#HA VIVIDO EN MI MENTE POR UN LARGO TIEMPO

[vozaho]

NieYao | post-canon.

Cien años han pasado, el templo continúa destruido: la madera erosionada por el pasar de las estaciones, el oro y las finas telas arruinadas, velas e inciensos quemados hace mucho tiempo atrás. La luz se filtra entre las grietas y el polvo danza. El templo ha escuchado por un siglo los gritos que ahora permanecen como ecos guardados entre los muros. El espesor de la sangre y el resentimiento han mantenido alejado a cualquier forma de vida.

–¿Valió la pena? –Pregunta una voz masculina, sin más ira para dar, solo cansancio y vacío. Una duda genuina–. ¿Obtuviste lo que querías?

–Lo que te hice no se trataba sobre el poder, se trataba de sobrevivir. No me dejaste otra opción –la segunda voz responde suavemente, casi en un susurro, sonando tan cansado como la primera voz–. Yo no quería hacerlo.

Jin GuangYao se levanta. Aunque su cuerpo está roto, sus movimientos son graciles, su largo cabello fluye con el viento en una ligereza casi antinatural. Sangre que podría ser suya o no se adhiere a su piel.

Nie MingJue fija su mirada en los suaves movimiento del hombre más pequeño, emociones conflictivas arremolinándose en sus ojos.

El ex líder de la secta Nie se levanta también, como una fuerza de la naturaleza. El piso debajo de él podría partirse en cualquier momento con su poder. Hay un crujido siguiendo sus movimientos, pero son solo sus huesos una vez fragmentados. Hilos se entretejen por todo su cuerpo manteniendo unidas sus extremidades.

–Tú tampoco me dejaste opción, Meng Yao. Te dirigías hacia un terrible camino.

–Con todo respeto, no era de tu incumbencia, Da-ge. No tenías derecho a intentar asesinarme. Era una guerra, hice lo que creí mejor, pero ahora me doy cuenta de que quizá debí dejarte morir, ambos estaríamos en paz entonces, habrías tenido una muerte digna de un guerrero, y yo no hubiese vivido tanto tiempo aterrado de ti. En ese entonces solo intentaba salvarme –una pausa para respirar profundamente, casi parece que no dirá más, hasta que continúa en un débil susurro–, y, erróneamente, traté de salvarte también. Sé que no crees que mi vida valiera algo, pero, más allá del poder, sobrevivir es todo lo que siempre he buscado. Puedes culparme todo lo que quieras, pero no me arrepiento –Los ojos de Meng Yao se llenan de lágrimas, pero se niega a llorar más–. ¿Qué se supone que hiciera? ¿Dejar a todos humillarme y lastimarme una y otra vez? ¿Dejarte asesinarme? ¿Por qué matar te vuelve justo a ti y un monstruo a mí?

–Lo lamento, Meng Yao –interrumpe Nie MingJue, una de sus grandes manos colocada con cuidado en el hombro de Meng Yao. Es el toque más tierno que han tenido entre ellos incluso antes de sus muertes.

–¿Disculpa? –Jin GuangYao no puede creer lo que escucha. Su respiración, más una costumbre que una necesidad real, se detiene. Siente la mano en su hombro apretarse, como intentando que no huya, pero por primera vez, no lo lastima.

–Tienes razón, debí hablar contigo, realmente escucharte por una vez. Pero estaba enojado, me engañaste una y otra vez, Meng Yao. Fuiste hasta el punto de apuñalarte a ti mismo, ¿Cómo podría creer una sola palabra de ti?

–Estaba asustado. Tu juicio o el de mi padre, ambos me importaban, y ambos acabarían conmigo.

Los dos hombres permanecen en silencio, solo mirándose entre ellos por varios minutos, imágenes de cada momento juntos reviviendo en sus mentes aleatoriamente. Nie MingJue finalmente deja caer su mano, y da un paso atrás.

–Antes de mis últimos momentos, te escuché hablando con XiChen sobre mí, en ese entonces pensé que mentías, dime, no más engaños, ¿Realmente me temes, Meng Yao?

–Ya no. Estuve aterrorizado por ti durante mucho tiempo, pero cuando me tomaste del cuello antes de arrebatarme la vida y arrastrarme aquí, ya no te temía más. Solo había odio y resentimiento. El miedo se había ido.

–¿Aún hay solo odio? –Pregunta Nie MingJue, su mirada se posa intensa en el rostro frente a él, pero no hay juicio en su voz o su expresión. Parece incluso arrepentido.

–No. Ya no hay odio ni temor. Solo... Estoy cansado, Da-ge.

Le toma un momento a ambos asimilar las palabras de Jin GuangYao. Ninguno está seguro de qué significan, pero ambos saben que no son más mentiras.

–Yo también, Meng Yao.

La frase igualmente sincera. Es lo más cerca que ambos han estado de la paz.

–No puedo arrepentirme de haber intentado sobrevivir, Da-ge, pero te aseguro, lamento nuestro final, nunca fue mi deseo que ambos termináramos así.

Nie MingJue se gira mientras Jin GuangYao habla y vuelve a sentarse. Da unas palmadas al lugar a su lado antes de hablar él mismo:

–Acompañame, Meng Yao. Creo que tenemos mucho de que hablar aún.

Jin GuangYao duda por un momento, hasta que nota la mirada de tranquilo anhelo de Nie MingJue, y su propio rostro se suaviza en una pequeña sonrisa.

–Si aún ha quedado algo en este templo, permíteme preparar un té para nosotros antes, Da-ge.

[donggatto]

Depresión

Querido lector:

Espero que esta carta te encuentre con plenitud y en bienestar. Hoy quiero compartir contigo una parte de mi vida que ha sido significativa y, a la vez, desafiante. Permíteme narrarte con sinceridad y detalle lo que es tener una amiga con depresión e ideación suicida. No es fácil expresar todas las emociones y experiencias que hemos vivido juntos, pero siento que es importante compartirlo para crear conciencia y comprensión sobre este tema tan delicado.

Desde el momento en que supe que mi amiga estaba lidiando con la depresión, mi mundo cambió. Ver a alguien a quien quiero tanto luchar contra sus propias emociones y pensamientos negativos ha sido desgarrador. Aunque siempre he estado ahí para apoyarla, a menudo me he sentido impotente, sin saber qué palabras o acciones podrían aliviar su dolor.

En el día a d��a, noté que su energía comenzó a menguar. Las actividades que solían traerle alegría perdieron su brillo, y su sonrisa se volvió más rara. Las conversaciones se volvieron cada vez más difíciles, ya que a menudo se sumergía en largos silencios o respuestas monosilábicas. Me di cuenta de que las noches eran las más difíciles para ella; la soledad y la oscuridad parecían intensificar sus pensamientos oscuros.

Una de las cosas más angustiantes fue enterarme de sus pensamientos de autodestrucción. Escucharla hablar de la ideación suicida me llenó de temor y tristeza. No podía imaginar lo que estaba pasando por su mente, y me asustaba pensar que podría perderla. Sentía una presión abrumadora para ser su apoyo principal, pero también sabía que no podía resolver sus problemas por completo.

A medida que avanzaba en esta travesía con ella, aprendí sobre la importancia de la empatía y la escucha activa. Aunque no podía comprender completamente su experiencia, me esforzaba por estar presente y brindarle un espacio seguro para expresar sus emociones. Animaba a buscar ayuda profesional, lo cual resultó ser un paso crucial en su proceso de recuperación.

Verla tomar la decisión de buscar ayuda profesional fue un momento esperanzador. Sin embargo, también fue un proceso desafiante, ya que encontrar el tratamiento adecuado llevó tiempo y experimentación. A través de altibajos, avances y retrocesos, seguimos enfrentando juntos los desafíos que la depresión presentaba en su vida.

A medida que los días pasaron, vi pequeñas mejoras. Hubo momentos en los que su risa volvió a llenar la habitación y su mirada recuperó un destello de alegría. Celebré cada uno de esos momentos como una victoria, pero también entendí que la recuperación no era lineal y que habría días difíciles.

Si algo he aprendido de esta experiencia es la importancia de la paciencia, la comprensión y la educación. A veces, solo estar presente, incluso en silencio, puede marcar la diferencia. La depresión es un enemigo invisible, pero el amor y el apoyo de amigos y seres queridos pueden ser un bálsamo sanador.

Lector, te cuento esta historia no solo para compartir mi experiencia personal, sino también para recordarte que el apoyo y la comprensión son fundamentales cuando alguien que amamos está luchando contra la depresión y la ideación suicida. Cada pequeño gesto puede marcar la diferencia en su camino hacia la recuperación.

Gracias por tomarte el tiempo para leer mi relato. Espero que esto te ayude a comprender un poco mejor lo que es tener una amiga en esta situación. Si tienes preguntas o si necesitas más información, no dudes en preguntarme. Juntos, podemos ser un apoyo sólido para quienes lo necesitan.

Con cariño,

Mario Latabán

[vayanse-al-carajo]

Amada Marialejandra,

Hoy me encuentro escribiéndote estas palabras con el corazón lleno de emociones encontradas y con los ojos vidriosos. Es difícil expresar con palabras todo lo que siento en este momento, más aún cuando nunca supe expresarme, pero quiero que sepas que cada una de ellas está impregnada de amor y gratitud por los momentos que hemos compartido juntos.

A lo largo de nuestro tiempo juntos hemos vivido experiencias maravillosas, hemos reído, hemos llorado y crecido juntos. Cada día a tu lado ha sido un regalo, y me siento agradecido por haber tenido la oportunidad de amarte y ser amado por ti.

Ahora mientras me preparo para tomar un camino distinto, quiero que sepas que llevas una parte de mí contigo siempre. Nuestro amor ha dejado una huella imborrable en mi corazón y aunque nos separemos físicamente, te llevaré conmigo a donde vaya, y que siempre estaré aquí para ti, en cuerpo, mente y espíritu. No tengo ningún resentimiento porque sé que lo nuestro fue real y si algún día nos volvemos a encontrar, te veré con gusto y recordaré el tiempo que hemos pasado aprendiendo uno del otro.

