerte la soledad, el polvo, la locura. Vi al pie de las columnas los despojos de las fiestas en sueño, de la aurora; te seguí paso a paso, hora por hora, más que tu sombra guiada por tus ojos. Oscuros en tu cuarto me rodeaban los muebles habituales: los abismos labraban en desorden cataclismos mientras las furias su clamor callaban. En los iridiscentes labios rojos de alguna flor resplandecía el alma del céfiro purísimo en su calma: mas yo estaba cegada por tus ojos. La llanura, la nieve o la montaña me recibía reconciliadora: y persistía entre árboles sonora la dicha exigua que la duda empaña. Vi caras, muchas caras previsibles; todos mis diálogos fueron falaces; escuché de las voces los compases sin oír las palabras más sensibles; proyecté formas de mi destrucción. En las ciudades, en la calle sucia, en los sórdidos parques, sin astucia llegué al infierno con obstinación. Como alas nacen del cansancio arrojos busqué por todas partes el horror, el desencanto pacificador como los santos porque vi tus ojos. Y conseguí morir perfectamente sin ningún esplendor como soñaba sola en el iris gris que me aterraba viendo tus ojos incesantemente.
Silvina Ocampo.
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- Las proezas del vasco de la carretilla" Un viejo chiste porteño sostiene que le definición de vasco es: “persona que ve en una puerta un cartelito que dice ‘tire’; entonces, empuja y entra”. Tiene que ver con la fama de tozudos que identifica a los de ese “país” integrado a España. Pero esa característica muchas veces se ha convertido en elogio por la constancia y el esfuerzo habitual en la gente de ese origen. Y quizás un buen ejemplo lo marca la historia de Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, más conocido por el apodo que le pusieron los periodistas en la Argentina, su tierra adoptiva: “el vasco de la carretilla���. Por qué empezó en una reunión de amigos en Cerro Bagual, provincia de Santa Cruz, donde Larregui vivía y trabajaba en los yacimientos de petróleo. En esa charla informal se hablaba de los récords deportivos y los esfuerzos. Entonces dicen que el vasco lanzó, casi en broma, su propuesta. Dijo que él podía ir a pie hasta Buenos Aires, empujando una carretilla cargada con casi 200 kilos. Fue suficiente que alguien dijera “¡a que no!” La aventura duró catorce meses. Empezó el 25 de marzo de 1935, cerca de Comandante Luis Piedrabuena, y terminó en la Capital Federal el 24 de mayo de 1936, cuando una multitud lo recibió y homenajeó cubriéndole con flores su carretilla. Aquellos homenajes continuaron al día siguiente, como parte de los festejos por el aniversario de la Revolución de 1810. El vasco, emocionado, fue con su carretilla hasta la Plaza de Mayo. Y junto a la Pirámide, dejó todas esas flores. Atrás habían quedado más de 3.200 kilómetros recorridos y, dicen, 31 pares de gastadas alpargatas. Larregui había nacido en Pamplona el 27 de noviembre de 1885 y a los 15 años dejó esa ciudad que un general romano fundó en el 75 a.C., emigrando hacia la Argentina. Cuentan que primero trabajó como marinero hasta que se radicó en aquella zona de la dura Patagonia donde empezó su aventura. Y de ese recorrido a pie, después recordaría que la peor parte fue en el tramo hasta Trelew, cuando el invierno y la nieve lo golpearon, pero no lo doblegaron. La primera carretilla del vasco quedó en el Museo de Luján porque él la donó. Después, con otra, entre 1936 y 1938, hizo un recorrido desde Coronel Pringles, en la provincia de Buenos Aires hasta Bolivia. Y también dos caminatas más. Una fue en 1940 desde Villa María, en Córdoba, hasta Santiago de Chile. La última cuentan que arrancó en 1943 en Trenque Lauquen y terminó seis años más tarde en Puerto Iguazú (Misiones), el lugar que sería su residencia definitiva. Se calculaba que, en total, ya había caminado más de 20.000 kilómetros. Instalado en el Parque Nacional donde construyó una humilde casilla, Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, “el vasco de la carretilla”, vivió sus últimos años en aquel paisaje cercano a las cataratas. Algunos recuerdan que dos veces por semana era habitual verlo caminando los 15 kilómetros desde su casilla hasta Puerto Iguazú, quizás para mantener esa costumbre de recorrer grandes distancias a pie que había iniciado cuando rondaba los 50 años. Murió el 9 de junio de 1964, cuando aún no había llegado a cumplir los 79. Lo enterraron en el cementerio de esa ciudad. Para entonces ya se había convertido en un personaje de leyenda y a su alrededor se empezaron a armar los mitos. Uno dice que fue el primer guía que asistió a los argentinos y extranjeros que querían visitar esa maravilla de la naturaleza que es el Parque Nacional y las cataratas. Otro, que sabía hablar en inglés, francés, italiano y alemán. Pero esa es otra historia.
