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Frases que me joden #9

El único riesgo de echarte unas cubas debería ser la cruda. Pero en México la cuba es más libre que las mujer.

Y ya sé que no son todos los hombres. Pero con que uno lo haga y los de alrededor se callen, se hace la mierda.

Ya me cansé de asumir que no puedo decir un albur o a hablar de sexo frente a un vato porque miedo a que lo tome como una insinuación. De salir a la calle con escote pronunciado asumiendo que recibiré miradas lascivas. De aceptar que no tengo novio sin que alguno de los presentes piense que eso me hace estar disponible. De echarme cubas sin miedo a que a alguien se le haga fácil aprovecharse de mi poco equilibrio.

Nada cambiará mientras existan personas buscando una forma de justificar al que viola y juzgar a la violada. Nada cambiará mientras existan personas que piensan como las morras de la agencia de Nath Campos, los amigos de Rix, Andrea Legarreta o Martha Figueroa. Nada cambiará mientras el miedo a denunciar sea más grande que las ganas de justicia.  

La culpa no es de la cuba, de la falda ni de la hora, la culpa es del que viola. No hay más.

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Frases que me joden #11

Muchas gracias por explicarnos cómo deberíamos reaccionar a nuestro enojo.

A un enojo que tiene rostro de niñas, mujeres y animales no humanas, que han sido violadas, apuñaladas, vendidas e incluso asesinadas.

Un enojo al que se le suman 11 mexicanas todos los días.

Un enojo que a algunas nos hace llorar y a otras quemar o romper lo que encuentran a su paso.

Es fácil criticar la forma de protestar, cuando se olvida la razón de la protesta.

Critiquemos las formas de violencia hacia nosotras, las formas en que le arrancan la inocencia a las niñas, las formas en que muchas son privadas de su libertad en cuestión de segundos, las formas en que nos quitan la paz y la vida.

Al final los monumentos pueden contar nuevas historias. El Ángel contará otra independencia. Y Juárez apoyará otra causa justa y emanada de la voluntad del pueblo.  

Historias en las que las mujeres dejaremos de ser invisibles.

#8M

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Frases que me joden #6

Ergo, calladita me veo más inexistente, más sumisa y menos inconforme.

Pero lo dejaré claro, a mi pijama desfachatada, a mi rímel corrido y a mi pedicura a medio dedo, nos vale 5 hectáreas del miembro masculino el verme bonita.

Yo quiero verme soñando, exigiendo, logrando, riendo, gritando, cambiando y quemándolo todo. Quiero que me recuerden por los decibeles que logré generar durante mi existencia.

Y también quiero que ser bonita deje de ser el parámetro con el que se mide el valor de la mujer; siendo honesta, la belleza ideal es inalcanzable y si yo aceptara jugar ese juego, pasaría la vida ocupada en cómo verme más bonita y no en cómo verme más chingona, real y auténtica.

Ya no me voy a callar. Así que o miras para otro lado o aprende a mirar mejor.

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Frases que me joden #12

Durante muchos años, de lo único que estuve segura, era de mis inseguridades.

Vestida siempre de negro. Cubriendo mis rollitos con cojines. Usando fajas en las bodas para poder usar vestidos que rara vez me dejaban bailar “La Chona” libremente.

Hasta que me di cuenta que esas inseguridades no eran mías. Eran frases, palabras, miradas y actitudes que le pertenecían a alguien más.

Yo no odiaba mi cuerpo, me enseñaron a odiarlo. Me enseñaron a compararme con otros cuerpos. A no elegir blusas con rayas horizontales. A sentirme mal de comer.

Pero este es el único cuerpo que tengo. Y estoy decidida a amarlo.

Por eso hoy me quito la inseguridad; me estorba para ponerme eso que me dijeron que no me va bien. Eso que no estoy acostumbrada a ver en el espejo, pero que me hace sentir Diosa.

Hoy decido creer en mí. Y me lo diré al espejo hasta que ya no tenga que recordármelo.  

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Feliz Navidad.

