#Pensemos en Dinosaurios
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Imágenes con Inteligencia artificial
Seguramente a llegado a tu teléfono alguna imagen diferente con algún dinosaurio profesionista o alguna obra de arte con la cara de alguna de tus amistades o familiar.
Y es que después de que nos divertimos en diciembre usando el chat de inteligencia artificial, empezamos a aprender su utilidad, conocimos los planes del gigante Google, ahora probamos lo que la tecnología puede hacer, convirtiendo una descripción de texto, en una imagen real.
La inteligencia artificial está avanzando a un ritmo acelerado, ofreciendo novedosas soluciones, muchas de las cuales ya estamos adoptando como algo cotidiano. Y esta tecnología parece predestinada a convertirse en una herramienta más que presente en nuestro día a día. Los generadoras de imágenes son sistemas capaces de crear imágenes realistas o ilustraciones, a partir de las descripciones escritas por sus usuarios. Su complejidad y la capacidad de comprensión y ejecución también han evolucionado, pasando de unos sencillos prototipos iniciales a modelos con resultados más que precisos.
Un generador de imágenes de IA es un sistema capaz de crear desde cero utilizando algoritmos de aprendizaje automático. Diferentes aplicaciones son capaces de lograr un entendimiento profundo del lenguaje escrito, generando imágenes que se ajustan muy precisamente a la descripción indicada. A mayor detalle, mayor precisión del resultado. Toda una revolución que democratiza la creación de imágenes e ilustraciones, acercando el diseño a todo el mundo, independientemente de sus habilidades artísticas.
Se pueden combinar estilos, conceptos y atributos para crear imágenes artísticas y relevantes basadas en el mensaje escrito de la solicitud. Al analizar el valor de las imágenes de Internet y sus descripciones escritas, los generadores de IA han aprendido qué son los objetos y cómo se relacionan entre sí.
Estos generadores utilizan dos redes neuronales. La primera red neuronal crea una imagen, mientras que la segunda juzga qué tan cerca de lo real es la imagen, basándose en ejemplos de la vida real, obtenidos de Internet. Una vez que se completa la puntuación de precisión de la imagen, los datos se envían de vuelta al sistema de IA original. Y luego, ese sistema aprende de los comentarios y envía una imagen alterada para obtener una puntuación adicional hasta que la imagen generada por IA coincida con la imagen de control.
Lejos de servirnos como juego, estas aplicaciones, que trabajan mucho mas rápido que un humano, pueden ayudarnos a desarrollar ideas para nuevos proyectos, aquí pensamos desde un logotipo hasta los interiores de una casa, por ejemplo. Si las habilidades de descripción del solicitante son buenas, no importará que no sea diseñador o artista.
Pensemos también que para las actividades de marketing, que requieren frecuentemente de imágenes, la inteligencia artificial será un gran proveedor y permitirán a las empresas diferenciarse en sus contenidos al ser originales, pero al final, no sustituyen a los diseños únicos que puede crear un verdadero artista humano, sea este un diseñador, fotógrafo o modelo, por ejemplo.
Entre las aplicaciones mas recomendadas se encuentran:
Dalle 2, presentada hace mas de un año y resulta de la evolución del Dalle 1 con muchas mejoras y calidad de los creadores OpenAI que nos sorprendieron con su ya comentado chat.
Dreamstudio, creada por una comunidad formada por más de 20.000 desarrolladores llamada Stability AI, basada en el modelo de generación de imágenes de código abierto nombrado como Stable Diffusion.
Midjourney, que en su versión Beta, se ha popularizado por la creación de los Donosaurios profesionistas.
Hot Pot ayuda a las personas a crear composiciones, diseños e imágenes a través de herramientas, plantillas atractivas y sencillas que facilitan la edición y creación.
Nightcafe, que te permite generar imágenes listas para imprimirse.
Craiyon una versión sencilla y gratuita de Dreamstudio que te ofrece varios resultados a la vez.
Stable difussion web es la versión totalmente gratuita que hace Dreamstudio
Deep Dream es el algoritmo de procesamiento de imágenes creado por Google que crea imágenes muy realistas.
DeepAI, que está haciendo que la generación de imágenes de IA sea accesible para cualquiera a través de su software de código abierto.
El debate sobre la creación humana y la de la inteligencia artificial se ha abierto y tu, debes aprovechar todo lo que te ofrece la tecnología para seguir mejorando tu día a día.
¡Gracias por leerme y compartir!
Sígueme en @ptorresmx
Con información de marketing4ecommerce.net, IEB school, Marca Claro, Dall-E2, Midjourney, Discord
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El Mapa de Internet
Un ejercicio mental, cuántos y cuáles son tu sitios web más visitados? En cuáles interactuas con más personas? En cuáles pasas más tiempo? ahora, pensemos en esos sitios como regiones reales, físicas, y tu el usuario como un habitante de estas, cómo queda tu Mapa de Internet?
Esa es la pregunta que nos hicimos en el grupo de "unos".
Para este trabajo primero hicimos una lista de los sitios que más visitamos, en esta se hicieron notorias algunas agrupaciones:
-Redes Sociales:
Facebook
Twitter
Instagram
WhatsApp
-Juegos:
League of Legends
Valorant
Overwatch
Fortnite
Fall Guys
-Streaming:
Netflix
Disney plus
HBO max
-Servicios:
Pedidos Ya
Duolingo
Uber
NEO
-Diseño:
Adobe
Figma
Debido a esta estructura se empezó a planificar que el mapa puede ser representado a manera de continentes.
Así que se empezó a delimitar regiones, basándonos en la cantidad de usuarios para los tamaños de estas.
Mientras otra parte del grupo realizamos una cronología historica de los hechos que formaron este mundo ficticio.
En esta historia hay sucesos paralelos a la historia real, cómo ser el cambio que le ocurrió al planeta desde el meteorito que extinguió a los dinosaurios, o la 2da guerra mundial que en este mundo simboliza la llegada de la web 2.0.
Posteriormente se realizaron los detalles de los habitantes de las regiones:
Sociedad - Continentes
-Sociales:
Es el principal continente proveedor de servicios de teleportación debido a su objetivo de reunir a las personas.
-Juegos:
Sus habitantes son una raza sensible a las frecuencias.
-Streaming:
Sus habitantes son raza sensible a las frecuencias al igual que en el continente de juegos pero en este decidieron brindar otro tipo de entretenimiento como principal comercio, son de los mas consumidores de los servicios del continente de Diseño.
-Servicios:
En este continente existió la esclavitud y fue abolida luego de la guerra, de ahí su filosofia del pago justo por los servicios que ofrecen, agregando una región: Potencias, que vendrían siendo estás empresas que engloban muchos sitios que visitamos frecuentemente, cómo es el caso de Meta que comprende Facebook, Instagram y WhatsApp.
-Diseño:
El continente de diseño es uno rico en “Diseñium”, en el cual cada país creo una forma de usarlo, y ahora todos los demas gobiernos requieren sus servicios.
-Potencias:
Este continente actualmente esta conformado por 4 potencias que previas a la guerra tuvieron un gran periodo de colonización, conquistando muchos territorios, como la region de Meta, que conquisto las regiones de WhatsApp, Instagram y Facebook del continente de Sociales.
Finalmente todos trabajamos en el mapa:
Para obtener el resultado:
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A Megalosaurus and Deinonychus I made for the Mexican science and education channel CuriosaMente as a collaboration with my own project The Radical Dinsoaur Fan.
I had quite a bit of fun with these and I'm also happy to update my Deinonychus, since it was the first 'serious' reconstruction I ever drew back in the day.
#Megalosaurus#Deinonychus#CuriosaMente#The Radical Dinosaur Fan#Pensemos en Dinosaurios#Theropod#Raptor#Dromaeosaur#Dinosaur#Dinosaurs#Paleontology#Palaeontology#Paleoart#Palaeoart
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¡Gracias por su paciencia! Aquí nuestro nuevo capítulo en el que exploramos algunas de las preguntas más comunes acerca de las plumas en los dinosaurios. Seguramente algo como el T. rex no las usaba para volar, entonces ¿para qué las tenía?
#PeD#dinosaurios#Pensemos en Dinosaurios#KB#K.B.#plumas#plumaje#Paleontología#ciencia#educación#video
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We just launched the Spanish version of the channel with the pilot episode!
