#Hildegarda de Bingen
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THE DESCRIPTION OF SAINT HILDEGARD OF BINGEN The Patron of 'Late Bloomers' Feast Day: September 17
Abbess, artist, author, composer, mystic, pharmacist, poet, preacher, theologian—where to begin in describing this remarkable woman?
Born into a noble family, she was instructed for ten years by the holy woman Blessed Jutta. When Hildegard was 18, she became a Benedictine nun at the Monastery of Saint Disibodenberg. Ordered by her confessor to write down the visions that she had received since the age of three, Hildegard took ten years to write her Scivias (Know the Ways). Pope Eugene III read it, and in 1147, encouraged her to continue writing. Her Book of the Merits of Life and Book of Divine Works followed. She wrote over 300 letters to people who sought her advice; she also composed short works on medicine and physiology, and sought advice from contemporaries such as Saint Bernard of Clairvaux.
Hildegard’s visions caused her to see humans as 'living sparks' of God's love, coming from God as daylight comes from the sun. Sin destroyed the original harmony of creation; Christ's redeeming death and resurrection opened up new possibilities. Virtuous living reduces the estrangement from God and others that sin causes.
Like all mystics, Hildegard saw the harmony of God's creation and the place of women and men in that. This unity was not apparent to many of her contemporaries.
Hildegard was no stranger to controversy. The monks near her original foundation protested vigorously when she moved her monastery to Bingen, overlooking the Rhine River. She confronted Emperor Frederick Barbarossa for supporting at least three antipopes. Hildegard challenged the Cathars, who rejected the Catholic Church claiming to follow a more pure Christianity.
Between 1152 and 1162, Hildegard often preached in the Rhineland. Her monastery was placed under interdict because she had permitted the burial of a young man who had been excommunicated. She insisted that he had been reconciled with the Church and had received its sacraments before dying. Hildegard protested bitterly when the local bishop forbade the celebration of or reception of the Eucharist at the Bingen monastery, a sanction that was lifted only a few months before her death.
In 2012, Hildegard was canonized and named a Doctor of the Church by Pope Benedict XVI.
Source: Franciscan Media
#random stuff#catholic#catholic saints#benedictines#hildegard of bingen#hildegarda de bingen#doctor of the church
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Decía Platón que aquel que inventó la cerveza era un hombre sabio. Se equivocaba. En realidad, era una mujer. Sabia. Sí, ¡la cerveza la inventaron ellas! Y no solo son responsables del descubrimiento, sus aportaciones a lo largo de la historia de la cervecería han sido cruciales en su desarrollo para concebirla tal y como lo hacemos hoy en día. Hará algo más de 7.000 años, en Mesopotamia comenzó a desarrollarse la cervecería; fueron las mujeres quienes mezclaron los granos de cereal con agua y hierbas este brebaje se realizaba con fines alimentarios. Los cocinaron… y de aquella mezcla intuitiva impulsada por la necesidad de alimentarse resultó un brebaje que fermentaba de manera espontánea. Pronto empezaron a desarrollar sus habilidades en torno a aquel líquido turbio y espeso, pero muy nutricio, que además era capaz de alegrar el espíritu. Según cuenta la historiadora británica, y beer sommelier Jane Peyton, por aquel entonces y durante algunos miles de años su grado de conocimiento hizo que fuesen las únicas que podían producirla y también comercializarla. Fue en la Edad Media cuando la elaboración y el consumo de cerveza da un nuevo giro al agregar a la mezcla el lúpulo. Una flor que dota a la bebida de su característico amargor, y cuyas propiedades conservantes permitían almacenarla durante mucho más tiempo. La responsable del descubrimiento que dio este giro radical a la cervecería fue la abadesa Hildegarda de Bingen. Por supuesto a esta buena mujer, que compaginó su rol como maestra cervecera con el de teóloga, escritora y botánica entre otros, terminaron canonizándola. ¡Normal que le hicieran santa! Con la industrialización de los procesos productivos el papel de la mujer dejó de ser protagonista en el campo de la elaboración, aunque cada día son más las mujeres que disfrutan, que conocen, que producen, que comparten su pasión por esta bebida que como os hemos contado, nunca fue cosa de hombres.
