Tumgik
#Oiga Mire! Mañana
donalvarosamaniego · 10 years
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My collaboration for the fanzine «Oiga mire! Mañana» edited by Javi de Castro, in which he assemble a bunch of young Spanish cartoonist that according to what he thinks, will give that talk someday.
My work here consists in a six page comic tale, about the teenager drama of the moment. The balconning.
Esta es la colaboración que realicé para el fanzine «Oiga mire! Mañana» editado por Javi de Castro, en el cual nos junto a unos cuantos jóvenes historietistas españoles, que según el daremos de que hablar más pronto que tarde. En el, realicé un cómic de seis páginas acerca de uno de los dramas adolescentes del momento. El balconing.
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Humor: la riqueza del idioma
Estuve pensando el otro día, que es lo que tenemos las personas introvertidas, que pensamos mucho y yo soy cacho introvertido así que imaginaros la de tiempo que me paso pensando, la mayoría de veces en tontás que digo yo, pero qué le voy a hacer. Son muchas horas en transporte público intentando no incomodar por mirar a la gente a la cara. Pues eso, que estaba pensando en mis cosas y me llegó una revelación: hay que ver lo rico que es nuestro idioma y complicado a la vez. Me explico con unos ejemplos así me entendéis tod@s lo que quiero decir, hay muchas palabras que según dónde y cuándo las uses tienen un significado u otro, por ejemplo “tieso”.
“Tieso” es una palabra multi funcional que usamos para muchas cosas. Por ejemplo, estoy tieso puede significar no tener un duro, vas y antes de pagar la cena le dices a los compañeros: estoy tieso, y así esperas que algún alma caritativa te invite, y si cuela, cuela. También vale al revés, cuando alguien te pide que le prestes dinero y tú le dices que no eres cofidis y entonces pues le sueltas lo mismo y esa persona entiende que por ahí poco va a rascar y te comprende, y empatiza contigo, y os hacéis amigos si ya no lo erais antes, porque compartís el vínculo universal de la pobreza, que tantos y tantos españoles comparten hoy en día, y eso une, por eso los españoles estamos todos tan hermanados ^^u
Pero claro, si cambias la expresión y dices se ha quedado tieso, también puede significar que alguien tiene frío, como:  “me he quedao tieso esperándote”, cuando se da la situación de que alguien supera ampliamente la barrera cordial de los... 15/20 minutos? de llegar tarde a alguna cita o appointment. Que se supone que te he estado esperando aquí afuera, al raso, sin chaqueta y me he ido echando unos cubos de agua encima como en el ice bucket challenge ese ya que me estaba aburriendo, porque no se me ha ocurrido enviarte un mensaje y entrar en un lugar climatizado como un bar o así a esperarte. No, me he quedao tieso en la calle esperándote y eso implica una compensación por tu parte, una genuflexión y que seas fustigado públicamente. Un poco exagerao, pero es que los humanos lo somos, exageraos. Nos gusta el drama y adornar la verdad un poco.
Por otra parte, volviendo al tema que nos ocupaba, te pones tieso también cuando estás formando en la fila para entrar en clase, y para parecer más alto que los demás niños cuando están escogiendo integrantes para el equipo de baloncesto, o cuando vas por la calle paseando tranquilamente  y pasa una mujer súper atractiva y sacas pecho para parecerte al de hugo boss y escondes la barriguilla un poco porque estás seguro que así ella te verá y se enamorará perdidamente de ti, porque eres el tío que mejor aguanta la respiración de todos los que ha conocido. Y se casa contigo siempre y cuando todo sea rápido, porque eso dura unos segundos solamente. Sé de uno que aguantó algo más de 2 minutos y le dio tiempo para la boda exprés en el juzgado y el viaje de novios cerquita, pero ya en la alcoba en la noche de bodas exhaló y qué desilusión más grande. Divorcio, separación de bienes, el perro, el acuario, la abuela, el adosado en Torremolinos, vamos, un lío, y todo por aguantar la respiración demasiado. Si es que a veces no pensamos.
 En un nivel de tieso superior o más agudizado está la tiesez mortal. Si, si, también decimos que alguien se ha quedado tieso si la diña, se muere, fallece o fenece. El hombre se acostó y se quedó tieso o los atracadores lo dejaron tieso de un disparo. Esto está relacionado al parecer con el rigor mortis ese que dicen los del CSIC, perdón, los del CSI, que es lo que aparece cuando llevas mucho tiempo muerto, que se ve que te acartonas y te pones rígido así, pues eso. Que últimamente la gente ya ha perdido el rigor para morirse, oye. El otro día viendo pasar las series en netflix buscando qué ver (qué cantidad de tiempo perdido al día buscando entre las mismas series ahí dándole con el dedo) me di cuenta que hay un montón que van de gente resucitada y de zombis, un montón. Antes uno se moría y si no había sido mordido por un vampiro o había estado implicado en algún vertido tóxico o bomba atómica antes de morir, pues no pasaba nada, se quedaba ahí en el hoyo y descansaba en paz. Ahora no, ahora hay múltiples razones por las que puedes revivir, y volver después de un porrón de años, que ya nadie se acuerda de ti, o muy poco, y vas a visitar a la familia pero no te acuerdas de nada, que al parecer la amnesia es parte del proceso del revivir, que digo yo, qué gran putada. No te acuerdas de dónde vives y tienes que vagar por ahí con un sudario o con la ropa que te pusieran toda andrajosa y pestilente, con tierra hasta las cejas, hasta que alguien te recoge pensando que eres un autoestopista perdido con poca higiene. Mucho estrés, oye. Que ya hay enterradores que están cavando tumbas no a 3 metros, a 50 metros de profundidad para evitar que salgan los renacidos o si lo hacen pues que tarden lo suyo en llegar arriba, que al menos ganas unos mesecillos mientras se produce el tema del escarbe. Y quizá alguno lo deje ya aburrido de tanto escarbar pensando que lo han enterrado en el centro de la tierra. “Yo ya no puedo más, mire, me he quedao en los huesos escarbando. Ya me espero y si hay una erupción volcánica, un geiser o algo y salgo pues bien, y sino, pues aquí al menos se está calentito”.
Hay una serie de zombis muy famosa que todo lo que pasa es por un virus que de repente aparece, que se ve que se pilla una enfermedad y cuando te mueres pues te conviertes en un zombi. Un virus! Que luego viene tu compañero de trabajo y te suelta: osti, hoy no me encuentro muy fino, creo que he pillao un virus este fin de semana y te pones histérico y le gritas: pilla el virus, pero lejos de mí ehh, aquí no eh!! Aquí no!! Y le vas echando agua del bidón ese de la oficina aunque no sea bendita, por si acaso y haciendo la señal de la cruz, norte sur oeste este. Y el compañero: estás fatal. Y tú: si, si, yo estoy fatal, pero tú mantente lejos de mí, y lo vas empujando así de lejos con el palo de la fregona. Y ya si empieza a toser o a estornudar, lo encierras en un armario o en el baño y llamas a los marines, al S.W.A.T o a los mossos, por si acaso. Que tú no serás muy listo y tu cerebro no será muy grande, pero le tienes aprecio, que lleváis muchos años juntos. Que digo yo, si los zombis comen cerebros aquí en España  tienes dos opciones: si lo que quieres es alimentarlos pues los metes en la Universidad Juan Carlos I o II o III ( no sé qué parte de la saga es ) y allí tienen para un rato alimentándose de las jóvenes mentes del mañana. Pero si lo que quieres es matarlos seguro, pues en vez de tirotearlos, bombardearlos o cortarles la cabeza, que es muy cansao o muy costoso para las arcas y los bolsillos de los españoles, pues los atraes a todos a una sede del PP, ahí mismo en la calle Génova  y ya allí pues mueren de inanición los pobres, sin nada que echarse a la boca. O se comen entre ellos.  Así TWD producida y transcurrida en España hubiera tenido un capitulo piloto y ya está. Finito. Es que no piensan estos guionistas.
 Cambiando de tercio, hace unos añitos ya bien buenos, también decíamos que nos poníamos tiesos ( o al menos una parte de nuestra anatomía varonil lo hacía ) mientras uno veía una película clasificada con una letra del final del abecedario, en el plus, a altas horas de la madrugada. Que los pijos y los pudientes veían el plus de pago sin codificar a esas horas con los ojos así  O.O (ojos abiertos) y el resto de los mortales lo veían así ¬¬ (ojos entrecerrados) intentando vislumbrar o adivinar lo que había tras tanta raya y tanta codificación: si una mujer, una teta, un miembro viril, un culo, algo. Debería premiarse sinceramente a todo aquel que era capaz de ponerse tieso viendo esas escenas, echándole mucha imaginación, porque tú sabías que algo erótico festivo estaba pasando pero había veces que no sabías muy bien qué. Solicito un aplauso y mi más sincera admiración para todas aquellas personas que habiendo trasnochado tanto lo han conseguido alguna vez. Que luego pasaba que una noche salías de copas y tenías la suerte de ligar y en el momento de desnudarse e irse a  la cama te quedabas parado pensando y ella sorprendida te preguntaba: ¿qué te pasa? Y tú: es que así sin rayas, no puedo, no sé. Uy, muchos problemas maritales y de pareja con eso. Gente que lo intentaba practicando el sexo detrás de una persiana de esas clásicas. ¿Quieres decir Antonio , esto te pone? Y el Antonio: calla, no me hables y haz este ruido: fshhhhh fshhhhh, pero era todo muy complicao. Poca broma con eso. Qué daño hizo el plus a las relaciones sexuales de los españoles, los que las tenían. Luego ya vino el DVD y el Blue-Ray con HD y 4K, con mucha más definición, que se ven hasta los poros de la piel, pero ya no es lo mismo. No tienes que esforzarte como antes. Es demasiao fácil, pierde la gracia.
Total, que tieso es una palabra con muchas acepciones y usos coloquiales, pero luego queda el problema de que depende de la situación se puede malinterpretar. Porque imaginad que llega el gran momento de hacerse la foto de graduación con toda la clase ahí bien puesta y colocada, los más altos detrás, los bajitos delante, todos con sus uniformes o sus trajes de domingo, y ese fotógrafo que se acerca a ti y te comenta: venga tú, mira a la cámara, sonríe y ponte bien tieso, y tu le dices: oiga, ¿seguro? Mire que esta foto la verán mis padres y no es plan… O puede pasar que una noche que estás con un amigo tomando unas cañas en el bareto de turno, quieras pasarte de listo y le sueltes de repente: estoy bien tieso, para intentar escaquearte de pagar  y él entonces te mire y te diga: perdona pero no me va ese rollo, yo soy heterosexual. Por más explicaciones que le dieras después ambos estaríais incómodos ya para el resto de vuestros días. O peor aún, igual si le va ese rollo y te metes en un lío tremendo del que no puedes salir sin herir sus sentimientos. Muy complicado todo.