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Cuento al tronco de los árboles - una parejita de pájaros
Nieva. La nieve consume las rosas como botones de algodón. Sus manos tiemblan esperándole. Dibuja sobre el cristal arraigando sus labios y entre el rojo un clavel. Los ojos de ella le siguen en silencio y cerrados. Dibuja sobre el aire los copos que nievan. Él camina sobre la nieve, persigue al aire y le mira en cada suspiro. Se desvanece sus palabras al pie del tronco de los árboles. Le busca encontrando su voz escurrida por su cuello, el calor de sus respiros le susurran mientras bajan y se pican como ola en la costa con sus hombros y espalda. Abre sus plumas y comienza a cantar al abrir los ojos y sentir el revoletear de la risa de nieve que él toca. Al borde de la ventana nacen flores de Ababol, los toca con sus yemas, se vuelve pajarito. En el puerto hay florecitas rojas de Ababol, las manos de él se acercan a los pétalos sintiendo el acercar de su risa y el abrir de sus ojos. Se miran los dos pajaritos, bañando sus ojos de voz, se toman de sus piquitos, se sueñan mientras las nieve cae sobre las flores rojas, mientras sus pasos caminan hacia ellos. Se derrite como un cascabel y suspiran mirando desde la ventana el anochecer..
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Hay tantas cosas que me gustaría hacer a tu lado: Ir juntos a Puebla, tomar un café en el callejón del artista, comer unos esquíes de la 16, una cemita de carnitas en la acocota, subirnos a una lanchita en la laguna de los fuertes de Loreto y Guadalupe y ver el atardecer desde el mirador, llevarte a algún barcito en el callejón de los sapos y chacharear en el mercadito de antigüedades, llevarte a Cholula y comprar chapulines antes de subir a la pirámide, ir a atlixco a visitar el vivero, a comernos una nieve, a tomarnos un capuchino en el italiano coffee del quiosco que está en la plaza, ir al mercado a comer taquitos de cecina y recorrer las calles llenas de flores, irnos de puente a Mascota, callejonear por el pueblo de noche, ir al bar que está frente a la plaza y de regreso al hotel o cabaña comernos unos taquitos, de regreso al rancho pasar a San Sebastián a tomarnos un chocolatito en el cafecito donde el año pasado compramos la mermelada de gondo.
Conocer otros países a tu lado, ir a Italia juntos, andar en bicicleta, hacer un picnic en Val di Funes, pedir un deseo en la fuente de Trevi, probar toda la comida que se nos atraviese y echarle catsup a una pizza para hacer enojar a los italianos, comprar un castillo de 20 pesitos con una vista padrísima, ir juntos a Japón, llevarnos a Mel y visitar templos, comer ramen, viajar en tren bala, usar kimonos, ver los cerezos, visitar Harajuku super facheritos, ir a Jackson's Hole a comernos una hamburguesa y tomarnos una cerveza, comer muchos chunches japoneses y ver venados libres en los parques, ir al Pokémon Center y al parque de diversiones de Hello Kitty hahahaha
Hacer cosas más simples sin necesidad de salir del país o del municipio, hacer un picnic en el jardín botánico, visitar más cafés, restaurantes, sacar a los doggys juntos para que se conozcan y se hagan amigos, ir por pan del Tuito, hacer galletas en tu casa, o en la mía, darnos una ducha juntos en una tina, que me amarres, usar un potro, ir a acampar a la playa y recibir ahí el amanecer, vandalizar las calles más concurridas y pegar stickers por todos lados, tener un proyecto juntos.
