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#Playas de agua dulce
miskhalie · 7 months
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Sex on the Beach - Fran/Francisco Romero x Reader
Pairing: Fran Romero
Advertencias: smut, cunnilingus, fingering, ¿Public sex?
El sol de verano calentaba el agua del mar, la piel y la arena de la playa. Tu te abanicabas con tu mano incluso dentro del agua. Metiste la cabeza dentro del mar. Cuando volviste a la superficie, miraste a Fran, que se bronceaba junto con las toallas y el bolso. Llevaba unas gafas de sol de colores que le quedaban preciosas con su tono de piel mas bronceada. Además, sus bañadores azules se veían desde la distancia.
Decidiste ir hasta allá. Fran vio como Venus surgió del mar. Tu caminabas a paso seguro mientras el agua te lamia el cuerpo y resbalaba sobre tu piel, dejando atrás gotas. ¡Que mujer!, pensó Fran. ¡Vaya vistas! Se tuvo que levantar un poco, apoyandose en sus codos y quitarse las gafas porque eras todo un espejismo. Tu pelo mojado, tu sonrisa, las gotas bajando por tu cuello a tus pechos a tu cintura y caderas hasta la arena. Se sintió afortunado, como lo había hecho muchas veces más.
Te sentaste sobre tu toalla y lo miraste con esos ojos que le expresaban ternura.
- ¡Que buena esta el agua! - dijiste - Metete si quieres, yo guardo el bolso.
Pero Fran tenia otras intenciones. Lo volvías loco y lo hacías actuar fuera de si. Queria recorrerte la piel con la punta de sus dedos.
- No, gracias. Estoy bien así. - te respondió.
Quizás si debía meterse en el agua, porque estaba empezando a sentir un cosquilleo dentro del estomago que solo podía significar una cosa: te quería allí mismo.
Él también estaba irresistible, con su piel morena, la arena pegada al cuerpo en pequeños granos y el cuerpo reluciente por el aceite corporal. De sus labios colgaba una sonrisa misteriosa y picara. Como si ya estuviera maquinando su siguiente movimiento. Su pelo al sol relucía tanto que parecía Apolo. Y olía a after-shave y a aceite de playa.
Te acercaste a él y juntaste tus labios con los suyos. Sabía a la macedonia que habías comprado de camino. Su lengua era suave, dulce y cariñosa. Por como profundizaba el beso, sabías que estaba necesitado. De ti. Sin separar los labios, te tumbaste a su lado. Un brazo voló a agarrarte de la cintura. Por suerte, habíais colocado en un lugar un poco remoto de la gente, en una pequeña cala a solas.
Su boca bajó de tus labios a tu cuello, donde dio un lametón caliente y sentiste un escalofrío. Suspiraste. Fran se puso sobre ti y poco a poco fue besando tu cuerpo, lamiendo y mordiendo. Cuando llegó a tu braga, beso sobre el forro de esta y sin previo aviso, metió la mano suavemente. Se tumbó a tu altura y siguió besándote con lengua. De momento solo sujetaba tus partes intimas como si lo reclamara, pero tu te sentía tensa, impaciente.
Un dedo hizo camino a tu agujero y se mojó ligeramente para poder acariciar tu punto más sensible, tu clitoris. Con la primera caricia, soltaste un gemido sutil. Fran se comió este al posar su boca sobre la tuya para hacerte callar. Te tapaste la boca después de que te besara y le concediste paso a tu cuello, donde dejaba marcas y besaba con pasión. La combinación de los besos húmedos y calientes con la euforia que sentías por como te tocaba te hacía mojarte más.
La rena de su cuerpo y el agua del tuyo se mezclaban creando una fricción que aunque te irritaba la piel también causaba sensaciones placenteras. El olor a Fran, a playa y el sol que calentaba, todo te traía a un trance del que no eras consciente. Tan profundamente estabas en ese trance que no notaste cuando Fran despego sus labios de tu cuello y fue dejando un camino de os labios de tu cuello y fue dejando un camino de besos hacia tu entrepierna. Hizo a un lado la tela y empezó a lamer. Tu tensabas tus músculos al gemir y no podías ya negar que te gustaba estar así en un lugar medio publico.
Fran te lamia con dulzura, con largos lametones de arriba abajo. Tú levantabas las caderas presa de las sensaciones. Tu cuerpo pedía más y formaba un nudo en la base de tu estomago. Se sentía tan bien que agarraste a tu novio del pelo, por lo que empezó a hacer vibrar su lengua y a lamer en círculos tu nudo más sensible. Justo cuando pensabas que no podías más, te introdujo un dedo, después de que lo aceptaras con facilidad, fueron dos, hasta que fueron tres. Sin parar de dar atención a ese punto donde los nervios de tus genitales se juntaban.
En unos minutos más te derretiste sobre sus dedos. Ambos jadeabais, tu casi perdiendo el conocimiento de tal climax y él asombrado por como habías estado.
- Che, no sabia que podías hacer eso. - se rió.
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¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?”.
-Alfonsina Stoni
22 de mayo de 1892
Natalicio de Alfonsina Storni
El 22 de mayo de 1892, en Capriasca, Suiza, nacía la poeta argentina, Alfonsina Storni. Nacida en el extranjero debido a los negocios cerveceros de su padre Sanjuanino, fue anotada con el nombre de Alfonsina Storni Martignoni. De regreso a la Argentina la familia comienza a padecer penurias económicas, prueban instalando un café en Rosario donde Alfonsina limpia y sirve las mesas. A los 12 años escribe su primer poema pesimista y desesperanzador, lo deja debajo de la almohada de su madre que al leerlo la somete a una golpiza para que entienda que la vida es bella.
La muerte de su padre y el desinterés de su madre por su manutención la obligan a trabajar en una fábrica de gorras y también como cantante y corista. Consideró en varias oportunidades quitarse la vida, pero al recibirse de maestra recuperó el amor por la vida y comienza a publicar sus primeros poemas en revistas de Rosario. Mientras aún trabajaba como empleada en una tienda se publica su primer libro "La inquietud del rosal". La publicación de su segundo libro "El dulce daño", llegar a directora de un colegio y hacerse conocida en los ámbitos literarios parecían elevar su autoestima, pero solo hicieron aflorar un comportamiento errático y neurótico. Cada libro que editaba era un éxito de crítica y motivo de admiración de sus pares, hasta Federico García Lorca no perdió la oportunidad de conocerla.
Tuvo una muy cercana relación con Horacio Quiroga, salían, leían y escribían juntos, aunque siempre negaron que su relación tuviera tintes amorosos, decían que era mutua admiración. En la cima de su carrera descubre que padece cáncer de mamas, su íntimo amigo Benito Quinquela Martín la acompaña a todas sus consultas y la apuntala anímicamente antes y después de su operación. La mastectomía a la que fue sometida, dejó tremendas cicatrices físicas y emocionales, si bien ella ya poseía un desequilibrio emocional, este se acrecentó hasta no poder dominarlo.
En octubre de 1938 se traslada al hotel de una amiga en Mar del Plata, escribió varias cartas a sus familiares y envió el poema "Voy a dormir" al diario la Nación. La madrugada del 25 de octubre se dirigió a la playa La Perla y ya no se la volvió a ver hasta que horas después dos obreros la encontraran flotando ya sin vida en las aguas de esa misma playa.
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Date a volar
Alfonsina Storni
Anda, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.
Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.
Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.
Mueres de sed: no he de oprimirte tanto...
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.
Corre, camina más, es poco aquéllo...
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.
Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, Amor, yo te comprendo.
Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.
Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para tí...
Pero se hace la noche; no te apures...
Todas traen a mí...
-Alfonsina Storni
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Un sol
Alfonsina Storni
Mi corazón es como un dios sin lengua,
Mudo se está a la espera del milagro,
He amado mucho, todo amor fue magro,
Que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
Pero yo espero algún amor natura
Capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
Y me haga brotar ramas sensitivas,
Soy una selva de raíces vivas,
Sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
Distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
De cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
Yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.