Fun fact: this is actually the original language in which the episode was made and the original audio that was translated for the English online debut.
#The Radical Dinosaur Fan#Pensemos en Dinosaurios#Spanish#Español#Dinosaurios#Educación#Ciencia#Kulindadromeus#Tiranosaurio#Yutyrannus#Sinosauropteryx
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Capítulo 3: La leyenda del Gobblewonker.
Steven bostezó mientras entraba a la cocina que no se encontraba muy lejos de su dormitorio. Agarró una caja de su cereal de fibra y se sirvió un tazón. Encontró las cucharas después de abrir sólo uno o dos cajones equivocados, así que lo tomó como una señal de que después de su primera semana, por fin se estaba acostumbrando a su nueva casa de verano.
Se puso sus sandalias y se sentó afuera a comer, para poder ver el amanecer, y tal vez asegurarse de que no había nada cerca de la Cabaña que viniera de esos bosques desconocidos. Tomaría un rato mientras que Stan y los niños despertaban.
Masticó otra cucharada de cereal y escuchó y sintió un crujido.
Su somnolencia lo dejó de inmediato cuando sacó de su boca un pequeño dinosaurio de plástico brillante, ahora con marcas de dientes.
—Mabel.
Suspiró pero no pudo evitar sonreír. Ayer no había dejado de hablar sobre lo triste que era su comida, de que los cereales deberían ser divertidos, azucarados y tener premios. Mabel debió poner el dinosaurio en la caja de cereal como una sorpresa; tendría que agradecerle después, y tal vez, hacerle saber de los peligros de ahogamiento cuando se combinaban objetos pequeños con comida.
Steven consideró la última semana que había pasado en la Cabaña, mientras seguía observando el bosque en busca de rareza. Había trabajado unas horas en la tienda, conoció a otra adolescente de su edad, Wendy, otra compañera de trabajo. Ella era agradable, también era ruda y rápidamente se dio cuenta de que Dipper estaba enamorado de ella.
No había pasado nada extraño desde el incidente con los gnomos, y esperaba que siguiera así. Dipper estaba obsesionado con exponer la verdad de Gravity Falls a todo el mundo, pero era muy reservado respecto al diario que siempre llevaba con él y Steven no había hecho ninguna pregunta sobre eso para evitar levantar sospechas.
Sin embargo, Dipper sí que lo había estado interrogando. Steven había olvidado el hecho de que había aparecido en los blogs de Ronaldo un par de veces. Técnicamente, Steven no le mintió. Sólo estuvo de acuerdo con las divagaciones de Dipper. Se sentía un poco mal, pero sólo quería ser otro ser humano más, al menos por unos meses.
Así que mientras no aparecieran monstruos o cosas extrañas que lo pusieran en peligro, todo estaría bien.
El teléfono de Steven vibró, lo sacó de su bolsillo y sonrió. ¡Un mensaje de texto de Soos!
Oye, viejo, hoy voy a ir a pescar al lago. Quieres venir? Te recogeré. Tú compras el desayuno y yo llevo la comida para peces.
Por supuesto :) Suena divertido, muchas gracias!
Respondió Steven con rapidez, añadiendo un par de emojis de peces.
Ya había salido con Soos fuera del trabajo una o dos veces, y era divertido estar con Soos, siempre esperaba con emoción invitaciones por parte él.
Genial. Estoy allí en 15.
Se puso de pie y se tomó el resto de la leche de su tazón de cereal. Miró al bosque una vez más, antes de entrar a prepararse para un día de relajante diversión.
—Cielos, no he pescado en… años —dijo Steven. Estaba sentado en un pequeño taburete en el S.S Tipo Genial, pescando con caña de pescar, viendo como el señuelo subía y bajaba lentamente en el agua—. Muchas gracias por invitarme, Soos.
—Por supuesto, Stevo —dijo Soos, que todavía seguía comiendo el burrito de desayuno extra grande que Steven le había comprado—. La pesca es divertida, pero es incluso mejor con amigos.
Algo llamó la atención de Soos cerca de la orilla.
—Oh, oye, hablando de amigos. Son los Pines, por el muelle —Soos se tragó el resto del burrito y se limpió la cara con el envoltorio—. ¿Quieres ir a saludar, amigo?
Steven enrolló su sedal y asintió.
—¡Claro!
Como había dicho Soos, la pesca era mejor con amigos, así que cuantos más, mejor.
El ánimo de Steven cambió cuando se acercaron al muelle y escuchó a Dipper y Mabel cantando algo a su tío que no parecía nada sorprendido, e incluso parecía molesto.
—¡Caza monstruos! ¡Caza monstruos! ¡Caza monstruos!
No le gustaba como sonaba eso. Ya estaba harto de los monstruos, y además, monstruos y niños nunca debían mezclarse.
Soos condujo su barco hasta el muelle.
—¿Qué es esto sobre cazar un monstruo?
—Soos —dijo Mabel con una sonrisa—. ¡Y Steven también! —añadió y parecía encantada.
—Hola, Mabel —dijo Steven, saludando con una mano.
—Hola, jamoncito —Soos y Mabel se saludaron de puñito. Entonces, Soos se dirigió a Dipper—. Oigan, deberían usar mi barco para cazar monstruos. Tiene un timón, sillas, cosas normales de barco… —Se detuvo por un momento y entonces miró a Steven—. Oh sí, Steven, no te importa ¿verdad? Quiero decir, pescar es genial, pero esto suena de maravilla.
—Eh… —Steven miró a los gemelos que le estaban haciendo unos enormes ojos de cachorro—. Bueno, es tu barco, Soos, depende de ti. Me parece bien cualquier cosa, ¡me conoces!
—¡Sí! ¡Caza de monstruos con Steven! —dijo Mabel, emocionada, ruborizándose un poco.
—Está bien, está bien, pensemos esto —habló Stan—. Chicos, pueden perder el tiempo en alguna aventura épica para encontrar monstruos, o —Stan sostuvo algunos gusanos y anzuelos en lo alto— podrían aprender a hacer nudos y pinchar gusanos con su tío abuelo Stan.
Steven vio a los gemelos mirar entre el barco de Soos y el barco de Stan, y antes de que pudiera decir algo, se subieron a bordo del S.S Tipo Genial, y se fueron.
—¡Tomamos la decisión correcta! —gritó Mabel, mientras el barco se alejaba.
—¡Lo siento, sr. Pines! ¡¡Los traeré de vuelta tan pronto como terminen!! —gritó Steven de vuelta, algo preocupado.
—Ah, vamos Steven, no digas eso. ¡Iba a ser tan aburrido! —Mabel suspiró—. ¡Estará bien!
Steven frunció el ceño y luego suspiró. Podía hablar elocuentemente todo lo que quisiera sobre el valor de lo que la gente llamaba mundano o el valor de pasar tiempo con tu familia, pero sabía que no serviría de nada. Estos chicos eran testarudos y además, Soos estaba envuelto en emoción.
Y, si se trataba de un monstruo real, siempre existía la posibilidad de que estuviera relacionado con las gemas.
—Bien, entonces —Steven respiró profundo y puso su mejor sonrisa—. ¿Qué es todo esto de cazar monstruos?
—¡Está en este anuncio! —dijo Dipper emocionado, mostrando dicho anuncio a Steven—. Si consigues una foto de un monstruo de verdad, ¡ganas mil dólares! ¡Mabel y yo vamos a repartirnos el dinero del premio!
—Uh, eso suena divertido pero, ¿qué te hace pensar que hay un monstruo aquí?
—El viejo McGucket estaba bailando una canción sobre eso en el muelle —dijo Mabel y entonces hizo una imitación del baile y el discurso loco de McGucket—. ¡Caray, hay un gran monstruo en el lago, lo he visto!
Dipper y Soos se rieron de la imitación y Steven siguió mirando el anuncio. McGucket no parecía tener una mente particularmente estable. Tal vez esto sería una búsqueda inútil después de todo.
—El monstruo está en la isla Hunde Traseros, vamos a tomar una foto ¡y ganar el dinero del premio! —exclamó Dipper.
—¡Y yo conseguiré mi bola de hámster gigante! —chilló Mabel con alegría.
—¿Qué? —Steven miró a Mabel—. ¿Eso es lo que quieres con tu parte?
