#Editorial Impedimenta
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idrislibrary · 1 year ago
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Los recuerdos, como todas las cosas buenas, son caros.
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conmuchogustoleemos · 23 days ago
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La memoria de los animales. Claire Fuller
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Jueves 17 de octubre de 2024
Comenzamos una nueva edición del Club de Lectura “Con mucho gusto”, con sede en la biblioteca Reina Sofía, para comentar la lectura de La memoria de los animales, de Claire Fuller (Impedimenta, 2023).
La memoria de los animales, de Claire Fuller (Impedimenta, 2023)
Nueva edición del Club de lectura, en activo desde 2012, con el ánimo e impulso lector de siempre. En esta sesión que inicia la temporada, nos reunimos con una invitada especial: Isabel Márquez, de la editorial Impedimenta, que eligió para nuestro primer encuentro la novela La memoria de los animales, de la británica Claire Fuller, editada por Impedimenta en 2023. Isabel especificó el proceso llevado a cabo por la editorial desde que llega el manuscrito hasta la publicación de la obra, y detalló su trabajo como editora de mesa y, en este caso, su trabajo junto a la traductora de la novela. Para un club de lectura resulta siempre interesante conocer no sólo a los escritores cuando acuden a explicar o compartir lecturas de sus obras, sino también a personas que trabajan en estas otras fases de la edición, como ayer Isabel, para entender los procesos literarios e industriales que permiten la existencia del libro.
Entrando ya de lleno en la novela, la trama de La memoria de los animales se sitúa en un futuro distópico en el que su protagonista Neffy, junto a un grupo de cuatro personas, se encuentra atrapada en una instalación médico científica durante una pandemia mundial como parte de un experimento médico al que se ha presentado voluntaria. Tanto ella como sus compañeros viven un encierro derivado del colapso de la humanidad. A partir de esta situación, la novela despliega distintas y originales apuestas por temáticas diferentes, que tienen que ver, en última instancia, con las relaciones humanas, la ciencia y la memoria, entre otras.
A través de los personajes, que Fuller analiza psicológicamente de forma precisa, se propone al lector una exploración por cuestiones que a todos afectan en un momento u otro como son la naturaleza del sacrificio personal, la ambición científica y la vulnerabilidad del ser humano. Ese aspecto psicológico, junto a elementos propios de la ciencia ficción, aportan a la narración un tono inquietante, angustioso y claustrofóbico, como ayer señaló alguno de los lectores. Por otro lado, a través de un proceso de “revisitación”, los recuerdos juegan un papel fundamental en la configuración de trama, como también lo hacen los textos que la protagonista dirige a un pulpo. Estos recuerdos configuran una memoria individual que enfrenta a los personajes a su pasado mientras intentan sobrevivir en circunstancias cada vez más desesperadas.
Los participantes de ayer señalaron la calidad de la prosa de Fuller, sencilla y precisa, así como la cantidad de lecturas que de La memoria de los animales se pueden extraer. En este sentido, se señaló la lectura inmersiva que algunos experimentaron al preguntarse cómo actuaríamos en una situación semejante. Como dato interesante hay que precisar que un tercio de esta novela se escribió antes del Covid, por lo que el tema de la pandemia estuvo presente. Fuller toma la idea a partir de una circunstancia real cuando un conocido se sometió a un experimento clínico por voluntad propia.
Los límites de la ciencia o la caracterización de los personajes ocuparon también parte de los comentarios de los lectores, pero si algo suscitó opiniones encontradas fue el final de la novela, con la duda de si la aparición de una chimenea supone un halo de esperanza dentro del colapso de la humanidad o si el final es verdaderamente apocalíptico. Con ello, la lectura compartida volvió a mostrar cómo leemos cada uno y las diferentes perspectivas bajo las que interpretamos un mismo texto literario.
