#Prefacio
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eufoniasdelarteemm · 2 years ago
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Cuando conozcas la desnudez de un ser radicado en su propia soledad y abismado en su propia realidad interior, pero también en su indemne integridad humana, la mirada lúcida y a menudo amarga que se posa como una niebla intensa por o sus páginas, esa curiosa pero perfecta imbricación entre sueño y realidad que da sustancia a un territorio emocional que surge de una experiencia vital y verdadera, pero, sobre todas las cosas, el canto de un individuo radicalmente consciente de su propia e intransferible existencia, entonces Ell, quizá sólo entonces comprendas a lo que me refiero con esa conexión pura e intransferible entre dos seres. 🌺
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katherinefunke · 2 months ago
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"Enfim, o puro Bliss": título do prefácio da primeira edição integral brasileira de "Êxtase e outras histórias", de Katherine Mansfield, lançamento da editora Cabriolé.
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arianacruzrivas · 4 months ago
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Prefacio
El prefacio de "Una historia universal de la arquitectura, Vol. 1" brinda una perspectiva global fascinante sobre la evolución de la arquitectura a lo largo de la historia, destacando cómo las ideas y estilos arquitectónicos han viajado y se han transformado a través de distintas épocas y culturas. Este enfoque global permite a los lectores entender la dinámica de interacción e influencia mutua entre diferentes tradiciones arquitectónicas, mostrando cómo los elementos de diseño y las prácticas constructivas no solo han evolucionado en sus lugares de origen, sino que también se han adaptado e incorporado en otros contextos geográficos y culturales. Al hacerlo, el prefacio subraya la importancia de considerar la arquitectura no como un fenómeno estático, sino como un proceso en constante cambio y adaptación, influenciado por una amplia gama de factores históricos, sociales y culturales.
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No obstante, el libro no se queda únicamente en esta perspectiva global. Presta especial atención a las particularidades locales de cada proyecto arquitectónico, reconociendo que, aunque las conexiones globales y los intercambios culturales juegan un papel significativo, cada obra arquitectónica se encuentra profundamente enraizada en un contexto único y específico. Este contexto puede incluir factores como el clima, los materiales disponibles, las necesidades sociales y económicas, así como las creencias y valores culturales de una comunidad particular. Al considerar estos elementos, el libro subraya la importancia de respetar y valorar la diversidad arquitectónica y cómo esta diversidad contribuye a la riqueza del patrimonio arquitectónico mundial. De esta manera, se nos invita a apreciar no solo las influencias globales compartidas que unifican diferentes estilos y movimientos, sino también las características distintivas y únicas que definen a cada edificio en su entorno particular.
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Además, el prefacio resalta la necesidad de utilizar una terminología coherente y precisa para evitar malentendidos y confusiones en el estudio de la arquitectura. La elección de términos y nombres específicos no es solo una cuestión académica, sino un acto de respeto hacia la diversidad cultural y lingüística presente en la arquitectura. Al ser cuidadosos con el uso del lenguaje, los autores del libro buscan construir una narrativa que sea clara, accesible y, al mismo tiempo, profundamente respetuosa con las distintas tradiciones arquitectónicas. Este enfoque ayuda a crear una comprensión más matizada de la arquitectura, donde los términos no son meras etiquetas, sino reflejos de contextos históricos, geográficos y culturales que deben ser entendidos en su totalidad.
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En resumen, "Una historia universal de la arquitectura" logra equilibrar una visión global con un aprecio profundo por las particularidades locales. Este enfoque dual no solo enriquece nuestra comprensión de cómo las influencias internacionales han moldeado la arquitectura a lo largo del tiempo, sino que también nos permite reconocer y valorar las contribuciones singulares de cada cultura a este campo. La obra nos enseña que la arquitectura es tanto un lenguaje común que conecta a la humanidad como una manifestación de la diversidad cultural que nos define. A través de este equilibrio, se ofrece una visión completa y enriquecedora de la historia de los edificios y estilos arquitectónicos, mostrando cómo lo universal y lo particular se entrelazan para dar forma a los entornos construidos que habitamos.
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lilibethlain · 2 years ago
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"Mi cabeza era una lluvia de fuegos artificiales, cada uno siendo una emoción, y había tantas, aunque ninguna especialmente buena, debería añadir."
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actnod · 1 year ago
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𝐏𝐑𝐄𝐅𝐀𝐂𝐈𝐎; 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐂𝐀𝐓𝐎𝐑𝐂𝐄.
— CEMENTERIO DE YANAKA / 4.17 AM • 27.12
content warning: menciones de sangre, secuestros y violencia.
Entre las tumbas antiguas y los cedros susurrantes, yace un círculo trazado con ceniza y símbolos arcanos. Un vástago con ojos hambrientos y piel blanca como el mármol, se erige con autoridad al centro de otros sabbat que cubren sus cabezas, los copos de nieve sobre la pálida tierra a su alrededor viéndose opacados por la tierra que han removido.  Frente a todos ellos, un pozo amplio y lleno de futuros vástagos yacen inconscientes tanto de la realidad como de su futuro. Las muertes han sido tan efímeras como las rápidas manos de los líderes que las procuraron, aún si poco les importa la vida de los humanos arrastrados desde diversas regiones, mero combustible para su maquinaria bélica. Aunque estén a meros pasos de sumergirse en la vorágine de la guerra, el control de daños es esencial: cuanto más alejados estén de las civilizaciones adyacentes a Tokyo, mejor. Cada detalle importa; cada ritual es una pieza crucial en el juego macabro del Sabbat. En medio del silencio, las palabras de un vástago con dedos deformados resuenan, oscuras y pesadas, en la atmósfera cargada de expectación. — En este lugar, derramamos la sangre de los débiles para alimentar a los futuros guerreros del Sabbat. La violencia, como un fuego purificador, consume la debilidad humana y da forma a la ferocidad de estos Shovelheads. Que cada gota derramada sea un tributo a la brutalidad que forjará su destino en la guerra que nos aguarda. Entre las sombras, un miembro de los Gangrel, que ha caminado entre vástagos varias lunas atrás, asiente con la vacilación de quien espera haber tomado el camino correcto. Con la misma pala que ha noqueado a los confundidos mortales para obligarlos a caer a su epicentro de fortaleza, cubre sus cuerpos con la tierra en la que deberán escarbar para ver la noche una vez más. Todo se alinea con los ideales de la secta: quien llegue a destino, será el mejor. Cada uno de aquellos que despierten, verán como la oscuridad se adhiere a sus almas recién nacidas, la guerra reflejándose en sus ojos sin vida incluso bajo la oscuridad.  El Priscus del Sabbat, en el lado opuesto, observa la cara del Assamita que tanto tiempo han estado buscando sus pares, preguntándose si su fortaleza será suficiente para hacerlo destacar y librarse de los dientes voraces que sólo la Bestia podría provocar. Caso contrario, sólo pasará a ser un simple hombre que se encontró a través del lugar incorrecto en el momento equivocado, como Naoki alguna vez.  Con el pasar de las noches, la paz del cementerio se ve perturbada por el eco de la maldición recién desatada bajo la luna testigo. El Sabbat reclama a sus guerreros, deteniendo su andar con la simplicidad de una estaca y esperando el momento perfecto para atacar. Más cerca de lo que podrían haber imaginado, son a quienes buscan quienes les entregan sus cabezas en un plato.
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂
⦾ La información narrada previamente no es conocida por ningún vástago. Es únicamente material adicional para el conocimiento del cuerpo de usuaries. 
⦾ Se ha agregado una nueva definición al glosario. 
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luluissues354 · 2 months ago
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tenha pra fazer antes de 1 da tarde
1- escrever um trabalho pra aula de amanha
2- escrever um resumo sobre o trabalho q escrevi
3- montar um slide pra apresentar um seminario sobre esse trabalho
4- ler o prefacio de um livro
me desejem sorte
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misdedostienenvidapropia · 1 year ago
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La historia sin fin que terminó sin un final.
Antes de cerrar este libro que contiene nuestra historia, quisiera subrayar cuanto te quise y resaltar lo bendito que era saber que me quer��as, dejar dobladas algunas puntas de las paginas donde todo fue gloria y rasgar las que entre lágrimas aún releo en mi memoria. Quisiera poder borrar lo que el destino dejó escrito, sobre escribir donde todo ya fue dicho, tachar todos los errores cometidos. Quisiera volver a ese prefacio idílico, principio de todo y quedarme ahí por siempre, leyéndote una y otra vez, sabiéndote conmigo, pero no será como en los libros ni como en las películas, no habrá final alternativo, no habrá secuela para un adiós que no se dijo, no podré rebobinar hasta ese minuto exacto donde descubro tu sonrisa, ni ponerle pausa a la escena donde tus ojos me sentencian a este amor que aún te tengo. No habrá entre créditos alguna secuencia que me de luz de alguna continuidad, para saber si me quedé a la mitad, si todo es un paréntesis que falta por cerrar, si habrá otro desenlace o si realmente es el final. Seguiré en otra hoja en blanco, inventándome guiones con cada una de las palabras que me dejaste, sellaré lo que ya fue, y lo que no, lo soñaré.
