#Primarias demócratas 2020
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El récord de Kamala Harris muestra que odia a Estados Unidos
En un mitin de campaña en Wisconsin la semana pasada con la ex representante Liz Cheney, la vicepresidenta Kamala Harris abrió dicho“amamos a Estados Unidos”. Repitió la frase varias veces, enfatizando que lo que la unió a ella y a Cheney es un amor por el país que trasciende la política partidista. Dejemos de lado si el respaldo a Cheney importa en algo a los votantes de cualquiera de los…
#Al Sharpton#antiamericanismo#control de armas#DAPA#Disturbios BLM#Kamala Harris#Liz Cheney#Primarias demócratas 2020#Proyecto 1619
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Trump y el “baño de sangre”
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/trump-y-el-bano-de-sangre/
Donald Trump advirtió en un mitin político en Ohio, que, si él no gana las elecciones este noviembre, habrá “un baño de sangre” en EU. Este tipo de declaraciones nos regresa a la agenda de hace cuatro años, a los temores que entonces se tenían y a las distintas formas de violencia como esos temores se llegaron a materializar. El texto de hoy recupera varias de las reflexiones que desde entonces y hasta la fecha hemos efectuado con el fin de retomar la discusión precisamente donde se dejó:
Percepción de canales tradicionales cerrados y su impacto en la radicalización
1. Trump no solo fue un candidato que desde 2016 energizó a las bases republicanas tradicionales, a conservadores, a evangélicos, o a determinados empresarios. Trump levantó esperanzas entre la derecha radical, entre supremacistas y nacionalistas blancos que antes operaban desde las márgenes, y ahora, finalmente, sentían una conexión con su sistema político y una esperanza para alcanzar el poder.
2. Entonces, se desató un ciclo clásico en el extremismo que Moghaddam ha llamado “la escalera de la radicalización”. Más y más simpatizantes se sumaron a las causas de la derecha extrema, participaron en mítines políticos, sitios de internet, y llevaron al centro de la discusión sus temas, preocupaciones, sus convicciones acerca de estar siendo reemplazados por “judíos, negros, latinos e inmigrantes”, sus teorías conspirativas, esperando que la movilización política les diera réditos.
3. No obstante, muchas de esas personas se empezaron a sentir decepcionadas y fueron perdiendo la confianza en los mecanismos tradicionales de participación, mucho más cuando percibieron que Trump estaba siendo incapaz de cumplirles.
4. En esa escalera de radicalización hay quienes ascienden un peldaño más, toman la decisión y brincan al uso de la violencia. Mientras más gente percibe que su apuesta política está bloqueada, más actos violentos hay. Esta fotografía es retratada primero, por un análisis de lo que ha implicado las teorías conspirativas en el paso de Trump por la presidencia, y segundo, por dos reportes que analizamos con detalle en 2020.
Las teorías de conspiración
1. Dos factores para entender la relevancia del tema: (1) El mayor predictor de que una persona crea en una teoría de conspiración, es su creencia previa en una conspiración anterior, según explica Cass Sunstein. Las teorías de conspiración, nos dice la investigación, se dan en cascada; y (2) La relación entre este expresidente y su base es bidireccional. Trump alimenta continuamente la idea de que existe una conspiración en su contra. Al mismo tiempo, el exmandatario entiende muy bien cómo piensa su base electoral, conecta con ella, y se nutre de ella. En todo este panorama, la teoría de que hubo un fraude electoral, un robo masivo de votos en el que participaron actores de distintos niveles de gobierno, de los tres poderes de la unión, de ambos partidos, además de personalidades clave del sector privado, de los espectáculos y los medios de comunicación, no es sino un capítulo más de una serie de cascadas que no han terminado, a las que ahora se suma el drama de los múltiples cargos y procesos legales en su contra.
2. Por ejemplo, hace muchos años, Trump impulsó la teoría de que Obama no era estadounidense, sino un musulmán nacido en África. Al hacerlo, independientemente de la evidencia al respecto, Trump fue paulatinamente acumulando una masa de seguidores para quienes esta idea tenía absoluto sentido. Posteriormente se promovió como un candidato presidencial que era externo a Washington, ajeno a las élites del poder, libre de la corrupción y malas decisiones que a lo largo de años habían sido tomadas lo mismo por presidentes demócratas que republicanos. Por tanto, durante las primarias del 2016, continuamente argumentaba que las estructuras de poder—incluso las de su propio partido—operaban en su contra. Trump en realidad representaba un movimiento anti establishment, abanderaba a amplios sectores (cuya dimensión en ese entonces estaba altamente subestimada) hartos del sistema, que desconfiaban de las instituciones, de los medios y que estaban convencidos de que Washington estaba podrida de corrupción y suciedad.
3. Más adelante, ya en la campaña contra Hilary, Trump declaraba varias veces que las elecciones estaban manipuladas y llenas de trampas diseñadas para que él no ganara. Esta teoría no terminó ni siquiera con su victoria. Trump siguió insistiendo en que hubo millones de votos ilegales y que solo por eso Hilary había ganado el voto popular. Una buena parte de su electorado, de acuerdo con encuestas de ese año, le creía a pesar de que ello nunca fue demostrado.
4. La cascada de las teorías de conspiración no se detuvo. Ahora, cuando finalmente Trump lograba “vencer al establishment” y tomaba posesión de la Casa Blanca en 2017, las estructuras del sistema “se aliaban para sacarlo de ahí” a como diera lugar. Mediante tuits, declaraciones y discursos, el entonces presidente colocó una y otra vez en la misma línea enemiga a las agencias de inteligencia, a personalidades de la política (demócratas y republicanos por igual), a miembros de su propio gabinete, de su propio equipo que siempre “terminaban traicionándolo”.
5. Desde el “Estado Profundo”, se fraguaba un plan para encontrarle pruebas a fin de destituirlo. Primero, la injerencia rusa en las elecciones (que él se rehusaba a aceptar pues deslegitimaba su victoria). Luego, la colusión de Moscú con su campaña electoral y una fiscalía especial para investigar esos alegatos. Ya en 2020, a falta de evidencia para sacarlo del poder por la colusión con Rusia, se “diseñaba un nuevo plan” para someterlo a un primer juicio de destitución por el caso ucraniano.
6. Todo encajaba. Al final, si bien se demostró la injerencia rusa en las elecciones, no hubo evidencia suficiente para inculpar a Trump de estar aliado con ese país para ganarlas. Esto, naturalmente, alimentó las teorías conspirativas: “Intentaron inculparlo y no lo lograron”. Uno a uno de sus detractores en la Casa Blanca que operaban en su contra desde adentro, terminaba exhibiendo su “traición”, y él los iba retirando del camino. El voto a favor de destituirlo tras el primer juicio de Impeachment en la Cámara de Representantes y a favor de su absolución en el Senado, se dio prácticamente en las líneas partidistas. Por tanto, ese juicio se presentó en su momento, como la última treta y fracaso de sus enemigos para sacarlo del poder.
7. En ese sentido, el “fraude” del 2020 formaba parte de la misma narrativa. Ya que no pudieron destituirlo de manera legal, ahora, el “Estado Profundo” echaba a andar toda una maquinaria—la misma que ya había echado a andar en 2016, pero ahora de formas mucho más refinadas—para robarle la elección, sacarlo de la Casa Blanca y luego una vez más intentar destituirlo mediante un nuevo Impeachment. Trump advirtió una y otra vez que a través de un complejo sistema de votación a distancia “con el pretexto” de la pandemia, funcionarios electorales, miembros locales, estatales y federales del partido demócrata apoyados por los medios de comunicación tradicionales, por multimillonarios y personalidades de todos los ámbitos, planeaban un “fraude masivo” en su contra. Millones de personas le creyeron desde entonces.
8. De manera que, una vez transcurrida la jornada electoral, todo cuadraba con sus sospechas: Los cambios de tendencia en estados clave como Georgia o Pensilvania, los escasos márgenes en Wisconsin, Nevada o Arizona, el uso de máquinas para contar votos cuyo “mal funcionamiento” había sido ya “probado”; posteriormente, la proyección de Biden como ganador por parte de los medios y la desestimación de casos por decenas de cortes a causa de falta de pruebas, algo que en realidad exhibía la “indisposición” a escuchar los alegatos de la campaña de Trump o quienes la apoyaban. Esto incluyó a la Suprema Corte de Justicia con todo y los tres jueces nominados por el mismo presidente. En fin. Todo un plan al que ya en 2023 se sumaban los diversos cargos legales en su contra.
El aumento de violencia política y su conexión con las teorías conspirativas
Uno de los reportes del 2020 es un informe publicado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), que corroboraba tendencias que ya conocíamos. Dos conclusiones centrales:
1. La primera, el terrorismo de extrema derecha en Estados Unidos siguió creciendo en esos años y rebasaba, por mucho, al perpetrado por cualquier otra clase de ideología en ese país, lo que incluía actos extremistas cometidos por grupos de izquierda, o al terrorismo islámico. Solo en 2020, en plena pandemia, 90% de atentados o planes para cometerlos, pertenecían a esa categoría.
2. Segunda conclusión del CSIS: El terrorismo de extrema derecha probablemente seguiría creciendo a lo largo del siguiente año. Uno de los motores, de acuerdo con el centro, sería la oportunidad percibida por personas radicalizadas a raíz de la polarización del entorno electoral. Pero, sobre todo, esa tendencia podría estar influenciada por el resultado de la elección. Mientras más personas adherentes a estas ideologías se sintieran decepcionadas por su sistema político, crecerían las probabilidades de que ello resultara en actos violentos.
3. Lo anterior era corroborado por el segundo reporte, publicado por el Southern Poverty Law Center (SPLC), una institución que monitorea el extremismo de derecha desde hace años. El informe mostraba que del 2016 al 2018 hubo un considerable incremento en la movilización política por parte de grupos supremacistas, los cuales incluían nacionalistas blancos, neonazis, simpatizantes del Ku Klux Klan y de la “Alt-Right” (Derecha Alternativa), entre otros.
4. Sin embargo, reportaba el SPLC, el número de estas movilizaciones políticas fue decayendo conforme estos grupos fueron perdiendo confianza en Trump y en su eficacia para lograr sus metas. Como resultado, muchos de esos adherentes se fueron retirando de la actividad pública y se unieron a células clandestinas más extremistas que consideran que “la democracia multirracial en EU está inevitablemente destinada al colapso” y que, por tanto, el proceso necesita ser acelerado mediante la violencia.
5. El período de activismo político, entonces, es seguido de una siguiente fase, justo la del 2020, marcada por una mayor amenaza de ataques violentos como los atentados cometidos en sinagogas en los años previos, o como el ataque en un Walmart de El Paso en 2019 (en el que, lamentablemente, murieron varios ciudadanos mexicanos, entre otras víctimas inocentes). Mediante estos atentados, los supremacistas blancos buscaban “despertar” la conciencia acerca del “genocidio blanco”.
6. Ellos “saben cosas que otros desconocen” (un fenómeno que se conoce como el “red-pilling”, aludiendo a la píldora roja de la película The Matrix) y, entre otras cosas, han “caído en la cuenta” de que la pluralidad de razas, representa en realidad el “reemplazo y el fin de la raza blanca”. Si bien, no todos los eventos de violencia perpetrada por extremistas de derecha de esos tiempos tenían las características o las dimensiones de atentados como el de El Paso, ese tipo de reportes documentaban el incremento de incidentes menores y sobre todo, de planes para cometer atentados de alto impacto (como por ejemplo, una explosión en un hospital de Kansas City con pacientes de Covid), los cuales fueron, afortunadamente, detectados y detenidos antes de consumarse, pero que evidencian este brinco señalado por el SPLC: del activismo político al uso de la violencia material.
7. Lo que predecía el CSIS no se cumplió al pie de la letra. Sin embargo, si pudimos observar cómo es que después de las elecciones del 2020, la violencia política se incrementó hasta culminar con el asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021.
8. Es decir, lo que sí se materializó fue la conexión entre: (a) el discurso político de Trump, (b) la creencia en la conspiración que ahora culminaba en el “robo masivo de votos” y (c) la comisión de violencia material con motivaciones políticas.
