#Estoy harta que siempre tenga que ser la mala y culpable de todo o que me quieran meter en sus problemas para luego hecharme la culpa
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Mi hermano abrió la puerta del baño (el cuál cuya puerta no tiene ningún tipo de cerradura) y no me di cuenta que él había llegado por qué estaba ocupada levantandome la pantaloneta y cuando el abrió la puerta muy probablemente me vio la ropa interior(si no es que más), obviamente me enoje y le grité pero el solo golpeó la puerta enojado y se fue, mi madre oyó todo pero ni hizo por preguntarme qué pasó
#diario#desahogo personal#mi hermano es el favorito de mi mamá#ella nunca hace por hablarle y en su lugar yo siempre soy la culpable de todos sus problemas#por eso siempre la molesto con que el es su favorito#ella se enoja pero si es verdad#Estoy harta que siempre tenga que ser la mala y culpable de todo o que me quieran meter en sus problemas para luego hecharme la culpa#mamá que te enseño la iglesia? cuando aplicaras e reglamento de “Trataras a tu prójimo como a ti mismo”#te recuerdas del cuento del hijo prodigo ?#Oh cierto! tú solo le sabes el “Honraras a tu padre y madre ” y lo repites como loro cuando te la llevas de “Mamá modelo a seguir”
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Reseña #1: Cauchemar
CAUCHEMAR
AUTOR: Yilena
PLATAFORMA: AO3 (Archive of Our Own)
IDIOMA: Inglés
FANDOM: Miraculous Ladybug RELACIONES: Adrien A. & Marinette D.
ESTADO: Completo
SINOPSIS: Cuando Marinette se muda a un apartamento encantado, accidentalmente se hace amiga del espíritu que vive allí. A través de sus años juntos, ella decide darle más que una historia trágica. AU
CONTIENE SPOILERS
Me escudaré diciendo que es la primera reseña que hago en mi vida. ¿Debería haber empezado mucho antes con esto? Sí. Pero, aclararé, soy una persona amante a la lectura más que a elaborar comentarios bien estructurados. ¡Sin contar que la emoción que siento después de leer es saltar y dar palmaditas riendo como tonta!
Pero vale, este fanfic es un AU en inglés subido a la plataforma de AO3. Quienes no conozcan esta página se están perdiendo unas delicias literarias que te hacen morir del suspenso o mojar bragas, ya te digo.Y muchas cosas más pero a mi me encantan este estilo de fanfic. Lamentablemente, para los que odiamos el inglés o no nos llevamos bien con este, está puramente impregnado de textos en este idioma pero keep calm. Por experiencia, he desestimado un montón de historias cuando veía que el malvado inglés estaba en ellas (que sí, debería estudiar pero quiero hacerme la rebelde, dejen en paz mi rencor al idioma). Sin embargo, eso no hizo que me quedara sentada en mi cama angustiada porque era una inútil que no entraba siquiera a una de esas páginas del estilo Open English. No, claro que no. Aprendí que el Google Traductor era una mierda, sí, pero ayudaba a que al menos hilaras con sentido común una oración. Ese es mi gran secreto, el botoncito de Google Traductor. Prueben, no pierden nada.
“ The owner had been kind enough to explain everything that had happened when they'd caught sight of her horrified expression, and she was reassured that no one had actually died in the apartment.
They'd died being rushed to hospital instead.
Still, the stain and sudden death meant that the price was considerably lower, and since there'd been a problem with her application for a nearby university dorm—which she hadn't found out about until she'd travelled two hours with her belongings—she'd jumped on the first offer, regardless of whether it was good or not.“
La autora nos presenta a nuestra protagonista: Marinette. Una estudiante universitaria que se ha mudado a un departamento espeluznante del cual quieres huir. Literalmente, la pobre quiere salir de ese lugar de lo fatal que es su vida allí. Su mayor problema: los ruidos. No solo los que produce el edificio al ser viejo (chirridos por parte de escaleras, tuberías, vecinos, etc.) sino los portazos desde su armario, botellas cayendo de su heladera, entre otros.
Los días transcurren afectando a su cordura, la propia Marinette se siente inestable por la falta de sueño y, especialmente, por su última vivencia. Y es que si a mi me están aporreando las puertas del armario y al mandarlo a callar, me obedece... Ya me mudé nuevamente con mis padres, que decirles chicos. Pero como no soy yo y ella quiere independizarse de su familia para no gastar aún más en transporte, decide soportarlo pero no rechaza el cuestionarse minuto a minuto su decisión.
Después de varios sucesos similares, se anuncia nuestro otro personaje: Adrien. Pero lo presenta como el espíritu que la atormenta por pura diversión, claro, al comienzo dices “¿Qué coña estoy leyendo?” pero lo hace de tal manera que te crea otras dudas más existenciales que esa. ¿Es un fantasma? ¿Es Casper? ¿O es invisible? ¿Atraviesa paredes? ¿La ha visto desnuda? ¿Cómo murió? ¿Por qué su alma está en pena ahí? Y muchas más.
De una manera medianamente divertida se van comunicando con post- it hasta que se cambia el medio por una pizarra blanca y marcadores, idea de Mari.
La trama continúa, con ello uno se da cuenta de los celoso y posesivo que puede llegar a ser Adrien con respecto a las escasas salidas de Marinette a la casa de su padres por visitas. Como también, de entrada, él desconoce la jerga y las tecnologías haciendo suponer a Mari que falleció décadas atrás. ¡Y ojo con esto! Ella supone y nosotros caemos con esa suposición. ¡Llegan a volarse dos años con esa relación de amistad! Un poco esponjosa pero ocultando cosillas que te dejan dando vueltas pero rápidamente las ignoras.
Y acá empieza mi opinión como los spoilers.
El accidente del pobre gatito. Sí, lo menciono porque me quedé impactada y un tanto extraña cuando sucedió. Para rememorar, Mari adoptó un gatete to’ lindo para enseñarle a su amigo la diversidad de relaciones que existía en el mundo. No solo las relaciones románticas de parejas que muchas veces vieron por películas. No siente cariño por este, igualmente, hasta dentro de unas semanas aceptando que Marinette puede compartir su amor con alguien más que no sea él. No obstante, cuando ella regresa de clases -días más tardes- y ve un montón de post-it como en la pizarra el mismo mensaje “Lo siento” corre a la habitación para ver como el pobre gatito cuelga del collar desde la punta de la cama o algo así -pues mala en inglés- pero ella rápidamente se echa la culpa por haberle puesto una correa por si se perdía, siendo este objeto el causante de su fallecimiento. Cuando lo leí, me fue medio extraño los pocos argumentos que añadió nuestro rubio para decir que no lo pudo ayudar pero fue un detalle que pasé por alto porque he conocido de casos que se han muerto mascotas de esta manera horrorosa y por eso es que todos mis gatos no tienen collar.
La muerte inesperada del hijo del vecino. Debo admitir que esto me lo pasé por el arco del triunfo porque no había asimilado la felicidad de su día con este hecho hasta que leí una pregunta que le hicieron a la autora en su Tumblr. Pero sí que tiene razón que Marinette estaba un poco harta de los llantos del niño -o niña pues mala en inglés- y se quejaba bastante de los ruidos de los vecinos.
She hit his arm gently, even though his body wasn’t able to be damaged. “I like having you around, Adrien. I’m not going to call in some idiotic priest to banish you.
El sacrificio. Acá viene lo bueno. Sí, el sacrificio de una virgen. Pero no un asesinato -o puede que sí pero ahí hay una laguna que te provoca más dudas que respuestas- sino la perdida de virginidad de Marinette. Todo este sacrificio es tan solo para desligarlo del departamento y que esté enlazado con la vida de Mari, ella al ver que podría salir de las cuatro paredes acepta siendo altruista y POCO RACIONAL. La escena es graciosa porque HAY UN PUTO CONDÓN VOLANDO cuando tienen su primera vez. Ahí me asaltaron varias dudas. Suponiendo, como Mari, que es un fantasma. Está muerto. No tiene pulso, pero menciona como siente sus latidos. No tiene respiración, pero siente su caja torácica elevarse y su aliento. ¿Y cómo es posible que tenga capacidad de embarazar a alguien? Pues, puede porque CHAN... las etiquetas del fic dice que es un demonio, menciona “espíritu” pero nunca fantasma y es donde caemos con Mari en esa primera suposición. Claro, cada uno inventa el mundo y las condiciones que quiere pero se asimila más al concepto que tenemos de “demonio” y no de “fantasma” todo lo que estuvimos leyendo quitando el pensamiento de la azabache.
Adrien visible. Porque después de perder la virginidad, Marinette se da cuenta que puede verlo. ¡EN PELOTAS! Pero lo ve y hasta yo me quedaría viendo a nuestro querido Adrien. Desde ahí la relación se torna romántica y las relaciones sexuales cotidianas. Ella se desliga de todos, exceptuando el caso de sus padres. Ahí es cuando observamos la toxicidad de él con respecto a ella en una escala aún mayor que los berrinches anteriores.
Los padres de Mari. Y como otras vacaciones más, ella tiene que irse a visitarlos pero Adrien la manipula de tal forma que la hace sentir culpable de su soledad. El maltrato psicológico aumenta y se da la situación de abuso sexual para engañarla hasta que esta lo detiene pero la relación se agrieta. Para arreglarlo antes de irse, decide avisar que retrasará el viaje un día. A la mañana siguiente, vuelve Adrien y tan pronto su regreso, recibe una llamada. Sus padres fallecieron. Entre llantos, la consuela mencionando que al mudarse no tendrán problemas con las alarmas, que él se encargaría, que ahora eran solo ellos dos. Marinette nunca le había mencionado que el asesinato de sus padres fue violando la seguridad de las alarmas de la casa. Ese detalle la deja cuestionándose cada una de las situaciones que se han dado en estos años, desvelando por fin la verdad. Él fue el asesino. Este último punto si que pude prevenirlo al leer su ausencia por la noche, no era para nada loco pensar que él se desharía del único lazo ajeno a él para tenerla completamente.
El final. ¿Qué decirles? Es un final diferente a lo que se encuentra habitualmente en el fandom, infeliz pero feliz a la vez. Marinette se da cuenta que no era un fantasma, era algo más y que su vida siempre estaría ligada a él. Ella quería alejarlo de cualquiera al que podría hacerle daño por eso se suicida ahogándose en un río, con la idea de ese sería el destino también de él. Sin atormentar a nadie más. Sin más asesinatos.
