#Monterrico
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Hipódromo de Monterrico Lima, Peru
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An iguana is seen at the Centre for Conservation Studies during the release day of Parlama turtles on the beaches of Monterrico in the department of Santa Rosa, Guatemala City, Guatemala.
Photograph: Anadolu Agency/Getty Images
#anadolu agency#getty images#photographer#iguana#centre for conservation studies#monterrico#beach#santa rosa#guatemala city#guatemala#reptile#nature#animal
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Sunset at Monterrico, Guatemala by Alvaro Munoz Arguello
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Jujuy Construye: Un impulso a la infraestructura vial
Jujuy Construye: Un impulso a la infraestructura vial El Plan de Repavimentación "Jujuy construye" inicia obras viales en la región de Valles, optimizando la red para turismo y producción.
El Plan de Repavimentación “Jujuy construye” inicia obras viales en la región de Valles, optimizando la red para turismo y producción. El gobernador Carlos Sadir ha dado inicio a un ambicioso proyecto de infraestructura vial en la provincia de Jujuy, conocido como el Plan de Repavimentación “Jujuy construye”. Este plan tiene como objetivo principal la optimización de la red vial en torno a la…
#Alto La Viña#Carlos Sadir#carpeta asfáltica#Dirección Provincial de Vialidad de Jujuy#El Brete#El Carmen#infraestructura vial#Jujuy Construye#Las Pampitas#Monterrico#Plan de Repavimentación#Puente General Manuel Arias#Puente Guerrero#Puente Negro#Puesto Viejo#red vial#RP 4#RP 42#RP 53#RP 56#Ruta Provincial 4#Ruta Provincial 42#Ruta Provincial 53#Ruta Provincial 56#Termas de Reyes#Villa Jardín de Reyes#Yala
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Jujuy Construye: Un impulso a la infraestructura vial
Jujuy Construye: Un impulso a la infraestructura vial El Plan de Repavimentación "Jujuy construye" inicia obras viales en la región de Valles, optimizando la red para turismo y producción.
El Plan de Repavimentación “Jujuy construye” inicia obras viales en la región de Valles, optimizando la red para turismo y producción. El gobernador Carlos Sadir ha dado inicio a un ambicioso proyecto de infraestructura vial en la provincia de Jujuy, conocido como el Plan de Repavimentación “Jujuy construye”. Este plan tiene como objetivo principal la optimización de la red vial en torno a la…
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Portrait of Charles II seated in an interior
Oil on canvas. 160 × 108 cm. The work, which is now kept in a private collection in Madrid, is an interesting representation of Charles II that stands out for its way of portraying the monarch. The image of Charles II was the most represented and disseminated of all the Spanish Habsburgs. However, we have not found any portrait on canvas where the monarch is seated. Until now, we have only located two documents from the reign of Charles II, which represent the seated monarch. One of them, attributed to Matías de Torres, corresponds to the Office of the title of Marquis of Monterrico, dated 1687, and the other also by Matías de Torres, is the Office of the title of Marquis of Torrepacheco, from approximately 1692.
#history#charles ii of spain#carlos ii#house of habsburg#historical figures#historical painting#rare portraits#painting art#spain#madrid#oil painting#17th century art#17th century
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#DiegoMaradona #D10S #Inmortales
📣 “DIEGO VIVE” 🏆⚽🏃🤩
💥 Una experiencia imperdible sobre la vida del genio de fútbol, con el parque temático inmersivo dedicado a celebrar la vida y el legado del futbolista Diego Armando Maradona (Argentina), a través de una experiencia interactiva y experiencial disponible para disfrutar con toda la familia. 👪🇵🇪
🏟 El homenaje a un Ídolo inmortal, llega al Perú después de haber recorrido ciudades emblemáticas: Nápoles (Italia), y en los países Israel, Arabia Saudita y Argentina. Esta innovadora exposición ofrece una visión única de 360º de los momentos más apasionantes y significativos de la carrera del astro, desde sus humildes inicios en Villa Fiorito, hasta sus triunfos en el Mundial de 1986 y su legado eterno en el Napoli.
