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#Isla Hashima
holanihon · 1 year
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La isla de Gunkanjima, un lugar abandonado en Nagasaki.
Por cierto, también comparto info de Japón en mi website holanihon.com
El más reciente post es sobre Gunkanjima, la isla abandonada de Nagasaki. Un lugar muy interesante y único en Japón.
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https://holanihon.com/la-isla-de-gunkanjima/
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jose-a-perez · 3 months
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La Ciudad Olvidada: Hashima y su Historia Oscura
¿Te imaginas caminar por una isla desierta, rodeado de edificios en ruinas y un silencio sepulcral que te envuelve? Esto es lo que te espera en la Isla de Hashima, también conocida como Isla Gunkanjima (Isla del Acorazado), en Japón.
Hashima se encuentra a unos 15 kilómetros de la ciudad de Nagasaki y tiene una historia tan fascinante como inquietante. La isla fue comprada por Mitsubishi en 1890, cuando descubrieron un rico depósito de carbón bajo el mar. Pronto se construyeron enormes edificios de hormigón para albergar a los trabajadores y sus familias. En su apogeo, Hashima albergó a más de 5,000 personas, convirtiéndose en una de las áreas más densamente pobladas del planeta. La vida en la isla giraba en torno a la mina de carbón, y aunque las condiciones de trabajo eran duras, la comunidad prosperaba.
Sin embargo, todo cambió en la década de 1960 cuando el petróleo reemplazó al carbón como principal fuente de energía en Japón. En 1974, la mina fue cerrada y la isla quedó deshabitada de la noche a la mañana. Los edificios, expuestos a las inclemencias del tiempo y sin mantenimiento, comenzaron a desmoronarse. Lo que queda hoy es un paisaje post-apocalíptico, una ciudad fantasma que parece sacada de una película de terror.
Hashima fue cerrada al público durante muchos años, pero recientemente se ha permitido el acceso a visitas guiadas, aunque solo se puede recorrer una pequeña parte de la isla por razones de seguridad. Los visitantes pueden ver de cerca los edificios en ruinas, las escuelas abandonadas y los bloques de apartamentos que alguna vez estuvieron llenos de vida. La atmósfera es indescriptiblemente espeluznante, con el sonido del viento soplando a través de las ventanas rotas y los pasillos vacíos.
La isla de Hashima también ha capturado la imaginación popular al aparecer en películas como "Skyfall" de James Bond, lo que ha añadido a su fama como uno de los lugares más aterradores y fascinantes del mundo.
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zack4x4 · 8 months
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Una Isla Fantasmal en el Japon
Una isla esconde secretos del PASADO VIOLENTO DE JAPÓN LOS TRABAJADORES RETENIDOS COMO ESCLAVOS VIRTUALES RONDAN LOS PELIGROSOS EDIFICIOS EN RUINAS La isla de Hashima ha sido testigo de una densidad poblacional sin precedentes, con 5.259 personas apretujadas en tan solo 3 hectareas, todos residentes empleados en las operaciones mineras de carbón de Japón. Sin embargo, en la actualidad, la isla…
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chegordo · 1 year
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Hashima: la isla abandonada de Japón -
La isla de Hashima se encuentra a 20 kilómetros de Nagasaki en Japón. El siglo fue uno de los principales motores de la economía y el lugar más densamente poblado del mundo; pero ahora es el lugar abandonadoconocida como “isla fantasma”… Hashima Risa En el siglo XIX, las minas de carbón representaban una enorme riqueza, pues este mineral era entonces la principal fuente de energía. Hacia 1870, se…
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joacomaduro · 2 years
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Isla Hashima, el pueblo fantasma en decadencia de Japón
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mistery-world · 3 years
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Isla de Hashima, Japon
En el pasado esta isla era rica en carbon, con mas de 5000 mineros viviendo alli. Cuando el petroleo reemplazo al carbon como primera fuente de combustible, la isla fue abandonada.
