#Diseño de cubierta
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Diseño de cubierta para “VIDA DE ESTHER”
“VIDA DE ESTHER” es un memorial escrito por Juanín Álvarez (seudónimo familiar del periodista, poeta y narrador Juanjo Barral) y publicado en abril de 2023, con ocasión del primer aniversario de la muerte de su madre, María Esther Álvarez Álvarez. Continue reading Untitled
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#Adobe Illustrator#Diseño#Diseño de cubierta#Diseño editorial#Diseño gráfico#Diseño vectorial#Editorial#Escanciar#Ilustración#Lectura#Leer#Libro#Libros#Madre#Narrativa#Portada#Recuerdos#Relato#Sidra
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La Hauss. Máster Online en Diseño Editorial 2022-23. Proyecto de diseño de cubiertas y páginas interiores para la obra La sombra del viento (Carlos Ruiz Zafón). Trabajo de Carla Pareja Martín.
#diseño editorial#diseño editorial online#Carla Pareja#editorial design#la sombra del viento#maquetación editorial#retícula#diseño de cubiertas de libros#cover book design
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estos días hice muchos dibujos de diferentes cosas, porque caí en un espiral y consumí muchos vídeos del lore de los sims 2 ,,, ajá
(btw el michi que retraté es mi gato c:)
#my art#sinceramente no voy a taggear a todos los pjs :p#pido perdón si las fotos se ven raras ? pasa que no tengo buena iluminación#y para concluir con los tags dejo mi top 3 de dibujos en ningún orden en especial:#puck summerdream (de los sims 2) como esa hada del meme#din y cobb tomando mates#(< de hecho tengo toda una teoria headcanon -por decirle así- sobre esto)#y el de mi diseño de perona <3#<< y si ven al costadito hay una perona chiquita que dice ''traigan al gorila de mword'' jsjsj#*también agrego que el último dibujo está basado en mickey de scream 2 (sabrá dios que no puedo dibujar ESE estilo de pelo que llevaba-#y usé un post que dice: 'una remera que diga que no puede haber mucha sangre en una peli de terror y que este cubierta de sangre''
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Pool Fountain in Alicante-Costa Blanca Large tuscan rooftop rectangular lap pool fountain photo
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Pool Fountain
Large rectangular lap pool fountain on a tuscan rooftop image
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Solo a Ella (Aegon x lectora)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: cuando Alicent descubrió que su hijo mantenía una cuestionable relación con la mucama, no tardó en intervenir. Aegon era un desastre, pero al menos era obediente. Asi que creyó que podría manejarlo. Se equivocaba.
Aegon adoraba a su mucama.
El rey de Westeros tenía una fascinación infinita por la mujer que se encargaba de mantener el orden en su cuarto y el de sus familiares.
Era el primer rostro que veía en la mañana, y el último en las noches. Lo escuchaba, lo aconsejaba y cuidaba con tal cariño que su maltratado corazón se aferró a esas muestras de interés con desesperación. Cuidaba su trato para con ella, pues ya había espantado a otros miembros del personal y no quería perderla también.
Era amable, simpático... Pasivo a todo lo que a ella se refería. Y poco a poco un sentimiento extra comenzó a nacer entre ambos, desencadenando en muestras mutuas de afecto que no tardaron en ser descubiertas por Alicent.
—¿Te acuestas con la mucama?—Alicent miró a su hijo, quien aún dormitaba en su cama.
—Solo nos divertimos, mamá. Ella me da su consentimiento... ¿por qué sería un problema?—
—... Te casarás con Helaena la próxima semana.—
Para cuando Aegon entendió el significado de aquello, Alicent ya había dejado el lugar.
¿Se casaría con su hermana?
____ terminaba de acomodar la mesa de bordado de Helaena aquella mañana, alabando sus recientes trabajos.
—¿Piensa hacer un vestido con estos, princesa? Por el tamaño y diseño serían perfectos para un corsé.—tomó unas enredaderas bordadas con pedrería.
—Para mi compromiso, quería armar algo bonito... ¿Me ayudas?—La joven que había estado de espaldas a Helaena volteó a mirarla al escuchar aquello.
—¿Con quién princesa? ¿Jacaerys?—
—Me temo que no... Será con Aegon.—
____ casi suelta lo que traía en manos.
Aegon no se sentía muy bien esa tarde. La noticia del casamiento no le importó mucho, pues era algo que se veía venir. Lo que lo preocupaba eran las libertades que él tenía ahora, y si se verían afectadas por su futura vida de casado.
Quería plantearle a su madre que no pensaba dejar sus placeres y vicios. Cumpliría con sus deberes y obligaciones, pero no pensaba atarse a Helaena sentimentalmente. Era su hermana, su esposa. No el amor de su vida.
Sonrió en cuanto la imagen de la joven castaña llegó a su mente.
Solo en ese momento, se dio cuenta de que ____ no había ido en la mañana a su cuarto cuanto su madre lo increpó. Y tampoco estuvo durante el desayuno, o el almuerzo...
Ya algo curioso por su ausencia, comenzó a buscarla por la fortaleza. No la encontró por ningún lado.
—¿Busca a alguien, señor?—lord Larys llamó su atención en plena escalera—. Ya ha pasado por aquí tres veces.—
—La mucama... ¿La ha visto por aquí?—
—¿La señorita ____?—Aegon asintió emocionado—. La he visto en el jardín, con las nuevas remodelaciones indicadas por su madre.—
—... ¿Por qué una mucama estaría en el jardín?—
—Ella ya no está vinculada a las tareas dentro de la fortaleza, príncipe. Pidió en la mañana que se la cambie a otro ámbito.—Aegon comenzó a preocuparse en verdad.
—Bonito arreglo, querida.—
____ miró orgullosa a aquel jardinero, quien miraba el pequeño cantero que acababa de plantar.
—¿Usted cree?—
—Elegiste buenos colores, acomoda la tierra y continua con el otro.—la chica asintió emocionada antes de levantarse y sacudir vagamente el polvo de su pantalón. Se dirigió a la carreta cargada de herramientas, tomando una pala pequeña.
Su mente comenzaba a planear cómo trabajaría el próximo cantero, cuando cierta persona asomada en el ventanal unos metros arriba llamó su atención. No tardó en desviar la mirada de nuevo a su tarea.
Aegon bajó enseguida al verla, sin poder disimular su ansiedad.
—Hola.—
—Buenas tardes, mi príncipe.—soltó ____ aún acomodando la tierra—. ¿Se le ofrece o necesita algo?—Aegon se agachó para estar a su altura, notando el esfuerzo que hacía la mujer por no mirarlo.