 Así que mucho cuidado con lo que decís, sobre todo cuando no lo pensáis, porque el idioma castellano es muy rico pero también es muy cabroncete. Ya os advertí antes que yo pensaba mucho y normalmente eran puras tontás.  Ahora no se admiten devoluciones. Muchas gracias por vuestra atención y por vuestros aplausos, risas y likes, más que merecidos. Os quiero 3000. 
Arigato Gozaimasu (=^ . ^=)
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Jueves, 13 de septiembre
Silencio total en el barrio. Es una maravilla. Cómo amo el silencio... ¡El mayor lujo de estos tiempos, junto con un vaso de agua fresca y un cigarrillo en paz! Hay muchas definiciones del hombre (Homo esto, Homo lo otro, Homo lo de más allá)..., pero yo tengo la mía propia: el hombre es un animal que básicamente mete ruido. ¡Desde que nace! ¡A grito pelado viene al mundo, y normalmente da la lata de lo lindo hasta que se va! Luego, normalmente, se va en silencio, mudo, tan callando...
Los animales —los otros animales, quiero decir— hacen ruido cuando hace falta; el hombre hace ruido a todas horas, y si no hace ruido es que está rumiando cómo hacerlo. Todo, generalmente, para nada. Jeringar la marrana a través del ruido es su máxima preocupación, su principal desvelo, su más alto afán («¡Aquí estoy! ¡Miradme! ¡Aquí estoy!»). Yo ante la pregunta «¿Qué es lo que a usted más le disgusta?», nunca dudo: el ruido, es la respuesta. Creo que puedo con casi todo, excepto el ruido.
Lo curioso del ruido es que lo utilizamos para quitarnos el miedo, y al mismo tiempo para disimular. Vas a un hotel, y bajas a las siete de la mañana a desayunar, y todo está en bendito silencio, y de pronto te meten a Chuck Berry a todo trapo por el hilo musical. Y de nada sirve intentar explicarles que hay momentos para todo: para tomar el primer café de la mañana, y para escuchar rock and roll. El sistema lo dispone así: a nadie se le debe permitir, en momento alguno, estar a solas con sus pensamientos... ¡Porque igual se asusta! ¡O empieza a exhibir imprevisibles comportamientos sospechosos! En inglés existe una frase, gráfica donde las haya, que bien podría resumir el mundo actual: «Aquí hay tanto ruido que no te oyes ni pensar...».
Es un milagro, por tanto, este silencio de mediados de septiembre en el barrio, mientras cae la luz y se va haciendo de noche al otro lado de mi ventana. La verdad es que tengo suerte: mi barrio puede que sea uno de los más ruidosos de Madrid (estoy rodeado de hospitales, tengo a los bomberos a un tiro de piedra, y por el norte me sitia el primer o el último —según se mire— tramo urbano de la M-30, que a su paso por aquí se llama Avenida de la Ilustración); pero los espacios y los tiempos de silencio son abundantes, y muy profundos, cuando se producen, porque esto es casi periferia, y en cuanto cae la noche —y de madrugada— la calma puede llegar a ser tan total que te olvidas, de hecho, de que estás en Madrid.
Todo esto me ha recordado un poema propio, que en su día incluí en mi poemario Gran esperanza un tiempo (publicado en 2013), con el que voy a aprovechar para decir adiós por hoy. Después me haré otro té y aquí me quedaré, fumando en la penumbra y dejando que el lento crepúsculo preotoñal —pura delicia— me vaya envolviendo y arropando con el suave y delicado terciopelo de sus sombras.
GRACIA
¿Cómo ser poeta en nuestro tiempo? Y digo estar en estado de gracia, que es de donde surge la poesía. No somos Fray Luis, ni Santa Teresa, ni San Juan de la Cruz. Somos más bien como ese personaje de El zoo de cristal, de Tennessee Williams, que trabajaba en una fábrica de zapatos, y allí fue sorprendido garabateando versos en las cajas. Se quedó sin trabajo, por supuesto.
Este mundo en que vivimos es como una fábrica. ¿Quién se saca poemas de la manga con todo este barullo? Yo mismo he dicho muchas veces que la poesía se oculta en todas partes. Pero escribir poesía es ver con el oído. Y ya no vemos nada. No hay quien vea lo que oye, ni oiga lo que piensa, en medio de este sucio mar de ruido.
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hipertexto · 3 years
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Tres poemas de Gabriela Mistral
ÉXTASIS
  Ahora, Cristo, bájame los párpados, pon en la boca escarcha, que están de sobra ya todas las horas y fueron dichas todas las palabras.
  Me miró, nos miramos en silencio mucho tiempo, clavadas, como en la muerte, las pupilas. Todo el estupor que blanquea las caras en la agonía, albeaba nuestros rostros. ¡Tras de ese instante, ya no resta nadar!
  Me habló convulsamente; le hablé, rotas, cortadas de plenitud, tribulación y angustia, las confusas palabras. Le hablé de su destino y mi destino, amasijo fatal de sangre y lágrimas.
  Después de esto ¡lo sé! no queda nada! ¡Nada! Ningún perfume que no sea diluido al rodar sobre mi cara.
  Mi oído está cerrado, mi boca está sellada. ¡Qué va a tener razón de ser ahora para mis ojos en la tierra pálida! ¡ni las rosas sangrientas ni las nieves calladas!
  Por eso es que te pido, Cristo, al que no clamé de hambre angustiada: ¡ahora, para mis pulsos, y mis párpados baja!
  Defiéndeme del viento la carne en que rodaron sus palabras; líbrame de la luz brutal del día que ya viene, esta imagen. Recíbeme, voy plena, ¡tan plena voy como tierra inundada!
VIEJA
Ciento veinte años tiene, ciento veinte, y está más arrugada que la Tierra. Tantas arrugas lleva que no lleva otra cosa sino alforzas y alforzas como la pobre estera.
Tantas arrugas hace como la duna al viento, y se está al viento que la empolva y pliega; tantas arrugas muestra que le contamos sólo sus escamas de pobre carpa eterna.
Se le olvidó la muerte inolvidable, como un paisaje, un oficio, una lengua. Y a la muerte también se le olvidó su cara, porque se olvidan las caras sin cejas.
Arroz nuevo le llevan en las dulces mañanas; fábulas de cuatro años al servirle le cuentan; aliento de quince años al tocarla le ponen; cabellos de veinte años al besarla le allegan.
Mas la misericordia que la salva es la mía. Yo le regalaré mis horas muertas, y aquí me quedaré por la semana, pegada a su mejilla y a su oreja.
Diciéndole la muerte lo mismo que una patria; dándosela en la mano como una tabaquera; contándole la muerte como se cuenta a Ulises, hasta que me la oiga y me la aprenda.
"La Muerte", le diré al alimentarla; y "La Muerte", también, cuando la duerma; "La Muerte", como el número y los números, como una antífona y una secuencia.
Hasta que alargue su mano y la tome, lúcida al fin en vez de soñolienta, abra los ojos, la mire y la acepte y despliegue la boca y se la beba.
Y que se doble lacia de obediencia y llena de dulzura se disuelva, con la ciudad fundada el año suyo y el barco que lanzaron en su fiesta.
Y yo pueda sembrarla lealmente, como se siembran maíz y lenteja, donde a tiempo las otras se sembraron, más dóciles, más prontas y más frescas.
El corazón aflojado soltando, y la nuca poniendo en una arena, las viejas que pudieron no morir: Clara de Asís, Catalina y Teresa.
Desolación
,La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde me ha arrojado la mar en su ola de salmuera. La tierra a la que vine no tiene primavera: tiene su noche larga que cual madre me esconde. El viento hace a mi casa su ronda de sollozos y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito. Y en la llanura blanca, de horizonte infinito, miro morir intensos ocasos dolorosos. ¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido si más lejos que ella sólo fueron los muertos? ¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto crecer entre sus brazos y los brazos queridos! Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto vienen de tierras donde no están los que no son míos; sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos. Y la interrogación que sube a mi garganta al mirarlos pasar, me desciende, vencida: hablan extrañas lenguas y no la conmovida lengua que en tierras de oro mi pobre madre canta. Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa; miro crecer la niebla como el agonizante, y por no enloquecer no encuentro los instantes, porque la noche larga ahora tan solo empieza. Miro el llano extasiado y recojo su duelo, que viene para ver los paisajes mortales. La nieve es el semblante que asoma a mis cristales: ¡siempre será su albura bajando de los cielos! Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa; siempre, como el destino que ni mengua ni pasa, descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.
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nefinitan · 4 years
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Mi primera guardia notarial
No la olvidaré nunca, me tocó pringar, y quiero compartirla con todo aquel al que le interese leerla.
Allá por el verano de 2014, cuando a duras penas acababa de aterrizar en notaría y estaba aprendiendo el oficio, me tocó cubrir turno de guardia.
Pongámonos en situación: Hacía dos meses escasos que estaba aprendiendo el oficio de copista con la alternancia de aprender también las tareas de recepción. Resulta que cada vez que  había una nueva incorporación en la plantilla el resto de compañeros les hacían la jugarreta de que éstos se encargasen de cubrir la primera guardia que le tocase cubrir al Notario.
Lo primero de todo es que no sabía lo que era una guardia, ni sabía que las notarías la hiciesen; para mí eso era algo propio de un farmacéutico, el personal de centros sanitarios, los miembros de los cuerpos de seguridad, vigilancia y bomberos, el cerrajero y poco más.
Me explicaron que siempre hay un par de notarías de guardia que dura desde la tarde del viernes hasta el domingo y en horario habitual del despacho para atender las URGENCIAS que, por circunstancias especiales, no pueden esperar al siguiente día hábil.
¿Qué entendemos por urgencia? Por ejemplo, que alguien esté en estado grave en el hospital y no haya dejado testamento. (Que eso según como se mire, porque si resulta que tienes una edad avanzada, pues como que quizás ya te lo deberías de haber visto venir y ser previsor, pero bueno, en España lo dejamos todo para el último momento, ya se sabe).
Me dijeron que estuviese tranquila que no pasaría nada, que rara vez hay algo; que del viernes tarde no habría nada de que preocuparse pues como ya sabía no cerramos y que yo sólo tenía que cubrir el sábado, el domingo lo cubriría otro compañero también recién incorporado.