Después del 2021
1. Si seguimos el hilo de esa narrativa, una vez que Trump deja el poder, las fuerzas que buscan terminar con él “siguen trabajando”. Existen varios procesos legales en su contra desde hace tiempo. Los cargos que se han levantado, las evidencias al respecto y todos los procedimientos, formarían parte de la conspiración para “impedir que regrese” y “destrozar su carrera política”.
2. La cuestión es que, para quienes creen en ello, la existencia de este plan maestro no necesita ser probada. Es autoevidente. Si las pruebas ofrecidas muestran una verdad diferente, entonces las pruebas forman parte del plan. También forma parte del plan quien las exhibe y quien las juzga. No importa cuántas veces se volvía a contar los votos, o si es que existen pruebas contundentes para imputarle cargos de cualquier índole: se trata de una conspiración que se autosostiene.
3. En esa conspiración creen millones de votantes, y ese es el dato, porque cualquier esfuerzo de distensión, de despolarización, y de sanación social, cruza por el fantasma de la ilegitimidad de Biden, quien, para esos millones, siempre será el presidente que robó las elecciones; los cargos contra Trump serán siempre parte del mismo plan y, por tanto, su implementación se explica sola.
4. En todo caso, lo que es un hecho, es que las teorías conspirativas que circulan y se alimentan, se encuentran en el corazón de cada uno de los factores señalados y que, bajo ese contexto, la violencia políticamente motivada se vuelve más probable.
Conclusión: el baño de sangre
El discurso de Trump debe tomarse muy en serio. Él argumentará siempre que al hablar de un baño de sangre no está invitando a llevarlo a cabo, sino advirtiendo sobre lo que puede pasar. Pero, como lo muestra todo lo que acabo de documentar, la inevitable conexión entre la creencia previa en teorías conspirativas, el discurso que alimenta esas creencias, la radicalización paulatina de determinados sectores de su base que perciben cerrada la lucha a través de las vías tradicionales para conseguir sus fines y la materialización de todo ello en violencia política, son temas reales que es necesario monitorear y prevenir.
Instagram: @mauriciomesch
TW: @maurimm
19 de marzo de 2024
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El 'Supermartes' evidencia la fragilidad de Biden: el voto de castigo llega al 20% y le avisa para noviembre
El voto ‘Uncommitted’ destacó en las primarias de varios estados, mostrando la insatisfacción demócrata con la política del presidente en Gaza. Bienvenido Chen Tras la retirada de la candidata republicana Nikki Haley, como era previsible, las elecciones presidenciales de 2024 se perfilan como una repetición de las de 2020: un enfrentamiento entre Donald Trump y Joe Biden. El resultado del…
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#Autor Bienvenido Chen#El &039;Supermartes&039;#El Español.com#Estados Unidos#Fragilidad de Biden#Voto de castigo
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NOTICIAS 🇪🇦 🇻🇪 1️⃣8️⃣-0️⃣3️⃣-2️⃣0️⃣*
LIZARD NEWS 🇨🇭
🍏 “Lo primero que hay que hacer para entender a un nuevo país es olfatearlo.” – Rudyard Kinpling
★ #ÚLTIMAHORA El FMI desestima pedido de ayuda de Maduro por el coronavirus #AFP
★ *Policía francesa 🇫🇷 comienza a vigilar la cuarentena por #coronavirus*
★ *Delcy Rodríguez anuncia tres nuevos casos de Covid-19* 🦇
★ *Bélgica 🇧🇪 decide cusrentena hasta el 5 de abril como medida contra el #coronavirus. ».*
★ *Muertos en EEUU 🇺🇸 por coronavirus 🦇 superó la barrera de los 100*
★ *Agentes del Conas GNB aprehendieron a una funcionaria de CICPC Santa Mónica durante una operación de "entrega vigilada" de $5000, exigidos en extorsión.*
★ *Protesta en el puente del río Limón, La Raya, Zulia #17Marzo* https://t.co/LD23BDmiKo
★ *"Tengo 36 años 🇪🇸 y buena salud, hago crossfit, estoy ingresado con neumonía y te aviso: ojo al virus, es grave"* https://t.co/SAodXJmbbn
★ *Biden, virtual ganador de las primarias demócratas de Illinois 🇺🇸 y Florida*
★ *Maduro pide al FMI US$ 5 mil millones por la emergencia del Covid-19.*
🆘 *Detenido en San Cristóbal por el Dgcim el lic Ruben Duarte por decir la verdad, que el hospital no cuenta con los equipos de seguridad necesario para el personal, es una detención arbitraria.* Viola sus ddhh https://t.co/mYjEiTc2hW
★ *Gracias al Coronavirus, @metro_caracas descubrió que los trenes se deben limpiar*
🆘 *Saqueos en Paraguachón, frontera Colombia 🇨🇴-Zulia 🇻🇪 Comenzó la desesperación.* https://t.co/dlaQgLuIhB
★ *"Quien le entregue nuestro país al FMI sería un gran traidor y el pueblo tendría derecho a irse a las calles otra vez", decía Nicolás Maduro en octubre de 2015.*
*Hoy, el mismo Maduro le pide un préstamo de 5 mil millones de dólares al FMI. #17Mar* https://t.co/WiLJlEst3B
★ *EE.UU.🇺🇸 asegura que las aerolíneas están en una situación "peor que la del 11 de septiembre" debido al coronavirus*🇨🇳🦇
★ *En España 🇪🇸 habría hasta 87.000 muertes si no se cumplen las medidas. Así lo advierten los médicos de la UCI*
★ *EEUU 🇺🇸 y China 🇨🇳 desarrollan por separado una vacuna contra el coronavirus y dab luz verde a las pruebas en humanos*
* *Las UCI de los hospitales 🇪🇦 se preparan para priorizar a los enfermos más «recuperables»* (ABC)
★ *Anticorrupción reclama a Suiza 🇨🇭 las cuentas de Don Juan Carlos*🇪🇸
★ *Los trabajadores 🇪🇸 afectados por ERTE superan los 200.000 en dos días*
★ *793 personas multadas y 13 detenidos en Madrid 🇪🇸 por el estado de alarma.abc.*
*Agente responsable del eritema infeccioso es el parvovirus B19.*
★ *Las salas de cine 🎥 cerraron en todo USA 🇺🇸 debido a la pandemia del coronavirus* 🇨🇳🦇
★ *Alemania 🇩🇪 compite con China 🇨🇳, EEUU 🇺🇸 y GB 🇬🇧 en busca de la #vacuna 💉 contra el #coronavirus #COVID19*
★ *Sánchez 🇪🇸 dice que el año económico 2020 "no tendrá 12 meses, sino 10 o incluso nueve"*.
★ *Hay 20 ancianos muertos y 75 personas contagiadas en Residencia Geriátrica 🇪🇦*
★ *BMW 🇩🇪anuncia el cierre de sus fábricas en Europa 🇪🇺 y Sudáfrica 🇿🇦hasta el 19 de abril por el coronavirus #AFP*
⚽ *El fútbol se para por primera vez desde las Guerras Mundiales #AFP*
★ *La OMS desaconseja el ibuprofeno 💊para tratar el coronavirus #AFP*
🍏 *El "interferón" tiene 63 años de inventado, por un Suizo 🇨🇭 en Londres 🇬🇧, 1957, no es ningún invento cubano, ni existía la revolución cubana cuando se inventó, lo que pasa es que laboratorios cubanos lo fabrican y quieren vender su producto para obtener divisas, muchos países lo fabrican!*
*"Estar informado para no ser engañado". RT estas news al mundo 🌎!*
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Diario de cuarentena #1
Querido diario de cuarentena: jo-der.
Menudo inicio de 2020. Uno se espera cosas como la guerra nuclear, el partido demócrata suicidándose –otra vez– en primarias, tu compañero de piso despertándote borracho a las cinco de la mañana, un avezado escritor español comiéndose algún culo en Twitter, cosas así. Lo de un patógeno asesino parando el mundo y obligándonos a la cuarentena era menos esperable, claro.
Tiene su puntito, ojo. Estamos experimentando cosas como la desesperación del que huye o no tiene qué comer, la necesidad de una sanidad pública con garantías, o el respeto hacia los demás, sean putos chinos, putos italianos o putos españoles. Además, lo de que el bichito esté hundiendo la economía mola: aunque seguimos sin comprender muy bien cómo y para qué fluctúa la bolsa de valores, está bien ver por una vez al 1% tan jodido como al 99%.
En fin, que si el COVID-19 no nos devuelve a la Edad de Piedra, quizá salgamos reforzados de esta situación. Quizá sea el revulsivo que necesitábamos para hacer algunos cambios en el sistema. Como una especie de Mesías del siglo XXI, solo que menos gilipollas: ahora os sacrificáis vosotros.
En este piso de Granada ya hemos empezado la cuarentena. Hace una semana hicimos acopio de provisiones para pasar la temporada de alergia, así que tenemos papel de sobra. En estos últimos días hemos hecho pequeñas compras destinadas, fundamentalmente, a sobrevivir al confinamiento. Tenemos cuatro litros de Alhambra Especial, seis de otras cervezas y cinco botellas de vino. También hay algo de comida, varios kilos de libros pendientes y una suscripción a Netflix.
–Menos mal que vivimos en 2020. ¿Te imaginas pasar una pandemia sin internet?
–Claro, a los enfermos de peste les habría venido de puta madre. Donde se pongan los audios de WhatsApp que me manda el anormal de mi cuñado que se quiten los antibióticos.
El problema del COVID-19 es que, de momento, no tiene tratamiento. Tus anticuerpos españoles lo derrotan, o no. Quedarte en casa viviendo la experiencia youtuber 24/7 es la mejor prevención posible al virus. Y eso vamos a hacer.
Por delante nos esperan semanas de convivencia en un salón de pocos metros cuadrados. Apenas llevamos una centena de horas aquí y ya hemos terminado un puzzle de mil piezas, jugado largo y tendido al Monopoly, hecho varias playlists de Spotify, empezado la nueva temporada de Ugly Delicious y probado todos los filtros de las stories de Instagram. Hasta hemos aplazado la limpieza de algunas partes del piso para tener cosas que hacer en los próximos días.
No sé, querido diario. Puede que, como dice mi profesora de yoga, esta sea una oportunidad para parar y contemplarse a uno mismo. Una oportunidad, en definitiva, para ser mejores personas; para sacar algo en positivo de esta adversidad a la que nos enfrentamos.
Creo que vamos a necesitar más alcohol.