Como conclusión se puede afirmar que la La memoria de los animales fue una interesante apuesta que nos trajo Isabel Márquez, una novela cautivadora y sombría que invita a reflexionar sobre las consecuencias éticas de los avances científicos y la fragilidad de la vida humana. También sobre la soledad y el aislamiento, tanto físico como emocional, lo que afecta a las relaciones y a la forma en que se procesan las experiencias. También están presentes la fragilidad y, de forma especial, los recuerdos en la construcción de la memoria individual y la identidad, en la que la culpa ocupa un espacio principal. Novela, al fin, distópica que hace avanzar por nuevos caminos a la ciencia ficción tradicional.
Sin duda, un placer de encuentro y nuestro agradecimiento más sincero a Isabel Márquez, de la editorial Impedimenta, por acercarnos a la novela y a su proceso editorial.
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scarypablo · 8 months ago
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Reseña del libro La chica que vive al final del camino de Laird Koenig, publicado por editorial Impedimenta.
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analisword · 9 months ago
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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summary:
Alana Lomelí tiene todo lo que alguna vez soñó: Un best selling en Latinoamérica, un departamento en España y un novio para compartir sus triunfos, sin embargo, todo cambia una noche, cuando su actor favorito le confiesa que ella es su autora favorita. 
Or
En donde Enzo y Alana se encuentran el uno al otro cuando ambos estaban perdidos.
Inspired by high indelity and tolerate it de taylor swift.
tw: infidelidad por parte de enzo y protagonista, uso de alcohol y otras drogas, smut eventual. La mayoría de la escritura será en lenguaje neutro, una disculpa de antemano si utilizo modismos incorrectos:).
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Capítulo 1.
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—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza. 
—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas…
—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su  peinado intentando componer un rizo suelto. 
—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy. 
—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento. 
No necesita suerte. 
No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad. 
Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó. 
Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país  y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.
Sebastián  era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso. 
Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad. 
Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación. 
—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba. 
Alana hizo una mueca mientras lo veía por el espejo, Sebastián llevaba la misma camisa con la que se había dormido y un short de ejercicio, unas profundas ojeras decoraban su rostro y su barba estaba mal afeitada, los últimos meses habían sido así, Sebastián se la pasaba más tiempo en su propio estudio del departamento que a su lado, nuevamente, Alana no quería culparlo, pero no pudo evitar sentir una punzada de coraje en su pecho, no era el hecho que Sebastián hubiera decidido no acompañarla a la premier, era el hecho de que nuevamente había decido no pasar tiempo con ella, Alana hubiera cambiado su costoso vestido (prestado, claro) y sus lujosas joyas (rentadas) por quedarse en casa aunque sea viendo una película con su novio, llevaban meses sin pasar tiempo juntos y sin hacer otra cosa actividad recreativa que no fuera hacer el desayuno o las compras del supermercado. 
—No pasa nada—mintió devolviendo la mirada a su reflejo, al menos se veía guapa—. Sé que estás ocupado. 
—No tienes idea, creo que acabo de escribir lo mejor de toda mi vida—dijo emocionado, Alana le sonrió sinceramente, ignorando el hecho de que el chico decía eso cada vez que escribía un nuevo capítulo para el thriller que se encontraba creando. 
—Estoy segura que sí, cariño—dijo ella viéndose por última vez y tomando su pequeño bolso de la cama. 
—Sabes que al menos te llevaría al teatro, pero…
—Estás ocupado—lo interrumpió—. Ya lo sé. 
Sabía a ciencia cierta que Sebastián mentía, hace tres semanas, Alana se había despertado en la madrugada por unos horribles retorcijones en el abdomen, unos mariscos le habían caído pesado y la chica vomitó una cantidad de veces que ni siquiera sabía que eran posibles para el cuerpo humano, cuando buscó con su brazo a Sebastián en la cama no lo encontró, y cuando le pidió que si por favor la podía llevar al hospital mientras él se preparaba un café, él le dijo que tomara un taxi. 
Porque claro…estaba escribiendo lo mejor de su vida. 