BOOM. No sólo tuve que hacer la guardia presencialmente en el despacho (obligado, todo aquel al que le tocaba guardia debía estar allí presencialmente), si no que no me dejaron en paz.
VIERNES TARDE.- Llama una señora para ver si el Notario se puede pasar el SÁBADO por casa del padre que está muy mayor y le han dicho que está en las últimas. (Si era tan urgente debió haberse solicitado que fuese el mismo viernes, si no urgencia de qué).
Bueno, se deja preparado el testamento el mismo viernes de cara al sábado.
SÁBADO.-
POR LA MAÑANA.- A las 9,00h nada más abrir, suena el teléfono y yo ya me estoy muriendo por dentro (que no sea nada, por favor; si es que lo mío es mala suerte). Es el Notario que llama al despacho para asegurarse de que estaba allí cumpliendo la guardia.
Una hora después más o menos, suena el timbre de la puerta, miro por la mirilla y una señora de unos 60 años aguarda tras la puerta. (maldición, qué querrá y qué hago yo ahora).
La señora en cuestión, agárrense bien, quería firmar una HERENCIA, así sin más, sobre la marcha una calurosa mañana de sábado.
Yo no tenía ni idea de como se prepara y tramita una herencia, estaba aprendiendo, era la novata.
Acompaño a la señora a una sala y luego me voy a llamar al Notario. El Notario obviamente, diciendo que como va a ser eso, que ni es posible ni es urgencia, pero que no le diga nada a la señora, que él está cerca y ahora mismo sube para atenderla personalmente.
Resulta que a la señora se le vencía el plazo, que son seis meses desde la fecha de defunción, para firmar la herencia de un familiar en Aragón, y claaaro no le había dado tiempo de arreglar nada hasta que ese sábado que debió levantarse y se dijo: Pues hoy fíjate, que tengo tiempo para lo de la herencia. (Cáptese la ironía).
Al final quedó en consulta, se le tomaron los datos para ponerse en contacto con ella de cara al lunes y pedirle documentación y lo que se precisara.
Eso sí para rematar, la señora pidió que por favor si podíamos enviar un fax al banco que así se ahorraba la gestión. Se le envió el fax, por supuesto; faltaba más.
Despedimos a la señora y el notario al rato también se va.
A media mañana, suena el teléfono. Al otro lado de la línea, una señora me dice que no puede subir al terrado porque un vecino tocapelotas le ha cambiado el candado y ella estaba de obras y tenía todo el material allí empantao' y que claro las obras sólo las podía hacer durante el fin de semana y ya no podía acceder…y pues nada, que el Notario fuese a «levantar acta y tomar nota y fotos si hacía falta», que eso no podía ser. (y yo para mis adentros: DÓNDE ESTÁ LA URGENCIA, qué para ti sea una urgencia, no implica que sea a todas luces verdaderamente una urgencia).
Pues nada, a llamar otra vez al jefe, que me informa de que primero le han de requerir en un Acta para que vaya al edificio, y por tanto que les llame. (Madre mía, madre mía, ¿Quién va a hacer el Acta si a duras penas sé hacer las copias?).
Los cito, informo al Notario, y una vez todos allí reunidos, escaneados los DNI, y habiendo tratado el «problema del terrado» los clientes con el Notario, tengo que ponerme a preparar el Acta (tierra trágame, que yo no sé como se hace eso!)
El Notario me dicta y me indica todo el tiempo, cuando acabamos le doy número de protocolo, fecha e imprimo matriz. Le recuerdo al Notario la salida de testamento que ha de hacer en breves, que con todo lo que había pasado hoy ya se le había olvidado. Me pide que llame a la señora y le informe de que llegará un poco más tarde de lo acordado por alargarse una firma en el despacho, y en cuanto acabara esa llamada le pidiese un taxi.
Se firma el requerimiento sin problemas, se queda con ellos en el domicilio convenido, se les pide provisión y se les despide.
Luego el Notario, expediente y matriz en mano y el taxi listo abajo esperando, sale pitando hacia la firma del testamento.
A los 20 minutos escasos me llama el Notario:
- Oiga, usted a dónde me ha enviado?
+ A la dirección que facilitó la señora.
- Pues aquí no atiende nadie, llame y verifique la dirección.
Llamo a la señora para que me verifique la dirección. Resulta que la señora nos dejó la dirección de su domicilio, no el de su padre que es dónde el Notario debía ir…
La señora se disculpa:
- Perdón, perdón, me equivoqué, pues es la costumbre ya que uno tiende a dar la dirección de su casa, que tonta soy.
Llamo al Notario, que está que trina, pero es que yo también. Le doy la nueva dirección y menos mal ya todo transcurre sin incidentes.
Sólo faltará liquidar la salida del Acta que está programada para la tarde.
POR LA TARDE.- El Notario hace la salida del Acta y me llama para informarme de que se presentará con un vecino que también quiere dejar recogidas en el acta sus manifestaciones sobre lo que aquí ocurre. (POR QUÉ me tiene que pasar a mí esto).
Se presentan, preparo la diligencia bajo las indicaciones del Notario, se firma y se van todos, Notario incluido. Y yo, mirando el reloj y deseando que den ya las 19,00 horas, por favor.
Y dieron las siete de la tarde sin más incidencias, menos mal; y pude dar por concluida mi primera guardia y uno de los días más largos de mi vida.
Que no pasaba nunca nada, decían.
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kiro-anarka · 4 years
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Ayer me acosté bajo los efectos del shock que supone que un rey Emérito huya con la cobardía inherente a la familia Borbón. Esa que les hace correr a puerto seguro en cuanto surgen dificultades en el país que dicen amar tanto. Y por el que se sacrifican tanto veraneando eternamente y disfrutando de yates y honores variados… El otrora Campechano prefiere poner tierra de por medio a enfrentarse a los jueces suizos y a la posibilidad (lejana, muy lejana) de ser juzgado por los delitos de blanqueo, apropiación y todas las indecencias que ha cometido desde que fue elegido por el dictador para borbonear. Con el criterio inherente a todo buen Borbón sale por patas antes que enfrentarse a unos hechos que  da por perdidos. “Total –pensará su real cabeza- vivo como un rey, tengo un patrimonio real, mejor disfrutar de los aires caribeños que aguantar las pesquisas de los suizos que suelen ser equitativos, no como la judicatura española, tan dada a lamer bota”.
Y allá que se larga.  Con el botín y con la seguridad de que seguiremos manteniéndolo a él y a toda su prole.
Les decía que me acosté con la vergüenza de pertenecer a un país donde robar, mentir, prevaricar y cometer todo tipo de canalladas no solo tiene impunidad sino que son bien vistas. No como los que quieren un referéndum y votar. Esos tienen que correr al exilio o pasar tres o cuatro años en la cárcel. O como los que  llamaron al Campechano ladrón en un rap…que también tienen que salir del país. O  hacer una sentada ante un desahucio, que te dan de palos y cosas peores. No, robar, esquilmar al estado, valerse de su representación como rey de los españoles es patente de corso para cometer desfalcos. E irse de rositas…Al Caribe.
Si de noche me acosté con ira,  durante  el desayuno,  miré por encima la prensa escrita   y tal como auguraba, el servilismo, las justificaciones más burdas, la lamida de bota y el vasallaje de eso que llamamos  periodismo me ha dejado sin habla. Y con más vergüenza.
Da igual el diario que usted lea. En todos hay una vaselina singular hablando de los logros y del perfil democrático y salva patrias del Campechano y su saga.
Se hacen eco (¿vasallaje  o sodomía, queridos?) de los “servicios prestados”. Oiga, en el supuesto de que fuera como ustedes dicen  el Campechano, Don Emérito Juan Carlos I, hizo su trabajo para lo que se le pagó…con creces.
Que no fue así. Por ejemplo, esa prensa canallesca, obvia con desvergüenza la venta y traición que Juan Carlos I hizo del Sahara, cuya confirmación nos  legó  el Pentágono con la desclasificación de los papeles de Kissinger (pueden ustedes consultarlos sin problema)https://diario16.com/estados-unidos-descubre-el-papel-de-juan-carlos-de-borbon-en-la-entrega-del-sahara-occidental-a-marruecos/
Ese rey tan campechanito, recibió dinero para UCD del Sha de Persia  a fin de  aclimatar la democracia española a sus deseos que eran los del Abuelo. https://www.elplural.com/politica/de-cuando-el-rey-pedia-dinero-para-ucd-con-el-fin-de-frenar-al-psoe-marxista_72354102El dictador que le nombró. Ese rey magnánimo, no tuvo aprensión en dejar caer a Suarez con la mezquindad típica borbónica. Se sirven de los palaciegos hasta que dejan de ser útiles, dejándolos entonces con el desprecio real y la indiferencia canalla.
Se obvian y mucho  las informaciones que tenemos ( y que tendremos…¡ay!) sobre el 23 de Febrero y la imprecisa reacción real ante el desaguisado. ¡Cuánto podría contar doña Bárbara Rey de ese tiempo si no se jugara la vida! Ya dijo en su momento que el día 22 de Febrero la llamó su amante, Juan Carlos I, para avisarla de que no saliera a la calle al día siguiente ¿?
Se obvian y se olvidan tantas cosas que la náusea me invadió cuando de mañana pretendía leer las noticias y completar lo visto anoche. Náusea grave viendo como la prolífica Carmen Calvo ha tejido la madeja que envuelve en el celofán de la traición borbónica y procede a dejar marchar al presunto. A doña Carmen se le está poniendo cara de una devastada Cruella de Ville, no hay maquiavelismo y malas artes donde  no esté ella. La mala del gobierno, la podemos llamar.
Y ahí sigue la náusea. Viendo cómo, de nuevo y como siempre, el Psoe presta su balido (de balar)  para blanquear el despropósito real. Se me ocurre pensar que a qué se teme. Escucho reiteradamente que para proponer un referéndum habría que reformar la Constitución ¿y? Que el cambio de estado no conviene ahora con la crisis ¿Para cuándo entonces? ¿Cuándo es el momento? llevamos demasiado tiempo postergando derechos y libertades que nos corresponden como pueblo europeo. Nunca un rey ha ganado un referéndum, eso es un hecho. Cuando se le pregunta al pueblo suele preferir el gobierno republicano, pero aunque no fuera así y perdiéramos las personas que buscamos y sentimos la República, da igual. Hay que hacer una puñetera consulta popular pidiendo la respuesta del pueblo español ¿Monarquía o República? ¿Qué perdemos? ¿Por qué tenemos que sentirnos menos capaces que los griegos que eligieron, y de tantos pueblos que votaron sin menoscabo de ningún estado?