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Los demócratas representan los intereses de la clase trabajadora (en la medida en que lo hace cualquier partido), pero son los republicanos quienes han capturado la imaginación de la clase trabajadora. Ese lamentable estado de cosas es anterior a Donald Trump, pero Trump, quien empeoró todo, también lo empeoró. Trump ganó a la clase trabajadora (definida convencionalmente como votantes que carecen de un título universitario) por 3 puntos porcentuales en 2016 y 4 en 2020. Por supuesto, ganó en parte apelando a la intolerancia de los blancos. Pero Trump también aumentó la participación de los republicanos en la clase trabajadora. votantes de color (en su mayoría hispanos) del 16 por ciento en la carrera presidencial de 2012 al 18 por ciento en 2016 a un alarmante 25 por ciento en 2020. Este es un problema grave. Como dice el sociólogo Ruy Teixeira, un destacado estudioso de los votantes de la clase trabajadora: “Simplemente sienten que a los demócratas les importan una mierda”.Un demócrata que está tratando de revertir esta marea es el candidato al Senado de Ohio, Tim Ryan, un congresista de 10 mandatos cuyo distrito incluye Youngstown, el antiguo centro siderúrgico. Ryan creció en el condado de Trumbull, justo al norte de Youngstown, donde fue mariscal de campo de fútbol americano en la escuela secundaria. Después de graduarse de la facultad de derecho en 2000, sirvió brevemente en el Senado de Ohio, luego se postuló y ganó el escaño en la Cámara del representante demócrata James Traficant en 2002, luego de que Traficant fuera condenado por soborno y extorsión y expulsado del Congreso. Este año, Ryan se postula para reemplazar al senador republicano retirado Rob Portman. La medida requiere que él renuncie a su escaño seguro en la Cámara y, por lo tanto, es un riesgo significativo, dado el control cada vez más estricto de los republicanos sobre el estado. Pero Ryan tiene un historial de toma de riesgos; intentó sin éxito derrocar a Nancy Pelosi como líder demócrata en 2016 e hizo una oferta breve y quijotesca por la nominación presidencial de 2020, abandonándose tres meses antes del Caucus de Iowa. Cuando le pregunté a Ryan cuál consideraba su logro legislativo más importante, citó una medida oscura pero importante, incluida en el proyecto de ley de alivio de Covid del año pasado, que apuntaló los fondos de pensiones de múltiples empleadores de Rust Belt en grave riesgo de incumplimiento y quiebra de su aseguradora federal con fondos insuficientes, la Corporación de Garantía de Beneficios de Pensiones. Los beneficiarios, me dijo, incluían “alrededor de 100.000 personas” en Ohio.Ryan dice que está enfocado como un láser en la reconstrucción de "la gran clase media estadounidense". Tendrá su trabajo cortado para él. Recientemente, en 1990, la industria manufacturera representaba alrededor del 22 por ciento de todo el empleo en Ohio. Para 2019, eso se redujo al 13 por ciento. Cuando Trump asumió el cargo, Ohio tenía alrededor de 684.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero; cuando dejó el cargo, se había reducido a unos 660.000. Bajo la presidencia de Joe Biden, el número de puestos de trabajo en la industria ha vuelto a subir a unos 680.000.La promesa de Trump de restaurar Rust Belt a su antigua gloria ("No vendan su casa", le dijo a una multitud de Youngstown en 2017) no se cumplió, pero eso no impidió que Trump ganara Ohio por el mismo margen de 8 puntos en 2020 que disfrutó en 2016. En mayo, el respaldo de Trump en las primarias republicanas del Senado de Elegía campesina el autor JD Vance, un antiguo miembro de Never Trumper que convirtió a Trump en adulador, elevó a Vance del tercer lugar a candidato del partido y demostró la continua influencia de Trump en el estado. El licenciado en derecho de Yale y capitalista de riesgo (Peter Thiel gastó $ 15 millones en la campaña primaria de Vance) se postula como un "forastero conservador" que habla sobre las políticas comerciales y de inmigración de Trump y desprecia al Otro.
“Dos niños de mi cuadra se graduaron de la escuela secundaria en 2003”, Vance dijo en febrero. “Ambos nos alistamos en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. No servimos en el Cuerpo de Marines para ir a luchar contra Vladimir Putin porque no creía en los derechos de las personas transgénero... Realmente no me importa lo que le pase a Ucrania de una forma u otra”. Parece ser lo que los votantes de Ohio quieren escuchar y (menos la transfobia) Ryan está haciendo un poco lo mismo.Más que un poco, en realidad. “Cuando el acuerdo comercial de Obama amenazó los empleos aquí”, dijo Ryan en un anuncio de televisión, “voté en contra. Y voté con Trump sobre el comercio. no respondo a ningún partido político." En otro anuncio de televisión, Ryan repetido la palabra “China” varias veces y dijo: “Somos nosotros contra ellos. Capitalismo versus comunismo”. En respuesta, el AAPI Victory Fund, un comité de acción política que busca atraer votantes asiático-americanos y de las islas del Pacífico al Partido Demócrata, llamó el anuncio "sinofóbico" y la colega demócrata de Ryan en la Cámara de Representantes, Grace Meng preguntó él para quitarlo, pero Ryan se negó. Sobre la inmigración, Ryan se opuso al plan de Biden de levantar las restricciones de Covid a la inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México, calificándolo de prematuro. En al menos dos ocasiones en los últimos meses, Ryan esquivó aparecer con el presidente cuando Biden visitó Ohio. También produjo un anuncio para publicar en Fox News que consistía en varios presentadores de Fox News, incluido Tucker Carlson, llamándolo moderado.Nada de esto es tan desleal como parece. En 2015, Ryan votó para no otorgar al presidente Barack Obama autoridad de "vía rápida" sobre la Asociación Transpacífica, pero también lo hicieron la mayoría de sus compañeros demócratas de la Cámara; la medida fue aprobada en la Cámara casi en su totalidad gracias al apoyo republicano. Más tarde, la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton acabó efectivamente con el TPP al decir que se oponía. El lugar de Ryan en China estaba innecesariamente y algo ofensivamente sinófobo, pero Ryan no se equivocó al decir que las políticas proteccionistas de China sobre el comercio (que no tienen nada que ver con que el país sea comunista) claman por una respuesta más contundente de los Estados Unidos. El desacuerdo de Ryan con Biden sobre el fin de las restricciones de Covid en la frontera se discutió a fines de mayo cuando un juez federal bloqueó la medida.En cuanto a Biden, Ryan me dijo que apareció con el presidente “hace unos meses” en el estado de Ohio. En realidad, fue 16 meses antes, pero tal vez más en el punto en que Ryan nunca había emitido un solo voto en contra de Biden. “Incluso si no me gusta Donald Trump, si hizo algo bueno para la comunidad, lo apoyé”, me dijo Ryan. Pero eso no debe haber surgido muy a menudo, porque Ryan votó con Trump solo alrededor del 16 por ciento de las veces, o un poco menos que Pelosi (17,6 por ciento). Así que puedes dejar de preocuparte de que Ryan aspire a ser el Joe Manchin de Ohio. Solo está tratando de ganar.Ryan se separa de los republicanos de Trump más obviamente en su vigoroso apoyo a los trabajadores. La AFL-CIO le otorga un puntaje de por vida del 98 por ciento, el mismo que el representante Bobby Scott, el presidente demócrata del Comité de Educación y Trabajo de la Cámara. La primera entrada en la página de "problemas" del sitio web de su campaña se titula "Involucrar a los trabajadores en el trato", y en el primer párrafo expresa su apoyo a la Ley de protección del derecho a organizarse (PRO), que eliminaría muchos importantes barreras legales a la sindicalización, y por un salario mínimo de $15. Los sindicatos construyen comunidades, me dijo Ryan. Habló conmovedoramente de su abuelo, un trabajador siderúrgico, cuyo trabajo sindical le pagaba lo suficiente por 40 horas de trabajo a la semana que tuvo tiempo para ser el jefe de ujieres de su iglesia y ayudar a construir una escuela primaria para la iglesia.
“Él devolvió”, dijo Ryan. “Participaba en la vida de su comunidad”. Las palabras “sindicato” y “trabajo” no aparecen en ninguna parte de la página de temas del sitio web de la campaña de Vance. Eso está muy en línea con Trump, quien con frecuencia expresaba disgusto por los sindicatos en Twitter y constantemente hacía nombramientos antilaborales en el Departamento de Trabajo y la Junta Nacional de Relaciones Laborales.De hecho, a excepción del comercio y algunas quejas sobre la inflación, el discurso de los republicanos a la clase trabajadora pasa por alto los temas básicos por completo. Considere un memorando que el representante Jim Banks envió al líder republicano de la Cámara Kevin McCarthy en marzo de 2021, proponiendo que el Partido Republicano “se convierta permanentemente en el Partido de la Clase Trabajadora”. ¿Qué posiciones sustantivas, además de las restricciones comerciales, sugirió Banks que requeriría? Seguridad más estricta en la frontera mexicana, “Anti-Wokeness”, oposición a las restricciones de Covid y oposición a Big Tech. Esto último fue en parte un respaldo (probablemente falso) a las políticas antimonopolio intensificadas, pero sobre todo se trataba de "la supresión atroz del discurso conservador por parte de las grandes tecnologías". Fue un lanzamiento basado no en la economía, que define lo que la clase trabajadora es—sino en la guerra cultural. Trabajadores del mundo, uníos, no tenéis nada que perder salvo vuestros pronombres de género.Para recuperar a la clase trabajadora, los demócratas deben liderar con su argumento económico: sindicatos más fuertes, salario mínimo más alto, impuestos más altos para los ricos. Ryan está haciendo todo eso. Pero con los consumidores enojados abofeteando a Biden "¡Yo hice eso!" calcomanías en las bombas de gasolina que cobran $5 por galón, este puede no ser el mejor momento para que los demócratas hablen sobre la economía. Paul Sracic, politólogo de la Universidad Estatal de Youngstown, me dijo que Trump ganó Ohio en 2016 porque los votantes de la clase trabajadora se cansaron de escuchar a los demócratas decirles que se oponían a acuerdos comerciales como el TLCAN y luego votar por esos mismos acuerdos comerciales. Trump volvió a ganar Ohio en 2020, dijo Sracic, porque logró reescribir el TLCAN. Y de todos modos, señaló Sracic, el área de Youngstown ha tenido un renacimiento manufacturero menor en los últimos años, basado en gran medida (e irónicamente) en la inversión extranjera: Vallourec, con sede en Francia, que fabrica tuberías de acero para la extracción de petróleo; LG Chem, con sede en Corea del Sur, que ayuda a fabricar baterías para automóviles GM; y Foxconn, con sede en Taiwán, que fabrica vehículos eléctricos. Además, el fabricante estadounidense de chips Intel se está preparando para construir dos fábricas cerca de Columbus.La inexperiencia de Vance como candidato, junto con su problema de autenticidad (Ryan constantemente llama a Vance un "fraude") le dan a Ryan la oportunidad de superar las probabilidades. Pero si prevalece el discurso de la clase trabajadora de Ryan, me dijo Sracic, probablemente no será con los votantes de la clase trabajadora. A pesar de toda su charla sobre ser el chico de la ciudad natal del condado de Trumbull, Ryan perdió por poco el condado de Trumbull en su última carrera por la Cámara; así es como se ha vuelto rojo el noreste de Ohio, una vez azul. Si Ryan gana, dijo Sracic, será con los votos de “mujeres blancas con educación universitaria en los suburbios de Columbus”. Vance, con su título en Derecho de Yale y su experiencia en capital de riesgo, debería ser una trampa para estos votantes, y si se hubiera postulado como un Nunca Trumper, lo sería. Ahora está menos claro que los atraerá.Aún así, los demócratas se han vuelto lo suficientemente débiles en Ohio que incluso un Vance falso será difícil de vencer. Si Ryan tiene éxito, será su trabajo, junto con el senador Sherrod Brown, persuadir a los habitantes de Ohio de que los demócratas son realmente el partido de la clase trabajadora.
Si pueden hacer eso, entonces tal vez el abanderado demócrata en 2024 (no asumo que será Biden) pueda apuntalar el apoyo de la clase trabajadora del partido y hacer que Buckeye State vuelva a ser competitivo para noviembre de 2024. Si fallan, No descarte cuatro años más de Trump.
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SEBASTIÁN SICHEL RAMÍREZ Candidato Presidencial de Chile Vamos tras ganar las elecciones primarias
Político y Abogado, cumple 44 años este 30 de Julio y se convirtió en el candidato presidencial de Chile Vamos tras obtener el 49,08% de las preferencias sobre sus tres contendores en las recientes elecciones primarias disputadas el Domingo 18 de Julio.
Su historial político se inicia el año 1990 con su militancia en el Partido Demócrata Cristiano, señalándose su cercanía con el Expresidente de Chile, Patricio Aylwin Azocar y su hija Mariana, periodo en que enfrenta dos postulaciones fallidas a la Cámara de Diputados.
SERVICIO PUBLICO
Bajo el primer gobierno de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet Jeria, desde el año 2006 al 2008, ocupo el cargo de Sub-Director del Servicio Nacional de Turismo SERNATUR, posteriormente y hasta el año 2010 ocupo el cargo Jefe de Gabinete del Ministro de Economía Hugo Lavados Montes (PDC).
RED DE LIDERES JÓVENES
Sebastián Iglesias, Abogado, Elegido en el año 2009, Es el candidato a diputado de la DC por La Reina y Peñalolén, y en su partido lo llaman "el futuro Claudio Orrego". Miembro de la comunidad Bernardo Leighton, durante un año vivió en La Pincoya. "Es un militante comprometido, con grandes proyecciones", dice de él Juan Carlos Latorre, presidente de la DC. Fue subdirector de Sernatur y bajo su administración se gestaron los viajes para adultos mayores.