-Alfonsina Storni
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Quisiera esta tarde divina de octubre
Alfonsina Storni
Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; Ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar.
-Alfonsina Stoni
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caryooquer · 6 months
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Un mágico lago escondido de agua dulce a escasos metros del mar en playa grande #LasGaleras
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apricotprincess2 · 1 year
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Pasó un año desde que saqué esta foto, un año de ese momento hermoso dentro del caos.
Esa mañana fue una de las más tristes. La angustia, el miedo, la desesperación y la soledad me golpearon toda la noche; intenté comunicarlo y buscar ayuda pero no encontré a nadie. Así que estaba solo yo conmigo misma, como lo estuve el 95% de las veces que me sentí así.
Hay algo empoderador en aprender a manejar tanta mierda sin ayuda. Sé que puedo darme el confort que necesito aunque me sienta morir de soledad.
Me levanté, armé una mochila con agua, comida, abrigo, una lonita, un libro, los auriculares y me fui a la playa. Eran las 10 de la mañana y el sol brillaba más fuerte desde septiembre, el frío se había empezado a ir. Así que estaba lo suficientemente cálido como para poder usar shorts y chapotear en el mar. Me descalcé, fui a la orilla y dejé que me mojara. Me metí hasta que el agua me llegó a las rodillas y me quedé parada mirando el horizonte.
Hay algo en la inmensidad del océano que se me hace tan tranquilizador. Tal vez porque me recuerda lo inmenso que es el mundo y lo pequeñas que son nuestras vidas (y nuestros problemas). Tal vez porque si estás lo suficientemente adentro podés mirar al horizonte y no ver nada más que mar y cielo, nada creado por el ser humano, ninguno cerca, es naturaleza pura.
Mientras las olas se acercaban a mis piernas me imaginaba que era una metáfora de cómo diferentes situaciones llegan a nuestras vidas acarreando emociones, cuando nos golpean se siente fuerte y puede dejar marca pero eventualmente pasan y al llegar a la costa (su fin) son más pequeñas, más suaves. Nada es permanente.
El agua estaba tan fría que ya me veía los pies rojos así que volví a la mantita que había preparado sobre la arena, me puse los auriculares y escuché "Devil in disguise" de Elvis Presley (porque no hay canción más perfecta para un día de playa soleado), comí una pera muy dulce, leí Rayuela, escribí lo que sentía y cuando me quise dar cuenta ya me sentía mejor.
Otra vez me había salvado sola; bueno, no tan sola, con la ayuda de la naturaleza, de Elvis y de Julio Cortázar.
"Aquel que se ama a sí mismo lleva el paraíso consigo a todas partes."
#me
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elbiotipo · 6 months
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Si quedara solo en una isla tipo naufrago donde podria encontrar agua dulce para no morir.
Es triste esto, pero la mayoría de las islas alrededor del mundo están sucias con la cantidad de plástico en el mar. Entonces, es muy pero muy posible que encuentres una botella de plástico en la playa. Sí, incluso en las deshabitadas. Es deprimente pero en este caso ayuda.
La limpiás y la cortás de manera de que entre aire por una hendidura. La colocás de tal manera de que entre la brisa marina y le dé el sol de pleno. Lo que va a suceder es que el agua del aire se va a condensar, y te va a dejar agua potable. Muy pero muy poca, pero suficiente para vivir. Calculo que si tenés varias, podrías incluso llegar a guardar un poco.
Las tripas de los animales como los peces, y los ojos, tienen agua también, pero las tripas de los peces te pueden enfermar así que eso es un caso extremo (de todas formas, es necesario un poco de hígado para prevenir desnutrición). Pero la vieja confiable siempre son los cocos.
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yrandsims · 6 months
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Después de peinar hasta el ultimo rincón de la orilla, encontraron algunos trapos, restos de velas de barco que les sirvieron para improvisar una cama sobre la arena.
No era la gran cosa, pero era un indicio mas, de que había gente cerca. ¿Un puerto pesquero tal vez?
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Ambos se durmieron como niños. Aunque poco pudieron disfrutar de aquel descanso, ya que la lluvia les despertó.
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Por fin algo de agua dulce. Era lo que ambos necesitaban, la piel estaba tirante del calor y la salitre, aquel aguacero seria lo mas parecido a una ducha que podrían disfrutar. Así que ambos, uno a cada esquina, se despojaron de sus ropas y comenzaron a frotar.
"Mmm ... y si echaba tan solo una miradita ?, seguro que mirar aquel cuerpo serrano de reojo no le haría daño a nadie , verdad?
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Enzo se sentía renovado. Que bien que le había venido aquella duchita.
Tal vez era el momento de tratar de cubrir alguna de sus otras necesidades. 😏
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Enzo : Oye rubia ¿Qué tal la duchita? yo me siento como nuevo
Emma: Si claro, se agradece, pero Emm, me llamo Emma, no rubita.
Enzo: Bueno Emma, me preguntaba que ahora que ya estamos los dos ya mas agustito tras la ducha y la tarde quedo despejada, pues no se que tal vez podriamos divertirmos un rato...
Emma: Mira.. Esto.. ¿Cómo decías que te llamabas? (ella disimulando🤣)
Enzo: Enzo
Emma: Eso Enzo, en este momento lo que tengo es hambre y ganas de salir de esta dichosa isla, si tienes interés en divertirte te aconsejo que te des una alegría tu mismo y te lo soluciones. Y si no quieres volver a tener que comer comida medio podrida, te aconsejaría que te pusieras a pescar conmigo.
Enzo: Esta bien Rubia, pero en algún momento tambien tendrás necesidades, para cuando llegue ese momento ... me avisas.
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En otras circunstancias se habría pirado de allí y la hubiera mandado a la mierda, pero estaban tirados en una isla y ni idea de cuando podrían salir de allí.
Iba a tocar tragarse el orgullo, por si el "hambre" llegaba a agobiar.
Y como aun no conseguían montar la fogata, el orgullo no fue lo único que se tuvo que comer Enzo😂
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Despues indigestarse comiendo el ultimo trozo de basura, y despues de un dia peinando la playa y pescando, los chicos se regalaron un momento de relax.
Enzo: ¿Te han dicho alguna vez que eres una rubia muy borde?
Emma: ¿Y a ti que eres un moreno muy baboso?
Enzo: Venga ¿no vamos a tener ni una pequeña tregua? piensa que vamos a estar aquí por largo tiempo. Además, ¿Qué quieres?¿ tu no te apuntaste al crucero para conocer tíos o que?
Emma: Pues si, pero...
Enzo: ¿Esperabas encontrar el amor? 🤣 Venga rubia, a estos cruceros se viene, a lo que se viene.
Emma: A ver no vengo buscando amor, pero me imaginaba mas bien tomándome un cubata en la terraza de un barco, y acabando la noche en el jacuzzi con un morenazo. No tirada en la arena de una playa desierta quemada por el sol, apestando a pescado y al lado de un tío que ante un momento como el que estamos viviendo, se preocupa mas de echar un polvo que de conseguir algo que comer, no se.
Enzo : A ver, que la comida es importante🤣🤣🤣, pero ... - sonríe -Venga soy un capullo, esta bien, me quedo ese premio, pero y tu Doña borde, dime y ¿antes de convertirte en la nueva Robinson Crouse a que te dedicabas? ¿Dónde vivías? , cuéntame, ¿por que este viaje?
Emma: ¿Yo? Pues soy actriz, o eso trato, aunque las cosas no estan saliendo como esperaba. Me mude hace unos meses a Sol Valley, pero solo consigo papeles enanos de anuncios de detergentes, una mierda vaya, y este viaje se trataba de darme un respiro.
Enzo : Mmm actriz ,nada mal rubia, pues yo soy de San Myshuno y trabajo de Dj en una de las discotecas mas importantes de la ciudad. No puedo quejarme. Y el viaje pues ya te puedes imaginar para que 😏
Charlaron por un rato, era la primera vez que Enzo era un poco menos imbecil. A ver imbecil era un rato, pero el oyuelo que le salia cuando sonreia era muy mono..
