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historiasdeepyros · 11 months ago

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Capítulo 2: Segundo inicio

Epyros

Una vez estuve seguro de que los anteriores Guardianes se habían ido definitivamente, seguí las instrucciones de Nieto y entré en la mansión, siguiendo un plano que me había dejado atrás para encontrar una habitación especial. Seguí el mapa hasta la habitación y encontré unas figuras metálicas parecidas a los monigotes de madera que los artistas utilizan como referencia.

“Me pregunto que serán estos…” digo curioso, acercando mi mano a uno para agarrarlo.

En cuanto agarre uno de los monigotes, este se iluminó y en su torso aparecieron dos opciones: Humano y Caótico. Seleccione humano por pura curiosidad y enseguida empezó la figura a crecer en tamaño, cambiando lentamente su forma, aspecto, color e incluso textura, transformándose en una copia exacta de mi cuando aún era humano.

“¿Cómo diantres se supone que funciona esto? ¿Por qué me mandarían a por esta copia mía?” me pregunto extrañado.

“Respuesta: Las marionetas Doppelgänger actúan con autonomía utilizando unos comandos base del sujeto copiado” dice mi otro yo, sorprendiéndome al ver que podía hablar.

“Dime cuáles son tus funciones” le ordenó con confianza para ver si responde a mis órdenes.

“Respuesta: Las marionetas Doppelgänger fueron creadas para suplantar en sus respectivos universos originales a la gente que ha sido extraviada al Chaos. Ejemplo: Al haber copiado tu forma humana, puedo hacerme pasar por ti utilizando los conocimientos obtenidos de ti y unas órdenes base para establecer el futuro que debería escoger” dice la marioneta al instante.

“Ya entiendo. Yo he desaparecido de mi universo y estoy aquí, pero mi desaparición no tendría sentido y podría acabar siendo un problema…” pienso en voz alta.

“También tenemos incorporada una función para evitar ser detectadas por todos aquellos que no utilizan magia. Solamente pueden utilizarnos como suplantadores o marionetas las personas registradas en la base de datos, como usted joven señor” dice la marioneta.

“Explícame como nos registráis como autorizados para comandaros” le ordeno con algo de curiosidad.

“Por la magia. Cada persona tiene una onda y frecuencia única de magia y utilizamos eso como medida definitiva para identificar a las personas autorizadas” responde.

“Por supuesto, los únicos que tienen una onda y frecuencia igual somos todos los Epyros y los gemelos univitelinos, si utilizas este sistema sería extremadamente difícil engañarlo” digo asombrado. “De acuerdo, necesitaré que te rompas un brazo y que te contusiones la pierna derecha, hay que llevarte a mi lugar de origen para que me suplantes. ¿Comprendes cuál es tu historia?”

“Hubo un accidente en la montaña y sobreviví al caer en una roca, pero la visión de mis amigos siendo empalados me creó un trauma. Después de reponerme lo más mínimo, intenté llegar a la sociedad para pedir ayuda y buscar a mi familia, pero me perdí y acabé deambulando por la montaña” dice sin parpadear mi clon robótico.

“Bien, es parecida a la que yo había pensado. Las órdenes que definirán tu futuro son las siguientes. El primer año te cerrarás de la mayor parte de contacto humano en motivo de duelo por tus amigos. Te centrarás en estudiar para distraerte y empezarás a tener muy buenas puntuaciones. Después del primer año, relájate y empieza a interactuar más con la sociedad, pero sin olvidarte de los estudios, porque vas a aspirar a hacer una carrera de ciencias importante, todo para acabar en un puesto de desarrollo científico con una fama relativamente buena en el mundo científico” le digo al Doppelgänger.

“A tus órdenes” dice la marioneta antes de proceder a cambiar su aspecto por una versión ligeramente dañada de mi forma humana, con ramas en el pelo, arañazos en varias zonas y barro en la ropa. “¿Desea que me teletransporte a una zona segura para empezar mi tarea?”

“Sí. Muchas gracias por tus servicios” le digo agradecido por no tener que buscar una manera de ir a mi lugar de origen.

