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Nueva reforma constitucional disminuye los recursos a la educación
COMUNICADO DE LA COALICIÓN SINDICAL TRIBUNA MAGISTERIAL – FECODE. Mediante reformas constitucionales marcadas por el neoliberalismo, se impusieron en 2001 y 2007 las exigencias del FMI para garantizar el pago del servicio de la deuda en detrimento de la financiación de la educación pública; se eliminó la figura del Situado Fiscal (SF) y se crea el Sistema General de Participaciones (SGP). A…
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¿Un país fragmentado, estatizado, ignorante y enmarihuanado?
Opinión de Mauricio Botero Caicedo, 8/12/24
Hoy en día se adelantan conversaciones de “paz total” con, por lo menos, nueve grupos: el ELN; las FARC-EMC; la Segunda Marquetalia; Autodefensas Gaitanistas de Colombia; Autodefensas de la Sierra Nevada; Shottas y Espartanos; Oficinas en Medellín; RPS (Chocó); los Locos Yam y los Méxicanos; y las antiguas AUC. Controlando más del 28 % del territorio nacional en 29 departamentos, 455 municipios y más de 9.000 veredas, los grupos alzados en armas tienen como principal actividad el narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro y la extorsión; y, casi con certeza, estas recuas de delincuentes no van a abandonar voluntariamente sus conquistas territoriales, extensiones que se asemejan a las “Taifas”, originalmente “áreas” o “contornos” que surgieron en el año 1031 tras la caída de los califatos musulmanes hegemónicos en Al-Ándalus (Andalucía) tras la disolución del califato Omeya en el siglo X.
Además de fragmentados, probablemente vamos a terminar estatizados. Superada la barrera del 30 % del gasto público como proporción del PIB, todo indica que el objetivo gubernamental es estatizar la totalidad de determinados sectores (salud, educación, pensiones, minería y energía). El hecho de que la inmensa mayoría de las empresas públicas no sean rentables, tengan nóminas infladas y sean rehenes de sindicatos con prebendas muy por encima del sector privado, poco les importa. Como lo señalaba Thierry Ways en su más reciente columna, para estatizar no es necesario expropiar al sector privado: “basta con imponer tributos, normas laborales o camisas de fuerza regulatorias para controlar de facto el sector el sector que se desea estatizar”.
Fragmentados y estatizados, el país puede estar tomando la senda de la ignorancia. En materia de educación se está buscando otorgarle al presidente —y por ende a su ministro de Educación— control directo y absoluto sobre toda la educación en el país, indistintamente sea pública o privada. Estos designios, que incluyen el marchitamiento del Icetex y que comprometen la autonomía de las instituciones educativas, implican el fin de un sistema educativo mixto, libre y plural. La educación en Colombia, dominada por el nefasto sindicato de Fecode, es tan pobre como politizada que uno no sabe si la representante Susana Boreal tiene algo de razón cuando afirma que “obligar a un niño a asistir a un colegio es una forma de violencia y una forma muy evidente de adoctrinamiento”. La Boreal es la misma que confesó ser consumidora habitual de marihuana y la que abogó por un cambio cultural en la percepción del consumo de esa sustancia. Sin esclarecer si Susana, al afirmar que “consumía marihuana bastante regular”, se refería a la calidad o a la frecuencia de uso de la yerba, tanto ella como sus seguidores tienen acogida: en las últimas dos décadas el consumo de droga en el país ha aumentado en un 57,8 %.
¿Será que nos estamos convirtiendo en un país fragmentado, estatizado, ignorante y enmarihuanado?
Apostilla: En medio de las imputaciones de la JEP contra seis excabecillas de las FARC por reclutar niños y por violencia sexual, el Gobierno ha pretendido premiar a Comunes, el partido de las FARC, extendiéndoles por cuatro años más sus privilegios como congresistas. En buena hora el Senado negó la peregrina solicitud.
Fuente: El Espectador
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¿SON RESPONSABLES LOS DOCENTES DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN?