"Emma concéntrate"
Y al final después de un día agotador cayeron dormidos bajo el cielo estrellado.
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helenite · 23 days
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Bienvenido a Mimar, mi mar
A mi isla ha venido tu canoa con un navegar tranquilo. Las olas que provocas llenan mi playa árida con agua salada, una bendición para la sequía. Mis huesos de coral se estremecen al recordar las precipitaciones de agua dulce que llegan a los rincones más insospechados; el ímpetu que despeina como la ventisca y una oleada nueva arremete contra mis espolones, llenando de espuma la arena. Cae la tarde y las pecas de mi espalda emulan las constelaciones de un mapa estelar. Al levar anclas y despedirte en el puerto espero que quieras regresar a mi mar.
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2as2gs · 2 months
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Soñando felicidad
Levantarme con la luz del alba asomando por persianas medio abiertas, pincelando sombras cuadriláteras en tu sensual espalda desnuda.
Dar media vuelta para acercar mi cara a tu nuca y respirarte.
Sentir la vida en las venas al correr el amanecer en la playa, respirar el nuevo día, descubrirme siendo sin miedo.
La reflexión serena del agua de la ducha en la espalda, el fresco olor del jabón en la piel limpiando el sudor y el esfuerzo.
La esperanza en el hambre del desayuno, el olor a pan y queso frescos, café recién molido, las ligeras bromas al nuevo día.
Los pequeños planes inofensivos, la lectura de media mañana. La cocina compartida, conversación generosa y calmante.
La breve siesta de la tarde, continuando la lectura interrumpida, quizás amigos compartiendo té y dulces, o terrazas, vino y música.
El suave paseo al atardecer, manos entrelazadas y pasos sincronizados.
La noche en ciernes, las ausencias, los miedos a no dormir, y a no despertar.
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esnerja · 2 months
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Descubre la Encantadora Cascada de Maro: Un Paraíso Natural en la Costa del Sol
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La Cascada de Maro, situada en la pintoresca localidad de Maro, cerca de Nerja en la Costa del Sol, es un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. Esta cascada, también conocida como "Cascada de Burriana", es un rincón escondido que ofrece un espectáculo natural único y una experiencia inolvidable para quienes la visitan.
¿Cómo Llegar a la Cascada de Maro?
Para llegar a la Cascada de Maro, lo mejor es dirigirse primero a Nerja, una ciudad bien conectada por carretera desde Málaga. Desde Nerja, se puede tomar la carretera N-340 en dirección a Almuñécar hasta llegar a la salida hacia Maro. Una vez en Maro, sigue las señales que te llevarán al paraje natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo, donde se encuentra la cascada.
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Qué Hacer en la Cascada de Maro
Senderismo: El acceso a la cascada requiere una caminata que atraviesa un hermoso paisaje mediterráneo. El sendero no es demasiado difícil, pero se recomienda llevar calzado adecuado y agua.
Kayak y Paddle Surf: Una de las formas más populares de llegar a la Cascada de Maro es en kayak o paddle surf desde la playa de Burriana en Nerja. Este recorrido te permite disfrutar de las impresionantes vistas de los acantilados y del mar cristalino.
Natación y Buceo: La poza formada por la cascada es perfecta para nadar y bucear. Sus aguas claras permiten observar la rica fauna marina de la zona.
Fotografía: La Cascada de Maro es un lugar de una belleza escénica excepcional, ideal para los aficionados a la fotografía. La combinación del agua cayendo, la vegetación exuberante y el entorno rocoso crean un escenario perfecto para capturar momentos únicos.
Consejos para Visitar la Cascada de Maro
Respeta el Entorno: La Cascada de Maro se encuentra en un espacio natural protegido, por lo que es importante respetar el entorno. No dejes basura y sigue las indicaciones de los carteles informativos.
Mejor Época para Visitar: La primavera y el otoño son las mejores estaciones para visitar la cascada, ya que el clima es más suave y hay menos turistas.
Seguridad: Si decides llegar en kayak o paddle surf, asegúrate de llevar un chaleco salvavidas y comprobar el estado del mar antes de salir.
Curiosidades de la Cascada de Maro
La Cascada de Maro tiene una altura de aproximadamente 15 metros y se precipita directamente al mar, creando una imagen de postal que combina agua dulce y salada. Este fenómeno natural no solo es una atracción turística, sino también un punto importante para la biodiversidad de la región.
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love-letters-blog · 2 years
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MUJER MADURA...
Es como estar sentado en la orilla de la playa,
y viendo la puesta de sol, tomando del mejor
tequila con la persona amada.
En noches frías frente al fuego, tomando té
caliente y leyendo un buen libro...
Es una orquesta sinfónica en la noche de gala,
es chupar helado, golpear y comer la cáscara,
es agua fría en días calurosos, son pétalos
de rosas rojos en una cama desordenada,
es una cena a la luz de las velas...
LA MUJER MADURA
tiene algo especial que es un misterio,
una belleza sin igual...
LA MUJER MADURA
es luz en forma humana...
LA MUJER MADURA
es condensación de amor, con explosiones
de sentimientos, en la calma del bienestar...
LA MUJER MADURA
se une la niña tierna, con la fuerza
de una leona...
MUJER MADURA
produce calor en las noches frías, tanto sol
como luna...
La MUJER MADURA
es como el polen de una flor, se propaga
y produce vida...
UNA MUJER MADURA
no se permite conducir, maneja sin que
la noten...
LA MUJER MADURA
es algo incomparable, posee una belleza,
que muchas veces, se vuelve invisible
a los ojos de personas con poca sensibilidad,
o incluso de ella misma...
LA MUJER MADURA
es como el vino, su sabor gana valor
con el tiempo...
LA MUJER MADURA
calienta con los ojos y acaricia con las manos,
sin tener que decir una sola palabra, y cuando
dice, es sabia...
LA MUJER MADURA
destaca sus momentos de euforia con gran
categoría...
LA MUJER MADURA
tiene la visión de un águila, se ve lejos,
es perceptiva...
LA MUJER MADURA
no cobra mimos, presta atención, y como
resultado de este cariño natural, los recupera...
LA MUJER MADURA
no elige el momento adecuado, se adapta
a las situaciones según su grado
de necesidad...
LA MUJER MADURA
hace el amor con los ojos, y cuando la tocan, saborea el sexo...
LA MUJER MADURA
no es sabrosa, tiene un sabor, que cuando
se saborea, se vuelve adictivo a ella...
LA MUJER MADURA
une la sexualidad de una hembra, con la pureza
de una virgen...
LA MUJER MADURA
posee atractivo, que combinado con su belleza
externa, cualquiera que sea, la belleza que sea,
se vuelven incomparables...
LA MUJER MADURA
cuando atraviesa situaciones difíciles, no resta
sus días, suma sus días a su aprendizaje...
LA MUJER MADURA
no vaga, llena lo desaparecido...
LA MUJER MADURA
como esposa, es capaz de ser madre y amante,
sin perder la dosis correcta...
LA MUJER MADURA
no le gustan las aventuras, vivir enamorado
de una mujer madura, sería aventurarse
en el placer...
LA MUJER MADURA
cuando habla de sexo, suena como miel
en sus labios...
No puedo decir que la MUJER MADURA sea un
fénix y que renace de las cenizas, eso sería una
frase inventada, sin embargo, es mucho más que
un fénix, es una mujer y renace de la nada...
La belleza de la MUJER MADURA no está en sus
hermosos muslos, trasero redondo, pechos caidos,
sino en su forma de ser y actuar, una forma
especial, que dignifica y adora lo que no es
físicamente visible...
LA MUJER MADURA
puede no robar la escena al principio, pero
pronto será capaz de protagonizar todo
un episodio...
LA MUJER MADURA
no marca asistencia, lo hace mejor,
graba su marca...
LA MUJER MADURA
es lo que podemos llamar, una mujer completa,
o mejor, la medida exacta de lo que el mundo
tiene de placer, la perfecta armonía entre el cielo
y la tierra...
