#La Almadraba
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Sendas peatonales, un quiosco, espacios naturales y un nuevo edificio municipal, en septiembre comienza la reurbanización del entorno de La Almadraba
La reurbanización del entorno de La Almadraba, uno de los grandes proyectos de transformación del litoral que ejecutará el Ayuntamiento de Alicante en este mandato, tiene vía libre para el arranque de los trabajos. Esta semana se ha firmado el contrato de obra con la adjudicataria, Mediterráneo de Obras y Asfaltos, que ejecutará la actuación por 5,1 millones de euros. Además, la Junta de Gobierno…
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La ilustre fregona; Miguel de Cervantes
La Ilustre Fregona
AUTOR: Miguel de Cervantes Saavedra
GENERO: Novela picaresca y de amor
TEMA: El amor imposible que cae en manos de la fortuna y la vida pícara virtuosa, son los temas principales de esta novelilla cervantina.
PERSONAJES:
Don Diego de Carriazo: padre de Carriazo y al final descubrimos que es el padre de Costanza, la fregona.
Don Juan de Avendaño: padre de Avendaño
Carriazo / Lope Asturiano: un muchacho de clase alta, pero prefiere la vida "picaresca"
Avendaño / Tomás Pedro: el amigo de Carriazo que viaja con él a vivir la vida "picaresca". Se enamora de la ilustre fregona, Costanza.
Costanza / la fregona: la mujer más divina, perfecta y bella. Todos los hombres están enamorados de ella. Vive en la posada 15 años porque su madre la ablandó. Es famosa en toda España y llamada "la ilustre fregona"
Pedro Alonso: el tutor o "ayo" que acompaña los chicos a Salamanca. Los chicos lo abandonan antes de llegar a Salamanca.
El Huésped: es el mesonero de la posada donde vive la fregona Costanza.
El hijo del Corregidor / "don Periquito": está enamorado, también, de Costanza. Le canta por la noche. Es la "competición" de Tomás.
El Corregidor: Tiene un oficio legal o político en el pueblo como un alcalde o juez. El huésped le cuenta toda la historia de cómo Costanza llegó a vivir con él 15 años.
Argüello y la Gallega: dos mujeres que viven y trabajan en la posada. Ambas son de clase baja, chistosas y enamoradas de Carriazo y Tomás.
Barrabás: otro personaje cómico que está en la posada de la clase baja.
RESUMEN:
En Burgos, no hace muchos años, vivían dos caballeros: Don Diego de Carriazo, quien tuvo un hijo que lo llamó con su mismo nombre, y Don Juan de Avendaño, éste llamó a su hijo don Tomas de Avendaño.
Cuando Carriazo tuvo trece años se marcho de la casa de sus padres por una inclinación picaresca. Estuvo en Madrid, en las Ventillas de Toledo, etc. Se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara. Dejó de acudir tres veranos, en el último ganó a los naipes setecientos reales. Con ellos optó por vestirse y volver a Burgos a ver a su madre. Se despidió de sus amigos y les prometió que el próximo verano estaría con ellos.
Su familia le recibió muy contenta y se hizo muy amigo de don Juan de Avendaño, que era su vecino y tenía su misma edad.
Carriazo nunca le contó a sus padres todo lo que hizo en las almadrabas. El echaba mucho de menos aquellos tiempos y le contó a Avendaño todo lo que había vivido. Determinaron irse los dos allí a pasar un verano. Avendaño puso como excusa el irse a Salamanca a estudiar y que Carriazo se iba a ir con él también.
Les dieron documentos de lo que tenían que hacer, les pusieron un ayo a su disposición y se encaminaron supuestamente hacia Salamanca.
En el camino le robaron cuatrocientos escudos de oro al mayordomo. Le pidieron permiso para ir a la fuente de Argolas y éste accedió. Cuando estuvieron allí Avendaño le dijo que volviera a la ciudad, que ellos seguirían por su cuenta y le dió una carta de disculpa para sus padres.
Se vistieron a lo payo y marcharon hacia Toledo. A la entrada de Illescas vieron a dos mozos de mulas andaluces. Estaban hablando de una hermosa fregona que vivía en la posada del Sevillano, que el hijo del Corregidor bebía los vientos por ella. Y sobre todo a Avendaño se le despertó un intenso deseo de verla.
Fueron a la posada del Sevillano, estuvieron esperando a ver si venía tan celebrada fregona. Avendaño se dirigió al patio a ver si veía a la muchacha con la excusa de preguntar por unos caballeros. De pronto salió de una sala una doncella de unos quince años, vestida como labradora y con una vela encendida. La muchacha era muy bella.
Ellos se quedaron esa noche en la posada y Avendaño comentó a Carriazo la increíble hermosura de la doncella, que se llamaba Constanza.
Arguello, que era otra sirvienta de unos cuarenta y cinco años les preparó las camas. Carriazo le dijo a Avendaño que al día siguiente tenían que madrugar para salir hacia Orgaz lo antes posible. Avendaño le contestó que no estaba dispuesto a irse de la posada porque quería conocer a Constanza. Al final Avendaño consiguió convencer a Carriazo para que se quedaran en la posada.
Al día siguiente se oyó al hijo del Corregidor cantando para Constanza y Avendaño sintió celos.