👉 Este parque temático está lleno de atracciones y experiencias inolvidables, que disfrutarán no solo los amantes del deporte rey sino también todo el público sin distinción alguna; pues está dividido en seis áreas principales, cada una diseñada para sumergir a los visitantes en su vida y carrera:
✅ Áreas 0: Hall de Entrada, inicio del recorrido con una muestra fotográfica de los momentos icónicos, donde los visitantes explorar la tienda de merchandising, el sector de juegos gratuitos y la zona gastronómica.
✅ Área 1: Diego Maradona te da la bienvenida con un túnel de imágenes interactivas que nos conduce al primer holograma de un joven que soñaba con ser estrella del fútbol mundial y que llega a ser campeón mundial juvenil (1979) y campeón con Boca Juniors (1981), compartiendo consejos para recorrer el parque.
✅ Área 2: La Vida del Deportista, a través de fotografías, paneles narrativos, pantallas con sus mejores jugadas, un video wall con sus 345 goles, y réplicas de premios, camisetas y balones, esta área celebra la vida y logros conquistados.
✅ Área 3: El Cuarto de Pelusa, sección que destaca la humilde infancia de Maradona en Villa Fiorito, simbolizando la esperanza y grandiosidad de sus sueños de convertirse en el mejor jugador de la historia.
✅ Área 4: Espectáculo Inmersivo con tecnología de punta en un formato 360º y sonido de alta calidad, ofrececiendo un espectáculo de treinta minutos con imágenes inéditas conectando con todos los sentidos humanos.
✅ Área 5: Convertirte en Maradona por un Día, a través de juegos virtuales, los visitantes emulan la famosa jugada del "Gol del Siglo", viviendo la experiencia de ser Maradona por un día.🎉
© Producción: Feel Entertainment.
▶️ Vídeo Promocional: https://youtu.be/iJfDHTuZ0zo
📌 TEMPORADA: Del 20 de setiembre al 20 de octubre
📆 Lunes a Jueves 🕙 10:00am. a 8:00pm. / Viernes a Domingo 🕙 10:00am. a 9:00pm.
🏪 Centro de Exposiciones Vivero del Jockey Club (av. El Derby s/n, Puerta Nº 3 Hipódromo de Monterrico - Santiago de Surco)
🎯 Entradas:
🎫 Pre-venta: S/.63
🎟️ Regular: S/.80,5
🖱 Reservas: https://www.ticketmaster.pe/event/diego-vive-home
👀 A tener en cuenta: Evento recomendado para niños a partir de los cinco años (5+)
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Sábado: 13/04/24
Buenas noches camaradas que fue como les fue hasta hoy? la pasaron Cool o naranjas? ya me contarán... hoy sali con mi padre a Buscar un almuerzo así que varié de platillo pedí un Pollo Broster! Provecho con la cena! que planes para hoy? sale algo o nada?
Novedades de hoy Sábado no hay mucho que contar... parece que me planto aquí en mi House! tranqui con mi Ron Cartavio y sus Cuates para amenizar la noche buscando Movies! si las cosas cambian plan de las 10 de la noche ya salgo al Casco Viejo (Lima) veremos que sale en las Sucias Calles! Mente Positiva!
Por lo Pronto Barbie está haciendo una Barbacoa en mi Casa de Monterrico (Dolls House) bajar por ahi seria mostro pero esta lejos asi que nada... no está en el Mapa! ya coordinare con el Equipo Corporativo (Markham) que dia visito! así que Relax...
Bueno me voy a la Bodega a comprar unas Cervezas nos vemos mas tarde cualquier cosa sigo aqui en Casa Base Naval (La Caverna) cualquier cosa me llaman! hablamos Brothersitos Good Nigth !
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Playa de Monterrico, Santa Rosa en Guatemala. Aquí la belleza compite con la ignorancia. No hay control en la limpieza y el cuidado de estos paraisos!!!