Estas dos palabras, mujer madura, lo dicen todo,
sin embargo, sabemos que todo lo que madura
es más sabroso, tiene más belleza y más sabor...
LA MUJER MADURA
es notable, ella tiene la medida correcta,
entre la razón y la emoción, el equilibrio perfecto
entre pasión y amor...
Y sabes cómo llamaría a algunos hombres
con tanta sensibilidad para entenderlas,
yo les llamaría una joya rara, o mejor dicho,
diamante tono (brillante en escala de colores)...
Porque sigo creyendo, que al igual que existen
MUJERES GRANDES, también existen hombres magníficos, merecedores de tal mujer, que no
es dulce, sino que es pura miel...
—☮️
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floresclandestinas · 1 year
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El mar y yo, amantes furtivos de la noche...
Mi Mar Caribe, azul plateado de amores y de ensueños.
"Mar de risas"
Loy
Puerto Rico
Eramos mar de risas en la playa.
Al pie del agua
soñábamos lagunas.
Con imparables manos
en la arena mojada
quisimos contruir castillos
a la luna.
Yo podía sentir el mar
salado,
y aun así pensar
en manantiales.
Manantiales, para mi pueblo,
en un azul distinto;
pues es en el verde distante
de los campos,
y no en el mar,
donde crece a caudal
el maíz y el trigo.
Y..., ¿qué aprendí del mar
de mis ensueños?
Que también yo era mar
en mis esencias.
A veces mar en paz
y otras en guerra,
y a veces dulce pescador
de sueños y de estrellas.
Y que también era ola
cantarina,
arrastrando risas a la orilla,
bajo el manto de un sol
recién nacido
que a todos
nos besaba las mejillas.
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djizselektortracks · 11 months
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#ᴀᴠɪꜱᴏᴘᴀᴛʀᴏᴄɪɴᴀᴅᴏ
#ᴛᴀʙᴀɴᴏᴀʀᴛᴏꜱʜᴏᴘ
#ꜰᴇʀɪᴀᴘᴀɴᴄʜɪᴛᴏʏꜱᴜᴘᴜʟɢᴀꜱ
DOMINGO 29 de OCTUBRE en CHORRILLOS en el Colegio BRÍGIDA SILVA DE OCHOA. Av. Escuela Militar 851 frente a la bajada a la playa AGUA DULCE de 9am a 6pm ... Los esperamos 😊
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UN SEÑOR MUY VIEJO CON UNAS ALAS ENORMES
Gabriel García Márquez
Al tercer día de lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que atravesar su patio anegado para tirarlos al mar, pues el niño recién nacido había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era causa de la pestilencia. El mundo estaba triste desde el martes. El cielo y el mar eran una misma cosa de ceniza, y las arenas de la playa, que en marzo fulguraban como polvo de lumbre, se habían convertido en un caldo de lodo y mariscos podridos. La luz era tan mansa al mediodía, que cuando Pelayo regresaba a la casa después de haber tirado los cangrejos, le costó trabajo ver qué era lo que se movía y se quejaba en el fondo del patio. Tuvo que acercarse mucho para descubrir que era un hombre viejo, que estaba tumbado boca abajo en el lodazal, y a pesar de sus grandes esfuerzos no podía levantarse, porque se lo impedían sus enormes alas.
Asustado por aquella pesadilla, Pelayo corrió en busca de Elisenda, su mujer, que estaba poniéndole compresas al niño enfermo, y la llevó hasta el fondo del patio. Ambos observaron el cuerpo caído con un callado estupor. Estaba vestido como un trapero. Le quedaban apenas unas hilachas descoloridas en el cráneo pelado y muy pocos dientes en la boca, y su lastimosa condición de bisabuelo ensopado lo había desprovisto de toda grandeza. Sus alas de gallinazo grande, sucias y medio desplumadas, estaban encalladas para siempre en el lodazal. Tanto lo observaron, y con tanta atención, que Pelayo y Elisenda se sobrepusieron muy pronto del asombro y acabaron por encontrarlo familiar. Entonces se atrevieron a hablarle, y él les contestó en un dialecto incomprensible pero con una buena voz de navegante. Fue así como pasaron por alto el inconveniente de las alas, y concluyeron con muy buen juicio que era un náufrago solitario de alguna nave extranjera abatida por el temporal. Sin embargo, llamaron para que lo viera a una vecina que sabía todas las cosas de la vida y la muerte, y a ella le bastó con una mirada para sacarlos del error.
— Es un ángel –les dijo—. Seguro que venía por el niño, pero el pobre está tan viejo que lo ha tumbado la lluvia.
Al día siguiente todo el mundo sabía que en casa de Pelayo tenían cautivo un ángel de carne y hueso. Contra el criterio de la vecina sabia, para quien los ángeles de estos tiempos eran sobrevivientes fugitivos de una conspiración celestial, no habían tenido corazón para matarlo a palos. Pelayo estuvo vigilándolo toda la tarde desde la cocina, armado con un garrote de alguacil, y antes de acostarse lo sacó a rastras del lodazal y lo encerró con las gallinas en el gallinero alumbrado. A media noche, cuando terminó la lluvia, Pelayo y Elisenda seguían matando cangrejos. Poco después el niño despertó sin fiebre y con deseos de comer. Entonces se sintieron magnánimos y decidieron poner al ángel en una balsa con agua dulce y provisiones para tres días, y abandonarlo a su suerte en altamar. Pero cuando salieron al patio con las primeras luces, encontraron a todo el vecindario frente al gallinero, retozando con el ángel sin la menor devoción y echándole cosas de comer por los huecos de las alambradas, como si no fuera una criatura sobrenatural sino un animal de circo.
El padre Gonzaga llegó antes de las siete alarmado por la desproporción de la noticia. A esa hora ya habían acudido curiosos menos frívolos que los del amanecer, y habían hecho toda clase de conjeturas sobre el porvenir del cautivo. Los más simples pensaban que sería nombrado alcalde del mundo. Otros, de espíritu más áspero, suponían que sería ascendido a general de cinco estrellas para que ganara todas las guerras. Algunos visionarios esperaban que fuera conservado como semental para implantar en la tierra una estirpe de hombres alados y sabios que se hicieran cargo del Universo. Pero el padre Gonzaga, antes de ser cura, había sido leñador macizo. Asomado a las alambradas repasó un instante su catecismo, y todavía pidió que le abrieran la puerta para examinar de cerca de aquel varón de lástima que más parecía una enorme gallina decrépita entre las gallinas absortas. Estaba echado en un rincón, secándose al sol las alas extendidas, entre las cáscaras de fruta y las sobras de desayunos que le habían tirado los madrugadores. Ajeno a las impertinencias del mundo, apenas si levantó sus ojos de anticuario y murmuró algo en su dialecto cuando el padre Gonzaga entró en el gallinero y le dio los buenos días en latín. El párroco tuvo la primera sospecha de impostura al comprobar que no entendía la lengua de Dios ni sabía saludar a sus ministros. Luego observó que visto de cerca resultaba demasiado humano: tenía un insoportable olor de intemperie, el revés de las alas sembrado de algas parasitarias y las plumas mayores maltratadas por vientos terrestres, y nada de su naturaleza miserable estaba de acuerdo con la egregia dignidad de los ángeles. Entonces abandonó el gallinero, y con un breve sermón previno a los curiosos contra los riesgos de la ingenuidad. Les recordó que el demonio tenía la mala costumbre de recurrir a artificios de carnaval para confundir a los incautos. Argumentó que si las alas no eran el elemento esencial para determinar las diferencias entre un gavilán y un aeroplano, mucho menos podían serlo para reconocer a los ángeles. Sin embargo, prometió escribir una carta a su obispo, para que éste escribiera otra al Sumo Pontífice, de modo que el veredicto final viniera de los tribunales más altos.
