#HablemosdeSaludMental
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altasiatica97blog · 4 days ago
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ADVERTENCIA ⚠️: Exceso de texto. Parte I.
Hablemos de salud mental.
Quise evitar el tener que escribir para poder expresar como me siento porque me explayo demasiado y casi que escribo un libro, quise hablar sobre los trastornos y el tipo de depresión que tengo, pero después de incontrolables videos que nunca llegué a terminar porque me trababa mucho al hablar, me iba por las ramas o no me convencía como me veía en ninguno, opte por lo que mejor me sale: escribir, aunque no pueda evitar hacerlo extenso.
El objetivo de esto es que entiendan y puedan conocerme mejor los problemas de salud mental con los que vivo hace años, algunos incluso desde mi infancia, y poder informar o concientizar sobre cómo ayudar, apoyar o aconsejar a una persona que este pasando por alguna situación igual o parecida.
Voy a poner imágenes con los síntomas, características y riesgos de cada Trastorno, de la depresión mayor y lo qué es ser una persona PAS. Seguramente queden arriba del todo el texto.
Marque con puntos verdes y subraye algunas características y síntomas con los que me siento más identificada.
No hace falta cumplir con todos los síntomas o características de las listas, cada persona percibe el mundo que los rodea a su manera por lo cual las percepciones de cada uno suelen variar o ser diferentes a la de los demás. 
Lo que sabe la mayoría es que soy depresiva y tengo ansiedad, pero es mucho más complejo, la realidad es que tengo Trastorno de ansiedad generalizada y social, depresión mayor y principio de agorafobia. 
A lo que le sumo tener como característica ser una persona altamente sensible (pas).
Ahora, para darle un poco más de contexto a todo esto y entender cómo llegué a este punto en mi vida dónde las emociones me desbordan y no tengo el control de mis emociones o pensamientos tuve que auto analizarme y buscar ayuda psicológica e información  para poder identificar y darle un nombre a lo que me venía perturbando desde mi infancia. Lo primero que pude identificar de esa época son las conductas de una persona con trastorno de ansiedad generalizada, de chica me preocupa y sobre pensaba mucho situaciones que transcurrían en mi entorno, me ponía muy nerviosa y era demasiado tímida cuando tenia que socializar. Cosa que fue empeorando a medida que fui creciendo.
Al no haber, hace 20 años, concientización ni información al alcance de la mano como hoy en día, era imposible que uno pudiera identificar por lo que estaba pasando, sobre todo porque nadie hablaba tampoco de esos temas. Por esto mismo y por crecer en una familia donde la ayuda psicológica era vista como un "curro donde ibas a gastar plata para hablar de tus problemas con un desconocido", nunca tuve la ayuda que necesitaba para poder gestionar mis emociones de una forma correcta.
 Durante mi adolescencia aparecieron muchas inseguridades y los pensamientos excesivos empeoraron provocando mucho caos dentro mío y Sentimientos de insuficiencia o de no pertenece a ningún lado, me sentía alineada entre mis amistades. Aparecieron los excesos por tomar medicamentos, que no necesitaba y mayor cantidad de la que se debería, para cuando sentía que no podía lidiar con un pesar y quería apagar mi sistema, o cuando no podía dormir. 
Me costaba conocer gente nueva, dar el primer paso para socializar, sentía envidia de mis amigas por tener esa facilidad de entablar relaciones sin problemas y de conocer o salir con otras personas sin que les ganen sus inseguridades, el solo hecho de pensar en tener una "cita" y todo lo que implica tener una, (o lo que según mi mente creía), se me hacia un nudo en el estómago, me llenaba de nervios y sentía la vergüenza a flor de piel, por lo que siempre evite ese tipo de situaciones o vínculos que llevaran a algo más que una amistad, porque no me sentía preparada ni sabia como actuar en esa situación. Durante los primeros años de mi adolescencia me mostraba un poco hostil ante el mundo, me daba miedo el rechazó y la humillación que esto podría llegar a causar. Las pocas veces que llegué a tener un intento de vinculación se arruinaban por no saber comunicarme y creer al punto de convencerme de que nadie iba a entender lo que me pasaba, ponía excusas para evitar salidas, (o aceptaba pero terminaba cancelando a ultimo momento), al punto que la otra persona terminaba perdiendo el Interés. 
Y el estar transitando por la adolescencia y todo lo que conlleva esa etapa de la vida dónde las emociones y hormonas están en punto de ebullición, y los cambios físicos, emociones y mentales empiezan a florecer y a hacerse más notables, las amistades empiezan a tener otro peso, al igual que la opinión de los demás y la nuestra sobre nosotros mismos. Me sentía hecha un caos, mi sentido de pertenecía estaba confundido, desorientado, alienado, no sabía cómo encajar ante tantos cambios, en especial cuando mis gustos empezaron a diferenciarse demasiado, al punto de no encajar con los gustos personales de mis amistades como del resto de las personas que me solían rodear en el día a día. Por suerte la mayoría de mis inseguridades estaban solo en mi cabeza, ya que nunca me hicieron "bullying" ni mi amigas que tenía de la infancia me dejaron de lado por mis gustos ya sea en la música, o en mi forma de vestir. Las personas que alguna vez tuvieron un problema con eso, ya no forman parte de mi vida y tuve el valor en su momento de cortar la relación con ellas cuando tuve que hacerlo.
En el año 2009, mi hermano mayor de los 4 hermanos que éramos, falleció a los 31 años de edad cuando yo tenía 11 y estaba en sexto grado de primaria, si bien su muerte me afectó ya que nunca había pasado por la perdida de un familiar tan cercano, no hizo tanta repercusión hasta 7 años después.
Durante el último año de secundaria ( en el 20|6) el cuerpo de mi hermano fue exhumado, evento que me afectó más de lo que esperaba o hubiese imaginado.  Fue una situación traumática donde hubo muy poco tacto y empatía por parte del empleado del cementerio en la forma en que realizo la exhumación. En ese momento no hablé con nadie lo que había visto ese día, lo que sentí y como me derrumbe. Esa situación se sumo al miedo que tenía por el futuro, ya que se suponía que el próximo año iba a ingresar a la universidad, (situación para la que no me sentía lista), me preocupaba y aterraba el tener que empezar de cero, el tener que relacionarme con gente nueva, el cambio enorme de un entorno a otro donde estas solo por tu cuenta, una de las características que tengo de la ansiedad generalizada es el no poder concentrarme y que se me ponga la mente en blanco si tengo que rendir algún examen peor aún si es un examen o exposición oral, me cuesta mucho retener información,  yo ya estaba pensando en todas esas desventajas que tenia y me sentía incapaz de poder rendir alguna materia bien, sin contar que iba a tener que empezar a viajar sola hasta capital y no a una zona muy transitada o linda para esperar el colectivo.
Ese año fue una montaña rusa de emociones tanto buenas como malas pero todas muy intensas y sin saber cómo sobrellevar ninguna.
Por falta de papeles no pude ingresar a la universidad que quería, estuve un año, ( el 2017),  sin hacer ningún tipo de actividad, sentí que me había autosaboteado, sentía que inconscientemente por no estar lista para esa nueva parte de mi vida no me informe lo suficiente en buscar todos los papeles y requisitos que se necesitaban para realizar la inscripción. Empecé a tener síntomas depresivos. Todavía podía salir al mundo y socializar, pero a medida que pasaba el tiempo me iba estancando cada vez más, los días que no salía no me levantaba de la cama más que para ir al baño y comer, ( a veces era tan fuerte la necesidad de estar acostada que me aguantaba por horas las ganas de hacer pis, o comía acostada). Sino estaba con auriculares escuchando música maratoneaba temporadas de series enteras y hasta dejaba de la lado mi higiene personal pasando varios días sin bañarme. 