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Argentina: Consejo Federal AFA - Torneo Federal "C" 2018 - Etapa Clasificatoria - Región Norte - Zona 4
https://josecarluccio.blogspot.com/2024/03/argentina-consejo-federal-afa-torneo_13.html
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#2018#afa#argentina#consejo federal#etapa clasificatoria#futbol#jujuy#monterrico#monterrico san vicente#region norte#torneo federal c#zona 4
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All apologies (última parte)
La aciaga noche de primavera, Ricardo y Martín se reúnen en el centro. Llevan casacas gruesas, camisas estampadas y jeans entallados. En la bodega El Tigre compran cigarrillos y Red Bulls y cruzan por la Plaza de la Constitución viendo como la muchedumbre se aglomera en las esquinas. La plaza, a esa hora del sábado, es punto de encuentro de muchos jóvenes que van llegando y colman el cuadrilátero con su vocerío; luego, de a pocos, alegres y bullangueros abordan taxis o se pierden por las calles adyacentes. A eso de las diez, cuando el espacio se va raleando y una gélida briza invade la ciudad, Ricardo y Martín deciden seguir el cauce juvenil de la noche. Avanzan por la calle Real y doblan hacia el jirón Puno donde el tránsito se entorpece por los autos que pugnan y a su vez se detienen para que desciendan los pasajeros que van llegando. El rumor de cafés, tiendas, tabernas y discotecas envuelven la atmósfera. Bufidos de motores, risas, gritos, bocinas y puertas y rejas que se cierran. Recalan en El Cerezo y, pasada la medianoche, atraídos por las luces y la música que explota en los locales, calle abajo, ingresan al Vikingo. La taberna hiede: el humo de cigarrillos y el aroma de los calientitos —cañazo, azúcar, té y limón— se mezcla con el humor de los cuerpos y la pestilencia a orines y desinfectante del baño. En el ambiente suena, vigoroso y sensual, Mujer amante de Rata Blanca: Uuuh debo saber si en verdad en algún lado estaaás. Se abren paso entre mesas abarrotadas y, en un rincón de mortecinas luces, encuentran unos sofás de cuero sintético. Un mozo, que aparece entre el sofoco y la bruma del local, se acerca con displicencia y ellos piden una jarra de «caliente». En las mesas se ven grupos de chicos vestidos de negro envueltos entre nubes y espirales de humo agitando sus melenas. Unos sucios acordes remecen el entablado y, las pantallas, suspendidas de las vigas de madera, muestran el All apologies de Nirvana. Entonces es Ricardo quien las ve, el objetivo y blanco perfectos: dos chicas solitarias justo en el extremo opuesto, en diagonal, al fondo del salón, casi imperceptibles desde su perspectiva, camufladas bajo la penumbra de una gran pantalla. Entrada la madrugada, la taberna se va despejando y descubre las inquietas cabelleras entintadas bajo los haces de luz; cruzan miradas y las risas disforzadas se hacen patentes, imperativas, incesantes. Ahora suena un viejo tema de The Cure, Play for today: …you expect me to act like a lover…, que excita a las muchachas. Ricardo se decide y, movido por el jugueteo del bajo y la guitarra, va hacia ellas ejecutando pequeños pasos de baile. Martín desde su ubicación lo ve avanzar convertido en una sombra, presentarse e inclinarse para hablarles señalándolo a él como punto de referencia. Los ojos vivaces, enmarcados entre cabellos rubio y azabache, se encienden; vivarachas apuran sorbos de cerveza, se incorporan y siguen la senda que Ricardo les marca. La de pelo amarillo pajizo, con un lunarcito orbitando sus labios, se acomoda junto a Ricardo; la otra, risueña y dócil, al lado de Martín. Una mesera de aire selvático deja una jarra de caliente para los jóvenes, un par de cervezas para las señoritas y un tazoncito de canchita tostada. Pasadas las dos de la mañana Ricardo y Martín apuran besos y recorren cálidos muslos. Antes de las tres de la madrugada, emparejados y tambaleándose, descienden los sucios tablones de las escaleras; salen del local lanzando risotadas, sintiéndose dueños y dueñas del mundo y se pierden entre el frio de la madrugada. Al mediodía del domingo, el sub oficial Peredo, de la División de Investigación Criminal de la Policía, ojea el cuaderno de huéspedes del hostal Monterrico: comprueba 3.30 a.m. como hora de ingreso, y unos nombres y números de identificación falsos. Es lo que puede verificar el oficial luego de recibir la llamada de emergencia del hostelero comunicándole que, en la habitación 203, habían encontrado «un par de jóvenes en estado de inconsciencia».