Mi yo robótico desapareció en un parpadeo y me quedé solo delante de una habitación llena de marionetas. No quise investigar si todas las marionetas eran idénticas, por lo que cerré la puerta y utilicé el mapa para llegar al punto de control de la mansión para remodelarla a mi antojo y para registrarme como actual propietario de ella.

Una vez me registré utilizando un poco de mi energía mágica, cogí el mapa de la mansión y empecé a revisar como iba a reordenar todo y que espacio iba a tener el interior de la mansión. Me quedé con todas las habitaciones que no eran dormitorios, cocina o salones de estar y bajé a la entrada para empezar a remodelar la mansión dando órdenes a esta.

Amplié la entrada y coloqué un primer salón/recibidor con alargados sofás, una mesa de cristal alargada y baja y le añadí un mueble vanguardista con un televisor de pantalla curva de grandes dimensiones. Entonces lo separé del resto de la casa con una pared y me adentré para seguir remodelando, pero no sin antes apartar de la mansión la zona infinita donde existía una puerta por cada ser vivo, que haya vivido y que esté por vivir, la cual puse separada por cemento.

Creé un comedor en condiciones con una larga mesa y sillas, grandes ventanas para recibir la luz del exterior, unas lámparas de estilo moderno y diversos muebles. Justo al lado, creé una isla de mármol del mismo tamaño de la mesa y cree el espacio para la cocina, donde había todo tipo de espacios e instrumentos para cocinar.

Después de eso, cree una habitación cercana a la cocina que estaba conectada a varias de las anteriores, la hice espaciosa, con un gran armario empotrado en una de las paredes y una cama de matrimonio con una mesita de noche sencilla. Utilizando mis poderes empecé a crear pósteres de mis series, bandas, libros, comics y películas favoritas que esparcí por las paredes, incluyendo una pequeña estantería repleta de artículos de coleccionista.

En el espacio que quedaba en esa habitación, entre una esquina y una de las dos puertas de la habitación, me creé un escritorio al que le añadí un buen ordenador de torre y diversos utensilios tanto para escribir como para utilizar junto al ordenador. Por último, hice un despertador a partir del aire e incluí unas luces en el techo que lo Iluminaban como si fuese un cielo estrellado, asegurándome de cambiar el color del techo y las paredes a un hermoso azul noche.

Cuando me fijé en el despertador me di cuenta de que era ya demasiado tarde, así que me preparé una cena sencilla. Creé huevos y queso y me hice una tortilla francesa con queso para relamerse. Después de eso me fui a mi recién creado dormitorio y me quité la bata blanca que me dio mi mentor mientras entrenaba para que vistiese. Durante mi entrenamiento descubrí que gracias al pelaje que adquirí dormía mucho mejor sin ropa que vestido, aunque mi pelaje y la forma de caótico se podía revertir a una forma más humanoide y menos peluda, pero entonces parecía a mi viejo yo, pero con doble orejas y una cola peluda, con lo que no estaba muy cómodo al respecto. Así que me lo quité todo y me tumbé en la enorme cama, disfrutando de una plácida noche de sueño.

Al despertarme, me fui de nuevo a la cocina y me preparé un bol de cereales para comer algo antes de continuar remodelando la casa. Al tener más tiempo esta vez, pude añadir un spa completo en la zona de los baños, los cuales amplié y transformé en unos baños de estilo japonés, con las aguas termales al aire libre tanto para hombres como mujeres.

Cercano al spa, construí un gimnasio con diversos tipos de ejercicios disponibles para mantenerse en forma y le añadí unos vestuarios y duchas conectados al spa para aprovechar el espacio y poder ir al spa después de un entrenamiento intenso para relajar los músculos.

Lo siguiente que hice fue comer tranquilamente un sencillo bocadillo de calamares en salsa americana antes de ponerme a construir un laboratorio junto al taller que ya había creado en la casa, asegurándome de recolocar la enfermería ya existente cerca del taller y el laboratorio en caso de que hubiese algún tipo de improvisto.