—Necesito que me digas qué haces aquí, cubierta de tierra... Eres mi mucama.—
—Era la mucama general, en todo caso... Y ya no lo seré. Como verá, ahora soy florista, príncipe.—le sonrió apenas. Aegon miró a la mujer levantarse y volver a la carreta, dejando la pala y empujando las herramientas a la siguiente cantera.
—... ¿Esto es por el compromiso?—
—Creo que es evidente.—
—Sabes que no me importa ese arreglo.—ella no contestó—. ¿Vas a ignorar esto que tenemos?—____ se cansó de disimular esa cortesía, y al ver que no había nadie cerca, lo enfrentó.
—Tú eres un príncipe, yo una criada... No hay nada, no somos NADA. Asi que olvídate de lo que sea que teníamos antes y enfócate en tus obligaciones.—
A ambos le dolió aquello.
Ese "nada"... No era tan así.
Ellos se amaban, se deseaban. Pero entendían que nunca podría funcionar. Al menos la mujer lo entendía. Aegon se aferraba con fuerzas.
—No... No digas eso.—Aegon quiso tomar sus manos, pero ella lo apartó. Eso solo hizo que Aegon se sintiera aún más herido—. Tenemos algo aquí, no puedes solo... Hacer de cuenta que no pasó.—
—Puedo y lo haré... Asi que si no te molesta, tengo cosas que hacer.—Un horrible pesar se instaló en el pecho de Aegon, y sus ojos comenzaron a cristalizarse.
—Sabes que yo no quería esto... No quiero a Helaena.—
—No importa.—
—Si importa. ____...—sollozó bajito al sentir que Aegon tomaba sus mejillas con cierta desesperación—. Tú deberías ser mi esposa, la madre de mis hijos... Te los daré, tendremos hijos.—
—¿Siquiera piensas en lo que dices?—____ lo empujó apenas—. ¿Crees que tendré tus hijos, condenándolos a ser simples bastardos? Ni siquiera podrías reconocerlos.—
—No es asi...—
—Ante la sociedad ellos serían un error, incluso correrían peligro. Y yo... Yo sería una puta... No quiero eso.—____ secó torpemente sus lágrimas, intentando recobrar la compostura—. Ya olvídalo, Aegon... Fue bonito solo... Solo recordémoslo asi.—
La chica dejó el jardín, y el príncipe no se sintió capaz de seguirla y recibir otra negativa.
No podía creer como de la mañana a la noche todo se había ido al diablo.
Algunas semanas habían pasado desde que Aegon se comprometió con Helaena, y para estrés de Alicent, Aegon no quería cumplir con sus obligaciones. No quería embarazar a Helaena. Por consecuencia, no había herederos en camino.
—No quiero... ¿Quieres obligarme a meter la verga en mi hermana, madre?—
Un cachetazo resonó en el lugar, y los consejeros de la mesa evitaron mirar a la reina y a su hijo.
—No tienes idea del esfuerzo que hicimos para ponerte en ese asiento, Aegon.—El rey no flaqueó, manteniéndole la mirada.
—No pedí ningún esfuerzo de tu parte, madre...—se inclinó sobre la mesa—. Pregúntale a Aemond si quiere colaborar con tu causa.—se levantó de la mesa, y todos lo imitaron. Salió del salón sin enfocarse en la mujer que lo seguía de cerca.
—Hiciste una escena ahí atrás.—
—Tú fuiste la que me golpeó, madre. A mi, al rey... debería castigarte por tal atrevimiento.—El hombre bajó las escaleras enseguida, pero su madre lo tomó del brazo y lo arrastró hacia el pequeño balcón que daba al jardín interno.
—Debes engendrar un heredero, Aegon... Quieras o no.—
—De querer, quiero, madre. Mucho, en realidad.—le sonrió con cierta falsedad—. Pero no quiero que salga de Helaena.—
—¿y de quién entonces?—Aegon desvió la mirada hacia el jardín, y Alicent miró hacia el mismo lado. Frunció el ceño al ver a aquella mucama—. Eso es una tontería, no es posible.—
—Bueno, solo de ella quiero bebés... Solo la quiero a ella. Asi que revisa la idea de que Aemond embarace a Helaena.—dejó el balcón—. No te preocupes, trataré bien a mis sobrinos.—
Alicent miró a su hijo salir del lugar, estaba sumamente molesta. Solo entonces volteó al jardín de nuevo. La joven plantaba jazmines, aquellas flores que ella misma había pedido para el jardín.
Parecía feliz con su nuevo trabajo, y desde el anuncio de la boda no volvió a acercarse a Aegon. La chica sabía que debía hacerse a un lado. Y justo por ello Alicent no la echó de la fortaleza. Pero a pesar de ya no frecuentar a su hijo, el fantasma de su relación aún trababa el compromiso de sus hijos.
—Se ven hermosos.—
____ levantó la mirada de las flores, sintiendo absoluto terror al ver a Alicent de pie a sus espaldas. Se reincorporó enseguida.
—Me alegra que le gusten, Majestad... Las escogí para usted. Oh, y en este otro cantero pondré gladiolos verdes.—
—No conozco esas flores.—
—Son maravillosas, lo prometo... Harán buen contraste con el blanco de los jazmines.—Alicent apenas sonrió por un segundo—. ¿Necesitaba algo, majestad?—
—No realmente, solo quería saber... Si Aegon te ha estado molestando en estos dias.—
____ sabía... Que Alicent sabía de sus encuentros con Aegon. No se haría la tonta.
—No, majestad... Cuando cambié mi trabajo le dejé muy en claro que yo ya no... Quería problemas.—Se removió incómoda—. No ha vuelto a buscarme.—
—Pero sabes que aún te tiene en vista ¿Verdad?—
—Mirar no es un delito, majestad... No lo hace menos inapropiado pero-
—No lo dejes acercarse.—Alicent la miró con severidad—. No caigas en sus tonterías, no te metas en problemas por él... Solo eso quiero advertirte. Sigue con tu trabajo aquí, te gusta ¿No?—la chica asintió—. Si mantienes un perfil bajo, puedes quedarte en esta área. Eso te lo prometo.—
—Haré lo posible por quedarme aquí, como florista... Gracias, majestad.—
Alicent acunó su mejilla con una falsa maternidad, una que a ____ le causó nauseas. Entendía el desagrado de Aegon por su madre ahora, era una pira de falsedad y desagrado. La reina dejó el jardín sin saber que su hijo, tal y como lo hacía cada vez que podía, espiaba a la mujer. Vio toda la escena, más no escuchó bien la charla.
