Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable. Eduardo Galeano
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
Aprendo lentamente que no tengo que reaccionar a cualquier cosa que me moleste.
Aprendo lentamente que tratar de ′′ganar′′ a cualquiera es solo una pérdida de tiempo, energía y que solo me llena de vacío.
Aprendo lentamente que no reaccionar no significa que esté de acuerdo con las cosas, simplemente significa que elijo elevarme por encima.
Elijo aprender la lección, me sirvió y aprendo de ella. Elijo ser la persona más grande.
Elijo mi tranquilidad mental porque eso es lo que realmente necesito.
No necesito más drama.
No puedo controlar lo que hacen los demás, pero puedo elegir cómo reaccionar, cómo lo manejo, cómo lo percibo y cuánto de ello me lo tomo personal.
Aprendo lentamente que la mayor parte del tiempo, estas situaciones no dicen nada sobre mí y mucho sobre la otra persona.
Aprendo que todas estas decepciones están ahí para enseñarme a amarme y me servirá de escudo.
Aprendo que aunque reaccione, no cambiará nada, no hará que la gente me quiera y me respete de repente, no cambiarán mágicamente sus mentes.
A veces es mejor dejar ir las cosas, dejar ir a la gente, no luchar por el cierre, no pedir explicaciones, no perseguir las respuestas y no esperar que la gente entienda desde donde tú lo ves.
0 notes
Text
¿ PONIÉNDOME VIEJO ?
Lee esta belleza de Víctor Hugo que enaltece tu condición humana! (Si no lo lees, te lo pierdes)
¿ PONIÉNDOME VIEJO ?
- _Te estás volviendo viejo me dijeron has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y solitario.
No, respondí; no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo sabio
He dejado de ser lo que a otros agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mí mismo, he dejado tras de mí los espejos mentirosos que engañan sin piedad.
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares, personas, costumbres e ideologías.
He dejado ir apegos, dolores innecesarios, personas, almas, y corazones, no es por amargura es simplemente por salud.
Dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias y comencé a escribirlas, hice a un lado los estereotipos impuestos, dejé de usar maquillaje para ocultar mis heridas, ahora llevo un libro que embellece mi mente.
Cambié las copas de vino por tazas de café, me olvidé de idealizar la vida y comencé a vivirla
No, no me estoy poniendo viejo
Llevo en el alma lozanía y en el corazón la inocencia de quien a diario se descubre.
.Llevo en las manos la ternura de un capullo que al abrirse expandirá sus alas a otros sitios inalcanzables para aquellos que sólo buscan la frivolidad de lo material.
Llevo en mi rostro la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos el trinar de las aves alegrando mi andar.
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, reescribiendo el cuento que alguna vez me contaron, redescubriendo mundos, rescatando aquellos viejos libros que a medias páginas había olvidado.
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma un poemario.
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento.
No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy poniendo viejo, estoy comenzando a vivir lo que realmente me interesa*
Víctor Hugo.
#agoralanavedelmisterioylacultura
0 notes
Link
El impacto que tienen las historias de entretenimiento, sin importar que pertenezcan al cine, televisión, pódcast o literatura, afecta al espectador en su intelecto, empatía, su forma de ver el mundo y la construcción de roles en su vida.
0 notes
Photo
(vía Neoestoicismo: alienación emocional y la lengua de los amos)
“Hoy nos jugamos la emancipación intelectual en la valentía de mirarnos a los ojos y, reconociéndonos iguales, procurarnos maneras de narrar cuánto estamos soportando sin tener que hacerlo. Porque, al fin y al cabo, somos las historias que nos contamos.”
0 notes
Link
El filósofo alemán Ludwig von Feuerbach sentenció: “El hombre es lo que come”. Lo ilustraba con la comparación entre los ingleses, que consumían abundante carne vacuna y de ovinos, y los irlandeses, que se sostenían con una dieta baja en proteína animal. Los ingleses eran altos y fornidos; los irlandeses, bajos y delgados. Esta fue una de las razones para el dominio colonial de los primeros sobre los segundos.