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Decía Platón que aquel que inventó la cerveza era un hombre sabio. Se equivocaba. En realidad, era una mujer. Sabia. Sí, ¡la cerveza la inventaron ellas! Y no solo son responsables del descubrimiento, sus aportaciones a lo largo de la historia de la cervecería han sido cruciales en su desarrollo para concebirla tal y como lo hacemos hoy en día.
Hará algo más de 7.000 años, en Mesopotamia comenzó a desarrollarse la cervecería; fueron las mujeres quienes mezclaron los granos de cereal con agua y hierbas, este brebaje se realizaba con fines alimentarios. Los cocinaron… y de aquella mezcla intuitiva impulsada por la necesidad de alimentarse resultó un brebaje que fermentaba de manera espontánea.
Pronto empezaron a desarrollar sus habilidades en torno a aquel líquido turbio y espeso, pero muy nutricio, que además era capaz de alegrar el espíritu. Según cuenta la historiadora británica, y beer sommelier Jane Peyton, por aquel entonces y durante algunos miles de años su grado de conocimiento hizo que fuesen las únicas que podían producirla y también comercializarla.
Fue en la Edad Media cuando la elaboración y el consumo de cerveza da un nuevo giro al agregar a la mezcla el lúpulo. Una flor que dota a la bebida de su característico amargor, y cuyas propiedades conservantes permitían almacenarla durante mucho más tiempo.
La responsable del descubrimiento que dio este giro radical a la cervecería fue la abadesa Hildegarda de Bingen. Por supuesto a esta buena mujer, que compaginó su rol como maestra cervecera con el de teóloga, escritora y botánica entre otros, terminaron canonizándola. ¡Normal que le hicieran santa!
Con la industrialización de los procesos productivos el papel de la mujer dejó de ser protagonista en el campo de la elaboración, aunque cada día son más las mujeres que disfrutan, que conocen, que producen, que comparten su pasión por esta bebida que como os hemos contado, nunca fue cosa de hombres.
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Decía Platón que aquel que inventó la cerveza era un hombre sabio.
Se equivocaba.
En realidad, era una mujer. Sabia. Sí, ¡la cerveza la inventaron ellas! Y no solo son responsables del descubrimiento, sus aportaciones a lo largo de la historia de la cervecería han sido cruciales en su desarrollo para concebirla tal y como lo hacemos hoy en día.
Hará algo más de 7.000 años, en Mesopotamia comenzó a desarrollarse la cervecería; fueron las mujeres quienes mezclaron los granos de cereal con agua y hierbas, este brebaje se realizaba con fines alimentarios.
Los cocinaron… y de aquella mezcla intuitiva impulsada por la necesidad de alimentarse resultó un brebaje que fermentaba de manera espontánea.
Pronto empezaron a desarrollar sus habilidades en torno a aquel líquido turbio y espeso, pero muy nutricio, que además era capaz de alegrar el espíritu.
Según cuenta la historiadora británica, y beer sommelier Jane Peyton, por aquel entonces y durante algunos miles de años su grado de conocimiento hizo que fuesen las únicas que podían producirla y también comercializarla.
Fue en la Edad Media cuando la elaboración y el consumo de cerveza da un nuevo giro al agregar a la mezcla el lúpulo.
Una flor que dota a la bebida de su característico amargor, y cuyas propiedades conservantes permitían almacenarla durante mucho más tiempo.
La responsable del descubrimiento que dio este giro radical a la cervecería fue la abadesa Hildegarda de Bingen. Por supuesto a esta buena mujer, que compaginó su rol como maestra cervecera con el de teóloga, escritora y botánica entre otros, terminaron canonizándola. ¡Normal que le hicieran santa!
Con la industrialización de los procesos productivos el papel de la mujer dejó de ser protagonista en el campo de la elaboración, aunque cada día son más las mujeres que disfrutan, que conocen, que producen, que comparten su pasión por esta bebida que como os hemos contado, nunca fue cosa de hombres.
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Como se llama la canción que va tururururutururu
(Sale una chichona)
Con Hildegarda de Bingen no te metas
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AS VISÕES DE HILDEGARDA DE BINGEN
Até aos quarenta anos
insistiram em dar-me óculos para ver ao longe.
Depois dos quarenta anos,
insistiram em dar-me óculos para ver ao perto.
Vi mal metade da minha vida.
