#Garrapiñadas
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#mar del plata#argentina#beachlife#beach#south america#sur America#photography#beach photography#candy#garrapiñadas#azucar#sweet food#sweet#sea aesthetic#sea#nostalgia
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Receta de Mantecol y garrapiñada de cacahuete
Receta de Mantecol y garrapiñada de cacahuete Publicado por Escuela de Cocina y Pasteleria Terra de Escudella el 9 de diciembre de 2024 Requiere 30 min, para cuatro personas. Ingredientes · 70 gr. de miel · 300 gr. de azúcar · 100 gr. de agua · 450 gr. mantequilla de cacahuete sin azúcar · 70 gr. de claras Para la garrapiñada de cacahuete · 200 gr. Cacahuete crudo · 150 gr. azúcar · 100 ml.…
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Feliz navidad para todos! 🎄🎉🎁🎇🎆
Yo quiero hacer una pregunta indiscreta, en sus países que comen en navidad? Cómo, que comidas hay que son tradición para estas fechas? Acá en Colombia se come natilla, buñuelos, hallacas, lechona, rollo de carne.
Que buena preguntaaaaa. Acá en Argentina la cena es variada, puede ser lechón, asado, empanadas, etc. Muchas ensaladas porque hace calor para estas fechas. Después tenemos una mesa dulce que incluye maní de chocolate, garrapiñada, mantecol, pan dulce, etc
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Lele pancha pq comí demasiada garrapiñada
Why must god punish me for experiencing simple pleasures
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💚🎄Get To Know Me: Holiday Edition! 🎄💚
Thank you for tagging me @thevegandarkelf 🤍
Red or Green: Green, always. I've never really liked red.
Favourite Holiday Movie/s: The Grinch, no doubt. Or maybe the Disney specials I used to watch when I was little.
Favourite Christmas Movie That Is NOT Considered A Christmas Movie: Edward Scissorhands, I guess?
Favourite Holiday Treat: Garrapiñada! (candied almonds/peanuts)
Favourite Holiday Decoration: I really like weird, random ornaments.
Favourite Thing To Bring To A Friend/Family Celebration: My pajamas lol, I don't dress up.
Favourite Christmas Story (Book And/Or Fanfic): "Love's Second Chance: A Holiday Reunion" by @naughtyneganjdm is the one I'm currently reading, and I love it!
Eggnog, Boiled Custard, Or Apple Cider: We don't drink that in my country, so I'll just say apple cider because it's the closest thing I can think of 😂
Are You Good At Wrapping Presents?: Not at all. I try to find cute paper bags and that's it. Although I do make origami cranes for each bag.
Fictional Character For Holiday Cuddles: Last year I would've said Negan, but now? Daryl Dixon all the way.
❄️ No pressure tags: @vaniniweenie @stylesispunk @francisofthespook @ffsjustletmesleep @the-name-is-z
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de prepo
como todo en la vida...
la moneda más preciada
acaba siendo el tiempo
embutida
y al mismo tiempo atragantada
me empapo y me escurro
por los huevos caldeados del obelisco
pienso
mientras engullo un paquete frio de garrapiñadas:
¿Qué hago?
¡¿Qué estoy haciendo?!
espejada...
en el anden de enfrente
otra como yo
también se va corriendo
fugaz
pero atrapable
sólo un instante
por el acuse de mi retina
y aparece una voz
de prepo
violenta y amigable
amarga e inofensiva:
serán así los próximos quince años de la vida
quince qué
De prepo
disculpeme señora
no quise atropellar a su bebé
no llores, nena
no llores
dice un chico en musculosa
acalorado cantando
en estas venas mugrosas
de este brazo de kraken invisible
que antes de ser un basurero fue anden
no lloro, nene
no llores..
aplasto cascaras de mani
cómo me gustaba armar cigarrillos
atrapada
atragantada
el bálsamo del éxito me orada la piel
ya no pago más alquiler
pero alguien duerme en la puerta de mi casa
atrapada
atragantada
he sido besada
por la lengua filosa de la crítica
y ahora
¡Mirá como te hago cine,
mirá como te hago cine!
pero ya no tengo tiempo para leer
estoy llegando tarde
se acumulan los mensajes que debo responder
manejo mi auto modelo dos mil diesciseis
atrapada
escribo
esperando que avance la columna
con el registro de conducir vencido
dando vueltas
y vueltas
y vueltas
hasta que consiga un lugar donde estacionarme.