Bitácora de un olvido reticente.
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a-pair-of-iris · 4 months ago
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Entre muros y silencios (Prefacio y Parte 1)
by Aris
Ao3 Wattpad
Prefacio.
Como cualquier casa real que se preciara, la de los Burgos tenía un buen conjunto de leyendas y tradiciones familiares que se remontaban hasta los inicios de su dinastía. Esas historias eran transmitidas a todos y cada uno de sus miembros desde temprana edad, con la esperanza de infundir en sus tiernas cabecitas el respeto y temor necesarios para que ninguno cometiera una imprudencia que atrajera la desgracia e ira de las hadas sobre la familia.
De todas, una se destacaba en importancia y reconocimiento por los habitantes del reino, pues se encontraba tallada en las fuentes de todas las plazas principales de cada ciudad. Era aquella que hablaba sobre como el primero de los reyes de la familia se convirtió, de hecho, en rey.
Nacido sin riquezas, con el tiempo se volvió un joven caballero del reino, querido por la gente debido a su generosidad y buen corazón. Aconteció un día que, encontrando en su camino a una viejecita desvalida a merced del frío y la ventisca, le ofreció su capa y un lugar junto al fuego. La anciana en verdad resultó ser un hada que, agradecida por su bondad, decidió concederle un don.
"Dime, noble caballero, ¿qué es lo que más anhela tu corazón?" le preguntó.
El joven caballero, que estaba profundamente enamorado de la princesa del reino, le confesó su amor y amarguras. A pesar de sus proezas, seguía siendo pobre, y sabía que el rey nunca les permitiría casarse a menos que pudiera ofrecerle riquezas a la corona. El hada, tocada por la sinceridad de su amor, le otorgó un regalo especial: un Reloj de Arena mágico.
"Este reloj," explicó el hada, "te traerá gran prosperidad a ti y al reino si te casas con la princesa antes de que caiga toda la arena, es decir, antes de que cumplas 21 años. Si lo haces, no solo conseguirás la mano de tu amada, sino que también asegurarás la abundancia para ti y tus descendientes."
El caballero llevó tal regalo ante el rey y logró que accediera a la boda apenas la noche antes de la fecha encomendada. Con su unión, el reino prosperó más allá de lo que jamás habrían imaginado: los campos se volvieron fértiles y abundantes; los ríos, tempestades y bestias se hicieron dóciles, y la fortuna sonrió a todos los habitantes.
Pero cuando nacieron los hijos del caballero y la princesa, el hada regresó para advertirles: "La prosperidad que habéis recibido no es eterna o sin condiciones. Vuestros hijos, y los hijos de sus hijos, deberán seguir el mismo mandato: encontrar a su pareja y casarse antes de cumplir los 21 años. Si fallan en hacerlo, las arenas del reloj se detendrán, y todo lo que habéis ganado les será cobrado de manera terrible…"
Las transcripciones variaban en esa última parte. Algunos textos hablaban de una mano siniestra que les arrancaría la vida; otros, que el infortunado se marchitaría como una flor sin sol mientras su corazón se tonara de piedra, incapaz de amar o ser amado; o incluso que acabarían vagando eternamente por los confines de una tierra de fría oscuridad e inmensa desdicha. Sea lo que fuese, la historia se convirtió en una advertencia para todos los miembros de la familia y una responsabilidad particular de los monarcas de hacerla cumplir.
Tal angustiante premisa era justamente la que atormentaba las noches de la joven reina Catalina, imaginando que aquel terrible destino del que tanto le advirtieron de niña lograba alcanzar al menor de sus hermanos, el príncipe Francisco, el único de ellos que faltaba por casarse y a quien solo restaban dos días para cumplir los veintiún años.
-----o----
Parte 1
—Tiene que estar bromeando.
Francisco no podía creer lo que estaba pasando. Por un momento llegó a pensar que seguía dormido, un extraño sueño donde su hermana mayor lo levantaba a tirones de la cama para arrojarlo frente a un gran grupo de hombres, pero ya se había pellizcado lo suficiente como para entender que era real.
Francamente, por la desesperación con que Catalina solía abordar el asunto de su matrimonio -o mejor dicho, la falta de este- debió esperarse algo así por parte de la reina.
—Es por tu bien y el del pueblo, Francisco. Todo el reino está en vigilia ahora mismo temiendo por ti. Así que hazles un favor a tus súbditos y elige un esposo. —respondió su hermana, más una súplica que una orden, señalando nuevamente al grupo de hombres.
Era una buena selección de sus generales, comandantes y un par de eruditos los que se inclinaban respetuosamente ante ellos. A pesar de la prisa que traía, Catalina parecía haberse tomado el tiempo de escoger los mejores ejemplares entre los voluntarios que se presentaron para convertirse en su marido. Tal vez en otras circunstancias se hubiese inclinado un poco a complacerla, pero no era el caso en ese momento.
—Se te olvida que estoy comprometido. —Tuvo que recordarle Francisco a su hermana.
—Con un hombre que ni siquiera pudo enviar una confirmación de si vendría o no. —devolvió Catalina, suspirando frustrada con su obstinación—. El alba está a unas horas, Fran, no estoy dispuesta a arriesgarme por la débil esperanza de que ocurra un milagro y el príncipe llegue a tiempo.
—Sé que tú no, pero yo debo confiar en que lo hará y honrar mi promesa. Miguel llegará. —declaró con toda la confianza de la que fue capaz.
“Tiene que llegar”, era lo que se había estado repitiendo toda la semana, pero no podía negar que también comenzaba a inquietarse. Era cierto que el otro no respondió con claridad a ninguna de sus cartas, esas en las que le recordaba las preocupaciones sobre las fábulas familiares y solicitaba su presencia en palacio para disipar los temores de sus hermanas y del reino; pero Francisco sabía que si Miguel hubiese enviado una confirmación de que iría para casarse con él antes de que llegara la fatídica fecha, su padre lo hubiera detenido en el acto. No, no hubo confirmación, pero sabían que la caravana del príncipe estaba de camino a su encuentro, así que no tenía de qué preocuparse.
Miguel llegaría a tiempo.
-o-
El amanecer se elevó finalmente sobre el reino, pintando el mundo de suaves tonos dorados y avivando el murmullo inquieto del despertar de la gente.
Las primeras luces del día bañaban las colinas y campos por los que serpenteaba el camino real, pero este seguía completamente vacío. Francisco había permanecido de pie en el balcón principal desde que la pareja real y él fueron llamados al salón por los eruditos, el corazón expectante, escrutando en la oscuridad cualquier rastro de Miguel o su caravana. Pero en ese momento, mientras el sol ascendía lentamente en el cielo, la esperanza se desvanecía poco a poco y una profunda desazón se abría paso en su pecho, inundándolo de temor.
—Fran... —La voz de María a su lado lo sobresaltó. No supo en qué momento había llegado al castillo ni cuánto llevaba junto a él en el balcón, pero por lo fría que sintió su mano cuando envolvió la suya debía ser bastante—. Ya es hora.
Las palabras de su hermana lo obligaron a aceptar la realidad, ineludible para ese entonces: Miguel no llegaría a tiempo. Y él mismo se había condenado. Sea lo que sea que le sucediera de ahora en adelante, sería culpa de su ingenua obstinación.
—De acuerdo. —Con un último vistazo al camino y las colinas vacías, Francisco se apartó del balcón y siguió a María al interior del castillo.
Dentro, los eruditos no habían perdido el tiempo. Las mesas, bancas, macetas y tapices habían hecho lugar a una serie de altas antorchas alineadas alrededor de un gran círculo que los sabios acababan de dibujar en el piso. Solo los tronos donde Catalina y Fernanda se sentaban estoicas y majestuosas permanecían en su lugar. A sus pies, Francisco reconoció los baúles que los sirvientes habían empacado para su luna de miel. El recuerdo de la ausencia de su prometido lo azotó una vez más bajo los ojos acusadores y desesperados de su hermana mayor. Fernanda por su parte lo miraba compasiva, solo su cuñada podía entender lo que sentía al ver su futuro junto al hombre que amaba desaparecer en un instante.
—Aún hay tiempo, solo tienes que...
Un espantoso estruendo silenció a la reina, como si el destino se hubiese ofendido ante la idea de que intentaran burlarlo. Para enfatizar, un humo negro y espeso comenzó a brotar rápidamente desde el círculo dibujado y a esparcirse por el piso a sus pies. Una lúgubre figura se elevó en el centro de la habitación. Todavía difuso, el espectro abrió los ojos, mirando a todas y a ninguna parte. Finalmente hizo una pregunta que resonó en las paredes vacías.