Jamás entenderé el miedo congénito de los partidos de izquierda (y de derecha civilizada y democrática aunque esos en España no abundan) en dar pasos adelante. Como los cangrejitos de la canción: un pasito p´alante y dos p´atras…Así andan los partidos de izquierda,  (léase el Psoe) aunque no eximo de responsabilidad al acompañante, UP. Porque lo de escribir twit enfadados está muy bien cuando eres oposición o si estás en las barricadas, pero cuando se está en el gobierno, querido Pablo Iglesias y compañía, uno da puñetazos en la mesa y apremia soluciones… o se dimite. No, no me digan que dejar caer al gobierno propiciaría la coalición de derechas ¿y qué? ¿Qué diferencia tenemos entre una derecha que gobierna como derecha y una izquierda que gobierna como derecha? Mero agiornamiento, queridas. Siento decirlo, pero no es con un twit como  se hace gobierno. Es con la fuerza de 35 diputados (pocos, es cierto) con la fuerza de los votos y el sentido común del patriotismo. De la valentía política que les falta a todos/as miembros del gobierno. Porque estar en el gobierno sirve si se hace lo previsto, estar por estar es tontería. Tan sencillo como eso.
Es realmente intolerable que se mantenga, sin cuestionamiento, una monarquía envuelta en escándalos cotidianos. No nos lo merecemos. Y menos convertirnos en alcahuetes de un tipo que se ríe del Estado y de la penuria de las españolas. Precisamente en estos momentos de pandemia, de crisis, de dolor infame cuando vemos que nos han arrebatado los derechos es cuando debiéramos entrar a pala para cambiar el estado.
Escuchando el pavoneo de las frases rimbombantes tan queridas de esos falsos patriotas, se me agria el alma: “servicio a España” “los desvelos y el trabajo por España”… Le contaré, Campechano, lo que es servir a España. Mire, es  levantarse a las seis de la mañana, enterrarse en un invernadero andaluz a 42º bajo plásticos, trabajar 11 horas seguidas y morir sin honor de un golpe de calor. Español, Borbón. O pasar horas en una barra de un bar por 500€ para luego llegar a casa y ponerte a hacer los deberes con los niños, o cuidar a cuarenta ancianos de una residencia por 900€ dejando el alma y hasta la vida. O curar enfermos. O levantar una obra.
Eso es servir a España, Borboncitos. Lo que vosotros hacéis tiene otros nombres.
Que la prensa nacional se haga eco de esa vergonzante campaña de salvamento de un sistema caduco, putrefacto solo puede traer tormentas. Allá anda la ultraderecha cavernícola al acecho. Aunque también (y es solo una esperanza) la revolución de un pueblo que anda maltrecho  y muy cansado de mantener a ladrones, además de tontos. Porque hay que ser muy tonto, teniendo la bicoca que tienen los Borbones y ponerse a robar. Imagino que es algo que se lleva en la sangre, esa azul, que les hace reyes y reinas. Robar y putear, que en eso son lo más, hay que concederle. Patrimonio familiar genético.
María Toca©
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bolsitaseca · 4 years
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Pájaro
Mirá que un día de estos atrás, no sé bien cuál sería porque con esto de no saber, no tener, no hacer, ya hace rato que dejamos de contar el lunes, el viernes, el sábado, el uno, el tres, el veinte, pero tampoco es como si importase tanto que fuera el lunes siete o el jueves catorce, ¿no? Pues son las ocho y media de la mañana, porque la hora sí que la seguimos leyendo juiciosamente a diario, y paaamp, que un pájaro se nos choca contra la ventana como zapote caído de árbol, aunque de dulce nada, más bien de náusea el golpe tremendo que sangre y tripas dejó por los vidrios. Así que estuve desde las ocho y media de la mañana del pasado día del otro día limpiando los vidrios como si alguien me fuera a visitar al ratico. Ni ganas tenía de ponerme a recoger tremenda bosta rosada y pegajosa de las ventanas, pero, a ver, dígame, ¿acaso no quiero ver la luz? ¿acaso me tengo que resignar al golpe y pasarme la mañana viendo la muerte que opaca la vista de atrás? No, ma, no, pues me puse a limpiar los santos vidrios como nunca había hecho antes y hasta se me pusieron duros los brazos de tanto arriba-abajo-aclara-arriba-abajo-aclara. La cosa es que me quedaron que ni mejor dicho. L i m p i o s  con todas sus letras y hasta más. No es que lo diga yo, ah, es que hasta las vecinas chismosas que se pasan asomadas empezaron a comentarme que si «Julia, anda usté con los vidrios que ni mejor dicho» y yo pues que si «mire, no vea la que me paso el otro día, aunque no sé bien qué día era pero sí que le digo que fue a las mismas ocho y media de la mañana» y les empiezo a contar todo lo del pájaro y las tripas y la sangre y lo rosa y lo opaco de la mañana que no podía permitirme ver y claro ellas se vienen con «mejor pájaro en mano que ciento volando» y yo no entiendo de qué bendito pájaro me hablan, pues el mío no es que lo cacé pa que me cante adentro e’ la casa, sino que el muy jíbaro casi me rompe el vidrio del golpaso, sin hablar de todo lo que ya les había dicho de la mugre y ellas que si ciento o no sé cuántos, «miren, cientos no veo», les digo, «pero ese debe ser que andaba en busca de» y ellas que si «cría cuervos y te sacarán los ojos» y yo que «no me parecía un cuervo, era más bien verdecito» y ellas que si «donde hay gallo, no canta la gallina» y yo que no entiendo ni media, oiga, ma, porque esas viejas no sé de dónde vendrán pero por acá nadie dice esas vergadas cuando una se pone seria con un mal augurio aunque sí que, oiga, ma, los vidrios, que ni mejor dicho.
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Conversación telefónica de Julia con su mamá desde El Bloque de la calle Ferroca, La Madrida.
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thegoldenhourz · 7 years
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Miedo a crecer
Ahi va. Tengo miedo. No un miedo cualquiera, miedo a algo inevitable, miedo a crecer. Tengo miedo a crecer y hacerme mayor. Crecer. Y esque el sentido de la palabra es muy amplio. No temo hacerme mas grande, temo hacerme mayor, “madurar”, “evolucionar”. Me revienta, no soy ni una fruta ni un pokemon. Tengo miedo de lo que conlleva crecer. Cuantos mas años tenemod, mas nos vamos dando cuenta de cosas, cosas que antes pasabamos desapercibidas, cosas que antes no se interponian en nuestro camino, problemas, preucupaciones, responsabilidades, amigos que se van, amigos que vienen… pero nunca seran los mismos, cuando creces las cosas fluyen, las cosas cambian, van y luego vienen, te hacen la zancadilla y luego te regalan una colleja. Temo que al crecer se alejen de mi cosas que aprecio, personas que quiero. Cuando el tiempo avanza, la gente a tu al rededor tambien lo hace contigo, algunos se van de tu lado, para no volver…otros alomejor te los encontraras un dia por la calle al otro lado del semaforo y dudareis en saludarlos. Nos ha pasado a todos. Temo quedarme solo, a perder a mi gente de siempre, los que me han conocido, los qie han visto como he cambiado, a mejor siempre. Temo perder, temo perder tiempo en cosas que no lo merezcan, temo perder ganas, haciendo cosas que no me gustan, temo perder la paciencia, con gente que no me aporta nada, temo perder, perder el rumbo de mi vida, perder mis valores, mis metas y verme perdida en la mas intensa soledad. Temo perder amigos, familia, momentos, recuerdos… Temo despertarme in dia y ver que rengo 73 años y qie no he vivido una vida plena, sino qie me he limitsdo a subsistir. Temo perderme dias en los qie todo va bien, perderme puestas de sol por estar haciendo cosas de mayores que no me llenan. Temo crecer para arrepentirme de lo que he vivido. Temo en un futuro preguntarme que hubiera sido si en esos años hubiese crecido de otro modo. Temo cambiar, y me he dado xuenta de que tambie le tengo miedo al xambio. A ese xambio que no avisa, ese cambio que notas en los ojos de tus personas favorita un dia y contra el xual no puedes luchar. El xambio que hace que nada sea igual, qie nada se quede en su sitio, qie todo de vueltas y te sientas perdido y que un dis cualquiera no veas rostros conocidos y no te veas en el espejo. Miedo al cambio, a cambiar como soy ahora, como quiero ser. Miedo a perder mi fe, mis costumbres, mis gustos, mis manias…miedo a perderme y a no reconocerme. Miedo a no ser la misma persona dentro de unos años, que la gente de ahora no me quiera mañana. Miedo. Terror. Miedo a dormirme un dia, y no despertar y ser igual que todos los demas, y dormirme en la ignorancia y la normalidad. Miedo a no vivir mi vida por preucuparme por cosas frivolas. Miedo a no vivir de acuerdo con mis principios. Miedo a que una noche, a las 2:22 de la mañana , cuando no pueda dormir, me levante y me siente en una de las sillas de la terraza, mire a la luna, y esta no me diga nada y que tan solo oiga estas palabras: “lo siento, has cambiado, ya estas muy mayor…”
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unescrito · 7 years
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Hipócrita realidad
Deja de pensar,engañas a tu cuerpo. No me mires más,me dañas los sentimientos. Ya no puedo más,deja de gritar,lastimarte y sangrar ¿no ves que no sirve de nada intentar destacar en esta triste sociedad?.
Te despertas en las mañanas y te miras al espejo con la esperanza de lograr un cuerpo perfecto. Te descargas con tu piel y ves la sangre perder, desperdicias la vida que otros quisieran tener y ¿por qué?
Que obtienes de aquella maldad y de esa habilidad para lastimar que heredaste de aquellos chicos que te cargaban y te maltrataban con palabras que te dolían en el alma.
Ya no puedo soportar que te vean así al andar, no sos un monstruo,sos mi amiga nada más y por contar con unos kilos de mas ya te tratan diferente a los demás y eso me duele y me pongo a pensar en que detallista esta sociedad en donde un estereotipo define lo que está bien de lo que está mal.
No los oigas más, solo hablan porque es gratis maltratar y creyéndose superiores te rebajan como si no fueras nada,te hacen transpirar,dejar de comer y entrenar para que tus costillas se logren marcar aun más.
Mirate, te estas castigando y la libertad te estas quitando solo por tratar de impresionar en esta sociedad, tener mas amigos y poder hablar,reír o llorar con alguien de verdad.