Dudas que me asaltaron en la lectura -sin ningún orden cronológico-: ¿Cómo sabía qué sacrificio realizar para desligarse del departamento? ¿Cómo sabía que funcionaría? ¿El propietario anterior había sido enlazado con él? ¿De quién era la mancha de sangre en la alfombra? ¿Qué clase de demonios era? ¿Realmente sabía todo sobre sus poderes? ¿Eran genuinos los sentimientos hacia Marinette? ¿Cómo se tomó el suicidio de ella?¿Qué tan inocente era de sus acciones?
Gracias a autora que respondió muchas dudas en su Tumblr, se pudo revelar que realmente era un demonio Adrien, por esos sus comentarios de “no soy humano” que rápidamente Mari interpretaba como “fantasma”. También que tiene muchos años dando vueltas por el departamento aquel por lo que no todos los inquilinos fueron ligados a la vida de este, simplemente escapaban o se suicidaban por perder la cordura. Algo que me impresionó pero tiene coherencia es que sus sentimientos si fuesen genuinos pero al ensimismarse tanto en él pensó que todo lo que hacía era NECESARIO para que Marinette fuese feliz junto a él.
If she was correct, Adrien wouldn't have the strength to seriously hurt anyone in a river.
Her teeth chattered.
The cold wind slapped against her cheeks as she jumped, not enough time to scream before freezing cold water was assaulting her, flooding her nose and getting stuck in her throat, choking her as she tried to breathe on reflex.
¿Opinión final? Es un fanfic bastante extenso de unas 39,000 palabras. Al principio me asuste de la extensión pero tiene una narrativa que atrapa tanto que me dejó por horas embobada leyendo. Es un género refrescante para el fandom, pocos hacen este estilo de AU y, mucho menos, esos finales abiertos que claramente son infelices ante las expectativas de uno. Mientras leía, tuve sentimientos encontrados porque no me molestaba la idea de que le saliera todo mal a Marinette, sin embargo, mi corazón amador de ship quería que todo fuese lo contrario.
¿Hay huecos? Sí, pero me alegra que estén ahí, hay cuestiones que al detallarlas pierden el peso con el que uno piensa la historia -suponiendo tontamente- también es un mundo mucho más complejo que puede ser arruinado si se lo intenta desglosar de manera escueta. ¡Y POR EL AMOR A CHAT NOIR! Me alegra totalmente que no haya secuela porque podría ser una decisión muy acertada o una totalmente catastrófica. Y siempre se tiende a la última así que mejor que sea así.
Tengo muchos halagos y todo mi respeto a la autora porque mira hacer una historia que me entusiasme a subir una reseña de esta. Que ya ni sé que nombre darle porque solo quería expresar mi análisis mierdoso y mis comentarios de fangirl. Realmente es una persona que sabe escribir y espero que nunca corte con esto porque tiene un gran futuro. Podría cambiarle los nombres a los personajes y aún así sería un gran libro.
Así que eso, espero que los pocos que me lean, decidan darle una oportunidad porque lo vale. Más allá del fandom al que hace uso, es una historia original que si fuera en físico lo tendría en mi biblioteca.
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Sep 08.
Los únicos dos que yo he leído es el de La Ladrona de Libros y uno de José de la Serna que es un dude que hace poemas.
Agradezco la mera recomendación, prometo que encontraré la forma de conseguirlo y leerlo. Si tú me lo recomiendas estoy que es porque es buenísimo, siempre has tenido buenos gustos ✨
Ay, en ese caso discúlpame, yo también tenía muchas ganas de venir a escribirte pero tenía la incertidumbre si eso podría causar algún problema y esperaba, además del trabajo y todo eso, pero sin problema puedo estar acá entonces.
Siempre te avisaré, no te preocupes, bueno a menos que por ser mensaje de IG si te cause algún problemilla, pero bueno, supongo que también me seguirás avisando y tal.
Me pasa mucho, ya sabes que soy un dude súper super sonriente y me llega a doler la mandíbula, más cuando igual te estoy contestando o me acuerdo de nosotros.
Extraño ver tu sonrisa.
Cuando te sientas muy cansada y harta de toda esa rutina, acuérdate de nosotros.
Últimamente yo lo hago y me anima muchísimo✨
Ojalá que cuando nos veamos podamos armar unos helados y un par de tragos y escuchar música y descansar juntos un momento de todo lo que nos rodea. Maldita rutina.
Me encantó esa canción, siento que así nos sentimos cuando pensamos en nosotros, tiene una vibra HERMOSA. Te quiero mucho.
Te dejo otra por acá;
Me emociona mucho que escuches las recomendaciones que te hago, lo que te comparto.
Espero que te gusten los dos discos, maybe no son mucho del sonido que sueles escuchar pero me parecen buenos discos, aunque un poco melancólicos jaja
Está gracioso, pero la música más triste o melancólica y rollos así me gusta más, siento que en verdad me transmiten un montón.
Es parte de la vida todas las cosas malas con las que solemos vivir, pero eso hace que las cosas buenas que nos pasan las disfrutemos al triple y se queden con nosotros para siempre, como tú y yo.
Creo que no fui el único que te encontró, tu también me encontraste a mi y te agradezco muchísimo, se que serás parte de mi vida por siempre y me encanta saberlo.
Justo. Si estuvieras aquí los dos días serían perfectos. Siento que este tipo de clima era el que formó parte de la mayoría de nuestros días juntos en el pasado.
Agradezco muchísimo que tengas la confianza para contarme esas cosas, en verdad siempre puedes contarme todo, como se que yo a ti.
Siento que está bien que dejes en claro que no debe depender de ti, sería más cruel dejar que dependa de ti cuando algún día ya no puedes estar, sabes?Espero no haya sido una pelea que te haya hecho sentir muy mal o algo así, sabes que cualquier cosa aquí estoy y que también, si algo no te gusta no debes de aceptarlo, si?
Te quiero.
Recuerdo que me la seguía pasando bien y sintendo miles de cosas cuando nos veíamos y no decíamos nada en pequeños lapsos de tiempo, era una conexión enorme y me sentía bien contigo.
Eso sí, siento que el vernos tanto probablemente llegaría a afectar ese sentimiento del añorar los momentos y extrañar a la persona y, también es un sentimiento que se debe de cuidar, hace mucha magia el extrañar.
Justo eso, quiero que estemos aquí sin pensar si está bien o mal o sentirnos culpables o algo; eres algo y alguien con quién quiero sentirme bien y olvidarme de todo lo demás, vivir el momento y no preocuparme por nada. Ser feliz contigo.
Igual, si en algún momento te llegas a sentir muy mal o algo así por estar conmigo, sabes que me puedes decir y yo respetaré y te seguiré queriendo por siempre.
Me parece perfecto que ya falte menos, espero llegue pronto ese día cuando te toque tu tercero, me avisas para que nos organicemos y todo eso, si?
Tienes toda la razón, no me aburre nada venir a escribirte. Te prometo que es el momento más favorito de mis días cuando vengo y te escribo y también el leerte.
Me encanta, de forma indirecta afectas de forma positiva mis días, me haces feliz.
Si, tomate tu tiempo, cuando tengas un rato para buscar el ticket me lo enseñas. Igual perdona si tarde en venir a responderte, me tocó trabajar hasta las 12 y se junto muy cañón el trabajo, pero al fin ya estoy por acá contigo.
Concuerdo con ello. Ya no es como antes de destruirme cada dos días o diario jaja, valoro y disfruto también los días de estar relajado y cómodo. Pero he de aceptar que si me encanta aún tener un día cada quince o cada treinta de desconectarme un poco, siento que siempre está bien tener un día de vivir la vida al máximo según lo posible.
No, jamás. La verdad es que si me gusta la idea de formar una familia pero ya hasta que esté mucho más grande, incluso no estoy al cien seguro de quererlo jaja, siento que el mundo ya es bastante complicado. Así que no, no te preocupes por ello.
Jajaja, Celine, discúlpame de acuerdo? Ya corregí ese gran error y lo edite, puedes echarle un ojo al post.
Me encantaron esas últimas letras, me sacaron una enorme sonrisa. Sigamos sintiendo mucho, me gusta sentir muchas cosas por ti y no quiero que dejen de crecer.
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Laguna, 14 de febrero ‘21 PARTE 1
[Freya]
Necesitaba un breve respiro, así que le dije a Valentino que iba a salir al exterior un par minutos para despejarme y que iba a volver. Pero en ese momento necesitaba alejarme de ese salón de baile y despejar mis pensamientos. También quería llorar porque no dejaba de sentirme culpable del castigo que esa profesora le había impuesto a mi amigo, aparte estaba aquel chico odioso que me había hecho sentir miedo y mucha rabia.
Sin embargo, en el exterior hacía frio y empezaba a arrepentirme de haber salido pues hacía un frio que hasta cortaba la piel. ¡Por todos los dioses! Me froté las manos y bufé para calentar mis frías manos mientras paseaba por los terrenos en eso que escuché voces a las cuales no habría hecho mucho caso de no ser porque en esa conversación ajena salió mi nombre y reconocí una de las voces, la de Rapunzel.
No quería ser fisgona, espiar estaba mal, pero fui acercándome hasta ellos y vi que estaba junto con otro hombre que resultó ser su padre, ¿pero este no había muerto? Aun así, seguí escuchando y entonces fue cuando escuché a aquel hombre decir todas esas cosas sobre mi maldición que tras escuchar dichas palabras sentí que estas se me clavaban como finas y afilas agujas que cada vez se enterraban más en mí, causándome dolor.
El padre de Rapunzel estaba en lo cierto en mi maldición, llegaría un día en que me iba a convertir en cuervo, pero lo que más me dolió fue cuando dijo que tarde o temprano todo lo que me definía como personan desaparecería, dejaría de existir. No iba a quedar nada de mí y la sola idea de escuchar que acabaría olvidándome de mi familia o personas que apreciaba me rompía más. No, me negaba a creer que eso fuese verdad y aunque esa fuese la cruda realidad, esperaba que de alguna forma se rompiese porque no quería ser un maldito cuervo. ¡Dioses! ¡Porque me obligáis a vivir esa injusticia! Sin embargo, si algún dios escuchó mis palabras, guardo silencio y me ignoro a medida que me estaba desesperando hasta el punto de que cerré los puños con tanta fuerza que cuando las uñas fueron tomando la forma de garras, estas se clavaron en mi carne viva, haciéndome sangrar. Quería irme lejos, ya no quería estar en ese maldito lugar, quería irme a casa, tirarme a la cama y llorar desconsolada por la vida de mierda que me había tocado vivir.