Continué remodelando la mansión para añadirle nuevos espacios, como una biblioteca llena de libros, comics y mangas de todo tipo que también conectaba a otra solo donde se guardaba una colección de todas mi películas y series favoritas, junto con una pantalla de cine y sofás muy cómodos para verlos. También añadí una sala de juegos con todos los juegos no electrónicos y otra con los videojuegos que conocía como si fuese una sal de recreativos. Añadí una sala del placer gamer con asombrosas pantallas, un ordenador flipante y una ventilación excelente a pesar de ser una sala insonorizada. Estuve a punto de incluir una sala con simulador físico virtual que permitiese construir espacios para cualquier tipo de simulación, pero esa sala ya existía porque era la sala donde estuve entrenando por diez años. Así que creé otra habitación más donde tenía una máquina que permitía entrar dentro del videojuego que quisiera para jugar en realidad aumentada a los videojuegos y aparatos para jugar con realidad virtual.

Añadí otros espacios como un pequeño laberinto, una zona de campo donde las heridas o muertes fuesen virtuales para así jugar a láser-tag o paintball en sus versiones más realistas. También incluí un ático para guardar cosas en un futuro, un sótano donde coloqué mi despensa y le dejé un espacio para construir una bodega y una barra de bar en un futuro, preparando ya una nevera con bebidas gaseosas para disfrutar con juegos de mesa o cartas.

Una vez que acabé de remodelar la casa por completo y que creé materiales necesarios para el taller, el laboratorio y la cocina, decidí hacer una habitación más para la futura Rímel, pero como no tenía muy claro como la debía hacer, solamente le puse una mesita de noche, una cama de matrimonio, un armario empotrado y una lámpara led.

Cuando salí a darle un vistazo a la mansión para ver si había cambiado mucho por fuera, me sorprendió que su tamaño no había variado absolutamente nada, pero sí había cambiado el inmaculado blanco de toda la mansión por blanco perla y negro noche, dándole un aspecto moderno. Para darle un último toque, añadí un emblema a la puerta con un león y un dragón uniéndose en uno, lo que más tarde haría que se conociese como la mansión del León-Dragón, pero esa es otra historia.

Satisfecho con mi mansión recién acabada, me metí al estudio que hizo Nieto y saqué toda la información sobre el estado actual del Chaos y las tareas que tenía por hacer. Pero no tenía nada que hacer, excepto esperar y combatir al enemigo de la existencia en caso de que apareciese, un malévolo ser llamado Otein que solamente se preocupa por destruirlo todo a su paso, habiendo asesinado a una Rímel que ya se había retirado.

Me puse a mirar la información de este individuo. Aparentemente, él era el resultado de un error en el sistema de selección de Epyros. Otein solía ser un candidato a Epyros que no soportó el sufrimiento que padecen por 14 años todos los candidatos a Epyros, volviéndose loco y aniquilando a su universo. Al hacerse la selección, como Otein ya había destruido todo su universo, el cosmos lo rechazó y lo expulsó al limbo que hay entre el Chaos y Unterwelt, siendo lentamente transformado en la horrorosa criatura conocida como Otein.

Pero en el documento revelaba que hubo un Otein anterior al actual, uno que podía copiar poderes de todo el que tocaba e incluso robar una única habilidad para siempre. Este Otein intentó reunir una banda de personajes malvados y despiadados alrededor del cosmos, pero Nieto y los Epyros y Rímel predecesores los detuvieron de causar un problema en el equilibrio. Pero el actual Otein mató al antiguo delante de todos, robándole su habilidad de copiar poderes y matando a una Rímel, la esposa del predecesor de Nieto.

Este Otein actual poseía el poder de copiar poderes del anterior Otein y además contaba con su propio poder que le permitía revertir poderes, siendo capaz de anular la inmortalidad de un Guardián. Actualmente, estaba desaparecido en el pequeño limbo y nadie podía hacer nada al respecto, cosa que me inquietaba bastante.

Aparte de esperar y repeler a Otein en caso de que se presentase la ocasión, no había absolutamente nada que hacer en el Chaos. No había una escuela a la que atender, no había cafeterías que visitar, o algún centro que promoviese la diversión. En el Chaos solamente había casas, campos de conreo, fábricas y tiendas, nada más. Así que decidí cambiar eso.

Me puse a diseñar un modelo económico nuevo que incluyese el ocio y la educación. Empecé a montar planos y explicaciones de diferentes establecimientos y tiendas, como casinos, restaurantes, cafeterías o salones recreativos. Al menos los caóticos podían leer todos, excepto los más jóvenes, así que la introducción de libros para leer por el sencillo placer de leer, los comics o los mangas no presentaban una gran dificultad.

