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Katy Jurado.
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Nuevo concurso de Osmel competirá con el Miss Venezuela
30/05/2018
Tras su salida del Miss Venezuela, el llamado Zar de la Belleza dejó claro que no abandonaría el mundo de los concursos de belleza, al menos hasta que muriera. Así lo enfatizó en una entrevista realizada hace pocos días por un canal de televisión nacional. A la par de las declaraciones, Osmel ha venido dando pistas de su nuevo proyecto, a través de las redes sociales. Siete maquilladores, un estilista de cabecera (Ivo Contreras) y cuatro franquiciantes (hasta ahora) conforman el llamado “dream team” de Sousa.
Fuente: Daniel Cubillán/ La Verdad
El Concurso, así de simple será el nombre de este nuevo reto profesional que se ha planteado el hacedor de reinas. Según fuentes cercanas a quien fuera jurado de Nuestra Belleza Latina, hasta el año pasado, “las candidatas tendrán a su disposición una quinta en Caracas donde podrán alojarse una vez inicie la competencia nacional. La vivienda tendrá las condiciones apropiadas para su preparación y desde ahí pretenden documentar la convivencia de las misses”. Es decir, que todo indica que será una especia de reality show, como lo hizo en 2013 con Todo por la Corona, que registró las incidencias del Miss Venezuela.
Otra fuente ligada a los concursos de belleza de la región, que prefirió no identificarse, contó: “las grabaciones se llevarán a cabo en Venezuela pero los derechos fueron comprados por un canal internacional. Se maneja el nombre de Univisión. Las ganadoras serán llevadas a los concursos gram slam con los que Sousa tiene relación, a excepción del Miss International y Miss Mundo cuya franquicia le pertenece al grupo Cisneros. Sin embargo, el Zar maneja la opción de competir por el contrato de Miss Universo, el próximo año y llevar a su propia candidata”.
Sousa ha manejado una campaña de expectativa a través de sus redes sociales, y poco a poco se irán develando nuevos detalles de este proyecto que dejó por fuera a tres de sus grandes aliados en el pasado Katty Pulido (Miss Aragua), Gisselle Reyes (profesora de pasarela) y Richard Linares (entrenador personal de las misses).
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El #LectorasLentas2019 es un reto de lectura que consiste en 12 objetivos para completar un bingo de lecturas. Las bases completas están en los blogs de las creadoras: Stiby, de Sólo un capítulo más, en esta entrada; Katty, de La Pluma Azul de Katty, aquí, y finalmente Angy, de Perdida en mis mundos, en esta otra entrada. Es un reto de lectura con varios niveles de dificultad en sus objetivos, para retar un poco a la lectora (o al lector, ¡los hombres y la gente no-binaria también sois bien recibides!) sin resultar en un bingo demasiado descabellado en cuanto a su dificultad. Por eso, ¡he creado estas entradas para proporcionar recomendaciones basadas en cada objetivo! En esta instancia, se trata del tercer objetivo: leer un libro escrito por VVAA (varios/as autores/as, también cuenta un libro escrito a cuatro manos o de autora+ilustradora) en el que al menos la mitad sean mujeres. Yo fui algo tonta y leí varios pero no los usé para la pegatina, así que a finales de año me caí de la parra y decidí leer la Antología Libertad, de VVAA. La Antología Libertad fue convocada por Fabiola Avila, y consta de 12 relatos. En su mayoría, se trata de relatos de autores noveles, incluyendo además un relato de la propia Fabiola y dos relatos de dos de los miembros del jurado: KATTY C. y Esther Evans. La última miembro del jurado, Montserrat Vega, no proporcionó ningún relato. Es difícil reseñar una antología como esta, en la que el único núcleo en común es el tema de la libertad y en la que hay poca cohesión interna. Debo decir que si en algo excele es, precisamente, en temas de representación. Mi relato favorito fue "Rosa de