Te deseo todo lo mejor en tus futuros pasos y aunque el camino pueda ser difícil en ocasiones, confío en que encontrarás la felicidad y todo lo bueno que te mereces.

Con todo mi amor y cariño, siempre,

Hardy

[ovejas-de-morfeo]

He sido incapaz de dormir bien en mucho tiempo, probablemente mis pastillas dejaron de servir hace mucho. El doctor recomendó 1.5, para solventarlo, decidí empezar a tomar dos. Lamentablemente mi solución no tuvo efecto. Me he vuelto inmune. No es cuestión de acostarme tarde, despertarme temprano, el insomnio se mantiene. Para la próxima cita aún falta mes y un poco más. Pensé que quizá el cansancio del gimnasio o actividad física y mental ayudaría, pero nada de lo que trato parece funcionar. Me he vuelto inmune.

Hace varios días también lloré después de mucho tiempo. Nunca he sido alguien sentimental. Sentí una gran descarga, pero a la vez siento que conjunto vino algo peor. Siento que liberé los pocos sentimientos honestos que me quedaban, y parte de la máscara de humano que tenía ha desaparecido.

En los últimos días han pasado muchas cosas, y sumado al insomnio, ha metido ideas malas en mi cabeza. Siento que cada vez mi interior se ha vuelto más podrido, y se me dificulta más saber cómo ser una persona. Este enigma sólo abre otra alternativa, y es el hecho de que quizá soy incapaz de comprender cómo debe sentirse una persona.

Esta divagación de la mente, y me atrevería a decir que mi propia alma, ha puesto en la cuerda floja mi propio juicio, llevándome a cuestionar qué tanto de lo que siento es real, ya sea para mí mismo y para los demás.

Inconscientemente siempre he pensado que aquello que pienso es una mentira. Lo tomé como un mecanismo de defensa al inicio, evadir mis propios sentimientos para evitar sentir dolor. Evitar demostrar vulnerabilidad ante los demás, pero últimamente sólo puedo creerle a aquella voz en mi cabeza que dice que sólo estoy mintiendo.

A lo largo de los años, y de mi propia vida, he intentado muchas cosas, cosas que creía que me gustaban, pero sólo han sido una distracción. El dibujo, el ciclismo, el gimnasio, por poner algunos ejemplos. Sólo he vivido para satisfacer mi propia necesidad de entretenimiento, pero por dentro nunca he encontrado aquello que realmente pueda sentirme realizado. Las otras cosas me hicieron creerlo algún tiempo, pero esta inminente sensación de vacío acecha en las sombras, esperando para volver a hacerse parte de mí. Dejándome otra vez carente de sentido mismo. Acciones como estudiar o trabajar nunca las he sentido como predilectas, sólo unas palmaditas en la espalda de saber que hago algo útil. Y que probablemente servirá más adelante.

Lo único que me impide de quitarme la vida es la poca fé que me queda, añorando que algún día ese esfuerzo se convierta en algo. Y quizá ese día, probablemente vuelva el dolor a mí, haciéndome sentir vacío e inhumano una vez más.

Algunos quizá fuimos hechos para otras cosas. Quizá no fuí hecho para hacer algo. Quizá nisiquiera para la vida misma.

[nistzar]

El amor es el motor que impulsa nuestras vidas, es el sentimiento más puro y sincero que podemos experimentar.

Cuando encontramos a esa persona especial que nos complementa en todos los aspectos, sabemos que hemos encontrado a nuestro compañero de vida.

El amor nos llena de alegría, nos hace sentir vivos y nos da fuerzas para enfrentar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino. [ . . . ]

Mi luna de plata, sabes perfectamente bien que podría recapitular paso a paso lo que hemos vivido a lo largo de estos 16 maravillosos meses juntos.

Tienes en mente qué día fue anteayer, ¿verdad? Exactamente, mi amor. Siete. ¡Feliz decimosexto mesiversario! ¡Feliz siete, mi corazón! (otra vez).

Me conoces lo suficiente como para tener la certeza de que no dejaría pasar —mucho menos evitar nombrar— una fecha tan importante para ambos, una fecha que marcó el preludio de una primorosa historia.

Como dije, podría remontarnos a ese conmovedor inicio hasta lograr que todas las imágenes de los recuerdos pasaran frente a nuestros ojos como un filme de gran amor, sin embargo, por esta ocasión, mis intenciones tienen otro objetivo igual de importante.

Cuando miro hacia atrás, es fácil encontrarme inmerso en la suave marea de los recuerdos que hemos construido juntos: cada momento, cada risa compartida y cada desafío superado.

A lo largo del tiempo, has sido mi confidente, mi apoyo inquebrantable y mi fuente inagotable de felicidad ��e indudablemente, de amor—.

La remembranza de aquel primer encuentro se mantiene tan viva, justo como si fuera de ayer. Desde entonces, cada día a tu lado ha sido un regalo que atesoro con gratitud.

En esta travesía que hemos emprendido juntos, hemos crecido, aprendido y creado un mundo único que es solo nuestro. Cada instante compartido ha sido como una obra maestra pintada con las paletas de la alegría, la paciencia, el amor y el apoyo.

Hoy, en este capítulo de nuestra historia que estamos escribiendo juntos, me encuentro frente a ti con un corazón lleno de emociones y palabras que han estado buscando su salida.

Quiero expresar lo que siento de una manera que refleje la profundidad de mi amor por ti, la admiración que siento cada vez que miras hacia el futuro con determinación y la felicidad que inunda mi ser cuando compartimos nuestros sueños.

En este rincón especial de nuestra vida, donde la realidad se entrelaza con nuestros sueños más preciados, me atrevo a imaginar un futuro aún más hermoso a tu lado.

Cada día contigo es como un lienzo en blanco esperando ser llenado con colores de experiencias compartidas, desafíos superados y momentos inolvidables.

Si me lo permites, quiero proponerte algo que va más allá de las palabras, algo que refleje la magnitud de mi compromiso contigo.

Kaèzar, mi hermosa luna de plata...

Kaèzar, mi buen y gran amor...

¿Te unirías a mí en la creación de un lienzo aún más impresionante, como mi compañero de por vida?

¿Me concederías el maravilloso honor de poder ser tu esposo en un "para siempre"?

Kaèzar, ¿te casarías conmigo? ♡

Quiero que nuestra historia continúe siendo una odisea de amor, crecimiento y complicidad.

Te amé, te amo y te amaré hasta el final de mis días.

Con todo mi amor y corazón sincero;

Nistván.

[trastumuerte]

No. 26

Dejé de escribir por unos días porque estuve con la mente ocupada con temas del trabajo, ya saben, el trabajo a veces es el mejor pasatiempo para no andar pensando en la muerte, la soledad, también diluye ese sentimiento de añoranza.

Tuve días en donde la mente estuvo muy activa pensando en mi trabajo, me cuesta mucho trabajo mantener el ritmo y enfocarme en las tareas que profesionalmente desempeño, antes todo tenía sentido, ese ritmo, esas ganas se veían premiadas cuando Fernando me decía “como te fue” “cuéntame de tu día” o cuando me decía “no te preocupes, ya mero nos vamos a la playa”.

La mente me tienda a abandonar mi trabajo y buscar otra forma de generar recursos, pero sinceramente creo que estoy en una posición cómoda en la cual puedo hacer muchas cosas personales.

El día de hoy es martes 15 de octubre y es mi aniversario número 5 en la empresa donde laboro, estos días Fernando me felicitaba por ser un buen líder, también él me invitaba a seguir siendo mejor cada día con las personas a mi cargo, incluso me ayudaba a planear algunas reuniones de convivencia para mis colegas y también a decidir entre las varias opciones de regalos de navidad que hacíamos para ellos. Sin duda, planear ahora todo eso solo será un reto interesante.

También estamos próximos a que se cumplan 6 meses de su muerte, no puedo creer todas las emociones que he vivido a lo largo de ese tiempo, ha sido, como lo he escrito varias veces, uno de los retos más importantes de mi vida personal, vivir el duelo por mi gordito.

En relación a la escritura, sigo estando muy muy activo con ello, he desarrollado poemas muy lindos los cuales estoy organizando en un libro, estoy tratando de encontrar que emocione predominan en cada uno de ellos, y me di cuenta de que la etapa de depresión y aceptación son las que son más fuertes en cada poema.

Aquí seguimos, recuerdo que hace 6 meses pensé que me moriría sin Fernando, pero aquí estoy, vivo, convertido en poeta, trabajando en el mismo empleo y haciendo nuevas amistades, pero si algo es cierto, es que durante 6 meses no ha habido ningún día que no haya derramado al menos una lagrima por mi gordito hermoso.

[guadasarchive]

Hola, creo que es la segunda vez que te escribo una carta y quería hacerlo a mano pero no me dió el tiempo , no soy muy buena en esto y me pone nerviosa no poder expresar correctamente mis palabras, porque siempre tengo mucho adentro de mi, mucho que decir y es dificil hacertelo saber y que puedas entender y sentir cada cosa que sale de mi.

2 años y algunos meses desde que oficialmente nos conocemos y hemos estado juntos, tal vez parece poco tiempo al decirlo pero para mi, mirarlo a profundidad es muchisimo, muchas cosas que han ocurrido y muchas cosas que hemos vivido juntos, nunca antes había estado tanto tiempo con una persona y me alegra pensar que estoy con la persona correcta

Desde que decidí que quería estar contigo, solo he tenido el pensamiento de que quisiera compartir contigo el resto de mis días

Muy cliché decir algunas cosas pero es lo que puedo sentir yo, creo que nunca me había preocupado tanto por alguien, nunca tuve tanto interés en una persona, saber todo de ti, estar pegada a ti, siempre pensar en ti, te volviste indispensable en mi vida y aunque suene fuerte de decir, es como si literal me arrancara el corazón y te lo entregara

He tenido momentos muy felices a tu lado, muchas primera veces y muchas cosas que me gustaría vivir contigo otra vez, me gusta pensar que el romanticismo no debería morir nunca y soy una persona que se preocupa mucho por ello

A lo largo del tiempo como persona he desarrollado mis inseguridades, de manera individual todos las tenemos, pero no hablo de esto sino de las cosas que te engloban, sé que en parte es por ese mismo sentimiento de que eres demasiado importante para mi y me preocupo mucho por nosostros.

