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#La ilusión viaja en tranvía
scenephile · 1 month
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That's what we get for giving God's role to anyone
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LA ILUSIÓN VIAJA EN TRANVÍA Y LA ESPERANZA EN TREN
Nicholas Winton Nicholas Winton, Justo entre las naciones, por haber salvado la vida de cientos de niños. Para aquellos que son admiradores del cine mexicano de la Época de Oro, del cine surrealista o del cine producido por el gran Luis Buñuel, lamento decepcionarlos, pues teste blog no va a tratar, por el momento, nada respecto a una historia creada para la gran pantalla. No se trata de una…
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Films watched in 2021.
53: La ilusión viaja en tranvía (Luis Buñuel, 1954)
★★★★★★☆☆☆☆
“A streetcar cannot be stolen.”
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asbestoe · 5 years
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La ilusión viaja en tranvía (Luis Buñuel ,1959)
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mexicoantiguo · 6 years
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Pelicula "La ilusión viaja en tranvía" (1954). País: México. Director: Luis Buñuel. Félix Cuevas y Coyoacan.
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La ilusión viaja en tranvía, 1953   
https://www.youtube.com/watch?v=aeUUNZcrg4A
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lukiness · 7 years
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Luis Buñuel, La ilusión viaja en tranvía [1953]
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cinemacuervo · 4 years
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La Ilusión viaja en tranvía (1954)
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Título original: La Ilusión viaja en tranvía
Director: Luis Buñuel
Año: 1954
Género: Drama / Comedia
País: México
Duración: 81 min
Idioma: Español
SINOPSIS: Caireles y Tarrajas descubren que el tranvía 133, en el que se han pasado media vida trabajando, va a ser retirado del servicio. Ambos salen de borrachera para consolarse... y deciden robarlo. Tras una noche en la que dan servicio a distintos pasajeros, quieren devolverlo por la mañana, pero un antiguo inspector quiere delatarlos. 
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polarhoid · 4 years
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03/04/20
[Asepsia]
En la pantalla un vídeo: en las escaleras de la estación Cuauhtémoc un grupo de personas con trajes asépticos: mascarillas y monos blancos macabramente parecidos a los que usa la SEMEFO para levantar cadáveres y registrar las escenas de los crímenes. Cargan un ataúd y en su costado una cartulina tosca escrita a mano: Nuevo León. Encerrado ó enterrado. El ataúd es pequeño, es del tamaño de un niño. Lo hicieron así por motivos prácticos. Es más sencillo portarlo y exhibirlo. Y es lo que exhiben: no están conscientes de lo que sus figuras comunican. No completamente. Vagan en la superficie.  Y ese es el mensaje. Existe una desconexión brutal: sus actos no coinciden con la realidad que los circunda. Uno de ellos porta un traje de goma de Batman. También él lleva una mascarilla. El hombre murciélago ahora lleva dos máscaras. Ya no es suficiente con que se haya despojado de su rostro. También debe abolirse a sí mismo. Una triple negación: sano aislamiento, apartar la mirada, un viaje a ningún lado en un vagón vacío.  
En la nota explican que el organizador de este “performance” [es curioso que el reportero haya empleado esta palabra] es un grupo ciudadano preocupado por alertar sobre los peligros de exponerse y salir al espacio público. En las fotografías del evento, el fondo es lo más relevante: los viajeros con cubre-bocas graban con sus dispositivos, algunos evitan la mirada insidiosa de la cámara; es como si se omitieran de la escena. Ellos son el fondo. Y no pueden sustraerse a voluntad, porque su voluntad ya ha sido anticipadamente omitida. Somos el fondo. Y, al igual que los monos-blancos, actuamos como si el mensaje no fuera para nosotros. Pero hoy más que nunca, lo es.
Qué hago con esto. Nada. Tengo que lavar los platos. Y cuando veo la espuma blanca resbalándome por el ante-brazo recuerdo aquella frase: “la realidad es una convención necesaria de malentendidos”. Tal vez lo monos-blancos tuvieron buenas intenciones. Cómo culparlos [nos] si incluso nuestros cuerpos han sido trascendidos. No tenemos identidad, no tenemos cuerpos. ¿Qué tenemos?
El agua limpia la grasa cortada y el jabón de las cacerolas. La cocina está limpia. Reluciente. Imagino a los monos y al hombre de goma-murciélago: satisfechos, con sus entrecejos arrugados como si sonrieran [no puedo saber si realmente sonríen debajo de sus cubre-bocas]. Celebrando en silencio el atardecer en una avenida Cuauhtémoc vacía. Oscurece y las luces mercuriales no se han encendido. Por qué habría de encenderlas. Con ese albor verde-rojo-y-amarillo que ilumina las calles y banquetas es más que suficiente.