Desde el centro de la mansión se pueden hacer anuncios para todos los caóticos que les llegarían en forma de carta, así que decidí utilizar el sistema para contactar con todas y cada una de las familias de Chaos para informarles sobre los cambios, ofrecer puestos de trabajo como constructores y explicar que se iba a instaurar un sistema educativo para que todos los jóvenes pudiesen estudiar y crecer para ser lo que quisiesen ser.

A la mañana siguiente, me encontré con una multitud en las puertas de mi mansión. Todos tenían preguntas sobre el anuncio del día anterior. Me puse a explicarles que era un cambio para modernizar y mejorar la sociedad del Chaos, de la misma manera que cuando el Epyros número 157864º implantó el concepto de tiendas, se desarrolló una economía y todos los caóticos pudieron comer de todo y no morir por falta de algún nutriente.

Ahí fue cuando todos empezaron a alegrarse enormemente por la introducción del entretenimiento, pero su mayor reacción fue cuando lo expliqué detalladamente. La multitud vibraba de la emoción de poder tener algo de luz en sus vidas. Entonces fue cuando una madre decidió preguntar por el proyecto de educación.

Expliqué que sus hijos tendrían que atender de lunes a viernes a un centro donde aprenderían las cosas necesarias para vivir y que, en caso de que quisiesen, podrían estudiar para aprender el trabajo que ellos quisiesen sin ninguna limitación, dándoles mejores oportunidades de éxito. Les puse un ejemplo con dos burros, uno entrenado y uno que no se ha movido nunca. Cuando les di a elegir burro, todos escogieron el burro entrenado y fue cuando se dieron cuenta de la importancia de la educación.

Ese mismo día salieron voluntarios para trabajar como constructores y también para trabajar como educadores. Contraté inmediatamente a toda la gente que quiso ser constructora y organicé entrevistas con los candidatos a educador para elegir a los más capaces a la hora de enseñar a los niños más pequeños, porque ellos serían los primeros en recibir educación.

El plan era construir una escuela para los pequeños de hasta diez años para que aprendiesen lo necesario para vivir. Luego, se tendrían que hacer un enorme campus de institutos que estuviese centrado en las ramas generales de la educación superior para categorizar los alumnos según sus preferencias ante la ciencia experimental, la numérica, las artes plásticas, los deportes, los servicios, los derechos caóticos, … Por último, habría una universidad donde cada clase estudiase un oficio en concreto para formarse directamente en el trabajo que quisiesen hacer.

Una vez repartí a la asociación de comerciantes las ideas de entretenimiento y que explicase el proceso de construcción de la escuela que tenía en mente a los obreros, me retiré a la mansión porque no tenía nada más que hacer hasta que los proyectos estuviesen en marcha. Pero por suerte para mí, no fue así los primeros seis meses porque tuve que estar mediando para que no hubiese problemas en la construcción de los nuevos establecimientos o en la escuela.

Pasaron los meses y cumplí los once años, pero por desgracia para mí no había nada más que pudiese hacer. Por ese motivo, decidí embarcarme en un viaje a través del cosmos y visitar las diversas dimensiones utilizando mi asombrosa velocidad.

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historiasdeepyros · 11 months ago

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Capítulo 1: Accidente

Epyros

Todo empezó el día de mi decimocuarto cumpleaños. Yo era un chico más o menos normal, de hecho, mi única cualidad era la mala suerte que parecía seguirme a todas partes. Mis padres se divorciaron cuando mi hermana y yo éramos pequeños, le rompí el brazo a mi hermana nada más nacer cuando intentaba sostenerla, me metía en demasiadas peleas en cualquier parte, mis padres me apalizaban cada vez que hacía la más mínima cosa mal, sufrí bullying desde los 4 años hasta los 13 y la chica a la que me confesé se burló de mí y lo dio a conocer a los cuatro vientos.