CAMPAÑAS ELECCIONARIAS
El año 2009 es candidato del Partido Demócrata Cristiano a Diputado por el Distrito 24 La Reina y Peñalolén, oportunidad en que fue apoyado por Claudio Orrego, oportunidad en que su nombre de postulación fue Sebastián Iglesias Ramírez, no resultando electo.
El año 2013 nuevamente fue a las elecciones parlamentarias por el Partido Demócrata Cristiano, y en la oportunidad buscando la representación del Distrito 23, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, oportunidad en que su nombre de postulación fue Sebastián Iglesias Sichel Ramírez, alcanzando un 13,69% de la votación y no resultando elegido. Cabe reseñar que en el transcurso del periodo su nombre legal fue cambiado a Sebastián Sichel Ramírez pasando a ocupar el apellido de su padre biológico, según se consigna en su biografía.
RENUNCIA AL PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO Y SU INGRESO A CIUDADANOS
Asociado al Movimiento Fuerza Pública que pasaría a denominarse Ciudadanos, liderada por Andrés Velasco, Ex ministro de la Presidenta Bachelet su paso fue breve y tras renunciar el año 2018 apoyo la candidatura de Sebastián Piñera Echenique, que una vez asumido como Presidente de la República desde el año 2018 al 2019 lo nombró Vicepresidente de la Corporación de Fomento y la Producción CORFO, luego desde el año 2019 al 2020, Ministro de Desarrollo Social y Familia para finalizar el año 2020 como Presidente de Banco Estado al que renunció para emprender su campaña política que lo llevo a convertirse en el abanderado oficial de Chile Vamos para las próximas elecciones presidenciales en Chile.
WIKIPEDIA/RGCQ.CL
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Nuevos cargos contra Trump: política y cascadas conspirativas
Las teorías de conspiración nuevamente están siendo alimentadas entre un sector de la población estadounidense. Se han levantado más de 30 cargos federales contra Trump, esta vez relacionados con el manejo de documentos clasificados y obstrucción de justicia en relación con esos documentos. Si las acusaciones resultan ciertas, Trump habría trasladado a su propiedad de Mar-a-lago y posteriormente rehusado a entregar, una importante cantidad de documentos clasificados como secretos o ultrasecretos, relativos a seguridad nacional, vulnerabilidades estadounidenses, temas nucleares, de inteligencia o incluso planes detallados de ataque a potenciales enemigos. No obstante, estamos viviendo, como lo compartí hace unos meses, el fenómeno paralelo de las teorías conspirativas. Según una encuesta de CNN, 76% de estadounidenses consideran que la política tuvo algún rol en la presentación de estos cargos. No es un asunto menor. Encuestas previas indican que, entre 60 y 70% de quienes votaron por Trump en 2020, consideran que las elecciones no fueron libres ni justas y piensan que estuvieron manipuladas. Para ellos, Biden es un presidente ilegítimo. Por eso, hasta hace poco, para la mayor parte del partido republicano, oponerse a Trump o simplemente abandonar el frente de batalla, significaba traicionar esta creencia, un costo que muy pocas personas estuvieron dispuestas a pagar. Esta situación podría tener efectos para la candidatura de Trump tanto en lo inmediato como hacia el mediano plazo. Veamos:
Dos factores para entender la relevancia del tema: (1) El mayor predictor de que una persona crea en una teoría de conspiración, es su creencia previa en una conspiración anterior, según explica Cass Sunstein. Las teorías de conspiración, nos dice la investigación, se dan en cascada; y (2) La relación entre este expresidente y su base es bidireccional. Trump alimenta continuamente la idea de que existe una conspiración en su contra. Al mismo tiempo, el exmandatario entiende muy bien cómo piensa su base electoral, conecta con ella, y se nutre de ella. En todo este panorama, la teoría de que hubo un fraude electoral, un robo masivo de votos en el que participaron actores de distintos niveles de gobierno, de los tres poderes de la unión, de ambos partidos, además de personalidades clave del sector privado, de los espectáculos y los medios de comunicación, no es sino un capítulo más de una serie de cascadas que no han terminado, a las que ahora se suma el drama de los cargos en su contra por parte del Estado de Nueva York.
Por ejemplo, hace muchos años, Trump impulsó la teoría de que Obama no era estadounidense, sino un musulmán nacido en África. Al hacerlo, independientemente de la evidencia al respecto, Trump fue paulatinamente acumulando una masa de seguidores para quienes esta idea tenía absoluto sentido. Posteriormente se promovió como un candidato presidencial que era externo a Washington, ajeno a las élites del poder, libre de la corrupción y malas decisiones que a lo largo de años habían sido tomadas lo mismo por presidentes demócratas que republicanos. Por tanto, durante las primarias del 2016, continuamente argumentaba que las estructuras de poder—incluso las de su propio partido—operaban en su contra. Trump en realidad representaba un movimiento anti establishment, abanderaba a amplios sectores (cuya dimensión en ese entonces estaba altamente subestimada) hartos del sistema, que desconfiaban de las instituciones, de los medios y que estaban convencidos de que Washington estaba podrida de corrupción y suciedad.
Más adelante, ya en la campaña contra Hilary, Trump declaraba varias veces que las elecciones estaban amañadas y llenas de trampas diseñadas para que él no ganara. Esta teoría no terminó ni siquiera con su victoria. Trump siguió insistiendo en que hubo millones de votos ilegales y que solo por eso Hilary había ganado el voto popular. Una buena parte de su electorado, de acuerdo con encuestas de ese año, le creía a pesar de que ello nunca fue demostrado.
La cascada de las teorías de conspiración no se detuvo. Ahora, cuando finalmente Trump lograba “vencer al establishment” y tomaba posesión de la Casa Blanca en 2017, las estructuras del sistema “se aliaban para sacarlo de ahí” a como diera lugar. Mediante tuits, declaraciones y discursos, el entonces presidente colocó una y otra vez en la misma línea enemiga a las agencias de inteligencia, a personalidades de la política (demócratas y republicanos por igual), a miembros de su propio gabinete, de su propio equipo que siempre “terminaban traicionándolo”.
Desde el “Estado Profundo”, se fraguaba un plan para encontrarle pruebas a fin de destituirlo. Primero, la injerencia rusa en las elecciones (que él se rehusaba a aceptar pues deslegitimaba su victoria). Luego, la colusión de Moscú con su campaña electoral y una fiscalía especial para investigar esos alegatos. Ya en 2020, a falta de evidencia para sacarlo del poder por la colusión con Rusia, se “diseñaba un nuevo plan” para someterlo a un primer juicio de destitución por el caso ucraniano.
Todo encajaba. Al final, si bien se demostró la injerencia rusa en las elecciones, no hubo evidencia suficiente para inculpar a Trump de estar aliado con ese país para ganarlas. Esto, naturalmente, alimentó las teorías conspirativas: “Intentaron inculparlo y no lo lograron”. Uno a uno de sus detractores en la Casa Blanca que operaban en su contra desde adentro, terminaba exhibiendo su “traición”, y él los iba retirando del camino. El voto a favor de destituirlo tras el primer juicio de Impeachment en la Cámara de Representantes y a favor de su absolución en el Senado, se dio prácticamente en las líneas partidistas. Por tanto, ese juicio se presentó en su momento, como la última treta y fracaso de sus enemigos para sacarlo del poder.
En ese sentido, el “fraude” del 2020 formaba parte de la misma narrativa. Ya que no pudieron destituirlo de manera legal, ahora, el “Estado Profundo” echaba a andar toda una maquinaria—la misma que ya había echado a andar en 2016, pero ahora de formas mucho más refinadas—para robarle la elección, sacarlo de la Casa Blanca y luego una vez más intentar destituirlo mediante un nuevo Impeachment. Trump advirtió una y otra vez que a través de un complejo sistema de votación a distancia “con el pretexto” de la pandemia, funcionarios electorales, miembros locales, estatales y federales del partido demócrata apoyados por los medios de comunicación tradicionales, por multimillonarios y personalidades de todos los ámbitos, planeaban un “fraude masivo” en su contra. Millones de personas le creyeron desde entonces.
De manera que, una vez transcurrida la jornada electoral, todo cuadraba con sus sospechas: Los cambios de tendencia en estados clave como Georgia o Pensilvania, los escasos márgenes en Wisconsin, Nevada o Arizona, el uso de máquinas para contar votos cuyo “mal funcionamiento” había sido ya “probado”; posteriormente, la proyección de Biden como ganador por parte de los medios y la desestimación de casos por decenas de cortes a causa de falta de pruebas, algo que en realidad exhibía la “indisposición” a escuchar los alegatos de la campaña de Trump o quienes la apoyaban. Esto incluyó a la Suprema Corte de Justicia con todo y los tres jueces nominados por el mismo presidente. En fin. Todo un plan.
Si seguimos el hilo de esa narrativa, una vez que Trump deja el poder, las fuerzas que buscan terminar con él “siguen trabajando”. Existen varios casos en su contra desde hace tiempo, de los cuales, el del Estado de Nueva York es uno y el de los documentos clasificados es apenas el segundo. Los cargos que se han levantado, las evidencias al respecto y todos los procedimientos, formarían parte de la conspiración para “impedir que regrese” y “destrozar su carrera política”.
La cuestión es que, para quienes creen en ello, la existencia de este plan maestro no necesita ser probada. Es autoevidente. Si las pruebas ofrecidas muestran una verdad diferente, entonces las pruebas forman parte del plan. También forma parte del plan quien las exhibe y quien las juzga. No importa cuántas veces se volvía a contar los votos, o si es que existen pruebas contundentes para imputarle cargos de cualquier índole: se trata de una conspiración que se autosostiene.
En esa conspiración creen millones de votantes, y ese es el dato, porque cualquier esfuerzo de distensión, de despolarización, y de sanación social, cruza por el fantasma de la ilegitimidad de Biden, quien, para esos millones, siempre será el presidente que robó las elecciones; los cargos contra Trump serán siempre parte del mismo plan y, por tanto, su implementación se explica sola.
Como dije, los anteriores factores tendrán efectos en lo inmediato y otros más hacia el futuro. El primero: probablemente Trump dominará la conversación ocluyendo, por lo pronto, a otros precandidatos republicanos. En segundo lugar, estamos ya observando una radicalización no solo en el discurso de Trump, sino entre varias figuras prominentes en el Congreso y el partido republicano: lo que se dice es que “esto es ya una guerra”, y bajo ese contexto, existe una implícita invitación a defender los derechos del expresidente mediante lo que muchos podrían interpretar como el uso de la violencia. Es considerando los dos primeros factores que habrá que evaluar el tercer factor: el potencial impacto en las encuestas de los actuales cargos. Hay análisis que, asumiendo que el expresidente repuntó en las encuestas tras los cargos en Nueva York, consideran que es posible que esta vez suceda algo similar. Otros prefieren ser más cautos y esperar al proceso judicial, dado que en la medida en que Trump y cierto sector muestren esos signos de radicalización, en esa medida el expresidente podría alejar votos que se ubican más en el centro. Por último, de pronóstico reservado, será el impacto que un potencial encarcelamiento de Trump tendría, tanto entre las estructuras de su propio partido, como entre potenciales electores. En todo caso, lo que es un hecho, es que las teorías conspirativas que circulan y se alimentan, se encuentran en el corazón de cada uno de los factores señalados y que, bajo ese contexto, la violencia políticamente motivada se vuelve más probable.