En cuanto Alicent se fue, ____ juntó sus cosas y se marchó del jardín. Aegon la siguió enseguida. Y apenas la florista entró al cuarto de herramientas, el rey cerró la puerta tras de sí.
—¿Qué diablos estás-
—¿Ella te amenazó? ¿Te lastimó?—Aegon se acercó preocupado a ella.
—No, vete.—apartó las manos que intentaron tomar sus mejillas—. Me meterás en problemas, Aegon. Largo de aqui.—____ acomodó las herramientas en los estantes, para luego lavar sus manos en el agua de un gran barril y secarse con su delantal. Refrescó su cuello también—. Saldré primero, luego tú... Y no vuelvas a buscarme.—
—... ¿Tan rápido dejaste de quererme?—____ dejó de respirar con aquello.
—No hagas esto, Aegon.—Quiso dirigirse a la puerta, pero Aegon le cortó el paso.
—Responde... Por favor... Porque yo nunca podría dejar de amarte.—la miró con total desesperación—. Y si mi madre te asustó o-
—Me pidió que me alejara de ti... O me sacaría de la fortaleza.—____ suspiró cansada—. ¿Eso quieres? ¿Que me echen a la calle? ¿Que termine en el burdel para poder sobrevivir?—
—Jamás permitiría eso.—
—¡Entonces no me causes problemas!—se rompió un poco—. ¿crees que es fácil para mi estar ignorándote todo el tiempo? ¿Hacer de cuenta que no te veo en cada esquina mirándome?—
—Pediste que no me acercara, eso hago.—
—Ser un maldito acosador no es mejor, Aegon... Cumple tus deberes al menos, no provoques la ira de tu madre.—
—Prefiero no provocar la tuya.—____ suspiró en cuanto Aegon rodeó su cintura con una mano, y la restante se aferró a su nuca—. Dime... si el hecho de verme abrazar a otra no te molesta... Que cargue a un hijo que no sea tuyo... Que toque a otra de esta forma.—la pegó aún más a él—. Dime qué opinas de ello.—
—Nada, no opino nada. La servidumbre no opina.—
—Tú no eres una sirvienta... Eres mi amante, el amor de mi vida.—Aegon inclinó su rostro sobre el ajeno, rozando apenas su nariz con la suya—. Asi que dime... ¿Qué opinas de verme con Helaena?—no respondió—. ¡Dime!—
—¡Que debería ser yo!—lo apartó de un empujón al verlo intentar besarla—. ¿Eso querías escuchar, eh?—
—Si, totalmente.—
—Púdrete, eres un idiota.—
La mujer quiso esquivarlo para salir finalmente, pero Aegon la atrapó entre sus manos, besándola con desesperación. Se aferró a ella con necesidad, creyendo que si aflojaba aunque sea un poco su agarre, ella se esfumaría.
—Yo también quiero que seas tú, ____... Tú y solo tú.—besó su cuello, sintiendo cómo se tensaba con el gesto—. Mi esposa, la madre de mis hijos... Todo.—
—Pero no es posible, Aegon... Cuanto antes lo aceptemos, más sencillo será.—
—No, amor... No hay forma de que se haga más sencillo.—Aegon deslizó sus dedos por la camisa de la mujer, desabrochando los botones uno por uno—. No pienso tocar a Helaena... No pienso tocar a ninguna que no seas tú. MI mujer, mi esposa... Yo soy tuyo, ____. Totalmente... Por favor, deja de apartarme... Duele mucho aquí.—tomó la mano ajena, llevándola a su pecho.
—Pero tu madre...—
—Que se pudra mi madre, que se pudran todos...—Aegon tensó la mandíbula al sentir la mano de la mujer subir a su cuello de forma lenta—. Solo importamos tú y yo ahora.—
—... ¿Me prometes que no me echarán a la calle?—
—Lo prometo.—besó la palma de la mano que acunó su mejilla—. Nadie te pondrá un dedo encima... Nadie te dirá ni exigirá nada... Nadie te tratará mal... Porque tú eres mi reina, y eres digna del respeto de todo el reino.—
—No me importa el respeto de nadie, ni ser reina de nada.—____ presionó sus mejillas, obligándolo a agacharse un poco—. Solo quiero amarte tal y como te mereces... Sin miedo a que terminemos colgados en plena plaza.—
Aegon miró ese par de ojitos asustados brillar al verlo, expectantes de su respuesta.
—... ¿No dejaste de amarme entonces?—
—Ni un poquito.—
El hombre sintió que su pecho explotaba con aquello, y no se aguantó la necesidad de devorar los labios ajenos.
En cuanto ____ se aferró a su cuello con desesperación, correspondiendo su beso con tanta urgencia como la propia, Aegon decidió que le haría frente a su madre y quien sea que se oponga a su relación.
Lo único que el rey necesitaba era a esa florista bajita decirle al oído cuánto lo había extrañado y cuánto lo amaba. Nada más.
#español#hotd#house of the dragon#hotd fandom#aegon targaryen#aegon ii targaryen#hotd aegon#aegon ii targaryen x reader#aegon targaryen x reader#aegon x reader#aegon ii x reader
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#JuevesDeArquitectura
Kariouk Architects diseñó la Forest Retreat, una residencia de 956 m² en los bosques de Caledon, Ontario, que busca armonizar con el entorno natural.
Este proyecto, encabezado por Paul Kariouk, se basa en una conexión emocional con la tierra canadiense, empleando materiales responsables y sistemas de ahorro energético. La casa evita el estilo modernista en favor de un enfoque cálido y familiar, con un diseño abierto que solo cierra dormitorios y baños. En el nivel principal se encuentran las áreas familiares y de los padres, mientras que los dormitorios de los niños están en un volumen elevado revestido de pizarra y accesible por una pasarela.
El elemento más distintivo es su techo en forma de tienda de campaña revestido de cobre, que sigue la topografía del terreno y se eleva sobre el garaje para crear una terraza cubierta. Además, la casa incorpora elementos artesanales, como accesorios de acero y paneles de madera hechos a mano, fusionando tecnología moderna con un toque artesanal que otorga personalidad y autenticidad al diseño.
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Hey, ¿has visto los libros chiquitos que están vendiendo en los puestos de revistas?
Pregunto porque están muy bonitos, son libros clásicos completos y de una bastante buena calidad, especialmente considerando que los libros miniatura que suelen vender no suelen ni estar completos ni tener un buen diseño de portada o cubierta (¡tiene una cajita!)