Su prudencia cayó en corazones estériles. La noticia del ángel cautivo se divulgó con tanta rapidez, que al cabo de pocas horas había en el patio un alboroto de mercado, y tuvieron que llevar la tropa con bayonetas para espantar el tumulto que ya estaba a punto de tumbar la casa. Elisenda, con el espinazo torcido de tanto barrer basura de feria, tuvo entonces la buena idea de tapiar el patio y cobrar cinco centavos por la entrada para ver al ángel.
Vinieron curiosos hasta de la Martinica. Vino una feria ambulante con un acróbata volador, que pasó zumbando varias veces por encima de la muchedumbre, pero nadie le hizo caso porque sus alas no eran de ángel sino de murciélago sideral. Vinieron en busca de salud los enfermos más desdichados del Caribe: una pobre mujer que desde niña estaba contando los latidos de su corazón y ya no le alcanzaban los números, un jamaicano que no podía dormir porque lo atormentaba el ruido de las estrellas, un sonámbulo que se levantaba de noche a deshacer dormido las cosas que había hecho despierto, y muchos otros de menor gravedad. En medio de aquel desorden de naufragio que hacía temblar la tierra, Pelayo y Elisenda estaban felices de cansancio, porque en menos de una semana atiborraron de plata los dormitorios, y todavía la fila de peregrinos que esperaban su turno para entrar llegaba hasta el otro lado del horizonte.
El ángel era el único que no participaba de su propio acontecimiento. El tiempo se le iba buscando acomodo en su nido prestado, aturdido por el calor de infierno de las lámparas de aceite y las velas de sacrificio que le arrimaban a las alambradas. Al principio trataron de que comiera cristales de alcanfor, que, de acuerdo con la sabiduría de la vecina sabia, era el alimento específico de los ángeles. Pero él los despreciaba, como despreció sin probarlos los almuerzos papales que le llevaban los penitentes, y nunca se supo si fue por ángel o por viejo que terminó comiendo nada más que papillas de berenjena. Su única virtud sobrenatural parecía ser la paciencia. Sobre todo en los primeros tiempos, cuando le picoteaban las gallinas en busca de los parásitos estelares que proliferaban en sus alas, y los baldados le arrancaban plumas para tocarse con ellas sus defectos, y hasta los más piadosos le tiraban piedras tratando de que se levantara para verlo de cuerpo entero. La única vez que consiguieron alterarlo fue cuando le abrasaron el costado con un hierro de marcar novillos, porque llevaba tantas horas de estar inmóvil que lo creyeron muerto. Despertó sobresaltado, despotricando en lengua hermética y con los ojos en lágrimas, y dio un par de aletazos que provocaron un remolino de estiércol de gallinero y polvo lunar, y un ventarrón de pánico que no parecía de este mundo. Aunque muchos creyeron que su reacción no había sido de rabia sino de dolor, desde entonces se cuidaron de no molestarlo, porque la mayoría entendió que su pasividad no era la de un héroe en uso de buen retiro sino la de un cataclismo en reposo.
El padre Gonzaga se enfrentó a la frivolidad de la muchedumbre con fórmulas de inspiración doméstica, mientras le llegaba un juicio terminante sobre la naturaleza del cautivo. Pero el correo de Roma había perdido la noción de la urgencia. El tiempo se les iba en averiguar si el convicto tenía ombligo, si su dialecto tenía algo que ver con el arameo, si podía caber muchas veces en la punta de un alfiler, o si no sería simplemente un noruego con alas. Aquellas cartas de parsimonia habrían ido y venido hasta el fin de los siglos, si un acontecimiento providencial no hubiera puesto término a las tribulaciones del párroco.
Sucedió que por esos días, entre muchas otras atracciones de las ferias errantes del Caribe, llevaron al pueblo el espectáculo triste de la mujer que se había convertido en araña por desobedecer a sus padres. La entrada para verla no sólo costaba menos que la entrada para ver al ángel, sino que permitían hacerle toda clase de preguntas sobre su absurda condición, y examinarla al derecho y al revés, de modo que nadie pusiera en duda la verdad del horror. Era una tarántula espantosa del tamaño de un carnero y con la cabeza de una doncella triste. Pero lo más desgarrador no era su figura de disparate, sino la sincera aflicción con que contaba los pormenores de su desgracia: siendo casi una niña se había escapado de la casa de sus padres para ir a un baile, y cuando regresaba por el bosque después de haber bailado toda la noche sin permiso, un trueno pavoroso abrió el cielo en dos mitades, y por aquella grieta salió el relámpago de azufre que la convirtió en araña. Su único alimento eran las bolitas de carne molida que las almas caritativas quisieran echarle en la boca. Semejante espectáculo, cargado de tanta verdad humana y de tan temible escarmiento, tenía que derrotar sin proponérselo al de un ángel despectivo que apenas si se dignaba mirar a los mortales. Además los escasos milagros que se le atribuían al ángel revelaban un cierto desorden mental, como el del ciego que no recobró la visión pero le salieron tres dientes nuevos, y el del paralítico que no pudo andar pero estuvo a punto de ganarse la lotería, y el del leproso a quien le nacieron girasoles en las heridas. Aquellos milagros de consolación que más bien parecían entretenimientos de burla, habían quebrantado ya la reputación del ángel cuando la mujer convertida en araña terminó de aniquilarla. Fue así como el padre Gonzaga se curó para siempre del insomnio, y el patio de Pelayo volvió a quedar tan solitario como en los tiempos en que llovió tres días y los cangrejos caminaban por los dormitorios.
Los dueños de la casa no tuvieron nada que lamentar. Con el dinero recaudado construyeron una mansión de dos plantas, con balcones y jardines, y con sardineles muy altos para que no se metieran los cangrejos del invierno, y con barras de hierro en las ventanas para que no se metieran los ángeles. Pelayo estableció además un criadero de conejos muy cerca del pueblo y renunció para siempre a su mal empleo de alguacil, y Elisenda se compró unas zapatillas satinadas de tacones altos y muchos vestidos de seda tornasol, de los que usaban las señoras más codiciadas en los domingos de aquellos tiempos. El gallinero fue lo único que no mereció atención. Si alguna vez lo lavaron con creolina y quemaron las lágrimas de mirra en su interior, no fue por hacerle honor al ángel, sino por conjurar la pestilencia de muladar que ya andaba como un fantasma por todas partes y estaba volviendo vieja la casa nueva. Al principio, cuando el niño aprendió a caminar, se cuidaron de que no estuviera cerca del gallinero. Pero luego se fueron olvidando del temor y acostumbrándose a la peste, y antes de que el niño mudara los dientes se había metido a jugar dentro del gallinero, cuyas alambradas podridas se caían a pedazos. El ángel no fue menos displicente con él que con el resto de los mortales, pero soportaba las infamias más ingeniosas con una mansedumbre de perro sin ilusiones. Ambos contrajeron la varicela al mismo tiempo. El médico que atendió al niño no resistió la tentación de auscultar al ángel, y encontró tantos soplos en el corazón y tantos ruidos en los riñones, que no le pareció posible que estuviera vivo. Lo que más le asombró, sin embargo, fue la lógica de sus alas. Resultaban tan naturales en aquel organismo completamente humano, que no podía entender por qué no las tenían también los otros hombres.
Cuando el niño fue a la escuela, hacía mucho tiempo que el sol y la lluvia habían desbaratado el gallinero. El ángel andaba arrastrándose por acá y por allá como un moribundo sin dueño. Lo sacaban a escobazos de un dormitorio y un momento después lo encontraban en la cocina. Parecía estar en tantos lugares al mismo tiempo, que llegaron a pensar que se desdoblaba, que se repetía a sí mismo por toda la casa, y la exasperada Elisenda gritaba fuera de quicio que era una desgracia vivir en aquel infierno lleno de ángeles. Apenas si podía comer, sus ojos de anticuario se le habían vuelto tan turbios que andaba tropezando con los horcones, y ya no le quedaban sino las cánulas peladas de las últimas plumas. Pelayo le echó encima una manta y le hizo la caridad de dejarlo dormir en el cobertizo, y sólo entonces advirtieron que pasaba la noche con calenturas delirantes en trabalenguas de noruego viejo. Fue esa una de las pocas veces en que se alarmaron, porque pensaban que se iba a morir, y ni siquiera la vecina sabia había podido decirles qué se hacía con los ángeles muertos.