Hubo una ocasión la cual derivó mi primer consulta con una médica clínica, la cual volví a recurrir en el futuro. La situación en cuestión fue una salida con una amiga, en un momento de la noche tuve una migraña tan fuerte que tuve que salir de la pista en la que nos encontrábamos para poder tomar aire, en el camino a la salida, teniendo que bajar escaleras, se me nubla por completo la vista, no sé cómo hice para lograr salir sin caer rodando o tropezar en el camino, después de esta situación saque el turno para la consulta médica, otra situación similar me paso, previa a dicha consulta, en casa de una amiga, organizo un almuerzo para festejar que había ingresado al instituto, otras amistades que se encontraban también comentaban sobre sus ingresos a la facultad o actividades que empezaron al finalizar el secundario. A pesar de estar feliz y orgullosa de sus logros no lo podía demostrar, estaba hundida en mis pensamientos pesimistas sobre mi misma sintiéndome un fracaso por no estar haciendo algo puntual de mi vida como ellas lo estaban haciendo, a pesar de mis intentos para mantener la calma y disfrutar con mis amistades el día, de repente me encontré encerrada en el baño intentando contener las lagrimas que caían una tras otra como si pesaran como piedras, y yo sin poder contenerlas, una vez que logre calmarme salí del baño y fingí total demencia como si nada de eso hubiera pasado, la realidad era, que aunque hubiera querido no podía sincerar mis emociones con ellas ni con nadie, no sabia cómo enfrentarlo, ni superarlo y mucho menos hablarlo. Llega el día del turno, luego de unas cuantas preguntas y haberle comentado lo que me había sucedido me mandó una serie de estudios para descartar algún problema físico, pero aseguraba que podía llegar a estar teniendo estrés y ataques de ansiedad, los estudios médicos salieron sin anomalías, no había problemas físicos de ningún tipo. 
A fines de esa año, por un problema familiar por el que estaba pasando comencé a ir a terapia, pero a pesar de esos episodios de ansiedad que había tenido, nunca tratamos eso en sí, en ese tiempo o me salía hablar ni con la psicóloga, una persona que se capacito para hablar de estos temas, solo me salía hablar de mi día a día, aunque también tener estas sesiones de terapia ayudaron a no estar todo el tiempo encerrada, tenía una razón para levantarme y me ayudo a optar por otras opciones de estudio, ya que no seguía teniendo interés en la carrera que había optado cuando estaba en secundaria. 
Al otro año, ( el 2018), me anoto en un instituto de Monte Grande para estudiar la carrera de BIE, y  al ser una carera con mucha carga horaria y con un único turno, (vespertino). se interponía con mi hora de terapia, por lo tuve que dejar ya que, además, mi psicóloga tenía mucha demanda y no tenía otro horario disponible para ofrecerme. 
Tal vez si hubiera seguido teniendo ese espacio para hablar y descargarme las cosas hoy en día serían diferentes. 
La cursada era de lunes a sábado; lunes, martes y jueves de 17:30hs a 21:30hs; miércoles de 15:30hs a 20:30hs, viernes de 14:30hs y sábados de 08:00am a 19:00hs. pasaron casi 7 años y todavía recuerdo las materias que tenía cada día.
Me sobre exigí a mi misma para cursar las 15 materias de lunes a sábados por haber estado un año estancada. El miedo por no rendir bien los exámenes porque mi cabeza no podía retener la información apareció otra vez y está vez tenía motivos. Tuve la suerte de tener compañeras que me ayudaron y apoyaron para poder rendir tanto parciales como finales y gracias a ellas termine con 8 finales aprobados de 15, (después me quedaron 6 materias por rendir las cuales serían mi detonante para dejar la carrera al año siguiente y una materia por recursar) sino no hubiera sabido qué hacer, seguramente hubiera recursado más de una materia o habría dejado la carrera ese mismo año. A estas exigencias se le sumo el compararme con otras compañeras, las cuales además de estudiar tenían trabajos o familias de las que hacerse cargo, y yo que no tenía esas responsabilidades debería, según mi cabeza, poder, tener todo mi enfoque en eso, y no tuve en cuenta que mi entorno no era el mismo que el de ellas, que lo que a mi me afectaba y me trababa en poder cumplir con la misma eficacia lo que requerían las materias, a ellas no les afectaba como a mi. Seguramente cada una tenía sus conflictos, problemas familiares etc. Pero eso no les impedía el poder estudiar y tener la concentración y retención de lo que están estudiando, como me estaba pasando en ese momento a mi, (ya que había muchos conflictos y discusiones en mi casa) lo que me llevo a no presentarme a varios parciales de diferentes materias. 
Por otro lado, estaba empezando mi primer noviazgo (con una persona de la cual era amiga hacía varios años), y sin ninguna experiencia previa a relaciones, lo que llevo a tener muchas complicaciones futuras además de que esta persona también estaba batallando sus guerras y eso también hizo que hubiera mucho desentendimiento entre los dos.
Empieza el segundo año, ( 2019), meses  antes del comienzo de la cursada la cual arrancaba en abril, empecé a preocuparme por esas 6 materias que me quedaron pendientes, si ya me habían costado las cursadas del año anterior cómo iba a hacer con todas las materias nuevas más estas 6 que me quedaron y encima se me agrego otro año porque la materia que recurso es correlativa? Mi mente estaba a mil, era pleno enero y no quería volver a colapsar como el año anterior, donde me enferme de estrés en el segundo cuatrimestre cuando empezaron a dar los segundos parciales, de los cuales dependía aprobar la cursada y rendir los finales o recursar la materia. Los síntomas fueron: dolor abdominal muy fuerte y vómitos, no podía retener ni siquiera un vaso de agua. 
La médica clínica, quien también era psiquiatra, la cual había acudido anteriormente, me aconsejo no anotarme ese año a nuevas materias, que me concentrará en la materia que recursaba y en ir rindiendo de apoco las materias que me quedaban, también me había recetado Alplax para bajar la ansiedad que estaba teniendo. ¿Hice caso a las órdenes que me dio mi médica la cual por voluntad propia fui a pedirle ayuda? Pues claro que no, me anoté en 6 materias, las cuales cursaba viernes y sábados, porque en mi mente pensaba en no cursar los fines de semana el próximo año que se me había sumado, más la materia que recursaba los días lunes. Dure dos meses, empecé a faltar, poniendo cada vez más escusas para no ir al punto que ya no pude seguir más y me desbordaba en llanto cuando me hacían preguntas simples como si tenía alguna tarea para hacer, ya que evadía o ponía excusas para no hacerlas, lo mismo si preguntaban si iba a ir a cursar. Tampoco tome la medicación, pues dependía económicamente de mi mamá por lo que no tenía el dinero para comprarlo por mi cuenta y su opinión tenía mucho peso en mi, obviamente no estaba de acuerdo con que tomara ansiolíticos. 
Durante la cuarentena, (2020), retome la cursada, pero las clases online no me ayudaban, ya me costaba concentrarme en el aula del instituto con el profesor en frente, imaginen mi concentración con todas las distracciones que hay dentro la casa de uno mismo. Por más que tuviera las ganas de retomar la carrera los altibajos de las cursadas online pudieron más, dejé la carrera, otra vez, pero sin intenciones de retomarla en algún futuro ni rendir ninguna materia pendiente.