Sal", de Aitziber Conesa, al que le doy 4.5 estrellas de 5. Si bien el relato podría estar un poco más pulido en algunos detalles, me ha parecido una gran historia, muy bonita y con un mensaje muy importante. Luego debería mencionar también "Atlantia", de Esther Evans, con 4 estrellas. Es un relato que me ha gustado muchísimo, un retelling, pero requiere de conocimientos de la película de Disney para poder disfrutarlo a tope, motivo por el que le he restado puntuación. Mención especial para el relato "Una perla de olvido", de KATTY C., que no he incluído en la reseña porque lo beteé y me siento algo rara incluyéndolo con el resto. El resto de relatos combinan muchos estilos, géneros y temas diferentes, pero en resumen consisten en muchas tres estrellas y alguno con apenas dos. Su acabado no está suficientemente pulido y, si bien mayoritariamente tienen premisas muy elaboradas, su corrección y su forma requieren de más trabajo. Especialmente, problemas a la hora de contar demasiado pero mostrar demasiado poco, de alargar demasiado las tramas o de tener escenas demasiado inconexas entre sí. Por supuesto, si cualquiera de las autoras quiere contactar conmigo, puedo dar reseñas personalizadas más largas. Y, por favor, necesito más hopepunk y más cositas monas en esta vida. Si bien este libro es el que usé para completar mi pegatina, como se puede ver más abajo, hay muchísimas más recomendaciones muy intersantes para este objetivo. Antes de ello, quiero recordar a las autoras de esta antología: Amanda S. Losua (ganadora), Andrea Vega, Jimena González Gimena, Fabiola Avila, Aitziber Conesa, Cristina Murillo Muela, KATTY C., Vania T. Curtidor, Fernando Bolaños (el único hombre de la antología), Esther Evans, Alba G. Callejas y Sara Ramírez. Otra antología que leí este año que también tiene mayoría de autoras es la Antología de Colores (Sin Colores) de VVAA (con reseña aquí). Otros libros escritos a 4 manos entre mujeres podrían ser Antihéroes, de Selene M. Pascual e Iria G. Parente; Lionboy, de Zizou Corder (un dúo madre e hija); La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows o Beautiful Bastard, de Cristina Lauren (otro dúo). Conste que, en este último tramo de recomendaciones, o no he leído los libros o no me han gustado. Por ahora, esto es todo. ¡Espero que hayáis encontrado alguna idea para completar este reto en vuestras propias pegatinas! Hasta la próxima,
http://trastabiladas.blogspot.com/2019/12/lectoraslentas2019-objetivo-3.html
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Cubana concursante en Masterchef 6: “En Cuba es difícil seguir las recetas por la escasez”
Ketty Fresneda (cubanosporelmundo.com)
MADRID.- En la cocina “hay que ser resolutivo”, asegura a Efe la segunda clasificada en la sexta edición de Masterchef España, Ketty Fresneda, una dietista cubana afincada en Galicia desde hace seis años que achaca ese “mantra” a sus raíces: “En Cuba es difícil seguir las recetas por la escasez de alimentos”.
“En la cocina hay que ser resolutivo. No sé si es porque soy de un país en el que no tenemos todo hecho, en el que abrimos la nevera y no tenemos todos los ingredientes”, explica Fresneda, clasificada tras Marta Verona en el concurso de TVE.
Esa determinación “innata” la demostró en la penúltima prueba del concurso, comenta, cuando tenía que elaborar para el postre una “roca” en el restaurante de Pepe Rodríguez, jurado del programa junto a Jordi Cruz y Samantha Vallejo.
“Era bastante complicado. Tenía técnicas de mucha complejidad que eran vistas incluso por primera vez por cocineros que estaban allí”, asegura riéndose.
A pesar de esa resolución, la chef cubana no pudo hacerse con los 100.000 euros (117.000 dólares) de premio del concurso, pero sí con el cariño de la audiencia de España y también de Cuba, donde ya se veían ediciones anteriores del reality español, aunque en esta se ha incrementado el interés por la presencia de Fresneda.