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Hubo un accidente y el tren no llega a Retiro, pero de algún lado viene. Somos muchos esperando acá, en el andén, que aparezca por la curvita de allá al fondo. Primero las luces, después el ruido, después el tren.
Me gusta estar en un tren a esta hora.
Me gusta que sea lunes, que sea esta hora y estar en un tren.
Me gusta que haya alguien vendiendo garrapiñadas en el tren a esta hora.
Me gusta que haya alguien vendiendo garrapiñadas en el tren un lunes a esta hora, y que para convencernos diga que están “recién elaboradas”. Me gusta que haya elegido ese verbo y no otro. No tengo idea de cuál es el proceso para la elaboración de la garrapiñada, pero entiendo que no es algo que simplemente se hace. Los hechos son mundanos. Algo recién hecho tiene, de pronto, otra tonalidad. Más opaca tal vez.
Me pregunto cuántas cosas se pueden decir respecto a la garrapiñada. El precio, la edad, la temperatura. Me pregunto, también, cuántas garrapiñadas entran en un paquete que se vende en un tren a esta hora por quinientos pesos. Me pregunto cuál es el contexto ideal para comer garrapiñadas. Cuáles son los momentos idóneos para comer garrapiñadas.
La última vez que fui a la cancha de Comu me compré unas. No me acuerdo cuánto las pagué, tal vez trescientos, tal vez mil. El señor que vende garrapiñadas en la cancha de Comu no intenta convencer a nadie. Solo aparece ahí, en la tribuna, en algún momento del partido, se frena en un escalón, le da la espalda al campo de juego y recorre con la vista los escaloncitos de la tribuna, de izquierda a derecha, esperando encontrar un par de ojos que lo estén buscando. Y solo por estar ahí va a haber alguien que le compre. No se desplaza de un vagón a otro. No eleva su tono de voz. No enumera características del producto. Solo deambula por la única tribuna del estadio y eventualmente se queda ahí parado, en algún escalón que le haya parecido conveniente, con su heladerita de telgopor, su gorra con visera y su montón de billetes en la mano, esperando que llegue algún chiflido, algún llamado de atención, algún grito que no tenga que ver con el partido que está sucediendo ahí atrás. Y siempre hay alguien, solo por estar ahí. Porque juega Comu y estás sentado en un escalón con tu amiga, con tu papá, con tu novia, con tu hermano, con tu hijo, y apareció un señor adelante tuyo con un montón de garrapiñadas y vos justo tenés quinientos pesos en el bolsillo, o trescientos o mil. Y el partido va a seguir 0-0. Entonces le preguntás cuánto es aunque no te importe, porque es la manera de entablar una conversación con un vendedor. Tampoco te importa si fueron hechas o si fueron elaboradas, ni si fue recién o hace unos días. Porque juega Comu y hace frío pero en la tribuna todavía pega el sol y un segundo después vas a estar sentada en un escalón comiendo garrapiñadas con tu amiga.
Y unos días después va a ser lunes, va a haber habido un accidente, y vas a estar en un tren, volviendo a tu casa, pensando en comer garrapiñadas, o en tu amiga, o en Comu.
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“Cadáveres” Néstor Perlongher.