Obvio ya fui y me compre mis copias 🫶🥳
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¡Amigas y amigos! Nuestro último trabajo seleccionado para los premios de Arquitectura del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España
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Gracias al @coacv.col.legiarquitectes por seleccionar nuestro trabajo y a todo el equipo que ha hecho posible que este proyecto se haya convertido en realidad @at4_grupo @m_madentia @mobalco.vlc @frodenas23 @sergimasgonzalez @merxe_navarro
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CASA GOB 17
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En este proyecto de reforma y diseño interior hemos recuperado las texturas y las formas naturales cubiertas por años de malas reformas de este apartamento enclavado en un edificio histórico en la zona más señorial del centro histórico de la ciudad de Valencia para una familia que ha cambiado la gran manzana por una de las mejores ciudades para vivir según el New York Times.
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#premiosarquitectura #arquitectura #interiordesign #premiosarquitectura2024 #interior #diseñointerior #deco #japandistyle #wood #architect #designboom #architecture_hunter
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Los barcos que transportan gas licuado se llaman buques metaneros o buques de transporte de gas natural licuado (GNL). Estos barcos están especialmente diseñados para transportar gas natural licuado, que es gas natural que ha sido enfriado a aproximadamente -162°C (-260°F), transformándolo en líquido para facilitar su transporte. Características de los Buques Metaneros:
Tanques de Almacenamiento:
Los buques metaneros están equipados con tanques criogénicos que mantienen el gas natural a temperaturas extremadamente bajas para mantenerlo en estado líquido.
Hay varios diseños de tanques, siendo los más comunes los tanques esféricos (diseño Moss) y los tanques de membrana.
Aislamiento:
Los tanques están altamente aislados para minimizar la pérdida de temperatura y evitar la vaporización del gas.
El aislamiento eficiente es crucial para mantener el gas en estado líquido durante largos viajes.
Sistemas de Seguridad:
Los buques metaneros están equipados con avanzados sistemas de seguridad para manejar el gas natural licuado, que es altamente inflamable.
Estos sistemas incluyen detección de fugas, sistemas de ventilación y medidas contra incendios.
Propulsión:
Muchos buques metaneros modernos utilizan gas natural como combustible para su propulsión, lo que les permite operar de manera más eficiente y con menores emisiones. Tipos de Buques Metaneros:
Buques con Tanques Esféricos (Diseño Moss):
Estos barcos tienen tanques esféricos visibles sobre la cubierta del barco. Este diseño es conocido por su robustez y durabilidad.
Buques con Tanques de Membrana:
Utilizan tanques de forma rectangular que están integrados en el casco del barco. Este diseño permite una mayor capacidad de carga y un mejor uso del espacio. Importancia de los Buques Metaneros:
Transporte Internacional: Permiten el transporte de gas natural desde regiones productoras, como el Medio Oriente, Australia y los Estados Unidos, hasta mercados en Europa, Asia y otras partes del mundo.
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I. Daphne, mi mejor amiga.
Un rayo de luz natural, como un travieso pajarillo en busca de su hogar, se filtraba por el pequeño y diminuta ventana del balcón abierta del ático cubierta de bellezas hojas de plantas que daban color en aquel rincón, no cabía duda de que esa iluminación tan esperada, bañaba con una cálida tonalidad luz todo su alrededor y aún mejor el simple hecho de que el aire se encontraba impregnado del aroma más habitual de aquella amplia habitación, el olor tan inconfundible del óleo se mezclaba profundamente con el toque ligero de los jazmines que se colaba desde el jardín, podía ser un momento tentador, pues la atmosfera especial de un artista embragaba de una manera irresistible y sin duda, reinaba en ese instante en toda la habitación.
En el corazón de la escena, Edith se encontraba totalmente absorta en su obra en la que había estado trabajando desde el comienzo del día, podía admitir que nada más el amanecer daba comienzo a su nuevo día, ella ya se encontraba allí, pues consideraba que era una de las mejores horas del día para abrir su brillante inspiración. Su rostro cubierto por pequeñas sonrosas sobre sus mejillas, era enmarcado por un largo castaño ondulado que caía en cascada sobre sus hombros cuyos ojos de un color profundo grisáceo que en ocasiones podría confundirse con un disimulado verde, brillaba con intensidad de una mezcla de concentración y pasión. Amaba lo que hacía, pues gozaba de la escena que ella misma desarrollaba. Sostenía un pincel fino entre sus dedos cuyos movimientos precisos y delicados lo guiaba sobre el lienzo dejando a su paso una danza brillante de colores, con cada trozo era una explosión de vida, una oda a la belleza efímera del momento y solamente quería dejarse llevar por la esencia fugaz del momento.
La fiel y risueña artista no solo reproducía fielmente la imagen que tenía en su mente, sino, infundía en su obra su propia visión y sensibilidad. Las formas se transformaban bajo sus toques con el broche impregnado, dando finalmente la forma de un retrato, adquiriendo el aspecto realista y personal que tanto quería.
Edith, no podía evitar detenerse de vez en cuando, admirando su proceso y que sus labios se llegarán a dibujar una gran sonrisa, estaba orgullosa de haber regresado con el diseño de sus dibujos y aquello solo le renovaba más entusiasmo. Aunque con su último toque con el pincel, tan solo le falto firmar la obra y dejar que reposará sobre el caballete.
—Considero que quedaste bien, creo que he podido expresar la belleza que tienes, Simon—Murmuro con una gran satisfacción encima mientras deliraba con el último nombre.
Un gesto de aprobación cruzo por su rostro, había logrado capturar la belleza efímera que su personaje favorito de tal vez, su serie preferida, los Bridgerton. Había leído hacía años todos sus libros y admitía que aquel muchacho, siempre logro cautivarla por su carismática personalidad, aunque con la llegada serie dramática llevada por los libros a la plataforma Netflix, únicamente genero una gran explosión de felicidad en ella, por lo que llena de ideas y una inspiración que pensaba que tenía perdida, pudo plasmar todos sus progresos artísticos.
—Edith, querida, te están esperando abajo. ¿No te acordaste de que hoy venían? —una voz mimosa interrumpió de golpe la concentración en la que hacía breves segundos, había provocado que el tiempo se detuviera. — ¡Oh, Edith, ni siquiera estás vestida!