Avendaño, haciéndose llamar Tomás Pedro, empezó a trabajar para los huéspedes separando la cebada y la paja y Carriazo que dijo que se llamaba Lope Asturiano trabajaba como aguador. Este tuvo una pelea con otro aguador porque le derramó el agua. Salió de allí gracias a Tomás. Luego el Asturiano ingresó en la cárcel, pero pronto salió gracias al dinero que entregó el Sevillano.
A Constanza la llamaban ilustre porque limpiaba muy bien la plata, era honesta y recatada y enamoraba con su recogimiento y hermosura. Cada día que pasaba Tomás estaba mas enamorado de ella. El huésped se enteró de esto pero no se lo comunicó a la muchacha. Al poco tiempo Tomás le entregó una carta en la que le expresaba su amor y Constanza la rompió y le dijo que no la quería.
El Asturiano fue a comprar un asno y al final acabó jugándose el suyo, que mas tarde lo perdió por cuartos, pero luego al reclamar la cola del asno dejo al otro aguador sin un solo maravedí, pero se lo devolvió todo.
A las once de la noche llego el Corregidor a la posada y preguntó al Sevillano por la ilustre fregona, el huésped le contó que hacía quince años un mes y cuatro días llegó a la posada una señora vestida de peregrina enferma, descolorida y muy fatigada. Nadie sabía quien era, solo que era una señora rica de Castilla la Vieja. Padecía hidropesía e iba de peregrina a la Virgen de Guadalupe.
Cuando estaba en la cama dijo que estaba embarazada, que por favor cuidaran de su bebe y sacó de la almohada un bolsillo de aguja, de oro y verde con cuatrocientos escudos de oro en su interior y se lo entregó a la mujer del huésped. Y entre las doce y la una de aquella misma noche parió una niña preciosa, la mas bella de todas las que el huésped había visto. La madre de la criatura siguió su peregrinación y al cavo de veinte días volvió, casi sana, la niña ya había sido bautizada recibiendo el nombre de Constanza, lo cual había sido ordenado por su madre. Le entregó al huésped una cadena de la que quitó seis eslabones y dijo que los traería la persona que viniese a por la niña también corto un pergamino de tal forma que no se podía leer nada sin la otra parte y le dio una mitad. Dijo que al cavo de dos años vendrían a por su hija y le pidió que no le dijese a la niña quien era ni de la manera que había nacido. Dándoles otros cuatrocientos escudos de oro y abrazando a la mujer del huésped con tiernas lágrimas partió.
Después de contarle toda la historia de la ilustre fregona el Corregidor se marchó después de ver los trozos de la cadena y el medio pergamino.
Al día siguiente, cerca de la una, entraron a la posada dos ancianos acompañados de cuatro caballeros y al ver a Constanza se dijeron que ya habían encontrado lo que buscaban. Cuando Tomás fue a dar recado de las cabalgaduras conoció a dos criados de su padre y mas tarde vio a su padre y al padre de Carriazo. El caballero llamó al huésped y le dijo que venía a quitarle una prenda suya de hace mucho tiempo y para ello traía unos trozos de una cadena, un pergamino y mil escudos de oro. El le contestó que la prenda que le quería quitar estaba en casa pero no el pergamino y los trozos de la cadena para comprobarlo, que tuviera paciencia, que en un momento estaría allí. En esto llamo al Corregidor y se lo contó todo. En cuanto llego, con el pergamino y los trozos de cadena en la mano, abrazó a don Juan de Avendaño y después a don Diego de Carriazo sacaron los trozos del pergamino, que juntos decían: ESTA ES LA SEÑAL VERDADERA, y los trozos de la cadena. El Corregidor preguntó si era posible saber quien eran los padres de la hermosísima prenda. -El padre -respondió don Diego - yo lo soy, la madre ya no vive.
Después de explicarlo todo don Juan de Avendaño y don Diego de Carriazo se encontraron con sus hijos. El Corregidor llamó a Constanza y le dijo quien era su padre realmente y todos subieron al coche del Corregidor.
Al final Constanza se casa con Avendaño y se van a estudiar a Salamanca y Carriazo con la hija del Corregidor de Toledo, con la que tuvo tres hijos.
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Playa de la Almadraba. Веб-камеры Аликанте онлайн
Веб-камера обновляется раз в несколько секунд. Веб-камера Аликанте показывает онлайн пляж Playa de la Almadraba – один из популярных городских пляжей. В кадре видны песчаный берег, море, купающиеся и загорающие отдыхающие, пляжная инфраструктура, а также великолепные яхты и катера.
Подробнее на https://world-cam.ru/cams/webcam-alicante-online/playa-de-la-almadraba-veb-kamery-alikante/
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ronqueo 2024
A ronqueo is the traditional butchering of a tuna, the name being a reference to the sound the knife makes as it scrapes along the spine (roncar = snore). I was invited to a special ronqueo this week to announce the beginning of Almadraba Tuna & Peruvian Flavours week, organised by my friend Eva @Flamencakitchen with La Pandilla de Perú (the Peru Gang! four restaurants run by Peruvian friends…
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Gran mar de delirios dotado
He aparcado en un descampado sobre el que cuelgan banderines de colores que le dan un aire de concesionario destartalado. Estoy junto al Meliá de Benidorm. Veo la piscina del hotel y las dos torres blancas que se estiran hacia el cielo. Cuando me acerco al bar, un camarero sudado, con las mangas de la camisa arrugadas hasta los codos como servilletas, me vende una botella de agua a cuatro euros y vuelve a la tarea de decorar las seis o siete copas de bebidas multicolor que hacen fila sobre la barra. A la salida, veo a seis o siete guiris al sol, esparcidos por el bordillo de la piscina, con bikinis que hacen juego con los colores fluorescentes de los cócteles.