Ese año, (2019),mi ansiedad empeoró al punto de no poder contenerme en la calle y tener cada vez más ataques de ansiedad. Si bien ya consumía mariguana, cannabis, porro como quieran decirle, nunca tuve una dependencia o necesidad de fumar por mi cuenta sin estar en alguna juntada con amigos que fumaran, podía estar meses enteros sin consumir nada y no sentía esa necesidad de querer fumar. Con la ansiedad más fuerte que nunca y con estos ataques que me agarraban incluso en la calle, empecé a consumir cada vez más seguido porro y en mayor cantidad, era lo único que me calmaba la mente y el cuerpo, ya que se me tencionaban todos los músculos y tendones al punto de dolerme todo como si estuviera con 4o° de fiebre. 
En ese punto sentía que lo que me estaba pasando no era algo normal, necesitaba y quería la ayuda de un profesional, no solo por cómo me sentía sino también para poder comunicarme y expresar que era lo que me estaba pasando a las personas que me rodeaban y eran mi vinculo en ese momento. Lamentablemente, siempre pudo más la opinión de las personas que me rodean y con las que comparto un vinculo como con mi mamá o mi pareja, antes que a mis propios pensamientos o decisiones, y en ese tiempo la ayuda que yo creía necesaria para poder descubrir qué era lo que me estaba pasando o  qué me llevo a estar en este estado, para ellos era tomar la "salida" más fácil:  estar empastillada al punto de volverte dependiente de la medicación mientras los psicólogos y los psiquiatras te sacan guita en menos de una hora de sesión. Así que seguí con mi vida, lo cual se me fue haciendo cada vez más difícil, ya que mi entorno no ayudaba y solo empeoraba lo que venía transitando.
ADVERTENCIA ⚠️: Exceso de texto. Parte II.
Hablemos de salud mental.
Durante la cuarentena, ( 2020), empecé a tener síntomas de depresión otra vez pero eran cada vez más intensos porque a esto se le sumaba la ansiedad generalizada que ya venía teniendo y la nueva convivencia con mi pareja y mi familia. Con esta convivencia parecieron nuevos conflictos y peleas los cuales no supe como enfrentar ni sobrellevar, eso provocó otro desequilibrio interno en mi. Al estar en estado de ansiedad constante y estrés, para este punto era despertarme y tener un porro o la pipa lista para fumar y estar bajo los efectos de un estupefaciente durante todo el día.
Durante la cuarentena empecé a consumir nbome y si teníamos suerte Lsd más seguido, (casi todos los fines de semana a veces entre semana también), de lo que hacía antes, lo que hizo que muchas emociones que tenía guardadas salieron a la luz, mi percepción del mundo y lo que me rodeaba se hizo más grande, lo que por un lado me hizo entender y conocer más sobre mi misma también me dio una conciencia sobre la realidad que nos rodea lo que me provoco un exceso de realidad al punto de querer aislarme de todo ya que no podía lidiar con tanta información, sobre todo eso si no estaba en mi poder realizar un cambio. 
A raíz del encierro y de perder la costumbre de estar en lugares públicos y con mucha gente empecé a tener síntomas de ansiedad social cuando salía con amistades o iba de compras. Esto también empeoró ya que no tenía una contención ni la ayuda para poder lidiar con estás situaciones, y así empecé a tener también agorafobia. No podía salir de mi habitación por días, pedirme que vaya a hacer alguna compra o siquiera salir al patio de mi propia casa provocaban estados de llanto y nerviosismo, al punto de suplicar que no me obligarán a salir. Las veces que salía, en la mayoría de las veces, nunca estaba relajada, mi mente siempre estaba a mil por hora, no podia estar presente del todo sea el lugar que sea y muchas veces cancelaba salidas que yo misma organizaba. Sentía vergüenza de que me vieran en ese estado, que se dieran cuenta y quisieran indagar porque no iba a poder responder y seguramente me invadiría un llanto incontrolable. 
En 2021 los conflictos siguieron apareciendo, el ambiente de mi casa era cada vez más tóxico, mi estabilidad emocional era nula, estaba al borde del colapso siempre. 
Una amiga, que también paso y entiende lo que es estar en un pozo de ansiedad y depresión, me ayudó a entrar a su trabajo para poder cambiar mi rutina un poco y tener también algún ingreso extra de dinero, ya que la economía en mi casa no era la mejor. Al principio no estaba segura, pasaron unas semanas y empecé a sentir que me estaba hundiendo otra vez, quise escapara de esta sensación aceptando la oferta laboral, decisión de la cual me arrepentiría luego. El trabajo consistía en venta de ropa para bebés y niños, además de los contactos que me daban en el lugar tenía que conseguir los míos propios para poder tener un mayor margen de ventas, ya que no todos iban a realizar compras o demostrar interés por el producto y mis ganancias dependían de eso. Tenía que crear páginas en las redes para promocionar los productos, enviar a los contactos y posibles compradores nuevos los catálogos, preparar los pedidos realizados, empaquetarlos y dejarlos listos para su envío por correo. Para este punto, me estaba costando horrores mantener el contacto con mis amistades, incluso con mi familia, tardaba en contestar los mensajes al punto de pasar semanas o meses sin hacerlo. Estar en trabajo donde el responder mensaje seguido y mantener una conversación constante con diversas personas desconocidas a las que tenía que convencer para realizar una compra me generaba mucho estrés, además que la empresa no tenía mucho tiempo de antigüedad por lo que no tenía mucha organización, los catálogos no salían a tiempo, no había mucha variedad de diseños para ofrecer y eso hacia que se dificultara obtener o mantener la atención de los compradores. En el mes, aproximadamente, que estuve realice menos de 5 ventas, no entre en la mejor época de ventas vale aclarar, pero aún así se me dificultaba demasiado llegar siquiera estar un paso atrás de mis otros compañeros vendedores. Empecé a ir cada vez menos, (en esa época la ansiedad me causaba muchos vómitos, era despertarme y correr al baño o si pasaba por algún momento de mucho estrés también mi cuerpo reaccionaba de esa forma, dejándome muy debilitada y avergonzada como para salir al mundo), iba si tenía que preparar algún paquete de alguna venta realizada hasta que tome valor y renuncie. Este trabajo, también me peso porque no quería dejar mal parada en el mi amiga, por la cual entre yo ahí, sentía mucha culpa los días que faltaba porque sentía que la persona que quedaba mal era ella, por meter a alguien con poca responsabilidad, y a pesar de que ella podría haberme entendido mejor si me sinceraba del todo, no me salía hacerlo, si bien le decía que estaba pasando por un mal momento emocional y se me estaba dificultando salir de mi casa, nunca entre en más detalles. Después de esta experiencia mi inseguridad y miedo por no poder cumplir con la expectativa laboral, de cualquier trabajo, aumentaron haciendo que mi búsqueda laboral quede estancada hasta el día de hoy.
Lo que siguió del año y gran parte del que venía los pensamientos suicidas empeoraron, con cada discusión o situación que me derrumbara emocionalmente lo primero que se me venía a la mente era la cantidad de pastillas que había en la casa para tomar. La violencia física hacia mi misma también aumento al punto de volverse, en situaciones, incontenibles. Para este punto, empecé a ver cada vez menos a mis amistades y familia, podía estar meses sin estar en contacto con alguien, no iba al cumpleaños de nadie, ni pensaba en festejar el mío. 