—Lo más triste fue lo de sus viejos —me dice mientras remueve el hielo con una varilla y apura un sorbo—. Cuando se enteraron que la fiscalía cerró el caso, se volvieron huraños y empezaron a tener visiones: dicen que lo veían y que hasta hablaban con él.
Tras el sepelio, Don Vicente García y doña Leonor Gonzales, padres de Martín, conservaron la habitación tal como la dejara su hijo la noche del sábado. Sobre la cómoda de madera levantaron un altar con dos fotografías: una de su primera comunión y otra de los tres cuando Martín ingresó a la universidad. Al pie de los retratos encajaron, sobre un candil, una cerilla blanca que antes de irse a dormir encendían y juntos rezaban padrenuestros y avemarías. Una tarde de invierno, después del lonche, cuando doña Leonor buscaba en los cajoncitos del repostero unos fósforos para cambiar la consumida velita, oyó aquella canción que Martín solía escuchar. Se dirigió escaleras arriba de donde parecía brotar la música y, al abrir la puerta del dormitorio, halló a su hijo en ella; lo vio como aquel sábado, antes de la tragedia, alistándose para salir. En el mini componente se escuchaba el Even flow de Pearl Jam. Quiso correr a su encuentro, decirle algo, pero al ver que él le devolvía una mirada cargada de reproche que, en medio de la sorpresa, no entendió, se contuvo. Retrocedió, juntó la hoja de la puerta y permaneció pegada al marco, silente, espiándolo hasta que el asombro se convirtió en una especie de ensueño.
—A veces creo que como ellos yo también empiezo a perder la razón —me dice. Da una fuerte pitada, suelta una cascada de humo por la nariz y vacía su vaso de un gran sorbo. Su mirada, intensificada por las luces de los televisores, refleja amargura, dolor; respira hondo y se restriega ansioso en la silla—. Si caes en desgracia en este país de mierda y no tienes suerte o no eres hijo de alguien importante, a las autoridades no les interesas.
Cuando Ricardo entendió que la policía no podía hacer más y ni siquiera tenía indicios que llevaran a las asesinas, se impuso dar por él mismo con las autoras. Cada fin de semana, convertido en un errante nocturno, deambulaba por bares, discotecas, tabernas e incluso prostíbulos, perdido entre el humo del cigarrillo y abundante licor, queriendo reconocer aquellos rostros que aún le devolvía su memoria.
—¿Te acuerdas esa canción…? —me dice de pronto. Los haces de luz rompen la penumbra y su rostro se transforma. Fija la mirada en la pantalla, tamborilea sobre la mesa, se quita el cigarro de la boca y canta—: Eveeen flow thooouughts aaarriive liiike butterfliiiees.