Dice que “ha salido” en muchos periódicos de Cuba y Miami (EE.UU.), pero no es la única de su familia que está viviendo la inesperada fama de Masterchef. A su hermana gemela, Katty, la confunden con ella por las calles de La Habana.
“El programa ha cambiado mi vida y la de mi hermana. Yo he pasado a ser una persona ya no tan de incógnito, pero mi hermana igual. La pobre ya no puede salir a la calle en Cuba porque le piden autógrafos y le piden fotos”, explica.
Fue en su país natal donde comenzó, “desde muy pequeña”, su pasión por la gastronomía, “cotilleando en la cocina” y fijándose en las elaboraciones de su abuela, aunque fue a su llegada a España cuando aumentó su interés “al tener más ingredientes para cocinar”.
Vio ayer la final del concurso en casa de la ganadora, de Marta Verona, una “velada increíble” que demuestra que en Masterchef surgió una “amistad súper intensa” que seguirán forjando, ya que las dos comenzarán sus estudios en el Basque Culinary Center el 1 de octubre con la meta de abrir un restaurante.
“El día que tenga un restaurante me encantaría hacer énfasis en la cocina de aprovechamiento, que todo se recicle y que nada se vaya a tirar. Hay mucha gente pasando necesidad”, apostilla.
Y, si ese día llega y se convierte en la chef de su propio restaurante, tiene claro que lo abriría en España: “Soy muy cubana y también muy española. Me encanta Cuba, pero tendrían que cambiar muchas cosas allí para que decidiera invertir allí”.
La rusa Oxana, tercera clasificada, coincide en este amor por su país de acogida: “Mi sueño es abrir un salón de té muy gourmet, muy glamouroso, donde vivo, en Gijón (norte). Me voy a quedar aquí”, asegura en declaraciones a Efe.
Fue un “premio” para ella quedar tercera en esta edición del programa culinario con una final tan multicultural -“Cuba, Rusia, Valencia y Madrid, fue muy pintoresco y bonito”, resalta- y, también, con tres finalistas femeninas: “somos el poder ahora mismo en este siglo”.
“Cumplir un sueño siempre es bonito, pero cuando llegas a los 50 -ella tiene 52- y crees que está todo hecho, es lo más grande”, añade.
El cuarto clasificado, el valenciano Toni, solo ha necesitado tres meses -desde el inicio del concurso el 17 de enero hasta el final, el 21 de abril- para conseguir su sueño.
“He montado ya y he inaugurado el viernes pasado una ‘foodtruck’ en la playa El Puig de Valencia. Es una fusión entre ‘foodtruck’ y chiringuito de playa”, adelanta a Efe el concursante que, además, ya ha montado su propio catering.
(EFE)
Cubana concursante en Masterchef 6: “En Cuba es difícil seguir las recetas por la escasez”
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Katty López, Miss Supranational Ecuador 2017, fue jurado en la elección de la Reina de Pasaje. Ella estuvo unos días preparándose con la venezolana Alyz Henrich, Miss Tierra 2013. http://bit.ly/2zGKiko Miss Ecuador
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El #LectorasLentas2019 es un reto de lectura que consiste en 12 objetivos para completar un bingo de lecturas. Las bases completas están en los blogs de las creadoras: Stiby, de Sólo un capítulo más, en esta entrada; Katty, de La Pluma Azul de Katty, aquí, y finalmente Angy, de Perdida en mis mundos, en esta otra entrada. Es un reto de lectura con varios niveles de dificultad en sus objetivos, para retar un poco a la lectora (o al lector, ¡los hombres y la gente no-binaria también sois bien recibides!) sin resultar en un bingo demasiado descabellado en cuanto a su dificultad. Por eso, ¡he creado estas entradas para proporcionar recomendaciones basadas en cada objetivo! En esta instancia, se trata del octavo objetivo: leer un libro en el que aparezca una mujer comiendo. Planificar este objetivo es algo cercano a imposible, a menos que una se fije en otras