Debes reaccionar,esto te esta haciendo mal de verdad y estas desperdiciando una vida que otro querria aprovechar, nadie es perfecto y se tiene que aprender a amar para vencer la tentación de morir y no volver nunca jamás.
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Largo relato de tu muerte
Escrito encontrado en las profundidades... 
—Hola Martha Retana, tu padre se está muriendo, reacciona, algo pasa, concéntrate, ayuda a tu madre y a tus hermanos, no estés perdiendo más el tiempo, la hora se llegará y no lo puedes evitar, no eres más que un humano más, y al igual que él se va tú también lo harás, pero tu tienes tu tiempo, y hoy no te toca a ti.
No se por donde comenzar, tengo la esperanza que su partida no haya sido en vano y ciertamente lo sé. Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer.
Veo un ataúd, como viendo a la nada, te veo postrado en él, tu cara reflejaba paz y tus manos un arduo trabajo de los 65 años que estuviste a nuestro lado. Hay un anciano humilde cantándote, cansado por el caminar con su viejo bastón hecho de madera con algunas marcas de tinta negra, una red a su lado tan vieja como su caminar, su voz alzaba canciones para todo aquel que lo escuchara, y tu tan sonriente en esa caja fúnebre. Mi madre en un rincón sollozando. Mi mente se nublaba por el dolor de tu partida.
     Recuerdo la capilla llena de flores, me imaginaba que cada una de ellas era en memoria de aquellos momentos que diste a esas personas que no sabía su nombre, quisiera saber qué fue lo que hiciste para que te extrañaran tanto. No sé de muchas cosas que hiciste y me hubiera gustado grabar tu memoria para saberlo.
      En un momento en el que estaba tranquila vi a un humilde señor llamado por ti “tapi”, anciano, cansado y triste, me comentó que cuando eras jovencito te enseñó a tapizar, se despidió de mí diciendo que no podría acompañarnos a la misa:
—Hija, no puedo seguirlos, estoy cansado, muy triste, no puedo soportar que Chuy, un hombre tan joven se haya ido, mejor me hubiera llevado a mi el Señor, yo ya estoy viejo y no sirvo a nadie.
Se veía aparte irritado, molesto, le dije que nadie conocía los designios de Dios y que si lo había elegido tendríamos que resignarnos.
      Yo estaba paralizada, lloraba y al momento me reponía, ¡no puedo resignarme papá de haberte perdido!, tu vida me la entregaste, tu dedicación y tu cansancio, tu mi mejor amigo, mi mejor mentor.
      Veo a Jesús mi hermano, vestido de negro haciéndose cargo de los papeleos que tenían que proceder para el funeral, ni un momento se daba la pausa para llorar, para sentirse dolido por tu ausencia, tomó su gran papel, de hermano mayor.
     Por primera vez en muchos años había visto familias reunidas por tu partida, familias que nunca volvimos a ver en los festejos anuales. Un lindo joven paralítico había hecho su primera salida de su casa después de un trágico accidente donde perdió la movilidad y a su lado a sus padres viejos porque quería darte el último adiós.
       —Papá, quiénes son ellos y aquellos que vienen a verte? Dímelo. Le preguntaba a tu cuerpo muerto, a tu cuerpo ausente.
La Misa
Entré cansada por el dolor con los brazos llenos de flores al altar, mi cuerpo se quebró y no podía levantarme, le dije a mi Dios, — ¡si puedo señor, me levantaré! Giré la mirada hacia la puerta y vi que mis compañeros de trabajo ayudaban a mi hermano a cargar el ataúd, salí corriendo para ayudarles, mi madre, hermanos y yo lo sostuvimos para llevarlo ante su altar, fuertes todos como robles pero con el corazón desmoronado, estando en primera fila como espectadora comencé mi trayecto, recordando cada palabra que me dijiste, cada momento que tu me diste y que ahora era el final, tus labios ya no pronunciarían mi nombre y mucho menos como tu me llamabas “chaparrita”. Cuando vuelvo en mí, llevé mis recuerdos a dar un recorrido por la iglesia, y no recuerdo un momento tan importante como ese, el día que a pesar de tu partida me sentí tan orgullosa de ti, paré el cuello y me dije —ese era mi padre y yo fui su hija, la iglesia estaba abarrotada como misa de domingo de resurrección, el doctor del pueblo había muerto y todos tenían una historia que contar.
El Sepulcro
Se que esto que cuento es doloroso tanto para mi como para todo el que lo lea, pero simplemente fue lo que viví y deseo que sea un homenaje a ti papá.
Tu deseo mas ferviente fue volver a tu casa, en el hospital lo mencionabas sin descanso; la fila de carros era interminable, mucha gente humilde no pudo seguirnos, y los que fueron lo hicieron sin descanso, mi gran hermano Jesús y yo dirigíamos la larga fila, avanzamos calles y calles hasta pasar por tu adorada casa, hecha por ti.
Llegando al crematorio te rezamos y extrañamente no sentía dolor, te veía ajeno a mi, y un pensamiento se vino a mi mente, tu ya no estabas en ese cuerpo, tan solo la enfermedad, y dije –ganamos la guerra a`pa–.
Mi hermana Graciela, la mayor, dio las gracias a las personas que aun nos acompañaban, y extrañamente no se querían ir. Nos querían acompañar o mejor dicho acompañarte hasta el fin, -¿había otro?
Por papeleos tu cuerpo fue cremado hasta el día siguiente y solo la familia te seguimos. 
Una vida nueva nos depara a todos siguiendo tu ejemplo, tu empeño y tu lucha por la vida, para ti y los tuyos. 
 Un día simple como todos me levanto con la mente muy centrada a alistarme para ir a trabajar, llevar a Naty con mis papás, eran vacaciones de verano. Llego tarde, casi patinando la camioneta:
—Papá, ijola, se me hizo bien tarde, aquí le dejo a Naty.
 —No te apures, no vayas a meterle la pata a la camioneta, cuídate. Me dijo al tomar la mochilita de ropa y juguetes de Naty y la bajó cuidadosamente de la camioneta.
 —Ay a´pa! Le dije riéndome por dentro, diciendo –sí ya lo sé–.
En ese momento caminó junto a mi pequeña Naty dirigiéndose al consultorio, era común que mientras él consultaba Naty pintaba en el cuartito de al lado. Hasta que se levantara mi mamá se la entregaba para que le diera almuerzo, en otras ocasiones mientras él consultaba, la chiquita se quedaba con King Kong, así le apodamos a mi tío querido, hermano de mi papá, el cual iba a trabajar todas las mañanas en –labores masculinas– de esa gran casa que con sus manos construyó.
Pasadas las horas recogía a Naty, mi papá solía tomar una siesta después de comer y teníamos siempre un dicho para eso, bastante gracioso, –está el doctor? –está dormido, contestaba, nos reíamos porque a veces la gente llegaba a despertarlo y salía adormilado, a veces cansado de tanto trabajar.
Llegada la noche mientras estaba en el patio tendiendo la ropa le pregunté a  Fabián:
—Te has preguntado qué es lo que hemos hecho con nuestra vida, algunas veces solo trabajo y trabajo y trabajo, y nunca termina, hay deudas, problemas y caminamos solo por caminar, estoy extraña, presiento algo. La verdad es que deseo que mi vida no sea en vano, que realmente estos 28 hayan sido buenos, ¿seré buena hija?, ¿seré buena madre?, ¿soy buena esposa? Quisiera saberlo porque voy a cumplir 29 años, siento que la vida se está yendo muy rápido.
—Claro que hemos hecho algo bueno, ahí está Naty, con eso basta.
Me sentía un tanto insatisfecha por esa respuesta, quería algo más, ¡algo más!
Amanece y me siento triste, ese día cumplía años, seguía con mi pregunta insistente, me quedé en cama unos instantes más, deseando dormir y dormir por lo menos 5 minutos más. Sonó el teléfono y escuché que Fabián dijo —Sigue dormida, si claro, yo le digo. Y colgó. En cuanto entra al cuarto le pregunté que quién me estaba buscando y dijo que era mi padre, me enfurecí porque no me había hablado para contestarle. Era común que me pusiera las mañanitas con Pedro Infante, siempre me decía que lo había contratado para cantarme, y yo enojada con Fabián le dije –¡era Pedro Infante y no me lo pasaste!–
Con ese enojo me alisté, pero eso sí, quería verme linda y puse mi mejor cara, ya que no había podido escuchar mis mañanitas me iría por la tarde a festejar a su casa, un pastel común y el caluroso abrazo de mi papi, ese fue el plan que llevé a cabo. Comimos pastel, y fui a buscarlo a la sala, siempre se veía su cabecita entrando a la casa, le chiflo, chiflada común y de familia, —hey a´pa ¿qué está haciendo? mientras me acurrucaba en sus piernitas flaquitas, pero era fascinante recargarme en su hombro y oler su aroma; —pues aquí chaparrita viendo una película chafa, otra peliculita de esas y…
—hay pa´, oiga ¿sabía que lo quiero mucho?. En eso siento un fuerte apretón de hombro. —¡cómo nos queremos!
Había días que andaba angustiado, el día siguiente sería difícil puesto que Daniel, mi sobrino, sería operado de la nariz, me decía que le preocupaba la inestabilidad de mi hermana, que él deseaba que se topara con un buen hombre, que quisiera mucho a su hijo y saliera adelante, era su gran preocupación, y en esto ciertamente optó por evitar contar tantas cosas que por desesperación decía que anhelaba pero que podría no bien caerle a esas personitas, mi padre era un fuerte roble y por todos se preocupaba. Ese día terminó y el siguiente estaba por comenzar, yo me sentía mejor que el día de ayer, un año más, esa era mi inquietud, y dije, algo he de haber hecho significativo y le dije a mi esposo, —sabes, yo no se qué haría si mi papá un día me llega a faltar, lo adoro.
Al día siguiente continuando con mi ordinaria vida recibo llamadas al celular de mi hermana, diciendo que Daniel ya entraría a operación, al pasar unos minutos me habla mi papá contando lo siguiente:
—Pues he aquí que Daniel ya está siendo intervenido y todo se ve tranquilo, no te apures en venir pronto. En su voz había cierta intriga, como esperando algo.
Contesté —ok a´pa, en una chancita los veo en el hospital, primero tengo que ir por Naty al kinder y solucionar unas cosas, pero sí los veo, no se apure. Oiga, ¿y en cuánto les va a salir la operación, ya les dijeron?
—Aun no sabe nada Chela, según lo que ella ha dicho es que son 3000 porque Eduardo tiene su seguro.