Al rato, un mozo se nos acerca y nos anuncia que el local va a cerrar. Salimos y, por el jirón Puno, vamos calle abajo siguiendo el itinerario de aquella vez. Ricardo avanza como impelido por una fuerza invisible, no para de fumar y su mirada inquieta refleja euforia y una especie de ira contenida. Habla atropelladamente y sus movimientos son rápidos pero a la vez torpes. Intento escucharlo y seguirle el hilo: quiere que vayamos al Vikingo como aquella noche con Martín. Llegamos eufóricos pero, en la recepción, antes de tomar la gran escalera de tablones, dos vigilantes nos cierran el paso. El señor no puede ingresar, está mareado, si gusta pase usted, me dice uno de ellos. Al escucharlo se enoja y les lanza una grosería, el otro lo mira con desprecio y se le acerca como retándolo; yo aparto a Ricardo y me disculpo con ellos. Damos media vuelta. A esta hora, el frío de la madrugada, golpea fuerte; una pareja, sentada en una de las bancas, parece discutir: el chico suplica y ella tiene el rostro cubierto con las manos. Vamos, me dice, te invito un par de jarras de ron en el Scarlett. Lo sigo, avanzamos por Giráldez calle arriba hasta una especie de terraplén que alguna vez, pienso, sirvió de acceso a una playa de estacionamiento. Atravesamos una puerta batiente de vidrios iluminada con luces de neón y damos a un amplio salón a media luz que hiede a una mezcla de desinfectante y aromatizador. En la barra vemos chicas en minifalda y lencería, alguna de ellas llevan solo braguitas y strapless de colores; las piernas cruzadas sobre los taburetes forrados de marroquín y los zapatones y botas balanceándose me ponen nervioso. Ricardo las observa y ellas nos sonríen, se acerca y las escruta con la mirada como si pasara revista. De pronto, detrás de la barra, un hombre que lleva una camisa de algodón y lentes, lo encara: “Usted…, por favor, retírese”. Ricardo le lanza una fiera mirada, inmovil lo apunta con el dedo, el rostro idiotizado. Vámonos de esta mierda, me dice, tomándome del hombro. Afuera las calles estan desiertas y silentes. Unos perros hurgan en los basureros y el olor de los chifas a fritura, sillao, caldo de pollo y huevo frito me provoca una arcada. Hago parar un taxi, subimos y le digo al taxista que nos lleve a la Rivera donde Ricardo tiene su habitación.
Al llegar lo noto más calmado, aunque su expresión es sombría. Lo acompaño hasta la entrada de un edificio a oscuras, de cuatro pisos, sin pintar, de acabado rústico y con puertas y ventanas de hierro. Abre la puerta con dificultad y antes de despedirse me dice:
—¿Crees en fantasmas y aparecidos, condenados, almas y espíritus errantes…?
—La verdad que no… —le digo—; pero habría que estar en el pellejo de los deudos para saber lo que se siente y vive.
—Ja, ja, ja… —suelta una carcajada que resuena en la madrugada—. Solo los niños creen en esas estupideces. No sabes las ganas que tengo de ver a Martín y hablar con él, cada vez que puedo lo invoco a la media noche. Hasta pensé contratar un médium, uno de esos pendejos que dicen entablar contacto con los muertos y espíritus malignos. ¿Sabes en lo que sí creo…?
—¿En el diablo, los extraterrestres y ovnis?
—No me vaciles... Creo en la música que es real y te transporta a otra dimensión.
— ¿Como el grunge que a Martín y a La Rusita les gustaba?
Da media vuelta, cierra la puerta de fierro y se pierde por el sombrío callejoncito.
Al mediodía me llama y me dice que ya no puede más y que si se queda en esta ciudad va a enloquecer. “Me voy de este pueblo; mi tío Lucho tiene un mini marquet en Lima y necesita apoyo. Así que me largo por buen tiempo, salgo esta misma noche”.
Antes de que colgara le deseé buena suerte y le dije que no se preocupara y que era lo mejor que hacía.
Por la tarde, decido visitar a los padres de Martín que viven en un barrio a las afueras de la ciudad, cruzando el rio Mantaro. Cuando llego, veo en el horizonte grises nubarrones que se van agrupando. El viento que se desprende de la cordillera hiere mi rostro y una tenue llovizna empieza a caer. A lo lejos los relámpagos rasgan la atmosfera seguido del estruendo que producen los rayos al chocar con la superficie.
Avisto el chalet de dos pisos de cemento e ingreso por el pequeño jardincillo con algunas plantas y árboles marchitos por falta de riego. Presiono el timbre, pero nadie me atiende; luego intento con los nudillos y toco la puerta de madera. Al rato, se abre una hoja a medias y aparece doña Leonor, el rostro inexpresivo y el talante hostil.
—Buenas, señora… —me apresuro a saludar.
—Si…, ¿qué desea…?
—Soy Manuel, señora. ¿Se acuerda de mí...?
Hace una pausa, me mira fijamente y luego me dice:
—Lo siento, pero no podemos hablar con usted.
No sé qué decir, me quedo paralizado; luego ella se muestra y se detiene en el umbral como resguardando la entrada.