A fines del 2022 empecé otra vez con sesiones de terapia,  lo que me derivó a terapia psiquiátrica, gracias a esas pocas sesiones que tuve , pude identificar y darle nombre a todos estos síntomas y características con los que vivía y vivo hasta el momento. (si bien tenía una idea de lo que me podría estar pasando, ya que buscaba información por internet y veía youtubers que hablaban o pasaban por estas cosas, no quería auto diagnosticarme por encontrar similitudes). Estuve bajo tratamiento psicológico durante 6 meses y con tratamiento psiquiátrico durante 3,  me recetaron sertralina y Clonazepam. Antes de empezar el tratamiento con la medicación, me puse a buscar información sobre si causaba algún efecto adverso el consumir mariguana y tomar este tipo de psicofármacos, me daba miedo tener algún desequilibrio químico en el cerebro el cual me provocara algún trastorno pero de los que ya tenía. Y no, no es recomendable mezclar esas sustancias porque si pueden generar un efecto adverso, aumentando el riesgo de tener "Manía" lo que puede llevar a un trastorno bipolar o esquizofrenia. En este punto mi psicóloga, al contarle la cantidad de veces que fumo por día y lo que provoca en mi el no fumar, me diagnostica "acostumbramiento a la mariguana" una forma más elegante de decir que sos un adicto. Para este punto de mi vida había dejado de consumir drogas alucinógenas por miedo a tener algún efecto negativo el cual no pueda manejar o tener retorno, ya que tu mente esta en estado vulnerable y al estar yo emocionalmente vulnerable sentía que si llegaba a consumir no lo iba a disfrutar como solía hacerlo, más allá de haber abierto muchas puertas internas y dejarme un exceso de realidad, disfrutaba estar bajo los efectos de un alucinógeno, era el momento donde más serotonina sentía mi cuerpo y no lo quería arruinar teniendo un "mal viaje" por mis emociones desbordadas, cosa que comprobé no haciendo caso a mis instintos y desde el primer momento que empezó a hacer efecto la droga no paraban de brotar lagrimas de mis ojos estando bajo ese estado durante toda la noche y hasta que me fui a dormir. Paso mucho tiempo hasta que me volví a sentir con la estabilidad de volver a consumir algún alucinógeno, decidí probar hongos, una opción más "natural", ( va entre comillas porque se cosechan en un tapper y las esporas las compras por internet, más natural seria si fuera cosechada directamente de la señora tierra), por suerte no tuve ningún momento donde me sintiera incomoda o vulnerable, disfrute cada momento y películas que vi, las cuales fueron "The rocky horror picture show" y "Spiderman in to the spiderverse", películas que ame la primera vez que las vi y que los hongos le iban a dar un toque más de magia si los vías bajo sus efectos, y así fue.
Esa fue la ultima vez que consumí alucinógenos. 
Retomando a la medicación, al mes y medio de comenzar a tomarla empieza a hacer efecto, y para que la medicación pueda lograr ese efecto esperado hay que consumirla respetando los horarios y con comidas de por medio lo que significaba hacer un cambio rotundo al estilo de vida que venía teniendo hasta ahora, (estilo de vida el cual no era muy sano), dormía y me despertaba tarde, salteaba comidas y ni hablemos de desayunar. Las primeras semanas cumplía con los horarios y las comidas para poder cumplir con lo que se me requería para que hicieran efecto, a veces comía más tarde de lo que debería por salir a hacer algún tramite que tuviera que hacer entre la mañana y el medio día. Una vez que empezó a hacer efecto la medicación me encontré con una nueva situación con la que iba a tener que lidiar y aprender a vivir con ello. Al estar acostumbrada a vivir durante tantos años con las emociones en nivel de intensidad más elevado que el resto, y que tenían el control de todo mi ser, no supe como manejar o enfrentar este equilibrio que normalmente debería de tener si fuera una persona neurotípica. La sertralina pertenece a una clase de antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina. Su acción consiste en aumentar la cantidad de serotonina, una sustancia natural del cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental. Lo que en mi provoco que los pensamientos excesivos, preocupaciones y sentimientos de angustian se apagaran o se moderaran de acuerdo a la situación.
Caí en una realidad que no había tenido en cuenta, por más que tomara la medicación y sintiera un cambio en mi no significaba que las personas que me rodeaban también lo fueran a hacer, yo era la que estaba bajo tratamiento no ellos, y me sentía un poco perdida ante este nuevo panorama.  Sentí que no valía la pena seguir con la medicación si lo que me rodeaba y afectaba seguía igual y por más que estuviera más tranquila las discusiones y problemas familiares seguían apareciendo. Otra cosa que me caracteriza es el hecho de no tener constancia, me cuesta mantener el ritmo de algo y con el tiempo lo termino dejando, (este, fue también uno de los miedos que tuve al empezar con la medicación), empecé a faltar a sesiones de terapia, las cuales decidí dejar de ir también por un tema económico ya que la persona que las pagaba por más que tuviera buenas intenciones no tenía un salario el cual pudiera seguir manteniendo mis sesiones, las de ella y gastos de su hogar. Agradecí los meses que pude ir, ya que pude descargarme y aprender mucho más de lo que presentía que tenía, pude ver otro panorama sobre las relaciones que me rodeaban e identificar patrones tóxicos en las personas, los cuales que yo normalizaba por haber crecido en un ambiente con estas conductas y patrones teniendo un impacto negativo en mi y que a su vez sin darme cuenta termine repitiendo. De a poco me fui salteando la medicación, hasta que deje de tomar la sertralina por completo, esto provoco que tuviera síntomas de abstinencia como náusea, sudoración, depresión, cambios de humor, ánimo frenético o anormalmente excitado, irritabilidad, ansiedad, confusión, mareos, dolor de cabeza, cansancio,  y volvieron los problemas de sueño. Las pastillas que me quedaron de clonazepan las fui tomando los días en los que me ganaban mis emociones provocando crisis de todo tipo al punto de querer adormecer mi mente y cuerpo con lo que sea, fumar ya no tenía ese efecto en mi, así que tomaba una dosis entera, (bajo tratamiento las fragmentaba, tomaba media pastilla a la mañana y la otra mitad en la noche), o más para dormir sin que mi mente ni mi cuerpo tenso me molestaran. Cuando me quede sin dosis, y ya no pude adormecer esas emociones, durante los momentos de crisis solo pensaba en morir, llegue al punto de hablarle a mi propio cuerpo para que mi corazón dejara de latir, mientras me golpeaba con puños el pecho como si eso fuera servir de algo, no lo hacia pero siempre preferí sentir dolor físico antes que todas estas emociones que no podía controlar y no era la primera vez que recurría esto para tolerar ese tipo de dolor. 
Hoy en día, si bien tengo mucha más contención que antes, estoy bajo sin ningún tipo de tratamiento. Busque otras alternativas más espirituales, como ir a la iglesia (evangélica), pero la verdad que me lleno más de dudas existenciales y confusión así quw decidí no ir más y mantener mi relación con Díos al margen de cualquier tipo de religión.
Me gustaría, algún día, volver a tomar medicación para estabilizar mis emociones e ir a terapia para estabilizar mi vida en general, tener otro rumbo que no siga siendo la autodestrucción. 
Las preocupaciones constantes están presentes todo el tiempo, sigo sin poder comunicarme bien, tengo dolores constantes de cuerpo, duermo mucho y aún así siempre me siento cansada, salir me agota mucho mental y físicamente, evito salir lo más que puedo porque estar entre mucha gente o tener que tomar algún transporte publico me pone muy nerviosa y siento el estomago tenso todo el día, me irrito/molesto/enojo con mucha facilidad por lo que evito también el contacto con las personas que me rodean quedándome encerrada en mi habitación durante días sin siquiera salir al patio. Mi sensibilidad esta muy a flor de piel, evito ver o escuchar cosas, (como películas o canciones particulares), que produzcan tristeza o yo sienta que puedan llegar a afectarme de alguna manera que no voy a poder manejar y que puedan quedar en mi organismo más tiempo del que deberían. No veo ni leo noticias de ningún tipo, trato de mantenerme al margen porque soy propensa a tener exceso de realidad lo que aumenta mis pensamientos suicidas, ya que a veces no puedo manejar, entender o tolerar como actúa o piensa el resto de la humanidad y me triguerea existir en un mundo así. 
igualmente extraño a mis amistades, me gustaría que no pasara tanto tiempo sin que las vea, intento mantener una comunicación con ellas pero mi mente siempre vuela a otro lugar y se escapa de esa responsabilidad. A su vez no me siento una buena compañía, siento que mi vida esta estancada al punto de no tener nada nuevo o bueno para contar. 