Sin embargo, no sólo sobrevivió a su peor invierno, sino que pareció mejor con los primeros soles. Se quedó inmóvil muchos días en el rincón más apartado del patio, donde nadie lo viera, y a principios de diciembre empezaron a nacerle en las alas unas plumas grandes y duras, plumas de pajarraco viejo, que más bien parecían un nuevo percance de la decrepitud. Pero él debía conocer la razón de estos cambios, porque se cuidaba muy bien de que nadie los notara, y de que nadie oyera las canciones de navegantes que a veces cantaba bajo las estrellas. Una mañana, Elisenda estaba cortando rebanadas de cebolla para el almuerzo, cuando un viento que parecía de alta mar se metió en la cocina. Entonces se asomó por la ventana, y sorprendió al ángel en las primeras tentativas del vuelo. Eran tan torpes, que abrió con las uñas un surco de arado en las hortalizas y estuvo a punto de desbaratar el cobertizo con aquellos aletazos indignos que resbalaban en la luz y no encontraban asidero en el aire. Pero logró ganar altura. Elisenda exhaló un suspiro de descanso, por ella y por él, cuando lo vio pasar por encima de las últimas casas, sustentándose de cualquier modo con un azaroso aleteo de buitre senil. Siguió viéndolo hasta cuando acabó de cortar la cebolla, y siguió viéndolo hasta cuando ya no era posible que lo pudiera ver, porque entonces ya no era un estorbo en su vida, sino un punto imaginario en el horizonte del mar.
Vía Poesía Onírica
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Renuncio a ser adulto
Con la presente, presento mi renuncia a ser adulto.
He decidido aceptar la responsabilidad de tener seis años nuevamente.
Quiero navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.
Quiero pensar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer.
Quiero tener un receso y pintar con acuarelas.
Quiero salir cómodamente de mi casa sin preocuparme cómo luce mi cabello.
Quiero regresar a mi casa, a una comida casera y que alguien corte mi carne.
Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble, y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.
Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.
Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple...
Cuando todo lo que sabía eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber.
Cuando todo lo que sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.
Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno.
Quiero pensar que todo es posible.
En algún lugar de mi juventud maduré y aprendí demasiado.
Aprendí de armas nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.
Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, la enfermedad, el dolor y la muerte.
Aprendí de un mundo donde saben cómo matar y lo hacen.
¿Qué pasó con el tiempo en que pensaba que todo el mundo viviría para siempre, porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota?
Cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien me quitara mi pelota de jugar o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.
Cuando no necesitaba lentes para leer.
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las pequeñas cosas una vez más.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque yo lo era.
Caminaría de nuevo en la playa pensando solo en la arena entre los dedos de mis pies y la caracola más bonita que pudiera encontrar sin preocuparme por la erosión y la contaminación.
Pasaría mis tardes subiendo árboles y montando mi bicicleta hasta llegar al parque, sin la preocupación de que me secuestren.
No me preocupaba el tiempo, las deudas, o de dónde iba a sacar el dinero para arreglar el carro.
Sólo pensaría en qué iba a ser cuando grande, sin la preocupación de lograrlo o no.
Quiero vivir simple, nuevamente.
No quiero que mis días sean de computadoras que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes cuando ya no queda dinero en la chequera.
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas.
No quiero que mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, los sueños, de la imaginación.
Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena...
¡Oh, siii! Quiero volver a mis seis años nuevamente... y ya está decidido.
Desconozco el autor
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wavvzz · 2 years
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TENSIÓN.
Estaba sentada en la banca del terminal de buses, hacía un calor insoportable, era verano y se sentía en el aire, seco y caluroso, como si fueran los mismos vientos del infierno aferrándose a la piel de cada individuo.
Estaba esperando a un par de amigos, con ellos nos iríamos a la playa, por lo que recuerdo viene Camila, Rebeca, que viene con dos tipos más, no me quiso decir quién y mi pareja, Edu, con el llevábamos un par de meses, muy poco, lo conocí en la universidad, porque insistía en salir conmigo y bueno, un día acepte y hubo química, así que lo invite ya que me gustaba y le quería, era una persona agradable y tierna conmigo.
Pasaron unos cuantos minutos y por fin llegaron, primero llego Edu, me abrazo fuerte y beso los labios para luego hacerse cargo de mis bolsos. Esperamos unos 10 minutos a los demás mientras hablábamos, luego llego Camila, me saludo con un fuerte abrazo y miro a Edu con cara de que algo estaba pasando o estaba a punto de pasar, luego lo saludo con un abrazo, dejó sus bolsos a un lado para sentarse y abrir una botella de agua.
Luego llego Rebeca, no podía creer que venía con él, me podía esperar a cualquier persona, pero nunca a Hook, para dar un buen contexto Hook, fue un amorío que tuve, hace un año y medio, fue una relación demasiado corta, pero bastante intensa, era todo lo que quería en una persona, sentía que cada vez que estábamos juntos se me incendiaba el corazón, era tan hermoso, demasiado hermoso para ser real. Lamentablemente tuve que salir de ahí, había dejado cosas mías de lado, mi salud estaba empeorando y no podía con tanto, no podía con emociones tan, tan fuertes como las que me provocaba Hook, siempre fue dulce y tierno, me cuidaba siempre y en sus ojos, sentía un peligro, un peligro que sabía que me haría adicta, a esa adrenalina que emanaba cada vez que me besaba, cada vez que tomaba mi cuello para acercarme a él. Era una sensación que quería para siempre, lo quería para mí, solo para mí. Pero no era el momento, no era mi momento para algo tan fuerte.
Terminamos tan pronto, sabía que si seguía un par de semanas terminaría profundamente enamorada, me siento un poco culpable, sé que rompí su corazón y no se lo merecía. Luego conocí a Edu, no era lo mismo, pero lo conocí cuando estaba emocionalmente estable así que todo iba de maravilla, era una persona agradable y gracioso, era como ese amigo que con solo su presencia ya cae bien… todo lo contrarío a Hook, no era algo malo, solo eran distintos.
Volviendo al tema, Rebeca estaba con Hook y Travis, el mejor amigo de Hook, era como su hermano.
Al momento de saludar a Hook, sentí una vibra extraña y poderosa, que retumbo en todos mis huesos. Perdimos el contacto como hace 10 meses, tenía el pelo más largo, los brazos más grandes y su rostro… seguía igual de precioso que la última vez que lo vi, sus ojos me seguían produciendo esa vibra de peligro, ese hermoso peligro tan característico de él.
_ Tanto tiempo, Andrea - Hook se puso en frente mío cruzando los limites de mi metro cuadrado- ¿Cómo estás?
_ Hook… - quedé sin palabras y sentí como me hervía la cara- Estoy bien, gracias… te ves bien.
_ Lo estoy, gracias – me sonrío y luego cargo sus bolsos al bus- Deberías llevar tus bolsos al bus Andrea, estás parada ahí y… ¿estás bien? Estas roja como tomate.
_Sí, tengo que llevar mis bolsos – solté una risa nerviosa y obviamente estaba roja si el idiota estaba a centímetros de mí-
Edu no dejó de mirarme, el sabía algo de mi historia con Hook, claramente no le dije con detalles que había pasado, como había sentido estando con él - ¿Es él no es cierto? ¿Qué hace aquí? – Sentí como se puso a la defensiva mientras estábamos viajando en el bus, evite responderle porque no sabía que decir porque ni yo sabía que hacía aquí, o sea Hook es el mejor amigo de Rebeca, no sé porque no pensé en la posibilidad que el viniera junto a ella, fui una idiota.
Llegando a la cabaña, era hermosa y espaciosa, era de los abuelos de Camila y está vez nos la dejaron a nosotros. Dejamos las maletas dentro de la casa y nos repartimos las piezas, Hook y Travis durmieron en la pieza de arriba, Camila durmió sola en la pieza de la segunda planta al lado de Hook y Travis, Rebeca durmió en la pieza de sus abuelos y yo con Edu dormimos en la pieza que daba justo con la vista al mar.