Bajo las matas En los pajonales Sobre los puentes En los canales Hay Cadáveres
En la trilla de un tren que nunca se detiene En la estela de un barco que naufraga En una olilla, que se desvanece En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones Hay Cadáveres
En las redes de los pescadores En el tropiezo de los cangrejales En la del pelo que se toma Con un prendedorcito descolgado Hay Cadáveres
En lo preciso de esta ausencia En lo que raya esa palabra En su divina presencia Comandante, en su raya Hay Cadáveres
En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñada En el garrapiñiero que se empana En la pana, en la paja, ahí Hay Cadáveres
Precisamente ahí, y en esa richa de la que deshilacha, y en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y en el desdén de la que no se diga que no piensa, acaso en la que no se dice que se sepa… Hay Cadáveres
Empero, en la lingüita de ese zapato que se lía disimuladamente, al espejuelo, en la correíta de esa hebilla que se corre, sin querer, en el techo, patas arriba de ese monedero que se deshincha, como un buhón, y, sin embargo, en esa c… que, cómo se escribía? c. .. de qué?, mas, Con Todo Sobretodo Hay Cadáveres
En el tepado de la que se despelmaza, febrilmente, en la menea de la que se lagarta en esa yedra, inerme en el despanzurrar de la que no se abriga, apenas, sino con un saquito, y en potiche de saquitos, y figurines anteriores, modas pasadas como mejas muertas de las que Hay Cadáveres
Se ven, se los despanza divisantes flotando en el pantano: en la colilla de los pantalones que se enchastran, símilmente; en el ribete de la cola del tapado de seda de la novia, que no se casa porque su novio ha ………………………….! Hay Cadáveres
En ese golpe bajo, en la bajez de esa mofleta, en el disfraz ambiguo de ese buitre, la zeta de esas azaleas, encendidas, en esa obscuridad Hay Cadáveres
Está lleno: en los frasquitos de leche de chancho con que las campesinas agasajan sus fiolos, en los fiordos de las portuarias y marítimas que se dejan amanecer, como a escondidas, con la bombacha llena; en la humedad de esas bolsitas, bolas, que se apisonan al movimiento de los de Hay Cadáveres
Parece remanido: en la manea de esos gauchos, en el pelaje de esa tropa alzada, en los cañaverales (paja brava), en el botijo de ese guacho, el olor a matorra de ese juiz Hay Cadáveres
Ay, en el quejido de esa corista que vendía «estrellas federales» Uy, en el pateo de esa arpista que cogía pequeños perros invertidos, Uau, en el peer de esa carrera cuando rumbea la cascada, con una botella de whisky «Russo» llena de vidrio en los breteles, en ésos, tan delgados, Hay Cadáveres
En la finura de la modistilla que atara cintas do un buraco hubiere En la delicadeza de las manos que la manicura que electriza las uñas salitrosas, en las mismas cutículas que ella abre, como en una toilette; en el tocador, tan …indeciso…, que clava preciosamente los alfiles, en las caderas de la Reina y en los cuadernillos de la princesa, que en el sonido de una realeza que se derrumba, oui Hay Cadáveres
Yes, en el estuche de alcanfor del precho de esa ¡bonita profesora! Ecco, en los tizones con que esa ¡bonita profesora! traza el rescoldo de ese incienso; Da, en la garganta de esa ajorca, o en lo mollejo de ese moretón atravesado por un aro, enagua, en Ya Hay Cadáveres
En eso que empuja lo que se atraganta, En eso que traga lo que emputarra, En eso que amputa lo que empala, En eso que ¡puta! Hay Cadáveres
Ya no se puede sostener: el mango de la pala que clava en la tierra su rosario de musgos, el rosario de la cruz que empala en el muro la tierra de una clava, la corriente que sujeta a los juncos el pichido – tin, tin . . . – del son- ajero, en el gargajo que se esputa… Hay Cadáveres
En la mucosidad que se mamosa, además, en la gárgara; en la también glacial amígdala; en el florete que no se succiona con fruición porque guarda una orla de caca; en el escupitajo que se estampa como sobre en un pijo, en la saliva por donde penetra un elefante, en esos chistes de la hormiga, Hay Cadáveres