No obstante, las palabras de Punzie hicieron que mi corazón diera un vuelco, que a pesar de que no habíamos empezado bien, ella quisiera luchar por mí me emocionaba, pero las palabras de su padre, por dolorosas que fuesen también eran ciertas y desgraciadamente opacaron a las de su hija, arrojándome hacía un abismo de dolor y oscuridad.
Pero si ya de por sí era horrible escuchar que mi vida miserable tenía fecha de caducidad y que tarde o temprano debería decir adiós a mi familia porque esa maldita maldición era irreversible, lo que me desgarró fue cuando aquel hombre que ni siquiera me conocía empezó a decir que yo servía a esa horrible mujer que había maldito a mi amiga, porque eso era Punzie para mí, una amiga y la idea de que yo la traicionaría me enfermaba hasta tal punto que sin importarme si me escuchaban, ya no quería escuchar más porque si lo hacía, ya no me hacía cargo de mis propias acciones.
Estaba harta, cansada, dolida, asustada. ¡No quería ser un cuervo! ¡Quería tener una vida normal y no podía! Mis ojos ya eran oscuros como la misma noche y mientras las lágrimas me caían por las mejillas avancé hacía ellos, enfurecida y rota como jamás lo había estado, pero más me rompió cuando aquel hombre dijo que solo podía aliviarme el dolor, en otras palabras, matarme pues así lo entendí. — ¡CLARO COMO LA CUERVA YA ESTA PERDIDA, ES MEJOR MATARLA Y ASÍ NO SUFRE! — Bramé enfurecida, fulminándole con la mirada salvaje. — ¡¿Y SI QUIERO VIVIR, Y SI QUIERO AFERRARME A ESA VIDA DE MIERDA QUE TENGO Y QUE TENDRE PORQUE SOLO TENGO UNA?! ¡USTED Y NADIE NO DECIDE SOBRE MI VIDA! — Abrí los puños y mis dedos curvados ya eran garras afiladas que goteaban mi sangre que caía sobre la nieve del suelo, tiñéndola de escarlata…
[Yo]
Sí— admití cuando mi padre me preguntó si era por miedo. Me daba vergüenza admitirlo, él también era nigromante y no estaba segura de querer tocar esos temas aunque las palabras que me estaba diciendo mi padre me daban a entender que no debía de por qué temer. —¿Y los espíritus malignos no pueden matarte?— me sentía tonta preguntando eso. —Pero pueden poseerte.— añadí, aun así nunca me había topado con ningún espíritu y puede que mi padre si estuviera en lo cierto. Le regale una pequeña sonrisa, con mis amigas estaba segura que aprendería cosas nuevas y todo porque Prai era la cerebrito del grupo y la empollona. Quise decirle que me pasaba más tiempo intentando tocar la guitarra que coger un libro o interesarme por otras cosas más educativas.
O se la habrían llevado— Beatrice debía de tener cuidado ¿pero sabía ella misma lo de los dibujos? Tendría que hablar con la pelirroja cuando estuviera otra vez por Invernalia. Apreté los labios con fuerza pensando en aquella maldita mujer, mi abuela podría haber muerto y la había dejado tan mal para que yo nunca hubiera sabido nada. Seguí escuchando a mi padre decir que los maledictus era una de las peores cosas que le podían ocurrir a una persona. No quería estar en su piel. Cuando mi padre me hizo esa pregunta mordí mi labio inferior. “Precisamente cuando quise dañarla a ella esa noche” pensé para mis adentros. — Sí…una noche en Navidad…quise hacer daño pero pude controlarme — mire a mi padre otra vez y desde luego que eso no era nada bueno. — No me volveré loca verdad? — lo había pensado una vez estaba bajo en esos efectos. Empecé a tener una mala sensación en el cuerpo, recordé las palabras de ayer noche de Prai de que algo malo iba a suceder y yo ahora pensaba lo mismo.
Sentí como empezaba a sudar, empecé a tener un poco de escalofríos y mire a mi padre directamente a los ojos. — Ella me dijo que la habían maldecido, que está maldita como yo o Maikoa, todas las maldiciones se suponen que se pueden romper. Entonces ella también se puede salvar porque no heredó de nadie ser maledictus, no puedo estar equivocada — solté sin apartar la mirada de la suya y sintiendo como mi corazón latía con fuerza. — No lo sé papa, todo esto es horrible, lo de Freya es terrible pero si tú eres Hechicero y mi tía Sheyk lo es, y conocéis otros Hechiceros lo normal es que la ayudéis o nos ayudéis a las tres, mamá dice que NUNCA hay que perder la esperanza. —le mire con cierta desesperación, empezando a pensar mal, ¿cómo era el dicho? “Piensa mal y acertarás.” — Pero papa estoy de acuerdo, pero solo tengo que estar lejos de ella y no verla más, nunca en la vida si es necesario. Ella por un camino y yo por el otro — empecé a hablar mal, empezaba a estar de los nervios y esa sensación que había descrito Prai empezaba a sentirla yo. Todas las cosas que estaba diciendo era horrible y de posibles situaciones que podía vivir o encontrarse mi amiga.
Entre abrí la boca al saber esa información. —¿Cómo va a servirla? — empecé a tener dudas pero no era posible, mi padre empezaba a hacerme dudar ya de todo y cuando dijo que no podíamos ayudarla pero si aliviar su dolor, ya fue como si me hubieran lanzado a ese lago congelado. Con ambas manos le agarré de su túnica y lo miré con fiereza. — Tú no estarás insinuando… — Di un gran bote al escuchar los gritos de Freya que me asusté de verdad, terrible, sentí el corazón salirme por la boca. ¿QUÉ HACÍA ELLA AQUÍ? Me levante con torpeza mirándola y poniéndome pálida a la vez, me coloque entre ambos. — ¡No..no! — Freya tenía toda la razón y mire a mi padre al cual me puse delante de él porque ya se había levantado. Otra vez volví agarrarle de la capa. — No vuelvas hacer nada papa, por favor te lo suplico, no le hagas daño…no vuelvas a cometer otro efecto dominó…bórrame los recuerdos de ella si es necesario pero ni te atrevas a ponerle una mano encima. Ella merece tener la misma oportunidad que yo, es hija de alguien — esperaba que por mis palabras mi padre pudiera reaccionar o pensárselo mejor. No podía volver a cometer una locura y mucho menos en mi presencia. No lo iba a permtir.
[Papa Evan]
Bueno… sí podrían maldecirte o poseerte, pero ¿hasta ahora con cuantos mal espíritus te has topado? Estoy seguro que te has topado con más malas personas que espíritus malignos.— Respondí tranquilamente y poco después le di un abrazo. —No tengas miedo en estudiar nigromancia si de verdad te apasiona, ya sabes el saber nunca ocupa lugar y todo conocimiento siempre es bienvenido, salvo la magia oscura, ya ha habido demasiada oscuridad en esta familia ¿no crees?
En cuanto a lo de Beatrice, asentí y no dije más pues cuando empezamos a hablar de su maldición, todo lo demás ya no importaba. Miré a Punzie cuando me dijo que en navidad quiso hacer daño pero que pudo controlarse, pero en cambio con aquel profesor no pudo. — Que pasó en navidad, quiero decir que ocurrió para que quisieras hacer daño a alguien. — Negué. — No, no vas a volverte loca, pero estoy meditando que podrían ser esas voces, pero lo más seguro es que sean una personificación de tus temores más profundos.
Yo no lo veía tan claro como ella, pero tampoco había escuchado de nadie que hubiese recibido la maldición maledictus sin haber nacido. — No lo sé Punzie, si no es un legado de sangre quizás si se pueda romper, creo que eso lo sabrá mejor Jeremíah. — Sin embargo, las palabras de Rapunzel empezaron a hacer mella en mí y la miré sin saber que decir, sus argumentos me desarmaron. — Si… conocemos a otros hechiceros. — Murmuré en voz baja, pero no sabía, empezaba a desconfiar de esa chica cuervo, Ambrosia no hacía nada al azar, cuando mencionó el cuervo y luego apuñaló a Circe fue para evitar que nosotros descubriéramos de que esa chica llamada Freya era el cuervo y eso era lo que me hacía sospechar de ella. — No lo sé, quizás le ha prometido liberarla de la maldición a cambio de que te arrastre a la oscuridad… — Maldita sea, odiaba que esa mujer se metiera en nuestras cabezas y jugase con nosotros como si fuéramos cobayas.
Pero entonces la chica cuervo irrumpió en la conversación completamente fuera de sí misma, hasta sus ojos se veían salvajes y furiosos por no hablar de esas afiladas garras en lo que habían sido sus manos, fácilmente podía desgarrar la carne humana y mi instinto me decía que era una amenaza, así que saqué de mi bolsillo el orbe que guardaba con intención de usarlo contra la cuerva. — Punzie, ¡apártate YA! — Le ordené, pero ella me agarró la capa y la miré fijamente a los ojos, observando su determinación de defender a la cuerva, hasta el punto de no solo plantarme cara, sino que también defenderla a capa y espada, ¿sería capaz de matarme para proteger a la otra a pesar de que ella podía ser otro esbirro de esa mala mujer? Si era capaz de hacerlo, entonces la maldición se rompería, pero sus palabras no dejaban de resonar en mi cabeza. “No vuelvas a cometer otro efecto dominó, no le hagas daño” Maldición, era lo ultimó que quería, hacer daño. Estaba demasiado cansado, pero también estaba tan roto que mis fuerzas fueron decayendo hasta el punto de que acabé bajando la mano dejando caer el orbe al suelo.