La estampa de Benidorm es esa; una ciudad resort proyectada para atraer a los turistas con ganas de fiesta y acoger los viajes del Imserso. Unos y otros encuentran un eco de sí mismos en las playas, un yo liviano y predispuesto al gozo, que se funda en aquella idea del viaje balsámico a la costa, las curas de sal marina y vitamina D que los médicos prescribían en otro tiempo. En una ciudad hermanada con Miami, la vida en la Costa Blanca bebe del mito vacacional: el turismo de sol y playa a precio asequible.
El plan maestro
A mediados de los 50, cuando las almadrabas cerraron por bajo rendimiento, Benidorm emprendió una metamorfosis urbanística cuyo Plan General, impulsado por el entonces alcalde Pedro Zaragoza, debía poner a punto su atractivo turístico. En esos años, Sylvia Plath y Ted Hughes disfrutaban de su luna de miel en la costa y ella escribió: «En Benidorm hay melones, / carros tirados por burros, cargados / de incontables melones, / óvalos y pelotas […] Cada rodaja va tachonada / de semillas pálidas o negras / que puedes esparcir como confeti / bajo los pies de / este mercado de comedores de melón / de aficionados a la fiesta.» De su visita también nos llegan unas luminosas imágenes de la escritora en bikini. Leo que el alcalde condujo en vespa hasta Madrid para convencer a Franco de que, en la playa, el bañador de dos piezas era un reclamo necesario.
De aquel pueblo de mercado apenas queda un balcón de balaustrada blanca que desciende hacia el mar por el centro de la bahía y las cuatro calles que lo bordean. En menos de cincuenta años Benidorm ha levantado un skyline de película. Los rascacielos arrojan destellos de sol como un gran manojo de llaves, aunque la alegoría que aparece en el Plan original es la de una caja de cerillas. El pico que despunta pertenece al Intempo, un coloso de 202 metros y 49 pisos que me hace pensar en Donald Trump, porque las dos torres doradas culminan en una pieza en forma de diamante. Todo simbología. Imagino cómo sería vivir en esas alturas mientras las gaviotas ríen sobre nuestras cabezas.
Pajaritos por aquí y por allá
Me adentro en el foco de la fiesta benidormí por la calle Gerona, en el ala de levante. Bares con nombres como The Silver Dollar Pub o The Western Saloon se alternan con karaokes y tiendas de souvenirs del tipo todo a cien, entre pin-ups que anuncian la happy hour y un concierto de Elvis esta noche, cajeros automáticos, luces y banderas. En un pub hay un grupito de treintañeros ingleses apiñados alrededor de un mogollón de jarras de cerveza que me es imposible contar. Parece que lo están pasando bien. Gritan y ríen y se dan palmadas unos a otros. De vez en cuando atienden a las pantallas que retransmiten el fútbol o carreras de caballos. Junto a ellos hay un grupo de yanquis que hace exactamente lo mismo, y así transcurre la tarde.
Descubro que en el otro extremo de la calle, en el número dos, se encontraba El rincón de María Jesús y su acordeón. Durante once años, María Jesús Grados Ventura ofreció conciertos a un público que la había conocido por el hit El baile de los pajaritos, una melodía infantil alemana que adaptó para acordeón. Aunque el club cerró en 2019, encuentro grabaciones del directo y me asombro al comprobar que ese nicho de la vida nocturna tenía lugar en la misma calle que acoge el despiporre anglosajón, aún cuando se dirigía al polo opuesto de la vida. Quizás la miscelánea es una de las claves del veraneo.
El repertorio del concierto incluye pasodobles y temas como Paquito el chocolatero. Entre canciones, María Jesús interpela al público preguntado de dónde vienen —Valencia, Galicia, Albacete, Cataluña— y cuenta chistes que no me atrevo a reproducir. «Tengo que pedirles por favor que sean tan amables de subir los brazos para arriba. ¡Cinco euros de multa a quien no los levante!» Aunque quedan fuera de plano, se oyen risas que sí ha capturado la cámara y resulta que destacan las femeninas. Me pregunto si esas mujeres viajan solas, o con amigas, o si los maridos son muy silenciosos.
El otro que aparece en escena, un tipo enjuto de camisa roja, ata y desata el acordeón de María Jesús como si fuera un corsé, después toca la batería y desaparece del encuadre por la cortinilla metálica dándose aires de Vincent Cassel. «Me dice Ángel: es que llevas la manga larga y hace calor. Y digo: pero es que si no, me pasa lo de ayer, que estoy sudando y me cae todo el sudor en la mano porque resbala del brazo. Y había aquí un charco y unos franceses se creían que me había hecho pipí», cuenta la cantante al final de la actuación.
«El detonante ha sido que una amiga me ha propuesto irnos un mes de vacaciones a Bali y he visto mi oportunidad.» María Jesús lleva medio siglo trabajando en el espectáculo y haciendo giras por España con un circo. Con 67 años, continúa tocando en eventos privados. «Cada día doy gracias a Dios por haberme puesto esta canción en mis manos. He hecho feliz a muchísima gente y eso no hay dinero con que se pague.» La cantante sigue viviendo en Benidorm.