Julián de Zubiría Samper
24 de septiembre de 2024. El Espectador
En mi columna anterior abordé el tema de los salarios de los docentes en los colegios públicos. Históricamente han sido muy bajos. Sin embargo, el importante incremento que han tenido en los últimos veinte años todavía no ha generado mejoras en la calidad. ¿De qué depende entonces la calidad?
Históricamente, los docentes han recibido uno de los salarios más bajos entre todos los funcionarios públicos del país. Vivían en la pobreza y al final de su vida laboral recibían un trato preferencial para su pensión. Sin embargo, gracias a la movilización de los maestros y al liderazgo de FECODE, en las últimas décadas los docentes con títulos de maestría y doctorado pueden llegar a ganar salarios más acordes con la enorme responsabilidad que asumen y más altos que los que se pagan en la gran gran mayoría de colegios privados. Para eso se creó el escalafón docente.
Aun así, señalaba que ese incremento todavía no ha generado impacto en la calidad. Muchos docentes comentaron en redes que esta dependía de muchos factores y que, por eso, no se podía prever una relación directa entre las dos variables. En parte tienen razón, dado que la calidad está asociada a diversos elementos y la gran mayoría de ellos depende de la política educativa que adopten los gobiernos. ¿Qué factores entonces están asociados a la calidad de la educación?
Primero: Formación docente. La calidad del sistema educativo depende de la calidad de sus docentes. Esto ha sido estudiado múltiples veces. El Informe McKinsey (2007), después de evaluar los países que alcanzaban los mejores resultados en PISA, concluyó: “La calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”. En Colombia, el estudio Tras la excelencia educativa (2014) de la Fundación Compartir, después de revisar los casos de Canadá, Singapur, Corea y Finlandia, llega a la misma conclusión. Es por eso que los países que tienen educación de calidad han dedicado grandes esfuerzos a la selección y formación de sus docentes.
Estamos ante una decisión que le corresponde al Estado y a las facultades de educación y, en los últimos veinte años, ningún gobierno en Colombia ha querido iniciar un proceso para cualificar la formación inicial y en servicio de los docentes. A las facultades de educación llegan los estudiantes con menor consolidación en las competencias evaluadas en Saber 11 y de allí egresan los futuros docentes con los menores niveles de lectura crítica y razonamiento numérico entre todos los profesionales. Fallamos como nación en la formación y en la selección de nuestros maestros, pero eso no es responsabilidad de los docentes. El gobierno nacional parece no tener claro, que la más importante transformación de la educación superior en Colombia, debe pasar por invertir y consolidar las normales superiores y las facultades de educación como centros de mayor calidad.
Segundo: Lineamientos curriculares. Para qué y qué enseñar son las dos preguntas más importantes en educación. Se trata de seleccionar entre millones de opciones posibles cuáles son los propósitos y los contenidos esenciales que debe abordar la escuela en un contexto determinado. Esa es una decisión que le compete al Ministerio de Educación Nacional (MEN) y, mientras la gran mayoría de ministerios del mundo ha realizado muy importantes replanteamientos teniendo en cuenta las competencias esenciales que demanda el mundo actual, en Colombia los estudiantes de secundaria y media siguen viendo cada año doce asignaturas fragmentadas, descontextualizadas y centradas en informaciones totalmente impertinentes.
UNESCO recomienda concentrarse en muy pocas competencias. El gobierno de Finlandia decidió, en 2016, dedicarse a siete competencias transversales, la reforma curricular chilena enfatizó en dos y la actual reforma curricular mexicana prioriza cuatro. En Colombia, desde hace treinta años nosotros hemos propuesto tres: pensar, comunicar y convivir. Aun así, establecer los lineamientos curriculares no es responsabilidad de los docentes y ningún gobierno en las últimas dos décadas ha hecho algo relevante al respecto. Ese fue uno de los ejes del Plan Decenal de Educación 2016-2026, pero el gobierno de Iván Duque decidió guardar bajo llave el plan más importante elaborado para mejorar la calidad de la educación en el país. Hasta el momento, Gustavo Petro no ha hecho ningún esfuerzo para buscar las llaves.