—¡Sí! —dijo, con estrellas en los ojos—. Sería increíble estar en una bola de hámster gigante, rodando, libre como un… ¡como un hámster gigante! —Saltó en el aire, para marcar su punto.
Steven se encontró sonriendo mientras la escuchaba hablar de su idea infantil. Le dolió un poco el pecho por la nostalgia. Tal vez podrían obtener una foto de algo que valiera la pena para que ella pudiera cumplir su deseo.
—¡Creo que eso suena genial! ¡Vamos entonces! —dijo Steven, dando un paso adelante—. Dipper, Mabel, los dos pueden ser co-capitanes. Soos, ��podemos ser co-capitanes asociados!
—¡Me encanta, amigo! —dijo Soos.
—¡Es perfecto! —respondieron al unísono, Dipper y Mabel
—Bien… ¡vamos entonces! —Steven sintió que la emoción del grupo lo empezaba a llenar y señaló la isla—. ¡A la isla Hunde Traseros!
—¡Sí!
—¿Alguno de ustedes tiene protector solar? —preguntó Soos.
—¡Vamos… a buscar protector solar! —dijo Dipper.
—Muy bien, todos, si vamos a ganar este concurso, tenemos que hacerlo bien. Piensen, ¿cuál es el problema número uno en la caza de monstruos?
—Si eres un actor secundario mueres al comienzo de la película —dijo Soos, asustándose a sí mismo un poco—. Viejo, ¿acaso soy un personaje secundario? ¿Alguna vez se lo han preguntado?
—¿El drama arruina la dinámica del grupo? —supuso Steven. Eso siempre era lo que causaba problemas cuando iba a misiones con las gemas.
—No, no, no —dijo Dipper, agitando los brazos—. ¡Problemas de cámara! Imaginen a Pie Grande, ¡Soos, sé Pie Grande!
Soos hizo una pose perfecta de Pie Grande, incluso Steven estaba un poco impresionado.
—Oh, mira, es Pie Grande —dijo Dipper con tono burlón. Hizo gestos de buscar algo en su chaleco salvavidas—. Ups, no hay cámara.
Dipper sacó una cámara.
—¡Oh, ahí está! —Se la puso en la cara—. Oh no, la lente está rota… ¿ven lo que estoy haciendo? ¿Lo entienden?
Soos, Steven y Mabel asintieron.
—¡Es una idea muy inteligente, Dipper! —Lo elogió Steven.
—Sí, el hombre tiene razón —concordó Soos.
—Es por eso que compré veintiuna cámaras desechables —dijo Dipper—. ¡Dos en mi tobillo, tres en mi chaqueta, cuatro para cada uno de ustedes, tres extras en esta bolsa y uno bajo mi sombrero.
Dipper mostró la ubicación de cada una de las cámaras.
Soos levantó una cámara para tomar una foto de sí mismo, pero el flash lo asustó y lanzó la cámara hacia atrás. Steven corrió y la atrapó en el aire.
—Oh, buen trabajo Steven —Empezó Dipper hasta que escuchó un crujido.
Steven abrió el puño y al ver la cámara se ruborizó. Ups.
—¿Acabas de aplastarla con tus propias manos? —dijo Dipper sorprendido y contrariado.
—Es… un plástico muy barato —Se justificó. Steven sintió el sudor formarse en su nuca.
—¡Ah, pájaro! —Mabel entró en pánico y tiró una de sus cámaras por la borda.
—Es… está bien, ¡para esto tenemos las cámaras extras! Nos quedan diecinueve, chicos, ¡por favor tengan cuidado! ¡No pierdan sus cámaras! —dijo Dipper, luciendo exasperado.
—¿Dijiste pierdan las cámaras? —preguntó Soos y Dipper se giró hacia él.
—¡NO! —exclamó.
—Hermano, ya perdí dos —admitió Soos, encogiéndose de hombros.
—Bien, diecisiete… ¡tenemos diecisiete-! —Cuando golpeó con su puño la nevera escuchó un crujido desagradable—. Dieciséis… dieciséis cámaras.
—Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Tirar más cámaras por la borda o qué? —Se burló Mabel, sosteniendo una cámara al lado del barco.
—No, no —Dipper suspiró—. Está bien. Como co-capitán, sugiero que la co-capitana Mabel esté de vigía, el co-capitán asociado Soos trabaje al timón y el co-capitán asociado Steven, eh, ¿ayude a Mabel a estar de vigía?
—¡Sí! —vitoreó Mabel para luego correr hacia Steven y tomar su brazo—. ¡Me toca el tiempo con Steven!
Steven se rio un poco, luego miró a Dipper con una sonrisa. Esto estaba… yendo bien, hasta ahora.
—Vale, ¿algo más? —preguntó Steven.
—Bueno, deberíamos intentar atraer al monstruo con esto —dijo Dipper y señaló un barril lleno de comida para peces.
—¿Permiso para probar un poco? —preguntó Soos.
—Permiso concedido —dijo Mabel.
—Permiso co-concedido —Asintió Dipper.
—Permiso de asociado co-concedido —añadió Steven.
—Permiso de asociado co-concedido co, concedido… concedido —dijo Soos para luego tomar un pedazo de la comida de peces y lamerla.
De inmediato se atragantó y se limpió la lengua, temblando.
—Oh hombre, ¡no sé a qué esperaba que supiera eso! —dijo.
Los otros tres no pudieron evitar reírse y Soos se les unió pronto.
—¡Oh, Soos! —exclamó Dipper.
Steven también se estaba riendo, pero se detuvo cuando vio el barco de Stan por el rabillo del ojo. Lo saludó con la mano pero Stan sólo hizo un gesto desanimado y se alejó, murmurando algo que Steven no pudo escuchar.
Pronto llegaron a la isla Hunde Traseros. Steven estaba en el frente con Mabel, contándole una historia graciosa.
—Y luego papá dijo: “¡Qué bueno que no estoy retirado!” —Steven dijo la broma con una gran sonrisa.
Mabel se carcajeó, casi cayéndose de costado por el barco. Steven la agarró por el chaleco salvavidas y la levantó. Mabel se limpió una lágrima de su ojo.
—Steven, cuentas las mejores historias, vamos, ¡cuéntame otra!
—Bueno, hubo una vez que Cebolla —Empezó Steven pero Dipper los interrumpió fingiendo una tos.
—¿No se supone que los dos están cuidando?
—¡Cuidado! —gritó Mabel, lanzándole un balón de voleibol a Dipper. La niña se rio cuando el balón rebotó en el brazo de Dipper y él se estremeció un poco—. No, pero en serio, ¡estamos en ello!
—¡Cuidado! —exclamó Steven, viendo la orilla que se precipitaba sobre ellos a través de la espesa niebla.
—¡Exacto! —respondió Mabel pero fue interrumpida por un ruido sordo.
Todos fueron arrojados hacia adelante un poco. Steven agarró a Dipper y Mabel, y lo puso bajo sus brazos, preparándose para lo que fuera a suceder, sus ojos alertas.
—Eh, mira, ¡estamos aquí! —exclamó Mabel—. Uh, ¿Steven?
Steven todavía los estaba cargando. Parpadeó un poco y entonces los soltó.
—Oh… uh, lo siento, me asusté un poco… ¿todos están bien?
—Sí, sí… vale, tengo que prepararme de nuevo —murmuró Mabel y corrió hacia el frente del barco, posando—. ¡Soy genial en la vigilancia! ¡Bola de hámster, allá voy!
Saltó al frente, adentrándose en la isla llena de niebla.
Pronto, el cuarteto estaba caminando a través del bosque. Dipper estaba al frente guiando el camino con una linterna, Steven miraba el bosque algo aprehensivo, y Soos y Mabel sólo estaban siendo ellos mismos en la parte de atrás.
Se detuvieron por un momento. Steven escuchó vagamente a Soos y Mabel riéndose de algo y a Mabel hablando con Dipper. Mabel empezó a pincharlo, pero él mantuvo su atención en el bosque que los rodeaba. Si los gnomos eran reales y las cosas que había visto al asomarse sobre el hombro de Dipper para ver el diario eran reales, entonces tenía que estar pendiente de las cosas o si no…
Un horrible gruñido resonó en el bosque. Todos se detuvieron para escuchar.
—¿Escucharon eso? —preguntó Soos.