 —Papá, mire, yo le dije a Chela que me llegaría un dinerito, que me esperara por aquello de los imprevistos.
—No te apures, al parecer todo está bien.
—Muy bien a´pa, entonces me despido, me avisa si cambia la situación o cuando salga Dany del quirófano.
—Sí chaparrita, yo te marco, adiós.
Al cabo de las horas el panorama cambia y comienzo a recibir llamadas continuamente tanto de Chela mi hermana como de mi Papá, el asunto económico había cambiado, al parecer Chela no había leído las letras chiquitas del contrato, hablando en sentido figurado y resulta que la aseguradora no se había dado a explicar, falta de comunicación, no cubrirían la operación por ser cirugía menor. Y ahí comienza la faena del día. Fueron incontables las llamadas que mi padre me hacía de desesperación, la cuenta se duplicaba cada vez que me llamaba, recuerdo que yo estaba en casa tratando de trabajar con el diseño de un libro que tenía que entregar con urgencia. No me moví por cuatro horas recibiendo sus llamadas,
—Chaparrita, fíjate que estoy dejando que el papá del niño se mueva para conseguir ese dinero, ya asciende a 24 mil pesos.
—No papá!, no puede ser posible!, dígale a Chela que venda la troquita, para eso son los bienes. Es que algo presentía papá, por eso era mejor esperar, no tengo con qué cooperar, porqué no se dejan de orgullos y le hablan a Jesús, él seguramente los podrá apoyar.
 —Mira chaparrita, no es orgullo, simplemente no quiero que estos se enfrenten y comiencen los problemas, dejemos que Chela y Eduardo le busquen.
—Ijola, pues bueno papá, pero es bueno bajar la bandera para que le llegue la ayuda. Esta bien, yo estoy aquí al tanto, márqueme si hay otro cambio, a ver qué puedo conseguir.
—Muy bien chaparrita, te dejo pues, hasta luego.
En eso colgó y me quedé desesperada, ansiosa, me molestaba que Jesús y Graciela estuvieran peleados, pero a veces es imposible solucionar todo, era lo que pensaba en ese momento. Anteriormente esos dos hermanos habían tenido una riña y yo salí con unos cuantos moretones que no supe de qué lado habían salido del todo, en fin, tiempo al tiempo me dije. Mientras pensaba en esa situación suena el teléfono, ring!, ring!
—Bueno!, contesté.
Era la voz de mi padre.
—Chaparrita!, jajaja, te hablo aquí desde la Clínica Muguerza, con la novedad que ya deben cerca de 40 mil pesos por cada minuto que permanece Daniel hospitalizado. Y qué crees, pues traté de ayudarlos con mi tarjeta de crédito, jaja, pero me dicen que ¡está vencida! Jajaja. Su risa era forzada lógicamente y hablaba en tono sarcástico.
—Ay no papá! Estaba desesperada por quererlo ayudar.
—Pero al parecer Chela habló con un abogado de aquí y harán un tipo de convenio o algo así.
—Sabe papá, ya llegó Fabián con la camioneta, espere a que llegue, cálmese por favor.
—Estoy calmado, entonces aquí te espero, hay nos vemos. Y colgó. En cuanto entra Fabián le dije del asunto y salimos.
Pasando la puerta del segundo acceso cerca de cajas divisé a mi papá, traía una playera verde aguacate tipo polo, y un pantalón cafecito, su caminar era extraño, como cuando exagera por sentirse muy bien pero en realidad trae un muy buen dolor, y cómo no, había sido un día desgastante para todos, me aprieta el hombro como queriéndose sostener y me dice
—Pues con la novedad que al parecer si pudieron solucionar mediante ese abogado.
—¿Es enserio papá?
—Sí, mira, ahí están firmando un documento en cajas.
En eso vi a Eduardo escribir y Chela estaba a su lado muy estresada por cierto.
—Pues que bueno que esto ya terminó, voy con Chela a ver en qué puedo ayudar papá.
—Muy bien, yo esperaré a que me traigan el carro.
En eso subí las escaleras junto a Chela, y me cuenta todo el alboroto que se armó por culpa de una persona que no sabía usar un sistema, no pudo poner la opción de la aseguradora, algo así fue lo que me dieron a entender. Pasa la hora, sacamos a Daniel caminando y nos dirigimos hacia la casa de mis padres.
 Fabián, mi papá, Eduardo, Daniel y yo llegamos primero y le dije a mi papá que yo guardaba los carros, en eso tomó unas botellas de cerveza y se dirigió al expendio. Era común que cuando se tomaba una cerveza o bien quería pensar en algo se sentaba en la cochera mirando hacia el nuevo estadio de béisbol, y dijo:
—¡Qué día chaparrita, qué día!
—Si papá, así pasan las cosas, pero cómo es posible, en fin a’pa, ya estamos aquí y Daniel está bien.
Y se quedó un rato ahí, antes de irme le ofrecí dinero, me dijo que les había dado a los muchachos su quincena y muy a la fuerza lo aceptó, le dije que no me lo regresara, fui insistente, a él no le gustaban las deudas y accedió con la condición que el domingo me los regresaba, más le debía yo, eso pensé. Me despedí y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente me marcó a las 8:15, para decirme que no llevara a Naty porque las cosas estaban difíciles por el cuidado de Daniel, y le contesté que me la llevaría a trabajar. A eso de la una de la tarde justo una hora antes de salir me marca al celular para decirme que le llevara a Naty si yo tenía terapia, que él la cuidaría, claro fue que me reí enterneciéndome por su insistencia, era tan preocupón me dije. Llevé a Naty “como de rayo” así decía mi mamá, al estar en el consultorio llega mi esposo y toca la puerta diciéndome que estaba recibiendo llamadas de Daniel y mi mamá, mi papá estaba enfermo, que no sabían qué hacer. En ese momento estaba tratando de posponer lo que estaba haciendo y salí lo más rápido que pude, me marca mi mamá y dice
—Hija, córrele!, tu papá se siente muy mal, parece un infarto! Vuélale!
—Voy lo más rápido que puedo!
Llamé al 060, fue lo primero que se me ocurrió:
—Señorita, por favor, mi padre se puso muy mal, trae un dolor muy fuerte, y mi madre está sola, no alcanzo a llegar, mande a una ambulancia!
Dice la operadora —quiere que un oficial le abra camino? ¿Trae a su papá con usted?
— No señorita, está en esta dirección… por favor rápido!!!
—Ya va para allá!
—Gracias.
Cuando voy llegando a la casa estaba un carro rojo desconocido, era mi hermana menor Meche que estaba llegando también por la llamada de mi madre, entro a la cochera y estaba Chela muy preocupada y no pude contenerme el llanto, creí lo peor… Entré a su cuarto desesperada con el llanto en los labios,
—¿papá que tiene?!!!!
Estaba mi mamá y Jesús
—Primero cálmate!!!
—Papá qué tiene?
Estaban tratando de levantarlo para llevarlo al hospital y parecía que me quería calmar y al mismo tiempo llorar por el dolor, yo no me podía contener.
—Calma hija, vámonos!
—Tu padre cree que es un infarto
—ay vieja, ni sabes!
—Llamé a una ambulancia, dijeron que ya venían
En eso suena mi celular y era la operadora preguntando si mi papá padecía de algún tipo de colitis, cosas que se pudieran descartar y que no fueran tan graves. Al escuchar eso me dio rabia, lo que quería era que llegaran a auxiliar a mi madre porque yo no llegaría a tiempo, y mi papá dijo:
—Cómo que una colitis, dile q soy médico, diles que sus servicios ya no son requeridos, que gracias. Retorciéndose del dolor y casi en brazos de mi hermano.
Lo subimos a mi camioneta, el dolor no aminoraba, se retorcía y casi podía escuchar los gritos que nunca había alzado.
Llegamos a Pensiones Civiles del Estado, todos con la preocupación esperando en la sala, entraban los médicos, lo veíamos por la ventanilla que lo dirigían hacia rayos x  y Jesús estaba ayudándolos.
Duramos cerca de dos, tres o cuatro horas, la verdad es que perdí la cuenta del tiempo. Con las emociones a flor de piel esperamos y escuchaba los comentarios de mis hermanos, diciendo que a lo mejor si era una colitis y me enojaba con eso, sentía que le restaban importancia al dolor, cosa que comprendí pasado el tiempo, pero más delante explicaré.
Descartaron el diagnóstico del infarto, sale mi mamá de verlo con su ropa en su regazo y nos dice:
— hijos, al parecer no es infarto, dice tu papá que teme que sea una pancreatitis. Me dijo: vieja, ya te vas a quedar solita.
En eso suelta el llanto, pero más que su llanto no comprendíamos lo que había dicho, –¿una pancrea…. qué?– todos nos veíamos a los ojos buscando un significado a esa palabra, nos dijimos, bueno, inflamación del páncreas, será. En eso se me vino a la mente la idea de hablarle a mi padrino Héctor Lozano, ya que era médico y nos pudiera orientar. Pues solo dijo que qué bueno que no había sido infarto, pero que también el pancreatitis era de gravedad. Justamente esa noche fue la noche de las dudas, qué es, como fue que lo tiene, cuáles son las consecuencias. Todos tratamos de calmarnos, yo estaba calmada, tenía que pensar, investigar, calmar a mi mamá, solucionar la noche.
Trasladaron a mi padre a la clínica de su elección y fue la Muguerza, famosa clínica por sus buenos médicos y tecnología.
La noche fue larga, no dejábamos de oír el quejido de mi padre y esta noche precisamente comienza una larga travesía por mi vida y la de los míos, que es lo que deseo contarles y que aun no termina.
El hospital
Siendo la una de la madrugada esperamos una ambulancia fuera de urgencias del hospital, se comenzaron los papeleos correspondientes a su ingreso. Mi madre no dejaba de llorar y decir que mi padre partiría. Esa noche recibimos el mensaje más importante de parte de él: —¡hijos quiéranse!
Fuimos incrédulos en lo que los médicos diagnosticaban, estábamos renuentes en que esto nos pudiera suceder a nosotros.
El cuarto era cómodo, tres sillones y faltaban más para asistir a todas sus personas queridasl. En su cabecera estaba colgado un cristo rey, y solo Dios sabe que su partida fue el día de Cristo Rey.
Me cuesta tanto quebrar mi coraza para poderte recordar, eso me quebranta y lloro al mismo tiempo con esa fuerza como cuando siendo niña tu me calmabas y curabas mis heridas y decías ánimo, ya se pasará.