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Twitter: @maurimm
13 de junio 2023
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Biden asegura que planea ser candidato a la reelección en 2024 26 de marzo de 2021 El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que su “expectativa” es presentarse a la reelección en 2024, en un aparente esfuerzo por disipar especulaciones de que aspira a un único mandato por ser la persona de más edad en asumir en la Casa Blanca. “Mi plan es presentarme a la reelección. Esa es mi expectativa”, dijo Biden, de 78 años, a los periodistas cuando se le preguntó por su futuro político. Comentó que es “un gran respetuoso del destino” y que no hace planes firmes con tanta antelación, pero que si se presenta en 2024 “esperaría plenamente” que la vicepresidenta Kamala Harris fuera de nuevo su compañera de fórmula. “Espero absolutamente que así sea. Está haciendo un muy buen trabajo. Es una muy buena compañera de fórmula”, dijo. La exsenadora Kamala Harris, de 56 años, se encuentra entre los candidatos que ya se barajan para la carrera presidencial de noviembre de 2024. Se presentó a las primarias demócratas de 2019, pero se retiró antes de que se emitieran los primeros votos a principios de 2020. Al ser preguntado de si volvería a presentarse contra Donald Trump, Biden contestó: “Oh, de verdad. Ni siquiera lo pienso, no tengo ni idea. No tengo ni idea de quién representará al Partido Republicano”. El viernes pasado Biden protagonizó una serie de tropiezos cuando subía la escalerilla del avión presidencial que rápidamente fue retransmitida en video por las redes sociales. El incidente volvió a generar preocupaciones acerca de su estado mental, ya que anteriormente el presidente había demostrado también no recordar el nombre de algunos de sus colaboradores y se había referido a Harris como “presidenta”. Fuente: El Periodista Síguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones. https://www.instagram.com/p/CM4ywsZgW0Y/?igshid=1f4emhon77azp
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Se avecinan tiempos oscuros para la sociedad estadounidense
Por Leonid Savin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El año 2021 comenzó con una serie de eventos históricos que tienen un carácter muy sombrío para los Estados Unidos. El 1 de enero, los demócratas de la Cámara de Representantes llevaron a cabo la presentación de un nuevo proyecto de ley con la intención de dar un paso hacia la abolición de los valores de la familia tradicional y las diferencias de género. "Él" y "ella" a partir de ahora se convierten en términos prohibidos y quedan excluidos del uso corriente (1).
El documento que fue aprobado dice: "en el párrafo 8 (c) (3) de la Regla XXIII, deben suprimirse las palabra: padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana, tío, tía, primo, sobrino, sobrina, esposo, esposa, suegro, suegra, yerno, nuera, cuñado, padrastro, madrastra, hijastro, hijastra, medio hermano, media hermana, nieto o nieta e insertarse las palabras padre, hijo, pariente cercano (en el hermano original, que puede significar tanto hermano como hermana), la descendencia de un padre...". Si bien los demócratas han defendido antes tal terminología, parece que ahora será consolidada en los Estados Unidos a nivel federal, y todos los ciudadanos se verán obligados a obedecer estas reglas, a pesar de que es contraria al sentido común.
El 4 de enero, en la apertura de la nueva sesión del Congreso, después de la oración tradicional, además se dio el amén habitual, se usó una frase bastante extraña: awoman (no-mujer ya que en inglés men significa hombres y se usa en la partícula del amen, su contraposición es awoman) y que se convirtió en un tema de discusión fuera de los Estados Unidos. Este acto de "neutralidad de género" impulsado por los demócratas es una manifestación de la estupidez, mediocridad y locura típica de los políticos norteamericanos que persiguen imponer una agenda neoliberal globalista, la cual consideran que es la única forma posible de estructura política (que, desde su punto de vista, automáticamente convierte a todos los disidentes y opositores a sus ideas en "fascistas", "terroristas" y "gente mala").
Y este es solo una de las muchas cosas que los demócratas están haciendo antes de la toma oficial del poder.
Los recientes intentos de Trump de confrontar a los demócratas y movilizar a sus partidarios para desafiar la victoria de Biden han fracasado. Además, ha habido una división al interior del Partido Republicano en cuanto al hecho de si prestar su apoyo a Trump o no.
Los senadores Josh Hawley (Missouri) y Ted Cruz (Texas) (2) intentaron apoyar a Donald Trump en el Congreso de los Estados Unidos, mientras que muchos de sus colegas del partido (por ejemplo, Rob Portman de Ohio y Mike Lee de Utah) se opusieron a Trump y calificaron las denuncias de Trump como falsas.
Cabe señalar que Hawley y Cruz son potenciales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos del 2024 gracias al apoyo que les presta el Partido Republicano y con sus declaraciones esperaban contar con el apoyo de una parte del electorado que votó por Trump.
Pero luego de los eventos sucedidos en el Congreso el 6 de enero, Ted Cruz dijo que Trump tenía parte de la culpa de lo sucedido en el asalto al Capitolio, porque impulso una retórica agresiva (3).
Muchos políticos estadounidenses se apresuraron a expresar sus opiniones sobre esta acción sin precedentes que llevaron a cabo los partidarios de Donald Trump. Hicieron en su mayoría comparaciones con la quema del Capitolio por parte de los británicos en la guerra de 1814 hasta frases banales sobre la amenaza que esta sufriendo la democracia, pero en la mayoría de los casos condenaron lo sucedido sin ningún intento de comprender los orígenes y analizar los errores que llevaron a este suceso.
El ex presidente del país, George W. Bush, de una manera bastante original, dijo que Estados Unidos se había convertido en una "república bananera", mientras que el conocido escritor y científico Michael Lind está de acuerdo con él: “lo que confirma que Estados Unidos se ha convertido en una república bananera es el hecho de que en toda la historia de los Estados Unidos solo tres presidentes fueron acusados de crímenes y, de los últimos cuatro, solo el partido de oposición inició un proceso de juicio político contra dos de ellos”.
Sin embargo, Michael Lind, a diferencia de los otros políticos de alto rango del pasado y de hoy en día, nos ofrece una versión detallada de las razones por lo que eso está sucediendo ahora (4).
Lind cree que los Estados Unidos está sufriendo cinco crisis simultaneas. Además de la toma que se produjo del Capitolio durante el 6 de enero, Lind menciona la evacuación del parlamento de Seattle que aconteció el 8 de junio del 2020, en el cual se produjo un enfrentamiento entre la administración local de la ciudad contra grupos de anarquistas, esta situación continuó durante aproximadamente un mes. Por lo tanto, el problema no es solo el mismo movimiento representado por MAGA, ya que este es solo un reflejo de la realidad estadounidense, la cual incluye también la polarización que sufre la sociedad o al menos la polarización que está representada por los ciudadanos políticamente activos de ese país.
La primera de las cinco crisis que menciona Lind es de carácter político y sus raíces se remontan a la década de 1970, cuando fue introducido una nueva clase de sistema para las elecciones primarias. El nuevo sistema terminó por socavar el antiguo y ahora cualquier hombre lo suficientemente rico puede fácilmente escalar hasta los más altos puestos de la política. Y los dos partidos existentes, tanto el Republicano como el Demócrata, no son más que máquinas políticas de control social dominadas por una burocracia bastante rígida.
La segunda crisis, según Lind, está asociada a la creciente pérdida de la identidad nacional de los Estados Unidos. La identidad estadounidense se ha ido fragmentando en una gran diversidad de grupos religiosos, movimientos étnicos y raciales, además de identidades abstractas tales como los derechos de la mujer o los LGBT.
La tercera crisis es de carácter social y se ha manifestado en la creciente anomia social, que va unida a la desestructuración que sufren las normas y las instituciones, algo que se manifiesta en la actividad que llevan a cabo los medios de comunicación para manipular a las multitudes, todo eso bajo el incentivo de dinero de dudosa procedencia, como lo hicieron los demócratas con los Antifa y los grupos de izquierda en todo el país durante el 2020.
La cuarta crisis es de carácter demográfica. Ahora mismo la tasa de fertilidad de los estadounidenses promedio es de 1,77, mientras que la tasa de fertilidad de los migrantes es mucho más alta. Además, su caída tuvo lugar recientemente. Durante el 2007 era del 2.12.
La quinta crisis es econ��mica, muy asociada con la pérdida masiva de empleos que han migrado hacia el exterior (donde los salarios son más bajos y la tasa de ganancias del capital es sin duda mucho mayor), lo cual se suma a la llegada de migrantes profesionales que son mal pagados. En el sector privado, el empleo también se redujo en un 6% como en la época de Herbert Hoover.
Michael Lind también señala un hecho interesante: el ataque de los partidarios del movimiento MAGA contra el Capitolio se produjo después de que una empresa de abarrotes propiedad de Vons, Pavilion y otras cadenas californianas anunciaron que despedirían a los conductores de reparto habituales y los reemplazaba por trabajadores comprometidos.
Por otra parte, todas las promesas que se habían hecho de que los nuevos puestos de trabajo que se crearían en los Estados Unidos, en el marco de una "economía del conocimiento" serían mejor pagados, resultaron ser mentira.
Por lo tanto, según Lind, Trump y Obama no tienen la culpa, sino que es algo que viene desarrollándose desde gobiernos anteriores y que han llevado al país a tal estado de bancarrota.
La corrupción es otro fenómeno sistemático que afecta negativamente todas las esferas de la sociedad estadounidense.
Peter van Baren escribió que la corrupción al interior de los Estados Unidos es tan grande que resulta imposible combatirla (5). Van Baren recuerda los muchos actos de corrupción que hizo la Fundación Clinton cuando se apropió ilegalmente del dinero público simplemente para concertar reuniones dirigidas por Hillary Clinton, además de los negocios que hizo Biden desde el 2016 hasta el 2020, gracias a los cuales ganó más de $ 15 millones de dólares. Por ejemplo, Joe Biden recibió $ 10 millones de dólares en regalías por un libro que nadie jamás leyó. Joe Biden también es dueño de una empresa llamada S Corporation, empresa muy conocida debido a su política de evasión fiscal. Sin mencionar el escándalo de Hunter Biden, quien ganó millones de dólares con contratos dudosos que firmó en China y en Ucrania, sin hablar de su evasión fiscal continua en los Estados Unidos (6). En estos momentos se está llevando a cabo una investigación en su contra.
Pero los conservadores no son los únicos que hablan del increíblemente alto nivel de corrupción dentro de los Estados Unidos. El periódico Financial Times, que difícilmente puede ser considerado un simpatizante de la derecha, señala que la corrupción ha penetrado en todas las esferas de la vida estadounidense, principalmente en los negocios y la política (7). El artículo dice que gracias a los "tratos de negocios hechos con el diablo", en estos momentos existe un oligopolio en los Estados Unidos, por lo tanto, no existe una democracia ni una forma republicana de gobierno.
Si el análisis y las opiniones de varios autores y comentaristas pueden interpretarse según sus respectivos compromisos políticos, entonces para obtener una imagen completa de lo que está sucediendo es necesario recurrir a las estadísticas.
Despierta en nosotros un particular interés un estudio hecho por el Institute for Advanced Study in Culture de la Universidad de Virginia titulado Democracy in Dark Times (8), que habla sobre lo que está sucediendo en los Estados Unidos.
El estudio está centrado en un análisis de la campaña electoral sucedida durante el 2020 y que intenta abordar la cultura política de los Estados Unidos. La mayoría de los encuestados admitió que consideraba que las últimas elecciones en su país estuvieron marcadas por la corrupción. El 62% de los republicanos afirmaron creer en esta idea, al igual que el 57% de los demócratas y el 54% de los independientes.
La polarización se hace bastante clara debido a la imposición de toda clase de etiquetas. Cuatro de cada diez encuestados consideraron que los partidarios de Trump son "fascistas", y entre quienes son partidarios de Biden, dos tercios de los encuestados dicen que son "fascistas" todos los adversarios del campo contrario. El 47% de los encuestados se encuentra convencido de que los demócratas implantaran un régimen socialista (?) y el 90% de los partidarios de Trump cree que eso será una realidad.
El 70% de los encuestados asegura que su país está en crisis (en 1996 solo el 22% de las personas afirmaban tal cosa).
Durante el 2020, el 74% de los estadounidenses afirma que desconfían de su gobierno. El 87% cree que "los acontecimientos políticos de hoy son más que nada un teatro o puro entretenimiento, y que ya nada debe tomarse en serio". La falta de confianza en las autoridades provoca mucho temor: el 67% cree que "las acciones del gobierno en Washington amenazan la libertad de todos los estadounidenses de a pie".
En cuanto a la economía política, el 48% tiene una buena opinión sobre el capitalismo, pero el 52% lo percibe de forma negativa o neutral. Al mismo tiempo, el 52% tiene una actitud positiva o neutral hacia el socialismo.
El 68% cree que "realmente no se puede confiar en lo que dicen los principales medios de comunicación", y el 63% está convencido de que los medios distorsionan los hechos y difunden noticias falsas.
