#Marina Rodríguez-Cusí

[elmartillosinmetre]

“Si Britten y Stravinski son eclécticos me reconozco como ecléctico”

[El compositor madrileño Tomás Marco retratado por Michal Novák]

Tomás Marco (Madrid, 1942) publica en el sello IBS Classical La isla desolada, una cantata con textos de Luciano González Sarmiento que se estrenó en el pasado Festival de Santander

El 5 de abril tendría que haber presentado en el Teatro de la Zarzuela Policías y ladrones, una zarzuela con libreto de Álvaro del Amo que había despertado gran expectación, pero la huelga de los trabajadores del coliseo madrileño de la calle Jovellanos lo ha impedido, sin que haya aún nueva fecha para el estreno. Pese a todo, Tomás Marco (Madrid, 1942), uno de los más relevantes compositores españoles del último medio siglo, se lo toma con calma: "Se hizo hasta el ensayo general y fue muy bien. Veremos".

-¿Qué elementos reconocibles del género zarzuelístico hay en su obra? -Hay partes habladas y musicales. Las musicales son números cerrados, no son un continuo como sería en el caso de una ópera. Se trata además de un tema de actualidad tratado con técnicas de ahora, pero orientado a que el público lo pueda entender.

-En el otoño próximo presenta Tenorio en Sevilla, pero será en versión de concierto. -Sí, había la idea de de representarlo, porque todavía no se ha representado, se ha hecho sólo en versión concierto. Es una pena porque no es nada difícil de montar y tampoco es caro, pero bueno, qué le vamos a hacer. Prefiero que se haga en versión concierto a que no se haga, evidentemente. Se hará en escena poco después, en Pamplona.

-Usted ha escrito obras teatrales sobre Calderón, el Quijote, Homero... No le asustan los nombres míticos de la literatura. -Para la ópera prefiero ese tipo de sujetos. La ópera tiene un componente épico. Con la zarzuela no se puede hacer algo así, por eso mi zarzuela trata un tema actualísimo, el de la corrupción política, pero en cambio la ópera se presta a eso. A veces es un reto, porque meter el Quijote en una hora y pico tampoco es fácil, pero creo que los resultados que he logrado son interesantes.

-La mayor parte de su música teatral es para conjunto de cámara, ¿ha echado de menos un encargo de una ópera grande para un gran teatro? -No ha llegado ese encargo y no lo he podido hacer, pero sí tengo una ópera para grandes contigentes, Selene, aunque es corta, dura sólo una hora. Se ha hecho en Madrid y San Sebastián. Y está grabada en un disco que está por salir. También hemos grabado Tenorio: creo que habrá salido para cuando se presente en Sevilla.

-¿Qué es La isla desolada? -Es mi última obra vocal, porque la zarzuela es un trabajo que viene de 2015. Se estrenó en Santander en agosto. Es una obra de larga duración, sobre un texto épico de Luciano González Sarmiento. No usa demasiados medios: mezzo [Marina Rodríguez Cusí], tenor [Eduardo Santamaría], recitador [Manuel Galiana], coro, que es importante [Camerata Coral de la Universidad de Cantabria], dos pianos [Gustavo Díaz Jerez y Javier Negrín] y dos percusionistas [Antonio Domingo y Pedro Terán]. Quedé muy contento del resultado, que es muy variado, a pesar de que los medios no son muy amplios. Creo que he desarrollado una técnica vocal muy específica, que dimana de mis óperas y de mis obras anteriores y que ahí está. En Santander tuvo un éxito notable. Quizás es que he acertado.

-¿Por qué esa plantilla? -Fue un acuerdo con el libretista. Decidimos una plantilla que fuera suficiente para mantener un texto de tanto peso, pero evitando la orquesta, porque luego las dificultades para estrenar son tremendas. Llegamos a la conclusión de que esa formación tenía un ambiente tímbrico suficientemente variado y rico como para sostener la hora y media que dura la cantata.

-En esta obra hay pasajes modales, tonales, seriales, incluso bruitistas, ¿se reconoce en el término ecléctico? -Depende de cómo se tome. Es un término que significa que uno puede escoger entre varias cosas, que es algo que se hace en la posmodernidad. Es cierto que históricamente a veces se ha usado de forma despectiva. Pero si eclécticos son Britten o Stravinski, yo me reconozco como ecléctico.