Siempre has tenido el 100% de mi confianza, me gusta pensar que somos muy buenos amigos además de solo una pareja y creo que tú también, creo que es algo muy importante y que significa mucho.

Me gusta pensar que tendremos un gran futuro juntos, me gusta tener ideas en mente sobre las cosas que haremos o que podríamos hacer.

Siento que hay muchas cosas de nosotros que se han perdido en el camino, tanto buenas como malas, por mi parte siento que he hecho todo lo que está a mi alcance por mejorar como persona y poder darte lo mejor de mi.

Si me lo pides o incluso si no lo haces, sería capaz de darte lo que sea que me pidas.

He intentado siempre ser alguien que pueda hacerte sentir amado cada día, pero también he sentido que lo que hago es demasiado y a veces me desgasto mentalmente con pensamientos al respecto, incluso pensar en contenerme algunas cosas, creo que no hay peor sentimiento que ese.

Con lo anterior no quiero decir que me molesta hacer lo que hago, solo que se siente como hacer mucho por poco, porque no se tiene la reacción que esperaba o no sentir ese mutualismo de que es recíproco.

No quiero que esto que escribo se vuelva algo triste, pero quiero decir todo lo que pueda.

No me gusta pensar que el amor está muriendo, me gusta pensar que el amor puede crecer cada día, como avivar la llama sabes.

Considero que somos personas opuestas con muchas cosas, más que nada a nuestros comportamientos individuales, lo cual es normal, compartimos muchas cosas dejando de lado eso y es muy bonito.

Honestamente mis inseguridades más grandes son el pensar que te desenamoras de mi, pensar que ya no tengo el mismo peso en tu vida que antes, que no soy una prioridad para ti y que se acaban las cosas que puedo llamar ''nuestras''

Te amo mucho y te respeto demasiado como persona, me disculpo también profundamente con cualquier cosa que haya hecho que te haya hecho sentir mal en algún punto, incomodar o lo que sea. Sé que no soy una persona sencilla y tal vez con el tiempo te hayas dado cuenta que soy tediosa.

Hay algo que me hace ruido y es un punto que dije más arriba, sobre las cosas que considero ''nuestras'', como ciertas palabras, ciertas cosas que podríamos hacer, etc. El saber o pensar que esas cosas que realmente no son nuestras me pone triste, pensar que es como algo que no tiene esa exclusividad en nosotros. No me permito muchas cosas hacía otros solo por pensar que es algo nuestro y ya y que no puedo hacer con otra persona por respeto a ti y porque me haría sentir mal, así a ti no te importe.

Sé que hay cosas que te callas para ti y que te cuesta decirme, sé que tienes tus problemas internos por los cuales me preocupo y quiero que siempre te sientas acompañado, me importas demasiado y quisiera saber todo lo que está en tu mente aunque eso no es posible, lo que te preocupa también me preocupa a mi.

Eres una persona increíble y de las que se pueden considerar unicas, a pesar de que todos los somos, tú eres alguien que destaca muchísimo y que tu presencia es el alma de la fiesta en cada lugar. Si me pregunto como es posible que siendo yo tan contraria y tan poco llamativa hayas podido aceptarme de esta manera en tu vida, no me estoy menospreciando, estoy diciendo una realidad, que necesariamente no es mala. Pero tú sabes quien eres que puedes llamar la atención donde se y de quien sea sabes, teniendo tantas personas que puedan estar interesadas en ti y aún así que te hayas interesado en mi, no dejará de sorprenderme.

Eres de las pocas cosas que me mantienen aquí, me gustaría que podamos seguir creciendo juntos, que podamos hacer planes concretos, no me gusta dejar las cosas en el aire, no me gusta decir algo y no hacerlo o no llegar a nada. Quiero que nuestras palabras sean acciones también, quiero que podamos tener planes más concretos a partir de ahora, no quiero estar dudando de las cosas ni saber nada y vivir el día a día y ya.

Sé que las relaciones son complicadas, muchisimo, pero aún así seguimos aquí y mi amor por ti no ha dejado de estar ningún segundo.

Lo único que pido es que por favor siempre hables conmigo respecto a las cosas, por favor sé sincero siempre sobre lo que sea que sietes o que pase, dime las cosas que ocurren y también que seas empatico hacía mi persona.

Me complace estar a tu lado, no me gusta sentir que solo estoy detrás de ti siempre, hablando de manera general, como si estuviera buscando tu atención o poder hacer las cosas que quieras pero es solo eso, yo detrás de ti, pero yo donde quedo?, no es una solución de ''enfocate en ti y no te preocupes por mi'', así no funciona.

Siempre estoy al pendiente sobre tus gustos y trato de darte cosas que puedan ser de tu agrado, quise darte algo especial y útil para ti, más allá del valor del regalo, para mi, es importante el valor de darte algo que realmente te guste, me equivoqué la última vez y me sentí mal por ello, me hubiese gustado hacer más esta vez, pero no todo se resume a este día, siempre puedo darte regalos y me hace feliz hacerlo.

Te amo mucho, feliz segundo aniversario 💕

[aimeepadilla]

Sugerencia de escritura del día¿Qué te despierta curiosidad?Ver todas las respuestas Por Aimée Padilla Desde que era niña, siempre me sentí diferente. No diferente en el sentido de sentirme superior o inferior, sino en el sentido de sentirme desconectada de lo que parecía interesar a los demás. Mi retraimiento a menudo se confundía con una falta de interés en hacer amigos, pero la realidad era mucho más compleja. Era difícil para mí entablar conversaciones sobre temas comunes, porque lo que realmente me fascinaba, era lo que muchos llaman “el mundo del misterio”. Desde muy pequeña, me encontré sumergida en libros ó películas sobre el espacio, devorando historias y teorías sobre las infinitas vidas que podrían existir más allá de nuestro planeta. La vastedad del universo me cautivaba, y me encontraba a menudo preguntándome: ¿existen los viajes en el tiempo? ¿Hay universos paralelos? ¿De dónde surgió la idea de que la Tierra es plana? ¿son reales los oopart o son producto de manipulación? Estas preguntas no eran simples curiosidades pasajeras; mi mente bullía de manera obsesiva por explorar ese mundo que se me hacía maravilloso. En mi juventud, la información sobre estos temas no estaba tan fácilmente disponible como lo está hoy. Me conformaba con los libros o revistas que encontraba en los quioscos. Sin embargo, compartir estos intereses era algo que no podía hacer. La mayor parte de las personas a las que conozco, no están interesadas en escuchar sobre viajes en el tiempo o teorías de conspiración. Les pongo un ejemplo, este fin de semana, hablando de gatos con mi familia, les dije que había leído que eran un regalo de los dioses Urmah. Ya se imaginarán su reacción, y los entiendo, en ocasiones pienso que mis intereses son demasiado excéntricos. Agradezco haber vivido en esta época en donde la era de la información ha facilitado mi búsqueda sobre esos temas. Hoy, con solo un clic, puedo acceder a artículos, documentales y debates sobre cualquier tema que despierte mi curiosidad. Esta accesibilidad ha permitido que pueda investigar como nunca lo creí. Puedo perderme en horas de lectura, o escuchando podcast o videos en Youtube sobre las últimas teorías científicas. Este vasto mundo de información me ha permitido conectar con personas que comparten mis pasiones, dándome la oportunidad de no solo aprender, sino también de discutir y debatir. Muchos de los temas que he leído o visto a lo largo de los años han inspirado las historias que he publicado en mi blog. Cada artículo es parte de mi alma, una manifestación de esa curiosidad infantil que nunca me abandonó. Escribir me ha permitido no solo compartir mi pasión con los demás, sino también reflexionar sobre mis propias percepciones y creencias. He aprendido que no hay límites para la curiosidad y que cada pregunta lleva a una nueva puerta esperando ser abierta. Si hay algo que me gustaría que los lectores se llevaran de mis escritos, es que la curiosidad es una llama que nunca debe apagarse. No importa cuán solitarios o incomprendidos nos sintamos, siempre hay un mundo de misterios esperando a ser explorado. La clave está en no temer a las preguntas y en permitirnos ser llevados por la marea de lo desconocido. Cada nuevo descubrimiento, cada nueva teoría, es un recordatorio de lo infinitamente pequeño que somos en comparación con el vasto universo y, sin embargo, cuán profundamente conectados estamos con todo lo que nos rodea. Así que, ya sea que estés fascinado por los viajes en el tiempo, los universos paralelos o simplemente te preguntes sobre los orígenes de ideas como la Tierra plana, te invito a unirte a mí en este viaje de descubrimiento. Tal vez algunos de los temas que presentaré en el futuro, no resuenen contigo, pero te invito a que sigamos explorando juntos, dejemos que nuestra curiosidad nos guíe y recordemos siempre que, en el corazón de cada pregunta, hay un misterio esperando ser resuelto.

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Vi a mis padres morir.

Hace casi 8 años, un día martes de febrero en la noche vi a mi inconsciente padre morir, lo ví dejar de respirar y me quedé frente a el sin poder hacer nada, vi como el cáncer tomo su mano y se lo llevó dejando un cascarón frío en su cama. Vi a mi mamá gritar ese día, desgarrada y herida. Vi a mi hermana entender lo que le pasó antes que todos y Vi a mi hermano hacer lo posible por conseguir ayuda para el.