Eso sin contar la de accidentes y lesiones por las que pasé o el odio de mis tíos y abuelos, que no se esforzaron por ocultarlo. Tampoco querría tener en cuenta la muerte de mi hermana a los 6 años porque mi madrastra tuvo un accidente de coche y solamente salí vivo yo, pero no sin diversas heridas alrededor del cuerpo, un trauma y una paliza de mi padre cuando salí del hospital. Sí, definitivamente tenía mala suerte.

Pero olvidémonos de eso y regresemos a la historia principal. Para mi cumpleaños me fui con unos compañeros que me caían bien a una montaña cercana a mi casa, a hacer una acampada nosotros solos. Íbamos 4 chicos y 2 chicas y teníamos pensado acampar en un claro desde donde se veían las estrellas claramente. Nos pasaríamos la noche contemplando las Lágrimas de San Lorenzo y al día siguiente mis padres nos llevarían de vuelta en coche. Pero tal y como adivinaste, eso no llegó a pasar nunca.

No me malinterpretéis, no es que fuese un mal día. El día iba genial, el suelo estaba seco y perfecto para caminar, hacía un día hermoso y mis padres vendrían por la noche a darme mi regalo, algo raro porque se llevaban a muerte desde el divorcio y aún peor desde que murió mi hermana. Pero de camino al claro, un compañero se resbaló por pisar una roca musgosa y se precipitó ladera abajo, lográndose agarrar de un árbol colgante antes de sufrir una herida grave.

No hace falta decir que intentamos salvarlo, pero tras unos intensos minutos de forcejeo para intentar alcanzarlo sin caernos por la ladera, el suelo debajo de nosotros se rompió y nos caímos rodando todos por una rampa natural. Justo en mitad de la caída, me choqué con una roca que freno mi avance y que me dejó inconsciente por dios sabe cuánto.

Al despertarme, miré a mi alrededor desconcertado hasta que recordé lo sucedido. Me asomé como pude al borde de la roca y vi más abajo los cadáveres de mis compañeros, que murieron por la caída, empalados por las ramas rotas de los viejos árboles. Me giré y vomité el desayuno asqueado. Mis amigos con los que había estado hablando no mucho antes, estaban todos muertos y con distintos de sus órganos saliéndose de su cuerpo. Sin dudas iba a ser un cumpleaños para recordar.

Por culpa de ese maldito accidente, me quedé solo con una cuesta que escalar, una pierna floja y una muñeca que parecía tener una rotura en el ligamento. Tras una hora y mucho esfuerzo por no volverme a caer, logré subir una parte de la cuesta hasta un camino, pero yo no sabía cómo regresar y estaba perdido en la montaña. Después de hacer muchas excursiones en la montaña y ver muchos programas de supervivencia, sabía que necesitaba encontrarme con humanos, así que decidí buscar una carretera y seguirla hasta el pueblo más cercano.

Pero pasó algo muy extraño mientras caminaba, algo que ni siquiera en mis sueños hiperrealistas me esperaría. De la nada vi aparecer una manada salvaje de lobos junto a otros animales del bosque, sin comerse a los animales pequeños ni ninguna señal de haber algo peligroso que los obligase a huir. De hecho, todos estaban dirigiéndose tranquilamente hacia un mismo lugar. Lleno de curiosidad, los seguí lo más sigilosamente que pude con una pierna floja, hasta que me vio un lobo.

Para mi sorpresa, el lobo se acercó a mí sin temor ni signos de agresividad. En vez de comerme o atacarme, el lobo me ofreció la pata y luego me dejó montarlo, o mejor dicho, me estiró de la manga hasta que me monté encima de él. He de admitir, que montar en un lobo fue lo mejor que me había pasado en esa vida. Era una sensación liberadora y me sentí poderoso por poder montar un lobo como si fuese un caballo.

Tras una hora montando el lobo, al fin llegamos a un lago que no había visto en mi vida, a pesar de haber visitado todas las rutas de senderismo de la montaña. En el lago, todos los animales se sumergían en el agua, pero no salían de ella en ningún momento, como si hubiesen desaparecido. Me bajé del lobo antes de que se lanzase al agua y me acerqué a ver qué pasaba en ese lago.