En la conchita de las pendejas En el pitín de un gladiador sureño, sueño En el florín de un perdulario que se emparrala, en unas brechas, en el sudario del cliente que paga un precio desmesuradamente alto por el polvo, en el polvo Hay Cadáveres
En el desierto de los consultorios En la polvareda de los divanes «inconcientes» En lo incesante de ese trámite, de ese «proceso» en hospitales donde el muerto circula, en los pasillos donde las enfermeras hacen SHHH! con una aguja en los ovarios, en los huecos de los escaparates de cristal de orquesta donde los cirujanos se travisten de »hombre drapeado», laz zarigueyaz de dezhechoz, donde tatúase, o tajéase (o paladea) un paladar, en tornos Hay Cadáveres
En las canastas de mamá que alternativamente se llenan o vacían de esmeraldas, canutos, en las alforzas de ese bies que ciñe-algo demás-esos corpiños, en el azul Iunado del cabe- llo, gloriamar, en el chupazo de esa teta que se exprime, en el recIinatorio, contra una mandolina, salamí, pleta de tersos caños . .. Hay Cadáveres
En esas circunstancias, cuando la madre se lava los platos, el hijo los pies, el padre el cinto, la hermanita la mancha de pus, que, bajo el sobaco, que va «creciente», o Hay Cadáveres
Ya no se puede enumerar: en la pequeña »riela» de ceniza que deja mi caballo al fumar por los campos (campos, hum…),o por los haras, eh, harás de cuenta de que no Hay Cadáveres
Cuando el caballo pisa los embonchados pólderes, empenachado se hunde en los forrajes; cuando la golondrina, tera tera, vola en circuitos, como un gallo, o cuando la bondiola como una sierpe ‘leche de cobra» se disipa, los miradores llegan todos a la siguiente conclusión: Hay Cadáveres
Cuando los extranjeros, como crápulas, («se les ha volado la papisa, y la manotean a dos cuerpos»), cómplices, arrodíllanse (de) bajo la estatua de una muerta, y ella es devaluada! Hay Cadáveres
Cuando el cansancio de una pistola, la flaccidez de un ano, ya no pueden, el peso de un carajo, el pis de un »palo borracho», la estirpe real de una azalea que ha florecido roja, como un seibo, o un servio, cuando un paje la troncha, calmamente, a dentelladas, cuando la va embutiendo contra una parecita, y a horcajadas, chorrea, y Hay Cadáveres
Cuando la entierra levemente, y entusiasmado por el su- ceso de su pica, más atornilla esa clava, cuando «mecha» en el pistilo de esa carroña el peristilo de una carroza chueca, cuando la va dándola vuelta para que rase todos.. . los lunares, o Sitios, Hay Cadáveres
Verrufas, alforranas (de teflón), macarios muermos: cuando sin… acribilla, acrisola, ángeles miriados’ de peces espadas, mirtas acneicas, o sólo adolescentes, doloridas del dedo de un puntapié en las várices, torreja de ubre, percal crispado, romo clít … Hay Cadáveres
En el país donde se yuga el molinero En el estado donde el carnicero vende sus lomos, al contado, y donde todas las Ocupaciones tienen nombre…. En las regiones donde una piruja voltèa su zorrito de banlon, la huelen desde lejos, desde antaño Hay Cadáveres
En la provincia donde no se dice la verdad En los locales donde no se cuenta una mentira -Esto no sale de acá- En los meaderos de borrachos donde aparece una pústula roja en la bragueta del que orina-esto no va a parar aquí -, contra los azulejos, en el vano, de la 14 o de la 15, Corrientes y Esmeraldas, Hay Cadáveres
Y se convierte inmediatamente en La Cautiva, los caciques le hacen un enema, le abren el c… para sacarle el chico, el marido se queda con la nena, pero ella consigue conservar un escapulario con una foto borroneada de un camarín donde… Hay Cadáveres
Donde él la traicionó, donde la quiso convencer que ella era una oveja hecha rabona, donde la perra lo cagó, donde la puerca dejó caer por la puntilla de boquilla almibarada unos pelillos almizclados, lo sedujo, Hay Cadáveres
Donde ella eyaculó, la bombachita toda blanda, como sobre un bombachón de muñequera como en un cáliz borboteante-los retazos de argolla flotaban en la «Solución Humectante» (método agua por agua), ella se lo tenía que contar Hay Cadáveres
El feto, criándose en un arroyuelo ratonil, La abuela, afeitándose en un bols de lavandina, La suegra, jalándose unas pepitas de sarmiento, La tía, volviéndose loca por unos peines encurvados Hay Cadáveres