En la vida me han dado miedo muchas cosas, desde el chupacabras hasta las arañas.

Pero este 2020 me trajo un miedo que nunca pensé sentir: miedo de abrazar a mi madre.

Este año aprendí a cocinar, a meditar en la sala, a hacer ejercicio viendo Youtube y otras nimiedades, pero también aprendí que los pocos abrazos pueden significar mucho amor, que odio estar lejos de las personas que amo y sobre todo, aprendí que no quiero perder a mi madre, aún no.

Y todos los días pienso “mi madre es una persona sana, seguro sobreviviría a este bicho extraño”, pero el riesgo de comprobar ese pensamiento es muy alto.

Por eso me sigo quedando en mi casa, aunque sea Navidad y las posadas y reuniones coqueteen con mi ya desintoxicado hígado.

El amor más puro que he conocido se contaminó de miedo este 2020 y mi deseo de Navidad es que (en el futuro) podamos volver a abrazarnos sin miedo.  

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Amor libre.

Libres de miedo, de tapujos, de rosarios y de géneros.

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Hey you.

Personas que te hacen disfrutar todos los lados de la luna.

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Frases que me joden #10

Así cómo? ¿Así como soy?

Fíjate que ahorita no tengo ganas de cambiar lo que soy para ser digna de un “amor” para el que claramente nunca seré suficiente.

Aclaro que tampoco se me antoja cambiar a nadie para que quepa mejor en mi construcción romántica.

Si lo piensas, modificar algo en nosotres para ser merecedores del amor ajeno, es muy peligroso. Es como firmar un contrato en que el producto a vender es el amor propio y la moneda de pago es la sumisión y la dependencia.

Y no es que no tenga o no quiera cambiar nada en mí. Es más soy un ser en constante cambio, solo que no quiero que esos cambios sean exigencias externas.

Quizás por pensar así soy soltera, porque vaya que mis exes han querido cambiarme.

Y terminamos porque no supe cómo dejar de ser ruidosa, ni pude aprender a usar tacones para conocer a sus padres, es más sigo enseñando de dónde salen los bebés cuando uso falda. No cambié mi talento nato de mentar madres mientras manejo. Ni he dejado de cancelar cenas de último momento porque decidí trabajar hasta tarde. Tampoco cambié mi postura de no ser madre, ni mi poca tolerancia al alcoholismo. Sigo siendo muy sexosa y sigo sin saber quedarme callada cuando alguien dice algo que no me agrada.

Ah, sobre todo, sigo prefiriendo cambiar de pareja, que cambiar algunas cosas que tanto disfruto de mí.

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De mí ya no me olvido.

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Lo dijo una vagina #1

En la lengua de Cervantes: “No hay nada más fuerte que una mujer rota que se ha reconstruido a sí misma”.

Eso dice Hannah Gadsby casi al mismo tiempo que cuenta sobre los abusos sexuales que sufrió de joven y los conflictos que tuvo para aceptarse homosexual en una comunidad homofóbica. 

Conecté con ella, no por el abuso o la homofobia, sino por lo rota. Podría apostar que todas vamos un poco (o un chingo) rotas. Pero somos resilientes, siempre nos levantamos porque somos mujeres y queriéndonos hacer sentir débiles, nos hicieron indestructibles.

Somos fuertes porque en vez de negar nuestras fracturas, las rellenamos con oro, así como los japoneses con el kintsugi.

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Frases que me joden #8

Hay 100 mil cosas que me hacen enojar, pero que asuman que la razón de todos mis enojos me nace del útero, me enfada más que ir en un camión que va lento cuando traigo prisa o que ver a un hombre viéndome el escote mientras camina con su novia.

Sí, cada 28 días me sangra el cuerpo y unos días antes mis senos se hinchan, mi cabeza explota y todo me hace llorar, todo. Una vez lloré porque la leche caducaba en mi cumpleaños.

PERO ESO NO TIENE NADA QUE VER CON TU ESTUPIDEZ.

Si dices o haces algo que no tenga sentido, me enojaré sin importar si la luna me está menguando en los calzones o no.