Al acercarme al agua, vi a todos los animales del rebaño al que me había unido con más atención. Había leones, que llevaban siglos extinguidos en las montañas de Europa; osos enormes; lobos; cabras de varias especies; monos; varias especies de simios e incluso varios animales que solamente había visto en documentales como el ratel o el pangolín. De repente, salió una enorme burbuja de agua y esta me tragó, removiendo los cuerpos inertes de los animales.

Pasé unos cuantos minutos sufriendo en agonía, sintiendo mi cuerpo estaba descomponiéndose y reconstruyéndose, volviendo a ser el cuerpo de un bebé, pero a la vez estaba cambiando a algo que definitivamente no era humano. Además, podía notar como una energía que nunca antes había sentido recorría mi ser modificándolo.

Por ejemplo: Mis sentidos se volvieron extraordinarios, una capa de pelaje cubrió todo mi cuerpo, me salieron colmillos y garras. Me estaba transformando en Epyros Sacel Vanid, pero eso no lo descubriría hasta mucho más tarde.

Al final, salí propulsado fuera del agua de la misma manera de la que entré, pero la escena delante de mí era muy distinta a la que vi al entrar en el agua. El agua me había llevado hasta la que se convertiría en mi mansión en un futuro cercano. Allí, una versión adulta de mi nueva forma me esperaba junto a una mujer que cargaba un bebé en brazos. El ser se me acercó lentamente con una sonrisa en la cara.

“Hola pequeño D-28, soy el Epyros Sacel Vanid B-102, pero puedes llamarme maestro, o Nieto” me dijo el ser, pero retrocedí cautelosamente un par de pasos. “Tranquilo, no tengas miedo. Te aseguro que me sería contra productivo el matarte”.

“¿No podrías decir eso de manera más suave?” pregunta la mujer de su lado, claramente mosqueada con el comportamiento de su compañero.

“¿Quiénes sois?” pregunto cabreado.

“Heh, este nos ha salido rebelde y peleón” dice Nieto. “Digamos que soy tu, pero con una hermosa esposa llamada Rímel, una hija y mucho más guapo que tú”.

“No le hagas caso, eres una monada” dice Rímel.

Sin decir nada más, Nieto me cogió de la nuca como a un cachorro de gato y me llevó dentro de la mansión, a una sala de aspecto futurístico con muchos botones y pantallas por todos lados. En la sala, vi como Nieto se duplicaba y uno de los dos se iba, mientras que el otro pulsaba botones con un extraño brillo en sus manos.

Un haz de luz nos envolvió, dejándome completamente ciego mientras que el mundo a mi alrededor retrocedía en el tiempo. Sin que yo lo supiese, habíamos partido en un viaje temporal catorce años atrás. Cuando abrí los ojos, Nieto me miraba con un aspecto melancólico, mientras que me cogía de la nuca de nuevo para llevarme a otra sala.

Por aquel entonces, era una bola de pelo asesina que acaba de descubrir importantes verdades y mis poderes estaban en completo descontrol. Precisamente por eso Epyros B-102 me había llevado allí. Estábamos allá para que mi maestro pudiera enseñarme cómo funcionan mis poderes y explicarme con detalle cuál iba a ser mi destino a partir de entonces. Cabe decir que tenía el cuerpo de un recién nacido y además era un cuerpo distinto al que me había acostumbrado después de catorce años, por lo que tuve que aprender a usar mi nuevo y extraño cuerpo desde el inicio.

Cuando me empecé a adaptar a todos los cambios que había sufrido mi cuerpo, empezaron las lecciones de verdad en una especie de gimnasio que siempre tenía todo lo que necesitaba. Allí, tomaba clases de química avanzada por la mañana, salía de caza para comer, practicaba con mis poderes por la tarde y dormía bajo la luz de las estrellas, pero sin salir ni un solo centímetro de la habitación.

Mis lecciones de química avanzada me enseñaron todas las leyes de la química y los misterios de la materia, permitiéndome después de mucha práctica reconocer la composición atómica, molecular y estructural de un objeto solamente con mirarlo. Gracias a ellas podía controlar a voluntad los átomos para cambiar sus partículas subatómicas, controlar su movimiento y crear compuestos con ellos hasta el punto de hacer objetos a partir de aire puro. Memoricé miles de estructuras y composiciones para crear lo más rápido posible cualquier objeto que necesitase.