—Lo siento, mamá, pero no recordaba que hoy tuviera visita. Emma tuvo que irse a París y a menos de que pudiera teletransportarse, dudo que alguien quisiera visitarme. —susurro ahogado por el hecho de que extrañaba mucho a su mejor amiga, que, por motivos de sus padres, no la quedo opción que irse y separar aquellas dos almas gemelas en una asombrosa amistad.
— ¡No digas tonterías, Edith! La señorita Daphne, te está esperando. Y no sé de quién hablas, deberías de dejar de pasar tiempo aquí arriba, parece que te hace olvidar de tu alrededor.
— ¿Daphne?
Aquello sin duda la desconcertó tanto que provoco que el pincel que aún se mantenía en sus dedos, cayera sobre sus pies. ¿De quién hablaba? ¡No conocía a nadie con ese nombre! A excepción claro, de la protagonista de su favoritismo libro.
—Mamá, no sé de quién hablas. Me empiezo asustar.
— Hija mía, —respondió su madre, Judith, con una calma que contrastaba con la confusión de Edith. —Hablamos de la señorita Daphne Bridgerton. Han sido inseparables desde sus primeros pasos, se conocen de toda la vida.
La tranquilidad con la que respondió fue más que suficiente como para desconcentrarla, ¿cómo iba a conocerla? ¿Cómo era posible que hablara de alguien que solo existía en las páginas de una novela? Sus ojos finalmente se apartaron del retrato que tanto había trabajado y se encontraron a su madre, Judith. Pensó que se iba a desmayar, juraba que esa no era su madre, pero si, ¡si resultaba ser ella! A excepción de su vestimenta tan cordial, tan apretada que probablemente ceñida a causa del corsé que la hacía aparentar una figura más esbelta.
—No me mires así, hija, levántate y vístete, no hagas esperar más a tu amiga. Está deseando verte. —Sus palabras chocaron contra su realidad y sus manos temblaron al tener entre ellas las telas del vestido que le había dado su propia madre.
— ¿Estás segura, mamá? Preguntó, con la voz temblorosa. —.. yo no la conozco.
Judith sonrió con una ternura que solo ella podía transmitir.
—Claro que sí, querida. Es la hija de los Bridgerton, la familia que vive en la mansión al final de la calle.
—Pero ma…
—Levántate y vístete, no hagas esperar más a tu amiga. Está deseando verte.
Sus palabras chocaron contra la realidad como olas contra un acantilado. Sus manos temblaron al tomar las telas del vestido que su madre le extendía. La textura fina y delicada era tan diferente a la áspera lana de los vestidos que solía usar.
—No te tardes, —La orden de Judith resonó en sus oídos, ineludible— ella te está esperando en el jardín. Sabes que la puntualidad hace a una buena dama, Edith.
A penas pudo asistir en silencio, sin poder articular alguna palabra. Todavía asimilando lo que había ocurrido. Intento vestirse con aquello que su aparente madre la dio y se miró en el espejo, la imagen que le devolvió la sorprendió. Si bien era cierto que ahora vivía en una realidad paralelo, no era la joven artista ensimismada en su propio mundo, sino una dama de la alta sociedad, lista para enfrentar los desafíos y las alegrías que la vida le deparaba, pero simplemente ese hecho la aterraba, jamás había vivido en un mundo similar.
¿Era realmente posible que su amiga de la infancia, la Daphne Bridgerton de sus novelas favoritas, estuviera a tan un solo paso?
El corazón de Edith latía con fuerza en su pecho mientras descendía las escaleras. Su mente, aún tambaleándose por la revelación de su realidad distorsionada, luchaba por asimilar lo que estaba a punto de suceder. Todo a su alrededor no parecía su hogar, era todo tan diferente que simplemente la mareaba, no entendía que estaba pasando, quizá solo se trataba de un sueño, pero en ese momento era incapaz de formular ninguna conclusión. Cada paso la acercaba a una realidad que no comprendía, a un mundo que parecía sacado de uno de sus libros de fantasía.
Al cruzar la puerta que le dirigía al jardín, sus ojos se posaron en la figura que la esperaba junto a un marco de flores. La calidez que emanaba la joven era inconfundible, su belleza comparable a la de un ángel.
— ¿Daphne? —Intento preguntar con un hilo de voz, conmocionada por la irrealidad de la situación.
— ¡Edith, al fin! Qué alegría verte —la saludo con una sonrisa tan radiante que ilumino su alrededor, no tardo en acercarse y la invito con gesto amable a sentarse junto a ella.
Edith se acerco con pasos dubitativos, tomando asiento frente a ella y no pudo evitar pellizcarse la muñeca intentando despertar o creer que lo que realmente veía, no era parte de su imaginación.
— ¿Qué te sucede, Edi? —la joven bridgerton la miró con genuina preocupación— Te ves realmente pálida y distraída, ¿estás bien? Parece que viste un fantasma—río, pero al ver como su contraria bajo la mirada para evitar el contacto visual, solo la preocupo más— Edith, puedes contarme.
— ¿Es verdad? ¿Es cierto que eres mi mejor amiga? —preguntó con temblor en cada una de sus palabras.
Daphne abrió los ojos sorprendida, pero solo asistió con comprensión.
—¡Claro que sí! —insistió Daphne Bridgerton con una sonrisa pícara— Somos mejores amigas. Jugábamos juntas en el jardín de tu casa, compartíamos secretos y sueños bajo la sombra del viejo roble. Yo no sé qué haría sin ti, sin tu compañía.
Por alguna razón, aquello provoco un alivio enorme en el interior de Edith.
—¿Puedo entonces contar con tu apoyo? —murmuro en busca de una respuesta, todavía confundida.
—Si, —aseguró Daphne Bridgerton, tomando una de las manos de la artista entre las suyas.
—¿Ni por muy loco que suene?
—¿Más loco que preguntarme si somos mejores amigas?
Rieron las dos ante aquello.
—Mucho más loco que preguntarte si somos amigas—afirmó Edith con una sonrisa divertida.
—Entonces espero que me cuentes hasta el mínimo detalle, porque me encantan tus locuras y yo espero ser parte de ella.
Un calor reconfortante recorrió el cuerpo de la joven artista al sentir el suave contacto de la mano de Daphne Bridgerton aún sobre la suya en muestra de apoyo. La calidez de su sonrisa y la sinceridad en sus ojos la llenaron de una sensación de paz y seguridad que no había experimentado en mucho tiempo y pensó que no habría más opción que confiar en ella. Era como si se conocieran de toda la vida, como si sus almas estuvieran entrelazadas por un destino invisible.
