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Cine: Beach Rats (2017)

En público, Frankie (Harris Dickinson) suele reunirse con sus compañeros de tropelías (Frank Hakaj, David Ivanov y Anton Selyaninov) para efectuar algunos robos de poca monta, fumar cigarrillos de marihuana o participar en concursos de humo de cigarrillos eléctricos. Todo, mientras padece los últimos días de vida de su padre (Neal Huff), convaleciente de un cáncer fulminante, y pasa el tiempo utilizando su medicación para pulverizarla y continuar drogándose, oculto de la mirada de su madre Donna (Kate Hodge), que de tanto en cuando le reclama que se busque una novia, y de su hermana menor Carla (Nicole Flyus). 

En privado y de noche, su situación se vuelve aún más compleja: ingresa a “Brooklyn Boys”, un chat de citas de hombres gays, y se contacta con machazos mayores, con los que tiene relaciones sexuales a cambio de un poco de hierba, en ocasiones, en medio de la noche y a metros de la playa. Eso es lo que quiere creer, que lo hace por la droga. Se enamora de Simone (Madeline Weinstein) en un evento con fuegos artificiales, pero sabe que hay algo que no puede (o se niega a) comprender en sí mismo. Algo falla en esa relación y son sus encuentros con Michael (Erik Potempa), uno de esos “clientes”, los que despiertan todas las alarmas. Para peor, cuando su estabilidad económica comienza a agobiarlo, Framkie invita a sus amigos a unirse a su peculiar cruzada para adquirir la mercancía. Porque, a esta altura de los hechos, es lo que dice hacer: juntarse con extraños gays sólo por eso, no por el sexo.

Eliza Hittman, autora y directora del filme, ha recibido once premios (entre ellos, el de Mejor Directora en el festival de Sundance) y dieciséis nominaciones por este doloroso retrato de un adolescente perdido (y en más de un sentido).