Sebastián apretó los labios apenado, al menos tenía la decencia de fingir importancia, sabía que cuando dejara de hacerlo, sería el quiebre para ellos. 
A veces se sentía que estaban en la cuerda floja, pero ella no podía simplemente tirar cuatro años de relación a la basura, se había mudado a un jodido continente desconocido por él, eran el apoyo del uno al otro, en la extraña y retorcida manera de Sebastián.
O tal vez Alana era tan estúpida como para quedarse en un lugar donde ya no sentía bienvenida por el simple hecho de sentir miedo a estar sola. 
—Te esperaré despierto—le aseguró él dejando un pequeño beso en su mejilla, al menos Alana sabía que eso sí era verdad. 
—De acuerdo, ya llegó el taxi—dijo ella viendo su celular.
—Diviértete. 
El viaje hacia el teatro fue tranquilo y la llegada fue más explosiva de lo que imaginaba, el lugar estaba repleto y desde la calle había una especie de alfombra roja donde le obligaron a caminar, Alana no era famosa en el mundo del cine pero ciertamente era conocida, adoraba el séptimo arte y aunque fuera un sueño bastante loco, le encantaría que alguna vez llevaran alguno de sus libros a carne y hueso. 
Había celebridades de todo tipo, ella se tomó fotos con los que conocía y admiraba y le sonreía a los que no, la presentación de la película fue bastante emotiva (como suelen hacerlo) y al finalizar la transmisión, comenzó la fiesta. 
Alana no dejó mostrar su incomodidad mientras se paraba en uno de los pilares del teatro y tomaba una copa de champagne, era introvertida, por lo cual no solía hacer muchos amigos en eventos como estos, pero no podía negar que se estaba divirtiendo, la película había resultado medianamente buena, adoraba la comida de cine y el alcohol le sabía delicioso. 
—¿Alana Lomelí?—un acento bastante dulce y diferente al español que había estado escuchando durante toda la noche la sacó de sus pensamientos, ella se giró a ver al protagonista de aquella melodiosa voz e inmediatamente se ahogó al verlo. 
Literalmente se ahogó: el champagne se fue por el orificio equivocado, quemando su vía aérea,  comenzó a toser tan fuerte que algunas personas la miraron con preocupación y vergüenza ajena, el actor  levantó su mano, como indicando que estaba por tocarla y después comenzó a palmear su espalda. 
¿Qué mierdas hacía Enzo Vogrincic evitando que ella muriera asfixiada?
¿Y por qué mierdas sabía su nombre?
 ¿Y por qué mierdas era jodidamente guapo?
—Perdón si te asusté—se disculpó con una tímida sonrisa una vez que ella dejó de toser y abrir la boca como un pez fuera del agua, sentía lágrimas en las orillas de sus ojos y su garganta aún picaba un poco, un  frío recorrió su espalda una vez que la enorme mano de Enzo dejó de tocarla, quién sabe si había sido su intención, pero sus palmadas habían sido fuertes aunque efectivas. 
Y seguramente las ondas que le caían por la espalda ya estaban arruinadas. 
Y por primera vez, no le importaba que Julieta la regañara si llegaba a ver las fotos. 
—¿Me hablas a mí?—preguntó ella sintiéndose estúpida apenas las palabras abandonaron su boca, se golpeó la frente mentalmente. 
—Ehh, sí—dijo él riendo, ¿qué siempre estaba feliz?—. Al menos que exista otra Alana Lomelí por aquí—dijo él levantando las cejas como escaneando el lugar. 
Para este punto de su carrera, Alana ya estaba algo acostumbrada a conocer gente famosa, pero nunca se le había pasado por la mente encontrarse con su jodido actor favorito y mucho menos que él supiera de su existencia. 
—Perdón—se disculpó nerviosamente—. Es que wow, soy en verdad una gran fanática tuya. 
El chico le sonrió dulcemente y se llevó la mano al pecho, como si su corazón se hubiera llenado de la confesión de la chica, ella no pudo evitar sonreír estúpidamente. 