—Una vez más me han convocado, ¿Quién es el vástago a quién la fecha ha alcanzado?
Escapando del trance y la impresión, uno de los sabios se ubicó tras Francisco para instarlo a responder, pero el joven estaba demasiado conmocionado como para emitir sonido alguno, más cuando el repentino movimiento guió la atención de la sombra sobre él. Nadie se había molestado en advertirles sobre cómo se desarrollaría la ceremonia. Tan acostumbrados a que todo saliera de acuerdo al plan, se esperaba que para ese entonces estaría partiendo a su gira de luna de miel y solo los eruditos tendrían que presenciar el rito.
—El príncipe Francisco de la casa de Burgos, en este día glorioso ha cumplido los veintiún años, y se presenta ante su merced para cumplir con el destino encomendado. —Habló el hombre que se mantenía escondido detrás de Francisco.
—Entiendo y aguardaré al siguiente... ¡Espera! ¡¿Qué?! —La voz fantasmal se agudizó para esas últimas palabras, haciendo evidente su sorpresa.
—El príncipe ha cumplido los veintiún años y se encuentra ante usted para cumplir con su destino. —Repite el sabio, agregando—. ¿Acepta usted su sacrificio?
Un par de manos enguantadas atravesaron la nube de humo, batiéndola hasta que se disipó lo suficiente para que todos vieran emerger al hombre que se ocultaba del otro lado.
Era un joven moreno, ataviado completamente de negro. Tenía una altura similar a la de Francisco, aunque bastante más enjuto. No se podría decir que era en realidad un hombre impresionante, pero a Francisco le pareció terriblemente imponente mientras se dirigía a su encuentro con una feroz determinación en la mirada.
—¿Realmente está soltero? —Le preguntó directamente.
—A-Así es, mi señor. — Respondió Francisco apenas con un hilo de voz.
—El príncipe está aquí para entregarse voluntariamente y así cumplir con su destino al no estar casado ¿Acepta su sacrificio? —Vuelve a insistir el erudito una vez más.
Francisco se esfuerza por mantener algo de dignidad y no temblar demasiado bajo el escrutinio del otro hombre ¿De qué clase de sacrificio se suponía que estaban hablando? ¿Qué pasaría si no lo aceptaba? En ese momento se esforzaba por recordar las palabras de la historia que había escuchado repetidas en un sinnúmero de ocasiones, pero su cabeza estaba vacía de cualquier cosa que no fuese la mirada severa de aquel extraño.
—Lo acepto. —dijo finalmente, y la tensión en la mandíbula de Francisco se hizo más intensa.
—Entonces procederemos con la ceremonia. Acérquense para enlazar sus manos y sellar esta unión.
—… ¿Qué? —La pregunta escapó de la boca de Francisco un instante antes que de la de sus hermanas.
—¡¿Qué?! —Exclamaron ambas con mucha más intensidad.
—¡¿Matrimonio?! Pero- No puede ser ¡¿Vas a permitirlo?! —Protestaba María a viva voz contra la reina, como si la idea de que se casara con ese hombre fuese peor a que acabara muerto, encerrado en un calabozo, vagando ciego por el mundo, o lo que sea que su hermana estuvo imaginando por el “terrible destino”.
—¡Espera un momento! —Catalina se levantó, deteniendo por un instante al sabio que anudaba sus muñecas con el lazo ceremonial—. Ninguno de ustedes me informó de esto. En ningún escrito se mencionaba…
—La mano de un vástago soltero debe ser entregada en matrimonio para cuando cumpla los veintiún años. Esas son las condiciones. —Recitó el hombre, un frío amenazante en la voz y en sus ojos que congeló a todos en la habitación—. El príncipe admitió estar soltero, así que vendrá conmigo. Impídanlo y verán lo que pasará con su hermoso reino.
Lo cierto era que, en ese momento, a él también le pareció un castigo mucho peor que los otros. Acabar atrapado en manos de un desconocido, el que francamente le aterraba, con toda la incertidumbre de no saber qué esperar.
Mientras repetía mecánicamente los votos que les dictaba el erudito, el rostro del hombre frente a él le aparecía desfigurado, como si la nube oscura hubiera vuelto a cubrirlo, como una ilusión, como un sueño. Francisco deseaba con todas sus fuerzas que está vez sí se tratara de un mal sueño, uno del que lo despertarían en cualquier momento para informarle de la llegada de Miguel y podría contarle esa horrible pesadilla de camino al altar. Podría decirle esos mismos votos al hombre que amaba, en quien había depositado todas sus esperanzas y anhelos.
Pero no fue así. Apenas acabaron con el acelerado rito nupcial el hombre -su marido- se inclinó para dibujar rápidamente un nuevo círculo alrededor de ellos y sus pertenencias. Mientras la niebla los envolvía y el mundo que conocía se esfumaba ante sus ojos, Francisco sintió como todas sus ilusiones de un futuro feliz se desvanecían también.
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thelettersgames · 11 months ago
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El prefacio de mi muerte.
¿Era de noche o de día? Hacía tiempo que no conseguía distinguir la fina línea entre un momento u otro. Vagaba a oscuras agarrandome a las paredes de mi cárcel, nunca había luz. A veces tampoco había agua o comida, era la tortura a la que me sometia Odin por mis terribles pecados, aquellos que recordaba cuando me acurrucaba para dormir. Últimamente eso era lo único que hacía, dormir. Creo que esta será la última vez que cierre los ojos, por eso escribo esto, para recordar al mundo que el peor castigo, por errar, es al que nos sometemos aquí, en nuestra mente.
Katastrophal
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braziliangirlsposts · 7 months ago
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Imposible es observar este personaje y no sentir que su danza espiritual lleva esta canción como himno y prefacio de un horrible pero merecido deceso.
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hwares · 1 year ago
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Pelos meus Linguistas, A Gramática Normativa.
TL;DR — Não corrija outras pessoas é falta de educação; cada um escreve como quiser; a grámatica normativa está errada.
Estar em contato com a norma culta da língua não é apenas um aspecto cultural. Trata-se, principalmente, de uma questão de prestígio social. Num país em que, historicamente, as desigualdades sociais se perpetuam, dominar o padrão culto da língua é ser detentor de um poderoso instrumento, senão de ascensão, pelo menos de imposição de respeito frente a uma interlocução dominadora. (STEIN, C. C.)
Hala, forasteiros! Hoje minha colaboração é um informativo sobre um mito que perturba linguistas e letrados há gerações: a gramática normativa. Entretanto, não pelas razões que você possa estar imaginando…
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Para não entediar ninguém, nem transformar isto em um texto acadêmico, não vou entrar em muitos detalhes e terminologia. Deixarei sob o read more algumas outras explicações, mas queria explicar brevemente "do lado de fora" também!
"Hwa, qual a sua credibilidade para discorrer sobre o assunto?" Minha credencial como estudante do penúltimo ano de linguística! Sabe, é engraçado, nós exigimos o local de fala… mas raramente o respeitamos. Especialmente quando falamos de linguagem, e principalmente da nossa língua materna. Entretanto! Prefacio este informativo reconhecendo que não sou o único linguista desta tag. Por isso, convido outros linguistas, letrados e, com muita calorosidade, aqueles também que não possuem formação nas áreas da ciência da linguagem, mas que amam o português indiscriminadamente, para opinar. Se assim desejarem. Sempre mantendo a educação, obviamente.
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Então, vamos começar com um exercício simples. Encontre os erros de português no diálogo abaixo:
NAS: Ontem, cheguei em casa tão cansado. Me deitei na cama com as roupas da rua, acredita? Mas acho que errei tudo na prova… eu sou muito burro.  HOYUN: Tu é sensacional, para. Você com certeza foi bem! Mas não tem problema em errar, também. NAS: Te amo, meu amor.  HOYUN: Eu também. Eu vou ir ao mercado rapidinho. Já volto. 
Você deve estar pensando: “Hwa, é fácil! O vou ir está errado!”. Será? Vamos ver… corrigirei usando a gramática normativa! Mas vou pegar leve:
NAS: Ontem, cheguei a casa tão cansado. Deitei-me na cama com as roupas da rua, acredita? Mas acho que errei tudo na prova… eu sou muito burro.  HOYUN: Tu és sensacional, para. Você com certeza foi bem! Mas não há problema em errar, também. NAS: Amo-te, meu amor.  HOYUN: Eu também. Eu vou ir ao mercado rapidinho. Já volto.
Das duas uma: ou você está confuse, ou está rolando os olhos e mentalmente discordando. Então eu vou explicar:
[cheguei em casa tão cansado] regência do verbo chegar é feita com a preposição a.
[Me deitei na cama com as roupas da rua], [Te amo] Não se inicia orações com pronomes pessoais oblíquos.
[Tu é sensacional] “Tu”, segunda pessoa do singular; “é” terceira pessoa do presente indicativo.