0 notes
Link
“ El humor es una herramienta afilada –y arriesgada– para desnudar emperadores y denunciar la crueldad de tantas injusticias. El autor norteamericano Kurt Vonnegut escribió: “Ante el miedo o la desgracia, uno puede llorar o reír. Yo prefiero reír porque luego no hay que pasar la fregona”. En su obra más célebre, Matadero cinco, narró su experiencia en la segunda guerra mundial –así, sin mayúsculas–, entre soldados casi niños, prisioneros de los alemanes y testigos del brutal bombardeo aliado de Dresde. Kurt prometió que en su descarado relato no habría ningún papel para los John Wayne del mundo y nos legó una novela estrafalaria de horror y risa, tiernamente terrible, con grandes dosis de sátira y sinsentido, incluyendo platillos voladores y abducciones extraterrestres al planeta Tralfámador. Así, disolviendo la épica en el desamparo y el despropósito, logró uno de los alegatos pacifistas más impactantes de la literatura. “
0 notes
Link
0 notes
Link
0 notes
Link
Era el padre Federico Carrasquilla, fallecido el pasado 29 de julio, a los 89 años. Traía de Europa un bagaje de asuntos antropológicos sobre las causas de la pobreza, acerca de cómo transmitir a los desposeídos conceptos como los de la dignidad. Y su laboratorio estuvo, primero, en el barrio Popular, donde se fue a vivir, a ayudar a erigir casas de cartón y lata, a estar en las faenas de electrificación que empezaron a denominarse como “energía de contrabando”. Y, en especial, a filarse del lado de los desfavorecidos en los momentos en que la tropa arrasaba las casuchas y él se interponía a punta de largos rosarios, en una demostración práctica de los alcances de la “no violencia”.
0 notes
Link
El extremismo –y el fanatismo lo es– se interpreta hoy como sinónimo de carácter. Tan extendida y furibunda es esta creencia, que todo lo que implique grises es considerado tibieza, pusilanimidad, yo qué sé. La moderación es una virtud que está hoy en completo desprestigio. Porque va en contravía, me gustó mucho la propuesta de Rodrigo Uprimny en el especial del 20 de julio en El Espectador. Él propone moderación, humor y curiosidad como antídotos del fanatismo. Como primera idea, “una reivindicación de la moderación, pues la persecución del absoluto, sin importar los medios, está en el corazón de todo fanatismo”. Y argumenta: “Esta reivindicación de la moderación no significa el abandono del entusiasmo ni caer en el cinismo y la indolencia”.
Casualmente, Uprimny pareciera dialogar con Cercas. “En política, yo soy partidario del aburrimiento –dice el escritor español–, de un aburrimiento escandinavo o como mínimo suizo. Y por eso soy partidario de lo más aburrido que existe, que es el socialismo democrático”. Por supuesto, en estas palabras de Cercas hay humor. Y el humor, la segunda idea de la propuesta de Uprimny, “corroe los dogmas y los relativiza, pues invita a que nos riamos de nosotros mismos y abandonemos nuestras pretensiones absolutistas”. Cercas apunta a algo para nada insignificante: ¿cómo no va a parecer aburrido elegir una posición moderada, cuando lo que predomina hoy en redes es la exhibición hiperbólica de nuestras pasiones? Nos gusta sentirnos y mostrarnos belicosos, indignados, iracundos. Y recalcitrantes. Es decir: sin curiosidad ninguna por las ideas distintas a las nuestras.
El mismo 20 de julio, Mauricio Cárdenas escribió en su columna: “La pregunta, entonces, es si en Colombia podemos restaurar la política de la moderación, el uso de la evidencia y la llamada tercera vía”. ¿No será que este diálogo tácito, casual, entre personas tan distintas, está señalando como tendencia lo que es una necesidad social inaplazable, que nos devuelva de los fundamentalismos?
Adenda: Cuando leí sobre las denuncias del maltrato y el acoso laboral en el ámbito médico –denuncias que celebro y ojalá no entierren– pensé en otra instancia tradicionalmente asolada por el maltrato: el ejército. La periodista Adriana Villegas, que ya se había ocupado de él, vuelve a poner el tema sobre el tapete. Recojamos sus inquietudes.Una y otra vez me asombra la gente que, apertrechada en sus creencias, no se mueve ni duda de ellas. Su postura es esencialista. Apoyan sus ideas diciendo “es que yo soy de izquierda” o “es que yo soy de derecha”, con la misma rotundidad del que alega: “Es que yo soy así”. En eso consiste el fanatismo: en una rigidez que impide el ejercicio de la conciencia crítica, esa gran conquista de la modernidad. En una entrevista reciente, Javier Cercas dice: “Cuando los míos hacen o dicen algo con lo que no estoy de acuerdo, lo digo y cargo con las consecuencias”. “Los míos”, imagino yo, pueden ser mis copartidarios, mis amigos, aquellos a los que nos une una visión de mundo. Disentir de los nuestros, aunque nos duela, cuando la realidad nos muestra que estamos equivocados, se llama independencia. Y el independiente suele ser “un aguafiestas, aquel que dice aquello que la gente no quiere escuchar”.