La familia, hurgándolo en los repliegues de las sábanas La amiga, cosiendo sin parar el desgarrón de una «calada» El gil, chupándose una yuta por unos papelitos desleídos Un chongo, cuando intentaba introducirla por el caño de escape de una Kombi, Hay Cadáveres
La despeinada, cuyo rodete se ha raído por culpa de tanto «rayito de sol», tanto «clarito»; La martinera, cuyo corazón prefirió no saberlo; La desposeída, que se enganchó los dientes al intentar huir de un taxi; La que deseó, detrás de una mantilla untuosa, desdentarse para no ver lo que veía: Hay Cadáveres
La matrona casada, que le hizo el favor a la muchacho pasándole un buen punto; la tejedora que no cánsase, que se cansó buscando el punto bien discreto que no mostrara nada – y al mismo tiempo diera a entender lo que pasase -; la dueña de la fábrica, que vio las venas de sus obreras urdirse táctilmente en los telares-y daba esa textura acompasada… lila… La lianera, que procuró enroscarse en los hilambres, las púas Hay Cadáveres
La que hace años que no ve una pija La que se la imagina, como aterciopelada, en una cuna (o cuña) Beba, que se escapó con su marido, ya impotente, a una quinta donde los vigilaban, con un naso, o con un martillito, en las rodillas, le tomaron los pezones, con una tenacilla (Beba era tan bonita como una profesora…) Hay Cadáveres
Era ver contra toda evidencia Era callar contra todo silencio Era manifestarse contra todo acto Contra toda lambida era chupar Hay Cadáveres
Era: «No le digas que lo viste conmigo porque capaz que se dan cuenta» O: «No le vayas a contar que lo vimos porque a ver si se lo toma a pecho» Acaso: «No te conviene que lo sepa porque te amputan una teta» Aún: «Hoy asaltaron a una vaca» «Cuando lo veas hacé de cuenta que no te diste cuenta de nada …y listo» Hay Cadáveres
Como una muletilla se le enchufaba en el pezcuello Como una frase hecha le atornillaba los corsets, las fajas Como un titilar olvidadizo, eran como resplandores de mangrullo, como una corbata se avizora, pinche de plata, así Hay Cadáveres
En el campo En el campo En la casa En la caza Ahí Hay Cadáveres
En el decaer de esta escritura En el borroneo de esas inscripciones En el difuminar de estas leyendas En las conversaciones de lesbianas que se muestran la marca de la liga, En ese puño elástico, Hay Cadáveres
Decir «en» no es una maravilla? Una pretensión de centramiento? Un centramiento de lo céntrico, cuyo forward muere al amanecer, y descompuesto de El Túnel Hay Cadáveres
Un área donde principales fosas? Un loro donde aristas enjauladas? Un pabellón de lolas pajareras? Una pepa, trincada, en el cubismo de superficie frívola…?
Hay Cadáveres
Yo no te lo quería comentar, Fernando, pero esa vez que me mandaste a la oficina, a hacer los trámites, cuando yo curzaba la calle, una viejita se cayó, por una biela, y los carruajes que pasaban, con esos crepés tan anticuados (ya preciso, te dije, de otro pantalón blanco), vos creés que se iban a dedetener, Fernando? Imaginá… Hay Cadáveres
Estamos hartas de esta reiteración, y llenas de esta reiteración estamos. Las damiselas italianas pierden la tapita del Luis XV en La Boca! Las »modelos»-del partido polaco- no encuentran los botones (el escote cerraba por atrás) en La Matanza! Cholas baratas y envidiosas – cuya catinga no compite-en Quilmes! Monas muy guapas en los corsos de Avellaneda! Barracas! Hay Cadáveres
Ay, no le digas nada a doña Marta, ella le cuenta al nieto que es colimba! Y si se entera Misia Amalia, que tiene un novio federal! Y la que paya, si callase! La que bordona, arpona! Ni a la vitrolera, que es botona! Ni al lustrabotas, cachafaz! Ni a la que hace el género «volante»! NI Hay Cadáveres
Féretros alegóricos! Sótanos metafóricos! Pocillos metonímicos! Ex-plícito ! Hay Cadáveres
Ejercicios Campañas Consorcios Condominios Contractus Hay Cadáveres
Yermos o Luengos Pozzis o Westerleys Rouges o Sombras Tablas o Pliegues Hay Cadáveres
-Todo esto no viene así nomás -Por qué no? -No me digas que los vas a contar -No te parece? -Cuándo te recibiste? -Militaba? -Hay Cadáveres?