Daphne no solo escuchaba atentamente, sino que también transmitía una profunda empatía y comprensión hacia Edith. Su mano, firme y cálida, apretaba la de su amiga en un gesto de apoyo incondicional. Sabía que Edith no la engañaba, pues la conexión que las unía era profunda y transparente.
Habían compartido tantas experiencias, secretos y sueños a lo largo de su infancia que Daphne podía distinguir con claridad entre la realidad y la imaginación. Reconocía en Edith la misma honestidad y pureza que siempre la había caracterizado, incluso en medio de la extraña situación que vivían. Sabía que Edith era incapaz de mentirle, que su corazón expresaba la verdad más pura, aun cuando sus palabras parecían sacadas de un libro de fantasía.
El miedo de Edith a ser juzgada era palpable en sus palabras, pero Daphne la tranquilizó con una sonrisa cálida y comprensiva.
—No tengas miedo, Edith, —le dijo con suavidad. — Yo estoy aquí para ti, sin importar lo que digas o lo que hayas vivido. Confía en mí, juntas podemos superar cualquier obstáculo.
Las palabras de Daphne resonaron en el corazón de Edith como un bálsamo reconfortante. La calidez de su amistad y la seguridad que le transmitían la llenaron de valor para continuar con su historia, por muy loco que sonará allí estaba junto a ella.
Sonrió, aunque de un momento para otro, ladeo su cabeza confundida, quizá en busca de un pensamiento borroso, un recuerdo.
—Oh, Edith, creo que está situación vivimos hace tiempo. —Aquello sorprendió ambas—Cuando éramos pequeñas, recuerdo que en uno de tus sueños que me mencionaste, describías un mundo totalmente alterno, con peculiaridades modernas. Incluso, pareciera que tuviste una pérdida de memoria durante dos meses...
Las palabras de Daphne provocaron un escalofrío en la piel de Edith. La confusión se apoderó de ella, mezclando la realidad con los sueños que compartían en su infancia.
—¿Estás segura de eso, Daphne? —Preguntó Edith con la voz temblorosa. —No recuerdo nada de lo que dices.
—Estoy segura, —respondió Daphne con convicción. —Recuerdo cada detalle de ese sueño. Era tan vívido, tan real... ¡Hasta me hiciste la misma pregunta que ahora!
Edith se quedó en silencio, tratando de recordar. Unas imágenes borrosas comenzaron a surgir en su mente, fragmentos de un mundo extraño que ahora Daphne le recordaba.
—Tal vez tengas razón, —murmuró Edith con incertidumbre. —Tal vez solo sea un recuerdo vago, una mezcla de sueños y realidad.
—O tal vez sea algo más, —sugirió Daphne con una mirada misteriosa. —Tal vez lo que estás viviendo ahora no sea tan diferente de lo que soñabas en tu infancia.
—No lo sé, es todo muy confuso…
—Siempre estaré aquí para ti, Edith —le aseguró Daphne con una sonrisa cálida— Juntas descubriremos la verdad, sin importar lo que sea. Además, no podría permitir que tuvieras otra mejor amiga.
Rieron a la par, la amistad de Daphne era su único punto de apoyo.
—Gracias, Daphne, —susurró Edith con los ojos húmedos de emoción. —Significa mucho para mí.
—Deberías de venir mañana, te ayudaré a que vayas conmemorando tus recuerdos. Tal vez si vuelves a ver a mis hermanos, ¡quizá empieces a sentirte nuevamente como en casa! —Daphne río con una gran sonrisa juguetona sobre sus labios.
La artista no pudo evitar sentirse contagiada con la alegría que transmitía su amiga. La idea de volver a conectar con su pasado y con la familia Bridgerton la llenaba de esperanza.
—¿Me llevo bien con todos? —preguntó Edith en un pequeño grito.
—¡Oh, Edi! — respondió con un gesto cómplice—. Si prácticamente eres parte de nuestra familia. Has pasado parte de tu vida con nosotros que en cualquier otro lugar. Anthony siempre pregunta por ti, creo que te tiene un gran aprecio.
Las palabras de Daphne provocaron un nuevo rubor en las mejillas de Edith. La idea de que Anthony la tuviera en su mente la llenaba de una mezcla de emoción y nerviosismo.
—¿De verdad? —preguntó Edith con un hilo de voz, casi incrédula.
—¡Por supuesto! —Afirmó Daphne con convicción. Siempre ha sido muy protector contigo, como si fueras su hermana—hubo un breve silencio—. Aunque en ocasiones, lo he visto mirarte, la forma en la que te trata… es evidente.
—Espero que no sea lo que quieres que interprete.
—¡Aun así, Edi! Eres mi mejor amiga, ¡ya le valdría a Anthony si se atreviera hacerte algo! —respondió Daphne con comprensión—. Te cuidaré en estos momentos de necesidad para que no se sobrepasen, eres importante para mí.
Edith sonrió con una alegría que no podía contener. La calidez de las palabras de Daphne la llenaba de un sentimiento de pertenencia que no había experimentado en mucho tiempo. En ese momento, Edith supo que su vida nunca volvería a ser la misma. La aventura que había comenzado junto a Daphne solo había hecho más que empezar, y estaba decidida a llegar hasta el final, sin importar lo que encontrara en el camino.
¡Me encantaría saber vuestras opiniones en los comentarios! ¿Qué os parece los diseños? Pesé decorar y manipularlas totalmente a mi medida, doy créditos a las texturas y recursos adquiridos por su dispuesto autor.
¿Entendéis bien la escritura? ¿Cambiarían algo? (Es importante que diga que es la primera vez que escribo en está plataforma) También la historia será corregida de manera diaria, no soy experta y cometo errores pero espero que les guste.
Pueden encontrar está misma historia en distintas aplicaciones como Archivefourown o Wattpad con mi mismo apodo: "nir4rera". ¡Muchas gracias por darme la oportunidad de leerme! ¡Miji! ψ(`∇´)ψ
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Tras la exposición de los paneles de preentrega, hemos estado pensando nuevamente un diseño para los establos que, tal y como se comentó en clase, mantuviese una relación más próxima con el edificio principal de esta construcción para el sacrificio de animales.
Es por ello que hemos realizado cambios significativos basándonos en la misma inspiración que nos ha llevado a desarrollar el edificio protagonista: el Centro Deportivo de Alto Rendimiento de Pocinho, en Portugal. Algunas alteraciones significativas en el diseño han sido constituir el espacio como una única construcción que mantuviese una continuidad en vez de dos partes separadas y utilizar los mismos materiales; si bien es cierto que hemos mantenido el concepto de uno de muros con doble función de pared y valla delimitadora del perímetro de la finca y la balda superior en un lateral para almacenamiento de alimento de los animales.