Las playas que somos
Evito elegir entre una camiseta que dice lick my pussy y otra de enjoy my cock, así que compro un helado y me acerco a la playa. De día, el reclamo del mar compite con el del chiringuito y, a medio camino, los turistas pasan el tiempo sobre una tumbona. El gorrilla que las alquila, un chaval en bañador y tirantes, va de un sitio a otro guardando billetes azules en su riñonera y arrastrando una pila de tumbonas con el mismo esfuerzo que presupongo al arrastre de los carros de melones. Una mujer diminuta recorre la rejilla de toallas con un listado de masajes tailandeses baratos, sin demasiado éxito. Parejas de turistas transitan arriba y abajo el paseo marítimo montados en scooters eléctricos de dos plazas. El vehículo tiene algo de sidecar en línea, se alquila en los hoteles y aquí es más popular que el patinete.
Me entretengo observando las combinaciones de color entre bañadores y tonos de piel, y recuerdo las icónicas fotografías de Martin Parr en Benidorm. Capturan la súbita desinhibición que experimenta el turista acostumbrado al clima hostil que aterriza en el Mediterráneo. Y cómo, al ver la destreza de los lugareños sobre el terreno arenoso y el desparpajo playero en general, pierde el pudor en favor del bronceado. Al parecer, la tanorexia es un síndrome, pero la estampa no deja de ser extrañamente fotogénica.
A buenas horas
De noche, el este de la bahía es una discoteca. Las calles brillan y la música suena a todo volumen por todas partes. En noviembre Benidorm celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Sufragio. El resto del año, en sus calles se recrean las festividades más populares de toda España a pequeña escala —el Carnaval, las Fallas o los Sanfermines— a modo de degustación de la cultura nacional. El ánimo de la ciudad es el de la eterna combustión, tan hipnotizante como agotador.
La barriada nueva en el ala de poniente es un mundo aparte. Se diría que estoy en la periferia, pero tengo el Intempo al lado y observo el diamante dorado desde abajo. Alrededor hay grúas que no llegan a la altura del gigante y solares abiertos con esqueletos de edificios. El asfalto está tan negro que me da apuro atravesarlo. Aparte de unos coches solitarios, no hay gente y puedo escuchar mis pisadas.
Me paro frente a una pared de hormigón que viste una frondosa falda de buganvillas y al fondo, entre los rascacielos, veo la sombra de la luna reflejada en el agua. Esta colina me hace pensar en aquella desde la que Paul Valéry también observaba el mar entre columnas de cipreses: «Sí, mar, gran mar de delirios dotado, / Piel de pantera y clámide calada / Por tantos, tantos ídolos del sol, / Ebria de carne azul, hidra absoluta, / Que te muerdes la cola refulgente / En un tumulto análogo al silencio.» Benidorm es otra bestia marina, puro nervio y calamidad, un delirio, un disparate.
#Benidorm#crónica#Levante#turismo#martin parr#Paul Valéry#Sylvia Plath#Bikini#costa blanca#playa#mar#el baile de los pajaritos#maría jesús y su acordeón
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¿Cuál es la historia de la esquina de Ceuta y qué atracciones turísticas ofrece?
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¿Cuál es la historia de la esquina de Ceuta y qué atracciones turísticas ofrece?
Historia de la esquina de Ceuta
La esquina de Ceuta es un lugar emblemático con una historia fascinante que se remonta a siglos atrás. Situada en el corazón de esta ciudad autónoma española en el norte de África, esta esquina ha sido testigo de innumerables acontecimientos a lo largo de los años.
Desde la época de los fenicios hasta la ocupación romana, la esquina de Ceuta ha sido un punto estratégico en el comercio y la economía de la región. Durante la dominación árabe, este lugar adquirió aún más importancia, con la construcción de fortificaciones y mezquitas que aún pueden verse en la actualidad.
En la época colonial, la esquina de Ceuta fue disputada por varias potencias europeas, hasta que finalmente quedó bajo soberanía española. Durante el siglo XX, este lugar fue testigo de conflictos y tensiones geopolíticas que marcaron la historia moderna de la región.
Hoy en día, la esquina de Ceuta es un lugar vibrante y lleno de vida, con comercios, cafeterías y edificios históricos que atraen a visitantes de todo el mundo. Su mezcla única de culturas y tradiciones la convierten en un punto de encuentro multicultural que refleja la rica historia de esta ciudad.
La esquina de Ceuta sigue siendo un lugar especial, donde el pasado se mezcla con el presente de una manera única, recordándonos la importancia de preservar y valorar nuestra historia para las generaciones futuras.
Atracciones turísticas en Ceuta
Ceuta, la pequeña joya del norte de África, ofrece una amplia gama de atracciones turísticas que cautivan a los visitantes con su rica historia y su encanto multicultural. Situada estratégicamente en la costa norte de Marruecos y rodeada por el mar Mediterráneo, esta ciudad autónoma española es un crisol de culturas que ha dejado su huella en su arquitectura, gastronomía y estilo de vida.
Una de las atracciones más impresionantes de Ceuta es su imponente Fortaleza de Hacho, una antigua fortificación construida en el siglo XVIII que ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y el estrecho de Gibraltar. Los amantes de la historia también pueden explorar las murallas y baluartes que rodean la ciudad, que datan de la época medieval y son testigos de su pasado militar.