[Não há problema] “Tem” significa “posse”; “existir” é o verbo “há”.
[Eu vou ir no mercado rapidinho] Uso do verbo ir como verbo auxiliar, não há regras na gramática normativa que impeçam seu uso. Em fato, é muito comum utilizar o verbo ir como auxiliar (significando o início de uma ação ou uma ação que está acontecendo). Pode ser considerado um pleonasmo, entretanto, pleonasmo não é um erro gramatical. Em fato, nós também falamos frases como “vou indo, então” e não consideramos um pleonasmo.
Hwa, mas isso é para quando estamos falamos formalmente…
Na verdade, não. A gramática normativa não foi feita para usarmos somente quando estamos falando formalmente: ela é o uso comum da língua. Mas vamos supor que seja: você realmente vira para alguém e diz "de-mê um cigarro" quando está num casamento? Eu duvido um pouco… mas eu concordo que existem contextos! Há determinadas palavras e estruturas que usamos somente em determinados contextos e essa é uma observação válida!
E raramente, por exemplo, as pessoas falam como escrevem. Aí entra outra fake news: não é escrita que muda a fala, é a fala que muda a escrita. Nós não deixamos de usar “vosmecê” porque começamos a escrever assim: nós paramos de usar porque ninguém mais falava assim. Existem algumas exceções, sim… mas, na história das línguas do mundo, é muito mais frequente a fala mudar a escrita.
Contudo, você concorda que, no diálogo que mostrei, possuíam frases que ouvimos e escrevemos em ambos os contextos formais e informais e, mesmo assim, estavam “erradas”?
Então, o que eu preciso saber? Preciso aprender a falar "certo"?
Você já fala certo! Se outro falante do português entende o que você diz e escreve, você está falando corretamente! Eu preciso que você entenda duas coisas:
Primeiro, escrever “errado” não existe! Existem variações do português padrão, mas não erros.
Segundo, a noção de gramática normativa que existe no imaginário dos brasileiros é um mito!
Não é dizendo que você não deve seguir o que aprendeu na escola, ou que não deve escrever de uma maneira que seja considerada padrão. Não. Isso é importante, também. Porém… há outras coisas que são importantes que todos saibam, mas que, infelizmente, circulam apenas nos âmbitos da galera que estuda as ciências da linguagem. Abaixo, vocês podem encontrar outros esclarecimentos!
Mas, antes disso, fiquem com as palavras do mestre que muito defendia o brasileirismo, a língua do povo!
As formas novas da língua, ou pela composição de vocábulos, filhos de usos e de costumes americanos, ou pela modificação do sentido original, ou ainda por alterações gráficas, serão matérias de útil e porfiado estudo. Com os elementos que existem esparsos, e os que se organizarem, far-se-á qualquer coisa que no próximo século se irá emendando e completando. Não temamos falar do próximo século, é o mesmo que dizer daqui a três anos, que ele não espera mais; e há tal sociedade de dança que não conta viver menos. Não é vaidade da Academia Brasileira de Letras lançar os olhos tão longe. A Academia, trabalhando pelo conhecimento desses fenômenos, buscará ser, com o tempo, a guarda da nossa língua. Caber-lhe-á então defendê-la daquilo que não venha das fontes legítimas, – o povo e os escritores, – não confundindo a moda, que perece, com o moderno, que vivifica. Guardar não é impor; nenhum de vós tem para si que a Academia decrete fórmulas.  (Machado de Assis)
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O que é gramática normativa?
Ao contrário do que muitos acreditam, existem tipos diferentes de gramáticas. A gramática normativa é apenas um deles. Se você procurar pelo Google, ele irá te dizer que esse tipo de gramática é a que impõe regras e uma norma para os falantes de uma mesma língua. Mas, de verdade, não é bem assim.
A palavra “normativa” não significa uma norma a ser seguida, mas uma normalidade — e suas regras não são imposições, são as regularidades. Isso significa que a gramática normativa é um registro da maneira como os falantes de uma língua falam.
Ela só está juntando as maneiras como as pessoas falam e escrevem o português brasileiro e botando num manual, basicamente. Um manual não é uma regra de como a gente deve montar o aparelho; é uma instrução. Nós não somos obrigados a montar ele daquela forma; às vezes montamos com menos parafusos e dá certo! Às vezes colocamos as coisas nos lugares contrários e até dá certo… mas algumas coisas não funcionam. Outras nada funciona! A língua é assim também. Uma língua só estará errada se ninguém conseguir entender o que você está falando. Se você só cometeu um desvio ortográfico ou gramatical (são duas coisas diferentes, hein!) mas ainda é possível compreender o significado ou, ainda, se você disse algo, mas ainda dá para entender o significado mesmo que algumas palavras soem diferente ou há adições de outras não está errado.
Se é assim, por que aquelas frases que uso diariamente estão erradas?
Então, parceire. O problema da gramática normativa do português brasileiro é que ela não registra o modo como os brasileiros falam. As regras que mostrei são apenas algumas das que não encaixam com o modo como a gente usa o português. Por isso, se você começar a tentar montar sentenças e falar usando a risca a gramática normativa, nenhum brasileiro vai enteder o que você está falando. Irônico, não é?
Isso significa que todo mundo fala errado? Não. A nossa gramática sempre esteve errada porque o objetivo dela nunca foi refletir o brasileiro — a nossa gramática, desde seu surgimento, foi feita pensando em como um grupo seleto (a elite) falava e escrevia. O Brasil tem um caso seríssimo de preconceito linguístico sistematizado.
O que é preconceito linguístico?
É quando associamos características linguísticas de alguém a um esteriótipo e, consequentemente, a discriminamos. São os famosos: “respeito você, mas você escreve errado”, “quem fala mano só pode ser x”, “acho tão feio o sotaque y”, “não gosto de quem fala errado”, etc. Poucos sabem, mas, também, é um crime perante a lei brasileira.
Como você pode ver, todos nós falamos “errado”. Todos cometemos desvios do português e possuímos dialetos, sotaques. Mas nós sempre queremos apontar um tipo específico de fala ou escrita como errado. Pensem em como, na gramática normativa, o “certo” é usar “num” — mas quando queremos escrever “bonito e certo”, trocamos para “em um”. Por que fazemos isso? Porque soa bonito! Nós confundimos o conceito de gramaticalmente aceito com gramática normativa. E, por sua vez, confundimos gramática normativa com normas, imposição.
O que é gramatical aceito? É a estrutura da língua que os falantes aceitam como correta. É usar os pronomes oblíquos pessoais no começo das frases, "em" no lugar de 'a" após o chegar, falar "vou andar" em vez de "andarei", etc. É por isso, por exemplo, que o seu corretor do Word não irá corrigir se você usar “Cheguei em casa”: ele está programado (com a ajuda de linguistas!) para reconhecer o gramaticalmente aceito como válido. Ou porque você também não perderia pontos num ENEM por escrever assim!
Preciso jogar meus livros de gramática no lixo, então?
Não! É importante aprendermos a gramática ensinada nas escolas. A gramática normativa, em sua essência, não é ruim: ela é um objeto importantíssimo para padronizar uma língua e assegurar que todos os seus falantes possam se entender sem abandonar seus dialetos e outras características regionais, culturais, sociais, etc. Um país grande como o Brasil está fadado a ter inúmeras variações do português devido à várias razões diferentes: pense em  como é difícil de entender alguém de outro estado quando a pessoa está falando cem por cento em seu dialeto. Ainda que nós, aqui no Brasil, não mudamos tanto — porém, pense na China! Com mais de um bilhão de habitantes, existem zilhões de variações do mandarim! É por isso que existe o mandarim padrão (também conhecido como putonghua) para que ninguém precise abandonar suas características dialetológicas para se entender.  
E dialetos (ou sotaques) não são apenas diferenças entre estados, sabia? Dialetos podem existir por razões sociais, regionais, culturais etc. O uso de gírios é um dialeto!
Qual o ponto disso, então?
O ponto é que precisamos reconhecer que essa história de gramática normativa (ou culta) é um mito: ninguém, verdadeiramente, a usa em sua integridade. Existem regras lá que nos usamos? Existem. Mas a maioria possui exceções, por exemplo, porque não funcionam daquele jeito: não só porque, como eu disse, nossa gramática já começou no pé esquerdo… mas porque a língua está fadada a mudanças! Pensem no “vosmecê” que virou “você”, no “para” que virou “pra”, nos termos “zap”, “feicei” e outros estrangeirismos ou termos (rede social, por exemplo) que não existiam alguns anos atrás, mas agora fazem parte da nossa tão amada língua.   
Se quiser se aprofundar mais, posso recomendar artigos e vídeos sobre o assunto! Mas, por hoje, é só. Minhas últimas palavras serão essas: no cotidiano, fale e escreva como você se sentir confortável. Todos nós temos a capacidade de distinguir quando falar de maneira formal ou casual, quando usar certos termos ou nãos — e acho que todos concordamos que o Tumblr é um local casual. Então, antes de corrigir alguém, seja aqui ou na vida real, se pergunte o porquê de você estar fazendo isso. 