Pero entre todas las cosas que más anhelo hacer a tu lado está el pasar muchos más años juntos, ser apoyo uno del otro, ser tu puerto seguro como tu lo eres para mí, amor mío, nos faltó tiempo y nos sobraron deseos.
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Tocas mi mano suavemente como aquel copo de nieve que cae lentamente sobre un brote de abeto.
Tocas mis labios cálidamente como aquel bizcocho recién salido del horno que se debe dejar enfriar.
Tocas mi cintura firmemente como aquel tronco que actúa de pilar sujetando el puerto.
Tocas mis muslos intensamente como aquel río que con su fuerte caudal la roca quiere atravezar.
Tocas mi mente de manera inefable como aquel poema que sin sentido se intenta desifrar.
y finalmente...tocas mi corazón como aquel... aquel que sólo eres vos.
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Hoy vengo a hablar sobre el turismo de la paz aventúrate en esta ciudad, en este puerto de esperanza, enamórate de atardeceres hermosos en el malecón mientras disfrutas una gran variedad de comidas como postres desde nieves, raspados hasta exquisitos elotes y cafés también una gran variedad de restaurantes de mariscos exquisitos hasta restaurantes de sushi
También puedes pasar un momento muy divertido rentando patines bicicletas patinetas entre muchas más
Ahora si tus planes son salir de la ciudad puedes aventurarte y tener una gran experiencia en sus hermosas playas de aguas cristalinas como “balandra” “ el Tecolote” “ Punta Arena”
Entre otras

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CANARIAS
Tagoror de historia y tradiciones
Fue el historiador y geógrafo francés Samuel Bochart (siglo XVIII) quien al estudiar los manuscritos árabes de la reina Cristina de Suecia, encontró que los fenicios conocían a las Islas Canarias con el nombre de ALIZUT (en hebreo, alegre); que mas tarde se transformó en ELYSIUS (lugar donde las personas disfrutan de una vida tranquila, sin nieves ni fríos y con un continuo aire fresco que exhala el océano); y los árabes bautizaron a estas islas como AL-YEZAIR-AL-JALIDAT, islas afortunadas.
Una fuente dudosa es el relato de Ben Farrouck, descrito por Osuna y basándose en un manuscrito encontrado en la Biblioteca de París, pero al no ser encontrado por otros historiadores, se duda de su veracidad ;en él se relataba el viaje de Ben Farrouck con 130 hombres a Canarias, su desembarco por Gando, el encuentro amistoso que tuvo con el Guanarteme de Gáldar y sus guayres, sobre el, (999 d. C. ).Berthelot sí confió en la veracidad de este relato.
Ben-Edrisio o Sharif-Edrisi, conocido tambien como el Geógrafo de la Nubia, escribió en su libro el deseo de peregrinar a estas tierras sobre 1170. La singular expedición debio salir desde Lisboa, un tiempo después que los moros conquistaran la península, sin duda antes de 1147, época en que los cristianos los expelieron de aquella ciudad. Lo que si es cierto es que los moros de la Península tenían algún conocimiento de las Islas Canarias, bajo el nombre de Al-Yezair al-Jalidat,( islas Afortunadas), como que entonces eran ellos los únicos depositarios de las ciencias que había en Europa asi como el Almagesto de Ptolomeo, traducido por Benhonain, donde se hablan de ellas. (Las islas). Por otra parte, como, para defender las costas occidentales de España contra las correrías de los normandos tenían en la mar escuadras considerables, con que cruzaban sobre las costas de Africa hasta más allá del monte Atlante, no podrían dejar de dirigirse alguna vez a nuestras islas, sin que para ello necesitasen del socorro de la aguja, todavía no conocida, pues tanto las brisas y vientos generales de Oriente como el curso de las aguas podrían conducirlos con seguridad.
"Ocho hombres emparentados entre sí, habiendo fabricado un navío mercante..., mudaron de rumbo y navegaron doce días hacia el Sur, hasta descubrir una isla llena de cabras que en innumerables manadas vagaban sin pastor... Después de haberse vuelto a embarcar y navegando otros doce días siempre al Sur, divisaron a corta distancia otra isla, que parecía cultivada y adornada de habitaciones... se vieron repentinamente rodeados de barcas, prisioneros y conducidos con su navío a cierto pueblo... hasta tanto que levantándose el viento Oeste, los embarcaron en una chalupa con los ojos vendados y después de tres días de navegación, llegaron al continente... Al llegar a tierra en tan lastimero estado, les preguntaron la causa y ellos respondieron que viajaban desde hacía dos meses y el jefe exclamó: ¡Va Asfi! (¡Ah, cuánto hemos padecido!) y desde entonces se llamó aquel puerto Asfi, que es una rada en la costa occidental de Africa, (Safi cerca del cabo Cantín) Podemos deducir del relato, es que los habitantes de las islas, conocían perfectamente el arte de navegar y los vientos propicio.