Fue una tarde, con mucha tensión, todos se dieron cuenta de que Edu y Hook no se dejaban de mirar, Edu lo miraba con una cara de “deberías irte” y Hook, solo lo miraba con esos ojos inertes y sin ningún tipo de miedo o titubeo, sabía perfectamente que Hook no haría nada, cuando estuvimos juntos era el típico chico que se metía en problemas y yo fui su freno, le dije que ya no se metiera en problemas, porque odiaba la violencia y él, tan dulce, me beso la frente como solía hacerlo -No lo haré gatita- solía ponerme apodos, pero amaba que me dijera gatita, porque lo era, era su gatita y me cuidaba como tal.
Es por eso que, independiente de la tensión que se respiraba en el almuerzo Hook no haría nada, Edu daba cortes en su carne mientras no quitaba la vista y Hook, lo provocaba, tomaba agua y me miraba para luego sonreírme con su maldita y estúpida sonrisa, porque el sabía que era mi debilidad porque era perfecta.
Pasaron las horas y solo pensé – necesito salir de aquí – Entonces Rebeca y Camila, bajaron y me dijeron – cámbiate y vámonos a la playa solas –
No me demore ni cinco minutos en estar lista, Edu antes de salir me dijo que iría al supermercado a comprar cosas para la noche, estúpidamente le dije que le preguntara a Hook y Travis si lo acompañaran, solo me miro y soltó una carcajada en tono “obvio que no, gracias” en fin, salí con las chicas.
Al llegar a la playa, no se aguantaron, abrieron unas latas de cerveza e hicieron micheladas, de hecho, yo las hice porque soy la mejor haciéndolas y lo sabían.
_ Andrea ¿Nos contarás qué pasa entre tu y Hook? – me pregunto Rebeca, un poco tajante –
_ La verdad, nada – mentí – lo de nosotros paso hace bastante tiempo, además estoy con Edu…
_ ¡Ay y que tiene! – Camila despego su boca del vaso de golpe – Andrea, te derretiste completamente cuando Hook se acerco a saludarte en el terminal de buses, estabas roja y apenas podías mantenerte de pie. – volvió a dar un sorbo a su vaso –
_ ¿De qué hablas? Solo estaba impactada porque ninguna de ustedes me aviso que vendría Hook, sabiendo lo que había pasado entre nosotros – lance una mirada culpándolas – así que guárdense sus comentarios y no hagan más incomoda esta situación.
Las dos se rieron, igual reí con ellas porque eran mis amigas, sabían todo, sabía que estaba mintiendo, sabían que estaba loca, loquísima por Hook y que tenía un cariño por Edu, porque era mi pareja actual.
Llegando a la cosa, estuvimos unas cuatro horas en la playa, bebimos y estábamos pasadas de copas, pero aún estables, solo llegamos prendidas y con ganas de fiesta. Al llegar estaba Edu en la cocina, guardando algunas cosas y sacando otras, sentí un impulso que no pude frenar y lo abrace por la espalda, el se dio vuelta y me beso la frente, en eso sentí una vibra, era Hook. Apareció de la nada e hizo un quejido - ¿Me dejan pasar? Están en toda la entrada – estaba vestido con una polera que dejaba al descubierto sus brazos, sus tatuajes y unos pantalones de tela, que hacían que se viera genial.
_ ¿Cuál es la necesidad de arruinar el momento Hook? – dijo Edu en un tono amenazante –
_ ¿De qué momento hablas? Solo la estabas abrazando, ni que la tuvieras acorralada sobre el mesón de la cocina. – cuando Hook dijo eso, me miro en tono de que eso sería algo que el haría y sí me sonroje porque no pude no imaginarlo – Así que… ¿Edu? No arruine nada.
_ ¿Qué dices? – sentí como Edu se tensó, lo aprete para que sintiera mi advertencia – solo has lo que tienes que hacer.
Hook solo soltó una carcajada y saco una lata de cerveza, salió a la terraza con Travis y estuvieron conversando, parecían divertirse porque reían muy fuerte, Camila y Rebeca se les sumaron, mientras yo estaba con Edu en el living conversando.
_ No sientes nada por Hook ¿No es así Andrea?
_ No, estoy contigo – claramente, sí, sentía algo por Hook - ¿Lo entiendes?
_ Entonces porque no dejas de mirarlo, porque cada vez que esta cerca te pones tensa, como si le tuviera miedo – miedo no, deseo, lo deseo –
_ No le tengo miedo, es solo que… es un poco intimidante.
_ Entiendo, ¿por qué terminaron su relación? – lo mire con decepción, porque el sabía que no me gustaba hablar de ese tema –
_ Ya lo sabes… Estaba pasando por mis problemas, depresión, estrés y todo eso que ya está solucionado, gracias a ti – quería hacerlo sentir bien –
_ Te quiero Andrea, solo quería hacerte saber que me incomoda su presencia y que te afecte.
_ Tranquilo, vamos para afuera.
Salimos a la terraza, estaban todo picoteando, bebiendo y riendo, la noche estaba helada y el cielo estrellado, con una enorme luna. Hook estaba sentado en el respaldo de la terraza junto con Travis, me miro y lanzo una sonrisita coqueta, dio un salto para ponerse de pie y le toco la rodilla a Travis e hizo un gesto, entonces Travis lo miro de forma traviesa y se dirigió hacia mí.
_ Andrea, no hemos tenido la oportunidad de hablar ¿Quieres beber algo? – no pude decir nada cuando dijo- Edu, Andrea quiere beber algo fuerte ¿Te parece si vamos a comprar? Yo ya bebí y alguien tiene que conducir ¿Puedes?
_ ¿Conducir? Nadie vino en auto – Estaba confundida-
Entonces Rebeca me toco el hombro por la espalda y meneaba unas llaves a la altura de mi cara.
_ Esta el auto de mis abuelos cariño, puede manejar Edu, ya que es el único que aún no bebe.
_ ¿Puedes ir bebe? – lo mire con cara de saber lo que estaba pasando-
_ Sí claro… ¿Quieres acompañarme?
_ No, tranquilo, me duele la cabeza, ve con Travis así aprovechas de conocerlo, es un buen tipo.
_ Claro… Cuídate sí, volveré en un rato.
Entonces partieron, quede solo con Rebeca y Camila, Hook estaba apoyado en el borde de la ventana que servía como entrada al cuarto de estar, me miraba y sonreía con las manos en los bolsillos. No paramos de cruzar miradas, hasta que me digne para ir a hablarle, después de todo era lo que él quería.
_ hasta que decidís acercarte Andrea…
_ Era lo que querías después de todo ¿No?
_ La verdad, quería deshacerme del idiota de Edu, no soporto su cara de niño inocente.
_ Entonces ¿No estabas buscando un momento para acercarte a mí a solas? – lo mire con una sonrisa de “¿En serio?”-
_ Ehm, no, claramente no - soltó una carcajada- Sí, quería estar a solas contigo.
_ ¿Cómo has estado Hook?
_ ¿Te refieres en general? o ¿Cómo me siento ahora estando contigo aquí después de todo este tiempo? – me miro con la cabeza un poco ladeada-
_ Responde lo que crees que quiero escuchar…
_ La verdad Andrea – soltó un suspiro- nunca, en ningún momento he dejado de extrañarte o quererte y soy de los que no se estacan, pero contigo fue todo tan distinto…
_ Hook…
_ Pero tranquila, te veo feliz con el idiota, así que eso me hace feliz igual. Aunque mataría por ocupar su lugar. - me ponía feliz, que aún sienta esto por mí, porque a pesar de todo, yo sigo sintiendo lo mismo –
_ Hook… gracias. Pero no sé, te he extrañado tanto, tanto y nunca podré sacarme del corazón este sentimiento tan fuerte que sentí a tu lado – sentí como corrían las lagrimas en mi rostro – Hook, yo de verdad te quiero y demasiado, pero en ese entonces estaba tan rota, que no podía sostener un sentimiento tan fuerte. Sabía que en poco tiempo iba a enamorarme de ti ¿te das cuenta del calibre de esa emoción? No sabía que hacer, no sabía qué hacer con tan…
Antes de terminar ya estaba envuelta, en un abrazo tan cálido que me quito el aliento, ya no sentía frío, me sentía calmada y entregada a sus brazos, era Hook que me mantenía abrazada mientras acariciaba mi cabecita, como él solía hacerlo siempre, me sentí protegida, lo correspondí con un abrazo y poniendo mi cabeza en su corazón, cerré los ojos y sentí como las lagrimas se devolvían a mis ojos.