Me rindo… — Sentencié al fin, sin apartar la mirada en ambas chicas y suspiré. — Estoy cansado de los efectos dominó…, de hacer daño a la gente quiero…, de empeorar las cosas con cada cosa que haga… solo quiero tener paz de vez. No quiero seguir por el camino de la oscuridad, no quiero permanecer lejos de mi familia, no quiero perderme vuestro crecimiento… ya me he perdido demasiadas cosas, no puedo más Punzie, quiero que esto acabe esta maldita pesadilla... — Suspiré con voz abatida y derrumbándome hasta caer de rodillas al suelo, roto de dolor y angustia, completamente vulnerable y humano. — Ya no puedo más, Ambrosia Lovecraft no ha roto a nuestra familia, no, el único responsable soy yo, por culpa de mis malas acciones vosotros habéis recibido las consecuencias, no ha sido Ambrosia quien ha jodido vuestras vidas, privándoos de ser normales, obligándoos a madurar antes de tiempo y ver que la vida es una mierda, he sido yo y solo por eso me merezco que me odiéis, esa es la razón por la cual no quiero regresar a casa por mucho que me muera de ganas de hacerlo, porque no soy incapaz de miraos a los ojos, pero ya no puedo más, de hecho… antes de saber que tu amiga era el cuervo tenía pensado enfrentarme a Ambrosia aun sabiendo que iba a morir en el intento y ahora quería dañar a tu amiga para obligarte a matarme y romper tu maldición, pero ni siquiera puedo hacer esto, no puedo… porque si vuelvo a hacer daño a alguien, será lo de nunca acabar, otro se vengará por eso y al final quienes reciben siempre sois vosotros y ya no puedo más, simplemente quiero tener paz…
[Freya]
No quería escuchar más, simplemente quería dejarme llevar por la rabia que se estaba sacudiendo violentamente en mi interior. Estaba harta de todo, me había cansado de ser la buena y que la vida siguiera dándome patadas yo solo quería tener una vida tranquila, pero por más que lo intentase, el destino se encargaba de joderme una y otra vez. No, no iba a ser un maldito cuervo para siempre, no iba a dejar que Angrboda se saliese con la suya, que incluso no estando me arrebatase todo lo que yo quería, a mi familia, a mis amigos, haría lo que fuese por romper esa maldición.
Pero tampoco iba a dejar que nadie decidiese sobre mi vida, ni mucho menos iba a dejar que me la arrebataran. Sin embargo, cuando vi lo el objeto que este sacó del bolsillo no solo se me congeló la sangre, sino también sentí como el vello se erizaba de modo escalofriante. — ¡DE DONDE HA SACADO ESA COSA! — Grité con un tono de voz cargado de rabia, pero también con una pizca de miedo a la vez que mis ojos tan oscuros como la misma noche no dejaba de mirar esa maldita esfera que se parecía tanto a la que habían usado conmigo. La sangre me hervía tanto que nada más ver aquel artefacto en manos de aquel hombre sentí una punzada muy fuerte en la sien que cuyo dolor me nubló hasta el punto que me rendí a los impulsos más oscuros y perversos.
Quería sangre, quería que arrancarle los ojos y no era capaz de pensar en nada más que hacer daño a aquel hombre que incluso roto no me daba pena alguna, no solo había querido matarme, sino que también había pretendido usar aquel orbe que había abierto viejas cicatrices que habían vuelto a sangrar. Y una vez recuperé el control, estaba agarrando a aquel hombre que se encontraba de rodillas al suelo de las solapas de su camisa con una mano y la otra se encontraba teñida del color esmeralda de la sangre todavía caliente que había sido derramada. — Eres una vergüenza y una deshonra para tus hijos, se supone que los padres tienen que proteger a sus hijos, no causarles terrible sufrimiento, no eres más que un perdedor y me das asco, tu hija merece algo más y no a un cobarde como tú. — Siseé con rabia mientras miraba a aquel miserable a quien le había arañado media cara y posiblemente le había dañado el ojo, aunque tampoco pensé mucho en eso, si salvaba la visión sin duda iba a ser un milagro que no merecía aquel despojo humano que había sacado todo lo peor de mí. — Si tanto deseas morir, tirate al lago y ahogate pero no arrastres a tus hijos contigo…
Tras aquello, todo se fue de las manos cuando alguien atacó a Punzie y esta cayó al suelo desangrándose y rápidamente solté a ese hombre y miré hacía todos los lados, viendo a esa niñata del baile, pero dudaba que hubiera sido ella, alguien más estaba ahí, pero por más que mirase no veía a nadie…
[Ambrosia]
De la nada a espaldas de los tres presentes, alguien concentró las sombras hasta dar forma de una afilada hoja oscura con la que atacó.
2 – Corte profundo, Herida grave/muy grave, provoca hemorragia requiere atención medica.
[Yo]
Ninguno diría— mi padre estaba en lo cierto, me había topado con más personas horribles que con espíritus malignos. Sobre la nigromancia me lo pensaría, además siempre Prai podría empezar a enseñarme o incluso preguntarle algunas cosas a Jipke o mi tía Sheyk. Hice un asentimiento de cabeza respecto a sus palabras. —Pues…—
” No lo sé exactamente, quizás porque tenía celos de ella y Valentino. No, eso no puede ser.”—No sé, empezamos hablar de la animagia y de repente esa voz me dijo que deseaba tener su sangre en mis pezuñas, que le arañase en la cara..pero no lo hice y me contuve.— no quería decir mucho más y menos que él supiera que al principio, cuando había conocido a Freya me había resultado insoportable.
No dije nada más, me quede pensando en todo lo que estábamos hablando y yo no creía que Freya hubiera visto nunca a Ambrosia o que tuviera un trato con ella, pero ahora toda esta situación me hacia dudar de todo. Todo era confuso para mí. Y de repente apareció ella, lo había escuchado todo y estaba cabreada, mi padre me gritó diciéndome que me apartase pero no lo hice y vi como sacaba una extraña bola que no sabía lo que era. —¡Tranquilízate FREYA! — le grite al ver como se alteraba por el objeto que mi padre había sacado. Finalmente mis argumentos lo desarmaron y no pude estar más que aliviada al ver que parecía comprenderlo y…rendirse. — Yo también quiero que acabe todo papá — no pude aguantar más las lágrimas, su mirada era de un hombre muy cansado y de repente, viejo, cargando el peso de sus acciones, de todos los errores y de todo el daño que él había causado, yo caí con él, de rodillas, sin despegarme de él porque quería ser su luz y su esperanza, mamá no estaba aquí pero yo sí. Mi madre siempre fue la luz de las sombras de mi padre.
¡Ambrosia te dio ese reloj en tu peor momento, claro que esa esa cabrona es culpa de todo lo que está ocurriendo! — grité, tenía mucho que ver en el destrozo de nuestra familia pero sobretodo de lo ocurrido en Hogwarts y la pérdida de nuestra hermana Ariel. Había dicho un taco delante de él aunque ni me había dado cuenta. —Has errado muy mal pero no puedo odiarte, lo he intentado pero no puedo… — sus revelaciones de a continuación me dolieron, de hecho me sorprendieron y me causó más dolor. ¿Qué iba a buscar a esa maldita para enfrentarse a él solo? ¿Qué yo qué? Más lágrimas caían de mis mejillas y mi mano fue a parar a su hombro. — Te has rendido y está bien hacerlo, ya no tienes por que…¡FREYAA! — grité al ver como la fjerdana se metía en medio empujándome un poco hacía atrás y atacando a mi propio padre. Cuando le hizo daño sentí muchísima rabia dentro y aunque grite todo paso deprisa y me levante para alejarlo de mi padre. — ES MI PADRE COMO TE ATREVES A TOCARLO, ¡PORQUÉ LO HICISTE! — Le di un empujón con lágrimas en los ojos al ver lo que le había hecho a mi padre, la sangre empezó a correr y aunque sentí algo en mi cintura, un dolor, le atesté un puñetazo en el ojo a la rubia. Fue en ese momento cuando me maree y empecé a sentirme mal, empezó a dolerme mucho el costado y al llevarme la mano hacia la kefta esta se empapó de sangre. — Qué…qué me pasa… — no pude sostenerme más y termine cayendo al suelo, donde la nieve empezó a empaparse de mi propia sangre. Gire el rostro hacia mi padre con miedo, terror y con dolor, las lágrimas seguían corriendo y no entendía que había pasado. — Me duele mucho — me mire hacia mi costado otra vez y no dejaba de salir sangre. Solo quería estar con mi padre, que él me ayudase. — Papa .... — gemí adolorida, estaba muy confundida, no sabía que había ocurrido…escuché unos pasos como alguien huyendo pero no podía ver de quién se trataba.
[Papa Evan]
Algo me decía que esa chica maledictus no le convenía a mi hija y cuando esta irrumpió hecha una basilisco supe que de alguna forma tenía razón y como padre tenía que hacer lo que fuese necesario para alejar a Punzie de cualquier mala influencia, así que saqué mi orbe pero cuando la maledictus vio el artefacto se puso más loca, ¿Cómo era posible que conociese la existencia de uno de esos orbes? ¿Quién era ella? Sin embargo, Punzie no estaba dispuesta a dejar que yo dañase a Freya, la maledictus que por segundos parecía estar muchísimo más ida, hasta enloquecida.
Punzie, apártate.
Le pedí con la mirada, pero esta estaba dispuesta a proteger a la otra chica y sus palabras al final acabaron desarmándome hasta el punto que no pude más, me rendí en ver que ella tenía razón, si dañaba a la otra chica, alguien querría venganza y volveríamos a las mismas y estaba tan cansado de todo que tan solo quería que acabase ya. Me sentía viejo, agotado con todo el peso de mis errores sus consecuencias o mis pecados, desplomándome de rodillas sobre la nieve. Había tocado hondo, rompiéndome en infinitos fragmentos y quedándome completamente vulnerable. Quería volver a casa y empezar de cero, reconciliarme con mi familia y pedirles perdón por todo el daño que les había causado y mientras me caían las lágrimas por las mejillas, escuché a Punzie diciéndome que no podía odiarme por mucho que lo había intentado.
Quería abrazarla, pero apenas tenía fuerzas en el cuerpo. — Volvamos a casa, por fav…. — Pero entonces la rubia atacó y todo fue tan rápido que cuando me arañó con sus garras de harpía porque en ese momento parecía ser más una harpía que un cuervo la verdad fuera dicho, grité de dolor tan fuerte que la garganta me dolía y joder como dolía la herida, incluso los ojos se me aguaron de dolor, pero fue peor al escocerme a causa de mis lágrimas saladas.
Sin embargo, las palabras de la rubia fueron peores, podía aguantar el dolor en el ojo, incluso perderlo, ¿pero sus palabras? Se me clavaron como puñales en el pecho desgarrándomelo hasta sangrar Tenía razón, les había fallado a todos, pero incluso en ese momento sentí que cuando dijo que los padres teníamos que proteger a los hijos y no dañarlos, lo decía por experiencia propia. ¿Quién era capaz de maldecir a su propia hija con semejante maldición? Alguien como Ambrosia o peor.