Sentí la necesidad de contar todo esto, porque a pesar de que hoy en día se hable más de la salud mental y las emociones, no hay tanto entendimiento en sí sobre el tema, como que la gente tiene una idea más generalizada de lo que es tener ansiedad o depresión o idealizan que las personas que pasan por estos trastornos actúan o sienten de igual manera y no es así, depende mucho del ambiente social y cultural que nos rodea, de la crianza y el ambiente familiar donde crecimos y de cómo somos nosotros como personas, todos vemos y percibimos el mundo de manera diferentes, por lo que los síntomas de estos trastornos pueden variar o aparecer de maneras o por motivos diferentes. En mi caso, mi situación fue emporando porque no recibí la ayuda que necesitaba en el momento adecuado, mi mamá siempre fue muy pesimista y no hacía los mejores comentarios sobre ir a un psicólogo y ni hablar de un psiquiatra, cosa que afecto a mi seguridad para poder acudir a uno cuando lo necesitaba sin tener que requerir su consentimiento. O si hace 20 años hubiese habido la información y  concientización que hay hoy en día, y los medios para acudir a la misma, seguramente mi situación también hubiese sido otra.
¿A qué voy con esto? No generalicen los problemas emocionales ni de salud mentad de nadie, a menos que sepan cada detalle de su vida y sepan cada emoción por la que están pasando, no opinen ni hagan comentarios haciendo comparaciones con otro tipo de problemáticas que pueda estar pasando X gente. Se que muchas veces es con buena intención y creen que de esta forma la otra persona pueda llegar a tener un click mental y cambiar su estado de animo pero la realidad es que la mayoría del tiempo solo empeoran la situación y nos hacen sentir como si no hiciéramos el más mínimo esfuerzo, cuando levantarse de la cama y mantenerse levantado durante el día es uno de los más grandes esfuerzos que podemos llegar a hacer, la frase "ponele ganas" no aporta en nada, solo nos recuerda las ganas inexistentes que tenemos, entiendan que una persona que esta pasando por lo mismo o algo parecido de todo lo que relate y me falto escribir las ganas no existen, solo tenemos días menos malos los cuales nos permiten salir de nuestra rutina destructiva, como por ejemplo: no comer, estar todo el día acostado durante varios días o semanas, no bañarse y ni hablemos de salir o viajar.
Espero que con todo esto que les conté, expresé y compartí tengan un poco más de conciencia y puedan informarse, entender y empatizar si conocen a alguien o están pasando por alguna o todas las cosas que yo. 
Gracias por leer.
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¿Sabían que estoy diagnósticado con trastorno mixto depresivo-ansisoso?
Es como vivir en el infierno cuando no lo controlas, es como si no te importara nada y a la vez te preocupara el no importate.
~OuterSpace.
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robmiguel2607 · 2 years ago
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🎭 Último día de un bello montaje teatral y al mismo tiempo un viaje maravilloso que nos enseña la importancia de la salud mental y de la necesidad de curar las heridas del pasado. Ha sido también una una invalorable oportunidad para reencontrarme con gente muy querida y sumar nuevos integrantes a esta gran familia que es el teatro. Aunque solo haya estado de mero espectador, esta obra ha tocado fibras muy sensibles de mi vida. Me ha movido y conmovido. Gracias a todos los que dentro y fuera del escenario lo han dado todo por hacer que esta obra llegue al corazón de muchos quienes tuvieron la oportunidad de verla y hayan sentido tocada su alma. . . . “EL HIJO” de Florian Zeller Dirigida por: Rodrigo Falla Brousset (@rodrigofalla) Elenco: Ismael La Rosa (@ismaellarosa), Brando Gallesi (@brandogallesi), Fiorella Luna (@lunafiorella), Marisa Minetti (@marisa.minetti), José Miguel Arbulú (@jomiar) y Brian Savitzky (@briansavitzky). 📍 @teatrodelucia (Calle Bellavista 512, Miraflores) #SaludMental #FlorianZeller #ElHijo #TheSon #Teatro #HablemosDeSaludMental (en Teatro de Lucia) https://www.instagram.com/p/Clzqth6tWC7/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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penadelcorazon · 3 years ago
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A veces siento que no entiendo casi nada y me pongo a llorar, practicamente de la nada. Me siento sola, desesperada, porque en realidad no pasa nada… pero pasa todo. Porque extraño extraño extraño como loca y me pone triste mirar para atrás. No se como mierda reaccionar. Me aplastan las ganas de correr para atrás y no sirve de nada, todo sigue igual #saludmental #hablemosdesaludmental #love #locura #empatia @realidadesrotas1 (en Quilmes, Buenos Aires - Argentina) https://www.instagram.com/p/CW_C3epr5_P/?utm_medium=tumblr
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maryadelcampopsicologa · 4 years ago
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Me tienen hasta el gorro las nuevas filosofías y libros sobre "sonríe" todo el rato, o #conunasonrisa, es patético. Eso es INSANO, además criminaliza las emociones que son tan normales y adaptativas como la tristeza o la rabia. TIENES DERECHO A ESTAR TRISTE O ENFADADO. • • • Ψ #psychology #psychologist #psicologia #terapia #therapy #saludmental #health #mentalhealth #mentalhealthawarness #mentalhealthmatters #cerebro #psicologo #psi #frases #hablemosdesaludmental #positivismo #positivismotoxico #psicologiapositiva #sociedad #toxico https://www.instagram.com/p/CLWJlOLlHz9/?igshid=gcyx7hfgdp20
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lestat1959 · 3 years ago
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Pautas para ayudar a alguien en riesgo suicida
exto elaborado por: Pedro Martín-Barrajón Morán.
Responsable Red Nacional Psicólogos Expertos en Suicidio Psicólogos Princesa 81,
S.L.P. (Madrid). Máster y Especialista Universitario en Conductas Suicidas.
¿Cómo es recomendable tratar a una persona que está pensando en suicidarse?
Atender cualquier comentario que la persona haga al respecto. Lejos de lo que se piensa comúnmente: “la persona que se suicida, lo dice”, cerca del 80% de personas que se suicidaron habían comentado su intención antes, o habían dado muestras de ello.
La idea de “el que quiere suicidarse no lo dice” es uno de los mitos más arraigados y que más interfieren en su prevención. El 60% de las personas que se suicidaron habían buscado ayuda la semana antes, e incluso un 18% acudió al médico el mismo día que se suicidó en nuestro país.
Escuchar, que significa ante todo, reprimir el impulso de quitar las ideas suicidas y no comenzar con frases huecas, ni comentarios educativos o moralizantes como: “si tienes toda la vida por delante”, “con lo bonita que es la vida”, “si lo tienes todo…”, “hay más peces en el mar…, etc.”.
Ser cálido y empático: “me gustaría saber cómo ayudarte”, “¿te serviría hablarme de cómo te sientes?”, “entonces, ahora mismo te viene a la cabeza la idea de morir y eso te agobia”.