opciones que han ido leyendo otras participantes. Si bien tengo una autora de cabecera en la qué que siempre sus personajes femeninos comen, y con gusto, ya usé uno de sus libros para otro objetivo. Finalmente, me sorprendió gratamente el libro de Ash, de Malinda Lo, al incluir una variedad de escenas en las que mujeres comen. Ash era un libro que yo tenía pendiente desde hacía mucho. Cuando salió, siendo la novela debut de su autora, Malinda Lo, dio las vueltas por lo que era el booklr (la esfera bookworm o lectora de Tumblr) inglés de la época. ¿La razón? Era un retelling de Cenicienta (que, en esa época, los retellings estaban en auge), pero con representación LGBT+, más concretamente, lésbica. Pronto se descubrió que Malinda Lo no había escrito una historia lésbica de casualidad. Formando parte del colectivo (y de otros colectivos marginalizados), todos sus libros de ficción cuentan con representación queer, ha escrito piezas de no-ficción centrándose en feminismo y el colectivo y también es co-fundadora de la web Diversity in YA (actualmente inactiva). Lo primero que me sorprendió del libro fue el estilo. Especialmente lírico y ligeramente onírico y mágico, es una prosa y un estilo bastante cuidados que evocan, precisamente, a los cuentos de hadas y a las historias contadas alrededor del fuego. También es un libro algo lento, al que se le podrían quitar algunas partes, pero que en general está bastante bien. Si sois como yo, y en cuanto aparece Sidhean dudáis, os insisto: seguid leyendo. El libro, a mi parecer, empieza relativamente flojo, suave y un poco demasiado alargado, pero conforme se avanza la trama se centra, las escenas cobran relevancia y al final es imposible despegarse de las páginas. En esta obra, como es de esperar, hay un total de tres personajes masculinos con algo más de dos páginas de presencia, y de esos tres sólo uno es realmente relevante para la trama, que se sustenta en las mujeres: Ash, su madrastra y sus hermanastras, las brujas verdes, algunas sirvientas, las cazadoras y Kaisa, la Cazadora Real. Su representación LGBT+ y su feminismo son perfectos, y precisamente la parte que más lo destaca es en su uso de la comida. Ash, trabajando de sirviente, tiene una relación bastante estrecha con la comida. Kaisa, siendo la cazadora real, tiene una relación muy estrecha con la recolección y la caza. A lo largo de la historia hay múltiples escenas de mujeres comiendo, incluyendo varios banquetes (uno especialmente suntuoso), pero para este objetivo elegí una escena en concreto en la que se le ha recomendado a Ash realizar un ritual (heteropatriarcal) para soñar con su amor (hombre) verdadero: ayunar un día entero. Deliberadamente, Ash decide no ayunar, efectivamente ayudando a desmantelar las estructuras de opresión centradas en el control del cuerpo femenino y de su alimentación. Si bien este libro es el que usé para completar mi pegatina, como se puede ver más abajo, hay muchísimas más recomendaciones muy intersantes para este objetivo. Para empezar, las opciones utilizadas por otras participantes: Fabiola usó De Seúl al cielo, de Silvia Aliaga y Tatiana Marco; Chery, Come, Reza, Ama, de Elizabeth Gilbert; Raúl y Mari C. Noguera, Reina Roja, de Juan Gómez-Jurado; Alma Lectora, Una habitación propia, de Virginia Woolf; Entre libros y más, Azul Estocolmo, de Carmen Sereno; Esther Evans, Multicosmos: Aventuras virtuales a pico y pala, de Pablo C Reyna; Lidia, Idiotizadas, de Moderna de Pueblo, y las jefas: Stiby leyó Aracnefobia, de Celia Añó Espí, y Angy leyó Requiem, de Lauren Oliver. Por si no fueran suficientes recomendaciones, aquí una lista de lecturas que yo he realizado en lo que llevamos de 2019 y que incluyen a mujeres comiendo (en menor o mayor grado, y por orden de lectura): Competence y Reticence (libros 