Dios, qué bueno que había aceptado venir. 
—Lo mismo digo—dijo él—. Me leí la saga completa de arco de sangre, uff—expresó resoplando al final.
Alana parpadeó varias veces, los recuerdos de los años anteriores invadieron su mente rápidamente, ella escribiendo en su habitación hasta la madrugada, en la biblioteca de la facultad después de sus exámenes, en casa de Sebastián una vez inició con el manuscrito del segundo libro, todo tomaba sentido cuando la gente le decía que en verdad leía lo que escribía, que habían tenido un buen tiempo haciéndolo, incluso cuando la odiaban por matar a sus personajes favoritos, ahora en este mismo instante, mientras Enzo Vogrincic le decía que se había leído la saga completa, todo tomaba sentido. 
Sintió la sangre subir por sus mejillas y un calor extraño en el vientre, tuvo que bajar la mirada a su copa, usualmente no se sentía intimidada por la gente, pero Enzo estaba parado ahí, con su cabello largo perfectamente peinado pero despeinado, con una piel reluciente y bronceada y un perfecto traje, se dio cuenta que sus ojos eran más claros que en las fotografías o en vídeos, la cámara no le hacía justicia para capturar la belleza y aura que emanaba. 
—Vengo siguiendo tu trayectoria desde años, desde el teatro hasta el cine—le informó rápidamente, sintiéndose como una adolescente que acababa de conocer al cantante de su boyband favorita, Enzo le regaló una sonrisa que mostró todos sus dientes y de pronto se sintió como si se encontraran solos en el lugar y no estuvieran repletos de gente y flashes de cámaras. 
—Sos mi escritora favorita de habla hispana, sos una genia—dijo él abriendo sus ojos, Alana sintió un tirón en su corazón al escuchar esas palabras, Enzo jodido Vogrincic le había llamado genia. 
Ya podía morir en paz. 
—Esto significa muchísimo para mí, muchas gracias—agradeció y dio otro sorbo de champagne, sintiéndose agradecida de que el coraje líquido estuviera haciendo su efecto. 
—¿Conocés a Rodri de hace mucho?—preguntó él casualmente, Alana supuso que el chico se refería a Rodrigo Saltz, el director de la película que acababan de ver, Alana cayó en cuenta que estuvo sentada durante más de tres horas en el mismo lugar que Enzo Vogrincic sin tener idea alguna al respecto. 
—No realmente—respondió sinceramente a decir verdad, no conocía a nadie del electo o staff de la película, había asistido únicamente porque Maricia, su agente, la había invitado—. Pero soy muy fan del cine, desde que me mudé acá he estado asistiendo a este tipo de eventos. 
—No sabía que te encontrabas viviendo acá, sos de México, ¿cierto?
—Sí, ya voy para dos años viviendo acá, me mudé por el trabajo de mi novio.
—Ah, qué interesante—respondió él inclinándose en el muro y entregando su completa atención—. ¿Escribe también?
—Sí, algo así—respondió—. Fue el editor de arco de sangre y ahora se encuentra trabajando en su primer libro. 
—¡Ah! ¿Editó toda la saga?
—No, sólo el primer libro—informó, se sentía culpable, pero hablar de Sebastián de pronto le aburría. 
—El segundo es mi favorito—informó él para después tomar una copa de la bandeja que un mesero iba pasando, Alana inclinó la cabeza con gesto de curiosidad al escucharlo—. ¿Qué?—preguntó al notar la reacción de la chica. 
—No te creo—respondió ella, el segundo había sido su libro favorito al escribir, pero también había sido el menos aclamado por el público y el que peores reseñas tuvo (dentro de las tantas buenas) incluso se pensó cancelar la saga completa, pues por un momento pensó que a la gente no le había gustado tanto por haber sido editado por una persona diferente y no Sebastián. 
—Es verdad—dijo él—. Fue donde más protagonismo le diste a Luther, que por cierto, es mi personaje favorito. 