Ser Honesto: “No puedo imaginarme cómo es sentirse como ahora te sientes tú, pero si me ayudas quizá pueda entenderte mejor”, “Me siento impotente por no saber qué hacer ahora”.
- Tomarse en serio cualquier manifestación, amenaza o sospecha de suicidio.
Valorar el riesgo, en base a: los factores de riesgo, precipitantes, comportamientos no habituales, y el análisis de la situación.
Hablar directa y claramente con la persona en riesgo y valorar: cómo se siente, qué ideas suicidas tiene, si ha hecho algún plan y para cuándo, qué método ha pensado, si ha realizado algún gesto o intento suicida ya o no, qué se lo impide o se lo impediría, si ha redactado o no alguna nota de despedida, si ha tomado alguna precaución para evitar ser encontrado…
(Cuantas más respuestas tenga sobre: Dónde hacerlo, Cómo y Cuándo, y Más letales sean las condiciones del plan, MAYOR RIESGO SUICIDA sobretodo si existen antecedentes previos).
Conservar la calma, transmitir tranquilidad, empatía, preocupación, y comprensión por su situación.
-Mostrar esperanza y posibilidades de superación de la situación, con la ayuda oportuna.
-Intentar encontrar soluciones prácticas, aunque sean temporales. (Dormir esa noche en su casa para supervisar, y acompañarle en todo momento por ejemplo).
Ganar todo el tiempo posible. Proponer aplazarlo para otro momento (“vuelve a pensarlo mañana”), evidenciando lo definitivo y dramático de la solución, y el estado provisional actual. (El suicidio puede ser una solución definitiva, a un problema sólo temporal).
Dejar hablar y desahogarse. Es mucho más eficaz que empezar confrontándole su decisión.
Retirar todo lo que pueda servir para autolesionarse.
Controlar el acceso a la medicación, así como el consumo (por exceso o defecto) de la pautada.
Buscar ayuda profesional: servicios de emergencias, hospital, Centro de Atención Primaria o Salud Mental. Tener a mano siempre los medios de contacto con todos ellos.
¿Es preferible preguntarle al respecto?
Siempre. Hablar sobre suicidio, no induce al suicidio, al contrario, puede ser la única, y también la última ocasión de esa persona de retractarse y analizar su intención suicida. Hay que preguntarle directamente: ¿Qué quieres decir con eso de que no puedes más?,
¿qué quieres decir con eso de que estarán mejor sin ti?, o ¿has pensado alguna vez en el suicidio?
¿Hablar sobre sus preocupaciones?
¡Por supuesto! Preguntarle qué le ha puesto en una situación tan difícil, cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso…, etc.
Preguntarle abiertamente si respecto al suicidio ha pensado: ¿cuándo lo haría?, ¿con qué método?, ¿dónde lo haría?, ¿se ha despedido de alguien?, ¿tomaría alguna precaución para evitar ser encontrado? A esto nos referimos cuando hablamos de un “plan”, pero preguntarle a una persona directamente si “tiene un plan”, no es útil ni significa nada, hay que preguntar cuándo, dónde, cómo…, etc.).
¿Incitarle a que pida ayuda?
Siempre. Pero no de manera prematura antes de permitirle desahogarse…
Las personas en riesgo pueden ser reticentes por temor a ser considerados “unos locos”, o por experiencias previas adversas en el hospital…, etc. ¿
Cómo les “convencemos” para que reciban atención de un especialista, qué les decimos?
Podemos decirle algo así: “pensar en el suicidio no te convierte en un loco, un débil, o un cobarde, muchas personas tienen este tipo de ideas a diario, y han encontrado otras alternativas. Probablemente atravieses una situación tan difícil, que te cueste ver otra solución. El 50% de la población general (no clínica), experimentará tendencias suicidas moderadas-severas.
Si es escéptico o reticente en cuanto a acudir al hospital, podríamos decirle: “Estoy seguro que no vas a permanecer en el hospital más que lo rigurosamente necesario, y si es posible, se llevará a cabo un tratamiento ambulatorio…”.
“Estoy seguro que en el hospital pueden prestarte la ayuda que necesitas, y la atención que te mereces”.
No es suficiente con recomendarle acudir a pedir ayuda, debemos comprometernos nosotros a acompañarle al hospital, al centro de salud mental…etc., o contar con un tercero que pueda acompañar a la persona en su solicitud de ayuda.
¿Hacerle ver que esos sentimientos serán temporales?
Efectivamente, el suicidio es una solución eterna, a lo que en ocasiones, es solo un problema temporal. Pero la persona puede tener motivos muy legítimos para querer quitarse la vida, razones de verdadero peso, problemas crónicos que no responden a una decisición impulsiva…, etc.
Como allegados, familiares…, etc., no podemos pretender quitarle las ideas suicidas, quizá ni el mejor psicólogo, ni el mejor psiquiatra tampoco, puedan quitarle esas ideas en un momento de alto riesgo en una intervención breve.
Deberíamos ser más humildes, y perseguir un objetivo más realista y menos ambicioso: “simplemente” aplazar la decisión: “Oye, siempre puedes suicidarte más adelante, tienes toda la vida para hacerlo, yo no puedo impedírtelo, pero permíteme que hablemos antes de la situación por la que atraviesas…”.
¿Animarle a hacer planes que le obliguen a desconectar de esos sentimientos?
Más que distraerse con alguna “conducta incompatible” con esos sentimientos, animarle a estar entretenido, salir más…, etc., hay que prestarle a la persona en riesgo toda la atención posible, probablemente cuanto más haya luchado por quitarse esos pensamientos de la cabeza, probablemente más frecuentemente los tenga.
Es peligroso invitar a la distracción según el riesgo real que presente la persona, y mucho más si la persona que está prestando ayuda no es un profesional.
Si intentamos la distracción, quizá la persona en riesgo puede sentir que no nos hacemos cargo del alcance real de su sufrimiento, o que lo frivolizamos, y sentirse más sólo e incomprendido aún.
Es mucho más importante no dejar sola a la persona en ningún momento, y tratar de acompañarla a un servicio de salud mental, el hospital…, o llamar al 112.
¿Qué no se debe hacer nunca?
En ningún caso, debe minimizarse el riesgo, restarle importancia, frivolizar ,o tratar el tema como una “llamada de atención”, cuando alguien habla de suicidarse, no está llamando la atención, está pidiendo ayuda, para una situación que no sabe cómo gestionar.
Quizá existan casos donde estas peticiones de ayuda sean demasiado frecuentes, desproporcionadas al estímulo o situación desencadenante, o intuyamos cierta intención manipuladora o instrumental. Sea como sea, tenemos que prestarle atención.
Puede darse el caso de que la persona que verbalice su intención, incluso se haya provocado alguna autolesión previamente, y esto aumente nuestra inquietud, o por el contrario pensemos que si quisiera hacerlo, se habría autolesionado de una manera más contundente o letal.
Cabe explicar algo al respecto: las autolesiones no siempre son la “antesala del suicidio”, pero la práctica repetida puede suponer un aumento del umbral de tolerancia al dolor físico, y que la persona, sin pretenderlo (como ha sucedido muchas veces), termine finalmente con su vida por un “error de cálculo”, “un resbalón” en una azotea, o que se le “haya ido la mano” sin querer terminar realmente con su vida.
La autolesión No es la antesala del suicidio en todas las ocasiones, pero puede suponer una escalada en la letalidad del método, si este tipo de peticiones de ayuda, se contempla como una llamada de atención (insisto NUNCA debe tratarse como una llamada de atención), y no se le presta la atención y cuidados necesarios.