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divulgadormisterios · 4 years
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Mundo oculto
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listinsemanal · 2 years
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Sin naturaleza: la isla de cemento que fue la más poblada del planeta - Asia - Internacional
Sin naturaleza: la isla de cemento que fue la más poblada del planeta – Asia – Internacional
Cambia. Todo cambia. En otros tiempos, a Hashima -una isla japonesa situada a unos 20 kilómetros de la ciudad de Nagasaki- la llamaban “la isla sin verde”, porque solo había cemento y hormigón. Pero, cuando la población abandonó este islote en 1974, la naturaleza regresó con toda su fuerza; como suele suceder cada vez que el hombre abandona un sitio. La pequeña isla, de 400 metros de largo y 150…
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omg-lucio · 2 years
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Alrededor de 1910. Hashima, también conocida como Isla Gunkanjima (Acorazado), fue construida por la compañía japonesa Mitsubishi en una foto contemporánea. En su "apogeo", 12.500 personas vivían aquí y trabajaban en una mina de carbón debajo de la isla.
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priscilatrejoperez · 3 years
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Hashima, la misteriosa ISLA FANTASMA de Japón
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holanihon · 9 months
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El pastel esponjoso de queso de OSAKA. Una delicia de la tienda Rikuro.
Osaka es una ciudad reconocida por su gastronomía variada y deliciosa. Hablando de ello y específicamente de su repostería, uno de los postres que es la sensación entre los turistas gracias a que se hizo viral en redes sociales es EL PASTEL DE QUESO DE OSAKA.
Este pastel de queso es famoso por su textura, su cremosidad y sobre todo, su sabor suave.
Para empezar la tienda que vende el pastel de…
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mundo-misterio · 3 years
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Battleship Island (2017) reseña de la película
Battleship Island (2017) reseña de la película
En serio, ¿por qué este tipo, y no Hak-chul Yoon (Kyoung-young Lee), un prisionero político que se cree es la única esperanza de la resistencia coreana de derrotar a los japoneses? La historia de Gang-ok se relaciona con el intento de Yoon y sus seguidores de escapar de la isla Hashima. Pero “Battleship Island” es, en última instancia, la historia de Gang-ok porque podemos observar lo bueno que…
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ernestosanmiguel · 4 years
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El paraguas
Ernesto San Miguel
Estaba mirando las fotos de nuestro viaje a Japón y Corea del Sur mientras escuchaba la música que sonaba a mis espaldas y la letra de la canción me llevaba a mi niñez como si hubiese pasado por un pasaje secreto.
“No es sangre la que corre por nuestras venas, sino el río de recuerdos de nuestra infancia” traducción libre del francés. C’est ne pas du sang qui coule dans nos veines, ce la rivière de notre enfance.
Y allá me veo, pequeño y sosteniendo el bolsón de mis cuadernos sobre la cabeza tratando de evitar la lluvia que torrencial caía. Dos cosas que me molestaban sobremanera, el agua en mi cabeza y la que entraba por los hoyos de mis zapatos. La calle Victoria en el Santiago de Chile de los años cincuenta en aquel mes de agosto no sabía de sequía y mis calcetines estrujados al entrar a clases así lo demostraban. Galo mi compañero de banco, habría los ojos desmesuradamente y me preguntaba que número calzaba por si alguno de sus zapatos me pudiera ayudar, lamentablemente el era más pequeño que yo. Calentaba y secaba mis pies al mismo tiempo cruzándolos bajo mis muslos. ¡Tantos recreos perdidos a causa de la lluvia!
La vida para un niño normal son los juegos y aquello se hacía en los recreos anunciada con algarabía por la campana salvadora de las tediosas clases.
Para volver a casa, cambiaba el papel de diario que ayudaba transitoriamente a tapar los hoyos de mis zapatos, pero las diez cuadras que debía caminar volvían a mojarse mis pies. Han pasado tantos años desde aquellos momentos húmedos y aún a veces cuando vuelvo al pasado no dejo de tener la frialdad en mis pies.
Siempre tuve una admiración escondida por los paraguas y por los zapatos sin hoyos.
Seguramente en aquellos años, la invasión de la industria china era una lejana utopía. Y los paraguas tenían un precio inalcanzable para las familias obreras.