A outra metade? Tamb��m.
A paisagens enevoadas
sucederam-se ensonadas letras:
chovia entre mim e a realidade,
como se fosse Inverno sempre
e fosse o Norte sempre mais além.
Agora fecho os olhos, abatida,
e pergunto-me se saberei passar
do olhar à visão.
(Gemma Gorga)
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521. Visão - Da Vida de Hildegarda de Bingen (Vision - Aus dem Leben der Hildegard von Bingen, 2009), dir.ª Margarethe von Trotta
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Las galletas de la alegría y remedios universales de Santa Hildegarda: descarga su libro gratis
Hasta su proclamación como doctora de la Iglesia por Benedicto XVI, Santa Hildegarda no era especialmente conocida más allá de su Alemania natal. Pero desde finales del siglo pasado, la doctrina de la santa alemana sobre salud espiritual y alimentación empezó a ser conocida e impulsada por todo el mundo. Parte de ella se recoge en Santa Hildegarda de Bingen. El arte de curar por la alimentación,…
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Hablando del Tema SEXUAL ..me he cruzado entrenando con un tipo con la camiseta de CLAXTON el 33 de BROOKLYN NETS..que apesar de haber nacido en CAROLINA DEL SUR..tiene nacionalidad VIRGENENSE o de las ISLAS VIRGENES ESTADOUNIDENSE que deben su nombre a Cristóbal COLON que las nombró como las ISLAS DE LAS 11.000 VIRGENES en honor a la LEYENDA de SANTA URSULA Y LAS 11.000 VIRGENES [al parecer sólo 11 pues se debe a un error de transcripcion]..que querían consagrar su VIRGINIDAD A CRISTO y se negaron a complacer a ATILA por lo que fueron MARTIRIZADAS:
Según una leyenda muy extendida en la Edad Media, una joven llamada Úrsula («osita» en latín) se convirtió al cristianismo prometiendo guardar su virginidad. Como fue pretendida por un príncipe celta galés de nombre Ereo (el mismísimo Conan Meriadec, a quien se atribuye la fundación de Bretaña) decidió realizar una peregrinación a Roma y así lograr la consagración de sus votos.
En Roma, fue recibida por el papa Siricio que la bendijo y consagró sus votos de virginidad perpetua para dedicarse a la predicación del evangelio de Cristo.
Al regresar a Alemania, fue sorprendida en Colonia por el ataque de los hunos en 451. Atila, rey de este pueblo, se enamoró de ella pero la joven se resistió y, junto a otras doncellas que se negaron a entregarse a los apetitos sexuales de los bárbaros, fue martirizada.
En el lugar del martirio, Clematius, un ciudadano de rango senatorial que vivía en Colonia, erigió una basílica dedicada a las «once mil vírgenes», entre ellas Úrsula. En la inscripción de dedicación de este edificio se nombra a las otras doncellas (Aurelia, Brítula, Cordola, Cunegonda, Cunera, Pinnosa, Saturnina, Paladia y Odilia), de las cuales la última es llamada undecimilla («pequeña undécima», en latín). En España, existe otra antigua inscripción con los nombres de las once vírgenes martizadas, y se halla en el Monasterio de Cañas, una abadía de monjas en la comunidad autónoma de La Rioja, citando allí a Úrsula, Marta, Saula, Brítula, Gregoria, Saturnina, Sencía, Pinnosa, Rabacia, Saturia y Paladia.
La idea errónea de que las compañeras de martirio de Úrsula fuesen once mil surge en un documento datado en el año 922 que se conserva en un monasterio cerca de Colonia, donde se hace referencia a la historia de Santa Úrsula y sus compañeras. En el citado documento entre otras cosas se decía: «Dei et Sanctas Mariae ac ipsarum XI m virginum», donde «XI m virginum» debía leerse como «undecim martyres virginum» (once mártires vírgenes) y en su lugar leyeron «undecim millia virginum» (once mil virgenes).
Durante siglos esta confusión se extendió sin que nadie la pusiera en duda, dando lugar así a la leyenda de las «once mil vírgenes».
Desde muy temprano en la Edad Media surgió un importante culto popular alrededor de la figura de «Santa Úrsula»; aunque, como todos los santos mártires de aquellas épocas, nunca tuvo un proceso de canonización oficial.[1]
Hildegarda de Bingen compuso muchos cantos en su honor.