La caza que hice en los diferentes entornos que creaba esa sala me ayudó a sincronizarme mejor con mi nuevo cuerpo y los dones que este tenía. Descubrí muy pronto que tenía una especie de sexto sentido que me hacía saber con exactitud mi posición en el espacio y la dirección general de todos los sitios que había visitado con anterioridad, o que ni el frío ni el calor me afectaban y que mis otros sentidos eran ahora más agudos que los de cualquier animal que conociese, siendo capaz de distinguir los ojos de una mosquilla a más de tres mil millas de distancia o de escuchar el aleteo de un búho en la otra punta de una montaña.

Por último, las prácticas que hice por la tarde con mis poderes me permitieron entender mejor todas las nuevas habilidades que no podía aprender entrenando o estudiando. Aprendí que el poder de manipular partículas subatómicas podía utilizarlo para crear electricidad, fuego y variaciones de temperatura. También aprendí a utilizar el poder de creación de materia instantánea, a activar una supervelocidad mágica que me permitía cruzar enormes distancias en meros nanosegundos o cómo funcionaba mi inmortalidad, haciendo que ninguna herida fuese mortal para mí, aunque fuese reducido a átomos.

Me llevó diez años aprender a dominar mis poderes, porque aparentemente renací después de caer al lago. Además, aprendí cuál era el significado de ser un Epyros, quién era mi enemigo y el enemigo de toda la existencia, cuáles eran mis obligaciones como Epyros y cómo utilizar mi don de dar poderes para transformar a alguien en un caótico o, más importante aún, crear al nuevo Epyros cuando llegase el momento.

Mis poderes eran, de manera resumida, el control de las partículas subatómicas, la inmortalidad, la creación de materia y el poder de la vida en Chaos, también conocido como la habilidad de conferir poderes o volver caótico a cualquiera.

El mismo día que cumplí de nuevo los 10 años y que acabé mi entrenamiento, estando listo para ser un Epyros de verdad, B-102 y yo volvimos a la sala temporal y regresamos al momento justo después de viajar al pasado. Salimos a la entrada de la mansión, donde nos encontramos con Rímel y la pequeña bebé que se llamaba Maddy junto con una versión más joven de mi maestro que la que se había pasado diez años conmigo. La versión vieja de mi maestro se desvaneció con una sonrisa y Nieto absorbió toda la información de lo sucedido en esos diez años.

“Vaya, vaya, parece que tenemos aquí a un pequeño genio” dice Nieto frotándose el mentón. “No me puedo creer que tardases diez años en poder aprender todas las bases y llegar al punto de controlarlo muy bien. Aunque tu control aún no es perfecto y no tienes ninguna especialidad aparente”.

“Cariño, ya sabes que el único Epyros que ha dominado a la perfección fue el primero de todos y eso fue solamente después de pasar eones entrenando en solitario” dice Rímel poniendo los ojos en blanco.

“Pero esa es la especialidad de Primo, el control absoluto” protesta Nieto.

“¿Cuál es tu especialidad entonces?” pregunto a mi maestro con curiosidad.

“Tengo una de las mejores afinidades con la magia de todos los Epyros” dice todo orgulloso. “Ya te he explicado que debido a nuestros ventajosos poderes, nuestro control sobre las artes mágicas es ligeramente malo, pero algunos Epyros tenemos más afinidad por ella que otros”.

“Sin embargo, las Rímels os damos diez vueltas en magia” se jacta Rímel.

“Yo no estaría tan seguro esta vez” dice Nieto con una sonrisa burlesca. “Este pequeñín de aquí me supera en magia, así que o bien su Rímel es la encarnación de Cadi o su descendiente directa, o el nuevo Epyros va a ser un mago”.

“No puede ser” dice Rímel estupefacta.

“Ya sabe utilizar toda la magia que yo conozco” dice Nieto. “Y sus otras habilidades son más que decentes. Ningún otro Epyros novato había tenido tanto potencial”.

“Espero no meterme en problemas por ello” digo preocupado mientras recuerdo las veces que me peleé porque saqué muy buenas notas en todo.

“No creo que vaya a venir nadie buscando pelea contigo, tranquilo” dice Rímel con una sonrisa amable.