Tercero: Educación inicial. El economista y profesor James Heckman seleccionó aleatoriamente dos poblaciones pobres en Estados Unidos y las siguió a lo largo de la vida. Una de ellas recibió educación inicial de calidad y la otra no. La conclusión fue abrumadora: los que tuvieron educación inicial de calidad alcanzaron mejores resultados académicos y fueron más sanos emocionalmente. Recibió el Premio Nobel de Economía en el año 2000.
Múltiples estudios lo ratifican: los niños que reciben educación inicial aprenden, leen y conviven mejor. Aun así, en Colombia la gran mayoría de los niños menores de cinco años no asiste a la escuela. Por el contrario, casi todos los niños de las familias de estratos 4, 5 y 6 reciben educación inicial de calidad. A los 7 años el destino de los niños está determinado: los que recibieron educación inicial tendrán un mejor futuro. Como es obvio, garantizar educación inicial lo decide el gobierno. Los maestros solo pueden exigirlo y lo han hecho múltiples veces, una de ellas al firmar la Ley General de Educación de 1994, el mayor acuerdo logrado en Colombia en este ámbito. En lo que tiene que ver con educación inicial, los diversos gobiernos nacionales han violado la ley, pues todavía están en deuda con dos de los tres años de formación acordados.
Cuarto: Liderazgo pedagógico. La escuela es una institución compleja con una comunidad muy diversa liderada por un equipo directivo. El rector, que debería ser el capitán del barco, ha sido puesto a resolver tareas muy distantes de las prioridades de la educación. Por absurdo que parezca, en Colombia los rectores, por decisiones del MEN y las secretarías de educación, les toca estar más pendientes del aseo, las tutelas, los procesos administrativos y la infraestructura que de los procesos de formación de los estudiantes. Esta situación se origina por la falta de recursos (escuelas sin aseadores, ni celadores y con infraestructuras obsoletas) y en la ausencia de coordinadores administrativos en las instituciones educativas. Tenemos un barco, pero el capitán no está en altamar haciendo seguimiento, evaluando, formando y convocando a la comunidad en torno a los fines comunes. Una vez más, la responsabilidad recae en el gobierno y el MEN.
Quinto: Condiciones socioculturales de las familias. El expresidente Pepe Mujica decía: “Si el hogar fracasa, no le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en el hogar”. El problema es que en Colombia muchos hogares fracasan. En la mitad de ellos se humilla, maltrata y violenta a los hijos. Esos son los niños que llegan a los colegios, en especial, a los oficiales. Un reciente estudio en España concluye que si los padres leen, sus hijos de 10 años avanzan un año adicional en comprensión lectora y obtienen mejor balance académico. En Colombia la mayoría de los padres no leen, no dialogan y no hacen actividades con sus hijos. Con padres autoritarios, abandónicos o sobreprotectores, sin duda, es muy difícil formar a los niños para que argumenten, lean de manera crítica o sean más autónomos.
Sexto: Condiciones básicas de infraestructura. Para tener una educación de muy alta calidad se requieren condiciones mínimas en infraestructura como ladrillo, agua, ventilador, baño, campo deportivo, alimento y apoyo socioemocional (orientadores) para los estudiantes. Las ciudades del país han mejorado de manera notable las condiciones de su infraestructura escolar, pero a nivel rural el avance es ínfimo, aunque en este aspecto el compromiso del gobierno de Gustavo Petro ha sido más alto. Aun así, todavía la mitad de los colegios no tiene condiciones mínimas para trabajar. En la Colombia profunda este porcentaje asciende al 70 %. Somos el país que menos avanzó en conectividad durante la pandemia, porque la plata se la robaron sectores de la clase política, y el Banco Mundial nos ubica actualmente como el país con el mayor porcentaje de escuelas pobres sin acceso a Internet en toda América Latina: el 90 %.