Saliste Sola Con el Fresquito de la Noche Cuando te Sorprendieron los Relámpagos No Llevaste un Saquito Y Hay Cadáveres
Se entiende? Estaba claro? No era un poco demás para la época? Las uñas azuladas? Hay Cadáveres
Yo soy aquél que ayer nomás… Ella es la que… Veíase el arpa… En alfombrada sala… Villegas o Hay Cadáveres ………………………………. ………………………………. ………………………………. ………………………………. No hay nadie?, pregunta la mujer del Paraguay. Respuesta: No hay cadáveres
#poesía#literatura#poetry#acción poética#libros#books#escritos#arte#amor#desamor#vida#latinoamerica#nestor perlongher
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ayer me acerque re contenta a comprar garrapiñada y eran chorizos
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i'm in raccoon mood eating chips and garrapiñada in bed with a full bottle of water next to me watching twd interviews at 5am
#i needed to take some ibuprofen so i needed to eat smth or the pill would make me nauseous lol#keeping up with tina
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- Ese reloj tiene como 150 años, era de mi bisabuela. - repite mi viejo cada vez que hablamos de él. Es de esas cosas que están hace tanto tiempo en tu casa que cada vez que te detenes a mirarlo bien, descubris un detalle nuevo. Porque no es realmente tuyo, nunca lo fue. Su constancia lo hace tan mundano como una cuchara o un plato. Deja de existir porque ya existió tanto tiempo que es invisible. Habita un limbo.
Sus campanadas marcan las 12 de la noche. Por supuesto que lo asumo, no tengo pruebas, no lo escuché. Producto de la costumbre.
Es año nuevo. Brindamos atorados de comida, apresurados y llenando algún vaso con lo primero que tenga aspecto de líquido. Cada año es más desprolijo.
Sé que me quieren, pero cada vez que digo algo mi comentario queda flotando a la deriva. Pasa eso de que alguien siempre lo escucha, pero prefiere terminar un tópico más interesante antes. Es la tercera vez que me piden repetir lo que ya dije, seguido de una disculpa que logre hacerme reiterar mis palabras con el mismo tono, timbre, cadencia e intencionalidad. Es un grado de humillación muy bajo, pero existe. Mi vieja contesta preguntas apuntadas a mí antes de que yo pueda hacerlo, lo hace sin querer, quiere participar. Hace mucho no pasamos un año nuevo todos reunidos, la familia está oxidada, pero todos damos lo mejor.
En la mesa dulce como garrapiñadas, maní bañado en chocolate y mantecol. Tomo copa tras copa de sidra y finjo sorpresa con los fuegos artificiales que molestan a nuestros perros.
Existe una paradoja muy grande en querer celebrar algo nuevo haciendo siempre lo mismo.
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Receta de Helado de yogur, chocolate y nueces garrapiñadas
Receta de Helado de yogur, chocolate y nueces garrapiñadas Publicado por Escuela de Cocina y Pasteleria Terra de Escudella el 29 de octubre de 2024 Requiere 30 min, para cuatro personas. Ingredientes Para el Helado de yogur · 4 yogures naturales · 100 ml de crema de leche 35% · 175 gr de azúcar · 50 gr de cacao en polvo · 1 c.c.de extracto de vainilla · pizca de sal · 70 gr de cobertura de…
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El tren
Ayer fui al Anses, para averiguar sobre los años de aportes que suman por el cuidado de hijos. Le dije a la chica que una amiga me había comentado. Ella comenzó a fijarse en el sistema y me explicó que yo no alcanzaba a cubrir los años de aportes. Sorprendida le contesté: «¡cómo, si en la otra oficina del Anses me dieron el certificado en donde consta que tengo todo en orden, los años, todo!». Me preguntó si había pagado la moratoria y efectivamente, le afirmé que lo hice. Me asusté, porque el Ministerio me hizo renunciar de cinco colegios. Empecé a transpirar. «A ver..., esperá que me fije... ¡Ah, sí!, con esto llegás a los años que te exige el sistema». Anteriormente me comentó que una cosa era lo que se pagaba de moratoria y otra distinta se relacionaba con los años trabajados frente a los alumnos. Y yo pensaba en ese momento en el SICA, que es un formulario sellado y firmado. Y en cuanto a mi hija, me aclaró que eso el sistema lo hace solo, automáticamente. Sin embargo, me pidió la partida de nacimiento y de defunción originales para constatar. Y me dijo que si podía esperarla, porque iría arriba, llevándose la partida. Entonces, pensé: «estos se mandaron una macana y por eso necesitó llevar la partida a otra oficina».