“É pra não ser humilhado por falar erado, Hwa” Justo! Então pergunte se a pessoa pediu, se será educado de sua parte; se, às vezes, você não está fazendo isso meramente porque você, assim como o resto da população (e me incluo nisso!) temos preconceitos internalizados relacionados com a língua. Você pode se surpreender com a reposta — ou a falta dela! Pois como diriam os analistas do discurso, o silêncio também é uma resposta.
Sem mais delongas,
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missannetropic · 6 months ago
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Breve prefacio de un largo camino
Hace algunos meses el hastío del desierto donde me fue dado nacer, un cierto sentimiento de vacío propio de quien atraviesa la vida sin un proyecto del todo claro, y la tenacidad de mi amigo indio Harshil, que por encontrarse en Europa encontró apropiado el escenario para un reencuentro tras seis años sin vernos, me empujaron a embarcarme en una nueva aventura.
La intención inicial era clara: moverme, cambiar de contexto, salir a que la lluvia me moje, a que la vida me pase. La forma, por el contrario, fue revelándose de a poco.
Para abril ya era un hecho que iba a emprender el Camino de Santiago con la Euge, la madre de mi hermano del alma. Para mayo se sumó mi madre, lo que aportó una no pequeña dosis de incertidumbre y cierta ansiedad, pues mi abuela -su madre- parecía estar cerca de un final que se ocupó de vaticinar durante más de quince años. Para junio, la profecía se cumplió: "nena, este año me voy sin falta", le había dicho a mi madre a principios de enero. Si bien su partida nos dio paz, porque ya estaba viejita y cansada, al mismo tiempo abrió un espacio simbólico complejo: era la última de mis abuelos, el bastión de la resistencia de una generación, la línea de fuego contra la muerte. Perderla fue perder terreno, retroceder un paso en la inicua batalla, quedar cada vez más expuestos.
Así fue como después de despedirla partí hacia la tierra de sus ancestros -con un largo duelo a medias y la confusión propia de la pérdida- en busca de algo de sentido y, por qué no, de mi propio camino. Me lancé como de costumbre, sin dar muchas vueltas ni pensarlo del todo. "Vos primero entras y después te fijas si hay un escalón" siempre me dice mi madre, y esta vez no fue la excepción.
Como mi faz espiritual no estaba en su mejor momento -secuelas de una vida forzadamente ecuménica- decidí jugar a la segura y utilizar el camino más directo a mí corazón: mi cabeza. Me autoseduje con un libro de Garrido sobre el camino, que devoré en el vuelo de ida. Así aprendí que Santiago no se llamaba así sino probablemente Yago o Iaco (también escrito Jaco). Luego, con el agregado del título de santidad pasó a llamarse Sant Yago o Sant Jaco (en francés Sant Jaques, en inglés Sant James) y de ahí a Santiago o San Jacobo. También aprendí que era hermano del discipulo preferido, Juan el evangelista, y que era tremendo impulsivo, por eso tras la muerte de Cristo se subió a un barco en el puerto de Jaffa, cruzó el Mar Mediterráneo y se fue a predicar al último confín del mundo conocido, mas precisamente a la ciudad de Irina Flavia, cerca de la actual Compostela. Estuvo allí unos años hasta que volvió a Jerusalén, donde siguió predicando hasta que le cortaron la cabeza. Luego, dos de sus discípulos lo llevaron de vuelta a Irina Flavia para enterrarlo allí, movimiento que se conoce como "translatio". En el siglo IX, bajo el reinado de Alfonso II se descubrió su tumba y se mandó a construir la catedral en Compostela. A partir de entonces, fieles de toda Europa comenzaron a peregrinar para rendir culto a las exequias del apóstol. Para ese entonces, España se encontraba dividida en dos: el norte católico en poder del rey y el sur musulmán en poder de los moros. En ese contexto, se proclamó a Santiago patrón de España y se erigió su figura como defensor del rey en la guerra contra los moros. Al lograr la expulsión y consolidarse el reino, el culto a Santiago se robusteció aún más. Asimismo, al tratarse de los restos de un apóstol, atrajo peregrinos de todas partes, principalmente de Francia, Italia, Inglaterra y Flandes. Tras siglos de peregrinaciones, el camino comienzó a perder atractivo, hasta que en los años 70' las asociaciones de amigos del camino, las cofradías dedicadas al santo y un grupo de entusiastas voluntarios comenzó a rehabilitar la traza del denominado camino francés. El principal referente del movimiento fue el padre Elías Viñuela, quien comenzó a pintar flechas indicativas de la ruta, para que los peregrinos no se perdieran. Las pintó con pintura amarilla, sobrante de aquella que usaba vialidad para pintar la calzada. Así fue como el camino comenzó a renacer. Luego, de la muerte de Franco, con la creación de las Comunidades Autónomas, se sumó la nueva Xunta de Galicia, quien comenzó a impulsar la rehabilitación del camino desde la gestión civil. Así se restauró el camino portugues, el primitivo, el andaluz o mozarabe, el inglés, y se siguió mejorando el ya restaurado camino francés. Los mayores progresos se dieron en los llamados años santos o Xacobeos (aquellos en los cuales el día 25 de julio cae domingo), pues como consecuencia del otorgamiento de indulgencias plenarias a los peregrinos que hicieran más de 100km caminando (es decir, aquellos que obtuvieran la compostela o certificado de peregrinación), eran los años en los que se recibía mas fieles.
Todos estos datos me flashearon y me ayudaron a prepararme para lo que iba a venir. Sin embargo, todavía no termino de entender qué vine a buscar, ni qué espero encontrar. Sí sé, por el contrario, que nunca me había sentido más abierta a recibir de la vida lo que me quiera dar.
Veremos qué nos depara el camino.
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alejandrafrausto · 8 months ago
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Constrúyelo mejor - PREFACIO
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Lo primero que escucho cuando me despierto es la gotera del techo de mi sala. Genial, digo sarcásticamente. Desde que me mude a Londres, no ha habido un día que no amanezca lloviendo.
Me levanto y coloco un balde entre el sillón y la mesa de estar; cuando regreso a mi alcoba veo a mi gato recostado en la repisa más alta arriba de la cabecera de la cama.
—¿En serio Colin?
Como respuesta el solo se estira y tira uno de los libros amontonados (los que nunca he leído y no estoy pronto a leer), el libro cae en mi almohada. Suspiro y lo tomo, dispuesta a devolverlo a su lugar.
“El libro egipcio de los muertos”
Leo la portada, es un libro color naranja opaco con ilustraciones egipcias. Ya ni recuerdo como llego eso a mis pertenencias, tal vez me lo dieron en mi cumpleaños hace 3 meses antes de mudarme.
Sin pensarlo subo a la cama para bajar a Colin y dejar el libro donde estaba cuando tocan la puerta. Veo la hora en mi despertador a lado de mi cama: 7:25 AM
Colin se volvió a acomodar en su sitio, indispuesto a bajar. Vuelven a tocar, bajo rápidamente de la cama y me dirijo a la puerta.
Un hombre moreno con cabello negro me mira cansado.
—¿Sí?
—¡Hola! Mi nombre es Steven Grant —se presenta, escucho un acento inglés muy marcado— vivo en el 52, en frente del tuyo —señala la puerta tras el—. Me preguntaba, solo por curiosidad, si no tienes comida de pez.
Lo miro con amabilidad, y solo niego con la cabeza en respuesta.
—Veras —continua Steven—, tengo un pez, su nombre es Gus, se supone que ayer, como todos los martes en la noche iba a comprar su comida pero me quedé dormido y ahora mi pez esta moribundo.
—Pero ayer fue jueves.
Su reacción me desconcertó, parecía aterrado con mis simples palabras y comenzaba a hiperventilar.
—¿E-en serio? —suena temeroso.
Asentí.
—¿Te encuentras bien?
—No puede ser —ve al techo agotado—, otra vez no.
Steven se dio la vuelta, entro a su departamento y cerró la puerta tras él. Frunzo el ceño y cierro la mía. Que extraño, digo.
Miro el libro aun en mis manos, tal vez sea una señal para empezar a leerlo de todos modos. Lo dejo en la encimera del recibidor.
Hace 30 minutos que terminó mi turno en Chilango “A stampede of Mexican Flavours”
—Harper —Holly, la dueña, me llamo—, espero que no estés guardando tus cosas todavía. Me debes 2 horas.
—Señora Wright —rogué—, esas horas se las pagué hace 2 semanas, y la semana pasada paso lo mismo.
—¿Me estás diciendo mentirosa? —se molestó.
—No, señora —respondí frustrada—, solo que ya había hecho planes para esta noche.