También es interesante la opinión que se expresa sobre las instituciones y los líderes del país. La mayoría de los estadounidenses (65%) están convencidos de que "las personas más exitosas y educadas que viven en los Estados Unidos únicamente velan por asegurar sus propios intereses, en lugar de servir al bien común"; este punto de vista se puede encontrar en personas de diferentes clases sociales, opiniones políticas, edad, género, raza y situación económica. Y el 69% cree que los líderes de las corporaciones, los medios de comunicación, las universidades y la industria tecnológica se preocupan muy poco por los ciudadanos comunes.
En cuanto a los políticos, el 92% piensa que la mayoría de los políticos están más interesados en ganar elecciones que en hacer lo correcto. El 76% está convencido de que los funcionarios públicos no se preocupan por lo que piense la gente corriente; además, el 81% cree que hay personas incompetentes en el sistema de gobierno. En general, el 60% se considera indiferente a los procesos políticos.
Pero con respecto a las posibles amenazas futuras que enfrentan los Estados Unidos, obtenemos los siguientes resultados:
· La Unión Europea (13%),
· Los cristianos evangélicos (23%),
· Los inmigrantes y la inmigración (27%),
· Joe Biden y sus seguidores (29%),
· La policía (33%),
· La corrección política (36%),
· La élite cultural (36%).
Algunos de los estadounidenses encuestados consideran que estas son amenazas "muy graves", pero la mayoría no cree que lo sean. Consideran que las mayores amenazas para los Estados Unidos son:
· Los millonarios (40%),
· Wall Street y el sistema bancario (41%),
· El socialismo (43%).
Pero incluso aquí, solo una minoría de estadounidenses tiene tales puntos de vista. La lista de amenazas potenciales para los Estados Unidos incluyen también a:
· "Donald Trump y sus seguidores" (51%).
La gran mayoría identificó como amenazas muy serias los siguientes problemas:
· El acceso ilimitado a armas de asalto (53%),
· China (55%),
· El cambio climático (55%)
· El crimen y la anarquía (56%).
Es significativo que este punto de vista es completamente incompatible con las doctrinas y estrategias que pregonan los sistemas de defensa y seguridad de los Estados Unidos, lo que significa que los estadounidenses comunes no ven a Rusia, Irán o a Corea del Norte como amenazas para su país.
Incluso si hacemos concesiones a la propaganda política dentro de los Estados Unidos, los rumores, los mitos y los prejuicios, estos datos siguen siendo bastante elocuentes.
Se pueden citar otros estudios como ejemplos. Hagamos uso del trabajo que hicieron los empleados de la RAND Corporation. Una revisión sobre el sistema médico que recién se ha hecho (9) muestra que el precio medio de una cápsula de insulina en Canadá es de 12 dólares, en comparación con los 98,7 dólares que cuesta en los Estados Unidos. El precio es inferior a los 10 dólares en el Reino Unido y Francia. El estudio dice que “es difícil rastrear los precios finales que los pacientes realmente pagan en la farmacia. Aquellos con seguro tienen que cubrir las deducciones y copagos, los cuales pueden ser muy significativos. Aquellos sin seguro deben pagar el precio completo de los medicamentos”.
¿No es esto una confirmación de la corrupción, es decir, de una conspiración empresarial entre los fabricantes y las cadenas farmacéuticas de los Estados Unidos? ¿Por qué los precios de medicamentos tan esenciales resultan ser tan altos en un país industrializado como los Estados Unidos?
Se observa que las compañías farmacéuticas han comenzado a introducir tipos de insulina más baratos y tarjetas de descuento para ayudar a los pacientes que tienen dificultades para pagar los precios. Pero casi un tercio de las personas que respondieron la encuesta de la Asociación Estadounidense de Diabéticos dijeron que pospusieron las citas médicas debido a su precio o pospusieron el pago de las facturas para pagar la insulina. Una cuarta parte de los encuestados no cumplió con el pago de la renta o la hipoteca.
Algunos Estados de los Estados Unidos han intentado solucionar este problema por sí mismos, pero hasta ahora todo se limita a puras habladurías.
Y el problema es más grave de lo que parece, con más de 30 millones de personas que padecen diabetes en los Estados Unidos. De estos, alrededor de 8 millones necesitan constantemente insulina para mantenerse con vida.
Según otras estadísticas, alrededor de 53 millones de familias en los Estados Unidos están cuidando a uno de sus familiares (10). Tales cuidados van desde padres que ya son ancianos, pasando por hijos discapacitados, hasta llegar esposos o esposas con una enfermedad crónica y que requieren de ayuda diaria para alimentarse, bañarse, tomar sus medicamentos, etc. Esto significa que al menos un miembro de la familia debe dedicarse exclusivamente a cuidar a este familiar, abandonando sus estudios, trabajos, etc. La cifra es también bastante impresionante, lo que demuestra un problema de salud a nivel nacional, así como los altos precios que son ofrecidos por los servicios de enfermeras o personal médico.
Y esto se encuentra interconectado con todas las crisis que padece simultáneamente los Estados Unidos y de las cuales nos habla Michael Lind.
La degradación de los Estados Unidos se nota no solo dentro del país. Una encuesta de Pew (11) de julio del 2020 a 13 aliados de los EE.UU. descubrió que solo el 34% tenía una opinión positiva de los EE.UU. Al mismo tiempo, una encuesta de Gallup (12) hecha en 135 países sobre el liderazgo global mostró que el 30% dio sus preferencias a Rusia, el 32% a China y el 33% a los Estados Unidos.
Estados Unidos también ha caído en muchos de sus indicadores.
El bloqueo a las cuentas de las redes sociales hecho contra Donald Trump y otros políticos destacados solo confirma el hecho de que existe un ataque a la libertad de expresión en los Estados Unidos.
Por supuesto, ahora es importante no solo analizar los errores de los gobiernos anteriores, sino también lo que sucederá en el futuro cercano, especialmente en un contexto que está marcado por un estado de ánimo tan sombrío y una creciente alienación de la población con respecto al poder mismo, todo parece indicar que lo acontecido en el Capitolio terminará por ser usado por los jefes del sistema político a su favor.
El destacado escritor y periodista Glenn Greenwald ha advertido que, al igual que lo sucedido con el 11 de septiembre, el ataque al Capitolio será utilizado como una excusa para reprimir con más fuerza los derechos y libertades de los ciudadanos estadounidenses. Greenwald escribe: "Se ha hecho claro para nosotros que en la era posterior a Trump que, los medios que quieren mantener a los espectadores bajo su poder y los funcionarios gubernamentales que buscan aumentar su propio poder, harán todo lo posible para hacernos creer en la existencia de una amenaza derechista… y en como sucede con todas las amenazas que han sido infladas, existe por supuesta una pizca de verdad en ellas. Como sucede con cualquier facción, existen activistas de derecha que están llenos de rabia y listos para la violencia. Algunos de ellos son peligrosos (al igual que algunos musulmanes en la época posterior al 11 de septiembre y algunos de los nihilistas que componen a los Antifa, que eran y siguen siendo verdaderamente violentos y peligrosos). Pero, al igual que con la Guerra Fría, la Guerra contra el Terrorismo y muchas otras respuestas a la crisis, se nos escapa que el otro lado del problema (que las fuerzas estatales draconianas claramente planificadas, motivadas y preparadas para combatirla a estas fuerzas externas) conlleva igualmente sus propios peligros extremadamente formidables” (13).
Y en un artículo publicado por Greenwald el 28 de diciembre, el autor señala que existe una amenaza real de que se implante un régimen autoritario en los Estados Unidos (14), solo que esa amenaza no proviene de Trump. La verdadera amenaza proviene del monopolio formado por una coalición dominante al interior del neoliberalismo estadounidense y esa coalición incluye a los medios corporativos, a Wall Street, la comunidad de inteligencia informática y a los gigantes tecnológicos como Facebook, Amazon, Google, Apple.
Rod Dreher, en el periódico el American Conservative (15), piensa del mismo modo y expresa su preocupación de que puedan suceder cosas terribles después del 6 de enero. Al comienzo de su artículo, cita una carta de uno de sus lectores: “Este es el momento en que el estado de seguridad nacional estadounidense realmente volverá su mirada hacia el interior del país. Por supuesto, Edward Snowden y otros nos mostraron que esto ya estaba sucediendo... Y como católico, estadounidense, conservador, republicano y abogado, tuve muchas otras reacciones frente a lo sucedido, pero esta preocupación por la reacción inevitable que vendría continuaba rondando mi cabeza una una y otra y otra vez. Ya es bien sabido que el FBI y otras agencias ven el terrorismo interno de extrema derecha como una de las mayores amenazas, y Kamala Harris, Hillary Clinton y otras personas prominentes de la izquierda han dejado en claro que quieren utilizar el aparato antiterrorista que el país ha construido después del 11 de septiembre para perseguir a MAGA. Y no sabemos dónde terminará tal cosa”.
Dreher concluye su análisis diciendo lo siguiente: “El asalto al Capitolio fue solo el comienzo. Es justo decir acerca de la multitud de MAGA que, debido a que los líderes normales y respetables no se pronunciaron en contra de esto, y actuaron en su contra cuando tuvieron la oportunidad, el fuego terminó por encender en sus cerebros la llama de la insurrección. También es justo decir que los revolucionarios de izquierda, que marchando a través de las instituciones y rehaciéndolas según sus políticas de identidad, debido a que los líderes liberales normales y respetables no defendieron el liberalismo clásico cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo, únicamente provocaron que se avivara el fuego del radicalismo en la izquierda; entonces, cuando surjan los extremistas que son la imagen especular de estos racistas que ostentan el poder, la izquierda tendrá parte de la culpa en todo esto”.
“El estúpido, impactante y lamentable levantamiento de MAGA en Washington solo acelerará la revolución interna de la izquierda. Ahora los senadores seguirán haciendo lo que quieren, pero en nombre de reprimir a las personas que profanaron el templo de la democracia. Los idiotas del MAGA prendieron fuego al Reichstag de la izquierda. Y vimos a ese ridículo chaman de QAnon, un bárbaro listo para tomarse selfies al pie del Senado, hacer de todo. Pero este hombre de dibujos animados, no importa lo poderoso que sea como símbolo, es impotente. Los verdaderos bárbaros son los que visten traje y batas de laboratorio, ellos son los que están destruyendo nuestra civilización”.
La sociedad estadounidense debe prepararse de forma adecuada para la llegada de tiempos muy oscuros y para la venganza de los demócratas que sirven al globalismo. Algunos de los conservadores están proponiendo crear uniones y desarrollar estrategias adecuadas para contrarrestar los devastadores golpes que se avecinan contra la sociedad estadounidense tradicional. Pero la política requerirá no solo la capacidad de reunir multitudes en las calles y difundir consignas, sino también eludir hábilmente a los oponentes cuando sea necesario y dialogar con ellos, preparar un ejército de seguidores y persuadir a la mayoría silenciosa para que se ponga de tu lado.
Esta última actividad es siempre la más difícil.