Steven se sintió sudoroso, su respiración se aceleró. Trató de categorizar el sonido en su mente tan rápido como pudo. ¿Qué tipo de gema corrupta podía ser? Se había topado con muchas…
—¡Oye, la linterna! —gritó Dipper.
Steven se espabiló y miró a su alrededor, para ver a la zarigüeya con la linterna. Corrió y cogió la zarigüeya para el miedo y sorpresa de los demás, y le quitó la linterna con suavidad.
Fue extraño que la zarigüeya no actuara como un animal salvaje, no entró en pánico cuando Steven la tocó, pero en el momento en que la soltó, salió corriendo.
Steven le entregó la linterna a Dipper sin decir nada. Mabel sólo miró a Steven con estrellas en sus ojos y un poco de rubor en sus mejillas.
—Justo como una princesa de Disney —susurró para sí misma—. Sorprendente.
—Oh, gracias Steven —dijo Steven—. Sin la linterna no habría podido ver nada en medio de toda esta niebla.
—Sí, pero… amigo ¿crees que esto aún vale la pena? —preguntó Soos—. Ese misterioso gruñido no fue mi estómago. Mi estómago hace sonidos como de ballena.
Mabel puso entonces su oreja sobre el estómago de Soos.
—¡Majestuoso! —dijo, con asombro.
—¿No vale la pena? Vamos chicos, imaginen lo que pasaría si conseguimos esa foto —proclamó Dipper.
Steven vio como Dipper y Mabel miraban fijamente un punto en el espacio por un momento y supo entonces de que no había manera de convencerlos de que regresaran, incluso si lo intentaba.
—¡Estoy muy convencida! —dijo Mabel.
—¡Yo también! —respondió Dipper.
Los dos se adelantaron de inmediato.
—¡Chicos! ¡No se adelanten demasiado! —Los llamó Steven. Hizo un ruido quejumbroso y corrió tras ellos.
Cuando los alcanzaron, Dipper y Mabel seguían hablando con entusiasmo. Soos puso una de sus manos sobre el hombro de Steven.
—Oye amigo, ¿estás bien? Te ves un poco, ya sabes, sudoroso. Estás muy mojado.
Steven se estremeció. Tal vez toda la situación lo estaba poniendo muy ansioso. Abrió la boca para decir que estaba bien, pero se detuvo y suspiró.
—Estoy… un poco nervioso, supongo —dijo Steven en voz baja—. He estado en… aventuras antes. Y… siempre comienzan con diversión, pero las cosas pueden terminar mal, así que me preocupo un poco.
—Oye, si necesitas irte, puedes irte. Estaré aquí por los gemelos, amigo. Aunque puede que te llamen gato asustado o algo así —dijo Soos, encogiéndose de hombros.
Steven lo consideró por un momento pero luego negó con la cabeza. No, si se trata de un monstruo real o una gema corrupta, lo iban a necesitar allí.
—Me quedaré, pero… gracias, Soos —Steven sonrió.
—No hay problema, amigo —respondió Soos.
Continuaron siguiendo el gruñido a través de la isla, hasta que llegaron a la otra orilla. A través de la niebla vieron una silueta que parecía ser una gran creatura. Los cuatro se agacharon detrás de un tronco.
—¡Aquí es! ¡Todos preparen sus cámaras! —susurró Dipper, emocionado.
Soos, Mabel y Steven sacaron sus cámaras. Steven tragó en seco. Si esto de verdad era un monstruo, esperaba que no estuviera en contra de las fotografías con flash.
Todos encendieron sus cámaras.
—Listos… ¡ya! —gritó Dipper.
Soos saltó sobre el tronco primero, los otros dos detrás de él, todos tomaron tres fotos. Pero Steven tropezó con el tronco, cayendo sobre su rostro, pero se levantó y los alcanzó. Dio un largo suspiro de alivio cuando la silueta en la niebla se hizo clara y no era nada más que un montón de restos formados convenientemente y algunos castores.
—¿Qué? Pero, ¿y el gruñido qué? —preguntó Dipper—. ¡Escuché un ruido de monstruo!
El ruido se escuchó de nuevo y los cuatro miraron de dónde provenía, para ver a un inofensivo castor mascando de vez en cuando, una vieja y oxidada motosierra, encendiéndola cuando lo hacía.
—Genial, un castor con una motosierra —dijo Soos, tomando algunas fotos.
—Pobre, puede lastimarse —dijo Steven y de inmediato se dirigió hacia el castor, con suavidad, balanceándose sobre las rocas y los restos.
—¡Oye, cuidado! —gritó Soos.
Steven se acercó con cuidado al castor, para tomar el borde de la motosierra alejándola primero, antes de recogerla con rapidez y volver donde estaban todos, motosierra en mano.
—¿Quién deja esas cosas alrededor? Estos castores pudieron lastimarse de verdad —dijo Steven, bajando la motosierra. Su ceño estaba fruncido.
Soos había tomado fotos de toda la interacción.
—¡Amigo, eso fue genial! Deberíamos enviar esto al programa de Ellen —declaró Soos—. Ella ama a los castores.
Dipper se sentó en una gran roca que estaba en la orilla del lago, y lanzó una piedra al agua.
—Rayos. ¿Qué le vamos a decir al tío Stan? Lo abandonamos por nada —Suspiró.
Steven se acercó a los gemelos, sentándose junto a Dipper en la roca. Ya había formado todo un discurso en su mente para resolver la situación de inmediato.
—Bueno. Sólo tienes que disculparte y ser honesto con tus sentimientos-
Empezó, pero el suelo comenzó a temblar, interrumpiéndolo de una forma muy grosera.
El suelo temblaba y el agua ondulaba. Steven y Dipper miraron hacia arriba y vieron una enorme silueta de lo que Steven suponía, era el Gobblewonker nadando. Mabel gritó.
—¡Preparen sus cámaras! —comandó Dipper, poniéndose de pie y dándose la vuelta—. Vamos, esta es nuestra oportunidad.
Steven estaba paralizado sobre la roca, mirando a la enorme bestia. Mabel y Soos retrocedieron.
—No es tan difícil, todo lo que tienen que hacer es apuntar y hacer clic ¡Así! —Dipper se dio la vuelta, apuntando la cámara a la bestia, dándose cuenta de que estaba justo delante de él… y que Steven estaba sentado, quieto, mirándola fijamente, congelado con… ¿miedo?
—Steven, ¡cuidado!
Soos, Dipper y Mabel corrieron juntos hacia adelante, y tomaron a Steven por los hombros tirando de él hacia debajo de la roca, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Steven? —jadeó Mabel.
Mabel pensó que Steven estaba sonrojándose, al menos al principio, pero no… ¡sus mejillas brillaban de color rosa! Se fue casi tan pronto como lo vio.
—Corran —dijo Steven, con algo de esfuerzo—. ¡Vuelvan al barco!
Los cuatro empezaron a correr a través de la isla. El Gobblewonker se lanzó hacia ellos mientras corrían, derribando varios árboles. Steven lo vio a punto de golpear a Mabel, Dipper y Soos.
Así que, Steven corrió hacia los tres y agarró un árbol que estuvo a punto de golpearlos, sosteniéndolo arriba mientras sus mejillas brillaban en rosa, y con un grito lo arrojó a un lado.
—¿Qué? —jadeó Dipper—. ¿Cómo hiciste eso?
—No hay tiempo para eso —dijo Soos, tomando a Dipper y a Mabel bajó sus brazos. Steven los siguió desde un poco más atrás, poniendo cuidado por más árboles caídos y sí que había muchos. Los sonidos chocantes de los árboles sacudieron el suelo debajo de él y el sonido metálico del rugido del Gobblewonker no estaba muy lejos.
—¡Vayan al barco! —dijo Steven.
Dipper intentó tomar fotos desde su posición, pero la cámara se le cayó.
—¡No, la cámara! —Intentó salirse del agarre de Soos, pero fue en vano.
—Si te hace sentir mejor, tengo un millón de fotos de esos castores.
—¿Por qué eso me haría sentir mejor…? ¡Cuidado!
Justo cuando llegaron al barco, un enorme árbol fue arrojado hacia ellos. Steven actuó por instinto, agarrando a los otros tres y poniéndolos detrás de él.
Hubo un gran impacto y astillas por todos lados.