{S} Entropía. El grado de organización de un sistema siempre es un número imaginario. Una ilusión. Quizá lo que enuncia la cartulina del ataúd es la imposibilidad del ataúd. Y si no: por qué llevarlo a la estación del Metro sólo para reiterarlo: esto es un ataúd. Tú no debes morir. No puedes; no, cuando hemos cerrado las puertas de cada vagón; no, cuando ya pasó la hora; no, cuando ya no se permiten más viajes. Estás dentro. Esto, repito -nuevamente-, es un ataúd, tu ataúd, el ataúd de los hijos de tus hijos. La ilusión no viaja en tranvía. ES el tranvía. ¿Estás dentro?
Pero los platos siempre tienden a ensuciarse. La suciedad y la vida, encuentran su camino. El -quehacer- no se cancela, el quehacer es infinito e imparable. Sí -como las frases toscas e idiotas de las redes sociales-, somos el virus, somos la suciedad, somos lo tóxico e infectamos civilización, reproducimos el veneno de lo humano. Y lo humano debe de prevalecer.
Como si lo tóxico se pudiera evitar, como si la infección realmente se pudiera detener. El terror al afecto, a la afectación es el terror profundo a la vida.
Imaginé –otra vez- a los monos/blancos furiosos a la sombra de ese monolito naranja que es el Faro de Comercio: en sus manos fémures blanquísimos depojados de todo rastro de carne; ellos rabiosos y golpeándose los pechos henchidos, arrancándose las mascarillas, revelando por fin sus rostros que desencajan. Están furiosos. Las calles lucen atestadas: vendedores ambulantes, vagabundos, palomas, caminantes que se tocan, chocan y se gritan y que gritan juntos una música infernal, un coro de voces jubilosas que suenan como un himno alegre de Penderecki. Los monos ya no tienen rostro. No-rostros humanos: gruñen, gimen, eyectan espuma por las bocas y maldicen en lenguas arcaicas y anuncian el final de los tiempos; el término fatal y para siempre de la no-civilización. Uno de ellos, el gran-murciélago toma una roca. Sus pulgares son oponibles: han aprendido a utilizar herramientas. Los monos ya nos monos. Son glóbulos blancos. Máscaras perforadas que muestran los colmillos .        
Es hora de hacer la cena.
Los platos -como siempre volverán a ensuciarse-. Se me ocurrió una historia, una donde los monos-blancos mutan y se convierten en…
[continuará]
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miguelmarias · 4 years
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BUÑUEL MEXICANO
La condescendencia con que se tratan, por lo general, las películas de Buñuel realizadas en México y anteriores a Nazarín (1958) me parece del todo injustificada. La incomprensión que saludó a Ensayo de un Crimen (1955) se trocó en indiferencia con Él (1953) y en simple desprecio hacia Abismos de Pasión (1954), El Gran Calavera (1949) y La Hija del Engaño (1951). Tan sólo Los Olvidados (1950), por abordar un tema "social" con aparente "realismo", y por el prestigio de que venía precedida, ha sido tratada con un cierto respeto. No se han estrenado ni Gran Casino (1947), Una Mujer sin Amor (1951), Subida al Cielo (1951), El Bruto (1952), La Ilusión viaja en Tranvía (1953), El Río y la Muerte (1954), que no conozco, ni Susana (1950), que pasa por ser "la peor película de Buñuel" —así se anunció en París— y que personalmente considero una de sus obras maestras. Robinsón Crusoe (1952) se estrenó cortada, hacia 1955, y a nadie se le ha ocurrido reponerla. De hecho, es muy improbable que nadie ose acometer tan poco prometedora empresa, ni la no menos arriesgada de importar las aún inéditas en España, a la vista de los pobres resultados que han debido dar todas las ya exhibidas pertenecientes a la etapa "comercial" de Buñuel en México. Hecho particularmente deplorable, a mi modo de ver, por cuanto —a pesar de la falta de libertad, o tal vez precisamente por ello— las que he visto revelan a un Buñuel astuto e ingenioso. Tanto El Gran Calavera como Susana, lo mismo Él que Ensayo de un Crimen —y estoy citando cuatro de las seis películas de Buñuel que más admiro— son películas que subvierten, solapadas y socarronamente, las convenciones rutinarias del cine pseudo-popular mexicano, sea melodrama o drama psicológico el género al que teóricamente pertenezcan, en manos de Buñuel se convierten todas en alucinantes e inquietantes comedias, gracias al empleo, en grandes dosis, de las tres características buñuelianas que considero más personales y atractivas, más ejemplares y profundas: un humor no siempre "negro", lúcido e irónico, que logra invertir, corrosiva y disimuladamente, el sentido explícito del argumento; una hábil estructuración del relato, basada en la elipsis y, por consiguiente, en el encadenado sorprendente e intencionadamente significativo; una precisa, sencilla aparentemente pero muy expresiva y elaborada planificación, casi invisible, que pone de manifiesto, sin recurrir al énfasis —dejando ver, sin señalar, pero guiando la mirada—, la naturaleza grotesca y perturbada de los personajes. No sé si por autocensura prudente o por imposición de los productores, Buñuel renuncia a su caja de truenos expresionista y extremada, al simbolismo y al surrealismo explícito en los que recae, un tanto caprichosamente, cuando no tiene que rendir cuentas a nadie (al parecer ni a sí mismo, como atestigua el cariz autocomplacientemente juguetón de Le Fantôme de la liberté, 1974), o cuando se cree obligado o es incitado a "dar la campanada" (en sus películas más prestigiosas: Los Olvidados, Nazarín, Viridiana). Incluso en obras tan admirables como El Ángel Exterminador, La Voie lactée, Le Charme discret de la bourgeoisie, coherente y profundamente surrealistas, echo de menos el rigor ejemplar, la soltura clásica y la implacable objetividad afectiva hacia sus personajes que evidencian El Gran Calavera, Susana, Él y Ensayo de un Crimen y, en los últimos tiempos, The Young One (1960) y Tristana (1970).