Notas:
1. https://m.washingtontimes.com/news/2021/jan/2/no-more-he-she-father-mother-new-house-rules-go-ge/
2. https://apnews.com/article/election-2020-joe-biden-donald-trump-elections-coronavirus-pandemic-e2a6fa060432bd19d92a142a0da5688e
3. https://m.washingtontimes.com/news/2021/jan/8/ted-cruz-donald-trump-bears-some-responsibility-ca/
4. https://www.tabletmag.com/sections/news/articles/american-crises-capitol-assault
5. https://www.theamericanconservative.com/articles/the-american-system-is-one-big-grift/
6. https://m.washingtontimes.com/news/2021/jan/7/hunter-biden-owed-irs-hundreds-thousands-dollars-e/
7. https://www.ft.com/content/e49fdbcf-5992-4d17-8ccd-c5223707e14d?fbclid=IwAR0SZe58a6xlVMgMKYvINOxXOWvfhPK2upCo1_xuRC_NLS0L2PzXtLBO2lo
8. https://iasculture.org/research/publications/democracy-in-dark-times
9. https://www.rand.org/blog/rand-review/2021/01/the-astronomical-price-of-insulin-hurts-american-families.html
10. https://www.rand.org/pubs/perspectives/PEA1079-1.html
11. https://www.pewresearch.org/global/2020/09/15/us-image-plummets-internationally-as-most-say-country-has-handled-coronavirus-badly/
12. https://www.axios.com/global-approval-america-image-trump-biden-poll-bac8aaae-a0ed-49fd-89e5-c5fe785bd5f2.html
13. https://greenwald.substack.com/p/violence-in-the-capitol-dangers-in
14. https://greenwald.substack.com/p/the-threat-of-authoritarianism-in
15. https://www.theamericanconservative.com/dreher/benedict-option-judean-hills-maga-race-insurrection-trump-leftist-live-not-by-lies/
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WASHINGTON — Recién salida de su derrota en las primarias del Congreso, la representante Liz Cheney, republicana de Wyoming, dijo el miércoles que planea ser parte de una coalición bipartidista cuyo objetivo es garantizar que el expresidente Donald Trump nunca vuelva a ocupar el cargo.“Creo que Donald Trump sigue representando una amenaza y un riesgo muy grave para nuestra república. Y creo que derrotarlo va a requerir un frente amplio y unido de republicanos, demócratas e independientes, y de eso pretendo ser parte. de", dijo en una entrevista exclusiva con Savannah Guthrie en el programa "TODAY" de NBC.Reiteró que hará “lo que sea necesario” para evitar que Trump regrese a la Oficina Oval en futuras elecciones. De la noche a la mañana, Cheney formó un nuevo comité de acción política de liderazgo llamado "La gran tarea", confirmó un asistente a NBC. Presentó una solicitud ante la Comisión Federal de Elecciones para transferir el efectivo restante de su cuenta de campaña federal al nuevo PAC. A fines de julio, tenía más de $ 7 millones en efectivo disponibles, según los archivos de la FEC.NBC News proyectó el martes por la noche que Cheney, expresidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara e hija mayor del exvicepresidente Dick Cheney, perdió sus primarias republicanas ante la candidata respaldada por Trump, Harriet Hageman.Con el 99% de los votos el miércoles, Hageman aventajaba a Cheney por unos 37 puntos porcentuales.El miércoles, Cheney recibió una llamada telefónica del presidente Joe Biden, según una fuente familiarizada con la llamada, que fue reportada por primera vez por Bloomberg News. No se supo de inmediato qué discutieron los dos.Cheney le dijo a "TODAY" desde su casa en Jackson, Wyoming, que derrotar a Hageman habría requerido que ella "perpetuara la gran mentira" de que las elecciones presidenciales de 2020 fueron robadas y que Trump las había ganado.Cuando se le preguntó si planea postularse para presidente, primero se desvió y argumentó que el Partido Republicano debe tomar una dirección diferente. "Ahora tenemos un partido político importante, mi partido, que realmente se ha convertido en un culto a la personalidad, y tenemos que hacer que este partido vuelva a estar en un lugar donde abracemos los valores y los principios sobre los que se fundó. fundada”, dijo.Presionada nuevamente sobre si está contemplando postularse para presidente, Cheney dijo: "Esa es una decisión que tomaré en los próximos meses, y no voy a hacer ningún anuncio aquí esta mañana, pero es algo que estoy pensando en."Cuando se le preguntó si los demócratas deberían mantener el control del Congreso debido al estado del Partido Republicano, Cheney sugirió que eso sería preferible a la posibilidad de que los negadores de las elecciones ocupen el cargo.“Los que niegan las elecciones en este momento son los republicanos, y creo que no debería importar de qué partido seas, nadie debería votar por las personas que los apoyan o los respaldan”, dijo.Cheney dijo que el Partido Republicano está “en muy mal estado” y que “podrían pasar varios ciclos electorales” antes de que se reforme y se separe de Trump y de lo que dijo que era un culto a la personalidad en torno al expresidente. También denunció al expresidente por presuntamente divulgar los nombres de los agentes del FBI involucrados en un registro de su resort en Mar-a-Lago “cuando sabe que nuestra policía es el blanco de la violencia”.“Absolutamente voy a continuar esta batalla”, dijo. “Es lo más importante en lo que he estado involucrado, y creo que es ciertamente lo más importante, el desafío, que nuestra nación ha enfrentado en la historia reciente, y tal vez desde la Guerra Civil. Y es uno que debemos ganar”.Rebecca Shabad es reportera de política para NBC News con sede en Washington.Vaughn Hillyard y carol e. lee contribuido.
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¿Cómo se vinculan los cargos contra Trump con la cascada de teorías conspirativas?
Al margen de los cargos contra Trump por parte del Estado de Nueva York, habrá un fenómeno paralelo corriendo en estos días. Un ladrillo más en el muro. Las teorías de conspiración nuevamente alimentadas entre un sector de la población estadounidense. No es un asunto menor. Según varias encuestas, entre sesenta y setenta por ciento de quienes votaron por Trump en 2020, consideran que las elecciones no fueron libres ni justas y piensan que estuvieron manipuladas. Para ellos, Biden es un presidente ilegítimo. Por eso, hasta hace poco, para la mayor parte del partido republicano, oponerse a Trump o simplemente abandonar el frente de batalla, significaba traicionar esta creencia, un costo que muy pocas personas estuvieron dispuestas a pagar. El tema nunca fue si la idea del fraude masivo era “verdad”, o si había cómo probarla. El tema era que millones de votantes del partido republicano sienten que eso es verdad. Por tanto, lo relevante no era tanto si las acusaciones tenían méritos para ser escuchadas por las cortes y tenían probabilidades de ganar. Mucho más relevante era demostrar que se estaba luchando hasta el último momento. Si los tribunales o incluso la Suprema Corte de Justicia desestimaban los cargos, entonces la traición estaba de su lado, no de los demandantes. ¿Cómo se ha acumulado este sistema de creencias y qué implicaciones tiene para efectos de las actuales acusaciones contra Trump?
(Nota: al momento de este escrito, desconocemos si Trump ha sido o será aprehendido “este martes” como él mismo afirma; sin embargo, lo que aborda este texto seguirá creciendo independientemente de si ese arresto se materializa o no).
Dos factores para entender la relevancia de esto: (1) El mayor predictor de que una persona crea en una teoría de conspiración, es su creencia previa en una conspiración anterior, según explica Cass Sunstein. Las teorías de conspiración, nos dice la investigación, se dan en cascada; y (2) La relación entre este expresidente y su base es bidireccional. Trump alimenta continuamente la idea de que existe una conspiración en su contra. Al mismo tiempo, el exmandatario entiende muy bien cómo piensa su base electoral, conecta con ella, y se nutre de ella. En todo este panorama, la teoría de que hubo un fraude electoral, un robo masivo de votos en el que participaron actores de distintos niveles de gobierno, de los tres poderes de la unión, de ambos partidos, además de personalidades clave del sector privado, de los espectáculos y los medios de comunicación, no es sino un capítulo más de una serie de cascadas que no han terminado, a las que ahora se suma el drama de los cargos en su contra por parte del Estado de Nueva York.
Por ejemplo, hace muchos años, Trump impulsó la teoría de que Obama no era estadounidense, sino un musulmán nacido en África. Al hacerlo, independientemente de la evidencia al respecto, Trump fue paulatinamente acumulando una masa de seguidores para quienes esta idea tenía absoluto sentido. Posteriormente se promovió como un candidato presidencial que era externo a Washington, ajeno a las élites del poder, libre de la corrupción y malas decisiones que a lo largo de años habían sido tomadas lo mismo por presidentes demócratas que republicanos. Por tanto, durante las primarias del 2016, continuamente argumentaba que las estructuras de poder—incluso las de su propio partido—operaban en su contra. Trump en realidad representaba un movimiento anti establishment, abanderaba a amplios sectores (cuya dimensión en ese entonces estaba altamente subestimada) hartos del sistema, que desconfiaban de las instituciones, de los medios y que estaban convencidos de que Washington estaba podrida de corrupción y suciedad.
Más adelante, ya en la campaña contra Hilary, Trump declaraba varias veces que las elecciones estaban amañadas y llenas de trampas diseñadas para que él no ganara. Esta teoría no terminó ni siquiera con su victoria. Trump siguió insistiendo en que hubo millones de votos ilegales y que solo por eso Hilary había ganado el voto popular. Una buena parte de su electorado, de acuerdo con encuestas de ese año, le creía a pesar de que ello nunca fue demostrado.
La cascada de las teorías de conspiración no se detuvo. Ahora, cuando finalmente Trump lograba “vencer al establishment” y tomaba posesión de la Casa Blanca en 2017, las estructuras del sistema “se aliaban para sacarlo de ahí” a como diera lugar. Mediante tuits, declaraciones y discursos, el entonces presidente colocó una y otra vez en la misma línea enemiga a las agencias de inteligencia, a personalidades de la política (demócratas y republicanos por igual), a miembros de su propio gabinete, de su propio equipo que siempre “terminaban traicionándolo”.
Desde el “Estado Profundo”, se fraguaba un plan para encontrarle pruebas a fin de destituirlo. Primero, la injerencia rusa en las elecciones (que él se rehusaba a aceptar pues deslegitimaba su victoria). Luego, la colusión de Moscú con su campaña electoral y una fiscalía especial para investigar esos alegatos. Ya en 2020, a falta de evidencia para sacarlo del poder por la colusión con Rusia, se “diseñaba un nuevo plan” para someterlo a un primer juicio de destitución por el caso ucraniano.
Todo encajaba. Al final, si bien se demostró la injerencia rusa en las elecciones, no hubo evidencia suficiente para inculpar a Trump de estar aliado con ese país para ganarlas. Uno a uno de sus detractores en la Casa Blanca que operaban en su contra desde adentro, terminaba exhibiendo su “traición”, y él los iba retirando del camino. El voto a favor de destituirlo tras el primer juicio de Impeachment en la Cámara de Representantes y a favor de su absolución en el Senado, se dio prácticamente en las líneas partidistas. Por tanto, ese juicio se presentó en su momento, como la última treta y fracaso de sus enemigos para sacarlo del poder.
En ese sentido, el “fraude” del 2020 formaba parte de la misma narrativa. Ya que no pudieron destituirlo de manera legal, ahora, el “Estado Profundo” echaba a andar toda una maquinaria—la misma que ya había echado a andar en 2016, pero ahora de formas mucho más refinadas—para robarle la elección, sacarlo de la Casa Blanca y luego una vez más intentar destituirlo mediante un nuevo Impeachment. Trump advirtió una y otra vez que a través de un complejo sistema de votación a distancia “con el pretexto” de la pandemia, funcionarios electorales, miembros locales, estatales y federales del partido demócrata apoyados por los medios de comunicación tradicionales, por multimillonarios y personalidades de todos los ámbitos, planeaban un “fraude masivo” en su contra. Millones de personas le creyeron desde entonces.
De manera que, una vez transcurrida la jornada electoral, todo cuadraba con sus sospechas: Los cambios de tendencia en estados clave como Georgia o Pensilvania, los escasos márgenes en Wisconsin, Nevada o Arizona, el uso de máquinas para contar votos cuyo “mal funcionamiento” había sido ya “probado”; posteriormente, la proyección de Biden como ganador por parte de los medios y la desestimación de casos por decenas de cortes a causa de falta de pruebas, algo que en realidad exhibía la “indisposición” a escuchar los alegatos de la campaña de Trump o quienes la apoyaban. Esto incluyó a la Suprema Corte de Justicia con todo y los tres jueces nominados por el mismo presidente. En fin. Todo un plan.
Si seguimos el hilo de esa narrativa, una vez que Trump deja el poder, las fuerzas que buscan terminar con él “siguen trabajando”. Existen varios casos en su contra desde hace tiempo, de los cuales, el del Estado de Nueva York es apenas uno. Los cargos que se han levantado, las evidencias al respecto y todos los procedimientos, formarían parte de la conspiración para “impedir que regrese” y “destrozar su carrera política”.
La cuestión es que, para quienes creen en ello, la existencia de este plan maestro no necesita ser probada. Es autoevidente. Si las pruebas ofrecidas muestran una verdad diferente, entonces las pruebas forman parte del plan. También forma parte del plan quien las exhibe y quien las juzga. No importa cuántas veces se volvía a contar los votos, o si es que existen pruebas contundentes para imputarle cargos de cualquier índole: se trata de una conspiración que se autosostiene.