Un día como cualquier otro, soleado como cualquier otro, lleno de esperanzas y preocupaciones como cualquier otro, ví como el mundo a mi alrededor tembló y derrumbó todo lo que una vez tuvo en el. Vi sueños irse, futuros y celebraciones, palabras y abrazos, ví el fin del mundo; Después amaneció nuevamente y volvió a ser un día como cualquier otro.

Vi a mis padres morir.

Durante los siguientes años he estado viendo el suicidio más largo que crei podría existir. Vi a mi mamá rendirse desde ese día, ella no pudo seguir adelante se volvió una caminante más que busca un lugar para no volver a despertar. No la culpe, yo soy igual. Así que avance y junto a mis hermanos me hice responsable de aquello que a ella le correspondía. Durante los siguientes años, como es lo normal cambie; Me adapte a las nuevas circunstancias de mi vida, odie mi futuro y mi presente, anhele mi pasado pues tontamente creí que había sido mejor que la actualidad. Durante años quise ser un soporte para ella, creí que solo necesitaba desahogarse y que con el tiempo mejoraría. Pero aquello que estaba mal desde un principio, al romperse no iba a mejorar solamente podía empeorar y eso hizo. Nunca he sido lo que un día quise ser, mi historia no acabo en la época en que crei que lo haría y los años extra que desde entonces he vivido solo han acumulado dolor, confusión y tristezas; Casi de forma imperceptible el amor paso a ser coraje, el coraje se añejo como resentimiento y en su punto más sabio se volvió odio. Con el tiempo aquellas palabras que me perforaban y me hacían sentir triste se volvieron los azotes que enfurecen mi alma. Cómo el tiempo aquello que me jure nunca haria, lo empecé a hacer, con el tiempo el afecto me fue abandonando y me di cuenta del peso que mi padre dejo en nuestros hombros. Su pareja, su mujer, mi madre. Las discusiones me hicieron más cruel, las peleas me volvieron peor y ahora solo quiero dañarla tan fuerte como pueda, con tal de que sufra me basta.

Vi a mis padres morir.

Poco a poco su mente se marchita, poco a poco sus emociones se tuercen, poco a poco está dejando de ser lo que una vez, poco a poco se está suicidando. Y con cada fibra de mi ser desearía que fuera más rápido. Se lo mucho que lo intente, lo mucho que pelee y me esforcé, se que no fue suficiente; Desearía que lo hubiera sido.

Vi a mis padres morir. Y con la última de ambos, me desconoci en el espejo.

Me vi a mi mismo morir varias veces en estos años gracias a ella, y ahora en el espejo me mira un desconocido. Que ha dicho y hecho cosas horribles, que ya no siente cariño ni amor, a quien le quitaron su odio.

Veré a mi madre morir y no podría importarme menos... Y no podría dejar de doler tanto; Y cuando pase, veré la mayor parte de mi ser enterrada a si lado.

[waiting-4]

Hoy has vuelto a mí, por un largo tiempo pensé haberte sacado de mi mente, de mis sueños, pero, ¿a quién le miento?, si has vivido silenciosamente en cada cosa que hago, en cada lugar que visito...No logro comprender como el sentimiento de extrañarte es tan fuerte.

[bookishnerdlove]

OQM - Ser Diferente 1.3

    No creía que los veinte años de vida que había vivido tras la muerte de Elua fueran mentira. De hecho, era sólo un sueño muy largo y no podía imaginar que la vida a la edad de diez años fuera real. Fue porque la vida que había vivido era demasiado larga e intensa como para seguir adelante diciendo que era sólo un sueño. Ya ha sido una larga vida, puramente medida en términos de tiempo. Además, ¿qué pasa si está a punto de pasar por el mismo incidente que ocurrió en aquel entonces? Kalmia no sabía qué diablos significaba esto, pero estaba segura de haber regresado al pasado. ¿Por qué volvió? Ella nunca había pensado en volver a este tiempo. No, ella no pensó en querer volver en absoluto. Su pasado fue muy difícil y doloroso y no quería volver y repetirlo. Nunca había oído nada parecido, ni siquiera en los cuentos de hadas. Además, al final ella había ganado. Lo que importaba era que ella ya había ganado. Así que ahora, a la edad de diez años, sentía que alguien a quien ni siquiera conocía le había quitado la victoria. "Bordado." Kalmia miró el bordado colocado frente a ella con ojos incómodos. Fue la torpe ejecución de una niña de diez años. Ni siquiera la propietaria del marco pudo reconocer lo que estaba intentando bordar. ¿Cuándo fue la última vez que bordó? Tenía demasiadas cosas que hacer además de bordar. Mirándolo sin comprender, tomó la aguja de bordar que había sido clavada al azar en el marco y se pinchó el dedo. Hubo una sensación de escozor y pronto brotaron gotas de sangre del lugar de la punción. Kalmia volvió a colocar la aguja en su lugar con la mano temblorosa. ¡Maldita sea! Casi sonaba como si se mordiera la lengua. "¡Kalmía!" Mientras frotaba las gotas de sangre con el índice y el pulgar, la puerta se abrió de golpe y entró Elua. Al ver al niño jadear, parecía que estaba muy enojado. "¿Por qué decidiste no ir de repente?" "Es sólo que... no me siento bien." "¡Pero cuando le pregunté a Hechi ayer, ella dijo que estabas curada! ¡Prometiste ir conmigo!" "El, mira al cielo, parece que va a llover". "Kal~ Mi~ A~ Vamo~ Nooos" Elua agarró el brazo de Kalmia y se aferró mientras gemía. Sin embargo, Kalmia negó firmemente con la cabeza. No recordaba toda su lejana infancia, pero hay un par de escenas que nunca olvidaría. Una de ellas era el momento en que murió Elua. Todavía recordaba claramente cómo se cayó Elua mientras ella inocentemente huía. Kalmia odiaba imaginarlo, pero era un recuerdo que la perseguía independientemente de su voluntad. 'No quiero volver a ver eso' Era una especificación absoluta. Kalmia miró a Elua con expresión dura. "Montar a caballo no es un deporte muy seguro. Es demasiado peligroso". "¡Kalmia! ¿Cómo te atreves a decir eso?" "Lo siento. Pero hoy no." "¡Está bien!" Elua, que estaba mirando a Kalmia mientras jadeaba, puso una expresión de puchero. Hinchando las mejillas y resoplando, probablemente le tomará un tiempo a su mente relajarse. Kalmia miró a Elua con expresión avergonzada. "El..." '¿Estoy feliz de verte de nuevo?' Kalmia no tenía idea de cuáles eran sus sentimientos. La muerte de Elua fue un acontecimiento que cambió por completo su vida. Kalmia, que había vivido sin preocupaciones hasta entonces, tuvo que abandonar por completo su vida inocente tras perder a Elua, que era su mejor amigo. Ella debería resentirse por ese incidente... El problema es que ella no lo hizo. Si Elua no hubiera muerto, Kalmia no se habría convertido en la heredera de la familia. "Kalmia, ¿estás realmente enferma?" Entonces Kalmia lamentó la muerte de Elua pero no quiso volver. El sucesor en este país comunmente es el hijo mayor. Sólo cuando no hay defectos fatales, pasa de línea familiar a su hijo como si fuera natural. Si Elua hubiera estado vivo, Kalmia habría vivido una vida normal después de casarse con un joven de una familia noble apropiada, después de tener que cuidar de Elua, quien se habría convirtió en el heredero. Si ese fuera el caso, no habrían habido veinte años de dolor, pero al final no habría habido una victoria brillante. "Eh. Lo siento, pero hoy no." Ahora que había regresado, estaba muy confundida. '¿Por qué regrese a esta época cuando Elua todavía estaba vivo? ¿Tengo que salvarlo? Si lo salvo, ¿puedre convertirme en la heredera de la familia?' Kalmia tragó saliva seca. Solo habían pasado diez años desde que ella tuvo el viaje secreto con Elua. Los veinte años restantes fueron los días tratando de borrar a Elua mientras ella estaba sola. Como si no hubiera tenido un hermano desde el principio, la sombra del sucesor que originalmente se planeó se borró por completo. ¿Fue la vida equivocada? ¿Regresó al pasado para salvar a Elua? "El día de hoy..." O si no, la muerte de este niño hoy... "¿Podrías jugar solo?" ¿Debería fingir que no lo sabe? Elua, que giraba la cabeza de manera desigual, puso los ojos en blanco en silencio y la miró. Elua y Kalmia que nacieron crecieron juntos. En esta tierra remota, los dos eran amigos y hermanos que encajaban muy bien. Kalmia se mordió los labios. Elúa sigue vivo. Su hermano gemelo se parece exactamente a ella. Debería abrazarlo cálidamente, pero no sabía qué hacer con él porque ya estaba acostumbrada a un mundo sin él. Sintiendo que estaba a punto de romper a llorar, bajó la cabeza. Incluso este corazón, que su ingenuo hermano no habría adivinado en absoluto. Capitulo Anterior IndiceSiguiente Capitulo Read the full article

[raphaeladescommes]

EL AMOR COMO PARTE ESCENCIAL DE LA VIDA HUMANA

Comencemos por el saber que no recuerdo el porque de mi necesidad para escribir este blog hace unas 12h... Pero creo saber que es algo racional y genérico, por ende pensare de tal manera dejando atrás la maravillosa idea que tenia en mente.

Amar y ser amado... Dicen ser partes esenciales de la vida humana, pero esclarezcamos conceptos... El amor, y tanto el amar y el pasado recayente del mismo, se pueden inducir de solo saber que es el amor, pronto entenderá a que me refiero.

Para lograr un entendimiento claro de mi pensar, cerrare barreras a la interpretación sin aquellas; el amor, al igual que cualquier otro sentimiento, viene con naturaleza, pero no diré cosas que ya sabemos... El amor es entonces el reposo de todas las emociones dirigidas no ahora hacia si mismo, si no redirigiéndolas con mayor intensidad hacia otro ser, basándose en la nata necesidad de supervivencia, digamos por ejemplo como la comida: como el tratar de no dejar morir a la mejor vaca del rebaño, porque es esta la que mejor leche produce, entonces es ella de las que mas influencia tiene en mi vida, porque o bien, es su lácteo del que mas trago, o es aquel al que mas resguardo, pero sin duda, mis sentires van mas dirigidos a esta vaca que al resto del rebaño... Y para resumir algo de lo que dicen las paginas, el amor es deseo de bienestar para el ser recibiente... Veamos pues, que ya no busca su propia grata supervivencia el humano, si no que también la del otro ser...