Cuando el polvo se asentó, Dipper abrió los ojos con cautela y vio… ¿rosa? Estaban en una especie de enorme esfera rosa. Las manos de Steven estaban estiradas y él respiraba con dificultad.
—¿¡Steven!? ¿¡Puedes invocar bolas de hámster?! —gritó Mabel con alegría.
Antes de que alguien pudiera responder, el Gobblewonker lanzó su cola hacia ellos, lanzando la burbuja hacia el cielo. Steven sintió náuseas mientras caían… hubo un chapoteo y pronto se sumergieron por completo.
La burbuja golpeó el fondo del lago con un suave golpe. Hubo un largo silencio antes de que alguien hablara.
Steven tomó una respiración profunda, y entonces miró al trío que estaba detrás de él. Mabel tenía las manos sobre la burbuja, con los ojos bien abiertos por la intriga. Soos miraba a su alrededor, preocupado por estar en el fondo del lago y todas las criaturas que residían allí.
Dipper estaba mirando a Steven, boquiabierto, sus ojos muy abiertos también.
—Supongo… que tienes algunas preguntas —dijo Steven con una risa nerviosa.
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"El mejor antídoto contra la próxima pandemia es preservar la biodiversidad"
En su último libro, La fabrique des pandémies (La fábrica de pandemias), la periodista francesa Marie-Monique Robin ha conversado con 62 científicos de todo el mundo cuyas conclusiones son categóricas: la pandemia actual es solo la punta del iceberg. Detrás vendrán otras y todos somos responsables de ello. Entrevista a Marie-Monique Robin. Marie-Monique Robin es periodista y cineasta. Nacida en Gourgé (departamento francés de Deux-Sèvres), fue galardonada con el premio Albert-Londres en 1995 y ha dirigido los documentales «El mundo según Monsanto» (en francés, Le monde selon Monsanto) y «El Roundup frente a los jueces» (en francés, Le Roundup face à ses juges). La fabrique des pandémies es su último trabajo. A continuación, publicamos la entrevista que concedió a la cadena de televisión France 3. France 3: Una epidemia de pandemias amenaza al planeta, eso es lo que se desprende de estas entrevistas. ¿Los científicos con los que ha conversado lo tienen claro? Los 62 científicos de los cinco continentes con los que he hablado trabajan en disciplinas muy diversas. Algunos son infectólogos, otros, epidemiólogos, médicos, parasitólogos o veterinarios, pero todos tienen la misma convicción: el mejor antídoto contra la próxima pandemia es preservar la biodiversidad. En este punto son categóricos. De hecho, han descubierto una serie de mecanismos que muestran cómo la destrucción de la biodiversidad —la deforestación o la destrucción de bosque tropical primario en África, Sudamérica o Asia— está en el origen de las zoonosis. Las zoonosis son enfermedades provocadas por patógenos que se transmiten de la fauna silvestre al ser humano y, muy a menudo, a través de los animales domésticos. France 3: Y sobre esto se ha determinado claramente la responsabilidad del ser humano, ¿no? Totalmente y fue muy sorprendente para mí. No se trata solo de decir «es una pena, las aves y los pandas están desapareciendo...». Hay, por ejemplo, mecanismos que muestran realmente cómo en una selva tropical equilibrada que no ha sido fragmentada, los agentes patógenos que albergan los animales que la habitan están presentes de forma latente. Cuando rompemos ese equilibrio eliminando a los grandes mamíferos, los depredadores desaparecen también. El problema es que esos depredadores se alimentan de roedores, que son el principal reservorio de agentes patógenos, antes incluso que los primates o los murciélagos. Si preservamos la integridad de los bosques, todo se mantiene en un estado latente; si la desequilibramos, estamos ante una verdadera bomba biológica. El mejor ejemplo de este «efecto de dilución» es la enfermedad de Lyme. France 3: ¿Cómo funciona este «efecto de dilución»? En Estados Unidos, los investigadores han demostrado que el reservorio de la bacteria que transmite la enfermedad de Lyme es el ratón de patas blancas. Si queremos evitar que las garrapatas se alimenten de la sangre de estos ratones, hay que lograr que haya muchos mamíferos en los bosques, por ejemplo, zarigüeyas, que no portan la bacteria. En cambio, si reducimos la biodiversidad eliminando a las zarigüeyas y a las ardillas , solo quedará un tipo de roedor. Los «especialistas» van a desaparecer; no así los «generalistas» . Y los roedores generalistas son los principales reservorios de agentes patógenos como la bacteria que causa la enfermedad de Lyme. De ahí la importancia de preservar el equilibrio. France 3: Eso es también lo que pasó en Malasia con el virus Nipah, ¿no? Marie-Monique Robin | © Julien Delage, FTV Es otro buen ejemplo. En 1997, se quemó de forma intencionada la selva de Borneo para introducir plantaciones de palma aceitera. Los murciélagos que vivían en esos bosques tropicales se vieron obligados a huir. Hay que decir que son animales extraordinarios: son los únicos mamíferos capaces de volar y, por ello, han desarrollado un sistema inmunitario que les permite estar llenos de agentes patógenos y aun así no enfermar, una verdadera proeza. Sin embargo, cuando destruimos su hábitat, estos murciélagos excretan todos los patógenos que albergan como reservorios que son debido al estrés . En 1997, los murciélagos que se vieron obligados a huir se refugiaron en los árboles frutales plantados en la costa de Malasia. Se comieron los mangos, defecaron en los cerdos de las granjas intensivas que se encontraban justo debajo y les contagiaron este nuevo virus , que a su vez infectó a los humanos. Los cerdos son el mejor huésped intermedio entre los agentes patógenos de la fauna silvestre y el ser humano. Compartimos con este animal el 95 % de nuestros genes y en términos de intercambio de agentes patógenos es el mejor amigo del hombre. Se ve bien la conexión: la deforestación, la industrialización y, al final, la globalización, porque esos cerdos iban destinados al mercado chino. Tenemos todos los ingredientes necesarios. Y ese modelo lo observamos en muchas otras enfermedades zoonóticas. France 3: ¿Como el ébola? Sí. Es la primera gran enfermedad zoonótica. Apareció en África en 1976 y fue transmitida por primates expulsados de su hábitat a causa de la deforestación. Había tráfico de primates para comer su carne y a partir de ahí, es fácil imaginar cómo se encadenó todo. Y lo mismo con el sida. France 3: Leyendo su libro uno se da cuenta de que finalmente la barrera de las especies ha desaparecido, ¿no? Completamente. Es lo que dice Jean-François Guégan, investigador del INRAE (Instituto Nacional Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medioambiente) y del IRD (Instituto de Investigación para el Desarrollo). Guégan dice que eso que nos enseñaron cuando éramos estudiantes de que existe una barrera entre las especies, que nos protege y que permite que los patógenos no puedan pasar…, todo eso es falso, es completamente falso. Lo que sabemos también es que la humanidad se encuentra en una situación totalmente inédita: nuestra actividad antrópica, la actividad humana, ha modificado considerablemente el entorno hasta tal punto que si seguimos deforestando como hasta ahora —por hablar de los bosques tropicales—, pronto no quedara ni uno. Y esto está ocurriendo muy rápidamente. Al modificar los paisajes, estamos generando cambios muy profundos: obligamos a las poblaciones de animales a desplazarse o a desaparecer y alteramos el clima. Los investigadores nos dicen que las causas que están en el origen de las nuevas enfermedades son las mismas que están provocando el cambio climático. Esto significa que cuando se es responsable político, si se quiere evitar la próxima pandemia, hay que tomar medidas a nivel internacional. Por ejemplo, hay que dejar de importar soja transgénica para alimentar al ganado europeo. Porque cuando importamos soja de Argentina o de Brasil, antes de eso ha habido una deforestación que hará enfermar no solo a los pueblos que viven en esos países, sino también a nosotros. También hay que dejar de importar aceite de palma para usarlo como combustible para nuestros vehículos. Todo está ligado, todo está interconectado. Y estas medidas que adoptemos para preservar la biodiversidad también serán positivas para el clima. Serán buenas para el clima, buenas para la salud y buenas para la biodiversidad. France 3: Una de las grandes demostraciones del libro es que hace ya tiempo que los investigadores habían detectado los riesgos. «Lo sabíamos» es lo que usted escribe... Todos estos científicos llevan dando la voz de alarma desde hace al menos veinte años, demostrando cómo la biodiversidad protege la salud. Y no se les escucha. Seguimos teniendo una visión muy fragmentada de la ciencia y de la acción política que la acompaña; funcionamos con la lógica de los silos: cuando uno es médico no se ocupa de los animales y cuando es veterinario no se ocupa de los humanos. Es ridículo. Hasta hace dos siglos, ambas disciplinas se enseñaban al mismo tiempo porque no hay nada más cercano a nosotros que los animales. Pensemos por ejemplo en los cerdos, o mejor, en los primates. El 99 % de los genes de los chimpancés son similares a los nuestros. Tenemos una visión muy fragmentada y eso hace que ya no tengamos una visión global, pese a estar en la era del Antropoceno. Hemos cambiado de era geológica, ya no estamos en el Holoceno. Estamos alterando el clima y nos encontramos de lleno en la sexta extinción de especies, algo muy grave. La última desaparición de una especie se dio con los dinosaurios hace 65 millones de años. Estamos en la sexta extinción de especies y somos nosotros, los humanos, los que la hemos provocado con nuestra actividad. Vivimos una época muy particular, única: tenemos que revisar nuestra manera de funcionar. Los científicos a los que he entrevistado invocan un nuevo concepto, el «One Health», del que se habla cada vez más. Lo que dice este concepto de «salud planetaria» es que es absolutamente necesario tener una visión global: no podemos disociar la salud de los animales, ya sean domésticos o salvajes, de la de los humanos, es imposible. Cuando los ecosistemas están enfermos, todo el mundo está enfermo. Los científicos dicen que hay indicios que demuestran cuándo el ecosistema está enfermo y que se traducen en diarreas en ciertas poblaciones, enfermedades crónicas, etc. Esto quiere decir también que tenemos que salir de esta lógica tecnicista que hace que hoy día, frente a la pandemia, nuestra única obsesión sea la de encontrar una vacuna y un medicamento. France 3: Si el riesgo de pandemias va a incrementarse según lo previsto, ¿quiere eso decir que la carrera por la vacuna a la que asistimos actualmente es completamente inútil? Al menos eso es lo que dicen los científicos. Esta carrera es inútil en el sentido de que lo único que hacemos es eso. No es que no haya que buscar una vacuna contra la pandemia en estos momentos, a pesar de todas las dudas que hay sobre su eficacia, ya que es un virus que muta enormemente, más que el de la gripe. Los científicos tienen dudas sobre la capacidad de sacar una vacuna tan rápidamente. Jean-François Guégan nos lo recuerda. El problema es que no estamos haciendo otra cosa. No hacemos lo que los científicos preconizan, que es abordar las causas que provocan que los agentes patógenos que desde siempre se han alojado, por ejemplo, en los murciélagos sin causar daños, de pronto se hayan convertido en un riesgo para los humanos. Eso es lo que tenemos que resolver realmente de forma colectiva, es muy importante. Hay, pese a todo, algunos indicios que demuestran que se empieza a tomar conciencia. El año que viene se celebrará en Marsella el Congreso Mundial de la Naturaleza, aplazado debido a la pandemia, y Francia va a presentar una moción sobre la deforestación importada. Cuando echamos aceite de palma a nuestros motores, estamos contribuyendo a la deforestación en Indonesia y en otros lugares. Cada acto de consumo en Europa tiene un impacto en el medioambiente al otro lado del mundo. Como dice un científico en mi libro, cuando talamos árboles en la Guayana Francesa podemos provocar una enfermedad en la otra punta del mundo y eso mismo se aplica a los aviones de largo recorrido. France 3: ¿Por eso el riesgo de que surja un nuevo virus es mayor en Asia o África? Exactamente. Los científicos han constatado que los agentes patógenos no se reparten de cualquier forma en el planeta. Mientras más descendemos hacia los trópicos, mayor es la biodiversidad, más mamíferos y aves silvestres hay y, por tanto, más agentes patógenos potenciales. Lo que demuestran los estudios es que cuanto más se destruye el medioambiente en esas zonas, mayor es el riesgo debido al efecto de dilución. Porque, como he dicho antes, es en los bosques tropicales donde se encuentra el mayor número de reservorios de agentes patógenos potenciales. Y una vez más, esos agentes patógenos siempre han existido y hasta hace poco no eran un problema. Ahora mismo sí lo son porque los estamos echando de los bosques. Evidentemente, la solución no está en eliminar a todos los murciélagos o a todos los roedores del mundo; todos desempeñan una función para la ecología. La solución consiste en revisar nuestra relación con el medioambiente y con la fauna silvestre y reconsiderar nuestro lugar en el planeta. Hay científicos que me han dicho que tenemos que dejar de pensar que estamos en la cúspide de la pirámide, porque con esta actitud tan arrogante estamos destruyendo la vida de la que dependemos para vivir y acabaremos destruyéndonos a nosotros mismos. France 3: ¿Es el objetivo del libro, despertar conciencias? ¿Tenemos tiempo todavía? Es como con el clima: es urgente, pero aún es posible hacer algo. Hay que parar definitivamente la deforestación, dejar de intervenir en los bosques tropicales, pero eso también significa que hay que alentar a esos países para que encuentren cultivos de sustitución o medios para reducir la pobreza. Hay que tener en cuenta que la presión ejercida sobre los ecosistemas, principalmente sobre los bosques tropicales, se debe también a la explosión demográfica que, en gran parte, está ligada a la pobreza. De hecho, me sorprende mucho escuchar a científicos que me hablan de eso, que me dicen que, para frenar las próximas pandemias, evidentemente hay que dejar de destruir la biodiversidad, pero también hay que resolver el problema de la pobreza, porque está relacionado. En Asia se interviene cada vez más en los bosques tropicales, ya sea por parte de las grandes multinacionales que quieren producir aceite de palma o cualquier otra cosa, o por los pequeños campesinos que sencillamente no tienen tierra para alimentarse. Es necesario instaurar una nueva ética que cuide mejor el medioambiente, pero también a los seres humanos. Es un cambio profundo que incluye a la economía. France 3: ¿Qué hacer? Después de todos estos años haciendo documentales y escribiendo libros, llego siempre a la misma conclusión: tenemos un modelo económico que se basa en beneficios ilimitados de los que solo disfruta una pequeña minoría. Imagínese, 28 multimillonarios en el mundo poseen tanto como 3 500 millones de personas. ¡Se ve claramente que aquí hay un grave problema! No es posible seguir con este sistema de producción ilimitada sin tener en cuenta en ningún caso los daños causados al medioambiente y que sufren una mayoría de personas que no se benefician de esas actividades económicas. ¡Es muy importante que lo entendamos! Todos los científicos a los que he entrevistado para escribir mi libro estaban confinados en sus casas en Australia, Estados Unidos o Gabón y todos estaban muy deprimidos y muy preocupados por sus hijos y sus nietos. Todos me dijeron que nos dirigimos hacia el desastre y que tenemos que despertar de una vez. En los últimos treinta años se ha acelerado el ritmo de pandemias. Hasta mediados de los años 70 aparecía una nueva enfermedad emergente cada 15 años. En la actualidad, surgen entre una y cinco al año, y el ritmo se acelera. De momento se ha paralizado la economía por un virus que mata al 1 % de la población. Obviamente, es demasiado, pero hay que poner las cosas en su contexto: este virus mata menos que la malaria o el ébola, que mata al 50-60 % de las personas contagiadas. Imagínese que llega un virus tan letal como el ébola que se transmite por vía aérea, ¿qué haríamos? Está claro que estamos en una encrucijada y que debemos adoptar una visión a medio y largo plazo y no una visión cortoplacista como la que tenemos en estos momentos. Pronto, un documental El rodaje de un documental sobre estas cuestiones, que contará con la actriz francesa Juliette Binoche, se prevé que empiece muy pronto. Ya se ha publicado un anuncio para solicitar aportaciones. Basado en el libro La fabrique des pandémies, el documental dará voz a una veintena de científicos de todo el mundo. Tráiler (en francés) disponible en Vimeo. Traducción de Marta Gómez Barrera Ecoportal.net Fuente Read the full article
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Hacer el vago
Ésta mañana me he levantado cansado. El maldito arresto domiciliario que estamos viviendo me está ganando poco a poco. No tengo ganas de hacer nada. Planifico, me digo mil veces a mi mismo que debería de ponerme a trabajar lo antes posible, aplazo tareas... Pero al final, nada de nada. Y así día tras día. A esto los psicólogos lo llaman procrastinación, una mierda más inventada para ganar dinero. Mi padre lo llamaba “hacer el vago”, y creo que ha existido desde que el ser humano existe. Tiene poco que ver con el mundo moderno y sus muchas tonterías.