Cuando mi compañera me contó que su sueño era visitar Japón, me pareció sorprendente ya que tenía pánico de ir a Chile por la cantidad de temblores y mas bien de terremotos. Pensé para mi, seguramente no tiene idea que está en la cadena de fuego del Pacífico y al igual que mi país sufre de muchos movimientos telúricos durante un año normal.
Estuvo más de cuatro meses planificando el viaje, las ciudades a visitar y sobretodo los restaurantes clasificados excelentes por los especialistas.
Un mes antes de viajar, me mostró su itinerario y las razones de su elección. Muchas basadas en conversaciones con amigas, que ya habían visitado el País del sol Levante y siguiendo las instrucciones de mi abuelo que siempre me decía, si quieres ser feliz con una mujer, nunca, pero nunca le digas que no y síguele siempre la corriente.
Me parece muy buen panorama, sólo agregaría la visita de un día a algún baño termal, siempre pensando en mis dolores artríticos razón por la cual me arranco cada invierno de Montreal.
El itinerario era de Montreal a Vancouver y de ahí a Osaka, como primera parada en Japón.
Iríamos además a Kioto, y a Tokio su actual capital entre otros. Para nosotros era la primera vez en esa parte del Asia.
Todo lo que sabía de Japón era su conformación como un inmenso archipiélago en el Pacífico, teniendo como vecinos a Corea, Rusia y China con los cuales además ha tenido problemas por algunas islas que cada uno de sus vecinos reclama.
Dirigido por un emperador y en estos días al igual que las regencias en Europa son más o menos decorativas. Dudo que hasta antes de la segunda guerra mundial haya sido igual ya que es poco comprensible que un gobierno colegiado tome determinaciones que mas bien parecen de un mesiánico. No hay que olvidar que todos los reyes se creían investidos de tales poderes por la potestad de dios y copiándole a estos también los tiranuelos del mundo. El shintoismo, la religión del estado japonés en aquella época era utilizada para   declarar que el emperador estaba ahí puesto por las fuerzas de la naturaleza que forman parte de las deidades a adorar y venerar.
Hirohito el emperador de la época, después de haber invadido China, Corea, Vietnam entre otros, pensó que era una excelente estrategia atacar EEUU y el 7 de diciembre de 1941 Pearl Harbor fue la destinación del ataque, sin que hubiera habido una declaración de guerra. Como consecuencia de esto, EEUU no tuvo otra alternativa que inmiscuirse en la segunda guerra mundial.
El único país que ha lanzado dos bombas atómicas es EEUU y ambas fueron lanzadas en Japón, una en Hiroshima y otra en Nagasaki. Fueron tan mortíferas que Japón se rindió en menos de un mes.
Naturalmente la culpa no fue del emperador sino de sus dioses que le soplaron mal.
La guerra siempre me da mariposas en el estómago, ya que siempre me pongo en el lugar de quienes la sufren. Me espanta ir a buscar en la historia la cantidad de muertos en ambas ciudades y la cantidad de enfermedades para aquellos que no murieron del bombazo.
Osaka es una ciudad hermosa, llena de centros comerciales, su gente muy educada y ahí es donde vi por primera vez aquel paraguas sólido, más grande que el común de ellos y seguro que no se daría vuelta al menor viento. Quedé enamorado del paraguas (amores raros).
Los japoneses son de una limpieza extrema, sus baños un lujo. Una vez que eliminas tus deposiciones el baño eléctrico hace toda la limpieza de tu trasero y además te lo seca. Fue la primera vez que sentí que me sobraba la mano derecha. Este invento es extraordinario, imagínense cuantos árboles se salvan de ser cortados para transformarlos en papel higiénico. Lo negativo vendría si se nos corta la energía eléctrica, andaríamos todos con el culo sucio y además con desperdicio en todas las casas. No quiero ni pensarlo.
Osaka para nosotros, solo sería una ciudad de paso ya que al día siguiente tomaríamos un tren con destino a Kioto.
Kioto fue en un tiempo la capital de Japón, es conocida por la ciudad de los templos y de los santuarios, además de las geishas.