-¿Cómo ha evolucionado Tomás Marco como compositor? -Hay una evolución desde la vanguardia estricta de Darmstadt hasta lo que hago ahora, aunque haría dos salvedades. Por un lado, que en cualquier momento sale una obra mía que es radicalmente distinta de la anterior y a lo mejor vuelvo a cosas del principio vistas desde ahora. Por otro, que yo no me muevo por el deseo de desarrollar una técnica que evolucione, sino por aplicar todos mis conocimientos y mis experiencias a la obra que estoy haciendo en ese momento y a lo que esa obra me exige. En todo momento me he enfrentado a cada obra con el deseo de hacer lo mejor posible lo que esa obra me estaba pidiendo. Cada una pide una cosa diferente, un empleo técnico, un tipo de estética y unos recursos concretos.

-¿Hay elementos comunes, reconocibles, en su trayectoria? -Supongo que sí; el estilo de un compositor aparece en las obras más distanciadas en el tiempo, porque hay elementos que pertenecen a la personalidad más que a la técnica o a la estética. Hay ejemplos de compositores que han evolucionado mucho, pero hay algo que no pierden. El Stravinski de El pájaro de fuego es muy diferente del de Requiem Canticles, pero Stravinski está en las dos obras.

-¿Se reconoce en la Generación del 51 con la que se le asocia, la de los De Pablo, Halffter, Bernaola, García Abril...? -Como empecé muy pronto, estuve muy relacionado con ellos, son todos amigos y a todos los admiro mucho. A pesar de eso, me siento de otra promoción y creo que mi música tiene elementos que pertenecen a otro momento.

-¿Por dónde va la música, hacia dónde se dirige? -Actualmente lo muy novedoso con respecto a lo que ocurría en los años 60 y 70 es que existen muchas tendencias que conviven, a veces opuestas, pero válidas. No es malo. Si todo fuera muy uniforme, como ahora las comunicaciones son rápidas y estamos al cabo de la calle de lo que se hace en cualquier sitio en todo momento, sería un aburrimiento espantoso.

-¿Ha quedado contento con la edición que IBS ha hecho de la cantata? -El disco se grabó en el ensayo general y el concierto. La versión musical fue muy buena. Encinar hizo una labor admirable. El coro, aunque amateur, está asombrosamente bien. IBS se ha ido acreditando como un sello muy serio, que graba muy bien. Está a la cabeza de lo que es la pequeña industria discográfica española.

[Diario de Sevilla. 13-05-2018]

[teleindiscreta]

¿Quién puede dirigir nueve novenas en un día?

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Heroicidad, desafío o reto. Llámenlo como gusten, pero lo cierto es que la hazaña del director de orquesta Víctor Pablo Péres (Burgos, 1954) pasará a los anales de la música clásica. Cuando Antonio Moral le planteó el reto de dirigir a lo largo de un día nueve sinfonías le pareció una locura. Después trató -sin éxito- de rebajar el número a media docena, que ya es. Pero conociendo como él al director del Centro Nacional de Difusión Musical hacerle cambiar de idea era batalla perdida. Así que lo pensó y pidió los ensayos necesarios “para no morir en el intento porque no se trata de hacer música al peso”, dijo ayer en el Auditorio Nacional, donde se desarrollará esta jornada única, pues será la primera vez que se hace en el mundo.

Y así es como el próximo 24 de junio y dentro del ciclo “¡Sólo música!” dirigirá desde las once de las mañana a las 22:30 de la noche las novenas de Haydn, Beethoven, Schubert, el español y aún poco conocido Ramón Garay, Bruckner, Mozart, Dvorak, Shostakovich y Mahler, con la que se cerrará esta jornada. Las orquestas que estará a su mando son la Sinfónica de Madrid, que contará con el apoyo del Coro Nacional de España, la Orquesta de la Comunidad de Madrid, la Sinfónica de RTVE, la Orquesta Nacional de España y la Joven Orquesta Nacional de España. El encuentro es la cuarta vez que se celebra en el Auditorio Nacional, pues arrancó en 2011. Este proyecto sigue la estela del llevado a cabao por el maestro López Cobos hace cuatro años, que dirigió las nueve sinfonías de Beethoven, y hace dos con Juan José Mena y la sesis de Tchaikovski.

El secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, que abrió y cerró la presentación, dijo que seguramente el director “estaría yendo al gimnasio para ejercitarse, aunque me ha asegurado que realiza cada día nueve flexiones”. Víctor Pablo le corrigió inmediatamente: Son nueve series de nueve flexiones”, puntualizó en tono divertido.