Los amantes de la naturaleza encontrarán su paraíso en el Parque Marítimo del Mediterráneo, un oasis de tranquilidad donde se puede disfrutar de hermosos jardines, piscinas y espectaculares vistas al mar. Además, Ceuta cuenta con playas de aguas cristalinas como la playa del Chorrillo y la playa de la Ribera, ideales para relajarse y disfrutar del sol.
Para sumergirse en la cultura local, nada mejor que visitar el Museo de la Ciudad Autónoma de Ceuta, que alberga una fascinante colección de artefactos históricos y obras de arte que narran la historia de la región. También se puede pasear por el pintoresco barrio de la Almadraba, con sus estrechas calles empedradas y sus coloridas casas, o disfrutar de la animada vida nocturna en la Plaza de África.
En resumen, Ceuta es un destino turístico único que combina historia, naturaleza y cultura, ofreciendo una experiencia inolvidable para todos aquellos que la visitan.
Lugares de interés en Ceuta
Ubicada en la costa norte de África, Ceuta es una ciudad autónoma española con una historia fascinante y una rica herencia cultural que la convierten en un destino turístico único. Con una mezcla de influencias españolas, árabes y africanas, Ceuta ofrece una amplia variedad de lugares de interés para visitar.
Uno de los sitios más destacados en Ceuta es el conjunto monumental de las Murallas Reales, que rodean el casco antiguo y ofrecen impresionantes vistas al mar Mediterráneo y al estrecho de Gibraltar. Otro lugar emblemático es la Plaza de África, donde se encuentra la estatua del Rey Alfonso I de Portugal y la Casa de los Dragones, un edificio de estilo modernista.
Para los amantes de la historia, el Museo de la Basílica Tardorromana de Ceuta es una parada obligatoria, con una colección de restos arqueológicos que datan de la época romana y visigoda. Además, la Mezquita de Sidi Embarek y la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción son ejemplos impresionantes de la diversidad cultural de la ciudad.
Si buscas disfrutar de la naturaleza, el Parque Marítimo del Mediterráneo es un oasis moderno con piscinas, zonas verdes y vistas panorámicas al mar. También puedes explorar el Monte Hacho, una montaña que ofrece rutas de senderismo y vistas espectaculares de Ceuta y la vecina ciudad de Tánger, en Marruecos.
En resumen, Ceuta es un destino turístico único que combina historia, cultura y belleza natural en un entorno único en el mundo. Un lugar perfecto para explorar y descubrir la diversidad de influencias que han marcado su pasado y su presente.
Patrimonio cultural de Ceuta
Ceuta, una ciudad autónoma española situada en la costa norte de África, es un lugar rico en patrimonio cultural que refleja la fusión de influencias de diversas civilizaciones a lo largo de la historia. Este enclave estratégico ha sido testigo de la presencia de fenicios, romanos, árabes, portugueses y españoles, lo que ha dejado una profunda huella en su patrimonio arquitectónico, artístico y cultural.
Entre los monumentos más emblemáticos de Ceuta destaca la Muralla Reales, que data del siglo XV y rodea el recinto histórico de la ciudad. La Catedral de Santa María de la Asunción, de estilo gótico-renacentista, es otro de los grandes tesoros arquitectónicos de la ciudad. Además, el Palacio de la Asamblea, el Fuerte del Hacho y el Faro de Ceuta son ejemplos de la rica herencia histórica que se puede encontrar en esta ciudad.
En cuanto al patrimonio cultural inmaterial, Ceuta también destaca por sus festividades y tradiciones únicas. La Semana Santa de Ceuta, declarada de Interés Turístico Nacional, es una de las celebraciones más importantes de la ciudad, en la que se mezclan la tradición cristiana con la influencia árabe. Asimismo, la Fiesta de la Virgen de África y la Romería de San Antonio son eventos populares que atraen a visitantes de todo el mundo.
En definitiva, el patrimonio cultural de Ceuta es un reflejo de su diversidad histórica y cultural, que la convierte en un destino único para los amantes de la historia y la arquitectura.
Visitas imprescindibles en Ceuta
Ceuta, ubicada estratégicamente en la costa norte de África, es una joya por descubrir llena de historia y cultura. Si estás planeando una visita a esta ciudad autónoma española, aquí te presentamos algunas visitas imprescindibles que no te puedes perder.
Uno de los puntos más emblemáticos de Ceuta es el imponente Monte Hacho, desde donde se puede disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad, el mar Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar. Además, en la cima se encuentran las ruinas de la fortaleza homónima, que data de la época romana.
Otro lugar imprescindible para visitar es la Muralla Reina Sofía, una antigua fortificación que rodea el casco antiguo de la ciudad. Pasear por sus adoquinadas calles y admirar las vistas al mar desde sus miradores es una experiencia única.
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVIII, es otro punto de interés destacado en Ceuta. Su imponente fachada barroca y su interior elegante merecen ser visitados para apreciar la arquitectura y la historia religiosa de la ciudad.
Por último, no puedes dejar de visitar el Parque Marítimo del Mediterráneo, un espacio de ocio y relax en pleno centro de la ciudad. Con piscinas, zonas verdes y restaurantes, es el lugar perfecto para disfrutar de un día de descanso en un entorno privilegiado.