Los horarios estrictamente rigurosos, el orden y la disciplina es tan natural en ellos que contrastan con las costumbres de mi país, incluso con Montreal la ciudad que habito. Cada vez que había una parada e intercambio de pasajeros, venía una joven uniformada entraba al vagón y saludaba haciendo una venia se dirigía directamente a los recién subidos, controlaba los pasajes y cuando iba a pasar al vagón siguiente hacía nuevamente la venia, pero ahora de despedida. Para los pasajeros, en su mayoría japoneses, este ritual pasaba desapercibido o bien estaban acostumbrados, pero para un latino como yo esto era entrar en un pasado del futuro, valga la incongruencia, ya que los trenes lujosos a velocidades impresionantes no pueden ser del pasado.
Japón tiene cuatro grandes islas, Hokkaido, Honshu, Kyushu y Shikoku, solo que en realidad son en total 6852 islas, no estoy seguro si están incluídas aquellas que están en litigio.
Pero hay un arrecife isla que sirvió durante muchos años a la extracción del carbón y vivieron en ella miles de personas, esta perteneció a la compañía Mitsubishi desde 1890, hasta 1974 fecha en que agotado el mineral tuvo que ser abandonado.  Incluso siguió trabajando durante la segunda guerra mundial, el nombre de esta isla, arrecife y mina es Hashima aunque los japoneses la llamaban Gunkanjima que significa Isla navío de Guerra está ubicada a 15 kilómetros de Nagasaki. Tiene 480 metros de largo por 160 metros de ancho, fue la primera en construir un edificio sólido de siete pisos en 1916 al cual siguieron más de setenta otros edificios para albergar a todos sus trabajadores. Los departamentos exiguos entre 10 y 17 metros cuadrados donde vivían las familias en la época tenían todas las comodidades para poder vivir confortablemente y la isla contaba con escuela, hospital, bar incluso los baños sociales que son parte de la cultura japonesa.
A propósito de baños tuve varias dificultades la primera vez que visité uno. Miraba por doquier para seguir y hacer lo mismo que el resto de la gente, los camarines eran para desnudarse y dejar la ropa y salían todos desnudos a la zona de baños, tuve que guardar mi traje de baño conjuntamente con mi ropa, ni siquiera tenía toalla con la cual taparme y había una sola ducha de pie como las occidentales, pero todos pasaban a unos asientos muy bajos de madera que estaban frente a una llave donde la gente se lavaba por partes, con jabón que después remojaban, que cosa más desagradable estar a culo pelado. No lo soporté y me fui a una ducha para bañarme solo que yo lo hice al final del camino, pasé primero por las aguas calientes de diferentes temperaturas y tarde comprendí que había que bañarse primero para poder gozar de estas aguas para no dejar contaminación. Al entrar al aposento debes sacarte los zapatos y calcetines y te dan unos suecos bastante cómodos que usas durante todo el trayecto, salvo cuando hay que ir al baño para expresar tus necesidades, cuando sentí las ganas apremiantes después de tanta agua, me encontré con una dama vestida ella, en medio de un centenar de hombres empelotas. Cresta me equivoqué de nuevo, me dije para mis adentros, pero nadie prestaba atención a la dama en cuestión, al llegar al baño encontré otros suecos y naturalmente me los cambié, cuando terminé dicha labor partí camino al camarín, cuando veo a la dama corriendo detrás de mi indicándome hacia abajo de mi persona, pero a la distancia que estábamos el uno del otro o bien de la otra, era difícil calcular lo que ella miraba y mi mente comenzó a elucubrar miles de razonamientos ilógicos, muy grande, muy chico, muy blanco, mucho pubis y yo le veía que sus ojos brillaban de lujuria. Mierda esta cuestión es con final feliz y aquel que antes dormía se empieza a despertar y a estirarse sobretodo cuando ella se agacha frente a mi y su rostro feliz queda frente a mi pene, para indicarme que me había venido con los suecos del baño y me traía los míos para intercambiarlos. Nunca había transpirado tanto en tan pocos segundos y pensado tantas estupideces. Pues la verdad es que no estaba preparado para una felación con tanto público.