Séptimo: Trabajo en equipo y reflexión pedagógica. A diferencia de los factores anteriores, hay uno en el que la responsabilidad de los docentes es claramente mayor: el trabajo en equipo. Desafortunadamente, la mayoría de los profesores seguimos remando cada uno para un lado diferente, como si lo que se enseñara en sociales no tuviera nada que ver con lo que se enseña en naturales o comunicativas. En Colombia y Brasil, en los años ochenta del siglo pasado, se crearon originales movimientos pedagógicos en los que los docentes en equipo asumieron el compromiso de transformar las escuelas e impulsar innovaciones pedagógicas, en Colombia intelectuales apoyaron y trabajaron con los directivos de FECODE, en diversas propuestas para mejorar la calidad de la educación de los estudiantes e incrementar el reconocimiento e importancia del docente como un mediador del desarrollo social. No hay ninguna duda de que en eso hemos retrocedido y ahí le cabe gran responsabilidad al sindicato. Lo gremial subordinó por completo a lo pedagógico. Lo dije en la columna anterior con un solo dato: el segundo Congreso Pedagógico organizado por FECODE se realizó en 1989. El tercero, treinta y cinco años después, todavía no ha sido convocado. Invito a FECODE y a los maestros a convocarlo.
Como puede verse, los gobiernos nacionales y el MEN han sido incapaces de construir un sistema educativo articulado, mejorar la formación, establecer lineamientos curriculares pertinentes, empoderar a los rectores como líderes pedagógicos, garantizar las condiciones mínimas de infraestructura en las escuelas rurales y asegurar educación inicial de calidad para todos los niños.
Pese a todo lo anterior, es mucho lo que puede hacer un equipo comprometido de docentes si trabaja conjuntamente para ampliar la reflexión pedagógica en los colegios e impulsa las transformaciones que se necesitan en las escuelas. Eso no será posible mientras no aprendamos a trabajar en equipo. El problema es que la única opción que tienen para salir adelante la gran mayoría de niños y jóvenes en Colombia es asistir a una escuela que les enseñe a pensar, convivir y leer. Y todavía no lo logramos.
Por Julián de Zubiría Samper
@juliandezubiria
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Carolina Corcho aclara comentarios falsos de David Luna sobre FECODE
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La Reforma a la educación sus puntos críticos
. Falta de consenso:
La reforma no ha logrado el apoyo total del Congreso, especialmente del Pacto Histórico y Fecode.
Esto se debe a preocupaciones sobre la evaluación docente, el sistema de educación mixto y la eliminación de la participación estudiantil en el gobierno universitario.
Argumentos en contra de la reforma:
Eliminación del artículo que priorizaba la inversión en infraestructura educativa pública.
La reforma se considera "regresiva" y un retroceso en la lucha por la calidad, el acceso y el fortalecimiento de la educación pública.
Dificultades para aprobar la reforma:
El gobierno necesita mantener la base del acuerdo de la Comisión Primera para garantizar los votos en la plenaria del Senado.
Sin embargo, acoger las demandas de Fecode y del Pacto Histórico podría poner en riesgo la aprobación de la reforma.
El tiempo también es un factor en contra, ya que la ley debe ser aprobada antes del 20 de junio.
Posibles escenarios:
Escenario 1: El gobierno mantiene la esencia de la ponencia acordada y busca ajustes a través de proposiciones.
Escenario 2: El gobierno acoge las demandas de Fecode y presenta una ponencia alternativa, pero corre el riesgo de no tener los votos suficientes.
Escenario 3: El gobierno desiste de la reforma y la deja hundir, como lo piden algunos sectores.
Perspectivas:
La aprobación de la reforma sigue siendo incierta y dependerá de la capacidad del gobierno para conciliar las diferentes posiciones.
Las bases del Pacto Histórico y Fecode tienen un papel fundamental en el futuro de la reforma.
El tiempo es un factor clave, ya que la ley debe ser aprobada antes del 20 de junio.
En general, la reforma a la educación se encuentra en un momento crítico debido a la falta de consenso y las fuertes oposiciones. El gobierno tendrá que decidir cómo proceder en los próximos días para lograr la aprobación de la reforma.
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FECODE
FECODE IGNORANTE, INEFICAZ, ADOCTRINADOR, PERVERSO Y NOCIVO
Está haciendo tránsito la reforma a la educación, en la cual se busca hacer derecho fundamental la educación en Colombia en todos los niveles de formación. El proyecto no contempla en ninguno de sus apartes el problema fundamental de la educación, su calidad. El problema real es que el derecho que no se está atendiendo es el de tener una educación de calidad.