Fuente: EL Espectador
0 notes
Link
0 notes
Photo
(vía Khelif, medalla entre lágrimas: “Son injustos conmigo”)
Después de superar a Anna Luca Hamori, este sábado, y asegurar su medalla olímpica, Imane Khelif no pudo más. La argelina, en medio de toda la polémica por su participación en los Juegos, rompió a llorar en un Nord Paris Arena lleno hasta la bandera, otra vez, y expectante debido a toda la polvareda que ha levantado tanto su caso como el de Lin Yu-Ting. Las dos boxeadoras fueron descalificadas de los últimos Mundiales por “no cumplir los criterios de elegibilidad necesarios y tener ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas”, pero están participando en los Juegos Olímpicos. Una cuestión compleja sobre la que, en los últimos días, están corriendo ríos de tinta.
Según apuntan varios medios, porque los informes oficiales nunca se han visto, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó tanto a Khelif como a Lin de su certamen planetario por presentar niveles muy altos de testosterona y los cromosomas ‘masculinos’ XY, aunque con órganos reproductores femeninos, lo que se conoce como intersexualidad. En los Juegos, sin embargo, pueden competir porque el Comité Olímpico Internacional (COI) tiene vetada a la Internacional por irregularidades tanto financieras como de arbitraje, por lo que no organiza el torneo olímpico. Y, para el COI, a diferencia de la IBA, tanto Khelif como Lin tienen pleno derecho a participar en la competición femenina.
Este sábado, sin ir más lejos, el máximo organismo olímpico salió en defensa de las dos púgiles una vez más. “Nacieron y crecieron mujeres, en su pasaporte figura que son mujeres y han competido muchos años como mujeres. No hay dudas sobre que sean mujeres. Los que dudan, deberían aportar estudios científicos y si vienen con ellos, les escucharemos. Pero no se toman decisiones por motivaciones políticas o llegaremos a una guerra cultural. Lo que se está viendo en las redes es un odio inaceptable”, expresó el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Tomas Bach.
Primeras palabras
En medio de este contexto, Khelif salió a pelear contra una Luca Hamori que, durante la previa, también había tenido comentarios muy duros hacia la argelina. “No tengo miedo. Si ella es un hombre, será una gran victoria para mí si gano”, había dicho la húngara. El triunfo, sin embargo, y por decisión unánime (todos los jueces le dieron un 10 en todas las rondas), fue para la argelina, que estuvo arropada por un importante número de compatriotas presentes en el pabellón y rompió su silencio. “Todo el pueblo árabe me conoce. Durante hace años, boxeé en competiciones de federaciones internacionales, pero son injustos conmigo”, dijo en referencia a la IBA. En semifinales, el martes, se medirá con la tailandesa Janjaem Suwannapheng. Este domingo (11:00), volverá a pelear Lin Yu-Ting, contra Svetlana Staneva.
Fuente: MSN
0 notes
Link
“El maltrato verbal, físico y psicológico es parte del diario vivir de miles de trabajadores y estudiantes: humillaciones, insultos, amenazas de despido o expulsión. En los relatos después de la muerte de la doctora Catalina, además de los muchos testimonios de abuso, por fortuna también han salido a relucir las historias de médicos, maestros y líderes que trabajan y educan de otra manera. Se puede enseñar y liderar sin agredir, y los equipos que funcionan en medio del respeto tienden a dar mejores resultados. “
0 notes
Link
0 notes
Photo
(vía ¡Rechaza los saberes ancestrales! (Si quieres ser más ignorante)" Imagino las caras de los antropólogos que leyeron el ensayo de la profesora Jaramillo. Que los saberes indígenas sean juzgados como mera superstición es reduccionista y hasta atrevido. Tampoco es nada nuevo. Por eso me refería al principio de este texto a la tradición ilustrada. “
0 notes
Photo
(vía Hablar de política y de religión) “ El único sendero para encontrarnos sería ponerse en el lugar del otro, ceder, salir de nuestras cámaras de eco, ampliar nuestras verdades, sentir en la carne el malestar de la discrepancia, dejar de reducirnos a puntuales opiniones, ver lo que hay de humano en el otro y hablar de política y de religión”
0 notes