Pero volviendo al arrecife Isla mina de carbón despierta del olvido en el año 2009, cuando la Unesco decide estudiarla para declararla patrimonio de la humanidad. No hay que olvidar qué durante el período de la guerra, para reemplazar a los japoneses que partían al frente de batalla llevaban chinos y coreanos del sur países que se encontraban invadidos por los japoneses. La época de los esclavos trabajadores, miles de mujeres jóvenes de ambos países fueron utilizadas como objetos sexuales para las tropas en guerra y solamente en el año 2021, mes de enero, el estado nipón aceptó de pagar a las familias de las mujeres utilizadas una cantidad de dinero aceptando las culpas de tal hecho. Se volvieron a equivocar los dioses del emperador.
Kioto significaba la ciudad de las pagodas o templos y de los santuarios, los primeros que representan el budismo y los segundos el shintoísmo.
Durante la segunda guerra mundial los budistas fueron perseguidos y expulsados. El nacionalismo no daba margen ni siquiera para la religión, los seguidores de Buda, religión que venía de la India era extranjera en cambio el shintoísmo era autóctono.
Muchos de los templos, así como los santuarios, están construídos en lugares en altura, lo que permite ver toda la ciudad desde ellos. Después de purificarnos con ambas religiones a través de las visitas, volvíamos a bajar a nivel de ciudad y a transformarnos en simples turistas y las damas entraban a todo comercio del cual está lleno y yo me quedaba afuera husmeando el paraje y sus habitantes. El barrio que más me gustó fue Gion, donde están las casas de las geishas, existen también negocios que arriendan los kimonos y ayudan a las chicas en el maquillaje necesario. Dicen que viene gente de diferentes lugares para vivir un día como geisha y esto no deja de ser extraño ya que una geisha existe para entregar servicios sexuales entre otras cosas. Pero además disfrazarse para parecerlo es digno de hacer un estudio psicológico.
Me hallaba sentado a orillas de un puente por donde corre un pequeño riachuelo, acompañado de algunos sauces que me daban sombra mientras era espectador de las geishas que paseaban sus hermosas y coloridas prendas. La naturaleza del paisaje contrastaba con los rostros blanquecinos como de las antiguas muñecas de trapo con su cabeza de porcelana e imaginaba que al mínimo golpe caerían rotas como aquellas muñecas que recordaba de mi infancia y a mi hermana llorando.
Los jardines son realmente hermosos, el que más me impactó fue la avenida de los bambús gigantes donde el silencio nos llenaba de ceremonia mágica a pesar de los muchos turistas registrando el momento vivido. Sin embargo, ninguna foto es capaz de mostrar la emoción que embarga cuando se entra en este laberinto rodeado de bambús gigantes. Tienen razón los shintoistas al venerar la belleza de la naturaleza, sentí que había sido tocado por un encantamiento y del cual sería muy difícil deshacerse.
La tarde nos llevó a pasearnos por un sitio de artesanía y de productos típicamente japoneses y para mi sorpresa volví a encontrarme con el paraguas que había visto en Osaka y además un 25% más barato. Y el paraguas albiceleste me estaba llamando a todas voces y seguí mi instinto de niño y lo compré. Debo contarles que en mi país yo era fanático de un equipo de fútbol cuya camiseta era albiceleste y donde jugué un año en las cadetes de ese equipo.
Mis tres acompañantes, todas mujeres estuvieron en completo desacuerdo con mi compra, mi señora era la más explícita en decírmelo, recién estamos comenzando el viaje y estoy segura qué lo vas a perder. Para que tu sepas, voy a dormir con el paraguas, para que no se me pierda. Esto último era para darle un tinte jocoso a la historia, para mi era muy difícil explicarle el amor de niñez por la camiseta albiceleste, es un lenguaje incomprensible para ellas. Son demasiado racionales, para mis motivaciones de amores de infancia. Cada cual es como es y su accionar estará siempre motivado en consecuencia. De manera que cada vez que debíamos cambiar de ciudad o país, se veían tres mujeres y un hombre con sus maletas y este último con un extraño paraguas al hombro.