Porque dejemos algo claro, yo me enojo un poco todos los días y eso a veces coincide con que me está saliendo sangre de la vagina, pero si tu decisión es pensar como un neandertal y asumir que esa es la única razón por la que una mujer puede mostrar enojo, pues digamos que yo asumo que tú andas en esos días en los que el cerebro se te conectó al culo.

[miremush]

Frases que me joden #4

A mí me tocó nacer carilinda y caderancha. Y toda la vida me han invitado a ser más flaca.

Desde mi perspectiva ocupar menos espacio no me haría más linda, sino más invisible, menos estorbosa. Porque mi cadera le estorba a tu deseo. Mi celulitis le estorba a tus construcciones sociales. Mis estrías, mis lonjas, mis cachetes, mi amor propio, mi no parecerme a Bella Hadid le estorba a tus ganas de masturbarte conmigo.

Pero a mí lo que me estorba es la obsesión por el canon de belleza. La obsesión de creer que la mujer existe para complacer.

No, no quiero ocupar menos espacio. A mis 31 años he aprendido que eso de “mejor” depende mucho de los ojos que miran. Y con los míos me miro muy bien.

Así que ahórrate tus consejos sobre mi cuerpo.

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Lo dijo una vagina #2

“I would rather be a bad feminist than no feminist at all”.

Me da mucho miedo que me violen, maten o secuestren, obvio, como a todas.

Pero me da más miedo ser una persona gris; sin juicio, cuestionamientos, voz o sueños utópicos por los cuales luchar.

Por eso tomo una postura. Por eso amo saberme feminista, animalista, intensa y geniuda.

Y no quiero ser perfecta (ni mujer, ni feminista ni nada). La perfección es tan real como que la Coca Light te enflaca.

Aceptar que nada es perfecto es el primer paso (al menos para mí) para atreverme a actuar.

Y claro que quiero cambiar al mundo, pero lo único que realmente puedo hacer es cambiarme a mí, amarme a mí, cuidarme a mí. Si en el camino logro inspirar a alguien, o lograr un cambio pues qué chingón.

Es mejor dar un paso que no dar ninguno. Dejemos de criticar desde el sillón.

[miremush]

Hay personas.

¿Conoces a alguien así?

[miremush]

Tengo sed.

Tal vez nunca sabré por qué.

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Frases que me joden #7

Ayer se aprobó la ley de interrupción del embarazo en Argentina y es una noticia brutal para América Latina. Mi feed está lleno de mujeres que celebramos este avance, pero basta leer los comentarios en el post de cualquier noticiero para entender que aún hay mucho que hacer.

Siento que me pego en el dedo chiquito del pie al ver que muchos siguen culpando solo la mujer, omitiendo el hecho de que pues básicamente nosotras no tenemos semen. Y es que se leen tonterías como: “Mejor aprendan a cerrar las piernas” “Salvemos las dos vidas” “Están matando inocentes” Y ni hablar de los economistas espontáneos preocupados por cómo se gastan los impuestos. 

Ojalá así se involucraran con los niños abandonados, la pedofilia, la violencia doméstica, la paternidad ausente y el acceso a la educación.

Sí, se despenalizó el aborto, lo cual está lejos de significar que es obligatorio abortar, así como tampoco es obligatorio comentar pendejadas sobre algo que estamos lejos de comprender. Porque les prometo que ninguna mujer aborta por hobby.

¡Chingón por Argentina!

Su lucha me da esperanza, pero también me deja ver que las leyes cambian, pero las mentes no tanto. Así que la lucha debe seguir.

Mientras la religión siga metiendo sus rosarios en nuestros ovarios, seguirá la lucha. Mientras los hombres sigan sintiendo derecho sobre nuestros cuerpos, seguirá la lucha. Hasta que los sueldos sean parejos. Hasta que la trata deje de existir. Hasta que los hombres y las mujeres sean libres de decidir sin miedo a salirse de un molde, seguirá la lucha. Hasta que América Latina sea toda feminista. 💜💚🔥