(Maria Gomez Diaz)
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El volcán
El volcán aparece a mediodía. El sol en mitad del cielo hace brillar a la nieve y parece una montaña de luz. Es imposible no ver al volcán. Donde quiera que uno vaya, su imagen se mantiene. Caminando por la costanera, arriba de un bus, sentado en un restorán, la luz del volcán llega sin ningún obstáculo. Salvo por las nubes. Cuando está nublado es como si el volcán no existiera, y cuando eso pasa, algo se apaga en el ambiente, las cosas parecen más grises y lentas, como si el volcán guardara un secreto que hace que todo el mundo se mueva, una angustia que casi no se siente pero que pone en marcha a la ciudad.
(Volcán Osorno - Lago Llanquihue, Puerto Varas).
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Llega el primer cargamento de estrenos navideños 2024
La salsa, la plena y el merengue dominan esta primera cosecha de estrenos.
Pasado el periodo eleccionario, muchas estaciones de radio ya programan música navideña y los estrenos no se hicieron esperar. De igual manera, las tiendas de discos físicos ya sacaron sus inventarios de CDs y vinilos navideños para atraer a sus clientes.
Son muchos los estrenos que ya se han dado a conocer y se espera que sigan llegando hasta finales de noviembre, por lo que NotiCel les presenta este primer cargamento de estrenos navideños para este año 2024. ¡Que disfruten!
“Mi tremendo parrandón” (Edwin “Calvito” Reyes con Prodigio Claudio) – Estos dos boricuas se juntaron de nuevo para ofrecer un tema navideño, luego del éxito “Salsa con trova en Navidad” (2022). El tema es composición de Prodigio Claudio, quien a su vez unió fuerzas con el trombonista Luis Ginés para realizar el arreglo. Otro gran trabajo vocal de Reyes. La producción ejecutiva fue de Con Clase Records. Es un tremendo tema bailable que también se escuchará mucho en las fiestas familiares.
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“Noche de alegría” (Alex Castro) – Un tema en salsa bien bailable cuya letra resalta varias tradiciones puertorriqueñas, pero principalmente el nacimiento de Jesús. La composición y la producción general es de Castro y el arreglo musical de Emmanuel "Cerebro" Romero. El cuatrista invitado es Giovanni Crespo Medina y en el coro se escuchan las voces de Miguel Guerrero y Edwin Lebrón. Otro acierto musical de este talentoso cantautor junqueño.
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“Debajo del arbolito” (Nell Álvarez) – Este es el cuarto sencillo de Álvarez desde que decidió lanzarse como solista y presenta un tema de despecho enmarcado en la época navideña en el que espera deshacerse del recuerdo de la pareja y que el nuevo año traiga un nuevo amor. La composición es de Andy Guzmán y el arreglo musical del venezolano Víctor Gámez. El solo de cuatro puertorriqueño lo ejecuta Roberto “Bobby” Pérez. El sonido de la orquesta es caracterizado por los trombones, ejecutados por Moisés Nogueras.
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“Nunca hay ná” (Las Chicas del Clan) – Las originales Chicas del Clan regresan con este sabroso merengue “ajibarado” con el cuatro de Christian Nieves. La composición es de Freddie Silva Nieves y el interesante arreglo musical, que empieza como plena, es de Freddie Méndez. “No demos más parranda en esta casa… en esta casa bendito nunca hay ná”. Las voces de la orquesta son Milly Pérez, Rosita Figueroa, Wanda Vallellanes y Brenda Liz Mateo.
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“El calentón” (Arnaldo Vallellanes) – Arnaldo “El más querido” presenta este merengue navideño que cuenta la historia del amigo que quería una parranda, pero cuando llegó tuvo que “aguantar presión” por la cantidad de gente que llegó. “No te salvaste del calentón”, dice el coro del tema, compuesto por Vallellanes y arreglado por Carlos “Peyé” Ortega para Bien Duro Music. Esperen escucharlo en cada fiesta de marquesina en esta temporada.