La facilidad y simplicidad aparentes de estas seis películas de Buñuel son tan grandes que nadie parece prestar atención al hecho de que El Gran Calavera, Él, Ensayo de un Crimen y Tristana tienen una estructura mucho más compleja y misteriosa, aunque resulte perfectamente diáfana y legible, que las más aparatosamente oníricas e insólitas (El Ángel Exterminador, La Voie lactée o El discreto encanto de la burguesía, menos ricas y rigurosas, aunque también muy divertidas). Y eso que parece que, por fin, se empieza a admitir que Buñuel, aun siendo un gran cineasta —como Bergman—, no por ello es un fabricante de "admirables productos culturales" que hay que ver en un respetuoso silencio acomplejado, sino que es el autor de películas divertidísimas. Claro que las más divertidas son las modestas producciones "de serie" mexicanas, que se han estrenado tarde y en desorden y a las que nadie ha prestado atención, ni siquiera ahora, a su paso por la Filmoteca.
Miguel Marías
Dirigido por… nº 45, junio-julio 1977
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la ilusión viaja en tranvía (1954)
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culturadiseno2 · 6 years
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La ilusión viaja en tranvía (1953)
Al enterarse que el tranvía 133, en el cual han trabajado toda su vida, será retirado de servicio, Caireles y Tarrajas se emborrachan y deciden robarlo. Durante la noche dan servicio a un grupo ecléctico de pasajeros que incluye a un catrín, un par de beatas, un profesor con sus alumnos y unos matanceros del rastro. A la mañana siguiente, Caireles y Tarrajas tratan de devolver el tranvía pero se enfrentan a la obstinación de Papá Pinillos, un inspector jubilado que pretende delatarlos. 
Fue dirigida en la etapa mexicana de Luis Buñuel, en la que narra en clave de comedia los diferentes avatares que suceden en un viaje en tranvía por la Ciudad de México. 
Uno de los elementos que me gusta destacar de esta cinta es el matiz que se muestra en el recorrido por la ciudad en ese entonces a como se ve ahora, como por ejemplo, en la zona de Félix Cuevas, cuando hace aparición el recientemente inaugurado Multifamiliar Presidente Alemán, el cual mostraba un matiz importante en la zona al generar un remate visual de grandes dimensiones en comparación al resto de la Colonia Del Valle que estaba en desarrollo
Fuente: http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/ilusion.htm
 https://es.wikipedia.org/wiki/La_ilusi%C3%B3n_viaja_en_tranv%C3%ADa
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vivetlaxcala · 7 years
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La ilusión viaja en tranvía
La ilusión viaja en tranvía
Caireles y Tarrajas descubren que el tranvía 133, en el que se han pasado media vida trabajando, va a ser retirado del servicio. Ambos salen de borrachera para consolarse… y deciden robarlo. Tras una noche en la que dan servicio a distintos pasajeros, quieren devolverlo por la mañana, pero un antiguo inspector quiere delatarlos.
Dir: Luis Buñuel. País: México. Duración: 90 min. Año: 1954.

CLASI…
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archive-cinema-blog · 11 years
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La Ilusión Viaja en Tranvía, Luis Buñuel, 1954
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soaponarope-blog · 13 years
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Usare il culo di Lilia Prado per invogliare la gente a usare i mezzi pubblici.
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