Estas son solo algunas de las visitas imprescindibles que te recomendamos en Ceuta. Con su mezcla de culturas, su patrimonio histórico y sus paisajes espectaculares, esta ciudad tiene mucho que ofrecer a sus visitantes. ¡No dudes en incluirla en tu lista de destinos a visitar!
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Un espectáculo COOKING ALMADRABA…uf el croissant de atún picante, el jamón Del Mar con almendras, la tabla de salazones o el tartar de ventores a con huevo frito y huevas de caviar….
Una cena impresionantemente rica!!!
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Cartel anunciador de las Fiestas de la Virgen del Mar en Isla Cristina 2023
La plaza de la Almadraba, centro neurálgico de las Fiestas de la Barriada de la Punta del Caimán acogió anoche la presentación del Cartel anunciador de las Fiestas de la Virgen del Mar, que se celebrarán del 17 al 20 de agosto próximos y cuyo autor es, este año, el joven artista onubense, David Gómez López. Representando al Ayuntamiento asistió una amplia representación de la Corporación…
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Flamenco: Luisa Chicano
En Marbella está el restaurante “La Almadraba del Puerto” (Pl. de la Victoria), donde vimos un grupo flamenco 2 noches en nuestro largo viaje a España. La bailarina LUISA CHICANO, quien realizó impresionantes rutinas de baile, llamó especialmente la atención. Desafortunadamente no teníamos una cámara con nosotros esa noche, así que me tomaré la libertad de usar una foto del sitio web para esta publicación.
Vea también su página de Facebook o este video de YouTube.
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Flamenco: Luisa Chicano
In Marbella gibt es das Restaurant “La Almadraba del Puerto” (Pl. de la Victoria), dort haben wir auf unserer großen Spanienreise an 2 Abenden eine Flamenco Gruppe gesehen. Besonders gut aufgefallen ist die Tänzerin LUISA CHICANO, die beeindruckende Tanzeinlagen vorgeführt hat. Leider hatten wir an den Abenden keine Fotokamera dabei, daher erlaube ich mir für diesen Post ein Foto aus der Internetseite zu verwenden.
Vgl. auch deren Facebook Seite oder dies Youtube Video.
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Ayuntamiento y Consell aceleran la construcción del CEIP La Almadraba, las obras podrían empezar después del verano y estar acabadas en la primavera de 2026
El alcalde de Alicante, Luis Barcala y el conseller de Educación, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, han avanzado este viernes que las obras del colegio público La Almadraba se sacarán a licitación en febrero y que comenzarán después de este verano. Barcala y Rovira se han reunido en el Ayuntamiento junto con las concejalas de Educación y Agencia de Desarrollo Local, Mari Carmen de…
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Charming places #explore #photographer #backpacker #village #seaside ##streets #ships #boat #ocean #cactus #door #quiet #colors #winter #naturephotography #square #seabreeze #lifestyle #love #walks #morning #motivation #inspiration #austerity #beautiful #spain #almeria #sun #cavapoo (en La Almadraba de Monteleva) https://www.instagram.com/p/Cnc2zkKM8g_/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Almería. Agosto 2021 (1/?)
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"The Wind And The Lion” by John Milius (1975) La Almadraba de Monteleva #CabodeGata #Almeria Candice Bergen on the left side.
#the wind and the lion#Candice Bergen#John Milius#cabo de gata#Almeria#cinema#la almadraba de monteleva
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cuál es mi crisis, mi necrosis tirita Edna también y esta pantufla bordada en la concha del código. su flash es, sí, menos febril que plaga o borracha. se pasa entre las sanguinidades del trastorno nerviomedular, explicaría acaso Bart si sus labios crotos no estuviesen todavía en bits, clicks, bits de almadraba y centros de fomento. beben y comen todxs de quién: fantasmas autónomos valorizados y valorizantes, varonileros tragamonedas de un bingo zombi. solo el eco súcubo sin culpa ninguna repite o declama "caímos ante el mejor, muchacho, no lo olvides". de su mano de linyera en chomba cuelga quizá el sentido de la vida.
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'I've never seen or heard of attacks': scientists baffled by orcas harassing boats
Susan Smillie - September 13, 2020
Reports of orcas striking sailing boats in the Straits of Gibraltar have left sailors and scientists confused. Just what is causing such unusually aggressive behaviour?
When nine killer whales surrounded the 46ft boat that Victoria Morris was crewing in Spain on the afternoon of 29 July, she was elated. The biology graduate taught sailing in New Zealand and is used to friendly orca encounters. But the atmosphere quickly changed when they started ramming the hull, spinning the boat 180 degrees, disabling the autohelm and engine. The 23-year-old watched broken bits of the rudder float off, leaving the four-person crew without steering, drifting into the Gibraltar Straits shipping lane between Cape Trafalgar and the small town of Barbate.
The pod rammed the boat for more than an hour, during which time the crew were too busy getting the sails in, readying the life raft and radioing a mayday – “Orca attack!” – to feel fear. The moment fear kicked in, Morris says, was when she went below deck to prepare a grab bag – the stuff you take when abandoning ship. “The noise was really scary. They were ramming the keel, there was this horrible echo, I thought they could capsize the boat. And this deafening noise as they communicated, whistling to each other. It was so loud that we had to shout.” It felt, she says, “totally orchestrated”.