No era mentira, desde que me mude a Inglaterra a principios de año solo me he dedicado a trabajar y arreglar mi nuevo hogar; en todo este tiempo no he salido a conocer nada, ni el cine, ni un centro comercial, ni un museo, no he podido ni ir por una simple cerveza a un bar. Por suerte para mí, hoy se estrenaba una de las películas de mi saga favorita y obviamente había comprado mi boleto con anticipación.
—A mí no me interesa tu vida social Amelia.
—Millie.
—¿Qué?
—Mi nombre es Millie, no Amelia.
—Como sea Emily —volvió a errar en mi nombre y señala la cocina con su mano mientras dice:— quiero todo limpio, que quede reluciente antes de que te vayas.
Me lanza las llaves del local, yo por inercia las agarro con ambas manos.
—Asegúrate de cerrar bien niña. Hasta mañana.
No me dio tiempo a responder cuando sonó la campana de la puerta anunciando su ida. Solté un grito de frustración. José, el cocinero, paso a mi lado.
—No luches jovencita, o será peor.
Sin decir más, salió por donde Holly dejándome sola en el restaurante. Quería llorar, era el segundo viernes que me hacia lo mismo y sabía que estas horas iban a ser sin remuneración. Suelto otro grito reprimido y empiezo a limpiar, tal vez si me apuraba alcanzaría a llegar a la función.
—Maldita Holly, eres una desgraciada, espero y te arroye un autobús de camino a donde sea que hayas tenido la urgencia de irte.
Sin darme cuenta estaba maldiciendo a mi jefa en voz alta mientras limpiaba las mesas y subía las sillas a estas, hasta que la campana de la entrada volvió a sonar.
—Lo siento —seguí limpiando las mesas con ira, no me gire a ver quién había entrado— cerramos hace 40 minutos, si gusta volver mañana más temprano —bajo la voz— o  nunca.
No recibo respuesta ni escucho el sonido de la campana de la puerta.
Lancé el trapo a la mesa más próxima con frustración y giro dispuesta a sacar al que sea que haya entrado.
—Hola —dice mi vecino con un “a” alargado.
Estaba frente a mí y sus ojeras lucían peor que esta mañana.
—Hola —respondo sorprendida de verlo aquí—, ¿me estas siguiendo?
Pregunto con desconfianza, desde su reacción anterior me preocupaba el estado mental de este hombre.
—¿Qué? No, —dice apresuradamente— no, no, por supuesto que no. Yo solo salí un poco tarde del trabajo y, ¿sabes lo difícil que es encontrar un restaurante abierto después de las 10? He estado caminando por media hora y este fue el primero que vi con las luces prendidas y la puerta abierta.
Suspiro de forma cansada, y tomo asiento en el primer banco que veo.
—Lo siento —tapo mi cara con mis manos—, es solo que ha sido un día muy largo y no quería sumarle a mi vecino psicópata acosándome.
—¿Psicópata? —lucio ofendido— ¿Crees que estoy loco?
Lo miro arrepentida e hice un puchero con mis labios.
—¿Un poco? —sonreí— bueno amigo, nadie en su sano juicio pierde 2 días completos como tú.
Él se aleja de la puerta para acercarse a mí, yo sigo viéndolo con una sonrisa burlona; Steven no parece alguien peligroso, de hecho todo lo contrario, el parece un pollito perdido buscando a su mamá.
—Para tu información —empieza a defenderse— no estoy loco, padezco de sonambulismo —ahora luce indignado— tal vez mi cuerpo estuvo despierto toda la noche haciendo quien sabe que para terminar así de cansado y dormir por 2 días ¿de acuerdo?
Lo miro divertida, tal vez no logré ir a ver la película pero puedo sacar algo bueno de esto: Conseguir al menos 1 amigo en esta ciudad.
—Ok señor sonámbulo —me levanto y lo miro para arriba, como siempre éramos mi 1.60 cm contra el mundo—, ¿eres alérgico al chili?
—¿Disculpa? —ahora el sorprendido era él.
—Toma asiento mientras cierro, estas a punto de probar los mejores tacos de tu vida.
Steven tarda en procesar lo que le dije, pero cuando regreso a la mesa ya está sentado esperándome. Sonreí.
Tomo el trapo de la mesa, y me dirijo a la cocina.
—¿Gustas algo de tomar? —Grito desde donde estoy para que Steven alcance a escuchar.
—Una botella de agua —responde de la misma forma—, por favor.
Tome la botella y el menú, y regrese con Steven.
—No respondiste mi pregunta —mira al agua en mis manos confundido—, ¿eres alérgico a algo?
—Oh —se toma su tiempo para pensar—, no, no soy alérgico a nada, pero, soy vegano.
—Bueno, por suerte para ti —le ofrezco el menú—, tenemos un menú vegetariano.
Steven abre el menú mientras yo exagero mi rol de mesera con mi pequeña libreta y mi pluma, es fácil desenvolverse con él.
Carraspeo cuando Steven encuentra la sección vegetariana.
—Solo que nuestro cocinero dejo las instalaciones hace 1 hora y tendremos que conformarnos con la especialidad de la mejor mesera en burritos, quesadillas y tacos sin dorar.
Steven sonríe.
—¿Y qué, de esas 3 cosas, me recomienda la amable mesera que me atiende hoy?
—Ella le diría que sus tacos le quedan muy ricos.
—Entonces tacos serán.
El hombre sentado frente a mí me da una gran sonrisa.
—Muy bien señor, en seguida le traemos su orden.
Steven me toma del brazo con suavidad y suelta el más sincero “Gracias” que he escuchado en mi vida. Le sonreí en respuesta.
—No hay de que.
Antes de entrar a la cocina le escucho preguntar.
—¿Cuál es tu nombre?
Me giro con una mano aun sosteniendo la puerta.
—Soy Millie —sonrío—, Millie Harper.
—Ok, ¿estas bromeando verdad?
Steven y yo caminábamos de regreso al edificio de nuestros departamentos. Nos habíamos sentado juntos a comer y él se habría ofrecido a ayudarme a terminar de limpiar la cocina. Eran las 00:15 cuando salimos del restaurante, aun alcanzaba a llegar a la película; pero decidí hacerle compañía a Steven, el también parecía que necesitaba un amigo, no sé, me daba la impresión de que tampoco los tenía.
—¿Cómo por qué bromearía con algo así?
—No lo sé Steven —digo—, ¿para asustarme?
—¿Estas asustada?
No respondí, ¿me asusta el hecho de que me dijera que tiene que dormir amarrado de su cama con arena alrededor para asegurarse de que no se había levantado en sus horas de sueño?
—No, la verdad no —me sincero—. Es solo que —hice una pausa para pensar mejor mis palabras—, me preocupa, es todo. ¿Has intentado ir a un médico?
Inquiero con amabilidad, el solo se encoge de hombros.
—Creo que sí —dice—, hace años supongo. Pero por lo visto no funciono.
Termina diciendo cansado. Suspiro y tomo su mano, aun seguíamos caminando por las frías y oscuras calles de Londres. El no opuso resistencia y sonreí.
—Bueno, es que antes tal vez no tenías a la superheroína Millie para ayudarte.
Bromeo y me detengo para poner una mano con el puño en mi cintura y la otra, de igual forma, levantada sobre mi simulando que iré a volar como un superhéroe. Lo hago para olvidar el tema y reírnos un poco, aunque Steven y yo sabemos que eso no sería todo mentira; que tal vez el conocernos nos traiga algo de luz a ambos.
—¿Tú crees? —sigue la broma Steven—, pensaba llamar al Capitán América si las cosas se llegaban a salir de control.
—No amigo, ese hombre ya es un vejestorio —continuamos caminando—. Mejor llamemos a la Capitana Marvel, ella si está mucho mejor. Es mucho más hermosa y poderosa que Steve Rogers, espera —hice una pausa y exageré una sorpresa—. No puede ser —tape mi boca con ambas manos—, te llamas igual que el Capitán América.
Steven se rio muy fuerte.
—Si, bueno —seguía riendo—, te sorprendería más si te dijera que eres una de las pocas personas en darse cuenta.
Me reí con él, su risa era muy contagiosa.
—Increíble. —Dije terminado de reír.
—¡Guau! —dice Steven—, no recuerdo la última vez que me reí así —se queda pensando un momento—, de hecho no recuerdo la última vez que me reí.
Termina triste y empatizo con él.
—Bien —intento animarlo—, ¿quién dijo que esta será la última vez?
Para cuando nos dimos cuenta ya estamos frente a la puerta de nuestro edificio. Entramos y nos dirigimos hacia el elevador. Ya adentro y en funcionamiento Steven dice:
—¿Hablabas en serio? —hace una pausa— ¿No será la última vez?
Le doy una sonrisa sincera, la milésima de la noche.
—Por supuesto que no, ahora que nos conocemos será muy difícil deshacerte de mí Grant.