“Hacer el vago es algo malo”, nos han dicho desde siempre. No se puede estar parado, mirando al techo, perdido en pensamientos no productivos. Hay que trabajar, trabajar, trabajar. Hay que estar constantemente en movimiento, no vaya a ser que el universo se pare. Y ahí quizás está la cuestión. Nos han engañado siempre. Viviremos en ��ste mundo un muy corto espacio de tiempo. Tan pequeño, que aunque creamos que sí, no dejaremos huella en ésta tierra. Si redujéramos la historia de la Tierra a veinticuatro horas, la humanidad llevaría sobre ella apenas dos segundos, los últimos dos segundos. Los dinosaurios se habrían extinguido hace veinte minutos. Y nosotros no creo que tardemos más de un par de horas en desaparecer, a pesar de que nuestro egoísmo nos haga creer que estaremos en éste mundo para siempre. Desapareceremos como todas las especies que han existido y que existirán. Pero en lugar de aprovechar el corto tiempo de vida que se nos concede disfrutando del espectáculo que el universo pone delante de nosotros, nos ponemos a correr a lo loco y en todas direcciones, desde casi el momento en que nacemos. Puede que la infancia sea la época en la disfrutamos de más libertad, pero enseguida el mundo nos mete prisas para que comencemos a movernos. El movimiento perpetuo es la humanidad. Las hormigas y abejas no lo son. Ellas hibernan una vez al año.
Quizás todo sea una estrategia para distraernos de las cosas importantes. Para que no pensemos, para que digamos a todo que sí sin apenas recapacitar. Una forma de tenernos retenidos en el rebaño que es ésta maldita humanidad, gobernada por leyes civilizadoras, más que civilizadas. Somos robots programados por eso que llamamos sociedad, que, aunque existan muchas y de muy distintos tipos, todas consiguen lo mismo: La sumisión. Y así, nos convertimos en seres libres y sumisos. Sumisamente libres...
Quizás comencé éste texto queriendo hablar del encierro domiciliario y ésta maldita procrastinación me haya hecho, nuevamente, perderme en divagaciones.
Quizás la libertad sea, simplemente, tener derecho a divagar.
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Llegas me escribes y te vas, llegas me desorientas y te vas, llegas te recuerdo y te vas, porque? Si tan solo llegases y me besaras, si tan solo llegases y te quedaras, dime por que,porque te vas.
Se que me ves, se que me piensas, que en tu mente deambulo así sin más, dime que es lo que sientes, dime que lo sientes, dime que todo fue un error, yo te quiero mi amor, regresa por favor y hablame de tu día, de tus sueños, de tu alegría, recordemonos en un parque y pensemos en dinosaurios, dame un beso tan solo un beso, que me alcance para vivir, no me dejes, no lo hagas por favor.
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Steven Spielberg: en busca del rumbo perdido
Suelo emocionarme bastante con el cine. Hay películas que me han llegado a la “patata” y que han conseguido que se me saltarán las lágrimas. Si, yo también lloré con el final de Titanic, que se le va a hacer. El Rey León, Inside Out, Leyendas de Pasión, Forrest Gump… todas ellas se encuentran en mi lista de reproducción “make me cry non stop” en los puestos más altos. No obstante, existe una película que no necesariamente es emocional como tal pero que siempre consigue que se me erice la piel. Se trata de Jurassic Park. La escena en la que aparece el primer dinosaurio (el velociraptor no cuenta) unido a la enorme banda sonora de John Williams es algo que, sencillamente, me puede.
Ni no ni no ni, ni no ni no ni… bueno, algo así.
La habilidad para crear grandes escenas, inolvidables la gran mayoría de ellas, es un rasgo que caracteriza en sobremanera a Steven Spielberg. Cuando pienso en este director en su trayectoria, siempre se me viene a la mente otro compañero de profesión que pasa por una situación similar en la actualidad: Ridley Scott. Mi sensación es que este señor tiene dos o tres películas buenas y que a partir de ahí ha ido improvisando con diferentes géneros y temáticas. Ninguno de los dos es un autor (al menos en mi humilde opinión) pero la impresión con Spielberg es diferente. Es un gran creador de sagas que ha sabido moverse como pez en el agua en el terreno de la producción, con el mayor de los respetos en la industria cinematográfica. La aventura no se entendería sin la existencia de Indiana Jones, con películas tremendamente entretenidas a la par que frenéticas (pensemos solo en tres de ellas ¿vale?) Del mismo modo, su aportación a la ciencia ficción ha sido crucial y aún cuando sus películas no han sido las mejores, desde luego han servido como inspiración para numerosas obras actuales.
Pero Spielberg también ha demostrado ser capaz de realizar obras maestras. La Lista de Schindler es una obra que se aleja por completo de lo que había hecho hasta el momento (y de lo que ha hecho hasta ahora también). Es una película dura, alejada de esa atmósfera “buen rollista” que prevalecía en la gran mayoría de sus películas. Su obsesión por acercarse al documental le permitió crear escenas profundas y muy duras, aún con la presencia de algunos momentos con un maniqueísmo patente. Spielberg no ha vuelto a realizar una película similar, algo muy comprensible pues la excelencia alcanzada en dicha obra es enorme.
Hasta luego, “Lucas”.
Por todas estas razones… echo de menos a Steven Spielberg. No sabría decir cuando perdió este director la creatividad, pero la realidad es que actualmente es algo muy notorio. Los Archivos del Pentágono ha sido la gota que ha colmado el vaso. Un vaso relleno con películas tan extrañas como Mi Amigo el Gigante, El Puente de los Espías o War Horse. Su capacidad en la realización, en la puesta en escena y en la fotografía es indudable, pero se echa en falta esa frescura y originalidad tan características de sus anteriores obras. En su última película, se aprecia un desinterés muy evidente en muchas de sus cualidades. Destaca por encima del conjunto su capacidad para manejar el ritmo junto a unas interpretaciones que guían todo el relato, lo cual la salva de ser una película mediocre. Aún así, el giro hacia el Spielberg político es muy obvio. Y aquí es donde se encuentra el gran lastre de la película.
Esta escena no venía a cuento…
Es algo que ya le ocurrió en Salvar al soldado Ryan (muy superior a Los Archivos del Pentágono). Spielberg es un director muy americano. Me atrevería a decir que incluso más que Clint Eastwood, mucho más crítico con su país aún con el amor que le profesa. Spielberg se niega a ver lacras en su patria y la coloca como símbolo ideal. Decía el propio director que Los Archivos del Pentágono representaba su opinión sobre la elección de Donald Trump. Razón no le falta en esta afirmación. Spielberg se entrega por completo a la crítica al gobierno estadounidense realzando el valor de la labor periodística, la cual en su opinión parece ser un estamento perfectamente establecido. Si en Salvar al soldado Ryan el ejercito alemán se ridiculiza por completo, engrandeciendo en sobremanera al americano, en su última película está máxima se lleva a la sociedad americana y al periodismo sensacionalista.
Con todo ello, es una opinión más. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero desde luego es una visión muy limitada. Porque si, la administración Trump es desastrosa, tanto para el pueblo estadounidense como para la prensa. Pero también cabría recordar que fueron los ciudadanos norteamericanos los que votaron a este señor, al igual que la prensa le dio bastante bombo cuando las índices de audiencia no acompañaban. Ni todos son tan buenos ni todos son tan malos (bueno Trump si)
Vuelve, Steven. Vuelve a hacernos soñar con otros mundos, con aventuras únicas. Vuelve a emocionarnos con esas grandes escenas o vuelve a aterrorizarnos con aquello que no vemos. Que un director de su opinión es fantástico pero se agradecería que aporten algo más que simplemente blanco o negro. Lo confieso, no tengo demasiada confianza en Ready Player One pues bebe de demasiadas referencias como para tener personalidad. Pero es Spielberg. Con él siempre hay que mantener la esperanza. Al fin y al cabo, nunca repara en gastos.
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¿La dictadura la estará presentando como una posible candidata?