“Y si algo llega a pasar, siempre puedes venir a buscarnos utilizando el hechizo rastreador que te enseñé” dice Nieto.

“Intentaré arreglármelas yo solo primero, no quiero quitaros mucho tiempo de cuidar a vuestra hija” digo sonriendo. “Es una monada por cierto”.

“¿Quieres intentar sostenerla?” me pregunta Rímel, ofreciéndome coger al bebé.

Cogí a Maddy entre mis brazos, teniendo cuidado de esta vez no romper ningún brazo accidentalmente. Era una criatura tan pequeña y curiosa. Su adorable nariz con forma de hocico cambió por un instante de color, pero Maddy no lloró por el cambio de la persona que la sujetaba.

“Tú y yo somos iguales, técnicamente hablando, por lo que Maddy te está reconociendo como yo” dice Nieto leyéndome el pensamiento.

“Técnicamente hablando, es su hija por el hecho de que sois versiones paralelas del mismo ser” dice Rímel.

“Pues menuda hija más adorable que tengo” digo mientras balanceo lentamente a Maddy para que se duerma. “Me resulta gracioso que no la vaya a ver crecer a mi ritmo, yo creceré hasta 300 años y ella seguirá siendo una mocosa de cinco”.

“Pues de hecho, no” dice Nieto. “Rímel y yo hemos decidido que será mejor vivir una temporada en una dimensión donde el tiempo corre un poco más deprisa para que crezca al menos el doble de rápido en caso de que necesites ayuda”.

“¿A qué te refieres?” pregunto extrañado al oír eso.

“Estás solo” señala Rímel. “Cada vez que un Epyros se crea, una Rímel es seleccionada al mismo tiempo, exceptuando únicamente a los primeros Guardianes. Y ahora, tú también te incluyes con ellos, aunque esperemos que no estés eones solo”.

“Ahora que lo dices… Es cierto que no hay una Rímel a la vista. Pensé que aparecería un poco más tarde para entrenar con la anterior Rímel, pero no hay nadie” digo desconcertado.

“Precisamente por eso hay peligro. Si algo te pasase… No quiero ni pensarlo” dice Nieto con una expresión seria. “Por eso intentaremos que Maddy crezca lo más antes posible, para que si hay que suplirte temporalmente no tengamos distracciones”.

“Esperemos que la siguiente yo aparezca dentro de poco y nosotros podamos tener un descanso normal” dice Rímel.

“Yo también la verdad…” digo con una expresión solitaria mientras miro la mansión. Me sacudo y vuelvo a poner mi expresión alegre usual. “Pero bueno, dejemos de hablar de este tipo de cosas, que seguro que necesitáis iros y yo no quiero ser el que os entretenga aquí”.

Rímel coge a Maddy en sus brazos. “Eres un buen chico Epyros. Me aseguraré de venirte a visitar para que tengas algo de compañía”.

“Muchas gracias Rímel. Me aseguraré de tenerte preparado un buen cóctel, un spa relajante y una comida digna de los dioses” digo con una sonrisa.

“Tendrás que crecer cuatro años antes de tocar el alcohol jovencito” dice Nieto riéndose.

“Eso lo dices tú porque eres de la época industrial, en mi era necesitas tener dieciocho años para beber” dice Rímel. “Al menos en Japón, claro”.

“¿Espera, eres japonesa?” digo sorprendido. “Pensé que serias de otra dimensión”.

“Pues no, ella es la única Rímel que viene del mismo universo que su correspondiente Epyros” dice Nieto.

“El único problema es que en nuestro universo, los países están completamente aislados de unos y otros y mientras que Japón y otros países están en la edad de la tecnología informática, la mayor parte de Europa está en la era industrial o en la medieval. Francia tiene a Juana de Arco rondado por ahí”.

“Sé que dentro del cosmos eso no es nada, pero menuda locura” digo perplejo.

“Lo es” dice Nieto sonriendo. Me da unas palmadas en la espalda y abre un portal. “Nos vemos muchacho. Recuérdame que la próxima vez te hable de barreras y portales”.

Y así, vi como mi maestro y su familia se marchaban a otra dimensión y me dejaron a cargo de una enorme mansión vacía, la cual no podía imaginar lo llena que la llegaría a ver.

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