Alana no pudo evitar morderse el labio inferior, Luther era el protagonista masculino de su saga. 
Dios, Enzo no tenía idea alguna…
—¿Sabes? Casi cancelo la saga entera precisamente por ese libro—dijo ella alzando su copa. 
—Nah, no te creo—dijo él con el mismo tono que ella había empleado momentos atrás. 
—Te lo juro—respondió—. Al público no le gustó mucho. 
—Estás jodiéndome, a ver, que tengo ese libro en mi GoodReads y sé que a la gente le encantó—gritó pues la música era alta y los cientos de voces se mezclaban entre su conversación—. Yo mismo le di 5 estrellas, la reseña estará por ahí si la buscas. 
Nota mental: Buscar la reseña de Enzo apenas llegara a casa. 
—Bueno, tal vez tenía algo de problemas para aceptar las críticas cuando recién inicié—confesó, precisamente por eso no le ponía mucha atención a las reseñas, no le tomó mucho tiempo en darse cuenta que Enzo emanaba una confianza que te hacía querer hablar hasta los codos. 
O tal vez era el alcohol y ese estúpido traje negro, la imágen de Sebastián le picó en el fondo de su mente pero ella la empujó, no tenía nada de malo que estuviera conversando con su actor favorito, ¿cierto? Era de esas oportunidades que se presentaban una vez en la vida, además, Enzo estaba siendo jodidamente amable y para nada le hablaba con otras intenciones, además, Alana le hizo saber inmediatamente que se había mudado al jodido continente por el trabajo de su novio. 
—Yo era igual al principio—dijo él asintiendo—. Cuesta, pero uno se termina acostumbrando y a la larga aprendés a bloquear los malos comentarios y sacar lo bueno de las críticas constructivas. 
—Debe ser más difícil para ti—apuntó ella—. Tú cara literalmente está en la pantalla grande o enfrente del público, yo oculto mi rostro detrás de letras, la mayoría de la gente que está aquí no tiene puta idea de quién soy—dijo ella aliviada, le gustaba ser reconocida, pero no amaba los reflectores. 
—¿Qué va?—dijo él rodando los ojos—. Cualquiera que haya comprado un libro tuyo te verá en la contraportada—rió—. Pero entiendo a lo que te refieres. 
—¿Tú conoces a Rodrigo de hace mucho?—preguntó cambiando un poco la dirección del tema. 
—Sí—dijo—. Precisamente estoy trabajando con un amigo de él, andamos filmando acá, entonces ya llevo unos meses viviendo en España. 
—¿Cómo te trata el país?—preguntó ella, España era hermosa, pero el cambio le había parecido brusco al inicio. 
—Eh, me gusta pero me asusta—dijo él—. Por eso cuando noté a la primera latina del lugar  corrí hacia a ella—dijo él para después darle un trago a su copa, Alana se sintió sonrojar,  ciertamente se sentía agradecida de que Enzo se le hubiera acercado, ella probablemente hubiera muerto del coraje si se hubiera dado cuenta que Enzo estaba en el mismo lugar que ella y ella no había tenido idea alguna. 
—Gracias, la verdad este lugar estaba ahogándome, no conozco a nadie, digo, no es como que te conozca a ti, supongo que ahora sí, bueno tú entiendes, gente latino, digo latina—sacudió la cabeza—. Y así—habló rápidamente, Enzo soltó una carcajada, para ser una escritora, Enzo parecía robarle el sentido de las palabras. 
—Qué tierna que sos—sonrió él, Alana sintió la necesidad de darle un abrazo, pues aunque precisamente acababa de conocerlo hace unos instantes, llevaba años siguiendo su trayectoría, le admiraba de demasiado, sin embargo, antes de que se atreviera a acercarse más, llegó un hombre con una gigantesca cámara. 
—Enzo, ¿una foto con Alana?—preguntó el hombre captando la atención de más presentes, inmediatamente personas comenzaron a acercarse.