Finalmente la imagen de Úrsula fue asimilada con la de la diosa germana Freyja (también llamada Horsel o Ursel), que protegía a las doncellas vírgenes y las recibía en el ultramundo si fallecían sin haberse casado.
Entre 1490 y 1496, el pintor Vittore Carpaccio (1460-1526) realizó un ciclo completo de frescos sobre la leyenda de esta mártir y virgen, que se encuentra actualmente en Venecia.
La festividad de Santa Úrsula se celebra el 21 de octubre y, al menos durante la Edad Media, fue la santa patrona de las universidades.
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Señor eres el Camino, la Verdad y la Vida.
17 de setiembre de 2024 San Belarmino – Santa Hildegarda de Bingen Mensaje del Santo Padre para la XXXIX Jornada Mundial de la Juventud, 2024 Carta del Santo Padre al Enviado Especial con motivo del 350º aniversario de la erección de la arquidiócesis de Quebec (Canadá) [20-22 de septiembre de 2024] Videomensaje del Santo Padre para el Encuentro del Mediterráneo (MED24) [Tirana 15-20 de…
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XXIV Martes del Tiempo Ordinario.
Santoral: Santa Hildegarda de Bingen, Virgen y Doctora de la Iglesia. Memorial. Lecturas en la Misa de Hoy. Martes 17 de Septiembre del año 2024. Primera Lectura. I Carta a los Corintios 12:12-14, 27-31. Utilidad de los Carismas. (Continuación). 12 12 Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo…
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Fique sabendo
Platão dizia que aquele que inventou a cerveja era um homem sábio. Ele estava errado. Na verdade, era uma mulher. Sábia. Sim, a cerveja foi inventada por elas! E eles não são apenas responsáveis pela descoberta, suas contribuições ao longo da história da cervejaria foram cruciais no seu desenvolvimento para concebê-la como nós fazemos hoje.
Há pouco mais de 7.000 anos, na Mesopotâmia começou a desenvolver-se a cervejaria; foram as mulheres que misturaram os grãos de cereais com água e ervas esta bebida foi feita para fins alimentares. Cozinharam-nos... e daquela mistura intuitiva impulsionada pela necessidade de se alimentar resultou uma mistura que fermentava espontaneamente.
Logo começaram a desenvolver suas habilidades em torno daquele líquido turvo e espesso, mas muito nutritivo, que também era capaz de alegrar o espírito. De acordo com a historiadora britânica e Beer sommelier Jane Peyton, nessa altura e durante alguns milhares de anos, o seu grau de conhecimento fez com que fossem as únicas que podiam produzi-la e também comercializá-la.
Foi na Idade Média que o fabrico e o consumo de cerveja dá uma nova reviravolta ao adicionar o lúpulo à mistura. Uma flor que dota a bebida do seu característico amargor e cujas propriedades conservantes permitiam armazená-la por muito mais tempo. A responsável pela descoberta que deu essa reviravolta radical na cervejaria foi a abadessa Hildegarda de Bingen. Claro que esta boa mulher, que combinou o seu papel de professora de cerveja com o de teóloga, escritora e botânica entre outros, acabaram por a canonizar. Normal que o tornassem santa!
Com a industrialização dos processos produtivos o papel da mulher deixou de ser protagonista no campo da elaboração, embora cada dia mais sejam as mulheres que desfrutam, que conhecem, que produzem, que partilham a sua paixão por esta bebida que, como vos contamos, nunca foi coisa de homens. 😅😅
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Hildegarda de Bingen: El amor abunda en todas las cosas - Caritas abunda...
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El Apocalipsis según Sta. Hildegarda de Bingen
Hildegarda de Bingen, Santa Doctora de la Iglesia, 17 de septiembre Por: n/a | Fuente: Enciclopedia Católica | ACI Prensa Doctora de la Iglesia Martirologio Romano: En el monasterio de monte San Ruperto (hoy Rupertsberg), cerca de Bingen, en Hesse, santa Hildegardis, virgen, que expuso y describió piadosamente en libros sus conocimientos experimentales, tanto sobre ciencias naturales, médicas…
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Decía Platón que aquel que inventó la cerveza era un hombre sabio. Se equivocaba. En realidad, era una mujer. Sabia. Sí, ¡la cerveza la inventaron ellas! Y no solo son responsables del descubrimiento, sus aportaciones a lo largo de la historia de la cervecería han sido cruciales en su desarrollo para concebirla tal y como lo hacemos hoy en día.