Pasaron 12 o 20 horas en ese cuarto en espera de una respuesta favorable, mientras tanto comenzamos a investigar sobre la enfermedad, todas nuestras respuestas eran inaceptables, habían probabilidades de vida, muy escasas, solo pedíamos que mi padre no fuese una probabilidad fallida, que él con sus conocimientos y su gran don de médico lo ayudaría y a nosotros también. Deseaba que alguien dijera, esto pasará ánimo.
Nuestras caras no eran de sobresalto, sabíamos que algo estaba mal, pero no comprendíamos aun no lo que pasaba, lo que pasaría los meses siguientes.
Al paso de las horas el azúcar de mi padre pendía de un hilo, para subir y subir, y queríamos culpables.
Llegan los médicos internos para revisar el azúcar, y de inmediato deciden pasarlo a terapia intensiva. Mi padre nos dijo que estuviéramos atentos a lo que le hicieran, que chocáramos que le dieran todo a tiempo, que anotáramos y fuéramos atentos a los diagnósticos de los médicos. A pesar que mi madre nos dijo que se iría, él seguía firme con nosotros, fuerte como un roble.
Terapia intensiva
Henos aquí, sentados en una sala fría, un televisor y una luz que nunca se apaga;  y una pequeña sala con una puerta de vidrio, un sillón negro de piel y una cafetera a un lado, lo más semejante a un cuarto de interrogatorio o de pesadumbres, así de lúgubre y frío. No había persona que de allí no saliera desesperanzado y con los ojos cubiertos de lágrimas. Pero eso era con otras personas, a nosotros no nos pasarían, o si así pasara por supuesto que saldríamos con noticias favorables.
Comenzaron comentarios en contra de los médicos, habían insultado a mi padre diciéndole alcohólico, cómo es posible que no lo respeten, era nuestro enojo. Dijimos que había sido negligencia del médico tanta inestabilidad en su trato, era domingo y no había sido atendido como hubiésemos querido, nuestra voluntad, nuestra fe estaban al borde de la locura.
Sale el médico tratante de terapia intensiva, un muy reconocido médico, y dijo:
—¿Familiares de Jesús Retana?
Inmediatamente nos incorporamos mi madre, Jesús y yo, nos pide pasar al “cuarto negro” como le comencé a llamar a la cámara del dolor.
—Su padre viene en un estado crítico, una pancreatitis es muy difícil de curar, pero haremos todo lo que esté en nuestras manos. Inmediatamente Jesús comenta de manera serena:
—Doctor, si ingresamos a mi padre el viernes por la noche, ¿porqué hasta ahorita lo están atendiendo?, dijeron que le aplicarían la insulina a ciertas horas y no lo hicieron, aparte ni siquiera había venido a examinarlo.
Los humores estaban al borde de los nervios por parte del médico, contesta:
—El hecho de que no venga no quiere decir que no se esté atendiendo a su padre, yo no vivo en el hospital, y como les dije, haremos todo lo que esté en nuestras manos.
En eso sale bastante enojado del “cuarto negro”, salimos tranquilos aparentemente, o mas bien desconcertados, no asimilamos el asunto en ese momento.
Entré a verlo y estaba lleno de tubos, tubos por todos lados, tomé su mano y le dije –lo quiero mucho a´pa–,  para lo cual contesta –cómo nos queremos!– me aprieta con todas sus fuerzas y exagera sus movimientos como si todo estaría bien, hasta en ese momento sentía él que debía ser fuerte.
Salí desorientada buscando algo, inmediatamente algo para cobijarme, para sentarme, para abrazar, para ser consolada, o bien para gritar y aventar todo ese enojo y ese desconcierto que me daba la impotencia de no saber cómo ayudar. No sentía a mi madre, no sentía a mi Dios. Simplemente quería estar en su lugar y sufrir por él. El tiempo no surtía efecto en mí, pasaban las horas como si fueran minutos, no sentía el hambre, no sentía el cansancio, tan solo tenía que estar esperando una buena noticia.
—Alguien pellízqueme, que alguien me golpee tan fuerte como para que me despierte y pueda irme a trabajar y seguir con mi rutina, con mi vida. Y verte papá en las mañanas dándome carrilla para que llegue temprano a trabajar.
Las labores se pararon por esos días, todos teníamos una computadora o un libro o un celular para poder hacer el trabajo mientras nos daban noticias “favorables”.
Tomé mi celular, vi mi agenda y marqué a cuantas personas me fue posible, para decirles que mi padre estaba grave en el hospital. Cada llamada me hacía llorar, cada mensaje suspirar, necesitaba un consuelo, escribir o llamar y contar lo que pasaba, todo eso me llevaba a marcarme a mi, hablarle a mi mente y a mi corazón, diciéndoles que me quebraría, —traigan una ambulancia, porque yo con él me muero, y no me importa lo que yo deje si él se va—
—Hola Pablo, sabes… te marco para saludarte primeramente y para decirte que mi padre está muriendo.
—Hola Ale, fíjate que estoy en el hospital, mi padre está muriendo.
—Hola Ranita, te hablo para avisarte que mi papá está muriendo.
 —Hola Martha Retana, tu padre se está muriendo, reacciona, algo pasa, concéntrate, ayuda a tu madre y a tus hermanos, no estés perdiendo más el tiempo, la hora se llegará y no lo puedes evitar, no eres más que un humano más, y al igual que él se va tú también lo harás, pero tu tienes tu tiempo, y hoy no te toca a ti.
Reaccioné por un momento ….
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UN POST PARA PERDER EL TIEMPO
-Buena te echaste gel ?        -No, fui a la disco.                        
La verdad es que no se si soy yo, o alguien más comparte conmigo esta pegajosa y floja situación. Aquella que te hace decidir entre higiene y tuto…. En invierno envola pasa piola, pero en verano? Se me hace imposible no pensar en aquello que les quiero compartir.  
Les hablo de llegar de la disco en la madrugada a tu casa y no saber si ducharte y dormir una ‘’siesta’’, o simplemente meterte al sobre bañada en mugre y sudor ajeno hasta las 4 pm de ese mismo día, jaja. Porque a ver, si consideran que dormir sin haberse duchado después de hacer deporte es una sensación asquerosa, esto es 4 veces peor. Niéguemelo.                                      Porque niégueme que no suda como puerco bailando, así como si la danza y el bikram se unieran jaja… Y si está de acuerdo conmigo en ese punto, podemos discutir de la situación siguiente: cuando la loca o el loco sin polera pasan al lado tuyo dejándote su gruesa capa de sudor(que no solo es el suyo) en tu piel y en tu ropa dejando hasta una marca de mojado, mmm.  Aunque al final filo con la ropa si igual te sacai pa dormir (creo), pero esa capa de sudor que te deja la piel pegote solo tiene una solución : la ducha o la pileta, y une lo sabe.                    Otro aspecto que se suma a estas situaciones que se dan de forma inevitable, es cuando la ambición de los productores se hace más importante que la salubridad de los clientes, y sobre explotan la capacidad del lugar, como me sucedió ayer… Ayer hasta las murallas sudaban y caían gotas de lo que sea que fuera del techo jajá. Además, La gente andaba como media dura y densa (fue una paja) asique une estaba obligade a hacerse el o la ruda y pasar de un empujón, así como para compartir fluidos corporales una vez más. De hecho, un par de cabezas wecas no querían dejar pasar a mi amiga para llenar su botella de agua, ya que ocupaban todo el espacio mientras se pintaban con rouge los labios, aunque apenas podían, y  ni siquiera les hacía match con el outfit. Anyways, ir al baño me hiso darme cuenta de otra cosa graciosa: mi cabello. Para los y las que llevamos el pelo largo, tenerlo suelto es simplemente una tortura, por cómo se te pega a ti y a los otros. Asique me hice una cola de caballo que me quedo bien bien firme gracias a lo que definí como ‘’gel casero’’, que vendría nuevamente siendo sudor jajajaj. Pero esta vez estaba segura que era mío, por lo menos en el casco, ya que me corría la gota y lo único que podía hacer para pasar piola era pasar mis manos desde mi frente hacia atrás jajajajaja, sexy.  Si, a ese toque.
Así fue como todo eso me llevo a tomar la decisión de que debía ducharme antes de acostarme al llegar a casa, además había cambiado las sabanas ese día… Asique na pos, seguí vacilando y dándolo todo, como siempre, entre el tech y el perreo. Hasta que tipo 6 decidimos pedir el uber para ir a casa, mientras yo seguía pensando en mi ducha purificadora… Entre ese lapso de tiempo en el que esperábamos al uber, pasa una persona hecha un pico en auto, raja de curao, zigzagueando por la rotonda de plaza Italia, hasta que finalmente choco al frente nuestro, y luego siguió su rumbo. Unos minutos más tardes llego nuestro uber, asique saludamos y subimos. ‘’Maneja como raro o no’’, dijo la Juanita en francés, ‘’igual si jaja’’ dijimos pero no le dimos importancia. Hasta que unas cuadras mas allá, en un semáforo en rojo, nos dimos cuenta de que el conductor se había quedado raja con el celular en una mano y el volante en la otra ja ja. En ese momento nuestro primer instinto fue bajarnos, obviamente, pero también me preocupe por el weon po. Asique le pregunte ‘’ caballero esta bien?’’ y el siguió raja, asique subí mi tono de voz, y le dije ‘’ OIGA !’’  Entonces él dijo ‘’ah’’, me miro por 1 segundo y luego bajo la cabeza para seguir durmiendo, asique nos bajamos, el semáforo se puso en verde y el loco acelero y se fue. Así fue como quedamos varados en la calle a las 6 a.m. cagados de frio, menos mal que el Edouard es rajado y pidió otro uber, asique finalmente llegamos a mi casa con la Juanita.
Se acuerdan que toda esta narración empezó porque quería ducharme?              Cuento corto; llegue, mire la ducha, luego mire mi cama, me di cuenta de que ya no tenía calor, que el sudor  ya se había secado, y que eran ya casi las 7 de la mañana. Asique opte por meterme al sobre asi mugrienta nomas  y dormir hasta las 4 pm de ese mismo día. Me saque la ropa, me hice un moño e hice lo posible dentro de lo posible para poder quedarme dormida después de haber ido a una disco como se debe.
Que conste que igual no me metí adentro de la cama, me tape con el plumón nomas, si tampoco coy tan cochina, qué onda.