—Claro, claro—dijo él llevando su brazo delicadamente sobre los hombros de Alana, ella sonrió y posó para todas las fotografías. 
—¿Se conocen de mucho?—preguntó un reportero, Enzo se giró a verla y rió, Alana apretó los labios. 
—Lo acabamos de hacer pero llevo leyéndola años atrás—respondió él. 
—Y yo llevo viéndolo años atrás. 
Flashes resplandecieron ferozmente, pero ellos mantuvieron la mirada fija sin borrar sus sonrisas. 
No tenían idea de que sus vidas no volverían a ser las mismas. 
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las-microfisuras · 1 year ago
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Tensar un poco más el chicle del amor, comprobar su elasticidad, probar si todavía tiene sabor, oler el propio pasado, recibir algo más, exprimir algo más, sacar algo más, agitar la hucha, extraer la última moneda, cobrar las deudas...
      Al volver al hotel nos fuimos a la cama, lo sabíamos desde el principio, como si no pudiera evitarse. Teníamos que olisquearnos, teníamos que ver cómo era eso después de tantos años, si olíamos bien o mal, si todavía los labios podían, si los sexos todavía se humedecían. Nos acostamos por antojo, por avidez, por derechos adquiridos, quizá también por una ternura tibia, por una piedad momentánea , por razones conmemorativas, por odio, por curiosidad, por el deseo de mantenernos el uno al otro en su poder, para ganar una vez más, para perder una vez más, para ver si había quedado algo, para no herirnos, para herirnos...
      Fue un movimiento lento de dos cuerpos que en cada instante se paraban a preguntarse por qué lo hacían. Le di a P. su propio pasado, le hice la respiración artificial sin esperar resultados. Exprimí de él el respeto debido, lo castigue a él, me castigué a mí misma.
       Y eso fue todo. Y los recuerdos , esa mitad que había guardado como un tesoro en unos cajones imaginarios y reales, bruscamente perdieron su valor y se convirtieron en un fajo de billetes fuera de uso.
      Por la mañana no estaba en mi habitación, lo cual le agradecí. Había dormido con un muerto, pensé, no había nada más, no más dolor, solo unas leves náuseas que pasarían pronto.
-  Dubravka Ugrešić., El Museo de la Rendición Incondicional. Editorial: Impedimenta.  Traducción  María Ángeles Alonso y Dragana Bajić.
-  Anne Magill, With You, 2022
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la-semillera · 2 years ago
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Pero ¿es posible conocer jamás a un ser humano? Tal vez se consiga cuando se renuncie a ese conocimiento y al deseo de él y tampoco se sienta su necesidad. Pero, entonces, lo que se consigue no es ya conocimiento, sino nada más que una coexistencia; y esto es también uno de los aspectos del amor. 
- Iris Murdoch Bajo la red . Editorial Impedimenta. Traducción de Javier Alfaya Y Barbara McShane
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capsulas · 1 year ago
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Trece historias que ocurren en un tren
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Los europeos. Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita, de Orlando Figes. Taurus. 2020. Un libro que narra cómo el ferrocarril transformó Europa en el siglo XIX, creando una sensación de identidad cultural común. El libro se centra en las vidas de tres personajes: el escritor ruso Iván Turguénev, la cantante francesa Pauline Viardot y su marido, el historiador Louis Viardot.
Miguel Ostrogoff, de Julio Verne. 1876. Una novela de aventuras que cuenta el viaje de un emisario del zar por Siberia para alertar a su hermano de una invasión tártara. El libro describe los paisajes y los peligros de la región, así como la cultura y la historia de Rusia.
La bestia humana, de Émile Zola. Capitán Swing. 1890. Una novela que forma parte del ciclo de los Rougon-Macquart, en la que Zola retrata la sociedad francesa del Segundo Imperio a través de una saga familiar. La novela se ambienta en el mundo del ferrocarril y narra una historia de pasiones, crímenes y locura.