La cuestión es que todo eso me hizo pensar. Yo creo que estamos tironeados desde dos bandos tiranos. Por un lado, la derecha, desconocida para mí, que maneja los bancos, los billetes, que compra a quien quiere con los dólares o los euros. Esa gente manipula el flujo del dinero que digita el sistema, desde no sé dónde. Ese bando hace años que sobrevive, tras los ataques del otro, que paso a explicar: el otro bando, la izquierda dictadora, está manejada por millones de hormigas que te hacen la vida imposible y que generan miedo. Es como si te dijeran: «mirá que no vas a comer, vas a pasar hambre», así como esa señorita del Anses que me asustó para después decirme que tenía todo correcto. Y yo pienso que es más controlador el bando de las hormigas que el de los alacranes. Y claro..., la derecha no necesita controlarte ni asustarte. Simplemente, si le molestás demasiado, te borra del mapa Palestina, cierra cien fábricas, o te aumenta la edad jubilatoria o la jornada laboral.
Por otro lado, ese miedo que me hizo pasar ayer aquella empleada no es menos que los miedos del otro bando. La izquierda es una dictadura que te va comiendo la cabeza de a poco, como en silencio. Pero cuando te diste cuenta, es tal cual como el cuento de «Casa tomada», de Julio Cortázar.
Mira, ayer fui a llevar a dos de mis tortugas a la avenida 9 de Julio. Y se acercó un muchacho que trabaja ahí, pidiendo a los transeúntes de los autos que frenan en el semáforo. A simple vista, esa gente parece tan inocente. Nadie los ve, porque se visten con ropas rotas, sucias y se sientan en el pasto. No obstante, esa gente debe saber hasta quién es y dónde vive la señora que pasea un perrito negro. Seguro que sabrá qué tiras a la basura y hasta qué alimentos consumes. Ese control silencioso y de hormigas es la dictadura de la izquierda política. Y ayer sufrí dos ataques de esa gente. Primero, la empleada del Anses, que me generó miedo, porque me aseguró al principio que no tenía los aportes para jubilarme. Y en segundo lugar, fueron los compañeros de un colegio, que ya me hicieron ir dos veces. La primera vez se habían ido todos; la segunda, es decir ayer, estaba el colegio cerrado.
Todavía recuerdo la clase de Inglés en una escuela pública en donde la profesora enseñaba de un libro y contaba el caso de unas personas que habían cambiado la maleta de una mujer en un tren, por una igual. La logística de esas personas resultaba asombrosa, porque sabían el color de la maleta y en qué vagón viajaría aquella mujer. Y eso es lo que hace la dictadura de la izquierda. Esas personas que las encuentras en la calle, ya saben a qué hora paseas al perro, en qué casa vives o si compras garrapiñada en la esquina de la casa. Silenciosa y con rostro de víctima, te roba tu maleta o hasta se lleva a tu hijo. Llegará otra vez algún loco con una motosierra para podar el pasto y eliminar a todos aquellos que se juntan y que conspiran para saber qué color de maleta compraste, de qué marca y tamaño, dónde, cuánto te costó, en qué vagón viajarás, a qué hora, en qué tren y cuál será tu destino. Empero, otra vez volverán a juntarse para conspirar en contra del otro bando, el que paga a un abogado y le dice: «hacele perder el juicio», como me pasó a mí, que entendí que los abogados también se compran.
Viviremos una batalla entre esos dos bandos y yo siempre estaré en el medio. ¡Y por qué! A veces pienso que será porque a mí también me llevaron cuando era una bebé del tren.
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Mí vieja hizo garrapiñada y le puso cayena, muy recomendable!!
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Basta que garrapiñada húmeda!!!
#reels #meme #funny #lallamaquellama #llama #vicuña #alpaca #tv90s #lyluleando
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