Le sacudo su cabello desordenado con mis manos, él se ríe tímidamente y las puertas del ascensor se abren. Caminamos hacia nuestros departamentos.
—Gracias por todo —empieza a decir Steven—, por la comida, por tu amabilidad y por acompañarme.
—No tienes que agradecerme Steven —respondo con otra sonrisa—, eso hacen los amigos —hago una pausa dramática—, ¿lo somos verdad?
La verdad no me gustaría invadir su vida si él no quiere que yo lo haga.
—Si —él sonríe ampliamente mientras asiente repetidas veces—, lo somos. Buenas noches, Millie.
—Buenas noches, Steven, descansa.
Ambos entramos a nuestros respectivos departamentos.
Mi vida estas últimas 4 semanas han sido las mejores desde que me mude a Londres. Steven y yo nos hemos vuelto más cercanos, todos los días, después de ese encuentro, él me recoge de mi trabajo y regresamos juntos a casa. Dice que es porque el restaurante le queda de paso, aunque él y yo sabemos que queremos, ambos, pasar más tiempo juntos.
Hoy es sábado por la noche e invité a Steven a cenar a mi departamento, no es la primera vez que Steven entra a mi departamento, de hecho pasamos la mayor parte del tiempo allí. Steven dice que se sentiría incomodo si yo llegara a entrar al suyo, supongo que es por su extraño ritual para evitar su sonambulismo.
La verdad a mí no me importa mucho, yo solo quiero pasar tiempo con él. Así que el lunes pasado, cuando lo sorprendí llevándole el desayuno (un sándwich vegano y 1 café sin leche), a su trabajo en la tienda de regalos del museo egipcio, lo primero que le dije fue:
—Tú, yo, la noche del sábado, cena en mi departamento. Te haré las mejores papas guisadas que has llegado a probar te lo garantizo.
Steven no dijo nada, creo que le impactaba más el hecho de que fuera a visitarlo en sus horas laborales que el invitarlo a cenar.
—No puedes negarte Grant—advertí.
Sin esperar respuesta me retire, no sin antes ver como su jefa lo molestaba por mi presencia. Esa noche que nos vimos después de que acabara mi turno me dijo:
—¿Debo usar traje?
Su respuesta me dio ternura.
—Pues yo pensaba en algo más informal, sentarnos a cenar para después aplastarnos en el sofá y ver películas toda la noche —dije para luego bromear—; pero si quieres hacer una cena romántica dime con anticipación para alcanzar a comprar las velas.
La reacción de Steven me derritió de amor.
—No, no, no, no —dijo apresuradamente—, las películas están bien. Gracias.
—Steven qué te he dicho —lucí un poco molesta, era la octava vez que le decía lo mismo—, no tienes que agradecerme, ya te dije que somos…
—Amigos —Steven me interrumpió para completar la frase—, lo sé.
—Y los amigos hacen estas cosas porque…
Ahora yo lo insistí en que terminara la frase.
—Se quieren —no tardo en decirlo con una sonrisa—, te quiero Millie.
Me abrazo y yo lo correspondí con una sonrisa.
—Yo también Steven.
Escucho como tocan la puerta, son casi las 07:15, había citado a Steven a las 7. No es normal de Steven llegar tarde (a menos que pierda el autobús, pero eso no tendría sentido viviendo enfrente literalmente), pensé que me había dejado plantada o que le había pasado algo. Sonrío y abro la puerta.
Un Steven con ropa muy diferente a la que estoy acostumbrada a ver esta frente a mí. Tal vez es su ropa de descanso, pienso. Sin perder tiempo, me hago a un lado para que pase, pero él no se mueve.
—¿Steven?— lo miro confundida, está más serio de lo usual—, ¿está todo bien?
El traga fuerte y dice seriamente:
—Ya no quiero que seamos amigos.
—¿Qué? —rio nerviosamente, Steven y yo solemos bromear pero no así— ¿de qué estás hablando?, entra, vamos —lo tomo del brazo para jalarlo amistosamente dentro del departamento pero él se suelta con brusquedad, mi risa termina e inquiero con preocupación—, ¿Steven?
Steven me mira a los ojos.
—Ya no quiero que me hables, no me busques ni me des nada —su acento se oía diferente—, ¿escuchaste? no quiero NADA de ti, ¡NADA!
Sentí como mi corazón se quebrantaba, era la primera vez que veía a Steven tan molesto, ni cuando hablaba de su intolerable jefa, Donna, reaccionaba así.
—P-pero… —digo desconcertada tratando de no llorar— ¿qué paso? Ayer en la noche estábamos bien, ¿Qué sucedió Steven? ¿Te paso algo? ¿Te duele algo?
—Si, TU —dice con desprecio—, tú me pasas —levanto la voz—, eres tan insoportable, tan molesta. No sé ni porque somos amigos.
Mis lagrimas caen, no sé qué decirle. El no suena como Steven, pero luce como el, aunque mi verdadero Steven nunca me diría algo así; definitivamente el hombre frente a mí no es mi amigo, no puede ser.
—Tú no eres Steven —solté cuando estaba dispuesto a irse—, ¿Quién eres?
El hombre se detuvo en seco y me encaro.
—¿Ves? Estás loca, por eso nadie quiere acercarse a ti.
Auch, eso dolió. Pero confirme mis sospechas.
—Steven NUNCA me diría algo así —deje de llorar y repetí desafiante— ¿Quién eres?
—OK —se acercó peligrosamente a mí, yo doy un paso atrás, me estaba asustando—, si no fuese Steven sabría que eres la persona más patética que he conocido —los demás vecinos empezaron a salir para ver qué estaba pasando, nosotros discutíamos en el pasillo fuera de nuestros departamentos—. Si no fuese Steven sabría que después de la muerte de tu papá, tu mamá te abandono en un basurero a los 8 años. Si no fuese Steven sabría que te criaste en un orfanato hasta los 16 y después te escapaste. Si no fuese Steven sabría que eres un inmigrante ilegal y que la policía te ha arrestado más veces de lo que has recibido un abrazo.
Es imposible retener mis lágrimas con cada palabra que dijo, yo no le había contado eso a nadie, nunca había mostrado mi ser más vulnerable a otra persona en toda mi vida más que a Steven. Y me duele, me duele el hecho de que la primera persona que confíe me haya traicionado en tan poco tiempo.
—Para terminar en Londres a kilómetros de donde naciste en un departamento de mierda con un trabajo de mierda.
—¡Basta! —grito— ¿Te crees mejor que yo, Steven Grant? —lo confronto— tu mamá no te ha hablado en meses, solo te envía esas tontas postales que sepa tú de donde las saca, para mí que ella ya está harta de ti y con razón.
No estoy orgullosa de lo que estoy diciendo, hace días caí en cuenta de que Steven y yo éramos personas perdidas (rotas), buscando un lugar en donde nos sintiéramos amados. Creí que lo habíamos encontrado.
—¿Tú me dices patética a mí? —levanto más la voz— ¿A mí? Mas bien el patético aquí serias tú ¿no?, con un trabajo de mierda queriendo ser algo más pero sin lograrlo por tu estúpida incapacidad de socializar con los demás.
Estoy llorando y gritando, y la verdad no me importa, se suponía que hoy tendríamos una noche divertida con cena y películas, tal vez con juegos tontos de mesa también, pero el decidió desconocerme y mandar todo lo que construimos este último mes por la borda.
—Durmiendo como un completo loco, amarrado a tu cama y con arena a tu alrededor, colocando una maldita cinta en tu puerta.
—Tienes razón —dice serio—, estoy loco y por esa misma razón ya no quiero ser tu amigo. Adiós Millie.
Se aleja, dispuesto a tomar el elevador, yo suelto un grito frustrado y miro a los otros vecinos.
—¡¿Qué quieren?! —les digo aun con coraje— ¡Se terminó el show!
Entro a mi departamento y azoto la puerta tras de mí, y lloro, lloro todo lo que he guardado por años, lloro por mí, lloro por Steven, lloro por mi estúpido trabajo y lloro por mi patética vida.
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melfernandezf · 3 months ago
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Abismo [Libro 1] ~ Prefacio
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Hoy se cumple un mes más desde el día que nos dejaste, que me dejaste, que decidiste acabar con tu vida. Sigo repasando en mi cabeza cada momento de los dos años y medio que estuvimos juntos tratando de encontrar si hice algo mal, si hubo algo que pude haber hecho mejor, si no me esforcé lo suficiente por ayudarte, si se me pasó algo, si no vi las señales. Es una espina que quedará clavada en mí para toda la vida. Y cargo con la culpa, pesada y asfixiante, de no haber hecho más.
Conocí tus demonios mejor que nadie, conviví con ellos, luché contra ellos. Aún recuerdo las charlas que teníamos al respecto, cuando comenzaste a confiar en mí lo suficiente como para contármelo todo, para abrirme tu corazón. Y creí que íbamos a poder contra ellos, creí que juntos lograríamos vencer a esos fantasmas que te perseguían día y noche y te torturaban constantemente. Lo intenté, Dios sabe que lo hice. Pero no pude, no pudimos; los subestimamos, y nos ganaron.