La Madona de los coches cama, de Maurice Dekobra. Impedimenta. 1925. Una novela que fue un éxito mundial en su época y que inauguró el género del thriller ambientado en el Orient Express. La novela cuenta las peripecias de un mayordomo que viaja por Europa para recuperar unos pozos petrolíferos que pertenecen a su aristocrática ama, Lady Diana Wynham.
Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie. Espasa. 1934. Una de las novelas más famosas de la reina del misterio, en la que el detective Hércules Poirot debe resolver un asesinato ocurrido en el lujoso tren que une Estambul con París. La novela tiene un final sorprendente e ingenioso.
Extraños en un tren, de Patricia Highsmith. Anagrama. 1950. La primera novela de la autora de El talento de Mr. Ripley, en la que dos desconocidos se encuentran en un tren y acuerdan intercambiar sus respectivos crímenes: uno matará a la mujer del otro y el otro al padre del primero. La novela explora los temas de la culpa, la obsesión y la identidad.
La dama desaparece, de Ethel Lina White. Editorial Alba. 1936. Una novela de suspense que fue adaptada al cine por Alfred Hitchcock, en la que una joven viajera se da cuenta de que una anciana con la que había entablado amistad ha desaparecido del tren en el que viajan por Europa. Nadie parece recordarla y todos creen que la joven está loca.
El señor Norris cambia de tren, de Christopher Isherwood. Acantilado. 1935. Una novela que retrata el ambiente decadente y bohemio del Berlín de los años treinta, a través de la amistad entre un joven escritor inglés y un misterioso hombre de negocios llamado Arthur Norris. La novela mezcla humor, ironía y crítica social.
Los chicos del ferrocarril, de Edith Nesbit. Editorial Berenice. 1906. Un clásico de la literatura infantil, en el que tres hermanos se mudan a una casa cerca del ferrocarril después de que su padre sea encarcelado por una falsa acusación. Allí vivirán divertidas aventuras y harán nuevos amigos, como el anciano señor del tren o un exiliado ruso.
Calle de la estación, 120, de Léo Mallet. Libros del asteroide. 1943. Una novela negra protagonizada por el detective Nestor Burma, que debe investigar el asesinato de su ayudante en la estación de Lyon, en plena ocupación nazi de Francia. La novela combina intriga, humor y crítica social.
Trenes rigurosamente vigilados, de Bohumil Hrabal. Seix Barral. 1965. Una novela que narra la resistencia de un joven aprendiz de ferroviario contra los nazis en la Checoslovaquia ocupada. La novela mezcla humor, erotismo y tragedia, y fue llevada al cine por Jirí Menzel, ganando el Oscar a la mejor película extranjera en 1967.
El expreso de Tokio, de Seicho Matsumoto. Libros del asteroide. 1958. Una novela policiaca que se considera una obra maestra del género en Japón, en la que el inspector Mihara debe resolver el caso de dos cadáveres hallados en una playa, que parecen haberse suicidado tras tomar cianuro. La novela es un retrato de la sociedad japonesa de posguerra y de sus contradicciones.
Tren fantasma a la Estrella de Oriente, de Paul Theroux. Editorial Alfaguara. 2008. Un libro de viajes en el que el autor recorre Europa, la India y Asia en tren, siguiendo el itinerario que hizo treinta años antes y que plasmó en su libro El gran bazar del ferrocarril. El libro es una reflexión sobre el paso del tiempo, el cambio y la diversidad cultural.