Las investigaciones recientes señalan que el nivel de crecimiento económico está asociado a la calidad más que a la cantidad de años de formación (Delgado, Henderson y Parmeter, 2014; Hanushek y Wöessmann, 2007, 2015, 2022). El gran drama del desarrollo latinoamericano es la muy baja calidad de su educación. Sin capital humano no hay innovación, emprendimiento, productividad y capacidad de generación de bienestar desde los individuos.
Los países de la región están entre 325 y 417 puntos en las pruebas Pisa de matemáticas. Los países de alto ingreso están por encima de 500 puntos. En lectura, estamos también por debajo de los países de buen desempeño, con puntajes por debajo de 412 puntos. En ciencias, el panorama es similar. Los niveles de competencia en las pruebas están asociados a una mejor calidad en la educación. La pobreza no depende del sistema económico, depende de lo que los niños hayan aprendido, y esto depende de la calidad de los profesores Hanushek y Wöessmann (2014, 2015, 2022), Agasisti y Bertoletti (2022), Hanushek (2016).
Los estudiantes en Latinoamérica señalan la falta de profesores, la mala formación de estos y sus ausencias por asuntos sindicales como las razones fundamentales para el mal desempeño educativo. Esto tiene implicaciones como lo señala desde el título del informe de la Ocde, 2010 “El Alto costo del bajo desempeño de la educación: impactos a largo plazo de mejorar los resultados de las pruebas Pisa”.
Es claro que si queremos mejorar en la calidad de la educación debemos mejorar la calidad del profesorado. FECODE (por obvias razones ideológicas y políticas), se ha resistido sistemáticamente a las mediciones de desempeño (los niveles académicos de un inmenso grupo de educadores, se calcula 76%, no alcanzan ni a cubrir los conocimientos académicos de un joven de noveno grado en la mayor parte del país. Son nombrados por caciques políticos de izquierda que solo buscan personal comunista para adoctrinar a las nuevas generaciones desde los años 70 y hoy en dia los resultados saltan a la vista) y a las estrategias de mejora en la calidad docente. En cambio, en su pliego de peticiones de 28 de febrero de 2023, una de las exigencias es declarar la educación como derecho fundamental y la defensa de la educación pública, que es lo que se propone ahora como reforma. De la calidad docente y de la educación no se habla nada.
La educación como derecho fundamental y que se verifique desde la formación temprana es importante para el país. Esto obviamente en nada va a cambiar lo que ya es público y que funciona muy mal. Lo que será grave es que la bandera del derecho fundamental será esgrimida por FECODE para profundizar sus abusos sobre la sociedad. El problema en la educación en Colombia es FECODE y su egoísmo sindical que se traduce en un profundo daño a la sociedad. A la par de los sindicatos colegas en el resto de Latinoamérica, ha dejado un largo impacto por su falta de compromiso con sus estudiantes, que hemos sido todos los habitantes de esta región que seguimos en la trampa del subdesarrollo.
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¡Hay paro!
#bogota#colombia#dia#transmilenio#sol#amor#melancolia#arte#edificios#lluvia#profesores#marchas#paro#fecode
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Clases presenciales: ¿Acuerdo entre Fecode y Mineducación cambia algo? - Educación - Vida
Clases presenciales: ¿Acuerdo entre Fecode y Mineducación cambia algo? – Educación – Vida
El Ministerio de Educación y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) llegaron a un importante acuerdo respecto al pliego de peticiones presentado por el sindicato de maestros a principios de este año. Y aunque dicho acuerdo abarca varios temas, como la salud del magisterio o el sistema de evaluación docente, uno de los que más llamaba la atención era el que tenía que ver con la “escuela…
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¡Buen día! . : . #Moda #DiorMio #Bogotá #ParoNacional #Minca #ReformaTributaria #MiniSalud #UCI #Pandemia #Vacuna #FECODE #Chanel #Instalike #InstaFollow #Colombiamoda (en Bogotá, Colombia) https://www.instagram.com/p/CONZ9LDJXRc/?igshid=1hypxzgd9kul8
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Fecode invita a fortalecer el Paro Nacional del 4 de diciembre.Toda la versión noticiosa ➡️ http://bit.ly/2YgKjYX #fecode #ParoNacional #UltimaVersion (en Colombia) https://www.instagram.com/p/B5nTlzfp7bC/?igshid=18oeuu2q0l7mu
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Movimiento Pedagógico en Colombia: ¿mito o realidad?