Lo que no hay que hacer Nunca:
Ignorar las señales: “Siempre está con lo mismo y nunca hace nada”, “hace esto por llamar la atención”, “esto es ahora, en un rato se le pasa”, “lo que le gusta el drama…”.
Reprender o reprochar: “cómo puedes pensar así”, “a mí no se me ocurriría hacer lo que estás haciendo”, “hay que estar loco para querer matarse”, “el suicidio es de cobardes”, “Hay que ser muy valiente para suicidarse…”.
Retar, Cuestionar, desafiar, provocar: “Si quisieras matarte de verdad ya lo habrías hecho”, “hazlo si quieres valiente…”.
¿Hay alguna forma de percatarse que alguien está pensando en suicidarse?
Conocer los factores de riesgo en general, y los factores precipitantes por grupos de edad concretos puede resultar muy útil. Pero lo que es fundamental y la principal señal a la que debemos prestar todo nuestro interés, es que la persona verbalice sus ideas suicidas.
El principal factor de riesgo a tener en cuenta es que la persona ya lo haya intentado antes, sin ninguna duda. (Un profesional experto además evaluará el número de veces, el tiempo transcurrido desde el último intento, si fue encontrado, o por el contrario se arrepintió, la rescatabilidad…etc.).
Otros factores de riesgo importantes que debemos tener en cuenta son:
Trastorno mental: depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia…
Ser varón
Desesperanza. (Presente en la depresión y también en enfermedades “físicas” (fibromialgia, diagnóstico de cáncer, VIH, Covid,…etc.). La persona atraviesa unas circunstancias vitales o un sufrimiento físico o emocional, que considera interminable, inescapable, e insoportable, y es incapaz de imaginar un futuro mejor.
Ausencia de apoyo social. (Soledad, aislamiento)
Presencia de ideación suicida. (Aunque el valor predictivo de la ideación es muy bajo, muchas personas lo piensan a diario, pero no llegan a suicidarse).
Enfermedad física, cronicidad, dolor o discapacidad.
Historia familiar de suicidio. (Epidemias suicidas en familias donde un familiar falleció por suicidio, y otros miembros fallecen por esa misma causa, empleando mismo método)
Encarcelamiento o institucionalización. (En las primeras horas, días…, y también durante los permisos).
Fácil acceso a medios (armas, medicación, cuerdas, pesticidas, tóxicos…etc.)
Condición sexual. Colectivo LGTBIQ+ presenta mayores tasas de suicidio consumado
Presencia eventos vitales estresante (viudedad/despido).
Factores sociales y ambientales (situación laboral, ERTES, problemas familiares…etc.).
Antecedentes de suicidio en el entorno.
¿Existen signos directos o indirectos, verbales o no verbales, que advierten del riesgo suicida?
Sí que existen, directos e indirectos, pero la mayoría de la población los desconoce. Los más llamativos y fáciles de detectar son los comentarios, y después los cambios bruscos de humor, y las “conductas de cierre”.
Posibles comentarios de una persona en riesgo suicida:
“No puedo más…”, “Voy a tirar la toalla…”, “Para lo que me queda…”, “Pronto dejaré de molestaros…”, “La vida no vale la pena…”, “Cuánto me vais a echar de menos el día que os falte…”, “Nada me interesa…”, ”Estaría mejor muerto…”, “Qué ganas tengo de dormirme y no despertarme más…”, “Nunca podré salir de esto…”, “Ya no quiero ser una carga para nadie…”, “No valgo para nada…”, ”Estarían mejor sin mí…”,“Si me suicidio, se acabaron los problemas…”, “No os molestaré por mucho tiempo”, “Esto no se va a solucionar nunca”, “Soy un estorbo”, “No le importo a nadie”, “Todo me sale mal…, soy un inútil”, “Ya no me retiene nada aquí…”, “Mi vida es un fracaso”, “Nadie me entiende…”
Todos los comentarios anteriores no significan que la persona que los emita vaya a suicidarse, pero sí deberíamos tenerlos en cuenta y sondear el alcance de la intencionalidad real.
Cambios bruscos de humor:
En muchas ocasiones los familiares, lo interpretan como una mejoría respecto a su estado habitual (“si estaba en el mejor momento de su vida”, “llevaba un tiempo muchísimo mejor”, “incluso parecía tener mejor ánimo…”, etc.).
Una vez que la persona encuentra una salida a su sufrimiento (el suicidio), puede experimentar cierta “calma”, esto no significa que esté mejor, significa que “ya lo ha decidido”, y eso le proporciona cierto alivio. O por el contrario aparece cierta irascibilidad y comportamiento desafiante, temerario o agresivo. O de alegría repentina e injustificada. Actitud de calma y tranquilidad inusuales. Puede interpretarse como una mejoría en depresión, manía o irritabilidad anteriores.
Las Conductas de Cierre,
Son cosas que la persona hace antes de suicidarse para despedirse, cerrar sus asuntos, o
“hacer las paces” con los demás, por ejemplo:
Regalo de pertenencias, objetos apreciados o valiosos.
Cesión de mascotas.
Visitas inesperadas a familiares o personas cercanas, que hacía mucho tiempo que no se visitaban.
Despedidas muy cariñosas o efusivas cuando no se comportaba así habitualmente.
Redacción testamento/notas de despedida.
Arreglar cuestiones del seguro.
Puesta en orden de gestiones.
Eliminar perfiles de RR.SS., salir de grupos whatsapp…, algunos comentarios en determinadas redes sociales como TikTok: “comí pasta esta noche”, “mi madre hizo mi receta de pasta favorita…”, “Se me ha acabado el champú y el acondicionador al mismo tiempo…”.
Algunas señales menos evidentes son:
Cambios horarios en sus hábitos y forma de vida. Pérdida/aumento de sueño.
Despreocupación por la higiene o imagen personal.
Aislamiento social y familiar. Anhedonia, desinterés generalizado aficiones…etc
Falta de concentración. Desinterés en estudios/trabajo.
Consumo repentino de tóxicos/alcohol o aumento de la frecuencia o cantidad habitual.
Acciones temerarias, riesgos innecesarios. Infracción leyes.
Discusiones y peleas. Gasto de dinero injustificado o desproporcionado.
Indiferencia a elogios y refuerzos. Falta de apetito sexual.
Autocrítica, autohumillación. Agravamiento síntomas patología de base.
Interés en temas relacionados con la muerte o películas relacionadas con el suicidio.
Practicar diferentes tipos de nudos durante los días previos…
Planes suicidas y Acumulación medios: fármacos/armas/cuerdas.
Sospecha autolesiones leves (cortes).
¿Qué se puede hacer si se cree que alguien puede suicidarse?
Preguntarle directamente si ha pensado hacerlo, cuándo ha decidido hacerlo, cómo, dónde, si ha tomado alguna precaución para evitar ser encontrado, si ha hecho algo para despedirse, o ha hecho algo ya para conseguirlo p.ej.: acumular poco a poco pastillas, comprar una cuerda, o un arma...etc. Cuantas más respuestas positivas tengamos a estas preguntas, mayor es el riesgo.
¿Es preferible avisar a su entorno?
Si, aunque seamos sometidos a cierto chantaje emocional del tipo: “Confía en mí que no voy a hacerlo”, “no se lo digas a mis padres, no quiero preocuparles…, etc.”.
Recordad siempre la máxima: “Entre su confianza y su vida, nos quedamos con su vida”.
La confianza ya la recuperaremos, la vida no; y más vale prevenir, que llorar una muerte que podría haberse evitado, y arrastrar sentimientos de culpa para siempre, por no haber podido evitarlo.