¿Qué no daría por tenerte hoy conmigo? Por volver el tiempo atrás y haber hecho más por ayudarte, por dulcificar tu vida, por mitigar tu dolor, por evitar cada pelea, cada discusión, cada distanciamiento.
Cuanto deseo volver el tiempo atrás y grabarme mejor cada beso, cada abrazo, cada caricia, cada momento. Tomarte más fotografías, compartir más tiempo a tu lado, dormir juntos más noches, cocinar más de esas comidas que sólo a nosotros nos sabían bien, ir a más conciertos de nuestras bandas favoritas. Cuánto daría por haber estado ese día contigo, o al menos que no hubiésemos estado distanciados. Quizás no lo hubieras hecho. O tal vez, de todas formas, hubiese pasado. Esa incertidumbre me quema en el pecho. Pero jamás voy a perdonarme por no haber estado a tu lado esa última semana, de eso estoy segura.
He intentado cambiar los «¿por qué?» por comprensión. Me esfuerzo tanto como puedo por entenderte, por tratar de descifrar qué pasó por tu cabeza en ese momento, y así lograr empatizar y saber que lo hiciste porque realmente creíste que era la única salida, la mejor. Pero no me está saliendo muy bien.
Te extraño tanto, mi amor, te pienso, te necesito. Te amo una eternidad,
Lexi
Dejé la lapicera y mi cuaderno sobre el verde césped para poder secarme las lágrimas con los puños de mi sudadera, su sudadera, de Pink Floyd. Era su favorita, y una de las pocas cosas con las que logré quedarme cuando vaciaron su habitación. Arranqué la hoja de mi cuaderno, la doblé a la mitad, y a la mitad una vez más; mis lágrimas no dejaban de caer, una tras otra, y habían salpicado la hoja.
Di un beso prolongado a la carta, como si pudiera dárselo a él mismo, la observé por unos segundos y terminé por acomodarla debajo de un jarrón de cemento con flores que seguramente alguno de sus familiares había dejado.
Sorbí por la nariz de una forma casi espasmódica producto de la congoja, abracé mis piernas y descansé la cabeza sobre mis rodillas, sintiendo la rugosidad de la tela de mis vaqueros en mi mejilla derecha.
Así me quedé unos cuantos minutos, tal vez horas, no lo supe, contemplando la lápida con el nombre de mi novio, vacía de pensamientos, y llena de desconsuelo.
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profesor-javaloyes · 11 months ago
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En mi "molesta" opinión.-
"¿Es posible la destrucción de Israel y la eliminación de los judíos?. Prueben desfreir un huevo y tendrán la respuesta". (Viejo Profesor Javaloyes en su "Manual Básico de Metáforas Ponderadas")
Hoy queridos niños estudiaremos brevemente el significado de "pregunta retórica". Y para ello daremos primero un repaso breve a lo que es la retórica, para qué sirve y cuál es su objetivo y razón de ser.
La retórica es una disciplina que se dedica tanto a la construcción de discursos persuasivos eficaces como a la teorización sobre el modo como se consiguen crear estos discursos. Es una disciplina, por lo tanto, teórica y aplicada sobre la capacidad de convencer con el uso de la palabra.
En retórica, interrogación retórica, pregunta retórica o erotema es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras del diálogo que se utiliza de manera muy específica como ironía - y en su grado más elevado y cruel - como sarcasmo. Y consiste en formular una pregunta para la cual no se espera realmente una respuesta. Se emplea para expresar un sentimiento, afirmar un punto de vista o, a lo sumo, invitar al interlocutor a reflexionar sobre un asunto específico.
En resumen, pequeñas criaturas, la pregunta retórica busca expresar o enfatizar una idea.
Dicho esto, adjunto un pequeño (pero absolutamente real) esquemita para su estudio y valoración, al que aporto un pequeño prefacio:
La región llamada Palestina durante el imperio otomano y el posterior mandato británico incluía a lo que se conoce como Jordania. En 1946 los británicos crean una nación con unas fronteras que les salen de la hora del té y la denominan Transjordania (más allá de río Jordán).
En 1948 al declarase el nacimiento de Israel (según acuerdo mayoritario de la ONU) los ejércitos de los países árabes invaden en tácita declaración de guerra. Guerra que pierden y en la que Israel no toca Gaza, Cisjordania ni Jerusalem. ¿Se declara el Estado Palestino?, ¿era esa la intención de lo atacantes?, ¿lo reclamaron los palestinos que querían crear una nación propia?. Evidentemente no porque esas tierras en las que se habría podido crear el Estado Palestino se las apoderan Egipto (se anexiona Gaza) y Cisjordania (ocupada por Jordania).
No es hasta la guerra de 1967 cuando Israel ocupa (no se anexiona) Gaza, Cisjordania y la ciudad nueva de Jerusalem cuando se crea la conciencia de la "nación Palestina".
Jordania es un Estado cuya población palestina se calcula que constituyen la mitad de la población jordana, estimada en unos siete millones. Algunas fuentes afirman - no se ha permitido realizar un censo - que los palestinos, en realidad, suponen dos tercios (66,67%) de la población del reino. La actual reina de Jordania es de origen palestino.
Entonces llegamos a la inevitable pregunta retórica: ¿por qué los palestinos, y quienes les apoyan más allá de cualquier duda razonable, no reclaman Jordania como parte de ese Estado Palestino que reclaman?.
La respuesta no está escrita en el viento no, es algo más evidente.
"Tranquila, estamos en un período de transición” (Adán a Eva mientras eran expulsados del paraíso)
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actnod · 1 year ago
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𝐏𝐑𝐄𝐅𝐀𝐂𝐈𝐎 ; 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎.
— PLANTA DE ENERGIA, DISTRITO NISHITAMA / 04.10 • 10:38 PM
A diferencia de los brillantes rascacielos y la vida nocturna escandalosa del centro de la ciudad, Nishitama se presenta como un remanso de tranquilidad y naturaleza al oeste de la ciudad nipona. Paraíso de bosques frondosos, montañas majestuosas y ríos serpenteantes que contrastan con el paisaje urbano circundante. Aquí, la modernidad cede paso a una belleza natural. El aire puro impregnado por el eco de naturaleza: el canto de los pájaros, el susurro del viento entre las hojas y la caída de lluvia contra tierra.  Pero incluso en recoveco sosegado, distante del ajetreo de metrópolis, tensiones de sucesos recientes en Mundo de Tinieblas, acechan. Serenidad a punto de ser sacudida por las siluetas que se ciernen sobre los senderos boscosos que rodean la planta de energía, se abren camino con agilidad, esperando que sus movimientos se mezclara entre la vegetación, no queriendo alertar a ningún enemigo mortal al acecho.  Las siluetas frenan el avance cuando el conjunto de estructuras metálicas y maquinaria industrial se alza frente a elles como bastión del paso humano en medio de naturaleza, y se dedican a admirar el reto como si tuvieran a su próxima presa frente a ellos - pero figura de imponente altura, ojos fríos como el hielo y piel pálida es la que se atreve a adelantarse. Cualquier vástago con más de algunas décadas de antigüedad podría definir prendas como desactualizadas, pero en lo que las miradas de los presentes se fijan es en los dedos retorcidos que de un momento a otro se exponen fuera de tela para danzar contra la frialdad de metal y convertirle en una extensión distorsionada de su voluntad.  — ¿Estarán a la altura de este maravilloso espectáculo?  De entre la sombra de árboles y las figuras en silencio, repentinamente abren el paso hacia otra silueta, que parece deslizarse como parte la noche. De postura elegante, con ojos resplandecientes frente a la oportunidad, hasta puede divisarse la perversa dentadura como antesala de movimiento sobre el tablero, de la fuerza sobrenatural imperceptible a visión cualquiera que cambia el enfoque de los dispositivos de grabación de dirección lejos de visitantes.  — Sería un desperdicio el dar por sentado las circunstancias, ¿Cuándo más podremos en conjunto aprovecharnos de la libertad que el caos nos brindará?  — Lo que está sucediendo es nuestro pequeño regalo hacia la ciudad, en el fondo saben que no podemos seguir con este comportamiento.   — El apagón sólo es el comienzo de lo que está por venir.  El viento susurra a través de las ramas y el metal, eco inquietante que parece llevar consigo un mensaje siniestro y las luces de planta eléctrica parpadeando de forma intermitente como si la tecnología pudiera presentir lo que estaba avecinándose. Tan solo se necesito de un gesto sutil para manipular las rejas para que el camino se desbloqueara y los vástagos comenzarán a adentrarse. 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ La información narrada previamente no es conocida por ningún vástago. Es únicamente material adicional para el conocimiento del cuerpo de usuaries.
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