Takayama que significa literalmente la alta montaña o el pequeño Kyoto como le llaman es al igual que la otra llena de templos y santuarios, es un valle rodeado de montañas muy parecido a Santiago de Chile en su conformación geográfica, pero distante por la calma y serenidad de sus habitantes y el respeto hacia la naturaleza, lo hermoso de sus parques que invitaban a la caminata. Tal vez el que más me gustó fue a orillas de su río llamado Miyagawa que atraviesa toda la ciudad. Y en el barrio Sanmachi por su arquitectura típica donde se respira el Japón que se quedó en el tiempo.
Volvimos al hotel y yo soñando encontrar una camita para tirarme después de cinco horas de caminata. Donde nos esperaba una sorpresa, comer como verdaderos japoneses, esto es con las indumentarias al estilo antiguo. Y en el cuarto sólo había una mesa enana donde intenté sentarme causando el alarido de mis compañeras de viaje, como te vas a sentar en la mesa, en ese instante recordé que en el lobby del hotel había visto sillas y sofás muy confortables, lugar donde dejé mi humanidad durante una hora con el cuerpo lacio y la mente en blanco, que descanso.
Fui hasta la oficina de recepción para conversar con la secretaria para preguntar por un masaje y rogando que la chica hablara inglés o francés ya que el idioma japonés lo desconozco y ella resultó ser china de Vietnam al igual que mi esposa y en esos malabares estaba cuando llega mi compañera a buscarme para que fuera a cambiarme la vestimenta y utilizara la que correspondía a un verdadero japonés de los tiempos pasados, le presenté a su coterránea y ambas estaban felices del encuentro lejos del terruño mientras yo me imaginaba vestirme de Shogun, guerreros de la edad media que defendían con su vida al monarca, eran pequeños dictadores nombrados por el emperador entre 1185 y 1868. Podríamos compararlo con los pacos del gope cuando van a la guerra para defender el gobierno del monarca de los brazos cortos pero las manos largas, ni más ni menos.
Suerte que tenía un mucamo que me ayudo a vestirme, me sentía como una humita envuelta y amarrada, en este caso envuelto y amarrado, para evitar toda confusión mal pensada.
La mesita se llenó de múltiples platos acompañados de pequeñas salsas de variados sabores, el problema para mi estaba en las posiciones que debía buscar, sentado en una almohada pequeña y con las piernas estiradas, ya que no era capaz de ponerlas en posición de loto, ni ponerme en cluquillas a la japonesa. Mis compañeras todas de origen asiático o mezcladas como mi hija no tenían problemas para deleitarse con la comida.
Si debo elegir un plato japonés o un buen asado chileno bien regado, no hay donde perderse. Aunque me he acostumbrado con los sushis a comer pescados crudos.
La parte difícil vino cuando tuve que pararme ya que tenía las piernas agarrotadas, y tenía que devolver la indumentaria.
Mi segunda sorpresa vino cuando pregunté por la habitación y las camas. Aquí vamos a dormir todos y sin gatear me dijeron inmediatamente. Guau. Llegaron las damas con las camas, que no eran tales, sino una especie de saco de dormir que usamos cuando vamos en excursión. Y junto con ellas llegó una viejita arrastrando sus pies y preguntando en japonés por la persona que quería un masaje, gracias a la secretaria que vino a traducir supimos quien era. Inmediatamente agregué que quería un masaje con aceite y con 50 años menos de la masajista. No llegamos a acuerdo y me dormí entristecido y lleno de lágrimas negras como mi suerte. (canción cubana)
El desayuno para mi beneplácito era en mesas occidentales, con sillas occidentales pero dividido para quienes habían elegido desayuno japonés o desayuno occidental. Terminé solo en el rincón de la mesa por que el resto eligió japonés. En todo caso estaba delicioso.
Antes de irnos a Tokio, visitamos el castillo de Matsumoto, cuya construcción comenzó en 1504, su torre principal está clasificada como Tesoro Nacional de Japón. Cuenta la historia que nadie pudo vivir ahí, ya que carecía de cocina y de baño para hacer las necesidades. Extraña construcción rodeada de agua. Si no tenían cocina, era porque los nipones se comían el pescado crudo y no era necesario cocinarlo (el principio del sushi). Todo debe tener una explicación y defecar en el lago daría de comer a los peces los que a su vez alimentarían a los hombres.