Recuerdo aquel día que me quede anonada frente a dos compañeras al ver lo mucho que dedicaban su vida a la parla... Al besuqueo intenso y lo caliente sin control... Me pareció tan miserable... Pero reconozco ahora que solo es amor, obvio adaptado a vivencias, mas no faltaba... El amor de ellas, es amor catalogo yo. Desean ellas el disfrute de la otra persona, con toda devoción y deseo claro, se dedican a eso realmente, dan tiempo de su vida a hablar, presumir de ello... Es magistral viéndolo ahora.

No es de mi conocer la vida que no de amor, todos damos amor, de una u otra forma... No, bueno, es muy cerrado afirmar eso, pero lo que si no es cerrado de acertar, es el que el que ama, no con todo carga, y es hasta en mayor nivel capaz de entender el sentir que quien no ha vivido vívidamente un amor; vivir todo sentimiento recolectado en canasta por uno ajeno, no es lo mismo que recogerlos uno mismo a lo largo del camino, o quizás solo comiéndolos.

El que ama correctamente, conforme a su definición razonada de correcto, encontrara menos peso en sus manos al cargar la canasta de sentimientos... Bien, el humano es el ente sociable... Necesita amar si quiere convivir, y que sus convivires duren... Si, que duren...

[notafatalfemme]

No me considero ingenua frente a los hombres. Crecí con un papá narcisista, mujeriego y toma trago. Incluso antes de que mi madre me contará en el Crepes & Waffles de Atlantis por allá en el 2008 que mi papá le había sido infiel y la había maltratado, ya intuía la naturaleza de mi progenitor.

Corría el año del 2006 y yo estaba en tercero de primaria. Algo especial sucedía en el colegio que estaba cuando se entraba a ese año; las niñas dejaban de usar jardinera azul cielo para cambiarla por una camiseta blanca y una falda escocesa de azules, rojos y blancos. Una falda horrible si me preguntan. Los hombres seguían con su indumentaria normal, jeans, camiseta blanca y saco azul. Sin embargo, lo único justo ese año, tanto para niñas como niños fue adoptar un nuevo uniforme los viernes: debíamos ir de gala. Por primera vez nos poníamos camisa blanca con mangas largas, corbata y blazer.

Mi madre estaba para ese entonces enferma, tenía múltiples cirugías de caderas, columna, oclusión intestinal y para estas la recuperación era lenta y la mente se apoderaba de su vitalidad; llegó a pesar 47 kilos y en mi primera comunión mi madre entro con bastón, lerda, sonriente pero agonizante. Más trade me enteraría que los demás padres de familia miraban con sorpresa y pesar, que algo debió haberle pasado y que de pronto esa señora, la mamá de Stephania tenía cáncer, una enfermedad terminal o caminaba con paso lento hacia sus días finales.

El apartamento donde vivíamos había cambiado; la cama king size de mis padres había pasado a mi cuarto, y las dos camas sencillas que estaban en el mío habían pasado a la habitación de mis padres, ahora ocupada por mi madre y las enfermeras que la cuidaban, una en el día, otra durante la noche. Es decir, yo dormí con mi papá por un buen tiempo, la vida me regaló un momento de la vida para hacerme entender lo que mi madre pudo haber vivido con el, como un vistazo, fugaz y pasajero, entendí que el hombre a quién tenía como padre ocultaba secretos oscuros, secretos que saldrían a la luz a lo largo de mi adolescencia y adultez, secretos que marcarían mi distancia y mirada con desdén hacia los hombres, secretos que me harían confiar ciegamente en mi crianza monopolizada por una figura masculina tan presente y obvia que, pese a tener la mejor escuela de lo crueles y perversos que pueden ser los hombres, caería en las trampas que se inventan quienes se ven acorralados y al ganar un poco de poder cambian sus dinámicas para convertirse en lo que siempre he conocido.

Me levantaba a las 5 de la mañana, porque en Colombia la madrugadera es un deber y levantarse tarde un sacrilegio, o porque las ciudades crecieron mal y el transporte público se supeditó al interés de privados malévolos, o por el rebusque del sustento diario, o por haber nacido en un país fallido condenado a costumbres horrorosas que hacen que andemos infelices y dispuestos a pelear desde antes de que amanezca.

Me levanté sola, con 9 años, me bañé y me puse el bicicletero, la falda, la camisa, las medias, los zapatos y el blazer. Me faltaba la corbata, que no sabía atarla, no sabía ponermela, hasta ese primer viernes de tercero nadie me había enseñado, puesto que nunca había usado una. Mi papá yacía prácticamente muerto en la cama, traté de despertarlo y noté un olor familiar, sabía que había tomado y seguramente seguía ebrio, sabía que había llegado tarde y no lo había escuchado entrar en mi cuarto para dormir en la cama king size junto a mi. Me angustie como siempre, por no cumplir con el deber y presentarme como debía hacerlo, lo intenté otra vez con miedo a que me regañara o actuará violentamente; se levantó, me hizo el peor nudo de corbata que mis ojos hayan visto y mientras lo hacía le noté un anillo inmundo, de poco gusto, dorado con una imitación perla verde opaca en el meñique de la mano derecha. Ese anillo estaba a dos dedos del anillo de matrimonio con mi madre. Me ganaron las pequeñas intuiciones, la sensibilidad que siempre me ha acompañado y la ira que llevo dentro, lo miré con desespero y al borde del llanto para cuestionarle el anillo, que por qué lo tenía, que qué era, que quién se lo había dado. No me acuerdo de la expresión de su cara, pero seguramente le sorprendió que un niña le cuestionara de la misma forma que lo habían hecho todas las mujeres a lo largo de su vida. Alzó el tono de voz y me dijo que había estando tomando y un gamin se lo había dado al salir del bar, del moridero y sala de juntas para los mujeriegos de rosales, uno que llamaban Julito y que quedaba en la 81 con 9na.

No le creí. Pero me obligué a hacerlo, porque ya estaba herida por tener la corbata mal puesta, subir al bus colmado de niños, poner la cara y actuar como niña al llegar al colegio, sobrevivir al primer viernes con traje de gala, y callarme ante lo que intuía como la infidelidad de mi padre mientras mi madre batallaba todos los días con poder caminar. Ahí supe, a mi manera, a la manera en la que una niña de 9 años procesa este mundo enfermo y cruel, que su padre también lo era. Que la mentira lo acompañaba y que no podría hacer nada.

Las historias que siguen son más explícitas y me confirmaron y aún me confirman lo que entendí de pequeña. Y aún así, pese a tener maestría en la testosterona que conduce a los hombres a comportarse como se comportan, a entender los juegos que sus hormonas les enseñan, a prometerme solo estar con hombres que me respeten y aprecien, a decidir únicamente tener sexo con mis parejas, caí en una espiral de experiencias para grabar siempre en la memoria y nunca olvidar que las relaciones con los hombres son complicadas, y que la mayoría son una mierda.

Mi vida sexual empezó a los 19, con mi primer novio. Para ese entonces no sabía lo que hacía y el tampoco. Creo que nunca obtuve el placer que quería. Mi primer novio era un punko antitodo. Tenía una banda de punk, odiaba las reglas, las imposiciones de la sociedad y en busca de la libertad vendía droga y apostaba en línea. Quería dinero fácil, aprovecharse del sistema y no tener que trabajar. Por eso, cuando se enteró que con videos pornográficos podía hacer plata, me propuso involucrarme en ello. La respuesta fue obvia, un rotundo no de parte mío y pasar la página. Pero no fue suficiente, me acuerdo que una tarde estábamos solos en su casa, empezamos a hacerlo y noté como no se concentraba en lo que estaba ocurriendo, escuché un obturador de cámara y le pregunté qué putas estaba haciendo, se asustó, me sonrió, se rió, bajo el celular y le hice prometerme que nunca más lo hiciera. Asintió pero no le creí.

Mi segundo novio me endulzó el oído; me perseguía como loco, me decía que era hermosa, que me quería, que solo hablaba conmigo. Tenía 20 años y la relación que había tenido antes no era experiencia suficiente para adelantarme lo que se vendría. Caí, víctima de la tensión sexual y las palabras dulces en su trampa; me deje seducir y seduje para que al final me mirara a los ojos, me dijera que nada es en serio y que no me enamorará de el. Me acuerdo que me sentí usada, triste, fea y sin valor. No sabía cómo reinvindicarme. Duré una semana con el corazón partido, la mente alborotada y el sentirme estúpida se apoderaba de mi. Me escribía a las dos de la mañana que lo visitará. Entendí que no soy vengativa, porque la empatía que tengo hacia los demás es enorme, no confrontó a la gente y no me gusta el drama, menos shows sin fundamento. Opté por alejarme con gracia y cariño; le respondía los mensajes amablemente diciéndole que andaba dormida, que no los había leído, que estaba colmada de trabajo en la universidad, que no tenía tiempo, que tenía entregas, que apenas empezaba un reporte de laboratorio. Me pidió disculpas por no aparecer por una semana, justo la semana después de que accediera a acostarme con el, que había estado enfermo pero que ahora estaba bien. No le creí.