The crew waited a tense hour and a half for rescue – perhaps understandably, the coastguard took time to comprehend (“You are saying you are under attack from orca?”). To say this is unusual is to massively understate it. By the time help arrived, the orcas were gone. The boat was towed to Barbate, where it was lifted to reveal the rudder missing its bottom third and outer layer, and teeth marks along the underside.
Rocío Espada works with the marine biology laboratory at the University of Seville and has observed this migratory population of orca in the Gibraltar Straits for years. She was astonished. “For killer whales to take out a piece of a fibreglass rudder is crazy,” she says. “I’ve seen these orcas grow from babies, I know their life stories, I’ve never seen or heard of attacks.”
Highly intelligent, social mammals, orcas are the largest of the dolphin family, and behave in a similar way. It is normal, she says, that orcas will follow close to the propeller. Even holding the rudder is not unheard of: “Sometimes they will bite the rudder, get dragged behind as a game.” But never with enough force to break it. This ramming, Espada says, indicates stress. The Straits is full of nets and long lines; perhaps a calf got caught.
But Morris’s was only one of several encounters between late July and August. Six days earlier, Alfonso Gomez-Jordana Martin, a 31-year-old from Alicante, was crewing a delivery boat near Barbate for the same company, Reliance Yacht Management. They were proceeding under engine when a pod of four orcas brought their 40ft Beneteau to a halt. He filmed them – it looks more like excitement and curiosity than aggression – but even this bumping damaged the rudder. And the force increased, he says, over 50 minutes. “Once we were stopped, they came in faster: 10-15 knots, from a distance of about 25m,” he remembers. “The impact tipped the boat sideways.”
The skipper’s report to the port authority said the force “nearly dislocated the helmsman’s shoulder and spun the whole yacht through 120 degrees”.
At 11.30pm the previous night, 22 July, Beverly Harris, a retired nurse from Derbyshire, and her partner, Kevin Large, were motor-sailing their 50ft boat, Kailani, just off Barbate at eight knots, when they came to a sudden standstill. It was flat calm, pitch black. They thought they’d hit a net. “I scrambled for a torch and was like, ‘Bloody hell, they’re orcas,’” says Harris. The couple checked their position and found the boat pointing the opposite way. They tried to correct several times, but the orcas kept spinning them back. “I had this weird sensation,” Harris says, “like they were trying to lift the boat.” It lasted about 20 minutes, but felt longer. “We thought, ‘We’ve sailed across the Atlantic, surely we’re not going to sink now!’” Their rudder was damaged but got them to La Línea. It was a long night. “Kevin said I should get some sleep. I said, ‘Are you joking? I’m having a gin and tonic,’” recalls Harris.
While enjoying her drink, Harris could have spared a thought for Nick Giles, having a sleepless night alone after an almost identical encounter off Barbate just two and a half hours earlier. He was motor-sailing, and playing music when he heard a sudden bang “like a sledgehammer”. The wheel was “turning with incredible force” as the vessel spun 180 degrees, dislodging the autohelm and steering cables. “The boat lifted up half a foot and I was pushed by a second whale from behind,” he says. While resetting the cables, the orca hit again, “nearly chopping off my fingers in the mechanism”. He was pushed around without steering for about 15 minutes before they left him.
Catastrophic encounters between whales and boats are not unknown – the best-known events all took place in the Pacific. In 1972 the Robertson family from Staffordshire were shipwrecked off the Galapagos Islands after an orca strike (their book, Survive the Savage Sea became a classic). The following year, also on the way to those islands, Maurice and Maralyn Bailey’s 31ft boat was holed by a sperm whale. In 1989 William and Simone Butler lost their boat as a huge pod of pilot whales rammed them. In these and all other known cases, the mammals ignored the humans who took to life rafts; it was the boats that attracted their ire. More usually in encounters, the whale is left dead or injured. The International Whaling Commission records these strikes – more collisions are occurring with private boats as technological advances increase performance speeds.
The encounters described around Barbate were certainly frightening for the crew, who understandably felt targeted, but it’s unlikely they were meant as aggressive attacks. At least two other boats had harmless encounters. On 20 July Martin Chambers, a yacht master for Allabroad Sailing Academy, was unconcerned when they were joined by a pod near Barbate. One individual “had hold of the rudder and stopped us moving the boat”, he says. “That’s the first time I’ve seen them do that.” It seems the encounters increased in intensity, but it’s also worth considering that different boat constructions can suffer different outcomes – rudders on some modern boats can be quite fragile.
“These are very strange events,” says Ezequiel Andréu Cazalla, a cetacean researcher who talked to Morris. “But I don’t think they’re attacks.” Orca specialists around the world are equally surprised, agreeing the behaviour is “highly unusual”, but are cautious, given that the accounts are not from trained researchers. Most agree that something is stressing the orcas. And when it comes to sources of stress, there are plenty to choose from.
“The lack of tuna has led these orca to the very edge with only 30 adults left”
The Gibraltar orcas are endangered – there are fewer than 50 individuals left, with a continuing decline projected – adults and juveniles are sustaining injuries, suffering food scarcity and pollution. Their calves rarely survive. The Gibraltar Straits is, Cazalla points out, “the worst place for orcas to live”. This narrow stretch of water is a major shipping route. And the presence of orcas attracts more marine traffic – highly profitable whale-watching. Theoretically, it is regulated, but some operators flout rules about speed and distance to chase the animals. Constant harassment by boats affects the orcas’ ability to hunt. Which brings us to the biggest stress of all: fishing.