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“Navidad es alegría” (La Puertorriqueña) – Don Perignon seleccionó este año una composición del reconocido cantautor José Nogueras, quien ha dejado una huella imborrable en la música navideña de Puerto Rico. El arreglo musical es de Ramón Sánchez, quien ha revelado que sus principales referentes para arreglar música navideña son los emblemáticos discos de Willie Colón con Héctor Lavoe y las producciones dedicadas a la época de El Gran Combo y la Sonora Ponceña. Participa la joven cuatrista Fabiola Muñoz. Las voces en este tema son Joe González, José Karlo Ribot y Henry Santiago.
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“En la Navidad” (Maribel Santos) – El nuevo sencillo de Santos es de su autoría, un tema en salsa que invita a la unión familiar y entre países. El año pasado, la actriz y presentadora publicó su primer tema navideño “Esta Navidad yo quiero”. En este nuevo lanzamiento, la boricua también invita a recordar el verdadero sentido de esta época, el nacimiento del niño Jesús. El arreglo musical es de Robert García.
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“Con cuatro, guitarra y güiro” (Reunidos por la Salsa) – Este bonche de músicos y cantantes se unen de nuevo para ofrecer este sabroso tema, original del naranjiteño Nelson Bermúdez y arreglo musical de Eliú y Kevin Figueroa. Los cantantes que participan son: Waldo Iván Colón, Tito Guadalupe, Edwin “El Calvito” Reyes, José Novoa, Kriptony Texeira y Nelson Bermúdez. El cuatrista es Josean Feliberty. Otro excelente tema de esta cooperativa de músicos latinos.
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“Familia y amigos” (Grupo Esencia) – El destacado músico y cantante Ángel “Papote” Alvarado, fundador y director de Esencia, presenta este año una plena, composición suya, inspirada en la familia y los amigos que resalta una de las características de la Navidad puertorriqueña. Es el primer tema con letra navideña que produce Esencia en sus casi 30 años de historia. En la parte vocal, Alvarado está acompañado por José Lago. El arreglo musical estuvo a cargo de Alvarado, Tony Velázquez y Héctor “Pochi” Gastón.
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“Santa se perdió” (Félix O. Rodríguez) – Una plena con letra jocosa, original de Eric Rosario, es el tema que presenta este año el trombonista cagüeño, radicado en Atlanta, Félix O. Rodríguez. Este tema se realizó con los músicos del colectivo “Reunidos por la Salsa” y cuenta con José Novoa como cantante y Rosario como el rapero invitado. Josean Feliberty es el cuatrista invitado. El arreglo musical y la producción son de Rodríguez.
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Mons. González Nieves pide a Trump que se disculpe por la ofensa a Puerto Rico en uno de sus mítines
El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, ha enviado una carta a Donald Trump criticando los comentarios insultantes de Tony Hinchcliffe sobre Puerto Rico en un acto de campaña. El prelado apela a la dignidad de la isla sus habitantes y pide a Trump disculparse personalmente. Leer más… »
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On our final day, we head back towards Málaga, and down to the Mediterranean. First, the Challenge riders take a loop back up into the Sierra de las Nieves, over the Puerto El Saltillo (the "Pass of the Little Jump"). We then turn south, over the Puerto del Aire, to El Burgo. From there, we reverse our earlier crossing of the Puerto de las Abejas before a long descent to Coín and a traverse around the base of the Sierra de Mijas to the town of Mijas itself. The sting in the tail of the Challenge Route is the short but very steep climb up to the Antena Mirador Benalmadena just before the end of the route. Fi told me yesterday that she's never known anyone take that option over getting earlier into the pool in Mijas. Mark and I, and perhaps others, are out to break that duck.
Other Mark, who spent the first 4 days in the van with a bad knee, poor man, did a little riding yesterday, and got soaked in the rain in Ronda. The knee held up, though, and he told me over dinner he plans to beat me to Mijas (by doing the much shorter Easier route).
This Mark and I rode the Raid of Corsica together in 2012, which he remembered but I did not. We had a good time over dinner back in El Chorro, remembering incidents from that trip.
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