En esa conspiración creen millones de votantes, y ese es el dato, porque cualquier esfuerzo de distensión, de despolarización, y de sanación social, cruza por el fantasma de la ilegitimidad de Biden, quien, para esos millones, siempre será el presidente que robó las elecciones; los cargos contra Trump serán siempre parte del mismo plan y, por tanto, su implementación se explica sola. Bajo ese contexto es que, al menos en lo inmediato, cualquier acusación y procedimiento relacionado, probablemente terminará por hacer crecer al expresidente y a su nueva candidatura, no solo entre su base más dura, sino entre millones de electores republicanos más.
Instagram: @mauriciomesch
Twitter: @maurimm
21 de marzo 2023
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Para las elecciones presidenciales de 1996, el Partido Libertario designó a Jorgensen para ser la candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos junto a Harry Browne como candidato a presidente. En las elecciones internas del partido Jo obtuvo el 92% de los votos. Participó en un debate de candidatos a vicepresidentes televisado por C-SPAN el 22 de octubre. Los demás participantes fueron Herbert Titus del Partido de los Contribuyentes y Mike Tompkins del Partido Ley Natural. Las papeletas por la fórmula presidencial Browne-Jorgensen estuvieron disponibles en todo el país. La fórmula recibió un total de 485,759 votos, correspondiente al 0.5% del total de votos emitidos, quedando en quinta posición. Hasta ese momento esa fue la mejor participación del Partido Libertario en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desde las elecciones del 1980. El 13 de agosto de 2019 Jorgensen se registró en la Comisión Federal Electoral para ser precandidata por el Partido Libertario en las elecciones presidenciales del 2020. Lanzó formalmente su campaña el 2 de noviembre del mismo año en la Convención del Partido Libertario de Carolina del Sur, después de haber participado en un debate entre los precandidatos del Partido Libertario de dicho Estado en el mismo día. En las elecciones primarias Jorgensen se posicionó segunda en el Partido Libertario, ganando una de once primarias. El 23 de mayo del 2020 Jorgensen se convertía en la candidata presidencial del Partido Libertario, siendo la primera mujer en ser candidata a la presidencia por este partido y la única mujer en competir por la presidencia en las elecciones del 2020. En el mismo día los seguidores de Jorgensen utilizaron el eslogan de campaña que utilizó Hillary Clinton en las elecciones del 2016, I’m With Her, en busca de atraer a la víctima de agresiones sexuales alegadas en contra del candidato demócrata Joe Biden y del presidente Donald Trump. Dicho eslogan fue tendencia en Twitter y apareció en los titulares de prensa nacional. #Brownsville #Matamoros #JorgeMojarrita #FacebookLive #Entrepreneur #Harligen #Vallehermoso #868Vlog #LiveStream #Business #Mcallen #Reynosa #956News (at Matamoros, Tamaulipas) https://www.instagram.com/p/CGNmbpdlw1L/?igshid=xchvrhwfz5on
#brownsville#matamoros#jorgemojarrita#facebooklive#entrepreneur#harligen#vallehermoso#868vlog#livestream#business#mcallen#reynosa#956news
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Después de haberlo rechazado en las primarias, ahora el NY Times anuncia su apoyo a Biden
Por Andrés Vacca
Izq.: La oficina del New York Times está en el barrio de Manhattan de la ciudad de Nueva York, Nueva York, EE.UU., el 28 de septiembre de 2020. (REUTERS/Carlo Allegri). Der.: El candidato presidencial demócrata Joe Biden en Gettysburg, Pennsylvania, EE.UU., el 6 de octubre de 2020. (REUTERS/Kevin Lamarque)
Redacción BLes– Los críticos apuntan contra el reciente respaldo que…
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La sociedad estadounidense ha entrado en una época de conflictos
Por Leonid Savin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La crisis de la identidad nacional y la anomia social
Debido a los recientes sucesos acontecidos en Capitol Hill (1), se han producido muchísimos comentarios con respecto a lo sucedido en los Estados Unidos. Todo esto recuerda muchísimo a cuando los británicos quemaron el Capitolio en 1814, momento en que se expresaron juicios muy pesimistas acerca del destino que aguardaba a la democracia estadounidense.
El ex presidente George W. Bush dijo que los Estados Unidos se ha convertido en una república bananera, mientras que el conocido escritor y científico Michael Lind está de acuerdo con él. Al mismo tiempo, Lind cree que los Estados Unidos está sufriendo cinco crisis simultaneas. Además de la toma que se produjo de Capitolio durante el 6 de enero, Lind menciona la evacuación del parlamento de Seattle que aconteció el 8 de junio del 2020, en el cual se produjo un enfrentamiento entre la administración local de la ciudad contra grupos de anarquistas, esta situación continuó durante aproximadamente un mes.
La primera de las cinco crisis que menciona Lind es de carácter político y sus raíces se remontan a la década de 1970, cuando fue introducido una nueva clase de sistema para las elecciones primarias. El nuevo sistema terminó por socavar el antiguo y ahora cualquier hombre lo suficientemente rico puede fácilmente escalar hasta los más algos puestos de la política. Y los dos partidos existentes, tanto el Republicano como el Demócrata, no son más que máquinas políticas de control social dominadas por una burocracia bastante rígida.
La segunda crisis, según Lind, está asociada a la creciente pérdida de la identidad nacional de los Estados Unidos. La identidad estadounidense se ha ido fragmentando en una gran diversidad de grupos religiosos, movimientos étnicos y raciales, además de identidades abstractas tales como los derechos de la mujer o los LGBT.
La tercera crisis es de carácter social y se ha manifestado en la creciente anomia social, que va unida a la desestructuración que sufren las normas y las instituciones, algo que se manifiesta en la actividad que llevan a cabo los medios de comunicación para manipular a las multitudes, todo eso bajo el incentivo de dinero de dudosa procedencia.
La cuarta crisis es de carácter demográfica. Ahora mismo la tasa de fertilidad de los estadounidenses promedio es de 1,77, mientras que la tasa de fertilidad de los migrantes es mucho más alta.
La quinta crisis es económica, muy asociada con la pérdida masiva de empleos que han migrado hacia el exterior (donde los salarios son más bajos y la tasa de ganancias del capital es sin duda mucho mayor), lo cual se suma a la llegada de migrantes profesionales que son mal pagados. Por otra parte, todas las promesas que se habían hecho de que los nuevos puestos de trabajo que se crearían en los Estados Unidos, en el marco de una "economía del conocimiento", serían mejor pagados, resultaron ser mentira.
La corrupción es otro fenómeno sistémico que destruye la vida estadounidense. El Financial Times (2) ha informado que la corrupción ha penetrado todas las áreas de la vida pública de los Estados Unidos.
Peter van Baren escribió que la corrupción al interior de los Estados Unidos es tan grande que resulta imposible combatirla (3). Van Baren recuerda los muchos actos de corrupción que hizo la Fundación Clinton cuando se apropió ilegalmente del dinero público simplemente para concertar reuniones dirigidas por Hillary Clinton, además de los negocios que hizo Biden desde el 2016 hasta el 2020, gracias a los cuales ganó más de $ 15 millones de dólares. Por ejemplo, Joe Biden recibió $ 10 millones de dólares en regalías por un libro que nadie jamás leyó. Joe Biden también es dueño de una empresa llamada S Corporation, empresa muy conocida debido a su política de evasión fiscal. Sin mencionar el escandalo de Hunter Biden, quien ganó millones de dólares con contratos dudosos que firmó en China y en Ucrania, sin hablar de su evasión fiscal continua en los Estados Unidos. En estos momentos se está llevando a cabo una investigación en su contra.
Despierta en nosotros un particular interés un estudio hecho por el Institute for Advanced Study in Culture de la Universidad de Virginia titulado Democracy in Dark Times (4), que habla sobre lo que está sucediendo en los Estados Unidos.
El estudio esta centrado en un análisis de la campaña electoral sucedida durante el 2020 y que intenta abordar la cultura política de los Estados Unidos. La mayoría de los encuestados admitió que consideraba que las últimas elecciones en su país estuvieron marcadas por la corrupción. El 62% de los republicanos afirmaron creer en esta idea, al igual que el 57% de los demócratas y el 54% de los independientes.
Cuatro de cada diez encuestados consideraron que los partidarios de Trump son "fascistas", y entre quienes son partidarios de Biden, dos tercios de los encuestados dicen que son "fascistas" todos los adversarios del campo contrario. El 47% de los encuestados se encuentra convencido de que los demócratas implantaran un régimen socialista (?), y el 90% de los partidarios de Trump cree que eso será una realidad. El 70% de los encuestados asegura que su país está en crisis (en 1996 solo el 22% de las personas afirmaban tal cosa).
Durante el 2020, el 74% de los estadounidenses afirma que confían en su gobierno. El 87% cree que "los acontecimientos políticos de hoy son más que nada un teatro o puro entretenimiento, y que ya nada debe tomarse en serio". La falta de confianza en las autoridades provoca mucho temor: el 67% cree que "las acciones del gobierno en Washington amenazan la libertad de todos los estadounidenses de a pie".
La mayoría de los estadounidenses (65%) están convencidos de que "las personas más exitosas y educadas que viven en los Estados Unidos únicamente velan por asegurar sus propios intereses, en lugar de servir al bien común"; el 76% está convencido de que los funcionarios públicos no se preocupan por lo que piense la gente corriente; el 60% se considera indiferente a los procesos políticos.
En un contexto que está marcado por un estado de ánimo tan sombrío y una creciente alienación de la población con respecto al poder mismo, todo parece indicar que lo acontecido en el Capitolio terminará por ser usado por los jefes del sistema político a su favor.
El destacado escritor y periodista Glenn Greenwald ha advertido que, al igual que lo sucedido con el 11 de septiembre, el ataque al Capitolio será utilizado como una excusa para reprimir con más fuerza los derechos y libertades de los ciudadanos estadounidenses. Greenwald escribe: "Se ha hecho claro para nosotros que en la era posterior a Trump, los medios que quieren mantener a los espectadores bajo su poder y los funcionarios gubernamentales que buscan aumentar su propio poder, harán todo lo posible para hacernos creer en la existencia de una amenaza derechista" (5).
Y en un artículo publicado por Greenwald el 28 de diciembre, el autor señala que existe una amenaza real de que se implante un régimen autoritario en los Estados Unidos (7), solo que esa amenaza no proviene de Trump. La verdadera amenaza proviene del monopolio formado por una coalición dominante al interior del neoliberalismo estadounidense y esa coalición incluye a los medios corporativos, a Wall Street, la comunidad de inteligencia informática y a los gigantes tecnológicos como Facebook, Amazon, Google, Apple.
La sociedad estadounidense debe, por lo tanto, prepararse para lo que parecen ser un tiempo de tinieblas, o, por el contrario, intentar embarcarse en una serie de procesos políticos que le permitan crear una sociedad que no se mantenga unida meramente por un aparato represivo gigantesco, que ya no cuenta con garantías sociales y que solamente dictamina a favor de intereses de terceros que nada tienen que ver con los intereses del mismo pueblo estadounidense.
Notas:
1. https://www.fondsk.ru/news/2021/01/07/glubinnoe-gosudarstvo-vyigryvaet-ocherednoj-raund-borby-za-vlast-v-amerike-52635.html
2. https://www.ft.com/content/e49fdbcf-5992-4d17-8ccd-c5223707e14d?fbclid=IwAR0SZe58a6xlVMgMKYvINOxXOWvfhPK2upCo1_xuRC_NLS0L2PzXtLBO2lo
3. https://www.theamericanconservative.com/articles/the-american-system-is-one-big-grift/
4. https://iasculture.org/research/publications/democracy-in-dark-times
5. https://greenwald.substack.com/p/violence-in-the-capitol-dangers-in
6. https://greenwald.substack.com/p/the-threat-of-authoritarianism-in
Fuente: https://www.fondsk.ru/news/2021/01/09/amerikanskoe-obschestvo-gotovitsja-k-nastupleniu-temnyh-vremen-52643.html
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