Moral explicó que las nueve novenas elegidas abarcan un periodo de doscientos años que se abre en 1762 con Haydn y se cierra en 1945 con Shostakovich. “Es una manera de que nuestros intérpretes nos demuestren lo bien que lo hacen y de dar a conocer de una tacada el género tan popular que es la sinfonía”. Junto al maestro y formaciones orquestales estarán los cantantes Raquel Lojendio, Marina Rodríguez-Cusí, Gustavo Peña y David Ménendez.Paralelamente, desde las 11:30 y hasta las 23:00 la sala de Cámara del Auditorio acogerá las transcripciones realizadas por Franl Liszt para piano de las nueve sinfonías de Beethoven en cinco conciertos a cargo de Miguel Ituarte, Juan Carlos Garvayo, Eduardo Fernández, Miriam González-Morán y José Menor. Y entre las 14:45 y las 16:45 el Salón de Tapices será escenario de improvisaciones jazzísticas sobre las nueve sinfonías programadas. A partir de las 19:30 la fiesdta se trasladará al exterior, a la plaza de Rodolfo y Ernesto Halffter, junto al Auditorio Nacional. Como broche final fuegos artificiales mietras se escucha “Música para los reales fuegos artificiales”, de Haendel. Los precios oscilan entre los 17,50 a 52,50 euros si desea escuchar los cinco conciertos y de 12 a 36 euros en la caso de los abonos mixtos, con los que se puede elegir un concierto de la mañana y dos de la tarde/noche. Las localidades de la sala grande oscilan entre los 5 y 15 euros y en la de Cámara se venden a 3 euros (1 euros para los menores de 26 años). Más información en la web www.entradasinaem.es

Fuente: La Razón

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El día de la Novena

El CNDM celebra hoy el Día Europeo de la Música con un gran maratón programado en el Auditorio Nacional

Desde su creación en 2011, el Centro Nacional de Difusión Musical viene celebrando cada dos años el Día Europeo de la Música (21 de junio) con un gran maratón que bajo el título de¡Sólo Música! ofrece un programa especial a lo largo de toda una jornada. Aquel mismo 2011 la oferta fue de música variada (Mahler, Beethoven, Messiaen, Reich…); en 2013, Jesús López Cobos dirigió las nueve sinfonías de Beethoven; en 2015, Juanjo Mena hizo la integral sinfónica de Chaikovski; y hoy sábado, Víctor Pablo Pérez (Burgos, 1954) irá aún algo más allá al interpretar nueve novenas sinfonías de otros tantos compositores, algo que ningún director había hecho antes en el mundo.

El programa de actos de estas Nueve Novenas empieza a las 10:30 con la apertura de puertas del Auditorio Nacional, que será amenizada con fanfarrias por un Grupo de Metales de la Jonde. A las 11 está programado en la Sala Sinfónica el primero de los cinco conciertos orquestales que llevarán la actividad hasta la medianoche, cuando una sesión pirotécnica con el fondo (por una vez, enlatado) de la famosa partitura haendeliana dedicada a los fuegos artificiales ponga el cierre a un día que se antoja intenso.

Víctor Pablo Pérez se pondrá sucesivamente al frente de las cinco grandes orquestas de titularidad pública radicadas en la capital (Sinfónica, Comunidad, RTVE, Nacional y Jonde) en dos conciertos matinales y tres vespertinos que presentarán sucesivamente las novenas sinfonías de Haydn, Beethoven, Garay, Schubert, Mozart, Bruckner, Shostakóvich, Dvorák y Mahler. Para la 9ª de Beethoven se contará con el concurso del Coro Nacional y de cuatro conocidos solistas españoles: Lojendio, Rodríguez Cusí, Peña y Menéndez. El esfuerzo para el maestro burgalés se antoja titánico, pues quitando tres obritas breves, casi aperitivos (Haydn, Garay y Mozart), las otras seis son colosales obras maestras del más admirado repertorio sinfónico internacional.

Paralelamente a la actividad en la Sala Sinfónica, en la Sala de Cámara del Auditorio cinco reconocidos pianistas españoles (Miguel Ituarte, Juan Carlos Garvayo, Eduardo Fernández, Miriam Gómez-Morán y José Menor) ofrecerán la integral de las sinfonías de Beethoven en las versiones pianísticas de Liszt, un programa que pasará la próxima temporada por el sevillano Teatro de la Maestranza, aunque distribuido entre noviembre y abril. Para completar la oferta, a la hora del almuerzo, de las 14:45 a las 16:45, en el Salón de Tapices del Auditorio tendrá lugar una sesión que con el título de Jazz Vermut! permitirá escuchar a los que no deseen abandonar el centro improvisaciones en torno a las nueve sinfonías programadas.

Hay distintas categorías de abonos y entradas, pero los precios son muy económicos (por 5 euros puede asistirse a un concierto orquestal) y además se ofrecerán los dos últimos conciertos sinfónicos del día (19:30, Nacional con Shostakóvich y Dvorák; 22:30, Jonde con Mahler) a través de pantallas situadas al aire libre en la contigua Plaza de Rodolfo y Ernesto Halffter. Un día consagrado por entero a la música.

[Diario de Sevilla. 24-06-2017]