¿Hay alguna asociación a la que se pueda recurrir?
A lo largo de todo el territorio nacional están proliferando afortunadamente muchas asociaciones de supervivientes, y recursos de ayuda para personas en riesgo, y de atención a los supervivientes al suicidio de un familiar.
A continuación se enumeran algunas:
PREVENSUIC: Aplicación para Smartphone dirigida a familiares, profesionales y personas en riesgo.
AFASIB (Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de Les Illes Balears (Islas Baleares)
APSAS: Asociación para la Prevención del Suicidio y Ayuda al Superviviente. (Gerona)
APSU: Asociación para la prevención y apoyo afectados/as por suicidio (Cdad. Valenciana)
ASAM: (Burgos).
BESARKADA-Abrazo: Navarra.
BIZIRAUN: País Vasco
DSAS: (Barcelona)
Fundación Alaia (Madrid)
Grupo Supervivientes de León.
Hay Salida, Suicidio y Duelo: (Cantabria)
Red Nacional Psicólogos Expertos en Suicidio Psicólogos Princesa 81 S.L.P.: 657650594.
Teléfono Contra el Suicidio- Asociación la Barandilla (Madrid): 911.385.385.
Teléfono de la Esperanza: 717.003.717.
Teléfono Prevención del suicidio (Barcelona): 900.92.55.55.
ENLACES DE INTERÉS:
Algoritmo de intervención telefónica en Crisis Suicidas descargable en:
https://psicologosprincesa81.com/blog/procedimiento-intervencion-conducta-suicida/
VÍDEOS:
*Enlace Vídeo Jornadas Nacionales AETESYS Prevención, intervención y postvención suicidio: https://youtu.be/7uRg-VsqVeg
* Enlace Vídeo 17 min. Jornadas APSAS. “Intervención en crisis suicidas”:
https://m.facebook.com/psicologosprincesa81/videos/v%C3%ADdeo-jornadas-apsas-sobre- intervenci%C3%B3n-en-crisis-suicidas/447329482636727/
Grupo FACEBOOK con material didáctico sobre prevención del suicidio, intervención y duelo por suicidio: https://www.facebook.com/psicologiadeurgenciasyemergenciasmadrid/
PSICÓLOGOS EN MADRID
Psicólogos Princesa 81 - Centro de psicología en MadridCalle Princesa 81 - 2º - Dcha - Madrid 28008Metro: Argüelles - Moncloa679 278 [email protected]ólogos Princesa 81 Chamberí - Centro psicológico en ChamberíCalle Joaquín María López 41C - Local 4 - Madrid 28015Metro: Islas Filipinas - Moncloa - Argüelles
www.psicologosprincesa81.com
Podemos ponerte en contacto con psicólogos expertos en ideación suicida en todo el territorio nacional.
https://psicologosprincesa81.com/servicios/grupo-ayuda-mutua-supervivientes-suicidio/
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aethranimae · 4 years ago
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#newlook para comenzar de nuevo. Ayer hablaba con una amiga sobre cómo llevábamos cada una nuestros problemas de salud mental, ella con lo suyo y yo con lo mío, aunque tengamos distintas enfermedades compartimos las mismas experiencias, y una de ellas es la #abstinencia cuando pasamos de una #medicación a otra, ese periodo es una tormenta de sentimientos que no sabes si estás arriba o abajo. Así que estaré contando este periodo en un video y seguir dando visibilidad a las enfermedades de #SaludMental #depresión #ansiedad #mentalhealth #mentalhealthawareness #mentalhealthmatters #lasaludmentalimporta #lasaludmentalesasuntodetodos #lasaludmentalnoesunestigma #lasaludmentaltambiénessalud #lasaludmentalnoesunestigma #loveyourself #lovemyself #sinsaludmentalnohaysalud #nohaysaludsinsaludmental #sonreiralavida #sinfiltros #hablemosdesaludmental #positivemind #positivemindset #positivevibes #positivethinking #positivethoughts #goodmorning #goodday #16deabrilde2021 #seguiradelante #nomedaréporvencida (en Madrid, Spain) https://www.instagram.com/p/CNud9ADMK9I/?igshid=x8hlr3kvj8fj
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teamleoking · 4 years ago
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drmariogonzalezmd · 5 years ago
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El suicidio se ha convertido en la segunda causa de muerte en los adolescentes. No todo el mundo presenta las mismas señales de riesgo. #hablemosdesaludmental #tusaludmentalimporta #hope #mentalhealthawareness #mentalhealth #drmariogonzalez #psychiatrist #dorado #puertorico https://www.instagram.com/p/B5m4Z2ahWbI/?igshid=10aytxhyfwxpx
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silviafonsecapsicologa · 2 years ago
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Te has preguntado alguna vez por qué te cuesta tanto llevar la contraria o decir lo que piensas en tu grupo de amigos.
La respuesta a esta pregunta, s explica por la deseabilidad social.
Esperemos que os sea útil esta información.
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👣🎉Aleluya estamos vivos, manda amor a tus examores que fueron formidables en su momento y te enseñaron cosas a mejorar en tu propia persona, te enseñaron tus propios miedos, tus propias inseguridades, tus propios dilemas, somos espejos no hay personas tóxicas somos caminos de reconocimiento y mejora, amo mi pasado, mi presente, mi futuro, ser más constructivos desde la mente sana, genera cuerpo sano, viviendo mis vuelos liberandonos todos somos águilas en vuelo, libera Tú alma y vuelve a sentirte vivo #capaz #amor #amorpropio #amorsaludable #amorenpareja #valia #poderes #maserati #humanos #hablemosdesaludmental
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freshhopeespanol · 3 years ago
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rodrimaximax · 5 years ago
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@MariaCarolinaVa: Que asco esto es y que una tradicion!! #Sanfermines2019. #HablemosDeSaludMental #NoAlMaltratoAnimal
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robmiguel2607 · 2 years ago
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🎭 ANTEPENÚLTIMA FUNCIÓN DE “EL HIJO” de Florian Zeller Dirigida por: Rodrigo Falla Brousset (@rodrigofalla) Elenco: Ismael La Rosa (@ismaellarosa), Brando Gallesi (@brandogallesi), Fiorella Luna (@lunafiorella), Marisa Minetti (@marisa.minetti), José Miguel Arbulú (@jomiar) y Brian Savitzky (@briansavitzky). 📍 @teatrodelucia (Calle Bellavista 512, Miraflores) #SaludMental #FlorianZeller #ElHijo #TheSon #Teatro #HablemosDeSaludMental https://www.instagram.com/p/CluiDlEN14P/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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penadelcorazon · 3 years ago
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10 de septiembre dia mundial devla prevencion del suicidio. SI ALGO DUELE, HAY QUE HABLARLO DEFINITIVAMENTE ES LA MANERA DE IR SANANDO Y HACER FRENTE A LOS PROBLEMAS. SIEMPRE AGRADECIDA CON LAS PERSONAS QUE ESTUVIERON ESCUCHANDOME SIN JUZGAR E INCLUSO LLENANDOME DE MENSAJITOS LINDOS, Y TAMBIEN CONFIANDO MI CONTANDOME LO QUE PASARON O LES PASA🖤🖤 #10deseptiembrediainternacionaldelaprevenciondelsuicidio #hablemosdesaludmental https://www.instagram.com/p/CTpPZgUL5E4/?utm_medium=tumblr
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alexorue · 6 years ago
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Concéntrate en el progreso, no en la perfección. #HablemosDeSaludMental
— Alex Orué 🏳️‍🌈 (@Alex_Orue) January 14, 2019
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