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juanprieto · 2 months ago
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EL ACCIDENTE EN LA A-35, de Graeme Macrae Burnet
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"El accidente en la A 35" es una de las tres novelas que el escritor escocés Graeme Macrae Burnet ha ubicado en la parte sur de la Alsacia, justo por donde discurre la autopista francesa A 35, que recorre paralela a la frontera la distancia que separa Estrasburgo de Saint-Louis , ya casi en la frontera con Basilea. La anterior fue "La desaparición de Adèle Bedeau" (2014) y la tercera será la que se publique este otoño, "Un caso de matricidio" (2024). Aunque la editorial que publica en España las novelas, Impedimenta , las quiera etiquetar como novela negra, yo la calificaría más bien como pseudo-novela policial, o, por utilizar un término que hoy está de moda, novela literaria policial. El protagonista de esta trilogía es el inspector jefe de la policía de Saint-Louis , Georges Gorski , un personaje con una vida privada desastrosa, con poca autoestima y con una afición destructiva por la cerveza; ni mejor ni peor que otros detectives que conocemos, pero con una personalidad deprimente. En la novela hay un accidente, un muerto, una investigación que no va a ningún sitio y unos personajes a los que vas cogiéndoles cariño. Lo mejor son estos últimos y también la capacidad del autor para armar un texto que, finalmente, acabas valorando por su complejidad. Supongo que "El accidente en la A 35 " no pasaría "la prueba del algodón" en El Grito , porque le falta contundencia, maldad, miserias humanas y pistas para hallar al culpable, algo que, por cierto, tampoco hay. La preciosa cubierta de "El accidente en la A 35" que ha preparado la editorial, exclusivamente para España, corresponde a una ilustración del diseñador y dibujante británico Andrew Davisdon . Podéis ver más detalles de su obra en: https://www.theartworksinc.com/2015/10/13/andrew-davisdons-wonderful-woodcuts/ https://www.theartworksinc.com/artist/andrew-davidson/?utm_source=pocket_share
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eva248 · 10 months ago
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Lecturas de enero. Tercera semana
El accidente en la A35 / Graeme Macrae Burnet. Editorial Impedimenta, 2023 Un suceso inesperado empaña la rutina de Saint-Louis: un influyente abogado de la ciudad ha muerto en un accidente en la A-35. El inspector Gorski, encargado de la investigación, habrá de vérselas no solo con su homónimo estrasburgués, sino también con un joven aficionado dispuesto a hacerle la competencia: Raymond…
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ficcionalar · 2 years ago
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Un rumano en la corte del rey Enrique
Las apuestas de la editorial Impedimenta son altas, como lo fueron antaño las de Funambulista. Enrique Redel, su director, se mueve en el paño verde de la literatura con experiencia de jugador de primera línea: ni se impacienta ni lo tienta el corto plazo, apuesta fuerte pero no a tontas y a locas. Va tras las recompensas de la calidad. A su paso por Funambulista, las fichas a pleno de Redel…
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idrislibrary · 2 months ago
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josedemariaromerobarea · 2 years ago
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#IrisMurdoch “#atrapada en una #jaula de #compasiva #tolerancia y #obligada #verdad” #mujeresescritoras #SundayMorning @enriqueredel @catedrartveus @CosmoAnonimos @AlcanzaPoesia @AidaBSanchez @ParodiMaru @clia_g @Vuelo7988 @gemis46 @ComprensLectora
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alfabetas · 5 years ago
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Solenoide
Por Briseida Alcalá
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Mircea Cărtărescu araña los misterios de la creación presentándola como una jerarquía existencial a la manera de cajas chinas infinitas, en la que no ocupamos el mejor ni el más alto grado.
Seguir leyendo. 
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bitacoradelectura · 6 years ago
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Marian Engel
Toronto, Canadá (1933 - 1985)
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la-semillera · 2 years ago
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VALENTINE SCHLEGEL & IRIS MURDOCH
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Toda teorización es una huida. Debe dirigirnos la situación en sí, y eso es inexpresablemente concreto. Desde luego, es algo a lo que nunca podemos acercarnos lo bastante, por mucho que intentemos, por así decirlo, meternos bajo la red.
- Iris Murdoch Bajo la red . Editorial Impedimenta. Traducción de Javier Alfaya Y Barbara McShane
- Objeto 1960, Valentine Schlegel  Foto: Agnès Varda  
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leer-reading-lire · 4 years ago
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