Recuerdo que tuve la visita de amigos australianos cuya especialidad era ganarle los espacios al desierto en el centro de Australia. Creaban lagunas artificiales de gran tamaño, usaban el polietileno para que el agua no se escapara, ponían peces, patos y otras pequeñas especies de aves, plantaban árboles de acacia alrededor y al poco tiempo sus frutos y flores caían al agua del cual se alimentaban los peces y patos formando una cadena alimentaria, es muy probable que los japoneses de la época ya conocían estos sistemas.
Aunque no pudimos visitar el castillo el parque en que estaba ubicado era de una enorme belleza y como muchos lugares te llenaban de paz.
Tokio era gente y más gente, pero terriblemente ordenada, estaba en un inmenso edificio de tiendas y desde ahí miraba hacia la calle, se veían como miles de hormigas atravesando en los cuatro sentidos, no sentía el ruido, sólo veía los diferentes colores de las damas que atraían mi mirada y además los jóvenes. El Gran Tokio tiene más de treinta millones de personas y su sistema de transporte es excelente, según sus datos históricos al término de la segunda guerra mundial Tokio perdió más de 100.000 personas por los bombardeos estadounidenses, la misma cantidad que perdieron en Hiroshima y Nagasaki. Y no eran soldados, en la mayoría gente civil.
Recorrimos diferentes lugares, muchas pagodas y diversos santuarios y donde estuvimos estaba siempre lleno de gente de autóctonos y de turistas, el centro lleno de rascacielos y es igual a toda ciudad moderna. Visitamos un edificio completo dedicado sólo a los monos modernos que tanto gustan a la juventud, acompañé a mi hija con su amiga adicta a estos diseños locos, después de quince minutos salí a la calle a caminar un poco y descansar mi vista.
Nuestro viaje incluía la visita de Corea del sur, pero de ello les contaré en otra oportunidad, de manera que nuestro viaje a Japón se terminó y me encontré de nuevo en Vancouver, habíamos quedado de encontrarnos a comer con un sobrino que vivía allí, en un restaurante chino de muy buena calidad. Naturalmente yo andaba con mi maleta y mi famoso paraguas, lo primero que me preguntó es que hacía con un paraguas con los colores de la selección argentina de fútbol. Tuve que explicarle un poco mi infancia y que mirara la calidad del instrumento y que lo llevaba de regalo a mi hija mayor.
Después de la cena, que estuvo riquísima según el parecer de todos los comensales, llegó la hora de la despedida, nosotros los montrealeses al aeropuerto en metro y mi sobrino a sus menesteres.
Mis compañeras de viaje estaban cansadas y se durmieron a los cinco minutos, yo aproveché un poco para caminar, y después me senté a leer mientras ellas dormían.
El avión de vuelta fue muy tranquilo y tuve el tiempo de ver dos películas antes del descenso en nuestra ciudad.
Todos estaban bajando y yo subido en un asiento para mirar donde había dejado mi paraguas. Qué tristeza tan grande, lo había perdido en el último tramo de nuestro viaje.
Mi compañera dio con la solución, no te preocupes, llegando a casa vamos a llamar al aeropuerto de Vancouver, seguro que lo encontramos en los objetos perdidos. Y así fue.
Una amiga de ella que vive allá lo fue a recuperar al aeropuerto, y su hermana que la visitara un mes más tarde nos trajo de vuelta el regalo perdido.
Lo más triste de esta historia, es que después de tanto pasearse por el Asia termina sus días botado en un rincón de los trastos de mi hija.
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abandonedthangs · 7 years
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Isla fantasma
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Gunkanjima es una isla abandonada ubicada en la prefectura de Nagasaki. La isla se hizo famosa por su apariencia increíble: rodeada de un malecón, se encuentra una ciudad entera abandonada con enormes edificios de hormigón.
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Desde finales de 1800 hasta finales de 1900 la isla fue muy poblada, debido a las minas de carbón que se encontraban en la zona, pero después de que Japón se desplazó gradualmente del carbón al petróleo, la gente ha abandonado el lugar, y ahora se ve como una ciudad fantasma.