The orcas return to this noisy, polluted stretch of water for one reason – to feed. They specialise in hunting bluefin tuna, also highly prized by humans. The near collapse of bluefin tuna between 2005 and 2010 “has led this orca population to the very edge, with about 30 adults left”, says Pauline Gauffier, who has studied them.
The Straits is an important migratory route for the tuna. It has been economically crucial to this region for thousands of years – the Romans produced coins in Cadiz depicting the once bountiful fish. Local fisheries still use an ancient technique – almadraba, a complex system of trap nets. Each spring, the bluefin arrive to spawn in the Med; many find their way into the nets instead. In July and August, as the tuna leave for the Atlantic, the fishermen switch to drop lines – baited with fish and lowered with rocks. These artisanal techniques are far less harmful than trawling, purse seining or driftnets – and than the reckless sport-fishing boats speeding at 10 knots, trailing long lines.
“They target the orca, because they think there must be tuna under the pods,” says Jörn Selling, a marine biologist for Firmm whale watching and research foundation with 17 years’ experience in the Straits. “They go right through the pods, their hooks cutting the dorsal fins”.
In the past, the orca chased the bluefin to exhaustion, but with fewer and smaller fish available, and the pressures from human activity, some have adapted. As a result, there now exists what biologists call “depradation” – a complex balance between the orca, tuna, and humans – and what the fishermen call “stealing”.
Since 1999, two of the Straits’ five pods have learned to take tuna from the drop lines, leaving the fishermen pulling up the tuna head alone. It’s infuriating for the fishermen, but for the orca, this is high risk. Several have sustained serious injuries. “We see marks caused by fishing lines,” says Selling. “We hear about young orca getting hooked.” There are two females with severed flippers – “Lucia”, Selling says “lost her baby together with her flipper, due to the interaction with tuna fishermen”. Gauffier points out that “there is little the fishermen can do to avoid line or hook injuries” when orca interact; and it’s not known what caused the injuries. But many conservationists suspect some fishermen retaliate violently.
“The fishermen hate the killer whales,” says Selling. The orca are protected, but “unobserved, the fishermen do what they want. They see them as competitors.”
Stories persist of fishermen stunning orca with electric prods, throwing lit petrol cans, cutting dorsal fins. Cazalla has seen two orca with recent injuries (Morris thinks there was an injured individual at her boat). “One has a significant scar – you can see white tissue so it’s deep.” This, he thinks, is unlikely to be from a propeller, which would cause multiple scars.
Selling points out that the orca interact with the almadraba as well as drop-line fishing, and talks of a male which worked out how to navigate the labyrinth of submarine nets to take tuna in Barbate years ago. This orca was later observed with serious injury to its dorsal fin. It hasn’t been seen since.
But the orca have endured harassment for decades. What explains the new behaviour? Was there reduced noise during the Covid lockdown? Selling says yes. “No big game fishing, no whale watching or sailing boats, no fast ferries, fewer merchant ships.” He’s intrigued by the idea that the orca had two months with reduced noise – “Something most of them probably never experienced before” – and considers the possibility they felt angry as the noise restarted (Gauffier thinks this unlikely, but notes that the Barbate pod still actively chases tuna, “for which they need a quieter environment”).
There is one very unscientific phrase I hear repeatedly from several researchers: “Pissed off”. Some speculate that the multitude of stresses these highly sentient cetaceans have endured – years of grieving lost calves, injuries, competition for fish, coupled with a pause and reintroduction of human activity, could have affected their behaviour. There is a great deal we don’t yet know about orca, which, like us, have evolved complex cultures and different languages around the world. A couple of years ago Ken Balcomb from the Center for Whale Research talked about endangered orca being dependent on scarce chinook salmon in the Pacific Northwest. “I’ve seen them look at boats hauling fish. I think they know that humans are somehow related to the scarcity of food. And I think they know that the scarcity of food is causing them physical distress, and also causing them to lose babies.”
Sounds like anthropomorphising? Lori Marino, neuroscientist and president of the Whale Sanctuary Project found in orca brains an astounding capacity for intelligence. “If we are talking about whether killer whales have the wherewithal and the cognitive capacity to intentionally strike out at someone, or to be angry, or to really know what they are doing, I would have to say the answer is yes. They are likely defending a territory or resources.”
Meanwhile, Nick Irving from Reliance is wondering if he should send clients’ boats out after the last three sustained damage: “Is it reckless?” Neither of us say it, but we’re both thinking he doesn’t want to be the mayor in Jaws – the obvious, if lazy stereotype that comes to mind. Word is starting to get out, frustrating Espada. Friends call, asking about the “attacks”, if it’s safe to swim. “Are you mad?” she asks. “Of course it’s safe!” As shark conservationists know all too well, it’s difficult to protect endangered animals with a bad image.
This tiny population’s presence is of huge importance, and if human activity is affecting their behaviour, human activity must be regulated. Gauffier has presented the Spanish Environment Agency with a conservation plan proposing that in the Barbate area, “activities producing underwater noise should be reduced to a minimum”. This is the very least that should happen. Each sailor I spoke to was concerned that their activities had stressed the orca. Victoria Morris, who has been searching for a specialist subject when she returns to study marine biology in autumn has found her topic. The Gibraltar orca has one more ally – which is good because these majestic, beleaguered mammals need all the help they can get.
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