Rosa María Payá (Infolatam)
LA HABANA, Cuba.- En una de las últimas emisiones del noticiero nacional de televisión, y en su emisión de la noche, el régimen dedicó un ataque a una mujer totalmente desconocida para los cubanos de a pie, es decir para casi todos. Rosa María es su nombre, y es la hija del asesinado Oswaldo Payá. Puedo suponer el desconcierto de los compatriotas que no estaban mirando a esa hora las telenovelas de Telemundo, y se conectaron con la televisión nacional, esa en la que prima la censura que hace vivir a los cubanos en el más oscuro de los ostracismos.
La desconocida fue presentada como una enemiga de la revolución, una mujer que pasaba su vida viajando, de un lado a otro, y con el dinero que le pagan los enemigos de la revolución cubana y de su pueblo. ¿Y qué había hecho está mujer para merecer esos ataques? Pues asistir al discurso que hiciera Trump en Miami, en el que el presidente se propuso definir la política que trazaría su gobierno con respecto a Cuba y sus gobernantes.
Para los cubanos es muy extraño todo ese orquestado alboroto. Era demasiado raro que el gobierno se alejara del tradicional secretismo, ese que por décadas se ejerció en Cuba… Ahora mismo cualquier cubano puede reconocer a Rosa María Payá si es que le pasa por el lado. Ha sido, en definitiva, una publicidad gratuita hacia la destacada disidente, quien se ha entrevistado con varios mandatarios, incluso con el papa. Y quien en cada encuentro habló de la necesidad de justicia, y también de que deben aclararse los misteriosos acontecimientos que llevaron a su padre hasta la muerte.
Esa joven habló mucho de la necesidad de que se instale en Cuba una democracia que permita elecciones libres. Para ello presenta su programa político: Cuba Decide, donde propone un plebiscito donde el pueblo decida si continúa la dictadura o se establece una democracia. Hace muy poco y a pesar de los acosos, a pesar de las negativas de visa, ella celebró la entrega, sin que al gratificado le permitieran entrar a la isla, el Premio Oswaldo Payá. Creo que era más simple impedir la entrada de Rosa María.
Resulta pecado subestimar a la dictadura. Creo ver un poco más allá de ese descrédito que le dedicaron a la luchadora política. Ellos, quienes tanto se cuidan, ¿estaban otorgando a la población cubana otra alternativa política? ¿Nos mostraban otra opción? Este accionar demuestra el cansancio y el miedo del dictador y de su familia. Han comenzado a jugar, a manipular en el ámbito político, es decir, en el suyo. De alguna manera demuestran, al menos a mí, que son dinosaurios en el siglo XXI en fase de enmascaramiento.
Si así fuera están eligiendo, de entre toda la oposición, el “mal” menor. Rosa María Payá tiene una formación católica, es decir, pacífica, como pacífica fue la lucha de su padre. No creo que me aventure al pensar que suponen que podrán manipularla, y quién duda que usando a la iglesia, y al diabólico Jaime Ortega, quien siempre estuvo, está, y estará, a favor de los Castro.
Pensemos en el crédito que otorgaría al régimen un plebiscito, pensemos en el respiro que les daría en estos momentos de agonía. Un plebiscito puede ser el último pataleo para conseguir la permanencia en el poder, aunque sea negociando. ¿Les queda otra alternativa? ¿Lo sería Berta Soler, la líder de las Damas de Blanco? ¿Acaso Antonio Rodiles? No lo creo, estos dos son de la línea dura y no quieren dialogar con los Castro. Ellos exigen su retiro, y elecciones libres.
Si Berta, Rodiles, Ailer González y Ángel Moya sobrevivieron hasta hoy, la razón tiene que ver con el hecho de que son bien mediáticos, y podía suceder algo parecido a aquello que ocurrió con la Posición Común de la Comunidad Europea, cuando fueron encarcelados 75 disidentes durante la muy conocida Primavera Negra.
Otro que no clasifica para emprender el futuro diálogo es José Daniel Ferrer, líder de Unión Nacional Patriótica de Cuba (UNPACU), y a quien se le negó, junto a Berta, salir del país y asistir a ese discurso de Trump. Ellos saben bien que con Ferrer no podrían dialogar, que él no les perdonará todo el tiempo que lo mantuvieron en la cárcel por el simple hecho de pensar diferente.
Aún quedan otros líderes, Guillermo Fariñas, Jorge Luis Antúnez, Cuesta Morúa, y, por supuesto, Yoani Sánchez, pero ésta última siempre estuvo alejada de la confrontación directa con el régimen, y buscó caminos alternativos para una Cuba democrática y libre, pero sin dudas la mejor opción, el menos nocivo de los caminos, al menos para ellos, es Rosa María; luego manipularían al pueblo, ejercerían fraude en las urnas, y se quedarían con el poder, dejando a un lado a la hija de Payá. Creo ciegamente en que la presentación de esta joven es solo el primer capítulo de muchos que irán llegando, ya veremos.
¿La dictadura la estará presentando como una posible candidata?
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La banda del Titanic
Crítica de Mex Feliero para Funcinema.
Mi cinefilia furiosa comenzó en 1991, con la fiebre del VHS. Por eso, cuando en Un importante preestreno se repasan los institucionales de las compañías editoras -de AVH a Gativideo de LK-Tel a Plus Video- es imposible no sentirse ganado por la nostalgia sobre un tiempo que ya no volverá: los espectadores de salas para 1000 personas y visitas interminables al videoclub somos los dinosaurios de la cinefilia, con el infortunio de que no tuvimos la suerte de desaparecer como aquellos. A nosotros, el meteorito tecnológico nos destruyó el pasatiempo y nos permitió sobrevivir para penar y recordar eternamente. Sin embargo el documental de Santiago Calori tiene una particularidad que lo hace especial: está construido sobre la base de múltiples pesares y pérdidas (una cinefilia -aquella- sin presente; el videoclub como vía de escape extinta; salas gigantescas convertidas en bingos, templos o cualquier otra cosa; incluso la figura de Fabio Manes como testimonio de todo aquello), sin embargo nunca se permite caer en la lástima o la autocompasión. Por el contrario es alegre, vital, chispeante, regado de anécdotas invalorables para todo aquel que siente curiosidad sobre un tiempo curioso: uno donde para entrar en un cine en la calle Lavalle había que hacer cuadras y cuadras de cola y una película podía estar un año en cartelera o poseer un título que no tenía nada que ver con el original. Pero nada.
Bernardo Zupnik, Fernando Martín Peña, Daniel Melero, Bobby Flores, Pascual Condito, Norberto Feldman, Cacho Ortiz, Claudio María Domínguez son algunos de los entrevistados; distribuidores, exhibidores, especialistas en cine o, simplemente, espectadores. Todos fueron parte de la historia que cuenta el documental, que abarca un tiempo que va desde los 60’s hasta el presente. Espacio clave, ya que le permite al film arrojar una mirada a los cambios culturales pero también políticos que hubo en el país. Pensemos: gobiernos de facto, Triple A, peronismo, dictadura, regreso democrático, destape y todas las modificaciones tecnológicas de las últimas dos décadas. Si bien Un importante preestreno tiene al cine como eje, su mirada se posa sobre los espectadores y sus vivencias; en cómo todos estos cambios modificaron sus costumbres y sus hábitos de consumo.
Tal vez desde lo periodístico, el film de Calori no entregue mayores novedades: es un trabajo destinado al público cinéfilo y este ya conoce, con más o menos detalle, aquellas historias y eventos. Tampoco desde lo formal. Pero es la sumatoria de anécdotas divertidas y ese aire ligero y desdramatizado que campea en todos los entrevistados, lo que lo convierte en una película para atesorar. Esa banda de alegre instrumentistas del Titanic que con el agua por el cuello, al borde de la extinción, igual sigue tocando.
Link al original.
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Siempre que hacemos arte nuevo para un dinosaurio muy popular, ¡queda ese cosquilleo de emoción y nervios de cómo reaccione la gente a nuestra versión!
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El capítulo 1 "Cerca, ¡pero no es un dinosaurio!" Acaba de estrenarse en Youtube, ¡acompáñenos a verlo!
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¡Bienvenidos al blog oficial de Pensemos en Dinosaurios!
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¡Nuestro video de agradecimiento y presentación de Saurian!
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