— ¡Basta Punzie! Ella tiene razón, he sido un pésimo padre. — Susurré mirándola con mi único ojo, pues el otro me dolía tanto que ni siquiera era capaz de abrirlo. Pero entonces vi como Punzie se estaba quejando de dolor y cuando se tocó donde le dolía vi como la sangre manchaba su ropa. — ¡PUNZIE! — Grité con la voz desgarrada por el dolor y la preocupación en verla caer hacia el suelo que cuando intenté levantarme caí al suelo, pero tomé todas mis fuerzas para correr hacia donde estaba mi princesa a quien miré con los ojos llorosos. — Punzie mírame, mírame… hábleme… — Le pedí poniéndome de rodillas poniendo la mano sobre su herida que no dejaba de brotar sangre, pero no era suficiente, mis manos rápidamente se tiñeron con su sangre y ver aquello me rompí hasta el punto que mi cordura pendía de un hilo cada vez más estrecho. — Quédate conmigo, por favor… — Le pedí desesperado quitándome mi abrigo y usándolo para taponar la fea herida que no dejaba de sangrar. — No… no… no… — No podía perder a otra hija, no podía y la situación me llenaba de impotencia y desesperación a partes iguales. Podía perder un ojo, podía aguantar el dolor, pero no podría soportar la perdida de otra hija, no podía, antes prefería morirme que volver a pasar otra vez por lo mismo, por aquel dolor tan insufrible e inhumano con el que una parte de mí también moría.
— Tú ganas… — Susurre desesperado y claudicando al fin. — Sé que estás aquí, disfrutando con nuestras desgracias… y te vanaglorias de nuestro sufrimiento… pero por favor te lo suplico…, perdónale la vida, haré todo lo que me digas, me arrancaré el corazón, seré tuyo, pero por… favor…. Perdónale la vida a mi hija y deja a mi familia en paz… te lo suplico, por… favor…
[Ambrosia]
Tanto amor le asqueaba hasta el punto de que si veía otra desagradable muestra de afecto, mataría a alguien, pero no iba dinamitar su tapadera, así que decidió salir a que le diera un poco el aire en eso que escuchó una voz tan conocida que no pudo evitar acercarse a escuchar y para qué negarlo, interesante encuentro entre padre e hija, al final Evan Alexander Hunt había decidido salir de su escondite solo para evitar que su hijita no le matase a inicios de verano, pero ya era demasiado tarde. ¡Oh que gran pena! Se vanaglorio la hechicera oscura que seguía enganchada al culebrón turco que padre, hija y la cuerva estaban montando.
Por más que lo intentes, no vas a ganarme en la vida. Pensó la hechicera que en silencio estaba observando los acontecimientos hasta el punto que contuvo la respiración en ver que Hunt sacaba su nuevo juguetito que según él quería usar con ella. Eso sí que era jugar sucio, pero al final acabó decepcionándose en ver como Hunt se derrumbaba y lloriqueaba como un niño pequeño y aunque disfrutó cuando la cuerva casi le arrancó un ojo de un zarpazo, tampoco iba a dejar que esta se llevase toda la diversión, ella también quería divertirse, así que desde su escondite conjuró a las sombras para concentrarlas hasta dar forma a una afilada hoja oscura que empleó para cortar a la dulce Rapunzel.
Sin embargo, estaba tan enganchada al culebrón que no se dio cuenta de la presencia de la niña que la estaba mirando tras haber usado el corte y como era evidente, no podía dejarla irse por las buenas, más que nada porque capaz avisaba a los aurores y lo último que quería era que viniese a alguien a joder su fiesta de cumpleaños (Sí, era su cumpleaños, menuda putada haber nacido en San Valentín y carecer de amor) así que hizo un portal para aparecer detrás de esta (Dunyasha) a quien sorprendió por la espalda. — ¿No te enseñaron tus papas que no debes de espiar conversaciones ajenas? Eres una niñita muy mala y a las niñas malas se las castiga. — Sonrió maliciosa observando a la niña con una mirada que no auguraba nada bueno para la pequeña princesita. — Y que delgadita estás, ¿es que acaso no te alimentan bien tus papas? Si no comes te vas a quedar en los huesos, así que de ahora en adelante comerás y comerás hasta que una cerdita te conviertas porque la Gula será tu pecado. — Y una vez maldijo a la niña volvió a centrar su atención en su pastel de aniversario: Los Hunt.
La dulce Punzie se estaba desangrado y el padre del año le estaba suplicando, ¿tan bajo había caído? — Oh querido Evancito, no puedes estar más equivocado. — Dijo al fin haciendo acto de presencia a su fiesta de aniversario. — Debo reconocer que vuestros dramas de padre e hija me tienen tan enganchada como un culebrón turco, incluso me sorprendió que quisieras romper mi juego y veo que tienes un nuevo juguetito. — Caminó tranquilamente hasta detenerse donde se encontraba el orbe en el suelo. — Oh Evancito, que niño más malote estás hecho, me pregunto de donde habrás sacado esto… — Se arrodillo para recogerlo y luego volvió a ponerse de pie sosteniéndolo con la mano. — Veamos si funciona o te timaron. — Se giró hacia Punzie y Evan e hizo ademán de querer usarlo contra uno de ellos, pero al final decidió emplearlo con la cuerva, que en cuestión de segundos empezó retorcerse de dolor y a gritar. — Así estará un rato entretenida y sus gritos se unen a coro con los vuestros. Eso sí, hiciste una buena compra, pero debo decir que yo también tengo un juguete nuevo, ¿quieres verlo? — Tiro por ahí el orbe de Hunt e hizo aparecer el suyo que con él podría traer verdaderos monstruos de otra dimensión. — Bonito eh... — Y tras aquello lo activó para traer un monstruo al azar y cuando este finalmente apareció le ordenó que fuera al colegio y desatará un poco el caos y que entretuviese a los aurores un poco y luego hizo desaparecer el orbe maldito. — Obscurae Morsmordre. — Sentenció sacando su varita para lanzar hacia el cielo una bonita marca oscura que traería nostalgia a unos, pero también se había tomado la molestia de hacerle unos pequeños retoques como por ejemplo que en lugar de verde era de un color rojo sangre que auguraba sangre y muerte. — Oh Evancito no te hagas el sorprendido, sé que sabes lo de Walpurgis y que quien mueve los hilos soy yo.
Soltó una risotada viendo lo desesperado que se veía el joven hechicero que ahí se encontraba en su versión más humana e insignificante. — Ah sí, como he dicho no puedes estar más equivocado, me deleitan vuestros dramas ¿pero que me supliques? Eso ya no es divertido, es no solo es aburrido, sino que también decepcionante, porque esperaba algo más y en suplicarme me demuestras lo patético e insignificante que te has vuelto, ¿pero sabes lo que más enerva la sangre? Que me había tomado muchas molestias contigo ¿y para qué ha servido? Para nada, si te di ese reloj era que lo usaras cuando te dieras cuenta de que tirarte a esa cursi princesita Disney y convertirte en príncipe con castillo incluido había sido un error y volvieras al camino oscuro, tú eras un villano, no un jodido héroe, ¿sabes que les ocurre a los héroes? Que MUEREN. — Suspiró poniendo los ojos en blanco. — No eres más que una decepción, pero me resulta gracioso que ahora con tal de salvar la vida de tu ratita quieras arrastrarte como el gusano hasta la suela de mis zapatos, ¿y dices que harás todo lo que yo te ordene? ¿Incluso besar mis zapatos o ser mi juguete en la cama? — Preguntó con en tono burlón, aunque en su mirada no se denotaba ni una pizca de diversión, sino abrumadora e peligrosa frialdad. — Paso, tú ya no me sirves Hunt. — Y tras esas palabras concentró de nuevo las sombras para realizar un segundo corte que usó para cercenarle la cabeza a quien había sido una defectuosa inversión y mientras la cabeza de Hunt rodaba por el suelo miró a la niña que se estaba desangrando sobre la nieve. — En cambio, tus hijos son otra historia…
[Eustace]
Había llegado por fin el momento de la diversión. Las órdenes le habían llegado de parte de la Orden, que tendría que estar disponible en San Valentín para una misión especial si todo salía según lo planeado, por eso no lo dudó. La vida de Eustace ya giraba en torno al caos, a la destrucción, al dolor y a la oscuridad, porque dentro suyo él mismo era un remolino de todas esas cosas juntas. Y como buen macabro en el que se había convertido, disfrutaba al máximo y obtenía placer cuando sus víctimas se retorcían de dolor bajo sus manos. Y ni hablar de cuando, a los gritos, le rogaban por misericordia. Para el escandinavo eso no era más que música para sus oídos, y la sola idea de volver a experimentar algo así fue el motor que lo impulsó a aparecerse en el festejo. Tenía tanta sed de sangre, tantas ansias de destrucción, que a cada segundo que pasaba se impacientaba aún más.
No le habían dicho exactamente a qué aguardar, y a decir verdad ese colegio no tenía nada de interesante. Los críos se la pasaban de acá para allá jugándose bromas entre ellos, dándose besos o intentando ligar, y eso le daba al castaño un asco descomunal. Recordaba que en una época en su adolescencia él había sido así también, pero tras Boädicea nada había vuelto a la normalidad. Y su vida se fue oscureciendo tanto, que a partir de su carta de despedida nada más le importó que no fuese el infligir a otros el dolor que él en carne propia vivió.
Como entretenimiento provisional, Eustace se había encargado de a un impuro acorralar. Al pobre se le veía el miedo en los ojos, mas cuando alzó su varita para maldecirlo, una brillante luz en el cielo desvió de él su atención. Sonrió con malicia, el brillo oscuro en sus ojos le dio un aspecto macabro bajo la luz de la luna, y sin dignarse a despedirse se desapareció. Donde apareció, para él, no fue más que en una gloriosa obra de teatro. Se relamió los labios deleitándose con el panorama, escuchando las palabras que la mujer decía a la patética rata que se retorcía bajo sus pies. —A un lado, ¡hay una niña herida! —Quien lo escuchó, probablemente pensó que realmente se preocupaba por la pequeña, e incluso se aseguró de que su mueca así lo expresase. No obstante, al momento de llegar a su lado, se agachó y en su rostro susurró. —Tranquila, yo voy a hacer que las cosas mejoren... para mí. —Y tras revelarle una de sus peores sonrisas, con sus manos presionó directamente en la herida que no paraba de borbotear con ese exquisito rojo carmesí. Los gritos de la niña lo extasiaron, la felicidad en su rostro era cínica e insana, y escuchar al padre rogarle que la dejase en paz era solo la cereza del postre.