Julián de Zubiría Samper
El Espectador 11 de 2023
Editorial Magisterio acaba de lanzar el libro 40 años del Movimiento Pedagógico, 1982-2022. Es un texto que, bajo la compilación de Hernán Suárez, debería ayudarnos a definir los nuevos desafíos de la educación en Colombia. Sintetizo en esta columna las ideas que allí expongo.
El Movimiento Pedagógico es el mayor aporte de los docentes a la educación del país. De manera muy original y bajo el liderazgo de Abel Rodríguez Céspedes (QEPD), la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) impulsó en los años 80 y 90 una profunda trasformación en las escuelas del país.
Fue un momento especial en la historia en el que se combinó lo gremial, lo político y lo pedagógico para potenciar el liderazgo del sindicato de maestros e interpelar a la escuela. Por primera vez, las luchas del magisterio salían de los marcos estrictamente gremiales. Se reivindicaba la docencia como un trabajo intelectual que exigía lectura, reflexión, creación colectiva e investigación. Los maestros crearon la revista Educación y Cultura para analizar múltiples temas pedagógicos, aparecieron los Centros de Educación e Investigación de los Docentes (CEID) y un grupo amplio de profesores comenzó a hablar, leer y reflexionar sobre historia, pedagogía, currículo, psicología e innovación pedagógica.
La articulación entre docentes e intelectuales del país vivió su mejor momento, de allí que se acercaran al sindicato intelectuales muy reconocidos como Antanas Mockus, Marco Raúl Mejía, el grupo Historia de la Práctica Pedagógica en Colombia o el grupo Federici de la Universidad Nacional, entre otros. Este último asumiría una profunda y rigurosa argumentación en contra de la tecnología educativa que los organismos internacionales y el Ministerio de Educación Nacional (MEN) querían implementar en el país. Estaba equivocado el MEN y tenía la razón Fecode. Al fin de cuentas, la clase dirigente había abandonado por completo la educación.
La escuela comenzó a ser transformada por los docentes de manera colectiva. Los profesores ponían a prueba formas innovadoras de enseñar y evaluar, que se nutrían de las pedagogías críticas, la psicología educativa de vanguardia, los enfoques histórico-culturales y la Investigación Acción Participativa (IAP). La mayoría de las innovaciones pedagógicas colombianas actuales son hijas del original movimiento impulsado por Fecode desde los años 80. También su impacto dio alas a la naciente educación popular en el país.
Quienes participaron activamente en los orígenes del Movimiento Pedagógico comprendieron la naturaleza política de la educación y de allí el énfasis que asignaron a pensar nuevos fines generales para ella. Ese proceso se plasmaría en la Ley General de Educación de 1994, que es el mayor esfuerzo de construcción colectiva de política pública que hemos tenido en materia educativa en nuestro país. Allí participaron el MEN, Fecode, los partidos políticos y el gobierno del presidente César Gaviria. La ley estableció nuevos propósitos para la educación acordes con la naturaleza amplia, participativa, laica e incluyente de la Constitución de 1991. Así mismo, consagró la autonomía como principio esencial en la educación, democratizó el acceso y promovió la participación, la inclusión y la innovación.
Sin embargo, diversos factores internos y externos llevaron a que el original Movimiento Pedagógico colombiano detuviera su papel en la historia a partir de 1998. Con la llegada al poder de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe se frenó la participación, democratización e innovación que habían impulsado los gobiernos liberales, los docentes y el sindicalismo del país. Inició lo que Abel Rodríguez bautizó como la contrarreforma educativa. En materia pedagógica, la contrarreforma debilitó los Proyectos Educativos Institucionales (PEI), convirtió la escuela en un espacio regido por lógicas administrativas y alejó al rector del liderazgo pedagógico. Estos cambios debilitaron la comunidad educativa y la participación y quebraron en su esencia la autonomía de las instituciones educativas. Desapareció el debate pedagógico de la escuela y los docentes fueron obligados a llenar cientos de formatos y a pensar en términos de administración y eficiencia.