Hará algo más de 7.000 años, en Mesopotamia comenzó a desarrollarse la cervecería; fueron las mujeres quienes mezclaron los granos de cereal con agua y hierbas, este brebaje se realizaba con fines alimentarios. Los cocinaron… y de aquella mezcla intuitiva impulsada por la necesidad de alimentarse resultó un brebaje que fermentaba de manera espontánea.
Pronto empezaron a desarrollar sus habilidades en torno a aquel líquido turbio y espeso, pero muy nutricio, que además era capaz de alegrar el espíritu. Según cuenta la historiadora británica, y beer sommelier Jane Peyton, por aquel entonces y durante algunos miles de años su grado de conocimiento hizo que fuesen las únicas que podían producirla y también comercializarla.
Fue en la Edad Media cuando la elaboración y el consumo de cerveza da un nuevo giro al agregar a la mezcla el lúpulo. Una flor que dota a la bebida de su característico amargor, y cuyas propiedades conservantes permitían almacenarla durante mucho más tiempo.
La responsable del descubrimiento que dio este giro radical a la cervecería fue la abadesa Hildegarda de Bingen. Por supuesto a esta buena mujer, que compaginó su rol como maestra cervecera con el de teóloga, escritora y botánica entre otros, terminaron canonizándola. ¡Normal que le hicieran santa!
Con la industrialización de los procesos productivos el papel de la mujer dejó de ser protagonista en el campo de la elaboración, aunque cada día son más las mujeres que disfrutan, que conocen, que producen, que comparten su pasión por esta bebida que como os hemos contado, nunca fue cosa de hombres.
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Análisis Hildegarda de Bingen (Alemania,1098-1179) “O virtus sapientiae”
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Hildegarda de Bingen nació en 1098 y murió en 1178. Ella fue una mujer muy importante en su época, volviéndose modelo a seguir de muchas mujeres en el ámbito musical y espiritual. Fue muy importante, ya que era respetada por miembros influyentes de la iglesia católica como lo era el Papa y obispos, los cuales intercambiaban cartas con ella y le pedían consejos. Ella nació en una familia noble y fue criada desde temprana edad por una monja de la comunidad Benedictina. Cuando creció se convirtió en Madre Superiora del convento y cambió su lugar a Bingen. Ella tenía visiones supernaturales asociadas a la religión, por lo que incluso en vida era venerada como santa.
Ella escribió su obra "O virtus Sapientiae" de acuerdo a sus visiones. Esta obra habla de Dios como la trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. También habla de Dios como sabiduría, rezándole y aclamándolo. Al escuchar la canción se puede sentir un aire imponente. La canción evoca grandeza. Está hecha para mostrar la devoción a Dios. Los cambios de las notas y el hecho de que son muchas notas en cada palabra hacen que se sienta importante el mensaje de la canción.
Una canción moderna que siento que se le parece es "Son al Rey" de Juan Luis Guerra. En esta, el artista le presenta su devoción a Dios porque Él es grande, es un rey. Siento que tiene una utilidad similar a la de la obra de Hildegarda de Bingen en ese sentido.
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La música de Hildegarda de Bingen fue muy importante, ya que en esa época no se permitía a las mujeres hacer música ni compartir el espacio público con los hombres. Por esa razón, el poder expresarse y lograr hacer música tan buena es de admirar y la convierte en un modelo a seguir. Por su familia noble ella tuvo acceso a una mejor educación y más apoyo, sin embargo, pudo también crear un espacio seguro en su convento para otras mujeres y darles apoyo también.
Referencias
Hildegarde of Bingen. (n.d.). Brooklyn Museum. Retrieved February 6, 2024, from https://www.brooklynmuseum.org/eascfa/dinner_party/place_settings/hildegarde_of_bingen
Campbell, N. M. (2014). O virtus Sapientie. International Society of Hildegard von Bingen Studies. https://www.hildegard-society.org/2014/07/o-virtus-sapientie-antiphon.html
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