Hasta que esos últimos gritos pronto fueron acallados, y cuando Eustace se giró a ver qué había pasado entendió que había caído en el bando correcto. En ese que le permitiría hacer lo necesario y que nadie jamás le juzgaría por las ideas locas y oscuras que en el fondo de su mente se acumulaban. La cabeza comenzó a rodar y el escandinavo tuvo una gran idea, así que, mientras una de sus manos seguía retorciéndose en la herida de la chica, la otra la usó para levantar la varita. —Accio. —La atrapó por los castaños cabellos, teñidos del rojo de su propia sangre, y sin escrúpulos le acercó la mirada vacía a los ojos de su propia hija. —Dile hola a tu papi. Creo que el cambio de look le ha sentado bien, ¿no crees?
[Yo]
Después de golpear a Freya no me sentía orgullosa pero ella le había dañado el ojo y la miraba con muchísima rabia, cansancio, dolor, agotada de toda esta situación, iba a decir algo a mi padre, de irnos a casa cuando senté un dolor tremendo en el costado. No comprendía nada pero algo o alguien me había atacado, Freya no había podido ser y mire a mi alrededor pero no llegue a ver nada, cerré los ojos un momento sintiendo en el aire el aroma de mi propia sangre caliente. Mi padre se agachó a mi lado y mis ojos volvieron abrirse hacia él. —Me duele mucho…no sé qué ha pasado— me iba sintiéndome cada vez sin fuerzas y busque su mano para cogerla con la propia, ambas cargas de mi sangre. —Te quiero…pase lo que pase te quiero papa…tengo…tengo miedo— confesé porque sentía que iba a morir, la sangre brotaba demasiado rápido y mi padre intentaba taponar la herida pero no era suficiente. Empezó a hablar al aire aun sabiendo a quién se estaba refiriéndose. Le apreté la mano aun con fuerza. Quería decirle que me llevase a otro lugar, pero ver a mi padre tan destrozado y roto vi que era incapaz, ver suplicar a la hechicera oscura fue demasiado y esta, esta apareció.
Ambrosia estaba en todas partes, era como si estuviera en todos los sitios, cuanto tiempo andaría ahí? Lo habría escuchado todo? Sentía mucha impotencia, la escuchaba hablar y vi como recogía algo del suelo, un extraño objeto, el que había traído mi padre, y poco después escuché los gritos de dolor de Freya. Esto era peor que una pesadilla. Apreté la mano de mi padre para que hiciera cualquier cosa, quería irme a casa, que me llevase allí, vamos papá…llévanos, huyamos de aquí… escuché un Morsmordre de Ambrosia, no sabía que era eso, pero vi como un rayo de luz roja iba directo a las estrellas y aparecía una marca de una calavera con una serpiente, una señal, una marca horrible, para que lo vieran todos…
Escuchaba la conversación a medias y llegué a entender qué la jefa de los Walpurgis era ella. Todas las cosas que decía Ambrosia eran horribles y no llegaba a entenderlas del todo. —Cá…Cállate mal…maldita — si gritaba me dolía más la herida. — Papa vámonos por favor — suplique desesperada, aunque fuera a morir en otro lado y no delante de Ambrosia. Pero todo pasó tan rápido, Ambrosia soltó que mi padre ya no lo necesitaba y cuando vi un filo negro acercarse a mi padre y cortarle la cabeza solté un grito desgarrador, mi corazón se rompió y yo todavía más. Su cuerpo cayó a mi lado, sin cabeza pero su mano seguía aferrada a la mía y yo no dejaba de gritar agotándome todavía más. No podía ser, no podía ser, no podía ser. No quería mirar y mantuve los ojos cerrados hasta que escuche otra voz distinta, la de un hombre.
Al abrir los ojos vi a un joven que nada más verlo sentí escalofríos y dude que me fuera a ayudar. Escuche su susurro – amenaza y seguidamente solté otro grito más fuerte completamente cargado de dolor. —Basta…..basta por favor, se lo suplico, parad… —solo quería que el dolor desapareciera. Quería que todo acabase de una vez pero no iba a terminar. Y el hombre siguió con mi tortura, hasta que cogió la cabeza de mi padre para acercármela a mis ojos, aquello fue demasiado para mí. Estaba cegada entre el dolor y las lágrimas, cerré los ojos y me concentre para trasformar mis uñas en garras y con todo el odio del universo mi mano cargada de sangre que se encontraba encima de mi herida para taponarla, fue al rostro del mago, donde desgarre su cara, desde el párpado hasta la barbilla. “Chúpate esa malnacido.”
Tenía que avisar a los demás, tenía que ayudar a mis amigos y decirles que Ambrosia estaba aquí. Cerré los ojos con fuerza, me quedaban pocas fuerzas y poco tiempo y ampliaría toda la fuerza que me quedaba para avisar a Summer. Y mi mente se despegó de mi cuerpo, donde éste se encontró por unos momentos en coma.
[Freya]
¡Me recuerda a la persona que más odio y aborrezco, a quien me maldijo! ¡A la mujer que me engendró!— Me negaba a llamarla madre porque esa mujer jamás iba a aceptarla como tal y aunque no era asunto mío no podía quedarme al margen de lo furiosa que me había puesto en ver aquel orbe mágico similar al que Angrboda había usado en mí, tiempo atrás.
En eso que cuando la castaña me separó de su padre, también aprovechó la ocasión para propinarme un buen puñetazo que me obligo a ponerme la mano en cubriéndome el ojo mientras me tambaleaba un poco. — ¡Pero de qué vas! — Grité, al mismo tiempo que cerraba mi puño para devolvérselo cuando de repente esta empezó a sentirse mal y cuando finalmente empezó a sangrar cosa mala, me pare en seco, siendo capaz de contener mi ira mientras no dejaba de mirarla, entre preocupada y asustada. ¿Qué diablos acababa de ocurrir? Y entonces la gran bruja mala hizo acto de aparición y en verla todo mi ser se retorció al sentir su gran poder, pero también sentí el peligro creciente junto con la sensación de que algo malo iba a ocurrir, definitivamente atroz.
Tras aquello, intenté acercarme a Punzie para ayudarla, pero entonces la mujer empleó el orbe conmigo y lo que sentí fue tan doloroso como horrible. — No…, no… por favor… no te me acerques…. — Empecé a suplicar con la mirada aterrorizada, teniendo los ojos abiertos como platos mientras me iba arrastrándome por el suelo con intención de arrastrarme de esa mujer, no Ambrosia, sino Angrboda a quien a causa de ese maldito orbe era capaz de no solo ver, sino que también de escucharla y sentirla tan real que hasta diría que ella estaba ahí presente, riéndose de mí y cuando me agarró del cabello fue tan real que sentí el brusco tirón. Sin embargo, ahí no acabó la cosa pues cuando esa visión mía empezó a hacerme cortes en los brazos y piernas, estos eran reales, la sangre también lo era y cada corte era más doloroso que el anterior provocando que de mi boca se escaparan chillidos e gritos de dolor mientras los ojos se me aguaban hasta el punto de que el dolor me nublaba. — ¡Basta! ¡Por favor! No…
[Ambrosia]
¡Menudo subidón! Pensó la rubia mientras veía como la cabeza de Hunt simplemente caía inerte y con los ojos en blanco, la viva expresión del terror lo cual le resulto de lo más gratificante. Y tal como había planeado cuando la marca fue visible en el cielo nocturno, los primeros invitados no tardaron en llegar a la fiesta, el primero fue Eustace quien parecía que había acudido a auxiliar a la mocosa, aunque en realidad planeaba atormentarla, así que decidió que este jugase con la niñita, un poco de tortura tampoco iba a hacer daño a nadie. —Oh querido, juega con ella, pero la quiero intacta ya sabes piernas, manitas, cabeza en su sitio no como su papaíto que acaba de perder la cabeza, aunque seamos sinceros, Evan Hunt, la perdió hace mucho tiempo cuando empezó a meter la cabeza entre las piernas de una rubita cursi.— Murmuró la bruja oscura mientras observaba el calvario de las dos niñas, una desangrándose como una cerdita en el matadero y la otra parecía que estaba viendo a un fantasma, pero por cada corte mágico que aparecía en sus brazos o piernas sus chillidos eran tan estridentes como el graznido de un cuervo. —
Que ruidosa.
— Se giró hacia esta y alzó la varita para hacer aparecer un bozal en la boca de la rubia gritona.
No obstante, cuando reinó el silencio volvió a centrar su atención hacia la castaña y por meros segundos se preguntó si ya se había muerto o simplemente estaba haciéndose la muerta. No obstante, cuando iba a darle la orden a su subordinado de que le cortará un dedo a la castaña, alguien interrumpió a la fiesta de cumpleaños y por segundos sintió mucho dolor en el pecho. Odiaba ese puto don, salvo cuando ella lo usaba, obvio y aun así adolorida y con la mano en el pecho miró a la morena que acababa de llegar. Por si no fuese suficiente, también acudió otra niñata que parecía tener la rabia, pero el colofón vino cuando su gemela hizo acto presencia y distrajo a la morena lo suficiente para recuperarse y esbozar una sonrisa entre maliciosa y algo macabra. — Llegas tarde a tu propia fiesta de cumpleaños, muy mal.... — Regañó a su gemela, aunque su mirada le decía que en realidad llegaba en el mejor momento, pues iban a divertirse con ella. — Encárgate de la chucha pulgosa. — Le ordenó a su subordinado. — Y… tienes libertad de jugar con ella como te plazca como si quieres cortarla a pedacitos y enviárselos a su madre como si de un puzle se tratase, y en cuanto a ti, morenita, ¿Qué debería de hacer contigo? — Y entonces tuvo una idea de lo más entretenida que iba a subir el juego a un nuevo nivel. — Ya sé, vamos a jugar al titiritero y la marioneta. — Siseó la rubia mientas movía los dedos imitando a un maestro titiritero que movía los hilos de su muñeco haciendo que la morena se moviese al igual que ella. Primero se dio un bofetón a si misma e hizo que la otra hiciera lo mismo. — Ahora extiende el brazo y cierra la mano dejando solo dos dedos como si de un cuchillo se tratase. Y ahora repite conmigo, Sectum. — Se pasó ambos dedos por el brazo y se hizo un corte. — Sectum. — Otro corte y otro dejando que de cada herida brotase sangre que lamió con la punta de su lengua, obligando a la otra a hacer lo mismo. — Y ahora… otro Sectum, en las venas. — Y tras hacer el corte profundo miró a la morena y le mostró su sonrisa más macabra con los dientes teñidos de color escarlata de su sangre.