Mi segundo novio había despertado mi sexualidad porque sabía lo que hacía y me guiaba en el camino del descubrimiento de mi cuerpo y mis gustos. Supe que si lo veía de vez en cuando, alcoholizada, de pronto podía sentir placer y estar emocionalmente distante. No fue así. Ambos terminamos enganchados con el otro, solo porque dure casi dos meses sin verlo, sacándole excusas para cada encuentro, viéndolo suplicarme por vernos una vez más. Volví a creerle para mirarle el celular mientras dormía y encontrar el sinfín de conversaciones y propuestas indecentes que le hacía a todas las mujeres de la universidad. Mi segunda apuñalada. Supe que no podía ser sería con el y que seguramente solo me rompería el corazón, pero la atracción era tan grande, tan enorme, tan inexplicable, que seguí viéndolo los viernes o sábados a la una de la mañana después de haber estado en el peor bar con la peor música y las personas más aburridas que me acompañaban en mi único propósito: verlo en un estado de alicoramiento que evitará que recordara todo, para siempre salir huyendo al día siguiente, sin decirle adiós o sin si quiera hablar de lo que había pasado. Finalmente, el que cayó fue el, que después de un tiempo quiso ser mi novio y fuimos pareja por casi 3 años.

Años en los que vi como me decía mentiras, respecto a las cosas pequeñas, mínimas. Nunca me fue infiel, pero si me mentía, porque si, porque no. Lo sabía y no le creía. Pero eran mentiras tan pasivas, tan pequeñas, que más que perverso y pésimo ser humano, parecía mitómano, con urgencia por ir a terapia y hablar de la relación con su madre.

Mi último novio, fue particularmente distinto, diferente. No me decía mentiras, respetaba mis límites, mis formas, mis requisitos. Un hombre de leyes, inteligente y tranquilo me acompañó y me mostró lo que una relación sana implica: aburrimiento. Fui feliz, estuve tranquila, pero me aburría. Entendí que tanta programación no solo hicieron que fuera hija de un narcisista sino que además actuará como uno si queria. Se podría decir que fui cruel pero en realidad mi naturaleza me obliga a caminar por encima de quien decida estar por debajo. Aún trabajo en ello, pero es difícil conciliar extremos y dejarse llevar por el camino fácil y seguro.

Traumatizada por la socialización de los hombres colombianos, me rehusé a tener sexo casual o ser íntima con alguno. Apenas terminé con mi tercer novio fui célibe por decisión propia. Llevaba dos años sin sentirme atraída a persona alguna, sin sentir la necesidad de lanzarme y ser coqueta - si es que soy coqueta-. Empezaba mi viaje de mochilera por el sudeste asiático cuando estando en Laos conocí a un holandés. La historia es larga y ahora la veo desde dos perspectivas. Contaré la segunda, la oscura, la verdadera. Después de conscientemente querer tener sexo con el, tomé cerveza laosiana, coreana y tequila mexicano para soltarme y recibir el año nuevo. Terminamos en el hostal de el, para que yo, al borde de la inconsciencia, pensará que si voy a tener sexo casual lo mejor sería hacerlo ebria. Le pregunté si tenía condón y me dijo que si, me lo entrego para que se lo pusiera pero yo de milagro podía coordinar las palabras. Se lo entregué de vuelta para que el lo hiciera y noté como estaba a medio poner al empezar la faena, pero estaba. En algún momento lo toque para asegurarme de que siguiera ahí, porque ebria y boba pero no del todo. No lo sentí. Me alteré, me preocupé, le pregunté si se lo había quitado, que me dijera la verdad que no me ponía brava (mentira) y no obtuve respuesta, así que decidí interrumpirlo todo para darme una vuelta y echarme a dormir, preocupada y vuelta mierda sabía que debía tomarme la píldora del día después, porque supe que pudo haberse venido un poco y las consecuencias de semejante simpleza son enormes. Trate de olvidarlo, camuflar el hecho bajo la premisa de que me había liberado de ataduras y tomaba las riendas de mi sexualidad, pura mierda. El holandés me violentó y se aprovechó de mi deplorable estado para hacer y actuar como hacen los hombres, guiados por el glande y las hormonas, incapaces de ver a las mujeres como seres respetables y con agencia, burlando las consecuencias, las repercusiones e incurriendo en la historia de las violencias eternas.

[violinista-desde-0]

Cuando acaba un año siempre sucede que nos da por pensar en lo que hemos vivido y en lo que nos espera por delante. Una mañana de septiembre del 2022 recordé cómo comenzó mi pasión por el violín, esta fijación que me acompaña desde hace ya bastantes años, y esa historia es lo que voy a intentar escribir hoy. Durante unos segundos me transportaba a ese mágico sueño de que sabía tocar el violín, y que en muy poco rato volvería a coger mi instrumento para revivir aquellas sensaciones. Pero, inevitablemente, la vigilia y la consciencia me transmitieron la triste noticia: no podría volver a experimentar aquello porque nunca había tenido un violín ni sabía tocarlo. A pesar de la dolorosa decepción de volver a la realidad, el enorme deseo de volver a sentir lo mismo que durante aquel sueño me llevó a tomar la decisión de aprender a tocar. En mi 38 cumpleaños, me regale un flamante y bellísimo violín chino color negro con la condición de cumplir con mi palabra y aprender me inscribí en un centro cultural desde octubre del 2022 con la pena de que solo habían a niños pero coincidí con un pequeño grupo de adultos que al igual que yo no querían renunciar a su sueños de aprender tan hermoso instrumento. Desde ese día estamos enfrascado en esta nueva aventura rompiendo paradigmas de que los adultos ya no podemos aprender. Resulta curioso que esta forma de desear tocar un instrumento no es original a lo largo de los años han sido varias las personas que me me han contado que tuvieron un sueño parecido y quisieron aprender por la misma razón. Los comienzos son siempre una mezcla de ilusión y desazón. Ilusión porque todo es nuevo y hay mil cosas interesantes que aprender y experimentar, y desasosegante porque realmente los comienzos con el violín no son un camino de rosas. Todos conocemos esos sonidos desagradables que es capaz de producir nuestro amado instrumento, capaz de lo más sublime y lo más abyecto. Se suele decir que la curva de aprendizaje del violín y el piano son opuestos: en el piano hay un buen y rápido progreso al principio, pero llega un momento en el que, si queremos pasar a un nivel más alto el coste en esfuerzo y horas es mucho mayor; en el violín hay una empinada cuesta en el comienzo, pero a mitad de camino el horizonte se despeja, el cuerpo y la mente ya se ha hecho al instrumento y el trabajo resulta más productivo y gratificante. En cualquier caso, nadie va a librar a sus vecinos de un par de años al menos de sufrimiento acústico. De igual modo los adultos, que tenemos ya cierto gusto y sensibilidad musical, debemos especialmente armarnos de paciencia y soportar sonidos feos y desafinados durante cierto tiempo. Así se fortalece el carácter, la fuerza de voluntad, y sobre todo la perseverancia.

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[doingthedirtydishes]

El mayor regalo que nunca me podrían haber hecho: Golpeado hasta darme por muerto: Ser encontrado debajo de tren de la ciudad.

A lo largo de la historia, los seres humanos han vivido, reído y aprendido a través de la narrativa y los cuentos. Al hablar de mi accidente por primera vez públicamente, me viene a la mente una parábola especialmente significativa: El sembrador y la semilla. El punto de la historia no es el sembrador, ni siquiera la semilla. Es la tierra lo que más nos debe preocupar. Sin las condiciones adecuadas (nutrientes propios) presents en el suelo, la semilla (tú) no prosperará ni crecerá, deteriorándose así hasta llegar a la muerte.

Al igual que ocurre con los traumas humanos, sin los nutrientes adecuados de amor, cuidado, compasión, autocomprensión profunda y perdón, uno no puede esperar recuperarse o curarse a sí mismo. Al igual que el destino de la semilla está determinado por el suelo en el que cae, también lo está su recuperación. Si cae en un terreno rocoso, no recibirá el alimento adecuado y dejará de vivir. Si se coloca en las condiciones adecuadas, florecerá y crecerá hasta convertirse en un ser humano sano, aportando luz a un mundo tan necesitado.

Recién llegados los vientos invernales de la ciudad competitiva, me senté a relajarme, a tomar un respiro. La vida era buena, o al menos eso creía. Había fundado recientemente una empresa financiera en Filadelfia con un socio silencioso. Y estaba creciendo rápidamente por encima de nuestras posibilidades. No podíamos encontrar espacio de oficina ni contratar empleados con la suficiente rapidez para acomodar nuestro rápido crecimiento expansivo; las ventas batían nuevos récords cada mes. La crisis financiera de 2008 estaba en pleno apogeo y estábamos bien posicionados para ayudar a los propietarios de viviendas con problemas, a los que necesitaban una mitigación de pérdidas o una negociación.

Era la época navideña y decidí llevar a uno de mis empleados, un traductor peruano de español, a una comida de agradecimiento. Tuvimos una espléndida cena en un pub irlandés, repleta de Guinness y violín irlandés. Poco después, una vieja amiga me llamó por teléfono para que me uniera a ella y a unos amigos que estaban de visita en su bar favorito de la esquina para alegrar las fiestas y celebrar mi recién encontrado éxito empresarial en otro barrio de la ciudad, a poca distancia. Tenía que volver a Nueva Jersey para reunirme con un viejo amigo, Dominic. Ese encuentro nunca se produciría.

Tras haber tomado mi buena ración de bebidas navideñas, decidí que era más seguro que me llevaran a casa. Me sentía bastante bien; era una época de juerga. El negocio estaba en auge y era tiempo de celebración. Mi lema en la vida era siempre dejar que los buenos tiempos se desarrollen: Carpe Diem, aunque sea de bote en bote. La seguridad no siempre estaba al frente de la lista. A las once y cuarenta de la noche, más o menos, se acabó la noche y salimos a la calle para llamar a un taxi – sin saber el destino que me esperaba a pocos minutos de distancia.

Después de sentarme en el asiento trasero del taxi, de intercambiar saludos con viejos y nuevos amigos, y de decirle al conductor que me llevara a Nueva Jersey, la vida tal y como la conocía cambiaría para siempre. Algo terriblemente malo ocurrió en ese momento. Cinco horas más tarde me despertaría en una camilla, en un pasillo frío y oscuro, con un sacerdote a mi lado. Padre, declaré, desesperado: “¿Estoy muerto – estoy en una morgue?” “No, hijo mío, has sufrido un trágico accidente,” dijo. Esas palabras quedaron grabadas para siempre en mi memoria.