_ Andrea, no llores… lo sé, sé el calibre de esto y es hermoso, porque sigo sintiendo lo mismo, con la misma intensidad, pero eso… tu estás con lo tuyo y yo��� bueno, con lo mío supongo, me hace feliz poder abrazarte de nuevo.
En eso llegaron Travis y Edu. – oh no- pensé.
Edu al bajarse del auto me vio acurrucada en los brazos de Hook, no me dijo nada, pero se notaba que el ambiente había cambiado, algo en su mirada se oscureció. Seguimos todos bebiendo, Edu estaba tomando más de la cuenta y empecé a quitarle los vasos, Hook estaba normal, tomaba muy poco, le gustaba mantener el control de su cuerpo, los demás estaban ebrios y a punto de dormirse, seguimos así un par de horas y todos nos fuimos a la cama.
Aquí cambio todo.
Hook ayudo a Travis a subir las escaleras y se quedo con el arriba, yo apenas podía con Edu, estaba peleando solo y rugiendo, era desagradable, llegamos a la pieza y se sentó en la cama, me miro con unos ojos oscuros, daba miedo.
_ ¿Disfrutaste tu momento a solas con el bastardo de Hook? – lo dijo mientras daba un sorbo largo de la mierda que estuviera bebiendo-
_ Estas ebrio deberías dormir y dejar de decir estupideces. – le intente quitar los zapatos y me dio un empujón y quede pegada en la pared –
_ ¿Qué mierda te pasa? No tienes derecho para tratarme de esta manera – sentí como alzaba la voz –
_ ¡A mí no me hablas así zorra! – lo mire con desprecio –
_ Vuelve a llamarme así y… y… - no sabía que decir –
Edu se paro tambaleante y me apunto mientras estaba de pie apoyada en la pared – Eres una perra, nunca olvidaste a Hook ¿Quién soy yo para ti? – Entonces me lanzo su vaso, menos mal no me cayo en la cara, porque ahí estaba apuntando, pero me mancho con vino, parecía sangre, salto sobre mí y me empezó a zamarrear, diciéndome “perra”, “zorra”, “infiel” sentí que alguien venía, rápido como un tren sin frenos, pateo la puerta, era Hook, el solo me vio y miro a Edu, en sus ojos solo había ira y fuego, mucho fuego.
Separo a Edu de mí y lo lanzo al piso, en donde lo tomo del cuello y empezó a darle una golpiza, estaba cegado, parecía una maquina talando el piso, en este caso el rostro de Edu, yo estaba en shock, hasta que recapacité y solté un grito.
_ ¡BASTA HOOK LO VAS A MATAR! – seguía golpeándolo - ¡RECUERDA NUESTRA PROMESA! –
Entonces paro y se alejo de golpe de Edu, entonces entro Camila y Rebeca, no dijeron nada, solo me vieron cubierta de vino, un vaso roto y el rostro de Edu destrozado. Entendieron todo, Hook solo estaba protegiéndome, llamaron a una ambulancia, dijeron que se cayo para no hacer llegar a la policía y que corra peligro Hook, después de todo el solo me socorro a mí.
Después de eso vi la mano de Hook, ensangrentada, herida y estilando, lo tome de la otra mano y me lo lleve al baño para limpiarle la herida y la sangre.
_ Rompiste tu promesa – dije entre lágrimas-
_ Andrea, lo siento, perdí el control, pensé que te había hecho daño…
_ Tranquilo Hook, solo me ayudaste… ahora no te muevas dolerá un poco – unte un poco de povidona para limpiar la herida, se destrozó la mano –
_ Auch, eso dolió…
_ Te lo mereces – le sonreí –
_ Eres preciosa cuando sonríes y como brillan tus ojitos, como una gatita – Sentí un impulso –
_ ¿Cómo gatita? querrás decir, tú gatita – puse su mano sobre mi cara para que me acariciara –
_ ¿Por qué haces esto? – no podía dejar de mirarlo y como brillaban sus ojos- Entiendes que, si me miras de esa manera, solo conseguirás que tome de tu cadera y te ponga sobre el lavamanos para besarte esos labios que llevo deseando tanto tiempo.
Tome su mano y acaricie la punta de sus dedos con mis labios – hazlo Hook, vuélvete loco – No lo dudo, me puso de pie y me agarro de las caderas para besarme, nunca tuvimos sexo antes, pero sentía que esto nadie lo podía para, ni nosotros. Me puso sobre el lavamanos como dijo, me besaba desesperado y dios mío, no quería que quitara sus labios de mí, me quito la camisa que llevaba, me beso el cuello, mordía mis hombros, mi cuello, me estaba volviendo loca, me sentía extasiada con sus labio rozando cada parte de mí.
Quito mi brasier con una mano y lo lanzo lejos, lo enrede con mis piernas y me tomo en brazo para soltarme en la cama, no podía deja de mirarlo y el igual me miraba – Te deseo tanto Andrea, tanto, tanto, quiero que seas mía, completamente mía – le quite su polera, bese su cuello, su pecho, incruste mis uñas en él, quería marcarlo, hacerlo mi propiedad porque era mío, completamente mío y de nadie más.
Hook quito mi short y recorrió mis piernas con ambas manos, solo sentía una corriente por todo mi cuerpo que provocaba que me dieran escalofríos desde la cabeza la punta de los pies.
_ Hook… hazme tuya, soy toda tuya. Por favor no aguanto, quiero ser tuya.
Hook empezó a besarme todo el cuerpo, cada espacio visible de piel, de mi pálida piel, me mordía en algunos puntos en donde soltaba gemidos silenciosos, no podía seguir aguantando tanto esto, me beso los labios, fue el mejor beso de toda mi vida, uno sucio con sabor a pecado, sentía como todo en mi era dócil gracias a sus manos y labios. Hook bajo, me beso el vientre y me devoro, agarraba las sábanas, su cabello, mordía uno de mis dedos, lo quería dentro o iba a explotar.
_ Te quiero mi gatita, eres mía y yo te pertenezco.
Abrace a Hook, lo envolví en mis piernas y lo sentí dentro de mí, se sentía como si estuviera en una fuerte tormenta en donde uno de nosotros se ahogaría y estaba clara que sería yo, era débil si Hook era el que me tocaba.
Estuvimos haciéndolo toda la noche, hasta ya quedar sedientos el uno con el otro. Estaba enamorada de este hombre, sabía que era genuino, porque lo miraba mientras dormía en mi pecho, estaba muerto en mí y yo moría por él, era precioso verlo dormido, algo tan caótico como Hook, en paz.
Abrió un poco los ojos.
_ ¿Me extrañaste gatita? -lo dijo con un ojo entrecerrado –
_ Sí, te extrañe demasiado.
_ Entonces no te vuelvas a ir, porque estoy enamorado de ti.
No tenia palabras, solo me límite a sonreírle y asentirle con la cabeza.
_ También estoy enamorada de ti Hook y no me iré, tu eres la felicidad que necesitaba, que siempre necesite.
- Historias que arden y otros cuentos corto.
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limantigua · 2 years
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Una antigua vista de la playa Agua Dulce en Chorrillos. Sigue a @limantigua #vladimirvelasquez #limantigua #coleccionlimantigua #aguadulce #chorrillos https://www.instagram.com/p/CpfJNnqun7z/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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