[Eustace]
—Qué patético es el amor, por favor. —Rodó los ojos con una mueca de asco en su rostro, solo pensar que hubo una vez en su vida en la que lo experimentó le repugnó, y todo su cuerpo se estremeció. Con lo bien que uno estaba acompañado de su propia oscuridad, ésta sí que jamás te daba desgracias. El amor, en cambio, por más bueno que lo pintasen no era más que una farsa. No era más que una tortura disfrazada de corazones y flores, y peor castigo era amar y ser amado que cualquier dolor que un humano pudiese experimentar. Él lo sabía de primeras, había sufrido por él, y desde ese instante se prometió jamás volver a sentirlo en su vida. Y lo único que podía sentir era aquello que más lo llenaba y extasiaba: odio, rencor, venganza, destrucción, dolor. Tan solo pensar en eso le hacía sonreír. Porque sí, existió un momento en el que él también era el nene de sus padres, pero desde que había tomado aquel rumbo los había dejado de lado, y había entendido que el amor parental tampoco lo había llevado a ningún lado. Incluso Eustace había perdido tanto su humanidad, que si ese día Ambrosia le pedía que asesinara a sus padres, lo haría seguro sin escrúpulos. Y seguramente no se arrepentiría.
Su mente estaba demasiado ocupada infligiendo dolor en la pequeña y recibiendo órdenes de su maestra, tanto que poco se percató de la llegada de otras personas. Estaba tan entretenido retorciendo la herida y deleitándose con sus alaridos, que lo único que lo despertó de su sueño fue el arañazo que ésta, de alguna forma mágica, le dejó en el rostro. Exclamó con furia un grito ahogado, y gruñendo llevó una de sus manos a su ojo, mezclando la sangre que tenía de Rapunzel con la suya propia. —Maldita hija de puta, me las vas a pagar. —Y sin medir sus acciones, como Ambrosia le había dado pase libre, se abalanzó para rodear su cuello con las manos y presionar con todas sus fuerzas. Podía sentir debajo de ellas su respiración cortándose poco a poco, y su sonrisa satisfactoria comenzó a aparecer nuevamente en sus comisuras, mas cuando pensaba que por fin la muerte de la niña dependía de un último apretón de su parte, un empujón brusco logró apartarlo del cuerpo.
La cabeza de Evan, lamentablemente, salió volando hacia vaya uno a saber dónde, pero poco le importó a Eustace dado que tenía otras cosas más importantes de las que ocuparse. El golpe contra el suelo fue fuerte, pero nada lo detuvo y en cuestión de segundos se hallaba erguido una vez más. Se acercó a la nueva, a la que se había atrevido a meterse con él, y cogiéndola del cabello la arrastró lejos de Rapunzel. Esta vez no había sonrisa, ni divertida, ni cínica ni sádica, solo furia. Mucho enojo expresado en sus ojos, y si a ellos lo veía debería de temer. —¿Quién te crees que eres, pequeña? ¿Una heroína? ¿Crees que por venir corriendo al ojo de la tormenta y usar un poco de fuerza vas a salir victoriosa? ¿Que la gente te va a aplaudir por demostrar un poquito de valor? Pues no, estás equivocada, no eres más que una estúpida por meterte en cosas que no te incumben y ¿adivina qué? De nada puedes ser heroína si estás muerta. —Su voz salió cargada de odio, a Eustace no le gustaba que se metiesen con él y mucho menos con sus juguetes mientras se estaba divirtiendo, así que sin dudarlo, aún él teniéndola cogida por el cabello, tiró de él en dirección al suelo para darle un fuerte golpe. Creía que una buena golpiza contra la tierra dura era una buena forma de escarmiento, a ver si entendía que se había metido en la boca del lobo. Y el lobo estaba hambriento.
—Terminemos con esto de una vez. —Gruñó mientras volvía a arrodillarse junto a Rapunzel. Parecía dormida, estaba viva según su pulso, pero tenía un importante mensaje que darle y quería mirarla directo a los ojos cuando le arrebatase la vida. Así que volvió a presionar el corte, esperando que tuviese unas últimas fuerzas que emplear para gritar y volver en sí, aunque sea por unos míseros segundos. Y cuando lo hizo, cuando la vio abrir los ojos una vez más, ahí sí que volvió a sonreír de la forma más macabra que había aprendido en todos esos años. Sacó su varita, y de la punta hizo aparecer una llama. —Hakim te manda sus más sinceros recuerdos. —Dicho esto no sintió pudor, y acercó el fuego a la herida.
[Yo]
Mientras estaba en ese estado en coma, Eustace estaba ahogándome y fue por eso mismo que no pude aguantar más la proyección astral. Esperaba que Summer pudiera poner a salvo a Valentino y avisar a los profesores, era todo lo que quería después de todo. Me sentía muy cansada, escuchaba voces por todas partes pero me sentía cada vez más ausente y mi mirada solo se perdía en el cielo oscuro y estrellado del cielo. Solo quería morir, como mi padre y que todo terminase de una vez por todas, estaba muy cansada y ya no me sentía ni las piernas ni el cuerpo en general.
Escuche el hombre que me había torturado antes, le mire profundamente rota y viendo la maldad en su mirada, gire el rostro y desde mi posición vi como Freya sufría algún tipo de tortura. Luego volví a mirar a las estrellas intentando evitar la mirada de aquel hombre y su sonrisa horrible, con lágrimas silenciosas que salían todavía de mis ojos. Nombró al profesor Hakim y luego la llama que el mago oscuro había empleado la acercó a la herida que todavía seguía saliéndome sangre. No grite pero mi cuerpo se retorció de dolor, y finalmente me dejé ir. Ya no podía más, ya era el fin.
En mi mente apareció la sonrisa de mi padre difunto, iluminado por una increíble luz cálida que me indicaba que todo había terminado y que me fuera con él. En ese extraña visión, también vi a mi madre con mi otro padre Jere, sonrientes y todos mis hermanos apareciendo, lo que me sacó una débil sonrisa. Y también la aparición de un niño guapísimo de largos rizos negros y sonrisa pirata.
Finalmente con esa imagen, mi corazón dejó de latir y termine muriendo.
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Carta al 2020
Pues hace un año cuando dije que esperaba que el 2020 fuera un año mejor, nunca me esperé que de esto se tratara, y que por el contrario, se convirtiera en uno de los peores años de todos.
Empecé el año pensando que todo iba a ser perfecto, que todo seguiría siendo igual que el año pasado, pero no demoro mucho en llevarme a una depresión de casi 10 meses, en perderme mendigando amor a alguien que creía la persona más importante de mi vida. No demoró mucho en arrebatarme infinidad de momentos con mis amigos, en quitarle la alegría a mis amigos, todos los días pasaban tan rápido que al final lo único que quedó de esos 10 meses fueron lágrimas en mi almohada.
Querido 2020, si hoy me pudieras conceder un deseo, solo te pido que no vuelvas, que te vayas tan lejos como puedas de mi, que me permitas olvidar y me dejes seguir sin dolores en el corazón, no sé si todo lo que hiciste fue para enseñarme o simplemente para lastimarme, pero sea como sea no lo quiero, mi corazón ya no aguanta ni un poquito más de dolor, no aguanta tener que seguir dejando atrás a las personas que más adentro se encontraban y tampoco encuentra más formas de seguir estando en pie después de cada cosa que lo rompía, no aguanta más tener que estar lejos de los que ama y no poderlos abrazar, de tener que estar diciendo adiós a cada rato sin saber por qué y preguntándose qué faltó o qué hizo mal, ya está cansado de extrañar.
Yo, personalmente estoy harta de todos estos sentimientos, de darle todo de mi a todos, creer que lo merecen y que estoy recibiendo lo mismo, para que al final tenga que darme cuenta que no era así, que la única que estaba apegada era yo, que la única persona leal y sincera era yo, que la única que lo daba todo era yo pero nadie lo podía hacer por mi. Estoy harta de extrañarlos a todos, cada día más que el anterior, harta de ver como se van lentamente y no poder hacer nada, de tener que aceptarlo a las malas.
Sin embargo, tengo que admitir que en el fondo de mi no te odio y después de desahogarme, tengo muchas cosas por las cuales agradecerte. Empecemos por mi familia, porque simplemente ahora es cuando puedo encontrar el verdadero valor de estar juntos siempre, porque extrañarlos es horrible, no poder tenerlos cerca me hace querer morir y de verdad busco la manera de poder tenerlos a todos a mi lado, pero gracias porque seguimos completos, porque nadie nos falta, y a pesar de todos los contratiempos seguimos unidos y luchando contra todo.
Gracias porque, aunque haya sido el proceso más horrible de toda mi vida, me enseñaste a soltar y dejar ir cuando ya no se puede hacer nada, por hacerme notar cuando las cosas ya no pueden seguir, no se van a arreglar por más que lo intentes, por más que des el 100% de ti, por enseñarme a soltar a todos aquellos que me hicieron un daño inimaginable y sobre todo por darme la explicación de por qué tenía que irme de ahí, por enseñarme que yo tenía que ser primero.
Gracias por enseñarme la verdadera amistad, el verdadero valor y los verdaderos amigos, por enseñarme que no es cuántos tengas sino quienes van a estar para ti sin importar qué, quienes te van a seguir las locuras, quienes te apoyan, te reconfortan, te regañan y sobre todo, quienes te mantienen en pie cuando ya no puedes más, gracias por unirme a mi mejor amiga y dejarnos demostrar todo el apoyo del mundo. Gracias por volverme a juntar con personas que me necesitan y que había dejado a un lado, por mantenerme cerca de mis viejos amigos y por no dejar que la distancia nos haga perder. GRACIAS POR ENSEÑARME QUE EL QUE QUIERE ESTÁ, ES LEAL Y ES REAL.