Nada podría haberme preparado para ese momento. Era la primera vez en mi vida que sabía que estaba solo (o, al menos, eso creía); no había ninguna llamada telefónica que hacer, ninguna persona que pudiera ayudar a resolver esta emergencia. Después de diez segundos de lástima, mientras estaba tumbado con el cura a mi lado, sin poder sentir mi cuerpo por debajo del cuello, una vocecita se acercó a mí y me dijo: “Sí, Steven, es malo. Has tenido un accidente muy trágico. Será difícil, será casi insuperable, pero, [con mi guía estarás] bien. Volverás a caminar y seguirás ayudando a los demás de forma extraordinaria.” Inmediatamente el dolor disminuyó, una sensación de paz y calma se desplegó, dejándome en estado de trance, una profunda paz mental.

Desde ese momento no volví a mirar atrás, no volví a tener compasión de mí mismo ni de la situación. Estaba decidido a superar esta devastadora tragedia con una fortaleza que tengo hasta hoy, sin saber de dónde venía.

Inmediatamente, mi atención pasó a ser positiva, decidida a que esto no me vencería, a que volvería a caminar. El sacerdote continuó con su prescrito desvarío religioso, pero yo le pedí más bien que se centrara en la solución. No le gustó la petición y salió corriendo para no volver. ¿Podría sobrevivir a este trauma? ¿Podría volver a ver a mis amigos y a mi familia? Había tantas incógnitas – era mentalmente devastador mientras estas preocupaciones pasaban por mi mente.

Sin embargo, sin regodearme en la autocompasión, era difícil no dejarse llevar por la emoción. ¿Sobreviviría mi negocio, quién dirigiría ahora mi empresa, podría volver a tener relaciones sexuales – matrimonio o bebés, mis piernas se repararían solas – volvería a acampar o a ir de excursión al bosque, cómo se pagarían las factures – habría suficiente dinero? No me di cuenta en ese momento, pero el accidente se convertiría en el mayor regalo de mi vida: una segunda oportunidad.

Pensé que la mayor parte de mi memoria, desde el momento en que subí al taxi hasta que me desperté en el centro de traumatología de Jefferson Health, se había borrado – como resultado de la activación de la respuesta reptiliana de lucha o huida del cerebro. Como mecanismo de defense psicológico incorporado en el cuerpo, la parte del cerebro que se ocupa de la memoria a menudo se apaga en un trauma. Pero, a través de una investigación adecuada, y con la ayuda de un prestigioso bufete de abogados de la ciudad, salió a la luz información adicional sobre los hechos ocurridos aquella fatídica noche.

Tras la investigación, se determinó que yo era un fantasma, que no había sido visto por ninguna cámara en un área de ocho manzanas a la redonda. Mi taxi estaba fuera de la vista de las cámaras del restaurante. Salí de la zona grabada sólo unos metros, pero fue suficiente para ocultar en qué taxi me metí. De algún modo, acabé a unas cuatro manzanas de distancia, golpeado y dado por muerto en un callejón de la ciudad. Lo sabemos gracias a los registros de los móviles y a la triangulación. Se hicieron dos llamadas telefónicas a dos amigos cercanos para pedir ayuda. Nadie respondió. Eran las 03:30 en ese momento – bastante tarde para responder a una llamada de un amigo tan salvaje como yo.

Al ingresar en el centro de traumatología, los médicos y los cirujanos estuvieron hablando durante lo que parecieron años, pero finalmente se llegó a un consenso. Al parecer, me golpearon con un objeto grande, largo y pesado, probablemente de metal. Lo determinaron por la anchura y la longitud de las marcas de los golpes en mi espalda, en tres lugares. Los golpes que me infligieron estaban destinados a matar. El golpe en ángulo de 45 grados en mi cuello hizo que seis vértebras estallaran como granos de palomitas calientes, haciendo que los huesos tocaran mi medulla espinal, lo que provocó una tetraplejia: parálisis en las cuatro extremidades. Pero un traumatismo puede hacer que el cuerpo reaccione de formas inimaginables para sobrevivir o encontrar seguridad.

Hay algún pequeño recuerdo de que me desperté en el callejón a última hora de esa noche, pero es difícil decir qué es real y qué es imaginado, qué partes está rellenando el cerebro para dar sentido o para completar una narración, sin saber dónde quedó la historia y dónde empezó el sueño surrealista en el que me desperté. Sin embargo, recuerdo que estaba a cuatro patas, con un gran dolor, plenamente consciente de que estaba en graves problemas, dándome cuenta de que estaba experimentando un grave trauma – que la mierda había golpeado el ventilador. No está claro cómo llegué a la estación de tren, si arrastrándome o caminando con adrenalina. Un cuerpo bajo un trauma severo, inducido con adrenalina, puede realizar hazañas extraordinarias.

Cuarenta minutos después aparecí en las cámaras de circuito cerrado entrando en la estación de tren. Recuerdo en todo el malestar, como si me hubieran estampado como un soldado: encontrar un camino a la seguridad. Por supuesto, en retrospectiva, después de saber lo que sé ahora, tratando de eliminar cualquier prejuicio, que sólo tendría sentido para volver a un lugar seguro, mi casa – a través del tren. En mi estado de confusión, pensé que podría llegar a casa, dormir y luego buscar atención médica. Estaba muy equivocado.

La mayor parte del tiempo que pasé en la estación de tren fue un borrón, como la mayoría de los recuerdos de esa noche. No tengo claro cómo llegué a la estación, pero una vez allí, recuerdo algunas acciones, pero sobre todo pensar que debo llegar a casa, debo llegar a casa. Al cabo de un rato, la adrenalina se desvaneció y apareció el dolor – un dolor que no se puede describir con palabras. Era como si se hubiera encendido una antorcha en la parte inferior de mi columna vertebral. Decir que me sentí como si me hubieran electrocutado con cables de alta tensión con un fuego inagotable dentro de mis pulmones sería quedarse corto.

Durante los últimos nueve años he pensado en lo que podría haber provocado este trauma. Hay tres posibilidades que yo y otras personas cercanas a mí hemos considerado: 1. hubo una discusión con el taxista que llevó a un altercado físico en la calle; 2. se produjo una discusión con el taxista, lo que hizo que me bajara del taxi y luego encontrara mi destino en el duro callejón de la ciudad; o 3. me bajé del taxi sin pagar, lo que me llevó a la muerte. Me bajé del taxi sin pagar, me fui caminando, él me persiguió y me golpeó por la espalda, luego me arrastró por un callejón para rematar la faena. Creo que podría ser la primera, pero no estoy seguro.

Inmediatamente pude sentir dolor en todas las partes de mi cuerpo, lo que me provocó episodios de visión borrosa y desmayos físicos. Después de lo que me pareció un año, por fin llegó un tren a la estación y alguien intentó ayudarme, pero me dolía demasiado. Mientras me balanceaba con el cuerpo de un lado a otro en la silla del andén, fruto del dolor que sentía, de repente se me pasó la adrenalina. Al cabo de unos minutos, me levanter para mirar por las vías en busca de algún tren que llegara. Sin pasar por los topes de seguridad del borde del andén, y sin que hubiera ningún tren a la vista, me apoyé en un pilar, y entonces, como un árbol en el bosque, caí dos metros más abajo sobre las vías. Sabemos que estos detalles son exactos, ya que lo atestiguan varias grabaciones de las cámaras de seguridad de las estaciones de tren.

Recuerdo que sentí un fuerte golpe contra mi cuerpo. Sin darme cuenta de dónde estaba ni del peligro inminente que me acechaba, no era consciente de los cambios que iban a alterar mi vida. Sin recorder totalmente el suceso, sí recuerdo haber mirado hacia las vías y haber visto unos faros que venían directamente hacia mí. El tren que esperaba llegaría 2 minutos y 17 segundos después. En ese momento, sentí una ráfaga de viento, mi cuerpo rodó – entonces, todo se volvió negro.

Allí estaba, en colisión directa con un tren en movimiento. Y además era el expreso. El tren no se detuvo por mí; no tuvo tiempo suficiente. El conductor juró después que había atropellado a un niño. Dado por muerto hasta que se cortó la electricidad del tercer carril, a la espera de que llegara el forense de la ciudad con una bolsa para el cadáver, un grupo de bomberos, policías y médicos se quedó de pie, charlando y bebiendo café. Mas tarde vi la luz, después de veinte minutos más o menos, un policía que acababa de regresar de la guerra, pensó que había visto cosas mucho peores en los campos de batalla de Afganistán y que vería si por casualidad había sobrevivido.

Saltó a la zona de las vías, metiéndose debajo de los vagones con la fuerza de sus brazos y manos, hasta llegar a mi cuerpo. Al localizar mi brazo, palpó el pulso y pidió que me subieran los médicos. Más tarde me enteré de que los transeúntes que observaban la escena lanzaron un grito de júbilo cuando escucharon por la radio la noticia de que yo podía haber sobrevivido. Más de un chorro de café debió de golpear la pared de la estación cuando se oyó esa noticia. El maquinista del tren ya había sido llevado a una evaluación psicológica. Más tarde se enteró, a través de un amigo policía, de que yo había sobrevivido.

Menos mal que uno de los mejores centros de traumatología de la Costa Este estaba a sólo cuatro manzanas de distancia. En pocos minutos me tenían en una camilla y en la parte trasera de la ambulancia. Recuerdohaber estado brevemente en una, con las sirenas sonando, pero no estoy seguro de si fue un sueño o algo real. Mi madre me dijo que hablé del viaje de emergencia mientras estaba en la unidad de trauma. Muchas cosas que se dicen en el momento de un traumatismo se olvidan más tarde, como consecuencia de la morfina y otras drogas, además de los efectos de una noche de fiesta.