—Es una pena que las autoridades y los amigos de mi hijo lo hayan defraudado —su voz es áspera, firme—; por favor no regrese, nosotros y Martín se lo vamos a gradecer.
Asiento con la cabeza, doy media vuelta y me alejo hacia el paradero de la carretera central que queda a dos cuadras de la casa. La amenaza de tormenta se ha ido de pronto y en lo alto la luna brilla en todo su esplendor; al sur el firmamento se va tachonando de estrellas. Una ligera ventisca desprende un fresco y agradable olor a tierra mojada. Los faroles del alumbrado público se encienden e iluminan las calles sin pavimentar.
Me vuelvo para ver la casa de Martín y la que fuera su habitación en el segundo piso con vista a la calle. A través de las cortinas logro distinguir unas débiles y parpadeantes lenguas de fuego, entre amarillas y bermellón, que iluminan el interior junto a un confuso ajetreo de extrañas sombras que van de un lado a otro. Avanzo y me alejo del lugar, quizá para siempre.
Justo antes de llegar a la intersección con la carretera diviso en la esquina unas luces de colores que chisporrotean en el pórtico de un desmañado edificio. Del lugar brota música intensa y unos jóvenes vestidos con casacas y poleras negras ingresan a lo que claramente es una fiesta de metaleros, dark o punks. En la entrada, compro un par de cigarrillos mentolados de una vendedora sentada entre el ángulo de la vereda y la pared, cubierta con un grueso pañolón marrón. Enciendo uno en la velita que tiene confundida en el azafate lleno de galletas, caramelos, frunas, chicles, halls y gaseosas. Pago cinco soles a un sujeto de camisa azul que permanece al lado de un vigilante e ingreso. En el interior suena el Smell like young spirit de Nirvana; las luces estroboscópicas disparan sus haces sobre los rostros que parecen representar un desafío juvenil. Al rededor del recinto, pegadas a las paredes, se han colocado viejas sillas de madera; me siento en una de ellas y, a través del humo del cigarrillo, observo el pequeño baile caótico que se va armando en medio. Agazapado entre ellos, moviéndose desaforado y listo para saltar al ruedo, veo a un muchacho que viste un polo de Metallica; en una de sus muñecas, adivino, resplandeciente y enigmático, una esclava de plata que me recuerda a la de Martín.
(Fin)
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Jujuy, provincia modelo en el tratamiento de residuos sólidos urbanos
Referentes del Banco Europeo de Inversiones y miembros de la Delegación Argentina de la Unión Europea, destacaron el alto impacto de GIRSU Jujuy en el tratamiento de los residuos sólidos urbanos y los beneficios que reporta no solo en el campo ambiental, sino también social, laboral y turístico, enmarcados dentro del nuevo paradigma de un Jujuy Verde. Los funcionarios fueron recibidos por …
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#Alexander Heinman#Ambiente#Banco Europeo de Inversiones#BEI#cambio climático#Centro Ambiental Jujuy#Centro Ambiental Puna#economía circular#El Carmen#energías alternativas#Francesca Russo#Gerardo Morales#GIRSU#Guido Edul#Juan Gorriños#Jujuy Verde#Jujuy Verde Carbono Neutral#Libertador#María Inés Zigarán#Monterrico#Pablo Iglesias#Palma Sola#Patrick Dorvill#Perico#planta de biogás#Quebrada#Residuos Sólidos Urbanos#San Pedro#Unión Europea#Volcán
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Alguien se acuerda del Hipódromo de San Felipe estuvo ubicado en los límites de Magdalena del Mar y Jesús María. Funcionó hasta 1960, muchos magdalenenses de la guardia vieja asistimos desde niños a presenciar aprontes de los caballos durante los días de semana. Los Sábados y Domingos íbamos a apostar. La palomillada del barrio esperaba las dos últimas carreras, cuando dejaban entrar gratis, (la segundilla). Muchos jockeys y aprendices vivieron y/o frecuentaron el barrio. Quiénes recuerdan San Felipe?
Las dos fotos superiores corresponden a San Felipe. El Hipódromo de Monterrico está en la foto inferior. (Inagurado el 18 de Diciembre, 1960)
Aquellos tiempos..!!
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