Además, como incorporación importante señalamos las vigas de acero corten que, con el mismo material que las puertas, la restauración de las vallas y otros elementos, unen dos de las tres cubiertas del establo. Estas se cubren con plantas como jazmín, hiedra y buganvilla para generar una mayor superficie de sombra al mismo tiempo que ayuda a los animales a sentirse en un espacio natural.
Planta y sección de los establos.
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Máster Diseño Visual 2022-23. Diseño de cubiertas para revista Pepitoria. Trabajo de Cristina Torres Martínez.
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IMPROMPTU PARA UN MARTES: 28 DE NOVIEMBRE DE 2023
El I Ching y una flor de Antonio Cruz
El más reciente poemario de Antonio Cruz Romero, publicado en Cantabria por la colección LIBROS DEL AIRE · Diseño de cubierta: Leyre Alcorta · Septiembre de 2023
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El buque R/V DAVID PACKARD construido por Construcciones Navales Paulino Freire shipyard NB-731 Buque de investigación multipropósito para el Armador: Monterey Bay Aquarium Research Instituto (MBARI) salió hacer las correspondientes pruebas de equipamientos y las pruebas correspondientes de compensación de agujas en la Ría de Vigo.
Características principales: con una eslora total: 49.99 metros. Y una manga de 12.80 metros. Puntal a cubierta principal: 5.65 m. Calado de diseño: 3.65 m. Calado de escantillonado 3.95 m. Velocidad Máxima de crucero: 12 nudos Autonomía: 21 días capacidades de combustible: 160,77 m3 Aceite lubricante: 1,35 m3 Aceite hidráulico: 2,22 m3 Agua dulce: 29,20 m3 Agua de lastre: 150,30 m3 Aguas negras/grises: 1,89m3 /11,14m3 con una dotación de: 30 personas: 12 tripulación + 18 científicos, Propulsión Diesel-eléctrica (DC-Grid). Paquete eléctrico propulsión& Automatización: ABB Propulsión: 2 x Hélices acimutales SCHOTTEL SRP 260L-FP D: 1750mm (500Kw @ 900rpm) Hélice de Proa: 1 x Hélice acimutal retráctil ZF AT 3011 RT-FP D: 1050mm en tobera (300kW @ 1200rpm) Generadores principales: 3 x MAN D 2862 LE427(IMO Tier III) (velocidad variable de 1440 a 1800rpm) y alternador ABB M3LP 400L (560 a800kVA) Generador de Emergencia: 1 x CATERPILLAR C7.1 (163 e kW@ 1800rpm) Estabilizadores: 2 x unidades retráctiles QUANTUM MAGLIFT ML380.
Paulino Freire shipyard NB-731
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Este cuento lo escribí hace unos años y me salió medio misógino. Igual creo que tiene valor. Acá va.
BOTÁNICA
Cada segundo que pasa, el reloj en la pared envía su terrible descarga de ansiedad hacia mis oídos en forma de ondas sonoras producidas por la manecilla más delgada. Cada segundo que pasa, mi conciencia y el control de mi ser están más cercanos a desaparecer. Ya es inminente que la criatura que habita debajo de mi piel tome el control.
La primera vez que vi a este ser fue en una nefasta y fría noche de invierno, durante una excursión con un grupo de conocidos aficionados a lo sobrenatural. Habíamos visitado varias animitas y casas abandonadas en distintos lugares del centro de la ciudad. Nuestro guía hacia un gran esfuerzo por convencernos de que sus historias sobre muertes inexplicables eran reales, lo que me tenía bastante decepcionado. Sin embargo, lo que prometía ser una velada para el olvido finalizó de la manera más inesperada. Llegamos a las dos de la madrugada a un ruinoso edificio abandonado en calle Huérfanos. Su particular diseño, con balcones rectangulares de diversos colores que evocaban colmenas, habría sido apreciado como algo moderno e innovador en los años setenta. Ahora, seis décadas después de su construcción, quedaba sólo un fantasma de lo que era. El cadáver de un coloso habitado y masticado por los gusanos.
Tuvimos que vigilar que nadie nos viera entrar. Por alguna razón este edificio estaba mejor protegido que la mayoría de las edificaciones abandonadas a merced de los elementos. Las puertas y ventanas de todos los pisos estaban bloqueadas por gruesas tablas fuertemente apernadas a los marcos. Nunca me había fijado en ese peculiar aspecto del edificio, pero ahora me parecía que alguien deliberadamente intentaba proteger algo que se escondía en el interior, o bien quería proteger al exterior de algo que se guarecía en el lugar. Algunos del grupo decidieron irse, sin embargo yo y unos pocos decidimos darle una última oportunidad a este charlatán. Éste conocía una ventana del primer piso donde se había aflojado un perno, y por ahí tuvimos que forzar nuestra entrada a la fantasmagórica recepción. El guía continuaba siendo majadero con que nadie nos debía ver entrar.
Una vez adentro, fuimos llevados por pasillos y escaleras iluminados sólo por unos pocos rayos de luz que apenas se filtraban desde el exterior. Las paredes se veían irregulares, pero no podía dar mucho crédito a mi visión, y cuando intenté comprobar si ya habían dejado de ser lisas, el guía nos prohibió encarecidamente que las tocásemos. De pronto nos detuvimos frente a una habitación. El líder de la expedición había preparado el lugar con antelación con unas anticuadas lámparas a parafina. El tenue resplandor que provenía de la habitación dejaba ver que las paredes habían sido cubiertas completamente por una hiedra rojiza de donde botaba un líquido amarillento. Ahora ya no sentía inquietud por tocar esas murallas insanas. Quien nos había llevado hasta ahí entró en la habitación y bombeó las lámparas para que recuperaran la presión que habían perdido. Tal proceso sólo era conocido por anticuarios y boy scouts del siglo pasado. Claramente este hombre no era un boy scout. Cuando las lámparas recuperaron su presión óptima, la habitación se iluminó completamente y una visión, más terrible, extraña y maravillosa de lo que me podría haber imaginado en cualquiera de mis excursiones por el Santiago fantástico, se dibujó ante mi incrédula mirada.