Los médicos y todo el personal médico de apoyo de Jefferson Health fueron un regalo del cielo, haciendo que mi estancia allí fuera lo más cómoda y complaciente posible. Mi estancia en la UCI, donde pasaría las Navidades, se vio amenizada por uno de mis cuatro enfermeros a tiempo completo, Mark, un músico que una noche entró en mi habitación tocando villancicos con su violín. Lloré. Mi equipo de médicos, cinco en total, parecían preocupados por mi cuidado como si fuera uno de sus propios hijos – era algo muy sincero, y marcaba la diferencia a la hora de pasar las vacaciones completamente solo en una unidad de UCI.

El destino quiso que mi cirujano no sólo fuera un médico de primera clase, sino también un caballero de la curación pragmática, siempre interesado en los nuevos y locos tratamientos que yo estaba considerando o utilizando para recuperarme, para poder compartirlos en beneficio de otros pacientes a su cargo. Fue su nivel de compasión y preocupación por el bienestar y la recuperación de sus pacientes lo que ayudó a mantener mi fuego interior encendido. El 90% de la recuperación y la curación es psicológica; y él fue absolutamente crítico en ese proceso al no darme porcentajes o probabilidades de caminar, o cualquier nivel de recuperación, lo que resultó en no llegar a la línea de meta antes de haber tenido la oportunidad de comenzar la carrera.

Tras mi prolongada estancia en el Jefferson, me enviaron a una residencia de ancianos durante seis semanas para que mis huesos pudieran curarse, lo que era necesario para poder ingresar en un hospital de rehabilitación. Después de que mis huesos se curaran lo suficiente como para poner un cincuenta por ciento de peso en cada pierna, de múltiples pruebas físicas y de una entrevista en persona, me aceptaron y me trasladaron al Hospital de Rehabilitación Magee de Filadelfia. Una institución puntera en lo que respecta a las lesiones cerebrales y de la médula espinal, de la que estoy enormemente agradecido.

Ahora forma parte del mismo sistema hospitalario, Jefferson Health, pero en aquel momento era el único hospital independiente que quedaba en el país, y Magee es uno de los mejores hospitales de rehabilitación del país. Su lema es: El camino de vuelta empieza aquí. Mi equipo allí me proporcionó sin duda las condiciones adecuadas para hacerlo. Mi terapeuta principal, Elizabeth Watson DPT, fue el eje central; uniendo mis metodologías de curación fuera de lo común, como el tratamiento con láser frío y otros tratamientos de vanguardia de tipo electromagnético, con su educación y experiencia ayudando a otros a recuperarse y sanar. Carol Owens, la gerente, merece una medalla de honor por aguantar mi irascible personalidad.

Era consciente de que mi recuperación y cualquier curación verdadera sólo se producirían si se daban las condiciones adecuadas. Como ocurre con la semilla y la tierra, si la tierra no se nutre y se riega adecuadamente, la semilla morirá a pesar de todo. Un amigo cercano, Danny, médico, me visitó mientras estaba en el hospital y me dijo: “Steven, sé que esto puede sonar extraño, pero tienes que aprender a amarte a ti mismo de nuevo, algo así como hacer el amor a tu mente y a tu cuerpo.” Sí, me sonó muy extraño, pero en el fondo resonó en mi alma, en mi yo interior superior. Entendía claramente mi confusión.

Antes del accidente, decir que era capaz de comprender o proporcionar amor propio a través de la compasión y el perdón hacia mí mismo, sería el equivalente moral de apostarlo todo al chico más bajo de tu equipo de baloncesto para que hiciera un mate: simplemente no es posible. Me resultaba muy difícil aceptar la ayuda de los demás, en todos los sentidos. Era un poco pesado, demasiado crítico consigo mismo y con los demás. Sólo eligiendo el camino menos transitado, el viaje de las mil millas, soportando un interminable trabajo y tormento mental, que tuvo como resultado una brutal recuperación física y una verdadera curación, pude encontrar la compasión de uno mismo, sin la cual nunca habría habido ninguna esperanza duradera de paz interior, empatía o mejora terapéutica simpática.

Todo comienza con la compasión por uno mismo y por las circunstancias en las que uno se encuentra. Incluye la forma más elevada de perdón – el verdadero perdón incondicional, no sólo de uno mismo sino también de los demás. Perdonar a los demás no es para su beneficio, sino para el tuyo – te permite encontrar la paz mental para dormir bien por la noche. La recuperación requeriría una lista aparentemente ilimitada de requisites para fructificar. Pero sin las condiciones adecuadas, tú, la semilla, no crecerás ni florecerás hasta convertirte en una planta sana, capaz de aportar bondad y luz al mundo.

Sin un perdón interior más profundo y un alimento de amor propio no habría encontrado los medios para escribir mi libro, Unbreakable Mind, como una devolución a la comunidad, mi forma de devolver el favor. Ayudando a otros que se enfrentan a la lucha en la vida. Fue a través de ‘Doing The Dirty Dishes’ de la vida, enfrentándose a los mayores desafíos, superando los miedos y la adversidad, lo que proporcionó el terreno adecuado para sanar. Pensé que, si un tren no me mataba, debía haber una razón para mi existencia. Sin ese sistema de apoyo a la autoestima, que me proporcionó una base sólida, y a través de la autocompasión y el perdón insondables, la superación de los errores y los arrepentimientos del pasado, mi cohete no habría logrado salir de la plataforma de lanzamiento, auto-inmolándose en una pila de cenizas de sí mismo sin valor.

En nuestras vidas, no podemos elegir dónde cae la semilla, que es el resultado de una intensa fortaleza y coraje: la incapacidad de convertirse en víctima de la vida. Sin embargo, podemos proporcionarle el major entorno en el que la encontremos para que pueda crecer y convertirse en una superviviente. Al igual que regarías y darías luz solar a una planta, también debes hacer lo mismo por ti mismo, alimentando tu cuerpo y tu alma como si fuera la fotosíntesis. La autodeterminación y el compromise son las piedras angulares de cualquier viaje exitoso. Al final del día, podemos elegir si nos convertimos en una hierba marchita o en un ser humano maduro capaz de ayudar a los demás en su propio viaje de curación.

Cita del día: “Las circunstancias no hacen al hombre, sólo lo revelan a sí mismo.”

 — Epicteto

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Book: Unbreakable Mind. (Print, Kindle, Audio)

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[novelaslesbicas]

Sonata para Natalia

En esta novela me voy a saltar cualquier protocolo de presentación o de preámbulo para decirles que es una novela fantástica, puede envolverte de tal manera que es posible que cree adicción, es capaz de hacerte llegar a sentir incluso una dulce desesperación, que puede provocar que sus parejas les formen broncas!! jajajajaj ojo, lo digo por experiencia, cuando me empecé a leer Sonata para Natalia, me abdujo de tal manera que no quería soltar el libro, y como pueden imaginar, mi pareja se sintió desplazada jajajaja y empezó una pequeña lucha por terminar la lectura y por conseguir que no me formaran broncas… les adelanto que tuve que llegar a una negociación, prometí recompensar con creces si me permitían terminar sin interrupciones la historia jajajajajjaj…

Luego de esa bochornosa confesión, debo decirles que en esta novela la autora aborda muchos temas importantes que hilados a la trama hacen de ésta una entrega única, algo a lo que ya me tenía acostumbrada la serie de rozando labios; adentrarte en la historia de Natalia Sercone, (así se llama nuestra protagonista), es como visitar toda su vida, pero de una manera profunda, con reflexiones, introspecciones, soliloquios, nos deja un aprendizaje maravilloso que nos dejará marcados a todas, de una manera u otra, ya que hablar de las heridas de la infancia, los dolores del pasado, los miedos del presente y esas ganas de imponerse así misma son una escuela que podría servirnos para entender muchas cosas que no veíamos de esa manera. Su pasión e inocencia la hacen una mujer adorable y maravillosa. Así como también nos permite reflexionar y valorar sobre la importancia de las personas que a lo largo de nuestra vida se convierten en imprescindibles y que muchas veces no tienen nuestra sangre pero aún así son considerados parte de la familia...

Un encuentro, una torpeza, unos ojos verdes, una intuición de aquel que sonríe con la mirada y que de tan efímero cree que fué una ilusión o peor aún, una alucinación de su mente que le jugó una mala pasada; puede hacernos ver cómo el destino se las arregla para ponernos dónde debemos en el momento indicado, aunque no en el momento justo se detenga a darnos explicaciones de lo que nos está sucediendo. El tiempo es relativo cuando un libro y una mirada han hecho más de lo que puedas aceptar, esos desvanecientes segundos cobran sentido y realidad cuando eres capaz de comprender lo que intuías pero no sabías ponerle nombre.

El cortejo de situaciones que conforman esta historia hace que todo pensamiento racional se diluya en las sensaciones y emociones provocadas por cada uno de los momentos que no sólo convierten el presente en un regalo, sino también al pasado, que te enseña cual maestro y al futuro que te espera con la incertidumbre de si lo habrás logrado; confiar en la fuerza de un amor como aquel que te envuelve en una promesa hecha de miradas, en el que los nombres pierden sentido y se lo ceden al sentimiento, vivir para sentir, vivir para amar, y sobre todo ganarle la batalla al recuerdo, se puede volver doloroso y apremiante, pero cuando al AMOR lo tejen corazones puros y entregados puede que lo imposible se haga pequeño por lo gigante de aquellas emociones que despiertan en ti la persona capaz de adueñarse de todos tus sensaciones, incluso monopolizar tus pensamientos.

Si eres de las personas que no creen en el destino, en la conexión de las almas, entonces definitivamente ésta novela no es para ti, si por el contrario no sólo crees, sino que has vivido una conexión única e irreversible y quieres acompañar a Natalia Sercone en su viaje para bailar juntos su sonata, pues entonces ésta definitivamente es tu historia; ahora, les recuerdo que si su pareja es celosa, ideen un plan, antes de que le tiren el libro en la cabeza!! jajajjajajajjaja