Gracias por enseñar a amarme, por cada cambio físico y mental que pude tener durante todo este año, por ser culpable de que entendiera mi verdadero valor y no tenga que dejarme agobiar por ninguna opinión, por dejar que me sienta hermosa y sensual, por dejar que ame cada centímetro de mi y lo pueda lucir con toda la confianza del mundo.
Gracias por todos mis amigos, por todas las locuras, aventuras y risas que no faltaron, por permitirme compartir tiempo con ellos, por estar con ellos en cada logro, como siempre, gracias por cada beso, cada borrachera, cada risa, cada error cometido, por cada polvo. Sobre todo gracias porque no me arrepiento de nada de lo que hice y porque por más loco que parezca sigo sabiendo lo que tengo y no me tengo que rebajar a nadie por mis acciones.
Gracias porque en el año de la enfermedad estoy viva, porque tengo trabajo, porque mi mamá me ha podido perdonar, porque mi papá no me abandona, porque terminé la universidad, porque mi familia está unida, porque estoy sana, porque puedo salir, puedo disfrutar, porque en medio de todo puedo seguir siendo feliz, por el año que está por comenzar, por lo que me falta por vivir, por los viajes, más borracheras, más risas, nuevos amigos y muchos más polvos, que el 2021 esté más lleno de felicidad que de tristeza por favor, que pueda rodearme de los que más amo, con las cosas más claras, con la estabilidad mental que tanto he pedido, con todas las oportunidades aprovechadas y sobre todo con todos los planes de la mano de Dios.
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Angy
Así las cosas.
Desde que pasó todo el problema de los exámenes, siempre sentí que fue mi culpa el que tus amigas hayan dejado de tenerte confianza, siempre sentí que era mi culpa tus emociones y tus inseguridades.
Pensé erroneamente que estando contigo y dándote lo mejor que podía dar de mi, podrías superar o perdonar todo eso, que en algún momento verías lo arrepentida que me sentía, ¿de qué?, No tengo idea. Pero me arrepentía de cada uno de los actos que te hicieron daño, sin que yo quisiera que pasará, me sentí con obligación de no dejarte sola nunca.
Yo acepto que en algún momento con Enrique pensé mal de ti y estas sospechas se las hice llegar. Todo esto fue después de que me contaste todo lo que hiciste con Valeria con esos exámenes.
Te das cuenta? Yo confiaba ciegamente en ti, hubo personas que me dijeron mil veces que tú tenías algo que ver en ese asunto y yo no lo creía, siempre estuve con la idea que la culpable fue laisha, estando con estas personas defendía a mi amiga, porque ella nunca sería capaz de mentirme, porque ella me contaba todo y por eso yo sabía que no pudo hacer nada malo.
Todo este mundo y esa confianza se derrumbó cuando me dijiste que si tenías el segundo examen, cuando por fin me contaste todo, te imaginas? La decepción enorme que sentí? Lo idiota que me sentí al defenderte de todos cuando ellos sabían más que yo?
Al ver qué este chico corría peligro lo único que pensé fue que no quería que ocurrieran injusticias, porque si yo fuera él y no hubiera tenido nada que ver, habría echado por la borda el esfuerzo que hice en todos esos años. Yo no quería ser parte de eso, y por más que te quería no podía aceptar esas acciones, y mi forma de actuar acepto que no fue la correcta, pero en ese punto yo ya no sabía qué era verdad y qué no lo era, en qué momento mentías y en qué momento me decías la verdad. Todo tu reclamo estaba bien hasta que mencionaste nuevamente este acontecimiento y por eso te lo vuelvo a sacar al tema.
Te escuché en cada uno de tus problemas y en los que de tanto darte consejos, nunca los escuchaste, me cansé y comencé a decirte que fueras al psicólogo, pero no porque creyera que tuvieras algo mal, simplemente porque yo no sabía de qué forma ayudarte. Porque si por mí fuera te daría todo ese amor y esa autoestima que te falta.
Yo no creo que no tengas todos los elementos de ser una buena estudiante, yo no pienso que seas una tonta, al contrario eres una chica demasiado inteligente y que tú solita no lo veas, no es mi problema. Pero las ideas que te hiciste en donde según yo no te creo capaz o suficiente para trabajos, esa idea, solo te la haces tú.
La idea que me "estorbas" solo te lo haces tú. Porque si bien me sentía responsable de tus sentimientos, no me costaba para nada trabajar contigo, era muy fácil. Pero me daba una weba enorme estar creando equipos otra vez, estar pensando a quién teníamos que meter, estaba durmiendo y tenía dolor de cabeza. Sin embargo no entiendo en qué momento se te atravesó todas esas ideas en la cabeza.
Si cuando colgaste me volví a dormir y pensé que todo estaba bien, además que llevas semanas distante conmigo, no lo vi para nada fuera de otro mundo. Hasta que me lo dijiste.
Lamento que hayas mal interpretado cada una de mis acciones cuando me llamaste, lamento que mi contestación haya dado lugar a qué pensarás tantas cosas que no son. Lamento que te hayas sentido mal.
Pero yo no voy a estar contigo en todo momento de tu vida, me puedo morir mañana y qué vas a hacer? Reclamarme porque no quise hacer equipo contigo?
Vas a conseguir trabajo en un lugar totalmente distinto a dónde yo, vas a conocer personas muy ajenas a mi, vas a querer a tantas personas mucho más que a mí y no por eso se va a caer mi mundo o voy a pensar que me haces a un lado, porque simplemente estás haciendo tu vida, estás conviviendo con personas que te agradan y nunca voy a pensar que eso lo haces por hacerme daño a mi, o porque me crees una tonta, o porque te estorbo. Jamás.
Lo más que podría sentir son celos, pero aún así me los guardaré para no darte más dolores de cabeza, además que esto solo expresaría mi propia inseguridad.
Aprende a hacerte cargo de ti misma, comienza a creer que eres muy buen elemento estés en donde estés y con quién estés.
A estas alturas yo ya estoy harta de siempre sentirme mal porque mal interpretaste mis acciones. O porque piensas que yo pienso cosas malas de ti. Estoy hasta la coronilla de sentirme responsable por tus sentimientos.
Yo sé que puedo ser tan desgraciada, desconsiderada, grosera, desesperada y siempre tengo mal humor, sé y conozco cada una de mis fallas, de las veces que me porte como una idiota. Y de eso sí soy responsable. Pero no de lo que piensas o crees que pienso de ti, porque no vives en mi cabeza, porque no sabes leer mentes y mucho menos la mía.
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Culpable
Quizás es mi culpa ¿no?
Quizás es mi culpa que sienta mi corazón desmoronarse de nuevo esta fría noche de Junio, con el único pensamiento que jamás deja mi cabeza.
Tu.
Es doloroso pensar en todo el tiempo que ha pasado y todas las cosas que han sucedido y como yo sigo tan iluso como siempre, pensando que existe un futuro entre nosotros.
Un sueño que solo eso eso, un sueño.
Un tu y yo, un nosotros, que solo vive en mi imaginación ahora. Pero que jamás existirá y que solo puedo limitarme a crear en mi cabeza, con los muchos recuerdos que tengo contigo, pero las pocas memorias que sé viviré contigo en el futuro.
Quizás es mi culpa ¿no?
El que no pueda seguir adelante, el que me sienta estancado aquí donde estoy, sin saber adónde mirar o que hacer, perdido, buscando la respuesta a preguntas que no sé si quiero responder, pero que ya no puedo soportar cargarlas en mi cabeza y darles mil vueltas tratando de convencerme que todo estará bien.
Quizás es mi culpa por ser como soy, por ser tan sensible, tan soñador, tan inocente al creer en el amor, en que si luchas por algo lo tendrás al final.
Tonterías.
Quizás es mi culpa por no rendirme, por no saber perder, por no abrir los ojos y darme cuenta que tu ya no quieres nada conmigo, que probablemente me tengas lástima o aprecio pero que no pasa de ahí, que quizás solo me querés porque te hago sentir menos sola, te hago sentir bien de vez en cuando, pero cuando simplemente no es suficiente para ti te alejas, te vas, finges que no existo porque al final, ¿para qué? ¿No?.
Todos siempre me preguntan
“¿Porqué crees en ella, después de todo lo que te hizo, porqué aún crees en ella, porqué aún le hablas, porqué aún te importa?”
Y sinceramente lo hago porque te conozco, te conozco y sé que no eres mala persona.
Pero este tipo de cosas me hacen sentir que quizás tu no necesitas que yo crea en ti.
Quizás tu no necesitas de mi amistad, de mi apoyo, de mi cariño.
Que tu no necesitas de mí.
Y suena fea esa palabra ¿no?
No es bueno necesitar de alguien, nunca lo es.
Porque las personas pueden decepcionarte, las personas puede irse sin dejar rastro o explicación alguna, solo olvidarse de ti, sin más y fingir que no existes.
Pero lo triste es que yo si necesito de ti.
Porque soy un tonto, un iluso soñador que lo único que desea es estar contigo, que sueña con vivir y compartir esta vida contigo, no porque no pueda vivirla o disfrutarla con nadie más, no, pero porque no quiere vivirla con nadie más, porque no la disfruta con nadie más como la disfruta contigo, porque no conoce a nadie más y porque no se siente así con nadie más.
Y me duele. Me duele pensar que soy un completo imbecil por creer que tu sientes lo mismo. Es obvio que no.
Si no, no estariamos dónde estamos, no estarías tu en a saber donde, y yo aquí, esperando por ti, por una señal, por una razón para querer despertarme mañana.
Quizás es mi culpa por estar tan perdidamente enamorado de ti, por estar tan profundamente loco por todo tu ser, por amar con toda mi alma a tu alma, a tu corazón, a tu ser.
Puta madre que es doloroso.
Solo quiero saber que quieres de mi, que piensas, que esperas. Solo eso quiero.
Pero quizás ni eso merezco, quizás estás tan harta de fingir conmigo que simplemente ya ni crees que vale la pena eso.
Quiero decir que todo esto es producto de mi cabeza, que todo esto es mentira, que tu en realidad me amas, pero a quien quiero mentirle.
La realidad es así.
Como siempre.
Yo te amo a ti.
Pero tu lo amas a él.
Y el te ama a ti.
Así que lo siento por estorbar, por ser un hueco en tu historia de amor verdadero.
Solo creí, solo quise pensar, y soñar, que al final, seríamos tu y yo.
Quizás es mi culpa por amarte tanto ¿no?
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