Ante nuestros ojos, la luz amarilla de las lámparas mostraba una habitación que parecía ser el comedor de un antiguo departamento. Las paredes estaban todas cubiertas por largas ramas rojas de donde colgaban hojas triangulares con manchas amarillas, rojas y anaranjadas. Desde cada una brotaba una baba maloliente. Pero esto era sólo el escenario para un espectáculo más nauseabundo. Debajo de esta capa de flora enfermiza y agobiante se alcanzaba a distinguir una figura humana. Eran los restos semi fagocitados de un hombre que yacía sentado en el suelo con su espalda contra una pared. Lo único que estaba medianamente descubierto era el rostro, que enseñaba una mueca de indescriptible dolor y aplastante horror. Desde la boca exageradamente abierta salían varias ramas. Parecía como si una enorme enredadera perversa hubiese utilizado cada apertura del cuerpo de este hombre para forzar su paso desde el interior. La sensación insana en mi espíritu, creada por tal aberración de la naturaleza apoderándose de los vestigios de una construcción humana y adaptándolos a su propia fisiología, se vio solamente intensificada con el hallazgo del cadáver. Mientras yo y los demás visitantes nos manteníamos petrificados en nuestros lugares, el guía dio una explicación de lo que veíamos. Mi impresión me incapacitó para entender nada, y creo que los demás estaban en la misma situación. Sólo alcancé a retener la idea de que el lugar estaba cerrado y en secreto por la seguridad de la población. Mientras las palabras se resbalaban por mis oídos, logré ver más detalles en los rincones de la habitación. En los lugares más oscuros había flores. Sus colores eran muy similares a las hojas, lo que las hacían casi imperceptibles. Los pétalos eran largos y delgados, y en el centro había algo que parecía… párpados… ojos cerrados llenos de clorofila sanguinolenta. Cuando estaba convenciéndome de que esto no podía ser tan bizarro, y que estos ojos eran sólo una coincidencia morfológica, logré reconocer un ojo más en la mano derecha del desgraciado occiso. Me acerqué para ver con más detalle, pero me detuvo el horror al ver el ojo abrirse. Una pupila verde musgo me miraba con una intensidad que atravesaba hasta mi alma. A través de ese ojo, la planta antropófaga podía leer mis secretos más íntimos.
*
*
*
La planta maldita leyó mi mente. Leyó mi espíritu. Vió hasta lo que yo no podía ver en mi inconsciente: mis ansias de destruir mi entorno, de eliminar a los habitantes simples de mi ciudad, que no son capaces de salir de sus estúpidas rutinas. El ojo pudo adivinar mis fantasías homicidas en contra de todo quien no compartía mi desencantado punto de vista sobre la sociedad santiaguina. De pronto mis manos estaban cubiertas de sangre. Mi corazón latía con fuerza y ansiedad. Sentí satisfacción por algo que había hecho, y el temor de ser descubierto. Había destruido algo hermoso, y estaba feliz por eso.
*
*
*
Me encontraba en mi departamento. Oscuro y vacío como siempre. Había un libro sobre la mesa de centro. Revisé mi billetera y estaba vacía. Eso significaba que había pagado los treinta mil pesos del tour al guía. ¿Qué había hecho? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que mi alma fue ultrajada por ese vegetal consciente en el edificio abandonado? Quise salir corriendo por la puerta de calle, en un estúpido y desesperado intento por encontrar alguna explicación en algún lugar de la ciudad. No obstante, preferí ver por la mirilla de la puerta antes de salir. Lo que vi al otro lado me detuvo. Había un grupo de policías acercándose a mi puerta. Con horror volví a mi habitación y procuré no hacer ruido. Tenía la horrible sensación de que era a mí a quien buscaban, pero nunca llamaron a mi puerta, ni entraron a la fuerza. Me mantuve inmóvil por un largo lapso a pesar de mis ansias por saber qué ocurría. El miedo era más fuerte y me mantenía quieto. Cuando al fin pude dominar mis emociones ya había pasado al menos una hora. Lo único que atiné a hacer fue volver a mirar hacia el pasillo exterior. El departamento de mi vecina estaba abierto y había varios hombres de pie en la entrada. Algunos vestían como los policías comunes con sus uniformes verdes y otros con chaquetas azules que significaban algo más serio. No había ocurrido un delito común. En el departamento vecino se había llevado a cabo un crimen.
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*
Vi mis manos cubiertas en un líquido viscoso, tibio y rojo oscuro una vez más. Era un sueño hecho realidad. Un sueño tan oculto en mi subconsciente que ni siquiera me había percatado que existía. El hermoso rostro de una mujer llamada Valeria yacía inmóvil en el suelo. Sus ojos y boca abiertos más allá del límite natural sólo lo volvían más hermoso. Eran una coraza exquisita para un espíritu vacío y frívolo que yo había tenido el placer de destruir. El cráneo roto goteaba nada más que estupidez en forma de sangre y masa encefálica con pocas e insípidas conexiones neuronales. Tal masa gris nunca había hecho las conexiones necesarias para notar mi existencia a pesar de las miles de veces que había pasado frente al cuerpo despierto de Valeria a la entrada de nuestros departamentos. Pero por un minuto, Valeria finalmente supo quién era yo, y se llevó mi imagen para siempre al más allá.
*
*
*
Yo sabía qué era lo que había vuelto ese retorcido sueño en realidad, pero me negaba a creerlo. Necesitaba cerciorarme con alguien que supiera más que yo. Me acerqué al teléfono y marqué el número del hombre que había trabajado de guía la noche anterior… o hace algunas noches… todavía no sabía cuánto tiempo había pasado. Contestó una voz que parecía ser de una anciana y me dijo que ese hombre hace varios meses que no vivía en ese lugar, y que no volviera a preguntar por ese maldito hijo de perra. ¡¿Cuánto tiempo había pasado?! Intenté contactar a los demás que habían estado en el tour. Nadie contestaba, o ya no vivían en esas direcciones. Sus teléfonos celulares no existían. No sabía qué hacer. No me atrevía a salir con tanto policía detrás de la puerta.
Y de pronto me di cuenta. Estaba usando guantes. ¿Por qué tendría que estar usando guantes? Ya sospechaba la respuesta. El ojo no se había apoderado solo de mi mente por un tiempo. Lentamente saqué el guante de mi mano izquierda y ahí estaba. Sobre el dorso de mi mano crecían pétalos rojos, y al medio de estos estaban los párpados cerrados. Cuando se vuelvan a abrir ya no seré dueño de mi persona. Por eso escribo este documento como carta suicida. Cuando me encuentren verán lo que hizo esta planta parásito conmigo… y probablemente sólo queden vestigios de mi cuerpo ocupado por las enredaderas. Veré que puedo hacer para detenerlo. Voy a la cocina por el cuchillo más afilado…
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