Al mismo tiempo, el recrudecimiento de la guerra convirtió la escuela en un espacio de confrontación y todos los grupos armados terminaron por transgredir el sagrado principio que establece que los colegios deben ser territorios de paz. Profesores y estudiantes fueron reclutados por guerrillas, paramilitares y ejército.
Mientras la confrontación involucraba de lleno a las escuelas en la guerra, el partido de gobierno se ensañó con Fecode y no pasaba semana sin que el sindicato fuera tachado de auxiliador de la guerrilla. Los docentes fueron denigrados y estigmatizados en redes y en medios. En este contexto, el Centro Democrático hizo todo lo posible por convencer al país de que la bajísima calidad de la educación tenía un único responsable: Fecode. Ellos, que gobernaron al país durante dos décadas, no eran los responsables, sino el sindicato de docentes, como si este decidiera el currículo, la formación de maestros o la política educativa. ¡El cinismo en su máxima expresión!
A nivel interno, el sindicato abandonó la reflexión pedagógica y, a partir de allí, sus ideas se distanciaron de las tesis del Movimiento Pedagógico. El discurso de Fecode volvió a priorizar exclusivamente lo gremial. Según el nuevo lenguaje que adoptó, la única posibilidad para mejorar la calidad de la educación era que aumentara la inversión del gobierno, disminuyera el número de estudiantes por curso y se protegiera gremialmente a los docentes. Desaparecieron los debates sobre las preguntas fundamentales de la educación: formación, currículo, fines educativos, evaluación, transformación o modelos pedagógicos.
Por lo anterior, desde 1998, Fecode ha participado muy poco en los debates pedagógicos nacionales. No contribuyó en la elaboración o el seguimiento de los planes decenales. No participó en el debate sobre la formación de maestros ni ha propugnado un cambio en los sistemas de formación. No ha contribuido al análisis de los currículos vigentes en Colombia, de las propuestas innovadoras implementadas en algunos países del mundo o de los modelos pedagógicos. Su voz cada día es más débil en el ámbito pedagógico, aunque sigue siendo muy importante su participación en la defensa del gremio de maestros.
El Movimiento Pedagógico dejó de ser un movimiento y una realidad social, pero siguió siendo un mito muy importante en la historia de la educación en el país. Necesitamos volver a sus principios fundantes, que fueron abandonados hace más de dos décadas por Fecode al concentrar su trabajo exclusivamente en la lucha salarial, corporativa, reivindicativa y gremial. Necesitamos volver a articular lo pedagógico, lo gremial y lo político.
Desde hace mucho tiempo las escuelas siguen concentradas en tareas impertinentes, descontextualizadas y de muy poco impacto en el desarrollo de los niños. Las prácticas educativas siguen siendo muy rutinarias, tradicionales y mecánicas. Por eso la gran mayoría de los jóvenes no aprenden a pensar, argumentar, leer de manera crítica o a razonar matemáticamente, aunque los maestros no lo reconozcan al descalificar el juicioso y responsable trabajo realizado por el ICFES para evaluar estas competencias.
Entre todos podremos relanzar el Movimiento Pedagógico, de manera que nos ayude a construir escuelas que contribuyan a consolidar la democracia y favorecer la movilidad social de las personas de menores ingresos en el país. El gobierno de Gustavo Petro podría ser una oportunidad para hacerlo, aunque ya pasaron ocho meses y todavía seguimos sin pensar y sin hablar de los profundos cambios pedagógicos que requiere la educación en el país.
* Director del Instituto Alberto Merani (@juliandezubiria).
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Carolina Corcho aclara comentarios falsos de David Luna sobre FECODE
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Después de varias reuniones con el Ministerio de Educación, la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) confirmó que lograron llegar a un acuerdo con el Gobierno nacional sobre el nuevo modelo de salud que atenderá a los profesores del Magisterio y sus familias.
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