3 y 4 de The Custard Protocol), de Gail Carriger; Dos Velas para el Diablo, de Laura Gallego (con reseña aquí); One Dark Throne (el segundo libro de la saga Three Dark Crowns), de Kendare Blake; Kitchen, de Banana Yoshimoto (reseña pendiente); la saga entera de Finishing School, de Gail Carriger (dudo que haya un solo libro suyo con protagonistas femeninas en las que no coman), con reseña de su primer libro, Etiquette and Espionage, aquí; The Hate U Give, de Angie Thomas, con reseña aquí; la Antología de colores (sin colores), de VVAA, reseñada aquí; The Tea Master and the Detective, de Aliette de Bodard, con reseña aquí, y Corazón de Tinta (el primer libro de la saga de Mundo de Tinta), de Cornelia Funke, reseñada aquí. Por ahora, esto es todo. ¡Espero que hayáis encontrado alguna idea para completar este reto en vuestras propias pegatinas! Hasta la próxima,
http://trastabiladas.blogspot.com/2019/10/lectoraslentas-objetivo-8.html
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El día 17 de Mayo se inició en Twitter la Lectura Conjunta de la Antología de Colores (sin colores), organizada por Stiby y Katty C. Esta antología fue coordinada por Celia Añó, y consta de 13 relatos. En estos relatos se unen muchos géneros literarios, muchos tipos de representación y muchos estilos de narración muy diversos, refrescando la lectura y aportando algo para todo el mundo. Tristemente, eso también implica una falta de cohesión interna importante, pero se agradece la variedad. El relato ganador del concurso es "Cenizas", de Sara Ramírez. Viene seguido, por orden, por "Como la noche en el infierno", de Mario Carballeira; "Siempre es otoño", de Marina Tena; "Dos miligramos de Amoena Ponientis", de Javier Pavía; "Ojos Vacíos", de Esther Evans; "Venenosas", de Cristina Carou; "El palacio de las cenizas", de Carolina Casado; "Las flores crecen en otoño", de Deborah Heredia; "Recuerdos y olvido", de Diego Sánchez; "La leyenda de Nathair Mhara y la recolectora de perlas", de Kai Vega; "El color de la sangre seca", de Isabel Pedrero, y "Un diario de campo", de Paula Yagüez i López-Jurado. La antología finaliza con relato invitado "El himno del miedo", por Celia Sorní, que también hizo las tareas de jurado en la antología. Si os interesan mis opiniones personales a lo largo de la lectura, están en este hilo de Twitter en el que fui realizando mini-reseñas de cada relato una vez terminado. La media aritmética saldría de 3.46/5 estrellas, y si bien es verdad que algunos relatos no han terminado de conectar conmigo o han sido de géneros que no me interesan especialmente, el resultado general de la antología ha sido positivo. Me ha dejado muy buen sabor de boca, y buscar los colores me ha resultado extremadamente entretenido, si bien en algunos casos yo asocio cosas diferentes a cada color, es útil saber otras opiniones. Mis dos relatos favoritos han sido "Dos miligramos de Amoena Ponientis", de Javier Pavía, un relato de fantasía centrado en una maravillosa y adorable herborista, y "Ojos Vacíos", de Esther Evans, otro relato de fantasía pero impregnado de sentimientos que hacen estremecer a la lectora (y el relato del que he sacado la cita que da título a esta reseña). También recomiendo, encarecidamente, "Cenizas", de Sara Ramírez; "Un diario de campo", de Paula Yagüez i López-Jurado, y "Siempre es otoño", de Marina Tena. Y si aún y así esta antología aún no os interesa, ¿qué tal si os digo que está disponible a través de pago social en Lektu? Así es: la Antología de Colores (sin colores) está disponible para todos. El único requisito es registrarse en la web, poner un tuit (o una publicación en Facebook) y ¡a leer!
http://trastabiladas.blogspot.com/2019/06/decidio-entonces-que-contemplar-aquel.html
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