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bernardjleman · 5 years
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Tsundoku diciembre 2019
Una vez más, ha transcurrido más de medio mes sin darme apenas cuenta y una vocecilla en mi cabeza me recuerda la cita periódica:
            —Ay, Bernard, Bernard, ¡otro mes más que te abandonas a la indolencia! ¿Te has dado cuenta de estamos llegando al final del mes de enero y tú aún no has hecho el tsundoku de diciembre para tus followers?
            —Lo sé, lo sé, ¡maldita sea! El tiempo se me escapa entre los dedos como un Blandi Blub de marca blanca. Por cierto, Madre, que jamás imaginé oírle a Usted decir eso.
            —¿El qué?
            —Ya sabe, Madre, eso de los followers...
            —Yo tampoco, hijo mío, yo tampoco: los caminos del Señor son inescrutables. Para todos. Fíjate, yo misma, sin ir más lejos, convertida aquí en una marioneta de ficción al servicio de un autor pusilánime.
            —Oiga, Madre, tampoco se pase Usted. Y no se me ha olvidado el tsundoku. Es que no tengo tiempo…
            —No tienes tiempo, ya. Seguro. ¿Acaso no piensas en tu presencia online? ¿Qué va a ser de ella si no mantienes un blog como Dios manda?
            —La verdad, Madre, es que cada día me arrepiento más de haberle regalado a Usted un iPhone…
            —¡Qué sabrás tú, si fuiste un error de planificación?
            —Joder, mamá.
            —¡Niño! ¡Un respeto con tu Madre, leñe! Bueno, ¿vas a ponerte a escribir de una vez o qué?
            —Pero si estoy en ello, Madre, ¿es que no lo ve?
            —Pues no, no lo veo, no; yo sólo veo lo que quiero ver, como todas las madres del mundo, que pareces tonto a veces, hijo mío. A ver, ¿sobre qué libritos de esos que no paras de comprar vas a escribir ahora?
            —Pues mire, de este diccionario inglés-español. Llevo meses queriendo comprar uno bueno. He buscado por todos lados y he llegado a la conclusión de que el de Oxford es el mejor.
            —Ya, ya. Menudo tocho. A saber dónde lo ponemos.
            —Pues eso no es nada, Madre. Mire este otro: “La gramática descomplicada”. Un manual de gramática, nada menos. Llevo un tiempo queriendo adentrarme en la materia y este parece un manual accesible y entretenido, porque la gramática muy divertida no es.
            —¿Gramática? Pero ¿qué pasa contigo, hijo mío? Todas esas mañanas llevándote al colegio ¿para qué leches sirvieron? Si es que eres un cabeza de chorlito, leñe: siempre lo había sospechado, pero ahora me doy cuenta.
            —Claro, Madre, claro. Pero fíjese en esta otra estupenda adquisición que le traigo aquí: un manual de traducción lleno de ejemplos prácticos, lo que ya es una rareza de por sí, porque es casi imposible encontrar un manual de traducción que no se pierda en masturbatorias teorías lingüísticas. A mí, que no tengo estudios de traducción, me va a venir muy bien.
            —Ya. Otro librito para coger polvo durante años. Menos mal que este es pequeño.
            —Pues espérese al siguiente, Madre: un tocho de 530 páginas con las escenas eliminadas de Drácula. Es el libro del mes del Club de lectura de Dentro del monolito. Por cierto, ahora que lo pienso, del libro de Stoker tengo una edición de Anaya del año la tana… quizá debería comprar esa edición fabulosa de 544 páginas de Reino de Cordelia que salió hace poco...
            —¡Ni hablar! ¡Quita, quita! ¡Déjalo ya, desgraciado! Que no haces más que amontonar libros que no te va a dar tiempo a leer ni en tres vidas seguidas. Parece que no hagamos nada más que apilarlos, uno encima de otro. ¡Qué desastre, Señor! ¡Qué desastre! ¿Qué hacemos, a ver? ¿Qué hacemos?
            —Pues nada, Madre ¿qué quiere que le hagamos si yo no lo puedo evitar? ¡Seguimos acumulando!
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15mcdl · 7 years
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9 de enero
Éxodo 5-8Reina-Valera 1960 (RVR1960)
5  Después Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón y le dijeron: Jehová el Dios de Israel dice así: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.
2 Y Faraón respondió: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.
3 Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres días por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.
4 Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.
5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.
6 Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo:
7 De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja.
8 Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.
9 Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.
10 Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: Así ha dicho Faraón: Yo no os doy paja.
11 Id vosotros y recoged la paja donde la halléis; pero nada se disminuirá de vuestra tarea.
12 Entonces el pueblo se esparció por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.
13 Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada día en su día, como cuando se os daba paja.
14 Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Faraón habían puesto sobre ellos, diciendo: ¿Por qué no habéis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?
15 Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?
16 No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable.
17 Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová.
18 Id pues, ahora, y trabajad. No se os dará paja, y habéis de entregar la misma tarea de ladrillo.
19 Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicción, al decírseles: No se disminuirá nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada día.
20 Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de la presencia de Faraón,
21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.
22 Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
23 Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo.
6  Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.
2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ.
3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.
4 También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron.
5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
6 Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes;
7 y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto.
8 Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
9 De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.
10 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
11 Entra y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.
12 Y respondió Moisés delante de Jehová: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios?
13 Entonces Jehová habló a Moisés y a Aarón y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.
14 Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi; estas son las familias de Rubén.
15 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl hijo de una cananea. Estas son las familias de Simeón.
16 Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años.
17 Los hijos de Gersón: Libni y Simei, por sus familias.
18 Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años.
19 Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví por sus linajes.
20 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.
21 Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri.
22 Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri.
23 Y tomó Aarón por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual dio a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
24 Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas.
25 Y Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y estos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias.
26 Este es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales Jehová dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
27 Estos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron éstos.
28 Cuando Jehová habló a Moisés en la tierra de Egipto,
29 entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Yo soy JEHOVÁ; di a Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.
30 Y Moisés respondió delante de Jehová: He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues, me ha de oír Faraón?
7  Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.
2 Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.
3 Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas.
4 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.
5 Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.
6 E hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó; así lo hicieron.
7 Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.
8 Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
9 Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra.
10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra.
11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;
12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos.
13 Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo.
15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra,
16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír.
17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.
18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río.
19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.
20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre.
21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.
22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto.
24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río.
25 Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río.
8  Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios.
3 Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.
4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.
5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto.
6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.
9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.
10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.
11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río.
12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón.
13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.
14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra.
15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.
22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.
23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.
26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.
28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.
30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová.
31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.
32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
Reina-Valera 1960
(RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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noraemephe · 8 years
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«Has amado alguna vez a alguien hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya es suficiente, y cuando te mira tu corazón se detiene por un instante? Yo sí...» —Papá, ¿puedo hablarte? —Siempre. —Creo que me estoy enamorando de alguien. —¿Y debo suponer que eso es malo, m’hija? —Según; es que no sé cómo hacer para que se de cuenta de lo que siento por él, aunque creo que a él también le pasa lo mismo. —... Y no te lo dice. Yo no sé por qué ya casi nadie quiere tomarse el tiempo de enamorar a una buena mujer; entre tantos mensajes de texto e indirectas... en mi tiempo no había nada mejor que un buen beso artesanal. —¡Si él supiera que se está perdiendo a una mujer asombrosa! —Es que si eres asombrosa, es porque no eres fácil. Y si fueses fácil... no serías asombrosa. —Tal vez él me ama, pero... —Bah, no lo justifiques. Pero es la peor palabra del vocabulario. «Te amo, pero...», «Te extraño, pero...». ¿Te das cuenta? Una maldita palabra que sirve para dinamitar lo que era, o lo que podría haber sido, pero no es. —Es que a veces me confunde un poco, no sé si realmente siente lo mismo que yo siento por él... —Pero supongo que te habrá dado algunas señales, las mujeres son expertas en detectarlas, especialmente si te mira directo a los ojos. El alma que puede hablar con los ojos, también puede besar con la mirada. —En realidad entre nosotros nunca pasó nada, pero siempre hubo algo... como cierta electricidad en el ambiente cada vez que nos vemos. Hay algo que ambos sentimos, que está allí... en el aire. Cuando yo le hablo, él me hace sentir que en ese momento no hay nada más importante en todo el universo que aquello que le estoy diciendo. Es como si me desnudara el corazón. —Entonces no deberías de preocuparte... —Es que a veces me confunde, especialmente cuando lo veo hablando con otra mujer... —Ser fuerte es ver a la persona que amas con alguien más y aun así sonreír con un nudo en la garganta. —El otro día iba a hacerle notar que cuando él llega cambia el ritmo de mi respiración, y se me adelantó mi propia sonrisa. Cuando él me mira, me comporto como una niña. A veces busco excusas tontas solo para llamarlo o simplemente acercarme a él. —... Y finalmente nunca le dices nada, y luego piensas todo lo que debiste o pudiste haberle dicho. —Es que nunca lo dejé de amar, ¡solo dejé de insistir en hacérselo notar! —Él también tiene que entender que si tú vales la pena, no se tiene que rendir. Y si se rinde, el que no vale la pena es él. Cuando se muera van a preguntar: «¿De qué murió? Se asfixió con las palabras ¡que nunca dijo!», Jaja. Siempre repito: si amas a alguien ¡díselo! El tiempo vuela, la vida es muy corta, y ese mañana quizá podría no llegar jamás. —Él suele preguntarme: «¿Cómo estás?», y yo respondo con un amable: «Bien...», y no sé qué más decirle. —Te entiendo. Los hombres de ahora no entienden que a veces cuando las mujeres dicen: «Bien», lo que en realidad quieren es que él la mire a los ojos, la abrace fuerte y le diga: «No lo estás». —¡Dios te oiga! A veces, por mucho que otros nos traten de ayudar, sentimos que solo una persona nos puede dar la fuerza que necesitamos. ¿Y sabes qué es lo peor?... que jamás pensé enamorarme otra vez a esta altura de mi vida. Pero me doy cuenta de que necesito a alguien que no necesite perderme para darse cuenta de que me había encontrado. Él tiene esa bendita manía de hacerme sentir especial. Muchas veces me digo: «Voy a hacer de cuenta que no existe, sé que puedo ignorarlo», pero se las vuelve a ingeniar para tener mi corazón en su mano. Él tiene el poder de cambiar mi día solo con una sonrisa. —Una buena historia de amor es aquella en la que dos personas se encuentran cuando ni siquiera se estaban buscando. —Y por si fuese poco, a medida que más nos conocemos, menos puedo fingir... cada vez se me nota más. —¡Pero eso es lo mejor! El gran secreto consiste en encontrar a alguien que conoce tus defectos, debilidades y secretos, y aun así ¡continúa creyendo que eres única! No te olvides...
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