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El nombre original de la isla es Hashima, pero en realidad también se llama la isla acorazado (traducción de Gunkanjima) o la isla fantasma. Apareció recientemente en la película de James Bond Skyfall y se hizo aún más famosa.
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Hashima (Nagasaki) - Japón
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japonpedia · 4 years
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Okunoshima, conocida popularmente como la isla de los conejos, o también usagi shima (isla conejo), es una pequeña isla japonesa de cuatro kilómetros de perímetro, perteneciente a la ciudad de Takehara, en la prefectura de Hiroshima.
Japón, es el país de las excentricidades donde se encuentran lugares insólitos de todo tipo. Puedes encontrarás una isla plagada de gatos, otra rodeada de tiburones, una aldea de zorros e incluso una isla fantasma (Hashima). Lo que hace destacar a Okunoshima es el gran número de conejos que habitan en ella.
Pero ¿por qué hay tantos conejos en Okunoshima? ¿Cómo es la isla? ¿Se puede visitar?
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uncensoredvalery · 7 years
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Mar dividido
Hace unos días soñé que estaba en un lugar muy parecido a la isla fantasma de Hashima en Japón. A lo lejos podía divisar un pueblo pesquero muy tropical de paisaje verde y azul, a donde yo necesitaba llegar con ansias. En esa isla estaba alguien conmigo (nunca lo vi) quien me animaba a esperar un bote que vendría por nosotros y nos llevaría al pueblo para ver a mi familia por quienes estaba sumamente angustiado.
Mire fijamente al mar y noté que éste estaba dividido justo a la mitad por una gruesa línea amarilla como si fuera una carretera. Del lado derecho, el agua era muy turbia como la del río Tuxpan, con salvajes olas y un verdor espeso. Del izquierdo el agua era clara, azul, como la del caribe e incluso brillaba mas el sol.
Me lancé sin titubear y lo primero que sentí fueron muchos peces diminutos rodeando mi cuerpo lo cual me provocó un escalofrío gigantesco y me hizo arrepentir de esa decisión, sin embargo, no había marcha atrás. Conforme nadaba y pensaba que no lo lograría, la corriente se tornaba furioza e insistente de arrastarme hacia el lado derecho pero cada vez que alguna parte de mi cuerpo tocaba esa agua, sentía tal repulsión que me obligaba a sobrepasar mis límites para no dejarme llevar. Le gritaba a la persona que iba conmigo que el agua tenía consciencia de arrastrarnos pero que debíamos luchar para que no sucediera y llegar a salvo.
Pronto vi la orilla de un muelle y las maderas llenas de moho que me rehusaba a tocar pero no tenia otra opción asi que subi rápidamente para mitigar la sensación de asco y miedo que me provocaba la viscosidad.
Corrí hasta llegar a "mi casa" que era un cuartucho lleno de trebejos, sucio y visiblemente austero. No recuerdo el camino que recorrí para llegar allí.
Adentro solo iluminaba la luz del sol de mediodía que entraba por el marco de lo que debia ser una ventana y por las rendijas de las láminas picadas. Recuerdo que todas las casas eran iguales, de metal oxidado y que una estaba sobre otra como si las hubieran construido sobre la escalinata de una pirámide gigantezca, incluso dentro del cuarto habían desniveles/escalones. Yo estaba pegado al fondo del cuarto que no era mas profundo que un par de metros.
Alguien entró para asaltarnos, a mi y a mi papá. De alguna manera yo ataque al asaltante quien me lanzó de un empujón atras de la mesa escasamente construida con madera apolillada y cubierta con un mantel de plástico con prints de frutas. Mi papá pedía por que nos dejara en paz, yo de alguna manera sabía que el estaba a salvo pero yo no. El asaltante caminó hacia mi y me disparó.
Fue muy extraño por que justo en ese momento me vi recibiendo la bala por mi costado derecho y caer al piso pero también sabía que era yo el que tiró del gatillo.
No sentí nada, fue como vivir un vacío pleno y consiente.
Desperté.
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